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ALUMNA:
Castañeda Guerrero Melanie
CICLO:
“IV”
CURSO:
Derecho Civil III: Derechos Reales
DOCENTE:
Mg. Pamela Nieves Peña
TEMA:
Derecho De Propiedad
La propiedad, sin duda alguna, ha sido uno de los presupuestos básicos para la creación de los
sistemas jurídicos occidentales, y en función de ello se ha manifestado su aporte para el inicio
de la industrialización. Los intereses que giran en torno a esta institución son diversos, tal como
lo manifiesta italiano Paolo Grossi al afirmar que:
“ningún discurso jurídico está quizás tan empapado de bien y de mal, tan sazonado por
visiones maniqueas
como aquel que se refiere a la relación hombre-bienes. Porque son tan grandes los intereses
en juego que inevitablemente las opciones económico-jurídicas vienen defendidas por las
corazas no corroíbles de las connotaciones éticas y religiosas”.
INTRODUCCION
Es el derecho real que implica el ejercicio de las facultades jurídicas más amplias que el
ordenamiento jurídico concede sobre un bien, siendo así se encuentra enmarcado dentro del
ordenamiento jurídico como un derecho por lo tanto al ser regulado es materia de estudio en
nuestra carrera
La propiedad desde que existe como tal se ha tratado de explicar y en el presente trabajo
delimitaremos conceptos específicos relacionados a la propiedad; tales como la extinción,
protección, y otras formas especiales de la propiedad.
LA PROPIEDAD
Desde el punto de vista legal, el Código Civil define la propiedad en el artículo 348 del siguiente
modo: "La propiedad es el derecho de gozar y disponer de una cosa, sin más limitaciones que
las establecidas por las leyes. El propietario tiene acción contra el tenedor y el poseedor de la
cosa para reivindicarla". Así pues, el artículo 348 destaca que el derecho de propiedad se define
por la reunión de tres facultades (gozar, disponer y reivindicar). Dicho precepto ha suscitado
numerosas críticas, que combaten tal definición legal centrándose básicamente sobre la idea de
que las facultades derivadas de la propiedad son más, dando lugar a que, por ello, se haya
definido también la propiedad como el señorío más pleno que se puede tener sobre una cosa.
También se critica que parte de una noción individualista, acorde a las ideas del tiempo en que
fue publicado el Código Civil (año 1889). Sin embargo, atendiendo al sentido lógico y gramatical
de sus palabras, el artículo 348 del Código Civil no hace sino caracterizar el derecho de
propiedad, comparativamente, como el más amplio poder reconocido por el ordenamiento
jurídico sobre una cosa, pero dependiendo su contenido en cada momento de las limitaciones
establecidas en el ordenamiento jurídico.
a propiedad es un derecho real, que es aquel derecho subjetivo que atribuye a su titular un poder
o señorío directo e inmediato sobre una cosa, que impone a todos un deber de respeto y es,
consecuentemente, oponible frente a todos (erga omnes), lo que viene a diferenciarle, entre otras
razones, de los derechos de crédito u obligación, que tan sólo son exigibles frente al deudor. El
derecho de propiedad es concebido como un derecho real pleno, que puede pertenecer a un solo
sujeto o a varios, dando lugar a las formas de copropiedad, propiedad dividida y propiedad
colectiva. Debe significarse que el derecho a la propiedad privada tiene reconocimiento
constitucional (artículo 33.1 de la Constitución), y puede recaer en la actualidad tanto sobre
bienes como sobre derechos.
LA PROPIEDAD EN EL PERU:
Lo desarrollaremos por épocas para poder apreciar su evolución.
