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Guia Definitiva de Comprension y Aprendizaje PDF
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DE COMPRENSIÓN
Y APRENDIZAJE
Felipe Bernal Montes
PROPIEDAD INTELECTUAL E INDUSTRIAL
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Introducción
• Aprende a aprender
• El proceso de aprendizaje
La lectura
• La concentración
• La técnica del marcador
• La voz interior
• Contar hasta el final
• El pomodoro
• Leer con un objetivo
La Comprensión
• El contexto y el patrón
• Vocabulario
• Las preguntas de comprensión
• Eliminar lo innecesario
• Lectura con los sentidos
• Preparando la lectura
La memoria
• Asociaciones Inverosímiles
• Ejercicio de memoria
• Mapas mentales
• El aprendizaje distribuído
Conclusiones
INTRODUCCIÓN
Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo.
Alex Tolstoi (1882-1945)
Aprender según la RAE es: “adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la
experiencia”. Sin embargo, aprender a través de la experiencia es un método demasiado
lento. Esto requiere del paso del tiempo y el tiempo es algo muy valioso. Vivimos en la
era de la información.
Cada día se publican más documentos que en los primeros 19 siglos de esta era juntos. Si
pudiéramos apilar toda la información que hemos publicado hasta la fecha en columnas
de libros, estas llegarían desde la tierra al sol más de 12 veces, ¡y hay más de 149.600.000
kilómetros entre la tierra y el sol!
En el s. XIX los Ludístas protestaron contra las máquinas en los telares ingleses y han
pasado a la historia negativamente marcando el comienzo de la era industrial.
Ser consciente del aprendizaje tiene dos aspectos fundamentales: Primero, desarrollar
habilidades útiles, conocer sus fundamentos y recursos. Segundo, que tú, el aprendiz,
estés dispuesto a ello, a gestionar los recursos que te ofrecemos y que seas
consciente de tus capacidades para optimizarlas pudiendo cumplir tus objetivos.
En resumen: que mejores tus habilidades y que seas consciente de cómo usarlas bien
y en tu beneficio.
Aprender va con el ser humano. Nuestro éxito como especie ha dependido de nuestra
capacidad de innovar y de nuestra adaptación más que de nuestras habilidades
innatas. Hoy, gracias a la psicología, sociología y pedagogía, así como a las nuevas
tecnologías, es posible aprender mejor, científicamente.
Aprender supone encontrar nuevas respuestas a los desafíos de la vida. A día de hoy,
somos capaces de distinguir 3 tipos de aprendizajes principales:
Aprendizaje Clásico: respuestas (casi automáticas) que dan los organismos biológicos
a cosas que pasan a su alrededor.
Existen muchos métodos para adquirir el aprendizaje simbólico, pero ninguno está tan
extendido como la información escrita. Este es por ahora nuestro método para adquirir
conocimientos de manera intensiva y sobre el cual vamos a centrarnos.
Está obsoleta por que nos enseñan los rudimentos de la interpretación de los signos
alfabéticos y sus significados en función de las posiciones (por ejemplo: c-a-s-a es
una palabra y c-o-s-a es otra bien diferente. Todo varía dependiendo de su usas a o o).
Pero este método olvida que su objetivo es transmitir información. Es como si a un niño
pequeño que primero aprendió a gatear, después le enseñamos a andar, pero no le
mostramos que se puede correr, marchar, bailar, saltar, etc.
Desde hace décadas existen técnicas de lectura rápida que deberían implementarse
tan pronto como uno ya ha aprendido a leer: cosas como el número de fijaciones,
nuestro campo visual o usar guías (un bolígrafo, mismamente) para ayudarnos a leer
más rápido.
Pero eso no se enseña, ni siquiera cosas tan básicas como marcarse objetivos, hacer
preguntas adecuadas o tomar notas de forma apropiada. Con estas cosas tan sencillas
y que no cuesta mucho entrenar para hacerlas hábitos, cualquiera puede aumentar su
velocidad y comprensión de forma significativa.
Podemos hablar largo y tendido acerca de cómo leer, pero si de verdad estás
interesado en el tema, te recomiendo que asistas a uno de mis seminarios online sobre
estrategias de lectura. También puedes participar en mi curso Lectura Ágil, en el cual
te enseñaré las mejores técnicas para acelerar tu velocidad de lectura, además de
profundizar en los temas de comprensión y aprendizaje..
