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H I D R O L O G I A

para estu diantes de in g e n ie ría c iv il

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c*.'¡niCA p f j . m u í ,
Í U l I O Í K *
INGÍNIfcKt A

Au t o r : We n d o r Ch e r e q u e Mo r a n
In g e n i e r o C i v i l CIP A222
Pr o f e s o r Pr i n c i p a l de la

Po n t i f i c i a U n i v e r s i d a d Ca t ó l i c a d e l Perú

L i m a - Pe r ú
Obra auspiciada por CONCYTEC

Segunda Im presió n
A mi esposa Yolanda
A mis hijas Claudia y Mónica

PRESENTACION

Como en otras ramas del conocimiento en Hidrología son muy escasas las
publicaciones peruanas. Aparte de las obras del Ing. M.S. Segundo Al ia_
ga y del Dr. Medardo Molina, ambos de la Universidad Nacional Agraria,
no se conocen otras de similar envergadura y esto no obstante la sólida
formación y rica experiencia de numerosos profesionales peruanos.

Para llenar en parte este vacío es que se publica el presente libro.


Sale a luz gracias a los auspicios del CONCYTEC y con él se intenta or­
denar un poco la enseñanza de la Hidrología en el país y, por qué no,
motivar en algo los trabajos de investigación,en este campo.

El libro desarrolla el curso que con el mismo nombre se imparte como


obligatorio a los alumnos de ingeniería civil de la Pontificia Universi_
dad Católica del Perú. Contiene la descripción de los principales ele­
mentos del ciclo hidrológico y los métodos ordinarios de solución a los
problemas hidrológicos que s e .presentan con más frecuencia al ingeniero
civil. No obstante que desde el principio se maneja la Estadística co­
mo importante herramienta de trabajo en el análisis y solución de los
problemas, el libro contiene un capítulo completo dedicado a la Hidrolo
gía Estadística donde son tratados con cierto detenimiento los mpdelos
hidrológicos probabilísticos y en forma somera los modelos estocásticos,

También se ha dedicado un capítulo aparte pa,ra hacer referencia a la


hidrología peruana. El trabajo más importante sobre el particular .es
el realizado alrededor de 1980 por un equipo de ingenieros peruanos e
italianos, al amparo del Convenio de Cooperación Técnica suscrito por
el Instituto Italo-Latino Americano (IILA), el Servicio Nacional de Me­
teorología e Hidrología (SENAMHI) y la Universidad Nacional de Ingenie­
ría (UNI). Resultado de dicho trabajo conjunto es la publ icación titu­
lada Estudio de la Hidrología del Perú, que contiene una descripción de
las metodologías empleadas y las conclusiones a manera de información
lista a ser utilizada en la elaboración de proyectos hidráulicos en el
país.

Agradezco en primer término al CONCYTEC y a sus autoridades", porque sin


su apoyo no hubiera sido posible la publicación de este libro. Expreso
igualmente mi agradecimiento al, Ing. Manuel García Naranjo por su valió
sa contribución bibliográfica; asimismo a la Srta. Martha Calderón y a
la Srta. Elisabeth Ramos, a ambas por su encomiable trabajo en la prepa^
ración del original.

El autor
CONTENIDO

Página

CAPITULO 1 LA ATMOSFERA Y LA HIDROLOGIA (3 h)


1.1 Generalidades 1
1.2 El Ciclo Hidrológico 1
1.3 La Atmósfera 3
1.4 La Temperatura 4
1.5 La Radiación Solar 5
1.6 La Humedad Atmosférica 5
1.7 Los Vientos 9
1.8 El Clima 10

CAPITULO 2 LA PRECIPITACION (4 h)
2.1 Introducción 15
2.2 Medición de la Precipitación 17
2.3 Análisis de los Datos Pluviométricos 19
2.3.1 Estimación de Datos Faltantes 21
2.3.2 Análisis de Consistencia 26
2.3.3 Extensión del Registro 27
2.4 Estudio de la Cuenca 28
2.5 Precipitación Media en la Cuenca 30
2.6 Curva Masa de la Precipitación Media en la
Cuenca 33
2.7 Curvas Intensidad-Duración-Frecuencia 35
2.8 Problemas 39

CAPITULO 3 EVAPORACION Y EVAPOTRANSPIRACION(5 h)


3.1 Introducción 43
3.2 Evaporación en Embalses 44
3.2.1 Balance Hídrico 44
3.2.2 Nomograma de Penman 44
3.2.3 Balance Energético de Penman 47
3.2.4 Fórmulas Empíricas 52
3.3 Medición Directa de la Evaporación 53
3.4 Evapotranspiración 55
3.4.1 Método de Thornthwaite 56
3.4.2 Método de Blaney-Criddle 57
3.5 Problemas 59

CAPITULO 4 LA INFILTRACION (2 h)
■ 4.1 Descripción 61
4.2 Capacidad de Infiltración 63
4.3 Factores de la Infiltración 65
4.4 Medición de la Infiltración 66

i ii
Página

4.5 El Ciclo deEscorrentía 66


4.6 Estimativos de la Escorrentía Usando Infiltración 67
4.7 Problemas 71

CAPITULO 5 EL AGUA SUBTERRANEA (5 h)


5.1 Descripción 73
5.2 Tipos de Acuíferos 74
5.3 Alimentación y Descarga 76
5.4 Flujo de Agua Subterránea 77
5.5 Flujo en Pozos de Bombeo 83
5.5.1 Flujo Permanente 83
5.5.2 Flujo No-Permanente 85
5.6 Asuntos Conexos 92
5.6.1 Efectos de Contorno 92
5.6.2, Intrusión Marina 93
5.6.3 Potencial de un Acuífero 94
5.6.4 Recarga Artificial 95
5.6.5 Compresibilidad 95
5.6.6 Factor Tiempo 95
5.7 Problemas 96

CAPITULO 6 EL CAUDAL (5 h)
6.1 La Curva de Descarga 99
6.2 Medición de Caudales 99
6.3 Curva de Descarga de Corrientes sin Aforar 104
6.4 Análisis de la Información Hidrométrica 106
6.5 La Curva de Duración 107
6.6 La Curva Masa 109
6.7 Problemas 111

CAPITULO 7 RELACIONES PRECIPITACION-ESCORRENTIA (2 h)


7.1 Introducción 115
7.2 Usando los Datos de Suelos y Cubierta 117
7.3 La Fórmula Racional 123
7.4 Correlaciones Precipitación-Escorrentía 126
7.5 Gasto Máximo de una Corriente 128
7.6 Problemas 132

CAPITULO 8 HIDROGRAMAS DE CRECIDAS (4 h)


8.1 Introducción 133
8.2 El Hidrograma Típico 134
8.3 El Hidrograma Unitario 136
8.3.1 Definición 136
8.3.2 Obtención de los H.U. 137
8.3.3 La Curva S 140
8.3.4 Aplicación de los H.U. 141
8 .3.-5 Hidrogramas Unitarios Sintéticos 141
8.4 Hidrogramas Adimensionales 143
8.5 Hidrogramas Triangulares 145
8.6 Problemas 149
Página

CAPITULO 9 TRANSITO DE AVENIDAS (3 h)


9.1 Concepto de Tránsito 151
9.2 Tránsito en Embalses 152
9.3 Tránsito en Cauces Naturales 154
9.4 Problemas 158

CAPITULO 10 ELEMENTOS DE HIDROLOGIA ESTADISTICA (8 h)


10.1 Introducción 159
10.2 Uso de Modelos Probabilísticos 160
10.3 Análisis de Frecuencia de Valores Extremos 161
10.3.1 Posiciones de Trazado 162
10.3.2 Ley de Gumbel 163
10.3.3 Distribución Log P’earson Tipo III 166
10.3.4 Eventos Históricos 170
10.3.5 Longitud de Registro 170
10.3.6 Probabilidad de Diseño 171
10.3.7 Método del Grádex 174
10.3.8 Análisis de Frecuencia Regionales 175
10.3.9 Resumen del Estudio de Avenidas 176
10.4 Análisis de Frecuencia de Valores Medios 179
10.5 Análisis de Frecuencia de Precipitaciones 181
10.6 Análisis de Frecuencia de Sequías 183
10.7 Breve Mención de los Procesos Estocásticos 184
10.7.1 Introducción 184
10.7.2 Modelos de Series de Tiempo 186
10.7.3 La Función de Autocorrelación 189
10.7.4 Aplicaciones del Modelaje en Hidrología 190
10.7.5 Reflexiones Acerca del Modelaje 191

CAPITULO 11 ACERCA DE LA HIDROLOGIA EN EL PERU (2 h)


11.1 Introducción 193
11.2 Descripción del ESTUDIO DE LA HIDROLOGIA DEL PERU 193

APENDICE PROGRAMA EN PASCAL PARA COMPLETAR INFORMACION


PLUVIOMETRIA POR EL METODO DE LA RECTA DE
REGRESION 201
BIBLIOGRAFIA

1. Hidrología para Ingenieros


Linsley-Kohler-Paulus
Me Graw Hill. 1977

2. Handbook of Applied Hydrology


Ven T Chow
Me Graw Hi11. 1964

3. Manual de Hidrología
Rafael Heras
Escuela de Hidrología. Madrid, 1972

4. Hidrología
Medardo Molina
Universidad Nacional Agraria. Lima, 1974

5. Tratado de Hidrología Aplicada


G. Remenieras
ETASA. Barcelona, 1971

6. Diseño de Presas Pequeñas


Bureau of Reclamation
CECSA. México, 1966

7. Métodos Estadísticos en Hidrología


Varas-Ferrer
Universidad Católica de Chile. 1972

8. Tratamiento de Datos Hidrometeorológicos


Segundo Aliaga Araujo
Lima, 1983

9. Hidrología Estadística
Segundo Aliaga Araujo
Lima, 1985

10. Applied Modeling of Hydrologic Time Series


Salas-Delleur-Yevjevi ch-Lane
Water Resources Publications
USA, 1980

11. Estudio de la Hidrología del Perú


Publicación del Instituto Italo-Latino Americano
Senamhi - Lima, 1982
CAPITULO 1 LA ATMOSFERA V LA HIDROLOGIA

1.1 Generalidades

Los proyectos hidráulicos son de dos tipos: los proyectos que se refie­
ren al uso del agua y los que se refieren a la defensa contra los daños
que ocasiona el agua. Los proyectos típicos de uso del agua son los
de abastecimiento de agua potable, los de irrigación y los de aprovecha_
miento hidroeléctrico; comprenden, además, los de navegación, recrea­
ción y otros. Los proyectos típicos de defensa son los de drenaje urb£
no, drenaje vial y drenaje agrícola*, comprenden, además, los de encausa^
miento de ríos, los de defensa contra las inundaciones y otros.

En el Perú estamos bastante familiarizados con estos dos tipos de pro­


blemas que se presentan con el agua, los de utilización y los de defen­
sa.
El estudio de nuestros recursos hidrológicos corre por cuenta del Est¡a
do, siendo su objetivo proporcionar a los ingenieros los elementos para
el aprovechamiento y el control del recurso agua.

1.2 El Ciclo Hidrológico

Se denomina ciclo hidrológico el conjunto de cambios que experimenta el


agua en la Naturaleza, tanto en su estado (sólido, líquido y gaseoso)
como en su forma (agua superficial, agua subterránea, etc).

Es frecuente definir la Hidrología como la ciencia que se ocupa del es^


tudio del ciclo hidrológico.

Han sido sugeridos numerosos esquemas del ciclo hidrológico, siendo la


finalidad común la de proporcionar un gráfico sencillo que muestra las
diferentes formas y estados en que se presenta el agua (fig. 1 .1 ).

El ciclo hidrológico no es nada regular. Todo lo contrario. Una mue^


tra de ello son los períodos de sequías y de inundaciones con los que
estamos tan acostumbrados en el país. Prácticamente todos los años te
nemos nosotros problemas de sequía en unos lugares y problemas de inun-'
daciones en otros. El ciclo hidrológico es completamente irregular, y
es precisamente contra estas irregularidades que lucha el hombre.

La Hidrología está ligada al estudio de fenómenos naturales, de manera


que los métodos que emplea no pueden ser rígidos, quedando algunas deci^
siones al criterio del ingeniero. Pero es necesarip hacer notar que es^
ta falta de precisión previsible no ocprre únicamente en la Hidrología,
sino que es común a toda la ingeniería, como común es la toma de preca^
ciones. El empleo de la carga de fatiga y de la carga de trabajo en
los materiales es el ejemplo típico en ingeniería.

La Hidrología, para el análisis de algunos fenómenos, hace uso de méto


dos estadísticos, como tendremos oportunidad de ver a lo largo del cur
so y de modo particular en los dos últimos capítulos.

i
FIG. 1.1 ESQUEMA DEL CICLO HIDROLOGICO

(la) evaporación desde superficies de agua (mares, ríos, lagos, etc).


(Ib) evaporación desde superficies húmedas de suelo.
(le) evaporación desde las plantas (transpiración).
(Id) evaporación desde la nieve.
(le) evaporación desde la precipitación misma.
( 2 ) precipitación, en forma de lluvia, nevada o granizada.
( 3 ) fusión.
(4 ) escorrentía.
( 5 ) infiltración
(6 ) capas de agua subterránea.
( 7 ) manantiales.
( 8 ) rayos sol ares.
Para la elaboración de proyectos, particularmente de proyectos hidráuli­
cos, el ingeniero requiere de datos sobre precipitación, caudales, eva^
poración, horas de sol, temperatura, vientos, etc. Está información bá^
sica la recopila en el país el Servicio Nacional de Meteorología e Hidra
logia (SENAMHI). La Hidrología enseña el manejo que se le da a esta rá
formación, no siempre completa y muchas veces ausente en el lugar mismo
del proyecto.

Si bien en el SENAMHI se ha centralizado la atención de la gran mayoría


de las estaciones instaladas en el territorio patrio, hay todavía algu­
nas estaciones bajo control de otras instituciones. La relación siguiein
te puede ser útil para quienes buscan información hidrológica en el país
(referencia 8 ).

- Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI).


- Oficina Nacional de Evaluación de los Recursos Naturales (ONERN).
- Instituto Geográfico Nacional (IGN)
- Archivo Técnico del Instituto Nacional de Ampliación de la Frontera
Agrícola.
- Dirección General de Aguas, Suelos eIrrigaciones.
- Universidad Nacional Agraria.
- Direcciones Zonales y Agrarias del Ministerio de Agricultura.
- Ministerio de Energía y Minas.
- Laboratorio Nacional de Hidráulica.
- Oficina de Catastro Rural.
- Instituciones afines.

1.3 La Atmósfera

El interés de su estudio en Hidrología radica en que en ella tiene lugar


parte del ciclo hidrológico. Se define como aquella capa de aire que ro
dea a la tierra y donde se realiza parte del ciclo hidrológico.

La atmósfera resulta comportándose como un gran reservorio de vapor de


agua, un sistema amplio de transporte de agua y un gran colector de ca_
lor.

Composición.- La atmósfera está compuesta de aire seco y vapor de agua.


La composicón del aire seco es la siguiente, con los porcentajes en volu
men:

ni trógeno 78 %
oxígeno 21
argón 0.94
otros gases 0.06

Estos porcentajes medios son más o menos fijos hasta una altura de unos
20 Km.

División.- Desde el punto de vista de la variación de la temperatura la


atmósfera se divide en capas. Las que se conocen de ordinario son tres:

- Troposfera. Es la capa inferior de la atmósfera, comprendida desde


el nivel del mar hasta unos 6 Km. en los polos y unos 17 Km.en el
Ecuador. La temperatura disminuye a razón de 0.6 °C por cada 100 m
de ascenso. Se caracteriza por ser la zona de las perturbaciones at
mosféricas. En ella se forman las nubes, tienen lugar los vientos ,
las lluvias, etc.
3
- Estratosfera. Se extiende por encima de la troposfera hasta una alti^
tud de 30 a 40 Km. La temperatura permanece sensiblemente constante
en todo su espesor.

La superficie que separa la troposfera de la estratosfera es la tropo


pausa. Marca el límite de la ^tmósfera meteorológica.

- La Ionosfera. Se ubica encima de la estratosfera'y se desvanece gra^


dualmente en el espacio. La temperatura aumenta con la altura.

1.4 La Temperatura

La temperatura es un factor importante del ciclo hidrológico pues inter


viene en todas sus etapas. Desde el punto de vista práctico, la tempera_
tura interviene como parámetro en las fórmulas para calcular la evapora^
ción y en las fórmulas para calcular las necesidades de agua de riego de
las plantas. Como prácticamente en todas partes hay registros de temp£
ratura, su empleo está plenamente justificado.

Gradiente vertical de temperatura. La temperatura disminuye en la tro­


posfera, en una cantidad que varía según las condiciones locales, pero
que en promedio es de alrededor de 0.6 °C por cada 100 m. de ascenso.
Esto es lo que constituye el gradiente vertical de temperatura.

Inversión de temperatura. Se llama así al fenómeno que se presenta bajo


ciertas condiciones locales y que consiste en lo siguiente. En las pri_
meras horas del día, la tierra se encuentra a baja temperatura debido a
que en la noche ha perdido gran cantidad de calor; en ausencia de vien­
tos y con el cielo despejado, las capas inferiores de la troposfera son
más frías que las inmediatas superiores; como consecuencia la temperatu­
ra sube con la altura, en un espesor de algunos centenares de metros.

Esta inversión de temperatura tiende a ser destruida por la mezcla que


producen los vientos fuertes próximos al suelo, y desde luego el calenta
miento que sigue a la salida del sol termina por restablecer el gradien­
te normal de temperatura.

Medición de la temperatura del aire. Las estaciones meteorológicas di^


ponen de yn termómetro de máxima, un termómetro de mínima, y algunas ve­
ces de un termógrafo. Estos aparatos están situados a 1.50 m. del suelo,
en una cubierta de madera provista de persianas que permiten la libre
circulación del aire, pero que protegen los termómetros de la radiación
solar directa.

Por convención, la temperatura .media diaria se calcula tomando la media


aritmética de las tempenaturas máxima y mínima, leídas en los termóme
tros de máxima y de mínima, respectivamente.

La temperatura media mensual o anuaJ .es la media aritmética de las tempe


maturas medias diarias en el período considerado. De la misma manera se
calculan las temperaturas medias de las máximas y de las mínimas.

4
1.5 La Radiación Solar

La radiación solar es la fuente de energía del ciclo hidrológico. No


corresponde hacer aquí un estudio detallado de este factor hidrológico,
pero tampoco se puede soslayar su enorme importancia. La radiación so^
lar debe ser considerado como el factor más importante del ciclo hidro­
lógico. Produce variaciones de calor que se traducen en una mayor o me
ñor evaporación.

La tendencia actual en Hidrología es que la radiación solar vaya susti­


tuyendo a la temperatura como parámetro en el cálculo de la evaporación
y de la transpiración.

Radiación directa y difusa

La intensidad de la energía .radiante en los confines de la atmósfera es


de unos 2 cal gr/cm2/min. Durante su recorrido a través de la atmós­
fera terrestre, la radiación se debilita por dispersión, en las molécu­
las de aire seco, y por absorción, por el agua, el polvo y los gases.
El resto de radiación solar que llega a la Tierra constituye la radia­
ción directa.

Radiación difusa, es la que proviene de la radiación solar previamente


dispersa en la atmósfera. Puede, a veces, exceder en intensidad a la
radiación directa.

Cuando ambas radiaciones inciden sobre los objetos, una parte se refle^
ja nuevamente al aire donde a su vez vuelve a reflejar. El problema
real no es tan sencillo, pero una'descripción como la hecha puede ser
suficiente con fines de ilustración.

Radiómetros

Los instrumentos que miden la intensidad de energía radiante reciben el


nombre genérico de radiómetros, de los cuales hay varias versiones.

En vista de la importancia que tiene la radiación solar se podría pen­


sar que existe una amplia red de radiómetros en el país, pero esto no
es así. Las razones principales son el elevado costo de equipos y la
exigencia de personal especializado para su servicio.

He!iógrafo

El heliógrafo es un instrumento sencillo que mide el número de horas de


insolación en cada día. Consiste de una esfera maciza de cristal y un
papel sensible que va siendo quemado mientras el sol brilla. El número
de horas de sol es un parámetro ¿|ue interviene en el cálculo de la eva
poración.

1.6 La Humedad Atmosférica

La humedad atmosférica expresa el contenido de vapor de agua de la at­


mósfera, vapor de agua que proviene de la evaporación que tiene lugar
en los espejos de agua, en Tos suelos húmedos o a través de las plantas.

O
La humedad atmoférica interesa a la Hidrología por dos motivos: por ser
el origen de las aguas que caen por precipitación y porque determina en
cierto modo la velocidad con que tiene lugar la evaporación.

Tensión de vapor. En toda mezcla de gases cada gas ejerce una presión
parcial independientemente de los otros gases; la atmósfera es una mez^
cía de gases; la presión parcial que ejerce el vapor de agua se llama
tensión de vapor. Se puede escribir:

ea = P - P'

63 ... tensión de vapor


p ... presión.del aire húmedo
p1 ... presión del aire seco

Tensión de vapor de saturación. Un mismo volumen de aire puede contener


cantidades variables de vapor de agua. Cuando un volumen de aire contie^
ne la máxima cantidad de vapor de agua para una temperatura dada, se di_
ce que el aire está saturado. Se llama tensión de vapor de saturación -
( es ) a la tensión de vapor en un volumen de aire saturado.

Es decir que, a una temperatura t del aire corresponde un par de valo^


res ea> es . El primero es la tensión de vapor actual y el segundo es
la tensión de vapor de saturación.

Los valores de la tensión de vapor de saturación dependen pues de la tem


peratura y vienen dados en tablas (ver tabla 1 .1 ).

En Meteorología la unidad elemental de presión es la baria, que equivale


a una dina por centímetro cuadrado. El mi libar es igual a mil barias y
el bar es igual a mil mi libares.

1 bar = 1,000 milibares


1 mi libar = 1,000 barias
1 baria = 1 dina / cm 2 .

Condensación. Condensación es el proceso mediante el cual el vapor de


agua pasa al estado líquido. Por enfriamiento, una masa de aire disminu^
ye su capacidad para contener vapor de agua. Todo exceso de vapor de
agua se condensa en pequeñas gotitas (neblinas y nubes).

Ejemplo 1.1

Encontrar a cuántos milibares equivale 1 mm. de Hg.

pa = 760 mm Hg = 1.033 Kg/cm2


, u 1.033 Kg 1.033 v Q Q1 , n5 dinas
1 mm Hg = ^ ^ x 9.81 x 105
760 cm2 760 A cm2
0.0133 x 105 dinas
o barias
cm2
1.33 milibares.

6
TABLA 1.1 TENSION DE VAPOR DE SATURACION ( es ) EN
mm. DE MERCURIO

t 0 .1 .2 .3 .4 .5 .6 .7 .8 .9

10 2.15
9 2.32 2.30 2.29 2.27 2.26 2.24 2.22 2.21 2.19 2.17
8 2.51 2.49 2.47 2.45 2.43 2.41 2.40 2.38 2.36 2.34
7 2.71 2.69 2.67 2.65 2.63 2.61 2.59 2.57 2.55 2.53
6 2.93 2.91 2.89 2.86 2.84 2.82 2.80 2.77 2.75 2.73
5 3.16 3.14 3.11 3.09 3.06 3.04 3.01 2.99 2.97 2.95
4 3.41 3.39 3.37 3.34 3.32 3.29 3.27 3.24 3.22 3.18
3 3.67 3.64 3.62 3.59 3.57 3.54 3.52 3.49 3.46 3.44
2 3.97 3.94 3.91 3.88 3.85 3.82 3.79 3.76 3.73 3.70
1 4.26 4.23 4.20 • 4.17 4.14 4.11 4.08 4.05 4.03 4.00
0 4.58 4.55 4.52 4.49 4.46 4.43 4.40 4.36 4.33 4.29

0 4.58 4.62 ' 4.65 4.69 4.71 . 4.75 4.78 4.82 4.86 4.89
1 4.92 ' 4.96 . 5.00 5.03 5.07 5.11 5.14 5.18 5.21 5.25
2 5.29 5.33 5.37 ' 5.40 5.44 5.48 5.53 5.57 5.60 5.64
3 5.68 5.72 5.76 5.80 5.84 5.89 5.93 5.97 6.01 6.06
4 6.10 6.14 6.18 6.23 6.27 6.31 6.36 6.40 6.45 6.49
5 6.54 6.58 6.63 6.68 6.72 6.77 6.82 6.86 6.91 6.96
6 7.01 7.06 7.11 7.16 7.20 7.25 7.31 7.36 7.41 7.46
7 7.51 7.56 7.61 7.67 7.72 7.77 7.82 7.88 7.93 7.98
8 8.04 8.10 8.15 8.21 8.26 8.32 8.37 8.43 8.48 8.54
9 8.61 8.67 8.73 8.78 8.84 8.90 8.96 9.02 9.08 9.14
10 9.20 9.26 9.33 9.39 9.46 9.52 9.58 9.65 9.71 9.77
11 9.84 9.90 9.97 10.03\ 10.10 10.17 10.24 10.31 10.38 10.45
12 10.52 10.58 10.66 10.72 10.79 10.86 10.93 11.00 11.08 11.15
13 11.23 11.30 11.38 11.46 11.53 11.60 11.68 11.76 11.83 11.91
14 11.98 12.06 12.14 12.22 12.30 12.38 12.46 12.54 12.62 12.70
15 12.78 12.86 12.95 13.03 13.11 13.20 13.28 13.37 13.45 13.54
16 13.63 13.71 13.80 13.90 13.99 14.08 14.17 14.26 14.35 14.44
17 14.53 14.62 14.71 14.80 14.90 14.99 15.09 15.17 15.27 15.38
18 15.46 15.56 15.66 15.76 15.86 15.96 16.06 16.16 16.26 16.36
19 16.46 16.57 16.68 16.79 16.90 17.00 17.10 17.21 17.32 17.43
20 17.53 17.64 17.75 17.86 17.97 18.08 18.20 18.31 18.43 18.54
21 18.65 18.77 18.88 19.00 19.11 19.23 19.35 19.46 19.58 19.70
22 19.82 19.94 20.06 20.19 20.31 20.43 20.58 20.69 20.80 20.93
23 21.05 21.19 21.32 21.45 21.58 21.71 21.84 21.97 22.10 22.23
24 22.27 22.50 22.63 22.76 22.91 23.05 23.19 23.31 23.45 23.60
25 23.75 23.90 24.03 24.20 24.35 24.49 24.64 24.79 24.94 25.08
26 25.31 25.45 25.60 25.74 25.89 26.03 26.18 26.32 26.46 26.60
27 26.74 26.90 27.05 27.21 27.37 27.53 27.69 27.85 28.00 28.16
28 28.32 28.49 28.66 28.83 29.00 29.17 29.34 29.51 29.68 29.85
29 30.03 30.20 30.38 30.56 30.74 30.92 31.10 31.28 31.46 31.64
30 31.82 32.00 32.19 32.38 32.57 32.76 32.95 33.14 33.33 33.52
Humedad absoluta y humedad relativa. Son dos formas de expresar la hume
dad atmosférica. Se denomina humedad absoluta a la masa de vapor de a­
gua, medida en gramos, contenida en 1 m 3 de aire.

ha = 216.7 ea ... (1.1)


T

ha ... humedad absoluta, en gr/m 3


ea ... tensión de vapor, en milibares
T ... temperatura absoluta en grados Kelvin (°C + 273)

Veamos brevemente cómo se obtiene (1.1).

La densidad del aire seco viene dada por la fórmula:

ea
pS RT

ps ... gr/cm 3
ea ... milibares
R ... constante del aire seco = 2.87 x 103
T ... °K

La gravedad específica del vapor de agua con respecto al aire seco es


0.622, luego:

Pa = 0.622 -j4_

Por definición de humedad absoluta:


e,
ha = 106 x Pa = 106 x 0.622 g 87 x 10
6a
a 216.7 -re­

veamos ahora, qué valores máximos puede alcanzar la humedad absoluta. Te^
niendo presente que 1 mm Hg = 1.33 milibares (ejemplo 1.1) se puede
escribir:
e,
ha = 288.2 -y_

expresión en la- cual ahora ea está en mm. de mercurio. Para una tem
peratura de unos 15°C, T = 288 °K. Luego:

ha “ ea

El valor máximo de ea es la presión de saturación máxima, es decir unos


56 mm. de mercurio. Quiere decir que a puede alcanzar a lo más valores
de = 56 gr/m3, y por lo general sus valores son menores.

La humedad relativa es la relación entre la tensión de vapor actual y la


tensión de vapor de saturación a l a misma temperatura. Se expresa en
porcentaje:

hr = 4-5- x 100 % ( 1 . 2)
c s
Lo más frecuente es que hr sea medida. La medición de hr se realiza
mediante instrumentos simples llamados’ sicrómetros. Entonces la fórnw
la (1 .2 ) sirve más bien para encontrar el valor de ea .

La humedad relativa es el índice que mejor refleja la sensación de hu^


medad que experimentan los seres vivos que se encuentran en una atmós­
fera húmeda.

Punto de rocío. Es la temperatura a la cual el vapor de agua de aire


que se considera se hace saturante. Para obtenerlo, se usa simplemen^
te la TABLA 1.1, buscando en ella la temperatura para la que es igua^
la a la ea dada. También es susceptible de ser medida mediante ins^
trunientos sencillos llamados higrómetros de evaporación.

Cuando la temperatura desciende durante la noche, a una temperatura que


corresponde a que el vapor de agua de la atmósfera resulte saturante ,
el vapor de agua se condensa en pequeñas gotitas sobre la superficie
de las hojas formando el rocío.

1.7 Los Vientos

El viento no es otra cosa que el aire en movimiento. Es un factor im­


portante del ciclo hidrológico porque influye en el transporte del ca­
lor y de la humedad y en el proceso de la evaporación.

El viento produce olas en los embalses, olas cuya altura es necesario


calcular para determinar la altura de las presas.

El viento es muy susceptible a la influencia del relieve y de la vegeta^


ción, por lo que se tiende a estandarizar su medida a algunos metros S£
bre el suelo. Del viento interesa su velocidad (se mide con los anemó­
metros) y su dirección (se mide con las veletas). La "dirección del
viento" es la dirección de donde sopla. La velocidad se expresa en m/
sg, Km/h o en nudos ( 1 nudo = 0.514 m/sg = 1.85 Km/h).

A fin de tener una idea del orden de magnitud de la velocidad de los


vientos, se reproduce la escala de Beaufort que consta de 13 grados:

Calma 0 - 1 Km/h
Ventoli na 2 - 6
Viento suave 7 - 12
Viento leve 13 - 18
Viento moderado 19 - 26
Viento regular 27 - 35
Viento fuerte 36 - 44
Viento muy fuerte 45 - 54
Temporal 55 - 65
Temporal fuerte 66 - 77
Temporal muy fuerte 78 - 90
Tempestad 91 - 104
Huracán > 104

Variación de los vientos. Durante el invierno existe la tendencia de


los vientos de soplar desde las áreas interiores más frías hacia el
océano que permanece a mayor temperatura. Durante el verano es al re^
vés, -los vientos tienden a
soplar desde los cuerpos de agua que se
mantienen a baja temperatura hacia la superficie caliente de las masas

9
continentales. De manera similar, debido a las diferencias de temperatu^
ra entre la masa continental y el agua, se producen brisas diurnas hacia
la playa o el mar.

En zonas montañosas, especialmente en los riscos y en las cumbres, la ve


locidad del aire a 10 m. o más de la superficie es mayor que la veloci
dad del aire libre a la misma altura; esto se debe a la convergencia fo£
zada del aire por las barreras orográficas. En los valles abrigados la
velocidad del viento es baja. La dirección del viento está muy influen­
ciada por la orientación de las barreras orográficas. Debido a una dife^
rencia de presiones existen variaciones diarias en la dirección del viejx
to en áreas montañosas: durante el día los vientos soplan del valle ha­
cia las zonas montañosas y durante la noche es al revés.

Capa de fricción. La velocidad del viento se reduce y su dirección es


desviada en las capas inferiores de la atmósfera debido a la fricción -
producida por árboles, edificios y otros obstáculos, y tales efectos se
vuelven insignificantes para alturas superiores a unps 600 m. Esta capa
inferior se conoce como capa de fricción.

Los vientós superficiales tienen una velocidad promedio cercana al 40 %


de la velocidad del aire que sopla en la capa inmediatamente superior a
la capa de fricción. La velocidad en el mar es cercana al 70%.

La variación de la velocidad del viento con la altura, en la capa de


fricción, se expresa generalmente por una de dos relaciones generales
por una ley logarítmica o por una ley exponencial. En la fórmula expo­
nencial:

v es la velocidad promedio del viento a una altura z, v0 es la velocidad


promedio a una altura z 0 y K varía con la rugosidad de la superficie y
la estabilidad atmosférica en un rango entre 0 . 1 y 0 .6 .

1.8 El Clima

La palabra "clima" deriva de una voz griega que significa inclinación, a_


ludiendo seguramente a la inclinación del eje terrestre. Como se sabe
las estaciones tienen lugar debido al movimiento de traslación de la
Tierra alrededor del sol, con su eje de rotación inclinado con respecto
al plano de traslación.

Son numerosas las definiciones que existen de clima, pero todas ellas a­
luden al estado medio de la atmósfera. Para la Organización Meteorología
ca Mundial, clima es el "conjunto fluctuante de condiciones atmosféricas
caracterizado por los estados y la evolución del tiempo, en el curso de
un período suficientemente largo en un dominio espacial determinado".

Los elementos que permiten distinguir unclima de otro son: la temperati[


ra, la precipitación, la presión, el viento y la radiación solar. Los
dos primeros son los principales.

Los factores que condicionan el clima son: la latitud, la altitud, y la


continentalidad. La latitud determina la intensidad de radiación solar,
la altitud determina la temperatura. La continental idad se refiere a la

10
mayor o menor proximidad de un lugar a los mares. Muchas veces juegan
papel importante en el condicionamiento del clima las corrientes mari^
ñas. Otros factores de importancia eventual son la orientación, los
vientos dominantes, la naturaleza del terreno y la vegetación.

Clasificación de climas

El objeto de clasificar los climas radica en poder establecer compara­


ciones. Esto es muy importante en Hidrología, porque hace posible a­
plicar las mismas fórmulas en lugares de clima similar. Para el caso
del Perú, es particularmente frecuente que la región del proyecto ca­
rezca de estaciones y que tenga, por eso, que usarse registro de
otras regiones de clima similar. En climas similares, la temperatura
y la precipitación son similares en magnitud, variación anual y distri^
bución.

