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Servicio Misional PDF
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En este capítulo, cada mención de misioneros y de misiones se refiere al servicio misional de tiempo
completo a menos que se indique lo contrario.
Los misioneros que representan al Señor y a Su Iglesia deben ser debidamente llamados y apartados
(véase D. y C. 42:11). Este llamamiento se extiende únicamente a quienes sean dignos y capaces de
cumplirlo. El servicio misional requiere fe, deseo y consagración. Los candidatos a misioneros deben tener
entusiasmo y un deseo de servir al Señor como Sus embajadores. Deben estar llenos de “fe, esperanza,
caridad y amor” y tener “la mira puesta únicamente en la gloria de Dios” (D. y C. 4:5).
El preparar misioneros debe ser de alta prioridad para padres, líderes y maestros. Los obispos y los
presidentes de estaca tienen una responsabilidad especialmente importante de identificar y preparar
miembros dignos que reúnan los requisitos para el servicio misional. Dan atención especial al preparar a
los hombres jóvenes, especialmente a los que no estén seguros en cuanto a prestar servicio.
Las siguientes sugerencias guiarán a los obispos y presidentes de estaca al preparar misioneros:
1. Trabajen con los hombres jóvenes desde una edad temprana, y con sus padres, para ayudar a los
jóvenes a cultivar el deseo y tener la dignidad de servir en una misión.
2. Enseñen a los miembros jóvenes lo que se esperará de ellos cuando sirvan en misiones. Hagan saber
a los padres lo que se esperará, a fin de que ayuden a sus hijos a prepararse para el servicio.
3. Llamen a líderes de los jóvenes que amen la obra misional y que los ayudarán a aprender el
Evangelio, a edificar la fe y a desear servir al Señor.
6. Proporcionen a los futuros misioneros oportunidades de prestar servicio en la Iglesia, incluso como
maestros orientadores. Asegúrense de que los hombres jóvenes tengan oportunidades de enseñar el
Evangelio en las reuniones de quórum y en otros entornos.
7. Hagan los arreglos necesarios para que los futuros misioneros participen del curso Enseñanza del
Evangelio y de las clases de preparación de misioneros. Los recursos principales para las clases de
preparación de misioneros son las Escrituras, el Manual Misional, y Predicad Mi Evangelio.
En las reuniones de grupo de los sumos sacerdotes, del quórum de élderes y de la Sociedad de Socorro, los
líderes y maestros tratan con regularidad la forma en que los padres pueden ayudar a sus hijos a
prepararse para servir como misioneros.
El obispo repasa el Manual Misional con cada candidato a misionero y su familia. El obispo se asegura de
que el candidato entienda las pautas de ese manual y se comprometa a ceñirse a ellas. Dichas pautas
abarcan la conducta personal, el lenguaje, la vestimenta, el aseo personal, la música y otros medios de
comunicación, las computadoras, los aspectos económicos, el estar siempre juntos como compañeros, el
abstenerse de contacto indebido con menores de edad y con miembros del sexo opuesto, la obediencia a
las leyes y costumbres locales y la comunicación con los familiares.
4.3.2 Mujeres
Se puede recomendar a mujeres solteras y dignas de 21 de edad en adelante, que sean física,
mental y emocionalmente capaces, para servir en misiones.
A las mujeres solteras de 21 a 39 años de edad por lo general se les llama a prestar servicio
durante 18 meses. Estas hermanas pueden hacer un valioso aporte en el campo misional, y la
necesidad de que sirvan es continua. Los obispos pueden dar inicio a conversaciones con estas
hermanas sobre el servicio misional, pero no se las debe presionar para servir. Los obispos no
deben recomendar a una hermana para el servicio misional si ello interferirá con perspectivas
inminentes de matrimonio.
A las mujeres solteras de 40 años en adelante generalmente se les llama a prestar servicio
durante 12 o 18 meses. A las que se les asigne servir fuera de su país de residencia se les
extiende un llamamiento de 18 meses. Los obispos y los presidentes de estaca se aseguran de
que la salud de esas hermanas sea suficientemente buena para prestar un servicio eficaz como
misioneras. A estas hermanas se les llama únicamente a servir en asignaciones no proselitistas,
las cuales se señalan en 4.11.3.
