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ENTREVISTA A MARIANO BIASIN

REALIZADOR-DIRECTOR AUDIOVISUAL

Taller de escritura

Mariel Breuer

Curaduría y gestión cultural – 2° año

Agustina Montarcé
Llego apurada a la casa de Mariano Biasin (Nano), me abre la puerta del edificio y en las
escaleras al segundo piso encuentra una zanahoria que levanta y se la lleva, riéndose y
mirando por el espiral del medio. Adentro es organizado, todas las cosas que tiene en su
casa parecen tener un lugar propio. La computadora es enorme en un escritorio también
enorme y casi vacío, asique en primer plano están los créditos de su nuevo corto, que está
editando porque se le ocurrió una cosa medio extraña pero quiere lograr hacerlo antes de
volver a irse de viaje.

Habló sobre la cámara, la primera que agarró, y cómo ella fue un objeto de experimentación
para empezar a jugar y plasmar una mirada particular, un mundo propio, siendo que no se
sentía cómodo en el mundo normal. Desde chico ve películas y quiso siempre meterse en
algunas, tanto al mundo ficcional y como al de la producción; quería saber qué había detrás
de ellas. Experimentar con la cámara se trataba para él de una especie de escape, una mirada
distinta a la rutina, una salida del propio punto de vista para poder ver más cosas.

El año pasado terminó su primer cortometraje como director, El inicio de Fabrizio. En poco
tiempo estaba recibiendo el Oso de cristal en el Festival Internacional de Cine de Berlín.
Nano sigue sorprendido: “No lo imagine ni en pedísimo. A lo sumo podía haber imaginado
el camino hacia eso, o quedar en un festival importante de competencia, pero estar en
selección oficial de un festival así ya es la meta, para mí eso fue algo para celebrar.”

De cómo surgió

“La infancia es algo que me inquieta mucho, creo que de los personajes que escribo, de lo
que hablo, en general tiene que ver con eso, con cómo ven los niños el mundo. Me siento
identificado con eso. Me gusta, me gusta esa pureza para ver las cosas. Ese momento de
transición de ser un niño que está en su burbuja, y ser un adulto donde todo se convierte de
golpe. Esa transición de la adolescencia, o de la pre-adolescencia, es una etapa que me
parece interesante, me es afín.”

Nano se propuso un desafío con un amigo suyo: inventar historias en treinta segundos
mientras caminaban por cualquier lugar o hacían cualquier cosa. A partir de un auto
abandonado surgió la idea del Inicio de Fabrizio. “Lo curioso del corto fue que lo escribí en
una semana. […] me cuesta escribir, doy vueltas, soy muy exigente, entonces escribo algo y
lo dejo por la mitad, lo retomo, lo dejo, lo cambio, y lo de Fabrizio fue una inspiración fugaz
que se hizo en una semana. Eso fue lo mágico que tuvo ese corto, inspiración muy fugaz […]”
Hay equipo

El trabajo pudo hacerse gracias al premio de un concurso del INCAA, que cubrió el
financiamiento. De todos modos, más allá del dinero, “[…] los sueldos para la gente eran muy
simbólicos. Gracias al trabajo en cine tengo amigos que querían sumarse y tomar esto como
una película. Todos los que lo hicimos lo tomamos así, no como un corto. La palabra corto
tiene cierta impronta de amateurismo, de cosa pasajera. Nosotros le dedicamos un año y
pico como si fuera una película.”

“Encaré el trabajo con los chicos (actores) desde un lugar humano antes que nada: formar
una amistad para lograr sacarles lo que yo sentía que hacía falta para el corto, y el premio
de eso fue que se formó una gran amistad, además de todo. Creo que la mejor forma de
trabajar es poniendose a la par, no ejerciendo una verticalidad como director, de adulto
antes que niño, sino como gente unida por un proyecto, valiéndose de los recursos del otro
y viceversa, para lograr algo así.”

“Humanamente me sorprendieron un montón de cosas, sobre todo de Lucas, el


protagonista. Ver qué rápido entendía, cuán rápido le ponía el cuerpo a las situaciones y las
hacía naturales; cosas que me daban un poco de miedo cuando las escribí, como pensar
cómo iría a verse tal cosa en la pantalla. Una vez que entendió el juego lo hacía suceder y
sucedía y sucedió. Eso fue muy lindo y positivo del aporte de todos ellos.”

Mundi

“Con este trabajo sentí por primera vez en mi vida que estaba enarbolando un mensaje o
comunicación hacia muchos públicos y muy diversos, porque se presentó en Chile,
Colombia, Estados Unidos, Alemania, Tucumán, Puerto Madryn, ahora se va a presentar en
España, en fin: lugares muy distintos entre sí, público muy heterogéneo. Me parece muy
conmovedor generar emoción, desde la risa, emoción de cualquier tipo, desde la simpatía
en toda esa gente, haber sentido reír a gente en alemán, en inglés y de todos lados.”

“Tiene una impronta bastante universal, es algo que les pasa a todos, creo que la mayoría se
puede identificar con algunas de las cosas que pasan en el corto. En términos culturales, lo
que más me movió en todo este recorrido de muchos festivales y muchos públicos, fue que
esta historia fue la motora para que el trabajo de chicos de Zárate sea visto por miles de
personas. Eso me pareció algo muy logrado, muy lindo, muy válido.”
Así parece que Nano se apoya en la vida y en la suya propia para crear nuevas realidades y
trasladarlas a la pantalla grande. La inspiración llega de muchos lados pero siempre se
encuentra en la obra un sentido de pertenencia singular y auténtico, que se suma a al ingenio
a la hora de construir y narrar. Basta un rato de hablar con él para entender por dónde viene
la mano, y es de un lugar por demás sencillo, aunque de vuelta sus guiones varias veces.

Lo vamos a ver volver con Calculations, un corto al que me atreví a catalogar como
transicional -avaló esto relacionándolo con la práctica y la experiencia, todo suma- entre
Fabrizio y el plato fuerte que vendrá más adelante. Habrá que esperar un poco más para ver
“[…] una historia re valiosa que ojalá pueda hacerse. Estamos en camino.”

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