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Acción colectiva y prácticas políticas


emergentes en México

Article · January 2016


DOI: 10.15517/rcs.v0i154.29197

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2 authors:

Tommaso Gravante Jorge Regalado


Universidad Nacional Autónoma de … University of Guadalajara
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Emotions, Collective Action and Empowerment in Mexico View project

The Role of Emotions in Mexican Social Movements View project

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Rev. Ciencias Sociales 154: 113-127 / 2016 (IV)
ISSN: 0482-5276

ACCIÓN COLECTIVA Y PRÁCTICAS POLÍTICAS EMERGENTES


EN MÉXICO

COLLECTIVE ACTION AND POLITICAL PRACTICES IN MEXICO


Jorge Regalado Santillán*
Tommaso Gravante**
RESUMEN

En este artículo, se presenta una propuesta de análisis de las luchas sociales que se están
desarrollando en México actual desde el punto de vista de los protagonistas. El punto de
partida es la literatura latinoamericana sobre los movimientos sociales y el trabajo etno-
gráfico llevado a cabo por los autores en diferentes protestas sociales del país en la última
década. Entre los objetivos, se propone analizar cómo en estas luchas las personas re-
inventan y re-codifican formas no-institucionales de hacer política en función de las nece-
sidades y los deseos colectivos.

PALABRAS CLAVE: ACCIÓN COLECTIVA * SUBJETIVIDAD * MÉXICO * EMPODERAMIENTO *


PRÁCTICAS POLÍTICAS

ABSTRACT

In this article it’s presented a proposal of analysis regarding social struggles taking place
in current Mexico, from the point of view of the activist. The starting point is the Latin
American literature on social movements and the ethnographic work carried out by the
authors in various social protests in the country in the past decade. Among the purposes,
it’s analyzed how in these struggles people reinvent and re-codify non-institutional forms
of doing politics in relation to needs and desires collective.

KEYWORDS: COLLECTIVE ACTION * SUBJECTIVITY * MEXICO * EMPOWERMENT * POLITICAL


PRACTICES

* Departamento de Estudios sobre Movimientos Sociales, Universidad de Guadalajara, México.


rsj39838@yahoo.com

** Área de Cibercultura y Desarrollo de Comunidades de Conocimiento, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias


en Ciencias y Humanidades, Universidad Nacional Autónoma de México, México.
t.gravante@gmail.com
114 Jorge Regalado Santillán y Tommaso Gravante

Quienes apostaron a que solo existíamos diferentes a las neoliberales o de otro sistema
mediáticamente y que, con el cerco socio-económico de dominación.
de mentiras y silencio, desapareceríamos, La experiencia de las comunidades autó-
se equivocaron. nomas zapatistas (desde 1994), como las resis-
Cuando no había cámaras, micrófonos,
tencias de Atenco y Oaxaca en 2006; así como,
plumas, oídos y miradas, existíamos.
Cuando nos calumniaron, existíamos.
los procesos de autodefensa de pueblos de Gue-
Cuando nos silenciaron, existíamos. rrero y Michoacán a través de sus policías co-
Y aquí estamos, existiendo. munitarias y otras luchas indígenas, rurales
y urbanas que se están dando en el territorio
Ejército Zapatista de Liberación Nacional nacional, se han configurado como punto de re-
(ezln), 2012 ferencia para el desarrollo de otras experiencias
de protesta social, tanto en el continente latino-
INTRODUCCIÓN americano como en otros lugares del mundo.
Por ejemplo, se puede considerar el significado
Las últimas protestas bajo las consignas: profundo de la sublevación, la rebeldía y el alza-
¡Fue el Estado! y “Todos somos Ayotzinapa” que miento armado de las comunidades indígenas
se han dado en México como respuesta de la en Chiapas en 1994 en contra del libre comer-
sociedad a la desaparición forzada de 43 estu- cio, los ajustes estructurales y la destrucción
diantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” ambiental para aquellos grupos que más ade-
de Ayotzinapa, el 26 y 27 de setiembre de 2014, lante dieron vida al llamado Movimiento por la
en la ciudad de Iguala (Guerrero) a manos de la Justicia Global (Juris, 2006; Della Porta, 2007;
policía del municipio del mismo nombre y bajo Pleyers, 2010).
las órdenes del alcalde del partido de izquierda El objetivo del presente artículo es
mexicano (Partido de la Revolución Democráti- presentar algunos de los patrones comunes
ca-PRD), por un lado, ha demostrado a nivel na- (prácticas, estrategias y formas organizativas)
cional e internacional, la profunda crisis política encontrados en el análisis de diferentes expe-
y social que hay en el país, mientras, por otro riencias de protesta y resistencia que se han
lado, ha reabierto el debate tanto en los movi-
dado y se están dando en México, con el propó-
mientos sociales como en la academia en cómo
sito de contribuir a una mejor comprensión de
podría construirse una respuesta alternativa
las resistencias y rebeldías colectivas que emer-
desde la gente común y corriente a la guerra
gen en el país, con el fin de favorecer eventual-
asimétrica que el Estado mexicano y el sistema
mente la comparación con estudios similares
neoliberal despliegan en contra de la sociedad
en otra región.
mexicana y que durante los últimos diez años
El texto se inserta en el campo de estu-
ha dejado un saldo de más de 200 mil muertos y
dios sociológicos de los movimientos sociales y
casi alcanza los 30 mil desaparecidos1.
de la protesta. El análisis tiene como punto de
En estos términos, México resulta un
partida los resultados de una serie de investi-
lugar clave en el marco de los estudios de los
gaciones empíricas llevadas a cabo a lo largo
movimientos sociales y de resistencia en Amé-
de las últimas décadas por los autores en dife-
rica Latina, cuando se habla de experiencias
rentes protestas en el territorio mexicano. Las
de luchas con horizontes que están yendo más
principales experiencias referentes para el pre-
allá de las formas de hacer política instituidas
sente texto comprenden el Movimiento Urbano
por la democracia liberal y que están poniendo
Popular (mup) en Guadalajara (Regalado, 1993);
en práctica formas de vida y relaciones sociales
el Movimiento por la lucha por la vivienda en
Guadalajara (Regalado, 1997); los grupos que
1 Esto pone a México a la altura de las dictaduras participaron en la Otra Campaña promovida
militares de los años 70 en Argentina y Chile. En
términos de desaparecidos la cifra también es
por el ezln (Regalado, 2007); la insurgencia po-
igual al caso de Colombia, pero allá se alcanzó ese pular de Oaxaca de 2006 (Gravante, 2016a);
número en más de medio siglo. colectivos autogestionados de mujeres (Poma