4.3.3 Matrimonios
A los matrimonios por lo general se les llama a prestar servicio durante 12, 18 o 24 meses. Un
servicio de 6 meses se considera únicamente en casos especiales, como por ejemplo el de una
ocupación estacional. A los matrimonios que prestan servicio fuera de su país de residencia se
les llama a un período de por lo menos 18 meses. Los requisitos y las asignaciones para
matrimonios se describen en 4.11.1 y 4.11.3.
4. Tienen deudas y no han hecho arreglos definidos para cumplir sus obligaciones.
Si los líderes del sacerdocio tuviesen dudas en cuanto a cualquiera de estas restricciones, como por
ejemplo en el caso de una persona que esté en libertad condicional debido a un delito de menor
importancia, pueden ponerse en contacto con el Departamento Misional.
No se debe extender un llamamiento a servir en una misión a los matrimonios que estén todavía en edad
de tener hijos o que tengan problemas matrimoniales sin resolver.
Además, los miembros que figuran a continuación no se recomiendan normalmente para servir en una
misión:
1. Los hermanos de 25 años o menos que se hayan divorciado y las hermanas de 39 años o menos que
se hayan divorciado.
2. Las hermanas que se hayan sometido a un aborto o los hermanos o las hermanas que hayan
practicado un aborto, hayan animado a alguien a hacerse un aborto, o hayan pagado o hecho arreglos
para que alguien se hiciera un aborto. Esta norma no se aplica a las personas que hayan tenido un
aborto o participado en él antes de bautizarse o por alguna de las razones que se explican en 17.3.1.
3. Los hermanos y las hermanas que, respectivamente, hayan engendrado o dado a luz un hijo fuera de
los vínculos del matrimonio, ya sea que en el presente tengan o no responsabilidad legal o económica
del hijo.
4. Los miembros que no sean capaces física, mental o emocionalmente de soportar los rigores del
servicio misional (véase 4.5.3).
Cuando los miembros no reúnen las condiciones requeridas para el servicio misional, los líderes del
sacerdocio les dan llamamientos eclesiásticos en sus estacas o barrios a fin de ayudarles a progresar y a
sentir las bendiciones de servir. Estos líderes también pueden recomendar que dichos miembros sean
misioneros de servicio a la Iglesia (véase 4.12).
Si bien es cierto que es importante asegurarse de que el candidato para ser misionero esté bien preparado,
los obispos y los presidentes de estaca no deben imponer requisitos de preparación ni de ninguna otra
índole que no aparezcan en este manual.
4.5.1 Entrevistas
El obispo y el presidente de estaca llevan a cabo entrevistas minuciosas e inquisitivas con todo
candidato a misionero. Si el obispo y el presidente de estaca tienen alguna inquietud en cuanto
a que la persona sea capaz o digna de servir en una misión, deliberan en consejo y analizan las
inquietudes con la persona y con sus padres. Eso contribuirá a evitar los sentimientos negativos
que pueden sobrevenir si una recomendación se devuelve o si se manda de regreso a un
misionero por no ser capaz de satisfacer esos requisitos.
Sólo en los casos más urgentes en que el presidente de estaca o el obispo se encuentre ausente
puede cualquiera de ellos autorizar a uno de sus consejeros para realizar una entrevista de
recomendación de misionero.
4.5.2 Dignidad
La obra misional requiere manos limpias y un corazón puro. Los candidatos a misioneros deben
ser moralmente limpios en todo aspecto y de toda manera hallarse dignos de ser los
representantes del Señor (véase D. y C. 38:42). Deben estar viviendo vidas ejemplares. Si es
necesario que el futuro misionero(a) lleve a cabo una reforma en su vida, lo debe hacer mucho
antes de que se le recomiende para el servicio misional. Debido a que un arrepentimiento
genuino y total puede llevar algún tiempo, algunos jóvenes tal vez tengan que esperar hasta
tener más de 19 años de edad para servir en una misión.
Sólo se recomienda para servir como misioneros a quienes cumplen con los requisitos que se
presentan en la sección 4 de Doctrina y Convenios (véase también D. y C. 88:121–26).
Si los líderes del sacerdocio consideran que una circunstancia o situación inusual justifica una
excepción, el presidente de estaca puede enviar una solicitud para que la Primera Presidencia la
considere. Esa solicitud se debe enviar por conducto del Departamento Misional y debe incluir
detalles específicos de la situación y una carta del candidato en la que describa la naturaleza de
su arrepentimiento. Los obispos y los presidentes de estaca no deberán solicitar que se hagan
excepciones que no tengan justificación o con las que ellos mismos no estén totalmente de
acuerdo.
