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Alejandro Ernesto Bunge: ideas,

proyectos y programas para la


Argentina post-liberal (1913-1943)
HERNÁN GONZÁLEZ BOLLO

Este artículo establece algunas vías para treinta; por último, las reflexiones sobre los
el estudio del pensamiento de Alejandro problemas económicos y sociales pendien-
Ernesto Bunge a partir de un catálogo tes en la Argentina han sido asociadas a
bibliográfico, que organiza treinta años de cierta capacidad anticipatoria -ligada al
su obra escrita (1913-43), y de una biblio- ascenso del peronismo- que les quita con-
grafía seleccionada, que trata sobre el clima temporaneidad a las diferentes etapas de la
intelectual y político y la historia de las polí- agenda o programa del estadístico.
ticas económicas de la entreguerra. Buena La palabra escrita de Alejandro Bunge
parte de la bibliografía de Bunge o bien es permite reconstruir los perfiles de una tra-
fuente habitual para reunir datos cuantitati- yectoria de vida signada por logros y fraca-
vos, o bien es utilizada por la historiografía sos, relaciones y polémicas, ideas, proyec-
argentina para recoger reflexiones que tos y programas para un país que concluía
reflejen el espíritu de la época. Me interesa una exitosa integración política, económi-
aquí restituir esos datos y reflexiones al ca y social, en medio de una de las crisis
cuerpo que les dio vida para explorar las (1913-17) más profundas que tuvo en su
trazas de un intelectual que, a través de historia. Por una parte, es posible distin-
libros, folletos, artículos y prólogos, se diri- guir entre sus reflexiones sobre la socie-
ge a una diversidad de auditorios, lectores y dad y la economía argentina un proyecto
críticos. La pregunta inicial es cómo inte- de tinte nacionalista, conservador y per-
grar la diversidad de campos de actividad feccionista moral, que trataba de reencau-
de Bunge sin caer en la tentación de acu- zar la sociedad aluvial, tal como definió a
mular acciones y prácticas sin jerarquías y la Argentina moderna José Luis Romero.
terminar por convertir tres décadas de vida Siguiendo esta hipótesis, Bunge fue reacti-
en un artefacto biográfico, sin rupturas, y vo ante la crisis de paradigmas intelectua-
de una sospechosa homogeneidad en sus les por la que avanzaba la primera posgue-
temas de análisis de principio a fin. De allí rra y, ante la incertidumbre económica, se
surgen tres cuestiones: si tomamos en cuen- presentó como parte de un colectivo
ta los comentarios y las reseñas de sus coetá- mayor de hombres e ideas que buscaron
neos, la hipótesis de Bunge como un pensa- un ordenamiento corporativista que per-
dor solitario pierde validez; una lectura mitiera a los países nuevos achicar la bre-
detenida de los argumentos de Una nueva cha de atraso tecnológico y dar un salto
Argentina (1940) permite concluir que esta en la composición de la estructura pro-
obra resume en mayor medida las preocu- ductiva. Su proyecto, sin embargo, no
paciones del demógrafo en la década del estuvo exento de elementos modernos y

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vanguardistas. Como prueba de ello se 1. El funcionario estadístico: 1913-21
destacan la necesidad de incorporar un
amplio repertorio de datos empíricos para Alejandro Bunge fue jefe de la División
transformar la realidad nacional, la acep- Estadística, del Departamento Nacional del
tación de la industrialización manufactu- Trabajo (DE, DNT), entre 1913 y 1916, y
rera como base de la modernización de la luego ascendió a jefe de la Dirección Gene-
economía y de las pautas de conducta de ral de Estadísticas de la Nación (DGEN),
las clases sociales, y la modernización del entre 1916 y 1921. Entre los 33 y los 41 años
Estado. tuvo la etapa más creativa de su vida, en la
La tensión entre conservadurismo y que construyó una rutilante carrera en la
modernismo en las ideas de Alejandro alta administración pública, aportando al
Bunge no es más que un rasgo distintivo conocimiento económico, social y demográ-
de la heterodoxia en la que vivieron las fico del país. A partir de la creación y per-
mentes pensantes de uno de los períodos feccionamiento de objetos de análisis,
más oscuros y convulsionados del siglo amplió sus relaciones académicas, naciona-
XX. Tal como plantea Charles S. Maier, les e internacionales. Al mismo tiempo,
fue una era de búsqueda de estabilidad a llevó el ‘estigma’ de ser un militante del
toda costa, y cuando se alcanzó, fue a par- catolicismo social y fue por ello aislado y
tir de salidas en falso, que daban inicio a acusado de perder objetividad en sus tareas
nuevos desafíos y presiones sectoriales 1. oficiales.
Bunge consideró la realidad argentina Los funcionarios estadísticos tuvieron
para incorporarse a un diálogo mayor alto predicamento en los modernos Estados
sobre el atraso y la modernización econó- liberales de fines del siglo XIX y principios
mica y social de las naciones, en el que del siglo XX. Ante los efectos dislocadores
participaron, entre otros, los estadísticos de la Primera Guerra Mundial (1914-18)
Corrado Gini, Wesley Mitchell y Ragnar sobre las políticas públicas, las estadísticas
Frisch, los economistas John Maynard Key- desarrollaron nuevas herramientas cuantita-
nes, Thorstein Veblen, Irving Fisher y tivas que les dieron más poder para elabo-
Ernst Wagemann, los funcionarios guber- rar diagnósticos sobre el presente y el futu-
namentales Herbert Hoover, Mihaïl ro del papel del Estado en las sociedades de
Manoïlesco y Walter Rathenau, y los médi- su tiempo. Alejandro Bunge representa,
cos Alexis Carrel y Raymond Pearl. La dentro del Estado argentino, a una parte de
obra de Bunge tuvo sus hitos y sugiero la alta burocracia estatal que sostenía que el
aquí tres etapas. La primera (1913-21) ciclo agroexportador pampeano extensivo,
gira alrededor de la figura del joven y cre- dominado por la gran propiedad agraria,
ativo funcionario, que ascendió dentro de con inmigración europea golondrina de
la red de oficinas descentralizadas de las baja calificación laboral e inversión pública
estadísticas públicas, y del demógrafo con volcada en la infraestructura agraria, había
una marcada tentación correctiva de las quedado irremediablemente agotado.
conductas ‘desviadas’. En la segunda etapa Bunge impulsó la reorientación de la red
(1921-32) se alternan las figuras del eco- informacional del Estado argentino en
nomista-consultor de diferentes intereses favor del mundo urbano industrial y de las
corporativos, del tecnócrata que ensaya economías regionales, pues allí se encontra-
una gestión estatal sobre la economía para ban los recursos humanos y las materias pri-
transformar la sociedad y del divulgador mas para una nueva economía cuya base
económico en los medios de prensa. Las era el mercado interno. En su propuesta
tres figuras juntas llevarán a la consagra- eran contabilizados los productores antes
ción del académico. La tercera y última que consumidores, en un plan alternativo a
etapa (1932-43) es la del declive del inte- un comercio exterior cerrado por la Gran
lectual conservador y del demógrafo pesi- Guerra. Muchas de sus ideas eran tributa-
mista sobre el futuro del país. rias o perfeccionaban las propuestas de la

