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Marx,

el dinero y la crítica

José Guadalupe Gandarilla Salgado*

Nadie vive porque quiere. Pero, después de que se vive,


hay que querer seguir viviendo.

Ernst Bloch (1980: 4)

Shlomo Avineri piensa que la crítica a la en la última redacción de El capital (la de 1867
73
filosofía política hegeliana, que se llevó a cabo – 73). En este artículo trataremos de discernir
en 1842–43 «constituye el más sistemático lo que está en juego en el «Capítulo del dinero»
de los textos de Marx sobre teoría política» de la primera obra, y dejaremos para un futuro
(Avineri, 1983: 75), lo que es más, encuentra trabajo la que se desprende de las primeras dos
ahí elementos para sostener que si fuera posible secciones de El Capital.
reconstruir el llamado «Libro sobre el Estado» Mientras para Hegel la satisfacción de las
(cuarto según el ordenamiento en seis libros necesidades de la unidad básica familiar queda
de la obra definitiva de Marx), éste tendría que en un terreno situado por fuera de la política y
encontrar ahí su punto de partida; opinión que la economía, comprometiendo, en todo caso, a
no es tan distinta en Maximilien Rubel (1980). una esfera abstracta del «deber ser», de una hi-
Sin embargo, es susceptible de atender la ob- potética formulación de buenos deseos:
servación del filósofo español Felipe Martínez que todos los hombres deben tener lo necesario
Marzoa en el sentido de que aquella sería la este- para sus necesidades es, en parte deseo moral y,
reotípica y más conocida crítica de «lo político», expresado con esa indeterminación ... bien intencio-
pero que es posible encontrar «cierta crítica ... nado; pero, ... lo necesario ... pertenece a otra esfera:
que resulta ... de la versión última y madura –no la Sociedad Civil (Hegel, 1985: 71).
concluida– del proyecto de El capital ... [crítica]... Lo necesario, entonces, es oferta, es dispo-
mucho más esclarecedora» (Martínez, 2008: 10). sición, no es algo normativo, que obligue. Para
Esta discursividad crítica de «lo político» que a Marx, en cambio «la finalidad de la Economía
Martínez Marzoa le interesa puede ser rastreada Política es, evidentemente, la infelicidad de la
en la primera (la de los Grundrisse de 1857-58) y sociedad» (Marx, 1984: 56), y las necesidades
*Investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, y profesor de la Facultad de
Filosofía y Letras de la unam. Obtuvo Mención especial en el concurso internacional de ensayos organizado por clacso
«Los legados teóricos de las ciencias sociales en América Latina». Su más reciente libro lleva por título El presente como
historia. Crisis capitalista, cultura socialista y expansión imperialista (México, ceiich – unam, febrero de 2008), como
compilador ha publicado recientemente La Universidad en la encrucijada de nuestro tiempo (México, ceiich – unam,
noviembre de 2009). Obtuvo e impartió, entre agosto y noviembre de 2009, la Cátedra Florestan Fernandes de clacso,
con el curso de formación a distancia «Pensamiento latinoamericano y sociologías del sistema mundial».
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son determinación material. Mejor no lo podía ...[dice Heinrich Marx, padre de Karl]... resentido
haber sintetizado que del siguiente modo: conmigo mismo por haberte dejado demasiado libre
sobre este asunto (Attali, 2007: 46).
Para cultivarse espiritualmente con mayor
libertad, un pueblo necesita estar exento de la escla- Las razones para ocuparse de la crítica al
vitud de sus propias necesidades corporales, no ser dinero por parte de Marx, desde sus tempranos
ya siervo del cuerpo. Se necesita, pues, que ante todo escritos hasta los últimos, son a diferencia de
le quede tiempo para poder crear y gozar espiritual- lo que se colige de lo sostenido por Attali, sin
mente (Marx, 1984: 61). embargo, menos freudianas, menos psicoanalí-
Asunto que se verá más clarificado aún en su ticas (de un trauma irresuelto, o de un conflicto
obra ya madura: «Al principio el efecto es más con el padre, edípicas para decirlo en una
material. Se amplía el círculo de las necesidades; palabra) y están más arraigadas en la materia-
el objetivo es la satisfacción de las nuevas nece- lidad de su perspectiva de análisis, pues ahí no
sidades» (Marx, 1989: 195). se enfrenta al individuo Marx con el dinero sino
Pareciera que Marx habla desde sus juveniles a la comunidad en su conjunto, ésta aparece
y universitarias preocupaciones a propósito confrontada por tal artificio económico. En el
de la filosofía de Epicuro, en aquello que éste análisis y crítica del dinero se juega una disputa
llegó a expresar: «La necesidad es un mal, de poder y la formulación de una clara argu-
pero no hay ninguna necesidad de someterse mentación política al respecto. Por ello, los re-
a la necesidad» (Citado en Domenech, 1989: ferentes de Marx a este propósito serán desde
9). El vector que pareciera estar orientando las la filosofía, la arqueología, la mineralogía, la
74 apreciaciones políticas del filósofo de Treveris
es el de un principio, el de la vida humana,
mitología, el teatro, la literatura, etc.
