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Planeamiento urbanístico

El planeamiento urbanístico o planificación urbana es el conjunto de instrumentos


técnicos y normativos que se redactan para ordenar el uso del suelo y regular las
condiciones para su transformación o, en su caso, conservación. Comprende un
conjunto de prácticas de carácter esencialmente proyectivo con las que se establece
un modelo de ordenación para un ámbito espacial, que generalmente se refiere a un
municipio, a un área urbana o a una zona con escala de barrio.

La planificación urbana está relacionada con la geografía, la arquitectura y la


ingeniería civil en la medida en que ordenan espacios. Debe asegurar su correcta
integración con las infraestructuras y sistemas urbanos. Precisa de un buen
conocimiento del medio físico, social y económico que se obtiene a través del análisis
según los métodos de la geografía, la sociología y demografía, la economía y otras
disciplinas. El planeamiento urbanístico es, por tanto, una de las especializaciones de
la profesión de urbanista, aunque normalmente es practicado por arquitectos
(mayoritariamente) y también por geógrafos, ingenieros civiles y otros profesionales,
en los países en los que no existe como disciplina académica independiente.

Sin embargo, el urbanismo no es sólo el planeamiento, sino que precisa gestión lo


cual conlleva organización político-administrativa.

La planificación urbana se concreta en los Planes urbanísticos, instrumentos técnicos


que comprenden, generalmente, una memoria informativa sobre los antecedentes y
justificativa de la actuación propuesta, unas normas de obligado cumplimiento, planos
que reflejan las determinaciones, estudios económicos sobre la viabilidad de la
actuación y ambientales sobre las afecciones que producirá.

La planificación urbana establece decisiones que afectan al derecho de propiedad, por


lo que es necesario conocer la estructura de la propiedad y establecer cual puede ser
el impacto de las afecciones a la propiedad privada sobre la viabilidad de los planes.

El planeamiento urbanístico es, en España, una actividad pública en todas las escalas
territoriales, pudiendo delegarse a los agentes privados en la escala inferior al
municipio, aunque siempre bajo el control de la administración pública. Los
instrumentos de planeamiento urbanístico deben orientarse a la consecución, en su
ámbito de aplicación, de los objetivos generales de la actividad urbanística pública, sin
perjuicio de promover sus propios objetivos. En aplicación de sus objetivos, los
instrumentos de planeamiento urbanístico están legitimados para señalar
determinaciones diferentes sobre cada uno de los terrenos a los que se apliquen,
incluso cuando los mismos presenten características similares o pertenezcan a un
mismo propietario.

Sus contenidos están sujetos a exigencias legales contenidas en las legislaciones


nacional y regionales, que establecen formatos para los planes urbanísticos y
exigencias mínimas de calidad urbana, entre las que se cuentan:

• Condiciones de uso, intensidad de uso y tipología edificatoria (calificación


urbanística1): densidades máximas y mínimas, variedad de usos y tipologías...

1
Es la asignación de usos y niveles de intensidad de este, así como características formales y volumétricas de la
edificación, para cada suelo. Esta asignación se hace por medio de la delimitación de las áreas de suelo que
pertenecen a cada uso y la definición de este utilizando el instrumento de planeamiento apropiado para ello.
• Forma, dimensión, superficie por habitante y otros parámetros de los espacios
libres públicos. Estos parámetros pretenden asegurar que en la ciudad existan
parques y jardines públicos en cantidad y condiciones suficientes. Las
legislaciones más avanzadas incluyen determinaciones sobre soleamiento de
estos espacios, pavimentos y arbolado.

• Superficie destinada a parcelas para equipamientos públicos. Estos parámetros


permiten a la administración disponer de suelo para poder ejecutar después
escuelas, centros de salud y otros equipamientos necesarios.

• Cesiones de suelo o aprovechamiento libres de cargas y gratuitas a la


administración: estas cesiones incluyen las destinadas a espacios libres y a
equipamientos antes referidas, junto con las cesiones de parcelas edificables y
los derechos a construir en ellas que recibe la administración gratuitamente.

