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PAIDOS CONTEXTOS ‘lkimos tvalos publicedos: 121, Dia mary secon eet BE BN Speman Laie tr de lee necro tm Wil nareyge Gore peetradane Be Se eile Ree eae ee DURE Pie eeceeeanee chil lle epee en ee ey de pe Uh Rue arb ata” ceria SRE etl cn ttl oa thin ool ae todos on ug. aa eed D ai og dest 1G: enue Eerseiloek ikacorsrs? 1 EP Erde dre Sino ter, Cala bm de re, Un inrouie dey er iad 1. ap Une Une gu poe bie aie 1 G.Gan Lr neonate ete $i. JM ir de ee med 1. Fon Lh Ble eh dic | cso. ed poe 153, ct, lee de cone Lat lan ae rota gner a4, EE BEN, Conder hb tori dete nba 1. RL i ptr ie oat tne 1 fi en ten he oa oes eee 19. § Paes pode ‘Be mgee bomes lvedoder 14 nfm Mi dcen oi aa ed ir, 10. Fini Br pra li Lert vs Bet eet Cent tipi ide 16, Ree ™ JUDITH BUTLER MARCOS DE GUERRA Las vidas lloradas PAIDOSY) INTRODUCCION Vida precaria, vida digna de duelo Excelibro, queconsia decinco entayosexcritos como reaccin a las guerras contemporéneas, se centra en los - modos culturales de regular disposiciones afectivas y _ tices a través de un encuadre de la violencia selective, En certa manera, es una continuacién de Precarious Life, libro publicado por Verso en 2004 (Vide precara, Ptidés, 2006), especialmente en la sugerencia fe que una vida concreta no puede aprehenderse como Se ‘como vidas, desde el prin- ipo, no son concebibles como vidas dentro de cerras ‘marcos epistemolégico, tales vidas nunca se conside- arin vividas ni perdidas en el setido pleno de ambss palabras Por otra pate, equfintento lamar la atencién sobre < RS ea": Jono conseguimos apreben aiscomoppertdasodatadn (cele de perc “ ancos De cUnaEA Eee spe ee serclicndins deep prom propo, nen; lint edo de ou cone sino que re ‘sos lot mecanismos especicos dl poder através delos cuales se producela vida. Obviamente, este planteamien- to tiene sus consecuencia a Ia ora de pensar la «vida» ‘enel émbito de a biologi celular y de las neurociencias, puesto que certs manesas de enmarca la vida, asf como clertos debates sabre el comienz0 el fn de le vida en el contexto de la libertad reproductiva y de la eutanasia, informan estas pritias cientificas. Aunque lo que voy 8 ‘decir puede tener algunas implieaciones para esos deba- tes, me centraréfundamentalmente en la guerra, en pot qué cémo haces resulta més filo més dif APREVENDER ONA VIDA de preguntarnos @31gHE Ende }, © un conjunto de vidas, ‘como preceria, yen qué otras resulta menos posible, © “Traducmosl casi nclogsmo ings prcaity por sis. caida» eprecarcurner por eprearedad, Leautor expt ‘a dice poiin en la segunda sited del pirofo uit. (dele) VIDA PRECARUA, VIDA DIGNADEDUELO 1S incluso inposible, Por pss, SRST «te sprehendeos uns vida como preci eng Ser que, segdn apuntan r al aso aque provoque cl desco de desrila/Sin embergoi SED neni, ad, le interdependencia, le exposicin, la persistencia corpora, el deseo, el trabajo y ls reivind! ‘aciones respecto al lengusjey ala pestenencia social. Habler de contologio» a este respecto no es rein car una descripcia de estruccoras fundamentales del ser distintas de cualquier otra organizacisn socal 0 polf- tice, Antes al contrazio, ningung de estos cérminos exis. te fuera de su onganizacién e interpretacién politica ‘a normas, 3 organi 2aciones sociales y polices que sehen desarrlledohis- téricamente con fin de maximiza la precariedad para ‘unos y de minimizarla para otros,/No es posible definie primero Is ontologis del euerpo yreferimos después & las signifcaciones sociales que asume el cuerpo. Antes bien, serun cucrpo es estar expuesto un modelado y una forma decaréter social yes eso que