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MECANISMOS DE que influyen en las agendas de opi­ Frente a esta problemática, el Pro­ ~~tI~~11l1L~t~\~1 NOTA A LOS LECTORES ml\tWI~"lli_~

,.,J~Li;R~~~_
REGUIAOON DE LOS MEDIOS
DE COMUNICACION,
nión, en actores sociales decisivos en
la arena política.
yecto Latinoamericano de Medios de
Comunicación de la Fundación Frie­
drich Ebert organizó el seminario in­
Il 8hasqui
:~as prácticas sociales constituyen un escenario donde la efectividad de
Experiencias A raíz de este nuevo papel de los ~las versiones mediáticas hegemónicas de la realidad se relativizan: los
ternacional "Mecanismos de regula­ Revista LatinO,americana t erceptores aceptan, negocian o rechazan -para plantearlo desde una
latinoamericanas. medios -y dada la creciente politiza­ ción de los medios de comunica­
cíón, concentración y globalización de Comunicación perspectiva esquemática- esas versiones. El dossier Comunicación y prácti­
Proyecto Latinoamericano para ción", en agosto de 1997, en Quito.
Medios de Comunicación. de ellos- se ha iniciado una discusión En él participaron expertos de Boli­ cas sociales parte de entender la comunicación fuera de los ejes tradiciona­
Fundación Friedrich Ebert.
sobre la necesidad de regular su ac­ via, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador Nb.62 - ,JUNIO 1998 les de análisis de los medios de comunicación. Es decir, la comunicación
tuación para impulsar una mayor de­ y Perú con el objetivo de discutir la entendida como dimensión básica de la vida y de las relaciones sociales, en
Quito, 1997. mocratización de la comunicación. función de los medios en sociedades donde se producen acciones comunicativas que construyen interacciones
democráticas, intercambiar y analizar políticas, procesos de organización social, producción simbólica, etc. Presen­
En el centro del debate están al­
gunas inquietudes. Por ejemplo, có­ las experiencias latinoamericanas con tamos ensayos e informes de investigación que indagan las diversas formas
mo lograr equilibrar el deber de distintos mecanismos de regulación de relación y expresión de actores sociales en diferentes contextos y situa­
informar. es decir la obligación del de los medios (sus objetivos, alcances ciones, y en el marco de diferentes gramáticas culturales. Son análisis relati­
Estado y de las instituciones políticas y limitaciones en la práctica) y esta­ vos a esos tres componentes básicos -según Martín-Barbero- de las prácticas
de volver sus acciones más transpa­ blecer la necesidad y viabilidad de sociales: socialidad, ritualidad y tecnicidad. En todos ellos está la comunica­
rentes y accesibles para la ciudada­ regulaciones, para elaborar propues­ ción -no los medios- como parte y producto de esas prácticas: la moda, los
nía; el deber y derecho de informar, tas adecuadas. gestos y el cuerpo como escenarios de signos y simbolizaciones, expresio­
lo que implica defender por parte de Dada la actualidad del terna y el nes musicales contemporáneas recreadas en matrices culturales específicas,
las empresas y profesionales de la co­ alto nivel de lo expuesto en dicho se­ danzas y teatralidad centenarias aún vigentes que constituyen "microresísten­
municación el derecho fundamental minario, la institución organizadora cias que fundan microlibertades", recursos técnicos modernos (la cámara fo­
de la libertad de expresión, conscien­ creyó oportuno proporcionar, a un tográfica) que permiten "miradas" de culturas ancestrales, la ciudad... Frente
Fenómenos políticos como el as­ tes de que ello exige una ética profe­ público más amplio, esta publicación, a la creciente masmediación de la sociedad, el reto es fortalecer las prácticas
censo y la caída de personajes me­ sional y una actitud pluralista: y el con las ponencias, resúmenes de las democráticas, pues -como dice Guillermo Orozco- ellas "son acciones refle­
diáticos (Collar de Mela, en Brasil, o derecho de la ciudadanía a acceder a discusiones y las conclusiones, como xionadas entre interlocutores que colectivamente producen sentidos a su co­
Abdalá Bucaram, en Ecuador) recon­ información plural y útil para poder un aporte a la discusión que busca municación y configuran significados a su acción, a su agencia".
firman un hecho hoy incuestionable: formarse su propia opinión y, por en­ estructuras más democráticas y partí­ Carlds María Ocan1p<?s,(~EA

los medios de comunicación se han de, participar con criterio en el pro­ cipativas de las comunicaciones. La proliferación creciente (nuevas ediciones y reediciones) y la trascen­
Consuelo Feraud, UNESCO.

convertido, de entidades interesadas ceso democrático. Dórte Wo1lrad Carlos Ayala, FENAPE.

dencia de los límites empresariales para los que fueron creados (llegan a
Héctor Espín, UNP.
universidades, instituciones y público en general) son dos hechos que han
Tulio Muñoz, AER.
caracterizado al "fenómeno" de los Manuales de estilo de medios de comu­
nicación, en los últimos años. ¿Responde esto a una verdadera necesidad de
PONGA SU Asistente de Edición

Martha Rodríguez

normal' el estilo de cada medio o a una estrategia de marketing? Según Mar­


tín Yriart, estos textos no solo son manuales de producción (que atienden a
aspectos léxicos, semánticos, gramaticales, etc. y que buscan que el produc­
INFORMACION
Corrección de Estilo

Manuel Mesa

MagdalenaZarnbrano

to sea lo que el editor quiere que sea), son también parte de una estrategia
para legitimar el producto frente a sus consumidores, proclamar su calidad y
son instrumentos de formación de imagen, por ello cree que no son necesa­
EN TODO El MUNDO
Portada y contraportada

Efraín Andrade Viteri

rios excepto en las grandes agencias de información. En este dossier presen­


tamos dos articulas muy críticos (Rodríguez e Yriart), dos que reseñan lo
Impreso
que han sido, son y proyecciones de manuales de importantes medios espa­
Editorial QUIPUS - CIESP AL
ñoles: EFE y ABC (no obstante el reiterado pedido, no contamos con aportes
No sea solo un espectador en Internet, forme parte de la de medios latinoamericanos) y uno que, ante la carencia, propone normas
IC·hai.qUi. es una publicación de CIESP AL.

red mundial de información más grande del mundo. Por de estilo para divulgadores científicos. Creemos que estos textos suscitarán
sólo 20 dólares al mes mantenemos su sitio web en Apartado 17-01-584. Quito. Ecuador
un gran debate al respecto,
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Contrapunto es una nueva sección. Con ella queremos motivar el deba­
mayor facilidad de acceso y mucho más... E-mail:chasqui@ciespaLorg.ec
te; abrir un espacio dedicado a "contrapuntear", matizar y complementar te­
hup://www. comunica.org/chasqui
mas tratados en ediciones anteriores; y dar un seguimiento a los mismos.
Registro M,I.T., S.P.I.027
En este número, el tema de la sección es "Crónica roja: espectáculo y nego­
INTEGRESE ANUESTRO SERVIDOR DEDICADO ALA INFORMACION SOCIAL
ISSN 13901079

Los artículos firmados no expresan

cio", dossier publicado en la Cbasqui 60. Reiteramos nuestra invitación para


"contrapuntear" y ser parte activa de la revista: ¡tome la posta!
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.;.;t
de la redacción de Chasqui. Se permite su

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flllmtey se envíen dos ejemplares a

do Checa Montúfar
Nodo Ecuanex INTERNET: http://www.ecuanex.apc.org Chasqui.
Editor

92 CHASQUI 62, junio. 1998


COMUNICACION y 22 Neoliberalismo: sofisma 30 La fotografía para una UPV, 1995). Analiza la trayectoria de televisivo en la región, de carácter
científico y fascinación etnología de la comunicación la primera televisión regional españo­ político, educativo y cultural.