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generación precedente de los estadísticos recursos fiscales del presupuesto nacional y
argentinos. Ellos fueron, Francisco Latzina, la política de equilibrio que debían tener
jefe de la DGEN (1880-1916), Alberto B. las finanzas públicas. Martínez había defen-
Martínez, jefe de la estadística de la ciudad dido el sistema fiscal surgido en 1891, en el
de Buenos Aires (1887-1925) y subsecreta- que convivían impuestos indirectos y direc-
rio de Finanzas del Ministerio de Hacienda tos, y abría las puertas a “retoques” en la
(1892-97, 1898-1901 y 1910-12), y Juan A. legislación fiscal5. A tono con esa flexibili-
Alsina, jefe del Departamento General de dad en materia tributaria, Alejandro Bunge
Inmigración (DGI) (1890-1910). Abrevó propuso en 1917 introducir el impuesto a la
también en las ideas de estadísticos de renta, pero no para suplir otros gravámenes
renombre internacional, tales como el bri- sino para completar recursos de una estruc-
tánico Arthur Bowley (1869-1957), encarga- tura de gastos gubernamentales inelástica:
do de los detalles del Minority Report of the “Con esto llego a la conclusión de que no
Poor Law Commission británica (1909), y el tiene fundamento la política de las econo-
norteamericano Wesley Mitchell (1874- mías a toda costa, que no es otra cosa que la
1948), responsable de la Sección Estadística disminución de la capacidad y eficiencia
de Precios del Comité de Industrias de Gue- administrativa; de que esta política es atenta-
rra en los Estados Unidos (1917). toria a los intereses de la Nación (con las
Como jefe de la DGEN, Alejandro Bunge muchas y urgentes nuevas necesidades que
defendió un Estado con una fuerte presen- llenar) que necesita en estos años la mayor
cia en la sociedad, con solidez financiera y libertad de movimiento y de acción.”6
capacidad de recolección de un repertorio Desde su cargo de jefe del DGI, Juan A.
de datos económicos y sociales para interve- Alsina fue un entusiasta promotor de leyes
nir. No era ajeno a las expectativas de Mit- protectoras de las manufacturas que, junto
chell cuando fundó la National Bureau of a la radicación de inmigrantes en esas
Economic Research (1920), que abrigaba la zonas, impulsarían las economías regiona-
esperanza de un futuro inmediato donde les, lo que a su vez disminuiría las importa-
las estadísticas económicas y sociales brinda- ciones de productos7. Sobre esa argumenta-
rían las herramientas necesarias para aco- ción, Alejandro Bunge elaboró un estudio
meter la enorme tarea que emergía de la acerca de las diferentes ramas fabriles en
primera posguerra: desarrollar un método Las industrias argentinas durante la guerra
con el que se pudiera acumular progreso (1919) y concluyó sus observaciones con un
en la organización social2. Bunge demandó cauteloso optimismo. En el quinquenio
duplicar el presupuesto nacional de la 1914-18 observó que la industria obtuvo un
DGEN para superar la capacidad de gestión 15% de los capitales invertidos pero absor-
pública dentro de una administración infe- bió un modesto 10% de la mano de obra
rior “a la que corresponde a un estado de industrial, en un contexto de alta desocupa-
tres o cuatro millones de habitantes”3. Con ción. La ventaja comparativa de algunas
una actividad económica nacional asfixiada actividades manufactureras nativas era que
por la fuga de capitales (1913) y, más tarde, los costos de los países industriales habían
por la depresión de los precios ganaderos subido, aunque intuía que la respuesta
(1920), la intervención pública en ella internacional era la devaluación competiti-
debía ser excepcional, a tono con las cir- va de sus monedas. La Argentina poseía una
cunstancias puntuales4. Latzina había calcu- circulación monetaria con una cobertura
lado numerosas veces la renta nacional y en oro mayor a la de los países centrales y
Bunge perfeccionó esa estimación en Rique- eso atraería mano de obra calificada y de
za y renta en la Argentina (1917), al incorpo- dirección europea a una infraestructura
rar un cómputo «funcional», en el que pri- fabril en plena expansión. La inflación de
maban los ingresos y los consumos de las precios internos no debía ser un problema,
clases obrera, media y alta. De Alberto B. pues “nuestro bienestar y nuestro progreso
Martínez tomó su preocupación por los serán las consecuencias... de la prosperidad

