Monitoreo de la Comprensión:

La respuesta a la pregunta ¿entiendo lo que acabo de leer? es suficiente para

continuar la lectura o simplemente detenernos y averiguar qué es lo que está
impidiendo que yo comprenda lo que estoy leyendo.

Veamos un ejemplo:

“Bañada de sol se alzaba allí una vieja mansión solariega a la que rodeaba un
profundo foso; desde sus paredes hasta el borde del agua crecían unas plantas de
hojas gigantescas, las mayores de las cuales eran lo suficientemente grandes
para que un niño pequeño pudiese pararse debajo de ellas. Aquel lugar resultaba
tan enmarañado y agreste como el más denso de los bosques, y era allí donde
cierta pata había hecho su nido. Ya era tiempo de sobra para que naciesen los
patitos, pero se demoraban tanto, que la mamá comenzaba a perder la paciencia,
pues casi nadie venía a visitarla.” (Andersen, s/f)

Inmediatamente sabemos que un estudiante de escuela primaria o elemental e

inclusive algunos de educación secundaria o media, encontrarán palabras en la
primera oración que complicarán la comprensión del texto. Así que la respuesta a
¿Comprendo lo que estoy leyendo? Pudiera ser un honesto no.

La siguiente pregunta sería¿Qué es lo que no comprendo? En este caso, el

vocabulario puede estar interfiriendo con la comprensión. Términos como
solariega, foso, enmarañado, agreste, denso, quizá no formen parte del
vocabulario cotidiano de nuestros estudiantes y sería un primer logro que ellos
identifiquen no sólo el hecho de que no entienden, sino qué es lo que no
entienden y qué está dificultando tal comprensión.

El docente puede tener una gran variedad de estrategias para apoyar la

comprensión desde este primer monitoreo:

 Presentar un glosario de términos

 Hacer una lectura en grupo y discutir los conceptos nuevos
 Permitir que los alumnos utilicen sus teléfonos inteligentes para buscar las
palabras en diccionarios o tesauros.
 Utilizar de manera intencional los vocablos nuevos para sentar bases
comunes antes de abordar la lectura.

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Cualquiera que sea la estrategia utilizada es importante considerar que los
estudiantes se deben sentir cómodos de expresar sus dudas y que el hecho de
que uno o muchos no entiendan, será un aliciente para el docente para mediar su
intervención.

Así, la importancia del monitoreo de la comprensión recae en el hecho de que los

estudiantes están a muy bien tiempo de tomar medidas para corregir el
rumbo, identifican sus propias debilidades y utilizan estrategias apropiadas
para resolver el problema de la comprensión.

Si consideramos las habilidades de pensamiento crítico de las que hablamos

inicialmente: conocer, comprender, aplicar, analizar, sintetizar y evaluar (y que
coinciden con los niveles del pensamiento de la Taxonomía de Bloom), nos
daremos cuenta que monitorear la comprensión es un primer e indispensable
paso si queremos que los alumnos puedan posteriormente analizar o evaluar un
determinado texto, y más aún, guiar sus acciones y creencias a partir de éste
proceso de pensamiento.

Este pensar sobre el pensamiento, llamado metacognición, es una herramienta

valiosa para que los estudiantes tomen control de su comprensión lectora. Hay
que distinguir el uso de estrategias metacognitivas en los momentos de la lectura,
es decir, antes de leer, al leer y después de leer.

En la etapa de antes de leer, es importante que el estudiante sepa para qué va a

leer, tener un propósito claro de la intención comunicativa de cualquier texto puede
ayudar a generar confianza a la hora de abordar el texto, por ejemplo: si usted
pide leer sobre hongos comestibles, los estudiantes puedan buscar en un libro
sobre la flora de la región, o en un recetario de cocina llamado cocinando con
hongos. En éste caso usted necesita proporcionar información clara sobre el
objetivo de la tarea y la función comunicativa de los textos.

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Durante la lectura, las estrategias compartidas anteriormente para el monitoreo
de la comprensión, pueden acompañarse de elementos visuales como una
tarjeta con un lado rojo y uno verde, en la que al enfrentarse con un obstáculo en
la comprensión, pueden levantar su tarjeta y el docente verá si se trata de un solo
alumno o alumna, o bien de un problema generalizado, de ahí podrá diferenciar la
instrucción para garantizar que todos los y las estudiantes tengan lo que necesitan
para comprender el texto. Algunos estudiantes decidirán leer más lento y tratar de
deducir el significado de un vocablo a través del contexto, otros más quizá quieran
tomar un diccionario de sinónimos y antónimos o simplemente preguntar.

Al finalizar la lectura tanto el docente, como los propios estudiantes, pueden

plantear nuevamente la pregunta ¿Entiendo? y decir ¿cómo sé que entiendo?

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