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Nombre: J David Cobo Mendoza

Catedra: Teología contemporánea

DIARIO DE LECTURAS: TEOLOGIA CONTEMPORANEA

Capitulo 1: Ser y valor.

 La comprensión del valor presupone una comprensión del hombre y su mundo, sus
estructuras y valores.
 El valor puede mostrarnos lo que es el ser y, el ser puede mostrarnos lo que es el
valor.
 El valor de ser es el acto ético en el cual el hombre afirma su propio ser a pesar de
aquellos elementos de su existencia que están en contra de su auto—afirmación
esencial. Este valor desafía al ser humano a que puede surgir aun de la más profunda
desesperanza.
 El valor es la afirmación de su fin interior, pero es una afirmación que tiene en si el
carácter “a pesar de”.
 Valor (Tomas de Aquino): valor es la fortaleza de mente, capaz de vencer todo
aquello que amenaza la consecuencia del bien supremo
 El valor unido con la sabiduría incluyen la templanza en relación consigo mismo,
como también la justicia en relación con los demás.
 El valor perfecto es, según Aquino un don del Espíritu Divino. El valor escucha a
la razón y pone en práctica la intención de la mente. El autor plantea el valor como
un equivalente en el ámbito religioso a la “fe”. El autor interpreta la fe a través del
análisis del valor (el coraje).

El valor y la sabiduría: los estoicos.

 Entre los emperadores no fueron los tiranos del tipo Nerón los que constituyeron
un serio peligro para el cristianismo sino más bien los justos estoicos como Marco
Aurelio. La razón de ellos es que el estoicismo tiene un valor social y personal que
constituye una verdadera alternativa para el valor cristiano.
 Seneca: ningún valor es tan grande como el nacido en una desesperación absoluta
El valor y la auto-afirmación Espinoza.

 La auto-afirmación es el esfuerzo por el cual todo procura persistir en su propio ser


no es otra cosa que la verdadera esencia del ser en cuestión.
 La virtud es el poder de actuar exclusivamente de acuerdo con la propia naturaleza.
Y el grado de la virtud es el grado en que alguien se esfuerza por y es capaz de
afirmar su propio ser.
 Para Espinoza: el amor al prójimo es una implicación de la afirmación de si mismo.
La generosidad es el acto de salir a los demás en un afecto benevolente, es
inconcebible todo conflicto entre la autoafirmación y el amor.
 Doctrina de la auto-afirmación: a. Amor propio (correcto) b. auto-afirmación divina
(es el poder por el cual cada cosa preserva su ser es el poder de Dios.

El valor y la vida: Nietzsche.

 La vida: es el proceso en el cual el poder de ser se actualiza a sí mismo. La vida es


devenir porque la voluntad de poder es el eje dinámico de la vida. La voluntad de
poder apunta a encarnarse en un tipo de hombre que Nietzsche llama el
“suprahombre” o el superhombre”:

Capitulo II: EL SER, LA NADA Y LA ANGUSTIA

El ser abarca al ser-si-mismo y la nada (el no-ser). El ser tiene la nada dentro de si mismo
como aquello que es eternamente presente y eternamente con quistado en el proceso de la
vida divina. Para una persona vencer la posibilidad de la nada necesita una creatividad viva
que le permita afirmarse a sí mismo creativamente y, de esta manera pueda vencer la nada.

La angustia es el estado en el cual un ser es consciente de su posible no-ser. La angustia es


la posibilidad de la no realización de los sueños más profundos el ser humano, dichos
sueños pueden ser no alcanzados por diferentes circunstancias, pero esa posibilidad
sumerge al hombre en una angustia latente.

La angustia es el sentimiento doloroso de no poder resolver la amenaza de una situación


especial, por lo tanto si una persona solo se queda en la esfera de la angustia no puede
resolver la amenaza. La angustia debe convertirse en temor, porque en esta esfera la
amenaza si puede ser vencida por el valor.

