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Rodolfo Walsh y el género policial

Rodolfo Walsh y el género policial


EL RELATO DE LOS HECHOS

Patricio Pron
Alumno Trabajo presentado al Seminario sobre Periodismo y Literatura

Introducción Era periodismo de investigación, he-


cho con talento, pero siempre en el
Este trabajo pretende analizar el marco del periodismo. Esta parte de la
itinerario que la obra de Rodolfo Walsh obra de Walsh es la más interesante,
realiza desde el policial inglés y hacia aunque los policiales tienen su encan-
el americano o de serie negra. to, como los de Pérez Zelaschi o los de
El interés en este tránsito que según Manuel Peyrou. Pero yo no puedo ha-
nuestra hipótesis caracterizaría la obra cer de eso uno de los faros de la lite-
de Walsh en una hipérbole que iría ratura argentina de la segunda mitad
desde “Variaciones en rojo” hasta “Ope- del siglo”.
ración masacre”, proviene de ciertas Lo característico de la opinión de
declaraciones que el escritor santafesi- Saer –y extraño si se considera que es
no radicado en París Juan José Saer rea- uno de los críticos más inteligentes y
lizara en el marco de su última visita a movedizos del panorama argentino–
la ciudad. es la distinción tajante que establece
En opinión de Saer, existe una con- entre periodismo y literatura. El análi-
tradicción “muy curiosa” en los cuen- sis que realiza ignora: a) la existencia
tos policiales de Walsh. “Todos sabe- de una serie de intentos que en el plano
mos”, afirmó el escritor en sus decla- de la literatura y el periodismo han
raciones al diario El Ciudadano y la vuelto periodismo a lo primero y lite-
Región del martes veinticuatro de no- ratura a lo segundo y b) la profunda fic-
viembre de 1998, “que la literatura cionalización de los relatos “periodísti-
policial sufrió una transformación, cos” de Walsh y la incipiente politiza-
pasó del relato deductivo a la novela ción de sus escritos “literarios”.
negra, y que ese pasaje es del tipo La opinión de Saer no resulta curio-
político, en el sentido de que en la sa, si se considera que –como afirma Ro-
novela negra había algo testimonial. gelio García Lupo– “a pesar de que es-
Los policiales de Walsh son curiosa- cribió mejor que la mayoría de los es-
mente deductivos. Es como si hubiera critores de su tiempo, todavía hoy sus
una contradicción entre su compro- colegas prefieren considerarlo como
miso político y el tipo de literatura que un periodista. Los periodistas argen-
practicaba. Después están sus otros tinos, sin embargo, tampoco termi-
libros, que son directamente políticos. nan de recibirlo”.

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La incapacidad general de distin- da cuenta a su vez de una politización