PRACTICAS SOCIALES comunicativa Sarah Corona Berkin la, con un canal en lengua vasca des­
Perla Anaya, José: La radtoteleoi­
José R. García Menéndez de 1982 y otro en lengua española sión: espectro del poder y del futuro JollIcHullebrOt.Ck.Marb~QI>imz:

desde 1986.
. 1margen de los medios
26 La danza aymara como
34 Ciudades andinas: la
Mazziotti, Nora (comp.): El es­
(Lima: CICOSUL, 1995). Analiza, des­

de comunicación, dialéctica del escape de una perspectiva política, la radio y

resistencia Eduardo Kingman Garcés pectáculo de la pasión: las telenovelas la televisión en el Perú.

unque su influjo es
inevitable) existen diversos
Jaime lturri Salmón latinoamericanas (Buenos Aires: Co­

lihue, 1995). Esta obra colectiva estu­


Prieto Barrero, Manuel et al.:
Televisión y cultura (Valencia: RTVV,

dia la producción y el consumo del
procesos) expresiones y relato melodramático en las televisio­
1995). Diferentes aproximaciones al
fenómeno cultural de la televisión:
formas comunicacionales nes colombiana, mexicana, peruana,
como medio hegemónico de la cultu­
altamente significativas. brasileña y argentina.
ra de masas y como canalizador de la
Mazziotti, Nora: La industria de
Algunas de ellas son la telenovela: la producción de ficción
alta cultura. cualitatiVoycuantitativo
de la
analizadas por los autores en América Latina (Buenos Aires: Raventós, joan et al.i La televisi6 programacióntelevisiva
Paidós, 1996). Se ocupa de esta ge­ a 1'era digital: primeres jornades par­ en el Perú
que presentamos en este lamentdries sobre mitjans de comuni­ UNION IATINA ~
nuina producción audiovisual latinoa­
dossier. mericana, sobre todo en Argentina, cació audiovisual (Barcelona: Co­
pero con referencias a los principales lumna, 1997). Incluye una serie de
productores: Brasil, México y Vene­ ponencias de expertos sobre los retos
zuela. que supone, desde el punto de vista
jurídico, político, económico y tecno­ Villanueva, Ernesto: Régimen jU­
Moragas, Miquel de ; Nancy K. ridico de la televisión privada en Eu­
lógico, este tipo de televisión que se
Rivenburgh ; James F. Larson ropa e Iberoamérica (Madrid: Fragua,
está implantando en España desde
(dírs.): Teleuiston in tbe Olympics 1997). Describe los fundamentos
1997.
(London: john Libbey, 1995). Analiza constitucionales y el marco legal de
el papel de las ceremonias de inau­ Sánchez Tabernero, Alfonso et la televisión privada en Argentina,
guración y de clausura de los Juegos at.. Estrategias de marketing de las Colombia, España, México y Portugal,
MANUALES DE ESTILO Olímpicos de Barcelona'92 desde una empresas de televisión en España entre otros países.
óptica mundial: cómo se presentaban (Pamplona: EUNSA, 1997). Analiza el
os hechos han caracterizado al 'fenomeno" de los Varios autores: La protección ju­
a sí mismos los diferentes países par­ mercado televisivo español, la refor­
rídica de la obra audiouisual (Ma­
manuales de estilo en lo últimos años, en ticipantes y cómo eran vistos por los ma del marco legal, la programación,
drid: Entidad de Gestión de Derechos
demás. la producción, la promoción y distri­
Iberoamérica: cada vez más medios los producen y bución, la gestión publicitaria. las au­
de los Productores Audiovisuales,
Moragas, Miquel de ; Carmelo 1995). Como consecuencia de la mul­
los manuales han trascendido los límites para los cuales Garitaonandia (eds.): Descentrali­ diencias, las estrategias de marketing
tiplicación de los canales de comer­
fueron creados. ¿" Verdadera necesidad de normar el estilo zation in tbe Global Era: Television in y la televisión digital.
cialización de producciones
de cada medio o afán de prestigiar el producto ante sus tbe Regions, Nationalities and Small Schneider Madanes, Graciela audiovisuales en el mercado español,
Countries of the European Union (dir.): L'Amérique Latine et ses télért­ se ha hecho cada vez más necesario
consumidores? (London: john Libbey, 1995). Porme­ sions. du local au mondial (París. proteger los derechos de propiedad
4 Las prácticas en el contexto
37 Qués, para qués y cómos del norizado análisis de la televisión en Anrhropos.Ivá. 1995), Analiza espe­ intelectual de las obras originales,
comunicativo
manual de estilo las regiones y pequeños países euro­ cialmente los mercados más desarro­ tanto nacionales como extranjeras.
Guillermo Orozco Gómez Hernán Rodríguez Castelo peos, la descentralización política. llados (Brasil, :\rgentinJ )' México), la Varios autores: La nueva pers­
administrativa y cultural en los gran­ producción de telenovelas Y otros ca­ pectiva audtouisual: el reto de la tele­
7 El cuerpo de la comunicación:

