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OBLIGACIONES
Resumen del texto original.
Importante.-
Bibliografía que sirvió de referencia fundamental para desarrollar este texto.
- Código Civil.
- Código de Procedimiento Civil.
- Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas; Código Civil.
- Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas; Código de Procedimiento Civil. 3ra Edi. Actualizada.
Editorial Jurídica de Chile. 1999.
Obras de autores.
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PRIMERA PARTE
OBLIGACIONES.
Advertencia.
Cabe señalar que cada vez que en este texto se haga alusión a algún artículo sin nombrar su
fuente, ha de entenderse del código civil.
CAPITULO I
Art. 578. “Derechos personales o créditos son los que sólo pueden reclamarse de ciertas
personas, que, por un hecho suyo o la sola disposición de la ley, han contraído las obligaciones
correlativas; como el que tiene el prestamista contra su deudor por el dinero prestado, o el hijo
contra el padre por alimentos. De estos derechos nacen las acciones personales”.
Procedamos a analizar esta definición.
Derecho personal o crédito: Se ha dicho que el Código Civil cuando usa la vocal “o” entre
dos términos, es porque lo hace sinónimos, y si aquello es cierto, el derecho personal y el crédito
son lo mismo.
Son los que pueden reclamarse de ciertas personas: La voz “ciertas” empleadas en el
concepto es la prueba de que el derecho personal es “relativo”, es decir, que existe una relación
jurídica entre dos sujetos, a diferencia del derecho real que es absoluto. Por su parte la palabra
“personas”, se está refiriendo al deudor, el que puede ser tanto una persona natural como jurídica.
Que por un hecho suyo: Esta frase se refiere al hecho suyo como fuente de las obligaciones
que sumado a la ley, estaría haciendo alusión a la clasificación dual de las fuentes de las
obligaciones. hecho suyo comprende al contrato, cuasicontrato, delito y cuasidelito.
Por la sola disposición de la ley: Al respecto hay que tener presente la definición de ley
consagrada en nuestro Código civil en su artículo 1°. Por su parte, se entiende que esta regla se
refiere exclusivamente a la ley como fuente directa de las obligaciones, así queda probado gracias
a la expresión “sola” usada en la ley, y no como fuente indirecta de las mismas. Eje. obligación de
pagar una pensión de alimentos.
Como los que tiene el prestamista contra el deudor por el dinero prestado o el hijo
contra el padre por alimentos: Aquí, la definición nos entrega dos ejemplos de donde fluye la
existencia de un derecho personal, uno que tiene una fuente contractual “mutuo de dinero” y
además nos señala el “derecho personal que tiene el hijo contra el padre por alimentos”.
De estos derechos nacen las acciones personales: Los derechos personales están
protegidos por acciones personales, al igual como los derechos reales están protegidos por
acciones reales.
En cuanto a cómo están protegidos: El El derecho real está protegido por una acción
derecho personal está protegido por una acción real, pero puede ser mueble o inmueble según
personal, pero puede ser mueble o inmueble lo que se persigue.
según lo que se persigue.
Variadas son las definiciones que en doctrina se han formulado de obligación, y aquello se
debe a que nuestro código civil no nos proporciona una, aún cuando sí en su artículo 1438 señala los
caracteres jurídicos de la obligación.
Es el vínculo jurídico que une a dos personas, acreedor y deudor, donde este último se
encuentra en la necesidad jurídica de cumplir con una prestación que puede consistir en
dar, hacer o no hacer alguna cosa.
Vínculo es la relación que hay entre personas, y jurídico se refiere a que está amparado por
el derecho.
Características del vínculo jurídico: Siguiendo a don René Abeliuk, 2 son los caracteres del
vínculo jurídico:
2.- Su temporalidad: Una obligación cuando nace a la vida del derecho lo único que por
naturaleza desea, es extinguirse, luego las obligaciones están llamadas a extinguirse y no
perpetuarse en el tiempo, de ahí que los vínculo jurídicos sean transitorios.
2).- PRESTACIÓN:
1
ABELIUK MANASEVICH, René, “Las Obligaciones”, T. I, 4ta Ed. Edit. Jurídica de Chile. 2010. p. 35.
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1.- Prestación de dar una cosa: En este caso los requisitos son:
1).- Que la cosa exista o que se espere que exista.
2).- Que la cosa sea comerciable.
3).- Que la cosa sea determinada o determinable.
Lo anterior no obsta a que además deba ser lícito. Más bien como requisito de validez del
acto jurídico.
2.- Prestación de hacer y no hacer: Cabe advertir que respecto de la obligación de no hacer, en
lugar de llamarla “prestación de no hacer” parte de la doctrina ha preferido llamarla sencillamente
“abstención”, lo anterior, porque hay quienes sostienen que, no es una prestación, por el contrario,
aquí no existiría prestación, de ahí que se hable de una abstención. Efectuado este alcance estamos
en condiciones de señalar los requisitos de éstas.
1.- Que el hecho o abstención sea determinado o determinable.
2.- Que el hecho o abstención sean físicamente posible.
3.- Que el hecho o abstención sean moralmente posible.
Que el análisis de cada uno de estos puntos, fue desarrollado y estudiado en acto jurídico,
extendiéndolo a esta materia.
Se ha dicho que éste es el elemento subjetivo de la obligación, y dice relación con las partes
que intervienen en el vínculo amparado por el derecho.
a.- DEUDOR: Sujeto pasivo de la relación jurídica obligacional y es aquel que se encuentra
enfrentado a cumplir con la prestación de dar, hacer o no hacer alguna cosa.
b.- ACREEDOR: Sujeto activo de la relación jurídica obligacional, el titular del derecho
personal, el titular del crédito.
Estamos hablando de aquel en cuyo favor o interés el deudor ha contraído la obligación.
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Sistema de prelación
Concepto.
Digamos que nuestro Código Civil consagra la regla del derecho de prenda general dentro
del título de la “prelación de créditos”, en dos disposiciones legales, artículos 2465 y 2469, siendo
el primero de ellos el encargado de darnos una definición de ella.
Como podemos observar, aquí descansa el carácter coercible que tiene el vínculo jurídico,
pues, desde el momento en que la ley se entiende conocida por todos, es que el deudor al contraer
la obligación está en conocimiento de que frente al incumplimiento de su obligación, expondrá
sus bienes en los términos que a primera vista se desprenden de la institución en estudio, dándole
al acreedor la facultad de elegir qué bienes perseguir para así pagarse, de ahí la razón por la cual,
al deudor le convendrá pagar con aquello a que se obligó, bajo amenaza abstracta de dar libertad
de acción al acreedor –salvo las excepciones del artículo 1618- .
Por su parte, Andrés Bello cuando tomó la decisión de emplear la palabra “prenda” dentro
de este contexto, lo hizo siguiendo las concepciones clásicas romanas, lo tomó en el sentido de
“garantía”, y no pensando en la prenda como derecho real que grava bienes muebles. Lo anterior
permite entender la razón por la cual al definir la hipoteca en el artículo 2407 lo hace como un
derecho de prenda, en el entendido que es un derecho de garantía –pignus-.
Sin embargo, por mucho que sean los esfuerzos para explicar las razones que pudo haber
tenido en vista Andrés Bello para emplear la expresión “prenda” la inmensa mayoría de la
doctrina ha considerado que su expresión puede no ser muy afortunada y fomentar la duda en el
lector, razón por la cual se ha preferido hablar de “derecho de garantía general del acreedor”.
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¿Qué sucede si un bien del deudor ya está embargado por otro acreedor?
R- Nuestra jurisprudencia se ha inclinado por la tesis de que al ser el derecho de prenda general
un derecho absoluto puede ejercerse aún sobre bienes que ya están embargos por otros
acreedores, luego no goza el acreedor que embargó primero, preferencia por sobre el resto de los
acreedores2.
Este derecho tiene como límite los bienes inembargables designados en el art. 1618. (Así se
desprende de los arts. 2465 y 2469). El fundamento de aquello es por razones de solidaridad
social para evitar la indigencia de las personas 3. –Esto tiene relación con lo dispuesto en el art.
445 del C.P.C.).-
-LEER ART. 1618-.
Al acreedor lo que le interesa es que el deudor cumpla con la obligación y la sola existencia
del derecho de prenda general no basta para dar tranquilidad al acreedor, el acreedor va a querer
estar más protegido, de ahí que existan las “cauciones” entre otros mecanismos de protección.
Definición legal de caución: El Código Civil nos define caución en su artículo 46 y nos dice:
“caución significa generalmente cualquiera obligación que se contrae para la seguridad de otra
obligación propia o ajena. Son especies de caución la fianza, la hipoteca y la prenda”.
Concepto: Son aquellas donde el deudor o bien un tercero compromete un bien específico
de su contenido patrimonial para garantizar el cumplimiento de una obligación principal. Aquí
encontramos la prenda, la hipoteca, la anticresis, las arras y el censo.
El acreedor goza por un lado, de una garantía general que le confiere la obligación principal
–contra del deudor-, y de una garantía específica que le confiere la caución real, que podrá
ejercer, en contra del deudor de la obligación principal si es él quien la constituyó, o en contra de
un tercero que caucionó con un bien propio el cumplimiento de una obligación ajena. Así dicho,
veamos que sucede.
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Para recordar, pues, para el examen de grado de deben saber perfectamente.
a.- Prenda: El Código Civil en su artículo 2384 procede a definirnos el contrato de prenda, y no dice, “por el
contrato de empeño o prenda se entrega una cosa mueble a un acreedor para la seguridad de su crédito”. Ahora bien,
veremos en su oportunidad –Fuentes de las Obligaciones - que hay dos tipos de prenda, la primera es la llamada
prenda especial donde no hay desplazamiento de la cosa de manos del constituyente al acreedor, y la segunda es la
prenda civil o denominada con desplazamiento, donde el constituyente entrega la cosa al acreedor prendario.
Es éste segundo tipo de prenda la que será objeto de nuestro análisis con mayor profundidad, donde incluso
daremos una definición doctrinaria de contrato de prenda. Ahora bien, el constituyente que es aquél que suscribe el
contrato de prenda, puede ser el mismo deudor de la obligación principal o bien un tercero que cauciona un bien
propio para garantizar una deuda ajena.
La garantía radica precisamente en qué, si el deudor de la obligación principal no cumple con su obligación, el
acreedor podrá dirigirse contra la cosa dada en prenda, solicitando que se venda en pública subasta y así pagarse con
el producto de la venta, sin perjuicio de que, de no alcanzar a pagarse con el producto del remate, de todas maneras
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dispondrá del derecho de prenda general que emana de la obligación principal la que sólo podrá dirigir contra el
deudor.
b.- Hipoteca: El código civil procede a definirnos la hipoteca en el artículo 2407, y nos dice que “ la hipoteca es
un derecho de prenda, constituido sobre inmuebles que no dejan por eso de permanecer en poder del deudor”.
Al igual que la prenda, la hipoteca será objeto de nuestro análisis en fuentes de las obligaciones, donde
aprenderemos una definición doctrinaria de derecho real de hipoteca y analizaremos el contrato de hipoteca.
Por ahora conviene que tengamos presente que, el constituyente que puede ser el mismo deudor de la
obligación principal o un tercero, garantiza el cumplimiento de una obligación principal con una hipoteca, luego, es
una gran garantía para el acreedor, -para muchos, la más importante de todas las cauciones que existe, toda vez que,
de no cumplirse con la obligación principal, éste podrá dirigirse contra la cosa hipotecada y solicitar su venta en
pública subasta para así poderse pagar del producto de la realización de la cosa, sin perjuicio que de existir un saldo
de deuda, podrá accionar el derecho de prenda general en contra del deudor de la obligación principal.
c.- Anticresis: El Código Civil procede a definirnos la anticresis en el artículo 2435, y nos dice “la anticresis es
un contrato por el que se entrega al acreedor una cosa raíz para que se pague con sus frutos”.
Aquí estamos ante la presencia de una cosa raíz que el constituyente, que puede ser el deudor o un tercero,
entrega al acreedor de la obligación principal para que éste se pague con los frutos que la cosa genere.
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Concepto: Son aquellas donde el deudor o un tercero compromete todos sus bienes de su
contenido patrimonial para garantizar el cumplimiento de la obligación principal, salvo los
inembargables. Aquí encontramos como ejemplo de cauciones personales, la fianza, la
solidaridad pasiva y la cláusula penal.
En este tipo de cauciones, el acreedor dispone del derecho de prenda general tanto en el
patrimonio del deudor como en los patrimonios de los terceros que caucionan obligaciones ajenas.
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Para recordar, pues, para el examen de grado de deben saber perfectamente y que estudiaremos más adelante.
a.- Fianza: Nuestro Código Civil procede a definirnos la fianza en el artículo 2335, y nos dice que “la fianza es
una obligación accesoria, en virtud de la cual una o más personas responden de una obligación ajena,
comprometiéndose para con el acreedor a cumplirla en todo o parte, si el deudor principal no la cumple.
La fianza puede constituirse, no sólo a favor del deudor principal, sino de otro fiador”.
Aquí el fiador siempre es un tercero a la obligación principal, que compromete todo su contenido patrimonial a
fin de garantizar en todo o parte la obligación garantizada, sin embargo, su ejercicio es sin duda eventual y subsidiario
toda vez que se concreta cuando el acreedor habiéndose dirigido contra el deudor de la obligación principal éste no la
cumple, luego, no podría el acreedor pretender dirigirse primero contra el fiador toda vez que éste goza de un derecho
llamado “beneficio de excusión” que le permite a la hora de ser demandado oponer la excepción dilatoria de beneficio
de excusión solicitando al acreedor que primero se dirija contra el deudor y sólo en el evento de ver insatisfecho su
crédito podrá dirigirse contra él.
b.- Solidaridad pasiva: Al respecto digamos que nuestro Código Civil no nos proporciona un concepto de
solidaridad pasiva, pero sí nos dice en qué consiste. De este modo el artículo 1514 señala “el acreedor podrá dirigirse
contra todos los deudores solidarios conjuntamente, o contra cualquiera de ellos a su arbitrio, sin que por éste pueda
oponérsele el beneficio de división”.
Por ello es que diremos, sin ánimo de definirla, que la solidaridad pasiva es aquella donde existiendo un objeto
divisible, hay varios deudores a una misma obligación, pero donde cualquiera de ellos puede verse enfrentado a tener
que cumplir con la obligación de manera total, integra y oportuna, sin que pueda gozar del beneficio de división ni de
excusión, extinguiendo el pago total, la obligación respecto de los demás.
En este caso, el acreedor, a diferencia de la fianza, puede dirigirse indistintamente contra cualquiera de los
deudores –toda vez que todos ellos conforman una sola parte, no son terceros-, toda vez que goza del derecho de
prenda general en contra de todos ellos, de ahí que se diga que la solidaridad pasiva es la más perfecta de las
cauciones personales.
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c.- Cláusula penal: El Código Civil procede a definirnos la cláusula penal en el artículo 1535, y nos dice que “ la
cláusula penal es aquella en que una persona, para asegurar el cumplimiento de una obligación, se sujeta a una
pena, que consiste en dar o hacer algo en caso de no ejecutar o de retardar la obligación principal”.
Digamos que, si bien el Código Civil nos proporciona una definición de esta institución, en doctrina se ha
definido como “la avaluación anticipada de los perjuicios que hacen las partes en un contrato” definición ésta última
muy aceptada por algunos profesores de derecho civil, pero también por otros muy criticada.
Digamos que esta puede ser suscrita tanto por el mismo deudor como por un tercero, pero sea quien sea el que
la constituye, el acreedor goza del derecho de prenda general contra cualquiera de ellos, y al estar previamente
determinado en que se traducirá el pago de la pena en caso de incumplimiento, bastará con sólo probar el
incumplimiento de la obligación principal, nada más, lo que da a esta institución el rango de ser una gran garantía
para el acreedor. Así por ejemplo, en caso de que la pena se traduzca en el pago de una suma de dinero por concepto
de indemnización de perjuicios, no habría que probar la existencia del perjuicio, sólo el incumplimiento, lo que le
facilita bastante el trabajo al acreedor.
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El deudor al contraer una obligación está llamado por ese sólo hecho a cumplirla, sin
embargo, en ocasiones el deudor no paga, y en tal caso, entre los mecanismos de protección que
tiene el acreedor encontramos los derechos alternativos, es decir, la facultad del acreedor de optar
entre el cumplimiento forzado o la resolución del contrato, ambas con indemnización de
perjuicios.
Es perfectamente posible que el deudor tenga con varios acreedores vínculos jurídicos que
no ha extinguido, luego, la existencia de varios acreedores motiva la necesidad de que exista un
sistema que ordene la manera de cómo éstos se van a pagar, quién primero y quién después.
La regla consagrada en nuestro derecho es el principio de igualdad de los acreedores,
denominado “par conditio creditorum est”, y si el derecho personal de que hablamos está
protegido sólo por el derecho de prenda general todos los acreedores responderán a esta igualdad,
toda vez que ninguno se preferirá por sobre otro.
Sin embargo, en la vida cotidiana no necesariamente los acreedores tienen sólo este tipo de
crédito, pueden que tengas otros, de ahí que exista en nuestro Código Civil un orden que estos
acreedores deberán respetar a la hora de dirigirse contra el mismo deudor.
Estos derechos, como lo veremos en su oportunidad –también dentro del mundo de los
efectos de las obligaciones-, tienen una importancia extraordinaria, toda vez que, sin ellos el
acreedor podría enfrentarse al riesgo de ver insolvente al deudor, sea por su negligencia, por dolo,
o simplemente por la desafortunada situación en la que se puede ver enfrentado.
Como lo dijimos en su oportunidad la sola existencia del derecho de prenda general no basta
para que el acreedor pueda dormir tranquilo, toda vez que, el deudor puede caer en la tentación de
pretender liberar dolosamente bienes de su patrimonio a fin de provocar un estado económico que
para nada conviene al acreedor, o bien, evitar negligente o dolosamente un enriquecimiento que
beneficie tarde o temprano al acreedor. En definitiva, estos derechos tienen por objeto mantener o
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enriquecer el patrimonio del deudor, de modo tal que éste no se vea menoscabado, deteriorado o
empobrecido. Estos derechos son:
“todo aquel hecho que la ley le atribuye el efecto jurídico de crear una obligación y
por consiguiente su derecho personal correlativo”.
Finalmente hay que tener de extremo presente que, todo lo que se diga de las fuentes de las
obligaciones debe entenderse aplicable a los derechos personales o créditos, de modo tal que las
fuentes de unos los serán de los otros.
1).- Las fuentes clásicas de las obligaciones son el contrato, cuasicontrato, delito, cuasidelito y la
ley. (Las estudiaremos más adelante).
2).- Existe una teoría reduccionista y expansionista a estas mismas. Veamos estas teorías.
Planiol y Messineo, sostienen que las fuentes de las obligaciones son 2, el contrato y la ley,
siendo en esta segunda categoría donde agrupa las obligaciones provenientes del delito, cuasidelito,
cuasicontrato e incluso la misma ley cuando impone directamente el cumplimiento de la obligación.
Don Arturo Alessandri Rodríguez sostiene que respecto las fuentes son la ley y el contrato,
pero respecto de este último nos dice que, más que el contrato es en realidad la voluntad de las
partes la real fuente de la obligación4”.
4
ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo; Derecho Civil, Teoría General de las Obligaciones, Editorial
Jurídica, Ediar-ConoSur Ltda. 1988. p. 13.
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Jjuristas como RENÉ DEMOGUE, hayan señalado que sólo una es la fuente de la obligación
siendo esta la LEY, toda vez que incluso el contrato va a generar obligaciones que estén
previamente amparadas por el derecho objetivo para la satisfacción de intereses jurídicamente
protegidos.
Digamos que RENÉ DEMOGUE no es el único autor que ha reducido las fuentes de las
obligaciones sólo a una, también encontramos a COLMO, quien también las redujo a una, pero en
este caso, él las redujo a la “voluntad” considerando que aquella es la única y gran fuente de las
obligaciones, manifestándose como sigue, en el contrato la el acto voluntario de las partes, en la ley
la voluntad del legislador.
En resumen: Para algunos las fuentes son, 2, el contrato y al ley, para otros, sólo la ley, para
otros sólo la voluntad.
Hay quienes han sostenido que a las ya mencionadas fuentes tradicionales de las obligaciones
habría que agregar la 1) declaración unilateral de voluntad, 2) el enriquecimiento sin causa, e
incluso 3) el ejercicio abusivo de los derechos, institución esta última que no será analizada en esta
parte de la materia.
Lo interesante de esta teoría es que, la obligación de que hablamos habrá nacido aun antes de
la manifestación de voluntad de quien será acreedor, no siendo necesaria la voluntad del beneficiado
con la obligación para que ésta nazca o se perfeccione a la vida del derecho.
Declaración unilateral de voluntad en nuestra legislación.
En nuestro derecho doctrinariamente se suele recurrir a algunos ejemplos o casos donde sería
posible observar el comportamiento de la doctrina en estudio.
a.- Oferta sujeta a un plazo. Al estudiar la formación del consentimiento dijimos que nuestro
Código Civil nada señalaba al respecto, pero sí lo hacía el Código de Comercio de donde se
extrapolaban las reglas para explicar la teoría de la formación del consentimiento. Luego, si el
oferente emite una oferta –proposición de un negocio jurídico- sujeta a plazo donde se compromete
a esperar la contestación del destinatario de la oferta hasta que se cumpla el plazo, su retractación
tempestiva impondrá al oferente la obligación de indemnizar los perjuicios gastos sufridos por el
destinatario de la oferta. Tal es la regla que podemos observar de la relación entre el artículo 99 y
100 del código de comercio.
Art. 99 del Código de Comercio “El proponente puede arrepentirse en el tiempo medio entre el envío de
la propuesta y la aceptación, salvo que al hacerla se hubiere comprometido a esperar contestación o a
no disponer del objeto del contrato, sino después de desechada o de transcurrido un determinado
plazo. El arrepentimiento no se presume”.
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Art. 100 del Código de Comercio dice. “La retractación tempestiva impone al proponente la obligación
de indemnizar los gastos que la persona a quien fue encaminada la propuesta hubiere hecho, y los
daños y perjuicios que hubiere sufrido.
Sin embargo, el proponente podrá exonerarse de la obligación de indemnizar, cumpliendo el
contrato propuesto”.
b.- El caso del dueño que ofrece o promete recompensa a un tercero por el hallazgo de una cosa
que se le ha perdido. Esta figura se da fundamentalmente cuando una persona –normalmente el
dueño- promete recompensa a aquél que encuentre una cosa perdida, regla que, en nuestro Código
Civil la encontramos a propósito de la ocupación como modo de adquirir el dominio.