hace ula 8, au 16 Duancos De GUERRA (G]AMGHEHBDL concepcion de la epreceriedads, ‘© menos existencial, aparece asf vinculada a una no- cién més especiicamente politica de «precatidad», Y cs Is asignacidn diferencil de precarided lo que, «mi entender, constituye el punto de partide para tn 1e- pensamiento tanto de la ontologia corporal como de la politica progresisa ode iquierdas, de una manera que siga excediendo —y etravesando— las categoras dela ptoduceién normativs-de la on tologia produce el problema epistemoldgico de apr bender una vida, lo que, a su vex, da origen al pro- blema ético de saber qué hay que reconocer, 0, més bien, gué hay que guardar contra la lesiés y Ia vio- lencia/Por supuesto, en eada nivel del presente ani lisis estamos hablendo de diferentes médalidades de eviolencia»; pero esto no significa que todas sean cequivalentes o que no se debe hacer ninguna distin cién entre ells, Los «marcos» que operan para di ferenciar las vidas que podemos aprehender de las 1. Sobre xs opinions celaclonads,véae Robert Castel, Les métamorphos de a question octet crowigu dale ‘ra, Pass, Gallinaed, 1999. Vane cabin Serge Pavan, Le salar dea précarie, acs, PUR 2000; 9 Nancy Eslinger, «Pee «aity Unbound en Atenas, 32, 2007, pgs, 319-340. VIDA PRECARIA VIDA DIGNA DE DUELO AT ‘que no podemos aprehender (0 que producen vides através de todo un continuum de vida) no slo orgs nizan una experiencia visual, sino que, también, /Al mismo tiempo, seria un error entender el funcionamiento de las normas de manera determinis- , i Sees cos ome vidas. Bn qué sentido, enonces, I vide excede siempre ls condiciones normatves desu reconotbli- Sad Soener ie xed no cual amar que ts avida»tenge como esenciala resistencia aa norma tivdad, sino, solamente, que todas y cada une de las consinicciones de a vide necestan tempo para hacer su trabajo y que ning reba que ee haga puede ven ceral tiempo como tal, En teat palabras, quel trabajo nunca se hace «de una vez portodesEte es un limite {temo ala construccién nommaivapropiamente dich, una fancin de su citerabilidad» y heterogencid, sin la que no puede ejercer su capacidad de hacer cosas y ‘que limita lafinlidad de eualguiera de sus ects. 1B ancos be cunsa ‘Como consecuencia tl vez sea necestio considers 12 posible manera de distnguir entre «apichender» y «econoeer> una vida sun tee ‘nino més fuer un témino derivado de textos hegelia- ‘os queha estado sujezo a evsiones ya crtins durante rnuchos aos oF su parte, es un téamino menos presi, ya que puede ‘es una forma de conocimiento, est esociada con el sen tiry el percibi, pero de una manera que no es siempre 3 todavia noun forma conceptual covets sin dud, pero sua wn extorafrmar que estamos completamente limitados por les nrmis de recanociminto en exo condo apre- 2.VEane por ejemplo Jesia Benin, Lite Sbjes Love Object: nays on Recognition and Sexual Difference, New Ha ‘ven, Yale University Pres, 1999; Nancy Frase, Juice erp ‘s"Crteal Reflections ox the ePontsocits Condition, Nera ‘York, Rouledge, 1957; Fraser y eel Honneth, Reirbution or Recognition? A Pola! Philosophical Exchange, Londres, ‘Verso 200; Atel Honnet The Single for Recogtion: The ‘Moral Grammar of Scial Contes, Cambrige, Polity Pres, 1986; Rejeation: A New Look At An Old Idea (The Berkley “Tamer Leires), Nueva York, Oxon Univecty Pres, 2008, Patchen Markl, Bound By Reeopition, Princeton, Price University Pres, 2003; Chases Taplor, Hegel and Modern So- ety, Cambridge, Cambridge University Pees, 1979: y Taylor y ‘Amy Gutman (corps), Matias: Examining tbe Paice of Recognition, Pinceto, Princeton University Press, 1954, SIDA