w w w . f r e e lib r o s .

c o m
SI LOS QUE ME CRITICAN SUPIERAN LO QUE YO
REALMENTE PIENSO DE ELLOS... ME CRITICARIAN
MUCHO MÁS.
S é Infiel...
Tal vez por esa razón he escrito este libro, para
compartir mis pensamientos con otras mujeres, ya que
yo pasé por todas esas etapas: felicidad, noviazgo,
matrimonio, soledades, rutinas, celos, engaños,
y disfruta
traiciones, problemas, familia, hijos, planteamientos
sociales y dos divorcios en las más espantosas
circunstancias que jamás me esperé vivir. A n a F lo r R a u c a
Sé infiel... y disfruta es un manual para que las mujeres
aprendan a no sentirse cúlpales ni pecaminosas a la
hora de sentir y desear vivir sus emociones.

AnaT”for ?2aM£&
 Ana Flor Raucci

Sé infi el... y disfruta

 Raucci, Ana Flor
Sé infiel y disfruta.-1* ed.- Buenos Aires : Martínez Roca, 2008.
192 p .; 22x15 cm.

ISBN 978-950-870-109-1

1. Autoayuda I. Título
CDD 158.1

índice

Primera edición: febrero de 2008

I. Limpiando el disco duro ......................... 11

© 2008, Ana Flor Raucci
© 2008, Ediciones Martínez Roca, S. A. II. Nuevos conceptos ................................... 47
Paseo de Recoletos, 4.28001 Madrid
www.mrediciones.com III. Las mentiras masculinas, mastetonas
ISBN: 978-84-270-3419-8
Y MASCULONAS.................................................. 75
Todos los derechos reservados
IV Conciencia vaginal ................................. 99
© 2008, Grupo Editorial Planeta, S.A.I.C. / Martínez Roca
Independencia 1668, C 1100 ABQ, Buenos Aires V Algún día dominaremos el mundo......... 111
www.editorialplaneta.com.ar
VI. Promiscua. .. ¿o más feliz? ..................... 135
1“ edición impresa en la Argentina: junio de 2008
Vil. Mujeres islámicas..................................... 151
ISBN 978-950-870-109-1
VIII. ¿Cuánto valgo? ........................................ 165
Impreso en Talleres Gráficos Leograf S.R.L.,
Rucci 408, Valentín Alsina,
en el mes de mayo de 2008.

Hecho el depósito que prevé la ley 11.723

Impreso en la Argentina

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser

reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún
medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de
fotocopia, sin el previo permiso escrito del editor.
 Yo, Reina de los Cuernos, dedico este libro a
todas las mujeres del mundo, de esta vida y de las
vidas anteriores, que han sido homenajeadas, tam­
bién, con sus propias coronas de cuernos, las cua­
les han soportado dignamente y en silencio...

También a todas aquellas que decidieron y de­

cidirán valientemente quitárselas y colocárselas en
las «cabezas» de sus príncipes para que aprendan
a sentir profundamente y con dignidad unos bue­
nos cuernos.

Gracias a todas ellas por convertirse en mis

Musas.

■
 I

Limpiando et d 'uco duro

C a d a día que pasa me pregunto hasta qué punto

hemos sido engañadas las mujeres por los siglos
de los siglos... ¿Será verdad que nos castigaron a
todas por la pereza de Eva, que no quería hacerle
un par de huevos fritos a Adán?, y él, que lucía co­
mo un hombre tranquilo y comprensivo, se con­
formó con comerse una manzana para la cena, por­
que se cuidaba y no quería verse barrigón. Estoy
segura de que Adán era perfecto, a imagen y se­
mejanza de su creador, pero a Dios (que es hom­
bre, no como otras que dicen que es mujer) no le
hizo ninguna gracia tener competencia y se puso
furioso con Adán por no imponerse ante Eva, así
que se lo llevó al único dispensario llamado bar

11
Paraíso, lo envolvió y le hizo tomar un cóctel de po­
derosos ingredientes químicos machistas que aún
después de tantos siglos siguen sin diluirse y que
difícilmente se diluirán.
Cuando regresó Adán a la cueva, borracho y
drogado con semejante intoxicación (acuérdense
de que sólo se había comido una manzana), en­
contró a Eva toda preocupada en la más oscura so­
ledad, angustiada y mortificada, sin televisor, sin In­
ternet, sin vibrador y comiéndose las uñas de abu­
rrimiento; allí fue donde se formó la primera
tormenta huracanada, y por intervención divina
(sólo me imagino a Dios sentado cómodamente,
comiendo palomitas, listo para ver su primer lar­
gometraje de la historia: La guerra de los sexos en el
Paraíso, feliz observando y analizando cómo evo­
lucionaban todos los sentimientos que les había
creado a estos dos seres); por supuesto aquella pe­
lea traumatizó al pobre de Adán por todo lo que Eva
le dijo, cambiándole la personalidad dulce y dócil.
Ese primer encuentro resultó tan fuerte que Adán
se convirtió en un hombre inseguro de por vida, se
12
generó en él una incertidumbre hacia los senti­
mientos de su bella y deliciosa mujer, que por mo­
mentos cambiaba su linda cara y se transformaba
en una fea bruja, dejándolo totalmente espantado.
Lo cierto fue que cuando al pobre Adán se le pasó
la borrachera estaba completamente desorientado,
dolorido y confundido, y hasta le dio miedo enfren­
tarse a Dios de nuevo ya que había salido perdien­
do en todos los rounds contra la invencible Eva.
Y así, poco a poco, fue convirtiéndose en un
ser débil, egoísta e inseguro, y comenzó a vivir a la
defensiva y a discutir constantemente con la bella
y dulce Eva, que no entendía el cambio de actitud
de su hombre... Por eso no hay que inmiscuirse en­
tre las parejas para meter cizaña... Siempre se ha
dicho que tres son multitud, y en este primer epi­
sodio de la historia Dios quiso tomar ventaja al dar­
se cuenta de que había creado a la mujer con un
abanico de posibilidades más ventajosas que las de
su homólogo, así que se las arregló para complicar
las cosas un poco de modo que a lo largo del res­
to de nuestras vidas aprendiéramos algo que aún
13
hoy día no logramos aprender: «Vivir armónica­
mente en pareja».
Existe también otra pregunta que me hago siem­
pre con respecto a Adán y Eva, y es la siguiente: ¿de
dónde salieron las otras mujeres...? Si ellos dos só­
lo tuvieron hijos varones, ¿cuál fue la parte de la his­
toria que no nos contaron?
¿En verdad la Virgen María concibió por obra
y gracia del Espíritu Santo...? Si eso es así, enton­
ces yo tendré que empezar a cuidarme, ya que me
paso la vida practicando sexo tántrico con el hom­
bre invisible. ¿Se imaginan la cara de la pobre Vir­
gen María viéndose preñada sin comerse el postre,
cual experimento de probeta? ¡El escándalo que le
habrán formado sus padres! Se los habrá oído por
todo el pueblo preguntándole quién era el padre y
ella diciendo: «¡No sé...! ¡Yo soy virgen!», y la len­
gua de los vecinos sembrando las calles de especu­
laciones sobre el asunto y tratando de adivinar de
quién era esa barriga; ya me imagino a algunas di­
ciendo: «Yo estoy segurísima de que es del carpin­
tero». Pobrecita, ¿se la imaginan preguntándose si
14
se quedó dormida en el mejor momento de su vi­
da? Es que estoy convencida de que a las mujeres
nos han engañado y utilizado desde el principio
de los tiempos; sólo se han servido de nosotras pa­
ra que concibiéramos y no disfrutáramos... Y me
sigo preguntando: ¿será que estamos de nuevo co­
mo María, embarazándonos sin la intervención di­
vina del revolcón con un hombre, «por obra y gra­
cia de la Santa Ciencia»?
¿Quién inventó todas esas historias de que ja ­
más hemos razonado y que marcaron los destinos
de la mujer? ¿Y de dónde salió esa famosita María
Magdalena? ¿De quién era vecina? ¿Era secretaria?
¿Era la hermana o la cuñada de quién? ¿Era la es­
posa de alguien? ¿Cuál era su apellido? ¿A qué fa­
milia pertenecía? ¿De qué clase social venía...? ¿Por
qué la gente quería matarla a pedradas? ¿Qué es lo
que iba a contar esta María, tan grave, que el pue­
blo quería eliminarla? ¿Por qué salió Jesús a defen­
derla y decir: «¡El que esté libre de pecado que lan­
ce la primera piedra!»? ¿Será que él sí sabía todas
estas respuestas y también se sabía la vida de todos
15
 allí? Estoy segura de que tanto usted como yo te­
ticos o políticos de ahora, si habla alguno se viene
nemos amigas y amigos que son así, como Jesús,
todo el gobierno o la Iglesia abajo como fichas de
que se saben la vida íntima de todo un pueblo...
dominó. Pero si sigo preguntándome no termino
Si no me cree, vea cualquier programa de televisión
de escribir este libro... Y tardaría mucho en llegar
en donde sale alguna periodista que, apasionada y
a la era cibernética, antes y después de Jesucristo,
enfurecida, le contará con todo lujo de detalles los
donde las cosas parecen estar más o menos iguali-
más morbosos acontecimientos entre dos personas
tas... Por tanto, mis queridas amigas, pónganse có­
o más, como si ella hubiese sido testigo presencial
modas y abran su mente para empezar a recono­
de los hechos. Es increíble que alguien se pase unos
cer ciertas mentiras que los hombres de las caver­
buenos años estudiando Periodismo en una univer­
nas, de la época del Paleolítico, empezaron a
sidad para luego tan sólo averiguar quién se acos­
sembrar en la mente de las mujeres. Aquí usted
tó con quién y con cuántos. ¿Se imaginan a esta
encontrará la forma correcta para aprender a ser in­
niña si le da por rebuscar la historia oculta de la Vir­
fiel de una forma casual y sin enamorarse, ya que
gen María y de María Magdalena? Se hace millona-
cuando se es infiel mAs de una noche, o durante
ria en España, ya que el morbo televisado es lo que
un breve lapso de tres días y un máximo de cinco,
más recauda en la actualidad mundialmente. Us­
entonces usted estará enredándose la vida de una
ted también debe conocer gente que habla de es­
forma brutal y sólita, pasando a formar parte de
tos temas con absoluta propiedad y certeza, como
ese club de amantes fijas que pierden la vida ente­
si hubiese vivido en esa época y los hubiese cono­
ra soñando con un espejismo, y ahí sí, mi querida
cido a todos. Siempre hay alguien a su lado que
amiga, ésa será su decisión, pero prepárese para
dice saber más que usted, las verdades que están
sufrir más, mucho más que cualquier esposa, aun­
ocultas y las inventadas, y qué decir de los eclesiás­
que no lo crea. Usted sólita habrá decidido cau­

16
17
sar un gran daño a muchas personas y mucho peor:
a usted misma, y eso será lo más grave, ya que us­
ted no disfrutará sino al principio, luego pasará
más tiempo llorando su soledad, su segundo pla­
no, esperando esa llamada que nunca suena cuan­
do usted desearía y sólo la recibirá cuando él quie­
ra hacerlo, muy feliz y tranquilo como quien no
ha estado ausente. Usted vivirá descentrada de sí
misma, de su trabajo, de sus proyectos y única­
mente pensando en él, rebobinando frases falsas
que la mantendrán anclada a una relación ficticia
que no se cristalizará nunca como usted la sueña:
se levantará cada día esperando su tumo. Poco a
poco comenzará a resecarse y parecerá más vieja,
opaca y fea que la propia esposa, pasará su vida
convenciéndose de qué usted le da a él lo que su
esposa no le da (culito y buenos besos, ya sabe
dónde), convencidísima de tener en su poder esas
grandes cartas de triunfo que jamás le funciona­
rán. Y, créame, terminará después de unos años
con su culito roto y la mandíbula gastada de tanta
dedicación. Usted, mi querida amiga, habrá perdi­
18
do unos muy buenos años de su vida creyendo que
era lo mejor en la vida de él y esperando recompen­
sa. Hay hombres que sí caen en esta trampa falsa
de culito y besitos, y dejan su hogar para casarse
con su amante, pero una vez que las convierten en
sus esposas (las amantes, nuevas señoras), flore­
cen sus verdaderas intenciones y cambian las reglas
del jueguito, ya que están hartas de complacerlos,
y ellos se quedan como tontos diciendo: «Pero tú
me dijiste siempre que te encantaba», y allí ellos se
quedan sin familia, sin culito y sin sus maravillo­
sas mamaditas que tanto disfrutaban: entonces co­
mienza todo de nuevo, y salen a buscar a otra que
los complazca.
Por eso quiero dejar muy claro que esto no es
un manual para ser la amante fija (léase: igual a
novia de tumo creyéndose que se casará con ella)
o representativa de nadie; este libro es para apren­
der a disfrutar de la sexualidad personal, para ins­
truirse sobre cómo serle infiel a su esposo, a su no­
vio, a su pareja fija o de convivencia representati­
va, y saber disfrutarlo. Es para aprender a usar a los
19
hombres como ellos nos han usado a nosotras y
luego, si te he visto, no me acuerdo. Conviértase en
una mujer que sabe ser una buena amante, a ser
buena en la cama (que a la hora de la verdad es lo
que ellos más desean y buscan). Es para que apren­
da a hacerle el amor a otra persona, a amar con pa­
sión y lujuria, practicando un buen sexo, totalmen­
te desinhibida para su propio deleite; sin tabúes ni
miedos para gozar al máximo su sexualidad y lue­
go seguir feliz y plena con su vida, y, lo más impor­
tante: sin remordimientos ni culpas.
Quiero que empecemos a desarrollar esa parte
«masculina» que todas tenemos para lograr conse­
guir el equilibrio emocional dentro de nosotras
mismas, ese equilibrio que teníamos y que nos fue
arrebatado con la mala educación que nos dieron
durante años. Vamos a aprender a responderles a
los hombres con su propia actuación en la vida,
porque ésa será la única manera de lograr una nue­
va generación de caballeros reprogramados para
que aprendan a convivir con esta nueva camada
de mujeres que están invadiendo el planeta desde
20
finales del siglo pasado; ya que ahora sí estamos pre­
paradas para todo, especialmente para saber libe­
rar esos límites mentales, moralistas, religiosos y so­
ciales.
Hoy sí estamos listas y muy convencidas de que
los hombres no quieren cambiar de actitud con
charlas, conversaciones, ni con mucho cariño y pa­
ciencia; así que llegó la hora de tomar medidas
drásticas y darles de su propia medicina, para que
se sientan tan ridiculizados, arrinconados, ofendi­
dos, vejados, humillados y utilizados como nos
han hecho sentir a nosotras durante décadas; va­
mos a demostrarles que jamás las mujeres conta­
ron ni nacieron con un interruptor o botón para so­
portar tantos sufrimientos y tener la capacidad de
seguir amándolos hasta que la muerte acabara con
nosotras.
Comenzaremos a analizarnos y a aprender a
transformarnos en todos los sentidos, nos ejercita­
remos en alimentar nuestro propio deseo sexual, ex­
ploraremos el mundo de la mentira, la infidelidad,
la discreción, el ego, el morbo, la pasión, el sexo
21
casual y, finalmente, lograremos saber poner cara
de «Yo no fui», de «¿Yooo?, ¡jamás!» y la más im­
portante: la cara de ingenua no culpable (Not
guilty!).
Lo primero que hay que aceptar es que naci­
mos desnudas, bellas, armoniosas, encantadoras y
divinas. Capaces de crear con nuestro propio cuer­
po todo tipo de placeres (incluyase alimentar). Va­
mos a dejar de sentimos impuras, indecentes, co­
chinas o putas por el simple hecho de sentir, de­
sear, mostramos, vemos o disfrutarnos desnudas;
comencemos a dejar de descalificamos, a dejar de
repetir hasta el cansancio que estoy vieja, ya se pa­
saron mis años, estoy gorda, estoy muy flaca, no ten­
go buenos senos, no soy alta, tengo el pelo feo, no
tengo cintura, me estoy arrugando, soy muy blan­
ca o muy negra; dejemos esa absurda manía de in­
conformidad e inseguridad que manifestamos to­
das contra nosotras mismas. Así que párese frente
al espejo y aprenda a acariciarse, a quererse y a de­
cirse todos los días «Qué bella soy, soy la más be­
lla creación de Dios, hoy amanecí preciosa, soy la
22
más linda de la casa, de la urbanización, del edifi­
cio entero», «yo soy bella». Dejemos de decir todo
el santo día que estoy gorda, me salió una arruga,
tengo la nariz torcida, no tengo el pelo liso, se me es­
tá cayendo el pecho, tengo celulitis... ¡Mieeerda!
Hasta la imagen del espejo se asusta al recibir tan­
tas críticas negativas. Aprendamos de los hombres
que cada vez que se miran en un espejo salen sa­
tisfechos de lo bellos que se ven peludos, barrigo­
nes, calvos o arrugados; ellos parecen que nacen con
la autoestima en su máxima expresión, ellos sí sa­
ben llenarse de sí mismos y alimentar su ego, ellos
nunca se ven feos, aun siendo feos feísimos, siem­
pre se ven hermosos; y mucho menos se ven vie­
jo s , cuanto más viejos se ponen más jóvenes se
sienten, se llenan de canas y lucen interesantes,
atractivos, felices porque las mujeres jóvenes los
miran, los admiran y los desean por su dinero, pe­
ro es admiración para ellos y su autoestima, aun sa­
biendo que están avejentados y que su chequera los
respalda; lo importante es que saben usarla a su
favor, ellos siempre han pagado, están educados
para pagar, ellos han pasado toda una vida cubrien­
aceptarse y quererse mucho. Si usted no tiene el
do los gastos del hogar, la esposa, los hijos, la em­
cuerpo que desea, entonces haga algo para cambiar­
presa, los empleados, etc. Entonces, ¿por qué no pa­
lo, opérese, haga ejercicio, haga dieta, pero ¡haga
gar también a una jovencita todos sus caprichos
algo!, ¡reaccione!: nada se transforma sin un mí­
en los últimos años de su vida «sexual», ya que esa
nimo de esfuerzo, así que deje de quejarse y acép­
muchachita los hace sentir frescos, potentes, visto­
tese tal cual es, y si usted decidió ser gorda por el
sos, deseados y consentidos? (según ellos siempre
resto de sus días, entonces sea una gorda feliz.
están y se sienten muy jovencitos aunque tengan
sesenta años). En cambio nosotras nos sentimos El otro paso inicial es aprender a bañarse. Dis­

acabadas, resignadas y rendidas ante los años que frute del agua, ponga en funcionamiento ese jacuz-

vamos acumulando, somos muy brutas, nos ofen­ zi que tiene en su baño y nunca usa, y descubrirá

demos a nosotras mismas, nos desvalorizamos so­ el rincón del placer que tenía y no disfrutaba, en­

las y nos convencemos de que cada día estamos jabónese y toqúese por todas partes muy bien; y si

más viejas. tiene una duchita de esas portátiles pues colóque-

Ellos, al contrario, se paran frente al espejo, se sela allí a toda presión y verá cómo disfruta. Haga

tragan todo el aire de la habitación, meten la ba­ lo mismo cuando esté regando el jardín: póngase

rriga, se ponen casi morados aguantando la respi­ una faldita sin nada debajo de ella y riégúese su

ración y, luego, al expulsar el aire dicen: « estoy parcelita con esos grifos multiusos que vienen aho­

BUENÍSIMO... SOY TODO UN MACHOTE». ra para que compruebe otra de las ventajas de su

Así que esto es lo primero que usted tiene que manguera; frótese con un buen par de guantes to­

aprender de ellos y hacer todas las mañanas: cam­ das esas miserias que han venido impregnándose

biar de actitud hacia usted misma, y empezar a en su piel, tapándole los poros y la posibilidad de
volver a sentir, siéntase libre de tener y lograr to­

