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World Government:

Política y Poder en el Siglo XXI

Adrian Salbuchi

Marzo 1995

Edicion Privada

ISBN: 950-43-7266-X

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Introducción
"Those who do not learn from history are condemned to re-live it".
- George Santayana -1

World Government. Con estas dos palabras inglesas proponemos señalar la meta ulterior de
un proceso político, económico y social que actualmente se encuentra en pleno desarrollo y que
conduce a un sistema de administración planetaria que conformará un Gobierno Mundial. El mismo
presupone un alineamiento ideológico y cultural lo que conlleva, dentro de un amplio abanico de
aspectos, que su lingua franca será el idioma inglés. Por ende, World Government no sólo describe
la realidad de este fenómeno que regirá la política y el poder en el siglo XXI, sino que también
transmite el espíritu que conformará el estilo estandarizado que se le pretende imprimir a la
civilización planetaria del tercer milenio.
Al abordar un tema de tal magnitud y complejidad, lo hacemos con un enfoque distinto
respecto de determinados aspectos relacionados con la política, lo social y lo económico. Para ello,
no hemos tenido acceso a información que no sea de naturaleza pública y fácilmente comprobable por
cualquier observador atento a los acontecimientos mundiales, aunque en la interpretación de esta
información hemos tenido en cuenta la influencia que ejercen determinadas corrientes y estructuras
menos conocidas y poco visibles que, no por ello, resultan menos importantes.
La velocidad vertiginosa con la que nos vemos bombardeados a diario con información,
datos, propuestas e ideas nuevas excede la capacidad individual de poderla absorber, analizar y
comprender. En nuestras tareas profesionales, en nuestra vida familiar y social, y en nuestro
desarrollo como ciudadanos dentro de una sociedad moderna, se torna cada vez más difícil poder
abarcar y utilizar el cúmulo de información que se encuentra a nuestro alcance. En rigor de verdad,
solo utilizamos una pequeña fracción de toda esta información. Gracias a las modernas
computadoras, a la gran cantidad de publicaciones, a los medios de comunicación y a la autopista
informática que ya se vislumbra para la década que viene, jamás hemos estado tan informados como
hoy ni tenido acceso a tan gigantesca cantidad de datos, estadísticas y explicaciones sobre una gama
casi infinita de temas, y a través de los más variados medios y canales.
Innegablemente, el habitante de cualquiera de las regiones industrializadas y urbanizadas del
planeta en este final del siglo XX, se ha convertido en una persona muy informada. Conocemos casi
al instante cuales son los hechos principales que ocurren en todas partes del planeta. Cientos, a veces
miles de millones de seres compartimos sorprendidos, convencidos, angustiados o complacidos una
gama infinita de hechos, ideas, teorías y hasta emociones, con un alto grado de simultaneidad y
uniformidad de alcance planetario.
Sin embargo, a pesar de estar informados como nunca antes, no podemos decir que
comprendamos claramente lo que acontece a nuestro alrededor. Ni siquiera sabemos si
comprendemos lo principal y esencial de ello. Una pregunta fundamental que se puede plantear es si
el enjambre de hechos, cambios y crisis económicos, revoluciones políticas y trastornos sociales que
hoy elevan a una región hacia el despegue económico y mañana sumen a otra en la guerra y la
desesperanza, reflejan hechos meramente casuales o si existen determinados patrones direccionadores

1
George Santayana (1863-1952, Filósofo y escritor estadounidense) - “Aquellos que no aprenden de la historia están
condenados a revivirla.”
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que los alinea y orienta. ¿Podemos afirmar sin titubear que los hechos y cambios que se suceden a
diario ocurren de manera espontánea o que reflejan el devenir “natural” de los hechos? Si ello fuera
cierto, deberíamos, entonces concluir que el futuro de la humanidad también se rige en gran medida
por lo casual e impredecible, con lo que el mundo sería el resultado de fuerzas mayormente fortuitas.
Entonces, estaríamos tentados a prestarle atención a los agoreros de diversos apocalipsis
puesto que, de prevalecer lo espontáneo y casual en el desarrollo de los hechos y eventos
fundamentales que conforman al mundo, no podríamos sino concluir que devastadores hechos de gran
poder destructivo, incluso a nivel planetario, estarán siempre a la vuelta de la esquina. El destino de
la humanidad pendería, literalmente, de un hilo ya que hoy en día el hombre dispone de poder
destructivo para aniquilar varias veces toda vida sobre el planeta, sea por la bomba atómica, por las
epidemias o por los daños al medio ambiente.
No creemos que la realidad sea así, sino todo lo contrario; sin que ello implique reflotar
perimidas teorías deterministas de la historia que desde el racionalismo materialista de izquierda
hasta el conservadurismo miope de derecha han pretendido acomodar el devenir histórico para que
encuadre dentro de supuestas “leyes de la historia”. No creemos que existan tales leyes. Lo que
existe son las características y tendencias psicológicas del hombre que hacen que, individual o
colectivamente, se susciten y repitan determinados patrones de comportamiento. Esto nos puede
servir para comprender mejor los procesos históricos del pasado, y el desarrollo político, social y
económico del presente, con lo que estaremos mejor preparados para entrever su devenir futuro.
De manera que si a primera vista, los hechos que ocurren a diario en el mundo se manifiestan
como mayormente espontáneos - y de hecho, muchos de ellos realmente lo son - las corrientes
políticas, sociales e históricas que se conforman a través del tiempo obedecen a factores
determinantes que les imprime un alto grado de causalidad y direccionalidad. La idea de la
causalidad se refiere a cierto impulso ordenador que se verifica en las grandes corrientes del devenir
social, político y económico, mientras que la de la direccionalidad, señala el accionar de una
voluntad externa a estas corrientes que las dirige hacia determinadas metas.
Si sólo observamos los aconteceres diarios, sin considerarlos dentro de un marco ordenador
más amplio en relación a su evolución histórica, entonces la mayoría de éstos se nos presentan como
caóticos y, a menudo, carentes de todo orden y sentido, lo que genera ansiedad y confusión en la
sociedad. Así nos pueden parecer las guerras que se desatan en diversas partes del mundo, la
contaminación ambiental descontrolada, la banalidad cultural, la pobreza e indigencia desesperante
de vastos sectores de la población o la generalizada decadencia moral. En sus manifestaciones
superficiales, este mar de acontecimientos contemporáneos tan sólo nos revela la violencia de sus olas
y el caos de sus torbellinos. Pero, si analizamos los grandes cambios contemporáneos, tanto
aquellos que producen efectos positivos como los que resultan negativos, podemos identificar
poderosas corrientes cargadas de significado y causalidad.
Entonces, comenzamos a comprender que este amplio mar de los acontecimientos
contemporáneos resulta muy profundo, lo que nos obliga a bucear en sus oscuras aguas. Así se
comprueba que, debajo de esas olas y espuma, fluyen grandes corrientes y mareas que, aunque no
inmediatamente visibles, resultan sin embargo, de fundamental importancia. Más aún, a través del
tiempo estas corrientes profundas resultan ser lo único importante y capaz de generar cambios
perdurables.

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La moda intelectual hace que se hable de “olas” civilizadoras, como propone el
norteamericano Alvin Toffler1 e incluso de “olas” de democratización como sugiere más
recientemente otro estudioso estadounidense, Samuel Huntington2. La metáfora sólo es parcialmente
válida ya que, al igual que el mar, son las mareas las que silenciosamente suben e inundan playas y
tierras modificando el paisaje por largo tiempo, mientras que olas y espuma, aunque más visibles y
espectaculares, son eventos momentáneos de menor trascendencia. Por ello, más sirve comprender la
dinámica más sutil de las corrientes y mareas que limitarse a observar las más visibles olas.
De manera que este libro no pretende tanto informar, sino ayudar a comprender; a
desentrañar aunque sea una punta del hilo de la compleja madeja del acontecer actual. Apunta a
señalar diversos hechos y datos fácilmente comprobables, para luego atarlos o conjugarlos de una
manera distinta a la acostumbrada. Se pretende brindar una o varias claves que permitan
reinterpretar hechos, eventos y procesos históricos, sociales y políticos, lo que permite una nueva
visión del mundo actual y - más importante aún - una nueva visión del mundo futuro. Para ello, no
hace falta valerse de ningún archivo secreto ni revelar informaciones top secret de alguna agencia de
inteligencia. Aunque valoramos lo innegablemente interesante y esclarecedor que resultaría acceder a
información y documentación de este tipo que se mantiene a buen resguardo en archivos secretos y
confidenciales en Washington, Londres, París o el Vaticano, o incluso en los archivos de importantes
entidades privadas en esas y otras capitales del mundo.
Pero este tipo de información le está vedado al ciudadano común, por lo que debemos
conformarnos con aquella información pública y de fácil acceso para inferir cuál es la imagen real del
mundo, ya que esta información común lleva el sello y la marca del fuerte direccionamiento que
determinadas voluntades le imprimen.
Por eso, priorizamos la necesidad de comprender, más que el mero “estar informados”. En
la actualidad, a menudo el exceso de información genera cierta falta de comprensión en el hombre y
ello afecta, no tan sólo a los sectores de menor nivel educacional, sino a todo el mundo en general.
La dura realidad señala que en todas partes los estamentos de menor nivel de educación y
capacitación se encuentran demasiado abrumados y absorbidos por la urgente tarea de sobrevivir y
satisfacer sus necesidades mínimas de techo, comida y vestimenta para sus familias como para
interesarse o siquiera sentir la necesidad de estar mayormente informados, ni mucho menos, de
realizar el importante esfuerzo intelectual y moral que significa acceder aunque sea a un nivel
primario de comprensión sobre el mundo y de los hechos que en él acontecen.
Para estos cientos de millones de seres humanos, existe un amplísimo abanico de
entretenimientos, diversiones y pasatiempos que estructuran todo el tiempo libre o semi-libre del que
disponen, permitiéndoles descargar emociones, anhelos y frustraciones por medio de experiencias
sustitutas ingeniosamente programadas y propagadas por la prensa, la televisión, y demás medios de
comunicación social. Así se explica la gran importancia que ha cobrado en la vida social las
competencias deportivas de toda índole, que canalizan una parte de la agresividad del hombre por la
vía de la identificación con entidades que trascienden al individuo, como puede ser, por ejemplo, un

1
Alvin Toffler - The Third Wave - New York, 1980. Toffler propone tres grandes olas civilizadoras que identifica con
tres clases de organización social: las sociedades agrícolas y feudales de las Edad Media (Primera Ola); las
sociedades industriales urbanizadas capitalistas (Segunda Ola); y la actual incipiente sociedad post-industrial
altamente tecnificada y globalizadora (Tercera Ola).
2
Samuel Huntington - The Third Wave of Democratisation - New York 1993. En lo que va del siglo, identifica a tres
grandes olas de democratización que, según el autor, fueron neutralizando esquemas de gobierno no-democráticos o
totalitarios de distinto corte ideológico.
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club deportivo. Al mismo orden de fenómenos psicológicos pertenece el proceso de identificación
entre las generaciones más jóvenes con figuras-héroe de la música rock y del cine que plasman en
nuevas e insólitas formas la necesidad primordial de contar con modelos míticos y canalizar los
impulsos de rebeldía propios de adolescentes o de personas desorientadas. Este panorama del
pannem et circensses moderno se complementa con una verdadera artillería de juegos de azar,
loterías y bingos que ayudan a mantener una necesaria cuota de optimismo y expectativa colectivos.
En verdad, seguramente se generarían situaciones de peligrosa volatilidad social si las
mayorías conocieran los orígenes ulteriores de muchos de los acontecimientos que conforman su
destino, por lo que surge la necesidad de contar con verdaderas industrias de entretenimientos,
pasatiempos y diversiones coordinados a nivel mundial. Las propias palabras utilizadas para
describir estos procesos son, en sí mismas, señales elocuentes de que se procura conformar y
estructurar el tiempo libre de las mayorías. Así, por entretenimiento, se sugiere la necesidad de
demorar y detener - "entretener" - la atención del espectador; por pasatiempo, se le propone "pasar el
tiempo", implícitamente con un bajo o nulo nivel de esfuerzo mental, y por diversión - se entiende la
conveniencia de "divertir", o sea, "redirigir" su atención intelectual. Al impulsar estos fenómenos
comparables a “cortinas de humo” que enmascaran la realidad, el mundo sigue su curso mientras que
las mayorías se preparan para la siguiente jornada laboral.
Pero esta tendencia hacia la masificación cultural también puede observase entre gente de
mayor nivel educacional en todo el mundo, por más que en su desempeño laboral y profesional, este
estamento acceda a un cúmulo más amplio y complejo de información y teorías, las que conforman
su visión del mundo. Ello les permite convertirse en profundos conocedores - a menudo expertos - en
tan sólo un tema o disciplina o, a lo sumo, en un compacto conjunto de ellos. Con esta formación
intelectual focalizada en una profesión o especialización, el ritmo de los cambios y adelantos obliga
al profesional a realizar ingentes esfuerzos para mantenerse adecuadamente actualizado sobre todo
nuevo producto, método, información, proceso o desarrollo que afecte a sus actividades. Ello se
torna imprescindible para que pueda desempeñar eficientemente sus tareas en un medio
crecientemente competitivo.
Esta situación le permite disponer de cada vez menos tiempo libre para profundizar en el
análisis de otros temas que no se relacionen, en alguna manera, con sus actividades. Enfatizamos la
importancia de usar acertadamente la información, por cuanto hoy en día, la misma se ha
transformado en verdadera base de poder, a condición de que se la utilice acertadamente. En la
política, la economía y la sociología el uso acertado de la información se torna esencial para el logro
de una correcta comprensión de los procesos que afectan al mundo.
Por ello, este libro se focaliza en la evaluación de la compleja problemática relacionada al
poder, diferenciando para ello el poder formal - que es aquél que resulta fácilmente visible y
comprobable por su alto perfil - del poder real que, precisamente por ser concreto, suele a veces
mimetizarse y mantener un perfil bajo y discreto. A su vez, señalaremos algunas de las
organizaciones discretas a través de los cuales el poder real se coordina y manifiesta, lo que conduce
a evaluar la relación transitoriamente conflictiva existente entre el poder público, hoy crecientemente
limitado al ejercicio del poder formal y el poder privado, que se transforma en aglutinador del poder
real en el planeta. Insistimos: este proceso en la evolución de la política y de las estructuras
sociales es comprobable a través de la reinterpretación de un amplio conjunto de hechos y procesos
del mundo contemporáneo, por más que a primera vista, los mismos resulten muy diversos y hasta
inconexos.

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Cuando hablamos de política, a su vez, lo hacemos en la acepción tradicional del vocablo
que abarca a la totalidad de las actividades y hechos relacionados con la sociedad. Así definida, la
política no puede desentenderse de ninguna actividad desarrollada en el seno de la comunidad: desde
las más positivas y constructivas que deben aprovecharse en su beneficio, hasta las más nocivas y
negativas que deben neutralizarse aún a costa de grandes sacrificios. Este es el ámbito de la
política, que se manifiesta detentando el poder real, a través de estructuras acordes, que durante
varios siglos las conformó el Estado-nación soberano. El mundo se encuentra actualmente
transitando por un cambio fundamental en la naturaleza de las estructuras a través de las cuales se
ejerce el poder político, que se alejan del esquema del Estado-nación a medida que se plasman en
nuevas instituciones aún embrionarias.
Diversas razones han determinado que este complejo proceso no se manifieste con toda
nitidez y claridad hasta tanto no haya madurado lo suficiente, lo que actualmente inhibe su fácil y
rápida comprensión. Se trata de un proceso dinámico, en pleno desarrollo y evolución que está
transformando al mundo de una manera tan profunda y completa que, como actores obligados en este
drama contemporáneo, no alcanzamos a visualizar esas nuevas formas globales dentro de las cuales
vivimos. Como el proverbial árbol que no permitió ver al bosque, quedamos confundidos por el
cúmulo de impresiones superficiales que deben ser superadas si hemos de profundizar en esta
compleja y novedosa problemática. Vemos las olas momentáneas del cambio pero aún no
comprendemos que son las corrientes y mareas las que modifican en forma permanente el entorno.
De manera que el devenir contemporáneo cobra una faceta de direccionamiento que no
resulta fortuita sino que refleja el rumbo que le imprimen las voluntades de personas con ideas,
intereses y proyectos concretos que ejercitan el poder real. Este poder lo detentan grupos de
hombres y mujeres con profundo conocimiento no solo de como se lo ejerce y consolida en un
espacio político determinado, de manera que abarque la mayor extensión y cantidad de actividades
posibles, sino también en el tiempo, para que su control se propague hacia el futuro. Estos grupos
dirigentes incluyen también a estudiosos de la historia de la que sacan las conclusiones necesarias a
fin de evitar repetir los errores del pasado
Hoy en día, han quedado superados aquellos sistemas políticos en los que el poder real lo
detentaba un solo hombre. Si bien el rey, el caudillo o el líder han signado la historia de imperios,
naciones y países, conformando el sello y estilo de distintas eras y épocas a través de siglos y
milenios, el mundo actual se ha vuelto demasiado complejo y los resortes del poder real demasiado
poderosos como para confiarlos a un hombre. La historia misma nos demuestra que cuando todo
depende de un hombre - Alejandro en Grecia, Carlomagno en Europa, Napoleón en Francia o Stalin
en Rusia - la volatilidad de su voluntad, a menudo mareada por un poder casi absoluto como así
también la fatalidad de su inevitable desaparición física, han hecho que imperios y naciones centrados
en hombres providenciales terminaran convirtiéndose en entidades inestables y fácilmente
fracturables.
Estos proyectos reales e imperiales de mon-arquía - el gobierno de un hombre - aún a pesar
de determinados esquemas de traspaso de poder por herencia - biológica dentro de una dinastía o
ideológica dentro de la nomenklatura de un partido - jamás lograron brindar consistencia y
estabilidad a la necesaria continuidad en el tiempo que todo proyecto imperial presupone. El
resultado final siempre condujo al desmembramiento o desaparición de los imperios y estados
gobernados de esta manera puesto que, a pesar de lograr gran poder en un determinado espacio con
regímenes altamente centralizados y a menudo simbolizados por un solo hombre, el costo ha sido su
gran debilidad a través del tiempo.
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Hoy en día comprobamos la existencia de conjuntos de hombres - bastante numerosos - que
únicamente dentro del ámbito de esos mismos conjuntos o grupos, detentan poder real para orientar,
dirigir e impulsar políticas de alcance mundial. Estos conjuntos de hombres adoptan mecanismos
para que ninguno de sus miembros cobre excesiva relevancia o detente demasiada autonomía en su
accionar. Se prioriza permanentemente la consolidación y crecimiento de su poder en el tiempo por
encima de consideraciones transitorias de centralización en el espacio. Su estrategia es flexible y
moderadamente descentralizada y aunque los países del primer mundo conforman las regiones desde
dónde se ejerce el poder real sobre el planeta sería erróneo interpretar que exista una "sede" o
"centro" geográfico como tal. No la tiene por que no la necesita, pues ello iría en contra de su
estrategia de dispersión y globalización del poder que, gracias a las tecnologías modernas, se ha
instaurado como novedoso esquema. Las telecomunicaciones y las redes informáticas permiten
rediseñar totalmente la manera en que el poder político se administra.
Sería ocioso pretender determinar cuantos hombres y mujeres detentan el poder real en el
mundo actual. Muy pocas personas deben conocer esto con precisión. Si tuviéramos que arriesgar
una cifra, diríamos que se trata de "varios miles” de personas que ejercen influencia ocupando, la
mayoría de ellas, puestos de relativamente baja notoriedad, dentro de estructuras de gran poder y de
alta continuidad en el tiempo. Esto último es de determinante importancia pues todo proyecto con
metas a mediano y largo plazo necesita como conditio sine qua non que sus miembros ejerzan sus
funciones a largo plazo y que sus reemplazos sólo se produzcan cuando se torne necesario para el
correcto desenvolvimiento de esas funciones. En tales casos, esos reemplazos sólo se realizan con
personas muy cuidadosamente seleccionadas para tal fin.
Esta probada metodología, bien conocida y aplicada, por ejemplo, en toda empresa moderna
también ha regido desde hace muchos siglos a cuerpos tradicionales como son las fuerzas armadas de
casi todos los países u organizaciones religiosas como la Iglesia Católica. Una destacable excepción,
sin embargo, es su casi nula aplicación en los mecanismos de acceso al poder en el Estado-nación
moderno.
Los aproximadamente ciento ochenta países que hoy comparten el planeta han adoptado
sistemas de gobierno nominalmente democráticos o cuasi-democráticos. Ello condiciona la manera
en que los estados modernos evolucionan, ya que al basarse en esquemas de alternancia y
discontinuidad en el ejercicio del poder propios de la democracia, no logran desarrollar sólidos planes
de gobierno a mediano y largo plazos necesarios para conducir los procesos políticos, económicos y
sociales que el ejercicio del poder real exige.
Así, se permite el acceso transitorio de personalidades de la política a las estructuras de
poder formal de los Estados-nación modernos, pero ello sólo después de transitar por costosas y
desgastantes campañas políticas universalmente necesarias para captar la, a menudo, caprichosa y
volátil voluntad del electorado. Esta así-llamada voluntad popular, como ya señalamos, adolece de
gran parte de la información y, más importante aún, de una adecuada comprensión de los hechos
condicionantes y de las complejas medidas que deben implementarse desde los distintos niveles y
áreas de gobierno para conformar un futuro deseable para cada país, cada región y para el mundo
entero.
Regir los destinos de una nación implica una enorme y compleja tarea que requiere de
medidas y decisiones de alto calibre cualitativo pero que hoy en día indefectiblemente queda
subordinada a los resultados cuantitativos de variados procesos electorales. Este panorama se torna
particularmente complejo y crecientemente inoperante cuando comprobamos que, al poco tiempo de
acceder a las estructuras del poder formal, los gobernantes en países nominalmente democráticos
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deben invertir gran parte de su tiempo - a veces todo su tiempo - en mantener sus ratings de
popularidad y preparar campañas reelectorales, lo que les inhibe volcar la dedicación, el tiempo y la
voluntad imprescindibles para llevar a cabo las tareas de gobierno para las que fueron elegidos.
Con el tiempo, este fenómeno ha generado cierta unilateralidad en la configuración
psicológica de buena parte de las dirigencias políticas en todo el mundo. En la actualidad, el tipo de
hombre y mujer que se fija como meta acceder a un puesto relevante en cualquier área de gobierno, a
menudo refleja un perfil psicológico que lo torna ética y profesionalmente poco apto para ejercerlo.
Una causa fundamental de ello radica en el hecho de que el principal, sino único, vehículo de
militancia política en los países democráticos lo conforma los partidos políticos y éstos mantienen
una dependencia casi total sobre lo económico. Dentro de las estructuras de los partidos políticos
ello ha generado crecientes niveles de corrupción que luego se transfieren al estado cuando éstos
partidos y sus dirigencias ganan elecciones. Destacamos esta fenómeno no tanto por la manera
negativa en que ello afecta a las dirigencias políticas, sino más bien porque el mismo genera el
creciente desprestigio del estado moderno, ya que la opinión pública identifica al estado como
principal causante de muchos de los males sociales, económicos y políticos que la afligen, cuando en
realidad, esos males no son necesariamente ocasionados por el estado en sí sino, más bien, obedecen
a fallas en los mecanismos a través de los cuales las dirigencias políticas acceden a cargos de
gobierno dentro del estado.
Los estamentos que detentan el poder real comprueban que a raíz de este fenómeno de
desprestigio del estado el poder de éste se torna crecientemente formal, por lo que de manera alguna
resulta un canal idóneo para planificar, organizar, ensayar, impulsar y dirigir amplios procesos
políticos, económicos y sociales que abarquen décadas enteras. No obstante ello, y como reflejo de
sus estrategias, muchos miembros del estamento que detenta el poder real acceden a determinados
puestos clave en las estructuras de los Estados-nación, especialmente en el mundo industrializado, ya
que ello conforma un canal que permite instrumentar medidas transitorias, necesarias para la efectiva
consolidación de las estructuras embrionarias del nuevo orden mundial, coincidan aquellas o no con
las conveniencias del estado que gobiernan.
El mundo actual brinda la posibilidad sin precedentes históricos, de que el ejercicio del poder
real no quede circundado a un determinado país, región o imperio sino que abarque a la totalidad del
planeta. Como todo poder político, el que impulsa este nuevo orden mundial no puede desentenderse
de ningún aspecto que haga al quehacer humano, por lo que solo podrá verse sólidamente consolidado
una vez que logre abarcar, controlar y supervisar todas las actividades humanas. No tanto porque
desee hacerlo, sino más bien porque cualquier actividad u organización no supervisada podría
evolucionar hacia formas que representen desafíos y amenazas directas o indirectas a su futuro
ejercicio del poder mundial.
La evolución del poder ha sido evaluada por pensadores contemporáneos como Zbigniew
Brzezinski y Alvin Toffler quienes enseñan que si bien en la antigüedad y hasta el fin de la Edad
Media, la base del poder real se sustentó sobre la propiedad y el control territorial - siendo el
terrateniente el símbolo del poder real - en la Era Moderna, como consecuencia de las
concentraciones industriales en grandes centros urbanos, el poder real quedó en manos de hombres,
grupos e intereses que controlan el capital y cuyos conocimientos dominan los procesos industriales.
El gran motor dinamizador en lo económico, lo social y lo cultural en el mundo moderno han sido las
grandes concentraciones de capital requeridos por el industrialismo que en su evolución durante el
siglo XIX y, principalmente, el siglo XX brindó a la humanidad algunos de sus más maravillosos

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logros científicos y tecnológicos que derivaron en mejoras materiales y sociales para el hombre. pero
que al mismo tiempo han sido causa de guerras y graves injusticias.
Indiscutiblemente, en el mundo moderno gran parte del poder real se ha concentrado
alrededor del capital, el cuál en el inicio de su desarrollo a veces generó condiciones laborales y
sociales inicuas en los países industrializados. Como reacción a ello, a principios de siglo muchos
millones de personas creyeron ver en el marxismo una alternativa distinta al capitalismo, sin
comprender que se seguía manteniendo la sacrosantidad del poder real del capital - ahora en manos
del estado - aunque dentro de un sistema mucho más inicuo e ineficiente y significativamente menos
creativo.
Con el ocaso definitivo del antagonismo económico entre capitalismo y marxismo que marcó
buena parte del siglo XX, el mundo se enfrenta hoy a una situación novedosa, consecuencia directa
de la globalización del poder real: la migración del poder hacia estructuras eminentemente
privadas (o, al menos, no-públicas) que se plasma en instituciones totalmente nuevas. Aunque lo
económico siga siendo motor casi único para el moderno homo economicus de fines del siglo XX,
los pensadores del siglo XXI ya propagan un nuevo conjunto de paradigmas que señalan que el poder
real se sustenta no tan sólo sobre el capital sino sobre la información y el conocimiento.
Claramente, esta es la más importante de las nuevas reglas de juego para la Era Post-moderna: la
Información es Poder.
La gran transformación que hoy comprobamos en las economías de escala, es, en gran
medida, la transformación de las estructuras económicas privadas del planeta que buscan readecuarse
y reagruparse para operar dentro del nuevo y dinámico marco de la economía globalizada. De ahí el
énfasis sobre enfoques empresarios dinámicos como la reingeniería con el que se procura
rediagramar y replanificar a la empresa moderna, el down-sizing, mediante el cual se procura
determinar el tamaño ideal de las organizaciones económicas, algunas de las cuales resultan
demasiado rígidas y burocratizadas, y más importante aún, la eficientización de todos los procesos
industriales. Estas son sólo algunas de las técnicas, métodos y pautas del management empresarial,
cuyo principal fin es lograr clases gerenciales más y más capacitadas, ágiles y permeables, listas a
reaccionar rápidamente ante cambios profundos y repentinos. Estos conceptos también tienen su
reflejo sobre las estructuras del Estado-nación aunque aquí su principal efecto consiste en reducir y
limitar el tamaño y alcance del estado. Los Estados Unidos, por ejemplo, se encuentran inmersos en
el programa del Vice-Presidente, Al Gore, de “ReGo” - Reinventing Government, con el cual se
pretende adecuar a ese importante estado a las exigencias del nuevo orden mundial, reduciendo su
tradicional tendencia hacia el big government que desde épocas de Woodrow Wilson y Franklin D
Roosevelt fuera tan importante motor de crecimiento.
Las herramientas para lograr esta transformación se encuentran crecientemente al alcance de
los estamentos dirigenciales en la forma de capacitación, computadoras, redes informáticas y acceso
a bancos de datos de todo tipo. Los medios de comunicación social complementan este proceso
educativo tendiente a crear en las áreas regidoras del planeta un nutrido estamento dirigencial
selectiva y altamente informado, capacitado y muy eficiente. La pregunta planteada, sin
embargo, sigue en pié: ¿se comprende hacia dónde evoluciona todo este proceso mundial?
A decir verdad, raramente se necesita comprender el entorno macro en el que se está inserto
para desarrollar funciones operativas puntuales con éxito, seguridad y eficacia, puesto que la
mayoría de ellas son puntuales y, para la mayoría de nosotros, microeconómicas. O sea, quedan
circunscriptas a una organización empresaria o profesión, por lo que resulta suficiente con estar
informados y capacitados acerca de esa empresa o profesión.
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Ya hemos dicho que todo profesional o gerente de empresa realiza grandes esfuerzos para
mantenerse bien informado por lo que dispone de poco tiempo para la más compleja problemática de
comprender la evolución de estos procesos macro en pleno desarrollo, muchos de los cuales aún se
encuentran a varias décadas de consumarse. Este estamento dirigencial se halla demasiado sumido en
la problemática del hoy como para preocuparse sobre el mañana. Como lo manifestara uno de los
máximos exponentes del management moderno, el austríaco Peter Drucker durante un seminario
realizado en Buenos Aires a mediados de 1994, la exigencia de estar informados ha determinado que
al gerente o directivo empresario actual se le haya terminado, quizás para siempre, la posibilidad del
ocio y tiempo libre.
Y si recordamos que ese poco tiempo de ocio del que se dispone hoy en día se encuentra pre-
estructurado a través de patrones de conducta inducidos socio-culturalmente, entonces la necesaria
claridad con la que se debería enfrentar esta futura evolución del mundo se ve desdibujada.
Sin embargo, existe creciente concientización acerca de la conveniencia y necesidad de
invertir más tiempo y esfuerzo en inferir y, luego, prevenir los problemas del mañana ya que, en un
mundo que evoluciona hacia creciente interdependencia e integración global, todo lo que ocurra en las
antípodas, tarde o temprano, nos afecta. Esta interdependencia suele considerarse como un fenómeno
solamente espacial: una brusca caída del dólar en Londres, una guerra en el Medio Oriente o una
grave crisis político-económica en Méjico nos afectará a todos directa o indirectamente. Lo que
resulta tan o más importante es que también consideremos a esta interdependencia en su proyección
en el tiempo.
Todo los hechos buenos o malos que ocurren hoy, tendrán sus efectos - también buenos o
malos - en el futuro. A ello cabe agregar el efecto multiplicador que la evolución tecnológica
conlleva, lo que hace que estos efectos futuros se potencien en forma exponencial, de manera que
podemos redefinir esta pauta diciendo que todos los hechos y tendencias buenos o malos que
acontezcan hoy tendrán, correlativamente, efectos muy buenos o muy malos para el mundo del
mañana.
Complementariamente, el mundo de hoy, en vías de globalización, es el resultado de hechos,
procesos, iniciativas y voluntades que han operado en décadas y siglos pasadas. Esta idea, que hoy
en día la recogemos con creciente claridad, por ejemplo, en lo relacionado al medio ambiente y a la
ecología, parecería que aún no ha sido asumida en toda su dimensión en otros rubros igualmente
vitales aunque menos visualizables como son la política, la economía y la sociología. Posiblemente,
ello sea así debido a que los daños ecológicos y sus efectos nocivos para el medioambiente se
manifiestan con dramática y visible claridad ante nuestros ojos en lo que se refiere a sus causas y
efectos inmediatos, mientras que todo cambio político, social o cultural de signo negativo resulta más
vago y difícil de identificar y comprender, especialmente cuando procuramos relacionar sus efectos
con sus probables causas.
Más sutil aún, sin embargo, resulta verificar estos fenómenos en la conformación
psicológica, en la ética, la estética y la moral entre las comunidades del mundo y que surgen como
consecuencia de distintos esquemas políticos, sociales y económicos. Lo bueno y útil que producen y
crean los hombres, nadie lo cuestiona: los avances en la medicina, las comunicaciones, los servicios
sociales y la educación son patrimonio común de gran parte de la humanidad, por lo que se deben
hacer esfuerzos para mejorarlos y propagarlos entre la mayor cantidad posible de hombres en todo el
mundo. Sin embargo, lo destructivo y nocivo que produce el hombre resulta más difícil de evaluar.
Las injusticias sociales, las guerras, las crisis económicas, el crimen, la droga los conocemos
mayormente como efectos, desentrañando con mucha menor nitidez sus causas determinantes. A
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menudo, la creciente relativización en la moral y la ética transforma cualquier análisis tendiente a
descubrir esas causas en discusiones interminables; a menudo poco racionales.
Debido a lo amplio del espectro de las actividades humanas, tanto las buenas y constructivas
como las decididamente negativas y destructivas, la comprensión de todos estos procesos hacen al
ámbito de la política. La capacidad de influir, conformar, impulsar, neutralizar y, en términos
generales, controlar estas actividades hacen, a su vez, al ejercicio del poder real dentro del ámbito de
la política. Esto resulta importante para el hombre actual, particularmente para aquellos que
desempeñan funciones directivas en puestos claves dentro de las organizaciones formadoras y
conformadoras de procesos de integración mundial. Ellos son los más indicados para iniciar el
complejo camino que presupone comprender las causas que originan los procesos políticos, sociales
y económicos en la actualidad. No nos referimos a los mecanismos de las estructuras modernas: sus
procesos, flujos, engranajes y sistemas pues ya ha sido estudiados minuciosamente. Nos referimos a
sus fundamentos; a aquello que les da razón de ser y les presta legitimidad.
De ahí la necesidad de desdoblarnos, por decirlo de alguna manera, en hombres y mujeres
que no sólo operamos eficiente y cualitativamente dentro de nuestras profesiones, sino también en
hábiles previsores de futuros peligros y potenciales amenazas, que por aún no estar sobre el
horizonte de los acontecimientos inmediatamente visibles, no significa que no existan y sean reales.
Partimos del supuesto de que el futuro de dentro de diez, veinte y cincuenta años será
necesariamente diferente en sus aspectos fundamentales del mundo actual. La gran incógnita; el
punto vital que resta dilucidar consiste en saber si cualitativamente esa diferencia lo transformará en
un mundo mejor, igual o peor que el mundo actual en relación al desarrollo material, intelectual y
espiritual del hombre.
Siendo que el management empresario ha cobrado tanta popularidad entre los profesionales
actuales, podemos describir este proceso más amplio relacionado con la comprensión del devenir
histórico contemporáneo como una suerte de Future Management. Ello significa desarrollar las
ideas, teorías y herramientas que permitan un correcto diagnóstico y previsión del entorno macro que
nos depara el futuro, y la correspondiente planificación para administrar las consecuencias de ese
futuro. Presupone saber que dentro de diez, veinte o cincuenta años nosotros y nuestros hijos
estaremos haciendo cosas diferentes de las que hacemos hoy, con herramientas distintas y dentro de
un orden económico, social y político diferente al actual. Si dudamos que ello sea así, sólo
necesitamos recordar cuales eran nuestras actividades, nuestros estilos de vida, nuestras herramientas
de trabajo e incluso nuestras ideas y opiniones “de actualidad” de hace diez, veinte o cincuenta años.
Esos cambios tan grandes que comprobamos cuando hacemos un repaso hacia atrás, se producirán,
pero en forma potenciada, cuando pretendemos entrever idénticos plazos pero mirando hacia el
futuro.
La tarea dirigencial de los años noventa es aprender a Administrar el Futuro, lo que significa
comprender el presente, diagnosticar su problemática, prever la dirección y tendencias que perfilan el
futuro y, finalmente, elaborar planes y estrategias para administrar ese futuro previsible. Ello
implica observar nuestras actividades específicas y especializadas en su inserción e inmersión como
procesos dentro del amplio marco de la dinámica evolutiva política, económica y social. Significa
desentrañar el significado de los eventos actuales a pesar de lo novedoso y sin precedentes de muchos
de ellos.
En gran medida, implica repensar las cosas en forma creativa, evitando el aparentemente
más fácil camino al que nos hemos ido acostumbrando de asumir como propias aquellas ideas,
análisis y doctrinas que, en alguna medida, nos son presentadas “pre-elaboradas”, sea por su
- 16 -
convocante popularidad o por conformar la moda intelectual del momento. Implica, desde luego,
pensar con mayor independencia y con la mente y creatividad propias, no asumiendo sin un análisis
crítico previo ideas y patrones intelectuales ajenas.
Este ejercicio en Future Management, por describirlo de alguna forma, conformaría una
manera de abarcar y comprender los factores dinámicos que marcan la evolución del mundo actual y
que, en términos generales, nos permitiría prever las consecuencias finales que esos factores
dinámicos conllevan. Ello presupone identificar peligros y amenazas para luego prever esquemas
para neutralizarlos.
Cada rubro, cada área, cada disciplina tiene su conjunto de oportunidades y amenazas, su
propia dinámica y su propio peso relativo dentro de la conformación del mundo de mañana. Hoy en
día existen intelectuales e instituciones abocadas a algunos de los aspectos que hacen al Future
Management pero en la mayoría de los casos tienen una fuerte orientación hacia la economía, las
finanzas, la informática y la administración empresaria. Ello los transforma más bien en analistas de
las herramientas y estructuras que dinamizan el futuro y no tanto de las corrientes que hoy van
conformando ese futuro.
Estas disciplinas tienen una fuerte orientación hacia la información relacionada con cuales
tecnologías, capacidades de comunicación, características de computadoras o estructuras
organizacionales regirán el mundo de dentro de diez, veinte o cincuenta años. Por esa vía, aunque
podamos prever las características tecnológicas de las organizaciones y de los macro y microprocesos
del futuro, seguiremos sin comprender hacia donde nos dirigimos. Por así decirlo, podremos prever
todas las características técnicas y de rendimiento de las aeronaves comerciales del año 2010 o 2050;
pero seguimos sin saber hacia dónde nos van a conducir.
En el mundo de las finanzas existen, por ejemplo, empresas y organizaciones con modelos
computarizados que permiten prever la evolución de mercados de capitales, paridades cambiarias, y
de economías nacionales y regionales a mediano y, en algunos casos, a largo plazos. Trabajan con
modelos matemáticos y escenarios diversos para evaluar el impacto de distintos eventos y tendencias
que se condicionan mutuamente dentro de complejas interrelaciones en una amplia gama de
posibilidades. Incluso, toman en cuenta factores psicológicos y actitudes hacia el riesgo,
diagramando fórmulas no-lineales para incorporar estos factores psicológicos dentro de sus fórmulas,
como atestiguan los interesantes trabajos de Amos Tversky de la Universidad de Stanford en los
Estados Unidos. Algo análogo se produce en la forma en que complejas estructuras reaccionan ante
distintos escenarios políticos y sociales.
Sin embargo, se torna necesario reinterpretar el marco político que hoy motoriza la
globalización de la economía y todos los aspectos sociales de la humanidad. Este marco político se
focaliza en el surgimiento de lo que denominamos una tecno-estructura supra-nacional detentora de
creciente poder real político y económico que migra desde estructuras eminentemente públicas hacia
estructuras eminentemente privadas. Esta nueva estructura crece, se retroalimenta y evoluciona con
un alto grado de automaticidad.
Resulta necesario comprender las implicancias y sacar las necesarias conclusiones acerca de
este proceso geopolítico, macroeconómico y global a fin de poder insertarnos más adecuadamente
dentro de sus corrientes constructivas y benéficas, mientras identificamos, evitamos y procuramos
neutralizar sus carices negativos y destructivos. Ello, en sí, representa un gran desafío para todo
dirigente empresario y profesional por cuanto, este proceso mundial sufre importantes y a veces
repentinas mutaciones que trastornan las reglas de juego y las pautas que rigen todas las actividades,
que en poco tiempo pueden dejar de tener vigencia o resultar rápidamente superadas.
- 17 -
Aquí no se trata de emitir juicios de valor, sino de identificar oportunidades y amenazas,
evaluando sus potenciales beneficios y pérdidas. Ello conforma una matriz muy compleja ya que,
por ejemplo, un hecho o circunstancia podría conformar un peligro para la comunidad pero una
ventaja para determinadas organizaciones económicas y políticas que operan en su seno, mientras
que, simétricamente, otros hechos o circunstancias que podrían ser beneficiosos para el entorno
macroeconómico, bien podrán tener resultados negativos para tales organizaciones económicas.
Resulta necesario evaluar estos fenómenos en toda su extensión y en sus ulteriores
implicancias, utilizando herramientas y modelos interdisciplinarios idóneos para cada rubro, con
espíritu creativo a fin de identificar estas tendencias futuras. Ello requiere de una no despreciable
dosis de firmeza intelectual y moral cuando algunas conclusiones señalen peligros o amenazas que
pudieran poner en tela de juicio esquemas, sistemas, pautas o doctrinas que hoy se nos presenten
como normales, inamovibles e, incluso, sacrosantas.
La historia reciente está repleta de sistemas, doctrinas, y dogmas por las que muchos
hombres han luchado, incluso hasta la muerte. Demasiadas guerras ideológicas y religiosas,
conflictos mundiales, convulsiones sociales y negligencias de todo tipo han destruido a millones de
vidas sopretexto de defender o imponer tal o cuál dogma, doctrina o conjunto de intereses. La triste
historia del comunismo en nuestro siglo es un claro ejemplo de ello. Su irrupción en el escenario
político mundial costó decenas de millones de vidas y decenas de millones de frustraciones. Su
dogmatismo no le permitió enfrentar las flagrantes contradicciones internas que finalmente, dejaron al
desnudo un sistema viciado y falaz. Sus propios dirigentes terminaron abjurando del credo socialista
lanzando un patético mensaje ante la historia al confesar que, en rigor de verdad, todo había sido un
grave error; una triste equivocación. Entonces, la humanidad quedó perpleja ante el suicidio del
sistema comunista, como a menudo queda perpleja hoy en día ante tantos otros hechos.
El mundo no puede darse el lujo de repetir tamaños errores. Por eso, apoyados sobre el
conocimiento del pasado y utilizando las herramientas del presente, es preciso comprender hacia qué
futuro evoluciona el mundo para no convertirnos en sujetos pasivos arrastrados por las corrientes y
olas del devenir histórico, sino en actores activos dispuestos a ser protagonistas en la formación de un
futuro mejor.
En 1989, al poco tiempo de caer el Muro de Berlín, un intelectual de las filas del nuevo orden
mundial estimó llegado el momento de proclamar el supuesto “fin de la historia”, apoyando su tesis
sobre el supuesto de que el sistema democrático liberal aliado a la economía de mercado había
ganado la Batalla del siglo XX. Su mentor, el estadounidense, Francis Fukuyama, creyó ver en el
colapso del imperio soviético el fin de la historia y el comienzo de un nuevo mundo feliz regido por la
globalización de los mercados, el sufragio universal, los entretenimientos enlatados y la
estandarización intelectual .
Nada más lejos de la verdad: pues lo que se libra actualmente es una nueva batalla que
determinará cuales sistemas regirán el mundo del siglo XXI, cómo se institucionalizarán y quienes
detentarán el poder sobre los mismos. Este nuevo capítulo de la historia universal, lejos de tocar su
fin, apenas si acaba de comenzar.

- 18 -
Cap. 1 - El Poder
“Chance is a word devoid of sense.
Nothing can exist without a cause.”
- F. Voltaire -1

En las últimas décadas se ha producido una transformación fundamental en la forma en que


las estructuras económicas mundiales funcionan. Los rápidos avances en la tecnología de la
informática y las telecomunicaciones han desempeñado un rol esencial en esta transformación que ha
obligado, entre muchas otras cosas, a repensar la manera en que las empresas, los estados y las
organizaciones de todo tipo se conforman y la manera en que funcionan y se desarrollan. Pero este
cambio claramente visible en el ámbito empresarial, no se limita tan solo al mismo sino que abarca a
todas las actividades políticas, sociales, culturales y económicas.
Los nuevos paradigmas relacionados con los procesos económicos se comprueba en la aguda
y generalizada preocupación de empresarios de todo el mundo ante la volatilidad e inestabilidad que
caracteriza a los distintos mercados como así también en su creciente impredicibilidad
macroeconómica en todas las regiones del mundo. Pocas cosas resultan estables hoy en día.
Ninguna empresa puede darse el lujo de presuponer que por el mero hecho de ser exitosa y sólida
hoy, ello signifique que ese éxito se perpetuará por sí sólo hacia el mañana. Más de una empresa
que en un momento pareció invulnerable, debió enfrentarse pocos años después a graves y dolorosas
crisis llegando a amenazar, incluso, su propia existencia. Ford, IBM, Rolls Royce, Lloyd´s of
London, Feruzzi, AT&T, Chrysler, Banesto y General Motors podrían citarse como algunos
ejemplos con sus seguidillas de pérdidas económicas y cesantías de trabajadores que obligaron a
repensar sus operaciones. Otras, con mucho menos suerte, como los casos de las líneas aéreas
estadounidenses Pan American, Eastern Air Lines y Midwest Airlines directamente quebraron.
Con el gran crecimiento de la actividad económica y el aumento exponencial en la velocidad
del cambio en todos los ámbitos, el riesgo al que se enfrentan las empresas y las personas que las
componen, ha pasado a ser un factor de preocupación de primer orden. Consecuentemente, se ha
instalado entre círculos empresarios el afán permanente en pos de diseñar mecanismos amplios y
sólidos que permitan hacer frente a este proceso de cambio que viene acompañado de un importante
factor de riesgo. Se procura en la mayor medida de lo posible, administrar y controlar el futuro
según diversos escenarios previsibles.
En los negocios, esto se refleja en el auge de estudios sobre el management - la
administración y el gerenciamiento integral de las estructuras económicas - como disciplina obligada
para todo alto y mediano ejecutivo de empresa, sobre cuyas espaldas recae la compleja tarea de
prever las amenazas y las oportunidades que el futuro le depara a sus organizaciones. De esta
manera, diversas técnicas y herramientas del management empresarial permiten elaborar e
implementar estrategias para administrar el actual y futuro desenvolvimiento y desempeño de las
empresas dentro de contextos macroeconómicos de creciente competitividad.

1
Francois Marie de Voltaire (1694-1778 - Filósofo y escritor francés) - “La casualidad es una palabra sin sentido.
Nada puede existir sin una causa.”
- 19 -
El management empresario
Los primeros pasos hacia una mayor concientización empresarial sobre los peligros
inherentes en no prever el futuro, surgieron principalmente después de la Segunda Guerra Mundial.
Su generalización, sin embargo, recién cobró fuerza a partir de los años sesenta cuando el mundo
occidental, entonces liderado por los Estados Unidos, se encontraba muy seguro de sí mismo en lo
económico, hasta verse sorprendido por la incursión de una nueva concepción del trabajo originada
en el Japón. En aquellos años, el motor de la economía estadounidense se centraba en el complejo
industrial-militar abocado en el esfuerzo bélico requerido por la Guerra de Viet Nam, lo que le
deparaba enormes beneficios. Europa Occidental, a su vez, consumaba su lento y burocratizado
avance hacia la integración económica regional íntimamente ligada al proceso de reconstrucción de
la post-Guerra, particularmente en Alemania Occidental. El Japón también realizaba un gran
esfuerzo de reconstrucción tras la Guerra, para lo cual perfeccionaba e implementaba nuevas técnicas
de producción centradas en la eficiencia, la calidad y la automatización. Grandes conglomerados
económicos como Toyota, Mitsubishi, Sony y sus estructuras financieras, introdujeron el concepto de
kaizen - o la mejora cualitativa incremental continua - que les permitía desarrollar ciclos de mejora en
la calidad, el tiempo y el dinamismo de sus procesos industriales generando un crecimiento muy
importante de la economía nipona.
El concepto del kaizen pudo desarrollarse ampliamente en el Japón gracias a su heredada
disciplina social, producto de milenarias tradiciones culturales, sociales y políticas. A su vez, su
inhabilitación constitucional para orientar esfuerzos hacia el ámbito militar y la devastación
resultante de su derrota militar durante la Segunda Guerra Mundial le impuso al laborioso pueblo
japonés la necesidad de tener que prácticamente volver a empezar de nuevo. Esta dura realidad
permitió rever la planificación de su infraestructura industrial, productiva y organizacional,
implementando nuevas técnicas y métodos. El kaizen, conforma una suerte de judo intelectual que
en lugar de imponer productos y servicios en un mercado pasivo, eligió atender la voz del mercado,
tanto local como internacional, para elaborar productos y servicios según los deseos y necesidades del
cliente, o más sutilmente, según los deseos y necesidades inculcadas en el cliente.
Luego, en el año 1973, la Crisis del Petróleo completó el brusco despertar de amplios
sectores económicos en occidente, que se vio desde entonces, precipitado en una profunda y compleja
crisis económica que le obligó a rever y repensar hasta sus cimientos toda su filosofía y sus políticas
de cómo encarar complejos procesos productivos y la organización de los servicios, el trabajo, la
comercialización y la motivación de sus equipos laborales.
Así, los años setenta y ochenta vieron el auge de variadas teorías y propuestas de
management propiciadas por pensadores de primera línea como Peter Drucker, Thomas Peters,
Rosabeth Moss Kanter y Robert Waterman, entre otros y por las principales business schools de los
Estados Unidos y Europa, a través de instituciones prestigiosas como la Harvard Business School,
la London Business School y la University of Chicago. Se diseñaron técnicas para diagnosticar el
origen de las problemáticas empresariales, herramientas para resolverlas y pautas para mejorar sus
procesos integrales. De esta manera, las mayores empresas de occidente iniciaron una revolución de
auto-mejoramiento basada en un nuevo enfoque centrado en los procesos operativos. Aquellas que
tuvieron éxito se posicionaron sólidamente para la década de los años noventa y para el siglo
venidero. Muchas de sus experiencias se transformaron en ejemplos de estudio para las business
schools del mundo, en libros y en seminarios: Motorola, SAS, Proctor & Gamble, British Airways,
Johnson & Johnson, AT&T y MacDonalds, son tan sólo algunas de las empresas de renombre
- 20 -
mundial que hoy operan exitosamente gracias a haber realizado complejos procesos de reingeniería y
redefinición de sus organizaciones.
Atrás quedó el tradicional enfoque mecanicista y rígido que considera a los procesos
industriales como la realización repetida de tareas individuales realizadas por empleados
especializados tan sólo en cada una de ellas sin tener una visión de conjunto. Su máximo exponente
tayloriano lo representó la línea de montaje de automóviles introducida a principios de siglo por
Henry Ford. El actual enfoque es más orgánico y dinámico, centrándose en equipos de trabajo que
operan sobre procesos integrales como pauta moderna que permite incorporar mayor valor agregado
a la producción y que, a su vez, requiere de personal crecientemente integrado y capacitado. De tal
manera que el conocimiento o, al menos, una comprensión del proceso integral dentro del cual se
opera y no tan sólo en una de sus partes o tareas, se ha convertido en el fundamento y clave de todos
los procesos de mejora incremental de la calidad. Ello también implica que el trabajador cuenta con
una mayor cuota de autonomía y poder decisorio - empowerment, en el idioma del management - que
le permite controlar y corregir problemas, y resolver dificultades en el preciso momento en que
ocurren, como así también sugerir e implementar mejoras para el futuro.
Estas últimas décadas han sido, pues, años en que las empresas se han abocado a la
búsqueda de la excelencia, la calidad total, la dirección por objetivos y la focalización en el cliente.
La meta resulta la misma: mejorar la calidad de productos y servicios, reducir costos operativos a
través de una eficientización de los procesos productivos, mientras se sintoniza la voz del cliente -
actual y potencial - para que los productos y servicios reflejen lo más ajustadamente posible sus
necesidades y deseos, sean éstos reales o inducidos. En los países del Primer Mundo, como así
también en muchos países en vías de desarrollo, se evoluciona hacia una creciente desmasificación de
la relación entre la Empresa productora y el Cliente consumidor, desplazando el centro de gravedad
del proceso económico hacia el Cliente. Ello ha requerido redefinir paradigmas que durante años se
consideraron inalterables.
Este desplazamiento del centro de gravedad del proceso económico impone enfoques y
direccionamientos nuevos que conducen a importantes cambios:

- En el proceso operativo: de la ejecución estática de tareas, al desarrollo orgánico


de procesos.
- En la dirección estratégica: del diseño rígido de procesos, a su transformación
dinámica en pos de la excelencia, la innovación y la calidad.
- En la comercialización: de estrategias unidireccionales y unilaterales hacia el
mercado, a la focalización en las necesidades del Cliente (o sea, del mercado), como
factor retroalimentador. Ello abarca a las técnicas de instigación al consumo.
- En las políticas de recursos humanos: del empleado-engranaje pasivo, al
empleado-creativo activo.

Estos enfoques son muy positivos para las empresas individualmente. Sin embargo, los
cambios en la manera en que se organizan, conforman y operan las empresas - y cuya más
recientemente descripción fuera bautizada como proceso de reingeniería por los estadounidenses,
Michael Hammer y James Champy1 - conlleva un conjunto de efectos derivados, directos e

1
"Reengineering the Corporation: a Manifesto for Business Revolution" - Michael Hammer & James Champy-, Harper
Business Publishers, Nueva York, 1993
- 21 -
indirectos, que aún no han sido adecuadamente estudiados y cuya comprensión excede el ámbito de la
empresa individual. Estas propuestas de reingeniería para aumentar la eficiencia y la calidad
permiten responder mejor a los requerimientos del cliente y representan una tarea difícilmente
eludible para toda empresa moderna, sea porque necesite urgentemente de este ejercicio de repensar
fundamentalmente a la empresa para sobrevivir, o porque seguramente lo requerirá en el futuro; se
trate de una gigante corporación del primer mundo como AT&T, Motorola, British Airways, Allianz
Versicherungs, Fiat, Daimler Benz o Ford en un extremo de la escala económica, o de una PYME
ubicada en el primer mundo o en algún país en vías de desarrollo que brinde servicios en un ámbito
más limitado, en el otro extremo de la escala.
Muchos de los gurus del management siguen - y seguirán - proponiendo nuevos métodos,
técnicas e ideas para mejorar y actualizar la disciplina del management empresario contando para
ello con el amplio apoyo de las business schools, de las empresas y aún de los gobiernos, de forma
tal que se mantenga siempre vigente la necesidad de que los directivos empresarios se vean inmersos
en procesos permanentes de capacitación y auto-superación. Los managers modernos deben vivir
"en puntas de pié", siempre alertos a conjurar la amenaza del mañana que el competidor de hoy está
preparando; siempre atentos a una nueva manera de llevar adelante sus tareas. Para ello, es preciso
impulsar un cambio cultural que propicie una mayor permeabilidad mental en el empresario moderno,
de forma tal de estar siempre dispuesto a echar por la borda cualquier preconcepto o idea tradicional
en aras de asumir como propio algún nuevo paradigma. Pues, en alguna medida, de ello se trata: de
mantener siempre vigente la necesidad de cambio.

Más allá del management


El manager moderno, entonces, debe compenetrarse con las prédicas de "clásicos" del
management, como Peter Drucker o Tom Peters, mientras se mantiene siempre alerto a otras
propuestas complementarias, a menudo repetitivas, que en rápida sucesión van poniéndose de moda.
Leyendo libros best-seller y participando en seminarios, conferencias y cursos, los gerentes y
managers del mundo se vuelcan hacia la búsqueda de la excelencia, la calidad total y el
alineamiento estratégico, como si fueran las autopistas por las que se abandona la Segunda Ola de
la era industrial para ingresar definitivamente en la Tercera Ola de la era tecnotrónica. El leit-motiv
de mediados de los años noventa parece ser el de la Reingeniería, lo que nos empuja hacia
redefiniciones cada vez más profundas acerca de lo que es la empresa en sí, pues el camino hacia esa
Tercera Ola pos-industrial y tecnotrónica pasa, necesariamente, por la tabula rasa del tablero de
dibujos del laboratorio de reingeniería. Reingeniería de la empresa; reingeniería de la capacitación y
de los recursos humanos; reingeniería de las estructuras macroeconómicas; reingeniería de las
estructuras técnicas y políticas exigidas por la globalización de los procesos económicos, sociales y
culturales.
A su vez, el contorno que marca los límites de la empresa se va desdibujando. Antes, la
empresa significaba una organización jerarquizada y claramente delimitada que desarrollaba
determinados procesos productivos en base a los cuales se relacionaba con su entorno. Así, el input
lo conformaban los proveedores y el output se dirigía hacia los clientes. Con la creciente
orientación hacia los procesos integrales, cada empresa o unidad productiva - aún las más grandes -
conforman tan sólo una parte del cada vez más amplio, complejo e interrelacionado macro-proceso
económico cuyo peso y fuerza se tornan determinantes.

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A modo de ejemplo, Ford fabrica automóviles pero el proceso integral de fabricación abarca
mucho más que la entidad económica conocida como “Ford Motor Company”. El proceso de
fabricación de cada automóvil empieza mucho antes: en los proveedores y en los proveedores de los
proveedores; en los diseñadores y técnicos; en los bancos que financian los procesos de desarrollo y
productivos y en los expertos en marketing. Al mismo tiempo, ese proceso continúa después que
Ford fabricó el automóvil: en los canales de venta y en el soporte técnico de las concesionarias, en los
bancos que financian las ventas, en los talleres de reparación, y en las compañías de seguros que
aseguran el vehículo. Agreguemos diversos aspectos impositivos y contables, la adecuación de
infraestructuras viales al volumen de autos, los peajes, las patentes y entonces comprobamos que,
aún un gigante como Ford, tan sólo puede aportar un microproceso: el automóvil en sí. El
macroproceso es muchísimo más complejo y abarcador, tanto en el espacio como en el tiempo, por
más que Ford sea el centro neurálgico y más visible del mismo, puesto que las fronteras entre las
unidades de negocio individuales que forman parte de un macroproceso se ven crecientemente
desdibujadas.
Cada industria y cada aspecto de la vida económica se conforma en un número determinado
de enormes macroprocesos que abarcan a muchas empresas y organizaciones en distintos sectores
ubicadas en todas partes del mundo. El centro neurálgico de cada uno de ellos suele identificarse
con algún gigante automotriz, grupo petrolero, empresa aeroespacial, banco o medio de
comunicación social, sin embargo, el macroproceso en sí es mayormente anónimo.
Así, Ford controla operativamente su propio microproceso productivo cuyo éxito se evalúa
en la medida en que se mantenga en fina sintonía con el macroproceso que lo circunda y condiciona.
Si, por ejemplo, una fábrica japonesa llegase a irrumpir con nuevas técnicas más eficientes y
atractivas que las de Ford, generando fuerte competencia, o si surgiera nueva legislación que afecte a
cualquier parte del macroproceso, o si se plantearan desafíos políticos o económicos en cualquier
etapa o parte del macroproceso, ello bien podría obligar a Ford a modificar o rediseñar su
microproceso y sus estrategias. No hacerlo sería correr el serio riesgo de verse desplazada como
centro neurálgico de ese proceso. Pues el macroproceso es un ente cuasi-anónimo y abstracto que
puede migrar parcial o totalmente hacia otro conjunto de condiciones que le convengan más, dentro o
fuera de las fronteras nacionales y regionales en que se desarrolla. En nuestro ejemplo, si Ford no se
sintoniza permanentemente a los requerimientos de macroproceso, podría verse desplazada por algún
competidor. Nos referimos a Ford tan sólo a título de ejemplo. aunque señalamos el proyecto Ford
2000 que su presidente, Alex Trotman actualmente lidera y cuya meta es transformar a Ford en una
“empresa global”, maximizando su influencia sobre el macroproceso en el que está inserta.
De manera que mientras el control operativo sobre el macroproceso no lo detenta ninguna
entidad individual en sí, existen amplios intereses comunes dentro de cada macroproceso y entre los
mismos que derivan en la necesidad de instrumentar mecanismos adecuados de control. Dado que
los macroprocesos se rigen por las fuerzas del mercado y son susceptibles a influencias políticas, el
control sobre los mismos es, también, de naturaleza necesariamente política.
El instrumento idóneo para controlar y dirigir el conjunto de macroprocesos que hoy rigen la
economía del mundo sería, entonces, un foro que reúna a los máximos estamentos decisorios del
conjunto de grandes empresas mundiales que conforman los centros neurálgicos de diversos
macroprocesos productivos en diversos sectores de la industria, el comercio, los servicios, las
finanzas y los medios de comunicación social de todo el planeta. Para diseñar e impulsar sus
estrategias globales, estos máximos estamentos directivos necesitan contar con el apoyo de

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intelectuales, técnicos, expertos en diversas disciplinas y personalidades influyentes de los sectores
público y privado que comulguen con sus intereses.
Transitar por estos nuevos rumbos permite comprender que existen causas ulteriores y una
realidad abarcadora aún no del todo evidente que supera el mero análisis del management
empresario. En términos generales, se escucha hablar de la creciente globalización de la economía
y de las finanzas como fenómenos determinantes de la Tercera Ola pos-industrial, lo que conlleva la
disolución de fronteras económicas, políticas y culturales, como así también la transformación de las
funciones y, consecuentemente, del poder relativo del estado. Por ejemplo, en algunos países ya se
ensaya la aplicación de conceptos, técnicas y herramientas propias del management en la
organización de las funciones que venía realizando el estado, mientras que en muchos otros, el
impulso que han cobrado las privatizaciones en los últimos quince años es ampliamente conocido y
refleja otro aspecto de este fenómeno transformador, como veremos más adelante.
Lo que aún resta por determinar con precisión es cuales son las consecuencias que surgen del
proceso de globalización, del cambio de paradigmas y del reordenamiento de la actividad económica
del planeta, que actualmente impulsa la estructura mundial de empresas privadas abocadas a la
reingeniería de sus procesos productivos, económicos, financieros y comerciales. Pues si hoy
hablamos de reingeniería en el ámbito de los microprocesos dentro de cada empresa también
comprobamos un mucho más amplio proceso de reingeniería en el ámbito de los macroprocesos que
afecta a las estructuras administrativas, económicas y financieras. Ello implica redefinir pautas
políticas, sociales y culturales, pues junto con el control de la calidad o la reingeniería de los
procesos dentro de la empresa también se debe verificar de qué manera esos mismos conceptos
afectan la calidad de vida de toda la comunidad fuera del ámbito operativo de cada empresa lo que
puede medirse a través del efecto que surten los macroprocesos que se propagan mucho más
ampliamente.
La búsqueda de la excelencia y la eficiencia que arrojan importante éxito en los procesos
industriales y comerciales con sus consecuentes beneficios para la empresa, sus clientes, empleados y
accionistas, conlleva a su vez, efectos sobre otras áreas de la economía y de la comunidad o en otras
regiones del planeta, que pueden resultar de más difícil evaluación. Cuando ese éxito abarca a un
conjunto de empresas o a amplios sectores de la actividad económica, esta evaluación se torna aún
más compleja. Aquí cabe recordar algo que por ser obvio no deja de resultar fundamental y es que
por más que se valore a la excelencia y a la focalización en el cliente como políticas empresariales, la
realidad sigue imponiendo como misión ulterior a toda empresa privada la de generar ganancias y
dividendos para sus accionistas. Esta es, podría decirse, la prueba ácida y el non plus ultra de todo
emprendimiento privado. Si no pasa esta prueba, la empresa sencillamente desaparece o se ve
absorbida por otra entidad más sólida o bien deja de ser lo que es. Esta dura ley la deben obedecer
aún añejas organizaciones con siglos de experiencia sobre sus espaldas como lo demostrara el
reciente colapso de la casa bancaria inglesa, Baring Brothers, y su posterior absorción por la
holandesa ING - Internationale Nederland Group.
Una empresa que fabrique equipamiento bélico, por ejemplo, aunque logre buenos beneficios
para sus empleados, proveedores y accionistas, tendrá crecientes dificultades en demostrar la medida
en que sus planes de calidad, excelencia y focalización en el cliente, arrojan beneficios sobre el
conjunto de la sociedad. Industrias como la del tabaco ya sufren dolorosamente esta paradójica
situación en los Estados Unidos y en el resto del mundo. A su vez, gran parte de los medios de
comunicación y de la industria del entretenimiento difícilmente soportarían la aplicación de gran parte

- 24 -
de estos criterios si se los llevara hasta sus últimas consecuencias pues todos estos conceptos se
subordinan a su éxito económico y al poder derivado del mismo.
En verdad, existe una realidad subyacente, determinante y primordial que limita y enmarca
toda la actividad económica y determina la dirección de su actual proceso de transformación, que se
relaciona con un factor que desde siempre ha dirigido y condicionado a la historia del hombre: el
ejercicio efectivo del poder. En última instancia, todo obedece siempre a algo o a alguien. Si éste
fuera un trabajo filosófico, podríamos especular sobre el fin ulterior del hombre o sobre el fuero final
para juzgar sus actos, con lo que seguramente lograríamos descansar tranquilos ascendiendo por la
escala del conocimiento metafísico que conduce a Dios como motor último y único de todo el devenir
histórico. Pero este ensayo trata sobre la política, y la Política - con mayúsculas - se relaciona con
el ejercicio efectivo y real del Poder. Conquistar, aumentar y perpetuar el Poder es siempre la meta
prioritaria de toda Política sean sus detentores organizaciones públicas o privadas.
Dentro de este marco, estimamos oportuno recordar algunas elementales observaciones del
sociólogo alemán, Carl Schmitt, acerca de la política. Schmitt menciona como característica
fundamental que define el marco de la política la distinción que ésta hace entre amigo y enemigo y la
compara con otros contrastes clásicos como son lo bueno y lo malo para la moral, lo bello y lo feo
para la estética, lo útil y lo nocivo para la economía.
De tal forma, Schmitt concluye que no tiene que ser necesariamente enemigo lo que es
moralmente malo, estéticamente feo o económicamente nocivo, si con ello avanzamos nuestras
metas políticas1. Desde esta óptica, se puede determinar cuales serían algunas de las ventajas y
desventajas que podría generar la estructura política del mundialismo, como así también cuales
serían algunos de sus puntos fuertes y débiles. A su vez, y siempre desde la óptica de la política, se
puede determinar con bastante claridad cuales son, sus potenciales y reales amigos y enemigos.
Definido el ámbito de la política, comienzan a delinearse algunas de las causas del amplio
conjunto de cambios que afectan al mundo, sobre los que solemos verificar tan solo sus efectos, sin
profundizar lo suficiente en sus causas ulteriores. Estos cambios aunque impulsados principalmente
a través de canales económicos y financieros conducen, en última instancia, a cambios políticos.
Ello puede perderse de vista en la actual etapa de transición, por cuanto se suele confundir la
metodología de lo económico con metas que en última instancia son de naturaleza política. Ello
podrá continuar pareciendo así mientras lo económico represente el principal instrumento del cambio.
Cuando este proceso de cambio haya transferido suficiente poder a la tecnocracia supranacional,
que se ha conformado para dirigir políticamente el direccionamiento integral de todos los gigantescos
macroprocesos del mundo entero, entonces el mismo necesariamente dejará de sustentarse tan sólo
sobre lo económico. Entonces veremos como se desecha el igualitarismo democrático que rige la
política pública para revertir al ámbito jerárquico y aristocrático de la política tradicional, como
instrumento máximo para el ejercicio del poder. Ese poder tendrá, entonces, un alcance auténtica y
necesariamente mundial. Si en el camino hacia esta trascendente meta este proceso no se desarrolla
ordenadamente, las consecuencias podrían tomar un cariz grave, hasta catastrófico, a raíz del
resultante desorden social, político y económico que se generaría en todo el mundo.
Actualmente, las estructuras de poder han cobrado dimensiones globales, y abarcan,
conforman o al menos influyen sobre todas las actividades de la humanidad: en la economía, en la
organización social, en el gobierno, en la cultura y en las estructuras administrativas de la política.
Ante esta creciente globalización del poder, puede suponerse que su ejercicio efectivo y real también

1
"El Concepto de la Política" - Carl Schmitt - Ed. Struhart, Buenos Aires, 1984
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se halle, en última instancia, dirigido por políticas globalizadas las que necesitan de estructuras
mundiales idóneas para poder ejecutarlas. Un mejor conocimiento y comprensión acerca de este
proceso que enmarca e impulsa el devenir histórico nos permitirá un mayor entendimiento de los
procesos y cambios que luego verificamos en las empresas, la comunidad, la sociedad, sus
estructuras políticas y, desde luego, en la economía en su conjunto.

Poder Público - Poder Privado


El presente ensayo no se orienta a proponer mecanismos de mejora, modificación o
reestructuración de las empresas y sus procesos productivos, puesto que sobre este importante tema
se han elaborado muchos excelentes trabajos que proporcionan importantes herramientas a los
estamentos gerenciales. Más bien, proponemos exponer algunas posibles consecuencias políticas y
tendencias sociales que se derivan de los cambios que se observan en las actividades económicas
dirigidas por un conjunto de poderosos intereses privados. Individualmente, cada grupo empresario
procura lograr el mejor rendimiento, el mayor poder y el más alto crecimiento, puesto que de una
exitosa gestión surgen beneficios económicos concretos y, consecuentemente, mayor poder.
Este poder, que en su manifestación primaria es económico, permite a la empresa moderna
ejercer diversos grados de influencia sobre su entorno mediato e inmediato, sea sobre los mercados en
que opera, en los medios de comunicación que utiliza, en las asociaciones, empresas proveedoras y
clientes con los que se relaciona, sobre el marco jurídico que la limita o con las autoridades que la
fiscalizan.
Cada empresa, individualmente, ejerce este poder en una amplia gama de rubros
directamente relacionados con sus operaciones comerciales y, a lo sumo, formará alianzas
estratégicas transitorias con otras empresas y organizaciones para así mejorar su posicionamiento en
ámbitos de alta competitividad. Pero también existe otro conjunto de aspectos complementarios, de
naturaleza política, que les permite ejercer influencia y control sobre un entorno mucho más amplio y
trascendente. Esto puede realizarse con mayor control, consistencia y fuerza si en lugar de hacerlo
cada empresa individualmente, éstas efectúan esfuerzos mancomunados y conjuntos. La reunión y
coordinación de estos conjuntos de empresas operando en variadas industrias en distintos países, se
realiza a través de sus altos niveles directivos y con una meta común: coordinar, compartir y
compatibilizar el uso del poder que todas detentan.
Esto representa la manera más efectiva de evaluar riesgos, amenazas, oportunidades, fuerzas
y debilidades relativas, trazar planes estratégicos y diagramar cursos de acción para lograr metas
concretas e identificables. Esto representa un accionar propiamente político para el cuál vale el
truismo de que "el conjunto es mayor a la suma de sus partes". El desarrollo y direccionamiento de
semejante proceso político a nivel regional, y aún mundial, cobra fundamental importancia para la
sociedad en su conjunto debido a la gran influencia que puede ejercer desde los mas variados ángulos
sobre la forma en que se encamina la evolución económica, financiera, social, cultural, educacional,
ambiental e institucional del mundo.
Semejante hipótesis implica la necesidad de conducir un amplio proceso de reingeniería a
nivel planetario de trascendental importancia en lo que se refiere al futuro de toda la comunidad.
Esta reingeniería planetaria obedece al planeamiento de una tecno-estructura de empresas privadas,
de alcance supra-nacional que invierte una parte importante de su poderío económico en impulsar
metas políticas que procuran dar forma al futuro económico, político y cultural del planeta.
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Los hechos demuestran cada vez más que el poder político que dirige la evolución del mundo
contemporáneo ha dejado de emanar de las estructuras tradicionales ligadas al estado. Desde hace ya
varias décadas las instituciones estatales desarrollan un rol crecientemente pasivo como meros
instrumentos de implementación de las grandes políticas que rigen al mundo. Esta función de
instrumento formal implica que debemos hallar en otra parte aquella fuente que diseña, desarrolla e
impulsa dichas políticas. El estado en sí ha dejado de ser el detentor creativo del poder real, puesto
que el desarrollo y el planeamiento estratégico mundiales provienen del ámbito privado, el cual
representa el verdadero aunque aún discreto, centro de gravedad del Poder Político real.
Transitoriamente, sólo se ubica dentro de las estructuras tradicionales del estado la instrumentación
de estas políticas.
Vemos que el ámbito en el que se ejercita el poder político y económico se transforma de
manera revolucionaria, lo que significa cambios fundamentales en el ejercicio del poder, que migra
hacia un conjunto de estructuras novedosas, sin precedentes y de no fácil identificación. Ello
seguramente marcará la principal pauta que regirá la evolución social de hombre en el siglo venidero.
La clave de este proceso radica en distinguir entre las estructuras que permiten el ejercicio del poder
formal de aquellas que aglutinan el poder real como así también en diferenciar aquellas que lo
ejercen en forma directa de las que lo hacen de manera indirecta.
En la actualidad, el ejercicio del poder público se realiza casi universalmente a través del
sistema democrático que conoce sólo una estrecha gama de variantes. Tras la disolución del bloque
soviético y la crisis económica e ideológica del marxismo, el liberalismo democrático adopta como
modelo universal el que rige en los países industrializados de occidente, particularmente los anglo-
sajones, identificándose así entrañablemente con la economía de libre mercado.
En el siglo actual, y particularmente a partir de los años cincuenta, surgió un conjunto de
fuerzas económicas que, al amparo del Estado-nación soberano, hoy detenta suficiente Poder para
controlar y condicionar a ese Estado-nación. Pero ello no configura un status quo en sí, sino más
bien una transición hacia la posterior superación del Estado-nación como estructura básica
tradicional para el ejercicio del poder dentro de la organización comunitaria. Este poder de alcance
mundial, se fundamenta sobre lo económico y se enraíza en al ámbito de lo privado.
El poder real que permite regir y dirigir la evolución de las diversas regiones del planeta se
traslada, entonces, de manera determinante hacia estructuras eminentemente privadas, las que, por su
naturaleza e intereses, son, en última instancia, antagónicas al Estado-nación, una de cuyas
funciones tradicionales es la de supervisar, controlar, intervenir y pautar toda actividad que se
desarrolle dentro de su ámbito, sea de la naturaleza que sea y más allá de si la misma resulta
económicamente redituable.
Sin embargo, mientras el Estado-nación subsista como estructura de poder, lo que
seguramente será el caso durante varios decenios, estas nuevas estructuras de poder real se ven
constreñidas a operar dentro del Estado-nación, aceptando algunas de las limitaciones que el mismo
impone, mientras erosiona su poder relativo. De manera que, mientras que el poder formal subsiste
dentro del esquema del Estado-nación soberano, el poder real se desplaza hacia estructuras fuera del
marco del Estado-nación, desde dónde ejerce creciente influencia.
En cierta medida, la historia nos enseña que siempre han existido esquemas semejantes, por
cuanto rara vez, ni aún dentro del marco de las monarquías absolutas, el poder formal y el poder
real coincidieron totalmente. Siempre ha existido grupos, corporaciones, individuos u organizaciones
religiosas que, no ocupando ninguna estructura formal de poder dentro del Estado-nación han
detentado, sin embargo, una importante cuota del mismo. Algunas veces, dichos grupos estaban
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alineados a otras naciones que así impusieron directa o indirectamente sus intereses sobre estados y
gobiernos extranjeros. El caso de la influencia ejercida por Gran Bretaña en Sud América durante el
siglo XIX y principios del siglo XX o el de los Estados Unidos imponiendo su voluntad, aún con las
armas, en Centro América y el Caribe son algunos ejemplos de este fenómeno. En casos extremos,
estos grupos fuera del estado puede involucrar a organizaciones delictivas que utilizan con innegable
efectividad su cuota de poder, como ha sido el caso de la mafia en Italia y en los Estados Unidos o los
carteles de narcotraficantes y guerrilleros en Colombia, Bolivia y el Perú enfrentados al poder del
estado.
Esta migración del poder desde el Estado-nación hacia estructuras externas al mismo ha
cobrado gran fuerza por lo que en las principales naciones del mundo el poder se ejerce mayormente
desde estructuras ubicadas fuera del estado. El estudioso norteamericano, Alvin Toffler, lo ha
descripto muy elocuentemente en un reciente libro cuyo título, traducido poco fielmente al castellano
como "El Cambio de Poder", es en inglés, "Powershift", o sea, literalmente "desplazamiento del
poder". Las futuras etapas de este proceso implican la ulterior disolución del Estado-nación y su
necesario reemplazo por nuevas estructuras de características supranacionales.