Actividad homosexual
A un candidato que haya participado en actividades homosexuales durante los últimos tres
años de la adolescencia (17 a los 19 años) o después de ellos, normalmente no se le considerará
para el servicio misional, especialmente si la persona ha participado de dichas actividades con
varias parejas o con una sola pareja durante un periodo considerable.
En casos poco comunes, el presidente de estaca puede enviar una recomendación para que la
Primera Presidencia considere una excepción si hay firme evidencia de que se haya efectuado un
arrepentimiento y una reforma genuinos, y si el candidato ha estado libre de transgresión por
un periodo de tiempo suficiente. Este periodo de arrepentimiento debe ser de por lo menos un
año y tal vez deba tener una duración de tres años, si los actos ocurrieron varias veces o
durante un tiempo prolongado, o si la persona fue la agresora. Dicha recomendación se envía
por conducto del Departamento Misional para la consideración de la Primera Presidencia.
Siempre que un candidato haya estado implicado en la actividad homosexual se necesitarán una
evaluación profesional (cuyos arreglos se hacen normalmente por conducto de los Servicios
para la familia SUD) y una prueba de VIH.
Si una persona fue víctima de abuso sexual o si a temprana edad participó en relaciones
sexuales con personas del mismo sexo y si en el momento no hay nada que indique que tiene
tendencias homosexuales, podrá ser considerada para prestar servicio misional. El envío de los
formularios de recomendación misional no requiere aprobación adicional aparte de la del
presidente de estaca.
Confesiones tardías
Los obispos y los presidentes de estaca enseñan a los futuros misioneros que, para ser
merecedores de la necesaria guía del Espíritu, deben resolver las transgresiones antes de entrar
en el campo misional. Estos líderes explican a los candidatos a misioneros que, a menos que
existan circunstancias inusuales, al descubrir que un misionero ha entrado en el campo
misional sin resolver las transgresiones graves con el obispo, se le relevará antes de tiempo y
se le enviará a casa.
Los candidatos a misioneros que previamente hayan tenido graves problemas emocionales
deben haberse estabilizado y debe darse por confirmada su condición de recuperación total
antes de que se les recomiende. El candidato que se encuentre bajo medicación para conservar
su estabilidad emocional debe haber demostrado que con esa medicación puede desempeñar su
función bajo las exigencias del entorno misional antes de que sea recomendado. Además, el
candidato deberá prometer que seguirá tomando los medicamentos, a menos que el profesional
que proporciona la asistencia médica autorice lo contrario. En los formularios de
recomendación del misionero el obispo incluye una lista de los medicamentos que la persona
esté tomando.
Los jóvenes misioneros que tienen un considerable exceso de peso tienen dificultades para
hacer frente a las rigurosas exigencias físicas de una misión. Esas dificultades también afectan
a sus compañeros. Si el peso de esas personas tendrá un efecto negativo en el servicio que
presten, los obispos y los presidentes de estaca deberán ser sensibles y prudentes al considerar
si se les debe recomendar salir a la misión. Si los futuros misioneros tienen considerable
exceso de peso, los líderes locales deberán aconsejarles que bajen de peso antes de enviar los
formularios de recomendación misional. Para conseguir información en cuanto a las pautas
relacionadas con el peso, el obispo o el presidente de estaca se puede poner en contacto con el
Departamento Misional o con la oficina administrativa correspondiente.
Si un miembro que tenga serios impedimentos tiene fuertes deseos de servir en una misión pero
no reúne los requisitos, el obispo y el presidente de estaca le expresan amor y gratitud por sus
deseos de prestar servicio, y le explican que, debido a las circunstancias, queda
honorablemente exento del servicio misional por su propio beneficio y para evitar exigencias
innecesarias en los líderes y compañeros de misión.
A esos miembros se les debe alentar a proseguir en el logro de empeños tan importantes como
los estudios, el desarrollo laboral o profesional, la preparación para el templo y el matrimonio
en el templo. En cuanto a las personas que tengan un fuerte deseo de servir, el obispo podrá
deliberar en consejo con el presidente de estaca a fin de determinar cuáles son las
oportunidades locales para prestar servicio a la Iglesia y a la comunidad. Para obtener
información en cuanto a los misioneros de servicio a la Iglesia, véase 4.12.
