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Mundo y Medio

Verónica Ruiz

Se escucha el golpe del sello y el Bienvenido a la República Argentina. Eugenio,


de 50 años, bien trajeado, elegante, inmutable, hace la cola en migraciones en el
aeropuerto Pistarini. Queda un solo pasajero, antes que él.
PASAJERO
¿Hace mucho que no venía? No sabe como está todo. El país está espectacular.
No lo va a reconocer. Unas autopistas, unos rascacielos, parece New York. La
gente también ha cambiado, se acuerda antes que era tan grosera, que no daba el
asiento en los colectivos, todo eso ya no es más. (alguien le habla de un costado)
no le haga caso… (alguien la habla de un costado) Todo ha cambiado ahí afuera,
todo lo que usted pueda recordar es diferente, es más no existe. (le hace un
guiño) Me entiende? No se crea el cuento ése, lo que dicen los diarios, la gente
que se va, ya sabe, de que todo está mal
El Oficial se aleja.
PASAJERO (susurrándole)
Mire, yo no venía en el avión, yo vivo acá, por eso sé lo que le digo, ¡acá!
Entiende? … a mí… disculpe…
El Oficial le hace señas desde el lateral.
PASAJERO
No me haga caso, ahora vengo.
Al hombre lo hacen pasar a una oficinita. Eugenio queda solo.
PASAJERO (fuera de cuadro)
Yo no hice nada, estaba conversando, era todo, no… entiéndame…
Se escuchan el golpe del sello y el bienvenido a la República Argentina.
OFICIAL DE MIGRACIONES
Pase por aquí.
Eugenio tarda en pasar al booth.
OFICIAL DE MIGRACIONES
Vamos…vamos…adelántese. Buenas tardes, señor, pasaporte. ¡Pasaporte!
EUGENIO (nervioso)

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En el avión dijeron que esta escala era momentánea, no entiendo por qué tengo
que pasar por migraciones.
OFICIAL DE MIGRACIONES
No sabría decirle. Pasaporte, señor.
EUGENIO
Usted no sabe cuanto va ser la demora.
OFICIAL DE MIGRACIONES
Yo aquí sólo estoy para recibir el pasaporte y ver que esté todo en orden. Más, no
le puedo decir.
EUGENIO
Yo no puedo quedarme. Es un poco ridículo que tenga que presentar el pasaporte
si solo es una escala técnica.
OFICIAL DE MIGRACIONES
Pasaporte, señor.
Eugenio saca de mala gana un pasaporte argentino.
OFICIAL DE MIGRACIONES
¡Pero usted es de acá! (le hace señas al Oficial) Usted es argentino.
Eugenio dice que no con la cabeza.
¿Cómo que no? Aquí dice ar-gen-tino. (abre el pasaporte con agilidad)
EUGENIO
Si, pero no es mío.
OFICIAL
¿Cómo que no es suyo? ¿No es usted el de la foto?
EUGENIO
Parezco, pero no soy yo. Yo no soy ese, soy otro. (el oficial mira fuera de campo)
OFICIAL
Aquí dice bien clarito: Eugenio Casas. ¿Es usted?
EUGENIO
Si, pero… Déjeme darle el correcto, ése está mal.
OFICIAL DE MIGRACIONES (teclea en la computadora)
Eugenio Casas… Constitución 1289, Mármol, provincia de Buenos Aires.

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EUGENIO
No hay una lista de visitantes a quienes se le niegue la entrada, tiene que haber.
OFICIAL
No se haga el gracioso, a mí se me acaba el turno y no quiero problemas.
EUGENIO
Yo tengo que estar entre los indeseables, fíjese, por lo que más quiera.
OFICIAL
Mire amigo, yo sólo me quiero ir, así que quédese piola.
EUGENIO
Hágame el favor, encuentre cualquier cosa.
OFICIAL
Yo sólo hago lo que me pagan.
EUGENIO
¿Quiere dinero? (saca a billetera)
OFICIAL
¿Qué hace? ¿Quiere que nos metan a los dos presos? Tengo una familia. No haga
estupideces.
EUGENIO
¿No puedo pasar con otro oficial?
OFICIAL
Si ya todos se fueron, éste era el último vuelo. Yo soy el único acá y todo por
usted. Y ya me cansé…
(toma el sello pero antes de que azote las paginas centrales de la pasaporte, se
escucha el grito desgarrador de Eugenio)
EUGENIO
¡Usted no me puede obligar! Por favor, ¡se lo pido!
(Dos oficiales de seguridad se llevan al hombre.)
OFICIAL DE SEGURIDAD (A Oficial de Migraciones)
No creas que no te vi. Pero esta vez, la voy a dejar pasar porque hay otro que ya la
está pagando antes que vos.
OFICIAL
Yo estaba haciendo mi trabajo. Más no puedo hacer. A veces este circo me cansa.

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OFICIAL DE SEGURIDAD
¿Ah si? Andá, date una vueltita por el localito al lado del free-shop y vas a ver si
es un circo.
(En un cuartito rodeado de vidrios)
OFICIAL RAMIREZ (leyendo el pasaporte de Eugenio)
A ver Eugenio … Casas, sos vos?(al otro oficial) Fijate si la familia de éste está
afuera.
EUGENIO
No, no está.
OFICIAL
Que, ¿nadie te estaba esperando? No, no, no, qué hiciste tan mal que ya nadie se
acuerda de vos? Claro que te están esperando. Y con los brazos abiertos. Crees
que no veo como moquean acá pasando la puerta corrediza. Algunas veces da
asco verlos, pero uno se acostumbra a ver cada cosa, como los médicos.
EUGENIO
Nadie sabía que venía.
OFICIAL RAMIREZ
¿Cómo que no? Hasta nosotros sabíamos. Hace una semana que saliste de
Estambul.
EUGENIO
Yo no estuve…
OFICIAL RAMIREZ
Callate, si no querés ya unos golpes. Decí que está aquí migración sino de una
vez… Decime ¿Para qué venís?
EUGENIO
Yo no vengo… el avión tuvo que aterrizar acá… de emergencia…
OFICIAL RAMIREZ
¿Emergencia? (ríe a carcajadas con el otro que entra, parece que va a reventar
de la risa, hasta que se pone serio) ¿Qué emergencia? ¿Emergencia de quién?
¿Tenías que ir al baño? A nosotros no nos informaron nada.
EUGENIO
Le estoy diciendo la verdad.

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OFICIAL RAMÍREZ
¿La verdad decís? Eso me gusta, ¿ves? Me parece que nos vamos a entender muy
bien. (lo toma con violencia del saco) Vamos, no me vengas con boludeces y
decime para qué viniste. Hablá te digo (le va a dar un golpe pero el Oficial
González)
OFICIAL GONZALEZ
No, espere, no es recomendable el uso de la violencia en estos casos. Se puede
entorpecer por tiempo indefinido el proceso de recuperación de la información
especialmente en una personalidad sometida a …
OFICIAL RAMIREZ
La puta que lo parió. No sé para qué te hicieron tomar ese curso de psicología! Te
metieron pura mierda en la cabeza.
OFICIAL GONZÁLEZ
Oficial, yo sé lo que le digo, además aquí hay alguien que dice que lo conoce.
Mariana una mujer de unos 48 años, muy ojerosa, muy vivida, se acerca, tiene
una bolsa de mandado en la mano. Es guapa. Pero su pelo está absolutamente
desarreglado.
MARIANA
Cacho… sos vos? No te acordás de mí? De la primaria. Luisa…
EUGENIO
¿Mariana?
MARIANA
Si, Luisa… Mariana. Unos me llamaban Luisa, otros Mariana… pero qué alegría!
EUGENIO
Pero, ¿qué hacés acá? ¿Estás esperando a alguien?
MARIANA
Pasaba y miré hacia la oficina y me dije, pero si es el Cacho. Estas igualito, no
cambiaste nada. Como si no hubieran pasado los años para vos. Los años no han
sido tan generosos con todos.
EUGENIO
Vos estás bien. Estás divina.

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MARIANA
Siempre fuiste tan mentiroso, ¡ves que es verdad que no cambiaste nada!
EUGENIO
No miento, estás hermosa.
MARIANA (INCOMODA)
Me dijeron que te casaste, con…
EUGENIO
Nélida.
MARIANA
Y tenés…
EUGENIO
Dos chicos.
MARIANA
Si… una vez te ví con ellos hace como 15 años en la placita de …
EUGENIO
Y debía ser la de Juramento.
MARIANA
Esa, vos vivías por ahí?
EUGENIO
Claro, a la vuelta. ¿Y por qué no me saludaste?
MARIANA
No sé, me dio tristeza verte con los chicos y yo… y después llegó ella y… ¿Y
cúantos años tienen ahora? A ver, dejame calcular, ahí se veían como de…
EUGENIO
Eran chiquitos, como 5 ele nene y 2 …
MARIANA
Y ahora tendrán unos 17 años. ¡Qué barbaridad!
EUGENIO
¿Vos te casaste?
MARIANA
¡No sé para qué!

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EUGENIO
¿Qué paso?
MARIANA
¿No te acordás? Cuando no te conviene te haces el otario.
EUGENIO
¿Supo de lo nuestro? Pero si ya…
MARIANA
Pero él no lo iba a entender, siempre te tuvo mucha envidia, y… para qué te voy a
contar, a los tres meses le dije chau.
EUGENIO
Es la historia de todos.
MARIANA
Una vez me la crucé, a tu ex, nunca entendí cómo te casaste con ella. Nadie nunca
se lo pudo explicar. Estoy segura que ella te metió en todo eso, que no fuiste vos.
EUGENIO
¿En eso? ¿De qué estás hablando? ¿Qué pasó?
(El Oficial González se acerca y le habla a Mariana en el oído.)
MARIANA
Me dicen que ya se acabó mi turno.
EUGENIO
Pará, no te vayas, decime qué pasó? Mariana!
MARIANA (le da un beso muy afectuoso en la mejilla)
Me dio gusto volverte a ver.
OFICIAL RAMÍREZ
Y, ¿vio como la gente se acuerda? (al Oficial González) ¿Vio a algún familiar,
González!!!! ¿Familiar o amigo? ¿Amigo?
OFICIAL GONZÁLEZ (como recordando una línea de guión)
Amigo.
OFICIAL RAMÍREZ
Amigo, pues, ¡el que sigue!
Entra Gustavo, como de 45, muy enojado, angustiado, vestido de entrecasa, con
un tenedor asadero-para voltear la carne en el asado- en la mano.

