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Primer día

Este itinerario comienza en el kilómetro cero: la Puerta del Sol (parada de Metro Sol), que es una plaza
muy concurrida y animada. Por ello, aprovecho para advertir a todo el mundo de que cuide
especialmente el bolso y la cartera para no sufrir robos. Madrid no es una ciudad insegura y los robos
en el Metro han descendido en los últimos años, pero ser despistado se puede pagar caro. Lo más
destacado en Sol es el edificio del reloj según el que se rige la hora en toda España, que también es el
que da las campanadas de Año Nuevo. Se encuentra en lo alto de un edificio que actualmente alberga
la presidencia de la Comunidad de Madrid, pero que fue la Real Casa de Correos.

Frente a este edificio está la estatua ecuestre de Calos III, el rey conocido por ser el mejor alcalde de
Madrid. Y un poco más allá, en en el inicio de la calle Alcalá, el emblema de la ciudad: la escultura
del oso y el madroño. Es una zona muy comercial (en la paralela se encuentra la calle Preciados) en la
que se pueden encontrar tiendas de todo tipo y de cualquier precio.

Cerca de aquí está el Monasterio de las Descalzas Reales, al que podemos llegar bajando por la calle
Arenal y continuar por la segunda a la derecha hasta darnos con él de frente. Es pequeño y el recorrido
es corto. Ubicado en un antiguo palacio plateresco ha sido el hogar de reinas y princesas de todo el
mundo.

Volviendo a la calle Mayor, que nos lleva hasta la Plaza Mayor, pasando por la antigua Casa de las
Postas, en la calle de Postas, famosa por los milagros que hacía la imagen de la Virgen de la Soledad
que tenían en la fachada.

En la plaza Mayor podemos contemplar un buen número de cosas: las casas de la panadería y la
carnicería. La primera es la que tiene la fachada pintada de colores. Y la otra está en frente.
Actualmente son edificios del Ayuntamiento. En el centro de la plaza está la estatua ecuestre de
Felipe III, quien mandó reconstruir y mejorar la plaza, que fue cerrada tras el incendio de 1790,
habilitándose una serie de arcos para su acceso. El más famoso se encuentra en la esquina suroeste y se
conoce como Arco de Cuchilleros, porque da a la Cava de San Miguel, calle entonces utilizada por el
gremio de cuchilleros para vender sus utensilios. En esta zona se encuentra el famoso restaurante
Sobrino de Botín y un sinfín de pequeños establecimientos tan típicos como cualquier otro, pero
extraordinariamente caros.

Bajemos por la calle de Toledo, hasta la calle de la Colegiata (a la izquierda) donde se encuentra la
Parroquia de Nuestra Señora del Buen Consejo, antigua Catedral de San Isidro, hasta que se construyó
la de la Almudena. Desde aquí se puede bajar por la Cava Baja; y, paralela a la calle del Almendro,
está la calle del Nuncio, en la que se encuentra la Iglesia de San Pedro el Viejo, una de las iglesias más
antiguas de la ciudad, que llama la atención por su torre mudéjar. Seguimos bajando hasta la Plaza de
la Paja, el centro neurálgico de la ciudad en la Edad Media y principal mercado, en los siglos XIII y
XIV. Actualmente es una de las zonas más castizas de Madrid. Allí se puede encontrar la Capilla del
Obispo, uno de los mejores ejemplos de transición entre el Gótico y el Renacimiento y adosada a la
Iglesia de San Andrés, de fachada plateresca. Al norte de la plaza está el Jardín del Príncipe de
Anglona, uno de los poquísimos parques nobiliarios del siglo XVIII que se conservan en Madrid.
Junto a él, el palacio del príncipe de Anglona, obra del siglo XVI.

