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PERSONAS CON

DISCAPACIDAD A TRAVÈS DEL


AVANCE DE LA LEY 26657 DE
SALUD MENTAL

Alumna: Duca Lucía Estefanía

1
INTRODUCCIÓN
En el marco de la Ley Nacional de Salud Mental 26.657 se reconoce a la salud mental
como un proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos,
culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una
dinámica de construcción social vinculada a la concreción de derechos humanos y
sociales de todas las personas. El Estado reconoce a las personas con padecimiento
mental, entre otros, el derecho a que dicho padecimiento no sea considerado un estado
inmodificable.
Respecto al reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad en la
Argentina, se ha dado un importante avance en la materia. Así lo demostró la sanción de
la Ley 24.901 sobre “Sistemas de prestaciones básicas en habilitación y rehabilitación
integral a favor de personas con discapacidad”, la que en su artículo 4 otorga a las
personas con capacidades diferentes el derecho al acceso a todas las prestaciones que
esta normativa consagra cuando carecieran de cobertura de obra social.

Desde el 25 de noviembre de 2010 a partir de la sanción de la Ley Nacional de Salud


Mental (Ley Nº 26657) se ha logrado un importante avance. Esta nueva norma ha
permitido modificar aquel pensamiento en el que las personas con discapacidad eran
solo considerados como pacientes objeto de internación y carentes de capacidad para
garantizarles el pleno goce de los Derechos Humanos, partiendo de la premisa de
capacidad de todas las personas, analizando posteriormente distintos aspectos que
determinaran su salud mental pero otorgándole un espacio para que pueda desarrollar de
la manera más libre posible y otorgándoles mayor grado de autonomía.

Hipótesis
Que con la sanción de esta nueva Ley de Salud Mental, promulgada el 2 de diciembre
de 2010, en la Argentina se amplió la esfera de reconocimiento de derechos de las
personas con discapacidad mental, asegurando el derecho a la protección de la salud
mental de todas las personas, y el pleno goce de los derechos humanos

Objetivo
Tomando al Trialismo como marco teórico y estudiando desde tres aspectos -sus
dimensiones (sociológica, normológica y dikelógica)- la norma citada, el objeto del

2
presente trabajo será analizar el contenido de la Ley 26657 comprobando que el mismo
ha generado una importante evolución en la regulación de los derechos de las personas
con discapacidad.

Análisis sociológico del tratamiento de las personas con discapacidad


Como ya se ha dicho el tratamiento que se le ha dado a las personas con capacidades
diferentes ha ido modificándose a lo largo de los tiempos. De la misma manera que fue
evolucionando la humanidad se dio paulatinamente este crecimiento de esta materia
que en cada época se veía evidenciado conforme a los principios que imperaban en cada
tiempo y conforme a la misma evolución que se daba en aspectos jurídicos como
sociales. De esta manera es que pueden estudiarse tres tipos de sistemas: el de
prescindencia, el modelo rehabilitador y por último, el modelo social que es el que
impera en la actualidad, aunque todos ellos coexisten en distintos ámbitos.

Modelo de Prescindencia
El Modelo de Prescindencia, tomaba como bases los aspectos religiosos, consideraba
que toda aquella persona que presentara algún cuadro de enfermedad mental o física era
una persona que no le sería de utilidad a la sociedad dado que ese diagnóstico lo
vinculaban estrechamente con los pecados. Así eran tomados como pecadores y aislados
de aquellos sujetos considerados como “normales”, ya que además por su condición
física o mental se les atribuían rasgos diabólicos.
Durante aquella época de vigencia de este modelo de prescindencia, existían dos
soluciones para por la entonces problemática que implicaban las personas con
discapacidad.
El primero de ellos era conocido como submodelo eugenésico, que se aplicaba a
aquellos niños o niñas que al momento de nacer ya presentaban algún signo de
discapacidad. Por lo que, al presentar alguna patología que mostrase rasgos de
discapacidad mental o física, eran asesinados o bien se deshacían de ellos por considerar
que su condición no les permitiría desempeñarse en su vida.
Por otra parte, diferente era el tratamiento que se les daba a aquellas personas que al
momento de nacer no presentasen ningún indicio de discapacidad física o mental, pero
que con posterioridad debido al ejercicio de sus actividades, presentaban estos signos.
Tal es el caso de aquellos hombres que luego de las batallas sufrían la perdida de alguno
de sus miembros, generando así una discapacidad que no le permitia seguir en sus