En cuanto al sistema en sí, se organiza en tres grandes conjuntos:

• el planeamiento general: redactado a escala municipal, contiene las


determinaciones de ordenación general para todo el término municipal. En
función del municipio pueden ser (los nombres pueden variar en cada
legislación autonómica):

o planes generales de ordenación urbana2,

(Como punto de partida tenemos el Plan General de Ordenación de


Madrid (1946) en cuyo texto legal de aprobación parece por primera vez
una configuración de la forma en que, diez años más tarde, van a
quedar definidas en la Ley del Suelo de 1956 las características tanto
de los Planes Generales como de los Planes Parciales.

Con la nueva Ley de Suelo estatal (Real decreto legislativo 7/2015),


vuelve a tener consideración residual el suelo no urbanizable (o rústico),
previendo las normativas autonómicas con carácter general la siguiente
clasificación: suelo urbano (dividido en consolidado y no consolidado);
suelo urbanizable (a su vez clasificado generalmente en delimitado y no
delimitado, o sectorizado y no sectorizado); y suelo no urbanizable, en
sus distintas categorías de protección (genérico, de infraestructuras, de
costas, de especial protección, etc)

o normas subsidiarias municipales; y

Definir qué instrumento es el apropiado para la calificación, es competencia en España de las Comunidades
Autónomas, según la Constitución Española de 1978 en su Artículo 148.3 y la interpretación que de este hace la
Jurisprudencia sentada en la Sentencia 61/1997 del Tribunal Constitucional y en la Sentencia 164/2001 del Tribunal
Constitucional de España.
2
El Plan General de Ordenación Urbana (P.G.O.U.) es un instrumento de planeamiento general definido en la
normativa urbanística de España como un instrumento básico de ordenación integral del territorio de uno o varios
municipios, a través del cual se clasifica el suelo, se determina el régimen aplicable a cada clase de suelo, y se
definen los elementos fundamentales del sistema de equipamientos del municipio en cuestión. Actualmente, y tras la
Sentencia del Tribunal Constitucional 61/1997, de 20 de marzo, las competencias urbanísticas están atribuidas en
exclusiva a las Comunidades Autónomas, por lo que habrá que atenerse a lo que disponga su normativa específica, en
cuanto al alcance y contenido de este instrumento de planeamiento general.
• el planeamiento de desarrollo: destinado a un ámbito a escala de barrio, o,
en cualquier caso, inferior al municipal. Según la clase y categoría de suelo
pueden ser (los nombres pueden variar en cada legislación autonómica):

o Programa de Actuación Urbanística3,


o planes parciales, y
o planes especiales (Plan Especial de Reforma Interior PERI)

• Los instrumentos complementarios:

o estudios de detalle,
o proyecto de urbanización, y
o catálogos.

Se entiende por revisión de los instrumentos de planeamiento urbanístico la


reconsideración total de las determinaciones de ordenación general, de modo que su
aprobación definitiva produce la sustitución del instrumento revisado.

Se entiende por modificación de los instrumentos de planeamiento urbanístico, en


cambio, cualquier otro cambio en sus determinaciones vigentes que no suponga una
revisión.

En España, la Ley 8/2007, de 28 de mayo, de Suelo, es el soporte jurídico básico de


los instrumentos de planeamiento urbanístico en cuanto a condiciones para la igualdad
de los españoles en el derecho a la propiedad del suelo; aunque la competencia en la
materia recae en las comunidades autónomas de manera exclusiva, por lo que cada
una de ellas tiene legislación urbanística propia. Se prevén distintos sistemas de
ejecución del planeamiento.

El Texto Refundido de la Ley de Suelo y Rehabilitación Urbana de 2015 en su


Disposición adicional primera, "Sistema de información urbana y demás información al
servicio de las políticas públicas para un medio urbano sostenible", prevé la formación
y actualización permanente de un sistema público general e integrado de información
sobre suelo, urbanismo y edificación, con el objetivo de promover la transparencia.

Planes Urbanísticos

Planes generales municipales de ordenación

Son instrumentos de ordenación integral. Abarcan uno o varios términos municipales


completos. Clasifican el suelo para el establecimiento del régimen jurídico
correspondiente. Definen los elementos fundamentales de la estructura general
adoptada para la ordenación urbanística del territorio y establecen el programa para su
desarrollo y ejecución, y el plazo mínimo de su vigencia. Su objeto específico en el

3
Programa de Actuación Urbanística (PAU) es, en España, el marco legal de desarrollo urbanístico de barrios
completos definido en el Real Decreto 2159/1978 de 23 de junio.