guir que las barreras entre el periodis- de su pensamiento que es característi-
mo y la literatura se han disuelto en ca también de la politización del géne-
los últimos cincuenta años hace que el ro policial.
análisis de Saer –y el de la mayor par-
te de sus contemporáneos– parezca
extrañamente ingenuo y falto de justi- Walsh y Bustos Domecq
cia, a la vez que le impide pensar que
el tránsito que caracteriza la obra de El tránsito del que hablamos no
Walsh desde el relato policial deducti- pudo ser más claro y esclarecedor.
vo o de intriga hasta el relato de no– Hacia 1944 Walsh –que había nacido
ficción impregnado de elementos de la en la localidad rionegrina de Choele-
novela negra es una consecuencia de Choel diecisiete años atrás– era un jo-
esa politización de su pensamiento y ven corrector de pruebas y traductor
señala un itinerario intelectual a la vez de novelas policiales para la Editorial
que ético y político en el que el interés Hachette. Estaba aficionado a los jue-
en la investigación del crimen indivi- gos deductivos que poblaban sus pri-
dual se convierte en la investigación meros relatos policiales, que empezó a
del crimen colectivo. publicar bajo la influencia de la obra
de Jorge Luis Borges –especialmente
aquella más relacionada con la litera-
Hipótesis tura policial–. Esos relatos fueron com-
pilados luego en varios excelentes vo-
La hipótesis que preside este trabajo lúmenes de cuentos, entre los que se
se divide en dos sub hipótesis que de- destaca “Variaciones en rojo”, de 1953.
sarrollaremos brevemente. Esos libros recogen algunos de los
La primera es la de que –contra lo mejores relatos que jamás se hayan es-
expresado recientemente por Juan José crito en esa vertiente en nuestro país
Saer– no existe una “contradicción en- junto con los de H. Bustos Domecq,
tre su compromiso político y el tipo de producto de la colaboración entre Jor-
literatura que practicaba” Rodolfo ge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares,
Walsh, en la medida en que es posible y en los que encuentran un espejo visi-
encontrar en su literatura elementos blemente deformado.
periodísticos, así como en su obra pe- Mientras que H. Bustos Domecq es
riodística elementos literarios. un elegante prosista preocupado por
La segunda sostiene que, el itinera- la fidelidad del registro oral tanto
rio que la obra de Walsh realiza entre como por los aspectos deductivos de
el policial inglés de tipo deductivo de la investigación, Walsh está mucho
sus primeros libros y el periodismo de más interesado por la acción. Mientras
investigación impregnado de elemen- que en Walsh lo único atendible es la
tos de la novela negra de los últimos, especulación, en la colaboración de

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Borges y Bioy existen dos registros que en su mayor parte inspirados en el


se enriquecen mutuamente. El prime- simbolismo de diferentes mitologías,
ro es el del policial de corte inglés, cu- lo que vuelve a su contenido ligera-
yos ejemplos más acabados son los mente exótico –como en el excelente
cuentos de Gilbert K. Chesterton agru- relato “Las doce figuras del mundo”–,
pados bajo el título de “El candor del los casos de Walsh están inspirados en
Padre Brown”y la excelente novela “La la más pura realidad y ofrecen lo que
piedra lunar” de Wilkie Collins. El se- puede parecer una aproximación es-
gundo es el registro del lenguaje colo- peculativa al periodismo policial, al
quial argentino, en un intento paródico mero registro de los hechos. Esto no
que remeda de manera grotesca el po- hace sino confirmar la primera parte
licial argentino de corte costumbrista, de la primera de nuestra hipótesis –la
que floreció especialmente en la déca- de la aparición de elementos periodís-
da del cincuenta con ejemplos como los ticos en su obra de ficción–.
de Manuel Peyrou y del excelente es-
critor correntino Velmiro Ayala Gauna.
Mientras que don Isidro Parodi –el Policial británico y serie negra
personaje de Borges y Bioy– cumple
una condena de cadena perpetua por Ese interés de Walsh por el relato
un crimen del que –es obvio decirlo– policial inglés de tipo deductivo ha-
es inocente, el personaje de Walsh es bía aparecido ya explicitado con cre-
Daniel Hernández, un sagaz corrector ces en su antología “Diez cuentos
de pruebas de la editorial Corsario que policiales argentinos”, primera en su
es amigo del comisario Jimenez, una género en el Río de la Plata, y en su
figura paradigmática de la clase de primer libro de cuentos, “Variaciones
detectives llenos de sentido común que en rojo”, ambos de 1953.
han caracterizado los primeros pasos Mientras en su antología Walsh pri-
del género policial en la Argentina –el vilegiaba la incipiente tradición del
Leoni de Pérez Zelaschi, el Baliari de relato especulativo en desmedro de la
Firpo, etcétera–. Encerrado en la cel- línea costumbrista –más propia, como
da doscientos setenta y tres, Isidro Pa- sostiene Jorge Lafforgue en el estudio
rodi resuelve asesinatos y otros proble- previo a su antología “Cuentos po-
mas criminales con el simple recurso liciales argentinos”, a la adopción del
de su inteligencia; Daniel Hernández, género en nuestro país–, era en el se-
en cambio, se desplaza por la ciudad y gundo libro donde aparecía toda su
es esa misma movilidad la que –en rela- inteligencia como narrador de po-
tos como “El caso de las pruebas de im- liciales. En cuentos como el que da tí-
prenta”– le permite resolver los enig- tulo al libro o en “El caso de las prue-
mas que se le plantean. bas de imprenta” la especulación go-
Mientras que –finalmente– los casos bierna al relato y hay muy pocos de-
que don Isidro Parodi resuelve están talles de ambiente o de lenguaje.