3
funciones como lo hacían. Estas personas no eran asesinadas o desechadas como lo eran
los recién nacidos, pero si eran objeto de burlas en su sociedad.
El segundo submodelo que se aplicaba, dentro del ya mencionado modelo de
prescindencia, era el de Marginación. Este submodelo tuvo su período de aplicación
durante la Edad Media y, como su nombre lo indica, aquellas personas que presentasen
algún signo de discapacidad eran marginadas.
Se consideraba a la discapacidad como una cuestión sin remedio, incurable, por lo que
toda persona que tuviese alguna patología de ese tipo debía refugiarse como sustento de
vidas en la caridad de la sociedad de la que eran parte. “(…) Los anormales son
habitualmente condenados a la marginalidad (…)”1
Modelo rehabilitador
Ya en la Edad Moderna, surge el segundo modelo sobre el tratamiento de las personas
con discapacidad, el “Modelo Rehabilitador”: deja de considerar a la personas con
discapacidad como innecesarias para la comunidad y entiende que pueden ser útiles para
ella, pero en tanto y en cuanto sean rehabilitadas o normalizadas.
Fue entonces la asistencia social el método de manutención más implementado, debido
a la imposibilidad de realizar ciertas tareas.

Modelo social
En el “Modelo Social” se dejan a un lado las limitaciones individuales y se consideran
aquellas que surgen del mismo funcionamiento de la comunidad, aspectos sociales que
revelan el mal desempeño de la sociedad en su conjunto como pueden ser la falta de
servicios adecuados para un buen desenvolvimiento de aquellas personas con
capacidades diferentes. Al respecto pueden señalarse, a modo de ejemplo, la falta de
rampas en las esquinas para las personas en silla de ruedas.
“Partiendo de la premisa de que toda vida humana es igualmente digna, desde el
modelo social se sostiene que lo que puedan aportar a la sociedad las personas con
discapacidad se encuentra íntimamente relacionado con la inclusión y la aceptación de
la diferencia”2.

1
CIURO CALDANI, Miguel Ángel. “Acerca de la normalidad, anormalidad y el Derecho” en
Investigación y Docencia vol.19
2
PALACIOS, Agustina. Op. Cit. Pág. 104.

4
Se entiende además que el trabajo, a diferencia que en el modelo rehabilitador, es el
único método de inclusión en la sociedad y se sostiene pregona la igualdad de
oportunidades para todas las personas.

Modelo Diversidad funcional


Este término no designa a un solo colectivo, sino que describe a toda la especie humana,
ya que ningún individuo despliega del mismo modo las funciones físicas y psíquicas
propias del ser humano. Con su utilización, lo que se consigue es difuminar
efectivamente la discapacidad en la realidad social, haciendo que esta sea diversa pero
no por ello discriminatoria. Este modelo definitivo, denominado “modelo de la
diversidad”, va a venir determinado, por la necesaria conexión entre el Derecho y la
Bioética. Modelo en el que todos los individuos son iguales en dignidad, por el hecho de
ser seres humanos, e iguales en derechos, consiguiendo erradicar de esta manera
cualquier vestigio de discriminación por razón de diversidad funcional. 3

Análisis nomológico de la Ley 26657 de Salud Mental


En el año 2008 el Estado Argentino ratifico la Convención sobe los Derechos de
Personas con Discapacidad adoptando medidas para promover, proteger y asegurar el
goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos para todas las
personas con discapacidad.4
El 25 de noviembre de 2010 el Congreso Nacional sancionó la Ley 26657 de Salud
Mental5que regula el Derecho a la Protección a la Salud Mental de todas las personas,
en la cual su articulo primero hace referencia al objeto de asegurar tal derecho y además
el pleno goce de los derechos humanos de las personas con discapacidad mental y que
se encuentren en el territorio de nuestro país.
En el nuevo diseño normativo del Codigo Civil y Comercial de la Nación la “capacidad
general de ejercicio de la persona humana se presume, aun cuando se encuentre
internada en un establecimiento asistencial” (art. 31 inc. a, CCC).
La declaración de incapacidad tiene carácter de excepción, reservado solo a aquellos
supuestos en que “la persona se encuentre absolutamente imposibilitada de interaccionar
con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y
3
Agustina PALACIOS y Javier ROMAÑACH, El modelo de la diversidad. La Bioética y los Derechos
Humanos como herramientas para alcanzar la plena dignidad en la diversidad funcional, Diversitás
Ediciones, Madrid, 2006,
4
Del Aguila, Luis Miguel. Discapacidad, Justicia y Estado. Pág 124
5