Los Elementos fundamentales para la
entendida como esquivamiento y satisfacción crítica de la economía política de 1857 – 1858,
de la necesidad, y el de la libertad, como po- también conocidos como Grundrisse, son un
sibilidad de actuación ante la contingencia. La conjunto de 7 cuadernos (que dividen al texto
libertad hay que vivirla y no sólo pensarla, y ella en sólo dos capítulos, el correspondiente al
no se da en un acto de conciencia solamente dinero, y el del capital) precedidos por una In-
sino en la procuración de la corporalidad: para troducción. Cuadernos de trabajo que Marx
crear hay que poder vivir. pudo escribir de un tirón en tan sólo diez
Es bien sabido que la vida de Marx estuvo meses, presionado por la necesidad de pronun-
constantemente asediada por las dificultades ciarse ante el «diluvio» de la crisis capitalista
económicas, por un conjunto de carencias de que era vista como inminente y estallaba por
orden material y por situaciones de ingente igual en los Estados Unidos que en la Europa
necesidad. Puede decirse incluso que éstas co- de esa época, y exigía del gran estratega teórico
menzaron de modo muy temprano siendo él extraer conclusiones políticas que orientaran
un estudiante universitario y luego quizás se dicha práctica. Estos escritos son una muestra
hayan agudizado. Sin embargo, ello no justifica del modo de trabajo de Marx y una exposición
para sacar por consecuencia como hace Jacques de su laboratorio de investigación. El entusias-
Attali, en su muy reciente biografía de Marx, que mo que le infunde el ver lo que a sus ojos se
en ocasión de la recepción de una comunicación presenta como una crisis de grandes dimen-
de su padre con fecha del 10 de febrero de 1838 siones, lo llevan al punto de hacerle abrigar
(Marx para ese entonces está por cumplir los 20 esperanzas de, por fin, terminar y publicar la
años), el contenido de esa carta «va a orientar Crítica de la economía y hasta de buscar un
toda la vida de Karl» , pues justo en ella en editor para la misma, lo que conllevaba el sig-
palabras de Attali el padre de Marx «se inquieta nificado adicional de hacerse de medios econó-
primero de la relación de Marx con el dinero» micos ya de suyo escasos para ese entonces.
(Attali, 2007: 43), y le reprocha a su hijo su Estos manuscritos, sin embargo, no fueron
silencio aristocrático sobre la mezquina cuestión publicados sino hasta 1939, en que pasaron sin
del dinero cuyo valor, para el padre de familia, es pena ni gloria por el estallido de la Segunda
grande, aunque tú no pareces reconocerlo. Me siento Guerra Mundial, luego fueron reeditados en
Marx, el dinero y la crítica

alemán en el año de 1953 y hasta entrados los desde los que se puede discernir lo esencial. Por
años sesenta se dispone del primer comentario otro lado, el énfasis está puesto en no des-his-
puntual por Roman Rosdolski (1968). Después, torizar el análisis de lo social, esto es, no natu-
ya desde la década del setenta han aparecido co- ralizar y eternizar un modo específico de llevar
mentarios por Vitali Vigodski (1974), Antonio a cabo la producción, como es el caso del capi-
Negri (1978) y Enrique Dussel (1985), entre talismo, haciéndolo pasar como el único modo
otros. posible de producir. Con ello se está aportando
La parte introductoria de esta obra es muy a una disposición crítica del discurso pues este
importante pues ahí queda expuesto el proceder no reduce lo posible a lo dado o existente, sino
metodológico de Marx. Ahí se ocupa de expli- que lo enmarca en las coordenadas que lo hacen
citar la lógica del silogismo de la totalidad, en posible. De igual modo, otro distanciamiento
lo que queda desplegado lo que, metodológica- muy importante que es señalado al inicio de la
mente, sólo había sido insinuado en la crítica a Introducción tiene que ver con el sesgo inade-
la filosofía hegeliana del año de 1843, con estas cuado y el error de reducir el problema de la in-
palabras: «Se trata de describir la sorda presión dividualidad al modo en que opera bajo el capi-
mutua de todas las esferas sociales» (Marx, talismo, esto es, al modo del individuo aislado de
1987: 493). Y es que, en efecto, en la Introduc- la relación mercantil y civil (desde su conciencia
ción general a la crítica de la economía política inmediata y fetichizada). Con ello Marx está
de 1857, se formula la idea del silogismo de la siendo consecuente en su énfasis por recuperar
totalidad, como un conjunto de esferas de la so- al «hombre real» (como le nombra en su crítica
a la política de 1843), esto es, partir de conside-
cialidad humana (Producción, consumo, distri-
bución y cambio), que actúan o funcionan en un rar que «el hombre es el mundo de los hombres» 75
despliegue de co-determinación mutua, esto es, (Marx, 1987: 491).