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de nuestras industrias y de nuestra produc- lidad de bienes y servicios nacionales. Al
ción, las cuales no pueden prosperar sino igual que William Beveridge (1873-1963), el
con determinados precios... el bienestar ‘abuelo’ del Estado benefactor inglés, en su
nacional depende de nuestra mayor «capa- Unemployment. A problem of Industry (1909),
cidad productiva» y de nuestra mayor sostenía que la desocupación provenía de la
«capacidad distributiva», es decir de trans- organización misma de la industria y del
porte terrestre, fluvial y marítimo”8. mercado laboral. En la Argentina jugaba un
La comisión del Tercer Censo Nacional papel nada despreciable el sector agrario,
(1914) se negó a establecer una pregunta con la expulsión de mano de obra estacio-
sobre quiénes estaban entonces desocupa- nal que deprimía los salarios manufacture-
dos y la División Estadística y Economía ros. A la par de la propuesta de Beveridge,
Rural (DEyER), del Ministerio de Agricultu- Bowley proponía una política sistemática de
ra, no computaba el número de personas obras e inversiones públicas en consonancia
ocupadas en las áreas cultivadas que ellos con el paro cíclico. Aquellas se iniciarían
registraban en sus pronósticos de las campa- antes de que el aumento del número de
ñas agrícolas. Alejandro Bunge desmanteló parados alcanzara el 4% del total de los
y reorganizó la categoría socio-laboral ocupados. Esta «demanda artificial» de tra-
«obrero», rompiendo con los prejuicios de bajo público habría de cubrir un «ajuste en
sus pares, tal como lo hacían los técnicos el tiempo» de la demanda ordinaria y sería
gubernamentales de los países industriales9. necesaria la organización del mercado de
El debut de la estadística socio-laboral del trabajo para el paro estacional 11 . En la
DE, DNT tuvo como contexto una conflicti- Argentina estas intenciones implicaban un
vidad social que se trasladó del centro de la choque de jurisdicciones dentro de las esta-
producción agraria pampeana, con el Grito dísticas públicas, con la DEyER, en lo que se
de Alcorta (1912), al parque industrial de la refiere a discutir cuál era el ‘verdadero’
ciudad de Buenos Aires, con la Semana Trá- mercado laboral, y con el DGI, dada la pro-
gica (1919). El énfasis de su análisis econó- puesta de Bunge de reorientar el uso del
mico y social fueron las familias obreras, por boleto de ferrocarril, no ya para internar
las que tenía una piadosa consideración: inmigrantes transatlánticos sino para facili-
“Estudiaba las planillas, las comparaba tar la circulación regional de la mano de
con las estadísticas de otros países y no obra temporalmente desocupada. Si bien
podía contener mi imaginación que volaba falló, el proyecto de la DE-DNT revela la
a los conventillos durante la noche para ver presencia más activa del Ministerio del Inte-
el hacinamiento... ¿Cómo se acomodarían rior en una definición más amplia de la
ocho o nueve personas? ¿Cómo dormirían? conflictividad laboral, frente a la visión sos-
Parecióme respirar la atmósfera viciada, oír tenida por las agencias dependientes del
el llanto de los niños y las quejas de algún Ministerio de Agricultura. El análisis de la
enfermo... Ignoraba la magnitud de esa desocupación urbana abrió el debate sobre
dolorosa llaga de nuestra capital. Los núme- las condiciones de vida de la familia obrera
ros me la revelaron en toda su extensión, ya y dio como resultado la creación del primer
tarde, después de varias horas de estudio, cálculo del costo de la vida (1918), una fór-
llegué a la convicción y a la comprensión mula ponderada de los consumos en ali-
del hecho, el dolor era grande... ¡Cuántas mentos, vestimenta, menaje y vivienda de
desdichas!... ¿Cómo se podría leer, estudiar, una unidad doméstica porteña.
meditar en las horas de reposo, en aquel Tal como lo habían hecho los cálculos de
hacinamiento? ¡Cuánto sufriría la vida de la renta de Latzina y las investigaciones
familia! ¡Cómo se reducirían las satisfaccio- sobre la moneda y las finanzas públicas de
nes del hogar!”10 Martínez, Alejandro Bunge construía desde
Bunge integró a los trabajadores parados su análisis del mercado laboral y de la
del ciclo económico recesivo al convertirlos estructura del consumo popular urbano
en una variable de la producción de la tota- una visión global de la economía argentina.

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Ella incluía bienes, servicios públicos y pri- creación en 1913. A esto sumó el dictado de
vados, ingresos según grupos sociales seg- un curso libre de Economía Política15. Tam-
mentados y capitales de las empresas, ele- bién, inició otro de estadística y geografía
mentos que le permitieron construir una económica en la Facultad de Derecho, de la
rudimentaria perspectiva macroeconómica, Universidad de La Plata (1918), un curso de
que la condensó en Riqueza y renta en la postgrado dictado en la Universidad de
Argentina (1917), pero también en el infor- Tucumán (1919) y las conferencias que ofre-
me de la DGEN, El intercambio económico de la ció en el Museo Social Argentino (1917).
República Argentina en 1916 (1917). Gastón Federico Tobal, profesor suplente de
La preocupación del economista por el Geografía Humana, de la Facultad de Cien-
mundo obrero se contrapone con el severo cias Económicas, en sus Lecciones de Geografía
juicio del demógrafo sobre el componente Argentina (1921), citaba ampliamente los
socio-profesional de la inmigración europea libros de Bunge como obras de consulta “en
y las conductas sociales de las familias del las que me he inspirado, ya que en estas
interior. En su demografía Bunge se conver- obras no puede aspirarse a otra originalidad
tía en un partidario del perfeccionismo que la del método, que es la que reclamo”16.
moral que, siguiendo a Carlos Nino12, pode- En esos circuitos, en los que se hacía necesa-
mos definir como una concepción que sos- rio debatir “el estudio de los hechos y pro-
tiene que lo que es bueno para un indivi- blemas de nuestra economía... y recoger en
duo es independiente de sus propios deseos los países extranjeros los resultados de la
y que el Estado de manera paternalista experiencia económica razonada”, Alejan-
puede, a través de distintos medios, dar pre- dro Bunge estableció un marco de coinci-
ferencia a aquellos intereses y planes de dencias con sus colegas Juan José Díaz
vida que son objetivamente mejores. Así, los Arana, Luis Roque Gondra y Enrique Ruíz
inmigrantes deberían ser radicados en el Guiñazú para editar juntos la Revista de Eco-
interior, según la capacidad receptiva de nomía Argentina, a partir de julio de 191817.
cada región, seleccionando a los “obreros Ruíz Guiñazú, presidente del Museo Social
calificados, es decir, con una profesión bien Argentino (1918-19), le pidió compilar e
entendida, y no los torpes «jornaleros» que interpretar las cuarenta y cinco respuestas
nada saben ni nada entienden destinados del cuestionario sobre el futuro de la inmi-
solamente a ayudar a los demás” 13 . Del gración argentina, repartido -a instancias del
mismo modo, la alta tasa de nacimientos ile- Consejo Superior- entre miembros de la élite
gítimos y la baja nupcialidad en las provin- dirigente argentina18. Bunge alcanzó renom-
cias de Corrientes, Jujuy, Salta y Santiago bre internacional cuando presentó sus índi-
del Estero, deberían poner a “los hombres ces numéricos, que había aplicado en el cál-
de Estado, los directores de la docencia culo del costo de la vida, en un estudio
nacional y provincial, y el episcopado argen- sobre las oscilaciones del valor de las mone-
tino... [en] la necesidad de ocuparse seria- das, entre los economistas reunidos en la
mente en arbitrar las soluciones que pon- Segunda Conferencia Panamericana
gan a término, en el menor número de (1920)19. Irving Fisher (1867-1947) y George
años posible, a hechos que significan una Knibbs (1858-1929) se identificaron con su
anomalía”14. propuesta de estabilización de las monedas
Fuera de las estadísticas públicas, Alejan- y, de esta manera, facilitaron su ingreso a la
dro Bunge transfirió sus modelos estadísti- comunidad académica anglosajona.
cos e ideas al campo académico y a la prensa El diario La Nación reprodujo un infor-
diaria, donde conformó sus primeros audi- me del director de la DGEN, con un copete
torios. Fue profesor suplente de la cátedra de presentación que rezaba, “se trata, como
de Estadística de la Facultad de Ciencias se verá, de un estudio por todos conceptos
Económicas de la Universidad de Buenos interesante, y que contiene abundantes ele-
Aires, bajo la titularidad del matemático ita- mentos de juicio para apreciar la situación
liano Hugo Broggi (1880-1965), desde su comercial del país” 20. La Razón comentó

