Está en la página 1de 3

UNA REFLEXIVIDAD HACIA EL MEJORAMIENTO DE LA PRACTICA DOCENTE COMO META A LA EMANCIPACIÓN DESDE UNA POSICION POLITICA DEFINIDA.

Educar es el arte de transformar la forma de pensar y de vivir de una sociedad, sosteniendo aquellas prácticas que permitan un
equilibrio entre los diferentes actores que la componen. Desde esta perspectiva, es importante resaltar la función que cumple la
escuela en una sociedad y más importante aún, el papel que juega el docente dentro de la misma. Es por todo esto que se hace
necesario tener una posición política definida como docente y de esta forma poner en tensión el sistema, saliendo de la zona de
confort en la que vivimos. Por otro lado, nos invita a ver y reconocer el otro como un sujeto de posibilidades.

Sostener hoy la importancia de educar, la responsabilidad de educar, conlleva para nosotros hacer el esfuerzo de resignificar, retomar
viejos sentidos, cuestionarlos, interrogarlos y conservarlos cuando mantienen vigencia y pertinencia; pero también incluye la
responsabilidad de incorporar asignaciones y mandatos nuevos sin complacencias (eventualmente no respondiendo a ciertas
demandas de la actualidad y quizás sosteniendo ofertas aun cuando, para ellas, no sea este el tiempo de la demanda) (Frigerio, 2003)

Por otro lado, la palabra educación no puede ser entendida única y exclusivamente como lo que se enseña en un salón de clase
(contenidos), la palabra educación debe ser entendida en una forma más amplia, como el mecanismo de desarrollar capacidad
intelectual, moral, afectiva y cultural de una sociedad cuyo objetivo principal es formar hombres libres y responsable de decidir
por sí mismo su propio destino.

Educar se vuelve así algo más que una pedagogía Educar podría querer decir el trabajo contra la incultura. …educar sólo puede ser ocasión,
para devenir un compromiso, una manera de Sabemos que lo propio de la cultura es que siempre se posibilidad, disponibilidad a cuestionar la
ejercer el oficio del vivir, en el cual el sentido del dirige a otros, más allá del presente. Pero hacernos noción de destino; es decir, la posibilidad
otro, la resonancia de la alteridad y la presencia responsables de los contemporáneos para que éstos no de ocupar un lugar no coincidente con el
de otredad se vuelven referentes. (Frigerio, 2003) estén marginados del discurrir de la vida constituye que otorga el nacimiento. (Frigerio, 2003).
también el deber de la educación. (Frigerio, 2003).
Ahora bien, para contribuir al proceso de transformación de una sociedad es indispensable (desde nuestro rol como docente) tener una buena
formación. Es importante recordar primero, que la formación es propia de cada individuo y que se necesitan de unos medios que sirvan de
mediadores para la formación. Al igual que el significado de la palabra de educación, la formación no debe ser entendida entonces únicamente
como una herramienta para la adquisición de conocimientos en centros de formación. Puesto que hay situaciones que se presentan fuera de estos
y se requieren de otro tipo de habilidades o destrezas para poder solucionarlas. Desde esta perspectiva formarse es enfrentarse a lo desconocido,
a situaciones adversas sorteando las dificultades que se presenten en el camino. Como lo manifiesta Ferry (1993) Las mediaciones son variadas,
diversas. Los formadores son mediadores humanos, lo son también las lecturas, las circunstancias, los accidentes de la vida, la relación con los
otros… Todas estas son mediaciones que posibilitan la formación, que orientan el desarrollo, la dinámica del desarrollo en un sentido positivo.
Desde esta perspectiva el docente en aula de clase se enfrentara a muchas situaciones que no tienen que ver únicamente con su saber disciplinar
y encontrarle la mejor solución dará cuenta de su proceso evolutivo de formación.

