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Ciudadanos

Presidente y demás Magistrados del


Tribunal Supremo de Justicia venezolano legítimo
Su Despacho

Ref: Acción Innominada con el objeto de solicitar a ese Tribunal


Supremo de Justicia, realice las actuaciones que fueren
necesarias para crear las condiciones requeridas, con base en los
Principios Fundamentales de la Constitución, para la designación
de un Gobierno de Emergencia Nacional que tenga por objeto el
restablecimiento del orden constitucional y democrático en
Venezuela.

Nosotros, Diego Enrique Arria Salicetti, Enrique Colmenares Finol, Luis


Francisco Granados Mantilla, Luis Manuel Aguana Santamaria, Blanca
Rosa Mármol de León y José Vicente Haro, titulares de las cédulas de
identidad Nros. 1.174.176, 1.556.712, 3.073.116, 3.663.266, 3.251.313 y
13.066.473, respectivamente, venezolanos, mayores de edad, electores
debidamente inscritos ante el Registro Electoral Venezolano, actuando en
ejercicio de nuestros propios derechos e intereses como ciudadanos
venezolanos; asistidos en este acto por los abogados Blanca Rosa Mármol
de León y José Vicente Haro, inscritos en el Inpreabogado bajo los Nros.
5.381 y 64.815, también respectivamente, acudimos ante su competente y
legítima autoridad a los fines de ejercer Acción Judicial Innominada con el
objeto de solicitar a ese Tribunal Supremo de Justicia legitimo realice las
actuaciones que fueren necesarias para crear las condiciones
requeridas, con base en los Principios Fundamentales de la Constitución
establecidos en los artículos 1, 2, 3, 5, 6, 7 y 333 de la Constitución
venezolana, para la creación de un Gobierno de Emergencia Nacional
que tenga por objeto el restablecimiento del orden constitucional y
democrático en Venezuela, todo ello en concordancia con lo establecido en

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los artículos 24 numeral 4 y 31 numeral 6 de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, concatenados con los artículos 26, 335 y 336 numeral 11
de la Constitución, en los términos que a continuación se exponen:

I
VACIO DE PODER PRODUCTO DE LA VACANTE EN LA PRESIDENCIA
DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

En fecha 9 de Abril de 2018 ese Tribunal Supremo de Justicia legítimo


(integrado por Magistrados designados y juramentados por la Asamblea
Nacional en Julio de 2017, que han decidido constituirse en Tribunal con el
número de Magistrados requeridos para ello y mediante la incorporación de los
Magistrados Suplentes también designados por el Parlamento en Julio de
2017); emitió un fallo considerando que existen méritos para enjuiciar a
Nicolás Maduro Moros por la presunta comisión de los delitos previstos en el
artículo 64 de la Ley Orgánica contra la Corrupción y 35 de la Ley Orgánica
contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento del Terrorismo, todo ello
con motivo de la trama de corrupción que notoriamente se está investigando y
procesando internacionalmente, caso Norberto Odebrecht, S.A., fallo que
también se fundamentó en la Convención Internacional contra la Delincuencia
Organizada Trasnacional (Convención de Palermo).

En tal sentido y a solicitud del referido Tribunal Supremo de Justicia legitimo,


esa Asamblea Nacional mediante Acuerdo aprobado en Plenaria el 17 de Abril
de 2018 declaró que “Existen méritos suficientes para continuar el
proceso judicial que por hechos de corrupción se le sigue al ciudadano
Nicolás Maduro Moros, por parte de la Fiscal General de la República
Luisa Ortega Díaz y los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia,

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designados y juramentados por esa Asamblea Nacional”, con lo cual
respondió favorablemente a la solicitud de Autorización que hizo el Tribunal
Supremo de Justicia legitimo a tenor de lo establecido en los artículos 266.2
de la Constitución, 111 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia y
378 del Código Orgánico Procesal Penal; todo ello sin perjuicio del otro punto
aprobado por ese Parlamento en el referido Acuerdo, en ejercicio del control
político que tiene conforme al artículo 187.3 de la Constitución, a fin de
continuar las investigaciones que correspondan en el ámbito parlamentario,
por los presuntos hechos de corrupción que se pudieran desprender de las
vinculaciones de Nicolás Maduro Moros y otros funcionarios con la empresa
Odebercht.

