Katherine González Sánchez

DE LOS LÍMITES Y GARANTÍAS PROCESALES

Katherine González Sánchez

Derecho procesal penal II

Docente: John Rodrigo Londoño

Institución universitaria tecnológico de Antioquia

Facultad de derecho y ciencias forenses

Profesional en criminalística

Medellín 2017
 Katherine González Sánchez

DE LOS LÍMITES Y GARANTIAS CONSTITUCIONALES

En cuanto a la Constitución (norma de normas, que establece las garantías,

derechos y deberes de cada sujeto) se refiere podría decirse que no
siempre ha sido lo que se encuentra concertado actualmente, sin embargo
es evidente la gran mejoría que ha tenido desde su creación en 1810
(Socorro, y las demás Constituciones adyacentes a esta, incluyendo las
Constituciones regionales que en ese tiempo existieron). Dichos cambios y
reformas se han hecho con aras a la evolución del ámbito legislativo, puesto
que así como la criminalidad se civiliza así mismo la constitución debe estar
a la par o un paso delante de dicha criminalidad, y buscando por supuesto
el bien común de la población.

Pero, realmente ¿con que cuenta la constitución colombiana para velar por
la integridad de sus habitantes en todos los aspectos existentes incluyendo
el penal? Y ¿realmente sirve lo efectuado? O ¿deberían realizarse cambios
en pro de la población colombiana?

Aunque como toda estructura la constitución colombiana recae en ciertas

falencias, no deja de ser un buen régimen adoptado por la población
colombiana, teniendo en cuenta que es un sistema en el que prima el
bienestar integral de sus ciudadanos y que por tanto se constituye de ciertas
garantías las cuales a su vez pueden ser constitucionales o procesales.

Al hablar de garantías constitucionales se hace alusión a aquellas dispuestas

para defender los derechos frente a las autoridades, individuos o grupos
sociales, mientras que las garantías procesales son aquellos procedimientos
encaminamos a proveer medios a las personas para que hagan efectivo el
goce de sus derechos subjetivos.

Ahora bien, al proveer estas garantías procesales al indiciado o al

ciudadano en general, también se estarían planteando unos límites que se
declararan dependiendo del rol que se desempeñe dentro del proceso que
se esté llevando a cabo. El proceso penal debe respetar la bilateralidad
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protegiendo los derechos del procesado contra las posibles arbitrariedades

que se puedan presentar, así como los derechos en ejercicio de la víctima
en la comisión de in delito.

Así pues, las limitantes permiten que se tenga una buena configuración del
modelo legislativo y que se desprendan de la escala de valores acogida
constitucionalmente, como ejemplo de ello se podrían citar los límites en el
acto legislativo 03 de 2002 que estipula principios tales como el de
obligatoriedad o el principio de oportunidad dando siempre pautas
específicas para que este se lleve a cabo.

También tendríamos lo consagrado en el artículo 29 de la constitución

política el cual dispone que “Nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes
preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y
con observancia de la plenitud de las formas propias de cada juicio”.

Por otra parte, se cuenta con el artículo 228 que trata de la pronta y
cumplida administración de la justicia en procesos judiciales, o el 252 que
como bien lo dice “Aun durante los Estados de Excepción de que trata la
Constitución en sus artículos 212 y 213, el Gobierno no podrá suprimir, ni
modificar los organismos ni las funciones básicas de acusación y
juzgamiento. “Lo que declara tácitamente la independencia de las
funciones básicas de acusación y juzgamiento.

Artículos como los anteriores, dan fe de que la constitución a modo procesal

está en un buen nivel y con expectativas de mejorar conforme avanza la
sociedad, creando límites que ejerzan influencia sobre el legislador cuando
elabora y aprueba leyes (cuando decide poner una pena en lugar de otra),
así como para las actuaciones del poder ejecutivo (cuando autoriza o
deniega una petición de ejercicio de la libertad de expresión, por ejemplo),
o la administración de justicia (cuando investiga unos hechos y no otros, por
ejemplo).

Gracias a estas garantías o límites constitucionales se permite creer que los

hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos y que las
distinciones sociales solo pueden fundarse en la utilidad común, por
consiguiente se respetara y protegerá al ciudadano de cualquier tipo de
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vulneración por parte de otros individuos, de las entidades, instituciones

jurídicas entre otros.

Pero para que estos límites en pro de la protección del ciudadano o

procesado, se empleen y aprovechen es menester que también haya cierto
nivel de conocimiento por parte de la población, es necesario que se sepa
con que cuenta, para que sirve, y en qué momento se puede adoptar algo.
Es normal escuchar que, frente a los procesos judiciales, legislativos etc.,
siempre se piense que hay des favorabilidades o imparcialidades, o que no
hay una correcta ejecutoria en los procesos. Pero a favor de la constitución
podría decirse que lo que realmente puede estar fallando sea el
desconocimiento que se tiene frente a la misma por parte de los
ciudadanos.

“Con el conocimiento se quiebra la ignorancia”

En el momento en que tanto el interés de los ciudadanos, como la

disposición de las instituciones gubernamentales trabajen de la mano, podrá
comenzar a darse un mejor uso y comprensión de la constitución
colombiana que hoy por hoy tenemos, y aunque se reitera que la carta aún
tiene falencias, es necesaria la correcta interpretación de ella, y esto no es
una tarea difícil. Empleando más canales de orientación, y exponiendo de
una manera afable y espontanea se lograra que dicha información sea
comprendida fácilmente por la población; de hecho esto abriría las
posibilidades de que se empiecen a generar ideas para el mejoramiento de
la constitución en todos sus aspectos jurídicos.

“La libertad no es un invento jurídico ni un tesoro filosófico. Es el resultado de

una relación objetiva entre el individuo y el espacio que ocupa, entre el
consumidor y los recursos de que dispone.” Claude Lévi –Strauss