En el desarrollo del estudio y la investigación del instituto jurídico que nos ocupa es imperativo
lograr un metodológico deslinde conceptual de lo que jurídicamente significan las locuciones
propiedad y dominio. Siendo así, empecemos con el análisis terminológico. Rápidamente
advertimos, antes de entrar propiamente al estudio del derecho de propiedad, que en las
legislaciones y doctrinas modernas la opinión más fecunda e idónea, es a favor del manejo del
concepto jurídico propiedad, que tiene el significado de indicar la relación de pertenencia o
titularidad sobre toda clase de bienes. En cambio, la palabra dominio hace referencia, de manera
limitada, sólo a la titularidad de los bienes materiales. También resulta oportuno distinguir entre
propiedad y derecho de propiedad; con el primer concepto simplemente se hace referencia a una
relación económica; en cambio, con el segundo, se está refiriendo a todo un instituto jurídico de
los derechos reales. El vocablo dominio etimológicamente viene del latín dominium; que deriva
de dominus, y significa señor, poderío o señorío sobre el bien. Tanto dominium como propietas
aparecen en el derecho romano a fines de la República en la que logra mayor difusión el concepto
dominio; y en la época romano helénica se acentuó más el uso del vocablo propiedad. La palabra
propiedad, utilizada por nuestro Código Civil, guarda precisión jurídica, denotando utilidad
técnica, mayor adecuación e idóneo tratamiento científico; pues abarca de manera general a los
bienes corporales e incorporales.
También resulta oportuno distinguir entre propiedad y derecho de propiedad; con el primer
concepto simplemente se hace referencia a una relación económica; en cambio, con el segundo,
se está refiriendo a todo un instituto jurídico de los derechos reales. El vocablo dominio
etimológicamente viene del latín dominium; que deriva de dominus, y significa señor, poderío o
señorío sobre el bien. Tanto dominium como propietas aparecen en el derecho romano a fines
de la República en la que logra mayor difusión el concepto dominio; y en la época romano-
helénica se acentuó más el uso del vocablo propiedad. La palabra propiedad, utilizada por
nuestro Código Civil, guarda precisión jurídica, denotando utilidad técnica, mayor adecuación e
idóneo tratamiento científico; pues abarca de manera general a los bienes corporales e
incorporales. La propiedad en sentido estricto subsume al concepto dominio, toda vez que
expresa la idea del poder jurídico que el titular ejerce sobre un bien. La imprecisión con que son
empleadas las palabras dominio y propiedad, es producto de la sinonimia con la que son tratadas,
lo que se advierte en algunos códigos civiles.
Son aquellas que reconocen y aceptan la existencia del derecho de propiedad privada estable.
Este tema comprende las diversas teorías o corrientes que explican el fundamento del derecho
de la propiedad. Algunas están referidas a un hecho o aspecto individual (teoría de la ocupación,
teoría del trabajo); otras, en cambio, se basan en un hecho social o colectivo (teoría de la
convención, teoría de la ley). Teorías existen que fundamentan la propiedad en un aspecto
sociológico y económico; en la naturaleza racional y social del hombre, etcétera.
Veamos cada una de ellas:
TEORIAS DE LA OCUPACIÓN
La más antigua de todas, aparece con el renacimiento del Derecho romano. Sostiene que hubo
un momento o estado social (de aislamiento), en que los bienes eran comunes y que, por lo tanto,
cada hombre podía ocupar lo referido para satisfacer sus necesidades básicas (solo necesitan
extender la mano para apropiarse de los bienes que necesitan y que tan abundantemente se le
ofrecían).
Esta ocupación lo convertía en propietario. Tal ocupación, al advenir el estado social que
sustituye al estado de naturaleza “sirvió de titulo justificado del derecho”. Sus defensores más
caracterizados con Grocio y Pufendorff, de la Escuela del Derecho Natural. En efecto Pufendorf
a firma que no ha precepto alguno de derecho natural que precepto su reparto general de todos
los bienes para signar como cosa propia a cada uno su parte. Lo que hace ley natural es
aconsejar el establecimiento de la propiedad, cuando lo requiera la conveniencia de la sociedad
humana; dejando a la prudencia todas las cosas o solamente algunas, y si las deben poseer
separadamente o pro indiviso, abandonando las otras al primer ocupante, de filosofo. Una vez
sentado el permiso divino, el hombre estuvo desde entonces en el derecho de hacerse dueño de
los bienes de la tierra; pero para conseguir que fuera tenido como excluido el derecho común de
los demás sobre la cosa que quedaban en posesión de uno falta alguna convención, y la
institución de esta propiedad, para ser de conformidad con las máximas de la recta razón, no
deja de estar originalmente fundada en las convenciones humanas.