24
25
dos los orgasmos posibles con suma tranquilidad.
Luego échese eremita, aceite o talco, lo que usted
quiera, lo importante es que quede suavecita. Per­
fúmese y pódese bien su «loquita» para mantener­
la siempre lista, preparada para la guerra ya que
eso es lo que ella quiere: ¡guerra!, y de la buena...
No más de lo mismo.
Ahora mírese nuevamente al espejo y vuelva a
repetirse lo bella que es; lo bonita que está toda
bañadita y perfumada; la sonrisa tan linda que
tiene; lo divertido que es el movimiento de sus
senos, cada uno con su propia personalidad, ca­
da uno por su lado. Ponga música y baile, paya­
see, sea juguetona con usted misma. Analice lo
feliz que se siente por el simple hecho de estar vi­
va para disfrutar de un día más y convénzase de
que en la variedad está el gusto y que cada per­
sona tiene su propio encanto muy particular: ese
romance esporádico que usted se regalará de vez
en cuando la oxigenará y la renovará de pies a ca­
beza. Sea usted misma y deje de querer transfor­
marse en Jennifer López, en su vecina o en su
26
amiga: eso resulta realmente patético. Aprenda a
ser auténtica: cada persona tiene un atractivo úni­
co. Comience a vestirse de esa nueva mujer, no ha­
ce falta tener ropa cara para lucir bien, ya que si
se siente feliz y segura por dentro, usted genera­
rá una brisa fresca a su alrededor. En cambio, si
usted se siente desdichada y ansiosa, aun cuando
se ponga la ropa más exclusiva del planeta, luci­
rá fea, reseca y con cara de culebra resignada. Só­
lo transmitiendo felicidad comenzará a volver a
sentir la mirada morbosa y sensual de los hombres
por donde usted pase, y eso alimentará su ego y
le dará mayor seguridad. No importa qué talla
utilice, ni si es bajita o muy alta; abandone el com­
plejo, que si usted lanza una sonrisa, recibirá otra
en respuesta; así que camine feliz por la vida le­
vantando dormidas pasiones. Sólo así sentirá có­
mo su mente empieza a despertar y, cada vez que
note que un hombre la mira de forma diferente,
entonces tendrá más entusiasmo para ponerse más
linda cada día y llenará poco a poco su autoesti­
ma. Aprenderá a alimentarse con ese morbo de
27
los hom bres para usarlo a su favor, créam e, ese
morbo alimenta más que cualquier cosa y no en ­
gorda.
Ahora es tiempo de buscar por ahí, en el rincón
más privado de su mente, a ese hombre «divina­
mente prohibido» que todas hemos tenido duran­
te años escondido con ganas de olerlo, saborearlo
y comérnoslo a besos (dije hombres, no espejis­
mos, incluyendo a todos esos actores de cine, mo­
delos, cantantes, etc. Aterrice, no es que sea impo­
sible, pero vamos a comenzar por metas a corto
plazo y más cercanas, de nuestro propio entorno).
Busque a ese jefe, al primo (en mi tierra dicen que
«Carne de primo también se come»), al mejor ami­
go de su novio o de su esposo, al vecino, al espo­
so de la amiga, al cuñado, al presidente de la ur­
banización, al cura (no se escandalice, un hombre
es un hombre, ese sacerdote será bien discreto y has­
ta puede hacerla sentir el más sagrado y celestial de
los orgasmos; no se asuste ya que la Iglesia tiene que
cambiar tarde o temprano sus leyes y así liberar a
todos esos sacerdotes forzados a mantener su se­
xualidad estrangulada, obligados a pasarse la vida
masturbándose; eso ha sido extremadamente in­
humano y antinatural, por eso hay tanto trapo su­
cio recónditamente escondido en la doble moral
de la Iglesia); piense en el compañero de trabajo,
el profesor de tenis, el plomero, el jardinero... Pien­
se en ese que a usted le ha gustado siempre y no
se ha atrevido a insinuarle nada, piense en él e ima­
gínese haciendo realidad una deliciosa fantasía en
su compañía. Mastúrbese pensando en él, en lo
que sena capaz de hacerle, de decirle, alimente su
morbo para cuando lo pueda disfrutar. Dese el gus­
to, por un día, dos o un máximo de cinco veces al
año, recuerde que será sólo para renovarse, oxige­
narse, regalarse momentos prohibidos que resulta­
rán deliciosos. Acuérdese siempre de que esto lo han
hecho los hombres por los siglos de los siglos y
con cualquier mujer, aun y cuando no la desearan
o la quisieran; ellos aprovechan cualquier ocasión
que se les presente por el camino. ¡Cuántos cuen­
tos nos sabemos! «¡¿Puedes creerlo?! Le fue infiel
con su propia hermana...». «Sí, con su secretaria,
29
que siempre estaba metida en su casa...». «Con su
mejor amiga...». En fin, para qué repetir historias
si ya las conocemos todas.
Olvídese de sus prejuicios y acuérdese de que
siempre nos han engañado, tenga presente que es­
tamos en plena limpieza de nuestro disco duro, su­
primiendo todas las mentiras y falsos conceptos
con los cuales nos envenenaron la mente y el co­
razón para que tuviéramos miedo de hacerlo y así
sentiéramos terror a desvalorizamos como si for­
máramos parte de las acciones de la Bolsa de Valo­
res: una auténtica «Bolsa de Palurdas» es lo que
hemos sido creyéndonos el cuentito de lo malo y
lo bueno. A ellos les reservaron otro cuento: sen­
tir atracción por una persona es normal y natural,
no se sienta culpable nunca más, sus sentimientos
o su corazón no saben de papelitos o de leyes, sien­
ta y atrévase a sentir. Los hombres han aplicado
este método toda su vida y a ninguno le ha salido
una gran roncha en la frente cada vez que ha pe­
cado; todo lo contrario, se les ilumina la cara, ce­
lestialmente hablando (eso es una prueba más de
30
que Dios es hombre). Imagínense por un instante
la cantidad de hombres que andarían por ahí lle­
nos de ronchas cada vez que pecaran, ya que Dios
incluyó el mandamiento ese de «No desearás a la
mujer del prójimo» porque ya sabía que ese deseo
existiría por siempre. Pero no lo hemos analizado,
ya que parece un mandamiento exclusivamente
masculino. Como verá, no existe un mandamien­
to que diga: «No desearás al hombre de la prójima».
Por tanto, ser una mujer infiel no es pecádo.
Dios sólo pensó en los hombres, y por algo se­
ría: todos sienten morbo por la esposa del amigo.
De hecho, aunque usted no lo crea, es la más de­
seada por ellos (y lo mismo ocurre con las muje­
res: aun y cuando no lo reconozcamos, siempre es­
tamos deseando al marido de una de nuestras ami­
gas). Admítalo y deje de creer que el cielo, el pecado
y el infierno existen tal y como nos lo contaron;
existen, sí, pero de una forma subliminal, lujurio­
sa y deliciosa (ya hablaremos de eso: ha sido puro
cuento de terror para llenarnos de temores y te­
nemos asustadas de por vida). No se deje intimi­
31
dar más y razone, que usted ya está grandecita y vi­
ve en el siglo xxi para seguir creyendo en una cue­
va que se incendia y un diablo en la entrada que
enumera todas las veces que pecó. Imagínese, si
eso fuera verdad, el embotellamiento en la puerta
sería infinito. Usted razona para saber qué puede
y qué quiere hacer, así que barra de su mente to­
dos esos cuentos de horror que nuestros líderes re­
ligiosos, nuestros padres y la sociedad nos han ido
inyectando, durante años, como dosis de veneno
para lograr mantenernos como tontas y puritanas,
llenas de miedos a la hora de disfrutar de nuestros
sentimientos, deseos y lujurias.
Y ya que aprendimos a frotarnos bien la piel
para abrir nuestros poros a las sensaciones nue­
vas y electrizantes, tenemos que agarrar y echar­
nos en la mente el mismo spray ese que usamos
para limpiar el horno después de preparar una
cena navideña; sí, amiga mía, nos hicieron creer
que seríamos unas cochinas pecadoras, impuras,
malas mujeres, promiscuas y desvalorizadas si
nos atrevíamos a sentir. Y así como logramos qui­
52
tamos de la mente la estúpida idea de la virgini­
dad, asimismo tenemos que mentalizarnos con
respecto al concepto de infidelidad, ya que ha si­
do terrible el daño que nos ha causado a todas.
También tenemos que cambiar de actitud cada
vez que nos sintamos engañadas y traicionadas
por nuestros hombres, ya que nos programaron
para hacernos perder nuestra autoestima, nos de­
rrumbamos, entramos en fuertes depresiones, de­
seamos morir y, lo que es peor aún: nos sentimos
culpables por algo que ni siquiera hicimos ni dis­
frutamos nosotras. Buscamos dónde fallamos co­
mo mujer para justificar al hombre que nos hizo
daño y pasamos meses indignadas diciendo: «Esa
puta se le metió por los ojos...». ¿Esa puuuta?
¿No será que él se lo metió a ella por otro lado
donde no hay ojos?... ¿Por qué nos enseñaron
siempre a atacar sólo a la mujer y defender al
hombre infiel? Pobrecito é l.. .Tan tonto que se de­
jó llevar a la cama por esa puta..'. Que brutas he­
mos sido siempre las mujeres, en vez de reaccio­
nar a nuestro favor, comenzamos a llorar y a ins­
33
pirar lástima, hacemos de ese episodio una mon­
taña tenebrosa que mancha todo lo vivido sin dar­
nos cuenta de que para ellos, en la mayoría de
los casos, no ha significado gran cosa. Cambie de
actitud y rómpale la costumbre: cada vez que la
engañe y usted se entere, dele de su propia me­
dicina por ser indiscreto. Discretamente y en el
más delicioso silencio, aproveche esa ocasión a
su favor y tenga la excusa perfecta en su concien­
cia para disfrutar de ese hombre que tanto ha de­
seado y nunca se atrevió a reconocerlo, no por
venganza sino por darse el gusto y sacarse ese
despecho.
Ha sido realmente patético cómo aprendimos
a destruirnos a nosotras mismas, sobre todo si
pensamos en la forma en que lo hemos amado: tra­
tándolo como un rey, consintiéndolo, diligentes
con todos sus caprichos y siempre tan seguras de
confiar en él, creyendo como bobas que él valo­
raba y disfrutaba de nuestra entrega. Luego, al co­
nocer su traición morimos por dentro, se pierde
la inspiración, la alegría, acabamos con nuestra
34
libido y los deseos de lucir mejor. Ese rey mara­
villoso por quien vivíamos y que decía amarnos
nos hace sentir como un trapo viejo y usado. Fue
él, ese hombre al que tanto idolatrábamos y el
más cercano a nuestro corazón, el que decidió ha­
cernos daño... Pero así nos criaron, para auto-
destruirnos y perder el equilibrio emocional al
sentir que no somos amadas por un hombre, o
por nuestro hombre. Jamás nos dijeron que la in­
fidelidad era sólo un comportamiento individual
de cada ser humano, jamás nos explicaron que el
hombre es infiel por decisión, por jugar a lo pro­
hibido y no porque haya dejado de amamos: su
infidelidad consiste en salirse de la rutina, variar
y refrescarse, no tiene nada que ver con senti­
mientos . Para ellos se trata de placer y nada más.
Tampoco nos prepararon para comprender que
todas viviríamos esa traición tarde o temprano,
porque los hombres no se llenan por lo general
con una sola mujer, por muy bella, pura, buena
o divina que sea; eso no tiene nada que ver con
sus necesidades biológicas. Y más si ellos sienten
35
que están envejeciendo: ese periodo los angustia,
los inquieta, ya que a partir de los cuarenta y cin­
co años comienzan a buscarse mujeres como mí­
nimo quince años menores que ellos, porque el de­
sequilibrio de masculinidad que sufren los ator­
menta y necesitan, por tanto demostrarse a sí
mismos que aún son capaces de levantar pasiones
y más aún exhibirse ante la sociedad como pode­
rosos conquistadores, en especial ante los ami­
gos. Necesitan sentir que todavía son capaces de
conquistar a una mujer más joven que ellos, mu­
chas veces hasta menores que sus propias hijas:
eso les refuerza el ego y el morbo. Difícilmente se
los verá relacionándose con mujeres de su misma
edad, quieren tocar carne fresca aun corriendo el
riesgo de mostrar sus propias miserias y sus cuer­
pos gastados. Recuerde que ellos jamás se ven en
el espejo tal cual son: su autoestima refleja otra
imagen, la poderosa imagen de sus mentes.
Por este motivo algunos se divorcian de sus es­
posas y comienzan de nuevo, desde los pañales,
todo el proceso de crianza ya que — al perder a la
36
familia ya formada, con los hijos ya grandes— ne­
cesitan, de alguna manera, ese caos familiar de ni­
ños pequeños que perdieron. Buscan en esas mu­
jeres jóvenes sentirse más seguros para cuando ne­
cesiten una enfermera en un futuro inmediato, y ahí
no les importa si ella es infiel o no, ya que ellos ca­
da día, poco a poco, perderán su poder.
Nunca nos educaron para cuidamos o proteger­
nos, para mantener el ego y la confianza en nosotras
mismas a pesar del mal comportamiento de nuestra
pareja. Nunca nos dijeron que era muy probable
que a partir de los cuarenta años entraríamos en una
etapa de alto riesgo de ser reemplazadas por otra
más joven, como quien cambia un coche familiar
por un descapotable. Nos enseñaron a ser servicia­
les, mujeres de la casa, a vivir a través de ellos y a
tener que estar cuidándolos, y sobre todo espiándo­
los e interrogándolos, derrochando la mejor parte
de nuestra existencia perdiendo el tiempo y las ener­
gías en esa estupidez, pasando las noches creyendo
que están en un hospital, esperando que aparezcan
borrachos o simplemente vivos, olfateando la ropa,
37
registrando carteras, comprobando facturas, sin acep­
tar que el que quiere hacerlo, lo hará, de día o de no­
che, y delante de nuestras propias narices; porque
él disfruta más del morbo que genera ese riesgo que
conlleva lo prohibido. Tenemos que aprender a de­
mostrarles que no estamos tan pendientes de ellos
y sí más orientadas hacia nosotras, usted verá cómo
cambia el cuento; entonces será él quien estará pen­
diente de ver en qué anda su mujer.
Si un hombre descubre que su mujer le es in­
fiel, irónicamente enloquecerá por ella, actuará
como deseamos que actúe, la consentirá, la lle­
nará de detalles, la llamará cada media hora, lle­
gará temprano a casa para hacerle el amor ca­
da día y olfateará, cual perro, el terreno por don­
de ella pasa.
Créame, el comportamiento del ser humano es
absolutamente contradictorio, y cada cual decide
38
cómo comportarse, pero nada tiene que ver con
amar, ¡nada! Nos enseñaron a ser arrogantes en es­
te tema, a tener que ser de una sola persona por el
resto de nuestras vidas, a sentirnos dueños abso­
lutos de esa pareja... Si lo pensamos con calma nos
daremos cuenta de lo absurdo que resulta; nadie de­
bería jamás pretender que la otra persona fuera una
propiedad privada y mutilada de sus deseos natu­
rales. Queremos extirparle sus deseos biológicos y,
lo que es aún peor, nos estrangulamos a nosotras
mismas... una presunción muy soberbia el preten­
der que ese ser humano es sólo nuestro. Nos da­
ñaron la mente y el corazón para justificar nuestros
sentimientos y autocastigarnos, así nos sentimos
vejadas, atrapadas entre leyes que no deseamos
cumplir.
Según el diccionario Larousse, infiel significa:
«Que no guarda fidelidad, que falta a sus compro­
misos, especialmente en el matrimonio: infiel a sus
promesas. Inexacto, que no expresa la verdad o la
realidad: relato infiel».
Ahora bien, dígame dónde habla de sentimien­
59
tos o de amor, sólo habla de comportamiento.
biéramos cometido un asesinato. Los hombres
Por ejemplo: estar triste es sentir, y ser infiel es
siempre han usado a las mujeres para satisfacer
una forma de proceder o comportarse; seamos más
deseos biológicos y naturales de atracción sexual.
maduras y dejemos de dramatizar los concep­
Lo sienten y lo disfrutan, así de simple; aprenda
tos. Los hombres, desde el principio de los si­
a vivir como ellos, que no lo mezclan con los sen­
glos, nos acondicionaron la mente a las mujeres
timientos: es como tomarse unas cuantas cerve­
para interpretar ese comportamiento como si fue­
zas, las buscan, las saborean, las disfrutan y lue­
ra pecado. Debería ser igual para los hombres,
go las eructan... Y siguen con su vida sin sufrir
solo que ellos parecen incapaces de sentirse pe­
ningún drama por eso.
cadores atormentados. Y créame que los hombres
Claro, pero si es su mujer, su hembra, la que
manejan la infidelidad a su favor, para alimentar
su ego, no para destruírselo ni sentirse culpables, se atreve a serle infiel, entonces quedan impacta­

y, en el 70 por ciento de los casos, no significa na­ dos y por alguna extraña razón ellos pierdái su

da especial para ellos, créalo. Ser infiel es parte equilibrio emocional, creándoles inseguridad en

de sus alternativas de vida para adquirir expe­ su hombría. Se les cae el mundo, se deprimen, se

riencia o saciar el deseo sexual, o parte de las de­ sienten destruidos, humillados; hasta pareciera

cisiones que pueden tomar o no; no andan asus­ que sufren los mismos síntomas que las «estúpi­

tados por la vida por lo que hicieron, ni se sien­ das e inmaduras mujeres». Por eso hay que darles

ten sucios o desvalorizados, ellos pasan la página de su propia medicina para que maduren y lo pien­

como si no hubiese sucedido nada. En cambio, sen dos veces antes de meterse por los ojos de la

nosotras, con tan sólo un pensamiento inapro­ puta esa.

piado, nos mortificamos la existencia como si hu­ Luego se encuentran los superofendidísimos.
Los machos extremistas, inseguros y brutos que de

40
41
pronto pierden totalmente la cordura, agarran una
pistola y matan a las infieles; en la mayoría de los
casos son muy cobardes para pegarse el tiro ellos
mismos y permanecen vivos para inspirar lástima
el resto de sus vidas, para ver si alguien les aplau­
de la gracia o les da la razón. ¿Se imaginan a estos
elementos? Yo no puedo creer que alguien sea tan
tonto e inmaduro como para no poder asimilar el
comportamiento de una persona y llegar a matar a
otro ser humano por unos cuernos. ¿Pueden creer­
lo? ¿En eso consiste realmente la «madurez mascu­
lina»?
Ellos se sienten muy maduros en la actualidad
siendo muy sinceros, desde el principio, con sus
amantes o sus aventuras de una noche, cuando les
dicen que es sólo sexo, que son adultos y ambos
saben lo que hacen, ya que no ocultan que están
casados. Pero esa «gran madurez» no les alcanza pa­
ra pararse delante de la esposa o la pareja de tur­
no y decirles a ellas también, con la misma cara
dulce y simpática, que están teniendo una aventu­
ra con otra.
42
Se imaginan a un hombre de estos maduros de
hoy diciéndole a su esposa o a su pareja: «Hoy te
fui infiel, pero no te preocupes que sólo fue sexo».
Madurez ha sido la actitud y la superación que
hemos demostrado la mayoría de las mujeres du­
rante muchos años cuando nos han arrinconado,
humillado y ridiculizado ante una sociedad ente­
ra que, de paso, se dedica a hacernos más daño
con sus juicios, chismes y burlas. Madurez es ver-
nos renacer de nuevo, más fuertes y felices que
nunca, después de semejante paliza emocional re­
cibida. Nosotras sí hemos sabido andar por la vi­
da con nuestras propias cicatrices.
Y yo me pregunto: si él disfruta y es feliz cuan­
do penetra a una de mis mejores amigas, ¿por
qué entonces él se podría sentir mal si yo me de­
jo penetrar por uno de sus mejores amigos que me
está haciendo a mí también muy feliz?
45
 todos tenemos derecho a decidir vivirlo o experi­
¿Será que soy muy bruta y aún no lo he podi­
mentarlo «discretamente» para no herir los senti­
do asimilar por más que me lo han explicado infi­
mientos de nadie, ya que los cuernos sólo duelen
nidad de veces, durante muchos años? ¿Será que
cuando logras vértelos en el espejo de tu propia al­
hay que respetar a quien no sabe respetar sus com­
ma, ya que ante la sociedad son invisibles y silen­
promisos o promesas? ¿Por qué los criaron para
ciosos.
exigir fidelidad si ellos mismos no saben ser fieles?
¿O será que al diccionario se le olvidó extender en
su definición que ese mal comportamiento del in­
fiel hería profundamente los sentimientos de las
personas sólo cuando eran descubiertos, especial­
mente los de esa persona a quien ellos dicen amar
más que a nadie? ¿Por qué no agregaron a la defi­
nición que la mayoría de los hombres no entende­
ría el significado de la palabra amar a una sola per­
sona?
¿Por qué seguir con esa mala educación a cues­
tas? Creo que sería mejor no tomamos la infideli­
dad de manera tan dramática ni de una forma tan
ofensiva como nos han acostumbrado para así au-
todestruirnos la moral. Deberíamos comenzar a
aceptarla como un comportamiento individual,
puesto que, a fin de cuentas, es de lo que se trata:

45
44
 II

Nuevod conceptod

E s te m o s atravesando un periodo de total y abso-

luta «mutación humana» en todos los sentidos, y
mucho más en aspectos del comportamiento per­
sonal, ya que se está diseñando y programando una
nueva raza humana; el concepto «familia» esta rom­
piendo esquemas y modificándose en todos los ni­
veles, vivimos en una sociedad nueva y totalmen­
te cibernética, digitalmente tecnológica, muy libre
de pensar y vivir como mejor le parezca, dentro de
ciertos límites y parámetros para mantener un or­
den o equilibrio dentro de la sociedad o conviven­
cia, pero muy libre de pensamiento, sin tantos ta­
búes y traumas emocionales. Afortunadamente,
viene una nueva generación más tolerante, criada

47
 con cariño y respeto, con derecho a analizar, razo­
nar y elegir, menos traumatizada, nada dramática,
superveloz mentalmente, cada dia más pacífica y
comprensiva, y abierta a un sinfín de posibilidades
de pensamiento. Finalmente, los niños, desde pe­
queños, crecen con otros conceptos, con más igual­
dad y respeto por todo su entorno. Una nueva ge­
neración creada gracias a la participación activa de
la mujer de estos tiempos, hijos criados por gran­
des mujeres que están creando hombres más tole­
rantes y menos machistas, que ven a la mujer co­
mo un ser inteligente y digno de valor y conside­
ración. Somos testigos de la transformación de las
cosas de una forma tan rápida que no nos da mu­
cho tiempo a pensar, simplemente tenemos que
asimilar lo más rápido posible los cambios o nos
sentiremos seres caducos y del mismísimo siglo pa­
sado, llenos de telarañas. Vamos viendo que lo que
antes nos sorprendía de una forma total y absolu­
ta, como cuando el hombre pisó la Luna por pri­
mera vez, hoy nos parece una rutina, y ni nos en­
teramos si sale o regresa un transbordador espa­
48
cial; sólo será noticia importante para nosotros si
explota, sólo si explota será la gran noticia. Obser­
vamos en el televisor cómo practican deportes ex­
tremos de gran riesgo, con esos mismos juguetes
que nosotros habíamos usado de una forma muy
tímida. Creíamos que sabíamos montar en bicicle­
ta, en moto, andar en patines, en patineta, jugar con
una pelota, pero no; sólo hay que observar a toda
esta nueva generación haciendo todo lo que se pue­
de hacer con esos juguetes y nosotros no fuimos ca­
paces de hacer, y mucho menos de pensar en ello
o de arriesgarnos a intentar retos tan fascinantes.
Hoy me río cada vez que veo a un padre enseñan­
do al hijo a montar en bicicleta, y me digo: ¿qué no
hará en unos meses este nuevo niño con esa bici­
cleta? Pasamos años creyendo que éramos muy
creativos y arriesgados, ¿quién no se sintió feliz
cuando logró recorrer unos metros en bicicleta sin
poner las manos en el manubrio...? Qué tontos
nos sentimos hoy. Antes había una guerra en el
mundo y la economía entera del planeta se veía
afectada; ahora se generan varias a la vez y son te­
49
levisadas a diario: hoy las guerras traen muchos los aspectos y sentidos, aun cuando haya un gru­

más beneficios monetarios en distintos ámbitos, y po de pesimistas puritanos muy miedosos ante los

casi ni nos afecta ver la cantidad de seres humanos cambios, que tratan de convencernos de que todo

que mueren... Vemos cómo cada jornada se de­ está cada día peor. Pero no es así: el mundo cada

rrumba la economía en distintas naciones y eso día está mejor, aun cuando en la televisión sólo nos

provoca que resurjan económicamente otros paí­ cuenten lo negativo, que es lo que vende, porque

ses; cómo sube o cae la Bolsa de Valores, cómo se a la gente le gusta escuchar sólo cosas malas, no sa­

disparan los precios del petróleo, del oro, el dólar be escuchar las cosas positivas, ésas lamentable­

o el euro y luego se desploman muy hábilmente y mente aburren y no tienen rating.

como por casualidad. Estamos viendo cómo se es­ Pues bien, llegó la hora de cambiar conceptos;

tán derrumbando las religiones dictatoriales y an­ por tanto, desnude su mente para empezar a reci­

tifeministas, al igual que la política, ya que para el bir otras ideas o por lo menos otros puntos de vis­

caso son como hermanas gemelas... Afortunada­ ta diferentes a los que la han tenido a usted bloquea­

mente se están rompiendo esos límites arcaicos im­ da y llena de miedos, como si perteneciéramos a una

puestos en las mentes de las personas y, a medida generación de culpables, llenas de límites menta­

que se van produciendo estos acontecimientos, va­ les y con una sexualidad totalmente estrangulada.

mos adaptándonos y viviendo ante una nueva rea­

lidad. Y ya no nos sentimos tan engañados ni tan hombre: persona del sexo masculino de la raza hu­

mortificados porque sabemos que la prensa, los mana, dotado de inteligencia y de un lenguaje ar­

políticos y los líderes religiosos son los grandes ma­ ticulado, clasificado entre los mamíferos del orden

nipuladores que nos rodean; estamos viviendo un primates y caracterizado por poseer cerebro volu­

nuevo «concepto de vida» mucho mejor en todos minoso, postura erguida y manos prensiles.

