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I.-INTRODUCCIÓN.

La libertad, es uno de los bienes de mayor jerarquía axiológica. Solo la vida lo


supera, y dado que la legislación Peruana, no impone la pena de muerte, tal como
así lo establece el artículo 29 del Código Penal, al señalar como únicas penas, la
Pena Privativa de Libertad, Restrictiva de libertad, Limitativas de derechos y multa.
Podemos afirmar que la libertad es el bien más valioso de cuantos se debaten en
tribunales y el eje mismo sobre el cual gira el proceso penal. Sin embargo nuestra
legislación procesal penal, ha previsto dentro de su cuerpo normativo, la aplicación
de figuras procesales, que no ataquen directamente a la privación de la libertad
personal, como son la comparecencia restrictiva, y la comparecencia simple,
prevista, en los artículos 287 y 291, respectivamente del, Nuevo Código Procesal
Penal, decreto Legislativo 957, sin embargo, para el otorgamiento de la
comparecencia restrictiva, ha establecido ciertas restricciones, entre ellas la
caución prevista en el artículo 289 del antes citado cuerpo legal.
II. DEFINICIÓN.
El sistema jurídico reconoce que las cauciones son garantías suscritas por los
sujetos procesales destinadas a asegurar el cumplimiento de las obligaciones
adquiridas por éstos durante el proceso, así como a garantizar el pago de los
perjuicios que sus actuaciones procesales pudieran generar a la parte contra la
cual se dirigen. Así entonces, mediante el compromiso personal o económico que
se deriva de la suscripción de una caución, el individuo involucrado en un
procedimiento determinado (1) manifiesta su voluntad de cumplir con los deberes
impuestos en el trámite de las diligencias y, además, (2) garantiza el pago de los
perjuicios que algunas de sus actuaciones procesales pudieran ocasionar a la
contraparte. Las cauciones operan entonces como mecanismos de seguridad y de
indemnización dentro .del proceso.
III.FINALIDAD DE LA CAUCCION.
La finalidad de las cauciones es asegurar la comparecencia al proceso del sujeto
investigado. En esos términos, la caución penal es del primer tipo, es decir,
asegura, garantiza y afianza el cumplimiento de un compromiso adquirido durante
el proceso: el de hacerse presente en él. El hecho de que en materia penal la
caución no tenga una función indemnizatoria es consecuencia de la naturaleza
misma del procedimiento: ya que en la causa penal no es dable hablar de
pretensiones y por consiguiente de contraparte, la caución como mecanismo
indemnizatorio de los posibles perjuicios ocasionados mediante el ejercicio de
actuaciones procesales no tiene aplicación en tales diligencias.[1]
El nuevo proceso, penal aplicable, en algunos distritos judiciales de la República,
ha regulado la aplicación de la caución, en el artículo 289, del decreto Legislativo
957 (NCPP), el mismo que a diferencia del antiguo Código Procesal Penal,
contenido en el decreto legislativo 638, ha incorporado en su descripción
normativa la devolución de la Caución aunque el imputado haya sido
condenado, pero con la condición que este cumpla fielmente las reglas de
conducta impuestas en sentencia, a diferencia de la antigua legislación
precitada y aun aplicable en aquellos procesos, que se tramita conforme a las
reglas previsto por el Código de Procedimientos Penales y el decreto legislativo
ciento veinticuatro, establece, que únicamente se devuelve la caución siempre y
cuando el imputado, haya sido absuelto o el proceso haya culminado
por sobreseimiento conforme al artículo 221 del Código de Procedimientos
Penales.
Es preciso destacar, que la previsión contenida en la actual legislación procesal
penal (NCPP), con respecto a la devolución de la caución a aquellos procesados
que han sido sentenciado, o declarados culpables de un delito, siempre y cuando
hayan cumplido fielmente con las reglas de conducta impuestas en sentencia,
resulta interesante, toda vez que va aliviar en algo los gastos que el sentenciado a
tenido que soportar en toda la secuela del proceso, y además anima a los mismos
a un fiel cumplimiento de las reglas de conducta, impuestas, por lo que merece,
dar a conocer con mayor énfasis y precisión, a los sujetos partes del procesos, y a
los aperadores de justicia para que sean beneficiarios de tal prescripción
normativa.
Además es pertinente destacar, que en el Nuevo Código Procesal, la figura de la
caución, ha sido desarrolla, en forma amplia y detallada en el artículo 289, y no
como en la anterior legislación, Decreto Legislativo 638, que se establecía en el
inciso 5 del artículo 143 como una variedad de comparecencia restrictiva, sin
llegar a desarrollarla mayormente, al punto que muchas veces se tuvo que recurrir
a la aplicación supletoria del artículo 183 del antes citado decreto Legislativo.
Una de las medidas, cautelares, en materia penal menos gravosa que la privación
de la libertad es la comparecencia restrictiva, con ciertas restricciones, entre ellas
el pago de una caución, con el fin de asegurar que el imputado cumpla las
obligaciones impuestas y las órdenes de la autoridad.
Como bien lo señala la doctrina, la caución persigue fines de aseguramiento o
reforzamiento[2] a decir de CREUS(1996,p.337), del cumplimiento de las obligaciones
impuestas al imputado en buena cuenta lo que se busca, es “sujetar”, al imputado en
función al proceso en función al acatamiento de las obligaciones asumidas, así como de
las órdenes impartidas por la autoridad en dicho marco, de tal suerte que servirá,
fundamentalmente, para reforzar la observancia de las demás restricciones de la
comparecencia. A Juicio del suscrito dicha restricción cumplirá mejor su objeto si es que
va acompañado de otras restricciones, descritas en el artículo 288 del NCPP. Y además
en parte es un alivio para el imputado, ya que le posibilita enfrentar el proceso penal en
libertad.
Que en materia penal, la regla es que el imputado deber ser investigado, en
libertad y la prisión es la excepción que solo debe decretarse cuando resulte
indispensable (artículo 253°.3). Por el principio de excepcionalidad, llamado
también principio de necesidad, las medidas coercitivas sólo se impondrán en la
medida que sean estrictamente necesarias para los fines del proceso. La doctrina
considera que las medidas coercitivas sólo se aplicarán para asegurar la
comparecencia del imputado en el proceso, evitar que se obstaculice la
investigación del delito y la actividad probatoria, y asegurar el cumplimiento de la
pena probable a imponerse, así como de sus consecuencias civiles.
IV.CONCLUSIONES.
1.-Esta establecido, que el fin de la caución, es asegurar la comparecencia al proceso del
sujeto investigado.
2.-La descripción normativa en prevista en el Nuevo Código Procesal, prevé en forma
completa los presupuestos, para la aplicación de la caución como una restricción, en el
mandato de comparecencia restrictiva.
3. al haberse previsto la devolución de la caución al sentenciado, genera beneficios, e
incentiva en mayor grado al cumplimento de las reglas de conducta impuestas en
sentencia.
4.-El derecho Penal Peruano, enmarcado, dentro del ámbito Constitucional, y ampliando
la garantía de la libertad bajo caución, avanza en el sentido de reconocer la
excepcionalidad a la prisión preventiva.
5.-En este proceso evolutivo que está lejos de terminar principia a admitir la intervención
del criterio judicial, dentro del rígido límite de los criterios legislativos. Estos últimos, para
negar, la libertad, se fundan en: la gravedad del delito imputado, el peligro de fuga, el
peligro de la comisión de nuevos delitos.

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