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Karen Horney Nuestros conflictos interiores

En la actualidad estamos envueltos dentro de una sociedad muy diversa, donde estamos
expuestos cada día a tomar múltiples decisiones, de elegir entre una y otra cosa por lo
cual los conflictos se hacen más numerosos, pero el hecho de tener estos conflictos no
es necesariamente ser un neurótico, aquí interviene el alcance y la intensidad de los
mismos.

Para Horney estos conflictos están determinados en gran parte por la civilización en
que vivimos, si es estable y tradicional, las elecciones van a ser limitadas, pero si es
transitoria y rápida las elecciones van a ser muchas y más difíciles, el tomar una
decisión admite la voluntad y la capacidad de asumir la responsabilidad de ella,
aceptando las consecuencias.

Al experimentar los conflictos y confrontarlos, es decir buscar una solución, nos


permite adquirir una mayor libertad y fuerza interior, si estos conflictos se presentan
como centro de las necesidades primarias de la vida son mucho más difíciles de
enfrentar y resolver.

Para que un conflicto se dé como tal y pueda ser resuelto de una manera sana, es
necesario que el individuo sepa cuáles son sus sentimientos, sus valores, en el neurótico
estas condiciones no están dadas, ya que no tiene claros sus sentimientos, con
frecuencia algunos de ellos que experimentan claros y conscientemente son reacciones
de miedo y de cólera, sus valores están ocultos por patrones compulsivos y estos le
impiden tener la firmeza necesaria para mantener una
decisión. (www.apsique.cl/book/export/html/475)

Para marcar la diferencia entre los conflictos normales que son totalmente conscientes a
diferencia de un conflicto neurótico que son siempre inconscientes y llegan a cualquier
extremo para negar su existencia.

La creencia de un conflicto básico dentro de la personalidad humana es muy antigua,


para Freud este conflicto es un instinto, un apetito de satisfacción y el medio que
impone la familia y la sociedad. Lo que Horney nos expone es su punto de vista con
respecto a Freud la naturaleza del conflicto, es decir que aun siendo un conflicto
importante, es secundario y nace por necesidad durante el desarrollo de la neurosis, el
conflicto del origen gira entorno a la incapacidad de desear algo cordialmente, ya que
los deseos de un neurótico están divididos y van en direcciones opuestas. Para Freud
este conflicto básico es universal, no puede resolverse, solo se puede llegar a un
dominio mejor, sin embargo para Horney el conflicto básico no tiene que surgir en
primer lugar y es posible resolverlo cuando se produce.

Otro punto es el que los conflictos hubieran requerido la introducción de los valores
humanos, pero para Freud estos era intrusos en la ciencia, por lo cual desarrollo una
psicología desprovista de valores morales. Otro exponente como es Jung propone que
los conflictos son un rasgo esencial en la neurosis, creo una ley donde un elemento
presenta un contrario, es decir una feminidad externa implica una masculinidad interna,
una extraversión superficial a una introversión oculta, por lo cual estos contarios son
complementarios, la meta es aceptar ambos y acercarse a la idea de la integridad.

Con esto Horney nos permite identificar su posición, donde nos expone que el conflicto
básico del neurótico “está en las actitudes fundamentalmente contradictorias que han
adquirido con respecto hacia a las demás personas.”

Para ver cómo se desarrollan los conflictos debemos fijarnos en las direcciones donde el
individuo pueda desarrollarse para enfrentarse con el medio, se puede presentar un
cuadro bastante caótico, que se concreta en tres líneas principales:

Al moverse hacia a la gente acepta su impotencia y a pesar de sus medios y su desvió


trata de ganar el afecto de los demás y apoyarse en ellos, con lo cual se va a sentir
seguro, apoyado, menos débil y aislado.

Moverse contra la gente acepta y da por sentado la hostilidad que hay en torno suyo,
desconfía de los sentimientos e intenciones de los demás hacia a él, quiere ser el más
fuerte y derrotarlos para protegerse y en parte para vengarse.

Se aparta de la gente no quiere luchar sino estar al margen, siente que tiene poco en
común con los demás, que no lo entienden, forma un mundo propio con sus propias
cosas.

En cada actitud se destaca la angustia básica sentimiento de aislamiento y desamparo


que experimenta el individuo frente a un mundo potencialmente hostil.

En la primera actitud se presenta la impotencia, en la segunda la hostilidad y en la


tercera el aislamiento, pero estas actitudes se desarrollan todas, se complementan
mutuamente y hacen un total armonioso, sin embargo la actitud predominante es la que
determina con mayor fuerza la conducta real.