50 51
 Entonces, mis queridas amigas, con semejan­
te descripción qué se puede esperar de estos pri­
mates. .. Simplemente que son maravillosos, más
sencillo no puede resultar: tienen sexo, son hu­
manos, son inteligentes, aprenden a hablar, tie­
nen un cerebro bolu... ¡Perdón!, voluminoso (yo
diría que en dos partes del cuerpo y algunos del
mismo tamaño), son capaces de pararse erguidos
(si no lo cree, obsérvelos cuando están en las ba­
rras de los bares) y tienen manos capaces de aga­
rrar, tocar, sobar... Ya saben, son geniales para
usarlas y cuanto más envejecen más las usan pa­
ra todo lo que el cerebro voluminoso les permi­
ta desear. No me van a decir que no son unas
adorables criaturas. Vamos a dejar de echarles la
culpa de todo lo que nos pasa a nosotras, empe­
zaremos a disfrutarlos y, lo que es más importan­
te, vamos a imitarlos en todas las cosas en que
ellos sí saben disfrutar. Esa crítica constante por
parte nuestra ha sido pura envidia al no saber
comportarnos como ellos en algunas ocasiones;
al igual que nosotras los hombres sólo están de­
52
seando que los quieran, que respeten su espacio
y que los consientan.
mujer: hembra de la especie humana. Persona adul­
ta del sexo femenino. Esposa-mujer de su casa.
Mujer que cuida con eficiencia del gobierno de su
casa.
Toda aquella que desee poner una demanda
al diccionario, que guarde cola para incluir su
nombre y comentario en la reclamación colecti­
va que vamos a realizar a todos los creadores de
dicha definición. Aquí es donde yo me pregunto
si en estas imprentas o editoriales trabajan muje­
res ciegas, sordas y mudas, junto a hombres pa­
leolíticos que continúan permitiendo que se si­
gan difundiendo estos conceptos tan anticuados
e irrespetuosos hacia nosotras las mujeres. Por
eso digo que, si ha habido una verdadera «muta­
ción humana», ha sido la de la mujer; el hombre
se quedó en la era del Paleolítico. Nos hemos
transformado en verdaderas amazonas de los gran­
53
 teniendo una simple conversación. Erróneamente
des cambios de los últimos tiempos, hartas de ser
catalogadas como putas, liberadas y promiscuas;
tratadas como si no tuviéramos cerebro salvo pa­
malas esposas que no fueron capaces de llevar un
ra ser muy eficientes en limpiar, cocinar, criar y
matrimonio con dignidad y peligrosas para tener­
organizar una casa; por eso, sabiendo que algunas
las como amigas, ya que podrían quitarle a otra su
mentes siguen igual que las definiciones de estos
anticuados diccionarios, yo les voy a dar unos «espantoso marido».

nuevos conceptos de vida.

Exceptuando a un pequeño grupo de este tipo

hombres Y mujeres: hoy día, seres humanos que de mujeres, que en verdad sólo buscan volver a ca­

aceptan que simplemente son diferentes, que nun­ sarse para caer de nuevo en la misma rutina de la

ca serán iguales ni deberían serlo (no se trata de es­ cual salieron con desesperación, la gran mayoría

tar reseñando quién es el sexo fuerte o débil, ya de ellas son personas que tienen muy claro el pro­

que hay para todos los gustos), que deben, en el ceder de los hombres y saben muy bien que ellos

proceso de evolución, empezar a respetarse y com­ te amarán, te cuidarán y te protegerán sólo hasta

prenderse para que juntos puedan lograr grandes que aparezca «la otra». Son dignas de admiración,

cambios sin vivir en eterna competencia. Somos ya que tuvieron el suficiente valor para no conti­

diferentes y hay que celebrar y promocionar siem­ nuar con una existencia mal vivida y reseca al la­

pre esa diferencia. do del esposo por muchos motivos, saliendo ade­
lante ante una serie de problemas y con la respon­

mujeres divorciadas: duramente criticadas y juz­ sabilidad de formar a sus hijos las veinticuatro horas

gadas como si sólo pensaran en practicar sexo a del día, los 365 días del año, no esporádicamente
todas horas, y con todo aquel con quien estén man­ como el 90 por ciento de los padres, que sólo ca­

54 55
 da dos semanas buscan estar con sus hijos unas
no volver a llamarlos, ya que no van a ser tan ton­
pocas horas y los traen de regreso como quien le
tas como para convertirse en amantes de un hom­
está haciendo el gran favor a la madre de las cria­
bre casado... Así que deje de pensar que estas va­
turas. .. Otros son padres sólo por contacto telefó­
liosas mujeres le quieren desbaratar su matrimonio,
nico y ahora gracias a la magia de Internet. Una
puesto que no les interesa para nada cambiar su
mayoría de hombres divorciados siguen así «crian­
lugar por el de usted; a algunas no dudo de que sí,
do» a sus hijos y se les llena la boca afirmando que
pero, como dije antes, estoy hablando de las mu­
son buenísimos padres; sin embargo, muy pocos se
jeres felizmente divorciadas, ellas ni se molestan
responsabilizan económicamente y otros ni eso, ni
en preguntar por el estado civil de su presa, sim­
nada, ya que se convierten en unos padres invisi­
plemente esto no tiene relevancia en su vida (de he­
bles de por vida.
cho poco les importa cómo se llama).
La mayoría de las divorciadas, una vez fuera del
ruedo del matrimonio, ven con nitidez el compor­
sexo casual: es el que se practica esporádicamen­
tamiento natural de los hombres y prefieren man­
te, de vez en cuando. Si la oportunidad se presen­
tenerse donde están para no ser humilladas y en­
ta, la mayoría de los hombres lo practican tanto
gañadas nuevamente, así que vamos a ser más to­
con sus esposas, novias o parejas como con otras
lerantes con ellas y a admirarlas más, ya que estas
mujeres que se les van cruzando en sus días de
mujeres se consideran muy libres y seguras en to­
mucho trabajo; también este tipo de sexo lo prac­
dos los aspectos de su vida. Y si alguna se acuesta
tica la mayoría de matrimonios de muchos años, ya
esporádicamente con cualquier presa que le gusta
que sólo tienen sexo casualmente, en ocasiones es­
en un determinado momento es porque, simple­
peciales y es bastante rutinario. Pero hay un sexo
mente, aprendieron a usar a los hombres y luego a
casual extraordinariamente delicioso que se prac­

56
57
 extraordinariamente variados y maravillosos, que
tica fuera del matrimonio o de la pareja fija, don­
la harán sentir verdaderos corrientazos por todo el
de no existe la rutina y sí el deseo, el morbo y la
cuerpo. Claro que siempre habrá quien la desilu­
pasión, donde juegan unos ingredientes extraor­
sione y no merezca la pena repetir, pero serán más
dinarios para poder disfrutarlo intensamente.
quienes la motivarán y le llenarán el ego, y le re­
Ese sexo casual es el que usted tiene que aprender
tornarán toda su sensualidad. Hay hombres que
a buscar y disfrutar sin el menor remordimiento y
sólo son divinos de la cintura para arriba, ya que,
. con el más delicioso placer. Y, aunque no lo crea,
más allá de saber damos unos besos exquisitos y
ese sexo casual le enseñará a procurarle noveda­
orgásmicos, no son muy buenos de la cintura pa­
des a su pareja o esposo. Hay muchos hombres
ra abajo. Con el tiempo, y según las nuevas expe­
que me han comentado que a ellos les gustaría que
riencias a las que se arriesgue, lo irá comproban­
sus esposas les fueran infieles para que aprendie­
do; acuérdese de que no es pecado: el solo hecho
ran otras técnicas y fueran sexualmente más segu­
de bañarse y vestirse para otro hombre resultará
ras, pero que no quisieran enterarse por nada del mun­
una rica, excitante y alegre aventura que la llenará
do de que ellasfueron infieles; sin embargo, tienen cla­
de vida, hasta se mojará sola de pensarlo. Sin em­
ro que sería beneficioso para su relación. Comience
bargo, aprenda a ser superdiscreta: será como irse
a soñar, atrévase e inicie su práctica como mujer in­
un día a un spa y salir totalmente renovada, no hay
fiel, casual y esporádicamente, sin enamorarse, sin
nada más delicioso que estar con un hombre nue­
desorientarse, sabiendo que se trata sólo de sexo pa­
vo, olerlo, explorarlo, mirarlo de cerca, tocarlo...
ra su disfrute. Créame, en la medida en que usted
Y más si éste la ha estado deseando a usted duran­
pruebe a otro hombre, despertará como mujer,
comparará y se dará cuenta cómo cada uno de ellos te largo tiempo. Aun cuando a usted no le guste mu­
cho, tómese dos tragos (dos «embellecedores», co­
tiene sus propias caricias, besos y juegos sexuales

58 59
mo dicen ellos en Venezuela, y pruébelo que, lle­
gado el momento, la tratará como a una reina, la
consentirá y se esmerará para que usted disfrute al
máximo, ya que él querrá demostrarle que no hay
otro hombre mejor en la cama; y luego me dará la
razón. Por lo general (sin generalizar), los hom­
bres bellos no son muy buenos en la cama, en cam­
bio los feos se esmeran más en volverla a usted lo­
ca de placer; lo mismo que ocurre con el famosito
dilema del tamaño, lo podrán tener grande o pe­
queño, pero si no lo saben usar es como llevar una
estadística de empate (claro está que el miembro un
poco más grande es más satisfactorio, ya que la pe­
netración resulta muy placentera y se siente con
más gusto).
También están los enviagrados que seguramen­
te ya llevaban largo tiempo sin vérselo tan grande
y empiezan a decirle a usted una y otra vez: «Mi­
ra qué grande me lo pusiste... ¡Míralo!». Y usted,
si quiere que él vuelva a concentrarse en lo que
empezaron, casi tendrá que aplaudirlo, poner ca­
ra de supersorprendida y armar una gran fiesta...
60
elogiando aquel pedazo de ego erguido. Hombres
= niños..., así que tenga paciencia, que de éstos
hay muchos, por lo que tendrá que buscar la for­
ma de que él vuelva a concentrarse en darle placer
a usted y deje de mirarse a sí mismo.
superdiscreta: significa que ni a su mejor amiga, pri­
ma, hermana y demás féminas debe contarles nunca
nada sobre sus aventuras. Se lo digo por experien­
cia propia, ya que, en cuanto usted se gire, ésa —su
mejor amiga, su prima o hermana— será la prime­
ra que querrá probar a su delicioso hombre que la
transportó al cielo, o la hizo sentir el delicioso calor
del infierno, o la llevó a tocar la luna y las estrellas;
mucho cuidado con contárselo a alguien, ya que,
simplemente, ninguna mujer se guardará semejan­
te secreto, o dejará de desear vivir lo mismo que us­
ted: ésa saldrá corriendo a contárselo a alguien, pa­
ra que la otra tampoco se lo cuente a nadie. ...
Comience a tener en su alma, en su corazón y
en su disco duro un archivo megaconfidencial y
ultrasecreto como los de la CIA. Y si usted se mue­
61
re por contárselo a alguien, entonces párese fren­
te al espejo, dígale todo lo que quiera a su imagen,
que es su única y verdadera amiga y confidente;
de esa forma se habrá desahogado, será como Mi­
sión imposible: lo que diga y le cuente al espejo se
autodestruirá una vez que usted se mueva de allí.
A la hora de ser infiel, hágame caso en este punto
en un ciento por ciento; no confíe en nadie, plani-
fíquelo sola, disfrútelo sola, guárdeselo para usted
sola y revívalo mentalmente cada vez que lo desee.
sinceridad: capacidad que pocas personas tienen y
que muy pocas saben asimilar. Hoy día la verdad
escandaliza, nadie acepta la sinceridad, porque las
personas prefieren escuchar una mentira y vivir
arropados y defendiendo la doble moral para sen­
tirse fuertes y dignos. Si usted le dice la verdad a
alguien, no le gustará, o se quedará pasmado, o se
indignará; pero si usted actúa sin expresarle sus
sentimientos o la verdad a esa persona, entonces al­
guien se la contará en forma de rumor, a su mane­
ra, y tampoco le gustará; se quedará pasmada, in­
62
dignada y usted será fuertemente criticada de una
u otra manera... Así que simplemente le aconsejo
que sea usted misma y viva lo que desee vivir sin
contarle nada a nadie, puesto que al final será cri­
ticada igualmente,' ya que al ser humano le gusta
más escuchar una mentira o un chisme que una
sincera verdad. La mayoría de las personas no sa­
ben asimilar esa verdad de modo correcto, créa­
me, ya que eso también lo viví y lo vivo a diario:
he sido duramente juzgada, cuestionada y feroz­
mente criticada por ser muy sincera.
puritanas: aléjese de estas personas que van por la
vida muy calladitas, con una bien administrada ca­
rita de no matar una mosca, muy religiosas, decen­
tes y que se escandalizan por miles de cosas que van
escuchando. Éstas son peores que usted y que yo,
viven con una doble moral, engañando a todo el
mundo y engañándose, que es lo peor del caso.
Aunque no lo crea, el ser humano prefiere vivir en­
vuelto en una gran farsa que vivir una vida autén­
tica, apasionada, transparente y sincera. Aléjese de
63
esta comparsa de hipócritas que son peores que
usted: estas personas resultan mezquinas, egoístas
y extremadamente miedosas para sentir sus pro­
pias emociones.
LA VIDA, EL GRAN AMOR, LOS AMIGOS, LOS SOCIOS Y LA
familia: pasamos la vida cuidándonos, atormen­
tándonos por todo (los robos, la mala alimenta­
ción, los accidentes, etc.), por cualquier cosa ma­
la que nos pueda suceder, atrayendo constante­
mente y a cada minuto lo negativo; vivimos en
guardia, pendientes de los desconocidos y enemi­
gos para que no nos hagan daño, sin damos cuen­
ta de que dejamos abiertas todas las posibilidades
y oportunidades a nuestros afectos más cercanos e
íntimos para que nos hagan el más cruel de los da­
ños y nos traicionen de una forma brutal e inespe­
rada: siempre es un/a novio/a, esposo/a, socios,
amigos cercanos, íntimos y familiares los que nos
TRAICIONAN Y NOS HACEN EL PEOR DE LOS DAÑOS. Re­
sulta que son ellos quienes conocen todos nues­
tros puntos débiles, nuestros secretos, miserias e in­
64
timidades, y están dentro de nuestras vidas com­
partiéndolas con nosotras, pero es precisamente de
ellos de quien no nos cuidamos, y es de ellos de
quien recibiremos esa puñalada trapera. Suena te­
rrible, pero así es la vida: hay que cuidarse de es­
tos seres que son, la mayoría de las veces, los que
más amamos y los que más daño nos harán.
En cambio, estamos siempre pendientes del
enemigo invisible, analizando su estrategia... Só­
lo le aconsejo que cuando un enemigo o un trai­
dor de su entorno afectivo íntimo le haga daño, no
dude en destruirlo o desmoralizarlo por comple­
to, ya que de dejarlo con alternativas de recupera­
ción, lo primero que hará será atacarla o volver a
traicionarla, (incluyase aquí al ex esposo, al ex so­
cio, o a la ex amiga). El traidor traiciona siempre,
una cosa es perdonar y otra muy diferente es olvi­
dar la traición; si por alguna razón familiar usted
no puede decapitar a un traidor, entonces mantén­
gase bien vigilante, déjelo seguir pensando que us­
ted es la misma boba de siempre; ésa será su ven­
taja, ya que cuando él vuelva a acercarse, usted es­
65
tará lista y alerta con su cara de boba bien admi­
nistrada para descubrir y lanzar su dardo mortal y
clavárselo sin ningún tipo de piedad en medio de
su pecho, situándolo al borde de su corazón para
que él sienta, en todo su ser, su deseo imperioso de
mantenerlo a distancia. Así la respetará y se anda­
rá con cuidado si no quiere sufrir una muerte sú­
bita e implacable; nunca permita que un traidor le
haga daño dos veces, atáquelo sin piedad y man­
téngalo a raya cada vez que se acerque a usted. Y
no permita que ninguna crítica o comentario que
provenga de este tipo de gente la afecte: diga lo
que diga, usted ya tendrá clarísimo cómo es esa
persona, sabe lo miserable que es, el escaso valor
que tiene y lo venenosa que puede llegar a ser; así
que cuídese y no lo deje pasar de la raya ni una
vez más.
sufrimiento, miedo, muerte: el fabuloso y doble
mensaje con el cual nos crían desde pequeños, nos
enseñan a vivir sufriendo y mortificándonos por
todo, pero no quieren que suframos, «pobrecito, no
66
ha tenido suerte», «no camines por ahí, que te pue­
des caer», «no te arriesgues a amar a esa persona,
que te va a hacer daño», «te lo dije, que si te deci­
des a ir por ese lado sufrirás»... En fin, evitamos
por todos los medios que nuestros hijos sufran, no
queremos que padezcan y aprendemos muy tarde
que si no sufrimos, no aprendemos a vivir, es par­
te de la vida, así de simple. Pero nos moldearon la
mente para ir por la vida lamentándonos, inspi­
rando lástima, si nos pasa algo malo, lo repetimos
durante meses, le vamos agregando más dramatis­
mo cada día, nos empapamos con eso cada vez más
y más, se convierte en la bandera de nuestra vida,
la que nos proporciona importantes excusas para
estancamos y aplastamos a nosotros mismos. Jamás
nos enseñan a ser felices, a aprender de los errores
cometidos y a buscar la parte positiva de ese apren­
dizaje vital; no sabemos repetir o decir «qué feliz
soy» cuando nos ha pasado algo maravilloso que
ni siquiera esperábamos, no sabemos ir adornán­
dolo día a día con más alegría, no sabemos morir­
nos de la risa por los sucesos felices, y no sabemos
67
 contarlo, expresarlo y recordarlo para que se con­
vierta en algo positivo que nos impulse y nos mo­
tive cada día más. Nos enseñaron a ser fatalistas y
no optimistas. Siempre hay alguien ahí pendiente
de decimos o de recordamos que nos estrellare­
mos. Aléjese de las personas secas, amargadas, ne­
gativas, pesimistas y que no quieren sufrir, ésas no
saben vivir. Todo esto viene acompañado de las
cinco letras más impactantes que a un ser huma­
no puedan inyectarle: m i e d o . Ese miedo a todo,
a cambiar los patrones, cambiar de vida, de traba­
jo, de ciudad, de país, de amor, de forma de comer,
de vestirse, de peinarse, a divorciarse, a casarse, a
tener hijos, a socializarse, a que te engañen, a que
te griten, a que choquen contra ti, a que te mane­
jen, a ... vivir y mucho más a vivir intensamente.
El miedo te lleva a razonar y pensar las cosas unas
ochenta veces hasta encontrar la excusa perfecta
para no arriesgarte y no ser espontáneo, para lue­
go convencerte y no atreverte a nada. El miedo te
atrapa, te aferra, te inutiliza, te anula la creativi­
dad, el pensamiento positivo, ese mensaje que te
68
envía tu mente diciéndote que sólo tú serías capaz
de lograrlo y que el miedo te atenaza; el miedo re­
sulta peor que la rabia o la cólera, ya que éstas te
hacen reaccionar, te inundan de adrenalina, te dan
vida de una u otra forma; hasta pueden transfor­
marte en una persona altamente positiva y triun­
fadora, segura de haber cambiado. Pero el miedo
te paraliza.
Y qué me dice usted del miedo a morir: es el te­
mor que nos parece más terrible. Sabemos que to­
do en la vida tiene un principio y un final, pero
nadie quiere morirse — aun sabiendo que eso va a
suceder— y no nos preparan para asimilarlo des­
de pequeños como algo posible y natural: hay que
evitar morir a toda costa, ya que nadie quiere mo­
rir ni ver morir a sus seres queridos. No nos pare­
ce justo, no lo comprendemos, ni sabemos, ni que­
remos soportar ese dolor; todo lo contrario, así ten­
dremos otra excusa para lamentamos incluso más.
Peor aún es aceptar la muerte de un hijo, es algo
que no imaginamos vivir bajo ninguna circunstan­
cia, nos destruye, nos debilita (aceptar la muerte de
69
un hijo tal vez sea la experiencia más dura que un
ser humano pueda soportar). El pensar en morir nos
hace aferramos a la vida y dejamos de hacer mil co­
sas para no dar ninguna oportunidad a que la muer­
te nos alcance, sin damos cuenta de que ese día ya
está escrito desde el mismo momento de nuestro
nacimiento; sólo que no sabemos cuándo será, ni
dónde, ni en qué forma sucederá, simplemente sa­
bemos que habrá un segundo dramático en nues­
tras vidas, en ese segundo ignoto y muy nuestro,
moriremos por una u otra razón. Echarle la culpa
a alguien es adornar el sufrimiento; nada sucede por
casualidad, todos moriremos físicamente porque
de alguna manera así tiene que suceder, tarde o
temprano. Nadie se muere en vísperas, toda una se­
rie de circunstancias se conjugan para que simple­
mente ocurra. Entonces queremos buscar a un cul­
pable, echarle la culpa a un médico (que es un ser
humano que también comete errores y, en mi for­
ma de pensar, resulta injusto en la mayoría de los
casos; no creo que ningún buen médico quiera que
se le muera un paciente). Querer engañamos es
70
una forma de protegemos, no queremos mentali-
zam os de que simplemente hay que estar vivo pa­
ra morirse; la forma de morirse será diferente pa­
ra cada persona y esa forma de morirse nos servi­
rá de aprendizaje a todos, porque hasta la muerte
nos enseña a vivir.
sexualidad: es el placer que sentimos como produc­
to de una serie de excitaciones y actividades, de
formas de sentir que se van desarrollando desde la
infancia de cada individuo, que se van desenvol­
viendo de una forma normal y armónica con los
sentimientos de deseo, amor, atracción, morbo, pa­
sión y actividades conectadas directamente con los
genitales. Se podría decir que es una especie de co­
munión con el alma, el cuerpo y la mente. Todos
tenemos sentimientos, actitudes, convicciones, pa­
trones en materia sexual, pero cada cual tiene el
derecho a vivir y experimentar con su sexualidad
de la forma que más desee sin ser juzgado, desva­
lorizado, vejado o criticado. El amor que una per­
sona pueda sentir no tiene que ver solamente con
71
 et sexo, ya que eí sexo es una de las cosas impor­
que nuestros hijos, en especial nuestras hijas, dis­
tantes que se da o no se da dentro del amor. No se
fruten de una sexualidad más amplia, hemos ma­
puede hablar de sexualidad sin tener en cuenta sus
durado en ese aspecto; pero lamentablemente mu­
múltiples variantes o dimensiones, por eso hay que
chas madres no se han permitido esa misma liber­
saber experimentar con nuestra propia sexualidad
tad para sí mismas, se espantan de sólo pensar que
sin miedos, sin amor y sin tabúes, para aprender a
a su edad puedan darse la oportunidad de volver
sentir qué nos hace felices y qué no. De igual mo­
a sentir, de salir con algún amigo o conocido y, al­
do que se nos permite probar diferentes comidas,
go aún más impensable: volver a hacer el amor con
olores y sabores, así deberíamos estar educados pa­
otra persona sin sentirse comprometidas para el
ra experimentar con nuestra propia sexualidad. Co­
resto de sus vidas (y así comienzan a desplegarse
mo la relación causa-efecto se establece buscando
miles de pensamientos impropios que las atemo­
la perspectiva de diferentes experiencias persona­
rizan para ser libres en todos los aspectos). Abra­
les y muy íntimas, se nos ha privado de ellas a la
ce su propia sexualidad, regálese usted misma esa
mayoría de las mujeres para mantenemos lo más
oportunidad que todos le han negado, para que
ignorantes posible, bajo el viejo concepto de pure­
deje de pasarse la vida preguntándose: ¿cómo se­
za, por normas sociales, morales, religiosas. Leyes
rá estar con otro hombre? ¿Por qué no lo hice?
y reglas hechas e impuestas por hombres muy egoís­
¿Realmente he tenido una vida sexualmente feliz?
tas y altamente machistas, inseguros de sí mismos,
Pregúntese a usted misma: ¿soy feliz como estoy...
que sí han experimentado el mundo maravilloso de
o tengo miedo? ¿Sería yo capaz de vivir una aven­
los sentidos, del placer y la satisfacción y del que
tura deliciosa o semejante travesura? ¿En verdad
nosotros gozaríamos si pudiéramos vivir esas expe­
no me gustaría estar con otro, con ese... que tan­
riencias. En la actualidad somos capaces de dejar
to he deseado? Piénselo bien y sea honesta consi-