Ahora bien, conforme al Artículo 380 del Código Orgánico Procesal Penal:
“Cumplidos los trámites necesarios para el enjuiciamiento, el funcionario
o funcionaria quedará suspendido o suspendida e inhabilitado o
inhabilitada para ejercer cualquier cargo público durante el proceso”. En
otras palabras y ahora con más claridad, Nicolás Maduro ha quedado, a todo
evento, suspendido del cargo que está detentando (ejerciendo ilegítimamente),
sin perjuicio de la declaratoria de abandono del cargo que conforme al Artículo
233 de la Constitución, realizó la Asamblea Nacional mediante acuerdo de
fecha 9 de enero de 2017.

Por otra parte y también como consecuencia de la disposición legal antes


citada, Nicolás Maduro Moros ha quedado inhabilitado para ejercer cualquier
cargo público, motivo por el cual no podía presentarse como candidato o ser
candidato, en los ilegítimos comicios Presidenciales que tuvieron lugar el 20
de Mayo de 2018 que fueron convocados por la ilegítima Asamblea
Constituyente declarada nula y disuelta por ese Máximo Tribunal mediante

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fallo de fecha 25 de octubre de 2017; todo lo anterior, reiteramos, sin perjuicio
del Acuerdo aprobado por la Asamblea Nacional en fecha 9 de enero de 2017,
que declaró el abandono del cargo y falta absoluta de Nicolás Maduro Moros
en la Presidencia de la República, conforme a lo establecido en el artículo 233
de la Constitución, todo lo cual demuestra que él está ejerciendo
ilegítimamente ese cargo.

Para mayor abundamiento, la ilegitimidad de Nicolás Maduro en el ejercicio del


cargo de la Presidencia de la República, quedó también determinada por el
Acuerdo de fecha 13 de Diciembre de 2016 que declaró la Responsabilidad Política
de Nicolás Maduro Moros, por el incumplimiento abierto y grave a sus obligaciones
constitucionales previstas en el artículo 232 de la Constitución, entre otras razones
y motivos, políticos, sociales, económicos y constitucionales.

En virtud de todo lo anterior, repetimos, el cargo de Presidente de la República


ha quedado vacante y, por lo tanto, correspondía constitucional y
políticamente a la Asamblea Nacional convocar urgentemente a una sesión
extraordinaria para debatir y decidir sobre la situación jurídico constitucional de
la Presidencia de la República, como consecuencia del Acuerdo aprobado por
el Parlamento en fecha 17 de Abril de 2018, así como decidir sobre quién debe
ejercer la Presidencia de la República mientras dure el proceso de
enjuiciamiento de Nicolás Maduro Moros, cumpliendo con los parámetros
establecidos en la Constitución y la Ley, teniendo en cuenta, en todo caso, que
quien sea convocado para ejercer la Presidencia de la República por el
Parlamento, debe reunir los requisitos constitucionales correspondientes
establecidos en el artículo 227 de la Constitución. Sobre este particular se
pronunció ese Tribunal Supremo de Justicia mediante auto de fecha 3 de
Mayo de 2018, que exhortó a la Asamblea Nacional a iniciar el procedimiento
que “permita la transición constitucional de la Presidencia de la
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República, de conformidad con lo establecido en los artículos 233 y 234
de la Constitución”.

Por nuestra parte, quienes suscribimos este documento, Blanca Rosa Mármol
de León y José Vicente Haro, presentamos en fecha 26 de abril de 2018, una
comunicación a la Junta Directiva y Diputados de la Asamblea Nacional
solicitando al Parlamento proceder en cumplimiento de la Constitución y cubrir
la vacante Presidencial antes indicada. Anexo marcado “A” a este escrito.