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GUSTAVO
A ver, ¿qué te traes ahora?
OFICIAL GONZÁLEZ
¡Este no es el amigo!
OFICIAL RAMÍREZ
¡Callate! Dejalo.
GUSTAVO
¿Por qué de vos no se pueden esperar más que malas noticias?
EUGENIO
Yo no tengo nada que ver.
GUSTAVO
¡Ah! ¿No? No tenés nada que ver! A quién le vas a hacer creer? Estamos
tranquilos en casa y me llaman que estás acá y qué te retobaste. ¿Y ahora qué es
lo que pasa?
EUGENIO
Yo no sé…
GUSTAVO
Te fuiste y adios. Si regresas ahora yo no quiero saber nada. Porque sea tu
hermano no estoy obligado a aguantar tus estupideces.
EUGENIO
Yo no pedí que te llamaran. Sólo me quiero ir.
GUSTAVO
Entonces, ¿para qué viniste? Tendría que reventarte el culo, después de lo que
nos hiciste sufrir… (llora amargamente) de vos no se puede esperar nada bueno.
OFICIAL RAMIREZ (susurrándole en el oído)
Este tipo no nos conviene ahora, ¿para qué lo hizo entrar González?
EUGENIO
No te pongas así, por eso me fui, no sabía que los estaba haciendo sufrir. Ya
regresá al asado.
GUSTAVO
Si, pero ahora seguro ya se me quemaron los chinchulines, ya sabés como es
aquella de bruta con el asado, no lo sabe cuidar. Las mujeres no entienden nada

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del fuego, le meten carbón y carbón como para quemar a una vaca, y esto es
cuestión de paciencia. ¿Te acordás de los asados que hacía el viejo? Esa si era
carne, jugosa pero bien cocida. Le compraba siempre a… a…
EUGENIO
A Don Chicho. ¡Que terneritos tenía!
GUSTAVO
Don Chicho! (mira a los oficiales asintiendo y habla más alto) Don Chicho! En
fin, otras épocas, ahora… (se le acerca al oído tratando de que los oficiales no
escuchen)
OFICIAL RAMIREZ
¿Qué dice?
GUSTAVO
Es una mierda, la carne que venden está toda dura, ésta del asado, me recorrí 5
carnicerías hasta conseguir una decente, y no es nada que digas Ohhhh, pasa,
nada más. Y no hay que despegarse del asador, porque si se pasa, cagaste. Por
eso, ya me voy. A ver cuando nos reunimos, traete a Nélida.
EUGENIO
Pero yo…
GUSTAVO
Dale, hace las paces con la boluda ésa, por los chicos. O, ¿tenés un fato por ahí?
OFICIAL RAMÍREZ (al Oficial González)
Pare la oreja, González, ahí viene la sopa.
EUGENIO
Yo nada, recién vi a Mariana, hacía años que no sabía nada de ella. Sabés que
nunca dejé de quererla.
GUSTAVO
¿Para qué te complicas la vida? ¿Qué te va a dar que Nélida no? Unos acostones
sabrosos, ¿y después qué? Decime, ¿qué? No hay nada, y te lo digo por propia
experiencia. Y no porque le meta los cuernos a aquella, pero por todo lo que nos
pasó, viste?
EUGENIO
¿Qué pasó?

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GUSTAVO
Ya sabés, si sabían más afuera que nosotros aquí adentro. A todos, mucho placer,
mucha crema y después se largaron y nos dejaron sin nada. Si no fuera por esta
buena gente con visión de futuro, que nos dieron…
OFICIAL RAMÍREZ
Bueno, bueno, ciudadano, ya se acabó.
GUSTAVO
Es mi hermano, carajo, quien sabe cuando lo vuelva a ver. Además tiene que
darse cuenta que ustedes…
OFICIAL GONZÁLEZ
Esta bien, está bien (le hace un gesto con la mano al Oficial González que le
pare) Despedite y te me vas.
GUSTAVO (viendo a los dos oficiales que se acercan, cambia de tema)
¿Y dónde te vas a quedar?
EUGENIO
Supongo que aquí, hasta que me dejen ir.
GUSTAVO
Te diría que vinieras a casa, pero no tengo lugar, ahora con el bebe y los chicos.
EUGENIO
No te preocupés, aquí voy a estar bien.
GUSTAVO
Bueno, hermano, te dejo (lo abraza con mucha emoción, se le caen las lágrimas)
y no nos olvidés, caete de vez en cuando, ¿eh? Y no hagas más problemas, esta
gente tiene buenas intenciones y caíste en las mejores manos, ya vas a ver, a lo
mejor ya no te vas a querer ir después. ¡Vamos! Después de todo sos mi hermano.
Chau.
(Gustavo se aleja. El Oficial González se seca unas lágrimas.)
OFICIAL RAMIREZ
Y Eugenio, ¿qué me contás? ¿qué sorpresa, no? ¡Y que no te conocía nadie! Si vos
acá sos famoso, “the Argentinian idol”.
EUGENIO
No sé qué decirle, no me esperaba todo esto.

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OFICIAL
Ya no te apurés, te tenemos un montón de sorpresas, vas a ver.
Entra Nélida empujando a Luis de 17 años.
NELIDA
¡Saludá a papá!
LUIS
Él no es mi papá.
NELIDA
¡Claro que si!
EUGENIO
¿Mi hijo?
NELIDA
No encontré a otro, ya sé, está un poco petiso, pero se te parece en los ojos y le
gusta la ensalada de frutas, como a vos.
EUGENIO
Patricio, hijo.
LUIS
¿No era Luis?
NELIDA
Vamos, no contradigas a tu padre.
LUIS
¡Puta, qué nombre más fulero! (en el oído) Esto te va salir el doble, ¿me
entendiste?
NELIDA (firme)
Después hablamos. Contale a papá las notas que sacaste en el colegio.
LUIS (aburrido)
9 en castellano, 8 en matemática.
EUGENIO
¡Repuntaste en matemática! Si querés ser ingeniero, tenés que ser bueno en
matemática.
LUIS
¿Ingeniero? Eso es para boludos.

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NELIDA
Callate y escuchá a tu padre.
EUGENIO
Vos siempre me decías que ibas a ser ingeniero, y que ibas a construir el puente
que une Buenos Aires con Montevideo.
(Luis mira a Nélida con cara de ¿qué está hablando este hombre?)
NELIDA
¡Qué lindo! Montevideo… ¿Montevideo donde?
EUGENIO
¡La República Oriental!
NELIDA (finge comprensión)
Claro, claro, (mira a los oficiales que están del otro lado del vidrio, quienes le
hacen gestos de que siga) y, ¿para qué el puente?
EUGENIO
Aumentaría la hermandad entre dos naciones que nunca debieron separarse, vos
sabés, nos unen lazos de sangre, hasta tu abuela era de allá, la historia, hasta la
geografía nos une.
NELIDA
¿Y eso es peligroso?
EUGENIO
¿Peligroso? Pero, ¡no, si es lo más lindo que nos puede pasar, el ideal de Bolivar
en su máxima expresión!
OFICIAL RAMÍREZ (En el oído al Oficial González)
Apunte, González, hay que investigar a Bolívar.
OFICIAL GONZÁLEZ
No se preocupe, está todo bajo control.
LUIS
¿Ya nos vamos?
EUGENIO
No, ¿cómo te vas a ir? ¡Después de tanto tiempo! Tenemos mucho de qué hablar.
OFICIAL GONZÁLEZ

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Sabía que el chico lo iba a soltar. En la clase de psicología decían que el vínculo
entre el padre y del hijo es uno de los más fuertes a los que la raza humana puede
aspirar y …
OFICIAL RAMÍREZ
Cállese, que no escucho.
LUIS (A Nélida)
Yo no quiero hablar. Además, ¿de qué?
OFICIAL RAMÍREZ
Pendejo de mierda (le hace señas a Nélida que lo calle)
NÉLIDA
Nene, dejá a hablar a papá, ¡tendrá tantas cosas qué contarte!
EUGENIO
Dejalo! Desde chiquito siempre tuviste tu carácter, eras un flor de goleador, te
ponían de puntero, siempre en River. ¿Te acordás? Mamá y yo te íbamos a ver.
Después comíamos algo en la pizzería. Y al cine.
OFICIAL GONZÁLEZ (Anotando en una libretita)
River… Pizzería… cine.
NELIDA (Instándolo a hablar)
¿Y en el cine? ¿Qué pasaba?
EUGENIO
¿Cómo que pasaba? Mirábamos las películas.
LUIS
¿Hasta cuando tengo que seguir escuchando todo esto?
EUGENIO
Te gustaban las de acción, la guerra de las galaxias, a tu mamá, las de Bergman.
OFICIAL RAMÍREZ
Bergman! Nombre de subversivo, apunte González, ¡este tipo es un libro abierto!
EUGENIO
Y a Silvita…
NELIDA
¿Silvita?