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y Gravante, 2013a, 2015a, 2016a; Sierra, Poma permite superar los límites de las propuestas
y Gravante, 2016); experiencias urbanas como anteriores, tanto estructurales como cultura-
el movimiento anarcopunk (Poma y Gravante, les. Una literatura que en los últimos 25 años
2016b) y anarquista (Gravante, 2015); la parti- ha destacado la relevancia del sujeto, su cul-
cipación en las protestas de Ayotzinapa (Poma tura, sus emociones y su biografía, relevantes
y Gravante, 2016c) y diferentes experiencias de para explicar todas las fases de la movilización,
conflictos ambientales en contra de represas, como por ejemplo: la emergencia, la consoli-
contaminación industrial y en defensa del te- dación y el declive de un movimiento, o el re-
rritorio como la salvaguardia de ríos, bosques y clutamiento (Goodwin, Jasper y Polletta, 2001;
otros bienes comunes (Regalado, 2009; 2013a y Jasper, 1997; Gould, 2009; Flam y King, 2005;
2013b; Poma y Gravante, 2015b, 2015c, 2016d, Poma y Gravante, 2016e; Taylor, 1989); la for-
2016e, 2016f)2. mación y consolidación de la identidad colectiva
El trabajo de campo de las investigacio- (Polletta y Jasper, 2001; Bayard de Volo, 2006;
nes citadas ha sido desarrollado desde una pers- Taylor y Rupp, 2002; Flesher, 2010); así como,
pectiva pluralista (Della Porta y Keating, 2008) la importancia de las emociones en los proce-
y con el uso de una metodología y técnicas cua- sos de radicalización de un movimiento (Flam,
litativas, entre las cuales se destaca la observa- 2005; Della Porta, 1995).
ción participante y el trabajo etnográfico (Della El segundo tipo de referencias que se
Porta, 2014), las entrevistas en profundidad consideró fueron los aportes provenientes del
con corte narrativo (Della Porta, 2010 y 2014; debate desarrollado desde hace una década
Atkinson, 2002), los grupos de discusión y las en América Latina sobre la acción colectiva
historias de vida (Della Porta, 2014)3. y la forma de comprender la práctica política
Con respecto al marco teórico utilizado (Zibechi, 1998, 2003, 2006, 2007, 2008 y 2010;
en las investigaciones, se centra en dos princi- Retamozo, 2006; Gabriel y López y Rivas,
pales tipos de aportaciones científicas; primero, 2005; López y Rivas, 2004; Gutiérrez, 2009;
la literatura internacional de estudio de los Linera, 2009; Gasparello y Quintana, 2009;
movimiento sociales y de la protesta, la cual a López, 2009; Cusicanqui, 2003; Esteva, Valen-
través de una crítica profunda ha intentando cia, y Venegas, 2008; Regalado, 2011, 2012 y
superar el dominio y el estancamiento de las 2017; Regalado et ál. 2007; Colectivo Lavaca,
teorías principales de los movimientos sociales 2007; Holloway, 2011; Giarraca, Mariotti, y Co-
como la movilización de los recursos, los pro- melli, 2007; Giarraca y Massuh, 2008; Escobar,
cesos políticos, la teoría marxista, entre otras 2001 y 2008; Gravante, 2016a; Sierra y Gravan-
(Jasper, 1997; Goodwin, Jasper y Polletta, 2000; te, 2016; Alonso, Leya, Hernández, Gallegos,
Goodwin y Jasper, 1999 y 2004). Aportes que et. ál., 2015).
reivindican una visión “culturalmente orien- Las estrategias, las tácticas, las formas
tada” del estudio de la protesta, volviendo a de organización y lucha de estas expresiones
poner al sujeto y la cultura —que comprende de resistencias colectivas en México que se des-
emoción, cognición y moral— en el centro de tacarán en el artículo no son nuevas y mucho
este estudio como forma de hacer política, ofre- menos nacieron con el neozapatismo, movi-
ciendo un marco analítico más holístico que miento que sin haber nacido en esa fecha se
hizo de conocimiento público el primer día de
2 Con respecto a las experiencias consideradas, para la entrada del tratado de libre comercio (1º de
dar al lector no-mexicano un mapa más amplio enero de 1994) protagonizado por el Ejército
de la conflictividad emergente en México, en el Zapatista de Liberación Nacional (ezln), social-
texto se indicarán otras experiencias sociales que
muestran similitudes con las investigaciones de
mente integrado por indígenas diferentes pero
los autores. todos provenientes o herederos de la ancestral
3 Para ver una comparación de resultados entre las
cultura maya. En todo caso, fue debido al zapa-
diferentes técnicas de investigación, consultar tismo que estos procesos políticos y culturales ―
Gravante, 2016b y Della Porta, 2014. que entre los indígenas eran y continúan siendo

