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Desarrollo Gramatical

El desarrollo gramatical entendido como proceso cognitivo inherente al ser


humano que rige el empleo de un lenguaje particular, posee tres etapas: La
primera denominada etapa holofrástica que va aproximadamente de los diez o
doce hasta los dieciocho meses, en la cual el niño emite frases de una sola
palabra las cuales no permiten efectuar una agrupación gramatical pero sí una
clasificación según función semántica o función sociolingüística.
En los primeros diez meses es posible la identificación de segmentos de
vocalizaciones y para el año de edad la producción de emisiones con una
pronunciación estable y una pronunciación regular, a partir de la imitación
inmediata en relación con la emisión adulta, sin que se dé necesariamente
comprensión por parte del niño (ecolalia). Para esta edad, las palabras están
formadas de monoptongos y no hay grupos consonánticos ni diptongos en esta
fase. El incremento del léxico es constante, pasando de 5 a 10 palabras a los 10 o
12 meses y de 25 o 30 hacia los 25 meses.
Cuatro posturas se encuentran a la hora de explicar el desarrollo gramatical: 1) el
pequeño imita el habla que oye en situaciones o contextos apropiados, es decir
que aprenden expresiones y adquiere la sintaxis mediante el aprendizaje de la
posición y orden de las palabras tal y como las oye, regulada tanto por lo que ellos
quieren decir, las relaciones entre palabras y el contexto. 2) el niño sigue un
proceso de acercamiento al habla adulta motivado por una mayor identificación
con ellos. Fijación sintáctica de lo ya adquirido motivado por la urgencia de
comunicar necesidades o vivencias y el ansia de integración (refuerzo estructural).
3) los niños ya poseen un conocimiento tanto de la gramática básica como de las
estructuras semánticas. En esta se considera a las emisiones de palabras como
un intento de representación oracional, las cuales obedecen a más de un
esquema oracional como lo es la entonación y el acento que el niño imita a partir
del modelo de entonación que le proporcionan los adultos en situaciones
específicas y en presencia de ciertos objetos y acontecimientos. Las frases de una
palabra funcionan de modo semejante a como lo harán las oraciones verbales
más tarde. Por ejemplo, podrían sustituir la oración “papá viene por la calle” solo
por “papá”.
De Laguna (1927) considera la palabra holofrástica como el comentario de un
hecho extralingüístico que equivale a una oración conceptual completa, puesto
que las palabras del niño al ser indefinidas en cuanto a su significado se
caracterizan por una multiplicidad de usos. La palabra de un niño no designa a un
objeto sino más bien se refiere a este de un modo vago y amplio, de ahí que el
niño puede poner el énfasis en uno u otros aspectos según las exigencias de la
ocasión en que sean usadas puesto que el contexto puede determinar su
significado especifico.
La frase holofrástica parece caracterizarse por una riqueza de nombres que serán
base de una gran mayoría de relaciones gramaticales sin que entorpezcan la
interpretación que de ellas puede hacer el adulto, por una gran capacidad
denominativa de objetos que son evocados y finalmente, por una emotividad ya
sea positiva o negativa. Estos tres factores se relacionan con los aspectos
conativo, referencial y expresivo de Jakobson (1960).
Según Schlesinger, Bloom, Bowerman en esta etapa el niño percibe y organiza su
experiencia del mundo en términos de ciertas representaciones conceptuales que
no son estrictamente lingüísticas. Durante la mitad de su segundo año de vida ira
descubriendo ciertos aspectos de la codificación lingüística.

Al contrario de las anteriores posturas, ellos mencionan que el niño tiene muy
poco conocimiento de las estructuras lingüísticas. El niño aprende la sintaxis como
una codificación de las representaciones cognitivas subyacentes.

Las oraciones podrían estar determinadas por lo que el hablante intenta decir, y la
sintaxis por su significado subyacente. Las emisiones del niño responden a
conceptos semánticos tales como agente, objeto, acción y sus relaciones, más
que a nociones sintácticas tales como sujeto y predicado. Esto no refleja un
conocimiento lingüística, si no a capacidades cognitivas innatas y universales.