Los tres tipos de angustia que propone el autos son: la angustia del sino y de la muerte, la
angustia de la vaciedad y el absurdo total y la angustia de la culpa y la condenación. Estas
tres formas de angustia son de tipo existencial en el sentido de que pertenece a la existencia
como tal y no a un estado anormal de la mene como en la angustia neurótica.

La auto-afirmación espiritual ocurre en cada momento en que el hombre vive


creativamente en las diferentes esferas de significado. Se trata de vivir espontáneamente,
en acción y reacción, con los contenidos de la propia vida cultural. Ser espiritualmente
creativo significa cambiar aquello en que uno participa, así sea en formas muy pequeñas

Los resultados de aquel que vive creativamente son: primero, se afirma como recipiente y
transformador de la realidad creativamente. Segundo, se ama así mismo como participante
en la vida espiritual y como amante de su contenido y, ama estas dos cosas porque son su
propia plenitud y porque son actualizadas a través de él.

La angustia de la vaciedad nos conduce al abismo de la falta total de significado. La


vaciedad y la perdida de significado son expresiones de la amenaza de la nada a la vida
espiritual. En el esfera cristiana la angustia de la vaciedad puede interpretarse como la
carencia o vacío que produce el no sentir la guía de Dios en los diferentes aspectos de la
vida de una persona.

El tercer tipo de angustia es el de la culpabilidad y la condenación. Este consiste en que el


hombre al experimentar la nada, se convierte en juez de sí mismo, su conciencia moral lo
juzga, esto puede llevarlo a una auto-repudiación, a la sensación de estar condenados: no a
un castigo externo, sino a la desesperación de haber perdido el destino.

Los tres tipos de angustia desembocan en el ser un estado de desesperación que consiste en
que un ser es consciente de sí mismo como incapaz de autoafirmarse a causa del poder de
la nada.
Capitulo III: ANGUSTIA PATOLOGICA, VITALIDAD Y VALOR.

La angustia es la conciencia de conflictos no resueltos entre elementos estructurales de la


personalidad. La angustia sobreviene a una persona cuando el ideal de la mente acerca de
una situación no se refleja en el mundo real, este conflicto crea en la persona una
incertidumbre en su existencia.

La angustia patológica se da bajo condiciones especiales, depende de la relación de la


angustia con la auto-afirmación y el valor. La angustia tiende a convertirse en temor para
que el valor tenga un objeto con el cual luchar. La angustia nos vuelve hacia el valor.

Aquel que no es capaz de una poderosa auto-afirmación a pesar de la angustia de la nada


esta forzado a una auto-afirmación débil, reducida.

Angustia, religión y medicina.

La facultad de medicina necesita una doctrina del hombre para que pueda cumplir su tarea
teórica; y no puede tener una doctrina teórica del hombre sin la cooperación permanente
de todas aquellas facultades cuyo objeto central es el hombre. En la relación que puede
existir entre estas dos disciplinas se puede ver que, si las dos cooperan pueden ayudar a
mitigar a la persona el sentimiento de la nada y la angustia que esta genera.

El principio básico es que la angustia existencial, en sus tres formas principales, no es


ocupación del médico, aunque puede ser plenamente consciente de ello: e inversamente,
la angustia neurótica en todas sus formas no es ocupación del ministro aunque puede ser
planamente consciente de ello. La angustia neurótica es la incapacidad de tomar la angustia
existencial sobre sí mismo.

Los análisis del a angustia patológica en relación con la existencial han descubierto los
siguientes principios:

1. La angustia existencial tiene un carácter ontológico y no puede ser eliminada, sino


que debe ser fundida dentro del valor para ser.
2. La angustia patológica es la consecuencia del fracaso del yo para asumir la angustia
sobre sí mismo
3. La angustia patológica conduce a la auto-afirmación sobre una base limitada, fija e
irrealista, y a una defensa forzosa de esta base.
4. La angustia patológica, en relación con la angustia del sino y de la muerte, produce
una seguridad irrealista; en relación con la angustia del a culpa y la condenación,
una perfección irrealista; en relación con la angustia de la duda y el absurdo, una
certidumbre irrealista.
5. La angustia patológica una vez establecida, es objeto de curación médica. La
angustia existencial es objeto de la ayuda sacerdotal. La meta de ambas disciplinas
es ayudar al hombre a alcanzar su plena auto-afirmación, a conseguir el valor de
ser.