5
el sistema de apoyos resulte ineficaz” (art. 32, último párr., CCC).
Solo en caso de tal imposibilidad de interacción podría designarse un curador que
suplante integralmente la voluntad de la persona. Fuera de ese supuesto, cuando se trate
“de una persona mayor de trece años que padece una adicción o una alteración mental
permanente o prolongada, de suficiente gravedad” y siempre que “del ejercicio de su
plena capacidad” pueda “resultar un daño a su persona o a sus bienes”, el Juez “puede
restringir la capacidad para determinados actos” y en relación con ellos “debe designar
el o los apoyos necesarios especificando las funciones con los ajustes razonables en
función de las necesidades y circunstancias de la persona” (art. 32, CCC).
De esta manera puede comprobarse claramente el avance que ha generado esta joven
Ley en materia de tratamiento de las personas con discapacidad, que reconoce y
asegura el reconocimiento y el pleno goce de sus derechos a estas personas.

Uno de los puntos importantes de la ley de salud mental es que define y legisla el
concepto de salud mental en su Art. 3 permitiendo así determinar cuales son las
personas amparadas por las disposiciones que encuadra esta Ley y partiendo de la base
de presunción de la capacidad de todas las personas. “…como un proceso determinado
por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos,
cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social
vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona”.
En este sentido, ésta normativa, advierte que no podrá determinarse un diagnóstico en
materia de salud mental tomando como bases cuestiones referidas a: a) status político,
socio-económico, pertenencia a un grupo cultural, racial o religioso; b) demandas
familiares, laborales, falta de conformidad o adecuación con valores morales, sociales,
culturales, políticos o creencias religiosas prevalecientes en la comunidad donde vive la
persona; c) elección o identidad sexual. d) La mera existencia de antecedentes de
tratamiento u hospitalización.
Con este punto se garantiza que el diagnóstico que estudie y determine el grado de salud
mental de las personas, no sea efectuado en base a aquellos prejuicios que
históricamente han sido utilizados por la humanidad con el fin de establecer si una
personas tiene o no algún grado de afección en su salud mental.

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A medida que uno estudia y analiza la nueva Ley 266576, se comprueba el avance que
ha significado para la legislación nacional en esta materia. En su Art. 5 se establece que
la existencia de diagnóstico no pude ser tomado como presunción de daño o
incapacidad, la que solo puede ser determinada mediante un examen interdisciplinario.
Este deberá realizarse a cargo de un equipo interdisciplinario compuesto por
profesionales, técnicos y otros trabajadores capacitados con la debida acreditación de
autoridad competente. Incluyéndose las áreas de psicología, psiquiatría, trabajo social,
enfermería, terapia ocupacional y otras disciplinas o campos pertinentes.

Un capítulo aparte merece el reconocimiento que esta Ley ha hecho respecto de los
derechos de la personas con padecimiento mental en su artículo 7 ya sea el Derecho a
recibir atención sanitaria y social integral y humanizada, a partir del acceso gratuito,
igualitario y equitativo a las prestaciones e insumos necesarios, Derecho a recibir
tratamiento y a ser tratado con la alternativa terapéutica más conveniente, que menos
restrinja sus derechos y libertades, Derecho a ser acompañado antes, durante y luego
del tratamiento, Derecho del asistido, su abogado, un familiar, o allegado que éste
designe, a acceder a sus antecedentes familiares, fichas e historias clínicas, Derecho a
que en el caso de internación involuntaria o voluntaria prolongada, las condiciones de
la misma sean supervisadas periódicamente por el órgano de revisión entre otros.