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cotidianos― empezaron a desplegarse, implican- espacios físicos, simbólicos y comunicativos, ya


do por sí mismos unas prácticas políticas, las sean recuperados, ocupados o conquistados. Un
cuales han terminado por convertirse en lo más proceso que influye en las estrategias y tácticas
innovador de las nuevas formas de hacer po- de lucha. Efectivamente, si la declaración de au-
lítica en México y a la vez, en uno de los cues- tonomía de los municipios zapatistas se inserta
tionamientos más profundos de la democracia en México en una larga tradición —pasada y
liberal y del sistema neoliberal. presente— de re-apropiación o recuperación
Pese a las diferencias espaciales y tem- por parte de la gente de lo que es considerado
porales, las experiencias de luchas y resisten- suyo, es decir, la tierra. Movimientos urbanos
cias sociales y populares más significativas en como fue el caso de Guadalajara (Regalado,
México, han desarrollado prácticas que tienen 1993 y 1995), Ciudad de México (Tamayo, 1998
rasgos comunes, debido a que responden a las y 1999) o la insurrección popular de Oaxaca
necesidades insatisfechas de la mayoría de la en 2006 (Gravante, 2016a), en la cual los ve-
sociedad y se alimentan de la re-semantización cinos de los barrios a través de centenares de
de las culturas indígenas y del mestizaje urbano. barricadas pudieron neutralizar por meses el
En este artículo, se destacan solamente poder represivo del gobierno y recuperar a tra-
ocho patrones comunes que se han encontrado vés de asambleas autogestionadas, la seguridad
en el análisis de estas experiencias de protesta y el control de sus propios barrios/territorios de
y resistencia social, que comprenden el proce- convivencia social, demuestran cómo también
so de territorialización de las luchas, la toma en los espacios urbanos la reapropiación del
de decisiones y la forma de organización, las territorio y la identificación con este resulta un
estrategias y las tácticas de lucha, otra formas elemento central en el desarrollo del conflicto,
de hacer política fundadas en lo cotidiano y en demostrando con ello que sin tierra y que sin
la comunidad. Se añade que estas caracterís- territorio propio no hay libertad4.
ticas no deben ser vista como resultado de un Eso lo sabían desde principios del siglo
proceso homogéneo e idílico que han logrado
xx los anarquistas y zapatistas mexicanos, por
eliminar problemáticas como el liderazgo, el
lo cual su lema fue “Tierra y Libertad”. Así que,
protagonismo, la discriminación social, de gé-
tanto en lo rural como en lo urbano, la territo-
nero y de etnia, mucho menos las relaciones
rialización de las luchas y de las resistencias se
patriarcales. Por el contrario, son el resultado
caracteriza por poner en crisis las territoriali-
y la respuesta de una tensión constante en las
dades instituidas por el Estado y el sistema eco-
formas verticales y centralizadas de re-presen-
nómico neoliberal. Además, si por un lado los
tar la organización y la participación en los mo-
conflictos sociales reconfiguran los espacios de
vimientos sociales. Cada experiencia analizada
resistencia físicos como los ejidos, las viviendas,
involucra estas tensiones que a veces no logra
las plazas, las fabricas; por otro lado, amplían
superar, con lo cual de esta manera es absor-
bida y cooptada por la política institucional. los espacios de expresión en que se desarrollan
Tomando en consideración que el análisis de las las relaciones sociales (Escobar, 2001 y 2008)
contradicciones que emergen desde los nuevos contribuyendo al mismo tiempo a fortalecer la
sujetos colectivos en México, podría ayudar a identidad del movimiento mismo.
comprender mejor estas experiencias, el análi-
sis en el presente artículo se limita a destacar
algunos patrones comunes encontrados en las
investigaciones realizadas por los autores. 4 La noción “territorio propio” no refiere a la idea de
la propiedad privada en México. Es más una espe-
cie de “reapropiación” de la tierra o del territorio
LA TERRITORIALIZACIÓN DE LAS LUCHAS
urbano para satisfacer necesidades básicas como
producción de alimentos, vivienda, movilidad no
Una de las primeras características es el motorizada, mejoramiento de la calidad de aire. Es
proceso de territorialización del conflicto so- la defensa de la vida, lo que adquiere o contiene un
cial, es decir, el arraigo de los movimientos en alto contenido antagónico al sistema dominante.