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favorablemente la introducción de la nueva dística del Ministerio de Hacienda realiza-
metodología estadística ya que permite dis- ban trabajos para la Revista de Economía
tinguir el valor nominal y el valor real del Argentina, al afirmar que “sé también que
intercambio comercial21. La Prensa hizo eco los empleados de la repartición hacen tra-
del pedido de aumento de la partida presu- bajos de investigación que se entregan
puestaria para la DGEN y denunciaba la luego por la dirección de la oficina como
falta de coordinación entre las diversas ofi- colaboraciones propias a numerosos diarios
cinas nacionales y provinciales abocadas a de la capital”27. El diputado Juan Luis Ferra-
esa tarea22. The Buenos Aires Herald elogió Los rotti hizo la defensa del jefe de la agencia
problemas económicos del presente (1920) y estadística más importante, sosteniendo que
sobre el autor concluyó que no era “necesa- ser director “de una revista importante no
rio tener presente una gran profundidad de constituye un cargo sino un elogio... ade-
visión para comprender que el señor Bunge más... ¿acaso no hay diputados que además
es, en el fondo, un reformador”23. de legislar se dedican a publicar libros, diri-
La faceta reformista de Alejandro Bunge gir empresas y otras actividades?”28.
provocó a los socialistas, pues vieron sólo
un militante católico dentro del Estado que
competía con su programa legislativo y lo 2. El economista y el tecnócrata: 1921-32
persiguieron sin piedad. Al igual que
Bunge, los socialistas habían defendido sin Alejandro Bunge renunció a la jefatura
éxito la idea de incluir una pregunta sobre de la DGEN en noviembre de 1921, criti-
la condición de ocupado o desocupado de cando la asignación de empleados públicos
la población económicamente activa en el impuesta por el personalismo yrigoyenista29.
cuestionario demográfico del Tercer Censo Viajó por los países europeos y los Estados
Nacional. Incluso, el reclamo socialista utili- Unidos, hasta que fue convocado nueva-
zaba el término «capital humano», con cla- mente al cargo de jefe de la estadística
ras reminiscencias de los argumentos de los nacional por el presidente electo Marcelo
estadísticos y economistas liberales británi- T. de Alvear, en febrero de 1923. Entonces
cos, para valorizar el sector industrial frente diseñó el primer plan económico argentino
al entusiasmo de contabilizar sólo la riqueza junto al ministro de Hacienda Rafael Herre-
agrícola y ganadera por parte de la comi- ra Vegas (1922-23), fracasó en su implemen-
sión censal24. Al editar el Anuario Estadístico tación y renunció (1925), no sin antes pole-
del Trabajo, año 1913 (1915), los socialistas mizar con el nuevo ministro de Hacienda,
juzgaron que el dirigente de los Círculos de Víctor M. Molinas. La vuelta de Yrigoyen al
Obreros Católicos no podía tener objetivi- poder (1928), y la profundización de la
dad en la elaboración de las estadísticas relación comercial con Gran Bretaña, con
socio-laborales oficiales, en otras palabras, el arribo de la Misión D’Abernon (1929),
las “estadísticas católicas” del DNT eran un no hizo más que empujarlo a alinearse con
artefacto científico25. los golpistas de septiembre de 1930, con
Otra circunstancia a tono con esta lucha quienes colaboró en la intervención de la
entre católicos y socialistas fue lo ocurrido provincia de Santa Fe (1930-32). Entre los
en el Congreso Americano de Ciencias 41 y los 52 años, Bunge vivió un período
Sociales (1916), realizado en Tucumán. vertiginoso en el que se consolidó como un
Ante la presencia de Alejandro Bunge en la autor especializado en temas económicos y
sección “Trabajo, previsión y asistencia financieros y, en menor medida, en cuestio-
social”, José Ingenieros renunció a la secre- nes demográficas. Con el capital acumulado
taría y la dejó vacante26. El diputado Anto- como economista gubernamental y consul-
nio Repetto criticó la mayor asignación pre- tor privado construyó una carrera propia de
supuestaria a la DGEN para el año 1920. Su un tecnócrata de los «años locos».
dedo acusador se posó en la jefatura y La gravitación del capitalismo industrial
denunció que empleados de la agencia esta- en la formación de la renta nacional y del

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empleo urbano hizo emerger en Occidente Vuelto a la DGEN, el economista guber-
nuevos ordenamientos institucionales y namental se dedicó en apenas dos años y
nuevas formas de distribución del poder medio a reorganizar la agenda estadística
que configuraron una nueva economía del Ministerio de Hacienda. Bajo su segun-
política: el corporativismo 30. El poder se da jefatura se introdujeron los sistemas
desplazó desde los representantes elegidos mecánicos de compilación y tabulación de
a las principales fuerzas organizadas de la fichas perforadas, las punch-card machines,
sociedad y la economía: la soberanía parla- con las que acortaban la tarea y elaboraban
mentaria sería un reflejo del nuevo poder las cifras más rápido, reduciendo los errores
emergente y la burocracia de carrera, un de manipuleo de datos y extendiendo “con-
mediador. La «nueva economía» no distin- siderablemente las posibilidades del análisis
guía entre sectores privados y públicos, sino estadístico de las cifras”32. Amplió el reper-
que asumía su interpenetración, producto torio de interpretación oficial de estadísti-
de las necesidades de la guerra, las crisis cas con la edición, en 1923, de los Informes,
económicas y la escala de producción de un análisis de largas series de datos anuales
bienes y servicios, para mostrar una red de sobre la administración, el presupuesto y las
grupos de interés y la obsolescencia de la finanzas públicas, el costo de la vida, el
economía de mercado y de los precios. Se comercio exterior, la demografía y el siste-
aspiraba a crear un sistema productivo más ma bancario. Abrió a concurso público el
o menos planificado y armonioso, fundado ingreso a los cargos jerárquicos, como el de
en imperativos tecnológicos y morales. El vicedirector de la DGEN, que fue ganado
nuevo corporativismo no quería una vuelta por Raúl Presbisch (1925). Formó parte de
al medioevo, error por el que se lo confun- la organización de la Primera Conferencia
de con parte de la vieja derecha, sino cen- Nacional de Estadística (1925), realizada en
tralizar las transacciones entre las clases Córdoba, que se dedicó a uniformar en
industriales. Surgió una visión tecnocrática todo el país los procedimientos y métodos
desde los ingenieros y los hombres de nego- empleados por las estadísticas nacionales,
cios progresistas, fundada en las promesas provinciales y municipales, coordinar la
contenidas en la tecnología y en la organi- tareas para evitar duplicaciones y sentar las
zación, con referencias tales como ‘una bases para la organización de nuevas ramas
ordenada sociedad opulenta’, de Herbert de la estadística oficial33. Por último, Bunge
Hoover, o el ‘orden industrial postcompeti- organizó la Oficina de Investigaciones Eco-
tivo’ de Walther Rathenau. Críticos de los nómicas, del Banco de la Nación (1924-26),
ciclos de auge y depresión de la economía incorporando el seguimiento diario de la
del laissez faire, de sus excedentes de pro- tasa de descuento y la de pago de cheques34.
ducción y estrangulamientos sectoriales, los Este programa debe ser visto como un acon-
tecnócratas buscaban eliminar la competen- tecimiento menos clamoroso que los
cia en pos de una asociación horizontal hechos políticos salientes de la próspera
entre industria y trabajo, y una nueva efica- década del veinte, pero no menos decisivo,
cia de creciente productividad para una pues anticipó buena parte de los recursos
sociedad de la abundancia. El manifiesto cuantitativos necesarios para poner en mar-
que reflejó este pensamiento rupturista con cha el futuro Estado regulador, y lo hizo
las condiciones de la preguerra fue el ensa- dentro de la legalidad democrática y lejos
yo de John Maynard Keynes, The End of Lais- de la Gran Depresión.
sez-faire (1926), que sostenía que la búsque- Si tomamos distancia del tono conspirati-
da del interés privado podía ser guiada vo y denunciante, la argumentación del
expandiendo la agenda de un Estado con la diputado Repetto sobre una conducta pre-
producción de datos a gran escala, fortale- bendaria por parte de Alejandro Bunge con
ciendo cuerpos públicos semiautónomos los bienes simbólicos del área de su respon-
con la función esencial de coordinar, regu- sabilidad ilumina un aspecto que pone de
lar y estabilizar la actividad económica31. relieve una de las conductas distintivas de

