CRISTO NUESTRO CENTRO

rUDIO MODERN
DE JESÚS
LA HISTORIA
ÍRO CÓSMICO

IOU pío
 ENRIQUE NEIRA, S. J. GEORGE DELCUVE, S. J.

Doctor en Teología. Director del Depar- Doctor en Teología. Director del Institu-
tamento de Ciencias Religiosas de la to Internacional de Pastoral y Catcquesis
Universidad Javeriana de Bogotá. "Lumen Vitae" de Bruselas.
Asesor Nacional de la C. D. C.

CRISTO
NUESTRO CENTRO
UN ESTUDIO M O D E R N O ACERCA DE JESÚS
EJE DE LA H I S T O R I A Y C E N T R O CÓSMICO

EDITORIAL NORMA - CALI - COLOMBIA

1967

IMPRIMÍ POTEST
Luis Carlos Ramírez, S. J.
Více Praep. Prov. Colomb. Orient.
Bogotá, Noviembre 28 de 1966
IMPRIMATUR
f Emilio de Brigard
Archiepiscopus Auxiliarís
Bogotá, Diciembre 3 de 1966
PRIMTED IN COLOMBIA
IMPRESO EN COLOMBIA
"CRISTO ocupa el centro de referencia de
la historia universal, cósmica y humana:
—porque todas las cosas fueron hechas en
El y por El,
—todo lo puso el Padre bajo su poder,
—a todos atrae El desde la Cruz,
—como un amigo interesa el corazón de
cada uno y a todos invita a su gran em-
presa!"
(Pablo VI, 28 de Mayo 1966
a cursillistas de Cristiandad)
"CRISTO GLORIOSO; Influencia secreta-
mente difundida en el seno de la Materia y
Centro deslumbrador en el que se centran
las innumerables fibras de lo Múltiple; Po-
tencia implacable como el Mundo y cálida
como la Vida; Tú, cuya frente es de nieve,
cuyos o[os son de fuego, cuyos pies son
más centelleantes que eí oro en fusión; Tú,
que eres el primero y el último, el vivo, el
muerto y resucitado; Tú que concentras en
tu unidad exuberante todos los encantos,
todos los gustos, todas las fuerzas, todos
los estados; a Tí era a quien llamaba mi
ser con un ansia tan amplia como el Uni-
verso: TU ERES REALMENTE MI SEÑOR Y
MI DIOS!"
{PierreTEILHARD DE CHARDIN,
Himno del Universo, Taurus 1964, p.33-34)

"EL SEÑOR JESÚS
ES EL FIN DE LA HISTORIA HUMANA,
PUNTO DE CONVERGENCIA HACIA
EL CUAL TIENDEN
LOS DESEOS DE LA HISTORIA
Y DE LA CIVILIZACIÓN,
CENTRO DE LA HUMANIDAD,
GOZO DEL CORAZÓN HUMANO
Y PLENITUD TOTAL DE SUS ASPIRACIONES"
(Concilio Vaticano lio,
Gaudium et Spes, N° 45)
PRESENTACIÓN
El presente libro ofrece a todos un estudio moderno y serio
acerca de Jesús.
Tiene suficientes elementos apologéticos, como para justifi-
car razonablemente ante un espíritu crítico de nuestro tiempo,
la solidez de nuestra fe en Cristo-Jesús.
Contiene, además, ricos elementos bíblico-teológicos, como
para alimentar en muchos, una fe personal profunda en Jesu-
cristo y una auténtica piedad cristiana, según los postulados
del Vaticano II.
* Como libro de lectura servirá a los cristianos cultos para
afianzar mejor su fe en Cristo-Jesús y poner al día sus conoci-
mientos cristológicos.
* Como libro de texto podrá ser utilizado en cursos supe-
riores de segunda enseñanza o Universidad, para estudiar en
forma sintética y ágil el Tratado fundamental de Cristo-Legado
de Dios. En este caso, deberá tenerse en cuenta la intensidad
horaria del curso y la madurez mental de los alumnos, para
disminuir o aumentar algunos de los temas tratados.
* Como libro de referencia podrá ser consultado, con sus
cuestionarios y bibliografía correspondiente, para un eficaz y
ordenado desarrollo de ciertos temas, en círculos de estudio,
mesas redondas y reuniones de discusión.
"Este Cristo de los Evangelios es una figura inusitada, un misterio
tremendo que se presenta a nuestro siglo. Ahí está delante de noso-
tros como un enigma que hay que resolver, como una cuestión a la
que necesariamente debe darse una respuesta. Lo tenemos delante
como nuestro destino".
(Karl Adam)
PLAN GENERAL
INTRODUCCIÓN: CRISTOCENTRISMO SIGLO XX

PARTE I: HACIA U N A HISTORIA DE JESÚS

1. Cómo se f o r m a r o n los Evangelios

2. El carácter histórico de los Evangelios
* 3. El carácter inspirado de los Evangelios M T 0 r i rs M¡
4. El Evangelio según Marcos
5 El Evangelio según M a t e o
ó. El Evangelio según Lucas
* 7. La cuestión sinóptica
8. El Evangelio según Juan

PARTE I I : JESÚS CENTRO DE LA HISTORIA

* 9. Las lentas preparaciones del Mesías

*10. Jesús i n a u g u r a el Reino de Dios
11. Jesús el Enviado de Dios
*12. El carácter humano de Jesús
13. El Misterio oculto en Jesús
14. Las pruebas de Jesús
*15. Jesucristo N u e s t r o Redentor
16. El t r i u n f o de Cristo
1 7. La Virgen María en el Misterio de Cristo

PARTE I I I : CRISTO CENTRO DEL UNIVERSO

18. El Cristo-Universal

PARTE I V : JESUCRISTO CENTRO DE NUESTRA VIDA

1 9. Nuestra Incorporación en Cristo

20. Nuestra búsqueda personal de Cristo
*21. Nuestra Conducta Cristiana

E P I L O G O : EL C O R A Z Ó N DE CRISTO, CENTRO DE CENTROS

"El Cristiano es aquel que solo en Jesús
* Señalamos con un asterisco * los capítulos que podrían omitirse en un curse encuentra la última palabra acerca del
de enseñanza media mundo y de la vida".
|P. Rousselot, S. }.}
SUMARIO

I - DIFICULTADES MODERNAS PARA LA FE EN CRISTO

1° ¿Podemos llegar a conocer ol Jesús de la historia?

2° ¿Quién es Jesucristo?
3° ¿Qué lugar ocupa Jesucristo en el Universo?

II - CAMINOS DE SOLUCIÓN

1 Un estudio crítico-histórico de las fuentes nos permite garantizar la existencia y

vida de JESÚS EN SU TIEMPO.
2. Por los caminos de la "contemporeidad" podemos, además, llegar a un en-
cuentro personal con CRISTO EN SU MISTERIO.
3 La ciencia de hoy nos permite tener unas perspectivas más acordes con "EL
CRISTO TOTAL".

III - LAS GRANDES LINEAS DEL CURSO

1 HACIA UNA HISTORIA DE JESÚS. Remontando desde los Evangelios escritos,

a través de su redacción y formación, llegamos a la predicción viva apostólica
y por ella a los datos ciertos del Jesús histórico.
2 JESÚS CENTRO DE LA HISTORIA. Jesús es preparado lentamente a lo largo de
la historia de Israel. Se presenta inaugurando el Reino de Dios, como Enviado
divina. Junto con su evidente carácter humano, manifiesta su Personalidad un
Misterio divino, con suficientes signos o pruebas a su favor, especialmente el
gran hecho de su Resurrección.
3 CRISTO CENTRO DEL UNIVERSO. El papel de Cristo-Resucitado como Cabeza
de lo Iglesia es inseparable de su papel cósmico como centro de convergencia
de toda la creación, aun material.
4 JESUCRISTO CENTRO DE NUESTRA VIDA. Incorporados en Cristo, por lo fe, el
Bautismo y la Eucaristía, debemos marchar con Cristo hacia el Reino del Padre. "Sencillamente, ante Cristo, el cristiano se
juega toda su vida".

CRISTOCENTRISMO SIGLO XX
"El Cristianismo reside esencialmente en Jesucristo. Es más su
Persona que su doctrina".
(M. Zundel)
El Cristianismo descansa sobre Jesucristo, como sobre su
único fundamento (I Cor. 3,11).
Ser cristiano quiere decir "hombre de Cristo". Ser cristiano
significa estar "en Cristo".
El culto cristiano no es sino el homenaje que ofrece la co-
munidad a Dios, por medio de Cristo. La santidad cristiana es
imitar a Cristo. Y la misma Iglesia no es sino la prolongación
de Cristo entre nosotros.
"La única misión de la Iglesia consiste en hacer presente a Cristo
entre los hombres. . Todo lo demás es sólo añadidura".
(H. de Lubac)
"¡Vivir para mí es Cristo!" —decía San Pablo (Filip. 1,21).
Esta exclamación despierta en todo cristiano —por apagada
que esté su fe— un eco profundo. El cristiano encuentra a Cris-
to por doquier. La imagen del Crucificado en la casa, en el
Colegio, en la oficina. . . le recuerda que todas sus alegrías,
sus dolores y sus trabajos tienen por testigo a Cristo el del Cal-
vario y el de Pascua. La Liturgia, a lo largo de sus fiestas, le
hacen revivir los grandes pasos y misterios de Jesús.
La cara de Jesús se le hace presente y se le impone al cris-
tiano con una franca necesidad: semblante amable de Niño que
nace en Belén y crece en Nazareth, rostro maduro y tostado
por el sol del Lago de Genezareth, faz desfigurada por el sufri-
miento de la Pasión o trasfigurada en los días de su radiante
gloria. . . Ese mismo Rostro pronunciará también un día la
sentencia que decide del destino eterno de los hombres. . .
12
I DIFICULTADES MODERNAS PARA NUESTRA
FE EN CRISTO
El hombre de hoy debe hacer frente a tres dificultades
( principales o a tres tentaciones permanentes que tratan
de bloquear su acceso personal a Jesucristo.
la. Dificultad: ¿Podemos llegar hoy a conocer al Jesús de
la historia y cómo? Dado que nos separan de El tantos siglos
y dado que los únicos documentos que poseemos acerca de El
no tienen el carácter de copias estenográficas o de escritos bio-
gráficos, ni siquiera se presentan como "reportajes" exactos en
el sentido moderno de la palabra, muchos se preguntan si po-
demos llegar a poseer algo cierto de Jesús. ¿Cómo estar seguros
de los hechos y dichos de Jesús? Podemos tener una biografía
o al menos siquiera una historia de Jesús?
2a. Dificultad: ¿Quién es Jesucristo? ¿Es verdadero Dios y
verdadero hombre? ¿Perfecto Dios y perfecto hombre? ¿Es posi-
ble aceptar un misterio como el del Hombre-Dios? Existe en
muchos contemporáneos la negación rotunda de la divinidad de
Cristo y hay en otros una tendencia a volatilizar la humanidad
de Jesús. No solo afectan a nuestra aceptación del misterio de
Cristo todos los errores modernos acerca de la existencia de
Dios y acerca de la verdadera naturaleza del hombre, sino toda-
vía más, los prejuicios contra la posible intervención de Dios en
la historia (lo que se llama Revelación) y contra el haberse Dios •
hecho hombre (lo que se llama encarnación).
3a. Dificultad: ¿Qué lugar ocupa Jesucristo en el Universo?
Una última dificultad moderna para la fe en Cristo, se refiere
no a su existencia histórica ni a su personalidad de hombre-
Dios, sino al significado y al papel exactos que tienen su exis-
tencia y su personalidad en el universo entero, en la humanidad
y en cada uno de nosotros. ¿En lugar de ayudar, no entorpece
más bien nuestro acceso a Dios, un intermediario como Jesús?
¿Qué significado tiene para la humanidad la muerte y resurrec-
ción de Cristo? ¿Qué hace Cristo, perdido en medio del Uni-
yerso como un punto ínfimo del tiempo y del espacio? ¿Puede
reclamar para sí alguna trascendencia y algún papel efectivo
sobre el cosmos?
Estas solas cuestiones nos hacen ver la importancia que tie-
ne para el hombre de nuestro tiempo aclarar todo lo referente
13

a Jesús. Sencillamente, ante Cristo, el Cristiano se juega toda
su vida. Su responsabilidad mayor, la que califica a todas las
demás, es la de la fe en Cristo: Su aceptación o su rechazo.
"El que cree en Mí, no es juzgado. El que rehusa creer en Mí, está
ya juzgado" (Jn. 3,18; cfr. Mt. 16,16).
II CAMINOS DE SOLUCIÓN
Por varios caminos podemos llegar a hacer luz acerca del
misterio de Cristo. Cada uno de ellos tiene sus propios valores
y sus límites. La convergencia de todos ellos nos colocará en
ese centro de centros que es Cristo-Jesús.
"En el fondo, sólo una cosa puede intentarse: Mostrar, partiendo
de puntos de vista diferentes, que todas las cualidades, todos los ras-
• gos característicos de Cristo concluyen en la impenetrabilidad, que
es sin embargo una plenitud infinita".
(R. Guardim)
lo. Hacia el Cristo histórico
f La credibilidad no es la fe. Pero es muy importante pa-
1
ra nuestro tiempo hacer una demostración apologética
que satisfaga las inquietudes críticas y sirva de garantía razo-
nable a la fe en Cristo-Jesús, que poseemos como Cristianos.
Un primer camino, trata, pues, de hacer un estudio de la ver-
dad del acontecimiento de Jesús en la historia humana; busca
justificar con pruebas su identidad divina, acreditar su perso-
na y su mensaje de Hijo de Dios hecho hombre.
Una investigación de las fuentes y de los documentos de
la historia, nos lleva, así, a garantizar la existencia de Jesús en
su tiempo. Un estudio de las coordenadas histórica y geográfi-
ca nos permite "situar" a Jesús y su acontecimiento salvador
en la historia humana. Un análisis crítico de los testimonios
evangélicos nos permite acumular los datos suficientes para una
imagen de Jesús y una historia de su acontecimiento salvífico.
Como resultado de este primer recorrido, tendremos co-
mo dato cierto que la fe Cristiana no se refiere a un mito sin
consistencia histórica, sino al Hijo de Dios realmente aparecido
en la tierra, que vivió un destino humano en un momento pre-
14
ciso de la historia, en un país determinado. El transmitió su
mensaje y cumplió obras que lo acreditan: Tenemos suficien-
tes testimonios y pruebas de su existencia y de su misión como
para estar ciertamente seguros del Evangelio!
2o. Hacia el Cristo personal
f ¡ i r N o basta llegar hasta una afirmación clara de Jesús.
0 U*- Como cristianos, tenemos que avanzar hacia un encuen-
tro personal con El. El Cristo de la historia tiene que ser tam-
bién para nosotros el Cristo de la presencia y de la intimidad.
Los caminos más habituales para llegar a este encuentro per-
sonal con Cristo, son los que Kierkegaard ha llamado con el
nombre de "Contemporeidad". Si Cristo es actual, contempo-
ráneo, reproduce entonces en la existencia de todo Cristiano
los pasos que lo hicieron presente a los hombres de Palestina.
El está siempre sentado junto al pozo de Jacob esperando a la
samaritana ávida de felicidad; está hoy al borde del lago lla-
mando a jóvenes activos y generosos para que lo sigan. . . etc.
Este encuentro personal se obtiene principalmente a través
de la lectura y la meditación de los episodios Evangélicos que
evocan el misterioso diálogo de Cristo con los hombres. Las
palabras de Cristo tienen plena resonancia en nuestra propia
vida de hoy. Jesucristo se nos propone, así, en esta segunda
forma, no tanto como objeto de prueba o demostración racio-
nal, cuanto como objeto de meditación afectiva y de entrega
personal.
Nuestra fe personal de Cristianos está llamada, así, a tener
una mayor interioridad y un mayor calor afectivo y efectivo.
Las más bellas vocaciones en la Iglesia han nacido siempre de
la experiencia de uno de estos encuentros juveniles con Cristo,
que transforma toda una vida y la lanza hacia ideales hasta
entonces insospechados o temidos.
3o. Hacia el Cristo cósmico
i] f\ ; Un tercer camino amplía en nuestros días las dimensio-
i íi
-' ' " nes del conocimiento de Cristo y nos ayuda a encontrar
las perspectivas del "Cristo Total", como lo llamaba San Agus-
tín. El Cristo de la recapitulación cósmica aparece ya en varias
epístolas de San Pablo y en el Apocalipsis y era algo familiar
15

para los Padres de la Iglesia. Hoy adquiere especial actualidad,
cuando la ciencia ha permitido al hombre romper la cascara
de huevo que lo envolvía en su mundo y asomarse al amplio
Universo para conquistarlo. Asimismo el pensamiento Cristia-
no entra hoy en confrontación con ideologías modernas que
pretenden ofrecer una síntesis del Universo.
Cristo es también el Señor de la historia y del mundo y
realiza en su propio misterio la reconciliación no solamente del
hombre y del Creador sino también del hombre y del Universo.
Cristo aparece, así, como la clave de bóveda de este gran uni-
verso, como el Corazón y el Centro de este mundo en evolu-
ción, como el Alfa y el Omega de toda la creación, como el
Nudo de todas las realidades y de todas las esperanzas huma-
nas. Nuestra fe Cristiana adquiere en esta forma, unas perspec-
tivas tan amplias y reales como las que el Universo empieza
a traslucir en nuestro siglo veinte.
III LAS G R A N D E S LINEAS DEL C U R S O
Teniendo en cuenta las principales dificultades modernas
para la fe en Cristo e integrando los diferentes caminos de es-
tudio y de encuentro con Cristo, nuestro manual ofrece un tra-
tado acerca de Jesucristo en cuatro partes bien diferenciadas.
II Parte, J E S Ú S C E N T R O D E LA H I S T O R I A
I Parte, HACIA U N A H I S T O R I A D E J E S Ú S
Para situar a Jesús en la historia de Salvación Humana,
nos fijaremos principalmente en estos tres aspectos:
Olosfif* Para afirmar el fundamento histórico de cuanto los
U<J Evangelios nos refieren, atenderemos con diligencia a
3 momentos que atravesaron la vida y doctrinas de Cristo,
antes de llegar por escrito hasta nosotros.
El Concilio Vaticano II en su Constitución dogmática
sobre la "Divina Revelación" los ha consignado sintéticamen-
te(l):
(1 Vaticano II, "DEI VERBUM", N° 19. En el mismo sentido fue expedida anteriormen-
te el 14 de mayo de 1964 una Declaración de la Pontificia Comisión Bíblica sobre
"LA VERDAD HISTÓRICA DE LOS EVANGELIOS". Véase en concreto el N° 2.
16
1) La vida histórica de Jesús
"La santa Madre Iglesia, firme y constantemente, ha creído
y cree que los cuatro referidos Evangelios, cuya historicidad afirma
sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús Hijo de Dios, vivien-
do entre los hombres, hizo y enseno realmente para la salvación de
ellos, hasta el día en que fue levantado al cielo"
2) La predicación de esta vida de Jesús por los Apostóles
"Los apostóles ciertamente después de la Ascensión del Señor
predicaron a sus oyentes lo que El había dicho y obrado, con aque-
lla crecida inteligencia de que ellos gozaban, amaestrados por los
acontecimientos gloriosos de Cristo y por la luz del Espíritu de
verdad"
3) La redacción de los Evangelios
"Los autores sagrados escribieron los cuatro Evangelios esco-
giendo algunas cosas de las muchas que ya se transmitían de pala-
bra o por escrito, sintetizando otras, o explicándolas atendiendo a
la condición de las iglesias, reteniendo por fin la forma de procla-
mación, de manera que siempre nos comunicaban la verdad since-
ra acerca de Jesús Escribieron, -pues, sacándolo ya de su memoria
o recuerdos, ya del testimonio de quienes "desde el principio fue-
ron testigos oculares y ministros de la palabra" para que conozca-
mos la verdad de las palabras que nos enseñan"
1) Jesús preparado -Este Jesús, de quien nos hablan los Evan-
gelios, aparece como un personaje esperado desde hacía tiempo
"Hemos encontrado a.Aquel de quien escribió Moisés en la ley y de
quien hablaron los profetas" afirma Felipe a Natanael (Jn 1,45) El
Antiguo Testamento preparo, prefiguro, predijo a Jesús
2) El misterio de Jesús - Gracias a los Evangelios podemos re-
hacer la experiencia de los Apostóles Penetrar poco a poco en el
misteno de Jesús. Insistiremos en esta revelación progresiva del
misterio mas que en una información puramente histórica
3) La personalidad de Jesús - Recogeremos, en una nca sínte-
sis, los datos evangélicos acerca de la personalidad de Jesús
17
 CUESTIONARIO
—Su aspecto exterior;
—Los elementos de juicio, de voluntad, de sano realismo, (Los números de las preguntas corresponden al número marginal del texto)
de equilibrio sereno . Que nos dan una semblanza sicológica;
^ 1. ¿Cuáles son los principales errores y prejuicios que impiden a algunos la acep-
—La fisonomía moral de Jesús.
tación del Misterio de Cristo 9
Y junto a la de Jesús, la bella y ejemplar figura de María,
-i 2. ¿En qué consiste el estudio histonco-crítico de Jesús 9
Madre Suya y Madre nuestra. 3. ¿Cómo se puede llegar al "Cristo de la presencia y de la intimidad?"
4 6 En qué sentido las dimensiones cósmicas mas amplias de nuestro tiempo
III Parte, CRISTO CENTRO DEL UNIVERSO pueden enriquecer nuestro estudio de Jesucristo 9
• 5 6 Cuales son los principales pasos que sigue la presente investigación sobre
1) Presencia de Cristo en la Iglesia Jesús no ocupa solamente
Jesucristo y como se conectan entre sí?
todo el pasado de la humanidad, sino que es el contemporáneo de
todas las épocas, es el "Padre de los siglos por venir" Jesucristo es
TRABAJOS
continuado, manifestado, esperado en su venida gloriosa, durante
toda la historia de la Iglesia Es la Cabeza ya triunfante de la Igle-
1. Hágase una composición de una pagina sobre la frase de Pablo- "Para mí,
sia que espera reunir a todo su Cuerpo
vivir es Cnsto", o sobre las frases-epígrafes de Rousselot o Zundel.
2) El Cristo Cósmico Es legítima una visión Cnstocéntrica del 2. Hágase en equipo una comparación de la estructura general de los temas del
Universo Cristo resucitado es el Cristo eterno y preexistente, en presente libro y la de otros textos sobre Jesucristo
quien y por quien todo fue creado. Cnsto es el Centro a donde con-
verge toda la evolución del Universo. Dedicaremos unas páginas en LIBROS DE CONSULTA
nuestro curso a esta visión del "Cristo Cósmico" de San Pablo y de
los Padres Griegos, del "Cristo revestido del mundo" como lo llama R. GUARDINI, La esencia del Cristianismo. Vol 8 Col. "Cristianismo y hombre
la sagrada Liturgia, del "Cristo Pantocrator" de los mosaicos Bizan- actual", Guadarrama, Madrid 1964, 108 pp.
tinos y los Ábsides de las Iglesias Románicas. PINARD DE LA BOULLAYE, S J , Jesús » la Historia. Madrid 1941
M GARCÍA-CORDERO, O. P , "Cristo el gran enigma de la Histona", Jesucris-
3) Cristo consumador Los Cristianos vivimos todavía de una to como problema. Salamanca 1961, pp. 13-43.
esperanza Aguardamos el cumplimiento de la "Esperanza bien- E NEIRA, S.J , "El problema de Jesús", Introducción Una Lógica del Problema
aventurada y de la llegada de la gloria del gran Dios y salvador de Jesús, Fax, Madrid 1963, pp. 25-51
nuestro Jesucristo" (Tito 2,13) El "transfigurará nuestro pobre
cuerpo en un cuerpo glorioso semejante al suyo" (Filip. 3,21) Cris-
to resucitado retornara al final de los tiempos y en un gesto final
pondrá su reino en manos del Padre, para que Dios lo sea todo en
todos La Eucaristía, bajo este aspecto aparecerá a nuestros ojos
como la garantía de la resurrección final y el sacramento de la uni-
dad que prepara la recapitulación de todos en Cristo

IV Parte, J E S U C R I S T O C E N T R O DE NUESTRA
VIDA
Cristo es una realidad que interesa a cada uno de nosotros
en grado sumo.
Incorporados en Cristo Por la fe y el Bautismo estamos asocia-
dos al misterio de la Pasión de Cristo y a su Resurrección Muertos
al pecado y vivos para Dios Hombres nuevos, estamos llamados a
realizar con Cnsto una marcha hacia el Padre.

18 19
 PARTE I

HACIA UNA HISTORIA

DE JESÚS

"Los evangelios son la única vida de Jesús

q u e se p o d i a escribir. N o h a y o t r a cosa
q u e hacer sino c o m p r e n d e r l o s lo mejor
posible".
( M . J. Lagrange)
 cuente lectura e intercambio de opiniones con compañeros y
RETORNO AL EVANGELIO amigos.

Retorno al Evangelio: Esto supone que nosotros vivimos de

El y que permitimos a Cristo vivir en nosotros lo que El vivió
Al regresar Pablo VI a Roma, después de aquella peregrina- en Belén, en Nazareth, en los caminos de Palestina, en Jeru-
ción a Tierra Santa, que fue seguida con inusitado interés por salem.
todo el mundo creyente e incrédulo, hizo en la plaza de San
Pedro las primeras confidencias de sus impresiones de viaje:
Retorno al Evangelio: Esto supone que nuestra vida diaria
sea una proclamación de la Buena Nueva del amor de Dios a
"Quisiéramos que la reflexión sobre este hecho continuara: y no los hombres.
solamente en nosotros que sentimos el deber y la necesidad de ella,
sino en todos los buenos Cristianos, en los espíritus que compren-
den y saben descifrar los signos de los tiempos, como dijo Jesús.

Este viaje ha sido como el paso de un arado que remueve el terreno

hasta entonces duro e inerte: Ha hecho aflorar a la conciencia pen-
samientos y deseos divinos que habían sido enterrados, pero no
extinguidos, durante siglos de historia, y que parecen ahora desper-
tarse por caminos proféticos".

Pablo VI, al recorrer de nuevo con nosotros y para noso-

tros el camino de la vida terrestre de Jesucristo ha removido
la tierra de nuestro tiempo y la ha hecho más acogedora al
Evangelio. Sospechamos todo lo que se cambiaría en nosotros
y alrededor de nosotros, en la Iglesia y en el mundo, si pone-
mos con Pablo VI nuestros pasos en los pasos de Jesucristo!

Pablo VI precisa las condiciones para seguir los pasos de

Jesús: "La vuelta al Evangelio debe ser nuestro ejercicio conti-
nuo de pensamiento, de fervor espiritual, de renovación moral,
de sensibilidad religiosa y humana".

Retorno al Evangelio: Esto supone que las palabras y los

gestos de Jesús nos llegan a ser familiares, gracias a una fire-

22 23
Capítulo 1 - SUMARIO

I - EL E V A N G E L I O E N B O C A DE L O S A P O S T Ó L E S

1 Los APOSTÓLES p r o c l a m a n la Buena N u e v a de Jesús

2 H a b i e n d o stdo ellos TESTIGOS de t o d o s sus acontecimientos
3 Esta p r o c l a m a c i ó n va construyendo las primeras comunidades

II - EL E V A N G E L I O E N LAS P R I M E R A S C O M U N I D A D E S C R I S T I A N A S
1 La c o m u n i d a d d e JERUSALEM, en m e d i o de su v a r i e d a d , vivía u n i d a y progre
saba en la fe d e Cristo Jesús
2 OTRAS C O M U N I D A D E S se van f o r m a n d o en el mundo p a g a n o , al ser anuncia
d o el Evangelio de Jesús por los A p ó s t o l e s , especialmente por P a b l o

I I I - DEL E V A N G E L I O A L O S E V A N G E L I O S
1 La historia d e nuestros actuales Evangelios a r r a n c a de la P R E D I C A C I Ó N V I V A
de los A p ó s t o l e s , la cual g i r a b a a l r e d e d o r de unos puntos centrales
2 H u b o en la f o r m a c i ó n d e los Evangelios un m a r c a d o INFLUJO DE LA PRIMERA
IGLESIA, con sus p r e o c u p a c i o n e s d o m i n a n t e s de tipo p a s t o r a l , a p o l o g é t i c o , l i -
túrgico, histórico
3 N o se llego a la redacción definitiva d e los 4 Evangelios sino DESPUÉS DE U N
PROCESO en el q u e se e s c r i b i e r o n p e q u e ñ a s u n i d a d e s ( p e n c o p a s ) , después
unos l i b r e t o s p r o m e m o r i a y b l o q u e s d e v a n a s clases que d i e r o n al fin l u g a r Los Evangelios no c a y e r o n del cielo de
al c o n | j n t o o r d e n a d o y o r g á n i c o de los Evangelios repente como un a e r o l i t o su redac
cion tuvo una h i s t o r i a , como la tuvo su
formación"
(Detalle de un pergamino del Museo
A r q u e o l ó g i c o de Palestina)

COMO SE FORMARON LOS
EVANGELIOS
I EL E V A N G E L I O E N B O C A D E L O S
APOSTÓLES
1) Los Apóstoles proclaman el Evangelio
1 de los hechos y dichos de Jesús, a raíz de los acontecimientos
§ f\ f Quien desea conocer a una persona recientemente desa-
parecida, busca información con los testigos de su vida.
Así haremos nosotros respecto de Jesucristo. Nos uniremos a
la gente que, el día de Pentecostés, se agrupa alrededor de los
Apóstoles, y escucharemos el testimonio que da Pedro asistido
por el Espíritu Santo: "Jesús, a quien habéis dado muerte, es-
tá de nuevo vivo; Dios lo ha constituido Señor de todas las
cosas".
En una palabra, en la mañana de Pentecostés, los Após-
toles proclaman la Buena Nueva o Evangelio de Jesús: Jesús
de Nazareth, crucificado, ha resucitado; reina por los siglos! (1)
2) Apóstoles, testigos de los acontecimientos de Jesús.
f i f i 7 Cuando los Apóstoles proclaman el Evangelio de Jesús,
•i I I I sus palabras no hacen sino transmitir lo que ellos mis-
mos vieron y oyeron cuando lo a c o m p a ñ a b a n en su vida te-
rrena.
"De ello todos nosotros somos testigos" —dice Pedro en su discur-
so de Pentecostés. (Hechos 2, 32).
"Nosotros no podemos dejar de decir lo que vimos y lo que oímos".
(Hechos 4. 20).
Ellos fueron los escogidos por Jesús como discípulos. (Me.
3, 14; Le. 6, 13); los que lo acompañaron desde el comienzo
de su vida pública (Le. 1, 2; Hechos 1, 21-22); los que oyeron
sus palabras y fueron testigos de su vida y de sus enseñanzas.
(Hechos 1, 8; 10,39; 13, 31).
(1) EVANGELIO: Significa feliz mensaje, feliz anuncio; es el mensaje de Jesús, su Bue-
na Nueva de salvación, de gozo.de gracia, de victoria, de vida.
26
"Y vosotros sois testigos de estas cosas" les había dicho Jesús (Le.
24, 48). "Y vosotros también sois testigos, ya que desde el principio
estáis conmigo". (Jn. 15, 27).
Por eso, cuando se trata de escoger de entre los discípulos
a uno que reemplace en el Colegio Apostólico a Judas el trai-
dor, exigen como condición indispensable que sea uno de los
que acompañaron todo el tiempo a Jesús, de manera que pue-
da ser testigo autorizado de sus hechos y palabras. (Hechos 1,
21-22).
Dichos testigos tuvieron, además, una plena inteligencia
gloriosos de Pascua(2)y por la iluminación que obtuvieron por
el espíritu de Verdad.
"El Paráclito, el Espíritu Santo que enviará el Padre en mi nombre.
El os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os dije
yo", les había dicho Jesús antes de su muerte. (Jn. 14, 26).
3) La proclamación del Evangelio da origen a la comunidad de
creyentes.
Conversión. El Evangelio predicado por los Apóstoles con-
vierte a mucha gente, que pregunta: "¿Qué hacemos, entonces,
hermanos?" Pedro les responde: "Convertios". (Hechos 2,
37-38). Para ellos "convertirse", es ante todo cambiar radical-
mente de actitud respecto de Jesús: Es recibir a Jesús como
Cristo, como Señor Todo Poderoso. Pero para tener parte con
El, tienen que bautizarse.
Bautismo. "Que cada uno de vosotros, responde Pedro, sea
bautizado en nombre de Jesucristo para remisión de sus pe-
cados". (Hechos 2, 38).
El Don del Espíritu. "Recibiréis el don del Espíritu Santo",
anuncia también Pedro. Los Apóstoles acababan de recibirlo
y se encontraban transformados. Este mismo don de Dios se
ofrecía a los oyentes que habían acogido el Evangelio de Jesús.
(2) Jn. 2, 22; 12, 16; 1 1 , 51-52.
Cfr. Jn. 14, 26; 16,12-13; 7, 39.
27
 Comenzó así la comunidad en la que se iba a perpetuar el
recuerdo y la presencia del Señor Jesús.
II EL EVANGELIO EN LAS PRIMERAS
COMUNIDADES CRISTIANAS
1) La primitiva comunidad de Jerusalem
fí La comunidad Cristiana de Jerusalem —formada alre-
t] dedor de los Apóstoles el día de Pentecostés— es una
comunidad que tiene sus características:
—Dentro de su diversidad, vive unida, practicando las en-
señanzas y recomendaciones de Jesús que han escuchado de los
Apóstoles.
—Es una comunidad bien conocida y no anónima, orga-
nizada jerárquicamente y guiada por los Apóstoles como testi-
gos autorizados de todo lo que pasó acerca de Jesús.
—Es una comunidad que progresa en la fe y va coleccio-
n a n d o con veneración los diversos testimonios referentes a
Jesús.
a) Comunidad muy variada
(Hechos 2, 41)
El núcleo de la primera comunidad el día de pentecostés,
era los once Apóstoles, María madre de Jesús, varias mujeres
y parientes de Jesús, hasta formar un grupo de ciento veinte
personas. Allí estaban representadas Galilea, Jerusalem, y otras
localidades de Judea. Aquella tarde se anexan a la comunidad
peregrinos extranjeros, de cultura griega, llegados de varios
países alrededor del Mediterráneo. Todos ellos hablan diversas
lenguas. (Hechos 2, 8-11).
Comunidad muy unida
"Y todos los que habían abrazado la fe vivían unidos y tenían
todas las cosas en común. . y perseveraban en la comunión, en la
fracción del pan y en las oraciones".
(Hechos 2.44-42)
Esta multitud no se parece en nada a una torre de Babel.
Es una multitud que está firmemente unida por la misma fe y
el mismo amor en el Señor Jesús!
28
El Espíritu Santo es el alma que anima a toda esta comu-
nidad.
La Eucaristía o "Fracción del pan" los congrega.
La caridad es su gran distintivo: "La multitud de los creyentes
tenía un solo corazón y un alma sola".
(Hechos 4, 32. Véase 2, 44-45).
b) Comunidad organizada jerárquicamente
La comunidad Cristiana primitiva es bien conocida en sus
miembros. Los nuevos convertidos y bautizados se van agre-
gando a ella personalmente y no como fichas anónimas. Todos
están bajo la guía y jefatura del colegio Apostólico que preside
Pedro.
Los Apóstoles, testigos de Jesús resucitado, están al frente de la
comunidad, como "ministros de la Palabra". (Le. 1, 2) y "Columnas
de verdad". (Gal. 2, 9).
Pedro dirige la comunidad: Habla a nombre de los Após-
toles, interpreta las Escrituras, adoctrina a los judíos acerca del
acontecimiento de Jesús, realiza algunos milagros "en nombre
de Jesús". . .
c) Comunidad que progresa en la fe.
"Y perseveraban asiduamente en la enseñanza de los Apósto-
les". (Hechos 2, 42).
Es la primera indicación que da el libro de los Hechos de
los Apóstoles respecto de los Cristianos. Y no tiene nada de
extraño.
f Era una exigencia de la misma fe de los Cristianos. - Ellos
querían penetrar más y más en lo que habían escuchado acerca
de Jesús. Les interesaba además del hecho de su muerte y re-
surrección, los otros acontecimientos de su vida pública, sus
enseñanzas, sus discusiones con los fariseos, sus milagros. . .
El culto o celebración litúrgica les hacía desear aprender
más acerca de los gestos y palabras pronunciadas por Jesús,
por ejemplo, a propósito de la Eucaristía, y querían captar el
sentido profundo que ellas habían tenido dentro de la pasión
y resurrección.
29
 La misma vida Cristiana que querían llevar, los impulsaba
a enterarse bien de los mandamientos y consejos dados por el
Maestro y a buscar en una palabra o en una actitud de Jesús
la solución para los problemas de conciencia que comenzaban
ya a presentárseles.
Finalmente, el deseo de querer probar a otros la mesiani-
dad de Jesús y tener respuestas para las objeciones contra su
fe, impulsaba también a los Cristianos a indagar más sobre las
obras y dichos de Jesús y a pedir a los testigos como Pedro, les
dieran respuestas para aquellos que les preguntaban sobre sus
esperanzas. (I Pedro 3, 15).
fEra una misión que incumbía a los Apóstoles.
Ellos, los T E S T I G O S , eran los llamados a completar la
instrucción de los convertidos y satisfacer a las exigencias de
la fé de los primeros Cristianos.
Por lo demás, Jesús había facilitado su tarea al haber en-
señado al estilo de los maestros orientales de su tiempo, utili-
zando parábolas, fórmulas y recursos mnemotécnicos, fáciles
de grabar en la memoria de los oyentes.
Los Apóstoles eran, además, los intérpretes auténticos de
los hechos y dichos de Jesús. La experiencia de Pascua les.ha-
cía entender todo lo de Jesús a una nueva luz. Tenían luego,
una especial asistencia en el Espíritu de Verdad, como les ha-
bía prometido Jesús. Su predicación es, así, el único camino le-
gítimo y autorizado para llegar a conocer lo que es en realidad
Cristo Nuestro Señor!
2) Las otras comunidades Cristianas.
La predicación del Evangelio no queda limitada a Jerusa-
lem. Estaba destinada a todo el mundo, para su salvación.
"Y vosotros seréis mis testigos en Jerusalem. en toda la Judea y en
Samaría y hasta los confines de la tierra".
(Hechos I. 8).
Obedeciendo a! mandato de su maestro, los Apóstoles y
primeros misioneros de la Iglesia —desbordando las fronteras
30
nacionalistas— se lanzaron a predicar el Evangelio por el mun-
do entonces conocido, situado alrededor del Mediterráneo.
a) Cristo es anunciado en la "dispersión"
frf Partiendo de Jerusalem, la Buena Nueva de Jesús es
0 anunciada, ante todo, en las tierras llamadas de la "Dis-
persión" o "Diáspora", es decir, en aquellas regiones situadas
fuera de la Judea, donde existían comunidades organizadas de
Judíos.
f Felipe, uno de los siete diáconos escogidos por los após-
toles, predica a Cristo en Samaría en donde logra varias con-
versiones. Los Apóstoles Pedro y Juan van allí, y ponen sus
manos y hacen bajar al Espíritu Santo sobre los samaritanos
bautizados. (Hechos 8, 14-17). Con ello, indican que el Salva-
dor ha venido para todos los hombres deseosos de adorar al
Padre en "Espíritu y en Verdad".
t Pedro en persona, va al puerto de Cesárea en Palestina,
a casa de Cornelio el Centurión Romano y predica allí a Je-
sucristo. Aquellos paganos reciben el Espíritu Santo y el agua
del Bautismo en nombre de Jesucristo. (Hechos 10). Son, así,
introducidos directamente en la Iglesia de Cristo, por el jefe
del colegio Apostólico, sin que tengan que pasar por el vestí-
bulo de otra religión.
b) Cristo es anunciado al mundo pagano.
Los Cristianos de origen griego que habían salido de
Jerusalem por la primera persecución, marchan a Feni-
cia, Chipre y Antioquía y anuncian allí el Evangelio a los paga-
nos.
t Bernabé sirve de "enlace" entre la comunidad Cristiana
de Jerusalem —formada por antiguos judíos— y las nuevas co-
munidades Cristianas provenientes del paganismo o "gentili-
dad". Surgen entonces dificultades serias entre los dos grupos,
a las que tiene que dar solución práctica el primer Concilio
de la naciente Iglesia, reunido en Jerusalem el Año 49.
t Pablo el gran convertido, realiza tres viajes misioneros a
través de los cuales la Buena Nueva de Jesús es predicada en
varias regiones de Asia Menor, Grecia, etc.
31
 Io viaje con Bernabé por la isla de Chipre y la región de Gala
cía Ano 45 a 49 (Hechos 13-14)
2° viaje con Silas y Timoteo por Asia Menor Macedoma y
Grecia Anos 49 52 (Hechos 15 35 18 21)
3 viaje de nuevo por el Asia Menor Anos 53 a 58 (Hechos 18
22 21 16)
f Otros Apostóles especialmente Pedro y Juan predican el
Evangelio de Jesús y establecen la Iglesia en grandes ciudades
de entonces, como Efeso en Asia Menor y Roma, capital del
imperio romano
En esta forma, el Evangelio predicado externamente por
los Apostóles y la obra interior del Espíritu Santo que acompa-
ñaba la predicación, van edificando por el mundo esas comuni-
dades Cristianas de la naciente Iglesia Dichas comunidades
son el marco dentro del cual se transmite oralmente la tradi-
ción evangélica y se va consignando poco a poco por escrito
en unidades literarias que van a confluir en los e\angelios
III DEL EVANGELIO A LOS EVANGELIOS
Los cuatro Evangelios que poseemos tienen, pues, una
"prehistoria" a partir del evangelio de Jesús o Buena
Nueva predicada por los Apostóles
1) La Tradición ipostolica
f El Hecho La Buena Nueva de Jesús es transmitida oral-
mente por los Apostóles en las comunidades Cristianas que
fundan y a través de sus correrías por el mundo de entonces
t Sus formas La predicación Apostólica reviste desde el
comienzo dos formas en cuanto a su método
— La forma de kerigma — la primera proclamación o a-
nuncio del Evangelio de Jesús, hecha a los no-creyentes Equi-
vale a "Evangelizacion'
— La forma de catequesis = la instrucción o enseñanza
dada a los ya bautizados
Pablo, en Roma, usaba estos dos métodos de predicación
(Hechos 28,30-31)
32
(l í ** | Su contenido Es siempre el mismo, pero adaptado a la
diversidad de oyentes y a las circunstancias Se puede
reducir a un cuadro común que se encuentra ya en los discursos
de Pedro y que va a constituir el fondo tradicional de los evan-
gelios
a) La afirmación de que lo sucedido en estos días estaba
anunciado por los profetas y que los tiempos Mesianicos se
han inaugurado (Hechos 2, 16, 3, 18, 3 24)
b) Esta inauguración se ha hecho por la vida, la muerte y
la resurrección de Cristo cuya historia se narra brevemente
(Hechos 10)
c) Por su resurrección, Jesús es glorificado a la diestra de
Dios como Señor y como Cristo (Hechos 2, 33-36)
d) El don del Espíritu Santo, predicho por los profetas, es
enviado como una señal de la glorificación de Cristo
(Hechos 2, 33)
e) La vuelta de Cristo como juez y salvador
(Hechos 3, 20-21, 10,42)
0 La invitación al arrepentimiento para el perdón de los
pecados en nombre de Jesucristo (Hechos 2, 38)
2) Influjo de la Iglesia en la formación de los Evangelios
a) El Hecho Nuestros Evangelios brotaron en la Iglesia
primitiva y de la Iglesia Ellos son como espejos que reflejan
la predicación apostólica y la vida de la primera comunidad
Cristiana La Iglesia ha quedado retratada en ellos
La tradición evangélica es el eco ampliado por el Espíritu Santo
de la experiencia que los Apostóles tuvieron el día de Pascua
(Huby León Dufour)
b) Preocupaciones dominantes de la comunidad primitiva
0 1 Q El ambiente de la primitiva Iglesia, que dio origen a los
I w Evangelios, estaba dominado por algunas preocupacio-
nes que determinaron la elección de algunos dichos y hechos de
Jesús mas que de otros
El motivo pastoral Algunas cosas de Jesús eran recorda-
das para resolver los problemas que planteaba la nueva existen-
cia Cristiana Vgr 6E1 sábado había dejado de existir o conser-
vaba su valor 7 ¿Que pensar de los no-judios, de los pecadores,
33
de los niños 9 ¿Que actitud tomar respecto de la Ley en gene-
ral, de la ley del divorcio, del tributo que se debía pagar al tem-
plo 9 6 Que pensar de la muerte que viene intempestivamente 9
9
6 Cuando llegaría el Reino de Dios Etc
El motivo Apologético Se recordaban algunos milagros de
Jesús que ayudaban a manifestar su Mesianidad y algunas con-
troversias de Jesús que ayudaban a los Cristianos en su defensa
de la fe
El motivo Litúrgico Vanos episodios de la vida de Jesús
iluminaban lo que El seguía obrando entre los Cristianos, por
medio de su Iglesia (Bautismo, Tentación, Transfiguración, Ul-
tima Cena, Pasión ) De discursos vgr Sermón de la Montaña (Mt 5-7) Jornada de las
El motivo histórico Gestos, palabras, obras de Jesús eran
también recordadas para satisfacer la curiosidad de los Cris-
tianos acerca de todo lo de el Sin embargo, como anota Benoit
"Los primeros Cristianos no tuvieron tanto el cuidado de la
"historia" cuanto el cuidado de lo "histórico" Los predicado-
res de la fe no quisieron contar todo lo referente a Jesús, pero
no quisieron contar sino lo bien fundamentado"
3) Redacción de los Evangelios
a) El Hecho Los Evangelios no cayeron del cielo de re-
pente, como un aerolito, ya completos y bien tallados Su re-
dacción tuvo una historia, como la tuvo su formación
(Le 1, 1)
b) Las Etapas Con los últimos estudios científicos, rea-
lizados a este proposito, podemos distinguir los siguien-
tes pasos o etapas que recorno la redacción de los Evangelios,
a partir del mismo mensaje predicado de Jesús
a senes de relatos I a sene, de enseñanzas y milagros de Cristo
I Los sermones Kerigmaticos y catcquesis orales de los
Apostóles y testigos oculares
2" Pencopas o pequeñas unidades escritas que circulaban
por las comunidades Cristianas con las cuales se alimentaba el
contacto personal de los creyentes con Jesús y eran acompaña-
das \ completadas por la tradición oral apostólica
34
Por ejemplo —Pencopas de las bienaventuranzas (Le 6, 20-26,
Mt 5, 2-12)
— Del doble precepto del amor (Mt 22, 34-40)
—De la Parábola del Señor de la viña (Mt 20, 1-16)
—Episodio del niño epiléptico (Mt 17, 14-21)
3 a . Libretos pro-memoria o pequeñas colecciones de penco-
pas para ayudar a la memoria de los primeros misioneros y ca-
tequistas cnstianos
Se conocían vanas clases de estos bloques ya tallados de
perícopas Unos eran
parábolas (Mt 13) Discurso para la misión de
los apostóles (Mt 10)
El discurso escatologico (Mt 24)
De controversias vgr Las cinco controversias de Jesús en Galilea
(Me 2, 1-2 6)
Las controversias en Jerusalem (Me 11,27-33,
12, 13-37)
De milagros vgr Jornada de milagros en Cafarnaum (Me 1 21-39
Le 4, 31-42)
Los milagros alrededor del lago (Me 4 35-5, 43
Le 8 22 56)
De actividades de Jesús vgr El tríptico con que comienza su activi-
dad publica (Predicación del bautista, bautismo
de Jesús, tentación)
De la pasión Se reconoce hoy que es el libreto más antiguo de
todos'
Observación Algunos de estos libretos formaban ya como
y 2 a sene, de la pasión, que comienza desde el primer anuncio
en Cesárea y va hasta las apariciones del Resucitado
4 a Los Evangelios Nuestros evangelistas utilizaron las uni-
dades literarias preexistentes, las colecciones ya formadas,
orientaron diversamente el conjunto, de acuerdo con sus pro-
pias perspectivas y como verdaderos autores (y no simples
35
 "compiladores") nos dejaron por escrito un punto de vista par-
ticular acerca de la Buena Nueva de Jesús
"Bastaba disponer con cierto orden los bloques ya tallados y unir-
los con relatos de milagros y otros acontecimientos de la vida de
Cristo, para obtener Nuestros Evangelios sinópticos"
(Huby-Leon Dufour)
4 Concurso por grupos al mejor mapa de las correrías misioneras de Pablo, ín
dicando lugares principales y fechas
5 Trabajo de investigación por grupos de los vanos bloques de pencopas que
ya existían antes de los mismos Evangelios
6 Dibujar o modelar el proceso de redacción de los Evangelios
LIBROS DE CONSULTA

Conclusión Podemos afirmar con dos autores modernos
"La Iglesia existió primero que los evangelios, el Espíritu antes que
la letra la religión de autoridad antes que la religión de un libro La
Iglesia no se fundo sobre los evangelios escritos, estos nacieron
cuando ella estaba ya resplandeciente de juventud y vida"
(Huby-Leon Dufour Z 'Evangile el les evangiles 1 )
CUESTIONARIO
V TAYLOR (protestante), The Formatwn ofthe Gospel Tradition London 1933
J H U B Y X LEÓN DUFOUR, S J , El Evangelio y los Evangelios S Sebastian
1944
CH H DODD (protestante), La predication apostolique Editions Umversitaires,
París 1964
J R SCHEIFLER, S J Asi nacieron los Evangelios Mensajero del Corazón de
Jesús Bilbao 1964 pgs 103-137
X L E O N - D U F O U R , S J , Los Evangelios y la historia de Jesús Edic Estela
Barcelona 1966

6 ¿Que significa la expresión "Evangelio de Jesús" 9

7 ¿Que cualidades constituyen a los Apostóles "testigos iluminados" de todo
lo referente a Jesús 9
8 ¿Que características tenia la primitiva comunidad cristiana de Jerusalem 9
9 ¿Que se entiende en el siglo 1" por 'Diaspora' o "dispersión" 9
10 ¿Como se fueron haciendo entre el paganismo las primeras comunidades cris-
tianas 9
11 ¿Cuales son las 3 etapas principales que hacen la "prehistoria ' o formación
de los 4 Evangelios escritos 9
12 ¿Cual es el núcleo de la predicación apostólica 9 Enumere sus puntos funda-
mentales
13 ¿Que preocupaciones dominantes de la primitiva Iglesia motivaron la selec-
ción de algunos hechos y dichos de Jesús 9
14 ¿Qué etapas principales siguió la redacción de los 4 Evangelios hasta que
cristalizo en su forma actual 9

TRABAJOS

1 Hacer una composición sobre el tema "retorno actual al Evangelio"

2 Analizar personalmente los discursos de los Apostóles en los 10 primeros ca
pitulos de los Hechos y señalar en ellos los puntos del "kengma" o mensaje
cristiano básico
3 Por equipos describir algunos aspectos de la vida de la primera comunidad
cristiana, según los Hechos de los Apostóles

36 37
Capítulo 2 - SUMARIO

VALOR HISTÓRICO DE LOS EVANGELIOS

1 El texto de los Evangelios, tal como lo poseemos actualmente da la me|or GA
RANTIA DE FIDELIDAD AL TEXTO ORIGINAL, tal como salto de manos de sus
autores en el siglo I No existen a favor de otro libro de la antigüedad tantas
fuentes, tan antiguas y tan concordes
2 Testimonios muy antiguos y valiosos de las primeras comunidades cristianas es
tan a favor de la AUTENTICIDAD DE LOS 4 EVANGELIOS como obras de Ma
teo, Marcos, Lucas y el Apóstol Juan Los modernos datos de la ciencia acerca
de la Palestina del siglo I y la comparación con los escritos apócrifos corrobo
ran esta asignación de autores evangélicos

II - LA CONDICIÓN HISTÓRICA DE LOS EVANGELIOS

1 Las CARACTERÍSTICAS DE LA PREDICACIÓN VIVA de los Apostóles (ínteres

histórico acerca de todo lo referente a Jesús, finalidad didáctica, carácter po
pular y adaptado a un auditorio determinado )
2 Han quedado FIELMENTE REFLEJADAS EN LOS 4 EVANGELIOS
3 Los cuales no son propiamente una Biografía, sino una HISTORIA DE JESÚS El estado de cosas descrito en los cua
orientada a comunicar la fe tro Evangelios corresponde exactamente
al de la Palestina antes de la catástrofe
del ano 70
(Calle de la antigua Jerusalen)

EL CARÁCTER HISTÓRICO
DE LOS EVANGELIOS
La realidad de donde han brotado los Evangelios es muy
compleja, pero, no por eso, menos cierta. No se pierde en lo
nebuloso, en la oscuridad de la primera comunidad cristiana,
en la incertidumbre. Al contrario, nuestros Evangelios reposan
sobre una base solidísima: "La firmeza de las enseñanzas" que
hemos recibido. (Le. I, 4).
"Cuanto se nos narra en los Evangelios reposa sobre los fundamen-
tos graníticos del testimonio de los "Ministros de la palabra", testi-
monio que es concorde no solo en las grandes líneas sino también
en muchísimos detalles, y es digno de fe aun en sus mismas diver-
gencias, con tal de que éstas no se consideren con las gafas de nues-
tra mentalidad moderna, sino con el paciente esfuerzo de quien tra-
ta de trasladarse al tiempo de los autores y a su mentalidad y modo
de decir", (Cardenal \ . Bea).
Declararemos:
1" El valor histórico de los Evangelios
2" El modo como se debe entender lo histórico
de los Evangelios.
3" Algunas consecuencias para la debida inte-
ligencia de los pasos y escenas Evangélicas.
I VALOR HISTÓRICO DE LOS EVANGELIOS
Poseemos índices seguros que prueban la historicidad de
nuestros actuales Evangelios.
1) Integridad o fidelidad de nuestros Evangelios al texto ori-
gina/.
Nuestros evangelios actuales son reproducción de manus-
critos, de los cuales los más antiguos son muy cercanos a la fe-
cha de composición. Un examen atento de estos manuscritos
nos permite remontar más arriba y llegar hasta el texto primi-
tivo o poco distante de él.
40
a) ¿Cómo escribían los antiguos?
Los antiguos generalmente dictaban a sus "auxiliares"
y un "secretario" ponía lo escrito en letras usuales (pues
no había imprenta). Después un "corrector revisaba lo escrito,
y finalmente el autor le daba el último vistazo. De ésto tene-
mos alusiones en los escritos Sagrados (vgr. Rom. 16,22; I Cor.
16, 21).
Antes del siglo IV se escribía en papiro, y por lo tanto, así
se escribieron los Evangelios. Pero como el papiro era poco du-
rable, ya en el siglo IV se lo reemplazó con el pergamino cuya
duración, resistencia y facilidad de borrar eran muy superiores.
Para escribir tanto sobre el papiro como sobre el pergami-
no se usó la pluma de caña, y la tinta compuesta de negro de
humo, mezclado con una solución de goma. En esta forma se
escribieron los Evangelios.
La división en capítulos y versículos que se observa hoy en
los Evangelios, fue introducida hacia el siglo XIII por lo tanto
es muy tardía. Lo que sí usaban los antiguos era la división en
líneas de igual número de sílabas, o en frases de sentido com-
pleto.
b) ¿Qué es la integridad de un libro?
ftl C Se llama integro un libro, cuando se conserva sin añadi-
*.» 1 0 duras ni mutilaciones de ningún género, y por lo tanto,
tal como salió de las manos de su autor.
Esta integridad es sustancial, si las variaciones del texto
son tan pequeñas, que no afectan su sentido. Y es accidental
si no hay variaciones ni aun en detalles mínimos del texto,
Vgr. transposición de palabras, una palabra por otra equiva-
lente, etc.
c) Las fuentes del texto evangélico.
t {" Son numerosísimas:
1. Fragmentos de vasos que los cristianos adornaban con
textos evangélicos. Entre los fragmentos encontrados, algunos
contienen un relato bastante detallado de la pasión, el Padre
Nuestro, etc.
2. Recordatorios cristianos o especie de medallas, en que
se escribían textos sagrados para llevarlos continuamente. Én-
41
tre los encontrados algunos reproducen el principio de los cua-
tro evangelios, un fragmento de San Mateo sobre la curación
de los enfermos, etc.
3. Leccionarios. Son libros litúrgicos que contienen pasa-
jes especiales de la Sagrada Escritura, para ser leídos en las
festividades religiosas.
Í ; ;, í 4. Los papiros. Se ha encontrado un número regular de
"- • *v papiros, entre los cuales sobresale el encontrado en E-
gipto en 1936, que es de la primera mitad del siglo segundo.
También son muy importantes los tres papiros, llamados de
Chester Beatty. Más recientemente se han descubierto papiros
muy antiguos, en Egipto, que contienen el cuarto Evangelio:
—El Papiro Bodmer II (pbli) de comienzos del siglo III.
—El Papiro Egerton 2.
—y el Papiro Rylands 457, de comienzos del siglo II.
5. Las traducciones. Las más importantes son: la antigua
latina hecha ya a mediados del siglo II, la Vulgata de San Jeró-
nimo, hecha en el siglo IV.
Las versiones siriacas, principalmente el llamado Diatésa-
ron de Taciano, que es una armonía de los cuatro Evangelios,
hecha en el siglo II. Las Versiones Cópticas, etc.. pues el Evan-
gelio fue traducido inmediatamente en las principales lenguas
en que se estableció el cristianismo.
6. Las citas de los Padres de la Iglesia, que comienzan ya
a fines del siglo I, y con las cuales se podría reconstruir todos
los Evangelios. Aquí deberíamos añadir los comentarios que
los Padres más antiguos hacen de cada uno de los Evangelios,
desde el siglo II en adelante.
7. Los Códices que son, sin duda, la fuente más importan-
te para reconstruir el texto de los Evangelios. Son trascripcio-
nes o copias del Nuevo Testamento. Se conservan muchísimos,
en conjunto unos 3,000.
Se dividen en "Mayúsculos" y "Minúsculos", según estén
escritos en letras mayúsculas o minúsculas. Los más importan-
tes son:
—El Vaticano, del siglo IV, contiene todo el Antiguo Tes-
tamento y casi todo el Nuevo Testamento. Está en la Bibliote-
42
ca Vaticana, y se le considera como el mejor de los Códices
griegos.
—El Sinaítico, conservado en Londres, que es también del
siglo IV, año 350.
—El Alejandrino que es del siglo V y se conserva en París.
d) La integridad de los Evangelios.
0 1 ñ Como se ve por la simple enumeración de las innumera-
I 5 bles fuentes del texto de los Evangelios, y en general del
Nuevo Testamento, su integridad está garantizada por la con-
vergencia o concordancia de muchísimos documentos de las
más variadas procedencias.
Esta concordancia admirable de todas las fuentes, constitu-
ye un argumento decisivo y poderoso, pues aquí no hay más
que dos alternativas: o todos se pusieron de acuerdo para in-
ventar el mismo texto y atribuírselo al mismo evangelista o to-
dos ellos concuerdan porque proceden de una misma fuente
original, que es la única hipótesis realmente razonable. Es tan
grande esta concordancia, que las ediciones críticas del Nuevo
Testamento, ya sean protestantes o católicas son prácticamente
idénticas.
Científicamente se puede afirmar que poseemos hoy el tex-
to sustancialmente íntegro de los evangelios, como fue escrito
en el siglo I, y que su integridad accidental es casi completa.
"Las siete octavas partes del texto del Nuevo Testamento, están
fuera de toda duda. La otra octava parte, consiste por lo general en
modificaciones del orden de las palabras y en variantes sin signifi-
cación alguna. De hecho las varantes que pueden afectar la sustan-
cia del texto son tan poco numerosas, que solo llegarían a una milé-
sima parte del texto". (J. A. Hort).
e) Comparación con libros antiguos
Ninguno de los libros antiguos se puede comparar con los
Evangelios, bajo el aspecto de su integridad.
En primer lugar, en cuanto a la veneración, honor y cuida-
do, de que han sido rodeados, por una sociedad, cuya fe vigi-
lante no permitía ningún cambio en ellos.
En segundo lugar, en cuanto la extensión en el uso públi-
co y privado, que hacía imposible cualquier alteración notable,
sin que fuera advertida.
43
 En tercer lugar, la frecuencia y amplitud con que fueron
citados y comentados, a veces, frase por frase y palabra por pa-
labra.
En cuarto lugar, por los innumerables testigos del texto
Evangélico, que en su conjunto llegan a 5,000.
En una reciente historia de la literatura romana, dice un
autor moderno:
"En las bibliotecas de Europa, de todos los autores latinos no
se conservan sino 30 manuscritos que lleguen al siglo IV, y de los
siglos posteriores, contando todos los autores latinos los códices
unciales no llegan a 400. De Virgilio, poeta nacional romano, solo
se conservan tres códices. De los discursos de Cicerón, el único có-
dice en alguna manera completo, es del siglo VIII". (Ernesto Bickel).
Con justo motivo podemos, pues, gloriarnos de tener en
nuestro poder el texto Evangélico, tal como salió de manos de
sus autores en el siglo I.
2) Autenticidad de los Evangelios.
Poseemos el texto tal como fue redactado en sus comien-
zos, pero estamos seguros de que proviene realmente de los au-
tores a los que se atribuye? ¿Estamos seguros de la autentici-
dad de los Evangelios?
a) El problema y su solución.
fi Un libro es auténtico, cuando su autor es realmente
*-f aquel a quien se atribuye. En nuestro caso los Evange-
lios son auténticos si realmente fueron escritos por los autores
que se les asigna.
Para la solución de este problema, la ciencia histórica acu-
de en primer lugar a los testimonios que existen sobre el libro
en cuestión: es lo que se llama crítica externa.
b) Los testimonios
f| Testimonios muy antiguos (del siglo II) de todas las plin-
to cipales Iglesias cristianas de entonces, están acordes
en afirmar, sin excepción, que:
—Mateo Apóstol, escribió un Evangelio en hebreo;
—Marcos, discípulo de Pedro, escribió un Evangelio;
44
—Lucas, discípulo de Pablo, escribió un Evangelio;
—y Juan Apóstol escribió el último de todos, su Evangelio.
f Papías, obispo de Hierápolis en Asia Menor: fue discípu-
lo de San Juan y como nos lo dice él mismo, trató con muchos
de los discípulos de los demás apóstoles. En su libro "Explana-
ciones de los Oráculos del Señor", encontramos lo siguiente so-
bre San Marcos y San Mateo, escrito hacia el año 140:
"Marcos intérprete de Pedro, escribió con diligencia cuanto re-
cordaba. Pero no con el orden con que fueron dichos y hechos por
el Señor. El no había oído al Señor ni le había seguido; sino más
tarde, como dije, estuvo con Pedro, quien predicaba el Evangelio
según las exigencias de sus oyentes, sin propósito de referir con or-
den los dichos y hechos del Señor. Marcos no erró al reproducir
algunas cosas como las recordaba. Su plan fue no omitir nada de lo
que había oído y menos falsearlo. Mateo escribió en hebreo los
oráculos del Señor y cada uno los tradujo de la mejor manera que
pudo".
t San Ireneo, obispo de Lyon en las Galias: fue discípulo
de san Policarpo, quien a su vez fue discípulo de San Juan. Ha-
cia el año 180 escribió en su famosa obra "Contra los Herejes":
"Mateo escribió su Evangelio en hebreo, la lengua de Jos ju-
díos, mientras Pedro y Pablo fundaron y evangelizaron la Iglesia
de Roma. Después de la muerte de éstos, Marcos, discípulo e in-
térprete de Pedro, divulgó por escrito la predicación de Pedro. Lu-
cas, a su vez, seguidor de Pablo, redactó su Evangelio conforme a
la predicación de Pablo. Por último escribió Juan, discípulo del
Señor, que había descansado sobre su pecho. Y escribió viviendo
en Efeso de Asia".
t Clemente de Alejandría: Hacia el año 190 en su libro "Hi-
potiposis" dice que los primeros Evangelios que se escribieron
fueron los tres sinópticos y por último el de Juan. A propósito
del Evangelio de Marcos tiene este interesante testimonio:
"Después de que Pedro había predicado el Evangelio en Roma
por inspiración del Espíritu Santo, muchos de los que allí estaban
animaron a Marcos para que él, que había sido compañero de Pe-
dro por largo tiempo y, recordaba sus palabras de memoria, pusie-
ra por escrito la predicación del Apóstol. Marcos accedió a sus de-
seos y les entregó el Evangelio a los que se lo habían pedido. Lo
cual habiéndolo sabido Pedro, ni lo prohibió, ni exhortó a que se
hiciese".
45
 "I" "Canon de Muratori": Este documento escrito hacia el
año 200 en Roma y descubierto por el sabio italiano Muratori
en 1740, contiene el catálogo oficial de los libros sagrados que
se leían en la Iglesia Romana. En él se afirma categóricamente,
que Lucas y Juan eran autores de dos evangelios. Que Lucas
fue compañero de San Pablo. Que el Evangelio de Lucas es el
tercero y que el cuarto es de San Juan, uno de los discípulos del
Señor, testigo ocular de lo que escribe.
..;, En resumen: Desde el punto de vista de la ciencia histó-
., rica no se encuentra una prueba más completa ni firme,
respecto de la autenticidad de ningún libro, como la que po-
seen nuestros cuatro Evangelios. En efecto, los testimonios a
su favor son:
—muy antiguos (desde comienzos del siglo II)
—universales (de todas las Iglesias del mundo de entonces:
de Asia Menor, de la Galia, de Egipto, de Roma. . .)
—convergentes y exclusivos en su afirmación.
3) Correspondencia de los Evangelios con los datos de la
ciencia.
0 *1 Q Las ciencias modernas refrendan también a su modo, la
£ v veracidad histórica de los Evangelios. Los datos inter-
nos suministrados por los Evangelios no han sido corregidos,
sino confirmados, por los datos que las ciencias profanas han
obtenido en nuestro siglo.
a) El medio ambiente Palestinense.
El estado de cosas descrito en los cuatro Evangelios co-
rresponde exactamente al de la Palestina antes de la catástrofe
del año 70, tal como la ciencia moderna la ha reconstruido.
t Aspecto lingüístico: Los evangelios redactados en griego
revelan un contacto con la Biblia y un origen palestinense que
es anterior a la difusión y extensión del Cristianismo entre las
comunidades griegas.
t Aspecto geográfico: Las excavaciones efectuadas desde
hace más de un siglo confirman continuamente las localizacio-
nes Evangélicas: Cafarnaúm, Nazareth, Naím, las dos Cesa-
46
reas, el camino de Jerusalem a Jericó, y las indicaciones recien-
tes suministradas por Qumrán.
t Aspecto histórico y político: El historiador Flavio Josefo
que escribió en el año 79 su gran obra "De la guerra judía"
confirma muchas cosas de los evangelios, por ejemplo sobre
las descripciones de las luchas entre judíos y Samaritanos, en-
tre fariseos y saduceos, etc.
t Aspecto social de la época: Aunque ya trastornada con la
ruina de Jerusalem aparece claramente en los Evangelios. Se
puede citar el dicho de Renán:
"Tuve ante los ojos un quinto Evangelio, lacerado, pero todavía
visible".
t Las costumbres religiosas de la época: Pueden reconocer-
se en los evangelios las fiestas, peregrinaciones al Templo, ofi-
cios en la sinagoga, descanso sabático, etc. como existían en-
tonces en el pueblo judío.
f Las corrientes de pensamiento que influían entonces apa-
recen también en los Evangelios: Corriente escatoJógica (refe-
rente al final de los tiempos), mesiánica (referente al mesías
que iba a venir. . .)
b) Diferencia con los escritos Apócrifos.
La correspondencia de nuestros Evangelios con la realidad
histórica se hace más evidente, si se tienen en cuenta los ana-
cronismos (fechas equivocadas), inexactitudes y exageraciones
que presentan los llamados Evangelios "apócrifos".
f Algunos como el "protoevangelio de Santiago" copia ser-
vilmente historias parecidas que estaban ya escritas en el An-
tiguo Testamento. Vgr. La presentación de Maria en el Templo
o la esterilidad de la madre de María, imitando el relato de la
esterilidad de Ana, madre del profeta Samuel.
t Otros como "El Evangelio Árabe de la Infancia" inventa
milagros sin ningún significado religioso: Los árboles se incli-
nan al paso de Jesús, para brindarle sus frutos; Jesús hace mo-
rir a los niños que no quieren jugar con él; amasa pajaritos
de barro y los echa a volar, etc. . .
47
 t Otros como "El Evangelio de Pedro" imaginan argumen-
tos que sean más convincentes que los ofrecidos por los cuatro
Evangelios Canónicos. Por ejemplo, cuando la resurrección de
Jesús, los soldados ven salir de la tumba dos figuras inmensas;
llaman al centurión que estaba de guardia y los tres ven que
sale del sepulcro una tercera figura, con una cruz que llega has-
ta el cielo, y escuchan una voz: "¿haz predicado a los muertos?"
En esta forma, el hecho de la resurrección quedaría atestiguado
por tres testigos objetivos e imparciales, dado que no eran dis-
cípulos ni apóstoles de Jesús. Pero nos preguntamos: ¿Gana el
hecho de la resurrección de Cristo con semejantes cuentos?
Resumen de esta primera etapa: Los Evangelios aparecen
como escritos que nos han llegado hasta nosotros en una exce-
lente condición textual; pertenecen a autores del primer siglo;
narran la historia de un hecho confirmado por la historia pro-
fana y evocan un medio ambiente palestinense que data exac-
tamente de la época en la que tal hecho tuvo lugar. Nuestros
cuatro Evangelios, son, pues, documentos verdaderamente his-
tóricos!
Pero, ¿cómo lo son? En efecto, hay historia e historias. La
presentación del hecho evangélico no es desinteresada, sino
doctrinal, hecha por testigos de fe. En una segunda etapa, va-
mos a ver sin embargo, cómo los Evangelios —aunque sean
escritos nacidos de la experiencia religiosa de la primera co-
munidad cristiana—, son testimonios de un verdadero valor
histórico que nos permite llegar hasta el mismo Jesús de Na-
zareth.
II L A C O N D I C I Ó N H I S T Ó R I C A D E L O S
EVANGELIOS
1) Características de la predicación apostólica.
0 1 1 Dado que los Evangelios se derivan —como vimos— de
fe * la predicación apostólica, las notas características de
esta predicación nos ayudarán a comprender el carácter histó-
rico propio de los Evangelios.
a) La predicación apostólica tuvo una finalidad fundamen-
talmente histórico-biográfica, a pesar de que no trataba de refe-
48
rir una completa "Vida de Jesús": Intentaba conservar los he-
chos relativos a la vida de una persona, Jesucristo, los hechos
de su existencia y de su actividad, al mismo tiempo que su doc-
trina.
b) La predicación apostólica, al narrar los hechos de Je-
sús, buscaba dar una enseñanza religiosa, la cual recibida con
fe debía servir a los hombres como camino de salvación.
c) La predicación de los hechos y dichos de Jesús era una
trasmisión no mecánica, sino viva, que respondía al carácter
de cada predicador. Cada uno era un testigo ocular o auricular
y había observado las cosas de un modo personal, según le hu-
bieran impresionado personalmente. Por lo mismo, en su pre-
dicación, cada uno destacaba más una cosa que otra en los he-
chos y dichos de Jesús, e imprimía su personalidad en el mis-
mo modo de narrar.
d) Otra nota característica de la predicación apostólica es
el nivel popular en el que se mantenía de ordinario. No sólo por-
que los apóstoles eran gente sin especial cultura, sino también
porque sus oyentes pertenecían al pueblo sencillo. Ellos no pre-
tendían hacer un relato oficial de los acontecimientos de Jesús,
como para un "archivo" de Estado y menos todavía presentar
una copia "taquigráfica" o "grabación magnetofónica" de lo
que habían visto y oído, como lo haríamos nosotros ahora. Sus
indicaciones cronológicas eran, por lo mismo, bastante vagas
y usaban fórmulas de transición, para pasar a otro tema, sin
la precisión de hoy. Vgr. "entonces", "en aquél día", "en aquél
tiempo", etc. (1).
e) La doctrina expuesta se reducía a puntos muy esencia-
les, a la manera de un Catecismo y se usaban medios mnemotéc-
nicos para ayudar a grabarlos en la memoria.
De ahí:
—Las agrupaciones por medio de números (7, 3, 5, 2), que
aparecen también en los Evangelios,
—la concatenación de varios dichos de Jesús por medio
de "palabras—recuerdo". (Me. 9, 33-50; Le. 6, 38 a-b);
(1) Pueden verse abundantes indicaciones en "INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA" de A.
Robert-A. Feuillet, Herder, Barcelona, 1965, Vol. T, pp. 172-175.
49
 —las colecciones de discursos dirigidos al pueblo (Mt. 5-7)
o a los discípulos (Mt. 10);
—las colecciones de parábolas (Mt. 13) y de milagros
(Mt. 8) etc.
f) Finalmente, la predicación apostólica adaptaba la ense-
ñanza a la variedad de oyentes y de circunstancias. Para ciertas
necesidades, subrayaba ciertos aspectos de los hechos y dichos
de Jesús. De los muchos que tenía a su disposición, escogía
precisamente aquellos que se adaptaban mejor, vgr. para co-
rregir ciertas creencias religiosas o vicios del auditorio o por el
contrario, para animar sus buenas tendencias.
2) Características de los Evangelios.
6 0 £ Lo anterior nos permite entender cuál es el "género li-
£ v terario" propio de los Evangelios.
a) Los Evangelios tienen —como la predicación Apostó-
lica— una intención fundamentalmente histórico-biográfica.
Trasmiten la Buena Nueva de Jesús sobre la base de lo que
realmente aconteció. Son por naturaleza libros de historia, aun-
que no han sido escritos con una finalidad científica de histo-
ria ni como biografía al estilo moderno.
"Los Evangelios no son una especulación doctrinal, sino la
atestación del hecho de Jesús". (León-Dufour).
b) Los Evangelios son libretos catequéticos que ofrecen una
enseñanza religiosa sobre la base de la historia. Los hechos y
dichos de Jesús, referidos con fidelidad, reciben en ellos la in-
terpretación que les da la fe madura de los apóstoles y Evange-
listas. Los Evangelios no son, pues, puros libros de historia.
Contienen una predicación religiosa y una catequesis.
c) Cada Evangelio tiene un carácter propio que correspon-
de a la fisonomía propia del apóstol cuya predicación viva re-
coge. Cada uno tiene un modo característico de narrar y de
presentar los mismos hechos y dichos de Jesús.
d) Los Evangelios conservan el carácter popular de las en-
señanzas de los apóstoles. No tienen pretensiones académicas
ni mucha exactitud cuando se trata de fechas, lugares, datos
personales, etc.. . .
50
t
e) Cada uno de los Evangelios ofrece sólo puntos esencia-
les y no todo el evangelio de Jesús. Es casi como un Catecis-
mo. Utiliza también recursos mnemotécnicos para ayudar a la
memoria, como lo hacía Jesús y lo hacían los Apóstoles en su
predicación.
f) Cada Evangelio presenta la misma Buena Nueva de Je-
sús pero adaptada al auditorio y a la finalidad que pretendía ca-
da evangelista, como veremos adelante en cada uno de ellos.
3) /Los Evangelios, "vida" o historia de Jesús?
1 1 ¿Q u ¿ nos ofrecen, en concreto, los evangeüos acerca de
1
0 L 0 Jesús? Modernamente se han dado dos excesos que de-
bemos evitar cuando se trata del Jesús de los Evangelios.
a) El escepticismo histórico. Dado que los evangelios son
más una enseñanza catequética que una biografía moderna y
dado que ofrecen una imagen de Jesús tal como la veía la fe
de la primitiva comunidad Cristiana, algunos han juzgado erró-
neamente que los Evangelios solo nos dan a conocer a un "Cris -
to de la Fe", inventado por la primera comunidad y no al ver-
dadero Jesús de la historia. (R. Bultmann, F. Gogarten).
A*y Esta afirmación desconoce el carácter propio de los
0 L f Evangelios. Ellos trasmiten fielmente un testimonio his-
tórico acerca de los hechos y dichos de Jesús, testimonio basa-
do en testigos presenciales de plena confianza, como fueron los
Apóstoles.
"Los predicadores de la fe no quisieron contar todo lo referente
a Jesús, pero no quisieron contar sino lo sólido y bien fundamenta-
do históricamente". (P. Benoit).
Es imposible separar el mensaje Evangélico de la existen-
cia histórica de Jesús. Más allá de la primitiva comunidad Cris-
tiana y más allá de la experiencia religiosa de los Apóstoles,
podemos llegar a través de los evangelios, a algo "objetivo" e
"histórico": El mismo Jesucristo!
"Existe ciertamente un sustrato histórico objetivo que se impo-
ne independientemente de toda creencia y de toda simpatía hacia
el fenómeno cristiano. . .
Jesús, judío auténtico en sus orígenes y en su comportamiento,
vivió en Palestina, curó a enfermos, reunió algunos discípulos en
51
 torno de si, predicó el reino que venia, habló de manera tan per- En Conclusión
sonal que todavía hoy se reconoce el acento de su voz a través de
Los Evangelios no son Vidas de Jesús, sino "Libros de His-
sus evangelios
Muño de muerte violenta bajo Poncio Pilato, debido a sus pre-
toria pero dominados por una fe que quiere comunicarse" (3)
tensiones Mesiamcas, fue voluntanamente a la muerte mantemendo Si la realidad histórica de los Evangelios es muy comple-
su doctrina y sus pretensiones Ultimo punto que comunican los ja, no por ello es menos cierta Tenemos todos los motivos pa-
testigos de la época Sus discípulos afirman que lo han visto vivo ra conservar una total confianza en estos "testigos escogidos de
después de la muerte" (2) ante-mano por Dios" (Hechos 10,41), cuyo testimomo valedero
acerca de Jesús recogen nuestros cuatro Evangelios'
b) Historicismo Biográfico Otro exceso sería el querer re-
construir con base en los Evangelios una biografía completa de
Jesús al estilo moderno Con un perfecto retrato sico-somatico CUESTIONARIO
de Jesús, una locahzacion exacta de todas sus correrías, una
15 ¿Como se escribían los libros en el siglo l ' 9
cronología detallada de los acontecimientos de su vida, listas 16 ¿Cuando se llama "íntegro" a un libro 9
precisas de nombres y sitios Tal ha sido el error de algunas 1
17 ¿Qué fuentes principales nos han trasmitido el texto evangélico 9
"vidas" de Jesús, intentadas hace años en el campo católico y ' 18 ¿Cuales son los papiros mas antiguos 7 ¿Los códices mas importantes''
entre los protestantes liberales modernos (Stauffer, Bornkamm) H9 ¿Qué argumento tenemos a favor de la integridad de los actuales 4 Evan-
Pueden, si distinguirse con claridad vanos periodos en la gelios7
20 ¿Cuando se llama "auténtico" a un libro 7
vida de Jesús v
21 ¿En qué están acordes los testimonios del siglo II« respecto de la autentici-
t Topográficamente, el movimiento de su existencia va de dad de nuestros 4 Evangelios 7
la Galilea hacia la Judea, pasando por las fronteras de Galilea, 22 ¿Cual es el valor y por qué de dichos testimonios 7
en Cesárea de Fihpo, donde tuvo lugar la profesión de fe de 23 ¿Qué correspondencias ha encontrado la ciencia moderna con los datos an-
Pedro tiguos de los Evangelios 7
t Personalmente, Jesús se sitúa en relación con Juan Bau- 24 ¿Que características tenia la predicación oral apostólica7
tista, con Herodes, con los Fariseos, con Poncio Pilatos 25 ¿Como han quedado reflejadas en los Evangelios las características de la
predicación apostólica 9 Dé ejemplos
t Doctrinalmente, la enseñanza de Jesús acerca de la nece- 26 ¿Los Evangelios son una Vida o una Historia de Jesús 7 Razones
sidad de la pasión, pertenece al segundo período de su vida pu- 27 ¿En qué está el error por exageración del "escepticismo histórico' y del "his-
blica Este segundo período sigue a la incomprensión manifes- toncismo biográfico" respecto de Jesús de Nazareth 9
tada por las gentes de Galilea acerca de su mesianismo y a la
amenaza de Herodes TRABAJOS
t Cronológicamente pueden aun llegar a señalarse ciertas
1 Hacer una monografía sobre los principales papiros y códices (su descubri-
fechas claves como la del nacimiento de Jesús, el comienzo de miento, conservación, datos )
su vida pública, su muerte en Jerusalem Pero, dado el carácter 2 Elaborar por grupos un mapa situando alrededor del Mediterráneo los sitios
no biográfico de los Evangelios y su acentuada perspectiva doc- y fechas de los testimonios más representativos de las antiguas iglesias acer-
trinal, parecen destinados al fracaso los intentos de precisar una ca de los Evangelios
cronología detallada de la vida de Jesús, vgr Si el sermón inau- 3 Una investigación por grupos de los recursos mnemotécnicos, fórmulas de
gural fue el 19 de jumo del año 28, si la tempestad calmada fue transición, cronologías lugares personajes que se encuentran en los
en diciembre del mismo año, si la transfiguración sucedió el 6 Evangelios
de agosto del 29, etc
(2) X LEÓN DUFOUR, los Evangelios y la Historia , INTRODUCCIÓN A LA BIBLIA, (3) X Leon-Dufour LES EVANGILES ET L HISTOIREDE JESÚS, París, Du Seuil 1963,
Herder Vol II, P 313 314 p 215

