7. La fuerza revolucionaria:
con la realidad.
rede una cultura que deesea
+0 borar el hecho del ser humana
‘que esd aqui yahorafla verdad de a persona que habla o escuch. En
‘consecuenca, no hay construccia posible del vor pasiva[..] cada
‘oracin insist en la parcicipacién viva y activa de al menos dos snes
hhumanos: quien habla y quien esccha.
Jane Jordan
Es posible que I “vid” slo sea una woralidad ible de esrucuras
1 formas, Pero lacienciaes incompatible con Io inefable: necesia de
"Vida", i quiere eransorm
Roland Ba-thes
la opresién) es creandootra
estructura completa que toque cada aspecto de nuestra existenia al
‘mismo tiempo que rsistinos.
‘Aude Lorde
‘de nosotras que heme
[Nos recuperamos y ex
crticamos las estétias ccidentales recuperamosy exploramos modes n0
realidad borradas mientras eiticamas la eaidad
supetamos y exploramos lenguas indigenas a vex
‘que critcamos las lenguas de as euleurs dominance
lori Anzai
265Metodolegia dela emansipacn
mayor dels veces
‘entonces esque no es
Bernice Johnson Reagon
Los nuevos sujetos-ciudadanos: Michel Foucault
‘Muchos profetas del siglo XX predijeron que una forma revolucio-
naria de ser humano habria de surgir de las ruinas de los érdenes
se imaginan los inicios y los finales culturales que
jizacién neocolonial y posmocerna, el final del
la homogenizacién de la diferencia y tam-
bién alguna otra zona decolonizadora y wt6pi
La fuera revolucionaria
372373),
Diex afos des
tioné por igual alos hi
cultura y la
8 de la
al afirmar que “quiza” de todos los problemas
filos6ficos contempordneos el més importante ¢s “el problema del
tiempo presence y de lo que somos en este preciso momento”
(2001: 249). Su sugerencia respecto a cémo deberia comporsarse
ral globa-
wcién del hombre
en las condiciones
culturales posmodernas, planteaba, “es descubrir lo que somos,
ppero para rechazarlo”; al mismo tiempo, debemos aprender a ‘pro-
mover nuevas formas de subjetividad!”, aconseja Pero la produccién,
cde nuevos tipos de sujetos-ciudadanos solo puede ocurrir cuando
nos volvemos capaces de rechazar “esta especie de individualidad que
‘nos ha sido impuesta por varios siglos” (249). No es tarea ficilla de
techazarreflexivamente nuestra propia nocién de “individualidad”,
Ponca: ie all dl extraction y
001. Nede aT.
gn
‘mujer como persona decloro como homosenl "
267Metodloga de la emancipacion
de identidad, pero este es el contenido del trabajo emancipador
‘que Foucault crefa necesario.
Las preguntas acerca de l
ntidad han revoloteado por dé-
y han determinado gran parte de
le esta produccidn ha pretendido impul
10 de transformaciones psiquicas reflexivas por I
$i
Jameson percbe la presencia de nuevas subjetvidades que se fasionan
bajo las presiones de las condiciones globalizadoras posmodernas;
‘no obstante, se encoge con temor ante este nuevo surgimiento que
para él rep re de un mundo que enlo-
quecié y que produce
‘conporan todas las experiencias nuev
pero que no son capaees de distin ferencias que impo
fen cuanto a la organizacién de un orden humano més igualitario
y justo. La desesperacin de Jameson deriva de que no hay mane-
ta de realizar intervenciones efectivas, no hay manera de volver a
delinear la
reconocer una pato-
couleural viva, de naturaleza esquizofrénica, en la que con el
1 todos tenemos que participar, o permanecer en el infra-
mundo del distanciamiento, totalmente incapaces de sentitnos
parte de la vida social. Para Jameson el posmodernismo neocolonial
seduce, valiéndose de una forma de locura propia del siglo xx1 que
se generaliza al punto de convertirse en la normalidad. Pero Fou-
caule esté menos interesado al final de su vida en los descos del
orden cultural; sus intereses residen en los deseos del su
dano: en este cambio de foco e interés esti toda la diferen
las consideraciones de Foucault y Jameson.