Si el asesor médico de área considera que la persona necesita tratamiento antes de que pueda
prestar servicio, examina la situación con la Presidencia de Área; ésta podrá devolver los
formularios de recomendación misional al presidente de estaca, quien se asegurará de que se
hagan los arreglos para que la persona reciba el tratamiento necesario. Una vez que se resuelva
la condición médica, el presidente de estaca podrá volver a enviar los formularios.
El misionero y su familia deben hacer los sacrificios adecuados para proporcionar el sostén económico
para la misión. Es mejor que una persona demore la misión por un tiempo y ahorre dinero para pagar sus
gastos, en vez de depender totalmente de otras personas. Sin embargo, a los candidatos a misioneros
dignos no se les debe privar de servir en una misión sólo por motivos económicos cuando ellos y sus
familias se han sacrificado de acuerdo con sus posibilidades.
Los presidentes de estaca y los obispos informan a los misioneros y a otras personas que
aporten al fondo misional del barrio que esas contribuciones, incluso las que se paguen de
antemano, no son reembolsables (véase14.4.9).
Los líderes y los miembros de la Iglesia no deberán solicitar a las personas que residan fuera de
los límites de sus propias unidades de la Iglesia que contribuyan al sostenimiento financiero de
un misionero, excepto a quienes sean sus familiares.
Fondos personales
Las contribuciones de igualación cubren los gastos relacionados con el servicio de los
misioneros que figuran bajo el encabezamiento anterior, pero los gastos adicionales se cubren
con fondos personales. Entre esos gastos se incluye la compra y reparación de ropa y bicicletas,
los gastos médicos que la misión no pague y las llamadas telefónicas aprobadas a casa. Entre
otros gastos personales, que se deberán mantener a un mínimo, podría incluirse el revelado de
rollos de película, los objetos de recuerdo, regalos, multas y daños a apartamentos o a
vehículos que hayan resultado de la mala conducta o de la negligencia del misionero.
1. El barrio de residencia del misionero se encuentra en uno de los países que la Iglesia haya
designado para participar en el programa de contribuciones de igualación.
3. El misionero, los padres, otros familiares y los miembros del barrio y de la estaca están
contribuyendo de acuerdo con las pautas que haya establecido la Presidencia de Área.
(Basándose en esas pautas, los presidentes de estaca y los obispos conversan con los
candidatos a misionero y sus familias a fin de establecer una obligación específica de apoyo
económico, basada en el sacrificio adecuado por parte del misionero y de la familia.)
4. El misionero cuenta con sus propias Escrituras y su ropa para la misión, incluso los
gárments del templo, y ha resuelto cualquier necesidad dental o de salud.
A fin de solicitar ayuda para un misionero que reúna todos esos requisitos, el obispo llena la
solicitud para Asistencia financiera complementaria para misioneros de tiempo completo, y la
envía junto con los formularios de recomendación del misionero.
1. Matrimonios misioneros
Estos misioneros no pueden contribuir al fondo misional del barrio para su propio uso. Sin
embargo, los matrimonios misioneros y las hermanas de 40 años en adelante pueden recibir
ayuda económica del fondo una vez que se cumplan todos los siguientes requisitos:
Cuando se recomienda a matrimonios para una misión, los líderes pueden recomendar de manera
confidencial algunas clases específicas de asignaciones; sin embargo, dichos líderes no deben prometer
nada con respecto a la asignación que los miembros puedan recibir. Los candidatos a misioneros deben
estar dispuestos a aceptar cualquier asignación.
Los misioneros son llamados desde su barrio de origen. Sin embargo, el obispo de otro barrio, como un
barrio de jóvenes adultos solteros, puede hacer el trámite de una recomendación para misionero por el
barrio de origen. Para eso, debe hacer lo siguiente:
2. Averiguar con él sobre la dignidad del candidato cuando se prepare para hacerle la entrevista para
determinar la dignidad.
El nombre del barrio y de la estaca originales, el nombre del obispo y del presidente de estaca de esas
unidades y el número de unidad del barrio de origen deben incluirse en el formulario de recomendación.
Al seguir este procedimiento, el obispo del barrio que no es el barrio de origen puede asegurarse de que se
hayan resuelto todos los asuntos pertinentes a la dignidad, a la salud física, mental y emocional, al apoyo
económico y al punto de partida del misionero antes de enviar la recomendación misional. El presidente de
la estaca actual se asegura de que se haya seguido este procedimiento y que, junto con la recomendación,
se envíe la carta del obispo del barrio de origen.