72
73
go misma, sólo usted tiene dentro de su corazón to­
das estas respuestas.
Analice su día a día, observe cómo las cosas y
los conceptos van cambiando, siéntase más libre,
despréndase de tantas culpas que no ha cometido,
olvídese de esos viejos conceptos y, lo que es mu­
cho más importante, haga su propio análisis y no
acepte el de los demás para concederse la posibi­
lidad de ser una mujer feliz consigo misma sin que
le preocupe para nada el qué dirán.
74
III
Lcut mentiras maóculincu1,
mastetonas y masculonas...
No hay mejores maestros en este tema que los hom­
bres, ellos son tan infieles y mentirosos que son
capaces de desayunarse con una mujer y cenar con
otra como si fuera lo más normal del mundo. Sal­
tar de una cama a otra y poner la misma cara de
amor resulta para ellos una simple rutina en sus
vidas, y más ahora con los poderosos móviles, al sa­
lir de acostarse con una ya se están comunicando
con la otra para mantenerla tranquila o ansiosa y
disponible... Por eso hay que saber observarlos y
escucharlos para aprender a mentir con la más na­
tural de las expresiones; una vez que sea capaz de
orientarse y desinhibirse, usted actuará del mismo
modo y comprobará cuál es la respuesta verdade­
75
ra o falsa, al igual que en esos tests que vemos en
las revistas.
1. La gran mentira por excelencia, la número 1 y
la más usada es: Te quiero mucho. E incluso más si
se la dicen haciendo el amor; en este caso, aparte
de repetirla, le agregaremos:
«Te quiero mucho... Nunca había estado con un
hombre como tú», de esta forma lograremos una
mejor erección para nuestro disfrute.
2 .N o es lo que tú estás pensando (el gran clásico de
todas las épocas): falso, es exactamente lo que us­
ted está pensando y viendo, aun cuando usted al
segundo siguiente le vea «el pájaro dormido», no
está dormido, simplemente se le desmayó del sus­
to y, con suerte para usted, se le murió de la impre­
sión, con lo que el muy traidor quedó impotente
(bueno, por unos días, no se haga muchas ilusio­
nes). Así que sólo observe bien todos los detalles
para poder actuar igual de sorprendida cuando la
agarren a usted en una posición contraria, y pue­
76
da decir con mayor dramatismo y bañada en llan­
to (que para eso nadie nos gana): «Él me estaba
violando... No es lo que tú estás pensando...», y
usted rápidamente aproveche muy bien esos minu­
tos mientras su esposo o novio cae sobre su «aman­
te violador» a golpes.
3. Cuando escuche: Tranquila, cariño, que esto no te
va a doler, falso, apriete ese culito, que a menos
que esté medio borracha, muy relajada y lubrica­
da, Sí LE VA A DOLER.
4. Entre mi esposa y yo ya no hay sexo, estamos jun­
tos por los hijos, somos como hermanos, falso, los
hombres casados sí tienen relaciones sexuales con
sus esposas y más a menudo de lo que usted pien­
sa. De hecho, si la esposa es la que no quiere sexo
con ellos y sí lo desea tener con Antonio Banderas,
entonces él tratará por todos los medios de tener
sexo con ella hasta lograrlo. Hay otros hombres
que al llegar de viaje lo primero que hacen es de­
mostrar deseo por hacerlo con su esposa o pareja,
77
para que no sospeche de ellos y sus infidelidades,
y la llenan de mentiras diciendo que la extrañaron
para así despistarla. También están los que, hasta
el día en que la esposa, harta, los echa de su casa
con maleta y todo, practican sexo con ella; sobre
todo, los que son más cínicos, mujeriegos y machis-
tas. Si usted es una de las amantes fijas de este ti­
po de mentirosos, le aconsejo que busque un su­
plente para que disfrute de inmediato ya que él sí
practica sexo con su esposa y si la descubre a us­
ted siéndole infiel a él, verá usted que el mentiro­
so infiel no está dispuesto a aceptar que usted ten­
ga sexo con otro hombre.
5. No hay nada entre mi ex esposayyo, sólo somos su­
pérameos. fa ls o , los superamigos sí tienen sexo:
para los hombres no hay nada más morboso, luju­
rioso y placentero que volver a tener sexo con su ex
esposa, o con su ex novia, o con una deliciosa ex
aventura de su pasado, aun cuando no sean amigos,
aun cuando él diga que la odia... Créame, él guar­
dará más y más deseos hacia esa ex que dice odiar.
78
El odio genera mucho morbo, lo reta a un sexo de­
senfrenado, en la mayoría de los casos muy placen­
tero: es como sentir que aún controlan esa parceli-
ta y nadie ha sido mejor que él encima de ella.
6. He estado muy ocupado, no he tenido tiempo de na­
da, yo te llamo la semana que viene cuqndo resuelva
todo, falso, busque otra ruta que ahí esperando le
saldrán plumas; el que quiere llamar, llama, así ten­
ga el mundo encima. No pierda ni un minuto más
de su tiempo pensando en alguien que no quiere
ni llamarla ni estar con usted; esta mentira es muy
buena para que usted la aplique con uno de esos
fastidiosos que nunca faltan.
7. Tejuro que no estoy enamorado de ella, sólo fue una
aventura, te lo juro por mi madre que está en el cielo...
Que ya terminamos y no la he vuelto a ver... Y final­
mente cierran la mentira con otro superclásico: Te
juro que no volverá a suceder, verdadero, ciertamen­
te no está enamorado de ella, ya que nadie se ena­
mora de una aventura o amante disponible (averi­
79
 güe también si la mamá realmente se murió o vive
bian sus patrones de sexo; todo lo contrario, ellos
en una urbanización llamada Cielo), pero es falso
no se llenan nunca, ya que ellos se vacían y si algo
que ya terminaron y no se han visto más: puedo ga­
les encanta es la variedad para vaciarse, así que no
rantizarle que esa aventura está en su apogeo y, ya
sea idiota, dígale usted lo mismo y busque con
descubierto, tendrá más cuidado, cambiará los ho­
quién serle infiel a él.
rarios, será más cuidadoso, le excitará más lograr
volver a jugar a lo prohibido sin ser descubierto,
9. Todos los hombres no somos iguales, yo sí soy fiel.
pero que volverá a verla... de eso no tenga la me­
verdadero, nadie es igual y todos los hombres son
nor duda. En cuanto a que no lo volverá a hacer, pue­
diferentes, hay algunos a quienes la actividad se­
de empezar a engañarse sola si quiere, ya que él es­
xual no les atrae mucho (son un pequeño porcen­
tará curado y segurísimo de que no morirá de un in­
taje, pero existen), otros tienen problemas erécti-
farto si lo vuelven a descubrir: ya cruzó la línea roja,
les, pero es absolutamente falso que él sea fiel:
lo descubrieron y lo arregló, así que se hará el ena­
ningún hombre es fiel. Y si no me cree, haga us­
morado de usted por un tiempo, la llenará de deta­
ted misma la prueba: contrate a una jovencita be­
lles, pero él seguirá con esa aventura o con otra...
lla y simpática y dígale que se lo lleve a la cama,
Si después de leer esto usted desea seguir con él, le
y verá qué tan fiel es. Si quiere, cómprese un cro­
aconsejo que se busque también su aventura y ha­
nómetro y verá de qué hablo, tal vez hasta su fiel
ga igual que él: no se enamore, juegue el mismo
compañero rompa el récord olímpico. Una cosa
juego que su pareja y disfrute sin perder la cabeza.
es ser fiel y otra muy diferente es ser muy discre­
to y hábil. Si aún no me cree, llámeme y hagamos
8. Sabes que desde que te conocí he cambiado, porque
una apuesta, que yo así, vieja y todo (para algu­
tú me llenas plenamente, falso, los hombres no cam ­
nos, para otros una joven), le demostraré cómo

80
81
 soy capaz de llevarme a su hombre fiel a un hotel,
y allí en el lobby nos encontramos (bueno, nos co­
municamos por teléfono celular, ya que si su es­
poso está buenísimo, no me lo pierdo, nos vemos
después de... en el lobby, y le perdono la apuesta
si quedo realmente satisfecha).
10. Mañana te la traigo y tú misma le preguntas a
ver si yo te estoy mintiendo, falso , pura manipula-
\ción para intimidarla. No se deje, impóngase y dí­
gale que «nada de mañana, ahora mismo vamos
los dos a hablar con ella»: ahí verá cómo comien­
za a sudar y tartamudear, y aprovechará ese sudor
y su cara pálida para hacer su mejor actuación, le
hará creer que le está dando un ataque al corazón
de indignación; le aconsejo que ni llame al 112, ob­
sérvelo muy seria hasta intimidarlo, para que le
dé de verdad el ataque, y deje que se muera el des­
graciado.
11. Tú eres la única en mi vida en este momento, o es
que no me ves aquí contigo. Tómese aquí cinco mi-
82
ñutos de su tiempo para reírse antes de seguir le­
yendo y sírvase otra copa de vino, verdadero, cla­
ro que usted es la única en su vida en ese momen­
to, a menos que estén haciendo un trío. Nadie
puede estar en dos lugares a la vez y por supues­
to que usted es la única en ese preciso momento,
pero espere a que salga el sol o anochezca y será
otro cuento; cuando un hombre dice esta frase es
porque ya siente que se le está enredando la come­
ta y va con todo, con sus más valiosas y potentes
mentiras... Abra bien las orejas para analizar y
aprender lo que sigue después de esta frase, y, al­
go muy importante: registre muy bien todas sus ex­
presiones y gestos para luego practicarlos delante
del espejo.
12. Sólo la puntita. falso, ésta es la más clásica de
la adolescencia (bueno, por lo menos de mi épo­
ca). Ni antes y mucho menos ahora será sólo la
puntita, créame que hasta por la espalda sentirá
esa puntita.
83
 13. Con ella sólo fu e sexo, a ti te amo. verdadero,
para ellos sólo es sexo tanto con usted com o con
ella, y es m uy fá ls o que a usted la ame, ya que
cuando se ama verdaderamente no hace falta tener
sexo con nadie más, incluso siendo hombre. Los po­
cos hombres que saben amar no quieren com par­
tir sólo sexo, siempre buscan algo más. Así que
apréndase esta máxim a y clásica mentira por si a
usted la descubren en cualquier infidelidad que
cometa.
14. ¿Tú me crees capaz de arriesgar esta relación y Id
familia que hemos formado? (con cara de indigna­
do, ofendido y dolido; apréndase muy bien esta
cara, es una de las más difíciles de lograr), verda­
dero, ellos son capaces de arriesgar cualquier co­
sa, de hecho nunca piensan en lo que están arries­
gando, ya que ellos verán cómo lo arreglan si son
descubiertos, en esos momentos la cabeza de aba­
jo es la que los domina por completo, ella es la que
manda, a ellos les encantan los riesgos y lo prohi­
bido los excita aún más para sentirse nuevamente
84
«El propio Gladiador Machetérico»* delante de
cualquier mujer que los atraiga sexualmente, y si
es una de esas mujeres o jóvenes que ni en sus más
fabulosos sueños tendrían la oportunidad de to­
car. .. Más rápido que un rayo, para descargar to­
da su masculinidad y potencia fortalecida con la
más fabulosa y milagrosa Viagra, para quedar co­
mo el «pajaritudo" del año» y pasar el mayor tiem­
po posible observándose su espadota del placer en
plena acción. Ésta es una de las mentiras más con­
vincentes con las que nos han engañado por los si­
glos de los siglos, así que apréndasela com o si fue­
ra una oración.
* Machetérico: proviene de «machete», término que
designa a una herramienta y también, en la jerga po­
pular, al miembro del hombre.
** Pajaritudo: proviene de «pajarito», que en su ver­
sión «paloma» es símbolo de la paz en todas partes del
mundo, pero también denomina al miembro mascu­
lino, que pocas veces genera paz y fomenta muchas
guerras entre parejas.
85
15. ¿Tú crees que con tanto trabajo, luchando por ese
contrato por el que estoy peleando, voy a andar pen­
diente de mujeres? falso, los hombres cuando es­
tán bajo presión y buscando ser lo más exitosos
posible profesionalmente, terminan la jornada
buscando la forma de vaciar presión, y el medio
más placentero para ellos es con un buen polvo
o buscando a alguna que se arrodille entre sus
piernas para observarla y sentirse más triunfado­
res y endiosados (forma clásica de alimentación del
ego masculino). Usted, en la misma situación de
trabajo, tendrá que decir: ni que yo fuera una he­
roína de la televisión para conseguir tiempo para
esas cosas; si en algo no pensé jamás, fue en te­
ner sexo; en las noches caía como un plomo en
la cama (pero del orgasmo superdelicioso que lo­
gró tener con ese perfecto y divino extraño que en­
contró).
16. ¿Cómo se te ocurre pensar que te soy infiel así
como estoy, sin dinero ni para tomarme un trago en
la calle? falso, en la actualidad la mayoría de las
86
mujeres están emancipadas y con dinero en ma­
no, gastos de viáticos de sus propias compañías
(incluyendo la habitación del hotel), o viven so­
las en sus apartamentos..., ellas correrán con los
gastos si les gusta un hombre. De hecho, hay al­
gunas que hasta mantienen económicamente a
sus amantes. Hoy, los papeles se han invertido en
la mayoría de los casos: las mujeres buscan a sus
presas y las atacan para lograr sus momentos de
sexo casual.
17. ¿Sabes a quién me encontré el otro día... ? Afula-
nita; por cierto está gorda y medio feíta ... Te mandó
saludos, verdadero, sí se la encontró, y más cerca
de lo que usted cree, tal vez sí, gordita y feúcha, pe­
ro no se perdió la oportunidad de disfrutársela, só­
lo se lo está comentando porque alguien conocido
lo vio con ella y está preparando el terreno por si
le llega el chisme para despistarla. Lo que es falso
es que ella le haya mandado saludos (bueno, algu­
nas sí lo hacen): ésta es una de las buenas menti­
ras por si a usted le tiene ganas de echarse un buen
87
 revolcón con uno de los mejores amigos de él, con
tal, la supuesta puta no está ahí para oírlos). Esta
ese que siempre le ha gustado.
mentira es muy poderosa, si la llegara a utilizar, de­
be suavizarla. Algo así como: «¡Yoooo! Con ese
18. ¿Dudas de Míítí... ? ¡Tejuro que no te estoy mintien­
gordo, calvo y feo...» (aunque el tipo sea medio
do! (qué flojera me da explicar ésta... Sin comen­
flaco, peludo, casi pintón, invente los antónimos
tarios). Cuando una mujer duda es por algo, tene­
que concuerden con su descripción), usted hable
mos un sexto sentido que ellos no poseerán jamás.
con propiedad y asco... «El día que te sea infiel se­
rá con un hombre de lo más parecido a un galán
19. Dame tiempo. ..Y a la voy a dejar, ella puede sui­
de cine».
cidarse, es una loca desequilibrada que me enredó, fa l­

so, loca y desequilibrada quedará usted si no le

21. Aún estoy en la oficina, o hay un embotellamien­
mete un garrotazo por la espalda y le pone las ma­
to increíble por un choque que ni te imaginas, v e rd a ­
letas en la puerta en ese mismo momento. ¿Se ima­
d e ro , puede estar en la oficina, pero no dijo con
gina la cara de un hombre al escuchar que usted di­
quién, y el «embotellamiento» puede ser en un bar.
ce esto de su amante?
fa lso es que haya un choque de vehículos cerca
de él. Estas dos mentiras resultan fabulosas para
20. ¿Cómo crees que yo o o me voy a enredar la vida
usarlas en las grandes ciudades, son de las fáciles
con esa pedazo de puta? (otro clásico), fa lso , pre­
y convincentes.
cisamente eso es lo que más le gusta; lo puta que
es. Hay hombres que utilizan el menosprecio, en
22. Deja los celos y la paranoia, que sólo estoy con mis
su máxima expresión, hacia la amante para salir
amigos y no estoy haciendo nada malo. Duérmete tran­
bien librados y no dejar ni la más mínima duda (to­
quila que en dos horas estoy en casa, v e rd a d e ro , es­

88
 tá con los amigos y sólo olvidó decir: con algunas
nuevas amigas, y en verdad no está haciendo nada
malo, ya que eso no es malo, ¡eso es de lo más de­
licioso. ..! falso sería que él aceptara tranquilamen­
te la misma respuesta si usted se la diera, ya que las
mujeres casadas o noviecitas formales no pueden
hacer lo mismo con sus amigas y amigos que ani­
man el ambiente del bar.
23. Me voy con mis amigos una semana a un torneo
de golf /un safari en África /a comprar mercancías a
Andorra, a Marruecos. (Esto es típico de ellos, sin
preguntar se organizan unos recreos de siete o diez
días fabulosos, sin importarles dejarla sola.) verda­
dero, sí van a tomarse ese recreo, ya que creen que
se lo merecen por tanto trabajo, falso es que sólo
disfruten de la compañía de los amigos (a menos
que sean una banda de homosexuales). En estos
recreos siempre están involucradas nuevas muje­
res que conocerán en esas aventuras y no dude de
que disfrutarán de todas las oportunidades que se
les presenten. Le aconsejo que no desaproveche
90
esta fabulosa oportunidad de libertad absoluta que
le brinda la vida y su pareja, así que organícese y
disfrute al máximo de esa semana de recreo para
revolcarse con quien usted quiera sin ningún remor­
dimiento de conciencia, y luego verá que los dos
tendrán la misma cara de felicidad al terminar esa
semana.
24. Hoy, sábado, tengo una reunión superimportan-
te, todo el día con un grupo de clientes extranjeros o
de otra región del país, tendré el teléfono celular apa­
gado. falso, tiene todo un día preparado con su
amiguita, desde tempranísimo, para complacerla
y pasarse un sábado entero cual luna de miel: los
dos solitos jugando a la parejita feliz. Así que apro­
veche usted su día de la misma forma y atrévase a
disfrutar también con esa aventura que siempre
deseó tener.
25. Dale... Dale... Sigue... Sigue... Que yo te avi­
so. falso , esta situación podría corresponder a
dos posibilidades: la primera es que ustedes se
91
 encuentran en un sitio público haciendo trave­
suras y él te avisará si alguien viene o si alguien es­
tá a punto de descubrirlos. La segunda posibilidad
es que se encuentren solos en la intimidad y él te
avisará cuando él vaya a vaciarle su orgasmo como
regalo personal. No obstante, en ninguna de las
dos posibilidades le avisará, ya que poco le impor­
ta que lo vean siendo feliz; todo lo contrario, se
sentirá como un rey con su esclava sexual, para
que los demás piensen en lo poderoso que es. En
la segunda alternativa lo más probable es que us­
ted se lo trague on the rock (ya saben, las bolas que
de rock no tienen nada), ya que ellos en ese preci­
so momento estarán tan en el cielo, disfrutando, que
ni se acordarán de que usted está ahí impulsándo­
lo a que él toque la luna. Y después de esta gran y
más fabulosa mentira te dicen, todos felices, que eso
es buenísimo para tu cutis, para que luzcas increí­
blemente bella; eso, mi vida, es pura vitamina, pu­
ra proteína, pura felicidad. Y me pregunto... ¿por
qué en las cremas tan caras que compro nunca leo
que traigan especificado dosis de semen con altas
92
propiedades antienvejecimiento? ¿Pura vitamina y
proteínas ese pegote seco? ¿Por qué entonces nin­
guna dieta lo incluye entre sus postres si tiene tan­
tas propiedades? ¿Será que, científicamente, aún
no se ha descubierto ese negocio...? Voy a llamar
a mi amiga la científica caraqueña para que Anali­
ce profundamente esta maravillosa esencia antiarru­
gas y fuente de juventud, para ver si montamos un
negocio tan lucrativo como el Viagra.
26. ¿Estás segura de que era yooo? verdadero, era él
y sólo él...
27. Me quedé sin pilas, no había cobertura, se me per­
dió el teléfono celular, lo había dejado en el coche... En
fin... Bla... Bla... Bla...
28. Pídeme lo que tú quieras. .. La ¡unay las estrellas,
y te las bajo... Ni los astronautas pueden hacerlo,
así que esto resulta más difícil que embarazar a un
hombre.
 29. Yo no puedo vivir sin ti. Aquí, si quiere, puede
carcajearse un buen rato.
30. Jamás tefaltará nada a mi lado, serás mi reina, la
más feliz del mundo...
Y así podría seguir con otra sarta de mentiras
que ellos utilizan... Los seres humanos somos
complicados y contradictorios, tenemos una ha­
bilidad nata para engañamos solos (más las mu­
jeres que los hombres), creemos más rápidamen­
te en una mentira que en una verdad. Yo conocí
a un señor que una vez le dijo a su esposa que ve­
nía de casa de la amante cuando ella le preguntó
por qué había llegado tan tarde. Ella inmediata­
mente le contestó: «Ya quisieras tú...»; yo me que­
dé con la boca ahierta, ya que yo sí sabía que él
había dicho la verdad, pero ella, que vivía en la
luna y nunca pensó que sería tan descarado y cí­
nico, no le creyó.
Otro buen ejemplo es cómo defendemos a un
político o a un candidato presidencial, de quien
sabemos de antemano que nos está mintiendo,
que se trata de un verdadero corrupto. Lo defen­
demos a capa y espada. Si un político dijera la
verdad no ganaría ninguna elección, ya que to­
dos estamos como bobos escuchando lo que nos
gustaría oír, incluso sabiendo que es mentira; igual
pasa con los hombres, sabemos que nos engañan
pero nos hacemos las bobas para no enfrentamos
a nuestra propia realidad por la gran escasez de
hombres que hay o por pura comodidad, por ese
complejo de no imaginarnos felices sin un hom­
bre al lado, de sentimos desvalorizadas si no lo te­
nemos. También el factor económico influye mu­
cho y con tal de tener el coche último modelo, la
casa, viajecitos, el bolso y los zapatos de moda y
disfrazarnos de señoras casadas muy pulidas y
decentes, seguimos ahí con nuestra propia cru-
cecita. Como seguimos con la idea de que todo el
mundo cojea por algún lado, o que «más vale ma­
lo conocido que bueno por conocer», o que, co­
mo están las cosas, por lo menos tengo con quien
salir a cenar y me verán acompañada... Las espo­
95
 sas insatisfechas hacen la vista gorda para no per­
der sus privilegios.
Las novias socialmente presentadas están sién­
dole superfieles a sus novios, maravillosos infieles
y mentirosos, tratándolos con guantes de seda, ya
que sueñan con que algún día él finalmente les pe­
dirá que vivan juntos o se casen con ellas para for­
mar una bonita familia; éstas, al igual que las resig­
nadas esposas, no son capaces de ser infieles (ellas
son muy decentes) y pasan los años soñando con
la parejita feliz; estas noviecitas quizá pierden, en
el camino, otra oportunidad con otro hombre que
tal vez sí llene todas sus expectativas y las haga
sentir realmente felices y respetadas. Entonces, ¿por
qué seguir con un hombre que después de un de­
terminado tiempo sólo la usa a usted eventualmen­
te como su sirvienta, su secretaria, su gerente de
compra, su dama de compañía, cuando él lo deci­
de? Tome un calendario y marque allí los días que
ha sido realmente feliz con él, y analice qué planes
tiene realmente con usted. Si comprueba que us­
ted está allí como una «relación casualmente for­
96
mal», sin ningún plan concreto para el futuro, pre­
siónelo para que se dé cuenta de que usted sigue
ahí fiel a ese espejismo. Comprobará que a usted
sí le han puesto sus buenos cuernos, como a cual­
quier esposa. Comprobará que usted es una más en
la vida de él, tal vez la presentable, pero finalmen­
te una más. Usted es una mujer moderna y con
mente amplia, que le ha creído todos sus argumen­
tos, que sólo a él benefician; usted pensará que tie­
ne otra mentalidad de vida, pero la realidad es que,
por muy moderna y generosa que sea con él, se
encuentra igualmente engañada viviendo una men­
tira de relación; que más allá de sexo casual, peque­
ños viajecitos, varias cenitas y salidas al cine, no lo­
grará nada más, ya que usted es tan sólo «la dama
de compañía de turno de ese hombre».
97
 IV