43 ¿Para qué sirve un manual de


des Estados y los diferentes modelos sos singulares (Venezuela, Chile y Pe­ visión pública regional (Madrid
del gesto a la cosmética
de implantación de un modelo tck-ví­ rú): incluye anexos estadísticos Telemadrid, 1995). Presenta una pa­
estilo?
José Sánchez-Parga sivo de proximidad. continentales y fuentes de documen­
Martín F. Yriart norámica de este tipo de emisoras
Murray, Simon (dír.): l.atiu (;lCÍÓn.
que se han desarrollado desde 1982
11 Ciudad, sociedad civil y American Telertsiou (Shrub Oak: Sirvén, Pablo: El rey de la TV en seis regiones españolas: País Vas­
comunicación 48 El Manual de Español Urgente Baskerville Comrnunications, 1995), Goal' Mestre y la historia de la televi­ co, Cataluña, Galicia, Andalucía. Co­
Claudio Flores Thomas de EFE Importante fuente estadística sobre la
Alberto Gómez Font sión (Buenos Aires: Clarín/Aguilar, munidad Valenciana y Madrid.
región y por países, que cuenta con 1996). Trayectoria empresarial de este Varios autores.: Teleriston flor
15 De la calle a la pasarela datos útiles sobre tipo de emisoras, magnate de origen cubano, que tu­ cable en Cbile, 1995 (Santiago de
~~~~~ ~.-:~
Valmir Costa 53 ABC: ¿un libro de estilo más? programación y audiencia. viera uno de los papeles más destaca­ Chile: Consejo Nacional de Televi­
Joaquín Amado Orozco Gómez, Guillermo dos en la implantación del medio sión, 1996). Ofrece una panorámica
17
~ ~ ~ - - -

México: movimiento punk e (coord.): Miradas latinoamericanas televisivo no solo en Cuba, en los sobre el desarrollo de esta tecnología
identidad femenina
Inés Cornejo Portugal

55 Estilo para divulgadores a la televisión (México DF: Universi­


dad Iberoamericana, 1996). Presenta
años cincuenta, sino también en Ve­ en el país, que se está implantando
científicos nezuela y Argentina, en la década si­ con velocidad, siguiendo el ejemplo
Maritza Urteaga
Manuel Calvo Hernando diferentes aproximaciones al medio guiente. argentino. O

ClIASQUl62,junio. 1998 91
11.11:'..
1
abandono de antiguas políticas de 1997, sobre la televisión iberoameri­ profesional de estos medios que han CONTRAPUNTO NUEVAS TECNOLOGIAS

comunicación que intentaban regular cana. revolucionado el siglo XX: desde la


los mercados nacionales, en la desa­ Almeida, Candido José Mendes telegrafía sin hilos hasta los satélites.
ueua seCCÜJn para "contrapuntear", matizar, 81 El ciberespacio colonizado
parición de todo tipo de fronteras de; Maria Elisa de Araújo (orgs.). Fernández Farreres, Germán: Carlos Eduardo Cortés
(ideológicas, políticas, geográficas) y As perspectivas da teleuisáo brasüetra El paisaje televisivo en España: carac­ complementar temas tratados en ediciones anteriores.
en una aceleración tecnológica im­ ao vivo (Río de janeiro: Imago, 1995). terísticas e insuficiencias del ordena­ En este número, la crónica roja (Cbasqui 60) da
previsible a medio plazo. Obra colectiva sobre diferentes face­ miento de la televisión (Pamplona:
Los analistas y expertos iberoame­ tas del medio: la aplicación de las Aranzadi, 1997). Analiza los cambios
lugar a la reflexión en torno a una experiencia
ricanos especializados en el medio te­ nuevas tecnologías, la producción in­ producidos en el ordenamiento jurídi­ interesante.
levisivo no son . ajenos a estos dependiente, los telediarios, las au­ co de la televisión en España, tras la
cambios, aunque es cierto que les re­ diencias, la hegemonía de Rede ruptura del monopolio público estatal
58 Crónica roja: hacia un periodismo del abrazo
Globo, la legislación, el mercado y los CISALVA
sulte cada vez más difícil hacer un en 1982.
mapa global sobre todo lo que está diferentes tipos de programas. Fox, Elizabeth: Latin American
ocurriendo. Desde distintas atalayas
(en especial universidades y centros
de investigación) establecidas en dife­
rentes ciudades y países, algunos teó­
Alvarez Monzoncillo, José Ma­
ría: Imágenes de pago (Madrid: Fra­
gua, 1997). Los pormenores del
nuevo modelo de televisión que se
Broadcasting: Proni Tango to Teleno­
vela (Lutton: University of Lut­
ton/Iohn Libbey, 1997). Recorrido
histórico de la televisión latinoameri­
erCaleño J14~'Z)~
ricos están publicando en los últimos está implantando en España: Canal cana, la aplicación de las diferentes
años unos libros que intentan anali­ Plus, desde 1990, y Canal Satélite Di­ políticas nacionales de comunicación,
zar aspectos parciales de la cuestión. gital y Vía Digital, desde 1997. la penetración norteamericana y los
Es cierto que todavía abundan los Brunner, José Joaquín; Carlos casos específicos de México, Brasil,
trabajos sobre la evolución histórica Venezuela, Perú, Colombia, Argenti­
del medio en distintos países. pero
Catalán: Televisión: libenad, merca­
na, Uruguay y Chile.
"'"'
do y moral (Santiago de Chile: Los
también hay otros que se ocupan de Andes, 1995). La centralidad de la te­ Giordano, Eduardo; Carlos Ze­
la actualidad en los distintos ámbitos levisión en el sistema mediático, la l1er: Polüiques de televisi6 a Bspanya:
86 NOTICIAS
o espacios comunicativos: global, ma­ regulación pública, la libertad de ex­ model teleoisiu i mercat audiovisual
cro regional, estatal y hasta rnicrorre­
APUNTES
presión y el orden moral de la socie­ (Barcelona: Fundacíó jaume Bofill,
gional. Algunos autores se interesan dad chilena. 1996). Analiza, desde una perspectiva 88 ACTIVIDADES DE
por las políticas y estructuras del me­ Cádima, Francisco Rui: Salazar, económica y política, los cambios 62 ¿Quién es el culpable? 71 El video y sus luchas por
dio, y otros por la producción de La semiótica de Eco expresar
caeta 110 e a teleitsáo P011uguesa (Lis­ que se han producido en el panora­
Iván Oñate
CrnSPAL
programas, la financiación y el mar­ ma audiovisual en los últimos años: Nancy Díaz Larrañaga
boa, 1996). Repaso a la historia políti­
keting, los aspectos jurídicos, los ca de esta modesta televisión. desde ruptura del monopolio público, apari­
cambios tecnológicos y empresaria­
su nacimiento en 1957 hasta la Revo­ ción de! vídeo doméstico, del cable y 65 Plan para desactivar cerebros 74 Los medios y las identidades RESEÑAS
les, su papel cultural y moral. A con­ lución de los Claveles en 1974. del satélite. y expansión del mercado Carlos Morales de género
tinuación se presenta una selección interior. Celia Aldana
de los libros publicados, entre 1995 y Campo Vidal, Manuel: ÍLl transi­ 89 Libros sobre la televisión
ción audiovisual pendiente (Barcelo­ Gómez Mont, Carmen (coord.): 68 Los lenguajes prohibidos iberoamericana
na: Ediciones B, 1996). Los cambios La metamorfosis de la 1V (México DF: Luis Dávila Loor 79 ¿La imitación o el arte de Daniel E. Jones
que se han producido en el mercado Universidad Iberoamericana, 1995). copiar?
televisivo español con la implanta­ Presenta una panorámica plural sobre José Luis García 92 Libros
ción de los canales privados desde los cambios que se están producien­
1990, que han llevado a una crisis do en las televisiones mexicana y es­ . .~'&'tt~t:"Rm__l$_"':@mTh'Th\'t1%&.."'lt.'W._tt'fu1&%'lt:1.%t!$.l%f:Mlm:fl::::rI:r:'j':::f::::::::::,:,::rr::::rifr:::::i'j'::r:::t:::¡:j@:@@::::mm::::::m%t~
irreversible a la televisión pública pañola: cambios tecnológicos, pero
1VE. también políticos, industriales y fi­
Díaz, Lorenzo: La televisión en nancieros.
España: 1949-1995 (Madrid: Alianza Hullebroeck, joélle ; Maria Te­
Editorial, 1995). Cuenta, de una ma­ resa Quiroz: Estudio cualitativo y PORTADA y

nera amena y bastante anecdótica, la cuantitativo de la programación tele­


historia de la programación y de los visiva en el Perú (Lima: Unión Latina, CONTRAPORTADA

profesionales que hicieron posible 1995). Realiza un estudio cuantitativo


1VE a lo largo de cuatro décadas, y y cualitativo de la programación tele­
culmina con la aparición de los cana­ visiva: por tipos de emisoras, por len­ EFRAIN ANDRADE VITERI

les regionales y privados. guas de producción y emisión, por


procedencia de los programas y por
Ecuatoriano

Faus Belau, Angel: La era audio­


visual: btstoria de los primeros cien audiencia.
Ibáñez Serna, José Luis: Oríge­ "MARIMBA", 1991

La telenovela ha dado una años de la radio y la televisión (Bar­


nes y desarrollo de Euskal Telebista, Oleo sobre tela 1.00 x 1.30

prolífica bibliografía. celona: Ediciones Internacionales


Universitarias, 1995). Pormenorizado 1982-1992: una aproximación a la
análisis de la evolución tecnológica y historia de la televisión vasca (Bilbao:

90 CIIASQUI 62. junio. 199H


I·:::·"I¡III:III.:::

~"~ ~-Rtw:.m~~:::::.'%m~ID}wr.~'W
ma: "El escribir bien significa tener un al comparar estos dos hechos, la verdad la ciencia y de la técnica, la cultura cien­ HERNAN RODRIGUEZ CASTELO :.m.~~~ :N:m::.~~~'%-%-m
sentido de la disciplina pero también lle­ debe hallarse entre esas dos posiciones tífica como proyecto actual y de futuro y
va en sí un sentido de libertad, de ampli­ extremas. como elemento indispensable en las
tud, un reto para captar y percibir la - El divulgador científico debe tener sociedades tecnológicas de finales
sustancia de los temas, una invitación a
decir algo en forma diferente si la cues­
tión necesita exponerse en forma dife­
conciencia de su objetivo básico: poner
al alcance de la mayoría el patrimonio
científico de la minoría. Para ello, defen­
del segundo milenio y comienzos del ter­
cero.