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Desde la de-construcción de las territo- LA AUTOREPRESENTACIÓN Y LA DISPERSIÓN


rialidades de los espacios impuestos como por DEL PODER
ejemplo, las experiencias de la resistencia de la
Una segunda característica de estas ex-
comunidad indígena Coca del pueblo de Mez-
periencias de lucha es la capacidad de auto-
cala en el Estado de Jalisco, contra los intentos
representación, es decir, el emerger de prácticas
de despojo e invasión capitalista de su territorio que buscan la independencia y la autonomía
que mantienen como propiedad comunal; la respecto a los partidos políticos y otras formas
reivindicación del municipio autónomo de San organizativas, como las ONG, que no respetan
Juan Copala en Oaxaca; las luchas contra la la soberanía de su comunidad, de su colectivo
industria minera en los territorios sagrados de o asamblea. La autorepresentación remite a
las comunidades indígenas Wixaritari; la lucha la temática del poder. De hecho, las prácticas
en defensa del agua que hace el pueblo Yaqui en de autorepresentatividad funcionan como una
el municipio de Vicam del estado de Sonora; la máquina expendedora de poder (Zibechi, 2006),
ocupación semanal que el movimiento anarco- que permite evitar siempre la concentración
punk del Distrito Federal hace de los espacios de este e inhibir el nacimiento de liderazgos o
públicos del Chopo, trasformando una zona dirigencias unipersonales que reproduzcan la
periférica y marginal en un punto de encuentro relación dirigentes y dirigidos. En las organiza-
e intercambio social y cultural desde hace más ciones de estas experiencias sociales no se crea
de una década; hasta los pueblos y municipios un cuerpo político-representativo y decisional
recuperados o liberados del control de narco- separado del movimiento en cuanto el poder
tráfico y los tala bosques por parte de las poli- descansa en el colectivo y en las asambleas,
cías comunitarias indígenas o por los grupos dispersandose en una multitud de acciones,
de autodefensa de ciudadanos de Michoacán y como sucedió en la experiencia de la Asamblea
Guerrero, entre otras. Popular de los Pueblos de Oaxaca. Sin duda,
Este tipo de experiencias emerge una este paso sufre de tensiones internas, las cuales
“geo-grafía” (Porto-Gonçalves, 2001) que expre- muchas veces ponen a riesgo la misma organi-
sa las transformaciones en curso en los proce- zación social, así como pasó en Oaxaca.
sos económicos, socio-culturales, geopolíticos, Las prácticas de “la decisión colectiva
etc. Este proceso de apropiación se alimenta del de los pasos a dar” y de “la rotación de los re-
relato de las prácticas cotidianas de las perso- presentantes y de las tareas” son prácticas que
alimentan, sustentan y legitiman la auto-re-
nas que dan sentidos a nuevos espacios desde
presentación. La auto-representación de estos
los que se pueden desplegar y producir otras
movimientos desliza el poder de suma cero de
formas de vida, otro tipo de relaciones sociales,
la democracia representativa —lo que uno gana
establecer alianzas con otras experiencias u
lo pierden los otros— y asume el “mandar obe-
otras capas sociales. Es la territorialización del
deciendo” de los zapatistas, lo cual se expresa
conflicto que alimenta, desarrolla y llena de en las prácticas de un poder-hacer y de esta
significados aquella acción política “invisible” forma, el poder, al dispersarse se comparte y se
a los ojos de los sujetos dominantes y que se multiplica. Desde luego, se habla de un poder
libra en el discurso oculto, en el hacer cotidia- no estatal —de un poder sobre alguien—, más
no, es decir en la infrapolítica de los grupos bien de un poder emancipatorio que generan las
subordinados (Scott, 2000). La defensa de estas personas a través de su experiencia de protesta.
“geografías” implica la defensa de un intrincado La práctica de la auto-representación
entramado de relaciones sociales y construc- conlleva otras dos características enlazadas y
ciones culturales basadas en el territorio; así que sintetizan el “caminar en silencio”: una es la
como, también la creación de un sentido de crítica y negación de todo tipo de vanguardismo
pertenencia unido a la construcción de un ima- político y de usurpación de la representación po-
ginario colectivo (Escobar, 2008) vinculado con pular; la otra es el rechazo del protagonismo y
el territorio y las relaciones cotidianas. de las acciones que no refuerzan el movimiento

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de resistencia y de creación autónoma. Final- en los medios mainstream sino en la red de


