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SEGURIDAD PORTUARIA:
Introducción
Esta guía representa el primer trabajo de toda una serie, que se producirá en merced al
empeño operativo del sector marítimo y el gobierno federal. Este material y los
manuales técnicos que se prepararán posteriormente, pretenden servir de apoyo a los
directores y/o gerentes generales de los puertos, a los directores de seguridad
portuaria y demás funcionarios de los departamentos de seguridad de los puertos, en
el cumplimiento de sus responsabilidades hacia la preparación de un programa efectivo
de seguridad portuaria.
Los manuales técnicos serán suficientemente detallados como para que sirvan de
instrumentos prácticos para la planificación y conducción de las operaciones cotidianas
de seguridad portuaria. Estos manuales incluirán metas basadas en resultados,
midiendo cuantitativamente la eficacia. Ello permitirá mejorar la capacidad de los
administradores de seguridad portuaria para descargar sus responsabilidades en la
gestión de los riesgos, y cuantificar los efectos y la eficacia de las medidas de
seguridad que se aplican en los puertos. Los manuales abordarán temas tales como:
Esta guía y los posteriores manuales técnicos serán dinámicos, y por lo tanto, lo
suficientemente flexibles para que puedan ser revisados y conservar su actualidad y
utilidad. Los manuales ofrecerán orientación y procesos que puedan ser seleccionados,
combinados y adaptados para satisfacer las necesidades singulares de todo puerto. De
esta manera, se pueden mantener objetivos congruentes de seguridad portuaria, lo que
permite que los gobiernos y el sector marítimo comercial puedan alcanzarlos,
independientemente de los cambios en las circunstancias y la tecnología.
Federico Peña
Secretario de Transporte
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INDICE
Introducción
Indice
Seguridad Marítima
Seguridad Marítima Actual
El Costo
Reacción a la Amenaza
Cooperación entre el Sector Marítimo y el Gobierno
Planificación de la Seguridad Portuaria
Asociación de Directores de Seguridad Portuaria
Desafíos Futuros
Tecnología e Innovaciones
Base de Datos de Inteligencia
Intercambio Electrónico de Datos
Seguimiento de la Carga por Satélite
Privatización
Congestionamiento de los Puertos
Cooperación Internacional
Conclusión
Lecturas recomendadas
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Seguridad Marítima
Costos
Además de las pérdidas directas debido a los delitos marítimos, el costo total incluye
sus efectos en la productividad, la posibilidad de pérdida de vidas, la recontratación y
recapacitación y el tiempo estimado por la policía, los abogados, liquidadores de
seguros y medios de prensa. Los costos reales también incluyen un aumento en los
seguros, el riesgo de responsabilidad civil y la pérdida de intercambio comercial y/o
comercio, así como la buena voluntad y la buena reputación.
Reacción a la Amenaza
La seguridad portuaria también debe permitir evaluar las amenazas contra los puertos
y reaccionar debidamente ante ellas. Por lo tanto, los departamentos de seguridad
portuaria deben adoptar en su concepción una actitud dinámica y no meramente
reactiva. La seguridad portuaria debe emplear todas las formas de información de
inteligencia, fomentar la conciencia dentro de la comunidad portuaria, ofrecer
capacitación, practicar simulacros y elaborar planes de seguridad. El objetivo debe ser
identificar los procesos y procedimientos que pueden implementarse en la adaptación a
un entorno cambiante.
El estudio de seguridad debe ser amplio para permitir un análisis completo y preciso de
todos los aspectos vulnerables del puerto. Aparte de identificar las vulnerabilidades
reales y posibles a las que están expuestas las operaciones del puerto, deben
compilarse de manera tal que permita la medición de la frecuencia y gravedad de la
explotación de estas vulnerabilidades. El análisis de la información recopilada en el
estudio ayudará a la selección de las diversas medidas de seguridad para contrarrestar
de la mejor manera las posibles pérdidas, así como controlar la eficacia de las
contramedidas.