Puesto que el clima queda definido por una compleja combinación de ele^
mentos, y además viene definido por una no menos combinación de facto
res, es muy difícil intentar una clasificación única de los variadísi­
mos t+pos de clima que se presentan.

Recordemos que, en principio, se distinguen tres zonas en la superficie


terrestre:
- zona tórrida, comprendida entre el Trópico de Cáncer (23°27'N) y el
Trópico de Capricornio (23°27'S).
- zonas templadas, entre los trópicos y los círculos polares (63°331).
- zonas glaciales, entre los círculos polares y los polos.

A modo de ilustración], se ofrece la clasificación siguiente que toma en


cuenta sólo la precipitación:

a) Climas cálidos de clima intertropical


1. Régimen ecuatorial. Llueve todo el año, presentando dos máxi­
mos al año.
2. Régimen sub-ecuatorial. Presenta dos períodos secos al año.
3. Régimen tropical. Presenta un solo período de lluvia.

b) Climas templados
1. Régimen de climas templados. Presenta lluvia todo el año, ca
si uniformemente repartida. *
2. Régimen mediterráneo. Presenta un período frío y otro caluro­
so y seco.

c) Clima frío y polar. Corresponde a las altas latitudes.

d) Régimen de zonas desérticas. Las zonas desérticas se encuentran re^


partidas en casi todas las latitudes y su presencia se explica gene^
raímente por causas locales que determinan la ausencia de lluvias.

Los climas en el Perú

El Perú, por su posición geográfica, debió tener en toda su amplitud un


clima cálido, extremadamente lluvioso. Sin embargo esta característica
climática corresponde sólo a nuestra Amazonia. En el resto del país
hay una gran diversidad de climas, cuyo origen está en :
- la Cordillera de los Andes
- la Corriente Marina de Humboldt
- El Anticiclón del Pacífico Sur
11
La Cordillera de los Andes deformó nuestro relieve, mostrando diversas r£
giones altitudinales cada una de clima diferente. Ha dividido también el
Perú en dos flancos: el oriental, lluvioso y el occidental, casi árido.
El vapor de agua que proviene de la Amazonia se condensa en la Selva Alta
y no llega hasta las cumbres andinas.

La Corriente marina de Humboldt, o Corriente Peruana, ha modificado el pa^


norama climático de la Costa, debido a que la frialdad de sus aguas ha ba^
jado la temperatura atmosférica. Esta baja temperatura hace que el aire
costeño sea estable, es decir sin capacidad de ascender verticalmente, lo
que determina la ausencia de lluvia;*propicia además la condensación del
vapor de agua a poca altura formando las neblinas y brumas. La ausencia
de lluvias ha determinado la aridez de la Costa, en donde predomina el de^
sierto y la ausencia de vegetación, salvo en las lomas y los valles.

En cuanto al Anticiclón del Pacífico Sur, se trata de una masa de aire


frío y seco que al aproximarsea la Costa produce la condensación del va_
por de agua del aire, formando densas nubes estratos entre los 300 m. y
los 800 m. Este techo de nubes refleja al espacio gran parte delaradi^
ción solar, disminuyendo la temperatura de toda la Costa.

La diversidad climática que se observa en nuestro país es motivada por


los tres factores recién señalados y obliga a un tratamiento por separado
denlas tres regiones naturales en que se divide el territorio.

Región de la Costa.-

Abarca hasta los 500 m. s. n.m. Está conformada por desiertos, tablazos,
lomas y valles. Los desiertos ocupan la porción más extensa, son de una
aridez completa y se hallan interrumpidos por las pampas (relleno aluvió-
nico sobre el cual se deslizan las arenas, pero que con agua de riego se
convierten en terrenos fértiles). Los tablazos son de estructura rocosa
cubierta de dunas, con uno que otro oasis. Las lomas rompen la aridez -
del desierto gracias a las neblinas y garúas. Los valles son las zonas
verdes próximas a los ríos que descienden de los Andes.

Se puede decir que la Costa comprende lugares con un régimen de zona de­
sértica (ausencia de lluvias) y lugares con régimen tropical. Cabe recor
dar sin embargo que en el Departamento de Tumbes y en parte del de Piura
las precipitaciones en el período de lluvia son abundantes por influencia
de la Corriente del Niño (caliente).

Región de la Sierra.-

Presenta, en general, un clima de régimen tropical, es decir un solo pe­


ríodo de lluvia al año. Pero la cosa no es tan simple. Según Javier Pul_
gar Vidal, se pueden distinguir hasta cinco zonas altitudinales.

Entre los 500 y los 2,500 m.s.n.m. se observan valles estrechos y profujn
dos y empinados contrafuertes andinos con escasa vegetación. El clima es
cálido aunque ligeramente húmedo y con escasas lluvias en verano. Su cli^
ma primaveral hace que sea una región eminentemente frutícola. Son fre­
cuentes los huaycos.

La zona entre los 2,500 y los 3,500 m.s.n.m. está conformada por los va^
lies interandinos y los flancos de suave pendiente. Su clima es templado
con lluvias periódicas de Diciembre a Marzo. Es la zona más poblada de
la Sierra-, ella alberga las ciudades andinas más importantes: Cajamarca,
Huaraz, Huancayo, Arequipa, Cuzco, etc.
12
La zona entre los 3,500 y los 4,100 m.s.n.m. presenta un relieve rocoso
y escarpado, y un clima templado-frío. Es la región del trigo, la ceba
da, la quinua y la papa.

La zona entre los 4,100 y los 4,800 m.s.n.m. tiene gran parte de su re
lieve formado por las mesetas andinas, en las que se localizan numero^
sos lagos y lagunas. Su clima es frío. Las precipitaciones son sóli­
das (nieve y granizo). Su vegetación típica es el ichu. Se le conoce
como puna en el centro y sur, y como jalea en el norte.

La quinta zona, la Cordillera, es la región más alta del país. Su te­


rritorio, de aspecto rocoso, se cubre de nieve y glaciares. El clima
es muy frío. Las precipitaciones son sólidas. La actividad principal
es la minería.

Región de la Selva.-

Es la región más lluviosa del país. Presenta un régimen ecuatorial con


dos períodos de máxima precipitación al año: Febrero y Noviembre. Es
importante todavía distinguir dos regiones selváticas: selva alta y sel
va baja. .

La región de la selva alta se extiende entre los 500 y los 1,500 o 2,000
m.s.n.m. en la vertiente oriental de los Andes. Su relieve es bastante
quebrado. Está cubierta de densa vegetación. Su clima es cálido. Es
la zona más lluviosa del país. Los ríos avanzan estrepitosamente difi_
cuitando la navegación. Sus suelos no son inundables. Es la región
selvática mejor aprovechada en la agricultura: café, té, coca y fruta­
les. Destacan los valles de Jaén, Bagua, Tingo María, Chanchamayo, Qui
llabamba y Tambopata.

La región de la selva baja es la vasta llanura por debajo de los 500


m.s.n.m. Su relieve es horizontal y cubierto de una densa vegetación -
de selva virgen. Su clima es cálido y húmedo. Las inundaciones son
frecuentes. Los ríos avanzan describiendo numerosas curvas o meandros
y cambian constantemente de cauce; son las ún'icas vías de comunicación.
Las dos ciudades principales son Iquitos y Pucallpa, a orillas de los
ríos Amazonas y Ucayali, respectivamente.

13
DESARROLLO HISTORICO DE LA HIDROLOGIA
(tomado' de la referencia 2 )

En general, el desarrollo histórico de la hi­


drología puede describirse a través de una
serie de períodos. Puesto que estos períodos
pueden traslaparse, su división en el tiempo
no debe considerarse exacta.

A. PERIODO DE ESPECULACION (+ 1,400)

Desde los tiempos primitivos hasta los alrededores del


año 1400 D.C., el concepto del ciclo hidrológico fue es­
peculado por muchos filósofos, incluyendo a Homero
(- 1,000 A.C.), Thales, Platón y Aristóteles en Grecia;
Lucrecio, Céneca y Plinio en Roma. Mientras que la may£
ría de estos conceptos filosóficos fueron erróneos, Mar­
co Vitruvius, quien vivió por el tiempo de Cristo, concia
bió una teoría que es ahora generalmente aceptada, pues­
to que él postuló que el agua subterránea es en su mayor
parte derivada de la lluvia y la nieve por infiltración
desde la superficie del suelo. Así, la teoría de Vitru­
vius puede ser considerada como el inicio de los concep­
tos modernos del ciclo hidrológico.

Durante este período, sin embargo, el hombre puede haber


aprendido mucho de hidrología práctica a través de la
construcción de grandes obras hidráulicas conocidas en
la historia, tales como los antiguos pozos árabes, las
obras persas,- los proyectos de irrigación de Egipto y
Mesopotamia, los acueductos romanos, los proyectos de
suministro de agua y drenaje en la India y los sistemas
de irrigación de la China.

sigue en la página 42

14
CAPITULO 2 LA PRECIPITACION

.1 Introducción

La principal fuente de humedad para la precipitación la constituye la


evaporación desde la superficie de los océanos. Sin embargo, la cerca­
nía a lu> océanos no conlleva una precipitación proporcional, como lo de
muestran muchas islas desérticas. Son los factores del clima ya estudie*
dos (latitud, altitud, continental idad, corrientes marinas, vientos domi_
nantes) y las barreras orográficas, las que determinan la humedad atmo^
férica sobre una región.

Definición

Se define precipitación a toda forma de humedad, que, originándose en


las nubes, llega hasta la superficie terrestre. De acuerdo a esta defi^
nición, las lluvias, las granizadas, las garúas y las nevadas son formas
distintas del mismo fenómeno de la precipitación. En Estados Unidos, la
lluvia se identifica según su intensidad, en:
- ligera, para tasas de caída de hasta 2.5 mm/h
- moderada, desde 2.5 hasta 7.5 mm/h
- fuerte, por encima de 7.6 mm/h

Formación

Debido a su calentamiento cerca de la superficie, motivado por diferen­


cias de radiación, las masas de aire ascienden hasta alturas de enfria^
miento suficientes para llegar a la saturación.\Pero esto no conlleva
precipitación. Suponiendo que el aire esta'saturado, o casi saturado ,
para que se forme neblina o gotas de agua o cristales de hielo, se re^
quiere la presencia de núcleos de condensación (en los dos primeros ca­
sos) o de congelamiento (en el tercero). Los núcleos de condensación -
consisten de productos de combustión, óxidos de nitrógeno y minúsculas
partículas de sal; los núcleos de congelamiento consisten de minerales
arcillosos, siendo el caolín el más frecuente.

Después de la nucleación se forman finísimas gotitas de diámetro medio


de aproximadamente 0.02 mm. y como las gotas de lluvia tienen un diáme­
tro medio de aproximadamente 2 mm., significa que se produce un aumento
del orden de un millón de veces en el volumen de las gotitas. Este
enorme aumento de tamaño se produce por la unión entre sí de numerosas
gotitas y esta unión se explica por:
- la atracción electrostática entre las gotitas que conforman las nubes;
- las microturbulencias dentro de la masa de la nube;
- el barrido de las gotitas más finas por las gotas mayores;
- la diferencia de temperaturas: las gotas más frías se engrosan a expen
sas de las más calientes.

15
Mantenimiento de la precipitación

Lo que se acaba de exponer explica la formación de las gotas de lluvia


dentro de la masa de la nube, pero esto no quiere decir que las gotas
así formadas llegarán a la superficie terrestre, o, en otras palabras
que el volumen de agua contenido en la nube es igual al volumen ój
agua llovida. Mediciones realizadas demuestran que lo normal es ..que
el agua de lluvia que cae a tierra sea mucho mayor que el agua rq.1’éeni_
da en la nube. La única explicación es que las nubes se rehrjr_n contr
nuamente durante el proceso mismo de la formación de las precipitacio­
nes, lo que significa una alimentación constante a partir del vapor
de agua de los alrededores; esto se produce principalmente:
- cuando existe una turbulencia dentro de la nube que provocayfacilita
la renovación del vapor de agua;
- cuando hay movimiento del aire húmedo desde las partes bajas, es decir
un movimiento vertical ascendente.

La lluvia artificial

De tiempo en tiempo se habla de la lluvia artificial en el Perú, como


una solución al riego de las zonas áridas de la Costa, sin que hasta
ahora se haya logrado concretar algo. Esto se explica por lo compleja
que resulta en realidad la producción de la lluvia artificial. En los
experimentos que se vienen realizando en otros países se usa para el
bombardeo de las nubes tanto el dióxido de carbono sólido (hielo seco )
como el yoduro de plata; ambos agentes actúan como núcleos de congela^
miento. El envío se hace por medio de avionetas, globos, cohetes y ge
neradores. Aun cuando el panorama actual no es del todo claro, hay
el optimismo de lograr acorto plazo la producción a costo razonable de
lluvia artificial

Tipos de precipitaciones

Las precipitaciones se clasifican en tres grupos,..según el factor respoii


sable del levantamiento del aire que favorece el enfriamiento necesario
para que se produzcan cantidades significativas de precipitación.

a) Precipitaciones convectivas. Son causadas por el ascenso de aire cá_


1 ido más liviano que el aire frío de los alrededores. Las diferen -
cias de temperatura pueden ser sobre todo el resultado de calenta­
mientos diferenciales en la superficie o en la capa superior de la
capa de aire. La precipitación convectiva es puntual y su intensi­
dad puede variar entre aquella correspondiente a lloviznas ligeras y
aguaceros.

b) Precipitaciones orográficas. Resultan del ascenso del aire cálido


hacia una cadena de montañas. Las regiones que quedan del otro la^
do de las montañas pueden sufrir la ausencia de lluvias,'puesto que
todas las nubes son interceptadas y precipitadas en el lado de do£
de ellas provienen.

Es el caso de la Selva Alta de nuestro país, la región más lluviosa,


donde las nubes provienen de la Selva Baja.

c) Precipitaciones ciclónicas. Se producen cuando hay un encuentro de


nubes de diferentes temperaturas: las más calientes son impulsadas a
las partes más altas donde precipitan.

16
En la naturaleza, los efectos de estos tres tipos de enfriamiento están
inter-relacionados y la precipitación resultante no puede identificarse
como de un solo tipo.

Medición de la Precipitación

Fundamentalmente, existen tres tipos de instrumentos.

1. Pluviómetros simples.- En principio cualquier recipiente abierto de


paredes verticales puede servir de pluviómetro, porqué lo que intere
sa es retener el agua llovida para luego medirla. En el sistema m?
trico se mide en milímetros y décimos de milímetro. Sin embargo, es
importante que las dimensiones de estos instrumentos sean normaliza^
das para poder comparar las medidas tomadas en diferentes local ida -
des.
El pluviómetro estándar del U.S. National Weather Service (fig. 2.1)
consta de un recipiente cilindrico (a), un embudo colector (b) de
diámetro 8" y un tubo medidor (c) de área igual a un décimo del área
del embudo colector; de esta manera, 1 mm. de lluvia llenará el tubo
medidor 10 mm. con el cual se mejora la precisión de la lectura. Con
una regla graduada en mm. es posible estimar hasta los décimos de mm.

a *«
24

F¡g. 2.1 PLUVIOMETRO

Cuando se espera que nieve se retiran tanto el embudo como el tubo y


se recibe la nieve en el depósito cilindrico; después que la nieve
se ha fundido se vierte en el tubo medidor.

2. Pluviómetros registradores (pluviógrafo).- Los pluviómetros simples


sólo registran la cantidad de lluvia caída; no nos dicen nada acerca
de la intensidad que ella adquiere en el transcurso de la precipita­
ción, lo cual se consigue con los pluviógrafos. La intensidad de
la lluvia es un parámetro importante para el diseño de obras hidráu­
licas como veremos en su oportunidad.

La descripción de estos pluviómetros puede verse en la referencia 3.


Básicamente, el agua es recibida por un embudo y conducida a un d(?
pós.ito con doble compartimiento, oscilante alrededor de un pivote.
El movimiento oscilante del depósito es trasmitido a una aguja que
va marcando su trazo en un papel enrollado sobre un tambor que gira
gracias a un mecanismo de relojería. El gráfico resultante recibe
el nombre de pluviograma. El de la fig. 2.2 ha sido tomado de la re
ferencia 4.

F ig . 2 . 2 P L U V IO G R A M A

3. Pluviómetros totalizadores.- Se utilizan cuando hay necesidad de co


nocer la pluviometría mensual o estacional de una zona de difícil acf
ceso, donde sólo se va unas pocas veces al año. Estos pluviómetros
acumulan el agua llovida durante un período de tiempo más o menos -
largo. Para proteger el agua de la congelación se usa cloruro de
calcio u otro anticongelante, y para protegerla de la evaporación -
una capa de aceite.

Instalación.- Deben evitarse las instalaciones en los tejados y lade­


ras con mucho viento. El mejor lugar para instalar un pluviómetro será
aquél donde haya una superficie plan^ rodeada con arbustos o árboles que
sirvan de protectores contra el viento, pero estos no deben estar tan
cerca al pluviómetro que lo obstruyan.

Curva masa de precipitación en una estación

La curva masa es la representación de la precipitación acumulada vs. el


tiempo. Se extrae directamente del pluviograma.

Si en una zona hay instalados un pluviómetro registrador y otros no r£


gistradores, próximos al primero, es posible obtener también las curvas
masa para los no registradores. Para ello se supone que la curva masa -
de la precipitación en un pluviómetro no registrador es proporcional en
la forma a la del pluviómetro registrador, excepto en lo que se define
de otra manera por las lecturas observadas y las notas.

En la fig. 2.3 se han dibujado las curvas masa de la precipitación en


cuatro estaciones próximas entre sí (A, B, C, D), de las cuales sólo la
estación A es registradora.

18
Ejemplo 2.1

B. Febrero 16 empezó a las 9 p.m.


17 terminó a las 9.30 a.m.
empezó a las 11 a.m.
terminó a la 1 p.m.
medida a las 6 p.m. = 5.56 pg.

C. Febrero 16 empezó a las 11 p.m.


17 medida a las 6 p.m. = 2 . 0 6 pg.

D. Febrero 16 empezó a las 10 p.m.


17 medida a las 8 a.m. = 3.40"
terminó a la 1.30 p.m.
medida a las 6 p.m. = 4.06"

A = pluviómetro registrador
B, C, D = pluviómetros no registradores con medida

9p.m, I2p.m. 3a.m 6a.m. 9am. I2m. 3 p.m.


DIA 16 DIA 17

Fig. 2 3 CURVAS MASA DE PRECIPITACIONES

2.3 Análisis de los Datos Pluviométricos

Las precipitaciones en altura de agua medidas con pluviómetros varían de


un lugar a otro y, en un mismo lugar, de un tiempo a otro. Estas medi­
das constituyen un conjunto numeroso de datos, que es necesario analizar
y sintetizar en unos pocos valores más manuables y fáciles de utilizar -
en proyectos hidráulicos. Se recurre para ello a la Estadística, esco­
giendo un modelo matemático que represente el comportamiento de la llu­
via en el lugar en estudio. Se utiliza para ello la experiencia acumula
da sobre el particular. Esto es estudiado con cierto detenimiento en eT
Capítulo 10, de modo que ahora sólo veremos los aspectos generales del
problema.

19
Ejemplo 2.2
La tabla 2.1 contiene las precipitaciones mensuales registradas en la es
tación de Sibayo, en Puno, tomadas de la referencia 4.

TABLA 2.1 PRECIPITACIONES MENSUALES EN SIBAYO - PUNO

E F M A M J J A S 0 N D

1951 156.3 133.8 55.2 6.4 0.0 2 .1 3.4 3.1 33.6 1.4 6.8 56.5 458.6
1952 126.3 163.9 152.2 15.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 9.0 76.4 76.4 619.2
1953 100.3 255.9 '86.0 31.9 11.4 0.0 0.0 0.0 0.0 11.5 29.9 27.1 554.0
1954 123.6 154.4 221.6 17.8 18.0 6.0 3.0 0.0 5.0 21.3 22.8 160.9 754.4
1955 114.1 81.1 22.6 1.2 1.7 0.0 0.0 0.4 2.2 0.0 1 1 . 2 14.0 248.5
1956 122.4 164.7 150.0 3.5 0.0 27.1 0.0 0.0 8.7 5.8 1.6 97.0 580.8
1957 82.3 145.5 123.2 5.3 6.3 0.0 2.5 2.7 13.8 24.2 31.2 24.9 461.9
1958 64.0 131.9 102.6 25.1 7.9 1.0 0.0 0.0 5.0 5.9 9.7. 213.5 566.6
1959 193.4 66.1 225.6 10.8 0.0 0.6 0.0 6.1 24.1 29.9 68.0 52.9 677.5
1960 152.4 152.3 91.1 55.1 28.0 0.8 0.0 24.8 17.7 6.3 103.5 163.7 795.7

Pro­
123.5 145.0 123.0 17.2 7.3 3.8 0.9 ' 3.7 11.0 11.5 36.1 88.7 5h.7
me­
dio

Valor central dominante.- En este caso viene a ser la precipitación anual


media o módulo pluviométrico anual, que es 571.7 mm. Este valor da una
idea de la magnitud de las lluvias en Sibayo.

Rango.- Es la diferencia entre los valores extremos de las precipitacio­


nes anuales. Para el registro utilizado: 795.7 - 248.5 = 547.2 mm.

Desviación estándar o desviación típica.- Se define por la fórmula:

c _\/ E (x - x) 2 \ l e x 2- x Ex ...(2.1)
X -y n-l = y n- 1

Sx ... desviación estándar de las precipitaciones anuales


x ... valor promedio de las precipitaciones anuales = 571.7 mm.
x ... cada una de las precipitaciones anuales del registro
n ... longitud del registro en años (10 ).

20
Hechos los cálculos se obtiene Sx = 159 mm.
sx
Coeficiente de variabilidad.- Se define: y(x) = — x 100 ... (2.2)
x

y(x) = — x 100 = x 100 = 27.8 %


x 571.7

Si suponemos que las precipitaciones anuales en Si bayo constituyen una p<D


blación normal, y que la muestra tiene también una distribución de fre­
cuencias normal como la población, entonces el punto medio de la campana
de Gauss corresponde al valor medio x y los demás valores respecto a la
media se distribuyen así:

- el 50 % de los datos se encuentra entre x + 2 S


3 ’
- el 68% de los datos se encuentra entre x + Sx ;
- el 95 7o de los datos se encuentra entre x +_ 2 Sx •

Se interpreta diciendo que, en la localidad de Si bayo:

- es de esperar una. precipitación anual comprendida entre 678.0 y 466.0


mm., con un 50 % de probabilidad-,
- es de esperar una precipitación anual comprendida entre 731.0 y 413.0
mm., con un 68 % de probabilidad;
- es de esperar una precipitación anual comprendida entre 890.0 y 254.0
mm., con un 95 % de probabilidad.

Luego del trabajo que se acaba de hacer, ya es posible tomar decisiones


para el diseño de alguna estructura hidráulica en particular que se pro^
yecte en la zona de Si bayo, en Puno.

El manejo estadístico de la información pluviométrica, es decir el est]¿


dio de su comportamiento según un modelo matemático, sólo es posible -
realizarlo cuando la información reúne estos tres requisitos: es comple^
ta, consistente y de extensión suficiente. Es por eso que, una informa­
ción pluviométrica antes de ser estudiada en su comportamiento debe ser
revisada en estos tres aspectos, en la forma cómo se describe enseguida.

2.3.1 Estimación de Datos Faltantes

Frecuentemente se halla uno con que faltan datos en los registros


de lluvias. Esto se debe a ausentismo del operador o a fallas
instrumentales.

Se llama correlación a la operación o procedimiento por medio del


cual se completan los datos faltantes. Para ello se utilizan los
datos de estaciones índices, que sí tienen los datos completos y
que se seleccionan de modo que estén lo más cerca posible y sean
de altitud parecida a la estación en estudio. Distancia y alti­
tud son pues los factores principales para la selección de las
estaciones índice.

21
Métodos de estimación

Método del U.S. Weather Bureau.- Si los datos faltantes son 11


vi as diarias, se escogen tres estaciones Indice A, B, C.

a) Si la precipitación anual media en cada estación índice ( xA,


xB, xC ) está dentro de un 10 % de la correspondiente a la
estación incompleta ( x ), un promedio aritmético simple de
las precipitaciones en las estaciones índice da una estimación
adecuada. En los ejemplos que siguen las precipitaciones es^
tán en mm.

A
o 2.3
Estación X % día j
A 680 10 1.5 15
B 710 40 6.0 20
C 701 31 4.6 25
X 670

20 + 25
X= 15 + 1 = 20 mm.

b) Si la precipitación anual media en cualquiera de las estacio­


nes índice difiere de aquella de la estación problema en más
de un 10 %, se utiliza la fórmula:

1.
px = pA + — pB + pC ... (2.3)
3
xA xB xC

Si los datos faltantes son precipitaciones anuales, se puede api


car el método de los promedios o el método de la recta de regre
sión.

Método de los promedios.- Se_escoge una estación índice (A) cuya


precipitación anual media es xA; si la estación problema es la
estación x, se halla su correspondiente precipitación anual media
x y se establece la proporción:

x
.... (2.4)
xA
xA

de donde se puede despejar x que es el dato faltante. Hay que te


ner cuidado de hallar los valores medios para el periodo común de
registros, como se puede apreciar en el ejemplo 2.4.

Ejemplo 2.4
xA X

1984 754 731


1985 766 690
1986 166
1987 410 306
1988 576 610

22
x = 73L±690^J01i.,610 = 584>3

r. Ma _
X ~
754 + 766— —+
— — — —— —
410 + 576 _ ctie c
O l u •D

x = — . xA = 584J. x 166 = 154>8 mm>


xA 626.5 -

Si hay dos o tres estaciones índicese procede igual concada una


de ellas, obteniéndose 2 ó 3valores de x. El valor final de x se
rá el promedio de esos valores.

Método de la recta de regresión.- Por razones de comodidad se va


a designar con "y" a la estación con datos incompletos y con "x"
a la estación índice. Básicamente, el método consiste en:

1. Dibujar el diagrama de dispersión (puntos de coordenadas x,y);


2. Ajustar una recta a ese diagrama de dispersión;
3. Esta recta, llamada "línea de regresión", se usa para comple -
tar la información faltante en y.

Esto mismo puede realizarse analíticamente.

Cuando hay varias estaciones índice surge la interrogante de cuál


de ellas utilizar. La respuesta la encontramos en la Estadística:
de varias estaciones índice la mejor correlacionada con la esta­
ción incompleta es la de mejor coeficiente de correlación (r).

r „ r ( x-x )( y-y ) (2 5)
(n-1) Sx.Sy

n ___ número de pares de datos conocidos - número de datos de


. y » '
x .... media aritmética de los datos de x queforman parejas
_ con los de y ;
y .... media aritmética de todos losdatos de y ;
Sx .... desviación estándar para todos los datos de x que for^
man parejas con los de y ; ~
Sy --- desviación estándar para todos los datos de y.

E ( x-x):
Sx =
n-1 (2-6)

Los valores de r varían de -1 a +1.

23
r = O ,significa que no existe ningún grado de asociación entre
los valores de x y los valores de y (correlación nula).

r = 1 ,significa que los puntos del diagrama de dispersión se


alinean en una recta de pendiente positiva (correlación
directa óptima).

r = -1 , significa que los puntos del diagrama de dispersión se


alinean en una recta de pendiente negativa (correlación
inversa óptima).

En el caso presente de precipitaciones anuales, la experiencia in_


dica que la correlación es directa y entonces la ecuación de la
recta de regresión es:

y' = a + 3 x ....(2.7)

La letra y con índice (y1) se emplea para referirse a los valores


derivados de la recta de regresión.

Los valores de los coeficientes a y 6 se hallan generalmente


con la teoría de los mínimoscuadrados.

En vez de(2.7) se prefiere usar:

y' = a + b ( x-x ) .... (2 .8 )

Siempre con la teoría de mínimos cuadrados se halla:

a - y
b = E (x-x) y _ E xy - n x .y ... (2.9)
E (x-x) 2 E x2 - n x 2

Se demuestra también que : b = r ^ ... (2.10)

siendo r, como antes, el coeficiente de correlación.

Ejemplo 2.5
Completar la información para la estación pluviométrica A a par­
tir de las estaciones índice B y C, próximas a A y de altitudes
parecidas, mediante el método de la recta de regresión. Las ci_
fras se refieren a precipitaciones anuales en mm.

24
A B C
1967 786 628 765
8 846 708 876
9 1332 1112 1020
1970 918 816 641
1 830 918
2 930 803 781
3 1115 1020 849
4 887 867 807
5 800 1056 875
6 857 847 947
7 930 756 389
8 918 799
9 888 793 871
1980 915 1002 1000
1 817 831 933
2 999 797 849

Se correlaciona primero A con B y luego A con C hallando en cada ca^


so el respectivo coeficiente de correlación r con la ecuación 2.5.
Se escoge luego la estación de mayor r y se halla la ecuación de la
recta de regresión.

Correlacionando A con B:

x = 860 Sx = 133.67
y = 930 Sy = 138.19 r = 0.59

Correlacionando A con C:

x = 865 Sx = 94.69
y = 930 Sy - 138.19 r = 0.33

Se escoge la estación B.Ecuación de la recta de regresión (2.8):

y' =y + r ( x-x )

y' =930 + 0.59 ( x - 860 )

y' =930 + 0.61 ( x - 860 )

Los datos faltantes son:


año 1971 x = 830 y' = 912 mm.
año 1978 x = 918 y 1 = 965 mm.

25
2.3.2 Análisis de Consistencia

Cualquier cambio en la ubicación como en la exposición de un plu­


viómetro puede conllevar un cambio relativo en la cantidad de llu
via captada por el pluviómetro. El registro completo publicado -
representará condiciones inexistentes. Un registro de este tipo
se dice que es inconsistente.

Una forma de detectar las inconsistencias es mediante las curvas


doble más icas.

Una curva doble másica' se construye llevando en ordenadas los va


lores acumulados de la estación en estudio y en abscisas los valo
res acumulados de un patrón, que consiste en el promedio de va­
rias estaciones índice.

PATRON (m m )

Fig. 2.4 CURVA DOBLE MASA

En la fig. 2.4 se observa un quiebre el año 1974. Si se supone


que las estaciones que componen el patrón son confiables éste será
consistente y por lo tanto el quiebre debe atribuirse a una incon­
sistencia de la estación en estudio, A.

Es necesario ajustar los valores del período más lejano (1967-1973)


para reducirlos a las condiciones de ubicación, exposición, etc.
imperantes en el período más reciente (1974-1980). En el ejemplo
de la fig. 2.4, el ajuste o corrección se realiza multiplicando ca_
da precipitación del período 1967 a 1973 por la razón de las pen­
dientes m 2 :
mi
26
p ... precipitación observada
pe .. precipitación corregida
m 2 .. pendiente del período más reciente
mi .. pendiente del período cuando se observó p.

La ecuación 2-. 11 corrige la precipitación registrada de manera que


la curva doble másica se convierte en una sola recta.

Se ha partido de suponer' que el patrón es consistente. Sin embargo,


se recomienda verificar la consistencia de cada estación índice. Es^
to se hace dibujando una curva doble másica entre cada estación y
el patrón formado por las restantes. Aquellas estaciones que resul_
ten inconsistentes deben ser removidas del patrón.

Al trazar la curva doble másica no se consideran los quiebres que


no persisten por más de 5 años, ya que se considera que los quie -
bres cortos se deben principalmente a la variabilidad inherente a
los datos hidrológicos.

A veces un cambio pequeño en la ubicación del pluviómetro, de sólo


unos cuantos metros, puede afectar su exposición y provocar incon -
sistencias en el registro. Además, aunque el pluviómetro no cambie
de ubicación su exposición puede verse afectada por el crecimiento
de vegetación cercana, o por la construcción de edificios en los al^
rededores.

No se recomienda usar curvas doble más icas en regiones montañosas,


porque las diferencias en los registros de estaciones cercanas
pueden deberse a eventos meteorológicos diferentes.

Extensión del Registro

El tercer requisito para que un registro pluviométrico sea someti­


do a análisis probabilístico (apartado 2.3) es que sea de exten^
sión suficiente. No es posible precisar cuántos años debe tener
un registro pluviométrico. Es evidente, sin embargo, que cuanta
mayor extensión tenga es mejor. En la práctica se presentan esta
ciones con muy pocos años, las mismas que pueden extenderse sólo
unos cuantos años también.

Una primera forma de extender un reqistro de corta duración es nre


diante la recta de regresión (2.3.1). El registro x es más largo
que el registro y; los valores extendidos son valores y'.

Una segunda forma es mediante la curva doble másica. Aquí el pa­


trón es más extenso que la estación A (2.3.2).

Comentario.- En el trabajo de acondicionamiento de una cierta ta


formación pluviométrica, las correcciones se aplican en el siguiein
te orden:

Io Análisis de consistencia. Si hay datos faltantes se hace un


relleno provisional aproximado con el método de los promedios.
2o Relleno de datos faltantes. Se emplea el método de la recta
de regresión.

3o Extensión del registro. Con cualquiera de las dos formas in¡


cadas.

2.4 Estudio de la Cuenca

Definición. Se define cuenca el área de terreno donde todas las aguas


caídas por precipitación se unen para formar un solo curso de agua. Ca^
da curso de agua tiene una'cuenca bien definida para cada punto de su
recorrido.

Del imitación. La delimitación de una cuenca se hace sobre un plano a


curvas de nivel, siguiendo las líneas del divortium acuarum o líneas de
las altas cumbres. En la fig. 2.5 se ha delimitado la cuenca del río
x correspondiente al punto P.

Fig. 2 . 5 CUENCA DEL PUNTO P

Con el fin de establecer grupos de cuencas hidrológicamente semejantes ,


se estudian una serie de características físicas en cada cuenca.

Superficie. Se refiere al área proyectada en un plano horizontal. Se


determina con planímetro.

Topografía. Se describe a través de dos gráficos característicos:


Curva hipsométrica.- Representa la relación entre la altitud en m.s.o.m.
y la superficie que queda por encima de dicha alti^
tud (fig. 2 .6 ).

Polígono de frecuencia de altitudes.- Es la representación gráfica de


la distribución en porcentaje de las superficies o
cupadas por diferentes escalones altitudinales
(fig. 2 .6 ).