- El periodismo científico es también
Qués, para qués y cómos

rente, aunque nunca solo por querer ser derá en sus escritos, sus palabras y sus un factor de cambio, y así se lo definió
diferente".
En materia de periodismo científico y
divulgación de la ciencia, los manuales y
imágenes el derecho de todo ser huma­
no a participar en la información y en el
conocimiento ya integrarse en la Terce­
en el 11 Curso-Taller de Periodismo Cien­
tífico (Medellín, Colombia, noviembre
1987). Es también una parte de la "in­
del manual de estilo

libros de estilo no suelen tener en cuen­ ra Cultura (humanística y tecnológica). dustria del conocimiento", que produce,
ta, en general, esta especialidad infor­ - Para científicos, docentes y comu­ distribuye y transfiere información cientl­
mativa de nuestro tiempo. Una de las nicadores de lospaíses de América Lati­ fica. Bajo su influjo se modifican y a ve­
excepciones es el Manual de Periodismo na, profesionalizar la divulgación ces se trastornan conceptos eco­
Educativo y Científico, publicado por el científica en sí constituye una innegable nómicos, culturales y sociales.
Centro Interamericano para la Produc­ urgencia. La primera demanda es apun­ - El divulgador científico tiene una tri­ Es en los mediosperiodísticos
ción de Material Educativo y Científico talar la formación de comunicadores, ple responsabilidad: informar, explicar y donde han cobrado mayor
para la Prensa (CIMPEC). Su primera procedentes de cualquier disciplina, que facilitar la comprensión.
edición es de 1974. Posteriormente,
vigencia los manuales de
asuman esta "delegación social de ta­ - Un primer paso es entender que la
CIESPAL lo reeditó. Al firmante de este reas" y, consecuentemente, el compro­ intención de uno y otro discurso, el cien­ estilo, por "la amplitud de esa
artículo le cupo el honor de participar, en miso/contrato social en ella implicada tífico y el divulgador, es distinta, por lo empresa de escritura, el
Quito, en las reuniones preparatorias del (Chasqui 55). cual los recursos que deben utilizarse
Manual. El manual de CIMPEC se refie­ número de personas que a ella
- En periodismo científico, como en son distintos también.
re a cuestiones gramaticales, pero sin todas las actividades humanas, y espe­ - Al hablar de nuevas líneas del pe­ aportan escritura. la variedad
una especificación para divulgar la cien­ cialmente en las relacionadas con la co­ riodismo actual, en su estudio Periodis­ de su formación -el veces de
cia. municación, es necesario innovar, mo de Servicio, la profesora María Pilar
Hoy contamos ya con literatura sobre compartir, contextualizar. Ante la revolu­
deformación- y, sobre todo, las
Diezhandino, de la Universidad del País
cómo explicar los temas difíciles en los ción contemporánea del saber, urge es­ Vasco (1994), señala la necesidad "un prisas con que debe
medios informativos y especialmente en tablecer criterios sobre una de las más periodismo que no sea untransmisor pa­ realizarse". Elautor presenta
la prensa. Las situaciones complejas graves carencias de nuestro tiempo de sivo de conocimientos y sepa identificar
constituyen siempre un desafío para el un análisispunzante y crítico
escritor y el periodista, particularmente de algunos manuales de
en la divulgación y difusión de la ciencia. medios iberoamericanos,
Eardlow da tres normas básicas:
1. Conocimiento y conciencia.
especialmente en lo atinente al
2. Práctica. estilo, la gramática y el léxico.
3. Relacionar lo desconocido con lo co­
1¡m;~ii~~~;~1~~~~~~m§~t1~;t\~~il;~i1~l¡~~~~i¡;~~
nocido

,
Sugerencias sobre el
estilo divulgador
Ante la ausencia de manuales de es­ anual de estilo" o La complejidad no les viene por "ma­ pectativas y cumplen funciones muy pre­
tilo con especialización en periodismo "Libro de estilo" nual", sino por "estilo". Porque, ¿qué tie­ cisas.
científico, al autor de este artículo propo­ se usan indistin­ nen que vercon lo que generalmente se Llega un nuevo redactor a la revista
nealgunas ideas, propias y ajenas. tamente, deno­ conoce por "estilo" las más ordinarias y y el editor le pone en sus manos un libri­
- Copérnico, en su prefacio dedicado minan algo con­ comunes normas, pordecir algo, depun­ to -o librote, que algunos son bien gor­
al Papa Pablo 111 Farnesio, decía: "Las creto y específi­ tuación? Acaso para rehuir el escollo del dos- y le dice: "Aqui está todo lo que
matemáticas solo se escriben para los co. (Y por ello deberían tener lugar en el "estilo", el manual de El Tiempo de Bo­ necesita"
matemáticos". Por el contrario, en el si­ Diccionario oficial, acaso en "manual" o gotá se hatitulado Manual de redacción. y el joven que ha llegado, a lo peor,
glo pasado, un matemático, Gorgonne, hasta en los tres lugares posibles). En Pero, a cambio, se quedó corto: un ma­ con pruritos como eso de comenzar los
afirmaba: "Nadie puede enorgullecerse cuanto a su condición de "manual" estos nual de estilo esotra cosa que unsimple párrafos sin sangría y que suelta mayús­
de haber dicho la última palabra sobre cumplen lo descrito en la acepción duo­ "manual deredacción". culas "respetuosas", se entera de que en
una teoría, en tanto no la pueda explicar décima: "Libro en que se compendia lo la revista aquella todo párrafo se co­
en términos sencillos a cualquiera que más sustancial de una materia" (DRAE). El manual de estilo mienza, como debe ser, con sangría y
encuentre en la calle". (Bertrand Russell, Hay "manuales de estilo" -no pocos que, a cambio, no se pone espacio entre
HERNAN ROORIGUEZ CASTELO, ecuatoriano. Escritor
prefacio a Lo mejor de Bertrand Russe/l, y periodista, miembro de la Academia Ecuatoriana prestigiosos y ampliamente utiliza­ párrafo y párrafo -como también debe
Edhasa, 1989). Como dice Le Lionnais, de la Lengua. dos- que responden a determinadas ex- ser-. y sobre las mayúsculas halla, a

56 CHASQUI 62, junio, 1998 CHASQUI 62, junio, 1998 37


¡1¡:¡¡_!:llj~l.j¡¡!

más de la norma fundamental (llevan Por supuesto que esta estandariza­ ~,,~~ MANUEL CALVO HERNANDO ~,~

mayúsculas inicial los nombres propios),


un modo de proceder en casos dudosos.
ción formal se perfecciona en el centro,
que se reserva el más omnímodo poder -*"'
-,
ELPAIS

, _. 1l!'lItW~..",.....
"""._....,.....'~--;i.',.iH,"'~"""..-~~'''W'
~>Wl
.......~HII
¿Qué se logra con ello? Pues, senci­ de seleccionar contenidos y hacer la edi­
llo: que todos los artículos de la revista ción final de losdespachos según los in­
aparezcan con las mismas característi­ tereses y criterios de la gran
cas. y esto nos vuelve a lo del "estilo": el transnacional que es una agencia de no­
estilo es lo que distingue y caracteriza
porigual a la escritura de un autor que a
una obra o a conjuntos, a veces vastos,
de obras -estilo rococó, por ejemplo-
ticias. A quienes tienen en sus manos la
criba se los llama gatekeepers, nombre­
cito de lo más significativo: el que tiene
el control depuertas y compuertas.
ú1.ifup,Q/Ul

El estilo es -según una de sus varias La homogeneización que puede im­


interpretaciones- desvío de la norma; se­ poner un manual de estilo se justifica en
gún otra, ejercicio de selección -tal autor el caso de una editorial que en lo gráfico
prefiere párrafos largos o períodos rotun­ quiere dar el mismo aire de familia a to­
dos (estilo periódico); el otro, como Azo­ das sus publicaciones o, al menos, a
rín, oraciones cortas y hasta cortísimas ciertas colecciones. Empobrece cuando
(estilo cortado). Pues bien, un "manual tal uniformidad se extiende a la redac­
de estilo" impone -para aquellos sobre ción misma de los artículos y, peor, si se
quienes cobra autoridad- ciertas eleccio­ avanza hasta la misma concepción de
nes, allí donde cabía vacilar entre dos los textos. Tal el caso de la revista Se­
caminos. lecciones. Por alguien que aspiraba a
En cuanto a su recepción, aunque en una representación regional de la popu­
ciertos medios su circulación sea restrin­ larísima revista, me enteré que lo prime­ No obstante la profusión de manualesde
gida, es práctica cada vez más generali­ ro le remitieron un gordísimo manual de estilo, dada en los últimos años, hay una
zada que el manual de estilo de ungran estilo, en que se normaba, con atosigan­
te meticulosidad, hasta el último detalle carencia de textos que, desde la
diario se difunda hacia círculos amplios.
"Hay una verdadera montaña de peticio­ de esos "digestos" que publica, para ha­ perspectiva del estilo, aborden temas de
nes del Libro de estilo, y lo curioso es cerlos a todos idénticos en concepción, periodismo cientifico y divulgación de la
que una buena parte de ellas no tiene extensión, estilo.
nada que ver, a priori, con ciudadanos Sin dar en extremo solo explicable ciencia. A base de su enorme experiencia
relacionados con el mundo delacomuni­ en una revista que apunta a un segmen­ en este campo, el autor nosofrece i
ur
to bastante limitado en sus exigencias fi
cación y sus aledaños", se escribía en el algunassugerencias al respecto.
prólogo del Libro de estilo de El País,
para latercera edición -abril 1990-.
intelectuales o artísticas, la imposición
de normas de las grandes transnaciona­
.,~""'''''~,~

J
les de la información -mediante manua­
Manuales de estilo y periodismo les más o menos explícitos- ha ido en
El medio en que mayor vigencia han esa dirección. "El 'libre mercado' -es de­
cobrado los "manuales de estilo" es el cir, libre juego de las cuatro grandes
