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8.1. Acosta Luna - de La Iglesia Al Museo PDF
8.1. Acosta Luna - de La Iglesia Al Museo PDF
Según la Constitución política que rige en Colombia desde 1991, todas las
confesiones religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley1. Sin
embargo, varios jefes de estado han ignorado y desdeñado este derecho
fundamental y a través de sus comportamientos, discursos y símbolos le han
dado preeminencia a la religión católica. Lo mismo podemos decir de
instituciones como el Congreso de la República, donde se sigue invocando al
1
Sagrado Corazón para sancionar las leyes que deben regir una sociedad 1
pluricultural como la colombiana. Lo cierto es que casi un ochenta por ciento de
los colombianos se siguen declarando católicos y devotos a la Virgen, los
Santos y Cristo. Paradójicamente, esto no se traduce en un interés
Museo Iglesia Santa Clara: ¿una iglesia con museo o un museo con
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iglesia? 2
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En 1948, por ejemplo, Gabriel Giraldo Jaramillo, importante historiador colombiano que
estudió el patrimonio colonial, calificaba al arte colonial en América como un arte mediocre,
cuya utilidad radicaba más en su valor documental que en el artístico. Véase: Giraldo Jaramillo,
1980, 73s.
La iglesia Santa Clara es el único edificio que sobrevive del amplio
emplazamiento del convento de clausura de las clarisas en Santafé de Bogotá,
capital del Nuevo Reino de Granada fundado en 1628 (Img. 1). La iglesia fue
construida en 1647 en lo que entonces eran los límites suroccidentales de la
ciudad y que hoy hacen parte del centro histórico y político administrativo de
Bogotá cercana a la Plaza Mayor colonial, hoy Plaza de Bolívar. La Iglesia
funcionó como templo católico administrado por las clarisas hasta 1863,
cuando fueron exclaustradas debido a la ley de Desamortización de bienes de
manos muertas, liderada por el gobierno liberal del general Tomás Cipriano de
Mosquera para reactivar la economía decimonónica de un sistema que seguía
arrastrando los lastres de sistema económico colonial.
3
Sobre Santa Clara véase: Franco Salamanca, 1987 y Gutiérrez Vallejo, 1995.
4
Existen al respecto interesantes ejemplos como el Museo Ons' Lieve Heer op Solder (Nuestra
Señora en el Ático) en Ámsterdam, uno de los más antiguos museos de la ciudad. Se trata de
una edificación civil del siglo XVII que esconde una iglesia construida clandestinamente durante
la Reforma, cuando les fue prohibido a los católicos realizar públicamente sus servicios
religiosos. Véase: http://www.opsolder.nl/, consultado el 5 de julio, 2012.
expone permanentemente su colección plástica de los siglos XVII al XIX, la
mayoría emplazada aparentemente en sus lugares originales.
En el mundo, son muchas las iglesias que con el interés de exponer sus
colecciones al público han fundado museos dentro de sus instalaciones.
templos sin culto que hoy son museos, sin embargo, son menos frecuentes.
Los principales ejemplos los encontramos en países de Europa oriental, en
Turquía, en Alemania y en España. Por citar algunos ejemplos encontramos la
Basílica y posteriormente Mezquita de Santa Sofía en Estambul, convertida en
museo en 19355; las Iglesias de Friedrichswerder y de Elías en Berlín, la
primera fue convertida en 1987 en dependencia de la Galería Nacional6 y la
segunda en el 2000 fue transformada en un museo para niños, Mitmach-
Museum für Kinder7; y la Iglesia gótica de San Esteban en Burgos, donde se
fundó recientemente el Museo del Retablo.
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Las transformaciones de estos templos en museos estuvieron precedidas por 4
complejos contextos políticos, culturales y religiosos de cada lugar8. El caso de
Santa Clara también cumple con este patrón. Recordemos que las clarisas
fueron las dueñas y administradoras de la Iglesia desde el siglo XVII hasta
1863, cuando fueron exclaustradas y tanto el convento como el templo pasaron
a manos del Estado que, a su vez, se lo entregó a los corazonistas para su
5
López Arangüena, Blanca, “Santa Sofía recupera el esplendor”, en El País, 27.12.2010, en:
http://elpais.com/diario/2010/12/27/cultura/1293404403_850215.html, consultado 5 de julio,
2012.