Al respecto el artículo 606 nos dice que “por la ocupación se adquiere el dominio de las
cosas que no pertenecen a nadie, y cuya adquisición no es prohibida por las leyes chilenas, o por
el Derecho Internacional”.
c.- La estipulación a favor de otro. Se ha dicho por un sector de la doctrina que la estipulación a
favor de otro o de un tercero consagrada en el artículo 1449 sería una manifestación de la institución
en estudio. Veamos lo que nos dice el artículo 1449 “Cualquiera puede estipular a favor de una
tercera persona, aunque no tenga derecho para representarla; pero sólo esta tercera persona
podrá demandar lo estipulado; y mientras no intervenga su aceptación expresa o tácita, es
revocable el contrato por la sola voluntad de las partes que concurrieron a él.
Constituyen aceptación tácita los actos que sólo hubieran podido ejecutarse en virtud del
contrato”.
En este escenario en virtud de un contrato se pacta que un derecho le nacerá a un tercero en
la medida que acepte la estipulación en su favor, luego, los que han querido ver en este caso un
ejemplo de declaración unilateral de voluntad plantean que, el prometiente se obliga por su sola
voluntad para con este tercero y esta obligación nacería antes de que el tercero efectivamente
acepte la estipulación formulada en su favor.
Sin embargo, hay que tener presente que no todos los autores están de acuerdo con lo
planteado, argumentando que la obligación del prometiente no emana de su exclusiva voluntad,
sino del contrato que sirve de sustento a la estipulación a favor del tercero, entre ellos tenemos en
el plano nacional a don René Abeliuk quien no está de acuerdo con que esta institución sea un
caso de declaración unilateral de voluntad.
Pocas veces nos hemos enfrentado a una institución que tenga tantas manifestaciones en
nuestro derecho civil como la institución en comento, por lo que, no se puede desconocer su
existencia como principio general del derecho.
Ahora bien, la razón por la cual este principio, ahora analizado como una fuente no tradicional
de las obligaciones, tiene tanta influencia normativa en el Código Civil, es porque siguiendo nuestra
historia legislativa civil la escuela francesa y por consiguiente la romana tenemos impregnada su
influencia. Ellos ya visualizaban la existencia de esta institución y la necesidad de contar con las
herramientas jurídicas que permitieran enfrentarla adecuadamente.
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6.3.- Análisis particular y sintético de las fuentes clásicas de las obligaciones consagradas en
el Código Civil.
1.- CONTRATO.
“Contrato o convención es un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar,
hacer o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas”.
Crítica a la crítica:
Por su parte hay autores que no ven en esta confusión o sinonimia un problema tan grave, o
por lo menos un tema que raye en lo escandaloso toda vez que los efectos igual serán los mismos,
lo que no significa que la consideren una definición afortunada. Don Jorge López Santa María
acepta por ejemplo la crítica y la considera interesante para fines didácticos, aún cuando sostiene
que en el derecho comparado son numerosos los ordenamientos en los cuales se identifica el
5
Pomponio, jurisconsulto que vivió en el S. II después de Cristo considerado como erudito y fecundo,
reconocido por escribir un resumen de la historia del Derecho Romano antiguo, que se recoge al principio
del Digesto.
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contrato con la convención. Tales son por ejemplo el código civil alemán de 1900 o italiano de
19426.
Por último, hay que decir que hay profesores de derecho civil que no aceptan esta crítica,
consideran que en este punto no se cometió ningún error, pues, se preguntan ¿Acaso el contrato no
es una convención?, como la respuesta es que sí lo es, pues el contrato es un acuerdo de
voluntades, no ven error de código. Simplemente ASIMILA el contrato con convención pero NO
LOS CONFUNDE.
b.- Es un acto por el cual una parte se obliga para con otra: Se ha señalado que la definición
alude exclusivamente a los contratos unilaterales toda vez que ellos son lo que generan
obligaciones para una de las partes, por lo que, la definición legal, excluiría la categoría de los
contratos bilaterales.
c.- A dar, hacer o no hacer alguna cosa: El artículo que analizamos sostiene que el objeto del
contrato es dar, hacer, o no hacer alguna cosa.
Crítica: Se ha señalado que aquello no es el objeto del contrato, sino de la obligación. El real
objeto del contrato es crear derechos y obligaciones.
Definición doctrinaria de contrato: Con tantas críticas que ha sufrido la definición legal de
contrato, no queda otra alternativa más que esbozar la definición que realmente le correspondería,
así dicho digamos que el contrato se define como “el acto jurídico bilateral (convención) que
tiene por objeto crear derechos y obligaciones”.
2.- CUASICONTRATO.
A su vez, el artículo 2284 dispone “las obligaciones que se contraen sin convención, nacen
o de la ley, o del hecho voluntario de una de las partes. Las que nacen de la ley se expresan en
ella.
Si el hecho de que nacen es lícito, constituye un cuasicontrato.
Si el hecho es ilícito, y cometido con intención de dañar, constituye un delito.
Si el hecho es culpable, pero cometido sin intención de dañar, constituye un cuasidelito.
En este título se trata solamente de los cuasicontratos”.
6
Ob. Cit. LÓPEZ SANTA MARÍA, Jorge; Los Contratos, Parte General, T. I, 3ra Edi., Editorial Jurídica de
Chile.
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Si tuviéramos que sintetizar los elementos que se desprenden de estas disposiciones legales,
podríamos graficarlas de la siguiente manera:
Es gracias a los elementos que hemos enunciados que la doctrina ha podido elaborar una
definición de cuasicontrato, siendo la más frecuente la siguiente:
Definición de delito civil: Consiste en el hecho ilícito cometido con la intención de dañar a
otro y que causa daño.
Definición de cuasidelito civil: Es el hecho ilícito cometido sin la intención de dañar a otro
pero que causa daño.
¿Tiene alguna importancia que el hecho ilícito haya sido con dolo (delito)- o culpa
(cuasidelito)?
R- Se ha sostenido que no tiene ninguna importancia, -responsabilidad extra contractual- toda vez
que, como ya lo hemos planteado, la indemnización responde al daño causado, y ambos pueden
causar serios daños en la víctima.
5.- LEY.
De partida si hablamos de la ley es imprescindible saber como ésta se define, así tenemos,
art. 1° que nos dice, “la ley es una declaración de la voluntad soberana que, manifestada en la
forma prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o permite”.
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Ahora bien, es innegable la presencia de la ley como fuente de las obligaciones y desde ya
el artículo 578 al referirse a los derechos personales hace alusión a la ley. A su vez, el artículo
1437 dispone que, “las obligaciones nacen ya por disposición de la ley, como entre los padres y
los hijos sujetos a patria potestad”. Sin perjuicio de lo anterior el artículo 2284 inciso 1° dispone
que, -textual- “Las obligaciones que se contraen sin convención, nacen o de la ley, o del hecho
voluntario de una de las partes. Las que nacen de la ley se expresan en ella”.
Así dicho digamos que la ley puede comportarse, como fuente de obligaciones, de dos
maneras:
1.- Ley como fuente generadora indirecta de obligaciones: Aquí la ley está detrás de las
obligaciones que son generadas por el contrato, cuasicontrato, delito y cuasidelito.
2.- Ley como fuente generadora directa de obligaciones: Aquí la ley no utiliza al resto de las
fuentes de las obligaciones para generar una obligación sino que se la impone directamente al
sujeto, como por ejemplo, la obligación del padre de proporcionar alimentos a sus hijos, o el
marido a la mujer, o la de pagar impuestos.
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CAPÍTULO II
La clasificación de las obligaciones es uno de los temas más importantes de este estudio, y
como nuestro Código Civil no nos proporciona de manera expresa una clasificación de ella la
doctrina nacional es la que se ha encargado de clasificarlas, sin que haya consenso en torno a
señalar una que sea unitaria y concluyente, por el contrario, si observamos la literatura nacional
encontraremos distintos criterios para clasificarla dependiendo del autor. Como podrán apreciar en
el texto original, se hace alusión a varias clasificaciones de distintos autores. Acá abordaremos la
clasificación que seguiremos siguiendo en su gran medida al profesor don René Abeliuk.
Obligación contractual
Obligación delictual
Fuente Obligación cuasidelictual
Obligación cuasicontractual
Obligación legal
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TÍTULO I
Las obligaciones pueden desde el punto de vista de su origen ser contractuales, cuasi-
contractuales, delictuales, cuasidelictuales, y legales.
TÍTULO II
1.- Introducción:
Nuestro Código Civil nos señala en su artículo 578 que el derecho personal o crédito es el
que sólo se puede reclamar de cierta persona que por un hecho suyo o la sola disposición de la ley
ha contraído una obligación correlativa, y más adelante, en el mismo precepto señala, que de estos
derechos nacen las acciones personales.
Pero hay ciertas circunstancias en que la acción personal no acompaña al derecho personal o
crédito viéndose desprotegido, pero ni aún en ese caso el acreedor pierde su calidad de tal al igual
como un policía no deja de serlo por no tener revolver. Y como el acreedor no deja de serlo por no
contar con acción que le permita exigir por la fuerza el cumplimiento de la obligación, es que, si
el deudor paga éste tendrá el derecho de retener dicho pago.
El Código Civil recoge esta idea al definirnos ambos tipos de obligaciones, así es
como el artículo 1470 en su primera parte dispone, “Las obligaciones son civiles o meramente
naturales.
Civiles son aquellas que dan derecho para exigir su cumplimiento.
Naturales las que no confieren derecho para exigir su cumplimiento, pero que cumplidas,
autorizan para retener lo que se ha dado o pagado en razón de ellas”.
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a.- Facultad de exigir (acción): Se traduce en el ejercicio final de una acción judicial, acción
que en esta obligación existe, pero que en la obligación natural, tal como lo veremos, no está
presente.
b.- Facultad de retener (excepción de pago): Consiste en que el deudor una vez que ha pagado
al acreedor, el acreedor podrá retener lo que se le ha pagado.
Caracteres de las obligaciones naturales: Se ha considerado que tres son los caracteres de las
obligaciones naturales:
2).- Imposibilidad de ejecución, esto es, que el acreedor no podrá exigir del deudor el
cumplimiento de la obligación.
3).- Facultad de retención, es decir, que el acreedor, si bien no puede exigir del deudor el pago,
sí puede retener lo que éste le haya pagado en virtud de la obligación que ha contraído.
En definitiva las obligaciones naturales consagradas en el artículo 1470 son sólo estas y no hay
más.
b.- Planteamiento de que es enunciativa: Hay autores que sostienen que esta enumeración es
ejemplar. Por ejemplo, don René Abeliuk señala que por lo menos existe un caso más de
obligación natural. Don Arturo Alessandri Rodríguez sostiene que existen más de un caso, y
argumenta que los términos “tales son” no restringe las obligaciones naturales a los cuatro casos
consagrados en el artículo 1470, luego, para que aquello así hubiese sido la ley debió haber
empleado expresiones como “son únicamente” obligaciones naturales o bien que hubiera dicho
“sólo” son obligaciones naturales7, lo que en la especie no se dio.
Análisis en particular de los casos consagrados en el artículo 1470. Este artículo enumera 4
casos de obligaciones naturales. Hay profesores que quieren escuchar los 4 casos en el mismo
orden propuesto por el código civil, y hay quienes desean, que los 4 casos sean divididos en 2
grupos. Nosotros lo aprenderemos de ambas formas.
Esta regla se refiere a los incapaces relativos, pues habla de tener suficiente juicio y
discernimiento. Además el art. 1477 dispone que respecto de los incapaces absolutos sus actos no
producen ni aun obligaciones naturales. Ahora bien, el código habla de los menores adultos, ellos
sí contraen obligaciones naturales, pero ¿Qué sucede con el disipador interdicto?, pues éste
también es un incapaz relativo. Veamos que nos plantea la doctrina.
b).- Tesis de que el disipador sí puede contraer obligaciones naturales: Luis Claro Solar,
plantea que tener suficiente juicio y discernimiento en el sentido que indica el artículo 1470
7
ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo; Derecho Civil, Teoría General de las Obligaciones, pág. 39, Edit.
Jurídica, Ediar-ConoSur Ltda. 1988.
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significa tener inteligencia suficiente y estar en posesión de las facultades necesarias para apreciar
la declaración de voluntad que ha de dar origen a la obligación. Añade que, el prodigo a diferencia
del demente no pierde con la interdicción, ni su inteligencia ni su voluntad. Además el disipador
podría perfectamente llevar a cabo ciertos actos a pesar de la falta de su representante 8. Se ha
sostenido que no considerar al prodigo en esta regla implicaría darle el trato propio de un incapaz
absoluto lo que sería incorrecto.
Argumentos:
1.- Creer que se necesita una sentencia para que la obligación sea natural, importaría creer que
mientras tanto la obligación es civil, a pesar de que los vicios que la hacen rescindible aun existen.
2.- La nulidad declarada judicialmente retrotrae a las partes al estado anterior de la celebración del
acto o contrato, llegando a la ficción legal de entender que nunca hubo contrato en virtud de la
nulidad, luego, no es posible concebir una obligación natural después de la nulidad si reputamos
de antemano que nunca ha existido contrato que se sirva de fuente a esa obligación10.
3.- Asimismo, otro argumento que se ha planteado para sostener que la obligación es natural desde
que ésta se contrajo, es que si por el contrario fuera civil no habría necesidad de poder sanear el
acto mediante ratificación –confirmación- del acto nulo, no tendría sentido sanear lo que está
sano, conclusión que sería errónea. El acto está nulo, lo que falta es su declaración.
b).- Planteamiento de que la obligación es natural sólo una vez que haya sido declarada
la nulidad: Entre los exponentes más sobresaliente de esta segunda postura tenemos a don Arturo
Alessandri Rodríguez. Se funda en los arts. 1684 y 1687.
1.- La nulidad no produce efectos para nadie sino cuando haya sido declarada por sentencia
judicial. Mientras tanto el acto goza de una presunción legal de validez consistente en que se ha
ajustado a la ley en su celebración.
2.- Sostiene además que hay tres etapas en esta obligación, la primera es que antes de la sentencia
que declara la nulidad, la obligación es civil aun cuando pueda ser rescindible, la segunda se da
cuando ya se ha declarado la nulidad, evento en el cual la obligación pasa a ser natural, y la
tercera se da cuando la obligación se ha saneado por la prescripción de 4años o ratificación en
cuyo caso la obligación será civil perfecta11.
b.- Análisis del artículo 1470 número 3º.
8
CLARO SOLAR, Luis; Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado; T. X., De las Obligaciones I. Edit.
Jurídica de Chile, 1979. p. 45.
9
Al respecto don Luis Claro Solar es uno de los exponentes más sobresalientes de esta posición –sin perjuicio de que
también adhieren a ella autores como don Manuel Somarriva, don René Abeliuk y Ramón Meza Barros, entre otros-.
10
Ob. Cita e idea, CLARO SOLAR, Luis; Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado; T. X., De las
Obligaciones I. Editorial Jurídica de Chile, 1979. pp. 48-49.
11
Ob. Cita es ideas, ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo; Derecho Civil, “Teoría General de las Obligaciones”.
Editorial Jurídica, Ediar-ConoSur Ltda. 1988. p. 45.
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El artículo 1470 dispone que son obligaciones naturales, número 3, “Las que
proceden de actos a que faltan las solemnidades que la ley exige para que produzcan
efectos civiles; como la de pagar un legado, impuesto por un testamento que no se ha
otorgado en la forma debida”.
Como podemos observar, en este caso nuestro código está haciendo alusión a un acto
jurídico solemne, pero que por faltar la solemnidad el acto se encuentra viciado por una causal
que generará como sanción la nulidad absoluta.
a.- Primera postura. La regla debe entenderse como referida exclusivamente a los actos
jurídicos solemnes unilaterales12.
1.- La expresión “actos” que emplea el artículo ha de tomarse acá en sentido de acto jurídico
unilateral, es decir, en un sentido restringido. De tal modo, si hubiese querido referirse también a
los bilaterales, hubiese dicho “las que proceden de actos o contratos…..”.
2.- A su vez, el precepto en este numerando señala como ejemplo justamente el testamento el
que es un acto jurídico unilateral. En el mensaje de nuestro código ya en su parte final dice que
“los ejemplos ponen a la vista el verdadero sentido y espíritu de una ley en sus aplicaciones ”, por
lo que el sentido de la disposición en estudio no puede sino concebirse como exclusivo al acto
jurídico unilateral.
3.- Por su parte la doctrina comparada refuerza esta tesis, pues Chile no es el único país cuya
doctrina apoya mayoritariamente esta posición.
4.- Se ha considerado que, de aceptar que esta regla se extienda a los actos jurídicos bilaterales
caeríamos en un absurdo, incluso don Arturo Alessandri Rodríguez dice que llegaríamos a “los
absurdos jurídicos más monstruosos”13. Por ejemplo, en la compraventa de bienes inmuebles
donde falta su solemnidad –escritura pública-, pasaría a ser una escritura privada, y de creer que
en tal caso generaría una obligación natural sería un absurdo, por cuanto el comprador no tendría
acción para exigir del vendedor la tradición del inmueble, y lo peor, es que éste tampoco podría
efectuarla si quisiera, pues el C.B.R. en honor al art. 52 de su reglamento no le aceptaría una
12
Entre los exponentes más importantes de esta corriente doctrinaria, tenemos a Pothier, don Alfredo Barros
Errazurriz, Arturo Alessandri Rodríguez, Manuel Somarriva Undurraga, Fernando Fueyo Laneri, y autores más
contemporáneos como don René Abeliuk Manasevich y René Ramos Pazos, entre otros.
13
Ob. Cita, ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo; Derecho Civil, “Teoría General de las Obligaciones”. Editorial
Jurídica, Ediar-ConoSur Ltda. 1988. p. 48.
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b.- Segunda postura. La regla debe entenderse como referida a los actos jurídicos
solemnes unilaterales y además a los bilaterales.
Entre los partidarios de esta tesis, encontramos a don Luis Claro Solar, quien señala que la
expresión “acto” adoptada por el Código Civil, por regla general responde a una doble acepción, y
sólo en casos excepcionales, la palabra “acto” es referida a los unilaterales, como lo que sucede
con el testamento definido en el artículo 999, y otros.
Sostiene que, no habría razón para no comprender en el número 3 de la disposición en estudio las
obligaciones procedentes de un contrato14.
En apoyo a esta tesis, hay casos donde el Código Civil emplea el término “actos” en un
sentido más bien genérico, donde englobaría tanto al acto jurídico unilateral como bilateral, así
por ejemplo, tenemos:
Art. 10 sostiene, “Los actos que prohíbe la ley son nulos y de ningún valor; salvo en cuanto
designe expresamente otro efecto que el de nulidad para el caso de contravención”.
Por su parte el artículo 11 dispone, “Cuando la ley declara nulo algún acto, con el fin
expreso o tácito de precaver un fraude, o de proveer a algún objeto de conveniencia pública o
privada, no se dejará de aplicar la ley, aunque se pruebe que el acto que ella anula no ha sido
fraudulento o contrario al fin de la ley”.
Asimismo, el artículo 1445 señala “Para que una persona se obligue a otra por un acto o
declaración de voluntad es necesario ......”.
a.- Planteamiento de que la obligación es natural desde que se suscribió el acto: Autores
como don Luis Claro Solar, Manuel Somarriva, Ramón Meza Barros y René Abeliuk, sostienen
que las obligaciones son naturales desde el momento en que se suscribió el acto a que faltan las
solemnidades exigidas por la ley, y no desde el momento en que la nulidad es declarada por
sentencia firme y ejecutoriada.
Argumentos:
1.- La obligación es natural desde el momento del otorgamiento del acto, por lo que no hay
presunción de validez alguna entre el tiempo del otorgamiento y la declaración de nulidad.
Además, creer que la obligación es natural desde la sentencia que declara la nulidad, no tiene
lógica, pues, con la declaración de nulidad se reputa nunca haber existido el acto, por lo que no
puede haber obligación natural emanada de la nada misma.
2.- Por su parte, el numerando en estudio habla de obligaciones que “proceden de actos….”,
por lo que la obligación es natural desde el momento del acto y no desde la sentencia, por lo que
razones de texto legal apoyarían esta tesis.
14
Ob. Ideas de CLARO SOLAR, Luis; Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado; T. X., “De las
Obligaciones” I., Editorial Jurídica de Chile, 1979. p. 50.
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3.- Si la obligación fuera natural sólo con la sentencia, significaría creer que antes de ella el
acto es válido, y si es así, sería innecesario su saneamiento, lo que en la especie es incorrecto.
4.- Cabe tener presente que existe jurisprudencia que apoya esta tesis.
b.- Planteamiento de que la obligación es natural desde que haya sido declarada la
nulidad:
Entre los exponente más sobresalientes de esta postura encontramos a don Arturo Alessandri
Rodríguez. Esta corriente de pensamiento sostiene que:
1.- Respecto a este tema, el acto a que falta alguna solemnidad exigida por la ley para que
produzca efectos civiles, es anulable, por lo que mientras no exista una sentencia firme y
ejecutoriada que declare la nulidad, el acto jurídico gozará de una presunción de validez que,
mientras no sea desvirtuada por la sentencia, originará una obligación civil perfecta, que de
haberse cumplido antes de la sentencia de nulidad, obligará a las prestaciones mutuas en virtud de
la sentencia de nulidad. La obligación es civil15”.
2.- La obligación es natural después de la sentencia de nulidad. Don Arturo Alessandri Besa
comparte este pensamiento al sostener que, el acto mientras no se declare la nulidad, produce
todos sus efectos y se presume valido, y que si bien, la nulidad judicialmente declarada retrotrae
todo al estado anterior, la subsistencia de la obligación como natural constituye una excepción a la
retroactividad de la nulidad judicialmente declarada16.
Las obligaciones que han sido consideradas como civiles desvirtuadas se encuentran
consagradas en los números 2 y 4 del artículo 1470.
El Código Civil sostiene en esta disposición que son obligaciones naturales “Las
obligaciones civiles extinguidas por la prescripción”.
Tengamos presente que la prescripción referida acá es la extintiva, es decir, aquel modo de
extinguir las acciones y derechos ajenos, por no haberse ejercido durante cierto lapso de tiempo y
cumpliendo los demás requisitos legales17.
15
ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo; Derecho Civil. “Teoría General de las Obligaciones”. Editorial Jurídica,
Ediar-ConoSur Ltda. 1988. p. 46.