Vitalidad y valor.

Cuanta más fuerza vital tiene un ser, mayor capacidad tiene para afirmarse a pesar de los
peligros por el temor y la angustia. La vida por consiguiente, incluye tanto el temor como
el valor como elementos de un proceso vital en un equilibrio cambiante pero esencialmente
establecido. Mientras la vida tenga semejante equilibrio será capaz de resistir a la nada.

La vitalidad del hombre es tan grande como su intencionalidad (por intencionalidad se


entiende estar dirigido hacia contenidos significativos); ambas cosas son interdependientes.
Esto hace del hombre el más vital de todos los seres. Puede trascender cualquier situación
dada en cualquier dirección, y esta posibilidad le impulsa a crear más allá de sí mismo. La
vitalidad es el poder de crear más allá de si mismo sin perderse a sí mismo.

Capitulo IV: VALOR Y PARTICIPACION

El yo y el mundo están correlacionados, y también lo están la individualización y la


participación. Pues esto es precisamente lo que significa la participación: ser una parte de
algo (tomar parte) de lo que uno esta, al mismo tiempo separado. El yo es parte del mundo
que tiene como su mundo. El mundo no sería lo que es sin este yo individual.

El ser como parte apunta al hecho de que la auto-afirmación necesariamente incluye la


afirmación de uno mismo como participante, y que este lado de nuestra auto-afirmación es
amenazado por la nada tanto por el otro lado, la afirmación del yo como ser individual.
Esto que quiere decir que la persona (el ser) tiene una doble amenaza por una parte la de
perder el yo individual y por otra la amenaza de perder la participación en el mundo. El
lugar donde el hombre hace parte de, es la comunidad. Por ella, y solo por ella es mediada
la participación en el mundo como un todo y en todas sus partes.

El desafío que nos presenta la auto-afirmación de ser como parte es la afirmación de sí


mismo como participante en el desarrollo creador de la humanidad. Cada ser humano tiene
el potencial de adherirse a una causa más grande que él y emprender nuevos retos que
ayudan al progreso y crecimiento de un grupo o sociedad.

Capítulo V: VALOR E INDIVIDUALIZACIÓN

La individualización del ser empieza a vislumbrarse por la época del pietismo y el


metodismo, estos últimos vuelven a subrayar la culpa personal, la experiencia personal y
la perfección individual. La individualización pretende un crecimiento, desarrollo y
experiencias de la persona como ser individual, pero este individualismo no impide el
encuentro con el otro, en un punto donde el yo y el otro pueden encontrar puntos de acuerdo
y crecimiento mutuo. Esto nos presenta un desafío a nosotros el día de hoy, porque nos
invita a trabajar con el otro, a crear puntos de encuentro aun dentro de nuestras diferencias
que nos permitan desarrollar la vida en un mundo más creativo porque vamos a tener una
visión de la vida más amplia.

El valor de ser como uno mismo es el valor de seguir la razón y de desafiar la autoridad
irracional. Es un valor luchador, audaz. Vence la amenaza del absurdo por una acción
valiente. El valor de ser como uno mismo dentro de la esfera de la ilustración es el valor
de afirmarse a sí mismo como un puente de un estado de racionalidad inferior a otro
superior.