Ni el presidente de estaca ni el obispo ni el candidato a misionero ni la familia deben hacer ningún anuncio
acerca del llamamiento a la misión antes de que éste se reciba.
El obispo asimismo se asegura de que los misioneros recién llamados cumplan de inmediato con todas las
instrucciones que reciban de las Oficinas Generales de la Iglesia, como conseguir el pasaporte, tramitar el
visado y adquirir la ropa apropiada.
Los misioneros recién llamados deben, además, leer o volver a leer el Libro de Mormón antes de comenzar
la misión.
Aunque es importante que los misioneros que acaban de recibir su llamamiento hablen en la
reunión sacramental, estos discursos no deben dominar el programa de la reunión hasta el
punto de excluir otros valiosos temas y discursantes.
Los miembros deben evitar costumbres que puedan menoscabar la naturaleza sagrada de un
llamamiento misional u ocasionar un gasto innecesario. Tales prácticas incluyen programas de
recepciones al público para el misionero (con excepción de las reuniones familiares), el envío de
anuncios o invitaciones impresos, la impresión de programas especiales para la reunión
sacramental y la formación de una línea de recepción en el centro de reuniones al finalizar la
reunión sacramental.
Mucho antes de la fecha de partida, el obispo examina estas pautas con el misionero recién
llamado y con su familia.
Se aparta al misionero en una fecha lo más cercana posible al día de su partida. Aun cuando el
misionero vaya a viajar cierto tiempo entre el momento de partir de su hogar y la llegada a un
CCM o al campo misional, no se debe esperar que lo aparten los líderes del CCM ni otros líderes
del sacerdocio.
Un día o dos antes de apartar al misionero, el presidente de estaca le hace una entrevista para
confirmar la dignidad del misionero. Esa entrevista es también una buena oportunidad de hablar
de la salud actual de éste. Si no es digno o si existen problemas de salud graves que no se
hayan resuelto, no se le aparta. El presidente de estaca notifica al Departamento Misional (al 1-
801-240-2179 ó al 1-800-453-3860, extensión 2-2179).
El momento de apartar al misionero debe ser una ocasión especial y pueden estar presentes la
familia y los amigos íntimos. El presidente de estaca habla brevemente para hacerles sentir lo
sagrado e importante que es el llamamiento.
El presidente de estaca sigue el procedimiento habitual para apartar a una persona (véase el
Manual 2, 19.4.) Primero, lo aparta como misionero de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de
los Últimos Días asignado para trabajar en la misión a la cual se le haya llamado. Luego, agrega
una bendición del sacerdocio de acuerdo con lo que el Espíritu le indique. El presidente puede
invitar a los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec que sean dignos, como el padre del
misionero, a formar parte del círculo.
4.8.4 Transporte
La Iglesia paga los gastos de viaje de ida y vuelta a la misión de los misioneros. A los que vayan
a un CCM, la Iglesia les paga el viaje al CCM y de allí a la misión. Muy pronto después de enviar
el llamamiento misional se envía la información sobre los arreglos del viaje.
Cuando presten servicio en su país de residencia, los matrimonios y las mujeres solteras de 40
años en adelante pueden llevar consigo su propio vehículo, pero tienen la responsabilidad de
pagar los gastos de funcionamiento y mantenimiento, como lo son el seguro, las reparaciones y
el combustible. A esos misioneros se les dará un reembolso para cubrir los gastos por viajar de
ida y vuelta a la misión en su propio vehículo. Se puede obtener información sobre este
reembolso de la Oficina de Viajes de la Iglesia. En caso de cualquier pregunta, llámese al 1-
800-537-3537 ó al 1-801-240-5149).
Se aconseja que cuando los misioneros salgan del CCM, las familias no vayan al aeropuerto para
verlos.
En casos poco comunes, los misioneros más jóvenes pueden recibir la asignación de prestar
servicio en puestos de liderazgo de rama; sin embargo, tales asignaciones requieren la
aprobación del presidente de misión y se hacen únicamente después que se hayan considerado
con reflexión y oración todas las demás opciones. Si al matrimonio o al misionero joven se les
dan tales asignaciones, prestan servicio sólo hasta que se llame a un miembro local que reúna
los requisitos necesarios.