Si subimos por la calle de Alfonso VI llegaremos a la Plaza del Alamillo, la entrada al Madrid árabe.
Se llamaba alamín (tribunal musulmán) originalmente. En el medievo se encontraba aquí el
Ayuntamiento. Como curiosidad, bajo esta plaza hay un buen número de pasadizos y túneles de la
época árabe que atraviesan la calle Segovia. Desde aquí cruzamos hasta la Plaza de la Cruz Verde,
cuyo nombre proviene del color de la cruz con que se marcaba el lugar en el que se ejecutaba a los
condenados por la Inquisición… Pero también es curiosa por su fuente de la Diana cazadora el siglo
XIX. En la misma podemos hacer una parada para comer cosas típicas y a buen precio.
Ahora continuamos el paseo, subiendo hasta la calle Mayor otra vez, y retrocedemos sobre nuestros
pasos un poco, hasta la Plaza de la Villa. Uno de los núcleos del Madrid medieval. En ella se
encuentra la Casa de Cisneros, un palacio de estilo plateresco creado para un sobrino del cardenal
Cisneros. También sirvió como prisión para el secretario de Felipe II: Antonio López. En el lado
oriental de la plaza están la casa y torre de Lujanes, de estilo Gótico-mudéjar y son los edificios civiles
más antiguos de la capital. Aquí estuvo prisionero el rey Francisco I de Francia tras la batalla de Pavia.
Actualmente es la Real Academia de Ciencias Políticas y Morales. En la parte occidental de la plaza se
encuentra la Casa de la Villa, actual sede del pleno municipal del Ayuntamiento de Madrid. Por último
está el monumento a Bazán en el centro de la plaza.

Segundo día

Hoy volvemos a comenzar la jornada en la Puerta del Sol y emprendemos el camino contrario.
Tomamos la calle Alcalá y, según vayamos subiéndola, veremos a la izquierda la Real Casa de
Aduanas, a continuación, el casino de Madrid y después la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando, que en la planta baja tiene una pequeña muestra sobre el grabado con ejemplos de Goya. El
resto del museo no está nada mal, pero es largo y no tenemos tiempo. Siguiendo por la misma calle
dejamos a la izquierda el Edificio Metrópolis, todo un icono de la ciudad, haciendo esquina. Enfrente
se encuentra el Círculo de Bellas Artes. Seguimos andando y cogemos la siguiente calle a la derecha
(Marqués de Cubas) hasta la Plaza de las Cortes, donde se encuentra el Congreso de los Diputados con
un frontón que semeja un templo griego.

Continuamos el paseo bajando por la calle de San Agustín. Atravesamos varias calles, como la de
Cervantes, donde se encuentra el Museo de Lope de Vega, en la vivienda que fuera su casa. Y
continuamos bajando atravesando la calle Atocha y hasta la calle Santa Isabel, donde se encuentra el
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Aquí diré lo de siempre: Es un museo apasionante, pero
no hay tiempo para visitarlo, aunque si tenemos mucho interés aquí se pueden reservar entradas (hay
una opción de tour conjunto al Museo del Prado y el Museo Reina Sofía). Desde aquí bajamos hasta la
Glorieta de Atocha, lugar en el que comienza el Paseo del Prado. Si comenzamos a subirlo, a la
derecha observamos el Real Jardín Botánico, fundado por Fernando VI, aunque fue Carlos III quien le
dio este emplazamiento. El precio de la entrada es ridículo y el paseo merece la pena porque es
bastante breve y el ambiente es fresco y agradable.

Un poco más arriba: el Museo del Prado. La pinacoteca más importante de España y una de las más
renombradas del mundo. No obstante, recomiendo que se visite con tiempo suficiente en futuras
excursiones, comprando su entrada aquí. Más arriba, aún llegamos a la plaza de Cánovas del Castillo
con la fuente del Neptuno alegórico, diseño de Ventura Rodríguez. Aquí es donde uno de los equipos
de fútbol locales, el Atlético de Madrid, celebra sus victorias. En la esquina izquierda de esta plaza
queda el Museo Thyssen-Bornemisza, en el Palacio de Villahermosa, otra pinacoteca muy interesante
y cuyas entradas se adquieren en este enlace.