pncaM, viDADIGNA DEDUELO «19 TEL hecho es nos preguntamos cémo se constituye la reconoctbilided, con esta misma pregunta habremos adoptado una perspectiva que su sere quetales campos estn constiuidos de manera va stable chistrica,independientemente del aprioritica «ue sea su funcién como condicién de aparcin. econocimiento caracterza un acto, une préctica 0, cluso, un escenario entre sets, entonces a reconoc: bila caracterizarles condiciones més generale que preparan omodelan aun sujto para el reconocimiento; Jos éemines, las convencionesy las normas generles «actin a su propia manera, haciendo que un se hu mano se conviera en un sujeto reconoeible, aunque no sin falibildad o sin resukados no anticipados. Estas ‘categories, convenciones y normas que preperano este- been aun sujeto par el reconoeimiento, que indueen aun sujet de ese nero, preceden y hacen posible el acto del recoiocimiento propiamente dicho, En este sentido, la reconocbilided precede al reconocimiento ‘Manos ps. ReconocnENTO aii fe cree ARESREED En primer lugar (GRENDIED E pce pce abo d- 30 as, pero es importante evestioner la idea de perso- reidad como individualismo/Si sostenemos cue la re- conocbildad es un potencial universal y que pertenece 8 todas las personas en cuanto personas, entonees, yen 20 ancos pe cusses esto modo, el problema al que nos enftentamos ya esté resuelto, Hemos decidido que cie ‘As{puesiastalamos un ideal norm tivo como condiciéa preexntente de mucstroandlisissen cfecto, ya hemes axeconocidor todo que necesitamos saber sobre el reconocimiento. No ay ningtin dest. cn dl feconoeimiento al forma de Jo human que ha servid tadcionalmente como noma de reconocibil dad, puesto que la personeidades xa mismanotme. Sin ‘embargo, se trata de saber eémo operan tales normas para hacer qug otras scan decididamente mis dices de reconocey Hl problema no es meramenté cémo in- lira més personas dentro dels normas y existent, sino considera cémo ls normas ya existenteseignan reconocimiento de manera diferencaly Qué nuevas ‘norms son posibles y o6mo soa producidas? ¢Qué po- dia hacerse para produc una serie més igualitaia de las condiciones de reconocibilad? Ex otras palabras, qué pod hacerse para cambiar os témines mismos {ela reconocibildad con el finde producir unos resuk tados mis adicalmentedemocritics? Siel reconocimiento es un acto, una préctic, em preadido pos, al menos, dos suets y, como sugeriia cl marco hegeliano, consttuye una accién retproce, ‘entonces I econocibiidad describe ests condiciones genctles sobre la base del seconocimiento que puede dare, y de hecho se da. Entonces, parece atin otos dos teins por comprender bie ‘oa retcants, VIDA BIONA DE DUO 2d te como ana po in? Node ost de ‘onocet ton sos de tenecn piel eemucin ve ‘Por Estasnormas seinspiran en SCE (Maat et nee guepaemor tens de 30 tenemes, por ejemplo, historia dela vide ehis- torias dela muerte, De hecho, sedan continuos debates acerca de si el feto deberia contar como vide, 0 como ‘una vida, o como una vida humana. También abundan los debates sobre la concepcin y sobre cules son los primeros momentos de un organismo vivo, asf como so- bre qué eso que determina la muerte, ya este respecto sehabla dela muerte del cerebro, o del corazén, y desi cs el efecto de una esipuacinjuridica o de une serie de cerfcados médieosyjusicos. Todos estos debates Jmplcan nociones contestadas de la personcdad e, im- plicitamente, cuestiones rlatvas al «animal humano> yaacémo debe entenderee ess existencia conjuntiva (y {uidsmica) El hecho de que estos debates existan s- san existiendo, no implica que le vida y Ia muerte sean consecuencias directes del discurso (conelusién 3. Sobel a pros hicice,véanse Michel Foucwlt, Lt erqueologi del ser Masi, Silo XXI, 1991; y La palabras y ‘ascot, Madd, Silo XX, 2009. 