Toda vez que sea posible, los elementos del plan de seguridad portuaria deben
llevarse a cabo en coordinación con entidades tales como los guardacostas, el servicio
de aduana, las autoridades portuarias, las autoridades judiciales y policiales locales,
los operadores del terminal marítimo, etc. La documentación de estas actividades
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deben formar parte del plan de seguridad portuaria así como ser integrales y
congruentes con las demás secciones del plan vinculadas a las normas.
Seguridad de la Información
La seguridad portuaria debe estar preparada para contrarrestar no sólo las amenazas
que representa el acceso físico al puerto, sino también las amenazas que representa el
acceso a la información confidencial. El acceso No autorizado a la información utilizada
por el puerto en la conducción de sus actividades, puede ser explotado con la misma
eficacia que el acceso al propio puerto.
Personal
Terrorismo Marítimo
La seguridad portuaria debe mantenerse activa y actuar en forma cooperativa con las
empresas navieras, empresas de transporte terrestre, y ferrocarriles, así como con
otros usuarios del puerto, para establecer con antelación una capacidad de respuesta
antiterrorista. Los servicios de seguridad portuaria deben incluir la asistencia para el
examen de las vulnerabilidades vinculadas a los planes de seguridad a bordo y en la
terminal y procedimientos para una respuesta de emergencia en relación con la carga y
los pasajeros.
La difusión de advertencias al sector marítimo por parte del gobierno de los Estados
Unidos, se realiza mediante la coordinación de sus organismos. Estos son el
departamento de estado, la administración marítima, el servicio de guardacostas, la
oficina de inteligencia naval, la oficina de inteligencia y seguridad del secretario de
transporte, y finalmente, el organismo de cartografía de defensa de los Estados Unidos.
Robo marítimo
Este término se utiliza para describir los ataques contra buques comerciales en puerto
y en aguas territoriales. Estos ataques de acuerdo con el derecho internacional, no
constituyen verdaderos actos de piratería, ni robos armados. Si no que se trata de
asaltos criminales contra buques y su tripulación, como pueden ocurrir contra los
conductores de camiones en la zona portuaria. Estos ataques constituyen una grave
amenaza al comercio internacional. Los métodos que se utilizan en estos ataques son
variables, normalmente utilizan la fuerza directa mediante armas pesadas o
simplemente haciéndose pasar por agentes del servicio nacional de guardacostas
identificándose por radio VHF.
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Estos delincuentes marítimos tienden a operar en aguas donde la presencia
gubernamental es escasa, y carecen de recursos técnicos y no cuentan con el apoyo
político para enfrentarlos. El Derecho Internacional, permite que cualquier buque de
guerra o embarcación del Estado reprima el ataque en aguas internacionales. En las
aguas territoriales de los Estados Unidos, esos ataques constituyen un acto de robo
armado y deberán ser enfrentados de acuerdo con la legislación del estado costero
pertinente. Estas leyes rara vez permiten que un buque o una nave de guerra de otro
país intervenga. La estrategia más efectiva para contrarrestar estos incidentes, es
evitando el acceso inicial de los delincuentes al puerto, así como a las embarcaciones,
y así demostrar una constante capacidad para responder con rapidez y eficacia a la
presencia de estas violaciones a la seguridad.
Robo de la Carga
El robo de la carga marítima es un problema cada vez más serio en muchos países, y
en carácter transnacional se está haciendo cada vez más evidente. Las investigaciones
al respecto, vinculan a delincuentes involucrados en robos de cargas relacionados con
actividades del narcotráfico y el lavado de dinero a nivel transnacional. El robo de la
carga se ha transformado en un problema tan grave que en algunos casos constituye
una seria amenaza a las corrientes comerciales. En Estados Unidos, por ejemplo, las
pérdidas por robo de la carga se estiman por encima de los US$ 10.000 millones y el
promedio de cada robo asciende a US$ 500.000.