Siguiendo nuestro camino por el Paseo del Prado nos toparemos con la archiconocida fuente Cibeles,
otro icono madrileño por excelencia. Diseño también de Ventura Rodríguez y lugar en el que el Real
Madrid celebra sus triunfos. Representa a Cibeles o Ceres, diosa de la fertilidad, en un carro, coronada
por una torre y tirado por dos leones: Hipómenes y Atalanta, amantes que cometieron el sacrilegio de
unirse en uno de sus templos y fueron castigados a tirar eternamente de su carro. Esta plaza está
rodeada de edificios significativos: el Palacio de las Comunicaciones, antes sede de Correos y
actualmente de la Alcaldía de Madrid; el Palacio de Buenavista, que alberga el Cuartel General del
Ejército; el Palacio de Linares, sede de la Casa de América; y el Banco de España. Curiosamente,
cada edificio pertenece a un barrio distinto de Madrid.
En este punto volvemos a tomar la calle de Alcalá hacia la derecha (habiendo subido por el Paseo del
Prado desde Atocha) hasta llegar a la Puerta de Alcalá, obra de Francesco Sabatini y cuya construcción
ofrece una anécdota muy simpática. Mandada erigir por Carlos III, el rey había de elegir entre varios
proyectos, quedando como finalista Sabatini, con dos propuestas diferentes. El monarca, en lugar de
elegir uno, por despiste, firmó ambos proyectos dando su visto bueno. Pero ¿cómo se le dice al rey que
ha cometido un error? Solución: un proyecto por cada lado. Por eso, la puerta es el único arco que
presenta dos fachadas diferentes.

A un lado de este arco tan particular se encuentra el Parque del Buen Retiro. Jardines que constituyen
el pulmón de la ciudad. Mientras paseamos por el parque, podemos elegir algún sitio para comer o
incluso comprar unos bocadillos en algún lugar para disfrutar un poco del encanto del lugar y
descansar un rato. El estanque donde suelen ir las parejas a remar, el paseo de las estatuas, el Palacio
de Velázquez, el Palacio de Cristal, que suele acoger exposiciones, la fuente del Ángel Caído, de
Ricardo Bellver, única en el mundo y que se encuentra a 666 metros sobre el nivel del mar. Todo en
un ambiente distendido y animado.

Después de comer volvemos al Paseo del Prado, a la Fuente Cibeles y continuamos subiendo un poco
más, hasta la siguiente plaza, la de Colón. En el paseo encontraremos, a la derecha, la Biblioteca
Nacional y, en la fachada opuesta, el Museo arqueológico. En el punto en que el Paseo del Prado y el
Paseo de la Castellana se unen se encuentra el monumento a Cristóbal Colón, que antes se situaba en
los Jardines del Descubrimiento, donde hoy se ha levantado una gran bandera de España. Aunque que
nadie se engañe, porque de jardín sólo tienen el nombre. Frente a ellos, las Torres de Colón, dos
emblemáticos edificios gemelos del arquitecto Antonio Lamela.

Ahora subimos la calle Génova (donde encontraremos la sede del PP y la Audiencia Nacional) hasta la
plaza de Santa Bárbara, donde tomaremos el Metro de Alonso Martínez (línea 10) y nos bajaremos en
la estación Santiago Bernabeu. Es una zona de negocios muy moderna. Desde aquí podemos ver la
Torre Picasso, del japonés Minoru Yamasaki, la cuál fue durante años el rascacielos más alto de
Madrid (157m.) Al otro lado, el estadio de fútbol Santiago Bernabeu, sede del Real Madrid y que se
puede visitar adquiriendo aquí los tickets.

Subiendo por esta avenida, el Paseo de la Castellana, encontraremos infinidad de tiendas de todo tipo
hasta llegar a la Plaza de Castilla (también se puede llegar en metro) donde se sitúan las famosas
Torres KIO o Puerta de Europa de Madrid, que llaman tanto la atención por estar inclinadas. Por
último, las cuatro Torres Business Area, nuevos rascacielos construidos sobre los terrenos de la
antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid. Aquí termina la visita de hoy.

