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DE OPINIÓN
En
la
actualidad,
la
palabra
Biotecnología
es
de
uso
común.
En
el
momento
en
que
empiezo
a
escribir
este
artículo,
en
el
buscador
Google
encuentro
10.800.000
resultados,
lo
que
significa
que
el
término,
además
de
estar
presente
en
numerosos
foros
de
debate,
tanto
en
prensa
como
en
televisión
y
radio,
se
ha
incorporado
a
nuestro
vocabulario.
El
interés
que
ha
despertado
la
Biotecnología
en
los
medios
académicos
y
empresariales,
ha
conducido
a
una
proliferación
de
definiciones
consecuencia
directa
de
su
observación
desde
diferentes
enfoques,
que
tienen
en
común
el
empleo
de
seres
vivos,
sus
procesos
o
productos
para
la
obtención
de
beneficios
mediante
la
modificación
de
estos
y
la
de
su
entorno.
La
OCDE,
define
la
Biotecnología
como:
“La
aplicación
de
la
ciencia
y
la
tecnología
a
organismos
vivos,
así
como
también
a
partes,
productos
y
modelos
de
los
mismos,
para
alterar
materiales
vivos
o
no
vivos
para
la
producción
de
conocimientos,
bienes
y
servicios”
o
dicho
coloquialmente,
sería
un
conjunto
de
técnicas
y
tecnologías
muy
sofisticadas,
que
están
sustituyendo
a
las
metodologías
clásicas,
permitiendo
resultados
más
inmediatos
y
posibilitando
abordar
nuevos
retos
impensables
hasta
hace
poco
tiempo.
Entre
esos
retos,
se
encuentran
la
mayoría
de
las
líneas
de
investigación
en
biotecnología
dirigidas
a
resolver
problemas
de
salud.
Al
tratarse
de
una
tecnología,
puede
aplicarse
a
una
gran
cantidad
de
áreas
o
sectores
independientes
de
la
salud,
como
son
la
agricultura,
la
alimentación,
el
medio
ambiente,
la
producción
industrial
o
la
energía.
Por
tanto,
la
Biotecnología
no
es
en
sí
misma
una
ciencia,
es
un
enfoque
multidisciplinar
que
involucra
varias
disciplinas
y
ciencias
(biología,
bioquímica,
genética,
virología,
agronomía,
ingeniería,
química,
y
medicina,
entre
otras)
y
representa
una
considerable
diversidad
de
actividades
industriales.
Como
consecuencia,
la
Biotecnología
va
a
tener
un
impacto
global
a
tres
niveles:
52
BIOTECNOLOGÍA….
1.-‐
Naturaleza,
ya
que
al
tratarse
de
una
tecnología,
puede
aplicarse
a
una
gran
cantidad
de
áreas
o
sectores
como
son
la
medicina,
industria
farmacéutica,
agricultura,
alimentación,
medio
ambiente,
producción
industrial
o
energía.
2.-‐
Alcance,
pues
la
población
demanda
a
lo
largo
de
su
vida
atención
sanitaria
de
calidad,
alimentos
saludables
y
una
adecuada
gestión
y
conservación
de
los
recursos
naturales,
así
como
del
medio
ambiente.
3.-‐
Economía,
ya
que
puede
considerarse
uno
de
los
principales
motores
del
crecimiento
económico
mundial
tanto
en
economías
desarrolladas
como
en
economías
emergentes.
La
Biotecnología
se
clasifica
siguiendo
una
escala
de
colores
que
es
meramente
orientativa
en:
roja,
verde,
blanca,
gris
y
azul.
A
modo
de
recordatorio,
detallamos
a
continuación
las
competencias
de
cada
color:
1. Biotecnología
roja:
Se
refiere
a
las
aplicaciones
biotecnológicas
en
las
áreas
de
salud
humana
y
animal.
Incluye
tecnologías
como
el
diagnóstico
molecular,
la
ingeniería
celular,
nuevas
moléculas
terapéuticas
de
origen
biotecnológico
y
la
terapia
génica.
2. Biotecnología
verde:
Se
refiere
a
las
aplicaciones
de
la
biotecnología
en
agricultura
y
agroalimentación.
También,
se
incluye
la
investigación
y
obtención
de
plantas
genéticamente
modificadas,
como
son
las
plantas
transgénicas.