16
Ob. ALESSANDRI BESA, Arturo; “La nulidad y Rescisión en el Derecho Civil Chileno”, T. II, 3ra Parte. Editorial
Jurídica, Ediar-ConoSur Ltda. p. 1108.
17
Definición que se desprende del art. 2492.
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b.- Segunda postura. La obligación es natural desde que exista una sentencia que declare
la prescripción: Autores como don Alfredo Barros Errázuriz, Arturo Alessandri Rodríguez, René
Abeliuk Manasevich, tienen en común el concordar en que la obligación civil se transformara en
natural sólo una vez que exista una sentencia judicial que haya declarado la prescripción extintiva
de la acción civil.
Esta postura se basa fundamentalmente en que la prescripción no puede ser declarada de
oficio por el juez sino que debe ser alegada –art. 2493-, y pretender creer que la obligación es
natural por el mero transcurso del tiempo implicaría confundir la renuncia de la prescripción con
el pago de una obligación natural, cuando son dos instituciones completamente diferentes.
Así entendido, podemos señalar que si el acreedor demanda al deudor, pero su acción
prescribió conforme a la ley, pero el deudor nada dijo en su defensa –no alegó la excepción de
prescripción extintiva en su favor-, el juez deberá acoger a tramitación la demanda y en definitiva
ordenar al deudor a pagar, por cuanto, la ley entiende que el deudor ha renunciado tácitamente a la
prescripción.
El numerando señalado dispone que son obligaciones naturales “las que no han
sido reconocidas en juicio por falta de prueba”.
Vale decir, obligaciones civiles que por falta de prueba degeneraron en obligaciones
naturales. En efecto, acá el acreedor no pudo acreditar en el juicio la existencia de la obligación,
siendo la insuficiencia de las pruebas y no otra causa lo que convenció finalmente al juez para
determinar en la sentencia el rechazo de la demanda.
18
Ob. cita de CLARO SOLAR, Luis; Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado; T. X., “ De las
Obligaciones” I., Editorial Jurídica de Chile, 1979. p. 55.
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1.- Que exista entre las partes una obligación civil, con todos los elementos constitutivos de
ella, es decir, vínculo jurídico, sujetos y prestación.
2.- Que como consecuencia del incumplimiento de la obligación por parte del deudor, haya sido
necesario someter el asunto controvertido a conocimiento de un tribunal de justicia en la que se
promueve finalmente un pleito.
3.- Que el acreedor no haya podido demostrar la existencia de la obligación, siendo la falta de
prueba la que finalmente provocó la absolución del deudor. Cabe tener presente que, si el acreedor
pierde el juicio por otra causal que no sea ésta, la obligación no pasa a ser natural, toda vez que
lisa y llanamente no existirá.
Cabe tener presente, que al respecto la doctrina ha estado muy dividida, toda vez que
algunos sostienen que los casos analizados del artículo 1470 forman parte de una enumeración
taxativa, no existiendo otros en el Código Civil, y otra corriente doctrinaria sostiene que dicha
enumeración es sólo enunciativa, son sólo ejemplos del Código Civil, pudiendo existir otros casos
de obligaciones naturales.
1.- Primera corriente doctrinaria –el artículo 1470 es taxativo-: Luis Claro Solar dice que es
taxativo. Se basa en la frase “tales son”. El código sostiene, a la hora de proceder a enumerar los
casos de obligaciones naturales en el art. 1470 la frase “tales son” significa lo mismo que “éstas
son” o la expresión “a saber”19.
Por su parte el artículo 2296 sostiene “no se podrá repetir lo que se ha pagado para cumplir
una obligación puramente natural de las enumeradas en el artículo 1470”, lo que reforzaría la
idea de que los casos establecidos en el artículo 1470 son sólo ellos.
2.- Segunda corriente doctrinaria –el artículo 1470 no es taxativo-: Procedamos a analizar
los casos donde la doctrina en estudio ha creído conveniente abordar, a fin de determinar la
existencia o no de la obligación natural.
Estas instituciones las explicaré yo. (Ustedes avancen en la materia, a efectos de las obligaciones
naturales).
a).- Obligaciones provenientes de la multa estipulada en los esponsales: De partida, la institución de los
esponsales está definida en el artículo 98 inciso 1ro que nos dice “Los esponsales o desposorio, o sea la promesa de
matrimonio mutuamente aceptada, es un hecho privado, que las leyes someten enteramente al honor y conciencia del
individuo, y que no produce obligación alguna ante la ley civil”.
Ahora bien, puede darse el escenario –sobre todo en tiempos pasados de nuestro país- que los esposos hayan
estipulado una multa para aquél que tome la decisión de no contraer matrimonio a favor del otro esposo, luego si así
19
Ob. cita de Claro Solar, Luis; Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado; T. X., De las
Obligaciones I., Editorial Jurídica de Chile, 1979. p. 38.
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ocurriera, no habría acción para exigirla, pero de pagarse se puede retener. ¿Aquello es fruto de una obligación
natural?. R.- 2 posturas.
1.- Postura que plantea que sí genera una obligación natural-: Autores como don Fernando Fueyo Laneri y
don Fernando Mújica Bezanilla son partidarios de que la multa estipulada en los esponsales generan obligaciones
naturales. Así es como el profesor Fueyo sostiene que en lo que dice relación con el efecto de retener lo dado o
pagado en razón de ella sería una obligación natural 20. Por su parte, don Fernando Mújica Bezanilla, sostiene que las
instituciones jurídicas se miran por sus efectos, y aquí se produce un efecto propio de las obligaciones naturales.
2.- Postura que plantea que no genera una obligación natura más viene ser una sanción del deber morall-:
Autores como don Arturo Alessandri Rodríguez, don Luis Claro Solar, don Manuel Somarriva, y más
contemporáneos como don René Abeliuk, comparten la tesis de que la facultad de retener el pago proveniente de la
multa estipulada en los esponsales no es una obligación natural.
Se sostiene que el código es muy claro al sostener que los esponsales no producen obligación alguna ante la
ley civil, y como la ley civil consagra obligaciones civiles y naturales, al no existir obligación alguna, tampoco
existirá ni siquiera una obligación natural.
Don Luis Claro Solar incluso señala que la facultad de retención de lo pagado se debe fundamentalmente a una
sanción del deber moral no cumplido, deber que se traduciría en contraer matrimonio. Por su parte el profesor
Alessandri Rodríguez sostiene que la ley ha pretendido con esta regla evitar que aquél que paga con el objeto de
reparar un daño, solicitar después la devolución de aquello a que voluntariamente se obligó.
Procedamos a definir el juego y la apuesta a fin de tener claridad donde, según la gran mayoría de la doctrina,
existe una obligación natural.
a.- Juego: Aún cuando el Código Civil no defina el juego, en doctrina se han esbozado definiciones de ella, así es
como don Arturo Alessandri Rodríguez y don Manuel Somarriva Undurraga nos señalan que, el juego es un contrato
en virtud del cual cada jugador se compromete, en caso de que pierda, a pagar al ganador cierta suma de dinero u
otra cosa que construye el premio de la partida21”.
b.- Apuesta: Al igual que en el juego, nuestro legislador no definió la apuesta, siendo la definición que propone don
Ramón Ramón Meza Barros, una de las más empleadas, así tenemos “la apuesta es un contrato en que las partes, en
desacuerdo acerca de acontecimiento cualquiera, convienen en que aquella cuya opinión resulte infundada pagará a
la otra una suma de dinero o a realizar otra prestación22”.
Se ha sostenido que existen tres casos de juegos y apuestas, sin embargo, no todos generan obligaciones
naturales, tal como lo veremos.
1.- Juegos lícitos en que predomina la destreza física: En este caso lo que predomina es la habilidad o talento
donde el cuerpo humano, tenis, fútbol, etc. Genera obligaciones civiles perfectas, no naturales.
2.- Juegos lícitos en que predomina la destreza intelectual: Aquí no es necesario gozar de un estado físico
que sea un factor importante para obtener el triunfo, sino que es la inteligencia, ejemplo, el ajedrez, las damas, el
dominó, etc. Cabe señalar que, las obligaciones provenientes de este tipo de juegos no son civiles, sino que naturales.
3.- Juegos ilícitos: Estos juegos, llamados también como juegos de azar, sufren de objeto ilícito, y no genera
ningún tipo de obligación.
20
Ob. Ideas, FUEYO LANERI, Fernando; Derecho Civil, T VI, “Derecho de Familia”, V. I, Imp, y Lito. Universo
S.A. Valparaíso-Chile. Chile, 1959. p. 73.
21
Ob. Cita, ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo, SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel; Curso de Derecho Civil,
Redactado por Antonio Vodanovic, T. IV, “Fuentes de las Obligaciones”, N° 1.203, Edit. Nacimiento. Santiago,
Chile. 1942. p. 787.
22
MEZA BARROS, Ramón; Manual de Derecho Civil; “De las Fuentes de las Obligaciones”, T. II, IX edición, N°
351.Edit. Jurídica de Chile. p. 233.
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4.- Apuesta lícita: Se ha sostenido que ésta recae sobre el juego lícito, sea de destreza física o intelectual,
generando obligaciones naturales.
5.- Apuesta ilícita: Es aquella que recae sobre el juego ilícito, y no genera ningún tipo de obligación, toda vez
que adolece de objeto ilícito.
En definitiva, sólo el juego lícito de destreza intelectual y la apuesta lícita genera obligaciones naturales,
apoyado por lo dispuesto en el artículo 2260 que dispone –textual- “el juego y la apuesta no producen acción, sino
solamente excepción”, añadiendo el inciso 2do “el que gana no puede exigir el pago”, reafirmando el inciso 3ro que
“pero si el que pierde, paga, no puede repetir lo pagado, a menos que se haya ganado con dolo”.
El Código Civil dispone en el artículo 2196 que “el mutuo o préstamo de consumo es un contrato en que una
de las partes entrega a la otra cierta cantidad de cosas fungibles con cargo de restituir otras tantas del mismo género
y calidad”. Ahora bien, el mutuo puede ser de dos tipos, mutuo de dinero y de otras cosas fungibles que no sea dinero.
Respecto del primero existen reglas especiales que lo trata, así es como tenemos lo dispuesto por la ley de
operaciones de crédito de dinero Nº 18.010, pero respecto del segundo, sus reglas están enteramente entregadas al
Código Civil.
Respecto del tema que nos convoca, es necesario saber si los intereses no estipulados en el mutuo, genera en el
pago del mismo una obligación natural. El artículo 2208 dispone “si se han pagado intereses, aunque no estipulados,
no podrán repetirse ni imputarse al capital”, por lo que habría acá una obligación natural, según la mayoría de la
doctrina. Por su parte don René Abeliuk considera que es discutible la existencia de una obligación natural, toda vez
que no existe una obligación civil previa, ni tampoco se podría novar o caucionar. Siguiendo este argumento, como
nada se ha dicho en el mutuo la obligación de pagar los intereses no existiría. Por su parte del planteamiento de don
Luis Claro Solar se puede desprender la siguiente idea, -consistente en que al no estipularse los intereses y pagados
ellos igual, al dar derecho a retenerlo, hace suponer que pactados o no intereses el mutuo igual los generaría, y si así
fuera, éstos se deberían civilmente y al pagarse se estaría cumplimiento con una obligación civil y no natural, y si el
mutuante tiene derecho a retenerlo en su poder, es porque al haberse pagado se produce entre las partes una
convención que será civil que impondrá a aquél la obligación de seguir abonando intereses-.
La jurisprudencia ha estado de acuerdo que existe una obligación natural.
El Código Civil establece en el artículo 1438 que “no podrá repetirse lo que se haya dado o pagado por un
objeto o causa ilícita a sabiendas”, efecto que sin duda es propio de las obligaciones naturales. Sin embargo, la
mayor parte de la doctrina sostiene que en este caso no estamos ante la presencia de una obligación natural por más
que se dé un efecto característico de ella, sino que más bien es una sanción al que ejecuta o celebra el acto o contrato
a sabiendas de que adolece de objeto o causa ilícita, pues no es concebible creer que, el que pagó sabiendo que
existían tales vicios, lo hizo por creer que respondía su actuar a un deber de conciencia. Por el contrario, aquí hay una
respuesta clara a la regla de que nadie puede aprovecharse de su propio dolo, y es por ello que, declarada la nulidad,
este caso constituye una excepción al efecto característico de esta sanción respecto de las partes cuando las
obligaciones se han cumplido.
1).- Excepción de pago: Hemos señalado que las obligaciones naturales no dan al acreedor
derecho a exigir el cumplimiento –acción-, pero que cumplidas voluntariamente por el deudor,
dan derecho al primero a retenerlo en su favor. Aquello se llama “excepción de pago”.
Requisitos para exista la excepción en estudio: (Inc. final del art. 1470).
1).- Que exista un pago: El art. 1568 señala que el “pago efectivo es la prestación de lo
que se debe”.
2).- Que el deudor haya pagado en forma voluntaria: Es decir, que el pago sea efectuado
de manera libre y espontánea (sin vicios del consentimiento) y con conocimiento de que
extinguirá una obligación natural.
3.- Que el que paga tenga la libre administración de sus bienes: La doctrina ha
considerado no muy afortunada la expresión “tener la libre administración de los bienes”, toda
vez el pago es una acto de enajenación por lo que el deudor más que tener la libre administración
de los bienes debe tener la capacidad de disposición, es decir, capacidad de ejercicio y más
encima estar facultado por la leyes o el derecho ajeno para desprenderse del dominio de una cosa.
4.- Que se cumplan con los requisitos que la ley establece respecto del pago.
2).- La obligación natural puede ser novada: art. 1628. “la novación es la substitución de una
nueva obligación a otra anterior, la cual queda por tanto extinguida”, luego, para que una
obligación pueda ser substituida por otra obligación, un requisito básico es que exista una
obligación primitiva llamada a extinguirse por una nueva, y que ambas sean validas.
Ahora bien, el artículo 1630 nos dice “para que sea válida la novación es necesario que
tanto la obligación primitiva como el contrato de novación sean válidos, a lo menos
naturalmente”, lo que demuestra que la obligación natural puede ser perfectamente novada por
otra obligación que también puede ser natural aun cuando lo aconsejable es que la nueva
obligación sea civil.
3).- La obligación natural puede ser caucionada por terceros: Ya sabemos lo que es una
caución. Ahora bien, la obligación natural puede ser caucionada, así el artículo 1472 señala que
“las fianzas, hipotecas, prendas y cláusulas penales constituidas por terceros para seguridad de
estas obligaciones, valdrán”.
¿Sólo las cauciones constituidas por terceros sirven para garantizar una obligación natural?
R- Sí, lo que es lógico, toda vez que, si fuera el propio deudor quien ha caucionado la obligación
natural – situación que puede darse con bastante frecuencia salvo la fianza-, el acreedor no podría
ni exigir el cumplimiento de la obligación principal que es natural como tampoco podrá exigir el
cumplimiento de la obligación accesoria.
¿Si el mismo deudor de la obligación principal es el que la cauciona, significa que es nula la
caución?
R- No, simplemente no producirá su efecto de garantía.
A pesar de que el artículo 1472 emplea la expresión “valdrán” reservada para referirse a la
validez de un acto. En efecto, al decir que las fianzas, hipotecas, prendas y cláusulas penales
constituidas por terceros, valdrán, podríamos pensar que de lo contrario es nula, pero aquello sería
una conclusión errónea, toda vez que la caución –la obligación accesoria- no sufre de ningún tipo
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de vicio que acarree su nulidad, de ahí que la expresión “valdrán” significa que no producirá su
efecto natural que es garantizar el cumplimiento de la obligación principal.
Momento en que se debe caucionar la obligación natural. El momento que debe ser caucionada
dependerá de la postura a la que nos adherimos.
a.- Si pensamos que la obligación natural lo es desde el momento en que ésta se contrae,
en el caso del número 1 y 3 del artículo 1470, o bien desde que transcurrió el plazo de
prescripción extintiva sin necesidad de sentencia judicial -1470 N° 2-, se entiende que se pueden
caucionar inmediatamente, pues ya serían naturales.
b.- Si pensamos que la obligación natural lo es desde que haya sentencia judicial que declare
o la nulidad, la prescripción extintiva o la falta de prueba de la obligación civil, para que sea
eficaz, será necesario caucionarla sólo una vez que exista como tal –esperar sentencia-.
4).- La sentencia que rechaza la acción del acreedor no extingue la obligación natural –No
da excepción de cosa juzgada-: En efecto, el artículo 1471 dispone, “la sentencia judicial que
rechaza la acción intentada contra el naturalmente obligado, no extingue la obligación natural”,
lo que significa que, si con posterioridad de la sentencia el deudor paga no podrá invocar en su
favor cosa juzgada, vale decir, el efecto de verdad jurídica inamovible e indiscutible que la ley
concede a las resoluciones judiciales una vez que estas se encuentran firmes y ejecutoriadas, con
el fin de exigir del acreedor la devolución de lo pagado. Es evidente que el acreedor demandante
no gozará de la acción de cosa juzgada toda vez que perdió el pleito, de ahí que si el deudor paga,
lo hizo no porque el acreedor haya ejercido tal acción –puesto que no la tenía-, sino porque
voluntariamente quiso pagar, y como la sentencia judicial que rechazó la acción de crédito del
acreedor no extingue la obligación natural significa que ésta subsiste, y como tal el pago estará
bien efectuado, puesto que, la sentencia determinó que no había acción pero no que no había
obligación.
Por ende, la cosa juzgada existe pero sólo respecto del conflicto de intereses de relevancia
jurídica, donde el debate, el asunto controvertido se centró respecto de la existencia o inexistencia
de la acción para exigir el cumplimiento, pero no respecto de la obligación en sí, pues ésta
subsiste después de ella como natural y como tal si el deudor paga, no podrá invocar, si después se
arrepiente, que la cosa ya he había juzgado con el fin de que el acreedor devuelva lo pagado.
5).- Las obligaciones naturales no pueden compensarse legalmente: La razón por la cual la
compensación legal no extingue obligaciones naturales, es porque, dentro de los requisitos que
exige la ley para que opere, consagrados en el artículo 1656 número 3° es que ambas obligaciones
sean actualmente exigibles, y la obligación natural como lo hemos dicho hasta el cansancio, no
tiene acción, luego, no es exigible.
de extinguir merecen reparos en esta materia, toda vez que se ha sostenido que no extinguen las
obligaciones naturales, siendo la compensación y la prescripción extintiva.
1.- La compensación: Art. 1655, “cuando dos personas son deudoras una de otra, se opera
entre ellas una compensación que extingue ambas deudas, del modo y en los casos que van a
explicarse”. Ahora bien, la compensación no extingue obligaciones naturales, pues no son
actualmente exigibles.
2.- Prescripción extintiva: El número 2° del artículo 1470 nos demostró que la prescripción
extintiva no extingue la obligación, toda vez que ella, después de la sentencia subsiste como
natural.
TITULO III
CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES SEGÚN SUS EFECTOS
1.- De ejecución única e instantánea: Son aquellas que se ejecutan de una sola vez,
extinguiéndose inmediatamente.
2.- De ejecución única pero postergada o fraccionada: Consisten en que las obligaciones se
cumplen en épocas prefijadas por las mismas partes, por ejemplo, estipular que el precio de una
compraventa se pague en 5 cuotas.
3.- Obligaciones de tracto sucesivo: Consiste en que las obligaciones van naciendo y extinguiendo
sucesiva y periódicamente mientras dure la vigencia de ellos, es decir, mientras se van
extinguiendo, al mismo tiempo van naciendo obligaciones de la misma naturaleza.
1.- Definiciones.
1.- Obligaciones puras y simples: Se ha sostenido que estas obligaciones son aquellas que
producen sus efectos normales, de inmediato y para siempre, desde el momento mismo en que la
obligación se ha contraído, constituyendo la regla general.
2.- Obligaciones sujetas a modalidad: Estas obligaciones son aquellas cuyos efectos normales
se ven alterados, sea en cuanto a su nacimiento, ejercicio o extinción como consecuencia de la
inserción de ciertas cláusulas que el autor o las partes establecen en virtud de la autonomía de la
voluntad, y por algunos la ley, constituyendo ésta última la excepción en nuestro derecho.
Ahora que hemos definido la “obligación” sujeta a modalidad, corresponde centrar el
estudio en esta última, es decir la “modalidad”.
23
Información extraída de René Abeliuk, Las Obligaciones. p. 100-101.
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Concepto de las modalidades: Se han definido como todos aquellos hechos jurídicos o actos
jurídicos que determinados por la ley, el autor o las partes vienen a alterar los efectos normales de
una obligación sea en cuanto a su nacimiento, ejercicio o extinción.
Del artículo 1444 ya estudiado en teoría del acto jurídico se señalan los elementos o cosas
de la esencia, naturaleza y accidentales de un contrato, pues, es dentro de este último elemento
donde las modalidades residen por regla general. En efecto, el precepto enunciado nos señala que
son los elementos accidentales. Nos dice, “son accidentales a un contrato aquellas que ni
esencial ni naturalmente le pertenecen, y que se le agregan por medio de cláusulas especiales”.
Sin embargo, no pensemos que los elementos accidentales operan exclusivamente en los
contratos pues son de aplicación general a los actos en que se admitan modalidades.
Tampoco pensemos que las modalidades son exclusivamente elementos accidentales, toda
vez que la ley en casos excepcionales se ha encargado de elevar a algunas modalidades a la
categoría de elemento de la naturaleza y otros incluso a elementos de la esencia.
2.- La condición y/o plazo en el contrato de promesa: Otro ejemplo que se ha dado de
modalidad elevada a elemento de la esencia es la condición y plazo consagrado en el contrato de
promesa, pues el artículo 1554 dispone que, “La promesa de celebrar un contrato no produce
24
Comparten esta opinión, VÍAL DEL RÍO, Víctor; “Teoría General del Acto Jurídico”; 5ta Edición, Edit.
Jurídica de Chile, 2003. p. 330.
25
Ob. Idea, ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo; SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel; Derecho Civil,
“Parte Preliminar y Parte General”, T. II, 5ta Edición, Edit. Ediar Conosur Ltda. Santiago. 1991. p. 354.
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obligación alguna; salvo que concurran las circunstancias siguientes:” N° 3° “Que la promesa
contenga un plazo o condición que fije la época de la celebración del contrato”.
b.- Modalidades elevadas a la categoría de elemento de la naturaleza –por ende, casos donde se
presume la modalidad-: Se tiende a dar como ejemplos de estos casos, aquellos donde la ley
subentiende la existencia de la modalidad, así es como se ha mencionado –según lo ha sostenido
la gran mayoría de la doctrina- la condición resolutoria tácita, toda vez que se subentiende
pertenecerle al contrato bilateral.