28
Frecuencia en %

A rea en k m2

Fig. 2 .6 CURVAS CARACTERISTICAS

Altitudes características. Se obtienen a partir de los gráficos anterio


res.
Altitud media: es la ordenada media de la curva hipsométrica. Divide a
la cuenca en dos áreas iguales . owtune ávtá*e-'<\éo ev debate
ó-e. \tx c o ro jo . b\.f-so n\¿ trico. e\ cCr^a. de \<X <yjfijr\CA

Altitud mas frecuente: es el escalón que alberga el mayor porcentaje de


área.

Geología y suelos. Esta información es útil sobre todo para el estudio


de las napas de agua subterránea y para la determinación de la escorreji
tía, porque la geología y el tipo de suelo son factores importantes de
la infiltración.

Cobertura. Se refiere al tipo de cubierta vegetal. También esun fa£


tor importante para la determinación de la escorrentía.

Glaciología. Se refiere a la ubicación, en la cuenca, de los nevados.


Estos nevados, cuando existen, aseguran un cierto caudal permanente en
los ríos, aun en las épocas en que no llueve; actúan como reservónos.

Perfi 1 . En muchos casos conviene dibujar en papel milimetrado el per -


fi 1 longitudinal del curso principal, para tener una idea de las pen -
dientes que tiene en los diferentes tramos. Esto es especialmente ú­
til en el caso de los aprovechamientos hidroeléctricos.

Estaciones. Como ya se indicó con anterioridad (apartado 1.2), es


obligación del Estado establecer estaciones de medición en todas las
cuencas de relativa importancia. El objeto es disponer de registros
de lluvias, caudales, radiación, temperatura, evaporación y otros.

29
2.5 Precipitación Media en la Cuenca

A partir de las lluvias medidas ep los pluviómetros es posible calcular


la precipitación media en la cuenca. Singularmente útil resulta la pre^
cipitación media anual, o módulo pluviométrico. anual, en la cuenca.

Los pluviómetros deben ubicarse estratégicamente y en número suficiente


para que la información resulte de buena calidad.

El problema entonces se refiere al cálculo de la lámina o altura de agua


que cae en promedio durante 1 año en una cuenca. Existen para ello va­
rios métodos disponibles, de los cuales los más usados son los tres que
se describen a continuación.

Promedio aritmético.- Si pl, p2, ........ pn son las precipitaciones


anuales observadas en diferentes puntos de la cuenca, entonces la preci­
pitación anual media en la cuenca es:
_ pl + p2 + ..... + pn
... (2 .12)

Es el método más sencilo pero que sólo da buenos resultados cuando el nú^
mero de pluviómetros es grande.

»Polígonos Thiessen.- El método consiste en (fig. 2.7):

1. Unir las estaciones formando triángulos;


2. Trazar las mediatrices de los lados de los triángulos formando polígo
nos. Cada polígono es el área de influencia de una estación;
3. Hallar las áreas al, a2, ..... an de los polígonos.
4. Si- pl, p2, , pn son las correspondientes precipitaciones anua -
les, entonces:
p = pial + p2 a 2 + ...... + pnan
... (2.13)
al + a 2 + ...... + an

es la precipitación anual media en la cuenca.

F ig .2.7 POLIGONOS THIESSEN

30
Curvas Isoyetas.- Se define isoyeta la línea de igual precipitación.
El método consiste en (fig. 2.8):

Io Trazar las isoyetas» interpolando entre las diversas estaciones ,


de modo similar a cómo se trazan las curvas de nivel;

2o Hallar las áreas al, a2 an entre cada 2 isoyetas seguidas;

3o Si po^ pl, ....., pn son las precipitaciones anuales representadas


por las isoyetas respectivas, entonces:

al * ..... + P " - y Pn ,
- - 2 2------ " ... (2.14)
al + + an
es la precipitación anual media en la cuenca.

F ig .2 .8 ISOYETAS 12Oo

De los tres métodos, el más preciso es el de las isoyetas, porque en la


construcción de las curvas isoyetas el ingeniero puede utilizar todo su
conocimiento sobre los posibles efectos orográficos. Por ejemplo, si
existen dos estaciones en un valle, una en cada ladera, no se puede si[
poner que la precipitación que cae durante una tormenta varíe linealmer^
te entre las dos estaciones. .

Método de Thiessen mejorado.-


El método clásico de Thiessen se puede mejorar asignándole un peso a ca
da estación, de modo que la precipitación media en toda la cuenca se
evalúe en la forma simple:

P = 2 Pi . pi (2.15)

P = precipitación media en la cuenca, en lámina de agua


Pi = precipitación en cada estación
pi = el peso de cada estación

Para los polígonos Thiessen de una cuenca los pesos se determinan una so
la vez, del modo que a continuación se indica.

1° Se dibujan los polígonos Thiessen y las curvas isoyetas al mismo


tiempo (fig. 2.9)

31
2 o Se halla la precipitación sobre cada polígono operando con las iso
yetas.

h = E hm. ~ (2.16)

hm = precipitación media entre isoyetas


a = área comprendida entre isoyetas
aT = área del polígono

3o Se anota la relación de áreas de cada polígono (área del polígono en


tre área de la cuenca).

4o Se halla elpeso de cada estación con la fórmula:

p1 = p r e c ip . sobre el polígono x re U c ja n de áreas (2 n )


precip. en la estación

Ejemplo 2.6

Fig. 2 .9 POLIGONOS T H IE S S E N Y CURVAS ISOYETAS

Ver cálculo de los pesos en la tabla 2.2,


Precipitación media en la cuenca (ton la fórmula 2.15).

P = 4.73 x 0.35 + 5.56 x 0.31 + 2.06 x 0.29 + 4.06 x 0.04 = 4.14 pg.

De haberse precedido con el método ordinario de Thiessen:


P = 4.73 x 0.389 + 5.56 x 0.370 + 2.06 x 0.211 + 4.06 x 0,03 =4.45 pg.

32
TABLA 2.2 CALCULO DE LOS PESOS

Estación Precip. sobre el Relación Precip. en


la estación Peso - "|^y x (3)
polígono Thiessen de áreas
(1 ) ' (2 ) (3) • (4)

A 4.3 0.389 4.73 0.35


B 4.6 0.370 5.56 0.31
C 2.8 0 .2 1 1 2.06 0.29
D 5.0 0.030 4.06 0.04

Para que el método modificado resulte práctico, las isoyetas y los poT_f
gonos se dibujan una sola vez, para la información de mayor confianza,
a fin de obtener los pesos de las estaciones. De ahí en adelante, para
evaluar la precipitación media en la cuenca sólo se requieren los datos
de precipitación en las estaciones (fórmula 2.15).

El método de los polígonos Thiessen recién descrito, junto ,con el ejem­


plo numérico, están contenidos en la referencia 6 , de donde han sido
mados con ciertos ajustes para su adaptación al presente texto.

6 Curva Masa de la Precipitación Media en la Cuenca

Ejemplo 2.7

La figura 2.9 muestra una cuenca y cuatro estaciones pluviométricas A,


B, C y D, de las cuales sólo la A es registradora. Con las posiciones
de estas cuatro estaciones se han dibujado los polígonos Thiessen y con
los totales registrados de una cierta precipitación se han dibujado las
curvas isoyetas.

En la fig. 2.3 se han dibujado las curvas masa de las precipitaciones en


las cuatro estaciones.

Los pesos de las estaciones son, respectivamente, 0.35, 0.31, 0.29 y


0.04 (ejemplo 2.6).

La idea es, a partir de esta información, dibujar la curva masa de la


precipitación media en la cuenca.

El método consiste en calcular el promedio pesado dé las precipitaciones


horarias. Para ello se determinan los incrementos horarios de la preci­
pitación, se multiplican por los pesos y se suman, como se muestra en
la tabla 2.3.

33
TABLA 2.3 CURVA MASA DE LA PRECIPITACION MEDIA

ESTACION A ESTACION B ESTACION C ESTACION D


t ^ PCboJ>
á .35 x .31 x .29 x .04 x z (3)
hrs m Am m Am m Am m Am
Am Am Am Am
(1 ) (2 ) (3) (1 ) (2 ) (3) (1 ) (2 ) (3). (1 ) (2 ) (3)

0 0
1 0.17 0.17 .053 0 .053
2 0 0.33 0.16 .050 0 0.15 0.15 .006 .056
3 0.20 0.20 .070 0.52 0.19 .059 0.09 0.09 .026 0.29 0.14, .006 .161
4 0.40 0.20 .070 0.80 0.28 .087 0.17 0.08 .023 0.52 0.23 .009 .189
5 0 . 7 a 0.33 .116 1.20 0.40 .124 0.32 0.15 .044 0.84 0.32 .013 .297
6 1.20 0.47 .164 1.41 0.21 ' .065 .52 0.20 .058 1 .0 1 0.17 .007 .294
7 1.20 0 0 1.85 0.44 .136 .52 0 0 1.34 0.33 .013 .149
8 2.05 0.85 .298 2.91 1.06 .329 .89 0.37 .107 2.05 0.71 .028 .762
9 2.80 0.75 .262 3.49 0.58 .180 1.22 0.33 .096 2.47 0.42 .017 .555
10 3.15 0.35 .122 4.19 0.70 .217 1.37 0.15 .044 3.00 0.53 .021 .404
11 3.90 0.75 .262 4.79 0.60 .186 1.70 0.33 .096 3.40 0.40 .016 .560
12 4.20 0.30 .105 5.08 0.29 .090 1.83 0.13 .038 3.63 0.23 .009 .242
13 4.40 0.20 .070 5.18 0.10 .031 1.92 0.09 .026 3.73 0.10 .004 .131
14 4.40 0 0 5.18 0 0 1.92 0 0 3.83 0.10 .004 .004
15 4.59 0.19 .066 5.49 0.31 .096 2.00 0.08 .023 3.97 0.14 .006 .191
16 4.70 0 . 1 1 .038 5.56 0.07 .022 2.04 0.04 .012 4.04 0.07 .003 .075
17 4.73 0.03 .010 5.56 0 0 2.06 0.02 .006 4.06 0.02 .001 .017

Total 4.73 1.653 5.56 1.725 2.06 0.599 4.06 .163 ' /

Los valores de la última columna son los promedios pesados de las preci­
pitaciones horarias en la cuenca, valores con los que se puede dibujar
la curva masa.

34
2.7 Curvas Intensidad - Duración - Frecuencia

Se define tormenta el conjunto de lluvias que obedecen a una misma per­


turbación meteorológica y de características bien definidas. Una tor­
menta puede durar desde unos pocos minutos hasta varias horas y aun
días y puede abarcar desde una zona pequeña hasta una extensa región.

De las tormentas interesa conocer las curvas intensidad - duración -


frecuencia.

Intensidad.- Se mide en mrn/h. y su valor varía durante la tormenta.


*

Duración. S e mide en minutos o en horas. Es el tiempo transcurrido


entre el comienzo y el fin de la tormenta.

Período de duración.- Es un concepto importante. Es un período de


tiempo dentro de la duración de la tormenta. Sé escogen períodos de
duración tipos. Por ejemplo: 10 m., 30 m., 60 m., 120 m., 240 m. Lo
que se busca, como veremos, son las intensidades máximas para estos
períodos de duración.

Frecuencia.- Aclararemos este concepto mediante un ejemplo. Una tor­


menta de frecuencia 1/15 significa que es probable que se presente, co
mo término medio, una vez cada 15 años. Los 15 años vienen a consti -
tuir el tiempo de retorno o período de retomo de dicha tormenta.

El análisis de tormentas tiene por objeto obtener aseveraciones como


la de este otro ejemplo, más completo. "En el lugar tal, es probable
que se presente una tormenta de intensidad máxima 48 mm/h., para un p£
ríodo de duración de 20 minutos, cada 15 años en promedio".

35
Si bien este asunto del análisis de tormentas ha podido posponerse para
ser estudiado en el Capítulo 10, lo vamos a tratar aquí porque necesita­
mos el resultado del análisis de tormentas para una buena interpretación
de la fórmula racional (Capítulo 7).

El análisis de tormentas se hace a través de siete etapas o pasos.

Paso 1.- Se parte de un pluviograma, es decir el registro de un pluvió­


grafo, como el de la fig. 2 .2 .

Paso 2.- Se hace la siguiente tabulación., a partir del pluviograma.

Intervalo Lluvia
Hora Intensidad
de tiempo parcial
mm/h
min. mm.

11.00
60 0.5 0.5
12.00
50 8.5 10.2
12.50
70 10.0 8.6
14.00
140 4.5 1.9
16.20

Hora. Se anotan las horas en que cambia la intensidad.

Intervalo de tiempo. Es el intervalo entre las horas de la primera colum


na.
Lluvia parcial. Es la lluvia caída en cada intervalo de tiempo. Se saca
por diferencia.

Intensidad. Es la precipitación referida a 1 hora, para cada intervalo


de tiempo. Se obtiene mediante una regla de tres. Para el segundo inter^
val o, por ejemplo:

8.5 x „ 8.5x60 ,n o
50 ~ 60 x =
~ --- 50
cñ— = 10.2 mm/h.

Paso 3 .- Se dibuja el gráfico intensidad - tiempo, que recibe el nombre


de histograma.

El histograma permite apreciar más objetivamente cómo varía la intensi -


dad durante la tormenta.

Paso^4.- Se calcula la intensidad máxima para diferentes períodos de du


ración. Fijemos 10 m . , 30 m . , 60 m . , 120 m . , 240 min

36
1
mm/h
10-
•-
H IS T O G R A M A
6.

2-

T" —r~ —i— —I— —f"


12 13 14 IS 16 ir
t horas

a) Tomemos la intensidad máxima: 10.2 mm/h durante 50 min. Luego la iji


tensidad máxima para períodos de duración de 10 m. y 30 m. es 10.2
mm/h.

b) Para 60 min. faltan 10 min. Hay que buscar antes o después de los
50 min. la intensidad máxima inmediata inferior: 8.6 mm/h durante 70
min. Luego, la intensidad máxima para 60 min. será:

-gjj- x 10.2 + x 8.6 = 9.9 mm/h.

c) Análogamente, para 120 min. :

x 10.2 + x 8.6 = 9.3 mm/h.

d) Para 240 min:

x 10.2 x 8- 6 + x 1 *9 = 5 - 6 mm/h *

Después del paso 4 se tiene la siguiente tabla:

Período de duración (min.) 10 30 60 120 240


Intensidad máxima (mm/h) 10.2 10.2 9.9 9.3 5.6

Falta ver cómo se determina la frecuencia.

Para esto, se procede a analizar todas las tormentas caídas en el lugar


siguiendo el proceso ya indicado; es decir que para cada tormenta se ha^
lia la intensidad máxima en diferentes períodos de duración.

Paso 5 .- Se tabulan los resultados en orden cronológico, tomando la


intensidad mayor de cada año para cada período de duración.

37
Período de duración (min.)
Año
10 30 60 120 240
1950 102 81 64 42 Js&zi
1951 83 70 56 33 16
1952 76 61 42 29 19
1953 £32105 7? 63 3244
1954 61 58 36 28 14

Paso 6 .- Procediendo por separado para cada período de duración, se colo


can en orden decreciente, prescindiendo del año, los valores de la tabla
última.

N° de Frecuencia Tiempo de Período de duración (min.)


orden n_ m
p. n - retorno
10 30 60 120 240
m l

1 1/30 30 105 83 65 x44 23


2 2/30 15 £•1 ^2 2-1 ^
3 3/30 10 72^ 3788 Ia1

n=30

Paso 7.- Se construyen las curvas intensidad-duración-frecuencia.

Fig. 2.11 CURVAS INTENSIDAD - DURACION - FRECUENCIA


38
Se ilustra el uso de estas curvas con un par de ejemplos. En este lj¿
gar, es probable que se presente una tormenta de intensidad máxima i­
gual a 72 mm/h. para un período de duración de 30 min., cada 15 años
en término medio.

En este lugar, la intensidad máxima para un período de duración de 120


min. y período de retorno de 30 años es 44 mm/h.

A las tormentas de frecuencias 1/15, 1/10, 1/5, etc. se les llama "tO£
menta de los 15, 10, 5 años", etc., respectivamente.

La probabilidad de que un año cualquiera se presente una tormenta de


magnitud igual o mayor que la magnitud de la tormenta de los 5 años, es:
1/5 - 0.20 = 20 %.

2.8 Problemas

Problema 2.1

En una ciertacuenca se han instaladopluviómetrosen4 estaciones A, B,


C, D. Lasaltitudes de las 4 estaciones sonparecidas.

La estación A está situada entre las estaciones B, C, D, a las distan -


cias:
A - B = 10 Km.
A - C = 5 Km.
A - D = 2 Km.

Durante un cierto día fueron registradas las siguientes lluvias:

B : 50 mm.
C : 25 mm.
D : 2 mm.
Hallar la altura de lluvia en A.

Problema 2.2

En una cierta cuenca se han instalado 4 pluviómetros totalizadores de


lectura mensual. En un cierto mes del año falta una de las lecturas ,
mientras que las restantes son 37, 43 y 51. Si las precipitaciones m£
dias anuales de estos 3 pluviómetros son 726, 752 y 840 mm., respectiva^
mente, y del pluviómetro incompleto 694 mm., estimar la lectura faltaji
te de precipitación mensual.

Problema 2.3

La fig. 2.12 representa el registro de un pluviógrafo durante una cierta


tormenta.
Calcular las intensidades de lluvia durante períodos sucesivos de 1 hora
y dibujar el histograma.

39
Fig. 2.12 PLUVIOGRAMA DEL EJEMPLO 2 .3

Problema 2.4

Las dos figuras de abajo representan los histogramas de dos tormentas.

Dibujar la curva masa para cada tormenta, e indicar la intensidad media


de la tormenta en cada caso.

Problema 2.5

La tabla 2.4 presenta las precipitaciones anuales de la estación X y las


precipitaciones anuales medias de una estación patrón.

a) Examinar la consistencia de la información de X.


b) ¿Cuándo ocurrió un cambio en el régimen ? Discutir las posibles cau
sas.
c) Ajustar la información y determinar la diferencia-en la precipitación
anual media de los 36 años en la estación X.

40
TABLA 2.4 DATOS DEL PROBLEMA 2.5

Año X Patrón Año X. Patrón

1972 188 264 1954 223 360


1971 185 228 1953 173 234
1970 310 386 1952 282 333
1969 295 297 1951 218 236
1968 208 284 1950 246 251
1967 287 350 1949 284 284
1966 183 236 1948 493 361
1965 304 371 1947 320 282
1964 228 234 1946 274 252
1963 216 290 1945 322 274
1962 224 282 1944 437 302
1961 203 246 1943 389 350
1960 284 264 1942 305 228
1959 295 332 1941 320 312
1958 206 231 1940 328 284
1957 269 234 1939 308 315
1956 241 231 1938 302 280
1955 284 312 1937 414 343

Problema 2.6

En una cuenca se han instalado 4 pluviómetros. En la figura 2.13 se


presentan las precipitaciones medias anuales y las curvas isoyetas, con
sus correspondientes porcentajes de área. Determinar la precipitación
anual media por medio de los polígonos Thiessen y las curvas isoyetas.

— 400

Fig. 2.13 DATOS DEL PROBLEMA 2 .6


viene de la página 14

B. PERIODO DE OBSERVACION (1,400 - 1,600)

Durante el periodo conocido como del Renacimiento, se


percibió un cambio gradual de los conceptos puramente fi_
losóificos de hidrología hacia la ciencia observacional
del presente. Por ejemplo, basado en observaciones, Leo^
nardo Da Vinci y Bernardo Palissy acumularon un entendi­
miento correcto del ciclo hidrológico, especialmente la
infiltración del agua de lluvia y el retorno del agua a
través de los manantiales.

C. PERIODO DE MEDICION (1,600 - 1,700)

La moderna ciencia de la hidrología puede considerarse


haber comenzado en el siglo XVII con las mediciones. Por
ejemplo, Pierre Perrault midió la lluvia, la evaporación
y la capilaridad en la cuenca de drenaje del Sena. Edmé
Mariotte calculó las descargas del Sena en París; y Ed­
mundo Halley midió la tasa de evaporación y la descarga
de los ríos para el estudio del Mar Mediterráneo. A pa_r
tir de estas mediciones, ellos fueron capaces de deli­
near conclusiones correctas de los fenómenos hidrológi­
cos observados.

D. PERIODO DE EXPERIMENTACION (1,700 - 1,800)

Durante el siglo XVIII, florecieron los estudios experi­


mentales de hidrología. Como resultado, se obtuvo mucho
en el modo de conducir nuevos descubrimientos y la com­
prensión de los principios hidráulicos. Ejemplos nota­
bles son el piezómetro de Bernoulli, el tubo Pitot, el
medidor Woltwan, el tubo de Borda, el principio de
D'Alambert, el teorema de Bernoulli y la fórmula de Chezy.
Todos estos desarrollos han acelerado grandemente el co­
mienzo délos estudios hidrológicos sobre una base cuanti_
tativa.

sigue en la página 72

42
CAPITULO 3 EVAPORACION Y EVAPOTRANSPIRACION

3.1 Introducción

La evaporación es una etapa permanente del ciclo hidrológico. Hay evapo


ración en todo momento y desde toda superficie húmeda. Considerada como
un fenómeno puramente físico, la evaporación es el pasaje del agua al es^
tado de vapor; sin embargo hay otra evaporación, la provocada por la ac^
ti vi dad de las plantas y que recibe el nombre de transpiración.

J)e modo general, la evaporación se puede estudiar por separado, a partir


He las superficies libres del agua (lagos, embalses, ríos, charcas), a
partir de la nieve, a partir del suelo y a partir de las plantas (trans­
piración). 0 bien se puede estudiar la evaporación total en una cuenca,
sin tomar en cuenta las formas particulares que adopta; a esta evapora -
ción total se llama evapotranspiración.

Nosotros estudiaremos preferentemente la evaporación en embalses y la


evapotranspiración. La primera, porque el ingeniero tiene interés en
evaluar la cantidad de agua almacenada que se va a perder por evapora­
ción. La segunda, por sus aplicaciones en los proyectos de irrigación.

El fenómeno de la evaporación a partir de los espejos de agua es compile


jo, pero podemos esquematizarlo del modo que sigue. Las moléculas de la
superficie libre adquieren energía cinética por acción de la energía s <d
lar y vencen la retención de la masa de agua, salen al aire y se acumu­
lan formando una capa encima del agua; para que continúe el proceso es
necesario remover esta capa de vapor de agua y esto lo hace el viento.
El papel de la temperatura es doble: aumenta la energía cinética de Tas
moléculas y disminuye la tensión superficial que trata de retenerlas.

Factores

De todos los factores que intervienen en la evaporación, los principales


son los meteorológicos: radiación solar, temperatura del aire, la pre -
sión de vapor, el viento y en menor grado la presión atmosférica. Estos
factores son los que provocan la evaporación. Debido a que la radiación
solar es el factor más importante, la evaporación varía con la latitud ,
época del año, hora del día y condiciones de nubosidad.

La tasa de evaporación desde un suelo saturado es aproximadamente igual


a la evaporación desde una superficie de agua cercana, a la misma tempe­
ratura. Al comenzar a secarse el suelo la evaporación disminuye, y fi­
nalmente cesa porque no existe un mecanismo que transporte el agua desde
una profundidad apreciable.

En cuanto a los efectos de la calidad del agua, puede decirse que la prtí
sencia de sales hace disminuir ligeramente la evaporación. En el agua
de mar, por ejemplo, es del orden de 2 % menor que en el agua dulce.
Quiere decir que los efectos de la salinidad pueden despreciarse en la
estimación de la evaporación de un embalse.

43
3.2 Evaporación en Embalses

La medida directa de la evaporación en el campo no es posible, en el seji


tido en que se puede medir la profundidad de un río, la precipitación ,
etc. Debido a esto se han desarrollado una serie de técnicas para esti^
mar la evaporación desde la superficie de un embalse.

3.2.1 Balance Hídrico

Este método consiste en escribir la ecuación de balance hídrico en


términos de volúmenes:

Si + I + P - 0 - 0g - E = S2 ... (3.1)

S ... almacenamiento
I ... volumen de entrada
P ... precipitación
0 ... volumen de salida
0g ... infiltración
E ... evaporación

Se trata de un método simple, en teoría, porque en la práctica ra^


ra vez da resultados confiables. La razón está en que los erro­
res en la medición de los volúmenes que intervienen y de los alma
cenamientos repercuten directamente en el cálculo de la evapora -
ción. De todos los términos que entran en la ecuación, el más
difícil de evaluar es la infiltración, porque debe ser estimada -
indirectamente a partir de niveles de agua subterránea, permeabi­
lidad, etc.

3.2.2 Nomograma de Penman

Penman en 1948 propuso dos formas para calcular la evaporación dia^


ria, Eo, en mm. a partir de una superficie libre de agua. La pr[
mera de ellas mediante el uso de un nomograma y la segunda median­
te un balance energético.

Para el uso del nomograma (fig. 3.1) se requiere la siguiente in­


formación:

t ... temperatura media del aire en °C.


h ... humedad relativa media
u 2 .. velocidad media del viento a 2 m. de altura, en m/sg.

jy .. duración relativa de insolación.


n ... duración de insolación efectiva (medida por un heliógrafo)
D ... duración del día astronómico (desde la salida hasta la pues
ta del sol). -

jy = 0 ... cielo completamente cubierto

jy = 1 ... cielo completamente despejado

44
+ 0.0
j •

•c «i. doy _
.1
u
m m /d o y ■ t u2
im /<toy
.2
- 50 800- -
Fig. 3.1 NOMOGRAMA DE PENMAN •c */s»c .3
_ - 10 -
10
- 40 . .4
.7 -
r *9 7 oo - 30- 9-
- .5

i r 4 ^ 6- .6
- 0.05 — 30
.0 - : 600 - - ! "
- : 7 “
: < -
— o. 10 - .
J .
-
- 2
6-
* z 500- 20 ~^
- .5 - -— -
^zo y-
\ \ / ; -2 -
5V - 1-0
- > c :
- \ - - 400 - 15-
— 15 4 -
.4 a* í. - .5
- : -

- : - i -
3 -
—t.o ■ 10 - :
- 10
- 300-
- -3 -

.95
- - ] -
- 0.5 2-
90
*
- 5 5- :
i
.05
- .2 - r *5 ! - •1
■ •
f~.4 200“ -
L ‘ - .98
1.0 - r .02
r—.3
- 0 : ■ 0-
.10 -
- 1.0 - (50 -
* 0.5 -
r .2 .
EJEM PLO Con «I n o m o g ram a so o n c u o n tra n '
h : 0.7 loo valoras do E |t E 2 i E 3 ! -
: ■
.05 -
t : 20* E, - -1.0 m m / ó o y
- - ■ -
7 =- C* = 23 •
- -5 - - -5- -
R0 : 5 5 0 E, r i.a ■■
Lu««o • E # 3.1 mm /d o y 0.0 -
s .0 0 - -.1 10 0 -
RA ... valor de Angot. Es la cantidad de radiación solar, en
calorías por día en un plano horizontal de 1 cm2 ., en­
trante en los límites exteriorres de la atmósfera. Es
una función de la posición geográfica y la época del año
(tabla 3.1).

TABLA 3.1 VALORES DE RA CAL


Cm 2 - DIA

Lati tud
1 E F M A M J J A S 0 N D
Sur
0o 885 915 925 900 850 820 830 870 905 910 890 875
10 ° 965 960 915 840 755 710 730 795 875 935 955 960
20° 1020 975 885 765 650 590 615 705 820 930 1000 1025
30° 1050 965 830 665 525 460 480 595 750 900 1020 1065
«3-
O
O

1055 925 740 545 390 315 345 465 650 840 995 1080
oo
en

1035 865 640 415 250 180 205 325 525 760 975 1075

En el nomograma se encuentra ! como la suma de tres términos:

Eo = El + e2 + E3

Ejemplo 3.1

Averiguar el valor de Eo para los siguientes datos:

t = 20 °C
h = 0.7 .
u2 = 5 m/sg

RA = 550 -— — ----
cm 2 - día

El se lee en la primera parte del nomograma = - 1.0 mm/día


e2 se lee en la segunda parte del nomograma = +2.3 mm/día
e3 se lee en la tercera parte del nomograma = + 1.8 mm/día

Luego, Eo = E 2 + E2 + E3
= -1.0 + 2.3 + 1.8
= 3.1 mm/día

46
En términos de calor, se expresa E'o = 60 Eo

E'o ____ calor requerido en cal


cm 2 - día

Eo evaporación en mm/día

3 Balance Energético de Penman

El método consiste en escribir la ecuación de balance en términos


de energías, en la forma que veremos luego.

La cantidad de ^nergía emitida de la superficie radiante está da


da por la ley de Stefan - Boltzmann:

R. - -6 T 14

R .... energía en cal_____


cm 2 - día

a .... constante = 117.4 x 1 0 ” 9 cal


cm 2 - día
T .... temperatura absoluta = 273° + t °C

La cantidad de energía que alcanza los límites de lá atmósfera se


indica por RA. La cantidad Re que penetra la atmósfera y al_
canza la superficie terrestre es mucho menor que RA. Se puede
estimar mediante la fórmula:

Re = RA (0.20 + 0.48 n ) ...... (3.2)


D

Una parte de esta energía es reflectada y la cantidad neta RI re


tenida por lq superficie terrestre es:

RÍ = Re (1 - r) ..... (3.3)

donde r es el coeficiente de reflexión. Para superficies de


agua su valor es 0.06.

Parte de la radiación neta RI es re-irradiada, día y noche, C£


mo radiación RB. La atmósfera misma irradia hacia arriba y ha­
cia abajo, y las nubes interfieren ambos flujos de radiación. Se
ha encontrado, empíricamente, que el flujo neto de radiación sa­
liente puede encontrarse con la fórmula:

RB = o T 9 (0.47 - 0.077 Kf~é a" ) (0.20 + 0.80 n )...(3.4)


v D
a T 9 ... radiaciónde Stefan-Boltzmann
ea ... presión de vapor actual en-eíaire, en mm de Hg

47
La cantidad neta de energía remanente en la superficie, y disponi^
ble para variaspérdidas, es el llamado calor almacenado H :

H = RI - RB .... (3.5)

El calor almacenado H de una área dada deagua es usado de cuatro


maneras:

H = E'o + K + A S + A .... (3.6)

E'o ... calor disponible para la evaporación


K ... suministro de calor por convección desde la superficie
de agua hacia el aire
AS ... incremento en el calor de la masa de agua
A ... intercambio de calor con el ambiente

La ecuación 3.6 viene a ser la ecuación de balance energético de


Penman. .

Comentemos cada uno de los términos del segundo miembro.

Io Se conoce como ley de Dalton (1802) a la expresión:

.Eo = c ( es - ea ) . f (u)

c ... una constante


es ... presión de vapor saturado a la temperatura t
ea ... presión de vapor actual a la temperatura t
f(u) ... una función de la velocidad del viento

En este caso:

Eo = c ( e's - ea ) . f(u)

e's ... presión dé vapor saturado a la temperatura t' de la su­


perficie que separa el agua del aire.

En términos de calor:

E'o = c'(e's - ea) . f(u) (3.7)

donde c 1 = 60C

2o De la meteorología dinámica se saca la siguiente expresión de


K:
K = Y c' (t'-t) . f (u) (3.8)

y ... constante sicrométrica (.0.49, si t está en °C)


t' ... temperatura de la superficie libre

48
3o Si la temperatura de la masa de agua permanece constante, o
el lago es poco profundo, o se consideran períodos cortos de
10 a 20 días, A S puede despreciarse.

4o El valor de A es negativo cuando un tanque aislado lleno con


agua, en un desierto caliente y seco, en adición al calor di_
recto en su superficie recibe también calor en los lados (ca
lor de advección). Se toma como cero cuando el embalse es
grande. Estos efectos de borde se pueden pues despreciar.

Reemplazando: H = E'o + K .... (3.9)

que viene a ser la ecuación de balance energético resumida.


A partir de ella Penman derivó una expresión manejable para
calcular Eo.

Penman introdujo aquí dos fórmulas: la 3.10 y la 3.11.

A = e- s -8S .... (3.10)


t1 - t

e's, es son las presiones de vapor saturado a las temperatu^


ras t 1, t, respectivamente.

El valor A viene representado por la tg a en la curva de


presión de vapor de saturación vs. temperatura:

Puesto que t y t 1 difieren muy poco entre sí y puesto que t 1


es desconocido, se puede usar para a la pendiente de la
tangente a la curva en la abscisa t. Esto se puede calcular
directamente de la tabla estándar de valores es (tabla 1 .1 ).

La segunda fórmula es la expresión semiempírica:

Ea = 0.35 (es - ea) (0.5 + 0.54 u 2 )

que da la evaporación desde la superficie del agua para el ca


so hipotético en que las temperaturas del aire (t) y de la
superficie del agua (t1) sean iguales. Ea viene expresada
en mm/dia, es y ea en mm. de Hg.

49
En términos de calor: E'a = 60 Ea

E'a = 21 (es - ea) (0.5 + 0.54 u 2 ) .... (3.11)

Resumiendo, tenemos cuatro ecuaciones (3.7, 3.8, 3.9 y 3.10)


con cuatro incógnitas (e's, t ’, E'o, K). Hay que eliminar
e's, t' y K para así despejar E'o. Esto se hace como si^
gue.

Dividiendo 3.8 entre 3.7:

K t1 t
r ("•• = Y — i ~ - , conocida como relación de Bowen (1926)
E'o e s-e a

En la 3.9:

H = E'o + K = E'o + E'o y t' - t


e rs - ea

H
E'o =
1 + y t' ~ t
e's - ea

Según la 3.10:

t1 - t = e's - es
A "

Reemplazando:

c H H
E ' o -------------------
1 + Y e's - es . 1 1 + _ y _ . e's - es
^ e's-ea ^ e's-ea

Escribamos e's - es = (e's - ea) - (es - ea)

H
E'o
1 + ’Y (e's-ea) - (es-ea)
A ,
e s - ea

Dividiendo 3.11 entre 3.7:

E'a _ es - ea
E'o e's-ea

Reemplazando:

E'o = ---------
1 + J L h _ ÜA\
A 11 E'o I

50
De donde, finalmente:

E, A H i y E'a (3.12)
A + y

E'o, H, E'a están expresadas en cal


cm2 - día

Dividiendo estos valores entre 60 se obtienen Eo, H*, Ea en mm/día.

