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Giséle Calmy i > editonal COO Peete erect prélogo El nombre de la Sra. Calmy-Guyot es familiar a un buen nitmero de pedagogos, por lo que no fue ninguna sorpresa cuando en una brillante tesis doctoral, dirigida a un amplio sector piiblico, puso de relieve una investigacién original y vigorosa, basada en una atenta observacién del nifio. Esos mismos hallazgos los encontraremos en las paginas que siguen. La autora toma de nuevo el tema que guia, desde hace mucho tiempo, su investigacion y cuya linea es: cémo ayudar al nifio a tomar consciencia de si mismo y a proyectar ese descubrimiento sobre la comunicacién, el didlogo con el «otro», en sus diversas fa- cetas, siendo en este caso el grafismo, que ella contempla no como un conformismo mds, sino esencialmente y, en principio como la ehuella o el trazo de una vivencia en el espacio». A pesar de eludir cualquier hipdtesis filosdfica, la Sra. Calmy no podria evitar una afirmacion ilustre, que en forma de filigrana se extiende a todo lo largo de este tra- bajo: es de H. Wallon y dice: «EI pensamiento nace de Ia accién para retornar a la accién.» En la hora en que la atencién se centra particularmente en el papel, mal conocido du- rante mucho tiempo, del espacio y los ritmos en el establecimiento de las conductas y la estructuracién del pensamiento, la obra de Gisdle Calmy, quien modestamente la califica de «librito», aporta una considerable contribucién a esa biisqueda. Si su pre- sentacién es, en el mds amplio sentido etimoldgico, una penetrante presentacién de tra- bajos y documentos, es también, y bajo una forma voluntariamente escogida, un tratado de pedagogia en el que la cultura, la experiencia y la exigencia frente a su propio pensa- miento confieren un acento original y auténtico. Parece superjluo desear —por el bien de nuestros nifios— la expansién de estas pagi- nas entre nuestros educadores. Deseariamos, mds bien, que la Sra. Calmy, fiel a ella misma, continuase en esa linea de confrontacién constante y siempre renovada de la experiencia vivenciada y el pensamiento inicial, generatriz de nuevas investigaciones. Aht reside, para nosotros, la reflexion pedagdgica en su més alto grado. RENEE GOUTET Inspectora General de Instruccién Pablica ‘Traducido al castellano por Francese T. Vera. (Fisioterapeuta), del original francés L'Education du geste. graphique, Publicado’ por Editions. Fernand Nathan, Paris. Francia, © Eultions Fernand Nathan 1976, © de a prosente odioién EDITORIAL FONTANELLA, S. A. - Escorial, 50 - BARCELONA, INTRODUCCION Hace ya mucho tiempo que se habla de ejercicios gréficos en Ia Escuela Ma- ternal y algo menos que se habla de «juegos», de «diversiones» grificas. Pero, sea ejercicio o juego, los pre- textos eran casi siempre visuales, por Io general modelos més 0 menos figurativos © evocadores, mas © menos simplificados © esquematizados por el adulto para uso del nifio. Existe pues toda una iconogra- fia del ejercicio gréfico en la Escuela Ma- ternal, desde la hierba en crecimiento a los pelos de cabra, desde el tejido esco- cés a la rejilla de las jaulas de conejos, pasando por las olas del mar més 0 me- nos tempestuoso (1). Estos modelos, aparte de tener Ia de- - testable consecuencia de ofrecer estereo- tipos a los nifios y por tanto, de imponer- Jes una cierta estética, son de orden visual. Un trazo adulto origina un trazo infan- til. Y el gesto grafico, es un gesto de or- (1) Yo misma propuse ejercicios de ese tipo en “Comment faire?... les exercices graph ques", ed. F. Nathan, que considero ya su. perados desde hace bastante tiempo. den motor. Posteriormente es cuando él deja su huella en un soporte. La prueba es que se puede «dibujar en el aire», «dibujar en el vacio> y que los educa- dores —con mucha razén— no dudan en solicitar esa prueba a los nifios. La edu- cacién del gesto grafico debe ser pues motor 0, mejor dicho, psicomotor. No se trata de presentar en esta pe- quefia obra un método y mucho menos una progresién, sino un estilo de educa- cién grafica, de acuerdo con el enfoque psicomotor de la educaeién que fue im- plicitamente el de la Escuela Maternal en otros terrenos, pero que va