6
Sitio oficial de los museos estatales de Berlín para la Friedrichswerdersche Kirche:
http://www.smb.museum/smb/standorte/index.php?lang=de&p=2&objID=32&n=4, consultado el
5 de julio, 2012
7
Lindemann,Thomas, “Sie war baufällig und schlecht beheizt. Deshalb brauchte die Berliner
Elias-Kirche eine neue Zukunft. Sie wurde ein Mitmach-Museum für Kinder”, en:
KulturSPIEGEL, Enero 2005, en:
http://www.spiegel.de/spiegel/kulturspiegel/d-38733139.html, consultado el 5 de julio, 2012.
8
En algunos casos iglesias que funcionaban como museos han vuelto a convertirse en
templos, como es el caso de la Iglesia jesuita del siglo XVII de San Casimiro en Vilna, la capital
de Lituania, la cual fue convertida en 1963, durante el periodo soviético, en un Museo del
ateísmo, y en 1989 fue entregada nuevamente a los Jesuitas, quienes tras emprender la
restauración la abrieron nuevamente como templo católico en 1991. Sitio oficial de la iglesia
jesuita de San Casimiro en Vilna: http://www.kazimiero.lt, consultado el 5 de julio, 2012.
administración quienes se quedaron allí hasta 1968. En esos años el edificio
debió ser devuelto a las clarisas, 100 años después de su exclaustración,
quienes al parecer no contaron con los recursos económicos para mantener la
iglesia y abrirla al público. Así, tras años de abandono y gracias al interés
particular de algunas personas influyentes allegadas al entorno cultural
bogotano, la iglesia pasó nuevamente a manos del Estado, que esta vez
compró el predio a las clarisas y emprendió las tareas para convertirla en un
museo9. Pensemos, que para el momento de la exclaustración, la iglesia y su
patrimonio mueble e inmueble habían sufrido importantes transformaciones,
que continuaron durante el periodo en que permanecieron los corazonistas en
la iglesia y durante los años previos a la restauración del edificio.
9
Para la historia detallada de las diferentes transformaciones arquitectónicas de la Iglesia
Santa Clara desde su fundación hasta fines del siglo XX, ver: Franco Salamanca, 1987.
10
Informe de gestión Museo Iglesia Santa Clara, Ministerio de Cultura de Colombia, 2011 –
2012.
convertir al Museo Iglesia Santa Clara en un sitio de encuentro de todo tipo de
visitantes sin distinción de cultos. Para ello es relevante que el público conciba
este lugar como un entorno secularizado.
Por otro lado, el periodo colonial y con él, el arte religioso parecieran poseer en
el imaginario colectivo de muchos colombianos y turistas un halo de leyenda
negra. Un ejemplo reciente sirve de ilustración. Hace unos días, parte del
equipo del museo pudimos ver cómo al frente de Santa Clara un grupo de
turistas recibía una visita guiada. La guía, de una empresa turística ajena al
museo, les narraba un episodio anecdótico de la vida de María Teresa de
Orgaz, una mujer que habría sido amante de un oidor de Santafé, por lo cual
fue recluida e incomunicada por el arzobispo en el Convento de Santa Clara en
169911. Terminada la historia, la guía les preguntó a los turistas si deseaban
entrar a “este museo de arte religioso”, a lo cual ellos se negaron inmediata y
11
Toquica, 2008, 214s. Cita a su vez a Ortega Ricaurte, Daniel, Cosas de Santafé de Bogotá,
Bogotá: Tercer Mundo y Academia de Historia de Bogotá, 252ss.
rotundamente. El problema acá para estos turistas y para muchos colombianos
no era ingresar a un museo de arte, sino sobre todo a uno de arte religioso.
Por otro lado, el pasado 18 de mayo, día internacional de los Museos, un grupo
de niños de primera infancia, de 2 a 4 años, planeó una visita a Santa Clara. Se
trataba de un grupo de niños que asiste a un jardín infantil laico y cuyos padres
poseen formación universitaria. Ante la propuesta de la visita, una de las
madres se negó a que su hija asistiera a Santa Clara, porque se trataba de una
iglesia que poseía arte religiosos católico, y aunque las maestras le explicaron
a la madre que no se trataría de una visita adoctrinante y ni siquiera
informativa, ella no envío a su hija ese día. La situación resultó ser
enriquecedora y generó una serie de inquietudes por parte del equipo del
Museo y del mismo plantel educativo. Quiero citar extractos de la carta que la
directora del jardín infantil envió a los padres de familia debido a lo ocurrido:
12
Circular informativa, Bogotá, 16 de mayo de 2012.