El existencialismo es la forma más radical del valor de ser como uno mismo. La actitus
existencial puede ser definida como participante en una situación, especialmente es una
situación cognitiva, con la totalidad de la propia existencia. En todo conocimiento
existencial tanto el sujeto como el objeto son transformados por la misma interacción al
conocer. En conclusión “existencial” es la actitud de participar con la propia existencia en
la existencia de otro. Es la expresión de la angustia, del absurdo total y del intento de fundir
esta angustia en el valor de ser como uno mismo.

Heidegger analiza un fenómeno al cual el le llama “resolución” que apunta a un símbolo


de abrir lo que la angustia, la sujeción a la conformidad han cerrado. Una vez abierto, uno
puede actuar, pero no según normas dadas por nadie o por nada. Nosotros debemos ser
nosotros mismos, nosotros debemos decidir a donde iremos. Este fenómeno invita al ser
humano a una afirmación de sí mismo, por medio del existencialismo, que invita a la
persona a ser todo lo él/ella se propongan. El hombre tiene la responsabilidad y al mismo
tiempo la satisfacción de ser quien quiera ser. Como dice Sartre: El hombre es lo que hace
de sí mismo. Y el valor de ser como uno mismo es el valor de hacer de uno lo que uno
quiere ser.

Capítulo VI: EL VALOR Y LA TRASCENDENCIA.

La auto-afirmación es el acto del yo individual al asumir la angustia del yo individual sobre


sí mismo afirmándose, bien como parte de un todo abarcante, o en su identidad individual.

Dentro del valor de sr como uno mismo, la individualización se expresa en la experiencia


religiosa como un encuentro personal con Dios y, el valor derivado de él es el valor de la
confianza en la realidad personal que se manifiesta en la experiencia del hombre con lo
divino. El valor de Lutero de la confianza es una confianza personal, derivada de un
encuentro con Dios de persona a persona. Ni papas ni concilios podían darle esta confianza.
Los tuvo que rechazar porque bloqueaban a su parecer el valor de la confianza.

El heroísmo en Lutero no radica en el riesgo del martirio sino en le valor de la confianza


que lo hace un hombre heroico.

No son los buenos o piadosos los acreedores de aceptar el valor de la aceptación, sino
de aquellos que carecen de todas estas cualidades y son conscientes de ser inaceptables.
Este valor es como la experiencia de los reformadores la aceptación del pecador inaceptable
en una juzgadora y transformadora comunión con Dios. La religión busca la fuente ultima
del poder que cura aceptando al que no es digno de aceptación, la religión busca a Dios.
La aceptación hecha por Dios es la última y única fuente de un valor de ser que puede
fundir la angustia de la angustia y de la condenación dentro de uno mismo.

El encuentro con Dios significa un encuentro con la seguridad trascendente y la eternidad


trascendente. Aquel que participa en Dios participa en la eternidad. Mas para participar en
el debes ser aceptado por él, y debes haber aceptado su aceptación de ti

La auto-afirmación del ser sin la nada no sería siquiera una auto-afirmación, sino una
auto-identidad inamovible. La nada ayuda al ser a salir del lugar donde se encuentra
atrapado, le fuerza a afirmarse dinámicamente.

La fuente ultima del valor de ser es el “Dios por encima de Dios”. Este es el resultado
de trascender el deísmo. Cuando el Dios del deísmo es trascendido puede fundirse la
angustia de la duda y del absurdo en el valor de ser. El valor de ser está arraigado en el
Dios que parece cuando Dios ha desaparecido en la angustia de la duda.

Glosario de palabras nuevas:


Ontología: Parte de la metafísica que estudia el ser en general y sus propiedades.
Perogrullada: Afirmación que resulta superflua o simple por encerrar una verdad muy
evidente.

Arrostrar:
Hacer cara, resistir, sin dar muestras de cobardía [a las calamidades o peligros.

Monada:
La Monadología es una de las obras que mejor resume la filosofía de Gottfried Leibniz.
Escrita hacia el final de su vida para sustentar una metafísica de las sustancias simples, la
Monadología, trata, por lo tanto, de átomos formales que no son físicos, sino metafísicos.

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