Esta navidad, por demás abundante en malas noticias para la libertad, la
democracia y la justicia, al menos trajo de regalo una buena noticia. La libertad de un inocente y héroe de la patria. El fallo de la Corte Suprema de Justicia que declara inocente al General Plazas Vega es un acto de mínimo de justicia de la sociedad colombina para con un héroe que dedicó su vida a defender unos ideales y que en mala hora fue escogido como chivo expiatorio por leguleyos vengativos y revanchistas que decidieron dar una lección imborrable al país en el sentido de que los intereses particulares del gremio de tinterillo, lobistas, picapleitos y magistrados está por encima de los intereses de la nación. Al general le estaban cobrando no los presuntos delitos por los cuales se le condenó a treinta años de cárcel, alegando jurisprudencia traída de los cabellos y no contemplada en la legislación, consistente en que un superior jerárquico es responsable penal de los actos de sus subordinados, así no hubiese tenido conocimiento de los mismos ni hubiese tenido la posibilidad de prevenirlos. Semejante doctrina, planteada por un jurista internacional en un texto conceptual, se ha convertido en la herramienta de venganza para condenar a cualquiera que el gremio legista quiera condenar. Es en la práctica casi imposible defenderse de acusaciones por hechos en los cuales el desconocido no ha participado. Es la misma teoría por la cual las FARC y sus áulicos pretenden condenar a casi toda la sociedad civil colombiana (en la práctica a objetivos seleccionados) por haberlos combatido, o por haber manifestado su apoyo a las instituciones que los combatieron, porque al igualar los actos de los FARCIANOS con los actos de los militares, y al legitimar su rebelión, equiparan los actos de unos y otros, El secuestro de civiles y militares por las FARC, se convirtió en detención judicial legitima, y la muerte de integrantes delas FARC en combate, en ejecución extrajudicial. Esa misma doctrina fue la empleada por “este gobierno”, ayudado por el sistema judicial, para deshacerse de rivales políticos que pudiesen disputar elecciones con algún éxito. El estado colombiano es el único estado en el cual la culpabilidad es transitiva y, como en la sentencia bíblica, hace que la culpa caiga sobre nosotros y todos nuestros descendientes. Se convirtió en delito “tener nexos”, así, en forma genérica sin explicar la naturaleza de los nexos y de esta forma se puede satanizar a alguien por conocer o haber tenido algún tipo de relación con otra persona que pudo haber cometido un delito. A mi juicio, la mayoría, aunque seguramente no todos, de los condenados por “parapolítica”, un “delito” que no se sabe bien que es y que no está tipificado en el Código Penal, pero que contiene la suficiente generalidad para vincular a cualquiera con cualquiera, ha sido condenada basados en este principio de responsabilidad subordinada o algo por el estilo. El caso más elocuente es el de Alfredo Ramos, quien languidece en una celda, puede que cómoda, pero celda al fin y al cabo, acusado “parapolítica”, debido a declaraciones de testigos que hablan de oídas sobre una reunión que pudo o no haberse realizado entre el acusado y delincuentes que ya están muertos. ¿Cómo se defiende uno de una acusación penal sobre unos presuntos hechos delictivos, cuando todos los testigos presenciales están muertos, y la acusación se basa en declaraciones de alguien que oyó decir a alguien que ya está convenientemente muerto de que presenció una reunión entre el acusado y un delincuente ya muerto? Nadie podría decir que se habló en dicha reunión, en el supuesto de que realmente hubiese acontecido y por lo tanto nadie puede establecer la naturaleza del delito. El Sr Ramos permanece detenido y convenientemente bloqueado, sin que se vislumbre en el futuro inmediato un llamamiento a juicio. Salí libre el General Plazas, pero faltan muchos inocentes por salir de las cárceles. No parece, pero la justicia colombina es hoy por hoy casi idéntica a la justicia venezolana, que también le tuerce el pescuezo a la ley para mantener en prisión o interdictos a la mayoría de los opositores. El cinismo del Fiscal General alcanza nuevas cumbres, pocos días antes d que se hiciese público el fallo, anunció