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2. PRECÁMBRICO Y PALEOZOICO
Los geólogos hablan de cuatro grandes periodos vinculados a sus respectivos territorios:
precámbrico, paleozoico, herciniano y alpino. Son etapas compulsivas, de efervescencia
geológica separadas por largos periodos de calma aparente. Cuando los movimientos
epirogénicos se sosiegan, los reajustes horizontales entran en liza y los agentes erosivos
prosiguen su corrosión.
Se tiene un conocimiento escaso de estos periodos en la Península. La zona mejor
estudiada, el macizo Galico-duriense, permite distinguir tres series de materiales sobre
los que se apoyaron los terrenos primarios o cámbricos: el zócalo cristalino, el llamado
ollo de sapo y las pizarras del Narcea. En el Precámbrico hubo al menos dos grandes
convulsiones, seguidas de un largo período de calma durante el que fueron arrasados los
relieves y cubierta gran parte de su territorio por los mares paleozoicos
El plegamiento herciniano data de finales de la Era Primaria y alcanza su paroxismo en
el Carbonífero, período en el que se genera el carbón, entre otros minerales. Tras el
movimiento herciniano los territorios occidentales de la Península adquieren una
fisonomía semejante a la actual. Por el norte, este y sur se extendía el gran mar de
Tethys. El movimiento orogénico fue de una gran intensidad y afectó a la zona occidental
de la Península cuyos relieves tomaron la dirección NO-SE originándose rocas cristalinas
que dieron lugar a diversos paisajes según dominen las pizarras (Extremadura), las
cuarcitas (Sierra Morena) o las calizas paleozoicas (Pirineo Axial devónico). En la
superficie afectada predomina la sílice y el conjunto forma la llamada España silicea.
INTRODUCCIÓN
La meseta prolongada hacia el noroeste es el núcleo más antiguo de la Península Ibérica,
al que se fueron adosando los territorios surgidos durante las convulsiones terciarias
hasta adquirir la configuración actual. Cabe distinguir en ella el zócalo y la cobertera
sedimentaria.
El zócalo que sufrió el plegamiento caledoniano y el herciniano dentro de la era primaria
está constituido por materiales arcaicos y paleozoicos. Durante el secundario toda la
región fue convertida en una vasta penillanura. Las aguas de este mar bañaban los
territorios del zócalo por el norte, el este y esporádicamente por el sur, donde fueron
depositando una cobertera sedimentaria que tras el plegamiento alpino dio origen a los
relieves que orlan la Meseta.
1. LA SUBMESETA NORTE
También conocida como la depresión del Duero, tiene una altitud media de 850 m y
aparece rodeada por los relieves portugueses de Tras os Montes al oeste, Montes de León
y Cordillera Cantábrica al noroeste y norte, Cordillera Ibérica al este y la Cordillera
Central al sur y suroeste. Estas barreras, que llegan a rebasar los 2000 m, debilitan la
influencia del Atlántico, lo que se traduce en escasez de lluvias y fuertes contrastes
térmicos.
La depresión está drenada por el río Duero, excepto la Bureba burgalesa y el Bierzo
leonés, que caen bajo la influencia del Ebro y el Miño, respectivamente.
La red hidrográfica aparece profundamente encajada. Los materiales finos, yesos, se
localizan en el centro de la cuenca, mientras que en los bordes aparecen los más
gruesos, conglomerados. En las áreas intermedias abundan las arcillas rojas cubiertas
por rañas al noroeste y por calizas pontienses hacia el este, mientras en el sur han sido
sustituidas por arenas miocénicas procedentes del desmantelamiento de la Cordillera
Central.
Penillanuras, plataformas estructurales, glacis detríticos y terrazas fluviales son las
grandes unidades morfológicas de la depresión del Duero. La penillanura es la última
fase del ciclo erosivo de un viejo zócalo, como puede verse en Zamora y Salamanca. La
plataforma estructural o páramo se establece sobre un estrato duro de conglomerados,
areniscas o sobre calizas, tal es el caso de los páramos de la Nava y Tudela de Duero. Los
glacis detríticos presentan una pendiente suave y están constituidos por materiales de
arroyada. Abundan ejemplos en los afluentes del Pisuerga y del Esla. Finalmente, las
terrazas fluviales, fruto de las alternancias climáticas durante el Cuaternario, están
presentes en numerosos valles meseteños, del Tormes, del Duero o del Carrión.
El clima es continentalizado, de inviernos rigurosos y veranos cálidos, con escasez de
lluvias, escasa presencia de masa boscosa y baja densidad humana.
2. LA SUBMESETA SUR
También denominada depresión del Tajo, está limitada por el Sistema Central al norte, la
Cordillera Ibérica al este y Sierra Morena al sur. Por el oeste se abre al Atlántico. Está
subdividida en dos por los Montes de Toledo, la zona septentrional drenada por el Tajo y
la meridional por el Guadiana.
Los materiales que rellenan la depresión son de origen continental, pertenecen al
Terciario y se ubican los más groseros en los márgenes y los más finos en el centro. La
sedimentación se prolonga hasta el Mioceno superior y es en el Plioceno cuando la
Península bascula hacia occidente y se convierte la Meseta en una zona exorreica. Se
repiten los grandes conjuntos geomorfológicos de la submeseta norte, páramos calizos
como los de la Alcarria, excavados por el Henares y el Tajuña. Rañas que descienden
desde el Sistema Central y terrazas en casi todos los ríos.
Cabe distinguir varios subconjuntos:
3. LA CORDILLERA CENTRAL
La Cordillera o Sistema Central es un fragmento de la Meseta elevado y fallado durante el
plegamiento alpino. Las fallas transversales que reproducen la orientación NO-SE del
plegamiento herciniano permiten la comunicación norte sur a través de puertos como
Béjar o Somosierra. Por las fallas longitudinales discurren algunos ríos como el Lozoya o
el Tiétar. Los materiales dominantes corresponden al corazón del zócalo, granitos y neis
en Gredos y Guadarrama y pizarras paleozoicas en Somosierra. En general son de oeste
a este cada vez más modernos, finalizando en un enclave de sedimentos mesozoicos.
Para la explicación de la morfología hay que contar con la fuerte erosión diferencial
desencadenada por los ríos entre las vertientes norte, donde la hidrográfica ha excavado
valles abiertos, y sur, donde predominan los valles estrechos y profundos.
Fruto de la actividad de los hielos cuaternarios, que dejaron su impronta por encima de
los 1600 m, son las numerosas lagunas de alta montaña repartidas por la Sierra de
Gredos, como la Nava, las Cinco Lagunas y la Grande de Gredos. Más importante fue el
modelado periglacial sobre las rocas cristalinas, aún vigente en las altas cumbres.
1. EL MACIZO GALAICO
La altitud media es de 500 m. La red hidrográfica de la zona occidental es abundante y
de recorrido corto, muy encajada y no integrada en una red más jerarquizada, cada río
lleva sus aguas al Atlántico.
Dos tercios del macizo, en su parte occidental, están compuestos por granitos y gneis.
Las cuarcitas y las pizarras constituyen el tercio oriental restante. No existen sedimentos
mesozoicos y los terciarios son escasos. La estabilidad de que goza la Península desde
finales del Paleozoico hasta el Terciario permite la configuración de una extensa
penillanura poligénica de la que forma parte el Macizo Gallego. Su fisonomía actual se
debe a la orogenia alpina. Sus fallas y fracturas encuadran el conjunto dentro del estilo
germánico. La tectónica y la erosión diferencial son los dos agentes decisivos de la
morfología gallega. Los elementos más característicos son el Reborde Oriental, la Meseta
Central, la Dorsal, la Fractura de Carballo a Tuy y la Costa.
1.1. El Reborde Oriental está formado por un conjunto de sierras orientadas de N-S
(Lorenzana y Meira), de NE-SO (Ancares, Caurel, Segundera y Montes de León) y de O-E
(Cabrera y Culebra, adentrada en Zamora). Presenta un relieve abrupto de tipo
apalachense con cumbres por encima de 2.000 m. En el interior del conjunto serrano
existen varias cuencas e origen tectónico, como la del Bierzo drenada por el río Sil.
1.2. Meseta Central Gallega. Al O del reborde oriental se extiende la penillanura de
Chantada de origen miocénico, que se corresponde con la penillanura fundamental de la
Meseta. La altitud oscila entre 300 y los 500 m., formada sobre granitos y esquistos
paleozoicos. Toda ella, salvo la franja cantábrica, está drenada por el Miño.
