Está en la página 1de 5

3.17.

LA TERMINOLOGÍA ESPECÍFICA EN LOS VIAJEROS ROMÁNTICOS: MECANISMOS


LINGÜÍSTICOS
Paloma López Zurita
Universidad de Cádiz

Publicado en Bocanegra, A., Lario, C., López, P. (eds.) (1999), Enfoques Teóricos y Prácticos de las Lenguas Aplicadas a
las Ciencias y a las Tecnologías. Págs. 318-322. Cádiz: Dpto. Filología francesa e Inglesa de la Universidad de Cádiz.
ISBN: 84-89609-32-2.

Introducción. Breve panorama histórico

Los siglos XVIII y XIX son testigos de una gran afluencia de viajeros de habla inglesa a nuestro país. Sin embargo,
un siglo de diferencia supone un cambio notable desde el punto de vista de la Literatura que estos viajeros producen. Sus
escritos nos plasman la realidad de dos épocas con concepciones del mundo bastante divergentes, como son la Ilustración y
el Romanticismo.
Durante el primer periodo los viajes formaban parte de la educación de las clases pudientes, conformando el
llamado Grand Tour,que se basaba principalmente en un recorrido por Francia, Italia, Países Bajos y Europa Central, entre
los que no se incluía España, cuya imagen ante Inglaterra era aún la de un país enemigo. Por ello, los visitantes de esta
época suelen ser de menos importancia que en el futuro y, salvo el corto viaje de Arthur Young por Cataluña, los escritos
tenían como autores a diplomáticos, comerciantes y militares, mayoritariamente (Guerrero, 1990).
Gómez de la Serna (1974) nos ofrece una clasificación de los tipos de viajes Ilustrados que nos muestra el afán
científico del momento:
* Viajes Económicos;
* Viajes Científico-Naturalistas;
* Viajes Artísticos;
* Viajes Histórico-Arqueológicos; y
* Viajes Literario-Sociológicos.
Ana Clara Guerrero (op.cit.) nos da otra clasificación de estos mismos viajes en:
* El viaje clásico: en boga durante la primera mitad del s. XVIII, en el que la admiración por el clasicismo hace que
su objetivo prioritario sea Italia.
* El viaje Filosófico o Ilustrado: que surge en la segunda mitad de siglo y cuyo principal interés radica en extender
el conocimiento y estudiar las causas de las diferencias entre países.
* El viaje pre-romántico: El placer o las emociones comienzan a ganar terreno frente al afán por instruir y se va
conformando poco a poco el espíritu romántico.
Sin embargo, pese a que es el espíritu Ilustrado el que impera en todos los escritos producidos a raíz de los
mencionados tipos de viajes, éstos solían ser de tan poca duración y las relaciones de los viajeros se solían constreñir tanto a
aquellos que compartían su misma nacionalidad o lengua que, aunque pretendieran lo contrario, suelen caer en imágenes
nacionales estereotipadas y tópicos que darán lugar en el siguiente siglo a la imagen de España como país romántico por
excelencia frente al resto de Europa.
Durante el siglo XIX las circunstancias generales van a cambiar produciendo un fuerte incremento de viajeros a la
Península y configurando una importante Literatura de Viajes sobre nuestro país. Las causas de este auge son varias: Desde
el punto de vista político o bélico, es una época de enfrentamientos en los que están involucrados ejércitos franceses e
ingleses. Una vez finalizadas tales confrontaciones, los ejércitos vuelven a sus países de origen, dando a conocer allí los
lugares donde han estado. Al mismo tiempo, sucesos como la guerra de la Independencia, las Cortes de Cádiz, etc. hacen
correr por el resto de Europa noticias sobre España.
Paralelamente, nos encontramos con el triunfo de la corriente romántica en Europa que supone para España el
resurgir de unos valores antes olvidados, como son la Literatura de los Siglos de Oro o la huella de la cultura musulmana en
la arquitectura árabe (el arte español se descubre en gran medida debido a los saqueos por parte de los invasores franceses).