en donde las esferas sociales son determinacio- Para los motivos de estas páginas es es-
nes determinadas ellas mismas determinantes. pecialmente importante hacer referencia al
El Marx de los Grundrisse está pensando en una propósito de Marx por poner de relieve las re-
totalidad compleja y relacional de cada una de laciones y correlaciones que ocurren entre las
las esferas con las otras tres esferas restantes y esferas sociales (producción, consumo, distri-
ve en ello la posibilidad de recuperar el desplie- bución y cambio), en una estrategia metodoló-
gue desde lo universal a lo singular («la produc- gica que trata de recuperar cómo ellas actúan
ción es el término universal; la distribución y el como conjuntos condicionales, son condiciones
cambio son el término particular, y el consumo condicionadas ellas mismas condicionantes, en
es el término singular con el cual el todo se el paradigma relacional muy alejado de aquel en
completa» [Marx, 1989: 9]) de lo general a lo in- que se recuperan los fenómenos sociales para
dividual: Con ello lo que Marx está eludiendo encontrar en ellos sus causas o condiciones de-
es un pensar/hacer que sea reductivo y se está terminantes, en el proceder de Marx se va más
pronunciando por uno que tenga por base a la allá de ese determinismo sin sucumbir a la in-
«totalidad concreta» (Marx, 1989: 22), que no determinación. Pareciera que todas las esferas
sea entonces uno que se concentre en la parte, cuentan por igual, sin embargo, en la ontología
sino que refiera ésta al todo, pero que éste (el de Marx se concede un margen de prioridad a
todo) no sea el de un universalismo abstracto, la esfera de la producción, que no es ni la esfera
sino el de lo concreto como síntesis de múltiples de la economía, en la «Ontología del ser social»,
determinaciones. Marx no está diciendo que se como la piensa Lukács (2007), ni la más reductiva
debe prescindir de la abstracción, lo que está aún del trabajo, como la piensa Habermas en su
proponiendo es obrar desde «abstracciones con teoría de la acción comunicativa (Krahl, 1979).
sentido» , su método es el de la abstracción de- El problema de la mutua co-determinación
terminada, así, por ejemplo, cuando se habla de queda expuesto de mejor modo en el espacio re-
la «producción en general» se trata de apropiar lacional en que se juega la satisfacción de las ne-
de esos elementos que significan «lo común» cesidades humanas, esto es, en el conjunto rela-
a las diversas formaciones sociales, elementos cional que conecta a la producción y al consumo
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(aquél que Marx explicita de modo más puntual), desde el modo en que tal nivel esencial, el del
en el marco de la conexión del sistema de las valor, se expresa en su modo de inmediata apa-
capacidades con el sistema de las necesidades. riencia, esto es, como Dinero) en su dimensión
Ahí la mutua co-determinación opera en un inmediata, mediata y absoluta.
vaivén que, sin embargo, se discierne en tres El alegato de Marx comienza por ocuparse
tipos de identidad de las esferas en relación: la de discernir que tan verdadero es el «socialismo
inmediata (Producción es consumo, consumo verdadero» de los proudhonianos, y el criterio de
es producción, «determinación es negación», verdad de la proposición o del enunciado, según
llega a decir Marx con Spinoza), la mediata (la lo hemos señalado al inicio de estas notas, es el de
una es medio de la otra y es mediada por ella) la vida humana. Es así que el esgrimir una «otra
y la absoluta (el consumo es un momento de política» a una política inadecuada, también por
la producción, pues ésta es punto de partida y ser ineficaz, se coteja por la capacidad que tenga
momento predominante). de oponer a la lógica de la totalidad sistémica,
Es desde este planteo metodológico tan del orden vigente, el criterio de la producción y
novedoso que emprende la crítica a la teoría re-producción de la vida material. La apertura
del dinero del proudhoniano Alfred Darimon, de los Grundrisse registra, en palabras de
crítica que comienza por ser una crítica a dicha Rosdolski, «una aniquiladora polémica contra el
práctica política, pero además de ello se logra
proudhonista Darimon y contra la así denomi-
también, por esa vía, superar la teoría de David nada teoría del bono-horario» (Rosdolski, 1986:
Ricardo sobre la determinación del valor por el 34), tan es así que este autor refiere dos comu-
76 trabajo incorporado. El problema de la crisis,
el de su fenomenología, se convierte en motor
nicaciones del propio Marx, la primera dirigida
a Weydemeyer y la otra a Engels que no hacen
de análisis, es ahí en donde se inscribe el lugar sino confirmar que ése es el propósito. Dice
que los proudhonianos le conceden al dinero, Marx en la primera:
ven en tal dispositivo el rol protagónico y en su
supresión o sustitución, la solución al problema, se destroza al mismo tiempo en sus fundamentos
al socialismo proudhoniano ... que pretende dejar
como el regreso a una circulación pura, a un
subsistir la producción privada pero organizar el in-
intercambio transparente. En parte su crítica
tercambio de los productos privados, que quiere la
se orienta a señalar que ahí no se encuentra la mercancía pero no quiere el dinero.