Recordemos el derecho de libertad de cultos adquirido en Colombia sólo hasta
1991, en los dos casos citados, los turistas y padres de familia ejercieron su
libre derecho a decidir, en este caso se negaron a visitar un “museo de arte
religioso”. En Colombia el adjetivo “religioso” suele ser sinónimo de catolicismo,
en esta medida la decisión tomada puede leerse como una clara posición de
rechazo ante la Iglesia Católica y sus símbolos. Así, no es de extrañar que
museos cercanos a Santa Clara, reciban mayor afluencia del público nacional y
extranjero, como son el Museo del Oro, con una de las mayores colecciones de
orfebrería precolombina en el mundo, los Museo de Arte y el de Botero, del
Banco de la República, con colecciones de arte internacional y nacional
incluido un amplio acervo del pintor antioqueño, y el Museo Nacional, un museo
con colecciones suigéneris de arte, historia, etnografía y arqueología. Acá es
entonces necesario voltear la cara de la moneda y encontrar razones para este
rechazo al arte religioso por parte del público.
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8
En el caso colombiano este rechazo se relaciona con la idea que muchos
ciudadanos tienen del periodo colonial y de la manera cruel e inclemente como
se introdujo la religión católica en tierras neogranadinas y, en general,
americanas. Una imagen que se ha construido en su mayoría a través de la
historia alimentada en la escuela, la televisión e, incluso, en los museos.
Parafraseando unas palabras de Octavio Paz sobre la Conquista y la Colonia
13
en México, en su Laberinto de la Soledad , lejos de querer justificar la
dinámica opresiva de la sociedad colonial, se hace necesario comprenderla
como una totalidad viva y por ende contradictoria. Un acercamiento semejante
permitiría una lectura liberada de prejuicios contemporáneos sobre más de 400
años de historia.
13
Paz, Octavio, El laberinto de la soledad / Posdata / Vuelta al laberinto de la soledad, México
DF: FCE, 2000, 113s.
Otras reflexiones hechas ya hace más de 60 años por el mismo Paz continúan
contribuyendo en esta reflexión. El autor anota que:
14
Ibid, 115s.
cómo promover el diálogo entre éstas en pro de la convivencia y contribuir a
superar la intolerancia y la exclusión. Las reflexiones en torno al problema
religioso en los museos mundiales han estado determinadas sobre todo por sus
colecciones, por sus espacios arquitectónicos y por sus proyectos de
exposiciones temporales. A pesar de ello ha sido generalmente un tema difícil
de tratar que a menudo es ignorado porque los museos desconocen como
abordarlo correctamente.
15
Paine, 2010, 12.
16
Sobre esta exposición del 2008 y sus versiones itinerantes las siguientes páginas:
http://www.museonacional.gov.co/sites/velorios/ y
http://www.museonacional.gov.co/sites/Velorios_site/Index.html, además del catálogo de la
exposición: Arocha, et. Al., 2008.
Las religiosas de Santa Clara: de beatas subyugadas a banqueras
Dentro de los aportes en este sentido del Museo Iglesia Santa Clara, desde
hace diez años y a partir de la renovación museológica próxima a ser
implementada, se ha buscado desmitificar el insignificante papel que se
pensaba habían tenido las religiosas en la sociedad colonial.
“Apacible fue la vida de las monjas clarisas, pues nada de particular hemos
hallado sobre ellas en las viejas crónicas. En los archivos coloniales existen
bastantes legajos de esta comunidad, pero casi todos ellos se refieren a
asuntos sobre sus rentas”17
17
Ibáñez, Tomo I, 157s.
18
Toquica, 2008, 35.
¿Entre la provocación y el sacrilegio?: Arte contemporáneo en Santa
Clara
Desde hace una década, la Iglesia Museo Santa Clara, conservando su pintura
mural, sus ornatos mudéjares, sus retablos, su colección pictórica y escultórica
barroca, se ha configurado también como un espacio de intervención del arte
contemporáneo, abierto al público. A fines de este año se inaugurará en Santa
Clara una nueva propuesta museográfica que seguirá respetando la esencia de
la iglesia colonial para comunicar al público, a través de recursos
museográficos y museológicos, lo que significó este espacio conventual
femenino durante los siglos XVII al XIX. Paralelamente, el equipo de curaduría
del Museo, está desarrollando una investigación sobre la colección de Santa
Clara, sus posibles programas iconográficos y transformaciones formales
durante casi cuatro siglos.
12
Justamente en busca de transmitir una idea renovadora del periodo colonial y 12
de sus representaciones sobre lo religioso, el Museo Iglesia Santa Clara le ha
apostado hace varios años a establecer este lugar como un espacio abierto a
los artistas contemporáneos para que su obra dialogue con la antigua Iglesia y
su colección plástica de los siglos coloniales. En este sentido, la inclusión del
arte contemporáneo en un espacio como Santa Clara posee un papel simbólico
importante, representa una nueva forma de entender el patrimonio en un país
donde los estamentos culturales son a menudo conservadores y represivos, y
por ende los espacios de intervención son reducidos19.