1.3. La Dorsal gallega. Las cumbres de esta alineación montañosa se corresponden con
las del Reborde Oriental formando la penillanura poligénica. La Dorsal es un cordón de
relieves residuales debido a la dureza de los granitos y cuarcitas. Se orienta de N-S ,
presenta su mayor altura la Sierra de Faro de 1.187 m y es la divisoria de aguas entre la
cuenca del Miño y el resto de los numerosos ríos que desembocan en el Atlántico.
1.4. La Fractura Carballo-Tuy. Esta hendidura tiene una longitud de 170 Km y anchura
media de dos, hace de límite entre la Dorsal Gallega y el Bloque Litoral desde Carballo a
Tuy. Su origen está en una gran falla herciniana agrandada posteriormente por la
erosion.
1.5. La costa. El hundimiento hacia el noroeste del bloque gallego y la erosión de los
cursos fluviales ha originado la aparición de dos tipos de rías: altas o estructurales,
cuyo origen se debe a una erosión diferencial sobre las capas más blandas (Ribadeo,
Vivero, Foz y Barquero), y bajas o tectónicas, puesto que son fruto de una falla o de una
fosa de hundimiento entre dos fallas (Muros, Noya, Arosa, Pontevedra y Vigo). Las rías
centrales (Ferrol, Betanzos y La Coruña) son valles fluviales que cayeron bajo el dominio
del Atlántico durante el proceso de subsistencia del Macizo Gallego.
2. LA CORDILLERA CANTÁBRICA
Se extiende a lo largo de 370 Km. desde la Sierra Rañadoiro y los Ancares, al oeste, hasta
los Pirineos occidentales. Es uno de los rebordes externos de la Meseta, interponiéndose
entre ésta y el Mar Cantábrico. Se distinguen el Macizo Asturiano y los Montes vasco-
cantábricos.
2.1. El Macizo Asturiano forma parte del Macizo Galaico como se comprueba por el tipo
de materiales y por las formas apalachenses de su relieve. Destacan el profundo arco al
oeste, denominado rodilla asturiana y la preponderancia de materiales carboníferos y
terciarios. Las formas actuales son fruto de la orogenia alpina que actuó sobre este
macizo antiguo fracturándolo.
La anchura media del Macizo rebasa los 80 Km., presentado como un extenso territorio
montañoso de bloques hundidos y elevados. Algo más de dos tercios vierte sus aguas
hacia el Cantábrico y el resto al Duero y la fosa del Bierzo. Se pueden distinguir cinco
3. LA CORDILLERA IBÉRICA
Se extiende desde La Bureba burgalesa hasta el litoral mediterráneo, bordeando la
Meseta por el E y por el NO y haciendo, con algo más de 400 Km. de longitud, de
divisoria de aguas entre los ríos Tajo, Duero, Guadiana y Ebro, además de los levantinos.
Está fragmentada en numerosos bloques cuyas cimas redondeadas apenas rebasan los
2.000 m en contadas ocasiones. Es el reborde de la Meseta fracturado, plegado y erguido
por las presiones sufridas desde los núcleos pirenaico cantábrico y bético balear. Los
materiales que la componen son secundarios, excepto algunos puntos que pertenecen al
Primario. Estructuralmente está considerada de tipo intermedio por la coexistencia entre
el zócalo paleozoico y cobertera mesozoica que impone al conjunto un estilo general
denominado sajónico.
3.1. Evolución geológica. Durante el Paleozoico se depositan grandes masas de areniscas,
cuarcitas y pizarras. Antes del Carbonífero se desata la orogenia herciniana que orientan
los relieves de NO-SE y los fragmenta en bloques con numerosas fallas, aprovechadas
posteriormente por el plegamiento alpino.
Entre el Pérmico y el Triásico los relieves hercínicos son erosionados dando origen a
penillanura poligénica. Hasta bien entrado el Terciario la cordillera es la costa que el Mar
de Tethys transgrede con mayor o menor intensidad. Sobre la sedimentación actúa la
orogenia alpina del Terciario, con resultados diferentes. Las presiones alpinas, fruto del
movimiento lateral de las placas adyacentes, originan el Sistema Ibérico.
3.2. El paleozoico y mesozoico calcáreo del centro-oeste. Se prolonga desde La Bureba
burgalesa hasta Calamocha (Teruel) y en el que destacan La Demanda y los dos ramales
que enmarcan la fosa de Calatayud.
a) La sierra de la Demanda es un viejo macizo paleozoico rejuvenecido por la orogénesis
alpina. Sus alturas más destacadas son S. Lorenzo (2262 m) y San Millán (2131 m). Con
aspecto abovedado, su línea de cumbres remite a la penillanura pretriásica que las
enraso.
b) El Moncayo ostenta la mayor altitud de toda la cordillera (2316 m).
c) La fosa de Calatayud drenada por el Jiloca, tiene caracter rectónico y está colmatada
por sedimentos miocenos horizontales.
3.3. El mesozoico turolense cae bajo el dominio de los materiales secundarios, excepto el
núcleo paleozoico de la sierra de Albarracín. Las sierras de Albarracín, Javalambre y
Gúdar rodean Teruel.
3.4. El sector levantino. El Maestrazgo ocupa el centro y norte de Castellón. Su máxima
altitud llega a los 1813 m y hacia la costa desciende el relieve formando un graderío de
bloques. Una cadena de piedemontes cuaternarios se sucede a partir de Vinaroz. La zona
central y meridional pertenece al dominio de los ríos Júcar y del Turia que se abren paso
entre paredes verticales. Las zonas costeras enlazan con la serranía a través de un
extenso piedemonte.
4. SIERRA MORENA
Es el límite sur del macizo hespérico paleozoico. El desnivel existente entre las cumbres
de la serranía y el valle del Guadalquivir se deben a una flexión acentuada durante el
1. LOS PIRINEOS
Ofrecen una imagen ininterrumpida y compacta a lo largo de 430 Km. desde Gerona
hasta el Golfo de Vizcaya, aunque no todo el conjunto es uniforme en cuanto a la altitud,
anchura, materiales y formas.
En el paleozoico tienen lugar la orogenia herciana durante la que aflora un sistema
orográfico cántabro-pirenaico. Durante el Mesozoico la erosión reduce el sistema a una
penillanura de carácter poligénico que la orogenia alpina a finales del Eoceno sepulta
baja materiales calizos intensamente plegados. Un nuevo ciclo erosivo da lugar a la
penillanura fundamental. Tras estos ciclos convulsivos, se produce un dilatado
movimiento ascendente de todo el conjunto.
1.1. Características generales del relieve pirenaico.
a) La altitud alcanza sus mayores cotas en el Pirineo central, Aneto 3404 m, siempre
sobre terrenos paleozoicos excepto Monte Perdido.
b) La anchura muestra una marcada disimetría, rebasando en el centro el centenar de
kilómetros y la docena en tierras gerundenses.
c) Los materiales pertenecen a tres ámbitos bien delimitados. El Paleozoico está integrado
por calizas, esquistos, cuarcitas, dolomías, pizarras y granitos. El Mesozoico está
formado por una cobertera sedimentaria que alcanza hasta el Eoceno, cuyos materiales
son margas, calizas y flych formando el Prepirineo. El tercer conjunto pertenece al
Terciario-cuaternario con materiales más modernos, arenas, yesos, conglomerados, etc.
d) Las formas estructurales predominan sobre las de carácter erosivo. Al este
predominan las superficies de erosión, en el centro los relieves estructurales exhumados
y al oeste los relieves genuinamente estructurales.
En el Pirineo Axial, si domina el granito, las formas son escarpadas y abruptas, en
cambio se dulcifican si abundan las pizarras. Las formas erosivas de mayor realce son
fruto de modelado glaciar que han dejado profundas huellas sobre los Pirineos. La acción
periglacial no obtiene resultados tan espectaculares, pero abarca una superficie más
extensa.
Las grandes unidades del relieve alpino son el Pirineo Axial, las Sierras Interiores, la
Depresión Media y las Sierras Exteriores.
1.2. El Pirineo Axial. Su configuración es una consecuencia de la orogenia alpina y de la
acción erosiva de los hielos cuaternarios. Recibe esta denominación el núcleo central
donde se registran las mayores alturas. Se halla vinculado al plegamiento herciniano y
está compuesto por sedimentos paleozoicos y rocas metamórficas y plutónicas. Tras el
plegamiento herciniano, el Pirineo Axial sufrió un largo y agresivo proceso de erosión
(penillanura pretriásica). La orogenia alpina actuó sobre los sedimentos depositados
durante el Secundario. Por último, la penillanura fundamental finimiocénica ha dejado
algunos vestigios en los Pirineos Orientales, si bien ha sido la morfología glaciar
cuaternaria la que ha dado los últimos retoques a las altas cumbres de la cordillera. En
el Pirineo Oriental aparece una larga fosa tectónica (Urgellet-Cerdeña).