* Con excepcén dels textos famiisas exadounidensestercermundisas. Vese por
cjemplo, Monge y Amalia 1980
268
La fuerza revlucionaria
La periodizacin de la resistencia
sin embargo, cualquier forma de resistencia
tn medida on que se relacionaespecficamente con las formas de
dominacién y subordinacién actualmente presentes. Fo
Jameson coinciden en que un proyecto de resistencia colectivo,
decolonizador, global y nuevo puede avanzar més mediance la
comprensién de las configuraciones del poder que funcionatan
en los periodos histéricos apenas anteriores a nuestra propia épo-
ca, Segiin Jameson, las manifestaciones del poder m:
se llevaron a cabo durante los dos momentos pre
mo: el capitalismo de mercados pequefios y el capitalismo del
‘monopolio (0 imperialista).° Considera que la etapa posmoderna
y transnacional del capialismo que ahora transcurre es la tercera y
‘contemporsinea del desartol isa.” Para entender la deses-
peracién que impulsa el aparato te6rico de Jameson os crucial
‘comprender que las dos primeras ecapas han culminado en el ac-
tual momento de ciencia ficcién del posmodernismo, en el gue cl
la resistencia es posible y ya esté presente, incluso si su ex
circula en formas que hasta este momento son irreconoc
4 Sigs Eo
La wadccion de José Luis Pardo
269Metadoogi dela emancipacin
Al igual que Jameson, Michel Foucault ubiea nuestro momen-
delinear sus diferencias en
nombra) con
dos modos anteriores de organizacién social que estin definidos en
términos més generales y que son relevantes: el feudalismo y el
‘apitalismo. Cada uno de estos periodos
ppios modos predominantes de dominaci
tencia, Hoy, cree ladanos que se interesan en
cia capaces de confrontar el
0 deben reconocer el het
due gran parce de auestios aparatos perceptuales y de nues
ticas para la accidn se basan en nociones de poder y resistencia
pasadas, obsoletas y, no obstante, residuales.
Los dos modos anteriores de organizacién del orden social oc-
0x1, Representan otra transcodificacién
de la conciencia diferencial y de los cinco “puntos de vista sul
289Metodologia dela emancipacién
gados”, es deci, de las tecnologias que en este libro he identificado
gia de la emancipacién,
idos de procesos decoloniales), resuenan in-
‘conscientemente en nuevos tipos de intercambio social y hurmano
entre comunidades muy diferentes y diferenciadas através del poder”
(1995: 322). De esta manera, prosigue Haraway, constiuyen Ia base
para un tipo distinto de “objetividad”, es decir, de ciencia misma.
Las ciencias nuevas: objetividad y conciencia diferencial
punto de vista de esta ciencia sin precedentes, la objetividad se
transforma en un proceso que Haraway llama “conocimientos
dos” (1995: 324). Cuando los acacémicos transforman su concien-
la comprensién y la produce
bben White y Derrida como la
290
transformador de si mismo y de su propia situacién,
La elaboracién que hace Haraway del concepto de
dos cxige que la conciencia sea capaz de perci-
yy funcionar de acuerdo con un proceso que se vuelve
ids ficilmente identificable y nombrable:
avés de la necesitad p
no es foreuto que en la eraducc
n del libro de Haraway, Ciencia, cyborgs y mujeres,
as diferenciales para otros inadecuados”, En ese
.¢ una forma de movimiento social global y decoloni-
cada vex mis articulado, y des
‘encamacién feminist” se opone a “la fc
n para recorrer mejor las “redes del posicionamiento diferen-
(1995: 338). La tesis que plantea Haraway es que los
{que suscriben este modo posmoderno y decolonizador de cone
generosos y mds suspicaces;
‘exactamente la postura receptiva”
regia para la construccién de la
“estrechamente 1 Ja conciencia diferencial y opositord’
(1992: 326; cursiva del feminismo estadounidense tercer-
rundista, es decir, con la teorfa y ef métado de la conclencia oposi-
tora en su forma diferencial esborados en Metodologia de la
cemancipacin, Por co politica diferencial del femiais-
aa de la década de 1980 no cra
solamente cultural. También representaba una politica de tecno-
ciencia que bastaba para la siguiente fase de resistencia (1992: 319).
ica diferencial y opositora que se delinea en este libro se
desarroll6 en un mbito que inicialmente defini como un “ci-
21Meradologi del emancipacion
berespacio” en los capieulos previos sobre la metodologia de la
cemancipacién. Haraway presenta
Este es un ciberespacio de dispersién ¢ interconexiones infinitas
duro, implacable y despiadado, Pero gcémo llega a entenderse este
ciberespacio alter:
ido, generosa y compasiva, el amor pro
ico, o la forma de la
e acceso mediante la metodo-
Se ha dado por sentado que las personas oprimidas se han
in usar un método especifico 0, mas bien, que su con-
en realizar cualquier acto para poder sobrev
fisica 0 psiquicamente. Precisamente por esta razéin la metodologta
cemancipacién puede reconocerse ahora como el modo de ser
is adecuado para la vida de las condiciones altamente
tecnologizadas y neocol
‘mundo, pues entrar en un Ambito en el que cualquier ac
posible para asegurar la sobrevivencia es ingresar a un ciberespacio
del ser. Antes solo podian tener acceso a este espacio quienes eran
obligados a estar en su terreno, Como en la ancerior defi
Haraway, este ciberespacio puede ser un lugar de dest
piadada y ites, pues es una zona en la que los
solo se agregan de forma somera y, por ende, son capaces de volver
a sumarse a otros, dependicndo de |
frentar. Sin embargo, esta misma actividad le confiere también al
ciberespacio sus poderes decolonizadores y lo
zona de posibilidad ilimitada, como en los ejemplos de! “abismo
292
La furan revolucionaria
amable” del planteamiento de Barthes, el terreno de la differance,
los procesos de la “voz media” o “la puerta abierta de todas las con-
ciencias” de Fanon y el “estado Coatlicue” de Anzala, Sus proceaos
cstin estrechamente vinculados con los de la conciencia diferenciil.