Otro elemento necesario para combatir esta amenaza es contar con una base de datos
completa de la pérdida de carga recopilada a través de un sistema formal de
declaración y de análisis. Esta es una herramienta analítica esencial para reducir las
pérdidas por robo en el sector marítimo. Estas bases de datos son necesarias en cada
país para una evaluación completa del problema. La falta de esta base de datos, ha
sido un obstáculo para una cooperación efectiva por parte del sector marítimo, los
funcionarios policiales locales y los organismos gubernamentales.
Los polizones amenazan la integridad del comercio marítimo internacional. Los puertos
y las compañías navieras corren ahora mayores riesgos por el uso de los contenedores
por parte de las organizaciones delictivas que contrabandean emigrantes
transnacionales. A ese riesgo se agrega la emigración de millones de personas en todo
el mundo, movidas por distintas motivaciones. El volumen de emigrantes incrementa el
porcentaje de los que procuran embarcarse clandestinamente para huir de su situación.
Los polizones distorsionan el servicio y producen pérdidas de ingreso a los operadores
de los buques, que habitualmente son responsables de su respectiva repatriación.
Contrabando de Drogas
También debe desplegarse un esfuerzo coordinado con las compañías navieras que
utilizan las instalaciones portuarias. Ello puede incluir el establecimiento de acuerdos
para que los operadores de los buques realicen un registro de los mismos para
detectar la presencia de drogas o un registro cooperativo del buque entre la tripulación
y el personal de seguridad del puerto. Además, deben establecerse contactos con
distintas autoridades judiciales y policiales para obtener asistencia e inteligencia que
pueda utilizarse en la prevención de las operaciones de contrabando de drogas en las
instalaciones portuarias.
Contrabando de Monedas
Desafíos Futuros
Tecnología e Innovaciones
Intercambio electrónico de datos (IED). El IED se utiliza cada vez más en las
terminales marítimas modernas. Esto permite que las transacciones de embarque se
realicen enteramente desde una terminal de computadora conectada a una red de
datos. Las transacciones incluyen la reserva de bodega, el seguimiento del embarque,
la facturación y el trámite de aduana.
La tecnología también podría servir como sistema electrónico preciso y confiable para
el movimiento de carga en contenedores a través de la inspección de aduanas. En ese
sentido, las aduanas en el punto de exportación certificarían la integridad del sellado
del contenedor hasta que fuera recibido sin contratiempos por la aduana del punto de
importación. Esto podría acelerar el manejo de la carga en los puertos de entrada al
reducir el tiempo de tramitación de los contenedores en la aduana.
Privatización
La seguridad portuaria debe estar preparada para enfrentar los problemas del delito
marítimo resultantes de la congestión de carga en los puertos. En muchos países, el
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crecimiento rápido y el auge del comercio marítimo por contenedores han determinado
una grave congestión en las terminales marítimas. En consecuencia, esto provoca
deficiencia en el procesamiento y en el control de los contenedores, y una aceleración
de la inspección de aduanas.
Cooperación Internacional
(b) todos los Estados deben actuar en estrecho contacto para compartir información y
experiencias; y
(c) todos los Estados deben incrementar su cooperación operativa entre las fuerzas
policiales, aduanas, inmigración y otros organismos pertinentes.
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Conclusión
“Appropriate Modalities and Guidelines for the Prevention and Control of Organized
Transnational Crime at the Regional and International Levels”, United Nations World
Ministerial Conference on Organized Transnational Crime, Naples, Italy, 21-23 Nov
1994 [excerpt in Trends in Organized Crime, Vol. 1, No. 2, Winter 1995].
Drug Trafficking and Drug Abuse: Guidelines for Owners and Masters on Prevention,
Detection and Recognitios, International Chamber of Shipping; 1994.
“Global Organized Crime: Threats to U.S. and International Security”, Global Organized
Crime: The New Evil Empire, Conference Proceedings, Center for Strategic and
International Studies, 26 Sep 1994; J. Woolsey.
International Narcotic Control Strategy Report, Bureau for International Narcotics and
Law Enforcement Affairs, U.S. Department of States, Mar 1996.