periodístico -aqencias noticiosas, diarios agencias- no ha producido una gran va­ n los últimos años, los li­ Reuter elaboró uno de los mejores li­ del American Press Institute (API), se re­
y revistas-o Pero la necesidad se hasen­ riedad. sino una notable homogeneidad bros o manuales de estilo bros de estilo, y en idioma español debe cuerda, no obstante, que, a la larga, es­
tido aun más en las agencias de noticias entre los diversos sistemas nacionales", de medios informativos elogiarse la tarea que viene realizando el cribir bien depende de cada uno Sin
porque deben laborar con redactores de sedijo en una conferencia internacional'. han experimentado un Departamento de Español Urgente de embargo, son útiles algunas de sus re­
menor vinculación con el centro y más gran crecimiento, por su EFE. comendaciones, que proceden de una
dispersos por el mundo. Si a ello se aña­
El estilo utilidad para que losredac­ larga experiencia profesional, primero
En los Estados Unidos, grandes y
de que tales redactores generalmente se Los manuales de estilo ejercen auto­ tores y colaboradores dispongan de un pequeños diarios publican textos tanto como corrector de estilo y finalmente co­
reclutan en sus lugares de trabajo, ya se ridad sobre aquellos a quienes se desti­ conjunto de normas a qué atenerse en sobre las normas éticas a que sus re­ mo subdirector del Buffalo Evening
ve el caos de escritura que se produciría nano El de El País hace esta su trabajo a fin de alcanzar cierta unifor­ dactores han de ajustarse, como las re­ News, y también como docente. A noso­
si no se les provee de normas muy pre­ "Advertencia inicial": "El Libro de estilo midad formal en la producción detextos, gias principales para escribir y editar tros nos interesa aquí lo que se refiere a
cisas para reducir a ciertos formatos y de El País contiene normas de obligado ahorrar espacio y preparar los originales correctamente. Grandes periodistas han cómo explicar los temas difíciles, que
redactar con cierto "estilo" sus envíos. cumplimiento para todos los cargos del según lo prescrito. La mayoría de los li­ orientado a millares de escritores de ins­ suelen ser propios del periodismo cientí­
El resultado de la imposición de esos periódico, los redactores y los colabora­ bros de estilo incluye normas sobre orto­ tituciones y medios de comunicación. fico.
manuales ha sido la homogeneización dores. Nadie estará exento de esta nor­ grafía, puntuación, uso de mayúsculas, Entre ellos están Charles McDowell. co­ Podría subrayarse una cierta contra­
de la noticia. Y no solo dentro de la mativa". Y lo hacen en dos campos, con abreviaturas, ordinales, etc. rresponsal en Washington del Richmond dicción entre el estilo, que debería co­
agencia. En los 14 la Associated Press diferencias enormes, debidas a la natu­ Tímes-Dispacht. Clarke Stallwort, editor rresponder a la manera de expresión del
MANUEL CALVO HERNANDO, español. Licenciado en
impuso para sus despachos la forma de raleza de esos campos. Derecho y en Ciencias de la Información, profesor asociado del Birmingham News, dacon­ periodista. y la homogeneidad que exigi­
presentar la noticia conocida como "pirá­ El primero es el del estilo. Cabe es­ en la Universidad de San Pablo (Madrid) y secre­
sejos para revisar una historia, después ría una obra colectiva como es un perió­
tario general de la Asociación Iberoamericana de
mide invertida" y su Manual de estilo la perar que manuales deestilo hechos pa­ Periodismo Científico. de escrita. En un folleto preparado por dico. Sauí Pett, de la Associated Press,
convirtió en uso general. ra normar la escritura de periodistas Ecmail: mcalvofsterrabit.ictnet.es Elwood M. Wardlow. director asociado parece salvar este escollo cuando afir­

38 CHASQUI 62, junio, 1998 CHASQUl62, junio, 1998 55


\~¡:¡:":III\II.\~¡! 1:1:11.1'¡III!~.¡!:¡·
tima instancia es lo que permite transmi­ en el que se ordenan alfabéticamente biante del idioma obliga a ajustar nuestra atiendan al estilo periodístico. Pero no za, la variedad y el estilo personal"
tir con claridad, corrección y propiedad numerosos términos de empleo o grafía expresión con relativa frecuencia a esos abordan asunto tan escurridizo y erizado (2.7.). ¡,.,...e~'1Q.~.fl~q~~"'
las ideas de quien escribe. Para cumplir dudosos y otras muchas expresiones tó­ cambios, a modificar criterios, a separar­ de perplejidades sino de modo muyge­ 1';.~,1: .1.;~~' r,;,,;
y'" ';j¿! t: !4s-:"'¡J!":~' UG5.?i,ªtºj~hlTluf
ese saludable propósito, conviene man­ picas delasque conviene depurar el len­ nos, cuando resulte imperativo, de nor­ neral y que tan pronto como les es posi­ r- ~'.~', \:~ 1'\:~~/>':*\'!~ ";)t!¿~. ~~'2§:,fQ~nt9"
ble se descuelga a recomendaciones
tenerlo tan equidistante del lenguaje oral guaje periodístico. Completa el libro un mas arcaicas, imprecisas o demasiado ."r~ :~naMºª9W
como del solemne y literario. En ese pun­ apéndice con informaciones prácticas, rígidas. Por ello trabajamos en la actuali­ puntuales pragmáticas. "No pretende es­ BgtÍ'Heoil~ªV
to medio, cuanto más evite los defectos con cuya consulta se pretendió evitar a dad en una revisión completa del Libro te Libro de Estilo ser una preceptiva gra­ El Libro de estilo de ABC dedica un
expresivos del uno y los excesos retóri­ los redactores laboriosas o estériles in­ de Estilo de ABC, para corregir prescrip­ matical ni un tratado de redacción capítulo de su primera parte a las "nor­
cos del otro, será capaz de trasladar con dagaciones en fuentes a menudo disper­ ciones demasiado severas, adaptarlo a periodística", -advierte en la "Introduc­ mas de redacción y estilo propias de
eficacia y exactitud las noticias de cada sas. los cambios sutiles del idioma en estos ción" el del madrileño ABC. y dos párra­ ales normas
ABC, entendido -aclara en inciso- el esti­
día o el comentario pertinente a la gene­ años de tan cambiante naturaleza e in­ fos abajo afirma con corrosiva ironía: "El lo también como el tono general y la producirán un
ralidad de loslectores. Entre la necesidad y la necedad estilo periodístico resulta tan difícil de
corporar una serie de datos novedosos conducta informativa" (12).
El Libro de Estilo de ABC se dividió ¿Un Libro de Estilo más? Ciertamen­ para utilidad de los redactores. definir como fácil de apreciar su ausen­ medio conservador
ciaenlaspáginas impresas". Sin anunciarlos como rasgos de esti­ o uno innovador; uno
en tres partes bien diferenciadas, La pri­ te, porque no hay dos libros de estilo pe­ Como recuerda Lázaro Carreter, el lo periodístico y en desorden que traslu­
mera se estructuró en cuatro capítulos, riodísticos idénticos, en la medida en idioma español está sometido a conmo­ I~Jtmi>J-está claro-~" ce la falta de sistema, atiende a algunos ordenado y rígidamente
que versan respectivamente sobre los que cada uno refleja el espíritu y lastra­ ciones desconocidas en épocas anterio­ ~(:iJ
W'dtb¡(1'OÜI' que lo son sin duda o al menos son construido, frente a otro
aspectos ortográficos y las recomenda­ diciones del medio del que emana y al res, y no es tan fácil contar con criterios ~'L ,~,~~"P
prácticas que procuran tales rasgos. Va­
ciones gramaticales que el redactor pu­ que se dirige. Sin caer en la presunción seguros para andar por el tremedal. Ca­ ,.;I~éf1sr libre y hasta con aire de
rios apuntan a la claridad o legibilidad:
diera ocasionalmente olvidar; las normas de estimar que nuestro criterio fuera el da día irrumpen docenas de vocablos, vocabulario fácil para el lector ("Deberá inspirada improvisación; uno
de redacción y estilo propias de ABC único aceptable, ni siquiera el mejor, sí muchas veces por necesidad, pero, preferirse la palabra corta a la larga; la

-==='="~.'~P!.~.w
-entendido el estilo también como el tono opinamos, y así lo hicimos constar en la otras, por necedad. "Muchos de losjóve­ de escritura estandarizada,
general y la conducta informativa- y, por introducción, que en materias controver­ nes redactores que nutren las redaccio­
_ 1L8Prrif/'" .> , • •' ' ' "
simple a la compleja; la concreta a la
tibles es preferible disponer de una nor­ abstracta; la castellana a la escrita en un sabia y discreta, y otro de
último, las instrucciones sobre presenta­ nes -escribe el director de la R.A.E.­ El de El País inicia el capítulo en que
idioma vernáculo extranjero"); frases cor­
ción técnica de originales, imprescindi­ ma clara que no tener ninguna. Y llegan de una vida apresurada; ellos mis­ comienza a tratar asuntos formales con escrituras ingeniosas,
tas (con la observación muy al día: "Ex­
bles para asegurar la uniformidad visual tampoco hay que pensar que un Libro de mos, en gran número, se sienten mejo­ unos cuantos párrafos que dibujan un
del diario. La segunda parte es un léxico Estilo sea eterno. La naturaleza cam- "estilo periodístico". El estilo -se dice­
periencias sobre la legibilidad y la brillantes y hasta
res si actúan sin sosiego y con poca memoria demuestran que en una frase
disponibilidad para acatar reglas; provie­ "debe serclaro, conciso, preciso, fluido y
de longitud media -de 20 a 30 palabras-,
coloquiales,
nen, además, de unos estudios que no fácilmente comprensible, a fin de captar
el lector retiene peor la segunda mitad ©ili:-%-::-::~m:§m~tw®

/-¡~I Ml.IJ"~ No f.,.¡r,EÑDE~


~'" H HCRiToR
"1 les han infundido, más allá de la superfi­