cuestión fundamental de lo político, sino en el
modo en cómo el dinero, en su inmediatez se Es así que para Marx el socialismo, cierta-
autonomiza, y abre el panorama para el desarro- mente anarquista, de Proudhon se distancia del
llo pleno del capital. El primer distanciamiento dinero pero sigue declarándole su filiación, su
con esta posición es indudablemente un distan- amor a la mercancía. En la segunda comunica-
ciamiento político, y es desde ahí que leeremos ción reitera que, en esta parte de los Grundrisse
la teoría del dinero que Marx ofrece, desde una (desarrollada en la Contribución a la crítica de
aproximación política al problema del dinero, la economía política de 1859, y de la cual le está
a lo que el dinero llega a significar y de lo que demandando a Engels un comentario),
es síntoma. Tiene razón Negri cuando quiere se aniquila al proudhonismo de raíz ...[y apunta
derivar del comienzo no casual de los Grundris- que]... ya en su forma más sencilla, la de la mercancía,
se por el Capítulo del Dinero (figurando éste con se analiza el carácter específicamente social, y en
la nomenclatura de Capítulo Segundo) el pasaje modo alguno absoluto, de la producción burguesa
«de la crítica del dinero a la crítica del poder» (Citados en Rosdolki, 1986: 35).
(Negri, 2001: 55). Sin embargo, desde la lectura Con lo cual se atiende a subrayar política-
que intentamos esbozar sostendremos que esta mente la historicidad del hecho capitalista.
crítica al poder del Dinero-capital contempla Póngase atención a dos cuestiones: En primer
los planos que el anti-hegelianismo de Negri lugar, se dice, «social» , al modo de opuesto a
no desea explicitar, esto es, los ángulos de una comunitario, lo social de «sociedad civil» es
crítica que ilustra la dominación de la sociali- inmanente al capitalismo y no esencialmente
dad por la forma valor (enfocada, en este caso, distinto a él, como sería una interconexión de
Marx, el dinero y la crítica

los productores conscientemente producida y, pliegue del moderno Estado, pareciera que
en segundo lugar, se ubica a la mercancía como Marx está apuntando a la insuficiencia de
la «forma más sencilla» , y no como lo ve Negri, pretender la transformación social sobre la
para quien, el pasaje de la forma-dinero a la base exclusiva de la modificación de las insti-
forma-mercancía ya presente en la Contribución tuciones estatales, preocupado por mostrar la
del 59 y consagrado en El capital, «añade úni- limitación del modo Keynesiano del Estado,
camente abstracción y confusión» (Negri, 2001: por decirlo en terminología más contempo-
53). Recordemos que el texto del autor italiano ránea. Para Marx es muy importante destacar
compila el conjunto de lecciones impartidas en la incomprensión política y utópica que cree
la academia francesa bajo el auspicio del grupo posible revolucionar las relaciones de produc-
de Althusser, que para ese entonces aún no ha ción sólo modificando las condiciones de la cir-
caído en desgracia, y con él se está suscribiendo culación, pero manteniendo las condiciones de
lo que el filósofo francés viene promoviendo al la producción; lo que ello muestra es la incom-
modo de «lectura previa de El capital», esto es, la prensión de la conexión interna, del silogismo
indicación de comenzar la lectura de dicha obra de la totalidad, además de promover con ello,
(El capital) saltándose el tedioso y hegeliano por tal incomprensión, una política timorata
pasaje de la teoría del valor. que busca «evitar ... el carácter violento de
A Negri le interesa señalar que en el dinero las transformaciones» y hacer de éstas «un
queda explicitado el antagonismo sin necesidad resultado gradual de la transformación de la
de acudir a la mediación de la forma-mercancía, circulación» (Marx, 1989: 45).
en el caso del filósofo italiano «el dinero tiene
una sola cara, la del patrón» (Negri, 2001: 37).