Law of the Sea: Report of the Secretary-General, United Nations General Assembly
Fiftieth Session, I Nov 1995, agenda item 39 (A/50/713); report on developments
pertaining to the implementation of the UN Convention on the Law of the Sea.
Maritime Security Manual-Part I, American Society for Industrial Security, 1990; [Ed.] H.
Gomez.
Maritime Security Manual-Part II, American Society for Industrial Security, 1990; [Ed.] H.
Gomez.
Porte Risck Management and Insurance Reference for U.S. Ports, U.S. Maritime
Administration; 1985.
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Proceedings of the First Inter-American Course on Port Security, 21 Oct-10 Nov 1995,
Maritime Security Institute for the Americas, Port of Miami and the Organization of
American States Permanent Technical Committee on Ports.
Sea Carrier Security Manual, Pub. No. 546, Office of International Affairs, U.S. Customs
Service; Apr 1989.
Standards for Marine Cargo Security, American Association of Port Authorities; 1980.
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SEGURIDAD PORTUARIA:
Introducción
La seguridad está en función del control del acceso. El control del acceso niega el
ingreso al puerto, a las áreas de depósito de la carga y de maniobras, así como al área
de comunicaciones, a las fuentes de energía eléctrica, a las instalaciones y/o edificios,
a sus muelles y buques, a quien pretenda desarrollar una actividad delictiva. Esta
actividad incluye el hurto o robo de la carga o de bienes y equipos del puerto, el
contrabando de drogas, el desembarco de polizones o extranjeros ilegales y el sabotaje
contra las instalaciones portuarias o la perturbación de sus actividades. A efectos de
negar este acceso, deben establecerse y aplicarse medidas permanentes de
seguridad. El control del acceso al puerto a través de las entradas y los puestos de
control no es más que una primera etapa. Debe controlarse todo el perímetro del
puerto, se encuentre cercado o no, ya sea que sus límites sean el agua o la tierra firme.
También es preciso controlar todas las áreas internas que incluyen los corredores y
pasillos, los puentes, los terminales de ferrocarril, los depósitos, los muelles, las zonas
de estacionamiento, las playas, los depósitos de combustibles, las instalaciones de
agua y alcantarillado, los edificios, las plantas de energía, las líneas de transmisión y
las líneas telefónicas. La única manera de cumplir esta tarea es contar con una fuerza
de seguridad efectiva, integrada por funcionarios debidamente entrenados, equipados
y motivados, y la única manera de lograr este objetivo es contar con una administración
capacitada de la fuerza de seguridad.
Este folleto es el segundo de una serie de publicaciones sobre seguridad portuaria que
ha emprendido el Departamento de Transporte de los Estados Unidos. El primero de
ellos, titulado Guía de Planificación Nacional, ofrecía un panorama general de la
seguridad portuaria y algunas de las formas para hacerla efectiva. En este segundo
folleto se exploran algunos de los aspectos que hacen a la creación y administración
de una fuerza de seguridad portuaria.
Página
Introducción
Indice
Conclusión
Lecturas recomendadas
Contribuciones
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Relación entre la Seguridad Privada y los Organismos del
Orden Público
Lo primero que tiene que decidir el administrador del puerto y las autoridades
portuarias cuando se proponen crear una fuerza de seguridad, es ¿Cuál será el grado
de competencia que tendrá la misma? ¿Será, de una u otra manera, una fuerza de
seguridad privada o estará integrada por agentes del orden público de la policía local o
de otra organización municipal creada por la constitución? Para adoptar esta decisión
es preciso comprender la relación que existe entre una fuerza de seguridad privada y
los organismos del orden público.
Desde siempre, los seres humanos han tratado de protegerse mutuamente creando
sistemas de seguridad mutuamente beneficiosos. Estos sistemas no sólo han brindado
protección contra amenazas externas, sino que, en última instancia, han evolucionado
hasta transformarse en herramientas sociales para hacer respetar valores y normas.