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EUGENIO
Si, Silvia, ¿dónde está Silvia? ¿Por qué no vino?
NELIDA
Ehhh… tenía… iba…
EUGENIO
No me digás: se fue con las amigas al club. No se podía esperar menos de una hija
tuya. Ya sé que es mi consentida.
LUIS
¡O sea que a mí no me quería este güey!
NELIDA
Después…
LUIS
No, decime ahora, ¿me quería o no me quería?
NELIDA
Y ahora, ¿por qué te interesa tanto si te quiere o no? ¿Hace un rato te querías ir y
ahora te preocupa tanto esto?
LUIS
Siempre lo mismo, me hacen un lado, ¡cómo no me van a dar estos personajes de
melcocha! Aquí todos me odian, hasta vos me odias, no me importa lo que me
digas en la cama, vos me odias.
NELIDA
Está tu papá acá, no lo ves todos los días.
EUGENIO
Tu mamá tiene razón, yo te extraño, me duele estar lejos de vos.
LUIS
Mirá te la voy a poner bien clara, vos serás mi padre, pero yo tu hijo no soy, ¿me
entendiste? Tu hijo se fue, se murió, se lo llevaron, se perdió en un viaje de pepa,
¿qué sé yo?
EUGENIO (A Nélida)
De qué está hablando el mocoso? Decime, ¿qué sabés vos?
NELIDA

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¿Yo? ¿Nada? Dice estupideces porque está un poco resentido con vos. Sos el
padre y no estás con él.
EUGENIO (tomándola con fuerza)
Me vas a decir qué pasa, Nélida. ¿Qué es todo esto? ¿Dónde está Silvia? ¿Por que
hacés como si no me conocés? ¿Por qué te fuiste?
NELIDA
No sé (mira a los oficiales que entran a sacarla de allí)
OFICIAL GONZÁLEZ
Ya hermano, ya, tranquilizate.
LUIS
Andate, viejo, aquí no hay nada, además (señala a Nélida) se acuesta con todos.
EUGENIO
¡Nélida! ¡Nélida! ¿A dónde vas? ¿Con quién te estás viendo? ¡Decime, carajo,
decime!
OFICIAL GONZÁLEZ
Ya no lo escucha, amigo, tranquilícese. Ya pasó.
EUGENIO
¡Cómo me voy a tranquilizar, es lo de siempre! Hace su show y se va ofendida.
(Entrada de una legión de puras orejas, que se ven perdidas tratando de seguir
las señalizaciones y ademanes de los oficiales)
OFICIAL RAMÍREZ
¿Quién los soltó? ¡González! Haga algo.
OFICIAL GONZÁLEZ (Correteándolas por el escenario)
Vamos, chicos, vamos, regresen al salón. (las orejas corren como enloquecidas)
OFICIAL RAMÍREZ
Le dije millones de veces que no quería un kinder en el plantel, pero no me hacen
caso.
OFICIAL GONZÁLEZ
Mocosos de mierda! Juan! Juan!
Las orejas entonan un canto del kinder
Nosotras no escuchamos nada.
Solo una música que nos hace bailar

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Olvidar, recordar, olvidar, olvidar, ¿qué más?
(Corren como perros callejeros por todos lados, se esconden detrás de Eugenio,
quien trata de alejarse de ellas. Un Empleado de limpieza les da escobazos)
JUAN EMPLEADO DE LIMPIEZA
Pa´fuera, se me van pa´fuera!
EUGENIO
Espere, son niños! Están jugando!
(Uno de los niños, que es un enano, se saca el disfraz y le saca la lengua).
JUAN
¡Qué van a estar jugando! Se hacen los inocentes y nos arruinaron la vida.
¡Afuera! (Una oreja gime como perro lastimado) No te hagas el mártir, ¡salí!
EUGENIO
Déjelo ir.
JUAN (Se encoge de hombros)
¡A quién le importa! Este trabajo me tiene harto! A ver donde lo ponen a usted!
EUGENIO
Yo? No yo me quiero de ir acá.
JUAN
Usted también se quiere ir?
EUGENIO
Qué, hay otros como yo?
JUAN
Claro! No los ve porque los tienen en otras alas del complejo. Esto es grandísimo.
Es como un país. Hasta hay sauna, claro es sólo para los jefes, pero como yo hago
la limpieza algunas veces cuando no hay nadie me meto. Por ahí en medio del
vapor me encuentro alguna minita que se olvidaron los jefes, y no la paso mal.
EUGENIO
Pero, ¿qué es lo que pasa acá? NO ENTIENDO, LOS OFICIALES, ESTA GENTE
QUE CONOZCO, A TODOS LOS TIENE PRESOS? POR QUÉ? YO QUÉ HICE?
JUAN
Mire, yo no me puedo exponer porque me tienen muy vigilado. Pero ahí (Señala
el baño) hay una muchacha, Dolores se llama, que lo puede ayudar. Ella está

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muy bien conectada y sabe todo. (Eugenio lo mira con desconfianza) De veras,
amigo, no hay nada qué temer.
Eugenio entra al baño, no hay nadie. Se baja los pantalones y hace pipi en una
taza dando la espalda al público. Dolores en sus veintes y Esther en sus sesentas
lo miran desde atrás de una puerta.
DOLORES
¿Será real?
ESTHER
Pues hace tiempo que no se escuchaba algo así.
DOLORES
¡Es hermoso!
ESTHER
Vamos, parale.
DOLORES
Sabes que soy una romántica.
ESTHER
Para lo que sirve el romanticismo aquí adentro. Mirá, mirá, ya terminó.
Eugenio se sube los pantalones y se lava las manos en el lavabo.
DOLORES
¡Hola!
Eugenio la mira con atención.
DOLORES
¿Habla castellano? ¿Qué quiere? ¿Por qué me mira así?
EUGENIO
¿Vos sos Dolores?
DOLORES
¿Quién te dio mi nombre?
EUGENIO
El muchacho que limpia me dijo de usted.
ESTHER
Te lo dije diez mil veces: ése nos va a meter en problemas y vos ¡dale que dale
arrastrándole el ala!

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DOLORES
¡Ya Esther! Y, ¿para qué me querías ver?
EUGENIO
Me dijo que me podías ayudar.
DOLORES (Muy sensual)
¿Ah, sí? ¿Y qué problema tenés?
EUGENIO
Me quiero ir.
ESTHER
¡Y quién no!
DOLORES
Qué, ¿no te tratan bien? (Está casi pegada a Eugenio, es una sensualidad que
llega como olas)
EUGENIO
Acá está pasando algo raro que no sé qué es.
DOLORES
¿Y cuándo llegaste?
EUGENIO
Hoy.
DOLORES
¿Y ya te querés ir?
EUGENIO
No tengo nada qué hacer aquí, es una terrible equivocación.
DOLORES
No te pongas trágico, ¿querés algo más terrible que lo que nos pasa a nosotras?
Lo perdimos todo, y nos pusieron acá y no podemos ir a ninguna parte más que
estar en este baño. ¿Vos te das una idea de las cosas que tenemos que aguantar?
EUGENIO
La verdad…
DOLORES
La verdad que hay muy poca diversión, ¿sabés los culos que hay que ver, los
olores, esos sonidos espantosos que hay que escuchar y nosotras acá sin poder

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decir nada? ¿Vos sabés lo que es eso? No todos son guapos como vos. Uno como
vos se encuentra uno entre 100 que entran acá.
ESTHER
Agradecé que estás acá y no afuera como todos esos melenudos.
DOLORES
Tenés razón, no es una vida linda, pero es vida, ¿no es cierto?
EUGENIO
Dolores, dime qué pasa, ¿por qué me tienen acá?
DOLORES
Te necesitan, Eugenio, como yo te necesito.
EUGENIO
Y qué, ¿vos estás más necesitada que los demás?
DOLORES
A mí me parece que el más necesitado aquí sos vos.
EUGENIO
Yo necesito irme.
DOLORES
Vos necesitás otra cosa.
ESTHER
Si ya vas a empezar, me voy al cuartito.
DOLORES
No le hagas caso, Esther es una ferviente religiosa, hasta se baña vestida y se
santigua cada vez que alguien se baja los pantalones. (a Esther) ¿Qué estás
esperando? O qué, ¿ya te gustó y también querés? (Esther mueve la cabeza y
sale)
EUGENIO
Me voy.
DOLORES
¿Qué, no te gusto?
EUGENIO
No es eso, pero pensé que me podías ayudar.

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DOLORES
¿Y qué pensás que estoy haciendo? (Dolores le da besitos en el cuello, le empieza
a sacar el saco, la camisa, Eugenio muestra desigual resistencia) Así, ya no
habrá más dolor, te vas olvidar que te querés ir y te vas a quedar conmigo.
EUGENIO
Me gustaría, pero…
DOLORES
No acepto peros, te he estado esperando por tanto tiempo.
EUGENIO
Entiéndeme, no me puedo quedar, además me están buscando.
DOLORES
Nadie te va a buscar aquí. Podés estar tranquilo. Tranquilo, yo te voy a hacer
olvidar, todo lo malo, de a poquito se te va a ir cayendo. Como el pelo, ni lo vas a
sentir. Después ya nadie se va acordar de vos.
Empieza a sonar una alarma y se escucha Desinfección! Desinfección. Entra
Raúl con un casco de fútbol americano y separa a Eugenio de Dolores y lo
arrastra hasta la puerta.
DOLORES (A los gritos)
¡Déjalo, déjamelo, es mío, es mío!
RAÚL
Atrás, atrás, (A Eugenio y le coloca un casco) Venga conmigo.
DOLORES (Jala a Eugenio hacia si)
¿Por qué me sacás todo?
RAUL
Porque no tenés nada, Dolores, nada. ¿Qué le vas a ofrecer? ¿Te has mirado en el
espejo? Decime, ¿qué ves?
DOLORES
No, no me quiero ver, no quiero.
RAUL
No dale, mirate, ¡mirate!
Dolores se da vuelta y se mira en el espejo, donde se refleja Dolores, pero
Dolores llora, llora y llora.