cial teoría, la convicción fanática de que
el interés del lector" (2.1 .).
No se detiene en ninguno de esos
que la primera; si tiene más de 40 pala­
bras gran parte de la frase no suele me­

::::.~i::~~~~:lli-~=*::~:;::::::.:::-:

l
LE: PIGO
Lo t¡>1)~ ~lJIERE' ES .
J' el idioma constituye su herramienta de grandes rasgos del estilo periodístico;
morizarse") (p.48).
REoR~rvAR EL MuNDO ... trabajo y, casi seguro, de su posible más bien se acude a una recomenda­
triunfo. Ni los han persuadido de que ex­ ción aparentemente clara pero, si se ex­ Pero entonces viene el subtítulo
presarse con el designio de coincidir con treman las cosas, críptica: los "Claridad y precisión". ¿Y no se estaba
los mejores usuarios del idioma no es periodistas han de escribir con el estilo tratando de la claridad? La falta de la
simple asunto de estética, sino de tras­ de los periodistas, nocon el de los políti­ menor teoría y de cualquier sistema ex­ nar frases largas y cortas modifica el rit­
cendencia social". cos, los economistas o los abogados plica repeticiones así de lamentables. Si­ mo de la narración y hace más grata la
(2.2.). Cabe preguntarse, ¿y cuáles son guen nuevas recomendaciones: redactar lectura".
Esta proyección social de nuestra
las diferencias entre tales modos de es­ "en términos simples, directos y efecti­ Se completan estas normas de ABC
profesión suscita una última duda. ¿De­
cribir? El manual solo atiende a una que vos", huir "de ambigüedades, abstraccio­ con recomendaciones sobre la imperso­
be trascender un Libro de Estilo de sus
diferencia unabuena redacción periodís­ nes y generalidades no respaldadas en nalidad, la moderación en la adjetivación
usuarios inmediatos? El de ABC se con­
tica de (aquí hay trampa) una mala eco­ hechos" -en donde se deja que se cuele y la preferencia de la construcción activa
cibió exclusivamente como manual de
nómica o jurídica: "Los periodistas tienen una cuestión de contenido-o Y en cuanto frente a la pasiva.
trabajo interno para la Redacción, como
la obligación de comunicar y hacer acce­ a esa otra gran calidad del estilo perio­
prescripción obligatoria para todos los ¿Un estilo de agencia?
sible al público en general la información dístico que es la precisión, tras la anota­
redactores y recomendación encarecida
técnica o especializada. La presencia de ción tópica de que "deberá redactarse El Manual de Estilo de EFE se pre­
para los colaboradores del periódico.
Pero la dirección del diario y la Editorial palabras eruditas no explicadas refleja la también con precisión", se pasa a un gunta "¿Es posible un estilo propio de
Ariel opinaron que ese acervo de reco­ incapacidad del redactor para compren­ ejemplo un tanto pobretón. Y siguen re­ agencia, caracterizado frente al de los
mendaciones podía resultar también dery transmitir una realidad compleja. El comendaciones como no abusar de inci­ periódicos?", y cree hallar la respuesta
útil para la pluralidad de cuantos escri­ uso de tecnicismos no muestra necesa­ sos o paréntesis, (¿pero el paréntesis no en una "neutralización de estilo que no
riamente unos vastos conocimientos si­ es un inciso?) "para no romper el hilo de tiene por qué producirse en los periódi­
ben y. se preocupan de la expresión co­
no, en muchos casos, una tremenda la narración" y el huir defrases hechas. cos". Secuida, eso sí, de aclarar que no
rrecta. Así llegó a las librerías, con el
indisimulado rubor de sus autores, un ignorancia" (2.2.). El nuevo subtítulo anuncia otra cuali­ ha de confundirse "neutralización de es­
manual pensado, en su contexto y es­ A vuelta de estas ilustres generalida­ dad del estilo periodístico -el que busca tilo" con estilo "neutral", permanente­
tructura, exclusivamente para consejo e des, este manual tiene, en materia estilo, el ABC-. Lo titula, untanto curiosamente,
mente insípido.
ilustración de periodistas. El éxito alcan­ algo notable y preciso: "El empleo de las "Belleza y armonía", y, claro, se acaba Lo que resulta lamentable es que to­

zado en sus múltiples ediciones parece normas básicas... no implica el uso de en algo más afín al texto periodístico: la dos los párrafos del capítulo 1 de este

B:Nll.-­ confirmar lo acertado de aquella deci­ una escritura uniforme en todo el diario, amenidad. Pero es una amenidad que importante manual se resientan de falta
sión. O puesto que son compatibles con la rique- se reduce a evitar la monotonia: "Alter- de delimitación entre estilo y lenguaje.

54 CHASQUI 62. junio, 1998 CHASQUI 62, junio, 1998 39


;:11111_11111111111:1

Siempre se está pensando en lo idiomá­ ~~~ JOAQUIN AMADO __


tico, en la "unidad de la norma estándar
culta" (1.7.).
El 2, en cambio, por más que se abra

AI3~:

con explícita referencia al idioma, avan­


za por preocupaciones que pertenecen
al ámbito de un estilo periodístico. Pre­
viene contra trivialidades y sienta que "la
rapidez con que un periodista debe es­
cribir no es buena excusa para hacerlo
con desmaño" (2.2.). Y da en ese lugar
¿un libro de estilo más?

inevitable del estilo periodístico que es la


claridad o legibilidad: el redactor debe
cerciorarse "de que la noticia es transpa­ trabajo, que sacrificaba en aras de la efi­
rente e inteligible para cualquiera en una cacia y la celeridad los controles que an­
primera lectura". Y, tras un paréntesis lé­ taño ejercieran los viejos maestros, los
xico, quedamos ante uno de los planteos equipos de editores y hasta los doctos
estilísticos más sugestivos que puedan regentes de lostalleres de composición.
hallarse en estos manuales: lo que se
presenta como "la instrumentalidad" del Un recordatorio de
lenguaje de EFE. Tal empleo dellengua­ normas básicas
je -se establece- "se logrará si se evitan Por una carambola del destino, la
por igual la tentación literaria y la de ora­ preparación y coordinación del Libro de
lizar el lenguaje aproximándolo en exce­ Estilo me fueron encomendados por el
so a variedades habladas". Es sabido entonces director del diario, Luis María
que lo propio del uso artístico del len­ Ansón. Desde el principio comprendí
guaje es su opacidad, que fuerza al lec­ que la tarea desbordaba mis modestas
tor a atender, a detenerse en el capacidades: sólo podía aportar como
lenguaje, con el que el contenido está mérito mi experiencia de muchos años
entrañable e indisolublemente trabado 11':' de dedicación al periodismo escrito y mi
-el punto máximo de este fenómeno es ¡ frustrada vocación docente en el ámbito
la lírica, que por ello resulta intraducible-; ¡¡: de la lingüística. Pero tuve la fortuna de
o
de las piezas de la oración: sujeto, ver­ En suma, que en los manuales de
frente a ello, la agencia requiere un len­ contar con un apoyo insustituible: el del
bo, complemento directo, complementos estilo periodístico sí hay algo de estilo, director de la Real Academia Española,
guaje que sea "de ordinario, un delgado
circunstanciales. "Tal tipo de secuencia pero, de tan asistemático, disperso y ca­ Fernando Lázaro Carreter, quien ama­
y transparente cristal" (2.6.). Sobre la
-escribe- produce siempre buenos resul­ si caótico, y de tan falto de base teórica, blemente accedió, a instancias de nues­
oralidad del lenguaje escrito, la Agencia, w;-...
tados y contribuye a la neutralización del bastante rudimentario.
sin discutir su conveniencia para ciertos
estilo" (6.3.). Esto último cabe leer así: En 1992 nace elLibro de 1).sex
.,:=::::;, ~ n 1992, un año emblemáti­
..;....;....;¡¡;:::
~;..

tro director, a supervisar el proyecto,


medios, la estima inapropiada para em­ l~; 1\1 co para la historia y el como años antes hiciera con el Manual
presa que ha de servir a abonados de
muy diversas preferencias.
hace que el estilo no sea estilo. Pero, a
renglón seguido, introduce la salvedad:
Los manuales y la lengua
El otro gran campo al que los ma­
Estilo de ABe que, no obstante
la existencia de otros tantos;
l· ~~>.:;
~ I!l..j
reencuentro cultural, la di­
rección del diario ABC de­
de Español Urgente de EFE. primer tex­
to de este tipo llevado a cabo en Espa­
"Sin embargo, se confía al buen tino de
Señalados esos límites que no han
de traspasarse, el Manual dice del estilo
los redactores la posibilidad de alterarla, nuales de estilo atienden es la lengua. responde a la necesidad _. !Ir; cidió . satisfacer . una ña.
Estos diferirán sinduda enlo que es ".es­ ~ ..." necesidad largo tiempo Gracias a la colaboración de un equi­
que exige: "Pero ese estilo no está codi­
en función de la claridad, del interés y
tilo" del medio dentro del cual prescriben
. específica de ese medio. En sentida: un Libro de Estilo que unificase po de filólogos y a las pautas estableci­
de la animación de la noticia". Difícil
ficado, no puede estudiarse en libros que el orden psicológico dé réditos de ·en sus aspectos semióticos, de orienta­ principio, 'su propósito fue criterios redaccionales e impartiese unas dasporel manual de EFE, dimos a la luz
concretos". Y tras esto que, de no ser claridad; se lo usa, en cambio, para co­ ción informativa, de módulos de escritu­ unificar criterios normas claras y simples al tropel de no­ en menos de un año un Libro de Estilo
tan ambiguo (¿se refiere al estilo de ra, que son los que le confieren su vicios periodistas que inundaban sus sa­ adaptado a las necesidades propias de
EFE?, entonces, quién sino el o los auto­
brarlos de interés y animación -y estu­