2 uancos DE ovens slbsurda si se la toma literalmente). Mis bien, im Ecgseaaenen Tnluso cuando lavida yla muere tienen lugar entre, fuera de através de unos marcos mediante los cuales estin en su mayor parte orgenizadas, sien teniendo lgar ain, sibien de ‘una manera que cuestiona la necesidadl de los mecanis- smos mediante los cules se contiuyen los campos on- toléeicos. Si se produce una vida segin ls normas por las que se reconoce la vida ello no implica ni que todo en torno a una vida se produzca sein tales normas ni aque debames rechazar Ia idea de que existe un reso de avid» —suspendlda y especral— que describe y hhabita cada caso de vida normativa/La produccin &s parcial yest, de echo, perpetuamentebabitada por doble ontolégicamente incierto/En realidad, cada caso ‘normativo csté sombreado por su propio frcaso, y de cuando en cuando est fracaso adopta uns forma figu- sal. La figura no reivindica un estat ontoldgico cierto, aunque pueda ser prehendida como evva>, no siem- pre es teconocida como una vids. De hecho, una figura viva fuera de las normas de la vida no soo se convierte en el problema que ha de gestionar le normatvidad, sino que parece ser eso mismo lo que la normatvidad ‘esti oblgada a reproducir: ext viva, pero no es una vida. Cae fuera del marco suministrado por ls norms, pero s6locomo un doble implacable, caja ontologia no puede ser asegurada pero cuyo estatus de servi exté abjerto ala apreheasin ‘Como sabemos, el verbo inglés fo fame ven varios sentidos: un cuadro sue estar framed (enmarcado), pero también puede estar framed (falsamente incul- pedo) un delincuente (por la olicia) © uns persona VIDA PRECARIA,viDADIGNA DEDUELO Inocente (por 6a infame, a menudo pole; en este segundo sentido, sr o estar framed significa ser objezo de una artimafa 6 ser incriminado fala o freudulen- ‘tamente con unas pruebas inventadas que al final, aca- ban «demostrandow la culpabilidad del sujeo paciente, Cuando un cuadro es enmercado, puede haber en juego todo1un singin de maneras de comentar o ampli Ja ima- ‘gen, Pero el marco tiende a funciona, inluso de forma ‘minimelita, como un embellecimiento editorial de la imagen, porno decir también, como un autocomentario sobre la historia del marco propiamente dicho.Este sentido de que ef marco gufa implicitamente la inter- precacin tiene certaresonancia en la idea del frame como falsa acusicién, Si alguien es «famedn, sobre la accién de esa persona se constraye un «marcos tal que clestatus de culpabilidad de ese persons te converte ea Ja conclusia inevitable del expectados, Una manera de- terminada de organizar y presentar une accién conduce una conclusign intepretaiva sobre el ato como tl ero, como bien indica Tinh Minh-ha, es posible wen- ‘gafiaral engaicoal engaiadors,'lo que implice poner al 4. Bae es mis elaumene ol so, por supuesto, el pe de {oxo y dela serie, pero ol mareo coment Opon de ots ‘maner. Mipropa eer del marc devva gl ce fuentes tanto «reas como scilépeas vise especialmente Jacques Dest, ‘Le senda on pinta, Baenon Aires, Paid, 2001 VEznve ta ‘bien Erving Goffin, Frame Analysis An sey on the Organise. ‘ion of Experience Nueva Yor, Harper & Row, 1974;y Michel Callon, «An Esa on Framing ae Oveewing Economic Ex ternaliies Revised by Sociology en The Lawr af Market, Bos ‘00, Blackwell 1958, pigs, 244269 '5.Tenb Min ha, Framer Framed, Nuces York, Rowsledes, 1992 2 sancos De GEREA descubierto la astucia que produce el efecto dela cpa