Con el advenimiento de la civilización, estos valores y normas se han transformado en
leyes y reglamentos que, para mantener su validez, tuvieron que ser aplicados en
forma coercitiva. Esta acción coercitiva, con frecuencia es ejercida por las mismas
personas que protegen a la sociedad de amenazas externas, como el ejército del
gobierno, y así la esta acción oficial de la ley, se transformó en un deber público de la
sociedad.
Cuando Sir Robert Peel creó en 1822 la primera fuerza policial moderna con la
aprobación de la ley de la policía metropolitana de Inglaterra, se reconoció oficialmente
una clara dicotomía de propósitos. La misión de las fuerzas del orden público pasó a
ser la detección y detención, en tanto que la seguridad privada se remitía a la
prevención. Poco ha cambiado en los últimos 175 años. Las fuerzas del orden público
se ocupan primordialmente todavía de la aprehensión de delincuentes post facto y toda
prevención real del delito debe efectuarse durante la comisión de un delito.
Ello es así puesto que, con la posible excepción de ciertos delitos de conspiración, no
es ilegal el mero hecho de pensar en cometer un acto ilegal. El acto debe ser
manifestado de alguna manera ilegal para que el individuo pueda ser arrestado por las
fuerzas del orden público. La seguridad privada no se ocupa de hacer cumplir la ley,
sino meramente de la prevención de actos delictivos. Por supuesto que los funcionarios
de la seguridad privada están obligados por la ley, al igual que los demás ciudadanos,
pero pueden actuar en forma proactiva y no sólo reactiva.
Allanamiento y Secuestro
Interrogatorios
Uso de la Fuerza
Existen dos tipos básicos de fuerzas de seguridad privadas: las fuerzas propias y las
que prestan servicios por contrato.
Se entiende que las fuerzas de seguridad propias cuentan con un personal de calidad
superior y con una supervisión más profesional. El personal de seguridad en general
está mejor remunerado y recibe un conjunto de beneficios más atractivo, que puede
incluir el seguro módico y un plan de jubilaciones. Es más probable que los empleados
de este tipo de fuerza de seguridad ocupen un cargo a tiempo completo, con un horario
estable y con mejores posibilidades de ascenso.
El personal de las fuerzas de seguridad propias de los puertos tienden a tener una
moral más alta y a desarrollar un espíritu de cuerpo y lealtad hacia el puerto. Al tener
mayor interés en sus cargos, tienden a conocer mejor la operativa portuaria y a ser más
profesionales y a demostrar un mayor grado de experiencia. Esto reduce la rotación de
personal y la falta de asistencia.
Los supervisores de las fuerzas de seguridad propias de los puertos habitualmente van
ascendiendo en el escalafón, y por tanto, obtienen experiencia y conocimientos en la
parte operativa. Esto es crucial para contar con una seguridad portuaria efectiva. Los
supervisores deben estar preparados para redactar, aprobar, evaluar y aplicar
procedimientos operativos, así como los planes de emergencia escritos. También
deben estar en condiciones de impartir un adiestramiento sustancial y realizar
simulacros o ejercicios conjuntos con las fuerzas del orden público y los servicios de
emergencia externos. De manera que los supervisores de este tipo de fuerzas de
seguridad se consideren mejor preparados para reaccionar profesionalmente ante las
diversas emergencias que pueden afectar a los puertos.
El director del puerto no tiene por qué tomar una decisión tajante entre contar con una
fuerza de seguridad propia o por contrato. Se puede optar por una combinación de
ambas. Con frecuencia, el director de seguridad portuaria y la supervisión al más alto
nivel pertenecen a la plantilla del personal portuario. Estos cuentan con la experiencia
y el conocimiento de las operaciones portuarias para garantizar un servicio de
seguridad efectivo, especialmente en los casos de emergencias. Esto también crea una
especie de sistema de control equilibrado entre los servicios que ofrece el contratista y
su personal.
