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Es importante mantener la calma a fin de poder brindar un apoyo que sostenga a la persona que
esté atravesando la situación de crisis.
Para ello es importante respirar profundo y darse cuenta de los detalles en torno a la situación:
Ideas delirantes
Son aquellas en las que la persona deforma la realidad y puede percibirse amenazada por ella, por
ejemplo, creer que alguien le persigue o le observa constantemente, o incluso ver a personajes
irreales tratando de atacarle.
¿Qué hacer?
Realice preguntas cortas que ayuden a la persona a ubicarse en tiempo, espacio y lugar, para ello
pueden servir preguntas como las siguientes:
¿Cómo estás?
¿Cómo te sientes hoy?
¿Qué te molestó/ enojó/ entristeció?
¿Ya desayunaste/comiste/cenaste?
¿Te bañaste hoy?
¿Cómo te fue en la escuela?
¿Cómo te fue en el baile?
…etc. La idea es traerla al presente a través de sus gustos.
Episodios depresivos
Suelen ocurrir en momentos en que algún evento presente conecta a la persona con algún
acontecimiento pasado no resuelto, por ejemplo, separación familiar, vivencia de algún evento
traumático como puede ser un accidente, haber sufrido violencia física, emocional o sexual, o bien
porque recuerda la pérdida de un ser querido, etc.
¿Qué hacer?
Hacer preguntas cortas que ayuden a la persona a identificar los sentimientos que experimenta.
Si la crisis se ha debido a episodios depresivos, una vez que la persona va saliendo del cuadro
crítico, evite redundar en el tema que llevó a la crisis, de manera que se abran temas que en el
momento puedan llevar a la persona a una mayor inestabilidad emocional.
Anime a la persona, una vez que se haya tranquilizado, a hablar del tema con una persona a la que
le tenga confianza, a fin de que en el futuro pueda sentirse mejor respecto al tema que le ha
llevado a la crisis.
En caso de que la niña/joven que presentó la crisis esté bajo tratamiento psiquiátrico, revisar en la
prescripción clínica si es oportuno suministrar algún medicamento en caso de crisis.
¿Eso que sientes lo reconoces como un sentimiento propio o se parece más a las emociones y
sentimientos presentes en la persona que vivió la crisis?
¡Suelta! Para ello puede servir sacudirse como sugiere el siguiente ejercicio:
¡Retoma tu ritmo!
Berrinche, falta de control de impulsos, escasa tolerancia a la frustración
Ante una situación que se sale de lo esperado, algunas niñas reaccionan con poca tolerancia a la
frustración lo que puede derivar en un cuadro de berrinche en el que haya llanto, gritos, pataleos
o manoteos, también es frecuente que a fin de obtener algo que compense su frustración,
mientan o traten de manipular culpando a otras personas, por ejemplo: “me golpeaste”, “tú me
dijiste que mi mamá…”, etc.
Respira…
Dar instrucciones claras acerca de lo que tiene que hacer, por ejemplo, ir a su piso, limpiar
mesas, devolver algo que haya tomado.
Explicar el motivo por el que tiene que hacer tal acción
Mantente firme y cálida, sin redundar en explicaciones
Acompaña a la niña a realizar lo que le estás pidiendo
Si no cesa el llanto y el pataleo, llévala a un espacio seguro de contención en el que pueda gritar y
llorar todo lo que quiera durante 5 minutos contados, si pasados esos cinco minutos no ha cesado
el llanto, dale cinco minutos más y al término de éstos permítele nuevamente expresarte su queja,
ayudándole a identificar el motivo y lo que ella puede hacer ante eso que la tiene enojada, por
ejemplo, dibujar, pegar con un cojín, correr en el patio o simplemente permanecer a solas.
Generalmente después de haber dado salida a sus emociones, las personas se muestran más
receptivas para escuchar opciones e identificar alternativas de solución, así mismo, al reducir la
carga emocional se tiene mayor claridad para mirar la situación desde otra perspectiva.