Los programas de actuación urbanística efectúan la ordenación y urbanización de terrenos clasificados como suelo
urbanizable no programado para la realización de unidades urbanísticas integradas. Dichas unidades urbanísticas
integradas suelen ser nuevos barrios, con dotación de servicios y equipamiento suficientes para garantizar la
satisfacción de las demandas propias de la población o de las actividades económicas y sociales que se desarrollen
dentro del barrio. El programa de actuación urbanística también debe especificar las obras de infraestructura
necesarias para la correcta conexión del nuevo barrio con el resto de la ciudad desde el momento en que la gente
comience a vivir.
suelo urbano es (1) completar su ordenación mediante la regulación detallada del uso
de los terrenos y de la edificación, (2) señalar la reforma interior procedente, (3) definir
aquellas partes de la estructura general del plan correspondiente a dicha clase de
terrenos, y (4) proponer los programas y medidas concretas de actuación para su
ejecución.

Ley del Suelo y ordenación urbana, artículos 70 y 71. Ley 7/1985, de 2 de abril,
reguladora de las bases del Régimen local, artículo 70, modificada por la Ley 39/1994,
de 30 de diciembre.

Planes especiales de ordenación urbana

Son un tipo de planes territoriales, y por tanto comparten su naturaleza normativa,


aunque su pasado no fue tan meridiano y su calificación como «especial» estaba
enfrentada a la naturaleza de los planes territoriales. La Sentencia del Tribunal
Supremo de 7 de abril de 1967 y la posterior legislación los incluyeron ya como planes
territoriales.

Su especialidad se basa en la finalidad de la ordenación que determina, que es


sectorial. Sus objetivos son muy variados y están recogidos en el artículo 76.1 del
RPU, así como en el artículo 84 del T.R.L.S. 92 y entre otros pueden ser:

Planes especiales de desarrollo de infraestructuras básicas, Plan especial de


desarrollo de algunos sistemas generales, de mejora del medio urbano, rural o natural,
y especialmente destacables son los planes especiales de reforma interior y los
Planes especiales de protección.

Los Planes especiales de reforma interior, son los planes especiales con una mayor
incidencia práctica. Su ámbito de actuación únicamente es el suelo urbano, y su
finalidad está basada en la mejora urbanística de este suelo: descongestión, creación
de dotaciones, saneamiento, problemas de circulación y otros problemas análogos.
Todos estos fines deben considerarse como actuaciones aisladas, pero también
puede tratarse de un PERI que desarrolle una operación integrada de reforma interior,
que intente copar todos los ámbitos y problemas del suelo urbano al que se refiere.

Los Planes de protección, para tener una visión global sobre estos planes hay que
tener en consideración la legislación sectorial y principalmente la Ley de Patrimonio
Histórico Español, así como las leyes autonómicas en esta materia. El artículo 20 de la
L.P.H.E. establece que el municipio o los municipios del área afectada deben redactar
obligatoriamente un Plan Especial de protección, tras la declaración de un Conjunto
Histórico, Sitio Histórico o Zona Arqueológica como Bien de Interés Cultural. Las
regulaciones autonómicas en vigor, mantienen estas determinaciones con ligeras
modificaciones, que vienen incluso a profundizar en el tema al recoger la casuística
producida desde en la entrada en vigor de la Ley estatal.

Respecto de la relación de los Planes Especiales con el resto de las figuras del
planeamiento hay que afirmar que su encaje en la estructura global urbanística es
complicada, al poder existir planes especiales que: a) desarrollan un Plan de
Ordenación Territorial, sin necesidad de Planeamiento General; b) desarrollan un
Planeamiento General o una Normas Complementarias o Subsidiarias, y c) en
ausencia de los planes anteriormente citados o cuando dichos planes no contuvieran
las previsiones detalladas oportunas. Si son Planes que desarrollan las
determinaciones del planeamiento general, por el principio de jerarquía normativa
deben recoger las indicaciones contenidas en dicho Plan jerárquicamente superior; si,
por el contrario, se tratara de Planes Especiales independientes, no contenida su
previsión en un Plan superior, su campo de actuación se amplía, quedando
únicamente como núcleo sobre el que no puede actuar el Plan Especial, la Estructura
General del Plan General, como reiteradamente ha establecido la jurisprudencia,
desde la S.T.S. 24 de marzo de 1983 (art. 3.428), pasando por la S.T.S. 21 de marzo
de 1984 (art. 1.393), hasta la reciente S.T.S. 23 de noviembre de 1998 relativa a un
PERI en el municipio de Barcelona. «Y en ningún caso los Planes Especiales podrán
sustituir a los Planes Territoriales, a los Planes Generales Municipales ni a las Normas
Complementarias y Subsidiarias del Planeamiento, en su función de instrumentos de
ordenación integral del territorio, por lo que no podrán clasificar suelo, sin perjuicio de
las limitaciones de uso que puedan establecerse» (artículo 84.5 T.R.L.S. 92).