En la neurosis estas actitudes son irreconciliables, el neurótico no es flexible, se ve


obligado a mantenerse apartado, sin tener en cuenta si su actitud es apropiada en
cualquier circunstancia, además siente pánico si procede de modo distinto.

Un factor considerable en el conflicto es que las actitudes no quedan restringidas al área


de las relaciones humanas las cuales son tan decisivas que moldean las cualidades que
desarrollamos, las metas que nos proponemos, los ideales en que creemos, por lo cual el
conflicto nacido de actitudes incompatibles constituye el núcleo de la neurosis la
expresión de una perturbación en las relaciones humanas.

Para comprender el conflicto nos proponen tres tipos de individuos la personalidad


dócil, la agresiva y la despegada.

El tipo dócil manifiesta los rasgos del movimiento hacia a la gente, muestra una
necesidad de afecto, aprobación, la compañía de un amigo, amante, esposo, acepta la
responsabilidad del bien o del mal, estas necesidades son compulsivas y sin distención,
este tipo de personalidad tiende a exagerar su cordialidad y el interés que tiene en
común con los seres que están a su alrededor, presenta un sentimiento de debilidad, falta
de firmeza y seguridad. Las actitudes de desafío, tendencias explotadoras inconscientes,
represión de impulsos lo realiza el neurótico para terminar con sus conflictos y crear en
su lugar una sensación de unidad y de integridad, cuando los impulsos agresivos son
mayores es más fuerte la necesidad de reprimirlos, el individuo se retrae, le gusta todo
el mundo, siempre queda en segundo término, al tener una relación el tipo dócil puede
ser la que más espera, pero solo sirve para su desdicha más profunda.

El tipo agresivo considera que todo el mundo es hostil, es una lucha de todos contra
todos, su actitud es aparente para su conveniencia, sus necesidades nacen de su creencia
que el mundo es una arena donde los individuos más aptos sobreviven y el fuerte
aniquila al débil.

Este tipo de personalidad necesita destacarse, tener éxito, prestigio o reconocimiento en


forma alguna, la lucha por un poder ya que permite el prestigio en la sociedad, que está
basada en la competencia, se hace el duro, el fuerte o trata de parecerlo, en el amor su
interés principal es tener por compañero a alguien especialmente deseable, que por su
atractivo.

El tercer aspecto del conflicto básico es la necesidad de alejamiento, el movimiento


aparte de la gente, se forma un deseo de una soledad, en el neurótico se da cuando la
asociación con la gente resulta intolerable y la soledad se hace primordialmente un
medio para evitarla.

El desvió del propio yo, es decir una rigidez ante la experiencia emocional, una
inseguridad de lo que uno es pueden trabajar y funcionar como seres vivos, pero no hay
vida en ellos.

El carácter compulsivo de la necesidad se muestra en su reacción de ansiedad cuando el


mundo se inmiscuye en sus asuntos, cualquier pregunta acerca de su vida personal le
ofende, se irrita si los demás no le dan la importancia, la necesidad de independencia es
compulsiva e indiscriminada, rechaza las reglas y normas convencionales, los consejos
los consideran como dominio y se resiste a ellos. La resistencia está unida con un deseo
consciente o inconsciente de decepcionar a los demás.

En la vida emocional desea no verse comprometido, no necesita de los demás, no


permite que los demás influyan en ella. Cuando más se contiene las emociones es más
probable que se dé importancia a la inteligencia y al razonamiento.

Para llegar a las formas de resolver estos conflictos, por ejemplo reprimir ciertos
aspectos de la personalidad y poner distancia entre él y los demás, permite que los
conflictos queden inactivos.

El hecho que el medio influya de una manera significativa, permite que Horney
considere que la neurosis es producto de los factores culturales, que están generados
especialmente en las relaciones humanas.

Una imagen idealizada, de lo que se cree o lo que siente o lo que puede o debe ser,
presenta una cualidad estática, una idea fija que venera y a la vez un gran obstáculo al
crecimiento por que niega los inconvenientes.

La imagen idealizada es considerada también una función elemental que sustituye una
confianza y orgullo real, la persona neurótica tiene pocas oportunidades de adquirir
confianza en sí a causa de terribles experiencias a que se ha visto sometida, la persona
es conducida en lugar de ser conductora, la capacidad de decidir está debilitada por su
dependencia a la gente.