También entre los partidarios de esta corriente encontramos a Burlamaqui, para quien lo que ha
producido la propiedad es la toma de posesión de lo que no tiene dueño, y que para comprenderlo
hay que considerar que el trabajo aumenta el valor, siendo justo que el suelo sea de quien ha
añadido dicho valor.
Se considera que esta tesis es insuficiente – aun inadmisible porque si bien explica el origen
histórico de la propiedad, no sirve para otorgarle un fundamento racional. La simple ocupación
no justifica que los demás tengan que respetar el derecho del primer ocupante. Se dice que la
propiedad no puede consistir en un hecho arbitrario cuya estabilidad solo dependerá de la fuerza.
TEORIA DEL TRABAJO
Afirma que el trabajo es la esencia de la propiedad; ergo esta deriva del trabajo, como
recompensa de este. El hombre transforma la naturaleza aumentando su utilidad. Por ello, el
producto de ese trabajo debe ser para quien lo ha realizado.
En cierta medida, podemos decir que esta teoría es complementada de la anterior, pues para
ella la ocupación no basta para explicar la propiedad aquella solo confiere posesión que se
transforme en propiedad mediante el trabajo.
Esta teoría nace con los economistas del siglo XVIII, en su obra Investigación de la Naturaleza y
causas de la riqueza de las naciones, Adán Smith dice que: El producto del trabajo es la
recompensa natural o el mismo. En aquel primer estado de las cosas que suponemos haber
precedido a la propiedad de las tierras y a la acumulación de los fondos, todos los productos del
trabajo pertenecerían al trabajo: en él había propietario ni otra persona con quien partirlo por
derecho de señorío o dominio.
Critica: Se argumenta, en su contra, que el trabajo no produce sino solo transforma. El trabajo
por sí solo, no puede otorgar la propiedad.
En realidad, se esgrimen además muchas otras razones negativas, Se dice que el trabajador
supone ya el derecho de propiedad en las materias primas, herramientas, tierras, etc.; Si el
trabajador fuera el único fundamento del derecho de propiedad, no podría darse esta en los niños
ni en las personas incapacitadas (ancianos, dementes) los cuales carecerían de la posibilidad de
ser propietarios aun en bienes de consumo, lo que equivale a negarles el derecho de subsistir.
Asimismo, agregan sus criterios, no podrían ser objetos de propiedad privada aquellos bienes
que son utilísimos en la forma en que los ofrece la naturaleza. En esta línea de pensamiento. H.
George afirma que el suelo no podría ser objeto de propiedad privada pues no procede del trabajo
humano, es anterior a él y produce frutos sin su concurso. Marcel Planiol objetando esta teoría,
ha llegado al extremo de decir que originaria un inextricable amontonamiento de propietarios. De
igual forma las teorías del contrato social y de la ley han observado esta tesis, afirmando que el
trabajo es un hecho, y un hecho no basta para legitimar un derecho. Los derechos no
fundamentan los derechos, estos deben tener su razón de ser en un ordenamiento jurídico
determinado, sea este positivo o natural.
TEORIAS QUE FUNDAMENTAN EL DERECHO DE PROPIEDAD EN UN HECHO COLECTIVO
Otros sostienen esta tesis con la variante de que, mientras que unos creen que el pacto puso
término a la comunidad de bienes por los inconvenientes de este sustituyéndola con la propiedad
privada, Rousseau supone que este es anterior al pacto, derivándose del trabajo unido a la
ocupación y que el convenio solo tuvo por objeto garantizarla.