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Fue luego de su publicación cuan- lo que acabaría de confirmar la prime-


do Walsh comenzó a incursionar en el ra parte de nuestra hipótesis, acerca de
periodismo. En ese mismo momento el la aparición de elementos periodísticos
policial de serie negra se volvía más y en su obra literaria.
más popular en nuestro país. “El pasa- Ricardo Piglia anotó al respecto en
je de la novela-problema a los relatos uno de sus artículos sobre el género
duros deudores de los modelos forja- policial que “la evolución del género
dos por Hammet y su condescenden- está basada en el desplazamiento y las
cia”, escribió Jorge Lafforgue sobre transformaciones de la figura que lo
esa popularización del género, “se pro- funda”, la del investigador. Ese despla-
duce de manera gradual y mezclada zamiento –que junto con la denuncia
durante esos años (fines de los cincuen- de un entorno social violento e injusto
ta y década del sesenta), pero ya es con- son característicos del surgmiento de
tundente en los setenta”. la novela negra– fue el que Walsh rea-
Mientras eso sucedía, Walsh conti- lizó para reunirse con su mejor elemen-
nuó escribiendo relatos policiales a los to, la realidad. El escritor dejó de perge-
que iba impregnando de más y más ñar enigmas para internarse en los
elementos de la serie negra, si bien enigmas de la realidad nacional; dejó
seguían adscribiendo al relato de tipo de imaginar detectives para ser él mis-
deductivo. La recopilación póstuma mo el detective de su obra.
“Cuento para tahúres y otros relatos
policiales” es muy elocuente al respec-
to. En ella se incluyen cuentos poste- Operación masacre
riores a “Variaciones en rojo” en los
que el objetivo y minucioso Daniel En 1957 Walsh publicó “Operación
Hernández deja su lugar al comisario masacre”. El libro es un relato prodigio-
Laurenzi, un policía desencantado que samente ágil e intenso del fusilamiento
expresa la visión de su creador sobre de civiles inocentes ocurrido en un ba-
el mundo. Los problemas policiales a surero de José León Suárez en el mar-
la vez se vuelven más y más trágicos, co del alzamiento peronista de junio de
y la separación entre culpables e ino- 1956.
centes que caracterizaba los primeros En su prólogo, Walsh explica lo que
cuentos de Walsh se disuelve en un le ocurrió en los años que mediaron en-
marco en el que todos –incluido el pro- tre “Variaciones en rojo” y la publica-
pio Laurenzi, que representa a una ción de su investigación en el periódico
fuerza hacia la que Walsh ya no tiene Mayoría de mayo a julio de ese año.
ninguna confianza– pueden ser y/o “La violencia me ha salpicado las
son culpables. Los ambientes y perso- paredes” escribe Walsh con dramático
najes aparecen mejor delineados, y hay rigor. El escritor de cuentos policiales
un registro minucioso –en buena me- que se pregunta si puede volver al aje-
dida periodístico– de las situaciones, drez y al que la revolución no le intere-