3. Biotecnología
blanca:
Está
relacionada
con
la
utilización
de
sistemas
biológicos
para
la
fabricación,
transformación
o
degradación
de
moléculas,
gracias
a
procesos
enzimáticos
y
fermentativos,
para
aplicaciones
industriales
en
sectores
como
el
de
los
materiales,
químico
y
energético.
En
estos
casos,
los
procesos
biotecnológicos
se
emplean
como
alternativa
a
procesos
químicos
convencionales,
lo
que
conlleva
ventajas
económicas
y
medioambientales.
La
importancia
de
la
biotecnología
blanca
para
una
industria
más
sostenible,
ha
sido
repetidamente
señalada
por
entidades,
como
la
Comisión
Europea
o
la
OCDE,
siendo
uno
de
los
retos
de
la
Plataforma
Europea
para
la
Química
Sostenible.
4. Biotecnología
gris:
Se
centra
en
las
aplicaciones
ambientales,
creando
soluciones
tecnológicas
sostenibles
que
ayudan
a
proteger
el
medio
ambiente.
Como
ejemplo
de
lo
dicho
estaría
la
bioremediación.
5. Biotecnología
azul:
Se
refiere
a
las
aplicaciones
de
la
biotecnología
de
origen
marino.
Por
ejemplo,
búsqueda
de
sustancias
de
interés
biomédico
a
partir
de
organismos
marinos.
La
industria
química,
fabrica
los
productos
que
garantizan
nuestra
calidad
de
vida,
desde
las
necesidades
más
básicas,
como
la
salud,
la
alimentación
o
la
higiene,
hasta
aquéllas
que
nos
permiten
disfrutar
de
un
mayor
bienestar.
Sin
las
53
J.
M.
SÁNCHEZ
MONTERO
aportaciones
de
la
química,
nuestra
esperanza
de
vida
apenas
superaría
los
40
años,
ya
que
es
esta
ciencia
la
que
cura
nuestras
enfermedades,
multiplica
el
rendimiento
de
las
cosechas
y
nos
permite
disponer
de
agua
potable.
Durante
décadas,
estos
procesos
se
han
realizado
sin
tener
en
cuenta
su
repercusión
en
el
medio
ambiente,
siendo
en
muchos
casos
muy
contaminantes.
Ahora,
tenemos
que
asumir
el
desafío
de
que
estos
productos,
que
hacen
nuestra
vida
más
cómoda,
puedan
ser
preparados
a
través
de
procedimientos
no
contaminantes,
siguiendo
los
principios
de
la
Química
Sostenible
(Green
Chemistry
según
la
terminología
utilizada
en
Norteamérica).
La
Química
Sostenible,
puede
definirse
como
el
diseño
de
productos
y
procesos
químicos
que
reduzcan
o
eliminen
el
uso
y
generación
de
sustancias
peligrosas,
y
esta
Química
contempla
el
uso
de
biocatalizadores,
lo
que
la
une
directamente
con
la
Biotecnología
Blanca
o
industrial
y
por
tanto
estaríamos
hablando
de
procesos
Biotecnológicos.
En
estos
casos,
los
procesos
biotecnológicos
se
emplean
como
alternativa
a
procesos
químicos
convencionales
lo
que
conlleva
ventajas
económicas
y
medioambientales.
La
Biotecnología
Blanca,
es
un
campo
en
auge
de
la
Biotecnología
moderna
al
servicio
de
la
industria
en
general
y
de
la
Industria
Farmacéutica
en
particular,
relacionada
con
la
utilización
de
sistemas
biológicos
como
células
enteras
(hongos,
levaduras,
bacterias,
así
como
enzimas)
y
puede
utilizarse
para
producir
productos
de
interés
en
la
Industria
Farmacéutica.
Entre
estos,
podemos
citar
los
biocatalizadores,
que
son
eficaces
y
selectivos
para
producir
antibióticos
modificados,
fármacos
homoquirales,
etc.
La
transformación
de
una
sustancia
en
otra,
se
lleva
a
cabo
en
la
naturaleza
mediante
la
utilización
de
enzimas
para
aumentar
la
velocidad
del
proceso.
La
utilización
de
enzimas
con
sustratos
no
naturales,
es
lo
que
denominamos
Biocatálisis.