Tecnocracia supranacional
En términos generales, este cambio lo comprobamos en el antagonismo existente entre
instituciones del Estado-nación soberano, que se estructuran de manera eminentemente vertical, por
cuanto se centran en una región geográfica con determinadas características y tradiciones sociales,
económicas, religiosas y étnicas; y aquellas nuevas estructuras eminentemente horizontales, que
configuran la vanguardia de los cambios impulsados por el accionar globalizado de la tecnocracia
supra-nacional. Es decir, se está produciendo un nuevo orden mundial que se erige por encima de
las naciones.
Al referirnos a la tecnocracia supra-nacional, entendemos por ello al estamento o élite
regidor y gobernante dirigido eminentemente por conocedores y expertos altamente capacitados en
variadas disciplinas y especializaciones: economía, educación, informática, medios de comunicación,
industria, gestión de calidad y administración de grandes organizaciones. Se trata, en todos los
casos, de hombres y mujeres cuyos conocimientos y desempeño los ubica entre los máximos niveles
de eficiencia, creatividad y capacidad. A su vez, comparten un conjunto de premisas filosóficas,
paradigmas intelectuales y valores fundamentales, que les permite aunar esfuerzos en pos del logro de
metas políticas cuya trascendencia excede el ámbito de sus disciplinas.
Configuran, por ende, una suerte de clase o élite política supra-nacional, por cuanto, por
encima de sus circunstanciales nacionalidades, se identifica con la globalización de las actividades
económicas y políticas y opera según premisas orientadas hacia un pragmatismo utilitario que la
posiciona por encima de toda consideración nacional de cuya tutela procura liberarse por todo medio
a su alcance. Este estamento político supranacional ha surgido como consecuencia de la evolución
económica y tecnológica de los últimos decenios hacia esquemas de interdependencia global.
Habiendo entonces surgido de hecho, sólo le resta conformarse institucionalmente en el momento que
lo considere oportuno. Hasta que lo haga, deberá operar como una estructura flexible, discreta y, en
muchos aspectos, difusa.
En términos generales, si las estructuras verticales corresponden eminentemente al Estado-
nación soberano, las horizontales se condicen con el incipiente mundialismo cuya tecno-estructura se
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caracteriza por facetas que lentamente comienzan a delinearse. Esta compleja problemática se refiere
al hecho de que esta estructura supra-nacional concentra creciente poder a través de esquemas y
modalidades a menudo tan novedosas y revolucionarias que resulta difícil identificarla por lo que
realmente es: un esquema de gobierno mundial.
Por gobierno mundial, hemos de entender este término en una acepción totalmente nueva ya
que no puede compararse en absoluto con la visión tradicional que se suele tener acerca de qué
conforma un gobierno. Ante este vocablo solemos pensar en las estructuras e instituciones que
tienen como misión administrar y dirigir, a través del estado, la res-pública; la "cosa pública". Pero
esta definición ha quedado desactualizada por haberse visto fundamentalmente transformada por el
cambio que ha alterado a todo el conjunto de factores que definen lo que debe o puede considerarse
como "cosa pública". Pues, la misma naturaleza de lo público en relación a lo privado también ha
experimentando una importante redefinición.
Por extensión, si el Estado-nación soberano, con sus estructuras verticales, jerárquicas y de
baja flexibilidad se relaciona con la "cosa-pública", el mundialismo, con sus estructuras horizontales,
supra-nacionales, dinámicas y altamente permeables al cambio, se relaciona eminentemente con
aquello que hoy definimos como privado.
Todo cambio de amplio alcance en la organización política, en la macroeconomía, en las
empresas y en la organización social y cultural, aunque rápido, tiene para cada uno de estos ámbitos
su propia dinámica interna y sus propios tiempos evolutivos. Como consecuencia de ello se generan
tensiones sociales de distinta naturaleza debido a que en el camino que conduce desde la verticalidad
del Estado-nación hasta la horizontalidad del mundialismo, cada institución social, cada disciplina
y actividad humana, cada región, y cada país, recorre ese camino a una velocidad distinta, con una
problemática diferente y a con intensidad dispar.
Así, por ejemplo, mientras que, las estructuras asociadas con las tecnologías de punta, como
la informática y las comunicaciones, avanzan rápidamente y con inimitable adaptabilidad; otras
estructuras más tradicionales como pueden ser ciertas industrias, organizaciones religiosas,
militares, sindicales y culturales, lo hacen con mayor lentitud y con variados grados de resistencia.
En muchos casos, dichos cambios son bienvenidos y se desarrollan sin mayores conflictos, mientras
que otras veces la violencia económica, social y hasta militar se hace sentir, por cuanto el naciente
nuevo orden mundial presupone la necesaria desaparición de muchas de estas estructuras
tradicionales. Consecuentemente, podemos observar la existencia de mecanismos para administrar
esta disolución controlada de estructuras alineadas verticalmente con el fin de minimizar, en la
medida de lo posible, sus efectos negativos.
En su actual etapa evolutiva, la tecnocracia supra-nacional se caracteriza por un alto grado
de flexibilidad y adaptabilidad en la administración de este complejo proceso, lo que resulta necesario
para navegar sobre las fuertes corrientes que dicho proceso genera. A pesar de momentáneas
marchas y contramarchas, la direccionalidad de este proceso que abarca décadas enteras, sigue su
curso con un mínimo de desvíos. Visto desde una más amplia perspectiva histórica, si partimos de la
situación mundial vigente a principios de siglo, básicamente estable y centrada en el Estado-nación
soberano como entidad política regidora, se ha transitado a través de una secuencia de disolución,
inestabilidad y volatilidad en todos los órdenes, lo que en su etapa ulterior conducirá a una nueva
situación estable nucleada en torno a un gobierno mundial de características muy diferentes a las que
han caracterizado al Estado-nación.
Se puede describir la evolución de este proceso a través de cuatro amplias etapas como sigue:

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Primera Etapa
El poder político en cada país es detentado principalmente por el Estado-nación,
circunscripto a una región claramente determinada, estructurado en forma eminentemente
vertical. El poder público mantiene preeminencia sobre el poder privado. Tradicionalmente,
conforma una situación estable cuyo principal punto de referencia y equilibrio lo conforman
los demás Estados-nación similarmente estructurados. Este es el tradicional mundo de las
naciones soberanas.

Segunda Etapa
Se inicia la transición hacia el mundialismo en el que el poder real emigra hacia estructuras
eminentemente privadas, a través de canales horizontales que mantienen un bajo perfil ante
la opinión pública. Dado que tiene lugar dentro del marco del Estado-nación, tendiendo
hacia la fractura y disolución del mismo, ello genera una condición inestable. El mundo se
encuentra actualmente inmerso en esta etapa.

Tercera Etapa
El poder real es detentado por una tecno-estructura mundial, eminentemente privada y
supra-nacional, que absorbe desde arriba, por así decirlo, el poder formal aún detentado por
los Estados-nación. Representa la consolidación creciente de estructuras horizontales a
través de la simbiosis entre lo privado y lo público. Este proceso conlleva un fuerte ataque a
todas las estructuras tradicionales, lo que genera una condición altamente inestable. Esta
intrínseca inestabilidad se convierte en un factor de máxima preocupación para el hombre
actual, ya que la misma se torna ineludible por cuanto las nacientes estructuras de poder
mundial son necesariamente todo-abarcadoras no pudiendo tolerar que subsistan
organizaciones que le disputen el poder. Este es el mundo del futuro inmediato puesto que se
transitará por esta etapa durante las próximas dos o tres décadas.

Cuarta Etapa
Una teórica fase final en la que se constituirá y consolidará un gobierno mundial, que ejerza
el poder real en lo político, económico y militar-policial a nivel global. Se revertiría a
estructuras de poder verticales diagramadas por la tecnoestructura privada que entonces
redefinirá jurídicamente en qué ha de consistir la res-pública que no quedará limitada a una
región o grupo étnico-cultural, sino que abarcará a la totalidad del planeta. Su base de
poder será fuerte y jerárquica, lo que le permitirá conformar una situación necesariamente
estable, ordenando regiones, estamentos sociales, etnias, profesiones, industrias y pautas
jurídicas, según sus particularidades y conveniencias. Para ello, revertirá hacia esquemas y
metodologías históricamente reconocidas para consolidar y estabilizar el ejercicio del poder
político dentro de ámbitos heterogéneos. Muy posiblemente adopte como relevante punto de
referencia la idea tradicional del Imperio. Ese imperio será de alcance mundial y se
convertirá en realidad en el siglo venidero. Antes, sin embargo, deberán superarse con éxito
las anteriores etapas de disolución del orden tradicional.

Al escribirse este ensayo, el mundo se encuentra transitando entre la Segunda y Tercera


Etapas, arriba descriptas. Ello nos permite inferir que las décadas por venir se caracterizarán por un

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fuerte incremento en la violencia de los procesos políticos, sociales y económicos, que en todos los
órdenes de la vida caracterizarán esta evolución hacia el nuevo orden del gobierno mundial.
La pregunta que se plantea consiste en saber si la tecnocracia supranacional que orienta
este proceso podrá y sabrá controlar el creciente desorden y entropía que caracterizará al mundo de
las próximas tres décadas. Si lo logra, la Cuarta Etapa quedará garantizada y la misma aportará un
alto grado de orden pues entonces el poder real mundial se ejercerá dentro del marco de un Orden
Imperial. Sin embargo, si no lo logra, entonces el creciente caos y desorden político, social y
económico terminarán por arrastrar a gran parte de la humanidad, sino a toda, a situaciones límite de
extrema gravedad.
Por ende, hoy más que nunca, se torna vital utilizar todas las herramientas y técnicas a
nuestro alcance para determinar tendencias, prever amenazas y peligros y evaluar el impacto de los
mismos en todos los órdenes. Ello nos permitirá administrar adecuadamente los complejos
problemas y desafíos aún por superar de manera tal que su incidencia negativa se neutralice en toda
la medida de lo posible. A través de esquemas de future management, o administración del futuro,
hemos de identificar claramente esta problemática, evaluando las posibilidades reales de resolverla.
Para ello se torna necesario hacer abstracción de arbitrariedades ideológicas y superar los diferentes
mitos que, en materia política e histórica, aún deforman nuestra visión del mundo. Toda disfunción
de esta naturaleza que no nos permita comprender el pasado y el presente, necesariamente conducirá
a evaluaciones erróneas sobre el futuro con el consiguiente riesgo que ello implica.
Si este proceso no resulta exitoso, las consecuencias se harán sentir en todas partes pues en
la era de la interdependencia y globalización, difícilmente puedan prosperar criterios aislacionistas o
visiones estrechas que pretendan limitar el enfoque sobre tan sólo una región, una disciplina o un
conjunto de problemas. El desafío es auténticamente político por cuanto es todo-abarcador, no
pudiendo desentenderse de ningún tema, rubro o aspecto que directa o indirectamente incida sobre la
evolución política, social y económica del mundo.

Del siglo XX al siglo XXI


A modo de ejemplo, podemos graficar este proceso con un conjunto de vectores de fuerza
distribuidos a lo largo del presente siglo que permiten visualizar su tendencia general hasta nuestros
días como así también proyectar su probable evolución futura. Esta descripción, muy esquemática y
sintética por cierto, se inicia a principios de siglo con el predominio del Estado-nación soberano como
eje fundamental de la sociedad y concluirá con el nuevo orden representado por el futuro gobierno
mundial.
En este modelo, el eje vertical representa al poder del Estado-nación y sus instituciones, y el
eje horizontal representa al de la tecnoestructura supranacional. La evolución de este proceso es
representado por el vector de fuerzas, que señala la dirección del "factor de cambio", e indica hacia
dónde tiende el proceso en su totalidad, como resultante de las fuerzas relativas de ambos ejes.
En la realidad, el proceso que describimos es infinitamente más complejo por cuanto no se
trata de tan sólo dos fuerzas en pugna: una que opera en forma vertical y otra en forma horizontal,
sino más bien existe un abanico de complejísimas fuerzas que, en distintos grados, a desparejas
velocidades y en distintos momentos históricos se vuelcan hacia uno u otro lado de esta ecuación.
Consecuentemente, el resultante vector de "cambio" en realidad adopta características muy
complejas, tanto en su manifestación en el tiempo como en el espacio.
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Fig. 1 - Cuadro de la evolución del Poder y el vector del "Cambio"

(A) 1900 (B) 1930 (C) 1960 (D) 1980

(E) 1990 (F) 2000

Evento catalizador de un
Cambio radical inmediato

(G)
(H) Hacia 2050

Leyenda:

fuerzas Verticales (relativamente estáticas)

fuerzas Horizontales (relativamente dinámicas)

fuerzas de Cambio (altamente dinámicas)

Analizando la evolución de este conjunto de vectores, observamos que a principios de siglo,


en el año 1900 (A), el mundo se encontraba estructurado en base a estados soberanos, regidos de
manera eminentemente autocrática (aún entre las denominadas democracias de aquél entonces). Las
instituciones religiosas y las fuerzas armadas aún detentaban gran poder político y social, y las
tradiciones centenarias propias de cada pueblo en todos los continentes ejercían una influencia
determinante en el comportamiento social. Los imperios occidentales - Francia, Inglaterra, Rusia,
Alemania, Estados Unidos - imponían pautas políticas y defendían intereses económicos a nivel
mundial a través de esquemas de colonialismo directo e indirecto, sustentados sobre una superioridad
tecnológica aplicada con particular rigor en el campo militar.
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Ello generó un proceso competitivo entre estos imperios que derivó en la Primer Guerra
Mundial, que arrojo pocas ganancias para los estados beligerantes pero si benefició a un conjunto de
intereses internacionales que ya entonces cobraba fuerza relevante. Estos no se identificaban con
ningún Estado-nación en particular ni con ninguno de los bandos en guerra por lo que, aprovechando
la confusión generalizada y el debilitamiento mutuo de las potencias de entonces, pudo participar en
los beneficios económicos que el esfuerzo bélico generó entre las industrias de todas estas naciones,
Más aún, un sector avant-gard de este conjunto de intereses, aprovechó aquella situación mundial
para propagar y financiar una de las más útiles herramientas del mundialismo para lograr la
disolución de las estructuras tradicionales de poder: el comunismo marxista. Este, en su variante
leninista, tomó por asalto a la Rusia zarista generando una férrea dictadura que durante décadas
enteras abarcaría a vastas regiones del planeta, a partir de los años veinte. De esta forma,
monarquías centenarias como la rusa, la austro-húngara y la ottomana, al igual que la más joven
monarquía alemana desaparecieron para siempre del escenario de la política mundial.
El segundo vector nos coloca en la década de los años 30 (B), en que encontramos un mundo
muy cambiado que se prepara para una nueva y aún más devastadora guerra en Europa, que habrá de
configurar una verdadera guerra civil para ese continente y que representará su ocaso definitivo en
este siglo como centro del poder político del mundo. De aquella Segunda Guerra Mundial
resultarían victoriosas dos potencias extra-europeas: los Estados Unidos y la Unión Soviética. Tras
esta contienda, en una segunda oleada de disolución de imperios, desaparecen los debilitados imperios
británico, francés, belga y holandés; sucumbe el Imperio del Japón y el marxismo internacional es
exportado desde una Unión Soviética militarmente potenciada, generando trastornos políticos,
económicos y sociales entre las naciones de Europa Central, Sud y Centro América, el Medio
Oriente, el Caribe, Asia y África. Surgen docenas de nuevos estados muchos de ellos débiles y, en
algunos casos, totalmente inviables. De esta manera, el prestigio del Estado-nación como ámbito
para administrar y resolver los problemas y necesidades de las comunidades sigue decayendo y
debilitándose ante la opinión de vastos sectores de la población.
Es a partir del dramático desenlace de la Segunda Guerra Mundial que el vector del
"cambio" cobra fuerza notable, la que se verifica en el creciente fortalecimiento de las estructuras
horizontales por encima de las verticales. En la década de los años 60, (C), el mundo contaba con
una estructura de poder muy distinta, basada en el bipolarismo mundial centrado alrededor de los
Estados Unidos, y la Unión Soviética. La tecno-estructura mundial, a su vez, concentra su principal
eje de poder precisamente en los Estados Unidos hacia dónde emigra tras la devastación de la
Segunda Guerra Mundial y al que adopta transitoriamente como principal base de operaciones desde
dónde propaga su influencia, aprovechando el reaseguro inapelable que en, situaciones extremas,
representa el poderío militar estadounidense. El contrapeso natural en este esquema bipolar
consistió en influir sobre las principales estrategias del régimen soviético y sus satélites. Eran los
años de la Guerra Fría con su antagonismo entre ambos bloques - a menudo más aparente que real -
que permitió propagar los intereses transitorios de ambos bloques en el corto y mediano plazo,
mientras que se consolidaban los procesos que a largo plazo conducirían hacia estructuras de poder
supra-nacionales. El siempre presente terror ante el holocausto nuclear y el temor al mutually
assured destruction se encargaron de mantener la "paz mundial" según la lógica de una nueva
dialéctica que se complacía con el mero logro de la "no-guerra".
La lucha por el predominio mundial se traslada en forma creciente al ámbito económico y
social, pues en la Era Atómica, la guerra militar abierta entre ambas superpotencias, aunque utilizada
como amenaza para influir sobre la opinión pública quedaba, de hecho, descartada. El mundialismo
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irradia su accionar económico y político a través de una compleja complementación entre los bloques
de países regidos por el sistema democrático liberal sustentados en el capitalismo de mercado y los
países bajo el así-llamado régimen democrático socialista, basado en una economía de planificación
centralizada. Aplicando la clásica estrategia de divide et impera, todos los países del mundo fueron
quedando bajo el control e influencia político, militar y económico de uno u otro bloque. Los
enfrentamientos armados entre las grandes potencias o instigados por éstas - de los que hubo más de
ciento cincuenta desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial con mas de 70.000.000 de muertos -
se debatirían o bien en los territorios de países derrotados, o bien en regiones periféricas. Estos se
transformaban así en los infortunados puntos de contacto y choque entre las superpotencias: Corea,
Vietnam, Berlín, el Medio Oriente, Afganistán, Centro América, Angola y Cuba, a los que podríamos
agregar las guerras urbanas desatadas por fuerzas guerrilleras y las correspondientes reacciones
militares en diversos países.
Durante este importante período se consolida el regionalismo o multinacionalismo de las
alianzas económicas, políticas y militares como fase intermedia hacia el supra-nacionalismo. Surgen
organizaciones multinacionales militares (como la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN) y el Pacto de Varsovia), económicas (como el Mercado Común Europeo) y políticas (como
la Organización de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos). El vector del
"cambio" dinamiza crecientemente las estructuras supra-nacionales. La silenciosa infiltración
capitalista dentro del bloque soviético y, complementariamente, las ruidosas incursiones de la
guerrilla marxista en países del orbe capitalista, cobran creciente fuerza durante los años sesenta y
setenta. Se da entonces una suerte de complementación entre ambos bloques que fijó el marco
dentro del cual se dirimiría una lucha cuya postrer batalla sería ya no militar, sino económica.
En los años 80, (D), tras las dos crisis del petróleo de 1973 y 1979, el factor económico
cobra relevancia determinante lo que, con el tiempo, ocasionará el colapso económico y
debilitamiento ideológico del Imperio Soviético, el que a raíz del fracaso de las premisas económicas
marxistas se debilita ante el capitalismo y la creciente presión popular que clama por mayor
liberalización política. La infiltración de premisas capitalistas a través de las empresas
multinacionales que se radican en el bloque soviético actúa como catalizador que termina disolviendo
sus arcaicas y rígidas estructuras de poder. Por primera vez, el eje horizontal del mundialismo cobra
mayor fuerza que el vertical. Este fenómeno se verifica particularmente en el ámbito económico, lo
que fue ampliamente evaluado por un conjunto de hombres propiciadores de un nuevo orden mundial
quienes en 1973 crearon un foro de coordinación y análisis compuesto por relevantes representantes
del quehacer económico, industrial e intelectual de las tres regiones del mundo industrializado. Ese
foro, denominado The Trilateral Commission (la Comisión Trilateral), fue fundado ese año en
Tokio a iniciativa, entre otros, del influyente banquero y petrolero estadounidense, David
Rockefeller, secundado por un grupo inicial de unas 300 personalidades relevantes provenientes de
Norte América, Europa Occidental y el Japón.
Un efecto inmediato de esta nueva etapa fue el fuerte impulso que se le dio al proceso que
llevó a la participación de empresas capitalistas dentro de las economías de la Unión Soviética y sus
satélites, lo que ayudaría a conducir pocos años después a la desintegración del Imperio Soviético,
que puede interpretarse como el fracaso del conjunto de Estados-nación de Europa Central, con Rusia
a la cabeza, que no lograron resolver esenciales problemas en la administración y distribución de la
producción dentro de sus propias economías. Por ello, a partir de 1989, éstos sucumben a un
generalizado caos interno cuya mas violenta y lamentable expresión la conforman los desmembrados
y devastados países de la ex-Yugoeslavia. Desde entonces, el nivel de estabilización de cada una de
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estas nuevas naciones se relaciona directamente con el grado de adecuación al orden económico y
financiero mundial imperante que adopte. Sin este apoyo económico y financiero, el desempleo, la
pobreza y las convulsiones sociales se adueñan de estos renacidos países. Entonces, vemos como en
algunos casos los mitos ideológicos impuestos por el marxismo son reemplazados por los muchos
más antiguos mitos imperiales, nacionalistas y hasta raciales que tornan altamente volátil la
evolución de amplias zonas de Europa Central y de Asia.
El Imperio soviético no se fracturó tan sólo según los Estados-nación cautivos que lo
componían sino que hoy se encamina hacia una mayor atomización que en muchas regiones -
Azerbaiján, Georgia, la ex-Yugoeslavia, Chechenya, Ucrania y regiones de la Rusia asiática - pueden
derivar en guerras civiles o en la absorción de regiones por poderosos vecinos como China o Irán.
Ello es, en parte, el resultado de mantener la ficción de crear estados en base a premisas teóricas y
según las conveniencias de las superpotencias de turno, ignorando las tradiciones étnicas y culturales
de amplias regiones circunstancialmente bajo su control, tal como ocurrió con los miopes Tratados
de Versalles y St. Germain de 1919 que al ponerle fin a la Primer Guerra Mundial sobre una base
inicua, sembraron la semilla para una nueva y mucho más devastadora guerra veinte años mas tarde.
Tras la Segunda Guerra Mundial, nuevamente se repitió el mismo afán de los aliados militarmente
victoriosos de imponer a Europa un nuevo conjunto de países con fronteras arbitrarias que formaron
la base del nuevo orden sancionado esta vez por la Organización de las Naciones Unidas en 1945.
Ese orden mundial colapsó a partir de 1989 cuando estas nuevas entelequias políticas creadas en
Europa Central fueron desvaneciéndose, ora pacíficamente como en el caso de la reunificación
alemana o la separación de las repúblicas de Chequía y Eslovaquia; ora con violencia feroz como
fueron el desmembramiento de los países de la ex-Yugoeslavia, los enfrentamientos en Armenia,
Azerbaiján, Rumania, Georgia, Crimea y Chechenía, entre otros.
A su vez, la prolongada y explosiva situación de guerra vigente en el Medio Oriente, tiene
sus raíces en otros arbitrarios ejercicios de "dibujo de mapas" por parte de las superpotencias al
finalizar las dos guerras mundiales.
En la actual década de lo años 90, (E), el vector de "cambio" ha volcado los resortes del
poder real firmemente a favor de la tecno-estructura supra-nacional, a través de sus canales
horizontales, representados por procesos eminentemente económicos y financieros apoyados por una
red global de comunicaciones e informática. El alineamiento y apoyo de las mayorías se dinamiza y
logra gracias al poderoso efecto de los medios masivos de comunicación, verdaderos generadores y
conformadores de "opinión pública". En las palabras del sociólogo norteamericano, Naom
Chomsky, conforman una suerte de "fabricadores de consenso" que desarrollan poderosos, amplios y
hábiles procesos de acción psicológica llevados a cabo a nivel planetario y originados desde
compactos centros planificadores.1
Hoy nos encontramos transitando esta etapa, quizás una de las más complejas y volátiles de
todo el proceso, en que las fuerzas horizontales apoyadas sobre sus estructuras financieras,
económicas y sus medios de comunicación masiva, detentan mayor poder que las estructuras
verticales tradicionales. Sin embargo, esta mayor fuerza aún resulta insuficiente para instaurar una
sólida y ordenada administración mundial de todos los asuntos públicos y privados. Podemos inferir
cuál sería la conclusión de esta etapa, previendo una futura sexta etapa (F), para la década posterior
al año 2000. En la misma, el poder real mundial se encontrará firmemente controlado por la tecno-
estructura mundial, la que demorará unas décadas más para reorganizar, reagrupar y consolidar sus

1
"Manufacturing Consent", Naom Chomsky, Vintage Books, New York.
- 36 -
estructuras. Tan o más importante aún, se requerirá de un plazo de tiempo para modificar patrones
de conducta entre las mayorías largamente acostumbradas al "cambio" y a todo lo novedoso, para
que éstas brinden el necesario apoyo y consenso al nuevo orden mundial, ya que con el poder real
firmemente bajo su dominio, la tecnoestructura mundial no necesitará impulsar ulteriores cambios en
los resortes del poder, puesto que ello iría necesariamente contra sus intereses.

Un Coup d'État Mundial


Como en todo proceso revolucionario, también la tecnocracia supranacional propugna
cambios radicales en el status quo mientras ella no cuente con todo el poder. Pero una vez que logre
reunir todos los resortes del mismo, entonces automática y previsiblemente se transforma es una
estructura conservadora.1 Muy posiblemente, esta importante transición se apoye sobre un conjunto
de eventos de rápida sucesión y de alcance global que catalice y justifique un vuelco repentino,
dramático y radical hacia la formalización explícita de una estructura de gobierno de alcances
mundiales. Esta última etapa, muy breve pero también muy peligrosa (G), cobrará la forma de uno
o varios eventos que abrirán el paso y justificarán la necesidad de introducir un cambio mundial
radical y revolucionario en forma más o menos simultánea en todos los países y regiones del planeta.
Prever cuales serían las circunstancias y características de este evento catalizador (Etapa G
en nuestro diagrama) resulta muy difícil y ocioso. Posiblemente, lo configure algún estado de
conmoción civil dentro de muchos de los grandes centros urbanos del planeta, o bien una o varias
guerras generalizadas de inusitada violencia en varias regiones del mundo. También, podría surgir
como consecuencia de algún desastre ecológico generalizado que sirva de escenario para impulsar y
justificar un amplio, profundo y repentino cambio global en rápida dirección hacia el mundialismo.
Probablemente, sea una conjunción de todos estos escenarios.
Lo importante no radica en pretender desentrañar las características de ese conjunto de
eventos catalizadores del vuelco hacia un gobierno mundial, sino más bien en comprender que el
mismo será necesario para producir el cambio repentino. El resultado formal de ello será la auto-
disolución de todos los Estados-nación y un re-ordenamiento mundial totalmente nuevos.
Probablemente, la continuada evolución de todo el conjunto de problemas que actualmente
agobian a la humanidad - pobreza, contaminación, crimen, guerras y epidemias - librados a su propia
dinámica e inercia terminen por conducir por sí solos a un punto de grave eclosión, que actuará como
un cassus belli que permitirá y justificará, ante tamaña emergencia, una suerte de coup d'Etat
planetario. La clave de la estrategia del mundialismo para las próximas décadas consistiría,
entonces, no tanto en resolver toda esta compleja problemática que enfrenta la humanidad, sino más
bien en administrar de manera pragmática su direccionamiento y desarrollo.
La obvia peligrosidad de todo este proceso cuyo incipiente inicio podría estar gestándose en
los Balcanes, en el África negra, en el Magreb o en el Medio Oriente aconsejaría, sin embargo,
evaluar mecanismos tendientes a evitarlo, aunque no sea tan solo para evitar el consiguiente
sufrimiento humano. En un estudio publicado por la revista Business Week de los Estados Unidos a
1
Este fenómeno lo verificamos en procesos revolucionarios como el Francés y el Bolchevique. Tras la victoria de los
Revolucionarios luego de la toma de la Bastilla en París de 1789, la Revolución Francesa se transformó en el Terror
cuya meta era conservar el poder recien logrado y que conduciría luego al imperio de Napoleón Bonaparte. En
Rusia, por su parte, una vez consolidada la Revolución Bolchevique entre 1917 y 1923, experimentó un nuevo terror
conservador que conduciría al imperio de Stalin, Kruschev y Breznhev.
- 37 -
fines de 1994, se evalúan los principales peligros del futuro como consistentes en guerras
generalizadas de relativamente baja intensidad en muchas áreas del mundo, particularmente en la ex-
Unión Soviética, tensiones originadas por desastres ecológicos y la proliferación de armas nucleares.1
Sea como sea, se arribará a una última fase, (H), en la que, por las buenas o por las malas,
se articulará un gobierno mundial que asumirá la administración política, económica y social del
planeta, ejerciendo el poder según patrones tradicionales, o sea, a través de estructuras claramente
verticales y jerárquicas, como única manera de garantizar su estabilidad y la continuidad en el largo
plazo. A partir de ese momento, el gobierno mundial evaluará a cualquier fuerza que propugne
nuevos cambios como una amenaza y un peligro potencial. Se erigirán entonces, los mecanismos
necesarios de acción psicológica, ordenamiento jurídico y defensa militar-policial para conjurar toda
ulterior amenaza de este tipo.
Entonces veremos cerrarse un amplio ciclo en la evolución de las estructuras sociales de la
humanidad que, luego de transitar por una etapa de democratismo universal que viene sirviendo de
instrumento de disolución de los Estados-nación soberanos, volverá al mucho más antiguo y
tradicional esquema autocrático y aristocrático que fue sustento de imperios que perduraron milenios
desde Egipto hasta China; desde Arabia hasta Europa. El gobierno mundial cobrará entonces la
forma del Imperium. La realidad impone ciertas reglas de hierro, como por ejemplo la que nos
recuerda que, a pesar de los rápidos avances tecnológicos y los revolucionarios cambios intelectuales,
la naturaleza humana suele regirse por motivaciones inconscientes arcaicas que no cambian de la
noche a la mañana como suele ocurrir con los paradigmas impulsados por el liberalismo. La ciencia
y la técnica nos han permitido modificar rotundamente el aspecto físico de nuestra vida sobre el
planeta en tan sólo un par de décadas; sin embargo, modificar los patrones psíquicos que nos
condicionan como individuos y redirigir las fuerzas arquetípicas que determinan la psicología
colectiva, resulta mucho más lento, sino imposible, de lograr. Si se pretende apresurarlos, ignorarlos
o reprimirlos, su reacción, aunque se demore, se hará sentir con inusitada fuerza y violencia.
El futuro gobierno mundial no sólo asumirá la administración económica y social del planeta,
sino que también debe hallar los mecanismos políticos para lograr orden y estabilidad. Aunque la
tecnología que exista entonces seguramente permitirá prescindir de un centro geográfico determinado,
diversas consideraciones de índole política y hasta psicológica aconsejarán adoptar las formas de un
imperio con un centro visible y prestigioso y una flexible y diversificada red administrativa y
jerárquica que asistirá a mantener la unidad imperial partiendo de la diversidad étnica y funcional.

1
Business Week / 21st Century Capitalism - Noviembre 1994. Estos tres escenarios de potenciales futuros conflictos
se describen de la siguiente manera:
(A) Eco-tensiones: el boom económico y los aumentos poblacionales ocasionan daños ecológicos generalizados,
especialmente en países en vías de desarrollo, que destruyen bosques, aguas y erosionan el medio ambiente
ocasionando un freno total al desarrollo y disputas por el uso de recursos naturales que conducen a tensiones
militares en Asia;
(B) Empeoramiento de la situación en Rusia: al fracasar el nuevo sector capitalista en su intento de generar nuevas
fuentes de trabajo y actividad. Crece la polarización entre ricos y pobres lo que otorga poder a demagogos que
impulsan políticas proteccionistas y surge una fuerte corriente nacionalista que genera conflictos con las demás
repúblicas de la ex-URSS generando mayores conflictos, incluso militares, con Europa y Asia;
(C) Proliferación nuclear: surge un mercado negro de cabezas nucleares provenientes de la ex-URSS en conjunción
con adelantos electrónicos en Asia. Guerras nucleares limitadas se producen en el Medio Oriente y en el
subcontinente asiático. La India y Pakistan entran en un colapso tras un intercambio nuclear.
La economía mundial cae en una recesión luego que los Estados Unidos, Europa y Japón imponen controles
extremos sobre el comercio y el traslado de personas y bienes para contrarrestar el peligro que se produzcan ataques
nucleares con armas portátiles transportables por alguna persona en una valija.
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Un foro de coordinación
Este proceso planetario que se describe en la actualidad opera principalmente desde centros
de irradiación y desarrollo en el Primer Mundo industrializado. Actualmente, los Estados Unidos,
Europa Occidental y el Japón son, precisamente, las áreas en las que estos cambios cobran mayor
relieve.
Uno de los más destacados intelectuales y mentores del mundialismo, quién también fuera
impulsor ideológico de la Trilateral Commission, el politicólogo polaco-estadounidense, Zbigniew
Brzezinski,1 hace más de veinte años describió este proceso hacia el mundialismo como una
migración social hacia una etapa post-industrial - que él bautizara con el nombre de "Era
Tecnotrónica". Brzezinski creía en aquellos años setenta que los Estados Unidos era la primer región
del planeta en ingresar a la era tecnotrónica y esperaba que Europa Occidental y el Japón lo
siguieran rápidamente.2
Las regiones que abarcan los países representados en la Trilateral Commission son los
Estados Unidos/Canadá (área Norteamericana), Europa Occidental y el Japón, que son los que han
experimentado la más importante evolución en la veintena de años que van desde la fundación de esta
organización. Hoy, el Japón es el principal impulsor de la industrialización de tecnologías de punta
aunque el desarrollo de las mismas siga siendo liderado por Estados Unidos y, en menor grado, por
Europa.
Surge así un proceso de 'arrastre' que hace que el cambio se inicie en las áreas trilaterales y
luego se propague en forma dispar a las demás regiones del planeta a través de una tecnoestructura
mundial que refleja distintas estrategias e intereses. El mundialismo se consolida en zonas de mayor
concentración de poder real: los centros financieros, industriales, educacionales y de investigación
tecnológica. El hinterland del mundo - las regiones retrasadas de África, Asia, Centro y Sud
América, por ejemplo - se incorporan a esta tecnoestructura solo en la medida en que las necesidades
actuales y conveniencias futuras de la misma lo requieran. Es así que, actualmente, enormes masas
poblacionales han quedado totalmente excluidas de todo proceso civilizador, lo que acarrea graves
distorsiones regionales con su resultante violencia social y política - actual y futura - que se debe
controlar y administrar adecuadamente.
Adónde se producirá la industrialización de tal o cual producto depende del lugar hacia
dónde migren los capitales necesarios para financiar las enormes y complejas instalaciones propias de
los macroprocesos de la Tercera Ola. Los distintos países y regiones surgen o caen según las

1
Zbigniew Brzezinski - Miembro del Consejo de Planeamiento de Políticas en el Depto. de Estado (1966-68); en 1968
dirigió el grupo de tareas sobre política exterior durante la campaña del candidato presidencial demócrata, Hubert
Humphrey; Asesor de Seguridad Nacional durante el gobierno del Presidente James E. Carter (1977 a 1981);
miembro del Directorio Ejecutivo de la Comisión Trilateral (TC) desde su fundación en 1973; miembro del Council
on Foreign Relations (CFR); participante permanente de los encuentros del Grupo Bilderberg europeo; asesor y
consejero del Centre for Strategic & International Studies de la Paul Nitze School of Advanced International Studies
(Johns Hopkins University); conferencistas y autor de diversos libros y trabajos relacionados con las relaciones
internacionales y sovietología.
Algunas otras obras: "Fragile Blossom: Crisis & Change in Japan" (1972); “Out
of Control”, Nueva York, 1993.
2
Cf. "Entre Dos Edades: La Era Tecnotrónica" - Zbigniew Brzezinski - Nueva York, 1971.
- 39 -
condiciones que ofrezcan localmente para el desarrollo de los macroprocesos industriales y
económicos globales: legislación, recursos humanos, recursos naturales, infraestructura y seguridad
jurídica son solo algunos de los factores determinantes. La toma de decisiones, sin embargo, se
concentra en grupos compactos de directivos, traders y operadores que manejan los hilos invisibles
de los gigantescos macroprocesos creados por las actividades productivas de la humanidad. Así,
haciendo uso del enorme poder de las supercomputadoras y las telecomunicaciones planetarias, crean
instrumentos y técnicas financieras que transforman a los mercados de capital en entes "más
cruelmente eficientes y arriesgados que nunca", según el informe de Business Week, "21st Century
Capitalism" al que nos hemos referido.
Rescatamos otros conceptos muy importantes de este informe que describen elocuentemente
como se direcciona la fuerza y el desarrollo de los macroprocesos que rigen el mundo:
"En este nuevo campo de batalla para los ahorros, los operadores de mercado se
transforman en un nuevo tipo de legisladores sin estado. Con la fuerza de la billetera, podrán
pautar las posibilidades que tengan los gobiernos de cobrar impuestos, gastar, ahorrar, o
devaluar sus deudas a través de la inflación. En rigor de verdad, los operadores del dinero desde
sus computadoras ya dictaminan sus carteras de inversiones en base a un temario muy
diversificado que incluye el valor del peso mejicano, el desequilibrio comercial de los Estados
Unidos con el Japón y la lucha de Suecia para mantener el arquetipo del estado benefactor en
Europa. Y esto es solo el comienzo.
A medida que más países y empresas se conectan a la red financiera global, este cuerpo
cambiante y sin nacionalidad de administradores y comercializadores de fondos no solo se
convertirán en jueces. Para preservar el valor de sus inversiones, ellos se involucrarán más y más
directamente con los asuntos diarios de los estados, brindando orientación, motivación y
disciplina todos los días. 'Se está derrotando la mismísima soberanía de los Estados-nación', ha
declarado el economista londinense, David C. Roche."
"Nicholas P. Sarge director general de Global Advisors de Newark, Nueva Jersey,
pregunta '¿Quién dijo que hay que ser votado para influir sobre las políticas? El mercado ya le
está diciendo a los que gobiernan: nosotros somos sus controladores'. Esta imposición de rectitud
fiscal tiene profundas implicancias tanto para las naciones como para las empresas. 'La
competencia entre las naciones estará a la orden del día' en los mercados de capital, predice
André Levy-Land, presidente del consejo de administración de la Compagnie Financiere de
Paribas. También lo estará la competencia entre países y empresas privadas. Algunos ya ven al
mercado midiendo a las empresas y a los países por los mismos parámetros. David C Mulford,
presidente de CS First Boston Ltd., y ex-Subsecretario del Tesoro de los Estados Unidos dijo: 'Es
destacable comprobar la manera en que el sistema ha promovido mayor prosperidad a aquellos
que están preparados a reformar sus economías y competir por los capitales. El mercado
responde a ello y lo hace muy eficientemente.'
Por supuesto, algunos líderes nacionales tratarán de desafiar al mercado. Pero el costo
de enfrentarse a una fuerza que, en su conjunto, vale billones de dólares se está transformando en
algo insoportable. Rehusarse a jugar a la pelota con los traders puede costarle a una economía
tasas de interés exorbitantes o una cesación de inversión en privatizaciones necesaria para
aumentar la productividad y crear fuentes de trabajo. Ello podría conducir a un aumento en las
tensiones sociales que, a su vez, empujaría a una economía aún más lejos del camino del equilibrio

- 40 -
fiscal. 'Se podrá salir del sistema, pero ello destruirá la prosperidad', nos previene el
administrador de fondos, George Soros."1

Este proceso corta a través de toda frontera política - interna y externa - ya que imprime su
propia dinámica y canales de penetración que violenta las mismas, tanto entre las naciones como
dentro de las mismas. Así por ejemplo, en un determinado país, podemos encontrar alguna gran
ciudad o centro industrial incorporado en medida importante a la tecnoestructura mundial, mientras
que a poca distancia, zonas suburbanas de poco interés para la tecnoestructura mundial permanecen
relegadas e ignoradas. Este proceso también lo verificamos dentro de ciudades en las propias áreas
trilaterales con sus barriadas pobres, de las que los "inner cities" de los Estados Unidos, con su
incontrolable violencia, pobreza, drogadicción y decadencia moral, son claros ejemplos.
De manera alguna se trata de un proceso que propone avanzar los intereses de un
determinado pueblo o nación por encima de los de otro, sino más bien, se avanzan los intereses de
determinados sectores según un fuerte pragmatismo económico, político y social. Los intereses
comunes se horizontalizan y abarcan profesiones, miembros de una misma empresa, sectores e
interest groups con un conjunto determinado de conocimientos y habilidades. Conocer y saber son
el valor agregado que cada persona porta en sí misma y que representa la llave que le permite
ingresar a la tecnoestructura y acceder a los beneficios que ella ofrece, independientemente del lugar
adónde uno se encuentre.

1
Business Week / 21st Century Capitalism - Nov. 1994, pág. 40/41. Las opiniones citadas en este artículo resultan
particularmente relevantes pues David Stern (Gerente General del Banco Mundial), George Soros (Presidente de The
Quantum Fund) y David Mulford (ex-Subsecretario del Tesoro de los EE.UU. y actual Presidente y CEO de CS First
Boston Corp.), son todos miembros del influyente Council of Foreign Relations. André Levy-Lang, (Presidente del
Consejo Administrativo de la Compagnie Financiere Paribas, Paris), es, a su vez, miembro de la rama europea de la
Trilateral Commission.
- 41 -
- 42 -
Cap. 2 - Cambio
"No man is an island, entire in itself; Each man is a piece of the
continent; a part of the main...."
- John Donne - 1

El "Factor del Cambio"


Una de las características de este proceso lo configura el alto grado de espontaneidad y
automaticidad con el que se desarrolla. Ello lo dota de amplia aceptación entre el público que va
adoptando como propias las pautas y los paradigmas que este proceso conlleva. Así, al haberse
establecido entre las mayorías el acostumbramiento a permanentes secuencias de cambio tecnológico
y científico que afectan a todos los órdenes de la vida, este mismo fenómeno se proyecta sobre otros
órdenes como son la política, lo social y lo económico que también sufren permanentes cambios y
transmutaciones. Las mayorías se acostumbran rápidamente al cambio perdiendo de vista que el
mismo, por sí sólo, no puede calificarse ni de bueno ni de malo, sino que se lo debe referenciar a los
resultados que produce.
El factor del cambio es todo-abarcador ya que presupone una modificación integral de todas
las estructuras - formales e informales - de la sociedad, generando una determinada conformación
psíquica entre las mayorías. Esto es de fundamental importancia y explica el uso relevante que se
hace de los medios de difusión y comunicación masiva, como así también de las estructuras
educacionales como canales de viabilización del cambio. El resultado final de este proceso aún está
por dilucidarse, por cuanto modificaciones perdurables en los patrones de conducta requieren de una
permanente reiteración para mantenerlos adecuadamente activados.
No obstante ello y a pesar de su baja persistencia en el tiempo, generar ciertos patrones
psicológicos se transforma en una herramienta muy efectiva cuando se pretende controlar aspectos
relacionados con un determinado tiempo o una etapa en particular. Lograr entre las mayorías una
adecuada permeabilidad y apoyo hacia las propuestas del mundialismo, aunque sea transitoriamente,
significa adelantar una etapa que de todos modos sólo durará unas décadas. Cumplida la etapa y
desaparecida la necesidad que le dio origen, al patrón de conducta transitoriamente generado se lo
puede desactivar y reemplazar por otro. Entonces, se produce el fenómeno que observamos con
tantas ideas, ideologías y mitos: "pasan de moda", lo que es fácilmente aceptado por mayorías
poblacionales acostumbradas a las bondades reales o imaginadas del cambio permanente en todos los
órdenes de la vida.
Algo así ocurrió con el marxismo que, en determinado momento estuvo muy "de moda" en
todo el mundo, incluso entre la intelligentzia de occidente, pero que una vez que hubo cumplido su
ciclo, también "pasó de moda". Este fenómeno conduce a la necesaria pregunta de si entre el
conjunto de ideas que actualmente gozan del consenso de las mayorías de todo el mundo y que son

1
John Donne (1572-1631 - poeta inglés) - “Ningún hombre es una isla, completo en sí mismo. Cada hombre es una
porción del continente; una parte de la tierra firme.....”.
- 43 -
tenidas como sacrosantas conformando nuestra visión del mundo, no habrá muchas que a su debido
momento también les llegará la hora de "pasar de moda".
En los últimos años, aunque el ritmo del cambio se ha acelerado, el mismo siempre avanza
dentro de un marcado gradualismo, lo que permite generar paulatinas y secuenciales modificaciones
en las estructuras económicas, políticas y sociales. Con ello cobra cierta automaticidad evolutiva,
de forma tal que, en mayor o en menor medida y según las actividades de cada individuo, todos
vivimos inmersos en este cambio estructural, que se produce simultáneamente y en diversos niveles.
En realidad, resulta mucho más fácil observar sus efectos que identificar sus causas, pues en última
instancia, la orientación general del factor de cambio es movilizado desde altos estamentos decisorios
de la tecnocracia supranacional.
Si observamos este proceso en cualquiera de sus niveles, comprobamos un cúmulo de causas
y efectos parciales y subordinados. Mucho más complejo resulta rastrear su ordenamiento superior
y su abarcadora causa ulterior. Si se aislase esta causa ulterior, se podría entonces reconocer cuál
es la clave de una amplia y compleja transformación mundial que abarca a un abanico de rubros.
Estos cambios, se impulsan utilizando gran flexibilidad metodológica, siempre centrada en una
fuerte unidad de concepto en lo concerniente a la meta final. De esta manera, quedan abiertas
muchas opciones para transitar por variados caminos, aún a costa de ignorar atrayentes atajos, en
aras de esa meta final.
La razón de esta metodología surge del hecho de que la evolución violenta de muchos
acontecimientos del mundo contemporáneo requiere de una alta cuota de flexibilidad, neutralizando
los peligros y aprovechando las oportunidades que a diario surgen. La disolución controlada de los
Estados-nación soberanos genera un alto nivel de caos y entropía que obliga a avanzar en forma
gradual, con flexibilidad, cautela y adaptabilidad transitoria.
A modo de síntesis, las principales características del factor del cambio como motor
impulsor del mundialismo son las siguientes:

- estructuralidad: los factores del cambio son todo-abarcadores e involucran a todos


los ámbitos de las actividades del hombre y las estructuras a través de las cuales se
manifiesta: instituciones políticas, económicas y educativas; estructuras
empresariales; programas de educación y capacitación; organizaciones culturales y
religiosas; patrones de comportamiento, organización del tiempo libre y estilos de
vida familiar.

- automaticidad: al generarse un patrón de cambio, el mismo se retroalimenta de la


propia actividad social, aumentando niveles sinérgicos, lo que le imprime un grado
creciente de automaticidad. Para ello, se aplican efectivas y probadas técnicas de
acción psicológica colectiva que se basan, entre otras cosas, en la conocida alta
permeabilidad del hombre al conformismo social y su correspondiente pasividad
ante lo que percibe como la "opinión mayoritaria". Socialmente, se suelen activar
dolorosos mecanismos de rechazo contra aquellas minorías que auténticamente se
resistan el conformismo. Tan solo parece existir lugar para canalizar ciertas
corrientes de opinión de "alternativa", que han sido previstas para cumplir una
función análoga a la de una válvula de escape: representan una suerte de inocuo
"inconformismo autorizado".

- 44 -
- verticalidad: aunque las fuerzas propugnadoras del cambio son horizontales,
penetrando y disolviendo a las tradicionales estructuras verticales, la tecnoestructura
supranacional en sí, evoluciona según pautas y dinámicas impulsadas
jerárquicamente, que se originan en un conjunto coordinador altamente selecto,
compacto y auto-renovable.

- flexibilidad: todos los cambios han de conducir a metas preestablecidas y,


fundamentalmente, inalterables a mediano y largo plazos. Sin embargo, los caminos
y canales para lograr las mismas son en el corto plazo, variados, dispersos,
innumerables, mutables y altamente flexibles.

- gradualidad: los cambios sociales perdurables rara vez se producen a través de


procesos repentinos. Sólo el cambio gradual resulta controlable. Podrá parecer que
algunos de sus hitos se precipitan en desenlaces rápidos, a menudo no carentes de
cierta espectacularidad, pero sin embargo, su maduración consiste de un proceso
lento y gradual.

Todo este proceso de cambio y evolución hacia el mundialismo requiere asumir y


comprender un nuevo conjunto de paradigmas. Las personalidades que lo dinamizan provienen de
distintos ámbitos y países. La mayoría de ellos son poco conocidas por la opinión pública mientras
que una proporción más pequeña consiste de figuras notorias del mundo empresario, político e
intelectual. En todos los casos, se trata de personalidades de gran prestigio mundial, que actúan
desde importantes empresas, universidades o altos cargos gubernamentales, cuya diversidad no
permite ver claramente que comparten un ideario e intereses en común que las une en una meta
superior. Para lograr una adecuada comprensión, resulta necesario interpretar y plasmar sus
diversas acciones dentro del marco del proceso que conduce hacia este nuevo orden mundial.
Así, podemos señalar a políticos de la talla de George Bush, Helmut Schmidt, Kiichi
Miyazawa, Bill Clinton, Raymond Barre, Warren Christopher, Mario Cuomo, Lady Margaret
Thatcher y Lord David Owen; a intelectuales como Henry Kissinger, Lester Thurow, Zbigniew
Brzezinski, Strobe Talbott, y Alvin Toffler, a economistas como el Premio Nobel Friedrich von
Hayek y Sir Eric Roll, a militares como los generales Alexander Haig, Jr., Colin Powell, Thomas
Enders, Umberto Capuzzo y al Alte. William J Crowe, Jr; a prestigiosos empresarios y banqueros
como David Rockefeller, Akio Morita, Louis Gerstner, Jr., Alan Greenspan, Nicholas Brady,
Edmond de Rothschild, Giovanni Agnelli y George Soros; a diplomáticos como Terence Todman,
Robert Strauss, Jeanne Kirkpatrick y Pamela Harriman; y a personalidades de medios de
comunicación social como Katherine Graham, Andrew Knight, Dan Rather, David Brinkley,
Barbara Walters, Arrigo Levi y Theo Sommer.
Desde sus diversas actividades profesionales, políticas, intelectuales y empresarias, estas y
muchas otras personalidades impulsan y promueven implícita o explícitamente la evolución y el
desarrollo del amplio proceso que conduce hacia el mundialismo. Los hombres y las mujeres de
distintos países que trabajan a favor de este proceso de integración mundial lo hacen desde sus
diversas disciplinas y posiciones. En base a su posicionamiento jerárquico dentro de la
tecnoestructural supranacional, se desempeñan ora con mayor ora con menor concientización del
mucho más amplio marco de metas políticas que la misma sustenta. Lo destacable consiste en que la
creciente internacionalización e interdependencia de los procesos económicos, políticos, informáticos
- 45 -
y culturales entre empresas e instituciones de toda índole, determinan que estructuralmente, sus
intereses privados empresariales hoy coinciden con los del mundialismo.
Hay pocas maneras mas poderosas de impulsar profundos cambios políticos que hacer que
éstos coincidan con los intereses económicos de los sectores y las personas que se pretende convertir
en sus instrumentos movilizadores. La globalización de la economía actúa como una maquina de
mottu perpetuo que se auto-impulsa y retroalimenta en un proceso de crecimiento exponencial. De
manera que la principal tarea del compacto conjunto de dirigentes del mundialismo consiste en
planear sus metas, dirigir su evolución y corregir sus desvíos con el fin de llegar a feliz puerto, o -
al menos - a aquél puerto que coincida con sus metas e intereses. El resto evoluciona y se desarrolla
con un alto grado de automaticidad.
Para ello, se cuenta con una vasta clase gerencial y estamento de ejecutores que llevan a
cabo sus tareas apasionadamente. Esta clase gerencial, mas allá de su grado de consciencia sobre el
más amplio proceso que con sus labores ayuda a promover y movilizar, es sin embargo, plenamente
consciente de que al realizar sus tareas eficiente y profesionalmente, reciben a cambio de ello una
recompensa material y social muy atractiva de parte de la tecnoestructura de la que participan
Es más, los medios de difusión masiva y el propio sistema educativo se han encargado de
propagar la imagen de estos hombres y mujeres - pujantes, ambiciosos, inteligentes, educados y
eficientes - que se convierten en modelos estereotipados del estilo de vida y niveles de consumo que
resultan precondición imprescindible para lograr la felicidad. No formar parte directa o indirecta de
esta tecnoestructura implica ser condenado al ostracismo económico en un camino sin salida signado
por la mediocridad y la frustración. Peor suerte aún les aguarda a aquellos que debido a su falta de
educación y capacitación, o por su raza o por haber nacido en el lado equivocado del planeta, quedan
irremediablemente excluidos de esta tecnoestructura y de todo beneficio irradiado de ella. Para ellos
solo parecería existir la pobreza, el hambre y el embrutecimiento: son los cientos, sino miles, de
millones de "pobres" que sólo figuran en las estadísticas de indigencia y mortandad y que a veces
vemos fugazmente en los noticieros.
Como no participan del "mercado", nadie los reconoce como "clientes" reales o potenciales
sobre los cuales valga la pena esfuerzo alguno. Dentro de veinte o treinta años, quizás alguien se
ocupe de sus hijos si llegan a evolucionar hasta representar un incipiente o potencial mercado;
mientras tanto para la sociedad globalizada, apenas si existen.
La clase dirigencial y el estamento de ejecutores consiste de varias decenas de millones de
hombres y mujeres: los mejores, más creativos, capaces y educados de sus diversas comunidades.
Quizás se trate de unas 30.000.000 de personas en las áreas trilaterales más otras 20.000.000 en el
resto del mundo conduciendo, operando y planificando procesos industriales, productivos,
financieros, comunicacionales, educativos y gubernamentales. Este estamento de ejecutores
transforma en hechos concretos al amplio abanico de políticas y proyectos trazadas e impulsadas por
la compacta tecnocracia supranacional. Existirían, entonces, 50.000.000 de ejecutores en todo el
planeta jerárquicamente organizados y dirigidos por un compacto grupo de, digamos, 10.000
directivos de máximo nivel. Cifra importante, innegablemente, pues la tarea que desarrollan es
gigantesca, pero que sin embargo, apenas si representa el 1% de la población del planeta, estimada en
unos 5.000.000.000 de seres.
Estas cifras son meramente a título ilustrativo y representan una estimación muy amplia y sin
pretensiones de exactitud, por cuanto su propósito solo radica en demostrar el hecho de que son las
minorías - en nuestro ejemplo, con el 1% de la población mundial basta - las que dirigen las
actividades operativas humanas. Y que a su vez, una minoría aún más pequeña - 10.000 personas en
- 46 -
nuestro ejemplo, o el 0,0002% de la población mundial - diseña, conduce y dirige los destinos de la
humanidad.

La dialéctica del Cambio


En la historia de los últimos siglos, particularmente en occidente, observamos que
repetidamente los principales intereses políticos y económicos coincidieron en derredor de
determinados estados, coronas e imperios. De ahí provino el fortalecimiento de los imperios
británico, francés y holandés, y - luego - del de los Estados Unidos, el Japón y Alemania. La
novedad que comprobamos en la actualidad radica en que los más poderosos intereses económicos ya
no necesitan coincidir con ningún Estado-nación, corona o imperio soberano en particular, ni siquiera
les resulta preciso alinearse con los Estados Unidos.
Ello no quita que los Estados Unidos haya representado un rol esencial dentro de este
proceso, particularmente desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Hoy el mundialismo tiene
como su 'centro de poder' a todas las áreas trilaterales y se encuentra en proceso de ampliarlo aún
más y con determinante influencia sobre regiones fuera del área trilateral, en diversos países en vías
de desarrollo. Un destacado mentor del mundialismo, Zbigniew Brzezinski, en su obra fundacional de
la Trilateral Commission, "Entre Dos Edades: la Era Tecnotrónica", decía a principios de la
década de los años setenta que "el concepto del interés y soberanía nacionales, sólo era viable
mientras las naciones estaban lo suficientemente separadas en el tiempo y el espacio,
considerando el margen de maniobra y las distancias necesarias para mantener sus identidades
independientes. Durante la era clásica (la Era Industrial), los armamentos, las comunicaciones, la
economía y la ideología tenían esencialmente envergadura nacional. Estos cuatro factores
mencionados tienen ahora dimensiones globales que escapan al control de lo nacional. Los
vínculos supranacionales prosperan en tanto que las reivindicaciones nacionalistas aunque
todavía potentes - se están diluyendo. Naturalmente, este cambio se va acentuando en los países
avanzados, pero ningún país escapará a sus efectos". 1

Brzezinski expresaba esto hace un cuarto de siglo en momentos en que el bloque soviético
aún representaba una fuerte amenaza a occidente, mientras que las ideologías de izquierda - desde el
comunismo bolchevique hasta las socialdemocracias europeas y las diversas variantes de
eurocomunismo - hacían pensar a muchos que el capitalismo realmente corría serio peligro de ver
cumplida la amenaza del ex-premier soviético, Nikita Kruschev, de verse enterrados por el
comunismo.
Utilizando una dialéctica dispersa y ambigua que permitiría lograr una síntesis de ideologías
y conceptos aparentemente contrapuestos, Brzezinski, sovietólogo con un profundo conocimiento de
la problemática del área comunista, se convirtió en relevante promotor intelectual de la idea de
brindar asistencia económica y financiera a la Unión Soviética y sus satélites. Ello, con el tiempo, se
transformaría para estos países en un abrazo de muerte pues al aceptar la introducción de esquemas
económicos librecambistas y joint-ventures capitalistas con empresas multi-nacionales dentro del
bloque soviético, los canales horizontales privados representados por dichas empresas y bancos
multinacionales sembraron las semillas que llevarían, casi dos décadas después, a la disolución
económica del bloque soviético. Fue una acción de tenazas, ya que mientras esto ocurría en el ámbito

1
Op. cit.
- 47 -
privado y económico, en el escenario político y público los gobiernos de los países industrializados
mantenían sus tradicionales posturas antagónicas a toda expansión política y militar del Kremlin.
Brzezinski sintetizaba aquella propuesta de los años setenta diciendo que era necesario encontrarnos
"a mitad de camino con los soviéticos".
Para controlar estas fuerzas contradictorias, aún dentro de los Estados Unidos dónde existe
una tradicional corriente de opinión anticomunista, Brzezinski propuso su ambigua dialéctica del "no
anti-marxismo" para un mundo bipolar que, en su transito hacia el mundialismo, no podía ignorar al
comunismo. Tampoco se podría lograr una situación de paz generalizada, por lo que el mundo debía
conformarse con una situación de "no-guerra", que implicaba permitir un número de conflictos fuera
de las zonas del primer y segundo mundos pasibles de ser adecuadamente administrados, en aras del
mantenimiento transitorio del 'balance of power'' que, a su vez, los convertía en permanente fuente de
buenos negocios para las estructuras industrial-militares de ambos bloques. En síntesis, mientras los
canales privados estrechaban lazos económicos desde los Estados Unidos, Europa y Japón hacia la
Unión Soviética y sus satélites, las estructuras públicas estatales oponían una valla ante sus avances
ideológicos comunistas. Eran los años de Vietnam, Afganistán, Angola y de la reacción militar del
Gral. Jaruzelski contra "Solidaridad" en Polonia. El propio Vaticano habría de desempeñar un
importante rol catalizador en este proceso al coronar a un polaco en el trono de San Pedro con un
fino olfato para el acontecer político. El apoyo de Karol Woytila, el Papa Juan Pablo II, a la lucha
de Lech Walesa fue determinante para el éxito del movimiento “Solidaridad” que tanto influiría en
el posterior desarrollo vertiginoso de los acontecimientos detrás de la Cortina de Hierro.
Asimismo, comenzaba la superación del antagonismo entre lo público y lo privado a través
de la incursión de las estructuras económicas privadas sobre lo que tradicionalmente eran actividades
desarrolladas por el Estado-nación y, por ende, públicas. Cobra forma la idea de privatizar y
concesionar diversas actividades del estado, generando una fuerte corriente privatizadora que desde
entonces recorre el mundo impulsando la transferencia masiva al sector privado de empresas públicas
cuyas actividades hoy se van redefiniendo como fuera de la competencia del estado. Con ello se
corregía en muchos países una larga historia de injustificada incursión estatal sobre rubros de la
economía tradicionalmente en manos del sector privado, en algunos casos como consecuencia de la
nacionalización de empresas, en otros como herencia del sistema marxista. Esta corriente
privatizadora se ha convertido en una herramienta fundamental para lograr la transformación de las
economías del ex-bloque soviético.
Sin embargo, una vez posicionada la opción privatizadora como mecanismo de
desplazamiento del interés público en todos los países, el momentum del proceso no se detiene con el
mero traspaso a manos privadas de algunas empresas estatales. Ya se avizora la manera en que el
concepto de la privatización comienza a proponerse en rubros de competencia del estado mucho más
sensibles como son la administración de municipios, los servicios de seguridad, la administración de
la justicia y la educación.
En los Estados Unidos, en Argentina y en Chile el impulso privatizador abarca a servicios de
agua, brigadas de bomberos, servicios médicos de emergencia, prisiones y centros de detención,
fondos de compensación laboral, aeropuertos, zoológicos, sistemas de control de tráfico aéreo y
recolección de residuos entre muchos otros rubros. En Europa, se prevé privatizar empresas públicas
que representan un patrimonio conjunto del orden de los U$S 250.000.000.000 en los próximos diez

- 48 -
años. Sólo Francia privatizó en U$S 10.300.000.000 diversas empresas estatales durante 1994,
incluyendo a la petrolera Elf-Aquitaine1
Llevado hasta sus ultimas consecuencias, el concepto de la privatización puede aplicarse a
cada una de las funciones del estado, lo que finalmente conduce a una obvia pregunta: ¿para qué
sirve el estado en absoluto?
Esta incursión se ve facilitada, indudablemente, por la comprobada ineficiencia estructural de
las administraciones públicas en todos los niveles y en todos los países del mundo, que para colmo de
males resultan permeables a situaciones de corrupción. El origen y razón de ello, sin embargo,
merece un detenido y cuidadoso análisis antes de transitar la, a primera vista, más simple y
expeditiva solución del problema por la vía de la privatización.

1
"Business Week", 12-Dic-94 - artículo: "America's new watchword: if it moves, privatize it."
- 49 -
Fig. 2 -
Diagrama de la Dialéctica del "Cambio" - (Brzezinski)
Tesis - Síntesis - Antítesis -
(Tradicional) (Brzezinski) (Tradicional)
(Posición estática) (Posición Dinámica) (Posición estática)
Marxista No-Anti-Marxista Anti-Marxista
Amigo No-Enemigo Enemigo
Público Privatizado Privado
Paz No-Guerra Guerra
Nacional Supra-Nacional Internacional

La Tercera Ola

Mientras Brzezinski aparecía como el mentor de importantes foros de coordinación del


mundialismo, como la Comisión Trilateral (TC - Trilateral Commission), el Concejo de Relaciones
Exteriores (CFR - Council on Foreign Relations) y, en menor medida, del Grupo Bilderberg, sus
propuestas se relacionaban eminentemente con la administración de esta transferencia de poder. Su
campo de acción se circunscribía a un grupo muy reducido y selecto de influyentes políticos, hombres
de negocios e intelectuales que detentan poder e influencia en ámbitos políticos, sociales y
económicos dentro de los países industrializados. La movilización de este mecanismo, empero, debía
realizarse generando el máximo consenso posible entre las mayorías de esos países como así también
entre las elites de los países en vías de desarrollo, cuyos intereses y metas coincidían en forma
creciente con los de la entonces naciente tecnoestructura mundial.
La introducción y el posicionamiento favorable de esta problemática ante la opinión pública
y la propagación clara del proceso evolutivo hacia el mundialismo necesitaba ser presentado de
manera atractiva y fácilmente comprensible al público educado de los países industrializados y a las
clases dirigentes de los países en vías de desarrollo con el fin de lograr el necesario consenso entre las
mayorías. Esta labor la vienen realizando diversos intelectuales, algunos de los cuales lo hacen desde
las escuelas del management, orientando así su aplicabilidad al mundo empresario. Otros se
proponen llegar a un público más amplio, como es el caso del estadounidense, Alvin Toffler, cuyas
tres principales obras, "El Shock del Futuro" ("Future Shock", 1970), "La Tercera Ola" ("The Third
Wave", 1980) y "Cambio de Poder" ("Powershift", 1990), abarcan un amplio temario descriptivo
acerca del mundialismo y la manera en que el mismo ha modificado la vida de todos los seres sobre el
planeta. Describe sus principales características políticas, económicas, sociales y culturales desde la
óptica de alguien identificado con el proyecto mundialista de la tecnocracia supranacional.
En sus obras que han recibido amplia difusión en todo el mundo, Alvin Toffler describe un
amplio cuadro de la manera en que la economía se ha ido globalizando y la forma en que el
capitalismo moderno, por un lado superó al Estado-nación y por el otro lado destruyó las bases
económicas del marxismo. En 1980, en "La Tercera Ola", decía "de manera que la nueva
economía global está dominada por las grandes empresas multinacionales. La misma es servida
por una industria bancaria y financiera ramificada que opera a velocidad electrónica. Crea dinero
y crédito que ninguna nación puede controlar. Se ve tironeada por un conflicto global entre
- 50 -
proveedores de materias primas y sus utilizadores. Es una economía mixta con empresas
capitalistas y socialistas formando empresas en común y trabajando hombro a hombro. Y su
ideología no es ni marxismo ni 'laissez-faire', sino globalismo: la idea de que el nacionalismo es
obsoleto." 1

Luego, en su más reciente libro, "El Cambio del Poder", amplía estos conceptos diciendo
que "los decenios futuros verán una lucha titánica por el poder entre los mundializadores y los
nacionalistas a propósito de la naturaleza de las nuevas instituciones fiscalizadoras en los
mercados mundiales de capital. Esta lucha refleja el choque entre un orden industrial moribundo
y el nuevo sistema mundial de creación de riqueza que lo está reemplazando. 2

Toffler propone su teoría de la "tercera ola", para describir la evolución social y su relación
con el poder en occidente. Primero, nació durante la Edad Media un orden social denominado de la
"primera ola" de civilización que se basaba en la economía agraria y el sistema feudal. La posesión
de la tierra configuraba la principal base de poder haciendo surgir a las clases terratenientes como
elites. Esta primera ola se vio desplazada a partir del siglo XVII por una "segunda ola" basada en
el Estado-nación soberano que permitió una poderosa industrialización con gran concentración de
poder en pocas manos, operando desde populosos centros urbanos. El poder se focaliza entonces en
el capital como dinamizador de la economía. Consecuentemente, los dueños del capital configuraban
la nueva élite en el poder. Esta "segunda ola" se consolidó en el siglo XIX y actuaría como motor
económico-político en este siglo hasta la Segunda Guerra Mundial. A partir de entonces, se inicia un
nuevo cambio a nivel planetario que busca superar la "segunda ola" basada en el Estado-nación
soberano, transformándose en una estructura supra-nacional dirigida por una tecnocracia privada y
que, según Toffler, conforma la "tercera ola" del mundialismo. Su base de poder es la información
y el conocimiento y las elites que la controlen serán sus detentores.
A medida que se sucedían estas "olas" tofflerianas, cada una asumía y acrecentaba el poder
real de la anterior. De manera que la tercera ola hacia la que estamos transitando está asumiendo
todo el poder que ejercían las estructuras de la segunda ola. Toffler coincide con Brzezinski en que
distintas áreas del mundo transitan por estas etapas u "olas" en distintos momentos históricos. Es así
que, hoy en día, cohabitan en el planeta sociedades de la primera, segunda y tercera olas. A título de
ejemplo, las zonas rurales de la India, el Brasil o Somalia se encuentran marginadas en la Primera
Ola sin posibilidades de superarla en un futuro inmediato, mientras que países recientemente
industrializados, como Méjico, Hungría, Corea del Sur y Argentina, estarían transitando la Segunda
Ola de la industrialización circunscripta a determinadas regiones. Naturalmente, los Estados
Unidos, Europa Occidental y el Japón conforman las regiones de avanzada de la Tercera Ola.
Pero estas distintas etapas no se circunscriben tan sólo a fronteras nacionales sino que
forman un complejo tapiz sobre el mapa mundi en el que cada región puede abarcar diversos países
que transitan distintas "olas" o etapas en su desarrollo. Así, podemos verificar la coexistencia
simultánea de dos o tres de estas etapas en un mismo país. Por ejemplo, el campesino rural de
Amazonia languidece en la primera ola y su vida poco vale, mientras que el obrero industrial de Sao
Paulo trabaja bajo las duras condiciones industriales de la segunda ola y el financista de Río de
Janeiro ya casi toca con sus manos la mágica estructura de la tercera ola. Sin embargo, todos
pertenecen a esa quasi-abstracción jurídica conocida como "Brasil". Análoga situación podemos
1
"La Tercera Ola" - Alvin Toffler, Nueva York, 1980.
2
"El Cambio de Poder" - Alvin Toffler, Nueva York, 1990.
- 51 -
comprobar en gran parte de los países en vías de desarrollo, incluyendo a la Argentina; cada uno en
diversas proporciones y relaciones según las características de cada caso. Aún en los Estados
Unidos, Europa y el Japón existen vastas regiones aún inmersas en la segunda ola.
En términos generales, tanto Brzezinski como Toffler coinciden en que amplios estamentos
poblacionales eminentemente urbanos en los Estados Unidos, el Japón y Europa Occidental han
ingresado - en diversos grados - a la Era Post-industrial de la Tercera Ola. El proceso de migración
hacia el mundialismo de la tercer ola, conlleva la fuerte resistencia precisamente de las instituciones
asociadas con el Estado-nación soberano, las que deberán ceder el paso, como hemos visto, a
estructuras totalmente nuevas.
En 1980, Toffler describía este proceso diciendo que: "con toda probabilidad, se requerirá
una larga batalla para alterar radicalmente - o aún dejar sin efecto al Congreso de los Estados
Unidos, a los Comités Centrales y Polítburos de los estados industriales comunistas, o a las
Cámaras de los Comunes y de los Lores, la Cámara de Diputados francesa, el Bundestag alemán,
la Dieta, los ministerios gigantescos y los sistemas judiciales - en pocas palabras, (para dejar sin
efecto) gran parte del aparato indomable e inoperable de los gobiernos supuestamente
representativos...En los meses y años por delante, toda la "maquinaria legal global" - desde las
Naciones Unidas en un extremo, hasta la municipalidad en el otro - deberá enfrentarse a una
demanda creciente para su reestructuración, que eventualmente habrá de ser irresistible. Todas
estas estructuras deberán ser alteradas fundamentalmente, no porque sean inherentemente malas,
ni aun porque sean controladas por éste o aquél grupo o clase, sino porque son crecientemente
inoperantes - no están ya más adecuadas a las necesidades de un mundo radicalmente cambiado.
Si esta reestructuración es resistida rígidamente, ello muy probablemente ocasionará
derramamientos de sangre." 1

En lo político, si la democracia de masas ha sido la forma de gobierno que caracteriza a la


civilización de la "segunda ola" en la que gran parte del mundo vive, esas pautas cambiarán a
medida que la tecnocracia supranacional asuma el poder mundial.
Al respecto, Toffler opinaba que "el primer principio herético de la Tercera Ola es el del
poder de las minorías. El mismo mantiene que el gobierno de la mayoría, el principio principal de
legitimación de la Era de la Segunda Ola es crecientemente obsoleto. No son las mayorías sino
las minorías las que cuentan. Y nuestros sistemas políticos deben reflejar este hecho
crecientemente". (negrilla nuestra)2 Una década después, en "El Cambio de Poder", agregaría al
respecto que "la Historia, repleta de sorpresas, puede obligarnos a reenmarcar estos asuntos en
formas insólitas y a inventar instituciones completamente nuevas." 3
Innegablemente, este es un tema de gran relevancia para comprender la naturaleza de los
cambios que operan en el mundo actual y su incidencia en la vida política, económica, social y
cultural de las naciones. Pues, actualmente vivimos, precisamente, el surgimiento de esas
"instituciones completamente nuevas" que el mundialismo debe "inventar" a diario a medida que los

1
"La Tercera Ola" - Alvin Toffler, Nueva York, 1980.
2
"La Tercera Ola" - Alvin Toffler, Nueva York, 1980 -
A su vez, ya José Ortega y Gasset había expuesto este fenómeno en su "Rebelión de las Masas" en 1927 al decir que
"En el sufragio universal no deciden las masas, sino que su papel consiste en adherir a una u otra minoría. Esta
presenta sus "programas" - excelente vocablo. Los programas son, en efecto, programas de vida colectiva. En ellos
se invita a la masa a aceptar un proyecto de decisión".
3
"El Cambio de Poder" - Alvin Toffler, Nueva York, 1990.
- 52 -
complejísimos problemas de la humanidad son "reenmarcados en formas insólitas." Se trata,
entonces del nacimiento, consolidación y propagación de aquellas nuevas instituciones supra-
nacionales que requiere la "tercera ola" post-industrial.