A pesar de lo anterior y de la situación de vacío de poder en la que se


encuentra Venezuela, la Junta Directiva de la Asamblea Nacional mediante
comunicación de fecha 7 de mayo de 2018, se abstuvo de iniciar el
procedimiento constitucional y parlamentario correspondiente, indicando que
procedían de esa manera “respetuosos de la separación de los poderes,
de la independencia del Poder Judicial, y del principio referente a la
ejecutoriedad de las decisiones judiciales, establecido en el artículo 5 del
Código Orgánico Procesal Penal y 21 del Código de Procedimiento Civil,
de acuerdo al cual los jueces cumplirán y harán cumplir sus sentencias”.

Desde entonces, hasta ahora, luego de pasado un tiempo suficientemente


razonable y hasta excesivo sin pronunciamiento del Parlamento en esta
materia, no se ha producido decisión alguna de la Asamblea Nacional,
incluso, aún luego del fraude electoral cometido en fecha 20 de Mayo de 2018,
desconocido por gran parte de la Comunidad Internacional, razón por la cual
Nicolás Maduro Moros está detentando, es decir, a todas luces ejerciendo
ilegítimamente, la Presidencia de la República.

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II

RAZONES CONSTITUCIONALES E INSTITUCIONALES QUE AMERITAN


QUE ESE LEGÍTIMO TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA CUBRA EL
VACIO DE PODER EXISTENTE EN VENEZUELA PRODUCTO DE LA
VACANTE EN EL CARGO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.

No obstante los valores y principios de independencia, libertad, soberanía,


igualdad, justicia y paz que constituyen pilares fundamentales de la Nación
venezolana conforme al Artículo 1 de nuestra Constitución, los mismos han
sido violentados por un régimen que ha permitido que la Dictadura Cubana
con un contingente de ocupación ejerce y tutela ilegítimamente parte esencial
del Poder Público en Venezuela y que ha permitido la presencia y control de
parte del territorio nacional por grupos guerrilleros y grupos asociados al
narcotráfico y terrorismo internacional.

Por otra parte, el régimen de Nicolás Maduro para mantenerse en el poder se


ha apoyado en una política de sistemática violación de Derechos Humanos y
crímenes de lesa humanidad mediante la persecución política de la
disidencia, presos políticos, prácticas de torturas, tratos crueles inhumanos y
degradantes, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas, todo lo
cual es objeto actualmente de un Examen Preliminar por parte de la Fiscalía
de la Corte Penal Internacional y ha originado, además, pronunciamientos de
diversos organismos internacionales como la OEA, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, ONU, la Unión Europea y países que
integran la Comunidad Internacional.

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Actualmente la crisis y emergencia humanitaria que vive Venezuela ha
originado un éxodo y desplazamiento, sin precedentes, de personas hacia
otros países, lo cual ha dado lugar a pronunciamientos de ACNUR, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Relatoría de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (REDESCA), del Sistema Interamericano
de Protección de Derechos Humanos de la OEA.

La Crisis y Emergencia Humanitaria de Venezuela ha sido propiciada por una


perversa política económica de Nicolás Maduro, que ha causado hambre,
escases de alimentos y medicamentos, muertes de personas por falta de
asistencia hospitalaria y medicinas, desnutrición, enfermedades crónicas y
epidemias que no han sido atendidas por Nicolás Maduro Moros y quienes
detentan el Poder en Venezuela y, muy por el contrario, han sido utilizadas
para crear un sistema de control y apartheid social para mantener
secuestrados y sometidos a los venezolanos, a través de carnets que
permiten materializar ese control social, como el carnet de la patria y el
carnet del Partido del régimen PSUV, entre otros mecanismos.

El régimen de Nicolás Maduro Moros, pese a la grave Crisis y Emergencia


Humanitaria que padecen los venezolanos, se ha negado reiteradamente a
recibir la asistencia humanitaria que han ofrecido diversos países y
organizaciones internacionales, todo lo cual debe considerarse una violación
grave de los derechos humanos de los venezolanos.