Conciencia vaginal

L a s mujeres casadas, las amantes o las novias fi­

jas creen que por estar casadas o con pareja esta­
ble y tener relaciones sólo con su hombre, están li­
bres y muy tranquilas de contagiarse de nada, ya
que la mayoría de estas señoras viven muy distraí­
das en sus tareas y en la luna creyendo todo lo que
su adorado les dice; en su cabeza las infecciones es­
tán reservadas para las divorciadas, las viudas ale­
gres y las solteras que se pasan todo el día buscan­
do hombres.
Pues déjenme informarles de que la mayoría de
las mujeres contagiadas de sida en el mundo son
las casadas o con pareja fija; mujeres que perma­
necen muy fieles a sus venerados hombres resul-

99
tan ser las que más padecen infecciones vagina­
les porque sus queridos no son para nada cuida­
dosos.
Tal vez usted crea que de aquí en adelante le es­
taré hablando en chino, ya que seguramente no ha
oído hablar de: la Cardnerella Vaginalis (bacteria),
la Trichomona (protozoo) o la Candida Albicans (hon­
go), la Neisseria Gonorrhoeae (gonorrea), clamidias,
micoplasmas, estreptococos, Escherichia Coli, esta­
filococos y herpes (virus).
Y la mayoría de los síntomas consisten en:
• Picazón, escozor e irritación de la vagina.
• Picazón, enrojecimiento e irritación de la
vulva.
• Dolor al orinar y al mantener relaciones se­
xuales.
• Secreción vaginal anormal que usualmen­
te se describe como parecida al requesón,
aunque la cantidad y apariencia puedan va­
riar. Además, acompañada, o no, de mal
olor.
100
Le aconsejo que comience a abrir los ojos y a
analizar muy bien los cambios que experimenta
su «loquita» si usted sólo está teniendo relaciones
sexuales con su adoradito y maravillosito prínci­
pe azul. Los síntomas de las infecciones por hon­
gos son similares a los de otros tipos de infeccio­
nes vaginales. Las enfermedades de transmisión
sexual están aumentando en todo el mundo; las en­
fermedades venéreas tradicionales (sífilis, gono­
rrea y chancro) resultan a menudo las más temi­
das, pero, si se las diagnostica a tiempo, pueden
ser curadas por completo. Cualquier enfermedad
que pueda pasar de una persona a otra a través de
contacto sexual se denomina enfermedad de trans-
\
misión sexual (ETS).
También están las verrugas vaginales, que son
protuberancias blandas de apariencia verrugosa
en los genitales, causadas por una enfermedad vi­
ral cutánea, y que corresponden a un tipo de en­
fermedad de transmisión sexual o ETS. El virus
responsable de las verrugas genitales se llama vi­
rus de papiloma humano (VPH), el cual puede
101
producirlas en el pene, la vulva, la uretra, la vagi­
les u homosexuales, pueden transmitir el vi­
na, elcuello uterino y alrededor del ano. Los si­
rus del sida. Los contactos oro-genitales (con­
guientes factores ponen a una persona en alto ries­
tacto boca-órgano genital) pueden transmi­
go de desarrollar verrugas genitales y otras com­
tir el VIH si hay lesiones en cualquiera de las
plicaciones del VPH:
dos zonas.
• Todas las prácticas sexuales que favorecen
• Tener múltiples compañeros sexuales.
las lesiones y las irritaciones aumentan el ries­
• Desconocer si alguien con quien se ha teni­
go de transmisión.
do una relación sexual tiene una enferme­
• Se considera a las relaciones anales las más
dad de transmisión sexual.
infecciosas ya que son las más traumáticas,
• Iniciación temprana de la actividad sexual.
y la mucosa anal es más frágil que la muco­
• Estrés y otras infecciones virales (como VIH
sa vaginal. Jamás permita que después de una
o herpes) al mismo tiempo.
penetración anal su pareja quiera también
• Si un niño presenta verrugas genitales, se de­
penetración vaginal; sólo si éste ha usado
be sospechar de abuso sexual como la posi­
condón y se lo retira podrá entrar en su va­
ble causa.
gina, de lo contrario usted se estará expo­
• La más temida de todas: el sida, una enfer­
niendo a una fuerte infección. El riesgo de in­
medad causada por un virus llamado VIH
fección por sida aumenta con el número de
que ocasiona la destrucción del sistema in-
relaciones sexuales, pero una sola puede re­
munológico de la persona que lo padece.
sultar suficiente. El riesgo de transmisión es
• Transmisión sexual: las relaciones sexuales
mayor en el sentido hombre-mujer que en
con penetración vaginal o anal, heterosexua-
el contrario, mujer-hombre.

102
103
 fermedades de transmisión sexual, entre ellas el si­
• Si la mujer tiene la regla aumenta el riesgo (a
da. No se puede decir: «Da igual, mañana me to­
causa del flujo de sangre). Los besos profun­
mo los antirretrovirales y solucionado...». Ade­
dos y la masturbación entre ambos no trans­
más, en la actualidad los tratamientos no se ven­
miten el sida, siempre que no existan lesiones
den en las farmacias, tienen muchos efectos
sangrantes que puedan poner en contacto san­
secundarios o indeseables, de gravedad variable;
gre contaminada con lesiones del eventual re­
no siempre será fácil acceder a ellos y, de paso, son
ceptor. Aunque la prueba se realice de una ma­
supercostosos. Los seropositivos, mientras no se
nera periódica y sea negativa, se deben tomar
demuestre lo contrario, siguen siendo portadores
todas las medidas preventivas cuando se está
del VIH aunque su carga viral sea indetectable. Por
expuesto a situaciones de riesgo. Es funda­
tanto, deben evitar la transmisión del virus a otros,
mental el uso de los preservativos y evitar com­
adoptando o reafirmando prácticas seguras; a su
partir agujas y jeringas. Tanto más, cuando la
vez, podrán evitar contraer infecciones nuevamen­
prueba resulta positiva. Por todo esto debe­
te. No existe ningún signo exterior que permita co­
ríamos tener presente que los tratamientos ac­
nocer si una persona es seropositiva o no.
tuales no dan la seguridad de que pueden erra­
Es decir, ante personas desconocidas, con las
dicar el VIH aun cuando se detecten precoz­
que se vaya a establecer una relación sexual, es ne­
mente. Aquí no ocurre como con la lúes o la
cesario valorar las consecuencias que puede tener
gonorrea, un contacto sospechoso no se pue­
la relación.
de subsanar con una dosis de antibióticos.

• Una relación ocasional, un solo contacto,

Por eso el sexo seguro sigue siendo la mejor
puede transmitir el VIH.
práctica para evitar un posible contagio de las en­

105
104
 • Debería tomarse tiempo para conocer a la
pareja e intimar, preguntarse sobre compor­
tamientos pasados y actuales.
• Las relaciones sexuales, homo o heterosexua­
les, comportan un alto riesgo de transmisión
del virus del sida.
• La presencia de otras enfermedades de trans­
misión sexual y lesiones genitales favorecen
la transmisión del virus.
• La mayoría de las personas infectadas lo han
sido en una relación sexual.
• El contacto de la boca con el esperma o las
secreciones vaginales supone un riesgo de
transmisión cuando existen lesiones en la
boca.
• La penetración anal es la que supone mayor
riesgo.
¿Qué se puede hacer a pesar de todo? usar pre­
servativo o condón, y hacer que lo usen . El pre­
servativo o condón es eficaz en la prevención de to­
das las enfermedades de transmisión sexual (ETS).
106
El preservativo o condón masculino:
1. Comprobar su fecha de caducidad y retirar­
lo de su envoltorio, con precaución de no
deteriorarlo.
2. Colocárselo en el pene en erección antes de
cualquier penetración.
3. Si carece de depósito, crearlo dejando un es­
pacio libre de 2 cm a lo largo de la punta del
pene y apretar la punta del depósito para ex­
pulsar el aire.
4. Desenrollar el preservativo hasta la base del
pene.
5. Para evitar que el esperma se derrame, hay
que retirarse y quitar el preservativo sujetán­
dolo por la base antes de que el pene se que­
de flácido.
6. El preservativo se debe utilizar sólo una vez
y posteriormente tirarlo a la basura.
7. Evitar utilizar lubricantes de base grasa, co­
mo la vaselina, ya que pueden deteriorar el
látex.
807
 El preservativo o condón femenino: consiste en
una fina bolsita plástica con un anillo flexible en sus
extremos; el anillo más pequeño se introduce en la
vagina, apretándolo para darle una forma alargada
y, con un dedo se empuja hacia el interior con el
fin de adherirlo al cuello del útero. El otro anillo
queda fuera de la vagina. Al igual que el preserva­
tivo masculino, sólo debe utilizarse una sola vez.
Y aquí, mis queridas amigas, les dejo toda esta
información que podrán encontrar en Internet, en
los sitios médicos y fundaciones para la preven­
ción de dicha enfermedad mortal, para que la ana­
licen y sean más precavidas, dado que a las muje­
res siempre nos han reservado la responsabilidad
de cuidarnos. Ya sabemos que la típica frase de:
«Yo pensé que tú te estabas cuidando, que toma­
bas pastillas...», para los embarazos no deseados,
ha perdido vigencia en estos tiempos, pero el hom­
bre sigue despreocupado y muy irresponsable en
todos los sentidos a la hora de mantener relaciones
sexuales. Acuérdese de que «esa cabeza de ellos»
no piensa, ni razona; ellos están muy pendientes de
108
comprarse la pastillita para llevarla siempre en la
cartera, en el coche o en algún escondite secreto,
pero son incapaces de andar con sus «condones»,
ya que no les gusta usarlos. Créame que la mayo­
ría de las mujeres divorciadas o solteras que tene­
mos sexo casual sí andamos con un ramillete de
condones en nuestros bolsos, en todos, en los de
día y en los de noche, y prácticamente hay que
obligar a los hombres a que se los pongan. Por tan­
to, le aconsejo que deje de estar creyendo que por­
que usted es una señora casada o novia fija repre­
sentativa está libre de cualquier infección o de con­
traer el sida, ya que como le he dicho ningún
hombre es fiel, y, como usted va a comenzar a ser
infiel, empiece a comprar sus condones para que
disfrute de esa nueva doble vida que va a iniciar pe­
ro con mucha responsabilidad.
109
 V

Algún, día dominaremos

el mundo___

S í , aun cuando no lo crea, algún día las mujeres

dominaremos el m undo... Y éste es nuestro mile­
nio, el de los grandes cambios para que la mujer
haga de este planeta una hermosa realidad, pero
será gracias a la ayuda de hombres inteligentes y
DE MENTE AMPLIA QUE NOS IRÁN ABRIENDO LAS PUER­
TAS, porque siempre ha sido así, siempre ha habi­
do un pequeño grupo de mujeres que luchan por
cambiar las cosas; mujeres que son diferentes, fuer­
tes, con su propia capacidad de análisis y razona­
miento, que no aceptan normas caducas y que no
dejan que les falten el respeto con leyes absurdas.
Pero, en la mayoría de los casos, lo han logrado só­
lo porque se han encontrado con hombres que las

111
han comprendido y respetado, y ellos son los que
las han ayudado abriéndoles las puertas de esta so­
ciedad dominada por el poder masculino. No se
asombre, porque lamentable o afortunadamente es
así, ya que a las mujeres nos educaron para des­
truirnos entre nosotras mismas y en la mayoría
de los casos somos más machistas que los hom­
bres. Ejemplos los tenemos todos los días y sobre
todo en la política: no es que tengamos que apo­
yar a una mujer sólo por ser mujer, pero cuando
una mujer está capacitada en el ruedo político, des­
pués de muchísimos esfuerzos y de sufrir golpes ba­
jos, tristemente las mujeres somos las primeras en
colocarle obstáculos y destrozarlas con nuestras
propias lengüitas.
Recuerdo el caso de Irene Sáez Conde, que fue
Miss Venezuela y Miss Universo en 1981, una mu­
jer preciosa que más allá de su belleza física acre­
ditó ser brillante e inteligente. Comenzó poco a
poco a demostrar que estaba muy interesada en
lograr una nueva Venezuela, más consciente de
sus recursos humanos, políticos y sociales, y logró
112
convertirse en alcaldesa de uno de los municipios
de Caracas, Chacao; en pocos meses aquel muni­
cipio se convirtió en otra Venezuela. Ella logró lo
que ningún político- hombre, en toda la historia de
Venezuela, ha conseguido hacer nunca, ni siquie­
ra hoy; ella logró hacer cambiar de actitud al ve­
nezolano, ya que todo aquel que traspasaba los lí­
mites de dicho municipio se comportaba con res­
peto, cordialidad, educación y con otra actitud
durante su recorrido o su permanencia en dicho
espacio; era como entrar en la Venezuela que to­
dos hemos imaginado siempre y todavía no he­
mos logrado. Cruzar Chacao era como entrar en
la Venezuela que siempre hemos querido, supuso
un sueño hecho realidad, un ejemplo a seguir, y
lo logró en pocos meses. Por supuesto, fue reele­
gida y luego se lanzó como candidata presidencial
en las elecciones de 1998 compitiendo también
con el señor Hugo Chávez Frías (que de señor tie­
ne poco). Irene estuvo los primeros seis meses a
la cabeza en las encuestas, pero al final sólo logró
el 3 por ciento de los votos. Pero cuando estaba en­
113
cabezando con fuerza las encuestas y Chávez es­
taba último, las mujeres se horrorizaron y fueron
ellas, las propias venezolanas, quienes comenza­
ron a burlarse de ella; Sí, las mujeres venezolanas,
junto con otra mayoría de hombres machistas,
brutos y acomplejados, fueron los que comenza­
ron a ridiculizarla, haciendo mil y un chistes: que
ella pondría espejitos en todos los semáforos pa­
ra que nosotras pudiéramos pintamos los labios,
que cambiaría el himno nacional por la canción del
Miss Venezuela, que no estaba preparada, que iba
a mandar pintar todas las casas de rosa para que
se pareciera al mundo de la Barbie, que era muy
joven, que no tenía roce político ni gran experien­
cia, que no era su momento, que una cosa era un
municipio y otra un país... Yo sólo sentía indig­
nación al ver y escuchar lo crueles que podemos
ser las mujeres contra nosotras mismas, hasta lle­
gué a escribir un artículo titulado: «Todas contra
Irene», que por supuesto nadie quiso publicar y
hasta lo envié al gabinete de prensa de ella, pero
nada sucedió. En fin, eso no es lo importante aho­
114
ra, puedo decirles que hasta mis amigas se cansa­
ron de burlarse de mí por defenderla y votar por
ella en esos tiempos; hoy quiero decirles a todas
ellas y a toda Venezuela que ojalá Irene Sáez Con­
de hubiera ganado las elecciones en vez de Chá­
vez, otra historia estaríamos viviendo. Estoy segu­
rísima de que Irene hubiese gobernado sólo cin­
co años de una forma democrática y participativa;
seguramente Venezuela se hubiera descentraliza­
do y contaríamos con otras muchas cosas muy dis­
tintas, no como ahora que tenemos un Consejo
Electoral totalmente parcializado, viciado y con
unas máquinas de votación policiales y un pro­
grama diseñado para que en cada elección el se­
ñor Chávez gane con más votos que los espera­
dos. Curiosamente, nadie en Venezuela celebra di­
chas victorias, todo lo contrario, un manto
depresivo y de desesperanza se apodera de todos
los sectores del país.
Otra Venezuela tendríamos de haber ganado Ire­
ne Sáez, ya que yo hubiese preferido un espejito en
todos los semáforos para pintarme los labios a ver
115
cada día a esa cantidad de niños mendigos que hay
en todos los semáforos haciendo acrobacias de cir­
co gracias a la política del maravilloso presidente
vulgar, autoritario y caricaturesco que tenemos, que
ha convertido a la mayoría de los venezolanos en
pedigüeños en las puertas de los bancos en vez de
fomentar la meritocracia y el trabajo. Nos sigue pa­
reciendo muy normal ver trabajar a millones de ni­
ños como embolsadores de comida en los super­
mercados, vendiendo flores, periódicos o chicha en
las calles, en vez de estar estudiando, haciendo de­
porte o simplemente jugando como debería ser. Hoy
en día hubiera preferido ver a toda Venezuela en di­
ferentes tonos de rosa a verla como ahora: roja roji-
ta, uniformada a la fuerza, empapelada con la cara
de Chávez de norte a sur y de este a oeste, con un
gasto descomunal en publicidad de su majestad tan­
to en vallas como en horas televisadas en vez de in­
vertir en los hospitales que dan absoluta vergüenza,
una Venezuela llena de basura y sin los servicios bá­
sicos, ya que nos hemos acostumbrado a ver como
algo normal el no tener agua o luz unas dos o tres
116
veces a la semana. Seguimos viviendo en una Vene­
zuela sin ningún tipo de mantenimiento ni planifi­
cación en sus infraestructuras, cuyas vías terrestres
a nivel nacional sufren un deplorable deterioro, y
viajar en automóvil por toda Venezuela es como ha­
cer deporte de alto riesgo. Pero nuestro presidente
salerosamente, cual chiste, nos manda a aplaudir
cuando un viaducto se desploma por la desidia de
sus gobernantes, aunque él generosamente regala a
manos llenas petróleo, asfalto y chorros de dinero a
otros países, como si se tratara de su chequera per­
sonal, con el control absoluto en todos los poderes
y un dominio sobre las divisas y el dólar a su pro­
pia conveniencia, sin consulta alguna con los dife­
rentes sectores del país, y con la corrupción en los
mayores índices de la historia. Un presidente que
no acepta diálogo alguno y el que lo contradiga es
insultado, vejado, humillado o va preso. Y no acep­
ta como venezolanos a los que no comulguen con
sus ideas, pero dice que Venezuela es de todos. Aho­
ra cada día nos levantamos con cara de vergüenza
ajena al escucharlo ofender e insultar a sus homó­
117
logos de diferentes países y nos horrorizamos de sus
discursos disparatados en el ámbito internacional,
dando pie para que el mundo entero tenga dentro
de su programación televisiva a un bufón imitándo­
lo. «Patria, socialismo o muerte» es su gran eslogan.
Este pichón de dictador que tenemos por ahora ce­
rró un canal de televisión (RCTV) simplemente por­
que así quiso, por diferencias personales con sus
propietarios, y, no contento con eso, también se apo­
deró de todos sus equipos de una forma totalmen­
te ilegal y montó otra cadena además de las cinco que
ya controla. Antes decíamos que éramos venezola­
nos y nos relacionaban con la belleza de sus muje­
res; ahora decir soy venezolano es sinónimo de ser
casi pariente de Chávez ya que inmediatamente te
preguntan por él.
Ahora estamos siendo gobernados por una com­
parsa de resentidos sociales con dinero y poder,
sin ningún tipo de escrúpulos ni preparación ni
para manejar un negocio, mucho menos un país,
apoyados por militares complacientes a quienes se
les olvidó dónde nacieron y cuáles eran sus prin­
118
cipios, seguimos teniendo un país lleno de pedigüe­
ños y oportunistas. Créanme que he oído decir
tranquilamente a algunas de mis amigas, muy pro­
fesionales y viajeras ellas, que si los demás gober­
nantes robaban anteriormente, ¿por qué no po­
drían robar estos que nunca han tenido buena vi­
da? Y es ahí donde pienso yo que aún no tocamos
fondo, ya que mientras se le dé al pueblo «pan y
circo» todo seguirá igual o peor.
Recuerdo haber leído en alguna oportunidad
que el señor Bill Clinton ganó su primera presi­
dencia en Estados Unidos con el voto femenino; la­
mentablemente para los venezolanos, Irene Sáez
perdió gracias a la falta del voto femenino, aun ha­
biendo demostrado en dos periodos consecutivos
que sabía gobernar y formar excelentes equipos de
trabajo con todo tipo de venezolanos, indepen­
dientemente de sus ideologías políticas; ahora, si no
eres chavista, resultarás ridiculizado, excluido y
despreciado. Ella no contó con el apoyo de la mu­
jer venezolana y, sumado a otros intereses políticos
y traiciones amorosas (mujer al fin), fue perdien­
119
 cos- hombres que nos han gobernado siempre en
do popularidad en las encuestas, para que media
Venezuela.
Venezuela se volcara a apoyar a Chávez, sin expe­
Y aquí viene la parte educacional de la mujer,
riencia alguna, sin haber gobernado ningún esta­
ya que nos han criado para no sentirnos satisfe­
do, ni siquiera una bodega y mucho menos una al­
chas sin un hombre a nuestro lado. Irene, por ejem­
caldía.
plo, por más exitosa que era, pareciera que sin ca­
Por otro lado, el partido COPEI le retiró el
sarse y tener hijitos no estaría completa, y no la
apoyo a Irene, ya que viendo el desastre que se
critico, ya que soy de las que pienso que se pue­
avecinaba los políticos se inventaron a Enrique
den lograr ambas cosas en la vida, sólo que hay
Salas Romer, apoyándolo a é l... Lo demás es his­
que encontrar al compañero ideal y contar con las
toria, una triste y muy educativa historia. Aun así,
ayudas convenientes, y creo que ella aún no lo ha
ella luego se lanzó como gobernadora del estado
encontrado por más que lo ha intentado en varias
de Nueva Esparta (intemacionalmente más cono­
ocasiones (como la mayoría de nosotras). Pero sí lo­
cido como isla de Margarita) y ganó, pero las nue­
gró su sueño de ser madre y estoy segura de que
vas políticas del señor Chávez como presidente
no lo cambiaría por nada. Sin embargo, espero que
prácticamente le quitaron todos los poderes a to­
algún día despierte de nuevo esa mujer brillante e
dos los estados no gobernados por chavistas y, al
inteligente que demostró ser y vuelva a su país a lu­
igual que a otros políticos, dejaron a Irene con las
char por lograr esa Venezuela que tanto deseamos
manos atadas. Ella se rindió, cansada de luchar en
todos y a la que ella sabrá gobernar. Tal vez en la
el terreno político, contracorriente, traicionada
vida hay que lograr unas cosas primero, antes de
por un grupo de hipócritas (sin el apoyo que es­
conseguir muchas otras, todo tiene su momento;
peró en su momento de «las mujeres venezola­
espero que si ella algún día decide volver, las mu­
nas») y corruptos mayoritarios entre los políti­

