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Diario de Lecturas
Diario de Lecturas
La comprensión del valor presupone una comprensión del hombre y su mundo, sus
estructuras y valores.
El valor puede mostrarnos lo que es el ser y, el ser puede mostrarnos lo que es el
valor.
El valor de ser es el acto ético en el cual el hombre afirma su propio ser a pesar de
aquellos elementos de su existencia que están en contra de su auto—afirmación
esencial. Este valor desafía al ser humano a que puede surgir aun de la más profunda
desesperanza.
El valor es la afirmación de su fin interior, pero es una afirmación que tiene en si el
carácter “a pesar de”.
Valor (Tomas de Aquino): valor es la fortaleza de mente, capaz de vencer todo
aquello que amenaza la consecuencia del bien supremo
El valor unido con la sabiduría incluyen la templanza en relación consigo mismo,
como también la justicia en relación con los demás.
El valor perfecto es, según Aquino un don del Espíritu Divino. El valor escucha a
la razón y pone en práctica la intención de la mente. El autor plantea el valor como
un equivalente en el ámbito religioso a la “fe”. El autor interpreta la fe a través del
análisis del valor (el coraje).
Entre los emperadores no fueron los tiranos del tipo Nerón los que constituyeron
un serio peligro para el cristianismo sino más bien los justos estoicos como Marco
Aurelio. La razón de ellos es que el estoicismo tiene un valor social y personal que
constituye una verdadera alternativa para el valor cristiano.
Seneca: ningún valor es tan grande como el nacido en una desesperación absoluta
El valor y la auto-afirmación Espinoza.
El ser abarca al ser-si-mismo y la nada (el no-ser). El ser tiene la nada dentro de si mismo
como aquello que es eternamente presente y eternamente con quistado en el proceso de la
vida divina. Para una persona vencer la posibilidad de la nada necesita una creatividad viva
que le permita afirmarse a sí mismo creativamente y, de esta manera pueda vencer la nada.
Los tres tipos de angustia que propone el autos son: la angustia del sino y de la muerte, la
angustia de la vaciedad y el absurdo total y la angustia de la culpa y la condenación. Estas
tres formas de angustia son de tipo existencial en el sentido de que pertenece a la existencia
como tal y no a un estado anormal de la mene como en la angustia neurótica.
Los resultados de aquel que vive creativamente son: primero, se afirma como recipiente y
transformador de la realidad creativamente. Segundo, se ama así mismo como participante
en la vida espiritual y como amante de su contenido y, ama estas dos cosas porque son su
propia plenitud y porque son actualizadas a través de él.
Los tres tipos de angustia desembocan en el ser un estado de desesperación que consiste en
que un ser es consciente de sí mismo como incapaz de autoafirmarse a causa del poder de
la nada.
Capitulo III: ANGUSTIA PATOLOGICA, VITALIDAD Y VALOR.
La facultad de medicina necesita una doctrina del hombre para que pueda cumplir su tarea
teórica; y no puede tener una doctrina teórica del hombre sin la cooperación permanente
de todas aquellas facultades cuyo objeto central es el hombre. En la relación que puede
existir entre estas dos disciplinas se puede ver que, si las dos cooperan pueden ayudar a
mitigar a la persona el sentimiento de la nada y la angustia que esta genera.
Los análisis del a angustia patológica en relación con la existencial han descubierto los
siguientes principios:
Vitalidad y valor.
Cuanta más fuerza vital tiene un ser, mayor capacidad tiene para afirmarse a pesar de los
peligros por el temor y la angustia. La vida por consiguiente, incluye tanto el temor como
el valor como elementos de un proceso vital en un equilibrio cambiante pero esencialmente
establecido. Mientras la vida tenga semejante equilibrio será capaz de resistir a la nada.
El valor de ser como uno mismo es el valor de seguir la razón y de desafiar la autoridad
irracional. Es un valor luchador, audaz. Vence la amenaza del absurdo por una acción
valiente. El valor de ser como uno mismo dentro de la esfera de la ilustración es el valor
de afirmarse a sí mismo como un puente de un estado de racionalidad inferior a otro
superior.
El existencialismo es la forma más radical del valor de ser como uno mismo. La actitus
existencial puede ser definida como participante en una situación, especialmente es una
situación cognitiva, con la totalidad de la propia existencia. En todo conocimiento
existencial tanto el sujeto como el objeto son transformados por la misma interacción al
conocer. En conclusión “existencial” es la actitud de participar con la propia existencia en
la existencia de otro. Es la expresión de la angustia, del absurdo total y del intento de fundir
esta angustia en el valor de ser como uno mismo.
No son los buenos o piadosos los acreedores de aceptar el valor de la aceptación, sino
de aquellos que carecen de todas estas cualidades y son conscientes de ser inaceptables.
Este valor es como la experiencia de los reformadores la aceptación del pecador inaceptable
en una juzgadora y transformadora comunión con Dios. La religión busca la fuente ultima
del poder que cura aceptando al que no es digno de aceptación, la religión busca a Dios.
La aceptación hecha por Dios es la última y única fuente de un valor de ser que puede
fundir la angustia de la angustia y de la condenación dentro de uno mismo.
La auto-afirmación del ser sin la nada no sería siquiera una auto-afirmación, sino una
auto-identidad inamovible. La nada ayuda al ser a salir del lugar donde se encuentra
atrapado, le fuerza a afirmarse dinámicamente.
La fuente ultima del valor de ser es el “Dios por encima de Dios”. Este es el resultado
de trascender el deísmo. Cuando el Dios del deísmo es trascendido puede fundirse la
angustia de la duda y del absurdo en el valor de ser. El valor de ser está arraigado en el
Dios que parece cuando Dios ha desaparecido en la angustia de la duda.
Arrostrar:
Hacer cara, resistir, sin dar muestras de cobardía [a las calamidades o peligros.
Monada:
La Monadología es una de las obras que mejor resume la filosofía de Gottfried Leibniz.
Escrita hacia el final de su vida para sustentar una metafísica de las sustancias simples, la
Monadología, trata, por lo tanto, de átomos formales que no son físicos, sino metafísicos.