En efecto, Rousseau, al explicar el paso del estado de naturaleza al estado social sintetiza su
posición diciendo: Reduciendo nuestro planteamiento a términos fáciles de comparar: el hombre
pierde su libertad natural y el derecho ilimitado a todo cuando desee y pueda alcanzar ganando
en cambio, la libertad civil y la propiedad de lo que posee. Y agrega, lo hay de más extraño en
esta alienación es que, lejos de despojar la comunidad a los particulares de sus bienes, al
aceptarlos, no hace ella otra cosa que asegurar su legítima posesión, cambiando la usurpación
en absoluto derecho y el goce en propiedad.
De igual forma, si puede ser jurídicamente posible haber alguna cosa como suya, debe también
ser permitido a toda la persona el constreñir a todos aquellos con los que puede experimentar
dificultades hacer de lo mío y lo tuyo en la relación a un objeto cualquiera, a que se sitúen con
ella en el estado de sociedad (principios metafísicos de Derecho. Añade luego, Pero el titulo
racional de adquirir no puede encontrarse más que en la idea de la voluntad universal
conjuntamente o unánime; idea que esta supuesta tácitamente como condición indispensable:
pues una voluntad universal, realmente armónica, o conjuntamente en sus elementos a los
efectos de legislador, es el estadio social; es decir considerando ese estado y su función, pero
antes de su realización (porque de otra manera la adquisición seria derivada) como alguna cosa
pueda ser adquirida primitivamente, y en consecuencia de una manera previsional. La
adquisición perentoria no tiene lugar más que en estado social.
b) Periodo de la Propiedad Provisional. - Durante el cual el hombre transformo las cosas con
su trabajo, creando sobre ellas una suerte de propiedad provisional, pero que no era
verdadera propiedad, por no crear en los demás la obligación de respetarla.
c) Periodo del pacto social. - En el cual los hombres convinieron tácitamente en respetarse sus
derechos sobre las cosas, apareciendo así la propiedad definitiva y completa.
TEORIA DE LA LEY
De acuerdo con esta teoría, la propiedad es creación de la ley. Sólo ella puede constituirla o
fundamentarla, disponiendo la renuncia de todos y otorgando un título de goce a uno sólo.
Afirma que una vez constituida la sociedad y el poder civil, éste decretó, en interés de todos, la
capacidad de cada uno para lograr la posesión exclusiva de los bienes y fijó las condiciones de
esta apropiación, comenzando a existir desde entonces el derecho de propiedad privada.
Esta tesis tiene mucha semejanza con la anterior contractualita, pues la ley es más que la
expresión del consentimiento común de los asociados.
Montesquieu, sustentándola, dice: Así como los hombres han renunciado a su independencia
natural para vivir bajo las leyes políticas, han renunciado también a la comunidad natural para
vivir sujetos a las leyes civiles. Las primeras de estas leyes les otorgaron la libertad; las segundas
la propiedad. Es decir que el hombre prescinde de su inicial libertad para someterse a las leyes
políticas, asegurándose con ellas su libertad y su propiedad.
Venta, por su parte, expresa. La ley no dice al hombre “Trabaja y yo te recompensaré”, sino que
le dice, trabaja y los frutos de tu trabajo, esta recompensa natural y suficiente, que sin mí tú no
podrías conservar, yo te aseguraré el goce de ellas, conteniendo la mano que quisiera quitártelos,
Si la industria crea, la ley es la que conserva. Si en el primer momento se debe todo el otro
momento todo se debe a la ley. Agrega que, para conocer mejor el beneficio de la ley,
procuraremos formarnos idea clara de la propiedad natural, y que ella es únicamente obra de la
ley. Pero su pensamiento lo resume en esta frase célebre. La propiedad y la ley han nacido juntas
y morirán juntas. Antes de las leyes no hubo propiedad; suprimida las leyes y toda propiedad
desaparece.
Se arguye que la ley servirá para reconocer la propiedad, resultado imponente para creerla; no
explica cuál es el derecho de propiedad, ni cómo nació. El derecho de propiedad, como todo
derecho fundamental seria anterior y superior a ley humana positiva. En apoyo de esta crítica se
citan las palabras de León XIII, no es la ley humano positivo sino la naturaleza la que ha dado a
los particulares el derecho de propiedad, y por lo tanto no puede la autoridad pública abolirlo sino
solamente moderar su ejercicio y combinarlo con el bien común.