alcanzan- do, cada vez més explicitamente, desde hhace algunos afios, todas las esferas de la Educacién. En marzo de 1972 y en una sesién del Curso Kergomard, en Paris, esbocé las relaciones del movimiento, la expre- sién gréfica y la educacién gréfica. El movimiento _corporal_es_la_condi. cin de una vivencia en el espacio esen- “cial,_en__un_espacio-papel_(tras _haberse inscrito previamente en el espacio-suelo y el espacio-pared). El objetivo final, que q supera cada vez Ja expresin actual del movimiento, es simplemente la expre- sién libre en el dibujo y a la copia de los signos convencionales de la escritura. Proporciona de alguna manera al nifio un vocabulario grafico, que él utiliza en se- guida a su gusto. (. La norma educativa es la siguiente: Por el movimiento, provocado en el es- \ pacio, por una situacién a la cual él reac- \ ciona, se procura el nifio una vivencia } global que concieme a todo su cuerpo. 4 Interioriza progresivamente esa vivencia, | disminuyendo la parte corporal requerida } para la expresin de la misma, De esta manera va aprehendiendo cada vez mejor, | y ala par, el espacio en que se desenvuel- ve y a dominar cada vez mejor Ia trayec- toria de su mano. EI papel del adulto estriba en crear la situacién —es decir, en plantear un pro~, blema gestual—, en observar la reaccién del nifio, orientar Ia bésqueda hacia una solucién gestual rentable, en particular para Ia futura escritura, favorecer la pro- gresiva dismmucién de la amplitud del gesto, dar ocasiones variadas y repetidas de afirmar ese gesto y de hacerlo regular en su ritmo repetitivo. Pero, antes de cualquier educacién, Zouéiles son las actitudes esponténeas del nifio frente a su propio grafismo? Marthe Bernson, en su libro «Del gara- bato al dibujo», aparecido en 1966, edi- tado por Delachaux y Niestlé, distingue, hasta los cinco afios de edad, tres etapas en el grafismo infantil: en principio, el estadio grafico vegetative psicomotor, ca- racterizado por el placer puro de la ex- ploracién del movimiento, luego el es- tadio_representativo, durante el cual el nifio reactualiza sobre el papel las sen- saciones vivenciadas intensamente 0 en- tidades esenciales para su. vida 0 su su- pervivencia afectiva, y, finalmente, el es- tadio_comunicativo social cuando, a ins- tancia del adulto, quiere escribir. Este andlisis psicolégico es insuficiente para poner de relieve el fenémeno per- ceptivomotor que representa el acto gré- fico. Hay que orientarse hacia un es- tudio genético més fino. Primeros trazos homolaterales. Evolucién ce los barridos horizontales u oblicuos hacia los trazados circulares. Todos los participantes (actor o actores: observadores y educadora) tienen el cuer- po orientado en la misma direccién, de manera que el movimiento observado ‘ten- ga la misma trayectoria que el movimien- to vivido. Frente al grupo de observadores alineados. — el nifio 4 circula de izquierda a dere- cha, con pasos cortos, para vivenciar tuna’ «horizontal» — el nifio 2 hace una «vertical de arriba a abajo», retrocediendo — el nifio 3 hace una «vertical, de abajo a arriba», avanzando, — el nifio 4 hace un «zig zag de arriba a abajo», retrocediendo —el‘nino'S hace un trazado sinuoso svertical de abajo a arriba», avan- zando, Estas evoluciones son sucesivas, no si- multéneas, LAS ETAPAS GENETICAS EN LA GENESIS DEL ACTO GRAFICO EI nivel motor del acto gréfico se com- prueba desde los primeros garabatos por el examen del sentido de los trazos espon- téneos de un nifio. Estos trazos son homolaterales, es de- cir, segmentos de recta de direcci6n iz- quierda para la mano izquierda y dere- cha para la mano derecha. El punto de partida es el eje proyectado por el plano de simetria del cuerpo sobre la pared o a hoja de papel, sobre 1a cual el nifio apoya un objeto que deja una huella, un trazo. Esto se produce hacia los 16 me- ses. Vienen a continuacién los _barridos _horizontales w oblicuos, que combinan la artida del eje y el retorno hacia el mis- mo. Son movimientos de ida y vuelta, simétricos para ambas manos. Aparecen haci _lares, positivos 0 negativos (1), suceden Tuy pronto a los barridos tras una serie de curvas intermedias: husos, husos més compactos (surgidos