Esta versién benévola del ciberespacio es andloga alas del duro
espacio de la vida computarizada o incluso social dentro de
las condiciones de la globalizacién que presenta la visi
de Haraway. Conforme al punto de vista de
1a diferencia, ls tecnologias que han desarrollado las poblaciores
subyugadas para negociar este rerreno de sentidos cambiantes puc-
den reconocerse como (as tecnologfas necesarias para todos los
interesados en renegociat las
mno con lo que podriamos dero-
ras del primer
tminar una nocién de su propio pod
‘como sugiere Anzaldia,” el poder,
rin en té:minos completamente di
‘cuando, como escribe Jameson,
in deducir poco a poco una nocién del ser en oposicién a un
poder dominante y centralizador que los oprimia, y enconces de-
‘idfan cbmo actuar. Dentro de las desobediencias posmodernas
globales, el yo se desdibuja por los bordes, cambia para asegurar su
sobrevivencia, se transforma de acuerdo con 0s del poder
y, todo ese tiempo (bajo la fuerza ditectriz logia de la
cemancipacién, segiin la articulan Fanon y el resto), lleva consigo
Ja incegridad del conocimiento autoconsciente de las transforma
ciones que se desean y, sobre todo, una nocién de la intervenciones
politicas y éticas que esas transformaciones conllevan.
La teotia de Haraway acerca del feminismo cyborg, su reconoci-
iento de la “posiciones subyugadas’, su ariculacién de las herra~
-mientas que conforman estas posiciones y su teoria de a objetividad
como “conocimientos situados” constituyen una version feminis-
ta politicamente articulada (y otra afirmacién de la presencia a
inas) de aquello a lo que me refiero como la
forma diferencial dela conciencia y el movimiento social. Cuando
293,Metadlogia de lt emancipacién
«lla escribe que el feminismo cyborg trata de “nudos en campos,
inflexiones en orientaciones y de responsabilidad por la diferencia
cen campos material-semidticos de significados
10 cyborg. invoca
yas de resistencia,
rmismo “amor” en el mundo pos
allos que se refieren los emporneos cuyas escrituras los
han desalojado del estatus del primer mundo dominante—inclu-
yendo a Barthes, Fanon, Derrida, Foucaul
cotros—y también quienes
je Wong, Audre Lorde, Gloria Anzaldia,
Harjo y Janice Gould, para nombrar a unas cuantas.
Lateoria de Haraway desafia la politica posmoderna del primer
mundo a escala mundial transnacional y la une con el aparato
decolonizador para la sobrevivencia global al que yo llamo meto-
dologia de la emancipacién. En esta asociacién (en la que “raza,
0 y capital requieren una teoria cyborg de totalidades y partes
mes de Haraway contribuyen
1s que crea el apartheid de los
esbozado en el capitulo 3. Aquf se sugiere que la
codificacién necesaria para recartografiar “el yo personal, posmo-
derno y colectivo, desmontado y vuelto a montar” (1995: 279) debe
darse conforme a una guia capaz-de alinear la teoria feminista con
ubicaciones de pensamiento y politica que apuntan al cambio
yy lo que yo llamo la metodologia de la emancipacién. Esta metodo-
logia estd surgiendo mundialmente en varios sitios y con una mul-
La fuerea revolucionaria
‘manera indémita en las mentes, cuerpos: tus de las Feminis-
tas estadounidenses de color que cx
la conciencia de la mestiza, el womanis
{dentificacién con los colonizados. Solo cuando la teo
emente esta metodal
esta metodologi
feminismo,
Para finales del siglo x, los pensadores y activistas opositores
habjan inventado nuevos nombres, y de hecho nuevos lenguajes,
ce de la metodologia de la emancipacién y la con-
rencial que requiere. Desde signifyin hasta la facultad,
desde el feminismo. smundista hasta el
‘mo cyborg, desde los principios del deseo politico de Foucaul
cL aparato dela vor media, desde los conocimientos situados hast el
ico, desde el abismo hasta la differance, estas tt-
rminologias y tecnologias se han identificado de varias maneras. La
smetodologia de la emancipacién proporciona un esquema, Es un
ivo de una realidad social cargada de poder dentre de
Es el mapa_anhelado por los
as: desde Fanon
hasta Jameson, desde Barthes hasta Anzaldvia, desde Lorde hasta
Haraway.
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