El asunto del dinero, por otra parte, no refiere
solamente a la deducción de la teoría del dinero 77
Lo que con ello se expresa es el optar, por desde la teoría del valor (Vigodski, s/f) ni a una
parte de Negri, por el método de la inma- posible insuficiencia de teorización del valor en
nencia absoluta, pues en su enfoque el dinero los Grundrisse, a tal punto que son asimilados en
«contiene todos los dinamismos y las contra- el proyecto de escritura de El Capital (Rosdolski,
dicciones del valor, desde el punto de vista tanto 1986), a mi juicio hay aquí, por parte de Marx,
formal, como sustancial, sin poseer la abstrac- una incursión en términos de razón práctica,
ción vacía del discurso del valor» (Negri, 2001: en términos de práctica política, en términos
54). Como intentamos argumentar en lo que de ética política. La categoría dinero expresa
sigue la cuestión exige ser esclarecida en otras una relación de producción, porque las catego-
dimensiones de su complejidad. rías económicas son expresión de magnitudes
En efecto, hay un compromiso político en la sociales, de correlaciones de fuerzas. La teoría
exposición y crítica del dinero. Marx se ocupa del dinero es una deducción necesaria del modo
de entrada por señalar en éste a «la inmedia- en que Marx va pensando su teoría del valor, y
tez de la riqueza» , es decir, el dinero aparece en esa medida, el dinero es necesario pues es
como la constitución material inmediata de la el dispositivo que puede aspirar (bajo el capi-
riqueza, sin embargo, en su supresión no está talismo) a reconstruir el vínculo o nexo social.
garantizada la disolución del orden social ca- Por ello es que afirma «la existencia del dinero
pitalista. Tampoco por la vía del control de la presupone la reificación del nexo social» (Marx,
institución que le resguarda y le administra. 1989: 88). Es la expresión de la ruptura del nexo
En palabras de Marx, «el banco no controla social; el dinero es constitución material de la
la masa de los medios de circulación» (Marx, riqueza, inmediatez de la riqueza y expresión
1989: 42). La ilusión de Darimon es que el de la ruptura del nexo social y, en ese sentido,
monopolio del banco permite el control del también promesa de la recuperación de sociabi-
crédito, y que el bono-horario permite una lidad. El que tiene dinero puede relacionarse con
transparente remuneración y equivalencia de los otros, puede potencialmente aspirar al reco-
los valores (eludiendo así, la severidad de la nocimiento general pues dispone del símbolo
crisis). En efecto, el banco es una institución que representa a la relación social. El dinero,
y como ente mediador es expresión del des- en ese sentido, aparece políticamente cargado,
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pues es una expresión de poder, en él se registra lo válido de esta afirmación no está en el hecho
el dislocamiento del nexo social (pues significa de que persiguiendo cada uno su interés privado
el desdoblamiento de la mercancía en mercancía se alcanza la totalidad de los intereses privados,
y dinero), su reificación y la promesa de recu- es decir, el interés general. De esta frase abstracta
se podría mejor deducir que cada uno obstaculiza
peración de la sociabilidad. Es, pues, símbolo
recíprocamente la realización del interés del otro,
universal de la riqueza (por ello, identidad con la
de modo tal que, en vez de una afirmación general,
riqueza, promesa de sociabilidad, y no identidad ...[y aquí se cita a Hobbes]... «en la guerra de todos
con la misma, expresión de la ruptura del nexo contra todos» resulta más bien una negación general
social) y desde él se aprecia la progresión dia- (Marx, 1989: 83 – 84).
léctica de las categorías, la dialéctica de las
formas de aparición de la contradicción, de esa Marx está en tema, y sugiere un modo muy
contradicción apenas entredicha, en la filosofía distinto de encarar el problema con relación a la
política anterior a Marx, entre el interés privado filosofía política anterior, a lo que apunta es al
y el interés general. «establecimiento de un orden por el desorden».
