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La Gallina de los Huevos de Oro : Fábula infantil

Dicen que la avaricia rompe el saco. Un buen ejemplo es del hombre que hubo
una vez, cuya gallina todos los días le ponía un hermoso huevo de oro.
Aquel hombre, feliz por ser el dueño de tan increíble animal, imaginó que se haría
rico con el tesoro que aquella gallina debía albergar en sus entrañas. Ni corto ni
perezoso decidió sacrificar al pobre animal para poder comprobar cuánto brillaba
el tesoro de la gallina. Sin embargo, al abrirla pudo comprobar con sus propios
ojos, como aquella gallina era igual por dentro que aquellas que no ponían ni un
solo huevo extraordinario. Y de esta forma fue como el hombre de la gallina de los
huevos de oro, se privó de su gran fortuna.
Qué gran mensaje y lección para las personas egoístas…De la noche a la
mañana, el rico se vuelve pobre por no conformarse con lo que gana.
Fabula de El león y el ratón
Erase una vez un león que estaba descansando en la selva, después de un día de
caza. Era un día caluroso y solo le apetecía dormir.
Cuando se encontraba más cómodo, llegó un ratón haciendo mucho ruido. El león
era tan grande que ni si quiera se percató, pero el ratón empezó a subir por su
nariz.
El león se despertó con muy mal humor, empezó a gruñir, y agarró al ratón,
preparándose para comerlo.
“¡Perdóname!” suplicó el pobre ratón. “Por favor déjame ir y algún día
seguramente te lo pagaré”.
Al león le resultó divertido pensar que un ratón podría alguna vez ayudarlo. Pero
fue generoso y finalmente lo liberó.
Algunos días más tarde, mientras acechaba a una presa en el bosque, el león
quedó atrapado en la red de un cazador.
Era incapaz de liberarse y rugió fuerte para pedir ayuda. El ratón reconoció la voz
y acudió rápidamente para ayudarlo. Mordió una de las cuerdas que ataban al león
y este se liberó.
Entonces el ratón dijo:
“Incluso un ratón puede ayudar a un león”.
Moraleja: no menosprecies lo que pueden hacer los demás. Aunque parezca lo
contrario todos te pueden ayudar.
El cuervo y el zorro
Había una vez un cuervo que descansaba en un árbol, tras haber logrado robar un
queso de la ventana de una casa.
Cerca caminaba un zorro que olió el fuerte aroma, vio al cuervo y le dijo:
-¡Hola! Qué buen día hace, además tu plumaje es muy bonito. Le queda muy bien.
El cuervo se sintió muy bien con lo que le dijo el zorro. Le entraron ganas de
cantar para celebrarlo, abrió el pico, pero entonces dejó caer el queso.
El zorro, sonriendo, corrió hacia el queso y lo atrapó con la boca antes de caer al
suelo.
Moraleja: presta atención cuando alguien te dice cosas bonitas. Puede que sea
por interés.

El pájaro ruiseñor
Era un pájaro ruiseñor muy alegre y divertido. Siempre andaba cantando pero era
muy muy despistado.

Una noche cenando con su madre, esta le dijo que no debía cantar hasta mas
tarde ya que los cazadores pasarían a esa hora y si estos les oían podrían
matarle.
A la mañana siguiente como todos los días, el pájaro comenzaba a cantar para así
atraer a sus presas. Olvidando lo que le dijo su madre, los cazadores le oyeron y
se pusieron a disparar.

Afortunadamente al pájaro le dio tiempo a esconderse, ya que oyó el canto de su


madre avisando de que estaban los cazadores en la zona

Moraleja: hay que estar muy atentos y escuchar a nuestros padres cuando nos
hablen, ya que un descuido nos puede salir caro.

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