mente, la autorepresentación intenta borrar medios alternativos de comunicación (Gravan-
todo tipo de delegación o suplantación de poder, te, 2016a). Los movimientos desarrollan sus
de representación y de identidad, por un lado, a medios desde sus riquezas culturales y desde
través de la abstención, el boicot y el anulismo sus diversidades, y hablan desde sus territo-
electoral, por otro lado, en el cuestionamiento rios. Son muchas las radios comunitarias que
y rechazo explícito a determinados programas emergen como punto de referencia en este tipo
e instituciones estatales por sus contenidos y de experiencias en México: Radio Huayacocot-
políticas contrainsurgentes. la, Radio Teocelo, Radio Calenda, Radio Jen
Pero quizá el mejor ejemplo de “descono- Poj, Radio Nhandiá, Radio Tepoztlán, Radio
cimiento” de las instituciones, del orden social Tierra y Libertad, Radio Uandarhi, Radio Xalli,
imperante y de autorepresentación se dio du- Zaachila Radio, Radio Totopo, etc. Algunas
rante las protestas a finales de 2015, en torno a mantienen un perfil con énfasis en la revita-
los estudiantes normalistas de Ayotzinapa desa- lización lingüística y cultural, mientras que
parecidos (Poma y Gravante, 2016c). otras presentan un carácter más radical. Entre
estas se destaca el caso de Radio Ñomndaa (“La
LA CAPACIDAD DE AUTOCONVOCATORIA Palabra del Agua”) que viste un rol emblemá-
tico en el proyecto de autonomía del pueblo
Una tercera característica es su capaci-
nanncue ñomndaa (amuzgo), en el municipio
dad de autoconvocatoria, es decir, la capacidad
de Suljaa’, Xochistlahuaca en Guerrero, Méxi-
social de vulnerar la agenda del poder institu-
co. Además, es conocido el uso que dio el ezln
cional en sus tiempos oficiales, sus espacios
a la Internet. Fue el levantamiento de las co-
públicos y sus prioridades políticas, creando
munidades indígenas de Chiapas en 1994, una
sus propias coyunturas. En las experiencias
de las primeras ocasiones a nivel mundial en
analizadas se ha observado que sus acciones
que se utilizó la red de Internet como medio de
y prioridades son definidas, en lo posible, de
forma autónoma e independiente de los tiempos protesta y apoyo a una lucha social. De hecho,
del poder y de la economía. Las estrategias y espontáneamente, la gente que simpatizó con
tácticas de lucha se desarrollan entre el tiempo los zapatistas utilizó Internet para difundir las
justo —es decir el tiempo de la comunidad o denuncias de militarización y de violaciones a
colectivo y de su contexto rural o urbano— y los derechos humanos que subían las comuni-
el tiempo necesario de la lucha. Se rechaza la dades, además de ser un medio de coordinación
arena pública ofrecida y las fechas dictadas por y protesta contra las estrategias represivas del
el Estado, los partidos políticos y las ONG. Las gobierno de México (Sierra, 1997).
acciones se definen a partir de las necesidades El uso de las tecnologías de la comuni-
y demandas colectivas, de los proyectos, de los cación para potenciar la protesta social y los
recursos y de sus propias fuerzas. En la medida procesos sociales es una práctica generalizada
de lo posible, estos movimientos rechazan dar desde hace un buen tiempo. Gracias a la amplia
las luchas en los espacios y formatos estableci- experiencia acumulada desde la década de los
dos y definidos por el poder. Se rechaza la arena 60 del pasado siglo en la región, en materia de
política electoral y las acciones no esperan ni comunicación entendida como popular, ciuda-
entienden las coyunturas políticas importantes dana o comunitaria, y comprometida con los
para el sistema, así como, sus inicios y sus cie- movimientos sociales y muy fructífera en expe-
rres. En todo caso con sus acciones inauguran riencias, compromiso y reflexiones, se facilitó
y clausuran coyunturas (Regalado, 2007). los procesos de empoderamiento en la tecnolo-
La capacidad de autoconvocatoria hace gía y cultura digital, tanto en la protesta como
que los movimientos busquen sus propios me- en todos los aspectos de lo social.
dios para hablarse en su interior y entre ellos. En los pueblos, comunidades y colectivos
La apropiación de la palabra hace que los es- son utilizados conociendo sus posibilidades y
pacios para la comunicación no se busquen limitaciones (no hay ninguna reificación de

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estas). Estas tecnologías han sido muy útiles, como toda una experiencia pedagógica
por ejemplo, para no depender totalmente de por quienes han participado en su primera
los medios de comunicación de paga cuando convocatoria. De manera sucinta, esta Escuelita
existe la necesidad de hacer alguna denuncia o es a la vez la mejor manera de desaprender, de
publicar algún comunicado. Sin embargo, entre descolonizar y de entender que se asimila mejor
estos movimientos se prefiere, como dicen los haciendo las cosas y dejar de reproducir las formas
zapatistas, “caminar en silencio”. que precisa el Estado y el sistema económico
Desde luego no se acepta la tesis que hegemonico.
pretende colocar las tecnologías por delante La práctica del “hecho por nosotros
del sujeto social o incluso, pretender que estas mismos” —así como hablan los anarcopunks
son más importantes. No se desconoce su im- mexicanos— involucra no solamente el aspecto
portancia pero a las tecnologías se les sigue educacional, sino también el proceso mismo
reconociendo como herramientas que el sujeto de formación o generación del conocimiento,
social pone en uso en el momento y la forma es decir, la capacidad de crear desde ellos mis-
como lo decida (Gravante, 2016a; Sierra y Gra- mos su propio conocimiento, su propia teoría y
vante, 2016). cultura, así como el aspecto central, su propia
capacidad de reivindicación cultural y autoges-
LA AUTOPRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO tión de la vida. Los espacios de los saberes insti-
tuidos e institucionalizados en y desde el poder
Otro hilo común que se ha encontrado y de los especialistas, de los expertos, de la insti-
que ayuda a tejer esta propuesta es la autopro- tución educativa, son desestructurados y sus-
ducción de su conocimiento. Estas experiencias tituidos por los espacios de la comunidad, del
no solamente están tomando en sus manos barrio, de la fábrica ocupada, de los saberes po-
la formación de sus miembros y la educación pulares y locales, etc. De hecho las universida-
de los hijos de las familias que los integran, des y la academia mexicana se han distinguido,
además consideran al movimiento social como con palabras de los mismos protagonistas, por
principio educativo (Caldart, 2000). Los roles haber mantenido una relación instrumental
y los espacios tradicionales y especializados de con las comunidades y los colectivos sociales5.
la escuela son desbordados por las experiencias La revalorización de la cultura del mo-
del movimiento, así que todo espacio, tiempo, vimiento o de la comunidad urbana o rural,
acción y persona es parte del sujeto pedagógico. temporal o permanente y la afirmación de la
El proceso educativo deviene en el entorno en identidad de sus pueblos y sectores sociales
que se desarrollan las relaciones humanas y es no pasan por mano de los profesionales, de
vinculado a las prácticas sociales cotidianas. los mercaderes de la cultura o de los políticos,
Experiencias como el proyecto Diálogo Comu- sino por la iniciativa creadora de las personas
nitario en Morelos de los pueblos de Ocotepec mismas. La capacidad de auto-crear conoci-
y los pueblos del norte de Cuernavaca basado miento se ha manifestado en otros aspectos y
en el intercambio y educación oral; las escuelas entre ellos, se destaca la importancia que estas
autogestionadas de las comunidades zapatistas luchas populares han dado a la salud y junto
las cuales forman sus propios promotores de
educación; la experiencia de la Universidad de la
Tierra en Oaxaca y Chiapas, sólo para nombrar 5 En México hay otras formas de hacer investigación
y academia a las que en cambio, los movimientos
algunas, destacan la tendencia de re-integrar ven con mayor aceptación no porque sean acríticas
los diferentes aspectos de la vida en los procesos o se dediquen a alabarlos. En estas otras formas
educativos rompiendo el modelo tradicional de generar conocimientos, al contrario de lo que
entre tiempo de trabajo, de ocio, doméstico, piensa, la crítica a las formas de hacer de los movi-
entre otros (Thompson, 1991). mientos se considera central y como una manera
en que verdaderamente se les apoya. Al respecto
En este tema se debe mencionar a la de cómo hacer este tipo de academia, hay toda una
Escuelita Zapatista, proyecto educativo que si bien discusión que se puede consultar en Alonso, Leya,
es hacia afuera, ha sido reconocido mundialmente Hernández, Gallegos, et. ál., 2015.