1.3. Las Sierras interiores son un gran relieve estructural erigido sobre materiales
mesozoicos que en la orogenia alpina se desplegaron del núcleo. Los ríos abren
profundas depresiones transversales de N a S. En los pliegues tumbados calizos las
aguas han tallado cañones y todo un muestrario de modelado cárstico de alta montaña.
1.4. La Depresión media es un gran corredor ubicado entre las Sierras Interiores y
Exteriores del Prepirineo y donde aparecen zonas planas, valles, terrazas fluviales, glacis
cuaternarios y relieves destacados. Los materiales son muy diversos en composición y
resistencia.
1.5. Las Sierras exteriores tienen una posición marginal con respecto al eje pirenaico,
formando un destacado muro que llega a rebasar en algún punto los 2.000 m y se
extiende desde la Sierra del Perdón al sur de Pamplona hasta la de Montsec leridana. Las
tierras fueron sepultadas por un espeso manto de conglomerados que siguen fosilizando
parte de su vertiente meridional. Los ríos han abierto profundas foces.
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INTRODUCCIÓN
Para explicar las peculiaridades climáticas de la Península se debe hacer referencia al
lugar que ocupa nuestro territorio dentro de un contexto climático más amplio. Son
también determinantes la orografía y la continentalidad. Finalmente, numerosos centros
de acción y masas de aire dibujan los rasgos de la climatología peninsular.
2. POSICIÓN DE LA PENÍNSULA
La mayor parte del territorio peninsular, excepto la franja norte desde Galicia a Euskadi,
cae bajo los dominios del clima mediterráneo en el que los contrastes son permanentes.
Las bandas climáticas modifican sus rasgos según sea la distribución de las masas
oceánicas y continentales.
La influencia del Atlántico y del Mediterráneo es importante en toda la orla costera,
debilitándose hacia el interior por la barrera montañosa que lo circunda. Las aguas del
Atlántico son más templadas de lo que le corresponde por la latitud debido a la corriente
del Golfo que llega hasta Galicia donde un ramal toma la ruta sur convirtiéndose en
corriente fría. Estas circunstancias oceánicas suavizan las temperaturas invernales y
aumenta la nubosidad.
La eficacia climática del Mediterráneo es menor, porque es un mar cerrado y porque se
interpone una barrera montañosa entre él y las tierras interiores. La distribución de las
masas continentales es de particular importancia para la Península ya que en invierno se
ve invadida por los vientos fríos procedentes del anticiclón instalado en el centro de
Europa. En verano por la advección de aire cálido desde el continente africano
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INTRODUCCIÓN
Del clima dependen el tipo de suelo, la vegetación, los cultivos y es un componente
decisivo para la vida y los modos de organizarla. Definimos el clima como una síntesis de
los tipos de tiempo, analizados durante un periodo no inferior a los treinta años y sobre
una región o zona delimitada. Dada la diversidad y los múltiples factores que intervienen,
son numerosas las clasificaciones climáticas propuestas para la Península. Tomaremos
como guía a Köpeen. Las separaciones entre un clima y otro nunca son nítidas. La
transición entre un clima y otro suele ser sin rupturas.
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2. CLIMAS MEDITERRÁNEOS
Aplicaremos esta denominación a la franja que va desde el noreste gerundense has el
golfo de Almería. Los contrastes son grandes, pero hay algunas características que
permiten homogeneizar la zona.
a) Las lluvias son siempre escasas y de carácter intensivo, llegando durante los
equinoccios, con un claro predomino otoñal.
b) Las temperaturas medias anuales son elevadas y oscilan entre los 15º de Girona y los
18º de Almería. Los inviernos son suaves y los veranos superan los 22º. Estos contrastes
nos permiten distinguir:
2.1. El mediterráneo suavizado o catalán (Cfa) se extiende desde el Cabo de Creus hasta
las costas de Garraf. Es el más húmedo con precipitaciones que superan los 600 mm. No
hay sequía ningún mes y el máximo pluviométrico tiene lugar en otoño con un
secundario en primavera. El mes de agosto rebasa los 22º. Existen fuertes contrastes
entre la costa y el interior y entre el extremo nororiental y la desembocadura del
Llobregat. Los días de lluvia oscilan entre los 60 y 80. Finalmente es famosa la
tramontana, un viento invernal frío y seco del N o del NO, y el Levante del E o NE
acompañado por fuertes lluvias y un mar encrespado y violento.
2.2. Mediterráneo seco o levantino - balear (Csa). Abarca desde las costas de Garraf al
Cabo de la Nao alicantino. Las precipitaciones van disminuyendo de norte a sur hasta
situarse por debajo de los 500 mm. Existen fuertes contrastes debido al relieve. El
máximo pluviométrico se sitúa en otoño y el secundario en primavera. Ningún mes sufre
sequía total, pero hay un descenso notable en los meses de verano.
a) Las precipitaciones son pocas, intensas y mal repartidas con un máximo primario en
otoño y el secundario en primavera.
b) Las temperaturas aumentan de norte a sur. La media anual está en torno a los 16-
17º. La del mes de enero es de 11º y la de agosto 26º. El invierno no es propiamente una
estación fría.
El clima de las Islas Baleares coincide a grandes rasgos con el descrito, pero con una
humedad relativa más elevada por su carácter insular y las precipitaciones con un
máximo secundario invernal.
2.3. Mediterráneo árido o subdesértico (Bsh). Se alarga desde el Cabo de la Nao hasta
Punta Sabinar al sur de Almería. Es la zona árida de la Península. Según la fórmula de
Köppen/Patton, esta zona está catalogada como un clima de estepa con verano cálido
(Bsh), excepto Torrevieja (Alicante) y desde el sur de Cartagena hasta el cabo de Gata,
que presentan caracteres desérticos (Bw). Las precipitaciones de la zona quedan por
debajo de los 400 mm y tienen carácter equinoccional con predominio de las otoñales.
Después de largos meses de ausencia, suelen caer de forma torrencial.
3. CLIMAS INTERIORES
Se caracterizan por hallarse alejados de la influencia atlántica. El grado de aislamiento y
la latitud son los factores más decisivos para delimitarlos. Durante el verano todo el
ámbito interior cae debajo de la influencia del anticiclón de las Azores. Es en invierno
cuando los contrastes térmicos y pluviométricos resultan acusados.
3.1. Clima continental acusado (Cs). Es el dominio climático más extenso. Abarca la
Meseta norte, el centro y este de la sur y el valle del Ebro. Sufre una amplitud térmica de
entre 18º-20º y sus precipitaciones oscilan entre 300-500 mm, equinocciales,
predominando ligeramente las de primavera y sobre las de otoño. Los solsticios
presentan sequía en invierno por la presencia de anticiclón frío y en verano por la
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4. CLIMAS DE MONTAÑA
Los factores más importantes que intervienen en la definición de un clima de montaña
son la altitud, la latitud, orientación, macicez y continentalidad.
a) Por cada 100 m de altitud la temperatura desciende 0.5º. Esto significa mayores
posibilidades pluviométricas, incremento de las heladas y merma del periodo vegetativo.
También varía la presión atmosférica y se incrementa la insolación y la radiación.
b) Aunque la altura es por sí misma un elemento singular, la latitud modifica sus
características.
c) La orientación o disposición del relieve establece contrastes entre la solana y la umbría
y la pluviometría entre las laderas a barlovento o sotavento.
d) La macicez de un conjunto debilita los efectos que pueden llegar del exterior.
e) La incidencia de la continentalidad guarda relación con la macicez y con la distancia
del mar.
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5. CLIMAS DE CANARIAS
Los factores climáticos que influyen en el archipiélago canario son la posición del
territorio, las características del mismo, la cercanía o no del mar, componentes
termodinámicos y la influencia de la corriente fría de Canarias y la del desierto del
Sahara.
5.1. Posición del territorio. Ocupa un espacio fronterizo entre las influencias templadas
más meridionales y las tropicales más norteñas. Las primeras son propias del invierno,
permitiendo la aproximación de masas de aire procedentes de latitudes polares, es la
estación de máxima pluviosidad. Las tropicales se desplazan hacia el norte apenas
inician los primeros calores y dejan toda la zona bajo el dominio de los alisios del
noroeste. Las temperaturas son agradables pero la sequía se impone.