¿Quién no ha leído durante 5 minutos de manera mecánica un texto sin ser capaz de
recordar nada?
Pero queda claro que una mayor concentración ayuda a mejorar la comprensión y
velocidad. Lo que podemos hacer es poner a la mente en disposición a concentrarse.
Uno de los problemas que muchas veces nos impiden tener la capacidad de
concentrarnos que desearíamos, es el hecho de tener múltiples pensamientos
en nuestra cabeza y no poder centrarnos en uno solo. Cuando esto pasa, nuestra
capacidad de concentración se reduce notablemente ya que nuestro cerebro no está
diseñado para poder concentrarse en múltiples tareas o pensamientos a la vez.
Cuando un niño empieza a leer, ¿qué es una de las primeras cosas que instintivamente
realiza? Sí, alargar un dedo hacia la palabra que tocaba. Y, ¿qué ocurre conforme
creces? Que esa ayuda se castiga.
El marcador o guía es una técnica sumamente conocida que ha sido apartada durante
años por una razón meramente estética. Consiste únicamente en establecer un nexo
entre el cuerpo y la lectura; entre el ojo y el texto, permitiéndole al cerebro acelerar la
capacidad de absorción de información. De este modo no tarda tanto en enfocar, ya
que contamos con una guía que nos marca el camino. Además, proporciona un punto
de atención que ayuda en la concentración.
Puedes usar un dedo, un palillo chino, un bolígrafo o algo que nos ayude a centrar
la atención en las palabras y apuntar a lo que estamos leyendo. Es muy útil y ayuda
mucho más de lo que creemos. Además, conforme aumentas el ritmo con el que pasas
la guía por el texto, mejoras tu velocidad, reduces el número de fijaciones por segundo
y haces que tu cerebro se centre más. Todo en uno.
Busca un bolígrafo u objeto que te sirva. Guía tu lectura con este pasándolo por debajo
de los renglones conforme lees. Prueba a hacerlo durante un minuto a ritmo normal.
Después, cuenta tus palabras y empieza otro minuto moviendo la guía un poco más
rápido. Vuelve a contar las palabras para ver tu progreso.
Repite el ejercicio varias veces hasta que empieces a alcanzar un buen ritmo. Sin
embargo, he de advertirte que al principio te va a costar más comprender el texto, por
lo que te recomiendo empezar por algo que ya hayas leído con anterioridad.
Ten en cuenta que existen multitud de formas de aplicar el marcador, ya que cada
persona es diferente. Normalmente se coloca en la parte inferior de las palabras,
tratando de no obstaculizar la vista de las letras. Puedes probar a poner tu guía en
horizontal debajo del renglón, o en vertical haciendo saltos entre grupos de palabras.
Una de las que más me ha gustado siempre es la utilización de las dos manos para
la lectura. El principio es el mismo, servir de guía a la lectura. Para ello utilizamos
nuestra mano izquierda y su dedo corazón, con la palma abierta boca abajo sobre la
superficie del texto. En este punto, deberemos pensar cuál es la forma más adecuada
para nosotros. Podemos optar por poner el dedo debajo de dónde nos toca leer, que el
dedo vaya mostrando el texto mientras avanzamos por la línea o que vaya empujando
nuestra lectura.
En muchas ocasiones me preguntan si han de estar toda la vida leyendo con marcador,
a lo que yo respondo que no es obligatorio pero que si la campeona del mundo de
velocidad de lectura lo utiliza, por algo será.
¿Estás leyendo esto en tu cabeza sin darte cuenta? No te preocupes, no eres el único.
La voz interior es algo común pero que frena nuestra velocidad de lectura y disminuye
nuestra concentración. ¿Por qué? Porque al repetir algo que nuestro cerebro ya ha
recibido, estamos impidiendo que avance más rápido.
Lo cierto es que es casi imposible eliminar este hábito al 100%, e incluso a veces puede
ser beneficioso. Pero no voy a entrar en detalles. Por ahora, quiero enseñarte un truco
muy sencillo que puedes aplicar incluso mientras lees este libro electrónico.