En términos ideales, las decisiones del director del puerto en materia de seguridad
deben basarse en las circunstancias y necesidades particulares del puerto en materia
de seguridad. Si el director desea contar con un servicio efectivo, existen contratistas
privados que pueden brindar un servicio calificado. Sin embargo, los gastos directos de
los contratistas, más un margen razonable de ganancia puede determinar que no exista
un ahorro sustancial como se espera. La decisión final debe incluir numerosos factores
que aquí no se han planteado, incluida la filosofía de las autoridades portuarias en
materia de contratación externa de servicios.
Contratación
Trátese de una fuerza propia o contratada, la base de toda fuerza de seguridad privada
efectiva es el personal. El director de seguridad portuaria debe establecer un mínimo
de normas para la contratación y debe garantizar que estas normas se respeten.
Muchos estados contratan el personal de seguridad y las normas pueden variar de
acuerdo a que la licencia que se otorga, incluya o no el porte de armas. Las normas de
seguridad portuaria deben superar a las que impone el estado. Todos los solicitantes
deben satisfacer las siguientes normas mínimas: ser mayores de dieciocho años, ser
ciudadano de Estados Unidos o extranjero residente con autorización para trabajar en
los Estados Unidos; contar con un diploma de enseñanza secundaria o equivalente;
tener la habilidad para hablar, leer y escribir en inglés; encontrarse en buenas
condiciones físicas y mentales y, ante todo, demostrar una incuestionable integridad
personal.
Adiestramiento
Supervisión
Propósitos
Tanto los puertos operativos como los no operativos enfrentan desafíos a la seguridad.
Existe una variedad enorme de aspectos jurisdiccionales que complican la seguridad
portuaria. Los organismos del orden público pueden carecer de los recursos necesarios
para proteger debidamente el área portuaria. En tales circunstancias, la tarea de
elaborar e implementar un programa completo de seguridad para proteger los puertos
de nuestro país recae en la seguridad privada.
Una de las maneras más eficaces de proteger el área portuaria es regular el personal
que tiene acceso a las instalaciones del puerto. El método óptimo es contar con un
programa completo que otorgue licencia a las empresas de estiba, a los agentes
navieros, los proveedores y todo el personal que presta servicios en relación con el
movimiento de carga en el puerto.
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Sin embargo, para establecer esta licencia tan amplia, el estado tiene que aprobar la
legislación pertinente. Asimismo, tiene que delegar a una entidad gubernamental la
autoridad y responsabilidad para aplicar la legislación. Para recibir una licencia se
requerirán normas de prevención del delito. Las personas y las empresas que no
demuestren integridad no podrán ingresar al área portuaria. La posibilidad de perder el
empleo por revocación de su licencia actuaría como importante disuasivo para que los
operarios portuarios eviten participar en actividades delictivas.
Otro método excelente para regular el ingreso del personal a las instalaciones
portuarias es establecer un programa de identificación única. Este sistema no exige
una habilitación legislativa, sino la simple cooperación entre los distintos operadores
portuarios y las terminales. Los participantes simplemente exigirán la presentación de
las tarjetas pertinentes para ingresar a la zona de acceso restringido de sus
instalaciones respectivas. Todas las zonas que no estén abiertas al acceso del público
en general se considerarán zonas de acceso restringido.
Las tarjetas de identificación, junto con alguna otra tecnología de acceso, podrían
automatizar el ingreso al puerto, y podrían utilizarse lectores electrónicos en las zonas
de seguridad sensibles. Las tarjetas de identificación registrarían electrónicamente las
fechas en que son utilizadas. La oficina de seguridad actuaría como centro de
información y brindaría acceso a estos datos a todos los operadores portuarios
participantes.
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El programa de tarjeta de identificación única, es una tarea cooperativa de seguridad
que utilizan numerosos operadores portuarios y permite rendir cuentas del personal
que ingresa a las instalaciones portuarias. La oficina de seguridad puede tener acceso
inmediato a los datos sobre ingreso y salida e información sobre los titulares de las
tarjetas. La computarización facilita el acceso al programa y constituye una herramienta
sumamente efectiva para prevenir el delito contra los puertos.