Kant ve en la síntesis social lo que permite En términos de la futura temática de la forma-
superar la insociable sociabilidad, Hegel ve en la valor, aquí apenas en germen, sería el asunto de
astucia de la razón el procedimiento por el que la nivelación del valor de mercado «con el valor
se consuma la eticidad en el Estado, Marx ve real a través de sus oscilaciones constantes»
en cambio en el poder del dinero el nexo social, y, como para que quede más claro el modo en
pero con el añadido de que en dicha tensión que Marx lo encara, a diferencia de los filósofos
se juega «la vida de los productores». Donde anteriores lo subraya parafraseando a Hegel:
78 Kant y Hegel dicen «sociedad civil» , Marx dice Tal orden no puede resultar ni «mediante una
identidad abstracta ...[la del interés privado y el
«choque de los individuos recíprocamente indi-
ferentes». Con lo cual la expresión no es casual, interés general]... sino mediante una constante
indiferentes no es lo mismo que independientes, negación de la negación» (Marx, 1989: 62), esto
ser verdaderamente independientes quizá nos es, el interés privado que niega al otro interés
esté queriendo decir otra cosa. Bajo el capitalis- privado, negación de la negación quiere decir
mo, el individuo lleva su poder social, su nexo aquí, no superación del desorden sino negación
con la sociedad en el bolsillo, el dinero es poder recíproca. Por ello, la alternativa de Marx tiene
sobre la actividad de los otros. El que posee que ser otra, la misma que viene promoviendo
dinero, ahí sí el dinero-patrón como dice Negri, desde 1844, comunismo es «producción cons-
tiene la capacidad de entablar una relación muy ciente de las relaciones de producción» .
peculiar con aquellos carentes de tal poder de Para Marx «la conexión de los individuos re-
disposición sobre las cosas. El trabajo, cuyo cíprocamente indiferentes» (Marx, 1989: 86) se
portador aparece como carente de dinero, va constituyendo en el elemento funcional que
carente de poder de mando sobre los otros (lo corona al liberalismo como la geocultura del ca-
cual no tendría porque significar un elemento pitalismo, y ello es así porque en efecto
descalificador, pues apuntaría a una cierta reci- el interés propio es ya un interés socialmente de-
procidad), es dominado por la forma-valor, por terminado ... Se trata del interés de los particula-
la lógica de la cosa, por el sujeto-dinero, por el res; pero su contenido, ... forma y ... medios de su
pseudo sujeto que es el capital. realización están dados por las condiciones sociales
Marx da así con el meollo del asunto y no (Marx, 1989: 84).
pudo expresarlo de mejor modo cuando escribe: Aquí «condiciones sociales» quieren decir
los economistas ...[podríamos agregar, liberales]... totalidad, de tal modo que habiendo una impo-
expresan este hecho del modo siguiente: cada uno sibilidad de clase, material, para superar «tales
persigue su interés privado y sólo su interés privado, relaciones y condiciones sin suprimirlas» (Marx,
y de ese modo, sin saberlo, sirve al interés privado de 1989: 84), se impone la alternativa funcional,
todos, al interés general, una especie de seguidilla a la corriente, una
Y después Marx, en esas mismas líneas elusión de la angustia que provocaría una
críticas, subraya: verdadera y genuina libertad. Por lo siguiente
Marx, el dinero y la crítica

que apunta Marx es por lo que el liberalismo ella. Su misma colisión recíproca produce un poder
aparece como altamente eficaz para el capitalis- social ajeno situado por encima de ellos; su acción
mo: «El individuo ... puede superar y subordinar es recíproca como un proceso y una fuerza indepen-
a él las relaciones externas, ... su libertad parece dientes de ellos.
ser mayor» (Marx, 1989: 91, el subrayado es de A este nivel, como primera totalidad, dice
Marx). El capitalismo se revela, pues, como una Marx, «la circulación es buena para poner a la
ficción, como un simulacro, como si dijéramos vista este problema» (Marx, 1989: 131).
desde una jerga situacionista, como un eficaz Los individuos bajo el capitalismo no pueden
creador de espectáculos. alcanzar la libre individualidad porque sufren y
Nos encontramos de lleno aquí en el tema son afectados por la dominación, en su inmedia-
del desdoblamiento de la cosa-mercancía en tez, del dinero-patrón, del «sujeto-dinero» , llega
mercancía y dinero, y la peculiaridad de este a decir Marx (1982: 96). Pero ahí no termina la
último es que con él, «la relación del valor problemática política, ni la ética política que
recibe... una existencia material y particula- Marx pretende anteponer a esta legalidad del
rizada» (Marx, 1989: 65). En esta parte Marx orden y de la totalidad vigente. Hace falta que
se permite un juego dialéctico al decir que por vía de entrada de la mediación, arraigue el
producto como valor es distinto que valor fetichismo; encuentre y consume su base social
como producto. En efecto, las mercancías se y material. Dice Marx: «los individuos son ahora
transforman en signos del valor, al hacer abs- dominados por abstracciones» (Marx, 1989: 92).