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DOLORES
¡Nooooooo! Eugenio, mirame, Eugenio mirame.
RAUL
Eugenio, venga, no le haga caso. Vos, para atrás, no te acerqués, atrás.
Raúl la hace para atrás hasta que logra cerrar la puerta del baño jalando a
Eugenio consigo. Afuera se saca el casco, se ve gente caminando como oficina
sin casco ni nada)
RAÚL
Ya estuvo, amigo, ¡de la que lo salvé!
EUGENIO
Entonces, esto de la alarma…
RAÚL
Es mentira, pero no nos quedaba de otra.
EUGENIO
¿Qué le pasaba a Dolores?
RAUL
Es una bruja. Y la vieja, que se la ve muy santurrona, es la peor de las dos. Hacen
que limpian y no hacen un carajo, se la pasan haciendo chisme. Quien sabe qué
harán ahí cuando están solas.
EUGENIO
Parecen buenas personas.
RAÚL
Ya veo que le dieron.
EUGENIO
¿Me dieron? Me dieron, ¿qué?
RAUL
Vamos no se haga el inocente conmigo, ¿cree que no sé lo que tienen ahí adentro?
Acá todo se sabe. (en susurros) Dígame, ¿usted se lava los dientes?
EUGENIO
Sí.
RAUL
Con cepillo y… y…

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EUGENIO
¿Dentífrico? (Raúl asiente) Si, por supuesto
RAUL
Usted es afortunado, amigo, no sabe lo que tiene. No lo pierda. Seguro ellas se lo
querían sacar. Aquí eso ya no se encuentra. (Recibe una llamada por el
Intercom) Ahí voy, ve lo que le digo, no hay vida privada, lo dejo acá. Por
casualidad el dentífrico no lo tendrá en la maletita, ¿no? Al menos para verlo.
EUGENIO (busca la maleta, pero no la ve por ningún lado)
Si… pero, ¿dónde lo puse?
RAUL
No importa, no se preocupe, es una tontería mía, cuide lo que tiene y que no se lo
saquen, ¿me entendió.? No se olvide lo que le dije.
Eugenio sigue buscando la maleta y llega hasta una banca donde está sentado
Mariano con una expresión de derrotado.
EUGENIO
Disculpe, ¿no vio una maleta?
MARIANO
Eh… no… ¿Eugenio?
EUGENIO (Asombrado)
Si.
MARIANO
¿No te acordás de mí?
Eugenio no sabe que hacer, el otro toma la iniciativa y lo abraza. El se siente
incomodo.
EUGENIO
¿Mariano? ¿Mariano Sandoval?
MARIANO (exhibe una alegría abrasadora, asqueante)
¡Aja, aja!
EUGENIO
Pusimos un negocio juntos…en Almagro… me acuerdo… nos iba bien…
MARIANO
Hacían colas para entrar.

22
EUGENIO
Si, desde las 7 de la mañana… Y después, se pudrió.
MARIANO
No vamos a hablar de cosas tristes, ahora, que te vuelvo a ver. ¿No estabas afuera
vos?
EUGENIO
Si, pero…
MARIANO
Tenés suerte, yo me quedé, me quedé y aquí estoy dando la lucha.
EUGENIO
Pero, ¿vos qué haces acá en el aeropuerto?
MARIANO
Una changuita que tengo, le hago el servicio a los matafuegos. No pagan mucho,
pero ayuda tirar hasta fin de mes.
EUGENIO
La cosa se puso difícil, ¿no?
MARIANO
¿Qué querés que te diga? Pero, qué alegría verte! (Lo vuelve a abrazar) ¿Cuánto
hace que no sabia nada de vos? Desde esa vez que saliste en el diario, nunca me
quedo claro que fue lo que pasó.
EUGENIO
¿En el diario?
MARIANO
Pero ya sabes que los diarios hacen un bochinche, mienten, ¿quién les cree?
¿Como ahora, quien? Te ves bien, pero contá, ¿cómo te va? Bien, ¿no? a todos les
va bien, sólo a los giles que estamos acá nos va mal. Hay veces que no sabés qué
hacer, te querés pegar un tiro, o te querés tirar bajo el tren. Pero ni eso te dejan. Y
tiene uno familia y sigue dándole. Pero ahora las cosas no están tan mal.
En una mesa cercana hay un grupo de oficiales. Ríen a destiempo, cuando ya el
chiste no tiene ningún sentido. Como si la vida fuera a destiempo y las personas
llegaran tarde. Esta fuera de sync. Corean lo que dice Mariano.
Mal!

23
¿Te pego un tiro? Dale. Pum, ¿te moriste o no te moriste?
¡Que se muera! ¡Que se muera!
Si, tirate, te doy el empujoncito.
La familia, uyuyuy!
¡Van a estar peor, siempre están peor!
MARIANO
Decime, ¿estás apurado? ahora que salgas de acá, podemos tomar un café.
Los Oficiales se vuelven a reir a carcajadas, azotan la mesa de la risa que les da.
EUGENIO
Pero vos sabés que quieren? Por qué me tienen acá?
MARIANO
Y yo qué sé! Estamos todos enfermos acá, mirame a mi, no puedo parar de
hablar, ni a vos te dejo pasar un aviso. (Se le llenan los ojos de lagrimas) me
sacaron todo, nada me dejaron, solo el citroen porque lo tenia parado en la calle
de atrás y no lo vieron. (mira hacia uno de los lados y asiente con la cabeza, le
susurra a Eugenio) Me tengo que ir, pero si sabés de algo, cualquier cosa,
avisame (Busca en sus bolsillos hasta que encuentra una tarjeta de presentación
toda sucia y escribe un número) Te dejo mi tarjeta, ahí está el número donde me
podés encontrar ahora. Pero llamame (Lo abraza de nuevo entre lágrimas y
mocos. Cuando pasa el free shop los oficiales lo agarran y lo patean durísimo, él
abre la boca, una oreja se acerca y lo mira, de la boca de Mariano no sale
ningún sonido)
Arturo se acerca a Eugenio que está en el medio del escenario, mira a los lados,
camina hacia un costado y otro, detrás de una mampara ve a Arturo que está
escondido.
ARTURO
Pss, ey, no hay nadie?
EUGENIO
Estoy yo.
Arturo sale de detrás de la mampara, mira para todos lados.
EUGENIO
¿A usted también lo tienen acá adentro? (el otro siente) ¿Cúanto tiempo lleva?

24
ARTURO
No podría decirle. Pero ahora ya no me importa, uno se acostumbra a todo. A los
días nublados, a siempre la misma comida, a coger con la más fea. Ojalá sean
buenos con usted, porque a mí me toco una que sólo puedo con los ojos
vendados. El problema es que esta mina no para de hablar, trae una historieta, la
pobre está loca. UY, no, ahí está, yo me voy que no me vea, sino quiere enseguida
y yo acabo de desayunar. Quiero hacer tranquilo la digestión.
Elizabeth corre hacia Eugenio y lo abraza con dolor.
ELIZABETH
¿A dónde se fue? El muchacho.
EUGENIO
Dijo que tenía algo que hacer.
ELIZABETH
¡Qué va a tener que hacer! Lo que pasa que no me quiere ver. Aunque no lo crea…
es mi hijo. Es tan doloroso.
EUGENIO
Él me dijo…
ELIZABETH
Dicen cualquier cosa, porque están mal, mal. ¿Usted tiene hijos?
EUGENIO
Si, dos.
ELIZABETH
Y, ¿ya los vió?
EUGENIO
Sólo al muchacho.
ELIZABETH
¿Y no lo vió raro?
EUGENIO
Para decirle la verdad, sí, no me quería hablar y con lo compinches que fuímos
siempre.

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ELIZABETH
A lo mejor a su hijo le pasó lo que al mío. Sabe, mi hijo era un delincuente, pero
primero lo robaron a él. Y el se vengó y me lo agarraron, lo metieron en la cárcel.
EUGENIO
¿La cárcel?
ELIZABETH
Era tanto el dolor, que ni ropa me podía poner.
EUGENIO
Los hijos a veces tienen sus cosas que uno no entiende, es lo que me dije con
Patricio, pero…
ELIZABETH
No se tape los ojos. Usted es padre, hombre de familia y como usted hay muchos,
los hay por crimen, por dolor. Los jóvenes ya lo perdieron todo, lamentablemente
es toda una producción que salio mal, qué se va a hacer! Su hijo y el mío tienen
suerte, la mayoría está encerrada en casas de asistencia y hospicios, por su propia
seguridad.
EUGENIO
¡Es eso lo que no me quería decir! Tengo una hija, y no la he visto, la madre no
me quiso dar razón, a lo mejor…
ELIZABETH
Es posible… es triste… al menos nosotros nos acordamos de algo, pero ellos,
nada. Por eso nos tienen acá. A usted, nunca lo van a dejar salir.
EUGENIO
¿Cómo que no?
ELIZABETH
Ya ví, lo tratan diferente, se ve que sabe más que todos nosotros. ¿Me entiende?
EUGENIO
Pero, ¿qué pasa afuera?
ELIZABETH
Como animales viven, solo comen, cogen, duermen, hambrientos hurgan en los
botes de la basura. Algunas veces pienso que es mejor que mi hijo esté en la

26
cárcel, no soportaría verlo ahí afuera, como una bestia. Y yo soy una madre, ¡una
madre! ¿Entiende? Una madre.
Arturo mira desde la puerta.
ELIZABETH
Hay gente que dice exagero, pero es verdad.
Se acercan los oficiales. Elizabeth abre una puerta en el piso y desaparece.
ARTURO
No le haga caso don, esta loca. Hace lo mismo con todos, sólo lo quiere enredar.
Se dice madre. Pero usted sabe que una madre no hablaría así.
OFICIAL GONZÁLEZ (entrando, toma a Eugenio de los hombros y lo lleva a
una esquina del escenario)
¿Sabe? Hace un tiempo, vi un cartel aquí en el aeropuerto. Me conmovió, y no sé
por qué. Quisiera mostrárselo, venga, acompáñeme. Lo guardé por acá. Pero no le
vaya a decir nada a Ramírez, él no entiende de estas cosas, no entiende las
emociones.
Se ilumina una esquina y allí hay una mesa con el mantelito de plástico,
cuadriculado, rojo y blanco, el sifón, la coca, los vasos de vidrio, largos,
estrechos, los platos gruesos de loza blanca, los cubiertos simples de metal
blando.
EMILIA
Te traje algo para comer, me imaginé que tenías hambre.
EUGENIO
En realidad no, comí bien en el vuelo.
EMILIA
Vamos, a tu madre no le vas a mentir, si parece que hace una semana que no
comes. Mirate las ojeras. Seguro que ni has dormido. Juntándote con esos
amigotes tuyos.
EUGENIO
Mamá?
EMILIA
Pero, ¿qué te pasa a vos? Parece que vieras a un muerto con esa cara que pones?
Vamos, vení, sentate.