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los estadísticos de la entreguerra. Las esta- sociedad de consumo norteamericana, la
dísticas oficiales eran un bien de uso para productividad del obrero argentino y el
consumo de la opinión pública que, perfec- papel de las inversiones extranjeras, por
tamente condicionadas, podían convertirse citar algunas de las cuestiones que abordó.
en un bien de cambio. Es decir, la informa- El economista gubernamental, el consul-
ción oficial se transformaba en una mercan- tor y el divulgador allanaron el camino para
cía disponible para ser vendida a entidades que Alejandro Bunge inaugurara un sitial
empresariales, corporaciones y diferentes en la Academia Nacional de Ciencias Econó-
grupos de interés35. El estadístico guberna- micas, en 1927. Introdujo la discusión pre-
mental se convirtió en un economista-con- sente entre los profesores de la Facultad de
sultor, tal como Paul Lazarsfeld, quien a Ciencias Económicas de la Universidad de
partir de ciertas condiciones favorables creó Buenos Aires sobre la viabilidad de una insti-
un instituto de investigación social aplicada, tución regulatoria central del sistema mone-
financiado por contratos y desconectado de tario argentino 40. Entre junio de 1931 y
un proyecto político, capaz de indagar en la junio de 1933, fue presidente de la Acade-
elección de un jabón de tocador o de un mia y desde esa importante posición hizo un
candidato presidencial en los Estados Uni- análisis favorable de la situación del país, en
dos36. Del mismo modo, Ernst Wagemann, relación a los efectos de la Gran Depresión,
jefe de la estadística alemana en Weimar, en La independencia económica argentina.
superaba esa doble condición del estadísti- Actual situación económica y financiera (1932).
co del siglo XIX, un savoir-faire de naturale- Más allá de las difíciles condiciones eco-
za semi-científica y semi-burocrática 37, al nómicas presentes, esta visión muestra la
convertirse en un «empresario científico» faceta más pura de la política de fines del
que lograba triplicar el presupuesto asigna- tecnócrata. En Costo de vida, salarios y rendi-
do, mantenía una corte de empleados fieles miento, República Argentina (1928) quedó
y consideró la producción de la oficina esta- expresado el proyecto neomercantilista de
dística y del Institut für Konjunkturfors- Bunge, a tono con las tendencias tecnocrá-
chung a su cargo como sustituto del segun- ticas de la década de 1920. Su preocupación
do volumen incompleto de su Allgemeine era atraer al mismo tiempo trabajadores
Geldlehre (1923)38. Los informes elaborados especializados y técnicos europeos e inver-
por Bunge para el Banco de la Nación siones extranjeras con destino a concentra-
(1927), la Sociedad Vitivinícola de Mendo- ciones industriales. Deseaba un mercado
za (1929) o la Social Science Research interno fuertemente protegido por arance-
Council (1931), para citar algunos ejem- les así como también deseaba integrarlo
plos, prueban que estableció una novedosa mediante la construcción de una red de
relación entre el conocimiento factual y la comunicaciones por carreteras y aeropuer-
demanda de usuarios públicos y privados39. tos. Le interesaba lograr el aumento del
Alejandro Bunge ofreció una tercera face- estándar de vida popular mediante incenti-
ta, la del divulgador de los problemas econó- vos por productividad y con el entrena-
micos de la Argentina, con datos y en tono miento laboral continuo de los trabajado-
ensayístico. Las industrias del Norte (1922) y res, cuya contrapartida desde el Estado
los cuatro volúmenes de La economía argenti- sería la protección social mediante leyes.
na (1928-30), fueron obras en las que compi- Alejandro Bunge dos veces quiso poner
ló los principales artículos publicados en en práctica sus ideas y proyectos en progra-
periódicos porteños. Analizó la posibilidad mas de política económica, con el Plan
de bloques económicos en América Latina, Herrera Vegas (1922-24) y en la Interven-
el desequilibrio existente entre las regiones ción de la Provincia de Santa Fe (1930-32).
argentinas, las posibilidades de ampliar el El plan Herrera Vegas ha sido visto como
mercado interno, la importancia de la inver- un proyecto fiscalista y como un estímulo a
sión en carreteras ante la gran cantidad de las actividades manufactureras. Si observa-
automóviles por habitantes, el modelo de mos, por un lado, los objetivos y, por otro,

