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Jesús no se guardó nada para Él, compartió todo lo que tenía, incluso
estando cerca de morir de esa manera tan cruel, quiso dejarnos como
madre, a Aquella que en todo momento estuvo disponible para cumplir la
voluntad de Dios. Si colocamos la mirada en el calvario, podemos
contemplar el rostro de una madre que llora, que siente como si una espada
atravesara su corazón causando un fuerte dolor, y más aún, podemos
admirar su generosidad al aceptar recibirnos como sus hijos, de manera que
observamos un variedad de elementos que alegran el corazón a pesar de
los momentos que entristecen y desaniman.
¿Sabías que…?
En el momento oportuno Dios envió al Espíritu Santo sobre una Virgen de una
ciudad de Galilea llamada Nazaret, el nombre de la virgen era María, la
cual recibió el mensaje del ángel Gabriel y aceptó todo lo que se le pidió
(llevar en su seno al Hijo Unigénito de Dios). Cuando llegó el tiempo de dar
a luz al Hijo de la promesa, María y José iniciaron un largo camino hasta que
llegaron a un pueblecito de Judea llamado Belén, lugar donde encontraron
un lugar para que la Virgen diera a luz. Así, Jesús nació en un pesebre,
rodeado de animales y sin lujos, y desde ese momento la humanidad tuvo
la oportunidad de contemplarle como el Ungido, el Cristo de Dios.
Esta Virgen que hemos mencionado, fue concebida sin la mancha del
pecado original (Inmaculada Concepción), fue elegida para ser la Madre
de Cristo (segunda persona de la Santísima Trinidad) y por lo tanto madre
de Dios (Maternidad Divina). Concibió a Jesús sin haber conocido varón, es
decir, siendo virgen, y esto fue gracias a la obra del Espíritu Santo
(Maternidad Virginal), y al final de sus días acá en la tierra, fue elevada al
cielo, de manera que recibió su coronación como reina y madre de todo lo
creado (Asunción a los Cielos). En este sentido, cada uno está invitado a
recibirle como madre y ver en ella un modelo a seguir.
Introducción
I. Señal de la Cruz.
II. Acto de Contrición: Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento
de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de
todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno;
propongo firmemente no volver a pecar y confío en que por tu
infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis
pecados y me has de llevar a la vida eterna. Amén.
III. Intenciones: En la meditación de estos sagrados misterios,
pedimos por nuestra patria “Venezuela” y por todas sus
necesidades. Pedimos la intercesión de nuestra Madre por
quienes gobiernan este país, por nuestras familias y nuestros
amigos, y por todos aquellos que forman parte de nuestras
vidas. Pedimos por todos aquellos que padecen las
consecuencias de tantas injusticias: por lo que no tienen para
comer, por los que sufren por la escasez de medicinas, por los
que son víctimas de la inseguridad, por quienes viven tristes y
solos, por todos aquellos que salen a diario de Venezuela en
busca de una mejor calidad de vida, por quienes han perdido
a sus seres queridos por la delincuencia, y por todas aquellas
intenciones que estén en nuestro corazón.
Misterios Gozosos y Reflexiones
Representación: Se sugiere que ésta sea realizada por los jóvenes del Centro
Educativo.
Reflexión: Jesús se hace hombre y entra a nuestra historia por medio del Sí
de María, viene a entregarnos el amor de Dios abundantemente, para que
todo el que lo reciba se salve y consiga la vida eterna. Ante tanta pobreza
y miseria que se enfrenta en Venezuela, los cristianos estamos llamados
(como María) a manifestar con nuestras vidas, la abundancia del amor y la
misericordia del Señor. Todos estamos llamados a practicar la justicia y
buscar el bien común, de manera que eliminemos la pobreza y la carencia
de nuestro pueblo que sufre e implantemos una cultura más humana y
humanizadora.
Representación: Para ser realizada por los niños del Centro Educativo.
Reflexión: Jesús durante su vida no se guardó nada para Él, sino que todo lo
compartió con los suyos y los que más necesitaban; se compadece de los
que sufren y de los marginados, y generosamente les auxilia. María, al
enterarse del embarazo de su prima Isabel, va a visitarla y a mostrarse
cercana, pero más aún, va a servirle. Nuestra amada Madre entendió que
la mayor alegría se obtiene al dar, al compartir, al servir con amor y
generosidad a los demás; por eso, le pedimos que aprendamos a ser como
ella para arrancar de Venezuela todo egoísmo, corrupción, injusticia y
opresión, de manera que desde nuestros Centros Educativos y nuestras
familias, podamos ser ejemplo y testimonio de Jesús, y luchemos por
alcanzar una sociedad más cercana a las necesidades de los que sufren y
son excluidos por los sistemas de gobierno que atentan contra los derechos
humanos y la libertad de las personas.
El ángel les dijo: No teman, pues les anuncio una gran alegría, que lo será
para todo el pueblo: les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un
salvador, que es el Cristo Señor; y esto les servirá de señal: encontrarán un
niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y de pronto se juntó
con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios,
diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en
quienes Él se complace).
Palabra Clave: VIDA
Representación: Para ser organizada por todos los integrantes del Centro
Educativo.
Amén”.
(Audio Adjunto)
Referencias Bibliográficas
https://es.aleteia.org/2017/04/27/y-si-nos-unimos-en-oracion-por-
venezuela/
Vicepresidenta:
Elaborado por:
Robert Prieto