Desorden Público - Orden Privado

Desde la óptica del proceso político del mundialismo, el Estado-nación soberano configura
una suerte de "enemigo" por cuanto el mismo, por su intrínseca esencia, debe oponerse a todo
esquema de organización político-social de alcances mundiales que presuponga la inexistencia de
fronteras o limitaciones a su accionar. Precisamente, la función básica e indelegable del estado, sea
cual sea su forma de gobierno, es garantizar la supervivencia de la nación a través de un futuro
necesariamente positivo. Ello, como proceso netamente político, implica aquí también identificar
amigos y enemigos, analizar ventajas y desventajas, prever peligros y conjurar amenazas.
Si ese estado queda parcial o totalmente bajo la influencia o el control de fuerzas que
erosionan su poder, entonces el mismo necesariamente se debilitará, máxime si los intereses
particulares o grupales de esas fuerzas no coinciden con los de la nación que ese estado debe regir.
Una de las funciones de todo estado consiste en sintetizar y poner coto a las variadas fuerzas
centrifugas que surgen y operan en su seno, identificando y neutralizando aquellas que resulten
nocivas. En verdad, una función natural y fundamental de todo estado consiste en realizar
permanentes ejercicios de future management con el fin de diagnosticar problemas y conjurar
peligros antes de que éstos lo afecten; implica estar preparado para el futuro. No ejercer esta
función elemental por parte de cualquier estado significa abjurar de su más fundamental raison d’
etre. Un estado que perdure en tales circunstancias sería como una cáscara muerta en la que se
enquistarán otras estructuras de poder en forma parasitaria.
Complementariamente, si el estado carece del poder necesario para generar y hacer cumplir
aquellas leyes y pautas de control sobre determinadas actividades, intereses políticos y económicos
que operan dentro de sus fronteras, entonces tampoco podrá garantizar el bienestar e intereses de la
población que representa. Si esas actividades e intereses económicos surten un efecto positivo sobre
la sociedad entonces el beneficio resultante restaría alguna importancia a la real incapacidad del
estado de ejercer un adecuado control. Distinto es el caso si dichas actividades resultan nocivas para
del bien común. Un ejemplo extremo de ello, lo observamos en países en los que ciertas actividades
ilícitas, como son el narcotráfico o el crimen organizado, logran posicionarse a la par o incluso, por
encima del poder del estado, el cuál queda superado y desbordado económica, política y hasta
militarmente. Este triste estado de conmoción interna lo hemos podido comprobar en tiempos
recientes en países como Perú, Colombia y en algunos de los centros urbanos de Rusia jaqueados
por organizaciones delictivas al estilo de la maffia..
En otros casos, observamos como un conjunto de intereses privados corrompen las
estructuras de gobierno y la de los partidos políticos como administradores circunstanciales del
gobierno, a través de su influencia económica. La situación política reciente en Italia con las
investigaciones relacionadas con casos de corrupción que afectan a políticos y al gobierno, y sus
derivaciones con la mafia constituyen un caso resonante ya que afecta a una nación del área trilateral.
Pero también altos funcionarios de los gobiernos de España, Francia, Estados Unidos, Méjico y el
Japón sufren similar desgaste y en los resonados casos del Brasil y Venezuela, se llegó a situaciones
- 53 -
extremas en las que los ex-presidentes Fernando Collor de Mello y Carlos Andrés Perez, debieron
renunciar a sus cargos como consecuencia de su participación en supuestos actos de corrupción. En
mayor o menor grado, la corrupción en todos los niveles del gobierno se ha convertido en una
realidad en todos los países del mundo lo que ha desprestigiado aún más al estado, sus instituciones y
los partidos políticos. La opinión pública percibe que, en última instancia, el dinero todo lo parece
manejar.
No obstante ello, la solución a esta compleja problemática no necesariamente debe pasar por
el ocaso y posterior disolución de los estados hacia el que se encamina el mundo. Cabe recordar que
una organización sólo es tan buena o tan mala como los hombres y mujeres que la componen y
dirigen. Consecuentemente, el estado y sus instituciones en sí, no son ni buenas ni malas, ya que lo
determinante es medir y juzgar su grado de efectividad. Si un estado logra cumplir con su función
dinámica de instrumento de síntesis, previsión y mando para la comunidad de la que surge, entonces
ese estado es efectivo y sus frutos han de ser buenos para esa comunidad étnica. Pero si un estado se
transforma en un instrumento controlado por fuerzas que, por diversas razones, no se identifican ni
con las tradiciones ni con los intereses actuales y futuros de esa comunidad, entonces ese estado es
inefectivo y sus frutos no serán buenos - incluso serán claramente nocivos - para la comunidad.
El estado debe ser un instrumento de la comunidad, cuya función consiste en lograr la
síntesis constructiva de las variadas y contrapuestas fuerzas que operan en su seno, aportando una
superior toma de conciencia de las relaciones de esa comunidad con el mundo y previendo amenazas
y oportunidades; luego planificando su futuro accionar para garantizar la continuidad y el
mejoramiento de dicha comunidad en el tiempo. Finalmente, para poder cumplir con estas
elementales funciones, debe disponer del necesario poder de mando a través del ejercicio del poder
real. Que los estados modernos desarrollen cada vez menos satisfactoriamente estas funciones no
significa necesariamente concluir que el estado y sus instituciones sean negativos y deban ser
superados. Mejor sería identificar las razones que determinan que los hombres y las mujeres que
acceden al poder dentro del estado parecen no poder o no querer cumplir estas funciones
fundamentales, sea por ignorancia, por negligencia o porque sus metas particulares y sectoriales
están en conflicto con los intereses de la comunidad.
En última instancia, todo depende de los hombres y mujeres que componen un estado y,
correspondientemente, el punto clave consiste en evaluar las bondades de los mecanismos de
selección y desarrollo de las personas que han de acceder al poder para regir el estado.
A pesar de la diversidad de opiniones, podemos decir que aquellos grupos, asociaciones o
instituciones privadas que detentan poder económico, invierten una cuota de dicho poder, a menudo
nada despreciable, para influir o modificar el curso de determinadas acciones públicas a fin de que
las mismas coincidan con sus intereses actuales o futuros, a menudo relegando consideraciones que
hacen al bien común a un segundo plano. La realidad indica que los políticos y funcionarios clave
que acceden a las tres ramas de gobierno de todas las naciones del mundo provienen, en muchos
casos, o bien de las propias estructuras privadas promotoras del proceso hacia el mundialismo o sino
resultan, demasiado a menudo, permeables a dejarse tentar por personalidades influyentes o por
lobbies que ofrecen atractivos beneficios personales o sectoriales a cambio de una oportuna
alineación a favor de sus intereses.
A ello cabe agregar la importantísima influencia, a veces distorsionadora, que la prensa
privada mundial ejerce sobre temas políticos, económicos y culturales, como así también, sobre la
conformación de la imagen de los partidos políticos y de los políticos en general. Grupos de presión
y lobbies operan sobre legisladores, funcionarios de gobierno, periodistas, medios de prensa y hasta
- 54 -
jueces, para impulsar determinadas medidas de gobierno y legislación o precipitar fallos judiciales
que les pueda favorecer, como así también abortar aquellas medidas que lesionan sus intereses.
Aunque este es un fenómeno generalizado en la actualidad, sin embargo no es un problema
de ahora. Pero también es verdad que jamás como ahora existieron concentraciones de poder
económico tan gigantescas controladas por un numero reducido de individuos que puedan influir
poderosamente sobre el desarrollo de las funciones de gobierno. Es lo concentrado de estos factores
de poder lo que merece ser resaltado puesto que ello representa precisamente el punto fuerte que le
permite ejercer una sólida coordinación mundial. Pues el sistema capitalista se maneja de forma tal
que, aunque las bolsas de comercio sirven de mecanismo para que los grandes grupos empresarios
sean estructural y legalmente propiedad de un conjunto muy numeroso y surtido de accionistas
anónimos, en la práctica el poder decisorio que rige a dichas empresas se concentra en un conjunto
muy compacto de hombres: sus accionistas mayoritarios, sus directores y gerentes y compartida por
grupos, también compactos, de operadores financieros y traders.
Que esos hombres pueden ser cambiados cuando los resultados económicos no son
satisfactorios lo comprobamos a diario, especialmente en épocas de crisis, y aún en gigantes como
IBM, General Motors o en el reciente y extraño caso de la quiebra de la banca Baring Brothers de
Londres. Pero, usualmente, los directorios de estas grandes empresas consisten de grupos
compactos, sólidos y fuertes con metas económicas claramente establecidas, que operan de manera
estrictamente jerárquica con poco o ningún esquema de selección que refleje un ordenamiento
democrático. Una buena parte de ellos dirigen no tan solo a una empresa, sino a un conjunto de
empresas, a través de holdings, fundaciones, directorios cruzados y otros esquemas de participación
accionaria y decisoria. Los máximos niveles dentro de cada estructura empresaria tienen la
posibilidad de generar un accionar político más allá de la estructura empresaria propiamente dicha.
Aunque la competencia económica es el “ABC” del sistema capitalista, también vemos que
por encima de lo económico, existe una coordinación estratégica que a corto, mediano y largo plazo,
compatibiliza las metas en común de todo un conjunto de empresas y estructuras privadas y que son
análogas a aquellas que tradicionalmente adscribimos al estado: garantizar la supervivencia y un
futuro necesariamente positivo para los stakeholders, o sea aquél conjunto de intereses económicos
que representa: los accionistas, los mercados de clientes, sus directivos, los proveedores y el personal.
Y dado que todas estas gigantescas estructuras industriales, comerciales, bancarias, de servicios y de
medios de difusión se nutren y operan dentro de un único sistema económico-político de alcances
mundiales, todas compartes, entonces, como una meta en común, la preservación, consolidación y
crecimiento de dicho sistema. Ello también implica identificar amigos y enemigos, analizar ventajas
y desventajas, prever peligros y conjurar amenazas.
Toda empresa está sujeta al fuego cruzado representado, por un lado, por el conjunto de
"proveedores / clientes" que forma parte integral y vital de sus ciclos económico-financieros dentro
de la compleja problemática del "mercado", mientras que por el otro lado se ve controlada por
requerimientos no-evadibles de distintos entes públicos de control y fiscalización, cuerpos sindicales
y acuerdos multilaterales, que procuran interceptar parcialmente su ciclo económico-financiero en
alguna de sus diversas etapas, sea a través de políticas salariales, exigencias regulatorias o impuestos
de diversos tipos.
Con el "mercado" y sus reales y potenciales clientes, la empresa puede aplicar
experimentadas técnicas de venta, publicidad, marketing, calidad total, focalización en el cliente y un
sinfín de otras metodologías apropiadas, según el producto o servicio que produzca y comercialice.
Con los proveedores, se puede aplicar técnicas de negociación, investigación y reingeniería de
- 55 -
procesos según cada especializaciones. Finalmente, con los entes de control, la legislación y toda
medida que emana del poder político público a través del estado, se buscan medios idóneos para
ejercer alguna medida parcial o total de control e influencia.
Cuando estos mecanismos se aplican a la investigación y desarrollo científico y tecnológico
ello genera, en la gran mayoría de los casos, resultados altamente beneficiosos para la sociedad. Por
ejemplo, en las industrias de punta o en los servicios de comunicaciones e informática, las propias
empresas son las que trazan los rumbos a seguir, fijando normas y standards de calidad, control y
revisión, promoviendo y financiando toda investigación y desarrollo.
Sin embargo, cuando esta metodología se aplica en los ámbitos de lo económico y,
particularmente de lo político, se logran efectos muy poderosos sobre el entorno, particularmente si la
estructura económica en cuestión identifica al estado como potencial enemigo a raíz de la necesidad
de éste de ejercer algún control o presión impositiva. En verdad, a medida que una empresa o
grupo económico crece, al principio suele invertir mayores esfuerzos en aumentar su poder
económico, lo que lo lleva a reinvertir sus ganancias en la ampliación, consolidación y
diversificación de su negocio lo que resulta beneficioso para sus dueños-accionistas, directivos,
gerentes, empleados, clientes, proveedores y para la comunidad en general. Ello conforma el mayor
motor para generar riqueza, fuentes de trabajo y bienes dentro de cada comunidad y cada país. Sin
embargo, existe un punto de inflexión en este proceso de crecimiento a partir del cual las ganancias y
la riqueza económica, dejan de ser metas exclusivas. Entonces, estas estructuras económicas
descubren que disponen no tan solo de poder económico, sino que, para sus máximos dirigentes,
aquello que comenzó siendo una meta económica se transforma en una meta política. A partir de
ello, cuando el proceso económico se ha transformado prácticamente en una máquina de motto
perpetuo cuyo crecimiento y desarrollo puede confiarse a un sólido plantel gerencial capacitado para
tales funciones, la máxima dirigencia de estas estructuras se concentra en metas tendientes a
acrecentar su poder político.

Concentración de Poder
En el siglo XX, diversos pueblos han observado con cierto temor el crecimiento desmedido
de algunos grupos económicos privados. En los Estados Unidos, por ejemplo, a principios de siglo el
gobierno disolvió la estructura formal del monopólico Grupo Rockefeller a través de la Ley Sherman
anti-monopólica, que obligó a la Standard Oil Company (Esso) a desmembrarse en una veintena de
empresas individuales y teóricamente independientes.
Desde entonces, los Estados Unidos y otras naciones han procurado ejercer cierto control
sobre el crecimiento desmedido de los monopolios y "trusts" pero la legislación sólo neutraliza alguna
estructura formal, como fue el caso del Grupo Rockefeller o, mas recientemente, el
desmantelamiento parcial de la estructura nacional de la American Telephone & Telegraph (AT&T)
en 1984, y las moderadas medidas adoptadas en 1994 contra Microsoft Inc a la que se le acusaba de
pretender monopolizar el mercado de los software.
Todo ello refleja la manera incierta y anacrónica con la que se ha pretendido controlar los
grupos económicos, impulsada por algunos sectores políticos, ya que dichos grupos luego diseñan
nuevas formas de neutralizar aquello que interpretan como una intromisión del estado en sus asuntos
internos. Lo destacable radica en el hecho de que estos mecanismos de neutralización resultan mas
efectivos si se planifican e impulsan ya no a nivel individual por cada unidad de negocio empresario,
- 56 -
sino operando en forma conjunta y como una tecnoestructura supranacional lo que no solo le
permite aunar esfuerzos y multiplicar voluntades sino también operar simultánea y
mancomunadamente sobre varios estados y en distintas regiones.
Al disponer de tal capacidad operativa, se corre el peligro de generar reacciones y
resistencias de distinta índole, por lo que las estructuras económicas y empresarias mantienen un
perfil bajo respecto de sus esquemas de accionar político. Las mismas son manejadas en forma
autónoma respecto de sus estructuras operativas empresarias, que en todo momento se mantienen
predominantemente apolíticas y estrictamente profesionalizadas en su especialidad.
Consecuentemente, en recientes décadas, ha comenzado a estructurarse un nuevo tipo de foro
consistente en agrupaciones cuasi-formales muy discretas, de reducidas dimensiones, fácilmente
cambiables, mudables y altamente selectivas, que permiten a estas fuerzas económicas coordinar sus
acciones políticas en todo ámbito que considere de importancia para sus intereses, dentro, entre y por
encima de los Estados-nación del mundo.
Para mantener ese perfil bajo se observa que estos grupos empresarios hoy en día suelen
identificarse cada vez menos con figuras visibles como lo hicieran antaño durante el proceso
industrializador de la segunda ola cuyos máximos símbolos eran, precisamente, las grandes figuras
míticas que construyeron aquellos imperios económicos: Rockefeller, Rothschild, Carnegie,
Vanderbilt, Rathenau, Krupp, Warburg, Harriman, Renault, Rhodes o Morgan. La actual etapa de
la tercera ola se caracteriza por su creciente anonimización, en la que lo que se posiciona con fuerza
son no tanto las personas sino las empresas. Esto se refiere básicamente a los accionistas-
controladores y máximos directivos del mundo empresario y no tanto a sus clases gerenciales
especialmente cuando se trata de brillantes y bien-pagos gerentes, como Lopez Arrutía de la
Volkswagen, o el tan admirado Lee Iacocca, ex-presidente de la Chrysler que sí cobran renombre al
transformarse en auténticos modelos y mitos a ser emulados por toda la clase dirigencial del mundo.
Cuando el crecimiento de estos complejos industriales, comerciales, financieros, de medios de
difusión y servicios eleva a estas estructuras empresariales más allá de las fronteras de sus
fundadores originarios, se transforman en "ciudadanas del mundo" multi- o trans-nacionales.
Entonces, todos los estados se transforman en potenciales o reales enemigos o, para decirlo con la
dialéctica moderada de Zbigniew Brzezinski, en "no-amigos", por lo que se torna necesario disponer
de uno o varios ámbitos de coordinación, unión y compatibilización que sirvan de plataforma para
intercambiar ideas, diagramar metas y coordinar acciones en común.
En las últimas décadas, estos nuevos foros para el accionar político se han comenzado a
desarrollar discretamente reuniendo no solamente a hombres y mujeres que detentan el poder dentro
de estas estructuras económicas, sino también seleccionando a intelectuales, periodistas, militares y
escritores, quienes asisten y participan activamente en el diseño, formulación y propagación de
aquellas nuevas pautas, teorías e ideas-fuerza que se condigan con las metas de la tecno-estructura
mundial.
Se puede destacar, entre otras cosas, el importante rol que, por ejemplo, desempeña un
reducido grupo de prestigiosas y ampliamente financiadas universidades desde las que se suele
irradiar este nuevo mensaje: Harvard, Yale, Chicago, California (UCLA), Massachusetts Institute of
Technology (MIT), Georgetown y Columbia en los Estados Unidos; Cambridge, London, Eton y
Oxford en el Reino Unido; la Ecole Polytechnique en Francia o la Universidad de Kiel en Alemania
para citar tan sólo a algunas de las más conocidas.
Se trata de los "think-tanks" y "brain trusts" que desde estas y otras universidades, al igual
que desde los periódicos de gran tirada, las cadenas nacionales y mundiales de televisión y radio, y a
- 57 -
través de generosamente financiados libros, periódicos, seminarios y conferencias proponen,
promueven y explican al mundo entero y desde los mas diversos ángulos, la conveniencia y necesidad
de crear una estructura política mundial. Estos voceros y propagadores son verdaderos generadores
de opinión pública, lo que los transforma en instrumentos vitales y apasionados que en medida
importante inducen el necesario consenso entre las mayorías para que éstas acepten, apoyen y
acompañen el complejo proceso hacia la conformación de un gobierno mundial. Este mensaje se
repite de mil maneras distintas y en mil formas, según el nivel intelectual y cultural del segmento
destinatario, como así también de la región en la que vive, su edad, condición social, etc.
Obviamente, la forma que cobra esta prédica cuando es dirigida al compacto estamento gerencial o
profesional es muy distinto que cuando se la dirige hacia la gran masa de trabajadores o a los niveles
más pobres de la población.
Este proceso también abarca y en forma prioritaria, a los propios políticos, dado que si se
pretende diagramar una tecno-estructura supranacional privada, la misma no surgirá de la noche a la
mañana sino, como hemos dicho, su consolidación será gradual. Ello implica que durante un tiempo
relativamente extenso, deberá convivir con las estructuras tradicionales del Estado-nación y sus
instituciones públicas lo que será el caso durante algunas décadas más. Por ello, posicionar en
encumbrados cargos públicos dentro de las estructuras de los estados actuales a elementos
provenientes del riñón de las estructuras del mundialismo representa una manera muy importante de
avanzar sus políticas, ya que estas personalidades podrán impulsar desde adentro del estado diversas
medidas y políticas favorables a la tecnoestructura supranacional.
Esta última parte del siglo XX marca el punto en el que las fuerzas verticales y horizontales
se equipararon y a partir del cual la balanza comienza a volcarse sólidamente a favor del
mundialismo. Este proceso implica una transformación controlada que no se deja librada al azar,
por más que determinados eventos puntuales se nos presenten como superficialmente casuales. Un
factor clave se refiere a la necesaria introducción de nuevos paradigmas entre las mayorías
precipitando un generalizado cambio de actitudes y valores. Se aplican probadas técnicas de
psicología colectiva que indican que para lograr entre las mayorías un alto nivel de permeabilidad a
determinadas influencias, se hace necesario generar previamente cierta desorientación en las mismas.
El creciente alejamiento propiciado en las mayorías en relación a la cultura clásica, la filosofía
tradicional y el generalizado debilitamiento de las religiones ha generado un nuevo tipo de hombre
hiperdesarrollado intelectualmente pero a la deriva en relación a sus raíces con el pasado y con todo
el conjunto de símbolos, mitos y arquetipos que sirven para relacionarlo con el inconsciente personal
y colectivo. Este nuevo tipo de hombre, aún el de mayor brillo intelectual, se convierte en fácil presa
ante el embate constante de ciertas técnicas conformadoras de patrones de comportamiento y de
pensamiento.
Este complejo proceso que implica transitar por la disolución controlada de los Estados-
nación del planeta requiere, como ya lo previera otro revolucionario del mundialismo (aunque de una
variante muy diferente a la actual), Vladimir Ulianov Lenin, controlar la acción y la reacción de
todas las fuerzas sociales y políticas que se desarrollan dentro de las comunidades. Hoy en día, nos
encontramos presenciando el proceso de transmutación de un orden mundial que durante décadas se
focalizó alrededor del Estado-nación soberano como unidad principal del poder, hacia un Nuevo
Orden Mundial regido por un esquema de gobierno de dimensión planetaria.

Nuevas estructuras para el ejercicio del poder


- 58 -
Hace décadas que se especula en los Estados Unidos acerca de la fuerte influencia que
ejercen sobre sus estructuras públicas y privadas distintas organizaciones como el Concejo de
Relaciones Exteriores (CFR - Council on Foreign Relations), fundado en 1919 o la Trilateral
Commission que abarca un ámbito mucho más amplio fuera de los Estados Unidos, desde que David
Rockefeller la formara en 1973.
Se ha señalado el hecho de que tras la anunciada caída del presidente Richard M. Nixon en
Agosto de 1974, se allanara con significativa facilidad el camino que permitió que un, hasta entonces,
poco conocido miembro del Partido Demócrata ocupase la presidencia de ese país a partir de 1977.
La influencia que le cupo a la Trilateral Commission en catapultar a la figura del Gobernador del
Estado de Georgia, James "Jimmy" Carter a la primer magistratura fue determinante. Carter ha
sido desde sus orígenes miembro activo de la Trilateral Commission, como también lo fueron todos
sus principales ministros y colaboradores durante su gobierno entre los años 1977 y 1981.1 Su
rápido ascenso al poder ha sido visto como una consecuencia de la coordinación y financiación de los
principales medios de difusión que generaron las apropiadas corrientes de "opinión pública" que
derivaron en su victoria electoral.
Sin embargo, la Trilateral no es de manera alguna un instrumento del Partido Demócrata ni
de ningún otro partido político de los países en los que opera; probablemente la realidad sea
exactamente a la inversa. No obstante su apoyo al gobierno de Carter, los errores e ineptitudes de
ese presidente resultaron en un debilitamiento relativo de los Estados Unidos en áreas vitales para sus
intereses como el Golfo Pérsico, Centro América y Europa. Ello generó una nueva corriente de
opinión que entonces se canalizó a través del Partido Republicano que llegó nuevamente al poder en
Washington en 1981 centrado en la figura popular de Ronald Reagan. Reagan, quién gobernaría a
los Estados Unidos durante dos períodos entre 1981 y 1989, no es miembro de la Trilateral
Commission o del Council on Foreign Relations, pero sin embargo, su popular y carismática figura
cuadraba con las necesidades del momento y, aunque él mismo era un outsider, habría de presidir un
gobierno compuesto por ministros y colaboradores que provendrían en su gran mayoría de las
mencionadas organizaciones. Entre éstos colaboradores hallamos a sus dos Secretarios de Estado,
Alexander Haig y George Schultz, su Vice-presidente (y luego él mismo presidente entre 1989 y
1993), George Bush, a sus Secretarios de Defensa, Caspar Weinberger y Frank Carlucci, y a
muchos otros importantes ministros, consejeros y colaboradores clave en su gabinete.2
Similarmente, el gobierno del Presidente George Bush a partir de 1989, se integró con
miembros provenientes de ambas organizaciones, que incluyen al Secretario de Defensa, Richard
Cheney y al Secretario del Tesoro, Nicholas Brady, entre muchos otros. La derrota de Bush en las
elecciones de 1992 no modificó en lo substancial la influencia de la Trilateral en la estructura del
poder ejecutivo norteamericano, por cuanto Bill Clinton, el joven gobernador del Estado de
Arkansas, quién accedió en meteórica carrera a la presidencia, también es desde 1988 miembro de la
Trilateral Commission y desde l989 del Council on Foreign Relations, al igual que la mayoría de
sus principales colaboradores y funcionarios.

Resulta, a su vez, destacable que Clinton participara de las reuniones del Grupo Bilderberg,
otra organización propugnadora del mundialismo cuya principal área de influencia se sitúa en Europa
Occidental, en junio de 1991, junto a 347 personalidades de veintiún países, entre las cuales se
destacaban los relevantes y recurrentes nombres de Henry Kissinger, Lord Carrington, Giovanni
1
Ver el Anexo “F” al final del capítulo 5.
2
Ver el Anexo “G” al final del capítulo 5.
- 59 -
Agnelli de Fiat, Arthur Dunkel, director del GATT o el recientemente fallecido Manfred Woerner,
Secretario General de la OTAN. En el capítulo 4 se incluye un Anexo en el cuál se consigna una
selección de las importantes figuras y personalidades tanto de la vida pública como del mundo
empresario que son miembros del Council on Foreign Relations y de la Trilateral Commission en
los Estados Unidos y en distintas naciones de Europa Occidental y del Japón.
La nómina de miembros de la Comisión Trilateral y del Council on Foreign Relations que
conforman el gobierno del presidente Bill Clinton en momentos de escribirse el presente o que le han
asesorado, incluye a las siguientes personalidades:

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Nombre Cargo TC CFR
ALLBRIGHT Embajadora en las Naciones Unidas X
Madelaine
ALLISON Graham Sub-secretario de Defensa para X X
Planificación y Política
ALTMAN Roger Sub-secretario del Tesoro (hasta Oct. X
1994)
ASPIN Les Ex-secretario de Defensa (hasta Agosto X
1994)
BABBIT Bruce Secretario del Interior X X
BAIRD Zoe E. Nominada en 1993 para el cargo de X
Fiscal de la Nación (luego rechazada por
el Senado). Este puesto hoy lo ocupa
Janet Reno
BARTEN Geoffrey Sub-secretario de Comercio X
E.
CARTER James E Asistente del Presidente en Corea del X X
Norte, Haití y Bosnia-Hercegovina
CHRISTOPHER Secretario de Estado X X
Warren Director
CISNEROS Henry Secretario para la Vivienda y X X
Desarrollo Urbano
CLINTON William Presidente X X
D’ANDREA TYSON Jefa del Grupo de Consejeros Económicos X
Laura del Presidente
DAVIS Lynn E. Sub-secretario de Estado para Asuntos X X
de Seguridad Internacional
DEUTCH John M. Sub-secretario de Defensa para X X
Adquisiciones. Nombrado nuevo
Director de la CIA (marzo 1995)
FOLEY Thomas S. Jefe del Bloque de Representantes del X X
Partido Demócrata en la Cámara de Director
Representantes del Congreso (hasta Nov.
1994)
GARDNER Richard Embajador en España X X
N.
GERGEN David Asistente del Presidente en X X
Comunicaciones (Editor del Semanario
“US News & World Report” y ex-Asesor
en Comunicaciones de Ronald Reagan)
GREENSPAN Alan Presidente de la Junta de X X
Gobernadores del Banco de la Reserva Director
Federal
HARRIMAN Pamela Embajadora en Francia X
HOLBROOKE Embajador en Alemania; (ex-Gte. X X
Richard Gral., Lehman Brothers Inc) Director

- 61 -
JONES James R. Embajador en Méjico ; (CEO, The X X
American Stock Exchange)
JORDAN Vernon C. Jefe del Equipo de Transición (antes de X X
asumir Clinton)
LAKE Anthony W. Consejero en Seguridad Nacional X
LANEY James T. Embajador en Corea del Sur X
LORD Winston Sub-secretario de Estado para Asuntos X X
del Lejano Oriente y el Pacífico Director
LYMAN Princeton Embajador en Sud África X
N.
MACDONOUGH Presidente del Federal Reserve Board X
William J. de Nueva York
MONDALE Walter Embajador en Japón; (ex-Vice- X X
Presidente)
NYE Joseph S., Jr. Presidente del Concejo Nacional de X X
Inteligencia;
POWELL Colin Ex-jefe del Estado Mayor Conjunto de X
Gral. las Fuerzas Armadas. Miembro de la
Misión a Haití de 1994 (junto a Jimmy
Carter y Warren Christopher)
RIVLIN Alice Director, Oficina de Administración X X
Presupuestaria Directora
RODRIGUEZ Rita Directora, EX-IM Bank (Export-Import X
M. Bank)
SHALALA Donna E Secretaria de Salud Pública y Servicios X X
Humanos Directora
SPERO Joan Sub-secretaria de Estado para Asuntos X X
Edelman Económicos y Agropecuarios
STEPHANOPOLUS Secretario de Medios X
George
SUMMERS Sub-secretario del Tesoro X
Lawrence H.
TALBOTT Strobe Embajador Itinerante y Consejero X X
Especial al Secretario de Estado para los Director
Nuevos Estados Independientes y Rusia
TARNOFF Peter Sub-secretario de Estado para Asuntos X X
Políticos (ex-Presidente del Council on Director
Foreign Relations)
WATSON Alexander Sub-secretario para Asuntos X
F. Latinoamericanos en el Departamento
de Estado
WHARTON Clifton Sub-secretario de Estado X X
R., Jr.
WIRTH Timothy Sub-secretario de Estado para Asuntos X
Globales
WOOLSEY James Director de la CIA (hasta Diciembre X
1994)

- 62 -
1

Existen determinados cargos clave dentro de la estructura de poder del gobierno


norteamericano que vienen siendo ocupados casi ininterrumpidamente desde hace décadas por
miembros del Council on Foreign Relations y/o de la Trilateral Commission:

- Presidencia o Vicepresidencia
- Secretario o Sub-secretario de Estado
- Secretario o Sub-secretario de Defensa
- Secretario o Sub-secretario del Tesoro
- Presidente de la Junta de Gobernadores del Banco de la Reserva Federal
- Director de la CIA.

El Banco de la Reserva Federal tras años de dirección por el ahora presidente de la rama
norteamericana de la Trilateral Commission, Paul Volcker, quedó, a partir de 1987, bajo la
conducción de otro relevante miembro de aquella organización: Alan Greenspan, importante
banquero proveniente de la Banca Morgan a quién nos referiremos más adelante. La activa
participación en el gobierno estadounidense de funcionarios provenientes de organizaciones
impulsoras del mundialismo no debe sorprendernos ni, mucho menos, se lo debe considerar como
algo irregular. Sólo refleja una aspecto del proceso tendiente a controlar la estructura de poder del
Estado-nación más poderoso del mundo que desde hace más de medio siglo desempeña un rol clave
en los asuntos políticos, económicos y militares del planeta: los Estados Unidos de América.
A modo de ejemplo, resulta ilustrativo el caso de la Central de Inteligencia - CIA -
estadounidense que en los últimos cuarenta años ha estado ininterrumpidamente bajo la dirección de
miembros del CFR y la Trilateral Commission, comenzando con su primer director Allen W. Dulles.
Desde 1966, sus directores han sido:

1
Fuente: Memoria Anual (Annual Report 1992) del Council on Foreign Relations, Inc. - Nueva York y Listado de
miembros a Marzo 1994, The Trilateral Commission - Nueva York..
- 63 -
Director CIA Presidente TC CFR
HELMS Richard 1966-73 Johnson X
SCHLESINGER James R. 1973 Nixon X
COLBY William E. 1973-76 Nixon / Ford X
BUSH George 1976-77 Ford X X
TURNER Adm. Stansfield 1977-81 Carter X
CASEY William J. 1981-87 Reagan X
WEBSTER William H. 1987-93 Reagan / Bush X
WOOLSEY James 1993-95 Clinton X
DEUTCH John M. 1995- Clinton X X

Organizaciones del Mundialismo Supranacional en los Asuntos Públicos


De la variada gama de organizaciones representativas de este proceso, la Trilateral
Commission y el Council on Foreign Relations se perfilan como las mas relevantes. Actúan en
forma discreta y dispersa y con bajo perfil. Abarcan todos los ámbitos de las actividades humanas en
la economía, finanzas, industria, comercio, servicios, medios de comunicación, educación,
agrupaciones laborales, partidos políticos y la comunidad científica. Muchos de sus miembros son
relevantes figuras públicas que promueven el avance de las políticas e intereses del futuro orden
mundial. Sin embargo, ello no es conocido por las mayorías dado que los grandes medios masivos de
comunicación mundiales acompañan con un discreto silencio toda referencia o alusión relacionada
directa o indirectamente con la filiación que estas importantes figuras mantienen con dichas
organizaciones.
Ante este fenómeno, pueden apreciarse mejor las razones por las cuales desde importantes
cargos públicos en distintos países del mundo industrializado se suelen tomar decisiones e impulsar
políticas que avanzan los intereses del mundialismo, aunque ello debilite el poder real de las
estructuras estatales que circunstancialmente ocupan.
En el Japón, por ejemplo, la Trilateral Commission ejerce importante influencia, no sólo
contando entre sus miembros a los máximos directivos de todas sus grandes grupos industriales y
bancarios, sino también a importantes funcionarios gubernamentales como el ex-Primer Ministro,
Kiichi Miyazawa, quién es miembro de la Junta Directiva de la Trilateral. Casi todos los Ministros
de Finanzas nipones de los últimos años provienen de la Trilateral Commission como así también su
ex-Primer Ministro, Tsutomu Hata, 1
Con todo lo relevante que esta participación en las estructuras públicas y privadas de
algunos de los más poderosos países del mundo pueda ser, aún no están dadas las condiciones para el
salto hacia un gobierno mundial propiamente dicho. En parte, ello es debido a que aún perduran las
estructuras del Estado-nación con las que aún se identifica la mayoría de los pueblos, como así
también debido al aún insuficiente poder real en manos de la tecno-estructura mundial para imponer
esquemas que deberán basarse sobre un adecuado consenso entre la mayor parte de la opinión
pública.

1
Fuente: Official Memebership List, The Trilateral Commission, Nueva York, 1989 y 1993.
- 64 -
En la actualidad, la principal base de poder del mundialismo se ubica en los ámbitos
económico y financiero cuyo continuo crecimiento depende del éxito con que se logre ejercer control
sobre el marco jurídico que fiscaliza y limita las operaciones de las estructuras económicas
transnacionales en cada país, como así también las pautas de intercambio entre éstos. De ahí las
continuas negociaciones que durante años experimentó la Ronda Uruguay del GATT, los esfuerzos
tendientes a lograr la integración económica y monetaria de la Comunidad Económica Europea, el
surgimiento de nuevas estructuras económicas regionales como el NAFTA y el Mercosur, como así
también la evolución de las políticas instrumentadas por organismos financieros internacionales como
el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo,
entre otros.
En el campo político, resulta menos claro cuál podrían ser las razones o eventuales metas que
se persiguen en casos como la Guerra en los Balcanes desatada a mediados de 1992. Mientras que
otros conflictos regionales como la invasión iraquí a Kuwait han sido rápidamente resueltos, llama la
atención la continuación de esta guerra en el propio corazón de Europa, a pesar de las voces que
reiteradamente claman por una intervención decisiva de las naciones industrializadas para terminar
con las masacres que se producen a diario en Bosnia-Herzegovina. Se ha llegado incluso a ver en
este fenómeno que afecta a la ex-Yugoeslavia algún ejercicio o experimento tendiente a lograr la
contención controlada de conflictos de alta peligrosidad y exterminio, e incluso, como un foco de
conflicto en las puertas mismas de la renovada y potenciada Alemania que ha de servir de señal de
alerta para ciertos elementos dentro del país germano, siempre causa de preocupación para la
tecnocracia supranacional.
Resulta notable señalar que la solución del conflicto balcánico, o mejor dicho la falta de
solución, ha quedado desde su inicio bajo la influencia de negociadores internacionales provenientes
de la Trilateral Commission: primero, Lord Carrington (ex-Ministro de Relaciones Exteriores
británico en el gobierno de Margaret Thatcher), luego Cyrus Vance, (ex-Secretario de Estado de
los Estados Unidos bajo Jimmy Carter), Lord David Owen (miembro del Parlamento del Reino
Unido), Thorvald Stoltenberg, (ex-Ministro de Defensa de Noruega), la Alto Comisionada de las
Naciones Unidas para Refugiados, Sadako Ogata y, más recientemente, del propio ex-presidente
estadounidense, Jimmy Carter convertido en troubleshooter de Clinton primero en Norcorea, luego
en Haití y. ahora, en los balcanes. Todos ellos son miembros de la Trilateral Commission.

Consenso

Ante procesos de esta naturaleza, se cuenta con el asentimiento o al menos la pasividad de la


opinión pública en las áreas trilaterales, como así también entre los demás centros de poder mundial
secundarios. Ello se logra a través de la adecuada distribución, selección y análisis de la información
política, económica y social que se basa no tan sólo en aquello que se informa sino también en
aquello que no se informa. Para ello se toma ventaja de la tendencia creciente del hombre hacia la
especialización que lo obliga a esforzarse por estar actualizado en su profesión, en detrimento de una
formación más amplia que le permitiría una comprensión más profunda acerca de la evolución
general de los procesos políticos y económicos.
Mientras que resulta imposible profundizar en todas las disciplinas, se puede sin embargo
develar algunas claves que permitan identificar los lineamientos de ciertos procesos mundiales
aunque ello no signifique conocer en detalle cada una de sus partes. A modo de ejemplo, podemos
- 65 -
explicarnos el vuelo de una aeronave si conocemos los conceptos básicos de la aerodinámica, los
motores de propulsión y la electrónica; cosa que no podríamos hacer si, por ejemplo, fuésemos
especializados ingenieros tan sólo en electrónica y computadoras pero totalmente ignorantes acerca
de elementales principios en la aerodinámica y las plantas motrices. Un poco de conocimiento sobre
un cúmulo de temas resulta, a veces, más útil que un cúmulo de conocimientos sobre unos pocos
temas. En el management empresarial se tiende hacia operadores “generalistas” - o sea, personas
que comprenden el amplio marco dentro del que operan - y que a su vez tengan una especialización.
Si aplicamos este criterio a la compleja tarea de comprender la evolución de los
macroprocesos políticos que hoy mueven el mundo, lo ideal consiste en tener un correcto
conocimiento y comprensión sobre un conjunto de temas clave, que permitan evaluar tendencias,
identificar prioridades y relacionar hechos y datos para luego delinear la imagen global de las nuevas
estructuras mundiales que van perfilándose. Bombardeados por cantidades inasimilables de datos y
requeridos por crecientes exigencias, se genera entre las mayorías cierta confusión al comprobar una
amplia gama de hechos que reflejan efectos y resultados, sin que se logre conocer sus ulteriores y
menos visibles causas y orígenes.
Consecuentemente, a menudo nos resulta imposible sacar las necesarias conclusiones sobre
aspectos más sutiles que subyacen el marco aparentemente dispar e inconexo de toda esa información
que minuto a minuto llega a nosotros. Logrando una correcta perspectiva se descubren patrones y
tendencias que muestran una realidad mucho mas significativa que la mera suma de los datos que la
componen.
Al igual que con ciertas pinturas del estilo impresionista que solo se las puede apreciar desde
cierta distancia, la imagen real del mundo sólo se empieza a delinear cuando adoptamos la posición
de observadores capaces de tomar distancia del conjunto de paradigmas, mitos y dogmas que
distorsionan nuestra actitud intelectual. Si no logramos hacerlo, ello equivale a mirar a esa pintura
impresionista desde demasiado cerca con lo que sólo veremos un caos de puntitos, líneas y manchas
de distintos colores. Existe en esto cierta analogía con la opinión pública entre las mayorías que se
sustenta sobre un conjunto dispar información que unas veces exagera ciertos datos y otras veces los
suprime o distorsiona. Es como pretender apreciar aquella pintura impresionista analizando uno
por uno sus puntitos de color o, a lo sumo, un grupo reducido de éstos. De esta forma no se logra
percibir la imagen real del mundo: una realidad que trasciende el simple aquí y ahora, que se ha
venido madurando durante largo tiempo y cuya contemporánea manifestación dejará profundas
huellas en el futuro.
Una última cita de "La Tercera Ola" de Toffler sintetiza esto muy elocuentemente: "La gente
de la Tercera Ola....está cómoda en medio de un bombardeo de datos aislados ('blips'); el
noticiero de 90 segundos con un aviso intercalado de 30 segundos; un fragmento de una canción;
otro fragmento de la letra de un tema musical; un titular; una tira cómica; un 'collage'; un print de
computadora. Lectores insaciables de novelas descartables y revistas de interés especializado;
ingieren enormes cantidades de información en breves dosis." 1
Con esta visión superficial del mundo, asemejable a la costumbre tecnotrónica del zapping,
el hombre actual no logra un correcto análisis, evaluación y relacionamiento de los hechos y
corrientes que conforman al mundo. Aunque los mismos se presenten en forma inconexa y hasta
caótica, lo son tan sólo en apariencia. El resultado de este fenómeno conduce a una generalizada
desorientación que permite impulsar ciertas corrientes de consenso entre las mayorías, sustentadas no

1
"La Tercera Ola" - Alvin Toffler, Nueva York, 1980
- 66 -
tanto en una auténtica y razonada comunión de ideas sino más bien en la pasividad de las mayorías
ante un mundo que se resulta cada vez más difícil de comprender y cuyo devenir se percibe como
caótico e incontrolable.

- 67 -
Cap. 3 - Economía
"Question: Can I understand money?
Answer: Easily. It´s merely the part of
our subject matter on which as
economists, we make the greatest use of
mystic rites and priestly incantations.
I will glady lead you into the temple".
- John Kenneth Galbraith -1

El enorme crecimiento de la tecno-estructura supranacional, particularmente durante las


últimas tres décadas ha servido para motorizar la actividad económica de todo el planeta. Existe un
innegable mérito en ello, ya que son las estructuras empresarias multi- y trans-nacionales las que han
impulsado los grandes adelantos tecnológicos y avances científicos de nuestra época. Son
incuestionables los beneficios aportados a nuestra calidad de vida por computadoras fabricadas por
IBM y Compaq, aeronaves construidas por la Boeing Airplane Co. o Airbus Industrie, automóviles
diseñados por Honda, Ford y BMW, satélites de comunicaciones fabricados por Siemens o RCA y
lanzados al espacio sobre propulsores de la North American Aviation o los softwares diseñados por
Microsoft.
Este complejo industrial, financiero y comercial privado es la fuerza que mueve a todas las
economías del mundo, generando vastos y multiplicadores requerimientos sobre las áreas de
servicios, transporte y medios de comunicación. Todo ello ha tenido un efecto muy positivo
generando bienes y fuentes de trabajo en todas las regiones del mundo.
Por ello, cuando leemos que en otros entornos culturales como el japonés, los empleados de
muchas de sus admirables empresas inician sus actividades diarias cantando el himno a la empresa,
sea ésta el gigante industrial Mitsubishi o el Banco Dai-Ichi, nos resulta fácil comprenderlo,
especialmente al observar el trascendental aporte que empresas como éstas han hecho en favor de la
reconstrucción del Japón tras su derrota militar durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque con un
estilo distinto al japonés, también se observa en otros lugares la manera en que directivos, obreros y
empleados de grandes empresas trans-nacionales como así también de las miles y miles de menores
empresas locales y regionales que se integran a los diferentes macroprocesos, se identifican con las
mismas a través del tesonero y duro batallar que el trabajo diario y la lucha contra la competencia les
impone.
En todas partes, la imagen de la empresa privada se reviste de creciente prestigio lo que
contrasta cada vez más con la ineficiencia del estado. Las estructuras privadas operan mucho más
eficientemente que las públicas en lo económico, lo que ha generado buena parte de la crisis de
credibilidad del estado ante su obvia inoperancia como administrador económico. Un efecto de este
fenómeno se constata en el auge de las privatizaciones y sus esquemas complementarios de

1
John Kenneth Galbraith (economista canadiense, 1908 - ) - "Pregunta: Puedo entender lo que es el dinero?.
Respuesta: Fácilmente. Es meramente aquella parte de nuestro tema en el que, como economistas, hacemos el mayor
uso de los ritos místicos y encantaciones sacerdotales. Con placer lo conduciré hacia el templo". ("Almost
Everyone´s Guide to Economics" - Pelican Books, London 1981).
- 68 -
concesionamiento, privatización, outsourcing, terciarización y otros mecanismos utilizados para
producir la transferencia de estructuras económicas que se encuentran en manos del estado.
Este proceso cobró fuerza a partir de la década de los años ochenta, cuando bajo el gobierno
de Margaret Thatcher, Gran Bretaña inició un ambicioso programa de privatizaciones de sus
empresas estatales de gas, electricidad y transporte aéreo. El ejemplo británico luego fue imitado
por muchos otros países, tales como España, diversos estados de la Unión Americana, Méjico, Chile
y la Argentina. En la actualidad, Francia, Alemania, Brasil, Rusia, Ucrania, China y Hungría, para
citar algunos casos, se encuentran abocados en procesos de privatización ambiciosos, cada uno según
sus particulares condiciones políticas y económicas . En pocos años, se ha producido una
transformación en la estructura económica de los países que impulsan políticas privatizacionistas que
marca profundamente la futura evolución de dichas economías.
Ya nadie duda, y con justificada razón, que el sector privado resultó más eficiente e idóneo
que el sector público con su actual estructura, para desarrollar y administrar actividades productivas.
La tecnoestructura centrada en un conjunto compacto de empresas trans-nacionales representa una
prueba indiscutible del éxito que conlleva la iniciativa privada. Sus estructuras flexibles en lo
puntual y jerárquicas en lo global, como así también sus acertados planes de capacitación y exigentes
filtros de selección de directivos, han logrado los actuales altos niveles de eficiencia y excelencia.
La creciente tendencia a conceptualizar a toda actividad económica como un proceso, se
transforma en un factor esencial que conduce a las empresas a embarcarse en esquemas de
reingeniería como vía de acceso a la economía globalizada de la tercera ola. La focalización en el
proceso implica, a su vez, que más allá de cada empresa individual, existe un macroproceso que,
aunque mayormente anónimo, genera un poderío tan vasto y retroalimentador que una vez puesto en
marcha resulta imposible de detener.
Como hemos visto, la industria automotriz conforma en sí misma un macroproceso
focalizado en un conjunto compacto de renombrados fabricantes mundiales de automóviles: Ford,
Toyota, Renault, Fiat, General Motors, Honda, Volkswagen y Chrysler, entre ellos, que incluye a
decenas de miles de otras estructuras económicas: concesionarias, proveedores directos e indirectos,
compañías de seguros, bancos, agencias publicitarias, medios de difusión y muchas otras. Aunque
las fábricas automotrices mencionadas son muy conocidas, el fenómeno destacable radica en el hecho
de que el macroproceso en sí es anónimo, globalizado y se rige por mecanismos de mercado que
imponen una permanente voluntad autosuperadora como consecuencia de la competencia. Ello toca
de cerca a cada empresa, grande o pequeña, que tenga su lugar en el macroproceso y si cualquiera
de ellas individualmente no se desempeña con el nivel necesario de rendimiento, tiende a desaparecer.
Aún si se trata de la planta fabricante en sí.
Existen muchos otros macroprocesos de alcance mundial como aquellos relacionados con la
informática, las telecomunicaciones, los medios de difusión masiva, el transporte, la industria pesada,
la banca y seguros, la construcción, los laboratorios farmacéuticos, la química y la petroquímica,
entre otros. A su vez, cada uno de los macroprocesos no opera en forma aislada sino que todos
interactúan y se superponen entre sí formando un conjunto sumamente complejo, dinámico y variado.
Forma una red global y diversificada en la que ningún macroproceso resulta controlado por una
empresa individual, por más grande que ésta sea. Aunque se trate de un empresa gigante como la
Exxon en la industria del petróleo o la General Motors en la industria automotriz, su tamaño resulta
pequeño cuando se la confronta con la envergadura del macroproceso dentro del cuál operan.
Este fenómeno nos señala un hecho de gran importancia en el proceso hacia el nuevo orden
mundial dado que mientras las empresas individuales y los macroprocesos operan en el ámbito
- 69 -
económico, la tecnoestructura supranacional que los diseña, dirige y conforma opera en el ámbito
político. Resulta, entonces un factor clave determinar cuales son las políticas sustentadas por la
tecnoestructura supranacional, ya que esas políticas se viabilizan en base al enorme poderío
económico generado por los macroprocesos bajo su control. Una particularidad de los
macroprocesos descriptos que resulta esencial para comprender su desarrollo se refiere al control
integral sobre el ciclo productivo ejercido por parte del conjunto de empresas que conforman la
tecnoestructura supranacional.

El Ciclo Integral de la Producción


La capacidad de reinversión de la tecnoestructura supranacional privada supera las
posibilidades de las que disponen y a las que pueden acceder casi todos los estados del mundo. A su
vez, al conformar diversos macroprocesos integrales, los mismos le brindan la posibilidad de
controlar todo el ciclo económico el cual abarca desde la financiación de emprendimientos que
generan producción efectiva y que luego se canaliza hacia los mercados a través de sólidos
mecanismos de comercialización hasta los beneficios generados por ésta comercialización que se
reciclan como reinversión para nuevos emprendimientos. Este proceso se retroalimenta generando
posibilidades enormes de crecimiento con cada ciclo ya que, aunque se trata de un ciclo cerrado -
financiación / producción / comercialización / reinversión - en la realidad su propia dinámica le
imprime un alto nivel de crecimiento por lo que su desarrollo se asemeja más a una espiral en
creciente expansión. Ello es producto de las características de la estructura financiera mundial y de
los adelantos tecnológicos.
Aún cuando algunas empresas o sectores industriales experimenten crisis estructurales que
incluso puedan llegar a afectarlas severamente, la tecnoestructura en su totalidad aumenta en forma
constante. Con cada uno de estos ciclos, se producen mutaciones que permiten mayor adaptabilidad
y perfeccionamiento de los mecanismos de selección sobre aquellos procesos, empresas, directivos,
productos, servicios y tecnologías que resulten más aptos para su desarrollo y consolidación.
Ello explica el crecimiento exponencial de los macroprocesos económicos y del poder de la
tecnoestructura que los dirige y controla, pues cada ciclo de "financiación / producción /
comercialización / reinversión" se produce en escalas de tiempo cada vez más breves y con
dimensión cada vez mayor. Sea cual sea el rubro en el que cada empresa opera individualmente -
industria, manufactura, comercio o servicios - la tecnoestructura controla la totalidad del proceso,
enmarcado en una amplia red financiera y bancaria que dispone de recursos que, en la práctica,
resultan ilimitados. A su vez, a medida que estos procesos se internacionalizan, escapan del control o
supervisión de toda autoridad pública abarcando en forma automática a la totalidad de los flujos
financieros del planeta, aún aquellos - muy importantes por cierto - que emanan de actividades
ilegítimas y aún ilegales (según las legislaciones nacionales), como son el narcotráfico, el
contrabando, la venta clandestina de armas y el crimen organizado en general.
Esta clave permite explicar la razón del éxito de la tecnoestructura de empresas
transnacionales, lo que a su vez es un factor relevante que explica el fracaso del estado como
operador económico. En la práctica, todos los estados han perdido el control sobre este ciclo integral
económico, especialmente en relación a los circuitos financieros ya que éstos son controlados por la
tecnoestructura supranacional. Ello les permite crear gigantescos flujos de crédito en forma rápida y
eficiente en cualquier región del planeta para financiar diversos emprendimientos, mientras que el
- 70 -
estado, al haber cedido sus fuentes naturales de crédito, depende de esta misma estructura de
financiamiento privado para llevar adelante los emprendimientos propios de su función.
Al estado solo le queda la opción de endeudarse directa o indirectamente con la estructura
financiera privada mundial. Incluso instituciones financieras como el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial, que asisten en la financiación de déficits estructurales y proyectos
de envergadura, configuran entidades formalmente cuasi-públicas, que en la práctica, están bajo el
control de la estructura financiera global privada, lo que se ve reflejado en sus políticas y medidas
que se alinean con las que sustenta la tecnocracia supranacional, particularmente aquellas emanadas
del Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos.
Dentro de este marco, se destaca la importancia del dólar estadounidense en su función
transitoria de moneda mundial, cuyo control y supervisión lo detentan la banca privada de los
Estados Unidos. El Sistema de la Reserva Federal, el banco central estadounidense, al que nos
referiremos luego, permite que el control efectivo sobre la moneda estadounidense en aspectos tan
fundamentales como la base y expansión monetarias, el direccionamiento del crédito y la fijación de
la tasa de interés básica a mediano plazo sea controlada por los principales intereses de la banca
privada.

- 71 -
Fig. 3 - Ciclo Financiación / Producción / Comercialización / Reinversión

-2-
Producción
(industria)

-1- -3-
Financiación Comercialización
(banca) (servicios)

-4-
Reinversión
(finanzas)

Flujos financieros
A principios de los años ochenta, el periodista norteamericano, Axel Masden, explicaba en su
libro "Poder Privado" la manera en que ya comenzaba a tomar forma definitiva la red de flujos
financieros que representa el principio y el fin de cada macroproceso. Los procesos de financiación
y reinversión se desplazan dentro de los macroprocesos y entre los mismos de manera formidable,
lo que ya entonces permitía aseverar lo siguiente:
"El impacto de la Exxon, la Shell, Unilever, Volskwagen o Hitachi es formidable. Han
creado su propio mercado de dinero que flota libremente; la innovación más importante del
capitalismo avanzado. Las multinacionales pueden pedir préstamos dónde el interés es bajo y usar
ese dinero dónde las tasas son altas; sus operaciones a nivel mundial les dan un conocimiento
invalorable de los puntos fuertes y las debilidades de las monedas de cada país, información que a
menudo no está a disposición de los gobiernos nacionales. Este sistema bancario independiente de
todo estado esa comunicado por un circuito de computadoras que permite a los bancos comprar o
vender depósitos en un mercado de dinero mundial y efectuar préstamos en cualquier lugar o
momento."1

La conformación de esta estructura requiere de personas crecientemente aptas y capacitadas


para administrarlo. Ello ha colocado en el centro del escenario a la excelencia y la eficiencia, lo cual
se logra a través de estamentos gerenciales y directivos altamente capacitados para gerenciarla.
Como hemos visto el management o administración empresarial se ha transformado en la columna
vertebral operativa de la tecnoestructura supranacional ya que, acertadamente, coloca a la
capacitación y el conocimiento especializado como claves para el crecimiento y la eficientización de
los procesos económicos, los cuales han de adquirir dimensión mundial, particularmente en las áreas
trilaterales. Una de las más autorizadas voces sobre el management y la globalización económica, el
austríaco, Peter F. Drucker, en su obra, "Las Nuevas Realidades" , escribe lo siguiente:
"La experiencia americana muestra también que, para tener el liderazgo en cualquier
área en el mundo desarrollado no-comunista, una empresa - fabricante, financiera o de servicio -
1
"Private Power" (Poder Privado) - Axel Masden - Multi-media Press, Nueva York, 1980.
- 72 -
debe tener una posición fuerte, si no de líder en todas las áreas de la "Tríada" formada por
Norteamérica, Europa Occidental y el Japón. Las tres no constituyen un mercado, pero sí una
economía. Cualquier firma de una de las tres áreas compite potencialmente con cualquier firma
de las otras dos. Hace treinta años, la mayoría de los fabricantes de automóviles se contentaban
con el liderazgo en su propio mercado nacional. Fiat, por ejemplo no realizaba ventas agresivas
fuera de Italia. Los otros europeos no vendían de modo agresivo a Italia. Ahora Fiat está
intentando convertirse en el líder "europeo". Y lo mismo hacen los japoneses.1

Más adelante, y en la misma obra, Drucker agrega lo siguiente:


"Todo el mundo habla sobre la 'economía mundial'. Se trata, ciertamente, de una nueva
realidad. Pero es bastante diferente de lo que la mayoría de la gente - hombres de negocios,
economistas, políticos - dice. He aquí algunos de sus rasgos principales, sus principales desafíos
y sus principales oportunidades:
- Al principio, o a la mitad de la década de los setenta - con la OPEP y la
'flotación del dólar' del Presidente Nixon - la economía mundial se transformaba
de internacional en transnacional. La economía transnacional se ha hecho
dominante, controlando en gran medida las economías inferiores de los Estados
Nacionales.
- La economía transnacional viene principalmente determinada más bien por
flujos monetarios que por intercambios de bienes y servicios. Esos flujos
monetarios poseen su propia dinámica. Las políticas monetaria y fiscal de los
Estados soberanos nacionales son, cada vez más, reacciones ante acontecimientos
en los mercados de dinero transnacional y de capital, en vez de conformarlos
activamente.
- En la economía transnacional, los tradicionales 'factores de producción', tierra y
trabajo, van pasando a ser cada vez más secundarios. También el dinero, al
haberse convertido en transnacional y obtenible en cualquier lugar, ya no es un
factor de producción que pueda dar a un país una ventaja competitiva en el
mercado mundial. Las tasas de cambio exterior actúan sólo para períodos cortos.
El Management ha aparecido como el factor de producción decisivo. La posición
competitiva ha de basarse en el Management.
- En la economía transnacional el objetivo no es la 'maximización del beneficio',
sino la 'maximización del mercado'. Y el comercio, cada vez más, sigue a la
inversión. Ciertamente, el comercio ha llegado a ser una función de la inversión.
- La teoría económica asume todavía que el Estado soberano nacional es la única,
o al menos, la unidad predominante y la única capaz de una política económica
eficaz. Pero, en la economía transnacional, hay actualmente cuatro unidades
semejantes. Es lo que los matemáticas llaman 'variables parcialmente
dependientes', ligadas e interdependientes, pero no controladas cada un por las
otras. El Estado nacional es una de esas unidades; los países individuales -
especialmente los principales países desarrollados no-comunistas - tienen que ver,
desde luego. Pero, cada vez más, el Poder para la toma de decisiones está
pasando a una segunda unidad: la región - la Comunidad Económica Europea;
1
Las Nuevas Realidades - Peter F Drucker - Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1989 - págs. 185/86.

- 73 -
Norteamérica; acaso mañana una región del Extremo Oriente agrupada en torno
al Japón -. La tercera es una genuina y casi autónoma Economía Mundial del
dinero, del crédito y de los flujos de inversión. Está organizada por la
información, que ya no conoce fronteras nacionales. Finalmente, existe la
empresa transnacional - no necesariamente una gran empresa - que contempla el
conjunto del mundo desarrollado no comunista como un mercado, es decir, como
una 'ubicación', tanto para producir como para vender bienes y servicios.
- La política económica no es, de modo creciente, ni 'libre comercio', ni
'proteccionismo', sino 'reciprocidad' entre regiones.
- Finalmente: mientras la economía transnacional del mundo es una realidad,
faltan todavía las instituciones que necesita. Sobre todo, se hace necesaria una
regulación jurídica transnacional." 1

Los flujos monetarios y financieros y los resortes políticos fuera del ámbito del Estado-
nación que los manejan representan, entonces, un factor clave de la base del poder supranacional.
Los mercados de capital, las bolsas de comercio, las operaciones en commodities en Nueva York,
Londres, Tokio, Hong Kong, Chicago y París operan en forma interdependiente e ininterrumpida, con
sus sistemas de computación interconectados a través de redes satelitales, conformando una compleja
red planetaria. La misma dispone de gigantescos capitales que procuran emigrar hacia mercados e
instrumentos financieros de mayor rendimiento y menor riesgo, sin pausa y no solamente en base a
negocios actuales, sino también en base a negocios futuros, apostando a los precios probables de
bonos a corto y mediano plazos, a la evolución de las acciones, a las previsibles modificaciones en
paridades cambiarias en todo el mundo, incluso se puede apostar a la no-ocurrencia de futuras
catástrofes a través de instrumentos del reaseguro, y a la fluctuación en los commodities - trigo,
petróleo, cobre - a término.
Estas operaciones fluyen principalmente dentro de las áreas trilaterales aunque
permanentemente tienden redes y abren nuevos canales para que estos flujos de capital también
puedan dirigirse hacia otras áreas en desarrollo o cuyo desarrollo se decida impulsar: algunas
naciones de Europa Central, China, Corea del Sur, Malasia, Vietnam, Argentina, Méjico, Chile,
Taiwan, Sud África, Israel o Arabia Saudita.
Esta es lo que Drucker denomina la "economía simbólica", frente a la "economía real":
"...la economía transnacional es conformada y dirigida por los flujos financieros. Estos
flujos financieros tienen su propia dinámica, que no se atiene necesariamente a la racionalidad
económica tradicional.
La única explicación para el comportamiento del dólar es que la economía 'real' de bienes y
servicios no domina por más tiempo la economía transnacional. Sí lo hace la economía simbólica
del dinero y del crédito. Cada día, el mercado interbancario de Londres gira de diez a quince
veces el montante de divisas internacionales, como Eurodólares, euromarcos, euroyens, que se
necesita para financiar los intercambios mundiales de bienes y servicios. Las cantidades giradas
en los principales mercados de cambio exterior - Nueva York, Londres, Tokio, Singapur, Zurich,
Frankfurt - son muchas veces lo que los de la industria y todo el comercio mundiales requieren. El
noventa porciento o más de las transacciones financieras de la economía transnacional no sirve a
lo que los economistas considerarían una función económica. Sirven puramente a funciones

1
Op. cit.
- 74 -
financieras. Esos flujos monetarios tienen su propia racionalidad, naturalmente. Se trata, en gran
parte, de racionalidades políticas - anticipación a decisiones del gobierno tales como tasas de
interés del banco central o de tipos de cambio exterior, impuestos, déficit públicos y préstamos
estatales o imposición de riesgo político -. Pero, como muestra la experiencia americana, es la
economía simbólica la que controla ampliamente a la economía real.
Consecuencia de esto es que cada empresa debe aprender a dirigir su orientación respecto
al cambio exterior.
No importa mucho a la compañía transnacional qué país esté a la cabeza, puesto que lleva
a cabo sus negocios en todos ellos y en todos se siente en casa. Sin embargo, tampoco una sola
compañía puede mantener largo tiempo su posición de líder......
Los "managers" necesitan, de modo creciente, basar la política de su empresa en la nueva
estructura de superpoder transnacional de la industria y los mercados."1

Esta rápida transformación de las estructuras a través de las cuales operan las finanzas
internacionales ha tomado a muchos operadores de la alta finanza y a muchos políticos, dentro y
fuera del los gobiernos, por sorpresa. Ello ha sido, principalmente, debido a que el enfoque
económico tradicional ya no resulta suficiente para interpretar y comprender las características de
esta nueva globalización de las finanzas.
En un análisis publicado por la revista británica "The Economist", se explica de manera muy
interesante e ilustrativa esta nueva realidad:
"Qué significa 'globalización'? Este término se puede referir a un cúmulo de rubros: la
expansión en el comercio internacional, el crecimiento de los negocios multinacionales, el aumento
en los 'joint-ventures' internacionales y una reciente interdependencia a través de flujos de capital -
para sólo nombrar algunos....
El mercado internacional de capitales se nos presenta como algo peculiar. Es manejado
por especialistas extravagantes con altos sueldos, técnicos escondidos en sus salas de computación
y miles de monitores de computadora. Se maneja con cifras irrisoriamente grandes. Parecería
tener poca conexión con el mundo 'real' de fábricas y restaurantes. Sin embargo, en momentos
como Octubre de 1987, cuando cayeron las Bolsas de Comercio de todo el mundo, el mercado de
capitales parece tener en sus manos el destino de las economías. El mercado de capitales es un
misterio y, por ende, una amenaza.
Un estudio más profundo, sin embargo, permite explicar parte del misterio y,
consecuentemente, disolver parte de la amenaza. En términos generales, la evolución de las
finanzas globales en la última década es comprendida: Los bancos y otras empresas financieras
vieron nuevas oportunidades, respondieron a la competencia, trataron de incrementar sus
participaciones en los mercados y aumentar sus ganancias al igual que hacen las empresas en
todos los rubros. Fue la velocidad del cambio lo que tomó a todo el mundo por sorpresa.
Actuando separadamente, la innovación, la tecnología y la desregulación hubiesen
instigado, cada una por sí sola, rápidos cambios financieros durante los años ochenta. Pero
llegaron las tres juntas, interconectadas, cada una multiplicando los efectos de las otras dos.
Como resultado, ha habido poco tiempo para que los mercados de capital y los gobiernos que los
regulan comprendan esta nueva realidad....

1
Op. cit.
- 75 -
Como un ejemplo del misterio, consideremos lo que podrá parecer una pregunta poco
interesante: como medir la expansión de las finanzas globales. La forma más familiar de hacerlo
es partiendo de las estadísticas nacionales de balance comercial. Con este enfoque, los flujos
internacionales de capital son los elementos necesarios para lograr el balance de los libros. Si un
país tiene un déficit en cuenta corriente, necesitará financiarlo con un "excedente" en la cuenta de
capital (o sea, un ingreso). Si tiene un excedente en cuenta corriente, necesitará mostrar un
"déficit" en la cuenta corriente (o sea, un egreso).
Los flujos de capital calculados sobre esta base indican que hubo una gran expansión en
las finanzas internacionales durante los años ochenta, simplemente debido a que los desequilibrios
comerciales se vieron aumentados. Comparando los períodos 1979-81 con 1985-88, por ejemplo,
el saldo anual de capital de la República Federal de Alemania creció de un ingreso de U$S
8.000.000.000 a un egreso de U$S 40.000.000.000. El del Japón, de un ingreso de U$S
5.000.000.000 a un egreso de U$S 75.000.000.000., y el de los Estados Unidos de un egreso de
U$S 2.000.000.000 a un egreso de U$S 129.000.000.000. Pero estos ejemplos son de poca
utilidad, inexactos y llevan a conclusiones erróneas.
Se observan innumerables brechas y anomalías que hacen que si uno combina los saldos en
cuenta de capital de todos los países del mundo, uno esperaría que el resultado fuese cero. En
verdad, las cifras reales indican que el mundo tiene un fuerte excedente en cuenta de capital
consigo mismo. Durante los años ochenta, según estadísticas oficiales, un promedio de U$S
72.000.000.000 anualmente egresó de las economías nacionales y nunca llegaron a otra. En 1991,
dicha discrepancia era de U$S 122.000.000.000."1

Este "misterio" señalado por "The Economist" estaría indicando que existe una salida neta de
capitales del conjunto de las economías nacionales del planeta que, a primera vista, parecerían
esfumarse y desaparecer. La realidad es muy distinta. De lo que se trata es de una transferencia
creciente de capitales que emigran de la órbita de las economías nacionales operando dentro del
marco del Estado-nación y pasan a integrar la tecnoestructura financiera supranacional. En otras
palabras, los Estados-nación del mundo, en su conjunto, resultan cada vez más endeudados con dicha
tecno-estructura que crecientemente se convierte en su acreedor. Mientras aquellos se debilitan
económicamente, éste se fortalece en la misma proporción.
En el citado análisis de "The Economist" surgen otros datos relevantes que ayudan a ilustrar
este crecimiento gigantesco de la base económico-financiera de la tecnoestructura supranacional:
"- En 1980, el stock de préstamos bancarios 'internacionales' (o sea, préstamos a través de
las fronteras más préstamos domésticos en moneda extranjera) fue de U$S 324.000.000.000. Para
el año 1991 - y a pesar de los problemas de las deudas del Tercer Mundo que habían reducido
nuevos préstamos a mediados de los años ochenta y a pesar de la astringencia bancaria del año
pasado cuando los bancos hubieron de dar cumplimiento a nuevos requerimientos de capital - el
monto había trepado a U$S 7.500.000.000.000. Para poner esta cifra en su perspectiva correcta,
el PBI combinado de los 24 países industrializados de la OECD en 1980 fue de U$S
7.600.000.000.000; en 1991 aquella cifra fue de U$S 17.100.000.000.000. De manera que en la
última década, el stock de préstamos bancarios internacionales subió de un 4% del PBI combinado
de los países industrializados del OECD al 44% del mismo.
1
Fuente: "The Economist" - artículo "A Survey of the World Economy" - Londres, 19-Sept-1992. (Traducción del
autor).