5.2. Las características del territorio difieren de unas islas a otras bien sea por su
posición con respecto a los vientos dominantes, bien sea por la importancia del relieve,
que adquiere un papel definitivo para determinar las características climáticas.
Fenómenos como la inversión de temperaturas, el mar de nubes o lluvias invisibles están
asociadas a la altitud. La originalidad eólica, por encima de la capa de aire húmeda del
alisio fluye otra capa más seca y cálida, dan origen a tres tipos de climas contrastados.
El nivel más bajo tiene una temperatura fresca y una humedad escasa, el siguiente,
denominado de inversión, mantiene la misma temperatura pero multiplica la humedad
formándose un mar de nubes, y en el tercero se eleva la temperatura, hasta 10º,
desaparecen las nubes y la humedad se reduce drásticamente.
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INTRODUCCIÓN
España no es un territorio globalmente deficitario de agua. Su distribución tanto en el
espacio como en el tiempo constituye un problema económico, social y político.
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7. DESBORDAMIENTOS Y ESTIAJES
Ambos conceptos van unidos a caudales máximos y mínimos reales. Los
desbordamientos o avenidas suelen ir acompañados de consecuencias catastróficas para
el hombre. Los estiajes son menos traumáticos. El tamaño de una cuenca guarda una
estrecha dependencia con sus comportamientos extremos. Los ríos de la vertiente norte y
noroeste, por lo general, no ofrecen caracteres extremos.
Los ríos grandes ríos como el Tajo, el Guadiana, el Guadalquivir y el Ebro no registran
avenidas muy abultadas debido a la extensión de sus cuencas.
8. EL ACARREO DE SÓLIDOS
Es una de las consecuencias inmediatas de los desbordamientos y sus efectos resultan
evidentes. Entre las más llamativas están la colmatación de llanuras aluviales, reducción
de las marismas, crecimiento de los deltas o aterramiento de embalses. La capacidad de
arrastre y transporte de las aguas está en función de su dinámica, grado de pendientes,
tipo de suelos y existencia o falta de manto vegetal.
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INTRODUCCIÓN
La Península no es un territorio privilegiado por la extensión de sus aguas interiores, sin
embargo, el papel que desempeñan trasciende los límites de su entorno.
Para que abunden los lagos y humedales han de ponerse de acuerdo el clima y la
geomorfología. Son tan necesarias las precipitaciones abundantes como la disposición de
la topografía para retenerlas.
La diferencia entre lagos y humedales está en la profundidad y permanencia de las
mismas, Los lagos son extensiones de agua permanente que alcanzan cierta
profundidad, hasta el punto de que ésta restringe el desarrollo de la vida acuática en
todos sus niveles. Los humedales presentan aguas someras y su extensión está sujeta a
fuertes vaivenes con el ritmo de las precipitaciones. También varía el grado de salinidad y
en sus márgenes la alternancia humedad/sequía favorece la presencia de ecosistemas
acuáticos y terrestres.
Comúnmente los lagos se catalogan den endógenos, exógenos y mixtos.
1. LAGOS ENDÓGENOS
Deben su origen a pulsaciones internas de la corteza terrestre y no son abundantes en
número ni extensión. El de a Janda (Cádiz) ha sido recientemente desecado. La laguna
de Gallocanta (Zaragoza), en el interior del Sistema Ibérico, se forma a raíz de una falla
seguida de hundimiento tectónico. Es la laguna natural más grande de España. Se
alimenta de la escorrentía y de la afloración de aguas subterráneas.
Tampoco abundan los de origen volcánico, instalados en el vaso de un cráter o
represados por corrientes de lava en las laderas de antiguos volcanes. La Laguna de
Fuentillejo, al suroeste de Ciudad Real y las Lagunas de Fluviá en Girona son un ejemplo
de cada caso.
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INTRODUCCIÓN
Se suele dividir la historia de la población en tres ciclos o etapas: el ciclo demográfico
antiguo, la etapa de transición y el ciclo moderno. En el antiguo la natalidad precede a la
mortalidad unos breves pasos lo que se traduce en un crecimiento medio anual inferior
al uno por mil durante siglos. En numerosas ocasiones la guerra, el hambre y las
enfermedades diezman la población que no consigue restablecerse hasta pasadas varias
generaciones. Este ciclo abarca desde los orígenes de la Humanidad hasta los albores del
siglo XX.
La transición demográfica, iniciada siglo y medio más tarde que en los países del
occidente europeo, llega hasta 1980. Por razones diversas desciende vertiginosamente la
mortalidad y se mantiene invariable la natalidad. El incremento poblacional se sitúa en
torno al 10‰ cada año duplicándose la población al finalizar dicho periodo.
Lentamente, la etapa moderna desemboca en una natalidad del 10‰ y una mortalidad
inferior al 9‰. Los resultados cuantitativos retrotraen al ciclo demográfico antiguo, pero
la situación es muy distinta desde el punto de vista cualitativo. El desarrollo poblacional
está gobernado por la planificación familiar, el descenso hasta mínimos de la mortalidad
infantil, la incorporación de la mujer al trabajo y el nuevo rumbo socioeconómico en que
ha entrado el país que ha pasado a convertirse en un receptor de emigrantes.
1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA
1.1. El ciclo demográfico antiguo. No existen datos fidedignos sobre el volumen de la
población en la Edad Antigua. Los historiadores han efectuado conjeturas a partir de
referencias contrastadas concluyendo que los efectivos humanos durante los siglos I y II
alcanzarían la cifra de seis millones de personas. El reparto de la población sería muy
desigual. La caída del Imperio Romano, el hundimiento de las ciudades y la ruralización
de la economía reducen la población a uno cuatro millones a comienzos del siglo IX.
La recesión demográfica es tan profunda que no se alcanzan nuevamente las cifras
imperiales hasta el siglo XIII. Los reinos peninsulares se vieron afectados de manera
dispar durante el siglo XIV por la Peste Negra y fenómenos metereológicos.
Para el análisis de los siglos posteriores al XVI se cuenta con información oficializada por
el INE. De acuerdo con sus datos, el incremento medio anual desde finales del siglo XVI
hasta finales del XVIII confirma un desarrollo poblacional precario. Las causas son
múltiples: fiebres y epidemias, inflación, guerras, hambrunas y desconfianza en el
futuro.
En el primer cuarto del siglo XIX los logros demográficos mejoras levemente, mientras
que en el segundo se disparan hasta alcanzar el 11,8‰ porque el país se organiza,
redistribuye la propiedad agraria y da los primeros pasos hacia la industrialización.
La segunda mitad del siglo XIX aún presenta graves anomalías como son el elevado
número de defunciones. Cabe enumerar la persistencia de enfermedades vinculadas a la
falta de higiene, la inexistencia de redes de alcantarillado y agua corriente.
El ciclo demográfico antiguo origina un desarrollo poblacional lento, con largos periodos
de balance negativo. El control de la natalidad es mínimo y estamos ante una sociedad
profundamente rural.
1.2. La Transición demográfica. Esta fase transcurre entre el ciclo demográfico antiguo y
el ciclo demográfico moderno.
No es un hecho puntual sino una evolución cuyos resultados finales son una subida
espectacular de la población porque la natalidad se mantiene elevada y la mortalidad cae
vertiginosamente. Las causas son tanto de carácter económico como sanitario y cultural.
Los factores económicos están vinculados al desarrollo agrícola y a la pronta distribución
de sus productos a través del ferrocarril y barcos de vapor. Las medidas sanitarias e
higiénicas logran prever y erradicar enfermedades descendiendo la mortalidad por debajo
del 20‰ mientras la natalidad sigue por encima del 30‰.
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3. LA MORTALIDAD
Es uno de los factores que determina la estructura y el crecimiento de una población
junto con la fecundidad y los movimientos migratorios.
España presenta una tasa de mortalidad entre las más bajas del mundo civilizado, tiene
una esperanza de vida muy alta y la mortalidad infantil ha alcanzado mínimos
históricos.
3.1. La mortalidad durante la transición demográfica. Existen varias teorías que explican
el descenso de la mortalidad durante esta fase. Según McKeown (1978) la fuerte
mortalidad está secularmente vinculada a las enfermedades infecciosas que debilitan
unos organismos siempre mal alimentados. El desarrollo socioeconómico consigue que
los alimentos abunden y se distribuyan entre amplias capas de la población
reduciéndose la mortalidad.
Sin restar importancia a este hecho, Livi Bacci (1987) sugiere que la mejora alimentaria
no es tan determinante porque la gente consigue adaptarse a la escasez.
