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5.1 ESCURRIMIENTO EN CUENCAS NO AFORADAS.

Entendemos que una cuenca no aforada es aquella que no ha sido medida


calculada, marcada o investigado con una precisión el caudal y como ende su
escurrimiento de esta misma, como tal hay métodos empíricos para hallar el
escurrimiento neto que se mencionara adelante.

Existen diversos métodos para estimar la avenida máxima que puede


producirse en una cuenca. La mayoría de ellos son poco precisos ya que no
tienen en cuenta los parámetro relevantes como el clima, la pendiente, la forma
de la cuenca, etc. una de las ecuaciones propuestas son por Dickens en 1869
y Gnaguillet
Dickens Gnaguillet

Donde Qm: caudal máximo a la salida de la cuenca como consecuencia de una


lluvia máxima (m3/s) S: Superficie de la cuenca (Km2) α = coeficientes de
ajuste a dimensional

Para periodos de retorno entre 10 y 500 años y cuencas de menos de 30km2.


Dal-Re et al ha desarrollado una ecuación, pero este método no es válido para
precipitaciones anuales superiores a 1.500mm o inferiores a 500mm
Para periodos de retorno inferiores a 50 años y cuencas entre 200 y 100
Una forma de medir los caudales y sus medidas es por aforos: Hidrograma:
Registro del caudal de un río en función del tiempo
Sirve para • Estudiar aportaciones de agua: – Componente escorrentia –
Componente agua subterránea • Relacionar lluvia-caudal • Deducir avenidas
máximas y caudales mínimos • Etc

Aforo: Medida del caudal en un río Métodos: Medición directa: – Molinetes –


Flotadores – Trazadores Medición indirecta: - Limnigrafos (se mide el nivel y se
deduce el caudal.
MEDICIÓN DIRECTA

Consiste en medir la velocidad del agua y obtener el caudal como producto de


velocidad por superficie. Métodos: Molinetes: son pequeños molinos
(normalmente tipo tornillo de Arquímedes)

Las oscilaciones manifestadas en el balance hídrico tienen incidencia directa


sobre el régimen hidrológico de los escurrimientos superficiales. No obstante, la
evidente correspondencia que vincula la precipitación con el caudal, está
determinada tanto por las condiciones físicas de la
cuenca como por el carácter de las lluvias.

En ese sentido, los análisis de correlaciones entre ambas variables resultan muy
útiles para establecer el grado y tipo de relación entre ambos parámetros. El
objetivo de este trabajo es analizar el comportamiento de algunas variables
hidrológicas de la cuenca del río Santa Lucía (Corrientes, Argentina) y la relación
entre el excedente de agua y el caudal escurrido.
Se utilizó el método de Thornthwaite y Mather. Como resultado, la totalidad de los
balances hídricos en la cuenca del río Santa Lucía indicó excedente de humedad
en el suelo. En algunos casos los excesos superaron los 600 mm anuales.
Finalmente, se halló correlación entre los valores de precipitación y el aumento de

caudales.

El estudio del comportamiento hidrológico de una cuenca permite interpretar la


correlación de los fenómenos físicos y humanos que se desarrollan en su
ámbito. Los ríos tienen gran relación con todas las formas de vida,
especialmente con las actividades humanas. En general, en el curso inferior de
los ríos se localizan grandes poblaciones y en sus desembocaduras se
encuentran puertos e industrias (Campo y Piccolo, 1997).
Dentro de los métodos útiles para llevar a cabo una evaluación de los cursos
de agua de una región se encuentra el del cálculo del balance hídrico; con ello
se contribuye a conocer el ciclo hidrológico y a estimar cambios en el régimen
de los ríos y arroyos. Ello se debe a que en algunas zonas climáticas las lluvias
definen –directa (sobre los flujos superficiales) e indirectamente (sobre los
flujos sub superficiales y subterráneos) el régimen hidrológico de los ríos.

Las masas tropicales continentales se corresponden con la franja de las Altas


Presiones Subtropicales de los 30° LS que se encuentran en ambos
hemisferios. En verano, en el Hemisferio Sur, estas áreas se ven restringidas al
interior del continente que se encuentra muy caliente, con lo cual el área en
estudio no se ve afectada.
El área en estudio se caracteriza por su suelo llano con leves ondulaciones de
arena rojiza, rodeadas de bañados, esteros y pantanos. Se destacan los
bosques frondosos, a los que se suman los palmares que siguen los cursos de
los ríos. Sus dos principales cauces son el Río Paraná y el Río Uruguay,
muchos de los ríos interiores de la provincia de Corrientes desaguan en ellos
(Uriel y Colombo, 1991).

El objetivo general de este trabajo es establecer el balance hídrico de la


cuenca del río Santa Lucía, en la provincia de Corrientes. Como objetivo
específico se analiza la relación entre el exceso de agua (diferencia positiva
acumulada entre precipitación y evaporación potencial durante un periodo
determinado) y el caudal escurrido.
Se determinaron la evapotranspiración potencial y la variación estacional de
agua disponible en el sistema. Para calcular la escorrentía mensual en la
cuenca se consideró que el concepto físico de evaporación en el análisis
hidrológico se asocia a los procesos biológicos. En la ecuación del balance
hidrológico de una cuenca, la evaporación y la transpiración están
incorporadas como un solo término a la misma (evapotranspiración), que
influye directamente sobre la escorrentía
5.2 ESCURRIMIENTO DE CUENCAS AFORADAS

5.3 ANALISIS DE AVENIDAS MAXIMAS.

La mayor parte de los estudios y proyectos de obras de ingeniería civil incluyen el


dimensionamiento de elementos destinados a evacuar los caudales de avenida
evitando daños en lo proyectado, aguas arriba y aguas abajo. Aunque este tipo de
cálculos suelen adaptarse a una metodología común en sus aspectos básicos,
difieren notablemente en los datos e hipótesis de partida y en los parámetros de
diseño, con lo cual los resultados no siempre resultan homogéneos.