También,
hay
que
indicar
que
las
enzimas
producen
de
un
modo
específico
y
selectivo
únicamente
uno
de
los
isómeros
posibles,
que
se
obtendrá
de
forma
enantiopura.
La
separación
de
estos
enantiómeros,
es
de
crucial
importancia
cuando
se
pretende
utilizar
estos
compuestos
como
posibles
fármacos,
ya
que
las
propiedades
pueden
ser
muy
diferentes,
pudiéndose
dar
el
caso
de
que
uno
de
los
enantiómeros
produzca
un
efecto
beneficioso,
mientras
que
el
otro
sea
altamente
perjudicial
para
el
organismo.
Para
ilustrar
esta
idea,
solo
tenemos
que
retrotraernos
al
triste
caso
de
la
talidomida.
La
diferente
actividad
farmacológica
de
los
dos
isómeros
ópticos,
hicieron
que
la
Agencia
Europea
del
Medicamento,
así
como
la
FDA
americana,
solo
acepte
desde
el
año
1992
el
isómero
que
posee
actividad
farmacológica,
imponiendo
severas
restricciones
en
el
caso
de
mezclas
racémicas.
Cabe
indicar
en
este
sentido,
que
de
los
diez
medicamentos
mas
54
BIOTECNOLOGÍA….
vendidos
en
España,
siete
son
compuestos
ópticamente
activos.
En
la
obtención
de
estos
fármacos
se
ha
usado
una
biotransformación
en
algún
paso.
La
utilización
de
enzimas
in
vitro,
ofrece
una
alternativa
al
proceso
químico
en
unas
condiciones
más
sostenibles
y
menos
contaminantes.
Las
enzimas,
consumen
menos
agua,
menos
productos
de
partida
y
menos
energía
que
los
mismos
procesos
catalizados
por
catalizadores
convencionales.
El
impacto
medioambiental
es
menor,
obteniéndose
productos
más
puros
y
a
menor
coste.
La
naturaleza
altamente
específica
de
las
enzimas,
significa
que
los
procesos
biológicos
no
sólo
requieren
menores
aportaciones
de
productos
químicos,
sino
que
también
producen
flujos
de
residuos
menores
y
más
manejables.
Para
ilustrar
lo
anteriormente
dicho,
podemos
poner
como
ejemplo
la
obtención
del
ácido
6-‐
aminopenicilánico,
conocido
como
6-‐APA
y
utilizado
como
intermedio
en
la
síntesis
de
una
gran
variedad
de
antibióticos.
La
síntesis
de
1Kg
de
6-‐APA,
mediante
un
proceso
químico
convencional,
conlleva
la
utilización
de
20,4
Kg
de
reactivos,
mientras
que
ese
mismo
Kg
de
6-‐APA
puede
obtenerse
mediante
procedimientos
biotecnológicos,
a
partir
de
0,09
Kg
de
amoniaco
y
2
litros
de
agua.
Este
auge
de
la
Biotecnología,
ha
venido
acompañado
por
el
hecho
de
que
las
compañías
farmacéuticas
encuentran
cada
vez
más
difícil
desarrollar
y
sacar
al
mercado
nuevos
productos.
El
número
de
fármacos
aprobados
cada
año
ha
disminuido
desde
1996,
mientras
que
los
gastos
de
I+D
han
aumentado
enormemente.
A
pesar
del
alcance
global
de
la
Biotecnología
sobre
casi
todos
los
organismos
vivos,
es
la
Biotecnología
verde
la
que
registra
mayor
número
de
entradas
al
hacer
una
búsqueda
en
Google.
Una
búsqueda
en
Science
Direct,
para
ver
los
artículos
publicados
en
este
campo,
también
la
deja
en
primer
lugar
respecto
a
las
demás.
En
este
sentido,
cabe
indicar
el
interés
por
el
presente
y
futuro
de
los
alimentos
transgénicos
que
ha
demostrado
tener
un
alcance
diferente
en
la
opinión
pública.
Así,
en
los
países
del
primer
mundo
como
EEUU
y
Europa,
hay
un
creciente
interés
por
el
tema,
además
de
cierto
conocimiento
de
la
materia,
mientras
que
en
otros
países
del
tercer
mundo,
la
población
es
desconocedora
en
general
de
las
implicaciones
del
tema.