- 76 -
En 1982 el total de bonos internacionales pendientes era de U$S 259.000.000.000; en 1991
ya era de U$S 1.650.000.000.000.
...En 1986 el stock global de instrumentos derivados primarios (o sea, opciones,
operaciones a término y SWAPS con tasas de interés y/o divisas) fue de U$S 1.100.000.000.000.
En 1991 había aumentado a U$S 6.900.000.000.000.
El movimiento diario en divisas extranjeras, incluyendo instrumentos derivados se calcula
actualmente en aproximadamente U$S 900.000.000.000 cada día. Sí, cada día. Las operaciones
cambiarias han crecido en más de un tercio desde Abril de 1989, cuando un informe de bancos
centrales lo estimó en U$S 650.000.000.000 por día....
En 1970, las transacciones en Garantías con extranjeros en los Estados Unidos (o sea,
compras y ventas brutas de bonos y equities entre un residente y un no-residente de los Estados
Unidos), equivalían al 3% del PBI nacional. En 1980, la cifra equivalía al 9%. En 1990 equivale
al 93%..... Gracias al centro financiero de la City en Londres, estas transacciones en Gran Bretaña
equivalieron al 368% del PBI en 1985 y cinco años después esta cifra se había casi duplicado al
690%."1

Este artículo señala un punto clave al observar que "la innovación, la tecnología y la
desregulación han destruido las barreras tanto dentro como entre los mercados financieros
nacionales."
Para comprender más claramente las razones de este crecimiento exponencial, casi rayano en
la irracionalidad como indica Peter Drucker, cabe señalarse un aspecto que suele pasar
desapercibido, pero que nos ayuda a comprender como funciona esta red transnacional del dinero.
Nos referimos a la utilización que hacen los sistemas financieros desde hace décadas del factor
multiplicador bancario que cobró una dimensión difícil de evaluar con la internacionalización de las
estructuras financieras. El mismo determina que aunque ningún banco privado pueda
individualmente crear dinero, el sistema bancario en su conjunto, surte un efecto expansivo cuyo
efecto práctico equivale al de crear dinero a través de sus posibilidades de generación de crédito.
Tradicionalmente, cada país, procura controlar este efecto multiplicador a través de la
fiscalización que realizan las autoridades de contralor bancario o de banca central que exigen a los
bancos cumplir con encajes y niveles de reserva mínimos, regulan tasas de interés de redescuento y
ejercen una serie de controles sobre sus operaciones. Sin embargo, al internacionalizarse las finanzas
y su posterior ascenso al ámbito supra-nacional, estos factores de control y limitación se esfumaron
en su casi totalidad, ya que no existe, por ahora, ningún "banco central global" que imponga su
autoridad exigiendo encajes, reservas mínimas y demás controles monetarios a bancos y operadores
financieros.
El ya citado autor estadounidense, Axel Masden describe este proceso diciendo:
"....Dado que no tienen necesidad de reserva, no hay límite real a la cantidad de crédito
que puede crear el dinero sin nacionalidad. Un sólo dólar depositado puede servir de base para
préstamos de U$S 10 o U$S 1.000. Por añadidura, tenemos el efecto multiplicador entre los
bancos que empeora aún más el efecto de pirámide. Un sólo dólar colocado en el Banco Barclay's
por la Mitsubishi Trust Bank, puede luego ser prestado al Hong Kong & Shanghai Bank, que - a su

1
Fuente: “The Economist” - artículo "A Survey of the World Economy", Londres, 19-Sept.-92 - La cifra diaria de
transacciones en divisas extranjeras actualmente excede los U$S 1.000.000.000.000 según “Business Week” - “21st
Century Capitalism”, Nov. 1994.
- 77 -
vez - se lo presta al Crédit Lyonnais. Todos pueden seguir construyendo liquidez, ya que sobre
cada dólar que pasa de mano en mano, se crea una deuda."1

Esta red global de operadores financieros coordina políticas a partir de estrategias diseñadas
e impulsadas por un conjunto compacto de grandes casas bancarias que participan y forman parte de
la tecno-estructura supranacional. Estas, a su vez, se encuentran en la mayoría de los casos
íntimamente relacionadas con el conjunto de empresas industriales, comerciales, y de servicios trans-
nacionales y los macroprocesos que giran en torno a ellas. En muchos casos, los propios bancos se
transforman en importantes accionistas y socios en dichas empresas lo que permite influir en la
elaboración de sus estrategias. En la mayoría de los casos, las relaciones comerciales y financieras
que surgen de estas operaciones y emprendimientos es muy estrecha, generando una suerte de
simbiosis entre todas estas estructuras, pues el éxito de cada unidad empresaria genera efectos
directos e indirectos sobre toda la estructura financiera y vice versa.
Los enormes ingresos de estas empresas sirven de base para la capitalización de la estructura
financiera mundial la que, a su vez, la retroalimenta para el desarrollo continuado de nuevas
operaciones y emprendimientos en cualquier lugar del planeta que resulte necesario o conveniente.
No se trata de determinar si el conjunto de empresas transnacionales son en realidad dueñas de las
grandes casas bancarias o, inversamente, si son los bancos los dueños de las empresas, ya que a este
nivel macro del ejercicio del poder mundial, este factor resulta de menor importancia. Lo importante
consiste en verificar la existencia de una simbiosis entre ambas estructuras que se sintetizan y
plasman dentro de una realidad superior: ejercer el control total sobre el Ciclo Integral de la
Producción en el que las estructuras bancarias dinamizan y conforman los dos extremos de este
proceso: el de la financiación inicial de cada emprendimiento y la reinversión de los beneficios
resultantes para dirigirlos hacia nuevos emprendimientos según políticas trazadas por la
tecnoestructura supranacional.
Como hemos dicho, este proceso se desarrolla dentro del marco de las monedas nacionales,
en el que el dólar estadounidense reviste particular importancia seguido por las monedas de los países
principales industrializados del Primer Mundo. Sin embargo, a pesar de su cuasi-control estatal, al
internacionalizarse los mercados de capital, la tecnoestructura se beneficia del factor multiplicador
bancario de manera efectiva, para lograr así auto-generarse enormes flujos financieros.2

1
Axel Masden, Op. Cit.
2
Acerca de este insuficientemente comprendido efecto del sistema bancario, citamos una interesante explicación
publicada en la “Encyclopaedia Brittanica” (Macropaedia, artículo “Money”, p. 352, Nueva York, 1975, traducción
del autor): “El activo de los bancos consiste de “reservas” (efectivo más depósitos en otros bancos), más “activos
productivos” (préstamos más inversiones en la forma de bonos u otros títulos). Las reservas son tan sólo una
pequeña fracción de los depósitos acumulados. Al principio de la historia de los sistemas bancarios, el importe
mantenido como reserva era determinado por cada banco independientemente, en base a su criterio sobre las
posibles demandas de sus depositantes. El crecimiento de los depósitos permitió que la cantidad total de dinero
(incluyendo depósitos), fuese mayor que la suma total disponible para ser mantenida como reservas. Un banco que
recibía, por ejemplo $ 100 podía agregar $ 25 a sus reservas y prestar $ 75. Si, a su vez, 2/3 partes de este
préstamos era depositado nuevamente en otro banco, este recibía $ 50..agregando $ 12,50 a sus reservas y prestando
$ 37,50. Cuando este proceso de “expansión múltiple” se hubiese consumado en su totalidad, los depósitos totales
se hubiesen incrementado en $ 200, las reservas bancarias en $ 50 y $ 50 de los $ 100 iniciales hubiesen continuado
circulando. Existiría $ 50 más de dinero en total que antes (o sea, depósitos aumentados en $ 200 y circulante
reducido en $ 50). Aunque ningún banco individualmente “creó” dinero, el sistema bancario en su totalidad sí lo
hizo. Este es el bien conocido proceso de expansión múltiple que forma el corazón del sistema bancario moderno.”
- 78 -
Los hechos actuales señalan que estamos ante profundos cambios en las estructuras
financieras internacionales que consisten en la introducción paulatina e implícita de mecanismos de
moneda privada que irán reemplazando a las monedas públicas emitidas por los diferentes estados.
De esta forma el popular y generalizado concepto de la privatización se irá extendiendo hasta
abarcar también a la moneda. Una vez lograda la privatización de la moneda, se habrá dado un
paso muy importante, quizás definitorio, hacia la constitución de un gobierno mundial.

Moneda Privada
La tendencia hacia la privatización de los instrumentos con los que operan las finanzas
internacionales reviste importantes implicancias a medida que avanzamos hacia una economía
integrada global. Estas implicancias se refieren a las características del dinero en sí, puesto que
aunque existe una poderosa red financiera supranacional, la misma aún sigue operando con monedas
nacionales que, al menos formalmente, siguen bajo una cuota no despreciable de control de los
distintos bancos centrales nacionales, cuyas características y políticas varían en importante medida
de país a país. Un paso transitorio hacia la desnacionalización y posterior privatización de la
moneda lo representan las monedas regionales.
La Comunidad Económica Europea trabaja desde hace dos décadas en semejante proyecto,
que hoy se plasma en el ECU - European Currency Unit - que como unidad monetaria europea
representa el promedio ponderado de las doce (a partir de 1995, quince) monedas de los estados de la
Comunidad. Sin embargo, existen importantes problemas políticos aún por resolver que inciden y
frenan este proceso de integración regional bajo un único signo monetario. El principal de ellos en el
plano económico se refiere a las pronunciadas asimetrías económico-financieras entre los países
miembro de la Unión Europea y al problema representado por el peso preponderante del Deutsch
Mark alemán que en 1994 representó más del 37% del valor ponderado del ECU, mientras que las
dos monedas que le siguen en importancia, el Franco Francés y la Libra Esterlina representaron sólo
el 14% y el 12%, respectivamente. De todos modos, el ECU representa sólo una moneda multi-
nacional pública, aún lejos de ser una moneda supra-nacional privada, ya que su control es ejercido
por las políticas consensuadas de los bancos centrales de los países de la Comunidad.
De ahí las graves dificultades políticas surgidas en relación a las condiciones del Tratado de
Maastricht, que prevé que el ECU se transforme en la moneda oficial europea a partir de 1999. El
quebrantamiento y posterior flexibilización del acuerdo de paridades cambiarias del Mecanismo de
Paridades Europeo (European Rates Mechanism) que se produjo en Septiembre de 1992 demoró en
varios años la implementación y estabilización de todo el sistema monetario europeo. Una causa de
las asimetrías entre los miembros de la Unión Europea radica en las diferencias entre los bancos
centrales lo que ha generado reticencias y desconfianzas debido a sus distintos grados de politización.
Así, mientras que el Deutsche Bundesbank (banco central germano) es políticamente el más
independiente y sólido de la Comunidad, muy asemejable en diversos aspectos de su funcionamiento
al Sistema de la Reserva Federal estadounidense que le sirviera de modelo, otros bancos centrales
como el Banque de France, el Bank of England y las bancas centrales de Italia y España, resultan
mucho más sensibles a las necesidades políticas de sus respectivos gobiernos.

- 79 -
De todos modos, muchas lecciones seguramente serán aprendidas de este complejo ejercicio
que avanza en forma paralela a otros procesos tan o más importantes. Quizás veremos en un plazo
mediano el ocaso del dólar estadounidense como moneda de referencia mundial y su reemplazo
transitorio por una nueva moneda que refleje mas fielmente las necesidades de la tecnocracia
supranacional. Indicios de este proceso lo comprobamos en los fuertes embates contra el dólar y su
creciente debilitamiento y volatilidad como moneda universal.
La futura moneda será auténticamente mundial, supra-nacional y privada: mundial, por su
alcance y aplicación, supranacional por su independencia de todo control estatal, y privada por su
naturaleza intrínseca y jurídica.
Esta idea no es nueva ya que sus orígenes se remontan a la Alta Edad Media cuando
organizaciones y corporaciones privadas en Lombardía y la Hansa en el norte de Alemania y
Holanda, ya entonces emitían sus propias monedas. También hace siglos, organizaciones religioso-
militares como la Orden de los Caballeros Templarios lograron interesantes éxitos en el uso y control
de moneda privada lo que habría de traerles sus buenos dolores de cabeza con reyes e Iglesia. Sin
embargo, con el surgimiento de los Estados-nación soberanos a partir del siglo XV y las corrientes
industrializadoras de la segunda ola, el estado concentró en sí mismo el monopolio de la emisión y
control de la moneda en casi todos los países del mundo.
En el momento actual vuelve a surgir la idea de una moneda privada, reflejando así una vital
e ineludible necesidad de la tecno-estructura supra-nacional. El economista anglo-austríaco, y
Premio Nobel de Economía (1974), Friedrich von Hayek, propuso esta idea audaz en su obra de
fines de los años setenta, "La Desnacionalización de la Moneda" que propone la privatización de la
emisión monetaria y control de las masas de dinero según las siguientes pautas:
"1. Es necesario abolir el monopolio estatal de la moneda para lograr detener los
reiterados brotes de inflación y deflación que se han acentuado durante los últimos
sesenta años.
2. Esa abolición sería también un remedio para la aún más enraizada enfermedad de las
repetidas olas de depresión y desempleo que se suelen atribuir al 'capitalismo'.
3. El monopolio oficial del dinero ha permitido que los gobiernos no tengan necesidad de
contener sus gastos dentro de los límites de sus ingresos, precipitando, de este modo, el
espectacular aumento de aquellos registrado en los últimos treinta años.
4. La abolición del monopolio de la moneda haría cada vez mas imposible que los
gobiernos pudieran restringir el movimiento de hombres, moneda y capital que
salvaguarda la posibilidad de que los disidentes escapen a la opresión.
5. Estos cuatro defectos - inflación, inestabilidad, gastos incontrolados del estado y
nacionalismo económico - tienen un origen y un remedio en común: el reemplazo del
monopolio monetario oficial por una competencia en materia de monedas que serían
provistas por emisores privados, quienes, para conservar la confianza del público,
limitarán la cantidad de sus emisiones en billetes y mantendrán, de este modo, su
valor. Esto es lo que denominamos "desnacionalización de la moneda".
6. La moneda no debe ser un medio legal de pago "creado" por el gobierno; lo mismo que
el derecho, el lenguaje y la moral, puede surgir espontáneamente. La moneda
"privada" ha sido a menudo preferida por encima de la oficial, pero el gobierno pronto
la ha eliminado.

- 80 -
7. Mientras la moneda sea manejada por el gobierno, el único sistema tolerablemente
seguro, a pesar de sus imperfecciones, es el patrón oro; pero es preferible quitar por
completo al gobierno el control de la moneda.
8. En un mundo regido por las presiones de los intereses organizados, no podemos contar
con la benevolencia, la inteligencia o la comprensión para que nos den las
instituciones que queremos; ellas provendrán del liso y llano interés. Esta inteligente
idea de Adam Smith es válida todavía hoy.
9. El plan propuesto no es un tecnicismo financiero menor, sino una reforma crucial que
puede decidir el destino de la civilización libre."1

Esta abarcadora propuesta proveniente de un importante mentor del libre-cambio moderno,


nos recuerda las palabras de otra genio de las finanzas internacionales, Nathan Rothschild, hijo del
patriarca financista Amschel Meyer Rothschild, fundador de la dinastía que porta su nombre, quién
dijo: "dadme el poder de controlar la moneda de un país y poco me importe quién dicte sus leyes."
Más flexible que el Profesor von Hayek, el Dr. Richard N. Cooper2 publicó al respecto un
estudio sobre "Un Sistema Monetario para el Futuro" en el que propone esquemas de transición más
graduales.3 Al escribir este estudio a mediados de los años ochenta, Cooper proponía "la creación
de una moneda común para todas las democracias industriales con una política común y un Banco
de Emisión conjunto para fijar la política monetaria." Dicho informe fue presentado al Banco de la
Reserva Federal de los Estados Unidos y sugiere que las transacciones internacionales se efectúen en
una sola moneda. "Pero esa moneda única", agrega Cooper, "solo es posible si existe, en la
práctica, una política monetaria también única, una sola autoridad emitiendo moneda y dirigiendo
la política monetaria."
Para lograr esto, según Cooper, los estados "deben volcar la determinación de la política
monetaria en una cuerpo supra-nacional que sea responsable colectivamente ante los gobiernos de
los países independientes. La moneda del Banco Emisor podría ser prácticamente cualquiera.
Muy natural sería una evolución del actual dólar estadounidense, haciendo uso de los grandes
mercados mundiales basados sobre el dólar. El punto clave es que el control monetario - la
emisión de moneda y reserva de crédito - estaría en manos del nuevo Banco Emisor y no en la de
un gobierno nacional cualquiera, sea cual sea el origen histórico de la nueva moneda.
Alternativamente, esa nueva moneda mundial transitoria podría ser los DEG (Derechos Especiales
de Giro emitidos por el Fondo Monetario Internacional en base al valor promedio de las cinco
monedas fuertes: el dólar, el yen, la libra esterlina, el marco alemán y el franco francés). El nuevo
Banco Emisor no podría emitir los DEG del FMI a menos que ese Banco Emisor fuese,
precisamente, el FMI mismo." En tal caso, según Cooper sería necesario "modificar el FMI para
hacer posible la tenencia directa privada y por bancos comerciales de los DEG".

Moneda electrónica
1
"La Desnacionalización de la Moneda" - Friedrich von Hayek - Ediciones de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires,
1980
2
Richard Cooper, intelectual y político miembro de la Comisión Trilateral y del Council on Foreign Relations;
profesor de economía en la Universidad de Harvard; Ex-sub-secretario de Estado para Asuntos Económicos de los
EE. UU., bajo la presidencia de James Carter.
3
"La Reforma del Sistema Monetario" - publicado en "Foreign Affairs" (revista del Council on Foreign Relations).
Versión castellana en revista "Mercado" Buenos Aires, 10-Ene-85 "Cuaderno de Mercado Nro. 136".
- 81 -
Comprobamos un amplio proceso de transformación en la naturaleza del dinero que también
abarca su propia manifestación física. Cada vez menos el dinero toma la forma de billetes y monedas
sino que se ve reemplazado por anotaciones de créditos y débitos según mecanismos de
procesamiento electrónicos. Se abre así un abanico de posibilidades que hace que los flujos
financieros se tornen cada vez más "inteligentes", pues permiten su utilización múltiple que trasciende
la mera administración de intercambios económicos.
Al nivel del individuo, con el advenimiento casi universal de las tarjetas de crédito, por
ejemplo, surgió el así-llamado 'dinero plástico' que genera altos niveles de crédito para sus tenedores
pero que también sirve como fuente generadora de bases de datos para un interrelacionado proceso de
marketing en productos y servicios de toda índole. Cada compra que se realiza con una tarjeta de
crédito en cualquier parte del mundo genera automáticamente información sobre los hábitos de
consumo de su tenedor. Precisamente, es esa información la que se va transformando en uno de los
principales factores de poder económico y aún político. Pues, las grandes bases de datos que genera,
permiten segmentar, ordenar, clasificar a consumidores y vendedores, observar sus estilos de vida y
patrones de consumo, para poder así evaluar patrones de conducta y la efectividad de planes de
ventas, posicionamiento de productos y ejercicios de marketing.
También abre las puertas a nuevos e imprevisibles mecanismos de control e influencia a nivel
masivo. Alvin Toffler lo explica así en "Cambio de Poder":
"Por ejemplo, en un mundo dónde el dinero está 'informatizado' y la información
'monetizada', el consumidor paga dos veces por cada compra que hace: la primera en dinero y la
segunda con una aportación de información que vale dinero.
Normalmente, el cliente hace este segundo pago sin recibir nada a cambio. Esta es la
valiosa información por cuyo control se están peleando como fieras comerciantes, fabricantes,
bancos, compañías emisoras de tarjetas de crédito y un batallón más de personas de diferentes
estamentos. En los estados de Florida y California las cadenas de comercios detallistas han
emprendido feroces batallas jurídicas con los bancos a cuenta de este asunto. La pregunta clave
que sus respectivos abogados esgrimen contra la otra parte es: ¿quién es el dueño de los datos de
los clientes?"1

Potencialmente, esta información puede utilizarse para diagramar e implementar nuevas


posibilidades de control y seguimiento sobre personas en base a pautas y patrones de consumo. Ello
escaparía el ámbito de lo económico al permitir que se disponga de un cúmulo de información
instantánea sobre cada tenedor de tarjeta de crédito: a cuales restaurantes suele concurrir, adónde y
como viaja, qué libros lee, adónde compra sus alimentos, e innumerables otros aspectos sobre su
estilo de vida, ideas y actividades. Las connotaciones de semejante incursión en la vida personal de
cada individuo conlleva importantes implicancias en relación a la privacidad.
Pero el 'dinero plástico' es tan sólo una parte de este camino, ya que estamos entrando en una
etapa en el que nos regiremos por el dinero de la 'tercera ola' que es de características electrónicas.
Posiblemente, en un futuro no tan lejano, dejemos de utilizar dinero en absoluto y todas las
transacciones que hagamos, aún aquellas con tarjetas de crédito inteligentes, se realicen en 'tiempo
real' registrándose instantáneamente en poderosas redes de computación que automáticamente
acreditarán, por ejemplo, nuestro sueldo a fin de mes y cualquier otro ingreso que tengamos,

1
"Cambio de Poder" - Alvin Toffler - pág. 132
- 82 -
debitando también automáticamente, todo gasto que hagamos, toda cuota por créditos y todo
impuesto que adeudemos, como así también nuestras facturas de luz, gas, teléfono, seguros, patentes,
impuestos, etc. El dinero electrónico es “inteligente” con lo que irá desplazando hasta su
desaparición al dinero “tonto” de la segunda ola: el billete moneda.
Innegablemente una automatización semejante - gran parte de la cuál ya se encuentra vigente
- representa una gran comodidad que nos permite evitar portar el torpe dinero-papel, pues, a la larga
seguramente podremos realizar toda operación económica a través de un único código unificado
personal. Las implicancias a mediano plazo, sin embargo, son interesantes cuando evaluamos la
posibilidad cierta de que cada código unificado personal pueda, ser controlado, limitado o, incluso,
anulado desde determinados centros dentro o fuera de la región o país adónde uno reside. Se abren
tentadoras posibilidades de verdadero control total sobre las poblaciones si se lo utilizara como
herramienta para aquellos casos en que los patrones de conducta o actividades de cualquier individuo
o grupo no resultasen "convenientes".
Cabe aclarar que existe un factor dinamizador de este proceso relacionado con el cambio
cultural que implica la modificación en la estructura psicológica de vastos sectores de población que
en la actualidad organizan su economía personal sobre el criterio, a menudo exagerado, de "vivir a
crédito", o sea consumir hoy el producto de ingresos por trabajo a realizar mañana. Este cambio de
mentalidad ha surtido un gran efecto expansivo sobre las economías mundiales pues mientras que,
antaño, durante la etapa de la segunda ola el ahorro privado (y también el público) era considerado
una previsora virtud, la psicología moderna se ha ido mutando desde el concepto de ahorrar una parte
del trabajo de hoy para consumirlo mañana; pasando por una cultura del no-ahorro, consumiendo
hoy el producto del trabajo de hoy; hasta llegar a la situación actualmente prevalente en la que se
consume hoy el producto del trabajo de mañana, pues eso es lo que significa vivir a crédito. Este
importante cambio cultural ha desplazado nuestra focalización de prioridades que antaño se centraba
en el ahorro previsor para satisfacer las necesidades del futuro hacia el actual consumismo
imprevisor que actúa como una suerte de hipoteca del futuro y que hoy conforma la mentalidad de
individuos, empresas y gobiernos.

Más allá del dinero electrónico


Un importante paso en la evolución de este revolucionario proceso lo configura la así-
llamada Supercarretera Informática en vías de planificación y ensamble en diversos países del
Primer Mundo, notablemente, los Estados Unidos, (NII - National Information Infrastructure -
Infraestructura Informática Nacional), la que, sin embargo, ha hecho surgir cierta preocupación
entre algunos círculos, debido a sus implicancias sobre la privacidad de los ciudadanos. En un
reciente estudio publicado en la revista norteamericana, Business Week, Fred. W. Weingarten,
director ejecutivo de la Computer Research Association de los Estados Unidos, observa que "todo lo
que leemos, todo aquello en lo que gastamos nuestro dinero, y todo lo que hagamos, literalmente
se convertirá en una base de datos". Agrega que mucha gente considera que la privacidad se
convertirá en "el tema de pesadilla del NII".1
Toffler, por su parte, describe este 'dinero del siglo XXI' en los siguientes términos en
"Cambio de Poder":

1
Fuente: Business Week, 13-Jun-1994, pág.41.
- 83 -
"Por supuesto, el dinero es improbable que se desvanezca por completo, tanto si es en
forma de metal como si es en forma de papel (o de papel respaldado por metal). Pero, salvo que se
produzca el holocausto nuclear o un cataclismo tecnológico, el dinero electrónico proliferará y
eliminará a la mayoría de las alternativas, precisamente porque combina el cambio con el registro
de datos en tiempo real, eliminando de este modo muchas de las costosas ineficacias que el sistema
monetario tradicional presentaba.
Si ahora reunimos todo esto, se evidencia una pauta bastante sorprendente. El capital -
entendido como riqueza puesta a trabajar para aumentar la producción - cambia en paralelo con el
dinero, y ambos adquieren nuevas formas cada vez que la sociedad experimenta una
transformación importante.
A medida que lo hace, cambia su contenido de conocimiento. De este modo, el dinero de la
era agrícola, que consistía en metales o algunos otros bienes, tenía un contenido de conocimiento
casi nulo. A decir verdad, ese dinero de la Primera Ola no sólo era tangible y duradero, sino que
también era analfabeto - en el sentido de que su valor dependía de su peso y no de las palabras
grabadas en él.
El actual dinero de la Segunda Ola consiste en papel impreso, con o sin el respaldo de
algún bien. Lo que importa es lo que aparece impreso en el papel. El dinero es simbólico, pero
todavía tangible. Esta forma de dinero viene aparejada con la alfabetización masiva de la
población.
El dinero de la Tercera Ola cosiste, cada vez más, en impulsos electrónicos. Es
evanescente... se transfiere al instante y es supervisado en una pantalla de una terminal
informática. En realidad, resulta casi un fenómeno visual en sí mismo. Parpadeando, destellando
y zumbando de parte a parte del planeta, el dinero de la 'Tercera Ola' es información: la base del
conocimiento."1

Con el control integral de los mecanismos financieros y el reemplazo definitivo de las


monedas nacionales por nuevas monedas privadas que irán surgiendo, se habrá consumado una
fundamental etapa en la evolución hacia un gobierno mundial, por cuanto entonces al Estado-nación
poco poder le quedará sobre la vida económica de las naciones. La planificación económica y
financiera cobrará características auténticamente globales y privadas aunque esta vez no se repetirá
el error del marxismo de pretender centralizar dicha planificación.
Más bien, ya hoy podemos comprobar la consolidación de estructuras con una dinámica y
retroalimentación propias, basadas en las relaciones de oferta y demanda en todos los mercados, no
sólo en las diversas regiones del planeta, sino también en relación al comportamiento de los distintos
tipos de mercados: el mercado de capitales, el mercado de productos, el mercado del trabajo y el
mercado de servicios. Estos mercados funcionan en íntima relación con los diversos macroprocesos
económicos que hoy rigen en el mundo.
Todos los mercados operan en forma anónima y los mecanismos para influir sobre ellos son
indirectos y en última instancia, pueden dinamizarse por medios financieros. De esta forma se logra
ejercer un control efectivo sobre las deudas públicas y privadas, las paridades cambiarias, el precio
de los commodities, las fluctuaciones bursátiles, los costos laborales y las tasas de desempleo, entre
un cúmulo de otros factores y variables de la economía. Los mercados se tornan más volátiles al
internacionalizarse, independizándose como en gran medida lo han logrado hoy día, de toda injerencia

1
"Cambio de Poder" - Alvin Toffler, Nueva York, 1990.
- 84 -
o control por parte de todos los estados. Los requerimientos impositivos estatales se debilitan a
medida que su capacidad de imponerlos se reduzca ante el creciente poder que cobra la
tecnoestructura supranacional que opera de manera anónima, automática y autoregulable.
Sería entonces sólo cuestión de aguardar el momento en que la totalidad de la actividad
económica del mundo quede fuera del ámbito y control de todos los estados, lo que configura una de
las ulteriores etapas dentro de este amplio proceso evolutivo que conduce a la privatización de la
totalidad de las actividades del planeta: la privatización de lo que hoy denominamos la "función
pública", con sus instituciones de administración de la justicia, las fuerzas armadas y de seguridad,
las estructuras educativas y de salud.

- 85 -
Cap. 4 - Desarrollo del Mundialismo
“....There is something else. This bond doth give thee here no jot
of blood; the words expressly are ‘a pound of flesh’.
Take then thy blood, take thou thy pound of flesh; But in the
cutting, if thou dost shed one drop of Christian blood, thy lands
and goods are, by the laws of Venice, confiscate unto the state of
Venice.”
- William Shakespeare -1

La descripción de todos los complejos procesos que conforman la tecno-estructura supra-


nacional resulta imposible debido a que abarcan, literalmente, a la totalidad de las actividades
humanas. Sin embargo, una breve descripción de algunos de sus procedimientos servirá de guía para
comprender mejor la metodología utilizada.
Debido a que el principal instrumento de acción se apoya sobre lo económico y financiero,
nos referiremos a tres de éstos:

- la introducción del Sistema de la Reserva Federal en los Estados


Unidos.
- la generación de las deudas externas en países en vías de desarrollo, particularmente los de
nuestra región.
- el impulso actual a los procesos de privatización en diversos países.

Adicionalmente, se señalará otro importante fenómeno que marcó profundamente a nuestro


siglo y que fue la instauración del comunismo durante décadas sobre medio planeta y su repentino
ocaso hacia fines de la década de los ochenta.

1
William Shakespeare (dramaturgo inglés,1564-1616) “...hay algo más. Este contrato no te da derecho alguno a la
sangre, las palabras expresamente dicen ‘una libra de carne’. Toma, pues, tu libra de carne que el contrato te
otorga, pero si al cortarla derramas una gota de sangre Cristiana, tus tierras y bienes serán, por las leyes de
Venecia, confiscadas a favor del estado de Venecia” (‘El Mercader de Venecia’, Acto IV, Escena 1).
- 86 -
El Sistema de la Reserva Federal en los Estados Unidos
Para comprender mejor la razón del crecimiento de la tecno-estructura supranacional cabe
observar a una de sus más importantes herramientas económicas, íntimamente ligada al crecimiento
de los Estados Unidos: el sistema de banca central denominado Sistema de la Reserva Federal. Más
allá de las bondades de sus principios ideológicos, sociales y políticos, fuente de permanentes e
interminables discusiones, hoy en día los Estados Unidos conforma la única superpotencia que
perdura en la actualidad. Su fuerza se sustenta sobre el gigantesco poder de su economía, la gran
creatividad de sus estructuras de investigación y desarrollo y de sus casas de altos estudios, el poder
de sus medios de comunicación masiva y, last but not least, el inapelable poderío militar que, aún
entre las democracias formales, marca la última palabra - el non plus ultra - cuando se trata de
defender sus intereses fundamentales.
Resulta natural, entonces, que esta nación desempeñe un importante rol en el desarrollo y
consolidación de la tecno-estructura mundial que ha instalado en ella su principal plataforma de
poder. La economía norteamericana es la mayor del mundo y su moneda, el dólar, se ha convertido
en la moneda base y patrón financiero de uso mundial como antaño lo fuera el oro, particularmente
desde fines de la Segunda Guerra Mundial. No obstante ello, en los últimos decenios el crecimiento
relativo de la economía estadounidense ante las de otras potencias industriales como Alemania y el
Japón ha sido menor, lo que ha ocasionado, entre otros fenómenos, el creciente debilitamiento relativo
del dólar.
Un factor notable lo observamos en la gigantesca deuda pública que ha acumulado Estados
Unidos y que, en la actualidad, excede los U$S 4.000.000.000.000, lo que equivale a
aproximadamente un 75% del Producto Bruto Interno estadounidenses1. A ello se le ha ido sumando
los reiterados déficit presupuestarios del orden de los U$S 350.000.000.000 anuales. Tan sólo los
intereses anuales devengados por esta deuda pública son del orden de los U$S 200.000.000.000, lo
que lo convierte en el tercer rubro en importancia en el presupuesto federal norteamericano, del cuál
insume un 15%.
Probablemente sea éste el principal dilema que en la actualidad aqueja a este país y que fuera
uno de los factores que le costaran la presidencia a George Bush en las elecciones de 1992. El actual
presidente, William "Bill" Clinton, procura resolver sin mayor éxito este dilema cuyo efecto sobre la
economía se hace sentir propagándose hacia todas las economías del mundo que utilizan el dólar
como moneda base o de referencia. La velocidad en el crecimiento de la deuda pública es un factor
muy preocupante, puesto que de representar un 25% del PBI en los años setenta, en la actualidad ha
crecido hasta representar un 75% del mismo. A esta deuda pública cabría adicionarle otros U$S
1.000.000.000.000 correspondiente al pasivo directo de empresas patrocinadas por el gobierno que
ha crecido a un ritmo del 19,6% anual desde 1970. A estas cifras se les debe agregar otros U$S
5.800.000.000.000 correspondientes a las Garantías y Avales Federales otorgadas sobre diversos
emprendimientos, gran parte de los cuales deben ser afrontados por el Estado ante la creciente
insolvencia empresarial (en 1991 quebraron unas 65.000 empresas y otras 12.000 entraron en
concurso preventivo). Todo ello hace trepar la deuda total de la economía norteamericana a más de
U$S 12.000.000.000.000, monto equivalente a mas de dos veces el PBI a valores de 1992. 2

1
El PBI de Estados Unidos durante 1993 fue estimado en aproximadamente U$S 5.300.000.000.000
2
Fuente: Diario "Clarín" - Buenos Aires, 08-Dic-92.
- 87 -
Ante estas cifras inauditas cabe preguntarse como pudo Estados Unidos llegar a una
situación semejante en la que sus 250.000.000 de habitantes se han endeudado al ritmo de casi U$S
65.000 por familia. La pregunta que un creciente número de estadounidenses se formula es, ¿con
quién se ha contraído esa deuda?
Para podernos aproximar a una respuesta, resulta ilustrativo observar la manera en que
opera el Sistema de la Reserva Federal (Federal Reserve System), la banca central que regula la
masa monetaria y su expansión o contracción, fijando la tasa de interés base que ha de regir todo el
sistema bancario, afectando no sólo a la economía estadounidense sino también a todas las economías
del mundo.
La formación del "Fed", como se le llama en la prensa norteamericana, se remonta a
principios de este siglo, época en que los Estados Unidos carecía de un ente regulador de moneda
similar a los poderosos bancos centrales que entonces controlaban la moneda y crédito en las
naciones europeas. Fueron años de duras luchas políticas entre aquellos que deseaban que se creara
un nuevo Bank of the United States similar a aquellas bancas centrales europeas, lo que permitiría al
estado controlar la moneda y aquellos que consideraban que la iniciativa privada en la economía era
de tal importancia que el control sobre la moneda debería quedar en manos de esa estructura
financiera privada. Un símbolo de aquella época lo encontramos en el banquero norteamericano
John Piermont Morgan, uno de los jefes del conjunto de banqueros y financistas locales y extranjeros
que, coordinadamente con los mayores grupos industriales, ejercían su influencia política en
Washington.
Finalmente, esta lucha se definió a favor de los sectores privatistas de entonces bajo cuya
iniciativa se instrumentó el sistema que permitiría detentar un control centralizado sobre la política
monetaria del país, a través de una institución cuasi-pública y de gran autonomía cuyo control, en la
práctica, se ejercía desde fuera del ámbito público: el Sistema de la Reserva Federal.
Uno de los principales impulsores de aquella novedosa iniciativa fue un banquero emigrado
de Alemania, Paul M Warburg,1 cuya influencia fue determinante en el planeamiento y posterior
institucionalización a través del Congreso de toda una filosofía privatista en materia de política
monetaria. Paul Warburg, socio de Jakob Schiff en la casa bancaria Kuhn Loeb & Co. de Wall
Street explicó al entonces presidente estadounidense Theodore Roosevelt acerca de la necesidad de
contar con un ente regulador monetario fuera del control de los políticos para evitar crisis financieras
como la de 1907. Con el apoyo del Senador Republicano del estado de Rhode Island, Nelson Aldrich,
se formó la Comisión Nacional Monetaria en el Congreso para analizar este importante tema. Al
acceder el demócrata Woodrow Wilson a la presidencia en 1913 se dio nuevo impulso al Plan
elaborado por Warburg. Su consecuencia fue la sanción por el Congreso de los Estados Unidos de la
Ley de la Reserva Federal (Federal Reserve Act) que establece el Sistema de Reserva Federal para
controlar la masa de dinero y crédito, supervisar el sistema bancario y fijar tasas de interés base o de
redescuento para instituciones bancarias privadas y para el Tesoro norteamericano. El mismo era
dirigido por una Junta de Gobernadores provenientes de doce distritos nacionales, el más influyente
de los cuales se asentaría en Nueva York, estableciendo una sede formal en la capital estadounidense
de Washington, DC.
Esta ley, sancionada por el presidente Wilson el 23 de diciembre de 1913, determina que el
Sistema funciona de manera eminentemente privada siendo sus directivos propuestos por el conjunto
de bancos privados miembros del sistema. En la práctica, éstos controlan el Sistema. Formalmente,

1
Paul Warburg fue uno de los miembros fundadores del Council on Foreign Relations, como se verá en el Capitulo 5.
- 88 -
estos directivos deben ser confirmados por el Poder Ejecutivo y el Congreso, aunque difícilmente
pueden ser removidos por éstos u otros poderes públicos mientras duren sus mandatos.
En la práctica, esta ley quitó al gobierno estadounidense el derecho a emitir su propia
moneda lo que delegó en el Banco de la Reserva Federal, de manera tal, que cuando el gobierno
necesita financiar cualquier emprendimiento debe requerirle al Tesoro nacional que tome prestado de
la Reserva Federal dichos fondos. La Reserva Federal entonces le otorga dicho préstamo cobrándole
al estado un interés por el mismo cuya tasa es fijada por el propio Banco de la Reserva Federal. En
síntesis, el Banco de la Reserva Federal fija políticas monetarias, aumentando o disminuyendo el
circulante de dinero, el crédito y las tasas de interés base, según los criterios de la Junta de
Gobernadores, lo que refleja los intereses de los bancos privados que controlan a la Reserva Federal.
De manera tal que mantiene una independencia casi total de los poderes públicos del gobierno.
Largamente se ha debatido dentro y fuera de los Estados Unidos sobre esta ley, invocándose,
incluso, su teórica inconstitucionalidad por cuanto la Constitución norteamericana, al igual que la de
muchas repúblicas de América, faculta al Congreso para emitir y controlar su moneda, pero su
estructura cuasi-pública ha permitido circunvalar este potencial escollo1. El Congreso
estadounidense, a través de las comisiones de finanzas correspondientes, suele convocar
periódicamente al presidente de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal para que informe y
aclare diversos aspectos de las políticas y medidas que esta institución implementa pero ello es
únicamente a título informativo por cuanto la Reserva Federal no necesita consultar ni al Poder
Ejecutivo ni al Legislativo antes de tomar cualquier medida financiera. Es así que recurrentemente,
los criterios del Banco de la Reserva Federal se imponen sobre las argumentaciones de los políticos,
al mantener total independencia del estado.
En aquellos años de principios de este siglo, se desarrolló un complejo proceso político
hábilmente coordinado desde sectores industriales y bancarios privados que derivó en que se
introdujera y sancionara la legislación que dio nacimiento a este sistema. Para que el estado
norteamericano pudiese disponer de los ingresos necesarios para hacer frente a sus deudas por capital
e intereses que se generarían con la Reserva Federal y que años después habría de crecer hasta las
gigantescas cifras ya indicadas, resultaba necesario previamente crear mecanismos idóneos para
generar esos ingresos, lo que cobró forma a través de legislación impositiva que intercepta una cuota
importante de la riqueza de individuos y empresas norteamericanos.
Un indicio de la estrategia adoptada entonces se comprueba en el hecho de que dos meses
antes de sancionarse la Ley de la Reserva Federal, el Congreso aprobó bajo la influencia de estas
mismas fuerzas económicas, la Ley de Impuesto a los Ingresos (Income Tax Act), que básicamente
indica que "el Congreso tendrá el poder de requerir y cobrar impuestos sobre ingresos, provengan
de donde provenga, sin redistribuirlos entre los distintos estados y sin tomar en cuenta ningún
censo o co-participación."
Esta legislación - la Ley de Impuesto a los Ingresos (Income Tax) y el Sistema de la Reserva
Federal - representa una herramienta fundamental de control sobre la mayor economía nacional del
mundo conformando un circuito de retro-alimentación de sus reflujos financieros. Tras la Segunda
Guerra Mundial, con la virtual dolarización de la economía mundial, la Reserva Federal pudo
ampliar su ámbito de influencia detentando diversos grados de control sobre las economías de otras
naciones y regiones. Ello se logró, en parte, a través de dos importantes agencias de la entonces
flamante Organización de las Naciones Unidas: el Banco Mundial para el financiamiento de
1
Art. 1, Sección 8, párrafo 5 de la Constitución de los Estados Unidos, "El Congreso tendrá el poder de emitir dinero
y regular el valor del mismo...".
- 89 -
proyectos de obra pública y privada dentro de los países miembro y el Fondo Monetario
Internacional para el financiamiento de desequilibrios transitorios en las cuentas fiscales y balanzas
comerciales de los distintos países.
Estas dos últimas instituciones han desempeñado un rol importante en controlar la evolución
de las economías nacionales de todos los países miembro, a través de sus requerimientos, planes de
saneamiento económico y controles de diversa naturaleza que impone como condición para otorgar
créditos como única vía para que puedan acceder a renovados fondos.
Un ejemplo histórico de la influencia determinante que la Reserva Federal puede detentar en
los asuntos económicos de su país y del mundo, lo encontramos en las causas que durante los años
treinta dieron origen a la Gran Depresión. Se ha comprobado que en aquellos años, al producirse el
colapso de las principales bolsas de comercio del mundo en Octubre de 1929, el Sistema de la
Reserva Federal disminuyó en más de un tercio la masa de dinero circulante y depósitos bancarios en
el momento crítico en que el efecto requerido para reactivar la economía hubiese sido el contrario:
producir una amplia expansión monetaria que, aunque de transitorio efecto inflacionario, hubiese
reactivado la economía para luego, una vez logrado el equilibrio, se pudiesen corregir tendencias
inflacionarias. Innegablemente, ello hubiese representado un costo mucho menor para los Estados
Unidos y hubiese evitado la gran crisis económico-financiera que se propagó hacia Europa y el resto
del mundo sembrando la semilla que ayudaría a conducir a la Segunda Guerra Mundial.
Como hemos dicho, el estado norteamericano ha contraído una deuda pública por más de
U$S 4.000.000.000.000, que muchos observadores creen podrá ascender a más de U$S
6.000.000.000.000 hacia fines de esta década. Dado que el Sistema de la Reserva Federal escapa,
en importante medida al control gubernamental, difícilmente pueda revertirse esta situación sin el
acuerdo de los Gobernadores de la Reserva Federal presididos por Alan Greenspan. Cabe preguntar
si la prioridad del equipo liderado por el presidente de la Reserva Federal consiste en adoptar medidas
que favorezcan la economía de los Estados Unidos o si cobra mayor relieve impulsar medidas que
consoliden políticas favorables al mundialismo, considerando que Greenspan es un relevante
miembro de la Trilateral Commission y del Council on Foreign Relations. Puede inferirse que las
medidas correctivas que permitirían sanar las finanzas públicas de Estados Unidos, no estarían
coincidiendo con los intereses de los distintos grupos económico-financieros que controlan al Sistema
de la Reserva Federal y que se agrupan dentro de la tecno-estructura supra-nacional.
El anterior presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, nombrado durante el gobierno de
James Carter, es el actual presidente del área norteamericana de la Trilateral Commission, como así
también miembro del Council on Foreign Relations. Volcker continuó presidiendo al "Fed" durante
la primera presidencia y buena parte de la segunda presidencia de Ronald Reagan hasta ser
reemplazado en 1987 por Greenspan para asumir la presidencia de la banca First Boston/Credit
Suisse. Antes de ocupar el máximo cargo en el "Fed", Volcker fue durante 25 años director del
Chase Manhattan Bank del Grupo Rockefeller y gobernador del importante distrito Nueva York de
la Reserva Federal. A su vez, el actual presidente, Alan Greenspan, se desempeñó previamente
como alto directivo de la banca Morgan Guaranty Trust Co.
La Reserva Federal ha debido ocuparse en los últimos años de una amplia problemática
financiera que ocasionó complejas distorsiones estructurales dentro de la economía estadounidense
como, por ejemplo, la quiebra de centenares de financieras (el denominado escándalo de las Savings
& Loans Associations), cuyas pérdidas a mediano plazo se estiman en más de U$S 500.000.000.000,
que acabarán por ser asumidas por el erario público a través de la Federal Deposit Insurance Corp.,
y la Resolution Trust Corp., ambas agencias del "Fed" que garantizan los depósitos bancarios y
- 90 -
administran la liquidación e indemnizaciones por quiebras de financieras, respectivamente. La
Resolution Trust Corp. fue creada en 1989 específicamente para administrar los activos de 148
financieras que quebraron dejando 36,000 bienes raíces con un valor contable de U$S 15,000
millones.
En el órden internacional, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, aunque
formalmente son agencias de las Naciones Unidos, en la práctica desempeñan un rol complementario
al Sistema de la Reserva Federal en la administración de los flujos mundiales de dólares. Ello es
particularmente relevante en relación a los créditos otorgados por el Banco Mundial y su brazo
privado, la Corporación Financiera Internacional, por lo cuál es destacable la importante influencia
que la Trilateral Commission y el CFR tienen en esta organización, según se desprende del siguiente
detalle:

Nombre Cargo TC CF
R
McNAMARA, Presidente, Banco Mundial X Com. X
Robert S (hasta 1989) Ej.
PRESTON Lewis Presidente, Banco Mundial X
(hasta 1995)
WOLFENSOHN Presidente, Banco Mundial (des- X
James S de 1995)
EINHORN Jessica Vice-Pres. y Tesorera, Banco X Com. X
P Mundial (1994/5) Ej.
STERN Ernest Gerente General, Banco Mundial X
(1994/95)

Las Deudas Externas de Hispanoamérica


El Sistema de la Reserva Federal también desempeñó un rol fundamental en otro complejo
proceso iniciado en la década de los años cincuenta y sesenta, que luego culminaría en los años
setenta y principios de los ochenta: el exorbitante endeudamiento externo generado por los países en
vías de desarrollo, particularmente, las naciones de Centro y Sud América.
En nuestra región hemos conocido diversos ciclos cuya coincidencia y simultaneidad
permiten sacar algunas conclusiones respecto de sus causas ulteriores. Así por ejemplo, durante los
años sesenta y setenta se inició un ciclo que llevó a gobiernos autoritarios militares al poder en forma
casi simultánea en Brasil, Chile, Argentina, Ecuador, Uruguay, Perú y el Paraguay, entre otros
países. A pesar de su grandilocuencia nacionalista, en la práctica estos gobiernos militares cedieron
el control económico a operadores de la tecnocracia supranacional a cambio del transitorio apoyo del
Depto. de Estado norteamericano a sus miopes proyectos de gobierno . Por ejemplo, fue bajo estos
gobiernos militares que la Argentina, Brasil y el Perú se endeudaron en decenas de miles de millones
de dólares sin que hubiera una contrapartida que importara un beneficio real para sus pueblos en
mejoras estructurales. Resulta simple comprender que, políticamente, resultaba más sencillo lograr
que se contrajeran las deudas externas bajo gobiernos autoritarios que no tenían obligación alguna de

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rendir cuenta por sus acciones a ningún cuerpo legislativo ni a ningún sector interno, mientras
contaran con el apoyo de las elites enquistadas circunstancialmente en el poder.
Sin embargo, al llegar ese proceso de endeudamiento a un punto de eclosión, se tornó
necesario impulsar medidas tendientes a recuperar los fondos de esas deudas externas, por lo que tras
la crisis de cesación de pagos iniciada en la región en 1982 por Méjico, se impulsó un nuevo proceso
que casi simultáneamente desplazó a los distintos gobiernos autoritarios de la región uno a uno. Si
los gobiernos autoritarios militares resultaron necesarios para generar silenciosamente las abultadas
deudas externas, su posterior cobro requería de un sistema muy diferente y más permeable a
influencias externas, lo que tomó la forma de un amplio proceso de democratización, según el modelo
democrático liberal, que serviría de vehículo para insertar a toda la región dentro de pautas políticas
y criterios económicos más permeables a la resolución de esta problemática.
Mientras gobernaban los regímenes autoritarios, la tecno-estructura supra-nacional pudo
generar situaciones económicas que luego le brindarían importantísimas cuotas de poder real sobre
cada Estado-nación de esta región. La metodología para ello contó con el beneplácito de grupos e
intereses que detentaban el poder formal en Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Paraguay,
Méjico y, aún en Venezuela y Colombia.
Con la excusa de la necesidad de desarrollar grandes proyectos de obra pública, la
importación de bienes de consumo o las más variadas operaciones financieras, los gobiernos
militares de entonces sustentaron un conservadurismo político rígido fronteras para adentro, mientras
ejercían un extravagante librecambismo económico fronteras para afuera, cuyo principal sino único,
beneficiario fue la tecnoestructura supranacional. Aquellos años vio crecer las gigantescas deudas
externas en nuestro continente, a través de una compleja coordinación que involucraba a los bancos
trans-nacionales, al Fondo Monetario Internacional, al Banco Interamericano de Desarrollo, al
Banco Mundial y, por supuesto, a los circunstanciales gobernantes de facto locales que eran
transitoriamente tolerados por los gobiernos del primer mundo dentro del marco de la contensión del
expansionismo soviético.
En Chile el gobierno del General Augusto Pinochet se adhirió a las políticas monetaristas
del economista estadounidense, Milton Friedman de la escuela de la Universidad de Chicago; en la
Argentina ocurrió algo similar durante el gobierno del General Jorge Videla, a través de las políticas
de su Ministro de Economía, José Martinez de Hoz, el entonces hombre de confianza de la
tecnocracia a través del grupo Rockefeller. Parecidos procesos se desarrollaron en Méjico, Brasil,
Venezuela y Uruguay a través de los cuales endeudaron sus economías en beneficio de especuladores
circunstanciales y de manera casi simultánea. Luego, el resultado de estas políticas los obligaría a
ceder ante exigencias de la tecno-estructura supranacional transformada en su principal acreedor.
Así, comenzó lo que muchos describen como la "década perdida" de los años ochenta,
durante la cual todos los países de la región sufrieron la interrupción de su desarrollo a raíz de estas
agobiantes deudas impagables que, para colmo de males, crecían automáticamente debido a las altas
tasas de interés vigentes en aquellos años. El empobrecimiento y pauperización de toda la región es
ampliamente conocido a lo que cabe agregar que una buena parte de los capitales que fluyeron a la
región durante los años setenta y que generarían la crisis de las deudas externas provenían de fondos
excedentes de los países exportadores de petróleo del Medio Oriente que al carecer de estructuras
financieras propias, no tuvieron otra opción que invertir aquellas enormes ganancias dentro de la
propia estructura financiera mundial, o sea, a través de los bancos trans-nacionales.
Así se produjo el fenómeno de que mientras muchos políticos de aquellos años teorizaban
acerca de una supuesta solidaridad "tercermundista", la realidad resultaba muy distinta ya que una
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región de ese "tercer mundo" - los países árabes productores y exportadores de petróleo - ayudaban a
generar una feroz crisis en otra región del "tercer mundo": Centro y Sud América. Lo destacable de
todo este proceso es que el sistema en sí no era controlado por ningún conjunto de estados, sino por
la tecno-estructura supranacional que controla los circuitos financieros trans-nacionales y los bancos
que redirigían y reciclaban los flujos de fondos de los países de la OPEP, todo ello en beneficio de sus
propias políticas y amparadas por el anonimato y el automatismo de los mercados mundiales de
capitales.
Existe en este fenómeno un claro ejemplo de como hoy en día el dinero, por sí sólo, ha dejado
de representar el principal factor de poder real si sus dueños no aciertan a hacer un uso inteligente
del mismo. Más vale disponer de la estructura financiera que permita reciclar y dirigir grandes flujos
de fondos, aunque éstos no sean propios, pues al controlar el sistema se pueden impulsar estrategias,
políticas y desarrollos industriales en cualquier parte del mundo. Que los fondos en cuestión sean
propios o no resulta una consideración secundaria. Incluso, durante años, el origen ilícito de muchos
de estos fondos tampoco resultaba demasiado importante aunque en años recientes el flagelo del
narcotráfico ha obligado a los propios bancos a reposicionarse de manera tal de que la incidencia de
los fondos del narcotráfico queden cada vez más aislados. Este proceso de suprimir el lavado de
“narcodólares” va haciéndose gradualmente pues la propia tecno-estructura reconoce que si se
lograse suprimir instantáneamente toda la venta de narcóticos en el mundo, cesando así una industria
que moviliza alrededor de U$S 600.000.000.000 anuales, con lo que se producirían graves trastornos
en el sistema financiero mundial. La verdad es que la mano anónima del mercado aún no ha
aprendido a distinguir claramente entre un dólar lícito y uno que no lo es.
Alvin Toffler en "El Cambio de Poder" describe una faceta de este proceso cuando dice:
"A mediados del decenio de 1970, de la noche a la mañana en apariencia, la Organización
de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), sacó miles de millones de Europa, de los Estados
Unidos y del resto del mundo, y los expidió a Oriente Medio. De inmediato reexpidió esos
petrodólares a cuentas bancarias en Nueva York y en Zurich, de las que volvió a expedirlos en
forma de préstamos gigantescos a Argentina, Méjico o Brasil, de dónde habían de volver a Estados
Unidos y Suiza. A medida que el valor del dólar bajaba, y las pautas del comercio cambiaban, el
capital fue expedido a Tokio y reexpedido para invertirlo en bienes raíces, Bonos del Tesoro y
otras propiedades en los Estados Unidos, todo ello a velocidades que dejaban perplejos a los
expertos, que se volvían locos tratando de comprender lo que estaba sucediendo.
Con cada uno de estos desplazamientos de capital se produce la correspondiente
redistribución de poder a nivel mundial y local." 1

Cuando la crisis de las deudas externas explotó en Agosto de 1982 al anunciar Méjico que no
pagaría las cuotas caídas del servicio de su deuda externa, la tecnocracia comprendió que había
llegado el momento de iniciar aquél proceso "democratizador" en la región. Al ser todas estas
deudas externas impagables por los países deudores a través de medios financieros tradicionales, se
tornaba necesario impulsar nuevos mecanismos para resolver el dilema. Pues la deudas externas
habrían de servir de pretexto para que la tecno-estructura lograra mayor poder real sobre la región
por vía de un complejo proceso de transferencia de bienes, lo que nos señala que este proceso más
que buscar resultados meramente financieros apuntaba mucho más a concretar metas políticas dentro
de los países endeudados.

1
Alvin Toffler - "El Cambio de Poder" - Nueva York, 1990
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Para ello, los Estados-nación de la región debían modificar determinados aspectos jurídicos y
políticos que hacen al poder formal, a fin de permitir esa transferencia de bienes públicos. Así se
explica la rápida sucesión con que surgieron nuevos gobiernos nominalmente democráticos per
débiles que llevaron a la presidencia a Raúl Alfonsín, en la Argentina, Jorge Sanguinetti, en el
Uruguay, Alan García en el Perú, y José Sarney en el Brasil, entre otros.
Sin embargo, la administración de toda esta problemática quedó en gran medida en manos de
operadores comprometidos con la Reserva Federal de los Estados Unidos y sus organizaciones
complementarias internacionales, particularmente el FMI y el Banco Mundial. La opinión pública
mundial fue ampliamente informada acerca de la explosiva situación creada en torno a las deudas
externas latinoamericanas, convirtiéndose en una crisis que dio lugar a que los bancos sonaran la
alarma acerca de la "bomba de la deuda" que, según manifestaban, podía explotar debido a los
excesivos préstamos realizados a los gobiernos de los países de la región, lo que de no corregirse en
forma controlada acarrearía graves efectos para las economías de los países industrializados. Ello
permitió general amplio consenso a favor de la nueva etapa a iniciarse, tanto entre acreedores como
deudores.
Así preparado el escenario, sería precisamente Alan Greenspan, el actual presidente de la
Reserva Federal, quién sería llamado para liderar un task force que desempeñaría un importante rol
en el diseño de los mecanismos correctivos para esta situación, uno de los cuales consistió en el así-
llamado proceso de privatización en los países de la región que serviría, entre otras cosas, de
vehículo compensatorio para cobrar una parte importante de las deudas externas contraídas.
Greenspan, junto con David Rockefeller y Henry Kissinger, integró la Comisión Especial
para la Deuda Latinoamericana que, al poco tiempo de entrar Méjico en cesación de pagos, se
formó bajo la influencia de Rockefeller con la misión de diagramar planes y reformas estructurales
que permitiesen superar la crisis. En una de sus primeras reuniones realizada en la ciudad de Vail,
Colorado en los Estados Unidos, en Agosto de 1983, esta Comisión para la Deuda
Latinoamericana concluyó que una de las formas en que los países centro y sudamericanos podrían
hacer frente a sus abultadas deudas con la banca internacional, sería mediante la transferencia de las
acciones de sus empresas públicas, con lo que los bancos de la tecno-estructura supranacional
pasarían a ser dueños o al menos controladores, de las mismas. Simultáneamente se negociarían
planes de refinanciamiento a varios años - a veces varias décadas - en el futuro sobre estas deudas y
sus resultantes capitales.
En otras palabras, se proponía impulsar un proceso de privatizaciones que ya, con otras
metas, había iniciado con éxito la Primer Ministro, Margaret Thatcher, en el Reino Unido. En
aquél entonces, Greenspan advertía que "el único problema es lo que significa tener acciones de
empresas públicas de naciones soberanas. Las leyes de (los países de) América Latina sobre
inversiones extranjeras tienen que cambiar y eso es un problema de soberanía nacional. La
verdad es que, de algún modo, hay que introducir el concepto de quiebra en el sector público. Se
tiene que cambiar las leyes estatales de Argentina, Brasil, Méjico y otros países. Se les debe
permitir a las empresas estatales declararse en quiebra, o si necesitan mas dinero, abrirlas a la
inversión privada extranjera." En dicha oportunidad, Greenspan tomó como ejemplo práctico el de
la empresa argentina Dirección Nacional de Fabricaciones Militares1.
En la reunión de Vail también participaron el ex-canciller Socialdemócrata alemán, Helmut
Schmidt (relevante miembro del grupo Bilderberg), el ex-presidente francés, Valery Giscard

1
Fuente: diario "Tiempo Argentino", Buenos Aires, 18-Sep-1983
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d'Estaign y el ex-presidente de los Estados Unidos y miembro del Council on Foreign Relations,
Gerald Ford. La dirección ejecutiva de la Comisión para la Deuda Externa Latinoamericana,
recayó sobre la prestigiosa figura de Henry Kissinger. Alan Greenspan aclararía que "se debe
presionar a esos países (los latinoamericanos) para que los pagarés en manos de los banqueros
sean cubiertos mediante la transferencia de acciones de las empresas endeudadas. Es decir que,
de alguna manera, bancos y transnacionales se convertirán en accionistas de sus deudores."
.".....Una vez que se pueda llevar a una empresa del sector público en quiebra a los tribunales, los
acreedores pueden hacer lo que hizo el gobierno de los Estados Unidos en el caso de la Chrysler o
lo que hacen los bancos de Alemania cuando una empresa deudora tiene dificultades: 'se convierte
parte de la deuda en inversión y se le ayuda a resolver sus problemas'"1

Privatizaciones
Los procesos privatizadores forman parte de un saneamiento generalizado de todas las
economías de la región que requiere ser interpretado dentro del más amplio marco de la evolución de
la sociedad hacia el mundialismo. Creemos incluso que la utilización del vocablo "privatización" es
significativo por cuanto denota una filosofía y método de transferencia de poder económico. Si
profundizamos en algunos de sus ejemplos locales, comprobamos que difícilmente pueda describirse
como una "privatización" los procesos que involucraron a empresas estatales como Aerolíneas
Argentinas o VIASA - Venezolana de Aviación que fueron vendidas mayoritariamente a Iberia -
Líneas Aéreas de España, una empresa aérea extranjera que, lejos de ser privada, es estatal.
En todo el proceso de privatizaciones en Sud América, el rol desempeñado por España ha
sido muy importante, especialmente desde su ingreso al Mercado Común Europeo y a la OTAN bajo
el gobierno de Felipe Gonzalez a mediados de los años ochenta. Ello permitió que ingresaran
muchas figuras importantes de la economía española a la Trilateral Commission, con lo que España
se transformó en una suerte de cabeza de playa del mundialismo en América Latina, aprovechando
sus obvios lazos históricos y culturales con nuestra región. Las agresivas políticas de Iberia o de la
Telefónica de España, ésta última durante varios años presidida por Javier Solana, miembro de la
Trilateral Commission, se tornan entonces más comprensibles.
En otra regiones del planeta el proceso privatizador ha resultado más profundo, y hasta
violento, como en el caso de Rusia y los países de Europa Central tras la caída del comunismo o en el
proceso de privatizaciones masivas que se llevan a cabo desde fines de 1989 en la zona oriental de
Alemania (la ex-República Democrática Alemana), a través del ente federal, Treuhand Anstalt, que
administra el proceso privatizador impulsando la reconversión económica y la modernización
industrial y comercial de toda región de Alemania, invitando a inversores tanto dentro como fuera del
país a participar del mismo.
La dinámica económica de estos procesos, sin embargo, resulta muy distinta a la dinámica de
las necesidades sociales, políticas y económicas de las poblaciones en las repúblicas del ex-imperio
soviético. Ello conduce al recrudecimiento de antagonismos étnicos, religiosos e inclusive odios
raciales que se habían reprimido durante décadas por el poder hegemónico moscovita y que hoy
explotan con inusitada violencia. El caldo de cultivo de esta problemática social es, precisamente, el
retraso económico de la región que amenaza en algunos casos con desmembrar los ex-estados

1
Fuente: diario "Tiempo Argentino" - Buenos Aires, 18-Sept-1983
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comunistas en unidades aún más pequeñas e inestables. La actual etapa del proceso que conduce al
mundialismo en algunas de estas regiones resulta tan volátil que puede ser comparado con cabalgar
sobre un tigre. La experiencia recabada en el control de la acción y reacción en estos procesos
significa un valiosísimo dividendo que comporta una suerte de reserva ante el surgimiento de
situaciones más graves en diversas regiones del mundo1.
El proceso de privatización a su vez abarca a los países del primer mundo, particularmente
después de la exitosa experiencia realizada en el Reino Unido durante el gobierno de Margaret
Thatcher, cuando se privatizaron empresas como British Airways, British Airport Authority, British
Gas y British Telecommunications, entre muchas otras. Otros países de la Comunidad Europea,
como Francia, se encontraban en 1994 en pleno proceso de privatización de empresas estatales como
Air France, Elf-Aquitaine, Credit Lyonnais, Renault o L'Union des Assurances de Paris. Aún
queda mucho camino por recorrer, en rubros tales como ferrocarriles, caminos y ciertas industrias
tradicionales como el acero y el carbón, pero de la mano de las modernas teorías y técnicas de
reingeniería de los procesos productivos, las privatizaciones configuran el complemento y respuesta
correctiva que permite transformar a empresas estatales en entidades privadas. A medida que se
llevan a cabo análisis y propuestas de reingeniería en áreas tradicionalmente bajo el ámbito del
estado, como son la administración de la justicia, la educación, el servicio de salud pública, las
fuerzas de seguridad y aún las fuerzas armadas en general y todo otro rubro de administración
pública, el concepto de la privatización surge como la herramienta idónea para consumar esa
transformación.
Habiendo comenzado como un instrumento para lograr una mejor adecuación ante un futuro
cada vez más cambiante, la reingeniería se empieza a aplicar a las estructuras y procesos del propio
estado con lo que todas sus actividades pueden redefinirse como procesos integrales. Estos procesos
más que productivos, ya que cada vez quedan menos empresas productivas o industriales en manos
estatales - Renault en Francia siendo un ejemplo cuya privatización es solo cuestión de tiempo - son,
más bien, procesos integrales de servicio. Al posicionar a todas las actividades del estado como
procesos de servicio, que en última instancia lo son, entonces surge como lógico corolario evaluar la
mejor manera de administrar esos procesos integrales de servicio lo que automáticamente posiciona
en primera línea a la privatización de esos servicios como una opción. Aún la recolección de
impuestos y las diversas funciones de mando que cumple el estado pueden pasarse por la maquinaria
intelectual de la reingeniería, para redefinirlos como servicios pasibles de privatización.
Llevado hasta sus ulterior consecuencias, este proceso de reingeniería y privatización
conduce a una pregunta obvia: ¿para qué se necesita del Estado-nación en absoluto? Si se le quita al
mismo sus funciones primarias y secundarias, si se disuelven las fronteras, si se globalizan los
patrones culturales y paradigmas intelectuales y si el proceso de desprestigio del estado continúa su
curso, la desaparición del estado como institución se producirá casi automáticamente, a medida que
se consolida el proceso hacia la constitución de un gobierno mundial.