Por otra parte, como se ha indicado, Nicolás Maduro Moros está actualmente
procesado penalmente por una de las tramas de corrupción y delincuencia
organizada trasnacional más graves en Latinoamérica conocida como el
caso Odebrecht y eso ha causado su separación del cargo e inhabilitación

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para ejercer cualquier otro cargo público, como tantas veces hemos referido
en este escrito.

Venezuela, en definitiva, constitucional y políticamente se encuentra en una


situación de vacío de poder debido a que Nicolás Maduro Moros está
detentando la Presidencia de la República, es decir, ejerciendo
ilegítimamente ese cargo en contra de la Constitución y, pese a estar
legalmente separado del cargo e inhabilitado para ejercer cargos públicos, se
presentó inconstitucionalmente, como candidato a los cuestionados comicios
realizados el 20 de Mayo de 2018 desconocidos por la mayoría de la
Comunidad Internacional.

A todo evento, dicho vacío de poder existe aún cuando su Vicepresidente


Ejecutivo, Tareck El Assaimi, es una persona indiciada internacionalmente
como responsable de crímenes de lesa humanidad conforme al Informe
presentado por el Panel de Expertos que se ha pronunciado al respecto a
solicitud de la Secretaría de la Organización de Estados Americanos en
fecha 29 de Mayo de 2018. Igualmente el referido Vicepresidente Ejecutivo
ha denunciado como vinculado al narcotráfico y al terrorismo internacional,
por lo cual no cumple con los requisitos constitucionales y no posee la
legitimidad democrática para encargarse de la Presidencia de la República.

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III
LEGITIMACIÓN DE ESE MÁXIMO TRIBUNAL PARA
PRONUNCIARSE EN TORNO A LA SOLICITUD QUE AQUÍ SE
PLANTEA Y REALIZAR LOS ACTOS CORRESPONDIENTES PARA
CUBRIR EL VACIO DE PODER QUE ACTUALMENTE EXISTE EN
VENEZUELA

Teniendo en cuenta que en la comunicación de fecha 7 de Mayo de 2018, la


Junta Directiva de la Asamblea Nacional -pese a lo solicitado por el Tribunal
Supremo de Justicia Legítimo mediante auto de fecha 3 de mayo de 2017-,
decidió no iniciar el procedimiento que permita la transición constitucional de
la Presidencia de la República, de conformidad con los artículos 233 y 234
de la Constitución y, en su lugar, invocó el principio de separación de
poderes, independencia del Poder Judicial y el principio de ejecutoriedad de
las decisiones judiciales de acuerdo al cual los jueces deben cumplir y hacer
cumplir sus propias sentencias, con lo cual se ha dejado al Tribunal Supremo
de Justicia legítimo la Responsabilidad Constitucional e Institucional de
proceder a crear las condiciones para que esa transición se lleve a cabo;
corresponde entonces al Tribunal Supremo de Justicia legítimo que,
mediante el procedimiento que juzgue adecuado debido a la naturaleza del
caso y, con motivo del vacío de poder que se ha producido una vez
declarado el enjuiciamiento de Nicolás Maduro, por su separación del cargo
e inhabilitación (que no puede ser cubierto por quien detenta la
Vicepresidencia Ejecutiva de la República); proceder a realizar y ejecutar
todos los actos que fueren necesarios para permitir la transición
constitucional y política en Venezuela.

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En todo caso, dicha transición debe ser promovida y garantizada por ese
Tribunal Supremo de Justicia para que se haga aplicando los principios,
valores y pilares fundamentales de la Constitución venezolana como garante
de la supremacía y efectividad tales principios, todo ello conforme a lo
establecido en los artículos 1, 2 3, 5, 6, 7 y 335 de la Constitución, todo lo
cual debe hacer creando las condiciones y bases para el establecimiento de
un Consejo de Gobierno de Emergencia Nacional, todo con fundamento,
además, en lo previsto en el artículo 333 de la Constitución.

El referido Consejo de Gobierno de Emergencia Nacional siguiendo las


bases y principios fundamentales de la Constitución venezolana debe
realizar, y así lo solicitamos, todo aquello que fuere necesario para
restablecer el orden constitucional y permitir la transición de Venezuela a la
democracia y, devolverle, en forma real y efectiva, la soberanía y poder al
pueblo de Venezuela.