Ese
desconocimiento,
es
la
excusa
fundamental
para
presentar
a
estos
avances
como
la
única
alternativa
capaz
de
garantizar
las
necesidades
crecientes
de
alimentos
en
un
futuro
próximo,
así
como
augurar
una
disminución
de
costes
que
se
reflejará
en
alimentos
baratos
para
todo
el
mundo.
Otra
razón
esgrimida
para
su
utilización,
es
presentar
como
inviable
el
desarrollo
de
las
nuevas
técnicas
de
agricultura
como
aporte
a
la
creciente
demanda
de
alimentos.
A
veces,
se
dan
interesantes
contradicciones
entre
la
ayuda
donada
por
países
del
primer
mundo
y
sus
receptores,
que
suelen
ser
países
del
tercer
mundo
en
los
que
las
ayudas,
en
muchos
casos,
están
más
orientadas
a
acallar
la
voz
de
nuestras
conciencias.
Así,
podemos
poner
como
ejemplo
la
55
J.
M.
SÁNCHEZ
MONTERO
importante
polémica
surgida
entre
Estados
Unidos
y
varios
países
centroafricanos:
Zimbabwe,
Mozambique,
Zambia,
Malawi,
Suazilandia
y
Lesoto
más
la
Unión
Europea,
enfrentados
a
una
crisis
humanitaria.
La
ayuda
alimentaria
donada
por
Estados
Unidos
a
estos
países,
contenía
cereales
transgénicos,
lo
cual
hizo
que
varios
de
aquellos
la
rechazaran
por
temor
a
sus
posibles
efectos
en
la
salud,
en
el
medio
ambiente
y
por
posibles
consecuencias
en
la
introducción
de
este
tipo
de
semillas
en
sus
cultivos,
que
tienen
como
principal
comprador
a
la
Unión
Europea,
la
cual
mantiene
unos
rígidos
controles
frente
a
los
transgénicos.
Ciertamente,
es
un
debate
que
está
a
la
orden
del
día,
cuando
son
miles
de
personas
las
que
aún
mueren
de
hambre
cada
año.
En
1970,
el
Premio
Nobel
de
la
Paz
Norman
Borlaug,
decía:
"Los
más
grandes
males
que
acechan
a
nuestra
tierra
son
la
ignorancia
y
la
opresión,
y
no
la
ciencia,
la
tecnología
o
la
industria,
cuyos
instrumentos,
cuando
se
manejan
adecuadamente,
son
herramientas
indispensables
para
salvar
la
sobrepoblación,
el
hambre
y
las
enfermedades
mundiales".
Volviendo
al
tema
transgénico,
es
evidente
que
es
polémico,
pero
este
no
se
aplica
exclusivamente
para
los
alimentos.
Se
refiere,
a
todo
organismo
modificado
o
manipulado
en
su
genoma,
para
producir
o
expresar
una
característica
distinta
a
aquellas
propias
de
su
especie.
Aunque
ese
tema
lo
trataremos
posteriormente.
Se
habla
de
productos
transgénicos
cuando
éstos
se
obtienen,
precisamente,
modificando
algún
organismo.
Las
ventajas
de
ello
son
numerosas
y
van
desde
la
resistencia
a
las
plagas,
en
el
caso
de
las
verduras,
hasta
la
producción
de
órganos
para
trasplantes
en
humanos.
En
los
últimos
años,
la
ciencia
ha
dado
grandes
avances
gracias
a
bacterias,
levaduras
y
animales
transgénicos.
Se
han
podido
estudiar
enfermedades
como
el
SIDA
y
el
cáncer
y
en
muchos
casos,
hemos
podido
producir
medicamentos
y
vacunas
en
una
mayor
cantidad
y
calidad.
Recientemente,
se
ha
visto
en
los
medios
de
comunicación
un
manifiesto
en
defensa
de
la
biotecnología
agraria,
firmado
por
un
total
de
25
premios
Nobel
y
más
de
3.400
científicos
internacionales
de
prestigio.
El
documento,
promovido
por
AgroBio
World,
defiende
el
uso
de
la
modificación
genética
en
las
plantas,
como
una
forma
segura
para
ayudar
a
la
conservación
del
medio
ambiente,
prevenir
el
hambre
y
la
pobreza
en
el
tercer
mundo,
incrementar
la
productividad
de
los
cultivos,
así
como
lograr
una
mayor
seguridad
nutricional
en
los
alimentos.