Una segunda teoría explica el descenso de la mortalidad por un acopio de procesos que
logran la modernización de la sociedad en su conjunto. No basta alimentarse mejor sino
que hay que alcanzar un nivel de vida más elevado que conlleva toda una serie de logros
higiénicos, sanitarios y culturales.
Una tercera teoría, la transición sanitaria, cuyos logros para la salud de la población
serian fruto de la concurrencia de otros muchos factores sociales, económicos, culturales
y del medio ambiente.
Nuestro país inicia la transición con un desarrollo económico e industrial consolidado,
con unos avances sanitarios e higiénicos ampliamente extendidos y a un ritmo superior
al que habían llevado sus vecinos.
3.2. Evolución de la mortalidad y esperanza de vida. La tasa de mortalidad en España se
mantiene muy elevada hasta principios del siglo XX. Iniciada la fase siguiente de la
transición, la mortalidad disminuye con rapidez equiparándose con la del resto de
Europa en 1950, alcanzado los niveles más bajo sen 1980, para empezar a elevarse
lentamente debido al envejecimiento de la población.
Los estudios sobre la esperanza de vida tienen su origen en las tablas de mortalidad
elaboradas para las compañías de seguros. La esperanza de vida es el cálculo de los años
que puede vivir como media una persona. El sistema empleado consiste en sumar todos
los años vividos por una generación y repartirlos entre todos sus miembros.
España se sitúa a la cola de la natalidad a la vez que entre los países más longevos y la
esperanza de vida avanza pausadamente, estando la de la mujer por encima de la del
hombre. Una opinión generalizada atribuye este fenómeno a causas socioculturales más
que biológicas.
3.3. La mortalidad infantil. El estudio de la mortalidad infantil es un buen indicador del
nivel de desarrollo socioeconómico porque permite una valoración fidedigna de la
sanidad pública, las condiciones higiénicas, la idoneidad de la alimentación o el grado
cultural. La mortalidad infantil comprende los nacidos vivos menores de un año.
El retroceso de la mortalidad infantil es uno de los logros más importantes en la lucha
contra la muerte. La mayoría de las muertes se debe a causas endógenas durante las
cuatro primeras semanas de vida, frente a una menor incidencia de las causas exógenas
sobrevenidas con posterioridad.
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INTRODUCCIÓN
Los movimientos migratorios son los desplazamientos que los individuos llevan a cabo
para establecerse fuera del lugar de origen con carácter permanente o semipermanente.
El análisis de este fenómeno puede realizarse desde las fuentes de que disponemos para
su estudio, la importancia que tiene para un grupo determinado medida a través de
diversos índices y las características que presenta.
Respecto a las fuentes, el registro minucioso de todas las entradas y salidas por las
fronteras, no significa que los resultados sean fiables porque muchas personas escapan
a dicho control. Por ello es frecuente el uso alternativo de la encuesta como método de
aproximación a las dimensiones reales del fenómeno migratorio.
Para calibrar la importancia que tiene la migración sobre un determinado grupo se
utiliza el saldo migratorio (E-I), o migración neta. Dicho saldo, junto con el crecimiento
natural, son los dos elementos que explican el desarrollo demográfico.
Los movimientos migratorios pueden clasificarse por la distancia, la duración, el grado
de libertad, el nivel de organización y las causas que los originan. Por la distancia se
convierten en internacionales o nacionales y dentro de estas, en interregionales o
intrarregionales, del campo a la ciudad o de un distrito a otro dentro de la misma. Por la
duración, en definitivas o temporales, pudiendo tener carácter diario, semanal o
estacional. Por el grado de libertad, en voluntarias o forzosas. Por el nivel de
organización, en espontáneas y sin controles o dirigidas, y por los motivos que las
impulsan, en económicas, políticas, religiosas, etc. Las diversas modalidades de
migración se pueden agrupar en dos grandes categorías:
1) Movimientos de media y larga duración, que conllevan cambios estructurales tanto en
los lugares de origen y de acogida como entre las personas que se desplazan.
2) Movimientos habituales de corta duración, que forman parte del ritmo y del equilibrio
existente entre las diversas áreas y personas afectadas.
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INTRODUCCIÓN
La ciudad es el ecosistema humanizado por excelencia donde se han conseguido los
mayores logros de bienestar y cultura. Su historia no supera los 10000 años y su origen
enlaza con la existencia de excedentes agrícolas que permiten diversificar las funciones
del grupo. El resultado es una sociedad organizada piramidalmente de la que cada uno
se ha construido un mapa mental subjetivo.
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INTRODUCCIÓN
A partir de los años sesenta del siglo pasado España se desprende de los seculares
rasgos agrícolas y entra a formar parte del grupo de países industrializados.
La población abandona masivamente las tareas agrarias dejando los campos yermos o
con atención precaria, sucediéndose una transformación de la agricultura tradicional en
otra especializada y abierta a los mercados internacionales.
Entre los cultivos herbáceos el trigo cede ante la cebada y lo mismo ocurre con la patata,
las plantas industriales y las forrajeras.
Los cultivos leñosos producen casi la mitad de la renta agrícola. Se dividen en frutales,
olivar, viñedo y otros. El 50% de la extensión pertenece al olivar ubicado en régimen de
monocultivo en algunas provincias andaluzas. Entre los frutales destacan los cítricos, los
de clima templado, los de clima subtropical y los de fruto seco. Por ultimo, el viñedo
encabeza la superficie mundial por países, aunque es el tercero en producción y sus
caldos gozan de un elevado prestigio.
No menos profundos han sido los cambios en la ganadería. El extraordinario aumento de
la demanda de carne, huevos y leche permite el desarrollo de la cabaña porcina y aviar.
3. SECANO Y REGADÍO.
El secano es la condición natural de los cultivos españoles debido al clima mediterráneo.
Pero en el 18.7% de la superficie labrada regable se produce más de la mitad del valor de
la producción agrícola total.
3.1. Características y distribución del secano. El secano cubre una superficie de 10.3
millones de ha y tres cuartas partes del mismo se dedican al cultivo de herbáceos, entre
los que destacan los cereales, seguidos por el olivar, el viñedo y los frutales.
Los cultivos de secano dibujan el paisaje de la España interior que acapara el 72% del
total. En el norte atlántico la presencia del secano se reduce a un 2.5%. Adquiere cierta
relevancia en las provincias mediterráneas, incluidas las Baleares con un 20.6%.
3.2. Características y distribución del regadío. El riego es una técnica que tiene como fin
compensar la escasez de lluvia para el desarrollo de las plantas. Los sistemas de riego
han evolucionado desde las tradicionales a los más modernos por aspersión y goteo. A
pesar de los avances aún se riega por gravedad el 43.6% de las tierras.
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4. CULTIVOS HERBÁCEOS
Cubren una superficie de 12.4 millones de ha, representando el 73.3% de las tierras
labradas. Se caracterizan por ser de tallo tierno y duración anual. Forman parte de los
mismos los cereales, leguminosas para grano, patata, cultivos industriales y forrajeros,
hortalizas, flores y plantas ornamentales.
4.1. A los cereales para grano, cuya recolección ha de hacerse en seco, pertenecen
numerosas especies. Las más conocidas son trigo, cebada, avena, centeno, arroz, maíz y
sorgo. La producción conjunta es insuficiente. Los siete millones de ha de cultivo
representan más de la mitad de los herbáceos y se concentran en ambas Castillas,
Andalucía y Aragón.
La cebada domina las tierras cerealistas debido a la demanda de la industria cervecera.
Le sigue el trigo destinándose sus harinas a la panificación, sémolas y pastas.
La avena y el centeno son relegados a las tierras marginales.
El maíz recurre al riego durante el periodo de sequía, completándose con importaciones
la demanda.
4.2. Las leguminosas para grano se dedican al consumo humano y animal. Las más
conocidas son los garbanzos, lentejas, judías secas, guisantes, habas, yeros y algarrobas.
Su cultivo ha rotado tradicionalmente con los cereales. Debe recurrirse a las
importaciones para cubrir la demanda en pienso de la cabaña ganadera.
4.3. La patata es el tubérculo de mayor consumo humano. En el censo de 1999 la
superficie cultivada se reduce a 85.000 ha. De estas, el 31% se ubica en tierras
atlánticas, donde son suficientes las precipitaciones para su cultivo y el resto se extiende
por las zonas regables. La producción es insuficiente debiendo recurrirse a la
importación.