318
En Europa comienza a hacerse cierto tipo de “turismo”, en donde la imagen acuñada para nuestro país ya en el siglo anterior
como lugar salvaje, exótico, atrasado a
causa de la ineptitud de sus gobernantes y proclive a los excesos, atrae cada vez más al viajero en busca de esa imagen
tópica de España de pandereta donde se ensalzan las -para ellos- cualidades raciales hispánicas y donde todos los españoles
parecen ser toreros, gitanos, contrabandistas o bandoleros, y todas las mujeres esconden bajo su mirada a la tan buscada y
deseada Carmen1. Esta visión distorsionada hasta la caricatura se debe en parte al desconocimiento de la realidad, del
terreno y del idioma, ante lo que llegan con prejuicios establecidos de antemano (no hay que olvidar que, como protestantes,
suelen elogiar el periodo musulmán y aborrecer la decadencia en la que se suma el país desde los tiempos de la reconquista),
bien procedentes de aquellos que les han precedido en su periplo o extraídos de los arquetipos recobrados de la literatura
española.
Si a todo ello unimos el fuerte contraste climático entre su país de origen y el nuestro y el hecho de que los propios
nativos potencian esa imagen, pues en el fondo les gusta el tópico “España es diferente”, es posible entender que esos
tópicos arraigaran de tal manera en el concepto del país, que incluso hayan llegado hasta hoy en día y sigan conformando
para muchos la imagen, si no de toda España, sí al menos de Andalucía, desafortunadamente incluso para los propios
españoles de otras comunidades autónomas.
Si bien la clasificación de los libros de viajes durante la Ilustración se llevaba a cabo atendiendo al tema al que se
referían, en este caso, por el contrario, seguiremos a Bernal Rodríguez (1985), que nos aporta una visión cronológica de los
mismos durante el periodo romántico. Así, los clasifica en:
* Libros escritos antes de 1808: En ellos el espíritu Ilustrado aún permanece vigente con fuerza.
* Libros escritos por extranjeros venidos a causa de la Guerra de la Independencia.
* Libros de los viajeros románticos: Sobre todo durante el segundo cuarto de siglo, que supuso el periodo más fructífero de
la época.
* Libros escritos después de 1850: Diversas mejoras en la calidad de vida, como son aquellas derivadas del desarrollo del
ferrocarril, o de otra índole, como la creación de la Guardia Civil pasan a hacer el viaje por nuestro país algo más seguro,
por lo que va perdiendo aliciente y originalidad.

Implicaciones terminológicas:

Esta literatura ha sido estudiada por muchos investigadores, pero suele hacerse desde el punto de vista literario o
social. Sin embargo, la confrontación cultural que se produce en estos libros junto al desconocimiento de nuestro idioma por
parte de sus autores, da lugar a unos textos bastante peculiares desde el punto de vista lingüístico, en donde las
interferencias entre la lengua materna del autor y la realidad cultural ajena que quiere plasmar se intentan saldar con
técnicas recurrentes en casi todos los escritores. Son además textos que, debido a todos los factores anteriormente
reseñados, cubren un amplio espectro informativo en el que la mayoría de las veces el autor se mueve en el ámbito de las
terminologías y no del vocabulario general. Este hecho, que a primera vista podría parecer una ventaja para el escritor,
teniendo en cuenta que tradicionalmente las terminologías se han considerado meras enumeraciones unívocas y precisas de
la realidad conceptual y, por lo tanto, objeto de traducción casi directa y sin problemas, es en realidad un obstáculo a
superar. La precisión que se supone en un término se ve en estos casos difuminada por el desconocimiento de la realidad por
parte del escritor. De ahí que los conceptos a menudo no reciban la información añadida por las denotaciones del contexto y
se produzcan casos peculiares típicos de esta Literatura y de cualquier foráneo que se involucre en el cometido de traducir
una realidad cuyos contenidos o lengua no domina. Se dan así casos en los que no se identifican adecuadamente los
correlatos polisémicos, no se percibe el sentido real de los términos y a menudo se recurre a extranjerismos para solventar el

1
Para más información sobre los factores que produjeron este inusitado incremento en los viajeros y la Literatura de Viajes en el s. XIX,
cfr. Bernal Rodríguez, Manuel (1985) La Andalucía de los Libros de Viajes del siglo XIX (Antología), Sevilla: Biblioteca de la Cultura
Andaluza, y López Ontiveros, A., “El paisaje de Andalucía a través de los Viajeros Románticos: Creación y pervivencia del mito andaluz
desde una perspectiva geográfica”, en Gómez Mendoza, J.; N. Ortega Cantero et alii (1988),Viajeros y Paisajes, Madrid: Alianza
Universidad, entre otros.