"La
modificación
responsable
de
genes
de
plantas
no
es
nada
nuevo
ni
peligroso.
(...)
La
adopción
de
un
gen
nuevo
o
diferente
usando
técnicas
de
ADN
recombinante
a
un
organismo
no
ocasiona
riesgos
nuevos
ni
riesgos
más
elevados
en
comparación
con
la
modificación
de
organismos
mediante
métodos
tradicionales",
afirma
el
documento.
Los
firmantes,
avalan
que
los
cultivos
transgénicos
pueden
ayudar
a
"prevenir
la
degradación
del
medio
ambiente,
ayudar
a
prevenir
el
hambre
y
la
pobreza
en
el
tercer
mundo,
proporcionar
más
productividad
agrícola
y
más
seguridad
56
BIOTECNOLOGÍA….
nutricional".
El
documento,
concluye
que
los
firmantes
apoyan
rotundamente
el
uso
de
ADN
recombinante
como
una
herramienta
potente
para
el
logro
de
un
sistema
agrario
sostenible
y
productivo.
“Apoyamos
a
los
legisladores
que
usan
principios
científicos
apropiados
para
regular
productos
obtenidos
mediante
ADN
recombinante”.
Sobre
todo,
sería
interesante
saber
la
opinión
de
aquellos
millones
de
personas
que
pasan
y
que
mueren
de
hambre.
El
interés
despertado
por
la
Biotecnología,
se
debe
a
muchas
razones
ya
que
además
de
los
biofármacos
actualmente
en
uso,
se
están
inventando
nuevas
medicinas
en
cantidades
ilimitadas;
podrá
ayudar
a
prevenir
enfermedades
a
través
de
nuevas
técnicas
de
diagnóstico
genético,
multiplicar
plantas
con
propiedades
predeterminadas
(mayor
contenido
de
ciertos
ácidos
grasos
esenciales,
nuevas
fibras,
etc.),
cambiar
ciertas
características
de
plantas
y
animales,
destruir
residuos
altamente
contaminantes,
alimentos
con
nuevas
propiedades
y
características,
nuevos
materiales,
etc.
Es
decir,
podrá
cambiar
nuestra
visión
del
mundo
actual.
Son
variados
los
ejemplos
concretos
que
se
pueden
dar:
cultivos
de
soja
genéticamente
resistentes
a
herbicidas;
nuevos
fármacos–como
Eritropoyetina–
para
aumentar
los
glóbulos
rojos
en
pacientes
con
enfermedades
renales,
o
vacuna
contra
la
Hepatitis
B;
detección
temprana
de
enfermedades
genéticas
o
determinación
de
filiaciones
de
personas.
Pero
tal
vez,
son
los
estudios
sobre
el
Genoma
Humano
(Genómico)
y
la
clonación
de
animales
superiores,
los
que
demuestran
el
alto
grado
de
evolución
de
las
ciencias
biológicas
y
de
la
Biotecnología.
En
concreto,
el
proyecto
Genoma
Humano
ha
sido
una
de
las
grandes
aventuras
de
la
ciencia
contemporánea
en
la
que
un
consorcio
internacional
con
una
dotación
de
3.000
millones
de
dólares,
afrontó
el
objetivo
de
determinar
la
secuencia
de
pares
de
bases
que
componen
el
ADN,
en
un
plazo
que
se
fijó
en
15
años.
Stephen
Hall,
en
un
artículo
titulado
la
"revolución
genómica"
manifiesta
que
“la
comunidad
científica
se
halla
desanimada
y
dividida”.
En
realidad,
no
existen
dudas
al
proyecto
genómico,
ya
que
sobre
él
hay
unanimidad
en
que
ha
supuesto
un
cambio
radical
sobre
la
forma
para
la
realización
de
la
investigación
biomédica.
El
problema,
radica
en
que
los
estudios
derivados
del
proyecto
genómico
no
han
alcanzado
los
resultados
médicos
augurados
hace
un
decenio.
Grandes
especialistas
en
el
ámbito
de
la
oncología,
reconocen
que
en
comparación
con
los
recursos
invertidos
los
beneficios
aportados
por
la
genómica
en
este
campo
han
sido
modestos.