4.4. Los cultivos industriales precisan una manipulación industrial previa al consumo.
Engloban las plantas azucararas, textiles, oleaginosas, condimentos y otras. Destaca el
girasol que ha visto reducida la superficie de cultivo por el descenso de las subvenciones
de la PAC, concentrándose más de las tres cuartas partes de su cultivo en las tierras de
secano de Andalucía y las dos Castillas.
4.5. La remolacha azucarera es el segundo cultivo industrial que se distribuye sobre todo
en Castilla y León y Andalucía. La producción total asciende a nueve millones de Tn.
4.6. Los cultivos forrajeros tienen como fin el consumo animal. Se distinguen varios
grupos. La superficie de cultivo se distribuye entre las tierras atlánticas de secano y las
de regadío del interior.
4.7. Las hortalizas ocupan tan sólo el 2.3% de los cultivos herbáceos. Según la FAO se
clasifican en seis grupos y son frutos muy perecederos y de ciclo corto o de temporada.
El secano no atlántico hace casi inviables estos productos, excepto el espárrago, el
melón, la sandia o el ajo. El 92.5% de la superficie hortícola es de regadío en una de las
tres modalidades: al aire libre, con abrigo bajo o en abrigo alto.
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5. CULTIVOS LEÑOSOS.
Las plantas leñosas poseen la dureza y consistencia de la madera y su ciclo vital dura
años e incluso siglos. Ocupan 4,5 millones de ha que representan el 26.7% de las tierras
labradas aun cuando el valor de sus productos se aproxima a la mitad del total agrícola y
se dividen en frutales, olivar, viñedo y otros cultivos leñosos.
Los frutales representan el 25.5% de la superficie leñosa y forman una larga línea
costera desde Tarragona hasta Huelva, con embolsamientos importantes en el interior
leridano, aragonés, albaceteño, balear y extremeño. La mitad del espacio arbóreo cae
bajo el dominio del olivar. El 50% del viñedo se concentra en las llanuras castellano
manchegas, distribuyéndose la otra mitad por todas las demás regiones.
5.1. Los frutales se subdividen en cítricos, frutales y bayas originarios de clima
templado, frutales y bayas originarios de clima subtropical y frutales de fruto seco.
5.1.1. Los cítricos son plantas cuyo fruto tiene sabor agrio o agridulce. Se han adaptado
con éxito al clima mediterráneo y la maduración de sus frutos va desde el otoño hasta la
primavera. Cubren una superficie de 276.000 ha que se distribuyen entre el naranjo, el
mandarino, el limonero y otros. La Comunidad Valenciana concentra el 65.1% de la
superficie seguida por Andalucía, Murcia y Catalunya.
5.1.2. Los frutales originarios de clima templado se subdividen en frutales de pepita
(manzano, peral, membrillo, etc.), de hueso (melocotonero, ciruelo, albaricoquero y
cerezo) y de fruto carnoso (higuera). Suman una superficie algo inferior a la de los
cítricos y destacan Catalunya, Aragón, Murcia, Comunidad Valencia y Extremadura.
El regadío es el sistema preponderante en todas las especies excepto el cerezo. Por su
importancia sobresale el melocotonero seguido a gran distancia por el manzano y el
peral. Casi una cuarta parte de la producción de 1998 se dedico a la exportación al
mercado europeo. 5.1.3. Los frutales originarios de clima subtropical son la platanera,
aguacate, chirimoyo y kiwi entre otros. Las 22.000 ha cultivadas se concentran en el
sureste andaluz y Canarias.
La platanera exige agua, fertilizantes en abundancia y una temperatura constante por
encima de los 18ºC, de ahí su concentración en Canarias. La mayor parte de la
producción se consume en la Península.
El aguacate es el segundo fruto subtropical y la mayor parte de su cultivo se concentra
en las provincias de Málaga y Granada, destinándose su producción a la exportación.
5.1.4. Son frutales de fruto seco el almendro, avellano, nogal y otros como el castaño y el
pistacho. Ocupan el 53.8% de la superficie de frutales y su producción fluctúa
anualmente debido a los vaivenes climáticos, siendo casi el 90% de almendra.
Las plantaciones de almendro han ido sustituyendo las tierras abandonadas por el cereal
en los secanos mediterráneos desde Catalunya hasta Andalucía. Su cultivo es poco
exigente, el fruto se guarda con escasa merma a la espera de mejores precios y percibe
estimulantes subvenciones desde la UE.
5.2. El olivar es el cultivo más extenso entre las plantas leñosas. El 94% de la producción
de 1998 fue de aceituna de aceite y representa el 30% de la producción mundial.
Se adapta casi a cualquier tipo de suelo y de clima peninsular con preferencia por
Andalucía, donde posee carácter de monocultivo en las campiñas jienenses y cordobesas.
5.3. El viñedo ocupa el tercer lugar por las tierras ocupadas. El ingreso en la UE y la
llegada de ayudas transformaron el viñedo español. Nuestro país es el que más superficie
dedica la viñedo, concentrándose en Castilla-La Mancha el 50.7% de la superficie vitícola
y el 47.4% de la producción de uva, seguida a gran distancia por la Comunidad
Valenciana, Extremadura, Catalunya , Castilla y León, Andalucía, Murcia, Aragón y La
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6. GANADERÍA
6.1. De la ganadería tradicional a la cabaña industrial. Durante milenios la ganadería ha
tenido un papel complementario de la agricultura. A partir del siglo XIII la Mesta
adquiera entidad propia frente a la agricultura hasta conseguir una situación de
privilegio. Su hegemonía abarca toda la etapa moderna debilitándose tras el hundimiento
de los mercados coloniales. Tras una profunda decadencia durante la segunda mitad del
XIX entra en una fase de expansión con la llegada del nuevo siglo que cambia
nuevamente de signo con la guerra civil.
La cabaña se moderniza definitivamente a partir de 1960 adquiriendo una
especialización conseguida por la sustitución de razas e importación de tecnología
genética. Aparece la ganadería desvinculada del medio geográfico y regida por
planteamientos industriales netamente productivos, produciéndose un desequilibrio
regional en la distribución de la cabaña y una dependencia exterior en el suministro de
piensos.
6.2. Estructura de la cabaña ganadera. En 1999 la estructura de la cabaña ganadera ha
sufrido una gran transformación. Se ha incrementado el número de cabezas y se ha
estructurado el número de explotaciones que se han reducido aumentando el número de
animales cuidados.
La especie más dinámica es la porcina, seguida por las aves y los bovinos.
6.3. Distribución de la cabaña ganadera por especies y regiones. Existen dos sistemas
ganaderos bien diferenciados. El extensivo, de carácter tradicional, y el intensivo, de
rasgos netamente industriales. El primero ocupa grandes espacios y mantiene una
estrecha relación con las actividades agrícolas. El sistema intensivo no incide sobre el
territorio.
6.3.1. La ganadería bovina. Existen tres grandes núcleos geográficos: el atlántico, que
concentra algo más del tercio de la cabaña, donde destaca Lugo como la provincia con
mayor número de cabezas. Junto a razas de importación coexisten otras autóctonas. La
especialización láctea es la que define los rasgos ganaderos de la zona.
El segundo núcleo, el salmantino-manchego-extremeño, suma otro tercio. También se
han importado nuevas razas, pero aquí la especialización es la de crianza de animales
para carne. El catalán es el tercer núcleo bovino y en el predominan los rasgos
industriales pues está orientado a la recría y engorde para su posterior utilización en la
industria cárnica.
6.3.2. La ganadería ovina. Sigue en plena vigencia el sistema tradicional del pastoreo por
tierras de Castilla y León, Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón y Andalucía, donde
se concentran los mayores porcentajes de esta cabaña.
Su explotación se realiza bajo tres modalidades: estante, estabulada y trashumante. En
la primera aparece como un complemento de la explotación agrícola. La estabulación
forma parte de los métodos industriales de carácter intensivo aplicándose a los corderos
en su fase de engorde para carne. Por último, la trashumancia es un fenómeno residual.
6.3.3. La ganadería porcina se ha duplicado en el periodo intercensal 1989-1999. Ha
sufrido cambios profundos como la introducción de la granja industrial, el uso masivo de
piensos compuestos y la vigilancia sanitaria permanente hasta la erradicación de la peste
porcina. Se han importado razas por su mayor rendimiento.
Catalunya concentra el 27.3% de la cabaña. Le siguen Aragón, Castilla y León, Andalucía
y Murcia. Extremadura apuesta por la calidad.
En la actualidad casi el 60% del consumo porcino se realiza a través de derivados
industriales, actividad liderada por Catalunya.