Clark (1973) menciona que el niño aprende el significado de una palabra basados
en la percepción de su mundo y después aprenderá el léxico. Bloom menciona
que el niño usa palabras sin rasgos perceptuales por ejemplo, mas, allí, este, etc.

Hernández Pina al igual que otros lingüistas tales como Sinclair (1970), postula
que el niño usa determinados terminas que es cierto momento desaparecen y
otros que reaparecen de forma definitivamente.

A la mitad del segundo año el niño desarrolla un aumento significativo en su


vocabulario. Y también va aprendiendo a usar su vocabulario en determinadas
situaciones, va clasificando su uso.

Bloom menciona que los primeros nombres son simplemente “fluidos” en su


significado, ya que el niño en este momento no tiene establecido el concepto de
objetos permanentes. A los 18 meses el niño adquiere el concepto de objeto,
empieza a construir un vocabulario de nombres con una clara referencia a una
clase particular de objetos.

El análisis de la función específica de nombres como mamá, dada, mami, etc.,


puso en manifiesto, según Bloom cuatro fases consecutivas:

1. Estas anuncian la presencia de la persona.


2. Son un saludo, el niño se acerca emitiendo su nombre, y a la vez este
acompañado de una sonrisa o contacto.
3. Se da a los 20 meses, el niño emite su nombre (papá, mamá), para
demostrar que un objeto es de su pertenencia.
4. El niño identifica la ausencia de la persona nombrada.

Existe una diferencia entre las llamadas palabras sucesivas “encadenadas” y


emociones “holísticas” de una sola palabra. La primera se produce individualmente
como una respuesta a una modificación en una situación, y la segunda, estas
presentan una secuencia total antes de que empiece una actividad. Un hecho de
esto es que el niño empieza a representar el hecho total (el objeto) antes de que
empiece a hablar. Bloom determina tres fases en el desarrollo que el niño tiene al
momento de empezar a hablar, y que el significado de estas palabras radica en el
contexto.

1. El niño usa la palabra para referirse a un objeto o acontecimientos


asociados libremente en su mente.
2. Se da a mitad del segundo año. Aprende el significado de las palabras
mediante la generalización de nuevos ejemplos.
3. Palabras con categorías semánticas comunes en el habla de los adultos. El
niño adopta una estrategia en la que el uso de una palabra concreta le sirve
para designar objetos diferentes, aunque relacionados.

En esta etapa se puede mencionar que el niño está aprendiendo a hablar de sus
experiencias.

Etapa de las emisiones de dos palabras (de los 18 a los 24 meses)

A partir de los 18 meses, y hasta los 24 aproximadamente, el niño pasa de las


emisiones de una sola palabra a la combinación de dos elementos. Esta etapa, al
igual que la holofrástica, presenta características propias. Autores como Crystal
(1976) la consideran como transición entre frases de una palabra y el habla del
niño a partir de los dos años. Para otros autores, como por ejemplo Slobin (1971),
es a partir de este momento (18 meses) cuando se puede empezar, ya a estudiar
la gramática activa del niño. En términos generales, los enfoques que hasta ahora
se han venido dando al estudio de estas emisiones podemos resumirlos a tres
básicamente: La distinción entre clase cerrada y clase abierta (pivot-open),
propuesta por Braine (1963), el modelo generativo transformacional, y el de las
relaciones semánticas.

La distinción gramatical entre clase cerrada - clase abierta: Las gramáticas


pivot.
Braine, en un estudio realizado en 1963 analizó las emisiones espontáneas de tres
niños, a los que grabó observando que sus emisiones no eran producidas por la
yuxtaposición de dos palabras, sino que éstas podían pertenecer a dos grupos de
acuerdo con su función y la posición en las emisiones. Para Braine, la gramática
infantil presenta dos clases de palabras: clase cerrada (palabras pivote) y clase
abierta (palabras abiertas).