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con ello a la recuperación y reivindicación de de comprar y regatear en el mercado popular


la medicina tradicional. Este proceso ha impli- o en el tianguis; de comer sus propias comidas
cado una crítica radical a la mercantilización y por la calle: desayunar en la tienda de la vecina
limitaciones de la medicina científica o alópata. o comer en el puesto de tacos de la esquina;
A pesar de las enormes diferencias culturales la continua búsqueda de soluciones para un
y contextuales, como por ejemplo, las prác- trabajo o un hacer alternativo; producir ropa y
ticas en el ámbito de salud de los zapatistas calzado rechazando explícitamente las marcas;
en Chiapas y de una multiplicidad de pueblos tomar decisiones de forma asamblearia con los
indígenas, o de algunos colectivos urbanos, a vecinos de su barrio urbano o de su comuni-
lo largo del país señalan el poder curativo del dad rural; estos, y muchos más, son aspectos
movimiento-comunidad (Zibechi, 2007). de lo cotidiano que componen como piezas
las identidades individuales y colectivas de
LA SUBVERSIÓN EN LO COTIDIANO las personas que las practican. Son prácticas
que integran y acomunan, siendo compartidas
En las experiencias analizadas, la prác- representan una forma de relacionarse entre
tica cotidiana de la palabra, del trueque, del las personas, de reivindicar sus propios gustos,
tequio, del tianguis (mercados informales que placeres y gozos.
se desarrollan en la calle), de los talleres so- Finalmente, los protagonistas de estas
ciales, entre otros, son algunos de los puntos experiencias de protesta a través de estas prác-
centrales en el desarrollo de su propia manera ticas cotidianas, manifiestan y reivindican su
de interpretar y construir la realidad, destacan- propia identidad antagónica enfrentando co-
do también un papel central en los modos y en tidianamente la realidad, finalmente, son po-
las formas con las cuales las personas impulsan líticas en cuanto se convierten en “grietas”
la lucha, de cómo hacen frente a la destrucción (Holloway, 2011) que minan la estabilidad del
de su economía moral y de cómo impugnan la sistema dominante y se hacen más evidentes en
hegemonía de la clase dominante (Thompson, el momento de la protesta, cuando el discurso
1989 y 1991). Aspecto central que se puede ge- oculto se hace público: es decir, en el momento
neralizar a las experiencias latinoamericanas en que se marca la diferencia entre un “noso-
y que conecta todos los elementos destacados; tros” y un “ellos”. En otras palabras, se desa-
es decir, es la subversión en lo cotidiano. Las rrolla una ética de la resistencia popular que
prácticas cotidianas alimentan tanto el discur- al fijar los límites de la frontera entre lo que es
so oculto de los subordinados como la infrapo- una convivencia aun tolerable y soportable, o
lítica, en cuanto son las prácticas cotidianas entre dos clases antagónicas, van a establecer el
las que crean los espacios sociales en donde el punto de partida del cual termina la resistencia
control y la vigilancia de los grupos dominantes pasiva, informal, cotidiana y oculta, comenzan-
no pueden penetrar. El espacio público y oficial do la verdadera protesta social, abierta y ofensi-
para hacer política es sustituido por el espacio va (Thompson, 1971 y 1991).
de la cotidianidad, en cuanto es el primer espa-
cio —y el más accesible— que puede ser desco- LAS LUCHAS COMO REPRESENTACIÓN DE
lonizado, liberado y de-construido. Un ejemplo “OTRO” IMAGINARIO SOCIAL
en particular, es la constitución de la identidad
anarcopunk que es el resultado de la vivencia Desde mediados de 2006, en la ciudad
cotidiana de una multitud de jóvenes en cientos de Oaxaca, en la región sur oeste del pacífi-
de barrios y colonias populares excluidas de co mexicano, la protesta de la sección local
todo tipo de equipamiento en educación, cultu- del sindicato de maestros (Sección xxii - cnte)
ra, salud, etc. (Poma y Gravante, 2016b). cobró en pocos días la dimensión de una am-
Las prácticas cotidianas de resistencia plia y profunda insurrección popular, con un
desde abajo determinan procesos identitarios alto sentido antiautoritario. Durante varios
y relacionales entre las personas y su contexto meses la gente común y corriente, superando
social como pueden ser sus formas cotidianas la protesta sindical e incluso a los movimientos

