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Me quedó largo pero filo...

Creo que lo esencial en esta discusión es tener bien claro de qué hablamos cuando hablamos de
discurso de odio. Porque muchas veces puedo considerar reprochable lo que dice alguien y quizás
objetivamente lo sea, pero eso no hace automáticamente de un discurso sea odioso.
Hay que ver y tratar el tema con rigor, puesto que ante la concurrencia de un discurso odioso entran a
regir límites a la libertad de expresión, mecanismos coactivos legítimamente institucionalizados para
reprimirlo y además, se puede dar pie a la larga a muestras de extrema violencia, como las que sufrió el
personaje en cuestión. A mí me parece que la opinión pública está sumamente confundida sobre el
punto.

Existe material que nos puede ilustrar al respecto y de hecho di con una cita que me pareció muy buena
de parte de un autor llamado Eduardo Bertoni: “los discursos de odio pueden definirse tanto por su
intención como por su objetivo. Con respecto a la intención, el discurso de odio es aquel diseñado para
intimidar, oprimir o incitar al odio o a la violencia [...] Históricamente, los discursos de odio no han
tenido límites temporales o espaciales. Fueron utilizados por los oficiales nazis en Alemania y por el
Ku Klux Klan en Estados Unidos, así como por una amplia gama de actores en Bosnia durante los años
noventa y en el genocidio en Ruanda en 1994. “
Los casos históricos que indica este autor tienen una cosa en común: se trata de discursos que abierta y
deliberadamente buscan mancillar a una colectividad en razón de cualquier característica que les sea
propia, esto con el fin de crear una suerte de enemigo interno, dirigir el repudio colectivo hacia ellos y
legitimar así atropellos en su contra. Fue eso lo que dio pie al Holocausto y al genocidio de Ruanda, en
donde murieron 800 mil tutsis en 5 meses.

Aclarado un poco más ese punto, me voy a pronunciar sobre los ejemplos que pusieron arriba:

-Lo de los comuneros: no veo por ningún lado que haya un discurso de odio. Sí un pronunciamiento
anticipado sobre su culpabilidad, cosa contra la cual, por cierto, siempre me he manifestado en contra;
especialmente si viene de un político pero seamos francos, hoy casi ningún político guarda respeto ni
por la presunción de inocencia ni por la separación de los poderes del estado.

-Lo de Krasnoff: ¿discurso de odio? Nones. Sí una negación parcial del perfil criminal de Krasnoff.
Desconozco las razones que habrá tenido para decir eso (lo conoce personalmente). Ahora, ¿puede ser
considerado reprochable lo que dijo, dada la justa sensibilidad que existe sobre el punto y el
contundente pronunciamiento judicial sobre el mismo? Absolutamente.

- Lo de la violación: ¿discurso de odio? Totalmente ausente. Pero sí, suena demencial esa frase. Sería
bueno que JAK aclarara ese punto si es que no lo ha hecho ya. Todos tenemos claro quiénes son
victimarios y víctimas en las violaciones. Mi esperanza acá radica en que JAK no es muy ortodoxo a la
hora de declarar y que en el fondo comparta la opinión que tenemos todos.

-Lo de la “dictadura gay”: dejé este caso al último pq fue el que más me hizo pensar. Sí creo que tal
como está expuesta la frase puede ser considerada odiosa. Es provocadora y derechamente temeraria y
entiendo lo que genera. Ahora, por otro lado, fuera de la visión conservadora que tiene JAK sobre
sexualidad, en sus intervenciones públicas no me parece que haya dejado entrever odio a la comunidad
homosexual. Creo que, saliéndonos de la literalidad de la frase, el objeto de la crítica es el intenso
lobby (como quiera llamarse) de las agrupaciones LGTB que desembocaron en que se adoptaran sus
colores en la casa de gobierno. Se podrá apoyar este hecho condenar la postura de JAK, pero tampoco
me parece que estemos ante una actividad de fomento del odio. Tengamos presente que por homofobia
se entiende la aversión obsesiva hacia alguien por el hecho de ser homosexual y en este caso me parece
que no concurre.

Que no se me malentienda. No estoy avalando los dichos de Kast. Sólo trato de delinear bien qué se
debe entender por “discurso de odio”. Me parece que es importantísmo distinguir nociones y no tildar
de tal lo que nos venga en gana, pues eso hace la diferencia entre reprimir bajo el amparo de un marco
de legitimidad o no. Defiendo lo que creo q es justo y verdadero, no a una persona en particular.
Me pregunto en todo caso si se ha generado la mitad de revuelo con las declaraciones de Navarro o
Artés, por dar ejemplos.

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