27
EUGENIO
Cómo sabías que estaba acá?
EMILIA
Las madres sabemos todos. O te olvidas la vez que te perdiste en la bicicleta y yo
le dije a tu padre, que en paz descanse, y lo tenga bien lejos en la gloria, el Cacho
está en el bosquecito de Olivos. Y él que no, pero yo fui y te encontré, ¿te acordás?
EUGENIO
Si, ahí estaba, con Santiago…
EMILIA
Con ese bandido, era terrible, también así le fue, jodió a todo el mundo y perdió
todo en la última devaluación. Ahora vive en la villa pero hace como que no. Los
hijos son unos delincuentes.
EUGENIO
¿Sabías que a Alejandro lo mató la…?
EMILIA
No quiero oir nada de eso. Son puras mentiras, eso lo invento para tirarle tierra
encima, hundirlo, un chico tan brillante, no hay día que no me acuerde de él.
EUGENIO
De veras, ¿sos vos?
EMILIA
Pero mijito, ¿quién otra voy a hacer? Vamos, sentate, que se te va a enfriar.
Estamos demasiado viejos, Eugenio, tú también lo estás, no sé que me da verte
así. ¿Qué vas a hacer? ¿Te vas a quedar? ¿Dónde estás viviendo? ¿Por qué no me
querés decir nada?
EUGENIO
Mamá, usted no cambia.
EMILIA
Llegó esta carta hace ya mucho tiempo, es para vos. Yo tiré todo pero esta carta
no sé por qué la guardé. Era como lo único que me quedaba de vos. Veía tu
nombre en el sobre y me alegraba, soñaba con el momento que te la diera, pero
viste como son las cosas, cuando uno quiere mucho algo, ocurre. Y te la doy ahora

28
y sé que ya no te voy a ver más. La vida ya pasó para mí, ojalá que no haya pasado
para ti, mi cielo.
Eugenio se la guarda en el bolsillo.
EMILIA
¿No la vas a abrir? Siempre has sido tan reservado. Como tu padre. Hasta se
llevó a la tumba donde puso todo el dinero. Acá han pasado tantas cosas, ni
enterado que estarás. Comé que se te va a enfriar. ¿O ya no te gusta? ¿Cómo has
cambiado, Eugenio!
El solo la mira. Y come. Se despide. Ya no queda nada. Eugenio se va, no besa a
su madre, que espera que la saluden.
EMILIA
¿Ya no te acuerdas, Eugenio del amor?
OFICIAL GONZÁLEZ
Es una carta de amor!!!!!
OFICIALES
Amor! Que la abra! Que la abra!
Se ilumina un podio en el escenario, hay dos sillas, hay una conductora que
arenga al público.
OFICIALES
Tatiana! Tatiana!
CONDUCTORA
Vamos, Eugenio, contale a Tatiana que dice la carta. Dale, no hay nadie (hay un
silencio en la oscuridad creada donde están los oficiales, solo un círculo de luz
donde están las sillas)
EUGENIO
La verdad, no sé si es una carta de amor, yo no sé.
TATIANA
Vamos, no sea tímido, contale a Tatiana, yo sé que esa carta dice muchas cosas
que vos tenés miedo de saber. Porque, sabes Eugenio? Las cosas del corazón nos
llenan de terror, pero son las más lindas, las que nos hacen vivir, ver para
adelante, olvidar las cosas feas, dale Eugenio.
EUGENIO (mira el sobre)

29
No debe ser nada importante.
TATIANA
El público, tu público te está esperando. No es una letra común, quizás estaba
triste cuando te escribió. Reconocés la letra?
EUGENIO
No, la verdad, no. Mire, no no tiene ningún sentido
TATIANA (tomándolo de las manos)
Eugenio, no te niegues a la felicidad, Eugenio, tu felicidad es la de todos que
estamos aquí.
OFICIALES
Que la abra! Que la abra! (Se escucha música tipo strip tease show) Wowww!!!
OFICIAL GONZÁLEZ
Abrala, le ordeno, que la abra.
Los Oficiales abuchean, Eugenio hace ademán de abrir el sobre y se hace un
silencio absoluto. Se escucha un tambor cmo si fuera circo, queda suspendido el
tronar hasta que abre la carta.
TATIANA
Llegó el momento señores, Eugenio querés decir algo antes de ver el contenido de
la carta.
Eugenio dice que no con la cabeza, abre la carta que está en blanco.
OFICIAL GONZÁLEZ
¡En blanco! ¡Está en blanco! (a Tatiana) Qué pasó? Qué pasó?
TATIANA
No sé, no sé. No entiendo.
OFICIAL GONZÁLEZ
Es el último show, salís del aire.
TATIANA
No me podés hacer esto, después de diez años en la pantalla.
OFICIAL GONZÁLEZ
Y con las que te pedonamos! Andate, andate!
CORO DE OFICIALES (abuchean y silban desencantados)
Uhhhhhh! Uuuuuuuhhh!

30
El Oficial González muestra la carta en todas las direcciones.
UN OFICIAL DE LA MULTITUD
¡Y entonces, qué va a hacer ahora! ¡No pagamos para nada! Vos nos prometiste
un show y aquí estamos.
OTRO OFICIAL DE LA MULTITUD
Dijiste que iba leer cartas, como antes.
OFICIAL GONZÁLEZ
Un momento señores, calma, les pido calma.
Los Oficiales arrojan objetos al centro del escenario, protestando. Tatiana se va
corriendo a un lateral del escenario.
OFICIAL GONZÁLEZ (le susurra a Eugenio)
¿Qué sabes hacer Eugenio? ¿Bailas? ¿Contás chistes? Los muchachos se están
poniendo nerviosos. ¿Sabes cantar?
Eugenio se tarda en decir que no.
EUGENIO
Eh… no…
OFICIAL GONZÁLEZ
Cantar, sabes cantar, entonces. Señores, Eugenio va a cantar!
CORO DE OFICIALES
¡Que cante! ¡Que cante! ¡Que cante!
EUGENIO
Yo no sé, ¿cómo voy a cantar?
OFICIAL GONZÁLEZ
Cantás o te hago morcilla.
EUGENIO
Entienda…
OFICIAL GONZÁLEZ
Traigan a la loca ésa.
Unos Oficiales empujan a Dolores a quien golpean.
DOLORES
¡Eugenio, por favor! Por favor, hacé lo que te piden

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EUGENIO
¡Desgraciados! ¡Suéltenla!
OFICIAL GONZÁLEZ
Cantá y la soltamos. Vos cantá.
EUGENIO
¿Qué voy a cantar?
Los Oficiales jalonean más a Dolores quien grita de dolor. Le sale sangre de la
sien. Eugenio se acerca y le da su pañuelo para que se limpie.
OFICIAL GONZÁLEZ
Vamos o ésta va a terminar de hacerle honor a su nombre.
Eugenio canta una canción en el escenario, una canción de niño, otra de
adolescentes, las cuales están unidas a recuerdos que pasan a la pantalla. Hay
un montón de butacas a donde se van sentando los oficiales y demás gente,
algunos con popcorn, como si fuera cine, y de pronto ríen y lloran, hablan
bajito, se ríen a carcajadas, tiran popcorn a la pantalla, otro los callan,
discuten.
OFICIALES
¡Hay que darle, hay que darle! Rapapapapappa!!!
Mirá que lindo, reventalo, reventalo, che.
Pero qué hace, al pendejo, no ves al pendejo!
La mina está rebuena, pero cuando la va a montar, cuando!
Mira el boludo deja que la mina haga todo, Buuuuuuu.
Hasta que Eugenio no soporta más la burla y sale corriendo, se prenden las
luces como sala de cine, los oficiales chiflan y protestan porque se acabó la
película, queda el proyector funcionando y la luz blanca se proyecta en la
pantalla. Los oficiales y migración lo agarran.
Se escucha un avión que está aterrizando.
Eugenio forcejea con los oficiales y los familiares y amigos en medio de la sala
de migraciones.
EUGENIO: (MIRA EL AVIÓN, SU SOMBRA CAE SOBRE TODOS)
Me voy, me voy. Suéltenme!