directamente del ba- rrido), «bolsas», para las cuales uno de Jos puntos de retroceso es escamoteado y sustituido por un movimiento flexible. Estos trazados homolaterales tienen su punto de partida en el hombro, con lo que todo el’ brazo est en movimiento. § Jos 20 6 22 meses. Los trazos circu-_ Los bucles nacen de los gestos de fle- xidn de la mufieca. Las cicloides alarga- das surgen de la combinacién de dos mo- vimientos: un’ movimiento de origen pro- ximal (el hombro) y un movimiento ro- tatotio de origen distal (la mufieca) (2). La epicicloide se origina por un doble mo- vimiento de rotacién de la mano alrede- dor de la mufieca y del brazo alrededor del hombro. Estas observaciones debidas a Liliane Lurgat, quien ha estudiado ampliamente el gesto grafico —estas indicaciones fue- ron tomadas en una conferencia dada por ella a un piblico de educadoras—, deberfan ser conocidas por todas las edu- cadoras maternales: Constituyen ufos puntos de referencia para la observacién de los gestos gréficos esponténeos de los nifios. «{En qué estadio motor se halla tal nifio?» es una pregunta que todo el mundo deberia hacerse antes de pensar iniciar su educacién gréfica. (W) Positive: en el sentido inverso al de las agujas del reloj. Negativo: en el sentido de las agujas del reloj. (2) Proximal: lo mds cercano al tronco. Distal: lo més alejado del tronco. =e del acto grafico se comprucba cuando se empieza a ver que el nifio deja de interesarse en su gesto y empieza a preocuparse en su trazado, es decir, en el resultado del gesto. El ojo, que segufa a la mano «compro- bando» el trazo, gufa progresivamente el trazado a partir de los 2 afios. Lo que nos da una base para empezar la educacién del gesto grafico desde Ia Ile- gada del nifio a Ja Escuela Maternal, a condicién de comprobar —es necesario seguir la mirada del nifio— ese control “del gesto por fa vista. Dicho control, en principio simple, del trazado por la vista, se observa cuando el nifio cesa de hacer séstos vivos, cuando frena su movimiento. Y esto se hace posible hacia los.2 afios,.. tnomento de entrada en accién.del-mtseu-—. ‘To flexor del pulgar. De ahi la importancia de los juegos digitales para comprobar dicha entrada en funcién. El control se duplica cuando el nifio, un poco antes de los 2 afios y medio, es capaz de guiar su raya hacia una raya precedente. Es la edad en que el nifio puede hacer un «cta- drado», 0 por lo menos una forma cerrada de varios lados. Es asimismo la edad en. que puede cerrar una «redondan, hacer tocar voluntariamegte dos redondeles o hacer tocar _un_redondel_y varias rayas (at esols). ‘Un control més- lejo interviene al- rededor de Is 3 afio3,) cuando aparecé la doble rotacién-de~gentido positive y (1). “Arriba”. Convencionalmente: lo que estd ‘mds lejos del cuerpo. “Abajo”. Convencionalmente: lo que estd mds cesca del cuerpo. luego de sentido negativo, en un movi- miento continuo. Esa conquista hace po- sible el trazado de arabescos y espirales y se acrecienta esponténeamente hacia los 3 afios y medio, por el control simulté- neo y cada vez més fino de la amplitud y la curvatura, Podriamos decir que, a esa edad, el .__HTifio posee. ya. todo.el-alfabeto.grifico-es—~ “pontaneo, que le permite levar a cabo cualquier trazado. Pero le quedan atin por resolver numerosos problemas de control, tales como el del sentido de rotacién (po- sitivo o negativo) y el de traslacién [hacia la derecha o la izquierda y hacia arriba © abajo (1)] de su trazado en el espacio grdfico, Esos problemas de control son de dos tipos: kinestésico, en Io que se refiere al movimiento, y visual, por lo que respecta al trazado. Se complican con el problema de la anticipacién visual del acto grafico, que empieza a resolverse a.una edad que varfa entre los 3 y 4 afios: esta resolucién aparece cuando el nifio alinea rayas horizontalmente y hace vo- luntariamente_eruces. (Es necesario, por tanto, presiar atencin a Ia aparicién de esos signos de un control anticipado del trazado por la vista, y no hacer nada que pueda enmascarar esa aparicidn espon- tea, como podria suceder en el caso de «modelos» punteados para seguir con el Iépiz, por ejemplo, o de marcas a in- cluir en un trazado impuesto. Evidente- mente, ‘estas técnicas pueden mostrarse ‘itiles para conseguir determinados resul- tados, pero en- ningun “caso pueden fa vorecer el estudio. del nivel grafico de un ‘fio, que debe ser la tinica gufa de 1 las etapas de una educacién del gesto.) EI nivel de Ia representacién en el acto grafico se alcanza_cuando el er ~aliza’ sus producciones y lama «bal6n» edondel-Con —a-un redondel, «sols unas ayes mils 7 Se"aleanza sm at nivel del ideogra- ~obstante, tomarse wha precaiiciér ma (1). Cuando el dice: «voy a ha- cer_un...>, esta ya maduro para recibir que €l nifio diferencie, aunque al principio sea tin tanto confusamente, entre lo iferenciar bien los dis- tintos niveles de la expresin gréfica. LOS DIFERENTES NIVELES DEL GRAFISMO INFANTIL Hasta un més amplio anélisis, consi- deramos cuatro niveles: 1.__El dibujo figurativo, evocaci6n gré- fica m&s 0 menos voluntaria, y més~o menos conseguida, tentativa de actualiza- cién de una imagen mental que el nifio leva en él (ejemplos: Ja casa, mamé, un barco, una nifia cogiendo flores...). El dibujo figurativo es libre. Tiene sus fuentes en la afectividad del nifio y se nutre de informaciones verbales, visua- les, auditivas, documentales de todo tipo. La educadora no debe intervenir més que para permitir su eclosién y eventual- mente ayudar. al nifio a observar sus propias producciones, 2. La diversi6n o entretenimiento gré- fico, que comporta un doble placer, el del gesto y el de la huella que deja, sin ninguna intencién clara de representati- vidad, aunque pueda consistir en modula- ciones sobre temas muy féciles (ejemplo: el sol, las flores, etc...), 0 en juegos de uti- lizacin del espacio-papel (ejemplo: orlas, ribetes, rayados, alineaciones, aureolas, etcétera). 3._El ejercicio grafico, instituido por la educadora con fines éducativos para sistematizar el gesto, orientarlo con pre- cisién en un espacio delimitado y darle un cardcter ritmico y repetitivo. 4. El aprendizaje de la escritura, uno de los cédigos de “la comunicacién so- cial, del cual el nifio debe asimilar los modelos estrictos, al mismo tiempo que las significaciones precisas. La esctitura es un acto social, que pasa (1) La Sra. Herbiniére-Lebert plantea la hi- potesis de que la relativamente lenta evolucién del “mufeco” hacia la traduccién realista del cuerpo humano, se debe al hecho de que el dibujo del “mufieco” es un ideograma del mismo nifio, en algiin modo su firma, y que le permanece fiel en tanto no se siente fran- ‘camente cambiado. por el aprendizaje de un cédigo. Existen pedagogias de Ja escritura, Las mds efi- caces, a nuestro modo de ver, son aque- las que pasan por motivaciones reales de Ia escritura, es decir, que crean situa- ciones en las que el nifio se ve forzado a componer mensajes escritos y a com- probar su ‘inteligibilidad segdn las reac- ciones del destinatario. Se hace entonces consciente del rigor necesario y de las leyes del c6digo es- crito. Escribe lo que debe decir a dis- tancia y su educadora le ayudd a ad- quirir el cédigo. La escritura-dibujo es el signo de que el nifio quiere escribir, pero no es un método de aprendizaje del o6- digo escrito. La libertad del nifio, como podemos ver, se va restringiendo paulatinamente desde el 1.° al 4.° nivel del grafismo in- fantil. 7 En la exploracién de la zona interme- dia —entretenimientos y ejercicios gré- ficos— se sitdia el presente estudio. Esas actividades distintas del dibujo figurativo y de la escritura (pero que «aprovechan», indirectamente, tanto al dibujo figurativo como a la escritura) son en cierta forma «escalas» libres y dirigidas apoyéndose en la tendencia esponténea al movimiento global y al movimiento manual que da tanto més placer hacer cuanto mejor y més répido se hace, hasta una saciedad que hay que observar con mirada vigi- lante. Estas «escalas» me parecen importan- tisimas. Lo que Marthe Bernson Ilama «esta- dio» vegetativo psicomotor, me parece, mas que un estadio, una disposicién per- manente del ser humano, que debemos cultivar a cualquier edad, incluso en la adulta y, en lo que nos concierne, en todas las secciones de la escuela mater- nal, sin excluir a los nifios que saben ya escribir y a los que no saben ain mante- ner un lipiz. Pero es necesario ponerse de- acuerdo sobre algunos principios de la educacién del gesto gréfico. PRINCIPIOS DE UNA EDUCACION PSICOMOTRIZ DEL GESTO GRAFICO El cuerpo en movimiento, para los que no admiten la distincién cuerpo-alma, es un instrumento directo de conocimiento, de aprendizaje y de educacién integral. La evolucién de las aptitudes se hace por pasos progresivos desde las formas de in- tegracin més especificamente psiquicas. Nos hallamos atados por nuestro voca- bulario dualista: no tenemos mas que un solo vocablo con dos vertientes para ex- presar la totalidad de la realidad humana y esto seguird teniéndonos atados todavia por mucho tiempo. Incluso en la Escuela Maternal, me pa- rece que vamos demasiado aprisa hacia una abstraccién esencialmente verbal —lo que no quiere decir que haya que olvi- dar la educacién verbal— sin haber bus- cado antes el apoyo, lo suficientemente pronto y durante el suficiente tiempo, de tuna integracién motriz de la vivencia. El principio esencial de una educacién psicomotriz del gesto gréfico es: viven- ciar los movimientos.en el espacié“antes ‘de Vivenciar frayectorias en el papel. o.que ha sido viven- To que cuenta es} cindo antes de_que el_nifio\ produzca_un ~frazo y mientras lo produce, y no los tra- 7s graficos (de los cuales estén IMenos~ REGLAS PEDAGOGICAS los cuadernos de clase). Lo educative es el proceso que da lugar al nacimiento y ‘no el resultado del gesto grafico. Lo que interesa, no es que el trabajo sea «bonito», sino que responda a las intenciones que el nifio —dirigido “por el adulto— ha hecho suyas. Esas inten- ciones deben venir de una vivencia per- sonal, de una observacién personal de las vivencias de los demés en el terreno del movimiento. Nuestros modelos gréficos adultos ani- quilan la creatividad, porque proponen formas estéticas, cuando Ia gestualidad es trayectoria y, por tanto, dinamismo. Todo Io que sea dindmico no puede aprenderse més que a través del movimiento. De estos principios de una Educacién Psicomotriz del gesto grafico, derivan al- gunas reglas de aplicacién. ~ PARA LA EDUCACION DEL GESTO GRAFICO 1. En principio, se impone que el nifio explore el espacio y que el 0 los espacios ~que se fe propongan para inscribir su mo- vimiento sean suficientemente amplios, atractivos y con varios puntos de referen- cia, fijos o méviles, ademas de accesorios de libre utilizacién. i) Son necesarias asimismo «pizarras», dentro y fuera de las clases, grandes, a Ia altura de los nifios y lo bastante largas para que pueda andar dibujando. 2. Los ejercicios gréficos plantean, al mismo tiempo, un problema de orien- tacién en el espacio y otro de direccién del sentido gréfico, por lo que conviene que los movimientos vivenciados y pos- teriormente observados lo sean en las mejores condiciones en este capitulo. Es decir, que nose haré_actuar_a un_nifio én el centro de un efrculo de nifios obser- vadores, ya que ninguno de ellos situaria la trayectoria observada de Ta misma ma-_ neta, Por la misma raz6n, tampaco deberé. actuar entre dos filas de nifios, de las cua- ‘Yes;uniaVerfa evolucionar al nifio de derecha a izquierda, por ejemplo, y la otra de izquierda a derecha, si la evolu- cién propuesta era lineal, cosa particular- mente importante para el futuro aprendi- zaje de la escritura. La forma de trabajo por talleres constituidos por nifios agru- pados libremente no debe hacer olvidar que ese sistema, aceptable para Ia obser- vacién libre de un “conejo, por ejemplo, no lo es para la observacién de un gra- fismo, que es una trayectoria siempre orientada. gfupos de ‘nifios es, pues, Ja_siguiente. “Nifios_ 0b: observadores, alineados. Nifio_(o 3) actor delante de ellos,.déndoles la “espalda. La educadora, tras los nifios ali- ~neados, para poder ver el comportamien- to-de todos. Los observadores pueden ‘@ no) estar sentados o de pie y dispo- “ner "(6 no) de material para trazar des- pués;-o al mismo tiempo, lo que el nifio- _ejemplo_propone. Las rayas en el “suelo” “(arena, tierra, cemento) son féciles, eco- némicas y permiten ademas numerosos intentos. 3. La orientacién del gesto gréfico, cuando se trata de entretenimientos gré- ficos, es libre, pero cuando se trata de ejercicios grificos propiamente dichos, se deben valorizar tres direcciones, a saber: de izquierda a derecha (y voluntaria- mente se «olvida» Ja direcoién in- versa), de abajo a arriba, de arriba a abajo. Esas tres direcciones y sus combina- ciones son las que utiliza el gesto grafico occidental. Aunque también es cierto que para formar las letras redondas, los bu- cles de la parte superior de la escritura, hay unas cortas secuencias gestuales orien- tadas de derecha a izquierda, pero lo esencial es —sin que el nifio se aper- ciba— colocar en su sitio los habitos motrices mayores: la trayectoria precisa viene después de la asimilacién motriz de la trayectoria general de Ia escritura. 4, Las direcciones de «abajo a arri- ba» y de «arriba a abajo» plantean el problema de la convencién del lenguaje. Se debe prestar la debida atencién para hacer asimilar esa convencién imponién- dose el hacer dibujar primero en el suelo, sobre un soporte que se pueda levantar y poner vertical, pegado a la pared, para hacer comprender, a través del movi- miento —siempre a través del movimiento visible, ‘repetible y reversible— lo que se lama arriba y abajo de_una pizarra o de un papel. Un vocabulario adecua- do, intermediario, se hace a menudo ne- cesario: «abajo, es cerca de tiv, «arriba, ¢s lejos de tir, en el papel. 5. Una denominacién que se despren- de de las precedentes es la de «vertical»: es vertical la linea que une la parte de arriba y la de abajo de un papel. Pero puede ser vivenciada de dos maneras: de «abajo» hacia «arriba», es decir, de «cer- ca de sf» a «lejos de six, 0 de «arriba» hacia «abajo», es decir, de «lejos de six a «cerca de si»: Pero, gcudles son los mo- vimientos corporales globales, en un es- pacio real, que pueden preparar esos dos trazados en el espacio-papel? Simple- mente el «avanzar» y «retroceder», arras- trando un palo que deja un rastro, una huella en el suelo tras de si cuando se avanza y tras de si cuando se retrocede. El trazo no se ve hacer cuando se avan- za, pero si se le ve a medida que se re- trocede. (Los nifios peyuefios aprecian mucho estos ejercicios.) Los que se hallan alineados como observadores ven a Su compafiero avanzar hacia ellos de es- paldas y alejarse de 1a misma manera. 6. Respecto a la orientacién del cuer- po del nifio durante un ejercicio fisico preparatorio, debe observarse una tltima regla. Cuando se trate de un nifio solo, debe permanecer siempre en un plano frontal, frente a una’ pared imaginaria (como en el método del Bon Départ), para que la trayectoria vivenciada que se ins- cribe en las piernas se transponga sin retorno al brazo entero y luego a la mano. 7. La dimensin del grafismo debe set considerada. En principio se cultiva la audacia y amplitud del gesto, antes de cultivar su dominio y precisién. Se n trata simplemente de la aplicacién peda- gégica de una ley natural de desarrollo del equipamiento neuromuscular del nif Es por tanto en la seccién de los peque- fios donde los juegos y ejercicios gréfi cos, cuando son posibles, utilizan los ma- yores formatos de papel. 8. Al ser la repeticién la condicién de asimilacin de un gesto, cada ejercicio sera objeto de milfiples intentos suce- sivos, tanto gestuales como graficos. Tras cada intento, se impone una «lectura» atenta de las realizaciones (y ahf reside lo esencial de la preparacién de la clas criticar Io que se ha hecho hoy para venciarlo y hacerlo vivenciar mejor ma- fiana). Esa lectura se sittia a varios niveles: —apreciacién de la dificultad general para los nifios, — anélisis de Jo que provocan los fracasos (Woeabulatio no asimilado, defi- “ciente dominio motor manual, errores de- bidos a la orientacién espacio-temporal en curso de establecimiento, memoria 1ébil que «pierde» la consigna en ruta, automa- tismos motores que perturban el primer trazo). ° Bjercicios de lenguaje por pequefios grupos son diariamente muy motivados por la apreciacién de los trazados efec- tuados, Siguen ejercicios motores de si- tuacién del cuerpo en trabajo (asi como ejercicios perceptivo-motores 0 ejercicios manuales para abordar la dificultad por otro lado). Y siguen mds intentos. | 9. El modelo visual, «dibujado» con antelacién (0 el marco en el que deberia inscribirse el trazo) estén, por principio, climinados, por lo que los nifios trabajan directamente en el suelo, luego en el encerado con Ia tiza y posteriormente sobre hojas de papel cuyo formato se va reduciendo. Las hojas deben estar en blanco, de otra manera no podria el nifio hacer la prueba asimilada, ni la direcci6n de la raya ni su trayectoria, Los ejerci- cios graficos son verdaderos tests. Cual- quier modelo o referencia dada por el adulto en el espacio-papel, le quita todo cl valor para poder apreciar el nivel real del nifio. Sin embargo y en el transcurso de la ejecucién, el modelo kinestésico —es decir, mantener la mano sobre el papel mientras se imprime el gesto correcto a la mano del nifio— es muy bien reci- bido por los nifios.con dificultades y a quienes se invita a continuacién a rehacer cl gesto solos. Esta préctica sigue la linea que hemos escogido: el movimiento se aprende por el movimiento. Se puede re- currir a esta préctica en tltima instancia, cuando el nifio no ha encontrado, tras varios intentos, la manera de hacerlo, Pero evidentemente es muchisimo mejor que él descubra por si mismo la programa- cién de su gesto. 10. Ultima observacién: el pincel es “un mal titil de escritura para la educacién gréfica propiamente.dicha. La toma cons- tante de la carga de pintura rompe la mar- cha lanzada del gesto. El grueso del tra- zado impide la precisién y difumina el eventual dominio. A’ menos que el pin- cel, escogido especialmente muy fino, plantee problemas de dosificacién de la presin tales que s6lo son resueltos... por el nifio que no necesita ya educacién de su gesto grafico. Los. fitiles_preferidos_son los rotula- dores de diversos calibres y los boligra- “fos de Biiena calidad. 'Y ‘ahora, {cual es 1a «materia», cudles son los posibles temas de los entreteni- mientos y juegos gréficos, y cuéles los pretextos a favorecer? ENTRETENIMIENTOS GRAFICOS Hacer una distincién demasiado rfgida entre ejercicios grificos y entretenimien- tos, serfa un error téctico: la diversién gréfica es un juego motor libre en lo que cabe y el ejercicio es un juego motor que responde a consignas recibidas: Pero hay unos pases incesantes del uno al otro. ¥ asi, en los primeros garabatos del nifio, Ia educadora puede descubrir obscureci- mientos por movimientos alternativos, ci- Q cloides, punteados, especies’ de comas y trazos que intentan prolongarse. Mejor que pretender buscar progresiones para los ejercicios grificos, es partir de esas producciones libres, casi inconscientes, para remarcérselas al niffo ¢ incitarle a reproducitlas, voluntariamente ahora y varias veces més Iuego, en un esfuerzo por hacerlo semejante y de regularidad del gesto, lo que desencadenaré secun- dariamente el parecido y la regularidad del frazo. Esta actitud educativa es la misma que la que se emplea cuando, en ocasin de evoluciones libres de un nifio en el patio de la escuela, se Je hace ver cémo acaba de sortear un obstaculo © cémo acaba de utilizar un accesorio, para interesarle en su produccién motriz, se le pide que repita su gesto para los demés: la diversi6n se ha trocado en ejer- cicio, pero nadie ha presentado ningdn_ modelo: la educadora ha dado al nif como ejemplo para si mismo o para sus compafieros. Ha puesto Jo que yo llamo «un acorde» en la marea inorganizada de as producciones motrices o gréficas es- ponténeas. Ha incitado al nifio a tomar durante unos instantes una actitud ana- Iitica tespecto a su cuerpo. El hébito de esos breves anilisis, tanto en el plano 4 motor como en el plano grafico, tiene por efecto construir en el nifio la cons- ciencia de sf, la del espacio y hacerle més apto para la creatividad. Esa creatividad, en ocasiones totalmen- te original, puede ser también solicitada por proposiciones de los adultos, y los entretenimientos gréficos son unos exce- lentes ejercicios semidirigidos, viniendo Ja «direccién» del material puesto a dis- posicién de los nifios: pequefios acceso- rios,. pegatinas, papel, tijeras, cola y una consigna: «dibuja o construye algo bo- nito, que no sea nada de un cuento». Es preciso que los nifios distingan los dibu- jos de los juegos grificos —ello es p. ble a partir de la seccién mediana—. Qui- zés haya quien vea en esto una manera de forzarlo. Yo veo un entrenamiento para la apreciacién personal cada vez més afinada de lo que el nifio produce. Si produce otra cosa de lo que se espera de él, esté en su derecho. Pueden ofrecerse solicitaciones para los entretenimientos gréficos a los nifios, aun- que no sea més que para permitir el des- cubrimiento de un modo particular de expresién no figurativa. He aqui algunos ejemplos: Segin que la incitacién sea central ‘0 no, que el gesto resultados serén diferentes. ‘sea continuo 0 discontinuo o el tipo de util utilizado, los Alrededor de un centro de interés hi Alrededor de dos centros de interés Este nifio ha tenido précticamente en cuenta lo que se le habia propuesto. Su grafismo se desarrolla muy Junto y andrquicamente y repito de nuevo que esta en su derecho, Alrededor de tres centros de interés alineados diversamente en el espacio - papel ‘A veces uno de los centros resulta preferido, en ‘otras son tratados por igual, 0 completamente ig- norados, «comidos» en cierta forma por los ador- nos que el nifio desarrolla, ES | WE un N Wy) Bi Rs ; Wala. Ut rh y a x (| a Diversién gréfica a partir de 3 contros de interés. Consig- ‘na _suplementaria: «Her tres hileras de. dibujos, alrede- dor de cada pega tina, Debes hacer el mismo signo pa- ra cada hilera. Diversion gréfi- ca con la consig- na siguiente: «Haz primero unos re- dondeles donde quieras del papel. Dibuja después al- go que salga de cada uno de los re- dondeles, como los rayos del sol. Haz sdespués fo que te parezcan., La misma consigna anterior, més una consigna suplementaria: Ejemplo de grafismo esponténeo que a educadora afsla en un dibujo de nnifioy propone a la observacién de los demés para que ellos reproduzcan ol espititu y no la estricta disposicion espacial. Este estilo de ejercicio es un verdadero ejercicio de lectura de indices y al mismo tiempo un ejerci clo de abstraccién, ya que el_nifio, vara tener éxito, debe descubrir una ley de composicién. Debajo, la produc- clén de dos nifos. v BES2e5 38" oe sesase S52 88288 7 co, de acuerdo con la consigna: «Dibujar algo con los signos gréficos Entretenimiento. gr éfi- siguientes». inicial. Sp > Rathi Poticién de una bisqueda por ban- das decorativas con repeticién regular Uo los motives es- cogidos. partir de una gre- " sorias de un recténgulo, ejecutar un trabajo en simetria. Diversién gréfica a base de zig-zags. Bisqueda decorative a base de slineaciones constitudas con syuda de diferentes temas sace- dos del grafismo totalmente libre (reproduccién de un tejido) A partir de una cuadricula de rombos . Esto serfa meter en un callején sin salida a lo que yo lamarfa el «cemento de la personalidad», es decir, a la afee+ tividad. En el arte del pedagogo (que en este librito no habré encontrado més que una técnica) estriba el hacer de manera que la afectividad del nifio esté constantemente en juego y, en particular, que este dltimo encuentre alegria en esta dialéctica del movimiento y del signo grafico. Ahi es donde interviene Ia creatividad de Ia educadora. A ella le corresponde proponer a los nifios situaciones capaces de alcanzar su afectividad, al tiempo que les permita adquirir una autonomfa cada vez mayor de su gesto gréfico. Y esto, que es una resultante de la pedagogia intuitiva, es imposible plani- ficarlo en un trabajo de pedagogia, aun- que sea prdctico como éste. (1) Ver “Lrapprentissage de Vécriture” (G. Cal- my), ed. F. Natham, INDICE DE MATERIAS prélogo eg ee eee ee Introduccion. . 2. Las etapas genéticas en la génesis del acto grafico Los diferentes niveles del grafismo infantil . . . Principios de una educacién psicomotriz del gesto grafico Reglas pedagégicas para la educacién del gesto gréfico Entretenimientos gréficos. . . 7. ee Procesos mentales que posibilitan los ejercicios gréficos . ‘Un caso particular: el grafismo ritmado. . . . Conclusion. - - ee woe Kw poo 20) Printed in Spain - Impreso en Espafia por Industria Grafica Ferrer Coll, 8. A. Pasaje Solsona, s/n. - Barcelona-t4 Depésito Legal: B. 18.890-1977 ISBN: 84-244-0420-3,

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