tracción de su materia y de sus cualidades, en Cuando Marx habla de las abstracciones, de las
efecto esta metamorfosis puede operar sólo
mental o idealmente, pero para operar de modo
relaciones, de las mediaciones, o de las institu-
ciones, señala que para que ellas alcancen fijeza o 79
social y práctico, dice Marx, hace falta «una arraiguen socialmente «deberán ser pensadas di-
mediación real... para poner en acto esa abs- ferenciándolas de los sujetos que ellas producen»
tracción» (Marx, 1989: 67), tal mediador real (Marx, 1989: 68), ellas mismas autonomizán-
es el mercado. En efecto, «el nexo ...[social]... es dose también, como lo hace el sujeto-dinero,
un producto de los individuos. Es un producto «este símbolo, este signo material del valor de
histórico» , pero bajo el capitalismo es un nexo cambio, es un producto del cambio mismo y no
reificado, secuestrado al control consciente la puesta en obra de una idea a priori» (Marx,
de la verdadera individualidad, que existe de 1989: 69). En ello debe, entonces, consistir la
modo ajeno y autónomo a éstos. Para Marx, base social del fetichismo, en el modo en que
los individuos plenamente considerados bajo la simbólica cualidad social del dinero
«aún están en vías de crear las condiciones «los individuos han enajenado, bajo la forma de
de su vida social» (Marx, 1989: 89), para ello objeto, su propia relación social» (Marx, 1989:
tendrán que someter sus relaciones de produc- 88). Lo que deriva de que «una relación entre
ción «a su propio control colectivo» (Marx, los hombres» , su socialidad, se exprese como
1989: 89), producir conscientemente el nexo «relación entre cosas» , esto es, la socialidad
social equivale a libre individualidad, equivale se cosifique y la cosificación se socialice, se
ahí sí a «negar la negación» recíproca. En el disperse y extienda socialmente, mundialmen-
argumento de Marx la producción social pesa te. Marx está ya alerta y advierte las consecuen-
sobre los individuos como una fatalidad pues cias sociales de la absoluta mercantilización de
«no está subordinada... y controlada por ellos la vida. A lo largo de este proceso, dice Marx,
como un patrimonio común» (Marx, 1989: «crece el poder del dinero... la relación de cambio
86). En su lugar, en el marco de la totalidad del se fija como un poder externo a los productores
orden vigente e independiente de ellos» . El sujeto-dinero se
la totalidad del proceso se presenta como un ha externalizado, se ha independizado, se auto-
nexo objetivo que nace naturalmente, que es cier- nomizó. Tiene razón Hans Georg Backhaus al
tamente el resultado de la interacción recíproca de intuir que es posible y queda por «examinar si
los individuos conscientes, pero no está presente en es posible descubrir alguna interdependencia
su conciencia, ni, como totalidad, es subsumido en entre la teoría nominalista del dinero y la teoría
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pluralista de la sociedad» (Backhaus, 1978: 30). que rebasa la inmediatez del dinero. Aquellos
Sin embargo, la filosofía política que de tal in- que intentan rehabilitar a Marx releyéndo-
terrelación se desprende va más allá del plu- lo desde Hegel (Arthur, 2005, Murray, 2005)
ralismo, y también del iusnaturalismo y del establecen una muy precisa analogía entre
contractualismo: Ni el dinero, ni el Estado han ambos: La doctrina del Ser en Hegel, equivale
nacido por convención, sino que son producto a digresión de la dialéctica sobre la mercancía
de la práctica social de la que se han abstraído en Marx; la doctrina de la esencia a digresión
(al modo de objetividades espectrales), no son dialéctica sobre el dinero y la doctrina del
y no serán nunca, entonces, idealizaciones (del concepto a digresión dialéctica sobre el capital:
espíritu absoluto) que se materializan. idea absoluta en Hegel se dice autovalorización
Pero la de Marx es una postura que va más del capital en Marx (Arthur, 2002). El ser del
allá de la simple negación de la negación, o capital no es el ser de su inmediatez, vale decir,
negación de la «negación recíproca», su razón el dinero, sino es el de su condición mediada
práctica va más allá de la sociedad civil. La (la del valor y las demás formas sociales como
igualdad y la libertad son confrontadas desde «objetividad espectral» ) y absoluta (momento
ahí como «ideas puras» (Marx, 1989: 183). Para en el que el capital se identifica con lo que es
Marx está muy claro que lo que está en juego es capital, inmediato, dinero, mediato, abstrac-
la vida humana, es ése el principio que antepone ción general, y con lo que no es capital, trabajo
como ética política: vivo que es subsumido por el trabajo objetiva-
el individuo no produce directamente sus medios do o muerto), por ello esta tercera dimensión
80 de subsistencia sino que su producto inmediato es
valor de cambio, o sea, que su producto debe ser ante
integra a las dos anteriores. Pero no adelante-
mos vísperas, esto podría ser motivo de otro
todo mediado por un proceso social para poder con- ensayo, digamos tan sólo que en el capítulo del
vertirse en su medio de vida (Marx, 1989: 126) dinero se establece la conexión entre la forma-
O en otro pasaje igual de significativo dinero y la forma-valor, y este pasaje encuentra
no sólo la producción de cada individuo depende el despliegue dialéctico que lo hace ir, también,
de la producción de todos los otros, sino también la desde la inmediatez hacia la mediación, y desde
transformación de su producto en medios de vida ésta hasta comprender a ambas (inmediatez:
personales pasa a depender del consumo de todos los dinero y mediación: mercancía, mercado) como
demás (Marx, 1989: 83). momentos de la cosa-capital.