Ejemplo 3.2

Averiguar el valor de Eo, por el método del balance energético, para los
mismos datos del ejemplo 3.1

t = 20°C
h = 0.7
u2 = 5 m/seg.

¡y = o-4
RA = 550 — ----
cm2 - día
t = 20 °C — * es = 17.53 mm Hg
ea = hes = 0.7 x 17.53 = 12.27 mm Hg
es - ea = 17.53 - 12.27 = 5.26 mm Hg
T - 20 + 273 = 293 °K

= 1.05 (con la tabla 1.1)


t' - t

RA = 550 cal/cm2 - día (dato)


RC =216 cal/cm2 - día (con 3.2)
RI =203 cal/cm2 - día (con 3.3)
RB = 9l cal/cm2 - día (con 3.4)
H = 112 cal/cm2 - día (con 3.5)
E'a = 354 cal/cm2 - día (con 3.11)

Reemplazando en 3.12:

1.05 x 112 + 0.49 x 354


189 cal/cm2 - día
1.05 + 0.49

E'o = L_9 = 3.15 mm/día


60

51
Ejemplo 3.3

Hallar, adicionalmente al ejercicio 3.2, el valor de t'.

La 3.8 : K = Y c 1 (t'-t) .f (u)


K = H - E'o ... de la 3.9
Y = 0.49 .... constante sicrométrica
c'= 21......... .... de la 3.11
f (u) = 0.5 + 0.54 u 2 dela3.11
t = 20 °C....... .... dato

Resolviendo:

112 - 189 = 0.49 x 21 ( t ’-20 ) (0.5 + 0.54 x 5)


V = 17.7 °C

Observamos: t' < t , es decir la temperatura en la superficielibrees


menor que en el aire. Este es el conocido efecto de enfriamientodela
evaporación.

3.2.4 Fórmulas Empíricas

Han sido deducidas una serie de fórmulas en diferentes países. Presenta


mos aquí un grupo de ellas, basadas en la ley de Dalton y en función de
datos meteorológicos. Han sido tomadas de la referencia 5 manteniendo -
la misma nomenclatura.

1. Fórmula de Lugeon (Francia)

760 (3.13)
E = 0.398 n(Fe-Fa) 273 + t x
273 B - Fe

E ... lámina de agua evaporada, en mm, para el mes de n días


Fe ... tensión saturante del vapor de agua, en mm de Hg, que
corresponde a la temperatura máxima media mensual t (tabla
1 .1 )
Fa ... tensión media mensual real, en mm de Hg, del vapor de
agua en el momento de las lecturas de t. Se obtiene con :

Fa = h . Fe
h = humedad relativa

B ... presión barométrica media mensual, en mm de Hg.


t ... valor medio mensual de las máximas diarias de temperatura,
en °C.

52
2. Fórmula de Meyer (Inglaterra)

Em = c (Fe - Fa) ( 1 + ^ ) .... (3.14)

Em ... evaporación media mensual, en pulgadas


Fe ... tensión de vapor saturante correspondiente a la tempera^
tura media mensual del aire, en pulgadas de mercurio.
Fa ... valor medio mensual de la tensión efectiva del vapor de
agua en el aire, en pulgadas de mercurio.
V ... velocidad media mensual del viento, en millas por hora,
. medida a 25 pies sobre la superficie del agua.
C ... coeficiente empírico, igual a 15 para los tanques de
evaporación o las charcas poco profundas, e igual a 11
para los depósitos y lagos-profundos. En el segundo
caso es necesario reemplazar en la fórmula Fe por Fn ,
tensión de vapor saturante correspondiente a la tempera^
tura media mensual del agua.

3. Fórmula de los Servicios Hidrológicos de la URSS

E = 0.15 n ( Fe-Fa ) ( 1 + 0.072 V2 ) .... (3.15)

E ... evaporación mensual, en mm.


n ... número de días del mes considerado
Fe ... presión de vapor saturante, en milibares, correspondiente
a la temperatura media del agua en su superficie.
Fa ... el valor medio de la tensión efectiva, en milibares, del
vapor de agua en el aire a 2 m. sobre la superficie del
agua.
V2 ... velocidad del viento, en m/sg., a 2 m. sobre la superfi­
cie del agua.

Todas estas fórmulas tienen validez local o regional. Se deberá preci­


sar el valor de los coeficientes que ellas contienen por medio de obser
vaciones locales.

Más recientemente han sido sugeridas fórmulas en función de la radia­


ción solar, las mismas que no son tratadas aquí.

3.3 Medición Directa de la Evaporación (referencia 5)

Para la confección de proyectos hidráulicos se establecen a menudo, en la


zona de interés, estaciones con aparatos que permiten la medida directa,
en un largo período, de la evaporación de pequeñas superficies de agua -
(tanques de evaporación) o de pequeñas superficies húmedas de papel (eva-
porímetro Piche) o porcelana porosa (atmómetro Bellani).

53
Las tasas de evaporación así observadas pueden ser consideradas como máxi^
mas y dan una buena aproximación del poder evaporante de la atmósfera.
Aplicando a esas tasas máximas diversos coeficientes de reducción, el iin
geniero deducirá los valores más probables de las tasas de evaporación -
que le interesan (embalses, terrenos desnudos, terrenos cubiertos de vege^
tación, etc).

Tanques de evaporación.-
Se pueden clasificar en tres grupos, según que estén dispuestos en la su­
perficie del suelo, enterrados en éste o flotando.

Tanques colocados en la superficie del suelo.-


Tienen la ventaja de una instalación sencilla y sus resultados no corren
el riesgo de ser falseados por salpicaduras de gotas de lluvia. Son, en
cambio, muy sensibles a las variaciones de la temperatura del aire y a
los efectos de la insolación.
A este grupo pertenece el tanque llamado Clase A, del U.S. Weather Bureau.
Tiene un diámetro de 121.9 cm. y una profundidad de 25.4 cm. Está cons^
truido de hierro galvanizado no pintado y colocado sobre un bastidor de
madera a unos 15 cm. del suelo. Es el usado entre nosotros. Para ha­
llar la evaporación en el embalse puede emplearse un coeficiente anual
de 0.7. Para períodos menores los coeficientes son variables.

Tanques enterrados.-
Son menos sensibles a las variaciones de la temperatura del aire y a los
efectos de la insolación, pero en cambio las gotas de lluvia que caen en
su rededor pueden salpicar, y falsear las medidas. Otra dificultad es
que no se podría descubrir a tiempo una pequeña fuga.
A este grupo pertenece el tanque llamado Colorado, grandemente extendido
en el oeste de los Estados Unidos. Tiene la forma de un prisma cuya ba^
se es un cuadrado de lado 0.914 m. y cuya altura es de 0.462 m. Es ente
rrado en el suelo de manera que sus aristas superiores quedan 0.10 m. so
bre la superficie del suelo.

Tanques flotantes.-
Su instalación y operación pueden resultar algo complicadas además de
costosas. La tendencia es preferir el tanque Colorado instalado en la
orilla del embalse.

Evaporímetro Piche.-
De amplio uso en estaciones evaporimétricas, está constituido por un tu­
bo cilindrico de vidrio de 25 cm. de largo y 1.5 cm. de diámetro. El tu
bo está graduado y encerrado en su parte superior, mientras que su cober
tura inferior está obturada por una hoja circular de papel filtro norma­
lizado de 30 mm. de diámetro y 0.5 mm. de espesor, fijada por capilari -
dad y mantenida por un resorte.

Llenado el aparato de agua destilada, ésta se evapora progresivamente a


través de la hoja de papel filtro, la disminución del nivel del agua en
el tubo permite calcular la tasa de evaporación (en mm. por 24 horas ,
por ejemplo). El aparato se instala bajo cubierta para mantenerlo ale­
jado de la lluvia.

54
Reducción de la evaporación.-
A fin de tener una idea del orden de magnitud de la evaporación en embal^
ses, vamos a considerar los valores que alcanzó la evaporación en Huanca
yo en un par de años (en mm).

E F M A M J J A S 0 N D TOTAL
1956 159 133 136 149 134 151 176 198 186 229 241 249 2,141
1957 197 142 154 143 137 123 207 208 200 189 217 226 2,143

Suponiendo un coeficiente de 0.7, la lámina de evaporación anual desde


un embalse viene a ser:

0.7 x 2,142 1,500 mm.

Para un espejo de agua de 1 Km2 , el volumen de agua evaporada en un año


resulta ser 1.5 x 106 m 3 , cantidad nada despreciable.

Teniendo presente entonces que son grandes las cantidades de agua que se
pierden por evaporación, resultan justificados los intentos que se hacen
en el mundo por disminuir el fenómeno. Se busca, por lo pronto, que se^
leccionar el sitio de un embalse de modo que se produzca un mínimo de
área de exposición por unidad de almacenamiento. En algunos casos de em
balses pequeños se busca que cubrirlos totalmente. Se ha propuesto tam­
bién el uso de cubiertas flotantes y de material granular flotante, pero
aunque ambos métodos son efectivos su aplicación es todavía demasiado -
costosa. El uso de rompevientos es efectivo sólo en embalses pequeños.

Al parecer, la esperanza de obtener reducciones significativas en la eva


poración en embalses, radica en encontrar un material que permita cubrir
parte del espejo de agua a un costo razonable.

3.4 Evapotranspiración

Del agua que una planta absorbe del suelo sólo una parte muy pequeña se
queda para formar los tejidos de la planta; el resto regresa a la atmÓ£
fera en forma de vapor, configurando la transpiración.'' Este fenómeno de
la transpiración constituye una fase muy importante del ciclo hidrológi­
co, porque es el mecanismo principal por medio del cual el agua precipi^
tada a tierra regresa a la atmósfera.

Al estudiar el balance hídrico de una cuenca, el interés recae en la de


terminación de las pérdidas totales de agua, es decir por evaporación y
por transpiración. Además, desde el punto de vista práctico es muy difí_
cil evaluar por separado cada pérdida. Las pérdidas totales de agua
constituyen la evapotranspiración.

El término "evapotranspiración potencial" fue introducido por Thornth-


waite y se define como la pérdida total de agua que ocurriría si en nin
gún momento existiera deficiencia de agua en el suelo para el uso de la
vegetación.

Se define "uso consuntivo" la suma de la evapotranspiración y el agua u­


tilizada directamente para construir los tejidos de las plantas. La di£

55
tinción entre los términos evapotranspiración potencial y uso consuntivo
es más que todo académica, porque las diferencias numéricas caen siempre
dentro de los errores de medición y por lo común se tratan como términos
sinónimos.

En los proyectos de irrigación interesa hacer un cálculo previo de las


necesidades de agua de los cultivos. Estas necesidades de agua, que van
a ser satisfechas mediante el riego, vienen a constituir la evapotranspi^
ración o el uso consuntivo. Para el cálculo de estas cantidades de agua
se han desarrollado métodos basados en datos meteorológicos, de los cua^
les los más conocidos son el de Thornthwaite y el de Blaney-Criddle. Am
bos se usan entre nosotros.

3.4.1 Método de Thornthwaite

Fue desarrollado en los Estados Unidos, en experimentos realiza­


dos entre las latitudes 29° a 43° Norte, en tanques de 4 m 2 y
nivel freático constante a medio metro de profundidad. Se pue
de aplicar con relativa confianza en regiones de clima similar ,
es decir en regiones húmedas. El procedimiento a seguir es el
siguiente:

Primero.- Calcular e = 16 ( 10 — )a (3.16)

e .... evapotranspiración potencial mensual, en mm.


por mes de 30 días de 12 horas de duración.
.t .... temperatura media mensual, en °C, en el mes
considerado.

i = ( t ) i*514 índicetérmicomen­
sual

I = z i............ .... índice térmico anual

a = 0.016 I + 0.5 ..... fórmulasimplificada


de Serra

Segunda— Corregir el valor calculado dee,según el número real


de días del mes considerado yla duración de cada día.
Para ello, dicho valor debe multiplicarse por un fac­
tor que se obtiene de la tabla 3.2.

56
TABLA 3.2 FACTORES DE CORRECCION DE e

Latitud
Sur
1E F M A M J VJ iA S 0 N D

5 1..04 0 .95 1.04 1.00 1.02 0.99 1..02 1..03 1.00 1.05 1.03 1.06
10 1,.08 0 .97 1.05 0.99 1.01 0.96 1..00 1..01 1.00 1.06 1.05 1.10
15 1 .'12 0 .98 1.05 0.98 0.98 0.94 0..97 1..00 í.op' 1.07 1.07 1.12
20 ,1 .14 1.00 1.05 0.97 0.96 0.91 0..95 0,.99 1.00 1.08 1.09 1.15
25 1.17 1 .01 1.05 0.96 0.94 0.88 0,.93 0,.98 1.00 1 .10 1 .11 1.18
30 1 .20 1 .03 1.06 0.95 0.92 0.85 0..90 0,.96 1.00 1.12 1 .14 1.21
35 1 .23 1.04 1.06 0.94 0.89 0.82 0,.87 0 .94 1.00 1 .13 1.17 1.25
40 1 .27 1 .06 1.07 0.93 0.86 0.78 0,.84 0 .92 1.00 1 .15 1 .20 1.29
«
45 1 .31 í.10 1.07 0.91 0.81 0.71 0,.78 0 .90 0.99 1.17 1.26 1.36
50 1.37 1 .12 1.08 0.89 0.77 0.67 0 .74 0 .88 0.99 1.19 1.29 1.41

3.4.2 Método de Blaney-Criddle

Fue desarrollado también en los Estados Unidos, pero en experimen


tos realizados en la región oeste, en parcelas, lisímetros y tan­
ques. Se puede aplicar con relativa confianza en regiones de el
ma similar, es decir en regiones áridas o semiáridas.

La fórmula obtenida por estos investigadores es la siguiente:

u = k . p (8.12 + 0.457 t) = k.f (3.17)

u ... uso consuntivo mensual, en mm.


k ... coeficiente empírico mensual, según el tipo de cultivo y
su estado de desarrollo.
p ... porcentaje de iluminación mensual con respecto a la anual
(tabla 3.3)
t ... temperatura media mensual, en °C.

También obtuvieron una fórmula similar para cubrir todo el perío


do vegetativo de las plantas:

U = fu- K. f f (3.18)

U ... uso consuntivo estacional, en mm.


K ... coeficiente empírico estacional,
f ... el mismo significado anterior - p (8.12 + 0.457 t)

57
TABLA 3.3 VALORES DE p

Lati tud
E F M A M J J A S 0 N D
Sur
5 8.68 7.76 8.51 8.15 8.34 8.05 8.33 8.38 8.19 8.56 8.37 8.68
10 8.86 7.87 8.53 8.09 8.18 7.86 8.14 8.27 8.17 8.62 8.53 8 88
15 9.05 7.98 8.55 8.02 8.02 7.65 7.95 8.15 8.15 8.68 8.70 9.10
20 9.24 8.09 8.57 7.94 7.85 7.43 7.76 8.03 8.13 8.76 8.87 9.33
25 9.46 8.21 8.60 7.84 7.66 7.20 7.54 7.90 8.11 8.86 9.04 9.58
30 9.70 8.33 8.62 7.73 7.45 6.96 7.31 7.76 8.07 8.97 9.24 9.85
34 9.92 8.45 8.64 7.64 7.27 6.74 7.10 7.63 8.05 9.06 9.42 10.08
38 10.15 8.57 8.66 7.54 7.08 6.50 6.87 7.49 8.03 9.16 9.61 10.34
42 10.40 8.70 8.68 7.44 6.85 6.23 6.64 7.33 8.01 9.26 9.82 10.64
46 10.69 8.86 8.70 7.32 6.61 5.92 6.37 7.16 7.96 9.37 10.07 10.97

La tabla 3.4 proporciona los valores del coeficiente estacional K


para diversos cultivos y el valor máximo del coeficiente mensual
k. Los valores individuales de k , mes a mes, dependen del esta­
do de desarrollo del cultivo.

Ejemplo 3.4

Mostrar, en forma tabulada, la manera cómo se efectúan los cálcu­


los en el método de B1aney-Criddlé.

TABLA 3.4 VALORES PARA EL OESTE DE EE.UU., SEGUN CRIDDLE

Cultivo Longitud del Valor de Valor'Máx.


período vegetativo K de k (*)
Alfalfa Período libre de he­ 0.85 0.95 - 1.25
ladas
Algodón 7 meses 0.70 0.75 - 1.10
Arroz 3 - 4 meses 1.00 1.10 - 1.30
Leguminosas para 3 meses 0.75 0.85 - 1.00
grano
Frutales de hoja Período libre de he- 0.65 0.70 - 0.95
caduca 1adas
Frutales cítricos 7 meses 0.60 0.65 - 0.75
Judías 3 meses 0.65 0.75 - 0.85
Maíz 4 meses 0.75 0.80 -■ 1.20
Praderas Período libre de he- 0.75 0.85 - 1.15
Remolacha azuca­ 5.5 meses 0.70 0.85 - 1.10
rera
Sorgo 5 meses 0.70 0.85 - 1.10

(*) Depende de la temperatura media mensual y del estado vegeta


tivo del cultivo.

58
TABLA 3.5 DESARROLLO DEL EJEMPLO 3.4

Cultivo : Alfalfa
Lugar : Valle de Salinas, California

Mes t P f k(*) u
°C % mm.

Abril 14.39 8.85 130.0 0.6 78.0


Mayo 16.95 9.82 155.7 0.7 109.0
Junio 18.73 9.84 164.2 0.8 131.4
J u1i0 20.23 10.00 170.3 0.85 111.7
Agosto 19.89 9.41 162.0 0.85 137.7
Setiembre 19.23 8.36 141.3 0.85 120.1
Octubre 16.78 7.84 123.8 0.70 86.6

(*) Valores encontrados para la alfalfa en el valle de San


Cal ifornia.

3.5 Problemas

Problema 3.1
Hallar la evapotranspiración potencial, utilizando el nomograma de Pen-
man, en el siguiente caso. Campo cultivado en la latitud 40°S, en Se­
tiembre, temperatura media del aire 20°C, humedad relativa media 70 % ,
insolación relativa 40 %, velocidad media del viento V2 = 2.5 m/sg., va
lor de la relación evapotranspiración potencial a evaporación potenciaT
70 %. '

Problema 3.2
En una cuenca de tamaño medio, las temperaturas medias mensuales en No­
viembre y Diciembre de 1974 fueron 16.1 y 17.9 °C, respectivamente. Da
do que el índice térmico anual fue 66.9 y las duraciones astronómicas -
medias mensuales de esos días fueron 15.00 y 16.20 horas/día, respecti­
vamente, hallar la evapotranspiración potencial para cada mes.

Problema 3.3
Un lago tiene una superficie de 500 Km2 y una cuenca (área de terreno
drenando hacia el lago) de 2,800 Km2 . La cuenca total a la salida del
lago es por eso 3,300 Km2 .
En promedio, la lluvia anual en la superficie de tierra es 600 mm. y
en la superficie del lago 500 mm. La evaporación anual del lago es
1,000 mm. El caudal a la salida del lago es en promedio 9 m 3/sg.
¿Cuál es el ingreso anual de agua de la superficie de tierra al lago?
¿Cuál es la evapotranspiración anual en la superficie de tierra?

59
Problema 3.4
Dos cuencas vecinas, A y 8, tienen similar altitud, clima y uso de la tie
rra. No hay agua subterránea ni hacia ni desde las cuencas.
La cuenca B es, sin embargo, más grande y tiene una precipitación anual -
mayor. Se dispone de la siguiente información:
A B
Area en Km2 200 3,00
Precipitación anual media (mm) 1,200 1,500
Descarga media anyal (m3/sg.) 4 ?

¿Cuál es aproximadamente la descarga anual media de la cuenca B en mm. y


en m 3/sg.?

oo
CAPITULO 4 LA INFILTRACION

4.1 Descripción

Cuando llueve, parte de la lluvia del comienzo es retenida en la cobertu^


ra vegetal como intercepción y en las depresiones del terreno como alnra
cenamiento superficial. Conforme continúa la lluvia, el suelo se cubre
de una delgada capa de agua conocida como detención superficial y el
flujo comienza pendiente'abajo hacia los cursos, lo que constituye la es^
correntía superficial. Inmediatamente debajo de la superficie tiene lj¿
gar la escorrentía subsuperficial y las dos escorrentías, la superficial
y la subsuperficial, constituyen la escorrentía directa. La infiltra­
ción es el paso del agua a través de la superficie del suelo hacia el iji
terior de la tierra; la percolación es el movimiento del agua dentro del
suelo y ambos fenómenos, la infiltración y la percolación, están íntima­
mente ligados puesto que la primera no puede continuar sino cuando tiene
Tugar la segunda. El agua que se infiltra en exceso de la escorrentía -
subsuperficial puede llegar a formar parte del agua subterránea, la que
eventualmente puede llegar a los cursos de agua.

El agua de un río, en general, puede así estar formada de dos partes.


Una parte de escorrentía (superficial y subsuperficial) que recibe el
nombre de escorrentía directa y otra parte de agua subterránea quereci
be el nombre de flujo base.

t 1 1 p i 1

Fig. 4.1 D IS T R IB U C IO N DEL AGUA L L O V ID A

Ecuación de_ba1anee hídrico

Escribamos la ecuación de balance hídrico para una cuenca, referida a un


período corto.

61
P = I + S + E + F + Pn (4.1)

P ... lluvia total


I ... intercepción
S ... almacenamientosuperficial
E ... evaporación desde el suelo
F ... infi 1tración
Pn ... escorrentía directa, también llamada lluvia neta.

La suma de los términos I, S, E, constituye la retención superfi­


cial , de modo que:

P = retención + infiltración + escorrentía directa ... (4.2)


(lluvia neta)

Constituye una preocupación permanente de la Hidrología la obte£


ción de la escorrentía directa que corresponde a una determinada
lluvia en un cierto lugar. La primera manera es a través de la
fórmula simple de escorrentía:

Pn = CP (4.3)

El término C recibe el nombre de coeficiente de escorrentía y pa


ra evaluarlo han sido sugeridas diversas tablas, de las que se
citan 2 (tablas 4.1 y 4.2)

TABLA 4.1 VALORES DE C (*)

Topografía
Naturaleza de Ondulada . Inclinada
la superficie S de 5 a 10% S de 10 a 30%
Cultivos generales 0.60 ... 0.72
Cultivos de pastos 0.36 ... 0.42
Cultivos de bosques 0.18 ... 0.21
Areas desnudas 0.80 ... 0.90

(*) Tomada del libro Riegos y Avenamientos, de Enrique Blair


(Lima 1957)

62
TABLA 4.2 VALORES DE C (REFERENCIA 1)

Area residencial urbana sólo


casas habitación 0.30
Apartamentos con espacios verdes 0.50
Area de edificios comerciales e
industriales 0.90
Areas boscosas, dependiendo del
suelo 0.05 - 0.20
Parques, terrenos agrícolas y
pastizales 0.05 - 0.30
Asfalto o pavimento de concreto 0.85

Aun cuando la (4.3) parece resolver de manera sencilla el problema de oj)


tener la escorrentía directa Pn correspondiente a una lluvia P, hay que
tener presente que la determinación del valor apropiado del coeficiente
de escorrentía C es algo sumamente complejo. En la práctica, esta labor
se deja para los ingenieros con más experiencia de campo, quienes pueden
interpretar mejor las diferentes características de la cuenca en estudio.

Capacidad de Infiltración

Debido a los fenómenos de infiltración y percolación, el agua de lluvia


llega hasta el nivel del agua subterránea, pero no a un ritmo constante.
La tasa de infiltración disminuye a medida que progresa la tormenta, de
bido a que se van llenando'los espacios capilares del suelo.

La tasa máxima a la cual puede penetrar agua a un suelo, en un sitio en


particular y con tasa de abastecimiento suficiente, se llama capacidad
de infiltración (fp). Es máxima al comienzo de una tormenta (fo) y se
aproxima a una tasa mínima (fe) a medida que el suelo se satura (fig.
4.2). El valor límite está controlado por la permeabilidad del suelo.

mm /h
fo

Fig. 4 . 2 CURVA DE CAPACIDAD DE I N FI L T R A C I O N


Horton encontró que las curvas de infiltración se aproximan a la forma:

fp ="fc + (fo - fe) e"^ (4.4)

t ... tiempo transcurrido desde el inicio de la lluvia,


k ... constante empírica.

Integrando esta ecuación con respecto al tiempo se obtiene la cantidad


acumulada de infiltración F al cabo del tiempo t :

F = /t fp . dt = fe . t + (-j.g-kt-j ..... (4 5)
o

Por su parte Philip sugirió la ecuación:


bt -1/2
fp = ^ - 2 --- + a (4.6)

a, b ... constantes empíricas

Análogamente, la infiltración acumulada será:

F = bt ^2 + at .... (4.7)

Otras numerosas fórmulas han sido propuestas para determinar la infiltra


ción, indicando la mayoría de ellas que la capacidad de infiltración es
una función exponencial del tiempo.

De lo expuesto surge una segunda manera de obtener la escorrentía direc­


ta correspondiente a una lluvia (fig. 4,3).

Fig. 4 . 3 O B TE N C I O N DE LA E SC OR R EC TI A DIRECTA

64
Esta segunda manera de obtener la escorrentía directa por separación en
el histograma es también sencilla sólo en apariencia. En primer lugar
se requiere una estación con pluviógrafo, en segundo lugar el suelo de
la cuenca no es homogéneo de modo que la curva de infiltración no es la
dibujada y en tercer lugar la determinación de la retención tiene tam­
bién sus complicaciones.

4.3 Factores de la Infiltración

La capacidad de infiltración depende de muchos factores. Los principa­


les son: el tipo de suelo, el contenido de materia orgánica, el contenj^
do de humedad, la cobertura vegetal y la época del año.

De aqueflas características del suelo que afectan la infiltración la po^


rosidad es posiblemente la más importante. La porosidad determina la
capacidad de almacenamiento y también afecta la resistencia al flujo.
La infiltración tiende a aumentar con el aumento de la porosidad.

El aumento en el contenido de materia orgánica también tiende a aumentar


la capacidad de infiltración, debido sobre todo a que produce un aumento
en la porosidad.

La infiltración, para un mismo tipo de suelo, es menor en un suelo húme­


do que en un suelo seco y esta disminución es más notoria en los momen -
tos iniciales. De este modo la curva de infiltración sufre un cambio
como el que muestra la figura 4.4.

F ig .4 .4 EFECTO DE LA H U M EDA D EN LA IN F IL T R A C IO N

El efecto de la cobertura vegetal en la capacidad de infiltración es di^


fícil de determinar ya que también afecta a la intercepción. No obstan
te, la vegetación aumenta la infiltración en comparación con la del mis
mo suelo desnudo. La explicación está en que: 1) retarda el flujo de
superficie dando al agua más tiempo para que penetre en el suelo,
2) los sistemas de raíces hacen al suelo más permeable; 3) el folla­
je protege al suelo de la erosión causada por las gotas de agua y redi¿
ce la compactación de la superficie del suelo.

«5
4.4 Medición de la Infiltración

La mayoría de datos sobre tasas de infiltración se obtienen mediante ens£


yos con un infiltrómetro.

En los casos en que existe una amplia variación en los suelos o en la ve­
getación dentro del área, la cuenca se divide en subcuencas homogéneas ,
cada una de las cuales está cubierta por un complejo de suelo único. fte
pitiendo varias veces el ensayo se pueden obtener datos fidedignos de ca
da subárea.

Un infiltrómetro es un tubo u otro contorno metálico diseñado para aislar


una sección del suelo. El área efectiva varía desde menos de 1 pie2 has^
ta varias decenas de pie2 . El procedimiento clásico consiste en inundar
el infiltrómetro, aplicando agua en una lámina de altura constante sobre
el área encerrada y medir el tiempo que tarda en infiltrarse. Esta prác­
tica está siendo reemplazada por los simuladores de lluvia. Como en este
caso no se puede medir directamente la cantidad de agua que penetra el
suelo, la infiltración se calcula como la diferencia entre el agua aplica^
da y la escorrentía directa medida.

4.5 El Ciclo de Escorrentía

Ciclo de escorrentía es el término que se emplea para describir aquella


parte del ciclo hidrológico entre la precipitación que cae sobre una
área y la descarga subsiguiente de esa agua a través de cauces o bien
por evapotranspiración.

Las aguas procedentes de las precipitaciones llegan al cauce del río por
diferentes vías:

- escorrentía superficial
- escorrentía subsuperficial
- agua subterránea
- lluvia que cae en el espejo de agua

La figura 4.5 muestra esquemáticamente las variaciones temporales de los


factores hidrológicos durante una tormenta extensa en una cuenca relati^
vamente seca. Él área punteada representa la porción de la lluvia total
que eventualmente llega a ser el flujo de la corriente, medido a la sali_
da de la cuenca.

La precipitación sobre el cauce es el único incremento del flujo en el


cauce que ocurre durante el período inicial de la lluvia. A medida que
aumenta la corriente aumenta su espejo de agua y por lo tanto aumenta -
también el volumen de precipitación sobre el cauce.

La tasa de intercepción es alta al comienzo de la lluvia, especialmente


en una cobertura vegetal densa, y disminuye conforme se copa la capaci­
dad de intercepción disponible.

La tasa a la cual se reduce el almacenamiento de depresión también dismi^


nuye rápidamente a partir de un valor inicial alto, a medida que se 11
nan las depresiones más pequeñas.

66
precipitación sobre el cauce

F ig .4 .5 E L CICLO DE LA E S C O R R E N T IA

La mayor parte de la diferencia de humedad del suelo es satisfecha antes


de que tenga lugar una escorrentía superficial apreciable.

El agua que se infiltra y no es retenida como humedad del suelo, se mué


ve hacia los cauces como escorrentía subsuperficial o penetra en la capa
freática y alcanza eventualmente el cauce como agua subterránea ’ (flujo
base).

La tasa de escorrentía superficial comienza en cero, aumenta lentamente


al principio y luego rápidamente hasta alcanzar un valor porcentual, en
relación a la intensidad de precipitación, relativamente constante.

La figura 4.5 sólo pretende ilustrar, sobre uno de los infinitos casos
posibles, en cuanto a la magnitud relativa de los diferentes factores
del ciclo de escorrentía. En la práctica se producen complicaciones de
bido a las variaciones de la intensidad de la lluvia durante la tormeii
ta, asi como también al hecho de que todos los factores varían de un
punto a otro de la cuenca.

4.6 Estimativos de la Escorrentía Usando Infiltración

La figura 4.3 muestra cómo se puede obtener la escorrentía directa co­


rrespondiente a una lluvia. Va se indicó que ésta es una manera senci­
lla de obtener la escorrentía directa sólo en apariencia. Hay que agre
gar ahora que el problema se complica aún más porque: I) la intensidad
de la lluvia puede fluctuar por encima y por debajo de la curva capaci^
dad de infiltración; 2) la curva misma de capacidad de infiltración es
función de las condiciones de humedad antecedente; 3) el histograma de
una tormenta no es uniforme en todos los puntos de la cuenca.

Indices de Infiltración.-
Las dificultades inherentes al método directo de infiltración, para eva
luar la escorrentía directa, han conducido al uso de los índices de in

67
filtración. El más simple de estos es el índice <p , definido como la
tasa de precipitación por encima de la cual el volumen de lluvia es
igual al volumen de escorrentía directa. Ver fig. 4.6.

Fig. 4 . 6 EL I N D IC E <J>

Pero, para ser aplicado, el índice <¡> tiene que ser previamente obteni­
do para la cuenca en estudio. Para esto se requieren mediciones de cau^
dal y de lluvia en la forma que se describe a continuación.

Se tiene de un lado el hidrograma de la cuenca (gráfico Q-t, fig. 4.7 )


y de otro el histograma de la tormenta que lo provocó (gráfico i-t,
fig. 4.8).

F i g . 4 .7 HIDROGRAMA Fig. 4 . 8 H I S T O G R AM A

Supongamos que el área sombreada del hidrograma corresponde al volumen


de escorrentía directa (en el Capítulo 8 se trata esto con detenimien­
to). Dividiendo dicho volumen entre el área de la cuenca se obtiene
la lámina de escorrentía directa. Se traza luego en el histograma,por
tanteos, una horizontal, de modo que la porción del histograma situada
por encima de esta horizontal represente la lámina de escorrentía direc
ta. La ordenada de esta horizontal es el índice $ buscado.

68
Ejemplo 4.1

Se trata de determinar el valor del índice <(> para la cuenca de la figu


ra 2.9 del ejemplo 2.7.

La última columna de la tabla 2.3 del ejemplo 2.7 contiene los valores
de la precipitación horaria sobre la cuenca, con los que se construye
la curva masa en la cuenca. Si además, una estación de aforo ubicada en
el punto de salida de la cuenca ha permitido medir el escurrimiento di­
recto correspondiente a la misma tormenta, encontrándose que es 2.0 pg.,
es posible obtener el índice <)> por tanteos.

La tabla 4.3 muestra el procedimiento seguido en este caso. El valor de


0.17 pg/h supuesto en el tercer tanteo produce la mejor concordancia eji
tre la lluvia neta calculada (1.96 pg.) y la escorrentía directa medida
(2.0 pg)! Ver fig. 4.9. t

Con este procedimiento se pueden obtener los valores del índice <|> para
varias tormentas importantes, siendo el promedio de estos valores el va­
lor medio del índice <f> para la cuenca.

La duración de lluvia neta es el tiempo durante el cual los incrementos


de precipitación exceden al valor del índice <f> . Después del tercer
tanteo se encuentra que esta duración es de 9 horas. En la figura 4.10
se ha dibujado el histograma de lluvia neta.

Fig.4 . 9 PRECI PI TACION MEDIA HORARIA

69
TABLA 4.3 CALCULO DEL INDICE $

t A m 1er. Tanteo 2do . Tanteo 3er. Tanteo


hrs. pg.
(1) (2) (1) (2) (1) (2)

0
1 0.05 0.25 0. 15 0.17
2 0.06
3 0.16 0.01
4 0.19 0.04 0.02
5 0.30 0.05 0.15 0.13
6 0.29 0.04 0.14 0.12
7 0.15 0 0 0
8 0.76 0.51 0.61 0.59
9 0.56 0.31 0.41 0.39
10 0.40 0.15 0.25 0.23
11 0.56 0.31 0.41 0.39
12 0.24 0.09 0.07
13 0.13 0 0
14 0 0 0
15 0.19 0.04 0.02
16 0.08
17 0.02

Total 4.14 1.37 2.15 1.96

(1) = valor supuesto de <f> en pg/h


(2) , = lluvia neta en pg.

pg / h .

