Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El mercurio, a propósito de la polémica del lote X1193 40201 - 060 de atún Van
Camps (con un contenido de mercurio superior al permitido en la normativa
colombiana), puede tener efectos tóxicos sobre la salud humana, llegando a
comprometer el sistema nervioso central y el organismo cuando el grado de
contaminación o intoxicación es elevado.
“Las amalgamas no pueden ser manipuladas por cualquier persona, debe ser el
odontólogo el encargado de ponerlas y retirarlas. Deben realizarse con las
condiciones de infraestructura adecuada (pisos, paredes) que no permitan la
acumulación de residuos, específicamente en consultorios que estén habilitados para
el servicio de odontología”, dice Leonardo.
“No existe ningún reporte con peso científico que relacione directamente la
aparición de una enfermedad sistémica o daño orgánico a causa de uno o varios
amalgamas que se le colocaron a un paciente, pero sí hay evidencia científica que
indica que después de ponerlas, cuando ya está cristalizada o endurecida, una parte
de la amalgama, la superficial, libera mercurio en forma de vapor, llamado metil
mercurio, que es nocivo, aunque a niveles bajos para ocasionar daños. También es
cierto que cuando se retira la amalgama son mayores los valores de mercurio
liberado”, advierte el odontólogo.
Un estudio de BBD College of Dental Sciences, estimó que los niveles de vapor
intraoral que se inhalan durante 24 horas en pacientes con al menos nueve
restauraciones de amalgamas, puede oscilar diariamente entre los 0’4 a los 4’4
microgramos. Esta liberación es por la corrosión de la amalgama (oxido que se
produce por la humedad de la boca) que se retira durante la masticación por el roce
entre las muelas.
“La agencia de protección ambiental de los Estados Unidos estima que una persona
puede tener una referencia de consumo de metilmercurio de 0.1 por kilogramo de peso
al día, es decir que en un paciente con 60kg de peso, su referencia de consumo
estaría en 6 microgramos al día. Entonces, las amalgamas sí pueden representar una
parte considerable del valor de referencia del que hablamos, pues aunque no es
nocivo para la salud, se tendría que sumar al valor de la ingesta de este metal en
regiones cerca de los ríos y mares, por ejemplo, ya que el pescado naturalmente
contiene mercurio, y es el alimento base en la dieta de la gente ribereña. También
en zonas mineras donde utilizan el mercurio para la explotación del oro, estas
regiones tendrían por supuesto un incremento en el riesgo”, finaliza Viana.