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sa empieza a encontrar su mejor mate- libros una velocidad de lectura y una


rial en la realidad. La razón es que en tensión interna que sólo pueden en-
su trabajo como periodista Walsh ha contrarse en los mejores ejemplos del
visto cosas.“Pudo ocurrir a cien kilóme- género y que confirman tácitamente la
tros, pudo ocurrir cuando yo no esta- segunda afirmación de la tercera par-
ba” dice, pero los hechos ocurrieron te de nuestra hipótesis, la de la apari-
cerca suyo, lo involucraron directamen- ción de elementos literarios en su obra
te y ya no pudo refugiarse en los juegos periodística.
de ingenio del ajedrez y del policial de- “Operación masacre” fue seguido
ductivo. Walsh debió entregarse –y dar de otros libros periodísticos que uti-
cuenta– del tránsito de las cosas. lizaban las técnicas de la literatura
Mientras realizaba junto a Enrique- policial, “Caso Satanowsky”, escrito
ta Muñiz las investigaciones para lo en 1958 y recién editado en 1973, y
que luego sería “Operación masacre”, “¿Quién mató a Rosendo?”, de 1969.
Walsh comprendió que lo mejor para En ellos campeaba una forma nueva
su relato sería escribirlo con las técni- de hacer periodismo a la vez que una
cas de la novela negra. En el libro hay forma nueva de hacer literatura: era
una impronta muy fuerte de Hammett, lo que Truman Capote llamó “la no-
Goodis, Burnett y Chandler –sobre todo vela de no-ficción”.
de este último–.
En el libro “el policial se instala en la No ficción
historia en cuanto ésta provee la base Lo que “Operación masacre” reve-
testimonial que su saber organiza; por la es que, como apunta Juan José Saer
eso el manifiesto propósito político (que en su excelente ensayo “El concepto
se haga justicia) no borra el placer de la de ficción”, “no da la espalda a la su-
lectura, más allá de que el ‘compromi- puesta realidad objetiva, sino que se
so’ desplace al ‘entretenimiento‘ ” ano- sumerge en su turbulencia”. La ficción
ta Jorge Lafforgue. tiene entonces un carácter doble que
Mientras muchos críticos y estudio- mezcla lo empírico y lo imaginario y,
sos de la obra de Rodolfo Walsh han aunque este carácter está presente en
coincidido en señalar las marcas del re- toda ficción, es ostentada en cierto
lato de no ficción –o “non fiction novel”, tipo de ficciones hasta convertirse en
relato que si bien Truman Capote inten- un aspecto determinante de su orga-
tó arrogarse como de su propia inven- nización.
ción luego de la aparición de “A san- En última instancia, lo que “Ope-
gre fría” contaba ya con una larga tra- ración masacre” ejemplifica de mane-
dición en el periodismo norteamerica- ra notable es la riqueza narrativa que
no de posguerra– no es menos cierta un periodista conocedor de las técni-
la aparición de continuas marcas del cas literarias puede sacarle a los he-
género policial en su vertiente de serie chos reales, tal cual la premisa que se-
negra. Esas marcas le otorgaron a sus gún Truman Capote debía presidir la

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novela de no-ficción. Esta es definida co de marzo de 1977, Walsh selló con