También se afirma que esta teoría en vez de fundamentar el derecho de propiedad, lo destruye,
pues de un lado, no vendrían jurídicamente obligados a respetarlo las personas que no
estuviesen sometidos a la misma ley humana la que hubiese creado ese derecho la misma ley
es decir los poderes públicos podrían suprimirlos.
Sostiene que la característica egoísta de la industria primitiva tiende a transformarse, desde que
la existencia dejando de ser individual, empieza a ser social; incluso ya en la existencia, dejando
de ser individual empieza a ser social incluso ya en la etapa doméstica. Esta transformación,
añade, no puede ser científicamente apreciada más que estableciendo dos leyes correlativas
desconocidas hasta ahora, relaciones con la existencia material. Su combinación natural
constituye la teoría positiva de las acumulaciones.
De estas dos leyes económicas, una es subjetiva y la otra objetiva, pues se refieren a nosotros
mismos y el mundo exterior, respectivamente y consiste en estos dos hechos generales cada
hombre puede producirse más de lo que consume los productos obtenidos pueden conservarse
más tiempo del que exige su producción.
Otro de los sostenedores de esta teoría, dice que la propiedad, es el derecho absoluto de un
hombre sobre el producto de sus esfuerzos sobre las cosas que él es el primero en
proporcionarles el valor y a los cuales él da una forma duradera y otorga una productividad
permanente. Y termina diciendo que lo que constituye la razón suprema de la propiedad en
general y de la propiedad territorial en particular lo que le da una base inquebrantable, es el
interés de la sociedad entera.
Adquiere a esta para quien el hombre, por su naturaleza, tiene en el instinto el derecho, la
propiedad, la moralidad. Por ello el hombre encuentra en si con los hechos de conciencia el
querer el derecho, la propiedad, el Estado y agrega mi voluntad en la propiedad es personal y la
personalidad y la persona es un ser individual de donde la propiedad se hace lo privativo de esta
voluntad. Toda vez que yo por medio de la propiedad doy una esencia determinada a mi voluntad,
importa que la propiedad tenga también ella una determinación y que sea esta la más. En esto
está la más fuerte razón de la necesidad de la propiedad privada.
Esta se funda en el derecho natural, concebido este como una participación de la ley eterna en
la criatura racional. Por lo tanto, la actividad estatal debe limitarse a reconocer, reglamentar,
garantizar y sancionar la propiedad teniendo en cuenta su función social.
Esta doctrina pretende ubicarse en una situación intermedia entre las teorías individualistas y las
sociedades o colectivas, pues comprende de elementos uno individual y otro social. Este último
le sirve para rechazar la idea de propiedad en forma complementaria absoluta.
Entre los legítimos modos de adquirir la propiedad o títulos inmediatos el dominio sobre los
bienes concretos, agrega, sobresalen en la ocupación del bien que no tiene dueño y el trabajo o
especificación, es decir, la actividad del hombre se adjudica legítimamente el fruto de su trabajo.
Para el Estado no tiene derecho para disponer arbitrariamente de esa función. Añade que
siempre ha de quedar intacto e inviolable el derecho natural de poseer privadamente y trasmitir
los bienes por medios de las herencias. Sostiene que la naturaleza misma estableció la
repartición de los bienes entre los particulares para que rindan utilidad a los hombres de una
manera segura y determinada y afirma que las riquezas incesantemente aumentadas por el
incremento económico social deben distribuirse entre las personas y clases.
- Los bienes materiales han sido dados por la naturaleza al hombre para que, usándolos
de manera conforme a su dignidad y a sus aspiraciones naturales, provea no solo a su
propia conversación y perfeccionamiento, sino al bien de su familia.
- El hombre tiene derecho natural al fruto de su trabajo, el cual solo puede existir mediante
la propiedad privada.