1
Cabe señalar un nuevo fenómeno relacionado con el recrudecimiento de los nacionalismos en diversas partes del
mundo que los torna particularmente peligrosos y potencialmente violentos debido a que, contrariamente a la
situación imperante hace medio siglo, hoy ya no existe el Estado-nación como institución sólida y fuerte que permita
albergar y dirigir a los nacionalismos, como lo hiciera antaño. El surgimiento moderno de los nacionalismos
termina golpeando en el vacío pues lo que se está esfumando es el entorno de lo que conforma a la nación en sí y su
órgano natural de gobierno: el Estado-nación soberano.
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La Economía de Mercado y los países socialistas
La tecno-estructura supranacional ha actuado no solo por encima de las naciones, sino
también más allá de las ideologías sustentadas por las clases políticas de los estados dentro de los
cuales opera. Aunque a través de las décadas esos diversos Estados-nación se han identificado con
distintos regímenes políticos, la división más evidente ha sido aquella que separó a los países
capitalistas de los marxistas. Ello duró un plazo relativamente breve en términos históricos: desde la
Revolución Bolchevique de 1917 en Rusia, hasta la caída del Imperio soviético en 1991. Su
surgimiento fue caso tan sorpresivo como su apresurada caída. Ello se comprende mejor si se tiene
en cuenta que desde sus orígenes, los movimientos marxistas contaron con el apoyo de intereses
políticos y económicos supra-nacionales. Esta asistencia, siempre impulsada de manera discreta, se
transformó primero en un factor de control y, finalmente, en instrumento de destrucción de las
premisas económicas del marxismo-leninismo.
La razón de ello se debe a que desde el punto de vista pragmático de la tecnocracia
supranacional, el marxismo-leninismo en Rusia y sus satélites significaba un mal menor comparado
con las ambiciones políticas de los Zares, no exentas de inquietantes motivaciones político-religiosas.
A su vez, la creación del bloque soviético llevaría, con el tiempo, a un transitorio esquema mundial
bi-polar que permitiría un mejor control sobre una crítica etapa del proceso hacia el mundialismo.
Este escenario resultaba preferible a aquél vigente en la era pre-bolchevique con su peligrosa multi-
polaridad en la que prevalecían las autocracias monárquicas y religiosas. Un régimen nominalmente
ateo y teóricamente igualitario quebraría el poder de éstas fuerzas.
Sin embargo, la semilla del debilitamiento del comunismo - su impracticable sistema
económico - permitiría, llegado el momento oportuno y cuando hubiese cumplido con su cometido,
desintegrarlo con relativa rapidez y facilidad, como quedó efectivamente demostrado en los hechos.
Pese a nuclearse en torno a un estado totalitario como base de poder formal centrado en una rígida
estructura industrial militar de la segunda ola, la migración global del poder real hacia la tecno-
estructura de la tercera ola, logró que se esfumara la base de viabilidad del sistema marxista.
Agravado por el casi nulo recambio de dirigentes, el colapso en todos los frentes sociales, económicos
y políticos tanto dentro de la Unión Soviética como entre las naciones cautivas de Europa Central,
resultaría inevitable. A partir de los años setenta el destino del comunismo quedó sellado y fue solo
cuestión de aguardar que concluyera el ciclo biológico de su clase dirigente: ese agónico y patético
acto final de las gerontocracias en torno a Brezhnev, Andropov y Chernenko.
Una nueva clase dirigente, ambiciosa e imbuida de ideas liberales y superadoras de la
segunda ola propiciadas por la tecno-estructura supranacional aguardaba su oportunidad, en las
figuras de dirigentes como Michael Gorbachov y Boris Yeltsin, entre otros. Similar proceso se
viviría en Europa Central, ora con mayor, ora con menor violencia. Sólo Cuba, por sus
características geográficas habría de ser durante un tiempo una excepción íntimamente ligada a la
supervivencia de Fidel Castro. La futura evolución política de Cuba resulta previsible: a partir de la
muerte de Castro se producirá una transición político-social más o menos violenta a través de la
división, disolución y reemplazo de sus estructuras de poder - partido y ejército comunistas - con una
fuerte, sino directa, injerencia estadounidense. Luego se producirá el consabido proceso electoral e
instauración de un régimen democrático coronado por la condena pública de los dirigentes marxistas
por violaciones a los derechos humanos, según las pautas del mundialismo.
Durante los setenta años que duró la bi-polaridad mundial, los antagonismos jamás llegaron
a convertirse en confrontaciones armadas directas entre ambos regímenes, puesto que existió un
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conjunto de complementaciones y puntos en común que a menudo resultaban más profundos de lo
que pudiera parecer a primera vista. A pesar del virulento anti-liberalismo del régimen soviético, en
momentos de grave emergencia para las democracias liberales y para el marxismo como lo fueron el
surgimiento del nacional-socialismo en Alemania y el expansionismo japonés en los años treinta y
cuarenta, occidente y la Unión Soviética no tuvieron dificultad ideológica alguna en aliarse militar,
política y económicamente.
Incluso en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética regida por
José Stalin, indudablemente uno de los dictadores más violentos de la historia, no pareció ocasionar a
occidente problemas de conciencia mayormente importantes. Recordemos que Stalin consolidó su
poder tras imponer una brutal reforma agrararia que le costó la vida a 6.000.000 de rusos,
ucranianos, georgianos, bálticos y bielorrusos por hambre y persecución. La mayor parte de estas
víctimas fueron los kulaks, campesinos emancipados por el zar hacía apenas una generación,
dándoles parcelas de tierra en propiedad privada.
Cabe preguntar porqué, a pesar de todo esto, siempre hubo puntos de contacto, acuerdo y
convivencia entre el sistema marxista y las democracias occidentales. La respuesta parece perfilarse
cuando enmarcamos esta problemática dentro del más amplio proceso evolutivo del mundialismo.
Filosóficamente, existen premisas en común entre ambos sistemas que interpretan a la
historia, a los sistemas sociales e incluso al hombre desde una cosmovisión economicista y
materialista. Ambos adoptan políticas, ora excluyentes, ora prescindentes, hacia la religión y sus
instituciones y ambos se han autodefinido como representativos de sistemas democráticos puesto que
formalmente el sistema soviético también tenía su constitución, su congreso y una teórica división de
poderes. En verdad, en la práctica, mientras que el sistema soviético conformaba un sistema uni-
partidario, en occidente se ejerce un sistema multi-partidario que, sin embargo, sólo permite que un
conjunto limitado de opciones puedan propagarse a la opinión pública, ya que el poder del que
disponen las estructuras políticas partidarias emana en forma directa de la estructura de poder
económico. Bajo los regímenes marxistas y de occidente el poder real obedece a criterios políticos
unificados por más que los mecanismos para su manifestación hayan diferido, ya que ambos, a su
manera y empleando herramientas y armas según su estilo, desplegaron fuertes acciones imperiales y
hegemónicas.
Si se quiere, bajo el régimen comunista quedaba muy claro que el poder real y el poder
formal del Partido Comunista se plasmaban en una única estructura representada por los altos
dirigentes partidario: los funcionarios de la nomenklatura. Bajo el liberalismo democrático, sin
embargo, el poder real se concentra en estructuras menos visibles e identificables que ejercen el
poder de manera más indirecta a través de estructuras partidarias visibles. Bajo el régimen
comunista, los resortes del poder resultaban francamente visibles, lo que permitía identificar
claramente el origen de muchos de los males que aquejaban a las sociedades comunistas y quizás
resultó en una de las causas del rápido ocaso de todo el sistema. El liberalismo democrático, sin
embargo, resulta mucho más complejo por cuanto los resortes del poder real logran mimetizarse
detrás de máscaras sucesivas lo que genera un sistema no exento de cierta hipocresía. Pues, mientras
que los detentores notorios del poder formal - las dirigencias políticas - quedan condicionadas por las
estructuras menos visibles del poder real, aquellas casi siempre cargan con las culpas por errores y
desaciertos que afectan a la comunidad (y desprestigian al estado desde dónde ejercen el poder),
mientras que, en verdad, deberían como mínimo compartir responsabilidades con las estructuras del
poder real. En la democracia liberal, a las dirigencias del poder formal las elige el pueblo

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democráticamente mientras que las dirigencias del poder real son nombradas por elites altamente
compactas, sólidas y selectivas.
El principal cambio habría de producirse a partir de los años setenta cuando la evolución
hizo que las simetrías del sistema occidental coincidieran en mayor grado con aquellas propiciadas
por la tecno-estructura supra-nacional. A partir de entonces, se pudo prescindir del sistema soviético
con lo que su disolución se produjo con un alto grado de automaticidad, sólo requiriendo de diversas
medidas de control para que esa disolución, que aún seguirá durante varios años más, no se aparte de
los carriles trazados por el mundialismo.
Desde varias décadas antes del colapso soviético, el Council on Foreign Relations y años
más tarde la Trilateral Commission propugnaron una suerte de convergencia de la tecno-estructura
supra-nacional con el marxismo, viendo en ello una forma de controlar sus estructuras para
disolverlas desde adentro. Este proceso de convergencia se relacionó con la tecno-estructura
supranacional - o sea del poder real - y no tanto con los Estados-nación soberanos de occidente, que
pudieron alinearse detrás de las políticas de los Estados Unidos y la Unión Europea, nominalmente
anti-soviéticos..
Desde la década de los años setenta, esa tecno-estructura brindó un amplio aporte
tecnológico, financiero e industrial a los países del bloque soviético. En los años que van desde 1973
a 1985, esa asistencia e inversiones supero los U$S 200.000.000.000 a valores de entonces. Se
pusieron, entonces, de moda los "joint-ventures" entre empresas capitalistas y entes estatales
soviéticos en los que el estado socialista retenía una teórica mayoría accionaria. El control y
evolución de los procesos económicos, industriales y sociales generados por esas empresas mixtas,
sin embargo, quedaba firmemente en manos de sus operadores privados occidentales. Este largo
proceso, no sólo minó el sistema marxista, sino que inició su cambio desde adentro y - más
importante aún - transformó los patrones de conducta social y valores culturales de los pueblos en los
que operaba.
Ford Motors, IBM, Coca-Cola, Fiat, Xerox, General Motors, TRW, Siemens, Pepsi-Cola,
Deutsche Bank, Chase Manhattan Bank y cientos de otras empresas capitalistas se instalaron en la
Unión Soviética y sus entonces satélites para construir automóviles, maquinarias, computadoras y
brindar servicios de todo tipo avaladas por un amplio y generoso financiamiento.
La automotriz italiana Fiat fue una de las precursoras en este proceso, brindando apoyo
tecnológico y económico en el montaje de fabricas de automotores en la URSS que conformarían la
base de las plantas LADA. El presidente de FIAT, Giovanni Agnelli, importante promotor de
muchas de las pautas del mundialismo económico, ha sido un asiduo participante en las principales
organizaciones que elaboran y coordinan el accionar de la tecno-estructura supra-nacional, tales
como el europeo Grupo Bilderberg, la Trilateral Commission y el Club de Roma, de las cuales ha
sido relevante miembro.
En los años setenta, mientras arreciaba la disputa entre los Estados-nación de occidente y el
bloque soviético que los colocaba en un enfrentamiento político-militar, la Ford Motor Company de
Estados Unidos pudo, sin embargo, formar un "joint-venture" con el estado soviético para construir
una de las mayores fábricas de camiones del mundo al este de Moscú, de cuyas líneas de montaje
salieron todo tipo de vehículos, incluyendo equipos militares luego utilizados por la Unión Soviética
en su guerra contra Afghanistán.
En su búsqueda de convergencia con el marxismo, la Trilateral Commission logro imponer
la superioridad del proceso económico y financiero occidental lo que, en poco tiempo condujo al
colapso del imperio soviético, al no lograr la necesaria transformación económica previa a su
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transformación política hacia un sistema democrático de corte occidental. El resultado fue que los
acontecimientos políticos superaron la capacidad económica para impulsar mejoras sociales con la
consecuente confusión y colapso de todo el sistema
Distinto ha sido el proceso en China Comunista, cuya apertura hacia occidente se iniciara a
principios de los años setenta cuando el entonces presidente estadounidense, Richard Nixon y su
Secretario de Estado, Henry Kissinger rectificaron la tradicional política norteamericana a favor de
la China Nacionalista en la isla de Taiwan y contraria a Peking. Ello fue posible sólo una vez que
China continental superase los excesos de ideologismo dogmático de la "Gran Revolución Proletaria
Cultural" de Mao-Tse Tung de los años sesenta. China entonces inició su cauto pero seguro tránsito
hacia una economía de mercado antes de incursionar en la apertura política hacia esquemas de
liberalismo democrático. Con su complejo sistema socio-económico y su población de más de
1.300.000.000 de personas, China también se abrió con cautela hacia empresas y bancos
supranacionales a fines de la década de los años setenta en determinadas áreas costeras denominadas
"Zonas Industriales de Exportación" que permitieran inversiones externas atraídas por su mano de
obra barata y capacitada, como así también la baja presión fiscal, que permitieron a empresas trans-
nacionales fabricar barato en China y exportar sus productos a buenos costos y con buenos márgenes
de ganancia a todo el mundo.
Simultáneamente, se produjo un relevante desarrollo en la economía interna y una
transferencia tecnológica importante lo que ha posicionado a China entre los principales mercados de
consumo del mundo, en franco desarrollo y de gran atracción para las empresas trans-nacionales.
Es así que hoy, según la redefinición que el Banco Mundial está realizando sobre la manera
de medir el Producto Bruto Interno de las naciones, la economía de China se posiciona en el tercer
puesto de importancia mundial, tras las de los Estados Unidos y el Japón. El crecimiento anual de su
Producto Bruto Interno es uno de los más elevados del planeta, colocándose en un 14% para el año
1992. Ello viene a complementar una vasta estructura económica regional en el Lejano Oriente, que
abarca a China, Japón, Corea, Malasia, Singapur, Hong Kong y Taiwán, representando uno de los
mayores polos de desarrollo económico del mundo.
Con sus ojos puestos en Hong-Kong que revierte a su soberanía a partir de 1997 según
acuerdo con el Reino Unido, China dispondrá de uno de los principales centros financieros del
planeta, el cual se complementará con sus propias bolsas de comercio en Shanghai y en Shenzhen.
Adoptando las técnicas de libre-mercado propiciadas por la tecno-estructura supranacional, China se
encuentra en vías de convertirse rápidamente en una gran potencia económica lo que le permite dar la
espalda cada vez más al viejo discurso marxista-leninista. Ello no necesariamente significa que aún
haya optado por el sistema político democrático liberal, tal como lo demostraron los dramáticos
eventos de la Plaza Tiananmen en Beijing en 1990. La forma exacta en que evolucionará este
proceso en China queda aún por dilucidar pues sus dirigentes bien podrían plasmarlo dentro de su
propia idiosincrasia.
Ello dependerá, sin embargo, de cuán importante sea su poder a medida que evolucionan sus
instituciones y se plasman dentro de la naciente estructura del gobierno mundial. Junto al Japón y a
Corea del Sur, China se convierte en parte integral de la economía regional del Lejano Oriente cuyo
liderazgo tecnológico y económico corresponde al Japón, como punta de lanza de las estrategias
trilaterales en el Lejano Oriente para la integración del mundialismo.
En la última década, China ha desarrollado políticas de creciente descentralización
económica, propiciadas por el gobierno de Beijing a través de estructuras económicas conocidas
como "ITIC" - International Trust and Investment Corporations - las principales de las cuales se
- 100 -
encuentran en la capital, Beijing, y en los centros industriales y comerciales de Dalian, Wuhan,
Shanghai y Guangzhou. Esta última ha experimentado un enorme crecimiento en los últimos años
debido, en gran medida, a su proximidad a Hong Kong.
Estas I.T.I.C. actúan como verdaderos dínamos regionales creados por los gobiernos
provinciales con el propósito de financiar proyectos de infraestructura, compitiendo por los capitales
externos necesarios para el crecimiento económico regional. Son de propiedad conjunta del Partido
Comunista chino, los gobiernos provinciales e inversores privados. Dado que en la actualidad, el
sistema bancario chino es muy arcaico y demandará aún varios años para modernizarse, las ITIC
cumplen la función de financiadoras de grandes emprendimientos.
A través de las ITIC, China importa tecnología, emite bonos en Tokio, Londres, Nueva York
y Hong Kong para asistir la privatización de empresas públicas, crea infraestructura hotelera y
realiza inversiones en los Estados Unidos, Tailandia y Hong Kong. La mayor de estas estructuras, la
Guangzhou International Trust and Investment Corporation, ubicada en Guangzhou, cerca de
Hong Kong, dispone en 1994 de un patrimonio cercano a los U$S 5.500.000.000 y sus proyectos
conjuntos abarcan desde la operación de franchisings con la cadena McDonald´s de los Estados
Unidos, hasta la financiación de una planta de producción de vehículos utilitarios junto a la Chrysler.
Esta transformación impensable hace apenas unos años, no debe sorprendernos, por cuanto
la ideología capitalista y la marxista, como hemos dicho, aunque diferentes en sus metodologías y
estilos, hoy recuperan aquellas simetrías ideológicas que marcaron sus orígenes. Al colocar el centro
de la vida del hombre en el económico, sólo diferían en la forma en que el homo economicus debe
organizarse colectivamente. Para el capitalismo burgués, el control sobre el capital debía
concentrarse en manos privadas; para el marxismo, debía revertir al proletariado que delegaba su
control al estado como instrumento de poder.
En este fenómeno hallamos una de las pautas de porqué los principales movimientos
marxistas contaron, desde sus comienzos, con el apoyo del capitalismo supra-nacional, aunque no
necesariamente implique a los gobiernos de las grandes potencias de principios de siglo. En alguna
medida, el capitalismo y el marxismo pueden verse como dos etapas de un mismo proceso que
procura crear una tecno-estructura de poder cuya meta ulterior consiste en superar los límites y
controles del Estado-nación, primero siendo internacional para luego transmutarse en una fuerza
supranacional. Ambos buscan desplazar al estado como centro de gravedad del poder real,
trasladándolo hacia las estructuras supra-nacionales.
De estas simetrías filosóficas y políticas entre ambos sistemas surgieron importantes
coincidencias: materialismo histórico y económico; concepto del trabajo como mercancía; interpretar
al capital como un bien en sí. No obstante ello, sus respectivos estilos políticos al adueñarse del
estado en diversos países han diferido de manera importante lo que hizo que los países en manos de
uno u otro régimen apareciesen como antagónicos entre sí. Sin embargo, a la larga, ambos sistemas
han propiciado una meta en común: la instauración de un sistema político-económico de alcance
mundial, fuera del control del estado y fuertemente autocrático. Dos caminos hacia una misma
meta.
La etapa actual del mundialismo se sustenta sobre lo económico no obstante lo cual, en su
reciente libro, "Out of Control"1, Zbigniew Brzezinski advierte que no será posible que la economía -
que por su esencia es un instrumento que debe estar al servicio de alguna instancia superior, sea una
comunidad o un ideal - pueda convertirse en una meta en si misma. No puede servir de modelo para

1
Zbigniew Brzezinski - "Out of Control" (Fuera de Control) - Charles Scribner´s Sons, Nueva York, 1993
- 101 -
la civilización que viene. Mariano Grondona1, refiriéndose a esto dice al respecto que "antes
subordinada a metas ideológicas y militares, antes sub, la economía deviene en estos días en meta
y el fin super. Pero ella es, por definición un medio al servicio de..... ¿de qué?....Quizás
aprendamos un día que esta época super era la transición hacia una nueva época sub. Pero el
nuevo amo, todavía no aparece. Sólo hay, por ahora, aspirantes."
Las fuerzas del cambio que van debilitando las estructuras verticales mientras se fortalecen
las horizontales ya preanuncian que a la larga el vector del "cambio" debe volver a su posición
vertical en un nuevo orden mundial en el que, tras disolver los Estados-nación utilizando la
herramienta de lo económico, se estructure un Gobierno Mundial que subordine la economía a sus
metas políticas. Ese gobierno, que no será un 'gobierno' en el sentido actual de la palabra sino más
bien un ente regidor mundial controlado por estructuras privadas, se convertirá, entonces, en el nuevo
"amo". La economía revertirá entonces, como bien señala Grondona, en una relación de poder
"sub".
Durante la etapa de consolidación del capitalismo supra-nacional con su concentración de
poder real, los regímenes marxistas fueron necesarios. Representaban al 'enemigo' absolutamente
necesario para justificar el crecimiento de una tecno-estructura capitalista altamente concentrada en
derredor de lo militar. El 'military-industrial establishment' - estructura industrial-militar - como se
lo denominara en determinados momentos en los Estados Unidos, consistía en una simbiosis entre los
intereses y necesidades militares del Estado-nación por un lado y el poder industrial, científico y
tecnológico de las grandes empresas trans-nacionales, por el otro. Estas últimas, como contratistas
privados del estado, fueron y son, los principales impulsores y responsables de procesos de
investigación y desarrollo (R & D - Research & Development), a partir de los requerimientos y la
financiación avalada por estados como el de los Estados Unidos.
En los Estados Unidos, en Gran Bretaña, en Francia, el 'enemigo soviético' fue la causa
primordial por la que se invirtieron miles de millones de dólares en una compleja estructura militar
cuyos adelantos tecnológicos e instrumentación quedó en manos de grandes grupos industriales y
financieros como la Boeing, McDonnell-Douglas, IBM, North American, British Aerospace,
Lockheed, Dow Chemical, y Aerospatiale. La financiación de todos estos emprendimientos fue
provista a los gobiernos de estos estados por las entidades bancarias de la tecno-estructura mundial:
el Chase Manhattan Bank, Citibank, Deutsche Bank, Barclay´s y muchos otros, sea en forma
directa o a través de diversos mecanismos directos e indirectos utilizados por el Banco de la Reserva
Federal. Hoy a estos estados, les queda la difícil tarea de equilibrar sus déficit presupuestarios que
aquellos emprendimientos ocasionaron y que, en el caso de los Estados Unidos, llega a las cifras
astronómicas ya mencionadas. En última instancia, lo pagan los contribuyentes.
Quizás el caso más relevante de la época actual, lo comprobamos en la Iniciativa de Defensa
Estratégica impulsada bajo el gobierno del ex-presidente Ronald Reagan - la así-llamada iniciativa
de la "Guerra de las Galaxias" - para defender a los Estados Unidos y sus aliados ante un supuesto
ataque nuclear del entonces "Imperio del Mal" soviético. El proyecto, que preveía una red planetaria
de satélites orbitales y estaciones terrestres capaces de neutralizar cualquier ataque misilístico
atómico a través de tecnologías de punta consistentes en radares, computadoras, misiles y poderosos
cañones de rayos láser, era innegablemente ambicioso. Casi podríamos decir demasiado ambicioso.
Sin embargo, sirvió como golpe de gracia para desarticular al bloque soviético ya que el
proyecto de la “Guerra de las Galaxias” planteaba no tanto superar un desafío tecnológico, para lo

1
Mariano Grondona - artículo publicado en "La Nación", Buenos Aires, 27-Jun-1993.
- 102 -
cual los soviéticos han demostrado reiteradamente una creatividad nada despreciable, sino realizar el
enorme esfuerzo económico que el mismo requería, por cuanto el desarrollo de esa vasta tecnología
implicaba inversiones económicas casi incalculables. A los Estados Unidos se le habría de hacer
difícil, pero estaba dispuesta a afrontar el desafío. La Unión Soviética, sin embargo, simplemente no
pudo siquiera superar los primeros pasos de semejante esfuerzo económico. No le quedó más camino
que sucumbir.
Michael Gorbachov fue el hombre que procuró hacer esa retirada soviética del escenario de
la política mundial lo mas elegantemente posible. Permitió que las fuerzas que impulsaban la
democratización dentro del imperio soviético operaran con mayor libertad iniciando así un proceso
que luego él mismo no pudo controlar ni mucho menos detener. El Imperio se deshizo en la quincena
de repúblicas que hoy, para gran alarma del resto del mundo, no parecen encontrar sus respectivos
rumbos. Como le ocurriera al legendario aprendiz de brujo, la perestroika y el glasnot cobraron vida
propia y escaparon del control del moderado Gorbachov.
Lograda esta meta, el presidente Clinton pudo entonces anunciar la definitiva cancelación del
Programa de Iniciativa de Defensa Estratégica. Cumplido su fin, el programa de la "Guerra de las
Galaxias" se había convertido en algo superfluo, aunque el proceso de desintegración controlada del
bloque soviético que ayudó a precipitar marca un hito en el camino hacia la constitución de un nuevo
orden mundial superior.
Ese nuevo orden mundial de manera alguna será regido por el capitalismo de libre-mercado,
como apresuradamente lo declamara el estudioso estadounidense, Francis Fukuyama1 quien en 1989
anunció el supuesto 'fin de la historia', en la convicción de que con el suicidio político del marxismo-
leninismo las puertas quedaban abiertas para que el sistema capitalista agrupado en estados
nominalmente democráticos se adueñara del mundo. Los hechos posteriores mostrarían que esto se
hallaba muy lejos de ser verdad.

La necesaria etapa marxista


La bi-polaridad mundial iniciada desde la Revolución Bolchevique en 1917, que se agudizó
con el desenlace de la Segunda Guerra Mundial a partir de 1945, refleja el marco que permitió la
evolución hacia grandes estructuras económico-financieras. Simultáneamente, se produjo una
creciente internacionalización del poder real, basada sobre el predominio transitorio de lo económico
sobre lo político.
El marxismo, habría de realizar un importante aporte a la dinámica interna del proceso que
conduce hacia el mundialismo. En el siglo pasado, Carlos Marx y Federico Engels, entre otros,
dieron forma a su ideología basándose sobre una teoría de lo social, lo político y lo económico
sustentada sobre premisas materialistas y universalistas. Su meta política era imponer este sistema
social y económico por la vía de la revolución sobre los países industrializados de aquella época:
Inglaterra, Alemania y Francia, en primer término. Sin embargo, por diversos motivos esta meta
prioritaria se vio frustrada, con lo que a principios de este siglo, el proyecto revolucionario re-enfocó
sus esfuerzos sobre Rusia. Un nuevo conjunto de dirigentes, Lenin y Trotzky en Rusia, Rosa

1
Francis Fukuyama - "The End of History and the Last Man" - Avon, Nueva York, 1992. Fukuyama es miembro del
Council on Foreign Relations.
- 103 -
Luxembourg, Karl Liebknecht y Kurt Eisner and Alemania, y Bela Kuhn en Hungría propondrían la
vía de la sublevación armada como praxis revolucionaria para llegar al poder en estos países.
Es así que en momentos en que la Primer Guerra Mundial debilitaba a los imperios
monárquicos en conflicto, se instaura con gran violencia a partir del año 1917 el bolcheviquismo en
Rusia, luego de transitar por una breve etapa de transición y disolución social-demócrata bajo el
régimen caótico de Alexander Kerenski.
Los jefes nominales de aquella Revolución Comunista operaron como grupos compactos de
intelectuales y revolucionarios profesionales, por entonces exiliados en Europa y en los Estados
Unidos, liderados por Vladimir Ilich Ulyanov (alias "Lenin"), Leon Bronstein (alias "Leon
Trotzky") y su cuñado Leon Rosenfeld (alias "Kamenyev"). Estos depusieron al socialdemócrata,
Alexander Kerenski y a los últimos vestigios monárquicos e instauran la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas.
Con ese nombre descriptivo y carente de un nombre nacional propio - "Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas" - los dirigentes comunistas procuraban no limitar la revolución tan sólo a
Rusia, pues se tenía la convicción de que se estaban echando los cimientos de lo que habría de
convertirse en una verdadera república universal comunista. Tampoco olvidaban que su meta
prioritaria se centraba en Alemania, principal potencia industrial y tecnológica de la época, respecto
de la que el propio Lenin manifestó estar dispuesto a sacrificar la revolución en Rusia si con ello
lograba llevarla a cabo en Alemania que por su poder productivo, ubicación geográfica, evolución
científica y tecnológica y peso cultural resultaba ser el centro ideal de propagación del ideario
marxista. El comunismo que a partir de la revolución en Rusia habría de crecer rápidamente, sin
embargo jamás lograría convertirse en la anhelada república universal.
Al precipitarse la Revolución Bolchevique hacia fines de 1917, sus dos principales líderes
revolucionarios vivían en occidente: Lenin en Suiza, y Trotzsky en Nueva York. Para impulsar con
éxito una revolución de estas características se requería de importante financiamiento para lo que se
contó con el apoyo de ciertos círculos financieros internacionales muy poderosos de aquella época
que consideraban a las monarquías tradicionales y autocráticas como la rusa, como un peligro mucho
mayor que los jóvenes revolucionarios bolcheviques con los que simpatizaban y hasta tenían algunas
raíces en común. Dos de estas fuentes de financiamiento fueron la casas bancarias M.M. Warburg
AG de Hamburgo, Alemania y Kuhn Loeb & Company, Inc de Nueva York.
El Banco Kuhn Loeb & Co. fundado en Nueva York hacia fines del siglo XIX representaba
los intereses de la banca Rothschild en los Estados Unidos, siendo su presidente Jakob H. Schiff, y
sus principales accionistas las familias de banqueros Schiff, Loeb y Warburg. Mancomunadamente
con uno de sus socios, N. Giwitowski, ya se había financiado a través de Kuhn Loeb & Co. al
imperio japonés contra Rusia durante la Guerra Ruso-Japonesa de 1904-05. Más tarde, la hija de
Giwitowski, Natalia Sedowa habría de casarse con un cierto Lev Davidovich Bronstein, quién luego
adoptaría el nom de guerre revolucionario de Leon Trotzky por el cuál lo conoce el mundo. A través
de su relación familiar con esta importante casa bancaria, Trotzky se convertiría en uno de los
canales por los que la Revolución Bolchevique rusa recibiría importante financiación antes, durante y
después de la Revolución. Tras la destitución y posterior asesinato de la familia real rusa, el propio
Trotzky, como Comisario del Pueblo para el Ejército, quedó encargado de formar y equipar a una de
las más formidables máquinas militares de la era moderna: el Ejército Rojo.

- 104 -
El biógrafo estadounidense Ron Chernow, en su obra sobre los Warburg1, dice al respecto
que:
"Jacob Schiff movilizó a la American Jewish Community (Comunidad Judía Americana) y
logró que el presidente Theodore Roosevelt protestara al gobierno ruso que era el enemigo
implacable de Schiff. Él utilizó desvergonzadamente su influencia financiera para oponerse al Zar
en toda forma posible. Se ufanó ante Lord Rothschild en 1914 diciendo "yo me enorgullezco de
haber frustrado todos los esfuerzos que, en diversos momentos a través de los últimos cuatro o
cinco años, fueron realizados por Rusia para ganarse el favor de los mercados americanos para
sus préstamos". En un momento determinado, Schiff presionó a Teddy Roosevelt para que
condujera un asalto contra Rusia siguiendo los lineamientos de la invasión norteamericana a
Cuba".
Este odio de Schiff contra la monarquía rusa, compartido por amplios sectores judíos en
occidente, obedecía a las políticas anti-judías de los Zares. En 1905, los "pogrom" rusos dejaron a
centenares de judíos muertos y heridos en Rusia lo que llevó a que Jacob Schiff, Paul Warburg,
Giwitowski y otros financiaran al Japón en la Guerra Ruso-Japonesa de 1904/5.
Cuando el Zar Nicolás II finalmente cayó en 1917, Schiff aplaudió la revolución
Menchevique del socialdemócrata, Alexander Kerenski, haciéndole un préstamo de 1,000,000 de
rublos y alabándola como "casi un milagro... casi mas importante que la liberación de nuestros
antepasados de la esclavitud egipcia"2.
Estas conexiones entre grupos financieros internacionales y revolucionarios bolcheviques
también abarcó a otras instituciones como el Nye-Banken de Estocolmo, Suecia, a través del
banquero Oscar Ahlstrom, la banca Rothschild, Lazard Freres, Speyer & Co. y Guinzbourg & Co.
quienes también optaron por apoyar a los revolucionarios marxistas en contra de la monarquía rusa y
compartían su ideario de echar los cimientos de una república universal sin fronteras. Décadas
después se habría de investigar estas conexiones, dentro de los Estados Unidos pero importantes
influencias y "lobbies" movilizadas por los poderosos círculos financieros mantendrían todo este
complejo tema mayormente fuera de la consideración de la opinión pública. Tras la Segunda Guerra
Mundial, el desaparecido diario neoyorquino "The New York Journal-American" informaría al
respecto diciendo que "se considera hoy día que Jakob Schiff invirtió aproximadamente U$S
20.000.000 para lograr el triunfo definitivo de la Revolución Bolchevique en Rusia - según las
palabras de John Schiff, sobrino de Jakob" 3.
Otro caso destacable que señala el apoyo brindado por círculos financieros al proyecto de la
Unión Soviética lo configura el recientemente fallecido financista y empresario, Armand Hammer,
dueño fundador y presidente de la Occidental Petroleum Company, de los Estados Unidos. En 1921
Hammer brindó importante apoyo a la flamante Unión Soviética enviando al régimen de Moscú, y a
pedido de Lenin, un cargamento de trigo valuado en U$S 1.000.000 para paliar los efectos de una de
las recurrentes hambrunas que afectaban a Rusia y que sería seguido por todo un conjunto de envíos
de alimentos que ayudaron a consolidar y estabilizar el flamante gobierno revolucionario. Más
tarde, la problemática de la distribución de alimentos en la URSS adquiriría proporciones dantescas
cuando a principio de los años treinta y como consecuencia directa de las reformas agrarias

1
"The Warburgs: a family saga". Ron Chernow. Pimlico/Random House, Londres, 1993. Traducción del autor
2
"The Warburgs: a family saga". Ron Chernow. Op. Cit.
3
"The New York Journal-American" - 03-Feb-1949 - se trata de U$S 20.000.000 de aquella época equivalente a varias
veces esa suma a los valores de hoy.
- 105 -
bolcheviques instrumentadas por Josef Stalin, alrededor de 6.000.000 de campesinos kulaks habría
de morir de hambre o en los campos de concentración GULAG soviéticos.
Al principio, el gobierno soviético no disponía de las divisas suficientes para pagar estos
cargamentos, por lo que se le permitió a Hammer elegir algunas pinturas de entre las colecciones del
museo de los zares en San Petersburgo que ya por aquél entonces había sido re-bautizada con el
nombre de Leningrado. Ello le permitió a Hammer hacerse de una de las más valiosas colecciones
privadas de obras de arte del mundo. Esta ayuda crucial le permitió cimentar sólidas relaciones
comerciales y de amistad con los principales jerarcas bolcheviques, particularmente, Lenin y
Anastasio Mikoyan, transformándose a partir de entonces en asiduo proveedor de bienes para la
URSS.
Hammer luego asistiría a empresas como los fabricantes de lapiceras Parker y a la Allied
Drug & Chemical Company para que fabricara y comercializara fertilizantes dentro de la Unión
Soviética. A su vez, en aquellos primeros años críticos del régimen comunista, asistió a los
soviéticos en su Nueva Política Económica coordinando las actividades de unas cuarenta empresas
estadounidenses, incluyendo a la Underwood Corp., fabricantes de máquinas de escribir y a la Ford
Motor Company. Entre otras actividades, Hammer, un médico de profesión emigrado de Alemania
a los Estados Unidos, fue miembro fundador del Partido Comunista en su patria de adopción.
Aquellas primeras operaciones comerciales entre Hammer y la URSS se repetirían a través
de las décadas venideras, lo que le valió la amistad y agradecimiento de casi todos los jefes
soviéticos, incluyendo a Nikita Kruschev y Leonid Brezhnev. Con éste último, Hammer negoció en
1973 un contrato por más de U$S 8.000.000.000 durante veinte años, para la explotación de gas y
petróleo en la URSS a favor de su empresa, Occidental Petroleum.
Zbigniew Brzezinski habría de describir este proceso elocuentemente al decir en una
entrevista publicada en la revista "Le Figaró" de París1: "Entre 1917 y 1930, el desarrollo
económico soviético se basó enteramente en la ayuda tecnológica de los Estados Unidos. Por lo
menos el 95% de la infraestructura industrial de la Unión Soviética se vio beneficiada por la
asistencia de los Estados Unidos."
Esta recurrente simbiosis entre ambos regímenes que los llevó, incluso, a aliarse política y
militarmente durante la principal guerra de este siglo - la Segunda Guerra Mundial - fue descripta a
fines de los años setenta por el periodista canadiense, Charles Levinson como el "Pacto Vodka-
Cola" ("tu vendes mi vodka en occidente y yo compro tu Coca-Cola"). Levinson veía en esta
amplia coordinación económica y financiera una superación del poder de control y decisión de los
estados occidentales, señalando que "la empresa multinacional se ha convertido en el núcleo del
capitalismo moderno y ha reemplazado al Estado-nación occidental como centro del verdadero
poder político de nuestra era."2
Mientras este proceso de bi-polaridad evoluciona hacia la etapa en la que actualmente nos
hallamos, la tecno-estructura no ignora el desarrollo de otras regiones del planeta tales como Centro y
Sud América que experimentaban recurrentes modificaciones en sus regímenes políticos reflejando
sus ineficiencias internas, sub-desarrollo estructural, y desorientación socio-cultural, al margen de
innegables injerencias externas.

1
"Le Figaró", Paris, 06-Jun-1985.
2
Charles Levinson - "The Vodka-Cola Pact" - edición privada, Londres, 1980.
- 106 -
Praxis Política
La problemática del mundo actual radica en que vivimos entre dos etapas que se superponen
y entran en conflicto entre sí, simbolizadas por las instituciones ligadas al Estado-nación soberano y
sus esquemas de poder formal de la segunda ola, por un lado y las estructuras revolucionarias de la
tercera ola, por el otro. La consolidación de ésta última se cumple según un cronograma a largo
plazo que permite a la tecnocracia supranacional el creciente ejercicio del poder mundial.
Henry Kissinger, citado en el 'Congressional Record',1 de los Estados Unidos, manifestó al
respecto: "La meta final de instaurar una comunidad mundial no vendrá rápidamente. Se deben
atravesar muchas etapas intermedias. Nos debemos preparar para este paso más allá del Estado-
nación."

De manera que se ha avanzado hacia el mundialismo en forma orgánica e inteligente, con el


apoyo del poder admirable de las estructuras industriales, comerciales y financieras trans-nacionales.
Estas estructuras incluyen a un conjunto de novedosos canales que invierten una porción de las
grandes ganancias generadas por la tecno-estructura en las así-llamadas fundaciones filantrópicas
dedicadas a la investigación, la educación y la asistencia y que escapan al control fiscal por ser
actividades que no contribuyen con impuestos. Entre algunas de las más conocidas están la
Rockefeller Brothers Foundation, la Rockefeller Foundation, la Ford Foundation, y el Carnegie
Endowement for Peace, y los “think tanks” como la Brookings Institution, Hoover Institute y el
Hudson Institute, todas con relevante presencia individual e institucional en la Trilateral
Commission y el Council on Foreign Relations. A modo de ejemplo, en la actualidad, la
Rockefeller Foundation maneja fondos por más de U$S 2.000.000.000.
De esta manera, se vuelcan importantes capitales para financiar proyectos de investigación y
desarrollo científicos, sociológicos, políticos y culturales que avalan y dan forma intelectual y
académica al mundialismo. Ello también abarca a las universidades tradicionales en occidente que
constituyen la fuente de una parte importante de las corrientes intelectuales que promueven este
nuevo orden mundial, desde muy diversos ángulos y disciplinas. A su vez, estos centros de estudios
desarrollan tareas esenciales en la capacitación de los estamentos gerenciales y dirigenciales en todo
occidente. En los Estados Unidos, algunas de las casas de estudio más conocidas son las
universidades de Columbia, Harvard, Chicago, California, Yale, Princeton, Georgetown, Chicago,
Massachussets Institute of Technology (MIT), Cornell y Michigan.
La coordinación global de la tecno-estructura se desarrolla a través de organizaciones
flexibles y de cierta informalidad que se manejan de manera muy discreta. Para ello se utilizan
tácticas de 'orden disperso', como cándidamente lo describe uno de sus prestigiosos voceros, el actual
embajador estadounidense a España, Richard Gardner, en la revista "Foreign Affairs", vocero del
Council on Foreign Relations: "En lugar de crear instituciones internacionales ambiciosas y
centralizadas como desde el fin de la última Guerra (como la ONU, por ejemplo), más vale utilizar
un proceso de acción de orden disperso. De este modo llegaremos a poner fin a las soberanías
nacionales disolviéndolas gradualmente."2

1
"The Congressional Record" - publicación oficial del Congreso de los Estados Unidos, Washington DC, Nro. 157,
Vol 117, 20-Jul-1971
2
Richard Gardner en la revista "Foreign Affairs" - vocero oficial del Council on Foreign Relations, Abril de 1974.
- 107 -
Un factor clave en la etapa de horizontalización del poder se refiere a su concentración en
entidades que no son de fácil identificación, cuya metodología operativa y de interrelacionamiento
con la sociedad no deja flancos débiles ni inmediatamente observables. La coordinación mundial que
se lleva a cabo suele fluir por vías y canales altamente informales que integran verdaderas redes que
Alvin Toffler describe de la siguiente manera1:
"En resumen, las redes informales de muchas clases florecen virtualmente en todas las
sociedades complejas. A éstas uno debe añadir las redes formales, por ejemplo, masones,
mormones o miembros de la orden católica del Opus Dei.
Durante mucho tiempo lo economistas y los teóricos empresariales no prestaron atención al papel
y la estructura de tales redes. Hoy en día son objeto de profundo estudio como modelos
potenciales de estructura empresarial..... Estas redes, formales o no, comparten unas
características comunes. Tienden a ser más horizontales que verticales en el sentido de que tienen
una jerarquía plana o que carecen de ella.
Son adaptables, capaces de volver a configurarse rápidamente para cumplir unas condiciones que
han cambiado.... Todo esto ha popularizado la noción de la red empresarial, tanto entre los
académicos como entre los directivos. 'Corning Inc.', que opera en cuatro sectores -
telecomunicaciones, artículos para el hogar, materiales y ciencias de laboratorio - se autodescribe
como una 'red mundial'.
James R. Houghton2, su presidente, dice: 'Una red es un grupo de empresas
interrelacionado, con una amplia gama de estructuras de propiedad. Dentro de cada sector hay
una gran variedad de estructuras empresariales que va desde las tradicionales divisiones de línea
hasta las filiales en propiedad absoluta y alianzas con otras compañías. Una red es igualitaria.
No hay compañía matriz. Un grupo asesor a nivel empresarial no tiene ni mas ni menos
importancia que un grupo de organización de línea... Las redes pueden ser enormemente útiles,
flexibles y antiburocráticas."
Esta es una elocuente descripción de la estructura empresarial de la tercera ola hacia la que
tienden a evolucionar todas las empresas multi y trans-nacionales que se fundamentan en el control
político de los macroprocesos y sistemas a los que nos hemos referido y marca una de las
principales pautas de coordinación integral de la tecnocracia supranacional a la que todas las
estructuras empresariales deberán necesariamente adecuarse. Aquellas que todavía contengan
vestigios de estructuras de la segunda ola, aunque se trate de gigantes como la General Motors,
IBM, Volkswagen o U S Steel, deberán transitar el profundo y doloroso proceso de reingeniería que
la tercera ola exige.
Toffler recomienda que "como primer medida, debemos lanzar un debate público lo más
amplio posible, respecto de la necesidad de encontrar un nuevo sistema político sintonizado a las
necesidades de una civilización de la tercera ola". 3 Sin embargo, ya entonces al final de su obra,
"La Tercera Ola", deja entrever que se está jugando una carta peligrosa, pues al derrumbarse las
estructuras de la Era Industrial - la segunda ola - para dar lugar a la Era Tecnotrónica - la tercera
ola - pasamos, necesariamente, por un período intermedio en el que ambos sistemas coexisten
simultáneamente y en diversos grados de desarrollo en distintas regiones del planeta. De esta
manera hemos de interpretar el verdadero sentido de lo que Brzezinski denomina "entre dos edades",
ese período de transición cuya alta peligrosidad se debe a que la desintegración del sistema actual
1
Alvin Toffler, "El Cambio de Poder" - Nueva York, 1990.
2
James R Houghton - miembro de la Trilateral Commission (mayo 1993)
3
Alvin Toffler, "La Tercera Ola" - Nueva York, 1980.
- 108 -
debe ser controlado y que transcurre, precisamente, ahora. "Por sobre todo", escribía Toffler al
respecto en 1980, "significa comenzar este proceso de reconstrucción ya mismo, antes que la
progresiva desintegración de los sistemas políticos existentes envíe a las fuerzas de la tiranía
desfilando con sus botas por las calles y haga imposible cualquier transición pacífica hacia la
democracia del siglo XXI"1 A los ojos de Toffler, las "fuerzas de la tiranía" son representadas por
toda ideología asociada al nacionalismo preservador del Estado-nación soberano. Aún en su
lenguaje metafórico, Toffler no puede evitar asociar a estas fuerzas reaccionarias ante el
mundialismo con aquello que conforma la última línea de defensa del Estado-nación soberano: las
fuerzas armadas con sus “botas desfilando por las calles.”.
La conclusión apunta a que cualquier pueblo, país o región que se resista a incorporarse a la
naciente tecno-estructura supra-nacional se colocará del lado de los que hacen "imposible cualquier
transición pacífica", lo que permite concluir que el naciente gobierno mundial recurrirá a todo
medio a su alcance para neutralizar este tipo de resistencia: sanciones económicas, acción psicológica
a través de los medios globales de comunicación, presión política y, en última instancia y tras utilizar
los mecanismos jurídicos internacionales que se ponen a su alcance, la intervención armada. A tal
fin, Toffler propone desplegar una acción psicológica masiva que podría equipararse a un proceso de
"vacunación" masiva en todo el mundo "lanzando un vasto proceso de enseñanza social - un
experimento de democracia anticipatoria en muchas naciones a la vez - podremos neutralizar el
avance totalitario."2
Habiendo señalado algunos lineamientos acerca de la metodología con la que la tecno-
estructura supra-nacional ejerce el poder económico y político a través de las mayores empresas,
bancos, medios de difusión y universidades del mundo, la siguiente etapa de nuestro análisis consiste
en realizar una breve descripción de sus organizaciones de coordinación mundial, a través de las
cuales diseña, diagrama y ejecuta esta praxis política. Estas organizaciones, que hoy ejercen gran
influencia son, sin embargo, de carácter transitorio, operando de manera discreta y semi-pública.
Cualquiera de éstas podrá auto-disolverse en cualquier momento que lo estime oportuno y sus
integrantes podrán reagruparse bajo cualquier otra forma, denominación u organización sin que ello
modifique substancialmente el accionar de las fuerzas que la conforman.

1
Alvin Toffler, "La Tercera Ola" - Nueva York, 1980.
2
Alvin Toffler - "La Tercera Ola" - Nueva York, 1980.
- 109 -
ANEXO

Rothschild - Warburg - Schiff - Rockefeller

Agregamos al presente capitulo breves perfiles de cuatro importantes familias cuya influencia en el
proceso descripto ha sido y sigue siendo muy importante en el acontecer político mundial.

Rothschild -
Esta dinastía de banqueros fundada por Mayer Amschel (1744 - 1812) tomó su nombre del escudo
rojo (Roth Schild, en alemán) que colgaba sobre la entrada de su negocio en la ciudad alemana de
Frankfurt-am-Main. Mayer Amschel fundó un importante casa bancaria a la que internacionalizaría
utilizando los sólidos vínculos que su familia generaría a través de sus cinco hijos, Amshel Mayer,
Salomon Mayer, Nathan Mayer, Karl Mayer y Jakob (o James Mayer) a quienes confió las
sucursales de la casa bancaria familiar en Londres, París, Viena, Frankfurt y Nápoles. Este banco
auténticamente internacional cobró relevante fuerza tras las guerras napoleónicas hasta convertirse en
una formidable potencia financiera durante el siglo XIX.
La base de la gran fortuna de los Rothschild provino de la administración de las fortunas de la
nobleza de Hessen en Alemania y de la financiación de distintos contrincantes durante las Guerras
Napoleónicas, a través de sus distintas sedes bancarias europeas, aprovechando vital información
política transmitida por la red de inteligencia existente entre las distintas sedes de la Casa Rothschild.
Esta red de información privada de la familia superaba en rapidez y alcance a muchas cancillerías de
la época, lo que le permitió especular en diversos empréstitos y créditos a medida que evolucionaban
las guerras contra Napoleon Bonaparte. Posteriormente, participaron activamente en el
financiamiento de los procesos de industrialización en los países europeos como así también de sus
variados conflictos bélicos, convirtiéndose en un factor de influencia política en las relaciones
internacionales a través de sus estrechos vínculos con altos funcionarios de los gobiernos y la
nobleza en toda Europa.
En la actualidad, el Baron Edmond de Rothschild (presidente de la Compagnie Financiere Holding,
París) es participante activo en las reuniones del Grupo Bilderberg y miembro de la Trilateral
Commission. Otro Rothschild, Lionel Walter Segundo Barón de Rothschild, fue Miembro del
Parlamento Británico por el Partido Conservador y fue quién recibió en 1917 del entonces Ministro
de Relaciones Exteriores inglés, Lord Arthur James Balfour, la declaración de su gobierno para el
establecimiento de un estado judío en Palestina, entonces bajo protección británica1

Warburg -
Esta familia tradicional de banqueros oriunda de Hamburgo, Alemania y de probable origen italiano,
tomó su nombre de la ciudad alemana en la que se asentaron en el año 1559: Warburg. Fundaron la
casa bancaria que lleva su nombre cuando Moses Marcus Warburg (muerto en 1830) y su hermano,
Gerson (muerto en 1825) formaron en 1798 el banco M & M Warburg & Co en Hamburgo.

1
Fuente: Encyclopaedia Brittanica - 1975 ed. - artículo "Rothschild"
- 110 -
Posteriormente, desde su base en Alemania, se asentarían en Escandinavia, Inglaterra y los Estados
Unidos.
En nuestro siglo, encontramos a los descendientes de la dinastía Warburg operando como influyentes
banqueros y consejeros gubernamentales: Max M. Warburg fue consejero económico de Alemania
durante la Conferencia de Paz de Versalles en 1919, mientras que Paul M Warburg (1868-1932)
estrechó lazos con la casa bancaria Kuhn Loeb & Company, de Nueva York, al casarse con Nina
Loeb, hija de Salomon Loeb.
Paul M Warburg fue el principal mentor e impulsor de la Ley de la Reserva Federal (Federal
Reserve Act) de 1913, formalmente propuesta al Congreso por el Senador Nelson Aldrich vinculado
a la familia Rockefeller, convirtiéndose luego en el primer Gobernador del Sistema de la Reserva
Federal (Federal Reserve Board) entre 1914 y 1918, años cruciales de la Primera Guerra Mundial.
Tras aquella contienda, fue miembro fundador del Council on Foreign Relations, en 1921, sirviendo
como director hasta su muerte en 1932. Max Warburg pudo seguir operando la casa bancaria de la
familia en Alemania durante buena parte del régimen nacionalsocialista hasta que en 1938 fue
"arianizada" pasando a ser controlada por el grupo Brinkmann.
Felix M Warburg (1871 - 1937) fue socio en la Kuhn Loeb & Co. y James Paul Warburg (1896-
1969) fue banquero y economista miembro del "brain trust" (equipo de cerebros) que asesoró al
Presidente Franklin D. Roosevelt, a quién asistió en la tarea de dar forma al nuevo orden económico
mundial que planificado durante la Conferencia de Bretton Woods surgiría tras la Segunda Guerra
Mundial. En nuestros días, Gerald F. Warburg II es miembro del Council on Foreign Relations y
Lord Eric Roll of Ipsden, ex-gobernador del Bank of England es presidente de S.G. Warburg Group
de Londres y miembro permanente de la Trilateral Commission.1

Schiff -
Familia de banqueros que desempeñó importante actividad en la casa bancaria Kuhn Loeb & Co
(KL&C) de Nueva York, fundada por Abraham Kuhn y Salomon Loeb en 1867, tras emigrar a los
Estados Unidos desde Europa. Se instalaron en Lafayette, Estado de Indiana, manteniendo estrechos
contactos con la Casa Rothschild de Frankfurt y con la Banca Warburg de Hamburgo.
Jakob H. Schiff, nacido en Frankfurt-am-Main, era el hijo de un funcionario de la Casa Rothschild y
se unió a la KL&C en 1895, contrayendo matrimonio con Teresa Loeb, hija de Salomon Loeb. Con
el tiempo Schiff presidiría el directorio de KL&C. A su muerte en el año 1920, los intereses de los
Schiff se acoplarían al Grupo Rockefeller que los continúa en la actualidad.
Paul M. Warburg, se casaría con Nina Loeb, otra de las hijas de Salomon Loeb y su hermano, Felix
Warburg también se trasladaría a los Estados Unidos casándose con la hija de Jakob Schiff y Teresa
Loeb, Frieda Schiff.
La casa Kuhn Loeb & Co había crecido en forma importante y podía hacer sentir su influencia en las
mas altas esferas del gobierno norteamericano. En los años pre-revolucionarios en Rusia, Jakob
Schiff ejerció gran influencia sobre el gobierno estadounidense para que en 1911 cancelara el Tratado
Ruso-Americano de 1832, quebrando de esta manera la tradicional alianza ruso-americana del siglo
XIX. Para ese entonces, Schiff, desde la KL&C y junto con otro banquero, Giwitowski, habían
financiado a los japoneses durante la Guerra Ruso-Japonesa de 1904-5 de la que el Japón saliera

1
Fuente: Encyclopaedia Brittanica - 1975 ed. - artículo "Warburg" y publicaciones de la Trilateral Commission y el
Council on Foreign Relations.
- 111 -
victorioso y que debilitaría a la monarquía Romanov. Jacob Schiff mantenía estrechos lazos con
Edward Harriman de los Ferrocarriles Illinois Central y Unión Pacific a fines del siglo pasado.
En la actualidad, Francis Lehman Loeb, John L Loeb y Marshall Loeb son miembros del Council on
Foreign Relations.1 Otto Kahn, miembro fundador del Council on Foreign Relations era socio de
KL&C.

Rockefeller -
El fundador de esta importante dinastía estadounidense fue John Davison Rockefeller (1839-1937),
industrial petrolero y fundador de la Standard Oil Company, que dominó el sector petrolero,
convirtiéndose en el primer monopolio moderno privado en Estados Unidos. En 1911, las leyes anti-
trust (anti-monopólicas) obligaron a quebrar el monopolio Rockefeller pero la familia pudo retener el
poder industrial, económico y financiero del mismo. Gran parte de los bienes familiares se
administrarían a través de holdings y fundaciones, tales como la Rockefeller Foundation y la
Rockefeller Brothers Foundation que apoyan programas en relaciones internacionales, estudios
poblacionales y científicos disponiendo para ello de un patrimonio estimado en los U$S
1.900.000.000.
En la actualidad, el grupo familiar controla un importante conjunto empresarial en los Estados
Unidos, incluyendo a la empresa petrolera Exxon (Esso en el resto del mundo), Atlantic Richfield y a
la importante casa bancaria, Chase Manhattan Bank N.A.
Algunos de sus nietos se dedicaron a la política, siendo el más conocido, Nelson Aldrich Rockefeller,
elegido Gobernador del Estado de Nueva York en 1958, 1962, 1966 y 1970, convirtiéndose luego en
Vice-Presidente bajo Gerald Ford. Su hermano, Winthrop Rockefeller fue gobernador del Estado de
Arkansas entre 1966 y 1970 y John D Rockefeller IV, fue gobernador durante varios períodos del
estado de West Virginia (Virginia Occidental).
Los negocios de la familia, sin embargo, son presididos por David Rockefeller, fundador en el año
1973 de la Trilateral Commission, de la que actualmente es Presidente Honorario, de la Sociedad de
las Américas, del Concejo de las Américas y miembro activo del Council on Foreign Relations,
además de ser participante asiduo de las reuniones del Grupo Bilderberg2. Rodman C. Rockefeller y
David Rockefeller, Jr., actualmente revisten como miembros del CRF.

1
Fuente: Memoria Anual del Council on Foreign Relations, Inc., Nueva York, 1993.
2
Fuente: Encyclopaedia Brittanica - 1975 ed. - artículo "Rockefeller" y publicaciones de la Trilateral Commission y
del Council on Foreign Relations.
- 112 -
Cap. 5 - Organizaciones del Mundialismo
“Dem Haupt fuegt sich der Helm: ob sich der Zauber auch Zeigt!
“Nacht und Nebel, niemand gleich!”
- Richard Wagner -1

El nuevo orden mundial que va cobrando forma ha sido descripto de diversas maneras a
través de las últimas décadas. Hace una cuarto de siglo, Zbigniew Brzezinski hablaba del "One-
World", o "Mundo Único", que él creía superaría los antagonismos nacionales en aras de una
sociedad 'pos-industrial' regida por las nuevas tecnologías de punta en la informática y las
telecomunicaciones, la globalización y los nuevos sistemas de management. Esta sociedad pos-
industrial, al propagarse por todo el planeta, genera creciente estandardización en las corrientes
intelectuales, políticas, culturales, ideológicas y sociales que rigen a la humanidad.
Luego, Alvin Toffler hablaría de la "tercera ola" que con el actual "cambio de poder"
conforma las estructuras directas e indirectas que consolidan el poder real necesario para gobernar la
"aldea planetaria". Otros como George Bush, rescatan la añeja frase que habla de un "Nuevo
Orden Mundial", que se habría instaurado tras el colapso del imperio soviético. Sea como sea, el
tiempo parecería estar dándole la razón a Brzezinski quién, en 1971 en su libro, "La Era
Tecnotrónica", señalaba que: "el hombre ha ido a través de tres grandes etapas de evolución y está
en el medio de la cuarta y última etapa: 1. religión 2. nacionalismo 3. marxismo 4. la era
tecnotrónica, o el ideal del humanismo racional en una escala global."
En muchos círculos intelectuales, políticos y empresarios dentro de los Estados Unidos y en
Europa, se tiende a pensar que los eventos de la segunda mitad de este siglo plantean el
encumbramiento definitivo del marco intelectual, ideológico, político y económico propiciado por
occidente sobre todas las regiones del planeta; se han atrevido incluso a proclamar el "fin de la
historia". Sin embargo, la realidad indica que el proceso por el que se transita es muy dinámico,
volátil y poco estable, y que continuará siéndolo hasta que evolucione hacia nuevas estructuras de
estabilidad mundial.
Los características generales que marcan la evolución del mundo contemporáneo pueden
rastrearse en muchos casos a un conjunto compacto de organizaciones discretas que desde hace
varias décadas actúan como generadoras e impulsoras de un conjunto de propuestas, metodologías y
orientaciones en la política, la economía, la vida intelectual y la cultura. Si se profundiza en el
análisis de este proceso evolutivo, resulta posible inferir su evolución futura, lo que permite una
mayor comprensión acerca de la trama de muchas de las tendencias que se perfilan para el mundo de
mañana. Un importante eje orientador consiste en evaluar hacia dónde concentra su atención y
esfuerzos este conjunto de organizaciones coordinadoras del mundialismo en la actualidad, ya que
ello nos señala los principales focos del cambio.
Para ello, se hace preciso realizar un repaso sobre el surgimiento de las principales
organizaciones de coordinación de este tipo en la época contemporánea y la influencia que han
ejercido.

1
Richard Wagner (compositor alemán 1813-1883): “El yelmo cabe justo en mi cabeza: veamos si su magia funciona:
“Noche y Niebla, me hago invisible!” - De “El Oro del Rhin”, Escena 3, cuando el nibelungo, Alberich, se prueba el
yelmo mágico que le permite hacerse invisible o adoptar la forma que quiera.
- 113 -
Antecedentes
La historia nos indica que en distintos tiempos han existido organizaciones discretas que
ejercieron importante poder e influencia dentro de naciones y regiones, sin integrar ellas mismas el
poder formal. La existencia a través de los siglos de logias, corporaciones, círculos y grupos de
poder de la más variada naturaleza, operando de manera discreta, encubierta o secreta, son prueba de
ello. Algunas de estas organizaciones han sido de carácter religioso, mientras que otras lo han sido
de carácter político, económico o militar. El proceso de conformación de un gobierno mundial
impone ocuparnos de esta clase de organización discreta y coordinadora de intereses económicos que
procura lograr metas político-sociales de trascendencia mundial.
El origen de las organizaciones actuales a las que nos referimos en este ensayo puede
rastrearse hasta fines del siglo XIX cuando se organiza en Inglaterra The Round Table Group
(Grupo de la Tabla Redonda), tras la iniciativa del magnate del oro y los diamantes en Sud África,
Cecil Rhodes quién ya entonces soñaba con un "Nuevo Orden Mundial". Para Rhodes ese Nuevo
Orden Mundial significaba la "consolidación del dominio británico sobre todo el mundo..." como lo
expresara en su primer testamento. Su biógrafa, Sara Millin, explica que Rhodes deseaba ver
instaurado un verdadero gobierno mundial, tomando como modelo a la Compañía de Jesús y a la
masonería, ésta última de gran influencia en Inglaterra desde el siglo XVIII hasta nuestros días1.
Luego, en su tercer testamento, redactado en 1888, Rhodes legó todos sus bienes a Lord Rothschild,
quién era su financista en el negocio de minería, con la instrucción de que éste utilizara su herencia
para la constitución de una organización coordinadora semejante.
De esta manera, fue fundada en marzo de 1891 el núcleo central de la Round Table Group
con fondos aportados por Rhodes y con la activa intervención de Lord Rothschild, Lord Rosebury y
Lord Alfred Milner. A partir de entonces, esta organización comienza a ejercer creciente influencia
sobre la política exterior británica que es vista como un instrumento para la consolidación y
expansión de los intereses británicos en todo el mundo.
Pocas décadas después, a poco de finalizar la Primer Guerra Mundial, se avanzó en la
consolidación del Grupo Round Table, siéndole encomendado a Lionel Curtis, fundar filiales del
Round Table en Inglaterra y en sus diversas colonias repartidas por todo el planeta. Con motivo de
la victoria aliada en dicha guerra sobre las potencias centrales, en 1919, se realizaron importantes
reuniones de miembros del Round Table Group con el Coronel E.M. House, uno de los principales
asesores del entonces presidente norteamericano, Woodrow Wilson.
Se evaluaron distintos aspectos relacionados con la conformación del nuevo orden mundial
que surgía de la pos-Primer Guerra Mundial y se consideró necesario formar organizaciones mejor
articuladas para coordinar los intereses norteamericanos, británicos, franceses y de otros países
aliados de occidente en todo el mundo. Aquella contienda que tras cuatro años de lucha barrió con
los imperios alemán, austro-húngaro, ruso y ottomano, abrió nuevas posibilidades hegemónicas para
las potencias aliadas.
Es así que durante una reunión realizada en el Hotel Majestic de París, el 19 de mayo de
1919, y bajo la inspiración del Grupo Round Table, se decidió crear dos organizaciones - una en

1
Se considera que la masonería moderna orientada hacia el accionar político nace en Londres en el año 1717 al
conformarse el Gran Oriente que quiebra la tradición esotérico-mística que desde hacía siglos basaba la Gnosis
espiritual utilizando la alegoría de la construcción del Templo.
- 114 -
Gran Bretaña y otra en los Estados Unidos - para conducir la planificación de aquél nuevo orden
mundial regido por la alianza de intereses anglo-norteamericanos. Su influencia sobre los
principales desarrollos del resto del siglo hasta nuestros días resultaría determinante. Una de éstas
organizaciones, el Royal Institute of International Affairs (RIIA - Instituto Real para Asuntos
Internacionales), funcionaría en Londres mientras que la otra se denominaría el Council on Foreign
Relations (CFR - Concejo de Relaciones Exteriores), con sede en Nueva York. Esta última se
constituyó gracias a importantes aportes financieros de personalidades de la industria y banca de la
época, entre las que se incluía al poderoso banquero estadounidense, John Piermont Morgan.

The Royal Institute of International Affairs - RIIA


Esta organización, también conocido como "Chatham House" por el nombre del edificio
londinense que ocupa su sede (Chatham House, 10 St. James's Square, Londres SW1Y 4LE,
Inglaterra), adopta cierta reserva en relación a sus actividades, al menos mayor a la que demuestra su
par estadounidense, el Council on Foreign Relations. Según una publicación oficial del RIIA, sus
orígenes, propósito y metas se describen como sigue:
"El Royal Institute of International Affairs es un cuerpo independiente auto-gobernado,
cuyas metas son las de promover el estudio y entendimiento de todos los aspectos de los asuntos
internacionales a través de conferencias, seminarios, investigaciones y publicaciones.....
El Instituto fue creado en 1920 como resultado de conversaciones realizadas en el Hotel
Majestic de París, entre los delegados británicos y estadounidenses a la Conferencia de Paz de
París de 1919. En 1926 recibió su Cédula Real del Rey Jorge V. El mismo indica que el Instituto
debe proveer y mantener 'los medios de información sobre cuestiones internacionales'. Al mismo
tiempo, la Cédula no permite al Instituto expresar una opinión propia sobre cualquier aspecto de
asuntos internacionales; de manera que los puntos de vista expresados en las reuniones en
Chatham House o en sus publicaciones son las de sus conferenciantes y autores correspondientes.
El Instituto es financiado por las suscripciones de miembros individuales y empresariales, por sus
propias inversiones y por donaciones para investigación.
La Biblioteca en Chatham House dispone de la principal colección especialista en material
relacionado con asuntos internacionales.
Unas 300 empresas participan activamente y algunas embajadas extranjeras son invitadas a tomar
parte en las actividades del RIIA.
Chatham House es principalmente una organización activa y los candidatos a ser miembros
normalmente son activos en o detentan conocimientos especiales sobre asuntos internacionales.
A su vez, Chatham House patrocina diversos libros escritos por personal propio, por
estudiosos visitantes o por autores externos específicamente comisionados"
"El RIIA ....es uno de los principales institutos para el análisis de asuntos internacionales
del mundo. Las reuniones del Instituto reúnen a personalidades del gobierno, la política, la
industria, las finanzas, el mundo académico y los medios de comunicación, de Gran Bretaña y de
muchos otros países con el fin de examinar y desarrollar las ideas que dan forma a las políticas.
El Instituto es independiente del gobierno."1

1
The Royal Institute of International Affairs, Annual Report 1993/94.
- 115 -
También publica monografías ("Chatham House Papers") y dos publicaciones periódicas:
"International Affairs", una de las revistas más sobresalientes en asuntos internacionales publicada
trimestralmente y el mensuario "The World Today". A igual que el Council on Foreign Relations y
la Trilateral Commission, el RIIA brinda cierta información sobre algunas de sus actividades, pero
mantiene reserva sobre la mayoría de sus miembros. Se conoce, sin embargo, cuales son las
principales empresas y organizaciones miembro del RIIA las cuales, según su última memoria anual,
son como sigue:

- Abbey National plc


- American Express Bank Ltd.
- Bank of England
- Barclays Bank plc
- Barings plc
- British American Tobacco (BAT) Industries plc
- British Aerospace plc
- The British Petroleum Company plc
- Coopers & Lybrand
- Ministerio de Defensa del Reino Unido
- "The Economist" (semanario)
- ENI SpA (Ente Nazionale de Idrocarburi, Italia).
- Foreign & Commonwealth Office.
- John Swire & Sons Ltd
- Lazard Brothers & Co Ltd
- Lloyds Bank plc
- Midland Bank plc/HSBC (Hong Kong & Shanghai Banking Corp)Holdings plc
- Morgan Guaranty Trust Company of New York (J P Morgan)
- National Westminster Bank Ltd.
- The RTZ (Rio Tinto Zinc) Corporation plc
- The Warburg Group plc
- Shell International Petroleum Co. Ltd.
- TSB Group plc
- Unilever plc

Entre sus más de 3.200 miembros y asociados en 1994, 1.120 son miembros plenarios, 119
miembros vitalicios, 8 miembros honorarios, 50 asociados británicos, y 222 asociados extranjeros. A
su vez, altos directivos de 341 empresas forman parte del RIIA aunque no se tiene fácil acceso a las
nóminas de éstos. Las empresas indicadas se cuentan entre las más importantes de Gran Bretaña
destacándose 10 de las principales casas bancarias, 5 grandes grupos empresarios, entre ellos dos
grandes petroleras, y el influyente semanario "The Economist". Otros miembros actuales incluyen a:

- Alexander & Alexander Insurance


- British Broadcasting Company (BBC)
- British Airways plc
- British Telecom plc
- British Gas plc
- 116 -
- Cable News Network - CNN
- las cadenas noticiosas norteamericanas ABC, CBS y NBC
- The Chase Manhattan Bank
- Commercial Union plc
- Deutsche Bank AG
- Esso Petroleum Co.
- Eurotunnel plc
- Ford Motor Company Ltd.
- "The Financial Times"
- Glaxo Holdings plc
- Goldman Sachs International
- "The Guardian"
- ICI - Imperial Chemical Industries plc
- London Business School
- Marks & Spencer plc
- "The New York Times"
- N M Rothschild & Sons Ltd
- "The Observer"
- Price Waterhouse & Co.
- Rolls-Royce plc
- Royal Insurance Holdings plc
- "The Daily Telegraph" plc
- "The Times"
- "Time-Life" International Ltd
- Trades Union Congress (TUC) (la confederación de sindicatos laborales)
- Union Bank of Switzerland (Zurich)
- "The Wall Street Journal"
- E M Warburg Pincus & Co International Ltd
- "The Washington Post"

A su vez, son miembros todos los primer ministros y presidentes del Reino Unido y de países
de la Mancomunión Británica (British Commonwealth) en el poder y retirados. El RIIA patrocina
conferencias, seminarios, estudios y publicaciones de diversa índole sobre temas relacionados con
variados aspectos que hacen a las relaciones internacionales, por lo que se invita a muchas embajadas
extranjeras en Londres a participar de algunas de sus conferencias y seminarios. Sus vínculos con el
mundo empresario y político británico la convierte en importante vehículo para la generación de
políticas externas. De hecho, el Foreign Office, la cancillería británica, mantiene una participación
formal y activa.
Su prestigio y colaboración estrecha con otras organizaciones análogas como el Council on
Foreign Relations y la Trilateral Commission, le permite al RIIA ampliar su radio de influencia a
todo el ámbito político, económico y empresario mundial, transformándose en un generador de
políticas y tendencias cuya realización luego se produce por los canales más idóneos e
independientes.
El programa de seminarios y conferencias del año 1993/94 ha contado con la participación
de personalidades como Yashuiro Nakasone, ex-Primer Ministro del Japón, la Baronesa Margaret
- 117 -
Thatcher, ex-Primer Ministro de Gran Bretaña, Christopher Patten, Gobernador de Hong Kong,
Willy Claes, Ministro de Relaciones Exteriores de Bélgica y Zbiegniew Brzezinski.

Council on Foreign Relations (CFR)


Complementariamente al Royal Institute of International Affairs y como resultado de
aquellas reuniones mantenidas en Europa tras la Conferencia de Paz de 1919, se creó otra
organización análoga en los Estados Unidos que habría de mantener una relación muy estrecha con el
RIIA: el Concejo de Relaciones Exteriores (CFR - Council on Foreign Relations). Formalmente, el
CFR se establece en 1921 en Nueva York, con el apoyo de importantes banqueros, políticos e
intelectuales, entre los que podemos mencionar a Paul M. Warburg, Jakob Schiff y Otto Kahn de la
Kuhn Loeb & Company, y a J P Morgan. El CFR se auto-describe como una "organización de
miembros, no-partidaria y sin fines de lucro, dedicada a mejorar el entendimiento de la política
exterior estadounidense y los asuntos internacionales"
Entre sus fundadores que sirvieron como directores se encontraban:

Nombre Cargo / Función Director


CFR
BOWMAN Isaiah Presidente, Johns Hopkins Univer- 1921-1950
sity (1935-1948) - Director, Ameri-
can Geographical Society (1915-
1935)
DAVIS John W. Embajador en Londres (W. Wilson) 1921-1955
HOUSTON David Secretario de Agricultura (W. 1921-1927
F. Wilson)
KAHN Otto H. Director Socio, Kuhn Loeb & Co. 1921-1934
WARBURG Paul Director Socio, Kuhn Loeb & Co; 1921-1932
M. Director, MM Warburg & Co.
Director, Westinghouse Electric Co.
Director, Wells Fargo Express
Director, B&O Railroad Co.
DULLES Allen W. Director, Office of Strategic 1927-1969
Services (OSS) (1941); luego
Director de la CIA (1953-1961)
MITCHELL Wesley Fundador National Bureau of Eco- 1927-1934
C. nomic Research (1929) - (Oficina
Nacional de Investigaciones Eco-
nómicas)
YOUNG Owen D. Fundador y Presidente, RCA (1919- 1927-1940
1929). Director, General Electric
Company (1922-39 / 1942-44). Im-
pulsor del "Plan Young" de Pago de
Reparaciones de Guerra contra
Alemania (1927)
LIPPMANN Walter Asistente del Coronel E. House y 1932-1937
W. Wilson. Fundador del periódico
- 118 -
"The New Republic". Periodista.

Muchas personalidades de renombre han sido y son miembros del CFR que actualmente
cuenta con más de 3,000 miembros, entre altos directivos de empresas transnacionales, periodistas de
importantes medios de comunicación social, profesores de las principales universidades de los
Estados Unidos, científicos, autores y políticos. Muchos de estos miembros, a su vez, colaboran y
revisten en otras organizaciones complementarias como la Trilateral Commission, la Brookings
Institution, Carnegie Endowment for Peace y el Hudson Institute.
De las filas del CFR ha salido gran número de políticos y empresarios que luego ocuparían
posiciones relevantes en todos los ámbitos del poder en los Estados Unidos, tanto dentro del gobierno
como dentro de las mayores empresas e instituciones financieras. Citemos, a manera de ejemplo,
algunos pocos de sus más conocidos miembros que han accedido a importantes cargos dentro del
gobierno estadounidense desde el final de la Segunda Guerra Mundial:

Nombre Cargo / Función Presi-


dencia
BRZEZINSKI Asesor en Asuntos de Carter
Zbigniew Seguridad Nacional
BUSH Presidente
George H W
CARTER James Presidente
E
DILLON Secretario del Tesoro Kennedy / Johnson
Douglas
DOUGLAS Director del Presupuesto FD Roosevelt
Lewis W. Nacional
DULLES Allan Director de la CIA (Servicio de Truman / Eisenhower /
W Inteligencia) desde su Kennedy
fundación (1953-1961).
FORD Gerald Vice- Presidente; Nixon
Presidente
FOWLER Secretario del Tesoro. Johnson
Henry H. Representante Conferencia Roosevelt
Bretton Woods.
GOODPASTER Comandante de la OTAN y de Johnson y Nixon
Andrew, Gral. las Fuerzas Estadounidenses en
Vietnam
HAIG Comandante de la OTAN Carter
Alexander, Jr. Secretario de Estado Reagan
HARRIMAN Embajador en la URSS FD Roosevelt
W. Averell Gobernador del Estado de N Truman
York
HISS Alger Presidente de la 1er Comisión FD Roosevelt
de EUA a la ONU; participante
en la Conferencia de Yalta.
KENNEDY Secretario del Tesoro Nixon
David M.
- 119 -
KIRKPATRIC Embajadora en la ONU Reagan
K Jeane
KISSINGER Secretario de Estado; Nixon
Henry Asesor en Seguridad Nacional Reagan
KORRY Embajador en Chile Kennedy / Nixon
Edward
LODGE Henry Embajador ante la ONU: Truman / Eisenhower
Cabot, Jr. Embajador en Vietnam del Kennedy / Johnson
Sur:
McCLOY John Alto Comisionado en Truman
J. Alemania (1945-1949).
Presidente, Banco Mundial
(1949).
Presidente, Chase Manhattan
Bank (1959). Funcionario,
Kuhn Loeb & Co (1928).
Director, CFR. Fundador del
"Atlantic Bruke" (Puente
Atlántico)
McGOVERN Senador y Pre-candidato Johnson
George S. Presidencial 1968 (Part.
Demócrata).
McNAMARA Secretario de Defensa; Kennedy/Johnson
Robert S. Pres. del Banco Mundial Carter/Reagan
MILLER Secretario del Tesoro Carter
William G.
MONDALE Vice Presidente; Carter
Walter Actual embajador en Japón. Clinton
RICHARDSON Secretario de Defensa Nixon
Elliot L.
ROCKEFEL- Gobernador Estado de N York Kennedy/Johnson
LER Nelson Vice Presidente Ford
RUSK Dean Secretario de Estado Kennedy/Johnson
SCHLESSING- Asesor del Presidente Kennedy
ER James Secretario de Defensa Nixon/Ford
Secretario de Energía Carter
SCHULTZ Secretario del Tesoro Nixon
George P Secretario de Estado Reagan
SHRIVER R Asesor Presidencial y Director Kennedy
Sargent, Jr. del Peace Corps
SIMON Secretario del Tesoro Nixon
William E.
STETTINIUS Secretario de Estado FD Roosevelt /
Edward, Jr. Truman
STEVENSON Embajador en la ONU Kennedy / Johnson
Adlai E
VANCE Cyrus Secretario de Estado Carter
R

- 120 -
VOLCKER Presidente de la Junta de Carter / Reagan
Paul Gobernadores de la Reserva
Federal
WEINBERGER Secretario de Defensa Reagan
Caspar
WESTMORE- Comandante de las Tropas en Johnson / Nixon
LAND William, Vietnam
Gral.
WHITE Harry Sub-Secretario del Tesoro FD Roosevelt
Dexter Miembro de la Comisión de
EUA a la ONU

En el capítulo 2 se han indicado algunos importantes funcionarios del gobierno del Presidente
Bill Clinton, que provienen del Council on Foreign Relations y también de la Trilateral Commission
a la que nos referiremos más adelante. Estos, sin embargo, representan tan sólo una muestra pequeña
de las personalidades y políticos que forman parte de esta influyente organización que, de manera
similar al RIIA, desempeña un importante rol tanto en conformar y diseñar las políticas de relaciones
internacionales cómo así también en ordenar los mecanismos a través de los que se han de
instrumentar dentro de las estructuras de poder estadounidense, sea a través de sus actos de gobierno,
o a través de canales menos formales relacionados con el comercio, los medios de difusión, las
finanzas, las universidades y la industria.
Al final del presente capitulo se incluyen varios anexos con una pequeña selección de
algunas de las personalidades que actualmente son miembros del Council on Foreign Relations (y
también de la Trilateral Commission) y que se desempeñan en la industria, la banca & finanzas, los
medios de comunicación y en recientes administraciones del gobierno estadounidense. La alta
jerarquía y el renombre de muchas de ellas, al igual que la amplia diversidad de campos, disciplinas y
profesiones en las que se desempeñan permite, aunque de manera incompleta, formar una imagen de
su poder y capacidad para impulsar y coordinar políticas y planes de acción de gran trascendencia.
Similarmente a lo que declara el RIIA, los reglamentos internos del CFR están orientados
hacia la conformación de una organización discreta en la que se discuten abiertamente problemas en
un ambiente privado que sirva de generador de ideas y políticas que luego son instrumentadas en los
ámbitos públicos y privados correspondientes:
"El CFR no tomará ninguna posición sobre cuestiones de política exterior y ninguna
persona está autorizada a hablar o manifestar hablar en nombre del CFR en tales temas. El CFR
es una institución de investigación y educativa. A toda persona que participe en reuniones del
CFR se le sugiere utilizar y propagar las ideas e información desarrollada en dichas reuniones.
Al mismo tiempo, se reconoce que muchos huéspedes y miembros de CFR, en razón de sus
afiliaciones gubernamentales o en otras instituciones, están sujetos a inevitables limitaciones en
las posibilidades de expresar sus opiniones, tomar posiciones u ofrecer juicios sobre los asuntos
públicos si se participa en un foro público o si sus declaraciones luego le serán atribuidas en los
medios de comunicación social. Por ello se le asegura a los participantes que puedan hablar
abiertamente ya que es la tradición del CFR que otros miembros no atribuirán o caracterizarán
sus declaraciones en los medios públicos, en foros o los transmitirán a personas que los hagan
públicos. Se espera de todo participante honrar este compromiso.....ninguna reunión del CFR será
abierta al público o a los medios de difusión salvo expresa decisión del Directorio."

- 121 -
"Sería, por ejemplo, legítimo que un funcionario del gobierno estadounidense informe por
memo a sus colegas o superiores sobre algo que haya aprendido en una reunión del CFR......sin
embargo no podrá (i) publicar las declaraciones del expositor en forma atribuible a éste en un
diario, (ii) repetirlas en televisión o radio o desde una plataforma pública o en un aula; o (iii)
exceder el marco de un memorándum de circulación limitada..." "La esencia de este reglamento
es simple: participantes de reuniones del CFR no deberán propagar una declaración atribuible a
un expositor en ninguna circunstancia en la que exista riesgo substancial de que la misma será
inmediatamente distribuida o publicada ampliamente."
Este énfasis estricto sobre la privacidad permite que el conjunto de ideas, propuestas y
estrategias elaboradas y planeadas en el CFR y asociaciones hermanas, sean propagadas al público e
implementadas en los ámbitos político, económico y social como si se tratara de evoluciones
independientes entre sí. De esta forma, el eje ordenador y coordinador que representa el CFR no se
manifiesta ante la opinión pública, que pierde de vista este mucho más amplio accionar. Políticas y
medidas impulsadas desde el sector público o el privado a través de los más variados canales parecen
entonces desarrollarse de manera independiente entre sí, mientras que si se profundiza el análisis, a
menudo verificamos un menos obvio denominador común en las estrategias diseñadas en el seno del
CFR.
En verdad, el CFR en sí no instrumenta acciones políticas, económicas o sociales de
naturaleza alguna. El CFR es solo una mera organización que sirve de foro de coordinación para que
personalidades muy influyentes puedan luego instrumentar las acciones políticas, económicas y
sociales diseñadas en el CFR desde sus puestos naturales en las empresas, los bancos, el gobierno, los
medios de difusión y los foros de estudios.
Similar fenómeno se observa en las demás organizaciones de este tipo como son la Trilateral
Commission y el RIIA.

El Grupo Bilderberg
Este así-llamado “grupo”, no es una organización formal propiamente dicha, sino más bien
una reunión recurrente que viene agrupando a personalidades representativas de diversos intereses
económicos y políticos de Europa Occidental como así también de los Estados Unidos. Sus inicios se
remontan al año 1954, en que un grupo de importantes directivos de grandes empresas europeas se
reunieron con intelectuales, periodistas, funcionarios de gobierno y financistas en el Hotel Bilderberg
en la ciudad holandesa de Oosterbeck. Sus promotores de entonces fueron el Príncipe Bernardo del
Reino de Holanda y la familia Rothschild, particularmente Lord Victor Rothschild (todos ellos
importantes accionistas de la petrolera anglo-holandesa, Royal Dutch/Shell).
En cierta manera, los Rothschild parecerían representar en Europa lo que los Rockefeller
representan en los Estados Unidos: un centro aglutinante casi simbólico del poder económico y
político del Establishment. De hecho, los Rothschild y los Rockefeller han desempeñado roles
fundamentales en el desarrollo de la tecnocracia supranacional. La familia Rothschild ha tenido una
relevante trayectoria en Europa, con intereses que hoy abarcan a cientos de empresas y bancos. El
Grupo Rockefeller, a su vez, es ampliamente conocido por su enorme poderío económico centrado en
un centenar de empresas industriales, de servicios y bancarias dentro y fuera de los Estados Unidos,
como así también por su tradicional incursión en la política estadounidense.
El Grupo Bilderberg ejerció relevante influencia en el diseño, planificación e impulso del
extenso y amplio proceso de integración regional del Mercado Común Europeo, iniciado en 1957 y
- 122 -
que hoy conduce a la Unión Europea hacia su definitiva integración política, económica y jurídica.
En los anexos al final del presente capítulo se indican algunas de las más relevantes
personalidades participantes en las reuniones anuales del Grupo Bilderberg. Al igual que el CFR y
la Trilateral Commission, se podrá observar la recurrencia de determinadas personalidades clave:
Rockefeller, Rothschild, Kissinger, Brzezinski, Agnelli, Sir Eric Roll, Knight, Winston Lord, Brady,
Bush, Davignon, Lord Owen y Carter, entre muchos otros.
Las propuestas originarias del Grupo Bilderberg a principios de los años cincuenta incluyen:
a) el reemplazo de la soberanía nacional por la autoridad de la ONU.
b) libertad general de inmigración.
c) constitución de una fuerza mundial tipo cascos azules tras un desarme general.
d) creación de un parlamento mundial como culminación de la concentración económica a escala
planetaria.