52 53
 LIBROS DE CONSULTA

G. GONZÁLEZ-QUINTANA, S.J., Cristo Legado Divino, Medellín 1950, pp.

147-193.
F. VIZMANOS, S. J. Teología fundamental para seglares, (Bac. 229) Nos. 352-500.
Card. A. BEA, La historicidad de los Evangelios, No. 57 "Cuestiones actuales",
Razón y Fe, Madrid 1965, la. Parte.
J. R. SCHEIFLER, S. J., Asi nacieron los Evangelios, cap. 1, pp. 21-65.
J. LEAL, S. J., El valor histórico de los Evangelios, Granada 1956.
A. WIKENHAUSER, Introducción al Nuevo Testamento, Herder Barcelona 1960.
Parte II. pp. 67-129.
A. ROBERT-A. FEUILLET, Introducción a la Biblia, Herder 1966, vol. II, cap.
7, pp. 304-320.

54
Capítulo 3 - SUMARIO

I - I O S ESCRITORES SAGRADOS MIEMBROS DEL PUEBLO DE DIOS

La "inspiración" que los hace escritores sagrados es la concentración sobre ellos de
un privilegio del pueblo de Dios, dirigido y asistido por el Espíritu Santo.

II - DIOS INSPIRA A LOS ESCRITORES SAGRADOS

La acción sobrenatural de Dios en los escritores sagrados influye en su mente, en

su voluntad, en sus facultades de ejecución, respetando todo su carácter humano
personal y ambiental. Los Libros inspirados son, pues, todos "PALABRA DE DIOS"
en su contenido Y "PALABRA DE LOS HOMBRES" en su forma.

III - CONSECUENCIAS DE LA INSPIRACIÓN

1. La Sagrada Escritura, siendo Palabra de D.os, NO CONTIENE ERROR NINGU-

NO en lo referente a nuestra salvación.
2. Y es MEDIO EFICAZ para ayudar a todo hombre camino de su salvación.
3. LA IGLESIA posee las llaves de lectura auténtica e interpretación de este Libro
del pueblo de Dios.

EL CARÁCTER INSPIRADO DE
LOS EVANGELIOS
Hemos visto cómo la predicación de los Apóstoles, "Minis-
tros de la Palabra", Testigos de Jesús, ha sido fielmente consig-
nada en nuestros Evangelios. Se trata del "testimonio" de unos
hombres cuyo mayor y más sagrado compromiso era no sola-
mente el trasmitir las cosas de las que habían sido testigos, si-
no también el cuidar y controlar la conservación de dicho tes-
timonio en toda su pureza. Es verdad que su testimonio es una
"predicación", una enseñanza religiosa viva. Pero ésto no dis-
minuye el valor histórico de los Evangelios.
Hay algo más. Los cuatro Evangelios —como los demás
escritos "canónicos"(l) del Antiguo y Nuevo Testamento— son
además "Palabra de Dios", libros "inspirados", libros "sagrados"
que tienen a Dios por Autor.
"Estos libros, dado que están escritos bajo la inspiración del Es-
píritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales han sido entre-
gados a la misma Iglesia" (VATICANO II, Constitución Dogmática
de la Divina Revelación, 11).
I LOS ESCRITORES SAGRADOS,
DEL P U E B L O DE D I O S
No se puede separar nunca el escritor sagrado (en nuestro
caso, el Evangelista) de su medio ambiente. Y este medio am-
biente no es un grupo social o religioso cualquiera: es la comu-
nidad que el mismo Espíritu Santo ha escogido y que El dirige
y asiste.
Los escritores inspirados del Nuevo Testamento, que es-
criben acerca de Jesús, son hombres que pertenecen a la primi-
tiva comunidad cristiana y se benefician del Espíritu que ani-
ma toda la comunidad. La llamada "inspiración", que los hace
escritores sagrados, es como la concentración sobre ellos de un
(1) Escritos incluidos por la autoridad suprema de la Iglesia en el Canon o Regla oficial
de los Libros Sagrados.
58
privilegio del pueblo, que no les es concedido sino para servi-
cio de todos.
II D I O S I N S P I R A A L O S E S C R I T O R E S
SAGRADOS
Cuando se habla de inspiración bíblica ó escriturística no
se trata de una inspiración profana, como puede ser la de un
artista o poeta. Tampoco se trata de la inspiración religiosa que
puede encontrarse aún en obras no-cristianas y que no supera
el nivel del genio humano.
rt 1 ' La inspiración bíblica es una acción sobrenatural de Dios,
ti £ a la vez discreta y profunda, que respeta enteramente la
personalidad y las facultades de los autores humanos, y a la
vez, los eleva por encima de ellos mismos para que consignen
por escrito todo lo que Dios quiere y sólo lo que Dios quiere.
e t%n El influjo de esta inspiración divina sobre la sicología de
L 3 los escritores sagrados, fue puntualizada por León XIII
en su encíclica sobre la. Sagrada Escritura. Se enumeran aüí
tres efectos de la acción divina sobre el autor humano: sobre
su mente, sobre su voluntad y sobre el ejercicio y ejecución
que hace de la obra.
"El Espíritu Santo de tal manera los excitó y movió con su in-
MIEMBROS
flujo sobrenatural para que escribieran, de tal manera los asistió
mientras escribían, que rectamente habían de concebir en su mente
y fielmente habían de querer consignar y expresar aptamente, con
infalible verdad, todo aquello y solo aquello que El mismo les man-
dara".^)
Sería, sin embargo, un error concebir esta acción de Dios
en el escritor sagrado, como quitándole a éste su personalidad
o su actividad o su estilo propio. El escritor inspirado no es un
repetidor autómata de cosas que hubieran sido grabadas en él
por Dios, ni es un copista o un secretario que escribiera lo que
Dios le dictara, ni siquiera es un instrumento humano y cons-
ciente que utilizara la Mano de Dios para escribir sus libros
sagrados. Es un verdadero autor, que realiza la obra querida
(2) "PROVIDENTISSIMUS" 1893, ENCHIRIDION BIBLICUM 125; DENZINGER 3293.
59
por Dios con el pleno uso de sus facultades y de los medios que
le parecen más conducentes para ello.
n m A El Vaticano II ha querido destacar este aspecto de la ins-
., ¡11* piración que hace que los libros inspirados tengan por
Autor, a la vez, a Dios y a los hombres y sean, por consiguien-
te, en su contenido "Palabra de Dios" y en su forma "Palabra
de los hombres". El libro inspirado es obra de Dios y obra tam-
bién del escritor sagrado (o Hagiógrafo) de tal modo que todo
el libro es de Dios y del autor humano.
"En la redacción de los libros sagrados, Dios eligió a hombres
que utilizó, usando ellos sus propias facultades y recursos, de forma
que obrando El en ellos y por ellos, escribieron como verdaderos
autores, todo y solo lo que El quería.(3)
Los libros inspirados —como son los Evangelios— son li-
bros humanos que expresan un pensamiento humano y gozan
de una veracidad histórica humana y a la vez, libros divinos
que expresan el pensamiento de Dios y gozan de una garantía
absoluta de verdad en lo que afirman formalmente. Todo en
ellos es del hombre y todo es de Dios.
III CONSECUENCIAS DE LA INSPIRACIÓN
1) La sagrada Escritura no contiene error para nuestra
salvación.
Q1 Del hecho de que los libros inspirados tengan a Dios
0falsas
u I por autor, se sigue el que no puedan ellos afirmar cosas
en lo referente a nuestra salvación. Es lo que se llama
"inerrancia" de las Escrituras o inmunidad de error. Recogien-
do toda la doctrina anterior de la Iglesia, lo expresa así el Va-
ticano II:
"Como todo lo que los autores inspirados o hagiógrafos afir-
man, debe tenerse como afirmado por el Espíritu Santo, hay que
confesar que los libros de la Escritura enseñan firmemente con fi-
delidad y sin error, la verdad que Dios quiso consignar en las sa-
gradas letras para nuestra salvación".(4)
(3) CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA SOBRE LA DIVINA REVELACIÓN Cap. III, 11.
(4) CONT. DOGM. REVELACIÓN, 11.
60
¿Cuál es esa verdad?
Es la verdad religiosa, pertinente a nuestra salvación y afir-
mada en cuanto tal por el libro Sagrado. Respecto de las otras
verdades, no consignadas en la Biblia para nuestra salvación
(vgr. referentes a materias profanas, científicas) el carácter ins-
pirado del Libro, no asegura su inmunidad de error.
¿Cómo se descubre esa verdad?
Dado que el autor humano ha sido completamente libre
en el uso de sus facultades y en los medios de expresión, para
llegar a descubrir la verdad que Dios quiso consignar por su
medio, es preciso entrar de lleno en los juicios del escritor ins-
pirado.
"Habiendo, pues, hablado Dios en la sagrada Escritura por
hombres y a la manera humana, para que el intérprete de la Sa-
grada Escritura comprenda lo que El quiso comunicarnos, debe
investigar con atención qué pretendieron realmente expresar los
hagiógrafos y quiso Dios manifestar con las palabras de ellos".(5)
p '' Para ello, hay que conocer el modo humano de relatar
en general y después, en concreto, el modo propio que
tienen los orientales de relatar. Hay que investigar las mane-
ras de decir o "géneros literarios" usados por los escritores sa-
grados:
"Para descubrir la intención de los hagiógrafos, entre otras co-
sas hay que atender a "los géneros literarios", puesto que la verdad
se propone y se expresa ya de maneras diversas en los textos de di-
verso género históricos, proféticos, poéticos o en otras formas de
hablar. Conviene, además, que el intérprete investigue el sentido
que intentó expresar y expresó el hagiógrafo en cada circunstancia,
según la condición de su tiempo y de su cultura, según los géneros
literarios usados en su época".(6)
(5) CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA DE LA SAGRADA REVELACIÓN, 12
(6) CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA DE LA SAGRADA REVELACIÓN, 12.
61
 2) La sagrada Escritura es instrumento para nuestra sal-
vación.
Dado que la Palabra de Dios es Palabra de vida, Palabra
de salvación, Palabra de justificación: La lectura atenta y pia-
dosa de la Biblia es un medio eficaz de salvación para todo
hombre Ya lo decía San Pablo a su discípulo Timoteo
"Puesto que toda la Esentura es divinamente inspirada es útil
para enseñar, para argüir para corregir, para educar en la justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y equipado para toda
obra buena" (2 Timoteo 3, 16-17)
La Palabra que sale de la boca de Dios no regresa a El va-
cía, sino que hace obra bienhechora en los hombres que la re-
ciben
"Pues asi como la lluvia y la nieve descienden del cielo y alia
no vuelven, sino que empapan la tierra y la fecundan y hacen ger-
minar , asi es mi palabra, que sale de mi boca no tornara a mi
vacia, sin qje haya producido lo que yo quena, y llevado a efecto
felizmente aquello para lo cual la envíe" (Isaías 55, 10-11)
3) La Iglesia tiene la llave para leer la Sagrada Escritura
0 9 *% La Biblia es el libro de la Iglesia, es decir del pueblo de
w v Dios sobre la tierra Es al pueblo de Dios a quien Dios
ha hablado. Ningún otro puede, pues, reconocer y comprender
perfectamente la voz de Dios sino El La Iglesia es la única
que posee las llaves que abren la plena comprensión de los li-
bros sagrados La Iglesia es, además, la que ha distinguido los
verdaderos escritos inspirados o "canónicos", de los escritos
"apócrifos"
La Biblia es la parte escrita de las tradiciones de familia
del pueblo de Dios. Él Espíritu de familia en el pueblo de Dios,
en la Iglesia, es el Espíritu Santo. Todos los cristianos partici-
pan de El, como todas las células del organismo humano par-
ticipan del alma que lo animan Pero en la Iglesia, como en
el cuerpo humano, existen grandes sistemas vitales, los siste-
mas nervioso, sanguíneo, etc , a los cuales debe unirse cada
célula Así sucede con el poder de enseñanza y de dirección
confiado por Cristo a los Apóstoles y a sus sucesores El repre-
62
senta el autentico espíritu de familia y es el único calificado pa-
ra juzgar e interpretar la Biblia en la Iglesia
"Fue el Espíritu Sanio quien guio a la Iglesia primitiva en la
lenta elaboración de los evangelios, hasta su redacción final e ins-
pirada Fue El, en ultimo termino, quien quiso que la obra reden-
tora de Jesucnsto, quedara consignada en un genero literario único
"Evangelio", "buena nueva"
(J R Scheifler S J p 216)
CUESTIONARIO
28 ¿En qué consiste la llamada "inspiración" de los Libros sagrados 7
29 ¿Que efectos produce la acción divina de la inspiración en los autores sa-
grados1'
30 ¿En que sentido afirma el Vaticano II que los libros sagrados son todos a la
vez "Palabra de Dios" y 'palabras de los hombres" 9
31 ¿En que consiste la "inerrancia" de las Sagradas Escrituras y a que verdad
se refiere9
32 ¿Que son los llamados "géneros literarios" de las Escrituras 9 Enumere al-
gunos
33 ¿Por que solo la autondad de la Iglesia puede interpretar auténticamente las
Esenturas 9
TRABAJOS
1 Hacer cada uno una lista de los libros canónicos" e "inspirados", recibidos
2
como tales por la Iglesia
Hacer un catalogo de dichos libros, según su "genero hterano"
3 Investigar por grupos La historia del Canon de los libros inspirados al
gunas de las sentencias dadas en este siglo para explicar mejor la inspiración
de la Biblia
LIBROS DE CONSULTA
L A SCHOEKEL, S J , La Palabra inspirada Herder Barcelona 1966, III Los
Autores inspirados, pp 153-219
Card A BEA, La historicidad de los Evangelios Madnd 1965, II Parte
J SCHILDENBERGER, "Inspiración e inerrancia de la Sagrada Escritura", Pa
norama de la Teología actual, Guadarrama Madrid 1960, pp 143-158
A BARUCQ-H CAZELLES, "Los libros inspirados", Introducción a la Biblia,
Herder 1966, vol I
63
Capítulo 4 - SUMARIO

I - DATOS GENERALES DE MARCOS

Juan-Marcos, después de la muerte de Pedro, dirige a los romanos su Evangelio,

que si es pobre estilísticamente, es de un inmenso valor NARRATIVO Y TESTIMO-
NIAL

II - ESTRUCTURA DEL EVANGELIO DE MARCOS

Siguiendo el esquema tradicional en el que presentaban los Apóstoles los hechos

de Jesús, l o en su ministerio de GALILEA y luego en su ministerio en JERUSALEM,
Marcos subraya las dos etapas de la manifestación de Jesús 1 o como MESÍAS y
luego como MESÍAS TIPO SIERVO DE YAHVE E HIJO DEL HOMBRE

III - VALORES DOCTRINALES DE MARCOS

Su cnstología no desmerece en nada de la del restante Nuevo Testamento Jesús

se revela progresivamente, como HIJO DE DIOS, a través de su enigmática expre- "Marcos, intérprete de Pedro, escribió con
sión de "Hi|o del hombre '. diligencia cuanto recordaba".

(Papías, año 1401


EL EVANGELIO SEGÚN
MARCOS
Es el Evangelio más antiguo y el más breve de todos. (673
versos).
Poco comentado en la antigüedad, desde el siglo XIX ha
venido adquiriendo cada vez más importancia porque se le ha
reconocido un incalculable valor histórico y de él dependen no
poco los evangelios de Mt. y Le.
En el fondo, toda la importancia la tiene porque viene a
constituir por escrito "Las memorias de Pedro", ese Evangelio
o Buena Nueva de salvación anunciado por Pedro a los roma-
nos.
Por su misma sencillez e ingenuidad en la narración es dig-
no de todo aprecio cuando se busca la historia objetiva e im-
parcial de Jesús. N o hay en él un plan doctrinal, un sistema
preconcebido, un afán literario. N o hay en él sino una fe en
Jesús, como Señor y Cristo. La fe de S. Pedro, la que se le im-
puso con los hechos de Jesús!
3) Destinatarios.
Los romanos. Me. traduce las palabras arameas que ha
conservado en su texto y explica para sus lectores las costum-
bres y usos de los judíos. Emplea gran número de palabras la-
tinas. Habla de Simón Cireneo como del "padre de Alejandro
y Rufo". (15,21 cfr., Rom. 16,13).
4) Estilo de Marcos.
0 #%i f Bajo el punto de vista de arte literario es pobre.
J i f Bajo el punto de vista de testimonio es muy rico:
tiene vida y realismo.
a) Su vocabulario es pobre (porque es popular y no refi-
nado):
—de las 1.270 palabras de la revelación en el Nuevo Testa-
mento, sólo 38 en Me.
—repite mucho las palabras y las frases
—partícula "kai" entre sus 80 perícopas
—usa mucho diminutivos: perritos, navecilla, hijita.
Su sintaxis es pobre, sencilla: no usa frases subordinadas
sino siempre coordinadas (kai) ni su construcción es bella (vgr.
1, 21-39).
En sus mismas narraciones sigue un esquema fijo, estereo-
tipado, vgr.

f 7,32-36
I DATOS GENERALES "y le traen un sordo,
y le piden que ponga mano
1) Autor
y tomándolo aparte
y escupiendo,
Toda la tradición (Papias hacia el 125, S. Justino hacia y volviendo la vista . . .
150, Ireneo fin s. I I , Tertuliano, Clemente de Alejandría. . .) ha dice. . .
visto en el 2o. Evangelio la obra de Marcos, discípulo de Pedro y hablaba correctamente
y compañero de Pablo en su la. misión (Hechos, 12, 35; 13, 5; y les mandó que no dijeran"
Col, 4, 10). Es el llamado en los Hechos unas veces Juan, otras 8, 22-26
Marcos ( = Juan M e ) . Marcos colaboró con Pedro (1 Pedro "y le traen un ciego
5, 13) y en la casa de su madre, Pedro se hospedó cuando salió y le piden que lo toque
de la prisión (Hechos 12,12) hacia el año 44. y tomando,
y escupiendo
y volviendo la vista decía. .
2) Fecha
y veía todo claramente
y lo mandó a su casa
Año 65. Después de la muerte de Pedro (64). Pero el Apo- diciendo: nó"
calipsis ya lo supone.
67
66

t 1, 25-28 = 4, 39-41
t 11, 1-6 = 14, 13-16
t Entrada a Jerusalem = Preparación de Cena
envía discípulos
una predicación
respuesta a apóstoles
Cumplimiento de predicción de Jesús.
1 C b) Carácter pintoresco, vivido, concreto, espontáneo y de-
0 v w tallista de sus narraciones, que indican un testigo ocular,
que dejan la impresión de algo visto!
Swete ha contado 11 palabras diferentes para designar la
casa y sus partes, 10 para los vestidos, 9 para los alimentos.. .
Frecuente uso del presente histórico ( = 140) vgr. 4, 37-38
cfr. Le. 8, 23.
Ejs. Suegra de Simón (1, 29-32); hija de Jairo (5).
Son rasgos muy de Me. los que precisan una afirmación
tal vez vaga (vgr. "Su nombre se esparció por todos lados",
"en toda la región de Galilea", "a la caída del sol") o que se
entremezclan sin saber por qué en un relato (vgr., la hija de
Jairo se levanta y anda, "porque tenía 12 años": 5, 42).
"No anadeo nada a la lección moral o apologética; no hacen
más admirable el milagro; no realzan la personalidad de Jesús: es-
tán en el relato porque han estado en la naturaleza". (V. TAYLOR).
En conclusión: "El estudio del estilo de Me. autoriza una refle-
xión importante. Me. no es un estilista, ni siquiera un narrador de
talento; aparece como un reportero fiel, ingenuo. Esto se desprende
del carácter estereotipado de los relatos tanto como de la indigencia
de su vocabulario y de los rasgos con que siembra su obra. Al lado
de esto, o más exactamente sustentando eso, existen esquemas fir-
mes que Me. parece no haber creado literariamente, sino haber re-
cibido de la comunidad.
Había así, en el origen de Me. 2 factores conjugados: un testigo
ocular y una tradición esquemática de la comunidad!"
(LEON-DUFOUR, Introducción a la Bibüa II, P. 205).
II ESTRUCTURA DEL EVANGELIO DE MARCOS
1) Horizontal:
| *| | | Siguiendo indicaciones geográficas que no son sin em-
Íi *J l* bargo muy definidas. Da un orden que corresponde al
tradicional de las predicaciones de Pedro y Apóstoles:
68
I Ministerio de Galilea \ _ Q >t i
II Viajes fuera de Galilea J ~ y c a P U u l o s -
—Consiste en contar las obras poderosas que Jesús había
obrado entre los judíos porque eran las que lo acreditaban
como Señor y Mesías.
III Ministerio en Jerusalem \ n 'ti
IV Pasión, muerte y resurrección ) "
2) Vertical.
Siguiendo el dramatismo interior y sicológico de la reve-
lación progresiva que hizo Jesús de sí mismo.(l)
Dos grandes períodos quedarían así demarcados: uno an-
tes de la confesión de Pedro (8, 29-30) y otro después.
—El primero es el de la revelación de la mesianidad de
Cristo, mesianidad que no es comprendida ni por sus parientes
ni por sus discípulos, hasta que llega el punto culminante de la
confesión de Pedro. La mayor parte de los milagros están si-
tuados en esta parte.
—El segundo indica un progreso. No es ya el hecho mis-
mo de la mesianidad sino el modo como ha de realizarse: el
misterio del Hijo del hombre sufriente y trascendente.
Plan:
Introducción: -1, 1-13.
I Revelación del hecho del Mesías. (1, 14-8, 30).
1. Jesús y el pueblo: 1, 14-3, 6.
2. Jesús y los suyos: 3, 7-6, 6.
3. Jesús y sus discípulos: 6, 6-8, 30.
II Revelación del misterio del Hijo del hombre (8, 31-16, 8).
1. El camino de cruz del hijo del hombre: 8, 31-16, 8.
2. El juicio de Jerusalem: 11, 1-13, 37.
3. Pasión y resurrección: 14, 1-16,8.
Apéndice posterior: apariciones: 16, 9-20.
(1) Véase X. LEON-DUFOUR, Introducción a lo Biblia. Herder 1965, Vol. II op.
208-211.
69
 Observación:
Lo anterior ayuda a precisar el género literario de Me. Su
Evangelio no es una "vida de Jesús" en sentido moderno: su
cronología y topografía no son tan precisas como para ello.
De los grandes hechos de Jesús vistos por un testigo ocular
(Pedro), el evangelista destaca un significado doctrinal de uti-
lidad catequética:
"El evangelio de Me. es "una especie de vademécum del cate-
quista". (HUBY).
Síntesis conclusiva de la estructura de M e :
^ Revelación de Jesús ^ ^
1) Jesús, el Hijo de Dios.
El título del Evangelio de Me. es significativo: "comienzo
del Evangelio, de J.C., el Hijo de Dios". Su Evangelio tiene
por objeto a Jesucristo, su venturoso mensaje se centra en la
persona misma de Jesucristo. Quiere revelar a los paganos la
buena nueva de que Jesucristo es el Hijo de Dios, en sentido
propio y no solamente en sentido mesiánico!
La expresión "Hijo de Dios" no abunda tanto en Me. co-
mo en Mt. Sólo aparece en momentos cumbres: Bautismo,
transfiguración, testimonio del centurión a nombre de los pa-
ganos.
Muy rara vez encontramos en Me. el título de Cristo, Hijo
de David, Señor, Profeta.
Su papel es el de Maestro y más especialmente en Me. el
de taumaturgo.

Galilea Viaje de Jerusalem

2) Jesús hijo del hombre
8, 27
Uso prevalente por Cristo que no aparece en libros del N
Mesianidad Siervo de Yahvé T. Término que encerraba en sí algo de enigmático y misterio-
Hijo del H. Transe. so (cfr. Dn. 7,13), a través del cual Jesús —sin peligro de un
mesianismo terreno— fue revelando progresivamente su misión
Incomprensión humana- de Siervo de Yahvé y su trascendencia mesiánica (personaje
celeste y juez escatológico. . .)

III VALORES DOCTRINALES DE MARCOS 3) El secreto mesiánico.

"La cristología de Me. es una cristología elevada, tan elevada El hecho (especialmente recalcado y sistematizado por Me.)
037 como cualquier otra en el Nuevo Testamento, sin excluir la de Juan.
Con frecuencia se ha sostenido que, según M e , Jesús llegó a
Explicación:
ser Hijo de Dios por adopción, pero esto se basa en una lectura
superficial del evangelio., La concepción del evangelista es más bien, t Pedagógica (había que preparar los ánimos para ser
que Jesús es por naturaleza el Hijo de Dios, y que la voz oída en bien comprendido).
el bautismo lo declara como tal".(2)
t Cristológica (la naturaleza de la misión de Cristo, exi-
gía esa revelación progresiva): Mesías no temporal sino "siervo
de Yahvé".
(2) V. TAYLOR, The Gospel According To St. Mork, p. 121. Mesías trascendente.

70 71
 CUESTIONARIO

34. ¿Qué características tiene el Evangelio de Marcos desde el punto de vista de

estilo? Ejemplos.
35. ¿Qué características tiene Marcos desde el punto de vista de realismo que
denota un testigo ocular?
36. ¿Qué estructura o plan tiene el Evangelio de Marcos?
37. ¿Cómo es presentado Jesús prevalentemente en Marcos?

TRABAJOS

N
l.
Hágase una pequeña historia de Juan-Marcos con base en los datos de los
Hechos.
2. Analícense por grupos algunos elementos del estilo de Marcos (su pobreza de
vocabulario, su realismo, sus narraciones, la brevedad de los discursos, los
nexos entre las frases.. .)
3. Compárense esquemáticamente algunas de las narraciones de Me (vgr. 1,
25-28 y 4, 39-41; 11, 1-6 y 14,13-16).
4. Inténtese elaborar en un mapa de Palestina el recorrido geográfico y crono-
lógico de Jesús en su ministerio público, con base en sólo los datos de Me.
5. Hágase una lectura rápida de todo el Evangelio de Me. fijándose en las gran-
des etapas de la manifestación de Jesús como Mesías y haciendo sus obser-
vaciones y anotaciones personales.

LIBROS DE CONSULTA

X. LEON-DUFOUR, "El Evangelio según Marcos" Introducción a la Biblia, Her-

der 1965, vol. II, pp. 199-226.
A. WIK.ENHAUSER, Introd. al Nuevo Testamento, No. 23, pp. 132-143.
J. ALONSO, S. J., "Introducción al Evangelio de Marcos", Sagrada Escritura.
Nuevo Testamento, vol. I (BAC 207) pp. 365-379.
P. DRIJVERS, "El Evangelio según San Marcos", Cómo leer la Biblia I, vol. 55
de Col. "Cristianismo y hombre actual", Madrid 1963, pp. 127-185.

72
Capítulo 5 - SUMARIO

I - DATOS GENERALES DE MATEO

Levi el publicarlo, Apóstol de Jesús, escribió en arácneo su Evangelio para los cris-
tianos salidos del |udaísmo Es por excelencia EL EVANGELIO PALESTINIENSE
Conciso y estilizado en sus narraciones es NOTABLE POR LOS DISCURSOS y ense-
ñanzas de Jesús que recoge y agrupa ordenadamente

II - ESTRUCTURA DEL EVANGELIO DE MATEO

Se organiza en 6 grandes secciones, correspondientes a 6 SERMONES DE JESÚS

acerca del Reino de Dios, que presenta precedidos de una pequeña parte narra-
tiva

III - PERSPECTIVA DOCTRINAL DE MATEO

1 EL REINO DE LOS CIELOS en su misteriosa realidad es un tema clave y cons-

tante en Mt
2 Tiene una preocupación permanente de subrayar para los ludios, cómo EN JE-
SÚS SE CUMPLEN LAS PROMESAS DE LAS ESCRITURAS sagradas
Y pasando por allí, vio Jesús a un hom
3 Se trasluce en su Evangelio LA IGLESIA que estoba por entonces organizándose
bre que cobraba los Impuestos, de nom
para durar por siempre
bre Mateo y le di|o t siguemel
(Evangelio según Mateo 9,9)
EL EVANGELIO SEGÚN
MATEO
El primer evangelio es por excelencia el Evangelio eclesiás-
tico y doctrinal, lo que explica en parte la preferencia de que fue
objeto durante los primeros siglos (el más citado y comentado).
Su importancia se debe a que contiene "Los discursos del
Señor bien ordenados"!
I D A T O S GENERALES
1) Autor.
El testimonio de la tradición asegura que "Mateo el publi-
cano, hecho apóstol de Jesucristo escribió el primer evangelio
("puso en orden los logia" del Señor: Papías, a. 125) en lengua
hebrea (arameo); para los judíos convertidos a la fe". (Ireneo,
Orígenes, Tertuliano).
Observación:
Esto vale para el original arameo que no conservamos. El
canónico que poseemos en griego es "sustancialmente idéntico
con aquel" (Comisión Bíblica Dz. 2152), pero no constituye
una simple traducción sino toda una obra de Adaptación, en
griego, del original en arameo.
2) Fecha
Original arameo año 50-55
Mt. canónico año 67.
3) Destinatarios
9 0 Creyentes salidos del judaismo (probablemente de la co-
Q <3tJ munidadde Antioquía). El mismo Evangelio así lo in-
dica.
76
t Usa sin explicación palabras tomadas directamente del ara-
meo (raca, mamonas, gehenna; Eli, Eli lema sabachtani...) y
expresiones arameas como:
•"Libro de la generación" = genealogía.
• "En los días de" = en tiempo de
• "Reino de los cielos" (33 veces) = reino de Dios.
• "Abrir la boca" = tomar la palabra.
• "La carne y la sangre" = hombre en su aspecto natural.
• "Las puertas del infierno" = el poder infernal.
• "Caiga su sangre sobre nosotros" = recaiga sobre nos-
otros la responsabilidad.. .
t Asimismo las tradiciones y costumbres judías no se expli-
can vgr-, ablución de las manos.
t Preocupaciones doctrinales que suponen lectores judíos
vgr., acerca de la Ley mosaica y su relación con Cristo; cum-
plimiento de las escrituras por Cristo, hijo de David... Es de-
cir, es por excelencia el Evangelio palestiniano!
4) Estilo de Mateo.
0 w0 A3 Esnes.clara en Mt. la agrupación de discursos y de narracio-
Observemos algunas de sus características peculiares.
a) Respecto de las narraciones:
"El estilo del primer evangelio es más correcto que elegante,
mas claro que brillante. Menos rudo que el de Me. no tiene el sabor
pintoresco de éste. Menos erudito que el de Lc.no tiene las pala-
bras raras de éste, ni sus 'biblismos' calculados". (Benoii).
f Brevedad y concisión de los relatos!
• Curación del paralítico: 126 palabras en Mt, 196 en Me,
293 en Le.
• Ausencia en Mt. de nombres propios... de notas pinto-
rescas (cojín sobre el que dormía Jesús, dinero gastado en mé-
dicos por la hemorroisa, yerba verde en multiplicación de pa-
nes) de intermediarios (centurión, Herodíades).
77
 t Estilo hierático: Son ellos: f Sermón de la montaña (5-7).
t Consignas de misión (10).
El quitar al relato todo lo que es anecdótico o accesorio t Discurso en parábolas (13).
dando así carácter más solemne y eclesiástico a lo que narra, t Lecciones sobre la vida en comunidad (18).
vgr., curación de la suegra de Pedro sin comparsas ni testigos, t Discurso escatológico (24-25).
ni siquiera discípulos (1, 29-31).
• A Mt. le agrada la agrupación sistemática según ciertos
f Claridad en la composición y arreglo de los hechos: números favoritos (que pueden tener algún significado simbó-
lico, pero que sobre todo ayudan a la memoria):
"Mateo es superior a Me. por la lucidez de su composición
así como le es inferior por la vida". (Lagrange). t (7)• peticiones del Padre Nuestro
• parábolas
Vgr., la presentación del precursor comienza muy natural- •vae! ay de vosotros fariseos
mente y no por un paréntesis como en Me. (Mt. 3, 1-6); Zebe- • demonios que vuelven a la carga
deo se menciona al comienzo del relato del llamamiento de los • panes y 7 canastas
primeros discípulos y no al dejarlos. (Mt. 4, 21 x Me. 1, 20). • perdonar no solo 7 veces sino hasta 70 veces 7.
f Composición artificiosa (con simetría semítica) y agrupa- t (3) • tres tentaciones de Jesús
ción sistemática aun de los episodios narrativos. • tres temas: limosna, oración, ayuno
• la menta, el enebro y el comino
Vgr., genealogía de Jesús en 3 grupos de 14. • pedid, buscad, llamad a la puerta
• 3 veces "no es digno de mí"
Sección narrativa de 9 milagros en grupos de 3 (8,
• grupos de parábolas de a 3
1-9, 34).
• 3 anuncios pasión
b) Respecto de los discursos: • ora por 3 veces Huerto
• 3 negaciones de Pedro, etc. . .
Hemos visto cómo narra Mt. los hechos. Veamos ahora
cómo expone las enseñanzas y discursos del Señor. Es lo con- t (2) «endemoniados
trario de las narraciones. A la síntesis en los relatos, correspon- • ciegos
de el análisis en la doctrina. Su evangelio es esencialmente doc- • vocaciones
trinal. • falsos testigos

t Agrupación sistemática! le gusta asimismo el plural de categoría cuando se trata de 1

sólo, vgr., "estas piedras" (4,3), "buenas cosas" (7,11).

O í j Mt. es muy inclinado a agrupar las sentencias según la

t analogía de la materia de que tratan. Es así un verdade-
ro "compositor".
• Se reconocen 5 grandes discursos en su Evangelio, dada
la fórmula fija con que intencionalmente se los termina: "Y su-
cedió, cuando Jesús hubo terminado estos d i s c u r s o s . . . " (Cfr.
7,28; 11,1; 13,53; 19,1; 26,1).
t La composición regular o simétrica (propia de los semitas)
valiéndose de varios procedimientos. Vgr., paralelismo de sen-
tencias 5,13 ss; 5,29 ss; 5,44 ss; 7,7; 6,22 ss; 7,13 ss) y el reunir
en un mismo discurso diversos dichos sobre temas diferentes,
por la asociación de palabras (5, 27-30 en donde hablando del
adulterio trae sentencia sobre el escándalo, por asociación de
"mirar" y "ojo") (18, 1-14 niños y escándalo. . . ) .

78 79
 En conclusión:
i í Vemos que Mt. tiene un gran cuidado de orden lógico,
Ocomo
T 1 dada su finalidad didáctica. En las narraciones lo hace
por telescopio (fijándose solo en los elementos esencia-
les) y únicamente en cuanto sirven para corroborar la doctrina.
No le interesan las circunstancias de tiempo y de lugar sino las
sentencias doctrinales del Señor, que ordena bien, repite y dis-
pone de modo que se graben en la memoria.
Mt. no quiso darnos una biografía de Jesús. Su obra es más
bien catequética!
II ESTRUCTURA O PLAN D E M A T E O
No se puede negar que hay también en Mt. un cierto mar-
co geográfico (el tradicional de Galilea, fuera de Galilea, Jeru-
salem), y que hay un dramatismo o dinamismo interior que po-
dría dar base para proponer un plan como el siguiente:
I El pueblo judío rehusa creer en Jesús (c. 3-13)
II La pasión y la gloria
a. Hacia Jerusalem
b. En Jerusalem.(l)
Sinembargo, parece da mejor cuenta del Evangelio de Mt.
—eminentemente doctrinal y sistemático— el plan que lo divi-
de en cinco grandes secciones (cada una de ellas con un sermón
o núcleo central doctrinal y una parte narrativa que lo acom-
paña).
Plan básico:
Prólogo: Infancia de Jesús (1, 1-2,23).
I Sección: a) Preparación del ministerio de Jesús
(3, 1-4, 35).
b) Sermón de la montaña (5-7, 28).
II Sección: a) Parte narrativa (8, 1-9, 34).
b) Sermón misional (9, 35-11, 1).
(1) Véase X. LEON-DUFOUR, Introducción a la 8ibl¡a II pp. 179-182.
80
III Sección: a) Parte narrativa (11, 2-12, 50).
b) Sermón sobre el reino de los cielos (13,
1-13, 53).
IV Sección: a) Parte narrativa (13, 54-17, 27).
.b) Sermón eclesiástico (18, 1-19, 2).
V Sección: a) Parte narrativa (19, 3-23, 39).
b) Sermón escatológico (24, 1-26, 1).
Epílogo: Pasión y Resurrección (26, 2-28, 20).
III PERSPECTIVA D O C T R I N A L D E M A T E O
El mensaje evangélico de los sinópticos es común, pero se
puede observar en cada uno la perspectiva propia, la manera de
enfocar ese mensaje evangélico.
0 J«J 1) El Reino ( = malkouta) de los cielos (=de Dios, I Mac.
Tkí 3,60). -Mt. habla de él 51 veces (más que Le, 34 y que
Me, 14).
En él significa una realidad presente (que ya opera en la
tierra con la venida del Mesías), pero también futura (que está
todavía por realizar definitivamente).
Una realidad a la vez celeste y terrena:
—Es el reino del Dios de los cielos, que existe en el cielo.
—Que se realiza en la tierra como su imagen y su antici-
pación.
—Y que se consumará en el cielo.
Este Reino de Dios en la tierra, que debe consumarse en
el cielo tiene 3 tiempos:
t El reino inaugurado por la venida de Cristo.
t t El reino que se desarrolla sobre la tierra después de la re-
surrección ( = Iglesia).
fft El reino escatológico propiamente dicho, su consuma-
ción plena en el cielo.(2)
Mt. ofrece un buen número de pasajes con esta perspectiva
eclesial del Reino, que son suyos solamente e ignorados por los
otros evangelios-
La entrega de las llaves a Pedro, fundando sobre él la
Iglesia.(16,18—; 18,18).
Pedro camina sobre aguas (14,28-31).
Pedro paga con Jesús el tributo del Templo (17, 24-27).
(2) J. BOMS1RVEN, Le Regne de Dieu, Pprís 1957, p. 9.
81
 Pero especialmente tres discursos señalan las etapas y eco-
nomía de este Reino:
f Sermón de la montaña=promulga oficialmente el Reino.
t t Parábolas = revelan su misterio.
t t t Discurso escatológico = anuncia su fin.
2) El Cristo de las Escrituras:
Una de las preocupaciones dominantes de Mt. (preocupa-
ción en el fondo apologética) es la de leer la fe, los aconteci-
mientos del pasado a la luz de los planes de Dios. Quiere mos-
trar cómo en Jesús se cumplen las Escrituras, cómo Jesús es
por cierto el Mesías que anuncian las Escrituras: sus contem-
poráneos erraron, por consiguiente, rehusando adherir a su
mensaje.
De ahí, sus frecuentes citas de la Biblia, sobre todo en las
partes peculiares de Mt. La misma genealogía con que comien-
za no tiene interés biográfico sino teológico: para entroncar a
Cristo, en el tronco de Israel, como la flor que corona toda la
historia de salvación.
Así: • Jesús nace de una virgen, en Belén.
• Huye a Egipto.
• Vive en Nazareth.
• Se establece en Cafarnaum (y no en Jerusalem), en la
Gaülea de las naciones.
• Como Siervo de Yahvé ha tomado nuestras flaquezas
curando los enfermos.
• Ha predicado en parábolas.
• Ha entrado en Jerusalem en modesto atuendo.
• Ha sido arrestado como un malhechor.
• Habiendo sido vendido por 30 ciclos.
Por ello, también, los dos títulos que da de preferencia a
Jesús son los de "Cristo" ( = Mesías) e "hijo de David", en cum-
plimiento de las Escrituras
3) La presentación eclesial de su evangelio:
X¿ El primer Evangelio refleja la vida de una comunidad y
está escrito para ser leído en la Iglesia de su tiempo! Son tales
las preocupaciones eclesiásticas de este Evangelio que se ha
llegado a ver en él "la carta de una sociedad que se organiza
para durar". (M Goguet).
82
'Así por ejemplo:
t Actualiza para los cristianos lo que Jesús dijo para sus
contemporáneos:
• El sermón de la montaña, en un estilo sapiencial, inculca la
justicia cristiana a los cristianos de su tiempo
* Las críticas de Jesús a los escribas y fariseos pueden convenir
a los cristianos de la Iglesia dicen y no hacen (23,3), respon-
den que sí y no realizan (21, 28-32)
t Hay en Mt. una delicadeza mayor en la presentación de
los defectos y carácter humano de los apóstoles y aun se siente
un tono admirativo, sobrio y respetuoso para con los que la
Iglesia primitiva tenía ya como Jefes de la Iglesia de Cristo.
CUESTIONARIO
38 ¿Por que el Evangelio de Mateo es por excelencia el Evangelio palestinense 9
39 6 Que características tiene el estilo de Mt cuando se trata de narraciones y
cuando se trata de discursos 9
9
40 6 En que consiste la agrupación sistemática de que es tan amigo Mt Ejem-
plos.
41 ¿Por que es el Evangelio mas caracterizadamente doctrinal 9
42 ¿Como se estructura el Evangelio de Mt según sus grandes discursos? ¿Cuá-
les son esos discursos 9
43 ¿Qué se entiende en Mt por "Reino de los cielos" y qué características tiene 9
44 ¿Que índices hay de ser el Evangelio de Mt muy "eclesial" 9
TRABAJOS
1 Verificar en Mt algunos de sus procedimientos literarios semitas (palabras-
nexo, agrupaciones numéricas, paralelismos, repetición de formulas
2 Recoger en el Evangelio de Mt los textos referentes al Reino de los cielos
y organizados según sus vanos aspectos
3 Mostrar con textos concretos cómo Mt subraya en su Evangelio el cumpli-
miento de las Escrituras en Crislo-Jesus
4 Organizar el Evangelio de Mt. según un plan geográfico-dramático
5 Concurso al mayor número de palabras típicamente palestinenses y aramaís-
mos de Mt.
LIBROS DE CONSULTA
X. LEON-DUFOUR, Introducción ala Biblia, II, pp. 172-199. Los Evangelios y
la historia de Jesús, cap. 5
A WIKENHAUSER, Introducción al Suevo Testamento, N° 24, pp 143-161
S. del PARAMO, S. J., La Sagrada Escritura Nuevo Test. (BAC 207) 3-19.
83
Capítulo 6 - SUMARIO #

• DATOS GENERALES DE LUCAS

Compañero de viajes de San Pablo, autor del libro de los HECHOS, médico y hom-
bre culto, Lucas escribe su Evangelio para los salidos del paganismo, después de
una atenta y minuciosa INFORMACIÓN EN FUENTES orales y documentos ya es-
critos. Tiene ef cuidado de un HISTORIADOR seno y el estilo de un buen ESCRITOR.

II - ESTRUCTURA DEL EVANGELIO DE LUCAS

Intercalo entre las 2 tradicionales secciones del ministerio d« Jesús en Galilea y

luego en Jerusalem, una LARGA SECCIÓN PROPIA de rico material, en donde
aparece Jesús de via|e permanente hacia Jerusalem.

III - PERSPECTIVA DOCTRINAL DE LUCAS

1. Es el evangelista del PLAN SALVIFICO de Dios.

2. Del ESPÍRITU SANTO.
3. De la ORACIÓN y la ALEGRÍA evangélicas.
4. De dimensiones UNIVERSALES.
5. De la MISERICORDIA y bondad divinas. "Lucas expuso paro fos Fieles de origen
6. De PREOCUPACIONES SOCIALES interesantes. griego un relato completo y cuidadoso
de los acontecimientos".

(Prólogo antimarcionita, Siglo II)


EL EVANGELIO SEGÚN LUCAS
El Evangelio de San Lucas es una obra maestra en la que
se junta el interés del historiador culto de cultura griega y la fi-
delidad del evangelista a la palabra de vida!
I D A T O S GENERALES
1) Autor.
0 1K • Aunque la tradición a favor de Lucas no es tan antigua
• *í como la que favorece a Mt. y Me. ya en la 2a. mitad del
siglo II se atribuye el 3er. evangelio a Lucas, compañero de Pa-
blo y médico.(l)
• El "prólogo antimarcionita" (de fines del siglo II) da to-
davía mayores precisiones:
"Es un cierto Lucas, sirio originario de Antioquía, médico, dis-
cípulo de los Apóstoles; más tarde siguió a Pablo hasta su martirio.
Sirviendo al Señor sin falta, no tuvo mujer, no engendró hijos, mu-
rió en Beocia, lleno del Espíritu Santo, a la edad de 80 años. Así,
pues, como habían sido ya escritos Evangelios por Mateo en Judea,
por Marcos en Italia, él por la inspiración del Espíritu Santo escri-
bió este evangelio en las regiones de Acaia; explicó —al comienzo—
que otros evangelios habían sido escritos antes que el suyo, pero que
le había parecido muy necesario exponer con miras a los fieles de
origen griego un relato completo y cuidadoso de los acontecimien-
tos. . ."
• La crítica interna confirma estos datos de la tradición
eclesiástica.
Hoy no se duda que el autor del 3er. Evangelio es el mis-
mo de los Hechos:
Misma lengua, mismo estilo, mismo plan histórico, mismo
destinatario que es Teófilo.
(1) Canon de Muratori, Ireneo, Tertuliano, Clemente de Alejandría, Orígenes.
86
Y tal es ciertamente Lucas, compañero de Pablo (con él lo
encontramos el año 50 en Macedonia, del 58-60 en Jerusalem
y luego, lo acompaña a Roma hasta el final); de quien Pablo
habla tres veces en sus cartas. (Col. 4, 10-14; Filemón 1,24; II
Tim. 4,11).
Su terminología —aunque no pasa de ser la de un hombre
culto de su tiempo— indica una cierta familiaridad con el arte
de la medicina(2), y sus descripciones de enfermedades tienen
valor médicamente. (4,35; Hechos 3,7; 9,18).(3).
2) Fecha
Año 69; antes de la ruina de Jerusalem; después de Me.
cuyo Evangelio (o tradición al menos) conoció.
3) Destinatarios.
Cristianos salidos de la gentilidad.
t Le. omite los asuntos específicamente judíos.
f Explica instituciones judías conocidas por los judíos vgr.,
la de Pascua (22,1).
f Omite, o al menos mitiga, lo que pudiera parecer muy duro
para los paganos o chocante para su cultura griega, (vgr.,
curación con saliva que narra Me. en 7,3 ls y 8,22s).
f Por el contrario, describe particularmente lo que da gozo
a los paganos vgr. centurión que cree, buen samaritano,
leproso samaritano agradecido.
f Subraya el universalismo salvífico.
4) Fuentes de su Evangelio.
046 %Tradición común oral.
Evangelio de Me: Le. tiene 350 versículos de Me. so-
bre 1.149; a veces sus mismas palabras,
c) Una fuente común con Mt.: que explica las muchas
cosas comunes que tiene con Mt., a la vez que sus di-
ferencias de orden y forma literaria.
(2) Cfr. 4,38; 5,18.31; 7,10; 8,44; 21,34; Hechos 5,5.10; 9,40.
(3) Son ya una ampliación piadosa de la tradición, los detalles de que Le. es uno de
los 72 discípulos, uno de los de Emaús, pintor de la Virgen.
87
 d) La tradición de Jn. (nó su Evangelio todavía no es-
crito) que fácilmente conoció en Acaia (donde escri-
bió), región muy influenciada por Juan.
e) Un cierto influjo de Pablo, aunque Le. no redactó las
predicaciones de Pablo como sí lo hizo Me. con las
de Pedro: se echa de ver en la selección de materia, y
algunas concepciones vgr., Universalismo salvífico.
í) Finalmente Le. (como insinúa en su famoso Prólogo)
tiene sus fuentes propias con las que llena algunas
lagunas de los evangelios anteriores = 548 versículos,
5 milagros y 16 parábolas!
Observación:
O i l La materia propia, en vez de dispersarla por todo su
T I Evangelio la agrupa Le. principalmente en 2 secciones
que han sido llamadas:
—La pequeña inserción (Le. 6, 20-8,3).
—La gran inserción (9, 51-19,27).
5) Estilo apologético-histórico de Le.
En el prólogo (1, 1-14), manifiesta su doble intención y
método:
* Tanto histórico (investigación diligente de las fuentes es-
critas y orales).
• Como ordenativo (hacer una narración ordenada), con
miras a ofrecer a Teófilo el que "conozca profundamente la so-
lidez de la doctrina que se le enseñó".
Lucas es pues a la vez un historiador y un artista de la pa-
labra: tiene orden histórico y orden literario en su Evangelio y
pone en él cuidado histórico y cuidado literario.
a) El interés del historiador.
O "
J O Se muestra en Le. ya desde el prólogo: indica que para
él la fe debe tener un fundamento en los hechos histó-
ricos. El ha hecho sus investigaciones y supone que lo que va
a narrar está basado en testimonios autorizados.
Solamente en Le. (y no en Mt. ni Me.) encontramos la
preocupación por situar la actividad de Cristo, en el marco de
88
la historia contemporánea! Quiere integrar la historia de salva-
ción en la historia h u m a n a ! Son los famosos "sincronismos"
de Le.
Vgr., En 2, 1-3 indica los datos históricos del nacimiento
de Cristo: edicto del César Augusto, censo en tiempo de Qui-
rinio.
En 3,1-2 todavía con más precisión, sitúa el comienzo de
la predicación de Cristo: Año 15 del imperio de Tiberio César,
siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, etc.
En 3,23 indica la edad aproximada de Jesús: unos 30 años.
Le. muestra una preocupación de precisión, mayor que
Me. y Mt.
Vgr., 9,28 trasfiguración, a los 8 días de estas palabras.
1,56 permaneció María con su prima como 3 meses.
5,1 "y El estaba junto al lago de Genezareth".
23,44 "y era como la hora sexta".
b) El artificio literario del compositor!
Le. manifiesta cierta libertad de composición del material
histórico de que dispone. Y ello por diversos motivos:
t Motivo literario que lo lleva a organizar el material a veces
en orden lógico (vgr., acumula todo lo referente al Bautista en
el cap. 3, mientras Me. habla de su predicación en el c. 1 y de
su decapitación en el c. 6 . . . ) .
A veces en orden dramático (Vgr., reúne lo que sucedió en
dos visitas de Jesús a Nazareth, como si fuera en una sola), (4,
16-22 + 23-24). Junta en una sesión de juicio, lo que fueron
dos sesiones para condenar a Jesús: una por la noche y otra
por la mañana. (Le. 22, 66-71).
t t Motivo sicológico: Teniendo en cuenta que sus lectores
son de proveniencia pagana y griega, omite cosas que no les
interesan o pueden chocar o atempera otras. . .
0 t t t Motivo teológico: Que lo lleva a estructurar casi to-
do su Evangelio, centrándolo en un gran viaje hacia Je-
rusalem, operando así una simplificación geográfica.
—Es notable y ha sido muy estudiado el gran inciso de Le.
(9,51 - 19,27) que aparece como una solemne subida a Jerusa-
lem. La sección parece describir minuciosamente un viaje, re-
pitiendo por tres veces que Jesús sube a Jerusalem. (9,51; 13,22;
89
17,11). Pero todo allí, palabras y relatos, está artificialmente a-
grupado!
"En esta sección sólo hay un horizonte constantemente: Jerusalem.
Siempre estamos en ascensión constante hacia la ciudad santa, por
lo menos literariamente. Es un círculo cerrado de ascensión y de
viaje. Jesús aparece en un constante movimiento, en un caminar se-
guido hacia Jerusalem, que se nombra varias veces como término
ideal, nunca como término logrado". (J. LEAL).
Conclusión:
"De este breve análisis de la composición literaria de Le. resulta
que el tercer Evangelio, no es más que los dos primeros una biogra-
fía en el sentido moderno del término. Es en cierta manera un "his-
toriador" qué ha sabido distribuir su materia respetando las fuentes
de que disponía; pero es ante todo un 'servidor' de la palabra", un
evangelista!" (LEON-DUFOUR).
II ESTRUCTURA DEL EVANGELIO DE LUCAS
Sección previa: Evangelio de la infancia, (1, 1-2,52).
Sección I GALILEA a) Preparación del ministerio. (3,1-4,13).
b) Ministerio en Galilea. (4,14-9,50).
Sección II. DESDE GALILEA HASTA JERUSALEM.
= Viajes hacia Jerusalem.
I o 9,51-13,21.
2* 13,22-17,10.
3 ' 17,10-19,27.
Sección III. JERUSALEM.
a) Ministerio en Jerusalem. (19,28-21,
38).
b) Pasión y Resurrección. (22,1-24,53,
Observación:
Si estudiamos más detenidamente estas secciones, podre-
mos descubrir dentro de algunas de ellas cierto plan más o me-
nos determinado.
90
Así por ej., la sección de la Infancia está dispuesta en un
doble díptico: el de las anunciaciones de Juan y Jesús y el de
los nacimientos de Juan y Jesús.(4).
III PERSPECTIVA DOCTRINAL DE LUCAS
Son diversos y muy ricos los aspectos doctrinales que pue-
den sacarse de Le. Esto hace más explícita su intención doctri-
nal: quiso, en efecto, mostrar que Jesús el Cristo es el Salvador
del mundo.
Le. es el evangelista del plan salvífico de Dios. Me. parecía
querer limitarse a presentar el misterio del Hombre-Dios tal
cual; Mt. intentó dar de él una explicación escriturística.
Le. que no ignora ninguno de los dos aspectos, tiene una
perspectiva más amplia todavía. Parece haber intentado una
presentación histórica de los acontecimientos de la salvación,
un esbozo de historia, pero una historia en la que no solamente
se narran los hechos sino que se los interpreta por sus causas.
Le. no ofrece un "evangelio espiritual" como el de Jn.
(quien era testigo ocular), pero sí proyecta la luz del misterio de
Pascua sobre los acontecimientos sorprendentes de Jesús.
1) Evangelio del misterio pascual:
Le. como también Mt. presenta desde el comienzo del E-
vangelio a Jesús como el Mesías (Cfr. Evangelio de la Infancia!)
Y como Mt. y Me. nota que el mesianismo de Jesús se sitúa
en la línea de "Siervo de Yahvé".
Pero para L e , quizás más que para los otros 2, Jesús como
Mesías es Salvador precisamente por su pasión, muerte y resu-
rrección (es decir, por su misterio pascual).
2) Evangelio del Espíritu Santo:
Le. más que ningún otro de los sinópticos muestra la ac-
ción del Espíritu Santo en la obra y en la persona de Jesucristo!
Es el mismo Le. quien en los Hechos nos expondrá tan am-
pliamente la obra del Espíritu Santo en el desarrollo de la Igle-
sia.
(4) R. LAURENTIN, Structure et theologie de Luc, 1-11.
91
 3) Evangelio de la oración y de la Alegría:
Hay una triple atmósfera o ambiente, que aunque presente
en los otros Evangelios, resalta más particularmente en Le.
a) La oración:
•Jesús aparece en los momentos solemnes de su vida, en
05 oración.
• Muchos aparecen en oración.
•Jesucristo insiste en el deber de orar (11,9).
• Con las parábolas del amigo inoportuno (11,5).
• Del juez inicuo (18, 1-8).
• Del fariseo y publicano (18, 9-14).
• Hay que velar en todo tiempo y orar (21, 36, 22, 40, 46).
b) Alegría.
Es el ambiente de todo Le. que Me. casi ignora y pocas
veces se encuentra en Mt.
• Al nacimiento de Juan.
• Al anuncio hecho a María.
• A la visita de María.
• Al anuncio hecho a los pastores.
. A los discípulos que regresan dichosos Jesús les da el ver-
dadero motivo y El mismo exulta de gozo (10,17-21).
• Gozo de la multitud al ver las maravillas (13,17).
• Gozo de Zaqueo que recibe a Jesús.
• Gozo de los discípulos el Domingo de Ramos.
• Gozo de los discípulos de Emaús.
• Gozo de los apóstoles el día de Ascensión (24,52s).
• Gozo de Dios mismo y del cielo que acogen al pecador
(15 passim).
• Gozo prometido a los perseguidos (6,23).
4) Evangelio del universalismo de la salvación:
Le. dirigiéndose a los no judíos, amplía la perspectiva de
salvación del Evangelio más allá de las fronteras de Israel y
omite las palabras que parecieran reservar el Evangelio a sólo
los israelitas.
92
Cristo es salvador también de los pecadores, viene a lla-
mar a todos a la penitencia (5,22). (5).
Observación:
Como un aspecto especial del universalismo de Le. puede
considerarse el que en este Evangelio las mujeres tengan lugar
especial. En la vida religiosa semita la mujer desempeñaba un
papel muy secundario. Le. muestra cómo la mujer ha desempe-
ñado una función trascendental en los designios salvíficos de
Dios y cómo está llamada a participar de los bienes de Cristo.
5) Evangelio de la misericordia y la bondad.
0 C 1 —Desde muy antiguo ha sido observado.
U I El Dante no sin razón llamó a Lucas "scriba mansuetu-
dinis Christi" ( = escriba de la mansedumbre de Cristo).
"La filantropía de Dios" (Tito 3,4) es Jesús, como aparece
subrayado en Le.
El misterio de salvación aparece accesible a todos (a judíos
y griegos, a esclavos y libres, a hombres y mujeres).
El tema de la misericordia con los pecadores aparece en
Le. con más insistencia que en los otros:
El "ha venido a proclamar un año de gracia del Señor" (4,18ss).
" N o ha venido a llamar a los justos sino a los pecadores, a la con-
versión" (5,29-32).
Perdona los pecados al paralítico (5,17-26).
Llama para ser su discípulo a un publicano (5,27).
Y no tiene ningún reparo en sentarse a la mesa con publí-
canos, considerados como pecadores por su oficio. . .
Propio suyo es el pasaje de la pecadora arrepentida (7,
36-50).
Pero entre todos los textos más bellos de la Biblia, están
esas 3 parábolas:
t Oveja perdida (15,4-7 única que se encuentra también
en Mateo).
t Dracma perdido (15,8-10).
f Hijo pródigo o mejor la del padre misericordioso! (15,
11-31).
(5) Cfr. 5,17; 6,8-19; 8; 20,20; 21,4; 22,34-45; 23,26. Véase León-Dufour, INTR. BI-
BLIA II, pp. 239,240.
93
 50. ¿Por qué es un Evangelio de oración?
Nótese la deferencia con Zaqueo (19, 1-10).
51. ¿Cómo se manifiesta singularmente en Le. la misericordia de Dios?
La lamentación sobre Jerusalem (19,41s). 52. ¿Qué textos concretos muestran una especial "sensibilidad social" de Le?
Y cómo mientras muere en cruz, pide perdón para sus ene-
migos (23,24: sólo Le. dice esto de Cristo). TRABAJOS
* Bondad y delicadeza que Le. subraya también omitien-
do escenas y palabras fuertes o violentas, hablando de varios 1. Hacer una lista de los pasajes exclusivamente propios de Le.
banquetes o cenas de fraternidad. (Leví, Simón, Martha y Ma- 2. Ilustrar con textos concretos el cuidado de Le. como historiador y como ar-
tista de la palabra.
r í a . . . ).
3. Elaborar por equipos —con base en una lectura atenta de Le.— breves mo-
nografías sobre algunos de los aspectos doctrinales salientes (papel del Es-
6) Evangelio "social". píritu Santo, ambiente de alabanza y plegaria en L e , universalismo salvífi-
co, delicadeza humana de Jesús, preocupación s o c i a l . . . ) .
Q vLC ñ Le. tiene una especial "sensibilidad social":
• Ya en las exhortaciones particulares que hace el Bau- LIBROS DE CONSULTA
tista aparecen las preocupaciones de orden social. . .
* Marcada predilección por los pobres: "Son bienaventura- X. LEON-DUFOUR, Introducción a la Biblia, Vol. II, pp. 226-251. Los Evangelios
dos". y la historia de Jesús, cap. 7.
A. WIKENHAUSER, Introducción al Nuevo Test. N» 25, pp. 161-176.
• Oposición radical entre las riquezas (Mammón) y el ser-
J. LEAL, S. J., Sagrada Escritura. Nuevo Test. (BAC 207). pp. 781-799.
vicio de Dios (16,13).
Parábola del sembrador (8,14).
Pasaje del joven rico (18,18-27).
"Ay de vosotros los ricos pues estáis recibiendo vuestra
consolación" (6,24).
Parábola del rico confiado en sus riquezas (12,16-21).
Parábola del rico Epulón! (16,19-31).
• Se puede hacer buen uso de las riquezas (16,9).
como Zaqueo (19,1-10), pero el mejor camino es el deshacimien-
to efectivo y de los corazones:
"Bienaventurados los pobres" (Así sencillamente en Le. co-
mo tal vez lo dijo Jesucristo; 6,20).
"La Buena Nueva se anuncia a los pobres" (4,18).

