Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Todos los cuentos han sido recopilados por Douglas Gonzalez Vasquez, de
Barquisimeto, Venezuela
EL NIÑO SALVADOR
EL NIÑO SALVADOR
Había dos niños que patinaban sobre una laguna congelada. Era una tarde nublada y
fría, pero los niños jugaban sin preocupación, Cuando de pronto, el hielo se reventó y
uno de los niños cayo al agua. El otro niño viendo que su amiguito se ahogaba debajo
del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logro
quebrarlo y así salvar a su amigo.
Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron:
- Cómo lo hizo?. El hielo esta muy grueso, es imposible que lo haya podido quebrar,
con esa piedra y sus manos tan pequeñas!!!!
En ese instante apareció un anciano y dijo:
- Yo se cómo lo hizo..
- ¿Cómo ?...
Le preguntaron al anciano y el contesto:
- No había nadie a su alrededor que le dijera que no se podía hacer.
El pobre hombre estaba afligido pensando que aquel día no iba a poder recitar sus
plegarias. Entonces oró de este modo: He cometido una verdadera estupidez, Señor.
He salido sin mi libro de rezos. Tengo tan poca memoria que sin él no sé orar. De
modo que voy a decir cinco veces el Alfabeto muy despacio. Tú, que conoces todas
las oraciones, puedes juntar las letras y formar las plegarias que ya no recuerdo.
Y Dios dijo a sus ángeles: De todas las oraciones que he escuchado hoy, ésta ha
salido sin duda alguna, la mejor. Una oración que ha brotado de un corazón sencillo y
sincero’.
Hace algunos años, en los paraolímpicos de Seattle, nueve concursantes, todos con
alguna discapacidad física o mental, se reunieron en la línea de salida para correr los
100 metros planos.
Al sonido del disparo todos salieron, no exactamente como bólidos, pero con gran
entusiasmo de participar en la carrera, llegar a la meta y ganar.
Todos, es decir, menos uno, que tropezó en el asfalto, dio dos maromas y empezó a
llorar.
Los otros ocho oyeron al niño llorar, disminuyeron la velocidad y voltearon hacia atrás.
Todos dieron la vuelta y regresaron, ... todos.
Una niña con síndrome de Down se agachó, le dio un beso en la herida y le dijo ‘Eso
te lo va a curar’. Entonces, los nueve se agarraron de la manos y juntos caminaron
hasta la meta.
Todos en el estadio se pusieron de pie, las porras y aplausos duraron varios minutos.
La gente que estuvo presente aún cuenta la historia. ¿Por qué?
Porque dentro de nosotros sabemos una cosa: Lo importante en esta vida va más allá
de ganar nosotros mismos.
Lo importante en esta vida es ayudar a ganar a otros, aún cuando esto signifique tener
que disminuir la velocidad o cambiar el rumbo.