Para crear las bases fundamentales en el proceso de conformación del


Consejo de Gobierno de Emergencia Nacional, el Tribunal Supremo de
Justicia legítimo debe realizar y así lo solicitamos, todo tipo de consulta a la
sociedad civil, factores políticos, académicos, gremiales, empresariales,
sindicales, eclesiásticos, institucionales y aquellas consultas públicas que
fueren procedentes y/o necesarias de acuerdo con el artículo 70 de la
Constitución, para garantizar la integración más legítima, idónea, plural e
independiente de venezolanos comprometidos con rescatar la democracia en
Venezuela y restablecer el orden constitucional, todo lo cual debe ser
salvaguardado por ese Tribunal Supremo de Justicia legítimo, como garante
de la supremacía constitucional y de los valores, principios y normas de la
Carta Fundamental venezolana.

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El Gobierno de Emergencia Nacional debe tener, además, como eje
primordial, y así solicitamos sea también establecido por ese Tribunal, que se
restablezca el orden constitucional con fundamento en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela aprobada por el pueblo el 15 de
diciembre de 1999, se rescate la institucionalidad democrática y el Estado de
Derecho en Venezuela y se garantice la libertad y bienestar de todo el pueblo
de Venezuela, realizando y promoviendo políticas públicas y planes de
rescate y emergencia nacional, con base en dicha Constitución, sin perjuicio
que el proceso de transición política y constitucional conduzca, previo
cumplimiento de los requisitos constitucionales correspondientes, a una
consulta popular que permita establecer la bases para refundar la República,
redactar un nuevo texto constitucional y garantizar la transición política y
constitucional de la Nación a una democracia plena y efectiva con base en el
artículo 347 de la Constitución; así como la realización de elecciones justas,
libres y transparentes que respeten el derecho al voto libre, universal, directo
y secreto de todos los venezolanos.

Finalmente, debemos resaltar que la motivación que nos ha impulsado a


presentar la presente solicitud ante ese Tribunal Supremo de Justicia legítimo,
es colaborar con el restablecimiento del orden constitucional cumpliendo con
el deber que nos impone el artículo 333 de la Constitución y, además, que se
haga justicia en el caso de los presuntos hechos punibles que habría cometido
Nicolás Maduro Moros quien actualmente detenta ilegítimamente la
Presidencia de la República.

Estamos además en el deber de corresponder a la Comunidad Internacional


plural y democrática que, desde diversas latitudes, nos ha tendido su mano

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solidaria cumplimiento con su “responsabilidad de proteger” y, no podemos
menos que, corresponder a ese gran esfuerzo internacional, manteniendo
por nuestra parte una lucha inquebrantable desde la Constitución y desde
esos principios arraigados en la Nación venezolana.

Es hora de adoptar decisiones difíciles pero necesarias e indispensables,


para no perder la República, pero con el compromiso, valor y el apoyo y
respaldo de los venezolanos y de la Comunidad Internacional, tenemos hoy
posibilidad real y efectiva de independencia y libertad para Venezuela.

Como ciudadanos venezolanos, esperamos que ese legitimo Tribunal


Supremo de Justicia esté a la altura de la Responsabilidad Constitucional e
Institucional que tiene con relación al asunto aquí planteado, de relevancia
constitucional y de trascendencia nacional y, en consecuencia, adopte las
decisiones correspondientes, actos y medidas necesarias al efecto, para
resolver el vacío de poder y la situación jurídica constitucional que aquí se ha
planteado.

A los efectos de las notificaciones a que hubiera lugar en el presente caso,


suministramos a continuación los siguientes correos electrónicos de
conformidad con lo establecido en el artículo 93 de la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia: darria@mac.com,
enriquecolmenaresf@gmail.com, bmarmoldeleon@gmail.com y
josevicenteharo@gmail.com

Es justicia que esperamos, como venezolanos, el 1 de Junio de 2018.

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