CUESTIONARIO

45. ¿Qué noticias ciertas poseemos acerca del autor del tercer Evangelio?
46. ¿Cuáles son las fuentes del Evangelio de Le?
47. ¿En qué partes concentra Le. su material propio, que no está en los otros
Evangelios?
48. ¿En qué se manifiesta la preocupación histórica de Le?
¿Cuáles son sus famosos "sincronismos"?
49. ¿Cómo se explica el hecho de haber Le. centrado su Evangelio en un gran
viaje de Jesús hacia Jerusalem?

94 95
Capítulo 7 - SUMARIO

1k
11

I - EL HECHO SINÓPTICO

Viene dado por una curiosa SEMEJANZA Y A LA VEZ DESEMEJANZA.

1 En cuanto a la materia de los tres Evangelios primeros
2 En cuanto a la ordenación general de esa materia
3 En cuanto a la forma de expresión literaria

II - LOS SISTEMAS DE EXPLICACIÓN

1 Unos insisten en recurrir a una TRADICIÓN ORAL COMÚN

2 Otros se fi|an en una MUTUA DEPENDENCIA de dichos evangelios
3 Otros asignan FUENTES COMUNES ESCRITAS, anteriores a los 3 especialmen-
te una fuente de carácter narrativo (Me.) y otra fuente de carácter más doctri-
nal (Mt arameo).

III - CONCLUSIONES

Lo comple|o del asunto no impide que haya ya claridad de opiniones sobre varios
Ciertamente hubo escritos presmopticos
puntos, quedando todavía, otros al estudio de especialistas.
(Vaso antiguo con trozos evangélicos.

(Museo Arqueológico de Palestina)

 LA CUESTIÓN SINÓPTICA

f i'» *i Se llaman Evangelios "Sinópticos" los evangelios canó-

nicos de Mt., Me. y Le, porque colocados en una triple
columna paralela, se pueden leer los 3 con una sola ojeada.
Los breves análisis anteriores de los Evangelios son sufi-
cientes para darnos a entender que existen entre los tres evan-
gelios a la vez semejanzas y divergencias de naturaleza muy dis-
tinta y de no fácil explicación. Es un hecho único en la litera-
tura, que se ha llamado concordia discordante.

I EL HECHO
Esta extraña y disímil concordancia se manifiesta:
f En la materia de los evangelios.
t En el orden de esa materia.
f En la forma literaria de los Evangelios.

1) En cuanto a la materia.

• Hay partes comunes a los 3. Son las perícopas de tri-

ple tradición (Vgr. multiplicación de panes, confesión de
Pedro, trasfiguración).
—Es casi todo el Evangelio de Me.
—Más de Vi de Mt.
—Vi de Le.
* Hay partes que son comunes a 2 solamente (en general
a Mt. y Le.) = perícopas de doble tradición.
—Representan más de VA de Mt.
—V* de Le.
* Hay finalmente perícopas propias a cada uno de los E-
vangelistas = de una sola tradición.
—Me. tiene sólo 20 versículos propios, sobre 673.
—Mt. tiene cerca de 315 vv. sobre 1.068.
—Le tiene cerca de 548 vv. sobre 1.149.

98
 2) En cuanto a la ordenación de esa materia.
O C C «El orden general o global de las perícopas es el mismo
*» v (muy diferente del de Jn.), según estas 4 fases principales:
a) La preparación del ministerio de Jesús.
b) El ministerio en Galilea.
c) Viaje hacia Jerusalem.
d) Pasión y Resurrección.
Y sinembargo dentro de esta concordancia global existen
discordancias manifiestas. Vgr., Mt. hace intervenir por su cuen-
ta los discursos de misión y parábolas.
• En las secuencias parciales de los relatos se observa asi-
mismo cierta concordancia y a la vez puntos de desemejanza
• Y en el interior de un pasaje, un mismo episodio: las pa-
labras, los acontecimientos, son ordinariamente narrados lo
mismo, pero a veces con extrañas mutaciones. Vgr. inversión
de las tentaciones en Mt. y L e ; progresión de la buena tierra
(Mt. 13,8 x Me. 4,8; Mt. 14,21 = Me. 6,44 x Le. 9,14a).
3) En cuanto a la forma literaria o de expresión.
O C C Se dan tales semejanzas en el relato, en las palabras usa-
ü 0 das, en las sentencias del Señor, en el empleo de pala-
bras raras, en las citas explícitas del Antiguo Testamento (aun
cuando no corresponden ni al texto hebreo ni al alejandrino de
la Biblia) que parece que lo de un Evangelio sea la fiel trans-
cripción o copia del otro.
Y con todo se observan pequeñas divergencias de estilo en-
tre las recensiones de una misma tradición (Le. 11,33 mejora el
griego de la sentencia acerca de la lámpara de Mt. 5,15); y lo
que es mayor, dentro de una misma estructura hay palabras di-
ferentes (Le. 11,21 s X Mt. 12,27 = Me. 3,28) o al revés, uso
de mismas palabras fijas en estructura diferente (en Me. 1, la
suegra de Pedro es levantada por Jesús mientras en Mt. 8,15
ella estando curada se levanta por sí misma ) rícopas entre Le. y Me. (Vgr. cuando Me. interrumpe narra-
Este hecho sinóptico ya muy conocido y observado desde
antiguo, se hizo problema desde finales del siglo XVIII:
—Si se niega toda dependencia literaria cómo justificar los
acordes tan numerosos?
—Si se afirma una dependencia mutua de los textos, ¿có-
mo explicar las omisiones y las adiciones? ¿Basta recurrir a la
100
perspectiva propia de cada autor, el interés de los lectores a
quienes se dirige? ¿Cómo evitar lo arbitrario de estas interpre-
taciones?
Y comenzaron a lanzarse las hipótesis con carácter cien-
tífico. Vgr.
1784 La "nueva hipótesis" de G E Lessings
Los tres evangelios son traducciones a la vez parecidas y di-
símiles de una misma fuente aramea (Evangelium Nazareno-
rum)
1786 G C Storr Todos dependen de Me
1789 J J. Gnesbach la hipótesis de "la sinopsis":
Interdependencia mutua pero conservado Mt. el primer pues-
to Y Me. no sería sino un resumen de los otros dos
1796 G. Herder no quiere oír hablar sino de un "evangelio oral" a
partir del cual los 3 fueron compuestos.
Lo mismo J.C L. Gieseler en 1818.
II L O S S I S T E M A S D E E X P L I C A C I Ó N
O C"1 No hacen sino recurrir a una u otra de las 3 hipótesis
w * básicas o mezclarlas en diferentes dosis:
f Tradición oral.
t Interdependencia.
f Fuente o fuentes documentarías.
1) A la tradición oral se le ha dado mucha importancia mo-
dernamente. Y tenemos que admitirla. Pero ella sola no expli-
ca todo:
• Le. en su prólogo supone que existían ya escritos evan-
gélicos que él utilizó.
• ¿Cómo se explica el hecho de que haya perícopas dupli-
cadas en los Evangelios?
• ¿Cómo se explica la máxima semejanza en más de 15 pe-
ción de hija de Jairo para seguir con hemorroisa, Le. también...)
Si no ¿por qué Le. usó a Me. como fuente?
2) La mutua dependencia de los sinópticos ha tenido mu-
chos partidarios, porque en verdad explica bien las notables se-
mejanzas que ofrecen tanto el contenido como la ordenación
de los materiales de los 3 sinópticos.
101
 Hoy se admite la prioridad de Me. de quien dependen (so-
bre todo en la parte narrativa) tanto Mt. como L e , y ello expli-
ca muchas cosas.
Pero además de que Me. es independiente de Mt. y de L e ,
se admite hoy bastante ciertamente que Mt. y Le. son entre sí
independientes: tienen sus fuentes propias y por lo menos una
fuente común.
b) Teoría católica de las 2 fuentes.
f|C. Atendiendo a las justas observaciones de la Pontificia
Wti* Comisión Bíblica (Denz 2.152), los católicos han "bauti-
zado" la teoría de las dos fuentes, dados sus innegables valores
que hacen que explique mejor que otras la cuestión sinóptica:

3) Fuentes comunes escritas.

TEORÍA DE 2 FUENTES (Católica)
Las teorías documentarías que vienen a suplantar o mejor
a completar los sistemas de la tradición oral y de la interdepen- Tradicio'n Oral
Pedro
dencia se presentan bajo 3 formas:
• Un documento único (Mt. arameo) como fuente de la tri-
ple tradición.
• Un documento complementario (Quelle o Mt. aramaico)
además de Me. para la doble tradición! MT. Arameo (a. 50)
• Una serie de documentos ( = "documentación múltiple"
L. Cerfaux) como fuente de los 3 sinópticos.
—Una palabra sobre los sistemas que valen la pena:
a) Teoría de las 2 fuentes (original de Schleiermacher y des-
pués corregida por los mismos protestantes): Fuente/Propia
• Fuente Propia
Ltl MT/ Griego (a.60)

• Fuente 1* = Me. (fuente narrativa) para Mt.-Lc. MC. (a. 65) O

• Fuente 2» = Q (Quelle) de solos "logia", una obra desordenada y
• MT Canónico (a.67)
no Evangelio que sirvió a Mt. y Le.

TEORÍA DE 2 FUENTES (Protestante)

III CONCLUSIONES

1) Complejidad de la cuestión. Todavía no existe la teoría que

resuelva todas las dificultades.
2) Ciertamente hubo escritos presinópticos.
3) Los Evangelios sinópticos n o son una copia material de la
tradición oral, "estereotipada". Los redactores de los sinóp-
LC. MT.
ticos usaron fuentes "literarias".

102 103
 4) Entre los sinópticos, el Evangelio de Me. es el más antiguo. LIBROS DE CONSULTA
No usó a Mt. ni a Le. (por lo menos en la forma que tie-
nen ahora).
X LEON-DUFOUR, S J , "El hecho sinóptico", Introd Biblia II, pp 251-283
5) Me. canónico y Le. son entre sí independientes. A WIKENHAUSER, Introd Nuevo Test N» 26, pp. 176-196.
6) Me. es fuente de Mt. y L e , sobre todo en las partes narra- J LEAL, S J , Sinopsis de los cuatro evangelios (BAC 124), 2» ed Madnd 1961
tivas.
7) Mt. canónico y Le. tienen otra fuente común (Q en la teo-
ría de dos fuentes protestantes; Mt. arameo en su traduc-
ción griega en la teoría católica de 2 fuentes). Cada uno
sinembargo usó esta fuente común de modo propio.
8) Mt. canónico y L e , fuera de las dos fuentes comunes tie-
nen sus fuentes propias.
9) Entre todas las teorías, la de las 2 fuentes en su forma co-
rregida y perfeccionada por los católicos, parece la más
preferible, por ser la más conforme con los testimonios de
la tradición y con el análisis de los sinópticos, y a la vez la
más sencilla.

CUESTIONARIO

53 ¿Por qué se llaman "Sinópticos" a los tres primeros evangelios''

54 ¿En qué está la semejanza y en qué la desemejanza respecto de la matena
que ofrecen los tres Evangelios 9
55 ¿En qué esta la semejanza y la desemejanza respecto de la ordenación de
esa matena''
56 ¿En qué esta la semejanza y la desemejanza de los sinópticos respecto a la
forma uterana 9
57 ¿Qué hipótesis se dieron a partir del siglo XVIII para explicar el problema
sinóptico 9 Dé una opinión suya al respecto
58 ¿En qué consiste la teoría católica de las dos fuentes 9 ¿Qué datos explica 9

TRABAJOS

1 Elaborar a tnple columna una sinopsis de un pasaje evangélico común a los

tres sinópticos
2. Mostrar luego la diferencia de un pasaje común a los sinópticos y otro co-
rrespondiente de Juan
3 Por equipos distribuyendo las secciones evangélicas —intentar una gran si-
nopsis o Concordia de los tres pnmeros evangelios.

104 105
Capítulo 8 - SUMARIO

I - D A T O S GENERALES DE J U A N

El 4° E v a n g e l i o , escrito p o s i b l e m e n t e en Efeso h a c i a f i n a l e s d e l s i g l o I, es la
o b r a d e J u a n A p ó s t o l , TESTIGO OCULAR PRIVILEGIADO e INTERPRETE INSPI-
R A D O del hecho de Jesús Es un Evangelio ESPIRITUAL y a la vez d e g r a n valor
HISTÓRICO

I I - P L A N DEL C U A R T O E V A N G E L I O

Se presenta uno de t i p o LITÚRGICO, que o r g a n i z a el Evangelio según 6 g r a n -

des fiestas ( d e ellas 3 Pascuas solemnes) |udías en las q u e Jesús p a r t i c i p a y
realiza su manifestación d e Hi|o d e Dios —hecho h o m b r e

I I I - ASPECTOS C A R A C T E R Í S T I C O S DEL C U A R T O E V A N G E L I O

1 Tiene un m a r c a d o acento APOLOGÉTICO contra los primeros brotes de here|ías

que n e g a b a n o l a D i v i n i d a d de Cristo o l a real Encarnación d e l V e r b o
2 Tiene una dimensión LITÚRGICA
3 Y un p r o f u n d o simbolismo SACRAMENTAL
4 Una p e r m a n e n t e sugerencia de LO SOBRENATURAL a través de las r e a l i d a d e s
sensibles
i
Juan escribió su Evangelio con los ser-
5 Y g r a n preocupación ECLESIAL
mones y n a r r a c i o n e s , para ofrecernos una
h i s t o r i a s i g n i f i c a t i v a d e Jesús ( K a r l B a r t h ) .

Personificación del Apóstol Juan en la

P a s i ó n de Oberammergaw, A l e m a n i a
EL EVANGELIO SEGÚN JUAN —La tradición muy antigua (ya explícita en Ireneo a. 180,
discípulo de Policarpo y éste de Juan) así lo atestigua. . .
—Y nada en el mismo Evangelio contradice esta tradición,
antes la favorece:
• Su lengua y estilo son semíticos.
* Se lo nota perfectamente al corriente de las costumbres
"Ni en el Nuevo Testamento ni en otra parte existe un libro real- judías, así como de la topografía palestinense, en tpo. de
mente comparable con el 4o. evangelio". (DODD). Jesús.
* Aparece ligado por una especial amistad con el apóstol
Pedro.
I DATOS GENERALES
• ¿Cómo explicar además el silencio del 4 9 evangelio sobre
1) El libro los dos hijos del Zebedeo (nombrados en Mt. 4 veces, en
Me. 18, en Le. 10) sino porque precisamente había sido
Se define a sí mismo perfectamente en 20,31: escrito por uno de ellos?

b) Lugar.
"Estos milagros han sido contados para que vosotros creáis que
Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y creyendo, tengáis la vida en su
nombre". Efeso, en donde vivió Juan mucho tiempo, al final de su
vida.
a) Es un Evangelio.
c) Fecha.
Tanto o más que los sinópticos es una proclamación de la
buena nueva de salvación, obrada por Jesús, Mesías e Hijo de La colección de las tradiciones joánicas se formó ya des-
Dios, quien probó su misión con "señales", para llevar a la fe de muy antiguo (parece que Le. para su Evangelio las conoció
en El y obtener así la vida. cfr. relato de la pasión); pero la edición definitiva del Evange-
En este sentido el 4 a evangelio se entronca, como los si- lio es de fecha tardía, es obra quizá de un grupo de discípulos
nópticos, en la misma primitiva predicación cristiana o "kerig- de Jn., quienes añadieron también el capítulo 21 final.
ma" cuyos puntos esenciales reproduce en su estructura. Si esta edición es posteriora la del Apocalipsis, su fecha
sería alrededor del año 95.
b) Es un Evangelio escrito por un testigo ocular.
Que estuvo con Cristo "desde el comienzo, el bautismo de 3) Género literario.
Juan, hasta que subió a los cielos" (Hechos 1,22), de modo que
puede decir que su "testimonio es verdadero y sabe lo que di- a) "Evangelio espiritual".
ce" (19,35; 21,24). Escrito nada menos que por "el discípulo a
quien Jesús amaba"! (13,23; 19,26ss; 20,2; 21,20-24).

2) Circunstancias de composición.
O A ñ Lo llama Clemente de Alejandría, no en el sentido de
UII que los sinópticos no sean espirituales o de que el 4 o
evangelio no sea histórico, sino que el 4o evangelio más que los
a) Autor. otros tres, revela en su autor un alma contemplativa que se in-
teresa mucho más en la visión interior de las cosas y en su sig-

O C | San Juan apóstol uno de los hijos del Zebedeo, el "dis-

w«» cípulo amado".
nificado espiritual que en los acontecimientos exteriores y la
materialidad de la historia de Jesús.

108 109
 El 4 9 evangelio más todavía que los sinópticos, quiere po-
ner en plena luz el sentido de la vida, las acciones y las pala-
bras de Jesús. Sentido que estaba en parte oculto, cuando Jesús
predicaba en su vida mortal, pero que se revela después.
• A través de su resurrección y efusión del Espíritu Santo.
• Y por la propia experiencia que tuvo Juan de la existen-
cia concreta y sacramental de la Iglesia Primitiva.
Observación:
Podemos distinguir así, en la experiencia de Jn 2 momen-
tos:
• 1» En el que Jn. acompañó a Jesús durante toda su vida
terrestre = testigo ocular.
• 2Q En el que Jn. entendió la historia de Jesús a la luz del
Espíritu Santo y de la experiencia de la Iglesia primitiva = tes-
tigo inspirado.
Juan es así, un historiador y un teólogo. Como evangelista-
no teme juntar a las palabras históricas de Jesús sus propios co-
mentarios, que no hacen sino explicitar su sentido oculto.
Asimismo proyecta sobre las acciones de Jesús, la luz que
proviene de la vida de la Iglesia y da con frecuencia a los mila-
gros de Jesús un significado sacramental clarísimo.
Los acontecimientos de la vida de Jesús son también "se-
ñales" para el Evangelio de Jn.
b) Evangelio histórico.
P I Pero por otra parte, el 4 9 evangelio abunda en detalles
O 0 I precisos que no tienen ninguna razón de simbolismo;
—su cuadro cronológico y geográfico es, en su conjunto,
mucho más preciso y satisfactorio que el de los sinópticos;
—y la arqueología moderna ha dado razón a Jn. en más
de una cosa (vgr. 5 pórticos piscina probática, el litóstrotos).(l)
La misma persona de Jesús, a pesar de su trascendencia
subrayada por el evangelista, sigue siendo profundamente hu-
mana y verdadera, llena de humildad y sencillez aun en las es-
( 1 ) M . J. I A G R A N G E , "Le réalisme historique de l'evangile de St. J e a n " , RB 1 9 3 1 ,
pp. 1 2 4 - 1 4 4 .
110
cenas más "gloriosas", cuando el Resucitado se manifiesta a los
discípulos.
Por lo demás, toda la obra de Jn. descansa sobre esta base
histórica y toda su reflexión sería incomprensible sin la convic-
ción que muestra acerca de la realidad histórica de los hechos
que narra!
En Resumen:
Jn. ve los hechos materiales, históricos, en su dimensión
espiritual. Le interesa descubrir para los demás el sentido de
una historia, que es divina no menos que humana, que corre
en el tiempo pero desborda en la eternidad: el sentido de la En-
carnación del Verbo, verificada en el tiempo para la salvación
de los hombres. = Es historia y es teología!
"Es evidente que la intención de Juan no fue componer una
obra histórica científica. Esta clase de obras eran rarísimas en la
antigüedad. Su intención era más bien teológica, que cronológica.
Por otra parte, no parece que Juan haya creado las narraciones por
un motivo alegórico. Sus narraciones son sencillas y sus circunstan-
cias realísticas. Juan escribió su Evangelio con los sermones y las
narraciones para ofrecernos una historia significativa de Jesús. No
se puede descuidar ni separar ninguno de los dos elementos: la his-
toria y la interpretación . ." (K. Barih, 1955).
II PLAN DEL CUARTO EVANGELIO
f Plan Litúrgico. (2)
|'l Este plan reparte la materia del relato alrededor de las
seis fiestas litúrgicas mencionadas por el mismo texto,
de modo que se destaca la intención de Jn. de mostrar, así, có-
mo Jesús puso fin, cumpliéndola, a la liturgia de la Antigua
Alianza.
P R O L O G O : "En el principio era el Verbo. . ." (1,1-18).
(2) Presentamos ei plan LITÚRGICO d e l gran especialista en San J u a n , P. Domiciono
Mollat, S. J. Existe también otro plan T E 0 L O G I C O - D R A M A T I C O , propuesto por au-
tores como Lagrange, Leon-Dufour, Dodd, Feuillet. Puede consultarse en INTRODUC-
C I Ó N A LA BIBLIA, V o l . II, pp. 5 6 3 - 5 7 5 .
111
 I P R I M E R A P A S C U A o LA PASCUA D E L NUEVO
TEMPLO, (c. 1-5).
1. La semana inaugural del ministerio mesiánico.
(1,19-2,11).
2. La fiesta de la primera Pascua en Jerusalem. (2,12-25).
3. El coloquio con Nicodemo. (3,1-21).
4. Viaje de Jesús por Samaria y Galilea. (3,22-4,54).
II C U R A C I Ó N DEL PARALITICO DE "BEZATHA"
EN DÍA FESTIVO, (c. 5).
III LA PASCUA DEL PAN DE VIDA. (c. 6).
Multiplicación de los panes.
Jesús se revela como el- pan de vida.
IV FIESTA DE LAS T I E N D A S Y C U R A C I Ó N DEL CIE-
G O DE N A C I M I E N T O EN DÍA FESTIVO.
(7,2-10,21).
Jesús se revela como Mesías.
V LA FIESTA DE LA D E D I C A C I Ó N . (10,22-11,54).
Jesús se revela como Hijo de Dios. . .
Manifiesta que es la resurrección y la vida, resucitando a
Lázaro.. .
VI LA S E M A N A SANTA Y P A S C U A DE LA C R U C I F I -
XIÓN. (11,55-19,42).
1. Conclusión del ministerio de Jesús.
2. Ultima Cena.
3. Pasión.
VII LA RESURRECCIÓN Y LA SEMANA DE APARICIO-
NES, (c. 20).
APÉNDICE: Anuncio de la vida de la Iglesia y espera del
regreso de Jesús, (c. 21).
III ASPECTOS CARACTERÍSTICOS DEL
CUARTO EVANGELIO.
1) Aspecto apologético.
0 1*^ a) Juan —como él mismo lo dice en 20,31— quiere por
O*, una parte confirmar en su fe a los ya cristianos-creyen-
tes y por otra refutar la incredulidad, simbolizada en la actitud
judía respecto de Jesús (5,18; 8,40.59; 10,31.39; 11,8.50).
112
b) El Evangelio está dirigido contra el gnosticismo. Según
Ireneo y Jerónimo, Jn. escribió contra los errores de Cerinto
que negaba que Cristo era verdaderamente Dios encarnado. De
hecho Jn. en su Evangelio y en su primera Epístola, pone en
plena luz la Encarnación del Verbo.
Observación:
En los sinópticos el anuncio del Reino ocupa un lugar con-
siderable; en Jn. es la revelación de la personalidad divina de
Jesús la que queda en 1er. plano.
c) También reacciona contra una veneración exagerada del
bautista (1,6-8; 20-23; 3,28-30 cfr. Hechos 19,1-8).
2) Aspecto litúrgico.
La materia doctrinal narrativa del Evangelio de Jn. está
ordenada según 6 festividades litúrgicas de los judíos.
Todo el culto del judaismo (con su templo, sábados, fies-
tas, ritos, sacrificios) tiende a Cristo y al nuevo culto "en espí-
ritu y en verdad" que El inaugura.
Completados los días del Antiguo Testamento, Jesús resu-
citó el primer día de la semana, inaugurando el nuevo tiempo
de la nueva creación.
3) Aspecto sacramental.
tJ Por muchos años Jn. meditó los hechos y los dichos de
Jesús a la luz de la vida sacramentaría de la Iglesia primitiva.
De aquí sus alusiones en el Evangelio:
• Al bautismo (Cana, iluminación del ciego de nacimiento,
curación del paralítico de la piscina por el agua y las palabras
de Jesús. . .)
• A la remisión de los pecados (curación del paralítico:
"tus pecados te son perdonados").
• A la Eucaristía (multiplicación de panes).
• Al Bautismo y a la Eucaristía (el agua y sangre del cos-
tado de Cristo).
Algunos textos contienen elementos de la catequesis sacra-
mentaría primitiva vgr. el coloquio de Nicodemo contiene ele-
mentos de la catequesis bautismal (cfr. Efesios 5, 8-14); el ser-
món del pan de vida, elementos de la catequesis eucarística. . .
113

4) Aspecto simbólico.
' jC En todas las realidades y acontecimientos Juan descu-
Ql M bre la señal simbólica de la gracia invisible:
• Realidades como: vida y muerte, luz y tinieblas, día y no-
che; el viento, el agua, el vino, el pan, la viña, el pastor...
—Tienen a su vez valor sensible y espiritual.
•Hechos del Ant. Tto.: vocación de Abraham, Sacrificio
de Isaac, Éxodo,
Columna de nube,
maná en el desierto,
el agua viva,
la serpiente de bronce.
• Los milagros: Son símbolos de la economía de gracia que
resucita, regenera, ilumina, purifica, vivifica, libera
• Las personas: Son a la vez personajes históricos y tipos
espirituales vgr. Marta y María
2 Lo mismo sobre ciertos temas muy propios de Jn (el mundo, la realidad hu-
mana de Jesús, la luz y la vida, la gloria de Dios en Jesús, la fe, la conversión,
la revelación de la Trinidad)
3
4.
Lo mismo sobre los principales discursos de Jesús en Jn
Comparar el plan y las perspectivas doctrinales de Jn. con las de los sinóp-
ticos
LIBROS DE CONSULTA
A GEORGE, s.m , Jesús nuestra vida Guia para leer el Evangelio de San Juan,
Ed Estela, Barcelona 1964 (Bibliografía escogida en pp 164-166).
D MOLLAT, S J , Iniciación espiritual a San Juan, Ed Sigúeme, Barcelona 1965,
pp 144
A. FEUILLET, Introd a la Biblia, II, pp. 556-614
A WIK.ENHAUSER, Introd al Nuevo Test N* 28, pp 211-238
J LEAL, S J., Sagrada Escnt Nuevo Test (BAC 207) pp 781-799
D. MOLLAT, "L'Evangile selon saint Jean" (Bible de Jerusalem)
W. GROUSSOUW, Pour mieux comprende saint-Jean, Desclee de Br 1946

5) Aspecto eclesial.

Jn. no habla sólo en nombre propio, sino a nombre de

la Iglesia:
—Explica (2,21 s; 7,39; 12,16.33)
—Amplía (3, 16-21).
—Comenta con la voz y autoridad de la Iglesia (3,31-36).
—Interpela a los fieles ("vosotros" 20,31).
—Habla en forma colectiva ("nosotros" 1,14; 3,11).
CUESTIONARIO

59. ¿Que datos poseemos acerca de) autor del 4° evangelio?

60. ¿En qué sentido el 4o evangelio es un "Evangelio espiritual'"'
61. Muestre que el 4" evangelio es también muy histórico
9
62. t Que intención apologética tiene el 4° evangelio
63 6 E n qué forma esta organizado el 4" evangelio''
64. t Que dimensión sacramental tiene el Evangelio de Jn '

65 6 Que simbolismo tiene el 4» evangelio'' Ejemplos concretos de realidades, he-

chos, milagros, personas
9
66 6 Cómo aparece lo "eclesial" en el Evangelio de Jn

TRABAJOS
1 Elaborar personalmente o por grupos pequeñas monografías sobre los mila-
gros de Jesús en Jn. y su simbolismo

114 115
 PARTE II

JESÚS
CENTRO DE LA HISTORIA

"Cristo existe en el mundo como la epifanía

del padre".
(R. Guardini)
"Jesús representa la plenitud de lo divino
en lo humano y la entrega plena del hom-
bre a Dios".
(E. Zolli, MI ENCUENTRO CON CRISTO,
Madrid 1948, p. 86).

CRISTO,
EJE DE LA H I S T O R I A
DE SALVACIÓN
0con|« un elLacomienzo
concepción pagana del tiempo (tal como aparece en
pensamiento griego) no es la de una línea ascendente,
y un fin, sino la de un círculo que da vueltas
y vueltas sobre sí mismo. El tiempo para los paganos transcurre
según un ciclo eterno, en el que todas las cosas mueren y vuel-
ven a renacer. El hombre intenta en vano, escaparse de este
círculo que lo aprisiona angustiosamente. Ahí estaría su salva-
ción: en llegar a librarse del tiempo y pasar a una existencia
atemporal. Los Griegos —como los paganos de hoy— nunca
llegaron a pensar que la auténtica liberación o salvación del
hombre pudiera resultar de un acto realizado por Dios en la
historia temporal del hombre.
La concepción de Salvación, en cambio —como aparece
en la predicación cristiana primitiva— es rigurosamente tem-
poral y corresponde a un concepto lineal del tiempo que es co-
mo concibe la Biblia la Historia.(1).
El Nuevo Testamento no conoce sino la noción lineal del
tiempo: Ayer - Hoy - Mañana— Y porque el tiempo se conci-
be como una línea recta, el tiempo ha podido suministrar al
cristianismo el cuadro de la historia de la revelación o "historia
de salvación", en la que Dios establece sus etapas y sus momen-
tos cumbres. Porque la historia se concibe como una línea as-
cendente, es posible observar en ella un "cumplimiento", una
"plenitud".
El punto final, situado en el extremo superior de la línea,
imprime a todo el conjunto de la historia un movimiento de ten-
dencia hacia él. Y el hecho central y decisivo, Cristo-Jesús, apa-
rece como el eje que orienta y divide toda la historia en dos
grandes partes: hacia allá y hacia acá de El.
La proclamación primera que hacen del cristianismo los
apóstoles y sus colaboradores en la difusión del Evangelio, es
precisamente el anuncio de un acontecimiento, de algo que su-
(1) Véase O . ClILLMANN, Christ et le Temps, Neuchatel 1 9 5 7 , p. 36ss.
118
cede en el tiempo(2). Es la proclamación de la intervención de
Dios en la historia humana:
—Intervención realizada preparatoriamente en el pueblo
de Israel.
—Intervención que alcanza su plenitud en Jesucristo.
—Intervención que tendrá un glorioso epílogo al final de
los tiempos.
El centro, el corazón de toda esta "historia de Salvación"
es Jesucristo:
—a) Los tiempos antiguos preparan su venida, los profe-
tas del antiguo Testamento lo anunciaron. (Hechos
2, 16; 3,18; 3,24).
—b) Los tiempos mesiánicos o tiempo pleno de la salva-
ción, se inauguran con la vida, muerte y resurrección
de Cristo. (Hechos 2, 22-24; 10,37-42).
—c) Los tiempos que siguen son los del Espíritu Santo
que anima la comunidad de los creyentes y es la se-
ñal de la obra de salvación realizada por Cristo. Y
al final de la historia, volverá Cristo como juez y sal-
vador universal. (Hechos 2,33; 3,20-21; 10,42).
El mismo tema fundamental de la historia de salvación
centrada en Cristo Jesús, lo encontramos más desarrollado en
la catequesis de los Apóstoles, en los Evangelios, en las cartas
de San Pablo y San Pedro.
"Como un hilo de oro, recorre toda la tapicería multicolor del Nuevo
Testamento". (HUNTER).
Con razón, llamamos hoy a Jesucristo: Centro, Culmen y
Plenitud de la historia. El eje de la historia humana es el eje de
la historia de salvación. Y el eje de la historia de salvación pasa
por Jesucristo, como por su centro!
(2) Primera proclamación que se llama técnicamente " K E R I G M A " . Véanse los discursos
de Pedro, relatados en los diez primeros capítulos de los Hechos de los Apóstoles.
En especial los de Pentecostés ( 2 , 1 4 - 3 6 ; 3 , 1 7 - 2 6 ) y el dirigido a Cornelio ( 1 0 , 3 4 - 4 3 ) .
119
Capítulo 9 - SUMARIO

I - ABRAHAM Y LA ELECCIÓN DE U N PUEBLO

La Historia de salvación de la humanidad se inicia con la ELECCIÓN que hace

Dios de Abraham y la ALIANZA que pacta con él y su descendencia (siglo XIX an-
tes de Cristo).

II - MOISÉS Y LA ALIANZA CON ISRAEL

La Historia de salvación tiene un hito con la LIBERACIÓN que hace Dios de su pue-
blo, que estaba oprimido en Egipto, por medio de Moisés y la solemne RENOVA-
CIÓN DE LA ALIANZA ¡unto al Monte Sinaí (siglo XIII a. C ) .

III - DAVID Y EL APOGEO DEL REINO

La Historia de salvación tiene un momento cumbre con el GLORIOSO REINADO DE

DAVID, Pastor ideal del pueblo de Dios y figura, por lo mismo, del futuro Mesías,
(siglo X a. C.)

IV - LOS PROFETAS Y LA NUEVA ALIANZA

Despertadores de la conciencia religiosa del Pueblo de Dios, los Profetas ( = los que
hablan a nombre de Dios) EXHORTAN a cumplir fielmente la Alianza contraída
con Dios y PROMETEN en los momentos de catástrofe y ruina al futuro Mesías Li-
bertador y Salvador, (siglos VIII-VII-VI a. C ) .

V - EL JUDAISMO Y LA ULTIMA PREPARACIÓN

En una época más espiritual del Pueblo de Dios, después del exilio purificador, EL
REINO DE DIOS SE ANUNCIA Y ESPERA en forma más espiritual, universal e inmi-
nente (siglo IV-I a. C ) .

VI - LAS ESPERANZAS MESIANICAS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

La figura del Mesías se va delineando con rasgos cada vez más firmes a lo largo
de la historia del Pueblo judío. Dominan las LINEAS MESIANICAS de Rey-h¡|o de
David, de Siervo de Yahvé, de Hijo del hombre que viene sobre las nubes del "Moisés es el hombre de la Alianza, el
cielo mediador fiel, el íntimo de Dios".

(El Moisés de Miguel Ángel, en la tum-

ba funeraria de Julio III, Roma)

LAS LENTAS PREPARACIONES
DEL MESÍAS
La salvación de la humanidad se realizó cuando su histo-
ria había avanzado muchos siglos. Dios usó de una pedagogía
que podía parecer desconcertante, pero que era necesaria. Dios
no podía hacer su entrada en un mundo vacío de Dios. Escogió,
por ello, un pueblo, a quien le mostró de cerca su Rostro y lo
constituyó su testigo ante los demás pueblos de la tierra.
Hizo, luego, un Pacto con El, con miras a darle con el tiem-
po una madurez religiosa y moral. Y a través de sus períodos
de apogeo (reinado de David) y de fracaso (destierro en Babi-
lonia), Dios fue disponiendo los corazones para que a la venida
del Mesías, encontrara éste unos hombres humildes, "pobres",
ávidos de salvación.
f Recordemos las cinco principales etapas de esta prehis-
í toria del Mesías, destacando los elementos que sirvieron
de preparación para Cristo y su obra.
I ABRAHAM Y LA ELECCIÓN DE UN PUEBLO.
(hacia el año 1850 antes de Cristo).
Esta historia se encuentra en el Génesis (12-25), después de
la historia primitiva de la humanidad (1-11).
1) La elección de Abraham.
0 £¡ Q Habiendo abandonado la ciudad de Ur, el clan al que
0 v pertenecía Abraham, se instaló en el norte de Mesopo-
tamia en Harram. Aquí fue donde Abraham escuchó la llamada
divina (Gen. 12,1-7). Abraham y su posteridad son separados
del resto de los pueblos, con miras a una bendición que bene-
ficiará a todas las naciones de la tierra.
Siempre que se habla de elección, se habla de una.prome-
sa divina. El objeto de la promesa hecha a Abraham es doble:
—Posteridad numerosa.
—Posesión del país de Canaán.
122
La promesa comienza a cumplirse con el nacimiento de
Isaac, a pesar de ser Abraham y su mujer, Sara, ya ancianos
(Gen. 18, 1-15).
2) La alianza.
Dios se compromete a cumplir su promesa. La alianza se
parece en cierta manera a un pacto concluido entre dos indivi-
duos o dos grupos. Los textos bíblicos subrayan la iniciativa di-
vina. Existen dos versiones:
a) Gen. 15, 1-18 (versión más antigua). Al acto de fe de
Abraham corresponde el compromiso de Dios. El pacto se sella
con una antigua ceremonia de alianza: Los contratantes pasan
entre las víctimas que han sido cortadas por la mitad.
b) Gen. 17, 1-22 (versión más reciente). El objeto de la
alianza es la posteridad, la posesión del país de Canaán. El Se-
ñor será el Dios de Abraham y de su descendencia. Queda se-
llada con un signo: la circuncisión. El dominio del Señor que-
da, así, marcado en la carne de los hijos de Abraham.
3) Abraham, amante de Dios.
Abraham es célebre como tipo de amante de Dios. Por
ello ha sido llamado posteriormente "padre de los creyentes"
(Rom. 4; Hebr. 11,8-19). Su amor hacia el Señor se manifiesta
en el más alto grado, al aceptar sin resistencia el sacrificio a
Dios de su hijo, único heredero de la promesa. (Gen. 22,1-18).
II MOISÉS Y LA ALIANZA CON ISRAEL
(hacia el año 1250 a.C.)
Después de la historia de Abraham, leemos en el Génesis
la gesta de otros patriarcas: Isaac, Jacob y sus doce hijos, pa-
dres de doce tribus. Su historia muestra la realización progresi-
va de la promesa hecha por Dios a Abraham.
1) Liberación de Israel.
Después de las peripecias de José, uno de los hijos de Ja-
cob, trasladado como esclavo a Egipto, toda su familia acaba
123
 por instalarse en aquel país acogedor. Con el tiempo sin embar-
go, el faraón de Egipto impone a los hijos de Israel duros tra-
bajos en las construcciones del delta del Nilo (Éxodo 2, 1-10).
Parece que todo aquello sucede en la dinastía XIX. Algunos
piensan hoy que el rey constructor es Setis y que la salida de
Egipto tuvo lugar bajo el dominio de Ramsés II, hacia la mitad
del siglo XIII antes de Cristo.
| Mientras Moisés se dedica al pastoreo en Madián, Dios
* se le manifiesta en una zarza ardiendo y le encarga que
libre a Israel de la esclavitud de Egipto (Éxodo 2-3). El Dios de
Israel es un Dios omnipotente: se acuerda de la alianza pactada
con su pueblo y lo libra, con muestras de poder, de la esclavi-
tud de Egipto. (Éxodo 7-12).
2) La Pascua
0 1% Dios quiere que el recuerdo de la liberación quede para
/ I siempre vivo en Israel.
"Acordaos siempre del día en que salisteis de Egipto de la casa de la
servidumbre, pues ha sido la poderosa mano de Yahvé la que os ha
sacado. Ese día no se comerá pan fermentado". (Ex. 13,3).
La liturgia pascual recuerda cada año, esa cena que se co-
me apresuradamente, de pie, listos para el viaje hacia la liber-
tad. La pascua es la fiesta del reconocimiento, de la gratitud
para con Dios.
La salida de Egipto, a través del Mar Rojo, será siempre
mirada por el pueblo escogido como la gran liberación. (Ex.
14-15 Véase Isaías 43,16-21).
3) Alianza en el Sinaí.
A •it\ E n e i momento del Éxodo, Israel no es todavía una na-
U I L ción. Llegará a serlo tres meses más tarde al pie del mon-
te Sinaí, en donde ha establecido su campamento. Moisés sube
solo al monte, al encuentro de Dios (Ex. 19) y Dios comunica,
por su medio, al pueblo los "Diez Mandamientos" (Las diez
palabras) seguidos del código de la alianza promulgada por
Moisés (Ex. 20-23).
Esta alianza se realiza en un marco litúrgico. Moisés cons-
truye un altar, alza doce columnas de piedra (símbolo de las
124
doce tribus), derrama la mitad de la sangre de las víctimas sa-
crificadas sobre el altar y da lectura al "libro de la alianza".
El pueblo expresa su conformidad y Moisés rocía al pueblo con
la otra mitad de la sangre de las víctimas: "Esta es la sangre de
la alianza que Yahvé ha pactado con vosotros conforme a to-
das estas palabras". (Ex. 24,8).
Moisés es el hombre de la Alianza. Colocado entre el Señor
y su pueblo, es el mediador fiel. Es el íntimo de Dios: El ha
contemplado el rostro del Señor (Números 12, 6-8). Moisés es
para siempre el modelo de los profetas: "No ha vuelto a surgir
en Israel profeta semejante a Moisés, con quien tratase Yahvé
cara a cara". El anuncia, sin embargo, un sucesor: "Yahvé, tu
Dios, te suscitará de en medio de tí de entre sus hermanos un
profeta como yo; a él escucharás". (Deuteronomio 18,15). Israel
esperará siempre este profeta. La idea de la nueva alianza es
inseparable de esta esperanza del Nuevo Moisés, el nuevo liber-
tador.
III DAVID Y EL APOGEO DEL REINO
(hacia el año 1000 antes de C.)
1) Comienzo de la monarquía.
Instalados después de la conquista, en Palestina, las tri-
bus judías desean tener un jefe humano que las unifique y or-
ganice en su lucha contra las tribus vecinas. Piden a SAMUEL,
el "vidente", el "Hombre de Dios", que les dé un rey. El profe-
ta accede, pero recuerda severamente a los judíos que su rey no
será sino un lugarteniente de Yahvé, quien seguirá siendo para
siempre el único Señor y verdadero Jefe de Israel (Jueces 9,
8-15; Samuel 8, 4-22).
Saúl, primer rey. Samuel unge como primer rey a Saúl, hi-
jo de Cis, de la tribu de Benjamín (I Sam. 9, 1-10, 16). Con -
ciente de su vocación, Saúl lucha valientemente durante sus
años de reinado, contra los filisteos a quienes logra contener
en las fronteras. Su independencia y orgullo le hacen caer en
desgracia del profeta, quien entonces le suscita un rival en el
joven DAVID, de la tribu de Judá, a quien Samuel unge co-
mo rey en secreto.
125
 2) Glorioso reinado de David.
l" David llega a ser el capitán de la guardia real y sabe ga-
Ít * narse el corazón del pueblo. Sostiene una amistad ideal
con Jonatás, hijo de Saúl (I Sam. 18) y se casa con la hija del
rey. Viendo Saúl la popularidad cada vez mayor que tiene Da-
vid, comienza a intentar su muerte (I Sam. 19) y David tiene
que buscar refugio entre los suyos, en Judá, y luego exiliarse en
país enemigo (I Sam. 27).
Muertos Saúl y Jonatás trágicamente, en una batalla junto
a los montes de Gelboé (I Sam. 28 y 31), David se hace elegir
hábilmente rey de su tribu de Judá y pone su capital en He-
brón, la ciudad santa de los patriarcas (II Sam. 2). Después de
siete años, todas las tribus judías se unifican bajo el fuerte man-
do de David (II Sam. 5 y 8).
Queriendo dar a su reino una capital importante, situada
en el centro del país, David logra apoderarse con gran estrate-
gia del nido de águilas de Urusalim, ciudad fuerte de los Jebu-
seos, el año 1000 a. C. (II Sam. 5). David instala allí su gobier-
no, hace construir un palacio y lleva a la ciudad el arca de la
alianza, con grandes fiestas (II Sam. 6). La unificación política
y religiosa del reino queda asegurada.
David es bendecido por Dios. Los intentos de los pueblos
vecinos por penetrar en territorio israelí son siempre rechazados
por sus tropas. Hace un primer censo del pueblo y organiza una
buena administración. El poder real en Israel no fue nunca tan
fuerte ni tan amplio.
3) David, anuncio y figura del Mesías.
B "t k Para completar estos favores divinos que realizan la pro-
I " mesa hecha por Dios a los patriarcas y a Moisés, el pro-
feta Natán asegura a David, de parte de Dios, la perpetuidad
de su descendencia:
"Esto ha dicho Yahvé de los ejércitos: Yo te saqué de los pastos, de
detrás del rebaño, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel, y
he estado contigo por doquiera que has ido. . . Cuando se cumplan
tus días y reposes junto a tus padres, yo suscitaré detrás de tí a uno
de tu progenie, salido de tus entrañas, y afirmará sólidamente su
reino. El construirá una casa a mi nombre y yo Consolidaré el trono
126
de su reinado para siempre. . tu trono se consolidará eternamen-
te". (II Sam. 7, 8-16).
Esta promesa hace de David, a los ojos de la posteri-
dad, el más grande y el más santo de los reyes de Israel. Al fu-
turo mesías se lo mirará siempre como "el hijo de David". Su
personalidad de noble perseguido, de soberano generoso y
pronto para el perdón, de fiel servidor de Dios, hacen de David
un anuncio y una figura del futuro Mesías-salvador.
IV LOS PROFETAS Y LA NUEVA ALIANZA
(hacia el año 600 a. C.)
Los hombres de Dios nunca han faltado en Israel. Guiados
por el Espíritu ellos meditan las enseñanzas de la historia de su
pueblo y despiertan la conciencia de éste para que no sea infiel
a su Dios sino cumplidor exacto de la Alianza.
1) Doctrina de la Alianza.
Los profetas subrayan para su pueblo el carácter gratuito
de la Alianza. Ella ha sido contraída por Dios gracias al amor
que le profesa a Israel. Entraña, por lo mismo, una obligación
de amor reconocido y total hacia ese Dios único y "celoso"
(Deuteronomio). Comparan con frecuencia las relaciones entre
Dios e Israel a las relaciones matrimoniales entre el esposo y
la esposa. (Oseas 1-3; Jeremías 3; Ezequiel 16; Cantar de los
Cantares).
Dios escoge a Israel como su esposa, sin ningún mérito
por parte de la "hija de Sión". Esta por su constante infideli-
dad provoca la cólera de Dios. Pero la prueba atrae a la esposa
infiel y ésta, arrepentida, renueva su amor en forma más es-
pléndida que antes. El esquema de las relaciones de amor de Is-
rael con su Dios es entonces el siguiente:
—Amor gratuito - infidelidad - arrepentimiento - amor re-
novado.
Esta doctrina de la alianza, basada en el amor de Dios, es
la preparación directa de la nueva alianza redentora.
127
 2) La consolación de Israel.
í " | 1 ^ Jerusalem es arruinada el año 589 por los ejércitos babi-
ks f tf Iónicos de Nabuconodosor. Se cumplen las desgracias
anunciadas anteriormente por los profetas. El templo, residen-
cia de Dios en medio de su pueblo, es destruido. Israel desapa-
rece como nación. Todos emprenden el camino del destierro.
La Alianza parece haberse roto por las infidelidades del pue-
blo. Los profetas, como EZEQUIEL, reaniman la fe y la espe-
ranza en la misericordia de Dios y exhortan a una nueva Alian-
za. El triunfo de Dios, la restauración de Israel, la salvación de
las naciones por obra del "Siervo de Yahvé" es anunciada por
un profeta, cuya obra aparece como segundo libro de Isaías.
Es el llamado "Libro de la consolación de Israel" (Isaías 40-56).
"Solo un momento te abandoné, más con gran conmiseración te
recojo; en un rapto de cólera oculté mi rostro de tí, mas con mise-
ricordia eterna me compadezco de tí, dice tu redentor Yahvé".
(Isaías 54, 7-8).
V EL JUDAISMO Y LA ULTIMA PREPARACIÓN
(hacia el año 200 a. C-)
Con el retorno a Palestina de los pequeños grupos de fer-
vorosos judíos, únicos náufragos del exilio, llamados por los pro-
fetas " E L RESTO de Israel", se inicia una etapa muy espiri-
tual del pueblo de Dios.
1) El Nuevo Templo
fl El año 515 a. C , se termina la reconstrucción del gran
lJ' templo de Jerusalem, obra de Zorobabel (I Esdras 5 y 6).
Los judíos de esta época saben que ellos constituyen el "pue-
blo de Dios" en medio de las naciones paganas. Se reúnen cada
sábado en las Sinagogas para impregnarse de la ley de Dios.
Esta asamblea espiritual ("Ekklesía" en griego) esta comuni-
dad religiosa que no tiene rey, ni poder temporal ni casi tie-
rra, presagia la realidad espiritual de los tiempos mesiánicos.
Por esta época, se afirma claramente que el reino de Dios
será universal y beneficiará a todas las naciones, contra un cier-
128
to nacionalismo que quería reservar los favores de Dios sólo
para Israel.(l):
2) El Nuevo reino de Dios.
Israel se persuade cada vez más y más, de que Dios va a
establecer pronto su reino entre los hombres. Con su venida, el
rey-mesías va a renovar todas las cosas, juzgará a las naciones,
hará como una "nueva creación". Es el mensaje de los llama-
dos "Apocalipsis" de este tiempo.(2).
La espera de la venida del mesías constituye la cima espi-
ritual del Judaismo. Las persecusiones a que se ve sometida la
religión judía, por parte de los poderes de un estado pagano, de
cultura griega, personificado en Antíoco IV Epifanes (año
175. . .), no hacen sino depurar las ideas religiosas de Israel y
acrisolar la virtud de los israelitas piadosos.(3)
La reflexión religiosa sobre toda la historia providencial
de Israel se hace entonces más profunda y el alma piadosa de
Israel prorrumpe en sus más bellas poesías religiosas.(4).
En Resumen:
La historia de salvación escrita por Dios con su pueblo Is-
rael —desde Abraham hasta Ben-Sirach— ha madurado lo su-
ficiente, como para poder pensar en la inminencia del gran
acontecimiento que será la "plenitud de los tiempos" con Cris-
to-Jesús.
VI LAS ESPERANZAS MESIANICAS EN EL
ANTIGUO TESTAMENTO
Todo el antiguo testamento está dirigido hacia el tiempo
de la salvación mesiánica, cuando el dominio de Dios se ins-
tala sobre la tierra. Las promesas mesiánicas aparecen desde el
(1) Es la lección del libro de JOÑAS. Véase también Isaías 56,1-7; 66,18-21.
(2) Véase el libro de DANIEL. La figura del "hijo del hombre" que viene sobre las nu-
bes es de mucho valor (7,3-14).
(3) La lucha y martirio de los siete Macabeos en: II MACABEOS 5, 11-9,1.
(4) Véanse libros sapienciales: PROVERBIOS, ECLESIASTES, ECLESIÁSTICO, LIBRO DE
LA SABIDURÍA y los SALMOS.
129
comienzo del pueblo de Dios, como un torrente pequeño que
con el correr de los siglos se va ampliando y profundizando
progresivamente.
La figura del mesías adquiere, poco a poco rasgos par-
ticulares, que se entremezclan en forma complicada y
misteriosa, como los hilos de color de un tapiz.
"Como las planchas en colores, los rasgos del mesías no se impri-
mieron de una sola tirada. (LAGRANGE).
1) A los Patriarcas:
Dios promete que su descendencia llegará a ser un gran
pueblo, del cual saldrá la bendición para todos los pueblos.
(Gen. 12, 1; 18, 18; 22, 18; 26, 4; 28,14).
Las esperanzas mesiánicas se vinculan, por primera vez,
a una persona concreta en la bendición que da Jacob a su hijo
Judá:
"El cetro no será quitado de Judá, ni de su posteridad el caudillo,
hasta que venga el que ha de ser enviado (el mesias) y éste será la
esperanza de las naciones. (Gen. 49,10).
2) Balaam:
Contempla en el futuro al mesías como "estrella que na-
cerá de Jacob y vara de Israel que herirá y dispersará a los ene-
migos de Dios". (Números 24, 17ss).
Moisés:
Lo anuncia como el gran profeta (Nabí) semejante a él,
que Dios suscitará de entre el pueblo para bien de sus herma-
nos (Deuteronomio 18, 15 y 18).
3) En tiempo de la monarquía Judía: Se destaca la unión
del futuro mesías con la casa de David y su poder real (II Sam.
7, 12-29; I Reyes 8, 25; Salmo 2; Salmo 110).
4) Con los profetas: Las predicciones mesiánicas llegan a
su climax. Se hace más evidente el carácter religioso y univer-
sal de la salvación mesiánica (Oseas 2, 14-24; Amos 9, 11), es-
pecialmente en el profeta Isaías.
130
El mesías aparece como un caudillo de Dios y príncipe de
la paz, por cuyo medio una gran luz irradiará sobre el pueblo
que camina en las tinieblas, por la región sombría de la muer-
te (Isaías 9, 1-7). Retoño, brotado del tronco de Jessé, será lle-
no del espíritu de Dios y traerá una época de paz para Israel y
para los pueblos todos. (Isaías 11, 1-16).
0 *10 Con los famosos cuatro cantos del Siervo de Yahvé, el
l 0 profeta Isaías traza unos rasgos nuevos y sorprendentes
de la futura personalidad del mesías (Isaías 42,1-7; 49,1-7; 50,
4-11; 52,13-53, 12):
f Llamado y escogido por Dios, el siervo de Yahvé aparece
lleno de elevación moral y de fuerza espiritual. Tiene la doble
misión de renovar el pacto religioso de Israel con Yahvé (Is. 42,
6; 49, 8) y de llevar la luz a los paganos y la salvación hasta los
confines de la tierra (Is. 42, 1-6; 49,6).
t Pero este siervo de Dios es también el hombre que sufre
calladamente, que padece por los demás, para librarlos del pe-
cado, del castigo y de la muerte (Is. 53,8.12).
"Fue traspasado por nuestras iniquidades,
y molido por nuestros pecados.
El castigo salvador pesó sobre El,
y por sus llagas hemos sido curados". (Is. 53, 5-6).
f Precisamente por su sacrificio voluntario, el siervo obtiene
el favor de Dios y obra la justificación de los hombres. (Is. 53,
10-12).
El siervo de Yahvé no puede ser interpretado sino como fi-
gura individual. De hecho, ya en la época pre-cristiana, esta
profecía se aplicaba al mesías, aunque la idea de un mesías-Rey
y a la vez paciente, no entraba en las categorías mentales de los
judíos y provocaba escándalo en ellos.
f' 5) En las visiones apocalípticas del libro de Daniel: La fi-
II gura del mesías se presenta bajo un nuevo y postrer as-
pecto (Siglo II a. C ) . Los grandes imperios mundiales serán
sustituidos por el reino de Dios. Este dominio de Dios es repre-
sentado y ejercido por uno, que tiene la apariencia de un "hijo
del hombre", pero que viene del cielo y está junto al trono del
Dios eterno (Daniel 7, 13-27).
131
 "Fuéle dado el señorío, la gloria y el imperio; y todos los pueblos, concretos del Ant. Tto. (Mesías-Rey; Mesías-Siervo de Yahvé; Mesías-glo-
naciones y lenguas le sirvieron; y su dominio es dominio eterno que rioso).
no acabará nunca, y su imperio, imperio que nunca desaparecerá".
(Dan 7, 14). LIBROS DE CONSULTA

P. DE SURGY, Las grandes etapas del misterio de salvación. Una visión de conjun-
En la piedad apocalíptica de finales del judaismo la espe- to de la Biblia, Nova Terra, Barcelona 1965.
ranza del reino futuro brilla con intensidad sin precedentes. El J. DHEILLY, El pueblo de la Antigua Alianza, Paulinas, Bogotá 1965.
reino de Dios tan esperado, se nos revela con dimensiones que P. GRELOT, Introducción a los Libros santos.
abarcan el cielo y la tierra, el tiempo y la eternidad! E. WALTER, Mensaje de salvación (La Alianza de Dios ayer y hoy). Vol. 20 Col.
"Cristianismo y hombre actual", Madrid 1962.
A. GELIN, El alma de Israel en la Biblia, Vol. 65. Col. Yo sé-Yo creo.
CUESTIONARIO F. VARILLON, "Etapas del pueblo de Dios", Teología dogmática como historia
de la salvación, Paulinas, Bogotá 1965, pp. 59-111.
67. ¿Qué diferencia hay entre la concepción bíblica acerca del tiempo y la con- J. S CROATTO, Historia de la salvación, Ed. Paulinas, Buenos Aires 1966.
cepción pagana 7 ¿Cómo se concibe la salvación del hombre?
68. ¿Qué etapas principales pueden distinguirse en la historia de Israel como
preparación del Mesías?
69. ¿En qué consiste la elección divina de Abraham y la Alianza pactada por
Dios con Abraham y su descendencia 9
70. ¿Qué manifestación de Dios recibe Moisés y qué misión se le encarga 9
71. ¿En qué consiste la Pascua judía y qué recuerda 7
72. 6 Cómo se realiza el Pacto o Alianza entre Dios y su pueblo al pie del Monte
Sinaí 9
73. ¿Cuáles son los grandes acontecimientos del Reinado de David?
74. ¿Qué contiene la profecía de Natán acerca del futuro Mesías?
75. ¿Cuál es el llamado "Libro de la consolación de Israel" 9
76 ¿Qué cualidades tiene el "Resto de Israel" después del exilio?
77. ¿Cómo se va delineando la figura del Mesías en el Antiguo Tto.?
78. ¿Con qué rasgos se anuncia el Mesías en Isaías?
79. ¿Cómo es anunciado el Mesías en el Apocalipsis de Daniel?