68 Año XXII • Nº 61 • Diciembre 2004


los instrumentos, podremos establecer una la raza blanca’ y una vuelta al perfeccionis-
proyección más amplia del plan. Objetivos mo moral del período 1913-21. Si recuperó
declarados: énfasis en el empleo urbano, presencia pública tras el anuncio de las
ampliación de la población imponible a la medidas del Plan de Reactivación Económi-
clase media alta y centralización impositiva ca (1940), del ministro de Hacienda Federi-
en el Ministerio de Hacienda, equilibrio en co Pinedo, fue durante la presidencia de
las entradas y los gastos de las finanzas Ramón Castillo (1940-43) cuando formó
públicas, consolidación de la deuda pública parte del grupo de conservadores que inter-
y retiro del mercado internacional de capi- vinieron el Consejo Nacional de Educación.
tales de corto plazo. Instrumentos: impues- Bunge se hizo cargo del levantamiento del
tos aduaneros altos, incorporación de un Cuarto Censo Escolar (1943) que, ante la
impuesto a las rentas personales y de las falta de un censo demográfico nacional,
sociedades anónimas, estudio permanente y aprovechó la posibilidad para incorporar
control del presupuesto nacional, canje de preguntas.
deuda externa por títulos públicos internos El intelectual Alejandro Bunge vivió dos
y lanzamiento de un plan de obra pública procesos paralelos. Por una parte, el declive
regional41. En la intervención de la provin- de su palabra autorizada y su peso académi-
cia de Santa Fe, Alejandro Bunge decretó el co ante una oferta ampliada de bienes cul-
primer compre provincial (1930), antece- turales en la década de 1930 y, por otra
dente del primer compre nacional (1944), parte, su contracara fue la aparición de un
estableció un programa de obras públicas intelectual contestatario e irónico. En pri-
para paliar la desocupación y se abocó a mer lugar, la Revista de Economía Argentina
equilibrar el presupuesto de gastos42. perdió la exclusividad de poder presentar
datos oficiales a manos de la Revista Econó-
mica, publicada por la Oficina de Investiga-
3. El ocaso del intelectual conservador y ciones Económicas del Banco de la Nación
una revancha: 1932-43 (1928-34) y, luego, transferida por Raúl Pre-
bisch al Banco Central de la República
Entre los 52 y 63 años, Alejandro Bunge Argentina (1935-46). Carlos Bernaldo de
vivió la última etapa de su vida. Bajo la pre- Quirós se presentó desde la Eugenesia
sidencia del general Agustín P. Justo (1932- como una alternativa a las interpretaciones
38) quedó marginado de la coalición de demográficas de Bunge, con la edición de
radicales antipersonalistas, conservadores y los Anales de Biotipología, Eugenesia y Medicina
socialistas independientes, por su apoyo al Social. A su vez, Carlos Enrique Dieulefait
proyecto uriburista. Aquí se presenta una acotó la figura del estadístico dentro de un
paradoja, ya que habiendo desarrollado los perfil más académico y menos político, con
indicadores clave para establecer la red la creación y dirección del Instituto de Esta-
informativa del Estado regulador, quedó dística (1932), en la Universidad Nacional
fuera de la vasta organización burocrática del Litoral43. Por último, la organización del
cuya base eran las juntas de la producción. Primer Congreso Argentino de la Población
Otra paradoja es que habiendo sido duran- por miembros del Museo Social Argentino
te la década precedente el promotor de la dejó a Bunge en un lugar menos importan-
búsqueda de un acuerdo entre el Estado y te que el que había tenido allí en 1919,
los productores, ahora los criticaba por su cuando recogió e interpretó las respuestas
costo fiscal en El Estado industrial y comercian- en la encuesta sobre el futuro de la inmigra-
te (1932). De todas maneras, hay que desta- ción44. En contraposición, ascendió un inte-
car que en la década de 1930 Bunge no lectual sin palabras de compromiso. En el
desarrolló temas económicos con el mismo acto contra el Pacto Roca-Runciman
énfasis que antes. Sobresalieron sus estudios (1933), se despachó contra los deflacionis-
demográficos con prospectivas pesimistas a tas y los que todavía veían industrias artifi-
tono con la idea occidental de ‘colapso de ciales en la sustitución manufacturera, al

Revista Valores en la Sociedad Industrial 69


denunciar que “la demanda falaz de la prosperidad, siendo ésta la meta matrimo-
‘defensa del consumidor’ ha retardado en nial y el medio para realizarla era el control
veinte años nuestra evolución económica... de la natalidad50. Otro de los que abonaban
ha de repararse el daño con la afirmación y el pesimismo demográfico occidental desde
la demanda constructiva del ‘estímulo al la crítica a la vida sedentaria y materialista
productor’”45. Les advirtió a los socialistas del Occidente industrializado fue el médico
que no capitalizaran el descontento obrero francés Alexis Carrel (1873-1944), desde su
con la formación de un frente popular46. más conocida obra Man, the Unknown
Celebró la convocatoria del Primer Congre- (1935)51.
so Panamericano de la Vivienda Popular La respuesta política a la evidencia decli-
con las siguientes preguntas: “¿A cuántos nante de la población fue una política
barrios conduciremos a los huéspedes? pública obsesiva en el aliento y minucioso
¿Qué exhibirán nuestros delegados? ¿Qué control de los nacimientos. El fascismo ita-
informaciones aportarán sobre nuestra liano propuso una vuelta al campo, viendo
experiencia? ¿Qué planos, maquetas y foto- en la campaña un lugar alternativo a las
grafías de nuestras viviendas populares tentaciones materiales del urbanismo52. La
representativas?”47 Alemania nazi premió a las madres con seis
En la década de 1930 emergió nueva- o más niños como baluarte de la fortaleza
mente el demógrafo que, a partir de las demográfica del III Reich. En la Francia
visiones apocalípticas en boga, retomó su republicana hubo amplia publicidad y movi-
programa perfeccionista moral. La obra lizaciones públicas para castigar la práctica
demográfica de Bunge no fue escrita en el del aborto, que bajo Vichy se tradujo en
vacío sino que tenía detrás un corpus inter- pena capital. En Suecia y en algunos esta-
nacional de evidencias, interpretaciones y dos de Norteamérica se esterilizaban enfer-
obsesiones censales. Uno de los hitos del mos y delincuentes peligrosos para la salud
pensamiento demográfico internacional de pública, para atenuar la proporción de insa-
entonces fue la divulgación de las conclu- nos con capacidad reproductiva. El caso
siones del economista Robert R. Kuczynski, extremo ocurrió en la Unión Soviética,
The Balance of Births and Deaths, vol. I: Wes- pues allí se trató de explotar políticamente
tern and Northern Europe (1928), en el Con- la realización de un censo demográfico, en
greso Internacional para los Estudios sobre 1937, para demostrar que la patria de la
la Población que se realizó en Roma, en revolución proletaria no sufría tal desacele-
septiembre de 193148. Según los cálculos de ración de la natalidad. Sin embargo, las
Kuczynski, la fecundidad de las mujeres cifras reflejaron el bajón demográfico pro-
blancas, comparada con la de las mujeres ducto de la brutal represión y masacre de
de ‘raza amarilla’, anunciaba una fertilidad los campesinos medianos, kulaks. De los 180
decreciente en los países de población de millones de habitantes proyectados, se con-
origen europeo y les daba fundamento tabilizaron 156 millones: a fines de año Ivan
empírico a las ideas escépticas sobre el fin Kraval, comisario encargado del censo, fue
de la raza blanca 49. La Liga de Naciones fusilado por sabotaje y sus colaboradores
avaló estas conclusiones en sus Statistical enviados a Siberia53.
Yearbooks y entre los economistas preocupa- En el editorial “Problemas de la Demo-
dos por esta tendencia declinante estaba grafía”, el diario La Nación consignó “pare-
John Maynard Keynes, en “Some Economic ce, pues, necesario y urgente que los pode-
Consequences of a declining population” res públicos contemplen estos hechos y pre-
(1937). Desde las teorías culturales, el paren la solución de un problema que si
demógrafo Roderich von Ungern-Sternberg todavía no alarma por sus resultados, tiende
sostenía, en The Causes of the Decline in the evidentemente a mermar nuestra fuerza y a
Birth Rate within the European Sphere of Civili- retardar el ritmo de nuestra prosperidad”54.
sation (1931), que se limitaba el número de En este difícil contexto las ideas demográfi-
nacimientos con el objeto de alcanzar la cas de Alejandro Bunge eran la conclusión