Además, la teoría católica vuelve a la hipótesis antigua que afirma que la propiedad ha existido
desde los comienzos de la historia, contra el criterio generalmente aceptado de que la propiedad
primitiva ha sido colectiva también sostiene, erróneamente que la propiedad privada es el único
medio por el cual pueden los bienes materiales cumplir su fin, cuando es por todos sabido que
la gran mayoría de personas carece satisfactoriamente sus necesidades.
Era la única verdadera propiedad. No hubo otra propiedad protegida por la acción
reivindicatoría. Esta acción era la que tenía el dueño no poseedor contra el poseedor no
dueño y, eventualmente, también contra otras personas. Era propietario quiritario el
ciudadano romano, o peregrino con ius commercii que adquiriese una cosa mancipi de
acuerdo a alguno de los modos de adquirir contemplados en el derecho civil romano. Los
otros modos, contemplados en el ius gentium, no hacían al adquirente propietario quiritario,
no daban la única y verdadera propiedad. El que no era ciudadano, el extranjero no podía
tener la propiedad quiritaria. La religión lo prohibía porque no podía tener parte en el suelo
religioso de la ciudad. Para que el derecho civil reconozca la cualidad de propietario es
necesario que se reúnan las siguientes condiciones: ciudadanía romana, cosa mueble o
inmueble situada en suelo itálico adquirida de un propietario y con las formalidades
requeridas.
Propiedad pretoria o bonitaria (in bonis habere).
Se da esta propiedad cuando el pretor protege al que recibió una cosa mancipable, contra el
propietario civil que la entregó sin utilizar la forma de mancipatio o la in iure cesio. El pretor
protege a alguien como si fuese propietario contra los que no lo son, concede un acto publicada
frente a la reivindicación. Con esta protección se llega a considerar una segunda propiedad
pretoria o bonitaria.
Propiedad de los peregrinos.
Los extranjeros no pueden ser titulares del dominium, pero el pretor les protege con acciones
ficticias (se finge la ciudadanía romana del extranjero) y cuando reclama a Roma cosas que les
pertenece, incluso los fundos itálicos.
Propiedad provincial.
CONTENIDO DE LA PROPIEDAD
Los romanos identificaban la propiedad como el dominio representado como "el más amplio
señorío sobre una cosa". Este señorío comprende tres facultades: ius utendi, ius fruendi y ius
abutendi, derecho de usar, gozar y disponer. Algunos agregan una cuarta facultad: la de poseer.
Puede ocurrir, sin embargo, que el propietario no tenga todos los derechos sobre una cosa. Eso
no lo priva de seguir siendo propietario de ella, en la medida que conserve una facultad en
particular: la de disponer de la cosa.
Puede darse el caso de que, juntamente con el dueño, otras personas ejerzan sobre la cosa
algunos de los derechos que en circunstancias normales pertenecen al propietario.
De ahí la importancia de que veamos qué facultades comprende este "amplio señorío" del dueño
sobre las cosas que le pertenecen.
Ius utendi
Consiste en dar a la cosa el uso adecuado a su naturaleza, sin que se destruya. En consecuencia,
sólo cabe hablar de ius utendi respecto de las cosas no consumibles; si a la cosa se da un uso
distinto, se incurre en hurto de uso, furtum usus, como si se pide un caballo de carrera y se le
pone arado.
Ius fruendi
Consiste en aprovechar los frutos de la cosa, sean estos naturales o civiles. El ius fruendi
comprende los frutos. No los productos.
Ius abutendi
Consiste en la facultad de disponer de la cosa. Puede consistir en consumirla materialmente,
como cuando se la destruye al comerla o quemándola; o consumirla jurídicamente, como
^cuando se la enajena o se transforma (un terreno seco se destina a represa). El propietario de
una cosa puede desprenderse del ius utendi y del ius fruendi, pero necesariamente debe
conservar el ius abutendi. La propiedad privada del ius utendi y del ius fruendi se llama nuda-
propiedad.