Como consecuencia de ello, algunos diseños quedan insuficientes para evacuar


los caudales producidos, creando cuellos de botella que generan problemas de
inundaciones. En el otro extremo, otros diseños basados en hipótesis más
conservadoras, dan lugar a sobre dimensionamientos que encarecen
innecesariamente las obras de drenaje.
Se define como avenida máxima al máximo caudal que se puede presentar a la
salida de una cuenca y siempre será consecuencia de una lluvia máxima. Se
define como lluvia máxima a la mayor altura de agua que meteorológicamente
puede darse durante un tiempo dado y en un periodo de tiempo prefijado. A este
periodo de tiempo prefijado se le denomina periodo de retorno (T) que se define
como el promedio de años que ha de transcurrir para que se presente una sola
vez la lluvia máxima. Oscila entre 5 y 500 años, cumpliéndose que cuanto mayor
es el periodo de retorno, mayor es la altura de agua de la lluvia máxima.
Las avenidas causan daños de dos tipos debido a la fuerza de corriente durante la
crecida que se produce, tal como la erosión de la base de un puente o por
desborde de agua que producen inundaciones.
Una avenida (en algunos lugares se denomina también como crecida de un río,
lago ..., creciente, riada o aguas altas) es la elevación del nivel de un curso de
agua significativamente mayor que el flujo medio de éste. Durante la crecida, el
caudal de un curso de agua aumenta en tales proporciones que el lecho
del río puede resultar insuficiente para contenerlo. Entonces
el agua lo desborda e invade el lecho mayor, también llamado llanura aluvial.

Una crecida elemental sólo afecta a uno o varios afluentes y puede tener causas
muy diferentes: pluvial, debido a las lluvias continuas sobre una cuenca poco
permeable o que ya se ha empapado de agua; nivel, provocada por la fusión de
las nieves, el deshielo que provoca la ruptura del obstáculo congelado que retenía
las aguas, etc.
Muchas veces dos o más de estas causas simples suman sus efectos y el río,
sobre todo después de haber recibido las aguas de varios afluentes importantes,
experimenta una crecida compleja. Así es como
los chubascos primaverales pueden agravar considerablemente una crecida nivel.
Por otra parte, las avenidas se pueden caracterizar según su variabilidad en
el tiempo, así se pueden distinguir:

 Avenidas periódicas, que generalmente no causan daños, e incluso son


benéficas, como por ejemplo las del río Nilo previo a la construcción de
la presa de Asuán, donde contribuían a la fertilidad del valle bajo del río. Este
tipo de avenidas es de larga duración, pudiendo durar semanas o meses. Son
causadas por las variaciones climáticas de vastas regiones de la cuenca
hidrográfica. Son previsibles, pudiéndose tomar medidas de protección para
evitar o minimizar los daños.
 Avenidas excepcionales: Estas son causadas por precipitaciones intensas
sobre toda la cuenca o parte de esta. Son difícilmente previsibles, para ello se
requiere de una red de monitoreo operada en tiempo real. Generalmente
causan daños a las poblaciones y a la infraestructura económica. Se pueden
tomar medidas de protección civil y mantenimiento preventivo de las
infraestructuras.
 Combinación de ambas: Generalmente causan daños, son difícilmente
previsibles si no se cuenta con una red de monitoreo entiempo real.
Las principales características de una avenida son:
- Su caudal máximo, o pico, fundamental para el dimensionamiento de las obras
de protección lineares o defensas ribereñas;
- El volumen de la avenida;
- La velocidad con que aumenta su caudal.

Estas características, para un mismo tipo de precipitación (es decir, misma


intensidad y tiempo de aguacero), varían en función de características intrínsecas
de la cuenca: su extensión, la pendiente y tipo del terreno, etc., y también de
características modificables por las actividades antrópicas: la cobertura vegetal,
los tipos de preparación del suelo para la agricultura, las áreas impermeabilizadas
como áreas urbanas, etc.
Agravantes para su formación
Entre las causas que agravan la importancia de las crecidas se encuentran:

 La impermeabilidad del suelo de la cuenca, además de su


excesiva pendiente y falta de vegetación que hacen que el agua discurra
velozmente y no se infiltre.

 Los lechos estrechos y con pendientes muy acentuadas, que no pueden


conservar volúmenes suficientes de agua suplementaria.

 La existencia de confluencias muy próximas de unas a otras.


Las crecidas más importantes no se deben a la torrencialidad de sus
precipitaciones sino a la persistencia y a la repetición de lluvias muy intensas
durante varios días. El suelo se halla entonces saturado y no
puede absorber mucha más agua, y al no lucir el sol, la evaporación es poco
relevante. En todo caso, ello no excluye la existencia de crecidas devastadoras
debidas a la onda potente formada en un río secundario por lluvias torrenciales.

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