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2.

-ANALISIS DEL CONOCIMIENTO


Hoy, en torno a lo verdadero y lo falso,conceptos tan de moda hoy como antes. Me
refiero particularmente a la verdad en la dialéctica. Para el filósofo griego la verdad o la
falsedad se da primeramente en el juicio, el enunciado A es B, que une dos términos y
encierra necesariamente verdad o falsedad, según una lo que está en realidad unido
o lo que está separado; a la inversa diríamos de la negación. Pero hay un sentido más
radical de verdad o falsedad, que es la verdad o falsedad de las cosas, la del ser. Así
decimos de algo que es una moneda falsa, o que es café verdadero. Aquí la verdad o
falsedad corresponde a la cosa misma. Y cuando decimos que dos y dos son cuatro,
el sentido del verbo ser es el de ser verdad. Algo es verdadero cuando muestra el ser
que tiene, y es falso cuando muestra otro ser que el suyo, cuando manifiesta uno por
otro; cuando tiene pues, apariencia de moneda lo que es un simple disco de plomo. El
disco de plomo, como tal, es perfectamente verdadero, pero es falso como moneda: es
decir, cuando pretende ser una moneda sin serlo, cuando muestra un ser apariencial
que no tiene en realidad,. aquí aparece el sentido fundamental de la verdad. Verdad es
el estar descubierto, patente, y hay falsedad cuando lo descubierto no es el ser que se
tiene, sino uno aparente; es decir, la falsedad es un encubrimiento del ser, al descubrir
en su lugar uno engañoso, como cuando se encubre el ser de plomo tras la falaz
apariencia de moneda que se muestra. Pasamos la vida entera en este juego
permanente de ver lo que no hay en una muestra ficticia de lo que en realidad es y no
lo parece. Este devenir de verdad y de falsedad es difícilmente reconocible y a
menudo el ser humano, el individuo se deja llevar, quiere dejarse llevar y vivir en esa
situación equívoca de la realidad, porque es mejor para él en un sentido global. Si yo
digo algo no quiere decir que ese algo, concepto, res, idea…esté anclada en mi, no
tengo porqué pensar eso en la cosecución o aplicación a mi vida privada. Yo lo pienso
pero esa idea no tiene por qué ser necesaria para mi vida y mi existencia, solo la
enuncio.
2.2La sensación es también conocimiento
El conocimiento sensible es, pues, el punto de partida de todo conocimiento, que
culmina en el saber. Y Aristóteles distingue en la Metafísica tres tipos de saber: el saber
productivo, el saber práctico y el saber contemplativo o teórico.
El punto de partida del conocimiento lo constituyen, pues, la sensación y la experiencia,
que nos pone en contacto con la realidad de las sustancias concretas. Pero el verdadero
conocimiento es obra del entendimiento y consiste en el conocimiento de las sustancias
por sus causas y principios, entre las que se encuentra la causa formal, la esencia. Al
igual que para Platón, para Aristóteles conocer, propiamente hablando, supone estar en
condiciones de dar cuenta de la esencia del objeto conocido. De ahí que el conocimiento
lo sea propiamente de lo universal, de la forma (o de la Idea). Pero para Aristóteles la
forma se encuentra en la sustancia, no es una entidad subsistente, por lo que es
absolutamente necesario, para poder captar la forma, haber captado previamente, a
través de la sensibilidad, la sustancia. TODO EL CONOCIMIENTO COMIENZA POR
LA SENSACION Y CULMINA CUANDO, OBTENIDOS LOS CONCEPTOS, EL
ENTENDIMIENTO JUZGA LAS COSAS CON VERDAD.
2.3 La abstracción aristotelica
Una de las características peculiares de la teoría del conocimiento aristotélica es el hecho de
que en ella se distingue el conocimiento intelectual y el sensitivo de una forma muy clara, pero
sin incurrir por ello en una separación. Frente al dualismo platónico, Aristóteles defiende que
hay una continuidad natural y gradual entre el conocimiento sensitivo y el conocimiento
intelectual. Y frente al materialismo de Demócrito que reducía todo conocimiento a una forma
más o menos compleja de impresión sensitiva. De manera que en Aristóteles encontramos una
distinción entre sensibilidad e inteligencia pero sin separarlas, o dicho de otro modo. En todos
ellos Aristóteles habla de los procesos cognitivos por los que el alma humana “pasa” del
conocimiento sensitivo —sensaciones, imágenes, recuerdos, experiencias— al conocimiento
intelectual de las esencias de las cosas. Según Aristóteles, a partir de varias sensaciones o
percepciones semejantes ,deviene el recuerdo; de varios recuerdos semejantes —es decir, en
los que hay algo que persiste y se reitera—, surge la experiencia (o estimación experta); y de
múltiples experiencias en las que persiste algo idéntico, análogo en todos los casos, universal y
universalizable, nace la definición o el principio general o la regla universal propios del
conocimiento científico. De este texto podemos concluir la dependencia que tiene la
abstracción respecto de la inducción, según Aristóteles. Ésta parece ser una forma de
conocimiento previa que fundamenta y da lugar a aquélla. Esto concuerda con el hecho de que
Aristóteles considera la inducción como una forma de conocimiento inferior y más ligada a la
sensibilidad, ya que se da no sólo en el hombre sino también en otras especies de animales, lo
cual implica que está más en el orden de la experiencia que en el de la inteligencia. En cambio,
la abstracción —para Aristóteles— es una operación cognoscitiva inequívocamente intelectual
y, por lo tanto, exclusiva de la especie animal dotada de el hombre, ya que sólo puede separar
las formas de la materia una facultad que ella misma esté separada de la materia.

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