Esta imagen idealizada puede ser llamada ilusoria o ficticia en una sola parte, por un
lado el hecho que el deseo de su creación es realmente extraordinario, una creación
imaginativa, pero determinada por factores reales, pero por otra parte nace de
necesidades intimas muy reales, realizan funciones y tiene una influencia muy grande
en su creador, tiene un valor en la realidad.

Para Karen Horney la brecha entre el yo verdadero y la imagen idealizada posee un


valor subjetivo, al llamarlo exteriorización como la tendencia de experimentar procesos
internos, como si ocurriesen fuera de la persona, abandonar totalmente el territorio, pero
cuando las discrepancias se dan entre el yo y la imagen idealizada llegan a un punto en
donde las tensiones se hacen insoportables y la persona ya no puede recurrir a nada de
su interior.

Cuanto más agresiva es la persona, se siente más superior, dispuesta a despreciar a los
demás, lo que hace que la persona sea más retraída, tímida. La cólera en el neurótico
siente hacia así mismo, no solo siente desesperación ante su incapacidad de estar a la
altura de ella si no que enfurezca al sentido de omnipotencia que es atributo invariable
de la imagen, la rabia alcanza su culminación al verse frente a tendencias contradictorias
y comprender que no pudo alcanzar metas opuestas, la cólera se exterioriza por ejemplo
se dirige hacia el exterior, se vuelve hacia a los demás y aparece como una irritación
general o como una irritabilidad especifica dirigidas contra las faltas ajenas de la
personalidad.

Otra de ellas es la forma de un medio incesante, consciente o inconsciente o una


atención de que las faltas son intolerables y por último la rabia que es proyectada hacia
los desórdenes corporales, contra sí mismo por ejemplo dolor de cabeza que
desaparecen cuando la rabia se siente conscientemente.

Para esto la tendencia de un excesivo dominio de si puede actuar contra la inundación


de las emociones contradictorias, además la virtud arbitraria tiene la doble función de
eliminar la duda interior y la influencia exterior, la duda y la indecisión son las
consecuencias invariables de los conflictos por resolver y pueden alcanzar una
intensidad capaz de paralizar toda acción.
El neurótico desea aparecer ante él y ante los demás, distinto de lo que realmente es,
teme ser descubierto ante sí que ante los demás, conscientemente los demás son los que
le preocupa y cuanto más se exterioriza su medio, más angustiado se siente que lo
descubran.

Detrás del medio al cambio están los temores de cambiar para empeorar, perder la
imagen idealizada y volverse una persona rechazada por lo tanto cada nuevo miedo
requiere un nuevo sistema de defensas, es si todos estos medios nacen de los conflictos
por resolver, forman un obstáculo para que nos enfrentemos con nosotros mismos.

Estos miedos forman una falta de esperanza por no llegar a resolver los conflictos, por
lo cual es muy importante resolver para evitar depresiones y hasta ideas suicidas.

Las personas carentes de esperanza pueden volverse destructoras esto es el significado


de las tendencias sádicas, una persona sádica puede desear esclavizar, intimida a su
víctima para que no se le escape casi siempre el esclavo es dócil y teme al abandono
debido a la presencia de tendencias neuróticas. Otra tendencia es la satisfacción que se
logra jugando con las emociones de otra persona de atraer y rechazar, de encontrar y
decepcionar.

La medida terapéutica más importante es lograr que el paciente vea los efectos
incapacitadores de los conflictos y las tendencias neuróticas, para lograr que el
neurótico se reintegre y se dé cuenta de sus verdaderos sentimientos y para que
desarrolle su escala de valores, se relacione con los demás, analizando cada estructura
de la neurosis.

Sin duda Karen Horney nos permite ver una perspectiva nueva acerca de la personalidad
neurótica, en donde ya no solo influyen los elementos instintivos sino un medio,
factores culturales y las relaciones humanas, donde busca que el neurótico se sienta
menos impotente, temeroso, menos separado de si y de los demás. Un ser humano que
desarrolle sus potencialidades, convirtiéndose en un ser decente que cambie mientras
viva.

Bibliografía

 HORNEY, K. “Nuestros conflictos internos” Editorial Psique. Buenos Aires.


 ARDOUIN, BUSTOS (1998) “El conflicto básico, según Karen Horney”.
Recuperado de http://www.apsique.cl/book/export/html/475
 BOEREE, G. “Karen Horney”. Recuperado de http://www.psicologia-
online.com/ebooks/personalidad/horney.htm

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