6.3.4. Las aves han tenido un incremento sólo superado por la ganadería porcina. La
mayoría de aves se ubica en granjas industriales para la explotación intensiva de huevos
y carne. Esta localización es independiente de las condiciones del medio.
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INTRODUCCIÓN
Dentro de la economía la industria ocupa el segundo de los sectores básicos. Nuestro
primer contacto con la industria es ya avanzado el siglo XIX y finaliza con la sensación
generalizada de que no se supo sacar partido a la neutralidad del país durante la
Primera Guerra Mundial. La segunda Revolución industrial finaliza en los años setenta
con resultados globalmente positivos. Superada la crisis de la época, entramos en la
tercera Revolución y hay un cambio brusco de los planteamientos. Se tiende a producir
bajo pedido, varían los sistemas de producción de la mano de la informática y de la
robótica y se potencia el uso del transporte. Las megaindustrias se reservan para
algunas fases productivas y el finalizado del producto lo realizan numerosas
subcontratas a pequeñas y medianas industrias, que cobran un nuevo auge al ser más
ágiles para adaptarse a los cambios.
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INTRODUCCIÓN
Los servicios, también denominados sector terciario de la economía, agrupan un
conjunto de actividades orientadas a satisfacer las necesidades más diversas.
Pertenecen al sector terciario las actividades relacionadas con el transporte, comercio,
turismo, tecnologías de la información, inmobiliarias y servicios empresas.
El transporte, en sus diversas modalidades, es uno de los elementos que definen la
estructura espacial y socioeconómica de un territorio, el nivel de desarrollo alcanzado y
las tendencias de futuro.
A partir de los años sesenta del siglo pasado los flujos cambian radicalmente a favor del
transporte por carretera. En 2002 el porcentaje de viajeros que elige esta modalidad
representa el 65.5% del total. En cuanto al transporte de mercancías el predominio de la
carretera es absoluto con un 74.3% seguido por el marítimo el ferrocarril y avión.
Esta situación obedece a toda una serie de medidas adoptadas desde los poderes
públicos dentro de un contexto internacional más amplio.
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2. LA RED DE CARRETERAS
Articula todo el territorio nacional al conectar entre sí los diferentes núcleos de
población. Se puede analizar desde la titularidad de la red, categoría o nivel de
importancia y densidad e intensidad de uso.
2.1. La titularidad de la red queda bajo cinco competencias distribuidas entre la
Administración Central, Comunidades Autónomas, Diputaciones y Cabildos,
Ayuntamientos y otros organismos. El Estado mantiene la titularidad sobre el 3.7% que
conforman el elemento básico de la red. Por ellos discurren los flujos interregionales e
internacionales a la par que conectan con los aeropuertos y puertos más transitados.
Las CC.AA. controlan el 10.6% de los Km. con los que proporcionan comunicaciones
fluidas dentro de su propio territorio y las pertinentes conexiones. Las Diputaciones y los
Cabildos disponen de una red de un tamaño similar a la autonómica, a través de la que
dan servicio a las comarcas logrando que ningún núcleo de población quede aislado. Los
Ayuntamientos controlan el 73.7% del total de la red de la que forman parte la
infraaestructura urbana y la rural que llega hasta las pequeñas aldeas y las casas
aisladas.
2.2. Tipos de red. El nivel de importancia de las carreteras permite distinguir entre una
red principal y otra secundaria. La primera se divide en vías de gran capacidad y
carreteras de vía única. Las de gran capacidad están integradas por las autopistas de
peaje, las autopistas y autovías libres del mismo y las carreteras de doble calzada.
Presentan una estructura predominantemente radial, aunque con una decidida
tendencia hacia la transversalidad con el desarrollo de varios grandes ejes.
Las vías de gran capacidad han ido ampliando su extensión. En tres décadas se ha
pasado de los 203 Km. de 1970 a los más de once mil de 2001, la mayor parte de ellos
bajo la modalidad de autovía. Los nuevos planes del Ministerio de Fomento prevén una
red de vías de gran capacidad que dispondrá de 16841 Km., un incremento del 51%
sobre la red de 2001, e intercomunicará a todas las capitales de provincia y a éstas con
sus principales núcleos.
Las carreteras de vía única soportan una sobrecarga excesiva debido a la infrautilización
de las autopistas de peaje. Esta calzada tiene menos de 5 metros de ancho en casi una
cuarta parte de su recorrido.
2.3. La densidad e intensidad de uso de la red principal son valores relativos para medir
la distribución y uso de la misma en diferentes regiones. Las mayores densidades
aparecen en Canarias, El País Vasco y Galicia y las más bajas en Aragón, Extremadura y
Andalucía, regiones donde predomina el poblamiento concentrado frente al disperso en
las tres primeras.
Posee un mayor interés la intensidad de uso, relación entre kilómetros recorridos y
longitud de la red y la intensidad media diaria. En el primer caso destacan los núcleos
industrializados, las zonas altamente urbanizadas y las de mayor demanda turística. La
red estatal muestra un uso más intenso y homogéneo por su condición de red básica.
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3. LA RED FERROVIARIA
3.1. Breve introducción histórica. En 2001 la longitud de la red asciende a 14.347 Km.
de los que el 85.8% pertenecen a RENFE, el 8.3% a Ferrocarriles de Vía Estrecha y el
5.9% restante a algunas Comunidades Autónomas y particulares.
El novedoso medio de transporte inaugurado en Inglaterra en 1803, pieza clave de la
revolución industrial, no circularía por España hasta 1848 en que se inauguraría el
primer tramo entre Barcelona y Mataró. El ancho de vía es ligeramente superior al
europeo debido alas dificultades orográficas del país. Hasta 1851 no se abre el segundo
recorrido, que une Madrid y Aranjuez y a partir de entonces empieza el desarrollo
ferroviario, creándose varias compañías con capital mayoritario francés, que en pocos
lustros completan la red básica. La guerra civil provoca la ruina de todas las compañías
y el Estado nacionaliza la red de vía ancha, cuya gestión pone en manos de RENFE en
1941.
El Plan de Modernización de los años sesenta es voluntarioso, pero el tren va perdiendo
la batalla ante el coche y el avión, viéndose obligado a cerrar numerosos tramos de la red
en las décadas siguientes. En los años ochenta el ferrocarril recibe un nuevo impulso con
la aprobación del Plan de Transporte Ferroviario, acompañado con grandes inversiones
para mejorar los servicios de cercanías y poner en marcha las obras de la línea del AVE
Madrid- Sevilla inaugurada en 1992. El Plan de infraestructuras de Transporte 2000-
2007 prevé la construcción de 7.200 Km. de Alta Velocidad.
3.2. Características de la red ferroviaria. Tres cuartas partes de la red son de vía única y
el 45.7% de la red se hallan todavía sin electrificar. Se pueden distinguir tres modelos de
trayecto:
a) Trayectos del AVE
b) Trayecto electrificado, que comprende las líneas más importantes de dobel vía en algo
más de la mitad de su recorrido.
c) Trayecto no electrificado que discurre en su mayor parte por vía única sobre zonas con
débil demanda.
3.3. Plan de Infraestructuras de Transporte (PIT 2000-2007). Tiene como horizonte los
siguientes objetivos:
a) Disminuir a la mitad el tiempo actual de distancia entre las grandes ciudades.
b) Captar hasta un 30% del tráfico interior. Se trata de duplicar el número de clientes en
menos de una década.
c) Convertir el déficit en un superávit en el 2010.
Y por último, construir el Corredor de Andalucía, el del Noreste, el del Levante y Eje
Mediterráneo, el del Norte-Noroeste y el del Oeste.
El fin último es conseguir una malla coherente y funcional que conecte las CC.AA. entre
sí y éstas con la red europea y se encuadra dentro de la Directiva Comunitaria que
contiene los requisitos de obligada aplicación al sistema ferroviarios transeuropeo de Alta
Velocidad. Los nuevos corredores han adaptado el ancho europeo careciendo de
conexión con la red tradicional.
4. EL TRANSPORTE AÉREO
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5. EL TRANSPORTE MARÍTIMO
El transporte de personas, animales y mercancías a través de los mares ha sido el medio
más utilizado durante milenios y aún controla el comercio a nivel mundial sobre las
grandes distancias. Vive la mayor revolución en el siglo XIX cuando se introducen la
hélice y el vapor, entrando en la fase moderna donde los avances tecnológicos son
permanentes.
5.1. Características del transporte marítimo. Los puertos catalogados como de interés
general del Estado ascienden a 28, por donde se canaliza la mayor parte de nuestras
importaciones y exportaciones. A los citados hay que añadir un sinnúmero de pequeños
enclaves costeros que facilitan el cabotaje.