La documentación exigida a los Planes Especiales, artículo 77 RPU y concordantes,


no está muy determinada, dado el abanico de diferentes finalidades de cada tipo de
plan; por ello, se debe estar a la naturaleza y finalidad de cada tipo de Plan Especial
para determinar su documentación necesaria. Respecto de los PERI se exige como
mínimo la documentación prevista para los Planes Parciales (art. 85.2 T.R.L.S.). En el
artículo 77.2 RPU se especifica más la documentación prevista para los Planes
Especiales:

- Memoria descriptiva y justificativa de la conveniencia y oportunidad del Plan Especial


de que se trate.

- Estudios complementarios.

- Planos de información y de ordenación a escala adecuada.

- Ordenanzas, cuando se trate de Planes Especiales de Reforma Interior o de


ordenación de recintos y conjuntos históricos y artísticos.

- Normas de protección, cuando se trate de Planes Especiales de esta naturaleza.

- Normas mínimas a las que hayan de ajustarse los proyectos técnicos cuando se trate
de desarrollar obras de infraestructuras y saneamiento.

- Estudio económico-financiero.

La regulación jurídica de los Planes Especiales es similar en las diferentes


legislaciones autonómicas, no varía salvo en pequeñas determinaciones, entre las
Comunidades que se rigen por el T.R./76, de las que tienen una Ley puente que da
vigor al T.R./92, como de las que tienen una regulación diferenciada. Las mayores
diferencias se centran en los plazos para la aprobación de los Planes. Podemos
destacar como diferencias destacables: 1) El texto refundido de Cataluña, en el
artículo 62 contempla un procedimiento especial de urgencia aplicable a Planes
Especiales Ejecutivos, promovidos por entidades o empresas públicas urbanísticas; en
similares términos se expresa el artículo 47 de la Ley de Galicia. 2) La Ley del Suelo
de Galicia, artículo 42.2, establece que la aprobación definitiva de los Planes
Especiales que se ajusten al planeamiento superior del que sean desarrollo,
corresponde a los Ayuntamientos y se prescinde de la aprobación provisional.
También se recoge esta posibilidad en Murcia. De acuerdo con el RPU (artículos 147 y
148), y donde no exista una regulación específica que establezca otra cosa, la
aprobación inicial corresponde al órgano que redacta el Plan, normalmente un
Ayuntamiento (el artículo 2.1 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local
concede esta competencia al alcalde, cuando sea un Plan dependiente de
planeamiento superior); la aprobación provisional al mismo órgano inicial (en este caso
siempre el Pleno), y la aprobación definitiva a la administración autonómica.

Planes parciales

Instrumentos de ordenación urbana que tienen por objeto en suelo urbanizable


desarrollar, mediante la ordenación detallada de una parte de su ámbito territorial, el
plan general y, en su caso, las normas complementarias o subsidiarias de
planeamiento municipal. No pueden redactarse planes parciales sin un planeamiento
general previo o sin normas subsidiarias o complementarias y, en ningún caso,
modificar las determinaciones de uno y otras. Estos planes podrán ser sometidos a
evaluación ambiental en función de su afectación al medio ambiente, según la
Directiva 2001/42/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 27 de junio de 2001,
relativa a la evaluación de los efectos de determinados planes y programas en el
medio ambiente.
PT2) TRLS 1976 art. 13; RP, arts. 43 a 64, 115 a 122,136 a 139; Ley 9/2006, de 28 de
abril, sobre evaluación de los efectos de determinados planes y programas en el
medio ambiente.