La Trilateral Commission (TC)


Entre las organizaciones discretas y de 'orden disperso' que dinamizan el avance hacia el
nuevo orden mundial, una de las más recientes y, seguramente, la mas ambiciosa hasta el momento es
la Trilateral Commission (Comisión Trilateral). Fundada en 1973 bajo la inspiración y el impulso
de un amplio conjunto de intereses económicos de los Estados Unidos, Europa Occidental y el Japón
encabezado por David Rockefeller, hoy la Trilateral cuenta entre sus miembros a destacadas figuras
de la industria, el comercio, las finanzas, los servicios, los medios de difusión y los principales
centros de estudio de una quincena de países del Primer Mundo.
Los intereses económicos agrupados alrededor de la Trilateral representan los centros
neurálgicos del conjunto de macroprocesos que abarcan entre un 85 y un 90 porciento de toda la
actividad económica del planeta relacionada con la industria, el comercio, los servicios, las finanzas y
los medios de difusión. El principal ideólogo y director de la organización, Zbigniew Brzezinski,
sentó las bases teóricas para el accionar de la Trilateral Commission a través de un conjunto de
estudios, entre los cuales su libro "Entre Dos Edades: el rol de los Estados Unidos en la Era
Tecnotrónica", publicado en 1971 conforma prácticamente un hito fundacional de la Tritaleral. En
esta obra, Brzezinski expone las principales pautas bajo las cuales la tecnoestructura establecida en
las regiones del mundo que han ingresado en la etapa pos-industrial de la 'tercera ola' han de
evolucionar hacia el nuevo orden mundial. Es tarea de esta tecnoestructura supranacional orientar
políticamente al enorme poderío económico generado por los distintos macroprocesos bajo su
control.
Brzezinski consideraba que Norteamérica, Europa Occidental y el Japón eran las puntas de
lanza de esta nueva etapa mientras que los países de la entonces órbita comunista junto a algunos
países en vías de desarrollo en aquellos años se encontraban transitando por la 'segunda ola' de la era
industrial, con su centro de referencia en el Estado-nación. Detrás de éstos venía un gran número de
países y regiones aún sumidas en la indigencia de la 'primera ola' que apenas superaban el estadio
feudal.
En el plano ideológico, a través de su propuesta 'no-antimarxista' Brzezinski propugnaba
una suerte de 'convergencia' con los regímenes comunistas, particularmente el soviético: una especie
de hibridización o síntesis entre el capitalismo internacional que, a través de las décadas se fue

- 123 -
'socializando' y el marxismo internacional que debía 'capitalizarse', según la dialéctica marxista-
hegeliana que Brzezinski hacía suya.
Brzezinski enfatizaba que el desarrollo revolucionario en la computación, las
telecomunicaciones y la informática irían generando una creciente 'conciencia planetaria' entre los
pueblos del mundo que podrá entonces reinterpretarse como una suerte de 'aldea planetaria' con sus
barrios ricos y pobres; sus centros comerciales, zonas industriales y sectores agropecuarios y hasta
sus basureros para arrojar desperdicios. Para una correcta y eficiente administración de esta
crecientemente compleja estructura, Brzezinski proponía avanzar hacia una coordinación centralizada
y estandardizada de todos los macroprocesos económicos, políticos y socio-culturales a nivel
mundial. Las nuevas pautas de esa Era Tecnotrónica pos-industrial, harían que las estructuras de la
era industrial quedasen perimidas siendo el Estado-nación soberano la principal institución cuyo
ocaso predicaban Brzezinski y sus correligionarios.
La Trilateral Commission, a través de reuniones de trabajo, conferencias, seminarios y
otras actividades viene analizando y reactualizando el diagnóstico de la problemática que afecta al
mundo y su dinámica en todas sus facetas: política, económica, ecológica y energética, entre otras.
Se publican trabajos escritos por tríadas de autores representativos de cada una de las regiones
trilaterales en los que se analiza, prevé e impulsan aquellos cambios evaluados como necesarios o
convenientes para transitar hacia el mundialismo, dentro de un marco razonablemente cronometrado.
En su momento, se evaluó la manera en que la infiltración de la metodología capitalista de
libre-mercado dentro de los países soviéticos, tanto por necesidad como por inoperancia de éstos,
habría de conducir al colapso de aquél sistema, como así también las convulsiones que estos cambios
generarían en distintas regiones del planeta a raíz del reordenamiento de las fuerzas de trabajo. Los
efectos del desempleo, de la transferencia de capitales y riquezas en forma anónima, y de los
repentinos cambios y desenraizamientos culturales, entre muchos otros fenómenos, fueron evaluados
junto con sus correspondientes grados de violencia.
En verdad, en muchos lugares estas convulsiones cobran la forma de verdaderas guerras
aunque de una nueva variedad muy distinta a la guerra clásica. Citemos como ejemplos, el
terrorismo y la guerrilla urbana en el Medio Oriente, la violencia étnica en desmembradas regiones
europeas, las matanzas tribales en el África, las guerras raciales en los barrios pobres de los grandes
centros urbanos estadounidenses y las guerras relativamente convencionales aunque siempre "no-
declaradas" como lo fueron en su momento las de Vietnam, Afghanistan, Corea, Palestina, Malvinas
y los Balcanes, todos conflictos tan o mas sangrientos que las peores guerras clásicas. Lo esencial
parecería radicar en que no se produzcan ganancias territoriales por parte de ningún Estado-nación,
sino todo lo contrario: generar cada vez más división y disolución de naciones y regiones para así
facilitar la tarea del mundialismo. El aumento en la cantidad de "naciones soberanas" miembros de
la ONU - actualmente casi 200 - es prueba elocuente de esta partición del planeta en gran cantidad de
unidades mas fácilmente manejables, haciendo honor a la antigua estrategia de divide et impera.
Alvin Toffler, en su reciente libro "War & Anti-war" recuerda que "desde que terminó la
Segunda Guerra Mundial...y desde que surgió la 'paz' de 1945, el mundo ha conocido entre 150 y
160 contiendas armadas y conflictos civiles.....(y) en este proceso perecieron unos 7.200.000
soldados.....(sumándoles) las muertes de civiles llegamos a cifras de 33 a 40 millones, sin contar a
las víctimas de heridas, violaciones, desplazamientos, enfermedades y empobrecimiento"1

1
Alvin & Heidi Toffler - "War and anti-War" - Little Brown & Co., Nueva York, 1993.
- 124 -
Con todo lo negativo que este horror y violencia conlleva, desde la óptica pragmática de
algunos de los mentores de la tecnocracia supranacional, este estado de convulsión cuasi-generalizada
sirve al proceso de disolución de las naciones. Se trata de un estado de beligerancia permanente
aunque formalmente no-declarada, que en la dialéctica de Brzezinski, se puede definir como un estado
de 'no-guerra'. A su vez, el motor principal que prepara psicológicamente a las mayorías en los
distintos países del mundo para esta realidad es lo que Brzezinski define como el proceso de 'cambio'
permanente al que nos hemos referido en el capítulo 1.
Resulta comprensible, entonces. comprobar que la Trilateral Commission considere como
conditio sine qua non en la actual transición por la que atraviesan los Estados-nación y la
correspondiente migración del poder real hacia la tecno-estructura supranacional, que los estados
adopten como único régimen aceptable el de la democracia de masas en cualquiera de sus variantes.
Ello contrasta en forma notable con el régimen a través del cual el mundialismo se organiza, que
resulta todo lo contrario al democrático, por cuanto sus estructuras económicas, políticas y esquemas
culturales se perfilan según patrones estrictamente jerárquicos, basándose sobre exigencias
inapelables de excelencia, calidad y eficiencia en su más amplio alcance.
La gigantesca tecnoestructura representada por los grandes complejos industriales, los
medios de comunicación globalizados, las redes financieras mundiales y los laboratorios de
Investigación & Desarrollo, opera en forma autocrática, altamente verticalizada y piramidal. Todo
indica que en dicha estructura radica su enorme éxito en todos los ámbitos.
Complementariamente, todos los Estados-nación han adoptado esquemas se gobierno
basados en la democracia de masas con sus anacrónicos mecanismos que impiden la sólida
planificación y continuidad de los procesos de gobierno a través del tiempo, mientras que permiten el
acceso al poder tanto de hombres probos y capaces como de aventureros e ineptos.
En contraste con esta realidad, la propia Trilateral Commission, el Council on Foreign
Relations, el Grupo Bilderberg, el Royal Institute for International Affairs y otras organizaciones
análogas adoptan esquemas organizacionales cerrados que seleccionan a sus miembros y dirigentes a
través de un complejo esquema de filtros económicos, sociales, educacionales, psicológicos e
intelectuales. Con ello, conforman un esquema auténticamente aristocrático, en el sentido clásico de
la palabra, o sea, "el gobierno de los mejores" o más capacitados y encumbrados.
Resulta razonable que la tecnocracia supranacional procure evitar por todos los medios que
un sistema semejante se implante como mecanismo para acceder a los resortes del poder de los
Estados-nación prefiriendo, en su lugar, el desgastante esquema de la democracia de masas. Si ello
no fuera así, y si el Estado-nación volviera a basarse sobre mecanismos aristocráticos, bien podría
ocurrir que el mismo recuperara su perdida coherencia y funcionalidad, como órgano de síntesis,
previsión y ejercicio del poder de cada comunidad, según las tradiciones, capacidades e
idiosincrasia de ellas.
Los intereses que confluyen en la Trilateral Commission son muy amplios y poderosos.
Anualmente incorpora a unos pocos nuevos miembros activos mientras que el conjunto creciente de
miembros mas antiguos pasan a una suerte de reserva consultiva. Más aún, para ahuyentar las
críticas, la Trilateral mantiene una norma interna que prohibe a todo miembro activo ejercer
simultáneamente alguna función pública ejecutiva. Ello configura una mera formalidad que no afecta
al fondo de la cuestión por cuanto lo esencial es contar con el concurso de personalidades que pongan
de manifiesto su voluntad de trabajar desde sus lugares naturales de poder, en pos del nuevo orden
mundial impulsado por la tecnocracia supranacional. El hecho de ser un miembro activo o no,
resulta secundario, máxime dentro de una organización que, en sí no es ejecutiva sino que cumple
- 125 -
funciones de usina de políticas y estrategias que luego se implementan desde los ámbitos en que cada
uno de sus miembros, activos y pasivos, ejerce el poder real.
En los anexos al presente capítulo, se indican algunos relevantes miembros de la Trilateral
Commission junto con sus altos cargos y funciones en la actividad pública y privada. En sus
publicaciones oficiales, la Trilateral Commission, se describe a sí misma de la siguiente manera:
"La Comisión Trilateral está compuesta de aproximadamente 330 individuos de Europa
Occidental, Norte América y el Japón. De este grupo mas amplio, se eligen los miembros del
Comité Ejecutivo, incluyendo al Presidente y Vice-Presidente y otros 35 miembros. Una vez al año,
la Comisión en su totalidad se reúne en alguna de estas regiones: Tokyo en 1988, París en 1989,
Washington en 1990.
Aunque no mantiene relaciones formales con el Concejo de Relaciones Exteriores (CFR) y
con el Brookings Institution sin embargo un número considerable de miembros de la Trilateral
están también involucrados en una u otra o en varias organizaciones de esta naturaleza. La
Comisión Trilateral, inaugurada en Julio 1973, es un grupo de análisis no-gubernamental
orientado hacia la política, compuesto de ciudadanos distinguidos de Europa Occidental, Norte
América y el Japón, elegidos de una variedad de orígenes - empresarios, líderes laborales,
académicos, legisladores, ex-funcionarios gubernamentales y otros. Su fin es el de impulsar el
entendimiento mutuo y la cooperación más estrecha entre las tres regiones a través del análisis de
los principales problemas comunes y la consideración de las propuestas políticas para enfrentar a
los mismos.
Estas regiones tienen mucho en común. Son los principales centros de la economía
mundial; están inter-relacionados como los principales socios en alianzas (aunque indirectamente
en los casos de Europa y Japón, y Canadá y el Japón); son todas sociedades modernas,
democráticas e industrializadas. Todas estas tres dimensiones son cruciales y las tres son
importantes para las tareas de la Comisión.
Las raíces históricas de la Comisión pueden rastrearse primordialmente a los serios
conflictos de principios de los años setenta en las relaciones entre Japón, Norte América y Europa
Occidental. A medida que avanzaba aquella década, se fue haciendo crecientemente claro que los
conflictos y cambios en el sistema internacional abarcaban un espectro tanto global como
trilateral. La renovación del sistema internacional es, consecuentemente, una tarea de dimensiones
tanto globales como trilaterales, y la tarea de la Comisión, como se evidencia en sus reuniones e
informes, ha evolucionado correspondientemente.
La renovación del sistema internacional será un proceso muy prolongado. El sistema al
que se le dio forma tras la Segunda Guerra Mundial fue creado como un acto de voluntad e
iniciativa humana dentro de un período de tiempo relativamente limitado. Una potencia tenía un
poderío e influencia determinante y las restantes estaban estrechamente asociadas a ella. En
contraste, un sistema internacional renovado requerirá un proceso de creación mucho más extenso
y más complejo en el cual las negociaciones prolongadas deberán ser iniciadas y desarrolladas. Al
impulsar la costumbre y la práctica de trabajar juntos entre las regiones trilaterales, la Comisión
debería asistir en la determinación del contexto para estos esfuerzos necesarios."1
En otra publicación oficial de la Trilateral Commission2, orientada eminentemente a un
público estadounidense, se hacen algunas precisiones acerca de los orígenes de esta institución como
sigue:
1
Fuente: Informe oficial de la Trilateral Commission - Nueva York, 1985.
2
Fuente: Informe oficial de la Trilateral Commission - Nueva York, 1991.
- 126 -
"La idea de la Comisión fue desarrollada a principios de los años setenta. Era una época
de considerable discordia entre los Estados Unidos y sus aliados democráticos e industrializados
en Europa Occidental, el Japón y Canadá. Se tenía el sentimiento de que el sistema internacional
estaba cambiando en alguna forma básica con implicancias relativamente inciertas. El cambio era
particularmente obvio en la economía internacional, a medida que Europa Occidental y Japón
cobraban fuerza y la posición de la economía norteamericana se hacía menos dominante. El
aumento en la interdependencia global estaba tocando a los Estados Unidos en formas a las que no
estabamos acostumbrados.
En este marco, los fundadores de la Comisión consideraron que era importante lograr que
la cooperación entre Europa Occidental, Norte América (incluyendo a Canadá) y el Japón fuese
sostenida y fortalecida - no solo en relación a temas relacionados con estas regiones sino también
en lo referente a las estructuras globales, teniendo en cuenta el peso y capacidad de liderazgo de
estos países. Se esperaba que un grupo de análisis orientado hacia la conformación de políticas -
constituido por miembros de importante relieve pero no incluyendo a personalidades que tuvieran
cargos públicos en ese momento - asistiría en generar la costumbre y práctica del trabajo conjunto
entre estas tres importantes regiones a través de un comprometido enfoque y estudio de los
principales temas del futuro. La Comisión fue lanzada a mediados de 1973 con un mandato por
tres años. Estos mandatos trienales fueron luego renovados."
Luego, se describe quienes son los miembros de la Trilateral y como son seleccionados los
nuevos miembros:
"Para el tipo de análisis sobre un base amplia que los fundadores de la Comisión se
proponían impulsar, era importante obtener el apoyo de ciudadanos relevantes de muchos sectores
de la sociedad y con una variedad de posturas políticas. La lista de miembros - en la actualidad
unos 320 (al año 1986) - indica tal diversidad profesional, geográfica y política. Entre los 84
miembros estadounidenses actuales, el mayor grupo proviene del mundo empresarial, la banca y
finanzas, pero estos individuos forman solo 24 del total de 84. También existen líderes sindicales,
directores de institutos de investigación, etc. Los partidos demócrata y republicano están ambos
bien representados. Los miembros han sido elegidos de todas partes de los Estados Unidos......
Nuevos miembros ingresan por invitación. Normalmente, son los miembros del Comité
Ejecutivo de cada región los que deciden sobre las invitaciones a cursar en dicha región, sobre la
base de recomendaciones realizadas por miembros y por el personal."1
Como hemos dicho, ningún miembro puede figurar como 'activo' mientras desempeña un
cargo público, durante cuyo plazo debe formalmente retirarse. A su vez, año a año se incorporan
nuevos miembros mientras que otros formalmente pasan a ser “no activos” y dejan de indicarse en las
nóminas oficiales de miembros. De esta manera, desde su formación, unas 2.000 personalidades han
figurado como miembros de la Trilateral, aunque la lista de 'miembros activos' se mantiene año a
año en alrededor de 350 personas. Cada persona que en algún momento integre las filas de la
organización mantiene una participación activa en la evaluación y elaboración de estrategias y sus
procesos decisorios. La nómina de miembros del Comité Ejecutivo, sin embargo, ha sufrido pocos
cambios a través de los años.2

1
Fuente: folleto oficial de la Trilateral Commission titulado "The Trilateral Commission: Questions & Answers" -
Nueva York, 1986
2
Al mes de Marzo de 1994, el Comité Ejecutivo de la Trilateral es como sigue (Fuente: lista oficial de miembros de la
Trilateral Commssion - March 1994):

- 127 -
Fundador y Presidente Honorario: David Rockefeller

Europa Occidental:
- Presidente: Conde Otto Graf Lambsdorff - Presidente del Partido Liberal Alemán; Miembro del Parlamento
(Bundestag) Alemán; Presidente de la Internacional Liberal; ex-Ministro de Economía de Alemania Federal.
- Vice-Presidente: Garret Fitzgerald - ex-Primer Ministro de Irlanda
- Director Europeo: Paul Revay
- Michel Albert - Presidente de Assurances Generales de France (AGF), ex-Alto Comisionado de la Agencia
Francesa de Planeamiento.
- Hervé de Carmoy - Presidente del Banque Industrielle Mobiliere et Privée (BIMP); Consejero del Presidente de
HR Finances, Paris; ex-Director Ejecutivo de Societe Generale de Belgique (Bruselas)
- Oscar Fanjul - Presidente de Repsol; Presidente del Instituto Nacional de Hidrocarburos, Madrid.
- Antonio Garrigues Walker - Socio J & A Garrigues, Madrid.
- Baron Jacques Groothaert - Presidente Honorario del Generale Banque, Bruselas; Embajador Honorario de
Bélgica.
- Mario Monti - Rector de la Universidad Bocconi, Milán.
- Egidio Ortona - Presidente ISPI, Milan; Presidente Honorario deBull Italia, Roma; ex-Embajador Italiano en los
Estados Unidos.
- Sir Michael Palliser - Presidente de Samuel Montagu & Co.; ex-Subsecretario de Estado Permanente de la
Oficina Exterior y de la Mancomunidad, Londres.
- Willem Scherpenhuijsen Rom - ex-Presidente, Internationale Nederlanden Group, Amsterdam.
- Guido Schmidt-Chiari - Presidente, Credit Anstalt Bankverein, Viena.
- Peter Shore - Miembro del Parlamento Británico.
- Myles Staunton - Miembro del Senado, República de Irlanda.
- Niels Thygesen - Profesor en Economía, Economics Institute, Universidad de Copenhague.
- Otto Grieg Tidemand - Armador, Oslo; ex-Ministro de Defensa y Ministro de Asuntos Económicos de Noruega.
- Antonio Vasco de Mello - Presidente, Sociedade de Reparacao e Montagem de Equipamentos Industriais, Lisboa;
ex-Miembro del Parlamento Portugués.
- Peter Wallenberg - Primer Vice-Presidente, Skandinaviska Enskilda Banken, Estocolmo.
- Otto Wolff von Amerongen - Presidente, Comité de Comercio Este-Oeste; Presidente y Director Ejecutivo de Otto
Wolff Industrie-beratung und Beteiligung

Norte América:
- Presidente: Paul A. Volcker - Presidente, James D. Wolfensohn, Inc., Nueva York; Profesor en Política Económica
Internacional en la Universidad Frederick H. Schultz (Universidad de Princeton); ex-Presidente del Concejo de
Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos.
- Vice-Presidente: Allan E. Gotlieb - Presidente, Concejo Canadiense; Presidente de Burson-Marseller, Toronto;
ex-Embajador Canadiense en los Estados Unidos.
- Director Norte América: Charles B. Heck
- C. Fred Bergsten - Director, Institute for International Economics; ex-Subsecretario del Tesoro para Asuntos
Internacionales de Estados Unidos.
- Zbigniew Brzezinski - Consejero del Center for Strategic and International Studies; Robert Osgood Professor
para Asuntos Exteriores Americanos, Paul Nitze School of Advanced International Studies, Universidad Johns
Hopkins; ex-Asistente del Presidente para Asuntos de Seguridad Nacional (bajo el presidente James Carter).
- William T. Coleman, Jr. - Socio Principal O'Melveny & Myers; ex- Secretario de Transportes de Estados Unidos.
- L. Yves Fortier - Socio Principal, Ogilvy Renault Abogados, Montreal; ex-Embajador canadiense y representante
permanente ante las Naciones Unidas.
- Robert D. Haas - Presidente y Director Ejecutivo de Levi Strauss & Co.
- Henry A. Kissinger - Presidente, Kissinger Associates, Inc.; ex-Secretario de Estado (bajo Nixon); ex-Asistente del
Presidente para Asuntos de Seguridad Nacional.
- Robert S. McNamara - ex-Presidente del Banco Mundial; ex-Secretario de Defensa de Estados Unidos (bajo
Kennedy y Johnson)
- 128 -
Ante las insistentes críticas que, en su momento, se le hicieron a la Trilateral desde algunos
círculos de opinión en los Estados Unidos a raíz de su importante ingerencia en el proceso político
que llevó al entonces gobernador del estado de Georgia, James Carter a la presidencia en 1976, como
así también la poderosa influencia que ejercían otros de sus miembros como David Rockefeller,
Zbigniew Brzezinski, George Bush, Paul Volcker, Alan Greenspan y Henry Kissinger entre otros, la
Trilateral aporta la siguiente explicación:
"David Rockefeller fue el principal fundador de la Comisión. El ha servido en el Comité
Ejecutivo desde los comienzos a mediados de 1973 y se convirtió en el Presidente por Norte
América (también hay un Presidente por Europa y un Presidente por el Japón) a mediados de 1977.
Zbigniew Brzezinski desempeño un rol importante en la formación de la Comisión. El fue
su primer director (1973-1976) y su principal dínamo intelectual durante aquellos años. El
presidente Carter era miembro desde mediados de 1973 hasta su elección, cuando se retiró
siguiendo los reglamentos de la Comisión que no permite la participación de miembros que
detentan cargos públicos. Antes de retirarse de la Comisión, el Presidente Carter era miembro
activo, participando en todas las reuniones a las que el Grupo por Norte América era invitado,
incluyendo la primer reunión plenaria - en Japón en Mayo de 1975. George Bush fue invitado a
ser miembro a principios de 1977 cuando ya no era miembro del gobierno. Renunció a fines de
1978, dos años antes de convertirse en Vice-presidente. Paul Volcker se unió a la Comisión en
Marzo 1977 y luego se retiró, de acuerdo con los reglamentos de la Comisión, cuando se convirtió
en Presidente del Sistema de la Reserva Federal en 1979......"
"Gran parte de la mitología en lo relacionado con la Comisión Trilateral surge del hecho
de que tantos miembros del Gobierno de Carter, incluyendo al mismo presidente, fueran ex-
miembros de la Comisión. A primera vista, esto parecería ser una 'casualidad' un poco extraña,
pero cuando se analiza, se hace muy comprensible. Cualquier organización relacionada con
asuntos externos que se formara en aquellos momentos hubiera dado la bienvenida a
personalidades como Cyrus Vance, Zbigniew Brzezinski, Michael Blumenthal y Harold Brown, por
ejemplo, como miembros. Lo mismo es verdad en relación a otros funcionarios que formaron parte
del gobierno de Carter. Dado que el presidente Carter no era particularmente bien conocido en el
campo de las relaciones exteriores, la forma en que él fue elegido para ser miembro de la Comisión
puede ser de interés. En la primavera de 1973, los fundadores de la Comisión se reunían en
Washington para considerar cuales serían los futuros miembros. Habían confeccionado un listado

- David Rockefeller -
- Henry Rosovsky - Profesor en la Universidad Lewis P. & Linda L. Geyser, Universidad de Harvard.

Japón:
- Presidente: Akio Morita - Presidente y Director Ejecutivo de Sony Corp.
- Vice-Presidente: Yoshio Okarawa - Consejero Ejecutivo del Keidanren (Federación Japonesa de Organizaciones
Económicas); ex-Embajador en los Estados Unidos.
- Director Japón: Tadashi Yamamoto: Presidente del Centro Japonés de Intercambio Internacional.
- Koichiro Ejiri - Presidente del Directorio y Director Ejecutivo de Mitsui & Co., Ltd.
- Toyoo Gyohten - Presidente del Bank of Tokyo Ltd; ex-ViceMinistro de Finanzas para Asuntos Internacionales.
- Takashi Hosomi - Presidente de NLI Research Institute; ex-Presidente del Fondo de Cooperación Económica
Exterior.
- Yotaro Kobayashi - Presidente de Fuji Xerox Co. Ltd.
- Minoru Makihara - Presidente, Mitsubishi Corp.
- Minoru Murofushi - Presidente de Itochu Corporation.
- Kiichi Saeki - Vice-Presidente, Instituto Internacional para la Paz Global.
- 129 -
que satisfacía sus requerimientos en lo relacionado a la capacidad, diversidad ocupacional y
mezcla geográfica, salvo que el sur de los Estados Unidos no estaba suficientemente representado.
Se decidió, entonces, consultar con algunas personas en Atlanta (Estado de Georgia) para ver
cuales serían sus recomendaciones respecto a posibles miembros provenientes tanto del área de
Atlanta, como de otras partes del sur. Estas personas recomendaron al Gobernador Carter, en
parte por considerar que había sido un gobernador muy efectivo y en parte porque había tomado
un interés en las oficinas comerciales del Japón y de los países de Europa Occidental en el Estado
de Georgia. Se lo invitó a asociarse a la Comisión y él aceptó.
Cuando el Sr. Carter fue elegido presidente, naturalmente el recurrió a algunas de
aquellas personas cuyos conocimientos y personalidades él conocía y les solicitó que participaran
de su nuevo gobierno. La mayoría de estos hombres y mujeres, quizás todos ellos, hubiesen sido
elegidas naturalmente por cualquier presidente Demócrata, fuesen o no miembros de la Comisión
Trilateral. 1
Se puede comprender mejor la naturaleza de los vínculos que mantiene la Trilateral a través
de los siguientes comentarios, también extractados de publicaciones oficiales de esta organización:
"La comprensión y análisis público de los asuntos internacionales es de gran importancia
para los Estados Unidos y otros países. La Comisión comprende que ello solo es una parte de un
esfuerzo no-gubernamental mucho mas grande, orientado a promover la cooperación y
entendimiento internacionales. Otras organizaciones se concentran sobre otros aspectos de la
tarea total - por ejemplo, intercambios universitarios o la educación ciudadana en los asuntos
mundiales.....
"La Comisión Trilateral es una organización independiente. No forma parte del gobierno
de los Estados Unidos ni de las Naciones Unidas. No tiene ningún vínculo formal con el Concejo
de Relaciones Exteriores (CFR) o el Brookings Institution o cualquier otra organización semejante,
aunque muchos miembros de la Comisión están involucrados en organizaciones como éstas."2
Tras la caída del imperio soviético en 1990, la Trilateral Commission se prepara para un
profundo cambio en su estructura y su metodología. En una reciente publicación de la Comisión
leemos:
"El auge del Japón y el progreso de la Comunidad Europea han dramatizado la
importancia del liderazgo compartido. Su importancia se ve subrayado a medida que la
importancia de los temas económicos aumenta en el temario internacional. Y, sin embargo, con la
disminución de la amenaza soviética, parte del "pegamento" que unía a las regiones trilaterales se
está disolviendo en momentos en que la Comisión inicia su trienio 1991-1994. El manejo de las
tensiones económicas entre nuestros países y el mantenimiento de los beneficios de una economía
global requerirá un esfuerzo aún mayor que en el pasado." 3
Estas entidades - el RIIA, el CFR y la Trilateral Commission - son compactas y poco
conspicuas. Operan manteniendo un perfil bajo aunque de manera alguna se trata de organizaciones
secretas. Sus miembros son relevantes figuras del quehacer económico, político, intelectual y social
en sus respectivas regiones. Todos ellos son seleccionados según un criterio de diversidad ideológica,
partidaria e intelectual; solo se priorizan dos factores: (a) que operen en un ámbito que les permita
ejercer influencia económica, política o intelectual y, (b) que filosóficamente estén identificados
con el concepto de que se torna necesario modelar nuevas instituciones mundiales para el ejercicio
1
Fuente: "The Trilateral Commission: Questions & Answers" - Nueva York, 1986
2
Op. cit.
3
Informe oficial de la Trilateral Commission, Nueva York, 1991.
- 130 -
del poder por la tecnoestructura supranacional que hoy domina los macroprocesos económicos
mundiales.
El grado de concientización acerca de todas las implicancias de la meta de conformar un
gobierno mundial que tiene cada miembro de estas organizaciones seguramente debe variar. El
conocimiento cabal que cada uno tenga acerca de las metas de la tecnocracia supranacional en el
mediano y largo plazo se relativiza según la función que cumpla. En algunos casos la importancia
del miembro radica en su posición dentro de una estructura empresaria, en otros debido a su prestigio
político e intelectual y en otros más, según su posición de influencia en casas de altos estudios o en
medios de comunicación.
Sin embargo, existe en cada una de ellas un grupo compacto ejecutivo y dirigente, que
mantiene aunados sus criterios y metas en el largo plazo, plenamente conscientes del
direccionamiento con el que se impulsan las corrientes políticas, económicas y sociales del mundo.
Son experimentados evaluadores y controladores de toda repentina crisis o peligro que pueda surgir
en cualquier momento y en cualquier ámbito. Sus propuestas y sus soluciones son aquellas que, una
vez diseñadas son luego canalizadas hacia las estructuras de poder público o privado y que la opinión
pública registra como actoras formales en el escenario político, económico y social.
Resta preguntar si estas organizaciones discretas responden o se agrupan, a su vez, en alguna
instancia aún superior que conformaría el ulterior dínamo y estado mayor del mundialismo. Las
posibilidades de inferir una respuesta son variadas, a la luz de la descripción y evaluación que
venimos realizando pero la respuesta concreta no se encuentra, sin embargo, a nuestro alcance.

Otras organizaciones coordinadoras


Las organizaciones que hemos descripto son las que se perfilan con mayor relevancia en la
coordinación de las estrategias de la tecnoestructura supranacional. Actualmente abarcan un
importante número de disciplinas y rubros e involucran a una cantidad importante de personalidades
en puestos y cargos de gran relevancia en industrias, universidades, gobiernos, banca y medios de
difusión, lo que les permite detentar importantes cuotas de poder real.
Existen, otras organizaciones discretas como éstas pero menos abarcadoras, que se
especializan en determinados rubros o actividades, como es el caso del Club de Roma con su fuerte
acento sobre aspectos ecológicos y sociales en regiones en desarrollo, o el Brookings Institution, un
importante think tank estadounidense sobre temas políticos y sociales que mantiene lazos estrechos
con la Trilateral Commission y del cual señalamos algunos de sus relevantes miembros:

Nombre Observaciones
LINCOLN Edward Miembro del Council on Foreign Relations
MacLAURY Bruce K Presidente de la Brookings Inst.;
Miembro de la Trilateral Commission;
Participante reuniones Bilderberg
OWEN Henry Miembro de la Trilateral Commission
Consejero del Presidente James Carter
SONNENFELDT Helmut Miembro de la Trilateral Commission;
Profesor, Brookings Institution
STEINBRUNNER John D. Miembro del Council on Foreign Relations

- 131 -
Otras organizaciones, como la Carnegie Endowment for International Peace, propician el
apoyo a estos esfuerzos dentro del marco de la asistencia “filantrópica” con la que se suele
caracterizar las actividades de muchas de las fundaciones como las de Ford y Rockefeller, lo que
también les depara relevantes beneficios impositivos. Morton Abramowitz y Leonard S. Spector,
actuales Presidente y
Director de la Carnegie Endowment for Peace, al igual que los socios principales, Dimitri Simes,
Viron P. Vaky y Paula Stern son a su vez miembros del Council on Foreign Relations.1
Y en otros casos, influyentes personalidades provienen de importantes buffets y estudios
jurídicos como, por ejemplo, el estudio de abogados O'Melveny & Myers de Nueva York que cuenta
entre sus socios a relevantes miembros de la Trilateral Commission:

CHRISTOPHER Warren Socio Senior, O'Melveny & Myers;


Secretario de Estado del Presidente Bill
Clinton. También miembro del CFR
COLEMAN William T, Jr. Socio Senior, O'Melveny & Myers; ex-
Secretario de Transporte
TUNG Ko-Yung Presidente del Grupo de Práctica Global,
O'Melveny & Myers

O también el estudio jurídico Akin, Gump, Strauss, Hauer & Feld que aporta dos
importantes miembros a la Trilateral Commission y al CFR: Vernon C. Jordan, Jefe del equipo de
transición al ganar Clinton las elecciones de 1992 y, Robert S. Strauss, ex-Embajador en la
URSS/Rusia y ex-representante comercial estadounidense.
Luego existe un número importante de organizaciones orientadas hacia el estudio de asuntos
internacionales y estratégicos que se encuentran diseminadas en diversos países del primer mundo y
que también contribuyen sus aportes intelectuales al mundialismo, aunque por el momento, ninguna
de ellas pareciera revestir una importancia comparable a la de las organizaciones que hemos
descripto en mayor detalle precedentemente. Citemos, a modo de ejemplo, algunas de estas
instituciones secundarias ubicadas en distintas naciones del área trilateral cuya dirección ha sido
confiada a personalidades consustanciadas con el nuevo orden mundial.

Nota: TC = Trilateral Commisson, CFR = Council on Foreign Relations


− Daiwa Institute of Research (Tokio) Presidente: Isamu Miyazaki (TC)
− Research Institute of German Director: Karl Kaiser (TC)
Society for Foreign Affairs (Bonn)
− The British Atlantic Council Director: Alan Lee Williams (TC)
(Londres)
− Institute for International Presidente: Bunroku Yoshino (TC)
Economic Studies (Tokyo)
− The Foundation for International Presidente: Rui Mateus (TC)
Relations (Lisboa)
− Instituto para Relaciones Interna- Presidente: Cesare Merlini (TC)
cionales (Roma)
− Instituto Noruego Nobel (Oslo) Consejero: Preben Munthe (TC)

1
Fuente: Memoria del Council on Foreign Relations, Inc., Nueva York, 1992
- 132 -
− Institute for Security Studies (West Director: Jon Roper (TC / RIIA)
European Union) (Londres)
− Japan Center for Economic Presidente: Yutaka Kosai (TC)
Research (Tokyo)
− Instituto de Cuestiones Internacio- Director: Marqués de Tamaron (TC)
nales y Política Exterior (INCIPE)
(Madrid)
− Instituto Studi Ricerche Defensa Director: Paolo B. Vittorelli (TC)
(ISTRID) (Roma)
− Netherlands Institute for Interna- Director: Joris Voorhoeve (TC)
tional Relations (La Haya)
− Institute for International Econo- Director: C. Fred Bergsten (TC)
mics (EEUU)
− Center for Strategic & International Consejeros:
Studies (EEUU) Harold Brown (TC/CFR)
Zbigniew Brzezinski (TC/CFR)
− National Bureau of Economic Presidente: Martin S. Feldstein
Research (EEUU) (TC/CFR)
− The Progressive Policy Institute Directora: Paula Stern (TC/CFR)
(Washington)
− Dentsu Institute for Economic Director Ejecutivo: Nashiro Amaya
Studies (Tokyo) (TC)
− Instituto Francés de Relaciones Director: Thierry de Montbrial (TC)
Internacionales

A medida que el poder de la tecnoestructura supranacional amplía su campo de acción,


también irá conformando nuevas organizaciones discretas de esta naturaleza en países en vías de
desarrollo. Por ahora, sin embargo, sólo se observa un pausado proceso de selección de individuos
que, luego y en el momento oportuno, podrán integrarse en esquemas organizacionales como los
descriptos.
Conviene recordar que lo fundamental en este proceso de dirección política del mundialismo
es la idoneidad de las personas, mientras que las circunstanciales organizaciones que las agrupan
cumplen, por ahora, una función secundaria como meros foros de coordinación y análisis. De esta
manera, se invita a personalidades tanto del ámbito público como privado de los países en vías de
desarrollo a que concurran a determinadas reuniones, conferencias y seminarios de todas estas
organizaciones para exponer sus ideas y proyectos. Estos, desde luego, son evaluados según el
grado de coincidencia que sus proyectos y planes de gobierno guarden con las metas trazadas hacia el
nuevo orden mundial. El posterior apoyo que estas personalidades reciben desde los centros del poder
mundial reflejan en diversos grados esta coincidencia real o implícita.
En el caso de la Argentina, al igual que en otros países de la región, observamos la manera en
que a través de los últimos años, distintos funcionarios de gobierno - en nuestro medio, tanto
justicialistas como radicales - han concurrido como expositores al Council on Foreign Relation, la
Sociedad de las Américas, el World Economic Forum y otras entidades de este tipo a exponer sus
planes e ideas. Así lo han hecho, por ejemplo, el ex-Secretario de Hacienda Radical, Mario
Brodersohn (Dic. 1986), el ex-Canciller Radical, Dante Caputo (Sept. 1987), el ex-Presidente de
Chile, Patricio Aylwin (Mayo, 1988), el ex-Presidente de Venezuela, Carlos Andrés Perez (Abril

- 133 -
1988), el Presidente del Paraguay, Juan Carlos Wasmosy (Enero 1992) y el Ministro de Economía
de Argentina, Domingo Cavallo (Enero 1992).
Localmente, podríamos citar como un proyecto muy preliminar de este tipo de organización
discreta al Concejo Argentino de Relaciones Internacionales - CARI al que pertenecen importantes
figuras locales de la política, la economía y el periodismo o el más recientemente formado club
regional Columbus que integran ex-funcionarios de gobierno y altos directivos de los máximos
grupos económicos nacionales de siete naciones de Sud América. La formación del Club Columbus
coincide con el inicio del Mercosur - Mercado Común del Cono Sur - que integra económicamente a
la Argentina, el Brasil, Paraguay y Uruguay a partir de 1995. Su misión consiste en “colaborar en
la privatización de empresas estatales......y defender el nuevo modelo de desarrollo
latinoamericano....en el que el papel protagónico debe corresponder al sector privado.”1

Organizaciones Sindicales y Patronales


Dentro de la compleja trama que abarca la tecnoestructura supranacional, el control y
coordinación de las fuerzas del trabajo también cobra gran relevancia, especialmente considerando
los altos niveles de desempleo real y estructural que los cambios actuales generan. Comprobamos,
entonces, que importantes organizaciones sindicales y patronales del mundo industrializado también
se coordinan desde las organizaciones discretas del mundialismo. Señalamos algunas de las mas
relevantes:

1
Diario “La Nación” - Buenos Aires, 03-Dic-94
- 134 -
Organización Funcionario Cargo País
Keidanren (Federación Masaya Presidente y
Japonesa de Organizaciones Miyoshi (TC) Director Gral. Japón
Económicas) Yoshio Oka- Consejero
wara (TC) Ejecutivo Japón
Zensen (Sindicato de Tsuyoshi Secretario Gral. Japón
Trabajadores de las Takagi (TC)
Industrias Textil, Química,
Mercantil y Similares)
Rengo (Confederación Etsuya Secretario Gral. Japón
Japonesa de Sindicatos) Washio (TC)
Cámara de Comercio e Piero Presidente Italia
Industria Bassetti (TC)
Agencia Nacional para el Michel Bon Director Gral. Francia
Empleo (TC)
Federación Belga de Pierre Presidente Bélgica
Industrias Agrícolas y de Callebout
la Alimentación (TC)
Confederación Española Carlos ex-Presidente España
Patronal Ferrer (TC)
Federación Nacional de Michael Presidente Alemania
Mayoristas y Exportadores Fuchs (TC)
Alemanes
Federación de Industrias Giuseppe Presidente y Gte. Italia
Alimenticias de Italia Gazzoni Gral.
Frascara
(TC)
Federación Industrial de Cees van ex-Presidente Holanda
Holanda Lede (TC)
Federación Patronal Klaus Presidente Alemania
Alemana (BDA) Murmann
(TC)
Confederación de José Presidente España
Empleadores de Madrid Segurado
(CEIM) (TC)
Federación Austríaca de Friedrich Presidente Austria
Sindicatos Verzetnitsch
(TC)

- 135 -
AFL-CIO (Organización - Lane Presidente EE.UU.
sindical madre de los Kirkland
Estados Unidos) TC-Com.
Ejec. /CFR)
- Thomas R. Tesorero
Donahue
(CFR)
International Jay Mazur Presidente EE.UU.
Ladies´Garment Workers (TC/CFR)
Union
Federación Americana de Albert Presidente EE.UU.
Docentes Shanker (TC)
Trabajadores de las Glenn E. Presidente EE.UU.
Comunicaciones Watts (TC)
Americana
Trades Union Congress Pertenece al Reino
(Organización sindical RIIA Unido
madre del Reino Unido)
Confederación General del - Ottaviano Secretario Gral. Italia
Trabajo de Italia (CGIL) Del Turco
(TC)
- Giorgio ex-Secretario
Benvenuto Gral.
(TC)
Institution of Professional William ex-Secretario Reino
Civil Servants McCall (TC) Gral. Unido
Clothing & Textile Jack Presidente EE.UU.
Workers Union (ACTWU) Scheinkman
(CFR)

- 136 -
ANEXO -
Se detalla a continuación una rápida muestra de algunas de las relevantes personalidades que son
miembros de las organizaciones comentadas en este capítulo. En el caso de la Trilateral
Commission se indican tanto miembros activos como miembros pasivos. En algunos casos en que
se indiquen autoridades de empresas privadas, suelen producirse cambios rápidos, especialmente en
los Estados Unidos en que los funcionarios empresarios experimentan una alta movilidad entre
empresas.

Se han utilizado las siguientes abreviaturas:

CFR: Council on Foreign Relations


TC: Trilateral Commission
BL: Grupo Bilderberg
RIIA: Royal Institute of International Affairs

CEO: Chief Executive Officer (cargo equivalente a Director Ejecutivo)

A su vez, y para mayor claridad, el presente Anexo se subdivide en las siguientes secciones:

A) Empresario e Industriales - Estados Unidos


B) Empresarios de Bancos y Finanzas - Estados Unidos
C) Empresario de Medios de Comunicación Social - Estados Unidos, Europa y Japón
D) Miembros del Congreso y de Gobiernos Estaduales - Estados Unidos
E) Intelectuales y Funcionarios de Casas de Altos Estudios - Estados Unidos
F) Miembros de Gobierno - Estados Unidos - Presidencia de James Carter (1977 - 1981)
G) Miembros de Gobierno - Estados Unidos - Presidencia de Ronald Reagan (1981 - 1989)
H) Miembros de Gobierno - Estados Unidos - Presidencia de George Bush (1989 - 1993)
I) Miembros de Gobierno - Europa
J) Empresarios en Industria y Banca - Europa
K) Empresarios en la Industria y Banca - Japón
L) Miembros en el Gobierno y Sistema Educativo - Japón
M) Miembros relevantes en el Canadá (Sección Norteamérica) de la Trilateral Commission.
N) Funcionarios de Partidos Políticos - Europa.

- 137 -
A) Empresarios e Industriales - Estados Unidos
Nombre Cargo / Empresa / TC CFR Obs.
Organismo
ABBOUD A. Director, X Empresa
Robert Occidental Petroleum fundada por
Armand
Company Hammer
ALLAIRE Paul Presidente y CEO, X X
A. Xerox Corp
ALLEN Presidente y CEO, X
Robert E. American Telephone & Tele-
graph Co (ATT)
ANDREAS CEO, X X
Dwayne O. Archer Daniels Midland Co
ARASKOG Presidente y CEO, X X
Rand V. ITT Corp
BLUMENTHAL ex-CEO, X X Secretario
W Michael Bendix Corp. del Tesoro
(Carter)
BOSSIDY Vice Presidente, General X
Lawrence A. Electric Company, Inc.
BRONFMAN CEO, X ADL
Edgar M. Joseph E Seagram & Sons
BRYSON John Presidente y CEO, Southern X
E California Edison Co
BURKE Presidente y CEO, X X Director
James E Johnson & Johnson, Inc CFR desde
1987
BURLINGAME ex-Vice Presidente Y CEO, X La presencia
John F General Electric Company, de General
Electric en el
Inc. CFR ha
incluido a
Owen Young
(Director
GE 1922 -
44; Direc-
tivo CFR)
BURNS M Presidente y CEO, X
Anthony Ryder Systems, Inc.
CALDWELL ex-Presidente y CEO, X X
Philip Ford Motor Company
CALLOWAY D. Presidente y CEO, X
Wayne PepsiCo, Inc.
CARLUCCI ex-Presidente, X X ex-Ministro
Frank C Sears World Trade Corp. de Defensa
CLENDENIN CEO, X Director
John L BellSouth (Atlanta, Georgia) CFR desde
1989
DECRANE CEO, X
Alfred C. Jr Texaco Inc
FISHER George Presidente y CEO, X
MC Eastman Kodak Co.;
ex-Presidente y CEO,
Motorola Corporation

- 138 -
FRESCO Paolo Vice-Presidente y CEO, X
General Electric Co
FRIBOURG Director, X
Michel Continental Grain Company
GEORGES John Presidente y CEO, X
A. International Paper, Inc
GERSTNER Presidente y CEO, IBM; X X
Louis V, Jr. ex-Presidente y CEO,
J.R. Nabisco
GOIZUETA Presidente y CEO, X X
Roberto C The Coca-Cola Company
GORMAN Presidente y CEO, X X
Joseph T TRW, Inc.
HAAS Robert D. Presidente y CEO, X X Comité
Levi Strauss & Co. Ejecutivo TC
HAGGERTY ex-Presidente, X
Patrick E Texas Instruments, Inc.
HANSON Presidente y CEO, X
Robert A. Deere & Co.
HOUGHTON Presidente y CEO, X X Director
James R. Corning Incorporated CFR desde
1992
JAMIESON J.K. ex-Presidente. Exxon Corp. X X
JOHNSON Presidente y CEO, X
Samuel C SC Johnson & Son, Inc
JONES Thomas Presidente y CEO, X
V Northrop Corporation
KELLER ex-Presidente y CEO, X
George M Chevron Corp.
KENDALL ex-CEO, X X
Donald M. Pepsico, Inc.
KEOUGH Presidente Allen & Co. - X
Donald R. ex-Presidente y CEO,
The Coca-Cola Co.
MacMILLAN Presidente y CEO, X
Whitney Cargill, Inc.
McGRATH CEO, Consolidated Edison X
Eugene R of New York
MEAD Dana G. CEO, Tenneco, Inc. X
METTLER ex-Presidente, TRW, Inc. X X Director
Ruben F. CFR (1986-
92)
MORGAN Lee ex-Presidente, Caterpillar X
L Tractor Company
MURRAY Allen Presidente y CEO, X X
E Mobil Oil Corporation
NICHOLS Director, Carnegie Corpo- X
Rodney W ration of New York
PACKARD ex-Presidente, X
David Hewlett-Packard, Inc.
POPOFF Frank CEO, X
P Dow Chmical Company, Inc
RAYMOND Lee Presidente y CEO, X X
R. Exxon Corporation
- 139 -
ROBINSON Presidente, Energy X
Charles W Transition Corporation
RUCKELS- Presidente y CEO, Browning- X X ex-Fiscal de
HAUS Ferris Industries, Inc. la Nación.
Director
William D (ex-Director del FBI, 1973) CFR (1979-
83)
SCHACHT CEO, Cummins Engine Co. X
Henry B
SCHULHOF CEO, Sony Corporation of X
Michael P America
SILAS C J Presidente y CEO, X X
Phillips Petroleum Co.
WELCH John CEO, X
F., Jr. General Electric Company
WHITMAN Vice-Presidente y Ejecutiva X X Directora
v.N., Marina del Grupo, General Motors CFR (1977-
87)
Corporation
WILSON Robert Vice-Presidente y CEO, X
N Johnson & Johnson Inc
WILSON T.A. ex-Presidente, The Boeing X ex-Comité
Airplane Company Ejec. TC

B) Empresarios Bancos y Finanzas -


Estados Unidos
Nombre Cargo / Empresa / TC CFR Obs.
Organismo
ALLBRITTON Presidente y CEO, X
Joe L. Riggs National Corp. Bank,
Washington DC
BRADY Nicho- Director, X X Secr. Tesoro
las F. Dillon Read & Co bajo G. Bush
CAHOUET CEO, X
Frank V Mellon Bank (Pittsburg,
Penn.)
CARSON CEO, First Interstate X
Edward M Bancorp (Los Angeles, Cal.)
CARTER CEO, X
BACOT J. Bank of New York Company
CARTER CEO, X
Marshall N. State Street Boston Corp.
CORRIGAN E. Presidente Consejeros In- X X ex-Presidente
Gerald ternacionales, Banco
Reserva
Goldman Sachs & Co Federal, NY
DONALDSON CEO, The New York Stock X
William H. Exchange (Bolsa de Comercio
de Nueva York)

- 140 -
EINHORN Vice Presidente y Tesorera, X X Comité Ejec.
Jessica P. Banco Mundial TC;
Director
CFR desde
1992
FISHER Presidente, X
Richard B. Morgan Stanely Group, Inc
FREYTAG Director, X
Richard A Citicorp NA
FRIEDMAN Socio y co-Presidente, X X
Stephen Goldman, Sachs & Co
GREENBERG Presidente y CEO, American X X
Maurice R International Group, Inc.
GROVES Ray J. CEO, Ernst & Young, Inc. X
GUTFREUND ex-Presidente y CEO, X X
John H. Salomon Inc.
HOLBROOKE CEO, Lehman Brothers; X Director
Richard ex-Consejero, CFR desde
1991
Sherson Lehman American
Express (Kuhn Loeb)
HORMATS Vice-Presidente, X X ex-Secret.
Robert D. Goldman Sachs Estado para
Asuntos
International Económicos.
Director
CFR desde
1991
HUBER Richard Vice-Presidente/Director, X
L Continental Bank (Ill)
JONES James R Presidente y CEO, X X
American Stock Exchange
LABRECQUE Presidente y CEO, The Chase X X
Thomas G. Manhattan Bank NA
LYNN James T. CEO, X X
Aetna Life Insurance Co
MARRON CEO, X
Donald B Payne Webber Inc
McCOLL Hugh Presidente y CEO, X
L., Jr. NationsBank Corp
McGILLICU- CEO, Chemical Bank X
DDY John F (recientemente fusionado con
el Manufacturers Hannover
Trust)
PARKER CEO, X
Gilbert S Morgan Stanley Inc.
PARSONS CEO, Dime Savings Bank, X
Richard D Nueva York
PRESTON ex-Pres. Banco Mundial X
Lewis T (hasta marzo 1995)
REED John S. CEO, X Director
Citibank NA, Nueva York CFR (1989-
1992)
RHODES Director, X
William R. Citibank NA, Nueva York

- 141 -
ROBINSON Presidente y CEO, X Director
James D. III American Express Co. CFR (1988-
1991)
RODRIGUEZ Directora, Export-Import X
Rita M Bank (Eximbank)
SAMUELS Director, X Sub-Secr. de
Nathaniel Kuhn Loeb Dreyfus, Inc. Estado
(Nixon)
SANFORD CEO, X
Charles S. Jr. Bankers Trust Company
SHIPLEY Presidente y CEO, X X
Walter V. Chemical Banking Corp
SOROS George Presidente, X
The Quantum Fund
STERN Ernest Gerente General, X
Banco Mundial
TAYLOR Presidente y CEO, X
Wilson H. CIGNA Corporation
TERRACCIAN CEO, First Fidelity Bancorp X
O Anthony P. (Nueva Jersey)
THEOBALD CEO, Continental Bancorp X
Thomas C (Chicago)
VOELL Richard CEO, X
A The Rockefeller Group
VOLCKER Paul CEO, First Boston Credit X X ex-Presidente
A. Swiss Corp; Bco. Reserva
Fed.
CEO, James D Wolfensohn,
Inc. (banca de inversión)
WEATHER- CEO, X
STONE Dennis J P Morgan & Co.
WENDT Henry Presidente, X
SmithKline Beecham
WEINBERG Pres y CEO, Goldman Sachs, X
John L. Inc. (1984 - 1990)
WHITEHEAD Co-Pres. Goldman Sachs, X Asesor
John C. Inc. Reagan
(1976-84)
WILMERS CEO, X
Robert G. First Empire State Corp
WINTERS Presidente y CEO, Prudential X
Robert C Insurance Co. of America
WOLFENSOHN Presidente¸ X Dueño del
James D Banco Mundial (elegido Banco J
Wolfensohn
Marzo 1995) cuyo CEO es
Paul Volcker
ZOELLICK Vice-Presidente Ejecutivo, X
Robert B Federal National Mortgage
Association

C) Empresarios de Medios de Comunicacion Social - EE.UU, Europa y


Japón
- 142 -
Nombre Cargo / Empresa / TC CFR Obs.
Organismo
BARTLEY Editor, X X
Robert The Wall Street Journal
BROKAW Tom Director, NBC News X
CASANOVA Editor, X Prof. Econo-
Jean-Claude Commentaire (Paris); mía Instituto
de Ciencias
editorialista, Políticas
L’Express (Paris)
DAVIDSON ex-Presidente del Comité X
Ralph P Ejecutivo, Time
DONOVAN ex-Director, X X
Hedley Time
ERBURU Presidente y CEO, X
Robert F. Times Mirror Corp.
FRIEDMAN Corresponsal Diplomático, X
Thomas L The New York Times
FUNABASHI Columnista, X
Yoichi Asahi Shimbun (Tokio)
GELB Leslie H Asistente Página Editorial, X X
The New York Times
GERGEN David Editor, X X Asesor
U S News & World Report Presidentes
Reagan y
Clinton
GRAHAM Presidente y CEO, X X
Katherine The Washington Post Co.;
Newsweek;
International Herald
Tribune
GRUNE George Director, X
V The Readers Digest Assoc.
GRUNWALD ex-Editor en Jefe, X
Henry A Time
HARSCH Director, The Christian X Bilderberg.
Joseph C Science Monitor
HERTZBERG Editor Principal X Diario
Hendrik “The New Republic" fundado por
Walter
(EE.UU.) Lippmann
HOGE James F, Publicador, X X Director
Jr. The Chicago Times CFR (1980-
84)
HOGE Warren ex-Editor Gerente Asistente, X
The New York Times
IMBERT Claude Editor Jefe y Director Gerente, X
Le Point (Paris)
ISAACSON Editor (news media), X
Walter Fortune/Time
JOFFE Joseph Editor Internacional X
Suddeutsche Zeitung
(Munich)
JOHNSON W. Presidente, CNN; X X
Thomas ex-Presidente,
The Los Angeles Times
- 143 -
JULLIARD Director Asociado, Le Nouvel X
Jacques Observateur (Paris)
KNIGHT Editor Jefe, The Daily Te- X Miembro del
Andrew legraph (Londres) RIIA
Editor, The Economist
(Londres)
KOJIMA Akira Editor Senior y Editor Inter- X
nacional, Nihon Keizai
Shimbun (Tokio)
LEE John M Editor Gerente Asistente, X
The New York Times
LEVI Arrigo Columnista Político, X
Corrieri della Sera (Roma)
LEVIN Gerard Presidente y CEO, X
Time Warner Corp
LEWIS Flora Columnista Senior/Asuntos X X
Internacionales,
The New York Times
LOEB Marshall Director Gerente, Fortune X
McMANUS Editor Jefe, X
Jason Fortune
MILLER Judith Especialista, temas del Medio X
Oriente,The New York Times
MONTBRIAL Miembro Comité Editorial, X
Thierry de Le Figaro (Paris);
MULLER Henry Director Editorialista, For- X
tune; Editor Gerente, Time;
ex-editor Gerente,
New York Times
MURPHY CEO, X
Thomas S. Capital Cities / ABC
OGASAWARA Editor-Presidente, X
Toshiaki The Japan Times Ltd.
PARKER ex-Editor, X
Maynard Newsweek
PEARLSTINE Editor Jefe, X
Norman Time (1995)
RATHER Dan Periodista Político, ABC X
News
ROBINSON Corresponsal en Los Angeles, X
Linda S US News & World Report
ROMANO Editorialista, X ex-Em-
Sergio La Stampa, Milan bajador en la
URSS
ROPER John Editor, International Affairs X RIIA
(RIIA)
ROSENTHAL Director Asociado, X
A. M. The New York Times
ROSENTHAL Editor de la Página Editorial, X
Jack The New York Times
SARASQUETA Presidente, X
Antxon Multimedia Capital
Editor, Echos (Madrid)

- 144 -
SCHLEIN- Columnista, X
MANN Jorgen Morgen Avisen Jyllands-
Posten (Dinamarca)
SCHMIDT Publicador, Bilderberg;
Helmut Die Zeit (Hamburgo); Miembro del
Partido SDP.
(ex- Canciller y ex-Ministro de
Finanzas de Alemania)
SIGAL Leon V Columnista, X
The New York Times
SMITH Richard Editor en Jefe, X
M The Washington Post
SMITH Stephen Editor Ejecutivo, X
G The Washington Post
SNYDER CEO, X
Richard E. Paramount Publishing Co
SOLANA Luis ex-Director, Radio Televisión X
Española (RTVE) (Madrid):
ex-Presidente,
Telefónica de España
SOMMER Theo Editor, Die Zeit, Hamburgo X
TALBOTT ex-Jefe de las Oficinas de X X
Strobe Washington y Columnista en
Asuntos Exteriores del la re-
vista Time Magazine
TISCH Laurence CEO, X
A. Loews y CBS
WALTERS Periodista, X
Barbara ABC News
WILL George F. Columnista en diversos dia- X
rios de EE.UU.
WRIGHT Robin Corresponsal en Seguridad X
Nacional, Los Angeles Times

D) Miembros del Congreso y de Gobiernos Estaduales - Estados Unidos


Nombre Cargo / Empresa / Orga- TC CFR Obs.
nismo
BOREN David Senador (Democrata - X
Lyle Oklahoma)
BOSCHWITZ Senador (Republicano -
Rudy Minnesota)
BRADEMAS ex-Diputado - actual profesor X
John New York University
BRADLEY ex-Alcalde de Los Angeles X X
Thomas
BRADLEY Senador (Democrata - New X BL
William L Hampshire)
CHAFEE John Senador X
H.

- 145 -
CISNEROS ex-Alcalde Demócrata de San X X
Henry G Antonio, Texas;
actual Secr. Vivienda
COHEN Senador (Republicano - X X Director
William S. Maine) CFR (desde
1987)
CUOMO Mario ex-Gobernador del estado de X
Nueva York (Demócrata)
DODD Senador (Democrata - X
Christopher J Connecticut)
DUKAKIS ex-Senador, Demócrata X
Michael S (Massachussets); Candidato
presidencial en 1988
FEINSTEIN Senadora (California); X
Dianne ex- Alcalde de San Francisco
FERRARO ex-Candidata a Vice- X
Geraldine Presidente en la fórmula
Mondale-Ferraro en 1984
FOLEY Thomas Diputado, ex-Líder Bloque X X
S. Demócrata
GINGRICH Diputado, Republicano (Geor- X
Newton L. gia) - Presidente,Cámara de
Representantes (1995)
GLENN John H, Senador, Republicano X
Jr.
GOLDSCHMID ex-Gobernador, del estado de X
T Neil Oregon. ex-Secretario de
Transporte
GRAHAM Senador (Democrata - X
Robert Florida)
HAMILTON Diputado X
Lee H.
HYDE Henry B Diputado, Republicano X
(Texas) - Presidente Comité
Jurídico
JONES James R ex-Diputado X
KERRY John F Senador (Democrata - X
Massachusets)
LEACH Jim Diputado X
LIEBERMAN Senador, Demócrata, X
Joseph I. (Connecticut)
LINDSEY John ex-alcalde de la ciudad de N. X
V York
MARTIN Lynn Senador (Republicano - X
Illinois)
MITCHEL Senador (Democrata - Maine) X
Geogre J
MOYNIHAN Senador, Democrarta (Nueva X
Daniel P. York)
O´CONNOR Juez de la Corte Suprema de X
Sandra Day Justicia
PELL Claiborne Senador (Democrata - Rhode X
Island)

- 146 -
PRESSLER Senador, Republicano X
Larry (South Dakota) - Presidente
del Comité de Comercio
RANGEL Diputado X
Charles B
ROBB Charles S Senador (Demócrata - X X
Virginia) y ex-Gobernador
del estado de Virginia
ROCKEFE- Senador (West Virginia); X X
LLER John D. ex-Gobernador del estado de
IV West Virginia
ROCKEFE- ex-Gobernador del estado de X X
LLER Winthrop Arkansas
ROTH William Senador X X
V. Jr.
RUDMAN Senador (Republicano - New X
Warren B Hampshire)
SANFORD Senador (Democrata - North X
Terry Carolina)
SCHMOKE Alcalde de Baltimore X X
Kurt L. (Maryland)
SCHROEDER Senadora, Demócrata, X
Patricia (Colorado)
SCRANTON ex-Gobernador del estado de X
William W. Pennsylvania; ex-Embajador
en la ONU
WARD Haskell ex-Vice Alcalde, Ciudad de X
G. Nueva York
WIRTH Timothy Senador, (Demócrata - X
E Colorado)
WOFFORD Senador, (Demócrata - X
Harris L. Pennsylvania)

E) Intelectuales y Funcionarios de Casas de Altos Estudios - Estados


Unidos
Nombre Cargo / Organismo TC CFR Obs.
ALLISON Profesor de Gobierno Douglas X X
Graham T, Jr. Dillon, John F Kennedy
School of Government
BELL David E Miembro de la Junta Editorial, X
Harvard Business Review
BERGSTEN C. Director, Instituto para Eco- X Comité Ejec.
Fred nomía Internacional. TC
BOWIE Robert Profesor Emérito, X
R Harvard University
BRADEMAS Presidente Emerito, X ex-Diputado
John New York University

- 147 -
BROWN Harold Consejero, X ex- Secret.
Center for Strategic & Defensa
(Carter)
International Studies
BRZEZINSKI Consejero, Center for X X Bilderberg.
Zbigniew International & Strategic Comité
Ejecutivo TC
Studies; Profesor, Paul Nitze
School of Advanced Interna-
tional Studies (Johns Ho-
pkins University); Profesor,
Georgetown University
COOPER Profesor Economía Internacio- X X ex-Subse-
Richard N. nal, Harvard University. cretario de
Estado para
Asuntos
Económicos
CURTIS Gerald Profesor Ciencias Políti- X X
L. cas,East Asian Institute,
Columbia University
DAVIS Lynn E Profesor, X X sub-Secret.
Johns Hopkins Foreign Asuntos de
Seguridad
Policy Institute (Clinton)
FELDSTEIN Profesor de Economía, X X
Martin S Harvard University;
Presidente, National Bureau
of Economic Research, Inc.
GARDNER Profesor de Jurisprudencia X X
Richard N. Internacional,
Columbia University
GELB Leslie H Presidente, X X Director
The Council on Foreign CFR (1979-
88)
Relations
HESBURGH Profesor Emérito, X
Theodore M Notre Dame University
HORELICK Profesor Corporate Senior, X
Arnold L The RAND Corporation
KANTER Escritora y Directora en temas X
Rosabeth Moss de Management
KEOHANE Presidente, X X
Nannerl O. Duke University
KISSINGER Presidente, X X Bilderberg;
Henry A. Kissinger Associates; Comité Eje-
cutivo TC.
ex-Secretario de Estado Direct. CFR
(1977-81)
LANDAU Director, X
George W America’s Society (Nueva
York)
LEGVOLD Director, Averell Harriman X
Robert H Institute for Advanced Study
of the USSR at Columbia
University (Nueva York)
MANDELBAU Profesor, Paul Nitze School of X
M Michael E Advanced International
Studies,
Johns Hopkins Universiry
- 148 -
NYE Joseph S, Director y Profesor de Go- X X
Jr bierno, Harvard University
O´HARE Rev. Presidente, Fordham X
Joseph A (SJ) University (N. York)
OKSENBERG Presidente, X X
Michel East-West Center, Hawaii
PUTNAM Director de Estudios Inter- X
Robert D nacionales,
Harvard University
RICE Donald E Presidente X
The RAND Corporation
ROSOVSKY Profesor, X X Comité Ej.
Henry Harvard University TC
RUDENSTINE Presidente, Escuela de X
Neil L Aministración de Negocios,
Harvard University
SAGAN Carl E Profesor, Cornell University; X
Presidente¸
The Planetary Society
SCALAPINO Profesor de Gobierno. X Director
Robert A University of California CFR desde
1982
(Berkeley)
SCHMIDT Presidente, X
Benn, Jr. Yale University (N. York)
SCHOEN- Director Ejecutivo, Dean X
BAUM Thomas Rusk Center of International
and Comparative Law,
University of Georgia
SHALALA Rectora, X X Director
Donna E University of Wisconsin at CFR desde
1992
Madison
SHANKER Presidente, American Fe- X
Albert deration of Teachers
STERN Fritz R Profesor de Historia, X X
Columbia University
THUROW Profesor de Economía y Rec- X Autor de
Lester C. tor, Alfred P Sloan School of "Head To
Head" (La
Management, Massachusetts Guerra en el
Institute of Technology S. XXI)
(MIT); Miembro del Consejo
Editorial,
The New York Times
TRAINOR Director, Programa de Seguri- X
Bernard dad Nacional de la Kennedy
School of Government at
Harvard. ex-corresponsal
militar del New York Times
VOLCKER Paul Profesor, de Política Econó- X X Comité Ej.
A mica Internacional, Princeton TC
University; ex-Gobernador de
la Reserva Federal
WARNER Analista Senior en Defensa, X
Edward L., III The RAND Corporation

- 149 -
- 150 -
F) Miembros de Gobierno - Estados Unidos - Presidencia James
Carter (1977-1981)
Nombre Cargo / Empresa / TC CFR Obs.
Organismo
BENSON Lucy sub-Secretaria de Estado X X ex-Presidente
para Asistencia en Seguridad, Liga de
Mujeres
Ciencia y Tecnología Votantes
BERGSTEN Sub-Secretario Especial para X X Comité Ej.
Fred Asuntos de Asia y el Pacífico TC
BLUMENTHAL Secretario del Tesoro X X Bendix Inc.
W. Michael (CEO);
Director
CFR (1972-
84)
BROWN Harold Secretario de Defensa X X
BRZEZINSKI Consejero Asuntos de Se- X X Comité Ej.
Zbigniew guridad Nacional TC; Director
CFR (1972-
77)
CARTER James Presidente X X ex-Gov.
E. Georgia
CHRISTOPHER Sub-Secretario de Estado X X Socio
Warren O'Melveny &
Myers
COLEMAN sub-Secretario de Trans- X X Socio
William T portes O'Melveny &
Myers
COOPER Sub-Secretario de Estado X X
Richard N para Asuntos Económicos
DERIAN Consejera en Asuntos de X
Patricia Derechos Humanos
GARDNER Embajador en Italia X X
Richard
HERTZBERG Redactor de discursos para el X Columnista
Hendrik Presidente “The New
Republic”
INGERSOLL Sub-Secretario de Estado; X X
Robert S. Embajador en Japón
LINOWITZ Sol Asesor en Asuntos Latinoa- X
mericanos
MONDALE Vice-Presidente X X
Walter
MUSKIE Secretario de Estado (desde X
Edmund S Abril 1980)
OWEN Henry Consejero Económico X X Director
Brookings
Inst. (Poli-
tica Ext)
PEZZULLO Embajador en Nicaragua X
Lawrance
RICHARD- Secretario de Estado; Mi- X
SON Elliot nistro del Interior; Emba-
jador en Gran Bretaña

- 151 -
SMITH Gerard Principal negociador de SALT X X Publicador
I (Strategic Arms Limitation de
Newsweek
Talks); Embajador itinerante
SOLOMON Sub-Secretario del Tesoro X X ex-Pres., S.
Anthony M para Asuntos Monetarios; G. Warburg
(USA)
(ex-Presidente Banco de la Re-
serva Federal de Nueva York)
VAKY Viron Sub-Secretario de Estado X Assoc.
para Asuntos Interamericanos Carnegie
Endowment
VANCE Cyrus Secretario de Estado X X
WARNKE Paul Representante negociaciones X X Director
SALT CFR (1972-
77)
WOODCOCK Jefe Mision Especial a China X
Leonard
YOUNG Embajador ante la ONU X X ex-alcalde
Andrew Atlanta,
Georgia

G) Miembros de Gobierno de Estados Unidos - Presidencia: Ronald


Reagan (1981-1989)

Nombre Cargo / Empresa / Orga- TC CFR Obs.


nismo
ABRAMS Elliot Secr. de Estado Adjunto para X X
Derechos Humanos y Asuntos
Humanitarios
ABSHIRE David Embajador en la OTAN. Con- X X
B sejero Presidencial
ALDRICH Miembro Tribunal reclamacio- X X
George H. nes EEUU-Irán
ARMACOST Embajador en las Filipinas X X
Michael H.
ARMSTRONG Presidenta, Junta Asesora de X X
Anne Inteligencia del Presidente
BAKER Howard Senador, líder del bloque Re- X
publicano
BAKER James E Miembro Junta Asesores Eco- X X
nómicos
BALDRIDGE Secretario de Comercio X
Malcolm
BARNES Harry Embajador en la India X
G.
BROCK William Representante Especial en X X
Asuntos de Comercio. Secreta-
rio de Trabajo
BROOKE Comision de Vivienda X
Edward W
BURNS Arthur F Embajador en la Republica X X
Federal de Alemania

- 152 -
BUSH George Vice Presidente X X
CARLUCCI Secretario de Defensa (1987- X X
FRank 88)
CASEY William Director de la CIA X
J.
CATTO Henry E. Secretario de Defensa Ad- X
junto para Asuntos Públicos
DARMAN Asistente del Presidente en X X
Richard G. Asuntos Económicos.
EAGLEBURGER Subsecretario de Estado para X X Presidente,
Lawrence S Asuntos Politicos Kissinger
Associates
ENDERS Secretario de Estado Adjunto X
Thomas O, Gral. para Asuntos Latinoamericanos
FLANIGAN Miembro de la Junta Asesora X
Peter M de Política Económica del
Presidente
GREENSPAN Miembro de la Junta de Aseso- X X
Alan res Economicos; luego Gober-
nador de la Reserva Federal
HABIB Philip C Negociador del Presidente para X
el Conflicto Arabe-Israelí
HAIG Alexander Secretario de Estado X X Miembro,
Hudson
Institute
HARTMANN Embajador en la Unión So- X
Arthur A viética
HEWITT Embajador en Jamaica X X
William A
HILLS Carla VicePresidente de la Comision X X
Anderson de Viviendas
HINTON Deane Embajador en El Salvador X
R
HORMATS Secretario de Estado Adjunto X X Vice-Pres,
Robert D para Asuntos Goldman
Sachs
Económicos y Comerciales
IKLE Fred C Subsecretario de Defensa para X
Asuntos Políticos
INMAN Bobby R Sub-Director de la CIA X X Presidente
CEO,
Westmark
Systems
JAVITZ Jacob Consejero en Política Exterior X ex-Senador
del Depto. de Estado Nueva York
JAWORSKI Leon Miembro de la Junta Asesora X
de Inteligencia Exterior del
Presidente
KIRKPATRICK Embajadora en la ONU X Directora
Jeane J CFR desde
1985
KORB Lawrence Secretario de Defensa Ad- X
J junto para Recursos Humanos,
Reserva y Logística
LEWIS Samuel Embajador en Israel X

- 153 -
LORD Winston Embajador en la Republica X X Presidente,
Popular China CFR
PALMER Robert Embajador en Malasia X
D
PERLE Richard Secretario ded Defensa Ad- X
N junto para Planeamiento de la
Seguridad Nacional
PICKERING Embajador en Nigeria X
Thomas R
RABB Maxwell Embajador en Italia X
RASHISH Myer Subsecretario de Estado para X
Asuntos Economicos
REGAN Donald Secretario del Tesoro X
ROSTOW Director de la Agencia de Con- X
Eugene V trol de Armas y Desarme
SCHULTZ Miembro de la Junta de Asun- X Director CFR
George tos Economico; luego Secreta- (1980-82)
rio del Tesoro
SPIERS Ronald I Embajador en Pakistan X
STOESSEL Subsecretario de Estado X
Walter J
TODMAN Embajador en España; luego, X
Terence Embajador en Argentina
TROWBRIDGE Presidente, Fuerza de Tareas en X
Alexander B Iniciativa Privada y Reforma
Social
VELIOTES Embajador en Egipto X
Nicholas
VOLCKER Paul Gobernador de la Reserva X X Comité Ej. TC
Federal / Director
CFR desde
1975
WALKER Miembro de la Junta de Aseso- X
Charles E res Economicos
WEIDENBAUM Presidente del Consejo de X
Murray L Asuntos Económicos
WEINBERGER Secretario de Defensa (1981- X X
Casper W 87)
WHITEHEAD Sub-Secretario de Estado X X
John C.
WRISTON Miembro de la Junta Asesora X X Director CFR
Walter B de Política Económica (1981-87)

H) Miembros de Gobierno de Estados Unidos - Presidencia George


Bush (1989-1993)

Nombre Cargo / Empresa / TC CFR Obs.