La formación es un proceso de desarrollo individual La formación incluye también las etapas de la vida Formarse es siempre adquirir o perfeccionar un
tendiente a adquirir o perfeccionar capacidades. escolar con sus éxitos y sus fracasos, las saber, una técnica, una actitud, un comportamiento,
Capacidades de sentir, de actuar, de imaginar de capacitaciones programadas para esto o aquello, es es decir, lograr una capacitación. (Ferry, 1993, p.70)
comprender, de aprender de utilizar el cuerpo. decir, los caminos marcados e instrumentados que
(Ferry, 1993, p.52) emprende obligatoria o facultativamente el trayecto
de la formación. (Ferry, 1993, p.53)

Es importante entender entonces que el proceso y evolución de formación de las personas es propio de cada de ser, y consiste en perfeccionar un saber –
hacer. Luego entonces, desde la perspectiva de formación tomada por Ferry nos invita a usar nuestro cuerpo, los sentidos, la imaginación para entender y
comprender al otro (aprendiz) y brindarle desde nuestras experiencias una acogida de bienestar como persona única. De esta manera estaríamos contribuyendo
a la trasformación de una sociedad crítica formada en valores, respetando y aceptando las diferencias del otro.
La didáctica por otro lado, es la herramienta que nos permite organizar y estructurar de forma detallada el proceso de enseñanza. Es aquí donde se pone en
marcha nuestro verdadero ejercicio como docente. La didáctica aparte de permitirnos seleccionar los contenidos que deseamos enseñar indaga también los
por medios, los espacios y los tiempos para enseñar, sin olvidar las condiciones culturales, religiosas, sociales y políticas que posee el otro. Hablar de didáctica
es darle sentido al arte de enseñar, es guiar un proceso de aprendizaje dando herramientas que le permitan a nuestros educandos adquirir competencias y
habilidades para la vida.

La didáctica en su forma más práctico-aplicada tiene que ver entonces con las formas de razonamiento y toma de decisiones adecuadas sobre los modos de
enseñar por parte de un docente profesional y autónomo que es capaz de llevar a cabo sus propias propuestas, orientaciones, métodos, etc., de enseñanza. La
didáctica más que poner a los docentes de cara a un asunto organizacional, los pone ante un asunto sobre el cual reflexionar (a quién, qué, cómo, con quiénes,
con qué, dónde, cuándo y para qué enseñar). La centralidad de la didáctica en el quehacer docente hace que los docentes deban asumir un rol de enseñantes
reflexivos y de teóricos de la enseñanza de manera que puedan llevar a cabo su quehacer (profesión responsable. (Runge, 2013, p.213).

Desde otra perspectiva y la más importante encontramos el currículo, la más importante porque es desde aquí donde se piensa o se construye el
prototipo de hombre que se desea para la transformación de una sociedad. Es el currículo la herramienta más eficaz para derribar todas las barreras
sociales y políticas de una civilización, es desde el currículo donde se pone en tensión el sistema hegemónico de los poderes que gobiernan una sociedad.
Dicho de otra forma, el currículo debe ser construido para solucionar los problemas reales de la vida de las personas que se desarrollan en una sociedad.

Teniendo en cuenta un interés emancipador, un currículum no consistirá en un conjunto de planes a desarrollar, sino en un proceso interactivo en
el que la planificación, la acción y la evaluación están relacionadas recíprocamente e integradas en un proceso de investigación-acción, por lo que
podemos ubicarlo en un peldaño cualitativamente superior que nos permite avanzar hacia la transformación del proceso de enseñanza-aprendizaje,
mediante la crítica que permite el método dialéctico (Braga, 1995:95).

Todas estas reflexiones nos invitan a repensar nuestra praxis, cambiar el discurso, mirar al otro, no desde la carencia sino como un sujeto de
posibilidades, prestarles el deseo de aprender, entender que cada persona es única y tiene una manera singular de aprender. A eso se refiere el arte
de educar, el proceso de formación, la didáctica, la pedagogía y el currículo. A todo esto es lo que llamamos educación para la emancipación.

También podría gustarte