0.6-1

0.4-

0.2-■

horas
9 horas

F i g . 4.10 H l ST OG RA MA DE L L U V I A NETA EN LA CUENCA

70
4.7 Problemas

Problema 4.1

Determinar la ecuación de la curva capacidad de infiltración para los


siguientes datos observados.

t min. , 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
fp cm/h 16.0 11.0 7.9 5.7 4.1 2.8 1.9 1.3 1.0 1.0

Problema 4.2

La tabla de abajo indica las láminas horarias de tres tormentas que pro^
dujeron escorrentías de 14, 23 y 18.5 mm., respectivamente. Determinar
el índice <j> de la cuenca.

Hora Tormenta 1 Tormenta 2 Tormenta 3


mm. mm. mm.

1 2 4 3
2 6 9 8
3 7 15 11
4 10 12 4
5 5 5 12
6 4 3
7 4
8 2

Problema 4.3

Durante una tormenta, las láminas acumuladas de lluvia en sucesivos p£


ríodos de 2 minutos son : 0.2, 0.5, 0.8, 1.4, 1.8 y 2.1' cm. Dibujar -
la curva masa y el histograma.
¿Cuánto vale la lámina de lluvia neta si la pérdida uniforme (índice $ )
es igual a 10.2 cm/h ? ¿Cuánto vale el coeficiente de escorrentía C?

71
viene de la página 42

E. PERIODO DE MODERNIZACION (1,800 - 1,900)

El siglo XIX fue de muchos modos la gran era de la hidro


logia experimental, que había sido iniciada en. el perío­
do precedente de la experimentación y era ahora grande­
mente modernizada, de tal manera que se sentaron las ba­
ses para la fundación de la ciencia moderna de hidrolo­
gía. Los signos de la modernización pueden verse a tra­
vés de las muchas contribuciones importantes a la hidro­
logía. La mayoría de contribuciones fueron, sin embargo,
en hidrología subterránea y en mediciones de corrientes
superficiales.

En el campo del agua subterránea, fueron aplicados por


primera vez los conocimientos de geología a problemas hi_
drológicos por William Smith, y también se hicieron mu­
chos descubrimientos básicos, incluyendo la ecuación del
flujo capilar de Hagen-Poiseuille; la ley de Darcy del
flujo de agua subterránea, la fórmula de pozos de Dupuit-
Thiem. Hubieron muchas otras contribuciones valiosas.

En el campo dél agua superficial, fue notablemente impul_


sadá. la hidrometría, incluyendo el desarrollo de muchas
fórmulas del flujo y aparatos de medición y el nacimien­
to de la medición sistemática de corrientes. Contribjj
ciones sobresalientes fueron las mediciones de las des­
cargas del Mississipi por Humphrey y Abbot; la publica­
ción de la fórmula de descarga en vertederos de Francis;
la determinación del coeficiente de Chezy por Ganguillet
y Kutter; la propuesta de la fórmula del flujo de Ma-
nning y el desarrollo de los correntómetros de El lis y
Price.

En el campo de la evaporación, John Dalton fue el prime­


ro en reconocer la relación entre evaporación y presión
de vapor y estableció así la ley de Dalton. En el campo
de la precipitación, Mi 11er hizo el intento básico de co
rrelacionar la precipitación con la altitud y Blodget pt¿
plicó un libro importante describiendo la distribución
de las lluvias en Estados Unidos.

Durante este período fueron fundadas varias agencias hi­


drológicas gubernamentales en los Estados Unidos, inclu­
yendo The U.S. Army Corps of Engineers, The Geological
Survey y The Weather Bureau.

sigue en la página 98

72
CAPITULO 5 EL AGUA SUBTERRANEA

5.1 Descripción

El agua subterránea es de gran importancia, especialmente en aquellos


lugares secos donde el escurrimiento fluvial se reduce mucho en algunas
épocas del año. Se estima que en Estados Unidos, de toda el agua que
se usa al año, una sexta parte es agua subterránea. En Lima, por otro
lado, del total de agua que se- consume un 40% proviene del subsuelo.

Las aguas del subsuelo, como las aguas superficiales, provienen de las
lluvias. No son independientes unas de otras, sino que, por el contra­
rio, están muy ligadas entre sí. Muchas corrientes superficiales reci­
ben agua del subsuelo y, a su vez, el agua del subsuelo se realimenta
de las aguas superficiales.

Veamos un esquema de las condiciones del agua subterránea.

FIG. 5.1 EL AGUA SUBTERRANEA

73
Es necesaria la presencia de un estrato impermeable (1).- Las corrien­
tes superficiales pueden ser afluentes (2) o efluentes (3). Debajo de
la superficie, los poros del suelo contienen agua y aire- en cantidades
variables; es la zona vadosa (4); en ella la presión es menor que la a;t
mosférica. Después de una lluvia el agua puede moverse hacia abajo a
través de esta zona de aireación; una parte del agua que penetra es re­
tenida por fuerzas de capilaridad y fuerzas moleculares; el resto sigue
bajando hasta la zona de agua subterránea (5); allí la presión es mayor
que la atmosférica y el agua escurre siguiendo las leyes de la hidráuli
ca. El nivel superior del agua del subsuelo constituye el nivel freátT
co (6). A ese nivel se presenta un cordón capilar (7), en el cual los
poros del suelo contienen agua que ha ascendido desde el agua subterrá­
nea por la acción capilar.

5.2 Tipos de Acuíferos

Las formaciones que contienen y transmiten agua del subsuelo reciben el


nombre de acuíferos. Los tipos principales son 2: no confinados y con
finados. ~

Acuíferos no confinados

Una formación como la representada en la figura 5.1 constituye un acuí-


fero no confinado. Si se perforan pozos de observación hasta el estra­
to impermeable, el lugar geométrico de los niveles alcanzados es el ni^
vel freático (figura 5.2).

FIG. 5.2 ACUIFERO NO CONFINADO

El flujo es libre como en los canales; la línea de energía es siempre


descendente en el sentido del flujo; el nivel freático sigue más o me­
nos las mismas variaciones de la superficie. El espesor e alcanza valo
res que varían desde unos cuantos metros hasta cientos de metros.

Los acuíferos no confinados son como verdaderos lagos subterráneos en


material poroso; como no hay restricción en la parte superior el nivel
freático es libre de subir y bajar (figura 5.3). Muchas veces estos
acuíferos alimentan corrientes superficiales y lagos.

74
FIG. 5.3 ACUIFERO NO CONFINADO

Acuíferos confinados

Son acuíferos comprendidos entre dos estratos impermeables (figura 5


El flujo es a presión, como en las tuberías.

nivel
piezométrico

i mp e r me a b l e
¿¿u írtt Á//./;-;

i mp e r me a b l e

FIG. 5.4 ACUIFERO CONFINADO

75
En vez de un nivel freático se tiene ahora un nivel piezométrico. La
línea de energía, como en el caso de los acuíferos no confinados, se
confunde prácticamente con el nivel piezométrico debido a que la altura
de velocidad del agua es muy pequeña.

Los acuíferos confinados presentan las ventajas de conducir el agua a


grandes distancias y entregar el agua por encima del nivel del acuífe-
ro, y las desventajas de tener áreas de recarga relativamente pequeñas,
rendir menos agua y provocar asentamientos del terreno en los lugares
de extracción (pozos de bombeo).

5.3 Alimentación y Descarga

Alimentación.- Se describirá en un acuífero no confinado.


El agua del subsuelo se alimenta de las lluvias, ya sea directamente o
indirectamente a través de las corrientes superficiales y lagos. El
agua de lluvia sufre primero intercepción debido a la vegetación, y al­
macenamiento en las depresiones del terreno y en la zona vadosa. Del
resto, una parte sufre escorrentía y otra llega eventualmente a la zona
de agua subterránea. Quiere decir que sólo las lluvias prolongadas de
fuerte magnitud alimentan el agua del subsuelo.

La alimentación o recarga natural del agua del subsuelo es un proceso


irregular e intermitente, en que intervienen la geología y el perfil
del terreno.

Descarga.- El agua del subsuelo en exceso de la capacidad del acuífero


se descarga de dos maneras ; por evapotranspiración, cuando el cordón ca_
pilar llega a los sistemas radiculares de la vegetación y por salida si¿
perficial, si el nivel freático intersecta la superficie del terreno.

En la práctica se presentan los siguientes casos de salida superficial:


1) Filtración difundida, si el ritmo de descarga es bajo o el escurri-
miento se esparce sobre una área grande; el agua humedece la superficie
y de allí se evapora. 2) Manantial si la descarga es significativa y
se concentra en una área pequeña. Hay varios tipos de manantiales (fi­
gura- 5.5).

de corriente
de anticlinal

FIG. 5.5 MANA,NI íALES


76
5.4 Flujo .del Agua Subterránea

Porosidad y .rendimiento específico.- Son dos propiedades importantes


de los acuiferos.

Porosidad.- Definida conio la relación del volumen de vacíos al volumen


total, mide la capacidad de una formación para contener agua. La poro­
sidad varía desde valores muy altos en las arcillas (45%) hasta valores
muy bajos en las formaciones con grandes cavidades o cavernas. Una al­
ta porosidad no indica que el acuífero rendirá grandes volúmenes de
agua a un,pozo.

Rendimiento específico.- Es el volumen de agua, expresado como un por­


centaje del volumen total del acuífero, que drenará libremente o por
gravedad del acuífero. Es siempre menor que la porosidad porque una
parte del agua es retenida por fuerzas capilares y moleculares. Las ar.
cillas, aunque tienen una alta porosidad, rinden poca agua a los pozos
debido a esas fuerzas. Los acuíferos económicamente más importantes
son los depósitos de arenas y de gravas. Ver tabla 5.1.

TABLA 5.1 POROSIDAD Y RENDIMIENTO ESPECIFICO

Porosidad (%) R.E

Arcilla 45 3
Arena 35 25
Grava 25 22
Grava y arena 20 16
Arenisca 15 8
Calizas densas y esquistos 5 2
Cuarcita y granito 1 0

Ley de Da rey

Fue Darcy (1856) quien confirmó que, con excepción de las grandes caver.
ñas o fisuras, el agua del subsuelo escurre siempre con movimiento lami_
nar. Aceptando las hipótesis del flujo unidimensional y uniformemente
distribuido en espesor, la ecuación de Darcy se expresa:

v = Kp . s (5.1)

v ... velocidad aparente del agua


Kp ... coeficiente de permeabilidad de Darcy o conductividad hidráu_
lica; tiene las mismas unidades que v.
s ... pendiente de la línea de energía, prácticamente igual a la
pendiente de la línea piezométrica; no tiene unidades.

Velocidad aparente y velocidad real.-

A una sección transversal corresponden dos áreas:


A : área total
A' : área de los espacios entre granos

Al área total A corresponde la velocidad aparente v y al


área neta A ’ corresponde la velocidad real v', de tal ma­
nera que:
77
Q = A v = A' v '

„ - i A _ AL _ volumen total Vt
De aquí, v v A 'L v volumen de vacíos Vv ' v

V v . (5.2)

V7

en que p es la porosidad del suelo. Como p es siempre menor quel.v' es


siempre mayor que v.

Kp depende de las propiedades del líquido y del medio poroso, y se pue­


de expresar como:

Kp = K • (5.3)

y ... peso e s p e c í f i c o del lí qu id o


y ... viscosidad dinámica del líquido .
K ... permeabilidad intrínseca del medio; tiene dimensiones de área
y en la ingeniería de petróleos se expresa en Darcys.
(1 Darey = 0.987 x 10-8cm2 )

Para propósitos hidrológicos, en los Estados Unidos, si Q se mide en


gal/día a través de una área de 1 pie2 bajo la acción de ungradiente
unitario, a 60°F, Kp resulta en unidades meinzer. Se deduce que:

1 meinzer = 0.0408 m/día

Para otra temperatura:

KPt = ^60 ■ -W (5-4>

(yer tabla 5.2)

TABLA 5.2 VALORES DE Kp y K PARA DIVERSOS MATERIALES

Permeabilidad Kp
M a t e r i al unidades P. intrínseca
m/día
meinzer Darcys

Arcilla 0.01 0.0004 0.0005


Arena 1,000 41 50
Grava 100,000 4,100 5,000
Grava y arena 10,000 410 500
Areni sea 100 4.1 5
Calizas densas y esquistos 1 0.041 0.05
Cuarcita y granito 0.01 0.0004 0.0005

78
T r a n s m i s i v i d a d Llamando Y al espesor del acuífero y B a su ancho, se
puede escribir: •

Q A Kp s Y Kp s T s (5.5)

El producto Kp . Y se reemplaza muchas veces por un único término T que


representa la t'ransmisividad del acuífero. Sus dimensiones son L2/T,
por ejemplo m 2/día. Si Kp se expresa en unidades meinzer, T resulta en
gal/día/pie. Se deduce que 1 m2/día = 80.5 gal/día/pie.

Determinación de la permeabilidad.

Hay dos formas de determinar el valor de Kp de un determinado suelo: en


el laboratorio y en el campo.

a) En el laboratorio se usan los permeámetros:

Q = A v = AKps

H
Kp (5.6)
As ATT
• L

La principal dificultad del método se presenta al colocar la mues­


tra de suelo no consolidado en su estado natural y la principal des^
ventaja es la incertidumbre de la representatividad de la muestra
con respecto al acuífero en su conjunto.

b) En el campo se usa un pozo de ensayo. Este método hace uso de los


conceptos inherentes a la hidráulica de pozos y permite obtener la
permeabilidad promedio en una área extensa alrededor del pozo de
bombeo. El flujo en pozos es tratado en el siguiente apartado.

Aplicaciones de la ley de Darcy

La ley de Darcy para flujo unidimensional (ecuación 5.1) puede ser uti­
lizada para resolver algunos problemas simples de flujo vertical o late
ral de agua subterránea. Algunos sistemas tienen ambas componentes de
flujo (vertical, horizontal) sin embargo la componente en una dirección
puede ser despreciada cuando la dirección predominante del flujo es la
otra. El flujo puede ser entonces considerado meramente unidimensional
y uniformemente distribuido en espesor, que son precisamente las hipóte
sis de aplicación de la ley de Darcy.

Ejemplo 5.1 (figura 5.6)

El nivel del agua subterránea, en un piezómetro a 300 m de distancia


del canal, queda 0.50 m por debajo del nivel del agua en dicho canal.
El estrato impermeable está a 10 m por debajo del nivel del agua en el
piezómetro. Asumiendo Kp = 3 m/día, calcular las pérdidas de agua por
filtración a través de las paredes y el fondo del canal.

79
FIG. 5.6 SISTEMA DEL EJEMPLO S i.

En la solución del sistema se asume el flujo sólo <?r o ¡'■acción horizon­


tal y parejamente distribuido con la profundidad debajo delnivel freá­
tico. Como la carga hidráulica (0.50 m) es pequen’ a 1 lado dela dis­
tancia (300 m), puede considerarse un valor media,' Je :
_ H _ 0 .5 0 _n r \ n 1 ir 7
s =r " w "° ’0016/

v - Kp . s = 3x 0.00167= 0.0050 m / d ú

igualmente, un valor medio del área A.

A = = io.25 m 2

con lo que:

Q = A v = 10.25 x 0.005 = 0.05125,m3/día por m.l. de canal.

Asumiendo condiciones de simetría, la respuesta será:

Q = 0.1025 m 3/día por m.l. de canal

Las hipótesis iniciales, que hacen posible la aplicación de la (5.1),


pierden precisión si la profundidad del estrato impermeableaumenta,de­
bido a la importancia creciente que adquiere el flujovertical. Utili­
zando técnicas de analogía eléctrica, que sí tienen en cuenta la compo­
nente vertical, se ha llegado a comprobar que la solución en la forma
descrita es razonablemente precisa si la distancia del estrato impermea
ble al fondo del canal no es mayor que dos veces el ancho superficial
del canal.

Ejemplo 5.2 (figura 5.7)

La figura muestra una ladera con un espesor relativamente delgado de


suelo drenando hacia una corriente; la pendiente del terreno es 2%\ el

80
suelo es un limo arenoso con Kp = 2,5 m/día; el fondo impermeable queda
a una profundidad uniforme de 6 m.

A fin de reducir la contaminación de la corriente, el efluente de una


planta de tratamiento no sera' vaciado directamente sino rociado sobre
el terreno a cierta distancia de ella. Después de la infiltración el
efluente_correrá hacia abajo como flujo subterráneo y drenará hacia la
corriente. Él flujo subterráneo y la infiltración previa mejoran consi_
derablemente la calidad del efluente con lo que la polución de la co­
rriente disminuye en alto grado. El sistema deberá ser diseñado y ope­
rado de modo que se suprima la escorrentía superficial. Si la aplica­
ción de los rociadores es de 2 cm/día, ¿cuál será el mayor ancho W del
área que podrá ser rociada al mismo tiempo?

FIG. 5.7 SISTEMA DEL EJEMPLO 5.2

El flujo subterráneo máximo se obtiene cuando el suelo entre el campo


de rociado y el río está completamente saturado y el nivel freático co­
incide con la superficie del terreno. La transmisividad del suelo satu^
rado será:

T = Kp , Y = 2.5 x 6 = 15 m2/día

El flujo subterráneo máximo, por unidad de longitud perpendicular al pa_


peí es :

Q= A v = BY.Kps = B T s = lxl5x 0.02 = 0.3 m 3/díapor mi

A una tasa de infiltración de 2 cm/día, el flujo es de:

Q = 0.02 w.l m 3/día por m.l.

Luego, el valor máximo de w, y por eso sin escorrentía superficial, re­


sulta :

Ejemplo 5.3 (figura 5.8)

La figura muestra un sistema de precipitación, infiltración y drenaje


hacia una corriente, vía un acuí fe ro.no confinado con un fondo horizon­
tal impermeable. Asumiendo una tasa uniforme de infiltración P y condj^
ciones de flujo permanente, ¿cuál es la profundidad hj de equilibrio

81
del nivel freático en la cima de la colina?

FIG. 5.8 SISTEMA DEL EJEMF .3

Asumiendo las hipótesis de flujo unidiraensi01 f uniformemente distri-


buido en espesor, la velocidad vx del agua si -ránea a una distancia
x de la loma es :
Q-tJ./v . 14 - <\\\, F
i/ dh ¿F*
k p • ar ■vs, p

correspondiendo el signo negativo al hecho de h disminuye cuando x


aumenta. De este modo, el valor del gasto en punto, por unidad de
longitud perpendicular al papel, es:

Qx ' - * p • h . jjjl
Q*dQ
Apliquemos la ecuación de continuidad al medi iroso:

dQ = P . dx Qx = P . > (5.7)
F 4,
Igualando las dos expresiones de Qx :

dh
x = - Kp . h .
dx

- Kp . h . dh = P . x . dx

Integrando entre la cima de la colina y el borde de la corriente:

h2 i L
Kp . - >|(x2)o

Kp (hf - hf) = P L2

82
Flujo en Pozos de Bombeo

Se han derivado fórmulas para la descarga a través de pozos de bombeo,


tanto bajo la hipótesis de flujo permanente como de flujo no permanen­
te. El estado permanente es una condición de equilibrio, por eso no se
consideran,cambios con el tiempo; si bien esto en la práctica no ocurre,
la situación se aproxima a lo que tiene lugar después de un tiempo pro­
longado de bombeo a caudal constante.

La derivación de las fórmulas se basa en las siguientes hipótesis:

1. el pozo es bombeado a caudal constante;


2. el pozo penetra totalmente el acuífero;
3. el acuífero es homogéneo, isotrópico, horizontal y de extensión
horizontal teóricamente infinita.

5.5.1 Flujo Permanente

Supongamos un acuífero confinado (figura 5.9), un pozo principal


de bombeo y dos pozos de observación a las distancias rx , r2 ,
del pozo principal. El njjvel piezométrico es inicialraente hori­
zontal; cuando se bombea se produce un cono de depresión, porque
para que haya flujo tiene que haber un gradiente; la disminución
genérica del nivel (z) se llama abatimiento.

FIG. 5.9 POZO EN ACUIFERO CONFINADO

Para abatimientos pequeños rigen las hipótesis que hacen aplica­


ble la ecuación de Darcy (5.1). El caudal hacia el pozo, a la
distancia x, es:
Q = A v = A . Kp s = 2_ti x Y . Kp .

Q ~ = 2 tt Kp . Y . dy

Integrando de rj a r2 para x, y de d¡ a d2 para y:

Q 3 2 rr Kp . Y . (d2 - dj)

2 TT Kp Y (d2 - dx)
Q = (5.9)
Lr,£2.
ri
Los acuíferos no confinados el procedimiento es muy similar (fv
gura 5.10).

FIG. 5.10 POZO EN ACUIFERO NO CONFINADO

Q = A v = A . Kp s =‘2 tt x y • KP ^

Q j = 2^ Kp . y dy

r2
Q L — = ir Kp (d22 - dí)-

7T Kp (d2 - dj )
(5.10)
^r i

Se acostumbra simplificar:

84
di - di = (d2 + d 1) ( d 2 - di) - 2 Y (d2 - d j

2n Kp Y (d2 - d2)
Q = ( 5 .1 1 )

En caso de que el nivel freático tenga una pendiente inicial, se


aplicarv las mismas fórmulas teniendo cuidado de (figura 5.11):
a) usar 4 pozos de observación, dos a cada lado del pozo princi­
pal, en la dirección de la pendiente;
b) usar para d: , d2 , los promedios respectivos.

/y

FIG. 5.11 NIVEL FREATICO INCLINADO

Las fórmulas 5.9, 5.10 y 5.11 permiten determinar el valor de Kp.


Para ello se bombea del pozo un caudal constante y se miden los
abatimientos en los pozos de observación. La principal restric­
ción resulta del hecho de que, debido a las escasas velocidades
del flujo a través del medio poroso, las condiciones de equili­
brio ocurren sólo después de un tiempo relativamente largo de
bombeo (varios días).

En la figura 5.10 se puede notar cómo, al inicio del bombeo, el


caudal que sale del pozo proviene del almacenamiento contenido
en la parte que se deseca conforme de desarrolla el cono de de­
presión. Los análisis basados en el flujo permanente producen
valores muy altos de Kp ya que sólo una parte del caudal total
proviene del flujo a través del acuíféro hacia el pozo.

5.5.2 Flujo No-Permanente

Se define constante de almacenamiento del acuífero,S, al volumen


de agua desplazada del acuífero por unidad de área horizontal y
por unidad de caída de la superficie piezométrica.

85
s - v
5 JT5
V = d S A

9V _ 9d <- .
31 ' 3t

V ... volumen de agua desplazada por área horizontal A del


acuífero
d ... altura de la superficie piezométrica sobre el borde infe
rior del acuífero
S ... constante de almacenamiento del acuífero .
A ... área horizontal del acuífero a la cual se aplica
t ... tiempo 3

El signo negativo corresponde al hecho de que d disminuye confor


me aumenta t.

Para una área elemental anular, a la distancia r del pozo:

_9V _
_ 3dS , ,
- _ 2, „
r . dr

9V 90
Pero -r = - ~ . dr, correspondiendo el signo negativo porque Q
9u 9r
crece con r decreciente.

Reemplazando:

5? • d >- = s 2„ r . d r

| a - | | s 2 , r (5.12)

Para acuíferos confinados, la ecuación de Darcy es:

Q = A v = 2n r Y . Kp = 2, r T

= 2 tt T (|4 + r (5.13)
9r 3f 3r2

Viendo las ecuaciones 5.12 y 5.13:

w9d c o, ^
S 2 ,_o t /9Ó 32d )\
r - 2 „ T(— + r —

1 9d 92d _ S 9d /c i/i \
F á f V ' T ñ ( 5 -14)

que es la ecuación básica para flujo no-permanente en un pozo.

86
Acuíferos confinados.- Theis, en 1935, sugirió una solución pa­
ra la ecuación 5.14 basada en la analogía de transmisión del ca­
lor. Su fórmula es:

7
r
= Q. • XÍH.)_
4 tt T \(5o . i15)
o]

Zr ... abatimiento, en metros, de unpozo de observación a una


distancia r del pozo de bombeo
Q ... caudal, en m 3/día
T ... transmi si vi dad, en m 3/día por mo m 2/día
u ... dada por:
r2s
u = (5.16)
Trt
t ... tiempo, en días, desde la iniciación del bombeo
S ... constante de almacenamiento del acuífero, s/u

W(u) recibe el nombre de función del pozo de u, y es igual a:

,°° p _U ,,2
i|2 ,,3
n 3
W(u) = J ^ ¡ - d u = - 0.5772 -Lu + u- (5.17)
u

Los valores de W(u) vienen tabulados para diversos valores de u


en la tabla 5.3

De la ecuación 5,16:

X = T u (5 -18)

Primer caso: Cálculo de los abatimientos

Si T y S son datos, se puede calcular Zr versus t, es decir los


abatimientos con el transcurrir del tiempo. Para ello se calcu­
la u con la 5.16, se halla W(u) con la tabla 5.3 y se calcula Zr
con la 5.15.

87
TABLA 5.3 VALORES DE W(u) PARA DIVERSOS VALORES DE u

u 1 .0 2 .0 3 .0 4 .0 5 .0 6 .0 7 .0 8 .0 9 .0

X 1 0 .2 1 9 0 .0 4 9 0 .0 1 3 0 .0 0 3 8 0 .0 0 1 1 4 0 .0 0 0 3 6 0 .0 0 0 1 2 0.0 0 0 0 3 8 0.000012

X lo ’ 1 1 .8 2 1 .2 2 0.91 0 .7 0 0 .5 6 0 .4 5 0 .3 7 0.31 0 .2 6

X 10-2 4 .0 4 3 .3 5 2 .9 6 2 .6 8 2 .4 8 .. 2 .3 0 2 .1 5 2 .0 3 1 .92

X io ‘ 3 6 .3 3 5.6 4 5 .2 3 4 .9 5 4 .7 3 4 .5 4 4 .3 9 4 .2 6 4 .1 4

X i o '4 8 .6 3 7.9 4 7 .5 3 7 .2 5 7 ,0 2 6 .8 4 6 .6 9 6 .5 5 6 .4 4

X io "5 1 0 .9 5 ' 10.2 4 9 .8 4 9 .5 5 9 .3 3 9 .1 4 8 .9 9 8 .8 6 8 .7 4

X i o '6 13.2 4 1 2 .5 5 12.14 11 .8 5 1 1 .6 3 1 1.4 5 1 1.2 9 11.16 11.04

X io "7 15.5 4 1 4 .8 5 14.44 14.1 5 1 3.9 3 1 3.7 5 1 3.6 0 13.46 13.34

X ,o -8 17.84 1 7 .1 5 16.74 1 6 .4 6 1 6.2 3 16.0 5 15 .9 0 15.76 15.65

X i o '9 2 0 .1 5 1 9 .4 5 1 9.0 5 1 8 .7 6 18.54 18.3 5 1 8.2 0 18.07 1 7.9 5

X , o - 1 0 ' 2 2 .4 5 2 1 .7 6 21 .35 21 .06 2 0 .8 4 2 0 .6 6 2 0 .5 0 2 0 .3 7 2 0 .2 5

X 1 0 - " 2 4 .7 5 2 4 .0 6 2 3 .6 5 2 3 .3 6 2 3 .1 4 2 2 .9 6 22.81 2 2 .6 7 2 2 .5 5

X i o ' 12 2 7 .0 5 2 6 .3 6 2 5 .9 5 2 5 .6 6 2 5 .4 4 2 5 .2 6 25.11 2 4 .9 7 2 4 .8 6

X i o " 13 2 9 .3 6 2 8 .6 6 2 8 .2 6 . 2 7 .9 7 2 7 .7 5 2 7 .5 6 27.41 2 7 .2 8 2 7 .1 6

X 1 o' 14 3 1 .6 6 3 0 .9 7 3 0 .5 6 3 0 .2 7 3 0 .0 5 2 9 .8 7 29.71 2 9 .5 8 2 9 .4 6

X i o ’ 15 3 3 .9 6 3 3 .2 7 3 2 .8 6 3 2 .5 8 3 2 .3 5 3 2 .1 7 3 2 .0 2 3 1 .8 8 3 1 .7 6

Ejemplo 5.4

Se desea calcular la caída de la superficie piezométrica a las


distancias 100 m y 200 m de un pozo de bombeo, para un acuífero
confinado con T = 1,000 m2/día y S = 0.0001, El pozo es bombea­
do por 10 días a un ritmo de 1000 m 3/día.

En la tabla 5.4 se ha dado solución al problema, a partir de un


juego de valores de t y siguiendo el camino recién señalado.

88
TABLA 5.4 SOLUCION DEL EJEMPLO 5.4

t r = 100 r = 200
días u W(u) u W(u)
Zr Zr

0.001 0.25 1.044 0.083 1 0.219 0.017


0.005 0.05 2.468 0.196 0.2 1.223 0.097
0.01 0.025 3.136 0.249 0.1 1.823 0.145
0.05 0.005 4.726 0.376 0.02 3.355 0.267
0.1 0.0025 5.417 0.431 0.01 4.038 0.322
0.5 0.0005 7.024 0.559 0.002 5.639 0.449
1 0.00025. 7.717 0.614 0.001 6.331 0.504
5 0.00005 9.326 0.742 0.0002 7.940 0.632
10 0.000025 10.019 0.797 0.0001 8.633 0.687

Segundo caso: cálculo de T y S

Desde que u y W(u) son funciones de T y S, las ecuaciones 5.15 y


5.16 no pueden resolverse directamente. Theis sugirió el método
gráfico que se describe a continuación.

Si la ecuación 5.15 se escribe como:

log Zr = log + log W(u ) (5.19)

y la 5.18 como:

log = log ^ - + log u (5.20)

0 4T
se puede ver que, desde que y y - y son constantes en un en-
- y»2
sayo determinado, la relación entre log Zr y log -p- debe ser si^
milar a la relación entre W(u) y u.

Así, si se plotea Zr contra r2/t y W(u)contra u en papel doble


logarítmico, las curvas resultantes serán de la misma forma pero
horizontal y verticalmente desfasadas por las constantes
Q v 4T
4TT y T •

Si cada curva se dibuja en una hoja separada, las curvas se pue­


den hacer coincidir colocando un gráfico sobre el otro y movién­
dolo horizontal y verticalmente (manteniendo los ejes coordena­
dos paralelos) hasta que las curvas coincidan. Enseguida se pue^
de seleccionar un punto común arbitrario, y leer las coordenadas
de este punto en los dos gráficos. Esto conduce a valores reía-
clonados de Zr , — , u y W(u), que se usan para calcular T y S
con las ecuaciones ,5.15 y 5.18, respectivamente.

89
Ejemplo 5.5

Hallar T y S en el siguiente ensayo de un acuífero confinado:

Q = 1,000 m 3/día
n = 100 m
r¿ = 200 m
t (días) 0.001 0.005 0.01 0.05 0.1 0.5 1 5 10
Zri (m) 0.083 0.196 0.249 0.376 0.431 0.559 0.614 0.742 0.797
Zr2 (m) 0.017 0.097 0.145 0.267 0.322 0.449 0.504 0.632 0.687

En primer lugar se confecciona la tabla 5.5

TABLA 5.5 CALCULOS DEL EJEMPLO 5.5

r = >) r = 200 (m)


O
o

t
(días) Zr (m) r2/t (m2/día) Zr (m) r2/t (m2/día)

0.001 0.083 107 0.017 4 x 107


0.005 0.196 2 x 106 • 0.097 8 x 106
0.01 0.249 106 0.145 4 x 106
0.05 0.376 2 x 105 0.267 8 x 105
0.1 0.431 105 0.322 4 x 105
0.5 0.559 2 x 104 0.449 8 x lO4
1 0.614 10*4 0.504 4 x 1014
co
r—!
O

5 0.742 2 0.632 8 x 103


X

10 0.797 103 0.687 4 x 103

En segundo lugar se dibujan las curvas W(u) versus u (no se in­


cluye aquí) usando la tabla 5.3 y Zr versus r2/t (figura 5.12).

Luego se coloca la curva Zr , r2/t encima de la curva W(u), u y


se mueve manteniendo paralelos los ejes coordenados hasta que am
bas curvas coincidan (figura 5.13). Se toma un punto común arb^
trario y se leen las coordenadas de este punto en ambos gráficos,
obteniéndose:
Zr = 0.167 m
r2/t = 3 x 1G6 m 2/día
W(u) = 2,1
u = 8 x 10"2

90
m e tro s

10'
en

10*
Zr

r2 / t en m 2 /d fo

FIG. 5.12 CURVA Zr VERSUS r2/t DEL EJEMPLO 5.5

En la figura 5.13 sólo se muestra parte de la curva W(u), u. En


la práctica es mejor tenerla dibujada en su totalidad

r 2/ t en m 2 / d i ‘a

FIG. 5.13 SUPERPOSICION DE LAS DOS CURVAS, EN EL EJEMPLO 5.5

91
Reemplazando los valores de Zr , (W(u) en la ecuación 5.15 se ob­
tiene T = 1,000 m 2/día. Reemplazando los valores de u, r2/t, T
en la ecuación 5.18 se obtiene S = 0.0001.

Nótese que los dos ejemplos 5.4 y 5 5 se refieren al mismo ensa­


yo, a fin de comprobar resultados. En el ejemplo 5.4 se conocen
T, S y se determinan los abatimientos. En el ejemplo 5.5 se
usan esos abatimientos para encontrar T, S. En la práctica, los
abatimientos se miden en el terreno, en los pozos de observación.

Acuíferos no confinados

La solución de la ecuación 5.14 para acuíferos no confinados se


dificulta porque T cambia con t y r, conforme baja la superficie
freática durante el bombeo. También puede suceder que sean sig­
nificativas las componentes verticales del flujo, invalidando las
hipótesis de flujo unidimensional y uniforme. Para abatimientos
pequeños, sin embargo, la solución de Theis y su método gráfico
pueden seguir utilizándose para acuíferos no confinados.

Asuntos Conexos

5.6.1 Efectos de Contorno

En el estudio del flujo en pozos se ha supuesto un cono simétri­


co de depresión, lo cual implica un acuífero homogéneo de exten­
sión teóricamente infinita. No obstante que este tipo de acuífe
ro ideal no se presenta en la práctica, la suposición es general^
mente satisfecha con suficiente precisión.