Si a los misioneros se les asigna a puestos de liderazgo en ramas que pertenecen a una misión,
incluso como presidentes de rama, no se les aparta. La autoridad para actuar en cualquier
puesto de la misión es inherente a su apartamiento como misionero. Si llevan a cabo una
función que requiera llaves del sacerdocio, como efectuar una entrevista de bautismo o presidir
una rama, lo hacen por asignación y la delegación de autoridad.
Si a los misioneros se les asigna a puestos de liderazgo en ramas que pertenecen a una estaca,
se les aparta bajo la dirección de la presidencia de estaca.
4.9.6 Ayuno
Los misioneros no deben pedir a sus amigos, familiares ni a los miembros de su barrio de
origen que hagan ayunos especiales con ellos.
Correo electrónico
Como una alternativa al correo regular, los misioneros pueden valerse del correo electrónico
para comunicarse con su familia en el día de preparación, según las pautas que se hayan
aprobado en la misión.
Presidentes de misión
Véase 13.6.5.
Los misioneros deben viajar directamente a su casa desde la misión. Se permite cualquier otro viaje sólo
cuando el misionero vaya acompañado de, por lo menos, uno de sus padres o tutores.
La Iglesia aconseja que los padres no vayan a buscar a sus misioneros; sin embargo, si los padres solicitan
ese privilegio, deberán entender que:
1. Sus planes deben basarse en la fecha de relevo establecida por el presidente de misión.
2. No deben solicitar un cambio de la fecha del relevo por la conveniencia de otros planes de viajes o
compromisos.
3. Deberán informar al presidente de misión o a la Oficina de Viajes de la Iglesia, por lo menos con tres
meses de anticipación, si tienen planes de viajar con su misionero.
4. Se espera que hagan sus propios arreglos de viaje, incluso el alojamiento y las comidas.
Los misioneros deben vestirse y comportarse de acuerdo con las normas misionales durante el viaje de
regreso a su hogar, porque no serán relevados sino hasta después de haber dado su informe al presidente
de estaca. En su viaje de regreso no deben causar inconveniencias a los miembros, a los presidentes de
misión, a otros misioneros o a otras misiones.
Misioneros jóvenes
Cuando se releva a un misionero joven, éste se beneficia de tener entrevistas frecuentes con los
líderes del sacerdocio durante el periodo en que hacen la transición de la intensa concentración
espiritual del servicio misional a los distintos emprendimientos de la vida cotidiana.
A fin de facilitar esto, el presidente de misión lleva a cabo una entrevista para determinar la
dignidad de cada misionero que está por regresar a casa y le extiende una recomendación que
tendrá apenas 90 días de vigencia. Por tanto, el presidente de misión pone una fecha de emisión
en la recomendación para el templo que resulte en que dicha recomendación se venza en 90
días. Esta recomendación requiere sólo la entrevista del presidente de misión y las firmas de él
y del misionero. Si el misionero tiene una recomendación para el templo válida cuando el
presidente de misión lo entrevista, el presidente de misión se la pide y la destruye al extenderle
la recomendación de 90 días.
Los líderes locales del sacerdocio entrevistan al ex misionero cuando queda poco para el
vencimiento de la recomendación para el templo de 90 días. Si el ex misionero es digno, se le
extiende una recomendación para el templo cuyo plazo de vencimiento sea el normal de dos
años.
Misioneros mayores
Si la recomendación de un misionero mayor que vaya a regresar está a punto de vencer, el
presidente de misión lleva a cabo la entrevista de recomendación para el templo como parte de
la entrevista final y le extiende una recomendación nueva. Esta recomendación requiere sólo la
entrevista del presidente de misión y las firmas de él y del misionero.
Al relevar a los misioneros, el presidente de estaca también los entrevista. Esa entrevista es una
importante oportunidad para que los misioneros sigan edificando sobre los cimientos de las
experiencias de la misión y se comprometan a seguir adelante por toda la vida en un sendero de
progreso espiritual y de servicio. El presidente de estaca debe dedicar el tiempo suficiente a
esas entrevistas para:
1. Discernir los puntos fuertes y las necesidades de los misioneros, y luego ayudarlos a fijar
metas y a hacer planes que enriquecerán los buenos hábitos que hayan adquirido y que
tendrán poder en su vida cotidiana.
2. Examinar la importancia de hacer lo que sea necesario para seguir sintiendo el Espíritu
diariamente.