TRABAJOS

1. Con base en los discursos apostólicos de los 10 primeros capítulos de los He-
chos recoger los textos que muestran que Jesucristo es proclamado el Cen-
tro y la Plenitud de la historia de salvación
2. Monografía sobre la Alianza de Dios con su pueblo, sus alternativas y re-
novación.
3. Monografía acerca de Abraham, amigo de Dios y modelo de creyentes
4. Monografía acerca de Moisés, líder del pueblo de Dios y Mediador
5 Estudio comparado, por grupos, de la personalidad de los profetas mayo-
res' Jeremías, Isaías, Ezequiel.
6. El amor conyugal como expresión de las relaciones de Dios con su pueblo,
con base en Oseas, Cantar de los Cantares
7. Por grupos, seguir los filones de las promesas mesiamcas a través de textos

133
132
Capítulo 10 - SUMARIO

I - EL M U N D O P A L E S T I N E N S E DE JESÚS

1 GEOGRÁFICAMENTE el pequeño corredor de Palestina con la depresión central

del valle del J o r d á n , tenia 6 regiones bten caracterizadas
2 POLITICAMENTE era un Remo sometido a los romanos y en d o n d e había grupos
sociales y partidos encontrados Los fariseos, los saduceos, los zelotes, los hero
díanos Al m a r g e n de la v i d a publica y n a c i o n a l , vivían c o m o mon|es en el de
sierío de Juda los esenios
3 RELIGIOSAMENTE el p u e b l o |udio era fiel a su t r a d i c i o n a l m o n o t e í s m o , tenia
su culto unificado en el Templo de Jerusalem a donde acudía en las grandes so
lemnidades (Pascua, Pentecostés, Tabernáculos) y frecuentaba las sinagogas de
sus pueblos
4 M E S I A N I C A M E N T E , p r e d o m i n a b a n por entonces las esperanzas de un Mesías
Rey, t e r r e n o y n a c i o n a l i s t a

I I - LA P R E S E N T A C I Ó N DEL R E I N O

1 J U A N EL BAUTISTA, c o m o Precursor, aparece p r e d i c a n d o el Reino d e Dios que

esta p r ó x i m o a llegar
2 JESÚS anuncia que con El ha l l e g a d o el Remo d e Dios, Reino espiritual, presente
pero en crecimiento hasta su futura consumación

I I I - LAS D I S P O S I C I O N E S P A R A E N T R A R E N EL R E I N O

Son d e d i s p o n i b i l i d a d y de a p e r t u r a hacia D i o s , es decir d e pobreza espi

ritual
1 La Ley que r i g e en el Reino que t r a e Jesús es d e E X I G E N C I A S M O R A L E S ma
yores que las de la a n t i g u a Ley

2 Es una Ley q u e e x i g e ser c u m p l i d a no solo e x t e r n a m e n t e , sino con una PRO

'Entre vosotros esta y a el Reino de D i o s " .
FUNDA I N S P I R A C I Ó N RELIGIOSA d e a m o r a Dios
(Lucas 17,21)

JESÚS INAUGURA EL REINO
DE DIOS
La realidad que trae Jesús supera las esperanzas mesiáni-
cas de su pueblo. En un mundo palestinense en el que los con-
temporáneos aguardaban a un mesías terreno y nacionalista,
Jesús se presenta como el enviado de Dios, como el mesías pe-
ro de tipo redentor, instaurador sobre la tierra de un reino no
temporal sino espiritual.
I EL MUNDO PALESTINENSE EN EL QUE
J E S Ú S APARECE
Para entender la personalidad de Jesús como mesías y el
reino de Dios que anuncia, es preciso conocer antes la situa-
ción que presentaba Palestina a comienzos del siglo I.
1) Mundo Geográfico.
La tierra que bordea la parte oriental del mar Mediterrá-
neo era llamada antiguamente Palestina (por los filisteos que la
ocupaban). Corresponde hoy al nuevo estado de Israel y parte
del reino de Jordania. Para los cristianos, este pequeño país en
donde Jesús vivió, predicó y murió es la "Tierra Santa".
Mide cerca de 250 kilómetros de largo entre la Siria al nor-
te y los desiertos de Arabia al sur. Su anchura es de 150 kiló-
metros entre el Mediterráneo y el desierto de Siria al Oriente.
Es un país montañoso, cortado a todo lo largo por el valle del
río Jordán (Valle del Gor) que constituye una de las depresio-
nes más profundas de la superficie terrestre y distingue clara-
mente 2 secciones paralelas: la Cisjordania o Palestina propia-
mente tal y la TransJordania.
El Jordán procede del monte Hermón (2,800 m) a una al-
tura de 329 m. sobre el nivel del mar Mediterráneo. Luego des-
ciende rápidamente ( = hebreo Yarad), formando 2 lagos: el
Hel-Hule y el de Tiberíades o Genezareth (Kinnereth = arpa)
que está ya a 208 m. bajo el nivel del mar. Va a morir al Mar
Muerto (329 m. bajo el nivel del mar). Entre el Mar de Galilea
136
y el Mar Muerto hay 104 Km. en línea recta, pero el río Jordán
por sus muchos meandros recorre más de 300 Kms.
La Palestina comprende 5 regiones bastante caracterizadas:
t La Galilea al norte, de aspecto variado con montañas, co-
linas, llanuras y fuentes. Allí quedaba el lago con sus 5 ciuda-
des. Allí el hermoso valle-granero del Esdrelón (Yezreel) con el
monte Tabor en su centro. Allí las poblaciones entonces y hoy
todavía de Nazareth, Cana, Naim. Sus habitantes = campesi-
nos y pescadores: gente fuerte, franca, sencilla y piadosa.
t La Samaría al centro, de montañas alargadas y poco es-
carpadas, entre las que se extienden largos y fértiles vallecitos
como el del pozo de Jacob, junto a Sichem. Su nombre le viene
de la antigua capital fundada después del cisma de Omri (s. IX
a. C). Segunda ciudad en importancia: Sichem, entre los Mon-
tes Gebal y Garizim. Sus habitantes eran descendientes de
israelitas y colonos asirios (paganos). No reconocían (y no
reconocen los 130 que quedan) sino el Pentateuco. Eran consi-
derados como semi-paganos por los judíos, con quienes tenían
una salvaje enemistad.
t La Judea al sur, escarpada, árida, con una extensa zona
desolada al oriente (el desierto de Judá). Corazón de la anti-
gua nación hebrea y centro religioso por la capital Jerusalem,
situada en lo alto de la meseta (740 m.) entre 4 colinas (Mte.
Scopus, Mte. Olivete, Mte. del Escándalo y Mte. del Mal Con-
sejo). A pocos Kms. Belén.
f La Decápolis y la Perea eran 2 regiones pobres, situadas al
Este del río Jordán (= TransJordania) y habitadas por extranje-
ros, entre los que vivían algunos indios.
2) Mundo político y social.
• t Q P a) Al nacimiento de Jesús (año 748 de la fundación de
6
í 0 V Roma), Palestina era un reino, gobernado por el rey He-
rodes el Grande, pero ocupado militarmente por los romanos,
quienes mantenían una fuerte guarnición en Jerusalem y un
Procurador romano que controlaba las finanzas.
b) Los judíos, sinembargo, conservaban su Sumo Sacer-
dote y un Consejo llamado Sanhedrín que velaba por los inte-
reses materiales y espirituales del pueblo judío y tenía amplia
autoridad legislativa y judicial.
137

O O j e ) Existían, además, unos estamentos sociales o "parti-
Q I dos" de especial carácter religioso:
t Los Fariseos (arameo: "perouhsim"): Los "separados", cu-
yo origen venía desde tiempos de los macabeos (siglo II a. C.)
evitaban el contacto con los extranjeros no-judíos (sobre todo
griegos y samaritanos) y con el pueblo bajo de su país (Jn. 7,49).
Se distinguían por su estricta observancia de la Ley y Tradi-
ción, por su celo religioso y su nacionalismo. Su modo de ser
—extremadamente casuístico— condujo a un predominio de
lo jurídico y legal sobre lo propiamente religioso. Para ellos, el
dominio de Dios ( = teocracia) se convirtió en dominio de la
Ley ( = nomocracia). El formalismo externo ahogaba en ellos
el espíritu interior de amor a Dios y al prójimo. En su mayor
parte eran laicos, enfrentados casi siempre a los intereses de la
aristocracia sacerdotal. En tiempo de Jesús, el partido contaba
con 6.000 miembros activos, fuera de los simpatizantes.
Observación: Los escribas o doctores de la ley, encargados
de interpretar la ley judía, eran en su mayoría fariseos. Se los
saludaba con el honroso título de "Rabbí" o"Rabbuni" ( = mi
maestro).
t Los Saduceos: constituían la aristocracia, cuyo núcleo prin-
cipal eran los sacerdotes de Jerusalem. De escasa influencia en
el bajo pueblo, eran más sensibles a la política y se preocupa-
ban de acomodarse sin estridencias al poder romano de ocupa-
ción. Su poder estaba sobre todo en el Templo y controlaban
el Sanhedrín. Aunque observaban la Tora (Ley judía), sin em-
bargo estaban lejos del legalismo de los fariseos y de sus estre-
chas tradiciones orales.
f Los Zelotes: Formaban un partido político de nacionalis-
mo extremo. Eran partidarios de obtener la independencia por
medio de la lucha aunada. Se los llamaba también "Sicarios".
(Hechos 5, 36-37; 21,38). La insurrección encontraba fácil eco
entre el pueblo y había con frecuencia desórdenes sangrientos.
J. Klausner, moderno historiador judío, calcula en 200 000 per-
sonas las víctimas de las guerras, levantamientos populares y
persecuciones ocurridas entre el año 60 a. C. y el 70 d. C. (1).
t Los Esenios: Aunque no mencionados directamente en
los Evangelios, juegan u n papel muy importante en el
mundo judío de Jesús. Formaban verdaderas comunidades
(1) J. KLAUSNER, Jesús von Nozareth, Jerusalfim 1952, p. 222.
138
"monásticas" de tipo religioso, en sitios solitarios, vgr. en la
orilla occidental del mar Muerto en Qumram. Renunciaban co-
mo célibes al matrimonio y a la propiedad privada; después de
una especie de noviciado, recibían un hábito blanco —símbolo
de la pureza y de la ley; obedecían a un superior y eran muy
rigurosos en el cumplimiento de la ley y en la observancia del
sábado. Constituian un fariseísmo al superlativo. Esperaban a
un Mesías-profeta y a un Mesías-maestro de la ley.
"Pueblo único y singular, que vive sin mujer, sin amor, sin dinero,
en compañía de las palmeras". (PLINIO EL VIEJO).
3) Mundo religioso.
a) El "Credo" nacional = Yahvé y la alianza con Yahvé.
f Monoteísmo: La creencia en Yahvé, el Dios único de Is-
rael es la verdad fundamental del pueblo judío.
t Alianza: Yahvé había concertado con su pueblo un Pacto
o Alianza que obligaba a entrambos. La Tora o la Ley era para
todo judío la mejor expresión de la voluntad divina y fuente
de retribución para todo el que la observara fielmente.
b) El culto público.
O Q * La vida religiosa del pueblo judío se expresaba sobre
0 \ ! todo, por la liturgia del pueblo en el Templo o en la si-
nagoga.
f El Templo de Jerusalem edificado con toda magnificencia
por Salomón en el 969, destruido por los Caldeos en el 586,
reedificado por Zorobabel cuando la repatriación en el 516,
acababa de ser a comienzos del siglo I reestructurado y embe-
llecido por Herodes el Grande.
Como símbolo material de la fe monoteísta del pueblo ju-
dío, era el centro único de la vida religiosa de los judíos; único
lugar donde se ofrecían los sacrificios aceptos a Yahvé. Dios
residía allí por su "Shekiná" ( = presencia), especialmente en
el Sancta Sanctorum. La tribu de Leví estaba encargada del
culto.
t La Sinagoga era, en los pueblos, como un sustituto del
Templo: lugar de reunión de la comunidad para la oración,
la lectura y la explicación de las Escrituras.
t El Sábado era el día de Dios por excelencia: día de oración
y de descanso completo.
139
 f Las principales fiestas judías eran 4 al año:
1) Pascua en el mes de Nisán (Marzo-Abril), en recuerdo de
la liberación y salida de Egipto.
2) Pentecostés (50 días después de Pascua): día en que se re-
cordaba la Alianza pactada en Sinaí entre Yahvé y su
pueblo, y se ofrecían entonces los primeros panes de la
nueva cosecha de cereales, en el Templo.
3) Fiesta de los Tabernáculos o de las tiendas, al comienzo del
año judío (Septiembre-Octubre), fiesta alegre y popular,
que duraba una semana, con ocasión de la recolección de
cosechas de frutas. La gente vivía esos días bajo tiendas de
ramajes, en recuerdo de las que habitaron los hebreos en
el desierto.
Observación: Estas 3 grandes solemnidades eran las "fies-
tas de peregrinación" a Jerusalem.
4) De origen más tardío, la fiesta de la Dedicación llamada
también "Encenias" (Jn. 10): duraba unos ocho días a fi-
nales de Diciembre y conmemoraba la nueva consagración
del templo, hecho por Judas Macabeo el año 164 a. C. Era
la "fiesta de las luces" —según el historiador Josefo— por-
que se encendían lámparas en las puertas de las casas.
4) Mundo de esperanzas mesiánicas.
• ' En tiempo de Jesús, la imagen del mesías refleja las va-
rias corrientes de ese tiempo y adopta— según los gru-
pos sociales— rasgos diversos, a veces complementarios, a veces
contradictorios.
a) En la gran masa:
La espera mesiánica presentaba un fuerte carácter nacional
y político. El mesías esperado debía llevar a la nación judía a
una época de apogeo político y económico. El mesías iba a res-
taurar el gran reino de David. Por ello, los títulos mesiánicos
de preferencia eran: "Rey de los judíos" e "Hijo de David". En
varias ocasiones, los mismos discípulos de Jesús muestran esta
mentalidad de un mesías terreno. (Le. 9, 46-48; 22, 24; Me. 10,
35-41; Hechos 1, 6).
140
b) Los Fariseos:
Esperaban también un mesías nacional, quien pondría en
plena vigencia la ley como ellos la entendían. El mesías, cuan-
do llegara, haría prodigios tan espectaculares que aun los más
rebeldes doblarían la rodilla ante la Santa Ley. El mesías no
sería el Señor de la Ley, sino su más fiel servidor y ejecutor.
c) Un mesías "Hijo del hombre", celeste y apocalíptico
—tal como estaba anunciado en el libro de Daniel (7, 13ss.)—
no se había olvidado del todo, como lo muestran libros judíos
de entonces(2). Con todo, la gente no esperaba un mesías de
este tipo.
d) Mucho menos esperaban los contemporáneos de Je-
sús un mesías que pudiera padecer y morir, al modo del "sier-
vo de Yahvé" anunciado por Isaías. Lo muestran bien las pro-
testas de discípulos y oyentes de Jesús, cuando El les habla de
su futura pasión y muerte (Me. 8, 31-33; 9,30ss; Le. 24, 20-26;
Jn. 12,34). San Pablo dirá después que el pensamiento de un
mesías-crucificado constituía un escándalo para los judíos. (I
Cor. 1, 23).
e) La concepción religiosa de un mesías que inauguraría
un reino de Dios, con un retorno del hombre a la obediencia
de Dios, no había desaparecido del todo. Pero se encontraba
viva apenas en un margen muy pequeño de personas religiosas
como María (Le. 1, 32.46.55), Zacarías (Le. 1, 61-69), Simeón y
Ana. (Le. 2, 25-38).
En Resumen: En este complejo mundo político, social y re-
ligioso, con tan diversas esperanzas mesiánicas, aparece Jesús
con la pretensión de ser el mesías prometido. El modo como
se afirma Jesús no se puede entender sino sobre este telón de
fondo.
II LA PRESENTACIÓN DEL REINO
1) Presentación que hace el precursor.
f El año 15 del imperio de Tiberio César, Juan Bautista
" aparece en las orillas del río Jordán, a unos siete kiló-
metros de su desembocadura en el Mar Muerto. Repite el men-
(2) LIBRO ETIÓPICO DE LAS PARÁBOLAS DE ENOCH y IV LIBRO DE ESDRAS.
141
saje de los profetas: El reino de Dios va a venir. Pero su tono
es más urgente: La venida es inminente.
"Arrepentios, pues esta cerca el reino de los cielos voz de uno
que clama en el desierto Preparad el camino del señor, enderezad
sus sendas" (Mt 3, 2-3)
Pero hay algo nuevo en la predicación del bautista. El se
declara solamente un precursor que anuncia al que inaugura el
reino: "El que viene" será un personaje capaz de hacer una re-
novación espiritual y un juicio que separará a los fieles servi-
dores de Dios de los impíos:
"Viene detras de mí el que es mas fuerte que yo, ante quien no soy
digno de agacharme para desatar los cordones de sus zapatos Yo
os bauticé con agua, pero El os bautizara en el Espíritu Santo El
tiene en su mano la horqueta para aventar y limpiara su era, y pon-
drá su tngo en su granero, pero la paja la quemara con fuego inex-
tinguible" (Me 1, 7-8 y Mt 3,12)
2) Presentación que hace Jesús.
a) "Entre vosotros está va el reino de Dios". (Le. 17,21).
Cuando Jesús aparece en las riberas del lago de Geneza-
reth, su primera palabra a los hombres no es todavía una reve-
lación acerca de sus propia persona, sino el anuncio gozoso o
"Buena Nueva" de la inmediata proximidad del reino de Dios:
"El tiempo se ha cumplido y esta inmediato el reino de Dios; arre-
pentios y creed en el Evangelio" (Me 1,15)
Jesús recorre las aldeas y poblaciones, enseñando en las si-
nagogas, proclamando la Buena Nueva del reino y curando en-
fermedades y dolencias en señal de que dicho reino de Dios es-
tá ya presente:
"Si en virtud del Espíritu (Dedo) de Dios yo lanzo los demonios
señal es de que ha llegado a vosotros el reino de Dios" (Mt 12,28).
142
b) "Mi Reino no es de este mundo". (Jn. 18,36).
Otienen
üí El núcleo de la predicación de Jesús lo constituye el rei-
0 1 no de Dios. Sus parábolas y discursos más célebres no
otra finalidad que la de explicar la naturaleza de dicho
reino, inaugurado por El.(3).
f Es un reino espiritual.
El reino de Dios que presenta Jesús, tiene un marcado ca-
rácter moral y religioso, en fuerte contraste con el reino mate-
rial esperado por sus contemporáneos.(4).
Para Jesús, el Reino es principalmente una realidad inter-
na:
—Una relación más perfecta entre el hombre y Dios,
—Una "justicia más perfecta". (Mt. 5,20).
"En Jesús la pasión dominante tenía por objeto el cumplimiento de
la voluntad de su padre celestial. Las exigencias morales y religio-
sas se presentan de tal modo en el primer plano de su mensaje, que
éste aparece a primera vista, no ya como el anuncio de una nueva
vida feliz, sino también de una vida mejor" - dice Karl ADAM (5)
En resumen: En la predicación de Jesús, "el Reino de Dios"
y "la justicia" o santidad moral están tan íntimamente ligados,
que no forman sino un mismo ideal:
"Buscad ante todo el reino de Dios y su justicia".
(Mt. 6,33).
f Es un reino presente y a la vez futuro.
(Io) Reino presente. Jesús indica que con El se inaugura ya
el reino de Dios. "Aceptar el reino ya presente" (Mt. 11,2-6) es
( 3 ) Sermones reunidos por San Mateo en cinco secciones continuas de su Evangelio, co-
mo se vio anteriormente, (p. )
( 4 ) El APOCALIPSIS DE BARUCH 2 9 , 5 expresaba por entonces dichas aspiraciones te-
rrenas: "La tierra dará diez mil veces más frutos Una cepa producirá mil sarmientos
Un sarmiento mil racimos. Un racimo mil granos de uva. Y un grano llenará una copo
de vino".
(5) K. A D A M , Jesucristo, Herder, Barcelona 1 9 5 7 , p. 1 4 7 .
143

"creer en su Evangelio (Me. 1,15). El reino es como una semi-
lla que ha caído ya de lo alto a la tierra y que deberá con el tiem-
po desarrollarse (Mt. 13,31-32). El reino está ya trabajando a la
humanidad, como la levadura que fermenta toda la masa.
(Mt. 13, 33).
(2o) Reino futuro. Jesús anuncia, a la vez, que este reino
celestial solamente tendrá su culminación definitiva al final de
los tiempos(6). La siega del trigo y de la cizaña solamente se
tendrá con la consumación del mundo (Mt. 13,24-31 y 36-43).
A ese final en el cielo alude Jesús, cuando la víspera de su
muerte dice a sus discípulos:
"En verdad os digo que no beberé ya más del fruto de la vid, hasta
el día aquel en que lo beba de nuevo en el reino de Dios".
(Me. 14,25).
En resumen: El reino de Dios de que habla (Mt. 51 veces,
Le. 34 y Me. 14) es una realidad presente que opera ya en la
tierra con la venida de Cristo, pero que está todavía por reali-
zarse definitivamente. Este reino de Dios en la tierra, que debe
terminarse en el cielo, tiene tres períodos o etapas:
—El reino inaugurado por la venida del mesías o Cristo.
—El reino que se desarrolla por la Iglesia, prolongación
de Cristo.
—El reino escatológico que se realizará plenamente én el
cielo, a raíz de la segunda venida del mesías.(7)
III LAS DISPOSICIONES PARA ENTRAR
EN EL REINO
El reino de Dios tiene un precio inestimable por el que va-
le la pena hacer cualquier sacrificio. El hombre "sabio" vende
cuanto tiene para conseguirlo.(8)
(6) Esto es lo que se llama la dimensión ESCATOLOGICA o referente a los últimos tiem-
pos del reino de Dios. A ella alude Jesús en varias de sus parábolas (Mt. 26,6;
25,19) y en su discurso escatológico (Mt. 25, 31-46).
I 7) J. BONSIRVEN, Le Regne de Dieu, París 1957.
(8) Parábolas del Tesoro escondido y de la perla fina. (Mt. 13, 44-46).
144
Af Jesús habla en varias circunstancias de las condiciones
•',"¡ que exige para pertenecer a este reino. Pero quizás nun-
ca lo hace tan claramente, como cuando proclama las bien-aven-
turanzas o puertas de acceso al reino de Dios:
"Bienaventurados los que tienen un corazón de pobre,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que están afligidos,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que hacen obra de paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios".
(Mt. 5, 3-9).
Todas las condiciones se reducen a una sola que es, la pri-
mera Bienaventuranza. Las demás no son sino variaciones de
ella. Tener un "Corazón de pobre", ser un "pobre de Yahvé",
—al estilo de los Anawin del Antiguo Testamento— consiste
en ser un hombre "disponible" para el reino de Dios: Vacío de
orgullo y de codicia, no fiado en sus propios méritos y fuerzas
ni en el favor del m u n d o , sino en sólo Dios. Consiste en ser
hombre bueno para con Dios y hombre bueno para con los
prójimos.
La ley del Reino.
Según Jesús, los admitidos al reino de Dios deberán acep
tar grandes responsabilidades.(9):
"Vosotros sois la sal de la tierra.
Vosotros sois la luz del mundo. (Mt. 5, 13-14).
(9) Esta parte de la lección está inspirada en el discurso programático del reino o "ser-
món de la montano" (Mt. capítulos 5, 6, 7), discurso del cual decía RENÁN que
jamás será igualado en la historia de la humanidad.
145
 "Brille vuestra luz a los ojos de los hombres, de manera que vean
vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos. (Mt. 5,16).
"No creáis que yo he venido a abolir la ley o los profetas: no he ve-
nido a abolir sino a dar cumplimiento". (Mt. 5,17).
La "Justicia" o santidad nueva que reclama Jesús, ha de
ser muy superior a la antigua.
1) La ley nueva lleva a la perfección las exigencias mora-
les de la antigua.
QQ t E s m á s radical: condena no sólo el homicidio, sino
O 0 0 también la cólera y la injuria; condena no sólo el adul-
terio carnal, sino también el mal deseo y el mal pensamiento;
condena no sólo el juramento falso, sino todo juramento; no
quiere que se devuelva mal por mal, sino bien por el mal reci-
bido (Mt. 5, 21-48).
f Es más interior: Exige la justicia no sólo en las obras, sino
también en nuestros juicios (Mt. 5, 1-7); exige la pureza no sólo
de acciones externas sino también de nuestro corazón.
(Mt. 5, 27-30).
t Es más universal: La caridad debe abrazar a todos los hom-
bres, no sólo a los buenos, sino también a los malos; no sólo
a los amigos sino también a los enemigos; no sólo a los fieles
del pueblo de Dios, sino también a los paganos. (Mt. 5, 43-48),
2) La ley nueva lleva a la perfección la inspiración religiosa
de la antigua.
El antiguo Testamento había, sí, vinculado la moral a la
religión, la observancia de los mandamientos al amor de Dios
(Deuteronomio 6, 4-6). Pero esta inspiración religiosa había
quedado bastante relegada a segundo plano, al darse más im-
portancia al cumplimiento legal y externo de los mandamientos.
O O ñ Jesús pone de nuevo en vigor la inspiración religiosa y
0 3 señala los dos grandes motivos para el cumplimiento de
la ley:
—El amor al Padre celestial.
—El compromiso religioso con el mismo Jesús.
146
a) El amor al Padre Celestial.
El Padre que está en los cielos es el modelo, la norma de
toda nuestra actividad: "Sed, pues, perfectos, como vuestro
Padre celestial es perfecto". (Mt. 5,48).
Debemos buscar la mirada del Beneplácito del Padre en
todo: en la limosna, en la oración, en el ayuno. (Mt. 6, 1-19).
El Padre es la fuente de todo bien. Sabe dar cosas buenas
a quienes se las piden (Mt. 7, 11). De El recibimos "nuestro
pan de cada día" y también la fuerza para triunfar del Mal. (10)
Del Padre que está en los cielos es de quien debemos es-
perar también la recompensa. Nuestro tesoro está en El, donde
la "Polilla no lo roe ni lo roban los ladrones".
(Mt. 6, 4-6; 18-21).
b) El compromiso con Jesús.
El cumplimiento de los mandamientos en el nuevo Reino
debe ser, también, una expresión de fidelidad a Jesús.
Jesús se declara el camino para ir al Padre Celestial (Jn.
14,6). Serle fiel es servir al Padre. (Mt. 5,11). El último día, El
mismo nos juzgará acerca del cumplimiento que hicimos de la
voluntad del Padre:
"El que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, éste
entrará en el reino de los cielos". (Mt. 7, 21-23).
Conclusión:
La sola predicación del reino hecha por Jesús, produce en
sus oyentes la impresión de que hay en El algo extraordinario:
"Y se admiraban las gentes de su enseñanza, porque les enseñaba
como quien tiene autoridad y no como sus escribas". (Mt. 7, 28-29).
(10) Aunque el PADRE NUESTRO haya sido enseñado por Jesús en otras ocasiones, se
comprende que Mt. lo haya colocado aquí, en el sermón de la montaña, dado que
las tres primeras peticiones expresan muy bien esta orientación religiosa y de hijos
de Dios de la nueva Ley.
147
 Las mismas exigencias que hace Jesús para entrar en su
Reino plantean el interrogante acerca de quién es El personal-
mente y qué misión trae.
"¿.Eres tú el Mesías anunciado que ha de venir o aguardamos a
otro''" (Mt. 11,3).
O. K.ARRER, "El Remo de Dios en la Sagrada Escritura", El Reino de Dios hoy,
vol 53 Col. "Cristianismo y hombre actual", Madrid 1963, pp. 119-139.
J COLLANTES S. J., "El Reino de Dios", Comentarios a la Constitución sobre la
Iglesia (BAC. 253) pp 166-169.
A. FEUILLET, "El Reinado de Dios y la persona de Jesús" Introd. a la Biblia, II,
pp. 689-708.
R SCHNACK.ENBURG, Regne et Royaume de Dieu, Ed. de L'Orante, París 1965.
Y. DE MONTCHEUIL, El Reino y sus Exigencias, Barcelona 1965.

CUESTIONARIO

80. ¿Cuál es la situación política de Palestina cuando aparece Jesús'

81. ¿Qué grupos sociales y partidos principales había entre los judíos?
82. ¿Quiénes eran los "esenios" y qué características tenían?
83. ¿Cómo estaba organizado el culto religioso judío?
84. ¿Qué tipo de Mesías esperaba preferentemente el pueblo judío?
85. ¿Cómo presenta Juan Bautista al Mesías'' ¿Cómo se presenta Jesús''
86. ¿Qué características tiene el Reino de Dios que comienza Jesús a establecer?
87. ¿Qué disposiciones se requieren para entrar al Reino de Dios?
88. ¿Qué diferencias hay entre la Ley nueva que proclama Jesús y la Antigua
Ley judía?
89. ¿Cuáles son los motivos que nos deben mover a cumplir la Ley?

TRABAJOS

1. Concurso, por equipos de trabajo, al mejor mapa palestiniense (relieves, lo-

calidades, vías ) dando razón de las cosas puestas.
2. Monografías de investigación sobre Qumrá y los esenic)s.
3. Elaborar las características de los varios grupos político-religiosos, con base
en los Evangelios y otras fuentes.
4. Estudio de algunos personajes: Juan Bautista, Herodes, Pilatos
5. Elaboración y comentarios, por grupos, de los vanos aspectos del Reino de
Dios inaugurado por Jesús.
6. Estudios personales de las parábolas del Reino en Mateo.
7. Monografía sobre las Bienaventuranzas y los "pobres de Yahvé". (v. A
GELIN).

L. DE GRANDMAISON, Jesucristo, Libro II: "El medio evangélico".

A. TRICOT, "El mundo judío", Introducción a la Biblia,\\, p. 56-121.
J. RICCIOTTI, Vida de Jesús, Barcelona 1951, Nos. 1-86.
A. G. LAMADRID, Los Descubrimientos de Qumrá, Marova, Madrid 1956.
M GARCÍA-CORDERO, O.P., "Ambiente histórico-religioso de los Evangelios'"
fpp. 89-107J y "Jesucristo y los recientes descubrimiento del desierto de
Judá" fpp. 435-451), en Jesucristo como Problema.

148 149
Capítulo 11 - SUMARIO

• MANIFESTACIÓN DE LA MESIANIDAD DE JESÚS

Hay una clara manifestación de Jesús como MESÍAS desde el comienzo de su vida
pública
1 Preparada por la predicación de Juan el Bautista.
2 Confirmada de lo Alto en el Bautismo y Trasfiguración
3 Confesada rotundamente por Pedro a nombre de los Apóstoles

II - MANIFESTACIÓN DEL CARÁCTER PROPIO DE SU MESIANIDAD

Después de la Trasfguración , Jesús comienza a mostrar insistentemente a sus dis-

cípulos que su mesianismo no es terreno y temporal, sino redentor, como SIERVO
DE YAHVE y celeste, como HIJO DEL HOMBRE Su declaración |uramentada ante
el Sanhednn es de un gran valor

III - EL SECRETO MESIANICO

Jesús al manifestarse como el Enviado de Dios, lo hace ante el pueblo CON RE-
SERVA Y PROGRESIVAMENTE, para no ser tergiversado ni entendido mal Por eso
manda callar a quienes saben quién es, usa de un lengua|e parabólico en sus en-
señanzas y sobre todo se llama a sí mismo con el enigmático título de 'Hi|o del
hombre".

JESÚS, EL ENVIADO DE DIOS
El Reino de Dios está íntimamente ligado a la persona de
Jesús. El Reino de Dios es la persona de Jesús. "Jesús es todo
en el Reino. El misterio del Reino es el misterio de su Persona".
Por eso, habiendo visto ya el mensaje de Jesús acerca del
Reino, debemos indagar sobre la conciencia que tiene Jesús de
sí mismo y valorar el testimonio que nos da acerca de El.
"El, el galileo, el hombre que vive en ese instante, es al mismo tiem-
po, el futuro rey del mundo y el rey del reino venidero de Dios"
(K. ADAM).
OEstaQ« flUafirmación
Jesús se consideró a sí mismo y se afirmó ante el pueblo y
ante los discípulos como el mesias. Cristo, enviado de Dios.
en obras y en palabras se hace claramente en
dos etapas de la vida pública de Jesús.(l)
En la primera etapa: Jesús se manifiesta a todo el pueblo y
a sus discípulos como el mesias, instaurador del reino de Dios.
Esta etapa culmina con la pública confesión de Pedro quien
afirma: "¡Tú eres el Cristo, el mesias!" (Me. 8,29).
En una segunda etapa, Jesús se manifiesta al grupo reduci-
do de sus apóstoles como el mesias-siervo de Yahvé e hijo del
hombre. Muestra que es un mesias no de tipo terreno y domi-
nador (como lo esperaba la mayoría), sino un mesías-sufriente
y redentor de los hombres por su sacrificio (= siervo de Yahvé)
y luego glorificado por Dios que goza de un dominio univer-
sal ( = hijo del hombre). Esta etapa culmina con el llamado
acontecimiento "pascual" (muerte y resurrección de Jesús que
lo constituye plenamente mesias, salvador y Señor de los hom-
bres.
(1) Como ya insinuamos atrás, esta división es patente en la ordenación de los Evan-
gelios sinópticos. En Me. el eje que divide en dos el ministerio público de Jesús es
8,29.
152
Observación:
Ambas etapas se inician con una manifestación que hace
Dios-Padre, como "aprobación desde el cielo", de la revelación
que comienza a hacer Jesús de sí como mesias y como mesías-
redentor(2).
I MANIFESTACIÓN DE LA MESIANIDAD DE
JESÚS (la. etapa)
1) Comienzo de la vida pública de Jesús.
Los acontecimientos que preparan el ministerio público de
Jesús están narrados en los tres evangelios sinópticos y perte-
necen a la más antigua predicación de los apóstoles (Hechos
1,22; 10,37-38). Esto asegura su historicidad e indica la impor-
tancia que tienen para entender el sentido de la vida pública de
Jesús.
a) La predicación de Juan Bautista (Mt. 3, 1-12 y paralelos)
La atmósfera mesiánica en la que Jesús aparece, la prepa-
ran:
—El bautismo de penitencia que administra Juan, dispo-
niendo los corazones para el inminente reino de Dios;
—Y el anuncio que hace del personaje, mayor que él en
santidad y poder, quien "bautizará en Espíritu Santo y en Fue-
go".
b) La teofanía del bautismo de Jesús (Mt. 3,13-17 y para-
lelos).
rt{|! Una manifestación divina a favor de la vocación mesiá-
v * i nica de Jesús la constituyen:
—El Espíritu que desciende sobre Jesús.
(2) Es lo que se llamo una "TEOFANÍA": Teofanía del bautismo en el río Jordán (Ate.
1, 9-11) y teofanía de trasfiguración en el monte Tabor. (Me. 9, 2-10).
153
 —Y la voz consecratona del Padre que declara desde el
cielo "Este es mi Hijo amado, en quien me he complacido"(3)
Jesús es invitado por Dios, en esta forma, a que comience
a ejercer publicamente su misión mesianica y recibe, para ello,
el impulso del Espíritu de Dios'
c) Las tentaciones de Jesús en el desierto
(Mt. 4, 1-11 paral)
O Q O Los evangelios refieren esta experiencia de Jesús con
vL cierta "Estilización catequetica" C o m o q u i e r a que se
expliquen las tres tentaciones(4), el sentido profundo del acon-
tecimiento es claro Se pone de presente la tentación del Dia-
blo y la elección religiosa que hace Jesús acerca del Reino mesia-
nico que viene a instaurar
— La tentación diabólica sugiere a Jesús que use su poder
mesianico según la mentalidad popular terrena
• Procurándose una abundancia fácil de bienes materiales
("di que estas piedras se conviertan en panes")
• Realizando prodigios espectaculares que entusiasmen al
pueblo ("échate de aquí abajo" del Pináculo del templo
a unos 200 mts de altura sobre la calle por donde pasa-
ba la gente)
• Buscando un dominio político universal ("Todos los rei-
nos del mundo te daré y la gloria de ellos" )
—La respuesta tajante de Jesús manifiesta que su mesianis-
mo no sera un mesianismo glorioso en la tierra
• No sera de abundancia de bienes materiales ( "no solo del
pan vive el hombre")
• No será de señales espectaculares ("No tentaras al señor
tu Dios")
• No sera de poderío terreno ("al señor tu Dios adoraras
y a El sólo darás culto").
(3) Hay una alusión evidente a la expresión del salmo 2, verso 7 Tu eres mi Hi|0
que ya desde el antiguo testamento se refería al mesias rey
(4) Como una experiencia extraordinaria producida internamente por el demonio £
las facultades sensitivas de Jesús, o como algo mas bien externo
154
2) Ministerio de Jesús en Galilea
a) La embajada de Juan Bautista. (Mt 11,1-6; Le 7,8-23).
Desde la fortaleza de Aqueronte (sobre la orilla oriental
del mar Muerto), en donde estaba preso por orden de Herodes
Antipas, Juan Bautista envía algunos de sus discípulos para
que pregunten a Jesús si El es el mesías anunciado (5)
La pregunta tiene un significado mesiánico muy claro y
también la respuesta afirmativa de Jesús el tiempo de la sal-
vación mesiánica ha llegado con El, porque se cumplen las seña-
les anunciadas por el profeta Isaías (35, 5ss)
b) La confesión de Pedro en Cesárea de Fihpo
(Mt 16, 14-20 paral)
O Q^I Los acontecimientos narrados anteriormente por los
0 w Evangelios no son sino una preparación para esta con-
fesión pública Jesús mismo provoca la afirmación, preguntán-
doles quién dice la gente que es El. Ellos tenían ya suficientes
elementos —después de haberlo acompañado durante un año—
para responder. Pedro, a nombre de todos sus compañeros y
apartándose de las opiniones confusas que corrían entre el pue-
blo acerca de Jesús, confiesa paladinamente
",Tu eres el Cristo (esto es,el mesías)!"
Jesús reconoce que Pedro ha respondido bien y lo nombra
solemnemente Piedra fundamental de su reino Pide a sus dis-
cípulos que guarden silencio, para evitar que la gente tergi-
verse su mesianismo. Y comienza a doctrinar al grupo de sus
apóstoles acerca de la índole propia y misteriosa de su mesia-
nidad
"Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que
El tenia que ir a Jerusalem y padecer muchas cosas de parte de los
ancianos y sumos sacerdotes y escribas y ser entregado a la muerte
y al tercer día resucitar" (Mt 16,21)
(5) Tal vez la conducta de Jesús, mansa y misericordiosa, y no tan |usticiera con los
pecadores, como la que Jn esperaba del mesías, era para.él motivo de escándalo
y de dudas
155
II MANIFESTACIÓN DEL CARÁCTER P R O P I O
DE LA MESIANIDAD DE JESÚS. (2a. etapa)
1) La trasfiguración de Jesús. (Me. 9, 12-13 paral.)
El episodio tiene lugar seis días después de la confesión de
Pedro, muy verosímilmente en lo alto del monte Tabor (562 m.
sobre el nivel del mar) situado en la fértil llanura de Esdrelón
( = Yezreel), perteneciente hoy al estado de Israel.
Es una "Teofanía" que tiene mucho parecido con la del
bautismo. En ambas hay un fenómeno sobrenatural y se escu-
cha la voz de Dios-padre que habla acerca de su hijo-Jesús.
Todo el sentido de la narración es: mostrar la aprobación
que da Dios a la nueva revelación que comienza a hacer Jesús
acerca de sí como Mesías-redentor:
"Este es mi hijo querido, en quien me he complacido; escuchadlo!"
2) La Pasión del mesías.
a) La entrada de Jesús en Jerusalem. (Me. 11, 1-10 paral.)
Seis días antes de su muerte, Jesús quiere mostrar al pue-
blo el carácter no-glorioso que tenía como mesías aquí en la tie-
rra. Entra en Jerusalem como un rey, pero rey humilde y no
dominador por la fuerza, tal como estaba predicho por el pro-
feta Zacarías acerca del mesías (9,9).
b) Jura que es el mesías ante el Sanhedrín.
(Me. 14,53-74 paral.)
B O J La confesión más impresionante de su mesianidad que
M I hace Jesús, tiene lugar durante el interrogatorio a que es
sometido ante el Supremo Consejo de su pueblo.
La pregunta. El sumo sacerdote, poniendo a Dios vivo por
testigo, pregunta a Jesús:
"¿Eres tú el mesías, el Hijo del Bendito?"
Es la pregunta decisiva, sobre la cual se basan todas las
acusaciones contra Jesús. Y es la autoridad suprema y compe-
tente la que hace la pregunta.
156
La respuesta. Jesús responde suave, pero claramente, en
sentido afirmativo:
"Yo lo soy" (Me. 14,62).
"Tú lo has dicho". (Mt. 26,64).
Jesús se confiesa, así, el mesías, el Enviado de Dios, y por
esta causa va a la muerte. Añade a sus jueces que "Verán al hi-
jo del hombre sentado a la diestra de Dios, venir en las nubes
del cielo", inclinándolos a pensar en el misterio sobrehumano
que había en El.
c) Condena y muerte de Jesús.
La condenación por "blasfemia" de Jesús muestra bien
que los jueces entendieron el carácter sobrehumano y divino
con que Jesús se declaró mesías. (Mt. 26, 65-66).
Jesús es llevado a Pilato, el procurador romano de turno,
como reo del crimen de usurpación del título de Mesías-rey.
(Le. 23, 2-3).
Finalmente, la inscripción que manda poner Pilato sobre
la cruz es suficiente constancia del motivo jurídico, por el cual
fue entregado a la muerte Jesús de Nazareth: porque se hizo
mesías, rey de los judíos . (Me. 15,26 paral.)
III EL SECRETO MESIÁNICO
Í" {i. Jesús usa de una gran reserva en la manifestación del
'.• - misterio de su personalidad. Quiere evitar que se desen-
cadene entre el pueblo un entusiasmo mesiánico, de carácter
político y terreno, que desvirtúe la obra de salvación que viene
a realizar y provoque inútilmente medidas represivas contra su
persona y su predicación. Esta progresiva y prudente revela-
ción que hace Jesús de sí, es lo que ha dado en llamarse su "se -
creto mesiánico".
Varios episodios evangélicos delatan esta actitud de reser-
va de Jesús.
157
 1) Impone silencio.
—Jesús impone silencio a los demonios que salen gritando
de los posesos que El es el hijo de Dios.
(Me. 1,25 cfr. Me. 3,11-12).
—Prohibe con frecuencia a los enfermos curados que di-
fundan la noticia de los milagros (Me. 1, 44-45 paral.; 5,43
paral.; 7,36; 8,26; Mt. 9,30).
—Esquiva los homenajes del pueblo que quiere hacerlo
rey. (Jn. 6,15; Me. 1,35 paral.)
—Y manda a sus apóstoles que no cuenten a nadie lo que
saben de su misión mesiánica. (Me. 8,30 paral.; 9,8 paral.)
2) Uso de parábolas.
Odadoft3 0f»quebolas(6).
Jesús usa como medio de enseñanza popular, las pará-
Esto puede atribuirse, en parte, al mismo cui-
pone Jesús para ser bien entendido en su manifes-
tación.
Jesús —al predicar el reino de Dios por medio de parábo-
las— invita a todos a entrar en su misterio pero sin deslum-
hrarlos:
—Los no bien dispuestos para el reino, los oyentes super-
ficiales u hostiles, se quedarán con solo el empaque material
de las realidades de la vida ordinaria, con las que el Maestro
compara el reino de los cielos. Viendo, no "ven" y escuchando,
no "entienden".
—Los bien dispuestos presienten la enseñanza preciosa
que contienen las parábolas, e interrogan aparte a Jesús para
que les acabe de descubrir el misterio del Reino. Muchos vis-
lumbran ese misterio escondido y llegan al Reino.. .
3) Uso del título "Hijo del hombre".
097
Lo que mejor demuestra la prudente conducta de Jesús
para manifestarse, es el empleo que hace del título "Hijo del
l o ) La PARÁBOLA es una comparación desarrollada o una historieta que encierra una
lección. Mas exactamente, es " l a expresión simbólica de una realidad religiosa por
medio de un relato ficticio, pero verosímil". Es un género literario muy apropiado
a la sicología del pueblo que gusta pensar en imágenes y un medio de enseñanza
adaptado a la disposición interior del oyente.
158
hombre" cuando habla de sí mismo. Para los contemporáneos
de Jesús era un título lo suficientemente enigmático y desco-
nocido, que no podía ser mal interpretado. (7).
Algunas veces permite Jesús que lo llamen con el título
"Hijo de David'\%), porque podía ser entendido con un recto
sentido mesiánico. Sin embargo siempre que habla Jesús de sí
mismo se designa como "hijo del hombre". 81 veces aparece
esta expresión en los evangelios y siempre en boca de Jesús. No
vuelve a aparecer en otros libros del nuevo Testamento, los cua-
les llaman a Jesús de preferencia "Cristo" y "Señor". Lo que
indica que los evangelios nos han conservado con gran respeto
y fidelidad las palabras originales que usó Jesús para designarse.
ft JJ Tres son las declaraciones que hace Jesús de sí como "hi-
O 3 P jo del hombre":
a) Algunas se refieren a su situación presente en la tierra:
"El hijo del hombre no tiene dónde reclinar su cabeza".
(Mt. 8,20 cfr. Me. 2,10; 2,28).
"El hijo del h o m b r e ha venido a buscar y a salvar lo que estaba
perdido". (Le. 19,10).
b) Otras anuncian su pasión. "Hijo del hombre" significa
entonces "siervo de Yahvé".
"El hijo del hombre no vino para ser servido sino para servir, y dar
su vida como rescate por muchos".
(Me. 10,45 cfr. Me. 8,31; 9,31; 10,33).
c) Otras, finalmente, se refieren a su papel glorioso (o apo-
calíptico) al final de los tiempos. Cuando venga en "su
día", como un relámpago (Le. 17,24), sobre las nubes
del cielo, con gran poder y majestad (Me. 13,26), llevará
a pleno cumplimiento el reino de Dios y juzgará a to-
dos. (Jn. 5,27).
Después, "el hijo del hombre" se sentará en el trono de su
Majestad (Mt. 25,31), a la diestra de Dios (Me. 14,62).
(7) De ordinario significaba "este hombre". Desde el libro de Daniel (siglo II a. C.) te-
nía un sentido mesiánico celeste y apocalíptico que no estoba olvidado.
(8) Marcos 10,47; Mt. 9,27; 20,30; 15,22; Me. 11,10 paral.
159
 Conclusión
El título "Hijo del hombre" constituye la síntesis más com-
prensiva de la autoconciencia mesiánica de Jesús Permite que
se unifiquen en Jesús las líneas divergentes de las profecías me-
siánicas del antiguo Testamento
Esta fue la mayor originalidad de Jesús
"Unificar de modo indisoluble el ideal de poder (del hijo del hom-
bre y de Dios apocaliptico-mesiamco) con el ideal de humildad del
siervo de Dios paciente" (OEPKE)
"Asi se comprende que Jesús prefiera emplear la expresión "hijo del
hombre" para dar a «ntender y expresar, por medio de una imagen
muy sencilla, lo que quiere ser para nosotros Un hombre entre los
hombres y, no obstante su rey su juez y su salvador, en su suma, un
fc
hombre del cielo" (K ADAM)
6 Verificar en Mateo el cumplimiento que hace Jesús de las promesas y anun-
cios mesiámcos del Antiguo Tto
LIBROS DE CONSULTA
M GARCÍA-CORDERO, "Jesús Mesías", Jesucristo como problema, pp 153-185
G GONZÁLEZ-QUINTANA, S J , Cristo Legado divino cap 14
F VIZMANOS, S J , Teología fundamental para seglares (BAC229)Nos 528-586
L DE G R A N D M A I S O N , "La economía del mensaje", Jesucristo, Libro III,
cap 1
R GUARDINI, "El hijo del hombre en los sinópticos", Imagen de Jesús el Cristo
en el Nuevo Tto vol 19, 1960, pp 113-123
J SOLANO, 'La expresión el Hijo del hombre", Sagrada Escritura Nuevo Testa
mentó vol I, (BAC 207) pp 393-394

CUESTIONARIO

-!¡90 6 Cuales son las dos etapas de la manifestación publica de Jesús como En-
viado de Dios''
91 fcQue lugar ocupan y que sentido tienen las "teofamas" del Bautismo y de
la Trasfiguracion''
U
92 6 Q ¿ sentido mesiamco tienen las tentaciones de Jesús en el desierto''
93 <,Qué valor mesianico tiene la confesión de Pedro en Cesárea de Filipo''
94 6 Que declaración hace Jesús de su mesiamsmo ante el Sanhednn''
17
95 fcEn que consiste el llamado "secreto mesianico" de Jesús
?
96 ¿Que son las "parábolas" y por que las uso Jesus
97 6 Por que prefino Jesús usar el titulo de "Hijo del hombre" para llamarse a
si mismo 9
98 <,Que quiso expresar Jesús con el titulo "Hijo del hombre'"'

TRABAJOS

1 Buscar en los Evangelios otros textos —fuera de los señalados en el libro—

que muestren que Jesús es Mesías (la etapa) pero no Mesías político-tem-
poral (2a etapa)
2 Hacer una comparación entre las "teofamas del Bautismo y Trasfiguracion
3 Dramatizar los relatos de las Tentaciones de Jesús confesión de Pedro, Tras-
figuración Juicio ante el Sanhednn
4 Organizar según los 3 grupos indicados todos los textos evangélicos referen-
tes al ' Hijo del hombre '
5 Averiguar en los Evangelios la actitud que tomo Jesús ante el titulo de "Rey"
e ' hijo de David"

160
161
Capítulo 12 - SUMARIO

I - A S P E C T O E X T E R I O R DE JESÚS

Jesús en su aspecto exterior se presenta C O M O LOS DEMÁS

De f i g u r a V A R O N I L
De salud y V I G O R físico
N o tenemos sin e m b a r g o un retrato suyo, apenas esbozos e intentos a lo l a r g o d e Jk*
la historia

I I - S E M B L A N Z A S I C O L Ó G I C A DE JESÚS

Es imposible encasillar su sicología humana en esquemas Llaman la atención en El

1 La LUCIDEZ de |UICIO y la FIRMEZA DE V O L U N T A D
2 El S A N O REALISMO q u e se trasluce en sus p a r á b o l a s
3 La SERENIDAD y el e q u i l i b r i o
4 H a y una A R M O N Í A t a l que es i m p o s i b l e fi|ar el r a s g o p r e d o m i n a n t e d e su si
cologia

I I I - F I S O N O M Í A M O R A L DE JESÚS

Es el ideal de p e r f e c c i ó n m o r a l y religiosa

1 Por su A U T E N T I C I D A D
2 Por su A M O R Y S U M I S I Ó N a l Padre celestial
3 Por su a m o r y C O M P A S I Ó N DELICADA C O N LOS H O M B R E S , e s p e c i a l m e n t e S i n t i ó t o d a la poesía de la v i d a y t o d o
c o n los necesitados, los p e c a d o r e s , los niños el d o l o r de la vida (Eduardo Os
pino S J )
Antón Preisinger en el papel de Jesús
en Oberammergau

EL CARÁCTER HUMANO
DE JESÚS
Los Evangelios, como no son propiamente "biografías",
no nos dan suficientes datos para una semblanza corporal, físi-
ca o sicológica de Jesús.
"Los Evangelios y San Pablo, no se preocupan tanto de la personali-
dad terrena y humana de Jesús como del Cristo, glorioso Hijo de
Dios y Redentor y por consiguiente, es inútil esperar de ellos una
semblanza propiamente dicha y completa de Jesús o un ensayo de
retrato histórico y completo". (K. ADAM).
Con todo, leyendo entre líneas, el texto de los Evangelios
nos da pie para intentar con carácter aproximativo, una des-
cripción de Jesús en algunos de sus aspectos humanos más lla-
mativos.
I ASPECTO EXTERIOR DE JESÚS
1) Un hombre como los demás.
"En su condición exterior, se presentó como cualquier hombre".
(Filipenses 2,7).
Jesús no se distinguió, en su atuendo, de los judíos y rabi-
nos de su época. Llevaba —como ellos— un vestido de lana,
con un cin turón que servía de bolsa al mismo tiempo (Mt. 10,9),
un manto o túnica (Le. 6,9) y sandalias.
Adornaban su túnica sin costura, en la parte superior, cua-
tro borlas de lana con cordones azules (Me. 6,56; Le. 8,44). Y
siguiendo la costumbre de su tiempo, llevaba para la oración
matutina, filacterias atadas al brazo y alrededor de la frente.
En sus Jargas caminatas, se defendía de Jos ardientes rayos del
sol con un "Kefi" blanco que envolvía cabeza y cuello. Pedro
lo encontró posteriormente en la tumba. (Jn. 20,7).
Jesús evitó los detalles afectados en su arreglo externo.
Su barba era la usual y los cabellos cuidados y cortos en
la nuca, a diferencia de los "nazareos", que se dejaban largas
164
guedejas. Por entonces se tenía como "vergonzoso" que un hom-
bre llevase pelo largo, (la. Corint. 11,14).
Jesús fue cuidadoso de su persona. Si criticó a los fariseos
era porque valoraban excesivamente lo externo por sobre lo
interno, la limpieza de lo de fuera sin limpieza interior. Reco-
mendación suya es: "Cuando ayunes, unge tu cabeza con per-
fume y lava tu rostro". (Mt. 6,17).
2) Presencia varonil.
"Se supone que cuando hablamos de la belleza de Cristo, andamos
muy lejos de atribuirle esa belleza muelle y afeminada, con que
hartas veces le han representado muchos pintores. Era la suya una
belleza viril, espiritual por así decirlo, digna de sus cualidades mo-
rales". (L. FILLION).
Aunque no poseemos datos particulares al respecto, la fi-
gura corporal de Jesús debió ser simpática y aun atractiva(l).
OQ ¡| Tenemos una alusión de Lucas cuando dice que Jesús,
%¡%í durante su juventud en Nazareth, "crecía también en
gracia ante los hombres" (2,52), que sugiere un aumento no so-
lo de las gracias anímicas, sino también de las del cuerpo.
Cuando Jesús afirma: "La lámpara del cuerpo es el ojo. Si
tu ojo estuviere bueno todo tu cuerpo estará iluminado" (Mt.
6,22), sin duda se refería a la irradiación exterior que traspa -
renta el rostro, y especialmente los ojos, de todo hombre. Si es
así, en la figura de Jesús debía haber algo radiante que atraía
a toda persona de sentimientos delicados. Así lo deja entender
la alabanza que le dirigió una mujer del pueblo. (Le. 11,27).
"Si la cara del hombre refleja el alma invisible, Jesús ha debido ser
ei más bello entre los hijos de los hombres". (P. DIDON).
Su figura debía producir una impresión de plenitud, de
gracia y seguridad, de simpatía y cariño, de dignidad o supe-
rioridad que fácilmente subyugaba. El relato entusiasta que
1) San Ireneo en el siglo II dice que la imagen del exterior de Cristo nos es descono-
cida (ADVERSUS HAERESES) 1,25; Pg. 7, 648) y San Agustín lo mismo en el siglo
IV: "La imagen de Cristo según la carne varía al infinito, y es posible que la ima-
gen que nosotros nos formamos diste mucho de la realidad . no la conocemos,
como tampoco conocemos la de la Virgen María" (DE TRINITATE VIII, 4,5; Pl.
42,931).
165
hace Felipe a Natanael, lo deja así entender. (Jn. 1,45). A una
invitación suya, varios lo dejan todo para seguirlo.
(Jn. 1,39; Mt. 4,19 cfr. Mt. 8,19).
De modo particular debió impresionar la mirada de Jesús,
cuyos destellos de ira, ternura o compasión, precisan algunos
de los relatos evangélicos.
"Su mirada, siempre dulce y compasiva, reflejaba los encantos de
un alma purísima, soñadora de un ideal sublime, digno de Dios:
hacer bien a todos". (T. VILLARRAGA, S. J.).
Había en su mirada algo de dominante y arrollador, im-
posible de precisar.
3) Salud y vigor físico.
I fí Ninguno de los evangelistas alude a alguna enfermedad
I'• corporal o nerviosa, que hubiera padecido Jesús. Sus
parábolas no son de un espíritu cansado o pesimista, sino de un
hombre sano, fresco, y amante de la naturaleza.
Sin duda la vida dura de taller y las correrías —cuando jo-
ven— por las colinas circundantes de Nazareth, fueron para
El elementos de salud y vigor corporal. En sus jornadas apos-
tólicas hay días y correrías agotadoras, que superan las fuer-
zas de un hombre de mediano vigor físico(2).
Su día se iniciaba muy de mañana (Me. 1,35; Le. 6,13) y
sus actividades transcurren al aire libre y bajo el sol que, en
ios meses de verano, es extenuante en Palestina. (Jn. 4,6).
El físico de Jesús deja la impresión de salud, de lozanía y
de vigor como el aire que respiraba en sus montes, los aromas
de los valles de Galilea y las brisas de su lago. . .
4) Intentos de un retrato de Jesús.
La piedad cristiana ha deseado siempre tener un retrato
de Jesús.
( 2 ) Piénsese en lo que significa el ascenso de Jericó ( 3 0 0 Mts. bojo el nivel del mar)
a Jerusalem ( 7 4 0 Mts. sobre el nivel del mar) en un recorrido de 3 0 Kms. que hizo
Jesús con frecuencia, a veces en seis horas de caminata. (Le. 1 9 , 1 y 2 8 ; Jn. 1 1 , 6
y 17).
166
Hay unas representaciones apócrifas que fueron atribuidas
en los siglos III y IV a San Lucas o a Nicodemo. La pintura
más antigua de Jesús —como "buen pastor"— se ve actual-
mente en la catacumba de Priscila en Roma. Data de finales
del siglo- II y presenta la figura de Cristo ya idealizada, según
los módulos de la fe. Recientemente, sobre la famosa y discu-
tida Sábana Santa de Turin, se ha elaborado una reconstrucción
pictórica y anatómica, según la cual Jesús tendría un aspecto
majestuoso, rostro netamente judío y una estatura de 1,83 m.(3)
Pero en realidad, nada absolutamente cierto poseemos del
físico exterior de Jesús!
Para llenar este vacío, desde muy antiguo, han circulado
supuestas cartas de testigos o personajes contemporá-
neos de Jesús, describiéndolo pormenorizadamente en una for-
ma bella y varonil, bastante verosímil. Una de las cartas que
ha corrido con más suerte es la atribuida a Publius Lentulus,
predecesor de Pilatos en Judea y dirigida al Senado de Roma:
"Un hombre raramente virtuoso ha surgido entre nosotros; su nom-
bre es Jesús; los que le acompañan le llaman el hijo de Dios. Cura
a los enfermos y resucita a los muertos. Es de noble estatura y atrae
hacia El las miradas. Su figura inspira a la vez amor y temor. Sus
cabellos largos y castaños, lisos hasta las orejas, caen a las espaldas
en ligeros bucles; una línea los abre en el centro y los reparte a los
lados según la usanza nazarena. Suave tinte rosado en las mejillas;
bien formadas la nariz y la boca; como los cabellos, del color de las
maduras avellanas es su barba tupida y corta que se parte en el me-
dio. Aüentan en su mirada la sabiduría y el candor. Ojos azules que
se iluminan a veces con súbitas lumbres. Este hombre generalmen-
te amable en la conversación, se hace tremendo en el castigo. Y aun
así, todo El revela una serena majestad. Nadie le ha visto reir, pero
frecuentemente le han visto llorar. El tono de su voz es grave, reser-
vado y modesto. Es lo más bello que pudiera ser un hombre! Le
llaman Jesús hijo de María". (4).
(3) Consúltese: Paul V I G N O N , Le Saint Suaire de Turin Devant La Science, L'Archéolo-
gie, L'Histoire, L'lconographie, La Logique, París, 2 o edic. 1 9 3 9 , 2 5 5 pp.
(4) Puede verse otra traducción en FILLION, VIE DE N . S . JESUS-CHRIST, París, p. 3 9 3 .
San Juan D A M A S C E N O nos dejó también un retrato literario de Jesús (EPIST. A D
THEOPHIL, 5; Pg. 9 5 , 3 5 1 ) . También hay otro del historiador NICEFORO CALIXTO
(HIST. ECCL., I, 4 0 ; Pg. 1 4 5 , 7 4 7 ) .
167
 II SEMBLANZA SICOLÓGICA DE J E S Ú S
Jesús es una figura histórica fuera de serie. Será siempre
temerario e imposible tratar de encasillar su sicología humana
en uno de esos esquemas usados para otros hombres o genios
religiosos.
"De Jesucnsto no hay sicología ninguna De El no se puede, como
de cualquier otro hombre, entender como está estructurado interior-
mente, partiendo del conocimiento del alma humana en general, de
la observación de su palabra y conducta, de su acción y destino,
entender qué cambios han tenido lugar en El en el transcurso de
su vida, lo que le es propio y adquirido, etc En Jesús no es posible
semejante sicología" (5)
Algunos rasgos más salientes de su carácter humano, pue-
den, sin embargo ser sorprendidos en una lectura cuidadosa y
espiritual de los Evangelios. Armonizándolos, un autor moder-
no caracteriza así el temperamento de Jesús:
"Equilibrado, refleja una gran lucidez de juicio y una voluntad ace-
rada indomable, sincero, auténtico, fiel a una misión concreta, mo-
deradamente concentrado, independiente, sencillo, realista, no está-
tico ni sentimental, humano y comprensivo sin ser demagogo" (6)
ItualUft íñy deque
En ese cuerpo sano y vigoroso de Jesús, podemos decir
hay un alma humana sana, de clarividencia intelec-
firme voluntad. A los evangelistas llama la atención
estas dos cosas en el comportamiento de Jesús:
—La lucidez extraordinaria de su juicio.
—Y la inquebrantable fuerza de su voluntad.
"Si se quiere intentar lo imposible y expresar en una sola palabra
la fisonomía humana de Jesús, debe decirse que fue verdaderamen-
te un hombre de carácter, apuntando inflexiblemente hacia su fin,
para realizar la voluntad de su Padre hasta el último extremo".(7)
(5) R GUARDINI, La Realidad Humana del Señor, Guadarrama 1960, pg 181.
(6) M. GARCÍA CORDERO, O.P., Jesucristo como Problema, Salamanca 1961, pg. 282.
(7) K. ADAM, Jesucristo, Barcelona 1961, p 93-94
168
1) Lucidez de juicio y voluntad firme.
Jesús fue un hombre de Carácter, lanzado hacia un fin con-
creto y perfectamente comprendido desde el principio de su ca-
rrera. Su ser y su vida son unidad, firmeza y verdad. Sus mis-
mos enemigos no podían sustraerse a esta impresión:
"Maestro, sabemos que eres veraz y que no temes a na-
die"—le dicen. (Me. 12,14).
En esta unidad diáfana de todo su ser, está la explicación
sicológica de la lucha a muerte contra los fariseos, esos "sepul-
cros blanqueados", representantes de una falsedad en la vida,
que comerciaban con la religión, dando importancia a lo pura-
mente exterior y formalista, sin cumplir el espíritu de la ley
La decisión de Jesús —basada en la clarividencia de su mi-
sión— explica también su posición tajante frente a los que no
se deciden a entrar en el Reino o no perseveran en él:
"Dejad a los muertos que entierren a los muertos" (Mt 8,22).
"No he venido a traer la paz, sino la guerra" (Mt 10,34)
"Yo he venido a poner fuego en /a tierra, y 6 qué he de querer sino
que arda 7 " (Le 12,49)
Frente a los discípulos que dudan en seguir adelante, ex-
clama:
" t Y qué 7 ¿Vosotros también queréis iros 7 " (Jn 6,68).
"Quien pone la mano en el arado y mira atrás, no sirve para el Rei-
no de Dios" (Le 9,62)
Como se ve, Jesús no es ese hombre de "sensibilidad mi-
mosa" (NIETZCHE), sin energía ni reacciones fuertes
Todo su ser y su vida son un "si" o "no". Jesús es siem-
pre el mismo cuando habla y cuando obra, porque todo lo hace
con lucidez de conciencia y con plena voluntad.
Su querer es la otra cara de su conocer. De aquí procede
la falta de miedo en Jesús.
"En cada palabra y obra pone Jesús toda su persona Nada hay en
El de maquinal, nada de rutinario, lo más pequeño como lo mas
grande, lo hace en su totalidad, con una maravillosa energía y en-
169
trega absoluta a su misión. Nunca se arredra ante un impedimento,
quebranta todas las resistencias con la más admirable naturalidad".(8)
2) Sano realismo.
Jesús no da señales de ser un idealista ni un soñador. Es
profundamente reflexivo y equilibrado, con un gran sentido de
la realidad.
"La mirada de Jesús es a veces la de un intuitivo y un poeta, cuan-
do abarca la realidad en su conjunto y en su profundidad, y es a
veces sencilla y razonable, positiva y lógica, cuando se trata de ver
conexiones lógicas o de afirmar y probar realidades particulares".
(K. ADAM).
Jesús no es un profeta que vive abstraído en otro mundo,
mecido en una atmósfera de sonambulismo, —como los ha ha-
bido tantos en la historia de las religiones.
! tr•; * > En sus parábolas, especialmente, se advierte el sentido de
I ij t) observacióo de la realidad y la mirada penetrante que
llega hasta el mismo núcleo de las cosas:
"En ellas se refleja toda la vida social de su tiempo: Los pescadores
escogiendo los peces buenos, los agricultores sembrando la buena
semilla, los obreros esperando en la plaza el contrato del día, la
reacción de los que trabajaron más contra los más favorecidos, la
preocupación de la mujer que perdió una dracma en la casa, la sú-
plica de la mujer ante el juez inicuo, los amigos importunos que van
de noche a pedir pan al amigo, los fariseos orando en el templo o
en las plazas, luciendo sus filacterias, la humildad del publicano,
que se siente indigno de Dios, la beneficencia del samaritano, el
rico opulento que no se preocupa del pordiosero que está echado a
la puerta de su casa, la madre que va a dar a luz, preocupada al
principio, pero después gozosa, una vez que ha pasado el trance y
ha visto a su nuevo vastago, el rico que duerme tranquilo soñando
con sus graneros llenos, los lirios del campo, deslumbrantes de be-
lleza, el mercader de perlas, que vende lo que tiene por adquirir
un tesoro, los asistentes al banquete sin llevar vestido de etiqueta.
La displicencia de los primeros invitados, que por intereses perso-
nales no aceptan la invitación, las vírgenes que no se preocupan de
proveerse de aceite, etc. No hay faceta de la vida social que se es-
cape al ojo observador y penetrante del Rabí de Galilea. . "(9).
( 8 ) H. FELDER, Jesús de N a z a r e t h , Buenos Aires 1 9 4 7 , p. 7 0 - 7 1 .
(9) M. GARCÍA-CORDERO, Jesucristo como Problema p. 2 9 4 - 2 9 5 .
170
Todo le interesa a Jesús. Nada humano le es ajeno.
La Galilea entera, con su folclor y sus costumbres, se re-
fleja en su predicación, porque El vivía de esa realidad.
"Bajó a los valles, donde crecen las flores campestres a la orilla de
los caminos, se sentó a comer pez asado y pan de cebada sobre los
bancos de los senderos, se rodeó de los niños de pies descalzos y be-
llos rostros morenos al sol de Oriente; miró con ojos contemplativos
e inspirados las colinas primaverales bajo la trasparencia de la ma-
ñana de los crepúsculos de oro y violeta rielando en las aguas ado-
rables del Tiberíades; sintió con cariño de poeta los árboles remo-
vidos por la brisa, las higueras que brotan los primeros retoños, el
gesto escultórico del sembrador, el crecimiento gradual de los trigos
tiernos y la dorada ondulación de las mieses maduras hasta el con-
fín azul del horizonte. Sintió toda la poesía de la vida y todo el do-
lor de la vida . ."(10)
3) Serenidad y equilibrio.
Jesús tampoco fue un estático ni un exaltado, a la manera
de Mahoma que pasó gran parte de su vida en estado de tran-
ce.(ll).
Los Evangelios no relatan un solo instante en el que Je-
sús quedase como paralizado, para unirse a Dios en "éx-
tasis" puramente pasivo. Por ello no puede hablarse de 'arro-
bamientos" en la vida de Jesús.
Tampoco hay en El bruscas alternativas ni depresiones sí-
quicas. Aparece siempre sereno, imperturbable, simétrico en el
pensar y en el querer, con una profunda paz de alma, como no
la ha poseído ningún profeta.
"La nota dominante (de Jesús) es la de un recogimiento silencio-
so, siempre igual a sí mismo, siempre tendiendo al mismo fin . Tes-
tifica en medio de la mayor tensión una paz interior y una alegría
espiritual tales, que ningún profeta las había conocido.
( 1 0 ) Eduardo O S P I N A , S.J., " l a juventud Católica y la personalidad de Jesucristo",
Escritos Breves, Vol. I, Medellin 1 9 5 1 , p. 134.
(11) El éxtasis, en su sentido original y estricto, es un estado del alma privado no de
la conciencia, pero sí de la actividad espiritual y de la de los sentidos, hasta el
punto que se ha hablado de una "despersonalización".
171
 El que no tiene una piedra donde reposar su cabeza, no habla como
un hombre que ha roto con todo, como un héroe de ascesis, como
un profeta extasiado, sino como un hombre que conoce la paz y el
reposo interior y puede darlo a los otros..." (A. HARNACK).
La seguridad interior de Jesús se refleja en los símbolos
alusivos a la estabilidad, que utiliza con frecuencia en su pre-
dicación.
"Jesús tenía una inclinación por los símbolos de lo que es sólido y
durable:
Pedro es apellidado la roca, la piedra angular de la Iglesia.
Cielo y tierra pasarán, pero ni un átomo de sus palabras.
Sus discípulos deben permanecer firmes y no claudicar.
Como constructor y carpintero, Jesús sentía toda la fuerza de estas
comparaciones".( 12).
4) Contrastes y armonía.
Jesús se ha dado totalmente a las realidades infinitas que
están muy por encima de lo terreno, y a pesar de ello, sus ojos
miran lo pequeño, las realidades más ínfimas de la tierra. Está
totalmente entregado a Dios, embargado por una oración que
se prolonga durante la noche, pero también se encuentra a gus-
to entre publícanos y pecadores.
"Se lo podría comparar a una crepitante hoguera de cólera proféti-
ca y, no obstante, aguanta en silencio las injurias más groseras. Es
único, solitario, mas no deja de amar a los hombres como jamás los
amó persona alguna, hasta morir por ellos". (K.. ADAM).
En Jesús se encuentran cualidades y virtudes de todo tipo,
en completa armonía: Noble pasión e indulgente tranquilidad,
seriedad y radiante alegría de la vida, amor a la soledad y ca-
rácter abierto al mundo, inflexible resolución y dulzura, amor
entrañable al pecador y odio invencible al pecado, veracidad
e indulgencia, filial confianza en Dios y conciencia viril de sí
mismo.
| #| g Esta rica armonía dentro del contraste, hace práctica-
11| iJ mente imposible fijar el rasgo predominante de la sicolo-
gía de Jesús:
(12) STANLEY HALL, Jesús the Christ in the Light of Psychology, New York 1923,
p. 550.
172
—Unos señalan su "ascendiente soberano", por el que Je-
sús se impone a todo y a todos. (J. Huby) (13);
—otros se impresionan ante ese "recogimiento silencioso",
sin éxtasis ni excitación profética. (A. Harnack) (14);
—otros señalan "la perfección inmaculada y soberana de
su vida". (Mgr. Bougaud) (15);
—otros destacan "la sencillez" de Jesús, como De Tourvi-
lle: (16)
"Qué feliz armonía entre una grandeza que se alza por encima de
la tierra y de los cielos, y una humilde sencillez que la envuelve en
el ropaje de la modestia";
—para De Grandmaison el rasgo más llamativo de Jesús
es su "nettezza", su "trasparencia y nitidez de alma" (17).
En resumidas cuentas: es imposible fijar los rasgos salientes
de la persona de Jesús, su fisonomía individual, su carácter más
acentuado. Y esto, no porque la fisonomía de Jesucristo esté
falta de color y vida en los evangelios, sino más bien al contra-
rio, porque aparece con una tal riqueza que rompe todos los
moldes!
III - F I S O N O M Í A MORAL DE J E S Ú S
"Brota de este ser tal luz,
que los más tenebrosos se esclarecen ante El;
Bajo la irradiación de esta nueva alba,
ninguno puede permanecer del todo en la noche".
(L. MERCIER)
Iencontramos
fl C Si penetramos un poco más en el carácter personal ínti-
U I* mo de Jesús —a través de los pocos datos evangélicos—
una santidad y una pureza tal, que jamás ninguno
de sus adversarios se atrevió a contradecir su afirmación:
"¿Quién de vosotros me argüirá de pecado?" (Jn. 8,46).
(13) JOSEPH HUBY, Christus. Manuel D'Histoire des Religión* (París, 1927), pp.
1009-1010.
(14) A. HARNACK, Das Wesen des Christentums, pp. 23-24.
(15) E. BOUGAUD, Jesús Christus (Mainz, 1893) p. 110.
(16) DE TOURVILLE, Lumiére et Vie (París, Bloud, 1924), p. 78.
(17) DE GRANDMAISON, Jesus-Christ, Porís 1928, T. II, pp. 120-121.
173
 'Jesús representa la entrega plena del hombre a Dios". (E. ZOLLI)
Y de esta plenitud interior de Jesús irradian virtudes mo-
rales y actitudes religiosas respecto de Dios y de los hombres,
que hacen que Jesús sea el tipo ideal de perfección moral y re-
ligiosa.
1. Autenticidad.
Es lo que tal vez resalta más en el paisaje espiritual de Je-
sús. Autenticidad que es verdad y e s amor.
a) "Yo soy la verdad" (Jn. 14,6) pudo decir, definiéndose
en lo más íntimo:
—En su fidelidad a la misión recibida del Padre;
—en la ejecución de esa misión divina.
Su actitud veraz, en lo grande y en lo pequeño, es carac-
terística suya!
"En el proceder de Jesús no hay táctica puesta enjuego contra los
demás, ni aprovechamiento de la situación... En el modo de vida
de Jesús no se encuentra ninguno de esos medios con que el hombre
trata de defenderse en la lucha por la vida y hacer prevalecer sus in-
tenciones, aplicando maña contra fuerza, experiencia contra medios
más fuertes. En el ámbito de la vida de Jesús no hay valores margi-
nales, sino siempre el sagrado hecho capital, "la única cosa necesa-
ria": la gloria del Padre y la salvación del mundo".
(R. GUARDINI).
Dicha autenticidad lo hace insobornable en el cumplimien-
to de su misión: no cede
—ante las insinuaciones halagadoras del Diablo.
(Mt. 4,1 ls).
—ante el desvío de sus parientes y paisanos.
(Me. 3, 20-21; Mt. 13,53-58).
—ante el posible abandono de sus discípulos.
(Jn. 6, 60-72).
—ante el odio encarnizado de los escribas y fariseos.
(Jn. 7, 30-34; 11,47-53).
—ante las presiones de los jueces y autoridades romanas.
(Le. 22,66-23,16).
Jesús es fiel a su misión mesiánica hasta la misma muerte
en Cruz!
174
"Nada hay tan notable en el carácter de Jesucristo como esta fran-
queza, esta lealtad de alma que va siempre de frente. . . Inflexible
siempre en el término medio, igualmente alejado de los extremos,
a igual distancia de la astucia política y de la falta de sagacidad, ca-
mina siempre en la verdad; ¡a verdad es su elemento".(18).
b) Condescendencia y humildad.
Dentro de esta altura moral, que da vértigo,
—Jesús es humilde en su manera de enseñar: sin las frases
rebuscadas de los escribas de oficio. Enseña con traspa-
rencia, en estilo popular, al alcance de todos. . .
—Es humilde en el modo de obrar sus milagros: con senci-
llez ni propaganda ni pretensiones personales.
—Es humilde en su pensamiento: no busca la alabanza pro-
pia, no da oídos a la lisonja. . .
—Es humilde en la Pasión y muerte: allí acepta ser humi-
llado y tenido como una basura y un malhechor.
2. A mor y sumisión al Padre celestial.
I fl 1 Es el rasgo más característico de la fisonomía moral de
U f Jesús.
Su espíritu vive en permanente diálogo con el Padre.
"Vive en la religión y ésta es para El respiración dentro del temor
de Dios. Toda su vida, su sentir y su pensar están absorbidos por la
relación con Dios, y siendo así, no ha hablado como un fanático ni
como un soñador". (A. HARNACK).
El amor de Jesús al Padre no es un sentimentalismo vago,
sino la subordinación de su voluntad a la Voluntad del Padre:
"Mi alimento es hacer la Voluntad de Aquel que me ha enviado y
realizar su obra". (Jn. 4,34).
"Yo hago siempre lo que agrada al Padre". (Jn. 8,29).
3. A mor y compasión con los hombres.
"El trato de Jesús con los hombres presenta una mezcla única de
dulzura y majestad, de autoridad conciente y de abnegación total".
(L. DE GRANDMASION).
(18) Mons. LANDRIOT, Le Christ de la Tradition.
175

Jesús conoce las nobles posibilidades de la humanidad pa-
ra el bien, así como sus tendencias más bajas , y a pesar de
todo, se entrega a ella de todo corazón. Su amor a los nombres
no es una bella doctrina, sino un vivir, un sufrir, un morir con
los hombres. Nadie ha vivido más h u m a n a m e n t e que El las
inquietudes y problemas de sus contemporáneos. Y nadie se ha
entregado más que El a los demás
—en un amor universal que no excluye a nadie
—en un amor desinteresado que da sin esperar recompensa
—en un amor sacrificado.
Los aspectos que resaltan más en el amor de Jesús son:
a) La compasión con los pecadores.
1 fifi Ocupan lugar preferente en su corazón, los que andan
i U 0 fuera de camino, los que han perdido su orientación ha-
cia Dios.
En un banquete que le ofrece Leví el publicano —conver-
tido en uno de sus seguidores— responde a los que se escanda-
lizan porque come con los pecadores:
"No tienen necesidad de médico los que están sanos, sino los enfer-
mos No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores"
(Mt. 9,9-14)
Jesús es intransigente con el pecado, como ofensa que es
de Dios, pero está siempre dispuesto a recibir bondadoso al pe-
cador arrepentido.
"Su conducta con la mujer adúltera sorprendida en flagrante delito,
con Pedro arrepentido y con la prostituta, pertenece a las páginas
mas bellas y delicadas del Evangelio". (K. ADAM) (19)
Su bella parábola del "hijo pródigo" nos da la medida de
la magnanimidad de Jesús frente al pecador. No sólo perdona,
sino que recibe con alegría y rehabilita al hijo arrepentido.
(Le. 15, 11-32).
Este espíritu de perdón debe ser un distintivo de los que
le sigan:
(19) K. ADAM, Cnsto, Nuestro Hermano, p. 1 3.
176
"Si tu hermano peca contra tí 7 veces en un día, y viene a tí dicien-
do- 'me arrepiento', perdónalo" (Le 17,4).
b) La ternura con los niños.
Los niños se ganan las preferencias de Jesús: por su natu-
ral sencillez, por su carencia de doblez y de malicia, por su en-
trega confiada.
"Dejad que los niños se acerquen a Mí" (Le 18,16).
Más aún, los propone como modelo a los mayores:
"Si no os hacéis como uno de estos niños, no entraréis en el Reino
de los cielos". (Mt. 18,3)
"Quien no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él".
(Me. 10,15).
Su Corazón se rebela contra la posibilidad de que un adul-
to inicie en el mal a un menor inocente:
"Miserable el que escandalice a uno de estos pequeñuelos Mejor
sería que le colgasen alrededor del cuello una piedra de molino y
lo sumergieran en alta mar" (Mt. 18,6)
"Cuidado con faltar al respeto a uno de estos niños, porque os digo
que sus ángeles en el cielo ven sin cesar el Rostro de mi Padre ce-
lestial" 1 (Mt 18,10)
c) Delicadeza con los pobres y enfermos.
Si Jesús tiene preferencias con los pobres, no es precisa-
mente por el hecho de ser pobres, sino porque tienen el alma
más dispuesta para el Reino de Dios.
"La pobreza en sí misma, sensibiliza incomparablemente más que
las riquezas, para recibir la buena nueva de la salvación"
(K ADAM)
I ftñ Pero su compasión por el que sufre es también un sentí -
U 3 miento natural de su Corazón. Los evangelistas advier-
ten con frecuencia que "tenía compasión del pueblo".
(Me. 8,8; Mt. 9,36; Mt. 14,14; 15,32; Le. 7,13).
177
 "Tenía compasión de ellos, porque eran ovejas sin pastor". 5. Organizar una Academia de literatura o declamación acerca de J.C.
(Me. 6,34). 6. Juzgar de la presentación que hacen de Jesús algunos filmes-modernos.