32
Eugenio corre hacia el final del pasillo y es interceptado por un grupo de
sobrecargos que portan banderas.
SOBRECARGOS:
¡Duro! ¡Duro! ¡Duro! Se va acabar, se va acabar,
Esta forma impune de robar.
EUGENIO:
¡Déjenme pasar!
AZAFATAS
Quieren cerrar este destino, y que el avión llegue a Río
No hay problema conmigo, si consigo ahí un negro tinto
Que me lleve a bailar, pero si voy andar
a merced de chorro y mafia,
por favor, no cierren el Pistarini como destino.
OFICIAL RAMÍREZ (grita a González que está embobado mirando a las
azafatas)
¡González traiga a sus hombres, González!
AZAFATAS
Yo soy Susy, yo Betty, yo Patty. ¿Qué se le ofrece señor?
Otro cafecito, claro por favor!
(Susy, Betty y Patty empujan seductoramente a Eugenio hacia la sala central El
oficial González no sabe como frenarlas, no sabe donde tocarlas)
SUSSY, BETTY Y PATTY
No vamos pues a volar, no importa que digan
los jefes, las faldas, nos quieren cortar.
SUSSY
Ay, ¿ahora qué hago? ¡un pasajero fuera de su asiento!
PATTY
Aplícale el articulo 151 a ver si resulta.
(Sussy toma a Eugenio y lo besa apasionadamente en la boca llevándolo hasta
una silla donde Eugenio queda un poco atontado)
BETTY
Quiere un refresquito señor, ay se le cayó la almohada,

33
Espere que se le acomodo, aquí no ha pasado nada.
OFICIAL GONZALEZ
¡Que nada ni nada! Se hace lo que yo digo (Sussy muestra sus piernas a
González quien la delinea con su mano), soy la autoridad, ¡se deshace lo que
digo!
Eugenio corre hacia el otro lateral, pero es interceptado por el Coronel.
EL CORONEL (entra desde lado del escenario)
Se acabó la época de las palabras
y empezó la era de los hechos.
MADRE (que pasa con su hijo)
Mira el helicóptero, mijito, las crucecitas en el cielo,
Fábricas de fuego, la sangre disuelta.
TRES OFICIALES (entran desde el otro lado del escenario)
Ya no mas ratas en el riachuelo,
no más manchas en el pavimento,
no más cielos ligeros.
OFICIAL RAMÍREZ:
Vean qué hermoso desierto, miles de cuerpos
desolados,
asoleados,
cansados,
sin pies ni manos.
OFICIAL RAMÍREZ (a la madre)
Hunda el cuchillo y ábra la piel, señora
clave los dientes, profundo,
hasta el límite de la memoria,
OFICIALES (ven en una pantalla donde van saliendo imágenes de la memoria y
ríen a carcajadas)
Esto si está bueno, más, más!
OFICIAL GONZÁLEZ
Pabloinesgloria, tusmanosdeseo
Losojosazules, (señala al niño) ¿Su hijo? Quíteselo. (el niño pasa a ser imagen)

34
Eugenio camina hacia el otro lado y se encuentra con un grupo de mujeres y
hombres en sus cincuentas vestidos de estudiantes de la secundaria.
VIEJOS COMPAÑEROS DE LA SECUNDARIA
Cacho, ¿te acordás de San Martín, y del general Belgrano
De nuestra idolatrada bandera azul y blanca.
Y del himno que entonamos los días de carne asada?
Entra otro grupo de gente en sus cincuentas vestidos de estudiantes de la
universidad.
VIEJOS COMPAÑEROS DE LA UNIVERSIDAD:
¿Quieres entrar a este país, un mundo de ruinas
Una cárcel de espinas, pura melancolía?
Aparece la madre, el hermano, Mariana..
Soy tu madre, tu ex esposa, amante, amiga
Acuérdate, aquí tienes tu casa, tu familia.
PATTY
Eugenio, quédate, qué te puede pasar
Ya no hay nadie en calles y moles, ni en tu casa hay.
OFICIAL RAMIREZ (hablando, da la orden)
Saquen a esa subversiva. El movimiento está infiltrado.
El Oficial González se lleva a Patty quien tira a besos a Sussy y Betty en
despedida melodramática.
SUSSY Y BETTY Y LOS ESTUDIANTES DE LA UNIVERSIDAD
¡Represión! ¡Represión! ¡Todos unidos contra el dictador!
¡Saquemos a los gorilas de nuestra nación!
Las azafatas y los estudiantes luchan con los oficiales. Desde un lado la madre,
la amiga, la amante, la ex esposa chiflan y abuchean a los manifestantes. El
coronel entra y dispara un tiro al aire.
CORONEL
¿Quién determina la patria, su extensión, su intención?
¿Cuantas cárceles debo inventar para encerrar mi dolor?
Qué es la belleza, qué el amor, qué las buenas costumbres,
¿Por qué ya no brilla el sol, por qué las chicharras no cantan?

35
(El Coronel empieza llorar, en un llanto largo, casi interminable)
Yo no lo sé. Decímelo vos.
El Coronel camina hacia Eugenio, mientras que los Oficiales lo sueltan. El
Coronel lo toma del bazo, en confianza, y lo lleva a un lado del escenario.
CORONEL
Mirá Eugenio, no es nada fácil, no es cosa de tirar unos tiros y ya tenés tranquila
a la gente. Es un trabajo de mierda éste. Nadie está nunca contento, además a
uno se le terminan los argumentos, ¿me entendés? Todos están esperando como
tarados que vos hagas algo. Pero hay un momento que ya no se te ocurre nada,
¡nada!
EUGENIO
No sé qué decirle, no sé qué pensar! Yo sólo me quiero ir.
CORONEL
¿Y quién no? Yo me tomaría el primer avión a cualquier lado, cualquiera, el
Congo, hasta me aguanto a los negros y todo, porque mala gente no son, no es
como acá que son unos flojos, lo único que quieren es chupar y comer. Pero no
me gusta dejar un trabajo sin terminar, ¿me entendés?
EUGENIO
Yo quisiera ayudarlo, pero…
CORONEL
Ves, me gusta tu buena voluntad, es lo que a los negros les falta, no saben
trabajar, no saben hacer las cosas. Por eso nos fue mal en Lechuguinas,
mandamos puro negro, correntinos de mierda, esos cuchilleros que con el primer
frío se les congelaron las patas.
EUGENIO
Pero estaban mal vestidos, sin alimentación.
CORONEL
¿Le vas a creer a toda esa prensa amarillista que quiere desprestigiar a las fuerzas
que defendían con orgullo el honor de nuestro país? Los negros son negros y no
hay más vuelta que darle.
EUGENIO
Yo entiendo su problema pero…

36
CORONEL
No entendés un carajo, Eugenio, tu país te necesita, yo te necesito. Vos tenés
carisma, ¿has visto cómo te siguen, todos están pendientes de ti? La Dolores en el
baño no hace esas cosas conmigo y eso que tengo el uniforme. Necesitamos una
persona así, que tenga ese don que vos tenés.
EUGENIO
¿Don? ¿Qué don?
CORONEL
La invención, Eugenio, vos hablás y te escuchan embobados, ¿te das cuenta? Sos
el tipo que necesitamos, un artista!
EUGENIO
Es porque vengo de afuera, la fascinación por el extranjero.
CORONEL
Te estuve viendo, vos tenés ideas nuevas, frescas, como esa del puente, me
encantó, unir dos naciones, ¿cómo se te ocurrió?
EUGENIO
No es nueva, coronel, es el ideal de Bolivar.
CORONEL
¡Bolivar! Me suena. No es esa calle que está ahí por …, pasando… (hace gestos a
los oficiales que lo ayuden, ellos mueven la cabeza en desconcierto)
EUGENIO
Es historia de América Latina.
CORONEL
¡Ves todo lo que sabés y después decís que no me podés ayudar! Te subestimas,
Eugenio. O me voy a tener que poner a estudiar historia de … de…
EUGENIO
Venezuela, coronel.
CORONEL
¿No son de ahí todas estas minas fabulosas, que ganan los concursos de belleza?
EUGENIO
También.

37
CORONEL
¡Y yo que pensaba que estaba grabado en el estudio del aeropuerto! Y las minas,
entonces, ¿son de verdad?
EUGENIO
Claro.
CORONEL
Y vos no podrías ver… que yo pudiera conocer a una… se llamaba… Esmeralda…
tenía unas…
EUGENIO
No creo que lo pueda ayudar.
CORONEL
¿Con qué no me podés ayudar, con el país o con la mina?
EUGENIO
No quiero ser descortés, pero no bien llegue un avión, me voy.
CORONEL
A lo mejor te estoy pidiendo mucho, olvidate por ahora de la mina. Vas a tener tu
propia oficia, ventanal, secretaria propia (de veras no me podés conseguir a la
esmeralda?), tus propia cartera de clientes, una oficina al lado de la mía.
Pensalo, Eugenio, pensalo bien. Hacelo por la…por la… (El Oficial Ramírez
mueve la boca formando la palabra patria) Pampa… Pan y agua (El oficial
sacude la cabeza, patria) Pa-t-ri-a, (ríe nervioso) no era tan difícil, Patria. (le
hacen señas a los Oficiales de que lo saquen. Los oficiales lo van a buscar.
CORONEL (A los oficiales)
Este tipo me tiene jodido. A ver qué pueden hacer ustedes. (Sale)
El Oficial González se acerca a Eugenio y lo palmea en al espalda.
OFICIAL GONZÁLEZ
Has sido tocado por la varita de dios. No a todos le hacen un ofrecimiento así.
Te voy a dejar un rato solo para que lo pienses. ¿Se te ofrece algo, una coca cola,
una fanta, un café? No tenemos mucho, pero queremos que te sientas bien.
EUGENIO
Le agradezco, pero no tengo mucho qué pensar. No me va a negar, oficial, que
esta situación no es muy normal!