responsabilidad-. Tales normas produci­
redaccionales e impartir las de redacción, tras el proceso ABC. Un recordatorio de las normas bá­

dios contemporáneos han mostrado


res de ese Manual debía codificarlo, ¿se cuánto aporta el interés a la legibilidad-. rán un medio conservador o uno innova­ normas claras y simples, de expansivo del diario en la década de los sicas de la gramática y del estilo perio­

refiere, sin más, al estilo periodístico?), dor; uno ordenado y rígidamente carácter obligatorio para sus ochenta. Se pretendía algo difícil de con­ dístico en español, a menudo olvidadas

resultaría excesivo (por supuesto que Y este Manual termina lo del estilo construido, frente a otro libre y hasta con ciliar. De una parte, preservar la tradicio­ en la tensión del trabajo informativo o en
hay libros "concretos" que han codificado con recomendaciones últimas tendientes aire de inspirada improvisación; uno de periodistas. Hoy, y luego de nal aureola literaria del periódico, en el el apremio del cierre del periódico. Pues
el estilo periodístico), al confundir estilo a lograr otra decisiva nota del estilo pe­ escritura estandarizada, sabia y discreta, varias ediciones, el manual ha que desde su fundación en 1902 habían aunque el estilo periodístico resulta tan
con actitud ante normas académicas, no riodístico: la concisión -aunque nunca la y otro de escrituras ingeniosas, brillantes colaborado las mejores firmas de la lite­ difícil de definir como fácil de apreciar su
obstante precisar líneas adelante que la
trascendido este ámbito y es
norrora-. Menciona, de paso, la redun­ y hasta coloquiales. Pero hay algo en ratura y del periodismo español e iberoa­ ausencia en las páginas impresas, en úl­
Academia "no postula un estilo determi­ dancia, pero tratándola de modo que a que todos esos medios de comunicación texto de consulta de quienes mericano. Y de otra entrenar a una

nado, sino que trata de fijar su norma lé­ duras penas resulta aceptable en un coinciden: han de estar escritos con co­ escriben y sepreocupan por la nueva generación de periodistas, que
JOAQUIN AMADO, español, Periodista, subdirector

xica y gramatical" (2.10.). rrección y propiedad idiomática. del diario ABe (España) y director técnico del Cur­
"manual" de agencia, ¡Con decir que pa­ expresión correcta. acudían a la Redacción en unos momen­ so de Master en Periodismo Profesional y Prensa de
De vuelta a la propuesta "neutraliza­ ra este manual redundancia es "materia La idea maestra es la que estampó tos en que la informática ponía en sus Calidad de la Universidad Complutense y ABe. E­
ción del estilo" prescribe el orden lógico inerte a efectos informativos"! (7.2.). Charnley en su Reporting acerca del ~"''''''-,~'-,~,~ manos un revolucionario instrumento de mail. jamado@abc.e.-,

40 CHASQUI 62, junio, 1998 CHASQUI 62,junio, 1998 53


"".1\11 I¡I:IIII.IIIII\.,I·!

constituye uno de 105 principales objeti­ "buen inglés"3. Lo mismo cabe decir del (3.01.02.). Bueno, ningún manual va a con más frecuencia se quebrantan y limi­
vos de EFE'. español: en general, el buen español, el reproducir el Esbozo de una nueva gra­ tar o precisar el uso de algunas de ellas
español que observa lasreglas, es el es­ mática de la lengua espaflola; da por su­ enbeneficio de la redacción periodística"
La undécima y los "Manual de'fistUo" parael Diccionario de
pañol más claro, el más fuerte ... es el puesto que esa gramática normativa (12).
libros clónicos
y llegamos a la undécima edición del Ia Academia que ordinariamente ofrece el modo más oficial existe y el redactor la usa. De lo Sería ejercicio interesante repasar,
Manual de Espaflol Urgente, aparecida fácil, más económico y más seguro para que se trata es de superar, mediante un manual por manual, cuáles consideran
en 1995. Esta última, de momento, edi­ entendernos. recurso más práctico y directo, "el dete­ esas normas necesitadas de refresca­
ción, fue fruto de una revisión muy minu­ En el ámbito de la lengua. los ma­ rioro progresivo que el idioma está pade­ miento y cómo se pronuncian en el caso
ciosa de la anterior, y también de todos nuales de estilo lo son de dudas; apun­ ciendo en 105 medios de comunicación", de las transgresiones más frecuentes y
105 manuales y libros de estilo que ha­ tan a solucionarlas y a precaver de error que dice el Manual de EFE (1.1.). lamentables en los medios. Hellegado a
bían ido apareciendo, de 105 que se to­ 105textos. Si 105 periodistas que trabajan . Este hasido el más certero en la fun­ establecer 105 cinco problemas idiomáti­
maron algunas recomendaciones y en el medio dominasen la gramática de damentación de esta problemática. "El cos del periodista latinoamericano, y ello
datos que ayudaron a completar nuestro su lengua, el manual de estilo de ese periodista -establece- tiene como medio me hapermitido tratar la cuestión con al­
libro. Al revisar esos libros nos encontra­ medio podría proceder como el Manual de control la norma léxica y gramatical, gún rigor y sistema'. Los manuales pare­
mos conque, sobre todo en el caso de de Redacción de la Agencia France­ tal como está estatuida por el consenso cen renunciar a lo completo y
105 publicados en España, muchos de Presse: indiomático culto de nuestro momento" sistemático, y tocan unos casos sí y
ellos, la mayor parte, son copias de "c) Estilo. (1.3). Apenas hace falta reparar en que otros no, y en 105 que tratan apenas ro­
otros, especialmente de 105 dos pione­ Gramática: Ninguna regla en particu­ este texto clave entraña más problemas zan la doctrina gramatical indispensable
ros: el Libro de Estilo de El País y el Ma­ lar. Se escribe correctamente y. según que líneas tiene: está la cuestión de la para su inteligencia y dominio. Difícil pa­
nual de Español Urgente de EFE, y ya . las normas gramaticales';. norma, del consenso idiomático culto y ra un periodista llegar a la corrección
se está produciendo el fenómeno de 105 Pero, al menos enAmérica Latina es del momento -es decir, la clara alusión a con estos manuales. Con cualquiera de
libros clónicos, en 105 que aparecen in­ conocido lo poco y mal que se estudia la . que la lengua está en permanente rnovi­ ellos.
cluso las mismas erratas, y estamos en
la Española y las de Ámérica.-in­ Cuestiones conexas con la gramática
gramática. (Y de España, la EFE confie­ . miento y lo que parece extraño a ella
un momento en el que ya todos nos co­ consCientes de las nuevas obliga­ , hoy mañana puede ser propio y como a que los manuales atienden son orto­
sa: "La acción pedagógica no suele ser
piamos y no logramos escapar de ese os enonnes progresos logrados natural (cosa, por otra parte. que obliga­ grafía y puntuación. Y en ortografía se
muy eficaz en nuestro país"). Los vacíos
círculo vicioso. Esa constatación y el he­ as lingüísticas que pesan sobre la elaboraCión de tales cuer­ rá a 105 manuales a permanente puesta siente que da mucho que hacer la cues­
dé conocimiento gramatical en la casi to­
cho de que ya en algunas ocasiones, en semántica y lexicograf¡a; Todo esto ha considerado este al día, al menos enlo léxico). tión en principio simple pero en ciertas
talidad de nuestros periodistas son pavo­
congresos y seminarios, se hubiese ~o a unificar y tecnificar los "lemas" (lema, según una quin­ aplicaciones peliaguda de las mayúscu­
rosos.
mencionado la necesidad de un acuer­ del mismo DicCionario, es "entrada de un dicCionario o encielo­ la gramática las. A algunos manuales la cosa les re­
Entonces a 105 manuales les queda
do, deun libro común para todos 105 me­ ped.1a") del DRAE en sus próximas ediciones. (Seguramente solo se aplicará sulta tan problemática que acaban
mucho por hacer. Deben dedicar dece- . En cuanto a la gramática, los manua­
dios de comunicación en español, fue el a lemas nuevos eh la ediciónXXII, cuya elaboración está muy adelantada). nas de páginas a cuestiones gramatica­ resolviéndola con listados de palabras
les fijan sus límites con nitidez: "No pre­
origen del Proyecto Zacatecas, presen­ la "planta" atiende también a la redacción -cada lema es objeto de una les. Excepción curiosa es el del El tende este Libro de Estilo ser una que deben llevar mayúscula.
tado por el periodista del diario El País redacción-: "La definición deberá estar redactada de forma precisa, clara, Tiempo, que procede casi como France­ preceptiva" (ABC, 11); "Las normas que
de Madrid y el autor del presente artícu­ concisa y seneílla, En general, recogerá los rasgos mínimos del significado' El léxico
Presse: "Es natural que el periodista de­ se recogen en este capítulo no son, ni
lo, en abril de 1996 en el I Congreso In­ definido, aquellos que permitan distinguirlo de los significados más próxi­ ba acatar todas las reglas de gramática pretenden ser un tratado de gramática, El léxico es la última gran preocupa­
ternacional de la Lengua Española "El mos" (39.7). y sintaxis señaladas por las máximas au­ ni siquiera un resumen articulado" (El ción de 105 manuales de estilo periodísti­
español y 105 medios de comunicación", toridades del idioma. El Tiempo presume País, 12). El propósito es, en términos cos. Comprensible el cuidado porque el
en la ciudad mexicana de Zacatecas. Di­ La segunda mitad del numeral es ya cosa más que de redacción de se~ ,
que sus redactores conocen dichas re­ generales, el que anuncia este último: periodista se enfrenta con los más varia­