En conclusión: LIBROS DE CONSULTA

"El amor de Cristo es amor que perdona, porque es amor compren- R. GUARDINI, La realidad humana del Señor, vol. 13 Col. "Cristianismo y hom-
sivo. Cristo nunca mira un hecho aisladamente, sino que mira siem- bre actual", Madrid 1960.
pre a todo el hombre. Sabe seguir cada acto, dictado por los senti- K. ADAM, Jesucristo, cap. 4 y 5.
mientos, hasta las raíces del mismo, hasta la contextura más íntima L. DE GRANDMAISON, "La Persona de Jesús", Jesucristo, L. 4o., cap. 2.
de la vida humana y allí ve que el hombre se halla enzarzado en la E. BOUGAUD, Jesucristo, cap. 1-2.
miseria de su existencia y sufre las consecuencias. Cristo perdona, M. GARCÍA-CORDERO, Jesucristo como problema, cap. 9-15.
porque comprende. Cristo es amor humanado"!'(20). A. VONIER, La personalidad de Cristo, San Sebastián 1954.
E. OSPINA, S. J., Conferencias sobre J . C , Escritos Breves, vol. I, Medellín 1951,
CUESTIONARIO pp. 91-232.
-j 99. ¿Existe alguna sugerencia en los Evangelios acerca del porte varonil y atrac- J. LOEW, ¿Quién es este hombre? Álbum de "Fétes et Saisons".
tivo de Jesús?
-i 100. ¿Qué datos concretos evangélicos indican fortaleza física en Jesús?
U01. ¿Qué rasgos podría repetir de Jesús, tomados de la Carta atribuida al Pro-
curador romano Publios Lentulus?
J102. ¿Qué rasgos más notables, desde el punto de vista sicológico se pueden
anotar acerca de Jesús?
i 103. ¿Cómo muestran las parábolas el espíritu de observación y de sano realis-
mo de Jesús?
4
104. ¿Qué datos existen acerca de la estabilidad y equilibrio anímico de Jesús?
U05. ¿Cuál es —a su juicio— el rasgo predominante de la sicología de Jesús?
\ 106. ¿Por qué Jesús "representa la entrega plena del hombre a Dios"?
\107. ¿Qué textos evangélicos señalan la pasión de Jesús por cumplir la Volun-
tad de su Padre?
108. ¿Con quiénes tiene Jesús más delicadezas en su amor?
v
109. ¿Qué pasaje evangélico revela más, a su juicio, el Corazón de Jesús?

TRABAJOS

1. Buscar en los Evangelios textos que ilustren ciertos aspectos humanos de

Jesús: los sentimientos de Jesús frente a la vida y la muerte; Jesús y las
tristezas de Jesús; Jesús y las montañas; descansos de Jesús; Jesús y la na-
cosas; Jesús y los soldados; Jesús y las mujeres; miradas de Jesús; alegrías y
turaleza; iras de Jesús; prudencia de Jesús; amistades de Jesús. .
2. Con base en libros modernos acerca de Jesús (véase Apéndice) elaborar
monografías sobre aspectos salientes de Jesús.
3. Un concurso de la mejor estampa artística de Jesucristo
4. Monografía de investigación —ojalá ilustrada— sobre la Sábana Santa de
Turin, reconstrucción de la Pasión con base en ella, etc.

(20) K. ADAM, Cristo, Nuestro Hermano, Barcelona 1954, pp. 42-43.

179
178
Capítulo 13 - SUMARIO

I - JESÚS MANIFIESTA U N PODER INAUDITO

1. En el terreno RELIGIOSO de la Le/.

2. En el terreno MORAL, al perdonar los pecados.
3. En el terreno FÍSICO obrando sobre las fuerzas de la naturaleza, las enferme-
dades, los espíritus malos.

II - JESÚS SE HACE EL CENTRO DE LA RELIGIÓN

Hace EXIGENCIAS de fe, de seguimiento, de sacrificio, que sólo Dios puede hacer
respecto de los hombres.

III - JESÚS EXPRESA SU U N I O N INTIMA CON EL PADRE

1. La manera como habla de SU Padre y lo trata en forma familiar ("abba") de-

notan que tiene conciencia de ser uno con El.
2. Nadie CONOCE LO INTIMO DEL PADRE sino El.
3. Y HACE cuanto hace el Padre.

IV - JESÚS EL VERBO DE DIOS - H E C H O HOMBRE

1. El testimonio de Juan acerca de la personalidad misteriosa de Jesús es de un

singular valor.
2. Descubre la MISIÓN QUE REALIZA JESÚS en el mundo, como Enviado del Pa-
dre, a donde retorna, después de habérnoslo revelado.
3. Subraya cómo Jesús es UNO CON EL PADRE y por «lio es "LUZ" y "VIDA" di-
vinas para las hombres. " Y o soy el comino, la verdad y la vida:
Es el Verbo eterno encarnado y el Salvador! nadie va al Padre sino a troves de mi".

(Obra del Greca, Museo del fado)


EL MISTERIO OCULTO
EN JESÚS
Jesús de Nazareth reclamó una autoridad divina, no deri-
vada de su misión, sino inherente a su misma persona. En sus
palabras y en sus acciones dejó traslucir una fuerza y una ma-
jestad propias de Dios. Jesús se presenta como alguien que está
más allá de lo puramente humano. Tiene conciencia de que con
El, la eternidad entra en el tiempo y, con su acción, Dios mis-
mo penetra en el mundo.
"Todas sus sublimes cualidades humanas provienen de su esencia
sobrenatural. No se comprenden históricamente más que como re-
flejo y manifestación de un hombre que, en lo más profundo de su
ser y de su vida íntima, está al lado, no de los hombres sino de
Dios". (K. ADAM).
El problema es enorme y tremendo. Tenemos ante los ojos
a un hombre de carne y hueso, con conciencia y voluntad y sen-
timientos humanos ( = capítulo 12). Y nos preguntamos aho-
ra: ¿Este hombre es Dios? No podemos eludir esta pregunta,
porque lo que en El vemos no puede ser expücado y compren-
dido desde un punto de vista humano: todo en El parece apun-
tar hacia Dios. Si no buscamos en esta dirección, su personali-
dad histórica quedará para siempre un enigma insondable.
I JESÚS MANIFIESTA VN PODER INAUDITO
11I Uñ Jesús ejerce claramente un poder de carácter divino, en
los campos religioso, moral y físico.
1. Poder religioso de Jesús.
Anuncia en nombre propio las leyes fundamentales del Rei-
no de Dios, leyes que deben sustituir y completar las leyes da-
das por Yahvé (Dios) en el Antiguo Testamento. Proclama su
Mensaje con absoluta autoridad personal:
182
"Os ha sido dicho (en los Libros Sagrados). . . pero yo os digo "
(Mt. 5, 22.28.32.33.39.43).
Jesús nunca usa la fórmula típica de los antiguos profetas:
"Esto dice el Señor", "así dice Yahvé..." Habla y obra con au-
toridad divina. Por cuenta propia legisla en materia religiosa.
2. Poder moral de Jesús.
Perdona los pecados y juzga a los hombres: cosas que esta-
ban reservadas únicamente a Dios. (Is. 43,25; Ezequiel 36,25).
—Dice tranquilamente al paralítico, conciente de que tiene
dicho poder: "Hijo, perdonados son tus pecados".
(Me. 2,5ss. paral)
—Absuelve claramente de sus pecados a la mujer arrepen-
tida, a pesar del escándalo que provoca en los presentes.
(Le. 7,36 ss).
"Así, y con evidencia, sin réplica, Jesús demuestra que tiene el con-
vencimiento de ser una manifestación de Dios, y que su poder de
perdonar los pecados radica precisamente en su unidad con
Aquel".(l).
44* £i Juicio a los hombres, por sus acciones buenas y malas,
era algo reservado a Yahvé-Dios. Jesús afirma que tam-
bién El realizará el Juicio final:
"Vendrá en la gloria de su Padre, acompañado de sus ángeles, y en-
tonces dará en pago a cada cual conforme a sus actos".
(Mt. 16,27; 13,41 ss; 25,31s)
3. Poder físico de Jesús.
Jesús ejerce poderes propios de Dios:
—Sobre las fuerzas de la naturaleza...
—Sobre las enfermedades y aún sobre la muerte...
—Sobre los malos espíritus...
11 r. En el Antiguo Testamento se cuentan milagros realiza-
I 1 •- dos por los profetas Elias y Eliseo (1" Samuel 17,1?; II
Samuel 4,32; II Reyes 13,21). También los rabinos judíos, en
(1) K. ADAM, Jesucristo, p. 169.
183
tiempo de Jesús, arrojaban los demonios (Mt. 12,27). Pero to-
dos estos prodigios se hacían en nombre de Dios-Todopode-
roso, a quien ellos invocaban.
En los milagros de Jesús, precisamente lo que llama la
atención es que ellos se presentan no como resultado de oracio-
nes que han sido oídas, sino como irradiación natural de su ser
personal. La curación milagrosa procede del mismo Jesús, no
del Padre:
"¡Quiero, queda limpio!" (Me. 1,41).
"Epheta, ábrete" (Me. 7,34).
"Talitha Kúrni: muchacha, yo te lo digo, levántate" (Me. 5,41).
"Toma tu camilla y vete a tu casa" (Me. 2,11).
"Evidentemente, Jesús ejerce no ya plenos poderes, sino la Omnipo-
tencia misma!". (K. Adam).
II-JESUS SE HACE EL C E N T R O D E
LA RELIGIÓN
1 "f *J Ei misterio de la Persona de Jesús se manifiesta de mo-
! do más impresionante por el hecho de que El se coloca
concientemente como centro de la religión, con exigencias que
sólo Dios puede hacer (2).
—Exige rigurosamente a sus discípulos fe y adhesión in-
condicional a su Persona (Mt. 10,32); seguimiento sin tardanza
(despedirse de la casa, Le. 9,61; asistir a unos funerales, Mt.
8,22).
—Exige un amor personal por sobre lo más querido que
hay para un hombre sobre la tierra: padre, madre, hijo, hija
(Le. 14,25; Mt. 10,37).
—Exige un seguimiento aún a costa de persecuciones (Mt.
5,11; 10,18; Me. 13,9) y de la misma vida (Mt. 10,39).
—La postura que se adopte respecto de El es decisiva
para el Juicio, en donde seremos juzgados por lo que hicimos
o dejamos de hacer por El.( Mt. 25,35 ss.).
"Semejante convencimiento de su estima sobrepasa toda medida
humana. Jesús no se pone simplemente cerca o al lado de Dios, sino
que se identifica con El" (K. Adam).
(2) Nada parecido se encuentra en la Historia de las religiones, tos fundadores de la:
grandes religiones no eran el objeto, ni el centro, sino únicamente los predicadora:
iluminados o profetas que inauguran un movimiento religioso: tales BU DA, LAO-TSE,
MOISÉS, MAHOMA. . . Jesús, en cambio, es el cristianismo!
184
III J E S Ú S EXPRESA S U U N I O N I N T I M A
CON EL PADRE
Jesús de Nazareth sabe que tiene una relación muy espe-
cial con su Padre celestial: es su "Hijo muy amado", su "Hijo
único" (Me. 1,11 paral). Jesús se pone claramente al lado del
Padre:
—en su ser
—en su conocer
—en su obrar.
1. Uno con el Padre en su ser.
1 1 1 Jesús nunca pone su relación de Hijo con el Padre en el
• * ' mismo plano que la relación de hijos que tienen los de-
más hombres con Dios.
—Los israelitas de su tiempo cuando se dirigían a Dios
usaban la expresión: "Padre nuestro" (3). Jesús nunca lo llama
así. Lo llama siempre: "Padre mío".(4).
"Ve a mis hermanos y díles: subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi
Dios y vuestro Dios" (Jn. 20,17).
—Ningún judío se hubiera atrevido a llamar a Dios, como
los niños llaman a su padre de la tierra: "abba" (papá). Jesús
siempre lo llama así, con esta confianza, cuando habla con
Dios. Los Evangelios nos conservan 7 oraciones breves, en las
que Jesús trata siempre a su Padre, así:
"Te doy gracias, Padre..." (Mt. 11,25).
"Padre, sálvame de esta hora..." (Jn. 12,27-28).
"Padre, ha llegado la hora glorifícame, tú, Padre, etc." (Jn. 17).
"Padre, aparta de mí este cáliz". (Me. 14,36).
"Padre, perdónalos. . ." (Le. 23,34).
"Padre mío, Padre mío, ¿por qué me has desamparado?"
(Me. 15,34).
"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". (Le. 23,46).
Jesús expresa, en esta forma, la realidad profunda de su
ser, de su unión única con el Padre.
(3) "Abinú" en hebreo. "Abúna" en atameo.
(4) Mt. 7,21; 12,50; 18,10; 20,23; 26,«3. Cfr. le. 2,49.
185
 "Yo y el Padre somos uno.
¿No creéis que yo estoy en el Padre y el Padre en mí?" (Jn. 14,10).
2. Uno con el Padre en su conocer.
f "• "" Jesús había enviado a 72 discípulos a anunciar por las
aldeas, la llegada del Reino de los cielos. A su regreso,
ellos le cuentan las maravillas obradas en su nombre. Jesús tie-
ne entonces una exclamación que ha sido conservada por los
evangelistas Mt. y Le. y que ha sido llamada —por su inmenso
contenido doctrinal— "un aerolito caído del cielo de San Juan"
(K. VON HASE). En dicha frase Jesús expresa el hondo
misterio de su ser de Hijo, que conoce lo íntimo de su Padre-
Dios, como el Padre conoce lo íntimo suyo:
"Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre. Y ninguno co-
noce quién es el Hijo, sino el Padre. Y ninguno conoce quién es el
Padre sino el Hijo, y aquel a quien quisiere el Hijo revelarlo".
(Me. 10,22; Mt. 11,27).
"Esta afirmación de Jesús sobre sí mismo no es, en el fon-
do, más que un testimonio, claro e indiscutible, de la relación
única, natural y esencial de su Persona con el Padre y del Pa-
dre con El. Sólo ellos se conocen, se poseen, se compenetran
hasta la intimidad de su existencia, porque solo ellos están en
las relaciones de Padre e Hijo".(5)
3. Uno con el Padre en su obrar.
Jesús, al curar un paralítico en día Sábado, dice que le es
lícito obrar en día Sábado, porque Dios-Padre obra también el
Sábado. La respuesta provoca la reacción de un grupo de ju-
díos que tratan de matarlo a piedra como un blasfemo, "porque
no sólo violaba el Sábado, sino que decía que Dios era su Pa-
dre, haciéndose igual a Dios". (Jn. 5,18).
Jesús, en lugar de corregir lo dicho, lo reafirma, diciendo
que El no puede hacer sino lo que hace también el Padre. La
acción del Padre y del Hijo es una misma:(6)
(5) K.ADAM, Jesucristo, pg. 1 76.
(6) Estas afirmaciones no pueden entenderse, dentro del judaismo del que formaba par-
186
"En verdad, en verdad os digo: no puede el Hijo hacer nada de si
mismo, si no lo viere hacer al Padre. Porque cuanto hace el Padre,
esto lo hace también el Hijo". (Jn. 5,19).
IV JESÚS EL VERBO DE DIOS
HECHO HOMBRE
1) El testimonio de Juan.
1de1i PJesús
Juan Evangelista nos trasmite toda la fe de la primiti-
*-? va comunidad cristiana, basada en la realidad histórica
y tal como fue vista directamente por los testigos y
entendida por los apóstoles a la luz del Espíritu Santo. Juan nos
introduce por la fe en el misterio profundo de Jesús.
"Esto ha sido escrito para que creáis que Jesús es el me-
sías, Hijo de Dios, y para que creyéndolo tengáis vida en su
Nombre". (Jn. 20,31).
En los evangelios sinópticos el anuncio del Reino de Dios
ocupa el lugar principal. En Juan tiene el primer plano la reve-
lación de la personalidad divina de Jesús, como Dios-hecho
hombre.
"Los sinópticos quieren ante todo, subrayar la instauración por Je-
sús del Reino de Dios. En el cuarto Evangelio el acento se coloca
casi exclusivamente sobre la persona de Jesús, en cuanto que ella
constituye la gran revelación hecha al mundo del misterio mismo
de Dios". (A. FEUILLET).
Juan, ya anciano, tuvo que enfrentarse con los primeros
brotes de herejías que negaban la realidad corporal de Cristo.
Por eso, afirma con énfasis, la divinidad del Verbo por un lado
y por otro su encarnación real: "El verbo de Dios se hizo carne
y habitó entre nosotros". (Jn. 1,14).
te Jesús, sino iratánáoie de un "Hijo de Dios" esencialmente igual a YahvéDios.
El estricto MONOTEÍSMO o creencia en un solo Dios, que profesaba el pueblo
judio, no permitía otro sentido. Este monoteísmo era también la base de todo el
mensaje de Jesús acerca del Reino de Dios.
187
 2) La misión del Hijo según Juan.
a) Jesús, el Enviado del Padre.
111
|ll En todo el cuarto evangelio Jesús es presentado constan-
temente como aquel que ha venido al mundo, enviado por el Pa-
dre celestial. Creer en Jesús, es "Creer en Aquel que lo ha en-
viado". (Jn. 4,34; 5,24).
La misión que realiza Jesús lo ha hecho venir de la esfera
misma de Dios (Jn. 7, 28ss; 16,27; 17,8; 8,42; 16,28) y lo ha he-
cho entrar —por la encarnación— en la esfera interior de nues-
tro mundo. (Jn. 16,28).
A la misión de parte del Padre, corresponde la venida de
parte de Cristo. (Jn. 8,42; 16,28; Véase 2 Juan 7).
b) Jesús dependiente del Padre.
Jesús, el enviado del Padre, es en todo el representante y
la expresión de quien lo envió (Jn. 5,43). Su actividad se carac-
teriza por una total dependencia del Padre (Jn. 4,34; 5,18; 8,28;
9,4; 10,25-32; 15,10) y está ligado a El por una perfecta obe-
diencia. (Jn. 6,57; 15,1).
Esta dependencia no es deprimente para Jesús. Va acom-
pañada de un profundo sentimiento de intimidad. Jesús siente
que dispone de la misma autoridad del Padre (5, 16ss); sus pa-
labras son las palabras del Padre (14,10) y sus obras las obras
del Padre. (10,38).
c) Jesús el Revelador del Padre.
Jesús conoce íntimamente al Padre (7,29). Revelarlo a los
hombres es la finalidad misma de su venida (1,18; 18,37; 1 Jn.
5,20) y al final de su viaje terreno dirá con satisfacción Jesús
que realizó dicho encargo (27, 6.26). Jesús nada dice y nada ha-
ce que no sea del Padre.(7).
Jesús es, así, la verdadera imagen del Padre invisible. Quien
lo ve, ve al Padre (14,9); quien cree en El, cree en el Padre. En
(7) Juar 8,28,38; 12,49; 4,34; 5,17; 9,4; 14,10; 17,4.
188
adelante, para los hombres, todo contacto con Dios supone la
revelación que ha hecho Jesucristo de Dios.(8).
"Y esta es la vida eterna: Que te conozcan a tí, el solo Dios verda-
dero, y a quien enviaste, Jesucristo". (Jn. 17,3).
3) La persona divina de Jesús, según Juan.
a) Jesús es uno con el Padre.
111 Si Jesús es el revelador del Padre, se debe a que existe
' I* una misteriosa unidad entre ellos dos.
— Unidad de Amor por la que el Padre ha dado todo al
Hijo (5,20; Véase 3,35) y el Hijo hace siempre la voluntad del
Padre.
—Unidad de glorificación por la que el Hijo busca la glo-
ria del Padre, lo muestra ante los hombres (14,9), lo exalta,
(7,18); y el Padre a su vez glorifica al Hijo, da destimonio a su
favor y lo honra. (8,54).
—Unidad de naturaleza, por la que ambos son uno solo:
"Yo y el Padre somos uno".(9).
Según Juan, Jesús pertenece sencillamente a la esfera de
Dios, a la esfera del ser y no del devenir. Por ello, Jesús (como
Dios) existía ya antes de su misión temporal en la tierra. (17,5;
8,58).
b) Jesús es el Verbo eterno encarnado.
1 1 p Juan nos descubre como ningún otro, el misterio de la
| i ' persona de Jesús. Especialmente en el prólogo de su E-
vangelio (1,1-18), nos ha dejado consignada, en forma sintéti-
ca, la visión profunda que tuvo la primera comunidad cristia-
na del Hijo de Dios-hecho hombre. Lo que es ahora dicho pró-
logo, bien pudiera ser la conclusión de todo su Evangelio.(10).
(8) Juan 10,9; 14,6; 17,3; I o Jn. 5,20.
(9) Juan 10,30. Véase 17, 11.21.23.
(10) Puede consultarse: M. E. BOISMARD, Le Prologue de Saint Jean. Col. LecticPivi-
na, París 1953; M.F. LACAN, "Le Prologue de Saint Jean, ses thémes, sa strvicture,
son mauvement", Lumiére et vie, N* 33 (1957, 91-110).
189
 f Jesús es el verbo eterno de Dios, vida y luz de los hombres.
(Versos 1-5).
f Juan Bautista, el precursor, dio testimonio de la luz. (Ver-
sos 6-8).
f El verbo vino al mundo, haciéndose hombre. (Versos 9-15).
t De los dones del verbo encarnado, todos hemos recibido.
(Versos 16-18).
c) Jesús es el salvador de los hombres.
Dada la realidad plena, humano-divina, de Jesús, El lo es
todo para el hombre.
Juan usa una serie de expresiones, puestas en boca de Je-
sús, que pudieran parecer hoy abstractas, pero que eran co-
rrientes en su época para significar que Jesús es fuente supre-
ma de salvación.
Dos de esas imágenes asociadas, son como la llave de
í : todo el pensamiento de Juan: "Luz" y "Vida": (11)
f "Yo soy la luz del mundo:
e) que me signe no anáa en tinieblas". (8-) 2).
f "Yo soy el pan de la vida:
quien comiere de este pan, vivirá eternamente".
(6,35.41.48.51).
t "Yo soy la vid:
Quien permanece en Mí (como el sarmiento) y Yo en él,
este lleva mucho fruto". (15,1-5).
f "Yo soy el camino, la verdad y la vida:
nadie va al Padre sino a través de Mí". (14,6).
f "Yo soy la resurrección y la vida:
Quien cree en Mí no morirá para siempre". (11,25).
En Resumen:
Para el cuarto evangelio Jesús no solamente trae el reino
de Dios ( = sinópticos), sino que El mismo es el Reino de
(11) Poro Juan, la LUZ y lo VIDA son algo propio del mundo de arriba y pertenecen
sólo a Dios. La encarnación del hijo de Dios significa, pues, que la luz y la vida
divina han bajado a este mundo que de por sí está en tinieblas y naturalmente
destinado a la corrupción y a la muerte.
190
Dios(12). Lo es en un sentido único, porque es el Hijo de Dios!
Se entra en consecuencia al reino de Dios, creyendo en Jesús y
siguiendo a Jesús! "Este es el verdadero Dios y la vida eterna".
(Un. 5,20).
"La imagen joánica de Cristo es la más madura que nos ha regala-
do la revelación. La teología cristiana posterior no ha sabido agre-
garle nada esencial. La teología sólo ha podido aclarar y expresar
en fórmulas conceptuales, lo mismo que Juan describió con senci-
llez y evidencia".(13).
Conclusión sintética:
De todo lo anterior podemos concluir que ha existido
12 realmente —según el testimonio de la historia:
I o Un Hombre completamente sano de cuerpo y de espíri-
tu, de mirada extraordinariamente realista para las grandes y
pequeñas cosas de la vida, de inteligencia muy penetrante, olvi-
dado de sí y entregado al servicio de los pobres y de los nece-
sitados. . .
2° Y este hombre, sano, clarividente y desinteresado, tuvo
desde el principio de su vida hasta su muerte, conciencia de ser
el hijo único del Padre Celestial, igual a El por naturaleza.
"Observo que Jesús es verdaderamente humano; no está fabricado
por una yuxtaposición de temas como un personaje de tragedias. Su
personalidad no puede reducirse a una cualidad predominante, sino
que presenta contrastes acordes, disonancias armoniosas. con to-
do, hay en El un misterio que retrae y que atrae, una bonomia so-
crática en las discusiones junto con una majestad en las declaracio-
nes que le atañen; el sentido de sus privilegios, de su igualdad con
Dios y sinembargo, el amor por los últimos puestos y las cosas más
humildes.
Es verdaderamente nazaretano y ciudadano de aldea, carpintero,
doctor, profeta, apóstol esclavo y rey, triunfador y víctima, sin
que ninguno de estos aspectos en tan breve lapso haga incom-
prensibles los demás, de manera que parece que El haya juntado nu-
merosas vidas, ejercitado diversas misiones incompatibles y Jebe-
res contrarios. Toda esta variedad no destruye la sencillez de este
(12) "AUTOBASILEIA" según la expresión griega de ORÍGENES.
(13) K. ADAM, El Cristo de Nuestra Fe, Barcelona 1958, p. 256.
191
 ser, estas diferencias se complementan, algo asi como los aspectos F VIZMANOS, Teología fundamental para seglares (BAC 229) Nos 587-620
del cielo y de la tierra en este paisaje que tengo ante los ojos" (14) F FERR1ER, La Encarnación Vol 24 Col Yo se-Yo creo, Andorra
A GRILLMEIER, "La imagen de Cristo en la Teología católica actual" Panora
CUESTIONARIO ma de la Teología actual Madnd 1961 pp 335-375
P BENOIT, O P "La divimte de Jesús dans les Evangiles synoptiques" Lumiere
\110 ¿Que señales hay de que Jesús dispone de un poder propio de Dios 9 et Vie 9 (1953) 43 79, Exegese et Theologte Vol I, pp 117-142
>1 11 ¿Qué autoridad reclama Jesús respecto del juicio de los hombres'' D MOLLAT, S J , "La divimte du Chnst d'apres S Jean", Lumiere et Vie 9
112 ¿Qué diferencias hay entre los milagros obrados por Jesús y los de los pro- (1953) 101-134
fetas en el Antiguo Testamento 9 J BONSIRVhN, Le Temoin du Verbe Tolouse 1956
113 ¿Que exigencias tiene Jesús respecto de su Persona 9
114 ¿Como manifiesta Jesús la conciencia que tiene de su unión intima con el
Padre celestial 9
1115 ¿Que fuerza tiene el texto de Mt 11,27 como expresión del hondo misterio
de Jesús 9
116 ¿Que valor especial tiene Juan para penetrar en el misterio de Jesús 9
U17 ¿En que consiste la "misión" del Hijo, según San Juan 9
118 ¿Como entiende y presenta Juan la Divinidad de Jesucristo 9
\ 119 ¿Que elementos del Prologo de San Juan sintetizan el Misterio de Jesús 9
120 ¿Que expresiones pone Juan en boca de Jesús como índice de su misión de
Salvador de los hombres 9
^ 121 ¿En que formula sintetizarían ustedes el misterio oculto y revelado en Cns-
to-Jesus 9

TRABAJOS

1 Fuera de los señalados en el capitulo, buscar otros índices de la naturaleza

divina de Jesús
2 Estudio por grupos —distribuyendo a cada uno una Epístola— sobre la
presentación que hace San Pablo del Misterio de Cristo
3 Estudio de la parábola de los viñadores (Me 12) como expresión de la cla-
ra conciencia que tenia Jesús de su Divinidad
4 Concurso del mejor texto literario u oratorio aducido sobre la Persona di-
vina de Jesús
5 Estudio de ampliación —por equipos— de la presentación que hace el 4°
evangelio de la Persona de Jesús como Verbo-encarnado

LIBROS DE CONSULTA

K ADAM Jesucristo cap 6

L DE GRANDMAISON, Jesucristo, Libro 4", cap 1
M GARCÍA-CORDERO, Jesucristo como problema, cap 5 y 6
PINARD DE LA BOULLAYE, Jesús HIJO de Dios Madrid 1941
J DANIELOU, S J , En torno al misterio de Cristo Barcelona 1961

(14) J GUITTON Le Probléme de Jesús et les fondernents du temoignage chretien, París,

1950, p 135-136

192 193
Capítulo 14 - SUMARIO

I - LA G A R A N T Í A DE LA P E R S O N A L I D A D DE JESÚS

La v e r d a d del testimonio d e Jesús acerca de sí está a v a l a d o .

1 . Por la singular G R A N D E Z A d e su p e r s o n a l i d a d .
2. Por su SABIDURÍA e x t r a o r d i n a r i a .
3. Por su S A N T I D A D única.

II - LA L E G I T I M A C I Ó N DE JESÚS P O R LOS M I L A G R O S

1. El m i l a g r o , como hecho sensible, fuera del curso habitual de la n a t u r a l e z a y ro-

d e a d o de c i r c u n s t a n c i a s religiosas d i g n a s de Dios es SELLO A U T E N T I C O DE
D I O S a favor d e un persona|e, d e una doctrina, d e una r e l i g i ó n .
2 . Existen 3 3 RELATOS C I R C U N S T A N C I A D O S de m i l a g r o s de Jesús en los Evan-
gelios (Resurrecciones, acciones sobre la naturaleza i n a n i m a d a , curaciones).
La FORMA LITERARIA d e estos relatos manifiestan que los evangelistas los a d u -
cen p a r a hacer resaltar l a presencia en Jesús de la G l o r i a y O m n i p o t e n c i a d e
Dios.
3. La H I S T O R I C I D A D DE LOS M I L A G R O S d e Jesús es t a n s ó l i d a c o m o la de los
mismos Evangelios, siempre sobrios y discretos en decir sólo lo que es v e r d a d .
Las mismas fuentes no cristianas a n t i g u a s d a n por r e a l i z a d o s tales hechos m i -
lagrosos de Jesús.
4 . Los milagros d e Jesús revisten un enorme significado
- C o m o PRUEBAS DE LA D I V I N I D A D de Jesús
— C o m o índices de su C O R A Z Ó N C O M P A S I V O .
- C o m o medios PARA SUSCITAR LA FE.
—Pero principalmente como S I G N O S DEL REINO DE D I O S q u e se h a i n a u g u r a - "El hizo m i l a g r o s , como un p o e t a hace
d o con Jesús! poesías, porque sus poemas son lo ex-
presión d e su s e r " (Kohnstamm) .

Filme " L a Historia más b e l l a [amas

contida".

LAS PRUEBAS DE JESÚS
"En la fe habría demasiada oscuridad, si la verdad no tuviese seña-
les visibles" (PASCAL, Pensamientos, N° 857)
La misión divina de Jesús ha sido suficientemente con-
firmada por parte de Dios mismo. Fuera del gran hecho
de su resurrección (que veremos más adelante), tenemos sufi-
cientes pruebas para aceptar razonablemente la verdad de su
testimonio.
"En realidad, tratándose de algo tan impresionante y sublime como
lo es todo lo de Jesús, tratándose de lo divino, de Dios mismo' sólo
Dios puede darnos la respuesta decisiva" (K ADAM).
I LA GARANTÍA DE LA PERSONALIDAD
DE J E S Ú S
Si Jesús no era lo que creía ser o decía ser: —o se enga-
ñó— o quiso engañar. Pero ambas cosas están en evidente con-
traste con la grandeza sicológica, intelectual y moral de su per-
sonalidad, tal como brota de los evangelios y la hemos estu-
diado.
1) La grandeza sicológica de la personalidad de Jesús.
Es una primera garantía de la verdad de cuanto ha afir-
mado ser. En su persona aparece visible el sello que Dios ha
impreso para legitimar su misión.
"La claridad de su pensamiento, la agudeza y prontitud de su pala-
bra, la fuer¿a creativa de su exposición maravillan al par que la de-
licadeza de sus sentimientos, la fuerza de su amor, la energía y la
segundad con que su voluntad tiende hacia la meta Reina en El un
recogimiento tranquilo y uniforme. Ningún afecto le es extraño Su
bondad atrae a los niños e impresiona a los enfermos. Su misencor-
196
día desarma a los pecadores. Pero El también dirige acusaciones
apasionadas contra los sentimientos farisaicos y agita el látigo de
la ira En su pasión, firmeza, coraje, paciencia y amor heroico con-
fluye todo para formar una imagen de grandeza humana que no
encontraremos mas en la historia" (A LANG, Die Sendung Chnsti).
Frente al cuadro sublime de la armonía de la persona de
Jesús, es una monstruosidad sicológica el pensamiento de que
Jesús se hubiera equivocado concientemente acerca de una mi-
sión divina que no tenía. No cabe tampoco la posibilidad de
una conciencia anormal turbada espiritualmente o mentirosa.
2) La grandeza intelectual de Jesús.
La persona de Jesús de Nazareth no es solamente una ga-
rantía, por el valor de su conciencia, sino que constituye tam-
bién un criterio dado por Dios por el milagro intelectual de su
sabiduría.
Que en Jesús de Nazareth obren fuerzas intelectuales
que trascienden la medida humana, resulta tanto del
contenido de su doctrina, como del modo como la adquirió ) su-
po trasmitir a otros:
a) Jesús dá respuesta a las cuestiones más palpitantes del
espíritu humano, cuestiones que se refieren a Dios y al hom-
bre, a la vida presente y a la futura, al cuerpo y al alma, a la
sociedad y al individuo.
"Es singular y nueva en Jesús de Nazareth la idea de Dios En ella
aparece ya la majestad infinitamente sublime de Dios, ya su bondad
paternal que tiene piedad de todos; la absoluta dependencia y su-
jeción del hombre a Dios, así como el valor inalienable del lima
inmortal. El ha afirmado la vanidad de toda cosa terrena, pero tam-
bién la importancia del presente período de prueba en función de
la eternidad la doctrina de Jesús ha fecundado toda la civiliza-
ción occidental. (A. LANG).
b) La doctrina de Jesús es completamente original: no la
sacó de las escuelas rabínicas de su tiempo ni de fuentes no ju-
días que no conocía.
c) La doctrina de Jesús está dirigida y adaptada a los hom-
bres de todo tiempo y de toda cultura.
197
 "Es maravilloso que ella, al par que su persona, no conozca limites
nacionales o restricciones del tiempo. Jesús es el contemporáneo de
todos los siglos y el ideal para todas las naciones". (A. LANG).
d) Jesús conservó igualmente clara y determinada su doc-
trina sin progresos y sin titubeos, desde el primer momento de
su aparición en público hasta su final en la tierra. No tuvo que
corregirse, ni confesó jamás que se había equivocado.
e) Respecto del modo, Jesús presentó las más profundas
verdades religiosas con natural sencillez y con claridad. Y sin
embargo, sus palabras tienen siempre el tono de una singular
sublimidad.
"No se nos ha trasmitido una sola palabra suya que nos de la sen-
sación de lo común o de lo peligroso. Más aún, no hay una expre-
sión suya que no tenga aquel sonido singular de sublimidad espiri-
tual, por el que reconocemos con absoluta certeza, el estilo del Maes-
tro". (A. REATZ, Jesús Christus).
3) La grandeza moral de la persona de Jesús.
1 ciertas de la revelación, adaptadas a la inteligencia de todos". (VA-
\ La santidad de Jesús es otro milagro moral a favor suyo.
1 TICANO 1, Denzinger 1790).
Toda su vida aparece exenta de pecado. Una radiante
pureza inunda sus discursos y sus acciones. Su carácter tiene
un equilibrio y una elevación ético-religiosa imponentes.
a) Hizo la pregunta que ningún otro hombre se ha atrevi-
do a hacer: "¿Quién de vosotros me puede acusar de pecado?"
(Jn. 8,45). Sus jueces no pudieron encontrar culpa alguna y su
pregunta está todavía sin respuesta.
Impresiona el hecho de que Jesús, que invitó tanto a la
humilde confesión de los pecados y para quien ni siquiera el
justo está sin pecado, no hizo nunca una petición de perdón y
jamás manifestó algún arrepentimiento, ni en sus oraciones ni
cuando estaba de cara a la muerte.
b) La vida de Jesús —como vimos anteriormente— es el
resumen de todas las virtudes, pero sin que ninguna tome un
relieve particular.
"Su virtud es equilibrada, espontánea, poseída con seguridad. No
hay en su vida tempestades o crisis violentas, no hay rupturas con
el pasado o luchas ascéticas. Está frente a todos los valores terrenos
con singular libertad. Una atmósfera divina, de verdad y de paz, lo
rodea". (A. LANG).
198
En resumen:
Este hombre aparece guiado y favorecido por Dios de mo-
do particular. Es sensible en su persona, el sello que Dios ha
impreso para confirmar su misión. Detrás de su pretensión de
ser el mesías, el enviado de Dios, está la autoridad misma de
Dios respaldándolo!
II LA LEGITIMACIÓN DE J E S Ú S POR LOS
MILAGROS
1) El milagro, sello auténtico de Dios.
"Para que el homenaje de nuestra fe fuese conforme con la razón,
Dios quiso que las ayudas interiores del Espíritu Santo estuviesen
acompañadas de pruebas exteriores de su revelación, a saber, los
Hechos Divinos y sobre todo los milagros . . los cuales mostrando
excelentemente la omnipotencia infinita de Dios, son señales muy
Concepto de milagro. El milagro físico es:
1 Io "Un hecho sensible,
{ 2" no explicado por el curso habitual de la naturaleza,
3 o sino producido por Dios en circunstancias religiosas, co-
mo una señal de lo sobrenatural". (F. TAYMANS).
I o El milagro —en primer lugar— es un prodigio no co-
mún, un fenómeno insólito, algo que llama siempre la atención
dentro de la naturaleza. Como tal, es observable por una ova-
rías personas quienes, a su vez, pueden dar testimonio valedero
acerca de él.
2° El milagro —en segundo lugar— es un hecho que apa-
rece realmente sustraído al curso habitual de la naturaleza, por-
que no existen fuerzas naturales conocidas ni desconocidas, que
puedan señalarse como su explicación.
inf= Actualmente se considera que un hecho lo es tal, si se
i £ v llenan simultáneamente estas tres condiciones:
a) El curso ordinario de la naturaleza (del que se aparta el
199
 prodigio en cuestión) ha sido bien observado en muchas y el "argumento" El manifiesta analógicamente la filantropía de
diversas circustancias vgr. un verdadero cadáver no retor- Dios , trasparenta por medio de señales anormales su anormal
na, sin más, a la vida; un tejido o un órgano lesionado no bondad". (M. BLONDEL).
se reconstruye instantáneamente. . . "Los milagros no son intervenciones perturbadoras, sino bellezas
b) Dicho curso de la naturaleza nunca sufrió tal excepción en que coronan la suprema revelación de la unidad. Han sido llamados
las 'Leyes naturales del Cielo' . (C. S. LEWIS, Das Wunder, Kóln
circustancias profanas u ordinarias vgr. nunca se ha ob- 1952, p. 109).
servado en cementerios u hospitales que los muertos revi-
van o que en un instante se reconstruyan tejidos cancero-
sos. . . 2) Los relatos milagrosos de los Evangelios
c) El prodigio de que se trata se produce en tales circunstan-
a) Los relatos evangélicos de milagros de Jesús.
cias de "neutralidad" o normalidad perfecta, de manera
que no se han utilizado recursos especiales ni medios arti-
t En más de veinte lugares de los evangelios se dice en modo
ficiales ni fuerzas naturales conocidas, que puedan darse
general que Jesús obró signos y milagros (2).
como causa del acontecimiento extraordinario producido.
Vgr. no se aplicaron en tal caso drogas ni injertos, ni se
t Pero existen 33 relatos circustanciados en los evange-
hicieron prácticas de reanimación ni eran ya eficaces por
lios, que narran particularmente otros tantos milagros
el grado ya avanzado de descomposición del cadáver. . .(1)
hechos por Jesús en su vida pública:
; /r? 3» El milagro, en tercer lugar, no tiene razón de ser sino
como una interpelación especial o llamado de gracia 3 Resurrecciones
que hace Dios ai hombre. El verdadero milagro es siempre sig-
' Hija de Jairo. (Me. 5,22 paral).
no de la benevolencia de Dios para con los hombres, o señal
•Joven de Naím. (Le. 7,11 ss.).
que simboliza lo sobrenatural a través de lo natural y sensible,
•Lázaro de Betania. (Jn. 11,1 ss.).
o sello que confirma de parte de Dios a un personaje, a un san-
tuario, a una religión. . . Por eso, el milagro se da siempre ro-
deado de circustancias religiosas dignas de Dios y que sugie- 9 Acciones sobre la naturaleza inanimada
ren por sí mismas el origen divino —y no humano ni diabóli-
co— del acontecimiento. • la. Multiplicación de Panes. (Me. 6,35 paral.)
• Calma de tempestad. (Me. 4,35 paral.)
"Los efectos milagrosos están ordenados a la manifestación de la • Andar sobre las aguas. (Me. 6,46 paral.)
gracia". (SANTO TOMAS DE AQUINO). • 2a. Multiplicación de alimentos. (Mt. 15,32 ss).
"El milagro es el análogo de lo sobrenatural del cual es la expresión • Castigo de la higuera. (Me. 11,12 paral.)
• Conversión del agua en vino. (Jn. 2,1 ss).
( 1 ) Estas tres condiciones, sí se dan simultáneamente, permiten a la ciencia de cualquier • Pesca Milagrosa. (Le. 5,1 ss).
tiempo afirmar con certeza que un fenómeno se ha realizado por fuera del régimen • Moneda en el pez. (Mt. 17,24).
ordinario de las leyes naturales —desconocidas ( I a y 2 a condición) o conocidas ( 3 a • Pedro anda sobre el mar. (Me. 6,46 paral.)
condición)—. Dicho fenómeno desborda, entonces, su competencia o campo de cien-
cia aplicada a una parte del orden total de la r e a l i d a d . La causa explicativa del
hecho, hay que buscarla en consecuencia, en un orden superior de la realidad total, (2) Súmanos generales (Me. 1,22-34 paral; Mt. 3 , 1 0 - 1 2 paral; Le. 5 , 1 5 - 1 7 ) . Aluiiones
cual is el sugerido por las circunstancias religiosas que han r o d e a d o el prodigio generales (Me. 6 , 5 ) . Indicaciones de la reacción incrédula ante dichos miligros.
milagroso. (Me. 0 , 1 4 - 1 6 paral; Mt. 9 , 3 4 ; Le. 2 3 , 8 ) .

200 201
 —21 curaciones 3o. Subrayan la intervención de Jesús, siempre sencilla:
Jesús obra por una palabra o por un gesto, con un gran poder.
De ellas 16 son "Mayores" por tratarse de lesiones orgáni-
cas o enfermedades incurables y no simplemente funcionales: 4o. Subrayan la instantaneidad del efecto: Es atestiguada
• Leproso. (Me. 1,40 paral). por un gesto concreto (leproso, hija de Jairo) (3).
• 10 leprosos. (Le. 17,12).
• Ciego de Jericó. (Me. 10,46 paral). 5o. Subrayan la eficacia religiosa del milagro entre los asis-
• Ciego de Betsaida. (Me. 8,22). tentes: Se conmueven profundamente, alaban a Dios, la fama
• Ciego de nacimiento. (Jn. 9,1 ss.). de Jesús se esparce por la región...
•Siervo del centurión. (Le. 7,1).
6o. Los silencios de estos relatos son también significati-
• Hija de la cananea. (Me. 7,24).
vos: poco o nada dicen del favorecido por el milagro, dado que
• Hijo del oficial romano. (Jn. 4,46).
él no es el centro de la narración sino la ocasión de la manifes-
•Hombre mudo. (Le. 11,14).
tación de Jesús.
• Sordo y mudo. (Me. 7,31).
• Endemoniado de Cafarnaum. (Me. 1,23).
En Resumen:
• Suegra de Simón. (Me. 1,29 paral).
• Endemoniados de Gadara. (Me. 5,1 paral).
Se ve claro que estos relatos no son tanto biográficos
• Hemorroisa. (Me. 5,25 paral).
cuanto doctrinales. A través de los hechos milagrosos de Jesús
• Endemoniado epiléptico. (Me. 9,14 paral).
quieren hacer resaltar la omnipotencia de Dios que se mani-
• Oreja de Maleo. (Le. 22,49).
fiesta en Jesús.
b) Forma literaria de dichos relatos evangélicos
3) La historicidad de los milagros de Jesús
ri
: Es interesante observar los temas constantes que apare-
cen en las 33 "narraciones circustanciadas". Dichos I JjlJ a) Los milagros son parte esencial de los evangelios:
temas manifiestan las intenciones que tuvieron los evangelistas
al narrar los milagros de Jesús. No se pueden eliminar sin comprometer todo el conjunto
de los evangelios.
1 o. Subrayan la realidad del mal y la dificultad de recu-
No sólo por su extensión los milagros ocupan parte consi-
perar la salud: derable de los evangelios, sino que están íntimamente ligados
con la estructura, la finalidad y el carácter de los evangelios.
• La duración de la enfermedad.
Quien rechaza los'relatos de los milagros debe rechazar todos
(Me. 5,25; 9,21; Le. 13,11). los evangelios.
• Su aspecto terrible. (Me. 5,3-5; 18-22).
• Las dudas sobre la posibilidad de la curación (epiléptico). Las enseñanzas de Jesús se integran también continua-
• La realidad de la muerte (hija de Jairo). mente con los milagros. Vgr. con ocasión de la pesca milagrosa,
• El furor de la tempestad. (Me. 4,37). Jesús explica el oficio y la misión de los apóstoles (Le. 5,1-11).
2o. Subrayan la fe que Jesús pide (tempestad, hija de Jairo,
epiléptico) o que Jesús alaba (siervo del Centurión, hija de la (3) Hay sin e m b a r g o algunos milagros que pudiéramos llamar " l e n t o s " : curacim del
cananea)... endemoniado de G a d a r a y multiplicación de los panes

202 203
A la pregunta de Juan Bautista sobre su mesianidad, Jesús res-
ponde con sus milagros (Mt. 11,2 ss.). Las disputas de Jesús
con los fariseos van con frecuencia unidas a las curaciones
obradas en día sábado (Me. 3,1-6; Mt. 12,22-27; Le. 13,10-17;
Jn. 5,10 ss.). Es muy estrecha la unión entre la multiplicación
de ios panes y el discurso en que Jesús promete el pan eucarís-
tico (Jn. 6).
b) Mucho de lo de Jesús sería incomprensible, si Jesús no
hubiere obrado cosas extraordinarias:
— L a / e de los discípulos en El (Jn. 2,11; 3,2; 7,31; 12,9-11;
Me. 4,40; Le. 7,16; Mt. 14,33).
—El estupor y la conmoción del pueblo alrededor de Jesús
(Mt. 9,26; 12,38; 14,1 ss.; Jn. 11,47).
—El odio de sus adversarios (Mt. 12,22-37; Le. 11,14-22;
Me. 11,18 ss.).
c) La sencillez, la sobriedad y el modo discreto como los
evangelios presentan los milagros de Jesús, son un índice más
de su valor histórico.
En los relatos evangélicos no hay esos arreglos fantásticos
ni exageraciones legendarias que se encuentran por ejemplo, en
los evangelios apócrifos. No hay en ellos autoglorificación ni
exhibicionismo popular. Dan señales claras de narrar una reali-
dad concreta.
Es también notable la diferencia con los milagros "infla-
dos" narrados en la antigüedad:
—Los milagros épicos narrados en el Éxodo.
—Los milagros de los rabinos.
—Los milagros novelados de Apolonio^e Tiana.
—Los milagros adjudicados al emperador Vespasiano...
"Los milagros de Jesús no son milagros que hubieran inventado
unos cuentistas de su tiempo". (A. GEORGE).
d) Por último, es interesante anotar que fuentes no-cristia-
nas muy antiguas reconocen que Jesús fue un "taumaturgo", un
gran obrador de milagros, aunque tratan después de atribuir su
poder al diablo o a la magia:
204
—Los fariseos en tiempo de Jesús aceptan los prodigios que
obra, aunque los achacan al poder de Beelzebub, el príncipe de
los demonios (Mt. 9,34; 12,24; Me. 3,22; Le. 11,15).
—Un documento judío del año 95 habla de un tal Eliezer
Ben Dama (hijo de Hyrkanos) curado por el nombre de Je-
sús (4).
—San Justino, hacia el año 150, dice cómo los judíos en
tiempo de Jesús "aunque vieron sus obras milagrosas, declara-
ron que era un hechicero, y un seductor del pueblo". (5).
—En el Talmud, Jesús es llamado mago, obrador de mi-
lagros.
—También el perseguidor Celso —como refiere Orígenes—
"Admite concientemente los hechos milagrosos obrados por Jesús,
que indujeron al pueblo a seguirlo como Mesías, pero trata de des-
virtuarlos diciendo que habían sucedido no por poder divino sino
por magia".(6).
4) Significado de los milagros de Jesús.
I 'Vi "Los milagros son la consecuencia, se pudiera decir el desborda-
1 <y¡ § miento en el orden material, de la obra espiritual de Jesús: ¡son el
remo de Dios en obras!" (DE GRANDMAISON).
Los milagros, en sentir de Jesús, son como un pre-estreno
del reino de Dios, son la .señal de que el reino de Dios se inau-
gura en la tierra:
"Si con el Dedo (espíritu) de Dios expulso los demonios, sin duda
es por que ha llegado ya a vosotros el reino de Dios". (Me. 3,22-30
paral).
a) Son pruebas de la divinidad de Jesús.
Q**1 La primera comunidad cristiana consideró los milagros
1di de Jesús como las credenciales indiscutibles que el Padre
celestial había dado a favor de su hijo-Jesús.
(4) Tosephta Hullin, II, 2 2 .
(5) S A N JUSTINO Diálogo con Trifo'n Cap. 6 9 .
(6) Contra Celsum, I, 3 8 .
205
 "Jesús de Nazareth fue un varón acreditado de parte de Dios ante
vosotros por milagros, prodigios y señales que Dios obró por medio
de El entre vosotros, según lo que vosotros mismos sabéis.(7)
SANTO T O M A S dice que "Los milagros fueron hechos
por Jesús para confirmar su doctrina y para probar su poder
divino".(8)
"El hizo milagros, como un poeta hace poesías, porque sus poemas
son la expresión de su ser". (KOHNSTAMM.)
"Los milagros son demostración evidente de quién es Jesús". (Ha
afirmado el protestante A. RICHARDSON). (9).
Un profesor judío ha afirmado asimismo que "Jesús en los
evangelios obra sus milagros para manifestarse a sí mismo, pa-
ra atestiguar su naturaleza celeste".(10).
b) Son índices de la compasión de Jesús.
Pedro, en su discurso a Cornelio, hablando de Jesús dice
que "Pasó por todas partes derramando bienes y sanando".
(HECHOS 10,38).
Muchos —especialmente entre los protestantes- ponen
hoy como motivo principal de los milagros de Jesús la miseri-
cordia.
— Para JELKE, "la intención de Jesús no fue glorificar su
Nombre, sino servir a la humanidad sufriente".
— Para el anglicano V. TAYLOR: "Los milagros son pri-
mariamente obras de compasión y de poder".
Sin desconocer que Jesús llevado de su compasión por el
sufrimiento humano hizo varios de sus milagros, sinembargo no
todos brotaron de este sentimiento. Por ejemplo, los milagros
sobre elementos de la naturaleza. Como bien dice A. RI-
CHARDSON: "En todos los evangelios Jesús se niega a hacer
milagros por pura exhibición, pero el motivo de compasión no
es predominante y ciertamente no es el primario en los sinópti-
cos ni en San Juan.(l 1)
( 7 ) Primer discurso de Pedro en Pentecostés: HECHOS 2 , 2 2 .
( 8 ) SUMA 3, q . 4 3 , a . 3 .
( 9 ) A. RICHARDSON, The Mímeles Stories of the Gospels, 1 9 5 9 , p. 3 1 .
(10) SALVADOR, Jesús Christ et sa Doctrine, II, p. 9 7 .
(11) The Miracles Stories oí the Gospels, p. 3 1 .
206
c) Son medios para engendrar la fe.
Los israelitas en el Antiguo Testamento se movieron a
creer en Dios o fueron fortalecidos en su fe por los milagros
(Éxodo 4,31; 14,31; / Reyes 17,24). La misma idea encontra-
mos en el Nuevo Testamento.
Jesús reprocha a las ciudades "en donde había hecho la
mayoría de sus milagros" el no haberse "arrepentido". (Mt.
11,20-14).
El Evangelio de Juan destaca, en particular, el valor de
signo que tienen los milagros de Jesús como medio para sus-
citar la fe.(12)
ORÍGENES observa contra Celso que los milagros de Je-
sús inducían a muchos a aceptar "La admirable doctrina del
Evangelio". (II, 48).
Varios autores modernos dicen que intención principal de
Jesús al hacer sus milagros, era el deseo de llevar a la gente
"hacia una perspectiva espiritual". Pero encomiendan que:
"Los milagros no se miren sólo como medio de publicidad puestos
por Jesús al servicio de su enseñanza, porque entonces se queda sin
apreciar la naturaleza única e independiente de ellos".(13)
d) Son señales del reino de Dios!
1 *; No cabe duda que Jesús consideraba sus milagros como
1
. • las señales evidentes del reino de Dios que con El co-
menzaba^ 14)
Los milagros de Jesús son los milagros del reino de Dios,
anunciados por los profetas. Son las obras del mesías (Gesta
Christi). Son los hechos maravillosos de la Nueva Era inaugu-
rada por Jesús.
—Si ponemos la atención más en el Autor de los milagros:
ellos indican la voluntad y poder de Dios que respalda la obra
de Jesús. Son, así, señales de Jesús-mesías; son signos de la pre-
sencia del Salvador!
—Si dirigimos, en cambio, la atención hacia el objetiw o
finalidad por la cual se realizan los milagros de Jesús: ellosin-
( 1 2 ) Jn. 2, 1 1 ; 4 , 5 3 ; 6 , 1 4 ; 9 , 3 0 - 3 9 ; 1 1 , 1 5 . 4 2 . 4 5 ; 1 2 , 1 1 . 1 7 - 1 9 ; 2 0 , 3 0 - 3 1 .
( 1 3 ) V A N DER LOOS, The Miracles of Jesús, Leiden 1 9 6 5 , p. 2 4 6 .
(14) Véase Me. 3 , 2 2 - 3 0 ; Mt. 1 1 , 2 - 6 ; Le. 7 , 2 0 - 2 3 ; Jn. 5 , 3 6 ; 1 0 , 2 5 . 3 7 ; 1 4 , 1 1 .
207
 dican que ha llegado la era de la salvación Son, así, signos de la TRABAJOS
nueva era mesiáruca, que se inaugura con Jesús y terminara al
final de los tiempos. 1 Intentar un estudio de las Profecías de Jesús como pruebas divinas
2 Comparar algunos milagros de J con los narrados en el Antiguo Tto y los
"No hay duda de que los formadores de la tradición evangélica en- de los Evangelios apócrifos
tendieron los milagros de Jesús como "SIGNOS" o hechos simbóli- 3 Analizar cada uno un milagro diferente de Jesús desde el punto de vista
cos que autentican su mensaje y proclaman el advenimiento de la literario, histórico y en su significado religioso
Era por venir" (15) 4 Ilustraciones gráficas o escenificación de algunos milagros
5 Monografía de cada uno de los milagros narrados por San Juan y su neo
Conclusión • contenido doctrinal sacramental espiritual
6 Listas de los milagros que manifiestan mas la compasión de Jesús o llevan
"Lo que da a los milagros del Nuevo Testamento su carácter espe- a la fe
cifico es su cualidad de SEÑALES En cuanto tales atestiguan que 7 Refutar las principales objeciones contra los milagros de Jesús (relatos de
el reino de Dios llega y que Dios va a poner fin, por la redención, milagros en otras religiones fuerzas ocultas poder de sugestión invento de
al desorden introducido por el pecado en la humanidad y en el Uni- los apostóles, magia )
verso Ellos anuncian profeticamente la única metamorfosis (tras-
formacion) que tiene sentido en el cristianismo El paso de la for-
LIBROS DE CONSULTA
ma del mundo presente a la forma del mundo por venir' (16)
L MONDEN, El milagro signo de salvación Herder Barcelona 1963 especial-
CUESTIONARIO mente el capitulo "Jesús Taumaturgo"
PINARD DE LA BOULLAYE S J , Jems Profeta \ Taumaturgo Madrid 1941
122 6 Que pruebas hay de parte de Dios de la misión y carácter divino de Jesús 9 V MARCOZZI, S J , El milagro vol 69 Pequeña Biblioteca Herder Barcelona
123 6 Fn que sentido la grandeza intelectual de Jesús es un sello divino a favor
1965
suyo9 L DE GRANDMAISON Jesucristo Libro 5o cap 1-2-3 "Los signos divinos en
124 6 En que sentido la santidad de Jesús es garantía divina a favor de lo que El
general", "Las profecías de Cristo" "Los milagros de Cristo'
dice ser9 F VIZMANOS, TeologíaJundamentalpara seglares (BAC) Nos 621-744
125 ¿Qué es un milagro físico9 Explique los elementos de la definición A GEORGE "Les miracles de Jesús dans les Evangiles synopüques" Lumiere et
126 6 Que condiciones debe llenar un hecho simultáneamente, para que la cien-
Vie33 (1957)7-24
cia pueda decir que esta sustraído al régimen normal y habitual de la Na- A RICHARDSON The miracle Stories ofthe Gospels London 1959
turaleza 9 H VAN DER LOOS, The Miracles of Jesús, Bnll (Holanda) 1965
9
127 6 De cuantas maneras puede el milagro manifestar su significado religioso
128 ¿Cuantos relatos circunstanciados de milagros de Jesús se encuentran en
los Evangelios 9 ¿Corno se los puede agrupar 9
129 6Que se puede observar acerca de la forma literaria que tienen dichos reía
tos circunstanciados de los milagros de Jesús 9
9
130 6 Como se prueba la historicidad de los milagros de Jesús
9
131 6Que significado religioso tienen los milagros de Jesús
9
132 t De que manera son los milagros de Jesús pruebas de su Divinidad
133 ¿Que valor tienen los milagros de Jesús como señales del Reino de Dios
que llega 9

( 1 5 ) A RICHARDSON, The Miracles Stories of trie Gospels, p 57

( 1 6 ) PH H MENOUD, W u n d e r und Sakrament im N T Theol Zeitschnft 8 ( 1 9 5 2 )

p 180

208 209
Capítulo 15 - SUMARIO

I LA VIDA REDENTORA DE JESÚS

Toda \a vida de Jesús, desde su infancia hasta su muerte, tiene el valor de una RE-
PARACIÓN HECHA A DIOS por los pecados de los hombres y de un RESCATE de
estos o liberación del pecado, de la muerte, del Maligno.

II EL SACRIFICIO EN LAS RELIGIONES

1. Los elementos primordiales de todo sacrificio religioso son: LA OFRENDA y la

INMOLACIÓN de la victima.
2. El SACRIFICIO PASCUAL de los ludios ofrecía a Dios la sangre de los corderos
inmolados en el Templo.

III EL SACRIFICIO DE JESÚS REDENTOR

1 Jesús en la Ultima Cena OFRECE al Padre el sacrificio de su Cuerpo y de su

Sangre (es decir de su vida).
2. Y es INMOLADO CRUENTAMENTE en la cruz el Viernes Santo. Con este sacri-
ficio de valor infinito nos reconcilia en su sangre con Dios y nos redime.

I V EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA

PERPETUA por los siglos el sacrificio redentor de Cristo en la cruz y es EL MEMO-

RIAL de su muerte y resurrección confiado a la Iglesia para su celebración hasta la "EJ misterio de un Dios-hombre, inmolado
vuelta de Cristo. por lo salvación de los hombres".