El control del acceso al puerto desde el agua plantea un desafío logístico y legal. Las
barreras físicas permanentes tales como los cercos a lo largo del límite del puerto
frente al agua con frecuencia no son prácticos y pueden interferir con las operaciones
de embarque. La restricción del uso de las aguas va en contra del derecho histórico del
público en general de utilizar todas las aguas costeras.
También en este caso, el medio más eficaz para establecer la protección es restringir el
acceso y luego regular estrictamente a las personas que ingresan a esa área. Por lo
tanto, la comunidad portuaria debe considerar la posibilidad de realizar gestiones ante
los organismos del estado, locales y federales para obtener la legislación pertinente.
Deben reclamar que el capitán de guardacostas del puerto esté en condiciones de
establecer una “Zona de Seguridad Portuaria” a pedido escrito del administrador de
seguridad del puerto. La “Zona de Seguridad Portuaria” restringiría el acceso a buques
y personas no autorizadas desde las vías fluviales interiores (los canales utilizados
exclusivamente para el transporte), por lo menos, desde un punto a 200 pies de la
costa. En el examen de esta solicitud, el capitán del puerto debe tener la flexibilidad
para contrapesar las necesidades de seguridad del puerto con los derechos legítimos
razonables de otros a utilizar las aguas adyacentes.
Las instalaciones portuarias no son blancos típicos del terrorismo. Sin embargo,
algunos buques pueden ser blancos potenciales cuando se encuentran en puerto. Los
terroristas pueden intentar contrabandear armas nucleares, químicas u otras armas de
destrucción en masa a los Estados Unidos. Asimismo, los terroristas pueden tratar de
robar cierta carga o intentar ciertos actos de sabotaje dentro de las instalaciones.
Después de consultar con las entidades pertinentes del orden público, los directores de
seguridad deben formular un procedimiento operativo escrito en relación con los
polizones. Los polizones pueden intentar ingresar a las instalaciones portuarias
abandonando el buque, disfrazados de tripulantes o de empleados portuarios. Pueden
literalmente saltar del barco a las aguas adyacentes o al muelle en un intento de huir
hacia la terminal. Toda vez que se sospeche de la presencia de polizones en las
instalaciones o en el buque atracado, el departamento de seguridad debe comunicarlo
inmediatamente a los organismos del orden público locales. De ser detectado el
polizón, la seguridad debe detenerlo y esperar la llegada de los agentes del orden. Los
polizones pueden ser fugitivos peligros, terroristas o contrabandistas de drogas y debe
ejercerse mucho cuidado en todo momento al tratarlos. Asimismo, un grupo de
sospechosos de polizones podría indicar una conspiración delictiva de la tripulación
para contrabandear ilegalmente inmigrantes extranjeros al país. La empresa naviera es
totalmente responsable de los polizones que llegan en sus buques. La empresa
naviera debe mantener la custodia de los polizones hasta que sean colocados a bordo
de un buque o de un avión para repatriarlos a su país de origen. Por lo tanto, el director
de seguridad debe elaborar una política en relación con el papel de la seguridad
privada del puerto en el registro en busca de polizones y su posterior detención hasta
la deportación.
Las fuerzas del orden locales deben realizar la investigación preliminar para determinar
si el polizón es sospechoso de un delito más grave. Las fuerzas del orden público
notificarán al Servicio de Inmigración y Naturalización y a los organismos del orden
público pertinentes, si así fuera necesario. Si el sospechoso es meramente un polizón,
la seguridad privada puede desear renunciar a su procesamiento por los delitos
menores que haya cometido, como la invasión de propiedad privada. A menos que los
agentes del Servicio de Inmigración y Naturalización consideren que el polizón es un
peligro inminente, o que dicho servicio acepte una solicitud de asilo político, el agente
procesará al polizón en el lugar y el transportista lo mantendrá en custodia.
