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El planeamiento urbanístico es, en España, una actividad pública en todas las escalas
territoriales, pudiendo delegarse a los agentes privados en la escala inferior al
municipio, aunque siempre bajo el control de la administración pública. Los
instrumentos de planeamiento urbanístico deben orientarse a la consecución, en su
ámbito de aplicación, de los objetivos generales de la actividad urbanística pública, sin
perjuicio de promover sus propios objetivos. En aplicación de sus objetivos, los
instrumentos de planeamiento urbanístico están legitimados para señalar
determinaciones diferentes sobre cada uno de los terrenos a los que se apliquen,
incluso cuando los mismos presenten características similares o pertenezcan a un
mismo propietario.
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Es la asignación de usos y niveles de intensidad de este, así como características formales y volumétricas de la
edificación, para cada suelo. Esta asignación se hace por medio de la delimitación de las áreas de suelo que
pertenecen a cada uso y la definición de este utilizando el instrumento de planeamiento apropiado para ello.
• Forma, dimensión, superficie por habitante y otros parámetros de los espacios
libres públicos. Estos parámetros pretenden asegurar que en la ciudad existan
parques y jardines públicos en cantidad y condiciones suficientes. Las
legislaciones más avanzadas incluyen determinaciones sobre soleamiento de
estos espacios, pavimentos y arbolado.
Definir qué instrumento es el apropiado para la calificación, es competencia en España de las Comunidades
Autónomas, según la Constitución Española de 1978 en su Artículo 148.3 y la interpretación que de este hace la
Jurisprudencia sentada en la Sentencia 61/1997 del Tribunal Constitucional y en la Sentencia 164/2001 del Tribunal
Constitucional de España.
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El Plan General de Ordenación Urbana (P.G.O.U.) es un instrumento de planeamiento general definido en la
normativa urbanística de España como un instrumento básico de ordenación integral del territorio de uno o varios
municipios, a través del cual se clasifica el suelo, se determina el régimen aplicable a cada clase de suelo, y se
definen los elementos fundamentales del sistema de equipamientos del municipio en cuestión. Actualmente, y tras la
Sentencia del Tribunal Constitucional 61/1997, de 20 de marzo, las competencias urbanísticas están atribuidas en
exclusiva a las Comunidades Autónomas, por lo que habrá que atenerse a lo que disponga su normativa específica, en
cuanto al alcance y contenido de este instrumento de planeamiento general.
• el planeamiento de desarrollo: destinado a un ámbito a escala de barrio, o,
en cualquier caso, inferior al municipal. Según la clase y categoría de suelo
pueden ser (los nombres pueden variar en cada legislación autonómica):
o estudios de detalle,
o proyecto de urbanización, y
o catálogos.
Planes Urbanísticos
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Programa de Actuación Urbanística (PAU) es, en España, el marco legal de desarrollo urbanístico de barrios
completos definido en el Real Decreto 2159/1978 de 23 de junio.
Los programas de actuación urbanística efectúan la ordenación y urbanización de terrenos clasificados como suelo
urbanizable no programado para la realización de unidades urbanísticas integradas. Dichas unidades urbanísticas
integradas suelen ser nuevos barrios, con dotación de servicios y equipamiento suficientes para garantizar la
satisfacción de las demandas propias de la población o de las actividades económicas y sociales que se desarrollen
dentro del barrio. El programa de actuación urbanística también debe especificar las obras de infraestructura
necesarias para la correcta conexión del nuevo barrio con el resto de la ciudad desde el momento en que la gente
comience a vivir.
suelo urbano es (1) completar su ordenación mediante la regulación detallada del uso
de los terrenos y de la edificación, (2) señalar la reforma interior procedente, (3) definir
aquellas partes de la estructura general del plan correspondiente a dicha clase de
terrenos, y (4) proponer los programas y medidas concretas de actuación para su
ejecución.
Ley del Suelo y ordenación urbana, artículos 70 y 71. Ley 7/1985, de 2 de abril,
reguladora de las bases del Régimen local, artículo 70, modificada por la Ley 39/1994,
de 30 de diciembre.
Los Planes especiales de reforma interior, son los planes especiales con una mayor
incidencia práctica. Su ámbito de actuación únicamente es el suelo urbano, y su
finalidad está basada en la mejora urbanística de este suelo: descongestión, creación
de dotaciones, saneamiento, problemas de circulación y otros problemas análogos.
Todos estos fines deben considerarse como actuaciones aisladas, pero también
puede tratarse de un PERI que desarrolle una operación integrada de reforma interior,
que intente copar todos los ámbitos y problemas del suelo urbano al que se refiere.
Los Planes de protección, para tener una visión global sobre estos planes hay que
tener en consideración la legislación sectorial y principalmente la Ley de Patrimonio
Histórico Español, así como las leyes autonómicas en esta materia. El artículo 20 de la
L.P.H.E. establece que el municipio o los municipios del área afectada deben redactar
obligatoriamente un Plan Especial de protección, tras la declaración de un Conjunto
Histórico, Sitio Histórico o Zona Arqueológica como Bien de Interés Cultural. Las
regulaciones autonómicas en vigor, mantienen estas determinaciones con ligeras
modificaciones, que vienen incluso a profundizar en el tema al recoger la casuística
producida desde en la entrada en vigor de la Ley estatal.