Es necesario advertir que después de la sentencia del Tribunal Constitucional de 20


de marzo de 1997 (B.O.E. de 25 de abril), que anuló gran parte de la Ley del Suelo de
1992 y resucitó la Ley del Suelo de 1976, la normativa aplicable a los Planes Parciales
y, en general, al planeamiento urbanístico es la Ley de 1976 y el Reglamento de
Planeamiento de 1978, complementado por el Real Decreto-Ley 16/1981, de 16 de
octubre, en cuanto a la tramitación del planeamiento.

Diversas Comunidades Autónomas tienen ya Ley urbanística propia, por lo que sus
preceptos sustituyen en esta materia a la legislación estatal, salvo en cuanto a la
aplicación del Reglamento de Planeamiento, al que dejan vigente en lo no modificado
por las leyes autonómicas, hasta que se dicten las normas reglamentarias de la Ley
urbanística, siendo los artículos aplicables del Reglamento de Planeamiento los
artículos 43 al 64, respecto del contenido, y los artículos 136 a 139, modificados por el
Real Decreto Ley 16/1981, en cuanto a la tramitación.

El Plan Parcial es un instrumento planificador que desarrolla en detalle la ordenación


del suelo urbanizable, de acuerdo con las determinaciones previas del Plan General y,
en su caso, de las Normas complementarias y subsidiarias del planeamiento. No
podrán redactarse Planes Parciales sin que previa o simultáneamente, pero en
expediente separado, se haya aprobado definitivamente el Plan General o las Normas
Subsidiarias que. en ningún caso. podrán ser alterados por el planeamiento de
desarrollo.

Son notas características del Plan Parcial el tratarse de una ordenación global, en
cuanto que abarca todos los aspectos, ser un Plan derivado porque presupone el Plan
General o Norma Subsidiaria y tener carácter ejecutivo, base del Proyecto de
Urbanización, como proyecto de ejecución de obras.

En la relación Planeamiento General-Plan Parcial ha sido tradicional que este último


sea el único y necesario instrumento de desarrollo para la actuación urbanizadora en
suelo urbanizable, a diferencia del suelo urbano que puede ordenarlo directamente el
planeamiento general o remitir a un posterior Plan Especial de Reforma Interior, pero
algunas Leyes Autonómicas contienen la novedad de permitir que el Planeamiento
General ordene con detalle algunas superficies de suelo urbanizable, lo que elimina la
necesidad del Plan Parcial para tales superficies.
El principio de jerarquía y concatenación del planeamiento: Planeamiento General-
Planes Parciales, implica la necesidad del previo Planeamiento General y la necesidad
de que el Plan Parcial se ajuste y respete sus determinaciones. Esto determina el
resultado que señala, entre otras, la sentencia del Tribunal Supremo de 5 de diciembre
de 1998 (Repertorio 9714): al desaparecer el instrumento de Planeamiento General,
elemento sustentador y fundamentador del Plan Parcial, se produce la secuela
ineludible de privar de sustrato alguno al Plan Parcial.

El ámbito territorial de los Planes Parciales se ha venido predeterminando en los


Planes Generales, en los denominados sectores, como unidades de planeamiento
parcial.

En cuanto a las determinaciones de los Planes Parciales, son las siguientes:

1) Asignación de los usos pormenorizados y tipologías edificatorias.

2) Delimitación de las zonas en que se divide el territorio por razón de los usos y
tipologías y, en su caso, la división en polígonos o unidades de ejecución.

3) Señalamiento de reservas de terrenos para parques y jardines públicos, zonas


deportivas públicas y de recreo y expansión en proporción adecuada a las
necesidades colectivas. La superficie de tales reservas será como mínimo de 18
metros cuadrados por vivienda o por cada 100 metros cuadrados de edificación
residencial, sin que pueda ser inferior al 10% de la total superficie ordenada y habrá
de establecerse con independencia de las superficies que destine el Plan General a
zonas verdes y espacios libres.

4) Fijación de reservas de terrenos para centros culturales y docentes, públicos y


privados, en proporción mínima de 10 metros cuadrados por vivienda o por cada 100
metros cuadrados de edificación residencial, en defecto del número de viviendas.

5) Emplazamientos reservados para templos, centros asistenciales y sanitarios y


demás servicios de interés público y social.

6) Trazado y características de la red de comunicaciones y su enlace con el sistema


general, con señalamiento de alineaciones, rasantes y zonas de protección de la red
viaria y aparcamientos en proporción mínima de una plaza por cada 100 metros
cuadrados de edificación.