a) La clase eje o cerrada se compondría según Braine de un número muy reducido


de elementos, pero de un uso muy frecuente. Este grupo de palabras cerradas
seria equiparable a las partes del sistema adulto clasificables como preposiciones,
pronombres, verbos auxiliares, artículos, etc., b) La clase abierta, estaría formada
por todas las palabras del vocabulario del niño menos las eje, resultando ser un
grupo más amplio en las emisiones de una palabra. Son palabras que en el
sistema adulto pueden identificarse como: sustantivos, verbos y adjetivos. El
crecimiento de este grupo es muy rápido, las palabras de clase abierta pueden
combinarse en tres tipos de oraciones:

1. Palabra pivote + palabra abierta ej. MÁS GALLETA

2. Palabras abiertas + palabras pivote ej. PERRO COME

3. Palabras abiertas + palabras abiertas ej. MAMÁ ZAPATO

Aceptando este enfoque (Pivot-Open o Eje-Abierta) el niño manipula dos tipos de


palabras pertenecientes a clases gramaticales distintas de acuerdo con el sistema
del lenguaje adulto. Según esto, el niño ya parece tener un sistema propio que
vendría así a desechar la idea imperante de que su lenguaje es copia del habla
adulta. Por supuesto, este sistema debe tener alguna relación con el habla que el
niño está oyendo a su alrededor, pero nunca será una copia reducida de tal habla.

El modelo generativo transformacional

Según Chomsky en su obra “Estructuras sintácticas” (1957), El modelo


transformacional que propone ofrece una fuerza explicativa superior e introduce
los conceptos de gramaticalidad y de creatividad: todo hablante nativo posee una
cierta intuición de la estructura de su lengua que le permite, por una parte,
distinguir las frases gramaticales de las frases agramaticales

Chomsky afirma que el ser humano posee la facultad de hablar y conocer la


lengua, no los conocimientos científicos sobre la Misma, sino los mecanismos
necesarios para expresarse en su lengua a esto llama Competencia lingüística
J.s Gruber aplico el generativismo grabando un niño desde los 0 meses de
vida hasta los 30 meses, su objetivo era identificar universales lingüísticos en
línea con el innatismo de Chomsky y Lennemberg. Gruber analizo
construcciones lingüísticas del niño en “tópico” y “comentario” más generales
que las de las de sujeto-predicado. Todo eso se basa en un estudio de un
periodo bimembres estudiado por McNeill, Paula Menyuk y Lois Bloom. La
contribución de McNeill en el campo de la adquisición lingüística es de gran
valor a pesar de sus contradicciones en su formación ejerciendo una dicotomía
de distinción abierta-cerrada McNeill señala que en dicha dicotomía se refleja
una jerarquía innata y universal en las categorial gramaticales basándose en
que toda diferenciación hace necesario una clasificación genérica previa. En la
dicotomía de distinción abierta-cerrada se hará un uso más acercado a l uso
genérico pues la gramática puede o no reflejar pero no ignorar a las
categorías adultas.

Paula Menuyk en sus estudios sobre al adquisición de la lengua se enfrasca


en un contexto transformativo. En sus estudios de los años 1963 y 1964 se
estudia a los niños de 3 a 7 años sin embargo en el libro Sentences Children
use y Adqusition and development of lenguage se interesa por etapas inferiores
cercanas a los 3 años . en los cual se evidencia el muestreo y las reacciones
de los niños de menor edad.

Entre McNeill y Menuyk existe una igualdad en que ambas conservan que el
“uso “ no nos enseña “competencia” sino más bien la interacción o la
motivación que sufre la persona. McNeill en sus trabajos da paso a la
entonación en sus análisis ya que Lieberman lo cree indispensable en el lenguaje
la entonación (especialmente en los niños).

Postula las siguientes reglas de adquisición gramatical

S tópico +modificador+ señalizador entonativo.

Lois Bloom en su lenguage Development de 1970 estudió el lenguaje infantil


teniendo en cuenta el ambiente, la situación, y el comportamiento.