Práctica
Busca un bolígrafo u objeto que te sirva. Guía tu lectura con este pasándolo por debajo
de los renglones conforme lees. Prueba a hacerlo durante un minuto a ritmo normal.
Después, cuenta tus palabras y empieza otro minuto moviendo la guía un poco más
rápido. Vuelve a contar las palabras para ver tu progreso.
Repite el ejercicio varias veces hasta que empieces a alcanzar un buen ritmo. Sin
embargo, he de advertirte que al principio te va a costar más comprender el texto, por
lo que te recomiendo empezar por algo que ya hayas leído con anterioridad.
Práctica
Cuenta hasta 100 con la mente tratando de visualizar los números como si aparecieran
delante de ti. Si te equivocas o piensas en algo que no sea la cuenta, tienes que volver
a comenzar.
Ya que estamos centrándonos en la lectura, también quiero que aprendas uno para
el cual necesitamos un texto. Consistiría en contar mentalmente las palabras de los
párrafos. Contar las palabras con la cabeza, sin la ayuda del dedo ni del marcador.
Puesto que se trata de un ejercicio sumamente aburrido, a medida que lo realicemos,
nuestro cerebro se pondrá a pensar en otra cosa. En ese momento nos detendremos y
volveremos a comenzar, igual que con el anterior.
Esta técnica consiste en contabilizar el tiempo y pautar los momentos en los que debes
estar concentrado con periodos de descanso. Por lo general, nos cuesta mantener
el mismo nivel de atención durante más de 1 hora, por lo que es recomendable que
fijemos objetivos que estén dentro de este periodo o no se pasen mucho.
Con una alarma, ya sea en el móvil o de reloj, marca 25 minutos de estudio. Después,
descansa otros 5 antes de volver a la lectura. Durante el descanso, recomiendo hacer
cualquier actividad no relacionada con el libro o el ordenador: date un paseo por la
casa, habla con tu familia, refréscate el rostro, etc.
Por supuesto, después de varios intentos puedes ajustar el tiempo como mejor te
funcione. Quizá 25 minutos son pocos, o quizá muchos. Y quizá necesites descansar 7 o
10 en vez de 5.
Otra versión, en vez de con tiempo es por contenido. Esto es, márcate leer 5 capítulos
y después descansa 10 minutos. Todo depende de la longitud de estos, claro. De igual
modo que con el tiempo, al final debes averiguar aquello que mejor te funcione a ti.
Uno los métodos más efectivos para no perder la concentración y, por qué no, para
motivarnos durante la lectura, es leer con un objetivo. El cerebro es una máquina muy
potente con unas capacidades asombrosas. Una de ellas es ser capaz de centrarse
absolutamente en su objetivo y obviar todos los demás estímulos.
Si quieres un ejemplo más de esto, puedes echarle un vistazo a este vídeo donde se
hace una demostración con un juego de cartas.
Por ello, ten siempre presente y recapacita sobre tus objetivos de lectura. En los
momentos de flaqueza o poca concentración, es importante saber cuál es la razón por
la que estamos aprendiendo algo.
Práctica
Antes de empezar a leer, reflexiona concienzudamente por qué estás leyendo. Quizá
no sea algo que hacer con absolutamente todo, pero es bueno tenerlo en cuenta
cuando de verdad queremos sacarle el máximo partido a la lectura. Después, anota en
un papel el objetivo de la lectura. Tenlo al lado y revísalo cuando hagas descansos.
Durante este primer paso hacia la comprensión, agrupamos los símbolos formando
entidades con significado propio y agrupaciones de agrupaciones de símbolos con
significados más complejos en función de un orden sintáctico.
Vamos a ver un ejemplo de lo que estoy diciendo con una frase sencilla. Estamos
mandando un WhatsApp a nuestra pareja y escribimos:
Con lo que nuestra pareja entenderá que no te apetece ir a cenar al restaurante que te
había comentado. Sin embargo si escribimos:
En este caso, nuestra pareja entenderá que no queremos ir con ella a ver la película. El
cambio ha sido únicamente la posición dos palabras (el acento diacrítico de la primera
frase, sólo, no es obligatorio para la RAE desde 2013 aunque yo no esté de acuerdo.)