70 Año XXII • Nº 61 • Diciembre 2004


del diagnóstico de que la sociedad argenti- familias con más de tres hijos y de pocos
na, de origen europeo, moría por falta de recursos. Por último, incentivos fiscales
nacimientos y ante la falta del saldo inmi- para alentar la construcción de viviendas
gratorio transatlántico. La tasa de natalidad urbanas baratas y así superar el hacinamien-
decreciente surgida de los censos de la ciu- to de las familias numerosas. El perfeccio-
dad de Buenos Aires (1936) y de la provin- nista moral emergía, por ejemplo, con su
cia de Buenos Aires (1938), le hizo advertir propuesta de “promover el casamiento tem-
que “hemos entrado ya, inevitablemente, en prano en las clases acaudaladas tal como
la zona potencial de la despoblación”: ocurre en las de pocos recursos”59.
“El reemplazo de todas las mujeres en Otra de las preocupaciones de Alejandro
edad fecunda (las de 15 a 49 años, de acuer- Bunge eran las familias numerosas alojadas
do con el concepto de la Sociedad de las en viviendas urbanas y suburbanas de una o
Naciones), calculado con el método de dos habitaciones. Las circunstancias hicie-
Robert R. Kuczynski, da como relación ron que estableciera un cierre circular
actual, 668 mujeres para reemplazar a cada sobre la totalidad de su obra escrita. Si en
1000 existentes. 1913, como jefe de la DE-DNT había
Dicho en otros términos, esto significa comenzado realizando muestreos en
que cuando ese grupo de mujeres en la barrios porteños sobre las condiciones de
edad fecunda haya sido totalmente reem- vida de la familia obrera, treinta años más
plazado por las que van sustituyéndolas, tarde realizó la misma tarea y sobre el
nacerán solamente 668 por cada mil que mismo objeto social, pero esta vez dentro
nacen ahora.”55 de un censo escolar. En octubre de 1941
La visión apocalíptica se presentó con la quedó sancionada la ley 12723 que enco-
figura de “las cunas vacías originan vacantes mendó al Consejo Nacional de Educación
en los bancos escolares y más tarde claros levantar el censo escolar. Bunge fue nom-
en el ejército”56. Con sus ideas demográficas brado jefe del Cuarto Censo Escolar, del
Bunge hizo una puesta en escena a tono Analfabetismo y la Vivienda. El nombre
con los pronósticos pesimistas, pues ofreció ampliado se debía a que Bunge propuso lle-
dos conferencias. Una, en el Teatro Cervan- gar a conocer, en abril de 1943, a la pobla-
tes, invitado por la Asociación por los Dere- ción argentina entre 0 y 21 años, a sus
chos del Niño, en noviembre de 1939, y la padres y tutores (quedaron fuera los mayo-
otra, en la Sociedad Científica Argentina, res de 22 años y los casados sin hijos o con
en diciembre de 1939. hijos mayores de 22 años), junto a las condi-
La búsqueda de soluciones ante la baja ciones que reunía la vivienda de los censa-
natalidad iba desde el interior hacia la ciu- dos, su profesión y los ingresos habituales.
dad de Buenos Aires. Se debía reorientar la Tal como destaca Horacio A. Torres, este
inversión pública hacia las regiones más censo incluyó una serie de ítems de particu-
prolíficas del interior, pues allí estaba “nues- lar interés para definir el carácter de las
tro mayor almácigo de los ciudadanos del áreas urbanas, como por ejemplo el hacina-
futuro”57. Proponía una vuelta al campo en miento de las viviendas, ya que destacó el
el litoral urbanizado con la colonización de «hacinamiento individual» del «hacina-
la tierra fiscal en buenas zonas y lotes chi- miento colectivo»60.
cos, “en gran escala para el productor-con- Una de las satisfacciones, y otra de las
sumidor”, según el nuevo concepto que paradojas de la última etapa de la vida de
introdujo sobre la función social de la tierra Alejandro Bunge, fue que treinta años des-
que, por otra parte, impulsaría el deprimi- pués de la dura puja política entre dos pro-
do consumo interno58. También, una refor- yectos reformistas compitiendo por atraer a
ma de los impuestos sucesorios para redis- la clase obrera, obtuvo el pleno apoyo de la
tribuir los recursos desde las familias bancada socialista. El diputado Adolfo
pudientes, los solteros y los matrimonios sin Dickman, presidente de la Comisión de
hijos “de todos los sectores sociales”, a las Instrucción Pública de la cámara baja, soli-