3. Alentar a los misioneros a elegir el trabajo que harán en la vida y prepararse para él.
4. Pedir a los misioneros que se comprometan a pagar un diezmo íntegro, a ser activos en la
Iglesia y a prestar servicio fiel en los llamamientos y asignaciones de la Iglesia durante toda
su vida.
El presidente de estaca también alienta a los jóvenes misioneros que regresan a mantenerse
dignos y a prepararse para casarse en el templo; sin embargo, no debe sugerirles ni insinuarles
que se casen dentro de un tiempo determinado.
Tan pronto como resulte práctico, el obispado del barrio de origen del misionero hace arreglos
para que éste hable en una reunión sacramental. Se le debe conceder suficiente tiempo para
compartir experiencias espirituales y dar testimonio. Su discurso deberá edificar la fe y animar a
los jóvenes a servir en una misión. La presidencia de estaca puede asignarle también discursos
en otras reuniones sacramentales como compañeros de miembros del sumo consejo.
El presidente de estaca aconseja a los ex misioneros que enseñen el Evangelio en los discursos
que den. Al hablar en reuniones sacramentales, los misioneros deben compartir experiencias
que fortalezcan la fe en Jesucristo, edifiquen el testimonio, animen a los miembros a vivir y a
compartir el Evangelio, e ilustren los principios del Evangelio. Deben evitar las descripciones de
viajes, los relatos impropios sobre sus compañeros u otras personas, comentarios despectivos
sobre los lugares donde trabajaron y cualquier otro tema que pueda ser inapropiado que un
siervo del Señor trate en el marco sagrado de una reunión sacramental.
Llamamientos
Los líderes del sacerdocio deben extender un llamamiento lo más pronto posible a los
misioneros que recientemente hayan regresado para ocupar cargos de la Iglesia. Los líderes del
quórum de élderes y de la Sociedad de Socorro también asignan a todo(a) ex misionero(a) como
maestro orientador o maestra visitante.
Las parejas a las que se recomienda para el servicio misional ya no deben ocupar empleos de
jornada completa. Si el matrimonio tiene que alejarse del hogar para prestar servicio, ya no
deben tener hijos dependientes que vivan en casa. Los obispos y los presidentes de estaca
prestan especial atención a fin de asegurarse de que la pareja goce de buena salud para prestar
un servicio eficaz como misioneros.
La información sobre las oportunidades misionales para los misioneros mayores se encuentra
en internet, en LDS.org. Los presidentes de estaca y los obispos pueden utilizar esa información
con el fin de localizar las oportunidades para los miembros a quienes estén alentando para
prestar servicio. De manera confidencial, el obispo puede recomendar asignaciones específicas
para esos miembros, aunque no debe hacer promesas en cuanto a las asignaciones que un
miembro recibirá. Los candidatos a misioneros deben estar dispuestos a aceptar cualquier
asignación.
Las Autoridades Generales, los presidentes de misión, los presidentes de templo y los
directores de los departamentos de la Iglesia también pueden buscar matrimonios a quienes se
podría recomendar para prestar servicio misional. Los nombres de esos miembros se deben
enviar al Departamento Misional, cuyos representantes se pondrán después en contacto con el
presidente de estaca. Éste trata el asunto con el obispo a fin de considerar la salud, la capacidad
y la disponibilidad para prestar servicio y otras circunstancias de cada uno de los futuros
misioneros. Luego, el obispo se reúne con los miembros y los anima a llenar los formularios de
recomendación misional. Si se aprueba la recomendación, el Presidente de la Iglesia extiende
una carta de llamamiento.
En los lugares donde haya una gran concentración de miembros, un miembro de la Presidencia
de los Setenta o de la Presidencia de Área, en coordinación con los presidentes de estaca, busca
matrimonios que podrían llenar las vacantes de misioneros en oficinas de misión, centros de
visitantes, centros de empleo, centros de historia familiar, templos y oficinas del Sistema
Educativo de la Iglesia. En el desempeño de esas asignaciones se podrían incluir a los
matrimonios a quienes no les es posible dejar sus hogares, pero que desean prestar servicio por
lo menos 32 horas por semana. Esos misioneros podrían recibir del Presidente de la Iglesia
llamamientos para servir en una misión, sin tener que dejar sus hogares. Las recomendaciones
para esa clase de misioneros se envían de la manera acostumbrada.