Este es uno de los puntos clave del análisis del presente trabajo que tiene como objeto
comprobar que, mediante la sanción de la presente ley en estudio, se ha producido un
histórico avance en la legislación vigente y en el reconocimiento de los derechos de las
personas con capacidades diferentes, particularmente en este caso las personas con
discapacidad mental.
Así la norma prevee y garantiza un tratamiento gratuito e igualitario para las personas
con padecimiento mental, logrando que la atención que reciba sea sanitaria, integral
social y humanizada. Anteriormente las personas con este tipo de padecimiento no eran
considerados como personas en tanto y en cuanto carecían de poder disponer
autónomamente de sus derechos y determinar aspectos de su tratamiento, con este
nuevo punto se logra que el tratamiento que reciban los considere en primera persona,

6
Esta norma fue sancionada el 25/11/2010; promulgada el 02/12/2010 y publicada en el Boletín Oficial el
03/12/2010.

7
no como meros pacientes sino como seres humanos con derechos y con pleno goce de
los mismos. El artículo la define como humanizada7.
Se les otorga además otro derecho que garantiza la autonomía que a la que hacemos
referencia al expresar que esta Ley 26657 ha evidenciado un avance en la legislación
vigente en nuestro país. Consagra el derecho que todas las personas con padecimiento
mental tienen respecto a tomar decisiones vinculadas a su atención y tratamiento. Este
punto no tiene otro mejor fin que asegurar la autonomía de la voluntad de estas
personas, en cuanto a que ellos son quienes deciden sobre su cuerpo, derecho que como
seres humanos gozamos todas las personas.
La internación es uno de los recursos que al momento de garantizar los derechos y el
cuidado de la persona toma mayor importancia. Dentro del los artículos de esta Ley el
16 regula los requisitos que deben cumplirse cuando la internación es llevada a cabo

Sólo se considera válido el consentimiento cuando se presta en estado de lucidez y con


comprensión de la situación, y se considerará invalidado si durante el transcurso de la
internación dicho estado se pierde, ya sea por el estado de salud de la persona o por
efecto de los medicamentos o terapéuticas aplicadas. En tal caso deberá procederse
como si se tratase de una internación involuntaria”.

Reforzando esta idea es que me referiré al Art. 188 que amplía la idea del resguardo de
la autonomía de la persona estableciendo que bajo su consentimiento podrá en cualquier
momento decidir por sí misma el abandono de la internación.

Análisis dikelógico de la Ley 26657 de Salud Mental


Puede apreciarse, desde los comienzos de la redacción del texto de la Ley, la intención
de la norma de asegurar el resguardo de valores tales como la humanidad, igualdad y
salud, todos y cada uno en pos de alcanzar el valor que le ha dado nombre a esta tercera
dimensión del Trialismo, la justicia.

7
De humanizar. Humanizar: “hacer que una cosa o persona sea más humana, más buena o respetuosa con
el ser humano”. De esto último es de lo que se trata, ser más bueno y respetuoso con el otro.
8
Art 18: “La persona internada bajo su consentimiento podrá en cualquier momento decidir por sí misma
el abandono de la internación. En todos los casos en que las internaciones voluntarias se prolonguen por
más de SESENTA (60) días corridos, el equipo de salud a cargo debe comunicarlo al órgano de revisión
creado en el artículo 38 y al juez. El juez debe evaluar, en un plazo no mayor de CINCO (5) días de ser
notificado, si la internación continúa teniendo carácter voluntario o si la misma debe pasar a considerarse
involuntaria, con los requisitos y garantías establecidos para esta última situación”.

8
Continuando con el análisis dikelógico de la norma, se extrae del su texto la
implementación del valor igualdad. Específicamente en el Art. 7, en el que se disponen
los derechos de las personas con padecimiento mental que se encuentran en tratamiento
médico. La mencionada disposición regula el reconocimiento de los derechos de los que
toda persona debe gozar recibiendo o no tal tratamiento. En tal sentido puede
mencionarse el Inc. i) de dicho artículo que expresa: “Derecho a no ser identificado ni
discriminado por un padecimiento mental actual o pasado”.