Cuando varios conos de depresión se encuentran próximos entre sí


pueden superponerse (figura 5.14). En el punto donde se superpo
nen el abatimiento re ’ es la suma de los abatimientos individua^
les. Este es el más simple de los problemas de contorno.

FIG. 5.14 SUPERPOSICION DE CURVAS DE ABATIMIENTO


Otros problemas típicos de contorno ocurren por la presencia, en
las vecindades,de ríos, fallas geológicas y similares. Los pro­
blemas de contorno, en general, se tratan de modo conveniente
con la teoría de las imágenes desarrollada por Lord Kelvin. Es­
ta teoría no es tratada aquí porque escapa a los alcances del
texto.

5.6.2 Intrusión Marina

Así como el agua dulce del subsuelo avanza hacia el mar, el agua
salada del mar tiende a hacerlo en sentido contrario. De este
modo tiene lugar un equilibrio natural a lo largo de la línea
costera. Para determinar la forma de la interfase (figura 5.15)
pueden aplicarse las condiciones de equilibrio hidrostático.

FIG. 5.15 INTRUSION DE AGUA DEL MAR

Para 1 m de agua dulce por encima del nivel del mar, la ecuación
de equilibrio hidrostático se escribe:

yi hi = y2 h2
1.00 (1 + y) = 1.025 y
1 + y = 1.025 y
y = 40 m

No obstante que la verdadera forma de la interfase está goberna­


da por el equilibrio hidrodinámico de las aguas dulce y salada,
la relación 1/40 se aplica como regla general sin mayor error.

Sidebido al bombeo baja el nivel freático, elequilibrio se al­


tera y un cono invertido de agua saladasube por debajodel pozo
(figura 5.16).

Este hecho limita grandemente el ritmo de bombeo de los pozos


ubicados a lo largo de la línea costera. Como medida preventi­
va, en algunos países se usan colectores horizontales y pozos ra^
diales que operan con abatimientos pequeños.

93
FIG. 5.16 CONO INVERTIDO

Por otro lado, la sobreexplotación del agua subterránea puede re


ducir el gradiente hacia el mar y permitir que el agua salada
subterránea avance hacia tierra. Un problema similar se presen­
ta en las áreas interiores, donde las aguas salinas pueden haber^
se formado por la disolución de las sales de las rocas adyacen­
tes; si tal es la condición debe limitarse el bombeo a volúmenes
que no permitan la intrusión del agua mineralizada.

5.6.3 Potencial de un Acuífero

El bombeo excesivo de un pozo puede conducir a un abatimiento ex^


cesivo y un aumento en el costo de bombeo. La sobreexplotación
en las áreas costeras puede llevar a una contaminación del pozo
por aguas salinas; igual cosa ocurre en el interior, donde las
aguas salinas pueden provenir de la disolución de sales de rocas
adyacentes. Otra consecuencia de una sobreexplotación, en condi^
ciones aparentemente normales, es la disminución de la descarga
del acuífero aguas abajo de los pozos de bombeo.

El concepto de producción firme o rendimiento seguro, viene sien^


do utilizado desde hace mucho tiempo para expresar la cantidad
de agua del subsuelo que puede extraerse sin perjudicar el acuí­
fero como fuente alimentadoras aguas abajo, causar contaminación
o crear problemas económicos por aumento de la altura de bombeo.
Realmente el rendimiento seguro no puede definirse en términos
generales y francamente útiles porque cada acuífero exige una so
lución particular.

Ecuación de balance

Sr + (P - Qs - E) + Qg - R = S2 (5.21)

S ... almacenamiento
P precipitación en el área tributaria del acuífero
Qs ... escorrentía en la misma área

94
E ... evapotranspiración para la misma área
Qg ... agua subterránea neta hacia el acuífero
R ... rendimiento seguro

Todos los términos pueden referirse a valores medios anuales.

5.6.4 Recarga Artificial

En condiciones favorables un acuífero funciona como un embalse


subterráneo y puede ser una alternativa de menor costo en compa­
ración con un embalse superficial. Entre sus ventajas pueden
mencionarse: eliminación de las pérdidas por evaporación, pro­
tección contra la contaminación y sistema de distribución de ba­
jo costo. Esta es la razón por la cual se trata de mejorar arti_
ficialmente el rendimiento de los acuíferos. Los métodos emplea
dos para la recarga artificial vienen controlados por la geolo­
gía del área y por consideraciones económicas. Algunos de los
métodos utilizados son:

1. Almacenamiento de aguas de avenidas en embalses construidos


en suelos permeables que permiten la fácil infiltración del
agua.
. 2. Almacenamiento provisional de aguas de avenidas, para devol­
verlas luego a los ríos a ritmos similares a las tasas de in
filtración a través de los cauces
3. Derivación del agua de los ríos hacia áreas de inundación en
suelos altamente permeables.
4. Bombeo de agua dentro del acuífero por medio de pozos de re­
carga. A veces se emplean los mismos pozos de extracción,
en épocas en que no se necesita agua en la superficie.
5. Construcción de pozos radiales junto a un río o lago, para
inducir la percolación a partir de dichas fuentes.

5.6.5 Compresibilidad

Los acuíferos confinados presentan alta compresibilidad. El bom


beo provoca un alivio en la presión interior y su resultado pue­
de ser una compresión del acuífero acompañada de un hundimiento
de la superficie del terreno, a veces considerable.

5.6.6 Factor Tiempo

Las aguas subterráneas se mueven a velocidades muy bajas y esto


hace que el tiempo en algunos fenómenos alcance valores conside­
rables. Para que la sobreexplotación de pozos en zonas costeras,
por ejemplo, traiga consigo la intrusión salina puede pasar al­
gún tiempo, debido a la lentitud con que avanza el agua de mar
subterránea. El aumento del nivel de agua en el área de recarga
de un acuífero puede tardar algunos años en transmitirse a tra­
vés de la formación. Por esta razón, es indispensable asociar a
los diferentes fenómenos que se presentan con el agua subterrá­
nea la importancia del factor tiempo.

95
5.7 Problemas

Problema 5.1

En la estación A, la elevación del nivel de agua es de 642 pies sobre


el nivel del mar. En la estación B, el nivel es de 629 pies. Las esta
ciones están a una distancia de 1,100 pies. La permeabilidad del acuí~
fero es de 300 unidades meinzer y la porosidad es de 14%. ¿Cuál es la
velocidad real del flujo en el acuífero?.

Problema 5.2

Suponga que hay dos canales, a diferentes niveles, separados por una
franja de terreno de 1,000 m de ancho, como indica la figura 5.17. La
permeabilidad es de 12 m/día. Un canal está a 2 m por encima del otro
y la profundidad del acuífero es de 20 m debajo del canal inferior has­
ta el estrato impermeable. Encontrar el caudal que entra o sale de ca­
da canal por metro de longitud. Considerar una precipitación anual de
1.20 ra y asumir una infiltración del 60%.

I I I I I I I I I

FIG. 5.17 DATOS DEL PROBLEMA 5.2

Problema 5.3

Un pozo de 12 pulgadas de diámetro penetra 80 pies por debajo de la ta­


bla de agua estática. Después de 24 horas de bombeo a 1,100 gal/min,
el nivel freático en un pozo de observación a una distancia de 320 pies
desciende 1.77 pies, y en otro pozo a 110 pies de distancia desciende
3.65 pies. ¿Cuál es la transmisividad del acuífero?.

Problema 5.4

El registro de abatimiento versus tiempo para un pozo de observación a

96
296 pies de un pozo de bombeo (500 gal/min) se tabula abajo. Encontrar
la transmisividad y la constante de almacenamiento del acuífero. Uti1i_
zar el método de Theis.

Tiempo Abatimiento Tiempo Abatimiento


.00 (pies) 00 . (pies)

1.9 0.28 9.8 1.09


2.1 0.30 12.2 1.25
2.4 0.37 14.7 1.40
2.9 0.42 16.3 1.50
3.7 0.50 18.4 1.60
4.9 0.61 21.0 1.70
7.3 0.82 24.4 1.80

97
viene de la página 72

F. PERIODO DE EMPIRISMO (1,900 - 1,930)

Aunque mucho de la modernizaciónde la hidrología se ha­


bía iniciado en elsiglo XIX, el desarrollo de la hidro­
logía cuantitativa era todavía inmaduro. La ciencia de
la hidrología era por mucho empírica, desde que las ba­
ses físicas para la mayoría de las determinaciones hidro
lógicas cuantitativas no eran bien conocidas ni habían
muchos programas de investigación para obtener informa­
ción cuantitativa para uso de hidrólogos e ingenieros en
la solución de problemas prácticos. Durante la última
parte del siglo XIX y los 30 años siguientes másomenos,
el empirismo en la hidrología sehizo más evidente; por
ejemplo, cientos de fórmulas empíricas fueron propuestas
y la selección de sus coeficientes y parámetros tenían
que depender principalmente del juicio y la experiencia.

Como las aproximaciones empíricas a la solución de pro­


blemas hidrológicos fueron pronto consideradas insatis­
factorias, muchas agencias gubernamentales impulsaron
sus esfuerzos en las investigaciones hidrológicas, y mu­
chas sociedades técnicas fueron organizadas para el avan
ce de la ciencia de la hidrología. .

Las principales agencias del gobierno fundadas en los


Estados Unidos durante este período que están interesa­
das en la hidrología como parte de sus funciones inclu­
yen el Bureau of Reclamation, el Forest Service, el U.S.
Army Engineers Waterways Experimental Station, y otras.

sigue en la página 114

98
CAPITULO 6 EL CAUDAL

6.1 La Curva de Descarga

Para llegar a conocer los recursos hidráulicos de una cuenca es necesa­


rio averiguar el caudal, diariamente, a la misma hora, y durante el ma­
yor número posible de años. Así es como se llega a conocer el régimen
de los ríos. Todos los países cuidan de organizar este servicio, esta­
bleciendo estaciones de aforo y publicando los resultados. En el Perú
esta labor la realiza principalmente Senamhi .

Los términos caudal, gasto y descarga son sinónimos. Aforar significa


medir caudales. El principal método para aforar corrientes naturales
es el del correntómetro, el cual es descrito en el apartado siguiente.

Después de seleccionar adecuadamente la sección del río, se establece


la sección de aforo y se procede a medir diariamente el caudal; también
se mide el nivel. Luego de un tiempo es posible dibujar la curva de
descarga del río en el lugar de la estación. Es una curva de caudales
versus niveles o alturas de agua. Se usa en proyectos.

Los niveles se miden con limnímetros o limnígrafos instalados a un cos­


tado de la estación de aforo.

Dibujada la curva de descarga pueden suspenderse los aforos directos,


pues bastará entonces con medir el nivel para conocer el caudal. Se re^
comienda revisar periódicamente la curva de descarga con mediciones di­
rectas de caudal.

6.2 Medición de Caudales

De los varios métodos disponibles para aforar corrientes naturales el


principal es con correntómetro. De estos aparatos hay dos tipos, de hé
1ice y de rueda de copas. Instalar el correntómetro significa ubicar
la hélice en el punto (P) donde se va a medir la velocidad del agua. To
mar lectura significa anotar el número de revoluciones (R) de la hélice
en el tiempo arbitrario (t) en segundos. El fabricante proporciona pa­
ra cada hélice la fórmula de calibración.

99
v = a n + b

v ... velocidad en el punto


- R
n ... número de revolucionespor segundo = j-
a,b ... constantes de calibración.

Para iniciar un aforo es necesario dividir la sección transversal (área


mojada) en franjas, como indica la figura 6.2, usando verticales.

FIG. 6.2 DIVISION DE LA SECCION EN FRANJAS

El área de cada franja se asimila a un rectángulo de igual ancho y de


altura igual al promedio de las alturas de las 3 verticales que definen
la franja.

La idea es medir el caudal en cada franja (a Q) y luego obtener el cau­


dal total por sumatoria (Q = e A Q ) .

El caudal en una franja es igual a la velocidad media en la franja mul­


tiplicada por el área. Se toma como velocidad media en la franja la ve
locidad media en la vertical. Y esta última se define en función de la
velocidad puntual medida con el correntómetro, según el siguiente argu­
mento (figura 6.3).

FIG. 6.3 DIAGRAMA DE VELOCIDADES

100
En la vertical 1-1 el diagrama de velocidades es una curva logarítmica,
con velocidad máxima más o menos a un quinto del tirante a partir de la
superficie. La velocidad media es tal que el área del rectángulo
1-5-6-1' es igual al área real 1-2-3-4-11. Como reglas prácticas para
obtener la velocidad media en la vertical (vm ) se usan las siguientes
(figura C.4).

vm = 0.85 vs

vm ~ vo.6
v0.2 + v0.8
vm = "

i v.
vm = " Ñ ~

FIG. 6.4 VELOCIDADES TIPICAS

Descripción del correntómetro (figura 6.5)

FIG. 6.5 CORRENTOMETRO p o n t if ic ia o n i v r b s i o a n


C a T O L IC a MCI. p e b u
101 BI 8 L!O ' £ c A
ÍNG£n(£R|a
Según la magnitud de la corriente se hace trabajar el correntómetro sus^
pendido de un cable o sujeto a una barra que se hinca en el lecho. La
figura 6.5 corresponde a la primera modalidad.

El cable es para mantener el aparato suspendido desde un puente o una


oroya. El lastre es para impedir que sea sacado de posición por la
fuerza de la corriente. En el eje de la hélice hay una serie de finos
engranajes para poder contar el número de revoluciones. La pequeña c£
mara de contacto hace el cambio de 10 revoluciones a una señal luminosa
y otra auditiva. De esta manera lo único que hace el operario es con­
tar el número de señales en un tiempo arbitrario, a fin de obtener n
(número de revoluciones por segundo) en cada puesta en estación del ap£
rato.

Las corrientes moderadas son vadeables. En ese caso se usa la barra,


debiendo el operario hacerse a un lado a fin de no interrumpir la co­
rriente que va a ser registrada.

Ejemplo 6.1 (tabla 6.1)

TABLA 6.1 REGISTRO DE AFORO CON CORRENTOMETRO

SONDA CORRENTOMETRO VELOCIDAD SECCION

Prof. de Caudal
PUNTO Dist.
observación En el En la Prof. Área AQ
al Prof. R t Ancho
punto vertic. media Aa
origen método m

1 0.30 0.12 orilla agua m<irge i de recha


2 0.65 0.43 0.2 0.09 10 67 0.109
0.8 0.34 5 50 0.077 0.093 0.70 0.407 0.285 0.027
3 1.00 0.67
4 1.40 0.80 85* 0 35 60 0.398 0.338 0.80 0.807 0.646 0.218
5 1.80 0.95
6 2.20 1.08 0.6 0.65 20 40 0.339 0.339 0.80 1.063 0.850 0.288
7 2.60 1.16 .
8 3.00 1.15 0 25 48 0.360
0.25 30 53 0.387
0.45 25 46 0.376
0.65 25 51 0.340 0.332 0.80 1.15 0.920 0.305
0.85 20 47 0.294
1.05 20 59 0.234
9 3.40 1.14
10 3.80 0.93 0.6 0.56 15 42 0.251 0.251 0.80 0.817 0.654 0.164
11 4.20 0.38
12 4.45 0.65 0.6 0.39 10 44 0.160 0.160 0.50 0.417 0.203 0.032
13 4.70 0.22 orilla agua míargén iz quierda
I
A = i a A = 3.558 ra2
Q = xA Q = 1.034 ra3/seg

V = ^ = 0.29 m/seg

102
Unidades

La unidad básica de flujo es el m 3/seg. El volumen de flujo se puede


expresar en m 3, pero como esto lleva a números demasiado grandes se
acostumbra expresar en miles de m 3 (m MC) o en millones de m 3 (MMC).
Los caudales pueden expresarse también en m 3/seg/km2 , para comparar ca­
sos dé flujo en ríos con áreas tributarias diferentes, y son iguales al
caudal en m 3/seg dividido entre el área de drenaje en km2 .

El mm es la cantidad de agua necesaria para cubrir el área de drenaje


con una profundidad de un milímetro; es una Unidad de volumen bastante
útil para comparar caudales con la precipitación que ha sido la causa.

Caudales medios

En época de caudales estables sólo es necesario determinar el caudal


(m3/seg) una vez al día, siempre a la misma hora. Ese valor es conside
rado el caudal medio diario. En época de variación de caudales es nece
sario determinar el caudal dos o tres veces al día a fin de obtener el
caudal medio diario. Ahora, el promedio mensual de las descargas me­
dias diarias proporciona la descarga media mensual y el promedio de és­
tas la descarga media anual.

Hidrogramas

Reciben el nombre de hidrogramas los gráficos Q-t, en general. Un hi-


drograma de creciente es el hidrograma que corresponde a una crecida
aislada del río por efecto de una tormenta importante en la cuenca co­
lectora (figura 6.6).

FIG. 6.6 HIDROGRAMA DE CRECIENTE

En cuanto a las unidades, éstas dependen del tamaño de la cuenca, pu-


diendo emplearse m 3/seg y minutos u horas para las hoyas más pequeñas,
hasta miles de m 3/seg y horas o días para las hoyas más grandes.

Régimen de los ríos

El régimen de un río se refiere a la forma como se distribuyen los cau­


dales medios mensuales a lo largo del año. Puede considerarse el año
calendario o el año hidrológico. La figura 6.7 muestra el régimen gene
ral de los ríos del Perú de la vertiente del Pacífico. Se observa que
hay una época de estiaje o de caudales mínimos, otra de caudales inter­
medios y una tercera de caudales máximos.

103
Q

aguas

aguds sdias

aguas imas

E F M A M J J A S O N O

FIG. 6.7 REGIMEN DE LOS RIOS PERUANOS DEL PACIFICO

6.3 Curva de Descarga de Corrientes sin Aforar

El método para dibujar la curva de descarga de una corriente sin aforar


se basa en la aplicación de la fórmula de Manning para determinar la ca_
pacidad de conducción del cauce.

Para aplicar el método se requieren los siguientes trabajos de campo:


- selección de la sección de interés;
- levantamiento de la sección transversal;
- determinación de la pendiente media del fondo del cauce;
- elección de un valor del coeficiente de rugosidad n, de la tabla
7.7

Cuando por razones económicas no es posible tomar medidas detalladas en


el campo, la construcción de la curva puede hacerse a partir de un pla­
no a curvas de nivel, tal como se indica a continuación mediante un
ejemplo.

Ejemplo 6.2

Primero se localizó en el plano la sección que va a constituir la sec­


ción de aforo, como se muestra en (A) de la figura 6.8. Luego se obtu­
vo la sección transversal mostrada en (B) tomando a escala las distan­
cias entre las curvas de nivel. La pendiente media de la corriente se
obtuvo de medidas tomadas a escala del plano a curvas de nivel. Se eli
gió un valor n = 0.030, basándose en diferentes descripciones y observéT
ciones en el campo. Los cálculos se ejecutaron como se muestra en 1sT
tabla 6,2.

104
TABLA 6.2 n = 0.030 S = 0.00395

Cota aA A AP P R Q

26.2 0 0
95.0 50.58
30 95.0 50.58 1.88 450.5
305.0 24.57
35 400.0 75.15 5.33 3,799.6
377.5 12.46
40 777.5 87.61 8.87 10,371.6
410.0 11,66
45 1,187.5 99.27 11.96 19,333.8
442.5 12.46
50 1,630.0 111.73 14.59 30,298.5

(B )

FIG. 6.8 DATOS DEL EJEMPLO 6.2

105
8AST0 EN M IL E S OE P IE S CtlBIC O S POR SE6.

FIG. 6.9 CURVA DE DESCARGA DEL EJEMPLO 6.2

6.4 Análisis de la Información Hidrométrica

Al igual que los registros pluviométricos (apartado 2.3.2), los regis­


tros de caudales deben ser analizados en su consistencia antes de utili_
zarlos en cualquier estudio. Las inconsistencias pueden deberse a uno
o más de los siguientes fenómenos: cambio en el método de recolección
de la información, cambio en la ubicación de la sección de aforo, cam­
bio en el almacenamiento superficial, cambio en el uso del agua en la
cuenca.

Estas inconsistencias pueden detectarse mediante curvas doble másicas,


en forma similar al caso de precipitaciones. En esta ocasión, para
construir el patrón se convierten los caudales en magnitudes que sean
comparables (gastos por unidad de área, escorrentía en mm o en porcenU
je del gasto medio). Se supone que el patrón, al estar formado por va­
rias estaciones, es confiable, es decir que no está afectado por posi­
bles inconsistencias en alguna de las estaciones que lo forman, y por
lo tanto cualquier quiebre en una curva doble másica se deberá a la es­
tación en estudio.

Lo primero que se recomienda hacer cuando se detecta un quiebre es de­


terminar si el quiebre es significativo o no. En la referencia 7 se
consigna un método expeditivo para evaluar el nivel de significancia de
un quiebre en una curv.a doble másica.

La curva doble másica no debe utilizarse para corregir datos de cauda­


les. La corrección o ajuste debe hacerse analizando las posibles cau­
sas de la inconsistencia. Si el quiebre se debe a datos traducidos con
una curva de descarga mal calculada, una retraducción de la información
puede eliminar el quiebre. Si la inconsistencia se debe a extracciones
hacia otras cuencas, aguas arriba de la sección en estudio, el agregar
los caudales extraídos puede solucionar el problema. Si una inconsis­
tencia bastante significativa se debe a cambios considerables en el uso

106
de la tierra, se recomienda utilizar solamente los registros que repre­
sentan las condiciones actuales y extenderlos en base a correlaciones.

6.5 La Curva de Duración

La curva de duración, llamada también curva de persistencia, es: una cur


va que indica el porcentaje del tiempo durante el cual los caudales han
sido igualados o excedidos. Para dibujarla, los gastos medios diarios,
semanales o mensuales, se ordenan de acuerdo a su magnitud y luego se
calcula el porcentaje de tiempo durante el cual ellos fueron igualados
o excedidos (figura 6.10). Así el caudal de persistencia 75% es el cau^
dal que es igualado o excedido el 75% del tiempo, por ejemplo, 9 de los
12 meses del año. z7

Las curvas de duración'permiten estudiar las características de escurri_


miento de los ríos. Su principal defecto como herramienta de diseño es
que no presenta el escurrimiento en secuencia natural; no es posible de
cir si los caudales más bajos escurrieron en períodos consecutivos o
fueron distribuidos a lo largo del registro. Las curvas de • duración
son más útiles para estudios preliminares y para comparaciones entre c<d
rri entes.

La figura 6.11 compara las curvas de duración de dos corrientes, P y R.


El río P tiene características mucho más estables de escurrimiento; el
río R no permite ninguna derivación permanente, en cambio el río P pue­
de proporcionar como mínimo 10 m 3/seg para derivación directa. Para am
bas corrientes sería necesario el almacenamiento para satisfacer una de
manda de por ejemplo 15 m 3/seg, pero el volumen exigido por P (ABC) e?
mucho menor que para R (EBD). Por último, el río R produce un escurri­
miento mucho más considerable que «1 P y con almacenamiento adecuado
proporcionará un rendimiento mucho más alto. Sin embargo, las exigen­
cias exactas de almacenamiento dependen de la secuencia efectiva del
escurrimiento y no puede estimarse con precisión con las curvas de dura_
ción. Para eso se usa la curva masa, que es descrita en el apartado si
guiente. ~

107
FIG. 6.11 COMPARACION DE DOS CORRIENTES

Construcción

El método de construcción de la curva de duración que se va a describir


es el método del año calendario. Se ordenan los caudales medios mensua^
les para cada año en forma decreciente y se les asigna un número de or­
den. Luego se promedian los caudales para un mismo número de orden.
Por último se gráfica: caudales en ordenadas y número de orden o probc[
bilidad de excedencia en abscisas.

N- de
orden 1 2 3 . . . .. 10 11 12
lo

1972 4.2 3.9 3.6 0.3 0.1


1973 13.8 13.7 13.3 0.2 0.1
1974 4.5 4.1 3.8 0.4 0.2
1975 12.8 10.6 9.9 0.5 0.3

1987
1988

Promedio 15.7 12.2 11.6 0.4 0.2

% 8.3 16.7 91.7 100.0

108
6.6 La Curva Masa

La curva masa, llamada también curva de volúmenes acumulados, es una


curva que se utiliza en el estudio de regularización de los ríos por nre
dio de embalses. Proporciona el volumen acumulado que ha escurrido en
una estación en función del tiempo, a partir de un origen arbitrario.
Es por ello una curva siempre creciente, que contiene a lo más pequeños
tramos horizontal.es o casi horizontales correspondientes a los meses se
eos.

Supondremos, para los efectos de explicación, que se ha dibujado la cu£


va masa para los tres años de mayor irregularidad dentro del tiempo de
registros del río (figura 6.12). La idea es estar prevenidos en caso
se presente más adelante un período crítico como éste.

Dibujada la curva se puede conocer:


a) El volumen discurrido desde el inicio del período hasta una fecha
dada.
b) El volumen discurrido entre dos fechas..
c) Elcaudal medio correspondiente a un intervalo t2 - t2 ,que viene a
ser proporcional a la pendiente de la recta que une los puntos de
curva de abscisas t2 , t i .
d) El caudal en una fecha, que viene a ser proporcional a la pendiente
de la recta tangente a la curva en el punto correspondiente.

109
e) El caudal medio correspondiente a todo el período (tangente trígono
métrica de la recta AB).

Nos proponemos ahora analizar la curva masa a fin de determinar la capa^


cidad que debe tener un embalse destinado á obtener un caudal regulado
igual al caudal medio de todo el período.

Entre A y Q el caudal natural es mayor que el caudal regulado: hay un


volumen disponible QR que se puede almacenar. Entre Q y P la relación
se invierte, el caudal natural es ahora menor que el regulado: tiene
que hacerse uso del volumen QR almacenado. Un primer resumen entonces
es que entre A y P se puede atender el caudal solicitado almacenando QR
con agua del propio río.

Entre P y B, un análisis similar conduce a ver que para satisfacer el


caudal solicitado hay necesidad de almacenar previamente un volumen ST
y que esto hay que hacerlo antes que empiece a funcionar el embalse.
Trazando por T una paralela a AB tendremos entonces:

QU ... capacidad mínima del embalse


AC ... volumen que hay que tener almacenado antes que empiece el
período
QR ... volumen que hay que almacenar durante el período
En Q ... colmada la capacidaddel reservorio
En T ... reservorio vacío

El estudio efectuado se refiere al aprovechamiento máximo de las aguas


del río, es decir a una regulación óptima. También se puede pensar en
regular el río a un caudal menor que el caudal medio del período. La
determinación del volumen que debe tener el embalse se hace mediante un
análisis similar, pero ya no para la recta AB sino para una recta cuya
pendiente corresponda al gasto por regular. Tal cosa seha efectuado
en la figura 6.13, donde se obtiene que para regular uncaudal dado por
la inclinación de la recta r se necesita un embalse de capacidad EF.
Las líneas de demanda se trazan tangentes a la curva masa en los puntos
más altos (M, N).

FIG. 6.13 CAPACIDAD DE EMBALSE

no
La curva masa también puede utilizarse para determinar el valor del cau^
dal regulado que puede esperarse con una determinada capacidad del vaso
(figura 6,14). En este caso las tangentes se trazan, siempre en los
puntos altos de la curva masa (M, N) pero en una forma tal que su des­
viación máxima de la curva no exceda a la capacidad especificada del va^
so (EF). La inclinación de la línea de demanda más plana es el caudal
regulado.

FIG. 6.14 CAUDAL REGULADO

6.7 Problemas

Problema 6.1
Calcule el caudal con la información dada en la tabla de abajo. Suponga
que la calibración del medidor es de la forma v = a + bn, con a = 0.1 y
b = 2.2 para v en pie/seg.

Distancia Profundidad
desde la Profundidad del corren­ Revolu­ T iempo
ori11 a (pies) tómetro ciones (seg)
(pies) (pies)

2 . 1 0.6 10 50
4 3.5 2.8 22 55
0.7 35 52
6 5.2 4.2 28 53
1.0 40 58
9 6.3 5.0 32 58
1.3 45 60
11 4.4 3.5 28 45
0.9 33 46
13 2.2 1.3 22 50
15 0.8 0.5 12 49
17 0

ni
Problema 6.2

A continuación se presentan las descargas medias diarias en metros cúbi^


eos por segundo en una estación de medición para un periodo de 5 días.
¿Cuál es el caudal medio para el período en metros cúbicos por segundo?
¿Cuál es el volumen total durante el período en metros cúbicos?. Si el
área tributaria es de 100,000 km2 , ¿cuál es la lámina de escorrentía
equivalente en mm?

Día 1 2 3 4 5

Caudal, m 3/seg 700 4800 3100 2020 1310

Problema 6.3

Dibujar la curva de duración para los datos ce la tabla de abajo. Las


cifras son caudales medios mensuales en m 3/seg.

Año 1 Año 2 Año 3

Enero 110 180 193


Febrero 102 118 109
Marzo 97 88 99
Abri 1 84 79 91
Mayo 70 56 82
Junio 62 52 74
Julio 45 47 68
Agosto 67 . 35 43
Setiembre 82 60 30
Octubre 134 75 48
Noviembre 205 98 49
Diciembre 142 .127 63

Si se va a instalar una central hidroeléctrica en el sitio donde se han


medido los caudales de la tabla, ¿cuál sería una primera estimación ra­
zonable del caudal de diseño y del volumen anual turbinado?. ¿Cuál es
el valor del caudal medio mensual con un período de retorno de 10 años?

Problema 6.4

La figura representa un hidrograma simplificado.


Calcular y dibujar la curva masa.

112
Problema 6.5

Una corriente proporciona los siguientes volúmenes en un período de 80


días en el lugar de un posible reservorio. a) Dibujar la curva masa,
b) Determinar l,os caudales medio, máximo y mínimo, c) ¿Qué capacidad
de reservorio se necesita para asegurar un caudal regulado igual al cau
da! medio del período si el reservorio arranca el período estando lle­
no?. d) ¿Qué cantidad de agua se perdería en este caso por el alivia­
dero de demasías del embalse?.

Volumen Volumen Volumen


Día Día Día
x 106 m 3 x 106 m 3 x 106 m 3

0 0 . 28 0.7 56 0.6
2 2.0 30 0.8 58 1.2
4 3.2 32 0.8 60 1.4
6 2.3 34 0.7 62 1.8
8 2.1 36 0.7 64 2.0
10 1.8 38 0.5 66 2.3
12 2.2 40 0.4 68 3.2
14 0.9 42 0.7 70 3.4
16 0.5 44 0.8 72 ' 3.5
18 0.3 46 0.4 74 3.7
20 0.7 48 0.3 76 2.8
22 0.7 50 0.2 78 2.4
24 0.6 52 0.2 80 2.0
26 1.2 54 0.4

113
viene de la página 98

G. PERIODO DE RACIONALIZACION (1,930 - 1,950)

Durante este periodo emergieron grandes hidrólogos que


usaron el análisis racional en vez del empirismo para r£
solver problemas hidrológicos. En 1932, Sherman hizo un
significativo avance en el pensamiento hidrológico al de^
mostrar el uso del hidrograma unitario para trasladar el
exceso de lluvia en hidrograma de escorrentía. En 1933,
Horton inició la aproximación más exitosa hasta hoy día
en el problema de determinar el exceso de lluvia sobre
la base de la teoría de la infiltración. En 1935, Theis
introdujo la teoría del no equilibrio que revolucionó el
concepto de la hidráulica de pozos. En 1941, Gumbel pro^
puso el uso de la distribución de valores extremos para
el análisis de frecuencia de datos hidrológicos; él y
otros muchos revi tal izaron el uso de la estadística en
hidrología iniciado por Hazen.

Un notable desarrollo en este período fue el estableci­


miento de muchos laboratorios hidráulicos e hidrológicos
en todo el mundo. En los Estados Unidos, se organizaron
más agencias y se reorganizaron otras o sólo se cambia­
ron nombres a fin de reforzar sus actividades relativas
a estudios del agua.

sigue en la página 200

114
CAPITULO 7 RELACIONES PRECIPITACION-ESCORRENTIA

7.1 Introducción

En el apartado 4.1 se describió cómo el agua de un río, en general, pue^


de estar formada de dos partes: una parte de escorrentía directa y otra
parte de agua subterránea. Si bien ambas provienen de las lluvias, só­
lo la primera obedece a las precipitaciones recientes.

El poder inferir el caudal proveniente de una precipitación tiene múlti_


pies aplicaciones. Por ejemplo, permite obtener los caudales en un río
sin estaciones hidrométricas; o extender los registros cortos de cauda­
les a fin de someterlos a análisis estadísticos.

Por estas y otras razones, un problema clásico en Hidrología está cons­


tituido por la obtención de la escorrentía directa que corresponde a
una determinada lluvia, en un lugar específico. El primer método es a
través del coeficiente de escorrentía C (apartado 4.1). El segundo mé­
todo es mediante la separación en el histograma usando la curva de in­
filtración (apartado 4.2). El tercer método consiste en el empleo de
los índices de infiltración, de los cuales el índice <j> es el más conocj_
do (apartado 4.6). Existen todavía otros métodos, como el que usa los
datos de suelos y cubierta vegetal, el método racional y los métodos de
simulación por computadora; de estos serán descritos en los apartados
que siguen los dos primeros (7.2 y 7.3). El último escapa a los alcan­
ces del texto. Se hace notar que todos los métodos reseñados son para
el cálculo de la escorrentía por tormenta individual; en la práctica se
requiere también el cálculo para períodos largos de tiempo (mensual o
anual), lo cual es descrito en el apartado 7.4.

Características de la cuenca y sus efectos

Resulta apropiado describir ahora cómo varias propiedades de la cuenca


afectan la tasa y cantidad de la escorrentía.

Pendiente.- A mayor pendiente de la cuenca mayor rapidez en el viaje


de la escorrentía, de modo que los caudales pico son mayores. La infil_
tración tiende a ser menor. Algunas veces se conviene definir como peji
diente de la cuenca la pendiente del curso principal pero medida entre
dos puntos estándar, por ejemplo a 10% y 85% del punto'de desagüe de la
cuenca.

Orientación.- La orientación de la cuenca es importante con respecto a


la meteorología del área en que ella se encuentra. Si los vientos domi
nantes tienen un patrón estacional definido el hidrograma de escorren^
tía dependerá en algún grado de la orientación de la cuenca. Aquí jue­
ga papel importante el conocimiento que tenga el hidrólogo de la región
en estudio.