19
Sobre el papel del arte contemporáneo en museos con colecciones de carácter religioso y
espacios sagrados, ver: Friedhelm Mennekes, “Espacio sagrado – espacio museal y
entremedio, arte libre”, Lo sagrado en el Museo, Memorias de la XV Cátedra Ernesto Restrepo
Tirado, Museo Nacional de Colombia, 2012 (en prensa) y Acosta Luna, Olga Isabel, “Visita al
Museo Diocesano de Colonia”, en: Ars Sacra, No. 32, Madrid 2004, 90-101 y “Estación de Arte
San Pedro de Colonia. Un lugar donde el arte y la religión se vuelven a reunir”, en: Ars Sacra,
No. 28, Madrid 2003, 46-63.
El arte contemporáneo permite un ejercicio de secularización temporal de la
antigua Iglesia de Santa Clara, propone al público que rechaza el arte religioso
una vía de acercamiento que le permita perderle el “respeto” a estas imágenes
y, sobre todo, liberar prejuicios ante estas vírgenes y santos que cubren la
antigua Iglesia de Santa Clara20. Por otro lado, para aquellos que aun se
persignan ante estas imágenes y quienes al cruzar la puerta se sienten aún en
un lugar de culto religioso católico y no en un museo, el encontrar
intervenciones de arte contemporáneo pueden ser leídas como irrupciones,
como acentos e incluso con posibles agresiones que le pueden permitir
reaccionar y cuestionarse sobre la secularización de un espacio como la
antigua Iglesia Santa Clara (Img. 2).
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Con relación a la ingerencia del arte contemporáneo en escenarios patrimoniales en
Colombia véase: Esferapública, 2006; Lleras Figueroa, Cristina. “Las historias de un grito y los
mitos sobre el origen de la nación en el Museo Nacional de Colombia”. Cuadernos de
Curaduría, Museo Nacional de Colombia, Enero – junio 2011, en:
http://www.museonacional.gov.co/inbox/files//docs/Las_historias_de_un_grito_y_los_mitos.pdf,
consultado el 28 de junio 2012 y Acosta Luna, Olga Isabel, “Invisibles en el arte y olvidados por
la historia. Reflexiones sobre el arte como reparador de la memoria histórica nacional”, en:
Memorias del IX Seminario Nacional de Teoría e Historia del Arte: “Arte, ante la fragilidad de la
memoria”, Medellín: Universidad de Antioquia, 2012 (en prensa).
¿Un Museo suigéneris?
Son muchas las preguntas que surgen al anhelar el funcionamiento de una
iglesia como un espacio secularizado, un museo, que ha conservado su
emplazamiento y sus colecciones sacras. Quizá, si las colecciones que acá se
exponen no fueran imágenes religiosas, sino esculturas clasicistas como es el
caso de la Iglesia de Friedrichswerder en Berlín, sería más fácil para el público
comprender el actual carácter secular de este espacio. Como lo dijimos
anteriormente, la recepción ante lo sagrado y lo secular en un espacio como
Santa Clara podemos explicarla más como una vivencia afectiva que se
construye de forma personal en los visitantes.
Bibliografía
Arocha, Jaime, Velorios y santos vivos. Comunidades negras, afrocolombianas,
raizales y palenqueras, (Exposición temporal del Museo Nacional agosto –
octubre 2008), Bogotá: Museo Nacional de Colombia, 2008.
Franco Salamanca, Germán, Templo de Santa Clara Bogotá, Bogotá: Instituto
Colombiano de Cultura 1987.
Esferapública, Entrevista a José Roca: Dentro y fuera del cubo blanco (1),
Bogotá: junio 2006, en: http://esferapublica.org/nfblog/?p=23120, consultado el
28 de junio 2012.
Gutiérrez Vallejo, Jaime, Iglesia Museo Santa Clara. 1647, Bogotá: Instituto
Colombiano de Cultura, 1995.
Ibañez, Pedro Maria, Crónicas de Bogotá, Bogotá: Tercer Mundo, 1989 [1951],
4 Tomos.
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Paine, Crispin, “Keynote. Museums & Religion: A quick Overview”, en: Beier –
De Haan, Rosmarie und Jungblut, Marie – Paule, Museums and faith,
Luxembourg: ICAMH, 2010, 12 -17.