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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES Y POLITICAS

ESCUELA DE DERECHO

3/7

TEMA:

BAJA PRESION TRIBUTARIA

NOMBRE:

ANDREA TAFUR

GUAYAQUIL-ECUADOR

2018-2019
INTRODUCCION

En el siguiente trabajo vamos a detallar lo que es un abaja presión tributaria y en que


afecta a nuestro país y qué medidas se pueden tomar Con las modificaciones
implementadas por el Gobierno, la presión tributaria pasó de representar el 32% del PBI
en 2015 al 31,4% en 2016, aunque si se descuenta lo recaudado por el blanqueo de
capitales, este porcentaje se reduce al 30,1% del PBI. El análisis surge de un informe de
la consultora Eco latina sobre la base de datos publicados por la AFIP y el Ministerio de
Hacienda. "La baja respondió exclusivamente a la menor presión por el lado de los
impuestos nacionales, ya que la recaudación por tributos provinciales habría
permanecido estable en relación con el producto, siendo del 5,4% sobre el PBI", explica
el informe. Del análisis también surge que "la presión tributaria no sólo es alta en
términos históricos, sino en comparación con otras economías. La presión en los países
latinoamericanos es alrededor de diez puntos porcentuales más baja que la nuestra".
DESARROLLO

CONCEPTO:

La presión tributaria es el porcentaje de los ingresos de un Estado en comparación con


el producto interno bruto del país. Si aceptamos esta definición, la presión tributaria
paraguaya es mucho mayor del 12%, porque en ese porcentaje no están incluidos los
ingresos por royalties y compensaciones de las binacionales, que suman unos 500
millones de dólares al año, lo que equivale a más de 15% del total de ingresos
tributarios, ni los ingresos municipales, ni los aportes a la seguridad social, todo lo cual
sí se incluye en otros países.

PORQUE PREOCUPA LA BAJA PRESIO TRIBUTARIA EN UN PAIS

Existe la ligera impresión de algo anda mal en la recaudación tributos y el principal


indicador de esto es la presión tributaria, la carga tributaria o el coeficiente de
tributación que en las tres expresiones es los mismo y se usan indistintamente cuando se
quiere connotar peso, carga, sacrifico o cuando es necesaria la disposición eufemística
de los expertos internacionales para no referirse a las anteriores acepciones denotando
que los impuestos pesan sobre alguien o sobre muchos.

La presión tributaria es un promedio, sólo dice que de todos los bienes y servicios
valorados en dinero que producen los dominicanos el gobierno toma más o menos el
14% y que esto lo hace a través de los tributos. En ese número no está el peso relativo
de la carga tributaria con respecto a los diferentes sectores económicos o la carga
tributaria por estratificación social. La presión tributaria ni siquiera dice cuánto pagan
las personas físicas y las personas jurídicas.

Tampoco la presión tributaria medida como un porcentaje del producto interno bruto
(PIB) se refiere a la justicia, ni a la equidad tributaria, es un número frío que sólo dice
que todos, sin hacer diferencia alguna, para financiar los gastos del gobierno o el gasto
público aportamos un 14%, y aportar en este caso es otro eufemismo, porque no los
quitan a través de normas coactivas, es decir, porque existen leyes que nos obligan, y
sin hacer juicio de valor sobre el caso nuestro a unos regularmente le quitan más que a
otros o a unos lo que les quitan le pesa más que a otros, como le pesaba más a la viuda
del pasaje bíblico la ofrenda que hacía con lo que tenía para su sustento, más que
aquellos que daban de lo que les sobraba.

La presión tributaria no habla del gasto, del gasto público, sólo se refiere a lo que exige
el gobierno a través de los tributos y los ciudadanos pagan. Si se gasta más o se gasta
menos es un tema de la política fiscal, pero no de la política tributaria, sino de la política
de gasto público que es parte de la política presupuestaria que es a su vez parte de la
política fiscal. Estas dos políticas instrumentales tratan temas distintos, una el gasto y la
otra la estructura tributaria.

Si los ingresos tributarios son más y los gastos del gobierno son menos se habla del
superávit, pero si los ingresos tributarios son menos y los gastos más se hace referencia
al déficit y el financiamiento del déficit que es otro asunto de la política fiscal. Entonces
se hacen todas las teorías necesarias sobre el endeudamiento y la sostenibilidad fiscal.
La política de ingresos o de financiamiento que es parte de la política presupuestaria, no
de la política tributaria, habla del nivel de los ingresos tributarios, de los no tributarios y
del nivel del endeudamiento.