El
problema,
se
cifra
en
la
pregunta
de
si
el
modesto
impacto
médico
de
las
investigaciones
se
debería
a
la
ineficacia
de
la
estrategia
empleada,
que
se
ha
basado
en
la
hipótesis
de
que
ciertas
variantes
frecuentes
tendrían
una
mayor
presencia
en
los
individuos
con
una
determinada
enfermedad.
Esta
cuestión,
ha
abierto
una
brecha
en
la
comunidad
científica.
Hay
expertos,
entre
los
que
destaca
Eric
S.
Lander,
del
Instituto
Tecnológico
de
57
J.
M.
SÁNCHEZ
MONTERO
Massachusetts,
que
defienden
la
eficacia
de
la
estrategia
de
las
variantes
frecuentes.
Aunque
la
gran
mayoría
de
las
variantes
frecuentes
no
han
arrojado
luz
sobre
la
biología
de
las
enfermedades.
El
debate
se
centra
en
la
necesidad
de
un
método
alternativo
para
resolver
el
problema
de
la
“heredabilidad
perdida”.
Otro
enfoque
es
el
de
dirigir
el
punto
de
mira
a
las
“variantes
raras”,
concepto
que
no
es
fácil
de
distinguir
del
de
variantes
frecuentes.
Bodmer
propone
que
“rara”
hace
referencia
a
una
mutación
que
afecta
a
entre
el
0,1
y
el
1-‐2
%
de
la
población;
frecuencia
que
está
por
debajo
de
la
resolución
que
ofrecen
los
estudios
actuales
de
asociación
del
genoma
completo.
Parece
que
hay
que
trascender
la
genética
tradicional,
dada
la
complejidad
molecular
del
genoma:
regiones
no
modificantes,
epigenética
y
sus
señales,
y
que
es
fundamental
comparar
secuencias
de
genomas
completos,
para
lo
que
se
necesita
el
recurso
de
la
técnica
de
nueva
generación
de
técnicas
de
secuenciación
rápida
y
barata.
Por
otro
lado,
un
grupo
creciente
de
biólogos
cuestionan
la
validez
de
la
hipótesis
de
las
variantes
frecuentes;
entre
ellos
figuran
científicos
tan
relevantes
en
genética
médica
como
Mary-‐Claire
King
y
Jon
McClellan,
de
la
Universidad
de
Washington
y
Walter
Bodmer.
La
estrategia
seguida
por
los
expertos
en
genómica
que
abrazaron
la
hipótesis
de
las
variantes
frecuentes,
se
orientó
a
identificar
los
polimorfismos
de
un
único
nucleótido
(SNP
de
su
nombre
en
inglés,
“single
nucleotide
polymorphism”)
y
a
examinar
los
SNP
dispersos
que
suelen
existir
entre
las
personas,
para
determinar
las
versiones
predominantes
entre
quienes
padecen
ciertas
enfermedades.
A
continuación,
los
SNP
asociados
estadísticamente
a
la
enfermedad
permitirán
identificar
variantes
génicas
cercanas
(heredadas
junto
con
los
marcadores)
que
serían
responsables
de
la
enfermedad.
El
Proyecto
genoma
humano
(PGH),
va
a
constituir
una
base
importante
de
la
Medicina
del
futuro.
En
la
actualidad,
podemos
decir
que
se
ha
concluido
una
primera
etapa,
ya
que
la
segunda
es
el
proyecto
proteoma
humano
o
Proteómica.
Craig
Venter,
el
científico
que
presentó,
hace
ya
10
años,
el
genoma
humano
en
la
Casa
Blanca
ante
Bill
Clinton,
ha
dado
un
paso
más
hacia
la
creación
de
vida.
Tras
más
de
15
años
de
trabajo,
él
y
su
equipo
lograron
fabricar
en
el
laboratorio
el
ADN
completo
de
la
bacteria
'Mycoplasma
mycoides'
e
introducirlo
en
una
célula
recipiente
de
otra
especie
llamada
'Mycoplasma
capricolum'.
Este
trabajo,
publicado
en
la
revista
'Science',
trata
de
la
primera
vez
que
un
investigador
crea,
con
todas
las
implicaciones
que
esta
palabra
tiene,
una
forma
de
vida
sintética,
cuyo
material
genético
procede
de
cuatro
botes
de
productos
químicos.