Forma.- El efecto de la forma puede demostrarse mejor considerando los

115
hidrogramas de descarga de tres cuencas de diferente forma e igual área
sometidas a una lluvia de igual intensidad (figura 7.1). Si cada cuen­
ca se divide en segmentos concéntricos, que se puede asumir tengan to­
dos los puntos a la misma distancia del punto de salida de la cuenca,
se puede ver que la forma A requerirá 10 unidades de tiempo antes que
todos los puntos de la cuenca estén contribuyendo a la descarga. Simi­
larmente B requerirá 5 y C 8 1/2. Los hidrogramas de escorrentía resul_
tantes serán similares a los mostrados en la figura 7.1, cada uno marca^
do con la correspondiente letra minúscula. La forma B da una corriente
de ascenso más rápido que las forma C y A, y también de descenso más rá_
pido.

T iem po ( h o r a s )

FIG. 7.1 EFECTO DE LA FORMA DE LA CUENCA

Densidad de arroyos.- El esquema de los cursos de agua en la cuenca


puede tener un efecto marcado en la tasa de escorrentía. Una cuenca
bien drenada tendrá comparativamente hidrogramas más empinados que una
cuenca con muchas depresiones superficiales, charcas y' similares. Una
manera de cuantificar esta densidad de cursos de agua consiste en medir
las longitudes de cursos por unidad de área. Otra manera consiste en
expresarla mediante el número de uniones de cursos por unidad de área.

Lagos.- Los lagos, lagunas y reservorios actúan como almacenamientos su^


perficiales del agua y tienen el efecto de suavizar los hidrogramas de
escorrentía a la salida de las cuencas que los contienen.

Otros,- Aparte de los citados hay otros factores que afectan la tasa y
cantidad de la escorrentía, como el déficit de humedad del suelo, la al
titud (con su efecto sobre la temperatura y la presencia de nieve en irf

116
vierno), el uso de la tierra (ya sea área de bosques o tierras de cultj
vo), la proporción del desarrollo urbano, etc.

7.2 Usando los Datos de Suelos y Cubierta

El método que se describe aquí es el desarrollado por el U.S. Conserva-


tion Service y ha sido tomado de la referencia 6, con algunos cambios
para su adaptación al presente texto.

El método consiste en:


1£ Asignar a la cuenca una de las curvas de escorrentía (un número en
escala de 100 a cero), según los tipos de suelo y decubierta vege­
tal .
2- Hallar la lámina de escorrentía directa que es de esperar ocurra en
dicha cuenca, después de una lluvia intensa y prolongada P.

Grupos de suelos hidrológicos. Se utilizan cuatro grupos principales


de suelos, obtenidos según el aporte de escorrentía directa después de
haberse mojado e hinchado y sin la cubierta protectora de la vegetación.

Grupo A. (Con el potencial de escurrimiento mínimo). Incluye a las


arenas profundas con poco limo y arcilla; también a los loes muy permea^
bles.

Grupo B. La mayor parte de los suelos arenosos, menos profundos que


los del grupo A, y loes menos profundo o menos compacto que el del gri¿
po A, pero el grupo, en conjunto, tiene una infiltración media superior
después de:haberse mojado completamente.

Grupo C. Comprende los suelos poco profundos y los que contienen mucha
arcilla y coloides, aunque menos que el grupo D. El grupo tieneuna in^
filtración inferior a la promedio después de saturación.

Grupo D. (Con el potencial de escurrimiento mayor). El grupo incluye


la mayor parte de las arcillas que más aumentan de volumen al mojarse,
pero también incluye algunos de los suelos poco profundos con subhori-
zontes casi impermeables cerca de la superficie.

Clases de usos y tratamientos del suelo.* La evaluación de un uso o


tratamiento se hace con respecto a sus efectos hidrológicos. La idea
es que cuanto más un uso de la tierra o un tratamiento aumentan la re­
tención total, tanto más descenderá en la escala de producción de aveni^
das. Los usos o tratamientos principales son:

(1) Rotación de cultivos. Las buenas rotaciones contienen alfalfa u


otras legumbres que se siembran muy juntas, o pastos, para mejorar la
textura de la tierra y aumentan la infiltración. Las buenas rotaciones
entonces aumentan la infiltración y las malas la disminuyen.

(2) Cultivos en hileras rectas. En esta clase se incluyen los culti­


vos que siguen la, mayor pendiente y los transversales en hileras rectas.

(3) Cultivos por Tíneas de nivel. Los números que se dan en la Tabla
7.1 se obtuvieron usando datos de cuencas experimentales con taludes
de 3 a 8%.
117
(4) Terrazas. Los datos de la Tabla 7.1 corresponden a terrazas con
pendiente y con los extremos abiertos.

(5) Praderas naturales o pastizales. Las praderas malas tienen exceso


de pastoreo o tienen una cubierta vegetal en menos del 50% del área.
Las praderas regulares tienen una cubierta vegetal entre el 50% y el
75% del área. Las praderas buenas tienen más del 75% de cubierta vege­
tal y están sujetas a un pastoreo ligero.

(6) Lotes de bosque. Se consideran tres tipos. Lotes de bosque malos,


con pastoreo excesivo, que se queman regularmente, lo que destruye el
arrope, árboles pequeños y broza. Lotes de bosque regulares, con algo
de pastoreo pero que no se queman. Lotes de bosque buenos, protegidos
contra el pastoreo, de manera que el suelo está cubierto por arrope y
arbustos.

Combinaciones hidrológicas de suelo-vegetación

a) En la tabla 7.1 se combinan los grupos de suelos, el uso del suelo


y las clases de tratamiento, formando complejos hidrológicos suelo-vege
tación. Los números muestran en una escala de cero a 100, el valor re­
lativo de los complejos como productores de escorrentía directa (curvas
de escurrimiento). Cuanto más elevado es el número, mayor es el volu­
men de'escorrentía directa que puede esperarse de una tormenta. El sis^
tema de numeración se indica más adelante. Esta tabla se preparó en
parte usando datos de cuencias aforadas con suelo y vegetación conoci­
dos.

b) La tabla 7.2 muestra los números obtenidos por el U.S. Forest Ser­
vice en áreas de bosques y pastizales en el occidente de los Estados
Unidos.

c) Determinación del número de curva de una cuenca. La tabla 7.3 mues^


tra el proceso por el cual se obtiene un número representativo para una
cuenca natural con varios complejos suelo-vegetación.

d) Condición precedente. La cantidad de agua precipitada en un perío­


do de 5,a 30 días precediendo a una tormenta importante es llamada pre­
cipitación precedente, y las condiciones que se producen en la cuenca
con respecto al escurrimiento potencial son llamadas condiciones prece­
dentes. En general, cuanto mayor es la precipitación precedente, mayor
será el escurrimiento directo que "ocurre en una tormenta dada.

Debido a las dificultades para determinar las condiciones precedentes


producidas por la lluvia de los datos normalmente disponibles, las con­
diciones se reducen a los siguientes tres casos:

Condición I Esta es la condición que presentan los suelos de una


cuenca en la que los suelos están secos, pero no hasta
el punto de marchitamiento, y cuando se aran ó se culti­
van bien. Esta condición no se considera aplicable al
cálculo para determinar la avenida de proyecto que se
presenta en este texto.

Condición II El caso promedio para avenidas anuales, es decir, un pro


medio de las condiciones que han precedido a la ocurren­
cia de la avenida máxima anual en numerosas cuencas.

118
TABLA 7.1 NUMEROS DE LAS CURVAS DE ESCURRIMIENTO PARA LAS DIFERENTES
COMBINACIONES HIDROLOGICAS SUELO-VEGETACION

(Para las cuencas en condiciones II, e I = 0.2 S)


a

Grupo hidrológico
Condición
Uso del suelo Tratamiento del suelo
para la
y cubierta 6 método
infiltración
A B C D

Barbecho SR 77 86 91 94
Cultivos en hileras SR Mala 72 81 88 91
SR Buena 67 78 85 89
C Mala 70 79 84 88
C Buena 65 75 82 86
c y T Mala 66 74 80 82
c y T Buena 62 71 78 . 81
Granos pequeños SR Mala 65 76 84 88
SR Buena 63 75 83 87
c Mal a 63 74 82 85
c Buena 61 73 81 84
c y T Mala 61 72 79 82
c y T Buena 59 70 78 81
Legumbres tupidas SR Mal a 66 77 85 89
o rotación de SR Buena 58 72 81 85
pradera c Mala 64 75 83 85
c Buena 55 69 78 83
C y T Mala 63 73 80 83
c y T Buena 51 67 76 80
Pradera o pastizal Mala 68 79 86 89
Regular 49 69 79 84
Buena 39 61 74 80
c Mala 47 67 81 88
c Regular 25 59 75 83
c Buena 6 35 70 79
Pradera perra. 30 58 71 78
Bosques (lotes de Mala 45 66 77 83
bosque) Regular 36 60 73 79
Buena 25 55 70 77
Cascos ranchos 59 74 82 86
Caminos revest. 72 82 87 89
Pavimentos 74 84 90 92

SR = hileras rectas
C = por líneas de nivel
T = terrazas
CyT = terrazas a nivel

119
TABLA 7.2 NUMEROS DE LAS CURVAS DE ESCURRIMIENTO PARA LOS
COMPLEJOS SUELO-VEGETACION

A. BOSQUES COMERCIALES O NACIONALES


(Para condiciones II de las cuencas, e Ia = 0.2 S)

Grupo hidrológico del suelo


Clase de la condición
hidrológica
A B C D

I La peor 56 75 86 91
II Mala 46 68 78 84
III Media 36 60 70 76
IV Buena 26 52 62 69
V Me j or 15 44 54 61

B. AREAS DE BOSQUE Y PASTIZALES EN EL OESTE DE LOS ESTADOS UNIDOS


(Para cuencas de la condición III, e Ia = 0.2 S)

Grupos de suelos
Vegetación Condición
A B C D

Herbácea Mala 90 94 97
Regular - , 84 92 95
Buena - 77 86 93
Artemisia Mala _ 81 90 _
Regular - 66 83 -

Buena - 55 66 -

Roble-Tiemblo Mala _ 80 86
Regular - 60 73 -

Buena - 50 60 -
Junípero Mala - 87 93 ..

Regular - 73 85 -

Buena - 60 77 -

120
Condición III Que se presenta cuando ha llovido mucho o poco y han
ocurrido bajas temperaturas durante los cinco días ante­
riores a la tormenta, y el suelo está casi saturado.

Los números de la tabla 7.1 y de la tabla 7.2-A son para la condición


media de la cuenca, II. Los números de la tabla 7.2-B son para la con­
dición casi saturada, III. Los números de las curvas para una condi­
ción precedente pueden convertirse a una condición diferente usando la
tabla 7.4. Por ejemplo, el cálculo dado en la tabla 7.3 da una curva
número 73 en una condición II. Por interpolación se pueden obtener los
números de las curvas correspondientes a la condición I y a la condi­
ción III de las columnas 2 y 3 de la tabla 7.4. Los números de las cur
vas para la condición I y para la condición III son 55 y 89, respectiva^
mente. '

Determinación de 1á~escorrentía directa

Sea Q ... escorrentía directa en lámina de agua, en pulg


P ... precipitación en lámina de agua, en pulg
S ... diferencia potencial máxima entre P y Q, a la hora que co­
mienza la tormenta.

Por mediciones hechas en cuencas naturales se sabe que Q se aproxima a


P, mientras P aumenta en la tormenta. También que los valores (P-Q) se
aproximan a una constante mientras P continúa aumentando. Las cantida­
des pueden agruparse en la forma:

siendo S la diferencia máxima (P-Q) que podría ocurrir para la tormen­


ta dada en las condiciones de la cuenca. Durante una tormenta, el
(P-Q) real que ocurre está limitado por el agua almacenada en el suelo
o por la intensidad de la infiltración al aumentar P. El potencial
máximo (P-Q) o S, por lo tanto, depende del agua almacenada en el sue­
lo y de las intensidades de infiltración de una cuenca.

Despéjando Q:

Q "
n ■= V~+~S (7.2)

Esta ecuación es útil cuando existe la posibilidad de escurrimiento


siempre que llueva. Para la condición en que Q = 0 a un valor de P ma­
yor de cero, es necesario el uso de un número abstracto l. La ecua-
ción (7.1) se transforma en:

(P- la.) ~ Q =
P - I;

y despejando Q:

(P ' Ia >
Q = P-Ia + S (7.3)

Ia es igual a j a precipitación que ocurre antes de que comience el esci¿


rrimiento. Físicamente, Ia consta de intercepción, almacenamiento e in^
filtración.
121
TABLA 7.3 MODELO DE CALCULO
DETERMINACION DE LOS 'NUMEROS REPRESENTATIVOS DE LOS COMPLEJOS
SUELOS-VEGETACION '

Número Porcentaje Producto del


C o m p l e j o de 1a de número por
curva área el porcentaje

Cultivo en hilera, hilera


recta, buena rotación 78 56.2 4,384
Legumbres, en líneas de
nivel, buena rotación 69 37.5 2,588
Pradera, permanente 58 6.3 ,365

T O T A L 100.0 7,337

7,337
Número representativo = 73.37 + 73
100

TABLA 7.4 CONVERSIONES Y CONSTANTES


Para el caso Ia = Q.2 S

1 2 3 4 5
Números correspondien
Número de la La curva
tes de la curva para: Valores
curva para la comienza
S *
condición II donde P = *
Condición Condición
I III

100 100 100 0 0


95 87 99 0.526 0.10
90 78 98 1.11 0.22
85 70 97 1,76 0.35
80 63 94 2.50 0.50
75 57 91 3.33 0.67
70 51 87 4.29 0.86
65 45 83 5.38 1.08
60 40 79 6.67 1.33
55 35 75 8.18 1.64
50 31 70 10.00 2.00
45 27 65 12.2 2.44
40 23 60 15.0 3.00
35 19 55 18.6 3.72
30 15 50 23.3 4.66
25 12 45 30.0 6.00
20 9 39 40.0 8.00
15 7 33 56.7 11.34
10 4 26 90.0 18.00
5 2 17 190.0 38.00
0 0 0 infinito infinito

* Para el numero de la curva en la columna 1.


122
intensidad
P

-Q
FIG. 7.2

SIGNIFICADO DE Ia

tiempo

Según datos de cuencas medidas:

. I = 0.2 S (7.4)
a

de modo que, reemplazando:

Las curvas representativas de complejos hidrológicos suelo-vegetación


se numeran, por comodidad, de 100 a cero. Los números se relacionan a
S como sigue:
1000
número de la curva (N) (7.6)
~ Í0 +' S

Despejando S:
■ 7 / 1 0 0 0 ^ 1 0 1 ( 7 7 )

Recordemos que el problema consiste en averiguar la escorrentía directa


Q, en una cuenca a la que corresponde el número N, debido a una precipi_
tación intensa y prolongada P. De manera que la solución se logra ha­
llando S con la ecuación (7.7) y usando este-valor en la ecuación (7.5).

Ejemplo 7 4

Averiguar la lámina de escorrentía directa que es de esperar ocurra en


una cuenca natural con número de curva representativa 60, como conse­
cuencia de una tormenta de 20 pulg.

Con (7.7) S = 1000 ¿q 1Q ^ = 6.67 pulg

= 13.75 pulg

7.3 La Fórmula Racional

El método de la fórmula racional permite hacer estimaciones de los cau-

123
dales máximos de escorrentía usando las intensidades máximas de precipi
tación. La deducción de la fórmula puede verse en la referencia 5; aquí
sólo se describirá su manejo. Básicamente, se formula que el caudal
máximo de escorrentía es directamente proporcional a la intensidad máxi_
ma de la lluvia para un período de duración igual al tiempo de concen­
tración, y al área de la cuenca. El tiempo de concentración representa
el tiempo que demora una partícula de agua para trasladarse del. punto
más remoto de la cuenca hasta el punto de desagüe. Cuando haya transcu
rridoeste tiempo toda la cuenca estará contribuyendo a formar el cab­
dalde la escorrentía que tendrá en consecuencia un valor máximo. La
fórmula es:
Q = C i A (7.8)

Q ... caudal máximo de escorrentía


C ... coeficiente de -escorrentía (tablas 4.1 y 4.2)
i ...intensidad máxima de la lluvia para un período de duración
igual al tiempo de concentración, y para la frecuencia desea­
da en el diseño.
A ... área de la cuenca.

Si i está en m/seg y A en mz , Q resulta en m 3/seg. Si i está."en ram/h y


A en Ha, entonces Q en m 3/seg viene dado por:

« - T E ÍT <7 - 9 >

En la concepción de la fórmula racional se aceptan dos hipótesis impor­


tantes: que la precipitación ocurre con una intensidad uniforme durante
un tiempo igual o mayor que el tiempo de concentración y que la intensi_
dad de la precipitación es uniforme sobre toda el área de la cuenca.
Estas premisas no son exactamente válidas, por lo que el uso del método
racional se debe limitar a áreas pequeñas. El área límite de aplica­
ción depende mucho de la pendiente, de la naturaleza de la superficie,
de la forma de la cuenca y de la precisión exigida. La fórmula debe
usarse con cautela para áreas mayores de 50 Ha y probablemente nunca pa^
ra áreas mayores de 500 Ha.

El valor de C yaría según las características físicas y topográficas de


la cuenca y según el tipo de cubierta vegetal.

La frecuencia de i se escoge teniendo en cuenta la finalidad de la es­


tructura que se va a proyectar y los riesgos que implicaría una posible
falla de dicha estructura. Se usan las curvas intensidad - duración-fre
cuencia del apartado 2.7 (figura 2.11).

La fórmula racional se usa para diseñar drenes de tormenta, alcantari­


llas y otras estructuras evacuadoras de aguas de escorrentía de peque­
ñas áreas.

Determinación del tiempo de concentración

Existen varias formas de hallar el tiempo de concentración, Tc ; de una


cuenca.

A) Usando las características hidráulicas de la cuenca.


I2 Dividir la corriente en tramos, según sus características hi­
dráulicas;

124
2- Obtener la capacidad máxima de descarga de cada tramo, utilizan
do el método de la sección y pendiente (apartado 7.5);
32 Calcular la velocidad media correspondiente a la descarga máxi­
ma, de cada tramo;
42 Usar la velocidad media y la longitud del tramo para calcular
el tiempo de recorrido de cada tramo;
52 Sumar los tiempos de recorrido para obtener Tc .

B) Estimando velocidades
l2 Calcular la pendiente media del curso principal, dividiendo el
desnivel total entre la longitud total;
22 De la tabla 7.5 escoger un valor de la velocidad media;
32 Usando la velocidad media y la longitud total encontrar Tc .

TABLA 7.5

Proyecto Racional de las Alcantarillas


y Puentes
Highway Department - Texas

Velocidad media en pies por segundo •


Pendiente
en Bosques (en la Pastizales (en la Cauce natural
porcentaje porción superior porción superior no muy bien
de la cuenca) ■ de la cuenca) definido

0 - 3 1.0 1.5 1.0


4 - .7 2.0 3.0 3.0
8 - 11 3.0 4.0 5.0
12 - 15 3.5 4.5 8.0

C) Usando fórmulas empíricas.


Una de las más conocidas es la utilizada en EE.UU. para el diseño
de alcantarillas:

Tc = (0.871 L^)0 *385 (7.10)

Tc ... tiempo de concentración, en horas


L ... longitud del curso de agua más largo, en km
H ... desnivel máximo del curso de agua más largo, en m.

125
7.4 Correlaciones Precipitación-Escorrentía

La correlación 1luvia-escorrentía más simple es la representación gráfi^


ca de dos variables: lluvias promedio contra escurrimientos resultantes
(figura 7.3). La relación típica es una curva ligera que indica un in­
cremento en el porcentaje de escurrimiento con las mayores lluvias. Es^
tas relaciones simples no toman en cuenta las condiciones iniciales que
afectan el escurrimiento y, generalmente, hay una dispersión considera­
ble de los puntos con respecto a la curva media.

H s c u r r im ie n t o d ir e c t o t n p u lg a d o s E s c u r r í m ie n to en p u lg o d a s

FIG. 7.3 RELACION SIMPLE FIG. 7.4 RELACION DE 3 VARIABLES

Puede introducirse una tercera variable para dar una explicación a las
desviaciones que hay en la relación simple. En regiones húmedas, el es^
currimiento inicial en la corriente refleja condiciones antecedentes
con bastante claridad y puede servir como un parámetro efectivo (figu­
ra 7 .4) . '

Otro tipo de correlación 1luvia-escorrentía tiene la forma:

M(D) = a M(A)3

M(D) ... escorrentía media anual, en mm


M(A) ... precipitación media anual, en mm
a, 3 ... coeficientes propios de cada cuenca.

Este es el tipo de correlación aplicado en el Estudio de la Hidrología


del Perú (capítulo 11).

Otro tipo de correlación, aplicable en regiones húmedas, es el que se


explica en el ejemplo 7.2 y que tiene la forma:

126
Dn ... escorrentía media eri el período n
A • precipitación media en el período p
A ^ precipitación media en el período n-1
a,b ... coeficientes propios de la cuenca tales que a+b = 1

Ejemplo 7.2

Los datos de la tabla 7.6 se refieren a precipitaciones medias anuales,


en mm, y caudales medios anuales, en m 3/seg, para una cuenca de superfi_
cié 458 km2 . Usando el modelo matemático de correlación:

a+b = 1

determinar 1os caudales correspondientes a los años sin datos de caudal

TABLA 7.6 VALORES DEL EJEMPLO-7.2

Año 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974

A mm 808 845 1010 885 937 869 912 865


Q m 3/seg - - - ■ - w* - 8.1 6.1
D q nm — - - •*, 558 420

Año 1975 1976 1977 1978 1979 1980 1981 1982

A mm 917 930 879 873 890 885 853 925


Q m 3/seg 8.0 8.7 7.8 5.9 7.9 7.8 5.9 9.1
Dq mm 551 599 537 406 544 537 406 627

Metodología.

1£ Con a=l, b=0 y usando el modelo, hallar para cada año del período
1973-1982 el valor del escurrimiento D, mm.
2- Repetir varias veces, disminuyendo a y aumentandob cada vez en 0.1
3£ El valor correcto de a es aquel que hace mínima la suma de las des­
viaciones cuadráticas de Dn y Dq :

Con los valores correctos de a y b se tiene definido el modelo.

127
42 P1otear los puntos Dn , Dq para el período 1973-1982 y trazar gráfi­
camente la recta de mejor ajuste.
52 Con el modelo averiguar los valores Dn para el período 1968-1972 y
con estos valores los correspondientes Dq empleando la recta de me­
jor ajuste.
62 Empleando el área de la cuenca se pasan las láminas de escorrentía
Dn a caudales 0. .

Gasto Máximo de una Corriente

El gasto potencial máximo de una corriente nó aforada puede determinar­


se mediante el método de la sección y la pendiente que se describe a
continuación.

Para aplicar el método hay necesidad de los siguientes trabajos de cam­


po:
- selección de un tramo recto del río;
- levantamiento de secciones transversales en cada extremo del tra­
mo elegido;
- determinación de la pendiente de la superficie del agua con las
marcas que dejan las aguas máximas;
- elección de un valor del coeficiente de rugosidad n.

El procedimiento para medir Q es de tanteos:

Fórmula de Manning

A 1-486 S1 /Z R2/3 = 1 . 486 A R2/3 ^/Z = K $l/2


" ’ n n

l2 Para cada sección se determina el valor de K/:


22 Para cada sección se calcula un gasto aproximado fñulti pli cando el
valor de K por la raíz cuadrada de la pendiente de la superficie
del agua.
Debido a que las secciones transversales son diferentes las veloci­
dades y cargas de velocidad son también diferentes, de modo que la
línea de energía obtenida no es paralela a la superficie del agua.
Por eso,
32 Se supone otro gasto, usando un valor medio para K, hasta que los
yalores de la línea de energía, carga de yelodidad y otras pérdidas
sean congruentes.

Ejemplo 7.3 (en unidades inglesas, tomado de la referencia 6).

Determinar el gasto de una crecida.

Datos:
a) Perfi1 aproximado del fondo y perfil obseryado de lasuperficie de
las aguas máximas; secciones transversales en los extremos (F,
aguas arriba y E,aguas abajo), Figura 7.5
b) n para ambas secciones es igual a 0.030 (tabla 7.7)
c) G = caída de la superficie del agua = 5.69' -.5.47' = 0.22'
d) L = longitud del tramo = 49'
e) Sw = pendiente de la superficie del agua = = 0.00449
PI ES
EN

EL E V ACI ON

FIG. 7.5 DATOS DEL EJEMPLO 7.3

Cálculos del primer tanteo:

Sección A P R n K SW Q

E aguas abajo 80.4 35.0 2.30 0.030 6939 0.00449 465


F aguas arriba 81.9 35.2 2.33 0.030 7130 0.00449 478

área de la secci ón E es menor que el área de la


sección F, por lo que se produce un aumento de la carga de velocidad de
F a E. Cuando la carga de velocidad en la sección de aguas abajo es nía
yor que en la sección de aguas arriba, como en este caso, la pendiente
media de la línea de energía (Sf) será menor que la pendiente de la su­
perficie del agua. El gasto verdadero, por lo tanto, debe ser menor
que el calculado en el primer tanteo.

En 1a figura 7.6:

G + hv^ = hy^ + hf

hf = G + (hv^ - hv2 )

129
(F) (E)

FIG. 7.6

En el caso que se está presentando no se incluyen más pérdidas de carga


que la debida al rozamiento. En cambio, si el área mojada de E es ma­
yor que el área mojada de F es porque el cauce se amplía y habría que
incluir la pérdida por ampliación. Si se supone que por ampliación se
pierde la mitad del cambio de carga de velocidad (figura 7,7):

FIG. 7.7

G + hv^ = hy2 + h amp +

G + = hy2 + 0.5 (hy^ - hy2) + h^.

hf * G + 0.5 (hy^ - hv2 )


, 1
Para proseguir con el ejemplo, se van suponiendo diferentes gastos en
diferentes tanteos hasta que los gastos supuesto y calculado sean igua­
les. Esto se ilustra en la tabla adjunta. Se usa'el valor medio de K
del primer tanteo (7035).

Sección V hv hf Q
(hvl “ hv2^ Sf
Suponer Q = 460 pcs
E 5.72 0.51
F 5,62 0.49 -0.02 0.20 0.00408 449
Suponer Q = 450 pcs
E 5.60 0.49 1
F 5.49 0.47 -0.02 0.20 0.00408 449

130
TABLA 7.7 COEFICIENTES DE RUGOSIDAD (n) PARA CAUCES NATURALES

Valor de n Condición del cauce

0.016-0.017 Canales naturales de tierra muy parejos, libres de


vegetación, alineamiento recto.
0.020 Canales naturales de tierra parejos, libres de vege^
tación, con poca curvatura.
0.0225 Medianos, bien construidos, canales de tierra de ta
maño moderado en buenas condiciones.
0.025 Canales de tierra pequeños en buenas condiciones, o
canales grandes con algo de vegetación en los talu­
des o piedras aisladas en la plantilla.
0.030 Canales de tierra con mucha vegetación. Canales na^
turales con buen alineamiento, sección bastante
constante. Canales grandes para avenidas, bien con[
servados.
0.035 Canales de tierra cubiertos en su mayor parte con
vegetación pequeña. Canales desmontados para aveni^
das, pero sin conservación continua. ”
0,040-0.050 Corrientes en las montañas con cantos sueltos lim­
pios. Ríos de sección variable con algo de vegeta­
ción en los taludes. Canales de tierra con mucha
vegetación acuática.
0.060-0.075 Ríos con alineamiento relativamente recto, con su
sección transversal muy obstruida con pequeños árbo
les, con poco monte bajó o vegetación acuática.
0.100 Ríos con alineamiento y sección transversal irregu­
lares, moderadamente obstruidos por árboles peque­
ños y monte bajo. Ríos con alineamiento y sección
transversal bastante regulares, muy obstruidos por
árboles pequeños y monte b go,
0.125 Ríos con alineamiento y sección transversal irregu­
lares, cubiertos con vegetación de'bosques vírgenes
y lunares ocasionales de chaparrales densos y árbo­
les pequeños, algunos tocones y árboles muertos caí_
dos.
0.150-0.200 Ríos con alineamiento y sección transversal muy
irregulares, muchas raíces, árboles, matorrales,
troncos grandes y otros arrastres en el fe? Ho, árbo
les cayendo continuamente en el cauce por la socava'
ción en las márgenes.

131
Problemas

Problema 7.1

Se trata de averiguar la lámina de escorrentía directa que es de espe­


rar ocurra como consecuencia de una tormenta de 25 cm, en una cuenca de
las siguientes características:

Porcentaje del área 40 60


Grupo hidrológico del suelo A B
Cubierta Granos en hileras Pradera
Infiltración Buena Buena

Problema 7.2

Calcular el caudal máximo de escorrentía que es de esperar ocurra una


vez cada 10 años, en una cuenca de 1.2 knr de superficie y 3% de pen­
diente media. La longitud del curso principal es de 2,800 m. Del to­
tal del área el 40% corresponde a cultivos generales y el 60% a pastiza^
.les. Usarlas curvas de intensidad-duración-frecuencia del apartado
2.7.
CAPITULO 8 HIDROGRAFIAS DE CRECIDAS

8.1 Introducción

El caudal de una corriente, en general, está constituido de dos partes.


Una de ellas, el flujo base, proviene del agua subterránea y la otra,
la escorrentía directa, proviene de las últimas lluvias. No todas las
corrientes reciben aporte de agua subterránea, nT todas las precipita­
ciones provocan escorrentía directa. Sólo las precipitaciones importan^
tes, es decir, intensas y prolongadas, producen un aunento significati­
vo en la escorrentía de las corrientes. La contribución de agua subte­
rránea a las corrientes de agua no puede fluctuar rápidamente debido a
la baja velocidad del flujo.

Las corrientes en cuenca con suelos permeables, y que reciben gran apor
te de agua subterránea, muestran caudales altos sostenidos a lo largo
del año, con una relación baja entre caudales de avenidas (crecidas) y
caudales medios. Las corrientes en cuencas con suelos de baja permeabi^
lidad, y que mas bien aportan agua a los acuíferos, p£es««4aa^jrelacicu;
nes altas entre caudales pico y promedio, con caudales muy bajos o nu­
los entrcTcrecientes. El hidrograma A de la figura 8.1 corresponde a
las corrientes del primer tipo, y el hidrograma B a las del segundo ti­
po. Nuestros ríos que desembocan en el Pacífico tienen características
del tipo B.

FIG. 8.1 CAUDALES MEDIOS Y CAUDALES PICOS

Los hidrogramas de crecidas vienen a ser los hidrogramas resultantes de


lluvias impórtantes aisladas. Su estudio es bastante útil para el dise
ño de los aliviaderos de las presas de embalse, cuya misión es la de di”
jar salir del embalse las aguas provenientes de avenidas. También es"
útil el estudio de los hidrogramas de crecidas para otros proyectos, co
mo defensas contra las inundaciones, predicción de avenidas, y otros. ~~

133
8.2 El Hidrograma Típico

El hidrograma típico de una tormenta aislada (figura 8.2) consta de una


rama ascendente, un segmento de cresta y una rama descendente o curva
de recesión.

FIG. 8,2 EL HIDROGRAMA TIPICO

La forma de la rama ascendente está influenciada sobre todo por las ca­
racterísticas de la lluvia que causa el ascenso. La forma de la rece­
sión en cambio es bastante independiente de ello y más bien depende de
las características de la cuenca (apartado 7.1). Se asume por lo gene­
ral' que el punto de inflexión de la curva de recesión coincide con el
tiempo al cabo del cual cesa la escorrentía superficial hacia los cur­
sos; de ahí en adelante la curva representa el aporte de agua almacena­
da dentro de la cuenca. El último tramo de la curva de recesión repre­
senta casi completamente el flujo de agua subterránea.
Separación en el hidrograma

En un hidrograma de crecida hay necesidad de separar lo que es escorren


tía directa y lo que es flujo base. No existe una forma única de hacer
la separación, y puesto que las definiciones de las dos componentes sor)
un tanto arbitrarias los métodos de separación son también arbitrarios.

FIG. 8.3 SEPARACION EN EL HIDROGRAMA


134
Supongamos ya efectuada la separación (figura 8.3). El método empleado
debe ser tal que el tiempo de escorrentía directa T llamado tiempo ba­
se sea siempre el mismo de tormenta a tormenta de la misma duración y
en la misma cuenca. Hay que tener cuidado con esto porque sólo así se
puede aplicar el concepto de hidrograma unitario que se estudia luego.

El primer intento realizado para efectuar la separación consiste en ter


minar la escorrentía directa un tiempo prefijado después del pico del
hidrograma. Se ha formulado para este tiempo N en días:

N = a Ab

donde A es el área de la cuenca en km2 y a,b coeficientes empíricos. Ha^


liados a,b, para una región, se ha sugerido aumentar N en un 50% para
hoyas largas y angostas u hoyas con pendientes suaves, y disminuir N en
un 10% para cuencas empinadas. Sin embargo, el valor de N quizá sea me
jor determinarlo observando un cierto número de hidrogramas, teniendo
presente que el tiempo base no debe ser excesivamente largo y que el in^
cremento en aporte de agua subterránea no debe ser muy grande.

Un procedimiento para la separación del hidrograma consiste en prolon­


gar la recesión anterior a la tormenta hasta un punto bajo el pico del
hidrograma (AB, figura 8.4), y conectar este punto mediante una línea
recta con uno sobre el hidrograma localizado N días después del pico
(punto C).

Otro procedimiento consiste en trazar simplemente la recta AC. La dife


rencia en el volumen del flujo base por estos dos métodos es tan peque­
ña que se justifica la simplificación siempre y cuando, naturalmente,
se utilice consistentemente un solo método.

Un tercer método de separación se ilustra mediante la recta ADE. Se pro^


yecta hacia atrás la línea de recesión hasta un punto bajo el punto de
inflexión de la rama descendente; luego se traza un segmento arbitrario
ascendente desde A (inicio de la rama ascendente) hasta conectarse con
la recesión antes proyectada. Este método de separación es susceptible
de un estudio analítico y es el indicado cuando el aporte de agua subte
rránea es relativamente grande y llega a la corriente con rapidez.