Cuando hay un déficit fiscal la discusión empieza estableciendo si es coyuntural o


estructural que es un cuando el déficit se reitera en el tiempo y se recurre como solución
al endeudamiento de forma repetida por largo tiempo y el problema se pone difícil
cuando existe la posibilidad de que no nos presten o que el servicios de la deuda, como
se llaman eufemísticamente los intereses, se vuelvan inmanejable, haciendo que el gasto
aumente y venga las llamadas políticas de consolidación que terminan siendo políticas
de austeridad que restringen o constriñen el gasto público y al mismo tiempo elevan los
impuestos y se explican políticamente en el hecho de que debemos dejar de vivir por
encima de nuestra posibilidades, gastando mucho y pagando pocos impuestos.

Así entra al tema de porque pagamos pocos impuestos y no mucho y sale de nuevo el
tema de la presión tributaria, junto con la idea de que hay que aumentar los impuestos.
Pero como los elementos cuantitativos de los tributos se definen por medio de una base
imponible o una alícuota o tasa entonces hay que actuar de uno de los dos lados o en los
dos al mismo tiempo.

El tema de las tasas o alícuotas parece que se agotó. El Impuesto a las Transferencias de
Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS) como impuesto general al consumo tipo
valor agregado tiene las tasas más altas de Centroamérica y Caribe y en el Continente
junto con Perú y Uruguay tiene la segunda tasa general más alta, el 18%, y tiene la tasa
reducida más alta del mundo con un 16%. Comparado con los países de Centroamérica
y Panamá, con las tasas más altas de ITBIS de la región y la segunda más alta del
hemisferio somos los que menos recaudamos con un impuesto tipo valor agregado.
Según las estadísticas tributarias que preparan la OCDE, el CIAT, el BID, la CEPAL,
1990-2014.

En el 2014 cuando la tasa general del ITBIS del país era el 18% y la tasa reducida el
11%, esta última sólo comparable con la de Italia que tiene una del 11% y Letonia que
tiene una del 12%, las recaudaciones del ITBIS como porcentaje del PIB representaban
sólo el 4.7, mientras la recaudaciones del IVA de Costa Rica, con una tasa general del
13%, representaban 6.0; El Salvador con un IVA con una tasa del 13%, representaban
6.8; Guatemala con un IVA con una tasa del 12%, representaban 5.1; Honduras con un
IVA con una tasa del 15%, representaban 6.8; Nicaragua con un IVA con una tasa única
del 15%, representaban el 6.3. Según los resultados de este indicador las recaudaciones
del ITBIS en región cercana sólo han estado por encima de las de Panamá cuyo
Impuesto a las Transferencias de Bienes Muebles y Servicios (ITBMS), tipo valor
agregado, tiene una tasa del 7% y las recaudaciones en el 2014, como porcentaje del
PIB de Panamá, fueron 3.1.

La tasa del impuesto sobre la renta de la República Dominicana en el caso de las


personas físicas tiene una marginal máxima del 25% y una tasa mínima del 15%. En el
caso de las personas jurídicas la alícuota es de un 27% y en el 2014 era un 28%. Si hace
igual comparación con los países de Centroamérica y Panamá con el impuesto sobre la
renta no quedamos bien.

El impuesto sobre la renta de Costa Rica tiene un sistema de tasas bastante


diferenciadas, con la pretensión, parece, de buscar justicia. En este país centroamericano
que tiene una reforma tributaria en trámite el impuesto sobre la renta de las personas
jurídicas tiene una tasa del 25%, sólo algunas empresas como telecomunicaciones,
banca, generación de energía, cementeras, casino y juegos de azar y las aseguradoras y
reaseguradoras tienen una tasa del 27.5% y las empresas donde el Estado tiene una
participación por encima del 40% tienen una tasa del 30%, las medianas y pequeña
empresas por tramos de renta tiene dos tasa una del 10% y otras del 20%, las personas
físicas que realizan actividades lucrativas tienen tasas iguales y los asalariados tiene una
tasa mínima de 10% y una marginal máxima del 15%.

En el caso de Hondura la tasa progresiva de las personas físicas en el impuesto sobre la


renta tiene la misma estructura que la República Dominicana, una tasa mínima del 15%
y una marginal máxima del 25%, la tasa de las personas jurídicas es de un 25%. El
impuesto sobre la renta de Guatemala para las actividades lucrativas en el 2014 tenía
una tasa del 28% y a partir de 2015 una tasa del 25%, las personas naturales de ese país
pueden soportar una tasa de un 5% a un 7%. Nicaragua tiene un impuesto sobre la renta
con una tasa progresiva por tramos de ingresos con una mínima del 15% y una marginal
máxima del 30%. El Salvador con el mismo impuesto tiene una tasa por tramos con una
tasa mínima del 10% y una marginal máxima del 30%, las personas jurídicas tienen dos
tasas una del 25% y otra del 30%. Panamá tiene una tasa marginal máxima del 25%
para las personas físicas y este mismo porcentaje se aplica en la tasa de las personas
jurídicas.