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Acción colectiva y prácticas políticas emergentes en México 121

sociales tradicionales, se auto-organizó para DESDE LA COMUNIDAD A LA COMUNALIDAD


protestar en contra de las políticas represivas
y clientelares del gobernador del Estado, Uli- Otra característica que acomuna todas
ses Ruiz; y así — por más de seis meses— las las experiencias de luchas y resistencias ana-
personas se apropiaron de la ciudad y de sus ba- lizadas es la influencia (directa o indirecta) de
la tradición comunitaria indígena, tanto en las
rrios periféricos. A lo largo del conflicto, debido
experiencias rurales como en aquel movimiento
al desarrollo de las relaciones sociales, emer-
que tiene su campo de actuación en la ciudad.
gieron valores que dibujaron una forma propia
Si las políticas neoliberales obligaron a los cam-
de ver el mundo, los cuales se manifestaron en
pesinos y a los indígenas a migrar hacia las ciu-
diferentes propuestas alternativas direccionadas
dades nacionales y extranjeras, estos intentaron
al cambio social (Gravante, 2016a).
integrar sus tradiciones en el tejido urbano, un
El proceso que vivió el movimiento po-
ejemplo, es la ciudad indígena de Oaxaca, donde
pular de Oaxaca es común a las otras experien-
la migración de comunidades indígenas en la
cias analizadas, es decir, a lo largo del conflicto
urbe ha permitido el surgimiento de comunida-
se desarrollaron valores que se expresan en
des urbanas, diferentes por cierto a las rurales,
una propia forma de interpretar el mundo, un
pero no por ello menos comunidad.
propio imaginario colectivo. Detrás de cada
Se podría suponer que estas “nuevas”
resistencia se esconde un verdadero combate
comunidades urbanas fueron las protagonistas
en torno del modo mismo de concebir la rea- en la insurrección de 2006. Así que, en muchas
lidad (Thompson, 1991), principalmente en el experiencias urbanas y sobre todo en los barrios
análisis de experiencias de conflictos socioam- populares se encuentran varios signos de vida
bientales en los cuales las protestas en contra comunitaria, además de formas de ayuda y
de un megaproyecto o en contra de la extrac- apoyo mutuo que se inspiran en una tradición
ción de recursos en un determinado territorio comunitaria y/o indígena. Los mismos grupos
contribuyen a elaborar valores que fortalecen urbanos de anarcopunks son el resultado de
o desarrollan una nueva forma de relacionarse una “cultura híbrida” (García, 2001), es decir, el
entre los seres humanos y la naturaleza, una resultado de una mezcla entre la cultura indí-
“otra” forma de percibir el mundo. Por supues- gena de sus familias emigrada en las ciudades,
to, el imaginario colectivo puede compartirse la cultura urbana y la marginación, creando
con otras realidades, como es el caso del ima- las experiencias y las biografía de esos jóvenes,
ginario zapatista que se hizo manifiesto al la mayoría originarios de los barrios urbanos
mundo en 1994, pero siempre es interpretado marginales (Poma y Gravante, 2016b).
de forma diferente en función de las “discre- Efectivamente, un conflicto social genera
pancias” (Martín-Barbero, 1987) presentes en una comunidad la cual no se interpeta como un
cada realidad. simple agregado de individuos, de ciudadanos
Por un lado, si estas experiencias se ca- o de un conjunto de casas con personas, sino
racterizan por negarse a participar en acciones de personas con una historia, pasada, presente
y procesos políticos que tengan como objetivo y futura, en que se establecen una serie de re-
la reproducción del sistema y su modelo de rela- laciones, primero entre la gente y el espacio, y
ciones sociales; por otra parte son experiencias en segundo término, entre las personas (Díaz,
que desbordan cualquier ideología de dominio 2004). Además, la experiencia de la protesta
en cuanto asumen la forma de un proyecto de permite desarrollar componentes comunitarios
autonomía individual y colectiva que refleja su sobre la organización, las reglas y los principios
forma (única) de ver y percibir el mundo. No que se refieren al espacio físico, así como, de-
se trata de transformar el mundo sino de crear sarrollan elementos propios de la comunalidad
otro donde las relaciones sociales no estén me- (Díaz, 2007), en otras palabras, un código ético
diadas por el dinero y el poder, donde se esta- e ideológico, una conducta política, social, jurí-
blezcan un tipo de relaciones con la naturaleza dica, cultural, económica y civil que irá carac-
de no explotación ni de control. terizando el conflicto.