121
120
jeres venezolanas no vuelvan a ser tan mezquinas
e ignorantes como años atrás, y logren abrir sus
corazones y su mente para apoyarla, ya que es una
mujer muy valiosa.
Con toda esta historia no quiero que piensen
que soy fanática dé ella ni mucho menos, jamás la
he conocido ni la he visto de cerca. Por otro lado,
podría decir que no me gusta su estilo de Barbie;
realmente me parece una mujer muy linda pero un
tanto cursi para mi gusto, aunque puede ser parte
de su personalidad, lo acepto y respeto. Pero eso
jamás influirá en mí para saber reconocerle siem­
pre sus logros, sus méritos y su gran valor, ya que
hizo por Venezuela mucho más que esas mujeres
venezolanas que se dedicaron a criticarla y a em­
pañarle la gran labor de prestigio internacional que
realizó por y para su país.
He contado todo esto como ejemplo para que
vean cómo podemos llegar a ser de mezquinas las
mujeres; vivimos siendo maltratadas por los hom­
bres en todos los aspectos y, sin embargo, seguimos
creyendo en ellos para todo, y más si son políticos.
122
Hemos sido gobernadas siempre por hombres co­
rruptos y seguimos soñando con un hombre que
nos arregle el país como si fuera cuestión de bus­
car a un gladiador para que acometa una gran ba­
talla o a un David Copperfield que por arte de ma­
gia transforme la situación. Y si no, miren al pue-
blo peruano: prefirió de nuevo a Alan García como
presidente antes que darle la oportunidad a una
mujer; sin embargo, en Chile, sí logró la señora
Michelle Bachelet imponerse/muy respaldada por
el voto femenino y muy apoyada por un grupo de
hombres que la respetaron y le dieron el espacio que
se merecía por su trayectoria.
Yo soy de las personas que creo, y estoy abso­
lutamente convencida, que mi país será realmente
lo que todos soñamos cuando la mujer comience
a gobernar en todas las áreas (ayuntamientos, al-‘
caldías, autonomías, cargos ministeriales y presiden­
ciales). Por otro lado, creo que es una verdadera lás­
tima que muchas mujeres que tienen la maravillo­
sa oportunidad de ser primeras damas de sus
respectivas naciones no logren brillar por ellas mis­
123
mas y pasar a la historia por los cambios realizados
en el ámbito social, trabajando verdaderamente por
llevar la educación a las madres humildes y a sus
niños.
Parece que ser primera dama de un país se con­
sidera un papel gris, de segundo plano, en el que
la mujer del presidente o del primer ministro, más
allá de vestirse a la última moda y recorrer hospi­
tales con canastillas, ir a eventos caritativos, inau­
gurar escuelitas y maternidades, ir a viajes oficia­
les y ser un adorno muy preciado del presidente de
la nación, se conforma con no figurar más allá de
eso, teniendo semejante oportunidad y recursos
para fomentar cambios en su propio país. No en­
tiendo por qué no se visten con vaqueros y la ca­
misa de franela de todos los días y trabajan duro
junto a todas las esposas de los ministros y demás
damas gubernamentales para hacer una verdadera
«revolución social», mientras sus maridos se encar­
gan de los otros asuntos de Estado.
Pero, afortunadamente, siempre hay una lu­
chadora por ahí, dando la talla y marcando la di­
124
ferencia. Me refiero a la señora Aguas Ocaña, se­
villana que se casó con el presidente de Hondu­
ras, Ricardo Maduro, fuertemente criticada al prin­
cipio por ser extranjera y ridiculizada pública­
mente por una ex novia del presidente que, más
allá de criticarla, no será nunca capaz de hacer lo
que esta extranjera hizo por Honduras. Aguas
Ocaña, sin rendirse, logró en su mandato ganar­
se el cariño y la admiración del pueblo hondure-
ño y del mundo entero, ya que ella sí se puso unos
buenos pantalones y zapatos tipo tenis, recorrió
las calles de día y de noche para rescatar a los ni­
ños abandonados, mendigos y drogadictos. Su la­
bor fue duramente criticada por conseguir fon­
dos monetarios de otros países, soportó multitud
de críticas maliciosas hasta que todos en ese país
tuvieron que reconocer su excelente labor, y se
ganó entre el pueblo el apodo de «el ángel de los
niños». El periódico El Mundo resaltó en una opor­
tunidad su gestión de la siguiente forma (aquí
presentada en fragmentos ya que es bastante lar­
ga y tomé lo más valioso):
125
POPULARIDAD /LA «PRESIDENTA»
DE HONDURAS
Aguas Ocaña
La dama sevillana de los parias
Por Alhelí Quintanilla
... Lo mismo reparte ayuda gubernamental a
una tribu indígena que recibe un cargamento de
medicinas donadas por una multinacional. Igual
entrega sillas de ruedas a un centenar de discapa­
citados que visita una cárcel femenina. Tan pron­
to lleva juguetes a los niños pobres como se lan­
za a las calles para rescatarles de la mendicidad e
internarles en albergues infantiles. La española
Aguas Santas Ocaña Navarro es la primera dama
de Honduras, desde su boda en octubre de 2002
con Ricardo Maduro, aunque más parece una mi­
nistra de Asuntos Sociales en toda regla que la es­
posa del presidente. De esto último, ha predica­
do con el ejemplo y se ha hecho cargo de cinco
niños que pretende adoptar. Los dos primeros,
Leidy Jacqueline (de cuatro años) y Kevin Josué
126
(de tres), fueron acogidos poco después de la bo­
da. Pertenecían a una mísera familia de campesi­
nos del oeste del país y estaban en un orfanato,
adonde llegaron por presuntos malos tratos en el
hogar y por un estado avanzado de desnutrición.
Más adelante, Ricardo Rodolfo Maduro, presiden­
te de Honduras, y Ocaña, recibieron a Jackie (de
siete años) y a Francis y Joan (ambos de cinco
años). Las dos últimas en acogida hasta que con­
cluya el juicio por el asesinato de sus familias. To­
dos comparten el palacio presidencial con las tres
hijas mayores del mandatario, Carolina, Cecilia y
Lorena; fruto de un matrimonio anterior que du­
ró veinticinco años. De impecable presencia físi­
ca (esbelta, rubia, elegante) y porte refinado, po­
dría habérsela tomado erróneamente por una chi­
ca muy elitista y distante con los más humildes,
pero su conducta ha sido la contraria: de trato
sencillo y palabra cálida, ha resultado accesible y
cercana, ha llorado escuchando sus penas, conmo­
vido viendo su miseria, se ha ensuciado caminan­
do por sus aldeas enlodadas y les ha abrazado y
127
 Agregó que piensa volver pronto, de visita, a
besado para reconfortarles. Los objetos de su aten­
Honduras, porque ha aprendido a querer al país
ción son, con este orden: los niños, las mujeres y
y éste le ha dado muchas satisfacciones persona­
los ancianos. Eso le ha valido a la española el ca­
les, como la de ayudar a los niños en situación de
riño de la gente, y unas cuotas altas de populari­
riesgo social.
dad en un país donde el 70 por ciento de sus sie­
te millones de habitantes es pobre, y el 44 por
Y yo me pregunto: ¿cuántas primeras damas
ciento vive en la pobreza extrema.
han sido tan valientes como esta, tan poco aprecia­
da por su esposo, que jamás la apoyó y se divor­
Pero como todos los cuentos de la vida real no
ció de ella? Éstas son las verdaderas nuevas muje­
terminan con un final feliz, esta valerosa mujer se
res que están cambiando el mundo, las que en un
divorció cuando terminó el mandato presidencial
momento dado miran más allá de su posición so­
de su esposo y se fue a continuar su labor en favor
cial, dejan de ser superficiales y, aunque resulten du­
de los niños en Nicaragua, donde actualmente vi­
ramente criticadas, no se rinden (si les cierran una
ve, y la prensa de Honduras lo reseñó de la siguien­
puerta, abren otras), por eso hay que saber de ellas
te manera:
y aprender de sus logros. Mi respeto y mi admira­
ción para la señora Aguas Ocaña.
La primera dama dijo hoy a los periodistas
Afortunadamente en la política cada día hay
que en las próximas horas viajará a Nicaragua,
más nombres de mujeres superbrillantes, trabaja­
donde trabajará a favor de niños necesitados de
doras incansables que no se rinden y cada vez que
ese país a través de una organización no guber­
gobiernan son reelegidas. ¿Por qué será...? ¿Será
namental española, y que se llevará, bajo su tu­
que lo hacen muy bien? La mujer que entra al te­
tela, a los doce menores que adoptó.

129
128
rreno político trabaja en el área social, arregla pri­
para nosotras, ni para agradar al novio o al ma­
mero su casa (léase país) antes de arreglar las po­
rido, nos vestimos para las otras mujeres. Cuan­
líticas internacionales; es conciliadora, sensible y no
do tenemos una amiga que se ha divorciado o se
anda en busca de conflictos bélicos, pensando en
ha quedado viuda, y la vemos recuperada y muy
comprar armas, por cuestiones de petróleo; traba­
sexy... sólo decimos: «¡Está loca!, parece una pu­
ja y transforma con los recursos que cuenta, edu­
ta, ahora se viste todo el tiempo como una niña,
ca el material humano y busca en todas partes el
luciendo ridicula y desesperada para que los hom­
dinero para avanzar con los programas sociales, y
bres se vuelvan locos, está pasada de promiscua».
lo que es más importante: la mujer no es corrup­
«Se cree que con esos senos que se puso va a con­
ta o al menos no se deja corromper con facilidad
quistar el mundo» (les garantizo por experiencia
porque la satisfacción de ver modificado para bien
propia que unos buenos senos bien administra­
su entorno no tiene precio.
dos ayudan a desorientar y distraer al enemigo pa­
Pero dejemos la política y volvamos al día a
ra poder abrir muchas puertas desde donde to­
día, para que analicemos bien cómo somos, in­
mar el control), «cualquier día de estos verás có­
cluso en la actualidad, y cómo reaccionamos si nos
mo se pesca el sida, porque de seguro se acuesta
enteramos de que una mujer le es infiel a su hom­
con todo el mundo». «Le viste el color del pelo,
bre; somos las primeras en tildarla de inmoral,
parece paja, ¿y el maquillaje...? ¡De terror! Ella
¡pobre hombre...! Si el marido le es infiel a su
no supo ser una buena esposa, vamos a ver qué
mujer enseguida afirmamos: «Por algo será», de
va a hacer ahora que no tiene un hombre a su la­
seguro ella no lo atiende, bien merecido lo tiene.
d o ...». «Yo me hago la loca... Y ya ni la invito a
Cuando vamos a salir nos vestimos, pensando en
mi casa... no vaya a ser que me quite a mi mari­
darle envidia a nuestras amigas, no nos vestimos
do. Mucha risa en la calle... pero quisiera ver la

130
131
vida triste y sola que lleva al cerrar la puerta de
su casa».
Somos unas envidiosas, unas mezquinas mal
pensadas y destructivas contra nosotras mismas,
y no somos ni tan perversas ni tan implacables a
la hora de juzgar y desmoralizar así a los hom­
bres; a ellos los idealizamos y les perdonamos to­
do, y, lo que es peor aún, volvemos como tontas
a creer en ellos después de habernos hecho mu­
cho daño.
Solo el día que cambiemos de actitud con no ­
sotras mismas, lograremos en verdad conquistar
al m undo, sólo el día en que nos apoyemos entre
mujeres, en proyectos políticos, sociales, vecina­
les, culturales y familiares, lograremos cam biar
las cosas.
Tenemos que abrir nuestra mente en todos los
niveles, aprender a escuchar a los hombres y a las
132
mujeres, y decidir por nosotras mismas quién es co­
herente y correcto en sus argumentos.
Hay que buscar dentro de cada una un proyec­
to de vida: somos valiosas y llenas de talentos que
no desarrollamos por estar más pendientes de los
chismes, de la pereza, de los trapos, de los bolsos
de moda y de los hombres que de encontrarnos a
nosotras mismas; tenemos que buscar algo que nos
llene de satisfacción y dejar de estar arañándonos
y destrozándonos, deberíamos creer más en las mu­
jeres que en los hombres, procurar la implicación
para cambiar nuestro entorno más allá de estar tan
pendientes de cosas banales, ser más conscientes
de nosotras mismas tanto en la parte personal y
profesional como en la sexual.
Aprendamos a sentirnos seguras en todos los
aspectos y verán cómo entonces sí lograremos con­
quistarnos individualmente, aprendiendo a traba­
jar en equipo: así sí lograremos cambiar el mundo.
135
 VI

Promiscua. . . ¿o más feliz?

P romiscuo/a. Se dice de la persona que cambia

con frecuencia de pareja y sólo busca el placer se­
xual en sus relaciones.

En qué siglo se definió semejante tontería; si le

hacemos caso, tendríamos que cambiar el nombre
de «hombre» por el calificativo «promiscuo», o
sea: «allá viene un promiscuo», «el promiscuo tu­
yo ya llegó a la casa», «cuéntame cómo es el pro­
miscuo que conociste anoche», «ese promiscuo no
me gusta para presidente», «anoche hice el amor
con un promiscuo que está divino», «mi promis­
cuo sí sabe llevarme al cielo», «él es el promiscuo
de la casa»... Y así hasta que se nos acabe el día.

135
Ustedes se imaginan a un hombre diciéndose a sí
mismo: «Estoy pasado de promiscuo»... Ya se ha acos­
tado con más de cien mujeres en su vida. ¿Creen
que alguno de ellos se considera en verdad un pro­
miscuo? ¿Se sentirá alguno desvalorizado por ha­
berse besado y acostado con tantas mujeres por
puro placer y sin amor?
Por otro lado, más de la mitad del planeta es­
tá llena de promiscuos según esa definición (di­
vorciados de ambos sexos), ya que quedan pocas
mujeres que sólo han estado con un solo promis­
cuo (pobrecitas, es como haber vivido la vida en­
tera en dictadura o bajo el comunismo, como no
han visto ni probado otro «pajarito», creen que
todos son igualitos y cantan igual; como los cu­
banos que llegan a Miami y entran en un super­
mercado, la impresión resultaría parecida), y pa­
ra qué contarles lo promiscuos que son los varo­
nes antes del matrimonio y a escondidas después
del juramento ese de «Prometo serte fiel...». Una
debería morirse de la risa en plena iglesia cada vez
que un hombre repite esa tremenda mentira de­
136
lante de Dios y tantos testigos. ¿Se imaginan si se
escucharan los pensamientos de las personas en
ese preciso momento y que todas las estatuas de
la iglesia se pudieran reír también? Y la segunda
parte de la declaración es la más divertida: ¿se
imaginan a dos personas haciendo el amor sin
sentir placer? Bueno, algunas parejas lo viven a
diario, o es por compromiso o rutina, o sería su-
percómico tratar de no sentir placer para no lle­
gar en ía vida a ser un promiscuo: «Hoy vamos
a intentar hacer el amor sin sentir placer, ¡con­
céntrate!, uhhh... uhhh... uhhh... sólo haremos
el amor...».
Llevo como cinco minutos pensando en cómo
sería y sólo me imagino mirando a mi pareja y ha­
blándonos, ya que si él tiene una erección es por­
que siente placer, así que no tengo ni que mover­
me, tampoco podemos besarnos, ya que los besos
son muy divinos y sentiríamos placer, tampoco po­
dríamos tocamos ya que sentiríamos placer... ¡Qué
fastidio...! ¡Qué aburrido...! Esto es peor que el se­
xo tántrico con el hombre invisible... Mejor va­
137
mos a ser todos promiscuos, que eso resultará más
espectacular, más divertido, y nos hará sentir a to­
dos más felices.
Ahora les tengo preparada otra maravilla sobre
el mismo concepto, pero consiste en un comenta­
rio que realizó uno de esos líderes religiosos cris­
tianos que salen por televisión robándole el dine­
ro a sus feligreses:
Una mujer promiscua es aquella que se invo­
lucra en alguna inmoralidad sexual.
Una mujer puede convertirse en promiscua si:
1. Siendo casada engaña a su esposo con otro
hombre (en este caso sería una adúltera).
2. Si siendo soltera se involucra en relaciones
sexuales con otro hombre sin haberse ca­
sado con él (en este caso sería una fornica­
dora).
3. Si siendo soltera se involucra en relaciones
sexuales con otro hombre que ya está ca­
sado (en este caso sería una adúltera).
4. Si siendo casada o no se involucra en rela­
138
ciones sexuales con otra mujer (en este ca­
so se le llamaría lesbiana).
5. Si ofrece o vende su cuerpo por dinero (en
este caso sería una prostituta).
Ésta ha sido la eterna historieta con la que nos
han envenenado toda la vida a las mujeres para
hacernos sentir culpables hasta de nuestros pro­
pios pensamientos. Y yo me pregunto, ¿estos lí­
deres religiosos habrán oído hablar de la mastur­
bación o del vibrador, que existen y se han utili­
zado como medios alternativos antes y después
de Cristo?
¿Cómo catalogarían a las mujeres que se mas-
turban? ¿Serían en este caso «fomicadoras-mastur-
badoras»? Lo cierto es que todo en la vida supone
una cuestión mental: somos patéticos; si creemos
que nuestra pareja se mas turba, lo tomamos como
algo natural, pero si se nos ocurre imaginar en qué
está pensando el vecino mientras se masturba...
Ahí, sí, nos desequilibramos, porque está siendo in­
fiel. Lo mismo la cantidad de hombres que saben
139
que sus esposas o .novias tienen uno o varios vibra­
dores, realmente no les afecta, hasta permiten que
los guarden en la misma alcoba o debajo de la al­
mohada para usarlo cuando el promiscuo de la ca­
sa empieza a roncar...Y yo me pregunto: ¿se per­
mite ser infiel masturbándose o usando un vibra­
dor? Estos hombres no piensan que se pueden tener
relaciones superorgásmicas, y toda una noche se­
guida, con «una brigada de bomberos al comple­
to», mentalmente, si lo deseamos. ¿O es que yo
soy la única loca con imaginación que sí pienso en
alguien cuando hago esas cosas, mientras los de­
más tienen la mente en blanco?
Constantemente me pregunto si las personas se
esforzarán algún día para utilizar la mente en po­
sitivo, más allá de tenerla cerrada para que no se
le vayan a escapar todas esas telarañas que contie­
nen. .. Censuramos a las mujeres si salen desnudas,
pero está permitido ver a las mujeres africanas o a
las indias de alguna tribu completamente desnudas
en televisión y otros medios de comunicación sin
ponerles los cuadritos sobre los pezones ni en nin­
140
guna otra parte... ¿Por qué a ellas no las censuran
y a las demás sí? ¿Por qué cuando una mujer que
está de lo más tranquila en una playa, tomando el
sol en topless, siempre sale otra mujer a criticarla,
habiendo en semejante espacio abierto y maravillo­
so tantas cosas que ver y disfrutar en vez de amar­
garse el momento con dicha crítica, mirando sólo
a los senos de esa otra mujer? Vivimos en una so­
ciedad en la que hablamos de tolerancia para erra­
dicar palabras, para eliminar la discriminación y el
sexismo, pero seguimos llamando promiscuas a las
mujeres que desean tener libertad sexual sin ser
tan duramente juzgadas y sin querer ser al ciento
por ciento iguales a los hombres en dichos compor­
tamientos.
Creo que hay que dejar de arrinconar alas mu­
jeres para que se sientan libres, seguras y valiosas
con sus decisiones personales relacionadas con su
propia vida sexual. ¿Cuál es el problema de desear
estar con diferentes hombres, experimentar y ex­
plorar diferentes sensaciones lujuriosas, biológicas
y corporales? ¿Será tan grande el temor y los pre­
141
juicios internos arraigados a ser señaladas, critica­
das y vejadas? ¿Será ése el motivo de que se ven­
dan tantos vibradores? Y las mujeres aún prefieren
estar escondiendo su sexualidad que disfrutando
con personas reales que te van a hablar, susurrar,
acariciar, abrazar y besar.
Pienso que es tiempo de dejar de ser tan de­
pendiente de estos aparatitos y ser más valientes pa­
ra disfrutamos como personas, sin importamos lo
que piensen los demás puritanos de nuestro en­
torno. Créanme, resulta mucho más estimulante y
delicioso estar con alguien, que con un pedazo de
plástico con pilas; total, para el caso ninguno de los
dos te ama, por eso hay que ser feliz de adentro ha­
cia fuera. La mujer, a diferencia del hombre, es po­
seedora de un cuerpo totalmente orgàsmico, ya que
se llena, se excita, disfruta, goza, se envuelve, sue­
ña y se transforma haciendo el amor. Somos mul-
tiorgásmicas en muchos sentidos, nuestros orgas­
mos son prolongados, extremadamente intensos,
largos y seguidos, hasta podemos volver a tenerlos
con sólo recordar el momento, y aun sin tener un
142
orgasmo podemos tocar el cielo, algo que difícil­
mente el hombre logra hacer si no se yacía. Nin­
gún lugar está lejos para desplegar nuestra imagi­
nación y transportamos a donde queramos; noso­
tras abrimos un mundo completo de placer en todos
los sentidos cada vez que nos entregamos a un
hombre, hacemos el amor más allá de solo tener se­
xo, sentimos de una manera más profunda y deli­
ciosa.
En este momento quiero expresarles a las mu­
jeres del mundo que abran su mente a posibilida-
' des de vivencias sin sentirse sucias o comprometi­
das, cada quien sabe hasta dónde quiere llegar; no
se priven de esa travesura deliciosa, no vale la pe­
na, todo lo contrario, «vale la pena vivirla y disfru­
tarla al máximo», ellos nunca lo dejarán de hacer
ni por usted, ni por sus hijos, la familia o todos
esos deliciosos momentos vividos. Usted sólo tie­
ne que desearlo, sin planificarlo mucho, aprenda
a vivir el momento, el aquí y ahora, y verá cómo
se transforma en otra mujer mucho más feliz y se­
gura de sí misma, incluso hasta su relación con su
143
esposo mejorará, ya que usted se habrá oxigenado;
actuará, pensará y se moverá diferente porque ca­
da hombre te enseña algo nuevo (bueno, una gran
mayoría porque a otros hay que enseñarles... es
por aquí, cruza a la izquierda y dale poco a poco
hasta que sientas el paraíso).
Yo fui muy fiel en mis dos matrimonios, jamás
me besé ni mucho menos me acosté con nadie,
siempre he sido una mujer muy fiel conmigo mis­
ma y mientras amo a una persona estoy con ella,
tranquila mientras lo sienta de esa manera. Pero
cuando percibí que esa persona me estaba hacien­
do daño, me arrinconaba y me hacía sentir infeliz,
marginada, abandonada, entonces analicé la situa­
ción y, aun amándolos, me he separado (las dos
veces muy enamorada de mis esposos) y he salido
llena de cuernos. Pero en soledad estudié la acti­
tud de ellos y la mía propia, y mis dos divorcios han
sido porque ellos me hicieron sentir que ya no me
amaban, y las dos veces me he divorciado amando
a mis esposos, pero siempre amándome, de una u
144
otra forma, mucho más a mí misma. Hoy en día pue­
do decir que si me arrepiento de no haber vivido
ciertas aventuras por tener la cabeza y el corazón
lleno de telarañas y prejuicios enraizados por una
muy mala educación sexual; me arrepiento de no
haber disfrutado de posibles buenas aventuras no
vividas que se me presentaron en el camino perso­
nal de señora casada, las cuales con sólo una mi­
rada me revolvieron el alma. Sí puedo decir que
ninguno de mis dos ex se merecieron mi fidelidad
y que lamentablemente, sin ser arrogante, ellos per­
dieron más que yo; también me arrepiento de ha­
berme aferrado a tantos conceptos equivocados
con los que me educaron tanto mis padres como
los colegios católicos, tantos miedos que arrastré en
mi vida, y la poca experiencia sexual que tuve has­
ta los cuarenta y cuatro años de edad. Pero no car­
go con traumas, ni rencores, ni culpo a nadie, siem­
pre hago borrón y cuenta nueva. No arrastro pasa­
dos tristes sobre mí, sólo los acepto como una serie
de hechos que sucedieron en mi vida por mis pro­
pias decisiones o por diferentes razones. Sin embar­
145
go, en la actualidad, llevo analizado todo lo expe­
guien en una cama disfrutando sin mayores conse­
rimentado en este tiempo y vivo de una forma muy
cuencias traumáticas, sin que me hagan sentir una
diferente y más abierta sexual y mentalmente sin
mujer gastada o usada. También disfruto de tener la
sentirme culpable, sin crearme rollos ni traumas
posibilidad de cenar, compartir y conversar con ami­
innecesarios; estoy segurísima de que no me voy a
gos sin tener sexo, escucharlos e intercambiar ideas,
desvalorizar, en absoluto: cuanto más desprendida
y esa libertad de vivir el momento sin dar explica­
eres sexualmente, más creces en todos los aspec­
ciones y sin preocuparme por el qué dirán es algo
tos. Hoy estoy convencida de que nada de esas co­
muy gustoso que sin embargo se les prohíbe a las mu­
sas deliciosas que siento son pecaminosas, todo lo
jeres casadas o en pareja. En la actualidad, después
contrario, son estupendas y me han hecho sentir
de lo aprendido y vivido en estos años, tengo una
mucho mejor en todos los aspectos; no hay nada
máxima maravillosa en mi vida que reza:
más delicioso que hacer el amor con alguien a quien
deseas, o con un hombre que te desea y se esfuer­
za por conquistarte para llevarte a ese momento
Si los que me critican supieran lo que real­
sublime con absoluta libertad, olvidándose por
mente yo pienso de ellos... Me criticarían mu­
completo del mundo exterior; sólo vivir ese mo­
cho más.
mento como dos seres maduros y adultos que se de­
sean sin adornarlo ni estrangularlo con preguntas
innecesarias, ni con compromisos o promesas de
Tal vez por esa razón he escrito este libro, para
futuro.
compartir mis pensamientos con otras mujeres, ya
Hoy sé que puedo y disfruto; en un momento da­
que yo pasé por todas esas etapas de fidelidad, no­
do, por una serie de circunstancias, termino con al­
viazgo, matrimonio, soledades, rutinas, celos, en-