38
OFICIAL GONZÁLEZ
¿Normal? Pero si éste es el mejor país del mundo.
EUGENIO
La gente no parece compartir tu opinión.
OFICIAL GONZÁLEZ
Porque todos la quieren facil. Acá hay de todo: ríos, montañas, agua, comida, si
acá el que se muere de hambre es porque quiere. Tiras una semilla donde quieras,
crece cualquier cosa. Mi viejo se rompió el lomo laburando y me dio educación, y
pero ahora no quieren estudiar, ¿cómo no vamos a estar como estamos? Acá falta
gente que trabaje, porque trabajo, sobra.
Pasa una señora que limpia el piso con unos walkman puestos. Se escucha
desde los audífonos, que parecen estar a todo volumen, el himno nacional
argentino.
OFICIAL GONZÁLEZ
¿Escucha? Es la canción de moda.
EUGENIO
¡Pero es el himno nacional argentino!
OFICIAL GONZÁLEZ
A mí también esa canción me revienta, pero en gustos no hay nada escrito. Pero
con eso y todo, a la doña, yo la admiro, porque bien podría estar afuera con los
demás juntando basura, pero está aquí trabajando y tratando de hacer un país de
los que quedamos.
EUGENIO
Acá también recoge basura.
OFICIAL GONZÁLEZ
Pero es basura limpia, no como la de afuera sucia, pestilente, quien sabe qué
enfermedades carga. Por eso, afuera están todos enfermos. Por las bacterias esas
que están en la basura y los cirujas esparcen en el aire cuando la ponen en esas
carretas.
SEÑORA QUE LIMPIA (se saca los audífonos, ahora se escucha el himno a un
volumen altísimo)
¿Me hablaba?

39
OFICIAL GONZÁLEZ
Cuquita, bajale un poco a la música, mira el prócer en el monumento, un poco
más de respeto. (Señala una escultura de piedra de…)
SEÑORA QUE LIMPIA
No lo ví. Disculpe mi ignorancia, pero, quién es?
OFICIAL GONZÁLEZ
No sé, pero si está arriba y es de piedra, es que se trata de alguien importante.
¿Usted sabe?
EUGENIO
No es ningún prócer, es Olmedo.
OFICIAL GONZÁLEZ
¿A usted no le gusta la autoridad? ¿O me equivocó? Porque yo sí tengo un
problema serio con las jerarquías. Le voy a contar cuando yo era chiquito… me
cuesta un poco hablar de todo esto, no se lo he contado nunca a nadie, ni siquiera
a la psicóloga.
EUGENIO
No es necesario…
OFICIAL GONZÁLEZ
Pero al verlo a usted, no puedo más que sentirme identificado con esa rabia
inmensa que sé que tiene. No es cierto? (Eugenio lo mira incrédulo) Esa rabia, yo
la conozco… le hablo con el corazón en la mano, Ernesto.
EUGENIO
Eugenio.
OFICIAL GONZÁLEZ
Yo entiendo ese malestar que se siente aquí en la boca del estómago y que le hace
a uno el día de mierda, mierda pura, discúlpeme las palabras, no están a su
altura, usted se ve así como un ejecutivo, un tipo viajado, culto, buenos
restaurants. (le susurra no sin antes ver a los lados) ¿Qué viene a hacer a esta
ratonera? Dígame. Porque este país es una cueva de ratas, en serio, aquí todo
apesta, Ernesto, lo que le dicen es cierto. Es una inmundicia.
EUGENIO

40
¿Usted me ayudaría a salir? Es todo lo que quiero.
OFICIAL GONZÁLEZ
Ya le dije, yo lo ayudo, lo que se le ofrezca. Además usted me cayó bien. Siento
que nos entendemos. Hablamos el mismo lenguaje.
EUGENIO
Hable con su comandante, dígale que ya me deje ir.
OFICIAL GONZÁLEZ
Voy a ver qué puedo hacer, usted sabe mi problema con la autoridad.
EUGENIO
Sí, pero inténtelo. Si me pudiera ir en el siguiente avión sería estupendo. No
terminaría de agradecerle.
OFICIAL GONZÁLEZ
Espéreme acá. Voy a ver qué puedo hacer.
Eugenio sigue al Oficial hasta la puerta y la cierra, quedan separados por el
vidrio. Eugenio trata de abrir pero no puede. El Oficial le hace señas de que
espere. Eugenio camina en círculos en la habitación de vidrio, hasta que
escucha que alguien entra. Es Mario.
MARIO EX CAPITAN
¡Negro! ¡Pero mirá qué coincidencia! Si me levanté por la mañana con un
presentimiento y nomás que te encuentro acá. ¿No te acordás de mí?
EUGENIO
No con vos no quiero hablar. (al oficial) Saquen a este hombre, es un asesino.
MARIO
Dejemos de lado los resentimientos.
EUGENIO
¿Resentimientos? Si sos un hijo de puta.
MARIO
Eso todo está aclarado, hubo un juicio, yo quedé limpio. Mirá aquí tengo los
recortes del diario, las cartas donde el juez me quita toda culpabilidad. Esto es en
serio.
EUGENIO
¿ Y la firma es del presidente?

41
MARIO
Vamos, no es momento para estar hablando del pasado. Hay que enterrarlo,
como a todo lo demás. Hay que ver el futuro. Pero no esta mierda que nos
inventaron acá. Otro. El que imaginamos cuando estábamos…
EUGENIO
En el movimiento?
MARIO
Ese. La cosa está jodida afuera, hay otros que regresaron como vos, y saben que
hay que hacer algo.
EUGENIO
Isidoro, ¿qué sabés de Isidoro? ¿Regresó?
MARIO
Isidoro ya está con nosotros, él es uno de los cerebros de todo esto. No podemos
quedarnos con los brazos cruzados. Hay que ponerle un alto a todo este circo.
EUGENIO
Es lo que pienso.
MARIO
Afuera no tienen nada controlado, ¿sabes? Tenemos algo preparado para mañana
27.
EUGENIO
Pero, ¿qué es?
MARIO
Te acordás de la fábrica vieja?
EUGENIO
Esa que está en la esquina de Solís?
MARIO
Claro, qué otra? Ahí tienen una central done controlan parte de esto. Ya sé que es
como ser francotirador, pero así empiezan muchas revoluciones, con unos locos
que tiran como pendejos, pero alguno siempre cae.
EUGENIO
Quiere decir que vamos a…

42
MARIO
Como antes, Eugenio, como en los viejos tiempos. No te vas a rajar, ¿no? Mira
que contamos con vos.
EUGENIO
Pero, ¿están seguros que va a resultar?
MARIO
No le vas a dar la espalda justo ahora a los amigos, ¿no es cierto? Estamos para
apoyarnos, en las buenas y en las malas. Entonces, vengo por vos en la noche y te
saco de acá.
EUGENIO
Te espero. Gracias.
Eugenio está contento, empieza a silbar y a hacer unos pasos de baile tipo Tap
dance. Se escucha lluvia que cae sobre el techo del aeropuerto. Eugenio se
asoma por el ventanal del aeropuerto, no se ve un solo avión en el cielo, sólo las
lucecitas azules delineando la pista de aterrizaje. Eugenio ve a una muchacha
sentada frente al ventanal. Está tiritando.
EUGENIO
¿Te pasa algo?
HIJA
Tengo miedo.
EUGENIO
¿Miedo? ¿Miedo de qué?
La hija señala la lluvia afuera, un trueno y se tapa los oídos, el relámpago le
ilumina la cara. Es una muchacha extremadamente delgada, bulímica.
EUGENIO
¿Silvita?
HIJA
¿Qué está pasando, papá?
EUGENIO
No es nada, es una tormenta, la lluvia, escucha cómo canta al caer.
Eugenio y la hija escuchan la lluvia caer.

43
HIJA
¿Qué me trajiste?
EUGENIO
Lo tenía por acá, pero no sé donde dejé el maletín.
HIJA
¿Por qué te tardaste tanto en venir, papá?
EUGENIO
Uno pierde el camino varias veces. Ya vas a verlo vos misma. Con tu propia vida.
HIJA
¿Vida? ¿Cúal vida?
EUGENIO
Tienes un mundo por delante.
La Hija mira hacia fuera del ventanal, ve el negro de la noche, las lucecitas
azules que delinea deslizando su dedo sobre el vidrio.
HIJA
Es lindo, ¿no?
EUGENIO
Pero, hay más, mucho más.
HIJA
¿Más luces?
EUGENIO
De todo, hay de todo.
HIJA
¿Cómo qué?
EUGENIO
Calles, gente, casas, tiendas, autos, gente, mucha gente.
HIJA (saca unas figuritas y se las muestra)
Gente así… y así… mirá el auto.
EUGENIO
Este era como el que teníamos, el fitito rojo.
La hija se ríe.

44
HIJA
¿Y a dónde íbamos?
EUGENIO
¿Cómo puede ser que no te acuerdes de nada?
HIJA
Algo si me acuerdo, pero me lo trago enseguida, a veces trato de vomitar y salen
cosas que no conozco: unas cositas verdes, otras rojas, antes de ayer amarillas.
Mirá como ésas (señala unas mariposas que vuelan contra el vidrio de la
ventana, corre hacia allí y trata de atraparlas) Ayudame, papá, ayudame.
EUGENIO
Dejalas, tú también te vas a ir algún día.
HIJA
Yo no me quiero ir, quiero quedarme aquí.
EUGENIO
Pero, esto no es vida.
HIJA
Es la que conozco. Y si, no hay muchos canales. (enciende un monitor, pasan
programas de los cincuentas y se ríe con una risa de estúpida.)
EUGENIO
Yo te podría llevar a muchos lados, conocer gente.
HIJA
Qué, hay más canales?
EUGENIO
Afuera hay otra cosa, hay vida. Mira, estuve hablando con unos señores, antiguos
amigos míos que me van a ayudar esta noche a escapar. Quiero que vengas
conmigo.
Los oficiales están escuchando.
HIJA
¿A escapar? ¿A dónde?
EUGENIO
Ya vamos a ver, lo importante es salir de aquí.