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Las multitudes de origen indígena, rural Estado y de cualquier otro sistema de dominio
y provincial desbordan en el espacio urbano, de- económico y social.
terminando profundas alteraciones en el estilo En opinión personal, la tendencia au-
de vida de la ciudad, con rasgos que emergen y tonomista, antes que suponerlo como un
se incorporan en las periferias urbanas mexica- proceso terso está lleno de contradicciones
nas. El resultados es una ciudad “desbordada” en e incertidumbres que, sin embargo, ha sido
su geografía y en su moral, como es el desarrollo capaz de desplegar la acción de sujetos que
urbanístico no normalizado de terrenos de la se niegan a ser objeto del tipo de relaciones
periferia para la construcción ilegal de casa o la sociales que impone la democracia represen-
ocupación de las calles del centro usadas por el tativa, la burocracia y el sistema económico
comercio informal, que generan nuevas fuentes neoliberal, “no se trata de un rechazo a-priori
de derecho reconocidas, permitidas o en parte o dogmático del Estado” (Holloway, 2012, p.6),
toleradas por las instituciones (Regalado, 1993 un rechazo nihilista a todo, más bien son
y 1995; Tamayo, 1998 y 1999). En este mestizaje sociedades que se mueven, que se deslizan
es que se generan las nuevas identidades que hacía otros proyectos de vida, de futuro. Son
son el resultado de flujos en los que, con pala- proyectos que no confrontan directamente al
bras de Martín-Barbero: “lo indígena [desborda] Estado pero “sí en el sentido de que quedan
en lo rural, lo rural en lo urbano, el folklore fuera de lo que el Estado es capaz de hacer e
en lo popular y lo popular en lo masivo” (1987, inclusive comprender” (Holloway, 2012, p.6).
p.205). El mestizaje genera códigos que son pro- Son personas que imaginan radicalmente otro
fundamente desacralizados, radicalmente sub- mundo de relaciones sociales, sustentado en
versivos y anti-jerárquicos, y permanentemente su imaginario social.
distantes frente a los valores y visiones de las Estas experiencias y proyectos han supe-
clases dominantes (Bajtín, 1990). rado el “desde abajo y a la izquierda” zapatista,
en cuanto se caracterizan por una dimensión
LA TENDENCIA AUTONOMISTA creativa que se manifiesta con una praxis que
surge “desde abajo” y se desliza “hacia fuera”.
Por último, estas formas de acción colec-
Las experiencias y proyectos de autonomía,
tiva que emergen en México están produciendo
tanto indígenas como de otra realidad rural o
un cambio en las formas de hacer política por-
que cuestionan la centralidad del Estado, de la urbana en resistencia, son vividas por las per-
forma organizativa de los partidos políticos y sonas como un proceso, más que como un fin.
destacan una tendencia no estructurada que Como destacó Jaime Montejo, miembro de la
en términos generales se puede nombrar como Brigada Callejera de México, en el Encuentro
autonomista. Por autonomía, se entiende “una Nacional de Resistencias Autónomas Antica-
calidad o estado de autogobierno o autodeter- pitalistas6 en Cherán (México): “la autonomía,
minación; no el individuo racional autopro- más que un destino, es un camino”.
ducido y autodeterminado que construyó la Finalizando, las experiencias de protes-
Ilustración, sino, más bien, una variedad de tas, luchas y resistencia desde abajo en México
colectividades autodefinidas, integradas por son múltiples y no es la intención cercar sus
individuos socializados” (Cleaver, 2009, p.25). prácticas con un conjunto de características
La autonomía, además de ser un proyecto po- que deja por fuera otras tantas realidades. En
lítico-organizativo, es una propuesta de vida, este breve trabajo, se ha intentado visualizar
es una forma de crear realidades. Las prácticas aquellos aspectos comunes que han emergido,
cotidianas de estos movimientos, de estos colec- aunque es necesario subrayar que primero,
tivos y comunidades cuestionan la totalidad y la cada experiencia es única porque cada movi-
unidad cuando son consideradas como homo- miento tiene una historia colectiva e individual
geneidad y dominio —por más anticapitalista
o de izquierda que sean—, es decir, cuestionan 6 Este encuentro se realizó en Cherán (Michoacán,
la heteronomía y se deslizan hacia fuera del México), desde el 24 al 27 de mayo 2012.

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diferente; segundo, cada proceso que estas ex- el comprender la importancia del respeto con las
periencias viven están llenos de tensiones y demás personas, de la dignidad, de la solidaridad,
contradicciones, que en parte logran superar, acercarse a otras personas o colectivos que sufren
mientras otras veces se quedan latentes en los lo mismo, y superar los prejuicios hacia quien
colectivos. lucha, etc7. Debido a todo lo anterior, se encuen-
tra frente a experiencias que son percibidas por
LA ACCIÓN COLECTIVA EN MÉXICO los protagonistas como enriquecedoras, positivas
COMO UN PROCESO DE EMANCIPACIÓN Y y que han significado cambios profundos, tanto
AUTODETERMINACIÓN en la dimensión individual como colectiva. El
camino hacia la emancipación y autonomía es
La sublevación zapatista de 1994 puso largo y difícil, pero estas experiencias están con-
en evidencia cómo la idea de desafiar el poder tribuyendo a construir nuevas maneras de hacer
empieza por la puesta en discusión de las te- política que permitan experimentar otras formas
rritorialidades instituidas por el Estado y el
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sistema económico neoliberal, y la transforma-
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grietas sean del mismo tamaño o intensidad, o res. Buenos Aires: Lavaca.
produzcan el mismo efecto en el sistema.
Sin duda, en México, miles de personas
7 Sobre el cambio en las personas que viven expe-
que están intentando construir su propio des- riencias de protesta como, por ejemplo, la supera-
tino han elegido un camino que ha implicado ción de prejuicios, véase Poma y Gravante 2015c y
esfuerzos cotidianos, como por ejemplo, ha sido 2016e.

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Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 154: 113-127 / 2016 (IV). (ISSN: 0482-5276)
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