146
147
ganos, traiciones, problemas, familia, hijos, plan­
por ambas partes, y también a volver a sufrir, si ese
teamientos sociales y dos divorcios en las más es­
sufrimiento me va a dejar momentos de amor pro­
pantosas circunstancias que jamás me esperé vivir,
fundo que me harán crecer y vivir intensamente.
ya que me consideraba una mujer «políticamente
Tal vez muchas personas me consideren una
correcta y muy decente según la sociedad y los re­
promiscua; créanme que, si siendo promiscua se lo­
ligiosos», al igual que la mayoría de ustedes, con­
gra sentir esta paz, seguridad, madurez, libertad y
siderándome mejor mujer y esposa, y montada en
felicidad que he logrado..., pues cada día seré más
un pedestal, muy decente y segura de que mi com­ promiscua, ya que cada día soy más feliz.
pañero valoraría todas mis actuaciones en la vida,
yo también estuve ahí donde está usted, creyén­
dome muchas mentiras y defendiéndolas a capa y
espada, llena de mis propios miedos, conceptos
errados, y la seguridad absoluta del amor de ese
compañero que poco a poco se fue convirtiendo en
mi más delicioso enemigo. Hoy en día, felizmen­

te divorciada, estoy totalmente despierta, no co­

mo antes que caminaba con los ojos abiertos pero
más dormida que Morfeo. Hoy veo todo sin tela­
rañas, sin mentiras, sin frases ni colores falsos; no
idealizo a ningún hombre, sigo amándolos pero de
una forma más madura, clara y muy dispuesta a vol­
ver a amar intensamente si se produce el chispazo

148 149
 VII

Mujeres uíámícaj

A noche se produjo una verdadera revolución is-

lámica en diferentes países de Oriente Próximo: las
mujeres tomaron el poder silenciosamente y, al uní­
sono, amarraron a sus camas a sus esposos, herma­
nos y demás hombres con los que convivían; los
despojaron de sus fusiles, metralletas, pistolas, ba­
zucas y demás armamento, y tomaron la televisión
de sus países; se mostraron sin ningún tipo de ve­
lo pero con sus acostumbrados burkas, y pidieron
ayuda internacional para romper con todas las re­
glas por las cuales han sido sometidas durante si­
glos. En sus bellísimos rostros y en sus profundas
miradas se puede observar claramente su fuerza
mezclada con el pánico que ha representado se-

151
mejante decisión, pero están dando un claro dis­
curso de las razones, muy justificadas, que fueron
determinantes para dicha acción. Las imágenes te­
levisivas, transmitidas al mundo por la CNN, son
realmente impactantes e increíbles, muestran a gru­
pos de mujeres armadas arrinconando a millares de
hombres amarrados y amordazados, encadenados
y semidesnudos; otros solos en sus casas sujetos
con cuerdas a sus lechos y silenciados; hay también
imágenes de mujeres semidesnudas que muestran
claramente los maltratos físicos que sufrieron. To­
dos los líderes religiosos y del gobierno están igual­
mente sometidos; existen grupos aislados de mu­
jeres que arrastran por las piernas a sus maridos
mientras los golpean con sartenes para que se ca­
llen la boca por quejarse.
El mundo entero se ha conmocionado. La Cruz
Roja y otras organizaciones están ya dispuestas a
cooperar de inmediato con el llamado de esta re­
volución de mujeres islámicas que con valentía to­
maron el control de sus vidas, para poder negociar
con ellas todas las libertades exigidas y procesar
152
penalmente a todos estos hombres por los actos de
barbarie a que han sometido a sus mujeres gene­
ración tras generación. Por otro lado, CNN también
muestra las imágenes de alegría de todas las muje­
res y hombres del mundo que se han volcado a las
calles aplaudiéndolas, celebrándolo, apoyándolas
y deseosos de ofrecerles todo lo que necesiten. Ya
hay grupos de personas organizadas que están acep­
tando donaciones en varias partes del mundo, pa­
ra enviarles lo más rápido posible comida, dinero,
ropa nueva y bonita, cosméticos, cremas, juguetes
para los niños, libros...
¿Se imaginan qué felicidad el día en que esto
realmente suceda? Habría tal energía positiva en
el planeta entero que nos haría sentir completa­
mente felices a todos y esperanzados por creer que
sí vivimos en un mundo mucho mejor donde sa­
bemos lograr verdaderos cambios.
153
 Realmente es increíble el contraste que vivimos
aún en este milenio, con tantos billones de dóla­
res o de euros que se gastan en convenciones de
Derechos Humanos, ONU, guerras petrolíferas y
fundamentalistas, organizaciones que, en el 98
por ciento de los casos, están lideradas por hom­
bres que aún no se orientan ni ejercen un verda­
dero liderazgo para erradicar con severas y au­
ténticas medidas el abuso y el maltrato hacia las
mujeres en cualquier parte de este planeta tan ci­
bernético.
Por supuesto que hay infinidad de grupos de
personas trabajando en esto, pero los resultados
son extremadamente lentos para la velocidad en
que funcionan otros asuntos cotidianos, política­
mente hablando. Hombres de países de Oriente
Próximo, que cierran grandes acuerdos comercia­
les en cuestión de meses, donde el dinero fluye co­
mo el famoso oro negro y se vanaglorian de tener
baños con griferías de oro y de poseer a varias mu­
jeres sometidas y compradas para sus lujos y capri­
chos, hombres muy brillantes para hacer negocios
154
pero muy cerrados de mente para permitirles a las
mujeres y a sus propias hijas pensar, hablar o sim­
plemente vivir en paz. Hombres de mentes supe-
restrechas que en la actualidad se tienen que sen­
tar junto a mujeres de otros países para negociar
acuerdos internacionales, y permanecer callados y
atentos mientras éstas hablan, aunque ellos ni si­
quiera aceptan a sus propias mujeres como seres hu­
manos. La realidad es que todos estos países basan
sus absurdos argumentos en asuntos religiosos, de
cultura y creencias, sin dejar hablar a sus propias
mujeres para saber realmente qué opinan y, lo que
es más importante: ¿cómo se sienten ellas? Todo el
día vestidas como unos cuervos negros, parecen
sombras oscuras caminando sin esperanza alguna;
la mayoría de ellas ciegas, ya que la vista se les da­
ña por la rejilla de tela que tienen frente a sus ojos,
aunque tampoco se les permite usar anteojos; mu­
jeres que sufren abusos sexuales desde pequeñas,
en fin... Da realmente terror y dolor seguir comen­
tando esta barbaridad de injusticias y vejaciones
que están sucediendo en este preciso instante; só­
155
lo pensar en su sufrimiento actual me llena de in­
dignación y tristeza.
Es realmente inconcebible que todas las reli­
giones, interpretadas y dirigidas única y exclusiva­
mente por hombres radicalmente conservadores e
intransigentes, carentes de una verdadera espiri­
tualidad y respeto hacia la creación más maravillo­
sa de Dios, Alá o Jehová, sean enemigas de las mu­
jeres en una forma intolerable y absoluta. Líderes
religiosos que viven en la más maravillosa abundan­
cia y opulencia, como los grandes millonarios que
viajan por el mundo como si fueran inalcanzables
reyes, muy bien acicalados, con vestimentas lujo­
sas bordadas en oro y plata, dictando y pronun­
ciando sermones de doble moral, esperando que sus
feligreses continúen creyendo en ellos mientras to­
dos los días seguimos leyendo reseñas de Amnis­
tía Internacional como éstas (búsquelas en Internet):
• A diario, un número incalculable de mujeres
son brutalmente asesinadas en nombre de la
tradición, la religión o la cultura. En todo el
156
mundo se cometen crímenes terribles que
son presenciados o perpetrados por parien­
tes y familiares cercanos.
• Amnistía Internacional afirma que la violen­
cia contra las mujeres es actualmente uno de
los escándalos más vergonzosos en materia de
derechos humanos en la sociedad de hoy en
día.
• En Afganistán muchas niñas y adolescentes
son obligadas a casarse. Algunas languide­
cen en una prisión, acusadas de cometer adul­
terio, por abandonar a maridos brutales o
simplemente por querer casarse con un hom­
bre de su propia elección.
• En todo el mundo, al menos una de cada tres
mujeres ha sufrido abuso sexual en su vida.
• Hay países en los que dos de cada tres mu­
jeres asesinadas lo son por su compañero, y
hasta un 69 por ciento de las mujeres de­
nuncian haber sufrido agresiones físicas en al­
gún momento de su vida.
• En Ciudad Juárez (Chihuahua, México), 370
157
 mujeres jóvenes han sido asesinadas en los
tera entre Ruanda y el Congo. Me quedé muy,
últimos diez años. Al menos un centenar de
muy débil, y un anciano me llevó a su casa.
ellas sufrió abusos sexuales. La policía no ha
Allí descansé y después volví a la mía. Mi es­
investigado correctamente los hechos y ha
poso me dijo que no era una buena mujer,
falsificado pruebas, y con demasiada frecuen­
que podía haber evitado la situación».
cia los autores de estas muertes han queda­
Muchas jóvenes viven con miedo a sufrir re­
do sin castigo.
presalias violentas. Una amnistía reciente per­
• Cuatro millones de mujeres presentan anual­
mitió que veintiún mujeres salieran de una
mente denuncias oficiales por abusos en Ru­
prisión. A una de ellas la mataron al salir.
sia, y dos millones de niños se escapan de
Women’s Voice (La voz de las mujeres) es una
casa huyendo de ellos. La violencia domés­
organización que ofrece apoyo y asesoramien-
tica no se considera un problema grave en
to a las mujeres más pobres de la India.
Rusia. De hecho, es un tema tabú, aunque
En Jordania, prácticamente todos los asesina­
miles de mujeres mueren cada año a manos
tos de mujeres corresponden a los llamados
de un miembro de su familia.
crímenes por motivos de honor.
• Una mujer cuenta cómo ha sobrevivido a la
El burka es como una cárcel, da calor y aís­
violencia doméstica en Namibia.
la. Las mujeres no pueden reconocerse, es
• Las mujeres en zonas de conflicto están es­
un símbolo terrible que resume muy bien la
pecialmente expuestas. En la República De­
situación. Pero esas molestias serían sopor­
mocrática del Congo, los grupos armados
tables si las mujeres pudieran estudiar, traba­
han violado a decenas de miles de mujeres.
jar, recibir atención médica o defenderse le­
• «Cinco soldados me violaron aquí, en la íron-
galmente cuando reciben malos tratos.

158
159
 • «Tenía a mi hijo en el regazo cuando él irrum­
pió en casa bramando y despotricando. Na­
die sabía muy bien de lo que estaba hablan­
do. Me plantó una bofetada en la cara y
todo el mundo se quedó boquiabierto. Yo
también, porque, aunque ya lo había hecho
antes, esta vez no hubo tensión previa y por
eso me acuerdo tan bien. Mi hijo rompió a llo­
rar, tenía dos años, y empezó a decir: “per­
dón, perdón, perdón”. Todos los que estába­
mos allí nos echamos a llorar. Creo que eso
resume cómo les afecta a los niños, se echan
la culpa de todo. Sólo tenía dos años y ya
pensaba que tenía que ver con él».
Lo realmente indignante de la violencia contra
las mujeres es que ocurre en todas partes del mun­
do, con independencia de la clase social, la cultu­
ra, religión o el origen. La gente sólo se limita a de­
cir: «Si lo aguanta será porque quiere». Pero eso no
significa que lo quiera. Significa que se siente ab­
solutamente desamparada por la familia, la comu­
160
nidad y el Estado. Hablar de violencia contra las
mujeres en realidad es hablar de impunidad y de­
sigualdad, de poder y de prejuicios, de la falta de
voluntad para resolver el problema. Por eso, lo que
decimos es que la violencia contra las mujeres tal
vez sea universal, pero no inevitable.
Claro que lo que imaginé al principio de este
capítulo resultaría una solución maravillosa, aunque
sea una gran utopía; aunque dándole la vuelta y
cambiando de estrategia, creo que sí sería posible y
más humano dejar de gastar tanto dinero en gue­
rras y convenciones, y poder utilizarlo correctamen­
te a la hora de «invadir un país antes de destruir­
lo»: hay formas de logística para entrar con alta tec­
nología y someter sigilosamente a todos los hombres
o a la gran mayoría de ellos de una forma coordi­
nada e ir evacuando a mujeres, niños y hombres
sometidos antes de bombardearlos sin previo avi­
so. .. Eso sí sería increíble, que todos los países se
unieran para rescatar a esos seres humanos que en
verdad desean vivir en santa paz y libres. Seamos in­
teligentes a la hora de ayudarlos. Creo que mejor se­
161
ría encarcelar a todos estos radicales fundamenta-
listas y marearlos con charlas, vídeos, conferencias,
y además recursos motivacionales hasta hacerlos
cambiar de parecer, aunque cueste años. Y una vez
logrado el objetivo y con unos gobernantes pacífi­
cos, entonces sí, hacer que regrese toda la gente a
su país, ayudarlos a reconstruirlo, reeducarlos, pa­
ra que se sientan seguros a la hora de comenzar una
nueva vida más renovada y plena; pero dudo mu­
cho de que con las estrategias que se han usado has­
ta ahora se pueda lograr la paz o cualquier senti­
miento que vaya más allá del odio y el resentimien­
to, que sí crece, cada día con más fuerza. Tampoco
entiendo cómo hay mujeres que no viven allí, fue­
ra de sus países, y aún se permiten a ellas mismas
andar vestidas con tantas restricciones, todas tapa­
das con sólo el rostro descubierto, como si esto
fuera la gran liberación, viendo a su alrededor otra
realidad. ¿Cómo es posible que esos esposos de esas
mujeres aún no abran sus mentes y les den el ver­
dadero valor que ellas, estoy segura, están desean­
do en el fondo de sus corazones? ¿Cómo estos hom­
162
bres no sienten vergüenza al ser catalogados de ma-
chistas? Ellos, que andan vestidos como cualquier
occidental con bermudas, camisetas o ropa a la úl­
tima moda.
Tampoco entiendo muy bien a los distintos ti­
pos de mujeres que viven enjordania, en diferen­
tes niveles de pensamiento y categorías, unas aún
altamente sometidas, pero que tienen frente a ellas,
diariamente, a una mujer «extremadamente mo­
derna y actualizada», que está haciendo una labor,
en su país, extraordinaria, sumamente bella, brillan­
te, educada, muy decente y catalogada como una
de las reinas más elegantes del mundo, muy feme­
nina, que transmite la paz, alegría y humildad de
las mujeres islámicas felizmente casadas, en un ab­
soluto contraste con las mujeres que estamos acos­
tumbrados a ver. Por supuesto que me refiero a la
reina Rania de Jordania, casada con el rey Abdullah,
que afortunadamente cuenta con un esposo que
además de ser rey es un extraordinario hombre,
maravilloso compañero de vida que la escucha, la
ayuda y sabe que la necesita para cambiar, en la
163
dirección correcta, a su país. Este hombre inteli­ VIII
gentemente brillante es un ejemplo de que sí hay
hombres islámicos con mente amplia y abierta a
los cambios, hombres que saben abrirle en verdad ¿Cuánto valgo?
las puertas a las mujeres, como auténticos caballe­
ros y, sobre todo, es un hombre valioso que sabe
RESPETAR, APOYAR Y AMAR A SU MUJER, A SU FAMILIA Y A
SU PAlS.
E s t o y segura de que muchas jóvenes de las nue-
vas generaciones no saben qué significan las pala­
bras «dote» y «arras»; algunas afortunadas ni ha­
brán oído jamás estas palabras y se horrorizarán al
saber sus significados.

D ote . 1. Conjunto de bienes o dinero que apor­

taba la mujer al matrimonio, o del que dispone
para casarse. 2. Conjunto de cosas que entrega­
ba una profesa al convento o a la orden en que
ingresaba como religiosa. 3. D otes : Conjunto de
cualidades de una persona o cosa: «dotes de
mando».