En las estadísticas citadas de 2014, de la OCDE, CIAT, CEPAL, BID las recaudaciones
del impuesto sobre la renta de Costa Rica con tasas muy reducidas y de República
Dominicana con tasa más altas son prácticamente iguales, con 4.1 del PIB la primera y
4.5 la segunda. Costa Rica en la Seguridad Social recauda 7.7, mientras que la
República Dominicana 0.1 del PIB. El Salvador con tasa más alta que las del país
recaudó con el impuesto sobre la renta como porcentaje del PIB de 6.0. Honduras
recaudo 5.3 con un impuesto sobre la renta con alícuotas más bajas. Nicaragua con tasa
más altas que las del país recauda 5.3.

De Centroamérica Guatemala fue el país que menos recaudó en el 2014 con el impuesto
sobre la renta con 3.9 del PIB, sus tasas son realmente bajas para las personas físicas.
Panamá recaudó 4.6 del PIB y las tasas del impuesto sobre la renta para las personas
físicas tiene la misma marginal máxima y el impuesto de Panamá para las personas
jurídicas es más reducido. Todo en el 2014.

En el 2014 de Centroamérica sólo Guatemala tenía una presión o carga tributaria menor
que República Dominicana, después en todos los países tenían una presión tributaria
mayor, según las estadísticas de la OCDE, BID, CEPAL, CIAT. República Dominicana
tenía una presión tributaria de 14.4, mientras Costa Rica tenía una de 22.5, El Salvador
de 16.5, Honduras de 19.8, Nicaragua del 20.3 y Panamá 18.1. La baja presión tributaria
de Republica Dominicana no se explica por el nivel de las tasas de los impuestos, que
son bastante altas y en el caso del ITBIS más de la cuenta.

Otras variables explicativas de la baja presión tributaria serian la erosión de la base de


imposición por el gasto tributario o los incentivos tributarios, los privilegios de los
intocables que escapan a la posibilidad de que sus faltas a las leyes tributarias sean
sancionadas y obtienen beneficios tributarios por exclusiones tributarias arbitrarias de
facto a través de prácticas administrativas, la evasión que si es alta se explica en una
mala Administración Tributaria y en la elusión que sería secuela de leyes mal
elaboradas y tributos peor formulados. En este país hay de todo eso y sin soluciones en
el corto plazo.

Las soluciones no se encuentran en actuaciones arbitraria de la Administración


Tributaria, en hacer más de lo mismo o en reinventarse una Administración Tributaria a
imagen y semejanza de los que hoy la dirigen, sólo obtemperando a una organización
sin memoria de buenas prácticas y si conocimiento del fenómeno de los tributos,
reproduciendo su propio ciclo para que al final todo termine siendo efímero por la
ausencia de fundamentos institucionales.
CONCLUSION

Antes de pensar en nuevos impuestos hay que combatir y reducir eficazmente la evasión
en todos los órdenes y en todos los sectores, poderosos o no. Con ello la presión
tributaria se elevará por sí sola.

Por ejemplo, habría que ver si los parlamentarios ya se inscribieron en el Impuesto a la


Renta Personal y declararon todos sus ingresos y su patrimonio.

Eso por un lado. Por el otro, y quizás más importante, ¿cómo exigir a una parte de la
población que pague más impuestos si todos los días saltan evidencias de que hay otra
parte de la población que se los roba o que los derrocha? ¿Qué clase de pacto es ese?

El proyecto de presupuesto presentado para 2014 contempla un gasto total en todo


concepto de 57 billones de guaraníes, 12.707 millones de dólares al cambio estimado
para el período, una cifra exorbitante que equivale al 40% del PIB corriente del año que
viene. Para muchos, esa es la verdadera presión tributaria, ya que ese gasto se financiará
con ingresos o con deudas que recaerán en la ciudadanía de todos modos.

Pero dejando la discusión teórica de lado, el hecho es que los recursos disponibles ya
representan de por sí una pesada carga para la población paraguaya y serían más que
suficientes si se los utilizara cuidadosa y honestamente. Si verdaderamente estamos
preocupados por el impacto de la política social y por el correcto funcionamiento del
Estado, entonces no deberíamos exigir que se gaste más, sino que se gaste mejor. Eso es
responsabilidad fiscal.
BIBLIOGRAFIA

http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/la-presion-tributaria-620411.html

https://www.datosmacro.com/impuestos/presion-fiscal

unesdoc.unesco.org/images/0015/001591/159155s.pdf

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