Para
lograrlo,
los
investigadores
fabricaron
las
unidades
básicas
del
ADN
de
la
bacteria
'Mycoplasma
mycoides'
y
las
ensamblaron
como
si
de
un
rompecabezas
se
tratase.
Una
vez
montado
el
complicado
puzle,
vaciaron
una
célula
de
otra
especie
de
bacteria
e
introdujeron
el
código
genético
sintético
en
la
célula
recipiente.
Sin
58
BIOTECNOLOGÍA….
entrar
a
debatir
sobre
la
ética,
la
importancia
de
la
Biotecnología
en
la
Medicina
del
Futuro,
que
estudia
el
uso
de
la
biotecnología
en
la
salud
humana
para
obtener
diagnósticos,
desarrollar
tratamientos
o
determinar
el
futuro
de
esos
tratamientos,
está
suficientemente
demostrada.
El
tema
de
la
salud
humana,
lidera
el
sector
de
la
Biotecnología,
ya
que
supone
el
70%
de
los
estudios
sobre
este
ámbito,
teniendo
a
la
célula
como
fábrica,
el
uso
del
sistema
inmune
como
defensor
frente
a
‘enemigos’
concretos
causantes
de
enfermedades,
el
desarrollo
de
medicamentos
muy
específicos
o
el
uso
del
material
genético
y
de
los
tejidos
para
la
reparación
de
complicaciones
en
el
organismo.
La
reproducción
y
manipulación
de
embriones
humanos
y
la
fecundación
in
vitro,
ha
posibilitado
tener
descendencia
a
millones
de
personas,
aunque
como
contrapartida
se
haya
generado
un
debate
bioético
incesante
entre
los
partidarios
y
detractores
de
la
utilización
de
esta
técnica.
La
investigación
genética,
ha
realizado
un
enorme
avance
en
el
diagnóstico
genético
pre
implante,
que
ha
generado
un
debate
ético
añadido.
En
nuestro
país,
solo
se
aplica
en
casos
de
enfermedades
genéticas
graves.
La
selección
de
embriones
con
fines
terapéuticos,
ha
permitido
el
nacimiento
de
niños
concebidos
para
curar
a
un
hermano.
Los
beneficios
para
la
medicina
serán
inmensos,
a
pesar
de
que
cómo
decíamos
anteriormente,
aun
no
se
hayan
cubierto
todas
las
expectativas.
Además,
el
desarrollo
del
Proyecto
genoma
humano
servirá
para
el
desarrollo
de
la
medicina
predictiva.
Otra
de
las
aplicaciones
que
ha
generado
el
PGH,
está
referida
a
lo
que
denominamos
medicina
personalizada,
es
decir
tener
en
cuenta
las
características
del
genoma
de
cada
individuo,
tanto
en
la
administración
de
fármacos
(Farmacogenómica),
como
en
la
toxicología
(Toxicogenómica)
y
en
la
alimentación
(Nutrigenómica).
La
aplicación
de
la
genómica
al
medio
ambiente
(genómica
ambiental),
desarrollada
por
Craig
Venter,
surgió
para
analizar
la
variedad
genética
del
mundo
marino,
descubriéndose
400
nuevos
microorganismos
y
seis
millones
de
genes
nuevos.
También,
se
debe
a
este
investigador
la
síntesis
química
de
un
genoma
bacteriano
completo.
Una
aplicación
práctica
de
este
proyecto
sería
la
obtención
de
combustibles
baratos
a
partir
de
organismos
sintéticos.
No
podemos
olvidar
las
terapias
génicas,
considerando
que
las
enfermedades
candidatas
para
ser
tratadas
deben
ser
monogénicas
y
recesivas.
A
partir
de
lo
anteriormente
citado,
podríamos
concluir
que
la
palabra
Biotecnología
ha
entrado
en
nuestra
sociedad
y
en
nuestras
vidas,
no
como
una
moda.
Este
término,
que
se
utiliza
de
una
manera
global,
es
el
camino
para
combatir
el
hambre,
las
enfermedades
y
mejorar
nuestra
salud
y
calidad
de
vida
en
el
mundo
superpoblado
que
nos
ha
tocado
vivir
y
que
heredarán
nuestros
hijos.
59