45
HIJA
¿Vamos a ir al cine, y a la pizzería?
EUGENIO
Claro, lo que vos quieras. A todos lados.
HIJA
No va hacer peligroso? Y si me enfermo?
EUGENIO
Qué te vas a enfermar!
HIJA
Mejor quedémonos acá, yo te puedo mostrar el lugar, está lindo.
EUGENIO
No puedo.
HIJA
Por qué no te podés quedar?
EUGENIO
Es horrible (se da cuenta de eso horrible, mira hacia fuera del ventanal) tan
oscuro ahí afuera. Y no hice nada, no hice nada por evitarlo.
HIJA
De qué hablas?
EUGENIO
Y ahora es tarde, no queda nada por hacer, sólo esta oscuridad, este silencio.
Pensar que lo imaginamos pero nunca así.
Se escucha la lluvia.
HIJA
No me dejes otra vez. Escuché que te ofrecían un trabajo acá.
EUGENIO
Si, pero… ¿Te gustaría que lo aceptara?
HIJA
Si papá, si papá, si papá. Papá, papá. Entonces, ¿te vas a quedar?
EUGENIO
No…dije…

46
HIJA (Corre hacia los laterales, gritando)
Se va a quedar, escucharon, ¡se va a quedar!
Dos enfermeros vestidos de astronauta le aplican a la Hija una inyección.
ENFERMERO
Háblele, dele algo cualquier cosa.
EUGENIO
Tomá, comprate algo lindo. No te los gastés en golosinas.
HIJA
No, papá, voy a ser buena papá, me das un beso de buenas noches, papá.
Eugenio se acerca a besarla, pero los Oficiales vienen y lo agarran de atrás
mientras que los enfermeros se llevan a la Hija.
EUGENIO
Por favor no se la lleven, ¿qué van a hacerle? ¡Hija! ¡Hija!
El Oficial Ramírez viene corriendo.
OFICIAL RAMÍREZ
González, enciérrelo, aquí tenemos todo tu testimonio, completito. (muestra un
casete y lo coloca en una grabadora)
GRABACIÓN, VOZ QUE NO ES LA DE EUGENIO (es un actor de telenovela con
diálogos de telenovela que de pronto tiene palabras “peligrosas)
Vamos… a … querenos… toda la vida… explotar… de alegría… como cuando
éramos novios… en la esquina de Salvador… te acordás cuando veíamos los
partidos… era el 88… las calles de piedra… los pajaros en libertad… arrancarme el
alma, los sueños… una conspiración … la pasión… tú eres un peligro… todo se va
acabar… si… destrozas mi alma… deja los cuerpos… prepara esa pócima…
volaremos… volarán… golondrinas…
EUGENIO
Pero ese no soy yo!
OFICIAL RAMÍREZ
No? No sos vos quien está hablando de una conspiración?
El oficial González ata a Eugenio, quien se resiste.
EUGENIO

47
Pero, ¿de qué habla? Eso es mentira. Ese no soy yo. ¡Ustedes están locos!
OFICIAL RAMÍREZ
Ah sí, locos? Me va a decir que no conoces a un fulano con el apodo de Isidoro a
quien sorprendimos en un laboratorio de preparación de explosivos.
EUGENIO
¿Isidoro? ¿Isidoro Pereyra?
OFICIAL RAMÍREZ
Entonces, ¡sabes de quien hablo! Pensaban volar la puerta 26 del aeropuerto, un
foco golpista afortunadamente descubierto por los buenos oficios del Oficial
Mario y… (Mira hacia la lateral donde está Mario)
EUGENIO
¡Desgraciado!
OFICIAL RAMÍREZ
¿No estabas con esos maricas? ¿tampoco estabas con los huelguistas?
EUGENIO
Pero yo quiero que los aviones salgan. ¿Cómo voy a estar apoyando la huelga?
OFICIAL RAMÍREZ
Pero lo que estaba preparando el tal Isidoro no tiene punto de comparación con
el arma de destrucción total que cargabas en la maleta que te confiscamos.
EUGENIO
¿Arma? Si yo no tengo armas. ¡Yo no sé de qué está hablando!
OFICIAL RAMÍREZ
¿Que no sabés? Me vas decir que esto no es peligroso. González abra la maleta,
con cuidado.
El Oficial González abre la maleta y saca montones de fotografías, ropita de
bebé, es un montonal de objetos que ocupan todo el escenario formando una
montaña)
OFICIAL RAMÍREZ
Esto es lo que quería pasar, hable, ¿esto es? Y que no traía nada, sabe lo que
puede ocasionar en el medio ambiente? Puede destruir un país.
EUGENIO
¡Pero es mi vida! ¡Cómo quiere que no la cargue!

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OFICIAL RAMÍREZ
A ver Eugenio, ¿quién por acá te parece que la carga? ¿Vos te crees con un
derecho especial? Que el coronel te haya hablado no te da privilegios, ¿me
entendés?
OFICIAL GONZÁLEZ
¡Y yo que iba a ayudarte! ¡Qué error! Pensé que tenías buenos sentimientos, pero
estás podrido como todos los demás.
OFICIAL RAMÍREZ
Pero ahora ya es tarde para que entiendas.
OFICIAL GONZÁLEZ
Y yo que te tenía aprecio.
OFICIAL RAMÍREZ
Lléveselo, no lo quiero ver más.
Los Oficiales queman todo esto como si fuera la hoguera de libros ya conocida.
Éste es un gran performance, con los gritos de Eugenio, las risas de los oficiales,
las mujeres tiene reacciones desiguales, están quienes tratan de agarrar
objetos, los oficiales se los sacan. El Coronel mira desde un palco en el
escenario.
OFICIAL RAMÍREZ
Este arroz ya se coció. ¡Abran la puerta!
Se abre una gran puerta y afuera hay un desierto, pasa un niño pateando la
pelota como hacen en los baldíos en argentina.
LAS MUJERES GRITAN
No, por favor, no podemos ver.
Los oficiales se ponen unos lentes especiales. Unos oficiales ingenieros dirigen
tipo operación nasa la apertura de la puerta.
OFICIAL
No hay señal de objetos cercanos. El niño era una señal que venía de adentro.
Raúl camina para atrás, como huyendo.
OFICIAL
¡Así que sos vos el desgraciado!

49
Los oficiales se llevan a Raúl.
Pasa una plasta entre la que se logran reconocer rostros, manos, que gritan,
tiene carteles, la puerta se abre. Eugenio se resiste, la puerta se vuelve a abrir,
las mujeres lo ven desde el interior, pero ninguna camina hacia él, solo Dolores
lo besa.
DOLORES
Cuando veas un espejo, piensa en mí.
LUIS (a Nélida que está llorando)
Y ahora, ¿qué te pasa?
NELIDA
Pensé que podía ser un buen padre para vos.
OFICIAL (a Luis)
Aflojá pibe, ya recibimos tu carta y vamos a cambiar esa telenovela de la tarde.
MARIANO
Llamame y nos tomamos un café.
GUSTAVO
El problema es que nunca de terminaste de ir, y ahora regresás con todo esto y
nos querés hacer mierda la vida, con recuerdos. Para qué? Ya vas a ver, para qué
sirven los recuerdos.
Los Oficiales arrojan a Eugenio afuera, Eugenio camina en esa planicie sin
nada hasta que la plasta pasa y lo digiere. Se cierra la puerta, como si fuera la
gran reja de una cárcel. Se escucha como música ambiental el himno nacional
argentino.
OFICIAL
Ok, ya estuvo, se acabó.
Las mujeres, Mariano, el hermano quedan mirando hacia la reja.
En la pantalla se ven algunas de las imágenes de Eugenio. Es una reunión
familiar. Hay mucha felicidad, una tranquila felicidad. Se va apagando como si
quedara sin electricidad hasta que queda todo a oscuras.
DOLORES (a Esther)
¿Pensás que todo eso alguna vez fue real?

50
ESTHER
¡Estás loca! Son puras fantasías. (mira su reloj) Me voy, ya va empezar la
telenovela de las 6.
Luego que Esther se va, Dolores abre su mano y mira el pañuelo de Eugenio,
Silvita abre su mano y ve la moneda que le dio. Las dos mujeres se miran,
Silvita se traga la moneda y Dolores esconde el pañuelo ensangrentado en su
pantaleta.
Nélida, Emilia, Mariana, el hermano rodean al Oficial.
OFICIAL RAMÍREZ
Lo hicieron muy bien.
NELIDA
Siempre lo hacemos bien, lo que quiero saber es cuando nos van a pagar.
MARIANA
Ya llevamos cinco al hilo y este último valía por dos.
EMILIA
Última vez que mandan a la retaguardia. Hacerme llorar como una estúpida,
hasta los dientes me hicieron sacar.
OFICIAL RAMÍREZ
Si, pero hubo muchos errores, la próxima vez que te pongas a llorar.
SILVIA
Perdóneme, no va a volver a pasar. Tan parecido a mi propio padre.
OFICIAL RAMÍREZ
Pero no me vengas con esas boludeces, si vos ni siquiera tuviste uno.
SILVIA
En las figuritas que venden en el kiosco.
OFICIAL RAMÍREZ
En eso se va el dinero del presupuesto.
OFICIAL GONZÁLEZ (se acerca al grupo)
Oficial, se acerca otro avión con un nuevo candidato.
OFICIAL GONZÁLEZ

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También argentino? Te voy a decir que el rollito de ese país me tiene harto, son
todos personajes de telenovela.
OFICIAL RAMÍREZ
Pero bien que te gustan las minas, en el bailecito de las azafatas hasta se te
paraba.
OFICIAL GONZÁLEZ
Pero las chicas son internacionales, no son de un país en particular.
OFICIAL RAMÍREZ
Vamos decime de donde viene que tenemos que empezar a ambientar.
OFICIAL GONZÁLEZ
Te va a gustar, además es una mina.
El Oficial esconde el papel y el Oficial Ramírez se lo trata de sacar, hasta que lo
toma. Lee y se rie con picardía.

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