7) Características y trazado de las galerías y redes de abastecimiento de agua,


alcantarillado, energía eléctrica y aquellos otros servicios que prevea el Plan.

8) Evaluación económica de la implantación de los servicios y de la ejecución de las


obras de urbanización.

9) Plan de etapas para la ejecución de la urbanización y, en su caso, de la edificación.

Respecto de los documentos, son los siguientes:

1) Memoria justificativa de la ordenación y de sus determinaciones.

2) Planos de información.

3) Planos de proyecto.
4) Ordenanzas reguladoras.

5) Plan de etapas.

6) Estudio económico financiero.

Los niveles correspondientes a las reservas de suelo para servicios de interés público
y social, las relaciones entre éstas y las correspondientes a parques, zonas deportivas
y centros culturales y docentes y su gradación en las distintas unidades de población
se fijan en el Anexo del Reglamento de Planeamiento; son lo que se denomina
estándares urbanísticos.

Cuando los Planes Parciales tienen por objeto urbanizaciones de iniciativa particular
han de contener, como previsiones específicas, las siguientes:

a) Justificación de la necesidad o conveniencia de la urbanización.

b) Relación de propietarios afectados, con su nombre, apellidos y dirección.

c) Modo de ejecución de las obras de urbanización, señalando el sistema de actuación


aplicable.

d) Compromisos a contraer entre el urbanizador y el Ayuntamiento y entre aquél y los


futuros propietarios de parcelas respecto de plazos de ejecución de obras, servicios y
edificios destinados a dotaciones comunitarias y normativa para la conservación de la
urbanización que, en general, se atribuye a los sucesivos propietarios.

e) Garantía del exacto cumplimiento de los compromisos, con un importe en el


Reglamento de Planeamiento del 6 por ciento del coste de implantación de servicios y
ejecución de obras.

f) Medios económicos de toda índole con que cuente el promotor.

La tramitación de los Planes Parciales comienza por la aprobación inicial y la


provisional del Plan redactado por parte de la Entidad u Órgano redactor, siendo de
advertir que en la legislación estatal los Ayuntamientos de capitales de provincia y
ciudades de más de 50.000 habitantes son competentes para la aprobación definitiva
de los Planes Parciales que desarrollen y se ajusten a las determinaciones del
Planeamiento General, sin perjuicio de la subrogación de los órganos urbanísticos
autonómicos, en caso de inactividad municipal.

El plazo para la aprobación inicial, en los casos de iniciativa particular, será de tres
meses. El plazo de aprobación provisional no podrá exceder de un año desde la
aprobación inicial. La aprobación definitiva se producirá también por el transcurso de
tres meses desde la entrada del expediente y si la aprobación definitiva corresponde al
Ayuntamiento desde el acuerdo de aprobación provisional.

En el supuesto de subrogación de los órganos urbanísticos, el plazo de aprobación


inicial será también el de tres meses y los Planes no están sujetos a aprobación
provisional, entendiéndose aprobados definitivamente en el transcurso de un año
desde la aprobación inicial otorgada por el órgano autonómico o de seis meses desde
la presentación de la solicitud de subrogación cuando el Plan hubiese sido aprobado
por el Ayuntamiento, siempre que, en uno y otro caso, se hubiera cumplimentado el
trámite de información pública.
Como particularidad procedimental respecto de los Planes Parciales de
urbanizaciones de iniciativa particular, ha de señalarse la de necesaria notificación
personal de la tramitación a todos los propietarios afectados y la notificación a los
mismos de la aprobación del Plan Parcial.

Denominados más exactamente planes parciales de ordenación, son los instrumentos


de ordenación de inferior rango. Su objeto es desarrollar, mediante la ordenación
detallada de una parte de su ámbito territorial, el plan general o las normas
subsidiarias, con referencia al suelo clasificado como urbanizable programado o en el
que es apto para urbanizar, respectivamente; si se trata de suelo clasificado como
urbanizable no programado, el plan parcial tendrá por objeto desarrollar los programas
de actuación urbanística. En todo caso, no se redactarán planes parciales sin que,
previa o simultáneamente, se haya aprobado definitivamente el plan general o las
normas subsidiarias; las determinaciones de éstos no podrán ser modificados por
aquéllos.

Ley del Suelo y ordenación urbana, artículo 83.