Pasión, Oberammtrgau

1*

JESUCRISTO NUESTRO
REDENTOR
Cuando un excursionista descuidado, resbala y cae por su
culpa, arrastrando consigo a los que van atados con la misma
cuerda, un guía a quien sólo interesa el dinero se contenta con
dar consejos desde lejos, a los desgraciados excursionistas. Es-
tos, heridos y desanimados, pretenden en vano subir de nuevo
por la abrupta pendiente, hacia las altas cumbres. . .
El verdadero guía, por el contrario, el que ama su huma-
nitario oficio, no vacila: salta de su posición ventajosa y segura,
desciende hasta el abismo, se junta a aquellos infelices, se iden-
tifica del todo con ellos, comparte sus padecimientos, hace su-
yas sus inquietudes, carga con las consecuencias de la falta que
cometieron. Se ata con la cuerda ocupando el primer lugar y
deseando salvarlos a todos, los arrastra, pidiéndoles tan solo
que cada uno ayude según le permitan sus fuerzas. . .
De un modo parecido realizó Dios nuestra redención. El
Verbo de Dios se hizo uno de nosotros; descendió hasta nos-
otros, asumiendo nuestra naturaleza y cargando con nuestras
desgracias. Se asoció con nosotros para tomar mejor sobre Sí
las consecuencias de nuestros pecados. Y poniéndose al frente
de los hombres —Primogénito entre todos— nos dio medios
para remontar el camino y recuperar las alturas del amor y la
gracia de Dios!
En C R I S T O J E S Ú S hemos sido salvados. No tenemos
otro Redentor sino El, y sólo en El podemos reparar nuestros
pecados y volver a la amistad de Dios!
I LA VIDA REDENTORA DE J E S Ú S
* La palabra "redención" significa "rescate". El hombre al
i abandonar a Dios y perder su amistad, se hizo esclavo
del pecado, esclavo de la muerte, esclavo de la carne y del de-
monio^ 1)
(1) Véase Epístola a los ROMANOS c. 5,6 y 7.
212
Jesucristo, repara la ofensa hecha a Dios y "redime": es
decir libera o "rescata" al hombre del pecado, de la muerte y
de los poderes tenebrosos.
El acceso a Dios estaba cerrado por el pecado y nadie po-
día ver su Rostro. Jesús, con su vida y su muerte nos adquiere
de nuevo el derecho a la felicidad en la visión de Dios. Esto es
lo que se llama la obra redentora de Cristo-Jesús.
1) Jesús ofrecido.
1*1
« y Cuarenta días después de su nacimiento, conforme a la
ley judía, JESÚS es llevado al templo de Jerusalem para ser allí
ofrecido a Dios, como todos los primogénitos del pueblo hebreo.
Mientras es ofrecido por María y José, JESÚS se ofrece
voluntariamente a su Padre eterno para reparar las faltas de
los hombres y devolverles la vida divina.
JESÚS repitió allí su primer ofrecimiento que hizo cuando
entró al mundo:
"Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me diste un cuerpo a propó-
sito; holocausto y sacrificios por el pecado no te agradaron; enton-
ces dije: Heme aquí presente . quiero hacer, Oh Dios! tu Volun-
tad!" (2)
2) Jesús perseguido desde la infancia
Es un episodio dramático que presagia, desde su infancia,
la vida del Redentor.
Herodes, celoso de este rey sin corona y sin trono, quiere
matarlo.
Jesús debe huir de la cólera de este tirano, y refugiarse en
Egipto hasta que desaparezca el peligro.
"En trabajos desde mi niñez" puede decir con el salmista.
3) Redentor en la vida pública.
Cuando llega "la hora" señalada por su Padre, Jesús deja
con dolor a su Madre y a su patria chica e inicia su vida pú-
blica. Parte a cumplir la misión por la que había venido al
mundo.
(2) HEBREOS 10, 5-7 cfr. SALMO 39,7.
213
 Jesús recorre las ciudades y los pueblos, predicando el
Evangelio, la "Buena Nueva" de salvación que trae a los hom-
bres. Prueba su misión redentora. Bendice y perdona.
Varios de sus oyentes se le adhieren con ardor; pero otros
muchos lo espían y maquinan asechanzas contra El, porque ha
denunciado su hipocresía y sus vicios disimulados.
Comienza contra El una guerra sorda y a m u e r t e . . . El
drama de nuestra Redención corre hacia su punto culminan-
te!
"Os interesa que muera un solo hombre por el pueblo, y que no
perezca toda la nación". (Jn. 11,50).
Dice Caifas, el Sumo Sacerdote, ante el sanhedrín judío.
Profetiza así —sin saberlo— la muerte de Cristo en "satisfac-
ción vicaria" por la salvación de todos los hombres!(3)
II EL SACRIFICIO EN LAS RELIGIONES
I) El sacrificio en la historia de las religiones
La historia de los sacrificios es tan antigua como la histo-
ria de la humanidad.
Caín y Abel, se enemistan a raíz de un sacrificio que van
a ofrecer a Dios; el uno se muestra allí rebelde y el otro dócil.
(GénesisA)-
Después del diluvio, se anuncia con un sacrificio la alianza
de Dios con los hombres fieles a su causa. Y Dios muestra su
aceptación del sacrificio, haciendo aparecer en el cielo el arco-
iris. (Génesis 8,20; 9,12).
Un sacrificio sella asimismo la alianza concertada entre
Yahvé y Abraham (Génesis 15) y después también la renova-
ción hecha por Moisés (Éxodo 24).
La ordenación de la vida religiosa, no sólo en el pueblo ju-
dío sino en todos los pueblos de la tierra, consiste por lo gene-
ral en la ordenación de los sacrificios. Los sacrificios llenan
toda la historia religiosa del pueblo israelita.
(3) "Satisfacción vicaria" significa la reparación que ofrece Jesús a Dios, a nombre de
todos sus hermanos, los hombres.
214
1 0 C
üU
Los elementos primordiales, constitutivos de todo sacrificio
religioso son dos:
a) La ofrenda u oblación sensible, hecha por el legítimo
representante del pueblo y escogido para tal acto, y
b) La inmolación de la cosa o víctima ofrecida.
Entendamos bien lo que son estos dos elementos del sa-
crificio.
a) Por medio del sacrificio el hombre ofrece a Dios una
cosa personal y preciosa.
El sacrificio consiste esencialmente en la ofrenda que hace-
mos a Dios de un objeto o un ser que nos pertenece, con el fin
de reconocer su dominio absoluto, con el fin de darle gracias
por los beneficios recibidos, con el fin de pedirle algún favor o
de expiar pecados . . .
La ofrenda ha de ser intachable.
El hombre la entrega, la da a Dios.
Está destinada a Dios y a El ha de pertenecerle
Lo que a Dios se ofrece queda, asi, de su exclusiva propie-
dad y pertenencia, como cosa sagrada.
1*Yt Es esto lo que significa el mismo nombre de "sacrifi-
u '• ció" ("Sacrum faceré"): hacer sagrada una cosa, por es-
ta entrega a Dios!
1*11 b) Después, para que quede patente este desprendi-
v miento nuestro de la cosa ofrecida, y esta absoluta per-
tenencia a Dios: la ofrenda es destruida, es inmolada.
Así por ejemplo, la bebida sagrada es vertida al suelo; las
primicias de la cosecha que se ofrecieron a la Divinidad son
quemadas; el animal-víctima es inmolado, devorado por el
fuego. .
El sacrificio va, pues, a c o m p a ñ a d o —si la cosa es apta
para ello— de la inmolación sangrienta o "cruenta", de la víc-
tima ofrecida.
No interesa para el sacrificio que la ofrenda se haga antes
de la inmolación, durante la inmolación o después de ella.
2) El sacrificio pascual de los judíos.
1 0 Q El 14 de Nisán, víspera de la gran fiesta pascual, cada
I v w israelita inmolaba en el templo un cordero sin mancha;
215
los sacerdotes recogían la sangre, desparramándola luego como
ofrenda, alrededor del altar. Por el sacrificio quedaba conver-
tido el cordero en cosa sagrada.
Los que lo habían ofrecido, comíanlo después en familia,
durante una cena que se llamaba comida pascual, y que estaba
minuciosamente reglamentada. De este modo los comensales
se unían estrechamente a la víctima sagrada que habían dedi-
cado a Dios y que Dios les devolvía en señal de benevolencia
y de perdón.
III EL SACRIFICIO DE J E S Ú S REDENTOR
Es el último año de la vida pública de Jesús, el año 29 de
nuestra era. Llegado el plenilunio de Marzo, Jesús va a "pasar
de este mundo al Padre" (Jn. 13,1), va a realizar la verdadera
pascua o "paso del Señor".
1) Ofrenda de Jesús
Jesús está con sus apóstoles, en la sala o cenáculo que un
hombre les ha prestado (Mt. 26,17-19). Es el día en que se in-
molan los corderos en el templo y se ofrece su sangre por los
sacerdotes. Jesús sabe todo lo que se trama contra El en la os-
curidad de la traición. A conciencia ofrece el nuevo sacrificio
de la nueva alianza.
a) La ofrenda de su cuerpo y su sangre.
\í. Terminada la cena pascual tradicional, Jesús toma el
pan en sus manos, lo bendice y lo reparte a los apóstoles di-
ciendo:
"Tomad y comed,
este es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros".
Jesús toma luego en sus manos el cáliz de vino y lo da a
los discípulos diciendo:
"Tomad y bebed,
esta es mi sangre (la sangre del nuevo Testamento) que será derra-
216
mada por vosotros y por todos, para remisión de los pecados.
Haced ésto en memoria mía".(4)
Jesús en aquel momento ofrece a su Padre su cuerpo y su
sangre para redención de los hombres. Dios, por medio de Moi-
sés, había sacado a su pueblo de la esclavitud de Egipto, a tra-
vés del Mar Rojo. Jesús ahora va a libertar a los hombres de
la esclavitud del pecado, a través del baño de su sangre, para
llevarlos luego a la verdadera tierra de promisión. Jesús ofrece
en la Ultima Cena un verdadero sacrificio a Dios. Sólo falta la
inmolación sangrienta en el calvario.
b) La "oración sacerdotal" (Jn. 17).
Al final de la cena, Jesús dirige al Padre "la gran plegaria
de oblación y de intercesión del salvador en la hora de su sa-
crificio". Es la plegaria de la nueva y eterna alianza.
"Propiamente hablando, esta oración es el interior mismo de la Pa-
sión. Es el acto supremo de Jesús que da su vida, el acto de sacer-
dote y de la víctima, el gesto del sacrificio, sin el cual los episodios
del drama hasta la crucifixión se reducirían a una ejecución inicua.
Ella es el misterio mismo de la pasión y de la resurrección del Se-
ftor".(5)
—Jesús pide al padre la gloria de su resurrección.
(Jn. 17,1-5).
—Le pide el guardar a sus apóstoles de todo mal y el con-
sagrarlos. (Jn. 17,6-19).
—Pide a su Padre por todos sus futuros discípulos, implo-
rando para ellos las gracias de la unidad en Dios. (Jn. 17,20-23).
2) Inmolación de Jesús.
| J l Llega, por fin, para Jesús "la hora" de triunfar del "mun-
I " Í do", de terminar su misión de revelador del Padre.de
consumar su sacrificio redentor.
(4) Mt. 26,26-29; Me. 14,22-25; Le. 22,19-20; I Cor. 11,23-26.
(5) J. GUILLET, Jesus-Christ, Hier et Aujourd Hui, Desclée, París 1963, p. 138.
217
 "Ahora es el juicio de este mundo;
ahora el príncipe de este mundo (el diablo)
será arrojado fuera. Y Yo, cuando
fuere levantado de la tierra (en la cruz),
atraeré a todos hacia Mí". (Jn. 12,31-32).
—En la agonía del Huerto, Jesús pega el rostro contra la
tierra, suda sangre, es abandonado de todos. . . (Le. 22,41ss.)
—Esa noche es "la hora del poder de las tinieblas": Jesús
es cogido preso, tratado mal, negado por sus amigos. . .
(Jn. 18, 1-28).
—En el pretorio de Poncio Pilato, Jesús es humillado, azo-
tado y condenado a muerte. (Jn. 18, 28-19,15).
—Jesús lleva una cruz a cuestas hasta el calvario, fuera
de la ciudad. (Mt. 27, 24-34) y allí es clavado de pies y manos.
(Le. 23, 33ss.)
—Hacia las tres de la tarde, Jesús pronuncia una última
palabra antes de expirar:
"Todo está consumado
e inclinando la cabeza,
entregó el espíritu". (Jn. 19,30).
En Resumen:
"Cristo nuestro cordero pascual fue inmolado". (I Cor. 5,7).
Jesús con su muerte:
I *| f Ofrece al Padre una satisfacción de valor infinito a fa-
r £ vor de la humanidad pecadora.
f Ofrece al Padre el sacrificio para El más "propiciatorio"
y aceptable.
f Reconcilia en su sangre de Dios-hombre a la humanidad
con Dios.
Este es el llamado "misterio de la redención": El misterio
de un Dios-hombre, inmolado por la salvación de los hombres.
IV EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA
Puede haber varias oblaciones de una sola y misma
:T1 víctima, varios ofrecimientos de un mismo sacrificio.
218
Jesús, inmolado sangrientamente como víctima una sola
vez en el Calvario, puede ser ofrecido varias veces de un mo-
do incruento.
Tal es el sentido del sacrificio de la Misa que perpetúa
sobre los altares cristianos —a todas horas y en todos los pun-
tos del globo— el único e infinito sacrificio redentor de Cristo
en la cruz!
"Haced esto en memoria mía" (Le. 19,19), había ordenado
Jesús a sus discípulos, al terminar el sacrificio eucarístico en la
Ultima Cena. El ha querido, pues, que sus apóstoles y sus suce-
sores renueven en su nombre la ofrenda redentora que hizo de
sí en la cena y en el calvario. Y ésto es lo que se hace en el
santo sacrificio de la Misa.
"Nuestro Salvador, en la Ultima Cena, la noche que le traiciona-
ban, instituyó el sacrificio eucarístico de su cuerpo y sangre, con
el cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrificio
de la cruz y a confiar así a su Esposa, la Iglesia, el memorial de su
muerte y resurrección: sacramento de piedad, signo de unidad,
vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual se come a Cristo,
el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria ve-
nidera".^).
Conclusión:
La redención es un misterio de amor.
"Lo que hay de misterioso en la Redención, es el inconcebible amor
de Dios a su criatura.
El crucifijo que cuelga de la pared de nuestros hogares, nos pone
perpetuamente delante de los ojos este misterio, invitándolos a
dar de continuo con nuestros sufrimientos y nuestra muerte una
respuesta amorosa a la misericordia infinita.
De rodillas ante el crucifijo, "escándalo para los judíos y locun pa-
ra los gentiles", no podemos sino repetir las palabras de S. luán:
"Nosotros los Cristianos, hemos creído en el amor que Dios rvs ha
manifestado!"
Este amor, que desconcierta a nuestra razón por lo mucho que la
sobrepasa, es la primera y la última palabra de nuestra fe, el funda-
mento de nuestra esperanza, y el eterno alimento de nuestracari-
dad!" (L. SULLEROT).
(6) VATICANO II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, N° 47.
219
 CUESTIONARIO

134 6 Qué significa que "Cristo nos redimió'"'

135 Muestre como Jesucristo es Redentor toda su vida
136 6 Cuales son los elementos primordiales de todo sacrificio religioso''
9
137 6 Que significa "sacrificio"
138 ¿Que papel tiene la "inmolación" en el sacrificio religioso 9
9
139 6 Como se celebraba el sacrificio pascual entre los judíos
140 6 Que elementos indican que Jesucristo ofreció en la Ultima Cena un ver-
dadero sacrificio de su Cuerpo y de su Sangre 9
9
141 6 En que momento se consumo el sacrificio cruento de Jesús
9
142 6 En que consiste el llamado "Misterio de nuestra Redención"
143 6 En que forma renueva y perpetua el sacrificio de la Misa el único sacrifi-
cio de Cnsto en la Cruz 9

TRABAJOS

1 Busquense en la historia de las religiones (primitivas y antiguas) ejemplos

de sacrificios que llenan la definición dada
2 Estudio de los vanos sacrificios que tenia el pueblo judio desde muy anti-
guo, en el desierto (v Deuteronomio, Lev/tico )
3 Narrar o dramatizar la Cena pascual judia
4 Investigar el día y fecha en que celebro Jesús la Ultima Cena
5 Elaborar un resumen personal del discurso de Jesús en la Cena
6 Monografía de la historia de la Misa hasta nuestros días
7 Concurso de ilustraciones artísticas sobre la Misa

LIBROS DE CONSULTA

M MELLET, O P , "La Redención", Iniciación teológica, Herder 1961 vol III,

pp 129-171
J OGGIONI, El Misterio de la Redención vol 5 Pequeña Biblioteca Herder, Bar-
celona 1961
F X DURWELL, Cristo nuestro Redentor Herder 1965
PHILIPPE DE LA T R I N I T E La Redención por la sangre vol 25 Col Yo se -
Yo creo
L RICHARD, Le Mystere de la Redempüon Tournai 1959
S LYONNET S J , "La obra de Cnsto Redentor", Introducción a la Biblia, vol
II, Herder 1966, pp 761 ss

220
Capítulo 16 - SUMARIO

I - EL H E C H O DE LA R E S U R R E C C I Ó N DE JESÚS

La primera c o m u n i d a d cristiana VIVIÓ d e este hecho y d a a su f a v o r t e s t i m o n i o d e

todo valor
- E l d e S A N PABLO a los Corintios (c 1 5)
—Los SERMONES d e los A p o s t ó l e s (Hechos)
-Los 4 EVANGELIOS

I I - LOS Í N D I C E S DE LA R E S U R R E C C I Ó N DE JESÚS

Son p r i n c i p a l m e n t e
1 El SEPULCRO q u e fue e n c o n t r a d o vacio
2 Las APARICIONES d e Jesús resucitado a los A p ó s t o l e s , que f u e r o n v e r d a d e r o s
encuentros reales

I I I - S I G N I F I C A D O A C T U A L DE LA R E S U R R E C C I Ó N DE C R I S T O

Desde el c o m i e n z o , la resurrección de Jesús fue la g r a n señal

1 De que El es EL CRISTO, el Enviado d e Dios
2 De que El es EL S A L V A D O R a c e p t a d o por Dios
3 De que El es EL HIJO DE D I O S , i g u a l al Padre

I V - S I G N I F I C A D O F U T U R O DE LA R E S U R R E C C I Ó N DE C R I S T O

1 la resurrección d e Cristo es G A R A N T Í A DE NUESTRA FUTURA RESURRECCIÓN

corporal
2 Es M O D E L O d e ella
Le|Os de fundarse sobre la muerle. El
3 Es PRELUDIO d e la t r a s f o r m a c i ó n final del universo Cristianismo e s t a f u n d a d o sobre e l primer
n a c i d o de e n t r e los m u e r t o s "

(Wladimir Soluviev)

EL TRIUNFO DE CRISTO
"Lejos de fundarse sobre la muerte o paraba muerte, el Cristianis-
mo está fundado "sobre el primer nacido de entre los muertos": y
este resucitado, garantizando su promesa con su ejemplo, promete
una vida eterna a todos los que le sigan !"
(WLADIMIR SOLOVIEV)
El cristianismo no es religión de muerte, sino de vida; no
es religión de duelo, sino de triunfo. El drama cristiano de la
Redención no termina en ia sombra de la cruz ni en el sepul-
cro. Termina en una atmósfera de victoria y de alegría. Es la
alegría de la Pascua cristiana, la fiesta principal de los cristia-
nos, la gran fiesta de la resurrección de Cristo de entre los
muertos.
"CRISTO ha resucitado!
En este día que hizo el Señor:
Regocijémonos y alegrémonos con El
—Alleluia!"
t i i La resurrección de Cristo es el hecho central sobre el
* cual reposa todo nuestro cristianismo. Cristo resucitado
y viviente es la piedra angular, el eje de toda nuestra religión.
Es El quien da su sentido a la historia humana y a nuestras
existencias personales.
"El edificio del cristianismo se ha construido sobre el fundamento
de la fe en la resurrección de Jesús". (M. G O G U E L ) .
Sin la resurrección de Jesús, nuestra fe no tendría apoyo
valedero. "Seríamos los hombres más dignos de lástima de to-
do el mundo, puesto que en esta vida solamente tenemos pues-
ta nuestra esperanza en Cristo":
"Si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación y vana también
vuestra fe, estáis aún en vuestros pecados". (I Cor. 15, 14-19).
224
Es, pues muy importante:
Io Verificar el hecho de la resurrección de Jesús.
2o Ver cómo ella es la máxima prueba de su mesianidad
y divinidad y la señal de que Dios-Padre aceptó el sacrificio
redentor de Jesús.
3o La vida gloriosa de Jesús es, además, modelo de nues-
tra vida de gracia y su resurrección, la garantía de nuestra fu-
tura resurrección corporal.
I EL HECHO DE LA RESURRECCIÓN DE J E S Ú S
El cristianismo primitivo creyó en la resurrección física
de Jesús. El cristianismo fue, desde el comienzo fe en el
Resucitado. Este es el punto de partida, seguro e incontroverti-
do, para la prueba histórica de la resurrección del Señor!
"Desde el comienzo, la primera generación cristiana re-
conoció en la fe de pascua el objeto propio de su creencia y
de su mensaje". (J. SCHMITT).
1) Los testimonios de la primera comunidad.
1surrección
| C a) San Pablo, I Cor. 15: Es el testimonio más importan-
*f0 te de la fe que tenía el cristianismo primitivo en la re-
de Jesús.
"Porque os trasmití en primer lugar lo que a mi vez recibí (de la
antigua tradición): que Cristo murió por nuestros pecados —sxgún
las escrituras— y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día
—según las escrituras— y que fue visto por Cefas (Pedro), luego
por los Doce. Después fue visto por más de quinientos hermanos
de una vez, de los cuales los más viven todavía, algunos ya mu-
rieron. Después fue visto por Santiago, luego por todos los Após-
toles". (Versos 3-7).
Hoy nadie duda de la autenticidad de este pasaje de San
Pablo. Lo escribió cuando se encontraba en Efeso, el año 56-57.
No hace sino recordar a los de Corinto lo que les enseñóde
palabra, durante su primera estancia allí el año 50-51. Esta en-
señanza dice él haberla recibido como una verdad "tradicio-
nal", como una doctrina innegable de los apóstoles (Pedro y
Santiago), testigos de los acontecimientos, cuando los entreiis-
tó personalmente en Jerusalem el año 38, solo dos o tres aios
225
después de la resurrección de Jesús. Refleja, pues el núcleo de
la catequesis primitiva.(1).
San Pablo no intenta probar la resurrección de Jesús, sino
dado que es un hecho admitido por todos los cristianos de en-
tonces, arguye sobre él para probar que nosotros también re-
sucitaremos con Cristo al final de los tiempos.
"Tenemos en tal relato un testimonio de toda la Iglesia primitiva
sobre la Resurrección". (K. ADAM).
b) Los sermones de Pedro conservados en los Hechos de los
apóstoles:
Tienen también un gran valor, porque reflejan la más an-
tigua predicación cristiana. Todos ellos tienen como núcleo:
"Cristo resucitó de la muerte y nosotros somos testigos de ello".(2)
c) Los cuatro Evangelios finalmente:
1 1*1 Son acordes en afirmar el hecho central de la muerte y
• * resurrección de Jesús, cuyas apariciones narran, aunque
difieren en algunos pormenores circunstanciales.(3).
"Ellos presentan solo un compendio breve del acontecimiento ex-
terno, o quizás solamente sectores parciales, porque les interesa
únicamente el gran hecho de que El Señor resucitó". (A. LANG).
Observaciones:
1 l O 1» La fe de la primitiva comunidad cristiana en la resu-
iTrO rrección de Jesús e r a / e en un hecho histórico único y sin-
gular y no en una simple doctrina. La resurrección del Señor
se consideraba como un hecho real, determinado local y crono-
lógicamente, como lo era su muerte.
2 a Era fe en la resurrección física de Jesús. La realidad
corpórea del Resucitado la destacan no sólo Lucas (24,39-44),
sino también Juan y Pedro cuando dicen que después de haber
Jesús resucitado de entre los muertos, ellos comieron y bebie-
ron con El. (Jn. 21, 12-13; Hechos 10,41). Tal es el sentido tam-
bién del texto y el contexto del I Cor. 15.
( 1) Véase HECHOS 9, 2 6 - 2 7 ; GALATAS 1 , 1 8 - 2 0 .
( 2 ) Sermón el día d e Pentecostés ( H E C H O S 2 , 2 4 ) . En el templo de Jerusalem ( H E C H O S
3 , 1 5 ) . En Cesárea de Filipo a Cornelio (HECHOS 1 0 , 3 9 - 4 1 ) .
( 3 ) Mt. 2 8 ; M e . 1 6 ; Le. 2 4 ; Jn. 2 0 - 2 1 .
226
1 J Q 3* Todos los testimonios, sin embargo afirman que el
" 3 cuerpo del resucitado tiene un modo de ser diverso a co-
mo era antes de la resurrección. El cuerpo del Resucitado es de
una condición supramundana; no está sujeto a limitaciones de
tiempo o espacio: Pasa a través de las puertas cerradas (Jn. 20,
19.26), desaparece de repente de la vista (Le. 24,31). No es un
cuerpo débil y corruptible, sino un cuerpo glorioso, espirituali-
zado e incorruptible (I Cor. 15,42 ss).(3-bis).
"Toda concepción materialística del acontecimiento pascual es aje-
na al nuevo Testamento, pero también lo es toda espiritualización".
(E. STAUFFER).
II L O S Í N D I C E S D E L A R E S U R R E C C I Ó N
DE JESÚS
¿Cómo llegaron los apóstoles, Pablo y los primeros cristia-
nos a admitir que Cristo había realmente resucitado de entre
los muertos? —Llegaron a la afirmación del hecho sobrenatu-
ral, por sus índices visibles.
1C ñ Dos hechos principales son los índices del gran hecho de
311 la resurrección:
a) El sepulcro fue encontrado vacío en la mañana de pas-
cua.
b) Cristo se mostró en muchas apariciones como resuci-
tado, con su propio cuerpo.(4).
"La tumba vacía recibe su explicación de las apariciones, y éstas
se demuestran objetivas al ser confrontadas con la tumba. La tum-
ba por sí sola es "ciega" y las apariciones por sí solas podrían ser
"vacías".(5).
a) El hecho del sepulcro vacío.
f Muerto Jesús, fue bajado de la cruz y enterrado. José de
Arimatea obtuvo de Pilato la entrega del cadáver y lo colocó en
(3-bis) Podemos, pues, definir la RESURRECCIÓN G L O R I O S A DE CRISTO: El retomo de
Jesús a una nueva vida corporal enteramente humana, pero supramundana
( 4 ) Estos dos elementos tomados conjuntamente tienen como única explicación lógica
y coherente la v e r d a d de la resurrección de Jesús. Las raices de tal hecho ion so-
bre-naturales y divinas, pero sus efectos (tumba vacía y apariciones) sí son risibles
y objeto de un testimonio a favor del hecho de la resurrección.
( 5 ) C. M . MARTINIII Problema Storico della Resurrezione negli studi recenti, Roma 1 9 5 9 ,
p. 1 5 4
227
el "Sepulcro nuevo" que había hecho excavar en la roca (Mt.
27,60 paral.)- El cuerpo de Jesús fue, pues, enterrado en un se-
pulcro determinado, individual. No fue arrojado a la fosa común
de los malhechores (Guignebert y Goguel).
f Este sepulcro se encontró vacio en la mañana de pascua.
Así lo refieren acordemente los cuatro Evangelios.(ó).
f Pero el sepulcro vacío no fue, por sí solo, la razón por la
cual los apóstoles creyeron en la resurrección. La verificación
de que la tumba estaba vacía provocó en ellos consternación
y perplejidad (Jn. 20, 3-10). Solamente cuando el Resucitado
se les presentó en figura visible, comprendieron ellos la razón
del sepulcro vacío y echó raíces en su espíritu la fe en la re-
surrección.
b) El hecho de las apariciones del Señor.
San Pablo recuerda seis apariciones de Jesús resucitado;
Mateo dos; Lucas cuatro y Juan igualmente cuatro.
Todos los relatos narran un hecho histórico de aparicio-
nes reales y físicas del Señor. Los Apóstoles se sienten
testigos responsables de la resurrección, porque han visto al Se-
ñor, lo han tocado con sus manos, han comido y bebido con
El. Ellos no han tenido visiones subjetivas, sino una serie de
encuentros reales con el Resucitado.
Por ello, la cuestión de fondo es ésta: Se engañaron los
apóstoles tomando como realidad objetiva lo que eran apenas
experiencias subjetivas? La respuesta es negativa por los si-
guientes motivos:
Io Los apóstoles eran gente sana del pueblo, trabajadores
del campo y del lago, no propensos a tener alucinaciones sub-
jetivas. N o eran personas débiles, fácilmente sugestionables. . .
2 9 Las apariciones que dicen haber tenido no muestran
ninguna característica de visiones subjetivas. Los Apóstoles con-
sideraban primero las apariciones como imaginaciones, se mos-
traron luego dudosos para creer en ellas y solamente después
de un examen frío y un control personal de los datos, se ple^
garon a la realidad de ellas.(7).
( 6 ) También Pedro en su sermón de Pentecostés, da testimonio acerca de la tumba va-
cía, cuando aplica a Cristo el Salmo 5,8-1 1 , según el cual el Señor no debía ver la
corrupción. (HECHOS 2 , 3 1 ) .
( 7 ) Así María Magdalena (Jn. 20,15); los discípulos de Emaús (Le. 2 4 , 1 6 ) ; los Once (Le.
2 4 , 3 8 ) ; Tomás el Mellizo (Jn. 2 0 , 2 5 ) .
228
3" No existía en ellos el entusiasmo previo por la resurrec-
ción, que los hubiera llevado a imaginarse al Resucitado. Todo
lo contrario, antes de ella, estaban decepcionados, temerosos
de los judíos y sin esperanza alguna. . .
4" Ellos no tenían un punto de apoyo para haber inventado
la resurrección.
* Los evangelistas insisten en decir que los apóstoles no
habían comprendido las palabras dichas por Jesús sobre
su futura pasión, muerte y resurrección.(8).
* Solamente la misma resurrección les dio la clave para
comprender muchas de las palabras y acciones de Jesús
y entender el verdadero sentido del reino de Dios.
* La nueva figura del mesías que comienzan a anunciar
después de la resurrección, no pudo haber sido creada
por los apóstoles.
En Conclusión:
"No fue la fe en la resurrección la que produjo en los apóstoles vi-
siones subjetivas, sino al contrario, fueron las apariciones objetivas
del Señor las que crearon la fe en la resurrección!" (A. LANG).
Observaciones críticas.
Desde muy antiguo se ha observado que los relatos
evangélicos coinciden en afirmar el gran hecho central
de la resurrección de Jesús, pero se concilian difícilmente cuan-
do describen las circunstancias de las apariciones del Señor.
Esto no tiene por qué turbarnos, ni debilita el valor histórico
de los testimonios evangélicos, como observa bien K. Adam:
"Son divergencias secundarias, y la mayor parte, sin importancia:
Todo parece indicar que se refieren a distintos momentos de un
mismo hecho. En el conjunto de los sucesos de Pascua todos tienen
su lugar, sólo que los relatos evangélicos no son lo suficientemente
explícitos para que hoy nos sea posible reconstruirlos colocando
cada detalle en su lugar propio. En su aparente incoherencia son,
por el contrario, la imagen fiel de la turbación y excitación de las
primeras horas de la resurrección en que se acumulaban los suce-
sos alarmantes y se entrecruzaban las noticias más contradicto-
rias".^).
Dichas divergencias son explicables dado que cada evan-
gelista tuvo una finalidad particular y según ella, dispuso dife-
( 8 ) Jn. 2 , 2 2 ; 1 2 , 1 6 ; 2 0 , 9 ; Le. 2 4 , 2 5 - 2 7 .
( 9 ) K. A D A M , Jesucristo, Herder 1 9 6 1 , pp. 2 0 0 - 2 0 1 .
229
rentemente la materia evangélica. N o es, pues, sorprendente
que ciertos detalles narrados por unos, hayan sido dejados en
la sombra por otros.
"Cada uno de los evangelistas ha tratado los hechos desde el punto
de vista de su enseñanza general, para estimular una fe ya plena-
mente adquirida. Ellos no pusieron cuidado en coordinar sus rela-
tos como piezas de un proceso que estuvieran destinadas a probar
a los incrédulos de edades futuras la realidad de la resurrección".
(B. E. ALLO).
III S I G N I F I C A D O S I E M P R E A C T U A L D E L A
RESURRECCIÓN DE CRISTO
"En la resurrección se mostró Cristo como era: La verdadera vida".
(M. SCHMAUS).
La importancia única de la resurrección de Jesús para el
cristianismo reside no tanto en el mismo hecho histórico —con
ser tan extraordinario— cuánto en su inagotable significado
de salvación. "La resurrección del Señor no tiene un carácter
puramente científico, sino religioso que interesa a todo nues-
tro ser".
, 4 "3 Los apóstoles, desde pentecostés, proclamaron sobre to-
! J • ¡> do la verdad religiosa de la resurrección de Jesús. Es lo
que ahora llamamos el "mensaje pascual":
f Resucitado, Jesús es confirmado por Dios en sus atributos
mesiánicos.
f Glorificado, Jesús es el Salvador de los hombres.
f Exaltado "a la diestra del Padre", Jesús goza de una con-
dición celeste.
El hecho de Pascua fue, así, desde el comienzo del cris-
tianismo, la revelación plena y decisiva de Jesús —el Cristo—
fue la fuente en la que la Iglesia primitiva bebió su fe en la di-
vinidad de Cristo.
1) Por la resurrección Jesús es "el Cristo".
1 E, i A la luz de la resurrección de Jesús, los apóstoles se con-
Í Ü T ' vencieron al fin de que Jesús era el mesías, el enviado
de Dios. Y así comienzan a proclamarlo por todas partes. (He-
chos 2,36; 10,42...)
"A este mismo Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios constitu-
yó Señor y mesías".
230
Los "discípulos" vieron en la resurrección la obra por ex-
celencia del Padre quien mostró, así, que Jesús era el objeto
de su predilección y era su "hijo".(10).
2) Por la resurrección Jesús es "el Salvador".
I CC La resurrección es también el sello de aprobación que
3 3 puso Dios sobre la obra redentora de Jesús, inaugurada
por su encarnación y llevada a cabo por su muerte en cruz.
"A este Jesús, a quien vosotros matasteis colgando de un madero,
Dios exaltó con su diestra como a Jefe y Salvador, con el fin de otor-
gar a los hombres penitencia y remisión de los pecados".
(Hechos 5,31-32).
Resucitado y habiendo regresado al Padre, Cristo puede
ahora dar a los hombres el Espíritu prometido (Jn. 20,22; He-
chos 2,33). Ha recibido de Dios un "nombre nuevo", es decir,
una manera de ser nueva con todo el poder salvador de Dios
(Hechos 3, 12-16; 4, 10-12; Filipenses 2,9). Por "El nombre de
Jesús" judíos y paganos serán salvos.
"No existe ningún otro nombre debajo del cielo, dado a los hom-
bres, por el cual hayamos de ser salvos". (Hechos 4, 12).
La resurrección es el complemento de la muerte en cruz de
Jesús. Porque Cristo resucitó, nosotros hemos sido redimidos
y podemos participar en la vida eterna de Dios!
"Si Cristo no resucitó, la fe es estéril, los fieles están todavía en sus
pecados. En otros términos, sin resurrección de Jesús no hay reden-
ción ni salvación eterna. . . Redención y Resurrección están intrín-
secamente unidas jamás se insistirá demasiado en esta doctrina
central de la teología paulina". (C. SPICQ).
3) Por la resurrección Jesús es "El hijo de Dios".
1 C P a) En un primer tiempo, la resurrección llevó a conduir
v U a los apóstoles y primeros cristianos que Jesús realmen-
te había entrado en la "gloria" de su Padre y que El mismo
poseía en plenitud la "gloria" divina. La resurrección manijestó
intensivamente la divinidad de Jesús.
(10) HECHOS 2,24; 3,13-15; 4,10; 5,30; 10,39-40; ROMANOS 10,9; etc.
231
 "Y vimos su gloria, gloria cual corresponde al hijo único que proce-
de del Padre" (Jn. 1,14)
"Jesucristo fue establecido Hijo de Dios con poder según el Espíri-
tu de santidad, por la resurrección de los muertos"
(Romanos 1,4)
b) En un segundo tiempo, a medida que los "discípulos"
repasaron y reconsideraron la historia de Jesús en función del
hecho de su resurrección, cayeron en la cuenta de que Cristo
poseía la divinidad desde el comienzo de su vida terrestre y
durante todo su ministerio público. La vida terrena de Jesús
no había sido sino la manifestación en la tierra del Dios vivo:
de su amor, de su gracia (II Timoteo 1,10; Tito 2,11; 3,4). La
resurrección manifestó que La Divinidad estaba escondida en
Jesús y se hizo perceptible a través de sus señales milagrosas
(Evangelio de San Juan) o durante breves momentos como el
de la trasfiguración. (Le. 9,32; II Pedro 2, 16-18).
c) En un tercer tiempo los apóstoles confiesan finalmente
que Jesús es el "hijo" que preexistía con el "Padre" desde antes
de la constitución del universo y que se encarnó —viniendo al
mundo— para la salvación de los hombres.
"En el principio existía el Verbo,
y el Verbo estaba en Dios,
y el Verbo era Dios
y el Verbo se hizo hombre".
(Jn. 1,1 14)
"El es el Hijo,
que es imagen del Dios invisible,
el primogénito de toda criatura
El es anterior a todo,
y todo subsiste en El"
(Colosenses 1,15-17).
En resumen:
A la luz intensa de la resurrección de Jesús los cristianes
vislumbramos las grandes etapas de la carrera de Cristo:
—Pre-existencia gloriosa junto al Padre ( = divinidad).
—Abajamiento "en la carne" a la condición humana
(— encarnación).
—Regreso de nuevo a la gloria de Dios ( = resurrección).
232
"Para la primera cristiandad, la glorificación de Jesús es inconcebi-
ble sin su filiación divina. A la Encarnación responde la Resurrec-
ción, a la pre-existencia de Cristo responde su condición actual de
Señor y Salvador" (11).
IV SIGNIFICADO F U T U R O DE LA
RESURRECCIÓN D E CRISTO
||T Los efectos de la resurrección de Jesús no se verán en
' «J : toda su extensión sino al final de los tiempos. En el pen-
samiento de los apóstoles, el acontecimiento de la resurrección
de Cristo es el fundamento de toda resurrección futura!
1) La resurrección de los muertos está condicionada por la
resurrección de Cristo. Jesús resucitó "como primicias de los
que duermen". (I Cor. 15,20).
"Jesús es resucitado el primero de entre los muertos"
(Hechos 4,2; 26,23).
"Si no hay resurrección de muertos, Cristo tampoco resucitó"
(I Cor 15,13, ITesal. 4,14).
Los creyentes participan desde esta vida de la vida del re-
sucitado. Pero se presupone y se afirma también la resurrección
de los "injustos" para el juicio y la condenación.(12).
2) La resurrección de Cristo es modelo de nuestra resurrec-
ción. Los resucitados no seremos "espíritus puros". Seremos
revestidos por Dios de un cuerpo supramundano e incorrupti-
ble, como el que revistió Cristo resucitado antes de nosotros.
(I Cor. 15,50-57).
"Se siembra en corrupción, nace en íncorruptibihdad
se siembra cuerpo animal, nace cuerpo espiritual".
3) La resurrección de Cristo preludia la trasformacion de
toda la creación material.
Cristo glorioso, cuando regrese, inaugurará "los tiempos
de la restauración de todas las cosas". (Hechos 3,21).
(1 1) J SCHMITT, La Résurrection dans la Prédication Apostolique, p. 2 1 6 .
( 1 2 ) Hechos 2 4 , 1 5 ; Jn 5 , 2 8 - 2 9 ; Mr. 1 1 , 2 4 ; Apocalipsis 2 0 , 4 6.
233
 "La creación misma también sera liberada de la servidumbre de la
corrupción, pasando a la libertad de los hijos de Dios"
(Romanos 8,21)
CONCLUSIÓN:
La resurrección de Cristo es una nueva creación.
"En Cristo resucitaron el universo, el cielo y la tierra"
(S. AMBROSIO)
Por Cristo resucitado, el dominio de la Muerte sobre el
mundo ha quedado definitivamente quebrantado!
"Yo soy la Resurrección y la Vida' Quien cree en mí, aunque hubie-
re muerto vivirá" (Jn 11,25)
Por la resurrección de Cristo, nuestras perspectivas cam-
bian (y ésto se llama fe). Y así, en lugar de pensar a Cristo en
función del mundo corruptible, pensamos el mundo y todas las
cosas en función de Cristo eterno!
"No diremos en adelante en el mundo no vemos a un muerto resu-
citar a la vida, luego el mensaje relativo a la resurrección es una
leyenda Sino que diremos Cristo resucitó, luego la resurrección
esta en la base del mundo verdadero" (R GUARDINI)
Este es el fundamento sólido para el verdadero optimismo
y la esperanza cristiana!
"Gloria al Verbo increado' por un divino misterio El ha rescatado
al hombre, ha salvado la tierra El ha vencido a la muerte, ha resu-
citado Hosanna en el espacio y en la eternidad'"
(LECONTE DE LISLE)
CUESTIONARIO
144 ¿Por qué tiene en el Cristianismo importancia capital la Resurrección de
Cristo9
145. ¿Cuáles son los testimonios de más valor a favor del hecho de la Resu-
rrección de Cristo'
146 ¿Qué valor especial tiene el testimonio de Pablo (I Cor 15)?
234
147 ¿En qué están acordes todos los documentos evangélicos acerca de la re-
surrección 7
148. ¿Cómo entendía la primera comunidad la resurrección de Cristo''
149. ¿Qué significa "resurrección gloriosa" de Cristo 9
150 ¿Qué indicios ciertos existen del hecho de la resurrección''
151 ¿Cómo se prueba que las apariciones narradas por los apóstoles se refieren
a encuentros reales con el Resucitado y no a visiones subjetivas?
152. ¿Cómo se explican las divergencias existentes en los relatos evangélicos
acerca de las apariciones''
153 ¿En qué consiste el llamado "Mensaje pascual" proclamado por los após-
toles después de la resurrección''
154. ¿Qué significado dieron los apóstoles desde el comienzo a la resurrección''
155. ¿Por qué sólo por la Resurrección Jesús llega a ser plenamente Redentor y
Salvador?
156. ¿Cómo fueron los apóstoles profundizando gradualmente en el Misterio
de Jesús, a raíz de su Resurrección''
157. ¿Qué significado tiene la resurrección de Jesús respecto de nuestra futura
resurrección y de la trasformación del mundo 9
TRABAJOS
1. Recoger los textos referentes a la resurrección en los discursos kerigmáticos
de los Hechos (1-10).
2. En un trabajo distribuido por equipos, estudiar el valor y significado que
da San Pablo en sus Cartas a la Resurrección de Cristo.
3. Tratar de armonizar los relatos evangélicos de las apariciones.
4. Monografía de profundización acerca del concepto moderno de "cuerpo"
y "cuerpo sublimado" (J. GUITTON, K. R A H N E R , R. GUARDINI).
5 Concurso sobre la mejor expresión artística del Resucitado
LIBROS DE CONSULTA
K. ADAM, Jesucristo, cap. 7.
J. GUITTON, El problema de Jesús, Fax Madrid 1960, pp. 169-326.
L. DE GRANDMAISON, Jesucristo, Libro 5', cap. 4.
F X. DURWELL, La resurrección de Jesús, misterio de salvación, Herder Barce-
lona 1962.
A. M. HENRY, O. P., "La gesta gloriosa de Cristo", Iniciación teológica 10I. II,
Herder 1961, pp. 173-185.
J. CAPMANY, La Resurrección del Señor, Barcelona 1956
M. L. BECQUE, Resucitaré, vol. 28 Col. Yo sé-Yo creo. Andorra.
J. A DE LABURU, S. J., ¿Jesucristo, resucitó?, Mosca, Montevideo 1939.
235
Capítulo 17 - SUMARIO

I - LA M I S I Ó N DE M A R Í A

1 M a n a es RESUMEN PERSONAL DE ISRAEL en su a r d i e n t e espera d e un Salva-

dor Es r e c e p t i v i d a d de Dios, es la 'esclava del Señor
2 M a n a es LA MADRE DEL S A L V A D O R Su misión es p a r t i c i p a r en el Misterio d e
Cristo De este hecho d e r i v a n p a r a ella t o d a s sus d e m á s g r a c i a s y privilegios

II - P A R T I C I P A C I Ó N DE M A R Í A E N EL M I S T E R I O DE S U H I J O

1 Por su I N M A C U L A D A C O N C E P C I Ó N M a r í a es p r e p a r a d a d e m o d o singular
p a r a su misión d e M a d r e del Redentor Jesús
2 Es SIEMPRE V I R G E N v o l u n t a r i a m e n t e , p o r a ser a g r a d a b l e a Cristo y p a r t i c i p a r
en su o b r a
3 Da en la A n u n c i a c i ó n U N SI por la que acepta su misión d e M a d r e del Re-
d e n t o r , con t o d a s sus consecuencias
4 Participa en momentos significativos EN LA VIDA DE SU HIJO
5 SE A S O C I A |unto a la Cruz AL SACRIFICIO REDENTOR de su Hi|0
6 Es como el c o r a z ó n de la Iglesia en PENTECOSTÉS.
7 P a r t i c i p a y a e m i n e n t e m e n t e d e l t r i u n f o d e Cristo, por su A S U N C I Ó N A LOS
CIELOS

III - M A R Í A Y NOSOTROS

1 Es el PROTOTIPO PERFECTO DEL CRISTIANO, por su f e , su c a n d a d , su perfecta

unión a Cristo
2 Es MADRE NUESTRA en el o r d e n d e la g r a c i a , a l ser l a M a d r e d e nuestro Re-
Como madre de Jesús, su vida y su mi
dentor Jesús
sion se ven envueltas en una dimensión
supra histórica
I r m o r d D e n g g en el p a p e l d e M a n a
Oberammergau
LA VIRGEN MARÍA EN EL
MISTERIO DE CRISTO
"Ella concibe al Salvador como a su Propio hijo, pero ella lo con-
cibe para provecho de todos los hombres". (E. SCHILLEBEECKX)
María en la historia de la salvación.
Dios interviene en la historia h u m a n a y esto es lo que
constituye la "historia de salvación". Historia en la que se va
preparando el "Reino de Dios". Historia que culmina con la
venida de Dios-Salvador. El Antiguo Testamento nos habla del
"Dios-que-viene". El Nuevo Testamento nos habla de "Dios-
que-ha-venido-al-mundo" y de su regreso al final de los tiem-
pos.
« , En esta historia de salvación, Jesucristo es el centro y
1
* el personaje principal. Pero junto a El, en segundo lugar,
está María, la Virgen de Nazareth.
Ella es una mujer del pueblo, de una piedad sencilla, ma-
dre de un hombre concreto, una persona cuya vida se sitúa en
una época determinada.
Pero como madre de Jesús, que es, su vida y su misión se
ven envueltas en una dimensión supra-histórica, al participar
estrechamente en el Misterio de su Hijo, Cristo-Señor!
El concilio Vaticano II quiere que consideremos a María
en esta doble dimensión: Histórica y supra-histórica. Por eso,
nos habla de "la misión de la Virgen María en la misión del
Verbo Encarnado y del cuerpo Místico":
"La sagrada Escritura del Antiguo y del Nuevo Testamento y la
venerable tradición muestran en forma cada vez más clara el oficio
de la Madre del Salvador en la economía de la salvación".(l)
(1) CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA SOBRE LA IGLESIA, Cap. 8, N* 55.
238
I LA MISIÓN DE MARÍA
"Con ella, excelsa hija de Sión, tras larga espera de la promesa se
cumple la plenitud de los tiempos y se inaugura la nueva economía,
cuando el hijo de Dios asumió de ella la naturaleza humana . . "
(VATICANO II)
Con María-virgen se termina la larga espera mesiánica de
Israel.
Con María-madre de Jesús comienza la nueva y definitiva
era de salvación.
Ella cierra el Antiguo Testamento y abre el Nuevo Testa-
mento.
1) María resumen personal de Israel.
La virgen María no aparece de improviso en la historia.
Fue largamente preparada por Dios en el pueblo escogido. Bro-
ta de la raíz misma de Israel y es su más auténtica corona.
a) Israel que espera a Dios.
1 C Q La comunidad de Israel —sabemos— fue primero una
J 3 confederación de tribus, después un reino centralizado,
luego una sociedad agrupada alrededor de su templo. Después
del exilio de Babilonia (año 586 a.C.) las almas mejores y más
piadosas formaron el llamado "Resto de Israel", el verdadero
"Pueblo de Dios" que vivía abierto a las esperanzas mesiánicas
y se preparaba en pobreza y humildad para el futuro Reino de
Dios.
Estos pobres y humildes del antiguo Testamento s o r los
"Anawin": los "justos" y "temerosos de Dios", los "Santos de
Dios", los fieles "servidores de Yahvé" que confían en su Pala-
bra y viven de su Gracia. Constituían lo mejor de Israel.
En María se sintetiza esta piedad y esta espera de lo me-
jor de Israel.
"Toda la vida espiritual del Antiguo Testamento alcanza en María
su apogeo, su punto de perfecta madurez". (2)
(2) P. R. BERNARD, Le Mystére de Marie, París 1933, p. 101.
239
 b) En María todo era espera y deseo de Dios que viene.
pobres que tienen alma abierta y receptiva de Dios, no hará
sino canonizar a María y a todos los que la imitaren.
I I* fl

0 y
"María debe haber vivido en una profunda expectación del

mesías". (GUARDINI)
(v. Mt. 5, 1-12).

En el alma de María culmina toda la piedad —anawah— 2) María madre del Redentor.
de Israel. Ella es Israel personificado: Es el "Pobre de Yahvé"
abierto de todo corazón a Dios y a sus planes. Es la "flor de "Así, María, aceptando la palabra divina, fue hecha Madre de Je-
Israel"! sús.. . y se consagró totalmente, cual esclava del Señor, a la perso-
na y a la obra de su h i j o . . . " (VATICANO II).
Cuando abre su corazón y sus brazos de mujer para aco-
ger a su hijo Jesús, personifica a Israel que recibe al mesías
a) El hecho
esperado. Así se revela María en el momento de la anunciación.
A los planes de Dios que le expone el ángel, ella responde con
fe y confianza: 10 1 En la anunciación del ángel, María comenzó a entrever
" • lo que iba a ser su misión. Las palabras del saludo esta-
ban calcadas sobre una antigua profecía de Sofonías que ella
"He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra".
(Le. 1,38).
bien sabía. Le indicaban que su papel dentro del pueblo de
Dios era el de ser Madre del Salvador.
María hace suya la vocación de Israel que espera al mesías
y lo acoge cuando Este se presenta en el mundo. Sofonías 3, 14-17 Lucas 1, 28-31

"Con esa fe, María pasa del Antiguo Testamento al Nuevo: al ha- —Alégrate, hija de Jerusalem —Alégrate, llena de Gracia
cerse madre, se hace cristiana". (GUARDINI). —Yahvé es Rey de Israel —El Señor está contigo
en medio de tí
María es la "sierva del Señor": es humilde ante la mirada —Tú no tienes que temer —No temas
de Dios, es alma abierta al Dios que viene, es pura receptividad. más desgracias. ..
Su prima Isabel alaba a María diciéndole que ella "es bien- —Sión! —María!
aventurada porque ha creído". María responde al elogio de —Yahvé tu Dios está en —Tú concebirás y d a r á s
Isabel con el cántico del Magníficat que nos deja entrever el medio de tí a luz un hijo
misterio de su vocación como "Anaw" (humilde sierva), sínte-
—Como guerrero-que-vence —A quien darás el nombre
sis de lo mejor de Israel:
( = "Juschia") de Jesús ( = "Joschua");
"Mi alma engrandece al Señor
Yahvé-Dios que salva.
y mi espíritu se regocija en Dios, mi Salvador. El paralelismo del texto lo entendió bien María. "Yahvé
Porque ha mirado la "humildad" de su sierva. entrando en el seno de Israel como un Salvador" (SOFONIAS)
Sí, en adelante todas las generaciones es paralelo a Jesús, Yahvé-Salvador que María recibe en su se-
me llamarán bienaventurada. no (Lucas). "El Señor está contigo" se refiere a "tú concebirás
Porque a través de mí ha hecho maravillas un hijo". María cae en la cuenta de que se trata de una mater-
el que es Poderoso, cuyo Nombre es Santo". nidad en la que Dios vendrá a su seno, como había venido an-
(Le. 2, 46-49). tes al seno de Israel. El Niño que nacerá de ella originalmente
("por virtud del Espíritu Santo") es uno que tendrá una misión
C u a n d o Jesús más tarde, proclama en el Sermón de la religiosa excepcional: Será El "Santo" de Dios, el mesías-Sal-
montaña "Bienaventurados" o felices a los "Anawin", a los vador!

240 241
1C*i María al dar su "sí" (Fiat) de aceptación, queda hecha
i O ¿ madre de Jesús, el hijo de Dios-hecho hombre. El que
era hijo de Dios, sin dejar de ser Dios, se hace hombre, hijo de
María. (Le. 1, 31.35).
"Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su hijo nacido
de mujer.. . para que recibiésemos la adopción de hijos".
(Gálatas 4, 4-5).
Llegado el tiempo, María da a luz a su hijo en Belén de
Judá:
"Y sucedió que estando ellos allí se le cumplieron a ella los días del
parto, y dio a luz su hijo primogénito, y le envolvió en pañales y le
recostó en un pesebre, pues no había para ellos lugar en el mesón".
(Le. 2, 6-7).
b) Consecuencias del Hecho
I CQ ¡María es la Madre de Jesús! Este hecho señala la mi-
0 v sión de María y es la base de todos sus privilegios.
t En primer lugar, este hecho señala a María la misión que
ha de realizar, participando toda su vida en el misterio de su
hijo. La vida de María es marcha hacia Cristo, es ascensión re-
ligiosa hacia el mesías. Su maternidad no se reduce a la con-
cepción material de Jesús ni al momento intenso de la Anun-
ciación. Es una realidad progresiva y espiritual; un crecimien-
to hacia una plena maternidad que se irá realizando por la ac-
ción y la reacción entre ella —como madre y Jesús— como
hijo..
f En segundo lugar, este hecho constituye la Gracia máxima
de María, de donde se derivan todas las demás gracias: su dig-
nidad excelsa, sus privilegios y glorias.
"La realidad concreta que la escritura describe en las palabras "Ma-
ría la Madre de Jesús" comprende todo el dogma marial. Todas
las otras definiciones de fe que se refieren a la Virgen, no hacen
sino precisar o desplegar la riqueza incluida en esta maternidad con-
creta." (3)
—Todo lo que en María confluye a ésta su maternidad di-
vina o fluye de ella, puede esquematizarse así:
(3) E. SCHILLEBEECKX, Marie, Mere de la Re'demption, París 1963, p. 119.
242
—Su Inmaculada Concepción y su vida virginal: la prepa-
ran en sus sentimientos maternales y en su dedicación, al ser-
vicio del reino de Dios.
—Su "sí" en la anunciación: hace de ella la madre del hom-
bre-Dios y la consagra fundamentalmente madre espiritual de
la humanidad.
—Su compasión maternal en el sacrificio cruento de su hi-
jo, nuestro redentor: le obtienen la gracia nueva de ser la ma-
dre compasiva de la humanidad rescatada.
—La gracia iluminadora de Pentecostés: le acaba de dar
conciencia plena de su misión de madre, con Cristo y con el
mundo redimido.
—Su Asunción (glorificación espiritual y corporal): la hace
Reina-madre, dispensadora de las gracias de su hijo-redentor.
En Resumen:
De la enorme realidad de "Madre del Redentor del Mundo"
se sigue para María y para nosotros todo lo demás. Las dife-
rentes definiciones que la Iglesia impone a nuestra fe católica
no son sino el desplegarse en abanico de la incalculable rique-
za de esta realidad concreta. Lo reconoce así, un teólogo pro-
testante actual como Max THURIAN:
"Hay en la realidad de la encarnación de Dios y en la realidad de la
humanidad de Cristo, una exigencia fundamental de que María sea
llamada Madre de Dios y de que sea una verdadera madre humana,
no solamente un instrumento que permite la aparición de Dios so-
bre la tierra. Porque Dios estaba en Cristo, ha tenido en María una
madre, madre de Dios; porque era verdaderamente hombre, ha te-
nido en María una verdadera madre humana".(4)
II PARTICIPACIÓN DE MARÍA EN EL
MISTERIO DE SU H I J O
1) Inmaculada concepción.
1 CUTrJ María —como todos nosotros— tuvo que ser redimida.
Pero en atención a su noble maternidad (divina resjec-
(4) Max THURIAN, María, Madre del Señor, Figura de la Iglesia. (Edición frontesa,
Taizé, 1962, 288 pp.)
243
to de Cristo y espiritual respecto de los hombres) fue redimida
de manera singular por una "redención preseryativa".(5). María
escapó a la mancha universal contraída en Adán; jamás pecó
personalmente; no conoció el pecado venial ni la concupiscen-
cia.
María ha sido, en esta forma, la más beneficiada de la re-
dención obrada por Cristo. Esto constituye el llamado "Dogma
de la inmaculada concepción de María", que fue proclamado
solemnemente por Pío IX el 8 de diciembre de 1854.
"Cuando llegó el momento en que Dios hubo decidido realizar ante
nuestros ojos su Encarnación, tuvo necesidad de suscitar antes en
el Mundo una virtud capaz de atraerla hasta nosotros. Necesitaba
una Madre que lo engendrase en las esteras humanas. ¿V que tozo
entonces? Creó a la Virgen María; es decir, hizo que apareciera so-
bre la tierra una pureza tan grande, que llegara a poder concentrar-
se en esa trasparencia hasta su aparición como Niño Pequeño".(6)
2) Virginidad de María.
Antes de la Anunciación, María estaba prometida por su
padre a José. Este argollamiento constituía, según las costum-
bres judías, lo que hoy llamaríamos un matrimonio válido. Pe-
ro la vida matrimonial no se hacía efectiva sino después de
unos meses, cuando tenía lugar la ceremonia de recibir el espo-
so a la esposa para vivir con ella.
Según algunos autores recientes, María cuando la Anun-
ciación, llevaba en Nazareth la vida de una virgen. Su argolla-
miento con José le hacía sin embargo tal vez entrever —como
a toda joven judía— una vida conyugal normal una vez que
fuera a vivir con su esposo.
l a respuesta que da al ángel en la Anunciación: "yo no
conozco varón" (Le. 1,34), podría entonces significar: "Yo no
vivo todavía con José. ¿Cómo podrá suceder eso?" En lengua-
je moderno equivaldría a decir: "Es eso posible, dado que yo
no estoy todavía casada de hecho?" El ángel le habría respon-
dido: Eso sucederá de manera virginal, sin que un hombre ten-
ga que intervenir!
(5) Es decir, ios méritos de Cristo Redentor le fueron aplicado* anticipadamente, desde
el primer instante de su existencia,
(ó) TEILHARD DE CHARDIN, El Medio Divino, Ediciones Tauruj, Madrid 1965, p. 143.
244
| C C La Anunciación y la misión que María acepta la hace
I I I J entonces renunciar concientemente a hacer efectivo su
matrimonio con José. Lo hace para ser, así, agradable a Cristo,
es decir, por el Reino de Dios en el que va a colaborar de ma-
nera tan eficaz! El hecho de Cristo sería, de esta manera más
explícita, el motivo de la virginidad de María, como lo es de to-
da verdadera virginidad cristiana. (Mt. 19,12).(7).
Es de fe que María permaneció virgen "antes, durante y
después del nacimiento" del Salvador Jesús (Concilio de Trento,
Denz. 993).
3) El "sí" de la Anunciación.
Es la primera aceptación conciente y libre que se hace de
Cristo en el mundo. Indica una admirable confianza en Dios
y una abertura total de Alma: Es el surco abierto en la tierra
de los hombres, para que Dios germine en él!
La aceptación de la maternidad es para María —como pa-
ra toda mujer— la aceptación de su redención por Cristo y de
su participación en la obra de Cristo.
María es, así, rescatada por su fe. Fe que ella exterioriza
al recibir en su seno la santa humanidad de Jesús, al aceptar
ser la madre de Jesús con todas sus consecuencias.
"El Fiat que la Anunciación pedía a María no era sino su acto per-
sonal, pero éste debía repercutir en la salvación de muchos, en la
del mundo entero". (SANTO TOMAS).
4) En la vida pública de Jesús.
I C C Durante el ministerio público de Jesús, María aparece
1 0 0 en pocos pero significativos pasajes.
Durante las bodas en Cana de Galilea, movida a compa-
sión, consigue por su intercesión el comienzo de los milagros
de Jesús. (Jn. 2, 1-11).
(7) Son partidarios de la explicación doda, exegetas modernos como: D. HAUCG, A.
ROETS, P. GAECHTER, R. GUARDINI, E. SCHILLEBEECKX). H a / otras explicaciones
válidas, como la tradicional de un voto previo de virginidad que hubiera hecho Ma-
ría,- explicación que merece todo nuestro respaldo, a pesar de lo sugestiva que pue-
da parecer la nueva explicación puesta arriba a modo de información.
245
 Ella es proclamada "bienaventurada" por Jesús, no tanto
por ser su madre carnal, cuanto por escuchar y observar fiel-
mente la palabra de Dios. (Me. 3,35; Le. 11,27-28).
"Así la santísima Virgen avanzo en la peregrinación de la fe y man-
tuvo fielmente la unión con su hijo hasta la cruz" (VATICANO II)
5) Sacrificio con Cristo.
A las pocas semanas de ser hecha María madre de Jesús,
la profecía de Simeón le abre ya las perspectivas del sufrimien-
to:
"Una espada te traspasará el alma " (Le 2,35)
Y al pie de la cruz (Jn. 19,25) María de un modo eminente,
se asocia como madre al sacrificio de su hijo:
"Consiente con amor en la inmolación de la víctima engendrada
por ella misma" (VATICANO II)
6) Pentecostés.
C*f Después de la Ascensión de Jesús se cumple el último
1 0 1 misterio de Cristo. Los Hechos de los Apóstoles relatan
que "los apóstoles todos perseveraron de común acuerdo en la
oración con María, la Madre de Jesús". (1,14).
María antes de la Anunciación, personificaba la espera
mesiánica del Antiguo Testamento. María en el Cenáculo, per-
sonifica la espera eclesial del Espíritu de Cristo.
Con la plena iluminación del Espíritu Santo, María acaba
de entender completamente su papel en la economía de salva-
ción y su misión como corazón de la Iglesia naciente.
"El acontecimiento de Pentecostés dio a Mana la claridad sobre
su hijo que era hombre autentico y autentico hijo de Dios Y que
no solo como hombre, sino también como Dios, era hijo suyo1 Asi-
mismo la claridad sobre sí misma y sobre su posición respecto a El
que era su madre y a la vez la primera persona redimida por El Y
ambas cosas no en Yuxta-posicion, sino en compenetración, como
unidad perfecta" (8)
(8) R GUARDINI, La Madre del Señor, Ediciones Guadarrama, Madrid 1 960, p. 80
246
7) Asunción de María.
Cristo victorioso por la resurrección, asocia pronto a Ma-
ría a su triunfo.
La Asunción de Nuestra Señora no es un privilegio separado, sino
la ultima consecuencia de la eminente redención de María
1f*0 Todos nosotros estamos destinados a resucitar corporal-
l v v mente. Pero lo que sólo al final de los tiempos se reali-
zará en nosotros, se llevó a cabo en María, "con anticipación,
al término de su vida terrestre". Este es el llamado dogma de
la Asunción definido por Pío XII el Io de noviembre de 1950.
"Finalmente la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda
mancha de culpa original, terminado el curso de la vida terrena, en
alma y cuerpo fue asunta a la gloria celestial y enaltecida por el Se-
ñor como Reina del Universo" (9).
III MARÍA Y N O S O T R O S
María, madre de Jesús, realiza también una misión mater-
nal con nosotros los hombres.
1CQ Esta mediación espiritual de María, "de ninguna mane-
0 3 ra oscurece ni disminuye la única mediación de Cristo,
sino más bien muestra su eficacia": porque se apoya toda en
Cristo y tiende a unirnos más a Cristo. Como decía Pío XII:
"La verdadera devoción marial, tiende esencialmente a la unión
con Jesús bajo la dirección de María".
"Porque uno es Dios y uno el Mediador entre Dios y los hombres
El hombre-Cnsto-Jesus, que se entregó a sí mismo como precio del
rescate por todos" (1 Timoteo 2,5-6)
1) María prototipo del cristiano.
I Tfl María aceptó libremente su propia redención y colabo-
* " ró con Cristo en la salvación del mundo. Ella es, así, el
modelo de todo cristiano.
La vida de María, semejante a la nuestra con sus mil con-
tingencias diarias, fue un penetrar cada vez más por la fe y el
(9) VATICANO II, Constitución Dogmática sobre la Iglesia, N" 59
247
amor en el misterio de Cristo. Ella es, así el modelo de toda "Porque Tú eres bella, porque eres inmaculada,
vida cristiana. La mujer restaurada al fin en la gracia.. .
Mezclada en los acontecimientos terrestres de la vida hu- Porque Tú eres la madre de Jesucristo,
mana de Cristo, supo elevarse hasta la aceptación confiada del El cuál es la verdad en tus brazos y la única esperanza.. .
misterio divino oculto en El y se dejó llevar por su gracia. Porque Tú estás allá para siempre;
Sencillamente, porque Tú eres María,
Sencillamente porque Tú existes,
"La madre de Dios es tipo de la Iglesia en el orden de la fe, de la
Séante dadas para siempre gracias,
caridad y de la perfecta unión con Cristo".
Madre de Jesucristo!" (11)
(VATICANO II, N« 63)

2) María madre nuestra. CUESTIONARIO

158. ¿Qué papel ocupa María en la historia de salvación?

1 71 Siendo Cristo la Cabeza de toda la humanidad, al acep-
/ I tar María ser la madre de Cristo, aceptó también ser la
madre espiritual de toda la humanidad rescatada por Cristo. La
159.
160.
¿Cuál era la actitud básica espiritual del "Resto de Israel"?
¿Por qué podemos decir que María es síntesis de lo mejor de Israel?
161. ¿Cómo fue manifestada a María su misión de Madre del Salvador?
podemos, pues llamar con toda verdad "Madre nuestra", porque 162. ¿Cuándo y cómo fue hecha María Madre del Salvador?
lo es. Cada Cristiano puede decir con gozo y con confianza 163. Muestre cómo el hecho de que María sea Madre del Redentor, incluye to-
como San Estanislao de Kotska: "La madre de Jesús es mi das sus demás gracias y privilegios.
madre!" 164. ¿Qué es exactamente la Inmaculada Concepción de María?
165. ¿Cuál el motivo de la virginidad perpetua de María?
166. ¿En qué ocasiones aparece María vinculada a la vida pública de Jesús?
"Concibiendo a Cristo, engendrándolo, alimentándolo, presentán- 167. ¿Qué papel desempeña María después de la Ascensión de Jesús?
dolo en el templo al Padre, padeciendo con su Hijo mientras El mo- 168. ¿En qué términos está definido el dogma de la Asunción de María?
ría en la cruz, cooperó en forma del todo singular, por la obedien- 169. ¿A qué tiende la verdadera devoción marial?
cia, la fe, la esperanza y la encendida caridad, en la restauración de 170. ¿Cómo es María modelo de todo cristiano?
la vida sobrenatural de las almas, por tal motivo es nuestra Madre 171. ¿En qué se funda el que María sea verdadera Madre nuestra?
en el orden de la gracia". (VATICANO II, N* 61).
TRABAJOS

CONCLUSIÓN:
"Réspice stellam. Voca Mariam!"
"Mira tu estrella. Invoca a María!" (San Bernardo).
María ha ido delante de nosotros: glorificada ya en cuerpo
y alma, es la imagen de lo que seremos en el cielo.
Vestida de sol, con la luna a sus pies y ceñida en su cabeza
con una diadema de doce estrellas, es para nosotros allá en el
Cielo, como la mejor señal de esperanza y de consuelo en nues-
tro duro peregrinar por la tierra!(10) Es para nosotros lo que
era la estrella polar para los navegantes.
(10) APOCALIPSIS 12, 1-2; CONSTITUCIÓN SOBRE LA IGLESIA, N ? 68.
1. Hacer una monografía sobre los "pobres de Yahvé" (A. GELIN).
2. Un estudio de las dos corrientes mariológicas que se dieron cita en el Con-
cilio Vaticano II.
3. Elaborar una encuesta de las opiniones de los protestantes actuales acer-
ca de María (v. Max THURIAN).
4. Concurso de composiciones poéticas o en prosa acerca de los temas del
capítulo.
5. Profundización, en trabajo por equipos, del capítulo 8" de la Constitución
sobre la Iglesia, con ayuda de algún comentario (v. BAC vol. 253, Ma-
drid 1966).
• 6. Círculo de estudio sobre la devoción marial en nuestro tiempo.
7. Elaborar una serie de meditaciones breves sobre los Misterios del Rosirio.
(11) PAUL CLAUDEL, "La Vierge á midi", Poémes de Guerre.

249
248
 LIBROS DE CONSULTA PARTE III

GARCES-LLAMERA-ALDAMA, Comentarios a la Constitución sobre la Iglesia

(BAC 253, Madrid 1966) pp. 924-1085.
R. LAURENTIN, "La Virgen María", Iniciación Teológica III, pp. 191-296.
R. GUARDINI, La Madre del Señor, vol. 17 "Cristian y hombre actual" 1960.
J. GUITTON, La Virgen María, Patmos, Madrid 1952.
Mgr. L. J. SUENENS, ¿Quién es ésta?, vol. 44 Col. Yo sé - Yo creo. Andorra.
LUMEN VITAE, Número especial dedicado a "La Vierge Marie et la formation
religieuse" 8 (1953) N° 2, pp. 169-312.
E. SCHILLEBEECKX, O.P., Marie, Mere de la Rédemption, París 1963.
CRISTO
L. DEISS, María, hija de Sion, Ed. Cristiandad, Madrid 1964.
M. THURIAN, María. Madre del Señor, figura de la Iglesia. Sigúeme 1965.
K. H. SCHELKE, María Madre del Redentor, vol. 65 Pequeña Biblioteca Herder
CENTRO DEL UNIVERSO
Barcelona 1965.
J. ESQUERDA BIFET, La Virgen del Vaticano II, Desclée de Br. 1966.