Por ello, además de comprender el significado de las palabras hay que tener en cuenta
componentes estructurales y contextuales, la estructura gramatical, las características
sintácticas, etc.
asociaciones mentales.
RI
PE
A
EX
NO
correcta comprensión.
M
C
D
M
A IE
ID IL NT
Vamos a poner un ejemplo muy claro
HAB O
Práctica
Para solucionar este problema sólo tienes que informarte sobre el orígen del texto,
el autor y todo lo que concierne a este. Sé que a veces es algo trabajoso, pero la
mayoría de los libros incluyen una página de biografía que debería servir de base para
comenzar a indagar. Sino, una rápida busca en Google sería suficiente.
Nota: apunta
practicaalgunos
este ejercicio
rasgosdeimportantes
forma diaria
junto
durante
a tu
al menos 15
propósito para
minutos.
tenerlos en cuenta.
Por ello, vamos a reforzar nuestro léxico mediante un par de ejercicios que puedes
aplicar en tu vida diaria.
El segundo ejercicio a realizar se aplica sobre el texto. Cuando estés leyendo, oblígate
a averiguar palabras por el contexto en vez de saltárselas o buscar su significado. El
contexto, como ya hemos mencionado antes, es algo muy importante siempre que
encontramos palabras desconocidas. Si prestamos atención, muchas veces podemos
hacernos una buena idea sobre lo que significan sin necesidad de mirarlo en un
diccionario. Esto trabaja nuestra capacidad de comprensión y aprendizaje.
Lo que deberemos plantearnos es hacer preguntas con las que separar la información
importante para que nos sea más fácil clasificarla dentro de nuestro patrón y
compararla con conocimientos previos. Estas preguntas de comprensión son
conocidas por todo el mundo, pero rara vez son tenidas en cuenta a la hora de leer.
• ¿Qué?
• ¿Quién?
• ¿Cuándo?
• ¿Dónde?
• ¿Cómo?
• ¿Por qué?
Son tan importantes que si durante la lectura de un libro soy capaz de identificar
las partes en las cuales se contestan estas preguntas y no leo el resto de los textos,
me diferenciaría únicamente de una persona que leyó todas las letras en que yo
he tardado mucho menos en aprender lo mismo. Por tanto, a medida que leemos
debemos estar centrados en obtener respuestas a estas preguntas sin importarnos si
son referidas a la obra completa, un capítulo o un simple párrafo o sección. Todas las
partes de un texto son susceptibles de ser cuestionadas.
Práctica
Primero, dependiendo del texto y tu propósito, anota aquellas preguntas que sean más
de tu interés. No es lo mismo estar estudiando para un examen que leer meramente
por placer. Pero si de verdad quieres retener la información y aumentar tu comprensión
de la lectura, anota cada vez que des con la respuesta a una de estas preguntas.
Luna Sanz señala que las palabras relevantes “son las que designan conceptos clave
en el texto: suelen repetirse varias veces, ocupan lugares eminentes en el texto y
pueden estar marcadas con señales distintivas (tipografía, mayúscula, etc.)”1
Uno de los procedimientos a los que podemos recurrir para determinar lo que es
relevante, es guiarnos por algunas palabras que sirven de señales y explican cómo
transcurre el texto. Son los llamados conectores, marcadores u organizadores
del discurso que “sirven para unir oraciones o párrafos, poniendo en relación los
contenidos del texto entre sí, o reforzando las relaciones entre autor, lector y texto, o
ambas a la vez.”2
2 REYES, Graciela: Cómo escribir en español. Manual de redacción, Madrid, Arcos Libros, 1999, págs. 137-138
Hace unas cuantas líneas hablamos por encima de la voz interior, uno de los temas
que tratamos en el curso Lectura Ágil con extensión. Comentamos que es uno de los
grandes frenos que actúa en nuestra contra para acelerar nuestra velocidad de lectura.
Ahora que somos capaces de identificar las palabras claves de un texto, podemos
tratar de minimizar nuestra voz interior con ello.
Se trata de un ejercicio que tendrás que repetir varias veces para hacerlo bien, pero a
medida que ganes soltura, podrás intentarlo sólo con párrafos y así consecutivamente
hasta llegar a realizar resúmenes y esquemas mentales a medida que estás leyendo.