319
problema de la forma más fácil. De la misma manera, nuestros alumnos, al enfrentarse a una segunda lengua que no
dominan totalmente, en contextos específicos concretos cuyas realidades extralingüísticas no son siempre equivalentes
aunque lo parezcan, tienden a superar esos problemas mediante mecanismos análogos a los utilizados por estos autores.
Noya Gallardo (1993) realizó un estudio léxico y lingüístico de la terminología vinícola jerezana utilizada por escritores de
lengua inglesa en el que puntualiza que el esquema más usual seguido por los diferentes autores estudiados es: préstamo +
calco + perífrasis, varias formas para designar un mismo concepto, en el afán de superar ese desconocimiento
anteriormente mencionado y de trasladarlo a la lengua de destino sin lugar a dudas.
En los distintos ejemplos objeto de esta comunicación podremos observar que dicho esquema continúa repitiéndose
en los campos estudiados y que las interferencias de todo tipo entre ambas lenguas son continuas. Al fin y al cabo, es un
recurso lógico que todos solemos utilizar si no estamos convencidos de la equivalencia total entre traducciones: acudimos a
las perífrasis explicativas. Es más, a veces encontramos casos de casillas léxicas vacías en un idioma debido a que hasta ese
momento dicha realidad no ha existido, o simplemente a la estructura interna de esa lengua. En esos casos se suele adoptar
un extranjerismo cuya explicación para el neófito no puede ser otra que la de la perífrasis o el calco; es el claro ejemplo del
término Management, utilizado por los estudiantes y profesionales de la empresa, cuya posible traducción en cualquiera de
los diccionarios especializados supera al menos las tres líneas (González; Lario; López : en prensa).

Casos concretos:

A continuación hemos realizado una selección de términos que ejemplifican todo lo anterior. En este caso hemos
incluido aquellos que puedan parecer más curiosos, interesantes o relacionados con el ámbito en el que nos encontramos :
Uno de los campos que presentan mayor dificultad de interpretación y traducción debido a que conforma parte de
una estructura diferente es el político-administrativo. La mayoría de los viajeros comienzan mostrando las divisiones
existentes en este sector junto con las geográficas. Los problemas comienzan a planteárseles desde el principio. Tan sólo,
por ejemplo, al afrontar el tema del idioma o de cómo referirse a los españoles en general, la terminología no les queda nada
clara:
(...) hence `castellano´, castilian, is synonymous with Spaniard, and particularly with the
proud genuine stock. `Castellano á las derechas´ means a Spaniard to the backbone; `Hablar
castellano´, to speak castillian, is the correct espression for speaking the Spanish language.
(Ford, R., 1846:10)

En este caso, Richard Ford incluye tras el calco directo del término una perífrasis explicativa para concretar el
sentido hiperónimo de castellano,igual a español.pero también añade correlatos polisémicos acertados: una frase hecha en la
que se añaden connotaciones sociales o políticas particulares y, finalmente, la acepción referida al idioma, en la que vuelve
a iterar el tan usado esquema – expresión española incorporada al texto inglés como préstamo esporádico + -calco (en este
caso tanto conceptual como estructural) + perífrasis explicativa. Sin embargo, el término español/castellano engloba a su
vez una serie de expresiones intraidiomáticas salvables para un escritor de habla inglesa tan sólo a través de perífrasis
explicativas:

`mi paisano´, my fellow-countryman, or rather my fellow-countyman, fellow-parishioner,


does not mean Spaniard, but Andalucian, Catalonian, as the case may be. (Ford, R., op.cit.:11).

