Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Un dato para los pequeños que también sorprende a los mayores: un estudio publicado
este año estima en un billón (un millón de millones) el número de especies
microbianas en la Tierra. Teniendo en cuenta las que ya conocemos, esto significa que
el 99,999% de ellas son aún desconocidas, y que la inmensa mayoría lo serán siempre.
Los microbios son un campo de plena actualidad; la Casa Blanca acaba de lanzar una
iniciativa de catalogación de microbiomas que reunirá 500 millones de dólares de
distintas fuentes.
Ya expliqué aquí que, frente a esa idea clásica de que los humanos somos como una
suerte de presidentes del consejo de administracion de los seres terrícolas, en
realidad somos el último mono (nunca mejor dicho). Las últimas versiones de la
taxonomía de la vida terrestre nos sitúan a todos los animales (junto con los hongos) en
la minúscula ramita de los opistocontos, que les costará encontrar en esta versión
actualizada del árbol de la vida (pista: esquina inferior derecha). La inmensa mayoría
del ramaje de este árbol corresponde a bacterias y arqueas (antes llamadas
arqueobacterias). Y la cosa no para ahí: es probable que andando el tiempo nos
convirtamos en una pequeña verruga del grupo de las arqueas, ya que descendemos de
ellas.
Esta introducción tiene como objetivo situar a las especies, nosotros y los microbios, en
el contexto de lo que realmente representamos en este planeta. ¿Y dónde están todos
esos microbios? En todas partes: alrededor de nosotros, encima de nosotros y
dentro de nosotros. Pero no hay que asustarse: la mayoría de los que conviven con
nosotros son inofensivos o beneficiosos, y de hecho a un microbioma sano le debemos
nuestra propia salud. En este experimento vamos a descubrir la diversidad microbiana
que nos rodea y que habita también en nosotros.
Materiales: