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Directores

Javier Pradera / Fernando Savater DE RAZÓN PRÁCTICA Mayo 1998


Precio 900 pesetas N.º 82

JAIME GARCÍA AÑOVEROS


La reforma del Impuesto sobre la Renta

CARLOS GARCÍA GUAL


El debate de las Humanidades

MILAN
KUNDERA El velo de la
preinterpretación en llamas

JOSÉ MARÍA RAFAEL NÚÑEZ


GUELBENZU FLORENCIO
Scott Fitzgerald: El terrorismo en España
El gran perdedor hace un siglo

ROBERTO L. BLANCO VALDÉS


MAYO 1998

Altos cargos y control parlamentario


DE RAZÓN PRÁCTICA
Dirección
JAVIER PRADERA Y FERNANDO SAVATER
S U M A R I O NÚMERO 82 MAYO 1998
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Consejero Delegado
JUAN LUIS CEBRIÁN
Director General
JAVIER DÍEZ DE POLANCO
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MILAN KUNDERA 2 EL VELO DE LA
PREINTERPRETACIÓN EN LLAMAS
Coordinación Editorial
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ITALA SPINETTI
JAIME GARCÍA AÑOVEROS 05 LA REFORMA DEL IMPUESTO
SOBRE LA RENTA

ROBERTO L. BLANCO VALDÉS 14 ALTOS CARGOS


Y CONTROL PARLAMENTARIO

CARLOS GARCÍA GUAL 24 EL DEBATE


DE LAS HUMANIDADES

JAVIER AGUADO 31 LAS HUMANIDADES EN LA ESCUELA


Entre el casticismo nacional
y la libre vacuidad
Ilustraciones
JUSTO BARBOZA
(San Juan, Argentina,1938) trabajó
hasta su exilio (tras el golpe de Estado
de 1976) en actividades relacionadas
con las artes plásticas, el diseño, los
medios audiovisuales y la docencia.
ALEJANDRO
MIQUEL NOVAJRA 38 MI HISTORIA ES MÍA
En 1981 obtuvo la nacionalidad
española; a partir de 1982 ha
ilustrado artículos en el diario El País
y ha realizado diversas exposiciones
de escultura y grabado.
Literatura
José María Guelbenzu 46 Scott Fitzgerald:
El gran perdedor

Ensayo
Thomas S. Harrington 50 Invenciones de Españas

Historia
Rafael Núñez Florencio 52 El terrorismo en España
hace un siglo

Francis Scott
Fitzgerald
Caricaturas
LOREDANO
Sociología
Juan José García de la Cruz 59 La profesionalización
de la tropa

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Artes Plásticas
José María García López 66 Resurrección
del cadáver exquisito
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Política
César Leante 68 Cómo desapareció la prensa
independiente en Cuba

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Cine
73 Diálogo con Ricardo Franco
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Entrevistas Imaginarias
Jesús Ferrero 78 Francis Scott Fitzgerald
EL VELO DE LA
PREINTERPRETACIÓN EN LLAMAS
MILAN KUNDERA

EL HOMBRE DEL RUIDO casa de antiguos condiscípulos de institu- tar con la monarquía que lo había prece-
Otra estancia en Bohemia: en casa de to (inútilmente) y acaba pasando las no- dido); lo que cambió de cabo a rabo su
otro amigo, tomo al azar de la biblioteca ches en los trenes, que le procuran, con vida fue la inversión de la relación entre
un libro de Jaromir John, novelista checo su ruido suave y arcaico, un sueño relati- ruido y silencio.
de los años veinte y treinta. Autor culto, vamente apacible. Las múltiples consecuencias de esta
refinado, olvidado desde entonces. Leo Con todo, si bien puedo permitirme inversión podrían llamarse existenciales:
esa novela, El monstruo de explosión, por imaginar a Engelbert como un hombre otra relación con la naturaleza, con el des-
primera vez en 1992. Escrita hacia 1932, real que hubiera escrito su autobiografía, canso, con la belleza, con la música, tam-
cuenta una historia que transcurre 10 apuesto a que su confesión no se hubiera bién algo que me parece de una impor-
años antes, durante los primeros años de parecido al texto del novelista. ¡Recono- tancia excepcional: otro lugar concedido a
la República checa nacida en 1918. El se- cer que el ruido de los automóviles había la palabra. La omnipresencia del ruido
ñor Engelbert, asesor forestal en el anti- cambiado su vida más que la indepen- provoca no sólo una alergia al ruido (lo
guo régimen de los Habsburgo, se retira dencia de su país, durante tanto tiempo cual es una evidencia médica), sino tam-
por aquel entonces a Praga tras su jubila- anhelada, sería para el anciano una con- bién (lo cual es una sorpresa existencial)
ción; pero, al toparse con la moderna fesión inconfesable! Porque (como todos una necesidad de ruido; de esa evidencia
agresividad de la joven República, es pre- nosotros) vivió en un mundo preinterpre- resulta, por ejemplo, que, en la radio, la
sa de una decepción tras otra. Una situa- tado. La libertad, la independencia nacio- palabra vaya casi regularmente acompaña-
ción nada nueva. Sin embargo, lo inédito nal, la democracia, o (visto desde el án- da por un fondo sonoro, ya sea música o
–lo que define ese mundo moderno, lo gulo opuesto) el capitalismo, la explota- sonidos reales (de una fábrica, de una ca-
que pasará a ser la pesadilla de Engelbert– ción, la desigualdad social, son nociones lle, etcétera); para quien escucha, la pala-
no es el poder del dinero o la insensibili- muy serias, sagradas, capaces de explicar bra queda doblemente confundida: por el
dad de los arribistas (aunque todo eso el comportamiento humano. A ello debe ambiente sonoro de la habitación donde
contribuya también a su decepción) sino remitirse toda biografía seria. El ruido se halla la radio y por el sonido elaborado
el ruido; el nuevo ruido, el de las máqui- tan sólo puede ocupar un puesto margi- en el estudio. Por tanto, no sólo se oyen
nas y los aparatos encarnados en primer nal, a pie de página, como una molestia peor las palabras, sino que la palabra, en
lugar por los automóviles y las motocicle- anodina y, en definitiva, más bien gracio- general, como tal, ya no ocupa como an-
tas: los monstruos de explosión. sa. tes el lugar privilegiado que tenía en el
Pobre señor Engelbert: se instala pri- Sin embargo, en vez de tomarse en mundo sonoro; no incita ya a concentrar-
mero en una casa en un barrio residen- serio la preinterpretación del mundo, el se con atención; la palabra ya no es sino
cial; allí, los automóviles le descubren por novelista se concentró en la vida concreta un ruido entre otros.
vez primera la existencia del mal sonoro de un hombre concreto y llegó a una
que convertirá su vida en una huida sin comprobación a la vez modesta y enor-
fin. Se muda a una casa elegante situada me: el hombre moderno es el que vive en EL VELO DE LA
en otro barrio, encantado de que en su un mundo desertado por el silencio; o PREINTERPRETACIÓN EN LLAMAS
calle los automóviles tengan prohibido el más exactamente: en un mundo donde la Cuando John escribió su novela debía de
acceso. Ignorando que la prohibición era antigua relación entre ruido y silencio se haber un coche por cada cien praguenses
tan sólo temporal, se aterra la noche en ha invertido: lo excepcional ya no es el o tal vez, quién sabe, por cada mil. Preci-
que oye zumbar los monstruos de explo- ruido (música incluida), sino el silencio. samente en esa época en que la sonori-
sión bajo su ventana. A partir de enton- Descubrimiento considerable; por- dad ambiental era todavía incipiente es
ces se lleva a la cama toda suerte de tam- que lo que cambió, marcó y remodeló la cuando el fenómeno del ruido pudo cap-
pones para los oídos y comprende que vida de Engelbert no fue el nacimiento tarse en toda su sorprendente novedad.
“dormir es el anhelo humano más funda- de la República independiente (con ser Tal vez podamos deducir de ello una re-
mental y que la muerte causada por la Engelbert un gran patriota) ni los inven- gla general: un fenómeno social no se
imposibilidad de conciliar el sueño debe tos técnicos que facilitan la vida (avión, percibe mejor en el momento de su má-
de ser la peor de las muertes”. Busca (inú- teléfono, aspirador, telégrafo) ni el régi- xima expansión, sino cuando se halla en
tilmente) el silencio en hoteles rurales, en men democrático (que debió de contras- sus inicios, casi inocente aún, tímido, in-

2 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


n
poder burocrático en la época de Kafka
era mucho más débil que el actual. Para
quien fuera capaz de distinguirlo, de ver-
lo, era aún algo sorprendente. Y la sor-
presa no es sólo fuente de conocimiento,
sino fuente de poesía. Kafka escribió a
Milena Jesenska que las oficinas le fasci-
naban, sobre todo, por su aspecto fantás-
tico, lo cual significa que las decisiones
diferidas, inapropiadas, confusas y que,
sin embargo, pesan como una fatalidad
sobre el destino del hombre, crean situa-
ciones hasta tal punto insólitas, irreales,
que se asemejan a escenas de un sueño.
A Engelbert aún le sorprendía el rui-
do. La generación siguiente ya nació en
el mundo del ruido: era su propio mun-
do, su mundo natural (en el sentido: el
que se encontró al nacer); sin que por
ello fuera menos perjudicial, la omnipre-
sencia del ruido había dejado de ser cho-
cante. La esencia del hombre había que-
dado alterada, modificada; el hombre era
ya otro hombre: el hombre inmerso en el
ruido, el hombre del ruido.
Hoy día, la omnipresencia burocráti-
ca se ha hecho tan evidente que no da
pie a que nos sorprendamos. Es nuestra
naturaleza, hemos nacido en ella. Cuan-
to más omnipotente se vuelve, menos vi-
sible es. Llamamos “kafkiano” a lo que
nos parece aberrante, absurdo, anormal,
cuando el mundo kafkiano es el mundo
en el que vivimos todos normalmente,
sin que nos produzca sorpresa alguna.
Pero nada se le escapa tanto al hombre
como, precisamente, el carácter concreto
de su propia vida. De hecho, nos lo de-
comparablemente más débil de lo que inducirnos a pensar que la burocracia del muestra la lectura de las novelas de Kaf-
será el día de mañana. Imperio austrohúngaro, que inspirara a ka: a un lector le resulta más fácil com-
Fue Kafka quien, por primera vez en Kafka, debió de ser excepcionalmente es- prender la historia de Kafka como una
la historia, escribió una novela que se de- pantosa y alcanzar el más alto grado de alegoría religiosa, o como una confesión
sarrollaba exclusivamente en el marco de locura burocrática en la historia de la íntima disimulada, que ver en ella la rea-
las oficinas, bajo su poder absoluto, co- humanidad. Pues bien, no es así. Al lidad (fantásticamente transformada),
mo si el mundo no fuera sino una única igual que el estruendo de los motores de esa misma realidad a la que todo lector
e inmensa administración. Ello podría explosión en la época de Jaromir John, el debe enfrentarse durante su propia vida.

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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3
EL VELO DE LA PREINTERPRETACIÓN EN LLAMAS

El hombre padece una ceguera existencial familia burguesa expropiada, al que ense- la al modo de Guerra y paz. Porque, así
y en ello reside sin lugar a dudas una de guida facilitó (como regalo de boda) una como la Historia (la de la humanidad)
las cualidades humanas fundamentales. brillante carrera profesional; actualmente puede tener el mal gusto de repetirse, la
Con Cervantes, esa ceguera se con- este apparatchik vive completamente solo Historia de un arte no tolera las repeti-
vierte por primera vez en la historia en el sus últimos días: la familia de su yerno ha ciones. El arte no está ahí para registrar,
tema fundamental de una gran obra de recuperado los bienes que habían sido cual gran espejo paciente, las infinitas re-
arte. Don Quijote es un caballero fiel- nacionalizados y la hija se avergüenza de peticiones de la Historia. Está ahí para
mente consagrado a la belleza de la ese padre comunista a quien sólo se atre- crear su propia historia. Lo que quede un
preinterpretación, la cual era entonces ve a ver en secreto. Mi amigo se echó a día de Europa no será su Historia repeti-
poética, hermosa, llena de fantasía, por reír: “¿Te das cuenta? ¡Es, literalmente, la tiva, que en sí misma no representa valor
haberse alimentado de mitos y leyendas: historia de papá Goriot!” El hombre que alguno. Lo único que puede quedar de
mágico velo suspendido ante el mundo fuera poderoso en la época del terror lo- ella es la Historia de sus artes. n
concreto. Con Cervantes, ese velo apare- gra casar a sus hijas con enemigos de clase
ció por primera vez en llamas. Eso me que, tiempo después, en la época de la
mueve a pensar que el nacimiento de la Restauración, ya no quieren saber nada
novela arranca con la quema del velo de de él, hasta tal punto que el pobre padre © Milan Kundera
la preinterpretación que cubre el rostro no puede verlas nunca en público. © de la traducción: Javier Albiñana
de lo concreto, y que ese gesto incendia- Mi amigo y yo nos reímos de buena
rio constituye el acto fundacional del ar- gana. Hoy me paro a analizar esa risa: a
te de la novela, gesto repetido posterior- fin de cuentas, ¿por qué nos reímos?
mente en cada novela digna de serlo. Se impone la célebre idea de Marx: un
Comparados con el fascinante perso- acontecimiento histórico se repite siempre
naje de Don Quijote, los guardianes de en forma de farsa. Pero, ¿es realmente tan
la preinterpretación contemporánea son “fársica”1 la historia del anciano apparat-
seres apoéticos, convencionales y aburri- chik? No: su vejez es tan conmovedora y
dos. La fuente de la preinterpretación triste como la de papá Goriot. No es una
moderna no es ya una literatura mitolo- situación la que, al repetirse, pasa de re-
gizante, fantástica, poética, sino el dis- pente a ser cómica; Es el que se repite el
curso político, moralizante, ideológico. que es cómico. Porque para repetirse (y en
Hay escritores que, inspirados por mejo- nuestro caso es la propia Historia la que se
res intenciones, se apresuran a investir repite) se necesita no tener pudor ni me-
de carne novelesca la preinterpretación moria ni inteligencia.
momentánea del mundo. Ignoran que, El hecho de que un hombre le diga a
al hacerlo, se sitúan en el polo opuesto una mujer “te quiero” no tiene en sí nada
de Cervantes o de Kafka; que se sitúan al de cómico; pero, si se lo dice por vigési-
otro lado de la historia de la novela. motercera vez a la vigésimotercera mujer,
con el mismo tono sincero, con la misma
lágrima a punto de saltársele, querámoslo
EL MAL GUSTO DE REPETIRSE o no, nos reiremos aunque la vigésimo-
Durante una de mis primeras estancias tercera mujer sea tan querida como la
en la Bohemia descomunizada, un amigo primera.
que ha vivido allí desde siempre me dijo: Volviendo al viejo apparatchik no es
lo que necesitamos es un Balzac. Porque él el que provocó nuestra risa. La provo-
lo que se ha instaurado aquí es una socie- có la Historia.
dad capitalista, con todo lo que en ella es Y volviendo a la exhortación de mi
vulgar, cruel y estúpido, con advenedizos, amigo praguense: ¿necesita a su Balzac la
estafadores y timadores, con la grotesca época en que vive mi amigo en Bohemia?
chabacanería de los nuevos ricos. La Tal vez. Tal vez a los checos les resultaría
crueldad del dinero ha sustituido a la útil, ilustrativo e interesante leer novelas
crueldad de la política. La estulticia co- sobre la recapitalización de su país, un ci-
mercial ha sustituido a la estulticia ideo- clo novelesco amplio y rico, con muchos
lógica. Pero lo que convierte esta nueva personajes, muchas descripciones, escrito
experiencia en algo pintoresco es que al modo de Balzac. Pero ningún novelista
conserva, intacta en su memoria, la anti- que se precie escribirá esa novela. Sería
gua, que ambas experiencias se han en- ridículo escribir otra Comedia humana.
samblado y que la historia, al igual que Al igual que sería ridículo escribir acerca
en la época de Balzac, demuestra ser ca- de la Segunda Guerra Mundial una nove-
paz de generar increíbles embrollos. Mi
amigo me cuenta entonces la historia de
un anciano, antiguo alto funcionario del 1 Literal de: sifarcique en francés... (y, en fran-
partido, quien, hace 25 años, propició la cés, sin las comillas que añado yo aquí por mi Milan Kundera es novelista y ensayista. Autor de
boda de su hija con el hijo de una gran cuenta –y la de Albiñana– por razones obvias). La broma y La insoportable levedad del ser.

4 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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LA REFORMA DEL IMPUESTO
SOBRE LA RENTA
JAIME GARCÍA AÑOVEROS

1. Introducción1 13 de febrero de 1998 , dice que “el IRPF La ausencia de elasticidad-renta en


La reforma del Impuesto sobre la Renta actual ha venido perdiendo en los últi- este impuesto no es una cuestión tan re-
de las Personas Físicas (IRPF) está de mos años una parte muy importante de ciente, y no se vislumbra el mecanismo
moda: conviene analizar si es moda ca- su flexibilidad recaudatoria inicial, por lo para conseguirla de una manera estable,
prichosa o fundada. Porque no se trata que tampoco constituye hoy el instru- fundada, como no sea el mejor control de
de retoques a los que los impuestos están mento tributario más adecuado para una algunas rentas no salariales. Pero la insu-
siempre sometidos, sino de un cambio política de estabilidad a largo plazo…”. ficiencia recaudatoria no es causa sufi-
profundo; tanto que el nuevo impuesto, No analiza la Comisión cuáles son las ciente para propugnar una “ruptura” en
sin dejar de pertenecer al género “im- causas de ese estancamiento; se limita a la manera de concebir el impuesto. No
puesto sobre la renta”, presente notables tomar razón del hecho. Pero los propios son razones recaudatorias las que deter-
señales de diferenciación de la figura términos en que lo hace suscitan algunas minan una tendencia al cambio digamos
que, con tal nombre, tenemos en nuestro dudas sobre dichas causas. Se puede casi radical. Si éste fuera el problema, las
sistema tributario desde 1978. Habrá aventurar la hipótesis de que ni siquiera medidas a adoptar tendrían que ser otras,
que analizar si hay razones para propug- la primera formulación de este impuesto, distintas de las que la Comisión Lagares
nar un cambio profundo. Y esas razones la de 1978, tuvo en sí mucha flexibilidad propone.
están ligadas, lógicamente, a las funcio- recaudatoria; tampoco la segunda, con-
nes que se esperan de un impuesto de es- cretada en 1991. Lo que los datos de cre- 3. El IRPF y la justicia
te tipo. Ésta es, en primer lugar, recauda- cimiento recaudatorio enmascaraban En mi opinión, la primera razón “intrín-
toria, pues para eso existen los impues- eran precisamente los ininterrumpidos seca” para hacer un cambio profundo en
tos; en segundo lugar, de justicia o aumentos de la presión efectiva real por el IRPF actual es su chocante falta de
equidad, pues los impuestos, al discrimi- este impuesto, que se benefició, si así equidad. Conviene detenerse en este as-
nar a los ciudadanos mediante la apro- puede decirse, de una inflación que lo pecto, menos destacado en general. La
piación de sus medios económicos de transformó en exitoso desde el punto de propia Comisión Lagares lo trata con
una u otra manera, responden a criterios vista recaudatorio, ya que, desde 1983, cierta amplitud pero indirectamente, al
de reparto de la carga entre los afectados; cuando ya se tenían datos sobre los ejer- analizar las ventajas de sus propuestas
económicas de diverso tipo, según ideas cicios iniciales de su aplicación, se res- desde el punto de vista de la equidad. Pe-
de estabilidad y crecimiento económico, pondió con la falta de adecuación de tra- ro es que, además, las resistencias a estas
pues de una manera u otra pueden ser mos tarifarios y deducciones a las varia- propuestas pretenden fundarse en la ade-
más o menos dañinos, si suponemos que ciones del valor del dinero, con alguna cuación a la equidad del impuesto actual,
la suma bondad económica se produce accidental y, por supuesto, insuficiente lo que es un contrasentido.
en una teórica situación (y tan teórica) acomodación. Este crecimiento, aumento No hay que olvidar que la fundamen-
en que el impuesto no existe. Empece- de carga real para todos los contribuyen- tación del sistema tributario en el princi-
mos por la recaudación. tes, silencioso, por el mero efecto de la pio de capacidad y la exigencia de progre-
inflación operando sobre tramos y de- sividad en el mismo son de carácter cons-
2. El IRPF y la recaudación ducciones nominalmente invariados, ex- titucional (art. 31 CE). Aunque en éste y
El informe de la Comisión para el Estu- plica la “flexibilidad recaudatoria” inicial, en muchos otros campos la constitucio-
dio y Propuestas de Medidas para la Re- y también el estancamiento final, que ha nalidad de lo que se dice, promete o aspi-
forma del Impuesto sobre la Renta de las coincidido con una notable moderación ra se da por supuesta, lo cierto es que las
Personas Físicas (Comisión Lagares), del de la inflación. Más en concreto, lo que exigencias constitucionales vetan solucio-
incide en la menor flexibilidad es la mo- nes que pueden ser plausibles desde mu-
deración de los crecimientos salariales, ya chos puntos de vista.
1 Cuando a mediados de abril de 1998 se co- que, como tendremos ocasión de ver con El impuesto personal progresivo so-
rrigen pruebas de este trabajo, redactado a princi- posterioridad, la retribución del trabajo bre la renta global es uno de los cauces
pios de marzo de 1998, ha aparecido el antepro- dependiente es la fuente principal no só- más idóneos para conseguir ajustar el sis-
yecto de ley que establece la nueva regulación del
IRPF. Se tendrá en cuenta este texto en algún co- lo de la recaudación, sino de la flexibili- tema a la capacidad y dotarlo de un grado
mentario, principalmente en forma de notas. dad de ésta. efectivo de progresividad. No es el único,

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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5
LA REFORMA DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA

desde luego; la progresividad puede lo- mentar en el criterio más pragmático de n No grava la renta como un todo, si-
grarse, de una manera más burda, con la redistribución, pues es claro que la car- no que se fracciona en porciones a las que
otros impuestos, como, en primer lugar, ga mayor de la redistribución no actúa se aplican tarifas o tipos que, en definiti-
el de patrimonio, y también los impues- sobre los que más renta tienen, sino sobre va, son diferentes.
tos indirectos, como el Impuesto sobre el algunos, o pocos, entre ellos; que una so- n No es coherente con el principio,
Valor Añadido (IVA), mediante un ma- la fuente de renta, y especialmente la del inseparable de la medida de la capacidad,
nejo adecuado de la diversidad de tipos trabajo, sea la matriz de la redistribución de la renta neta; mediante un sistema
en relación con ciertos productos y con es un iniquidad tan evidente como in- discriminatorio de gastos deducibles, en
otros impuestos indirectos de menor inci- constitucional. Pues eso es lo que sucede ocasiones se gravan rentas brutas o “se-
dencia recaudatoria. en nuestro sistema del IRPF actual. He mibrutas”, y no se permiten las compen-
Pero, sobre todo, el impuesto perso- afirmado antes que este sistema es distin- saciones lógicas entre ganancias y pérdi-
nal sobre la renta global cumple esas fun- to del que nació en 1978, y muy distinto. das que confluyen en el periodo en un
ciones de adecuación a la capacidad con El de 1978 reunía, a estos efectos, las si- sujeto.
progresividad a condición de que satisfa- guientes características: n La tarifa es progresiva y fuerte;
ga las exigencias de globalidad en la renta n Gravaba la renta global, sin excep- 56% de tipo marginal, que aparece ade-
gravada. En ese caso, ningún impuesto lo ciones apreciables, incluidas las plusvalías. más en unos niveles moderados de renta
hace como él. Pero en la medida en que n Gravaba esa renta como un todo marginal (en el momento presente, desde
se aleja de ese ideal, no sólo es que cum- imputable a un sujeto, sometiéndola toda 10.750.000 pesetas). En 1979 había que
ple peor esas funciones de equidad, sino ella a una sola tarifa progresiva. alcanzar 39 millones, en pesetas de 1998,
que introduce fuertes componentes de n Determinaba la renta en coherencia para tributar al tipo medio máximo del
equidad a la inversa, o, si quieren, iniqui- plena con el principio de que había de 40% [Comisión Lagares. Informe, pág.
dad, injusticia. No sólo es que falte equi- tratarse de una renta global neta; admitía, 165]).
dad; es que sobra falta de equidad: no só- por tanto, la deducción de todos los gas- En realidad, desde mediados de los
lo algunos o algunas rentas dejan de tri- tos necesarios para obtener la renta, sea años ochenta quedaron fuera de la base
butar, sino que las que lo hacen no cual fuera su fuente; admitía, por tanto, porciones crecientes de las rentas del ca-
tributan más que proporcionalmente en la compensación entre ganancias y pérdi- pital mobiliario; y son crecientes porque
función de su cuantía sino de una mane- das y renta que proviniera de las distintas el ahorro se ha encaminado principal-
ra más o menos errática y con frecuencia fuentes, sin discriminación. mente, y sobre todo en los últimos años,
en razón inversa de la renta global, de las n El impuesto era muy progresivo por por este tipo de instrumentos fiscalmente
capacidades económicas. No se cumple el el sistema de deducciones en la cuota, pe- protegidos, a lo que hay que añadir el fe-
principio de igualdad, ligado a la capaci- ro la tarifa era moderada, en cuanto que nómeno, quizá no incrementado pero
dad, de tributación igual de los iguales y el tipo medio de gravamen máximo era apenas disminuido en porcentaje de renta
desigual de los desiguales. Si la progresi- del 40%. total, de la evasión.
vidad aparencial es muy alta, la iniquidad Este sistema tropezó con dificultades Y otra consideración importante. En
crece exponencialmente. en su aplicación, y principalmente el pro- el año 1978 la diferencia entre el tipo
Hay que tener bien presente algo ele- blema de la evasión, determinado en parte medio máximo del IRPF (40%) y el del
mental: la progresividad en el impuesto por la inadecuación de los aparatos admi- impuesto de sociedades (35%) era de cin-
personal sólo tiene sentido de equidad nistrativos a la gestión de este impuesto. co puntos porcentuales. La elevación del
efectiva si alcanza a la globalidad de esa El sistema actual tiene, por el contra- tipo marginal del IRPF al 56%, a partir
manifestación de capacidad, en este caso rio, las siguientes características: de tramos de renta no muy altos, con el
la renta. La progresividad fuerte para par- n No grava la renta global; hay excep- mantenimiento del tipo del impuesto de
tes de renta es una evidente iniquidad. ciones apreciables, como son gran parte sociedades, ha hecho que esa diferencia
Así se concluye si la progresividad se de las rentas del capital mobiliario, por el haya ascendido a 21 puntos porcentuales.
quiere fundamentar en el principio de mecanismo de los fondos de inversión y Se comprende que el incentivo para
igualación del sacrificio marginal de los planes de pensiones, y discriminación en- transferir a las sociedades las fuentes de
contribuyentes, como si se quiere funda- tre residentes y no residentes. renta sea imparable. Claro que no todas

6 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


n
JAIME GARCÍA AÑOVEROS

con criterios de comodidad recaudatoria


reñidos con la lógica de equidad del im-
puesto global, personal y progresivo.
Tampoco se trata de aceptar la evasión co-
mo realidad insobornable. Pero sí se pue-
de concluir que en el sistema actual del
IRPF:
n Las rentas del trabajo dependiente
(tampoco todas) en todos sus niveles son
la principal base sobre la que opera una
fuerte progresividad nominal.
n La lógica de la progresividad como
aportadora de equidad ha desaparecido de
este impuesto fragmentado.
n Los contribuyentes que, por su si-
tuación personal, no pueden escapar al
impuesto en toda su implacabilidad tri-
butan de una manera exagerada, confisca-
toria incluso en bastantes casos.
n La situación de desigualdad es evi-
dente entre los distintos sujetos, tanto por
razones legales (algunas rentas del capital
mobiliario, por ejemplo) como ilegales
(evasión de rentas variadas).
n El mantenimiento, en estas circuns-
tancias, de tipos marginales muy altos au-
menta la iniquidad.
Por último, quiero indicar que las
únicas rentas afectadas por esta iniquidad
no son las que pueden considerarse rentas
altas del trabajo dependiente (y de algu-
nas actividades profesionales y empresa-
riales muy controladas a través de sus “pa-
gadores”). Lo que se entiende por rentas
altas es siempre muy relativo, en el senti-
do de que suele depender del punto en
que se sitúa el observador. Pero es que el
gravamen acrecentado de esas rentas no
las fuentes pueden transferirse; de hecho, han crecido de manera espectacular; y es- afecta sólo a las altas, sino a las medias y
las concentraciones personales fuertes o tamos hablando de actuaciones legales, bajas (con exclusión de las muy bajas, es-
menos fuertes de capital mobiliario, no de operaciones de evasión ilegal. pecialmente las incontroladas); el mante-
cuando no se acogen al sistema de los No se trata de discutir aquí la raciona- nimiento de la capacidad recaudatoria del
fondos de inversión y semejantes, han de- lidad económica de las medidas incentiva- impuesto sólo se ha podido hacer sobre
saparecido casi por completo. De este doras del ahorro. Mucho más discutibles estas espaldas, por las razones indicadas, y
modo, las rentas de capital mobiliario son todas las medidas que han fracciona- porque, además de la inflación implacable
que se sustraen al impuesto progresivo do las bases en su atribución individual sobre tramos inmutables, el magnífico sis-

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
7
LA REFORMA DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA

tema (desde la perspectiva de la progresi- 4. Breve digresión sobre cambiantes en el tiempo, en función de
vidad) de las deducciones en la cuota se la política redistributiva las mejoras que se produzcan en los nive-
ha transformado en un factor de opresión La redistribución mediante la utilización les económicos, no medios, pero sí gene-
recaudatoria sobre rentas medias y bajas a del sistema público de ingresos y gastos rales. El argumento normalmente utiliza-
causa de su inmutabilidad (o casi) ante el sólo tiene sentido si se contempla tam- do es el de las diferencias, grandes o pe-
fenómeno inflacionario. bién el gasto público. El impuesto, cual- queñas, crecientes o decrecientes; pero
Y aquí entra la demagogia. En estas quier impuesto, puede llegar a ser confis- también puede estimarse equitativa la si-
circunstancias, los tipos altos en la tarifa catorio por lo elevado, pero el grado de tuación en que nadie esté por debajo de
progresiva operan como un bálsamo con- redistribución depende sobre todo de la un razonable mínimo, interpretado en
fortador para quienes están sufriendo una estructuración del gasto. Por el contrario, función de las circunstancias cambiantes
presión brutal en sus rentas medias y ba- para hacer redistribución a través del sis- a plazo medio y largo.
jas. La proyección pública de tipos como tema hacendístico no es imprescindible Estas consideraciones tienen su tras-
el 56%, el 70% en la acumulación sobre que la progresividad tenga una imagen es- cendencia en el ámbito tributario. Tanto
el patrimonio, incluso más del 100%, se- candalosa medida en dígitos de grava- que la propuesta de la Comisión Lagares
gún la ley, en algunos casos2, deja el espí- men; basta con que el tributo no sea re- tiene como criterio para fijar un mínimo
ritu abierto a considerar el sentido justi- gresivo y la política de gasto se articule a partir del cual se aplica la progresividad
ciero de estas sabias normas que tanto da- con criterio redistribuidor, lo que es, en el “mínimo vital exento”, variable según
ño deben hacer a algunos. nuestras sociedades, casi inevitable. De las cargas personales, y no estable a largo
Pero si se contemplan los datos recau- suyo, un impuesto personal sobre la renta plazo3. A este asunto no me voy a referir
datorios por tramos de renta, tanta felici- de carácter proporcional puro puede dar en estas consideraciones, pero de todo
dad se viene abajo, a poco empeño que se lugar a una fuerte redistribución si las ello resulta que las afirmaciones sobre el
ponga en razonar. La recaudación corres- prestaciones públicas se hacen con un carácter no progresivo, o menos progresi-
pondiente a esos altos tramos de la tarifa es simple criterio igualatorio, o, más aún, en vo, de un impuesto que no tenga tipos
irrisoria; aunque, eso sí, después de haber función de las necesidades de los percep- marginales muy altos son, en general,
gravado seriamente a unos pocos, que no tores no cubiertas o peor cubiertas por su más bien demagógicas y no pueden ad-
son todos los que se encuentran, de ver- renta o capacidad económica; de este mo- mitirse en el sentido en que se utilizan,
dad, en esos tramos de renta, sino sólo do, cada cual pagaría en función directa sino teniendo en cuenta todos los aspec-
unos cuantos que no han podido escapar de su renta y percibiría en función directa tos del problema, que es, desde luego,
(se entiende, por vías legales). En las cir- de sus necesidades, por lo menos en lo complejo.
cunstancias actuales del impuesto del que se refiere a los servicios públicos divi-
IRPF, los tipos altos son un espejismo para sibles y personalizables. De hecho, es así 5. Razones económicas. La inserción
tener contentos a los más, sin fruto para en muchos supuestos; en algunos, al me- en una unidad económica amplia
nadie. Y, menos que para nadie, para la nos tendencialmente. Son las que normalmente se invocan pa-
equidad basada en la capacidad económica Por lo demás, la Constitución manda ra pedir la reforma del actual IRPF. Me
real y en la progresividad, para las que que el sistema tributario sea progresivo; y voy a referir a ellas, pero más brevemen-
constituyen una irrisión, defendida con las funciones de redistribución no son te, porque, de alguna manera, están más
frecuencia desde las alturas de una impla- propiamente mandato constitucional, si- difundidas. De éstas hay algunas que se
cable justicia tributaria niveladora. Quiero no que habla (art. 40) de “una distribu- derivan del hecho de que la economía es-
destacar estas razones porque el actual ción de la renta regional y personal más pañola se inserta en una zona geográfico-
IRPF es sustancialmente inconstitucional equitativa”, lo que es mucho, pero es me- política en la que las fronteras económi-
por inicuo, en relación con los principios nos que redistribución. Y, sobre todo, cas han desaparecido, o casi, y en un
de capacidad e igualdad de nuestra Consti- esas políticas no están vinculadas en ex- mundo de liberalización creciente de las
tución. Y ésta es una razón para su profun- clusiva al instrumento tributario, ni si- transacciones económicas internaciona-
da reforma, al menos tan importante como quiera al hacendístico, que incluye el gas-
la que más, en la que no se suele reparar. to público. La incidencia de los poderes
públicos, por ejemplo, en la política de 3 El anteproyecto incorpora este criterio: en el
rentas u otras pueden tener un efecto in- artículo 40 fija el mínimo personal en 550.000 pe-
mediato sobre la equitativa distribución setas, y puede ser superior por razón de edad o dis-
2 Estas situaciones pueden producirse porque
de la renta. capacidad; este mínimo personal se incrementa, en
la ley de 1991, después de establecer el tope del Por último, cabe discutir qué es una su caso, para constituir un mínimo personal y fa-
70% de la base, es decir, de la renta neta, para el pa- miliar, en cantidades variables, 100.000 pesetas por
go conjunto del IRPF y el impuesto de patrimonio, política equitativa de distribución perso- ascendiente mayor de 65 años, en algunos casos, y
añadió (art. 31) un mínimo en el impuesto de patri- nal de la renta. Para algunos se trata de 200.000 o 300.000 pesetas por hijo, según el nú-
monio, que es, en cualquier caso, el 20% de la cuo- perseguir una política igualatoria, lo que mero de éstos; hay otros factores de incremento de
ta que corresponde por dicho impuesto. En el caso ese mínimo.
de un sujeto que, por ejemplo, tenga su patrimonio tropieza con dificultades para encajarse A efectos del razonamiento anterior, estos mí-
en acciones de una sociedad que un año no reparte en un sistema de libertades, incluidas las nimos, plenamente operativos para aplicar la tarifa
dividendos, en el caso de que no tuviera otra fuente económicas. Para otros, la equidad distri- del impuesto, no deben confundirse con el míni-
de renta, tendría ese año una renta cero y, sin em- mo vital que refleje la posible calidad de vida, pues
bargo, tendría que pagar, por IRPF e impuesto de
butiva requiere un gravamen, si no iguali- a esas cantidades hay que añadir el conjunto de ser-
patrimonio, el equivalente al 20% de la cuota del tario, que implique al menos un cercena- vicios públicos gratuitos que se perciben de los en-
impuesto de patrimonio. Lo mismo sucede, por miento llamativo de la renta alta. Pero es tes públicos (sanidad, educación y otros), que tie-
otras razones, en los casos de patrimonios integra- que la distribución equitativa de la renta nen un alto sentido redistributivo y configuran con
dos en gran parte por nudas propiedades, que no las rentas percibidas, el conjunto de bienes y servi-
producen ni pueden producir rendimientos grava- exige que nadie baje de unos mínimos ra- cios disponibles para una persona en una sociedad
dos en el IRPF. Los ejemplos pueden multiplicarse. zonables, que lógicamente habrán de ser solidaria.

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les. Lo primero se concreta en la perte- bién otras medidas “estructurales” que da negativamente; y precisamente por-
nencia a la UE; lo segundo, en lo que afectan al gravamen de las rentas de ca- que la tarifa progresiva en todo su es-
usualmente se llama globalización. pital, como las que han procurado paliar plendor opera esencialmente sobre ren-
Otras, en cambio, derivan de necesidades la “doble imposición económica” de los tas del trabajo, altas o bajas. En este as-
intrínsecas de la economía española. beneficios de las sociedades y los divi- pecto haría falta más homogeneidad,
Veamos las primeras. No es necesa- dendos, y otras sobre retenciones a no menos discriminación del ahorro por
rio, a estas alturas, dar muchas razones residentes. Por no hablar de otras con sus fuentes y por su materialización, y,
para algo que es de sobra conocido. En otros efectos, como la reducción de tra- además, quizá un estímulo adicional pa-
la Unión Europea, en la medida en que mos en la tarifa progresiva y la exonera- ra aumentar la cuota de ahorro (de for-
ha progresado la desaparición de toda ción, o tratamiento más beneficioso fis- mación bruta de capital) de nuestra eco-
suerte de barreras a la unidad económi- calmente, de los incrementos patrimo- nomía.
ca, los Estados miembros han perdido li- niales 4 . De este modo, no sólo por Esta segunda parte es más dudosa; y
bertad efectiva de elección tributaria. En razones de equidad, a las que nos hemos no me refiero con ello al incremento del
algún caso (notoriamente, el IVA, con referido antes, sino para evitar las distor- porcentaje del PIB que se destina a la
carácter vinculante) ha habido una for- siones en la localización de capitales y formación bruta de capital, sino a la ido-
mal pérdida (o puesta en común) de so- otros factores, se impone la acomoda- neidad de la utilización de un incentivo
beranía fiscal de los Estados miembros; ción del impuesto sobre la renta a “lo fiscal del ahorro frente al consumo. No
también en materia fiscal correspon- que se está haciendo por ahí fuera”. Y és- sé si, en condiciones de tratamiento fis-
diente a relaciones entre sociedades ma- ta es una de las poderosas razones para la cal no discriminatorio (neutral) de las
trices y filiales y a fusiones y absorcio- reforma profunda. distintas fuentes y formas de ahorro, y
nes. Pero es que, en lo demás, aunque la con una tarifa de tipos más moderados
armonización fiscal ha progresado poco, 6. Razones económicas. El ahorro que los que tiene la presente, sería nece-
los Estados se han visto forzados a apro- La incentivación del ahorro es otro de sario un incentivo fiscal adicional. Por-
ximar, a la baja, las tributaciones por los motivos para la reforma. Me deten- que la economía española ha mostrado
impuesto de sociedades y por el de la dré poco en este extremo. El ahorro está en los últimos cinco años un aumento
renta de las personas físicas; convergen- incentivado, en nuestra situación tribu- de la propensión al ahorro voluntario
cia efectiva, que se aprecia desde hace taria actual, en cuanto fuente de renta muy notable y casi espectacular; pero
más de 10 años, en tipos y estructuras gravada, aunque no de una manera ho- por las motivaciones básicas que deter-
tributarias, como, a principios de los no- mogénea, sino a través de ciertas formas minan en las personas la posposición del
venta, ya hizo ver el Informe Rudig. Y es de ahorro. También está, dado el con- consumo presente, a causa de incerti-
que la lógica de la libertad económica, texto general, incentivado el ahorro que dumbres surgidas respecto al sistema pú-
aplicada sin restricciones a factores (es- proviene de las rentas del capital. En blico de pensiones para los futuros, y
pecialmente el capital mobiliario) y pro- cambio, y salvo lo que corresponde a los aun muy futuros, pensionistas, y respec-
ductos, conduce inexorablemente a este planes de pensiones, con sus limitacio- to a la seguridad de la principal fuente
tipo de soluciones, que hagan compati- nes, la formación de ahorro procedente de renta para la mayoría de la población,
bles las necesidades recaudatorias de los de las rentas del trabajo está discrimina- individualmente considerada: el trabajo
Estados y las imperiosidades de la com- dependiente.
petencia. Los capitales se van de allí Aquí se pueden seguir distintos cami-
4
donde la tributación sea pesada, hacia Con tratamiento de total o parcial exonera- nos según lo que se quiera lograr. Pero no
cielos más benignos; y así quedan afecta- ción fiscal en la mayoría de los países de la UE. Se- hay que olvidar que se puede establecer
gún un informe de la Comisión de las Comunida-
dos el impuesto de sociedades y el de la des Europeas, de 22 de octubre de 1996, “entre algún mecanismo que implique disminu-
renta. Pero no sólo los capitales mobilia- 1980 y 1994, el promedio comunitario del tipo ción recaudatoria y que no produzca nin-
rios sino todos los demás, incluido el tributario implícito aplicado al trabajo por cuenta guna suerte de “discriminación positiva”,
ajena aumentó de forma constante del 34,7% al
factor trabajo, salvo que las “compensa- 40,5%. Este mismo indicador referido a otros fac- porque la gente haga lo que de todos mo-
ciones” del gasto público sean claramen- tores de producción (capital, trabajo por cuenta dos hubiera hecho en ausencia de la me-
te “compensadoras” de altos tipos en al- propia, energía, recursos naturales) disminuyó del dida fiscal favorable; situación no tan ra-
44,1% al 35,2%...”.
gunos países dentro de la UE. Y para detener la ruinosa competencia a la ba-
ra con algunos “incentivos” fiscales que
España, en ese mismo periodo, elevó ja, el Consejo Ecofin de 2 de diciembre de 1997 ha son, desde luego, beneficios fiscales, pero
su imposición por IRPF de una manera aprobado que la Comisión presente una propuesta que de incentivos no tienen nada, pues
tan silenciosa como implacable; pero, de directiva sobre fiscalidad del ahorro con el fin nada cambian5.
de garantizar un mínimo de imposición efectiva de
como hemos visto, no ha sido insensible las rentas del ahorro dentro de la Comunidad, y
a las servidumbres fiscales impuestas por para evitar distorsiones perjudiciales de la compe-
la libertad de movimiento de capitales, a tencia. También ha aprobado un código de con-
5 El anteproyecto no incluye medidas de in-
ducta sobre la fiscalidad de las empresas que se re-
través, esencialmente, del tratamiento de fiere a las medidas fiscales que pueden influir de centivo del ahorro genérico, lo que se consigue, ob-
los Fondos de Inversión Mobiliario manera significativa en la radicación de la actividad viamente, por la reducción de la tarifa. Sí incluye
(FIM) y otras formas de inversión colec- empresarial dentro de la comunidad. medidas de incentivo del ahorro en cuanto se mate-
Los órganos comunitarios expresan de una rializan en determinados instrumentos de inversión
tiva. De este modo se ha creado la reali- manera u otra su preocupación por el descenso de (planes de pensiones) o a través del trato beneficio-
dad, un poco monstruosa, de un im- tributación de las rentas de capital, no sólo por ra- so de las rentas procedentes de otros instrumentos
puesto que presume de fuerte progresivi- zones recaudatorias de los Estados miembros, obli- (fondos de inversión, por ejemplo). En tal sentido,
dad y tipos elevados…, pero para una gados a situaciones próximas al equilibrio presu- las modificaciones introducidas sobre la regulación
puestario, sino porque no tiene mucho sentido una actual son más bien de detalle, con alguna excep-
parte de la renta, en esencia los rendi- tributación relativa mayor de las rentas de trabajo ción, como los seguros de vida, que son tratados
mientos del trabajo. Se han tomado tam- en situación alarmante de desempleo. con más “dureza” que en la legislación vigente.

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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7. Otras razones económicas A pesar de lo cual hay muchos “gastos tre los exentos, al ser la tarifa progresiva.
y de justicia entrelazadas: fiscales” en sentido estricto, perfectamente Por lo cual sería muy de recomendar la re-
la generalidad del impuesto prescindibles (aunque haya una notable visión cuidadosa de las exenciones en este
Con frecuencia, los expertos y aficiona- resistencia social a prescindir de algunos impuesto; y, para las que debieran perma-
dos a estos asuntos, y asesores y reco- de ellos); más aún, prescindir de algunos necer, su sustitución por una técnica dife-
mendadores diversos, apuntan a una es- de ellos es una exigencia de justicia consti- rente, menos discriminatoria8.
pecie de piedra filosofal para aumentar o tucional, por respeto a los principios de Pero es que, además, hay otras razones
mantener la recaudación por este im- capacidad e igualdad que impone (art. 31) más hondas: la exención, aun prescindien-
puesto, aun introduciendo moderación la Constitución. Hay que tener presente do de este efecto discriminatorio debido a
en tipos o tarifas: los gastos fiscales. que en este impuesto las desviaciones de la la progresividad, es siempre una excepción
Concepto que se utiliza con gran ligereza “norma” del impuesto, las exenciones que a los principios constitucionales que fijan
y no poca confusión, procedente de la constituyen excepciones a la capacidad e los criterios de distribución de la carga tri-
que se da, técnicamente, entre supuestos igualdad, son especialmente graves y per- butaria entre los contribuyentes: generali-
de exención o reducción y los de no su- turbadoras de la justicia, precisamente por dad, capacidad e igualdad. La exención es
jeción. Distinción que, por cierto, se su- el carácter progresivo de la tarifa. una excepción. Como es sabido, los prin-
primió en la vigente regulación del IRPF La consecuencia más inmediata e ine- cipios y los derechos constitucionales no
de 1991, con notable retroceso de la téc- vitable de cualquier exención es que pro- tienen carácter absoluto y, en la práctica,
nica, y, lo que es más grave, con perjui- porciona un beneficio desigual a los favo- entran con frecuencia en colisión, por lo
cio de la equidad en la distribución de la recidos por la misma, pues consiste en la que pueden dejar de aplicarse, en todo o
carga, perjuicio que, en ocasiones, suele ausencia de tributación sobre la cantidad en parte, en casos concretos, que constitu-
revestir los caracteres de lo inconstitu- exenta; y el tipo que en cada caso se apli- yen excepciones, que serán legítimas si se
cional6. caría y se deja de aplicar depende del resto amparan en algún valor o principio consti-
Por ejemplo, en la estructura actual de la renta global de que el sujeto dispon- tucional. Como ha reiterado el Tribunal
del impuesto la deducción por hijos no ga, por lo que es superior para el de renta Constitucional, la excepción ha de ser, en
es una exención, sino una exigencia de la alta que para el sujeto de renta media o este sentido, “razonable”; en mi opinión,
acomodación del impuesto a las circuns- baja. Un ejemplo fácil de comprender es ha de tener amparo constitucional y ha de
tancias personales de cada sujeto, pues la exención de los premios de la Lotería reunir un segundo requisito: la inexisten-
los hijos desequilibran la capacidad del Nacional. Un premio de un millón de pe- cia de un método o medio alternativo que
sujeto en comparación con quien no los setas produce, como consecuencia de la proporcione una cobertura racional de ese
tiene, ya que atenderlos es una obliga- exención, un beneficio de 560.000 pesetas valor que se quiere proteger, menos dañi-
ción que incrementa sus necesidades de al premiado que alcance, en su renta pre- no para el trinomio generalidad-capaci-
gasto. Sería absurdo contemplar la dis- via, el tipo marginal máximo, mientras dad-igualdad que la excepción, por su pro-
minución de recaudación que esa deduc- que el mismo premio de un millón genera pia naturaleza, vulnera. El mundo de las
ción supone como “gasto fiscal”; no es un beneficio de 200.000 pesetas a quien exenciones o reducciones tributarias en ge-
un gasto fiscal, sino una exigencia de la se encuentre, por su renta previa, en los ti- neral, y el de las del impuesto personal
justicia en cuanto vinculada al gravamen pos más bajos de la tarifa; incluso puede global progresivo en particular, es campo
de la renta como manifestación de una ser prácticamente nulo, si se trata de pre- apto para el ejercicio de la demagogia o, al
capacidad económica; de tal modo que, miados que rondan la indigencia en menos, un cierto “sentimentalismo” tribu-
de no existir esa deducción (en la estruc- renta7. De tal modo que cualquier exen- tario y con perjuicio más o menos grave de
tura actual, repito), el impuesto sería in- ción, por mínima que sea, origina normal-
constitucional e injusto. Hay otros su- mente un tratamiento discriminatorio en-
puestos que generan más discusión, co- tivación de la adquisición de la vivienda propia en
mo la deducción de intereses por los el anteproyecto merece alguna consideración.
Cuando la vivienda propia produce, como ahora,
créditos asumidos para adquirir una vi- 7 El anteproyecto no aborda la supresión de una renta computable (al considerársele bien de in-
vienda propia, que constituye una fuente esta concreta exención, sino que abre la puerta pa- versión), es lógico que los gastos incurridos para
de renta gravada (más bien, aquí, la in- ra que exista una moderación de la exención a tra- esa adquisición sean deducibles (interés pagado pa-
vés de las leyes de presupuestos de cada año. ra financiarla); cuando, como en el anteproyecto,
justa inconstitucionalidad está en la li- 8 Se mantienen en el anteproyecto exenciones no es así (por considerarse un bien de consumo,
mitación en la deducción), o la de gastos de la ley actual, sin haberlas sometido a una revi- caso de empleo de renta), el costo de la financia-
de enfermedad. Pero con esto quiero sig- sión acorde con estos criterios de generalidad y ca- ción para adquirirla es más consumo, y no debe
nificar que no cualquier minoración re- pacidad; destaca, por ejemplo, por su alejamiento deducirse, según el criterio de la renta neta, como
de este criterio, la exención del artículo 7 e), refe- exteriorización de la capacidad. Luego cualquier
caudatoria es gasto fiscal suprimible; rente a las indemnizaciones por despido del traba- beneficio, en este sentido, tiene razón de exención
pues algunos no lo son, porque no son jador, o las del artículo 7 b) y g), sobre retribucio- o excepción. La demagogia de las lamentaciones
deducciones caprichosas o incentivado- nes por incapacidades permanentes; en algún caso, por la “disminución” de esta ventaja respecto de la
resulta claramente afectado el principio de desi- situación actual es típica: no se considera que ha
ras, sino exigencias de la esencia misma gualdad, como las becas públicas. En general, no desaparecido la renta imputada de la vivienda en la
del impuesto que grava la renta (renta existe la preocupación de acomodar las exenciones, base del impuesto. Pueden quedar otras razones de
neta, claro) en condiciones que tiendan aun permaneciendo vigentes, al principio de capa- política económica y social que justifiquen el “be-
cidad, como en la situación actual. Es cierto que al- neficio”; pero, ¿seguro que es razonable una incen-
a producir eso que es exigencia constitu- gunas tienen escasa importancia recaudatoria, y tivación de la adquisición de vivienda propia, que
cional, la tributación igual de los iguales. que en algún caso (becas públicas frente a becas aporta notable rigidez a los mercados de trabajo?
privadas) ha sido declarada conforme a la Consti- ¿No sería más razonable incentivar el uso de vi-
tución por el Tribunal Constitucional. También es vienda por los titulares de baja renta por sistemas
cierto que el retoque de algunas exenciones trope- de alquiler? Pero la demagogia tiene sus secretas le-
6 El anteproyecto mantiene la no distinción zaría con gran resistencia social y política. Aunque yes que nadie ha escrito. Pudiéramos decir que “a
entre supuestos de exención y de no sujeción. no se trata técnicamente de una exención, la incen- ver quién se atreve”.

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la equidad, que en materia tributaria radi- que requieren una modificación urgente imputables al cónyuge que las generaba;
ca en el mentado trinomio, según la Cons- en aras de la equidad. Entre ellas, algunas no sucede lo mismo por cierto, para ma-
titución. Demagogia y sentimentalismo referentes al tratamiento tributario de la yor escarnio, con las rentas del capital,
que se emplean a fondo para desviar la familia como unidad de consumo, en las que se atribuyen a cada cónyuge, más o
carga tributaria hacia otros grupos sociales. que confluyen rentas variadas por su na- menos, en consonancia con el principio
De todos modos, al tratarse de exen- turaleza y su origen personal. Parece que de capacidad económica. Pero es que las
ciones de una carga, ni siquiera los perju- el principio de tributación individual, y rentas del trabajo de un cónyuge, en el
dicados, que son todos los no exentos, no familiar, que el Tribunal Constitucio- sistema de gananciales, están generadas
suelen reaccionar en contra, pues existe nal (TC) remachó de manera tajante, no por ese cónyuge, pero no pertenecen a él
una especie de pacto social implícito de puede tener más consecuencia que algu- sino a eso que se llama la sociedad legal
resistencia a la carga del tributo según el na forma de splitting para tratar las rentas de gananciales, figura comunitaria en que
cual las exenciones producen, en muchos familiares; lo contrario supone la intro- tanto monta un cónyuge como el otro,
casos, más admiración que rechazo por ducción de factores de desigualdad tribu- sea cual sea el trabajador generador de di-
estos mismos perjudicados: bendito el taria y distorsiones familiares de origen cha renta; y no sólo pertenecen a ambos,
que escapa de las garras tributarias, por lo fiscal. Pero aquí quiero referirme al trata- sino que ambos, por separado o conjun-
que no suelen originar rechazo político. Y miento, dentro del sistema actual, de las tamente, pueden disponer de la misma.
es que este impuesto ha de ser “general”, rentas del trabajo que se generan en la so- Decir que la capacidad económica
en el sentido de que no debe dejar porcio- ciedad de gananciales. del cónyuge trabajador en este caso de ré-
nes de renta, o personas, fuera de su ám- La ley vigente del IRPF se acomodó a gimen de gananciales se mide por la ren-
bito. En este impuesto global, personal y las prescripciones de la Sentencia del TC, ta generada y no por la atribuible o dis-
progresivo las desviaciones de estas pautas que estableció la inconstitucionalidad de ponible en comunidad con el otro cón-
de generalidad-capacidad-igualdad pro- la acumulación forzosa de rentas; pero lo yuge es grave burla del principio de
ducen un resultado fácilmente inicuo. hizo de una manera incongruente, aun- capacidad económica. Pero no podía la
que en defensa de un interés recaudatorio Hacienda (o no quería) hacer una de es-
8. Otras vulneraciones burdo, disfrazado además con un discur- tas dos cosas: modificar la tarifa para
del principio de capacidad so que le asignaba la más alquitarada jus- mantener del poder recaudatorio del im-
En la actual regulación del impuesto hay ticia tributaria. Al establecer la tributa- puesto o aceptar una disminución recau-
otras vulneraciones del principio de capa- ción individual de los cónyuges, fijó el datoria. En efecto, la inmensa mayoría de
cidad, o mejor de la capacidad-igualdad, criterio de que las rentas del trabajo eran las rentas de trabajo que se integran en el
LA REFORMA DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA

actual IRPF provienen de cónyuges en si- butación personal, global y progresiva. cualquier política hacendística, al que
tuación de gananciales; al dividirse por También en una situación en que los in- hay que enfrentarse con toda fuerza y
dos, determinarían una reducción de las crementos patrimoniales están sujetos a voluntad, pero también es un dato que
bases que, en este impuesto progresivo, un impuesto proporcional del 20%. En debe conducir, con los demás indicados,
darían lugar a una importante disminu- lo primero coincidimos con los países a un impuesto más “moderado” en sus
ción recaudatoria, cosa poco grata para la europeos en general; en lo segundo, so- tarifas que el vigente, ejemplo de progre-
Hacienda; o haría necesaria una revisión mos aún más exigentes fiscalmente que sividad aparencial y engañosa desmenti-
tarifaria al alza, cosa poco popular. Ya se la mayoría de esos países en que los in- da por los hechos10. n
sabe que el IRPF actual es, en esencia, un crementos no tributan.
impuesto sobre rentas de trabajo. Pues no Éstas son situaciones difíciles de cam-
se toca la tarifa y se atribuye la renta, co- biar en el contexto europeo, por razones
mo manifestación de capacidad, a quie- expuestas antes en este trabajo. Si eso es
nes la perciben y disfrutan sino a quien la así, si no se va a cambiar por razones eco-
genera. Para hacer aceptable tan peregri- nómicas imperiosas, el impuesto personal
na idea se manejó el argumento del “be- y progresivo que opera “sobre el resto de
neficio” que, de no ser así, iban a experi- las rentas” será menos injusto e inicuo en
mentar los cónyuges perceptores de altas la medida en que dulcifique tipos y evite
rentas del trabajo; lo cual se hubiera re- agudeza aparencial en la progresividad.
suelto con la “impopular” elevación de la Una tarifa con un tipo marginal del 45%
tarifa. Y, mientras tanto, eso sí, las rentas es menos injusta que otra con tipo margi-
del capital de la sociedad de gananciales nal del 56% para la misma renta. En rea-
por diferente camino, el de la coherencia lidad, esta situación requeriría, en puri-
con el principio de capacidad económica dad de lógica equitativa, tipos únicos, un
individual. impuesto proporcional (que no es lo mis-
Es de una estolidez abrumadora la mo que tipo único, pues si existe un mí-
idea de que la familia, aun sin hijos, la si- nimo exento, aun con tipo único, el im-
tuación familiar, no altera la capacidad puesto es ya progresivo). No es mi opi-
económica de un sujeto, a igualdad de las nión, sin embargo, porque el mandato
demás circunstancias. Pero es que en el constitucional de progresividad del siste-
caso de las rentas de trabajo generadas en ma tributario difícilmente puede conse-
la sociedad de gananciales la alteración es guirse sin un IRPF de tarifa progresiva,
por mandato de una ley a la que las par- aunque continúe siendo un impuesto,
tes conyugales se acogen. Lo más curioso básicamente, sobre las rentas del trabajo.
del caso es que esta solución, tan inicua Pero la disminución del grado de injusti-
como la que más, fue declarada constitu- cia es ya un logro que va en el camino de
cional por el TC, en sus sentencias de 12 lo justo razonable.
de mayo y 14 de julio de 1994; uno de Camino que se corrobora si toma-
los más graves borrones en la historia del mos en consideración la evasión fiscal,
Tribunal, si no el más grave, y no sólo que se sigue diciendo que es notable en
por la acomodación al criterio del legisla- este impuesto. La lucha contra la evasión
dor (en realidad, del Gobierno propo- es proyecto permanente de cualquier
nente de la ley de IRPF de 1991), sino Gobierno, del signo que sea; no está cla-
por la ridiculez de los argumentos ex- ro que esa lucha permanente produzca
puestos con profusión digna de mejor unos efectos radicales. En mi opinión,
causa, pues cuanto más explícitos de- una buena actuación contra la evasión
muestran su condición de inanidad. Y producirá (produce) el resultado de que
me he extendido en esta y otras conside- no crezca como porcentaje de renta eva-
raciones de “justicia” o “equidad” porque dida, e incluso de que disminuya de for-
son habitualmente olvidadas o minimiza- ma moderada, aunque el éxito final no
das por los opinantes de distinto signo en parece al alcance de la mano; en tales
torno a la reforma de este impuesto9. circunstancias, la evasión es un reto para

9. Sobre las tarifas y los tipos


Estamos en una situación en la que nu- 10 El anteproyecto es coherente con este pro-
merosas rentas del capital mobiliario pósito. Es su logro principal, y afrontarlo supone
quedan, legalmente, al margen de la tri- una razonable “valentía”. La reducción de la tarifa
y otras medidas que contiene suponen una dismi-
nución de la injusticia de la vigente situación, y re-
sultan razonables desde el punto de vista de la efi-
9 El sistema se mantiene en el anteproyecto. ciencia económica. Pero no es un impuesto sufi-
La Comisión Lagares no insiste tampoco en este cientemente “nuevo” como para eliminar las
punto. Este impuesto nuevo es, por tanto, desde incoherencias de equidad que, sin incidir en los
muchos puntos de vista, “medio-nuevo”. Pero es grandes números, crean situaciones concretas de Jaime García Añoveros es catedrático de Ha-
una importante reforma en el buen camino. “desequilibrio” interpersonal. cienda de la Universidad de Sevilla.

12 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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ALTOS CARGOS
Y CONTROL PARLAMENTARIO
ROBERTO L. BLANCO VALDÉS

1. Democracia de partidos guel Sánchez Morón2. Esta inquietud ha colonización partidista de la Administra-
y altos cargos del Estado evolucionado, por lo demás, de forma pa- ción apuntadas (la patrimonialización por
Una de las características de las democra- ralela a una creciente atención de los polí- los partidos de los altos cargos del Estado
cias actuales es el creciente proceso de colo- ticos, atención que desembocará en la cuya designación depende directamente
nización de la administración por los parti- aprobación de la Ley 6/1997, de 14 de de la configuración de la mayoría parla-
dos, proceso que tiene una doble manifes- abril, de Organización y Funcionamiento mentaria-gubernamental) no ha encontra-
tación fundamental: de un lado, su de la Administración General del Estado do apenas eco. Ni la LOFAGE ni, sobre
penetración en las esferas administrativas (LOFAGE). Retomando un objetivo ya todo, la Ley del Gobierno han avanzado
superiores a través de diversas formas más presente en el proyecto socialista de 1995, ninguna novedad en este campo. De he-
o menos atenuadas de spoils system; de la exposición de motivos de la ley recoge cho (y con la única excepción de una pro-
otro, la patrimonialización por los partidos entre sus principios el de la profesionaliza- puesta de resolución aprobada en el últi-
de los altos cargos del Estado que dependen ción “como garantía de objetividad en el mo debate sobre el estado de la nación a
de forma directa de la configuración de servicio de los intereses generales”. No en- iniciativa de CiU por la que se acuerda
una determinada mayoría, cargos que se traré aquí en el análisis de la cuestión de si que el Congreso inste al Gobierno “para
ocupan tras nombramientos que son ma- la LOFAGE ha creado un marco adecuado que, antes de finalizar el año 1997, pre-
terialmente –aunque no, como es obvio, para dar solución a los problemas plantea- sente ante las Cortes Generales un proyec-
formalmente– decididos por aquellos, sin dos, pues no es ese mi interés. Voces muy to de ley en el que se establezca la obliga-
que ello quiera decir qué debieran ser, autorizadas han destacado, en todo caso, ción para determinados cargos públicos de
siempre, nombramientos de partido. Pare- que esa tendencia a la funcionarización de relevancia de someterse, con carácter pre-
ce difícilmente discutible, en todo caso, la alta Administración no tiene porque su- vio a su toma de posesión, a una compare-
que se trata de manifestaciones de natura- poner necesariamente una profesionaliza- cencia ante una Comisión parlamentaria
leza diferente y de muy diversa justifica- ción efectiva de sus puestos directivos3. Pe- del Congreso de los Diputados que deberá
ción desde el punto de vista de un funcio- ro sea como fuere, lo cierto es que los analizar la trayectoria personal y profesio-
namiento adecuado del Estado democráti- principales partidos españoles han declara- nal del cargo público y conocer aquellos
co. Es ese contraste, justamente, el que do asumir –con independencia de la tra- hechos que puedan ser de interés, aten-
explica que hayan sido objeto de distinto ducción legislativa que adquiera esa decla- diendo a las responsabilidades públicas
grado de atención por los especialistas. Por ración– como uno de sus objetivos el de que deberá asumir”), ni ha habido hasta la
referirme sólo a España, éstos han denun- profesionalizar, que en este contexto quiere fecha ninguna iniciativa política al respec-
ciado de forma reiterada la consolidación decir despolitizar, las altas esferas de la Ad- to ni los especialistas han parecido preocu-
de la primera de las tendencias menciona- ministración. parse por el tema.
das y sus efectos patológicos en el funcio- En claro contraste con la preocupa- Y el caso es que, pese a tan significati-
namiento de la Administración e, incluso, ción analizada, las disfunciones generadas vo silencio, resulta difícilmente discutible
en el del sistema democrático. Rafael Jimé- por la segunda de las manifestaciones de la que la observación del funcionamiento del
nez Asensio aporta, en esa línea, una diag- Estado democrático pone de relieve la im-
nosis meridianamente clara: “Durante la portancia de lo que podríamos llamar la
transición política y los primeros años de política de nombramientos de altos cargos en
1 Altos Cargos y Directivos Públicos, IVAP, pág.
vigencia del sistema democrático se instau- el conjunto de la acción del Gobierno, una
298, Oñati, 1996.
ró en nuestras Administraciones públicas 2 Cfr., en ese orden, El sistema de la confianza importancia derivada del contexto en que
un sistema de clientelización de los espa- política en la Administración Pública, Civitas, Ma- los Gobiernos europeos han debido desa-
cios superiores de los aparatos administra- drid, 1994; ‘Pervivencias del spoil system en la Es- rrollar su acción ejecutiva. En la medida
paña actual’, en Anuario de Derecho Constitucional
tivos, que conectaba con las rancias con- y Parlamentario, núm. 4 (1992), págs. 31-59
en que puede generalizarse, y creo que esa
cepciones patrimoniales decimonónicas de (1992), y ‘La corrupción y los problemas del con- medida no es pequeña en este ámbito, ese
lo público”1. La dura crítica a la realidad trol de las Administraciones Públicas’, en F. J. La- contexto ha estado marcado por la crecien-
vigente hoy en España en este ámbito re- porta y S. Álvarez (edits.), La corrupción política, te desconfianza hacia los políticos, hacia
págs. 189-210, Alianza Editorial, Madrid, 1997.
corre asimismo los estudios, por ejemplo, 3 Altos Cargos y Directivos Públicos, cit., págs. los partidos e, incluso, hacia la política co-
de Morell Ocaña, Martín Retortillo o Mi- 294-295. mo actividad. Todo ello ha generado una

14 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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representativos en Europa tras la Segunda
Guerra Mundial: la quiebra de la persis-
tencia electoral de algunos de los más im-
portantes partidos europeos constituye
una prueba irrefutable de esa crisis. Las
políticas de nombramientos desarrolladas
por los ejecutivos, altamente partidistas y
sectarias, y algunas de sus excrecencias –la
corrupción, de forma destacada– han con-
tribuido decisivamente a empeorar esta si-
tuación. Aunque sería un grave error pre-
tender explicar la corrupción como conse-
cuencia exclusiva de la patrimonialización
partidista de los más altos cargos del Esta-
do, parece, sin embargo, difícilmente dis-
cutible que la combinación –en ocasiones
explosiva– entre disciplina de partido y
lealtad partidista ha hecho extraordinaria-
mente difícil detectarla y luchar contra sus
beneficiarios. Más allá de la influencia
(mayor o menor dependiendo de multitud
de circunstancias en las que aquí no puedo
entrar) que la forma de acceso al cargo
haya podido tener a la hora de explicar
comportamientos políticamente inmorales
o jurídicamente ilegales, lo cierto es que
esa cultura de la resistencia que generan los
partidos sometidos a la constante crítica
política y mediática derivada de los casos
de corrupción que les afectan, dificulta,
hasta hacerla a veces imposible, la capaci-
dad autocrítica de los propios partidos,
convertidos, según la atinada expresión de
Javier Pradera, en sectas religiosas o en sa-
las de banderas5. Cuando la dialéctica del
amigo/adversario se antepone a cualquier
otra, es muy difícil extirpar la corrupción,
fortísima crisis de confianza en la forma de cias muy negativas sobre la legitimidad y pues la organización tiende a ver siempre
funcionamiento de la democracia y, por sobre la capacidad de resistencia histórica en las denuncias procedentes del exterior
extensión, aunque en grado diferente, en de muchos de los sujetos políticos sobre ataques contra ella que sólo persiguen la fi-
los poderes del Estado democrático (lo los que se habían construido los sistemas nalidad de destruirla.
que, certeramente, se ha llamado tedio por
la democracia) crisis que4; si bien no se ha
traducido, en general, en una desafección 4 H. Dubiel, ‘Metamorfosis de la sociedad 5 Cfr. ‘La maquinaria de la democracia. Los par-
hacía la democracia misma como forma de civil. Autolimitación y modernización reflexiva’, en tidos en el sistema político español’, en F. J. Laporta y
gobierno, sí ha llegado a tener consecuen- Debats, núm. 50, pág. 114, 1994. S. Álvarez (edts.), La corrupción política, cit., pág. 175.

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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15
ALTOS CARGOS Y CONTROL PARLAMENTARIO

En todo caso, y quiero subrayarlo des- soluciones que se aparten del trillado terre- so respecto del Senado en el ejercicio de la
de ahora, las patologías relacionadas con la no de lo déjà-vu. En esa línea, intentaré en función de control, sino, sobre todo, con
patrimonialización partidista de los altos las páginas que siguen contribuir a una re- el hecho de que aquel tiene, por su forma
cargos del Estado no se reducen solamente flexión sobre el problema de la patrimo- de elección, una composición interna mu-
a las que están relacionadas con la corrup- nialización partidista de los altos cargos cho más plural. Poner el control en manos
ción. Esa patrimonialización ha significado del Estado y avanzaré una propuesta para del Congreso es ponerlo, de verdad, en
también, cuando menos, lo siguiente: que pueda ser objeto de debate: la de que donde debe estar: en las de las minorías.
a) que los Gobiernos han nombrado altos el nombramiento de determinados altos Es éste un sistema que plantea, obvio es
cargos con independencia muchas veces de cargos sea sometido a un sistema de con- reconocerlo, problemas no pequeños y
la capacidad técnica, preparación profesio- trol parlamentario previo por las Cortes. que, pese a presentar ventajas a mi juicio
nal o adecuación personal de los nombra- Lo que exige delimitar ya, de antemano, muy considerables, tiene también limita-
dos para el puesto para el que eran desig- los contornos esenciales del sistema que ciones sustanciales. Aunque de todo ello
nados; b) que se han nombrado miembros propongo: se podría resumir diciendo que trataré de dar cuenta más abajo, realizaré
de partido incluso para cargos que, por su uno similar al actualmente previsto en la antes un breve recorrido comparado que
propia naturaleza, exigían ser cubiertos Ley de Autonomía del Banco de España, espero pueda iluminar aspectos centrales
por personas con un perfil de cierta neu- que dispone que su gobernador será nom- de la propuesta que pongo a discusión.
tralidad política; y c) que se han decidido brado por el Rey, a propuesta del presiden- Examinaré, así, en primer lugar las carac-
los nombramientos al margen, en no po- te del Gobierno, entre quienes sean espa- terísticas básicas de la regulación europea
cos casos, de la existencia de datos biográ- ñoles y tengan reconocida competencia en en la materia –lo que quizá exagerada-
ficos que indiscutiblemente los desaconse- asuntos monetarios o bancarios, para aña- mente podría llamarse modelo europeo–,
jaban. Es decir, los partidos han solido dirse, de inmediato, que con carácter pre- para analizar luego un caso excepcional: el
primar la lealtad sobre cualquier otra cir- vio al nombramiento del gobernador, el norteamericano.
cunstancia. Aunque sería posible encon- ministro de Economía y Hacienda compa-
trar casos notorios que podrían ir inclu- recerá, en los términos previstos en el artí- 2. Control parlamentario del Gobierno
yéndose en los apartados mencionados, culo 203 del Reglamento del Congreso de y responsabilidad ministerial: la opción
tanto durante los casi 14 años de gobierno los Diputados7 ante la comisión compe- del constitucionalismo europeo
del PSOE, como durante los dos que lleva tente, para informar sobre el candidato Asumiendo el riesgo propio de toda gene-
gobernando el Partido Popular (PP), dejo propuesto. Similar, digo, porque creo que ralización, podría decirse que la fórmula
al lector que ejercite su memoria y com- este sistema debería completarse con la europea a través de la cual se ha procedido
pruebe como, en efecto, las patologías su- previsión de que la comparecencia no se li- a controlar los altos cargos es la que se ma-
peran con mucho el marco estricto de la mite al ministro proponente, sino que se terializa en el binomio control parlamenta-
corrupción política. extienda también al candidato. rio del Gobierno/responsabilidad ministe-
Siendo ello así, lo que llama poderosí- Así las cosas, la propuesta podría nu- rial. La norma general en nuestro consti-
sisamente la atención es que apenas se ha- clearse en torno a tres elementos esencia- tucionalismo desde el momento en que los
yan producido reacciones políticas que les: a) la comparecencia (bien del ministro Gobiernos (gabinetes) empezaron a sus-
pretendan modificar tal situación. Con la junto con su candidato, bien del ministro tantivizarse frente al Rey que los nombra-
única excepción, ya referida, de la pro- y, tras ella, de su candidato) se produciría ba y separaba libremente, ha sido que el
puesta de los nacionalistas catalanes, todo con carácter previo al nombramiento; b) Gobierno designaba con absoluta libertad
el esfuerzo de discusión que acompaña a la La comisión no tendría facultades para ve- a los altos cargos del Estado y respondía
elaboración de las dos leyes reguladoras de tar jurídicamente la candidatura, es decir, ante el Parlamento (con un sistema de res-
la estructura, composición y funciona- podría procederse al nombramiento aun ponsabilidad en cascada que se extendía
miento del Gobierno y la Administración, en el caso de que resultase un acuerdo de políticamente tanto cuanta fuese la fuerza
no ha servido para introducir ninguna no- la comisión contrario al mismo; c) la co- política aquél) de los comportamientos y
vedad en ese ámbito. Si hubiera que bus- misión competente sería, en todo caso, actuaciones de todos sus agentes. El con-
car una explicación a este contraste entre una Comisión del Congreso, lo que guar- trol sobre los altos cargos no ha revestido
las necesidades de la realidad y la incapaci- daría coherencia no sólo con su mayor pe- en tal sentido ningún particularidad digna
dad o el desinterés de los operadores polí- de mención en relación con el funciona-
ticos para hacerle frente de una forma miento general de los institutos del control
imaginativa, quizá habría que detenerse en parlamentario y la responsabilidad minis-
7 El artículo dispone que tras la exposición
la profunda reluctancia del gobierno –co- terial. Y así, tras la superación del parla-
oral del miembro del Gobierno compareciente po-
mo poder del Estado constitucional– a ser drán intervenir los representantes de cada grupo mentarismo finisecular por el Estado de
objeto de regulación jurídica. Es justamen- parlamentario por 10 minutos fijando posiciones, partidos, el sistema de control sobre los al-
te esa peculiar posición del gobierno, que formulando preguntas o haciendo observaciones, a tos cargos experimentará transformaciones
las que se contestará sin ulterior votación; y que en
dificulta extraordinariamente su limitación casos excepcionales la presidencia podrá, de acuer- paralelas a las de aquellos institutos. Resu-
a priori y plantea, al tiempo, la necesidad do con la mesa y oída la junta de portavoces, abrir midamente: la procedencia parlamentaria
de limitarlo a posteriori 6, la que probable- un turno para que los diputados puedan escueta- del Gobierno y su consiguiente legitimi-
mente formular preguntas o pedir aclaraciones so-
mente explique la dificultad para imaginar bre la información solicitada, fijando en estos casos
dad democrática, que rompe con la previa
el presidente un número o tiempo máximo para las legitimidad monárquica, va a traducirse,
intervenciones. Como puede verse, una regulación tras la fusión política Gobierno-Parlamen-
muy restrictiva, que podría estar justificada para las to, en que el Parlamento deje de ser el ór-
6 Javier Pérez Royo, Curso de Derecho Consti- comparecencias ante el pleno, pero que carece de
tucional, 2ª edición, pág. 591, Marcial Pons, Ma- toda justificación cuando esas comparecencias lo gano encargado del control de un Gobier-
drid, 1995. son en comisión. no nombrado por el Rey para convertirse

16 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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ROBERTO L. BLANCO VALDÉS

en el lugar en que las minorías controlan a altos cargos– no podrán ejercer determina- ta de que el derecho comparado ofrece un
la mayoría parlamentaria-gubernamental. das actividades privadas, por un periodo de ejemplo muy notable de un sistema de
Sí existen, sin embargo, diversos meca- tiempo limitado, con posterioridad a su control que guarda cierta similitud con tal
nismos que han venido a completar el dis- cese en el puesto público que hubieran propuesta, bueno será dedicarle una míni-
positivo de control de los altos cargos del ocupado. La razón que las explica es tam- ma atención antes de centrarse detenida-
Estado derivado del sistema general resul- bién meridianamente clara: evitar el apro- mente en ella.
tante de la combinación entre control par- vechamiento ilegítimo, con posterioridad
lamentario del Gobierno y responsabilidad al cese, de contactos o informaciones obte- 3. El diseño del constituyente
ministerial. En primer lugar, la previsión, nidas durante el tiempo de desempeño norteamericano: el sistema de ‘Advice
junto a la responsabilidad solidaria del Go- del cargo público y/o evitar el desempeño and Consent of the Senate’
bierno, de la individualizada de cada uno ilícito –o inmoral– del mismo basado en La Constitución norteamericana establece
de sus miembros: se trata de las denomina- la previsión de obtención de futuros be- que el Presidente “propondrá y, con el con-
das mociones de reprobación individual neficios11. sejo y consentimiento del Senado, nombrará
con las que pretende evitarse que, como Podría decirse, en suma que a través a los embajadores, a los demás ministros
suele ocurrir en tantos casos, la generalidad de estos diversos mecanismos se controlan públicos y a los cónsules, a los jueces del
y difícil concreción de la responsabilidad dos de los tres momentos en que podría Tribunal Supremo y a todos los demás
de carácter solidario pueda traducirse en secuenciarse la ocupación de un alto car- funcionarios de Estados Unidos, cuya de-
una dilución de las responsabilidades del go: el de su desempeño y el inmediata- signación no provea de otra forma esta
ejecutivo y en una irresponsabilidad prácti- mente posterior al cese. Frente a la even- Constitución y que hayan sido establecidos
ca de sus componentes y/o de los agentes tualidad de un aprovechamiento ilegítimo por la ley. Pero el Congreso podrá por ley
que dependen de los mismos8. Un segun- o ilícito, el sistema de incompatibilidades; conferir el nombramiento de los emplea-
do mecanismo, específicamente previsto frente a la de un desempeño realizado de dos inferiores, cuando lo considere conve-
para facilitar el control de los altos cargos igual modo con la expectativa de obtener niente, al Presidente sólo, a los tribunales
del Estado, es el establecimiento de siste- un beneficio tras el cese, las incompatibili- de justicia o a los jefes de departamentos”
mas de incompatibilidades entre el ejerci- dades sobrevenidas; frente a cualquiera de (sec. II; art. II; pár. 2). El objetivo del pre-
cio de funciones públicas y el de activida- la dos posibilidades, el control parlamenta- cepto quedará ya perfectamente claro en
des de naturaleza privada, sistemas con los rio del Gobierno y la responsabilidad mi- las palabras de uno de los Padres Fundado-
que se trata de evitar la colisión y la consi- nisterial. ¿Y el momento previo al nom- res de EE UU, Alexander Hamilton, que,
guiente posibilidad de colusión privado- bramiento? ¿Quién controla –cabría pre- en 1788, escribe en El Federalista:
público en perjuicio de los intereses gene- guntarse– la adecuación –política y/o “¿ Con qué finalidad se requiere
rales. Pues, según han señalado los mejores profesional– del candidato al cargo y la la cooperación del Senado? Respondo
analistas, es justamente esa colusión even- trayectoría de aquel antes de su nombra- que la necesidad de su colaboración
tual la más generalizada de las formas a tra- miento? La respuesta no ofrece ningún gé- tendrá un efecto considerable, aunque
vés de las que se materializan el conjunto nero de dudas: sólo el Gobierno y, even- en general poco visible. Constituirá
de fenómenos que genéricamente conoce- tualmente, el partido (o partidos) que ver- un excelente freno sobre el posible
mos como corrupción9. Los sistemas de tebra la mayoría que políticamente lo favoritismo presidencial
incompatibilidades, generalizados actual- sostiene realizan institucionalmente tal y tenderá marcadamente a impedir
mente, deben situarse en tal contexto: el control. Pero uno y otro, según la expe- la designación de personas poco
de la lucha contra la corrupción y el del riencia ha demostrado de forma conclu- adecuadas, debido a prejuicios locales,
aseguramiento de una ejecución moral- yente, pueden ser absolutamente inefica- a relaciones familiares o con miras
mente limpia y jurídicamente lícita del ces. En efecto, aunque el sentido común se de popularidad. Por añadidura, será
ejercicio de las responsabilidades públicas. opone frontalmente a que se designe para un factor eficaz de estabilidad
Por eso, no es de extrañar que, al margen cargos que llevan aparejadas el ejercicio de en la administración”12.
de las previsiones de normas infraconstitu- altas responsabilidades a personas inade- Ésa y no otra era la finalidad del me-
cionales, muchos textos constitucionales cuadas (por cualquiera de los motivos que canismo: evitar que un presidente elegido
las prevean expresamente para los miem- en su momento se apuntaron), ocurre con por el pueblo y, en esa medida, indepen-
bros del Gobierno10. El tercero y último muchísima frecuencia que o bien el Go- diente del Congreso, abusase de su facul-
de los mecanismos antes referidos es el las bierno desconoce esa inadecuación o, aun tad de nombramiento, mediante la previ-
llamadas incompatibilidades sobrevenidas: conociéndola, decide hacer de ella caso sión de un sistema de control que al poner
es decir, la previsión, realizada generalmen- omiso para primar consideraciones de par- en manos del Senado la ratificación ponía,
te en normas infraconstitucionales, de que tido sobre cualquier otra circunstancia. al tiempo, en las de la opinión pública13 la
las personas con altas responsabilidades en Dado que tenemos en España ejemplos re- información que aquélla precisaba para
el ejecutivo –miembros del Gobierno y/o cientísimos de una y otra cosa no parece
necesario insistir en la verosimilitud de es-
tas desviaciones. La propuesta que formu- 12 A. Hamilton, J. Madison & J. Jay, El Fede-
8 Cfr. los artículos 101 de la Constitución bel- ralista (edición española de Gustavo R. Velasco),
lo pretende cubrir este vacío. Pero a la vis-
ga, 43 de la finlandesa, 85 de la griega, o 5º (Cap. pág. 324, México, FCE, 1987.
VI) de la sueca. 13 “Se comprende”, sigue Hamilton, “que un
9 D. Della Porta e Y. Meny, ‘Democrazia e hombre que dispusiera él sólo de los empleos pú-
corruzione’, en D. della Porta e Yves M. (edits.), 11 La Ley española de incompatibilidades de blicos se dejaría gobernar por sus intereses e incli-
Corruzione e democrazia, pág. 6, Liguori Editore, los miembros del Gobierno y altos cargos del Esta- naciones personales con más libertad que estando
Nápoles, 1995. do (art. 2º.4) o la Ordenanza francesa de 17 de no- obligado a someter el acierto de su elección a la
10 Cfr. los artículos 98.3 y 98.4 de la Constitu- viembre de 1958 (art. 6º), contienen dos claros discusión y resolución de un cuerpo distinto e in-
ción española, 23 de la francesa o 66 de la alemana. ejemplos de estas incompatibilidades. dependiente, y siendo dicho cuerpo nada menos

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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17
ALTOS CARGOS Y CONTROL PARLAMENTARIO

poder castigar electoralmente al presidente cobertura de los puestos en la Administra- Senado actuaban con el senador “patrón”
en caso de un uso inconveniente de sus ción. Un sistema (consistente, en esencia, para un determinado nombramiento co-
atribuciones constitucionales. El diseño, en que todo cambio en la presidencia su- mo esperaban que sus colegas lo harían
de una lógica aplastante, acabaría, sin em- ponía una completa renovación de la Ad- con ellos llegada la ocasión: no interfirien-
bargo, naufragando tras la puesta en fun- ministración) que se conservaría intacto do la ratificación de la propuesta. Una
cionamiento de una práctica política que, hasta la Pendleton Civil Service Act de práctica, en resumen, con la que ganaba el
además de reflejar los defectos de la condi- 1883, que procedió a clasificar 14.000 de presidente y, también, los senadores, y con
ción humana, vino desde el principio a los entonces 100.000 puestos federales y la que perdía, claro está, el conjunto del
desnaturalizarlo. La optimista previsión de que introdujo las primeras modificaciones sistema: una práctica, pues, que no sólo
los constituyentes (expresada nuevamente en uno de los elementos definidores a la suponía privar al presidente de una facul-
a través de la bellísima escritura de Hamil- sazón del sistema político norteamericano. tad constitucional, sino que además, y esto
ton, de que a cualquier futuro presidente Es cierto, en todo caso, que la aplicación es lo verdaderamente grave, privaba al Se-
“le daría vergüenza y temor proponer para del Advice and Consent iba a presentar no- nado –como consecuencia de la costumbre
los cargos más importantes y provechosos tables diferencias dependiendo del tipo de de la cortesía senatorial– de sus facultades
a personas sin otro mérito que el de ser puestos de que se tratase. Joseph Harris, de control. Aunque no siempre ha sido así,
oriundas del Estado de que procede, el de quizá el mejor especialista en la cuestión, en muchas ocasiones el dispositivo de con-
estar relacionadas con él de una manera o ha distinguido, así, el ámbito de los nom- trol se convertía en un mero trámite des-
de otra o el de poseer la insignificancia o bramientos para puestos de relevancia po- provisto de contenidos políticos reales de
ductilidad necesarias para convertirse en lítica (miembros del Gobierno, altos car- control parlamentario. Harris nos explica,
serviles instrumentos de su voluntad”)14, gos de las Secretarías de Estado, jueces, en tal sentido, cómo la extensión de la exi-
chocaría con las duras réplicas de la histo- directivos de gran relieve, miembros de gencia del Advice and Consent of the Senate
ria, que muy pronto confirmaron casi to- Comisiones federales, diplomáticos), del a docenas de miles de puestos inferiores ha
dos los vicios que se creían conjurados. de los nombramientos inferiores, es decir, hecho en la práctica muchas veces el con-
La primera desviación se derivó de la de la inmensa mayoría de puestos federales trol poco menos que imposible –al blo-
extraordinaria extensión que acabó dándo- en los Estados de la Unión (federal field quear, de hecho, las posibilidades del Se-
se a un sistema previsto para ser aplicado offices). Mientras que para el primer grupo nado– y lo ha acabado convirtiendo en
de forma restringida: mientras que los la experiencia habría sido variada15, la se- una formalidad vacía; cómo cuando el Se-
constituyentes lo habían concebido como guida en la confirmación de los federal nado ha entrado, en verdad, a discutir una
un mecanismo destinado sólo a los cargos field offices generó desde muy pronto las nominación, lo ha hecho, también con
de mayor importancia y responsabilidad, prácticas clientelares y el sistema de patro- más frecuencia de la que sería deseable,
terminaron siendo docenas de miles los nazgo referido: un sistema que, aunque ge- por estrictas razones de crítica política –al
nombramientos sometidos al Senado. Esa neralizado, encuentra en esos puestos infe- margen pues de la idoneidad del nomina-
extensión, contraria a la letra y al espíritu riores su verdadero caldo de cultivo. Y ello do– y con la finalidad de acosar al Presi-
de la Constitución, iba a generar unos porque a la extensión desmesurada de la dente y desacreditar su administración; y
efectos demoledores sobre la forma de pro- cualidad y cantidad de los puestos sujetos cómo los senadores de lealtad presidencial
visión de cargos públicos: la exigencia a consejo y consentimiento y a la generaliza- han votado en función de esa lealtad y no
constitucional de consejo y consentimiento ción del spoils system vinieron a unirse de las características del candidato nomi-
acabó produciendo la generalización de un otros dos factores más: la costumbre presi- nado; cómo el sistema, además de favore-
sistema de patronazgo protagonizado por dencial de consultar con los senadores de cer la creación de redes clientelares, ha po-
los Senadores de la Unión, auténticos be- su partido en cada Estado el nombramien- tenciado el fraccionalismo en el interior de
neficiarios de aquél. Para entenderlo es ne- to de los puestos federales de ese Estado, los partidos; cómo, en última instancia,
cesario tener en cuenta otro elemento, que una costumbre que limitaba su poder pero esta práctica desviada de una institución
posibilitaría, al principio, y acabaría poten- le ofrecía, a cambio, seguridad parlamen- prevista para fines bien distintos no ha
ciando, después, la práctica desviada –co- taria, pues el mecanismo era un medio de sido capaz de asegurar –en términos globa-
rrupta y clientelar– de un mecanismo pre- mantener la disciplina y lealtad de los se- les– una mejora sustancial de los estánda-
visto para intentar garantizar la limpieza y nadores pertenecientes a su grupo; y la res de calidad de los candidatos nomina-
la eficiencia: me refiero a la instauración, costumbre, generalizada poco a poco, de la dos; y cómo, finalmente, aun en casos lí-
tras la creación de la Unión, y al manteni- llamada cortesía senatorial (senatorial cour- mite, la propia dureza de los hearings ha
miento, durante prácticamente todo el si- tesy), en virtud de la cual los miembros del llegado hasta a hacer desistir a muchos
glo XIX, del llamado spoils system para la candidatos con altos estándares de cualifi-
cación, que han mostrado no estar dis-
15 Según Harris, en el siglo transcurrido entre puestos a admitir una investigación que
1850 y 1950 tan sólo dos nominaciones de miem- podría llegar a convertirse, en manos de
que toda una rama de la legislatura, la posibilidad bros del Gobierno fueron rechazadas; las nomina-
de un fracaso serviría de aliciente poderoso para ciones para ocupar cargos judiciales –jueces inferio- senadores demagogos, en algo muy pareci-
proceder con cuidado al hacer su proposición. El res, de apelación o del Tribunal Supremo– han si- do a una especie de persecución16.
peligro para su reputación, y cuando se trate de un do objeto, generalmente, de una investigación ¿Qué conclusión obtiene Harris de su
magistrado electivo, para su carrera política, en el cuidadosa y exhaustiva, mientras que la cualifica-
caso de que se le descubriera un espíritu de favori- ción de los propuestos y nombrados para las Comi-
análisis? ¿Debería enmendarse la Constitu-
tismo o que andaba en forma indebida a caza de siones Federales (Comisión de la Energía Atómica ción y suprimirse la exigencia de control
popularidad, por parte de un cuerpo cuya opinión o Junta de Aeronáutica Civil, por poner sólo dos senatorial contenida? Según él, en línea
tendría gran influencia en la formación de la del ejemplos) han dejado, también en general, mucho aquí con algunas recomendaciones oficiales
público, no puede dejar de obrar como barrera que desear. Cfr. J. P. Harris, The Advice and Con-
contra ambas cosas” Ibídem, págs. 324-325. sent of the Senate, págs. 379-382, University of Ca- realizadas con anterioridad, la solución
14 Ibídem, pág. 325. lifornia Press, 1953. consistiría en reducir la extensión de los

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ROBERTO L. BLANCO VALDÉS

cargos afectados por la exigencia de confir- muy diferente situación en la que nos en- otorgando al ejecutivo mayor o menor
mación senatorial a los de decisión política contramos en las democracias parlamenta- margen decisorio dependiendo del tipo de
(policy-determining): rias europeas: podría decirse que lo que allí cargo de que se trate en cada caso. La ley
“El criterio de la ‘decisión política’ ha de intentar garantizarse constituye aquí del Gobierno, por su parte, no introduce
es válido y útil con tal de que se el punto de partida. ¿En qué sentido? En tampoco ninguna novedad: reproduce, en
admita que las decisiones políticas el que el problema al que nos enfrentamos materia de incompatibilidades de los
son las relativas a las grandes líneas en Europa no es el de cómo garantizar que miembros del Gobierno, el tenor literal
de los programas gubernamentales un poder ejecutivo elegido directamente del artículo 98.3 de la Constitución y dis-
y no las relativas a las cuestiones por el pueblo ajuste su política de nom- pone que los secretarios de Estado, órga-
administrativas de detalle. El énfasis bramientos a la voluntad del Parlamento, nos superiores de la Administración gene-
debe ser puesto, por tanto, en la sino el de cómo podremos evitar que un ral del Estado, serán nombrados por Real
palabra decisión. Solamente los cargos gobierno –o un presidente, en todo caso– Decreto del Consejo de Ministros, aproba-
superiores (majors officers), los jefes elegido por el propio Parlamento y que do a propuesta del presidente del Gobier-
de departamento de las agencias suele, en consecuencia, estar apoyado de no o del miembro del mismo a cuyo de-
y sus asistentes principales llevan forma constante por una mayoría estable y partamento pertenezca. Nada más en lo
a cabo labores de decisión política, –sea de un partido, o de dos o más– políti- que aquí nos interesa. Frente a este pano-
dado que la mayor parte de las camente homogénea, pueda acabar utili- rama, creo que estamos ante una situación
decisiones sobre la política general zando su libérrima facultad de nombra- que justificaría comenzar a debatir la posi-
(policies) no son tomadas por agentes miento de altos cargos de una forma torci- bilidad de someter ciertos nombramientos
del poder ejecutivo, sino por el da que llegue a vulnerar exigencias a un sistema de control como el que se
Congreso mismo. Muchos empleados mínimas del Estado de derecho. Por ello, y apuntaba en su momento. ¿Cuáles? A mi
participan en la preparación de esa pese a que no existe en los ordenamientos juicio, cuando menos los susceptibles de
política, y todos, con independencia europeos nada semejante a la institución incluirse en uno de los tres bloques que si-
de su categoría, colaboran en americana del Advice and Consent of the guen: a) en primer lugar, los presidentes o
su ejecución; pero sólo los cargos Senate, intentaré justificar seguidamente la titulares de ciertos órganos estatales de ex-
políticos (political officers) de mayor propuesta que, destinada al español, he traordinaria relevancia que en la actualidad
categoría deciden o determinan la formulado en su momento. son de libre designación gubernamental:
política general que debe seguirse”17. es el caso, por ejemplo, del presidente del
Ésta es sustancialmente la posición 4. Nombramiento de altos cargos Consejo de Estado o del fiscal general de
que invariablemente ha sido mantenida del Estado y control parlamentario: Estado; b) en segundo lugar, los altos car-
por los diversos comités oficiales que se una propuesta para la discusión gos del Estado responsables de la ejecución
han acercado a la cuestión: por ejemplo, la El intenso proceso de regulación legislativa de las políticas de defensa y de seguridad:
Comisión Hoover en 1949, el presidente en los ámbitos del Gobierno y la adminis- creo, así, que deberían sujetarse a comuni-
del Comité de Gestión Administrativa en tración que se ha producido tras el cambio cación previa al Congreso el nombramiento
1937 o la Comisión Taft sobre Economía de mayoría derivado de las últimas eleccio- del jefe del Estado Mayor de la Defensa,
y Eficiencia en 1912. nes generales no ha ofrecido, en línea con de los jefes del Estado Mayor del Ejército
Pese a todas las críticas de las que ha la realidad jurídica europea, ninguna nove- de Tierra, de la Armada y del Ejército del
sido objeto la institución de control sena- dad que se aparte de lo conocido en el de- Aire, del secretario de Estado de Seguridad
torial, que han llevado a algún autor a sos- recho comparado. Creo que es éste un si- y de los directores generales de la Guardia
tener que aquella institución constituía la lencio difícil de explicar a la vista de la ex- Civil y de la Policía; c) por último, los ór-
pieza más débil del sistema federal18, Ha- periencia de los últimos ejecutivos ganos directivos de algunos entes públicos
rris opina, en suma, que el mecanismo del socialistas y del primero del PP en relación o de ciertas administraciones independien-
Advice and Consent of the Senate presenta con la conflictiva cuestión de los nombra- tes, las únicas respecto de las cuales el le-
una ventaja indiscutible: asegurar que los mientos de altos cargos: unas experiencias gislador ha establecido ya alguna previsión
candidatos designados serán –cuando me- que permiten constatar tanto la existencia en la materia; en cuanto a los primeros
nos en el momento de su designación– sa- de muy serios problemas como la necesi- destacaría a RTVE y en cuanto a las se-
tisfactorios para la mayoría del Senado. Es- dad de darles alguna solución de carácter gundas debería de ampliarse el sistema de
ta consideración es bien expresiva de la institucional y que hubieran aconsejado, control vigente ya en la actualidad para
en mi opinión, abrir un debate –político y dos de las cuatro que suelen considerarse
científico– respecto de la posibilidad de incluidas dentro de ese grupo a las demás:
16 Ibídem, pág. 377-386. introducir eventuales mecanismos de con- aparte del caso ya citado del gobernador
17 Ibídem, pág. 389 (entrecomillados y cursiva trol parlamentario para el nombramiento del Banco de España, un exigencia similar,
en el original). de determinados altos cargos. Lo cierto es, aunque más rígida, se contiene en la Ley
18 “Antes de que el movimiento en favor de
una reforma fuera lo bastante poderoso para conte- sin embargo, que ninguno de los proyec- 15/1980, de 22 de abril, reguladora del
nerlo mínimamente, este abuso de los privilegios tos que el Gobierno del PP ha llevado al Consejo de Seguridad Nuclear, que dispo-
consultivos del Senado, en materia de nominacio- Parlamento (en reproducción perfecta de ne que presidente y consejeros serán desig-
nes, había tomado tales proporciones que muchos
lo consideraban como el defecto más clamoroso de
lo que en su día sucediera con las mismas nados entre personas de reconocida cuali-
nuestro sistema político. Se podría decir, que se iniciativas del Gobierno socialista) avanzan ficación y nombrados por el Gobierno, a
trataba de la pieza más débil de nuestro sistema fe- nada en esa línea. La LOFAGE se limita a propuesta del ministro de Industria y
deral y, al mismo tiempo, el que más lo fatigaba y disponer el principio general de libre de- Energía, previa comunicación al Congreso
aquel del que se demandaban más esfuerzos”. Cfr.
W. Wilson, Le gouvernement Congressionnel, pág. signación de los titulares de los órganos di- de los Diputados, que a través de la comi-
257, G Giard & E Brière, París, 1900. rectivos, principio que luego se concreta sión competente y por acuerdos de los tres

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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19
ALTOS CARGOS Y CONTROL PARLAMENTARIO

quintos de sus miembros, manifestará su también numéricamente las correspon- Esta doble posibilidad limita la alta
aceptación o veto razonado en el plazo de dientes Comisiones del Congreso, lo que probabilidad de que la que es sin duda la
un mes a contar desde la recepción de la se traduciría casi siempre, como enseña la principal de las ventajas del mecanismo de
correspondiente comunicación, de forma experiencia, en un voto favorable a la pro- comunicación previa al Congreso acabe con-
que si transcurre dicho plazo sin manifes- puesta. Cabría, ciertamente, que un Go- virtiéndose también en su mayor inconve-
tación expresa del Congreso se entenderán bierno en minoría, que es capaz de obtener niente: el debate y la investigación pueden
aceptados los correspondientes nombra- el apoyo de sus socios para su política gene- servir para debilitar al candidato y –por
mientos. En esa línea, deberían someterse ral, pudiera no obtenerlo para sacar adelan- ende– al Gobierno que comunica al Parla-
igualmente a comunicación previa los nom- te ciertos nombramientos. Pero aun acep- mento su intención de designarlo para un
bramientos del presidente de la Comisión tando como más probable la primera hipó- alto cargo del Estado; o, por el contrario,
Nacional del Mercado de Valores y del di- tesis, no desaparece, en mi opinión, la para debilitar a quien, sin otro motivo que
rector de la Agencia de Protección de Da- utilidad de la propuesta, dado que el apoyo intentar acosar al ejecutivo, pretende im-
tos; y, así mismo, el del presidente del Tri- de la mayoría no puede, a la postre, supri- pugnar su decisión.
bunal de Defensa de la Competencia, ór- mir la sustancialidad del acto de control. Las otras ventajas de la propuesta que
gano que ha sido considerado por algunos En efecto, las comparecencias abren –o planteo tienen a su favor que sus caras no
administrativistas como otra administra- pueden hacerlo, en todo caso– una discu- presentan una cruz que pueda oscurecer-
ción independiente. sión y –en su caso– una investigación que las. La comunicación previa al Congreso po-
Por no ofender la inteligencia del lec- permiten que un acto del Gobierno (la dría –incluso cabría decir que debería– ir
tor, no entraré a justificar el por qué de esa propuesta de nombramiento del alto cargo generando un código político –deontoló-
selección; me limitaré sólo a subrayar que de que se trate en cada caso) se contraste gico, si se prefiere tal terminología– sobre
no es una única razón la que la explica (en con la voluntad, políticamente plural por lo que resulta democráticamente admisible
unos supuestos asegurar una mayor inde- definición, de otro órgano estatal: el Con- en el ámbito de la política de nombra-
pendencia de los designados, en otros una greso. Lo que, si no fuera ya por sí mismo miento de altos cargos y lo que es intolera-
ajustada cualificación para el puesto del suficientemente trascendente en términos ble. Por ejemplo, ¿es admisible que sea
que se tratase en cada caso) aunque el ob- políticos, tiene además la ventaja adicional nombrado para una alta responsabilidad
jetivo sea siempre similar: intentar garanti- de que, incluso con relativa independencia alguien que ha sido sancionado por preva-
zar, mediante la participación del Parla- de cual sea la voluntad de la mayoría de la ricación? ¿puede serlo quién ha expuesto
mento, la mayor adecuación que sea posi- Comisión Parlamentaria encargada del convicciones dudosamente coherentes con
ble entre los propuestos y el cargo para el control, el debate y la eventual investiga- valores esenciales proclamados en la Cons-
que lo son, reconocido el hecho de que to- ción pueden activar lo que Giusseppe Ugo titución? ¿o quién ha mentido sobre su
dos los que he utilizado para ejemplificar Rescigno ha denominado responsabilidad cualificación profesional? ¿debe ser una ta-
son puestos públicos de una importancia y difusa19: la responsabilidad institucional cha criticable el tener un hermano conde-
significación indiscutible. Soy consciente que se concreta en la puesta en funciona- nado penalmente por sentencia firme? ¿de-
plenamente, claro, de que la propuesta miento de un mecanismo de control parla- be serlo el haber sido uno mismo conde-
que formulo tiene limitaciones políticas mentario puede accionar, llegado el caso, nado, aun cuando el delito hubiera ya
nada desdeñables: pero creo que presenta, otro subsiguiente, cualitativamente diferen- prescrito? Aunque se trata, como a nadie
en todo caso, ventajas apreciables. A una y te (pero no menos trascendental en térmi- se le escapa, de meras elucubraciones aleja-
otra cosa me referiré seguidamente como nos políticos), de responsabilidad difusa, das de nuestra realidad, éstas no son, para
conclusión ya de todo lo apuntado. en la que la opinión pública puede jugar nada, irrelevantes, pues uno de los más
Dejando al margen las cuestiones de un papel fundamental, pues son sus movi- graves problemas que plantean los escán-
definición jurídica en las que aquí no pue- mientos los que determinan, a la postre, los dalos políticos es, precisamente, el de “de-
do entrar (básicamente las relativas a si el cambios de correlación de las fuerzas que terminar cuáles y cómo son –y también,
sistema de comunicación previa al Congreso compiten por gobernar el Estado democrá- en un segundo paso, cómo deben ser– las
puede ser técnicamente incluido dentro del tico. Por decirlo con palabras de Rescigno, normas que regulan los deberes de los po-
ámbito del instituto del control parlamen- “se es ciertamente responsable líticos”20. La práctica continuada del me-
tario, dado su carácter previo, su naturaleza porque se tiene el poder político canismo de la comunicación previa al Con-
obligatoria y la ausencia de consecuencias y se puede ser criticado por el uso greso debería permitir ir elaborando un có-
jurídicas del pronunciamiento de la corres- que de él se hace, pero se es también digo, compartido por todos los actores
pondiente comisión), mencionaré a conti- responsable porque se aspira –institucionales y sociales– que intervie-
nuación las limitaciones que podrían seña- al poder y se sufre críticas por nen en el proceso decisorio, de lo que es
larse en el ámbito político, es decir, el rela- esa pretensión; tanto en uno como democráticamente aceptable y de lo que
tivo a la utilidad de la propuesta. Creo en en otro caso se pueden sufrir debe ser considerado democráticamente
tal sentido que la fundamental es la que se consecuencias desfavorables, escandaloso. Y ello hasta el punto, y aquí
refiere a la eventual ineficacia de un sistema que en uno consistirán en la pérdida se situaría finalmente la última de las ven-
de control que permitiría, en última ins- o el debilitamiento en el poder tajas a las que antes hacía referencia, de
tancia, al poder ejecutivo hacer su voluntad y en el otro en un mayor que será la propia existencia de un meca-
al no tener el eventual veto político de la alejamiento del mismo”.
correspondiente comisión de eficacia en el
20 F. Jiménez Sánchez, ‘Posibilidades y límites
ámbito jurídico por carecer de carácter vin-
culante. Por si ello no fuera suficiente, todo del escándalo político como una forma de control
19 G. U. Rescigno, La responsabilità política, social’, en Francisco J. Laporta y Silvina Álvarez
hace pensar que en un sistema parlamenta- pág. 114 y sigs., de donde proceden todas las citas, (edits.), La corrupción política, pág. 293-294,
rio como el nuestro la mayoría controlaría Giuffrè, Milán, 1967, Alianza Editorial, Madrid, 1997.

20 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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ROBERTO L. BLANCO VALDÉS

nismo de comunicación previa al Congreso de esas desviaciones acaban dañando a to- cada uno de nuestros pasos. Mi único
la que, ya de por si, determinará la acción do el mundo, incluso a aquellos que creen propósito –terminaba el autor
del controlado: salir, a corto plazo, beneficiados por ha- de La reforma gubernamental–, ha
“Si la crítica –ha escrito Rescigno berlas denunciado. Aunque, puestos a te- sido mostrar la urgente necesidad
con su agudeza habitual– es el modo nerla muy cuenta, es cierto que la expe- de este esfuerzo y provocárselo a
clásico y habitual de imputación, riencia indica de igual forma lo extraordi- aquéllos sobre quienes pesará mañana
la responsabilidad política no nariamente complicado que resulta, en el la responsabilidad del poder”21.
desaparece por el sólo hecho ámbito político, romper con la pesadísima Palabras que, por su admirable clari-
de no ser criticado: lejos de ello, rutina de lo conocido, por malo que aque- dad, no necesitan ya de ningún comenta-
por el hecho mismo de poder ser llo pueda ser. Si se me permite la inmo- rio adicional. n
criticado, se buscará el modo destia de la cita, terminaré con unas pala-
de no serlo y, por tanto, bras de Léon Blum, quien escribía a la al-
la responsabilidad política será tura de 1917:
el motivo concreto de las acciones “Es siempre un esfuerzo difícil para los [Este trabajo, fruto de una ponencia presentada en
desenvueltas con la finalidad hombres concebir otras reglas de el “Seminario sobre la ley de gobierno y la LOFA-
GE”, organizado por el profesor Luciano Parejo Al-
de prevenir posibles críticas”. acción que aquellas que practican fonso en la Cátedra Manuel Colmeiro de la Univer-
A la postre, es posible que elegir entre cotidianamente y que han visto sidad Carlos III, constituye una versión sintética del
el sistema al que estamos ahora acostum- siempre practicar a su alrededor. texto que aparecerá próximamente en la revista Do-
brados y el que –con sus problemas, limi- La súbita ruptura con los hábitos cumentación Administrativa.]
taciones y ventajas– me atrevo a someter a adquiridos supone para cada uno de
la consideración de los lectores, sea tam- nosotros un esfuerzo revolucionario.
bién, de alguna forma, elegir entre un jue- Es necesario, sin embargo, con un
go político basado fundamentalmente en violento golpe de cintura, salir de estas
la búsqueda de la confrontación o uno ba- rutinas que estorban y entorpecen
sado en la colaboración para evitar que se
produzcan ciertas desviaciones de la de-
mocracia de partidos que sería deseable Roberto L. Blanco Valdés es catedrático de De-
21 L. Blum, La reforma gubernamental (edi- recho Constitucional en la Universidad de Santia-
–quizá más deseable que factible– corregir. ción de Javier García Fernández), pág. 26, Tecnos, go de Compostela. Autor de Los partidos políticos y
La experiencia ha demostrado que algunas Madrid, 1996. El valor de la Constitución.
EL DEBATE DE
LAS HUMANIDADES
CARLOS GARCÍA GUAL

1. Que la educación liberal do, al margen de su profesión específica. región local y de un grupo, sino también, y
debe fomentar la conciencia Es decir, una educación que ha de procu- sobre todo, como un ser humano unido a
crítica del individuo y una visión rar los medios para instruir y facilitar a los todos los otros seres humanos por lazos de
de lo humano universal educados el ser libres y conscientes en la reconocimiento y afecto; y, en tercer lugar,
Tal vez no resulte inconveniente empezar mayor medida posible. Los educadores debe desarrollar lo que nos propone llamar
por abordar la cuestión en una perspectiva auténticos intentan mucho más que em- “la imaginación narrativa”.
general, no sólo para evitar incurrir de en- butir viejos conocimientos en nuevas ca- Los tres objetivos parecen puntales fir-
trada en una apología ya muy repetida, de bezas. Al transmitir un saber sobre el mes y bien definidos para una considera-
tinte gremial y tono apriorístico, de deter- mundo invitan a entender y sentir de mo- ción de la educación “liberal” (adjetivo
minadas materias humanísticas, sino por- do personal y auténtico, y también a com- que tomo en sentido más noble, que ya
que la crisis de esas enseñanzas es muy ge- prender a los otros, y enseñan a imaginar tenía en su origen latino) en el modo que
neral, reflejo de la crisis radical y prolon- y construir en nuevas mentes imágenes antes hemos apuntado. Cuentan, cierta-
gada de la educación actual y su enriquecidas “del mundo real”. mente, con el apoyo de una ilustre tradi-
orientación e incluso del concepto mismo De ahí que la educación liberal sea una ción de raíces clásicas. Para su clara apolo-
de educación. Partamos pues, de una idea invitación a “cultivar la humanidad”, se- gía del ideal educativo de un libre examen
bastante común (si bien hoy todo es dis- gún había sentenciado Séneca y recoge crítico (frente a la imposición acrítica y
cutible) de que la educación debe servir a ahora en título un reciente libro de coercitiva de las normas de una tradición
un metódico avance en la formación de Martha C. Nussbaum. Ese “cultivar lo hu- autoritaria), M. Nussbaum ve el paradig-
individuos aptos y autosuficientes para mano” significa, pues, un afán de estimular ma clásico en el Sócrates platónico, con su
convivir en una sociedad democrática, y perfeccionar las aptitudes de los indivi- método dialógico y su irreductible inquie-
gentes capaces para expresarse con clari- duos, hombres y mujeres, para convivir en tud racional. También con respecto al
dad y comprenderse a sí mismos y a los libertad y con una conciencia crítica y res- ideal que invita a todos a ser “ciudadanos
demás, reflexivos y conscientes de su situa- ponsable del mundo y la época en que les del mundo” por encima de los prejuicios y
ción en el ancho mundo y en su entorno toca existir. (Recordemos que en latín cul- afectos raciales, locales y tribales, propone
particular, y así adiestrados para realizar tura significa “cultivo”, y así, en fácil metá- ejemplos en las ideas de los antiguos estoi-
del mejor modo y según su voluntad sus fora, el buen educador resulta un experto cos (ejemplar resulta la figura del empera-
capacidades humanas en busca de la pleni- agricultor del espíritu, un sembrador de dor Marco Aurelio) en una línea clara de
tud personal y la libre actividad racional. humanismo). Para no demorarnos ahora pensamiento que llega luego hasta Kant y
Formación del individuo, de la persona, en apuntar y apuntalar las líneas básicas de la Ilustración y los teóricos del liberalismo
para la vida consciente y feliz, y no sólo esa teoría liberal acerca de los fines y mo- moderno.
una información pragmática para la adap- dos de la educación, bastaría con suscribir El lema socrático de que “una vida ca-
tación forzada en un orden social impues- los tres objetivos generales que M. Nuss- rente de examen crítico no vale la pena vi-
to desde arriba, es lo que esperamos toda- baum destaca, en una sencilla perspectiva virla” se complementa con esos anhelos de
vía de la educación –en sus varios niveles y filosófica, en su Cultivating Humanity. A una razonable y universal simpatía (en el
en forma progresiva– y lo que, al menos Classical Defense of Reform in Liberal Edu- sentido mejor del término). Suma, pues,
en principio, los Gobiernos más civiliza- cation (Harvard University Press, 1997). “del concepto socrático de la vida exami-
dos prometen ofrecer a sus ciudadanos. Tomémoslos como un buen punto de apo- nada”, las nociones de Aristóteles acerca
Junto a la formación profesional, vo- yo para la discusión posterior. Según M. de “ciudadanía reflexiva”, y, sobre todo, las
cacional y especializada, de carácter técni- Nussbaum, cualquier educación que pre- ideas estoicas de una educación que es “li-
co, para un determinado oficio u ocupa- tenda “cultivar la humanidad” en el mun- beral” en cuanto libera la mente de las tra-
ción (cuya utilidad y provecho inmediato do actual debe, en primer lugar, atender a bas de los prejuicios, produciendo gente
está, sin duda, fuera de discusión), esa la capacidad del ser humano de practicar que puede funcionar con sensitividad y
educación más amplia serviría al ser hu- un examen crítico respecto de sí mismo y alerta como ciudadanos del mundo ente-
mano para hacerse crítico y comprensivo, sus tradiciones; en segundo lugar, debe fo- ro: eso es lo que Séneca entiende como
es decir, para conocerse, y orientar y valo- mentar la habilidad de verse a uno mismo “cultivo de la humanidad”, señala Nuss-
rar por sí mismo su existencia en su mun- no simplemente como ciudadano de una baum (op. cit., pág. 8).

24 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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puede ser feliz con la fe ciega del ortodoxo
y del fanático), sin embargo, creo que esos
dos primeros objetivos de la educación go-
zan de una aceptación suficientemente
amplia como para no tener que insistir en
su programática bondad universal. Me pa-
rece, en cambio, que no estará fuera de lu-
gar detenernos algo más sobre el tercer
aserto; es decir, resaltar la clara función
educadora de la “imaginación narrativa”.
(M. Nussbaum dedica un capítulo de su
brillante libro a cada uno de estos objeti-
vos. Remito a su texto para más detalles).

2. La imaginación narrativa
y su función educativa
Destacar el papel que la fantasía narrativa
ocupa en la progresiva educación de los
niños y jóvenes, en su aculturación y su
acomodación sentimental al mundo, es
aquí muy pertinente. (No sé si son mu-
chos o pocos los pedagogos actuales que
subrayan la relevancia emotiva y didáctica
de este factor del cultivo de la imagina-
ción, pues no frecuento mucho esa litera-
tura pedagógica. Los más solemnes y pe-
dantes lo pasan pronto, me temo, por al-
to). Pero me interesa advertir que ése
resulta un factor educativo de especial sig-
nificación –si bien no el único punto de
apoyo– al abordar el debate sobre la fun-
ción de las Humanidades.
Desde la infancia el niño se encuentra
con un mundo interpretado y pautado por
los mayores, al que debe ajustar su mirada
y sus simpatías personales. En él figuran,
entre las lecciones de cosas y pautas infor-
mativas, junto a los textos serios de apren-
dizaje doctrinal o científico, muchos otros.
Pero le impresionan pronto las bellas na-
Aunque podría argumentarse que mo seres humanos sólo a la gente de la rraciones, como los cuentos mágicos y las
otras formas de educación que restringen propia tribu, raza, nación o cultura, pue- historias más variopintas, esos relatos fan-
la libertad de conciencia y la relación uni- den resultar más cómodas para ciertos paí- tásticos y maravillosos que le ofrecen una
versal con los demás seres humanos, fo- ses y sus gobernantes, y acaso deparar una visión interior y sorprendente de los otros,
mentando la sumisión ciega a algún credo cierta seguridad de ánimo a los creyentes de esos seres animados y multicolores que
dogmático y normas rígidas y viendo co- sometidos a ellas (pues un súbdito sumiso pueblan el mundo todavía misterioso. A

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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25
EL DEBATE DE LAS HUMANIDADES

través de esos relatos y canciones infantiles das de esa fantasía se expresa mediante las parezca discutible su intento de expulsar a
los niños, escribe M. Nussbaum, “apren- formas narrativas usuales, en el teatro, en los poetas y de censurar los viejos mitos
den a atribuir vida, emociones y pensa- la poesía, y en las prosas; es decir, a través para dejar la enseñanza monopolizada en
mientos a figuras cuyo interior les está de la fabulación de relatos, imaginación manos de los filósofos)2.
oculto. Según pasa el tiempo, lo hacen en seductora y fantasía fantasmagórica, y más
una forma cada vez más sofisticada, apren- perdurable y significativa que los datos, 3. El menosprecio de la tradición
diendo a escuchar y a contar historias so- hechos y figuras de esa experiencia coti- cultural, síntoma de crisis
bre animales y humanos. Esos relatos se diana que las ficciones nos ayudan a inter- “Tradición” es una palabra que no goza
combinan con sus propios intentos de ex- pretar. hoy de buena prensa. (Probablemente su
plicar el mundo y sus propias acciones en De ahí que el dominio del lenguaje descrédito viene de que muchos confun-
él. Un niño privado de cuentos está priva- narrativo resulte un factor esencial de una den el estudiar la tradición con el ser tra-
do, a la vez, de ciertas maneras de ver a las buena educación, ya sea adquirido en la dicionalista. Del mismo modo que amar
otras gentes. Porque el interior de las gen- familia, en la escuela o en la calle. El em- la propia nación es una cosa y otra ser na-
tes, como el interior de las estrellas, no está pobrecimiento del lenguaje usual es un cionalista, conviene resaltar que el cono-
abierto ante nuestros ojos. Nos suscitan síntoma de una decadencia de la educa- cer y estudiar una tradición no significa la
extrañeza y admiración. Y la conclusión de ción o de alguna forma de educación. Es más mínima simpatía por lo que se llama
que este conjunto de miembros situado fácil advertir que algunas épocas y nacio- tradicionalismo. Puede y suele ir en con-
frente a mí tiene emociones y sentimientos nes han cuidado más que otras de ese do- tra de éste. El tradicionalismo es sólo un
y pensamientos como los que yo me atri- minio de la expresión gracias a su mayor abuso de la fe en las excelencias del legado
buyo a mí mismo no es adquirido sin el atención a ese aspecto de una educación tradicional, una beatería ideológica de pe-
ejercicio de imaginación que el contar his- popular de alto estilo. Las manifestaciones sada retórica y efectos perniciosos que, al
torias propone” (Nussbaum, pág. 89). literarias pueden cobrar una intensa fun- fijar como modelo eterno una interpreta-
Más tarde esos relatos se complican y ción didáctica al servicio de la comunidad. ción idólatra del pasado, esclerotiza la
se hacen más complejos. La Literatura en Tal fue el caso, en la Atenas clásica, en el fuerza educadora de la tradición –que se
sus múltiples géneros, la Historia más tra- siglo V a. de J. C., del teatro, que se ofre- renueva de modo constante–. El tradicio-
dicional, la Religión, la Antropología, e cía como un ámbito fundamental de la nalismo niega a la educación su impulso
incluso la Filosofía y las Ciencias de la Na- educación cívica y democrática, esa pai- crítico para ir más allá de lo fijado en sus
turaleza en parte, requieren el contar e in- deía a la que los griegos daban tanto relie- normas antiguas, pero un buen uso y co-
terpretar historias. La dimensión narrativa ve. Y la dramaturgia ateniense gozó de una nocimiento de la tradición incita a apo-
de la cultura que se transmite en la educa- resonancia social que no ha recuperado el yarse en ella para avanzar). Pero es indis-
ción es esencial para la formación intelec- teatro en las épocas posteriores. Los gran- pensable hablar de la tradición cultural
tual y sentimental a partir de la niñez (es des trágicos fueron, después de Homero, cuando se trata de educación, puesto que
decir, de todos). Vivimos en un mundo los educadores del pueblo ateniense. Por educar a los más jóvenes ha consistido
contado por otros. También para los pue- esa razón Platón se proponía expulsar a los siempre, en reactivar la tradición para se-
blos es esencial tener a mano historias –sa- poetas de la ciudad utópica de su Repúbli- guir avanzando. En cualquier sociedad,
gradas o profanas, venerables o frívolas– ca, donde gobernarían los filósofos. No educar es formar a los jóvenes dentro de
que expliquen el mundo y den sentido podía admitir, desde su programa didácti- las enseñanzas y saberes de un pasado, ya
humano a la existencia. O, como escribió co, austero y racionalista, las enseñanzas de sea de tradición nacional, cultural, religio-
H. Blumenfeld de los mitos primigenios, unos competidores tan peligrosos en mate- sa o política. La tradición se ofrece como
relatos que den al mundo entorno, objeti- rias educativas. Aristóteles, más democráti- marco de referencia y como punto de
vo y mudo, “significatividad”, es decir, co y menos utópico que su maestro, de- apoyo para atalayar el presente y el futuro.
sentido humano1. fendió el valor educativo emocional del Incluso, para oponerse a ella es necesario
En las culturas arcaicas ese aspecto teatro, al destacar la función catártica de la conocerla a fondo. Por eso, toda educa-
educativo lo proporciona la mitología. tragedia, que educaba purificando a los es- ción, como bien señalaba Hannah
Luego, ya en civilizaciones habituadas a la pectadores de la compasión y el terror. Arendt, tiene siempre un aspecto conser-
escritura, es la literatura grosso modo y en En todo caso, si la educación quiere vador3. Y ése es un aspecto hondamente
su sentido más amplio la que ofrece narra- proponer a los jóvenes una imagen del en crisis en el mundo moderno, y mucho
tivamente una imagen del mundo previa a mundo, un modo de comprender y sentir más en el posmoderno.
cualquier imagen de información científi- y, por tanto, una permanente interpreta- “La verdadera dificultad de la educa-
ca. La literatura es, en gran medida, cono- ción del entorno vital, debe advertir cómo ción moderna estriba en el hecho de que,
cimiento de trasfondos fabulosos, y con la visión del mundo de los educados resul- a pesar de toda la charlatanería a la moda
sus ficciones configura una visión del ta en mucho deudora de esa narrativa. Por sobre el nuevo conservadurismo, es hoy
mundo que a menudo determina nuestras eso, le es muy necesario tener en cuenta la extremadamente difícil apoyarse en ese
simpatías y afectos. Todo dentro del uni- influencia psicológica de esos relatos que mínimo de conservación y en esa actitud
verso simbólico en que nos educamos. To- van presentándose desde uno y otro ámbi- conservadora sin la cual la educación es
do un mundo de representaciones surgi- to, orales y escritos, y van imbricándose en simplemente imposible. Al respecto hay
nuestras propias historias y, por eso, debe
advertir la seductora impronta y la riqueza
1 H. Blumenfeld, Arbeit am Mythos, Franc- 2 Cf. M. Detienne, La invención de la mitolo-
imaginativa de los mismos. Platón hacía
fort, l979. Para una amplia reflexión en la línea del bien en replantearse el problema al diseñar gía, Trad. esp. Barcelona, l985.
valor de la cultura, véase el clásico libro de E. 3 H. Arendt, Between Past and Present, l954.
Cassirer, Antropología filosófica, (l944), trad. esp. un nuevo programa de educación para su Cito por la edición francesa, de título sugestivo: La
México, l963. ciudad ideal. (Aunque, por otro lado, nos crise de la culture, Cf. págs. 222-52, París, l972.

26 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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CARLOS GARCÍA GUAL

buenas razones. La crisis de la autoridad menté en su día, en páginas de esta misma de saber humanista? La cuestión es dema-
en la educación está estrechamente ligada revista4, el de A. Bloom me pareció un li- siado ardua para este momento, pero no
a la crisis de la tradición, es decir, a la cri- bro muy estimulante para meditar sobre la cabe duda de que –como apuntaba Blo-
sis de nuestra actitud frente a todo lo que pérdida del sentido humanista de nuestros om– debemos ver la quiebra de la relación
respecta al pasado. Para el educador este planes y rutinas universitarios. Y me sigue fructífera con la tradición filosófica, litera-
aspecto de la crisis es particularmente difí- pareciendo acertada la queja de su autor ria y espiritual de Occidente, como una de
cil de sostener, pues él es el encargado de por el abandono de la lectura de los gran- sus causas más notables6.
mantener la ligazón entre lo antiguo y lo des clásicos del pensamiento y la
nuevo: su profesión exige de él un inmen- literatura5). También A. Bloom lamentaba 4. Una crisis no sólo universitaria
so respeto hacia el pasado”. en la enseñanza universitaria norteameri- Los críticos norteamericanos –como los ci-
“En el mundo moderno, el problema cana –en las mejores universidades del tados antes– se preocupan de la educación
de la educación está en el hecho de que país– la pérdida del sentido humanista y universitaria cuando se lamentan de los ba-
por su naturaleza misma la educación no de una orientación universal, ética a la par jos niveles educativos y del escandaloso
puede prescindir de la autoridad ni de la que estética; una quiebra del aprecio a la descenso cultural, porque en Estados Uni-
tradición, y que debe, no obstante, ejer- tradición, y una renuncia a conservar viva dos la enseñanza previa, es decir, la escuela
cerse en un mundo que no está estructura- y como referencia fundamental la gran secundaria, ofrece habitualmente una ense-
do por la autoridad ni retenido por la tra- tradición intelectual de Occidente. Bloom ñanza de escaso nivel7. Como advertía ya
dición”. se quejaba de que, mientras en las faculta- H. Arendt en su ensayo citado, en Estados
Lo que escribió H. Arendt, hace más des y centros de investigación universita- Unidos las facultades universitarias tienen
de 40 años, en su ensayo sobre la crisis de rios se atendía cada vez mejor a las de- que intentar cubrir y paliar, con programas
la educación recogido en Between Past and mandas de una información e instrucción muy sobrecargados a veces, un montón de
Future (l954) me parece incisivo y válido en las enseñanzas profesionales o vocacio- ignorancias elementales. Pero en España,
todavía. Su ensayo invita a una reflexión nales sobre ciencias o materias precisas es- como en Europa, la llamada antes ense-
amplia sobre el papel de la educación y de pecializadas y diversas, se había perdido el ñanza media o secundaria –es decir, el ba-
los educadores –no sólo los profesionales sentido de la Universidad como lugar de chillerato de corte europeo– venía ofre-
de la enseñanza, desde luego– aún hoy. Si encuentro para una formación que pro- ciendo hasta ahora una educación bastante
M. Nussbaum, en su libro citado, apenas gresaba en la búsqueda de un saber de ho- sólida y amplia. En comparación con los
toca este punto es porque se halla más in- rizontes más amplios y de alcance huma- estudiantes norteamericanos, los españoles
teresada, ya que ella escribe para un públi- nista, en el más noble sentido del término. llegan a la Universidad sabiendo mucho
co norteamericano, en resaltar el interés En su amargo diagnóstico sobre la si- más –en materias de ciencias y de letras.
de la apertura ya iniciada de la educación tuación actual y el destino de la Universi- De modo que en la Universidad podía dar-
universitaria norteamericana hacia nuevos dad norteamericana, se preguntaba si la se por supuesto un nivel aceptable de co-
y muy atractivos campos de estudio (de las idea de la Universidad como lugar de en-
culturas no occidentales, estudios afroa- cuentro intelectual y de suma de saberes,
mericanos, estudios sobre la mujer y reva- como avanzada crítica e ideológica –él 6 M. Nussbaum subraya que, a pesar de im-

lorización de los varios aspectos de la se- creía que incluso ética–, más allá de ur- portantes divergencias respecto a la orientación de
su afán humanista, coinciden las suyas y las críticas
xualidad), terrenos poco atendidos en el gencias económicas y sociales, había perdi- de este pensamiento conservador en su oposición a
canon didáctico más tradicional. Pero de- do ya su significación. Es decir, ese signifi- una Universidad volcada en la mera información
bemos dejar de lado ahora esos temas. cado moderno que había adquirido, no ya profesional, especializada y técnica, cerrada a cual-
Sobre la crisis de la educación univer- en los orígenes lejanos de la venerable ins- quier humanismo. Esa reducción a la preparación
especialista y vocacional se alza como la principal
sitaria en EE UU ya habían alertado otros titución del medievo clerical, sino en las objeción a la enseñanza de un saber más amplio y
estudiosos con talante crítico y desde otros mejores universidades europeas y, sobre más crítico. “This peril to democracy is compoun-
puntos de mira, emitiendo juicios e infor- todo, en la ilustrada tradición germánica ded by the assault on curricular diversity that has
been repeteadly launched by defenders of the gen-
mes no menos críticos y preocupantes. Ig- del siglo pasado, que imitaron las universi- tleman’s model of liberal education. In principle,
noro si alguna de esas críticas ilustradas ha dades americanas. La inquietud de Allan the gentleman’s model and the world-citizen mo-
logrado algunos efectos de provecho o re- Bloom –piénsese lo que se quiera sobre su del agree on the importance of shared humanistic
education for the culture of life. Against the cha-
flejos prácticos en la realidad. Entre los es- actitud conservadora y su talante elitista– llenge of vocationalism, they ought to be allies
tudiosos de una línea conservadora –fren- responde a una crisis profunda de tal insti- rather than opponents. But this has not always be-
te a la que M. Nussbaum guarda bien sus tución, y es algo que todo universitario en the case. By portraying today’s humanities de-
distancias–, es justo recordar al fallecido debe cuestionarse. ¿qué sentido puede te- partements as faddish, insubstantial, and contro-
lled by a radical elite, cultural cosnervatives –while
Allan Bloom y su libro The Closing of the ner hoy la Universidad como institución? calling for a return to a more traditinal arts curri-
American Mind (l987). (Que aquí se tra- ¿En qué medida conserva su función ori- culum– in practice feed the popular disdain for the
dujo –y el cambio de adjetivo me parece ginaria como lugar de encuentro de los humanities that has led to curtailment of depart-
ments and programs and to the rise of narrow pre-
significativo– como El cierre de la mente más sabios y de unos estudiantes con afán professional studies. When critics such as Allan
moderna (l989)). En su presentación de la Bloom, Roger Kimball and George Will caricature
edición española, Salvador Giner advertía the activities of today´s humanities departmentes
by focusing only on what can be made to look ex-
que, al tratar de las perplejidades y deso- 4 Carlos García Gual, ‘Sobre la degradación treme and absurd, they do not promote their goal
rientación de la enseñanza universitaria en de la educación universitaria’, CLAVES DE of increasing university support for traditional hu-
Estados Unidos, Bloom ofrecía a la vez RAZÓN PRÁCTICA, núm. 2, l990. manistic education” (op. cit., pág. 298).
5 Otros dos libros suyos se han traducido al 7 Sobre el bajísimo nivel de conocimientos de
“un texto sobre la evolución y degradación
castellano: Gigantes y enanos, Buenos Aires, l99l; y los estudiantes americanos es muy claro el conoci-
de la educación liberal occidental y muy Amor y Amistad, Santiago de Chile, Barcelona, do libro de E. D. Hirsch, Jr., Cultural Literacy,
específicamente la europea”. (Como co- l996. Boston, l987.

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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27
EL DEBATE DE LAS HUMANIDADES

nocimientos generales. Ahora, en cambio, zada y la seria preparación técnica para capacidad actual de comprender, que so-
con los nuevos planes de estudio de la lla- cualquier carrera u oficio8. En un mundo mos nosotros quienes construimos siem-
mada LOGSE, el nivel de la enseñanza se- preocupado por la conquista de nuevos pre nuestra interpretación del pasado, de
cundaria ha bajado y empeorado de modo puestos de trabajo, por la especialización, nuestros clásicos. Y que si bien hay una
alarmante. De hecho, es frecuente en nues- por la preparación tecnológica cada vez faceta arqueológica en esos estudios, lo
tros profesores universitarios la experiencia más precisa, la rentabilidad de la cultura más vivaz en ellos es su conexión con el
de ese descenso progresivo de conocimien- humanística no resulta nada evidente. Por presente. Porque necesitamos entender el
tos culturales en los alumnos. Cada curso otro lado, esos objetivos de un examen pasado para conocer nuestro presente, pa-
nos vuelve a sorprender la extensión de las crítico, afán universal de comprensión de ra saber cómo es el hombre, no ya en su
lagunas e ignorancias elementales que pre- los demás humanos y una visión personal conformación física, sino en sus anhelos y
sentan los recién ingresados en la Facultad. del mundo no parecen figurar entre las logros espirituales. Y no tanto para imitar
Y no sería raro, por lo que vemos, que propuestas ideales de ningún grupo políti- a los antiguos, en un difícil alarde de cla-
muy pronto se alcanzara un nivel escolar co. El humanismo de ese estilo crítico y sicismo escolar, hoy fuera de moda, como
de ignorancia en cultura general semejante universal no parece rentable en política, al para contrastar su visión del mundo con
al de los estudiantes de EE UU. menos a corto plazo. (Y es difícil de con- la nuestra. Y para apoyarnos en ellos para
Por eso, el debate acerca de las Huma- jugar, de modo general, con ciertos intere- ver más allá, no ya como enanos sobre los
nidades y su función no se viene refirien- ses nacionalistas, por ejemplo). hombros de gigantes, según el conocido
do aquí a la Universidad, sino a la etapa En una cultura dominada por los me- eslogan medieval, sino como distantes he-
previa de la enseñanza secundaria, a los dios de comunicación de masas, de los que rederos de un mundo enormemente dra-
cursos del bachillerato, menguado no sólo la auténtica calidad intelectual ha sido mático, filosófico y poético, con el que
en años, sino también en objetivos didác- marginada (valga la programación de la te- podemos contrastar nuestra efímera y ma-
ticos de conjunto. La enseñanza universi- levisión española en conjunto como botón sificada realidad.
taria se resiente directamente de la inferior de muestra), es muy difícil que el pasado Lo que ha caracterizado a los huma-
formación ofrecida en esa etapa previa. La cultural –ese mundo de saber y sentir que nismos europeos –el humanismo es un
degradación de las enseñanzas medias ha se conservaba como aleccionador y modé- fenómeno repetido y sintomático de la
repercutido, como era previsible, muy cla- lico– mantenga, no ya su prestigio, sino nostalgia europea por el mundo antiguo–
ramente en la universitaria, y probable- una cierta presencia, y es imposible que la no es su afán arqueológico, su minuciosi-
mente no hemos tocado fondo en ese des- alta cultura conserve cierta autoridad en dad en el estudio del pasado, sino el afán
censo. He lamentado tantas veces ese pro- los medios más populares. La lectura sigue de comprender el presente mediante una
gresivo deterioro de nuestro bachillerato siendo –a pesar de todas las sofisticadas y reinterpretación más histórica y más en-
(y muy sintomáticamente de las enseñan- cómodas tecnologías de comunicación a tusiasta del mundo clásico. Y ha sido
zas de los en un tiempo prestigiosos y be- gran escala y largas distancias– el funda- siempre el anhelo de utilizar ese pasado
neméritos Institutos de Bachillerato), que mental medio educativo, por sustanciales como un modelo para engrandecer el
no quisiera repetir esas quejas. En todo ca- razones, en lo que toca a la más elevada presente lo que ha dado su vitalidad a
so, me parece que esas rebajas de nivel y educación. Pero incluso leer, a fondo y en esos periodos. (Tanto el Renacimiento
de objetivos han sido inútiles y no justifi- silencio, puede volverse un difícil deporte italiano como la Ilustración del XVIII y
cadas del todo por la mayor extensión del en un mundo desgañitado por el ruido y el movimiento intelectual de los filólogos
alumnado, por esa famosa masificación, abrumado por una inmensa e indigerible alemanes a comienzos del siglo, el llama-
que no requería sin más la notoria pérdida masa de informaciones urgentes, angustio- do Tercer Humanismo por Werner Jae-
de calidad y el consiguiente desánimo de sas, vocingleras y triviales. El abandono de ger). Y ha sido la especialización y el mi-
la mayoría de docentes, sobradamente las humanidades se nos presenta como una nucioso empeño arqueológico lo que ha
preparados para una enseñanza más digna. amenaza en este contexto tan desfavorable, llevado a los humanismos a su ocaso (co-
pero eso no nos impide seguir empeñados mo bien señalan H. Rudiger en Wesen
5. Bregando a contrapelo en combatir por ellas, si es que creemos en und Wandlung des Humanismus, Ham-
de los tiempos su necesidad para una vida más digna y burgo, l937, y F. Rico, El sueño del Hu-
Los tiempos son ciertamente malos para valiosa. El ser humano no puede renunciar manismo, Madrid, l994). El humanismo
la defensa y el cultivo de las humanidades. ni a su condición histórica, ni a la con- fue siempre un movimiento intelectual y
La cultura general no es rentable a prime- ciencia de que la vida humana está cons- espiritual ilusionado en mejorar el pre-
ra vista, como lo es la formación especiali- truida sobre los logros, espléndidos, costo- sente mediante la esforzada comprensión
sos y sufridos, de todo un vasto y variado del mundo clásico antiguo, mediante
pasado histórico que necesitamos recordar unas humanidades. Y manteniendo apar-
8 Como muy bien señala F. Savater: “Los pla- y revalorizar. El conocimiento de la histo- te dogmatismos, logomaquias jurídicas, y
nes de enseñanza general tienden a reforzar los co- ria –con mayúsculas o minúsculas– y de la saberes teológicos, gracias a una vuelta a
nocimientos científicos y técnicos a los que se su-
pone una utilidad práctica inmediata, es decir una poesía y la literatura en la larga tradición la lectura y reflexión sobre los textos clá-
directa aplicación laboral. La innovación perma- cultural de Occidente –en un sentido am- sicos9.
nente, lo recién descubierto, o lo que da paso a la plio– es necesario para una “vida examina-
tecnología del futuro gozan del mayor prestigio,
mientras que la rememoración del pasado o las
da”, según la máxima socrática, y lo es pa-
grandes teorías especulativas suenan un tanto a ra una existencia en nuestro mundo, con 9 Cf. lo que apunta Savater, op. cit., págs. 128
pérdida de tiempo. El capítulo de su libro El valor una enriquecida y productiva perspectiva y sigs. sobre los comienzos críticos y libertadores
de educar (Barcelona, l997) titulado ‘¿Hacia una intelectual. del Humanismo. Sobre ese momento histórico,
humanidad sin humanidades?’ resume con gran puede verse el reciente libro de Jill Krays, ed. Intro-
agudeza la situación actual y nos permite abreviar Pero hay que entender que ese cono- ducción al humanismo renacentista, (en edición es-
un tanto estas notas coincidentes. cimiento del pasado está sujeto a nuestra pañola dirigida por C. Clavería) Cambridge, l998.

28 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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Hoy estamos más cerca de una turbia ñas nostalgias e inquietudes metafísicas?
baja Edad Media que de cualquier huma- ¿No llegaremos así a un Mundo Más Feliz,
nismo, desde luego. Pero pensamos que sin utopías ni distopías, y cómodamente
no hay ningún otro estudio que ilustre de “unidimensional”?
un modo tan atractivo, y a la vez en pro-
fundidad, sobre cómo es el ser histórico 6. Apresurado final, con un elogio
del hombre como esas humanidades que del latín y del griego
lo estudian en su historia, su arte, sus me- Como me temo que al lector ya le parece-
jores textos, a través de una perspectiva de rá largo este ensayo –como a mí mismo
siglos. Mediante el aprendizaje de otras me lo parece, en efecto–, abreviaré ya el fi-
lenguas, otras literaturas, otras poéticas in- nal. No pretendo ofrecer aquí una conclu-
cluso, podemos hacernos una idea sufi- sión, sino esbozar unas sugerencias para la
ciente de cuán amplia es la imaginación reflexión y tal vez el debate. Como se ha
del ser humano, cuán libre y cuán condi- visto, he prescindido de un análisis concre-
cionada su capacidad de sentir, pensar, y to de las circunstancias inmediatas, y más
vivir. Es decir, son las Humanidades políticas que lógicas, que envuelven toda
–cuando se estudian con rigor y método a la cuestión. He de decir, en todo caso, que
fondo y con tenaz empeño– las que ofre- la cuestión de la enseñanza de las Huma-
cen una base más sólida para intentar for- nidades está, a mi parecer, mal planteada
mar en libertad, sin prejuicios, más allá de cuando se la limita a la enseñanza de la
las ortodoxias religiosas, el espíritu (eso Historia nacional (y se tropieza con el veto
que tan vagamente me gusta seguir lla- de los políticos nacionalistas, recelosos y
mando así) del individuo moderno y pos- escaldados con razón, pero a la vez intere-
moderno. sados en la manipulación del pasado histó-
Es cierto que no es, ni mucho menos, rico en beneficio propio, y pescadores en
fácil constatar la rentabilidad económica o río revuelto) o a remediar con zurcidos la
política de tales estudios. ¿Es mejor para ignorancia puntual en temas literarios.
un Estado, para las finanzas, para la políti- También me parece falaz la insistencia por
ca, o para el propagandismo de cualquier parte del Ministerio de Educación en que
grupo o secta, que los estudiantes univer- no hay reducción de horarios, a base de
sitarios se formen en el estudio de las Hu- contar como materias humanistas las ense-
manidades, tal como lo hemos definido? ñanzas de idiomas, de carácter instrumen-
¿No sería más útil otra formación que los tal, si indudablemente útiles.
haga más dóciles, más uniformes, más li- Por otra parte, es probablemente un
mitados en su capacidad crítica? ¿No sería error mantener, a estas alturas, la división
más barato no gastar dinero de la comuni- tradicional en los últimos planes de estu-
dad estatal en eso y que se contentaran to- dio de los alumnos en los de Letras y los
dos con saber leer (más periódicos que li- de Ciencias en una nueva planificación de
bros, y éstos sólo de temas actuales, a ser varias ramas de bachillerato cuya utilidad
posible) y manejar algunas lenguas de in- es dudosa. Las Letras –que no son lo mis-
terés comercial, cosa útil evidentemente, y mo que las Humanidades, pero compar-
visionar plácidamente un montón de pro- ten con éstas muchos contenidos y méto-
gramas de televisión, que resultan a su dos básicos– resultan así opuestas a las
modo formativos, hasta lograr el mejor ciencias, con notorio perjuicio para unas y
trance hipnótico, y luego se ocuparan en otras, pero además con evidente despresti-
trabajos especializados, placeres cómodos, gio de las primeras10. Ser estudiante de
y sin preocupaciones de otros horizontes Letras es, hoy por hoy, un título muy po-
que los actuales? ¿No sería mejor prescin- co apreciado. Y mucho menos lo será
dir de ese intento de dialogar con el pasa- cuando los estudiantes de Derecho y
do, estimulando a todos a estar satisfechos Ciencias Sociales se aparten más de esos
con el presente y sus tecnologías? ¿No es estudios. Creo que habría que reconside-
mejor concentrarse en conocer las cosas de rar muy a fondo esas barreras y encasilla-
la propia nación, de la comarca, de la pro- mientos en que obligamos a entrar a los
pia lengua vernácula, y despreciar lo más
lejano, esos saberes de otros y de gente
distante y antigua, haciendo así patria có- 10 La crisis de las Humanidades viene de muy
moda y pequeña de lo más “nuestro”? ¿Por atrás y es muy general. Véase, por ejemplo, el libri-
qué no limitarnos al presente, a lo inme- llo editado en Penguin por J. H. Plumb, Crisis in
diato, en lengua y país? ¿No seríamos más the Humanities, ya de l964, o el del mismo autor,
felices sabiendo menos de todas esas hu- más referido a la enseñanza de la historia, La muer-
te del pasado, Barcelona l974. Parece que el destino
manidades tan generales y tan opinables, de las Humanidades es estar siempre en crisis. Y és-
tan causantes de críticas, y acaso de extra- tos son malos tiempos para ellas.

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
EL DEBATE DE LAS HUMANIDADES

estudiantes, con penosas renuncias a otras aprovechar el estudio del latín básico esco- de Occidente; es internarse en un reperto-
materias tal vez muy atractivas. Como, lar para comprender mejor muchas otras rio de palabras, figuras, instituciones e
por ejemplo, el latín y el griego, para algu- cosas de nuestra cultura propia. Es impo- ideas que han configurado no sólo la filo-
nos aventajados estudiantes de Ciencias. sible saber bien la propia lengua románica sofía, sino la mitología y la literatura del
(Sería mejor dejar en los planes de asigna- sin conocer las estructuras del latín. Y co- mundo clásico, no ya sentido como para-
turas mucho más espacio libre para elec- nocerlo es el mejor punto de apoyo para digma para la imitación, sino como invita-
ciones y desviaciones y para afinidades entender las relaciones entre lenguas de la ción a la reflexión, la contestación crítica y,
electivas, sobre todo pensando en el ocio y misma familia, como las antes citadas. Las en definitiva, el diálogo. en profundidad.
no sólo en la práctica profesional de mu- lenguas y las instituciones culturales de la La lectura de los grandes textos clási-
chos, teniendo en cuenta que el tiempo li- Europa cristiana están construidas sobre cos sigue siendo una experiencia educativa
bre es y será cada vez más una parte mayor ese legado y esa tradición de base romana esencial11. Los griegos y latinos están en la
de nuestra vida que debemos programar que aún hoy es imposible olvidar. Por eso base de esa tradición. Olvidarlo es traicio-
de acuerdo con nuestras aficiones y gus- la enseñanza del latín –con la máxima ex- nar la esencia del humanismo europeo.
tos, y los estudios abiertos pueden guiar- tensión posible– debe ser defendida por Pero no es menos obvio que para leer y
nos en esa elección). razones de cultura general; y, además, por entender esos grandes textos no es necesa-
Pero me he prometido abreviar estas una elemental economía didáctica: pocas rio saber latín ni griego; y no hay que pre-
páginas, de modo que dejo esa grave e im- enseñanzas son tan rentables para un nivel tender que ni los estudiantes ni la mayoría
portante consideración como un apunte educativo medio y superior. de lectores vayan a leerlos en sus idiomas
más. No quisiera, sin embargo, concluir Algo parecido, desde el punto de vista originales, como los grandes humanistas.
sin destacar un punto más concreto: decir de la influencia cultural, ya que no de la Eso es privilegio de muy pocos especialis-
cómo en los estudios de Humanidades si- influencia radical de la lengua en las nues- tas, esos discretos happy few que pueden
guen siendo, a mi parecer, un puntal bási- tras (por más que mucho léxico culto y es- permitirse ese placer intelectual ya raro.
co e importante, el núcleo duro y por ello pecializado en todos idiomas europeos No es tan ambicioso el objetivo de las en-
lo más zarandeado, maltratado y agredido venga de raíces helénicas), podría decirse señanzas de las lenguas antiguas; pero con-
en planes oficiales y por posmodernos pe- del estudio de la lengua griega. Estudiar viene no olvidar que un cierto conoci-
dagogos, los estudios clásicos por excelen- griego es mucho más que aprender una miento del griego clásico, cierto manejo
cia, es decir, los de latín y griego. No voy a hermosa lengua antigua; es acceder a un de las palabras y sus sentidos etimológicos
trazar aquí la historia del problema, ni si- mundo de un horizonte cultural fascinan- y su historia sigue siendo el bagaje más vá-
quiera analizaré la angustiosa situación ac- te e incomparable y avanzar hacia las raíces lido para manejar ciertos conceptos y tex-
tual de estas materias en el nuevo bachille- de la tradición ética, estética e intelectual tos clásicos con un buen rigor filológico y
rato de la LOGSE. Creo que los datos es- filosófico. Y eso puede adquirirse, aquí en
tán al alcance de quien se interese por el nuestro país, con los actuales medios de
problema. No quiero insistir en lo que me 11 No voy a repetir los argumentos tantas ve-
profesorado en los centros de bachillerato
parece una injusta malversación de un ca- ces expresados de esa apología. Para los que gusten y en las facultades universitarias12. Parece-
pital humano importante –tantos profeso- de una defensa entusiasta, les aconsejo los estimu- ría insensato arrojar por la borda esas posi-
res de latín y griego, desesperados y confu- lantes Diálogos de George Steiner con Ramin Jahan- bilidades y cercenar unos estudios clásicos
begloo, Madrid, l994, ed. Anaya-M. Muchnik,
sos–, sino en la utilidad de esos estudios págs. 121 y sigs. (Frente a esas palabras, resulta
de buen nivel científico. Sería una muestra
–de las llamadas “lenguas muertas” y los desconcertante que en una propuesta de lecturas más del desinterés oficial por una ense-
textos antiguos clásicos– como base de una canónicas como la del libro de H. Bloom falten to- ñanza de calidad. Sin embargo, eso es lo
educación humanista actual y europea. dos los clásicos antiguos, griegos y latinos. Se trata que, con escasos miramientos, se viene ha-
de una ausencia explicable por razones de comodi-
Pocas materias de estudio parecen tan dad. Sospecho que faltan por la escasa competencia ciendo. ¡Ojalá que el pendiente debate so-
rentables como el latín. Sirve no para ha- y poco interés del canonizador al respecto. ¡Curiosa bre el tema de las humanidades, hecho a
blarlo, sino para otros varios objetivos im- marginación del canon de una literatura que se fondo, ayude a invertir o contrarrestar en
fundó sobre esos modelos!).
portantes: para un mejor conocimiento de 12 Los estudios de lenguas clásicas no son algo esa tendencia! n
la propia lengua, en su vocabulario y su obligatorios ni siquiera en algunas Facultades de
estructura sintáctica (si es romance, como Filología, pero me parece aún más sintomático del
actual menosprecio de las enseñanzas de Letras el
el castellano, el catalán y el gallego, por que haya aparecido una nueva titulación de “Hu-
ejemplo), para una perspectiva histórica manidades” en la que apenas se estudia un poco de
sobre el mundo romano que está en la ba- latín y nada de griego. No sé qué destino pretende-
se de la historia y la formación de Europa rán los licenciados en esa licenciatura tan general,
aderezada con materias muy vastas y con un com-
y sus instituciones, para el mejor dominio ponente de “nuevas humanidades”, que más bien
de una terminología científica, para una parece un barato sucedáneo de los antiguos cursos
ejercitación escolar de capacidades lógicas comunes desaparecidos de las antiguas y a su vez
muchas veces cuarteadas Facultades de Filosofía y
y lingüísticas y para acercarse a una es- Letras. Pueden verse como educadores en materias
pléndida e influyente literatura. Tenemos de letras sin carácter de especialistas. en cualquiera
con el latín una familiaridad derivada del de sus disciplinas o asignaturas. No creo necesario
subrayar que el conocimiento riguroso y especiali-
origen de nuestra lengua y una distancia zado en una Filología o en una rama de Historia o
histórica y lingüística que favorecen, a la en Filosofía parece imprescindible para ejercer co-
vez, el interés de su estudio. No se trata, mo profesor o como divulgador, incluso a niveles
en definitiva, de saber mucho latín, o de elementales, y que esas rebajas en la formación de
profesores son, en nuestra situación actual, algo sin Carlos García Gual es catedrático de Filología
memorizar sus declinaciones y traducir mucho sentido y que no mejorará el prestigio del Griega y escritor. Autor de Introducción a la mito-
textos de la guerra de las Galias, sino de profesorado de Letras. logía griega y La Antigüedad novelada.

30 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


n
LAS HUMANIDADES
EN LA ESCUELA
Entre el casticismo nacional y la libre vacuidad

JAVIER AGUADO

Que en los últimos años no cesen de rían como guía de nuestra acción un mo- paz de imponer al resto gracias a factores
1 oírse voces a favor de la presencia de
las humanidades en los programas escola-
delo humano universalmente válido. Yo
creo que tal justificación de los estudios
meramente fácticos se nos aparece como
el reino legítimo y neutral de la razón.
res, por aquello de que sólo tales materias humanísticos es muy problemática. La Creo que esta opción, que hace de
harían posible una formación plenamente humanidad es poco más que una realidad una realidad particular la encarnación de
humana, compensando el tremendo peli- biológica. En efecto, no existe una cultura lo absoluto, adolece de cierta fragilidad,
gro de una excesiva especialización técni- de la humanidad, esto es, un patrimonio aunque sólo sea porque los hombres mo-
co-profesional con el contrapeso de esa universalmente admitido de creencias, va- dernos hace tiempo que prescindieron de
dimensión trascendente y global en que lores, mitos, que pudiera fundar una idea la creencia en la posibilidad de poseer un
se cifraría la más genuina condición del –y un ideal, por supuesto– del hombre. criterio objetivo que permitiera dar con
hombre, revela precisamente que las disci- No hay un concepto relevante de huma- algo absoluto. Ya no es posible –quizá ni
plinas humanísticas no gozan ya de la só- nidad, por mínimo que sea, que compar- siquiera se desee– saber si la matemática
lida posición que en otro tiempo hizo in- tan las diferentes culturas; a lo sumo, nos griega supera a la teosofía hindú, si el arte
necesario insistir tanto en su apología. En encontramos con un compendio de va- gótico es de un rango más elevado que el
efecto, una sospecha se extiende en las so- guedades humanísticas, tan bienintencio- de la caligrafía árabe, si vale más la física
ciedades avanzadas sobre aquellos conoci- nadas como superficiales. cuántica o la espiritualidad zen, el uso
mientos que son excesivamente refracta- Pero descartada esa vía ecuménica místico del peyote o el consumo de cerve-
rios al pragmatismo imperante, como es que, queriendo descubrir el centro donde za. Tampoco es posible encontrar algún
el caso de buena parte de los estudios hu- confluirían y armonizarían las diferencias contenido común a esa prodigiosa varie-
manísticos. Se oye una y otra vez sostener humanas, tiene que contentarse con una dad cultural que habita la tierra. Pero si
a los bravos defensores de la fortaleza hu- sabiduría de pacotilla, no está todo perdi- carecemos de esa vara universal con que
manística que la razón principal de la pre- do para quien pretenda alcanzar un mo- medir culturas, único medio de poder
sencia en la escuela de dichos estudios es delo absoluto de humanidad. Aún le que- elegir una de ellas como paradigma de la
que nos hablan de la realidad más precio- dan otras opciones, más concretas y sus- perfección humana, nos queda otra posi-
sa para nosotros: nosotros mismos. Las tantivas que la anterior. Una de ellas, muy bilidad: entender por “nosotros” sólo los
humanidades nos informarían de las transitada a lo largo de los siglos, consiste miembros de un grupo humano particu-
obras más excelsas que hemos sido capa- en identificar dicho modelo, que no pudo lar. En este caso, la bondad didáctica de
ces de crear a lo largo del tiempo; y pues- ofrecerse bajo la forma de un abstracto las humanidades se debería a la creencia
to que toda obra refleja de algún modo a denominador común, con una realidad de que nos dicen quiénes somos dicién-
su creador, nos estarían diciendo cuál es histórica particular, pero procurando a la donos cuál y cómo es la tribu a la que
nuestro verdadero ser, en qué consiste vez que su vigencia sea universal. Éste es pertenecemos. Se espera de ellas que nos
nuestra dignidad como hombres. Demos el caso de toda apuesta por una historia ofrezcan una forma de pertenencia más
por buena dicha respuesta. sagrada, según la cual los avatares de los concreta, plena, cordial, cálida y entusias-
Ahora bien, al punto surge una difi- elegidos deberían ser leídos como un tex- ta que la derivada del frío y racional con-
cultad grave: ¿cómo podemos saber quié- to que revela ese mensaje absoluto que ha cepto de humanidad. Gracias a las huma-
nes somos esos de los que las humanida- de modelar la vida de los hombres; es nidades conoceríamos y amaríamos el pa-
des dicen que son? Una posible respuesta, también el caso de toda exaltación de una sado de la nación a la que pertenecemos:
muy extendida, es que por “nosotros” de- cultura concreta, por lo general desapare- de qué edades remotísimas viene, qué ges-
be entenderse lo siguiente: los hombres, cida hace mucho y que ha adquirido la tas sobrehumanas acometió y cuán glorio-
los miembros de la especie humana. Sean reputación de clásica, en la que se quiere sa llegó a ser su condición; también cono-
cuales sean los accidentes que nos distin- ver un ejemplo eterno de excelencia hu- ceríamos y amaríamos el territorio que
guen, todos los hombres seríamos esen- mana; o es también el caso, por poner el nos fue concedido habitar y, muy espe-
cialmente idénticos. Y las humanidades ejemplo de un fenómeno cuyo poder es cialmente, conoceríamos y amaríamos
nos aportarían una noticia rigurosa y pro- muy intenso en nuestros días, de ese espe- nuestra lengua, incluso –un don concedi-
funda de esa identidad humana. Además, jismo por virtud del cual el dominio civi- do a pocos– podríamos llegar a amarla sin
y esto sería lo más importante, nos ofrece- lizatorio que una parte del planeta es ca- conocerla.

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LAS HUMANIDADES EN LA ESCUELA

Es el caso que algunos ya comienzan se ha hecho esperar. Se han oído última- se habría expresado, objetivado, en una
a defender el estudio de la cultura clásica, mente no pocos lamentos, en los que no lengua, una poesía, un arte, una organiza-
hasta hace poco un dominio del espíritu se distingue bien lo doctrinal de lo sindi- ción social, etcétera; en consecuencia estas
vinculado a una concepción universalista, cal, ante el triste destino a que se verían expresiones culturales, en las que se mani-
mediante un argumento que, a pesar de abocadas las humanidades por culpa de la festaría la íntima y preciosa realidad na-
las apariencias, está lleno de resabios na- última reforma de la enseñanza no univer- cional, deberían ser conocidas por las
cionales. Dice así: puesto que formamos sitaria. Parece ser que nos amenaza un fu- nuevas generaciones, encargadas de perpe-
parte de una gran comunidad histórica, turo sombrío en el que una tecnología tuar por medio de dicho conocimiento la
social y cultural, Europa, nos importa deshumanizada campará por sus respetos, identidad nacional.
mucho conocer cuál sea su identidad, al margen de cualquier tipo de orienta- El concepto de cultura (me refiero a
uno de cuyos ingredientes más importan- ción y freno éticos que sólo podría sumi- la cultura reificada, entendida como de-
tes es, cómo no, el sobrio y luminoso es- nistrar una educación humanística. Estos pósito social de creencias; no, a la cultura
píritu helénico. La defensa de la cultura augurios melancólicos no deberían hacer- subjetiva, concebida como una tarea, co-
grecorromana, no como ejemplo para to- nos olvidar que la nostalgia que revelan, mo un cultivo, en este caso no de la tierra
dos los hombres, sino por el hecho de que aun sin saberlo, lo es de un estado de co- sino del hombre) resultó ser un vehículo
quiere verse en ella una de las señas de sas que también dejaba mucho que desear. privilegiado de la ideología nacionalista,
identidad que permitan destacar sobre el En efecto, quienes deploran la nueva si- pues dicho concepto remite necesaria-
fondo, huelga decir que inhóspito, de los tuación del estudio de las humanidades mente al pasado. No hay cultura sin his-
correspondientes bárbaros la novedosa re- suelen fundar la necesidad de que sean toria; una cultura instantánea no puede
alidad política que va emergiendo en el enseñadas tales materias, por encima de existir: no sería más que moda; sólo si ésta
continente europeo, perpetúa a gran esca- cualquier otra consideración, en el hecho cuaja y se convierte en costumbre perma-
la los modos casticistas del viejo naciona- de que nos dicen cómo se ha formado y nente alcanzará la dignidad cultural. Al
lismo. Es cierto que se oyen últimamente desarrollado nuestra cultura, y nos ayudan proyecto futurista, abstracto y universal
con harta frecuencia afirmaciones de este así, por lo visto, a saber qué somos. No es de la ilustración, el romanticismo nacio-
tenor neonacionalista; pero es probable, y difícil detectar en toda esa cantinela (que nalista opuso el espesor temporal, la histo-
deseable, que, en unas sociedades cada se dice humanística, pero que ha traicio- ricidad concreta de la noción de cultura.
vez más abiertas y atomizadas, no seduzca nado lo mejor del espíritu renacentista Y si las humanidades miraban hacia el pa-
durante mucho tiempo esa renovada invi- que alumbró el estudio de las humanida- sado, si eran unas ciencias monumentales,
tación al chauvinismo colectivo. des) un regusto comunitario, nacionalista consagradas a la rememoración piadosa,
¿Qué hacer entonces? Sin duda, pode- en muchas ocasiones, que se expresa en no es de extrañar que la pedagogía nacio-
mos descartar, por insustancial, la tentati- forma de defensa de una realidad suprain- nalista se sirviera de ellas para sus fines. El
va de hallar algo así como un sustrato co- dividual cuya abrumadora identidad in- saber humanístico se adaptaba a ese desig-
mún a las diferentes culturas, aquello en terna corre paralela a una rígida diferen- nio de conmemoración y perpetuación, a
lo que se solaparían las infinitas versiones ciación externa y que opera como instan- ese culto de lo memorable cuyo primer
de la creatividad humana. Dejemos esa re- cia suprema desde la que se juzga el valor mandamiento exigía guardar memoria de
tórica para el uso ceremonial de la Unes- de toda suerte de casos y cosas. Conforme los muertos, suelo nutricio del que nos
co. Dicho esto, creo que nadie negará que a este egoísmo colectivo, cada hombre sería mantendríamos los vivos.
sería muy sensato introducir en nuestras poco más que un accidente de una parti- Es bastante significativo al respecto
escuelas el estudio exhaustivo de conteni- cular colectividad, apenas una sombra que los partidos nacional-conservadores
dos ajenos a nuestra propia tradición cul- atravesada por una identidad sustantiva y otorguen tanta importancia a la enseñan-
tural, llegando incluso al extremo de eli- común que viene de muy lejos en el tiem- za de las humanidades, en las que ven un
minar esta última si tuviéramos la seguri- po. De ahí surge una pedagogía de la me- refugio seguro de la perdurabilidad del ser
dad de que aquellos gozan de un valor moria colectiva, que favorece el estudio de nacional. Para el pensamiento conserva-
objetivo supremo; pero la carencia de to- las humanidades pero que, olvidándose dor, la educación no debe ser una mera
da medida común y objetiva, un dato del valor que en sí mismas pudieran tener gimnasia, ayuna de contenidos, dirigida al
irrenunciable de la modernidad, no justi- éstas, si es que lo tienen, sólo las estima en exclusivo desarrollo de una personalidad
fica que adoptemos tal opción. Ahora tanto en cuanto se subordinen a las nece- flexible y adaptable. Ese modelo educati-
bien, elegir algo por el mero hecho de sidades colectivas: sobre todo, a la necesi- vo estrictamente instrumental –afirman
pertenecer al dominio cerrado de un nos- dad de construir una identidad supraindi- los conservadores– puede servir para so-
otros particular, definido por su oposición vidual en el tiempo. ciedades primitivas, carentes de una cultu-
a un genérico e impreciso los-otros, no pa- Quede dicho de una vez por todas: el ra rica y diversificada; pero nosotros
saría de ser un síntoma de idiocia cultural. estudio de las humanidades se ha conver- –continúan– no nos encontramos en tal
tido a menudo, cosa que quieren ignorar situación, puesto que hemos heredado
Sin duda, que no sea fácil hallar una muchos de los que se quejan de los malos una tradición valiosa de cuya pervivencia
2 razón convincente a favor del estudio
de las asignaturas de letras es uno de los
tiempos que corren para tales disciplinas,
en una máscara del ídolo de la identidad
somos responsables ante las generaciones
futuras; por ello –concluyen– la misión de
factores que más han de condicionar en nacional. Allí donde ha triunfado el na- nuestra escuela no puede limitarse a facili-
un futuro próximo el lugar de las mismas cionalismo no ha dejado de reclamarse de tar el desarrollo por parte del alumno de
en los programas escolares. De hecho, ya la escuela el debido tributo a esa identi- unas aptitudes, sino que debe ofrecerle el
empiezan a sufrir las consecuencias nega- dad. Y es que, conforme a dicha ideolo- contenido sustantivo del pasado cultural
tivas de esa dificultad. Aunque, cómo no, gía, en cada pueblo habría oculto un prin- de la comunidad. Frente a la virtualidad
la respuesta contra la nueva situación no cipio vital que, en el curso de la historia, individualista, fomentada por una educa-

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JAVIER AGUADO

tudio de las letras; en particular de aque-


llas materias que habían visto cómo se re-
ducía, en algunos casos drásticamente, su
peso en la última reforma de los estudios
no universitarios. Como no podía ser de
otra manera, los afectados por las últimas
reducciones entendieron que lo que se es-
taba ofreciendo era, en último término,
un aumento de las horas dedicadas a tales
asignaturas.
Pero, a la hora de la verdad, se han
encontrado con la desagradable sorpresa
de que lo ideado por la ministra de Edu-
cación y Cultura para lograr la mejora de
las humanidades es un plan en el que, al
menos en su primera fase, no se habla en
absoluto del esperado aumento de horas.
La presunta mejora consiste, ante todo,
en un cambio de contenidos que acerca
éstos a los gustos doctrinales más rancios
del PP, en especial a su afición a un na-
cionalismo no más legítimo, aunque tam-
poco menos, que el surgido en el seno de
algunas minorías territoriales. Cuando lo
que se esperaba era una modificación téc-
nica, ideológicamente neutral, de los es-
tudios humanísticos, que, al margen de la
tentación de satisfacer las propias parcia-
lidades ideológicas, mejorase la calidad de
los mismos, lo único que se ve en las pri-
meras medidas dadas a conocer no es más
que el afán por recuperar una orientación
españolista de la enseñanza; es verdad que
bastante olvidada últimamente en parte
del territorio español por virtud de una
vaguedad en los contenidos mínimos
marcados por la administración central
que ha permitido que algunos gobiernos
más o menos nacionales propendan, a la
hora de la concreción de las imprecisas
orientaciones recibidas de Madrid, a re-
saltar sobre todas las cosas su hecho dife-
rencial.
La propuesta ministerial ha desenca-
denado una polémica desaforada entre los
que militan en las diversas filas nacionalis-
tas. Ello hace pensar que todos, centralis-
tas y periféricos, entienden que lo que im-
porta no es si los estudiantes han de cono-
cer mucho, poco o nada de cosas tales
como la guerra del Peloponeso, la poesía
ción sin contenidos, el pensamiento con- mente, no han faltado en nuestro país las de Catulo, el aoristo de los verbos griegos
servador resalta el valor de la memoria de correspondientes promesas del Partido y otras curiosas antigüedades, sino quién
la cultura objetiva que define un espíritu Popular (PP), las cuales –ahora están des- va a ser capaz de crear nación, esto es,
nacional. cubriendo sus destinatarios– escondían quién dispondrá de los mayores medios
una ambigüedad poco menos que fraudu- para imponer a los estudiantes la idea de
A pesar de ese componente naciona- lenta. En efecto, el compromiso de mejo- cuál es su comunidad emocional de perte-
3 lista que se ha adherido a los estudios
humanísticos, son muchos los que, sin
rar la enseñanza de las humanidades, rea-
lizada por dicho partido cuando estaba en
nencia. Unos y otros juegan a lo mismo,
sólo que en equipos distintos. Nadie duda
conciencia de ese hecho, abogan por una la oposición y reiterada a su llegada al po- de que los estudios humanísticos han sido
recuperación de la importancia que tuvie- der, había sido interpretada hasta ahora puestos en algunas comunidades autóno-
ron tales materias en el pasado. Y, natural- como un compromiso de potenciar el es- mas al servicio de la construcción de una

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LAS HUMANIDADES EN LA ESCUELA

conciencia nacional cuya principal carac- to no debería cegarnos sobre una radical las perspectivas, a todas vistas inconmen-
terística no es la amplitud de miras; pero diferencia. Es cierto que se ha sostenido, surables, de quienes se alistan en patrias
muchos de quienes han decidido razonar con no poca razón, que ya estaría obrando diferentes.
a favor de las bondades del proyecto mi- un designio protonacionalista en los pri- No deja de presentarse dicho sesgo
nisterial, denunciando el empobrecimien- meros estudios humanísticos desarrollados nacional de la mirada cuando ésta se diri-
to a que conduce una concepción localista en la península itálica. Por ejemplo, los in- ge al pasado, a la historia. No hace mucho
de la educación y de la cultura, no tardan tentos de recuperar el latín clásico se ha- que un europarlamentario británico mos-
en despojarse del disfraz cosmopolita y en brían debido a tratarse de la lengua que traba su rechazo más completo a la idea de
apelar a la misma premisa patriótica y ce- habló en su época más gloriosa la nación escribir una historia europea, en la que,
rrada que afean al enemigo. El consejo italiana, identificada un tanto forzada- temía el recalcitrante insular, Napoleón
oportunista de mirar más allá de la patria mente con Roma; así mismo, el desprecio dejaría de ser el personaje aborrecible que
chica no es más que una triquiñuela retó- del latín de las universidades medievales enseñan los manuales de historia que él es-
rica, por cuanto suele indicar también no se debería tanto a su pésima calidad tudió. Desde luego, el caso de ese europar-
cuál es el espacio al que debe ceñirse dicha como al hecho de ser un obstáculo al re- lamentario, cuyos juicios no tienen por
expansión visual –no sea que la mirada se nacimiento de la conciencia nacional ita- qué estar presididos por una exquisita pro-
extravíe por donde no debiera–. En efec- liana, que andaba disuelta en el océano de bidad intelectual, no tiene mucho que ver
to, el mismo que está dispuesto a lamen- la cristiandad medieval. Pero, sin necesi- con el del historiador escrupuloso que
tarse de que los jóvenes andaluces pudie- dad de negar la verdad de dicha aprecia- busca simplemente la verdad; pero debe
ran llegar, si las cosas no se enderezan, a ción, no es menos cierto, como muestra el advertirse que desacuerdos tales como los
desconocer todo lo que queda al norte de éxito logrado por el movimiento renacen- que se dan a la hora de abordar la historia
Despeñaperros, no quedaría muy satisfe- tista más allá de la península italiana, que no se deben sólo a que se recurra por lo
cho en el caso hipotético de que esos mis- ese incipiente nacionalismo fue compati- general a una manipulación consciente del
mos jóvenes creyeran escuchar ancestrales ble con un talante que, lejos de ensimis- pasado. El problema es más profundo: por
voces que les invitasen a subrayar la di- marse en el culto de una eventual identi- sí sola la elección del tema de la narración
mensión andalusí de su comunidad, y dad particular, supo celebrar las excelen- histórica determina una perspectiva.
concebirla por ello como una variante de cias de un modelo que se quiso universal: Por más que los historiadores se ciñe-
la dilatadísima civilización que se extiende la antigüedad clásica. Olvidado ese espíri- ran siempre a una metodología rigurosa,
al otro lado del estrecho. Quien no se har- tu renacentista, el siglo XIX nacionalizó no lograrían conciliar, pongamos por ca-
ta de recomendar que los estudiantes cata- las humanidades. Ello, sin duda, enrique- so, una narración cuyo tema fuera la gra-
lanes no vean encerrados sus conocimien- ció el contenido de las mismas, en el que dual formación de España y otra que ver-
tos geográficos en los límites de Cataluña, también iban a tener su legítimo lugar las sara sobre la de Cataluña. No podrían
es obvio que no está invitando a que se fa- variadísimas tradiciones populares, hasta conceder en ambos casos el mismo signifi-
miliaricen demasiado con la unidad paisa- entonces despreciadas. Pero también resul- cado a sucesos que, siendo comunes a las
jística de la cuenca mediterránea, clara- tó que, viniendo a ser identificadas en trayectorias temporales de ambas realida-
mente diferenciada de territorios interio- adelante las humanidades con un quiméri- des, les afectan de modo muy distinto.
res como la meseta castellana; ni siquiera co espíritu nacional, se vieron abocadas a Por ejemplo, la política del conde-duque
a que descubran la otra cara pirenaica. El servir de instrumentos ideológicos de ese de Olivares encaminada a implicar a los
que ridiculiza la miopía cultural de otros nuevo despotismo por el que los habitan- reinos catalano-aragoneses en las empresas
(que les lleva, por ejemplo, a incluir en tes de un determinado territorio quedaban de la monarquía española, que venían
sus programas de estudio la doctrina de convertidos en poco más que esclavos de siendo sostenidas, sobre todo, con el es-
Sabino Arana, no muy sutil según los an- su propia transmutación hipostática: la fuerzo de Castilla, si es contemplada en el
tropólogos culturales que se han aventura- Nación, el Pueblo, la Raza… marco de la historia de la construcción de
do a entrar en sus textos) admite sin re- Naturalmente, el nacionalismo tiene España, ha de ser enjuiciada, a pesar de
chistar el proyecto ministerial que con- sus consecuencias ópticas. Toda pertenen- todo lo que haya de reprochable en ella,
vierte a Ortega y Gasset en uno de los cia nacional produce un cierto estrabis- positivamente, aun en calidad de tentativa
poquísimos filósofos cuya lectura será re- mo: una limitación que no causaría gran- prematura e insatisfactoria. Y es que todo
comendada en el nuevo bachillerato, se des problemas si no fuera porque las dife- aquello que entendamos que trabajó a fa-
supone que por la muy filosófica razón de rencias de perspectiva causadas por la vor de una plena realización de la entidad
que tiene que haber algún autor español diversidad de fidelidades nacionales tie- española no puede sino merecernos un
en ese selecto grupo. nen la naturaleza abismal, insuperable, de juicio positivo siempre que nos situemos
El uso de algunas asignaturas huma- todo lo irracional. Vaya usted a saber por en el contexto de una historia cuyo objeto
nísticas como instrumentos aptos para la qué hay quien decide sentirse español, o sea el devenir de España.
creación en los alumnos de una determi- berciano, ante todo; por qué se elige ser La razón de esa valoración positiva no
nada conciencia nacional conlleva una de- valenciano acosado por el monstruo pan- tiene por qué ser ideológica, algo así como
formación de las mismas que llega a des- catalanista, o catalán sojuzgado por el in- un patriotismo español que condicionara
mentir incluso la misma denominación de dolente poblachón manchego, o europeo desde fuera la labor científica del historia-
humanidades, la cual apunta a fines muy a merced de los caprichos norteamerica- dor, sino que viene exigida internamente
diferentes. No deja de encerrar alguna pa- nos. Lo cierto es que, una vez tomada la por el propio discurso: en un discurso no
radoja el hecho de que haya heredado la decisión, cuyo último y más sólido funda- se puede ir en contra de lo que facilite la
denominación de “humanidades” un gru- mento es la real gana, de sentirse recorri- constitución del objeto del discurso. Por
po de materias cuya coincidencia temática do por tal o cual identidad colectiva, se la misma razón literaria, si esa política
con los studia humanitatis del renacimien- hace imposible unificar por vías racionales centralizadora del valido de Felipe IV es

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JAVIER AGUADO

analizada en el marco de una historia que hace el historiador de España cuando de jugar con los adjetivos. ¿Acaso cree que
quiera contar la formación de Cataluña, atiende a sucesos que desbordan las fron- le servirá de mucho cambiar “unitario”
aparecerá como un accidente negativo, teras españolas. Por ejemplo, el historia- por “común”? Una de dos: o “común” sig-
como un obstáculo lamentable de la posi- dor de España que narra los hechos ocu- nifica lo mismo que “unitario” o significa
ble conquista de una plenitud catalana. rridos en la Italia del siglo XVI no los otra cosa. Pero, ¿qué otra cosa podría sig-
En efecto, en este caso se trata de un ele- contempla, en tanto que estudia la histo- nificar? No es muy probable que lo que se
mento discursivo que, paradójicamente, ria de España, como elementos de una pretenda decir es que algunos pueblos
roe el propio objeto del discurso. Y no es posible historia italiana. Lo importante no compartieron cosas en el pasado en el mo-
sólo diferente el juicio que pueda merecer son, pues, los datos históricos que se estu- do en que, digamos, una guerra es común
el mismo hecho histórico: varía incluso su dien, que podrían ser más o menos los a sus contendientes, pues no habría modo
presencia textual, su relieve narrativo, y mismos, sino quién hace las veces de suje- de construir una nación sobre el recuerdo
esto en los casos en que pueda hablarse de to de esa historia. de tan tempestuosa comunidad pretérita,
un mismo hecho (los hechos históricos no Por lo dicho, no creo que sean armo- siendo preferible el olvido; tampoco es ve-
son átomos que el historiador descubre; nizables las perspectivas encontradas que rosímil que con el término “común” sólo
son constructos estructurales que surgen surgen de las diferentes lealtades naciona- se signifique la mera yuxtaposición de
dentro de contextos narrativos). El pasado les apelando a la honradez intelectual de unas historias sin ninguna otra relación
es un paisaje cuya perspectiva cambia con los historiadores, de la que no hay por entre sí que su vecindad, pues entonces
nosotros; lo que desde un punto de vista qué dudar. Menos aún, recurriendo a pi- no tendríamos una historia compartida,
se presenta como elemento clave que ver- ruetas verbales. Por más que la ministra sino una suma de historias sustancialmen-
tebra toda la composición, desde otro no de Educación y Cultura busque para la te diversas, lo que tampoco puede ser lo
es más que un accidente irrelevante, un enseñanza de la historia de España un ca- mentado por quien reivindica la esencial
adorno prescindible. El pasado, se ha di- lificativo que no irrite los oídos autonó- unidad española. Luego, en boca de nues-
cho, se decide en el presente1. micos, no conseguirá nada: lo que les tra ministra, “común” no puede significar
Los nacionalistas de la particularidad, ofende no es que se hable de la historia más que “unitario”, con lo que no hemos
que se sienten incómodos con la idea de unitaria de España, sino la misma idea de avanzado nada, cosa que ya sabían los de-
que España sea una nación, han de apos- historia de España. Y se comprende que fensores de las minorías nacionales desde
tar, como no podía ser de otro modo en sea así: la idea de una historia de España el principio.
todo buen nacionalista, por una historia no es otra que la idea de la historia unita- Tan inútiles son esas maniobras ver-
de su territorio, y no por una historia de ria de España, del mismo modo que el es- bales que, aunque la responsable de los
España en la que se les conceda una pater- tudio de la historia de cualquier entidad, asuntos educativos estuviera dispuesta a
nal acogida. Ello no significa que preten- por muy interiormente diversificada que hacer el esfuerzo titánico, que nadie espe-
dan ignorar lo que desborde su ámbito te- se muestre dicha entidad, y sin que im- ra de ella, de volver del revés el precepto
rritorial, sino que todo, lo de dentro y lo porte lo que pueda tener la misma de arti- que manda apreciar debidamente la natu-
de fuera, lo interpretarán en función de la ficiosa e inventada, no puede consistir raleza unitaria de la historia de España, y
premisa que hace de su territorio un suje- más que en la búsqueda de aquello, por pasará a ordenar que se atienda debida-
to histórico. Seguirán ocupándose del pa- poco que sea, que comparten todas sus mente al carácter plural de dicha historia,
sado español, pero sin otorgarle otro ran- partes. Y es que, en el instante en que esta nueva proposición sería tan unitaria
go que el de contexto explicativo de la pensamos en una cosa, estamos pensando como la primera, pues lo unitario está ins-
historia de la nación por la que han opta- en una cosa. crito ya en la idea de una historia, todo lo
do, elevada a la dignidad de figura que Así, cuando ha surgido la necesidad, diversificada que se quiera, de España. Al
realza sus nítidos perfiles sobre el fondo política más que teórica, de escribir una fin y al cabo, la afirmación de la plurali-
oscuro de lo que sólo cumple la función historia de Europa, sea lo que sea lo que dad deja intacta la unidad diversificada
de marco genérico. No es diferente lo que se quiera entender con la palabra “Euro- por ella, pues sin tal unidad no hay modo
pa”, no se ha dudado de que el reto plan- de saber ante qué pluralidad estamos. La
teado era encontrar las líneas históricas pluralidad ha de serlo de un ser. Es por es-
1 Por ello quiero mostrar mi disconformidad,
comunes a los pueblos europeos, o, lo que to por lo que afirmo que el mero hecho
aunque sea de pasada, con quienes afirman cosas
tales como que debemos conocer nuestros orígenes
es lo mismo, dar con algo, por exiguo que de hablar de la pluralidad española ya da
para conocer qué somos. Aparte de que tal asevera- pueda ser, en los diferentes pueblos euro- por supuesta la validez del concepto de
ción es deudora de un esencialismo atemporal (co- peos (se sobreentiende: de los pueblos unidad española.
mo si se dijera: somos lo que siempre hemos sido) compatibles con la definición del término
con el cual es difícil estar de acuerdo en tiempos
“Europa” que previamente se haya dado Lo dicho anteriormente contra la de-
tan historicistas como los que nos ha tocado vivir,
lo que aquí quiero señalar ante todo es que las co-
sas suceden a la inversa: sólo estamos en condición
por buena) que permita estudiarlos en
conjunto, como una unidad. El objetivo
4 formación patriótica a que se ven so-
metidos los estudios humanísticos pudiera
de señalar cuáles son nuestros orígenes cuando he-
mos determinado qué entendemos por ese “noso- no podía ser otro que construir un pasado parecer que dibuja, negativamente, un
tros”. Quizá pudiera salvarse el enunciado que con- europeo; no, tantos pasados como partes contramodelo didáctico. En efecto, es
cede tal preeminencia epistemológica a los orígenes tenga Europa. Poco consigue, pues, la mi- muy sensato suponer que toda crítica se
sacándolo del ámbito, siempre discutible, de las
proposiciones fácticas y otorgándole un rango defi-
nistra de Educación y Cultura cuando hace desde el punto de vista de la adhe-
nitorio por el que vendría a significar lo siguiente: pretende atemperar las estridencias de su sión a algún valor, o sistema de valores;
entenderemos por “nosotros” al grupo que comen- precepto españolista (me refiero al que que el trabajo negativo de la crítica de-
zó a existir en tal momento; pero es evidente que la manda que se destaque en la historia de pende de la creencia en la bondad de un
verdad analítica de la proposición se salva al precio
de su inanidad cognoscitiva: no hay nada que com- España su carácter unitario, compatible proyecto alternativo; y, si las líneas ante-
probar en una estipulación verbal. con la variedad que la enriquece) a base riores eran hostiles a una concepción na-

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LAS HUMANIDADES EN LA ESCUELA

cionalista de la enseñanza, que esperaba pacidades dispuestas para el futuro. Ya se juzgado como poseedor de un valor in-
de la escuela que contribuyese a la perpe- trate de adquirir la capacidad de juzgar y trínseco y no instrumental, aquello que es
tuación de unos saberes cristalizados en la criticar por sí mismo, de alcanzar la ver- estimado por sí mismo, exige el respeto de
forma de tradiciones culturales, podría dad sin necesidad de recurrir a la ortope- su integridad, que se le deja tal cual es.
deducirse, muy razonablemente, que en dia de la autoridad; ya se trate de ser ca- Nada de eso ha resistido los embates de la
esas mismas líneas se defendía una peda- paz de conducirse de un modo adecuado, didáctica moderna. Es conocido, por
gogía, llamémosla gimnástica, basada en de ser libre al mismo tiempo que coopera- ejemplo, el método de enseñar literatura
el principio de que no importa tanto la tivo, autónomo a la vez que solidario, lo de los actuales animadores pedagógicos.
transmisión de unos contenidos hereda- único que importa es el sujeto que se for- Utilizan los textos como pretextos, con el
dos cuanto el fortalecimiento de, como he ma, no aquello de que se informa. El con- único fin de que el alumno desarrolle su
oído en alguna ocasión, “los músculos in- tenido es subordinado a la futura activi- capacidad lingüística. Con el siguiente re-
telectuales y morales del alumno”. dad del alumno, queda disuelto en la sub- sultado desolador: esa capacidad adquiri-
Sin embargo, debo advertir contra to- jetividad de este. da por el alumno habrá de ser usada, se
da tentativa de interpretar lo dicho más Sin embargo, ni siquiera la pedagogía supone, para elaborar nuevos discursos;
arriba como una defensa implícita de esta más fascinada por el cultivo de lo aptitu- pero estos no habrán de interesar a nadie
educación sin contenidos, dado que no dinal puede prescindir de todo contenido. salvo como mera ocasión instrumental
siento mucho entusiasmo por unos méto- Aunque sólo sean como meros instrumen- que propicie el desarrollo de las capacida-
dos didácticos que, queriendo descargar tos, las obras ya creadas imponen su pre- des lingüísticas de futuros alumnos, y así
la enseñanza de cualquier residuo de tra- sencia. Y, si hace falta algo de contenido, ad infinitum. El resultado no puede ser
dición cultural, pudieran llegar al extre- parece pensarse, ¿no será lo más cómodo y otro que la obtención de una capacidad
mo, como dicen los ingleses, de tirar el sensato acudir al que tenemos a mano, a verbal que se ejercerá en el vacío.
bebé con el agua sucia en que fue bañado. nuestro pasado cultural? De este modo, Ni siquiera una materia de aristas tan
Eso ya está sucediendo. Ya se puede ver aun degradado al papel de sparring con el duramente antimodernas como la religión
cómo la pedagogía de la que se sirvió el que entrenar los músculos del alumno, so- escapa a ese proceso de vaciamiento. Re-
patriotismo va siendo, poco a poco, des- brevivirá el estudio de las humanidades. ducido el adoctrinamiento católico, por
plazada por otra, aún más pragmatista si Pero éstas han de pagar la supervivencia evidentes imperativos de convivencia de-
cabe, que fomentará la aparición de unos con su deformación. Esa perversa muta- mocrático-liberal, a la condición de asig-
individuos dotados de una maravillosa ción de las materias humanísticas ya está natura optativa, surge alternativamente
musculatura espiritual pero que sólo ges- teniendo lugar. Asistimos no tanto, como una enseñanza humanística de la cultura
ticularán en el vacío, dado que, por culpa se afirma a menudo, a la marginación de religiosa, desembarazada del hosco ropaje
de esa misma concepción rigurosamente las humanidades en provecho de las disci- de la catequesis militante y abierta a la
instrumental de la cultura, no encontra- plinas tecnocientíficas (no se olvide que comprensión de las diversas modalidades
rán contenidos sobre los que ejercer sus las asignaturas de ciencias han sufrido una de religiosidad que hemos ideado los
cultivadas aptitudes. reducción no menos drástica en la refor- hombres. En dicha asignatura, da igual
Un pensamiento individualista como ma educativa), sino a la proyección sobre conocer las mitologías amerindias o el pu-
el que está conociendo ahora la moderni- las primeras de la índole instrumental que ritanismo adventista, degustar el severo
dad, que ha construido un concepto de es propia de los saberes tecnológicos, a la calvinismo o la abundancia católico-roma-
sujeto en el que lo esencial es una negati- conversión de las humanidades en herra- na, sutilizar sobre los bizantinismos trini-
vidad que lo libera de todo contenido mientas de trabajo. Así, no es raro oír có- tarios o sobre las irrealidades del nirvana:
identitario y comunal (ya no importa sa- mo se defiende la enseñanza de las len- se supone que todo sirve para potenciar la
ber qué somos; y menos aún, si somos guas clásicas con el exclusivo argumento sensibilidad moral del alumno; sobre to-
celtas, murcianos, padanos u otánicos), de que son muy útiles para desarrollar en do, su sentido de la tolerancia, que ejerce-
había de apostar por una renovación pe- el alumno no sé cuantas habilidades inte- rá sin mayores dificultades ya que las dife-
dagógica que concediera menos impor- lectuales, amén de una maravillosa dispo- rencias abismales entre los diversos dog-
tancia a la transmisión de contenidos y sición moral y cívica por mor de los altos mas habrán quedado disueltas en un
más al desarrollo de la personalidad inte- ejemplos que ofrece la antigüedad, sin que magma de blanda y simpática espirituali-
gral del alumno. El objetivo ya no es la adviertan quienes tan mal defienden esos dad, en una religiosidad sin religión. Así,
pervivencia de una cultura objetiva, aque- estudios, degradándolos a la condición de la tolerancia se ejercerá cómodamente so-
llos contenidos que una educación nacio- gimnasia espiritual, que hay muchas acti- bre la nada. La enseñanza de cualquier
nalista juzgara dignos de ser transmitidos vidades, seguramente más apreciadas por materia queda sometida a idénticos prin-
a través de las generaciones; por el contra- la clientela escolar, que sirven también, si cipios instrumentales. Más aun, por enci-
rio, se apuesta por una cultura subjetiva, no mejor, a esos fines aptitudinales. ma de la particularidad de cada disciplina,
por el cultivo de las diversas potencialida- Una enseñanza de este tipo, huelga este formalismo didáctico, alérgico a la li-
des del alumno. La cultura objetiva, el cú- decirlo, ha perdido de vista, entre otras mitación que acompaña a todo contenido,
mulo de saberes que nos legó el pasado, cosas, la preciosa singularidad de cada tex- hace de la optatividad uno de sus princi-
será concebida, tal como ya hiciera Mon- to, su valor único e irreductible. Esa pér- pios más queridos. Nada que objetar en
taigne, como un alimento que, lejos de ser dida, producida hace ya algún tiempo, principio. Pero no queda otro remedio
vomitado como sucede en las malas diges- arrastró consigo la depreciación de la me- que recelar un tanto de ese amable ideal
tiones, esto es, lejos de ser materia de un moria. No podía ser de otro modo entre cuando se entiende el sentido de dicha to-
recitado memorístico y mecánico que de- quienes dejaron de creer en la dignidad de lerancia pedagógica. Se ofrece al alumno
vuelve intacto lo que recibió, ha de ser asi- los textos, de la unión singularísima de la posibilidad de escoger entre un abanico
milado y trasformado en aptitudes, en ca- fondo y forma. En efecto, aquello que es amplísimo de opciones, no porque se con-

36 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


n
fíe en su capacidad de elección, confianza la transmisión de contenidos elimina cual-
que a su vez remitiría a una previa con- quier posibilidad de que, en el futuro, los
fianza en la bondad intrínseca de lo elegi- hombres podamos ser seducidos, arrebata-
do y en la correlativa maldad de la opción dos de nuestro melancólico narcisismo.
contraria, sino porque se supone que, se Desaparecidos los contenidos, y, con ellos,
elija lo que se elija, da igual. La libertad de toda alteridad respecto al sujeto, ya nada
elección se basa en la indiferencia hacia los podrá ser estrictamente venerable: nada
contenidos, cuya pluralidad es reabsorbida gozará de la necesaria lejanía para ello.
por la unidad de los fines aptitudinales Con ello se perderá la posibilidad de al-
perseguidos: desarrollo del pensamiento canzar una disposición piadosa; la cual, si
racional y crítico, potenciación de la per- bien se presta a atarnos a una cadena tem-
sonalidad responsable, libre y al mismo poral hecha de tradiciones poco menos
tiempo cooperativa, etcétera. Todo esto que sagradas, como quiere el pensamiento
define, sin duda, una enseñanza tanto más nacional-conservador, también nos ofrece
libre cuanto más vacía. las calidades más íntimas, las virtudes más
La subordinación de las humanidades incomunicables, de lo que, como materia
a los intereses de la subjetividad, iniciada de la conciencia, es rigurosamente insusti-
por una pedagogía al servicio de la nación tuible. Estamos conociendo, pues, el ex-
concebida como sujeto colectivo, se ha traño triunfo de una subjetividad tanto
visto intensificada en el nuevo modelo más pobre cuanto más omnívora, que de-
educativo. En este, la subsidiaridad de la jó de revolcarse en lo propio y patrio, en
cultura ha pasado a ser completa. Vaciada lo idiosincrásico e idiótico, para así vagar,
de todo contenido, ya no reviste la forma en una libertad sin límites, por las inmen-
de objeto (en el sentido gnoseológico del sidades de la nada. No será tarea fácil esca-
término, es decir, como el espectáculo que par a este fatal dilema que nos zarandea
se representa ante una consciencia) Ahora, entre el casticismo y el vacío. n
la cultura es una suerte de alimento, algo
que se come y se transforma en músculo;
de modo que se pierde su más preciosa
cualidad intrínseca: una virtud de fascina-
ción que acaso no cuente con otro con-
curso que el de la más rigurosa intransferi-
bilidad2. La vieja cultura ha sido sacrifica-
da al último dios de los tiempos
modernos: un sujeto cuya índole proteica
y vagabunda viene determinada por su
originaria indeterminación. Hemos visto
cómo esta consunción de la cultura arras-
tra consigo la caída de toda pedagogía que
conceda algún protagonismo a los conte-
nidos; y cómo dicho fenómeno tiene algu-
nas consecuencias. El predominio de la di-
mensión aptitudinal de la enseñanza sobre

2 Aunque es cierto que la objetualidad también


implica una subjetualidad (el objeto lo es para un
sujeto, dicen los manuales de teoría del conoci-
miento), no es menos cierto que ahí no se da nin-
guna subordinación; menos aún, esa especie de asi-
milación orgánica, de alimentación, que nos pro-
pone la pedagogía instrumental. El objeto, sin
dejar de darse ante un sujeto –alguien lo percibe–,
permanece intacto en esa distancia gnoseológica.
Además, el objeto preserva su condición singular e
irrepetible. Todo lo que es pensado como un estí-
mulo, o como un instrumento, o como un alimen-
to (tal como le sucede a la cultura en el marco de
toda filosofía de la subjetividad) es pensado por
ello mismo como prescindible: por otro estímulo,
otro instrumento, otro alimento; en cambio, todo
lo que es pensado como objeto es pensado por ello
mismo como irreemplazable. El objeto, en cuanto
tal objeto, es rigurosamente único; su pérdida es
irreparable; nada puede suplantarlo. Por ello, la ob-
jetualidad es la mejor garantía de la pluralidad. Javier Aguado es profesor de Filosofía

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
MI HISTORIA ES MÍA
ALEJANDRO MIQUEL NOVAJRA

N
o gustará a algunos, será utilizado El derecho a la autodeterminación, la gunos es equivalente al genérico pueblo,
“para articular con mis palabras el búsqueda de la identidad nacional, sea en los habitantes generacionalmente conti-
discurso al que me opongo”; otros, el sentido de nación política o de nación nuados de un espacio geográfico delimita-
finalmente, pescarán con malla gruesa pa- cultural de Mira, no deberían ser cuestio- do; para otros supone el referente máxi-
ra dejar escapar la razón y capturar tan nados; pero se trata de propuestas políticas mo de identificación en sociedades que,
sólo los ladrillos de su propio edificio y como tales deben considerarse. Sin em- en términos de sir Henry Maine, se basan
mental. En el fondo, el proceso de atribu- bargo, no son pocos los que, incluso desde en el status y no en el contrato. Traducien-
ción casi nada tiene que ver con lo que una perspectiva académica, buscan y re- do del criptolenguaje que suele caracteri-
realmente se dice; no obstante, lo diré: la buscan en la historia particular la razón zar a toda disciplina, la etnia es el marco
propuesta de unificar la enseñanza de la diferencial de la historia nacional. Duran- máximo de identificación grupal en aque-
historia es esencialmente interesante. En te la dictadura franquista la españolidad llas formaciones sociales y culturales don-
castellano es fundamental la diferencia de nacía con los Reyes Católicos, precedidos de cada individuo nace, se hace, se repro-
significación entre los participios presente de agnati ucrónicos; se expandía a lo largo duce y muere dentro de un sistema más o
y pasado de determinados verbos; de ahí del glorioso imperio para disiparse, miste- menos amplio de agrupaciones concéntri-
que esta reflexión trate, en esencia, de la riosamente, hasta el advenimiento del cas que predeterminan quién es, qué pue-
sustancial ruptura epistémica entre el ser Fuero de los Españoles. Hoy día podemos de o no puede hacer, con quién debe o no
susceptible de generar interés y el consti- oír y leer propuestas que sitúan en los ge- relacionarse. Un sistema de organización
tuir un interés concreto y, por tanto, entre nes de las huestes de Jaume I la catalani- tal que la propia individualidad no es so-
la concepción interesante y la concepción dad de la Nación Països Catalàns, o en los cialmente reconocida en tanto el ser de
interesada. factores sanguíneos y antropomórficos de cada uno depende de la derivación filiati-
Sabemos (el viejo saber mediterráneo los agotes la esencia vasca. Mutatis mutan- va (de quién es hijo), colateral (quiénes
basado en lo que se supone que los infor- di, me recuerda a los argumentos preten- son sus iguales y quiénes no). En definiti-
madores intermediarios saben o saben de didamente etnológicos que algunos movi- va, una estructura en la que cada miem-
otros intermediarios) que la historia la es- mientos feministas americanos de los se- bro lo es en tanto pertenece a, y es defini-
criben los vencedores; conocemos, a cien- tenta reconstruían para “justificar” el do por, una red de reglas, prescripciones y
cia cierta (luego ni lo uno ni lo otro, casi espacio social que la mujer debía recupe- prohibiciones que le predeterminan, con-
siempre), que cada Estado se explica a sí rar en la cotidianidad: el matriarcado de firiéndole un determinado status (teórica-
mismo a través de unas raíces que hunde las amazonas. En definitiva, y al margen mente) invariable.
en un pasado a menudo imposible; pade- del contenido moral, la necesidad univer- El contrato, por el contrario, consiste
cemos la ignorancia sobre nuestros par- sal de identidad y el discurso político de la en la relación inmediata y libremente (ob-
ticulares ancestros, de sus luchas, de sus libertad (nacional, de género) vienen a re- viamente discutible) establecida por par-
derrotas, de sus herencias reprimidas y ter- construir la historia para explicarse, pero tes individuales, con independencia del
giversadas. Recordamos, con una viveza lo hacen en un espacio-tiempo en el que marco de partida. La idea dieciochesca de
endurecida por la pervivencia de muchos tales factores no podían aún haberse desa- nación nada tiene que ver con aquel uni-
de sus padres en el areópago de la construc- rrollado. Así, la correlación hechos-dere- verso social y mucho con éste. En la na-
ción de la opinión, la explicación de nues- chos termina por situarse en el territorio ción, mejor aún, en la nación-Estado, el
tro ser colectivo basada en la máxima de de lo cuasi-mítico. Pero avancemos un po- ciudadano actúa como tal, se inserta en el
Una, Grande y Libre situada en el resbala- co más. La intención, el deseo y la pro- tejido social y político sin mediaciones
dizo y utilísimo tiempo fundante, mítico. puesta, amalgamados con la derivación previas: necesita romper con la idea de
Por ello hay una buena parte de razón en por filiación, acaban por generar dos dis- grupo de parentesco, en el ámbito social,
las voces que se alzan contra la unicidad cursos profundamente ahistóricos: el de la y con la de tribu, estamento, casta, en el
reclamada, pero no obsta para que el mie- etnicidad y el de la atribución moral. político. Como dice Llobera en su exce-
do a la reinstauración del pasado académi- lente libro El dios de la modernidad, bus-
co de nuestro pasado histórico se pueda Etnia y nación car en las tribus germánicas o en el propio
ver acompañado de una oculta, y quizá in- Ni los antropólogos se ponen de acuerdo Carlomagno a la nación alemana, en el
consciente, emulación de intenciones. en el contenido del término etnia. Para al- enfrentamiento entre anglos y normandos

38 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


n
a la actual Inglaterra, o en la Galia posro-
mana la Grandeur francesa, es un ejercicio
de identidad nacionalista explicable, pero
nunca un proceso histórico desde la pers-
pectiva científica.
Pero no es menos cierto que desde
Hobsbawn a Habermas o Marramao, des-
de Alavi, Wolf y Shanin a Derrida, el de-
bate, en términos de oposición en unos y
de complementariedad en otros, circula
entre la ciudadanía y el comunitarismo. Es
decir, hasta qué punto el status (esta vez
libre o socialmente adquirido pero con
carácter individual) de ciudadano viene a
cubrir las necesidades identificativas del
individuo y de la sociedad como estructu-
ra dinámica e interrelacionada, y si en la
modernidad el agrupamiento preestableci-
do o volitivo no viene a mantener o resta-
blecer un imprescindible enraizamiento
que nos indique la respuesta a la famosa
pregunta ontológica: ¿De dónde venimos
y a qué (por qué, cuándo) pertenecemos?
Es decir, que la etnicidad como ha sido
definida puede seguir sirviendo, al menos
por lo que se refiere a ciertas característi-
cas de religación, para ser: cómoda y defi-
nitivamente. En términos psicológicos, el
nacimiento histórico del ego, del recono-
cimiento de que los actos sociales y políti-
cos son función de esa individualidad sino, en su antagonista, donde se sitúan cia, la reproducción física, social y pro-
esencial, parece contradecirse con la ads- las esencias nacionales. Y, efectivamente, ductiva (luego la historia interminable y
cripción grupal. si el ciudadano lo es libremente, como nunca iniciada) se realiza en su seno.
Volviendo directamente al tema de la opción política desligada de raíces grupa- Es interesante comprobar cómo el
historia como herramienta explicativa de les (el sesgo liberal de Habermas), si la primer marxismo (el del menos marxiano
la actualidad, no es de extrañar que la agrupación nacional y estatal (sedimentos de los marxistas, Karl) necesita del campe-
esencia de ese ser colectivo se sitúe en la rousseaunianos) es el efecto de un acto sinado para explicar el paso del feudalis-
ruralidad. Nueva dicotomía servida con volitivo individual, el nacimiento de la mo al capitalismo, pero prácticamente
abundancia de guarnición: la nación mo- nación se acerca a la natura non naturata. hasta Claude Meillassoux (1975) no cons-
derna es un producto urbano; sólo el pro- Eso, claramente, no sirve. El hombre que tituye el suyo un modo de producción es-
ceso de urbanización y urbanitización vive en el campo y del campo reúne, sin pecífico. De hecho, Marx, en el 18 Bru-
(formas de vida urbana), ligado intrínse- embargo, esas características intermedias mario de Luis Bonaparte, afirma directa-
camente a la liberación de fuerzas pro- que supone la reetnización: está apegado mente que no se conforma ni tan siquiera
ductivas hacia la intelectualidad –grams- al territorio, concibe el tiempo en térmi- como una clase social; o mejor dicho, aun
cianamente– orgánica, puede generar la nos de circularidad, la unidad de produc- siéndolo en sí, objetivamente, no reúne
ciudadanía nacional. Pero es en el campe- ción se centra en la unidad de conviven- condiciones para generar la conciencia de

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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39
MI HISTORIA ES MÍA

su entidad, de su para sí, necesitando por de extrañar que se tienda a rearticular el ción comercial full time en el Mediterrá-
ende de una representación vicaria. En el pasado, a invertir efectos por causas para neo occidental y oriental, así como a una
discurso nacionalista imperante y domi- construirla en una mismeidad que pre- contemporánea y posterior dedicación al
nante –existen otros menos divulgados y tende ser perenne, cuando necesariamen- flete de transporte de esclavos para las
aceptados– el modo de producción agrarista te es siempre contradictoria y rupturista. “conquistas castellanas”3. O la provenien-
resuelve dos problemas fundamentales: el Inclusive si nos restringimos al argumen- cia espacial de tantos y tantos adalides de
campesino es a un tiempo propietario de to cultural, las constantes incorporacio- la aventura militar americana, cuyo pro-
los medios de producción y productor, nes de elementos, valores, significados, ceder no se caracterizó precisamente por
luego rompe la oposición de clases en su símbolos y la pérdida o relegación de un alto sentido del respeto y el amor a los
propio ser; al constituirse a su vez en fac- mecanismos de reconocimiento, rela- derechos de los pueblos sojuzgados. Ob-
tor de reproducción social en lo que Wolf ción, comunicación, son presentados co- viamente, entonces, el sentido y el conte-
y Benedict describen como unidades cor- mo una continuidad acumulativa y uni- nido de los valores ahora conferidos care-
porativas cerradas, repite intemporalmente direccional. La ficción de la derivación cían de fundamento: histórico, social,
las raíces del pasado grupal. Ya lo tene- filiativa o, ante su práctica imposibili- económico y político.
mos: la nación por encima de las diferen- dad, la repetición intemporal de tradicio- Es cierto, por tanto, que muchos de
cias en la estructura social, cortando in- nes, lengua, pretendidas idiosincrasias, los hechos que nos ayudan a explicar la
cluso tangencialmente las (posibles) iden- vienen a compensar a menudo ese vacío actualidad han sido ocultados, transfor-
tidades de clase1, y la nación construida estructurador. mados, tergiversados, pero no lo es me-
desde los más lejanos ancestros. Ni tan si- nos que otros tantos quieren ser aparta-
quiera la reelaborada teoría de Redfield Nosotros y lo otro dos de nuestras historias particulares, de
del Folk-Urban Society Continuous nos re- Llegados a este punto, el lector dirá: “Al nuestras líneas siempre “necesariamente”
suelve esta hábil traslación del centro de denunciar la propuesta unicidad de la en- puras y democráticas, precisamente para
gravedad del Estado-nación. En definiti- señanza de la historia pretendemos preci- poder presentarnos como auténticos pre-
va, parece que no sólo se produce un cam- samente evitar lo que tú dices: la diversi- cursores avant la lettre de lo que ahora
bio de sujeto sino también de objeto. La dad y la variabilidad de las concreciones queremos correcto. Pero esto, señoras y
historia nacional (toda historia que inten- de formaciones sociales y culturales, los señores, no es historia: es simplemente
te explicar la nación desde el pasado fun- procesos de diferenciación y conjunción, identidad; más aún, identidad histórica
dante) se convierte así en historia étnica. no pueden ser instituidos como unidad inducida desde presupuestos políticos
Curiosamente, ciertos rasgos de la Consti- unidireccionalmente anexada. Desde el ahistóricos. En el fondo subyace la atri-
tución alemana actual nos remiten direc- legendario ‘pastor lusitano’ (curiosamente bución moral positiva a lo propio y la ca-
tamente a la certidumbre de esta interpre- incorporado, a pesar de su lusitanidad: tegorización de lo ajeno como execrable.
tación, pero no pocas declaraciones y ar- Portugal, el rencor de que no ‘sea nues- Pero el hoy y el aquí que se identifican
gumentaciones políticas (más o menos tro’), los germánicos godos –los abue- con lo nuestro no necesariamente coinci-
minoritarias; depende del momento y de los–, pasando por la grotesca muerte de den con lo que ayer (o mañana) y allá (o
la ocasión) del propio Estado español cir- don Favila2, el fortísimo tejido de la fa- ahí) fue (o será) considerado tal; ni más
culan por las mismas vías: autenticidad de mosa camisa de doña Isabel y el Descu- ni menos que el mecanismo que, desde
apellidos, antigüedad de filiaciones, leal- brimiento, vascos, catalanes, gallegos no diferentes perspectivas, un Evans-Pri-
tades demostradas incluso en el terreno existimos en esa ‘historia de España’ sino chard, un Lisón, un Lévi-Strauss han des-
del más puro folclorismo. como vasallos periféricos que servimos crito como el proceso de fisión-fusión,
En un universo mental, en un proce- gustosamente a la expansión de la españo- una dinámica contradictoria continua
so de construcción cosmogónica donde lidad”. De acuerdo en algunos términos; que agrupa o desagrega en función del
toda institución, estructura, nivel de per- en absoluto desacuerdo en otros. Catala- momento, el contexto o sencillamente la
tenencia tiende a ser objetivado, la na- nes, vascos, gallegos, castellanos, andalu- conveniencia. Y así nos encontramos con
ción presenta dificultades para obtener ces, extremeños participan de forma más un conocido político nacionalista hablan-
una definición autónoma que vaya más que activa, sea como peones, sea como al- do en inglés ante un foro internacional
allá de su ámbito territorial o político. files o reinas en el ajedrez de la historia de por no querer hacerlo en castellano, “len-
Por añadidura, ambos suelen manifestar- –se denomine como se denomine– la he- gua opresora y substituista”, en lugar de
se con un alto grado de variación diacró- rencia de la Marca Hispánica. Pero, fun- forzar la presencia de un traductor de su
nica. Si la idea de ciudadanía puede al- damentalmente, tenemos caballos: la má- idioma materno; o a señores feudales de
canzar un correlato ontológico relativa- xima movilidad en el tablero. Por ejem- los siglos XII y XIII ensalzados como de-
mente constatable (siempre mediatizado plo, la tan reivindicada ausencia (o mócratas convencidos por el respeto
por el grado de coincidencia entre el es- relativamente escasa presencia) de la –re- (obligado, obviamente, por la estrategia
tatuto de la praxis de sus contenidos, la legada– Corona de Aragón en la primera de alianzas del periodo) a foros ciudada-
definición legal y la sensación vital), la conquista americana, no se debe a una in- nos preexistentes. A la inteligencia del re-
de nacional carece de instrumentos con- versamente derivada sensibilidad antiim- ceptor de estas líneas dejo el análisis de la
cretos y universales de plasmación. No es perialista casi innata, sino a una ocupa- lógica inherente.

2 Y “los moros” absolutamente externos para


1 Históricamente, no de la burguesía, que todos y cada uno de los apropiadores de la historia. 3 Y no estaría mal que saliesen de una vez por
suele manejar a su antojo la ruptura y el estableci- Hasta el mismísimo Ortega, en su España inverte- todas a la luz los orígenes de las riquezas de mu-
miento de fronteras. Pero este tema no será tratado brada, refuerza la herencia del pattern visigótico y chos senyors mediterráneos gestados en el XVI, el
en este artículo. minimaliza, cuando no desprecia, la árabe. XVII y no pocas décadas del XIX.

40 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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ALEJANDRO MIQUEL NOVAJRA

Quizá atrapado por la propuesta diá- sión más cercana en términos mediáticos) ras y construcciones sociales que no de-
dica del estructuralismo más metafísico, son luchas étnicas en el lenguaje de la seamos, privándolas así de la esencial arti-
paso invariablemente de la historia a la brutalidad “que les es propia”: las declara- culación agnaticia. Lo que he dividido
identidad. Y es que, en el fondo, es ahí das ofensivas de las multinacionales go- analíticamente entre contenido y conti-
donde radica la cuestión: se trata de opo- bernantes en EE UU por acaparar nuevos nente se resuelve de este modo en una si-
siciones lógicas que, en la práctica, tien- mercados situados en la esfera de las ex nécdoque en la que quien carece de deri-
den a la síntesis contradictoria. Hace po- colonias europeas aparecen tratadas como vación, de epónimos culturales, no existe
cos años se celebró el aniversario de la Ar- epifenómenos en el mejor de los casos. lícitamente y, por ende, no es sujeto de
mada Invencible; un mínimo estudio de Los intereses franceses (y en buena medi- los derechos “históricos” de que nosotros
documentos de la época nos situaría fácil- da rusófilomente mediantes) en Serbia, la nos dotamos por naturaleza. También
mente en la falacia de ambos términos. extensión del mercado pangermánico ale- acontece de forma inversa: una historia
Sin embargo, la clásica frase de Felipe II mán con el reconocimiento extemporáneo imprescindible para explicar una realidad
siguió circulando en los labios de muchos de Croacia, nuevamente desaparecen ante nacional imposible. La Constitución es-
de nuestros historiadores patrios, mien- la primitiva etnicidad heteronómica y he- pañola de l978, pero sobre todo su uso, es
tras los de los naturales de la Pérfida Al- terogénea de musulmanes (referente cul- un ejemplo de manual: León, que descu-
bión (¡cuántos aún deben soñar con la tural-religioso), croatas (nacional-territo- bre su hilazón identitaria diferencial res-
ocurrente metáfora!), entre chascarrillos, rial) y serbios (nacional-territorial) del es- pecto a Castilla; la clara e indiscutible lu-
comentaban las divertidas carreras de los pacio bosnio. cha jornalera andaluza, que se dulcifica en
campesinos locales por las costas de Do- La colonización es siempre la de los una bandera verdiblanca ad hoc y en per-
ver, observando la debacle previsible, y las otros; lo nuestro es civilización, educa- sonajes prescindibles para convertirse en
tranquilas charlas de los teóricamente ate- ción, pedagogía de la libertad, mientras lo vieja entidad política independiente siem-
rrados capitanes y almirantes ante el té de ajeno se instituye en opresión, acultura- pre relegada. Y, por este camino, la recon-
las cinco. ción, genocidio. Así, el hecho de que en quista de lo pequeño, del ámbito local, de
No nos quedemos en la anécdota fácil un pequeño espacio de un territorio lin- nuevo familiar y filiativo: en pocas pala-
y conocida. El desarrollo de la Sereníssima güísticamente homogéneo se hable nues- bras, el olvido de la historia en sí para en-
Repubblica di Venezia, el esplendor del co- tro idioma es un vector de unidad identi- trar, en una paráfrasis negativa, en la idea
mercio de la Corona de Aragón, son inex- taria e histórica, no el remanente de viejas de la historia para sí.
plicables sin la armonía de intereses con aventuras imperiales; pero que acontezca Antonio Gramsci, en sus Quaderni
los comerciantes del Imperio Otomano; el lo mismo con referencia a un rincón de del Carcere (los originales, porque no son
crecimiento de la trata de esclavos del nuestra nación donde la lengua enemiga pocos los aparentes progresistas que han
XVIII y XIX (y su papel de acumuladora se mantiene es producto de la más ho- hecho interpretaciones y publicaciones
de capital), imposible sin hablar del mun- rrenda y continuada de las represiones, fragmentarias sumamente convenientes
do árabe, de los extinguidos imperios Yo- hasta el punto de alcanzar el grado de he- para explicar su particular historiografía
ruba, Nupe, Fulani, de Buganda, de Be- rencia genética negativa. Desconozco có- agnaticia política), rompe con el determi-
nin. Pero la otreidad, base de la continua mo se articula en el bachelor británico la nismo histórico precedente, incluso insta-
construcción de la nuestreidad, es sistemá- afirmación de la primitividad inherente a lado en su propia línea de referencia, y se
ticamente olvidada, negativizada o variada los Estados fronterizos entre la India y Pa- abre a la interpretación poliderivativa des-
desde el presente: desde cada presente quistán y la forma en que se crean y se di- cubriéndonos la concordancia frecuente
concreto y específico. A la ya comentada viden las colonias victorianas, pero intuyo entre historia, ideología y hegemonía po-
búsqueda de derivación étnica se añade el que la historia impartida en Cachemira o lítica. Recupera la dialéctica perdida, aun
contenido valorativo de la misma. el Punjab diferirá en medida importante la más estrictamente hegeliana, para po-
Si entramos en la denominada histo- de la enseñada en la Gran Bretaña; o qui- der interpretar no sólo la historia en sí
ria contemporánea (luego, ¿historia sin- zá no, y ahí entramos en el territorio de la misma, sino en su constante utilización.
crónica?: explíquense), alcanzamos niveles identidad ajena adquirida para subsistir Sin embargo, como no sería menos espe-
más duros y claros de suave confusión. La los viejos espacios de poder, por tanto, en rar, su papel entre los metodólogos de la
geografía, disciplina en principio menos cierto modo recuperados. De esta mane- disciplina apenas si ocupa breves frases en
susceptible de ser ideologizada –valoriza- ra, la coincidencia entre identidad e his- manuales específicos y afines. No obstan-
da, moralizada– que la historia, deviene toria amalgamada por el primigenio barro te, es un autor esencial en la constatación
en una herramienta excelente para hacer de la moralidad llega a su paroxismo con del moralismo determinista.
de ésta una impecable genealogía grupal, la negación misma de la historia del que Existen otras formas sociales diferen-
más aún, estatal, idóneamente segmenta- se quiere inferior. Los pueblos sin historia, tes de las nacionales que tienden a articu-
dora: los conceptos diacrónicos Norte- como los definiera Rodowsky, no existen larse por vías análogas. No parten de un
Sur, Este-Oeste; la europeidad que se moralmente; desde las viejas categorías espacio geográfico aproximadamente uni-
abraza con el Moscú zarista y que luego se durkhemianas de solidaridad orgánica y tario redefinido a través de instrumentos
separa con el metafórico-físico-ideológico mecánica, que involuntariamente o no si- jurídicos ni de la búsqueda de una ruptu-
telón; los Urales danzando la mágica sin- tuaban en la primitividad histórica (luego ra de la unidad estatalista. El caso de las
tonía eliádica del contagio, la afinidad o el ahistórica) y moral a sociedades obvia- minorías étnicas (por emplear el erróneo
rechazo; los primeros, segundos, terceros mente contemporáneas pero distintas, se término al uso), fundamentalmente la ne-
y, aun, cuartos mundos, se superponen a llega a la ubicación actual en una eterna gra, en EE UU es paradigmático. Ante
los viejos mapas religiosos. Las luchas de Edad Media de los universos islámicos, o una situación objetiva de discriminación
clases con lenguaje étnico (los tutsi y los a recuperar periodos para sí, desgajándolos en todos los terrenos, tiende a articularse
hutus en los Grandes Lagos son la expre- de procesos comunes con aquellas cultu- en torno a una identidad africanista me-

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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41
MI HISTORIA ES MÍA

diante la positivación del rasgo fisiológico tá, el Ejército de Liberación de la OLP y nación o la grupalidad, de cualquier espe-
socializado, culturizado e incluso raciali- el más irracional de los entes criminales cie, recobrada. Ya he comentado la utili-
zado que se utiliza para su segregación. El para los Estados occidentales de los seten- dad política de esta vía, y en esa narración
penúltimo episodio de este proceso, la is- ta y ochenta; el Kurdistán, pueblo opri- hemos comprobado cómo la sociedad y
lamización ad hoc, hunde sus raíces en la mido si Sadam Husein lo agrede, pero su proceso son relegados para construir la
dificultad inherente a la estructura social grupos paramilitares desestabilizadores si unidad común. Pero el debate de la auto-
americana y a la explicación dominante es el Gobierno de Ankara quien lo ataca y determinación de los pueblos contiene y,
de la americanidad para apropiarse o uti- niega. La historia se construye así diaria- casi siempre, oculta el conflicto interno.
lizar el referente musulmán. Aunque con mente, individual y psicológicamente, en Sin entrar en las continuas incongruen-
componentes diferentes y una pertinencia el retrete matutino de cada uno. cias de las propuestas políticas, las histo-
más claramente histórica, parte de la actua- Puede que en realidad esté hablando rias parciales, fractales o imperiales (inter-
lidad argelina se sustenta en contradiccio- de política en el sentido institucional y pretación ad libitum para lo que hace al
nes similares. El hilo de la argumentación profesionalizado que, desgraciadamente, caso) hablan de la nación, del pueblo, co-
misma entreteje la etnicidad agnaticia con se está instituyendo como denotación mo entidades cohesionadas. Aún hoy día
la identidad, con la historicidad moral y, única del término; de ideología como ins- oímos en ciertas universidades cómo el
ahora, con la ideología. En el tapiz que trumento de su justificación y efectividad. advenimiento del nazismo en los treinta
comienza a dibujarse en nuestro telar la La historia como disciplina académica es independiente de la destrucción de la
construcción de la historia manifiesta ya trasciende estas limitaciones para buscar Liga Espartacus, de la previa fuerza gu-
la diversidad de sus componentes y lo im- la objetividad explicativa y analítica. Pero bernamental de la socialdemocracia, de la
procedente de creer que tan sólo la mate- no debemos reificar: la materia y su do- gran crisis económica contemporánea a
ria académica es el ojo de la aguja donde cencia no existen al margen del ámbito de los hechos. Tenemos versiones de la gue-
se enhebra el tiempo. su acción y de su constitución. Por ejem- rra civil española donde el POUM, la
Daré un par de apuntes inmediatos y plo, con independencia de su distribución CNT son meros comparsas; a menudo
sumamente cotidianos ejemplificadores lectiva, no debería ser nunca, en base al los perdedores reivindican la exigencia de
del mecanismo de articulación interpreta- principio nominativo como mínimo, ni mostrar la verdad, rompiendo con la vieja
tiva de la historia basado en la construc- antigua ni medieval ni contemporánea: se historia franquista, pero de nuevo, me-
ción ideológica. Cojamos un crucigrama supone (y es mucho suponer) que habla- diante el mecanismo de separación-agre-
de un dominical de cualquiera de los pe- mos de un proceso, mecánico para unos, gación, sitúan a las milicias anarquistas o
riódicos locales, provinciales o estatales y contradictorio para otros, teleológico des- poumistas en el infierno de la traición.
observemos el contenido de las siguientes de ciertas perspectivas, azaroso desde Las atrocidades nazis o los gulag estalinis-
definiciones: “mata en Irlanda”, “dictador otras, pero no de compartimentos estan- tas ocupan merecidos capítulos de la cró-
suramericano”, “fanáticos criminales del cables. ¿Por qué, entonces, es tan frecuen- nica del siglo XX, al tiempo que las posi-
Mediterráneo sur”. Automáticamente te hallar esta fragmentación? Según el dis- ciones colaboracionistas anglogermanas
tendremos que responder, si queremos curso holístico e interrelacional que vengo de los inicios de la Segunda Guerra Mun-
completar el pasatiempo, “IRA”, “Cas- manteniendo, parece que es necesario ce- dial, los campos de concentración nortea-
tro”, “FIS”, aunque pensemos en G-6, rrar cada época periódicamente (en los mericanos, los bombardeos de fósforo
Fujimori y Ejército Argelino (sin negar la dos sentidos del término) para poder aliados, Nagashaki o Hiroshima son ana-
posible coincidencia con las respuestas re- usarla en el presente. La continuidad y la lizados aún bajo la idea del “mal menor”:
queridas). Eso no es historia, se responde- contigüidad del devenir de los hechos mientras tanto, ni una palabra sobre los
rá rápidamente; se trata tan sólo de un rompen la esencia moral que frecuente- intereses de las burguesías europea, ameri-
entretenimiento voluntario que nada tie- mente se necesita para explicar el por qué cana, la naciente japonesa y la idoneidad
ne que ver con lo argumentado. Sin em- de diferencias queridas o deseablemente de la función aniquiladora de las dictadu-
bargo, estos inocentes juegos no son otra manipulables: una vez definido el marco ras sobre la tendencia al alza de la con-
cosa que condensaciones ideológicas de moral impoluto del nosotros (razona- ciencia de los proletarios del periodo. Se
toda una línea de pensamiento que pre- miento que sin duda hubiese encantado a nos presenta una transición democrática
tende ser y tiende a ser hegemónica; si la doctora Douglas), debemos apestar a de España en la que el –en ese momento–
queremos, una pequeña y sutil metáfora los otros así como a la parte histórica de casi inexistente PSOE “del interior” todo
activa y efectiva de la monodimensión nosotros mismos que no conviene, atri- lo hizo, sin que LCR, MC, PTE, ORT, el
creciente de la visión de la realidad, tam- buyéndola al hecho innegable –y aquí so- propio PCE y tantos y tantos movimien-
bién en su dimensión histórico-ética, que cializo y extiendo en el tiempo el paradig- tos y organizaciones hubiesen tan siquiera
no es en absoluto exclusiva de los dictata ma existencialista de Sartre– de que “el tocado por un momento la realidad social
imperatorum. La heroicidad de los pro- mal siempre es ajeno” (“el infierno son los y política del proceso; mientras, largas
pios y la mezquindad de los ajenos apare- otros”). trayectorias de carreras políticas gestadas
ce como un continuum: los barbarum ro- en la dictadura adquieren el aura del “tra-
manos son civilizatoriamente, luego mo- Historia, política bajo desde dentro”. Se reconvierten y en-
ralmente, inferiores; el Blad-al-Siba (institucionalizada) y clases sociales salzan comportamientos entonces ignora-
magrebí, desde Ibn Bâttuta, Ibn-Jaldum o Según hemos visto existe una visión de la dos, desechados o recriminados en heroi-
el Sultanato pre, inter y poscolonial, es el historia, no ya fragmentada (cada grupo cos y patrióticos constructores de la
territorio ingobernable; el Mossad, terro- habla de la historia que reconstruye), sino libertad.
rismo puro para el protectorado inglés de fractal, casi calidoscópica. Pero la hemos De la Comuna de París sólo se habla
Palestina, pero Agencia de Inteligencia observado desde la perspectiva de las extensamente en textos especializados; la
para el Israel actual y sus aliados; Al-Fha- identidades en base a la nación, el Estado- Revolución Rusa se piensa desde Brez-

42 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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ALEJANDRO MIQUEL NOVAJRA

mente. Este método, tan internacional-


mente aceptado, hace que las confluen-
cias históricas de los trabajadores berebe-
res, bolivianos, castellanos, catalanes, tur-
cos, iraníes o irlandeses se segmenten en
el interior de explicaciones rupturistas,
pero también que los movimientos de ca-
pital más conspicuos (desde el dumping
hasta la más clara y coherente inversión
en espacios económicos de máxima renta-
bilidad) sean presentados como la lógica
interna a la internacionalización, a la fa-
mosa y, no por ello menos irreal, aldea
global. En este modo de construir el pasa-
do, pero también el presente y el futuro,
intervienen de manera abierta, indirecta,
consciente o inconsciente, tanto los explí-
citamente interesados como los teórica-
mente afectados. La inmigración es un
ejemplo escandaloso –sensu christi–: la
segmentación “por ley” que significa en el
mercado de trabajo europeo, norteameri-
cano, implica también un subproducto
ideológico que se concreta en la implícita
segmentación de la clase obrera. El con-
cepto de solidaridad, vieja estrategia naci-
da en el XIX como respuesta a la interna-
cionalización del capital y que se materia-
lizó en el internacionalismo proletario,
reasume su contenido cristiano (esta vez,
sí, un epifenómeno) caritativo y projimista
a través de artefactos tan lejanos al interés
de clase como las ONG: otro resultado de
reconvertir la historia, desde el presente,
anulando una praxis constatable y tras-
niev, el Mayo del 68 es una divertida y jo- fragmentos más o menos orgánicos de la mutándola en un mero sentimiento.
cosa revolución generacional (las fábricas Administración estatal. De ahí a pasar de Así, la unicidad global parcializada
en paro sólo se encuentran en hemerote- la historiografía hagiográfica que sitúa en que veíamos antes en referencia a los
cas concretas) que se sintetiza en la per- Alejandro, Arsubanipal, César, Carlomag- constructos nacionales se extiende por
fectamente absorbible pintada “Parad el no, Luis, Enrique, Cromwell, Robespie- áreas de origen, segmentando a su vez a la
mundo que me quiero bajar”. Las batallas rre, Napoleón, Lincoln, Rasputín, el Tío geografía y a la historia misma. Los proce-
por la independencia americanas, africa- Ho, Mao, Lenin, Rossevelt, Churchill, sos sociales, los conflictos y contra-
nas y asiáticas se reducen a las élites go- Stalin, Hitler, Franco, Mussolini, Sengor, dicciones que han articulado los cambios
bernantes hoy día. La lucha de clases no Mobutu, Mitterrand la esencia política en las distintas formaciones sociales se eli-
es parte de la historia; sólo es un acicate del devenir humano, a la idea de los Esta- minan o se trasladan a “otras cuestiones”.
ideológico de los, como la propia historia dos democráticos investidos de una onto- Pero también se parcelan por “áreas” de
demuestra, malditos. No cabe pensar, es logía propia y pura sólo hay un paso; un conocimiento que, cual esferas autóno-
obvio, en un demiurgo incluso grupal, de movimiento que –lo veremos y lo esta- mas, explican (cuando lo hacen) su “parte
clase, que reconvierta así la historia para mos viendo– ya ha sido realizado. de la historia”. ¿Qué son si no la Historia
que deje de serlo; pero la confluencia de No es de extrañar que los más osados Política, la Historia Social, la Historia
enseñanzas, el adaptacionismo de la su- progresistas nos hablen del Estado como Económica? Sin duda se trata de marcos
pervivencia ideológica y el discurso político de una entidad cuasi metafísica cuyo fun- de especialización en estudios superiores,
unificador, a menudo disfrazado de diver- cionamiento depende tan sólo del partido pero también de subdisciplinas a veces
sificación territorial, lo sustituyen con en el poder: un Estado democrático no rupturistas. Hemos oído todos más de
una efectividad mayor. Porque también la sólo es un modelo, es una realidad. Inde- una vez explicar la historia de Roma, aun
acción y el pensamiento político partici- pendientemente, claro está, del proceso de la Caída del Imperio, aludiendo a fac-
pan de la misma línea: los partidos, ahora histórico que la ha construido. De la tores externos, a corruptelas políticas de
también algunas posiciones mayoritarias identidad étnica, de la identidad ideológi- los dirigentes, aunque prescindiendo de
en los sindicatos europeos, africanos, ca, de la moralidad propia, pasamos al los conflictos sociales; no suele ser infre-
americanos, asiáticos, dejan de ser instru- kantismo más mecanicista: la realidad cuente escuchar discursos que sitúan la
mentos de la sociedad civil –de nuevo el (política en este caso) precede a su conte- abolición de la esclavitud en la expansión
relegado Antonio– para instituirse en nido, más aun, lo transciende apriorística- de un espíritu humanista unido a la ideo-

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43
MI HISTORIA ES MÍA

logía liberal de finales del XVIII y del hable de cambios sin saber muy probable- minos relativos impregnados de ideología
XIX, pero más raro poder hacerlo me- mente a qué se refiere no debe distraernos fuertemente ahistoricista). ¿Que no es
diante su correlación con el avance y el del problema. Yo mismo, de hecho, par- así? ¿Que el debate es ajeno a la realidad
desarrollo capitalistas y la inoperancia de tiendo de declaraciones institucionalistas académica? Tanto mejor; pero si el histo-
la propiedad de la fuerza del trabajo en el hueras y papanatistas, he aprovechado pa- riador está libre de culpa, recordemos que
proceso central de obtención de la plusva- ra hacer esta reflexión; más aun, estoy ab- él sólo es una parte, ínfima a menudo, de la
lía. Por no hablar de construcciones ideo- solutamente seguro de que lo que yo en- historia aprendida, construida, manejada.
lógicas reduccionistas como la de “estrate- tiendo por unicidad de la enseñanza es Desde el televisor, la radio, hasta algunos
gias geopolíticas” en la explicación del co- justo lo contrario de lo que la autoridad profesores del lenguaje (¡Ay la lengua,
lonialismo, el neocolonialismo y las “áreas predica y pretende. tantas veces instituida en identidad exclu-
de influencia” (eufemismo sustantivado Además, ¿qué nos inquieta? La inde- siva! ¡Tan a menudo substituta del pasado
para evitar el término imperialismo) en las pendencia universitaria es más antigua y y el presente!), el prójimo más cercano, el
que no intervienen ni los intereses econó- reivindicable (por cierto, no estaría nada conducator (aún demócrata) local y la tan
micos ni la competencia intercapitalista ni mal recuperar una vieja tradición suma- nuestra radio macuto, los caminos del sa-
las clases sociales subalternas de los países mente interesante) que los propios Esta- ber y del ser más próximos relegan a la
afectados; o de desarrollos de Estados dos modernos; la libertad de cátedra, un mera pedantería las vías especializadas. La
emergentes exclusivamente a través del instrumento que, aun sirviendo a zafios realidad educativa institucional es, ade-
nombre y la historiografía hagiográfica de intereses personalistas y escasamente aca- más, reproductiva, en su propia constitu-
sus dirigentes. démicos en casos conocidos, ha permiti- ción, de valores, de relaciones sociales, de
do la creación de escuelas de pensamien- actitudes y de aptitudes. Las tertulias, los
La historia como disciplina académica: to –también– histórico que nos permiten tertulianos, entran en nuestro cortex con
¿qué hay que enseñar? hoy día decir lo que decimos. Sin embar- la facilidad del moco de otoño; y, lo que
Deducir de lo anterior que creo en la exis- go, sí me preocupa que no se alcen voces es peor, medran. Se lo aseguro, medran y
tencia de una objetividad global absoluta; especializadas –y ha llegado el momento se instalan como líquenes (posiblemente el
que hay que impartir una historia idénti- de decir que yo ejerzo de antropólogo, más estúpido de los resultados de la evolu-
ca, generalista; que la historia local, gru- no de historiador– contra las auténticas ción) en nuestra conciencia colectiva. n
pal, comunitaria, nacional, es por sí mis- barbaridades que más o menos hábiles
ma una falacia, sería inferir mediante la políticos, esta vez absolutamente en sí y
epistemología que he pretendido criticar. para sí, están diciendo. Se debe hablar de
La Historia no es una disciplina cerrada ni la historia de Catalunya, de Euskadi, de
acabada con respecto al pasado; tampoco Balears, de València, de Canarias, de
se trata de una hermenéutica unilineal. Es Castilla, de Galicia o del Bierzo, la Mara-
sin duda plural, abierta, interpretativa. Y gatería o Parla, pero tal y como ha sido y
es esto y no otra cosa lo que se pretende. tal y como es, y debe hacerse en todos los
Ni el historiador ni el docente son tabulae espacios territoriales y mentales. Lo que
rasae; ni los discentes, lectores y oidores debemos impedir es que las legítimas y
habitan en el espacio intersticial de la re- totalmente apoyables reivindicaciones
cepción pura. Se trata, en consecuencia, políticas, incluidas las independentistas,
de instituir la relatividad –que no el relati- sustituyan a los procesos complejos, con-
vismo– en su extensión, explicación y tradictorios, divergentes que han permi-
análisis. Pero al hablar de la diversidad de tido que puedan producirse; porque no
planteamientos, del proceso mismo de es raro entrever en muchos de esos dis-
pensamiento y divergencia, no lo hago de cursos “científicos” no ya las veleidades
la confusión, a menudo patente, entre criticadas en los otros, sino las mismas
historia e historiografía; más aun, entre carencias y ausencias interesadas que
ambas y hagiografía. La historia como aquéllos institucionalizan: ucronías, mo-
materia debe ser en sí misma crítica: co- ralismos, fragmentación, silencios; des-
mo metodología y como punto de parti- plazamiento del conflicto, de los cam-
da. Y ciertamente lo es en muchos casos y bios, del protagonismo colectivo e ins-
por lo que respecta a no pocos profesiona- tauración de la derivación épica propia y
les; sin embargo, este último reconoci- definitivamente étnica.
miento no anula el razonamiento prece- El mecanismo de construcción de la
dente. Las conclusiones sobre la nefandez identidad es inherente al desarrollo de las
de su enseñanza son generalizaciones poco culturas y de las sociedades; es, por ende,
realistas; fundamentalmente, si nos acer- objeto de la historia como epistemología.
camos a los niveles académicamente supe- Pero no puede constituir en sí mismo una
riores. Los miedos declarados sobre su re- especie de heurística ad libitum que bus-
organización decretal no son infundados, que árboles genealógicos donde tan sólo
pero no debemos invertir la máxima de la hay praderas incultas, ni una añagaza
muerte del mensajero por la identifica- puestista que inhiba al historiador y al
ción entre el mensaje y su decidor. Que docente de la historia de su trabajo: ni en Alejandro Miquel Novajra es antropólogo.
un ministerio demostradamente mojigato la periferia ni en el centro (otros dos tér- Profesor de la Universitat de Les Illes Balears.

44 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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LITERATURA

SCOTT FITZGERALD:
EL GRAN PERDEDOR
JOSÉ MARÍA GUELBENZU

Francis Scott Fitzgerald: Francis, sin embargo, tenía ta- sólo una parte de sí mismos una oleada de imágenes, men-
Cuentos 1 y 2, lento, ambición y nostalgia de cuando pudieron serlo todo. tales (sueño azul), físicas (me-
trad. de Justo Navarro, una tradición que él recibía de la Porque, ciertamente, lo que más dias de seda azul) o ambas cosas
El gran Gatsby. figura de su padre. En Princeton impresiona al leer a Scott Fitz- (el collar de monedas), todas
trad. de J. L. López Muñoz, se convirtió en un tipo popular gerald es la sensación de talento las cuales vienen a afluir al ad-
Alfaguara, Madrid, 1998. dentro del mundillo literario que emana, aun de sus textos jetivo que mejor las recoge:
universitario; allí coincidió con menos conseguidos. Bien podría “deslumbrante”.
quien sería un amigo para siem- hablarse de que, en su caso, la El párrafo, leído a ciegas, sería
pre, el gran crítico y ensayista imagen de fracaso es un derro- reconocible sin duda: “Eso es de

E
n la literatura y el cine nor- Edmund Wilson. Llegó a ser un che de glamour. Ahí es donde Fitzgerald”, diría el lector avispa-
teamericanos hay una figu- prominente miembro del selecto comienza la leyenda, que segui- do. Y en efecto, tiene el toque
ra, la del perdedor, que se Triangle Club y tuvo amores con rá cautivando. Pero es mucho Fitzgerald como las películas de
ha convertido en un género por sí una de las jóvenes, elegantes y más interesante tratar de descu- Lubitsch tienen el toque Lu-
misma. Ha dado lugar a toda una cotizadas bellezas del momento. brir el secreto de su escritura, bitsch. De ese estilo característi-
suerte de estética que, en una so- Pasado este momento de gloria, pues es posible que ahí se en- co abusaron contemporáneos y
ciedad regida por el éxito, ampa- ingresó en la Armada a finales cuentre la verdadera clave de seguidores. ¿Acaso era fácil de co-
raba y sublimaba al que no lo al- de la Primera Guerra Mundial, este romántico personaje. piar? Un estilo tan personal es
canzaba y se veía obligado a vivir en la que no llegó a intervenir; y, “Esta historia inverosímil imposible de copiar, pero se pue-
sin él. Poco a poco esta imagen ha estando acuartelado en Montgo- empieza en un mar de imitar si uno está dispuesto a
ido perdiendo brillo y convir- mey, Alabama, conoció a una que era como un sueño prescindir de la personalidad de
tiéndose en un lugar común para muchacha, hija de un juez de la azul, de un color tan vivo su autor y apropiarse de su ima-
creadores débiles hasta acabar Corte Suprema, de la que se ena- como el de unas medias gen superficial. Apenas se le otor-
siendo un modesto recurso cos- moró perdidamente. La mucha- de seda azul, y bajo gó la etiqueta de escritor de la
tumbrista de serie. Sólo algún ta- cha se llamaba Zelda Sayre. De- un cielo tan azul como era del jazz, toda la apariencia
lento como John Huston fue ca- cidió casarse con ella apenas se li- el iris de los ojos de externa de su estilo se convirtió
paz de meter el dedo en la boca a cenciase, pero sus posibilidades los niños. Desde la mitad en objeto de consumo. Hay
esta clase de gente (recordemos económicas eran ciertamente oeste del cielo el sol lanzaba quien dice que su estilo era su
Fat City); pero los perdedores al modestas, así que Zelda le des- pequeños discos dorados vida y lo cierto es que no cuesta
estilo del boxeador declinante que pidió y él se agarró una monu- sobre el mar: si mirabas mucho imaginarlo como perso-
interpretaba Stacy Keach eran ro- mental trompa de la que salió con suficiente atención, naje secundario o principal de
ña de las calles, perdedores perdi- para dedicarse a reescribir una podías ver cómo saltaban muchos de sus cuentos. Y eso,
dos, gente sin ninguna clase de novela de la que ya tenía un pri- de ola en ola para unirse en literatura narrativa, no es de
resplandor. Sin embargo, hubo mer borrador. La novela se pu- en un largo collar de lo mejor que le puede ocurrir a
una época en la que los perdedo- blicó en 1920 con el título de A monedas de oro que un escritor. Pero es un estilo tan
res tenían aura. Eran jóvenes en este lado del paraíso. La fama le confluían a un kilómetro característico, en efecto, que im-
una sociedad refulgente y alocada alcanzó de lleno. Zelda sería, to- de distancia antes pregna todos sus cuentos. Y me
que fue conocida como The Roa- do el mundo lo sabe, el amor de de convertirse en un refiero a ellos porque pueden
ring Twenties. Era su juventud lo su vida. crepúsculo deslumbrante”. mostrar a la perfección lo mejor
que ofrecían en prenda y el dine- Para escribir este maravilloso y lo peor de Scott Fitzgerald: la
ro les cubría las espaldas. Tam- Cuestión de estilo párrafo, pura descripción en la exigencia y la facilidad. De he-
bién había mariposas que acudían Desde entonces, su literatura se que interviene tan sólo la mirada cho, él sabía bien cuándo un
a la luz en busca de “las promesas pegó a a su figura con tal con- desnuda del narrador, se necesi- cuento estaba resuelto sólo a me-
de la vida”. Una de ellas se llama- vicción que nadie ha querido se- ta una alta capacidad de síntesis dias, por más que brillase exter-
ba Francis Scott Fitzgerald y no pararlos. Hasta los propios títu- y una no menor capacidad de namente y, en estos casos, le
era lo que se dice un muchacho los de sus libros parecen aludir a hacer correr imágenes sobre sí dolía como sólo le duele a un es-
rico de buena familia, sino el hi- él: Hermosos y malditos, Todos los mismas para extender un paisaje. critor de raza. Bien: el caso es
jo de un hombre de modales aris- jóvenes tristes… Él mismo fue un La astucia del descriptor está en que la capacidad de descripción
tocráticos venido a menos y casa- derroche, lo mismo que su lite- trabajar solamente sobre dos que puede mostrar una mirada
do con una provinciana de acu- ratura, y ambos tienen una ima- colores, azul y oro, y hacerlos atenta, activa y selectiva no sue-
sado carácter. gen de fracaso, de haber sido tan flotar ante la vista del lector en le ir más allá del costumbrismo

46 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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por sí sola; sería tan atractiva co- Cuando es necesario, muerde:
mo los cuentos menos consegui- “Emprendió una carrera
dos de Scott Fitzgerald; una mi- incansable, angustiada,
nucia para su talento. La mirada que lo condujo esta vez
del escritor de raza es mucho más a su casa: una única
que eso; es una mirada sobre el habitación en un alto y
mundo. Cuando se tiene una horrible edificio
mirada sobre el mundo, lo que de apartamentos en
esa mirada muestra es un mun- el centro de la nada”.
do. Estilísticamente, podemos Y no deja escapar una imagen
buscar un ejemplo. El texto que sin apurar su esencia, sin conce-
reproducíamos antes era una me- siones, con las palabras justas:
ra descripción: puro talento para “Anson se dirigió a los
descubrir lo significativo de un invitados ruidosamente,
paisaje, pero nada más. Veamos un poco agresivo, durante
ahora este otro texto, tomado de 15 minutos, y luego se
El gran Gatsby: desplomó silenciosamente
“El único objeto bajo la mesa, como
completamente inmóvil en un grabado antiguo,
que había en el cuarto pero, a diferencia del
era un enorme sofá grabado antiguo, la escena
en el que dos jóvenes resultó espantosa sin ser
estaban encaramadas como en absoluto pintoresca”.
si se tratara de un globo
cautivo. Ambas iban El presentimiento
de blanco, y sus vestidos del desastre
se agitaban y flameaban Sus personajes masculinos o son
como si la brisa acabara Scott Fitzgerald jóvenes y desdichados o son jó-
de devolverlas al punto venes y ricos, pero en ambos ca-
de partida después de sos están unidos por una sensa-
un breve vuelo en torno una descripción paisajística que La mirada de Scott nos pro- ción común: el presentimiento
a la casa. Debí permanecer el autor necesita como ciclora- veerá de momentos de extraor- del desastre. Las muchachas, en
inmóvil unos momentos ma de una situación; el segundo, dinaria intensidad porque en su cambio, son casi todas jóvenes
escuchando el restallar por el contrario, contiene en sí expresión hay un encanto muy americanas animosas y de buena
de los visillos y el chirrido mismo un modo de mirar y, por especial; lo utiliza siempre con familia y se diferencian de las
de una cuadro contra tanto, una opinión: la del narra- cuidado, midiendo su ritmo y más formales en que desean
la pared. Luego se oyó dor sobre Daisy; no es que sólo sus momentos altos y, también, unos años alocados y de flirt an-
el ruido violento de las nos esté diciendo cómo es, sino con esa especie de indolencia del tes de sentar cabeza y matrimo-
ventanas traseras al cerrarlas que nos está diciendo qué le pa- cazador que sabe lo que busca y nio. En todos los buenos relatos
Tom Buchanan, con lo que rece y cómo es su espacio vital y lo regala cuando lo atrapa. En el de Scott –y en sus novelas– los
el viento aprisionado perdió sentimental; es más, no hay en estilo de Scott hay, además de personajes masculinos, sean o no
su fuerza, y los visillos todo el párrafo la menor refe- una gran agudeza mental, un débiles, se mueven en una zona
y los tapices y las dos rencia al físico de Daisy –no es- fraseo que, ese sí, recuerda, por de peligro en la que no importa
muchachas descendieron tá buscado, no es su intención su aspecto fresco y espontáneo, tanto la clase de peligro como su
lentamente hasta el suelo”. principal– y, sin embargo, po- el fraseo de un jazzman: inminencia. Está ahí, en todo
Es la aparición de Daisy –y dríamos construirla en nuestra “Era un olor que Edith momento, y contiene una ame-
de su amiga– ante los ojos del imaginación con más libertad e conocía bien, excitante, naza decisiva en la vida de esos
narrador. Si comparamos los dos intensidad que si nos hubiera estimulante, inquietante- personajes. Junto a ellos, las mu-
textos, la diferencia de intención obsequiado con una cuidadosa mente dulce: el olor jeres se comportan más bien co-
es evidente. El primero sólo es descripción física. de un baile a la moda”. mo acompañantes frívolas, ami-

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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SCOTT FITZGERALD: EL GRAN PERDEDOR

gas o simples objetos de deseo, Charlie es un hombre que se La belleza de este cuento es conseguidos están muy, muy
sean ragtime girls o doradas he- ha regenerado, bebe un solo inaudita. Ese “presentimiento del cerca de la piel del autor.
rederas. No es fácil encontrar en whisky al día, ha consolidado desastre” alcanza tales cotas de
los relatos de Scott mujeres a las un trabajo profesional y consi- sutileza expresiva, tal cercanía Cuestión de distancia
que aceche el desastre porque és- dera que ha llegado el momento emocional, que no es posible La vida y la obra de Scott están
te nunca llega a constituirse co- de merecerse de nuevo la custo- aceptarlo sin aceptar también muy unidas. El lector de esta co-
mo una amenaza decisiva, mien- dia de su hija. Hago hincapié en que Scott puso en él la piel de su lección de relatos se sentirá so-
tras que en los hombres el de- esta actitud, “merecerse”, por- propio desastre. De nuevo, pues, brecogido por su calidad, pero
sastre condiciona absolutamente que es justamente la que elec- estaríamos ante un Scott que, en no dejará de pensar que está le-
sus vidas; en ellos es más con- triza sotto voce todo el relato. sus mejores textos, se parece de- yendo la obra del cronista de una
tundente, su fragilidad es mayor, Charlie Wales tiene un amor masiado a sí mismo. época. Si a la literatura le pedi-
uno sabe que cuando les alcance por su hija tan desdichadamen- Los personajes masculinos que mos un poco más, si le pedimos
van a romperse. Basta leer el re- te profundo como su mala con- no pertenecen al mundo de la ri- la excelencia suprema de la obra
lato titulado Primero de mayo ciencia. Scott lo hace notar con queza tienen todos una gran pro- inolvidable, ¿responde Scott Fitz-
(SOS) para ver la diferencia que admirable sabiduría comenzan- pensión al desastre. Los que per- gerald a este llamado? Pensemos
existe entre Edith Branden y do el cuento por una visita del tenecen a ese mundo la tienen por un momento en dos con-
Gordon Sterret. protagonista a los locales de an- también, pero de otro modo. Los temporáneos suyos: Hemingway
De entre los muchos grandes taño, donde ya no queda nada primeros se mueven en una si- y Faulkner. ¿Está a su altura? La
relatos de Scott, hay uno, Regre- de lo que hubo, donde la nos- tuación de fragilidad en lo eco- comparación sólo sirve para ha-
so a Babilonia, que no es sólo talgia es como el mal recuerdo nómico y de dependencia en lo cer la pregunta, porque seguir
uno de los mejores relatos escri- de una resaca. Desde ese mo- amoroso. Parecen estar siempre a por este camino sería como es-
tos en este siglo, sino el perfecto mento, todos los movimientos punto de perderlo todo, pero ese tablecer un ranking que en la
recipiente de ese “presentimien- del rehabilitado Charlie están todo no es necesariamente la vi- gran literatura resulta inoperan-
to del desastre”. Hay que decir, seguidos por la sombra de la sos- da, sino una especie de ilusión te porque se es o no se es, y pun-
ante todo, que lo importante, pecha. Frase a frase, el lector te- quebradiza. Un relato como Lo to. Pero vale para determinar el
dramáticamente hablando, no es me que, al volver la página, más sensato lo muestra fehacien- grado de exigencia.
el desastre –que se va configu- Charlie no pueda superar la temente y su final es expreso: Francis Scott Fitzgerald apa-
rando a lo largo del relato como prueba de estabilidad a la que “George no se movía rece como el más débil e insegu-
un fondo– sino el presentimien- se está sometiendo con la inten- ni pensaba ni esperaba ro de los grandes escritores de su
to. El desastre no es amenaza- ción de recuperar a su hija. To- nada, adormecido generación y de ello se resiente la
dor, es, simplemente, una parte do va pendiendo de un hilo con e insensibilizado por valoración de su obra. La idea de
constituyente del acontecimien- tal intensidad que, aunque los el presentimiento sostener que fue sólo “el chico
to que estamos viviendo, del hechos demuestren que Charlie del desastre. El tictac que escribió sobre la era del jazz”
mismo modo que un arpa en el puede llevarla consigo, la posi- del reloj continuaría y que se quedó en ella ha pren-
escenario de una sala de concier- bilidad de que el desastre se pre- sonando hasta después dido en mucha gente superficial.
tos se encuentra en su lugar na- cipite sobre esa ternura invade el de las once, hasta después Lo cierto es que muchos de sus
tural. Lo que hace vibrar al arpa relato como un cáncer. Una apa- de las doce, y entonces cuentos le sitúan en la cumbre
es la acción de la mano que la rición indeseada de dos amigos la señora Cary les avisaría del género. Si nos vamos a sus
pulsa durante el concierto. Del de antaño en la casa de su cuña- cariñosamente desde novelas, en cambio, éstas pare-
mismo modo, lo que hace vibrar da cumplirá el papel catártico la baranda de la escalera; cen promesas incumplidas llenas
al desastre, lo que lo despierta y que ésta necesita para no ceder a fuera de eso, sólo veía el de talento y genialidad. Pero si
lo pone en marcha, es el presen- la niña –a lo que se había resig- mañana y la desesperación”. todas son hermosas y malditas,
timiento que recorre –con ad- nado– y para que la nueva espe- Todos esos jóvenes tristes, ri- hay una que es insuperable: me
mirable sutileza en este cuento– ra que aguarda a Charlie deje en cos y pobres tienen un proble- refiero a El gran Gatsby.
el alma de su protagonista. el aire la angustiosa sospecha de ma común: viven en el mundo y “De la casa de mi vecino
Charlie Wales es un hombre que quizá ésta era su última no alcanzan a comprender la brotaba la música durante
joven que ha vuelto a París para oportunidad, de que quizá sea lo realidad. Huyen de un modo u las noches de verano. En
tratar de recuperar la custodia de suficientemente frágil como pa- otro hacia adelante, porque lo sus jardines azules, y entre
su hija, Honoria, una mucha- ra no poder resistir otro envite que tienen es un conflicto de re- los susurros, el champán
chita de 10 años que vive con del destino. Subrepticiamente, lación con la realidad. Todo un y las estrellas, hombres
sus tíos. Charlie y su mujer vi- además, se deja traslucir que en espíritu perfectamente propio de y muchachas iban y venían
vieron a fondo el París de los la negativa de la cuñada hay una los roaring twenties. Ésta es la lí- como mariposas”.
americanos locos y ricos de antes razón turbia enmascarada bajo nea que une la inseguridad últi- Esto es lo que nos cuenta
de la Depresión, y de aquel dis- la dignidad ofendida que exhi- ma de los personajes con la ilu- Nick Carraway acerca de las fies-
parate resultó el alcoholismo de be: ellos (ella, su marido, sus hi- sión de seguridad, de permanen- tas de la casa de Jay Gatsby; jus-
él y la muerte de ella, de la que jas) viven con justeza donde cia de una felicidad que, aunque to el tonillo clásico de la “era del
Charlie se siente moralmente Charlie y su hermana derrocha- alcancen a sentir, no alcanzan a jazz” y de las alegres flappers. Es-
responsable. La tutora de la niña ron un dinero que los aniquiló y conseguir. tamos, pues, en pleno ambiente.
es la hermana de la mujer de la idea de justicia (vengativa, pu- Lo que nos lleva a otra cues- Se diría que nos disponemos a
Charlie y es evidente que le re- ritana, cruel) que ella representa, tión, y es esa sensación perma- comenzar otro cuento de Scott
procha esa muerte y se lo hace no acepta que él sea capaz de re- nente que dejan los cuentos de con joven triste y rico, pero…
notar con dureza. generarse. Scott Fitzgerald de que los más Pero hay una diferencia de plan-

48 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


n
teamiento que cambia inmedia- Scott, consciente de lo que ha lo-
tamente la percepción. Esta his- grado, deja que los últimos flecos
toria, la de Jay Gatsby no la del relato vayan aquietándolo
cuenta Gatsby, la cuenta un jo- hasta su extinción. En esa “lenti-
ven llamado Nick Carraway. A tud” hay una imagen donde se
primera vista podría parecer un ve perfectamente esa perspecti-
asunto intrascendente, pero es va, una imagen que no responde
justo el acto más relevante de a ningún estímulo inmediato,
toda la novela. Es la primera vez sino que está construida a medio
que Scott Fitzgerald interpone camino entre la sugerencia y la
decididamente a alguien entre él objetividad:
y su personaje. No se trata de un “Una noche oí
simple narrador: hay narradores un automóvil de verdad,
en otros relatos de James. Lo que y vi los faros cuando
importa es la clase de narrador se detuvo ante la escalinata.
que interpone entre Gatsby y él Pero no hice ninguna
mismo: un joven de familia co- averiguación. Probablemente
nocida que sale adelante con su se trataba de un último
propio esfuerzo, lo cual le coloca, invitado que volvía de
de una parte, en una especie de los confines de la tierra
tierra de nadie muy personal y, y aún ignoraba que
de otra parte, en una distancia se había acabado la fiesta”.
razonablemente equidistante del Esa imagen representa un
mundo de la rancia tradición de pensamiento y una realidad, no
los ricos y el mundo de los emer- un impulso emotivo. La que fue
gentes de gran éxito, como Jay casa de Gatsby hace tiempo que
Gatsby. se encuentra en silencio.
Y ¿dónde se sitúa Scott? Pues, Los pensamientos de Nick
naturalmente, mirando a Carra- Carraway son del propio Carra-
way, que mira a Gatsby. Todo lo way. El personaje interpuesto
que en otras ocasiones es pura entre el autor y Gatsby define
cercanía al personaje –sobre to- el poderío inagotable de esta
do, y esto no es fútil, en sus me- obra maestra. En sus últimas pa-
jores relatos– aquí resulta filtrado labras, sin embargo, tenemos la
por Carraway y, entonces, como sensación de que habla a alguien
un golpe de magia, surge la pers- que se ha acercado a él al final
pectiva, es decir: establece la dis- de la historia y mira en la direc-
tancia necesaria para que la mi- ción en la que él mira: el propio
rada pueda mostrar lo que ve y lo Scott Fitzgerald. Es una mirada
cuenta con lo mejor de un estilo que recuerda en cierto modo
“que ya no necesita pegarse a las la figura del angelus novus de
emociones de los personajes”. Walter Benjamin:
Esa cercanía a las emociones las “Gatsby creía en la luz
puede aguantar bien un relato verde, en el orgiástico futuro
–véase de nuevo Regreso a Babi- que año tras año retrocede
lonia–, pero no tan bien una no- delante de nosotros. Se nos
vela; la novela es otra extensión, escapa en el momento
otra distancia. En el éxito de A presente, pero ¡qué
este lado del paraíso tuvo que ver, importa!; mañana
precisamente, la subjetividad, correremos más deprisa,
pero la novela es desigual. En nuestros brazos extendidos
Gatsby, por el contrario, es el sen- llegarán más lejos… Y una
tido de la perspectiva el que va hermosa mañana…
levantando, ante la lectura ató- Y así seguimos adelante,
nita del lector, esa historia mag- botes contra la corriente,
nífica. Cuando la novela termina empujados incesantemente
y los sucesos están claros, hay hacia el pasado”. n
unas páginas en las que se va len-
tificando el ritmo, porque aquí
no se busca esa sorpresa última,
José María Guelbenzu es novelista.
esa recogida airosa con que ter- Autor de La noche en casa, El río de la
minan los cuentos, sino que luna y La mirada.

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
ENSAYO

INVENCIONES DE ESPAÑAS
THOMAS S. HARRINGTON

Edward Inman Fox En su mayoría, tales debates par- mo todos los campos culturales, vecino por intelectuales como
La invención de España tían de la suposición de que las por un campo de poder domina- Teixeira de Pascoaes, Leonardo
Editorial Cátedra, Madrid, 1997 explicaciones acerca de la natura- do, en esta coyuntura, por la Coimbra y Jaime Cortesco en los
leza del corpus de textos produ- cuestión del destino de la España meses que siguieron la declara-
cidos por la llamada Generación castellanizada. ción de la República en 1910.
del 98 deben buscarse dentro la Sin embargo, nuestros inten- Al topar con la realidad, mu-

E
n los últimos meses se em- literatura misma, aplicando las tos de renovar la base teórica de cho más compleja, de cinco pro-
pieza a discutir con asidui- herramientas críticas del campo los estudios finiseculares no de- yectos paralelos de “pedagogía
dad en la prensa española la filológico. De ahí, por ejemplo, ben ni pueden parar allí. El con- nacional” en vez de sólo uno,
cuestión de cómo se debe enseñar los muchos intentos de caracteri- cepto del campo cultural concebi- existe la tentación de recurrir al
“la historia nacional” en los cen- zar la producción de los noventa- do por Bourdieu y presente, a mi ejemplo de Ortega y caracterizar
tros estatales. Es interesante notar yochistas en términos de una re- entender, de una forma implícita a los movimientos periféricos de
que la llegada del tema al espacio lación oposicional con el Moder- en los planteamientos de Fox, su- identidad nacional como movi-
público coincide, más o menos, nismo, otro movimiento literario pone una relación esencialmente mientos esencialmente “artificio-
con la publicación de La inven- de fundamento teórico igual- congruente entre el aparato cul- sos” cuya existencia se debe, más
ción de España, libro sugerente mente borroso. La reivindicación tural dominado por las élites in- que nada, a la debilidad coyun-
del hispanista norteamericano por parte de Fox de la importan- telectuales y una nación cultural tural del régimen centralista. Re-
Edward Inman Fox. Según el es- cia de la figura del intelectual pú- en particular, la castellana. En un ducirlos así al nivel del ruido de
tudio de Fox, que se nutre de la blico (escritor que no se concebía país como Francia, dominado fondo parece ser la opción esco-
fecunda noción de la “comuni- principalmente como guardián hasta hace muy poco por un con- gida por Fox al analizar La in-
dad imaginada” propuesta por de los valores estéticos sino co- cepto bastante monolítico de vención de España durante el pe-
Benedict Anderson ya hace más mo individuo enfrascado en diá- identidad nacional, se podía uti- riodo en cuestión. Esta postura
de una década, nuestro entendi- logos constantes con el público, lizar tal planteamiento sin gran- de otorgar casi todo el protago-
miento del “hecho español” pro- por una parte, y las ideas motrices des complicaciones. El caso de la nismo en el proceso de “construir
viene en gran parte del proyecto de los debates que ocurren en el España finisecular es otra cosa. la nación” a los intelectuales cas-
de la historiografía nacionalista espacio político por otra), duran- En el cuarto de siglo que va tellanófilos “liberales” me parece
“de naturaleza individual e insti- te la época finisecular, rompe es- desde el Desastre hasta la llegada insostenible, sobre todo cuando
tucional a la vez”(pág. 13), que te círculo vicioso de análisis in- de la dictadura de Primo de Ri- se investiga, tal como nos insta
durante la segunda mitad del si- traliterario y nos hace ver la ne- vera, la península Ibérica se reve- Fox, la cuestión de la institucio-
glo pasado y la primera mitad del cesidad de aplicar las teorías ló con más claridad que nunca nalización de la pedagogía nacio-
presente engendró una forma integrales de la cultura, como las como, en la terminología del nal en las primeras décadas del
esencialmente castellanófila de de Bourdieu, al estudio del pe- teórico israelí Even-Zohar, un po- siglo. Con razón, el estudioso es-
concebir la realidad nacional. En riodo en cuestión. La necesidad lisistema cultural. Trabajaban de tadounidense destaca la impor-
su análisis, el hispanista nortea- de hacerlo se hace aun más pa- una forma muy paralela a los in- tancia de la cadena de sucesos
mericano pone de relieve el im- tente cuando tomamos en cuen- telectuales castellanófilos de las que incluye la fundación de la
portante papel de la Generación ta que la pedagogía “literaria” so- generaciones del 98 y del 14 los Junta para Ampliación de Estu-
del 98 y la Generación de 14 en bre la nación producida por los nacionalistas catalanes bajo el li- dios en 1907, el Centro de Estu-
los esfuerzos patriagénicos de las noventayochistas y novecentistas derazgo de Prat de la Riba y Eu- dios Históricos en 1910, la Re-
élites intelectuales de esta época. castellanos tiene sus correlatos, geni D’Ors, los nacionalistas cul- vista de Filología Española en
Al demostrar la centralidad del como bien muestra Fox, en el turalistas vascos como Engracio 1914. Se podría añadir a la lista,
deseo, esencialmente político, de campo de las artes plásticas y en de Arantzadi y, en la segunda mi- entre muchas otras cosas, la fun-
crear y de propagar nuevos con- el ámbito de la creación de las tad del periodo mencionado, los dación de la Liga de Educación
ceptos de identidad nacional en instituciones culturales, tales co- nacionalistas gallegos bajo la ba- Política y su órgano España en el
el proceso creativo de los artistas mo la Junta para Ampliación de tuta primero de los hermanos Vi- periodo 1913-1915. Sin embar-
destacados de la época, Fox su- Estudios. Aplicando las ideas del llar Ponte y después, de la Xene- go, lo que no nos proporciona
ministra un muy esperado golpe teórico francés ya mencionado, ración Nós encabezada por Vi- este análisis es una idea del con-
de gracia a los debates, ya hace por ejemplo, se podría empezar a cente Risco. A éstos se podría texto ibérico en el cual ocurrieron
tiempo bastante estériles, sobre hablar de la existencia de un cam- agregar el caso de Renascença Por- estas iniciativas culturales. Ate-
la validez y la extensión del con- po cultural finisecular español tuguesa, el movimiento patriótico niéndonos sólo a las actividades
cepto de la Generación del 98. condicionado y delimitado, co- y pedagógico fundado en el país referentes a la institucionalización

50 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


n
de la cultura catalana (sin tocar
las muchas actividades análogas
en Portugal, el País Vasco y Gali-
cia) durante las primeras dos dé-
cadas de este siglo, podríamos ha-
blar, para nombrar sólo unos po-
cos ejemplos, de la aparición de
La Veu de Catalunya como diario
(1899), los Estudis Universitaris
Catalans (1903), el Congrés In-
ternacional de la Llengua Catala-
na (1906), L’Institut d’Estudis
Catalans con su Anuari y su pro-
pio programa de becas para los
estudios en el extranjero en 1907,
y la Biblioteca de Catalunya
(1914). En cuanto a publicacio-
nes “doctrinarias” de pedagogía
nacional comparables a los libros
de Altamira, Cossío, Unamuno,
Ortega y Menéndez Pidal y otros
en el ámbito castellanófilo, po-
demos mencionar La nacionalitat
catalana de Prat de la Riba Eugeni D’Ors
(1906); Les pintures murals cata-
lanes de Pijoan (1907); Docu-
ments per l’historia de la cultura
catalana mig-eval de Rubió i culos de Unamuno tras su visita cia acerca de las actividades pe- pañol son parte de la misma di-
Lluch (1907-1921); L’arquitectu- a Barcelona durante el ya men- dagógicas de sus homólogos in- námica social, que no se puede
ra románica a Catalunya de Puig cionado Congrés Internacional trapeninsulares y, quizá más im- entender sino como conjunto”.
i Cadafalch (1909-1918); La ben de la Llengua Catalana en 1906 portante, una tendencia en los Es sólo cuando se adopta un en-
plantada de Eugeni d’Ors (1911) o los comentarios despectivos de dos bandos hacia la duplicación foque múltiple de este tipo, en el
y las Normes ortogràfiques (1913) Ortega dirigidos a los intelectua- de modelos retóricos e institu- que se pone de relieve la cuestión
y la Gramática catalana (1918) les catalanistas durante su cam- cionales empleados por sus co- de los diálogos, tanto al nivel
de Pompeu Fabra. paña fervorosa en favor de insti- legas “enemigos”. En este con- real como figurativo, entre los pe-
¿Es simplemente una serie de tuciones culturales de tipo “na- texto, por tanto, no se puede es- dagogos nacionalistas de las di-
actividades “defensivas” frente a cional”? ¿Se puede calificar de tablecer a ciencia cierta quienes versas zonas de España y Portu-
la realidad de una España caste- mera casualidad que Ortega sin- eran “los protagonistas” y quie- gal, que puede empezar de ver-
llanizada emergente? Mientras tiera la necesidad de poner en nes eran “los reaccionarios”. dad la tarea, tan necesaria en el
no cabe duda de que el espectro marcha la Liga de Educación Po- Ahora que nos hemos dado contexto del proyecto inacabado
de una Castilla amenazante lítica y la revista España justo en cuenta de la importancia de los de la Constitución de 1978 y el
siempre servía, tanto en aquel el momento cuando los planes vínculos entre la producción cul- advenimiento de la Unión Euro-
entonces como hoy, como telón para la fundación de la Manco- tural y la invención de la nación pea, de medir los pesos específi-
de fondo para la obra de los pe- munitat de Catalunya y la Bi- como discurso simbólico en la cos de los diferentes movimientos
dagogos nacionalistas catalanes, blioteca de Catalunya se conver- Iberia finisecular, conviene dar- históricos de identidad nacional
también es verdad que en el dis- tían en realidad? En fin, una cui- nos cuenta también de la certeza en la península Ibérica. n
curso castellanista de la misma dadosa investigación paralela de de las palabras de Enric Ucelay da
época no había poco de actitudes estos dos proyectos nacionalistas Cal cuando dijo hace poco que
Thomas S. Harrington es doctor en
defensivas frente al hecho cata- deja bien claro que había, en am- “los nacionalismos antiespañoles Estudios hispánicos de la Universidad
lán. ¿Qué otra cosa son los artí- bas partes, una aguda concien- y el nacionalismo del Estado es- de Brown (EE UU).

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
51
HISTORIA

EL TERRORISMO EN ESPAÑA
HACE UN SIGLO
RAFAEL NÚÑEZ FLORENCIO

E
l 8 de agosto de 1897 caía inmediatos (quién o quiénes fue- junto del movimiento obrero? mática terrorista en la dinámica
asesinado en el País Vasco ron los autores reales de muchos O, en un contexto ligeramente ideológica del anarquismo”, va-
el presidente del Gobierno atentados oscuros, cuántos fue- distinto, más teórico, resultaría mos a optar aquí decididamente
español don Antonio Cánovas ron los implicados de una u otra atractivo establecer una conexión por esta segunda vía; es decir, por
del Castillo. El anarquista italia- forma, de qué cobertura dispu- entre el radicalismo ácrata y el una evaluación global de la vio-
no Michele Angiolillo le había sieron, quiénes los ampararon, ambiente “filosófico” finisecular, lencia en la teoría y en la prácti-
disparado tres tiros mientras leía qué papel jugó la oscura policía insertando la impaciencia liber- ca anarquista durante un periodo
el periódico, sentado relajada- de la época y sus confidentes…), taria en un panorama ideológico concreto de la España contem-
mente en un banco del balneario sino por razones de orden más más elaborado que tuviera en poránea, con todo lo que ello lle-
guipuzcoano de Santa Águeda. complejo que distan mucho de cuenta ese explosivo magma de va anejo de ponderación de las
El agresor no intentó huir; ni si- tener una respuesta absoluta- entresiglos: nihilismo, indivi- diversas variables –políticas, so-
quiera se movió del lugar del cri- mente satisfactoria. Así, por citar dualismo, irracionalismo, nietzs- ciales, culturales, ideológicas, et-
men. Dejó incluso que le zaran- tan sólo un ramillete de interro- cheísmo, voluntarismo… cétera– que pudieron tener una
deara la ya viuda de Cánovas, gantes: ¿por qué surge la violen- Entre las distintas posibilida- influencia directa en el surgi-
que había acudido al instante, cia individual como táctica en el des esbozadas o, por decirlo de miento y desarrollo de esa táctica.
alarmada por las detonaciones. seno del movimiento anarquis- manera más radical, en los certe-
Con absoluta frialdad, le dijo ta?; ¿quiénes preconizan ese re- ros términos de Pere Gabriel2, en 1. Del contexto internacional
unas palabras. Algo así como: “A curso y por qué?; ¿qué objetivos la ineludible elección entre la al caso español
usted la respeto porque es una se pretenden conseguir?; ¿cuáles “preocupación detectivesca” y el Sería una exageración injusta sos-
señora honrada, pero yo he cum- fueron sus efectos prácticos?1. “interés por insertar la proble- tener que los tratadistas del te-
plido con un deber”. El deber Centrándonos más en el caso es- ma han olvidado el contexto in-
que había venido a cumplir An- pañol, ¿qué papel jugaron en to- ternacional en el que se insertan
giolillo era el de “vengar a sus do ello los factores específica- Civolani, Eva: L’Anarchismo dopo la Co- los llamativos atentados de la úl-
hermanos de Montjüic”, aunque mente nacionales?; ¿qué conse- mune: i casi italiano e spagnolo, Milán, tima década del siglo XIX en Es-
1981– y, sobre todo, por su influencia
muchos sospecharon entonces cuencias se derivaron para el sobre España, el prototipo francés
paña, pero es bastante menos
–y ahora– que determinados in- propio anarquismo y para el con- –Maitron, Jean: Histoire du mouvement desmesurado llamar la atención
tereses cubanos (en guerra en- anarchiste en France (1880-1914), 2 sobre la ausencia de una sistema-
tonces contra España para con- vols., París, 1983; Pessin, Alain: La rê- tización en este terreno, más allá
verie anarchiste, 1848-1914, París,
seguir la independencia) no fue- 1 Aprovecho la ocasión para remitir-
1982; y Manfredonia, Gaetano: L’in- de las típicas alusiones deslava-
ron ajenos al atentado. Lo cierto, me, en forma casi telegráfica, a un pu- dividualisme anarchiste en France (1880- zadas a unos cuantos magnici-
en cualquier caso, fuera cual fue- ñado de obras que pueden proporcionar 1914), París, 1991–. Para la violencia dios; nos referimos, obviamente,
una visión global del fenómeno terro- anarquista en España en el periodo de
se la perspectiva para enfocar el rista en el seno del anarquismo. Hay entresiglos, menciono tan sólo el im- a la necesidad de un encuadre ri-
hecho, es que se alcanzaba de es- amplias alusiones a la violencia anar- portante artículo de Romero Maura, guroso de la táctica de la violen-
te modo, también en España, el quista en diversos países europeos e in- Joaquín: “Terrorism in Barcelona and cia individual en la ideología y
cluso americanos en las conocidas obras its Impact on Spanish Politics, 1904-
momento culminante de la vio- de Horowitz, Irving Louis (Selecc. de): 1909”, Past and Present, XII, 41, Lon-
en la praxis del movimiento
lencia terrorista que venía azo- Los anarquistas. La teoría. La práctica, 2 dres, diciembre 1968, págs. 130-183, y anarquista internacional. Ese
tando a los principales países eu- vols., Madrid, 1975; Joll, James: Los mi síntesis sobre El terrorismo anarquis- planteamiento resulta funda-
ropeos desde, al menos, dos de- anarquistas, Barcelona, 1968; y Wood- ta, 1888-1909, Madrid, 1983. Para as- mental para poder entender ca-
cock, George: El anarquismo, Barcelona, pectos más concretos del caso español,
cenios antes. Era lo que los 1979. Por países, habría que destacar el véase la bibliografía citada en las notas balmente lo que, para muchos
propios anarquistas denomina- siempre excepcional caso ruso –Ventu- posteriores. –en aquel tiempo– y para algu-
ri, Franco: El populismo ruso, Madrid, 2 Gabriel, Pere: “Historiografía re-
ban “propaganda por el hecho”. nos –aún en la actualidad–, era
1960; Avrich, Paul: Los anarquistas ru- ciente sobre el anarquismo y el sindica-
En un fenómeno de esas ca- sos, Madrid, 1974–, el no muy relevan- lismo en España, 1870-1923”, Historia un formidable y sorprendente es-
racterísticas hay inevitablemen- te modelo alemán –Carlson, Andrew Social, núm. 1, pág. 51, Valencia, 1988. tallido de violencia ciega, incom-
te muchas piezas sueltas, incluso R.: Anarchism in Germany, Metuchen, Otro interesante artículo que recoge in- prensible, empezando por quie-
New Jersey, 1972–, la originalidad bri- directamente la bibliografía reciente so-
para los historiadores e investi- tánica –MacKercher, William Russell: bre el fenómeno anarquista apareció
nes debían estar mejor informa-
gadores de ahora, un siglo des- Libertarian Thought In Nineteenth Cen- poco después en la misma revista: Pa- dos, los propios Gobiernos de la
pués; no ya sólo por los factores tury Britain: Freedom, Equality and Aut- niagua, Javier: “Una gran pregunta y época. Resulta llamativo, en este
de tipo empírico que cualquiera hority, Nueva York, 1987–, el ejemplo varias respuestas. El anarquismo espa- sentido, leer en los documentos
italiano –Masini, Pier Carlo: Storia de- ñol desde la política a la historiogra-
puede barruntar por ser los más gli anarchici italiani: da Bakunin a Ma- fía”, Historia Social, núm. 12, págs. 31- reservados del Ministerio de la
latesta (1862-1892), Milán, 1972; 57, invierno 1992. Gobernación español, frases co-

52 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


n
tica de cada país o derivados de la
propia concepción revolucionaria
del movimiento anarquista del
siglo XIX. No hay que olvidar
en este último sentido la radica-
lidad y sobre todo la impaciencia
casi consustancial al “sentir” ácra-
ta, mezclada con una tendencia,
siempre presente, al individualis-
mo, que se ve potenciada en el
ambiente cultural e ideológico
del momento (es la época, en el
propio “mundo burgués”, de los
Stirner, Nietzsche, Ibsen, Carly-
le…). En este sentido se ha des-
tacado la adopción de la táctica
de la “propaganda por el hecho”
en el Congreso de Londres
(1881), olvidándose que ya en
los Congresos de Berna (octubre
de 1876) y Verviers (septiembre
de 1877) se dieron importantes
pasos en la dirección de legiti-
mar la violencia individual; y de-
jando también en un injusto se-
gundo plano la consolidación en
el seno del anarquismo de la co-
rriente que preconizaba un indi-
Antonio Cánovas del Castillo vidualismo radical (cada uno
dueño de sí mismo, sin obliga-
ción de rendir cuentas a nadie),
mo [no resulta] “aventurado el ellos, y caso de ser así, de qué ti- crisis del movimiento anarquista. que sería a la postre tan determi-
aserto de que difícilmente se re- po, teórico o práctico?; más aún, A este factor se le adhieren ense-
gistrarán entre nosotros atenta- ¿podía hablarse, como se decía guida otros elementos de muy
dos como los que con enérgica y en los círculos conservadores, de diversa índole, algunos de gran Administración, Ministerio de la Go-
universal reprobación se come- una internacional terrorista, o al complejidad, enraizados en la es- bernación. Documentación proceden-
ten en otras partes…”, aproxi- menos había una coordinación pecífica problemática socio-polí- te del Palacio del Infantado, Caja 236;
madamente un año antes de la efectiva entre los diversos grupos y en el mismo archivo, en la documen-
tación perteneciente al Ministerio de
bomba del Liceo3. que actuaban en países diferen- Asuntos Exteriores, Embajada en Pa-
Sólo desde esa perspectiva glo- tes?; ¿perseguían con los atenta- rís, Cajas 5831-5832, y 5881-5884.
3 La frase transcrita pertenece a una También en el ya citado Archivo His-
bal será posible responder a pre- dos objetivos comunes o se tra-
circular del Ministerio de la Goberna- tórico Nacional, Ministerio de la Go-
guntas como: ¿por qué siguieron taba de respuestas a situaciones ción que lleva fecha del 6 de abril de bernación, Serie A, varios legajos, entre
los anarquistas en varios países y específicas?; ¿por qué cesaron en 1892 (Cf. Archivo Histórico Nacional, los que destacan los números 2, 44 y
casi al mismo tiempo una táctica casi todas partes las oleadas te- Ministerio de la Gobernación: Disposi- 63. En el Servicio Histórico Militar, de
ciones para la represión del anarquismo, la documentación procedente del Ar-
tan irracional? (no era desde lue- rroristas tan súbitamente como 1894-1902, Serie A, Legajo 2, Exped. chivo General Militar de Segovia, el le-
go una cuestión de epidemia, co- habían comenzado?… 15). Digamos de paso que hay abun- gajo núm. 157 de la Sección 2ª, Divi-
mo si de gripe se tratara, a pesar La táctica del atentado indi- dante documentación de esas caracte- sión 4ª, muy completo en lo referente a
de que perezosamente, entonces vidual surge en el contexto de la rísticas sobre el problema del anarquis- la represión militar del anarquismo. En
mo en estos años en varios Archivos: el Archivo del Ministerio de Asuntos
y ahora, se insistía en esa inter- crisis de la Primera Internacio- así, por ejemplo, en Alcalá de Henares Exteriores, el legajo 2751, sobre las agi-
pretación); ¿había acuerdo entre nal, y más concretamente, de la (Madrid), en el Archivo General de la taciones anarquistas de 1899-1908.

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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53
EL TERRORISMO EN ESPAÑA HACE UN SIGLO

nante en la nueva orientación co- curso a la violencia, y no sólo ni caso hispano, se imponen a las te al grano) la primera oleada te-
mo la propia violencia, porque principalmente por parte de los directrices del movimiento en el rrorista en España no hacen sino
en definitiva ambas confluían en ácratas, era tan habitual que sus orden internacional. Y así dichas confirmar los postulados anterio-
lo mismo: la vanguardia revolu- diversas manifestaciones (insu- directrices sólo pasarán a primer res: el descenso –en torno a los
cionaria, o sea, el individuo cons- rrección, motines, represalias, plano cuando las circunstancias años 1892 y 1893– de los niveles
ciente se sentía llamado a des- atentados…) tendían a mezclar- nacionales evolucionen en un de combatividad del proletaria-
pertar a las masas (de las que es- se y confundirse. Y así, en efecto, sentido que les favorezca. En se- do, y el fracaso de las expectativas
taba cada vez más distanciado) una prueba de que la vocación gundo lugar y como consecuen- generadas en torno a la “celebra-
con acciones espectaculares que sindical, legalista, gradual y posi- cia de esa misma reflexión, hay ción” de los Primeros de Mayo
la sacudieran de su modorra y a bilista en el seno del anarquismo que enfatizar que sólo cuando la marcan claramente los índices de
la vez realzaran su papel como español no era un recurso co- política ciegamente represiva de aislamiento y pérdida de influen-
agente revolucionario (héroe y yuntural ni minoritario es que, los sucesivos Gobiernos espa- cia de los anarquistas5.
mártir al mismo tiempo). en cuanto cambiaron las circuns- ñoles se ceba en el movimiento Por otro lado aparece la peor
Hasta qué punto las procla- tancias políticas en 1881 con la anarquista, sin hacer distinciones cara del Estado liberal español, la
mas teóricas y los llamamientos llegada de los liberales de Sagasta entre los implicados en actos de- de la intransigencia y la represión
de los congresos tuvieron una in- al poder (léase: se aflojó el cerco lictivos y los demás, sólo enton- feroz. Formaban ya parte de la
cidencia práctica es una cuestión represivo), la FTRE aprovechó ces tanto unos como otros em- dinámica habitual los estallidos
importante a dilucidar que re- los cauces legales para seguir una pezarán a pensar que no les dejan espontáneos de violencia en el
queriría el análisis de las circuns- política de moderación, cuyos otra vía que responder a la vio- campo andaluz, en forma de mo-
tancias concretas de cada país. A frutos, en forma de crecimiento lencia con la violencia. tines, saqueos o incendios pre-
ello se superponen otros elemen- espectacular del número de afi- En el caso español se pone meditados, producto todo ello
tos cuyo grado de influencia no liados, fue precisamente lo que también de manifiesto que la vio- –no hay que subrayarlo– de las
puede ser a priori desechado: co- alarmó al Gobierno español, que lencia individual, de atentados, miserables condiciones de vida
mo el ascendiente del nihilismo no dudó en instrumentalizar el de “propaganda por el hecho”, es del campesinado6. Esa exaspera-
ruso, que acababa de dar por las turbio asunto de la Mano Negra al mismo tiempo una conse- ción, animada además por un re-
mismas fechas su golpe más cer- (1883) para desencadenar una cuencia de la crisis del movi- volucionarismo ingenuo, un me-
tero con el asesinato del propio represión generalizada: no con- miento anarquista (en este caso sianismo del que no se escapaba
zar (Alejandro II, en 1881), o la tra los culpables o implicados en crisis debido a una represión im- el propio credo anarquista, se tra-
decisiva intervención de confi- aquella sociedad secreta, sino placable) y una respuesta a la ce- dujo en enero de 1892 en el asal-
dentes y agentes infiltrados de la contra todo el movimiento anar- rrazón de las autoridades, a la vio- to por unas turbas de la ciudad de
policía en la radicalización del quista en su conjunto, pues pre- lencia del poder. En una palabra, Jerez, ocasión que el poder –di-
movimiento ácrata (una de las cisamente lo que importaba era la “propaganda por el hecho” es la gámoslo con el distanciamiento
obsesiones de los Gobiernos de la descabezar éste4. expresión de una doble frustra- que implicaba la óptica proleta-
época, que pensaban, con razón, Dos enseñanzas fundamenta- ción (aislamiento e impotencia,
que la propia radicalidad consu- les pueden extraerse de ese pro- por un lado; vulnerabilidad y
6
miría el movimiento así como le- ceso: en primer lugar si se repara desmantelamiento, por otro), lo Sobre el anarquismo en el campo
gitimaría la represión). en la fecha en que la FTRE cual en última instancia desvirtuó andaluz, cuestión de la que aquí nos
ocupamos muy tangencialmente, por
Retomando el factor aludido adopta claramente una actitud en la práctica el pretendido con- no responder la violencia de ese medio
de las características socio-políti- posibilista, de masas, contraria a tenido teórico o programático de a la clásica “propaganda por el hecho”
cas específicas de cada país como la violencia individual, se caerá la misma. El análisis de los facto- –más propia, por su misma esencia, del
ámbito urbano–, pueden verse las obras
cuestión determinante que em- en la cuenta de que es la misma res concretos que anteceden, que de Temma Kaplan: Orígenes sociales del
pujará a los anarquistas a la vio- en que el mencionado Congreso propician (para ir ya directamen- anarquismo en Andalucía, Barcelona,
lencia, podremos comprobar, en de Londres consagra la vía con- 1977; y Jacques Maurice: El anarquismo
andaluz. Campesinos y sindicalistas,
su aplicación al caso hispano, có- traria, lo cual nos debe llevar in- 1868-1936, Barcelona, 1990, que con-
mo hay una correspondencia en- dudablemente a la conclusión de 5 No hay que olvidar a este respecto
tienen además mútiples referencias bi-
tre la amplitud del marco legal que los factores específicamente que los planteamientos anarquistas acer- bliográficas para los interesados en pro-
ca de las consecuencias revolucionarias fundizar en ese terreno. Para una época
dispuesto por el Gobierno de nacionales, por lo menos en el de esta jornada –se hablaba, por ejem- posterior a la que aquí nos referimos si-
turno y las posiciones legalistas plo, de manifestaciones acompañadas gue siendo fundamental el libro clásico
de la organización anarquista (la de huelgas indefinidas hasta conseguir del notario de Bujalance, J. Díaz del
Federación Regional Española los objetivos revolucionarios– distaban Moral, Historia de las agitaciones cam-
4 Lida, Clara E.: “Agrarian Anar- mucho del sentido pacífico y reivindi- pesinas andaluzas, 1928 (múltiples ree-
[FRE], primero, desde 1870, y chism in Andalusia. Documents on the cativo que predominaba entre los so- diciones posteriores).
la Federación de Trabajadores de Mano Negra”, en International Review cialistas. Cf. Pérez Ledesma, M.: “El 7 Véase Aguilar Villagrán, José: El

la Región Española [FTRE], más of Social History, 1969. Véase también Primero de Mayo de 1890. Los orígenes asalto campesino a Jerez de la Frontera en
Castro Alfín, Demetrio: Hambre en An- de una celebración”, en Tiempo de His- 1892, Jerez, 1984; y Brey, Gerard: “Cri-
adelante, desde 1881). Aunque dalucía. Antecedentes y circunstancias de toria, mayo 1976; Piqueras, J. A.: sis económica, anarquismo y sucesos de
siempre hay un sector impacien- La Mano Negra, Ayuntamiento de Cór- “1890. El nacimiento del 1º de Mayo Jerez (1886-1892)”, en Seis estudios so-
te en el seno del anarquismo, doba, 1986; Millán Chivite, J. L.: “La en el País Valenciano”, en Estudios sobre bre el proletariado andaluz (1868-1939),
Mano Negra enjuiciada por los diputa- Historia de España (Homenaje a Tuñón Córdoba, 1984. Un estudio más am-
proclive a buscar un atajo revo- dos que vivieron los históricos sucesos”, de Lara), Madrid, 1981; Serrano, C.: plio sobre la conflictividad en el campo
lucionario con las armas en la en VV AA: El movimiento obrero en la “El Socialista ante el 1º de Mayo” en jerezano, en Maurice, J.: “Campesinos
mano, la FRE intentó mantener historia de Cádiz, Cádiz, 1988; y Mau- Estudios de Historia Social, núm. 38-39, de Jerez (1902-1933)”, Estudios de His-
una actitud prudente en unos rice, J.: “Conflicto agrario y represión 1986. Una perspectiva más amplia, en toria Social, núm. 10-11, Madrid, 1979.
preventiva. Los grandes procesos de Je- Rivas Lara, Lucía: Historia del lº de Ma- Véase también la obra colectiva El mo-
momentos políticos muy difíciles rez en 1883”, en Estudios de Historia So- yo. Desde 1900 hasta la II República, vimiento obrero en la historia de Cádiz,
en nuestro país, en los que el re- cial, 22-23, Madrid, 1982. Madrid, 1987. op. cit.

54 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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RAFAEL NÚÑEZ FLORENCIO

ria– aprovechó, no para enmen- talana, en contraste con la “atra- de caja de resonancia en todo el Prácticamente todas las carac-
dar o suavizar las terribles condi- sada” y “burocratizada” capital país. Una cadena trágica de aten- terísticas mencionadas se van a
ciones que propiciaban tales des- “castellana”, tenía a gala el mirar- tados-represión-represalias, que repetir en el caso español: con-
manes, sino para desencadenar la se en el espejo francés. Barcelona conducía a mayor rigor represivo centración de los atentados en
habitual política represiva en for- pretendía ser “el eco de París”, el (se multiplicaban las condenas a un lapso de tiempo relativamen-
mas de encarcelamientos masi- “París del Migdia”. Era, más que muerte) y a nuevas respuestas te corto y en una ciudad concre-
vos, torturas y condenas a muer- una frase hecha, una aspiración violentas (la sangre de los “már- ta (emblemática); rápida dege-
te7. La brutal represión de los latente en una burguesía con ín- tires” reclamaba venganza), pa- neración de los objetivos teóricos
“compañeros” de Jerez, converti- fulas de exquisita, que asistía sa- recía haberse adueñado de la vi- de la “propaganda por el hecho”
dos inmediatamente en la órbita tisfecha al desarrollo de la ciudad da política francesa, y aun de la hasta desembocar en el atentado
de la prensa anarquista en “nues- (en 1888 había tenido lugar la propia vida social, pues se había de represalia (venganza por la re-
tros mártires”, enciende de modo Exposición Universal), que se re- desatado una auténtica psicosis presión) y en los bombazos in-
determinante la sed de vengan- creaba en la arquitectura moder- de pánico, fruto de la cada vez discriminados, sin objetivos de-
zas. La mitificación de una oscu- nista, acudía a las funciones de más indescifrable finalidad de la finidos; creación de una auténti-
ra figura procedente de Francia, gala del Liceo y empezaba a to- “propaganda por el hecho”. En ca psicosis colectiva con la
Ravachol, añade más leña al fue- mar conciencia de la posibilidad efecto, ésta había degenerado rá- formación en la conciencia po-
go. Ravachol era un poco reco- de animar una cultura propia9. pidamente hacia el atentado cie- pular de la imagen turbia del
mendable personaje –ladrón y La “propaganda por el hecho” go, indiscriminado: bombas en anarquista dinamitero rondando
asesino– que se acogió al radica- que van a desarrollar los anar- establecimientos públicos (hote- por las esquinas sombrías; peti-
lismo ácrata para dar un cierto quistas españoles tendrá induda- les, cafés, estaciones), en iglesias, ción por parte de la opinión pú-
aire, político e intelectual, a sus blemente un sello francés. No en la vía pública…, de tal modo blica de un mayor rigor guber-
crímenes. Lo burdo y grosero de tanto porque en los atentados y que cualquiera podía ser la vícti- namental ante el anarquismo,
la maniobra no constituyó sor- en los ambientes clandestinos ma. Se trataba de sacudir hasta que desemboca en la prolifera-
prendentemente obstáculo para predominen individuos de esa los cimientos la autosatisfacción ción de penas de muerte; con-
que los más exaltados anarquistas nacionalidad (en este sentido pa- de aquella burguesía de la belle fluencia entre intelectuales y
elevaran a Ravachol a sus altares, rece que les superaban los italia- époque. La cobertura intelectual anarquistas en un radicalismo
comparándolo con el mismo Je- nos)10, cuanto por las caracterís- del proceso dinamitero (una nihilista que encontraba en la
sucristo. La cuestión que quedaba ticas mismas de la oleada terro- confluencia entre anarquistas e burguesía autocomplaciente de
abierta entonces era aún más im- rista. Ésta se había desarrollado intelectuales radicalizados que fin de siglo el blanco más odiado,
portante: Ravachol nos marca el en Francia en un breve lapso de también iba a darse en el caso el enemigo por antonomasia…
camino, ¿por qué no actuamos tiempo, entre 1892 y 1894, te- español)11 quedaba claramente Hasta el fin de la oleada terroris-
contra el orden burgués del mis- niendo como centro fundamen- simbolizada en las palabras, lue- ta guarda paralelismos sorpren-
mo modo que Ravachol?8 tal París, por su obvia función go ampliamente repetidas, del dentes: tanto en uno como en
poeta Laurent Tailhade, a pro- otro caso, la “propaganda por el
2. La ‘propaganda pósito de una de las acciones te- hecho” cesa después de haber in-
9 Sobre la Barcelona de la época, so-
por el hecho’ en España rroristas: Qu’importent les victi- flingido al enemigo el golpe más
bre todo sus aspectos culturales, véase
La influencia francesa en el desa- Dossier de L’Avenç (octubre de 1978)
mes si le gest est beau!. certero, la acción más osada y es-
rrollo del terrorismo anarquista “La Barcelona de 1900” (artículos de pectacular, el asesinato del más
hispano no se limita a cuestiones Fàbregas, Marfany, Solà, etcétera). Cf. alto representante del odiado sis-
individuales o anecdóticas. Por el también Sánchez, Alejandro (Ed. de): tema político burgués: Sadi Car-
Barcelona, 1888-1929. Modernidad, también importantes referencias en este
contrario, existen corrientes pro- ambición y conflictos de una ciudad so- sentido en Núñez de Prado, G.: Los not en Francia (1894), Cánovas
fundas (en su aspecto más super- ñada, Madrid, 1994. Para aspectos más dramas del anarquismo, Barcelona-Bue- en España (1897).
ficial y llamativo podríamos ha- ideológicos y relacionados con el movi- nos Aires, 1904. En cualquier caso lo Si bien los grandes atentados
miento obrero, Reventós, M.: Assaig so- que sí es incuestionable es la participa-
blar de un mimetismo hispano bre alguns episodis històrics dels movi- ción de algunos de esos extranjeros en anarquistas del periodo clásico de
con respecto a lo que sucede ments socials a Barcelona en el segle XIX, las más sonadas acciones terroristas del la “propaganda por el hecho” en
allende los Pirineos), que desem- Barcelona, 1925. momento: muy probablemente el autor España no presentan grandes no-
10 Por razones obvias ésta es una del misterioso bombazo de la calle de
bocan en sorprendentes similitu- cuestión difícil de traducir en cifras in- Cambios Nuevos fue un francés apelli-
vedades con respecto a los que
des estructurales. Ya para empe- cuestionables. En los ficheros de la Po- dado Girault, del mismo modo que habían tenido lugar fuera de
zar el ambiente cultural, en su licía y en los documentos del Ministerio otro individuo de la misma nacionali- nuestras fronteras (ni en su ger-
más amplio sentido, asemejaba a de la Gobernación aparecen con fre- dad, Tomás Ascheri, fue el principal en- minación ni en sus elementos de-
cuencia referencias al “personal anar- causado en el proceso de Montjüic; Pa-
Barcelona y París. La capital ca- quista extranjero”, a veces con nombres llás declaró a su vez que las bombas que sencadenantes ni en sus objeti-
y apellidos. Véase, por ejemplo, Circu- arrojó contra Martínez Campos les fue- vos ni en su desarrollo), ello no
lar reservada sobre extranjeros (Archivo ron proporcionadas por el italiano “Mo- nos debe llevar apresuradamente
Histórico Nacional, Ministerio de la mo”, que había muerto poco antes, al
8 Entre 1892 y 1893 aparecieron en Gobernación, Serie A, Legajo 44, Ex- manipular explosivos; italiano fue tam- a negar todo rasgo de especifici-
Sabadell dos periódicos con el nombre ped. 19). Hay también múltiples refe- bién el ejecutor de Cánovas, Michele dad en el caso español. Lo origi-
del activista francés: Ravachol y El Eco rencias a los contactos de los camaradas Angiolillo. nal, sin embargo, viene “externa-
de Ravachol. En el primero de ellos co- españoles con franceses e italianos en 11 Dice Reventós (op. cit., pág. 139),
laboraba al parecer Paulino Pallás, el obras que describen el ambiente de esos refiriéndose a Barcelona, y sobre todo a
mente”, superponiéndose al pro-
autor del primer gran atentado –contra “bajos fondos”. Cf., por ejemplo, las su ambiente intelectual (artistas, litera- ceso terrorista hasta deformarlo,
el general Martínez Campos– que se obras, escritas desde perspectivas ideo- tos, ideólogos, profesionales, etcétera): es decir, llegando a restar prota-
puede encuadrar en el marco de la “pro- lógicas opuestas, de R. Sempau: Los vic- “En aquells temps, que podríem datar gonismo a los propios atentados.
paganda por el hecho”. Véase también timarios, Barcelona, 1901 y, M. Gil Ma- amb la clausura de l’Exposició del 88 i
Maitron, J.: Ravachol et les anarchistes, estre: El anarquismo en España y el espe- la franca transformació de la ciutat, mes Nos referimos, evidentemente, al
París, 1964. cial de Barcelona, Madrid, 1897. Hay o menys anarquista ho era tothom”. proceso represivo, sobre todo al

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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55
EL TERRORISMO EN ESPAÑA HACE UN SIGLO

que se desencadenó desde junio esencia, desde unos criterios ele- suspensión inmediata de las ga- misma o muy parecida cadena
de 1896, a raíz de la bomba con- mentales de eficacia, no podía rantías constitucionales– puso en causal en esta oleada de violencia.
tra la procesión del Corpus en implicar más que a un reducidí- manos del Ejército toda la políti- Tras la falsa tranquilidad del pe-
Barcelona, y que culminaría en simo número de hombres. ca de seguridad y orden públi- riodo anterior (1898 y los años
el internacionalmente conocido Dentro y fuera de España ha- co14. De hecho, prácticamente inmediatamente posteriores), cu-
“proceso de Montjüic”. Lo espe- bía gente ansiosas de instrumen- todos los grandes atentados anar- yas causas determinantes hay que
cífico del caso hispano no es ob- talizar políticamente la torpeza quistas de la época –salvo el del buscarlas no sólo en la represión,
viamente la represión en sí ni si- de las autoridades en la represión Liceo– pasaron por manos mili- sino en el especial clima que vivía
quiera su rigor, su dureza objeti- del anarquismo. Se empezó a ha- tares. Fueron los Consejos de el país (lo que era expectación re-
va (ya hemos mencionado que blar con fuerza del renacimiento Guerra los que mandaron en re- generacionista para unos, era sin
en Francia se dictaban, sin ma- de la Inquisición, de nuevos y petidas ocasiones a los anarquis- más preludio revolucionario para
yores problemas, continuas pe- más crueles discípulos de Tor- tas al paredón. otros)15, encontramos, repeti-
nas de muerte por estos delitos: quemada, de torturas atroces… La investigación de los aten- mos, como factores determinan-
era lo usual en la época). El pro- Para desesperación del Gobierno tados anarquistas –y la preven- tes de la nueva respuesta violenta
blema estaba (sobre todo, insisti- español el proceso de Montjüic ción de los mismos– en las gran- del anarquismo elementos que
mos, desde mediados de 1896; se convirtió rápidamente en la des ciudades como Barcelona nos deben resultar ya familiares:
antes también, pero no había si- campaña de Montjüic, una vas- quedaba así en manos de un pu- la conmoción, el fracaso y, sobre
do tan generalizado)12 en los mé- tísima oleada de mítines, mani- ñado, a todas luces escaso, de po- todo, la profunda decepción que
todos que se emplearon (las tor- festaciones de protesta, campa- licías incompetentes, cuando no supuso la huelga general de Bar-
turas) y en la extensión de los ñas periodísticas e interpelacio- corruptos, que se encontraban celona de 190216, y la especial e
arrestos y encarcelamientos: no nes parlamentarias al fin, que continuamente a merced de la innecesaria dureza con que las au-
se conformaron nuestros gober- tenían como objetivo desenmas- información o, directamente el toridades respondieron a una al-
nantes con detener al mayor nú- carar “la farsa del proceso” y pro- chantaje, de turbios personajes: garada en el pequeño pueblo ga-
mero de anarquistas que pudie- piciar el castigo de los torturado- confidentes, infiltrados, ex poli- ditano de Alcalá del Valle en
ron (y recordemos que no todos, res, así como lograr la rehabilita- cías o simplemente especialistas agosto de 1903 (otra vez el cam-
ni mucho menos, suscribían la ción de los procesados y el en pescar en el río revuelto de los po andaluz: los paralelismos en
táctica del atentado), sino que lle- regreso de los que aún sufrían pe- bajos fondos. Si ya con ocasión el desencadenamiento de las res-
naron las cárceles, y hasta las bo- nas de destierro13. Ni Torque- del proceso de Montjüic se puso puestas violentas de los anarquis-
degas de los buques fondeados madas, ni Inquisición, ni cruel- de relieve a dónde conducía tan- tas parecen apurarse hasta el lí-
en el puerto, de todos los obreros dad refinada y gratuita. La reali- ta ineficacia, con los oscuros aten- mite).
“sospechosos”, de todos los re- dad era mucho más simple. Los tados de comienzos de siglo se No obstante, sería apresurado
presentantes de ideas “avanzadas” sucesivos Gobiernos de la Res- llegó a la perplejidad absoluta: hablar de una segunda oleada de
(librepensadores, anticlericales y tauración se habían mostrado in- descartado el recurso a “encon- “propaganda por el hecho” en
demás ralea), de republicanos y capaces de crear un cuerpo de trar” culpables mediante tortu- España. O dicho más rotunda-
grupos afines, e incluso de inte- policía moderno, mínimamente ras, las explosiones que se fueron mente, sería falso. Porque la vio-
lectuales de buena posición so- eficaz. En el ámbito rural bastaba sucediendo en Barcelona (desde lencia de esta primera década de
cial (Pere Corominas, Tarrida del con echar mano de la Guardia 1903, y con mayor intensidad siglo –entre 1904 y 1909 básica-
Mármol), cuyo único delito ha- Civil, cuyos métodos contunden- desde 1904) quedaron en la im- mente– apenas tiene nada en co-
bía sido flirtear con el anarquis- tes ya gozaban de triste fama. Pe- punidad, pues las autoridades no mún con la primera. Existen des-
mo. En total, cientos de personas, ro para los disturbios de las ciu- tenían la menor idea de cómo lle- de luego algunos ejemplos de
más de 400, según los primeros dades se optó por el fácil recurso gar a dar con los culpables. La “propaganda por el hecho” en
cálculos. Por más indignación de sacar al Ejército a la calle, me- cosa tuvo hasta ribetes zarzuele-
que hubiese despertado el aten- dida incuestionablemente eficaz ros, pues se llegó a contratar a un
tado en particular y la supuesta a corto plazo, pero altamente pe- detective de Scotland Yard, Char- 15 En cualquier caso la explicación
impunidad de los anarquistas en ligrosa para la supervivencia del les Arrow, que naturalmente (des- de ese paréntesis, en torno al 98, entre
general, no era serio ni creíble pretendido “civilismo” canovis- conocía no sólo el ambiente po- dos oleadas de violencia, no puede ser
despachada tan fácilmente. Aquí no po-
desde ningún punto de vista que ta, por cuanto la declaración con- lítico del país, sino hasta el idio- demos profundizar en el asunto, pero sí
tantísima gente participara en tinuada y abusiva de “Estados de ma) no pudo resolver el misterio. al menos mencionar, junto con lo ya
una acción que, por su propia Guerra” –con la consiguiente Encontramos nuevamente la dicho, otros dos importantes factores: el
ambiente enrarecido por los propios
atentados –que inevitablemente llevó a
muchos anarquistas a poner en cues-
12 Poco después del atentado del Li- 13 Sobre la instrumentalización que tión esa táctica–, y la subordinación en
ceo ya había tenido lugar un importan- los republicanos –y muy en particular 14 La obra fundamental para el tema esos años de todos los proyectos a la re-
te patinazo policial, que se intentó re- Lerroux– hicieron del Proceso para sus de la militarización del orden público es visión del Proceso de Montjüic.
solver, según denunciaron los anarquis- propios fines, véase Álvarez Junco, J.: El la de M. Ballbé: Orden público y milita- 16 Cf. Colodrón, A.: “La huelga ge-
tas, mediante torturas y falsas pruebas. Emperador del Paralelo, Madrid, 1990, rismo en la España constitucional (1812- neral de Barcelona de 1902”, en Revis-
Las autoridades decían tener a los págs. 156-176. Sobre las repercusiones 1983), Madrid, 1983. Desde una pers- ta de Trabajo, núm. 33, 1971. Una
responsables de la bomba del Liceo, pe- en diversos países europeos, cf. Abelló pectiva ideológica similar, pero con un perspectiva más amplia en las conocidas
ro al aparecer por otra parte el verdade- Güell, T.: “El Proceso de Montjuïc: la enfoque más global, resulta un comple- obras de Romero Maura (La Rosa de
ro autor (Santiago Salvador), se implicó condena internacional al Régimen de mento indispensable el libro de J. Fuego, Madrid, 1992) y J. C. Ullman
a los detenidos en el atentado anterior, la Restauración”, en Historia Social, Lleixà: Cien años de militarismo en Es- (La Semana Trágica, Barcelona, 1972).
el de Pallás. Así, se reabrió el proceso de núm. 14, otoño de 1992. Para la impli- paña, Barcelona, 1986. Sobre la Guar- Puede verse también, para un enfoque
éste, y de hecho seis anarquistas fueron cación militar en todo el Proceso, véase dia Civil, véase López Garrido, D.: La todavía más de conjunto, el vol. II de la
fusilados en calidad de cómplices del mi obra Utopistas y autoritarios en 1900, Guardia Civil y los orígenes del Estado obra de F. Soldevila: Un segle de vida ca-
atentado contra Martínez Campos. Madrid, 1994, págs. 203-213. centralista, Barcelona, 1982. talana, 1814-1930, Barcelona, 1961.

56 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82n


RAFAEL NÚÑEZ FLORENCIO

sentido clásico, cuyo mejor ex- ban a las autoridades con gran- do lugar, la gran diversidad de ahora, se consideraba que éstos
ponente sería el atentado (falli- des cantidades de dinero para presuntos terroristas o terroristas últimos constituían el “lugar na-
do) de J. M. Artal contra Maura “evitar” que se produjeran aten- de hecho, obstáculo casi insalva- tural” donde se fraguaban los
en 1904. Pero junto a esa cono- tados; de modo que cuando no ble para trazar una coherente ti- atentados, frente a la tesis, de-
cida modalidad habría que aña- cobraban, los atentados se pro- pología del anarquista de acción. fendida por los anarquistas, de la
dir, al menos, otras cuatro ver- ducían: el caso más documenta- Tenemos, desde luego, bien motivación y preparación exclu-
tientes de violencia terrorista, do al respecto fue el de Joan Rull, delimitado el perfil de lo que po- sivamente individuales. Entre los
más o menos emparentadas con ajusticiado por sus crímenes en dríamos considerar el tipo clási- tópicos complós, que algunos ve-
el anarquismo. En primer lugar, 1908, pero no fue el único, ni co, ideal, de activista violento: el ían por todas partes, y la acción
habría que destacar por su im- mucho menos18. Por último, no “mártir de la Idea”, un sujeto más aislada, que los ácratas argüían
portancia la colaboración de di- hay que descartar, aunque esto o menos fanático dispuesto a in- por razones obvias, caben otras
versos personajes radicales (anar- es más difícilmente demostrable, molarse –de ahí lo de mártir– posibilidades que, en nuestra opi-
quistas y republicanos) en suce- que siguiera actuando un terro- por la Causa. No pretende huir, nión, eran las más factibles: no
sivos complós en 1905 y 1906 rismo anarquista residual, pro- no pretende escapar a la acción conspiraciones en sentido estric-
para acabar con la vida de Al- ducto en parte de la inercia del de la “justicia burguesa”, porque to, pero sí una cobertura logísti-
fonso XIII y propiciar un cambio periodo anterior y en parte tam- precisamente su acción especta- ca (suministro de explosivos, do-
revolucionario en España; de es- bién del conflictivo clima social cular contra el Sistema se com- micilios fuera del alcance de la
te modo, el entendimiento (más de la Barcelona de la época: este plementa, acto seguido, desen- policía, encubrimiento en gene-
que probable, pero imposible de terrorismo adquiría la forma de mascarando el supuesto ajuste de ral, etcétera) de esos pequeños
demostrar categóricamente) en- petardazos aislados, más o me- cuentas entre clases; es decir, se grupos de activistas a los autores
tre Ferrer Guardia, Mateo Mo- nos importantes, a las puertas de aspira a dar la vuelta al Proceso, y materiales de los atentados.
rral, Estévanez, Lerroux, Vallina algunas fábricas, contra determi- con ello pasar de acusados a acu- El verdadero problema está en
y algunos franceses (Malato es- nados empresarios, etcétera. sadores, revelando la opresión y que sólo un pequeño número de
pecialmente) dio como resultado violencia del régimen burgués. atentados y de activistas respon-
los atentados de la rue Rohan en 3. Un balance de Ni siquiera se rehuye la pena de den plenamente a la tipología di-
París y de la calle Mayor en Ma- la violencia terrorista en muerte; antes bien, ésta consti- señada anteriormente. Por lo me-
drid. No faltaron, sin embargo, el seno del anarquismo tuye la culminación del proceso, nos otros tantos compartían los
los típicos complós policiales, Un balance de la táctica de la vio- el punto final del sacrificio que objetivos teóricos de la “propa-
simples maniobras para propi- lencia individual en el movi- ha de abrir los ojos a los oprimi- ganda por el hecho”, pero desde
ciar la detención de algunos miento libertario tendría que ha- dos y germinar nuevas acciones luego no tenían espíritu de már-
anarquistas señalados: el llamado cerse, en primer lugar, sobre la de respuesta por parte de los des- tires y procuraron poner los pies
“compló de la Coronación” base del conocimiento del tipo heredados. Son los casos de Pa- en polvorosa, después de come-
(1902) fue, por ejemplo, un bur- de personas que ejecutaban los llás, Angiolillo y Artal, como más tido el atentado. Suele coincidir,
do montaje de algunos agentes atentados y, en segundo térmi- representativos. Son interesantes además, que éste último tiene las
para poner a buen recaudo a Va- no, de los pequeños “grupos de las anteriores consideraciones características de acción más in-
llina y otros “compañeros”17. En afinidad” que justificaban, de- precisamente en la medida en discriminada, con víctimas aje-
tercer lugar, y muy relacionado fendían, amparaban, e incluso, que desbordan el marco psicoló- nas al conflicto (el caso de Salva-
con el anterior, habría que añadir muy posiblemente, propiciaban gico (patológico, dirían Lombro- dor y la bomba del Liceo como
la actividad por cuenta propia de las acciones terroristas, mediante so y sus seguidores), y nos ofre- arquetípico). Aún más: para rizar
algunos confidentes policiales, el suministro de los artefactos ex- cen algunas de las características el rizo, tenemos que algunos
que extorsionaban o chantajea- plosivos a los compañeros más más originales de la “propaganda atentados, parcialmente coinci-
“lanzados”. Sin embargo, dos por el hecho” anarquista: nos re- dentes con los objetivos de la
grandes dificultades se presentan ferimos a su carácter simbólico, “propaganda por el hecho”, no
17 Véase el testimonio del mismo en este terreno para trazar un pa- con un fuerte componente de fueron llevados a cabo propia-
Vallina, poco proclive a disimular su norama de conjunto. Primero, la gesto teatral muy fin de siècle mente por anarquistas, sino por
participación en diversas conspiracio- ya aludida oscuridad en que se –épater le bourgeois–, y no poco extremistas más o menos afines a
nes: Mis Memorias, vol. I, México-Ca-
racas, 1968. Sobre la personalidad de
insertan una parte considerable de carga religiosa, mesiánica, con éstos (Sempau, Murull, etcéte-
Vallina resulta esclarecedor el artículo de los atentados, sobre todo los esa confianza mística en que ra), y en otras ocasiones (las
de Álvarez Junco, J.: “Un anarquista es- de comienzo de siglo; en segun- fructifique la sangre de los már- bombas contra Alfonso XIII) hu-
pañol a comienzos del siglo XX: Pedro tires y que el sacrificio de los ele- bo una convergencia de intere-
Vallina en París”, en Historia Social,
núm. 13, págs. 23-37, Primavera-Vera- gidos depare un mundo de justi- ses entre ácratas y republicanos
no 1992. A pesar de que los anarquistas 18 Sobre el caso Rull hay abundante cia y libertad. Desde este punto radicales, con una preparación
abusaron de esta hipótesis de los com- documentación en el Archivo de la Au- de vista es relativamente secun- más meticulosa al parecer de lo
plós policiales, manteniendo que en la diencia Territorial de Barcelona: Aten-
mayor parte de los casos las supuestas tados terroristas. Causa de Juan Rull, daria la polémica, muy acentua- que era usual en estos casos. Y,
conspiraciones ácratas eran simples 1907. Sobre la violencia en la capital da en la época (y recogida en la por último, no hay que olvidar
montajes de las autoridades para encau- catalana a comienzos de siglo, pueden actualidad con, quizá, excesiva que de muchos actos criminales
sarles, lo cierto es que en algunos casos verse las obras de E. Carqué de la Parra:
apenas caben dudas de los turbios ma- El terrorismo en Barcelona, Barcelona,
relevancia, por los tratadistas del –bombas en las calles o lugares
nejos policiales: además del menciona- 1908; y E. Jardí: La ciutat de les bombes, tema) de si estos “mártires de la concurridos– es prácticamente
do, había ocurrido algo semejante con el Barcelona, 1964. Con este mismo títu- Idea” actuaron completamente nada, o muy poco, lo que sabe-
asunto de las llamadas “bombas del lo, La ciudad de las bombas, ha apareci- solos o en el seno de pequeños mos. Todo ello sin contar, natu-
Congreso” en 1892. Cf. J. Carvajal y do (Barcelona, 1997) un sucinto estu-
Hué: Los anarquistas en Madrid, Ma- dio de M. A. Serrano, que abarca el pe- grupos de activistas. En los am- ralmente, la labor de confidentes
drid, 1894. riodo 1917-1922. bientes conservadores, antes y y personajes oscuros. De este

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
57
EL TERRORISMO EN ESPAÑA HACE UN SIGLO

modo, se hace muy difícil una la represión desatada en torno al va, tendría tarde o temprano que cada vez más difícilmente justifi-
valoración por esta vía de la tota- proceso de Montjüic terminó responder a la violencia con la cable. La represión subsiguiente
lidad de las acciones anarquistas; prácticamente con ellos. De este violencia. Bakunin o Kropotkin no hacía más que alimentar este
sólo una parte de ellas respondía modo, su apoyo, teórico y con- habían puesto especial énfasis proceso, en una espiral de vio-
a los rasgos originales de la “pro- creto, a las acciones individuales además en la necesidad de des- lencia, en una dinámica cada vez
paganda por el hecho”. de “propaganda por el hecho” truir hasta los cimientos el “edi- más ciega y desesperada. Como
No es mucho más lo que sa- hubo de limitarse necesariamen- ficio burgués”; no por mero afán consecuencia de ello fue todo el
bemos de las características de los te a un periodo relativamente destructivo, sino como requisito movimiento anarquista el que su-
“grupos de afinidad”. Los datos muy corto, desde comienzos del previo e imprescindible para frió las consecuencias: se vio cada
–siempre cuestionables por frag- año 1890 hasta mediados de construir una nueva sociedad. vez más perseguido, se intensifi-
mentarios y parciales– de la poli- 1896. Pero esta violencia, ello se sobre- có su impotencia y se ahondó to-
cía y las observaciones tergiversa- Una valoración de conjunto entendía sin necesidad de más davía más su alejamiento del
das de algunos autores conserva- de la violencia anarquista de la matizaciones, era primordial y mundo real, el de los proletarios
dores, no constituyen una fuente época tendría entonces que deri- prioritariamente una violencia de de verdad, de carne y hueso, la
muy fiable19. En todo caso, lo var hacia una perspectiva más las masas, proletarios y campesi- meta teórica y práctica que tení-
que sí parece más que probable es ideológica. Habría que partir de nos. Por tanto, las cuestiones an- an que ganar como estadio pre-
que se trataba de una “colonia” la base, ya sugerida en ocasiones te la violencia individual seguían vio a toda auténtica tentativa re-
reducida (no muchos grupos, anteriores, de que no todos los abiertas: ¿estaban justificadas esas volucionaria.
con pocos miembros cada uno), rebeldes de fin de siglo son ácra- iniciativas?, ¿eran beneficiosas o La violencia individual se con-
sin apenas lazos entre sí, con una tas y que, por tanto, las necesi- perjudiciales?, ¿servían para abrir virtió en el exponente último, la
fuerte impronta de libertarios dades de respuestas violentas de el camino a la revolución? expresión más depurada del nihi-
marginales extranjeros (hablamos una heterogénea troupe de indi- Si al principio pudo haber al- lismo y del irracionalismo que
de Barcelona y su entorno, bási- vidualistas, bohemios, nihilistas, guna duda al respecto en el seno impregnaron buena parte de la
camente)20, que se mantenían en nietzscheianos, etcétera, encon- del movimiento anarquista, la cultura de fin de siglo: como he-
un ambiente de semiclandestini- traron en la formulación de la propia experiencia de los hechos mos señalado, se puede hablar de
dad. Integrados por obreros que “propaganda por el hecho” una contribuyó rápidamente a des- la violencia a que se vio abocado
malvivían entre el desempleo y bandera, pero también una ex- pejarla. Los primeros atentados el individualismo anarquista, sin
el trabajo precario, en una mise- cusa ideal, para dar rienda suelta encuadrables en el ámbito de la duda, pero sin perder de vista
ria cercana al lumpen, la caracte- a unos muy desarrollados impul- “propaganda por el hecho” sólo que ese radicalismo, esa mística
rística más destacada de esos am- sos de rencor contra la sociedad sirvieron para desatar una repre- de la acción, esa magnificación
bientes era el radicalismo ideo- burguesa. Complementariamen- sión generalizada contra el con- de las posibilidades individuales,
lógico, que se prolongaba en la te, en el seno del anarquismo, es junto del movimiento libertario: desborda con mucho el ámbito
práctica con una acuciante nece- sólo el sector más radical, anarco- sus locales fueron clausurados, su libertario. Así, quizá fuera más
sidad de “hacer algo” (entendi- comunista, el que promueve la prensa perseguida y silenciada, correcto referirse a la acción de
do en un sentido individualista, violencia individual y aún habría sus militantes ingresaron en la unos sectores, anarquistas algu-
espectacular y simbólico). Pero que matizar que sólo una mino- cárcel, subieron al patíbulo, o tu- nos, y otros no, tan radicalizados
la importancia de esos grupos se ría dentro de este sector. Otra vieron que tomar apresurada- y políticamente concienciados,
desdibuja desde una perspectiva cuestión distinta es que, una vez mente el camino del exilio. La como en la práctica impotentes y
general si tenemos en cuenta que efectuados los atentados, la pren- exasperación por las medidas re- aislados. En este sentido habría
sa libertaria se vea en la tesitura presivas llevó a desvirtuar el sen- que concluir que la “propaganda
de aplaudirlos o de condenarlos, tido mismo de la “propaganda por el hecho”, pero en general
uniéndose en este último caso a por el hecho”: de atentado selec- también toda la violencia indivi-
19 La obra más importante a este
la repulsa generalizada de la opi- tivo, simbólico, de sacudida para dual asociada al movimiento
respecto es la de M. Gil Maestre: El
anarquismo en España y el especial de nión pública burguesa. Lo usual “despertar a las masas”, pasó a anarquista, o que se mueve en la
Barcelona, op. cit. Pueden verse tam- fue un cierto distanciamiento, convertirse en atentado de res- órbita de éste, constituyó desde
bién referencias indirectas –datos sobre que se ponía de manifiesto, por puesta, represalia pura y simple, y todos los puntos de vista, un ro-
detención de anarquistas, por ejemplo–
en el folleto de C. Costi y Erro: El
ejemplo, en el planteamiento de lo que es peor, en algunos casos, tundo fracaso. Con sus acciones
anarquismo en Barcelona y la verdad en que la responsable era la socie- en acciones de violencia indiscri- desesperadas, los terroristas pu-
su lugar, Barcelona, 1894. Una recrea- dad capitalista, con sus injusti- minada, sin objetivos definidos, sieron claramente de relieve su
ción subjetiva de aquel ambiente en T. cias insoportables: era ella la que condición de rebeldes, más que
Caballé y Clos: Barcelona de antaño.
Memorias de un viejo reportero barcelo- lanzaba a los más humillados a de revolucionarios, y en conse-
nés, Barcelona, 1944. cometer acciones desesperadas21. cuencia no es extraño que se con-
20 J. Termes cita, por ejemplo, co- 21 No obstante, en torno a los años
No estaría de más recordar en virtieran en mártires de una re-
mo representativo el caso de Paolo 1892-1893 se desarrolló una prensa
Schicchi, que había publicado en Italia este contexto que el anarquismo anarquista enormemente radical que no volución imposible más que en
el periódico Pensiero e dinamita (toda nada tenía en común con el pa- sólo justificaba desde esta óptica el aten- agentes o profetas de una nueva
una carta de presentación), y que era el cifismo teórico o práctico. Los tado individual, sino que llamaba di- sociedad. n
responsable de la aparición en Barce- rectamente al uso del puñal, la pistola y
lona de El Porvenir anarquista, nada
teóricos libertarios insistieron la dinamita para hacer frente a la opre-
menos que en tres idiomas: italiano, una y otra vez en la violencia es- sión burguesa. Véanse periódicos como
francés y castellano. Cf. Termes: “El tructural que caracteriza, que La Controversia (Valencia, 1893), El
anarquismo en España. Un siglo de constituye la base, la esencia mis- Rebelde y El Eco del Rebelde (Zaragoza,
historia (1840-1939)”, en El anarquis- 1893 y 1895), Ravachol y El Eco de Ra- Rafael Núñez Florencio es doctor en
mo en Alicante. 1868-1945, Alicante, ma, de la sociedad capitalista. La vachol (Sabadell, 1892 y 1893), La Re- Historia y profesor de Filosofía. Autor
1986, págs. 11-26. revolución, desde esta perspecti- vancha (Reus, 1893), etcétera. de Tal como éramos. España hace un siglo.

58 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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SOCIOLOGÍA

LA SEUDOPROFESIONALIZACIÓN
DE LA TROPA
JUAN JOSÉ GARCÍA DE LA CRUZ

De ciudadanos siervos de la dinámica de progreso en tende cambiar; entre otras cosas, A) El fracaso en la asimilación
a trabajadores siervos los derechos laborales que se han para saber en qué medida el nue- de la tropa. Ningún servicio mi-
Este trabajo elude consciente- conquistado en los últimos 20 vo modelo la mejora. Diversos litar es una excursión campera.
mente los aspectos positivos de años. Por otra parte, el nuevo investigadores coincidimos en Por tanto, ha de estar diseñado
la reforma del servicio militar es- modelo da continuidad a una si- una estimación muy negativa. El para cumplir el objetivo de inte-
pañol; en concreto, de la caca- tuación disciplinaria agotada y servicio militar obligatorio se ha- grar a los reclutas y hacer de ellos
reada profesionalización de la claramente deslegitimada social bía convertido en un proceso or- unos soldados útiles para la acti-
tropa y marinería. No es, por y jurídicamente. También vamos ganizativo especializado en ela- vidad militar de sus respectivas
tanto, un balance nivelado del a ver que todo apunta a que este borar lo que aquí vamos a bauti- unidades; en otras palabras, lo-
Nuevo Modelo de Fuerzas Ar- modelo conviene y beneficia zar como “ciudadanos-siervos”4 grar su asimilación e integración
madas1. Al contrario, he inten- principalmente a los intereses (etiqueta que, como veremos, en la tarea militar.
tado resaltar los puntos que con- ideológicos y materiales de la éli- condensa perfectamente el prin- En los procesos de asimila-
sidero lastres o situaciones que te burocrática militar. cipal logro de la mili hasta el día ción se pueden distinguir dos fa-
incluso podríamos denominar Finalmente, se esbozan algu- de hoy). Este diagnóstico tan ro- ses6. En la primera se provoca
de alarma social. Eso sí, con la nas de las alternativas de reforma tundo nos obliga a preguntarnos una regresión psicológica que ha
sana intención de que los argu- que este Nuevo Modelo de Fuer- ¿qué ha conducido al servicio mi- de generar inseguridad, un va-
mentos sean debatidos, matiza- zas Armadas no ha considerado, litar obligatorio a esta lamentable cío y distanciamiento del entor-
dos, corregidos y, por qué no, entre otras cosas por qué en Es- situación? no social que el recluta trae del
rectificados, pero, en cualquier paña no se ha realizado un de- Los principales desencade- exterior. En la segunda, la más
caso, discutidos públicamente. bate social, político y económico nantes del deterioro alcanzado importante, la organización que
La lectura de los documentos sobre nuestras Fuerzas Armadas por el servicio militar obligatorio asimila ha de proporcionar un
de intenciones que el Ministerio (FF AA). Conviene recordar que son los tres siguientes: a) el fra- ambiente que permita gestar
de Defensa ha ido ofreciendo a en unos pocos días de discusión caso de la organización militar nuevos lazos afectivos a los sol-
la opinión pública y los primeros a puerta cerrada entre el Partido en culminar el proceso de asimi- dados; eso sí, adaptados y cohe-
pasos, cada vez más apresurados, Popular y Convergència i Unión lación de los soldados de reem- rentes con el entorno militar (su
hacia la profesionalización de los el PP pasó de su apoyo a un mo- plazo; b) la bunkerización en una “nueva familia”). Pues bien, es
ejércitos han confirmado los pe- delo de ejército mixto (combi- constelación de valores trasnocha- esta última fase, la más difícil,
ores vaticinios: se mantiene, o nación de tropa profesional y dos, con frecuencia antidemo- pero también la más necesaria, la
incluso empeora, la situación de servicio militar obligatorio) a cráticos5, de la élite militar, y c) la que ha sido estructuralmente
la tropa y, una vez más, el único uno totalmente profesionaliza- centralidad que han tomado las abortada por la organización mi-
colectivo que tiene sus intereses do2. Además, y rozando la cien- sanciones de las faltas leves en la litar española, que no ha sabido
perfectamente representados en cia-ficción, se anunció un hori- vida cotidiana de la tropa, gene- facilitar a la tropa ese clima social
el diseño de esta reforma es el zonte para llevar a cabo esta re- rando una dinámica autoritaria y afectivo que permite culminar
que conforman los oficiales y je- forma de unos pocos años3. que es la principal causa de esa fi- un proceso de asimilación.
fes militares. gura que hemos designado como Las investigaciones realizadas
En definitiva, la reforma del 1. ¿Qué teníamos?: ciudadanos siervos. sobre el servicio militar nos han
servicio militar no es lo que pa- ciudadanos-siervos mostrado7 que la mayoría de los
rece, ya que no estamos ante una Antes de valorar la reforma que soldados han buscado por su
profesionalización de la tropa, nos proponen, por cierto ya muy 4 Véase esta coincidencia de diversos
sino ante su seudoprofesionaliza- avanzada, es conveniente conocer autores a lo largo de los últimos 14
ción. De hecho, este diseño de cómo era la situación que se pre- años: Pereda (1984), García de la Cruz
(1987), Zulaika (1989), Oficina del De- 6 Puede verse en qué consiste una
la profesionalización ha puesto fensor del Soldado (1991), Rambla Ma- auténtica asimilación en el mundo mi-
en marcha una figura laboral rigot (1994) y García de la Cruz litar, en Dornbusch (1955); Hollings-
anacrónica, esto es, a contrapelo (1998b). head (1946) y Stouffer, Suchman, De-
2 Puede comprobarse la posición del 5 Con esta apreciación, antidemo- vinney, STAR y Williams (1949).
Partido Popular en Rupérez (1992). cráticos, no me estoy refiriendo a los 7 Hago referencia a los datos que
3 Basta con comentar que la trans- sectores golpistas, que considero abso- empecé a recopilar en el año 1983. La-
formación de un servicio militar obli- lutamente marginales y no representati- bor que he continuado hasta el día de
1 Nuevo Modelo de Fuerzas Arma- gatorio a uno profesional iniciada en vos de las FF AA, sino a creencias que, hoy, y que en la actualidad realizo en el
das, proyecto presentado por el Minis- Estados Unidos en 1973 se considera en como veremos, enmarcan el quehacer seno del Grupo de Estudios sobre la
terio de Defensa al Congreso de los Di- pleno proceso de reajuste 20 años más militar y chocan o cortocircuitan la for- Reforma de las Fuerzas Armadas, véase
putados en el mes de diciembre de 1996. tarde, véase, Franklin (1992), pág. 45. ma de hacer democrática. García de la Cruz (1998b).

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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59
LA SEUDOPROFESIONALIZACIÓN DE LA TROPA

cuenta lo que la institución mi- los militares (tropa, suboficiales ben como únicos señores de la or- dados (por ejemplo, la incorrec-
litar no facilitaba. Esto es, un es- y oficiales) en toda circunstan- ganización: los jefes y oficiales. ta ubicación de un mortero)16.
pacio social donde reconstruir cia. De hecho, estamos ante el ¿Quién se puede sentir portador A la vista de los datos que
su vida afectiva en su andadura único instrumento de control de valores supremos en estas cir- acabamos de aportar se infiere
militar. Esta salida espontánea activo (que incentiva un com- cunstancias? que hasta el día de hoy lo más
ha dado lugar a lo que hace 10 portamiento en lugar de prohi- importante, por ser lo más san-
años designamos como su gru- birlo) de las FF AA españolas, C) Una organización centra- cionado, para los cuadros de
pito8. Una especie de equipo hu- en el que, por tanto, descansa el da exclusivamente en lo discipli- mando españoles han sido los
mano de supervivencia que rea- génesis de las conductas desea- nario. En contraste con el con- aspectos puramente cuarteleros:
liza las tareas de grupo de perte- das por la institución militar. trol normativo que acabamos de las rutinas de levantarse, formar,
nencia y referencia. Los grupitos Este tipo de control normati- ver se encuentra el reactivo (ba- hacer la cama o tener limpio el
están compuestos por esos dos o vo es, sin duda, el modo más sado en la prohibición), una for- uniforme (botas, cinturón, etcé-
tres amigos de la mili, que, por poderoso de asimilar o integrar a ma más primitiva y burda del tera). Esta concentración del
cierto son el principal bagaje que los miembros de una sociedad control social14. control disciplinario sobre lo
se han llevado a su vida civil mi- u organización. Pero no vale Formalmente, la función de que podríamos denominar co-
llones de ex soldados españoles cualquier enunciado, aunque al- las sanciones, especialmente en mo “las tareas del hogar mili-
en las últimas décadas: “los ami- gunos fundamentalismos (racis- el caso de las faltas leves15, que tar”, por supuesto ha desconcer-
gos de la mili”. tas, deportivos, religiosos o na- motivan la práctica totalidad del tado a los soldados y a la socie-
Las Fuerzas Armadas espa- cionalistas, entre otros) nos ha- control reactivo en las FF AA, dad, devaluando enormemente
ñolas se han quedado en la yan mostrado hasta dónde es dotar de un mecanismo de la imagen del servicio militar es-
anécdota de lo que debe ser un puede llegar la estupidez huma- enseñanza (en el más radical es- pañol17.
proceso de asimilación. Efecti- na. Aun así, parece conveniente tilo conductista) a los instructo- El único resultado claro que
vamente, las películas america- que las proclamas sean en algu- res de la tropa para encauzar el alcanzaba esta dinámica disci-
nas, los famosos drill sergeant9, na medida creíbles, atractivas y, adiestramiento militar de los jó- plinaria ha sido el de generar en
y las propias academias de man- sobre todo, congruentes con las venes que ingresan en filas. la tropa una indefensión apren-
dos han basado todo su esfuer- grandes instituciones o creen- Sin embargo, el uso práctico dida. Concepto que alude a una
zo en “romper el culo” de los cias sociales vigentes en la socie- de este mecanismo nos apunta situación social en la que una
reclutas o alumnos. Pero, insis- dad13. En el caso de las FF AA, otras funciones. Si analizamos persona ha aprendido que no
to, la dificultad de los procesos las reales ordenanzas son unos las causas de las sanciones, siem- puede controlar los aconteci-
de asimilación está en la segun- textos llenos de contenidos hoy pre sobre faltas leves, se observa mientos del entorno que le afec-
da etapa, la que proporciona a día claramente retóricos, desfa- que la mayor parte de ellas han tan directamente, que no hay re-
los soldados un apoyo afectivo y sados e incongruentes con las sido provocadas por infracciones fugio, que no hay salida, que só-
grupal10. creencias hegemónicas en la so- ajenas al adiestramiento militar: lo cabe resignarse a que el propio
ciedad española que corona el a) faltas en la rutina diaria de la destino está en manos ajenas.
B) La ‘bunkerización’ en valo- siglo XX. Resultan incumplibles unidad (por ejemplo, cama arru- Puede parecer una descrip-
res trasnochados. La labor de los y, por tanto, son ineludible- gada), b) en el aspecto personal ción exagerada que acusa a los
militares españoles está enmar- mente y sistemáticamente vio- del soldado (por ejemplo, botas militares de hacer cosas horri-
cada por un código caballeres- lados hasta por los propios man- sucias), c) en las conductas for- bles. Sin embargo, este estado
co11 que ilumina y es referencia dos que los enarbolan ante la males (por ejemplo, saludo mi- de indefensión es relativamente
formal de toda su actividad. Por tropa. litar) y c) sorprendentemente, la normal en los procesos de ingre-
cierto, estas normas están clara- Si esto no fuera suficiente, menor proporción de sanciones so y asimilación en distintos ti-
mente explicitadas en las Reales hay que añadirle el panorama está motivada por y para corregir pos de instituciones totales18 (in-
Ordenanzas para las Fuerzas Ar- real que se han encontrado los la instrucción militar de los sol- ternados, prisiones, barcos, cuar-
madas12. Me refiero a docenas soldados que realizaban el servi-
de artículos que enuncian cuál cio militar. Que han sido trata-
14 Foucault (1994).
debe ser el comportamiento de dos, en el mejor de los casos, co- 15 16
La Ley Orgánica 12/85 de no- Datos obtenidos para la elabora-
mo escuderos, y en el peor, y no viembre, de Régimen Disciplinario de ción de la tesina de licenciatura, año
es infrecuente, como lacayos o las FF AA, en su artículo 8 enuncia mu- 1987, y corroborados posteriormente
8 García de la Cruz (1987), pág. chos tipos de conductas que se conside-
sirvientes de los que todos perci- por las investigaciones de Zulaika
123. ran faltas leves; curiosamente, el Pro- (1989), Oficina del Defensor del Sol-
9 Faris (1976), pág. 13. yecto de Ley Orgánica de Régimen Dis- dado (1991), Rambla (1994) y por las
10 Holligshead (1946), pág. 18, y ciplinario de las Fuerzas Armadas (de 9 investigaciones que venimos realizando
García de la Cruz (1998b). 12 “Estas Reales Ordenanzas consti- de mayo de 1997), actualmente en trá- desde el Grupo de Estudios sobre la Re-
11 “[…] Es, pues, de saber que este tuyen la regla moral de la Institución mite parlamentario, no modifica sus- forma de las Fuerzas Armadas en los úl-
sobredicho hidalgo, los ratos que estaba Militar y el marco que define las obli- tancialmente este dúctil resorte de casti- timos dos años, véase una exposición
ocioso (que eran los más del año), se da- gaciones y derechos de sus miembros. go. De hecho, su artículo 7 enumera detallada en García de la Cruz (1998b).
ba a leer libros de caballerías, con tanta Tienen por objeto preferente exigir y 34 tipos de conducta que han de ser 17 La importancia de las tareas del
afición y gusto que olvidó casi de todo fomentar el exacto cumplimiento del considerados como falta leve y finaliza hogar militar en las FF AA, bien mirada,
punto el ejercicio de la caza, y aun la ad- deber inspirado en el amor a la Patria y dejando la puerta abierta de par en par puede considerarse una reivindicación
ministración de su hacienda […] y el honor, disciplina y valor”, Artículo a nuevas sanciones diciendo: “Los de- de la devaluada labor del ama de casa;
asentóle de tal modo en la imaginación uno, Ley 85/1978, de Reales Ordenan- más que, no estando incluidos en las ahora bien, no debemos basar nuestra
que era verdad toda aquella máquina zas para las Fuerzas Armadas. infracciones anteriores, constituyan una capacidad defensiva en ello, y si lo ha-
de aquellas soñadas invenciones que 13 Sobre este tema y el desfase, paso infracción leve de alguno de los deberes cemos desde luego las academias mili-
leía, que para él no había otra historia cambiado, de la organización militar, que señalan las Reales Ordenanzas y de- tares deberían introducir asignaturas
más cierta en el mundo”. Cervantes véase: García de la Cruz (1998a), págs. más disposiciones que rigen la Institu- que abordarán más en serio estos asun-
(1967), pág. 24. 116-122. ción Militar”. tos domésticos.

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JUAN JOSÉ GARCÍA DE LA CRUZ

teles, etcétera). Lo singular, y es- vida de millones de jóvenes para profesional, sino a su hipotético tos perfiles sociales, librando de
to sí que es terrible, es que la or- mantener atareados en su hospe- carácter de seudoprofesional y a la estas duras circunstancias labo-
ganización militar no ofrezca daje a los ejércitos españoles. Es- prolongación del control coerci- rales a los sectores juveniles de la
una salida institucional a esta fa- ta dinámica continuista ha pro- tivo, disciplinario, sobre la tropa sociedad más críticos con lo mi-
se de indefensión. Es decir, que, piciado que en plena democracia ahora profesional. litar.
como ya hemos adelantado, no se haya mantenido la figura del Nos enfrentamos a la gesta- En todos los procesos de pro-
culmine el proceso de asimila- ciudadano siervo, sin duda como ción de una figura laboral deci- fesionalización las Fuerzas Ar-
ción de la tropa. herencia directa del anterior ré- monónica. Los soldados que madas salen al mercado de tra-
Lo aparentemente absurdo es gimen político21. conformarán la tropa profesio- bajo a competir por atraer a sus
que la actividad de sancionar se Éste es el panorama general nal son trabajadores precarios y filas a los jóvenes. Por tanto, las
haya constituido en la principal del servicio militar obligatorio es- sin futuro profesional (se habla FF AA tendrán que disputar por
tarea de los mandos sobre la tro- pañol hasta el día de hoy. Ahora, de “compromisos renovables” o su tropa con las empresas civiles
pa. ¿Qué función puede tener y ante la evidencia del total de- –cabría añadir– no renovables. y las administraciones públicas
someter a tanta gente a una si- rrumbamiento de esta institución ¿Cuándo sí y cuándo no? ¿Quién en general, y muy directamente
tuación tan tensa, desagradable y social que era la mili, se propone lo decide? ¿Hasta cuándo será re- con todos los cuerpos de seguri-
sin salida? su reforma. En efecto, en esto pa- novable el contrato de estos pro- dad (Policía Nacional, Guardia
A la luz de lo descrito, parece rece que hay una gran coinciden- fesionales? ¿Por qué está limitada Civil, policías autonómicas y lo-
que el único objetivo claramente cia. Ahora bien, lo lógico es pen- su permanencia a cinco o seis cales). De este modo, la incor-
alcanzado por las FF AA respec- sar que se van a estudiar y a rec- años?)24. poración de los futuros profe-
to al servicio militar obligatorio, tificar los errores cometidos. Pero El inquietante escenario la- sionales queda determinada por
que también se ha llegado a cali- no, se aplica sin debate social un boral que se está configurado se la dinámica del mercado (oferta
ficar como “retención adminis- giro total, eso sí (¡sorpresa!), todo puede sintetizar así: una tropa y demanda), por la imagen de la
trativa del ciudadano”19, ha sido a las órdenes de la misma élite bu- sujeta al mismo control discipli- empresa, por las expectativas la-
mostrar su capacidad de hospe- rocrática militar que ha liderado nario que había en el servicio borales, el nivel de salarios, las
dar, eso sí, bajo una severa cultu- el fracaso del anterior diseño. militar obligatorio y que, ade- condiciones laborales, etcétera.
ra de la disciplina a una media de más, estará amenazada o al me- Ahora bien, el panorama actual
250.000 ciudadanos al año. Aho- 2. ¿Qué nos proponen?: nos temerosa de que no le sea del mercado laboral juvenil es-
ra bien, ésta no parece una labor trabajo precario renovado su contrato de perma- pañol está ensombrecido por
necesaria para nadie. Seguro que El Nuevo Modelo de Fuerzas Ar- nencia, es decir, su trabajo (el una tasa de paro cercano al
la mayoría de los soldados que madas gravita sobre la elimina- sueldo con el que viven segura- 40%, con claros desequilibrios
han sido llamados a filas hubie- ción del actual servicio militar mente el soldado y su familia, geográficos y sociales25. Estamos
ran preferido seguir viviendo en obligatorio y su transformación –¿o se les prohibe casarse y tener ante tasas de paro juvenil que
sus casas. Por tanto, hay que bus- en otro totalmente profesional hijos?–). Por consiguiente, po- minimizan la capacidad de se-
car otra función alternativa a la (aunque aquí mantengo que es dríamos estar ante la generación lección de los jóvenes sin em-
hostelera. La hipótesis explicativa más adecuado denominarlo co- de una figura de empleo público pleo, sobre todo en los que no
que propongo es muy simple y, mo seudoprofesional), modifica- precario y sujeta a un despido tienen expectativas. En este es-
por tanto, fácilmente refutable. ción que se centra en la sustitu- libre camuflado, condicionada cenario social aparece el Minis-
La tropa española ha sido inmo- ción de la tropa de ciudadanos por renovaciones de contrato terio de Defensa haciendo una
lada durante lustros con el obje- (que cumplen un deber consti- que quedan al arbitrio de la pa- oferta anual de empleo público
tivo de ocupar en algo a la temi- tucional) por trabajadores (que tronal de turno, en este caso el de 10.00 a 15.000 puestos re-
ble institución militar. Supongo realizan la tarea a cambio de un Ministerio de Defensa y sus ca- munerados y con un horizonte
que era suficiente con que los mi- salario). Estamos ante una mer- pataces, los mandos militares. laboral de cinco años. La pre-
litares no se dedicaran a pensar: cantilización del servicio militar, Eso sí, y me parece que aquí es- gunta más adecuada no es
¿Qué hacemos? ¿Cuál es nuestra esto es, del “derecho y deber de tá el truco, esta profesionaliza- ¿quién acudirá a la llamada?, si-
misión en España? Había que defender a España”22. Nada que ción va a afectar a menos ciuda- no ¿quién puede prescindir de
mantenerlos ocupados y alimen- objetar a esta decisión política; danos y me temo que sólo a cier- la oferta de las FF AA?
tados (material y simbólicamen- por cierto, más cara económica- La respuesta la basamos en la
te) con algo que estuviera fuera mente23. Mi crítica no está diri- combinación de cinco factores
del ámbito político20. Lo más fá- gida a la creación de una tropa que nos permiten apuntar el per-
24 “La permanencia media deseable
cil era continuar entreteniéndoles fil general de los jóvenes que no
en activo para la tropa y marinería pro-
con lo que venían haciendo, pe- fesional se cifra en un periodo de cinco alimentarán nunca la tropa pro-
ro esto ha tenido un coste social: a seis años…”. Nuevo Modelo de Fuer- fesional, los nuevos excluidos.
21 Sobre el proceso de cambio y su zas Armadas, proyecto presentado por el
hemos ofrendado un año de la Desde un enfoque socioeconó-
repercusión en los derechos de la ciu- Ministerio de Defensa al Congreso de
dadanía puede verse García de la Cruz, los Diputados en el mes de diciembre
mico, los pertenecientes a las cla-
1998c y 1998d. de 1996. Aunque el propio ministro de- ses sociales con más recursos eco-
22 Artículo 30.1 de la Constitución
18
clara, por otro lado, que un 15% de los nómicos. Desde una perspectiva
Goffman, E. (1972), pág. 13. española de 1978. soldados profesionales podrán tener em-
19 Reconozco la capacidad descrip- 23 Sin olvidar que en contraste con económico-regional, los residen-
pleo durante toda su vida laboral en las
tiva y profundidad de esta denomina- el coste puramente económico están los FF AA (Abc, viernes, 13-3-98, pág. 28). tes en las zonas con mayor espe-
ción que he leído a Cachinero (1992), costes sociales, educativos, etcétera, que Pero, no se sabe quiénes ni cómo ni por
pág. 172. también conviene valorar antes de apre- qué. Bien pensado, este embudo (un
20 Estas afirmaciones requieren mu- surar un balance positivo o negativo de 15% del total se salvarán) todavía em-
chas matizaciones y argumentos, pero 25 Véase, VV AA 4. Informe España
esta o cualquier otra reforma, véase: Co- peora más el escenario laboral, le añade
esto desviaría el objetivo de este trabajo. sido (1992). un grado más a la amenaza del despido. 1996, págs. 77-165. (1997).

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LA SEUDOPROFESIONALIZACIÓN DE LA TROPA

ranza de empleo (esto es, en las los responsables del Ministerio nado para que se puedan come- En estas circunstancias cabe
ciudades y pueblos con creci- de Defensa. La voz de la tropa ter verdaderas atrocidades labo- preguntarse quién defenderá los
miento de empleo). Si tomamos profesional será menos crítica, rales con la tropa profesional. intereses individuales y colecti-
en consideración la variable na- más sumisa y dependiente eco- Reconozco que estoy siendo vos de estos empleados públicos.
cionalista, aquellos que viven en nómicamente. Todo ello gracias muy pesimista. Podría ser que ¿Dónde, cómo y quién protegerá
las comunidades autónomas con a la preselección social antes des- ante la tropa profesional los a un soldado profesional de una
un sentido nacional propio (co- crita28. En cualquier caso, si dan mandos cambien su actitud y no negativa a renovarle su contrato o
mo Cataluña o el País Vasco). problemas, siempre tendrán utilicen su amplia y arbitraria de una sanción disciplinaria in-
Según la formación, se autoex- abierta la salida al mercado de potestad sancionadora. Segura- justa? ¿Qué organizaciones en-
cluirán los que tengan titulacio- trabajo. mente es una deformación pro- carnarán sus intereses ante el Mi-
nes universitarias o profesionales Por otra parte, lo que ahora fesional pero estoy convencido nisterio de Defensa32? ¿Serán re-
con demanda en el mercado de mismo, con altas tasas de paro de que si un puesto organizativo presentados por sus mandos
trabajo civil. Y finalmente, desde juvenil, permite a las FF AA se- posibilita el mando personal y naturales ante otros mandos no
una perspectiva sociopolítica, leccionar y mantener una situa- arbitrario, la mayoría de los que naturales? No es aconsejable con-
aquellos ciudadanos con una ac- ción de fuerza, puede cambiar tengan el privilegio de ocuparlo fiar en el paternalismo y el ya
titud más crítica hacia lo militar en su contra, y entonces tendrán acabarán utilizándolo, en una mencionado código caballeresco
y los símbolos que abanderan. que ser más seductores, salir al ocasión u otra. El equilibrio de del perfecto oficial en el que se ha
Si cruzamos estos cinco perfiles mercado de trabajo y competir los intereses en conflicto no pue- parapetado la organización mili-
de exclusión obtenemos un pa- con otras ofertas29. Sin embargo, de quedar en manos de la su- tar española para defender la si-
norama inquietante: los candi- y esto es pura predicción (cien- puesta bondad, misericordia o tuación de indefensión de la tro-
datos a tropa profesional pro- cia-ficción), creo que las FF AA sabiduría de los siempre auto- pa hasta el día de hoy. Un desfa-
vendrán mayoritariamente de buscarán incrementar su atrac- proclamados como justos y cer- sado paternalismo basado en la
sectores sociales definidos por la tivo sin cambiar lo que no han teros jefes o patrones. idea de que los mandos son los
ausencia de esos cinco rasgos. A querido modificar hasta ahora y, En el ámbito militar la defen- que protegen, cuidan e incluso
este complejo proceso social de probablemente, acudirán a be- sa de los intereses se realiza indi- están al servicio de la tropa. Pare-
selección hay quien, sarcástica- neficios vía BOE o aumentar los vidualmente por el conducto re- ce más conveniente que los inte-
mente, lo ha denominado “eliti- salarios vía presupuestos. glamentario, esto es, a través de reses de un colectivo de afecta-
zación por debajo”26. la cadena de mando. Por ejem- dos, en este caso el de la tropa y
De esta manera, el Nuevo 3. Todavía peor, plo, si a un soldado le han san- marinería profesional, sean de-
Modelo de Fuerzas Armadas es- ‘trabajadores siervos’ cionado o no le conceden lo que fendidos por ellos mismos; nun-
quiva a los jóvenes potencial- Efectivamente, como ya hemos él considera un derecho tienen ca por unos terceros que tienen
mente más censores, seleccio- mencionado, el nuevo modelo que plantear una reclamación sus propios intereses en el mismo
nando la tropa profesional de un no rectifica la potestad discipli- ante los jefes superiores al mando escenario laboral y, además, son
sector juvenil reducido27, pero nar sino que, muy al contrario, implicado y posteriormente, en los jefes de los primeros.
con menos expectativas de tra- entiendo que se le añade un los casos que proceda, un recur- ¿Cómo se puede catalogar a
bajo. Con este cambio, los ges- nuevo instrumento, seguramen- so por lo contencioso adminis- unos trabajadores sujetos a una
tores de Defensa han enmudeci- te más poderoso aún: el despido trativo. Esta vía de reclamación disciplina como la descrita? Con
do la voz de los más críticos y de libre. Debemos preguntarnos se ha mostrado repetidamente contratos anuales o bianuales re-
la forma más simple, dejándolos qué figura laboral producen es- inútil30. No ofrece garantías a los novables a criterio de sus supe-
fuera del ámbito militar. Preci- tas condiciones de trabajo tan afectados y, por tanto, es inca- riores. A empleados públicos
samente, este rediseño permitirá frágiles. ¿Quién se atreverá a paz de canalizar y solucionar los que tienen prohibida su sindi-
que aunque la situación discipli- quejarse de qué, cuándo, ante conflictos surgidos en las activi- cación o asociación reivindica-
naria de la nueva tropa llegue a quién y qué consecuencias ten- dades cotidianas, como las san- tiva; por tanto, a trabajadores sin
ser incluso peor que la descrita dría para el demandante? A la ciones por faltas leves. En el me- fórmula de negociación colecti-
para el servicio militar obligato- luz de este panorama, y con los jor de los casos ha servido para va de sus condiciones de trabajo.
rio, apenas genera problemas a antecedentes de la dinámica dis- solventar asuntos puramente bu- Trabajadores cuya vía de recla-
ciplinaria que hemos visto, el rocráticos que no implican recla- mación individual está super-
nuevo escenario militar está abo- maciones directas ante una or- puesta a la propia cadena de
26 “… Con el modelo profesional se
den de la cadena de mando in- mando que ha de ser la causa de
corre el riesgo de una cierta elitización mediata. Ni siquiera el acuerdo los problemas que podrían de-
por debajo en la composición de sus in-
tegrantes…”, Moya (1992), pág. 102. 28 Voz (voice) concepto propuesto entre el Ministerio de Defensa y nunciar. A una situación labo-
27 La hipótesis es que una parte de en Hirschman, (1970). el Defensor del Pueblo consiguió ral exenta de los imprescindibles
29 “Se trata, pues, de una situación
los jóvenes se autoexcluirán por cual- recoger este tipo de quejas31. mecanismos de control y fiscali-
quiera de las cinco razones enumera- fuertemente competitiva, teniendo en
das, pero a esto hay que añadirle aque- cuenta, además, que el empleo en el sec- zación que garantice los dere-
llos que prefieran cualquiera de las ofer- tor civil es abundante para los jóvenes chos fundamentales o laborales
tas de empleo público que realizan las relativamente descualificados. Debo se- de cualquier trabajador.
fuerzas de seguridad. De hecho, parte de ñalar que, ni siquiera con una opinión 30 En este sentido pueden verse los
esta hipótesis se podrá refutar cuando se pública favorable y promilitarista como informes anuales de la Oficina del De-
conozca cuántos aspirantes hay a las la actual, hubiera sido posible cubrir las fensor del Soldado.
12.703 plazas que Defensa ofertará en el necesidades del Ejército con personal 31 Al menos, en un número estima- 32 En algunos países europeos está
año 1998. ¿Cuántos aspirantes hay pa- cualificado –y subrayo lo de cualifica- ble. Puede verse en las estadísticas de permitida la asociación o incluso la sin-
ra las plazas en otras ofertas públicas? do– si no hubiera sido por la participa- los Informes del Defensor del Pueblo dicación de la tropa, véase: The Guide
Normalmente la proporción es de 10 ción de las mujeres…”, Franklin, Pág. comparando los años 1988, 1989, book for creating o representantion sys-
por cada plaza, cuando no de 100. 40, 1992. 1990, 1991 y 1992. tem for conscripts, 1993.

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JUAN JOSÉ GARCÍA DE LA CRUZ

Según he ido enumerando es- palda al espejo social que les esta- realizar un cambio radical en el civil nutra directamente la tropa
tas circunstancias laborales se ha ba reflejando todas sus incon- trato y el concepto del soldado; pero no que nuestros más bri-
perfilado nítidamente una figu- gruencias y fallos (asociaciones ahora tienen que seducirles, hay llantes universitarios o profesio-
ra laboral más cercana al medie- juveniles, objeción de concien- “que conseguir un equilibrio en nales puedan pasar a formar par-
vo que al siglo XX y, por su- cia, Oficina del Defensor del el que quepan tanto la disciplina te directamente de los cuadros
puesto, inaceptable para el XXI. Soldado, familiares de soldados, y el respeto a la autoridad co- de mandos superiores (excepción
La reforma (el Nuevo Modelo de medios de comunicación, etcé- mo la lealtad que induzca a se- hecha de los cuerpos de: juristas,
Fuerzas Armadas) ha llevado a tera). Ahora se han comprado; guir en el ejército… No obstan- médicos, psicólogos, sacerdotes
la tropa española desde ciuda- mejor dicho, la sociedad espa- te, conseguir este equilibrio re- y la falsa puerta de la escala de
danos siervos a trabajadores sier- ñola les está pagando un espejo quiere que los oficiales y complemento). En cualquier ca-
vos. sumiso: una tropa joven, amor- suboficiales pasen; a su vez por so, incluso estas estrechas ranuras
dazada por las necesidades eco- una transición que les lleva a ser de acceso alternativo obligan al
4. Asuntos que no nómicas (eso sí, supuestamente conscientes de este ambiente y paso por el filtro; éste sí que es
se han abordado libre de firmar o no su ingreso), estar dispuestos a promoverlo y asimilador de alguna de las aca-
Ya hemos visto que el Nuevo que por tanto, rehusará la queja mantenerlo”36. demias generales, instituciones
Modelo de Fuerzas Armadas y que provocará menor eco so- que generan el único colectivo
propuesto no solucionaba dos cial (el número de padres, ami- B) Sin cambios en la carrera digno de alcanzar los altos em-
insuficiencias que la organiza- gos y familiares que les respaldan militar. El atrincheramiento de pleos del escalafón militar.
ción militar arrastra desde su an- disminuirá enormemente); y los intereses de la élite burocrá-
terior etapa (fracaso en la asimi- además, todo ello lo sufraga esa tica militar en el diseño de esta C) Sin vía de reclamación fia-
lación y abuso disciplinario33). sociedad civil que protestaba. reforma se muestra con toda su ble. El tercer asunto que tam-
Pero a esto hay que sumarle que No es por nada, pero la jugada crudeza cuando observamos que bién ha evitado esta reforma es la
este proyecto tampoco prepara les ha salido redonda (¿A quién la profesionalización de la tropa generación de una vía de recla-
a las FF AA, al menos en tres as- o quiénes?). no ha modificado el diseño de la mación que ofrezca garantías a
pectos esenciales e ineludibles en carrera militar precedente. Se los potenciales usuarios, espe-
cualquier proceso de profesiona- A) El reciclaje de los cuadros mantienen sin cambios los pri- cialmente la tropa. La creación
lización de la tropa: a) el reci- de mando. Curiosamente, para vilegios que los oficiales y jefes de un canal de queja de confian-
claje de los cuadros de mandos; lograr esta tropa de trabajadores alcanzan con el acceso directo a za y efectivo aparece como un
b) la reforma de la carrera mili- siervos, la formación y el mode- través de las academias generales. requisito ineludible para apun-
tar, y c) la puesta en marcha de lo de mando no ha tenido que Estas instituciones seleccionan y talar el atractivo de un servicio
una vía de reclamación fiable y cambiar en nada más allá de las moldean un perfil concreto de militar profesional38. Este tipo
potente al servicio de todos los normales modificaciones gene- los futuros jefes militares, lo que de iniciativas no entra en con-
miembros de las FF AA, espe- racionales y las nuevas salidas faculta perpetuar una élite bu- flicto con la estructura de man-
cialmente de la tropa. En lugar profesionales que les ofrece la in- rocrática con creencias e intere- do, a no ser que se tenga un con-
de acometer estos problemas, la tegración de nuestro país en to- ses independientes de la propia cepto autoritario y trasnochado
organización militar ha buscado das las organizaciones interna- organización. Y, por supuesto, de lo que es el mando. De hecho,
una salida, me temo que provi- cionales. permite un dominio total sobre una fuerzas armadas tan poco
sional, poniéndoles una sordina. ¿Es posible modificar una or- la entrada en la cúspide de la or- sospechosas de ineficacia o de
Arteramente pretenden buscar ganización que es el ejemplo ganización militar; esto es algo a debilidad disciplinaria como son
la solución de sus fallos de la más radical de la jerarquía sin lo que, según parece, no se quie- la US Army tienen en marcha la
misma forma que la madrastra transformar la formación34 de re renunciar37. figura del Inspector General (IG),
de Blancanieves: rompiendo el sus cuadros de mandos y diri- Llama la atención que esta re- una especie de ombudsman mili-
espejo que insiste en decirles que gentes? Sinceramente, no. Cual- forma permita que la sociedad tar. Al IG puede acceder directa-
no son los mejores. quier innovación debe comenzar mente cualquier miembro de las
El nuevo diseño permite a la precisamente en y sobre los cua- Fuerzas Armadas, de forma ver-
burocracia militar volver la es- dros de mandos y dirigentes de 35 “En EE UU, una de las tareas
bal y escrita, e incluso se admi-
la organización. En este sentido más complejas en la transición ha sido
ten quejas anónimas39
se han pronunciado quienes han precisamente la formación de oficiales y Como es sabido, las FF AA
estudiado y protagonizado pro- suboficiales… la formación de los man- españolas no han afrontado este
33 En este sentido se pronuncia el dos militares es un aspecto tan relevan-
cesos de profesionalización en problema. Pero esta omisión es
CGPJ en su informe sobre el Antepro- te como el apoyo a los militares por
yecto de Ley Orgánica de Régimen Dis- otros países35. Las Fuerzas Ar- parte de la población civil”, Franklin, más llamativa cuando todas las
ciplinario de las Fuerzas Armadas, emi- madas que cuentan con tropa pág. 43, 1992. administraciones públicas espa-
tido el pasado 2 de julio de 1997, ci- 36 Franklin Pág. 44, 1992.
profesional están obligadas a 37 “No obstante, mientras la élite
ñolas han acometido con enorme
tando y haciendo suya la Sentencia del
Tribunal Constitucional 21/1981, de florezca como clase social o como equi- entusiasmo la defensa de los in-
15 de julio: “… La separación entre De- po de hombres que ocupan los puestos
recho disciplinario y Derecho penal mi- de mando, siempre seleccionará y for-
litar adquiere así un relieve especial, 34 Hace cinco años Gustavo Suárez mará ciertos tipos de personalidad y re-
pues, dada la dificultad de establecer Pertierra afirmaba que: “… es impres- chazará otros… Desde el punto de vis- 38 “Safeguarding individual rights
una línea divisoria nítida entre la acción cindible trabajar en la reforma de la en- ta del biógrafo, un hombre de las clases becomes one of the various induce-
disciplinaria y la acción penal, bastaría señanza militar … reestructuración de altas está formado por sus relaciones ments to the enlistment and retention
con calificar una infracción de discipli- los centros docentes militares y en la re- con otros como él en una serie de pe- of personnel as well as a strategy to en-
naria para así sustraerla a la obligación visión y racionalización de los cursos de queños grupos íntimos por los cuales sure effective organizational perfor-
fundamental de seguir un procedimien- perfeccionamiento y altos estudios mi- pasa y a los que puede volver a lo largo mance”, Evan, pág. 100, 1993.
to con las debidas garantías”. litares”, Suárez Pertierra, pág. 32, 1992. de su existencia”. Mills, pág. 22, 1987. 39 Evan págs. 99-103, 1993.

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LA SEUDOPROFESIONALIZACIÓN DE LA TROPA

tereses de los ciudadanos, tanto Defensa. f ) Resto de fuerzas políticas. como está planteado, nos per-
colectiva como individualmente. Si, como hemos apuntado, los Pues bien, a la hora de la verdad demos haber pasado en España
Podríamos decir, incluso que la objetivos y fines de cualquier or- este hipotético hexágono de in- por la fase de ciudadanos solda-
figura del Defensor del Pueblo a ganización están sometidos nor- tereses se ha quedado en un dos48. Un servicio militar en el
la que se asemeja tanto el inspec- malmente a las leyes de la ambi- triángulo (los famosos iron que el protagonista es el ciuda-
tor general americano se ha pues- güedad y anarquía, en el asunto triangles, compuestos por Go- dano, no el militar de carrera. Y
to de moda en España, segura- que analizamos estos dos factores bierno, burocracia y grupos de en el que los mandos hubieran
mente como la fórmula más ac- se han elevado al cuadrado. La presión). En efecto, el diseño de tenido que efectuar un esfuerzo
cesible que puede legitimar la razón de ello está en que la or- la reforma ha sido producto de de humildad y adaptación a la
gestión pública y, sin duda, me- ganización militar española ha tres grandes colectivos de afecta- realidad social, política y educa-
jorar el servicio de las organiza- vivido en los últimos 20 años dos: a) los conscriptos, repre- tiva de la juventud española. De
ciones públicas a sus usuarios40. dos grandes cambios de su en- sentados por varias ONG y mo- este modo, se ha tirado por la
torno. En el ámbito nacional, la vimientos antimilitares; b) los borda el esfuerzo histórico vin-
5. Una reforma a la carta democratización política y, en el grupos parlamentarios que sus- culado a esa institución social,
Una decisión de la envergadura internacional, la revolución mili- tentan al Gobierno y; c) la élite que ha sido “lo más de millones
que ha tenido la profesionaliza- tar que han implicado el desmo- burocrática militar. El desenlace de españoles que han servido en
ción de la tropa, sin ninguna ronamiento del bloque soviéti- ha sido el lógico en una situa- los ejércitos a lo largo de estos
duda, ha dejado un rastro de co y la incorporación de las in- ción como la descrita: los tres últimos 20 años”.
dramas organizativos. Intereses novaciones tecnológicas44. colectivos que han participado Con estos enunciados no se
legítimos pisoteados o ignora- Recurriendo a una metáfora en la negociación han defendido está defendiendo el sistema de
dos; otros sobrevalorados e, in- marinera podemos decir que en y alcanzado gran parte de sus leva obligatoria; ni mucho me-
cluso, algunos sorprendente- medio de esta gran marejada los objetivos, naturalmente a costa nos rechazando la profesionali-
mente fortalecidos. De hecho, burócratas militares han conse- de los que han quedado fuera zación de la tropa. Simplemente,
el análisis de los procesos de de- guido llevar la nave a su puerto. (víctimas de la negociación, per- se deja constancia de que se ha
cisión en las organizaciones ha Y por el camino se han despren- judicados sin voz, los protago- sepultado viva a una institución
sugerido a los más inteligentes dido de la carga que podía ha- nistas de los dramas mudos o si- social, el servicio militar obliga-
analistas la conveniencia de uti- berles hundido su nave; nos re- lenciados de este nuevo modelo torio49, sin analizar pública-
lizar los conceptos de ambigüe- ferimos al servicio militar obli- de las FF AA). mente dónde radicaban sus de-
dad y anarquía organizativa, que gatorio. Por otra parte, la decisión de fectos y posibles virtudes, hur-
nos indican la conveniencia de Asumiendo que “los colecti- la profesionalización de la tropa tando a la sociedad española un
moderar el entusiasmo por los vos no poseen otras intenciones ha eliminado totalmente al co- debate profundo y sosegado so-
análisis predictivos y, sobre todo, que las que les impongan los in- lectivo de conscriptos; ya nadie bre la modificación de sus
la prudencia de no caer en el es- dividuos que ocupan puestos y tendrá que ir al servicio militar FF AA50.
pejismo de los post factum41, en roles en ellos… instituciones y obligatoriamente. Desde esta perspectiva, de lo
los que extrañamente todo en- colectivos carecen de intencio- De esta manera, el diseño fi- que no se ha hecho, la reforma
caja, como si la realidad no fue- nes. Sólo los hombres están do- nal del nuevo modelo de FF AA hacia la profesionalización que
ra paradójica. tados de ellas. Las instituciones ha quedado en manos de los bu- se ha realizado en España se
Las FF AA españolas encajan no piensan, salvo en sentido me- rócratas militares y el Gobierno. muestra como un proceso ate-
en el modelo organizativo que tafórico”45. La literatura sobre las formas rradoramente frívolo y superfi-
Henry Mintzberg ha denomina- Veamos quién ha pensado por que tiene la burocracia de influir cial. Pienso que las Fuerzas Ar-
do “sistema cerrado”42, en el que la institución militar en la ela- en un proceso de reforma como madas no deberían haberse de-
todo el poder está en manos de boración de esta reforma46. En éste es infinita, pero, en cual- sembarazado del servicio militar
una coalición interna que se sir- principio se puede hablar de seis quier caso, siempre coincidente obligatorio tan alegremente. Es-
ve a sí misma, en el caso que ana- grandes colectivos de afectados en que su poder de influencia es tamos a las puertas de un nuevo
lizamos, lastrada por una ideo- por la profesionalización y, en enorme47. siglo, en el que se nos propo-
logía decimonónica. general, por el diseño de unas En definitiva, el modelo de nen, al menos en los países de-
La coalición dominante en nuevas FF AA: a) ciudadanos FF AA que se ha elaborado pare- sarrollados, múltiples ocupacio-
nuestras FF AA está compuesta llamados al servicio militar obli- ce un premio a la élite burocráti- nes no laborales51. Estamos en-
por la élite burocrática mili- gatorio (más su familia y ami- ca militar (que, por cierto, ha si- trando en un periodo en el que
tar43, esto es, los oficiales y jefes gos que les apoyan); b) jóvenes do la principal responsable del la población adulta puede de-
militares que ocupan puestos de que conformarán la tropa profe- fracaso del servicio militar obli- dicar una parte cada vez mayor
dirección en el Ministerio de sional; c) suboficiales; d) Oficia- gatorio), penalizando, al mismo
les y jefes; e) Gobierno (grupos tiempo, a la sociedad con un in-
parlamentarios que lo apoyan); cremento del gasto en Defensa. 48 Puell de la Villa, especialmente el
40
Este tema está tratado en: García capítulo IV. La génesis del ciudadano-
de la Cruz (1995) y (1998c). 6. ¿Qué nos perdemos? soldado, págs. 101-138, 1996.
41 Como indicaban dos grandes au- 49 Por cierto el servicio militar obli-
tores de la sociología de las organiza- 44 De llevarse a término este pro- gatorio es el modelo al que finalmente
Sobre este tema puede verse Co-
ciones: “Los motivos y las intenciones se hen (1996) y, Lutwak (1995) y (1996). yecto de profesionalización, tal recurren todos los países cuando las co-
descubren post factum (March, 1972)”, 45 Giner, pág. 86, 1997. sas se ponen muy difíciles, es decir, si la
March y Olsen pág. 253, 1993. 46 En este apartado estoy realizando guerra llega de verdad a su territorio.
42 Mintzberg págs. 377-392, 1992. 50 Debate que, por ejemplo, se ha
un análisis post factum, que ya hemos ca-
43 Sobre el concepto de élite buro- 47 Sobre este tema se puede ver Su- realizado en Francia.
lificado de espejismo de la realidad, con
crática véase, Beltrán 1977. birats, págs. 135-138, 1989. 51 Gorz, 1995.
todas sus limitaciones y encantos.

64 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82n


JUAN JOSÉ GARCÍA DE LA CRUZ

de su tiempo a tareas no remu- demy as an Assimilating Institution’, Sociology, marzo, págs. 439-447, 1946.
en Social Forces, 33, mayo, 1995.
neradas económicamente, no LUTWAK, E. U.: ‘Toward Post-Heroic
mercantilizadas. ‘European Council of Conscripts Orga- Welfare’, Foreing Affairs, 74, 3, mayo-ju-
nizations’, The Guide Book for Creating nio, págs. 109-122, 1995.
Se han satisfecho las necesi- o Representantion System for Conscripts, —: ‘A Post-Heroic Military Policy’,
dades de la élite burocrática mi- ECCO, publication number 3, 1993.

www.progresa.es/claves
Foreing Affairs, 75, 4, julio-agosto,
litar sin que ellos hayan tenido EVAN, W. M.: Organization Theory: Re- págs. 33-44, 1996.
que preocuparse por adaptarse a search and Desing, Macmillan Publishing MARCH, J. G., y Olsen, J. P.: ‘Elec-
Company, págs. 99-103, Nueva York,
los cambios de su entorno social, 1993.
ción organizativa en condiciones de
la España del siglo XXI, la socie- ambigüedad’, en Ramió, C., y Ballart,
FARIS, J. H.: ‘The Impact of Basic Com- X.: Lecturas de Teoría de la Organiza-
dad que les alimenta, según pa- bat Training: The Role of the Drill Ser- ción, vol. II., págs. 247-263, MAP,
rece, dejándoles elegir a la carta. geant’, en Goldman, N. L., y Segal, D. Madrid, 1993.
Pero, ¿por qué no se han R. (eds.): The Social Psychology of Mili- MILLS, C.: La élite del poder, Fondo de
tary Service, págs. 13-26, Sage Publica- Cultura Económica, México, 1987.
planteado estas alternativas?

claves@progresa.es
tion LTD, Londres, 1976.
Creo que se ha buscado la salida FOUCAULT, M.: Vigilar y Castigar, Ma-
MINTZBERG, H.: El poder en la orga-
política y técnica más fácil a cor- nización, Ariel, Barcelona, 1992.
drid, Siglo XXI, 1994.
to plazo (para los tres colectivos MOYA, P.: ‘Fuerzas Armadas y Servicio
FRANKLIN, J.: ‘Del servicio militar obli- Militar’, en Política Exterior, núm. 26,
mencionados), malográndose la gatorio a un ejército profesional’, en Po- págs. 95-105, 1992.
posibilidad de integrar la tarea lítica exterior, núm. 26, págs. 38-45,
1992. —: Oficina del Defensor del Soldado,
de la defensa con la sociedad. La mili tal cual, Fundación Ciencia,
GARCIA DE LA CRUZ HERRERO, J. J.:
Me temo que con esta seudopro- ‘Dos realidades del Servicio Militar: ¿Ig-
Democracia y Sociedad, Madrid,
fesionalización de la tropa que se 1991.
noradas o encubiertas?’, en Debate sobre
ha diseñado se dan la espalda, el servicio militar, págs. 117-125, Fun- PEREDA, A.: La tropa atropellada, Edi-
dación Universidad-Empresa, Madrid, torial Revolución, Madrid, 1984.
ahora sí que definitivamente, la
1987. PUELL DE LA VILLA, F.: El soldado des-
Defensa y la Sociedad. Por últi- conocido. De la leva a la ‘mili’, Editorial
—: ‘La defensa de los intereses ante las
mo, también nos perderemos autoridades públicas: ¿acción colectiva o Biblioteca Nueva, Madrid, 1996.
que nuestras Fuerzas Armadas se acción individual?’, en Reis, núm. 69, RAMBLA MARIGOT, X.: ‘Valuvas, quin-
modernicen en su cultura de págs. 36-68, 1995. tos, abuelos i bisas. La representación
mando. Mientras que en todos —: ‘La organización militar ante la paz’, de la disciplina al servei militar’, en
en García de la Cruz (coord.) El avance Papers, núm. 44, págs. 111-133, 1994.
los campos laborales los expertos de la paz, Dykinson, págs. 104-132, RUPÉREZ, J.: ‘Un ejército mixto y
y responsables de los recursos 1998. dual’, en Política Exterior (Monográfi-
humanos se han dado cuenta de —: ‘El control disciplinario en las orga- co sobre: La reforma de las Fuerzas Ar-
que la disciplina no es el mejor nizaciones: análisis de las Fuerzas Arma- madas y el servicio militar), vol. VI,
sino el peor método para alcan- das Españolas’, en Bodelon, E., y Pin- núm. 26, págs. 46-61, 1992.
contó, T., (coords.), Transformaciones SUÁREZ PERTIERRA, G.: ‘La reforma
zar mayor rendimiento laboral, del Estado y del Derecho Contemporáneo, del servicio militar en el contexto de las
el Nuevo Modelo de las Fuerzas Dykinson, Colección Oñati Derecho y nuevas Fuerzas Armadas’, en Política
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novaciones, sino que profundiza SUBIRATS, J.: Análisis de políticas pú-
en la cultura de la disciplina. En —: ‘La cultura de la reclamación como blicas y eficacia de la Administración,
indicador del desarrollo democrático: Madrid, MAP, 1989.
consecuencia, nuestro futuro tres perspectivas de análisis’, en Politeia,
Ejército seguirá utilizando y sos- núm. 22 (en prensa), 1998. STOUFFER, S.; SUCHMAN, E. A.; DE-
VINNEY, L. C.; STAR, S. A., WILLIAMS,
pecho que abusando autoritaria- —: ‘Elaboración de una investigación R. M.: The American Soldier: Adjust-
mente, del instrumento discipli- socio-jurídica: el descubrimiento de las ment During Army Life, vol. 1, Prince-
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nario, aunque todo esto son só- en Domínguez, J. L., y Ramos Ulgar,
lo predicciones y espero que no M. A. (coords.), La joven sociología jurí- VV AA: Informe España 1996, Funda-
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forma de las Fuerzas Armadas.

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
65
ARTES PLÁSTICAS

RESURRECCIÓN
DEL CADÁVER EXQUISITO
JOSÉ MARÍA GARCÍA LÓPEZ

S
e debe la siguiente reflexión cir: la ingenua rareza se cifra en plano, más o menos poroso o sa- ámbito pasado, arcano e inme-
a dos primeras causas liga- suponer que de alguna zona (no tinado, no fuera cuadrado o rec- diato, lo mismo que a otro futu-
das entre sí. Una, la con- propiamente pictórica en cuanto tangular, vertical o apaisado. Ni ro casi infinitamente misterioso.
templación en la Fundación a sugestión formal o coloratura qué decir tiene, por otra parte, Así, el primer interventor en un
Thyssen-Bornemisza, de Ma- matérica –ni ahora ni entonces– que los surrealistas realizaban sus cadáver proyectado entrega al se-
drid, donde estuvo expuesta des- ni quizá demasiado original) del cadáveres exquisitos poniendo gundo un verdadero y ciego tes-
de noviembre de 1996 hasta fe- cadáver exquisito podría dispa- sobre la mesa materiales e ins- tigo, igual que éste reenvía un
brero de 1997, de la colección rarse un proyectil de transforma- trumentos dibujísticos y pictó- imparcial mensajero al tercer co-
de Juegos surrealistas, consistente ción sobre una finca social co- ricos normalizados por el merca- laborador, y así sucesivamente
en 100 cadáveres exquisitos, di- mo en la que vivimos, minada do: los previsibles productos de- hasta el fin del espacio. Por unos
bujos colectivos, de Breton, Pi- por las armas habituales y tan lineadores y cromatizadores de instantes que remontan el tiem-
casso, Dalí, Miró, Eluard, Tan- manifiestamente mejorable. Esa las láminas. Y digamos también po queda flotando en la hoja la
guy, Lorca, Granell, etcétera. Di- zona propuesta se sitúa precisa- de una vez que su oreada telepa- absoluta aceptación de unos
cha exposición, la más exhaustiva mente en los puntos de conexión tía amistosa no puede impresio- hombres por otros, la entrega
en su género desde la organizada entre los distintos trazos de los nar en cuanto a la coherencia de más generosa en interés de to-
por André Breton en 1948 en la participantes en el juego, o sea, las monstruosidades globales ob- dos, en interés abierto o sin ob-
galería La Dragonne, de París, ha en un territorio de creatividad tenidas. Es evidente que se bus- jeto previo.
sido posible sobre todo, respecto tendente a cero. ca lo monstruoso adyacente a lo Un brote de emoción delica-
a su fondo artístico e imaginati- Es sabido el procedimiento monstruoso humano conocido, da surge en los últimos trazos de
vo, gracias al admirable empe- surrealista empleado en la elabo- según la idea de revolución y re- cada colaborador. Las líneas va-
ño de Jean-Jacques Lebel, obvio ración de cadáveres exquisitos, lación marxista que tantos que- cilan, se desnudan de su parti-
comisario de la muestra por su gráficos o literarios (aunque nos braderos de cabeza supuso en los cular vocación estilística, pare-
directa relación con los surrea- centraremos en los primeros), años treinta al difícil tándem cen temblar ante lo desconocido
listas, por su dedicación de años ocultando sucesivamente cada Breton-Aragon y a sus múltiples de su continuación, de la con-
a seleccionar y reunir 100 arte- colaborador, una vez utilizada en compañeros de viaje y pasajeros tradicción presumible y casi
factos de entre más del triple solitario secreto la parte del papel disidentes o expulsados. siempre materializada. A la vez,
considerados y por las cualidades de su correspondiente expresión, Pero no es esa concatenación la conexión y la partida oscilan
mismas de este escritor, en cuan- signo o grafía elegidos a mayor o técnica ni el marco previo im- desde esas bases, prolongan res-
to lúcido y apasionado intérpre- menor conciencia y expectativa puesto ni la fusión conceptual petuosas las puntas de las ramas
te recreador de las propuestas del de seguimiento. Así, la hoja de antropoteratológica lo que aquí tendidas, las yemas que resultan
surrealismo y sus inmediaciones papel en cuestión se va plegando se pretende analizar o recondu- a un tiempo radicales cofias za-
estéticas y filosóficas. tantas veces –menos la de la úl- cir, sino esas otras líneas sólo padoras o “rizomas de depen-
La otra causa parte de la elec- tima actuación, claro– como marcadas por los pliegues de las dencia recíproca”, según termi-
ción de una rareza contemporá- participantes intervengan (casi hojas, patentes al extenderlas en nología de Félix Guattari1.
nea, tal vez no contaminada de siempre no muchos más de tres, virtud de lo que podríamos lla- Pero tal raíz o brote afectivo
falsedad, horror ni desesperanza: en sentido vertical, de arriba aba- mar memoria del papel o me- no es de vibración muy distinta
la ingenuidad voluntaria (y se- jo, y en una hoja rectangular moria de la materia en general. de la de un sentimiento de soli-
guramente necesaria) con que se –gran condicionante este últi- En tales surcos no gráficos, sino daridad humana más acostum-
propone una reconsideración de mo, dicho sea de paso, así como más bien de costura sin hilos, ya- brado a inclusión sociopolítica
más graves relaciones humanas a la inercia antropomórfica de los cen las partículas discretas donde que a juego artístico. Y viene, por
partir del fenómeno déjà-vu, pe- actantes–). los lápices, rotuladores, plumas o ejemplo, a la memoria un gesto,
ro tan activo como cuando nació De todos modos, pocas alter- pinceles apenas tocan para des- igualmente exquisito, del prota-
en 1925, que es el cadáver ex- nativas de procedimiento que- pegar hacia cada espacio adjudi- gonista Dersu de la gran pelícu-
quisito. Ahora bien, entendamos darían, teniendo que aceptar una cado a un impuro, pero irremi- la de Akira Kurosawa (repuesta
la condición de in-genuo en un superficie convencional de plas- sible, azar. recientemente en cine y televi-
triple sentido, no sólo etimoló- mación que permitiera ir ocul- Esas partículas devienen en- sión) El cazador: el expresado
gico: como lo cándido candente, tando zonas tomadas. A un pro- tonces semillas inconcretas pero
lo noble generoso y lo engendra- longado hábito repele además la de doble efecto, núcleos míni-
do dentro o nacido libre. Es de- elemental posibilidad de que, en mos de significación, más que 1 Félix Guattari: Chaosmose. Édi-
todo caso, tal soporte de papel meros enlaces, apuntando a un tions Galilée, París, 1992.

66 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA 82


n
cuando, en su oficio de guía del su deja un punto de apoyo a
destacamento ruso que explora quien no conoce, e incluso a
la taiga, le pide al capitán que quien quizá no lo aproveche
deje arroz, sal y cerillas en una nunca, los cadáveres exquisitos
cabaña abandonada para el caso nos muestran hoy, en nuestra
de que algún hipotético cami- impuesta soledad de sujetos per-
nante extenuado acierte a pasar didos, un puente raro de comu-
por allí. El mismo Dersu repara nicación, una de las marcas más
la cubierta de cortezas ante los nítidas de entrega y confianza en
ojos atónitos de los soldados, los otros. Y no suponen tanto
mientras el capitán, impresiona- ciertas frivolidades, entreguismos
do por la generosidad del hom- y abandonos surrealistas, lo efí-
bre, manda cumplir la solicitud y mero y casual de esos centelleos
vacila también, como un nexo rizomáticos ni lo aislado del
surrealista, observando la natural mencionado gesto mongólico,
conducta, sin convencional agra- como el hecho de que tan puras
decimiento siquiera, del otro. inflexiones aún puedan detec-
Por fortuna, cabe esta pere- tarse, y con extraordinaria avi-
grina asociación, tratando de lo dez actual, no importa desde qué
que se trata, y tan lógica es la instantáneo punto de vista.
impasibilidad bondadosa del John Berger ha escrito hace
guía mongol como tenues y res- muy poco que “no se puede de-
petuosos los citados puentes ca- finir un cuadro haciendo una lis-
davéricos. La cabaña de abedu- ta de lo que hay en él, ni siquie-
les, tan levemente provista, se ra enumerando todas las pincela-
erige de ese modo en un libre das: un cuadro se convierte en lo
reclamo, ya indestructible, de vi- que es de acuerdo a cómo man-
da intensa y pacífica. Dersu no tiene unidas las cosas, o a cómo
sabe del todo lo que significa su no consigue mantenerlas uni-
reparación, lo mismo que An- das2”. Es sabido, y sin embargo
dré Breton o Ives Tanguy tam- no viene mal reconsiderarlo en
poco intuirían todo lo que po- expresión tan palmaria, como
drían sugerir sus pliegues lúdi- André Breton tampoco cerciorarse de que un
cos, coordinantes, causales o ingenio humano común y co-
finales, tan arduos de obligados zación política, a toda confronta- mina por bifurcarse en raspas de rriente inventaría antes o después
reflejos como de innovación. ción dialéctica e incluso a cual- pescado, nervios raquídeos o fo- el cadáver exquisito. Lo que de
Pero no es tan relevante lo que quier imaginable construcción de liares. Tal configuración almen- veras importa es reconocer en él,
tal vez ellos pretendieran. Si to- cultura. No se trata entonces, en droide, mística u orgánica, ge- en John Berger, en el cosmos ca-
mamos un cadáver exquisito sentido estricto, de una resurrec- nera o suspende el extraño jaba- ótico y osmótico de Guattari o
(pongamos por caso uno realiza- ción del cadáver tal como podrí- lí. El animal vive de milagro en Deleuze, en la película de Kuro-
do por Dalí, Valentine Hugo, amos suponer que el Fénix rena- esa suspensión, pero no por eso sawa o en cualquier otra frontera,
Paul Eluard y Gala en 1930: el ce de sus cenizas, pues lo que pierde su fiereza ni deja de pro- el más incondicional resquicio de
que, entre otras imágenes menos aquí renace no es un trasunto del longar sus patas confusas en dos comunicación, el puente cordial
seguras, muestra una ficha dali- pobre pájaro del mito, sino una hilos de remate. Éstos se unen donde se tocan las raíces y los
niana de dominó y un jabalí que verdadera esperanza histórica, por fin en la parte inferior del frutos del abedul. n
correspondería a Eluard), vemos, una precisa ausencia visible. cadáver en una especie de antifaz
bajo los significados conjuntos En el dibujo que se contempla o gafas de cantero que miran ya
inevitables, las asociaciones bio- (el que sea, y ni siquiera es im- fuera del dibujo. Todos los par-
gráficas más o menos informa- prescindible su visualización) ticipantes se contradicen y acep- [Cuando se me ocurrió el título de es-
das, la provocación hermenéutica Dalí parece concebir la planta tan sin violencia. Toman lo más te artículo no sabía de la existencia de la
tesis de Nicholas Baker Resurrecting the
del resultado, y entre el humor, el cuyo fruto es una ficha de do- insignificante de los otros como Cadavre exquis: André Breton and the
miedo o lo desconocido real y minó. Su tallo se abandona a un si fuera matriz de su más lograda surrealist game, Courtauld Institute of
promisorio, esos filamentos co- nutriente ínfimo-fantasmagóri- realización y entregan esa posi- Art, University of London, 1995. Por
nectores, cuyo desprendimiento e co, del que Valentine Hugo se bilidad a cualesquiera otros ór- supuesto, no es extraña tal coincidencia
ni otras aproximaciones semejantes].
inocencia fuerzan al máximo los apropia sin miramiento alguno y denes o desórdenes.
límites de lo humano. Se salen con muy distinta intención. Pe- Así, lo mismo que el fiel Der-
de época e intencionalidad, fi- ro alarga lo justo las dos líneas
jando monstruosamente en lo descendentes como si esa liga-
2 John Berger: Algunos pasos hacia
mínimo una lección de conducta zón gratuita fuera de importan-
que hace innecesaria, por exceso, cia capital. Una lluvia de ocelos o una pequeña teoría de lo visible. Tra- José María García López es licencia-
ducción de Pilar Vázquez y Nacho do en Filología Hispánica y escritor.
la tolerancia. Se manifiesta supe- de pequeños senos alineados cae Fernández. Árdora Ediciones, Ma- Autor de La ronda del pecado mortal y
rior a todo correctivo de sociali- hacia el centro de la hoja y ter- drid, 1997. Memoria del olvido.

82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
67
POLÍTICA

CÓMO DESAPARECIÓ LA PRENSA


INDEPENDIENTE EN CUBA
CÉSAR LEANTE

C
asi desde su llegada al po- que mostraba a éste subiendo de sito del fusilamiento de los “cri- primeros que con los segundos,
der, Castro tuvo en el nuevo a la Sierra Maestra, pero minales de guerra” (el famoso ya que, como trabajadores que
punto de mira a la prensa. no rodeado de barbudos sino de “paredón”), que en el extranjero eran, aquéllos no podían vacilar
Primero se incautó de todos los bombines, esto es, de aduladores empezaba a ser visto como un en una elección entre sus patro-
medios de comunicación que y trepadores de ocasión. Era una “baño de sangre”, Castro tam- nos y una “revolución social” co-
habían servido a Batista o que advertencia que el popular ma- bién comenzó a atacar con más mo la que se estaba haciendo.
apañadamente le pertenecían: gacín quería hacerle para que se frecuencia a las agencias interna- Con los periodistas era distinto,
los periódicos Alerta, Pueblo, cuidara de los oportunistas que cionales de noticias, sobre todo a pues ellos estaban acostumbra-
Ataja, Mañana, la revista Gente, no habían hecho nada durante las norteamericanas AP y UPI. dos a hacer de la crítica su ins-
la emisora de Radio Mambí, y la lucha contra Batista, pero que Pero en sus diatribas incluía a la trumento más idóneo, y desde
otros. De inmediato, igualmen- ahora querían engancharse al ca- inglesa Reuter y a la francesa las páginas de diarios como Pren-
te, Revolución, órgano del Movi- rro de la revolución. Mas en vez AFP, así como “a todas las P del sa Libre, Información, El Mundo,
miento Veintiséis de Julio, salió de tomarlo así, como una adver- mundo”. En sus ataques utilizaba El País, reclamaban el cese de los
de la clandestinidad y ocupó la tencia que se le hacía, el coman- un lenguaje “nacionalista” que te- fusilamientos, la convocatoria a
redacción y los talleres de Alerta. dante estimó aquella caricatura nía mucho de demagogo. Procu- elecciones, el restablecimiento de
Como cuando era impreso en lesiva para su persona, como una raba presentar las informaciones la Constitución del 40. Ello les
mimeógrafo en los años de la forma de erosionar su prestigio, y de las agencias internacionales no valía ser blanco perenne de los
dictadura batistiana y luego co- en un mitin que se efectuó en la como dirigidas a su persona, ni ataques de Revolución y Hoy, que
mo una simple hoja también ti- compañía petrolera Shell y que siquiera al Gobierno revolucio- no apartaban de su colimador –o
rada a mimeógrafo en la Sierra estaba siendo transmitido por la nario, sino a Cuba, al pueblo cu- de la célebre “mirilla telescópi-
Maestra, su director –que había radio y la televisión, atacó dura- bano, al que querían enlodar ca” del rifle del comandante en
sido su fundador– fue Carlos mente al semanario. Yendo más mostrándolo como criminal ante jefe en la Sierra Maestra– a sus
Franqui. En poco tiempo se con- allá de lo que la caricatura podía los ojos de la opinión pública “colegas”.
virtió en uno de los periódicos significar (aunque aludió a ella mundial. La prensa local tampo- Por su lado, Fidel Castro no
más vendidos de Cuba, pues re- diciendo que él jamás había es- co se libraba de su furia, y para él perdía ocasión de agredir a la
presentaba a la revolución, era tado rodeado de bombines ni lo la mayoría de los rotativos cuba- prensa. Así, cuando Pedro Díaz
como la voz de la revolución, y el estaría en su vida, que aquello nos eran “reaccionarios”, si no Lanz, que era el jefe de su fuerza
público sentía avidez por leerlo. era insultante y una calumnia), “contrarrevolucionarios”, con la aérea, desertó y huyó con su fa-
Castro permitió también que declaró que él nunca impondría excepción de Revolución y Hoy. milia a Miami, acusó a los pe-
volviera a editarse Hoy, portavoz la censura de prensa, pero que sí Se alcanzó lo hiperbólico. Así, riódicos de no escribir ni una so-
de los comunistas cubanos y que podía pedirle al pueblo que no respaldándolo en su gresca, en la la letra contra el “traidor”. Y
había sido clausurado por el pre- comprara ninguna publicación guerra particular de Castro con- cuando injustamente puso preso
sidente Carlos Prío Socarrás en que fuera contrarrevolucionaria. tra la prensa, el ministro de Edu- a Huber Matos (condenándolo a
1950, sin que el Gobierno de Tal fue el impacto de sus pa- cación, Armando Hart, llegó a 20 años de prisión), a pesar de
Batista levantara la prohibición labras que los vendedores calleje- decir en una asamblea de perio- haber sido el segundo coman-
que pesaba sobre él a pesar de ros de periódicos se negaron a distas que sólo él, Castro, le decía dante con que contó el Ejército
que secretamente el partido ha- vocear el siguiente número de la verdad al pueblo. “Cuando el Rebelde y que en el momento
bía buscado que el general se lo Zig-Zag, e igual hicieron los due- doctor Castro habla”, afirmó con de su detención era el jefe militar
devolviera. Pero, a diferencia de ños de estanquillos no ponién- rotundidad, “habla por todo el de Camagüey, estalló contra la
1940, el ex sargento taquígrafo dolo a la venta. Asimismo, mu- pueblo y, por tanto, expresa la prensa que había publicado la
no quería trato con ellos. La lu- chos de sus lectores habituales opinión pública”. Con otras pa- carta de renuncia de Matos. Lue-
na de miel entre el comunismo y no osaron comprarlo, bien por labras: que Castro era la voz del go, cuando en diciembre de
el batistato había cesado. solidaridad con el jefe de la revo- pueblo. No obstante, antes de 1959 se celebró el juicio, un jui-
El primer choque de Castro lución, bien por miedo a ser til- lanzarse a un ataque frontal con- cio amañado, sumarísimo, que
con la prensa se produjo en fecha dados de contrarrevolucionarios. tra la prensa que él llamaba “bur- no tuvo sino una sola sesión y
tan temprana como enero de De esta magnitud era el dominio guesa”, Castro buscó tener como en el que apenas se le dio opor-
1959, y sorprendió a todo el que Castro ejercía ya sobre la po- aliados a los que la hacían mate- tunidad a Huber Matos de de-
mundo. Ocurrió porque el se- blación. rialmente: los obreros de los ta- fenderse, con un tribunal abso-
manario humorístico Zig-Zag Su guerra contra la prensa se lleres y los periodistas. Más fá- lutamente parcializado, Castro,
publicó una caricatura de Fidel había desencadenado. A propó- cilmente podía contar con los al terminar el proceso en el cual

68 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


n
había actuado más como acusa- Asociación de Reporteros de La
dor que como testigo, permi- Habana, que presidía el conoci-
tiéndose incluso llamarle la aten- do periodista de Bohemia Jorge
ción a los “jueces” porque el acu- Quintana, Castro maniobró pa-
sado “lo interrumpía”, esa noche ra destituir a su directiva. Y así,
se dirigió a Revolución y él mis- en una reunión amañada que se
mo eligió el titular que al día si- celebró en noviembre de 1959, y
guiente aparecería en el periódi- a la que acudió sólo un 15% de
co en grandes letras: “Aplastante su membresía, la asociación acor-
alegato de Fidel en el juicio con- dó relevar a la dirección y reem-
tra Huber Matos”. plazarla por una nueva, al frente
Mas no sólo agredía verbal- de la cual se puso a un periodis-
mente a la prensa que no le era ta absolutamente desconocido,
adicta, sino que alentaba a sus sin prestigio alguno, que no sabía
partidarios para que se mani- escribir pero sí intrigar, amén de
festasen contra ella. A ser comunista oculto (como Al-
instancias suyas, es- fredo Guevara) y sagacísimo tre-
timulada por pador: Baldomero Álvarez Ríos.
él, en sep- Dos años más tarde este mismo
tiembre de individuo sería utilizado por el
1959 una multi- Fidel Castro antiguo director de Hoy, Aníbal
tud se congregó ante el edificio Escalante, al que apodaban Ca-
del Diario de la Marina, en el níbal, mas ahora desde su cargo
céntrico paseo del Prado, frente blación negra de Cuba. A perió- prometido a respetar la libertad de secretario general de las Or-
al Capitolio Nacional, donde du- dicos como Información, Avance, de prensa. En cambio sí hizo sa- ganizaciones Revolucionarias In-
rante años había funcionado la El Mundo, El País, los tildaba de ber que “los intereses de la revo- tegradas (ORI), germen del fu-
democracia parlamentaria, y, por “servidores de la oligarquía”, tan- lución están por encima de los turo Partido Comunista de Cu-
horas y horas, estuvieron insul- to de la nacional como de la ex- intereses de los periódicos”, y ba, para liquidar a Jorge Ricardo
tando a este periódico y a su di- tranjera (los “monopolios” yan- manipuló a los obreros de éstos, Masseti, reportero argentino a
rector, José Ignacio Rivero, a quis). Con Prensa Libre se mos- y a los no muchos periodistas quien el Che Guevara había si-
quien de antiguo los comunistas traba más cauteloso por la con que podía contar, para que la tuado a la cabeza de la agencia de
motejaban Pepinillo, ya que fa- simpatía de que este vespertino ejercieran de una forma original. noticias Prensa Latina, ideada
miliarmente era conocido como gozaba entre el público y al que Fue la famosa coletilla, que a par- por él. El pretexto fue su “libera-
Pepín. Muchas veces el nombre no podía acusar de haber cola- tir de enero de 1960 comenzó a lismo” y, por tanto, el de toda la
del Diario de la Marina estuvo borado con la dictadura, ya que aparecer al pie de determinados agencia.
en boca de Castro en discursos y en los siete años que se prolongó artículos y despachos. Rezaba Esta fue la tropa de “periodis-
presentaciones en televisión y ésta siempre se opuso a Batista, y más o menos así: “En virtud de tas” que, vestidos de milicianos y
siempre para señalarlo como siempre fueron inútiles los in- la libertad de expresión existente con armas, se personó el 16 de
“enemigo histórico” de Cuba. Le tentos de éste por sobornar al pe- en Cuba, se publica este artículo. enero de 1960 en el diario In-
recordó que en 1897 había feste- riódico. Pero los trabajadores de este pe- formación exigiendo la inserción
jado con un banquete la muerte Astutamente, Castro no im- riódico quieren dejar constancia de la mencionada coletilla en
de Antonio Maceo, general de plantó la censura, como sí lo ha- de que lo que en él se dice no se despachos de las agencias AP y
los ejércitos insurrectos cubanos bía hecho Batista durante algu- ajusta a los más elementales prin- UPI, en los que sus corresponsa-
en las guerras de independencia nos periodos de su gobierno, con cipios de la verdad periodística”. les en La Habana hablaban de
de 1868 y 1895. Apelaba con resultados enteramente negati- Aparentemente no era el Go- la infiltración comunista en el
ello al chovinismo más visceral vos. Castro tenía en cuenta este bierno el que imponía esta vela- Gobierno. La dirección del pe-
y de hecho estaba haciendo un antecedente, aparte de que en el da forma de censura, sino los riódico se negó a la imposición y
llamamiento al odio racial, ya Manifiesto de la Sierra –firmado propios trabajadores, manuales e llamó a la policía para que impi-
que Maceo un mulato–, con to- conjuntamente con Raúl Chibás intelectuales, de esos periódicos. diera ese acto de fuerza. Pero la
da razón era un ídolo para la po- y Felipe Pazos– se había com- No pudiendo someter a la policía rehusó intervenir alegan-

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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69
CÓMO DESAPARECIÓ LA PRENSA INDEPENDIENTE EN CUBA

do que ése era “un problema sin- País se declaró en quiebra, Mar- autosabotaje. ¿Las causas para de redacción del mismo respec-
dical de los trabajadores”. Estos tínez Márquez huyó de Cuba y cometerlo? Que El Mundo, a pe- tivamente Ramiro Guerra –autor
mismos milicianos de la Asocia- tanto este diario como Excelsior, sar de seguir las directrices de la de quizá la más completa historia
ción de Reporteros se presenta- perteneciente a la misma firma, Comisión de Orientación Revo- de Cuba– y el poeta Gastón Ba-
ron a la noche siguiente en el fueron confiscados y sus talleres lucionaria, adscrita al Comité quero, mestizo como Guillén.
Diario de la Marina y exigieron convertidos en Imprenta Nacio- Central del PC, se mostraba un En la noche del 10 de mayo
la inclusión de la coletilla en nal, la primera y monopolística adarme más “independiente” de 1960, un grupo de periodistas
ciertos artículos que a su enten- editorial estatal, al frente de la que sus homólogos Granma y de la asociación, capitaneados
der “no respondían a la verdad cual situó el Gobierno con pos- Juventud Rebelde. Ni siquiera esa por el fotógrafo Tirso Martínez,
periodística”. Hubo una discu- terioridad a Alejo Carpentier. pizca de tolerancia debía existir. tomó el local donde operaba el
sión con el director, mas al final El Crisol tuvo que cerrar tam- Además, ¿para qué otro periódi- periódico y rompió unas plan-
éste accedió; pero ingeniosa- bién, víctima de la estrangula- co si ya estaban Granma, que re- chas en las que estaba grabada
mente se las arregló para añadir ción económica, pues carecía de presentaba al Partido, y Juven- una carta de los trabajadores (pe-
otra coletilla a la coletilla. La anunciantes y de ayuda oficial, tud Rebelde, que era de la Unión riodistas y obreros) del Diario en
contracoletilla decía: “Confiamos cosa esta última que no pasaba de Jóvenes Comunistas? Con apoyo de su dirección. Al igual
en que nuestros lectores sabrán con Hoy ni con Revolución. Los esos dos rotativos de difusión na- que en los otros casos, su dueño,
cómo juzgar esto”. La misma ac- dos eran subvencionados por el cional bastaba, amén de los pe- José Ignacio Rivero, se asiló en-
titud adoptada por la policía fue Gobierno. Pero, en un orden riodiquitos locales que el partido tonces en una embajada, ahora la
la de Castro. En un discurso ra- cronológico, el próximo perió- editaba en cada provincia. Esos de Perú (que dos décadas más
diofónico declaró que bajo nin- dico en ser desposeído fue El media eran suficientes para que el adelante iba a contener en su re-
guna circunstancia intervendría Mundo. Para finales de febrero país estuviese bien “informado”. cinto nada menos que 10.000 re-
el Gobierno en el asunto, que de 1960 ya había pasado “a ma- No se precisaban más. fugiados), y marchó al destierro.
era un problema laboral entre los nos de sus trabajadores”, así co- El caso más espectacular de La caída del Diario de la Marina
trabajadores manuales e intelec- mo el canal 2 de televisión, Tele- supresión de la prensa indepen- fue festejada como todo un acon-
tuales de los periódicos y sus mundo, perteneciente también diente fue el protagonizado por tecimiento. La Asociación de Pe-
dueños. Reprochó a éstos no ha- al hombre de negocios de origen el Diario de la Marina. Junto con riodistas se hizo cargo de impri-
ber hecho caso de las adverten- italiano Amadeo Barletta. Aquí, Prensa Libre, eran los únicos ór- mirlo en una supuesta nueva eta-
cias que él venía haciéndoles de en El Mundo, la ocupación fue ganos de opinión no oficializa- pa y el primer número que salió
que esto podía ocurrir. ejecutada por el mismo jefe del dos que restaban hacia mayo de a la calle irradiaba en su primera
Con Avance sucedió algo G-2 (Inteligencia Militar, o sea, 1960. Diario de la Marina era el plana este cintillo: “Un día con el
muy parecido. Como su direc- la policía política del régimen), decano de la prensa cubana; fun- pueblo; 128 con la reacción”. Era
tor, Jorge Zayas, se negara a im- Ramiro Valdés. Barletta fue de- dado en 1832, siempre había si- una contestación a un lema que
primir la coletilla, prefiriendo tenido para ser interrogado. Su do acusado (sobre todo por los cotidianamente el Diario inscri-
no sacar el periódico, la Asocia- familia se refugió en una emba- comunistas, pero no exclusiva- bía en su primera página: “128
ción de Reporteros le acusó de jada y pronto todos se encontra- mente por ellos: la verdad es que años al servicio de los intereses
lock-out y se hizo cargo de la edi- ron en el extranjero. tampoco era visto con simpatía de la nación”. Su entierro –por-
ción de ese día, 18 de enero de Sin embargo, El Mundo no por las fuerzas liberales) de “an- que fue enterrado– tuvo ribetes
1960. Fue la primera incauta- desapareció. Se hizo cargo de él ticubano” y “cavernícola”. Su pa- de un esperpento valleinclanes-
ción de un rotativo. Pronto, ca- primero el muy capaz historia- sado anti-independentista, par- co, o de una bufonada chapli-
si inmediatamente, vendrían dor y profesor de la Universidad tidario de la no separación de nesca. Se llevó a cabo en la colina
otras, como en un efecto de fi- de La Habana, Leví Marrero, y a Cuba de España, lo inculpaba. universitaria, es decir, en la Uni-
chas de dominó. Jorge Zayas pi- continuación Luis Gómez Wan- En las guerras de independencia versidad de La Habana. Allí, en
dió asilo en la embajada de güemert, un muy inteligente co- de 1868 y 1895 se había alinea- lo alto de la célebre escalinata, al
Ecuador y voló rumbo a Miami. mentarista internacional de este do en el bando español, defendía pie de la estatua del alma máter,
El Ministerio de Bienes Malver- diario, uno de cuyos hijos había el “integrismo”, ello es la unión que en tantas ocasiones y por
sados se adueñó no sólo del pe- muerto en el ataque al Palacio con España. No obstante, en sus tantos años había sido testigo de
riódico sino de las demás pro- Presidencial el 13 de marzo de páginas se había dado a conocer innumerables protestas estudian-
piedades de Zayas, pretextando 1957. El Mundo vivió hasta el poeta mulato Nicolás Guillén, tiles y de congregaciones popula-
que éste se había enriquecido 1966 o 1967, cuando pereció en al que le imprimieron ahí por res, considerándose siempre co-
ilegalmente durante la tiranía de un incendio. Se regó fósforo vivo primera vez sus Motivos del son; mo un refugio de la libertad y el
Batista. por su sistema de aire acondicio- había dirigido su página litera- decoro cívico, fue instalado el
A principios de febrero, Gui- nado, por lo que el siniestro se ria un intelectual absolutamente sarcófago del Diario y velado esa
llermo Martínez Márquez, di- achacó a un sabotaje de la con- “progresista” como José Antonio noche luego de haber sido pasea-
rector de El País, renunció igual- trarrevolución. Pero lo sintomá- Fernández de Castro, “compañe- do por las calles de La Habana al
mente cuando “sus” trabajado- tico fue que la eficaz policía po- ro de viaje” de los comunistas, y son de tambores, maracas y
res insertaron una coletilla al pie lítica de Castro no halló nunca a por años mantuvo una sección trompetas, cual si de una com-
de una declaración del rector de los culpables ni tampoco hubo dedicada a la raza negra, de la parsa se tratara. Fue una aparato-
la Universidad Católica de Villa- interés por dotar de un nuevo que era responsable el intelectual sa y burlesca ceremonia en la que
nueva donde se denunciaban las local y maquinaria al periódico. “de color” Gustavo Urrutia. El la población habanera no se li-
presiones y coacciones que se es- Sencillamente se olvidaron de él. gran polígrafo cubano Fernando mitó a ser espectadora sino par-
taban ejerciendo para clausurar Corrió, lógicamente, el rumor Ortiz era firma frecuente del ticipante, actora. El terreno esta-
este centro de altos estudios. El de que el incendio había sido un Diario; y fueron director y jefe ba abonado, y no sólo de ahora

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CÉSAR LEANTE

sino de antaño, para que lo fuera. se preguntaba qué era la revolu- revolución se acumulaban y pre- do el mundo. ¿Debía vérsela co-
Por supuesto, toda esta para- ción ni permitía que nadie lo cipitaban a una velocidad de vér- mo una entelequia o como un
fernalia se realizó con la indife- preguntara. En la época en que tigo, haciendo obsoleto aun el sistema de gobierno con aciertos
rencia cómplice del Gobierno, más virulenta era la persecución cercano ayer. Prensa Libre había y errores? ¿No era entonces con-
que se mostró “neutral” porque a la prensa, lo predicaba a voz en aprobado las incautaciones ini- veniente que existiera una oposi-
no se trataba de un problema de cuello desde la tribuna, en la ra- ciales de los media que habían ción que señalara esos errores?
orden público ni jurídico sino dio o ante las cámaras de televi- servido a Batista o que oculta- ¿O es que todo debía ser asenti-
de un asunto netamente “labo- sión, medios todos que él utili- mente eran de él. “Es lógico –ha- miento? Aunque su director –de
ral”. Los “trabajadores” del Dia- zaba como lugares de adoctrina- bía escrito– que los vehículos de Revolución–, Carlos Franqui, di-
rio y el “pueblo” se habían ma- miento, casi como púlpitos. Lo opinión que han pertenecido a ría en años por venir –ya él mis-
nifestado y las autoridades no diría de muchas formas y peren- los favoritos y a los beneficiados mo en el exilio, opuesto a Cas-
tenían nada que hacer. Empero, nemente, como un ritornello: por la dictadura de Batista no tro– que la desaparición de Pren-
unos pocos meses atrás, el 2 de “Nuestro concepto de la libertad continúen en las manos de quie- sa Libre lo dejó “indiferente”, es
julio de 1959, al iniciar su soca- de prensa es diferente al de los nes los han utilizado para justifi- muy posible que esos no fueran
vamiento del presidente Manuel burgueses”; “Nuestros medios de car y defender los excesos de la ti- sus sentimientos de entonces,
Urrutia, a quien depondría ape- comunicación deben servir a la ranía”. Y no es que estos media pues siempre se apreció en aquel
nas 15 días después, Fidel Castro revolución”; “En cualquier con- no merecieran la expropiación, periódico a un contrincante va-
había hecho saber en una com- flicto entre la libertad de prensa y no; pero debió hacerse por me- leroso e inteligente, un creador
parecencia televisiva: “Nosotros la revolución, la revolución está dios legales, jurídicos; eran los de opinión con el que valía la
hemos proclamado el derecho primero”; “Los intereses de la re- jueces los que debían determi- pena medirse. No obstante, sin
que tiene todo el mundo a es- volución están por encima de los nar si el Gobierno tenía derecho muchos remilgos –o sin ningu-
cribir lo que piensa, desde el intereses de los periódicos”. a expropiarlos, no otorgarle una no–, Revolución no vaciló en ins-
Diario de la Marina hasta el pe- Prensa Libre veía que le estaba peligrosa carta de crédito a “la talarse en el moderno, conforta-
riódico Hoy. Eso es la democra- llegando su turno. Desde su co- revolución” para que actuara por ble y funcional edificio que Pren-
cia”. Así pues, en menos de un lumna editorial Zona Rebelde, sí misma. Pero Prensa Libre cayó sa Libre se había hecho fabricar
año más tarde, para mayo de Revolución se lo previno: ‘Por el en la trampa de admitir que “la en la plaza Cívica José Martí
1960, la democracia había deja- camino del Diario de la Mari- revolución es fuente de derecho” –pronto plaza de la Revolución,
do de funcionar. na’, tituló su respuesta al comen- y, como se dice en Cuba, afiló el como había predicho Medrano–.
Al día siguiente del entierro tario de Humberto Medrano so- cuchillo para su propio pescuezo. Era, ciertamente, un despojo o
del Diario de la Marina, Prensa bre el bochornoso entierro del Desde luego, esto es fácil verlo como si se repartieran un botín
Libre, a través de su subdirector, Diario en la Universidad. Mas desde la distancia de los años conquistado mediante el saqueo.
Humberto Medrano, escribía en en verdad la advertencia no era transcurridos, pero no en aque- Hay que agregar aquí que Hoy
su editorial: “Es doloroso ver en- necesaria, pues era transparente llos momentos en que el inso- hizo otro tanto con el local del
terrar a la libertad de pensa- que el destino de Prensa Libre ya portable resplandor de la revo- Diario de la Marina: sin escrú-
miento en un centro de cultura. estaba sellado. Y tres días des- lución cegaba. pulo alguno se adueñó de él y
Es como ver enterrar un código pués, como en los casos anterio- Prensa Libre era el único pe- durante un tiempo utilizó sus
en un Tribunal de Justicia. Por- res, un destacamento de milicia- riódico rival al que el oficialista oficinas y sus rotativas para im-
que lo que se enterró anoche en nos se apoderó de la sede del pe- Revolución respetaba. A pesar de primir el periódico, hasta que el
la Colina no fue un periódico riódico. ¿La excusa? También que lo combatía, no dejaba, se- propio Castro, con el pretexto
determinado. Se enterró simbó- como en una película deja vu, cretamente, de admirarlo. Hizo de fundir Revolución y Hoy en
licamente la libertad de pensar y repetidamente, que unos artícu- cuanto pudo (y pudo mucho) un solo diario –engendro de
decir lo que se piensa”. Y en ese los que el periódico iba a publi- por destruirlo, imputándole una Granma– lo echó de ahí.
mismo número de Prensa Libre car en su edición del 16 de mayo doble faz: la de un aparente an- Restaba Bohemia, la revista
aparecía un artículo del joven pe- eran contrarrevolucionarios. Ser- tibatistianismo y, sobre todo, la más importante de Cuba, cuya
riodista y universitario Luis gio Carbó, el director, su hijo de no querer una verdadera re- circulación alcanzaba el cuarto
Aguilar León que le costó el exi- Ulyses (que el año próximo ven- volución, que trató de evitar en de millón de ejemplares sema-
lio. Escribió que “la libertad de dría en la expedición de Bahía su etapa insurreccional y que ac- nales. Se erigía como el último
expresión es más importante que de Cochinos) y Humberto Me- tualmente buscaba entorpecer. baluarte de una prensa indepen-
cualquier derecho de la revolu- drano, el subdirector, se vieron Pero cuando desapareció, cuan- diente. Pero había cometido se-
ción”. Sin saberlo, adelantaba forzados a exiliarse. Caía Prensa do por fin fue abatido, hubo pe- rios errores al admitir pasiva-
una respuesta al discurso que al Libre, el periódico más popular y riodistas de la redacción de Re- mente que se abatieran uno tras
año siguiente Fidel Castro diri- leído de Cuba entonces, tras Re- volución que sintieron o pena o otro los órganos de opinión no
giría a los intelectuales advirtién- volución, y al que en modo algu- algo semejante a la vergüenza comprometidos con el Gobier-
doles que por encima del dere- no se le podía tildar de batistiano por su derrumbe. Habían liqui- no. Quizá se dio cuenta tras el
cho de creación y de expresión ni acusarlo de haber recibido di- dado a un ¿enemigo? digno y co- desplome de Prensa Libre. Pero
estaba el derecho de la revolu- nero de la dictadura. Prensa Libre rajudo y ahora se preguntaban ya era demasiado tarde, ya la lec-
ción a existir. Mas ya desde antes, había prosperado con sus ventas si habían hecho bien. ¿Por qué ción no le servía para nada. El
desde que empezó a moldear el y con sus anuncios. Pero en cier- destruir al que no piensa igual director de Bohemia, Miguel Án-
mito de la revolución, la veía co- ta forma estaba purgando una que nosotros? ¿En nombre de la gel Quevedo, amigo personal de
mo algo sagrado, intocable, y así culpa cometida en fecha no muy revolución? Pero, ¿qué era la re- Castro, al que había ayudado
se la hacía visualizar al pueblo a lejana, si bien parecía ya remota, volución?, aparte de ser una pa- cuando el presente jefe de la re-
través de su prédica fanática. No pues los acontecimientos de la labra que andaba en boca de to- volución no era sino un díscolo

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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71
CÓMO DESAPARECIÓ LA PRENSA INDEPENDIENTE EN CUBA

estudiante, un joven político de acudido en más de una ocasión tico él mismo, ya que había sido éste en tiempos de la tiranía; lo
segunda fila en el Partido Orto- el mismo Fidel Castro. Abel postulado para representante por acusó de haber intentado malo-
doxo, cuando no un supuesto Mestre cerró la puerta del estu- el Partido Ortodoxo antes del grar el triunfo de la revolución
gánster afiliado a la organización dio y dijo a los periodistas que golpe de Estado de Batista en con su famosa Carta al patriota,
de pistoleros Unión Insurreccio- esa noche el entrevistado sería él. 1952, disfrutando de gran popu- que le escribió estando él en la
nal Revolucionaria (UIR), que Frente a las cámaras denunció el laridad en la provincia de Orien- Sierra Maestra y en la que sote-
tenía en su prontuario delitos de atropello de que había sido víc- te. Asimismo, conocía a Fidel rradamente le pedía que depu-
sangre; en fin, era ya demasiado tima la CMQ. Sobra decir que Castro desde que ambos estudia- siera las armas. Si cuando Castro
tarde cuando Quevedo com- junto con su hermano tuvo que ran Derecho en la Universidad estaba en la cárcel llamaba her-
prendió que su publicación esta- buscar la protección diplomática de La Habana, forjándose una mano a Conte Agüero en la co-
ba “en el mismo camino”. Y no de la legación argentina. estrecha amistad entre los dos en rrespondencia que sostenía con
esperó a que le sucediera lo que a Personalmente, hubo dos ca- los años siguientes, especialmen- él, ahora era poco menos que un
las otras. Se adelantó a los acon- sos que ilustran el acoso al que te cuando Castro fuera condena- traidor, un “aliado de la oligar-
tecimientos. Y una mañana de fueron sometidos los periodistas. do a prisión en la isla de Pinos, quía”, un “contrarrevolucionario”
principios de julio de 1960 em- Uno es el de Agustín Tamargo, luego de su frustrado asalto al más; si durante la insurrección
barcó con un grupo de amigos periodista de Bohemia, que desde cuartel Moncada. En los escasos había tratado de evitar la victoria
en su yate –supuestamente iban esta publicación intentó alertar dos años que Castro cumplió de del Ejército rebelde, en estos mo-
de pesquería– y puso proa a contra la penetración de los co- cárcel, Conte Agüero fue desti- mentos procuraba detener el
Miami. Dejó tras sí esta declara- munistas en el Gobierno: de qué natario de muchas de sus misivas avance arrollador de la revolu-
ción: “El engaño ha sido descu- forma maniobraban para hacerse y fue, también, el promotor de ción sembrando la división entre
bierto. Esta no es la revolución con puestos clave en la Adminis- una campaña para que lo excar- las fuerzas realmente revolucio-
por la que murieron 20.000 cu- tración, cómo, en suma, busca- celaran. Por esos antecedentes, narias, levantando el fantoche del
banos (en realidad nunca llega- ban “robarse” la revolución. In- Conte creía que podía contar con “peligro comunista”. A Conte
ron ni a mil los muertos duran- sinuaba que detrás del Partido el apoyo de Castro. De modo Agüero, naturalmente, no le que-
te la dictadura de Batista, como Socialista Popular (PSP), apo- que cuando, como reacción al dó después de esto otro sendero
revela, con datos precisos, el co- yándolos, incluso estimulándo- violento ataque que había sufrido que el ya muy transitado de las
ronel Ramón Barquín en su li- los, estaban Raúl Castro y el Che esa mañana en el vocero comu- embajadas.
bro Las luchas guerrilleras en Cu- Guevara, los dos “melones” más nista Hoy, leyó por radio su Car- Así se suprimió la libertad de
ba). Para realizar una auténtica connotados del régimen, es decir, ta a Fidel Castro, el 25 de marzo prensa en Cuba, como lo expuso
revolución nacional no había ne- verdes por fuera y rojos por den- de 1960, alertándolo también, Humberto Medrano en un
cesidad de someter al pueblo de tro. Indignado, Castro se apare- como antes había hecho Tamar- opúsculo de este nombre en
Cuba al odioso vasallaje ruso. Pa- ció en la televisión (algún día ha- go, contra la infiltración comu- 1961. Mas, aun cuando no se
ra realizar una profunda revolu- brá que estudiar la decisiva im- nista en su Gobierno, no pensó hubieran empleado medios tan
ción no era necesario imponer portancia que este medio tuvo nunca que sería tan contunden- coercitivos, de intimidación,
un sistema que degrada al ser en la implantación y consolida- temente negado como lo fue, y chantaje y arbitrariedad como los
humano convirtiéndolo en un ción del castrismo en Cuba) y por el propio Castro. En primer que se utilizaron, la prensa inde-
servidor del Estado… Esta es llamó a Tamargo “un agente de lugar, al llegar a la CMQ para pendiente en Cuba estaba con-
una revolución traicionada”. la reacción y de la contrarrevolu- repetir por televisión la carta que denada a extinguirse. Al devenir
La CMQ, la emisora de ra- ción”. El periodista agredido no ya había leído en su programa de Cuba un Estado comunista y,
dio y televisión más escuchada pudo utilizar las páginas de Bo- Unión Radio, no le permitieron por ende, abolir la propiedad pri-
y vista por los cubanos, y que hemia para defenderse sino las entrar a la emisora. Un pelotón vada, individual, ¿cómo iban los
Castro había utilizado numero- de Avance: “El primer ministro de miembros del G-2, mandado media a subsistir careciendo de
sas veces en el escaso año y me- de Cuba –dijo ahí– trata de des- por el comandante Manuel Pi- anuncios y de ayuda guberna-
dio que llevaba en el poder, fue truir la reputación de un hombre ñeiro, Barbarroja, le cerró el paso. mental? Únicamente los vehícu-
confiscada mediante una estra- que no ha cometido más crimen Pero, además de los guardias, se los de información y opinión
tagema. El Gobierno decretó la que el de pensar con su propia había concentrado ahí un pique- que representaran al régimen po-
congelación de las cuentas ban- cabeza (…) No seguiré siendo te de militantes del PSP, vestidos drían medrar. De hecho, por im-
carias de unos 400 empresarios periodista porque usted, coman- de milicianos, y se produjo un perativos del sistema implanta-
con el pretexto de que habían dante Castro, ¡no quiere que ha- enfrentamiento entre esta “tropa do, la prensa libre, el pensa-
colaborado con Batista. Entre ya periodistas sino gramófonos!”. de choque” y un grupo de sim- miento propio, la opinión no
esos empresarios estaban los her- Ya en el destierro, Tamargo haría patizantes de Conte, que tuvie- domesticada, no tenían cabida.
manos Goar y Abel Mestre, due- una consideración interesante so- ron las de perder. La turba agre- En nombre de la abstracta, in-
ños de la CMQ. Cuando este bre el dilema cubano. “Castro no dió a Conte Agüero y a un pe- definible pero omnipresente re-
último, Abel, fue a hacer efecti- venció en la Sierra –escribiría–. riodista de la revista Life. volución, se yuguló el pensa-
vo un cheque para pagar los sa- Venció en La Habana, en ese pri- Empero, Conte seguía creyendo miento y la expresión no adoce-
larios de su empleomanía, el mer año en que con un poco de que tenía el respaldo de Fidel, y nados. n
banco se negó a canjeárselo. Ese resistencia por parte de unos po- que eran Raúl y Che sus enemi-
día se transmitía un muy visto cos nos habría ahorrado tantos gos. Pero cuando, tres días des-
programa de televisión, Ante la sufrimientos a tantos”. pués, Castro se mostró en la te-
Prensa, que moderaba un inte- El otro caso fue el de Luis levisión, lejos de salir en defensa
lectual de tanto prestigio como Conte Agüero, comentarista po- de su antiguo amigo, desplegó César Leante es novelista y ensayista.
Jorge Mañach y al cual había lítico de radio y televisión y polí- un historial de claudicaciones de Autor de El espacio real y Calembour.

72 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


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CINE

RICARDO FRANCOSobre ‘La buena estrella’

DIÁLOGO CON AUGUSTO M. TORRES

I
nteresado desde siempre por ocurrido a principios de los años hacia la comedia, y también que Costa me contó que, según
los personajes marginados, la ochenta, pero Ricardo Franco ha Maribel Verdú esté espléndida en aquel plan de subvenciones que
obra de Ricardo Franco (Ma- tenido la habilidad de convertir- una de sus mejores actuaciones, hubo una sola vez en el Minis-
drid, 1949) se divide en dos lo en una intensa historia de entre las que se mueve con algu- terio, tenía tres películas para ha-
grandes y divergentes apartados. amor triangular entre seres mar- nos excesos Jordi Mollà. cer, me escoció que dijese que
Por un lado se sitúan sus desi- ginados. Algo que queda muy Muy bajo de forma a niveles iba a hacerlas con jóvenes direc-
guales y conocidas películas, en- cerca de su personal sensibilidad físicos y mientras le hacían dife- tores. Por primera vez en mi vi-
tre las que destacan Pascual y hace que la película sea su obra rentes operaciones oculares, Ri- da me vi excluido de los jóvenes
Duarte (1975), y por otro sus maestra, una de las mejores pro- cardo Franco escribe y dirige La directores. Como nos había ido
menos conocidos, pero mucho ducciones españolas de los últi- buena estrella, la mejor de sus pe- muy bien en la primera parte de
más interesantes, trabajos para mos años. Dividida en tres par- lículas, que fue una de las pro- la serie La huella del crimen con
televisión. Desde la durísima tri- tes, subtituladas con los apodos ducciones españolas de mayor re- El caso del cadáver descuartizado
logía de documentales de la serie de cada uno de los personajes caudación. Tras nuevas operacio- (1985), hasta el punto que repe-
Un mundo sin fronteras, integrada principales, La Tuerta, El bonito nes en los ojos, ha permanecido tí en la segunda parte con El cri-
por La canción del condenado de cara y El Manso, narra las varios meses encerrado en su cas- men de las estanqueras de Sevilla
(1992), sobre la pena de muerte complejas relaciones sentimenta- tiza casa de la madrileña calle de (1991), él estaba contento con
en Estados Unidos, El cielo caerá les que se establecen a lo largo Embajadores retocando el guión mi trabajo e incluso nos habían
sobre la tierra (1992), sobre los de 10 años entre el carnicero cas- de Lágrimas negras, su próxima dado premios en diversos festi-
indios yanomami, y La muerte trado Rafael (Antonio Resines), película, con Ángeles González vales, creía que me daría algu-
en la calle (1992), sobre los niños la joven prostituta Marina (Ma- Sinde. Hace poco ha sufrido un na, pero me habló de que las ha-
de Brasil, hasta el magnífico epi- ribel Verdú) y el delincuente co- infarto y una operación de cora- rían Urbizo, Bajo Ulloa y él.
sodio El crimen de las estanqueras mún Daniel (Jordi Mollà). zón, pero se dispone a comenzar Aunque luego las hemos hecho
de Sevilla (1991), dentro de la se- Ricardo Franco parte de la du- el rodaje con Ariadna Gil, Fele él y yo.
rie de ficción de televisión La reza de un relato realista para ha- Martínez y Elena Anaya como No volví a saber nada más de
huella del crimen, producida por cer una profunda indagación en protagonistas. aquello hasta que leí en los pe-
Pedro Costa. torno a la personalidad de sus Augusto M. Torres. ¿Cuáles riódicos que Pedro Costa y Juan-
Sólo recientemente ambos ca- tres personajes y llegar a la con- son los orígenes de La buena es- ma Bajo Ulloa se atacaban ver-
minos se unen para dar lugar a clusión de que, a pesar de las di- trella? balmente. Algún tiempo después,
las dos mejores películas realiza- ferencias que los separan, en el Ricardo Franco. Hace mu- estando en Barcelona, Pedro Cos-
das por Ricardo Franco. El do- fondo los tres son muy pareci- chos, muchos años, un día me ta me ofreció hacerla. Sabía que él
cumental Después de tantos años dos, son seres marginales, distin- llamó el productor Pedro Costa y estaba en un apuro, pero yo esta-
(1994), donde a través de las vi- tas caras de una misma moneda, me dijo: “Ricardo, ¿me puedes ba en un apuro aún mayor. En
vencias de los hermanos Michi, que solos están perdidos en la vi- hacer un favor? Tengo un pro- aquel momento había ido a la clí-
Leopoldo y Juan Luis Panero de- da pero juntos llegan a comple- blema con la película que iba a nica de Barraquer para que me
sarrolla algunas consideraciones tarse al apoyarse unos en otros, lo dirigir Juanma Bajo Ulloa. Ne- viera los ojos, me dijo las cosas
sobre la degradación física que que da lugar a una historia de cesito que esta misma noche te de manera muy cruda, me ofreció
lleva a la muerte, y La buena es- amor de una gran dureza, pero leas el guión de Carlos Pérez Me- unas soluciones muy drásticas, y
trella (1997), una historia de fic- que encierra una enorme huma- rinero y Álvaro del Amo y me yo estaba en uno de los peores
ción, donde vuelve a colaborar nidad y amor. Rodada con una firmes un contrato para dirigirlo momentos de esta historia. Le di-
con el productor Pedro Costa, gran serenidad, fuerza y amor, tú. Tengo que presentarlo maña- je que sí, pero con la condición
para exponer una dura visión de con un hábil juego de primeros na en el Ministerio de Cultura”. de variar el guión. El de Álvaro
la sociedad española, muy alejada planos y planos generales, a este Le dije que le firmaba un con- del Amo y Carlos Pérez Merine-
de la que presenta el cine de ma- nivel La buena estrella se caracte- trato ahora mismo, si lo necesi- ro no me gustaba. Tenía toda la
nera tradicional. riza por el gran poder de síntesis taba para asuntos de papeleo, pe- pinta de ser un embolado que Pe-
Como todas las películas en de Ricardo Franco y su maestría ro que eso no quería decir nada. dro Costa les había obligado a es-
que interviene Pedro Costa, tan- para jugar con las elipsis narrati- Me imagino que debió de hacer cribir en 15 días para presentarlo
to en sus facetas de productor, vas. Además consigue que Anto- las paces con Bajo Ulloa y no vol- al Ministerio. Me comprometí a
guionista o director, La buena es- nio Resines cree un gran perso- vimos a hablar de este asunto. hacer un guión mejor, pero dis-
trella está basada en hechos rea- naje dramático, el mejor papel Sin embargo, he de reconocer tinto, sin la violencia que tenía
les, esta vez en un suceso criminal de una irregular carrera volcada que tiempo antes, cuando Pedro aquel.

81 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
73
RICARDO FRANCO

Comencé a preguntar qué le dara de eso, ni lo mencionase. dez, sabía lo que tenían que de- ria que me dio Pedro Costa no
ocurre a un hombre castrado y Era mi manera de explicar, desde cir, sabía que estaba en un terri- tenía complicaciones, sólo tenía
me enteré de que tiene baja la el primer momento, lo que pasa- torio complicado porque uno de dos pies forzados: que el tío es-
testosterona, con lo cual des- ba. Era el pie forzado más claro ellos era un tío que tenía que ha- tuviese castrado –el primer
ciende el apetito sexual, el me- que tenía, Pedro Costa me había blar como los de la calle y odia- guión se llamaba El marido cas-
canismo de la erección y la vio- dicho que hiciese lo que me die- ba esa idea. trado– y que los tres viviesen
lencia masculina. Me interesó ra la gana, pero eso debía respe- Tenía una relación divina con juntos. Lo que a mi me intere-
mucho contar la historia de un tarlo y me parecía muy bien. Ángeles, de hablar de muchas co- saba eran las relaciones entre es-
tío que reacciona sin violencia, A. M. T. ¿Sobre qué materiales sas, de esas que salen con un tas tres personas que vivían jun-
sin seducción, sin todas esas ton- trabajan? ¿Sobre los guiones ante- guión, pero también un odio tas, él, su mujer y el amante de
terías habituales de los tíos en las riores, sobre una información que profundo porque trataba de im- su mujer. En el primer guión le
que se pierde media vida. Hacer les da Pedro Costa, unos recortes ponerme su disciplina inglesa. daban palizas, le rompían los
una historia de buenos senti- del periódico de sucesos El Caso, Llegaba, abría su ordenador, se brazos, le dejaban inútil para el
mientos y de bondad, de gene- sobre el hecho real? lo ponía sobre las rodillitas y de- trabajo, pero eso no me intere-
rosidad, no sé si era porque en- R. F. Intentamos trabajar so- cía “venga, vamos”. Yo empezaba saba en absoluto.
tonces yo estaba muy blandito. bre el guión de Carlos Pérez Me- a marear la perdiz, de manera A. M. T. ¿Alguna vez pensó que
No tengo una idea muy clara. rinero y Álvaro del Amo. No po- que solíamos quedar por la ma- La buena estrella cuenta, a gran-
A. M. T. ¿Cuándo escribe el díamos utilizar nada del de ñana y no empezábamos a escri- des rasgos, la misma historia que
guión con Ángeles González Sinde? Juanma Bajo Ulloa; entonces Pe- bir hasta por la tarde, después de Intruso (1993), la mujer que vi-
R. F. Comenzamos a media- dro Costa y él ya estaban enzar- comer y dormirme un ratito. A ve en la misma casa con su mari-
dos de abril de 1996 y termina- zados en líos judiciales. A mí me menos que nos hubiese quedado do y su amante?
mos la primera versión a prime- gustaba más el guión de Bajo algo pendiente del día anterior y R. F. Antes de que Álvaro del
ros de julio. Ulloa, estaba mucho más traba- lo terminásemos por la mañana. Amo escribiese Intruso y Vicente
Ángeles estaba empeñada en jado, pero era una exuberancia A las ocho o nueve de la noche, Aranda la dirigiese, una vez Pe-
que hiciésemos una escaleta y yo de violencia. yo estaba con muy pocas ganas y dro Costa me planteó hacer un
sufría porque no tenía ni idea de A. M. T. La etapa en que escri- lo dejábamos. Tenía la sensación nuevo episodio en la segunda
por dónde empezar. Por fin em- be el guión, ¿cómo se encontraba de de que Ángeles pensaba: “¡Qué parte de la serie La huella del cri-
pezamos escribiendo un prólo- salud? vago! ¡Es un vago!”. Sin embargo, men y, entre las historias que te-
go donde se cruzaban la vida de R. F. Fatal. Veía fatal. Era la en dos meses teníamos una ver- nía, elegí esa. Era una historia
estos tres, que me gustaba mu- primera vez que me daba cuenta sión del guión casi definitiva. que ocurría en Santander a prin-
chísimo, pero nunca conseguí de que cada vez veía peor, que si A. M. T. ¿No cree que eso se de- cipios de siglo, en la que una jo-
convencer a Pedro Costa para no tenía un poco de suerte, mi be a que se encontró con unos per- vencilla de buena sociedad per-
hacerlo. vista se iba al garete. Cuando aca- sonajes y una historia que le iban día los estribos por un dentista,
Una tarde, en la plaza de toros bamos el guión ya estaba ilusio- mucho?; pertenecen a los seres mar- pero cuando se quedaba emba-
de Las Ventas, 10 años antes de nado porque me gustaba mucho. ginales que tanto le interesan. razada, el dentista se iba a Cuba
empezar la película, estaban los A. M. T. ¿Lo escribe en plena R. F. Eso es una cosa que dicen y ella se casaba con otro, que
tres, sin conocerse de nada. La depresión? ustedes, los críticos. Puede ser, aceptaba el niño que no era suyo
Tuerta, que tenía unos 10 o 12 R. F. Sí; de todas formas, las pero no tengo conciencia de mi y además tenía otro con él. El
años, estaba fuera de la plaza con depresiones, que yo haya sido interés por los personajes margi- problema se planteaba cuando,
uno de esos que tocan la trom- consciente, nunca me han dura- nales. años después, el dentista volvía
peta y tienen una cabra; dentro, do demasiado, una semana co- A. M. T. Siempre aparecen en de Cuba tuberculoso. Entonces
El guapo de cara, con 16 o 17 mo mucho. Sin embargo, tengo sus mejores películas. Desde Pas- ella no se acostaba con él, como
años, que saltaba de espontáneo la sensación de que el verano de cual Duarte (1975) hasta Des- ocurría en la película de Aranda,
a la plaza, y El carnicero, con 1996, hasta que me operaron a pués de tantos años (1994), pa- sino que él le proponía que le
unos 18 o 19 años, que venía finales de septiembre, estaba den- sando en menor medida por Los envenenase, porque estaba su-
con su furgoneta para recoger las tro de una depresión constante. restos del naufragio (1978), por friendo mucho, y ella se negaba.
criadillas y el lomo de los toros. No tenía consciencia de estar de- no hablar de sus trabajos para te- A. M. T. Con lo que todavía se
Justo cuando el otro saltaba a la primido, pero no salía, recibía en levisión. parece más a La buena estrella.
plaza, se oía un grito, se asusta- la oscuridad de mi casa. Estaba R. F. Lo que sí sé es que la R. F. Sí. No. Una parte desde
ban los que estaban descuarti- desanimado, pero me acostum- marginalidad de La Tuerta y El luego. También se lo pedía al ma-
zando el toro, se les caía un cu- bro enseguida, o creo acostum- guapo de cara son por decisión rido, pero también se negaba. El
chillo y era cuando lo castraban. brarme, a cualquier situación. propia. En la historia original no tipo moría, pero al cabo de cier-
A él lo llevaban a la enfermería y Ángeles estaba empeñada en era una puta, sino una señora de to tiempo desenterraban el cadá-
se cruzaba con el otro que iba que hiciésemos una escaleta y yo barrio que tenía un amante, que ver y estaba lleno de arsénico. Los
detenido por la Guardia Civil, y lo que quería era que nos pusié- se casa con El Manso y luego detenían a los dos y en el juicio
La Tuerta, que estaba jugando ramos a escribir. Sabía que al es- vuelve con el amante, no era una ambos decían que lo habían en-
con una pelotita, veía cómo uno cribir los personajes comienzan a que iba haciendo la calle. El gua- venenado. Era el primer juicio
se iba en una ambulancia y el ser ellos mismos. Lo bueno de po de cara, el amante, era el típi- que hubo en España con jurado.
otro en un coche de la policía. este guión es que enseguida los co chulillo de barrio, pero tenía Todo era una venganza: él se ha-
Me gustaba mucho que sus vi- personajes comenzaron a fun- un empleo, vendía libros a do- bía envenenado, pero lo había
das se hubiesen juntado muchos cionar por su cuenta. Los diálo- micilio o lencería fina. Eran per- hecho de manera que pareciese
años antes y luego nadie se acor- gos me salían con bastante flui- sonajes más normales. La histo- que habían sido los otros.

74 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


n
AUGUSTO M. TORRES

A. M. T. ¿Llegó a escribir algo de denado (1992) también es un


esta historia? ¿Lo tenía presente claro antecedente. El problema
cuando escribió el guión de La estriba en conseguir mirar a la
buena estrella? gente sin esforzarte, sin tener
R. F. Sí, escribí cuatro o cinco que estar juzgándola, sin inter-
folios. No sé cómo funciona mi poner ningún filtro moral, sin
cabeza. No sé qué ocurre cuando pensar si lo que hacen está bien
escribo. Por ejemplo, al princi- o está mal. A los Panero los tra-
pio de La buena estrella hay una taba como a personajes; Después
escena idéntica a otra de mis pe- de tantos años es un documental,
lícula, El sueño de Tánger (1986), pero siempre me lo plantea co-
pero ni me había dado cuenta, mo una pelícu-
me lo dijo Maribel Verdú. Hay la de ficción.
cosas que se te quedan por ahí y A. M. T.
unas veces las recoges en un ¿Cómo se les
guión y otras no. ocurre introducir el
A. M. T. Sí, me imagi- personaje del cura en La bue-
no, pero en este na estrella y también que El Man-
caso se trata so sea católico? Hay muy pocos cu-
de dos pelí- ras así en el cine español, hace años
culas produ- que un cura no aparecía en una
cidas por Pedro Cos- película española, y además creo
ta y basadas en hechos reales. que es fundamental para su éxito.
R. F. Igual que en otras ocasio- R. F. Una de las imágenes que
nes, Pedro Costa me ha dado pa- tenía cuando empezamos a es-
ra trabajar unos grandes carpeto- cribir el guión era una manifes-
nes llenos de recortes de prensa; tación en Antón Martín. Habían
en La buena estrella sólo nos dio asesinado a una prostituta, y los
un recorte de un periódico de vecinos, las putas de la zona, ha-
Gerona con la noticia del juicio. bían organizado una pequeña
La verdad es que siempre que he manifestación de 200 personas,
trabajado con Pedro Costa me ha pero a base de señoras con bata
dejado hacer lo que he querido de guatiné, viejas, jubilados, que
porque le he convencido. chillaban: “Más seguridad en el
Me dijo que le había gustado metro” y cantaban la internacio-
mucho el guión e incluso que ha- nal. Esa imagen me parecía una
bía sollozado en algunos mo- bomba. Además a Pedro Costa le
mentos de la parte final. Enton- gustan mucho los dibujos realis-
ces pensé: “Si Pedro Costa llora, tas de un barrio. Me imaginaba
es posible que esta película sea esa zona de Madrid que hay al-
emocionante”. Esto es algo que Ricardo Franco rededor de los cines Luna y la
no me ha pasado nunca. Cuando iglesia de los Alemanes. Me ima-
estábamos escribiendo el final, ginaba que El Manso salía de la
Ángeles estaba muy nerviosa por- A. M. T. Es lo que siempre ocu- veces tienes que buscarte un sitio carnicería y se encontraba con el
que le parecía que la estructura rre cuando se escribe algo que fun- en tu sensibilidad para conectar gordo del sex shop de la esquina,
del final era un tanto caótica. ciona bien. con la del personaje, pero en una que le decía que le habían llega-
“¿Ahora a qué vamos?”. “Vamos R. F. Da mucho gusto. Es lo zona que no te apetece mucho o do unas pollas de Dinamarca y le
a la escena que vamos”. “Pero así, realmente bueno. Te sientes co- que te hace daño. Con La buena contestaba: “Qué manía con las
por las buenas”. “Sí, por las bue- mo si estuvieses haciendo de in- estrella no, siempre me apetecía pollas, mi problema son los co-
nas”. “Igual han pasado quince térprete entre una cosa que ocu- mucho que llegase Ángeles para jones”. O sea, todo el barrio sa-
días o seis meses”. “Pues sí”. La rre fuera de ti y el papel. Los per- ponernos a escribir. bía lo que le pasaba y nadie le
sentía muy así. Recuerdo que sonajes han encontrado una vía A. M. T. ¿Qué relación ve entre daba importancia. Entonces en-
cuando estábamos en la parte fi- de comunicación entre su sensi- Después de tantos años y La bue- traba en la iglesia de los Alema-
nal, había veces que me tenía que bilidad y la tuya. Por eso, al mis- na estrella? nes y veía al Cristo como en una
ir a lloriquear al cuarto de baño mo tiempo que me emocionaba, R. F. Después de tantos años carnicería, esa imagen del cruci-
para que Ángeles no me oyese, tenía la sensación de estar escri- me parece un borrador de La fijo ensangrentado, lleno de car-
pero cuando volvía la veía guar- biendo una película agradable. buena estrella. Lo tengo clarísi- ne y de sangre. Uno de los títu-
dar un kleenex y volver a sus pa- Eso es muy bueno porque no te mo. La última vez que la he vis- los del guión fue En carne viva.
peles para torturarme diciendo: haces daño cuando lo estás escri- to estuve llorando durante la No tengo la menor idea de dón-
“Que se hace tarde”. En aquel biendo. Por ejemplo, me hacía parte final. El documental so- de sale ese cura. Ese cura era
momento los personajes vivían daño hacer Después de tantos bre la pena de muerte en Esta- compañero del barrio, había te-
su vida y hacían lo que querían. años, con los hermanos Panero. A dos Unidos La canción del con- nido problemas de drogas y, en

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


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75
RICARDO FRANCO

lugar de irse al Proyecto hombre, ción el enorme poder de síntesis tampoco tiene este poder de síntesis. No sólo no podía sintetizar nada,
se había ido al seminario. Creo que ha conseguido durante estos R. F. Pascual Duarte es una pe- sino que debía alargar todo. Lo
recordar que en el guión de Car- años, ¿cómo ha llegado a él? lícula muy rara, que cuando a ve- que allí contaba en no sé cuántas
los Pérez Merinero y Álvaro del R. F. Algunos me lo dicen, pe- ces la he vuelto a ver apenas me horas lo hubiese podido contar mu-
Amo había un ATS, que era me- ro no tengo consciencia de ello. reconozco en ella. La primera vez cho mejor en hora y media.
dio amigo suyo, que luego Juan- La primera es un guión escrito que hice una película con volun- R. F. Todo el rato tuve la sen-
ma Bajo Ulloa se empeñó en que en solitario y la segunda un tad de encargo fue El caso del ca- sación de que con ese mismo te-
fuese maricón y acabasen siendo guión escrito con alguien. Cuan- dáver descuartizado; volvía a Es- ma, pero con unos guiones un
amantes. No sé en qué momen- do escribo sólo me puedo enga- paña después de estar muchos poco más elaborados, hubiese
to se impuso que el amigo se ñar a mí mismo, pero cuando años fuera, sólo había rodado podido quedar bien. Sufría te-
convirtiese en cura. escribo con alguien no, voy mu- San Judas de la Frontera (1984), niendo que contar lo mismo tres
A. M. T. ¿No cree que es un per- cho más directamente al grano. era una película que me habían veces, pero me abstraje mucho,
sonaje básico? Cuando lo veo, sí noto que me encargado para televisión y deci- acepté que era un encargo y que
R. F. Lo que es básico es que centro mucho en las cosas, pero dí hacerla lo más profesional- los guiones eran así. Sin embar-
El Manso sea creyente de esta de- cuando lo hago, no tengo esa mente posible para poder seguir go, haciendo la serie aprendí co-
terminada manera. Me gusta sensación. De lo que sí soy cons- en activo cuando me ofrecieran sas que luego me han servido
que lo sea en un tono muy nor- ciente es de que en La buena es- las buenas películas, pero cuando mucho en La buena estrella. Pri-
mal, muy prosaico. Tal como lo trella he adquirido cierta maes- la vi acabada me reconocí mu- mero en cómo relacionarme con
era mi madre, que no creía en tría y desparpajo en el montaje, chísimo en ella. Mientras en Pas- los actores; había escenas muy
Dios, sino en los santos y en la pero sobre todo a causa de los cual Duarte sólo me reconozco largas, que hacía de un tirón con
Virgen de no sé dónde. El speech documentales que he hecho en- por exclusión. Mi impronta en- tres cámaras, en las que jugaba
final, donde El guapo de cara di- tre medias. Los documentales tonces era decir que no la hacía con silencios, con pausas. En el
ce que si hay un Dios y es tan me han enseñado a buscar entre ni con ese actor ni de esa mane- cine, y en especial en el nuestro,
bueno como dicen, tampoco mucho material lo que sirve pa- ra ni con esa música. Todo era se habla demasiado seguido por
puede estar cabreado porque no ra contar lo que quiero. A La por exclusión. Es una película miedo de que al cine español
haya creído en él, llegará allí y le buena estrella le he pegado unos que está hecha a base de decisio- siempre le han acusado de ser
dirá: “Tío, qué listo eres, tú no grandes cortes que cuando hice nes de cómo no hacerla. aburrido, tratar de la posguerra y
creías en mí. ¿Y ahora qué hace- Los restos del naufragio no sabía A. M. T. ¿Adquiere ese poder de ser siniestro y mortecino. Con
mos?”, está en la línea de la reli- hacer. Estoy seguro de que si síntesis en su etapa en televisión, Antonio Resines y Maribel Ver-
giosidad de mi madre. Más to- ahora la montase, le quitaría 10 tanto en los episodios de series como dú, que además venían de hacer
davía en un hombre como El minutos o un cuarto de hora, sin en los documentales, que de alguna series de televisión, había días,
Manso que, ha llegado a un pun- que cambiase esencialmente la manera es la menos conocida de sobre todo al principio, en que
to de soledad, que no se enrolla historia, sólo mejorándola. su carrera? hacíamos un ensayo, les decía
con ninguna tía, no va a tener fa- A. M. T. Da la impresión de que R. F. Siempre que he trabajado que ya habíamos batido un ré-
milia, no se hace proxeneta ni antes tenía un cariño por sus imá- para televisión me he sentido con cord de cómo hacer más deprisa
pornógrafo infantil, pero hay al- genes que ahora no tiene; ahora las más libertad que cuando trabajo una escena y que ahora íbamos a
go que le impide volarse la cabe- utiliza única y exclusivamente pa- para cine, pero había un com- hacerla tranquilamente. Además,
za. Eso me ayudaba un poco a ra contar lo que le interesa. promiso que siempre aceptaba de tal y como ruedo, prefiero tener
construir el personaje. Es un per- R. F. Cariño las tengo y a veces manera rigurosa: la duración; ha- pausas; luego las puedo quitar
sonaje que tiene eso que tanto me duele mucho quitarlas. En cerlo de la duración exacta que en el montaje cuando me dé la
abomino que se llama resigna- Los restos del naufragio, que tam- me habían pedido. Con los do- gana, pero si no las tengo, y ten-
ción cristiana. bién fue al festival de Cannes y cumentales hice un trabajo de go que fabricarlas, sé que es mu-
Que se santiguase en el ce- también tuve muy poco tiempo montaje con el que aprendí mu- cho más complicado. También
menterio tenía una explicación, para montarla, no supe cómo en- chísimo; esto debe ir antes de es- aprendí a conseguir un tipo de
pero en el locutorio es más com- trarle más a saco. También creo to otro, esto se puede hacer por- interpretación más realista, no
plicado. Recuerdo que en Nido que lo que pasa con Los restos del que luego nadie se da cuenta; confundir con costumbrista, pe-
de nobles (1969), la película rusa naufragio es que ha quedado me- también aprendí a perder el res- ro, sobre todo, lo de rodar con
de Andrei Kontchalovsky, había jor en la memoria de lo que es en peto al material rodado, algo que tres cámaras fue una cosa bárba-
una escena en que una adoles- realidad. Era una película extra- les pasa mucho a los montadores ra. Eso era la maravilla de las ma-
cente bendecía a un señor mayor vagante en la que me planteaba que vienen de televisión, la falta ravillas. Primero estaba asustadí-
que poco antes se había abalan- problemas, tanto cinematográfi- de respeto que tienen por el ma- simo por el lío que iba a supo-
zado sobre ella. Aquel gesto me cos como vitales, que aún no te- terial, incluso físicamente. Es al- ner. La primera tentación era
gustó muchísimo y quería me- nía experiencia para resolver. La go que se aprende despacio, pero dejar paralizados a los actores,
terlo en alguna película. En el rodé en la misma línea que había creo que no tienes que meter una rodar con una cámara un plano
guión estaba escrito que le ben- rodado Pascual Duarte (1975), escena o un plano porque lo has general y con cada una de las
decía, pero a Antonio Resines le aunque era una película que pe- rodado, te ha costado mucho y, otras dos un primer plano de ca-
pareció demasiado y quedamos día algo más, quizá porque tuve además, te gusta; si no le va a la da uno mientras hablaban; pero
en que se santiguara. que estar demasiado metido en película, lo mejor es quitarlo. al tercer día de rodaje me aburría
A. M. T. Por ejemplo, vista producción y por una cierta in- A. M. T. Sin embargo, con la se- de tal manera con este sistema
ahora Los restos del naufragio seguridad decidí rodarla como la rie de televisión Yo, una mujer que lo que hacía era jugar con las
(1978) y comparada con La bue- otra que había ido tan bien. (1995), que hizo con Concha Ve- cámaras al igual que montaba.
na estrella, llama mucho la aten- A. M. T. En Pascual Duarte lasco, debía de sufrir muchísimo. A diferencia de cómo suelen ha-

76 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA Nº 82


n
cerse las series, que se montan al po. Así como lo de la vista com-
mismo tiempo que se graban, yo prendí, después de la última ope-
grababa todo lo de cada cámara ración, que se mantenía, que te-
y luego montaba. Gracias a esto, nía una temporada de descanso
en ese sentido, La buena estrella antes de que me volviesen a me-
la he rodado con una gran falta ter los dedos en los ojos, sabía
de tensión. Movía la cámara de que en aquel estado podía rodar,
una manera que nunca lo había sin embargo, a niveles físicos ca-
hecho; siempre la había movido da vez me encontraba peor, has-
siguiendo a los personajes y aquí ta que alguien me dijo que me
la movía con los personajes quie- pusiese insulina, aunque teórica-
tos, sin que apenas se note. Tenía mente todavía no la necesitaba, y
algunos planos y secuencias es- engordé seis kilos en un mes. Co-
tupendos, pero los he partido mo había estado casi un año
porque había pausas demasiado tumbado, refugiado, perdiendo
largas y necesitaba primeros pla- masa muscular, sin hacer ningún
nos entre medias. Más que nun- ejercicio, cuando empecé la pre-
ca en mi vida tenía la sensación paración de la película, a las seis
de no estar preocupado de có- o las siete horas la cabeza se me
mo iba a rodarlo, de dominar iba, estaba muy cansado. Llegué
por completo el lenguaje narra- al rodaje pensando que igual no
tivo, sin hacer nada espectacular podía aguantarlo, pero ante mi
ni ostentoso, porque no me gus- asombro, quizá por la excitación,
ta. Me gusta la sencillez, la sín- la adrenalina o lo que sea, me ha-
tesis y me ahuyenta lo barroco. cía aguantar perfectamente.
Eso sí que he ido buscándolo, A. M. T. Además ahora los ro-
mi tendencia es a simplificar. Me dajes no son de ocho horas, sino de
sentía muy seguro. 12.
A. M. T. La buena estrella tie- R. F. Siempre me he cansado
ne un final muy denso y emotivo, en los rodajes, nunca me ha gus-
pero acaba con una dedicatoria tado hacer horas extras y trato de
que va aún más lejos. acabar a la hora. Mi opinión es
R. F. Me lo han comentado, que en las 12 horas de ahora se
pero eso sólo ocurre con gente hace lo mismo que en ocho de
que me conoce. Al señor que va antes; la gente trabaja a un ritmo
a ver la película le da igual que al más lento para poder aguantar
final aparezca dedicada al doc- tantas horas y se acaba haciendo
tor tal y a los que me cuidaron lo mismo. Creo que es una ton-
los ojos. Cuando se lo propuse a tería de los productores; la gente
Pedro Costa pensé que me iba a no descansa lo suficiente, se va
decir radicalmente que no, pero acumulando el cansancio de una
vi que calculaba esta posibilidad semana a otra y cada vez se rueda
y le parecía bien. Tengo la sensa- más despacio. n
ción de que este médico me ha
sacado a flote, en gran medida
he podido hacerla por su ayuda,
aparte de que al doctor no, pero Ficha técnica: Director: Ricardo Fran-
a varias enfermeras les he grita- co. Guionistas: Ricardo Franco, Ángeles
González-Sinde. Fotografía: Tote Tre-
do, han tenido que aguantar mi nas. Música: Eva Gancedo. Intérpretes:
genio. Antonio Resines, Maribel Verdú, Jordi
A. M. T. ¿En qué medida el es- Mollà, Elvira Mínguez, Ramón Barea,
Clara Sanchís. Producción: Pedro Costa
tar bajo de forma físicamente le para Pedro Costa P.C. y Enrique Cere-
ha influido a la hora de escribir el zo P.C. Color. Duración: 105 minutos.
guión y rodarlo?
R. F. Tenía dos procesos de
manera paralela; por uno, cada
vez tenía más problemas en los
ojos y, por otro, cada mes pesaba
un kilo menos. Cada día estaba
más débil, notaba que me iba
Augusto M. Torres es escritor. Autor
evaporando. Tenía una sensación de Diccionario de cine y El cine español
física muy mala de todo mi cuer- en 119 películas.

Nº 82 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA


n
ENTREVISTAS IMAGINARIAS DE DOLFOS NERVO

FRANCIS SCOTT FITZGERALD


JESÚS FERRERO

U
na tarde de finales de vera- ya será la autoridad del fracaso, mente por eso a que “nos com- diantes donde estaban represen-
no, Dolfos apuró por ené- del fracaso de las posturas indi- prendan”. E interpretar y com- tando una de mis obras y, al ver-
sima vez su copa de mez- viduales, del fracaso de la “per- prender son operaciones dialéc- me, los muchachos de la com-
cal y, más inspirado que nunca, sonalidad”, del fracaso final de ticas muy superiores a la de “cre- pañía se quedaron aterrados.
empezó a hablar de Fitzgerald, las últimas secuelas del romanti- er”, pues la creencia se basa en la Pensaban que yo ya estaba muer-
uno de sus escritores preferidos, cismo humanista. Amory ya no fe y la interpretación y la com- to… ¿Sabe usted que estoy a
al que había entrevistado en Los es pues un caballero genteel. prensión se basan en la lógica, punto de convertirme en un tipo
Ángeles. Aquella tarde, Dolfos Amory es uno de los nuestros: en la sustancia misma de la re- tan serio como un muerto?
me dijo: un héroe de nuestro tiempo. Y flexión, con todos sus momen- –No sé si le entiendo…
–Hay tipos nacidos para la ahora, después de tantas amargas tos, entre los cuales ocupa un pa- Fitzgerald volvió a apurar su
gloria, dicho sea con todo la iro- ironías, déjame que te cuente mi pel dominante y hasta sangrante vaso y dijo:
nía del mundo. Para la gloria trá- entrevista con Fitzgerald, no sin la contradicción. Lógicamente, –Sí, en un tipo serio y relati-
gica, la que clausura y a la vez antes recordarte que la noche de Nick quiere que le interprete- vamente desconocido, como por
inaugura. Fitzgerald fue un iró- fin de año de 1925, T. S. Eliot le mos, en primer lugar; y en se- ejemplo, Joyce… En un tipo
nico, acaso uno de los irónicos escribió una sorprendente carta a gundo lugar quiere que “le en- verdaderamente serio…
más grandes de este siglo, y mu- Fitzgerald en la que acababa di- tendamos”, también en el senti- –¿Antes no lo era?
rió trágicamente. Es extraño… ciéndole: “Cuando tenga tiempo do figurado que suele tener este –Antes sólo lo era a veces…
Cuantos irónicos muertos en cir- me gustaría escribirle más exten- verbo entre los gay. Quiere que le –¿Por ejemplo, cuando escri-
cunstancias raras, desde Sócra- samente para exponerle por qué comprendamos por debajo, y bió El gran Gatsby?
tes a nuestros días. Pero, ¡si ama- El gran Gatsby me parece un justamente por eso, su narración –Exacto. He ahí una narra-
ban la vida más que nadie! La libro tan admirable. De hecho está llena de sobreentendidos, lo ción seria… De hecho es la na-
amaban tanto que hasta acepta- me parece el primer gran paso que convierte El gran Gatsby en rración de un homosexual con
ban su crueldad y la podían in- que la novelística norteameri- una novela tan especial: más que muchos principios y muchos es-
cluso considerar apasionante. Pa- cana ha dado desde Henry Ja- la representación del sueño ame- crúpulos. Y esa clase de homose-
ra Fitzgerald la vida fue apasio- mes… “Quienes crean que Eliot ricano, su demolición. Pero an- xuales son siempre gente muy
nante durante toda la primera formuló un juicio tan definitivo tes de acercarnos a Gatsby, acer- seria…
época de su demolición. Porque tras haber leído una simple no- quémonos definitivamente a Fitzgerald me miró con can-
Fitzgerald demolió en sí mismo vela sobre los devaneos de los ri- Fitzgerald y a la noche aquella sancio y con crispación. Daba la
lo que había que demoler: el hé- cos y la endogamia de la clase en que él mismo me reveló lo impresión de que empezase a pa-
roe, el caballero, el genteel, “el alta americana han debido de que te voy a contar… De mi en- decer un leve tic en el ojo iz-
hombre”. Curiosamente, todos pensar muy poco en lo que es cuentro con él recuerdo su mira- quierdo.
los personajes de Fitzgerald em- un narrador en primera persona da humillada, su cara destruida. –No conozco a ningún crítico
piezan creyendo que la vida es (como es el caso de Nick Carra- Pero no era esa destrucción evi- americano o europeo que haya
una cuestión personal (una cues- way) y, sobre todo, han debido dente de los rostros que parecen dicho, ni de lejos, que la historia
tión de su deseo), para acabar de pensar muy poco en lo que es pulverizados. Aparentemente, la de Gatsby es la narración de un
aceptando, en la magnitud de su la conciencia del narrador y su cara de Francis Scott Fitzgerald homosexual… –le dije.
derrota, la erosionante imperso- relación dialéctica con la con- estaba entera aquella noche en –Yo tampoco.
nalidad de todos los deseos. ciencia del lector. Ya te he insis- aquel café entre dos grandes es- –¿Y no le inquieta?
Amory Blaine, por ejemplo, re- tido en el hecho de que el verda- tudios de cine. Frente al café se –En absoluto.
presenta a la última gente que dero narrador en primera perso- extendía una enorme charca y –Vamos a ver, vamos a ver…
tuvo el atrevimiento de asumir na no aspira a que le creamos: las limusinas que por allí pasa- A mí esta entrevista me interesa
esa postura tan ególatra como aspira (y ya es mucho) a que le ban salpicaban la acera y a veces mucho, señor Fitzgerald… Su-
nietzschiana. Y al final, todos los interpretemos y le entendamos. el agua llegaba hasta los cristales pongo que últimamente le ha-
héroes de Fitzgerald se dan cuen- No otra cosa pretende Nick, y del establecimiento. Acabába- cen pocas entrevistas de fondo…
ta que la vida ya no es una cues- no otra cosa pretendemos cuan- mos de pedir el cuarto whisky Fitzgerald encendió el cigarri-
tión personal. Las personas, los do hablamos con los amigos o cuando Fitzgerald me dijo: llo que, temerariamente, yo le
personajes, los egos bien tem- los desconocidos sobre nuestros –No sabe cómo celebro que acababa de ofrecer. En cuanto
plados como el acero están desa- problemas: no aspiramos a que todavía alguien se acuerde de mí dio la primera calada empezó a
pareciendo, en beneficio de un nos crean, aspiramos sobre todo en el extranjero… Hace algún toser estrepitosamente. Lo apagó
nuevo personaje cuya autoridad a que nos interpreten, y justa- tiempo fui a un teatro de estu- y dijo:

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–En realidad, no me hacen se comercia sólo con obviedades,
ninguna entrevista. Así que apro- aquí te matan en defensa de la
veche la oportunidad… Ahora obviedad, aquí te tienes que con-
soy como la heroína del final de vertir en un escritor trivial para
El bosque de la noche. O algo mu- sobrevivir, aquí sí que escribir es
cho peor, el perro que pide un morir, amigo Dolfos…
hueso. Y estoy dispuesto a decir –¿Y por qué no se va de aquí?
la verdad… Créame una cosa, –Todavía no puedo… Quiero
amigo: a mí ya sólo me queda el imaginar que esto es sólo un pur-
consuelo de la transparencia… gatorio, el último purgatorio an-
–Entonces hábleme de Gats- tes de la epifanía de la verdadera
by… seriedad, de la verdadera tran-
–De acuerdo, le hablaré de quilidad… ¿Sabe en qué pienso
Gatsby… últimamente? En un cuento de
Fitzgerald calló unos instantes Tolstoi. No sé si lo conoce, se ti-
antes de decir: tula El padre Sergio… Sergio per-
–Mire, basta con leer la nove- tenecía a la guardia del zar, y
la con una mínima atención pa- amaba profundamente a su so-
ra sospechar que Gatsby, un po- berano… Sergio estaba a punto
bre diablo que en realidad se lla- de casarse con una hermosa mu-
ma James Gatz, ha sido el gigoló jer… En vísperas de la boda, ella
del millonario Cody… le confiesa que ha sido amante
–Ahora que lo dice… del zar. Sergio se derrumba. Su
–También hay razones para código de honor le obliga a en-
sospechar que el narrador ha te- frentarse al amante de su novia,
nido relaciones homosexuales pero, ¿cómo enfrentarse al zar?
con el fotógrafo impresentable Sergio huye de Moscú y se con-
del capítulo tercero… vierte en un gran asceta, en rea-
–Correcto… lidad en un santo… Pero un día
–Y luego están los amores de peca con una retrasada mental y
Nick. Si de verdad se ha enamo- F. Scott Fitzgerald vuelve a perderse por el ancho
rado de alguien, ese alguien sólo mundo. Se aleja cada vez más de
puede ser Gatsby, a quien dedica su origen, se pierde por la infini-
su melancólica narración, ¿o no? Eliot leyó El gran Gatsby con finitivamente perdido para los ta estepa. Al final acaba traba-
Asentí sin vacilación tras apu- atención, sólo el captó el verda- americanos, que desde hace jando de jardinero en una ha-
rar mi whisky. Fitzgerald prosi- dero contenido… No ocurrió lo tiempo ya estamos viviendo al cienda en el confín de Siberia…
guió: mismo con Edith Warton, que otro lado del paraíso. Yo el pri- Le juro que ahora me gustaría
–También hay razones para me insinuó que tenía que haber- mero de todos… Un privilegio ser como Sergio. Sueño con
sospechar que el término obsceno le dado un tono “más heroico” a muy poco envidiable… aquella hacienda imposible, en
que Nick borra de las escaleras la narración de Nick, a fin de –¿Cree usted que sus compa- un lugar imposible…
del abandonado palacio de convertirla en “una tragedia en triotas son conscientes de que Casi me dio vértigo escu-
Gatsby no es otro que “maricón”. vez de en un fait divers de los pe- hace ya bastante tiempo que charlo, y me envolvió una pro-
Tras la desconcertante decla- riódicos de la mañana”. Justa- América está viviendo al otro la- funda sensación de irrealidad.
ración de Francis Scott, nos que- mente lo que en mi obra apunta do del paraíso? En aquel café de paredes amari-
damos un buen rato en silencio. decididamente al futuro era lo –No son conscientes en abso- llas, relucientes cafeteras y gran-
Finalmente el escritor dijo: que no le gustaba a la inefable luto. Ésta es la tierra de la no des ventanales abriéndose a una
–Le acabo de hablar, camara- Warton. Pero es que Edith vivía conciencia, y muy especialmen- calle tan ancha como inhóspita,
da, de la sustancia misma de la todavía en la edad de la inocen- te Los Ángeles, por eso es tam- nada podía resultar más irreal
novela, de lo que subyace a cia. Esa edad evocada por Nick al bién la tierra del cine. Aquí sólo que imaginarse una dacha en los
ella… Pero cómo únicamente final de la novela como algo de- funcionan las obviedades, aquí confines de la estepa. En el café

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FRANCIS SCOTT FITZGERALD

había tres personas más, las tres probé que su voz seguía teniendo de saber esperar tiene su periodo rrado de la escuela de Nueva
sentadas frente a la barra, de as- una suave y convincente autori- de ascensión, y su decadencia… York, y antes de la escuela de
pecto sumamente desagradable. dad que, de forma más bien Ocurre además que uno espera Princeton, y antes de la de Saint
Sus rostros parecían tallados a transparente, podía detectarse en cada día menos cosas… Paul. Ahora mismo, no deja de
navaja y los tres, también la mu- muchos de sus escritos. –¿Y a qué espera ahora? ser sorprendente el hecho de ver-
jer de cabellos rojos que tanto – Básicamente sí que sigue –Espero saldar mis últimas me convertido en un miembro
me recordaba a un personaje de siendo mi filosofía –dijo–, la que deudas, espero dejar de escribir alcoholizado y desterrado de la
El gran Gatsby, parecían estar ya no es la misma es mi cabeza, cuentos, espero poder dedicar to- escuela de Hollywood. ¿Ve co-
pensando en la vida. Quise re- físicamente, quiero decir. Dema- das las fuerzas que me quedan a mo la vida tiende a la repetición?
cuperar el hilo de la conversa- siadas borracheras, demasiadas una gran novela que deje atrás a ¿Ve como Kierkegaard no estaba
ción y dije: neuronas muertas, demasiada ra- El gran Gatsby… Una novela en tan loco?
–Volviendo a El gran Gatsby, bia, demasiadas lágrimas… Yo la que pienso recurrir a la prosa Eran más de las cinco de la
reconocerá usted que Nick es un fui de los que creí, durante la dé- poética cuando de verdad se ajus- mañana cuando me despedí de
narrador de una discreción un cada báquica, que mi capacidad te a la acción, pero sin introspec- Fitzgerald a la puerta de su ho-
poco enfermiza. El presunto en- de trabajo era ilimitada… Inclu- ciones ni asuntos secundarios co- tel. Dos meses después, el escri-
cuentro sexual con el fotógrafo so llegué a pensar que era ilimi- mo en Suave es la noche. Quiero tor fallecía mientras dormía en
está escrito para que el lector pa- tada la capacidad de emocionar- que en esta nueva novela todo aquel mismo establecimiento.
se de puntillas sobre él… me. No quería comprender que contribuya al movimiento dra- Algunos años más tarde, el in-
–Naturalmente… También había muchas emociones que ha- mático. Digamos que tendría comparable Malcon Lowry supo
en algunos momentos de Vuelta bían quedado para siempre atrás. que ser una narración a lo Flau- detectar el destino apolíneo del
de tuerca y de El corazón de las ti- Como Gatsby, yo también creí bert, sin “ideas”, pero con per- autor de El gran Gatsby al califi-
nieblas nos vemos obligados a en una luz verde al final de un sonajes que se muevan indivi- carlo de “último Laocoonte” o
pasar de puntillas, ya que no vo- cálido malecón. Como Gatsby, dualmente, formando un tejido último novelista que se había ga-
lando, por encima de la ac- yo tuve que recorrer un largo ca- de actitudes verdaderas. Todo eso nado literalmente la ira de los
ción… mino para llegar a Nueva York, y lo deseo y voy a esforzarme para dioses por decir más de lo que
–Desgraciadamente, esa clase en algún momento la gloria me conseguirlo, pero ya no deseo la los otros querían oír. El último
de narraciones con evidente re- pareció tan próxima que dejó de fama, se lo juro, camarada, se lo hasta que otro escritor le suce-
curso a la sutileza, no suelen gus- resultarme una imposibilidad. juro… Aspiro al mismo anoni- diera. Curiosamente, ese suce-
tar demasiado a los america- No sabía que esa gloria estaba ya mato que el padre Sergio… sor fue el autor de Bajo el volcán
nos… detrás de mí, en alguna parte de –Una última pregunta –le di- –me dijo Dolfos Nervo, dando
–A veces sí que les gustan, la vasta oscuridad. Como je–. Durante una época agridul- por concluida aquella nueva ve-
aunque no las entienden… Gatsby, creí en la luz verde, en el ce de su vida, usted perteneció a lada en su jardín. n
–Pero en un lector, no enten- orgiástico futuro que, año tras la escuela de París… ¿Se consi-
der es un pecado imperdona- año, aparece ante nosotros… dera en este momento un miem-
ble… Nos esquiva, pero no importa; bro de esa presunta escuela…?
–Sin la menor duda… Por mañana correremos más de pri- –Hace bastante tiempo que
eso es tan doloroso escribir en sa, abriremos los brazos, y… un bastantes escritores pertenecen a
América… buen día… ¿Un buen día? Sí, la escuela de París, pero no olvi-
–Veo que sigue publicando amigo, un buen día nos mira- de que París es la nada… Un es-
cuentos en Esquire… mos al espejo y sabemos que ya pacio abstracto en el que agitar-
–Ya lo ve… Cuentos medio- nunca volveremos a ser los mis- se hasta enloquecer, casi me atre-
cres en los que dejo la poca vida mos. No descubrimos una frac- vería a decir un espacio vacío.
que me queda… Pero tengo que tura, descubrimos una brecha. Por eso en uno de mis cuentos la
vivir, pero tengo que alimentar a Ah, el horror, el horror, como llamé Babilonia… Una torre ab-
una familia… Es asfixiante… dijeron Otelo y Kurtz, ¿sabe a surda donde cada uno habla una
–En una de sus más duras qué me refiero? lengua diferente. ¿O piensa que
crónicas, usted asegura que “la –Creo que sí. Ernest y yo hablábamos la mis-
prueba de una inteligencia de –Pues eso… ma lengua? Desde mucho antes
primer orden es la de ser capaz –De todas formas, señor Fitz- que París, Nueva York no es otra
de retener a un tiempo en la ca- gerald, me niego a verle tan de- cosa que otro enorme laberinto
beza dos ideas opuestas, sin per- rrotado… Siempre, desde que abstracto, lleno de ruido y de fu-
der por eso la capacidad de fun- leí su primer libro, le he atribui- ria. Y ya no digamos Los Ánge-
cionar. Uno debiera, por ejem- do un don extraordinario para les… Hace tiempo que desapa-
plo, ser capaz de ver que las cosas saber esperar, una extraña ele- recieron los grandes escenarios
son irremediables y, sin embargo, gancia que jamás he hallado en para las grandes tragedias… –di-
estar decidido a cambiarlas”. Es- otro escritor, y que no es proba- jo, antes de que saliéramos del
ta filosofía, que según usted se ble que vuelva a encontrar. café–. Así que ya sabe, camarada,
adecuaba a los comienzos de su –Si yo tuviera muchos lectores lo que quiere decir para mí ser
edad adulta, ¿sigue siendo su fi- como usted… En fin, no voy a un miembro alcoholizado y des-
losofía? negarle que usted me halaga… terrado de la escuela de París.
Jesús Ferrero es escritor. Autor de
Esta vez, Fitzgerald no tardó Aunque lamento decirle, querido Antes de eso, ya había sido un Bélver Yin, Amador y El último ban-
en contestar, y una vez más com- camarada, que también el don miembro alcoholizado y deste- quete (Premio Azorín, 1997).

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