1).- Son de carácter excepcional y no la regla general. En los actos jurídicos y las obligaciones
por regla general producen sus efectos de inmediato, en cambio las modalidades en cambio
alteran los efectos normales.
2).- No se presumen. Esto significa que la modalidad requerirá de una mención expresa para que
existan, de ahí que se consideren elementos accidentales del acto jurídico –sólo por regla general
según la mayoría de la doctrina-, pues quien alega la existencia de la modalidad deberá probarla.
Excepcionalmente parte importante de la doctrina ha considerado que hay casos donde la
ley presume ciertas modalidades, como los sería al condición resolutoria tácita en los contratos
bilaterales –artículo 1489- o en el mutuo donde si no se establece la época de la restitución de los
prestado, ésta se entenderá exigible a partir de los 10 días contados desde la entrega –art. 2200-.
Las modalidades son elementos accidentales, por ello es que, en virtud de la autonomía de
la voluntad se pueden establecer las cláusulas que se consideren necesarias para alterar los
efectos normales del acto, y ellas son principalmente la condición, plazo y modo, sin perjuicio de
existir otros, como la representación, cláusula penal, solidaridad, obligaciones alternativas,
26
Ver art. 86 N° 7 del D.F.L. N° 3 “Ley general de bancos” de 1997.
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- Condición
Sentido estricto - Plazo
- Modo
Modalidades; Eje.
- Representación
Sentido amplio - Cláusula penal
- Alternativa y facultativas
- Otros
I.- CONDICIÓN:
Concepto doctrinario de condición: Es el hecho futuro e incierto del cual depende el nacimiento
(adquisición) o extinción de un derecho y su correlativa obligación.
1.- Hecho “futuro”: Esto significa que el acontecimiento del cual depende que nazca (adquiera) o
se extinga un derecho y su correlativa obligación debe sobrevenir con posterioridad al acto o
contrato donde consta la condición.
b.- El hecho no existió, ni en el pasado ni al momento del acto: En tal caso si se estipula una
condición que dice relación con un hecho pasado o presente que no acaeció, se entiende que “no
es válida la estipulación de la condición”.
Cabe tener presente que la circunstancia de estar en conocimiento de si el hecho pasado
ocurrió o no, no tiene ninguna importancia al respecto.
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2.- Incertidumbre: Consiste en que exista objetivamente dudas respecto del acaecimiento del
hecho del cual depende el nacimiento –adquisición- o extinción de un derecho y su obligación
correlativa.
3.- Clases de condición.
- Suspensiva y resolutoria
1.- CONDICION POSITIVA Y NEGATIVA: El artículo 1474 nos señala “la condición es
positiva o negativa” y su inciso 2do nos dice “la positiva consiste en acontecer una cosa; la
negativa, en que una cosa no acontezca”.
a.- Condición positiva: Es aquella que consiste en que acontezca una cosa, que un hecho ocurra,
como por ejemplo–aquí viene la condición positiva- si mañana te va bien en el examen te doy
$50.000.- Como nos damos cuenta, debe acontecer alguna cosa.
b.- Condición negativa: Consiste en que no acontezca una cosa, que un hecho no ocurra, como por
ejemplo, -aquí viene la condición negativa- si no das el examen de grado, te doy $50.000.-
a.- Condición físicamente posible: Del artículo 1475 de desprende inequívocamente cuando
estaremos frente a una condición físicamente posible al señalarnos cuando son imposibles, así
dicho, podemos decir que ésta es aquella que no es contraria a las leyes de la naturaleza física, es
decir, es realizable físicamente, como sería por ejemplo, te doy o te quito $50.000.- si la
Universidad de Chile sale campeón de la copa libertadores, si llueve mañana, o si hay un
terremoto.
b.- Condición físicamente imposible: Es aquella, según el precepto del artículo 1475 la que es
contraria a las leyes de la naturaleza física, como sería por ejemplo, que te doy o te quito
$50.000.- si en 5 segundos te aprendes todo el código civil de memoria, o si tomas el sol con la
mano, o si eres capaz de decirme lo que estoy pensando, o eres capaz de adivinar exactamente las
preguntas que te harán en tu examen de grado, o si logras detener con la mente el proceso de
rotación de la tierra, etc.
______________________________________________________________________________________________
c.- Condición moralmente posible –lícitas-: Es aquella que no es contraria a la ley, las buenas
costumbres o el orden público. Como ejemplo podemos decir los mismos que ya citamos en las
físicamente posibles.
d.- Condición moralmente imposible –ilícitas-: Es aquella que sí es contraria a la ley, las buenas
costumbres y el orden público. Como ejemplo podemos decir, te doy o te quito $50.000.- si es que
matas a Juan, si compras el examen de grado, si te prostituyes, si golpeas a tu mujer, o si condonas
el dolo futuro, o si me dejas por testamento la ¼ parte de libre disposición, etc.
a.- Condición determinada: Es aquél hecho futuro e incierto del cual depende el nacimiento de un
derecho y su correlativa obligación que aún cuando no se sabe si ocurrirá o no –toda vez que es
incierto- sí sabremos cuando saldremos de la incertidumbre. Por ejemplo, te regalo una casa si
chile sale campeón en el próximo mundial de futbol. Como podemos ver, es incierto porque no
sabemos si ganará el mundial de futbol, pero es determinado porque sí sabemos donde y cuando
se jugará el próximo mundial.
b.- Condición indeterminada: Es aquél hecho futuro e incierto del cual depende el nacimiento de
un derecho y su correlativa obligación que aún no sabiendo si ocurrirá o no –toda vez que es
incierto- tampoco se sabe cuando saldremos de la incertidumbre. Ejemplo, te regalo una casa el
día que te ganes el loto.
a.- Condición potestativa: En el enunciado precepto se deprende que ésta es aquella que depende
de la voluntad del acreedor o del deudor, es decir, que la condición en sí, el hecho futuro e incierto
depende cualquiera de los sujetos mencionados. Ahora bien, la doctrina ha procedido a clasificar
esta condición en simplemente potestativa y meramente potestativa.
a.1.- Condición potestativa propiamente tal, ordinaria o simplemente potestativa: Es aquella,
donde el hecho futuro e incierto depende de un hecho voluntario del acreedor o deudor. Tal es la
idea que se recoge del artículo 1478 inciso 2do que dispone –textual- “si la condición consiste en
un hecho voluntario de cualquiera de las partes, valdrá”. De este modo, bastará con que el
acreedor o el deudor que se comprometió en la condición lleve a cabo el hecho que depende de él
para que la condición se cumpla.
Veamos estas reglas a través de los siguientes ejemplos.
Juan le dice a Pedro, te regalo un código civil si me ayudas a estudiar las condiciones.
______________________________________________________________________________________________
Juan le dice a María, te regalo el código civil si me compró otro código civil.
a.2.- Condición meramente potestativa: Es aquella que depende de la mera voluntad del acreedor
o del deudor, y tiene importancia porque en algunos casos es nula. En efecto, el artículo 1478
inciso 1ro dispone –textual- “son nulas las obligaciones contraídas bajo una condición
potestativa que consista en la mera voluntad de la persona que se obliga”.
Cabe señalar que normalmente en el proceso de preparación del examen de grado, al
preguntar esta materia, la gran mayoría de los alumnos no logra vislumbrar con claridad la
diferencia entre estas condiciones, sin embargo, basta con entender que éstas dependen del
capricho del acreedor o del deudor para que sean meramente potestativas, no basta por ende del
cumplimiento o no de un hecho voluntario. Imagínense que una persona les dice, si quiero
mañana te invito a almorzar una paila marina, o te invito a bailar si tu quieres. Como podemos
observar, la condición depende casi del estado de ánimo de la persona, sin ni siquiera considerar
circunstancias externas. Sin embargo, aun cuando estas existan – las circunstancias externas- la
mera potestatividad seguiría existiendo.
Importancia de la condición meramente potestativa: Ésta radica en saber cuándo será válida o se
sancionará con nulidad. Para determinar si es una u otra alternativa deberemos hacer las siguientes
distinciones.
1.- Condición resolutoria: En este caso siempre valdrá la condición meramente potestativa,
dependa del deudor o del acreedor. La razón es porque el derecho y la obligación existen, luego da
lo mismo si depende del deudor o del acreedor.
______________________________________________________________________________________________
serio el vínculo jurídico, la certeza que se requiere en las relaciones jurídicas es escuálida, y poco
fructífera.
Como el donatario del lápiz es el acreedor, porque es él quien puede exigirlo si quiere, como
depende más bien de su propio capricho es peramente potestativa, pero esta condición sí vale,
toda vez que, está en su propio beneficio, y de no quererlo sólo lo perjudica a él. Además la
obligación nació, produjo sus efectos, y por ello es que se entiende que es válida. Cabe señalar
que si bien esta es la corriente mayoritaria, hay importantes autores que no la comparten, así es
como Luis Claro Solar y René Abeliuk plantean que no son validas las condiciones de este tipo,
primero porque el legislador no distingue y porque la regla del artículo 1478 viene antes de la
clasificación que el código civil hace de la condición en suspensiva y resolutoria, por lo que
debería extenderse la nulidad de la condición suspensiva meramente potestativa sea que dependa
del deudor o del acreedor.
Esta condición es nula, puesto que no hay vínculo jurídico, el nacimiento de la obligación
siempre depende del deudor condicional, de su capricho o arrebato, sería como reírse de las
relaciones jurídicas, luego no hay una voluntad seria en obligarse, de ahí que el artículo 1478
dispone que “son nulas las obligaciones contraídas bajo una condición potestativa que consista
en la mera voluntad de la persona que se obliga”.
b.- Condición casual: El artículo 1477 nos señala que la condición casual es la que depende de la
voluntad de un tercero o de un acaso. En este caso, el nacimiento o extinción de un derecho y
obligación no depende de un hecho llevado a cabo por el propio deudor o acreedor según su
voluntad o capricho, sino que de un tercero –hecho del hombre- o de un acaso –por mera
casualidad, suceso imprevisto, accidental-. Veamos algunos ejemplos.
Depende de un tercero
Condición
Depende de un acaso
Condición
c.- Condición mixta: El artículo 1477 tantas veces citado nos señala que ésta es aquella que en
parte depende de la voluntad del acreedor y en parte de la voluntad de un tercero o de un acaso,
sin embargo, como podemos observar omitió al deudor, lo que se ha considerado como un error,
de ahí que hay que agregarlo. Así dicho diremos que esta condición es aquella que depende de la
voluntad del acreedor o deudor, y en parte de la voluntad de un tercero o de un acaso.
5.a.- Generalidades:
Al inicio del tema dijimos que nuestro Código Civil señala en su artículo 1479 que “la
condición se llama suspensiva si, mientras no se cumple, suspende la adquisición de un
derecho; y resolutoria, cuando por su cumplimiento se extingue un derecho” del cual se
desprende la definición que utilizaremos de ella.
¿Si se estipula una condición podemos esperar eternamente a que se cumpla la condición?
R- Para dar respuesta a esta pregunta es necesario distinguir si se ha fijado plazo o no que
determine un límite de tiempo de espera.
2.- No se fijó plazo: En tal caso 10 años será el límite de espera, luego se cumplirá la condición si
el hecho futuro e incierto acaece dentro de los 10 años, o estará fallida si no acaece dentro de ese
término.
Como podemos observar, en el evento que no se haya fijado un plazo, el hecho futuro e
incierto debe de todas maneras producirse al cabo de los diez años, lamentablemente el legislador
nada dijo al respecto, por ende, este plazo ha sido aportado doctrinariamente, por ello
analizaremos dos opiniones una de las cuales nos dice que este plazo de 10 años es el correcto, y
otra que plantea que no.
En primer lugar, todos están de acuerdo que si no se ha fijado un plazo es la ley la que
debería hacerlo, de ahí las siguientes posturas.
1° Postura: Los que están de acuerdo con el plazo de 10 años aplican por analogía el artículo 962
inc 2º y 3º a esta situación, que se refiere a las asignaciones a favor de personas que no existen al
momento de la apertura de la sucesión, pero que se espera que existan, la ley establece un plazo
de 10 años27.
Eje. De una asignación condicional: Si yo tengo un testamento y tengo una hija puedo decir que
todo se lo doy al primer hijo que tenga mi hija, es decir, mi nieto, si ella no tiene el hijo la
condición queda pendiente y la ley da un plazo máximo de 10 años.
2° Postura: Otros en cambio aplican por analogía el artículo 739 el cual establece un plazo de 5
años.
Eje. Te doy mi casa Andrea, pero si Juan se titula de abogado se la regalo a él.
Esta segunda postura de 5 años no es muy acogida por la doctrina ya que se aplica
únicamente al caso del fideicomiso manoseándose para todos los demás.
27
Para esto se requiere que la persona haya fallecido, de ahí se producirá la apertura de la sucesión
produciéndose la delación.
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LO QUE DICE EL CÓDIGO CIVIL: Nuestro código civil nos señala en el artículo 1479 que
“La condición se llama suspensiva si, mientras no se cumple, suspende la adquisición de un
derecho; y resolutoria, cuando por su cumplimiento se extingue un derecho”, disposición legal
que nos permitirá dar una definición de ella que responde a la más recurrente en el campo
doctrinario.
Advertencia:
En doctrina y un gran número de profesores de derecho civil optan por emplear en el concepto de condición la
voz “nacimiento” de un derecho y obligación, sin embargo, hay quienes, fieles al Código Civil optan por hablar de
“adquisición” de un derecho y obligación.
Se ha sostenido comúnmente que los efectos derivados de una condición suspensiva van a
depender de si ella se encuentra en estado de pendiente, cumplida o fallida.
1.- Condición suspensiva pendiente: Es el hecho futuro e incierto que todavía no ocurre, de tal
modo que el derecho –que corresponde al acreedor condicional- y su correlativa obligación –
correspondiente al deudor condicional- aun no existen.
f.- Con relación a la novación, es menester señalar que ésta es en sí una obligación que viene a
substituir otra obligación, la cual quedará por tanto extinguida. Luego, existe una regla general y
una excepción.
- Regla general: art. 1633 inc.1º, “Si la antigua obligación es pura y la nueva pende de una
condición suspensiva, o si, por el contrario, la antigua pende de una condición suspensiva y la
nueva es pura, no hay novación, mientras está pendiente la condición; y si la condición llega a
fallar, o si antes de su cumplimiento se extingue la obligación antigua, no habrá novación.
- Excepción: art. 1633 inc. 2º. No señala que, si en el segundo contrato –que es la novación- las
partes convienen en que el primero quede abolido, sin aguardar el cumplimiento de la condición
pendiente, se estará a la voluntad de las partes, por lo que en tal caso sí habría novación, lo que
demuestra que esta regla queda finalmente entregada a la autonomía de la voluntad.
g.- Con relación a la compensación no procede.
h.- La acción pauliana no procede.
i.- Respecto de la acción oblicua o subrogatoria digamos que no procede.
j.- Opera el beneficio de separación de patrimonios (art. 1379).
Sin perjuicio de los efectos que se señalaron precedentemente, hay otros que dicen relación
con la existencia del vínculo jurídico. En efecto, la doctrina nacional se ha inclinado por sostener
que el vínculo jurídico existe no desde el momento en que se cumple la condición, sino que, desde
el momento en que el acto o contrato donde se consagra la condición se perfecciona, de ahí que la
obligación condicional sí exista, aun cuando exista cierta corriente doctrinaria que ha desechado
esa posibilidad sobre todo en la doctrina comparada.
En nuestra legislación en cambio existen muchas pistas que inclinan a la doctrina a esta
conclusión.
1.- Desde el momento en que se otorga el acto o celebra el contrato, éste debe cumplir con
todos los requisitos de existencia y validez.
2.- Desde aquel instante surge para el acreedor condicional un germen de derecho, un derecho
en verde, o si se quiere una expectativa de derecho, una facultad, poder o señorío
subordinado al acaecimiento de la condición, de ahí lo siguiente:
a.- Derecho a impetrar medidas conservativas –art. 1492-. Entre las medidas
conservativas que se pueden impetrar aun cuando quede a criterio del tribunal según el caso
concreto, se estima que se podrían solicitar la rendición de cauciones, entre otros.
b.- El germen de derecho del acreedor se transmite a los herederos. Tal es la regla
consagra en el inciso 1º del art. 1492 que dispone “El derecho del acreedor que fallece en el
intervalo entre el contrato condicional y el cumplimiento de la condición, se transmite a sus
herederos; y lo mismo sucede con la obligación del deudor”, por lo que cumplida la
condición, los herederos del acreedor podrán exigir el cumplimiento de la obligación, y
viceversa los herederos del deudor deberán cumplir con su obligación.
3.- Imposibilidad de retractación por parte del deudor condicional. Otro efecto ligado al vínculo
jurídico existente es que estando pendiente la condición suspensiva, aquello no faculta al
deudor a retractarse por su propia voluntad de la obligación condicional, es decir,
desentenderse del acto jurídico sujeto a condición.
4.- El acto jurídico en el que consta la condición se rige conforme a la ley vigente a la de su
otorgamiento o celebración.
Ahora bien, el código reglamenta esta situación en el inciso 1ro del art. 1486 que dispone
“Si antes del cumplimiento de la condición la cosa prometida perece sin culpa del deudor, se
extingue la obligación; y por culpa del deudor, el deudor es obligado al precio, y a la
indemnización de perjuicios”.
Como podemos apreciar el Código Civil hace una serie de distinciones según si la pérdida o
destrucción se debe a fuerza mayor o caso fortuito o bien si ella es imputable al deudor
condicional, luego así lo estudiaremos, teniendo siempre presente que, ha de tratarse de una
especie o cuerpo cierto, es decir, que se deba un individuo determinado de un género determinado,
28
Aquí pido que tengan cuidado, determinar si los casos de excepción dicen relación con la transmisión del derecho –
evento en el cual hablamos del fallecimiento del acreedor condicional- o también se refiere a la transmisión de la
obligación –evento en el cual hablamos del deudor condicional que fallece-.
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puesto que si fuera de género la cosa que se debe, todo lo que diremos acá no se le aplicará,
puesto que el género no perece.
Y lo segundo es determinar a qué categoría contractual haremos alusión para así incorporar
el tema de la teoría de los riesgos. En efecto, lo que señalaremos a continuación dirá relación con
los contratos bilaterales que es donde puede operar la teoría de los riesgos.
Lo que sucede es que, tanto en los contratos unilaterales como en los bilaterales pueden
estar presente bienes catalogados como especies o cuerpos ciertos; en los unilaterales por ejemplo
encontramos los contratos reales como comodato, depósito y prenda con desplazamiento, y en los
bilaterales podemos encontrar una compraventa, permuta entre otros. Ahora bien, en ambos casos
la cosa puede destruirse por fuerza mayor o caso fortuito, nadie lo discute. Sin embargo, la
pregunta que nos debemos hacer ahora es si ¿pueden indistintamente en estos contratos estipularse
alguna condición en la que esté en juego la entrega de una cosa –especie o cuerpo cierto-?. La
respuesta es simplemente que no. La destrucción de una cosa que se deba bajo condición sólo
puede estar presente en un contrato bilateral que le sirva de soporte a la modalidad.
Zanjado el dilema se procederá a señalar qué significa en términos generales la teoría de los
riesgos. Ella consiste en determinar si es el acreedor o el deudor el que asume en su patrimonio la
pérdida de la especie o cuerpo cierto cuando perece por fuerza mayor o caso fortuito, pero más
técnicamente consiste en saber que sucede con la prestación que tiene el que asume el riesgo.
Como en los contratos bilaterales ambas partes se obligan recíprocamente, ambas partes son
acreedores y deudores uno del otro. Veamos cada uno de los casos que es frecuente distinguir.
1.- Destrucción o pérdida de la cosa por fuerza mayor o caso fortuito. Antes de analizar este
caso, procedamos a señalar lo que debemos entender por fuerza mayor o caso fortuito. Digamos
que para el Código Civil ambas terminologías son sinónimas, y el artículo 45 nos ofrece su
definición diciendo que “Se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto a que no es posible
resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de autoridad
ejercidos por un funcionario público, etc”.
Procedamos a distinguir si la destrucción es total o parcial.
a.- Destrucción o pérdida total de la cosa mientras está pendiente la condición: La obligación
condicional se extingue (por el modo de extinguir llamado por pérdida de la cosa que se
debe), opera en los contratos bilaterales, y el riesgo lo asume el deudor condicional, lo que
es una excepción a la regla general, por lo que, si el acreedor condicional debía pagar, no lo
hará.
b.- Destrucción o pérdida parcial de la cosa por fuerza mayor o caso fortuito mientras está
pendiente la condición: Como la destrucción de la cosa fue parcial, todavía hay algo de ella,
por lo que la obligación condicional no se extingue, como opera en los contratos bilaterales,
el riesgo lo asume el acreedor, pues deberá aceptar la cosa aunque esté destruida
parcialmente y deberá cumplir con su respectiva obligación íntegramente.
2.- Destrucción o pérdida de la cosa por un hecho imputable al deudor condicional. Aquí
hablamos de imputabilidad del deudor condicional, es decir, analizar los efectos que se producen
si la cosa –especie o cuerpo cierto- perece mientras está pendiente la condición, no por fuerza
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mayor o caso fortuito sino que por dolo o culpa del deudor condicional.
a.- Destrucción o pérdida total de la cosa por dolo o culpa del deudor mientras está pendiente la
condición: En caso de cumplirse la condición, el deudor estará obligado a pagar el precio
(valor) de la cosa, e indemnizar los perjuicios (opera una subrogación real). En cuanto al
riesgo. Es evidente que éste lo asume el deudor.
b.- Destrucción o pérdida parcial de la cosa por dolo o culpa del deudor mientras está pendiente
la condición: En este caso, una vez cumplida la condición, la ley confiere al acreedor un
derecho alternativo, pudiendo elegir entre demandar la resolución del contrato –el código
impropiamente emplea la expresión rescisión- o la entrega de la cosa, ambas con
indemnización de perjuicios. En cuanto al riesgo. Acá quien asume el riesgo es el deudor.
2.- Condición suspensiva cumplida. El hecho futuro e incierto del cual dependía la condición
acaece, si existía un germen de derecho ahora el derecho es perfecto, pues ha nacido, su
obligación correlativa también, y producen todos sus efectos como si fueran puros y simples.
De lo anterior fluyen una serie de consecuencias.