"Jesús es el equilibrio del m u n d o " .

(E. Psicliari).
"El universo está sustancialmente poluriza-
d o alrededor del hombre-Dios".
(M. Barthélemy-Madaule, Tehard
et Bergson, p. 4 6 5 )

250
Capítulo 18 - SUMARIO

I • CRISTO - CABEZA

En el orden de la redención Cristo-resucitado ejerce el papel de CABEZA respecto

del Cuerpo o Iglesia de todos los redimidos. De su Plenitud de Gracia y Divinidad
todos recibimos para ser salvos.

II - CRISTO • CENTRO CÓSMICO

1. En SAN PABLO, Cristo junto con su papel de Redentor, aparece eierciendo

también una ACTIVIDAD CÓSMICA en todo el Universo que El ha creado y
que mantiene en su ser y evolución.
2. En el científico moderno TEILHARD DE CHARDIN, esta actividad cósmica de
Cristo coincide con la del Punto-Omega, CENTRO ORGÁNICO DEL UNIVERSO
ENTERO y Polo de unidad de la creación material y espiritual en su proceso
evolutivo de convergencia.

III - CRISTO - CONSUMADOR

El último gesto de Cristo será ENTREGAR AL PADRE UNA RECAPITULACIÓN de

todo el Mundo natural y sobrenatural:
—La vida para el hombre
—El hombre para Cristo "En El todas las fibras y energía* gene-
—Cristo para Dios! rativas del universo se organizan y re-
unifican" (J. Huby S. J.).
EL CRISTO UNIVERSAL 1 7 0 Podemos distinguir dos aspectos en la actividad actual de
11 w Cristo resucitado
—El Io se refiere a la salvación del Hombre
—El 2 o se refiere a la trasfiguracion del Mundo
Ambos están estrechamente unidos, pero el movimiento va
de la salvación del hombre a la trasformacion del Universo, y
"Cristo es Alfa y Omega no a la inversa
Principio y Fin
Piedra de base y clave de la bóveda 4 "f J "La salvación del hombre no es un elemento del drama cos-
( T E I L H A R D DE CHARDIN) 1 1 *§> mico Sino al contrario es el Universo el que sigue el desti
no del Hombre" (3)
Dominio Universal de Cristo
En el presente capitulo veremos como Cristo resucitado,
Cristo resucitado es la Cabeza de la humanidad redimida
por su encarnación y por su obra redentora, realiza una doble
y el Centro de todo el Universo material e inmaterial Cristo
acción en la Humanidad y en el Cosmos (4)
por la actividad e influjo de su humanidad glorificada, lleva a
Io La Humanidad regenerada es el cuerpo que tiene a Cris-
cumplimiento perfecto todo el plan de Dios respecto de los
to como Cabeza
hombres, y respecto del cosmos
2° El Cosmos que constituye la envoltura de este cuerpo
San Pablo enseña en la epístola a los Efesios (1,9-10) que
es parte de la Plenitud cósmica Esta comprende a Dios y al
el plan de Dios es "restaurar todas las cosas en Cristo" Esto
Universo y tiene a Cristo como Centro
quiere decir
I o En sentido "soteriologico" (— en el orden de la reden-
ción) que todos los hombres redimidos se "recapitulan" en I CRISTO-CABEZA
Cristo tienen a Cristo como su cabeza
"Cristo es la Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia" (VATICANO II)
2 o En sentido "cósmico" (— en el orden de la naturaleza
creada) que todas las cosas se "resumen" en Cristo vienen a La presencia benéfica de Cristo en la humanidad no es el
compendiarse en Cristo como en su Centro privilegio de un instante de la historia Es una permanencia es-
1 "1ñ El plan salvifico de Dios tiene por horizonte nuestro glo-
i í bo y no abarca sino el genero humano Pero sus pers-
pectivas pueden ampliarse y entonces el plan divino abarca el
table y perpetua, gracias a su Iglesia
Jesús resucitado es "espíritu vivificante" El "habita' en
los fieles cristianos, los penetra con su Espíritu y forma con
universo de los seres Toda la creación aparece, asi, orientada ellos un organismo sobrenatural
hacia Cristo (1)
"En El todo ha sido creado como en un supremo Centro de uní 1) La Iglesia es el Cuerpo de Cristo
dad, armonía y cohesión Centro que da al universo su sentido, su
La Iglesia es la prolongación de Jesucristo "Es Cristo am-
valor y por consiguiente su realidad Usando otra metáfora El es
el foco, El "punto de reunión' en donde todas las fibras y energías
pliado y comunicado" —según bella expresión de BOSSUET
generativas del universo se organizan y reunifican"
Así lo afirma con frecuencia San Pablo
"Si alguno fuera a ver, en una instantánea fotográfica, el conjunto
(3) Yves de Montcheuil, Lecons sur le Chnst, París 1949, p 175
del universo - pasado presente y futuro— vena todos los seres col-
(4) Después de un cuidadoso estudio ei escritunsta P BENOIT, llega a esta ccnclu
gados ontologicamente de Cristo y completamente ininteligibles si
sion El CUERPO DE CRISTO queda siempre limitado por San Pablo al grupo de
se los separa de El" (2)
HOMBRES SALVADOS, que es la iglesia Para evocar la extensión de la obia de
(1) Estudíese COLOSENSES 1,19 20 Cristo a todo el cosmos, el usa otro termino, el de PLENITUD (Pleroma) \ease
(2) J HUBY, S J , Comentario a lo epístola a los Colosenses Les Epitres de la Captivité, Colos 1 19 (Exégese et Théologie, Corps, Tete et Plerome , Vol II, París 961,
París 1935, p 40 p 136)

254 255
 "Cuanto a vosotros, vosotros sois el Cuerpo de Cristo y cada uno de
vosotros es uno de sus miembros". (I Cor. 12,27).
1cristianos
7C Este Cuerpo de Cristo es un organismo vivo, coherente,
I 3 jerarquizado. Comprende en sí a Cristo y a todos los
y crece "con un crecimiento de Dios". (Colos. 2,19;
Efes. 4,16).
Este Cuerpo de Cristo es la Iglesia! (5).
"La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, dotado de vida sobrenatural".
(LEÓN XIII).
2) Cristo es la Cabeza de este Cuerpo.
17R Este Cuerpo de la Iglesia tiene a Cristo por Cabeza!(6).
"Cristo es ia Cabeza de la Iglesia". (Efes. 5,23).
a) La Cabeza, en un organismo es la parte más importan-
te. Los brazos, las piernas, los músculos pueden alguna vez ser
amputados'. . . y se puede seguir viviendo. Pero si se decapita
a un organismo, la vida termina. Lo mismo acontece con este
organismo sobrenatural llamado "Cuerpo Místico".
De Cristo-Cabeza, fluye toda la vida divina a la Iglesia y
a sus miembros, y sólo gracias a la unión personal con Cristo
(por la fe y el bautismo) el cristiano puede vivir sobrenatural-
mente. Miembro que se independice de Cristo es miembro
muerto, como hoja que se arranca del tronco del árbol. . .
b) La Cabeza, desde su puesto preeminente gobierna el cuer-
po e influye vitalmente en todo el organismo.
Hacia la cabeza suben las impresiones recibidas por el
cuerpo y las emociones experimentadas por la sensibilidad.
Y de la cabeza —órgano principal del pensamiento y de la vo-
luntad— descienden a nuestros miembros y músculos, las ór-
denes y decisiones que rigen nuestra actividad.
Una doble corriente liga, así, la cabeza y el cuerpo: co-
rriente ascendente y descendente. Lo mismo acontece con este
Cuerpo de Cristo que es la Iglesia:
—De Cristo-Cabeza emanan para todo el Cuerpo el flujo
vital de la Gracia, las órdenes, las directivas. . .
(5) Colos. 1, 18-24; Efes. 1,23; 5,23 ss. Consúltese PIÓ XII, Encíclica Mystici Corporis
y VATICANO II, Constituc. Dogm. 'sobre la Iglesia, Cap. 1, N° 7.
(6) Colos. 1,18; 2,19; Eles. 1,22; 4,15 ss.
256
—De los cristianos han de subir para Cristo —para que
El las dirija y santifique— las impresiones, los pensamientos,
las decisiones. . .
Observación: La Cabeza de este organismo sobrenatural
no crece. Precisamente de su plenitud deriva toda la energía
vital que impulsa el crecimiento del Cuerpo. Hay, pues, que
distinguir bien a Cristo-Cabeza —ya perfecta, de su Cuerpo—
la Iglesia que está en permanente crecimiento!(7)
II CRISTO-CENTRO C Ó S M I C O
Lo anterior no es sino un aspecto del "misterio" del Cris-
to-total.
11 El primado universal de Cristo se afirma no solamente
i* en la Iglesia, sino también sobre toda la creación.
Podemos llamar "Cristo cósmico" o "Cristo universal":
—a Jesucristo crucificado y resucitado, pero presente ac-
tualmente a un "universo de dimensiones planetarias";
—a Jesucristo, el de la historia palestinense, pero inscrito
en el corazón del cosmos y constituido centro del uni-
verso.
"Porque Jesús es el sol inmóvil en su grandeza y motor de todas las
cosas . Jesús es el verdadero centro del universo, y el universo
debe estar en continuo movimiento hacia El".(8)
Cristo cósmico es la Persona concreta de Jesús, pero agran-
dándose a los ojos de la fe, así como se agranda cada día más a
los ojos de la ciencia, este nuestro Universo que El anima y
abarca. Podríamos definirlo así:
"Esa misteriosa Plenitud formada por Cristo y el Universo centrado
en Cristo".(9)
"El que Cristo haya emergido en el terreno de las experiencias hu-
manas sólo un instante, hace 2,000 años, no impide el que sea el
eje y el vértice de una maduración universal".
(TEILHARD DE CHARDIN).(IO)
(7) Suponemos aquí el estudio que se debe haber hecho anteriormente de la Iglesia,
Cuerpo Místico de Cristo.
(8) Cardenal Pierre de BERULLE, Grandeurs de Jésus, Discours II, Oeuvres, p. 161.
(9) TEILHARD DE CHARDIN, "Note sur le Christ-universel", Science et Christ. Pan's
1965, p. 42.
(10) TEILHARD DE CHARDIN, "Christologie et Evolution", Oeuvres VI, p. 113.
257
 1) Cristo cósmico en San Pablo
Muchos autores modernos están acordes en afirmar que
San Pablo y vanos Padres griegos evocaron en sus escritos una
función cósmica de Cristo (11)
"San Pablo no separa* el papel de Cristo en la Iglesia de su papel
en el mundo" (J LEBRETON)
"Cristo, Dios y Hombre —gracias a la Encarnación coronada por
la Resurrección— engloba en su plenitud no solamente a Dios que
salva, no solamente a los hombres que son salvados, sino también
a todo el cosmos que es el marco de la humanidad La Epístola
de S Pablo a los Colosenses tiene, desde este punto de vista, un
característico horizonte cósmico y celeste" (P BENOIT)
3 ondas concéntricas podrían darnos una imagen sintética
del pensamiento total de San Pablo
*TQ a) Jesús de Nazareth, Cristo individual, resucitado, llegó
1 I 0 ya como "Cabeza" a la perfección del orden nuevo, en
los cielos
b) Su "Cuerpo", hecho de todos los hombres que se sal-
van, esta todavía en construcción sobre la tierra
c) Este Cuerpo en crecimiento está llamado a terminar la
"Plenitud" de Cristo en todo el universo'
1Q Podemos verificarlo en uno de sus textos (Efesios 1,
1 I ¡3 20-22)
a) "Dios-Padre desplego su fuerza en Cristo, resucitándo-
lo de entre los muertos y sentándolo a su diestra en el cielo, por
encima de toda dominación
b) "Y puso todas las cosas bajo sus pies y a El constituyó
con preeminencia Cabeza de la Iglesia, la cual es su Cuerpo
c) "Y le dio la Plenitud total y universal"
Según San Pablo, el Hijo de Dios —hecho hombre, es el
único Mediador entre Dios y los hombres es la Cabeza de la
humanidad (I Timoteo 2,5) Pero Cristo no esta en el mundo
solo y aislado, sino como Jefe y Centro de la creación
t "El es el primogénito de toda la creación"
(11) J LEBRETON, Histoire du Dogme de la Tnnité, vol 1, p 402 P BENOIT, Supple
ment au Dictionnaire de la Bible, fase 36(1961) col 161 164
F PRAT dice Cristo es el centro dominador de la creación Jesucristo, pues,
aun en cuanto hombre, tiene una especie de papel cósmico (Teología de San Pa-
blo I, p 349,11, p 112)
258
f "En El fueron creadas todas las cosas, en los cielos y sobre
la tierra, tanto las visibles como las invisibles"
t "Por medio de El y para El todas las cosas han sido crea-
das"
t "Todas las cosas tienen en El su consistencia"
(Colos 1, 15-17)
Según San Pablo, Cristo es Mediador también del Cosmos,
el cual esta destinado a recapitularse y pacificarse en El (Efes
1,10, Colos 1,20)
En resumen
Para San Pablo la Persona de Cristo es a la vez ' intensamente ín
dividual y sin embargo magníficamente universal 1 ' (12)
' El Cuerpo de Cristo no deja de ser el cuerpo individual de Jesús
pero no queda limitado a esta individualidad histórica sino que
se extiende se construye se desarrolla hasta el punto de abarcar
toda la Iglesia y ulteriormente de manera indirecta todo el Cos
mos' (13)
2 Cristo cósmico en Teilhard de Chardin
La ciencia de nuestro tiempo empata con la antigua afir-
mación de fe de que todo se "recapitula" en Cristo, de que
Cristo es el Alfa y Omega, Principio y Fin de la creación'
IQfl Un científico de nuestro siglo, el jesuíta Pierre TEIL-
l i U HARD de CHARDIN (f 1955) nos ha dejado una sínte-
sis de su fe en Cristo y su creencia en el Universo Todo su sis-
tema es, en el fondo, una concepción de la evolución desde
Cristo y para Cristo es una visión del Universo en función de
Cristo
El "Cristo cósmico" de San Pablo(14), el "Cristo revestido
del mundo" de la Liturgia cristiana, aparece en la obia de
TEILHARD en toda su magnificencia como el Centro donde
converge toda la evolución del Universo
"El gran acontecimiento de mi vida habrá sido la gradual denti
ficacion en el cielo de mi alma de 2 astros el uno es el centio cos-
(12) Carlos Harold RODD, Saint Paul Au|ourd Huí
(13) P BENOIT, Exegese et Theologie, París 1961, vol II, p 115
(14) TEILHARD confiesa en uno de sus escritos No puedo leer a San Pablosm ver
aparecer ba|o sus palabras, de manera diafana, el dominio universal y cósmico de
Cristo (Mon Univers 1924)
259
 mico postulado por una evolución de tipo convergente; el otro se
encuentra en el Jesús de la fe cristiana".(15)
1 0 1 El estudio científico de la Evolución muestra a TEIL-
101 HARD que el mundo es como una esfera que se busca
un centro.
Y la reflexión sobre el Cristianismo le presenta a Cristo
como un centro que se busca una esfera.
El sistema de TEILHARD no es sino el intento de acer-
car esa esfera (el Mundo) a ese Centro único (Cristo)!(16).
Cristo aparece, así, como el Centro del Cosmos: "se revis-
te orgánicamente de la majestad de su creación"!(17)
a) El Universo es convergente.
t La Ia afirmación de TEILHARD se refiere al plan o pau-
ta (pattern) del pasado, que él ha descubierto por medio de su
"hiperfísica" o análisis fenomenológico de la evolución.
* Por medio de la "Ley de la complejidad-conciencia"(18),
: TEILHARD juzga haber mostrado que hasta ahora ha
habido no un simple cambio en el Cosmos, sino una verdadera
"génesis". Lo que significa que el Universo ha estado buscando
en todo una finalidad, ha estado siguiendo un Plan único que
está orientado hacia el hombre. El Hombre es la clave de todo
el proceso biológico, puesto que a través del hombre la Evo-
lución cruzó el umbral de la reflexión conciente, para entrar
en el dominio misterioso de la Persona (la llamada "Noosfera").
(151 TEILHARD. Lo Materia del Universo 1 9 5 3 .
( 1 6 ) N o hay otro solución, d a d o que el universo no puede ser " b i c é f a l o " , no puede
tener a la vez 2 cabezas. Asi como una circunferencia no puede tener 2 centros
( 1 7 ) Obsérvese bien que se t r a t a de 2 movimientos que se encuentran, pero que son
de naturaleza y dirección opuestas. Al " a s c e n s o " natural del M u n d o que busca
un centro natural de convergencia, corresponde el "descenso" gratuito, completa-
mente sobrenatural de Dios, la autodonación libérrima de Dios en Jesucristo! Así,
"Cristo no es, por supuesto, el Centro al cual todas las cosas de aquí abajo podrían
NATURALMENTE tratar de alcanzar". (L'Union Creatrice, p. 14).
( 1 8 ) l a Evolución t i e n d e a crear estructuras c a d a vez más complicadas ( = LEY DE
COMPLEJIDAD). Paralela y simultáneamente, la Evolución se orienta hacia estados
d e mayor interiorización o espiritualización ( = LEY DE C O N C I E N C I A ) . En esta
forma, a medida que la Evolución se o r g a n i z a mejor materialmente, se enriquece
espiritualmente. "Perfección espiritual y síntesis material son las dos caras del
mismo fenómeno". (El Fenómeno Humano).
260
"¿Cómo podríamos imaginar una cosmogénesis que llegara exacta-
mente hasta la mente, sin que por eso mismo equivaliera a una
noogénesis?" (El fenómeno humano)
f La 2a afirmación de TEILHARD consiste en mostrar có-
mo esta ascensión irreversible del Universo sólo queda garan-
tizada por la existencia, en el vértice del proceso, de un Cen-
tro supremo de convergencia, dentro del proceso ( = inmanen-
te) y a la vez fuera de él ( = trascendente): el llamado Punto
Omega'. (19)
Este Punto Omega, además, es el único que puede ga-
rantizar el éxito de la "amorización"creciente, es decir,
de este continuo crecimiento de la socialización humana (que
corresponde en los seres Jibres, a la ley de complejidad-con-
ciencia). En efecto, porque El es una Realidad presente, Per-
sonal, amante y actualmente amable: puede entonces irradiar
y activar la energía unificante del Amor en el mundo. . .
En resumen: Omega para T E I L H A R D es el Primer Motor que
está desde arriba impulsando hacia El todo el proceso evolutivo
en el tiempo y es la garantía del feliz éxito del Universo convergen-
te.(20).
b) Cristo es el Centro del Universo convergente.
| t La 3a afirmación de TEILHARD se basa en la fe cris-
tiana. Une la anterior hipótesis filosófica del Punto O-
mega con el hecho sobrenatural de Cristo. Identifica sencilla-
mente el Omega de la Evolución con el Cristo de la Revela-
ción! Al hacer esto, pone como Centro de la cosmogénesis (de
todo el Universo en evolución),
(19) La existencia de este Punto O m e g a es aquí de carácter hipotético. Se la deduce
por un proceso científico-filosófico, de pura razón natural: "Por persuadidos que
estemos (ya sea por la curvatura específica del medio cósmico en el que nis en-
contramos, ya seo por las exigencias de irreversibilidad inherentes a nuestra Ac-
ción refleja) de que un Polo superior de complementación y de consolidación (lla-
mémoslo O M E G A ) nos espera al término superior de la Hominización, a esU Polo
O m e g a , en definitiva no llegamos sino por extrapolación: Permanece de naturaleza
conjetural e hipotética". (Le Christique, 1 9 5 5 , N° 3).
(20) Puede consultarse Enrique NEIRA, S.J., "EL PROBLEMA DE D I O S EN TEILHAID DE
C H A R D I N " , Revista Javeriana, Bogotá, m a n o 1 9 6 6 , pp. 2 3 5 - 2 4 7 .
261

"En lugar del foco indeterminado de convergencia la realidad
bien concreta del Verbo encarnado, en Quien todos los seres se
sostienen conjuntamente" (21)
En la hipótesis científica de un Universo que evoluciona
hacia un Centro de convergencia, Cristo-resucitado llena la
función de ese Polo-Omega. Cristo es el Polo de unidad hacia
el Cual todo converge, es el Centro Personal que sostiene con
su influjo los radios de la circunferencia de toda la creación!
Es el "Cristo cósmico" y "evolucionador", el "Cristo universal"
que llena con su presencia personal y su acción todo el univer-
so.
"Yo entiendo por Cristo-Universal, a Cristo Centro orgá-
185 nico de todo el universo
—centro orgánico, es decir, del cual esta suspendido realmente —en
definitiva— todo progreso, aun natural,
—del universo entero, es decir, no solamente de la Tierra y de la Hu-
manidad, sino de Sino, de Andrómaca, de los Angeles, de todas
las Realidades corporales y espirituales
Este Cristo-Universal es el que nos presentan los Evangelios y mas
especialmente San Pablo y San Juan, es Aquel del cual han vivido
los grandes misticos"(22)
III CRISTO-CONSUMADOR
"He aquí que yo renuevo todas las cosas'"
(Apocal 21, 5, Rom 8, 19-22).
Toda la creación será entonces consumada en Cristo.
"Cuanto está en Cristo, es una nueva creación Lo viejo pasó aho-
ra se ha hecho todo nuevo" (2 Cor 5,17)
DIOS es el término final de toda la obra de Cristo.
Dios hizo habitar en Cristo la Plenitud de su vida divina
y de su Universo creado. Esta Plenitud de Cristo va a terminar
en la Plenitud misma de Dios, como un río va a terminar en el
Mar inmenso, profundo, ilímite
Así lo deja entender San Pablo:
"Cristo habite por la fe en vuestros corazones para que seáis
colmados de toda su Plenitud, cuya meta final sea la Plenitud de
Dios" (Efes 3, 17-19)
El gesto final de Cristo será, pues, el poner su Reino, Rei-
no espiritual y cósmico, en las Manos del Padre: para que Dios
sea para siempre todo en todos!
Esta es la visión final de nuestro dogma cristiano:
Dios, Centro de centros!
Es la suprema y final síntesis en Dios:
—de la Evolución del Universo
—de la Historia humana
—de la Historia de salvación en Cristo.

1 Q U

0 0
"Luego sera el fin cuando Cristo hará entrega de su Reino

a Dios-Padre, cuando habrá destruido todo principado y toda 187

—"La vida para el hombre
—El hombre para Cristo
potestad y fuerza" (I Cor 15,24) —Cristo para Dios!"
(TEILHARD DE C H A R D W
El Universo, sujeto al poder de Cristo y manifestando su El porvenir del hombre, 5C)
Gloria, como una nueva creación, será entregado en Manos de
Dios, al final de los tiempos. Entonces se pronunciará sobre el
Cosmos la palabra definitiva: CUESTIONARIO

(21) TEILHARD. "El Cristo de la revelación no es otra cosa que Omega Para demostrar 172
esta proposición fundamental, me basta una referencia a la larga sene de textos 173
lóameos y sobre todo paulinos en donde se afirma, en términos magníficos, la
supremacía física de Cristo sobre el universo Todos se refieren a estas 2 afirma- 174
ciones esenciales- "Todo subsiste en El (Col 1-17) y "El es Quien lo llena todo"
(Col 2,10, cfr Efes 4,9), de tal manera que 'Cristo es todo en todas las cosas' 175
(Col 3,11) ' Esta es la definición misma de Omega . ("Mon Univers ', Science et 176
Chnst, París 1965, p. 82) 177
(22) TEILHARD, "Note sur le Chrisr-Universel', Science et Chnst, París 1965, p 39.
262
¿Qué nueva dimensión aporta el capítulo al estudio de Jesucristo 9
¿Qué aspectos bien definidos se pueden encontrar en San Pablo acerca de
la actividad actual de Cristo-resucitado 7
¿Es el hombre el que sigue el destino del universo o el universo el destino
del hombre''
¿Qué se entiende por Cuerpo Místico de Cristo'' ¿Quiénes lo integran 9
¿Qué función desempeña Cristo como Cabeza de la Iglesia 9
¿Quién es el llamado "Cristo cósmico"
263
178 <,Qué relación existe entre Jesús de Nazareth y Cristo cósmico 7
179 6 Que textos de San Pablo dan pie para esta concepción de Cristo''
PARTE IV
7
180 6 Que es, en síntesis, todo el sistema de Teilhard de Chardin
9
181 6 En que forma convergen para Teilhard el Mundo y Cristo
182 ¿Que leyes de la Evolución hacen que el Universo sea un universo conver-
gente''
183 t Que es en el sistema de Teilhard el llamado "Punto Omega'"'
184 ¿Como llega a concluir Telhard que Cristo-resucitado es el Centro de con-
vergencia de todo el Universo en evolución''
185 ¿Como se debe entender la expresión "Cristo-universal es el centro orgá-

186
nico del universo entero'"'
6 En qué consistirá el gesto final de Cristo según San Pablo
9 JESUCRISTO
187 Exprese en una formula que Dios sera la síntesis final de todo

TRABAJOS
CENTRO
1 Profundizar, por equipos, con ayudas de Coméntanos, los textos claves de
San Pablo Colos 1, 15-20, Col 2, 10, Col 3, 11, Efes 1, 20-22, Efes 4 9
DE NUESTRA VIDA
2 Concurso del mejor gráfico o síntesis en imágenes del capitulo
3 Búsqueda de textos en las cartas de San Pablo que muestren como el no
separa el papel de Cristo en la Iglesia de su papel cósmico
4 Hacer exponer mas ampliamente, con ayuda de algunas publicaciones de
iniciación al pensamiento de Teilhard lo que es su sistema de una Evo-
lución universal, convergente y espiritualista, su afirmación de Dios-Pun-
to Omega, etc
5 Espigar en obras de Teilhard textos dicientes sobre Jesucristo, el Corazón
de Cristo, la Iglesia, la Eucaristía

LIBROS DE CONSULTA

P BENOIT, O P , "Corps Tete et Plérome dans les Epitres de la Captivite",

Exegise et Theologie vol II, París 1961, pp 107-153
S LYONNET, S J , "La rédemption de l'univers", LumCere et Vie 9 (1960) 41-62
L BOUYER, "Royaute cosmique", La Vie spirituelle avnl 1964
TEILHARD DE CHARDIN, Science el Christ, París 1965
C F MOONEY, S J , "The Body of Christ ín the Wntings of Teilhard de Char-
din", rheological Studies 25 (1964) 576 610
I CACHO, S J "El Cristo cósmico", Hechos i Dichos marzo 1966 pp 294-301
"Cristo es el in|erto de la vida divino en la
Para una iniciación sencilla al pensamiento de Teilhard (en castellano)
tierra
N M WILDIERS Teilhard de Chardin Fontanella, Barcelona 1963
Es la comunicación de Dios a los horrares
C VALVERDE, S J , " t Q u e hay que pensar sobre Teilhard de Chardin'", Salte
Por este solo hecho, todos los canales sub
rrae 51 (1963) 170-173
terraneos de la vida del hombre, le en-
C TRESMONTANT, Introducción al pensamiento de Teilhard de Chardm Tau-
cuentran para siempre alimentados «on las
rus, Madrid 1964
aguas del cielo '.
E COLOMER, S J , Mundo y Dios al encuentro El evolucionismo cristiano del Pa-
(Taymans d'Eypernon, S J , ¿e Nfsfére
dre Teilhard de Chardin Nova Terra Barcelona 1964
Primordial, p 72)

264
Capítulo 19 - SUMARIO

I - U N I O N CON CRISTO POR LA FE

Para estar "en Cristo-Jesús" lo primero es ADHERIR A CRISTO y entregarnos a El

por la fe. Es la raíz y el cimiento de toda nuestra justificación cristiana.

II - U N I O N CON CRISTO POR EL BAUTISMO

1. Por el Bautismo RENACEMOS DE LO ALTO, del Espíritu.

2. Somos hechos una NUEVA CREACIÓN de Dios.
3. RESUCITAMOS CON CRISTO del sepulcro del pecado, para vivir con El la vida
nueva del Resucitado.

III - U N I O N CON CRISTO POR LA EUCARISTÍA

1. La Eucaristía NOS UNE AL SEÑOR-JESUS en el espíritu y en la carne.

2. NOS UNE CON TODOS IOS DEMÁS miembros de la Iglesia.
3. NOS UNE en cierta manera CON TODO EL UNIVERSO, dado que la Eucaristía
es también una "consagración" de los valores de la nctturaleza creada y de
la cultura humana.
4. Es finalmente PRENDA DE RESURRECCIÓN FINAL y "viático" de todos los días
en nuestro camino hacia Dios. "La Eucaristía es el foco mismo de la
presencia real de Cristo entre nosotros".
(E. Schillebeeckx) .

Ultima Cena - Oberamnergau

NUESTRA INCORPORACIÓN
EN CRISTO
"El que creyere y se hiciere bautizar, se salvará". (Me. 16,16).
Ser cristiano es ser creyente, es profesarse "hombre de Cris-
to". La vida del cristiano debe ser la vida "en la fe de Dios y
de Cristo-Jesús". (Gal. 2,20).
Ser cristiano es dar una respuesta personal al Amor de
Dios que se nos ha manifestado a través de Jesucristo:
—Es adherir a la Persona de Cristo y a su Mensaje.
—Es participar en el Misterio de su muerte y resurrección.
—Es comulgar con su vida divina de Hijo de Dios.
1(% P San Pablo tiene una fórmula preferida para expresar es-
I ta realidad básica de la vida cristiana: "en Cristo-Jesús"!
"Estar en Cristo" es ser miembro de Cristo y ciudadano de su
Reino.
"¿Cómo se realiza esta unión que nos hace estar "en Cristo?"
Por la fe, ante todo, ciertamente.
Pero también por el Bautismo.
Ambos son inseparables, como son inseparables en el hombre el es-
píritu y el cuerpo. Lo que Pedro pide ante todo a los nuevos con-
vertidos es: creer en Jesús y hacerse bautizar en su Nombre. Esta
exigencia primera es común a todo el cristianismo primitivo, como
condición indispensable para tener parte en la salvación obrada
sobre la cruz".(l)
-Por la Fe, adherimos no sólo al Mensaje, sino a la Per-
sona misma de Cristo.
-Por el BAUTISMO, participamos en el Misterio concre-
to de su muerte y Resurrección
-Por la EUCARISTÍA, comulgamos con el Cuerpo que
da la vida, del Hijo de Dios.
(1) P. BENOIT, Exégése et Théologie, vol. II, p. 110.
268
I UNION CON CRISTO P O R LA FE
"Quien cree en Mí, entra en Mí.
Y quien entra en Mí, me posee.
Y poseerme es tener la vida eterna".
(SAN AGUSTIN).(2)
La fe que nos hace "hijos de Dios" es la fe en Jesucristo.(3)
La fe que salva es una incorporación en Cristo, Vida y Salva-
ción nuestra. (Jn. 6,40).
La fe auténtica es la que hace que Cristo habite en nuestro
corazón (Efes. 3,17) en su calidad de hombre-Resucitado, capaz
de unirnos a Dios. Es la fe que muestra su vitalidad por medio
de las obras, hechas al impulso del amor a Cristo. (Gal. 5,6;
I Cor. 13; Santiago 2, 14-20).
1 Fe que es una aceptación de Cristo.
| ft J l "¿A quién iremos, Señor? Si Tú tienes las palabras de la
113 vida!" (Jn. 6,9).
Creer en Jesucristo es creer como los Apóstoles que "El
tiene las palabras de la vida eterna". Más aún, es creer que El
personalmente es la Palabra eterna de Dios-hecha hombre. Es
creer en el Amor que Dios ha tenido por nosotros, al darnos su
propio Hijo.
"Y nosotros hemos creído en el Amor de Dios para con nosotros"!
—dice San Juan, al repasar, ya anciano, lo que fue su aventura es-
piritual, siguiendo a Cristo por la fe. (I Jn. 4,16).
"El Cristianismo no es más que la aceptación —con todas sus ulte-
riores consecuencias doctrinales y prácticas— de la Divinidad de
Cristo.
El Reino de Cristo y su Gracia se establecen en nosotros a m d i d a
de la pureza, de la viveza y de la plenitud de nuestra fe en Jesucris-
to".^)
(2) S. A G U S T Í N , In Joonnem 6 , 4 7 ; Pl 3 5 , 1610.
(3) Jn. 1,12: "Todos los que han recibido a Cristo, han sido hechos hijos de Dos. Y
los que lo reciben son los que creen e n El".
(4) Dom Columba M A R M I O N , ¿Y tú conoces a Cristo, vida de tu alma? Desclée 1960,
p. 9 6 .
269

2. Fe que es entrega a Cristo
Creer en Jesucristo es responder sin vacilar con un "Pre-
sente! Siempre listo!" a la invitación que por su medio nos hace
Dios.
Es responder a Cristo como aquellos estibadores del gran
puerto de Corinto, a quienes Pablo predicó el Evangelio en su
segunda expedición misionera el año 50-51. Ellos, con un alma
generosa se entregaron a Jesús, mientras sus vecinos, los sabios
de Atenas, engreídos con su sabiduría humana, lo dejaron
pasar...
"El fondo de su alma fue lo que impidió aceptar a los sabios de
Atenas el Jesús que les propuso Pablo. Porque el Evangelio no pue-
de entrar sino en almas desocupadas, desarmadas; en almas que tie-
nen conciencia de su mal y por eso, invocan y esperan a Alguien
que las cure A sus ojos, Pablo podía muy bien traer una sabidu-
ría más , pero no la sabiduría, la respuesta única, la salvación. El
corazón de los cargadores de Corinto o de Efeso era más rudo, más
sucio aún, pero también más nuevo. Ellos no pensaban en compa-
rar, en razonar y cavilar. No ofrecían resistencia. Su alma se entregó
en un impulso de fe!".(5)
II U N I O N C O N C R I S T O P O R E L B A U T I S M O
"Por el Bautismo nos hacemos miembros de Cristo y del Cuerpo de
la Iglesia" (CONCILIO DE FLORENCIA, Denz. 696).
El Bautismo es el sacramento de la fe. Tiene por misión
establecer el primer gran contacto del Salvador con nosotros.
El Bautismo, junto con la fe, enlaza realmente al hombre
con Cristo. Y precisamente por esto, le comunica la vida nue-
va de Cristo.
1) Es un renacimiento de lo alto
t f l f l El Bautismo produce una trasformación profunda e
*- v íntima de nuestro ser, llamada por Jesús Nuevo naci-
miento, nacimiento "de lo alto", nacimiento "del Espíritu".
(5) A. J. FESTUGIERE, fEnfant d'Agrigente, Paris 1941, p. 94.
270
El Bautismo, se presenta ante todo como una regeneración. "Na-
die puede entrar en el reino de Dios, si no renaciere de lo alto"
enseñó Jesús (Jn. 3,3).
Hay que renacer a la vida de la gracia "Por la virtud del agua y del
Espíritu Santo".(Jn. 3,5).(6)
2) Es una nueva creación luminosa.
El Bautizado, "el que está en Cristo, es una nueva criatu-
ra" (II Cor. 5,17), cuya hechura es sólo comparable con la del
universo y con la de la luz (San Agustín).
El Bautismo hace pasar "de las tinieblas a la luz" (Efesios
5,8) y nos impone el correspondiente deber de dejar las "obras
vanas de las tinieblas" y producir los "frutos de la luz" (Efe-
sios 5,9ss).
3) Es una resurrección con Cristo.
I fll Por el Bautismo participarnos en la muerte y resurrec-
3 1 ción de Cristo (Rom. 63-4; Col. 2,12). Esto implica una
renuncia al pecado y un esfuerzo por vivir cada día de la vida
de Cristo resucitado.
"Así, también vosotros haceos cuenta que estáis muertos para el pe-
cado pero vivos para Dios en Cristo Jesús" (Rom. 6,11).
En los primeros siglos del cristianismo el Bautismo de or-
dinario no se administraba sino a los adultos, después de un
período largo de preparación. La noche del sábado santo (Pas-
cua de resurrección) el catecúmeno era "sumergido" en la pisci-
na de agua bautismal, mientras el Sacerdote decía: "Yo te bau-
tizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
La inmersión en el agua representa que el nuevo cristiano es
muerto y sepultado con Cristo. La emersión o salida del agua
representa que el nuevo cristiano resucita con Cristo!
Nuestro Bautismo significa y produce lo mismo: Nos hace
morir al pecado y nos da el vivir en Cristo. Constituye, así el
programa de vida cristiana. "Cuántos fuisteis bautizados, fuis-
teis sumergidos (Incorporados) en Cristo". (Gal. 3,27).
(6) P. PHILIPON, Les Sacraments dans la vie Chrétienne Bruges 1953, c. 1.
271
III U N I O N C O N C R I S T O P O R LA E U C A R I S T Í A
"La Eucaristía es el sacramento de la piedad, el signo eficaz de la
unidad, el nexo de la candad" (San Agustín)
El Bautismo nos da la vida divina y hace nacer al Cuerpo
Místico de Cristo. La Eucaristía alimenta esta vida y hace cre-
cer este Cuerpo!
1 1 | *'i La Eucaristía constituye el foco céntrico de donde irra-
I yí«, dian todos los demás sacramentos de la Iglesia y el pun-
to final donde convergen todos ellos.
"La presencia visible y eficaz de la gracia de Cristo en la Iglesia y
en el mundo nos hace pensar en los circuios concéntricos del agua a
la que se ha arrojado una piedra Las ondas se despliegan en todas
direcciones, partiendo de un solo punto
La Iglesia constituye el punto central de la presencia de Cristo en la
tierra por una gracia visible, y de este punto parten todos los desa-
rrollos ulteriores En este centro se encuentra la Eucaristía, el foco
mismo de la presencia real de Cristo entre nosotros De este foco par-
ten los primeros rayos luminosos, los otros seis sacramentos" (7).
1) Unión con Cristo
1Q "5 Jesucristo escogió el dársenos bajo los signos materia-
v%i les de alimento (Pan y vino), para indicarnos que quería
comunicarnos su fuerza vital, su vida eterna (8).
"Porque mi carne es verdadero manjar y mi sangre es verdadera be-
bida El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mi y yo
e n é l " ( J n 6,56-57)
"Permanecer en Cristo": es compartir la gracia de su filia-
ción divina; es identificarse con El en una comunicación de vi-
da y de acción fecunda. Es entremezclar los jugos vitales, como
la vid y el sarmiento (Jn. 15,5).
(7) E. SCHILLEBEECKX, O P , Cristo, Sacramento del encuentro con Dios, Ed Dinor
1965, p. 246.
(8) En efecto, el acto de comer constituye la apropiación más total, expresa la inten-
ción de incorporar a sí la fuerza vital del alimento, de hacer que lo me|or de él se
haga algo nuestro, capaz de ayudarnos a vivir y trabajar
272
"En la Eucaristía se lleva a cabo la unión de Cristo con el cristiano
y la trasformacion vivificadora que es fruto de ella No es sola-
mente la adhesión a Cnsto por la fe ni solo la incorporación a Cris-
to por el Bautismo Es una unión nueva, muy real y muy espiritual
a la vez por ella, quien se une al Señor, puede decir que es no sólo
un mismo espíritu con El, sino también una sola carne" (9)
2) Unión con toda la Iglesia
"Desde el momento en que no hay sino un solo Pan, todos noso-
tros no somos sino un solo Cuerpo Pues todos participamos de un
solo Pan" (I Cor 10,17)
I f l / j Recibiendo en nuestro cuerpo la Eucaristía, que es el
1 3 T" Cuerpo de Cristo, todos "somos" un solo cuerpo, el
Cuerpo de Cristo. San Pablo es categórico en afirmar que los
cristianos que comemos del mismo pan Eucarístico, tenemos la
unidad del cuerpo, que es aquí el Cuerpo de Cristo!
La unión de los cristianos, realizada inicialmente por la fe
y el bautismo, se renueva, se confirma y se profundiza por
nuestras comuniones Eucarísticas.
"Este alimento común une a los fieles entre sí y con el divino
Jefe" (10)
3) Unión con el universo.
"La Eucaristía es el sacramento al cual se refieren todos los otros
Y esto por la sencilla razón de que por ella pasa directamente el eje
de la Encarnación, es decir de la Creación " (Teilhard de CHAR-
DIN)(11)
I ftC Con base y en estricta dependencia de la consagración
«Jw sacramental del pan y del vino que se realiza en la San-
ta Misa, es lícito ampliar las perspectivas. Podemos pensar que
por la Eucaristía se va haciendo también una especie de "con-
sagración cósmica" del universo.
En efecto, el pan y el vino pueden ser considerados cono
los prototipos de lo que se produce en la naturaleza y en la
(9) J LEBRETON, Les Origines du Dogme de la Tnnité, Vol. I, p 403.
(10) Pío XII, Mystici Corporis, AAS 1943, p 203
(11) Introduction au Christianisme, 1944 (Inédito). Véase el Medio Divino, Taurus 1 165,
p 130
273
cultura. En la Eucaristía, estas realidades son santificadas. La
celebración de la Eucaristía, en cuanto consagración y comu-
nión, puede entonces mirarse como el principio y la garantía
de la "Cristificación" y santificación de todos los valores de la
naturaleza y de la cultura humana (12).
"Por obra de la consagración Eucarística, tiene, pues, lugar una
verdadera consagración de la humanidad y de su mundo".(13).
Siguiendo esta línea de pensamiento, se puede pensar en
una Misa sobre el Mundo, en la que la totalidad del universo
sea la Hostia que se trasforma gradualmente en el Cuerpo de
Cristo-Universal:
"Puesto que yo, tu sacerdote, no tengo hoy, Señor, ni pan ni vino ni
altar, extenderé mis manos sobre la totalidad del Universo y tomaré
su inmensidad como la materia de mi sacrificio. El círculo infinito
de las cosas, no es la Hostia definitiva que quieres trasformar 9 El
abismo efervescente en donde se mezclan, en donde se agitan las
actividades de toda sustancia viva y cósmica, no es el cáliz doloroso
que tú deseas santificar9
"Que hoy y mañana y siempre, hasta que la trasformación haya
sido completamente terminada, se repita la Palabra Divina "Esto
es mi Cuerpo" (14)
Siguiendo estas "extensiones" de la Presencia Eucarística
en el Universo, Teilhard de Chardin llega aun a exclamar:
"La Hostia se parece a una hoguera ardiente de donde irradia y se
extiende la llama Así como la chispa prendida en la leña, se rodea
pronto de un amplio círculo de fuego, así a lo largo de los siglos,
la Hostia sacramental (porque no hay sino una sola Hostia que
crece entre las manos de los Sacerdotes que van sucediéndose), la
Hostia del pan —digo— va envolviéndose cada día más íntimamen-
te en otra Hostia infinitamente más grande, el Universo mismo, el
umverso absorbido gradualmente por Cristo Universal" (15)
(12) H. M. FERET, "Messe et Eschatologie", La Maison Diéu 24 (1950)46-62.
(13) P. SMULDERS, S. J., La Visión de Teilhard de Chardin Desclée, 1965, p 263.
(14) Este texto lo escribió TEILHARD DE CHARDIN, por primera vez, en el frente de ba
talla, al verse imposibilitado de celebrar la santa Misa Eucarística (Le Pr§te 1918).
Más tarde le sucedió lo mismo en sus expediciones por los desiertos de Mongolia
y Asia Central (cfr. La Messe sur le Monde 1924) Su pensamiento es finalmente
completado por algunas páginas del Medio Divino, 1927.
(15) TEILHARD DE CHARDIN, "Mon Univers", Science et Christ París 1 965, pp. 93-94.
274
4) Garantía de resurrección final.
"Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna, y yo
lo resucitaré en el último día" (Jn. 6,54).
I fljwUC toSobre la afirmación clara de Jesús, la fe cristiana ha vis-
siempre en la Eucaristía "el gaje o la prenda de nues-
tra gloria futura y de la felicidad perpetua". {Concilio de Tren-
te, Denz. 875).
Al recibir en la Eucaristía el Cuerpo de Cristo, entregado
a la muerte y luego triunfante, recibimos la garantía de nuestra
victoria final con Cristo.
La comunión Eucarística es para nosotros el "viático" o la
provisión del caminante, mientras llegamos al Señor. (I Cor.
11.26):
"La comunión, toda comunión es provisión para el camino. Es
un viático, no solamente para la última etapa, sino para la etapa
de cada día: para ayudarnos a ser buenos todos los días, durante
toda la jornada, en familia y con todos".(16).
"La Eucaristía es un signo en el tiempo de una realidad que será
acabada fuera del tiempo
No es sino un pan que se come durante el camino, mientras se va
haciendo la Iglesia de la eternidad!"(17)
CUESTIONARIO
188. ¿Cómo se realiza para el cristiano la fórmula paulina "en Cristo-Jesús"?
189 ¿Qué es creer en Jesucristo 9
190. ¿En qué sentido el Bautismo es un nuevo nacimiento 9
191 ¿En qué sentido los cristianos resucitamos con Cristo por el Bautismo?
192 ¿Que lugar ocupa la Eucaristía entre los sacramentos? ¿Por qué 9
193 ¿Qué unión produce la Eucaristía'
194. ¿Por qué el Pan Eucarístico congrega a los cristianos?
195 ¿Qué extensiones de la Presencia Eucarística en el Universo pueden pen-
sarse?
'96 ¿Qué efecto produce la Eucaristía para la eternidad?
(16) J. LACROIX, Sacremeots du Chnst-Jésus, p. 36.
(17) A. CRUIZIAT, "Quelques Aspects sociáux du mystére eucharistique". La Moson-
Diéu, 24(1950), p. HOss.
275
 TRABAJOS

1 Hacer una lista de textos de San Pablo "en Cnsto--Jesus" y catalogarlos

por grupos según lo expuesto en el capitulo
2 Monografía de lo que es "creer" en San Juan
3 Extraer los valores doctrinales del coloquio de Jesús fon Nicodemo (Jn 3)
4 Extraer los valores espirituales de la alegoría de la vid y los sarmientos
(Jn 15)
5 Entresacar los mejores textos sobre la Eucaristía de las Actas de los pnmeros
mártires cristianos (Ignacio de Antioquia )
6 Concurso del mejor símbolo bibhco-hturgico sobre U Eucaristía
7 Lectura personal y resumen del pequeño libro de Teilhard Misa sobre el
Mundo

LIBROS DE CONSULTA

N DUNAS, Conocimiento de la fe Estela, Barcelona 1965

Th CAMELOT, "El Bautismo", Iniciación teológica III, pp 376-397
L BAUDUIN, "Baptéme et Euchanstie", La Maison Dieu No 6
A GRAIL-A M ROGUET, O P "La Eucaristía", Iniciación Teológica III, pp
405-473
F CHARMOT, Le sacrement de Vunite Desclee, París 1936
M a x T H U R I A N (protestante), La Eucaristía, Sigúeme, Barcelona 1965

276
Capítulo 20 - SUMARIO

I - CONOCIMIENTO DE CRISTO

1. Lo debemos beber en la Escrituro, especialmente en los EVANGELIOS y en las

EPÍSTOLAS DE PABLO.
Para ello es necesario emplear métodos eficaces de lectura, como algunos de
los sugeridos.
2. En la EXPERIENCIA CRISTIANA de los mejores hijos de la Iglesia encontraremos
auténticos y valiosos testimonios acerca de Jesús.

II • AMISTAD CON CRISTO

La INTIMIDAD CON CRISTO debe ser la nota característica y como la definición

del cristiano.

III - IMITACIÓN DE CRISTO

El aspecto negativo de renuncia y "TOMAR LA CRUZ" y el aspecto positivo de

"Toda nuestra vida consiste en bustar a
"SEGUIR A JESÚS" constituyen el camino o Ascética de perfección cristiana.
Cristo". ( Pierre Charles).

Jesús y el ¡oveí rico


NUESTRA BÚSQUEDA
PERSONAL DE CRISTO
"Toda nuestra vida consiste en buscar a Cristo.
Toda nuestra eternidad consiste en retenerlo".
(PIERRE CHARLES)
Cristo viviente.
En el Apocalipsis narra San Juan una visión de Jesús:
"Y como le vi, caí a sus pies como muerto; y puso su diestra sobre
mí, diciendo: "No temas; yo soy el primero y el último, y el Vivien-
te; y estuve muerto, y he aquí que estoy vivo por los siglos de los
siglos; y tengo las llaves de la muerte y del infierno". (1, 17-18).
"Cristo vive y vivirá por los siglos"!: Fue el grito de los
Apóstoles y el de Juan en el Apocalipsis. Por desgracia, para
muchos cristianos Jesucristo es más un personaje histórico
muerto hace 2,000 años, que un Ser viviente y actual. Para
otros, Jesús es más una idea que una persona.
Es preciso que descubramos —como los primeros cristia-
nos— la maravillosa realidad histórica y actual de Cristo. Jesu-
cristo real y viviente supera todas las imaginaciones y especu-
laciones posibles.
Pero en qué consiste el encuentro personal con Cris-
to?
El encuentro con Cristo es conocimiento y amor y comu-
nidad de vida.
Varios racionalistas, como HARNACK, han llegado a un
conocimiento grande de Cristo y, sinembargo, no lo encontra-
ron. Muchos tienen para con Jesús una gran estima y, con to-
do, no se puede afirmar que han hallado al Señor plenamente.
Aquél ha encontrado de verdad a Cristo, que puede excla-
mar con San Pablo: "Vivo yo, pero no soy yo quien vive, es
Cristo quien vive en mí". (Gal. 2,20).
Muchos matices presenta el encuentro personal de Cristo
entre los cristianos. Para unos, Cristo es el Jefe avasallador
280
que los arrebata con su fuerte y divina personalidad. Para
otros, es el Amigo inseparable de todos los días y el consejero,
confidente y compañero. Para algunos, Jesús es también el Her-
mano, el Padre o el Esposo de su alma. . . Estas modalidades
se pueden reducir prácticamente a dos:
—El aspecto de Cristo, Señor, Jefe y Conductor;
—El aspecto de Cristo, Amigo, Compañero y Esposo.
Las únicas manos capaces de agarrar a Cristo son la fe
y la oración. Supuestas estas, tenemos tres medios principales
para alcanzar a Cristo: Conocimiento, Amor e Imitación. Son
tres peldaños que hay que subir para llegar hasta El: No se
ama lo que no se conoce y no se imita sino a la persona que
se ama.
I C O N O C I M I E N T O D E CRISTO
Ifí Ü Las fuentes a donde debemos ir a beber un profundo co-
3 0 nocimiento de Cristo son las fuentes de la Revelación:
Sagrada Escritura y tradición de la Iglesia.
1) A través de la Sagrada Escritura.
Ningún libro se puede comparar con la Biblia para cono-
cer a Cristo. Toda ella está centrada en Jesucristo. Pero algu-
nos libros de ella nos permiten encontrar mejor a Jesús.
a) Los Evangelios.
"El Evangelio es Jesucristo viviente. Allí en su carne, expresión de
su alma y velo trasparente de su divinidad le verás a El mismo. Su
propia boca es la que te dirá su pensamiento; sus miradas lasque
te expresarán su amor; su mano la que estrechará la tuya paraani-
marte, mientras te bendice. Abre, pues, el Evangelio y despucs de
dejar en él la huella confiada de tus labios entrégate a él como al
alma de tu madre ya que es el único libro que ha recibido el don de
amar" (LACORDAIRE).
f Acudir al mismo texto del Evangelio es lo más importan-
te para llegar a conocer a Jesucristo y para amarlo ardiente-
mente. Las siguientes indicaciones pueden ayudar a desemra-
ñar a Cristo del texto evangélico:
281
 —Caer en la cuenta del valor de ciertas palabras claves,
adjetivos y adverbios principalmente, que nos descubren el in-
terior de Nuestro Señor. (Me. 6,30-34).
—Fijarnos en las acciones de Cristo.
(Me. 8,22-26; Me. 2,40-45)
—Saber leer entre líneas. (Le. 11,1).
—Descubrir en las palabras de Cristo y en sus acciones el
significado profundo que encierran. (Mt. 17,24-27; Me. 1,35-39)
| • f Sugerimos algunos métodos muy sencillos y efectivos
I para ayudar a leer y meditar el evangelio:
(1) Método "cine".
Leer cada pasaje evangélico como un guión de cine, que
nosotros vamos a rodar.
Fijarse en la interpretación de las personas, en sus pala-
bras, en sus acciones.
Revivir la escena. Tomar parte activa en ella: como quien
sirve, como quien ayuda, como quien concentra en sí la aten-
ción de Jesucristo.
Y hasta intentar interpretar el papel de Jesús: es tan ne-
cesario saberlo interpretar luego en la vida a un cristiano . .!
N o es simple ilusión: Los misterios de la vida de Cristo
no han agotado su valor y su presencia.
(2) Método "intelectual".
Después de haber leído unas líneas con pleno sentido,
proponerse preguntas que ayuden a penetrar su sentido: ¿por
qué dice o reacciona así? ¿Qué efecto causó a los circunstan-
tes? ¿Qué efecto previo que debía causar en mí? ¿Qué gracias
quiso entonces merecerme a mí?
(3) Método "vida".
Es el método de los círculos de estudio que consiste en
ver, juzgar y obrar.
Hay que acostumbrarse a ver lo que pasa con objetividad
en cada página del Evangelio. Lo que pasa a los ojos de los
282
hombres y lo que pasa en esos mismos hechos a los ojos de
Dios.
Y juzgarlo: Acostumbrarse a juzgar con los criterios de
Dios de las cosas que entonces sucedieron, y acostumbrarse a
juzgar las cosas presentes, con los mismos criterios del Evan-
gelio.
Y actuar: Cada palabra y cada ejemplo de Jesucristo debe
tener un eco y una repercusión en nuestra vida.
(4) Método "proyección".
Los acontecimientos de la vida de Jesús tienen siempre
una proyección sobre la vida universal de los hombres. . .
Lo que entonces sucedió y nos refieren con sus circunstan-
cias históricas los evangelistas, se sigue repitiendo todos los días
a nuestro lado: los hombres siguen padeciendo hambre; los
niños siguen enfadando; los enfermos siguen sin remedio mu-
chas veces; y los Mateos cambistas, las mujeres "malas" como
Magdalena y los Dimas de las cárceles, continúan viviendo
entre nosotros.
Hay que pensar dónde está la proyección actual de los
hechos de Jesús: y tratar de resolver esos casos, muchos de ellos
muy próximos a nosotros, con sus mismos criterios y procedi-
mientos.
(5) Método "intercambio".
En el fondo de todas las palabras y de todos los gestes de
Jesús se esconde su corazón. Su corazón animado de u n amor
humano y de un amor divino.
Por eso, una visión profunda de cada página del Evangelio
nos revela el amor infinito con que Jesús ha amado siempre.
Un amor que no se ha gastado todavía y que continúa
amando a cada uno: porque Jesús es el mismo ayer, hoy j por
los siglos.
Quien se convence de ello, tiene resuelto el problema de
su oración: todo se reduce a responder al amor.
Una respuesta al amor, no es sólo un amor que se dirige
a Jesucristo personalmente, sino a cada uno de sus m i e m k o s .
Amándolos a ellos, acabamos amándole a El.
283
 (6) Método "vertical" y "horizontal".
2 f|f| Le damos una dimensión vertical al Evangelio, cuando
U " tratamos de ver a través de sus páginas el desenvolvi-
miento de una misma idea: v.g.: lo que piensa Jesucristo sobre
la fe, o sobre la mortificación.
La dimensión horizontal del Evangelio sería cuando trata-
mos de fijarnos en el parentesco de las acciones de Jesús con
las acciones de los santos, y con su repercusión en el mundo
actual: v.g.: cómo hay que tratar a los enfermos, a los ricos,
o a los pecadores.
"La divina figura surge con rasgos siempre nuevos cada vez que un
corazón dócil medita el texto sagrado. Toma la Sagrada Escritura,
lee, y hallarás al Hijo en la medida en que el Padre te lo otorgue.
Nadie puede diseñarte la fisonomía del Señor que se inclina pre-
cisamente hacia tí. Has de contemplarle directamente y no permi-
tir que nadie te lo arrebate. El encuentro personal con el Señor es
la gracia más sublime que puedas llegar a recibir".
(ROMANO GUARDINI).
b) Las cartas de San Pablo.
La lectura de las epístolas de San Pablo es también nece-
saria para el que quiera conocer a Cristo plenamente. Se pue-
de asegurar que quien no haya leído las epístolas de San Pablo
conoce a Jesucristo imperfectamente, porque los Evangelios
nos muestran principalmente la Persona amable de Nuestro
Señor, mientras que San Pablo nos enseña el desarrollo de nues-
tra vida con Cristo, nos dice qué es Cristo para el cristiano. En
San Pablo hallamos el "Misterio" hondo de Cristo: nuestra re-
generación y adopción divina por Jesucristo, cómo debemos
crecer en Cristo para llegar a la plenitud del hombre perfecto,
y cómo triunfaremos con Cristo, si sufrimos juntamente con
El.
La lectura de San Pablo ofrece, sinembargo, algunas difi-
cultades (cfr. II Pedro, 3, 16-17) que aumentadas inconsiderada-
mente ha creado alrededor de San Pablo un mito de oscuri-
dad. Convengamos que a la primera lectura de las epístolas se
entiende poco. Pero con la lectura asidua de las epístolas y con
la ayuda de los buenos comentarios, se va entendiendo más
284
cada vez y sacando mayor fruto. San Juan Crisóstomo escribe:
" M e duelo y no me explico cómo a San Pablo no todos lo co-
nocen: y hasta hay algunos que no saben cuántas son sus epís-
tolas. Esto no es fruto de la impericia sino que no quieren te-
ner asiduamente entre las manos los escritos de tan santo após-
tol".
2 p
il
Conviene leer primero las epístolas más fáciles de corn-
prender y luego pasar a las más difíciles y doctrinales.
El orden podría ser el siguiente:
—Epístolas a los Tesalonicenses. (I y II).
—Epístolas a los Corintios. (I y II).
—Epístolas de las grandes controversias.
(Gálatas y Romanos).
—Epístolas doctrinales de la cautividad.
(Colosenses-Efesios-Filipenses-Filemón.)
—Epístolas pastorales. (Timoteo I y II, Tito).
—Epístola a Hebreos.
c) Comentarios y otros libros.
2 111 Los libros distintos de la Biblia tienen un valor relativo:
"f debemos usarlos tanto cuanto nos ayuden a encontrar
a Cristo en la escritura y en la tradición de la Iglesia.(l) Son
medios secundarios, pero a veces muy útiles, para penetrar en
el misterio de Cristo.
"Nos es muy necesario tener presente que la verdadera imagen de
Nuestro Señor Jesucristo cual nos aparece en su vida mortal, y
cual es aun ahora, nos ha quedado consignada en los Evangelios.
Las otras vidas de Jesús, libros de meditación y obras por el esti-
lo, pueden ayudarnos a interpretarlo, pueden darnos el resultado
de ajenos descubrimientos, pero al fin de cuentas aún los mas ins-
pirados y vividos de estos escritos, deben reconocer a los Evange-
lios como a su fuente de origen. Si su pintura difiere de la qie nos
dejaron Mateo, Marcos, Lucas y Juan, por más hermosa, fascina-
dora e inspirada que sea no nos representan a Jesucristo sino como
una hermosa fantasía de la imaginación del artista. Por esto léase o
estudíese lo que se quiera: vidas de Cristo, tratados ascéticos,libros
místicos, las cartas y otros escritos de los santos, la más nitable
(1) Damos al final del libro una BIBLIOGRAFÍA SELECTA acerca de Jesucristo, « los
libros organizados según los diferentes aspectos que pueden interesar al lecbr.
285
 biografía o historia, las actas de los mártires y anales de la Iglesia,
la mas sutil teología y la mas sublime poesía, no se olvide, sin em-
bargo, que todo esto ha sido escrito para ensanchar el concepto de
Nuestro Señor y profundizarlo, y que nunca podremos hacer a un
lado la constante lectura de los Evangelios buscando a través de sus
paginas a Aquel a quien ellas y únicamente ellas nos presentan co-
mo el Camino, la Verdad y. la Vida" (2)
2) A través de la vida de la Iglesia
fjft' Otra gran fuente donde se encuentra a Cristo es la expe-
f.\}> nencia cristiana de la Iglesia Los mejores hijos de la
Iglesia nos dicen que ha sido Cristo para ellos, durante 20 si-
glos qué para los Apóstoles, qué para los primeros mártires,
qué para los cristianos de la Edad Media (Francisco de Asís,
Tomás de Aquino, Ignacio de Loyola, Teresa de Avila ),
que para los modernos (Teresita de Lisieux, Charles de Fou-
cauld, Contardo Fernni ) (R GUARDINI, El Señor)
Cristo se manifiesta a cada cristiano de una manera pecu-
liar, personal. A unos les da el don de penetrar más en los se-
cretos de su Corazón (Juan Eudes, Marganta María, Claudio
de la Colombiére ), a otros en las profundidades divinas de
su Ser (Agustín de Hipona, Anselmo de Canterbury, Edith
Stem ) Pero todo autentico cristiano tiene algo que decirnos
acerca de Cristo'
"Comprendemos ahora claramente lo que San Pablo quiere decir
al hablar de la "eminencia del conocimiento de Cristo Jesús" (Fihp
3,8) Tratase de saber que Jesucristo es el que acabamos de descn
bir Hay que captar esas disposiciones interiores del Señor, esta-
blecer contacto y entregarse a ellas, lo cual viene a ser lo mismo
y lo mas importante
No basta que yo crea que es el Salvador Esto no es mas que un
punto de partida Debo centrar sena y rigurosamente toda mi vida
en Jesucristo y su conocimiento, tan sena y activamente como un
hombre que se propone avanzar en su profesión, como un investí
gador que se esfuerza por resolver sus problemas, como la persona
que trabaja para terminar la obra de su vida., como otra que se em
peña en conquistar el corazón de la persona amada, es asi como de
bemos esforzarnos por penetrar las disposiciones interiores de Je
sucnsto
1,2) Mcns Aban GOODIER, Un rne|or camino de Santidad
286
Y hemos de saber que, del otro lado no nos espera solamente una
meta una labor, sino Jesús mismo viviente, el cual quiere que yo
le reconozca, que mi amor se armonice con el suyo y sale a mi en-
cuentro y exige que yo me dirija a El He de pensar en El inspira-
do por esta confianza, no solo con la razón sino con el anhelo y
la nostalgia de mi corazón Debo esperarle pacientemente, concen-
trarme en El, aguzar mis oídos para escucharle, llamarle y estar
preparado para acogerle
¿Es que esto solo vale para los santos 9 De ninguna manera sino
para todos los cristianos ¿Cuanto tiempo durara esta espera 7 Na-
die lo sabe Esta gracia puede serte concedida de la noche a la ma-
ñana, pero también es posible que tengas que esperar veinte años
¿Pero qué son veinte años ante la consecución de esta gracia 1 Un
día vendrá Jesús Un día, en el silencio profundo de tu recogimien-
to, sabrás este es Jesucristo No por un libro o la palabra de otro,
sino por ti mismo y por El Sabrás, con absoluta certeza, que aquel
interlocutor que siente tu yo mas intimo es El Es El quien vivifica
tu interior porque es el amor creador Por su acción la verdad esen-
cial pasa a tu espíritu y te da la medida de todas las cosas"
II AMISTAD CON CRISTO
Cicerón en su famoso tratado acerca de la amistad escri-
bió que "la vida no es digna de vivirse si no descansa en la
amistad de un amigo" Con mayor razón hay que afirmar que
la vida del cristiano sin un gran amor a Jesucristo no tiene sen-
tido.
"Bienaventurado el que conoce lo que es amar a Jesús, y despreciar-
se a si mismo por Jesús
El amor de la cnatura es engañoso y mudable, el amor de Jesus es
fiel y durable
Ama y ten por amigo a Aquel que aunque todos te desamparen, no
te desamparara ni te dejara perecer en el fin
Ten fuertemente a Jesus viviendo y muñendo, y encomiéndate a su
fidelidad, que El solo te puede ayudar cuando todos te faltare»
Cuan seco y duro eres sin Jesús 1 Cuan necio y vano si codiciasalgo
fuer? de Jesús'
¿Que te puede dar el mundo sin Jesús 9 Estar sin Jesus es graie in-
fierno estar con Jesus es dulce paraíso
Si Jesus estuviere contigo, ningún enemigo podra dañarte
287
 El que halla a Jesús, halla un buen tesoro, y de verdad bueno so-
bre todo bien. El que pierde a Jesús, pierde mucho y más que todo
el mundo.
Pobrísimo es el que vive sin Jesús, y riquísimo el que está bien con
Jesús.
Sin amigo no puedes vivir contento; y si no fuere Jesús tu especialí-
simo amigo, estarás mny triste y desconsolado.
Ama a todos por amor a Jesús, mas a Jesús por sí mismo; sólo a
Jesucristo se debe amar singularísimamente; porque El sólo se halla
bueno y fidelísimo, más que todos los amigos".(3).
El amor fuerte y verdadero a Cristo es despertado por el
conocimiento profundo de su persona, pero se aquilata con el
trato personal con El, sobre todo en el Sagrario.
Son muchos ahora y lo serán siempre, los cristianos que
se portan con Jesús como con el mejor amigo, que "se
alimentan de su pensamiento, que están pendientes de sus la-
bios y viven de su sonrisa" (NEWMAN), porque la intimidad
con Jesucristo es "la nota característica y como la definición del
Cristiano".
Feliz el cristiano que sabe estar a todas horas y en todas
las ocupaciones con Jesús. Un político francés, Augusto Co-
chin, explicaba así a unos incrédulos lo que es para el cristiano
vivir con Jesús:
"Vosotros, filósofos, no podéis comprender cómo le amamos, y lo
que El es para nosotros. Está siempre ahí delante de nuestros ojos,
en cierto modo con la mano sobre el hombro, durante el trabajo y
el descanso, en la tribuna y en el despacho, en la mesa y en la ca-
ma. Todo Cristiano que sabe lo que cree, vive en presencia y en
compañía de Jesucristo".
Cuan feliz es la vida del que sabe tratar con Jesús en la
Eucaristía!
El cristiano no sólo debe frecuentar la Eucaristía, sino
mantener también la presencia de Jesús con la imaginación y
la voluntad aun en las ocupaciones de su vida ordinaria. Este
pensar lento, saboreado, es uno de los medios más efectivos
para enraizar profundamente nuestro corazón en Jesucristo.
(3) KEMPIS, Imitación de Cristo, Lb. II Cap. 7 y 8.
288
III IMITACIÓN D E CRISTO
1J|{ Para llegar a la consumación del encuentro con Cristo,
¿.tjt la Ascética cristiana ha sido y es la vía por excelencia.
No basta con conocer a Nuestro Señor Jesucristo profun-
damente, ni aficionarnos a su Persona. Es necesario también
que se llegue a la perfecta trasformación en El, por la per-
fecta imitación suya y más aún, por la participación de su vida
divina.
La ascética cristiana, con su doble aspecto (negativo y po-
sitivo) ha sido el camino utilizado por los cristianos para en-
contrar de veras a Cristo. Querer encontrar al Señor por otro
camino es una ilusión y no conduce sino al fracaso.
La ascética cristiana con su aspecto negativo de mortifi-
cación de las pasiones desordenadas, de abnegación y despojo
de todo lo que impide ir a Cristo y hacer su voluntad, quita
y remueve de en medio todo lo que nos impide llegar hasta
Cristo.
Por otra parte, la misma ascética cristiana con su aspecto
positivo de práctica de los sacramentos, docilidad al Espíritu
Santo y vida de oración, hace que Cristo nazca en nuestro in-
terior por el bautismo y que vaya creciendo en nosotros por
la frecuente recepción de los sacramentos, hasta llegar a la ple-
nitud del "hombre perfecto", es decir a la perfecta trasforma-
ción en Cristo.
"Yo he compuesto para mí una profesión de fe, en la cual todo es
claro y sagrado. Esta profesión de fe es muy-sencilla, hela aquí:
Creer que no hay nada más bello, más profundo, más simpático,
más razonable, más animador ni más perfecto que Cristo; y no so-
lamente no hay nada, sino me lo digo con un amor celoso, no pue-
de haber nada. Más aún: si alguno me hubiera probado que Cris-
to está por fuera de la verdad, y si hubiera realmente establecido
que la verdad está por fuera de Cristo, yo hubiese preferido pe/ma-
necer con Cristo más que quedarme con la verdad"!
(DOSTOIEVSKi)(4)
(4) Fedor DOSTOIEVSKI, Carta a Mme. Wisine, Véase H. de LUBAC, Le Drame de l'Hu-
manisme Athée, 1944, p. 316.
289
 CUESTIONARIO L DE G R A N D M A I S O N , "Testigos de Cnsto en la historia", Jesucristo Libro
6o , cap 2
197 6 En que consiste el encuentro personal con Cristo'' K FAERBER, Asi son los santos, Vol 12 Pequeña Biblioteca Herder, 1961
198 ¿En qué fuentes debemos beber el conocimiento de Cristo 7 F LELOTTE, S J , Convertidos del siglo XX Studium Madrid 1961
199 ¿Como puede hacerse una lectura provechosa de los Evangelios'' Explique
algunos de los métodos
200 ¿Que e s ' a consulta "vertical" de un tema en los Evangelios y que la pro-
yección "horizontal" del mismo''
201 ¿Qué orden seguiría usted en una lectura continua de San Pablo''
202 ¿Que obras modernas recomendaría a un amigo que desea estudiar a Je-
sucristo 9
203 ¿Qué valor tiene la experiencia personal de los mejores cristianos para co-
nocer a Jesucristo''
204 ¿Por que "la intimidad con Jesucristo debe ser la nota característica del
cristiano'"'
205 ¿Cuales son los dos aspectos de la Ascética cristiana 9

TRABAJOS

1 Por grupos poner en practica los vanos métodos de lectura de los Evange-
lios y luego intercambiar hallazgos y experiencias
2 Consigna de meditación diana de los Evangelios
3 Hacer, por equipos, un resumen de las Epístolas de San Pablo en sus gran-
des lineas y temas
4 Intentar la elaboración "vertical" de algunos temas bíblicos en los Evange-
lios y Cartas de San Pablo (v Vocabulario de Teología Bíblica)
5 Entresacar de Vidas de santos y biografías de convertidos siglo XX algu-
nos testimonios dicientes sobre Jesucristo
6 Elaborar una imagen de Jesucristo según el Apocalipsis, según la Epístola
a los Hebreos
7 Lectura y resumen personal de algún libro, o a! menos capitulo, de la Bi-
bliografía selecta sobre Jesucnsto (Apéndice)

LIBROS DE CONSULTA

R GUERRE-M ZINTY, Queremos ver a Cristo, ed Hinneni, 3a ed Salamanca

1966
M RAYMOND La vida es Alguien
J LEBACQZ, S J . l o gran Amistad
Mgr A GOOD1ER Un mejor camino de santidad
A GEORGE s m , Conocer c Jesucristo Guia de lectura para los tres Evangelios
sinópticos. Estela, Barc<lona 1964

290 291
Capítulo 21 - SUMARIO

I - ORIENTACIÓN CRISTIANA DE NUESTRA EXISTENCIA

"CAMINAR CON CRISTO" es ante todo dar un sentido cristiano a nuestra vida,
como la de Cristo, para realizar el plan de Dios sobre nosotros y sobre el mundo.
Paro ello se impone un vencimiento de nuestras malas tendencias nofuroles hacia
el mal y un canalizar hacia Dios nuestras más profundas aspiraciones y tendencias.