Revista Valores en la Sociedad Industrial 71


citó la colaboración de la población con los Emilio Lahitte, Alberto Martínez, Francisco
organizadores y encuestadores del censo Latzina y, luego, Bunge, no hicieron más
escolar, en su mensaje emitido por la radio que discutir cómo orientar la asignación de
del Estado: la inversión pública y, a partir de ella, algu-
El Presidente del Consejo Directivo del nas partidas del presupuesto nacional. Por
Censo Escolar de la Nación, Ingeniero Ale- otra parte, se ha enfatizado la visión pesi-
jandro E. Bunge, me ha invitado, en mi mista de Bunge de la relación comercial
carácter de legislador que ha contribuído, con Gran Bretaña, con claras resonancias
con su voz y su voto, a la sanción de la ley de la historiografía revisionista. Sin embar-
12723, a dirigirles la palabra y exhortarles a go, vale la pena profundizar en un Bunge
que contribuyan, con su mejor buena neomercantilista que exigió más gravitación
voluntad, en el día de mañana, al cumpli- del Estado, propuso incorporar impuestos
miento de la ley, para que el Censo Escolar, directos para financiarlo y pretendió esta-
del Analfabetismo y de la Vivienda se reali- blecer incentivos para una mayor producti-
ce con eficiencia y exactitud. Agradezco la vidad empresarial y laboral. Bunge era, al
deferencia del Ingeniero Bunge; y lo hago igual que Keynes o Wagemann, uno de los
complacido en cumplimiento de un alto muchos expansionistas que presentaban
deber ciudadano y patriótico.”61 recetas atractivas, aunque a la hora de expli-
carlas perdían sistematicidad en sus argu-
mentos ante los contraargumentos de los
4. A modo de conclusión: Alejandro Bunge ortodoxos, con su ajuste por deflación de
y sus respuestas a los desafíos de la entre- precios, adhesión al patrón oro y reivindica-
guerra ción de la figura del consumidor como
actor protagónico de la economía. Por últi-
En estas breves líneas intenté sistematizar mo, la posición marginal del intelectual se
treinta años de escritura de Alejandro tradujo en pesimismo y el tópico sobre el
Bunge para establecer énfasis temáticos, colapso de la raza blanca fue funcional a su
preocupaciones, hitos y etapas. Un análisis lugar como intelectual en su madurez.
que tenga en cuenta los diferentes espacios Una biografía de Alejandro Bunge es un
públicos que recibieron su palabra y pole- desafío en el que deben convivir el estadísti-
mizaron con sus ideas desecha la tesis del co, el demógrafo perfeccionista moral, el
intelectual solitario, abre un campo virgen consultor, el economista y el divulgador
sobre las interpretaciones y las representa- económico dentro de una misma personali-
ciones del Estado, la economía y la sociedad dad. El otro desafío es reconstruir un clima
de su tiempo. de época en el que debemos contrapesar la
Bunge tuvo una línea de continuidad incertidumbre y la heterodoxia reinante
intelectual con un colectivo de altos funcio- con las innovaciones acontecidas y las trans-
narios surgido del complejo entramado ferencias intelectuales para preguntarnos si,
burocrático del moderno Estado liberal, a modo de maldición oriental, Alejandro
que emergió en la Argentina con posteriori- Bunge vivió en una época interesante.
dad de la crisis político-financiera de 1890.
El Ministerio de Agricultura (1898), las
comisiones revisoras de leyes aduaneras del 1
Charles S. Maier, In Search of Stability. Explo-
Ministerio de Hacienda (1894, 1899 y 1907) rations in Historical Political Economy, Cambridge,
y el Departamento Nacional del Trabajo Cambridge University Press, 1987, pp. 19-69.
(1907), ubicado dentro del Ministerio del
2
William J. Barber, From New Era to New Deal. Her-
Interior, son ejemplos en diferentes escalas bert Hoover, the Economists, and American Economy Poli-
cy, 1921-1933, Cambridge, Cambridge University
de los objetivos político-burocráticos de Press, 1988, p. 3.
establecer un papel público mediador en 3
Alejandro E. Bunge [AEB], Varios problemas de la
los conflictos de intereses dentro de la economía nacional. Conferencias de extensión universitaria,
sociedad aluvial. Los expertos, tales como Buenos Aires, Imprenta y casa editora Coni, 1919, p. 32.

72 Año XXII • Nº 61 • Diciembre 2004


4
Tal como le expresó al ministro de Hacienda 20
AEB, “El intercambio económico de la Repúbli-
Domingo Salaberry sobre su papel frente a las oscila- ca Argentina en 1916. El comercio especial exterior.
ciones de los precios de exportación en 1917 AEB, Ampliación de la información estadística”, La
“Precios de exportación. Importante problema Nación, 16 de marzo 1917, p. 5.
nacional”, La Razón, 22 de diciembre de 1917, p. 5. 21
“Aforos y tributos, lo que explica la estadística
5
Alberto B. Martínez, Les finances de la République nueva. Necesidad de reformar la tarifa”, La Razón, 6
Argentine. Budget, dépenses, revenus et dette publique, de julio de 1917, p. 3.
Buenos Aires, Compañía Sud-Americana de Billetes 22
Editorial, “Organización de la estadística argen-
de Banco, 1898, p. 487. tina”, LA PRENSA, 1/X/1919, p. 7.
6
AEB, “El impuesto a la renta”, Boletín Mensual del 23
The Buenos Aires Herald, 10 de junio de 1920, p. 7.
Museo Social Argentino, n° 81-84, 1918, pp. 737-738. 24
Redacción, “Lo que no debe faltar en el censo”,
7
Juan A. Alsina, Población, tierra y producción, Bue- La Vanguardia, 26 de septiembre de 1913, p. 1.
nos Aires, Imprenta calle México 1422, 1903. 25
“La última estadística sobre la desocupación
8
AEB, Varios problemas de la economía nacional. Con- obrera”, La Vanguardia, 13 de diciembre de 1913, p. 1.
ferencias de extensión universitaria, pp. 32-37. 26
Eduardo A. Zimmermann, “Los intelectuales,
9
Para una historia internacional del desarrollo las ciencias sociales y el reformismo liberal: Argenti-
de la categoría ‘desocupado’, Christian Topalov, na, 1890-1916”, Desarrollo Económico, nº 124, enero-
Naissance du Chômeur, 1880-1910, París, Albin Michel, febrero 1992, pp. 561-562.
1994. 27
Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados, año
10
AEB, Los problemas económicos del presente, Buenos 1919, t. V: sesiones ordinarias, septiembre 20-septiembre 30
Aires, sin editor, 1921, pp. 240-241. de 1919, Buenos Aires, Talleres Gráficos de L. J.
11
Terence Hutchison, Historia de las doctrinas eco- Rosso y Cía., 1920, p. 373.
nómicas, 1870-1929, Madrid, Gredos, 1967, p. 419. 28
Idem, p. 379.
12
Carlos S. Nino, Etica y derechos humanos. Un ensa- 29
“El director general de Estadística renunció”,
yo de fundamentación, Buenos Aires, Paidós, 1984, pp. La Nación, 16 de noviembre de 1921, p. 5.
133-158. 30
Charles Maier, La refundación de la Europa bur-
13
AEB, Varios problemas de la economía nacional..., p. 27. guesa. Estabilización en Francia, Alemania e Italia en la
14
AEB, “La nupcialidad en la Argentina. Su des- década posterior a la I Guerra Mundial, Madrid, Minis-
censo durante la guerra”, La Prensa, 9 de mayo de terio de Trabajo y Seguridad Social, 1988, pp. 17-31.
1919, p. 11; “Los matrimonios y la familia en la 31
William J. Barber, From New Era to New Deal...,
República. Serio problema de cultura en la mayoría pp. 40-41.
de las provincias”, La Prensa, 18 de mayo de 1919, 32
Memoria del Departamento de Hacienda correspon-
p. 5. diente al año 1925, Buenos Aires, G. Pesce, 1926, p.
15
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II, Buenos Aires, Talleres Gráficos Argentinos de L. 35
Esta hipótesis de trabajo sobre la mercantiliza-
J. Rosso y Cía., 1921, pp. 451-457. ción del saber surge de Jean-François Lyotard, La
16
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Tal como propone Michaël Pollak, “Paul F.
17
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41
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42
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43
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44
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74 Año XXII • Nº 61 • Diciembre 2004

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