cho proyecto, patrocinado por el Instituto mántica: y lexicografía, que es a lo que directa y fundamentalmente atiende
gias y por ello no las repite aquí" "refrescar las reglas gramaticales que dos conflictos léxicos: el neologismo, de-
Cervantes, está comenzando a funcionar la "Planta", en busca de "garantizar la mayor homogeneidad en las definí- '
en la actualidad, y su objetivo final es la base de establecer criterios uniformes y respetar "ciertos esque­
elaboración de un manual de uso del es­ (395). '
pañol periodístico con el acuerdo mayo­ en que este "manual" quiere poner orden es extremaclaí:nente
ritario de toda la prensa del mundo nsese, de un lado,en los miles de palabras antiguas. cada una
hispanohablante. a, y, de otro, en los miles y miles de palabras q
Así, el futuro del Manual de Español a entrada en el Diccionario por igual de las avanz
Urgente y el de muchos otros libros pa­ as que del habla popular americana-; de
recidos está pendiente de ese acuerdo. Por ello, es aun más de admirarlo: es un mode
y mientras tanto, gracias al gran desarro­ r. Y, como ocurre en el caso de todos los buenos "manuales de
llo de la cibernética, 105 que trabajamos aunque elaborado para el Diccionario de la Academia, de ,él harán
encosas parecidas estamos encontacto 'len en aprovecharse todos los autores de diccionarios que aspiren a ser se~
casi permanente a través del correo rios.
electrónico y de las ediciones de nues­
tros trabajos en la Internet. Y ese es Este original "manual de estilo" ha sido tl1bajado en tres años por la Co­
el futuro de los libros de estilo: la Inter­ misión de Diccionarios de la Academia, y se lo aprobó por unanimidad,en
net, pues nos permitirá tener al día los li­
bros sin necesidad de esperar a la
sesión de pleno de la Real Academia Española, el 5 de junio de 1997.
!

Q
edición en papel, que no por ello dejará
deexistir. O
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1¡1¡1¡_¡·II¡~I.¡¡¡¡ ¡illll.lIl¡i
formaciones léxicas propias de los más hablada en el que se advierte sobe la
diversos estratos sociales, usos impro­ pronunciación, dirigido al servicio de te­
pios generalizados y hasta jergas. Con levisión de la agencia; se ampliaron los
agravantes como el que señala el ma­ capítulos de siglas, gentilicios dudosos,
nual de EFE: "Muchas de las extrava­ los términos del lenguaje económico, y
gancias léxicas que hoy pululan en los se pusieron al día la ortografía correcta y
medios de información no son achaca­ la transcripción de los políticos y dirigen­
bles a los periodistas sino a sus fuentes" tes de los países que no usan el alfabeto
(5.2.). latino, lista que hubo de ampliarse con
El léxico es variado y disperso. A los todas las repúblicas que antes formaban
manuales de estilo no les queda sino el parte de la Unión Soviética y de Yugos­
camino universal del pequeño dicciona­ lavia.
rio. El de ABC ordena alfabéticamente El entonces director de información
voces en 45 páginas a doble columna. El de la agencia, Carlos González Reigosa,
de El País lo divide en palabras y siglas. dice en el prólogo: "En el propósito de
Las palabras ocupan 265 páginas a do­ mantener la unidad del idioma los me­
ble columna. Cabe observar que tanto dios de difusión han de desempeñar un
en unocomo en otro listado no se atien­ papel fundamental, y el Departamento
de solo a cuestiones léxicas, sino tam­ de Español Urgente trabaja con esa in­
biéna gramaticales y ortográficas. tención. A tal fin solicita la colaboración
En las palabras mismas, un manual de cuantos trabajan en la agencia, no
debe dar soluciones a los problemas, sólo aceptando estas recomendaciones,
aunque resulten discutibles -rnás vale un
responder a esas preguntas que tantas ~:::>
veces se han formulado en la redacción. mal acuerdo que el desacuerdo y la dis­
Los planteos léxicos de los manuales de ~
i"' persión totales-, sino haciéndoles llegar
estilo son muy diferentes de los de un ~ advertencias y propuestas, en la seguri­
dad de que serán inmediatamente aten­
.,~~~i
diccionario ordinario. Atienden en casos
más a la connotación que a la denota­ ., .. didas. Esta invitación se extiende a
ción, porque para el lector pesarán más
ciertas connotaciones. De anciano-an­
~.~~-.:

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todos los profesionales de la informa­
ción, tanto de nuestro país como de
ciana, escribe el de El País, que se apli­
,. ~
América, que se sientan interesados
ca a hombre o mujer de más de 65 años, j por la mejora y unidad del español en
:¡¡ las comunicaciones, empresa que,
pero no es ello lo que cuenta: "Sin em­
.E desde la fundación del departamento,
bargo, estos adjetivos -por el tono peyo­
rativo que puedan tener- solo deben
emplearse muy excepcionalmente, y
berá actualizarse al menos cada buen NOTAS
más como exponente de decrepitud físi­
tiempo. El de ABC hace confesión que, 1. Sreberny-Mohammadi, A., ''The world of las normas específicas para la redacción ofreció a susasesores con tan grato mo­
ca quecomo un estadio de edad".
explícita o implícita, corresponde a cual­ the news: the news of the world", en IAM­ eficaz de despachos informativos. Dicho tivo, el director de la Real Academia Es­
Interesantísimo para el lexicógrafo quiera de estos manuales: "No deberá CR, edil., New structures of international libro aparecería en 1988 con el título de parola ponderó el caudal idiomático del
ver qué palabras define, cuáles rechaza, considerarse este Manual como un re­ communication? The role of research, Normas Básicas para los Servicios Infor­ quela agencia dispone diariamente y re­
cuáles recomienda, cuáles acepta con main papers from de1980, Caracas Con­ mativos y actualmente se está preparan­ saltó su importancia en la tarea unifica­
pertorio inflexible de instrucciones con ference.
tratamiento especial, uno de estos gran­ do una nueva edición corregida, dora de la lengua. Elogió el trabajo diario
des medios. Tan interesante como que
pretensión de perennidad. Constituye 2. Fernando Lázaro Carreter, "Próloqo", li­ 'ese es el futuro de
más bien un esfuerzo que habrá que ir aumentada y actualizada. de los filólogos del Departamento, 'que
bro de estilo de ABC, Barcelona, Ariel, los libros de estilo:
usos que estos manuales recomiendan adaptando a la realidad viva del idioma y Aparecen por primera vez los capítu­ son mucho más rigurosos que nosotros',
1993 (6a. ed.), p.8.
quedan por ello mismo recomendados a las exigencias del universo informati­ 3. Mitchel V. Charnley, Reporting, New los titulados "Sobre transcripción", "Algu­ y se felicitó de la colaboración entre la la Internet, pues
ante las comisiones e instancias acadé­ vo" (P.13). Importa, eso sí, diferenciar: York, Holt, 1964, p.153. nos gentilicios que se prestan a Academia y la Agencia EFE. ..".
micas encargadas de enriquecer, depu­ esto tiene plenitud de validez en lo léxi­ 4. El primer libro en que presenté el hallaz­ confusión", "Lista de gobernantes" y "Si­ Las cuatro siguientes ediciones (6ª,
nos permitirá tener al día los
rar y precisar las entradas o lemas del co, que es la cara siempre móvil de la go -al Coloquio con que la Academia Me­ glasy abreviaturas". 7ª, 8ª Y 9ª) más que ediciones fueron libros sin necesidad de
Diccionario oficial. xicana celebró su primer centenario- fue nuevas tiradas de la 5ª edición, pues no
lengua; no en lo gramatical: la gramática En 1989 apareció la siguiente edición esperar a la edición en
El español actual: enemigos, retos y polí·
El periodista está en las trincheras es lo que asegura la identidad y unídad del Manual de Español Urgen.te , siendo fueron retocadas en lo más mínimo. La
ticas, Quito, Academia Ecuatoriana de la
avanzadas de la lengua, batiéndose del código a través del tiempo y los es­ Lengua, 1975. Lo traté más ampliamente presidente de la agencia Alfonso Sobra­ decisión de reimprimirlas no fue de EFE papel, que no por ello
con la novedad y poniendo orden a la in­ pacios. Pienso que en plenas vísperas en elcapítulo V -Tasmayores perplejida­ do Palomares, quien en la introducción sino de Ediciones Cátedra. dejará de existir.
vasión extranjera. Tal lucha y ordena­ del nuevo milenio, las Apuntaciones críti­ des del codificador: los mayores proble­ explica: "En el año de su cincuentenario, La décima edición del Manual de Es­
miento no se hacen con criterios cassobre el lenguaje bogotano de Cuer­ mas idiomáticos del periodista EFE ha tenido el honor de que un miem­ pañol Urgente salió en 1994, y sus con­
latinoamericano"- de mi Redacción perio­ ~~f~l%ll~)~l¡*f
absolutos, inmóviles: en esas fronteras vo son el mejor "manual de estilo" que bro de su Comisión Asesora de Estilo, sejos y advertencias se pusieron al día
dística, Quito, CIESPAL, 1988 (2a. ed.
se pacta constantemente y parte de la se haya hecho en español -libro admira­ 1997), pp. 225-314. Y el mismo esquema don Manuel Alvar, haya sido elegido di­ con la última edición del Diccionario de
política es permitir ciertas filtraciones. ble, con una briosa juventud de 126 he usado en Cómo escribir bien, Quito, rector de la Real Academia Española. la Real Academia, aparecida en 1992.
Por eso esta parte de los manuales de­ años-o O Corporación Editora Nacional, 1993. En el homenaje íntimo que la agencia Se añadió un capítulo sobre la lengua

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