Tercer día

El último día nuestro recorrido empieza nuevamente en la Puerta del Sol. Bajando toda la calle Mayor
hasta que se cruza con la calle Bailén. Aquí está la antigua Capitanía General del Ejército, en el
Palacio de Uceda. Cruzando la calle, a la izquierda quedará una manzana en la que se encuentran los
restos de la muralla medieval que rodeó la ciudad y algunos otros restos del barrio medieval, que no
son gran cosa, pero ya que estamos aquí… A la derecha está la fastuosa Catedral de la Almudena, sede
episcopal de la diócesis de Madrid, neoclásica en el interior, neogótica en el exterior y neorrománica
en la cripta, recientemente reformada, para añadir nuevos estilos al pastel. Es la iglesia oficial de la
familia real. De hecho, se encuentra frente al Palacio Real. Si aún os quedan ganas, os invito a entrar
(el primer miércoles de cada mes se escenifica el cambio de la Guardia Real). Tras el palacio está el
conocido como Campo del Moro, un inmenso jardín. Y otro más a su derecha, los Jardines de
Sabatini. Ambos de acceso libre.
Frente al Palacio Real se encuentra la Plaza de Oriente, rodeada de estatuas de reyes con los Jardines
de Cabo Noval a un lado y de Lepanto al otro. Y en contraposición: el teatro Real, uno de los más
importantes de España. La entrada del teatro tiene lugar por la Plaza de Isabel II, rodeada de teatros
con ofertas de todo tipo y un programa muy variado.

Retomando la calle de Bailén (por la que veníamos) continuemos hasta alcanzar la Plaza de España,
dejando a la derecha durante el camino, el Senado. Está todo muy cerca. Y la vista de la plaza, por
donde nosotros llegamos, es la más bonita. Con el edificio España de frente y la Torre de Madrid a un
lado, dos viejas construcciones emblemáticas de la capital. Y en el centro de la plaza una fuente
dedicada a Cervantes con varios grupos escultóricos alusivos a sus obras.

Esta plaza está muy bien situada, ya que desde ella salen cuatro grandes calles: la Gran Vía y la calle
Princesa, perfectas para ir de compras, la Cuesta de San Vicente y la calle Bailén, que es por la que
veníamos del Palacio Real. Además, a ambos lados de esta calle hay muchos restaurantes de comida
internacional, rápida y variada. Así que aquí podemos parar a comer y hacer algunas compras.

Y para los que aún tienen ganas de seguir paseando volvamos a la Plaza de España. Hacia el final de la
plaza y subiendo por la calle Ferraz veremos un parque. Se trata del Parque del Oeste, donde se
encuentra el templo de Debod, una construcción del antiguo Egipto cedida a España en compensación
por la ayuda recibida para salvar los templos de Nubia, especialmente Abu Simbel, en peligro por la
construcción de la prensa de Asuán. Tiene 2.200 años de antigüedad y, aunque es pequeño, cuenta con
un encanto muy especial, sobre todo si uno tiene la suerte de contemplar el atardecer desde este lugar.

Por último, la Rosaleda y el Paseo de Pintor Rosales, zona famosa por sus terrazas, donde se puede
tomar unas cervezas al aire libre para despedirse de esta ciudad tan particular.

Madrid La Nuit

La marcha para la gente más joven está en la zona universitaria, en torno a la parada de los metros
Argüelles y Moncloa. Son bares pequeños y muy típicos en los que la bebida suele ser bastante barata.

Otra zona muy popular, aunque a otro nivel, es la que se concentra a lo largo de la Avenida de Brasil,
es decir, el metro Santiago Bernabeu. Grandes discotecas exclusivas y elegantes en las que la gente ya
no es tan joven.

Por último, la fiesta con mayúsculas, se concentra en los barrios más viejos: la Latina, Huertas y,
especial mención, al barrio de Chueca, abanderado por los gays y lesbianas de la ciudad. A todos estos
lugares se llega fácilmente desde Sol. Y en ellos la diversión está asegurada.

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