II - EL C A M I N O DE LA CRUZ

1 Es un camino de DESPRENDIMIENTO, por lo menos afectivo, de los bienes de

la tierra
2 Es un camino de CONTINENCIA o guarda de la castidad, según el estado de
vida de cada uno y por el gran motivo deí ' Reino de los cíelos"
3 Es un camino de DEPENDENCIA u obediencia cristiana a Dios y a sus legítimos
representantes

III - LA GRAN LEY DE LA CARIDAD

Es la virtud-clave, el GRAN MANDAMIENTO DEL SEÑOR, la regla de oro de !a

perfección cristiana
Consiste en perdonar o los demás los ofensas, y en un don de sí lo más total y "dar un sentido cristiano a toda nuestra
constante posible para el bien y el servicio de los demás. vida".

NUESTRA CONDUCTA
CRISTIANA
"Cristo es el camino por el cual hemos de andar, la verdad a la
cual se ha de llegar, la vida en la que se ha de permanecer".
(S. BERNARDO).
El Bautismo que nos da "el estar en Cristo", nos impone
la obligación de "marchar con Cristo", es decir de obrar cris-
tianamente.
"Así, pues, como recibisteis a Cristo-Jesús, el Señor: Caminad con
El!" (Colos. 2,6).
¿Qué es el cristianismo sino la imitación de Jesucristo?
Todo cristiano debe ser un imitador de Cristo. En esto com-
pendia San Pablo los grandes deberes cristianos:
"Sed imitadores míos, como yo lo soy de Cristo"
(I Cor. 4,16; 11,1)
Todo el ideal de conducta y vida cristiana se resume en
la tradicional frase: "El cristiano, otro Cristo". (CHRISTIANUS
ALTER CHRISTUS):
— "Otro Cristo", porque por la gracia de su Bautismo
está incorporado en Cristo y hecho con El, hijo de Dios.
—"Otro Cristo", porque toda su actividad (pensamientos,
deseos, acciones) debe ser conforme con la de Jesús.
"Se dice: Que el cristiano es otro Cristo y nada más verdadero. Pero
es preciso no equivocarse. Otro no significa aquí diferente. No somos
otro Cristo, diferente del Cristo verdadero. Estamos destinados a
ser el único Cristo que existe: somos hechos Cristo dice San Agustín.
No hemos de hacernos una cosa distinta de El, sino hemos de con-
vertirnos en El".(l).
( 1 ) R. f L U S , Cristo en Nosotros, p. 2.
294
I ORIENTACIÓN CRISTIANA DE NUESTRA
EXISTENCIA
"Buscad primero el Reino de Dios". (Mt. 6,33).
Como la de Jesucristo, nuestra existencia debe estar orien-
tada a realizar el plan de Dios en nosotros y a nuestro alrede-
dor.
1) Hay aspiraciones humanas que señalan un derrotero
querido por Dios.
a) Tendencia al propio progreso.
—Por la posesión de bienes que nos enriquece externa-
mente. (Propiedad).
—Por el disfrute de un amor humano, sensible y corporal
que nos complementa (hogar).
—Por la afirmación segura de sí que nos hace indepen-
dientes (libertad).
b) Tendencia a la comunión con otros.
—Con nuestro prójimo (relaciones sociales).
—Con la sociedad civil (civismo).
—Con Dios mismo (religión).
2) Tenemos tendencias hacia el mal.
El pecado(2) desvía, sinembargo, nuestra marcha hacia Dios
y entraba nuestro verdadero progreso personal y social.
El hombre que se cierra a Dios, se cierra también al
prójimo y se repliega con egoísmo sobre sí. No hay peor
enemigo de nuestro auténtico progreso y del bienestar del mun-
do que nos rodea que éste egoísmo, cuyas raíces profundas son
tres según San Juan:
—El deseo desordenado de las riquezas.
—El deseo desordenado de los placeres de la carne.
—La soberbia de la vida. (I Jn. 2,16).
(2) Acto por el cual la creatura conciente y voluntariamente se prefiere a Dios.
295
 "No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis, ni
3) Se impone una lucha. por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis.. . que bien sabe vuestro
Padre celestial que tenéis necesidad de todo ello". (Mt. 6.25.32).
En consecuencia, apoyándonos en Cristo —vencedor del
mal y del pecado— y sostenidos por su Gracia poderosa, debe- No condena Jesús el trabajo, ni la previsión, ni el ahorro,
mos combatir las malas tendencias que persisten en nosotros y sino la solicitud angustiosa por el porvenir (como la tienen los
colaborar al progresivo crecimiento de Cristo en nosotros y en paganos), porque es una actitud de injuria y desconfianza para
el mundo. con nuestro Padre-Dios. . .
El ejemplo de Jesús es también aquí definitivo:
"Así, pues, si resucitasteis con Cristo, buscad las cosas de arriba,
donde está Cristo sentado a la diestra de Dios; aspirad a las cosas
de arriba, no a las que están sobre la tierra". (Col. 3,1). "Las aves tienen sus nidos y las raposas sus madrigueras. Pero el
hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza". (Mt. 8,20).
"Siendo rico nuestro Señor Jesucristo, se hizo pobre por vosotros,
Debemos preferir a Dios. para que vosotros os hicieseis ricos con su pobreza". (II Cor. 8,9).
—Sobre las riquezas de la tierra.
—Sobre los placeres del cuerpo.
—Sobre el amor propio. f? H ay quienes llamados por Jesucristo a una mayor per-
Esta es una lucha por igual exigida a todos los bautizados. J fección cristiana, deben además renunciar efectivamen-
Pero a algunos, llamados a un seguimiento aún más próximo te a lo que poseen como propio, por el reino de los cielos:
de Cristo, se les pide mayor generosidad y renuncia.
"Anda, vende cuanto tienes y dalo a los pobres, y poseerás un teso-
ro en el cielo, y vuelto acá sigúeme!" (Me. 10,21).
II E L C A M I N O D E LA C R U Z
2) Camino de continencia.
"Entrad por la puerta angosta!
^ Cuan ancha es la puerta y espaciosa la senda Todo cristiano debe subordinar la carne al espíritu, po-
que lleva a la perdición.
Y son muchos los que entran por ella! niendo orden en su vida afectiva y sexual.
Cuan angosta es la puerta y estrecha La continencia total —si se es célibe—, o la contineacia
la senda que lleva a la vida. periódica —si se es casado—, es una virtud difícil de practicar
Y son pocos los que dan con ella!" y rara en el mundo de hoy, pero eminentemente cristiana!
(Mt. 7, 13-14).
"Los que pertenecen a Cristo-Jesús han crucificado su carne con sus
1) Camino de desprendimiento. pasiones y sus malas inclinaciones". (Gal. 5,24).

<JfT" Un mínimo de desprendimiento de los bienes de la tie-
*• " rra es necesario a todo cristiano para salvarse. Por lo
menos de corazón, esto es afectivamente, debe estar libre de
las riquezas de la tierra, como para poder "amar y servir a Dios
sobre todas las cosas".(3).
El desprendimiento es una muestra básica de la confianza
que tenemos en Dios:
(3) "Ninguno puede servir a dos señores. . no podéis servir a Dios y al Dinero" {Mt.
6 , 2 4 ) "Cuan difícil es que los que tienen puesta su confianza en las riquezas, en-
tren en el reino de Dios!" (Me. 1 0 , 2 4 ) .
t El cristiano tiene motivos especiales para ser casto:
2 1 fi —Por el bautismo ha sido consagrado en su cuerpo co-
I lí mo templo en donde Dios habita.
-Por la Eucaristía participa en su cuerpo del Cuerpo
Santísimo de Cristo, del cual es miembro.
Ambos hechos nos exigen respeto y amor delicado anie la
presencia de Dios en nosotros y en los demás.
"¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? Toman-
do, pues los miembros de Cristo, ¿los voy a hacer miembros d¡ una

296 297

ramera? Eso, n o ! . . . ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo
del Espíritu S a n t o ? . . . pues ¡glorificad a Dios en vuestro cuerpo!"
(I Cor. 6,15-20).
El amor humano y el matrimonio es algo apreciable y san-
to para el cristiano, dado que representa el amor y la unión
de Cristo con su Iglesia. (Efesios 5, 25-33).
*l Hay quienes, sinembargo, "por el reino de los cielos" (Mt.
¿ 19,12), es decir, por un positivo amor a Cristo y a las al-
mas, por un mayor servicio de Dios y de la Iglesia. . . imitan a
Cristo y a María en su amor único al Padre y por el voto de
castidad le ofrecen una consagración perfecta de su corazón y
de su cuerpo.
"Lo que mueve delicadamente a la virgen a consagrar totalmente
su cuerpo y su alma al Divino Redentor no es otra cosa, sino el
amor a El. Así lo hace expresar hermosamente a una de ellas San
Metodio, Obispo de Olimpo: "Tú, Oh Cristo, eres para mi todas las
cosas. Para tí me conservo casta, y con la lámpara encendida voy
a tu encuentro, Oh esposo!"
La castidad consagrada a Dios exige almas fuertes y nobles, prepa-
radas a luchar y vencer "por el reino de los cielos".. .
La voz del Señor exhorta e invita a sus soldados al premio de la cas-
tidad. El que pueda comprender, que comprenda: El que pueda
combatir, que combata, venza y triunfe!" (PÍO XII) (4).
3) Camino de dependencia.
2un111hombre,
O El cumplimiento de los mandamientos de Dios es la prue-
ba y la garantía del amor verdadero que profesa a Dios
y en especial un cristiano.
" N o todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos; mas el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los
cielos, éste entrará en el reino de los cielos". (Mt. 7,21).
La voluntad de Dios, abrazada de todo corazón, es la regla
práctica de conducta del cristiano.
Nuestro gran modelo es el mismo Jesucristo,
(4) Pió XII, Encíclica sobre la virginidad cristiana, SACRA VIRGINITAS, 25 de marzo
1954.
298
"Quien siendo de condición divina . . se anonadó a sí mismo to-
mando la condición de esclavo.. y como hombre, se humilló, he-
cho obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios lo
exaltó sobremanera y le dio un Nombre que está sobre todo nom-
bre". (Filipenses 2, 7-9).
III LA GRAN LEY D E LA CARIDAD
"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y
con toda tu mente. Este es el gran mandamiento y el primero. El
segundo, semejante, es éste: Amarás al prójimo como a tí mismo".
(Mt. 22, 37-39).
Hay en la moral cristiana
2 10Iw—Una
—Una actitud básica que Cristo desea tengan todos los
suyos como distintivo.
virtud clave que "como reina lleva consigo el séqui-
to de todas las demás virtudes Cristianas". (San Francisco de
Sales).
—Un precepto primordial, el "precepto del Señor" que es
la síntesis de todos los mandamientos.
Es la caridad (Ágape), "nexo de la perfección", clave de la
bóveda que corona todo el edificio de perfección cristiana se-
gún San Pablo:
"Ahora subsiste la fe, la esperanza, la caridad, esas tres. Mas k ma-
yor de ellas es la caridad . .
La caridad es sufrida, es benigna;
la caridad no tiene celos, no se pavonea,
no se infla, no traspasa el decoro, no busca lo suyo,
no se exaspera, no toma a cuenta el mal.
No se goza de la injusticia, antes se goza con la verdad.
Todo lo disimula, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera
(I Cor. 13,13 y 4-1).
La caridad es la "Regla de oro" de la conducta cristiana.
Está formulada por Cristo en estos términos:
21 "Todo lo que queráis que los hombres hagan por vosotros, hicedlo
igualmente por ellos". (Mt. 7,12; Le. 6,31).
299

Implica dos actitudes sinceras y generosas:
a) Perdón de las ofensas.
1 J Perdonar a los demás las ofensas que creemos nos han
2costosa.
I * hecho, es la primera forma de la candad, a veces la más
"No te digo que perdones siete veces sino setenta ve-
ces siete".(5).
b) Don de lo propio.
La verdadera caridad implica, además, el don activo e ili-
mitado de lo que uno tiene y de uno mismo. (6)
Tomara a veces la forma-
—De ayuda material al necesitado (Le. 14,12-14)
— De buen ejemplo (Mt. 5,16)
— De amable corrección fraterna. (Mt. 18,15-17)
—De servicio desinteresado a los demás
(Mt 20,27; Me 9,35).
La candad —inspirada en el amor del padre Celestial—
hace al hombre que la posee semejante al Dios de toda perfec-
ción:
"Habéis oído que se dijo amaras a tu prójimo y aborrecerás a tu
enemigo Mas yo os digo Amad a vuestros enemigos y rogad por
los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro padre que esta
en los cielos, el cual hace salir su sol sobre malos y buenos y llo-
ver sobre justos e injustos Seréis, pues, vosotros perfectos, como
vuestro Padre Celestial es perfecto"
(Mt 5,43-48, Le 6,27-28, 32-36)
En Resumen.
"En el Mensaje de Jesús todos los problemas religiosos esenciales
encuentran una solución justa, coherente y lógica Es la religión
perfecta y pura porque ante todo, Dios ha sido colocado en su
sitio ] el hombre en el suyo'" (L DE GRANDMAISON)
(5) Véase Mt 5,23-24, 6,14-15, 18,21-35
(6) Consúltese Santo Tomás, SUMA TEOLÓGICA, 2,2, Cuestión 25 "El ob|eto de la Ca-
ridad" (BAC Vol 180, pp. 795-833).
300
CUESTIONARIO
206 ¿En que sentido se dice que el "cristiano es otro Cristo'"'
207 ¿Cuales son las raices de todo desorden personal y social''
208 ¿Que clase de desprendimiento temporal debe tener necesariamente todo
209
210
cristiano 9
¿Que otro desprendimiento debe tener quien busca la perfección cristiana''
¿Que motivos especiales tiene el cristiano para ser "continente'"'
211 ¿En que consiste la virginidad cristiana 9
212 ¿Cual es la mejor muestra de nuestro amor a Dios 9
213 ¿Por que la candad es la virtud-clave y el precepto del Señor 9
214 ¿Como se formula la "Regla de oro" de la candad cristiana 9
215 ¿Que deberes para con los demás implica la candad cnstiana 9
TRABAJOS
1 Hacer una revisión de vida en grupo, fijando el origen egoísta que tienen
las lacras morales y sociales de nuestro mundo
2 Búsqueda de textos evangélicos que recomiendan la mortificación y el lle-
var cada uno su cruz
3 Textos evangélicos (especialmente en Lucas) acerca de la pobreza y las
nquezas
4 Investigar por grupos en vanas de las Cartas de San Pablo, la doctnna cns-
tiana acerca del amor, del cuerpo, del matnmonio, del celibato
5 Lo mismo acerca de la sujeción a las autondades
6 Monografía, con ayuda de Comentarios al Nuevo Tto sobre el Himno a
la candad en San Pablo (I Cor 13)
7 Planeacion de una campaña comunitaria a favor de la candad o intensifi-
cación de alguna obra social
8 Acopio de datos estadísticos y exposición de obras que muestren la labor
social y cantativa de la Iglesia y de los católicos en la Nación
LIBROS DE CONSULTA
B JIMÉNEZ DUQUE, "Universal vocación a la santidad en la Iglesia", Comen-
tarios a Constitución sobre la iglesia (BAC 253, Madnd 1966, pp 725-798
P A LIEGE, O P , Vivir como cristiano vol 56 Col Yo sé-Yo creo
G THILS, Santidad cristiana, Sigúeme, Salamanca 1960
H BARS, Las tres virtudes clave, vol 27 Co Yo se-Yo creo, Andorra
B HAERING, La Ley de Cristo, Herder 1961, vol II, pp 19-102
301
EPILOGO

"Calma tu sed en Cristo,

porque El es la roca de donde brotan
las aguas.
Calma tu sed en Cristo,
porque El es la fuente de vida
Calma tu sed en Cristo,
porque de su corazón manan nos de
agua viva.
Calma tu sed en Cristo,
porque El es la corriente impetuosa
que alegra la ciudad de Dios".
(S. Ambrosio, siglo IV. In Psalnjm I,
enarr 33; PL. 14,940).
 EL CORAZÓN DE CRISTO:
EPILOGO - SUMARIO CENTRO DE CENTROS

Nada mejor que terminar nuestro estudio en el Corazón

de Cristo. No hacemos sino interpretar, así. lo mejor de la tra-
dición cristiana de varios siglos.
El Corazón de Cristo sintetiza todo el misterio de nuestra
redención: El de la "bajada" de Dios al mundo para calmar
nuestra sed de felicidad, y el de la "subida" nuestra hacia el
Padre para saciar en El nuestra sed de vid eterna. . .
La sed de felicidad ha quemado siempre el corazón huma-
no. Es una constante de la humanidad. Los hombres hemos es-
trujado la tierra en todas las formas, para pedirle un poco de
agua que calme esta sed. Hemos bebido en todas las cisternas
y nos hemos hundido en todos los pantanos, siempre con el
ansia insatisfecha en el corazón-y el sabor de espuma amarga
en los labios. . .
Solamente cuando llega Jesucristo, los hombres empeza-
mos a descubrir el camino del Mar que calma toda sed:
<
,§ f a) Una mujer llega a mediodía, con el cántaro sobre
2metros).
( tí la cabeza, a sacar agua del pozo que es profundo. (32

Un hombre cansado, pero con ojos que reflejan los borbo-

tones del agua, la espera, sentado junto al brocal del pozo.
Ella es una pobre pecadora, samaritana.
I - EL C O R A Z Ó N , S Í N T E S I S DEL M I S T E R I O DE C R I S T O El se llama Jesús y dice:

Todo el Misterio d e nuestra Redención se sintetiza en el A M O R H U M A N O - D I V I N O

DE JESUCRISTO. Este a m o r esta n a t u r a l m e n t e s i m b o l i z a d o y e x p r e s a m e n t e c o m -
"Todo el que bebiere de esa agua tendrá sed otra vez. Más quien
bebiere del agua que yo le daré no tendrá sed eternamente, sino
p e n d i a d o en el C O R A Z Ó N de Cristo.
que el agua que yo le daré, se hará en él fuente de agua bullidora
para la vida eterna". (Jn. 4,13-14).
II - EL C U L T O DEL C O R A Z Ó N DE C R I S T O , SÍNTESIS DEL C R I S T I A N I S M O

Este c u l t o constituye LA SÍNTESIS DE T O D A LA R E L I G I Ó N , la n o r m a d e v i d a más El Corazón humano comienza a sospechar la ruta del
perfecta y la más c o m p l e t a profesión de nuestra r e l i g i ó n , precisamente PORQUE Mar. . .
ES EL CULTO DE LA PERSONA DE CRISTO en lo que tiene de más h o n d o y reden-
tor: su amor h u m a n o - d i v i n o Nos lleva al conocimiento interno, al a m o r p e r s o n a l , b) Más tarde, este mismo Jesús, al final de una gran fies-
a l a i m i t c d ó n de Jesucristo. ta judía en Jerusalem, grita a todo pulmón:

305

"El que tenga sed, venga a Mi y beba quien cree en Mi"
(Jn 7,37)
Y el evangelista comenta diciendo que, dado que según las
escrituras "de las entrañas del mesías iban a manar nos de
agua viva", del corazón de Jesús iba a brotar la abundancia
de salvación y vida para los hombres
Para el corazón humano este es ya un indicador seguro,
camino del Mar
c) Al consumar Jesús su sacrificio redentor en la cruz
atestigua San Juan que
"Como le vieron ya muerto
Uno de los soldados con una lanza
le traspasó el costado,
y al punto saho sangre y agua
Y quien lo vio es el que lo
testifica y su testimonio es verdadero" (Jn 19,34-35)
1 *' Los primeros cristianos y Padres de la Iglesia han visto,
2mana
' con el evangelista, en ese corazón abierto de Jesús que
sangre y agua, la fuente divina de todas las gracias para
la humanidad
—De ese Corazón brotan el Espíritu y la Gracia
—De ese costado abierto de Cristo nace la Iglesia
—De esa herida mana el Bautismo (agua) y la Eucanstía
(Sangre), los sacramentos primordiales del Cristianismo
"Es la herida de Dios Por su costado la Creación rezuma Y es
esta sangre la que convierte la eternidad en lago Allí Dios se re-
mansa en un ancho reposo En esa herida, el universo flota"
(José Ramón AZNAR)
En el corazón de Cristo esta, pues, la corriente de aguas vi-
vas y eternas Los hombres la hemos encontrado al fin Basta
con sumergirnos en ella, con dejarnos llevar por su dinamismo
profundo y ella nos hará desembocar en Dios Porque allí, en-
ese corazón de Cristo, se remansa Dios con sus insondables ri-
quezas!
"Aparece, evidente, que en los textos de la sagrada Escritura, en la
Tradición y en h sagrada Liturgia, es donde los fieles han de en-
contrar principalmente los manantiales límpidos y profundos del
culto al Corazón de Jesús" (Pío XII, Haunetis Aquas No 63)
306
I EL CORAZÓN, SÍNTESIS DEL MISTERIO DE
CRISTO
La cruz de Cristo, es el eje de coordenadas, el lugar de en-
cuentro entre Dios y el hombre
—El madero vertical de la cruz apunta hacia arriba, hacia
el Amor de Dios (Padre-Hijo-Espintu Santo) que nos salva
—El madero horizontal de la cruz se abre hacia los lados,
queriendo abarcar toda la humanidad
Pero esta cruz redentora tiene su centro en el corazón tras-
pasado de Cristo En El se resumen las lineas mas importan-
tes del dogma cristiano el Misterio personal de Cristo y el Mis-
terio de la redención humana y cósmica obrada por Cristo'
En el Corazón de nuestro Salvador podemos considerar no solo
un símbolo sino también un compendio de lodo el Misterio de nuestra
redención (Pío XII H A No 52)
1) Fl Corazón de Cristo un símbolo
a) El común sentir de las gentes ha mirado siempre el 'Co-
razón" como la expresión de todo el ser humano El Corazón
significa el centro mas profundo de toda persona, la raíz de
donde brota lo que a ella pertenece Nuestras frases usuales
así lo indican También la sicología humana designa con la
palabra "Corazón", el centro mas intimo, el centro motor j de-
terminante de la persona La representación fisiológica del Co-
razón es sencillamente el símbolo natural de esa interioridad de
la persona
Desde muy antiguo también en la Biblia —ajuicio de un
especialista
' El corazón es temdo como principio y órgano de la vida humana
personal, el punto interno de concentración de la esencia y le lo-
grar de cada uno como personalidad espiritual, y por tanto, lafuen-
te y sede de la vida etica religiosa, es también el centro del animo
y del valor, de conocimiento interno, de proyectos y quererts, de
las resoluciones del hombre total" (1)
2 11 3fl bien
b) Tratándose de Jesucristo, el Corazón significa lam-
el centro mas intimo, el centro motor de su ptrso-
( 1 ) G KITTEL, Iheologisches Worterbuch Zum Neuen Testament, Col 613
307
na. Es el punto de vista que tomamos al considerar la persona
de Cristo.
Cuando el visitante que va a la Cartuja de Burgos (España), se pone
a admirar el San Bruno, escultura de Pereira, el Hermano que lo
acompaña dice: "Esta estatua es admirable desde cualquier punto
que se la mire. Dicen que ella hablaría, si no fuese cartujo. Pero
coloqúese usted aquí, en esta losa y mire. Es el punto de vista para
esta talla". Y en efecto, desde allí, los ojos de San Bruno parecen
hablar, vueltos hacia el Crucifijo que sostiene en la mano!
El punto de vista permite una nueva comprensión de la
realidad.
Así mismo, a Jesucristo se lo puede mirar desde muchos
ángulos y desde cualquiera de ellos su Persona aparece siem-
pre perfecta y adorable. Pero Jesús, mirado desde el punto de
vista de su amor, de su interioridad personal, de su centro de
quereres y de operaciones... es no sólo adorable sino arreba-
tador!
Esto —y no otra cosa— es lo que significa el Corazón
de Jesús:
—Es la persona adorable del hombre-Dios, desde el pun-
to de vista de su Corazón.
—Es toda la interioridad de Jesús, bajo el símbolo de su
Corazón.
c) En consecuencia, el llamado "culto del Corazón de
Jesús" es "el culto de adoración tributado a la Persona
del Señor, en razón de su Corazón, es decir de su amor huma-
no-divino". (K. RAHNER).
En otras palabras es "la fe en Jesucristo quien nos quiere de
todo Corazón". (J. SOLANO)(2).
Según la definición de Pío XII el culto del corazón de Je-
sús "no es sustancialmente otra cosa que el culto al amor divino
y humano del Verbo encarnado!" (Haurietis Aquas No. 55).
2) El Corazón de Cristo un compendio.
En el corazón de Cristo está, además, compendiado todo
el Misterio de Redención.
( 2 ) Fe en sentido Bíblico: es decir, adhesión integral del hombre a Dios —que revela y
que salva.
308
"Como la persona de Jesús es persona divina, su Corazón creado
sintetiza los amores todos del corazón increado de Dios y compen-
dia todas sus manifestaciones.
El es, por tanto, la expresión viva de todos los misterios cristianos:
Creación, Revelación, Encarnación, Redención.. "
(Mgr. BAUNARD).
2 ^ ñ El Misterio de la redención —en frase de Pío XII— es
L L ante todo, y por su propia naturaleza, un misterio de
amor:
a) Amor de Cristo para con su Padre celestial a quien El
ofrece un sacrificio de satisfacción sobreabundante, por los pe-
cados del género humano. . .
b) Amor misericordioso de Dios (Padre-Hijo-Espíritu San-
to) para con todos los hombres. . . (Haurietis Aquas, No. 21).
El Corazón de Jesús sintetiza, así:
a) El amor divino del Hijo —común en El con su Pa-
dre y con su Espíritu— que lo impulsó a encarnarse y
a realizar su obra de redención entre los hombres, dándonos su
Espíritu, su Iglesia, su Eucaristía. . .
b) El amor humano y -sensible de Cristo, manifestado por
El durante su estancia en la tierra y que sigue teniendo para
con nosotros, ya glorioso en el cielo. (H. A., 34 y 67).
En todas las páginas del Evangelio Jesús aparece coa un
corazón sensible y delicado, que vibra por todo lo nuestro, que
se alegra, que sufre, que ama humanamente.
"En ese Corazón están todos los matices del amor humano de Dios:
Amor sereno como el fuego de un incensario que ardía en las noches
sobre los montes de Galilea;
Amor entristecido al ver cómo anochece sobre el murmullode la
ciudad ingrata;
Amor desafiador que flagela —arrancándole su disfraz— a lahipo-
cresía de los fariseos;
Amor heroico que abre los brazos sobre la cruz".(3).
Jesús experimenta ternura al posar su mirada en los niños
y en el joven a quien invita al apostolado; se alegra con lafeli-
(3) Eduardo O S P I N A , S. J., "La juventud obrera y el Dios-obrero". Escritos Breve-i, Vol.
I, p. 1 5 3 .
309
cidad de unos esposos en las bodas de Cana o con sus discípu-
los en un rato de solaz junto al lago de Genezareth; se estreme-
ce de tristeza por la muerte de su amigo Lázaro y la aflicción
de sus hermanas; llora ante la ciudad de Jerusalem por la in-
gratitud de sus gentes; gime de amargura en la agonía del
Huerto; consuela jubiloso a los suyos después de la resurrec-
ción
"El amor presente por doquier en el Evangelio, en las epístolas de
los apóstoles y páginas del Apocalipsis, que describen las disposicio-
nes del Corazón de Jesucristo, no comprende solamente la candad
divina, sino que se extiende también a los sentimientos del afecto
humano". (Pío XII H. A 23).
c) El amor cósmico de Cristo, su influjo en el universo
a impulsos del amor, está también condensado en el Corazón
de Cristo!
Jesucristo, 100% corporal como nosotros y 100% como
Dios, tiene un corazón de carne como el nuestro, pero también
un Corazón Divino que ama con la dimensión misma de Dios.
*} * Dado que por amor Dios ha creado el cosmos, lo conser-
Li va y lo activa, se puede decir que "El Señor está en el
corazón del mundo y su Corazón está en el corazón de toda
sustancia y de toda actividad" (4).
El Corazón de Cristo que es Amor, está —por lo mismo—
en el centro de toda la creación: crea, conserva, activa el uni-
verso entero!
"El Corazón de Cristo está en el centro de todo" (5).
"Sin violentar nada, Cristo aparece en el corazón del mundo" (6)
"En el corazón de la materia,
en el corazón del mundo,
está el Corazón de un Dios'"(7)
A Teilhard de Chardin gusta representar "en el centro del
pecho del Salvador una misteriosa mancha púrpura y oro". Sig-
nifica con ello que el Corazón de Cristo es una hoguera que
(4) TEILHARD DE C H A R D I N Genése d'une Pensée, p 2 4 7 .
{5} TEILHARD, El medio divino.
(6) TEILHARD, Himno del Universo.
( 7 ) TEILHARD, Coeur de la Matiére, I
310
inflama todo el universo, una llama ardiente que da a la Mate-
ria sus resplandores púrpuras y al Espíritu su oro incandescen-
te (8).
Teilhard amplía este mismo pensamiento, en forma litera-
ria, en unas páginas que se han publicado bajo el título gene-
ral de Himno del Universo (9)- Un cuadro que representa a Cris-
to ofreciendo su corazón a los hombres, le permite ver el Amor
que se difunde de ese corazón individualizado por todo el cuer-
po de Jesús e impregna, más allá, todo el universo . .
"Hubiérase dicho que la superficie de separación entre Cristo y el
Mundo ambiente se convertía en una capa vibrante en la que se
confundían todos los límites el Universo entero vibraba! to-
do este movimiento parecía emanar de Cristo, de su corazón sobre
todo" (10).
El Señor ilumina y trasfigura profundamente todo el
universo con el amor de su Corazón.
"Extrañas actividades de tu Espíritu, Dios Mío! Cuando hace dos
siglos comenzó a dejarse sentir en tu Iglesia la atracción precisa de
tu Corazón, pudo parecer que lo que seducía las almas era el des-
cubrir en Tí un elemento más determinado, más circunscrito que tu
misma Humamdad. Mas he aquí que ahora, por un cambio súbito,
resulta evidente que, mediante la "revelación" de Tu corazón, has
querido, Jesús, proporcionar a nuestro amor el medio de sustraerse
a lo que había de excesivamente limitado en la imagen que nos ha-
bíamos formado de tí En el centro de tu pecho no descubre más
que un horno, y cuanto más contemplo este foco ardiente mis me
parece que los contornos de tu Corazón se funden en su totalidad,
que se van agrandando, más allá de toda medida, hasta el extremo
de que ya no distingo en Tí otros rasgos más que la figura de un
Mundo inflamado" (11)
En Resumen:
El Corazón de Cristo, símbolo de su amor humano-dhino,
es el centro y compendio de todos los misterios del cristianis-
mo.
(8) TEILHARD, Coeur de la Matiére, 1, 2 2 , 2 3 , 2 5 , 2 8 .
(9) TEILHARD DE C H A R D I N , Hymne de L'Univers, Seuil, París 1 9 6 1 . Traducción apañó-
la. Ediciones Taurus, Madrid 1964.
Contiene: ' La M i s a sobre el Mundo"; "Cristo en la M a t e r i a " y otros ensayas.
(10) Himno del Universo, p. 4 1 - 4 2 .
(11) Himno del Universo, p. 3 3 .
311
 Pío XII en bella síntesis, nos ha dejado el pensamiento de
la Iglesia al respecto:
"El culto del Corazón del Redentor no es otra cosa que la devoción
ardiente al amor divino y humano de Jesús, tomado en toda su am-
plitud: Desde el Amor increado e infinito, hasta las palpitaciones
de su corazón humano creado, que son como las olas visibles y pa-
tentes que llegan hasta nosotros del mar inmenso de aquel A-
mor" (12).
II EL CULTO DEL C O R A Z Ó N DE CRISTO,
SÍNTESIS DEL C R I S T I A N I S M O
Así entendido, el culto al corazón de Cristo compendia en
forma perfecta nuestra fe cristiana y nos ofrece, a la vez, un
compendio de práctica cristiana muy adaptado a los tiempos
modernos. Por ello ha sido recomendado a todos los cristianos
por los últimos Sumos Pontífices y los mejores teólogos católi-
cos se pronuncian a favor de su práctica actual.
—Pío XI, el 8 de mayo de 1928 expresó:
"En la devoción al Corazón de Jesús se encierra la síntesis de toda
7? m
la religión y la norma de vida más perfecta, puesto que lleva los en-
tendimientos con mayor suavidad al conocimiento completo de Cristo
LL
Nuestro Señor, e inclina las voluntades eficazmente a amarle con
mayor pasión y a imitarle más de cerca" (13).
—Pío XII, el 15 de mayo de 1956, hace suya la frase de su
predecesor y dice que el culto al Corazón de Jesús:
"Es una práctica sumamente apta para conseguir la perfección cris-
liana" y "constituye en la práctica la más completa profesión de la
religión cristiana". (14).
—Pablo VI, el 6 de Febrero de 1965, ha subrayado que es-
te culto es muy adaptado a nuestro tiempo y lo ha relacionado
con ía piedad verdadera pedida por ei conciüo Vaticano II:
"Debe ser considerado por todos como una forma nobilísima y dig-
na de la genuma devoción que en nuestro tienipo, especialmente por
( 1 2 ) Pío XII, Discurso al Apostolado de la Oración, ASS 3 ( 1 9 5 6 ) 6 7 6 .
( 1 3 ) Pío XI, Encíclica Miserentissimus Redemptor, AAS 2 0 (192fc) 1 6 7 .
( 1 4 ) Pío XII, h W i e t i s Aquas, N o . 7 , 9 y 6 9 .
312 ,*- "T
obra del concilio Vaticano II, se exige insistentemente para con Je-
sucristo, Rey y centro de todos los corazones, Cabeza del cuerpo
que es la Iglesia, Principio y primogénito de la creación" (15).
2 *1L vElüesencial
1) El Culto al Corazón de Jesús nos centra en lo más
de la práctica religiosa Cristiana que es el Amor.
Amor es el alma del cristianismo y de la vida del cris-
tiano. Por ello, el culto del Amor nos pone en el Corazón mis-
ino del cristianismo.
—Este culto constituye una sólida piedad Cristo-céntrica:
polariza el alma alrededor de la persona adorable de Jesús.
—Reafirma la práctica de una/e confiada en el amor de
Dios: vacuna el alma contra el ateísmo y la angustia por el va-
cío de Dios que hay en el mundo hoy.
—Centra personalmente la vida cristiana en el amor e in-
terioriza la práctica religiosa: Defiende al cristiano del abando-
no de la práctica religiosa —cuando está en ambientes desfavo-
rables, y de una mera práctica externa— cuando está en am-
bientes favorables.
—Lleva a un servicio activo a Cristo y a los prójimos a im-
pulsos del amor.
"Hoy anhelamos la auténtica fraternidad universal y hacia allá va
decididamente el mundo. No podemos presentar a los hombres la-
zos más fuertes de unidad que el amor cristiano, pero un amor dis-
puesto al sacrificio, como es el amor de Cristo". (J. SOLANO).
2) El culto al corazón de Cristo nos lleva a un conocimien-
to interno y a un trato de intimidad con Jesucristo.
No hay ninguna otra forma de piedad cristiana que fo-
mente más íntima y concientemente la unión del cristiano con
Cristo, supuestos claro está la fe y el bautismo.
"La devoción al corazón de Jesús va a buscar en el corazón de Cris-
to toda la vida íntima del Dios-hecho-hombre, todas las riquezas
escondidas en su sagrada humanidad, todo el interior de Jesús".
(BAIN\EL).
Este culto fomenta simultáneamente un sobrio sentirmen-
to religioso, que tanto puede ayudar a la práctica gustosa y
constante de la religiosidad, en medio de un mundo en elque
domina tanto la técnica fría y las relaciones impersonales. •
( ' 5 ) Pablo V I , Carta Apostólica Inescrutabiles Div¡t¡ a s Christi.
313

"El mas neo y noble desarrollo del sentimiento religioso y de las
pasiones más elevadas, se realiza en la meditación del corazón de
Jesús, en la amorosa participación de sus penas y alegrías, en el
gozo y en la aflicción, en la dicha y abandono de su corazón, en la
creciente unión de vida y amor del corazón humano con el cora-
zón de Cristo" (16)
2 *5L í"Nos
T 3) El culto al corazón de Cristo fomenta en nosotros un
saludable espíritu de expiación
hace conscientes del valor positivo que tienen el dolor
29 El Culto al Corazón de Cristo es —también para nues-
tro tiempo—, la forma más perfecta de entrega personal a Dios
y a los hombres, por Jesucristo
"El culto al Sagrado Corazón es en sustancia
a) El culto del Amor con que Dios nos ama por Jesús.
b) Y al mismo tiempo, la practica del amor que nosotros
tenemos a Dios y a los hombres" (18)
CUESTIONARIO

y las "pasividades" de nuestra vida humana, cuando se unen 216 6 En que forma el simbolismo del agua expresa en San Juan las riquezas
al dolor redentor de Cnsto. insondables del Corazón de Cristo''
Los cristianos como "miembros de una Cabeza coronada 217 ¿Que significado tenia para los Padres de la Iglesia la sangre y el agua que
de espinas" (San Bernardo), tenemos un ineludible deber de manan del costado abierto de Cnsto''
reparación cristiana que la devoción al corazón de Jesús nos 218 ¿Que es el Corazón de nuestro Salvador respecto del Misterio de nuestra
enseña a practicar con generosidad cada día y cuando se pre- Redención''
sentan especiales circunstancias de dolor, enfermedad y muerte. 219 ¿De que es expresión el "corazón" en la Persona de Jesús 9
220 ¿Que significa Corazón de Cristo 9
"La devoción al corazón de Jesús es el remedio mas eficaz contra 221 De una definición del culto al Corazón de Cristo
'la moderna herejía de la acción' (Pío XII) El centro de toda obra 222 ¿En que forma el Corazón de Cristo compendia la Redención 9
redentora no esta en la mucha acción, sino en el sacrificio por amor, 223 ¿Que amores de Cristo sintetiza el Corazón de Cristo 9
en la Pasión con Cnsto'" (J STIERLI) 224 ¿Como puede justificarse la expresión de que "el Corazón de Cristo está
en el centro de todo, aun en el corazón de la materia" 9
La misma piedad litúrgica, centrada en la Eucaristía y tan 225 ¿Por que el culto del Corazón de Cristo es "síntesis de toda la religión" 9
recomendada por el Vaticano II, solo aquí, en este amor a Cns- 226 ¿Que elementos del culto al Corazón de Jesús llevan eficazmente a la per-
to puede alcanzar realización plena fección cristiana 9
4) El culto al corazón de Cnsto nos estimula a un genero- 227 ¿En que consiste el espintu de reparación y de apostolado, a que lleva por
so trabajo apostólico, individual y asociado, para hacer que el si el culto al Corazón de Jesús 9
reino de Cristo se instaure cada vez más extensa y efectiva-
TRABAJOS
mente en las conciencias humanas, en nuestros hogares, en la
sociedad y en las naciones 1 Monografías sobre el significado bíblico de "corazón" y el significado que
tiene en la moderna sicología
" U n corazón creyente no puede ver la imagen del Corazón de Je- 2 Concurso de la mejor expresión artística del Corazón de Cristo
sús consumiéndose por los demás hasta la ultima gota de sangre, 3 Entresacar de los Evangelios las escenas y textos que muestren mejor el
sin que experimente un fuerte impulso por realizar también una pa-
recida entrega a favor de las almas" (Cor Salvatons 317) amor humano-sensible de Cristo
4 Lectura y resumen de la Encíclica "Haunetis Aquas" de PIÓ XII
En Resumen LIBROS DE CONSULTA
1» "El Corazón de Cristo se presenta como algo tan inefa-
J STIERLI, S J Cor Salvatons Herder Barcelona 1958
blemente bello y suficiente que agota toda realidad y responde
J L DE URRUTIA, S J , Teología del Sagrado Corazón Historia•Problemitica-
a todas las necesidades del alma".(17).
(16) J STIERLI, Cor Salvatons, Herder 1958, p 320 (18) M DENIS, Le Mystere de L Amour Divm, Toulouse 1959, p 226
(17) TEILHARD DE CHARDIN, Genése d une Pensée, p 136
315
314
 Practica Documentos pontificios, Apostolado de la Prensa, Madrid 1961,
221 pp
V E TARANCON, El Corazón de Jesús Orientaciones pastorales, Hinneni, Sa-
lamanca 1962, 221 pp
SESIONES DE ESTUDIO Primer Congreso Internacional sobre el culto al Sagra
do Corazón de Je?m, Tibidabo, Barcelona 1964, 527 pp
316
APÉNDICE I
MENSAJE ETERNO DE CRISTO A LA
JUVENTUD
Vosotros tenéis que pensar en Cristo como en alguien que vive —que actual-
mente vive— que se halla en el mundo y que, de entre millones de otros hombres,
os ha elegido a vosotros Porque solo conocerle es ya una elección
Vosotros tenéis que pensar en Cristo como en el único Amigo, cuya mirada
penetra vuestro ser mas recóndito y llega hasta aquella región inaccesibe para
toda criatura y aun para vosotros mismos talvez desconocida
El tiene sus planes sobre vosotros, tal como vosotros sois El conoce el santo, di-
ferente de todos los demás santos, cuyo germen lleváis vosotros y que El crearía
empleando lo mejor y lo peor de vosotros, si no resistierais a su amor
El drama de vuestra vida estribara en esa resistencia que opongáis a la labor
paciente de Cristo sobre vuestros destinos
Destruimos sin cesar en nosotros mismos la obra que El esta eternamente
comenzando
Vivís en tiempos en que no es difícil dar con Cristo su soledad os sirve de
índice a vuestro corazón Sus exigencias no son pequeñas tomara lo que le deis
pero El lo exige todo
Tal es el amor de Cristo, que un pensamiento, una mirada, un suspiro bastan
para hacerle traición Y es que El no nos exige solamente una actitud exterior,
m formulismos, ni ritos, sino un corazón puro
Sabemos con precisión lo que El espera de nosotros, nuestro punto flaco, el
secreto abismo que debemos llenar Hay cierta exigencia que solo dice coa cada
uno de nosotros Pesada o ligera, vuestra cruz esta hecha a vuestra medida yes di-
ferente de todas ¡as otras
Hasta en las circunstancias mas mimmas de vuestras vidas su amistad fijara
vuestro proceder No intentéis fuera de El solucionar ningún negocio aunque sea
fútil Por otra parte, no existe lo fútil para el cristiano, todo se relaciona con la
etermdad
El os dará conciencia exacta de lo que sois, almas inmortales y no solitarias
sino almas a las que rodean muchas otras sobre las que vosotros influís pira el
bien como para el mal Cuando la gracia disminuye en vosotros, disminuye el mu-
chos otros que se apoyan en vosotros
Por pequeños que seáis, si sois amigos de Cristo, muchos se calentaian a
vuestro fuego y participaran de esta lumbre Las tinieblas del pecado en vosotros
dejaran ciegos a esos que ahora estáis iluminando Y el día en que vosotrjs no
ardáis ya de amor, muchos morirán de frío
No temáis de Cristo que os vaya a condenar al letargo Precisamente «le vo-
sotros, de los jóvenes de vuestra edad, Jesucristo forja seres despiertos y violan-
tes' El os fuerza a tener el corazón siempre en la mano Y gracias a El, vuestras
317
 pasiones juveniles no os arrastraran Vosotros las conduciréis, como bellos po
tentes y dóciles automóviles
La rutina si es el pecado, el pecado que "mecaniza" la vida Pero la amistad
de Cristo rompe el aburrido encadenamiento que nos ata al mal Lo que da lasti-
ma en el vicio es su monotonía
El camino se hace largo, cuando avanzamos en medio de las tinieblas Pero
vosotros, jóvenes, vosotros avanzáis a plena luz aunque no sin trabajo y quizas
no sin desgarraduras Porque amar a Cristo es preferirlo a El Y quien dice 'prefe
rencia" dice ansiedades combale duro \ a veces alguna desgarradura
Cristo mismo nos advierte que El vino a poner fuego en la tierra, que El vino
a separar No, no pidáis descanso, jóvenes a quienes me dirijo Amor jamas fue
descanso
Porque la religión de Cristo no se reduce a un sistema de prohibiciones, de
preservación, de defensa Si no fuera mas que eso un corazón joven y palpitante
no encontraría allí su alimento y pasaría de largo
Hay que decirlo bien alto esla religión os convida al amor esencial y por eso
significa a los ojos del mundo el mayor nesgo, el del don total
Lo que Jesucristo pide y obtiene de la creatura humana, quien fuera de El,
lo ha obtenido jamas'' Y al decir esto pienso en el párroco del suburbio, en la
Monja Clarisa en la Hermanita de los pobres Pero El consigue todavía mas de
los jóvenes' Yo he visto en la Trapa silenciosos de dieciocho años Pero los ancia-
nos parecen tan jóvenes como ellos
A la sabiduría mentirosa del mundo "Hay que pasar la juventud", Cristo
parece responder ' no hay que pasar la juventud '
Tenemos la edad de nuestros pecados Nuestra usura es de orden espiritual
Jóvenes amigos de Cristo de vosotros depende la eternidad de vuestra juven
tud1 Aun esta en vuestras manos el no llegar a ser un día ese hombre decrepito
que trae a Cristo un corazón cuyas sobras no quiere ya ni el mundo, las sobras
que han dejado las bestias"
(Francois MAURIAC, Citado en Les Jours du Seigneur, París,
Editions du Temoignage chretien, 1951, pp 388-390)
APÉNDICE II
BIBLIOGRAFÍA SELECTA SOBRE
JESUCRISTO
Ofrecemos una selección de obras, que se encuentran de preferencia en cas-
tellano, para orientar en sus lecturas a los que desean profundizar en JESU-
CRISTO
Las hemos organizado por grupos, según su matiz preponderante, de ma-
nera que se pueda conocer bien siquiera una obra representativa de cada grupo
318
Hemos colocado los grupos de libros en cierta gradación ascendente de di-
ficultad y profundidad, de modo que se dejen para más tarde las obras más téc-
nicas, teológicas y científicas
t HISTORIA DE VIDAS DE JESÚS
Si se exceptúa el Diatessaron de Taciano (Concordancia de los cuatro Evan-
gelios), los Padres de la Iglesia en los primeros siglos, no pensaron en hacer una
Vida seguida de Jesús Fue en la Edad Media, cuando dada la devoción de un
S Bernardo a la persona de Cristo y con la preocupación de las Ordenes men-
dicantes por encontrar de nuevo la vida evangélica, broto el deseo de descubnr
otra vez en detalle la fisonomía humana de JESÚS
Para esta histona de las "Vidas de Jesús" pueden verse
R AIGRAIN, Algunas "Vidas de Jesús" en G BARDY-TRICOT, Christus
Enciclopedia popular de la doctrina cnstologica, Madrid, 1951 pp 707-725
—Se encuentra aquí la historia de las biografías de Cristo, desde la Vita
Chnsti de Ludolfo el Cartujano (Siglo XIV) hasta nuestros días
F M BRAUN, El Evangelio y los tiempos actuales
Trad española (Barcelona, 1943) p 153
—Ofrece un buen catalogo de vidas de Jesús
t EVANGELIOS Nada puede suplir la lectura directa, personal, saboreada y
repetida de los Evangelios
— Un comentario sencillo, no muy erudito, de los Evangelios se encuentra
en La Sagrada Escritura Nuevo Testamento Tomo I Evangelios por Fadres de
la Compañía de Jesús (Colección BAC) Vol 207 Es muy recomendable
f GRUPO A PALESTINENSE (Vidas de Jesús en su marco cronológico geo-
gráfico y folclonco)
A FERNANDEZ TRUYOLS, S J , La vida de N S Jesucristo
BAC, Madnd 1954
Especialista en cuestiones palestinenses, tiene interesantes descripciones
que sitúan bien los pasajes de J C
F M WILLAM, Vida de Jesús en el país y pueblo de Israel
Trad esp , Madrid, 1954
Interesante por los numerosos datos acerca de los usos israelitas y egipcios,
con que ilustra los textos evangélicos
C FODUARD, Le vie de Notre Seigneur Jesús Christ
Ed 25, 2 tomos, París, 1919
Sitúa con cuidado los hechos en su puesto cronológico y geograficoy va
desarrollando los acontecimientos sin recargo de erudición
DANIEL ROPS, Jesús y su tiempo
Trad esp Madrid, 1956
Vale por su tonalidad sicológica y su sistematización histórica La intro-
ducción y el apéndice dan el punto de vista moderno acerca del valoihis-
319

tonco de los Evangelios Existe una nueva edición francesa(1962) mas
puesta al día
R VILARIÑO GAVINA, S J , Itinerarios de Jesucristo
Es un folleto que sigue teniendo valor para situar geográficamente el Evan-
gelio
J H MORTON, De viaje con Jesucristo
Bibliográfica española, Madrid, 1955
En estilo ameno y folclonco evoca a través de un viaje actual por Tierra
Santa, hechos y palabras de Jesús
t GRUPO B (Histórico - Doctrinal)
RICCIOTTI, Vida de Jesucristo
Trad esp, Madrid, 1960
Muy apreciada por su estilo nítido, su análisis filológico y sus interesantes
introducciones criticas sobre las fuentes históricas
A GOODIER, S J , Vida publica de N S Jesucristo
B Aires, 1947, 2 tomos
Procura dibujar la figura de Jesús tal cual se aparecería a los ojos de sus
contemporáneos y tal cual se muestra a los ojos modernos que buscan la
verdad religiosa
H DIDON, S J , Jesus-Chnst (París 1913)
Con solidos conocimientos de S Esentura expone la vida de Jesús en estilo
literario y ameno
L CL FILLION, Vida de N S Jesucristo Exposición histórica, critica y apolo-
gética Trad esp , Madrid 1960
Vale por su claridad, erudición y comentarios Se acomoda a la época mo-
derna
t G R U P O C (Sicológico)
E BOUGAUD (Mons ) Jesucristo Barcelona, 1927
Trata con gran acervo de citas la personalidad de Jesús Produce entusias-
mo por J C Valen especialmente los dos primeros capítulos
K.ARL ADAM, Jesucristo Trad esp (Barcelona 1961)
Exposición calida, profunda y moderna de J C Sirve para un conocimien-
to interno de Jesús Son notables los cap IV y V sobre la "Fisonomía sí-
quica y mental de Xto y "La vida interior de Cristo'
M GARCÍA CORDERO, O P , Jesucristo como problema Los grandes interro-
gantes en torno al Hombre Dios (Salamanca, 1961)
Interesan especialmente los capítulos X a XV sobre las semblanzas espi-
ritual moral, intelectual, sicologico-temperamental y corporal de Jesús
R G U A R D I N I , Realidad humana del Señor (Madrid, 1960)
Enfoca originalmente la persona de Jesucristo
HOORNAET, A proposito del Evangelio 2a Ed
Compendia aspectos conocidos de la Personalidad de Jesús y los hace sa-
borear a la luz del Evangelio
320
t GRUPO D (Literario)
M A U R I A C ( F r ) , Vida de Jesús trad esp (Barcelona, 1937)
Toda una generación ha quedado impresionada por el acento pascahano
de esta vida de Jesús En estilo conciso ofrece a través de su visión de Je-
sús, en ocasiones un poco dura y violenta, un testimonio sincero de su
propia fe
SERTILLANGES O P Jesús (París, 1932)
Con su habilidad peculiar traza una Vida de Jesús llena de ínteres y viveza
PL SALGADO, Vida de Jesús, trad esp (Madrid, 1946)
De bella estructura literaria con descripciones llenas de colorido y acomo-
dadas al gusto del hombre moderno
FULTON OUSLER, La Historia mas bella del mundo trad esp del ingles
Este reciente convertido, hace en un estilo ágil y radiofónico, una de las
mas sugestivas presentaciones de Jesús para nuestro tiempo
FULTON J SHEEN, Vida de Jesús trad esp (Barcelona, 1959)
Desarrollo literario de la vida de Cristo, a modo de tele-conferencias, con
ilustraciones morales, ascéticas y culturales
A LÓPEZ AMAT, S J , Jesucristo Biografía en mosaico Razón y Fe,
(Madrid, 1964)
Entreteje una biografía solida y sugestiva de Jesucristo, con base en pasa-
jes selectos de las mejores obras de 26 autores modernos
G PAPINI, Historia de Cristo trad esp (Madrid, 1961)
La personalidad de este convertido italiano, vigorosa a veces brusca y exa-
gerada, se encuentra impresa en este libro Da atención prevalente a los
problemas sociales
P THIVOLLIER, El Libertador Vida de Jesucristo trad esp (Madrid, 1962)
Con fidelidad al texto original de los Evangelios este misionero de los me-
dios rurales franceses, ha hecho una adaptación popular y moderna de la
vida de Jesús, que ha encontrado buena acogida
J J MARTÍNEZ, S J , El drama de Jesús (Bilbao, 1963)
Ofrece una narración sencilla viva y llena de piedad, especialmente aco-
modada para obreros y gente sencilla
t G R U P O E N O V E L A D O (Dentro de una gran libertad literaria y fantasía,
sirven para hacer revivir el mundo de Jesús con verosímiles personajes y
episodios evangélicos)
J M HEREDIA, S J , Memorias de un repórter de los tiempos de Cristo Ameno y
fácil de leer
DOBRACZYNSKI, Cartas de Nicodemo
Interesante, despierta la curiosidad y entusiasmo por todo lo de Jtsus
LLOYD DOUGLAS, El Manto Sagrado
Tiene algunos capítulos de escenas fingidas, con personajes beneficiados
por la acción de Jesús, de un delicado y encantador sabor evangélico
t GRUPO F ESPIRITUAL
RAYMOND, La vida es alguien
321
 El conocido trapense norteamericano presenta en este folleto, en forma
Célebres y valiosas conferencias predicadas durante vanos años en Cua-
atrayente, como Jesucristo es la vida
resma en Notre Dame de París
MONS GOODIER, Un mejor camino de santidad.
F M BRAUN, O P , Jesús, Histoire et Critique, (París, 1947)
Otro folleto que enseña y alienta a centrar toda la vida espiritual en Jesu-
Incorpora sin recargo científico, los nuevos aportes de los avances Escntu-
cristo, evitando la dispersión en el trabajo ascético
nsticos en una presentación critica de Jesús
LEBACQZ, S J , La gran amistad
J GUITTON, Jesús, trad esp (Madrid, 1958)
Un libro que acerca mucho a Jesucristo, quien nos brinda con la mejor
El problema de Jesús (Madrid, 1961)
amistad Para quien lo haya leído ya, ayuda a refrescar sus ideas el folleto
Discusión moderna de valor literario y filosófico original
d e J J MARTÍNEZ, "El Amigo", resumen del libro de LEBACQZ El
E NEIRA, S J , Una lógica del problema de Jesús (Madrid, 1963)
mismo tiene otro folleto titulado "Mi respuesta al Amigo" que sugiere la
Con base en una reflexión acerca del Dato de Jesús, rechaza lógicamente
forma practica de vivir la amistad con J C
las posturas critica y mítica que destruye a Jesús y aboga por una acep-
K ADAM, Jesucristo nuestro hermano
tación de todo el dato Evangélico, aceptación abierta al Misterio de Jesús
Sirve para descubrir a Jesucristo, como alguien que es contemporáneo y
A NISIN, Histoire de Jesús, Ed du Seuil, Pans, 1960, pags 416
con quien podemos entablar relaciones
El autor, un católico belga, periodista, sin ser un especialista en temas bí-
DON COLUMBA MARMION, O S B , Jesucristo vida del alma Jesucristo en sus
blicos, ha hecho una obra personal y valiente, que tiene muy en cuenta los
misterios
estudios modernos en el campo protestante y católico Su lectura resulta
Libros todos de una gran solidez espiritual y teológica, con frecuente uso
provechosa para personas de un cierto nivel cultural y religioso
de los escritos paulinos que ofrecen a la vez especulación para la mente y
t GRUPO I EXEGETICO (Obras de exégesis científica de los textos Evangéli-
unción para el corazón
cos o con base en ellos)
t GRUPO G TEOLÓGICO (Obras de mayor profundidad doctrinal, con acer-
J M LAGRANGE, El Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, trad esp
tadas interpretaciones de los hechos y dichos de Jesús)
(Barcelona, 1933)
J LEBRETON, S J , La vida y doctrina deJC N S (trad esp Madrid, 1959)
El fundador de la célebre Escuela Bíblica de Jerusalem, resume en esta
Obra eminente por su hondura teológica y la fina presentación de los sen-
obra sus conocimientos críticos y exegéticos Es un comentario claro j pre-
timientos de Jesús
ciso de la sinopsis Evangélica, de lo mejor que hay, pero de difícil conse-
F FRAT, S J , Jesucristo su doctrina su obra trad (2 tomos, Méjico, 1956)
cución
Abundantes datos históricos, sin recargo Valioso y penetrante estudio, que
J M BOVER, S J , Vida de N S Jesucristo (Barcelona, 1956)
se lee con gran provecho espiritual
Coméntanos de cuidadoso análisis escntunstico acerca del genuino sentido
H FELDER, Jesús de Nazareth, trad esp (Bs Aires, 1949)
de los textos evangehcos
Obra un poco antigua, pero todavía de gran valor
R GUARDINI, Imagen de Jesús, el Cristo en el N T trad esp (Madrid, 1960)
K. ADAM El Cristo de nuestra fe, trad esp (Barcelona 1958)
Sin aparato científico ofrece una sencilla síntesis acerca del tema
Un completo tratado dogmático sobre Jesucristo
J GUILLET, Jesús Chnst hier et aujourd'huí, (Pans, Desclée 1963)
R G U A R D I N I , El Señor, (rad esp
Este reciente libro inaugura una nueva era en la manera de abordar la vida
Una obra profunda, relampagueante por los contrastes y paradojas que de Jesús
sabe destacar en la persona, obras y dichos de Jesús Muy adaptado a las
Obra de un exegeta, es también una obra de espiritualidad La lectura de
inquietudes actuales
los hechos lleva al corazón mismo del Evangelio
t G R U P O H APOLOGÉTICO (Obras de carácter científico que presentan la Sin constituir un retrato o una vida de Jesús, ni siquiera un comentano se-
apología de Jesús en las varias épocas de este siglo) guido de los Evangelios, este libro, descubre a partir de los acontecuuen-
L DE GRANDMAISON. S J Jesucristo, su persona, su mensaje y sus pruebas tos mayores de la existencia de Jesús, y de su enseñanza, las actitudes fun-
trad esp 2 tomos (Barcelona, 1932) damentales del cristianismo la fe, la oración, la pobreza, la espera deJ Rei-
Una de las mas bellas y sólidas obras sobre J C fruto de 40 años de traba- no de Dios
jo de un gran estudioso y apasionado por Jesucnsto
PINARD DE LA BOULLAYE, S J , Jesús y la Historia, Jesús Hijo de Dios, Je-
sús profeta y taumaturgc Jesús Luz del Mundo Jesús Redentor, La herencia
de Jesús, trad esp ( Madrid, 1941)

322
323
ÍNDICE GENERAL DE MATERIAS
I

Página

7
General 8
INTRODUCCIÓN: C R I S T O C E N T R I S M O S I G L O XX 9
I Dificultades modernas p a r a nuestra f e en Cristo
II C a m i n o s d e solución
III Las g r a n d e s líneas del curso

P A R T E I: H A C I A U N A H I S T O R I A DE JESÚS 21
CAPITULO 1 C O M O SE F O R M A R O N LOS EVANGELIOS 24
I El E v a n g e l i o en b o c a d e los A p ó s t o l e s
II El E v a n g e l i o en las primeras comunidades
III Del E v a n g e l i o a los Evangelios

CAPITULO 2 EL CARÁCTER HISTÓRICO DE LOS E V A N G E L I O S 38

I V a l o r histórico d e los Evangelios
II La c o n d i c i ó n histórica d e los Evangelios

CAPITULO 3 EL CARÁCTER INSPIRADO DE LOS EVANGELIOS 56

I Los escritores sagrados miembros del p u e b l o d e Dios
II Dios inspira a los escritores s a g r a d o s
III Consecuencias de la inspiración

CAPITULO 4 EL E V A N G E L I O S E G Ú N M A R C O S 64
I Datos generales
II Estructura del Evangelio
III Valores doctrinales del Evangelio de Me

CAPITULO 5 EL E V A N G E L I O S E G Ú N M A T E O 74
1. D a l o s generóles
II Plan d e l Evangelio
III Perspectiva doctrinal d e M t

CAPITULO o EL E V A N G E L I O S E G Ú N LUCAS 84
I Datos generóles
II Estructura del E v a n g e l i o
III Perspectiva doctrinal de Le

CAPITULO 7 LA C U E S T I Ó N S I N Ó P T I C A 96
I El h e c h o
II Los sistemas de e x p l i c a c i ó n
III Conclusiones
CAPITULO 8 EL E V A N G E L I O S E G Ú N J U A N 106 CAPITULO 17 LA V I R G E N M A R Í A E N EL MISTERIO DE CRISTO 236
I D a t o s generales I La misión d e M a n a
II Plan del 4° Evangelio II Participación d e M a n a en el Misterio d e Jesús
III A s p e c t o s característicos del 4 o E v a n g e l i o III M a n a y nosotros

PARTE I I : JESÚS C E N T R O DE LA H I S T O R I A 117 PARTE I I I : C R I S T O C E N T R O DEL U N I V E R S O 251

CAPITULO 9 LAS L E N T A S PREPARACIONES DEL MESÍAS 120 CAPITULO 18 El CRISTO UNIVERSAL 252
I A b r a h a m y la Elección d e un p u e b l o I Cristo-Cabeza
II Moisés y la A l i a n z a con Israel II Cristo-Centro cósmico
III D a v i d y el a p o g e o del Reino III Cristo-Consumador
IV Los Profetas y la n u e v a A l i a n z a PARTE I V : J E S U S C R I S T O C E N T R O DE N U E S T R A V I D A 265
V El J u d a i s m o y la u l t i m a p r e p a r a c i ó n CAPITULO 19 NUESTRA I N C O R P O R A C I Ó N EN CRISTO 266
VI Las esperanzas mesiánicas en el A n t Tto
I Unión con Cristo por la fe

CAPITULO 10 JESÚS I N A U G U R A EL REINO DE D I O S 134 II Union con Cristo por el Bautismo

I El m u n d o palestinense d e Jesús III Union con Cristo por la Eucaristía

II La presentación del Reino CAPITULO 2 0 NUESTRA BÚSQUEDA PERSONAL DE CRISTO 278

III Las disposiciones p a r a entrar en el Reino I C o n o c i m i e n t o de Cristo

CAPITULO 11 JESÚS EL E N V I A D O DE DIOS 150 II A m i s t a d con Cristo

I M a n i f e s t a c i ó n de la m e s i o n i d o d de Jesús III I m i t a c i ó n d e Cristo

II M a n i f e s t a c i ó n del carácter de su m e s i a n i d a d C A P T U L 0 21 NUESTRA C O N D U C T A CRISTIANA 292

III El secreto m e s i a n i c o I O r i e n t a c i ó n cristiana de nuestra existencia

CAPITULO 12 EL CARÁCTER H U M A N O DE JESÚS 162 II El c a m i n o d e l a Cruz

I A s p e c t o e x t e r i o r d e Jesús III La g r a n Ley de la c a r i d a d

II S e m b l a n z a sicológica d e Jesús EPILOGO: EL C O R A Z Ó N DE CRISTO, CENTRO DE CENTROS 303
III Fisonomía m o r a l d e Jesús \ I El C o r a z ó n , síntesis del Misterio de Cristo

CAPITULO 13 EL MISTERIO OCULTO E N JESÚS 180 II El culto del Corazón de Cristo, síntesis del Cristianismo
I Jesús manifiesta un poder i n a u d i t o Mensa|e eterno d e Cristo a la |uventud
II Jesús se hace el centro de la r e l i g i ó n Bibliografía selecta sobre Jesucristo
III Jesús e x p r e s a su unión intima con e l Padre
IV Jesús e l V e r b o d e Dios - h e c h o h o m b r e

CAPITULO 14 LAS PRUEBAS DE JESÚS 194

I La g a r a n t í a de lo p e r s o n a l i d a d d e Jesús
II La l e g i t i m a c i ó n p o r los m i l a g r o s

CAPITULO 15 JESUCRISTO NUESTRO REDENTOR 210

I La v i d a r e d e n t o r a d e Jesús
II El sacrificio en las religiones
III El sacrificio d e Jesús Redentor
IV El santo Sacrificio d e la Misa

CAPITULO 16 EL T R I U N F O DE CRISTO 222

I El hecho d e la Resurrección d e Jesús
II Los índices d e lo Resurrección de Jesús
III Significado actual de la Resurrección de Cristo
IV Significado f u t u r o de la Resurrección d e Cristo

328 329
SANTA
PRINCIPALES CARRETERAS

Ma'an

'Aqaba