Como norma general, los propietarios son responsables de la seguridad de sus propios
buques. Cuando están atracados en puerto, el capitán del buque habitualmente
destinará un tripulante a la guardia que sea necesaria. En circunstancias normales, las
medidas de protección del área portuaria bastarán para la protección de los buques. A
efectos de la seguridad, el director de seguridad debe considerar que el buque
atracado es un apéndice de las instalaciones portuarias. Si se recibe información de
inteligencia acerca de la sospecha de presencia de delincuentes a bordo o de que el
buque es un posible blanco del terrorismo, se deberán adoptar medidas adicionales de
seguridad. En cooperación con los organismos del orden público, estas medidas
extraordinarias de seguridad pueden ir de un mayor estado de alerta a la observación
constante de parte del departamento de seguridad.
Los puertos que atraviesan las fronteras políticas pueden tener que relacionarse con
entidades primarias múltiples, a menos que se cree una autoridad específica que
puede trascender las fronteras políticas. El director de seguridad debe establecer
relaciones de trabajo estrechas con el organismo del orden público primario. Aparte de
responder a llamadas de emergencia al 911, el organismo primario inicia toda otra
asistencia de otros organismos o servicios de emergencia. Habitualmente, también
tendrá la responsabilidad primordial de la investigación de actos delictivos o de
remitirlos oficialmente al organismo pertinente. Dado que el organismo primario puede
no patrullar las aguas, el director de seguridad debe determinar quién tiene la
jurisdicción marítima.
Conclusión
Este folleto no fue concebido como un tratado sobre liderazgo ni tiene ese propósito.
Sin embargo, baste decir que el liderazgo es el arte de influenciar y dirigir a las
personas de manera tal para que se obtenga su obediencia voluntaria, su confianza, su
respeto y su cooperación leal. La mejor manera de lograrlo es observando
detenidamente ciertos principios de liderazgo, a saber:
Arko, Robert L., CPP, 1992. “Contract Security Rolls into the Transit Industry”, Security
Management, July, 1992.
Blake, William F., CPP, 1996. “Guard Force Management: Putting a Lid on Premises
Liability”, Security Management, January 1996.
Botton, Norman R., Jr. and Kostanoski, John I., 1990. Introduction to Security and Loss
Control (Prentice Hall).
Chuvala, John, 111, CPP, and Fischer, Robert J., 1996. “Training: Role of Regulation”,
Security Management, January 1996.
Cunningham, William C., CPP, and Strauchs, John J., CPP, 1992. “Security Industry
Trends: 1993 and Beyond”, Security Management, December 1992.
Dalton, Dennis R., 1992. “Contract Labor: The True Story”, Security Management,
January, 1992.
Hawkes, Kenneth Gale, J.D., 1989. Maritime Security (Cornell Maritime Press).
Hawkes, Kenneth Gale, J.D., 1992. “Are American Seaports and Vessels Secure?
Security Management, December 1992.
Maxwell, David A., J.D., CPP, 1993. Private Security Law: Case Studies (Butterworth-
Heinemann).
Rosen, Mark B., 1992. “Trust But Verify, A Good Contract Security Agreement Protects
Both Vendor and Client”, Security Management, November 1992.
Roughton, James E., 1992. “Deciphering the Fine Print, Guidelines for Selecting Quality
Contract Security”, Security Management, November 1992.
Contribuciones
Kenneth Gale Hawkes, Esq., autor de Maritime Security (Cornell Maritime Press, 1989)
y un abogado que actúa en la esfera de los asuntos marítimos. Es Presidente de la
Subcomisión de Puertos de la Sociedad Americana de Seguridad Industrial y profesor
adjunto de seguridad marítima del Departamento de Educación continua de la
Academia de la Marina Mercante de Estados Unidos.
Florian Kosinski, Oficial, Policía Portuaria de Nueva York, 25 años de servicio con la
policía portuaria. Actualmente está asignado a las terminales marítimas de New Jersey,
Puerto de Newark, Puerto Elizabeth y New Jersey.
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