Organismo
ARMACOST Embajador a Japón X
Michael H

- 154 -
BARTHOLO- Sub-secretario de Estado para X
MEW Reginald Asuntos de Seguridad, Ciencia
y Tecnología
BLACK Shirley Embajadora en Checoslo- X
Temple vaquia
BLOCH Julia Embajadora en Nepal X
Chang
BRADY Secretario del Tesoro X
Nicholas F
BUSH George Presidente X X Director
H.W. CFR (1977-
79)
CHAO Elaine Sub-secretaria de Tranpostes X
CHENEY Secretario de Defensa X X
Richard
COHEN Sub-Secretario de Estado X
Herman J. para Asuntos Africanos
CROWE ex-Jefe del Estado Mayor Con- X X Director
William J., Jr. junto; Presidente Junta de CFR desde
1990
Asesores de Inteligencia
Externa
DARMAN Director Oficina de Admi- X X
Richard C nistracion y Presupuesto
EAGLEBUR- Subsecretario de Estado X X Presidente,
GER Lawrence Kissinger
Associates,
S Inc.
GALVIN John, Comandante Aliado Supremo, X ex-director
R., General Fuerzas Estadounidenses en Morgan
Guarenty
Europa Trust Co.
GLAUBER Sub-Secretario del Tesoro X
Robert R para Finanzas
GREENSPAN Presidente de la Junta de X X Director
Alan Gobernadores de la Reserva CFR (1982-
88)
Federal
HEWETT Asistente Especial al X
Edward Presidente y Director Senior
para Asuntos Soviéticos en el
Consejo Nacional de
Seguridad
HILLS Carla A. Representante Comercial X
KELLY John H. Sub-Secretario de Estado X
para Asuntos del Cercano
Oriente y Asia Meridional
KIMMIT Robert Sub-secretario de Estado para X
M Asuntos Políticos
KURTZER Asistente Sub-Secretario de X
Daniel C Estado para Asunto del Cer-
cano Oriente y Sudeste Asiá-
tico
LORD Winston Embajador en la República X X Presidente
Popular China CFR

- 155 -
LYMAN Director de la Oficina de X
Princeton Programas para Refugiados
Nathan del Depto. De Estado
MACOMBER Presidente, Export - Import X
John D Bank
MULFORD Sub-Secretario para Asuntos X
David C Internacionales en el Depto.
Del Tesoro;
PERKINS Dir. Gral., Serv. Exterior y X
Edward J Dir. de Personal en el Depto.
de Estado
PICKERING Presidente de la Misión a la X
Thomas R ONU
POWELL Colin, Jefe del Estado Mayor Con- X X
General junto
RICE Donald B Secretario de la Fuerza Aérea X RAND Corp
ROWEN Henry Sub-Secretario de Defensa X
S para Seguridad
Internacional
SCHWARTZ Embajador en Sud Africa X
Henry
SCOWCROFT Asistente del Presidente X X Vice-Pres.
Brent para Asuntos de Seguridad Kissinger
Associates;
Nacional Director
CFR (1983-
89)
SELIN Ivan Presidente, Comisión Re- X
gudora de Energía Nuclear
SOLOMON Sub-secretario de Estado X
Richard H para Asuntos del Lejano
Oriente, Asia y el Pacífico
STONE Michael Secretario del Ejército X
PW
STRAUSS Embajador en Rusia X
Robert S
THORNBURGH Fiscal de la Nacion X
Richard
TODMAN Embajador en Argentina X
Terence
WEBSTER Director de la CIA X
William
WHARTON Sub-Secretario de Estado X X Director
Clifton R, Jr CFR desde
1983
WISNER Frank Embajador en Filipinas X
G., II
WOLFOWITZ Sub-Secretario de Defensa X
Paul D para Política Exterior
ZIMMERMAN Embajador en Yugoeslavia X
Warren

- 156 -
I) Miembros de Gobierno - Europa
Nombre Cargo / Empresa / TC Otro País
Organismo
AGNELLI Ministro de Relaciones Ex- BL Italia
Susana teriores
AGUIRRE Miembro de la Real Academia X España
Jesus, Duque de Española
Alba
ALBERT Miembro del Consejo de X Francia
Michel Politica Monetaria del
Banco de Francia; ex-Alto
Comisionado de la Agencia de
Planeamiento
ARMSTRONG ex-Secretario del Gabinete X Reino
of Ilminster, del Primer Ministro Unido
Lord (Director de NM Rothschild;
Director de Rio Tinto Zinc Co
Ltd)
BARRE Miembro de la Asamblea X BL Francia
Raymond Nacional ,
ex-Primer Ministro de
Francia
BASSETTI ex-Diputado; ex-Presidente X Italia
Piero Gobierno Regional Lombardo
BERTHOIN Presidente Internacional, X Francia
Georges Movimientio Europeo;
Presidente Europeo de la
Trilateral Commission
BIEDENKOPF Ministro Presidente del X Alemania
Kurt Estado Libre de Sajonia, ex-
miembro del Bundestag
alemán
BJERREGAAR Miembro del Parlamento; X Dinamarca
D Ritt ex-Ministro de Educación y
ex-Ministro de Asuntos Socia-
les
CALLAGHAN ex-Primer Ministro RIIA Reino
of Cardiff, Lord (Presidente,RIIA) Unido
CAPPUZZO Miembro del Comité de De- X BL Italia
Umberto, Gral. fensa del Senado; Consejero
en Asuntos de Defensa al Mi-
nistro de Asuntos Exteriores;
ex-Jefe del Estado Mayor del
Ejército
CARRINGTON, ex-Ministro de Relaciones RIIA Reino
Lord Exteriores (Gobierno Unido
Thatcher) - (Presidente,
RIIA)

- 157 -
COLOMBO Ministro de Universidades e X Italia
Umberto Gral. Investigación
Científica; ex-Presidente Co-
mision Nacional Energia
Atomica
CONROY Miembro del Senado X Irlanda
Richard (Presidente de Conway
Petroleum)
COVENEY Miembro del Parlamento. ex- X Irlanda
Hugh Alcalde de Cork
DAVIGNON ex-Vice Presidente de la X BL Union
Etienne, Comisión de las Comuni- Europea
Vizconde dades Europeas
de CLERCQ Miembro del Parlamento X Union
Willy Europeo Europea
DEL TURCO Secretario General, Partido X Italia
Ottaviano Socialista Italiano
EYSKENS Marc ex-Ministro de Economía X Bélgica
FITZGERALD ex-Primer Ministro de X BL Irlanda
Garret Irlanda y Miembro del Dail
Irlandés
FRANCOISE- ex-Ministro de Relaciones BL Francia
PONCET Jean Exteriores
GAREL-JONES Miembro del Parlamento; X Reino
Tristan ex-Ministro de Estado en el Unido
Foreign Office (Asuntos
Europeos)
GILBERT John Mienbro del Parlamento; ex- X Reino
Ministro del Tesoro, Unido
Transporte y Defensa.
GONELHA ex-Ministro de Salud X Portugal
Maldonado
GROOTHAERT Embajador Honorario de X Bélgica
Barón Jacques Bélgica
GUIDI Marcell ex-Embajador de Italia X Italia
HERRERO de ex-Miembro de las Cortes X España
MIÑON Miguel
HESSEL ex-Representante Perma- X Francia
Stephane nente ONU. Embajador
HOLST Johan ex-Ministro de Defensa X Noruega
Jorgen
HORNHUES Miembro del Bundestag; X Alemania
Karl-Heinz vice-Presidente del Grupo
Parlamentario del
CDU/CSU.
HOWELL David Miembro del Parlamento y X RIIA Reino
Presidente del Comité de Unido
Asun-tos Exteriores. ex-Secr.
de Energía; ex-Secr. de Trans-
porte; Director del RIIA.
HUBER ex-Ministro de Estado de X Alemania
Ludwig Baviera. ex-CEO Banco Esta-
tal y Central de Depósitos
Bávaro.
- 158 -
HUSSEY ex-Ministro de Educación X Irlanda
Gemma
JAGLAND Presidente, Partido Labo- X Noruega
Thorbjorn rista
JAKOBSON ex-Embajador a la ONU; X Finlandia
Max
JOCHIMSEN Miembro del Consejo Cen- X Alemania
Reimut tral del Bundesbank; ex-
Ministro de Economía y
Tecnologia de Renania
KEATING ex-Ministro de Industria y X Irlanda
Justin Comercio
KIEP Walther Tesorero del partido CDU; X Alemania
Leisler Presidente de "Atlantik
Bruecke" (puente atlántico)
KOEHLER ex-Secretario de Estado en el X Alemania
Horst Ministerio de Finanzas
LAHNSTEIN ex-Ministro de Finanzas X Alemania
Manfred
LAMALFA ex-Ministro de presupuesto y X Italia
Giorgio planeamiento Económico.
Miembro del Parlamento.
LAMBSDORFF miembro del Bundestag; X Alemania
Count Otto Presidente de la Internacional
Liberal; Presidente Honorario
del FDP; ex-Ministro de
Economía.
LAWLOR Liam Miembro del Dail irlandés X Irlanda
LEE WILLIAMS ex-Miembro del Parlamento X Reino
Alan Unido
LEISTER Kaus ex-Secretario de Estado en el X Alemania
Dieter Ministerio de Defensa;
LELLOUCHE Miembro de la Asamblea X Francia
Pierre Nacional; Asesor diplomá-
tico de Jacques Chirac.
MAAS Cees ex-Tesorero del Gobierno X Holanda
MacFAR- ex-Miembro del Parlamento X Reino
QUHAR Unido
Roderick
MARTINET Embajador de Francia X Francia
Gilles
NARJES Karl- Vice-Presidente de la Comi- X Union
Heinz sion de Comunidades Europea
NEISSER Miembro del Parlamento; X Austria
Heinrich Presidente Grupo Parla-
mentario del Partido Popular
OWEN Lord Co-Presidente del Comite X BL Reino
David Internacional sobre la ex- Unido
Yugoeslavia; ex-Miembro
del Parlamento; ex-Secretario
de Asuntos Externos y del
Com-monwealth; ex-
Presidente del Partido
Socialdemócrata (SPD)
- 159 -
PALLISER Sir ex-Subsecretario de Estado X Reino
Michael Permanente Foreign & Unido
Commonwealth Office
(Presidente Samuel Montagu
& Co)
PILCHER Sir ex-Embajador en el Japón X Reino
John Unido
PINTO ex-Primer Ministro de X BL Portugal
BALSEMAO Portugal
Francisco
PIOVANO ex-Secretario General del X Italia
Giovanni Ministerio de Defensa
RIPPON of ex-Ministro del Gabinete X Reino
Hexham, Lord (Canciller del Ducado de Unido
Lancaster)
ex-Presidente Britannia Arrow
Holdings
ROBERTS Sir ex-Embajador en la URSS, X Reino
Frank Alemania y la OTAN Unido
ROGNONI ex-Ministro de Justicia X Italia
Virginia
ROMANO ex-Embajador ante la URSS X Italia
Sergio (Editorialista de “La Stampa”
de Milan)
ROPER John ex-Miembro del Parlamento X RIIA Reino
(miembro del RIIA) Unido
ROSE Francoise Embajador; Representante X Francia
de Permanente ante la OTAN.
RUDING H. ex-Ministro de Finanzas; X BL Holanda
Onno FMI; (Vice-Presidente
Citibank, NY)
RUGGIERO Director General del World X Italia
Renato Trade Organisation (Organi-
zación Mundial de Comercio,
suceso del GATT); ex-Min. de
Comercio Exterior (Vice-Pres.
Ejec. FIAT)
RUHE Volker Vice-Presidente del Grupo X Alemania
Parlamentario del CDU en el
Bundestag
SAVONA Paolo Ministro de Industria X Italia
SCHROEDER ex-Ministro de Relaciones X Alemania
Gerhardt Exteriores
SEGURADO ex-Miembro de las Cortes X España
José
SHACKLE- ex-Ministro de Gabinete. X BL Reino
TON Lord Director, Rio Tinto Zinc Unido
Corp. Ltd.
SHORE Peter Miembro del Parlamento X Reino
Unido

- 160 -
SIMONET Miembro del Senado; ex- X Bélgica
Henri Ministro de Relaciones Exte-
riores; ex-Vice Presidente de
la Comision de Comunidades
Europeas (Union Europea)
SMITH John Pres. del Partido Laborista; X Reino
ex-Miembro del Parlamento Unido
(fallecido Mayo 1994)
SOLANA Canciller; X BL España
MADARIAGA ex-Ministro de Cultura
Javier
STAUNTON Miembro del Senado X Bélgica
Myles
STOLTEN- ex-Min de Rel. Exteriores X Noruega
BERG Thorvald
SUTHERLAND Director-General del GATT; X Irlanda
Peter ex-Miembro de la Comision
Europea; ex-Ministro del
Interior de Irlanda
TAPSELL Sir Miembro del Parlamento X Reino
Peter Unido
THATCHER ex-Primer Ministro RIIA Reino
Lady Margaret Unido
THORN Gaston ex-Primer Ministro y Mi- X Luxem-
nistro de Rel. Exterior burgo
TIDEMAN Otto ex-Min. de Defensa; ex-Mi- X Noruega
grieg nistro de Asuntos Económi-
cos.
TRAA Maarten Miembro del Parlamento; X Holanda
van Vocero Asuntos Externos del
Partido Laborista.
TRIAS FAR- Miembro de las Cortes; ex- X España
GAS Ramon Vice Alcalde de Barcelona;
Pres. del Partido de Con-
vergencia Democratica de
Catalunia
VASCO de ex-Miembro del Parlamento X Portugal
MELLO Antonio
VEIL Simone Ministro de Estado para X Francia
Asuntos Sociales, de Salud y
Urbanos; ex-Presidente Par-
lamento Europeo
VERZET- Miembro del Parlamento X Austria
NITSCH
Friedrich
VITTORELLI Miembro del Parlamento X Italia
Paolo B
VOIGT Karsten Miembro del Bundestag; X Alemania
D vocero sobre Asuntos In-
ternacionales en el Grupo
Parlamentario del SPD
VRANITZKY Canciller; ex-Ministro de BL Austria
Franz Finanzas

- 161 -
WIECZOREK Miembro del Bundestag X BL Alemania
Norbert (Comite Ej. TC)
WOERNER ex-Ministro de Defensa X BL Alemania
Manfred (Alemania Federal); ex-Co-
mandante de la OTAN
YOUNGER Sir ex-Ministro de Relaciones X RIIA Reino
Kenneth Exteriores. ex-Director del Unido
RIIA

- 162 -
J) Empresarios en Industria y Banca - Europa
Nombre Cargo / Empresa TC BL País
AGNELLI Presidente, X X Italia
Giovanni FIAT SpA
AGNELLI Vice-Presidente, FIAT SpA; X Italia
Umberto Vice-Presidente, IFIL
ARMSTRONG Director, X Reino
of Illminster, The Rio Tinto Zinc Corp Unido
Lord
AULETTA Presidente, X Italia
ARMISSE Banca Nazionale
Giovanni dellÁgricoltura
BELFRAGE Vice Presidente Senior, X Suecia
Erik Skandinaviska Enskilda
Banken
BERGOUGNO Director Gerente, X Francia
UX Jean Electricité de France
BEVAN Sir ex-CEO, X Reino
Timothy Barclays Bank plc. Unido
BOADA VI- Presidente, X España
LLALONGA Banco Hispano-Americano
Claudio
BOITEUX Presidente, X Francia
Marcel Electricité de France
BONIFACIO CEO, X Italia
Renato Aeritalia SpA
CARVAJAL Presidente, Iberfomento; X X España
URQUIJO Jaime Presidente, Ford de España
CINGANO ex-CEO, X Italia
Francesco Mediobanca (Milan)
CRICHTON- ex-Presidente, X Reino
BROWN Sir Rothmans International Unido
Robert
DAVID-WEILL Socio Senior, X Francia
Michel Lazard Freres
DAVIGNON Presidente, X X Bélgica
Etienne, Societé Generale de
Vizconde Belgique
EVANS Robert CEO, X Reino
British Gas Corporation Unido
FANJUL Oscar Presidente, Repsol - X España
Presidente; Instiututo
Nacional de Hidrocarburos
FOCH Rene Presidente Telenorma X Francia
France; ex-Director Comision
de Comunidades Europeas
(CCE)
HAASEN Uwe Presidente, X Alemania
Allianz Versicherungs-AG
HAHN Carl Miembro del Directorio, X Alemania
Volkswagen AG

- 163 -
HERRHAUSEN ex-CEO, X Alemaia
Alfred Deutsche Bank AG
JANNOT Horst Presidente, Munich X Alemania
K. Reinsurance Company AG
JANSSEN Presidente del Comité Eje- X X Bruselas
Daniel, Baron cutivo, Solvay & Cie.
JANSSEN Paul- Presidente del Directorio, X Bruselas
Emmanuel Generale de Banque SA
Baron
JENKINS Director Ejecutivo, X Reino
Michael, Sir Kleinwort Benson Ltd. Unido
JOCHIMSEN Presidente, Banco Central de X Alemania
Reimut Renania del Norte & West-
falia - Presidente del Consejo
del Deutsche Bundesbank
JOLY Alain Director Ejecutivo, X Francia
L'Air Liquide SA
KLOTEN Director, X Alemania
Norbert Deutsche Bundersbank
LAHNSTEIN Director, X Alemania
Manfred Bertelsmann AG
LEISTER Karl Director, X Alemania
Dieter Westdeutsche Landesbank
LEVY-LANG Presidente, Compagnie X Francia
André Financiere Paribas SA
LEYSEN André Presidente, AGFA Gevaert; X Holanda y
Presidente, Hapag Lloyd Alemania
LITTMAN, Director , The Rio Tinto Zinc X Reino
Mark Q.C Corp. Ltd. Unido
MARCH DEL- Presidente, Banca March; X España
GADO Carlos Fundacion Juan March
MARTINI Presidente Bayerische X Alemania
Eberhasrd Hypotheken und Wechsels
Bank; Presidente Asociacion
Bancaria Alemana
NIXON Edwin, Vice Presidente, The National X Reino
Sir Westminster Bank plc Unido
NORRINGTON Vice-Presidente X Reino
Humphrey Barclays Bank plc Unido
PALLISER Vice-Presdidente, X Reino
Michael Sir Samuel Montagu & Co Unido
PERRY MIchael Presidente, X Reino
Unilever PLC Unino
PEYRELE- Presidente, Credit Lyonnais - X Francia
VADE Jean ex-Presidente, L’Union des
Assurance de Paris (UAP)
RIPPON of Presidente, Unichem Ltd y X Reino
Hexham, Lord Dun & Bradstreet Ltd Unido
ROBERTS Sir Director Mercedes Benz X Reino
Frank (UK) y Hoechst (UK) Unido
ROCCA Presidente, X Italia
Gianfelice Techint SpA

- 164 -
ROLL of Ipsden, Presidente, X X Reino
Lord S G Warburg Group plc Unido
ROTHSCHILD Presidente, X Francia
Edmond de, Compagnie Financiere
Baron Holding
RUGGIERO Vice Presidente Ejecutivo, X Italia
Renato FIAT SpA; ex-Ministro de
Comercio Exterior
SANDON Director, The National X Reino
Vizconde Westminster Bank plc Unido
SCHER- Presidente Hon., X Holanda
PENHUIJSEN Internationale Nederlanden (recientes
ROM Willem Group (ING) adquirentes
de Baring
Bros.,
Londres)
SCHMIDT- Presidente, Credit Anstalt X Austria
CHIARI Guido Bankverein AG
SCHMITZ Director, X Alemania
Ronaldo Deutsche Bank AG / BASF
SIGLIENTI Presidente, Banca X Italia
Sergio Comerciale Italiana SpA
SILVESTRI CEO, X Italia
Umberto Tenitel SpA
SVANHOLM Presidente y CEO, X Dinamarca
Poul Johan Carlsberg Breweries
SWIRE John Presidente y Director Eje- X Reino
cutivo, The Swire Group of Unido
Companies
TAVARES Presidente, X Portugal
Carlos Banca Nacional Ultramarino
TAYLOR Presidente, Daiwa Europe X Reino
Geoffrey W. Bank; ex-CEO, Unido
Midland Bank
THIERRY CEO, Banque Bruxelles X Belgica
Jacques Lambert; CEO Cervecerias
Artois Piedbouef Interbrew
THORN Gaston Presidente, Banque Inter- X Luxem-
nationale a Luxembourg SA burgo
TRONCHETTI Vice-Presidente y CEO, X Italia
PROVERA Pirelli SpA
Marco
TUKE Sir CEO, The Savoy Hotel; ex- X Reino
Anthony CEO, The Rio Tinto Zinc Unido
Corp. Ltd.
VILA MAR- Director, Banco Central SA; X España
SANS José Presidente,
Rhone Poulenc Fibras
von PIERER Presidente, X Alemania
Heinrich Siemens AG
VUURSTEEN Presidente y CEO, X Holanda
Karel Heineken Breweries
WARNER Sir Director, X Reino
Frederick Guiness Peat Group plc. Unido
- 165 -
YBARRA Presidente, X España
Emilio Banco Bilbao-Vizcaya SA
ZAHN Joachim ex-CEO, Daimler-Benz AG X Alemania

K) Empresarios en Industria y Banca - Japón


Nombre Cargo / Empresa / Organismo TC
CHINO Presidente Honorario,
Yoshitoki Daiwa Securities Co. Ltd.
EJIRI Koichiro Presidente, Mitsui & Co. Ltd. Comité Ej. TC
FUKUKAWA Vice-Presidente Ejecutivo,
Shinji Kobe Steel Co. Ltd.
GYOHTEN Presidente, ex-Vice Ministro
Toyoo The Bank of Tokyo de Finanzas. -
Comité Ej. TC
HASEGAWA Consejero,
Norishige Sumitomo Chemical Company Ltd.
HATTORI Presidente,
Ichiro Seiko Instruments Inc.
HIROSE Gen Presidente Honorario,
Nippon Life Insurance Company Ltd
HORIE Presidente,
Tetsuya The Long-Term Credit Bank of Japan Ltd.
HOSOMI Presidente, Comité Ej. TC
Takashi The Overseas Economic Cooperation Fund
INOUYE Presidente Honorario,
Kaoru Dai-Ichi Kangyo Bank Ltd
ISHIKAWA Presidente,
Rokuro Kajima Corporation
ISHIKAWA Presidente, Mitsui Marine & Fire
Takeru Insurance Company Ltd
ITO Tadashi Presidente, Sumitomo Corporation
KAMIYA Director y Consejero,
Ken’ichi The Sakura Bank Ltd.
KAWA- Presidente,
KATSU Kenji Sanwa Bank Ltd
KITAMURA Consejero Senior,
Toshi Hitachi Ltd.
KOBAYASHI Presidente Emerito y Director,
Koji NEC Corporation
KOBAYASHI Presidente,
Shoichiro Kansai Electric Power Co Ltd
KOBAYASHI Presidente y CEO, Comité Ej. TC
Yotaro Fuji Xerox Co Ltd
KUME Yutaka Presidente, Nissan Motor Company Ltd.
MAEDA Presidente,
Shonosuke Toray Industries Ltd
MAKIHARA Presidente, Comité Ej. TC
Minoru Mitsubishi Corporation

- 166 -
MAT- Consejero Senior,
SUKAWA Nikko Securities Co Ltd
Michiya
MATSUOKA Presidente,
Seiji The Nippon Credit Bank Ltd
MOGI Vice-Presidente,
Yuzaburo Kikkoman Corporation
MORIKAWA Presidente,
Toshio Sumitomo Bank Ltd.
MORITA Akio Presidente, Presidente,
Sony Corporation Región Japón de
la Trilateral
Commission
MOTONO Asesor del Directorio,
Moriyuki Nomura Securities Co. Ltd.
MUROFUSHI Presidente y CEO, Comité Ej. TC
Minoru ITOCHU Corporation
NAKAHARA Presidente Honorario,
Nobuyuki Tonen Corporation
NAKAMURA Consejero,
Kaneo The Industrial Bank of Japan Ltd.
NAKAMURA Consejero,
Toshio Mitsubishi Bank Ltd.
NOGUCHI Presidente y CEO,
Teruo Koa Oil Company Ltd.
OGATA Consejero Senior, Comité Ej. TC
Shijuro Yamaichi Securities Company Ltd.
OKANO Presidente,
Mitsuyoshi The Suruga Bank Ltd.
OKUMURA Presidente y CEO,
Ariyoshi IBJNW Asset Management Co Ltd
SABA Shoichi Asesor del Directorio,
Toshiba Corporation Ltd
SAITO Yutaka Presidente y CEO, Nippon Steel
Corporation
SHIINA Takeo Presidente y CEO, IBM Japan Ltd
SHIMOKOBE Presidente,
Atsushi The Tokyo Marine Research Institute
SUZUKI Presidente,
Tetsuo HOYA Coporation
TADASHI Ito Presidente, Sumitomo Corporation
TOYODA Eiji Presidente Honorario,
Toyota Motor Corporation
TOYONAGA Director Gerente Senior,
Keija Matsushita Electric Industrial Co. Ltd.
TOZAKI Seiki Presidente, C. Itoh & Co Ltd
TSUTSUMI Presidente, Saison Corporation
Seiji ex-Presidente Seibu Departament Strores Ltd
UETANI Presidente Emerito,
Hisamitsu Yamaichi Securities Company Ltd
UMEMURA Presidente,
Shoji Nikko Securities Company Ltd
WATANABE Consejero, Tokyo Marine & Fire Insurance
Fumio Company Ltd
- 167 -
WATANABE Presidente, Comité Ej. TC
Takeshi The Non-Life Insurance Institute of Japan;
ex-Presidente Japan Credit Rating Agency;
ex-Presidente Asian Development Bank
YAMASHITA Consejero Ejecutivo, ex-Presidente Re-
Isamu East Japan Railway Company; gion Japón de la
Trilateral
Asesor Senior,
Commission
Mitsui Engineering & Shipbuilding Co.
Ltd
YASHIRO Vice-Presidente Ejecutivo,
Masamoto Citicorp/Citibank NA
YOSHIYAMA Presidente,
Hirokichi Hitachi Ltd.

L) Miembros de la Trilateral Commission en el Gobierno y Sistema


Educativo - Japón
Nombre Cargo / Empresa / Organismo Obs.
AMAGI Isao Consejero Ministro de Educacion
ETO Profesor de Relaciones Internacionales,
Shinkichi Aoyama Gakuin University
FUKUDA Miembro de la Dieta. ex-Primer
Takeo Ministro
GYOHTEN ex-Vice Ministro de Finanzas para
Toyoo Asuntos Internacionales.
Presidente Bank of Tokyo
HATA Ministro de Relaciones Exteriores y ex-Ministro de
Finanzas -
Tsutomu Vice-Primer Ministro Miembro de la
Dieta
ISHIKAWA Presidente, Keio University
Tadao
KAKIZAWA Miembro de la Dieta; Vice-Ministro
Koji, Parlamentario de Relaciones
Exteriores
KATO Miembro de la Dieta, ex-Secretario de ex-Director
General de la
Koichi Gabinete. Agencia de
Defensa
MAKAIBO Presidente Comision Nacional de
Takashi Energia Atomica
MIYAZAWA Primer Ministro (hasta 1993); ex- Miembro de la
Dieta; Comité Ej.
Kiichi Ministro Finanzas y de Relaciones TC
Exteriores
NAGASUE Miembro de la Dieta Presidente Partido
Socialdemocrata
Eiichi Japónes
NISHIHARA Profesor de Relaciones Internacionales,
Masashi Academia Nacional para la Defensa
OGATA Alto Comisionado de las Naciones
Sadako Unidas para Refugiados.
- 168 -
OKITA ex-Ministro de Relaciones Exteriores
Sabuto
SABURO ex-Ministro de Relaciones Exteriores;
Okita Presidente del Instituto para Estudios
Domésticos e Internacionales
SATO Profesor, Keio University; Director
Seizaburo International Institute for Global Peace.
Director de Investigaciones "Institute for
International Policy Studies"
SHIBU- Director, East-West Seminar
SAWA
Masahide
SHIINA Miembro de la Dieta
Motoo
YAKUSHIJI Profesor de Ciencias Políticas,
Taizo Universidad de Keio
YOSHINO ex-Embajador en Alemania; Presidente,
Bunroku Instituto para Estudios Económicos In-
ternacionales.

- 169 -
M) Miembros relevantes en Canada (sección Norte America de la
Trilateral Commission).

Nombre Cargo Entidad


BLACK Conrad M Presidente y CEO Hollinger Inc (Toronto)
BOUEY Gerald K ex-Gobernador Banco de Canada
BOUGIE Jacques Presidente y CEO: Alcan Aluminium Ltd.
COHEN Marshall A Presidente y CEO: The Molson Companies Ltd.
(Toronto)
DEANS Ian Miembro: Camara de los Comunes
Vocero: Junta de Relaciones Empleados
Publicos (Ottawa)
DESMARAIS Paul Presidente y CEO: Power Corporation of Canada
(Montreal)
DOBELL Peter C Director : Centro Parlamentario para
Relaciones y Comercio Externo
DROVIN Marie Directora Ejecutiva: Hudson Institute of Canada
Josee (Montreal)
EYTON Trevor Miembro del
Senado: Brascan Ltd. (Toronto)
Presidente y CEO:
FORTIER L. Yves ex-Embajador y
Representante: Naciones Unidas
Socio: Estudio Juridico Ogilvy Renault
Director Ejecutivo: Trilateral Commission
GOTLIEB Allan E ex-Embajador
EEUU Canada Council
Presidente:
GRAHAM William Miembro: Camara de los Comunes
HENNINGAR Presidente: Crownx Inc.
David J Vice-Presidente: Crown Life Insurance Co.
MURRAY Lowell ex-Ministro para Gobierno de Canada
Relaciones Provin-
ciales Federales
SOUTHERN Presidente y CEO: ATCO Ltd (Calgary)
Ronald D Presidente: Canadian Utilities (Edmondton)
WARREN J H Embajador en
EE.UU.: Gobierno de Canada
ex-Asesor Comer- Gobierno de Quebec
cial: Trilateral Commission
Director Ejecutivo:
WIELINGEN G.A. Presidente y CEO: NuGas Ltd (Calgary)
van
WINEGARD ex-Ministro de Gobierno de Canada
William C Ciencia y
Teconologia:

- 170 -
N) Funcionarios de Partidos Políticos - Europa

Nombre Cargo / Partido TC País


BJERREJAARD Ritt Presidente Grupo X Dinamarca
Parlamentario
Socialdemocrata
BONIVER ex-Secretaria Internacional, X Italia
Margherita Partido Socialista
HORNHUES Karl- Presidente Grupo X Alemania
Heinz Parlamentario del CDU / CSU
JAGLAND Presidente Partido Laborista X Noruega
Thorbjiorn
KEATING Justin Lider del Partido Laborista X Irlanda
en el Senado
KIEP Walther Tesorero Partido Cristiano X Alemania
Leisler Democrata
LAMBSDORFF Presidente FDP (Partido X Alemania
Conde Otto Liberal). Presidente,
Internacional Liberal
LELLOUCHE Pierre Vocero en Asuntos de Defensa X Francia
del Partido RPR. Asesor Di-
plomático de Jacques Chirac
NEISSER Heinrich Presidente Grupo Parlamenta- X Austria
rio del Partido Popular
(OeVP)
OWEN Lord David Co-Fundador Partido Social X Reino Unido
Demócrata
SMITH John ex-Lider Partido Laborista X Reino Unido
(fallecido 1994)
TRIAS FARGAS Pres., Partido Convergencia X España
Ramon Democratica de Catalunia
VAN TRAA Marten Vocero Relaciones Exteriores, X Holanda
Partido Laborista
VERZETNITSCH Partido Socialista X Austria
Friedrich
VOIGT Karsten D Vocero Relaciones Exteriores X Alemania
Grupo Parla-mentario SPD
(Partido Social Democrata)
WIECZOREK Vocero Asuntos Económicos X Alemania
Norbert Internacionales y Monetarios,
Grupo Parlamentario SPD

- 171 -
Cap. 6 - Acción Psicológica
"You can lie to some people all the time; and to all people some of
the time. But you cannot lie to all people all of the time....."
- Abraham Lincoln - 1

Aspectos Culturales y Medios de Comunicación


Uno de los canales más importantes de propagación y promoción utilizados por la
tecnoestructura supranacional para dinamizar las estrategias que conducen al nuevo orden mundial
son los medios masivos de comunicación social. La utilización efectiva de los mismos conlleva la
aplicación de diversas técnicas de acción psicológica, que también pueden aplicarse en la educación,
lo que ha determinado que se genere un alto nivel de consenso entre las poblaciones de los países
industrializados y en vías de desarrollo a favor de las consignas del mundialismo. Entre los
estamentos dirigentes, se ha logrado captar su consenso gracias a estos procesos formativos y
educativos como así también debido al hecho de que, aunque se impulsan distintas corrientes de
pensamiento y comportamiento sobre temas específicos, rara vez se explicitan las metas finales del
mundialismo en el largo plazo, las cuales de conocerse en todas sus implicancias, bien podrían
generar diversos grados de resistencia e, incluso, conflicto entre la opinión pública.
La utilización de técnicas de psicología de masas como herramienta para el posicionamiento
de pautas y patrones de comportamiento, ha resultado en que cada idea o patrón que se pretende
dinamizar, se manifieste dentro de un abanico de variantes, de manera tal que permita satisfacer al
mas amplio espectro de opiniones posible. Dicha metodología de acción psicológica se basa sobre el
gradualismo, como técnica para lograr crecientes niveles de aceptación a sus pautas y paradigmas.
Algunas de ellas - las menos conflictivas y mas superficiales - son propuestas con mayor franqueza e
introducidas con relativa facilidad y rapidez entre la sociedad, cobrando la forma de las distintas
modas intelectuales, sociales y artísticas que se van sucediendo. Sin embargo, aquellas que implican
profundas modificaciones estructurales o el rompimiento parcial o total con arraigadas tradiciones
culturales y religiosas, lo que hace que generen mayor resistencia, son propuestas tangencialmente,
con mayor sutileza y lentitud. A menudo, la aceptación de esta clase de paradigmas más complejos
por parte de las mayorías se produce recién transcurridas varias décadas o hasta mediando un
recambio generacional.
En la práctica, esta acción psicológica masiva conforma un proceso de reeducación que
actúa, básicamente, a través de dos canales distintos, cada uno con su propia metodología y fines, el
primero orientado hacia los sentimientos y emociones y el segundo hacia el intelecto:

1) La acción psicológica que busca modificar el estilo de vida, valores y patrones de


comportamiento de las mayorías.
Utiliza los medios de difusión masiva para perfilar determinadas personalidades
que sirven de modelos y generadoras de mitos.
1
Abraham Lincoln (16ª presidente de los Estados Unidos, 1809 - 1865) -
“Se le puede mentir a alguna gente, todo el tiempo, y a toda la gente, parte del tiempo; pero no se le puede mentir a
toda la gente todo el tiempo.”
- 172 -
Sopretexto de aportar entretenimientos y pasatiempos para las mayorías, se
propagan obras de ficción conformadoras de nuevos patrones de comportamiento.
Su estructura es mudable, flexible y altamente sensible a elementales necesidades
psicológicas e instintivas de las masas. Actúa gradualmente, logrando crecientes
niveles de permeabilidad a ideas que vistas objetivamente, resultan a menudo
insólitas. Buena parte de esta acción psicológica masiva se orienta hacia aquellos
estamentos generacionales más jóvenes. Incluye a muchos aspectos de la
publicidad y, a menudo, manipula la energía de la libido o la alusión a experiencias
narcóticas como instrumento de control y seducción.
2) La acción psicológica dirigida a la formación de opinión pública, particularmente
entre las minorías dirigentes. A esta metodología pertenecen los "hacedores de
opinión" en una diversidad de rubros: incluye a expertos y especialistas en una
amplia gama de temas, a editorialistas y columnistas de publicaciones políticas,
económicas y culturales; y a las grandes cadenas de noticias e información
nacionales e internacionales.
Su estructura es muy dinámica y eminentemente piramidal. Prioriza la introducción
de nuevas ideas, paradigmas e ideales orientadas hacia los estamentos dirigenciales
de todo el mundo.

La tecnología actual de las telecomunicaciones, de los medios de difusión y de la informática


ha puesto a disposición del hombre una capacidad sin precedentes para influir sobre grandes grupos
poblacionales en todos los países del mundo y en forma simultánea. Un efecto de ello lo configura un
nuevo perfil psicológico correspondiente al hombre de la pos-modernidad, que aunque viva integrado
al planeta a través de una compleja y gigantesca red electrónica, se ha convertido - paradójicamente -
en un ser desarraigado, confundido, fácilmente manipulado y, a menudo, tristemente angustiado y
enajenado.
La industria del entretenimiento - pues se trata de una verdadera industria - procura llenar
ese vacío interno generando vehículos que permitan a cada hombre y mujer escapar de la gris
cotidianidad para acceder a un mundo feliz de experiencias substitutivas proyectadas sobre una
pantalla electrónica. Se utilizan técnicas de acción psicológica sobre las mayorías poblacionales que
activan y manipulan las necesidades más profundas de la psiquis humana, logrando así formar - y
aún deformar - su estructura psíquica, generando altos niveles de permeabilidad a nuevas sugestiones
al actuar sobre el inconsciente colectivo. El mismo es conducido a aceptar pasivamente determinados
conjuntos de ideas, paradigmas y pautas, mientras rechaza otros, a menudo con la irracionalidad que
caracteriza a los reflejos condicionados. Este fenómeno se ha visto aumentado y asistido en el mundo
actual por el ocaso de las religiones y de las iglesias en vastas regiones de occidente y aún de oriente,
lo que ha debilitado aquellos mecanismos psicológicos con los que el hombre tradicionalmente se ha
relacionado con lo invisible y lo trascendente, vale decir, con su propio inconsciente y, más
importante aún, con el inconsciente colectivo de su comunidad.
De esta manera, el ansia por lo trascendente que desde milenios se corporiza en una fe
religiosa y que abre el camino hacia la evolución del alma, hoy en día se canaliza y dispersa hacia
banales aventuras de ficción, ciencia ficción o futurismo que anulan aquella saludable mirada hacia
adentro que nos puede elevar hacia lo divino, reemplazándola por la mirada hacia afuera centrada en
una pantalla de televisión con sus modernos “héroes” sin mística o “maravillosas” naves espaciales
piloteadas por extraterrestres. Las frustraciones diarias y ansias de las mayorías por la justicia son
- 173 -
satisfechas en las series, las películas y las novelas en las que los "buenos" luchan contra los
“malos”; que tras la previsible persecución a toda carrera por los infaltables patrulleros policiales
terminan con los “malos” siendo capturados por los "buenos".
Lo que a primera vista parecen inocuos entretenimientos, gracias a la fuerza que ejerce la
repetición y el uso muy sutil de técnicas subliminales en la filmación y la actuación y a los efectos
especiales de todo tipo, termina transformándose en una herramienta de efecto hipnótico que
remodela y modifica los patrones de conducta de las mayorías en relación a la sociedad, a la
autoridad, a sus instituciones, a la familia y el amor, a la violencia y, en ciertos casos, hasta logran el
milagro de cambiar la historia entera. Este proceso se orienta, principalmente, hacia las generaciones
jóvenes y de mediana edad, produciendo fenómenos de transferencia psicológica que no resultan
simples de dilucidar de buenas a primeras. Por ejemplo, si se posiciona a una determinada
personalidad - "estrella" de cine y televisión o cantante de moda - como modelo para las mayorías, se
produce entre amplios sectores de la población un efecto de identificación psicológica. Si luego, esa
misma persona adopta patrones de conducta en sus actitudes hacia el sexo, las drogas, el crimen, la
autoridad o determinadas ideas políticas y religiosas, entonces resulta previsible que un gran número
de sus anónimos admiradores adoptarán como propios esos mismos patrones de conducta. Se trata
de una auténtica simbiosis psicológica entre el modelo popular y las masas de sus seguidores, lo que
conforma un proceso de reingeniería social.
Estos modernos héroes del cambio se transforman en vehículos portadores de una suerte de
“virus psicológico” que disuelve las “viejas” ideas e impone en su reemplazo “nuevas” ideas, según
los requerimientos de ese ubicuo “cambio”. Con estas técnicas y metodología se imponen la modas e
ideas más aberrantes y antiestéticas particularmente entre la juventud, a menudo ante la mirada
atónita de las generaciones más viejas hacia quienes un determinado canal de acción psicológica no
está dirigido. No debe entonces sorprendernos la proliferación de cantantes roqueros extravagantes y
a menudo violentos que, generando ritmos semi-musicales y quasi-hipnóticos y apoyados por
maravillosos efectos lumínicos e imágenes chamánicas, generan un fuerte descenso en el nivel de la
conciencia individual entre sus admiradores, con quedan así preparadas para dejarse arrastrar por
las más primitivas fuerzas psicológicas colectivas, lo que las torna altamente permeables a toda
sugestión. Este bien conocido y estudiado fenómeno se reducción del umbral de la conciencia con el
correspondiente aumento en la permeabilidad psicológica puede entonces utilizarse para generar todo
tipo de patrones de comportamiento nuevos. Estos pueden ir desde un suave rechazo de ideas
religiosas tradicionales, hasta un furibundo ataque contra las estructuras tradicionales de autoridad.
El grado de virulencia de esta metodología varía según el blanco poblacional al que va
dirigido, el tema bajo tratamiento y el patrón de comportamiento que se pretende instilar. A modo de
ejemplo, si observamos la imagen que se procura generar en relación a todo lo que conforma lo
militar, vemos como una suerte de leit-motiv que la imagen del militar como persona y de las fuerzas
armadas como institución adquiere perfiles violentos, burdos, y comportamientos francamente
perverso. Ello resulta así más allá de toda consideración ideológica, pues esta imagen es impulsada
tanto se trate de tropas alemanes durante el nazismo, de policías yanquis, de americanos en Vietnam,
de militares sudamericanos, de policías franceses o de generales soviéticos. Todos son mostrados
reiteradamente como seres innecesariamente crueles, grotescamente toscos y ridículamente tontos.
El efecto logrado consiste en una suerte de “inmunización psíquica” entre las mayorías
contra todo lo que representa lo militar. Señalamos este hecho pues revista gran importancia en el
proceso de cambio de paradigmas, necesario para el nuevo orden mundial, por cuanto las
instituciones armadas nacionales, sean del país que sean, representan el último escaño en la defensa
- 174 -
del Estado-nación y se encuentran intrínsecamente identificadas con éste. Por su propia naturaleza,
son instituciones altamente conservadoras, tradicionalistas, rígidamente verticales y de baja
permeabilidad al ideario del mundialismo y al cambio en general. El futuro gobierno mundial no
necesitará una fuerza militar que cuide ninguna frontera (pues cuando logre su meta ulterior, no
habrá más fronteras nacionales), sino tan sólo una disciplinada y poderosa fuerza policial tipo
comando de rápida y fulminante intervención para mantener el orden en todo el planeta. Así se
comprende mejor las razones que hacen que determinados cuerpos militares multinacionales no vean
su imagen maltratada, como son los Cascos Azules de la ONU o determinados grupos comando
antiterroristas, siendo que representan proyectos embrionarios de lo que algún día será un poderoso
cuerpo policía global.
Las diferencias entre la formación ideológica, intelectual y la razón de ser de un cuerpo
militar nacional y uno policial son muy agudas. El militar se forma con la misión de conservar,
defender o ampliar un determinado territorio y actúa siempre como brazo armado de un Estado-
nación; el policía tiene como misión mantener el orden dentro de un ámbito determinado haciendo
cumplir leyes y pautas emanadas del brazo judicial de sus mandantes, sean éstos públicos o privados.
Dentro de este marco conceptual que implica la disolución del Estado-nación, podemos comprender
la razón por la que se produce gran cantidad de películas y series que denigran más allá de toda
crítica constructiva, la imagen del militar y de sus instituciones. Similar situación existe en relación
a las instituciones tradicionales religiosas que son reaccionarias al cambio. La industria de los
entretenimientos suele distorsionar la imagen sacerdotal y monacal hasta convertirla en sinónimo de
perversiones de toda naturaleza, particularmente sexuales. Curas en amoríos clandestinos y monjas
que abren el paso a visitantes nocturnos parecen estar entre algunos de los temas favoritos de la
industria de cine hollywoodense impregnada de una cuota abrumadora de psicologismo freudiano.
También se recurre a temas cómicos en los que la figura del religioso - el cura, el monje o las
jerarquías eclesiásticas - son ridiculizados sin piedad. Resulta notable comprobar que el principal
blanco de ataque suele ser la jerarquía de la Iglesia Católica, y más recientemente, la religión islámica
cuyas manifestaciones de fundamentalismo político-religioso se equiparan con el crimen y el
terrorismo ignorando así el mucho más complejo marco de la actual problemática político-social del
Medio Oriente.
Innegablemente, desde la óptica de la psicología de masas la industria del cine opera en una
zona de alto riesgo ya que pretende jugar con fuerzas psíquicas y energías arquetípicas que
conforman el inconsciente humano, particularmente el inconsciente colectivo. La amplia gama de
técnicas utilizadas incluye imágenes y sonidos subliminales que se propagan en muchas películas y en
muchos mensajes poco edificantes. Este rubro también incluye a los “video-clips” que han
proliferado en la última década y que utilizan efectos audio-visuales hipnóticos consistentes en
imágenes confusas cargadas de violencia, irracionalidad, pornografía y agresión que suelen sucederse
en rapidísima secuencia, a menudo a una velocidad que supera la capacidad de la mente humana de
distinguirlas conscientemente. Esta técnica que también se utiliza en muchos avisos publicitarios
televisivos en los que se verifican secuencias de imágenes proyectadas sobre el pasivo televidente al
ritmo de dos, tres o más por segundo se emplea noche tras noche en lugares de baile y en los
conciertos roqueros.
Estas técnicas generan una pasividad cuasi-hipnótica en el espectador, preparándolo y
condicionándolo con un alto nivel de permeabilidad a cualquier sugestión o mensaje subliminal. El
contenido de ese mensaje puede entonces ser muy variado: desde la sugerencia relativamente inocua
de que adquiera un terminado producto, hasta la mucho más peligrosa de persuadirlo para que vote
- 175 -
por un determinado candidato en las próximas elecciones. En un marco más amplio, esta persuasión
repetitiva puede condicionarlo para que acepte determinadas ideas, paradigmas y patrones de
conducta o volcarlo hacia determinada ideología o cosmovisión. También se pueden aplicar las
mismas técnicas para volcarlo en contra de determinadas ideas. Haciendo una analogía con la
ciencia médica, las modernas técnicas de psicología de masas también están en condiciones de
generar sus virus y patologías contagiosos que afectan a millones de personas, como así también de
prevenir que surjan corrientes de pensamiento poco convenientes para determinados intereses
regionales o mundiales. Bajo el otrora régimen soviético estas técnicas de lavado de cerebro fueron
perfeccionadas en un alto grado. Hoy han evolucionado hacia formas muy complejas y sutiles que
representan verdaderas vacunaciones e inoculaciones psíquicas capaces de generar epidemias
psicológicas masivas.
Estas técnicas literalmente bucean en las napas más profundas de la psiquis humana que, en
manos inapropiadas, pueden generar efectos muy detrimentales para el desarrollo equilibrado y
saludable de la mente. Que todo este aquelarre de series y películas con su frenesí de barbarie y
sangre tenga una relación directa con los crecientes niveles de crimen y violencia en todas las grandes
ciudades del mundo resulta bastante obvio para cualquiera que lo analice con un mínimo de
detenimiento. La tendencia innata en el hombre hacia la imitación suele activar mecanismos muy
peligrosos en personas que se sientan frustradas o cuyo carácter se haya visto agriado por las malas
condiciones de vida a las que se ve expuesta como consecuencia de inequidades sociales o de
durísimos niveles de competencia. Así, ni siquiera deben sorprendernos casos extremos de
patologías psíquicas como el ocurrido en 1992 en Inglaterra en que un pequeño de tres años fue
asesinado por dos menores de apenas doce años que creían así revivir un video de “terror” que les
había impactado. Buena parte de estos entretenimientos y películas va dirigida hacia mentes
impresionables, gente de menor nivel educacional y a los joven en general.
Pero no sólo de audiencias pasivas se trata, pues a medida que se producen nuevos avances
tecnológicos, surgen la televisión interactiva que deparará muchas sorpresas o los video-juegos de
todo tipo en los que el "enganche" o succión psíquica del televisor sobre su operador es fácilmente
verificable por cualquier persona que observe, aunque sea por unos instantes, la mirada vidriosa de
una persona "interactuando" con un video-juego.
Lo destacable de todo este proceso es que genera entre las mayorías creciente adicción a la
pantalla pasiva o interactiva, y mayor permeabilidad a sugestiones recibidas a través de la misma, lo
que significa criar generaciones de seres mas controlables a través de medios electrónicos. En modo
alguno deben criticarse estos ingenios tecnológicos en si, puesto que no existen instrumentos más
formidables que la televisión, la radio, el cine y los videos como transmisores de ideas, capacitación,
valores culturales, entretenimientos constructivos y elementos educativos. El problema no radica en
los medios y canales de propagación en sí, sino en su contenido o al menos en una buena parte del
mismo. Parafraseando el lenguaje de la computación, nadie critica el 'hardware' de esta gran red
electrónica planetaria, que une e interconecta al mundo; lo que se puede cuestionar son algunos
carices nocivos del 'software', o sea el contenido y la utilización que se hace de esa red de
comunicación y propagación. De ahí que no basta con criticar lo feo, banal o estúpido que se
propaga por los medios de comunicación mundiales, sino que resulta mas útil señalar cuales serían
las razones por las que se hace este uso de los medios; que fines se persiguen y cuales son sus
previsibles consecuencias.
Los medios de difusión han asumido en forma crecientemente activa, la función de
instrumento de educación masiva, con lo que han ido reemplazando al instrumento educativo
- 176 -
tradicional que es la escuela. La escuela - pública o privada - orientada por planes de estudio
emanados de los ministerios de educación pública, se encuentra en franco ocaso. En todos los países
de occidente, incluso en los Estados Unidos, existe creciente alarma debido a la decadencia del
sistema educativo público en los niveles primario y secundario en momentos en que se instaura la
tercera ola y todos los expertos en management nos indican que la base futura del poder, de la
calidad y del éxito serán los conocimientos, la capacitación y las habilidades de las personas. Sólo
en algunos países del Lejano Oriente como Japón o Corea, se mantienen altos y competitivos los
niveles educativos estatales, lo que refleja la persistencia de las tradiciones nacionales en esos países.
A decir verdad, el entorno cultural de los mismos, aliado a la valla natural que sus idiomas
representan, actúan de freno sobre la propagación excesiva de muchas de las costumbres nocivas de
occidente. La universalización del idioma inglés como lingua franca del gobierno mundial, sin
embargo, a la larga derribará también a esta valla.
El instrumento primario educativo ha ido quedando crecientemente en manos de la red
mundial de telecomunicaciones que día a día abre nuevas alternativas de difusión, aumenta su poder
y su complejidad, e incursiona en nuevas especializaciones y nichos de audiencia. Todo ello
conforma una nutrida red que ha dejado de ser meramente informativa, para ser formativa.
Acerca de la televisión en su país, el sociólogo estadounidense, James B Twitchell señala el
importante rol que le cabe en generar el bajo nivel cultural de su población, lo que también ha tenido
un efecto expansivo hacia el resto del mundo debido a la fuerza de la industria del show business
norteamericano. Twitchell describe a la televisión estadounidense como: "un medio cuyo influjo es
tan profundo y tan decididamente banal que, por sí-solo y sin ayuda, ha quitado la vulgaridad de
la cultura moderna al transformarle en la norma. El resultado es una cultura de masas, dirigida
por oportunistas que explotan el hambre de vulgaridad, pornografía y hasta de barbarismo. La
supremacía de tal decadencia y hedonismo en una cultura no puede sino tener un efecto
desmoralizador sobre los valores de la sociedad, socavando y erosionando una vez más las
creencias tradicionales"

El arte como proceso económico


Dentro del contexto de las técnicas actuales de acción psicológica sobre las mayorías, resulta
ilustrativo referirnos a ciertas corrientes artísticas contemporáneas, por cuanto el arte se encuentra
íntimamente ligado a la conformación de, al menos una parte importante, de la psiquis colectiva de
los pueblos ya que el arte a menudo canaliza valores relacionados con sus tradiciones y anhelos
espirituales más profundos. Las manifestaciones artísticas y culturales se encuentran íntimamente
ligadas a la cohesión psíquica y a la personalidad de una nación. Tradicionalmente, los pueblos
cantaban y aprendían a través de sus artistas, sin embargo, el genio artístico creador occidental - en
la arquitectura, la literatura, la música, la pintura o la escultura - se encuentra seriamente trastocado
en la actualidad.
La milenaria tradición artística occidental se basa en la creación de arte eminentemente
sintetizador, o sea obras que condensan una multiplicidad de valores creativos e interpretativos que
las mantiene siempre vivas pues esa síntesis conforma un reflejo externo de la visión trascendente del
artista, cuya obra sirve de vehículo para comunicarla a otros. Así, el artista visionario comunica su
visión para el mejoramiento y enriquecimiento popular, transmitiendo y generando en él un efecto
sintetizador similar a aquél surgido en su propia psiquis. La modernidad del siglo XX, sin embargo,
- 177 -
ha generado corrientes estéticas y artísticas eminentemente disociadoras, fracturadas y, a menudo,
carentes de un significado ulterior fuera de lo estrictamente intelectual. Este proceso puede
interpretarse como una suerte de involución que nos retrotrae desde aquella maquinaria
perfectamente ensamblada que es una Fuga de Bach, al moderno conjunto musical aturdidor y
desordenado bañado en ruidos y flashes. Desde aquél pathos shakespeariano - verdaderos tratados
de psicología universal - a los superficiales, sentimentales y descartables relatos novelescos de
lugares comunes de la mayor parte de la literatura contemporánea. De los profundos óleos de
Leonardo, Durero y Monet a las banalidades de un Warhol o un Dadá. La tecnología, que parece
poderlo todo, sin embargo no puede imitar la auténtica creatividad del genio.
Dentro de este enfoque, nuestro 'arte moderno' en muchos casos podría clasificarse como un
“no-arte” puesto que se basa exclusivamente sobre consideraciones de índole intelectual. No busca
simbolizar y señalar emociones e intuiciones trascendentes provenientes de estados superiores del
alma y de la mente, cuyo vehículo de transmisión a la conciencia es la obra de arte. Ni siquiera
anhela o necesita expresar lo “inexpresable”, por cuanto todo lo reduce a denominadores comunes
intelectualizables. Así, cuando quedamos atónitos ante un cuadro, una pieza musical o una escultura
“moderna” que se nos representa carente de sentido y alma - sino abiertamente antiestética - suele
aparecer algún oportuno “experto” o crítico de actualidad, bien pago por cierto, dispuesto a
brindarnos alguna rebuscada y conveniente explicación sobre el supuesto significado de la insólita
obra. Y así se recurre a una miríada de sofismos y artilugios que procuran disimular lo que para
muchos resulta obvio: la insondable mediocridad artística de la vasta mayoría del arte moderno.
En verdad, ello resulta así pues el valor de buena parte de lo que hoy pasa por arte moderno
suele medirse no tanto por criterios estéticos o espirituales, sino según cánones económicos, ya que de
lo que se trata es de una auténtica industria del arte. Consecuentemente, se lo evalúa según criterios
economicistas con lo que dicho arte se convierte en una mercancía más que debe comercializarse
dentro de un mercado, según las leyes del mismo y aplicando las consabidas técnicas del marketing.
Dentro de este marco conceptual cobra significativa lógica el criterio moderno para evaluar,
por ejemplo, a una obra literaria según la premisa determinante y prueba ácida de si la misma logra
convertirse en un “best-seller”, cuyo significado literal en inglés es "mejor-vendido". De manera
que el valor de una tal obra se mide por el dinero generado por los ejemplares vendidos, relegando el
eventual valor de su contenido a un segundo plano. El beneficio económico que tal libro u obra
depara a la editorial y a su autor, se torna en el parámetro determinante y primario. En obras de
ficción, como así también en muchos ensayos, tras agotar sus posibilidades económicas suelen pasar
en la casi totalidad de los casos al mas completo olvido. La muy pequeña cantidad de excepciones a
esta regla que logren sobrevivir independientemente de si fueron o no “best-sellers” en su momento
de publicación, probablemente contengan algún valor literario auténtico y su eventual supervivencia
posiblemente los haga merecedores de colocarse al lado de un Moliere, un José Hernandez, un
Goethe, un Poe o un Dostoyevski, cuyas obras, dicho sea de paso, rara vez cosecharon rápidos éxitos
ni generaron las ganancias rápidas y fáciles que hoy permitirían catalogarlos como “best-sellers”.
Similar situación hallamos en el mundo de la música dónde los méritos de toda obra moderna
para consumo masivo, especialmente aquella dirigida a audiencias jóvenes, se mide según los
criterios del mercado, evaluándolas según la cantidad de compact-discs y cassettes vendidos. El
criterio valorativo se basa en que cuanto mayor es esa cantidad de ventas, más alto llega tal o cual
canción en el “ranking” de los “hits”, o sea de los “éxitos”, económicos por cierto. Nuevamente, el
mérito artístico o interpretativo de la obra resulta secundario, ante el éxito económico medido por el

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nivel de ventas que resulta de importancia primaria. En última instancia, todo se decide por una
cifra monetaria.
El círculo parece cerrarse con el cine y el teatro dónde comprobamos la misma tendencia,
pero potenciada debido al atractivo tecnológico de los medios modernos utilizados para producir
películas y videos. Fue precisamente en Hollywood, Estados Unidos, centro mundial de la industria
cinematográfica, adónde se introdujo el concepto del "show business" - literalmente "negocio del
espectáculo" - en el que se invierten cientos de millones de dólares para lanzar a la fama universal a
“directores”, “estrellas” y demás personajes necesarios para lograr películas de máxima taquilla.
Estas, en su mayoría, parecería que necesariamente deben poner el mayor énfasis sobre temas
violentos, perversos, pornográficos o banales, mezclados con determinadas variantes de humorística
grosera. Sus técnicas psicológicas son bien aplicadas con el fin de generar determinados patrones
psíquicos, mientras que se logran grandes éxitos económicos en el mundo entero, lo que permiten a
sus productores recuperar diez, veinte y hasta cien veces la inversión original.
En casi todos estos casos, no se trata de arte en el sentido tradicional de su manifestación
entre los pueblos, sino de un proceso económico. Y como en todo proceso económico de venta
masiva, el marketing, o sea la comercialización a través del análisis y estratificación de mercados
potenciales, juega un rol muy importante. A menudo, se escucha decir en tono justificativo que si la
mayoría de estas obras están llenas de violencia, perversión, pornografía, lugares comunes o
chabacanería, ello se debe a que "eso es lo que pide la gente pues refleja la problemática moderna".
Sin embargo, es muy probable que ello no sea tan simple, ya que el problema puede plantearse según
la vieja paradoja del huevo y la gallina, pues al alimentársele a los pueblos en forma masiva, intensa
y continua con esta contra-cultura enlatada de efecto desmoralizador y hasta perverso, no hemos de
sorprendernos cuando comprobamos que esos mismos pueblos así 'educados' luego terminan
pidiendo aquello que resulta desmoralizador y perverso. Esta adicción psíquica tiene su analogía con
las adicciones físicas en que el producto nocivo genera su propia drogadependencia.
Nos hemos detenido en describir este complejo proceso por considerar que el mismo está
íntimamente ligado con el proceso mundial que impulsa cambios graduales y mayor permeabilidad,
debilidad y desorientación entre las mayorías como una forma transitoria de controlarlas y lograr su
consenso ante las estrategias que conducen al mundialismo. Con ello se impulsa un fuerte
direccionamiento en contra de toda actitud mental y conformación anímica que pudiera interponerse
o resistirse al avance del nuevo orden mundial propiciado desde la tecnoestructura supranacional. La
firmeza con la que los pueblos puedan hacer frente a la amenaza que representan determinados
procesos sociales, políticos y económicos que acarrean consecuencias nocivas, depende del grado de
fuerza de voluntad, consistencia anímica y claridad intelectual que dispongan.
Si no logran una consistencia adecuada, estos procesos terminan representando un verdadero
laberinto que hace perder de vista cómo y adónde empezó todo el embrollo con lo que se convierten
en una suerte de maquina de motto perpetuo que se retroalimenta en forma constante, logrando
creciente fuerza e imponiéndose a la población no por medios físicos sino por medios psicológicos e
intelectuales.
En este proceso de disolución social íntimamente ligado al de la disolución de las
instituciones tradicionales, se puede comprender mejor el rol que desempeñan los crecientes niveles de
violencia, drogadicción, mafia, corrupción, homosexualidad y toda la amplia gama de patologías
psico-sociales que nos aquejan, particularmente en los grandes centros urbanos, y que terminan por
afectar a la familia, a la escuela, a las dirigencias políticas y al conjunto de instituciones sociales.
La injerencia de la tecnocracia mundial en estos macroprocesos de la industria del entretenimiento a
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través del control estructural sobre los medios de comunicación, las productoras de entretenimientos
masivos y su financiamiento directo y por la vía de la publicidad masiva, resulta de fundamental
importancia pues permite matar a dos pájaros de un solo tiro: se moviliza a un conjunto de industrias
y servicios altamente redituables económicamente mientras que se avanza en el proceso disociativo
social.
Dentro de esta recorrida por algunas de las técnicas de ingeniería psico-social puede incluirse
a la proliferación de competencias deportivas de toda índole que no sólo reditúan grandes ganancias a
clubes deportivos, jugadores, sus managers, promotores, medios de difusión y a empresas privadas,
sino que también cumplen con la importantísima misión de canalizar la necesidad de competencia de
las mayorías al identificarse con un determinado equipo de fútbol, rugby o béisbol o con algún
jugador de tenis o corredor automovilístico. De esta manera, se canaliza buena parte de las tensiones
anímicas y agresividades de las mayorías que viven así una experiencia sustituta al asumir como
propias las victorias y derrotas de sus deportistas favoritos. Lo que antaño se manifestaba en el
apoyo masivo hacia el sentimiento imperial o hacia una patria hoy se vuelca, de manera creciente, en
las canchas de fútbol en las que la violencia que aflora es ínfima en comparación con las energías
gigantescas que estos mismos sentimientos desatan cuando los pueblos en lugar de gritar a favor de
un equipo de fútbol aúnan esfuerzos detrás de una idea o emoción de prevalencia nacional o regional.
Precisamente, uno de los peligros que más preocupa a la tecnocracia mundial y sobre el cuál
vuelca grandes esfuerzos neutralizadores, lo conforma la voluntad de poder latente en los individuos
y grupos, pues si esa voluntad de poder lograra unirse a una inteligencia excepcional, el resultado
podría ser potencialmente de alta peligrosidad para el plan trazado por el mundialismo. De ahí se
comprende la gran importancia de lograr canalizar esta voluntad de poder hacia metas económicas ya
que así se captan las ambiciones y deseos de los individuos más inteligentes y capaces, mientras que
se evita que vuelquen esa capacidad y talento hacia rubros menos convenientes para el mundialismo.
Desde la óptica de la tecnocracia supranacional y sus metas, seguramente existan pocas cosas
potencialmente más peligrosas que un conjunto activo de personas inteligentes, independientes y
altamente motivadas que estén libradas a su propia iniciativa.
Por eso, todas estas formas corrosivas de arte moderno, entretenimientos y competencias
cumplen la función de acostumbrar a las nuevas generaciones al culto de lo anti-estético, lo amoral y
lo estéril como esquema de "vacunación psicológica" que actúe de valla ante cualquier valor
tradicional que pueda inspirar sentimientos, ideales o ambiciones poco convenientes para las metas
del mundialismo. Ello no quita que exista un número reducido de películas, música, esculturas,
pinturas y literatura que contienen auténtico valor, pero sus efectos positivos son mínimos ante las
olas de basura generadas por las industrias del arte moderno. Son las excepciones que confirman la
regla.
A la consiguiente disociación y dispersión social que este fenómeno produce, le corresponde
un generalizado y abarcador debilitamiento y disfunción que afecta a todas las estructuras
tradicionales relacionadas con el Estado-nación y sus instituciones verticales, con lo que se intensifica
el proceso de atomización de la fibra social. Entonces, resulta mas fácil remodelar las fuerzas y
estructuras sociales, reagrupándolas y reensamblándolas según nuevos paradigmas y valores que se
condigan con las necesidades de la tecno-estructura supra-nacional. Esta disolución controlada del
sistema e instituciones tradicionales se basa sobre una manipulación de la psicología de masas y su
táctica puede asemejarse, por analogía, con la antigua máxima de los alquimistas medievales: solve et
coagula. Disuelve y vuelve a condensar: tras disolver las formas tradicionales, se las vuelve a

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condensar en nuevas formas, más maleables y convenientes para el proceso que conduce hacia el
mundialismo.

"...And the winner is..." - Prestigio y Desprestigio

Otra importante técnica utilizada en el proceso de re-educación de las mayorías consiste en la


introducción y posicionamiento favorable de determinadas ideas y la simultánea inhibición de otras.
Dicha técnica sigue el peregrino método de prestigiar y desprestigiar unas y otras. Esto se aplica no
sólo sobre las ideas en sí, sino que también suele corporizarse sobre sus respectivos voceros y
propagadores.
Definimos el factor "prestigio" como un producto que también se vende “enlatado” y que
forma una sub-industria en si mismo. Tomemos como ejemplo, a la industria cinematográfica de
Hollywood, uno de cuyos instrumentos formadores de “prestigio” son los Premios Oscar que la
Academia hollywoodense otorga año a año y cuya entrega conforma, a su vez, un “show” universal
en sí mismo. La entrega de estos galardones se televisan al mundo entero, con brillantes mise en
scene que culminan, premio a premio, con la consabida y prefabricada tensión del galán que
nerviosamente abre el sobre para anunciar "...and the winner is:..." tras lo cual un Oscar más recae
sobre el mejor actor, la mejor actriz, el mejor productor, el mejor sonido, color, canción, actor de
reparto, director, efectos especiales, vestuario, et cetera.
De esta manera, cada película producida por la "Industria" recibe 1, 2, 7 o 10
'nominaciones', que le permiten atraer a una aún mayor taquilla en los "tensos" meses y semanas
previas al otorgamiento de los premios. Luego, una vez otorgados los Oscar, las 'ganadoras'
publicitan ampliamente estos éxitos a los cuatro vientos, generando amplias sonrisas en las boleterías
y box-office del mundo entero. El éxito, como no podía ser de otra manera, se mide en dólares.
Personalidades como el director estadounidense Stephen Spielberg, se transforman en héroes casi
míticos al lograr cifras de recaudación de cientos de millones de dólares con películas sobre
dinosaurios, extraterrestres y dramatizaciones pseudo-históricas.
Similar efecto comprobamos con otros premios semejantes como lo son los "Premios Emmy"
en la televisión, los "discos de oro", y diversos premios y nombramientos análogos, sin olvidar
variantes criollas locales como nuestros "Martín Fierro". Todos cumplen el mismo rito; todos se
basan sobre el mismo axioma que determina que el valor de cualquier obra puede, debe, cuantificarse
en dólares.
A un nivel más excelso pero con una metodología análoga, comprobamos este efecto en
premios que involucran rubros de alto prestigio como son los premios Pulitzer para el periodismo
estadounidense o, quizás el más conocido y prestigioso de todos los galardones: los Premios Nobel.
En este caso, su otorgamiento se torna muy importante en aquellos rubros de alto contenido político,
como son los Premios Nobel de la Paz o los de Literatura y Economía. Los Premios Nobel de la
Paz a menudo se otorgan a personalidades políticas cuyas trayectorias poco o nada tienen que ver con
la paz, pero que resultan clave para determinadas etapas o procesos puntuales del mundialismo que
requieran prestigiar a sus actores con un "Nobel de la Paz". De esta manera, se ha llegado a otorgar
estos premios a ex-guerrilleros como Yasser Arafat en 1994 y Menahem Beghin en 1979, en ambos
casos dentro de la compleja problemática del conflicto árabe-israelí. También se lo ha brindado a
personajes insulsos y sin relevancia alguna como el Argentino Adolfo Perez Esquivel en 1980, justo
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en momentos en que desde los centros del mundialismo se estaba por impulsar el proceso
democratizador en Sud América, que comenzaría, precisamente, por la Argentina. Ello requería
otorgarle un alto relieve a la lucha por los derechos humanos como forma de ataque contra los
entonces circunstanciales gobiernos militares instaurados en la región. Así se reflejaba la política
hacia Latinoamérica del entonces presidente James Carter a través de su sub-Secretario de Estado,
Warren Christopher y su Consejera en Asuntos de Derechos Humanos, Patricia Derian (ver Anexo
F, Cap.5). Una vez cumplido este proceso, los medios de difusión mundial lo dejaron descansar a
Perez Esquivel en el anonimato del cual nunca debió salir.
Lo esencial radica en que una vez que se prestigia a estas personas o ideas, resulta más fácil
impulsar determinados procesos políticos, económicos o sociales aún cuando éstos sean inicuos. En
términos generales, lo que la Trilateral Commission, el CFR, el Club de Roma o el Grupo
Bilderberg formulan de manera científica, como pauta en el camino hacia el mundialismo, vemos
luego popularizado a través de un sinfín de intelectuales adecuadamente prestigiados a tal efecto, que
propagan uno u otro aspecto del credo del nuevo orden mundial, todo en nombre de la “paz mundial”,
versión popularizada de la “no-guerra” de Brzezinski, de crecientemente abstractos “derechos
humanos” o del consabido “progreso de la humanidad”.
Entre los diversos popularizadores famosos del mundialismo hallamos al estadounidense,
Alvin Toffler, a quién nos hemos referido reiteradamente en estas páginas, quién hace interesantes
análisis sobre el desarrollo de la humanidad dentro de los cánones del mundialismo. En tres de sus
principales obras, "Future Shock" (El Shock del Futuro), "The Third Wave" (La Tercera Ola) y
"Powershift" (El Cambio del Poder), todos ellos best-sellers de los que se han vendido muchos
millones de ejemplares en los principales idiomas del mundo, se describe la inevitabilidad del mundo
“tecnotrónico” pos-industrial de la tercera ola venidera y se ensalzan los enormes beneficios que la
naciente tecnoestructura mundial depara para la humanidad. Así, lo que el científico-social
Brzezinski formula y elabora en los laboratorios del CFR y de la Trilateral Commission como guía
estratégica para la compacta élite que impulsa el nuevo orden mundial, Toffler lo populariza para las
mayorías que van acostumbrándose y condicionándose a ese nuevo orden; para que ofrezcan poca o
ninguna resistencia a esta “inevitable tercera ola”.
Complementariamente, a la técnica de prestigiar determinadas ideas y sus voceros, le
corresponde una metodología análoga que impulsa el efecto exactamente inverso consistente en
desprestigiar a aquellas ideas, personalidades y figuras históricas que sean representativas de
oposición y resistencia a algunas o todas las premisas filosóficas propuestas por la tecnoestructural
supranacional. Esta metodología del desprestigio resulta tan o aún más importante que el factor
prestigiante y explica las gigantescas campañas de acción psicológica canalizadas por de los medios
de comunicación social y en las estructuras educacionales, en contra de determinadas ideas,
doctrinas, teorías, personajes políticos e históricos, y hasta en contra de ciertas corrientes religiosas a
las que se ridiculiza o sataniza.
De esta manera se elaboran y propagan falsificaciones históricas en relación a países y
guerras enteras, cargándose de una emotividad a menudo desmedida y exagerada a determinados
hechos, persecuciones y genocidios que han servido y sirven para generar simpatías y antipatías,
desviar la atención o encubrir intencionalidades difícilmente confesables. Complementariamente,
muchos otros genocidios que verdaderamente existieron y que aún hoy en día continúan
produciéndose, son minimizados o incluso ignorados, quitándoseles toda carga emotiva obedeciendo a
motivaciones estrictamente políticas. Los medios de comunicación social pueden lograr que el
planeta entero llore la muerte de cien personas en una determinada circunstancia o relegar a una mera
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información estadística el asesinato de cientos de miles en otras circunstancias distintas. Es sólo
cuestión de determinar adónde conviene ubicar el "zoom" de la cámara de televisión planetaria.
El reciente fenomenal interés que se reavivó en los Estados Unidos acerca del asesinato del
ex-Presidente John F. Kennedy en 1963, y que se plasmó en varias películas, algunas de ellas como
“JFK” de Oliver Stone de innegable valor histórico, deberían ayudarnos a comprender que si en la
mayor democracia del planeta aún no logró resolver cuales fueron las causas ulteriores que
derivaron en el asesinato de uno de sus más populares presidentes, cuanto más difícil ha de tornarse
comprender los complejísimos procesos políticos y bélicos sobre los cuales se lanzan amplísimas
cortinas de humo por grupos altamente interesados en presentar los hechos tan sólo desde la óptica
que más les conviene.1
Todas estas técnicas de acción psicológica procuran propagar un mensaje universal que
podría sintetizarse en tres consignas básicas propias de esta etapa transitoria del proceso
revolucionario que dirige la tecnoestructura supranacional y que representa la superación y
reemplazo de las consignas de "Libertad-Igualdad-Fraternidad" que dinamizaron a la Revolución
Francesa. Este nuevo llamado hacia el nuevo orden mundial puede sintetizarse en tres consignas para
consumo de las mayorías poblacionales cuando reclaman: Democracia - Paz - Derechos Humanos.