Otras figuras de planeamiento

A una menor escala, existen otros instrumentos de planeamiento.

• Estudio de detalle: Este instrumento desarrolla a menor escala un plan parcial


o un plan especial.

Objetivos del estudio de detalle urbanístico

Así pues, una vez puesto en contexto el estudio de detalle urbanístico, debemos
conocer cuáles son sus objetivos:

1. Completar o reajustar las alineaciones y rasantes.


2. Ordenar los volúmenes edificables, es decir, repartir la edificabilidad entre cada
parcela, sin contradecir al planeamiento de orden superior.
3. Concretar las condiciones estéticas de las edificaciones.

Debe quedar claro que este estudio de detalle no debe contradecir al plan general ni a
los planes parciales o especiales que pueda haber. Debe definir parámetros que no
vengan especificados en estos.

Los estudios de detalle podrán ser formulados por la administración o por particulares.
Su aprobación dependerá del ayuntamiento, aunque deberán ser sometidos a
información pública durante al menos un mes.

En definitiva, los estudios de detalle sirven para detallar un área no muy extensa del
planeamiento general (o de un plan parcial o especial), que no venga suficientemente
definida en este, pero sin contradecirlo. Son un punto intermedio entre el plan parcial y
el proyecto de edificación y solo son válidos para el suelo urbano, puesto que no
pueden cambiar la calificación del suelo.

• Proyecto de urbanización: Es un documento técnico de planeamiento


urbanístico, que no es otra cosa que el proyecto ejecutivo de las obras de
urbanización de una calle, plaza, polígono (urbanismo), sector (urbanismo),
barrio etc.
Proyecto de urbanización es el documento que define la propuesta urbanística en el
nivel de más detalle, indica cómo serán las calles y las plazas, así como las zona
verde, los taludes o margen de protección, etc., También define cómo y de qué
manera se estructuran los servicio urbanos subterráneos o aéreos como: el
alcantarillado, los suministro de agua, suministro de gas y suministro de electricidad,
tanto de baja tensión como de media tensión y a menudo, también de alta tensión, el
teléfono y otras red de telecomunicaciones, etc.2

Si bien los instrumentos de planeamiento superior o de referencia de un proyecto de


urbanización, como los plan parcial o plan especial ya indican y, frecuentemente,
esquematizan los servicios urbanísticos, determinando algunos de sus parámetros, no
es hasta que se redacta y se aprueba el proyecto de urbanización que las obras a
realizar quedan definidas para que puedan ser ejecutadas.3

Los proyectos de urbanización principalmente se hacen para concretar las obras de


urbanización de los nuevos polígonos, pero el hecho de que todavía haya
urbanizaciones antiguas en las que las calles, o no se urbanizar nunca y se debe
hacer ahora, o van ser objeto de una urbanización deficiente que hay que reformar,
acerca el proyecto de urbanización al ciudadano corriente, inexperto en el tema que
además, ha de contribuir económicamente a las obras, mediante las «Contribuciones
especiales" o la inclusión en una Unidad de actuación urbanística. Lo mismo se puede
decir de la urbanización o la reforma parcial o total de la que existe en una población,
o la peatonalización de los Centro histórico o comerciales, etc.

El proyecto de urbanización no puede cambiar el aprovechamiento urbanístico, ni las


alturas de los edificios, ni las anchuras de la calle ni las rasantes fundamentales de las
calles y plazas ni, en general, las determinaciones que corresponden a un instrumento
de planeamiento urbanístico superior (principio de jerarquía normativa).4

Dado que sus determinaciones no tienen, en general, la relevancia jurídica y


económica de los demás instrumentos de planeamiento urbanístico a menudo es
menospreciado como un documento secundario, lo que debe considerarse un grave
error, sobre todo en las área urbana consolidada, ya que el proyecto de urbanización
indica que habrá por delante las casas, qué anchura tendrán las aceras, como serán
los bordillos, los vados, las farolas y las papeleras, etc. de toda la urbanización.

• Catálogo: Estos son instrumentos complementarios del plan correspondiente,


que consisten en identificar elementos (edificios, monumentos, etc.) que, por
sus por sus singulares características o valores culturales, históricos, artísticos,
arquitectónicos, arqueológicos, etnográficos o paisajísticos, se estime
conveniente conservar, mejorar o recuperar.

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