1.- Con relación a los aumentos y las mejoras –art. 1486 inc. 2do-. Si la cosa que se debe bajo
condición suspensiva experimentó aumentos o mejoras, éstas pertenecen al acreedor, por lo
que a pesar que ellas las introdujo el deudor condicional solventando él los gastos, el
acreedor se hace dueño de ellas sin devolverle nada al deudor, toda vez que el artículo 1486
dispone que no estará obligado a dar más por ella. Esto por la sencilla razón que, operando
la retroactividad desde el momento en que se cumplió la condición se reputa que el acreedor
es el dueño de la cosa desde el acto mismo y no desde el cumplimiento de la condición.
Sin embargo, el código no nos señala en esta materia a que mejoras se está refiriendo,
toda vez que en el campo del derecho existen tres de ellas. Mejoras necesarias, útiles y
voluptuarias.
Mejoras voluptuarias. Al igual que las mejoras útiles, éstas pertenecen a la categoría
de mejoras no necesarias, y son aquellas que no contribuyen ni a la conservación de la
cosa evitando deterioro o pérdida, ni tampoco a aumentar su valor, sino que más bien,
consisten, según el código civil en objetos de lujo y recreo, como jardines, miradores,
fuentes, cascadas artificiales, y en general aquellas que no aumentan el valor venal de
la cosa, en el mercado general, o sólo lo aumentan en una proporción insignificante –
artículo 911-.
b.- Posición disidente. Don Daniel Peñailillo sostiene en términos generales que esta
regla –artículo 1486 inciso 2º- no es ecuánime. Plantea que “al menos las necesarias
debería pagarlas el acreedor”, fundamentalmente porque -dice el autor- “por su naturaleza
las necesarias tendría que haberlas efectuado igualmente el acreedor condicional si la cosa
hubiere estado efectivamente en su poder”29. Por su parte René Abeliuk estaría de acuerdo
con que el precepto del artículo 1486 invita a asumir que son todas las mejoras las que
vienen a beneficiar al acreedor condicional, lo que no significa estar de acuerdo con la regla,
sosteniendo que “la solución a que la retroactividad lleva respecto de las mejoras es
francamente inequitativa, es contraria a los principios generales de la legislación y a lo
que disponen para situaciones semejantes otros preceptos del código30”. Asimismo, la
posición que critica el precepto tiende a dar como ejemplo el dispuesto por el artículo 904 y
sgtes, toda vez que, aun cuando dicha disposición está consagrada en el campo de las
prestaciones mutuas en materia posesoria, en ella se consagra la regla que el reivindicante
debe indemnizar al poseedor vencido aún de mala fe las mejoras necesarias, por la sencilla
razón de que el dueño –reivindicante- igual las hubiese tenido que efectuar si la cosa la
hubiere tenido en su poder.
En resumen: Esta posición doctrinaria logra entender que las mejoras útiles y
voluptuarias no las pague el acreedor, pero sí, por lo menos, las mejoras necesarias, pues de
lo contrario el acreedor se estaría enriqueciendo injustamente.
29
Peñailillo Arévalo, Daniel; “Obligaciones, Teoría General y Clasificación, La Resolución por
Incumplimiento”. Edit. Jurídica de Chile. 2011. p 382 y sgtes. En el mismo sentido René Abeliuk.
30
Abeliuk Manasevich, René, “Las Obligaciones”, T. I, Cuarta Edición, Pág. 428, Edit. Jurídica de Chile.
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2.- Respecto de los deterioros y pérdida de la cosa: Los deterioros de la especie o cuerpo cierto
que se deban a fuerza mayor o caso fortuito sufridos mientras está pendiente la condición
suspensiva corresponderá asumirlos el acreedor condicional, y no tendrá derecho a pedir
que se le rebaje el precio. Para que esta regla se dé es necesario que la perdida sea parcial,
pues las cosas perecen para su dueño, y en virtud de la retroactividad se reputa al acreedor
que era condicional como dueño de la cosa asumiendo él la pérdida.
4.- Los derechos deferidos a la criatura que está en el vientre materno. El artículo 77 sostiene la
regla de que si se difieren derechos a la criatura que está en el vientre materno estarán en
suspenso hasta que el nacimiento constituya un principio de existencia, en tal caso, sostiene
el precepto, entrará el recién nacido en el goce de dichos derechos, como si hubiese existido
al tiempo en que se defirieron.
5.- En cuanto a la hipoteca: Ésta se puede otorgar bajo cualquier condición, y si es suspensiva
el artículo 2413 dispone que no valdrá –en términos más correctos no producirá efectos-
sino desde el momento en que se cumpla la condición, y en tal caso, será su fecha la misma
de la inscripción, demostrándose con ello una aplicación clara de la retroactividad.
1.- Con relación a los frutos que la cosa debida produzca, bajo condición: Cumplida la
condición suspensiva, los frutos que la cosa produjo –estando pendiente la condición-
seguirán perteneciendo al deudor y no ingresan al patrimonio del acreedor.
¿Habrá algún caso donde los frutos puedan pertenecer al acreedor? R- Excepcionalmente el
código civil sí acepta que los frutos pertenezcan al acreedor cuando en el testamento o en el
contrato se haya dispuesto que el acreedor condicional sí se hará dueño de los frutos.
2.- Con relación a la enajenación de la cosa que se debe bajo condición. Se trata pues de que el
deudor condicional, mientras está pendiente la condición enajena la cosa, luego la condición
se cumple, hemos aprendido que por aplicación de la retroactividad la cosa se entiende
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incorporada al patrimonio del acreedor desde el momento en que se otorgó el acto o celebró
el contrato, pero, ¿qué pasa con el tercero que ahora posee la cosa?. Podríamos fácilmente
caer en la tentación de sostener entonces que el acto o contrato entre el deudor condicional y
el tercero caducan inmediatamente teniendo el tercero que restituir la cosa al acreedor. Sin
embargo, por ansiosos terminaremos equivocándonos, toda vez que si el tercero está de
buena fe no restituye la cosa al acreedor, no operando la retroactividad de los efectos del
acto sujetos a condición suspensiva.
3.- Con relación a los actos de administración llevados a cabo por el deudor condicional. Los
actos de administración del deudor condicional quedan firmes, no se ven afectados por el
cumplimiento de la condición, como por ejemplo, haber dado en arrendamiento la cosa –que
es el ejemplo usual que se da en esta materia-, en la medida que dicho contrato no encubra
una verdadera enajenación simulada dice Daniel Peñailillo 31, como por ejemplo pagar todo
el precio de la renta al contado y que el contrato sea por un periodo largo de tiempo, toda
vez que, según el caso concreto, no debe el acto revestir alguna característica de
disposición, sólo de administración.
3.- Condición suspensiva fallida. Aquí el hecho futuro e incierto no se produce, el derecho y la
obligación correlativa no llegan a existir jamás.
Se ha sostenido que la condición resolutoria puede revestir tres formas, ordinaria, tácita y
pacto comisorio, siendo ésta su clasificación.
Se define tradicionalmente como aquél hecho futuro e incierto del cual depende la extinción
de un derecho y que consiste en cualquier hecho que no sea el incumplimiento de las obligaciones
que emanen de un acto.
31
Peñailillo Arévalo, Daniel; “Obligaciones, Teoría General y Clasificación, La Resolución por
Incumplimiento”. Edit. Jurídica de Chile. 2011. p 381.
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1.- Es un elemento accidental de los actos jurídicos, luego, requiere de mención expresa y es fruto
del principio de la autonomía de la voluntad.
2.- Procede en todos aquellos actos que admiten modalidades, sea unilateral o bilateral. Así por
ejemplo procede en la tradición, es decir en una convención no contractual, de ahí que el artículo
680 inciso 1º disponga “La tradición puede transferir el dominio bajo condición suspensiva o
resolutoria, con tal que se exprese”, luego la exigencia de que se exprese la condición resolutoria
hace concluir que se refiere a la ordinaria. Lo mismo ocurre pero en el testamento, donde el
testador puede constituir una asignación con cláusula resolutoria, así lo señala el artículo 1090 que
prescribe “En las asignaciones modales se llama cláusula resolutoria la que impone la obligación
de restituir la cosa y los frutos, si no se cumple el modo”, señalando además su inciso 2º que “No
se entenderá que envuelven cláusula resolutoria cuando el testador no la expresa”, y respecto de
los contratos no cabe duda que ésta puede existir, así por ejemplo encontramos el pacto de
retroventa en la compraventa consagrado en el artículo 1881 que señala “Por el pacto de
retroventa el vendedor se reserva la facultad de recobrar la cosa vendida, reembolsando al
comprador la cantidad determinada que se estipulare, o en defecto de esta estipulación lo que le
haya costado la compra”.
Asimismo el artículo 1488 al disponer que “Verificada una condición resolutoria, no se
deberán los frutos percibidos en el tiempo intermedio, salvo que la ley, el testador, el donante o
los contratantes, según los varios casos, hayan dispuesto lo contrario”, demuestra que este tipo
de condición puede estar presente en los contratos bilaterales o unilaterales, convenciones no
contractuales y en los actos jurídicos unilaterales, de ahí que no sea extraño que Alfredo Barros
Errazuriz proceda a definirla como “la condición establecida libremente por el testador o por las
partes contratantes, como modalidad de una obligación, y que debe constar de un modo expreso
en el acto, porque como hemos dicho la condición no se presume32”.
3.- El hecho futuro e incierto sólo puede ser de aquellos que no digan relación con el
incumplimiento de obligaciones emanadas de un acto, y que el hecho evidentemente no vaya en
contra de la ley, orden público, moral y buenas costumbres.
4.- Opera de pleno derecho, es decir, que cumplido el hecho del que depende la extinción del
derecho, la resolución operará inmediatamente sin necesidad de que sea un juez mediante su
sentencia el que determine su resolución, lo que significa que si se llega a juicio, el juez sólo se
limitará a constatar la resolución y no a declararla. Aquello queda confirmado por el artículo 1479
que dispone que “La condición se llama suspensiva si, mientras no se cumple, suspende la
adquisición de un derecho; y resolutoria, cuando por su cumplimiento se extingue un derecho”,
lo que demuestra que basta el acaecimiento del hecho incierto para que por el solo ministerio de la
ley se extinga el derecho. Lo mismo sucederá con la obligación existiendo armonía entre esta
regla y la consagrada en el artículo 1567 Nº 9 referente a los modos de extinguir obligaciones
señalando a la condición resolutoria como una de ellas.
Cabe tener presente que, el que opere de pleno derecho la resolución una vez cumplida la
condición responde a la regla general consagrada en nuestro sistema normativo, al igual como
32
Barros Errázuriz, Alfredo, “Curso de Derecho Civil, Trata de las Obligaciones en General”, Volumen II,
Cuarta Edición, Pág. 132, Edit. Nacimiento, 1938.
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ocurre con la condición suspensiva cumplida, y cuando no es así es porque el código civil
consagró disposiciones expresas en tal sentido.
5.- Consecuencia de lo anterior es que, no existe acción resolutoria pues ella tiene por objeto
solicitar al juez la declaración de resolución, pero como acá es innecesaria, ella no existe. Sí podrá
existir acción restitutoria.
6.- Al ser de pleno derecho, ésta produce un efecto absoluto, los autores lo llaman universal,
dándole la facultad de exigir al tribunal su constatación a cualquier persona que tenga un interés
en ella, pues como lo dice Arturo Alessandri R “o se resuelve para todos o no se resuelve para
nadie”, luego como la resolución proviene de la ley y no del juez -pues él no la declara-, no puede
aplicarse la regla del efecto relativo propio de las sentencias judiciales consagrado en el artículo
3º inciso 2º que dispone “Las sentencias judiciales no tienen fuerza obligatoria sino respecto de
las causas en que actualmente se pronunciaren”.
Los efectos de la resolución dependerán de los estados en que ella se encuentre, pendiente,
cumplida o fallida, análisis que haremos después de tratar todas las condiciones resolutorias, pues,
en principio sus efectos son los mismos, diferenciándose sólo en la manera de cómo operan.
a.- Definición.
La doctrina por su parte ha elaborado una definición de ella sosteniendo que “la condición
resolutoria tácita es el hecho futuro e incierto del cual depende la extinción de un derecho,
consistiendo dicho hecho en el incumplimiento de cualquiera de las obligaciones que emanen
de un contrato bilateral”.
Pero ¿cómo nos adherimos a una definición que de antemano no es uniforme en la doctrina?
En efecto, tenemos que ser capaces de elaborar una definición doctrinaria, toda vez que, si acuden
a importantes autores verán lo siguiente.
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René Abeliuk aporta una definición de ella y sostiene que esta condición es “aquella que va
envuelta en todo contrato bilateral, y en que el hecho futuro e incierto que puede provocar la
extinción del derecho de una de las partes es el incumplimiento de sus obligaciones”33.
Por su parte don Daniel Peñailillo sostiene que puede ser definida como “el hecho futuro e
incierto consistente en el incumplimiento de alguna de las obligaciones generadas por el contrato
bilateral, en el cual siempre va envuelta34”.
Ahora bien, aún cuando parezca sobreabundante el análisis planteado, no lo es, la razón es
porque hay autores que consideran que la condición resolutoria tácita es exclusiva en los contratos
bilaterales sin excepciones y otros no están de acuerdo con esa idea, de ahí la razón por la cual
unos incorporan en su definición la presencia del contrato bilateral y otros lisa y llanamente no la
mencionan en sus respectivas definiciones, luego, aquellos que la incorporan tienden en su
análisis negar la posibilidad de que pueda tener cabida en los contratos unilaterales, y aquellos
que no la incluyen tienden por el contrario a aceptar la idea de que proceda en dichos contratos, el
punto es que el alumno debe dar el examen de grado y no sabemos si el profesor a cargo de la
exanimación sigue una u otra corriente, ¿Cuál le agradará?.
1.- Es resolutoria, toda vez que tiene por objeto extinguir un derecho si se cumple con el supuesto
prefijado por la ley, como lo es el incumplimiento de la obligación.
2.- Es tácita, o bien si se quiere subentendida. El artículo 1489 al disponer que “En los contratos
bilaterales va envuelta la condición resolutoria….” se desprende que no requiere de mención
33
Abeliuk Manasevich, René, Las Obligaciones, T. I, Quinta Edición, Pág. 508, Edit. Jurídica de Chile. 2010
34
Peñailillo Arévalo, Daniel; Obligaciones, Teoría General y Clasificación, La Resolución por Incumplimiento. Edit.
Jurídica de Chile. 2011. p 394.
35
Meza Barros, Ramón; Manual de Derecho Civil; De las Obligaciones, IX edición, Pág. 78. Edit. Jurídica de Chile.
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expresa, luego se subentiende su existencia. Cabe señalar que para estar presente ante la condición
resolutoria tácita es indispensable que no se haya estipulado la condición, y que tampoco se haya
renunciado a ella. Con relación a este tema nos haremos la pregunta de si esta especie de
condición es un elemento de la naturaleza de los contratos bilaterales, lo que analizaremos en un
título aparte.
3.- Es una condición negativa, toda vez que, para que opere la resolución es necesario que el
deudor se abstenga de cumplir con la obligación, por lo que se trata de que no acontezca un
hecho.
4.- Es una condición simplemente potestativa del deudor, puesto que depende de un hecho de él,
el incumplimiento, para que opere la resolución.
Cabe advertir que al respecto existe discrepancia doctrinaria pues no todos están de acuerdo
con ella. De ahí que esbozaremos las dos posiciones que existen al respecto.
a.- Posición tradicional respecto del tema. Normalmente se ha planteado sobre todo en las aulas,
que la condición resolutoria tácita es un elemento de la naturaleza de los contratos bilaterales. El
artículo 1444 dispone referente a ella, que “son de la naturaleza de un contrato las que no siendo
esenciales en él, se entienden pertenecerle, sin necesidad de una cláusula especial”; luego, el
artículo 1489 al disponer que en los contratos bilaterales va envuelta la condición resolutoria,
reflejaría con evidencia que ella se subentiende en el contrato bilateral, y al no requerir mención
expresa para que exista sería un elemento de la naturaleza. –René Abeliuk, Víctor Vial-.
b.- Posición disidente a la postura tradicional. –la condición resolutoria tácita no es un elemento
de la naturaleza del contrato bilateral-. Sabemos que profesores de algunas universidades están de
acuerdo con esta posición. La idea que suavemente hasta ahora recorre el ambiente es que no sería
un elemento de la naturaleza toda vez que para que lo sea es necesario que el elemento exista
desde la constitución del contrato bilateral, desde su génesis, pues bien, la condición resolutoria
tácita sólo se activa una vez que se produce el incumplimiento de la obligación no antes, al ser
incierto el incumplimiento la resolución del contrato es a consecuencia de los efectos del mismo,
distinto de la obligación de sanear los vicios ocultos de la cosa en el contrato de compraventa que
sí sería un elemento de este tipo puesto que al momento de la celebración del contrato el vicio ya
debe existir.
La doctrina normalmente ha sostenido que los requisitos para que ésta institución opere son
los siguientes.
campo doctrinario. Algunos señalan que es posible que sus efectos también se extiendan al
contrato unilateral y otros niegan esa posibilidad.
a.- Primera postura: La condición resolutoria tácita opera exclusivamente en el contrato bilateral,
jamás en el unilateral. Gran parte de la doctrina nacional y también la jurisprudencia se ha
inclinado mayormente por la tesis de que esta condición es una institución característica sólo del
contrato bilateral, es decir, de aquellos contratos donde las partes contratantes se obligan
recíprocamente. Las razones son variadas.
1).- Por razones de texto legal toda vez que el artículo 1489 dispone que ella va envuelta en
los contratos bilaterales.
2).- El artículo en comento se refiere a una modalidad, y las modalidades no admiten
interpretación extensiva, por el contrario la restringe., por lo que no se podría extender a más
supuestos de los que se deprenden de su tenor literal.
3).- Aquellos que han optado por creer que esta institución opera además en los contratos
unilaterales mencionan como ejemplo el comodato, el depósito y la prenda. En ellos la obligación
incumplida es del único obligado según la naturaleza del contrato, es decir, el comodatario,
depositario y acreedor prendario respectivamente. El código civil consagra efectivamente la
facultad para el acreedor de exigir inmediatamente la entrega de la cosa. Así es como en
cualquiera de los tres contratos aludidos, si el deudor que es el mero tenedor de la cosa incumple
con su obligación de conservación de ella –por ejemplo-, podrá el comodante, depositante o
constituyente –que es el acreedor en la prenda- exigir la entrega o restitución inmediata de la cosa,
aun cuando ésta no haya alcanzado a cumplir con los fines que motivaron la celebración de dichos
contratos. Pues, por ejemplo, si el comodante prestó una cosa al comodatario para que la use, éste
debe darle el uso convenido, o a falta de convención el uso ordinario de ella, y en caso de
contravención, dice el inciso 2º del artículo 2177, podrá el comodante exigir la restitución
inmediata, aunque para la restitución se haya estipulado un plazo.
Ahora bien, estos casos no sería consecuencia de los efectos de la condición resolutoria
tácita, la razón es porque la restitución de la cosa por parte del deudor es su obligación, y
justamente lo que hace el acreedor es exigir el cumplimiento de dicha obligación pero en forma
anticipada, luego no es que esté optando por una resolución, sino que justamente el cumplimiento
de ella. De ahí que se diga que estos casos existe más bien una caducidad del plazo por
incumplimiento.
4).- En el caso precedentemente explicado, el código señala expresamente el derecho que
tiene el acreedor, pedir la restitución anticipada de la cosa, luego, de haber sido una
manifestación fiel de la condición resolutoria tácita no hubiese sido necesario que la ley
concediera expresamente tal efecto toda vez que hubiese bastado con la regla del artículo 1489 la
cual la da por subentendida en el contrato bilateral, y por consiguiente si esta regla se extiende al
unilateral, no habría razón para que la ley mencionara la facultad de exigir la restitución de la cosa
anticipadamente por incumplimiento de la obligación.
5).- Algo parecido ocurre con la regla consagrada en el artículo 2271 a propósito de la renta
vitalicia, que dispone “El acreedor no podrá pedir la rescisión del contrato aun en el caso de no
pagársele la pensión, ni podrá pedirla el deudor, aun ofreciendo restituir el precio y restituir o
condonar las pensiones devengadas, salvo que los contratantes hayan estipulado otra cosa”. Aquí
la voz rescisión ha de entenderse como resolución. En tal caso la regla sostiene en términos
generales que frente al incumplimiento de la obligación no podrá el otro contratante impetrar la
resolución del contrato a menos que así se hubiese expresado, lo que demostraría que de
condición resolutoria tácita nada tiene, pues ésta no requiere mención expresa para que opere.
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Estos son los argumentos más importantes para quienes en doctrina adhieren a esta tesis36.
b.- Segunda postura: La condición resolutoria tácita opera tanto en los contratos unilaterales
como en los bilaterales. Hay quienes plantean la tesis que la institución en estudio no sólo está
presente en el contrato bilateral, sino que también en el contrato unilateral o más bien, en todo
contrato a título oneroso, y cómo aquella característica puede coexistir tanto en los contratos
bilaterales como en los unilaterales, estos últimos no deberían quedar excluidos de ella. Entre los
argumentos que plantean son los siguientes.
1).- El artículo 1489 al consignar que en todo contrato bilateral va envuelta la condición
resolutoria, referida a la tácita, no significa que ella no pueda ser procedente en un contrato
unilateral, pues no señala categóricamente su exclusión en tales contratos. Si aquél es el sentido
que se le quería dar, la disposición legal hubiese sido más concluyente, tal vez diciendo “en los
contratos bilaterales opera la condición resolutoria” o “la condición resolutoria es exclusiva de
los contratos bilaterales”. Pero en lugar de aquello dice que “en los contratos bilaterales va
envuelta…”, lo que no sería determinante para llegar a la conclusión contraria.
2).- En los contratos unilaterales como comodato o prenda, el incumplimiento de la
obligación autoriza al acreedor a poner término al contrato, luego el supuesto de esta medida es el
mismo que inspira la existencia de la resolución del contrato bilateral.
3).- Uno de los argumentos que plantea la tesis contraria es que la condición resolutoria
tácita va envuelta en los contratos bilaterales y si procediera en los contratos unilaterales, también
debería ir envuelta en ella, y en tal caso, la ley no perdería el tiempo en señalar que acreedor tiene
la facultad de poner término al mismo si el deudor no cumple con la obligación de cuidado –
comodato, prenda-, sin embargo, la ley sí dispuso tal facultad lo que demostraría que no va
envuelta en ella –esto dice la tesis contraria-. Sin embargo, este argumento es falso, puesto que
incluso en los contratos bilaterales no ha bastado la mera existencia del artículo 1489 para que se
subentienda la facultad de resolución del acreedor frente al incumplimiento del deudor, así es
como en la compraventa el artículo 1826 inciso 2º dispone “Si el vendedor por hecho o culpa
suya ha retardado la entrega, podrá el comprador a su arbitrio perseverar en el contrato o
desistir de él, y en ambos casos con derecho para ser indemnizado de los perjuicios según las
reglas generales”. Asimismo, respecto del mismo contrato, el artículo 1873 dispone “Si el
comprador estuviere constituido en mora de pagar el precio en el lugar y tiempo dichos, el
vendedor tendrá derecho para exigir el precio o la resolución de la venta, con resarcimiento de
perjuicios”.