Democracia - Paz - Derechos Humanos


Hoy en día, el prestigio o desprestigio de ideas, personas, naciones y hasta pueblos enteros se
mide a través del grado de intensidad con el que se verifican estos tres valores que han cobrando
carácter de verdaderos axiomas cuasi-dogmáticos, inculcados a través de la presión de los medios de
comunicación, la educación y gran parte de las estructuras sociales forma parte de ese proceso de
inmunización psicológica al que nos hemos referido.
Actualmente, resulta anatema cuestionar o contrariar cualquier aspecto del ideario
democrático so pena de ser sospechoso de atentar contra ella. Paradójicamente, el sistema que avala
la pluralidad de las ideas y las opiniones presupone que nadie puede cuestionar al propio sistema
democrático, con lo que la existencia de todo un conjunto de ideas y opiniones de alternativa que
pudieran verse juzgadas de antemano como poco adaptables al sistema democrático, quedan por ello
al margen de la ley y su sola mención se considera crimen de lesa democracia, por mas que algunas
de ellas porten de la experiencia de milenios de historia. No nos referimos a aquellas ideas que
atentan en forma violenta contra la perduración del sistema democrático, sino más bien a propuestas
que podrían impulsar modificaciones en el esquema de administración del poder en los regímenes
democráticos y moderar las distorsiones que ciertos perfiles del capitalismo genera por su propia
naturaleza. Una parte de éstas corrientes de opinión ha quedado identificada con regímenes y
experimentos en diversas partes del mundo cuyo mayor error histórico consistió, en definitiva, en

1
Similarmente, jamás logró la opinión pública estadounidense saber quién asesinó a Robert F Kennedy, hermano del
presidente asesinado, en plena campaña electoral en junio de 1968. Ni tampoco quién asesinó al “héroe de los
derechos civiles de los negros”, Martin Luther King, en abril de 1968. Ni tampoco quién dejó paralítico de un
balazo en la columna y fuera de carrera al candidato presidencial derechista, Wallace en 1969. O quién inspiró
realmente el atentado fallido que casi le cuesta la vida al presidente Ronald Reagan a principios de 1981. Si se
logra burlar a la opinión pública con cortinas de humo que no le permiten conocer las causas reales de hechos tan
trascendentes como estos, ¿qué es lo que entonces sabe en absoluto la opinión pública sobre los orígenes verdaderos
de los hechos que van conformando el mundo en que vivimos?
- 183 -
haber sido derrotados en el campo militar por la superioridad bélica, y a veces la brutalidad de,
precisamente, las democracias de occidente.
Al hablar hoy en día de democracia, se entiende por ello aquél sistema democrático o
socialdemocrático, necesariamente regido por el capitalismo de mercado. En la práctica,
"democracia" significa el ejercicio del poder formal dentro de un estado emanado de una ley
fundacional constituyente, a través de una división tripartita de competencias - ejecutivo, legislativo y
judicial - cada uno de los cuales es ejercido por conjuntos de personas cuyo proceso de selección se
encuentra estructuralmente sensible y a menudo altamente adicto al poder real del capital y el dinero.
Esto resulta así, sea porque estos estamentos dirigenciales son miembros de partidos políticos que
necesitan de grandes aportes financieros directos e indirectos para llegar al poder y mantenerse en él,
o porque representan a instituciones o estructuras económicas que los han catapultado a sus
encumbrados cargos no para gobernar a su arbitrio o a favor de algún abstracto “pueblo” o
comunidad, sino para cumplir una determinada y precisa función dentro de un plan estratégico de
mayor alcance.
Dado que el sistema democrático moderno se rige exclusivamente por el mecanismo
partidocrático, sólo éstos pueden llegar a las mayorías con sus propuestas y campañas electorales, y
ello casi exclusivamente a través de los grandes y carísimos medios de difusión masiva. Esos
medios, particularmente en los países del Primer Mundo, son instrumentos íntimamente ligados a
poderosos grupos económicos que generan los literalmente miles y miles de millones de dólares que
anualmente se invierten en publicidad, fuente primordial de ingresos de todos los medios de
comunicación social.
Estos medios de comunicación, a su vez, son los árbitros que determinan cuales candidatos e
ideas resultan prestigiadas y cuales desprestigiadas, por lo cuál las opciones ofrecidas a la voluntad
popular resultan, en el mejor de los casos, muy limitadas. No significa esto que no haya opciones,
puesto que las hay, pero las mismas configuran esquemas de opciones controladas. Puede que dos,
quizás tres, partidos políticos se disputen una elección - Republicanos y Demócratas en los Estados
Unidos, Conservadores y Laboristas en el Reino Unido o Demócrata Cristianos y Socialdemócratas
en Alemania - y discrepen y discutan sobre un sinfín de aspectos secundarios y accesorios dentro del
marco político de cada nación, pero sobre las cuestiones fundamentales que hacen a los grandes
procesos económicos, políticos y sociales y la evolución hacia un nuevo orden mundial, existe un
implícita unanimidad. Más allá de abrir juicio sobre las bondades reales o imaginarias del sistema
democrático moderno, lo importante radica en comprender cuales son las fuerzas que lo condicionan
para poder así superar ilusiones infantiles acerca de la supuesta prevalencia de la voluntad popular.
Este condicionamiento no resulta fácilmente evidente a primera vista ya que en las
democracias modernas jamás se cae en el uso de metodologías primitivas de propaganda como las
que rigieron en la órbita soviética, o en su momento con las infantiles alabanzas al líder chino Mao
Tse-Tung, como así tampoco con el hermetismo informativo y saturación propagandística de la
Alemania nacionalsocialista. Más bien se trata de una poderosa orientación de la opinión pública a
través de cien canales distintos y de cien maneras diferentes que, sin embargo, conducen todas a
través de décadas enteras, hacia una única meta. La clave reside en convencer al mayor número de
personas de que el sistema democrático representa el único camino legítimo, precisamente porque el
mismo permite esta limitada pluralidad de opiniones. La contradicción radica en el hecho de que esta
pluralidad de ideas es permitida siempre y cuando las mismas no cuestionen el conjunto de
fundamentos del sistema democrático y capitalista con su doctrina económica, dogmas sociales y
mitos históricos. Implícitamente, ello puede interpretarse como una manera fina y sutil de
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autoritarismo, menos evidente que otros esquemas de este tipo que han surgido a través de la historia,
debido a su naturaleza ambigua e hipocresía intelectual, pero coercitivo al fin, ya que ante
determinadas ideas que escapan el marco de lo autorizado, inmediatamente activa mecanismos
neutralizadores que a veces configuran verdaderas acciones de terrorismo intelectual. Si, para
decirlo de alguna manera, los regímenes autoritarios necesitan de un perro policía en cada esquina
para imponerse y mantenerse en el poder, a las democracias modernas tan solo les basta con un
televisor en cada hogar.
La democracia universal, sin embargo no es un fin en sí mismo sino un estadio transitorio en
el proceso de disolución de las instituciones ligadas al Estado-nación. Una vez que la tecnocracia
supranacional logre el poder real a nivel mundial, el sistema político que entonces instaurará en ese
nuevo orden mundial seguramente no será democrático o al menos no será una democracia como hoy
la entendemos. Un indicio de ello lo hallamos, por ejemplo, en un estudio comisionado y publicado
en 1975 por la Trilateral Commission, sus autores Michel Cozier, Joyi Watanuki y Samuel
Huntington - arribaron a la siguiente conclusión:
"La autoridad ha sido cuestionada, no sólo por el gobierno, sino también por los
sindicatos, empresas, escuelas, universidades, asociaciones profesionales, iglesias y grupos
cívicos... Las instituciones que han jugado un papel sobresaliente en el adoctrinamiento de la
juventud respecto de sus derechos y obligaciones como miembros de la sociedad, han sido la
familia, la iglesia, la escuela y el ejército. La efectividad de todas estas instituciones de
socialización ha declinado severamente. El énfasis ha sido puesto sobre el individuo y sus
derechos, intereses y necesidades......El espíritu democrático es igualitario, individualista,
populista e impaciente con las distinciones de clase y rango. La expansión de este espíritu ha
debilitado las tradicionales amenazas a la democracia, representados por grupos tales como la
aristocracia, la Iglesia y las fuerzas armadas. Al mismo tiempo, el espíritu generalizado de la
democracia puede representar una amenaza intrínseca y socava toda forma de asociación,
debilitando los lazos sociales que mantienen cohesionada a la familia, a las empresas y a la
comunidad. Cada organización social requiere, en alguna medida, las desigualdades en la
oportunidad y las distinciones en las funciones. En la medida en que la expansión del
temperamento democrático corroe a todos estos factores, ejerciendo una influencia niveladora y
homogeneizadora, destruye las bases de la confianza y cooperación entre los ciudadanos y crea
obstáculos a la colaboración para cualquier propósito común.
El liderazgo ha caído en desprestigio en las sociedades democráticas. Sin una confianza
en su liderazgo, ningún grupo puede funcionar efectivamente. Cuando la fibra del liderazgo se
debilita, entre otros grupos en la sociedad, también se debilita en los altos niveles políticos que
gobiernan. El incremento de los requerimientos sobre los gobiernos ha hecho que se supere la
capacidad de éstos para hacerles frente."1
Contrastamos estas palabras con otras de Toffler, escritas pocos años después en la Tercera
Ola: "El primer principio herético de la tercera ola es el del poder de las minorías. El mismo
mantiene que el gobierno de la mayoría, el principio principal de legitimación de la era de la
segunda ola es crecientemente obsoleto. No son las mayorías sino las minorías las que cuentan.
Y nuestros sistemas políticos deben reflejar este hecho crecientemente." Podemos concluir que la
democracia universal sirve de mecanismo transitorio de aplicación obligatoria en todos los
Estados-nación contemporáneos, cuya función es aumentar hasta el borde del descontrol pero
1
Cuaderno Nro. 8 de la Trilateral Commission, "La Crisis de la Democracia",
Nueva York, 1975 - autores: Michel Cozier, Joyi Watanuki y Samuel Huntington.
- 185 -
sin superarlo, el nivel de entropía de los sistemas políticos de la segunda ola. La tercera ola, sin
embargo se regirá por un sistema totalmente distinto: jerárquico, piramidal, sólido, compacto, auto-
renovable, altamente selectivo e intrínsecamente aristocrático que, en definitiva, tendrá poca o
ninguna similitud con la hoy tan popular democracia universal.
No hacemos un juicio de valor al respecto, fuera de señalar que si nuestro análisis de este
proceso resulta correcto, restaría determinar las razones por las cuales la tecnocracia supranacional
no expresa en forma más explícita esta realidad. Por un lado se pregona - mas bien, se impone - el
sistema democrático como única alternativa universalmente válida para la organización colectiva
dentro del marco del Estado-nación, mientras que por el otro, se manejan los resortes del poder real a
nivel mundial según esquemas que son todo lo contrario a la democracia. Más aún, el desenlace
probable de este proceso hacia el mundialismo presupone, necesariamente, que una vez que se haya
arribado al estadio ulterior en que se constituya un gobierno mundial, éste tampoco se regirá por
esquemas democráticos. No criticamos que ello sea así; sólo señalamos la evidente falta de claridad
y transparencia en la manera en que esta realidad es disimulada, encubierta y distorsionada a través
de un sinfín de acciones que conforman verdaderas cortinas de humo para la opinión pública.
El segundo vocablo del dogma del mundialismo - Paz - adquiere el ya mencionado concepto
brzezinskiano de la “no-guerra”, o sea, la necesidad de que no se oponga resistencia armada alguna
o, si viene al caso, resistencia de cualquier otro tipo por parte de ningún pueblo, grupo o país ante el
avance del mundialismo. Particularmente, cualquier manifestación de afirmación nacional se
equipara con un acto de "guerra" y será entonces convenientemente anatemizado por los defensores
de la "no-guerra". Durante la Guerra Fría, todos los conflictos armados fueron mantenidos dentro
del marco de la "no-guerra", ya que las discrepancias menores entre ambos bloques se dirimían en
zonas periféricas como Corea, Vietnam, Angola, el Medio Oriente o Centro América. La
Internacional del Terrorismo y la guerrilla, a su vez, llevaba a cabo sus acciones en forma mortífera
pero fuera del ámbito propiamente dicho de la guerra formal.
En la actual etapa de la pos-Guerra Fría, las guerras se acrecientan aunque cobran formas
inauditas como lo demuestra el ataque de los Estados Unidos contra Irak en nombre de una supuesta
defensa de la democracia cuando, en verdad, se defendió a dos regímenes feudales árabes - Kuwait y
Arabia Saudita - que se ubican entre los más retrógrados y antidemocráticos del planeta aunque
tienen la virtud de flotar sobre el 35% de las reservas de petróleo del planeta; o su invasión Panameña
de perfiles de raid policiaco para capturar a un narcotraficante. Con el colapso de la Unión Soviética
y sus ex-satélites, vemos al concepto de la “no-guerra” asumir alarmante peligrosidad si se
produjera un estado generalizado de conflicto en Europa Central, especialmente en aquellos países
que detentan armamento nuclear, como Rusia, Ucrania, Georgia y Kazakhstan. El caso más
doloroso de este proceso de creciente caotización, lo comprobamos en los países de la ex-Yugoslavia,
dónde las matanzas étnicas entre serbios, croatas y bosnios se suceden desde hace ya años. Esta
verdadera guerra en Bosnia-Hercegovina es un caso típico de la no-guerra que bien podría
representar un pre-ensayo para alguna otra "no-guerra" de aún mayor envergadura y potencialmente
más desequilibrante que podría desatarse controladamente en vastas regiones de Europa Central y
cuyo epicentro podría ubicarse próximo a Alemania.
Una futura "no-guerra" semejante podría activarse, si resultara necesario para neutralizar
cualquier resurgimiento ideológico nacionalista o descontrol político dentro o cerca de la unificada y
repotenciada Alemania, que pudiera hacer peligrar el proyecto del mundialismo, siempre alerta ante
todo proceso político que acontezca en el país germano. Aunque las posibilidades de una auténtica
autonomía política germana hoy en día son remotas, cualquier sorpresa que pudieran deparar los
- 186 -
alemanes podría ser rápidamente neutralizada a través de la activación de guerras étnicas
controladas, aprovechando para ello las importantes experiencias que en estos momentos se están
recogiendo en el pequeño escenario de Bosnia-Hercegovina.
Por último, el tercer vocablo del nuevo dogma mundialista concierne a los derechos
humanos que reflejan una suerte de cruzada originalmente ideada por el Council on Foreign
Relations, y luego canalizada a través de las Naciones Unidas y la política moralista impulsada
periódicamente por los Estados Unidos y algunos gobiernos de Europa Occidental, siempre
dispuestos a considerarse investidos de una superioridad moral para imponer sus criterios éticos en
materia de derechos humanos sobre el resto del mundo. Complementariamente, años de propaganda
y acción psicológica han logrado convencer a vastas mayorías poblacionales en las naciones en vías
de desarrollo que, precisamente, aquellas naciones del primer mundo industrializado detentan una
suerte de autoridad moral para imponer tales valores. El sólo hecho de haber logrado semejante
consenso resulta un indicio certero sobre la efectividad de la acción psicológica impulsada desde hace
años, por cuanto un repaso superficial sobre el comportamiento de esas mismas naciones
industrializadas hacia algunas de sus actuales minorías raciales y étnicas o la violencia que hasta
hace unas pocas décadas ejercieron en contra de sus ex-colonias, las descalificaría rápidamente para
erigirse como generadoras de pautas éticas para el resto del mundo, sea en la política, en las finanzas,
en lo social o en la economía.
Las matanzas y expoliaciones en la India por los británicos, de vietnamitas por los
estadounidenses, de argelinos por los franceses y de africanos por todos ellos, hace apenas una
generación dan elocuente testimonio de lo que decimos. Incluso recién en los años sesenta logró la
minoría negra en el sur de los Estados Unidos levantar un poco la cabeza ante la violencia racista
ejercida por los gobiernos y autoridades de la primer democracia del planeta.
Observadores cautos como el norteamericano Naom Chomsky consideran que "hablar de un
mundo cada vez más democrático es de poca seriedad intelectual", agregando con respecto al
ingenuo optimismo de la corriente liberal sustentada por intelectuales del mundialismo como Francis
Fukuyama que "la percepción de Fukuyama, es decir la de un mundo que abraza los modelos
democráticos y lo que hoy se denomina neoliberalismo o economía de libre mercado, es
absolutamente ilusorio. En los últimos diez años los países mas desarrollados han adoptado una
postura extremadamente proteccionista que tiende a demoler los fundamentos del liberalismo
clásico para así proteger y asegurar los intereses de las transnacionales por encima de un orden
económico internacional mas justo."1
Agrega Chomsky en relación a las democracias modernas que "diariamente se pretende
encasillar al ciudadano (de los Estados Unidos) en el papel de "espectador" en la toma de
decisiones que afectarán su vida, incitándolo a que aparezca esporádicamente para elegir a un
miembro de la clase dominante que lo represente y luego se vaya a casa a mirar televisión. Walter
Lippmann lo definió crudamente: son 'los intrusos, ignorantes y entrometidos que no tienen
derecho a participar en el terreno político'; así se los amaestra y así se pretende que
respondan.....El reforzamiento sistemático de una actitud apática y de obediencia es una realidad
mundial..."2
Esta referencia de Chomsky a Walter Lippmann es significativa, por cuanto Lippmann fue
entre 1932 y 1937 director del Council of Foreign Relations, fundador del periódico, “The New
1
Naom Chomsky - entrevista publicada en diario "Clarín" de Buenos Aires, el 09-Jun-93 bajo el título "Naom
Chomsky: Las Fronteras del Tercer Mundo."
2
Op. cit.
- 187 -
Republic” e indudablemente un buen conocedor del tema. Chomsky agrega que alguna vez
Lippmann definió al papel social de los medios de difusión argumentando que éstos "deben cumplir
la función de manufacturar el consenso, ya que la población general no puede entender los
intereses comunes." Chomsky, quien se inspiró en esta frase para el título de uno de sus libros,
"Manufacturing Consent" ("Fabricando el Consenso"), aclara que "quienes controlan el poder en
los Estados Unidos saben que no pueden forzar el consenso porque su obviedad lo haría
inadmisible a los ojos de los norteamericanos. Por eso recurren a un sofisticado sistema de
adoctrinamiento popular y control del pensamiento. La industria de las relaciones públicas es
casi una institución en esta sociedad si se considera que se gasta aproximadamente mil millones de
dólares anuales en 'controlarle la cabeza' a la gente, lamentablemente con gran éxito."1

Información - Desinformación
Un método efectivo en este proceso de fabricar consenso se relaciona con el manejo de las
noticias, su análisis y el grado de énfasis y posicionamiento que reciben a través de las grandes redes
y cadenas de televisión, radio y medios gráficos mundiales. En la última década, ello ha cobrado
particular relevancia con el auge de las cadenas de televisión mundiales, de las que la precursora en el
procesamiento y manejo de las noticias es la Cable News Network - CNN - basada en Atlanta,
Georgia, Estados Unidos y que fuera fundada a principios de los años ochenta por el empresario de
medios, Ted Turner.2
Existen otras cadenas mundiales de noticias, entre las cuales se destaca la British Sky
Television del empresario australiano Rupert Murdoch, la CNBC de los Estados Unidos, como así
también cadenas menores en el mundo de habla hispana como son ECO de Méjico o Canal de
Noticias NBC. Su impacto es cada vez mayor, habiéndose consagrado la CNN durante la Guerra del
Golfo a principios de 1991, con su amplia cobertura desde Bagdad, Israel, Arabia Saudita y otras
regiones. El propio presidente George Bush llegó a declarar que en determinados momentos críticos
de la contienda, recibía información más rápida y exacta a través de la CNN que de los propios
servicios de inteligencia gubernamentales.
En verdad, el flujo de información de todo el mundo se canaliza primariamente a través de un
conjunto de agencias de noticias, cadenas radiales y medios gráficos que permiten posicionar ciertos
temas y noticias, presentándolos ante la opinión pública de la manera que se estime más oportuno.
La metodología utilizada consiste en aplicar, básicamente, tres posibilidades en el posicionamiento o
manipuleo informativo:

1) Focalización: Cuando se desea que determinada noticia, idea o propuesta reciba


amplia cobertura, se la enfatiza y focaliza insistentemente, realizándose amplios
análisis, evaluaciones y entrevistas con sus principales actores. Usualmente, esta
focalización no guardan una justa proporción con la real importancia que dicha
noticia pudiera tener. A veces, esta técnica también se utiliza como “cortina de
humo” para concentrar la atención de la opinión pública sobre hechos de baja
importancia (por ejemplo, un crimen cometido por algún deportista famoso). Así, se

1
Op. cit.
2
El presidente de la cadena CNN, W. Thomas Johnson, es miembro de la Trilateral Commission.
- 188 -
ocupa y entretiene a la opinión pública, evitando informar sobre otros hechos de
mayor gravedad y trascendencia que por alguna razón se procure distorsionar o
suprimir, según se explica a continuación.

2) Distorsión: Ante noticias, ideas o propuestas que surjan en cualquier parte del
mundo, cuya exposición lisa y llana ante la opinión pública no se condiga con las
conveniencias del momento, esas noticias o propuestas son filtradas y
convenientemente distorsionadas, generando diversos grados de aprehensión,
oposición o apoyo según la manera en que se las presente. Esta técnica puede
utilizarse para, por ejemplo, mostrar en su dramática crudeza los resultados de
alguna matanza o atentado perpetrado contra un grupo con el que la tecnocracia
supranacional simpatiza, generando alta emotividad y solidaridad hacia el mismo.
Sin embargo, algún otro ataque, quizás tan o más grave pero realizado contra algún
grupo con “mala prensa” (o perpetrado por grupos con “buena prensa”), se informan
desapasionadamente, consignando a sus víctimas como una mera y fría estadística de
“tantos o cuantos muertos” o incluso transformando a las víctimas en culpables de
su propia tragedia. La cámara de video hoy desempeña un rol fundamental en
crispar y controlar los nervios de la humanidad.

3) Supresión: Por último, ante hechos, ideas o propuestas que no convenga sean
propagados, queda la alternativa expeditiva de simplemente ignorarlos, con lo que
poco o nada llega a la conciencia de la mayoría de las audiencias del mundo. Por
más dramáticas, importantes o determinantes que sean, las agencias noticiosas, las
radios y las cadenas mundiales de televisión las ignoran casi por completo con lo
que, en la práctica para la opinión pública, simplemente no existen.

Tenemos muchos ejemplos de la utilización de esta metodología. Durante 1992 y 1993, la


propia CNN desempeñó un rol importante y decisivo en crear corrientes de opinión en occidente y
particularmente en los Estados Unidos, a favor de una intervención militar humanitaria en Somalia.
Durante meses se transmitieron a diario imágenes muy crudas mostrando a cientos de miles de
personas cadavéricas y famélicas en ese desdichado país africano, lo que derivó en una acción militar
conjunta de los Estados Unidos y los Cascos Azules de ONU, que sin embargo no lograron resolver
el problema. Sin embargo, la propia CNN manifestó que en el vecino país de Uganda existían
hambrunas tan o más terribles que la de Somalia pero debido a que a sus reporteros les resultó
mucho más difícil realizar las correspondientes notas gráficas, no se generó ninguna corriente de
opinión favorable a ayudar a Uganda. El mundo simplemente los ignoró. Cuando un año y medio
después, la conveniencia de los Estados Unidos tornaba necesario un retiro de sus fuerzas, esa noticia
recibió una cobertura mucho menor, desemotivada y desapasionada de forma tal de no generar
corrientes de opinión adversas. Hoy prácticamente no se habla más de Somalia y apenas si nos
enteramos si su desdichado pueblo logra alimentarse o si sigue muriendo de hambre de a miles de
personas por día como parece ser el caso. El anuario “The World in 1995” (El Mundo en 1995) de
la publicación británica The Economist, indica que la mayor demanda por algún grado de autoridad
moral sobre los Estados-nación proviene de la televisión satelital y su “selectiva cobertura de
barbaridades”, aclarando que es “efecto CNN” resulta muy caprichoso por cuanto, “envía fuerzas

- 189 -
que nadie desea a playas lejanas, antes de que estén listas para entrar en acción y luego las hace
retirar antes de que hayan completado su tarea”1
Un agudo observador de los asuntos contemporáneos como lo es el español Julián Marías ha
dicho recientemente: “creo que es un acierto haber incluido entre los pecados el de omisión. No ya
lo que se hace - de pensamiento, palabra y obra - sino también lo que no se hace cuando se debe
hacer. En la vida pública y muy especialmente en la intelectual, la forma principal de omisión es
el silencio. La mayoría de las personas no tiene acceso a los medios de difusión, no escriben ni
hablan en público..... El silencio de los responsables es funesto para la formación de una opinión
pública sin la cual no puede haber vida colectiva civilizada. Convendría preguntarse de vez en
cuando, perentoriamente, si las hay: la opinión pública y la vida civilizada.”2
Naom Chomsky nos recuerda al respecto que “una meta fundamental de cualquier
programa de adoctrinamiento bien diseñado consiste en dirigir la atención hacia otro lugar, lejos
del poder efectivo, sus raíces y los disfraces que adopta.”3
La Guerra del Golfo fue otro ejemplo en el que debió presentarse ante la opinión pública de
occidente y del mundo, a Saddam Hussein como un espantoso y peligroso maniático que sin razón
alguna se había llevado por delante a la pequeña Kuwait.4 La inmediata reacción estadounidense fue
librar una guerra cuyo propósito y posterior desenlace han resultado debatibles y altamente
cuestionables aún dentro de Estados Unidos. Pero lo importante resulta ser que en el momento
oportuno el consenso fue fabricado rápida y efectivamente. En comparación, cuando Estados
Unidos invadió a Panamá en 1988 sopretexto de capturar a un hombre, Manuel Noriega, los hechos
fueron manipulados de forma tal de presentar a los Estados Unidos como libertadores, aunque luego
hubieron de meditar largamente acerca de qué hacer con su prisionero panameño en Miami,
especialmente debido a su antigua colaboración y contactos con la CIA - Agencia Central de
Inteligencia estadounidense - durante los años en que esa agencia era dirigida por George Bush,
presidente del país invasor.
A su vez, generalmente se informa sobre los efectos que producen los hechos y
acontecimientos que suceden a diario y que conforman las “noticias del día” pero cuando éstos son
de una naturaleza política adversa a los intereses del nuevo orden mundial, se suelen soslayar
hábilmente las causas profundas que generaron la problemática en cuestión. Se accionan
mecanismos generadores de confusión que actúan como cortinas de humo psicológicas en las que se
discuten tantas y tan variadas opiniones e informaciones contradictorias que la opinión pública poco
o nada puede concluir acerca de las causas reales de la problemática en distintas regiones del planeta.
Análogamente al informarse acerca de la problemática del Medio Oriente o de Europa
Central, se ignoran hechos tan fundamentales como son el arbitrario redibujo del mapa de estas
regiones en distintas oportunidades a lo largo de este siglo por parte de Gran Bretaña, Francia y los
propios Estados Unidos, desconociendo las tradiciones y necesidades de pueblos asentados en esas
regiones desde hace siglos, sino milenios.

1
“The World in 1995” - Londres, Diciembre 1995 - artículo “La lenta muerte del Estado-nación”, por Nico
Colchester.
2
Artículo “Los Pecados del Silencio” - Julián Marías, diario ABC (Madrid), reproducida por “La Nación” de Buenos
Aires, 15-Ene-1995.
3
Naom Chomsky, “Deterring Democracy” - Vintage Press, Londres, 1992, pág. 303.
4
Por más que durante la anterior guerra entre Irán e Iraq, Saddam Hussein era el “bueno” que luchaba contra el
Ayatollah Khomeini, el entonces “malo” de la película.
- 190 -
Suele ignorarse y pasarse por alto la complejísima problemática en Medio Oriente lo que ha
conducido a occidente y al mundo entero a verse amenazado con peligros mayúsculos. Ante,
literalmente, siglos de colonización, invasión, expoliación y desplazamientos perpetrados por
occidente en contra del mundo islámico, crecientes sectores del mismo hoy vuelcan su frustración y
exasperación en doctrinas religiosas fundamentalistas y praxis militarizadas, lo que no debe
sorprendernos por cuanto están íntimamente ligadas al centenario culto de la guerra santa islámica
instaurada por Mahoma. Esta expoliación occidental sobre el mundo árabe - sea por su petróleo, por
su posición geográfica o por albergar tierras bíblicas - ha generado un explosivo resentimiento que
abarca a amplios sectores entre los 1.000.000.000 de musulmanes desde Argelia hasta Indonesia, que
de ninguna manera se superará ridiculizando a su religión y satanizando a sus líderes en los medios
de comunicación mundiales, como occidente viene haciendo con Khomeini, Saddam Hussein o
Ghaddafi, más allá de lo cuestionable de muchas de las políticas de estos líderes. Occidente aún no
parece haber aprendido a respetar idiosincrasias, valores y culturas distintas a las propias.
Con la generalizada superficialidad brindada al tratamiento de las noticias se logran algunas
metas caras al mundialismo, consistentes en generar creciente confusión y desorientación entre las
mayorías respecto de ciertos procesos políticos, tanto del primer mundo como del resto del planeta, lo
que permite neutralizar cualquier crítica sobre el proceso hacia el mundialismo. Esas críticas
resultarían particularmente alarmantes si las mismas no se concentraran tan sólo sobre los efectos
que a diario se registran como “las noticias”, sino también sobre sus mucho más complejas causas.
La sensación que se transmite por los medios de comunicación social en general es una de un mundo
nervioso, acelerado y en rápido y permanente cambio, hacia un futuro de creciente interdependencia
y globalización. Sin embargo, si se mira con criterio más sereno se comprueba que resulta más
productivo analizar las causas que originan las sucesivas crisis y que forman la trama real de la
historia del mundo moderno. El recientemente fallecido ex-Presidente de los Estados Unidos, Richard
M. Nixon, lo expresaba nítidamente cuando se refería a la subjetividad de los medios de
comunicación en su propio país que describía como "....los que establecen los términos del debate
público, que manipulan los símbolos, que deciden qué naciones y dirigentes aparecerán en
100.000.000 de pantallas de televisión como 'buenos' o como 'malos'. 1
No creemos que este panorama caótico sea una mera casualidad, sino todo lo contrario: en el
camino que conduce hacia la construcción del nuevo orden que representará el futuro Gobierno
Mundial, se hace necesario que el viejo orden evolucione hacia una condición crecientemente caótica
y confusa lo que hará más simple su ocaso y disolución. La tecnocracia supranacional toma de ello
gran ventaja ya que la confusión y el hastío entre los pueblos ante el crescendo de repetidas guerras,
crisis económicas, daños ecológicos, fraudes y corrupciones hace que, una y otra vez, se presenten
estos hechos como pruebas de los graves fracasos y errores perpetrados dentro del marco actual del
Estado-nación y sus instituciones con lo que se lo desprestigia paulatinamente.
Los hechos de corrupción que se registran a diario en prácticamente todos los países, las
luchas internas entres los partidos políticos, las ineficiencias y negligencias de grandes sectores de la
dirigencia política y de los funcionarios que ocupan puestos en los gobiernos, desgastan
aceleradamente las instituciones conduciendo al estado hacia su inevitable extinción. Estos hechos
se presentan con gran énfasis en todos los medios de difusión con lo que a diario vemos a presidentes
obligados a renunciar, ministros procesados, parlamentarios encarcelados por mantener negocios
ilícitos con la mafia, y funcionarios insultados y ridiculizados en todos los países. Innegablemente,

1
Richard M Nixon - "La Verdadera Guerra" - Ed. Planeta, Madrid, 1981 - pág. 271.
- 191 -
en la vasta mayoría de estos casos, los cargos y acusaciones son verdaderos, por lo que resulta
sorprendente que ningún medio de comunicación social se pregunte si el problema no habremos de
hallarlo en los mecanismos que se han universalizado para que hombres y mujeres accedan a las
funciones de gobierno. Al haber confundido el ideal democrático con el democratismo de los partidos
políticos, al estado se le ha impuesto un sistema que filtra y garantiza que los hombres y mujeres de
más dudosa moral son los más probables de acceder al poder para gobernar los asuntos públicos
desde las distintas áreas del estado.
A modo de contraste, ninguna empresa moderna, al menos ninguna de las que conforman la
tecnoestructura supranacional, consideraría siquiera por un instante regirse y organizarse según las
pautas del democratismo partidocrático vigente hoy en occidente. Y si por casualidad o error lo
hiciera, ello conllevaría su rápida desaparición, lo que nos permite observar un fenómeno interesante
respecto de la manera en que las tres olas de la evolución sociológica propuestas por Toffler
coexisten y se superponen en tres ámbitos esenciales que conforman el mundo actual: la tecnología,
la economía y el estado.
Así, mientras que la tecnología de la informática y las telecomunicaciones, los
macroprocesos globalizados y la tecnocracia supranacional opera según los paradigmas de la tercera
ola del siglo XXI, nuestro sistema económico y financiero con su transitoria diversidad de monedas
nacionales y controles estatales aun se ve constreñido por los paradigmas de la segunda ola
industrializadora del siglo XX. Por último, nuestros paradigmas en la política y en la organización
social aún se rigen por el anacrónico sistema democrático basado en conceptos jurídicos y
administrativos del siglo XVIII, enraizado en el corporativismo de la primera ola. La
simultaneidad de estas tres realidades tan diversas representa la principal causa de las graves
distorsiones, gran inestabilidad y alta violencia en que se encuentra el mundo de fines de este siglo.
Sería importante que las dirigencias políticas y empresariales tomen conciencia de estos
insalvables abismos y flagrantes contradicciones que coexisten y conforman sus actividades y sus
paradigmas intelectuales. Si las mayorías evolucionaran en su visión política y social con la misma
flexibilidad y rapidez con la que se acostumbran a convivir con las poderosas herramientas
tecnológicas a nuestra disposición, como son las PC de última generación o la telefonía celular,
posiblemente comprobarían con gran sorpresa cuán inútil e ilógico resulta la persistencia del mito
político democrático de los siglos XVIII y XIX que aún nos constriñe y limita nuestra visión del
mundo.
Este es uno de los mayores desafíos para el hombre moderno: adecuar sus paradigmas
políticos y filosóficos a las urgentes necesidades del siglo XXI, lo que requiere de una importante
dosis de coraje intelectual para enfrentar el desafío que las nacientes estructuras políticas del siglo
XXI conllevan, por cuanto la tecnocracia supranacional ha tomado la iniciativa de direccionar el
amplio proceso político, económico y social que conduce hacia el nuevo orden del futuro gobierno
mundial.
Finalmente, el aspecto que pretendemos destacar es el importante rol que desempeñan los
medios de difusión y las técnicas de acción psicológica en la formación de opinión pública, las cuales
bien aplicadas, logran que las mayorías apoyen y crean casi cualquier cosa. Un ejemplo anecdótico
pero elocuente de ello lo hallamos en la reciente conmemoración del 56ª aniversario del famoso
programa radial de 1938 en el que el actor Orson Welles transmitió una dramatización de la novela
La Guerra de los Mundos de H.G. Wells y a raíz de la cuál millones de radioescuchas en los Estados
Unidos realmente creyeron que se estaba produciendo una invasión marciana. Miles fueron presa del
pánico y más de uno se suicidó. Para recordar a aquella famosa transmisión - verdadero hito en la
- 192 -
historia radiofónica mundial - la cadena de televisión norteamericana, CBS, decidió rememorarla
transmitiendo otra dramatización, esta vez de una supuesta catástrofe natural ocasionada por una
lluvia de meteoritos en el estado de Wyoming, en Francia y en China. La CBS alertó a la audiencia
antes, durante y después del programa que se trataba de una obra de ficción, aunque la mise en scene
contaba con interrupciones “en directo” y otros artilugios de los noticieros televisivos que la hacían
parecer muy “creíble”. La cosa es que a pesar de los avisos previos y como prueba de la fuerza
sugestiva de la pantalla chica, una vez más miles de personas entraron en pánico llamando a la
emisora y a las autoridades públicas para saber qué estaba pasando ante lo que creían configuraba
una amenaza de aniquilación planetaria. La empresa telefónica US West registró un aluvión de
llamadas al estado de Wyoming y la CBS debió rápidamente aclarar el entuerto y pedir disculpas.
Con ello sólo pretendemos señalar que la ingenuidad de las mayorías suele ser mayor de lo
que a menudo se sospecha. Los que utilizan los medios de comunicación social y diagraman
estrategias de propagación y posicionamiento de las noticias conocen este fenómeno muy bien.

- 193 -
- 194 -
Epílogo
"...A rose by any other name would smell just as sweet."1
- William Shakespeare -

El desafío del mundialismo está con nosotros y se nos representa con creciente claridad a
medida que el poder mundial se concentra en la tecnoestructura supranacional. Cuando la
descomposición dentro y entre los Estados-nación llegue a un punto de eclosión, se planteará
entonces la necesidad de impulsar un trascendental cambio en el ordenamiento político mundial. Ello
será entonces apoyado por las correspondientes y necesarias corrientes de "opinión pública" en
momentos en que las poblaciones se hallen exhaustas y agobiadas por la confusión reinante. Como
hemos dicho, esta futura situación de alta inestabilidad y gravedad universal probablemente dure
poco tiempo. Su sola extrema gravedad será razón suficiente para justificar rápidas medidas de gran
profundidad y trascendencia política por parte de la tecnocracia supranacional, la que podrá entonces
impulsar la instauración de nuevas instituciones políticas de alcance universal para el ejercicio del
poder. Insistimos: ese será el momento en que todos los Estados-nación serán superados como
consecuencia de su impotencia generalizada para estabilizar y resolver las profundas crisis que, en
forma simultánea, afectarán a grandes regiones del planeta.
Esta problemática mundial se planteará en el ámbito político y en la política, no existen los
vacíos de poder por cuánto cualquier vacío que se produzca se ve rápidamente llenado por algo o por
alguien. Consecuentemente, el fracaso y posterior disolución de las estructuras políticas verticales
nucleadas en el Estado-nación a raíz de la irrupción contemporánea de procesos horizontalizadores de
avanzada, genera un creciente vacío de poder a nivel mundial. Cuando se llegue al punto de inflexión
que hoy podemos entrever, ese vacío de poder será rápidamente llenado por la naciente
tecnoestructura política supranacional.
Entonces, comprobaremos un cambio fundamental en las consignas del nuevo orden mundial
resultante, pues se enfatizará la necesidad prioritaria de recuperar el orden y la disciplina en todas las
áreas del quehacer humano, particularmente en el ámbito político. Para lograrlo, se planteará la
necesidad imperiosa de volver a estructuras políticas verticales, completando así un amplio proceso
que, tras disolver este tipo de estructuras cuando representaban el sustento de los Estados-nación,
volverá a erigirlas subordinándolas a una única instancia política mundial. Se mostrarán como
ejemplos de la efectividad de este nuevo paradigma a las propias estructuras económicas,
industriales, comerciales y de servicios de la tecnocracia supranacional. Pues, aunque las mismas
tienen una dinámica horizontal desde la óptica de sus procesos operativos, mantienen sin embargo,
una dinámica altamente vertical y hasta aristocrática, desde el punto de vista del manejo, control y
orientación política.
Este proceso lo comprobamos a diario a través de la clara evolución de las estructuras del
Estado-nación hacia una mayor inoperancia, debilidad y disolución, mientras que la tecnoestructura
supranacional se halla en plena y rapidísima evolución y fortalecimiento hacia grados de eficiencia,
calidad e innovación cada vez mayores.
No resulta fácil evaluar cuando se arribará a ese punto de inflexión. Indudablemente, no
tiene un tiempo previsto, por cuanto los eventos y los hechos que conducen hacia el mismo son muy
complejos y las crisis a controlar son muy amplias y profundas. En la fig.1 del Capítulo 1, lo hemos
1
"Aunque llamemos a una rosa por cualquier otro nombre su aroma será igual de dulce..."
- 195 -
situado, tan sólo a título ilustrativo, hacia mediados del siglo venidero, pero con ello sólo
pretendemos fijarle un término mediato, fuera del tiempo de las actuales generaciones adultas.
Puede que ese momento de transformación rápida llegue después de ese tiempo; puede que llegue
antes. Lo importante es comprender cabalmente que la actual evolución política, económica y social
de las actividades humanas sobre el planeta se dirigen, casi diríamos de manera inexorable, hacia esa
transformación dramática del planeta. Ello nos permite sacar las necesarias conclusiones y, más
importante aún, nos moviliza a adoptar hoy las medidas que nos permitan afrontar la creciente
entropía que, día a día y en todos los órdenes, va ocasionando este proceso universal de Cambio.
Entre las masas poblacionales, esta compleja y peligrosa transición continuará generando
muchas angustias y expectativas, lo que en alguna medida representa un recurso obligado que
permite mejor dirigir y controlar a aquellos segmentos poblacionales que hoy se encuentran inmersos
en la primera y segunda olas. Pues, es un secreto a voces que la actual estructura tecno-económica
mundial sólo da a basto para que una determinada cantidad de habitantes del planeta puedan vivir
según los standards de vida modernos y deseables en lo que se refiere a la vivienda, la alimentación,
la educación, la inserción laboral y los niveles de consumo. Esa cantidad de gente es,
innegablemente, muy grande y refleja el meritorio éxito del sistema de producción capitalista, no
obstante lo cuál, sólo llega a abarcar al 50, quizás 60 porciento de los más de 5.000.000.000 de
habitantes del planeta. Para los restantes 2.500.000.000 que "quedan afuera", se les ofrece como
único consuelo la esperanza de insertarse algún día en el “mundo moderno”; tras una, dos o quizás
tres generaciones y en la medida en que sus hijos y nietos logren capacitarse y organizarse según los
cánones del capitalismo occidental. Mientras tanto, sólo les queda como única opción enfrentarse a
la dura realidad del hambre, la enfermedad, la indigencia o las guerras.
Para estos sectores pobres la brecha entre sus expectativas económico-sociales y sus
posibilidades reales de satisfacerlas jamás fue tan abismal como hoy en día. Comenta Brzezinski en
uno de sus últimos trabajos, este violento choque que hoy se produce entre, por un lado, el
consumidor insaciable residente en el primer mundo y en pequeños reductos de la tercera ola
diseminados por todo el planeta y, por el otro, el espectador hambriento que conforma una vasta
masa entre los habitantes de todo el planeta. Para colmo, la explosión demográfica en aquellas áreas
pobres, junto al paulatino envejecimiento de las poblaciones en occidente desequilibran aún más la
distribución de riqueza económica sobre el planeta. La cruel, pero sencilla, conclusión sobre esta
situación es que a pesar de todas las conferencias de alto nivel convocadas para erradicar el hambre y
la pobreza, la realidad nos señala que el hambre y la pobreza seguirán con nosotros y aumentarán su
presencia aún más a medida que el creciente desorden y entropía destruya a Estados-nación débiles o
impracticables que en su momento fueron forzados o impuestos por los grandes poderes de otrora en
zonas de alta pobreza y conflicto. Los casos de Ruanda, Burundi, Somalia y Uganda en el África
son representativos, al igual que Bangla-Desh, Afghanistán en Asia o las iniquidades jurídicas que
afectan a "pueblos paria" como los kurdos, armenios, palestinos, chechenios, georgianos, irlandeses
del norte, bosnios y afghanos que, o bien carecen de un estado propio quedando aplastados por
vecinos más poderosos, o se ven abrumados por necesidades económicas imperiosas.
Pero esta descripción requiere de una sintonía más fina, pues al margen de las obvias
zonificaciones del planeta en áreas "ricas" del primer mundo y "pobres" de amplios sectores del
"tercer" mundo,1 la distinción determinante hoy en día requiere determinar en cuales lugares rigen la
1
Parecería que ya es hora de aggiornar esta jerga socio-política, por cuanto con la desaparición del bloque soviético,
parece haberse esfumado aquél teórico "segundo mundo", de manera que hablar hoy del "tercer mundo" significa
incurrir en un juego de palabras carente de sentido. Hoy sólo existe un conjunto de regiones "centrales" que ejercen
- 196 -
primera, segunda y tercera olas. Esa es la pauta que refleja en forma concreta la realidad de la vida
de cada ser humano sobre el planeta. Como hemos visto, la tercera ola tecnotrónica se encuentra en
cualquier punto del planeta que logre las condiciones necesarias para integrar sus procesos
económicos, políticos y sociales a la misma, a través de la red universal de computación, informática,
las telecomunicaciones y la adopción de los nuevos paradigmas psicológicos de la globalización. La
tercera ola es una realidad virtual que aparece y desaparece en cualquier parte del planeta con la
rapidez y volatilidad con que aparece o desaparece una imagen satelital sobre un monitor o una
pantalla de televisor. El control sobre estos parámetros quedará crecientemente centralizado pues
como factor de control resulta vital puesto que permite elevar económica y socialmente a cualquier
zona o región con sus empresas e individuos. Las crisis de bolsa, cambiarias, y de fuga de capitales
que llenan los titulares de los diarios son un reflejo de este vasto poder. Algún rumor político
sumado a cuantiosos reposicionamientos financieros hábilmente coordinados, rápidamente ejecutados
y dramáticamente propagados por los medios de comunicación globalizados ponen de rodillas a
gobiernos, políticos y países enteros. La reciente crisis mejicana que hizo sentir sus coletazos por
toda Sud América y aún en las bolsas de Nueva York, Londres y Tokio señala que el hilo conductor
del poder mundial ya no pasa por las pesadas burocracias de los palacios presidenciales, los
ministerios de economía y los parlamentos.
La manifestación local de esta nueva realidad virtual nos muestra, por ejemplo, a la City
porteña con sus operaciones electrónicas, teléfonos celulares y laptops interconectados al mundo
como un brote típico de la tercera ola; mientras que las plantas industriales en Buenos Aires,
Córdoba, Mendoza o Rosario son, aún mayormente, estructuras de la segunda ola. Finalmente, las
villas miserias del Gran Buenos Aires y el Gran Rosario o los trabajadores golondrina de Chaco y
Formosa son rezagos de la primera ola. Esta es la realidad concreta y palpable que social, política y
económicamente distingue y categoriza a cada uno de los 33.000.000 de habitantes de la Argentina.
A esta altura de la globalización, decir "soy Argentino" (o "soy inglés" o "soy taiwanés") se ha
tornado en una cuasi-ficción que describe algo crecientemente intangible a medida que los Estados-
nación entran en su ocaso final; representa más emotividad y nostalgia que realidad concreta. Sin
embargo, decir "yo opero en la tercera ola" o "mi trabajo me coloca en la segunda o en la primera
ola", se siente en el bolsillo y en el estómago.
Que todos los habitantes de este país seamos formalmente ciudadanos del Estado-nación
Argentino y, como tales, nos veamos amparados por un mismo marco jurídico y conjunto de derechos
y obligaciones constitucionales, aunque no sin importancia, representa sin embargo un pálido y
secundario reflejo de una realidad mucho más amplia e importante. Lo que verdaderamente
conforma la vida y el destino de cada hombre y mujer en cualquier país es su grado de inserción y
posicionamiento dentro del nuevo orden mundial. Ese es el factor que determina el grado de poder y
control que tendrá sobre su bienestar, su vida, la educación propia y la de sus hijos; en síntesis, sobre
su futuro. El hecho de poder votar algún domingo cada tantos años, aunque sea innegablemente
importante y hasta halagador para electores y elegidos, poco - a veces nada - influye sobre las
condiciones de vida de la ciudadanía o en los hechos que conforman y determinan su destino.
Ello es así debido a que el poder real del que dispone todo Estado-nación es cada vez menor
por lo que la importancia que reviste elegir a sus gobernantes y legisladores es, consecuentemente,
también cada vez menor. Las medidas de peso que afectan a nuestro presente y nuestro futuro se

el control sobre la totalidad del planeta. Las áreas que no se insertan en una región "central" sólo pueden
describirse como "periféricas". El futuro Imperium mundial tendrá su bien definida Región Central desde la que
regirá sobre la Región Periférica. Al igual que Roma rigió sobre su amplio imperio.
- 197 -
deciden, cada día más, en instancias que se ubican fuera de nuestro ámbito geográfico y por encima
de las estructuras del nuestro Estado-nación.
A muchos podrá caerle antipática esta realidad, por cuanto hiere caros sentimientos
patrióticos y vulnera todo orgullo nacionalista. Se preguntarán, entonces, ¿adónde quedan la
bandera, los próceres, el amor patrio y las gestas heroicas de nuestra historia? Insistimos: con los
paradigmas económicos, sociales y políticos del nuevo orden mundial globalizador al que deben
integrarse todos los países del planeta (sino, no sería un "nuevo orden mundial"), ésta - nos guste o
no - es la realidad y no otra. Y confrontados con la realidad - buena o mala - podemos hacer con
ella muchas cosas para planificar nuestras posibilidades y acciones futuras, menos una: no podemos
ignorarla.
Lo que estamos transitando actualmente es el surgimiento de formas de gobierno y de
administración del poder totalmente nuevas que en su futura evolución tendrán pocos puntos en
común o asemejables con las estructuras públicas que hemos erigido en los últimos tres siglos para
ejercer el poder político. La línea divisoria entre lo público y lo privado irá quedando definitivamente
superada. La totalidad de la vida económica, política y social de individuos, unidades económico-
sociales y macroprocesos fluirá a través de una amplia y nutrida red de distribución, intercambio e
información con sus sofisticados e inviolables mecanismos de fiscalización y control. El orden
público y social quedará asegurado a través de mecanismos de regulación, normatización y coerción
altamente eficientes, difícilmente evitables y rara vez apelables. No existirán fronteras ni defensa
ante poderes externos por cuanto tan sólo habrá un poder que será interno y planetario. Cada región,
cada sector y cada proceso macroeconómico accederá, según el poder real relativo que detente, a
diversos cuerpos directivos e instancias decisorias que, a su vez y en forma escalonada, administrarán
la operación y evolución de la gigantesca tecnoestructura planetaria. La moderna experiencia
empresarial demuestra claramente que la administración operativa de los procesos económicos debe
realizarse con gran flexibilidad y a través de esquemas eminentemente horizontales lo que se ve
posibilitado más y más por revolucionarios adelantos tecnológicos. Sin embargo, el direccionamiento
y control político mundial de todo el proceso macroeconómico se orienta según esquemas
crecientemente verticales y autocráticos. El poder político en el futuro gobierno mundial lo detentará
una estructura compacta para la cual lo importante no serán tanto las decisiones de los individuos
sino más bien la eficiencia en todos los ámbitos del sistema bajo su control y direccionamiento. El
mismo incorporará mecanismos de auto-regulación y auto-corrección sustentados en la permanente
retroalimentación de vastas cantidades de información recepcionada, procesada e interpretada en
forma permanente e incremental. Este procesamiento informático abarcará todas las áreas de la vida
económica, financiera, social, laboral, educativa y judicial de cada región, cada macroproceso, cada
unidad económico-social y, llegado el caso, cada individuo.
La normatización cultural, ecuménica y política, como así también la generación de patrones
de conducta podrá entonces lograrse a través de perfeccionadas técnicas psicológicas que ya hoy
observamos. A esta compleja ecuación debemos dejarle un muy amplio margen para los adelantos
tecnológicos y científicos que los próximos cincuenta años depararán y que aumentarán en forma
exponencial - y hoy difícil de imaginar - los niveles de eficiencia, calidad y alcance de todos los
procesos que hacen a la vida del hombre.
El futuro gobierno mundial ni siquiera requerirá de un centro o una sede geográfica
determinada. La propia tecnología en las telecomunicaciones y en el transporte se encargará de hacer
de ello algo superfluo. No obstante, consideraciones relacionadas con aspectos fundamentales de la
psicología colectiva probablemente aconsejen fijar algún centro o sede simbólica; alguna suerte de
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capital mundial que lucirá como símbolo de la omnipresencia e inapelabilidad del poder del Gobierno
Mundial. Incluso resulta plausible que algún hombre; alguna dinastía encarne ese símbolo
arquetípico. Esa máxima figura mundial no se parecerá ni a un presidente, por cuanto ello traería
reminiscencias republicanas y democráticas ni, mucho menos, a un chief executive officer, pues esa
imagen corporativa es sólo idónea para conducir los macroprocesos económicos horizontalizados en
un mundo en el que la economía habrá quedado subordinada al poder político del Gobierno Mundial.
Resulta más plausible que esa máxima instancia planetaria revierta a una de las más antiguas
tradiciones de la humanidad y de todas las culturas del planeta: la monarquía; con lo que tras muchos
milenios de espera, puede que veamos entronizarse a un auténtico Rey del Mundo, cabeza de Imperio
y fundador de una futura dinastía de reyes universales.1 Ello permitirá administrar el poder mundial
utilizando aquella forma de gobierno que tradicionalmente ha resultado más idónea para regir sobre
amplios conjuntos poblacionales que abarquen a variedad de pueblos, distintas razas y diversas
etnias. Su propósito no será controlar todo sino más bien regir sobre lo esencial: la economía, el
orden jurídico y - last but not least - el poder militar. Esa forma de gobierno será una
reactualización altamente desarrollada y tecnificada del antiguo sistema implementado durante la
Roma Imperial y constituirá el renacimiento del Imperium.
Este ensayo ha pretendido exponer en amplios trazos algunos indicios generales que
entendemos señalan hacia dónde evoluciona el mundo en sus facetas política, económica y social.
Para ello, ha sido preciso identificar adónde se concentra el poder real en la actualidad, cuales
instituciones lo administran y qué dinámica lo moviliza, lo que, a su vez, nos permite inferir cuál es la
probable evolución del conjunto de complejísimos procesos que conducen hacia lo que se perfila
como la estructura política mundial del siglo XXI: la administración económico-social del planeta
a través de un Gobierno Mundial sustentado sobre la tecnología y la informática el cuál, a su
vez, ejercerá el poder político según los cánones y el estilo autocrático de los antiguos imperios.
World Government e Imperium: síntesis de lo más moderno y revolucionario en la administración de
los procesos económico-sociales con lo más antiguo y conservador en el ejercicio del poder político.
Esta sería la idea directriz y estrategia global que permitiría lograr un eventual ordenamiento sólido
del planeta para el próximo milenio.
Comprender la evolución de este proceso hacia el futuro requiere antes tomar conciencia de
como funciona realmente el mundo actual. Implica comprender que las mayorías poco - a veces
nada - deciden, lo que obliga a entresacar un conjunto muy distinto de conclusiones acerca de la
futura suerte del Estado-nación, el futuro de la democracia y de las fuerzas que dinamizan a ambos.
Una comprensión más cabal de este proceso, permite que cada uno de nosotros, desde su actividad y
puesto operativo, logre una mejor inserción individual y grupal dentro de las corrientes constructivas
del proceso hacia el mundialismo, de manera que podamos apoyar sus aciertos y ventajas.
Complementariamente, es preciso también identificar algunas de sus corrientes destructivas o al
menos involutivas, lo que nos abre la posibilidad de ayudar a corregir errores, neutralizar excesos y,
lo más vital de todo, conjurar peligros colectivos.
Como dice Alvin Toffler, una de las herejías del nuevo orden mundial es aquella que indica
claramente que son las minorías las que cuentan y controlan los procesos económicos y las

1
Resulta notable comprobar que a pesar de la permanente prédica a favor de la democracia universal, se ha
permitido la supervivencia de ciertos regímenes monárquicos, posiblemente para que sirvan de conexión hacia la faz
monárquica del futuro gobierno mundial. Así, se ha permitido que perduren monarquías en países europeos como
Holanda, Bélgica, Gran Bretaña, Dinamarca y España, como así también en otras partes del mundo como el Japón,
Jordania, Arabia Saudita y Brunei.
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orientaciones políticas que direccionan a los mismos. Son las minorías las que crean e inventan
nuevas tecnologías y nuevos conceptos, e instigan a recorrer nuevos caminos que conducen a nuevos
paradigmas. En síntesis, son las minorías las que motorizan el Cambio. Y a nivel mundial, los
máximos estamentos de esas minorías, se coordinan a través de estructuras muy selectivas,
exclusivas y autocráticas para diseñar y planificar las modalidades y mecanismos de los procesos de
Cambio que conducen hacia el nuevo orden mundial. Esto lo están realizando con un alto grado de
éxito y un aún más alto grado de pragmatismo. Las estructuras a través de las cuales se impulsan
estos procesos resultan apenas visibles y son fácilmente mudables. En estas páginas nos hemos
referido tan sólo a aquellas que actualmente visualizamos como las más relevantes aunque ninguna
detenta por sí sola poder alguno. Incluso, no ha de sorprendernos si cualquiera de ellas - la
Trilateral Commission, por ejemplo - decidiese autodisolverse en algún momento en el futuro en caso
de que su perfil público se tornara incómodamente notorio. También podría ocurrir que en algún
momento se impulse un reordenamiento aún mas ambicioso, a través de alguna nueva entidad que
podría incorporar a intereses de áreas mas amplias del planeta. La clave, en fin, no la hemos de
hallar en estas organizaciones en sí, sino más bien en el hecho de que cada uno de sus miles de
miembros detenta, desde sus puestos y cargos naturales, gran poder decisorio e influencia sobre
empresas, bancos, medios de difusión, gobiernos, casas de altos estudios, centros de investigación y
sobre la vida intelectual de sus diversas regiones. Cada una de estas personas es un creativo y
prestigioso experto en su área o especialidad capaz de ejercer determinante influencia entre sus pares
y sobre las estructuras bajo su control directo o indirecto. Y cuando se reúnen para coordinar sus
acciones políticas, el resultado necesariamente tiene que ser poderoso.
Que nadie lo dude: tendremos un gobierno mundial aunque ello genere amplios y transitorios
grados de violencia en distintas partes del mundo y en diversos momentos históricos. El filósofo
alemán, Wilhelm Friedrich Hegel en su "Filosofía de la Historia", habla de la recurrente aparición de
personalidades "histórico-mundiales" que suelen surgir en momentos clave cuando un proceso
histórico-mundial se encuentra maduro para cambios revolucionarios. Hegel las describe como
personalidades cuya misión consiste en captar y reconocer el próximo e indispensable peldaño hacia
el futuro, dado que intuyen "...la verdad de su tiempo y de su mundo, diríase que la próxima etapa
ya aflora en su interior, que.... en forma subterránea golpea insistentemente contra el mundo
exterior".1 Hoy diríamos que son personalidades que se adelantan a los paradigmas del futuro en
momentos en que pocos son conscientes de ellos.
Las minorías que hoy conducen al mundo hacia el nuevo orden tienen algo de esta
clarividencia política a la que se refiere Hegel, en el sentido de que son precursoras de un conjunto
totalmente nuevo de paradigmas que señalan nuevos caminos en las formas de organización social,
las maneras de desarrollar y conducir procesos económicos y un enfoque muy novedoso acerca de
como lograr un mando político alineado a nivel mundial. Como dice Toffler, esta estructura de
mando político mundial requiere de instituciones novedosas y revolucionarias; tan es así que aunque
las mismas vayan perfilándose delante de nuestros propios ojos, aún no las reconocemos por lo que
realmente son: un proyecto de gobierno mundial.
Hegel, en su tiempo, pensaba más en términos de los grandes imperios clásicos y los “héroes
histórico-mundiales” que tenía en mente eran Julio César, Alejandro Magno y Napoleón. Como
hemos visto, la tecnocracia supranacional basa su accionar, entre otras cosas, sobre un agudo estudio
y análisis histórico, por lo que la misión conductora de esta nueva revolución no recaerá sobre ningún
1
Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1851) - "Filosofía de la Historia", Editorial Claridad, Buenos Aires, 1976.

- 200 -
individuo en particular sino más bien sobre una compacta, selecta y auto-renovadora minoría que
priorice el logro de un proyecto político a través del tiempo en lugar de contentarse con meramente
detentar el poder dentro de un determinado tiempo. Y si, como hemos dicho, en el futuro el perfil
público del gobierno mundial requiere de una figura imperial como factor aglutinante y movilizador
universal para consolidar la unidad y lograr prestigio, ello será tan sólo eso: una figura imperial.
En verdad, podemos concluir que el mundo, hoy y desde siempre, en última instancia es
regido por minorías. Más allá de las modas, costumbres, elecciones, opiniones públicas, voluntades
electorales y manifestaciones populares, las corrientes creadores que mueven al mundo siempre
surgen de un grupo pequeño de mentes que inventan, crean y diseñan; cuyas ideas, creaciones e
invenciones luego son adoptadas y seguidas por los demás. Las minorías lideran y las mayorías
siguen. Y eso no es necesariamente malo. Pocos pueden ser genios creadores como Beethoven o
Puccini, ya que seres excepcionales de este calibre nacen uno cada muchos millones de personas. Sin
embargo, el conjunto de músicos, cantantes, directores, preparadores, técnicos y asistentes de toda
índole que luego ejecutan la partitura haciendo realidad una magistral rendición de la Novena
Sinfonía beethoveniana o una inspirada puesta en escena del Turandot de Puccini abarca,
literalmente, a miles de personas; cada uno aportando sus talentos y esfuerzo hacia la orquestación
activa de una meta superior en común. Esta, a su vez, sirve de inspiración para otros miles sino
millones de espectadores pasivos que se deleitan con la creación de un genio creador que es realizada
por unos pocos ejecutantes.
El mundo es así: unos muy pocos creadores que generan obras e invenciones que luego se
materializan a través del trabajo ejecutorio de un grupo más numeroso de talentosos y capacitados
ejecutores, cuya tarea conjunta sirve de guía, orientación e inspiración para miles y millones de
seguidores. No se trata de determinar si ello es bueno o si es malo, ni menos aún si esta realidad se
condice con tal o cuál teoría social o educativa. Se trata de comprender que la realidad es así. No
puede cambiarse por una ley o un decreto de la misma forma en que no se puede lograr por ley o
decreto que alguien componga una obra de la genialidad de La Flauta Mágica mozartiana. En las
ciencias, en las artes y en la política este proceso repite su piramidal devenir: una cúspide muy
compacta de creadores sustentada sobre una minoría talentosa de ejecutores, que en forma conjunta,
lideran y arrastran a una amplia mayoría de cientos, sino miles de millones de seguidores. Así son
las cosas y, aunque no resulte muy simpático para el espíritu democrático-liberal imperante en
occidente, ésta no es una realidad mala. Pues gracias a esas minorías creadoras y ejecutoras,
disfrutamos de las comunicaciones satelitales, de las computadoras, de los automóviles, de los
antibióticos y - Beethoven mediante - de la Novena Sinfonía “Coral”. Más aún, en un sentido
amplio, las minorías creadoras se nutren de y subsisten gracias a las mayorías. Pues en forma
silenciosa y anónima, las mayorías siempre están presentes, como lo están en el espíritu de la Novena
Sinfonía que inspiró al viejo y sordo Beethoven. Lo que hoy quizás deba cuestionarse son algunos de
los mecanismos a través del cuál las mayorías han irrumpido en la historia mundial con
consecuencias, a menudo, poco constructivas.
Nuestro breve ejemplo tomado de la música refleja un arcano de la política: un proyecto
político trascendente y abarcador en el tiempo y en el espacio no suele surgir de una multitudinaria
conferencia o desde los griteríos de un comité partidario, sino que nace en la mente de unos pocos
inspirados que, más allá de la lógica del momento - y a menudo en contra de la lógica del momento -
sienten e intuyen, como dice Hegel, cuál es ese próximo e indispensable peldaño hacia el futuro
colectivo. Luego, una minoría capacitada, inteligente, selecta y alineada con estos nuevos
paradigmas se encarga de ejecutarlo. Las mayorías, a su vez, no tienen otra opción que seguir y
- 201 -
acompañar las corrientes históricas que los moviliza y arrastra irresistiblemente. Y eso no es malo,
pues dejadas a su libre albedrío, las mayorías rápidamente sucumbirían al caos por falta,
precisamente, de un proyecto político y social. Y si acaso lograran dar nacimiento a un proyecto
semejante, pues entonces los propugnadores del mismo ya no serían mayoría: serían una nueva
minoría creadora y ejecutora. La realidad siempre termina imponiéndose.
Por eso, los dramáticos tiempos que corren nos obligan a ver la realidad como es y a llamar
a las cosas por su nombre. Si el mundo del futuro próximo se encamina según los lineamientos
descriptos, entonces es muy importante que desde nuestros diversos puestos de trabajo y profesiones
nos preparemos para volcar toda nuestra creatividad, talento y esfuerzo para que nuestras empresas,
nuestros grupos sociales y nuestra región se intercale en este naciente Nuevo Orden Mundial de la
manera más beneficiosa, sólida y constructiva posible. Y si resultase que el mundo de las próximas
dos o tres décadas se terminara encaminando hacia un descontrol cada vez mayor e irreversible, no
vaya a ser cosa que se le pretenda echar la culpa “a la naturaleza humana”, o “al hombre” abstracto
o, incluso “a las mayorías” que no supieron votar. Pues si ello ocurriera, de lo único que podemos
estar seguros es que la responsabilidad ulterior de tal cuadro de situación recaerá sólidamente sobre
los hombros de las pasadas, actuales y futura minorías regidoras.
William Shakespeare decía, "aunque llamemos a una rosa por cualquier otro nombre, su
aroma será igual de dulce". Hoy en día, quizás resulte más cómodo repetir y creer que el poder
político realmente lo detentan los pueblos y las mayorías a través de los diversos mecanismos
electorales de acceso a las estructuras de los Estados-nación, que los teóricos del liberalismo
democrático han diseñado desde hace dos siglos. Sin embargo, los hechos nos muestran que el poder
real en la política y en la economía mundial se ejerce según un esquema piramidal en cuya cima se
ubica una compacta, autocrática y jerárquica tecnocracia minoritaria supranacional que conduce
nuestros destinos. Esa es la realidad, y lo vital es tomar conciencia de ella, por más que
consideraciones de índole política y social actualmente determinen que a ese orden mundial convenga
llamarlo "por cualquier otro nombre".

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Glosario de Términos utilizados en este ensayo

Estado-nación Órgano ejecutor y organizador de una Comunidad o región. Sus funciones


soberano indelegables son:
- sintetizar los intereses contrapuestos que interactúan en su seno;
- prever futuras amenazas y oportunidades, neutralizando las primeras y
aprovechando las segundas en aras de un futuro necesariamente positivo
para la Comunidad; para lo cual debe disponer del:
- Poder Real necesario para planificar, diseñar e implementar políticas
dentro y fuera de su ámbito geográfico, según las normas, leyes y usos
locales e internacionales vigentes.
Si el Estado-nación no puede cumplir este proceso de gobierno entonces no es
soberano.
La forma administrativa que adopte - monárquica, parlamentaria,
presidencialista o de cualquier otra clase - resulta de importancia secundaria.
Factor de Cambio Metodología de acción psicológica masiva que genera una identificación del
cambio como algo positivo en sí mismo. Se asimilan así los cambios en el
terreno de la ciencia y la técnica que han aportado enormes beneficios a la
humanidad con los cambios políticos, culturales y sociales cuyos beneficios
resultan mas discutibles. Se equipara al cambio con lo evolutivo y
constructivo soslayándose que el cambio también puede resultar involutivo y
destructivo.
Future Management Metodología interdisciplinaria orientada hacia la identificación, evaluación y
administración de todos los procesos políticos, económicos y sociales
comprendiéndose la dinámica de su devenir. Presupone identificar amenazas
y oportunidades en cada rubro, área y disciplina para luego poder evaluar sus
respectivas probabilidades de ocurrencia e intensidad de impacto.
Focalizado eminentemente sobre aspectos relacionados con el Riesgo, esta
metodología administrativa presupone esquemas de minimización, supresión,
asunción y transferencia de los diversos riesgos, según sus respectivas
características y las posibilidades reales del medio ambiente.
Imperium Del latín, “Imperio”.
Sistema político tradicional que permitió consolidar la expansión y
continuidad de la Antigua Roma. Como esquema de gobierno permite regir
con cierta flexibilidad horizontal sobre una variada gama de pueblos,
regiones, etnias y razas, manteniendo una piramidal cohesión vertical
focalizada sobre un poder central y coordinador.
Monopoliza tres esenciales factores de poder: la economía, el entorno jurídico
y las fuerzas armadas. El máximo símbolo de liderazgo dentro del Imperium
lo corporiza el Emperador y su dinastía.
El futuro Gobierno Mundial, adoptará el estilo político del Imperium como
generador de adhesión, prestigio, estabilidad y continuidad.

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Internacional Descripción relacionada con la interacción entre estructuras e intereses
públicos y privados de distintos Estados-nación.
Macroproceso Proceso integral que abarca la totalidad de una actividad productiva y que
económico contempla toda y cada una de sus relaciones, desde los proveedores iniciales
en un extremo del proceso hasta lo consumidores finales en el otro extremo,
incluyendo todo proceso anexo, directo e indirecto. Cada macroproceso,
suele nuclearse alrededor de una unidad productiva de envergadura que lo
dirige económicamente en forma parcial. Cada unidad productiva desarrolla
un sub-proceso.
Mientras que el control sobre cada sub-proceso individual es principalmente
económico; el control sobre un macroproceso es principalmente político.
Mientras que cada sub-proceso es directamente identificable (con una
empresa, por ejemplo) y se rige por estrategias específicas con responsable
visibles; el macroproceso en sí es anónimo, se rige por la dinámica del
mercado y no suele ser responsable ante nadie.
Multi-nacional Descripción relacionada con estructuras e intereses que operando desde una
base principal en un determinado Estado-nación, amplían su radio de acción
e influencia a estructuras subordinadas en uno o más Estados-nación.
Organizaciones Organizaciones tipo “think tanks” (bancos de cerebros), coordinadoras de
Discretas amplios intereses económicos y políticos específicos que:
a) estudian y analizan amenazas y oportunidades que enfrentan a esos
intereses;
b) identifican amigos y enemigos;
c) diagraman y diseñan los correspondientes cursos de acción y políticas a
mediano y largo plazos, que luego,
d) se implementan a través de una amplia diversidad de instituciones
controladas por esos mismos intereses económicos y políticos.
La etapa de implementación jamás involucra en forma directa y visible a estas
organizaciones discretas, por lo que las mismas mantienen en todo momento
un perfil público muy bajo. Su estrategia consiste en detentar gran poder
real pero nulo poder formal.
Poder Formal Corresponde a estructuras que han devenido en simples ejecutoras de
estrategias emanadas en el ámbito del poder real.
Se trata de estructuras altamente visibles, tales como son las instituciones de
la mayoría de los Estados-nación, organizaciones sindicales y otras
estructuras de diversa índole, cuyo acceso al poder real es mínimo o nulo.
El poder formal manifiesta efectos visibles que obedecen a causas no visibles.

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Poder Real Corresponde a estructuras de poder que, dentro o fuera de los circunstanciales
entornos jurídicos, impulsan planes, medidas y decisiones políticas,
económicas y sociales de efectividad concreta dentro de una nación, región,
estamento o estructura institucional pública o privada, o en un conjunto de
éstas.
Su efectividad se mide tanto por el ámbito espacial que domina como por la
continuidad temporal con que perpetúa y aumenta ese dominio.
Las estructuras a través de las cuales se detenta el poder real son de
naturaleza económica, financiera, tecnológica, informática, comunicacional,
gubernamental o un conjunto de éstas.
Sus detentores actúan en forma visible o no visible, según conveniencias
estratégicas puntuales.
El poder real impulsa causas usualmente no visibles que generan efectos
visibles.
Supra-nacional Descripción relacionada con estructuras e intereses que procuran y logran
operar fuera del ámbito, control e influencia de todo Estado-nación y, por
ende, se colocan, por encima de todos ellos.
Tecnoestructura Infraestructura formada por unidades productivas industriales, comerciales,
financieras y de medios de difusión coordinadas para el planeamiento y
ejecución de políticas que permiten consolidar y compatibilizar los intereses
comunes de todas las unidades que la conforman.
Su acción se basa en la capacitación, idoneidad y eficiencia de sus integrantes
en sus respectivas profesiones y especializaciones.
Controla políticamente el direccionamiento de los macroprocesos
conformados por el conjunto de sus unidades productivas.
Trans-nacional Descripción relacionada con estructuras e intereses que, no identificándose
con ningún Estado-nación en particular, operan dentro del ámbito de dos o
más de éstos.
World Government Del inglés, “Gobierno Mundial”.
Describe con mayor precisión al futuro gobierno mundial por cuanto el inglés
será la lingua franca y, probablemente, la lengua oficial del mismo.
La principal conformación del gobierno mundial será:
- en lo económico: un vasto conjunto administrador de todos los
macroprocesos del planeta sustentado en las tecnologías de las
comunicaciones, el transporte y la informática.
- en lo político: un monopólico órgano legislador y normatizador para todo
el planeta sustentado sobre fuerzas policiales globales.
- en lo cultural: un conformador y generador de patrones intelectuales,
culturales y religiosos, sustentado en estructuras educacionales, medios de
comunicación e informática.

Longchamps, Argentina - Abril de 1995

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