Enfoque de del modelo de relaciones semánticas

Las emisiones de los niños hablando semánticamente son interpretables por


sí mismas ,teniendo en si sintaxis propia. Usando las oraciones de dos
palabras es el modo de comunicación del niño con el ambiente. Sí bien el
mensaje es de comprensión ambigua para los adultos – en algunos casos- los
padres u otros adultos atestigua de que si existe una comunicación y mutuo
entendimiento a nivel elemental. En este nivel elemental no solo se toma en
cuenta el ambiente sino también el lenguaje que los padres manejan entorno
al niño y a su vez este también adquiere de sus experiencias. Para llegar a una
conclusión del análisis cuando se posee el conocimiento sobre la situación en
que se aplica las oraciones de dos palabras , un ejemplo claro de esto está en la
oración:

“libro, papá”

Dando a entender la relación de estas dos palabras en una necesidad de la


primera (libro) y nombra al facilitador que sería la segunda (Papá) creando una
relación entre estas de situación de necesidad aunque esto puede variar
dependiendo del contexto en que sea dicha la relación puede variar en una
elección o en un temor a cierto elemento en este caso el libro.

El lenguaje del niño está más vinculado a del adulto ya que este está en su
ambiente próximo y al oír ciertas expresiones u oraciones el niño las asimilará
de una manera normal dentro de su vocabulario sin pensar en su significado
semántico, y a que se encuentra en la etapa del descubrimiento del vocabulario
y adquisición de su lengua.

Etapa telegráfica (24-36 meses)

Entre los dos y tres años el niño produce e imita frases cortas de 3 hasta 5
palabras.

En esta etapa el habla es incompleta ya que se eliminan elementos como las


preposiciones, artículos, conjunciones, verbos auxiliares etc. Que puede ser
deducido según el contexto o el comportamiento del niño. Brown y Fraser (1993)
la denominaron habla telegráfica debido a que al igual que un telegrama el niño
omite ciertos términos permaneciendo principalmente las clases abiertas:
sustantivos, verbos y adjetivos.

Este tipo de habla presenta dos características:

 El carácter iterativo de las emisiones en el cual el niño hace repeticiones


para ser comprendido por los adultos, y ya que al son frases carentes de
modo gramatical exigen repetición para matizar o dejar clara una idea.
 El orden estructural similar al del adulto pero esto no quiere decir, según
Schlesinger, que deba ser un orden rígido.

Brown y Fraser (1993) observaron que este tipo de habla se daba no solo en
oraciones que habían sido producidas espontáneamente por el niño sino también
en las que imitaba.
¿A qué se deben tales omisiones en el habla del niño?

En esto inciden varios factores como la memoria a corto plazo, la comprensión del
niño, estrategias de aprendizaje y la necesidad de comunicación. La memoria a
corto plazo puede ser responsable de este tipo de habla fragmentaria, aunque
también la imitación juega un papel importante. Es fragmentaria porque el niño no
percibe totalmente el lenguaje adulto.

La adquisición de las categorías gramaticales puede explicarse por simples


criterios nocionales tales como los sustantivos que se refieren a cosas y los verbos
a acciones. Sin embargo, no tienen correspondencia sistemática por eso se
prefiere ver la adquisición de las partes de la oración como estructuras de
superficie derivadas de estructuras profundas que comprenden relaciones
sistemáticas.

Hay una complejidad en el lenguaje que el niño debe ir asimilando poco a poco,
primero de lo semántico más breve (frases de una palabra) a otras más extensas
(dos palabras) o más complejas (de tres o más elementos) con nuevos matices
que va asimilando.

Algunos autores dedicados al análisis del habla infantil han clasificado la imitación
en imitaciones espontaneas o en imitación provocada. Los resultados
comparativos de uno y otro tipo de imitación con el habla libre difieren en gran
medida. Bloom, Hood y Lightbown (1947) hallaron que la imitación dependía de
los rasgos gramaticales ya adquiridos, concluyendo así que este comportamiento
no es imprescindible para aprender a hablar.

Con respecto a la habilidad comprensiva del niño, Fraser y sus colegas


encontraron que la producción del niño era menor que su comprensión lo cual se
irá reduciendo conforme el niño avance en el lenguaje y a su vez concluyen que la
imitación precede a la comprensión y ésta a la producción. Otros como De Villiers
y de Villiers (1973) Keeney y Wolfe (1972) Chapman y Miller (1975) dijeron que la
comprensión era muy inferior a la producción.

Los métodos ideados para investigar la comprensión del niño presenta grandes
dificultades tanto metodológicas como de la edad.

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