El valor salud requiere de un tratamiento especial en el marco de esta Ley. Este valor
ha sido considerado en todo momento por el texto de la norma, ya que a medida que se
desarrollan sus suposiciones se busca, en manera constante, su implementación y
resguardo.
Así el Art. 11 dispones: “La Autoridad de Aplicación debe promover que las
autoridades de salud de cada jurisdicción, en coordinación con las áreas de educación,
desarrollo social, trabajo y otras que correspondan, implementen acciones de inclusión
social, laboral y de atención en salud mental comunitaria... De este modo se asegura
que el desarrollo del tratamiento que reciba la persona con padecimiento mental sea el
idóneo para lograr una pronta y adecuada recuperación.
En este mismo punto se refleja otro de los puntos clave de esta nueva ley de Salud
Mental, y que se refiere a la constante preocupación de lo dispuesto por lograr en todo
momento la integración de la persona dentro del entorno comunitario. De este modo
toma protagonismo otro de los valores relevantes al momento de alcanzar el valor
supremo (justicia), y no es otro que el de utilidad. De eso se trata en este punto, de
permitir que la persona con padecimiento mental se reconozca así mismo como
participe de la comunidad que integra y que posee aptitudes como para generar
beneficios para ella.

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CONCLUSION
A lo largo del presente trabajo se ha intentado arribar a la comprobación de la
importancia que ha significado la sanción de la Ley 26657 en cuanto al reconocimiento
de los derechos de las personas con discapacidad, en este caso personas con
padecimiento mental, y la evolución que ha reflejado en la legislación nacional sobre la
materia. Se ha tomado como marco teórico la Teoría del Mundo Jurídico de Werner
Goldschmidt y las obras del Dr. Miguel A. Ciuro Caldani.
Las dimensiones sociológica, normológica y dikelógica han permitido hacer un análisis
más acabado de la cuestión que se plantea como objeto del trabajo. Así se han analizado
los aspectos sociales sobre el tratamiento de las personas con discapacidades
desarrollándose los cuatro modelos existentes sobre la materia.
La Dra. Palacios ha expresado en su obra que ellos son: el modelo de presciencia, el
modelo de rehabilitación,el modelo social y por último el modelo de Diversidad
Funcional. El análisis de los mismos ha permitido revelar la manera en la que se
producido una notable evolución en la materia, el tratamiento de las personas con
discapacidades.
A lo largo de la historia se ha pasado por distintos estadios, de la marginación de las
personas con este tipo de padecimiento a la total integración y protección de su persona
y sus derechos. Así lo reveló la implementación del modelo social y la posterior sanción
y aplicación la Ley 26657.
En consecuencia se ha demostrado que tanto con la Ley de Salud Mental, con la
Convención y con la reforma del Código Civil y Comercial de la Nación se ha
alcanzado un importante avance en cuanto al reconocimiento de los derechos de las
personas con discapacidad. Asegurando no solo la protección del derecho a la Salud
Mental de todas las personas, sino también el pleno ejercicio y goce de los Derechos
Humanos.

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BIBLIOGRAFIA

 Goldschmidt, Werner. “"Introducción filosófica al Derecho - La teoría trialista


del mundo jurídico y sus horizontes", Editorial Depalma.

 Ciuro Caldani, Miguel Ángel. “El Bioderecho y la Teoría Trialista del Mundo
Jurídico”.

 Ciuro Caldani, Miguel Ángel. “Acerca de la normalidad, anormalidad y el


Derecho” en Investigación y Docencia vol.19.

 Ciuro Caldani, Miguel Ángel. “Estrategia Jurídica”. Centro de Investigaciones


de Filosofía Jurídica y Filosofía Social Facultad de Derecho Universidad
Nacional de Rosario UNR EDITORA - Editorial de la Universidad Nacional de
Rosario. Rosario 2011

 German J. Bidart Campos, “La Teoría Trialista del Mundo Jurídico según
Werner Goldschmidt.

 Palacios, Agustina. El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización


y plasmación en la Convención Internacional sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad. Editorial Cinca. Primera edición: octubre 2008.

Legislación

 Convención Americana sobre Derechos Humanos. Suscrita en San José de Costa


Rica, el 22 de noviembre de 1969.

 Ley 26657 de Salud Mental, del 25 de noviembre de 2010.

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