Respecto de la relación de los Planes Especiales con el resto de las figuras del
planeamiento hay que afirmar que su encaje en la estructura global urbanística es
complicada, al poder existir planes especiales que: a) desarrollan un Plan de
Ordenación Territorial, sin necesidad de Planeamiento General; b) desarrollan un
Planeamiento General o una Normas Complementarias o Subsidiarias, y c) en
ausencia de los planes anteriormente citados o cuando dichos planes no contuvieran
las previsiones detalladas oportunas. Si son Planes que desarrollan las
determinaciones del planeamiento general, por el principio de jerarquía normativa
deben recoger las indicaciones contenidas en dicho Plan jerárquicamente superior; si,
por el contrario, se tratara de Planes Especiales independientes, no contenida su
previsión en un Plan superior, su campo de actuación se amplía, quedando
únicamente como núcleo sobre el que no puede actuar el Plan Especial, la Estructura
General del Plan General, como reiteradamente ha establecido la jurisprudencia,
desde la S.T.S. 24 de marzo de 1983 (art. 3.428), pasando por la S.T.S. 21 de marzo
de 1984 (art. 1.393), hasta la reciente S.T.S. 23 de noviembre de 1998 relativa a un
PERI en el municipio de Barcelona. «Y en ningún caso los Planes Especiales podrán
sustituir a los Planes Territoriales, a los Planes Generales Municipales ni a las Normas
Complementarias y Subsidiarias del Planeamiento, en su función de instrumentos de
ordenación integral del territorio, por lo que no podrán clasificar suelo, sin perjuicio de
las limitaciones de uso que puedan establecerse» (artículo 84.5 T.R.L.S. 92).
- Estudios complementarios.
- Normas mínimas a las que hayan de ajustarse los proyectos técnicos cuando se trate
de desarrollar obras de infraestructuras y saneamiento.
- Estudio económico-financiero.
Planes parciales
Diversas Comunidades Autónomas tienen ya Ley urbanística propia, por lo que sus
preceptos sustituyen en esta materia a la legislación estatal, salvo en cuanto a la
aplicación del Reglamento de Planeamiento, al que dejan vigente en lo no modificado
por las leyes autonómicas, hasta que se dicten las normas reglamentarias de la Ley
urbanística, siendo los artículos aplicables del Reglamento de Planeamiento los
artículos 43 al 64, respecto del contenido, y los artículos 136 a 139, modificados por el
Real Decreto Ley 16/1981, en cuanto a la tramitación.
Son notas características del Plan Parcial el tratarse de una ordenación global, en
cuanto que abarca todos los aspectos, ser un Plan derivado porque presupone el Plan
General o Norma Subsidiaria y tener carácter ejecutivo, base del Proyecto de
Urbanización, como proyecto de ejecución de obras.
2) Delimitación de las zonas en que se divide el territorio por razón de los usos y
tipologías y, en su caso, la división en polígonos o unidades de ejecución.
2) Planos de información.
3) Planos de proyecto.
4) Ordenanzas reguladoras.
5) Plan de etapas.
Los niveles correspondientes a las reservas de suelo para servicios de interés público
y social, las relaciones entre éstas y las correspondientes a parques, zonas deportivas
y centros culturales y docentes y su gradación en las distintas unidades de población
se fijan en el Anexo del Reglamento de Planeamiento; son lo que se denomina
estándares urbanísticos.
Cuando los Planes Parciales tienen por objeto urbanizaciones de iniciativa particular
han de contener, como previsiones específicas, las siguientes:
El plazo para la aprobación inicial, en los casos de iniciativa particular, será de tres
meses. El plazo de aprobación provisional no podrá exceder de un año desde la
aprobación inicial. La aprobación definitiva se producirá también por el transcurso de
tres meses desde la entrada del expediente y si la aprobación definitiva corresponde al
Ayuntamiento desde el acuerdo de aprobación provisional.
Así pues, una vez puesto en contexto el estudio de detalle urbanístico, debemos
conocer cuáles son sus objetivos:
Debe quedar claro que este estudio de detalle no debe contradecir al plan general ni a
los planes parciales o especiales que pueda haber. Debe definir parámetros que no
vengan especificados en estos.
Los estudios de detalle podrán ser formulados por la administración o por particulares.
Su aprobación dependerá del ayuntamiento, aunque deberán ser sometidos a
información pública durante al menos un mes.
En definitiva, los estudios de detalle sirven para detallar un área no muy extensa del
planeamiento general (o de un plan parcial o especial), que no venga suficientemente
definida en este, pero sin contradecirlo. Son un punto intermedio entre el plan parcial y
el proyecto de edificación y solo son válidos para el suelo urbano, puesto que no
pueden cambiar la calificación del suelo.