CARACTERES
Ahora bien, siendo exactos, en lo esencial, tales caracteres, han de ser admitidos con algunas
atenuaciones y aclaraciones. La nota de absoluto no puede ser entendida en el sentido de poder
despótico ni puede oponerse a que la propiedad tenga limitaciones impuestas por el interés
general. La de exclusivo no impide que puedan existir sobre la cosa otros derechos, al lado del
de propiedad, sin que éste quede desnaturalizado. La de perpetuo no es obstáculo para que se
pueda hacer depender la existencia del derecho de propiedad de ciertas causas establecidas y
previstas en el momento mismo de su adquisición. Para evitar equívocos, modernamente se
viene sustituyendo el carácter de absoluto por el de generalidad, de modo que el derecho de
propiedad es un derecho general sobre los servicios de una cosa (o lo que es igual, el derecho
de utilizar todos los servicios salvo las excepciones que supone la existencia de otros derechos
reales), y, además, independiente, porque existe por sí, sin necesidad de ningún otro derecho.
Por el contrario, los demás derechos reales son especiales, porque recaen sobre un servicio o
grupo de servicios, no sobre la generalidad de la cosa; y dependientes, porque suponen la
existencia de un vínculo o relación de propiedad.
LIMITES
El tema tiene que ver con la prohibición de enajenar y con las restricciones a la propiedad. El Art.
882 del Código Civil se refiere a las prohibiciones de enajenar en los términos siguientes: “No se
puede establecer contractualmente la prohibición de enajenar o gravar, salvo que la ley lo
permita”. La norma se aplica al pacto por el cual se prohíbe la disposición o gravamen del bien.
No se refiere a los otros atributos de la propiedad (uso y disfrute), porque la norma alude a
“enajenación” y además porque el Código Civil permite que el propietario se prive del uso y
disfrute de su bien (cuando constituye usufructo).
No obstante estar ubicado el Art. 882 en las Disposiciones Generales de los Derechos Reales,
está prohibido solamente el pacto de no vender el bien, admitiéndose aquel por el cual se prohíbe
la transferencia de otros derechos reales. Se puede prohibir, entonces, que el usufructuario no
transfiera el usufructo (por lo demás, el Art. 1002 del Código Civil lo permite).
La prohibición alcanza los pactos indirectos. Sería nulo, por ejemplo, que se pacte que el
comprador de un bien lo pueda vender solo con la previa autorización del vendedor.
el fundamento del Art. 882 del Código Civil Los bienes deben circular para satisfacer necesidades
humanas. Resultaría perjudicial que los bienes no pudieran ser transferidos. Se afectaría el
tráfico comercial. En el caso de la prohibición de gravar, además, se perjudica al deudor. El
acreedor, por su lado, no se afecta con el nuevo gravamen, pues tiene una garantía preferente.
La propiedad confiere las facultades de uso, disfrute y disposición. Las tres facultades pueden
ser restringidas por pacto. En la facultad de disposición, el límite de la restricción es la prohibición
de enajenar. Es decir, se puede restringir la disposición siempre que tal restricción no importe
una prohibición de enajenar, absoluta o relativa, directa o indirecta. Podría pactarse, por ejemplo,
que el dueño de un inmueble lo venda siempre que sea a valor de mercado.
El uso y disfrute también pueden ser restringidos, y la restricción puede importar inclusive una
prohibición de usar o disfrutar (siempre que sea temporal, por el plazo máximo del derecho de
uso o usufructo). Recuérdese que la prohibición de enajenar del artículo 882º del Código Civil se
refiere solo a la disposición. ¿Las restricciones al uso y disfrute tienen límites? Sin duda que sí.
Las restricciones no pueden ser de naturaleza tal que vacíen de contenido al derecho de
propiedad.
- El propietario que otorga a una tercera persona el “Ius utendi” sobre su cosa, le da el
derecho de usar su casa y el derecho de habitarla.
- El propietario que otorga a una tercera persona el “Ius utendi” y el “Ius fruendi” le
concede al tercero el uso.
- Las fincas colindantes con ríos navegables deben soportar el uso de sus riberas para
maniobras de navegación.
- Prohibición de demoler sin permiso oficial los edificios urbanos, y, el deber de mantener
y construir en determinada forma urbanística.