Esta atomización perjudica el tráfico exterior a gran escala. Cada vez se hace más
necesario constar con una infraestructura adecuada que concentre instalaciones y
medios. También es determinante contar con buenas infraestructuras hacia el interior
del país que agilicen los flujos en ambas direcciones.
A comienzo de 2002 la flota mercante española está compuesta por petroleros, porta
contenedores, de carga seca polivalente, gaseros, granaleros, de pasaje, etc. De
antigüedad elevada, el 53.5% tiene más de 25 años.
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59
INTRODUCCIÓN
El origen del comercio está en el intercambio de objetos y productos y alcanza su
madurez con la aparición del dinero. Se divide en dos grandes bloques, comercio interior
y comercio exterior, pero en ambos casos es preciso que exista la libre competencia
basada en la libertad para producir y marcar precios, informar e informarse sin
restricciones y desplazarse por el territorio.
Las actividades comerciales en España están integradas por diecinueve subsectores en
los que se da un claro predominio de la mano de obra masculina. La venta al por menos
de artículos nuevos en establecimientos especializado es el más importante por el
volumen de empleo que genera y por el número de locales en activo. Más del 80% de las
empresas cuentan con menos de seis trabajadores.
Tomando como referencia la densidad demográfica por regiones aparecen con neta
vocación comercial Catalunya, Comunidad Valenciana y Madrid. Sobreabunda los locales
de comercio minorista cuya dimensión gira en torno a los 60 m².
El autoservicio es una de las novedades adoptadas masivamente por las grandes
superficies.
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7. COMERCIO EXTERIOR.
En la segunda mitad del siglo pasado el comercio exterior vive dos fechas señaladas: el
abandono de la autarquía (1959) y su incorporación a la CEE (1986). Los intercambios
comerciales ascienden ahora al 46.1% del PIB.
7.1. Bienes importados y exportados. El valor de las importaciones ha tenido un
crecimiento de vértigo alcanzándose la cifra de 171.691 millones de euros en 2001. Los
bienes de equipo acaparan el mayor volumen de nuestras compras, seguidos por los
productos semifacturados metálicos y químicos, el sector del automóvil y los productos
energéticos.
Las exportaciones en 2001 apenas alcanzan las tres cuartas partes de las importaciones.
Este déficit se subsana con las aportaciones del turismo que, año tras año, viene
equilibrando la balanza comercial.
Los productos semifacturados, el sector del automóvil y los bienes de equipo acaparan
cada uno de ellos algo más de un quinto de las exportaciones.
7.2. Compras y ventas: origen y destino. A excepción de los productos energéticos, de
procedencia extracomunitaria, la mayoría de las importaciones nos llega de la UE, con
Francia y Alemania destacadas en cabeza. Las compras en Asia representan el segundo
núcleo en importancia, apareciendo China como el más importante proveedor. El gas
argelino y el petróleo Libio sitúan al continente africano en tercera posición, superando a
la Europa no comunitaria y América del Norte.
Más de dos tercios de nuestros productos tienen como destino la UE, donde Francia y
Alemania vuelven a ocupar los primeros lugares. A enorme distancia se sitúan el resto de
Europa, América Latina y Asia.
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INTRODUCCIÓN
El Ocio y el tiempo libre son las condiciones de partida para el desarrollo del turismo,
que se convierte en un fenómeno de masas cuando mejoran y se abaratan los
transportes, se generalizan las vacaciones pagadas y se rebajan las tensiones
internacionales a mediados del siglo XX. Cuando España normaliza sus relaciones
internacionales a partir de 1960 la actividad se convierte enseguida en un subsector
estratégico.
Desde los inicios la política turística esta orientada a la captación de un turismo
concentrado en los meses veraniegos y circunscrito a la costa mediterránea. A partir de
los años ochenta desciende la estacionalidad, se incrementa el número de viajeros y se
incorporan las técnicas más modernas.
La oferta comprende todo el conjunto de recursos y servicios puestos a disposición del
viajero y engloba los diferentes tipos de alojamiento, las empresas de restauración, las
agencias de viajes y todo el personal que atiende tales servicios. Pero la actividad
turística rebasa este ámbito y participa en el desarrollo de otros muchos campos de la
economía hasta el punto que interviene en la formación del PIB con más del 12% del
total.
La demanda proviene de tres modalidades de turismo, el receptor integrado por
extranjeros y no residentes que llegan de fuera, el interno constituido por los
desplazamientos entre las diferentes regiones, y el emisor compuesto por los españoles
que viajan al extranjero.
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4. LA OFERTA TURÍSTICA
Abarca todo el conjunto de recurso y servicios que España pone a disposición del
visitante. Pueden ser naturales o culturales en sentido amplio. Los servicios de
alojamiento son los más directamente implicados en la actividad.
4.1. Clima y paisaje, recurso naturales básicos. El clima acostumbra a ser determinante
en el turismo de masas. La búsqueda de un clima soleado a orillas del mar sigue
encabezando el espectro de las preferencias turísticas occidentales adquiriendo así la
condición de un recurso natural bastante fiable y sólido tanto desde la oferta como desde
la demanda, lo que se traduce en un índice de retorno elevado.
El paisaje también es un recurso inagotable. Es una construcción transversal en el
tiempo sobre la que han ido sedimentando los objetos y acciones humanas.
El turismo convierte el medio natural en un recurso propio, el paisaje es en sí mismo
una de las finalidades de la actividad turística.
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5. LA DEMANDA TURÍSTICA
La demanda es un valor global que recoge la intención y la capacidad de compra de un
colectivo y que está en función de los precios de la oferta y del nivel de renta de los
clientes. Conforman la demanda el turismo receptor, interno y emisor.
En el año 2001 llegó un total de 75.712.160 visitantes. Se han contabilizado 127.9
millones de desplazamientos de los españoles y 3.9 millones de españoles han viajado al
exterior.
5.1. Medios de transporte utilizados. El turismo receptor utiliza masivamente el
transporte aéreo, seguido a gran distancia por el de ruta. Destacan los aeropuertos de
Palma de Mallorca, Madrid, Tenerife Sur, Barcelona, Málaga y Gran Canaria.
El turismo interno cabe definirlo como de carretera, acaparando el coche y el autobús
más del 86% de los viajes. El turismo emisor prefiere ligeramente la carretera sobre el
avión.
5.2. Motivos del viaje. Los que mayor interés despiertan entre las tres modalidades de
turismo son el ocio, recreo y vacaciones. El truismo interno muestra además un
destacado afecto por los familiares y amigos. Sobre el turismo emisor es reseñable un
10.9% originado por motivos profesionales.
5.3. Tipos de alojamiento. El hotelero y similares es el más utilizado por el receptor y el
emisor. El interno se aprovecha en gran medida, 41.2%, de la vivienda gratis de
familiares y amigos.
5.4. Distribución mensual de los turistas. La estación de verano concentra el 36.7% del
truismo receptor, seguido por la primaveral y la del otoño, entre las que existe un
destacado equilibrio al alza. El turismo nacional muestra dos picos pequeños, reflejo de
las vacaciones de Navidad y Semana Santa, y un tercero que dibuja el impacto de las
veraniegas. Sólo el mes de agosto absorbe el 24.1% de los desplazamientos que se va
suavizando a favor de julio y setiembre.
5.5. Duración de la estancia. Se mide por el número de pernoctaciones y puede ser
corta, de una a tres noches, o larga, más de tres. En 2001 el turismo receptos realiza
una media de 8.4 por turista. En el turismo interno las pernoctaciones representan una
estancia media de 9.5 noches. Finalmente la duración de la estancia media en el turismo
emisor es de 10.3 noches. 5.6. Procedencia y destino del turismo. Destaca el Reino
Unido, el 28.4% seguido por Alemania, 21.3% y Francia 13.5%. El mercado europeo es
absolutamente determinante con el 93.9% de todas las entradas y destacan Canarias,
Baleares y Catalunya como destinos.
Con respecto a los movimientos internos podemos catalogar a Madrid, Catalunya,
Andalucía y Comunidad Valenciana como regiones generadoras de viajes turísticos y las
mismas, excepto Madrid, y con Andalucía claramente a la cabeza como receptoras.
En una visión de conjunto, el mayor atractivo sigue estando en la costa mediterránea,
pero poco a poco se consolida una corriente hacia las tierras interiores.
En cuanto al turismo emisor, destaca sobremanera Catalunya con casi un tercio de
todos los viajes, seguida a gran distancia Madrid y Comunidad Valenciana.
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