Siempre se dice que una imagen vale más que mil palabras y seguro que hemos oído
alguna vez que somos animales sumamente visuales, vamos a aprovecharnos de ello.
Práctica
¡A qué estás salivando! La imaginación puede ser una herramienta poderosa para
comprender y recordar datos e historias y no solo visualmente. La memoria auditiva es
un mecanismo mnemotécnico muy utilizado para aprender listas como por ejemplo,
el abecedario en los niños. Por tanto, si lo que estás leyendo te sugiere algo auditivo,
libera tu imaginación.
Se trata de un proceso de asimilación tan potente que tu cerebro actúa como si fuera
real. Y eso lo puedes hacer con cualquier tipo de aprendizaje. Obviamente no va a ser
algo aplicable a todo, pero imagina que estás leyendo sobre una batalla de la segunda
guerra mundial.
De ahora en adelante, cuando creas que es viable, trata de leer imaginando el ruido de
las baterías antiaéreas. Sentir el picor del humo de la pólvora en tus ojos y nariz, etc. De
esta manera tu cerebro clasificará la información no sólo mediante palabras, sino con
refuerzos sensoriales.
Mucha gente comete el error de intentar que su periodo de aprendizaje sea lo último
que realiza durante el día, justo después de una dura jornada laboral o de un día de
estrés y cansancio. Es un error muy común, pero luego no deberíamos sorprendernos
si nuestra capacidad de concentración está por los suelos y nuestra retención deja
mucho que desear.
Práctica
Encuentra un momento en tu horario que sea lo más propicio posible para esta tarea.
Resérvalo de modo que nadie te vaya a interrumpir para poder concentrarte lo máximo
posible. Yo siempre recomiendo hacerlo por la mañana; cuanto más temprano es,
nuestro cerebro está más despejado y no hemos gastado nuestra energía mental
del día.
Aprovecha este momento para poner la alarma si vas a usar la técnica del pomodoro, y
para hacerte con una guía con la que seguir tu lectura.
Una vez acordado el lugar y la hora, destina tus primeros esfuerzos en saber lo que
vas a hacer. Piensa en tus objetivos, recapacita sobre lo que pretendes conseguir
y anótalos.
Si es la primera vez que te enfrentas a este texto, tómate un tiempo para indagar
sobre el autor: quién es, a qué se dedica, qué otras obras tiene, etc. Todos estos
datos te permiten asumir que el autor está hablando contigo a través de la obra. Esta
información suele aparecer en el libro, en las páginas interiores o en la portada y
contraportada, pero también podemos consultar internet.
También, familiarízate con la obra en físico: Cómo está dividida, qué imágenes o
gráficos tiene, cuántas notas, introducción, etc. Para ello, lo que debes hacer es ojear el
libro 5-10 segundos por página, observándolo todo, desde el índice hasta las notas.
En numerosas ocasiones nos referimos a ella como una cosa. Tener buena o
mala memoria es un ejemplo de ello. Sin embargo, la memoria es un conjunto de
sistemas que se encargan de asociar los recuerdos, por lo que no se tiene buena
o mala memoria sino que se tienen buenas o malas asociaciones. Memorizar es un
automatismo que es imposible evitar. Siempre estamos memorizando y en muchas
ocasiones nos asaltan recuerdos que teníamos olvidados gracias a un estímulo externo
como un olor, una situación, etc.
Práctica
Imagínate que tienes que recordar una lista de palabras, como por ejemplo la lista de
la compra:
Para acordarme de ella yo pensaría, por ejemplo, en un gato dando patadas a una
patata mientras hace malabares con un huevo. A la vez, le cae harina en forma de nieve
por encima. Como no puede ver, se le cae el huevo en la cabeza y tiene que ir a una
fuente a lavarse con agua. Mientras lo hace, pasa un ratón con un trozo de queso entre
los dientes.
Toda esta escena, tenemos que ser capaces de visualizarla en nuestra mente de la
misma manera que si estamos viendo la televisión. Cuanto más visual y extraño es el
recuerdo, más fácil nos resultará recuperarlo.
Prueba a inventar una historia para la siguiente lista: libro, fregona, balón,
rotuladores, taza.