Estos son los argumentos más importantes para quienes en doctrina adhieren a esta tesis37.
37
Claro Solar, Luis; “Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado”; T. X., “De las Obligaciones” I., Edit.
Jurídica de Chile, 1979. pp. 169-174; Planiol y Ripert, Obligations Nº 420 y Sgtes; Meza Barros, Ramón; Manual de
Derecho Civil; De las Obligaciones, IX edición,. Edit. Jurídica de Chile. p. 79.
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R- Los contratos de este tipo son aquellos cuyas obligaciones se van cumplimiento y renovando
en el tiempo, como en ciertos casos el contrato de arrendamiento, etc.
En ellos se ha sostenido tradicionalmente que la condición resolutoria tácita sí opera, sin
embargo como sus efectos son distintos, en lugar de la voz “resolución” el término que ahora se
utiliza es de “terminación”, la razón es porque, los efectos de la resolución operan
retroactivamente, situación que no es posible que se dé en los contratos de tracto sucesivo.
Daniel Peñailillo no comparte la idea de cambiar el término, considera que no es necesario,
plantea que la novedad del término es de menor importancia. Dice que bien puede mantenerse la
voz resolución, extinción por incumplimiento, añadiéndose que en tales situaciones la resolución
se produce sin retroactividad. Por su parte, incluso hay casos donde en estos contratos sí puede
operar la retroactividad, pues dice, la ausencia de retroactividad no debe ser derivada de la
calificación del contrato, sino que de la naturaleza de la obligación misma que emana de él 38, así
por ejemplo, si Pedro se obliga a dar a María un saco de papas por día, por un periodo de 10 días,
y María por su parte se obliga a dar un saco de maíz por día, por un periodo de 10 días, y Pedro
cumple a cabalidad su obligación de los 10 sacos de papas, y María sólo dio 4, nada impide a
Pedro solicitar la resolución del contrato de tracto sucesivo, devolviendo los 4 sacos de Harina
que recibió y a su vez María devolverle los 10 sacos de papas que también recibió, luego, operaría
con retroactividad.
En efecto, podemos decir entonces que hay casos donde los efectos del contrato de tracto
sucesivo no podrán operar con retroactividad, como por ejemplo el contrato de arrendamiento de
cosas, o de trabajo, toda vez que mal se podría restituir el goce, o la labor desarrollada, pero en
otros casos, de la misma calificación contractual sí podrían frente a la resolución o terminación
operar con retroactividad. Así es como, incluso Jorge López Santa María, sostiene que la ausencia
de la retroactividad en los casos de nulidad, o de terminación es una cuestión de especie, que los
jueces del fondo deciden caso por caso. Plantea que, por ejemplo, en los contratos de suministro,
no obstante la ejecución sucesiva que tuvo lugar, nada impediría que opere la retroactividad de la
nulidad o resolución39.
Cómo se puede apreciar la discusión está presente, nosotros por su parte, sí bien
compartimos estas dos importantes opiniones, toda vez que es evidente que existen contratos de
tracto sucesivo en el que las restituciones mutuas pueden operar y en otros no frente a la
resolución o terminación según el lenguaje que le quieran dar, preferimos decir, que en aquellos
casos donde según la naturaleza de la obligación puedan ser restituidas al estado anterior sí la voz
resolución sería apropiada, y en aquellos casos donde no es posible, la voz terminación no nos
parece tan desafortunada.
38
Ob. Cita. Peñailillo Arévalo, Daniel; “Obligaciones, Teoría General y Clasificación, La Resolución por
Incumplimiento”. Edit. Jurídica de Chile. 2011. pp. 403-404.-
39
Ob. Cita. López Santa María, Jorge; “Los Contratos, Parte General”, 5ta ed. Edit. LegalPublishing Chile. 2010. pp.
113-114.
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resolución. Sin embargo, la pregunta que nos haremos será ¿qué sucede con el incumplimiento
parcial de una obligación, o el incumplimiento de aquellas obligaciones que se consideran como
secundarias del contrato, será causa suficiente para que opere la resolución? Al respecto la
doctrina está dividida:
a.- Primera posición. -Admite resolución, cualquiera sea la naturaleza del incumplimiento-. Arturo
Alessandri R está de acuerdo con esta posición, el que plantea que “el artículo 1489 no distingue
de que naturaleza debe ser el incumplimiento, cualquiera de las obligaciones contraídas, una vez
infringida importa el cumplimiento de tal condición”40. En el mismo sentido, Ramón Meza
Barros41”.
b.- Segunda posición. -No basta cualquier incumplimiento, hay que estar a la naturaleza de ella-.
Aun cuando la jurisprudencia se incline más por la posición anterior –jurisprudencia tradicional-,
existen fallos que aceptan esta postura y la doctrina que consideraremos moderna también se ha
comenzado a adherir a esta corriente de pensamiento. Según esta tendencia la posibilidad de
resolver el contrato dependerá de la naturaleza del incumplimiento. Así dicho, si el
incumplimiento es parcial pero de poca importancia o se trata de una obligación secundaria no
debería resolverse el contrato.
En síntesis, el incumplimiento resolutorio debe ser significativo para que la resolución sea
utilizada como mecanismo sancionatorio, de lo contrario, como lo es el caso del incumplimiento
de obligaciones de menor envergadura sólo se dispondrá del cumplimiento forzado42.
diga al respecto43. Jorge López Santa María también se adhiere a esta opinión 44, al igual que otros
importantes autores.
La doctrina que consideramos moderna, opta por distinguir entre los requisitos de la
resolución del contrato y los requisitos de la indemnización de perjuicios. Si bien el artículo 1489
permite solicitar ambas, ello no significa que deban cumplir los mismos requisitos, luego la
presencia de la “imputabilidad del deudor” será necesaria si se pide la indemnización, pero no
respecto de la resolución.
a.- Exposición tradicional del tema. –La mora es un requisito-. La doctrina clásica como
asimismo la jurisprudencia ha visto en la mora un requisito indispensable en el campo de la
resolución del contrato.
b.- La tendencia moderna: La mora no es requisito de la resolución del contrato, lo que trae como
consecuencia que la institución de la “excepción de contrato no cumplido” que responde al
requisito de que el acreedor cumpla con su obligación o esté llano a cumplirla, tampoco procederá
en la resolución.
Esta posición se inclina por la tesis de que el requisito de la mora y que el acreedor sea un
contratante diligente –que cumpla con su obligación correlativa o esté llano a cumplirla- son
requisitos que están presentes en la indemnización de perjuicios, pero no en la resolución
contractual.
5.- El acreedor debe ser un contratante diligente, es decir, haber cumplido con su obligación o
estar llano a cumplirla. ¿Es un requisito?
43
Abeliuk Manasevich, René, “Las Obligaciones”, T. I, 5ta Ed, Edit. Jurídica de Chile. 2010, pp.517-518.
44
López Santa María, Jorge; “Los Contratos, Parte General”, 5ta ed. Edit. LegalPublishing Chile. 2010. p. 504.
45
En este sentido, Corral Talciani, Hernán., “Contratos y Daños por Incumplimiento”. Edit. AbeledoPerror
LegalPublishing Chile. 2010. pp 226-227; Guzmán Brito, Alejandro., “Estudios de Derecho Civil III”, Edit.
AbeledoPerror LegalPublishing Chile, 2008. p. 401.
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La doctrina que podemos considerar clásica ha formulado que es requisito para que
finalmente pueda llegar a operar la resolución que el acreedor cumpla o esté llano a cumplir su
respectiva obligación, pues de lo contrario también estará en mora, y su mora purgará la mora del
deudor por aplicación fundamentalmente de la regla consagrada en el artículo 1552.
Pero para que la resolución sea declarada por el tribunal no bastan los requisitos
planteados, es necesaria la concurrencia de uno importante que dice relación con la
actitud que frente a la resolución adopta el deudor, su facultad de enervación de la
acción resolutoria.
a.- Posición clásica –el deudor puede enervar la acción resolutoria pagando-.
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2.-) En segunda instancia. En este caso, se deberá oponer la excepción antes de la vista
de la causa, tramitándose como incidente, el que podría recibirse a prueba si así el
tribunal de alzada lo estima necesario, y su fallo estará reservado para la definitiva, pero
se sostiene que tiene la particularidad de que el tribunal de alzada se pronuncia
respecto de ella en única instancia.
En estos casos, el deudor puede cumplir con su obligación que motivó el juicio
resolutorio en los momentos ya señalados, pagando, y se ha sostenido que, en el
evento de que el acreedor se negara a recibir el pago, puede el deudor efectuar el pago
mediante la consignación, normalmente en la cuenta corriente del tribunal que conoce
del litigio.
b.- Posición moderna –no corresponde que el deudor tenga la facultad de enervar la
acción-.
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La resolución no permite ser enervada, pues La resolución podría –según la corriente clásica-
opera de pleno derecho. ser enervada por el deudor pagando, en primera
7) instancia antes de la citación a oír sentencia y en
segunda instancia hasta antes de la vista de la
causa.
Art. 1877. Por el pacto comisorio se estipula expresamente que, no pagándose el precio al tiempo
convenido, se resolverá el contrato de venta.
Entiéndase siempre esta estipulación en el contrato de venta; y cuando se expresa, toma
el nombre de pacto comisorio, y produce los efectos que van a indicarse.
Art. 1878. Por el pacto comisorio no se priva al vendedor de la elección de acciones que le concede
el artículo 1873.
Art. 1879. Si se estipula que por no pagarse el precio al tiempo convenido, se resuelva ipso facto el
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contrato de venta, el comprador podrá, sin embargo, hacerlo subsistir, pagando el precio, lo más
tarde, en las veinticuatro horas subsiguientes a la notificación judicial de la demanda.
Art. 1880. El pacto comisorio prescribe al plazo prefijado por las partes, si no pasare de cuatro años,
contados desde la fecha del contrato.
Transcurridos estos cuatro años, prescribe necesariamente, sea que se haya estipulado un
plazo más largo o ninguno.
Se señaló que del artículo 1877 inciso 1ro se logra extraer los elementos
necesarios que han permitido configurar un concepto de esta institución. En efecto, la
disposición legal sostiene que “Por el pacto comisorio se estipula expresamente que, no
pagándose el precio al tiempo convenido, se resolverá el contrato de venta”, de lo que
se colige que, si las partes en el contrato de compraventa desean advertir que si no se
paga el precio al tiempo convenido, dará derecho a la resolución del contrato, no están
sino advirtiendo lo que la ley ya hizo al subentender la condición resolutoria tácita en los
contratos bilaterales, marcándose como diferencia el hecho de que acá lo expresan en
el contrato. De ahí que Arturo Alessandri R. sostenga que “desde el momento mismo en
que las partes estipulan en el contrato lo que dice el artículo 1489, dejamos de estar en
presencia de una condición resolutoria tácita y nos encontramos con un pacto
comisorio46”.
46
Ob. Cita. ALESSANDRI R, Arturo., “Derecho Civil, Teoría General de las Obligaciones”. Edit. Jurídica de
Chile, Ediar-ConoSur Ltda. 1988. p. 202.
______________________________________________________________________________________________
como lo plantea Luis Claro Solar, porque es al contrato que en su origen se aplicó, y
siguiendo a los tratadistas como Pothier47.
b.- Los contratos son materias ligadas al campo del derecho privado. En él se aplica el
adagio de que se puede hacer todo lo que no está prohibido, y la posibilidad de que el
pacto comisorio opere en contratos distintos de la compraventa no ha sido limitada por
la ley, lo que trae como consecuencia, que al ser normas de orden privado, su esencia
está ligada al interés particular y no general, lo que favorece su inserción en los
contratos, incluso en los unilaterales, pues al ser pactado responde a los elementos
accidentales, una modalidad, fruto de la autonomía de la voluntad. La autonomía de la
voluntad es un principio general no sólo del derecho sino también de la contratación, y
se manifiesta en la libertad contractual, específicamente, en el de conclusión, y como tal,
susceptible de ser insertado en los contratos en general.
Concepto.
Si el pacto comisorio es de aplicación general, su concepto debe incluir elementos
que permitan no suponer lo contrario, de ahí que se conceptualice como “ la condición
resolutoria tácita expresada por las partes en el contrato”.
47
Claro Solar, Luis; “Explicaciones de Derecho Civil Chileno y Comparado”; T. X., “De las Obligaciones” I.,
Edit. Jurídica de Chile, 1979. p. 201; En el mismo sentido, Alessandri Rodriguez, Arturo, Derecho Civil,
Teoría General de las Obligaciones. Edit. Jurídica de Chile, Ediar-ConoSur Ltda. 1988. p. 202, y Abeliuk
Manasevich, René, Las Obligaciones, T. I, 5ta Ed, Edit. Jurídica de Chile. 2010, p. 522.
48
ALESSANDRI RODRIGUEZ, Arturo, Derecho Civil, “Teoría General de las Obligaciones”. Edit. Jurídica
de Chile, Ediar-ConoSur Ltda. 1988. p. 204.
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Ámbito de aplicación del pacto comisorio simple. Como ya lo hemos señalado, al ser de
aplicación general no queda restringida a la compraventa respecto de la obligación de
pagar el precio, pues al ser fruto de la libertad contractual se puede estipular en la
misma compraventa respecto de la obligación del vendedor de entregar la cosa 49 y en
otros contratos bilaterales e incluso, como lo dice Arturo Alessandri R, unilaterales 50.
Efectos del pacto comisorio simple. La doctrina clásica ha sostenido que los efectos del
pacto comisorio simple son los mismos que los de la condición resolutoria tácita, es
decir, la forma en que opera es igual, lo que significa que, el acreedor deberá entablar
acción resolutoria, el deudor tendrá derecho a enervar la acción y además requerirá de
sentencia judicial que la declare. Estos son los efectos en comento. Sin embargo, la
doctrina si bien está de acuerdo en que estos son los efectos, y constituye además la
forma de operar el pacto comisorio, hay discusión doctrinaria en cuanto a las reglas que
se deben aplican al pacto comisorio en otros contratos distintos a la compraventa y en la
misma compraventa pero respecto de la obligación de entregar o dar la cosa.
1.- Para que opere requiere de sentencia judicial. La doctrina clásica está
completamente de acuerdo que estipular un pacto comisorio simple en un contrato, sea
éste de compraventa a propósito de la obligación de cualquiera de sus partes, o en otros
contratos distintos a la compraventa, no basta, para que el incumplimiento de la
obligación de lugar inmediatamente a la resolución del mismo, pues ésta no opera de
pleno derecho. Tal es la conclusión a la que llegamos en virtud de lo dispuesto en el
artículo 1478 que dispone “Por el pacto comisorio no se priva al vendedor de la elección
de acciones que le concede el artículo 1873”, es decir, la facultad que la ley le concede
al vendedor de exigir el precio o la resolución de la venta, con resarcimiento de
49
Respecto de la obligación del vendedor, hemos empleado la expresión “entregar” la cosa, sin embargo,
hay quienes piensan que la obligación del vendedor es de DAR la cosa y no de entregar.
50
ALESSANDRI RODRIGUEZ, Arturo, Derecho Civil, “Teoría General de las Obligaciones”. Edit. Jurídica
de Chile, Ediar-ConoSur Ltda. 1988. p. 202.
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perjuicios, lo que demuestra que, desde el momento en que la ley faculta a una de las
partes a optar entre el cumplimiento de la obligación o la resolución, es que esta última
no se ha producido por el mero incumplimiento.
2.- Facultad del deudor de enervar la acción resolutoria pagando. Tomada la decisión del
acreedor de demandar la resolución del contrato no basta para que finalmente opere la
resolución emanada del pacto comisorio, pues, como a ésta se le aplican las reglas de
la condición resolutoria tácita, el deudor puede enervar la acción resolutoria pagando, de
la misma manera como si la acción emanara de la condición resolutoria a la que hace
referencia el artículo 1489. La oportunidad procesal para que el deudor pueda enervar la
acción resolutoria es en primera instancia hasta antes de la citación para oír sentencia,
y en segunda instancia, hasta antes de la vista de la causa, tal como en su oportunidad
se explicó.
3.- Que la acción resolutoria emanada del pacto comisorio no haya prescrito. Pero,
¿cuánto es el plazo de prescripción de la acción resolutoria en comento?. Al respecto
debemos distinguir.
a.- Si se trata del incumplimiento de la obligación de pagar el precio: En este caso el
plazo de prescripción es aquél que no exceda de 4 años. Tengamos presente que este
es un plazo especial, pues está tomado de las reglas de la misma compraventa,
específicamente del artículo 1880 que dispone “El pacto comisorio prescribe al plazo
prefijado por las partes, si no pasare de cuatro años, contados desde la fecha del
contrato”, el inciso 2º señala a su vez “Transcurridos estos cuatro años, prescribe
necesariamente, sea que se haya estipulado un plazo más largo o ninguno”.
Eje. Pacto comisorio calificado. Si el comprador no paga el precio en el tiempo estipulado se resolverá el contrato de
venta de pleno derecho, es decir, sin necesidad de declaración judicial.
Concepto. Así dicho, digamos que el pacto comisorio calificado se define como “aquél
en virtud del cual las partes estipulan que si una de las partes no cumple con su
obligación contractual en el tiempo estipulado se resolverá de pleno derecho el
contrato”.
52
Abeliuk Manasevich, René, “Las Obligaciones”, T. I, 5ta Ed, Edit. Jurídica de Chile. 2010, p. 524.
53
Entre los adherentes a esta corriente de pensamiento encontramos a Abeliuk, René; Las Obligaciones,
5ta Ed, Edit. Jurídica de Chile. 2010, p. 522; Alessandri R, Arturo; De la compraventa, etc., ob.cit., T.2°,
N.° 1.702, págs. 652 y sigtes; Derecho Civil, “Teoría General de las Obligaciones”. Edit. Jurídica de Chile,
Ediar-ConoSur Ltda. 1988. p. 202; Claro Solar, Luis; “Explicaciones de Derecho Civil Chileno y
Comparado”; T. X., “De las Obligaciones” I., Edit. Jurídica de Chile, 1979. p. 206 y sgtes; Peñailillo
Arévalo, Daniel; “Obligaciones, Teoría General y Clasificación, La Resolución por Incumplimiento”. Edit.
Jurídica de Chile. 2011. p. 424.
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Primero: Es necesario que el deudor pague la obligación, pago éste que debe ser
total e integro.
- ¿Qué significa que el plazo sea de 24 horas?. Otro tema importante relacionado con
este efecto es el plazo fijado por la ley de 24 horas para enervar la acción resolutoria. En
efecto, este es un plazo de “horas” y no de “días”, lo que significa que si la demanda
resolutoria se notifica al comprador “que es el demandado” a las 11:30 am éste tendrá
como plazo máximo para pagar el precio y con ello enervar la acción, hasta las 11:30 am
del día siguiente, por lo que, de no hacerlo, a las 11:31 habrá caducado el derecho de
______________________________________________________________________________________________
54
Cabe tener presente que si fuera de hora completa, no se tomarían en cuenta los minutos, es decir,
siguiendo el ejemplo, si se notifica a las 11:30 am, tendría derecho a enervar la acción pagando hasta las
12:00, pues sería de hora completa, pero como nada dice el código civil, ha de entenderse que no es de
hora completa, por lo que sólo se puede enervar hasta las 11:30 del día siguiente, tal como lo menciona el
ejemplo citado. Digamos que Daniel Peñailillo también reafirma esta idea, en su obra, Obligaciones;
Teoría General y Clasificaciones, la resolución por incumplimiento. Edit. Jurídica de Chile. 2011. pp. 423-
424.
55
Luis Claro Solar, Arturo Alessandri Rodríguez, Manuel Somarriva Undurraga, Antonio Vodanovic,
Fernando Fueyo Laneri, René Abeliuk Manasevich, Daniel Peñailillo Arevalo, Gonzalo Ruz Lártiga,
Rodrigo Barcia Lehmann, Raul Diez Duarte.
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Tercero: Que se cumplan con los requisitos del pago. Cabe señalar que es
importante que el pago cumpla con los requisitos que le son propios, así por ejemplo,
tratándose de la obligación de dar, 1) el comprador al pagar debe ser dueño del dinero
con el que paga, o que cuente con el consentimiento del verdadero dueño; 2) que tenga
facultad para enajenar, es decir, que tenga capacidad y la idoneidad suficiente para
transferir el dominio de ese dinero, al punto que su acto de disposición no vaya en
contra ni de la ley ni del derecho ajeno, y; 3) Que se cumplan con las solemnidades del
pago. El pago al efectuarse por medio de la tradición, debe cumplir, si se trata de un
inmueble, con la solemnidad exigida por la ley para tales efectos, ejemplo, inscripción en
el registro correspondiente del conservador de bienes raíces, también correspondiente.
Cabe señalar que este tercer requisito nombrado por la doctrina, –referente a las
formalidades- no es por nuestra parte del todo imperativo, pues estamos hablando del
comprador que no pagó el precio, el que además debe consistir en dinero, por lo que se
califica como mueble, y donde no es posible que se exijan solemnidades pues se le
aplican las reglas del artículo 684 –tradición de bien mueble-, a menos que el precio que
paga el comprador sea –parte dinero y parte cosa- que por su naturaleza su respectiva
tradición responda a las reglas dadas para los bienes inmuebles, evento en el cual, ahí
sí, este tercer requisito sería procedente.
1.- Postura mayoritaria tanto a nivel doctrinario como jurisprudencial. Si las partes
estipulan que el contrato se resolverá de pleno derecho por el incumplimiento de
cualquiera de las obligaciones que ellos estimen pertinente, el contrato lisa y llanamente
se resolverá de pleno derecho, sin posibilidad alguna de que el deudor pueda enervar la
resolución, luego, el tribunal frente a la resolución sólo la constatará, pero no la
declarará. En estos casos, tanto la doctrina como la jurisprudencia han estimado que el
principio general de la autonomía de la voluntad gobierna la materia, y como el contrato
es ley para los contratantes el mero incumplimiento de lo pactado provocará la
resolución ipso facto del contrato si las partes así lo han querido 56.