Marx llegó a escribir en sus Manuscri- El concepto de cosa en cuanto puesta para
tos de economía y filosofía que «la lógica es el el cambio es el de mercancía. El establecimien-
dinero del espíritu» (Marx, 1984: 187), cumple to de su universalidad, con la generalización
pues una función en términos de establecerse del intercambio «repercute... en la naturaleza
como un dispositivo de despliegue del auto- y la vigencia de la categoría mercancía misma»
movimiento que se inicia y es permitido con (Lukács, 1969: 92). El asunto se encara, desde
el desdoblamiento de la mercancía y el dinero ahí, atendiendo a cómo la misma categoría
(en este último la forma de existencia social queda ella expresada, en su devenir, al modo de
de la mercancía, valor, se ha escindido de su negar a la anterior y ser la base o pre-supuesto
forma de existencia natural, valor de uso), he de la siguiente categoría (que repetirá también
ahí su característica de autonomización, que la disposición de desplegar los niveles de pre-
terminarán por establecerlo como «el dios supuesto, puesto y supuesto). La progresión ca-
entre las mercancías» (Marx, 1989: 156). Si la tegorial dibuja una espiral del modo siguiente: El
lógica (la doctrina de la esencia) es necesa- producto es y deja de ser meramente producto
riamente forma de manifestación del pensa- y se convierte en mercancía, la mercancía es y
miento abstracto, también el dinero es forma deja de ser meramente mercancía y se convierte
necesaria de aparición del trabajo abstracto, en dinero, el dinero es y deja de ser meramente
bajo las condiciones del capitalismo. La supe- dinero y se convierte en capital. Sin traicionar el
ración de la lógica (en la forma de doctrina del argumento de Marx podríamos decir, el capital
concepto) se efectúa con el concepto de capital, es y deja de ser meramente capital y se convierte
Marx, el dinero y la crítica

en capital ficticio. Sin embargo, Marx advierte juicio, se podrá hacer posible una política que le
lo que con ello está en juego y lo subraya: «da la arranque a la cosa ese poder social y se lo vuelva
impresión de tratarse de puras definiciones con- a otorgar a las personas sobre las personas
ceptuales y de la dialéctica de estos conceptos» (Marx, 1989, 85).
(Marx, 1989: 77). Con ello lo que nos está diciendo Este punto de vista, el de un principio de razón
es que su programa de investigación tiene en otro práctica ubicado en la vida humana, establece de
lado su peculiaridad, nosotros la encontramos en tal modo un encare muy original, pues no postula
esa especie de guiño cuando dice ni un modelo universal (pues que puede haber
el desarrollo de estas oposiciones y contradiccio- de más diverso que las distintas posibilidades de
nes produce el poder aparentemente trascendental encarar la vida humana), ni una teoría general,
del dinero. (Analizar la influencia de la transforma- ni un modelo que reside en un progresivismo del
ción de todas las relaciones en relaciones de dinero... sistema. Lo que hay es un llamado a una toma de
(Marx, 1989: 72). conciencia, un volver consciente a quien se erija
Si de lo que se trata es de alertar sobre los en sujeto, o el erigirse en sujeto como el ejercicio
peligros de tal mercantilización absoluta, el práctico de la toma de conciencia, «el sujeto de
punto arquimédico epistemológico desde el que la revolución es quien hace la revolución» y no
hay que colocarse para hacer la crítica lo enuncia se calibra una revolución por una determinada
Marx justo al inicio del capítulo del capital. En caracterización «a priori» de quien la hace, esto
nuestra interpretación que estamos sugiriendo es, por un sujeto de quien se ha establecido un
de la posible reconstrucción del argumento de patrón, un sujeto al que se ha parametralizado y
Marx, la crítica ha de ser enunciada «desde el
punto de vista del individuo vivo» (Marx, 1989:
con ello se le ha muerto en vida, en lugar de que
en su propia vivencia experimente su despliegue 81
178). Sólo desde este punto de partida, a nuestro y haga de él su práctica política.
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