Aquí podemos observar cómo el término paisano, empleado por un español hacia otro español, funciona como
hiperónimo en nuestra lengua, pues se aplica en todos los casos, ya nos estemos refiriendo al país, a la provincia o a la
ciudad. Sin embargo, esta casilla léxica no existe en inglés y ha de ser completada a través de expresiones perifrásticas cuyo
sentido englobe áreas de influencia menores: fellow-countryman /countyman /parishioner.
Sin embargo, esta división constante del territorio y sus habitantes queda solventado confiriendo la idea de una
patria total: “La patria, meaning Spain at large (...)” (Ford, R., op.cit.:12), en donde con el mismo objetivo de suplir una
casilla léxica vacía en la lengua inglesa, el autor recurre de nuevo a la perífrasis, o bien continúa añadiendo información

320
sobre el sentido patriótico del país, ocasión que no desaprovecha para incluir la irónica crítica que subyace en todos sus
escritos sobre España:

The much-used phrase Españolismo expreses rather a `dislike of foreign dictation´


and the `self estimation´of Spaniards, españoles sobre todos, than any real patriotic
love of country, however highly its excelences and superiority to every other under
heaven. (Ford, R., op.cit:13)

Continuando con la división administrativa del momento, encontramos dificultades a la hora de hablar de Madrid:

In fact the king was the state, and wherever he fixed his head-quarters was the court, La
Corte, a word still synonymous with Madrid, which now claims to be the only residence of
the Sovereign -the residenz, as Germans would say. (Ford, R, op.cit.:11)

Comprobamos la problemática anteriormente mencionada por el número de expresiones -hipónimas en este caso-
necesarias para aclarar un mismo concepto: headquarters (interpretación), court (calco), Corte (préstamo esporádico),
Madrid (localización), residence of the Sovereign (perífrasis explicativa) y hasta un término en otro idioma: residenz.
Una muestra de la incapacidad de traducción de estos términos es el hecho de que muchos de ellos se hayan
incorporado al inglés como préstamos procedentes del español o como xenismos2 Es el caso de Junta: “... on the contrary,
in the hour of need they had, as at present, a constant tendency to separate into distinct juntas, “collective” assemblies,
each of which only thought of its own views (...)” (Ford, R., op.cit:12). En esta cita, Richard Ford añade una perífrasis
explicativa del término que implica el poco uso que se hacía de éste, ya que existe como préstamo consolidado en la lengua
inglesa: “2 a deliberate or administrative council in Spain and Portugal, Sp. & Port. f. L. juncta,fem. past part.” (Onions,
1994).
Encontramos otros ejemplos en:
Alcalde : “the alcalde or mayor of the town” (Chapman, 1893:67), término que fue incluido en la lengua inglesa en el s.
XVII con la acepción “Magistrate in Spain and Portugal. XVII from Spanish Alcalde, alcaide, from arab al-qadi “the
judge”. (Onions, op.cit.)
Infanta/e: “(...) the Virgin, it must be remembered, after whom this Infanta was named (...)” (Ford, R., op.cit:13), asimilado
como préstamo en el s. XVII con la acepción “Prince/princess of Spain and Portugal”. (Onions, op.cit.)
Y muchos otros como alcayde, corregidor, caballero, grandee, hidalgo, don, etc. Sirvan éstos como botón de muestra.
La inestable situación política por la que discurría España durante la época tratada también se refleja en el
vocabulario utilizado por estos viajeros y por su incorporación al idioma inglés:

(...) accordingly she (France) has always endevoures to dismatle the Spanish defences
and to foster insurrections and pronunciamientos in Catalonia. (Ford, R., op.cit:29)
(el paréntesis es mío).
Popular cries and pronunciamientos. (Chapman, op.cit. 327)

Aunque el primer autor utilice pronunciamientos en cursiva, como si fuera un término extranjero, la importancia de tal
realidad hizo que se configurara como préstamo dentro del corpus inglés (“Manifesto, XIX (W. Irving) from Spanish