- Prohibición de alterar con obras el fluir de aguas en detrimento de los demás fondos.
“Actio aquae pluviae arcendae”.
- Diferentes acciones acordadas por la ley a los propietarios por causa de vecindad:
“Damni infecti”, “Novi operae”, “Finium regordorum”, etc.
- Los que maltrataban sin motivos justificados a sus esclavos, como podía ser el castigo
de un crimen por ellos cometido.
- El propietario de un fundo debía dejar entre el suyo y del vecino, un espacio libre de dos
pies y medio, en caso de edificio y de cinco pies, si se trataba de fundo para cultivo.
Mediante la utilización de la “lactio finiun regundorum”, podían solicitar la determinación
de los límites, para facilitar así la circulación de personas y animales.
- El propietario estaba obligado a aceptar los salientes de la pared del vecino, orientadas
hacías su casa o su fundo, siempre que las mismas no excedieran de medio pie.
- Al vecino se le permitía cortar las ramas y talar los árboles de otro, si se proyectaban
sobre su edificio. Si aquel se oponía, el interesado estaba autorizar el interdictum de
arboribus caedendis.
- Se prohibían aquellas construcciones, que oscurecían las del vecino. Para ello, se podía
ejercer la actio nevi operis.
- En caso de que el vecino de un edificio amenazara con ruina al del propietario de este,
se ejercía la cautio damni infecti o caución por daño no efectuado, o sea, los que el
edificio podría ocasionar en caso de derrumbamiento, si el propietario se negaba a
repararlo.
- Que las facultades jurídicas de los copropietarios sobre la cosa común esta limitadas,
por cuanto ninguno puede totalmente ejercer su derecho.
- Que solo dos o más personas pueden ser dueñas de una cosa cuando la tiene en
comunidad de bienes.
La destrucción total del bien. Pues si hay únicamente destrucción parcial, el derecho se conserva
sobre la parte subsistente.
La reparación de daños y perjuicios será fijada por el poder judicial dentro del procedimiento
judicial de expropiación.
Una causa RELATIVA de extinción se produce cuando la propiedad es adquirida por otra
persona. En tal caso el derecho se extingue en relación al anterior titular, pero renace (rectius
´´se transmite´´) en la cabeza del nuevo titular. Esta causal extinta se halla reconocida en el art.
968-1 C.C., y aun cuando puede recusarle la categoría de modo extintivo, pues en puridad no
extingue el derecho de propiedad (en verdad, el derecho no se extingue, simplemente pasa a
otro), empero, su previsión útil para efectos prácticos. Por ejemplo: el propietario es responsable
de la caída del edificio (art 1985), por lo que su responsabilidad solo será enervada si acredita
alguna causal de la extinción del dominio, como puede ser, precisamente la adquisición del bien
por parte de otra persona.
EXPROPIACIÓN.
Los modos de adquirir el derecho real de propiedad, son el derecho subjetivo, limitativo
e inherente al derecho real de propiedad con que cuenta toda persona, física, moral,
pública, privada, nacional o extranjera para que conforme a derecho pueda convertirse
en titular del derecho de propiedad respecto de un bien determinado.
El derecho real de propiedad, abarca cualquier tipo de bien, tanto los materiales, como
los incorporales, manifestándose a través del derecho a la propiedad intelectual.
Las formas especiales de la propiedad se refieren a todo tipo de propiedad que no está
regulado por el poder de aquellas que su regulación es normal.
BIBLIOGRAFÍA
- MAISCH VON HUMBOLDT, Lucrecia. ¡¡¡Los Derechos Reales, 3!! edición. Lima,
Librería Studium, 1984.
- ESPINOZA, Juan. Los principios contenidos en el Título Preliminar del Código Civil de
1984. Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, 2002.
- http://www.abcpedia.com/ley/ley-propiedad-horizontal.htm
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- HÉCTOR ENRIQUE LAMA MORE Tesis para optar el grado de Magister con mención
en Derecho Civil. PUCP Tesis, Pag 32, visto el 06 Feb 2010
ANEXOS