La asociación inverosímil puede ser una habitación cubierta de alfombras por todas
partes, paredes inclusive, donde un menor le dice a su madre que quiere salir a la calle.
Mientras su madre le dice que no puede, que detrás de esa puerta está lloviendo. Es
mejor que monte en el caballo de juguete de la cocina.
Para hacer las asociaciones más eficientes y poder recordar lo que sea necesario en el
momento oportuno, deberemos ser muy hábiles a la hora de sacar las conclusiones,
realizar las preguntas de comprensión y aplicar nuestro patrón.
Práctica
Al principio, puede ser un poco difícil recordar algunos de los pasajes e incluso puede
parecer un poco tedioso hacerlo después de cada párrafo.
Sin embargo, a medida que avanzamos se vuelve más fácil ya que nuestra mente se
adapta y se condiciona a este ejercicio de recuperación instantánea.
Después de una semana de práctica, ya no tendremos que tomar las notas físicamente.
No obstante, seguiremos practicando otra semana más durante 10 minutos al día
con el ejercicio, esta vez haciendo una breve pausa después de cada párrafo para
recordarlo en la cabeza.
Una variación de este ejercicio es leer dos, luego tres o más párrafos, y tomar notas
para ver cuánto podemos recordar.
Si combinas este ejercicio con el control de la voz interior que practicamos en el curso
Lectura Ágil que ya te he comentado anteriormente, te convertirás en una increíble
esponja de conocimiento.
Los mapas mentales son una excelente manera de ayudarte a recordar ideas,
conceptos, detalles y tu relación con los demás de una manera rápida y fácil. Utiliza
este método en adición al sistema regular de toma de notas, como una especie de
cuadro grande, “ojo de pájaro”, enfocando la vista en los conceptos principales de
un artículo, capítulo o segmento de material de lectura.
Cada burbuja de pensamiento en un mapa mental constituye una idea que a su vez
conduce a la idea activa y otras ideas relacionadas con ella.
Los mapas mentales son fáciles de hacer ya que son, más bien, informales y no
requieren tanto tiempo como tomar notas detalladas.
Además se pueden hacer casi en cualquier lugar. Los mapas mentales se pueden
hacer en trozos de papel, cuadernos de notas o con un software online. Buenas
herramientas para hacer tus mapas mentales online son MindMeister o Cmap.
El aprendizaje distribuído
Tenemos que tener en cuenta que todos tenemos nuestro propio estilo de aprendizaje.
La evidencia sugiere que porque una técnica funcione (o no) para algunas personas,
no significa necesariamente que vaya a funcionar bien (o no) con otras. Por eso en esta
guía estamos ofreciendo tantas como conocemos, para que puedas aplicarlas a tu
gusto y ver cuáles te funcionan mejor.
Una de las técnicas que mejores resultados dio fue la que tuvo en cuenta la
distribución de la carga de trabajo. La investigación ha encontrado que el nivel óptimo
de distribución de las sesiones de aprendizaje es del 10-20% del total de tiempo que
necesita algo para ser recordado.
Así que, si quieres recordar algo durante un año, lo debes estudiar por lo menos cada
mes. Si quieres recordarlo durante cinco años, el espacio de tu aprendizaje debería
ser cada seis a doce meses. Del mismo modo, si quieres recordar algo durante una
semana, deberías espaciar tu aprendizaje entre 12-24 horas de diferencia.
3 http://psi.sagepub.com/content/14/1/4.full?ijkey=Z10jaVH/60XQM&keytype=ref&siteid=sppsi
En este documento he intentado resumir primero las bases del aprendizaje para que
seas consciente de cómo funciona y cómo se puede abordar. El conocimiento es
básico, y he querido equiparte con las claves que considero necesarias presentándolas
de forma que sean sencillas de aplicar. Por supuesto, no espero que todas se adecuen
a ti porque es imposible escribir para todo el mundo.
Después de todo, no te conozco pero he intentado que este libro sea útil y llevadero
para cualquiera. Tampoco puedo sentarme contigo a estudiar y a mejorar tu
concentración y memoria, por eso te recomiendo que selecciones aquello que te
resulte más fácil y empieces por ahí.