individual. «Enmarear el marco» parece implica cier- to solapamiento aleemente reflexivo del campo visuals ‘ero, segin mi parecer estonotiene por qué tener como resultado unas formes de rellexividad particularmente complejas. Antes al contratio, poner en tela de juicio cel marco no hace més que demostrar que éste nunca {ncluy6 realmente el escenario que se suponia que baa describ, y que yu habia algo fuera que hata posible, re- conoeible, el sentido mismo del interior: El marco nunca determinaba del todo eso mismo que nosotros vemos, pensamos, reconocemos y aprehendemos. Algo excede slmarco que perturbe nuestro sentido de la realidad 0, dicho con ottas palabras, algo ocurre que no se confor sma con nuesta establecida comprensién delas cosas Gierta filtracia 0 contarinacin hsce que ete pro- «eso sea més falble de lo que podifa parecer. a primera ‘ist. La argumentacién de Benjamin sobre a obra de arte en laera dela reproduccién mecénica puede adap- trse al momento actual Las condiciones téenias de a reptoduccin y reproducibilidad producen de por sian desplazamiento critco, por no decir ineluso un pleno detctioro del contexto con relacién alos marcos desple- gacos por las fuentes medistcas dominantesen tiempo de guerra. Esto significa en primer ugar que, aunque al considecar a cobertura mediftcs global se pudierade- Timitar un nico econtexto» paral creacin de a foto- 6, Waler Benjamin The Workot Art inthe Ageof Mechas- {cal Reprodocins (1956), en - Area comp) Mlninations: Essay end Reflections, Nueva Vor, Schocken Back, 1969 (ra casts aL. ots de arte en pcs de su reproducibildad é ican, en Obs complet, bo, vl 2, Mada, Abada, 208) IDA PRECARIA, VIDA DICMA DE DUELO 25 rac elica su circulacién se alejarianecesaramente de dicho eontexzo. Aunquela imagen stecrzasegaramente ca micros contextr, también cea nuevos contexts en virtud de ese aera, convindore en parte de ese mismo proceso mediante el cual se delimitany forman ‘nuevos contexts. Eo otras palabras, que a crclacin de ors de a guera como ocuree cn a divulgcibn de poesia carceara (véase el caso de los poetas de Guan- ‘namo, del que hablaremer en el capitulo 1), rompe con dl contexto todo empo, Ea efecto, la poesia sle dela cirel «lege asl, inluso exando e prisone- 10 90 puede hacerlo; las fotos circlan por Internet azn cuando no se hicieron para dicho fin, Las fotos y Ja poesia que no llegan a circular —ya porque fueron destruides, ya porque munca se le permits sbandonar Ja celda dela efzcel— zon incendiaras anto por lo que deserben como por ls lmitaciones impuestis a sa ct culaién(j, may a menudo, por la manera como estas limitaciones se reglsran en las imigenes en ln esritura propiamente dices). Esta misma cisulabildad forma parte de lo qué es destrido (si es hecho ate fra, emtonees circa el informe sobre el acto destuctvo en Iga de sobre lo que seh destruido). Lo que we exc pi de ls manos» es, precserente, lo que rompe con dl contexta que enmagea el acontecimiento, la imagen Yeltexco dela uerza. Perosiloscontextos ctin mar cxdos (no hay cantexto sia tna implicta delimtacén del context), y i todo marco sompe invarisblemente consigo mismo al desplaazse pore expacio y el iempo (sidebe romper consgo mismo a fn de desplszerse por el espacioy el tempo), entonces el marco ceculate tiene que romper con elcontextoen el que ext formado si quiere atersizar en agin oxo sitio olegar a, y ese etomper ‘com como parte de os fenémenos meditions en cues- 16a, como la Funei6n misma del marco? EL marco que pretende conener,vebicular y deer rina lo que se ve (ya veces, durante un buen period

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