56
A esta postura se adhieren Abeliuk Manasevich, René, Las Obligaciones, T. I, 5ta Ed, Edit. Jurídica de
Chile. 2010, 526-527 p; Alessandri Rodríguez, Arturo; Somarriva Undurraga, Manuel; Vodanovic H,
Antonio; Tratado de las Obliagciones, V I, De las Obligaciones en General y sus Diversas Clases; 2da
Edición, Edit. Jurídica de Chile, 2004, 281 a 284 p., Peñailillo Arévalo, Daniel; Obligaciones, Teoría
General y Clasificación, La Resolución por Incumplimiento. Edit. Jurídica de Chile. 2011. 424 a 428.,
Fueyo Laneri, Fernando; Derecho Civil, T IV., De las Obligaciones, V I., Roberts y Cía. Ltda., Editores,
1958. 136 p.
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2.- Segunda postura. Aplicación por analogía de la regla del pacto comisorio a propósito
de pagar el precio. –Esta postura no ha tenido acogida a nivel doctrinario ni tampoco a
nivel jurisprudencial-.
Esta postura planteaba que con respecto al pacto comisorio calificado en relación a
la obligación de entregar la cosa y en otros contratos era una problemática jurídica no
resuelta por el legislador evento en el cual nos encontraríamos frente a un vacío legal,
por ello es que debemos aplicar la analogía. Siguiendo esta línea de pensamiento
habría que aplicar por analogía a esta situación el Art. 1879 del C.C. el cual consagra
una solución respecto de la obligación de pagar el precio ya estudiada; En tal sentido
deberíamos aplicar el aforismo que señala que “donde existe la misma razón existe la
misma disposición”. Por consiguiente si las partes estipulan un pacto comisorio
calificado, la parte incumplidora frente a la demanda resolutoria podría enervar la acción
pagando dentro de las 24 horas subsiguientes a la notificación legal de la demanda.
57
Diez Duarte, Raúl; “La Compraventa en el Código Civil Chileno”; Imprenta Orozco; 1988. p. 226.
58
RJD.- Tomo 43, sec. 2ª, p. 55.
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Ahora bien, según está visión del pacto comisorio restringido únicamente a la
compraventa, el pacto comisorio admite la misma clasificación dada en la tesis anterior,
es decir, simple y calificado, pero cuyos significados son diferentes.
El pacto comisorio simple, sería en consecuencia, aquella estipulación consistente
en que se resolverá el contrato de compraventa si no se paga el precio al tiempo
convenido.
El pacto comisorio calificado, sería en consecuencia, aquella estipulación
consistente en que se resolverá IPSO FACTO el contrato de compraventa, si no se paga
el precio al tiempo convenido.
Como se puede apreciar, las definiciones están centradas en la compraventa y
respecto exclusivamente a la obligación del comprador de pagar el precio.
Pero cabe preguntarnos entonces, si el pacto comisorio dice relación
exclusivamente con la compraventa y respecto del pago del precio, ¿podrá estipularse la
misma regla pero respecto de otras obligaciones en la compraventa o incluso en otros
contratos?. Al respecto esta visión del pacto comisorio sostiene simplemente que la
misma idea se puede estipular, pero aquello no se llamará “pacto comisorio” si no una
4ta categoría de condición resolutoria, llamada “condición resolutoria tácita
expresada”.
Características:
1.- Es una acción personal: Este derecho personal emana del incumplimiento de
obligaciones contractuales, sin embargo, si hubiere un derecho real de por medio, sería
una acción real.
Normalmente siempre se interpone en un mismo juicio la acción resolutoria y la
acción reivindicatoria, y esto es por un asunto de economía procesal.
4.- La acción resolutoria es indivisible, esto lo podemos analizar desde dos puntos de
vista:
a.- Visión objetiva: Considerada en el sentido que el acreedor no puede pedir en parte la
resolución del contrato y en parte el cumplimiento forzado del contrato, luego, debe pedir o
la resolución o el cumplimiento.
b.- Visión subjetiva: Es indivisible desde el punto de vista subjetivo, en el sentido de que
si son varios los acreedores, deben elegir todos de común acuerdo, deben ponerse todos
de acuerdo para pedir el cumplimiento o la resolución del contrato, y si la obligación es
alternativa y la elección es de los acreedores, deben efectuarla todos de consuno. Esta es
la opinión uniforme de la doctrina francesa y de nuestros tribunales59.
b.- La acción resolutoria que emana de la acción resolutoria tácita prescribe a los
cinco años contados desde la fecha en que la obligación se hizo exigible. Cabe tener
presente que, en este caso, la acción resolutoria se suspende a favor de las personas
señaladas en el artículo 2509 Nº 1 del C.C., esto es, los menores, los dementes; los
59
Pero, en concepto del profesor Fernando Mujica, en este derecho optativo que tiene el acreedor nada hay
que se parezca a una obligación alternativa, porque en las obligaciones alternativas se deben varias cosas y
la ejecución de una de ellas exonera al deudor de la ejecución de las demás, y aquí puede que se deba una
sola cosa, y en concepto del profesor Mujica no habría problema alguno en que algunos acreedores pidieran
el cumplimiento del contrato y otros pidieran la resolución de éste, porque en este derecho optativo que la ley
confía al acreedor, nada hay que se asemeje a una obligación alternativa, y si el contrato en virtud del Art.
1690 C.C puede ser nulo respecto de una de las partes, y válido respecto de las otras, no se ve porque no
puede ocurrir lo mismo, decía don Fernando Mujica, respecto de la resolución.
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sordos o sordomudos que no pueden darse a entender claramente; y todos los que
estén bajo potestad paterna, o bajo tutela o curaduría.
a.- Efecto entre las partes: Cumplida la condición resolutoria, deberá restituirse lo
que se hubiere recibido bajo tal condición, a menos que esta haya sido puesta a favor
del acreedor exclusivamente en cuyo caso podrá este, si quiere, renunciarla; pero será
obligado a declarar su determinación, si el deudor lo exigiere.
La regla general es que la condición resolutoria se dé en beneficio del
acreedor.
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b.- Efectos respecto de terceros: Si se cumple la condición pero antes de ello quien
tenía la cosa la enajena, y esta es mueble no se podrá reivindicar si el tercero es
poseedor de BUENA FE60. En cambio, si la cosa es INMUEBLE, y quien tenía la cosa
(antes de cumplirse la condición) lo enajena, o lo grava con hipoteca, censo o
servidumbre, no podrá resolverse la enajenación o gravamen, sino cuando la
CONDICIÓN CONSTABA EN EL TÍTULO RESPECTIVO, INSCRITO U OTORGADO
POR ESCRITURA PÚBLICA61.
Por otro lado, el código civil al referirse a esta situación 62 dice "el que debe una
cosa mueble", aquí el código incurre en un error, ya que en realidad estamos hablando
del que POSEE una cosa bajo condición.
Eje. Juan dona a Pedro un automóvil si se recibe de abogado, Juan es deudor bajo
condición de que Pedro se reciba de abogado, sin embargo, Juan enajena el automóvil
a Francisco, y posteriormente la condición se cumple, es decir, que Pedro se recibe de
abogado.
En el supuesto de que Francisco esté de mala fe, por ejemplo sabía de la
existencia de la obligación, ¿podrá Pedro reivindicar el automóvil? La respuesta la
desarrollaremos paso a paso:
- Para Pedro la condición es suspensiva, Pedro va a tener derecho de exigirle a Juan
que le entregué el automóvil si se recibe de abogado.
- Para Juan la condición es resolutoria, ya que va a perder el derecho de dominio del
automóvil en el evento que se cumpla la condición, vale decir, que Pedro se reciba de
abogado.
- Entre tanto Juan enajena el automóvil a Francisco y Pedro se recibe de abogado, por
tanto va a tener derecho de exigirle a Juan que le entregué el vehículo, automóvil que ya
no lo tiene Juan sino que lo tiene Francisco.
Primero: "El que debe una cosa mueble", de partida Pedro teóricamente tiene un
derecho personal respecto de Juan a exigirle la tradición del automóvil, por lo tanto,
Pedro todavía no tiene el dominio, mal podría reivindicar la cosa de francisco porque
60
Art. 1490 del C.C.
61
Art. 1491 del C.C.
62
Art. 1490 y 1491 del C.C.
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todavía no es dueño. Recordemos que la cosa fue enajenada por Juan antes de
cumplirse la condición.
Segundo: "El que debe una cosa mueble a plazo o bajo condición suspensiva o
resolutoria", la condición suspensiva esta demás, porque ya sabemos que en realidad
se posee bajo condición resolutoria, ya que se tiene el dominio bajo la posibilidad de que
se pierda si acontece la condición.
Cuando dice "el que debe una cosa mueble a plazo", aquí estamos ante la figura
del usufructo, ya que el usufructo termina por la llegada del plazo. Cabe tener presente
que es obvio que el acreedor de una cosa a plazo no puede reivindicarla.
Análisis particular del Art. 1490 C.C: Esta disposición además de lo señalado
anteriormente se refiere a la enajenación. La disposición dice "Si el que debe una cosa
mueble a plazo, o bajo condición suspensiva o resolutoria, LA ENAJENA no habrá
derecho de reivindicarla contra terceros poseedores de buena fe".
Él término enajenación empleado por este artículo lo debemos entender en dos
sentidos, sentido amplio y sentido estricto.
Partamos de la base que existen varios derechos reales limitativos del dominio, por
Eje. La prenda, la hipoteca, la servidumbre, censo, usufructo, uso, luego, como el
artículo 1490 del C.C. sólo habla de bienes muebles, claramente debemos dejar fuera la
hipoteca, la servidumbre y el censo, y referirnos exclusivamente a la prenda, usufructo o
uso, por tanto, el término enajenación lo entenderemos en sentido estricto.
- Análisis con relación a la prenda: Además el Art. 2406 inc 3° C.C. sostiene: "Y cuando
en virtud de una condición resolutoria se pierde el dominio que el que dio la cosa en
prenda tenía sobre ella; pero el acreedor de buena fe tendrá contra el deudor que no le
hizo saber la condición el mismo derecho que en el caso del artículo 2391". Aquí se
señala, que la prenda se extingue cuando en virtud de una condición resolutoria el que
dio la cosa en prenda pierde el dominio que tenia sobre ella. Por consiguiente por
resolución del derecho de restituir la prenda se extingue el derecho de prenda.
En conclusión con respecto a la prenda no se aplica la disposición del Art. 1490
C.C.
- Análisis con relación al usufructo y uso: Aquí pasa lo mismo que en el caso de la
prenda, y dice que los derechos de usufructo y de uso se extinguen también por la
resolución del derecho del constituyente.
Análisis particular del Art. 1491 C.C: "Si el que debe un inmueble bajo condición lo
enajena, o lo grava con hipoteca, censo o servidumbre, no podrá resolverse la
enajenación o gravamen, sino cuando la condición constaba en el título respectivo,
inscrito u otorgado por escritura pública".
Nos señala teóricamente que no habrá derecho de reivindicar el bien respecto de
terceros poseedores de buena fe.
El Art. 1491 C.C. nos dice cuando terceros poseedores están de mala fe, y para
estos efectos se establece una presunción de mala fe.
II. PLAZO:
1.- Definición.
De partida digamos que el código civil da una definición legal de plazo 63,
definiéndola como “la época que se fija para el cumplimiento de la obligación, y
puede ser expreso o tácito”.
Es tácito el indispensable para cumplirlo.
Definición doctrinaria de Plazo: El plazo es un hecho futuro y cierto del cual depende
el ejercicio o la extinción de un derecho.
El plazo debe ser acontecimiento futuro, pero a diferencia de la condición tiene que
ser cierto, esto es que ha de ocurrir fatalmente. No tiene carácter incierto, por lo cual
mientras en la condición por su naturaleza incierta está en juego la existencia misma de
la obligación (su nacimiento o extinción) con el plazo sólo está en juego la exigibilidad de
la relación obligatoria.
1.- Plazo expreso y plazo tácito: Por ser el plazo una modalidad, por regla general
es expreso, sin embargo, existe también el plazo tácito, que la ley define "como el
indispensable para cumplirlo". Hay ciertas obligaciones en que, aun cuando no se
estipule un plazo, lo requieren por razones de distancia, fabricación, etc. por ejemplo
venta en Arica de mercaderías a un comerciante de Punta Arenas, puestas en esta
última ciudad.
2.- Cierto e incierto: Esta clasificación dice relación a si el plazo va a llegar o no.
Luego cuando el plazo es incierto, es más bien una condición. Ejemplo de plazo cierto
tenemos, le doy una casa María a contar del 1 de julio del año 2006. En este caso el
plazo es cierto porque sabemos que va a llegar. Por el contrario, como ejemplo de plazo
incierto tenemos, le doy la casa a María cuando Juan cumpla 70 años. Es incierto
porque no sabemos si Juan llegará a cumplir los 70 años, o bien, le doy la casa a María
cuando Roberto se titule de abogado.
5.- Plazo fatal y plazo no fatal: Esta clasificación atiende a sí el derecho caduca o no
por el transcurso del plazo, en caso de que caduque el plazo es fatal, si no se produce
su caducidad por el transcurso del plazo, esto es, si subsiste después de transcurrido
este, es no fatal.
6.- Plazo suspensivo y plazo extintivo: Es suspensivo cuando se difieren los efectos
del acto o contrato hasta el cumplimiento del plazo fijado. Es extintivo o resolutorio
cuando los efectos del acto o contrato quedan limitados por el transcurso del plazo. De
este plazo depende la extinción del derecho, por ello es que es un modo de extinguir las
obligaciones.
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64
Art. 1495 del C.C.
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2.- Renuncia: El plazo se establece en beneficio de una o ambas partes, por lo cual
es perfectamente renunciable, luego, la regla es que el plazo pueda ser renunciado sólo
por aquel en cuyo beneficio está establecido. Ahora bien, normal es que el plazo esté
establecido en beneficio del deudor, salvo los siguientes casos:
3.- Caducidad del plazo: Esta consiste en la extinción anticipada del plazo en los
casos previstos por la convención o señalados por la ley.
Tiene por objeto proteger al acreedor cuando su crédito corre peligro por ciertas
situaciones especialmente relacionadas con la solvencia del deudor que hacen temer
que de esperarse el término del plazo el acreedor no pueda cobrar íntegro su crédito.
Puede ser de dos tipos: la caducidad convencional (cláusula de aceleración del
pago), y la caducidad legal.
65
Art. 1496 N° 1 del C.C. Introducido por el art. 346 Numeral 1º de la Ley 20.720 de 10 de octubre de
2014.
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III. MODO:
El código civil habla de ellas en el título IV libro III, al tratar las obligaciones
testamentarias.
El modo es una institución de escasa aplicación, pero en cuanto a las asignaciones
testamentarias es de ordinaria frecuencia. Por esto el código las trata ahí.
recibe una donación entre vivos (donación irrevocable), y que consiste en hacer alguna
obra o sujetarse a ciertas cargas u obligaciones.
Cada vez que una persona de algo a otra pero emplee la preposición "PARA", es
un modo, luego, el modo a diferencia de la condición suspensiva, no suspende la
adquisición del derecho, el derecho existe, pero está sujeto a una carga o gravamen.
Por regla general si no cumple con el modo no se resuelve la obligación ni la cosa que
se ha asignado. Excepcionalmente, para que se resuelva la asignación es menester que
quien la constituyó haya expresamente establecido que, por no cumplimiento del modo,
se resuelve la obligación, esto lo hará a través de la llamada "cláusula resolutoria
modal".
TITULO IV
CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES SEGÚN SU OBJETO
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1. Definiciones.
2.- Obligación negativa: Consiste en una abstención, la cual tiene por objeto cumplir
con una prestación de no hacer.
La importancia radica en cuanto a la mora, es decir, el retardo por parte del deudor,
retardo que sigue la interpelación del acreedor. Luego, el acreedor tiene que informar al
deudor que su mora ocasiona un perjuicio, o bien se establezca un plazo.
Antes que nada, hay que señalar que para el código civil la “entrega” está dentro
de la obligación de dar, lo que ha sido fuertemente criticado por la doctrina, lo que es
importante saber, pues de ello dependerá el resultado del concepto que se dé.
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Análisis de la definición:
a.- Cuando la obligación de dar sirve para transferir el dominio o constituir otro
derecho real, es menester que al título que la origina siga un modo de adquirir, puesto
que en nuestro sistema debe haber título y modo. La obligación de dar en este evento
habrá sido solamente un título para adquirir el dominio.
Hay que recordar, además, que cuando se trata de obligaciones de dar que
transfieren el dominio o constituyen otro derecho real, se exige para su pago, "facultad
de enajenar del deudor". Así se desprende del inciso 2do del art. 1575 que nos dice que
“Tampoco es válido el pago en que se debe transferir la propiedad, sino en cuanto el que
paga tiene facultad de enajenar”.
b.- Cómo lo señaláramos, hay quienes plantean que también la obligación de dar sirve
para constituir al acreedor en un mero tenedor de la cosa o para restituir la cosa a su
dueño. De la primera especie es la obligación proveniente del arrendamiento en que se
concede el goce de una cosa al arrendatario obligándose este a una contraprestación,
en estos casos el acreedor no se hace dueño de la cosa, el deudor se limita a hacerle
una entrega no traslaticia.
Cabe tener presente, que el tema de la entrega es muy importante sobre todo
tratándose de una especie o cuerpo cierto. Al momento de definir la obligación de dar
nos encontramos con el tema de la entrega, más aun si consideramos que el código
civil así lo ha establecido en su Art. 1548 C.C sin embargo, la doctrina ha sido
discordante en esta materia, posición que tendremos que analizar.
Posición del código civil: El Art. 1548 C.C sostiene que “la obligación de dar
contiene la de entregar la cosa; y si esta es una especie o cuerpo cierto, contiene
además la de conservarlo hasta la entrega, so-pena de pagar los perjuicios al acreedor
que no se ha constituido en mora de recibir”.
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o cuerpo cierto contiene además la de conservar la cosa, la cual también estaría dentro
de la obligación de dar66.
Cabe tener presente, que la obligación de entregar puede provenir de otros títulos,
aparte del título traslaticio de dominio. Eje. El arrendamiento que es un título de mera
tenencia, el cual es una obligación de hacer y no de dar.
Es bueno dejar en claro esto ya que en nuestra legislación se habla de entrega
dentro de la obligación de dar, y eso puede acarrear como consecuencia el confundir
dos términos muy importantes, tal como son la tradición y la entrega.
En la tradición por un lado hay que entregar la cosa y por otro debe haber ánimo
para transferir.
De ahí que podemos deducir el siguiente aforismo: "toda tradición importa una
entrega, pero no toda entrega importa una tradición".
Por lo tanto tradición y entrega no es lo mismo, aunque el código civil en ocasiones
confunda estos conceptos en algunas de sus disposiciones.
Los efectos de la obligación de dar son distintos según se observen del lado del
deudor o del acreedor.
66
El Código de Procedimiento Civil no se hace diferencia alguna en cuanto al procedimiento a seguir
para obtener el cumplimiento de estas obligaciones en el juicio ejecutivo. El título I del Libro III se refiere
al procedimiento ejecutivo de las obligaciones de dar. Por lo demás la historia del establecimiento de este
Código indica que no se quiso hacer distinción entre estas obligaciones; el proyecto de 1893 contemplaba
en el epígrafe del título señalado la expresión "entregar", pero fue suprimida atendido lo di spuesto en el
Art. 1548.
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2).-Si el deudor se ha comprometido a entregar una misma cosa a dos o más personas
por obligaciones distintas, el riesgo es de cargo del deudor hasta la entrega. Como
podemos observar, este caso es una excepción a la regla general consistente en que el
riesgo del cuerpo cierto cuya entrega se debe es de cargo del acreedor.
1).- La obligación de dar contiene la entrega de la cosa para el Código Civil, y si esta
es una especie o cuerpo cierto contiene la obligación de conservarla, de cuidarla hasta
el momento de la entrega.
2).- Frente al incumplimiento de la obligación de dar por parte del deudor, el acreedor
puede exigir el cumplimiento forzado de la obligación.
3).- Respecto de la acción personal que dispone el acreedor, esta puede ser de 2
clases, ordinaria o ejecutiva. La acción ordinaria la empleará cuando requiera que se le
declare un derecho, por el contrario, respecto de la acción ejecutiva, la empleará cuando
quiera exigir el cumplimiento forzado de la obligación. Cabe tener presente que la acción
ejecutiva de obligaciones de dar no merece dificultad alguna, ya que por medio de la
fuerza pública puede el acreedor obtener la entrega de la cosa debida, o bien en caso
contrario podrá embargarle bienes al deudor para pagarse con lo producido en el
remate.
4.- Respecto de las obligaciones de dar, digamos que las acciones y derechos pueden
ser muebles o inmuebles dependiendo de si la cosa objeto de la obligación es mueble o
inmueble.
5.- Respecto de la mora, el deudor debe estar en mora para que el acreedor pueda
exigir la indemnización correspondiente.
a.- Definición.
Es aquella que tiene por objeto la ejecución de un hecho, una prestación que
consiste en desarrollar cualquier actividad, corporal o intelectual.
Cabe señalar que su efecto principal consiste en que el deudor debe cumplir la
obligación sin contravenir el tenor de la obligación. Eje. Las obligaciones emanadas del
contrato de promesa.
2.- Si el deudor incumple con su obligación, esto es, que no ejecuta aquello que se
obligó, el acreedor dispone de derechos alternativos.
El artículo 1553 nos dice que, el acreedor puede pedir la indemnización moratoria,
y junto con ella puede optar por cualquiera de las siguientes opciones.
1).- Que se apremie al deudor para la ejecución del hecho convenido;
2).- Que se le autorice a él mismo para hacerlo ejecutar por un tercero a expensas
del deudor;
3).- Que el deudor le indemnice de los perjuicios resultantes de la infracción del
contrato.
Cabe tener presente, que la acción ejecutiva de obligación de hacer la puede hacer
valer mediante cualquiera de las opciones antes indicadas. Todo esto es sin perjuicio de
la acción personal que también tiene el acreedor.
a.- Definición.
Es aquella que tiene por objeto una abstención. Cabe tener presente, que las
acciones que nacen de este tipo de obligaciones son muebles, pues la abstención es un
hecho debido por el deudor.
2).- Podrá pedir al juez que se le autorice a él mismo para deshacerla a expensas
del deudor, y sí dicho objeto puede obtenerse cumplidamente por otros medios, en este
caso será oído el deudor que se allane a prestarlo.
3.- El acreedor tendrá derecho siempre a la indemnización.
a.- Introducción.
b.- Definición.
