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LAS GROSELLAS: CARACTERÍSTICAS Y CUIDADOS

Los groselleros son arbustos de mediana altura (hasta 1,5m), de hoja caduca y
relativamente longevos ya que pueden vivir hasta 15 años.
Su hábitat natural son los lugares boscosos húmedos.
Se cultivan tres tipos: grosellero negro (Ribes nigrum), rojo ( Ribes rubrum ) y blanco

Características de los groselleros negros


Toleran todo tipo de suelos aunque los prefieren ligeramente ácidos (pH 6,5) y
húmedos pero bien drenados.
Soportan las heladas.
Necesitan riego regular y abundante.
Sus frutos son unas bayas negras que se agrupan en racimos. Cada ejemplar puede
producir hasta 6 kilos.
Maduran en verano.
Sus hojas son palmeadas, con bordes dentados, de color verde claro.
Cómo y cuando plantarlos.

Si los compramos en maceta, podemos colocarlos en el terreno en cualquier época


del año, procurando que después de trasplantados no pasen sed.
Si los compramos con raíz desnuda, es mejor plantarlos en el invierno.
Si vivimos en una zona soleada, lo ideal es ponerlos en semisombra. Si por el
contrario, nuestra tierra anda escasa de insolación y es de clima frío, mejor plantarlos
en un lugar soleado.

Prepararemos el lugar con bastante antelación haciendo un buen hoyo y rellenándolo


de tierra buena mezclada con abono orgánico, compost o turba. Lo dejaremos reposar
y mullirse durante un mes o dos.

En el momento de plantarlos, haremos de nuevo un hoyo en el lugar previamente


preparado pero ahora será ya solo del tamaño necesario para que quepa el pan de
raíces.

Antes de plantarlos, los podamos cortando todas las ramas por encima de la segunda
yema contando a partir de la base. Si, da mucha pena y parece que se queda uno sin
nada pero es de la forma que crecerá fuerte y vigoroso.
Los introducimos en el hoyo cuidando de no enterrar el punto en donde se ramifica
(cuello), apretamos muy ligeramente la tierra alrededor y los regamos
abundantemente.

Cómo y cuándo se podan

Todos los años en invierno eliminando entre una cuarta parte y un tercio de las ramas
viejas, las que se cruzan o estorban y todas las muy débiles de forma que haya
siempre en el arbusto una sucesión de ramas jóvenes ya que el grosellero negro
produce los frutos fundamentalmente en las ramas (tanto principales como laterales)
del verano anterior.

No tiene que dar pena realizar esta operación pues es lo que induce al arbusto a
producir nuevas ramas fuertes y vigorosas que sustituirán a las viejas (ley de vida…)

Cuidados
Aparte de la poda, lo único que necesitan es un suelo libre de malas hierbas, riego
abundante y abono adecuado (estiércol de gallina o gallinaza o guano) y cubrirles el
suelo con compost o restos de la siega en épocas de sequía.
En primavera, removeremos la tierra a su alrededor, con cuidado de no dañar las
raíces superficiales y le proporcionaremos algo de abono orgánico que extenderemos
sobre la tierra removida y mezclaremos con ella.

Los frutos estarán maduros cuando se vuelvan negros.


A veces no todos los frutos del mismo racimo maduran a la vez por lo que habrá que
dar un repasito a diario y recoger los que van madurando.
Se conservan mejor si los recogemos junto con su rabillo o pedúnculo.

Para usarlos en mermeladas es mejor recogerlos cuando aún no están demasiado


maduros.
Goselleros rojos y blancos

Estos groselleros no soportan los terrenos calizos; los prefieren algo arcillosos,
ligeramente ácidos y con muy buen drenaje. Es por esto que nosotros no los
cultivamos (y por lo que no tengo fotos) ya que en un principio lo intentamos pero se
les veía algo tristes y apenas fructificaban.

Producen el fruto sobre la base de los brotes de un año y sobre ramitas laterales
cortas por lo que la poda es diferente a la de los negros.

A finales de junio, o principios de julio, después de la recolección, se les recortan las


ramitas laterales dejando 5 hojas. El resto de la poda se realiza en invierno acortando
las ramitas de 5 hojas y dejándolas a 2 hojas.

Multiplicación de los groselleros

Merece la pena comprar una sola planta y luego multiplicarla, cosa que se consigue
muy fácilmente mediante estaca en primavera y otoño.
Se adaptan muy bien a zonas umbrías, húmedas y sombreadas del jardín por lo que
son muy buena opción para estos lugares en los que no vive agusto cualquier planta.
Hay que tener en cuenta que su hábitat natural son las zonas boscosas y húmedas.
Hacen bonito formando conjuntos con plantas más bajas pero cuidando siempre de
dejar a su alrededor un espacio de tierra libre pues sus raíces son superficiales.
Aunque su aspecto es muy agradable, sus pequeñas flores no son especialmente
fragantes por lo que no interesa colocarlos muy cerca de la casa; es preferible dejar
esos lugares para otras plantas de aroma más agradable.

Usos culinarios
Las grosellas frescas no son demasiado sabrosas pero son muy ricas en vitaminas
(tienen más vitamina C que las naranjas) por lo que una buena forma de tomarlas
frescas es preparando zumos, batidos y macedonias, mezcándolas con otras frutas o
con yogur, leche...

Son ideales también para elaborar jaleas, dulces, mermeladas, tartas y pasteles.
Contienen mucha pectina, que es la sustancia espesante en las mermeladas por lo
que se pueden mezclar con otras frutas que contengan poca.
Además de estos usos, podemos congelarlas en fresco para lo cual, nada más
recolectarlas, las lavamos con agua freesca, las escurrimos y secamos sobre papel de
cocina y las empaquetamos en bolsas o recipientes.

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