164 165
Arras. 1. Conjunto de trece monedas que en algu­
nos lugares el novio entrega a la novia en la cele­
bración de la boda. 2. Suma de dinero que una
parte entrega a la otra en el momento de efectuar
un contrato para asegurar su ejecución.
Dicha dote, por parte de la mujer, tenía que ve­
nir también muy bien acompañada con la virgini­
dad de ella, que era considerada el regalo más pu­
ro y valioso que cualquiera podría entregarle a un
hombre el primer día de matrimonio.
Suena a historias de siglos remotos pero lamen­
tablemente se vivió con ese peso prácticamente to­
do el siglo pasado también, y aún hoy queda un gru­
po de conservadores extremos, fundamentalistas y
puritanos, que siguen creyendo en dichos regalitos.
También están las mujeres que se mandan recons­
truir una falsa virginidad para complacer a su hom­
bre.. . (sin comentarios); dichosos los médicos que
cobran por semejante estupidez y quién sabe si no
les hacen nada e igual les cobran... «Todos los días
sale una boba a la calle... El que la encuentre es su­
ya» (así dicen en mi tierra). A qué clase de morbo­
166
so se le pudo ocurrir que una pequeña membrana,
que ni se ve, podría ser un regalo valioso... Hom­
bres que descubrieron el placer que se sentía en el
momento de tener relaciones sexuales y de una for­
ma egoísta inventaron el cuento de la virginidad
para darle más o menos valor a una mujer, como
si se tratara de una fruta buena, medio madura o
podrida, y de paso mantener a la mujer lo más ig­
norante posible de su sexualidad (como los políti­
cos mantienen a los pueblos). Ellos sí podían man­
tener relaciones múltiples, pero querían que la mu­
jer que pasaban a poseer en propiedad fuera lo más
pura, virgen e ingenua (boba), para desflorarla sin
que ella tuviera ningún tipo de referente sexual con
otro varón, tal vez más placentero que él; ese ilimi­
tado egoísmo e inseguridad de los hombres que
arrastran desde pequeños nos los han endosado a
nosotras las mujeres, también por los siglos de los
siglos.
Por eso los hombres que comenzaron a gober­
nar el mundo, particularmente los sacerdotes, crea­
ron la forma más cruel de hacer sentir culpables a
167
 cambiar las viejas leyes absurdas, altamente ma-
sus feligreses, en especial a las mujeres, ya que la
chistas, en las que sólo los hijos varones podían
culpa como base del miedo funcionaba perfecta­
reinar y gobernar.
mente: sin culpa no hay miedo y sin miedo no hay
En la actualidad nos toca a cada una de noso­
Iglesia, ni religión, ni temor a Dios, a pecar, a ser
tras seguir renovándonos y creando una nueva ge­
promiscuas, adúlteras, infieles..., en fin, nos en­
neración de mujeres y hombres sin prejuicios, ta­
venenaron el alma y la autoestima hasta anteayer.
búes, traumas emocionales ni sexuales. Comence­
Por fortuna, las cosas han cambiado mucho (en el
mos por dejar de estar castigándonos y castigando
80 por ciento del planeta), como ya sabemos, gra­
constantemente con nuestros dañinos comentarios
cias a todas esas mujeres valientes, fuertes e incan­
y pensamientos. Dejemos de decir estupideces co­
sables que revolucionaron con muchos cambios en
mo estas:
la mitad el siglo xx, logrando romper con absurdos
patrones de una forma históricamente valiosa; gra­
• Una mujer no está completa si no tiene hijos...
cias a sus acciones se comenzaron a abrir muchas
Es uno de los argumentos más absurdos que
puertas que ningún hombre se atreverá a cerrar ja­
he oído; primero me parece una brutal falta
más, ya que la mujer se impuso y recuperó su dig­
de respeto para todas esas mujeres que sí los
nidad para dejar de ser vendida como ganado, hu­
desean y no los pueden tener, es como res­
millada y engañada.
tregarles en la cara que se quedarán incom­
Irónicamente (puede parecer un juego del des­
pletas para siempre o que nacieron defectuo­
tino), ver que en las cortes europeas y en Japón es­
sas. Por otro lado, ¿no ha pensado que hay
tán naciendo en su mayoría niñas entre los hijos de
mujeres que no desean ser madres, que sim­
los príncipes con derecho al trono, dando lugar a
plemente por decisión personal decidieron
que congresistas y letrados busquen la forma de

169
168
 no tenerlos? ¿O es que acaso la mujer sólo es­
tará completa si viene un hombre, un médi­
co o el Espíritu Santo y la embaraza? De no
ser así, será una mujer incompleta que deam­
bula por la vida...
• Pobrecita. .. se quedó sin casarse.. . ¿No ha pen­
sado que tal vez fue muy afortunada y la po­
brecita fue usted, que sí se casó?
• Muy ejecutiva, muy exitosa profesionalmente,
pero no tiene esposo... Pocos hombres hay
muy inteligentes que sí se casan con una eje­
cutiva o mujer muy exitosa, pocos están pre­
parados para saber amar o aceptar a su lado
a una mujer brillante. Algunos hombres no
tienen ni idea de cómo se puede llenar a una
de estas damas emocionalmente, la experien­
cia deliciosa de sús viajes en los que amplían
su visión del mundo y de cosas que no las li­
mitan..: Ellas, por el contrario, tienen una
vida muy plena y tal vez sexualmente mucho
más satisfactoria que usted aun sin tener «un
esposo egoísta como el suyo».
170
• Pobrecita... se ha casado varias veces pero no ha
encontrado al gran amor de su vida que la ha­
ga feliz... Afortunada, ¡ella sí ha tenido la
oportunidad de tener una historia personal
más amplia para saber y tener puntos de re­
ferencia en cuestiones de parejas! Déjeme de­
cirle que, por lo general, cuando uno se ca­
sa lo hace porque siente que esa persona es
su gran amor, y por lo general nadie se casa
pensando en divorciarse, por lo tanto ella tie­
ne más experiencia para saber mucho más
de esos grandes amores de la vida y seguro
que ha aprendido a ser feliz sola o acompa­
ñada.
• Se la pasa brincando de hombre en hombre... O
ésa ha tenido más novios que gripe... ¡Qué es­
tupendo!, debería ponerse a escribir un li­
bro y a contarnos sus conclusiones de tan
delicioso estudio de los primates, para apren­
der más de ellos, se podría convertir hasta
en un best-seller. Por favor, olvide la envidia
y deje de criticar.
171
• Pobrecita... es madre soltera... ¡Increíble!...
Si no tienes hijos te consideran una mujer
incompleta y, si los tienes, entonces inspiras
lástima porque te falta un marido... Siem­
pre nos falta algo para encajar en esta socie­
dad hipócrita.
• Vamos a ver qué va a hacer ahora que se quedó
sin su maridito, ahora va a saber lo que es bue­
no. Ésta me encanta, ya que la he vivido en
carne propia y, sí, puedo decirles que se
aprende a «saber lo que es bueno», pero tam­
bién lo excelente, regular, malo, divino, te­
dioso, rutinario, sublime, extraordinario, de­
licioso. .. Y rara vez queremos volver a tener
otro maridito porque lo que hacemos no se
puede hacer con uno de esos limitadores al
lado.
• Pobrecita... El marido la dejó por unajovenci-
ta... Pobrecito el ex marido cuando la vea
totalmente renovada y feliz una vez que ella
se recupere de su tristeza... Para entonces la
jovencita tendrá cara de vieja resignada y la
172
pobrecita parecerá una quinceañera llena de
vida.
• Los movimientos de Shakira son una vulgari­
dad, ella es cantante, no bailarina árabe... ¡En­
vidiosas! Muchas quisiéramos movernos así,
con esa naturalidad, sin hacer el menor es­
fuerzo.. . Luce supersexy y muy sensual. Yo
cada vez que trato de imitarla me paro fren­
te al espejo y créanme que parezco una cu­
lebra borracha; si me atreviera a hacerlo de­
lante de un hombre, éste perdería los de­
seos y saldría corriendo a llamar a una
ambulancia pensando que tengo un ataque
de epilepsia. Eso es precisamente lo que los
hombres desean de una mujer, esos movi­
mientos, a todos los excita al máximo, de
hecho dicen: «Yo con una mujer así me que­
daría tranquilito y que ella se mueva como
quiera...». Déjese entonces de envidias y de
estar criticándola, inscriba a sus hijas en cla­
ses de danza árabe desde pequeñitas, y us­
ted cómprese todos los vídeos de Shakira y
173
empiece a poner esas caras, practique esas
miradas y pase años intentando esos movi­
mientos para ver si algún día en alguna fu­
tura vida logra moverse de una forma tan es­
pectacular.
Pobrecita, está amargada porque yo me quedé
con su m arido... Ésta es un clásico de las mu­
jeres superbobas que creen que se ganaron el
premio de la lotería cuando te quitaron a tu
pareja; amargadas están ellas buscando el
gran prem io... No se dan cuenta de que
cuando una mujer deja a un hombre es por­
que simplemente no quiere ya nada con él,
le conocen todos sus cuentos y triquiñuelas,
saben exactamente en qué parte de la pelícu­
la están ellas (ya que ellos son repetitivos), y
ellas van elevándose como gaviotas felices,
tomando altura sin tomar las precauciones
necesarias, ya que tarde o temprano se estre­
llarán contra su amarga realidad.
Ella no supo ser una buena esposa para él, en
cambio yo sí le estoy dando lo que quería y ne­
176
cesitaba. Típica mujer que pasa la vida jugan­
do al personaje de la mujer perfecta, aleján­
dose de lo que ella cree que era la defectuo­
sa esposa, y gasta sus energías para hacerle
creer al bobo que ella sí es mejor que la otra...
Sea usted misma y deje de estar pensando
que la otra era una bruja, analice cuánto tiem­
po pasó él con esa bruja, a ver si era tan bru­
ja. Quizá no se ha puesto a pensar que tal
vez a él le gustaba ese tipo de bruja, o pien­
se que si la bruja se lo quitó de encima fue
por algo, ya que nadie suelta a un hombre
maravilloso, y aprenda algo: por lo general los
hombres que son tratados como reyes siem­
pre se buscan a otra, ya que les encanta el
conflicto, el maltrato, las mujeres que los ig­
noran, las retorcidas, malcriadas, dependien­
tes, o las bobas y las que se hacen las inca­
paces e inútiles para ellos sentirse indispen­
sables en sus vidas.
• Pobrecita, desde que se divorció se pasa el día ha­
blando del ex y su conflicto del divorcio... Sí,
175
tal vez sea cierto, es parte del proceso, hay que • Las gringas son unas ordinarias, llevan chan­

darle tiempo al tiempo para lograr de nuevo cletas hasta para ir al colegio... A todas las

el equilibrio emocional perdido por seme­ mujeres del planeta se les debe haber atora­

jante trance. Sea más amiga y escúchela pa­ do la lengua mientras se las tragaron. Ahora

ra que ella pueda canalizar sus emociones, resulta que lo que está súper-de-moda es an­

ya verá que, poco a poco, ella comenzará a dar en chancletas, las hay de todos los mo­

ser feliz y a hablar de otro personaje, y en­ delos y colores, y se usan para ir a todas par­

tonces usted comenzará a criticarla por pro­ tes... Así vamos por la vida en chancletas,

miscua, puta o desquiciada. Las amistades mascando chicle y desvalorizándonos las unas

por lo general pueden hablar y nombrar a a las otras.

ese ex de ella mil veces en cada encuentro, pe­

ro si a ella, ya curada, se le ocurre nombrar­ Comencemos por abrir más la mente para ana­

lo, entonces inmediatamente la tildan de lizar las situaciones que nos rozan todos los días a

amargada, repetitiva, de seguir aún enamo­ nivel de pareja: la mayoría de los hombres se ca­

rada sin haberlo superado... Deje de ser tan san con mujeres fieles, poseedoras de excelentes

crítica, que si alguien pasa los últimos cinco, valores morales y familiares, alegres, trabajadoras,

diez, veinte o treinta años con una pareja fi­ buenas madres, decentes, educadas... las política­

ja es muy normal hablar de esa persona, ya mente correctas que lucen perfectas para formar

que está totalmente implicada en su historia una bella familia. Pero lamentablemente en la ma­

personal y sin duda aún comparten muchas yoría de los casos sus hombres les hacen mucho da­

conversaciones, más aún si hay hijos de por ño en el camino y las engañan cada año de convi­
medio. vencia, las abandonan emocionalmente y, después

176 177
de varios años — por lo general después de cum­
Los hombres han sido muy mal educados y los
plir los cuarenta— , las cambian por ese otro tipo
de hoy en día, por lo general, no quieren ningún
de mujer que jamás ha tenido esas virtudes que la
tipo de compromiso, ataduras o responsabilidades,
esposa tenía y que difícilmente las tendrá, esas que
y mucho menos ser fieles; constantemente repiten
jamás se han comportado decentemente como nos
los mismos argumentos: «Somos adultos, sabía­
ha hecho creer esta sociedad de falsos moralistas...
mos lo que estábamos viviendo, desde el princi­
Las cambian por ese otro tipo de mujeres que lue­
pio te hablé muy claro... bla... bla... bla».
go se pavonean delante de la ex con cara de «yo soy
Lo dicen tan tranquilos, convencidos de que
mejor que tú», apoyadas por el imbécil al cual us­
nosotras las mujeres tenemos un interruptor para
ted le dedicó la mitad de su vida, ayudándolo a
no sentir dolor o desilusión al saber que sólo quie­
sembrar un porvenir para un futuro común, y mu­
ren tener buen sexo sin derecho a que nos entusias­
chas veces serán ellas, las recién llegadas, las que
memos, enamoremos, proyectemos a su lado o
disfrutarán de la cosecha madura, mientras usted
amemos profundamente para encender todos los
tuvo que comer las verdes y las podridas.
fuegos posibles mientras dure; ellos, desde el prin­
Por eso le digo: deje de vivir para los demás, con
cipio, se lavan las manos y ponen las cartas sobre
tantas ataduras, frenos, prejuicios y moralidades
la m esa..., idiotas nosotras que aceptamos seme­
absurdas, porque no vale la pena, y ese maravillo­
jantes argumentos, siempre con la estúpida idea
so marido u hombre jamás se lo agradecerá; de he­
de que lograremos hacerlos cambiar de opinión,
cho, he comprobado exactamente lo contrario, que
enloquecerán por nosotras y nunca más podrán vi­
en una gran mayoría de casos, cuanto peor lo tra­
vir sin nuestra presencia.
te y más lo manipule, más la querrá y se manten­
Entonces, ¿por qué no comenzar a darles de su
drá a su lado como un perrito faldero.
propia medicina? Si un hombre quiere tener sólo

178
179
sexo, debe tener la madurez de saber pagar por
ello, ya que eso es lo que dan las putas y cobran por
ello, y ellos lo pagan gustosos, es más, los excita
más. Además, sería muy desleal con las putas es­
tropearles el negocio repartiendo sexo gratis mien­
tras ellas llevan años trabajando en él. No nos he­
mos dado cuenta de que nos hemos convertido en
una comparsa de putas gratuitas para hombres cí­
nicos y descarados. Si lo que quieren tan sólo con­
siste en una relación donde haya nada más que se­
xo loco y sin compromiso, pues que empiecen a pa­
gar por ello y así seremos todos bien maduros para
saber canalizar nuestras vivencias.
Empecemos a sacar cuentas de cuánto nos cues­
ta estar tan bellas, apetitosas y deseables, comien­
do lechuga como si fuéramos conejas, cuánto gas­
tamos en peluquería, manicura, pedicura, masa­
jes, eremitas, maquillaje, ropa, zapatos, bisutería,
perfumes, bolsos, gimnasio, dietas, pastillas, inyec­
ciones, cirugías... y pare usted de anotar.
Por qué nos vamos a conformar con una cena,
un botella de vino, varios tragos acompañados de
180
mentiras trilladas y ellos no van a pagar por ese
«delicioso postre»; en la actualidad cualquier mu­
jer tiene dinero para pagarse sus tragos, cenas y ca­
prichos. .. Por qué, después de toda esa inversión
que hacemos en nosotras mismas, vamos a estar
también como bobas teniendo detallitos, regalitos,
frases dulces para ellos, consintiéndolos, compar­
tiéndolos y complaciéndolos para que vengan lue­
go y nos den unos pocos minutos de placer, cre­
yéndose ellos que hicieron la gran hazaña de su vi­
da, para dejarnos en la mayoría de los casos
pensando: ¿y eso era todo?
Y que pase una semana, un mes, una eternidad
para oír el sonido del teléfono celular y volver al
mismo cuento, todas ilusionadas...
Aprenda a valorarse. Pregúntese qué tan bue­
na es usted en la cama, póngase su precio, y si él
en verdad la desea pagará lo que usted le pida, de
eso puede estar segura, ellos pagan por sus place­
res (alcohol, coches, lanchas, apuestas, sexo..., to­
do lo que ios motiva); cuanto más dura se ponga
ante él, más rápido lo convencerá para verlo lle­
181
gar con dinero en mano. A ellos los excita ese mor­
Usted pensará: «¡Qué horror!, si cobro me sien­
bo de saber que al pagarle usted estará disponible
to sucia, vejada...». Sólo le digo que lo medite muy
para ser su puta particular, y si no le quiere pagar
en serio, y créame que vejada, humillada y depri­
es porque no la desea lo suficiente y lo que quie­
mida se seguirá sintiendo si continúa cometiendo
re es usarla gratis una y otra vez hasta que él lo
el mismo error y sigue actuando igual que siempre
decida, o bien es un improductivo que no sabe
por estar ilusionándose con un hombre que desde
hacer dinero ni para sus gustos básicos. En ese ca­
el principio le sale con los mismos cuentos de que
so le aconsejo que se olvide de ese hombre ya que
«somos adultos y sinceros», conformándose con
lo que quiere es disfrutarla, acuérdese de que es y
regalitos tontos y baratos, mientras él, de paso, la
será sólo sexo , como él se lo aclaró desde el prin­
corona a usted muy discretamente con unos bue­
cipio; úselo como él la ha estado usando y apro­
nos cuernos con otras hasta que lo descubra. Si to­
véchese de los deseos que él siente por usted, co­
das comenzamos a cobrar por los momentos que
quetee con él cada vez más y vuélvalo loco, pro-
ellos disfrutan, se les cerrará el parque de atraccio­
vóquele celos con otro hombre, sea cínica, aprenda
nes gratuito que han venido gozando estos hom­
a ser una buena puta, una puta de lujo bien luju­
bres tan maduros; sólo así cambiarán de actitud
riosa. .. Atorméntelo, verá cómo lo enloquece; eso
con nosotras y nos respetarán más si realmente hay
los excita al máximo y así tomará el control sobre
buena química o vale la pena vivir un tiempo es&
él y cobrará siempre. Y si está enamorada como la
relación.
mayoría de nosotras, no deje de cobrar nunca; así
No tiene ni idea de la alegría que se siente es­
podrá ahorrar para pagarle al psicoanalista al que
tando en la cola del banco, lista para depositar ese
recurrirá después de unos meses cuando la cam­
dinero que se ganó usted misma en escasos minu­
bien de nuevo por otra.
tos, ya que ellos no aguantan mucho... Usted ga­

182 183
 res humanos valiosísimos, más allá de lo que pien­
nará en una noche mucho más dinero que en una
sen otras personas y de los argumentos egoístas de
semana de su trabajo, eso la hará sentir más segu­
los hombres. Deje de creer que usted perderá va­
ra de sí misma, alimentará su ego, ya que supo dar
lor por tener experiencias personales o sexuales
y recibir; a usted le brillarán los ojos pensando en
con varios hombres, recuerde que usted no figura
todo lo que se podrá pagar o comprar. Dinero en
en las acciones de la Bolsa de Valores; todo lo con­
mano no causa depresión ni lágrimas, todo lo con­
trario, eso será una experiencia adquirida para me­
trario, y cuando él vea y sienta que usted está feliz
jorar. Borre de su mente la estúpida idea de que si
gastándoselo y no hundida y ansiosa pensando en
se acuesta en la primera cita él no la va a valorar y
él, entonces se enternecerá y andará detrás de us­
recuerde que ellos no valoran nada ni a nadie. Ade­
ted cada tres días con dinero en mano y llenándo­
más, dónde está escrito eso de que hay que espe­
la de regalitos. Ojo, no permita que los regalitos
rar una semana, un mes, tres meses para que él la
extra anulen su tarifa, ésa no se la perdone por na­
quiera o la valore más... ¡por favor! Eso ha sido
da del mundo.
puro cuento chino, viva su momento y permítase
De usted dependerá ser una auténtica geisha o
disfrutar intensamente, que nadie sabe qué pasará
una buena cama para cobrar lo que usted vale y es
mañana y usted se quedará el resto de su vida con
capaz de dar.
las ganas, autocastigándose por no haberlo hecho.
Aprenda también a tener varios clientes a la vez,
Haga todo lo contrario, no permita que la afecten
ya que cuando uno de ellos le haga daño de nue­
los pensamientos negativos y las habladurías de
vo, usted tendrá con quién consolarse y seguir co­
quienes de seguro son, en la mayoría de los casos,
brando, ahorrando o gastándolo para recuperarse
peores que usted; comience a escuchar ese silen­
del dolor.
cio delicioso y cuajado de envidia de su entorno de
Empecemos a convencernos de que somos se­

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amistades, escuche a su corazón y a su pensamien­
sional: los buenos o muy despiertos con cara de
to, haga lo que crea conveniente para sí misma.
tontos sacaban buenas notas, y ahora hacen mucho
No viva esperando que los demás la valoren;
dinero; los malos e irresponsables pasan la vida en
valórese usted misma, usted sola sabrá qué tan va­
números rojos todos los meses; luego en el recreo
liosa es, y aprenda de la simplicidad de los hom­
se reúnen con sus amigos, se relajan, se inventan
bres para lograr ser mucho más feliz.
sus cuentos y sus mentiras, gozan al máximo de lo
Ellos viven relajados y felices, sintiéndose más
prohibido, son aventureros y arriesgados... Des­
valiosos cada día, siendo todos ellos muy promis­
pués llegan a sus hogares y encuentran todo listo:
cuos, convencidos de que son los mejores, los más
ropa, comida y ambiente familiar, porque están pa­
bellos, los que todo lo pueden; jamás se sienten
gando por esos servicios. Están pendientes de los
sucios, cochinos o desvalorizados por sus expe­
mismos juegos de cuando eran niños — béisbol,
riencias sexuales... Todo lo contrario, y lo que es
fútbol, etc.— , se desenchufan del mundo y de sus
mucho más importante: nunca han dejado de ser
sentimientos personales. Obsérvelos cuando ven
niños ni quieren dejar de serlo o de actuar como
un partido de fútbol: en ese momento usted ni exis­
tales y, por lo tanto, no tienen traumas ni frenos mo­
te, en tanto que usted pasa la vida concentrada co­
ralistas a la hora de complacerse sexualmente. Us­
mo boba pensando en él... Ven películas de tiros,
ted podrá ser la mejor mujer, novia o esposa del
destrucción, explosiones, juegan y disfrutan con
mundo, y aun así ellos no se privarán bajo ningu­
los coches, se masturban muy tranquilos mientras
na circunstancia de disfrutar de otras mujeres.
se bañan, ya que hasta en la ducha juegan con su
Ellos van por la vida con sus maletines al tra­
amiguito preferido, y, finalmente, cuando crecen
bajo, como los niños que llevan su mochila al co­ hacen lo que no les dejaron hacer de niños, «los va­
legio, hacen su tarea y lo reñejan en* su vida profe­ rones no juegan con muñecas», así que se pasan la

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vida adulta jugando con lo único que les prohibie­
ron hacer, y es entonces cuando nosotras nos con­
vertimos en ese juguetito delicioso de sus vidas,
mr
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sus muñequitas; y nos visten y nos desvisten cada 08034 Barcelona (España) 33172 Miami, Florida (USA)
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