2
Según Mª Teresa Cabré (1993), por xenismo se entiende:
“...un caso distinto a los préstamos, ya que son denominaciones de otras lenguas -y no términos prestados- que
designan conceptos culturalmente idiosincráticos de la lengua a la que pertenecen: samurai, condottiero,
perestroika. Si los “xenismos”, al final de un proceso, llegan a designar un concepto propio también de la lengua
de llegada (circunstancia que ocurre frecuentemente) pasan a considerarse préstamos.”
321
Pronunciamiento, from Latin pronuntiare” (Onions, op. cit.), precisamente en el siglo XIX. En español fue acuñada en 1817
(por razones obvias políticas y sociales). Estas convulsiones bélicas también produjeron que un término español procedente
del germánico occidental wera (discordia, pelea), acuñado en el siglo XVI en nuestro idioma como guerrilla para definir el
peculiar modo de defensa/ataque español, se introdujera durante la época de conflictos bélicos de 1808 a 1814 en el francés
(guérrilla) e inglés (guerilla) como préstamo. Es curiosa la perífrasis explicativa que
Richard Ford (op.cit.:29) da del término: “When the tocsin bells ring out, a hornet swarm of armed men, the weed of the
hills, starts up from every rock and brake.”
Sirva esta peculiar forma de definir lo que es la guerrilla, que nos muestra cómo hemos de recurrir a distintos
mecanismos lingüísticos para plasmar un significado, cuando la realidad existente en determinado lugar es desconocida en
nuestro propio entorno, para finalizar este breve estudio de los problemas de interpretación del vocabulario específico en los
viajeros de habla inglesa del siglo XIX.

Bibliografía
• Anónimo (1851) Notes on an Attaché in Spain in 1850. London: Richard Bentley.
• Bernal Rodríguez, Manuel (1985) La Andalucía de los Libros de Viajes del siglo XIX (Antología), Sevilla:
Biblioteca de la Cultura Andaluza.
• Borrow, George (1843) The Bible in Spain.Londres: J. Murray.
• Cabré, Mª Teresa (1993) La Terminología. Barcelona: Antártida/Empuries.
• Clavijo Provencio, Ramón (1989) Jerez y los Viajeros del XIX. Jerez: B.U.C.
• Clavijo Provencio, Ramón (1997) Viajeros Apasionados. Jerez: Diputación Provincial de Cádiz.
• Corominas, Joan (1994) Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana. Madrid: Gredos.
• Cuevas, Jesús de las (1974) Cádiz y los Viajeros Románticos. Cádiz: Publicaciones de la Caja de Ahorros de
Cádiz.
• Chapman, A. (1893) Wild Spain. Londres.
• Ford, Richard (1845) A Handbook for Travellers in Sapin and Readers at Home. Londres: John Murray.
• Ford, Richard (1864) Gatherings from Spain, Londres: John Murray.
• García Doncel, Mª del Rosario (1984) Una Nueva Visión de Cádiz a través de un Viajero Inglés: Richard Ford.
Cádiz: Diputación Provincial.
• Gómez de la Serna, R. Los Viajeros de la Ilustración, Madrid: Alianza .
• Gómez Mendoza, J.; N. Ortega Cantero et alii (1988) Viajeros y Paisajes, Madrid: Alianza Universidad.
• Guerrero, Ana Clara (1990) Viajeros Británicos en la España del s. XVIII. Madrid: Aguilar Maior.
• González, P.; Lario, C.; López, P. “Interferencias Léxicas Interlingüísticas de los términos “management” y
“enterprise” (francés, inglés, español), en prensa.
• López Zurita, Paloma (1995) “Viajeros de Habla Inglesa en la Andalucía del XIX: Interferencias Lingüísticas y
Problemas de Expresión”, en Trivium,nº 7, pp.389-403.
• Noya Gallardo, Carmen (1993) La terminología Vinícola Jerezana en Inglés.Cádiz: Servicio de Publicaciones.
• Onions, C. T. (1994) The Oxford Dictionary of English Etimology. Oxford: O.U.P.

322

También podría gustarte