Aquellos que puedan prestar servicio menos de 32 horas por semana todavía pueden recibir
asignaciones locales, tal como se especifica en 4.12.
Los obispos, los presidentes de estaca y otras personas que estén alentando a los matrimonios
a servir en una misión deben comprender que es posible que esos miembros tengan cierta
preocupación debido a erróneas ideas preconcebidas en cuanto a lo que se esperará de ellos.
Los líderes pueden asegurar a los futuros matrimonios misioneros que no se esperará que ellos
reúnan las mismas normas en lo que respecta a horas de trabajo u otras actividades que lo que
se espera de los misioneros más jóvenes. A los matrimonios se les concederá cierta flexibilidad
para fijar sus propias metas y horarios de acuerdo con sus necesidades personales, los
requisitos de sus asignaciones y la guía de la persona que los presida.
1. Liderazgo
3. Historia Familiar
4. Servicios humanitarios
5. Oficinas de misión
6. Oficinas de Área
7. Administración de propiedades
8. Administración de granjas
9. Asuntos públicos
10. Templos
Para responder a las necesidades locales, el presidente de misión puede cambiar esas
asignaciones, después de consultarlo con los departamentos de las Oficinas Generales de la
Iglesia que supervisan la asignación original.
Para informarse sobre los misioneros mayores que sirven como oficiales en las unidades
locales, véase 4.9.4.
Por lo normal, se llama a los misioneros de servicio a la Iglesia de 6 a 24 meses; por lo menos sirven 8
horas semanales y típicamente menos de 32 horas. Al servir, a menudo viven en casa. Los hombres deben
tener, por lo menos, 19 años y las mujeres deben tener, por lo menos, 21. No hay una edad máxima.
Las misiones de servicio a la Iglesia a menudo son una buena alternativa si a los miembros dignos no les
es posible servir en misiones de tiempo completo por desafíos de salud, económicos, familiares o de otro
tipo (véase 4.5.3).
Los misioneros de servicio a la Iglesia son llamados por su presidente de estaca y son apartados por su
obispo, tal como se señala en 4.12.3.
7. Historia Familiar: Biblioteca de Historia Familiar en Salt Lake City, bibliotecas regionales
de HF y soporte mundial de FamilySearch.
Se anima a presidentes de estaca, obispos y miembros a usar los siguientes para identificar y
obtener datos para oportunidades de este tipo:
Fuera de Estados Unidos y Canadá: Internet: lds.org/csm Llamar por teléfono o escribir a la
oficina administrativa asignadaCorreo-e: csm-support@ldschurch.org
Como con los misioneros de tiempo completo, el obispo y el presidente de estaca se aseguran
de que todos los futuros misioneros de servicio a la Iglesia sean dignos de poseer la
recomendación para el templo. Se aseguran de que, tanto física como mental y emocionalmente,
puedan atender los deberes de su llamamiento. Los futuros misioneros tienen que poder
sostenerse económicamente y pagar todos sus gastos personales, su seguro, y gastos médicos
y dentales. No se debe llamar a una misión de servicio a la Iglesia si las responsabilidades de la
misión impedirían cumplir con el deber de cuidar a hijos dependientes que viven en el hogar.
Los obispos y los presidentes de estaca dan el debido reconocimiento a los miembros llamados
como misioneros de servicio a la Iglesia, reconocimiento que incluye anunciar el llamamiento a
los miembros del barrio o de la estaca. También podría incluir el invitar a los misioneros a dar
un informe sobre el servicio que prestan en reuniones apropiadas.
4.12.4 Transporte
Los misioneros de servicio a la Iglesia se encargan de conseguir su propio medio de transporte
a su sitio principal de trabajo. Si la asignación de la misión requiere viajes adicionales, esos
gastos pueden ser reembolsables.
4.12.7 Extensiones
Al acercarse al fin del período de la asignación, el tiempo de servicio se puede extender si así lo
desea el misionero y si sus servicios todavía son necesarios. La extensión puede hacerse en
diversos incrementos, pero el total del período de servicio no debe exceder los treinta meses. El
coordinador del departamento examina la solicitud de extensión con el presidente de estaca, y
si el presidente de estaca la aprueba, se lo comunica al misionero y se lo notifica al obispo del
misionero.
Deben pasar por lo menos seis meses del relevo antes de que se reciba otro llamamiento de
misión de servicio a la Iglesia. Cualquier excepción debe ser aprobada por el presidente de
estaca.