2.- Como lo debido es una especie o cuerpo cierto, y el deudor debe pagar sólo con
eso, el deudor debe cuidarla, luego, tiene una obligación de hacer, consistente en
emplear el debido cuidado. Por ello también el deudor tiene una obligación de no hacer
consistente en no menoscabar la cosa.
3.- Respecto de la fuerza mayor o caso fortuito, si ella acaece y con ello se destruye la
cosa, se extingue la obligación, por regla general sin responsabilidad alguna, por cuanto,
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se debe un individuo determinado y el deudor debe pagar con ese individuo y no con
otra cosa.
¿Qué es la fuerza mayor o caso fortuito?
R- Para el código civil estos términos son sinónimos, y consisten en aquel imprevisto
imposible de resistir.
4.- Como la especie o cuerpo cierto puede perecer, en los contratos bilaterales el
riesgo es de cargo del acreedor, apartándose de la regla de que las cosas perecen para
su dueño, y es por ello que el acreedor puede impetrar medidas conservativas.
a.- Definición.
En este caso, hay un objeto debido, es decir, que hay una prestación y se cumple
pagando con esa prestación.
Hay más de un objeto debido, hay más de una prestación. (Esta a su vez puede
ser de tres clases).
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Concepto: Son aquellas en que se deben varias cosas, de manera que el deudor queda
liberado de su obligación pagando con TODAS ELLAS. Luego el acreedor tiene derecho
a exigir todas ellas.
Concepto: Son aquellas en que se deben varias prestaciones y se cumple pagando con
sólo una prestación. (Se deben varias cosas y se cumple con una de ellas).
En este tipo de obligaciones, el deudor pagando con sólo una de ellas queda
librado del vínculo jurídico, extinguiéndose la obligación alternativa. Por ello el nombre
de este tipo de obligaciones, por cuanto, la ley le da al deudor la alternativa de pagar
con cualquiera de ellas67.
Concepto: Las obligaciones facultativas son aquellas que tienen por objeto una cosa
determinada, pero se le concede al deudor la facultad de pagar con esa misma cosa o
bien con otra que se le designa.
¿Quién elige?
R.- Sólo el deudor tiene la facultad de elegir, luego, el acreedor sólo puede exigir que se
pague con la cosa debida y no con la que designa facultativamente al deudor.
1.- Obligación de medio: Son aquellas en las cuales el deudor se obliga a poner todo
de su parte para lograr un fin específico actuando con diligencia o cuidado aunque el fin
no se logre. Eje. Contrato médico, abogados.
1.- Definiciones:
1.- Obligación principal: Es aquella obligación que subsiste por sí mismo, tiene vida
propia, y no requiere de otra obligación para subsistir.
Digamos que entre la obligación principal y la accesoria, la primera constituye la
regla general.
2.- Obligación accesoria: Es aquella obligación que no subsiste por sí mismo, sino
que requiere de otra obligación para subsistir. Aquí surge un aforismo muy importante el
cual es que "lo accesorio sigue la suerte de lo principal".
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TÍTULO V
CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES SEGÚN LOS SUJETOS.
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1.- Concepto.
Es aquella que tiene por objeto una prestación DIVISIBLE, y donde existe
pluralidad de sujetos, sea de acreedores o de deudores o de ambos, pero donde el
deudor llamado a pagar, sólo paga su cuota en la deuda, y el acreedor que demanda,
sólo exige su cuota en el crédito.
1).- La prestación es una sola (unidad de la prestación) aunque existan varios objetos
debidos, y de carácter DIVISIBLE.
2).- Existe pluralidad de sujetos, actos o pasivos o ambos.
3).- Constituyen la regla general cuando existe pluralidad de sujetos, pues, sólo
mediante se requiere mención expresa, sea por la ley o por convención de las partes
para que sea solidaria o indivisible.
4).- Puede ser originaria o derivada. Será originaria si desde su origen intervienen
pluralidad de sujetos activos o pasivos. Pero lo más frecuente es que sea derivativa
ocurrida por el fallecimiento del acreedor o deudor quedando varios herederos.
5).- En cuanto a la división de las cuotas:
a.- Por regla general en partes iguales, pues se considera que cada individuo
dentro de la pluralidad de sujetos tienen un interés idéntico.
b.- Excepción a la regla: Se dividirá A PRORRATA de sus cuotas, sea por acuerdo
de las mismas partes (por convención) o por ley en el caso de la transmisión
por causa de muerte del crédito o de la deuda a los herederos. En tal caso, la
deuda se divide entre los herederos a prorrata de sus cuotas en la herencia, lo
mismo sucede si fallece el acreedor.
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1).- Cada acreedor podrá cobrar su parte en el crédito y cada deudor estará obligado a
pagar sólo su cuota en la deuda.
2).- La cuota del deudor insolvente no grava a sus codeudores, lo cual es lógico, si
consideramos que una obligación simplemente conjunta consiste en que cada uno es
responsable sólo de su cuota, luego, es obvio que el deudor no afecta o perjudique a los
otros deudores.
3).- Sólo aquel acreedor que interrumpa la prescripción se beneficia con ella, luego, no
se comunica al resto de los acreedores.
4).- La culpa de uno de los deudores no perjudica a los otros y sólo autoriza al
acreedor para demandar perjuicios al deudor culpable.
5).- Si alguno de los codeudores ha actuado negligentemente en el cumplimiento de su
obligación esto no perjudica a los otros codeudores, por tanto, el acreedor sólo va a
poder demandar perjuicios al codeudor que incurrió en la culpa y a los otros no.
6).- La constitución en mora de un deudor por no pagar no perjudica a los otros
codeudores, luego, aquel acreedor que esté en mora de recibir tampoco perjudica a los
otros acreedores.
7).- Si se declara la nulidad de la obligación respecto de uno de los deudores o
acreedores, esto no perjudica al resto de los codeudores o coacreedores, por tanto,
únicamente se va a perjudicar aquel acreedor en cuyo perjuicio se declaró la nulidad y
va a beneficiar a aquel codeudor en cuyo beneficio se declaró la nulidad.
8).- Lo que se diga del pago se hace extensible a los otros modos de extinguir
obligaciones.
1.- Concepto.
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El art. 1511 inc. 2do nos señala que “Pero en virtud de la convención, del
testamento o de la ley puede exigirse a cada uno de los deudores o por cada uno de los
acreedores el total de la deuda, y entonces la obligación es solidaria o insólidum”.
Concepto: Es aquella que tiene por objeto una prestación DIVISIBLE, y donde existe
pluralidad de sujetos, sea de acreedores o de deudores o ambos, y que por ley, o por
expresa declaración de voluntad (convención o testamento), el deudor llamado a pagar,
estará obligado a pagar el TOTAL de la deuda, y el acreedor facultado para exigir el total
de ella, extinguiéndose la obligación respecto de los demás.
2).- Unidad de la prestación. Consiste en que la cosa debida debe ser una sola, de ahí
que, si existen varios deudores todos están llamados a cumplir con una idéntica
prestación.
3).- Para que exista es menester que exista una declaración expresa. Esta declaración
puede provenir de las mismas partes (convencional), impuesta por una persona a través
del testamento, o por ley quien la debe ordenar expresamente. De ahí que las fuentes
de la solidaridad sean la ley, la convención y el testamento.
a.- Doctrina romana. Si existen varios acreedores, aún así, cada acreedor es dueño
del crédito en su totalidad, y como tal puede disponer de éste en su propio
beneficio, prescindiendo de los demás acreedores, y lo mismo respecto del deudor.
Cada deudor (de existir varios), lo es del total.
I.- Clasificación:
1.- Solidaridad legal69: Es aquella que impone la ley, así tenemos. Eje. El conductor
de un microbús atropella a una persona, tanto el conductor como el dueño del microbús
son responsables solidariamente de los perjuicios de carácter civil que experimente la
víctima o a sus familiares. Por tanto responden por responsabilidad extra-contractual.
Otro ejemplo lo podemos encontrar en uno de los casos de impedimentos impedientes o
prohibiciones llamado “de segundas nupcias”, consistente en que, disuelto el
matrimonio, la mujer no podrá contraer 2das nupcias sino, después del parto si tenía
señales de preñez o no teniéndolo después de 270 días. En caso contrario, la mujer y su
nuevo marido serán solidariamente responsables de los perjuicios que se produzcan a
consecuencia de la confusión de paternidad.
2.- Solidaridad convencional: Se produce por acuerdo de las partes, así por
ejemplo, en el caso de un contrato de mutuo se estipula expresamente la solidaridad de
los diversos deudores que contraen la obligación. Cuando se pacta en una convención
la solidaridad pasa a ser un elemento accidental del acto.
3.- Solidaridad por testamento: Eje. En el caso de las deudas hereditarias, ya que
perfectamente el testador podría establecer en el testamento que respecto de una
deuda específica para con su acreedor, los herederos serán obligados solidariamente al
pago.
II.- Clasificación:
69
Eje. de solidaridad pasiva legal tenemos, Arts. 419; 927; 1281; 2058; 2189; 2317 del C.C.
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Concepto: Es aquella que tiene por objeto una prestación DIVISIBLE, y donde existe
pluralidad de acreedores y un sólo deudor, y donde cualquiera de los acreedores puede
demandar al deudor el pago total de la obligación, y cumplida ésta se extingue para con
los demás acreedores.
Concepto: Es aquella que tiene por objeto una prestación DIVISIBLE, y donde existen
un acreedor y varios deudores, y donde el acreedor está facultado para demandar el
pago total de la deuda a cualquiera de los deudores y que cumplida ésta, extingue la
obligación respecto de todos los deudores.
Solidaridad pasiva como caución: Cabe destacar, que la solidaridad pasiva además de
ser una obligación, es una caución personal, es más, se ha considerado que es la más
PERFECTA DE LAS CAUCIONES PERSONALES, por cuanto no se garantiza el
cumplimiento de una obligación principal con un bien determinado, sino que con todo el
contenido patrimonial de varias personas, teniendo el acreedor la facultad de dirigir sus
derecho de prenda (o garantía) general en contra de varios patrimonios.
Y dentro de las cauciones personales, se considera a la solidaridad pasiva como la
más perfecta de ellas, porque si comparamos esta caución personal con otras caucione
personales como la fianza o la cláusula penal, que mejor garantía para un acreedor, el
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hecho de que su crédito lo pueda hacer exigible contra cualquiera de los deudores,
luego, no importa que caigan en insolvencia uno o más deudores en la medida de que,
por lo menos uno pueda responder eficazmente a la obligación.
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2.- Excepciones personales: Son aquellas que sólo puede invocar el deudor
que se ve afectada por ellas:
- Nulidad relativa;
- Las modalidades que afectan sólo a uno de ellos;
- Ciertos privilegios, como el beneficio de competencia, la cesión de bienes;
- La transacción.
3).- Excepciones mixtas. Son personales pero que los demás se pueden
aprovechar de ellas, son: 1).- La remisión parcial y 2).- La compensación.
Respecto a los codeudores solidarios hay que tener bien claro dos conceptos:
a.- Obligación a la deuda: Significa que cualquiera de los deudores solidarios puede
ser llamado a pagar el total de la deuda.
Aquí el acreedor podría demandar el total de la obligación a cualquiera de los
deudores, y cada uno de los deudores es obligado a pagar el total de la deuda. Todo
esto independientemente que el acreedor pudiese renunciar a exigir el total y
conformarse con la cuota de cada deudor.
b.- Contribución a la deuda: Dice relación con lo que cada uno de los co-deudores
tiene que soportar en su patrimonio como consecuencia de la obligación.
Por definición en la solidaridad pasiva se debe un objeto divisible, por
consiguiente, cada uno tiene una parte del crédito (una cuota) pero por disposición
de la ley, el testamento, o la convención de las partes tienen que pagar el total, esto
es en cuanto a la obligación a la deuda, en cambio, en la contribución a la deuda,
aquel deudor que pagó no está obligado a soportar el pago total en su patrimonio,
por lo que el deudor que ha pagado tiene derecho a repetir contra los otros
deudores.
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a.- Primera Hipótesis: Todos los deudores solidarios tienen interés en la deuda: En
esta situación, el acreedor puede demandar el total de la obligación a cualquiera de
los deudores, y el deudor llamado a pagar estará obligado a hacerlo, sin que pueda
oponer el beneficio de excusión o de división, debiéndose aplicar la regla del inciso
1ro del art. 1522 que dispone: “El deudor solidario que ha pagado la deuda, o la ha
extinguido por alguno de los medios equivalentes al pago, queda subrogado en la
acción de acreedor con todos sus privilegios y seguridades, pero limitada respecto
de cada uno de los codeudores a la parte o cuota que tenga este codeudor en la
deuda”.
En este caso, el deudor al pagar la deuda, extingue la solidaridad, se subrogará
en los acciones del acreedor con todos sus privilegios y seguridades, PERO NO EN
EL TOTAL, (pues su cuota no la recuperará), y la obligación pasa a ser simplemente
conjunta, pudiendo dirigirse de esa forma contra los demás deudores en partes
iguales, a menos que haya pacto en contrario. Según Arturo Alessandri como todos
tienen interés, la ley presume que todos reportaron idéntico interés, de ahí que sea
en partes iguales.
b.- Segunda Hipótesis: Hay deudores solidarios que tienen interés en la deuda y hay
deudores solidarios que no tienen interés en la deuda:
b.1.- El acreedor se dirigió en contra de uno de los deudores que tiene interés en la
deuda:
En este caso, el deudor solidario que fue llamado a pagar, deberá pagar el total
de la deuda, caso en el cual la solidaridad se extinguirá. Para tal caso hay que
aplicar la regla consagrada en el inciso 2do del art. 1522 que dispone “Si el negocio
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Extinción de la solidaridad:
a.- Por vía consecuencial: Esto significa que la solidaridad se extingue como
consecuencia de la extinción de la obligación principal.
b.- Por vía principal: Aquí se extingue la solidaridad pero subsiste la obligación. Y se
extingue por las siguientes instituciones jurídicas.
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2).- Muerte del deudor: En caso que muera uno de los deudores, sus herederos
responden a prorrata su cuota, por consiguiente la solidaridad no se transmite a los
herederos. Cabe tener presente, que la obligación solidaria es para los herederos en su
conjunto, pero los herederos en particular no son deudores solidarios, por tanto, cada
heredero será responsable sólo de su cuota en proporción a la herencia. Eje. A-B-C- son
deudores solidarios, B fallece y deja a 2 herederos D y E, los herederos responden a
prorrata su cuota, debemos tener presente que la solidaridad no pasa a los herederos
efectivamente, lo que significa que como B falleció tanto A como C siguen siendo
deudores solidarios, por tanto cada uno de ellos están obligados a responder por el total
de la obligación, pero D y E sólo responden a prorrata su cuota y no solidariamente.
Concepto de obligaciones divisibles: Luego las obligaciones divisibles son aquellas cuya
prestación recae sobre una cosa susceptible de división física o intelectual, sin que,
como consecuencia del fraccionamiento de ella se pierda su utilidad.
R- La regla general es que las obligaciones sean divisibles, por cuanto, las cosas
objetos de la obligaciones son divisibles, ya sea físicamente o bien en caso de no serlo,
lo serán intelectualmente o en cuotas. Por ello es que solo excepcionalmente las
obligaciones son indivisibles.
1.- LA ACCIÓN HIPOTECARIA Y PRENDARIA 71: Antes que nada debemos señalar que
la hipoteca y la prenda son derechos reales de garantía, y tienen por objeto garantizar el
cumplimientito de una obligación principal, luego, el acreedor dispone de 2 acciones,
una personal emanada de la obligación principal y otra hipotecaria o prendaria que
emana precisamente del derecho real de garantía que se haya usado como caución,
para exigir el cumplimiento de la obligación principal. Ahora bien, independientemente
de la divisibilidad o no de la obligación principal, tanto la acción como la obligación
derivada de la hipoteca o prenda, son siempre INDIVISIBLES.
70
Art. 1526 del C.C.
71
Art. 1526 N° 1 del C.C.
72
Art. 2408 del C.C.
73
Art. 1526 N° 2 del C.C.
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en su poder. ¿Y si son varios los que tienen la cosa? R- Podrá recurrir a cualquiera de
ellos para exigir la entrega.
¿Por qué el acreedor podría inclinarse por esta segunda opción si hay una convención
entre los herederos?
R- Es porque los acreedores no participan del acuerdo (convención) de los herederos,
por tanto, no están obligados a respetarlo, y es por ello que pueden exigir el pago de la
deuda hereditaria a prorrata su cuota.
74
Art. 1526 N° 3 del C.C.
75
Esta disposición debemos relacionarla con los Arts. 1533; 1534; 1540 y 2317 del C.C.
76
Art. 1526 N° 4 inc. 1° del C.C.
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claramente dos de los herederos tuvieron que hacerse cargo de una obligación que ya
tenía titular, gracias a la convención que entre ellos se había celebrado, por tanto, que
estos dos herederos no tenían que responder pero igual pagaron a prorrata su cuota les
asiste el derecho de reembolso respecto de aquel heredero que tenía la obligación de
pagar el total de la deuda según convención.
1) Demandado uno de los herederos éste podría pedir un plazo al acreedor para
obligar a los otros coherederos a que paguen conjuntamente con ellos.
2) O bien el heredero demandado podría pagarla él mismo, salvando su acción de
saneamiento, por tanto tendría derecho de reembolso con respecto a los demás
coherederos.
¿Qué pasa si el acreedor fallece y deja herederos? R- Aquí se dice que la
exigibilidad de pago es un derecho que tiene exclusivamente el acreedor, pero si
el acreedor fallece y deja herederos, éstos por separado no pueden demandar el
total de la deuda a la sucesión del deudor, sino que tienen que ponerse de
acuerdo todos los herederos del acreedor para demandar el total de la deuda o
sino cada uno podrá demandar su parte o cuota, por tanto como vemos se
convierte en una obligación simplemente conjunta.
presente que una prestación parcial no sería satisfactoria para el acreedor, por tanto la
obligación se cumple entregando la totalidad del terreno, los 10.000 m2. En este ejemplo
es la ley la que impone la indivisibilidad.
Recordemos que comúnmente la indivisibilidad no pasa a los herederos, porque
siempre los herederos tienen que entablar conjuntamente la acción para exigir el pago
de la cosa entera.
e. Efectos de la indivisibilidad:
Para analizar los efectos de este tipo de obligaciones es menester hacer una
distinción de indivisibilidad pasiva y activa, sin perjuicio de que la indivisibilidad pasiva
sea la regla general.
Antes debemos tener en cuenta que la indivisibilidad es necesariamente mixta,
porque lo que es indivisible para uno puede ser divisible para otro.
1.- Cuando la obligación es indivisible, y hay varios deudores, cualquiera de ellos tiene
que cumplir íntegramente la obligación 79. Es más, en el evento de que dicho deudor
fallezca serán sus herederos quienes deberán cumplir con la obligación
íntegramente, por cuanto, a diferencia de la solidaridad, la indivisibilidad SE
TRANSMITE A LOS HEREDEROS80, salvo, cuando hay una convención entre el
acreedor y causante.81.
2.- Una vez cumplida la obligación que es indivisible, se extingue respecto de todos los
deudores82.
¿Cuál es la diferencia con la solidaridad?
R- Es que en la solidaridad el acreedor podría perfectamente renunciar a su derecho
de exigir un pago total, y conformarse con un pago parcial, en cambio en la
indivisibilidad ello NO ES POSIBLE, de manera que, ya sea por la naturaleza de la
obligación o porque la ley lo establece debe cumplirse íntegramente la obligación.
3.- Siempre que uno de los deudores sea demandado por el acreedor para que cumpla
con la obligación, puede PEDIR UN PLAZO, para entenderse con sus codeudores,
con el objeto de cumplir la obligación entre todos, salvo que la obligación sea de tal
naturaleza que el deudor demandado deba cumplirla por si sólo, pero en tal caso
conserva su acción para exigirle a los demás deudores el reembolso de lo pagado.
¿Y esto porque? R- Porque la obligación sigue siendo indivisible, tengamos presente
que la indivisibilidad puede ser establecida por la naturaleza, o por la ley, por
consiguiente lo que interesa es que se pagué la obligación en un solo acto 83.
4.- La interrupción de la prescripción perjudica a todos los deudores 84.
5.- La obligación de indemnizar perjuicios como consecuencia del incumplimiento de
una obligación indivisible, también es indivisible 85.
79
Art. 1527 del C.C.
80
Art. 1528 del C.C.
81
Art. 1526 N° 4 del C.C.
82
Art. 1531 del C.C.
83
Art. 1530 del C.C.
84
Art. 1529 del C.C.
85
Art. 1533 inc. 1° del C.C.
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1.- Cada uno del los acreedores tiene derecho a exigir el total de la obligación, del
mismo modo los herederos del acreedor87.
2.- Cuando se ha pagado a uno de los acreedores se extingue la obligación.
3.- El acreedor que recibe el pago, deberá entenderse con sus coacreedores para
rembolsarle las cuotas que les correspondan.
SEMEJANZAS
SOLIDARIDAD INDIVISIBILIDAD
Ambas son obligaciones de sujeto múltiple, pueden ser tanto activa como
pasiva.
En ambas obligaciones el acreedor tiene el derecho a demandar el pago total,
y el deudor está obligado a efectuar el pago total.
En ambas obligaciones el pago de cualquiera de los deudores a cualquiera de
los acreedores extingue la obligación.
DIFERENCIAS
La solidaridad tiene como fuente la La indivisibilidad resulta o del acuerdo
ley, testamento, convención. de las partes o por la naturaleza
misma de la obligación.
La solidaridad no pasa a los Si pasa a los herederos y para ellos la
herederos (Art. 1523) obligación sigue siendo indivisible. (Art.
1528)
Si perece la cosa debida en la Si perece la cosa debida en la
obligación solidaria, se debe entonces obligación indivisible la obligación de
pagar el precio que reemplaza la torna divisible, los deudores deben
cosa, la cual también es solidaria. cada uno su parte o cuota del precio y
(Art. 1521) los perjuicios. (Art. 1533)
Cada uno de los acreedores puede Cada acreedor es dueño de su cuota y
novar, cancelar, la obligación. (Art. no puede novar la obligación remitirla.
1518-1519) (Art. 1532)
Como cada deudor lo es del total no El deudor puede pedir un plazo para
puede oponer ninguna excepción para entenderse con sus codeudores y
solicitar que el resto de los deudores cumplir de consuno. (Art. 1530)
efectúen con él el pago.
86
Art. 1533 inc. 2° del C.C.
87
Art. 1527 y 1528 del C.C.
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