por Ana María Amar Sánchez como su muerte su participación en una no-
“una escritura que excluye lo ficticio y vela policial de la que él fue a la vez
trabaja con material documental sin ser detective y víctima. Toda su obra ex-
por eso ‘realista‘: pone el acento en el presa su compromiso con el relato de
montaje y el modo de organizar el los hechos, y es hoy en día impres-
material, rechaza el concepto de vero- cindible.
similitud como ‘ilusión de realidad‘,
como intento de hacer creer que el tex-
to se conforma a lo real y puede ‘refle- Final
jar fielmente‘ los hechos”.
Walsh le contó una anécdota a Ri- La obra de Rodolfo Walsh se ins-
cardo Piglia en 1970. “Un periodista cribe en un momento de profunda
me preguntó por qué no había hecho incertidumbre social y política. El re-
una novela con eso, que era un tema lato policial de serie negra surgió en la
formidable para una novela”, dijo re- época de la Gran Depresión económi-
firiéndose a los sucesos que dieron pie ca norteamericana que sucedió al crack
a “Operación masacre”, “lo que evi- de Wall Street de 1929. Fue en ese mo-
dentemente escondía la noción de que mento cuando se despojó de su carga
una novela con ese tema es mejor o es de entretenimiento deductivo de salón
una categoría superior a la de una de- para internarse en los vericuetos de la
nuncia con ese tema. Yo creo que la de- marginalidad y de la denuncia de la
nuncia traducida al arte de la novela violencia que ésta engendraba. Los dos
se vuelve inofensiva, es decir, se sacra- momentos –el de la escritura de “Ope-
liza como arte. Por otro lado, el docu- ración masacre” y el de la aparición del
mento, el testimonio, admite cualquier relato policial de serie negra– parecen
grado de perfección, en la selección, en hoy en día asombrosamente parecidos.
el trabajo de investigación se abren in- Fue Ricardo Piglia quien escribió
mensas posibilidades artísticas”. que “la marca de Walsh es la politiza-
Es que –como escribe Saer– si se es- ción extrema de la investigación: el
criben “ficciones” como “Operación enigma está en la sociedad y no es otra
masacre” es “para poner en evidencia cosa que una mentira deliberada que
el carácter complejo de la situación, es preciso destruir con evidencias”. El
carácter complejo del que el trata- desbaratamiento de la mentira social
miento limitado a lo verificable impli- que tanto Walsh como el policial de se-
ca una reducción abusiva y un empo- rie negra en el que encuentra inspira-
brecimiento”. Walsh sabía eso, y en- ción proponen sigue estando tan vigen-
contró en la utilización de la ficción po- te como en el momento en que surgie-
licial como elemento estructurador de ron. Quizás sea por eso por lo que su
su relato la mejor manera de denun- obra resulta tan necesaria en estos días
ciar un crimen colectivo. El veinticin- en los que la incertidumbre social y

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política y el descontento retornan pa- jo. No está de más –sin embargo– men-
ra alertarnos que la larga noche que cionar la siguiente bibliografía: “El re-
Walsh narró aún no ha terminado. lato de los hechos”de Ana María Amar
Sánchez (Beatriz Viterbo Editora,
1993), “El cuento policial” compilado
Fuentes por Elvio Gandolfo (CEAL, 1974),
“Cuentos policiales argentinos” de
Este ensayo no pretende agotar su Jorge Lafforgue (Alfaguara, 1998), “El
tema, y sólo se propone muy modes- concepto de ficción” de Juan José Saer
tamente refutar el error que –por omi- (Seix Barral, 1997), “Walsh. Nuevo tex-
sión o afán polémico– cometiera Juan to crítico”, Varios autores (Center of
José Saer con sus recientes declaracio- Latin American Studies, 1994), “Ope-
nes. Hemos invocado para ello “el coro ración Masacre”, ”Caso Satanowsky”,
de náufragos” que dan vida a estas lí- “Variaciones en rojo”, “La máquina
neas. El ensayo no pretende ser textual, del bien y del mal” y “Cuentos para
ni repetir a la manera de las clásicas tahúres y otros relatos policiales” de
monografías universitarias una por Rodolfo Walsh (Ediciones de la Flor,
una las teorías estudiadas a lo largo del 1972, 1987, 1988 y 1997, respectiva-
año en el Seminario de Literatura y mente) y apuntes de la cátedra.
Periodismo, sino que se ha propuesto Este trabajo fue posible también
interrogarlas, para saber cuánto po- gracias al apoyo de la Subsecretaría
dían aportar al esclarecimiento de de Cultura del Gobierno de la Pro-
nuestro asunto. Jorge Luis Borges es- vincia de Santa Fe a través de la edi-
cribió que “ninguna teoría es impor- ción 1998 de su programa“Becas
tante; lo importante es lo que se hace para todos” para el estudio del gé-
con ellas”, y ese ha sido exactamente nero policial bajo la tutoría de Elvio
el espíritu que ha presidido este traba- E. Gandolfo.

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