135
8.3 El Hidrograma Unitario

Es propósito del presente capítulo mostrar cómo obtener, para una cuen­
ca, el hidrograma de crecida correspondiente a una tormenta dada. Esto
se resuelve mediante la técnica del hidrograma unitario. Por esta ra­
zón se describirá primero en qué consiste el hidrograma unitario y cómo
se obtienen los de una cuenca determinada.

8.3.1 Definición

Puesto que las características físicas de la cuenca (forma, tama


ño, pendiente, cubierta, etc) son constantes, se debe esperar
una similitud considerable en la forma de los hidrogramas resul­
tantes de tormentas parecidas. Esta es la esencia del hidrogra­
ma unitario tal como lo propuso Sherman en 1932.

El hidrograma unitario de las t^ horas de una cuencase define


como el hidrograma de escorrentía directa resultante de 1 cm de
lluvia neta caída en t 1 horas, generada uniformemente sobre el
área de la cuenca a una tasa uniforme (figura 8.5).

La definición anterior y las siguientes hipótesis constituyen la


teoría del hidrograma unitario.
a) La lluvia neta es de intensidad uniforme en el período tj ho
ras.
b) La lluvia neta está uniformemente distribuida en toda el
área de la cuenca.
c) Los hidrogramas generados por tormentas de la misma duración
tienen el mismo tiempo base a pesar de ser diferentes las lá
minas de lluvia neta.
d) Las ordenadas de escorrentía directa de hidrogramas de' igual
tiempo base son proporcionales a las láminas de escorrentía
directa representadas por los hidrogramas. Se conoce como
principio de proporcionalidad.
e) Para una cuenca dada, el hidrograma de escorrentía directa

136
FIG. 8.6 PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD

debido a una tormenta refleja todas las características com­


binadas de la cuenca. Quiere decir que a tormentas iguales
corresponden hidrogramas también iguales. Se conoce como
principio de invariancia.

Principio de superposición (figura 8.7)

Planteamiento: conocido el hidrograma de escorrentía directa


(A) correspondiente a la lluvia neta de lámina y duración t,
encontrar el hidrograma de escorrentía directa correspondiente a
la lluvia compuesta de dos períodos, de láminas h2 , h 3 e igual
duración t cada uno.

8.3.2 Obtención de los H.U.

Se parte de conocer el hidrograma resultante de una lluvia neta


uniforme de duración conocida ( t 1 horas). Se trata de hallar el
H.U. de las tx horas para esa cuenca. El método consiste en (fi^
gura 8.8):

1- separar el flujo base de la escorrentía directa


2- por planimetría obtener el volumen de escorrentía directa
(V0)
3° obtener la lámina de escorrentía directa (h), dividiendo el
volumen V0 entre el área de la cuenca:

Esta lámina de escorrentía directa es, por definición, igual


a la lámina de lluvia neta.

137
42 dividir las ordenadas de escorrentía directa entre la lámina
h, Los valores obtenidos son las ordenadas del H.U. de las
tj horas.

138
FIG. 8.8 OBTENCION DEL H.U.

Para un mejor resultado conviene obtener varios H.U. de la misma


duración y promediarlos. Hay que tener presente que el promedio
de dos H.U. no se logra promediando las ordenadas, sino que hay
que seguir este procedimiento (figura 8.9):

FIG. 8.9 PROMEDIO DE DOS H.U.

I2 calcular el pico promedio y el tiempo al pico promedio,


2° dibujar el H.U. promedio siguiendo la forma de los otros dos
y chequeando que tenga una lámina de 1 cm. '

139
8.3.3 La Curva S

La curva S de una cuenca se dibuja a partir del H.U. de las t]


horas y sirve para obtener el H.U. de las t2 horas. Aquí radice
su enorme importancia: permite derivar hidrogramas unitarios ¿
partir de uno conocido.

Se llama curva S (figura 8.10) el hidrograma de escorrentía di­


recta que es generado por una lluvia continua uniforme de dura­
ción infinita. La lluvia continua puede considerarse formada de
una serie infinita de lluvias de período P tal que cada lluvia
individual tenga una lámina de 1 cm. El efecto de la lluvia con
tinua se halla sumando las ordenadas de una serie infinita di
hidrogramas unitarios de t2 horas según el principio de superpo­
sición.

FIG. 8.10 LA CURVA S

En el esquema de la figura 8.10 el tiempo base del H.U. es igual


a 6 períodos. La suma máxima de ordenadas se alcanza después de
5 períodos (uno menos que el tiempo base), cuando la ordenada de
la'curva S es igual a la suma de todas las ordenadas del H.U.

Dibujada la curva S a partir del H.U. de las tj horas puede ser


usado para obtener el H.U. de las t2 horas, según el siguiente
procedimiento (figura 8.11).

140
I2 dibujar la curva S a partir del H.U. de las ti horas,
2- dibujar la misma curva S desplazada t2 horas a la derecha,
32 multiplicar la diferencia de ordenadas de las dos curvas S
por el factor t¡/t2 para obtener las ordenadas del H.U. de
las t2 horas.

El procedimiento es válido para.t2 mayor ó menor que ti. En


cuanto al tiempo base resulta: Tb2 = Tbi ti + t2 . Acerca del
procedimiento puede trabajarse gráficamente o mediante tabula­
ción.

8.3.4 Aplicación de los H.U.

Conocido el H.U. de una cuenca para una cierta duración, ese


H.U. permite obtener el hidrograma de escorrentía directa corres^
pondiente a una tormenta simple de igual duración y una lámina
cualquiera de lluvia neta, o el correspondiente a una tormenta
compuesta de varios períodos de igual duración y láminas cüales^
quiera de lluvia neta, Precisamente la figura 8.12 muestra es­
ta última aplicación debiéndose observar que para hallar el hi­
drograma resultante se hace uso del método de superposición.

8.3.5 Hidrogramas Unitarios Sintéticos

Los hidrogramas unitarios "sé pueden obtener por el método descri


to en el apartado 8.3.2 sólo cuando se dispone de registros. Pí
ra las cuencas sin registros han sido sugeridos los hidrogramas
unitarios^sintéticos, que se construyen en base a fórmulas obte­
nidas empíricamente. Los esfuerzos han sido orientados a obte­
ner fórmulas para el tiempo al pico, el caudal pico y el tiempo
base. Estos datos y el hecho de que la lámina de escorrentía
directa debe ser la unidad, permiten el trazado del H.U. La ma­
yoría de los estudios se basan en lo que se llama el tiempo ' de

141
FIG. 8.12 APLICACION DE LOS H.U.

retardo de la cuenca, generalmente definido como el tiempodesde


elcentro de gravedad del histograma de lluvia neta hasta el pi­
co del hidrograma.

A continuación se describe el procedimiento sugerido por Snyder,


el primero de su género, desarrollado en los Estados Unidos.

Tl = Cx . (L . Lc )0 -3 '(8.1)

... tiempo de retardo de la cuenca, en horas


L ... longitud de la corriente principal desde el punto ini­
cial de las aguas hasta el punto de desagüe de la cuen­
ca, en km
Lc ... distancia desde el punto de desagüe hasta el punto de
la corriente principal más próximo al centro de grave­
dad de la cuenca, en km
... coeficiente que varía entre 1.35 y 1.65, con los valo­
res menores para las cuencas con pendientes más fuertes.
(El producto L . Lc es una medida del tamaño y la forma de la
cuenca).

Antes de establecer la fórmula para el caudal pico, es necesario

142
adoptar una duración tipo de lluvia neta (T). Snyder adoptó:

T ■ ¿ 5 (8-2)

Para lluvias de esta duración:

7,000 C0 A
Qp . ^ 2 ■■■ (8.3)

Q ...caudal pico, en lt/seg, para una lámina de escorrentía


P directa de 1 pulg (25.4 mm).
A ...área de la cuenca, en km2
C2 •••coeficiente que varía entre 0.56 y 0.69

Para el tiempo base rige la fórmula:


T, '
Tb = 3 + 3 ¿ (8 -4 )

... tiempo base, en días ,


... tiempo de retardo, en horas

Las ecuaciones 8.1, 8.3, 8.4 definen los tres elementos necesa­
rios pare construir el H.U. para una duración tipo dada por 8.2.
Para cualquier otra duración T q el tiempo de retardo viene dado
por:

Tn “ T
t ld = tl + J T - ( 8 - 5)

empleándose este retardo modificado en las ecuaciones 8.3 y 8.4.

Las fórmulas de Snyder fueron obtenidas a partir del estudio de


cuencas de la región de los montes Apalaches. Al ser probadas
en otras regiones se observó que los coeficientes Cj, varían
de modo apreciable. Por ello, la mejor manera de emplear estas
ecuaciones es deducir valores de (4 , C2 , a partir de los H.U. de
cuencas medidas de características similares a la cuenca proble­
ma. Con lo que el procedimiento se convierte en un medio de
trasposición de las características de los H.U. de una cuenca a
otra.

8.4 Hidrogramas Adimensionales

.De los estudiado hasta aquí se desprende que para una misma cuenca los
hidrogramas de crecidas presentan la misma forma general, y que esta
forma general refleja las características hidrológicas de la cuenca.
Se desprende que para cuencas hidrológicamente semejantes la forma gene^
ral de los hidrogramas es más o menos la misma. Así es como se conci­
ben los hidrogramas adimensionales. Estos hidrogramas son por eso váli
dos para cuencas de una misma región. Sin embargo, el hidrograma adi-~
mensional de la figura 8.13, obtenido como un promedio en los Estados
Unidos, puede ser utilizado en cuencas sin mediciones. En este hidro-

143
0 4*
.0 0 0
b 3 5
c 7 15
d 10 35
• 13 56
gasto

f 16 77
9 18 90
h 20 97
de

i 23 100
J 27 96
Unidades

k 30 85
1 34 72
m 40 5 0 I
n 47 33
0 53 24
P 60 16
4 67 11
r 84 4
t 100 0

* t y q «n %

FIG. 8.13 HIDROGRAMA ADIMENSIONAL

Ejemplo 8.1

Elaborar el hidrograma aproximado de una cuenca sin aforar, correspon­


diente a upa crecida cuyo caudal pico es 17.64 m 3/seg y su respectivo
volumen 677,000 m 3 .

Relaciones generales:

u = m 3/unidad (8.6)

q = m 3/seg/unidad (8.7)

t = • min/unidad (8.8)

u ... volumen de escorrentía correspondiente a una unidad de volu­


men del hidrograma básico.
V ... volumen de la escorrentía, en m 3.
q ... caudal de escorrentía correspondiente a una unidad de caudal
del hidrograma básico.
Q ... caudal máximo de la escorrentía, en m 3/seg.
t ... tiempo en minutos correspondiente a una unidad dé tiempo del
hidrograma básico.

Para él caso que se estudia:

144
u = = 205 ra3/uni dad

q = TÜÍT = °-1764 m 3/seg/unidad

205
‘ = 60 x 0.1764 = 19-6 min/unidad

o t* 9*
a 0 Q
b 59 0.9
c 137 2.6
d 195 6.2
e 255 9.9
f 315 13.6
9 382 15.9
h 392 17.1
i 450 176
j 530 18.9
k 588 15.0
1 66.7 12.7
m 783 6.6
n 920 5.8
0 1,040 4.2
P 1,180 28
9 1,320 1.9
r 1,650 0.7

t en minuto*
q en m Vseg.

T ie m p o en m in u tó *

FIG. 8.14 HIDROGRAMA DEL EJEMPLO 8.1

8.5 Hidrogramas Triangulares

Es posible representar los hidrogramas de crecidas como triángulos, con


la consiguiente simplificación del trabajo. A continuación se describe
el procedimiento adoptado por el U.S. Conservation Service.

precipitQcio'n
i
mm/h / "p re c ip ita c ió n neta (h cm )
FIG. 8.15
retención + in filfro c ló n

— m- t h o ra s
HIDROGRAMA TIPICO

h id ro g ra m a de
e s c o rre n tía d ire c ta h cm

t, hora*

145
FIG. 8.16
HIDROGRAMA
TRIANGULAR

Deducción de la fórmula para el caudal pico

En el hidrograma triangular:
h lluvia neta, en cm

V0 volumen de escorrentía directa, en m 3


Qp caudal pico, en m 3/seg
tiempo al pico, en horas = -^ + L
TP
Tr tiempo después del pico, en horas

Tb tiempo base del hidrograma


D período de lluvia neta, en horas
T. tiempo de retardo, en horas
tiempo de concentración, en horas
área de la cuenca, en km2 .
V
h = 102 =
106 A 104 A

^3 , 6 0 0 T p 3,600 T . Q
1 J r _£)
104 A

1,800
(T Q + T Q )
4 Afl v P vp
104 r V

104 A h 5.556 A h
r,8D0’"'(Yp + Tr) T T T "
P r

Se puede escribir T r = a Tp, expresión en la cual a es una constante a


determinar en cada cuenca.
n _ 5.556 A h
yp (1 + a) T_

146
Un valor medio de a, a usar en cuencas no aforadas, es 1.67, de modo
que reemplazando:

Q = 2,-.Q8 A J l (8.9)
p tp

Para el tiempo de retardo se puede usar la relación empírica:

tL = °-6 J x (8.10)

de modo que:

Tp ' 7 + tl * f + 0 '6 T c

Ejemplo 8.2 (obtención del hidrograma triangular)

A = 8 millas2 = 8 x2.59 km2 = 20.72 km2


T = 3 horas
c
D = 2 horas
h = 1.0 pul'g =2.54 cm

Para determinar el hidrograma triangularbasta conocer Tp, Qp, T^.

T
p
=
c£ l ¿
+ T, = £ + 0.6 T
c ¿
= I +0.6 (3) = 1 +1.8 = 2.8 horas

q = 2 , 0 8 ^ 1 = 2.08 x 20.72 x 2,5.4 = 39>1 m 3/seg ,


P P ‘

T. = T + T = T ' + aT = (1 + a) Tn = 2.67 T = 7.48 horas


b p r p p ' ' p p
USAR 7.5 horas

El error que se comete al trabajar con un hidrograma triangular está


del lado de la seguridad, porque en el triángulo se .distribuye una can­
tidad determinada de escurrimiento en un intervalo de tiempo más corto
que en el hidrograma curvilíneo.

Ejemplo 8.3 (aplicación del hidrograma triangular)

Datos: A = 100 mi 1las2


Tc = 10 horas
Aguacero de D = 6 horas, con incrementos sucesivos cada 2 ho­
ras de 0.6, 1.4 y 0.8 pulg de lluvia neta.

Calcular el hidrograma unitario de las 2 horas y luego construir el hi­


drograma compuesto.

Para el H.U., T * \ + TL = £ + 0.6 Tc = | + 0.6 (10) = 7 horas

147
484 A h
(8.9a)

Qp ... caudal pico, en pie3/seg


A ... área en mi 1 las2
h ... lluvia neta en pulg
Tp ... tiempo al pico, en horas

A _ 484 x 100 x 1 _
6,914 pie3/seg
7

Tb = Tp + Tr = Tp + a T p = ( ! + «) = 2.67 Tp = 18.7 horas

Elaboración del cuadro de construcción del hidrograma compuesto:

Hidrogramas
Duración Lámina de Caudal
de lluvia lluvia neta pico en
Hora del Hora del Hora del
neta en en pulg pie3/seg
principio pico final
horas

0
0.6 4,148 0 7 18.7
2
1.4 9,680 2 9 20.7
4
0.8 5,530 4 11 22.7
6

18

16

14 í?v6 ¿
w
^
m . W M

IIU ' f i o n e ra
12

10 \
\
N /

\
\
8 /
..X
/
\
/
6 N j
/ V
N N
/ *

4 / ■v \
s
/
• ^ ^ s_ \
y
/
y >
2 /
fs / y
/ s '
/ N
O0 2
( .. .

4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24

FIG. 8.17 HIDROGRAMA DEL EJEMPLO 8.3


148
8.6 Problemas

Problema 8.1

Una tormenta consta de tres períodos de 2 horas cada uno e intensidades


3.0, 3.5 y 1.5 cm/h, respectivamente. El índice <|> es 1.0 cm/h. El área
aproximada de la cuenca 110 km2 . El hidrograma unitario de las dos ho­
ras de la cuenca se muestra abajo. El flujo base es bastante pequeño y
puede ser despreciado.
a. Dibujar el hidrograma resultante
b. Verificar"que la lámina de escorrentía directa es igual a la lámina
de lluvia neta.

Problema 8.2

Una lluvia constante de 4 horas de duración e intensidad 50 mm/h produ­


ce un caudal pico de 280 m 3/seg. La tasa de pérdida de la cuenca es
12 mm/h y el flujo base es 20 m 3/seg. Según la teoría del hidrograma
unitario, ¿cuál sería el caudal pico de una lluvia de 4 horas, de 38
mm/h, si la tasa de pérdida es 15 mm/h y el flujo base 3 m 3/seg?.

Problema 8.3

Una lluvia uniforme con una intensidad de 50 mm/h y una duración de 1


hora genera a la salida de cierta cuenca el hidrograma que se muestra
abajo. Calcular el hidrograma causado por una lluvia uniforme de 20
mm/h y duración 2 horas. El índice <j> es de 10 mm/h. '

149
Problema 8.4

El hidrograma unitario para una lluvia de 2 horas, de intensidad unifor


me y lámina neta de 10 mm tiene las siguientes ordenadas:

Tiempo (horas) 0 1 2 3 4 5 6
Q (m3/seg) 0 77 155 116 78 38 0

Obtener el hidrograma unitario para una lluvia de 3 horas, deintensi­


dad uniforme y la misma lámina de lluvia neta.
CAPITULO 9 TRANSITO DE AVENIDAS

9.1 Concepto de Tránsito

Un hidrograma de crecida refleja en realidad el movimiento de una onda


al pasar por una estación. Es necesario tener presente que conforme la
onda se mueve hacia aguas abajo su forma cambia. Estos cambios en la
onda se deben a la adición de agua de los tributarios y a que las velo­
cidades en los diversos puntos a lo largo de la onda no son las mismas
(figura 9.1).

Distancio —

FIG. 9.1 PASO DE UNA ONDA 0 TRANSITO

Las ondas de avenidas se forman por aumento no uniforme del caudal del
río por efecto de una tormenta importante. Para su estudio hay disponi_
bles dos métodos: el método hidráulico y el hidrológico. Ambos inten­
tan describir los cambios que en el tiempo experimenta la onda de aveni[
da. El análisis del paso de estas ondas de avenida constituye materia
de estudio del ‘'tránsito de avenidas" o "flood routing".

El método hidráulico de análisis es bastante complejo por cuanto las


condiciones naturales a que se aplica también lo son: el flujo es no
permanente, la sección transversal es no. uniforme, la rugosidad es va­
riable, etc. El método hidrológico está basado en hipótesis simplifica^
torias y consiste básicamente en plantear la ecuación de continuidad en
un tramo corto de la corriente.

La ecuación de continuidad, referida a un tramo corto del cauce, puede


escribirse, para un tiempo corto:

Volumen que ingresa - volumen que sale = cambio en el almacenamiento


Tránsito en Embalses

Se supone aquí, por simplicidad, que el embalse es no controlado, es <


cir sin compuertas de descarga, de manera que la descarga se efecti
por un vertedero de desborde o aliviadero. En^general, el almacenami<
to en el embalse hace que se modifique más marcadamente la forma de '
onda que en un cauce natural de longitud equivalente.

La 9.2 se puede escribir:

‘i + h' (9.2a)
At

h + l2 n _ °1 + °2 S2 ' S1 n
2 U1 2 At " U1

0 S 0, s
h + h
< T + 7¡t> - < T + M >

h + *2
- o, No - N (9.3)
1

siendo N = ^

E1 valor At se llama período de tránsito, y su valor se fija de antema


no en la forma que se indica después.

Como la descarga tiene lugar por un aliviadero, 0 es función de la car


ga H sobre la cresta del aliviadero; pero una carga H define una cota
de la superficie libre, por lo que la curva de descarga C-0 es conoci
da. Por otro lado, un nivel de agua define un valor del almacenamien
to, es decir la curva C-S es también conocida. De donde se concluy
que la curva N-0 se puede siempre construir para un embalse (basta ve
que cada par de valores 0, S están relacionados; en efecto a un va'lo
de 0 corresponde un valor de C, a ese vaíor de C corresponde un S, co
lo que el par de valores 0, S definen m único valor de N). Ver figur
9.2.

FIG. 9.2 OBTENCION DE LA GRAFICA N-0


Para mostrar el procedimiento de cálculo se va a emplear el esquema de
la figura 9.3. Estando el embalse lleno llega el flujo base de la co­
rriente, I0 . A este valor inicial del caudal de llegada corresponden
los valores iniciales de nivel de agua, embalsamiento, carga y caudal
de salida. En estas circunstancias se supone llega la avenida represen^
tada por el hidrograma I-t. En este hidrograma se adopta un valor de
At y se leen las escorrentías directas I, con lo que las cuatro prime­
ras columnas de la tabla 9.1 pueden ser llenadas. El otro valor conoo.
do antes- de iniciar los cálculos es la descarga inicial Oí, El modus
operandi para llenar la tabla está indicado con flechas en la tabla mis_
ma.

FIG. 9.3 TRANSITO DE AVENIDA

TABLA 9.1 CALCULOS PARA EL EMBALSE DE LA FIG. 9.3


Tránsito en embalses controlados

Para un embalse con compuertas en el vertedero el gasto de salida deper^


de del núnero de compuertas que estén abiertas (figura 9.4). Entonces
la curva N-0 debe ser sustituida por una familia de curvas, en las que
el número de 1 a 3 indica el número de compuertas abiertas.

FIG. 9.4 EMBALSES CONTROLADOS

La operación de análisis del paso de la avenida es similar a la mostra­


da en la tabla 9.1, salvo que el número de compuertas debe tabularse.
Si no hay cambios en la abertura de las compuertas durante el tiempo de
estudio el procedimiento es idéntico al de la tabla 9.1, ya que todos
los valores se leen en la curva que representa la abertura constante de
las compuertas.

9.3 Tránsito en Cauces Naturales (referencia 1)

Ahora .el almacenamiento no es función única del caudal de salida. El


almacenamiento S viene a ser el volumen de agua en el cauce en cual­
quier instante. Como la ecuación 9.2 involucra únicamente a a S, no se
necesita conocer los valores absolutos de almacenamiento. Pueden encon^
trarse valores de AS resolviendo la ecuación 9.2, usando valores reales
del gasto de entrada y del gasto de salida correspondientes a un tramo
del río (figura 9.5). Los hidrogramas de entrada y de salida para el
tramo en estudio se dividen en intervalos de tiempo pequeños, se deter­
mina para cada período valores promedios de I y de 0 y se calculan los
correspondientes valores de a S con la ecuación 9.2. Los volúmenes de
almacenamiento S se calculan sumando algebraicamente los incrementos a S
a partir de cualquier origen arbitrario cero (tabla 9.2).

Cuando los valores de S calculados como se acaba de indicar se represen^


tan en una gráfica versus los gastos simultáneos de salida, usualmente
aparece que el almacenamiento es ligeramente mayor durante el tiempo de
ascenso del nivel que durante el tiempo de descenso (figura 9.6). Al
pasar una onda de avenida por un tramo, hay cierto aumento en el almace
namiento ante’s de que haya cualquier incremento en el gasto de salida.
Después que la cresta de la onda ha entrado al tramo, el almacenamiento
puede empezar a disminuir aunque el gasto de salida esté todavía aumen­
tando.
154
pie^seg.
de
Caudal en miles

6p.m 6am. 6p.m. 6a.m. 6p.m 6a.m. 6p.m. 6am. 6p.m.


4 5 6 7

FIG. 9.5 TRANSITO EN CAUCES NATURALES

TABLA 9.2 CALCULO DE LOS ALMACENAMIENTOS

AS S
Hora I 0 at At
3 /6 p m —
560 700 -140
3 /l2 pm —
660 660 0
4 / 6 am 0
2500 1020 1480
4-/I2 m 1480
5500 1850 3650
4 / 6 pm 5130
5950 2650 3300
4/12 pm 8430“
4200 3350 850
5 / 6 am 92 80
2950 3700 -7 5 0
5/12 m 8530
2 100 3680 -1 5 8 0
5 / 6pm 6950
14 70 3100 - 1630
5/12 pm 5 320
1000 2450 - 1450
6 / 6 am 3 8 70
74 0 2000 - 1260
6 /1 2 m 2 6 10
600 1650 - 1050
6 / 6 pm 15 6 0
530 13 0 0 - 770
6/!2pm 790

155
0 ,2 0 .4 0 .6 06 1.0 1.2 1.4

A tm o c a n a m ia n to an IO * r r s

FIG. 9.6 CURVA DE ALMACENAMIENTO

El método Muskingum de análisis consiste en.considerar que el almacena­


miento es una función de los gastos de entrada y salida ponderados, se­
gún la expresión:

S = K |x I + (1 - x) O | (9.4)

K ... constante de almacenamiento; tiene dimensiones de tiempo


x ... constante sin dimensiones (para la mayoría de los ríos cae en^
tre 0.1 y 0.3).

Si existen datos de otras avenidas, K y x pueden ser estimados haciendo


un gráfico de S versus | x I + (1 - x) O | para varios valores de x. El
mejor valor de x es aquel que hace tomar a la curva la forma más cerca­
na a una línea recta. La pendiente de dicha recta es el valor de K (fi_
gura 9.7)

FIG. 9.7 METODO DE MUSKINGUM

156
Si el almacenamiento está dado en m 3/seg x día y los caudales están da­
dos en ra3/seg, K tiene unidades de días.

Si se escribe la ecuación 9.4 para S} y S 2 y se reemplaza en la 9.2a,


se obtiene, resolviéndola para C^:

°2 = Co *2 + C1 ll + C2 °1 ^9,5)

donde:

_ K x - 0.5 At
Lo " " K - K x + 0.5' At

,n
r _ K x + 0.5 At
L1 ' K - K x + 0.5 At

^ K- K x - 0.5 At
2 “ K- K x + 0.5 At

Se verifica que CQ +Cj + = -1

En estasecuaciones At es el período de tránsito en lasmismasunidades


de K. Conlos valores de K, x y t establecidos, se puedecalcular los
valores de C0 , Cj y C¿- El cálculo del tránsito se reduce a resolver
la ecuación 9.5, con los valores 0? de un período transformándose en
los valores 0} del período siguiente (tabla 9.3).

TABLA 9.3 METODO DE MUSKINGUM

Hora I
o 2
Cn I0
11
C. L C02 0,1 0

157
9.4 Problemas

Problema 9.1

Dados los hidrogramas tabulados abajo, encontrar el almacenamiento en


el tramo y hacer un gráfico del almacenamiento eri cualquier instante co
mo una función del flujo simultáneo de salida. Considere nulo el influ
j o 1oc a 1.

I 0 I 0
Fecha Hora Fecha Hora
pie3/seg pie3/seg pie3/seg pie3/seg
t

1 M 40 40 7 N 245 394
2 N 35 39 M 192 307
M 37 37 8 N 144 235
3 N 125 52 M 118 180
M 340 130 9 N 95 142
4 N 575 287 M 80 114
M 722 472 10 N 67 93
5 N 740 624 M 56 77
M 673 676 11 N 50 64
6 N 456 638 M 42 55
M 320 574

M ... medianoche
N ... mediodía

Problema 9.2

Un embalse pequeño tiene un espejo de agua de 300 acres cuando el agua


está al nivel del aliviadero; las bancas son esencialmente verticales
por encima de este nivel. El aliviadero tiene 15 pies de largo y un
coeficiente de 3.75. Con el hidrograma de entrada del problema ante­
rior, calcular el máximo nivel del embalse y la descarga máxima espera­
da si el embalse está inicialmente a nivel del vertedero a la mediano­
che del día primero (1 acre = 43,560 pies2 ).

Problema 9.3

Encontrar K y x de Muskingum para el problema 9.1.

Problema 9.4

Utilizando el hidirograma de salida del problema 9.1 como entrada a un


tramo con K = 27 horas y x = 0.2, encontrar el caudal pico de salida
utilizando el método de Muskingum.

158
CAPITULO 10 ELEMENTOS DE HIDROLOGIA ESTADISTICA

10.1 Introducción

De la referencia 9 extraernos los siguientes comentarios, con ciertos


ajustes para su adaptación al presente texto.

El objetivo básico de la aplicación de la estadística en Hidrología es


el análisis de la información hidrológica en forma de muestras, a fin
de inferir las características con que debe ser esperado en el futuro
el fenómeno que se estudia. El avance en el campo de las computado­
ras y el desarrollo creciente de métodos numéricos han dado una impor­
tancia particular al uso de la estadística en todas las ciencias natu­
rales, especialmente en Hidrología.

Existe en muchos la idea de que la estadística es usada sólo cuando no


es posible dar una solución exacta a un problema hidrológico. En esta
interpretación la solución exacta es una solución determinística ' del
problema. Sin embargo, se puede demostrar que la solución determinís­
tica constituye una solución particular de la solución estadística o
probabilística.

En forma general, la mayoría de los problemas hidrológicos se pueden


agrupar en tres categorías principales de acuerdo al objetivo princi­
pal del proyecto:

a. Diseño de estructuras hidráulicas, siendo necesaria la evaluación


y cuantificación de los valores extremos (máximos y mínimos) del
escurrimiento superficial. •
b. Satisfacción de demandas, siendo necesario evaluar y cuantificar
las descargas disponibles en el punto de interés.
c. Diseño y operación de embalses, siendo necesario evaluar y cuanti­
ficar la variación del escurrimiento superficial en todas sus ca­
racterísticas estadísticas, como valores medios, máximos y míni­
mos.

En cada una de Tas tres categorías mencionadas se presentan diferentes


tipos de problemas, dependiendo la simplicidad o complejidad de la so
lución del tipo, cantidad y calidad de la información disponible, asT
como de la magnitud del proyecto. Los casos más comunes que se presen
tan en cada una de las tres categorías mencionadas son: "

1. Cuencas con suficiente información hidrológica. Este es el caso


más optimista donde se pueden aplicar todo tipo de metodologías
existentes.
2. Cuencas con escasa información hidrológica. En este caso se pue­
den desarrollar modelos que relacionen las precipitaciones con las
descargas, mediante.el uso de la regresión simple o múltiple, li­
neal o no lineal.
3. Cuencas sin información hidrológica. Este es el caso más crítico
y el más común, el cual puede resolverse mediante un análisis re­
gional .

159
Conviene recordar aquí que las técnicas probabilísticas se aplican ¿
la información hidrológica sólo después que ésta ha sido sometida a ur
tratamiento previo en que se atiende: el relleno de la información, el
análisis de consistencia y la extensión del registro. Para este traba
jo previo resulta fundamental la referencia 8.

10.2 Uso de Modelos Probabilísticos

Los fenómenos que se presentan en la ingeniería pueden clasificarse,


desde el punto de vista de la certeza de su ocurrencia, en determinís-
ticos y probabilístieos. Si la ocurrencia de las variables en un pro­
ceso es cierta, es decir si las variables siguen una ley determinada
se habla de un proceso determinístico. En cambio, si se toma en cuen­
ta la probabilidad de ocurrencia y la falta de certeza existente, en­
tonces se habla de un proceso de naturaleza probabilística. Es conve­
niente hacer notar que la gran mayoría de los procesos que interesan
al ingeniero, en especial en el campo de la Hidrología, pertenecen a
la categoría de fenómenos probabilísticos.

Entre los procesos probabilísticos es necesario distinguir los probabi^


lísticos a secas de los probabilísticos estocásticos o simplemente es-
tocásticos. Se denomina proceso estocástico a aquél en el que las ca­
racterísticas de las variables aleatorias varían con el tiempo. En un
proceso probabilístico, independiente de la variable tiempo, la secueri^
cia de las variables no interesa y se supone que ellas siguen un deter
minado comportamiento dado por el modelo probabilístico o distribución
de frecuencias. En el presente texto sólo en el apartado 10.7 se hace
una breve referencia a los procesos estocásticos.

Dada pues una variable aleatoria, interesará describir la probabilidad


de ocurrencia de los distintos estados. Esto se consigue gracias a un
modelo matemático de su comportamiento o modelo probabiMstico. Esta
distribución probabi1ística permite calcular:

1. Las probabilidades de los distintos estados o valores que puede to


mar la yariable aleatoria.
2. La probabilidad de tener valores mayores o menores que un determi­
nado límite.
3. Los valores de probabilidad de ocurrencia asociados a cadavalor
• de la variable aleatoria.

Eri resumen, puede decirse que el modelo probabilístico o distribución


permite conocer y manejar fácilmente el comportamiento de la variable
y sintetiza toda la información sobre probabilidades asociadas a cada
estado.

Según se trate de yariables discretas o continuas, se usarán modelos


de distribución probabilísticos discretos o continuos. Seránmodelos
discretos aquéllos cuya función densidad de probabilidad y función de
probabilidad acumulada se encuentran definidas para determinados valo­
res que puede tomar la variable.

Las principales distribuciones discretas son:

1. Distribución binomial
2. Distribución de Poisson
160
Las principales distribuciones continuas son:

1. Distribución uniforme
2. Distribución normal
3. Distribución logantmico-normal
4. Distribución Gamma
5. Distribuciones de valores extremos
a. Tipo I o tipo exponencial (ley de Gumbel)
b. Tipo II o tipo Cauchy
c. Tipo III o distribuciones truncadas
6. Distribución Chi cuadrado

Una vez que el ingeniero, en base a su experiencia, escoge el modelo


probabilistico que va a usar debe proceder a calcular los parámetros
de su modelo y después revisar si este modelo es consistente con la
realidad. Ambas cosas las hace con los datos observados (registro o
muestra). Para la estimación de los parámetros hay disponibles dos mé
todos:
- el método de los momentos
- el método de máxima verosimilitud

Y para el estudio de la consistencia dos grupos de métodos:


* métodos gráficos
* métodos cuantitativos:
- test Chi cuadrado
- test W s
- test Student
- test de Kolraogoroff.

10.3 Análisis de Frecuencia de Valores Extremos

En este apartado se describe el análisis de frecuencia de valores ex­


tremos referido a caudales, es decir el análisis a que son sometidos
los caudales máximos anuales. El objeto es calcular el caudal de dise
ño de estructuras como los aliviaderos de las presas de embalse.

Supongamos que se cuenta con el registro de caudales máximos mensuales


de una serie de 30 años (caudales en m 3/seg):

E F M A M J J A S 0 N D

1959 102 110 205 40 20 15 10 8 5 5 4 2


1960 80 90 85 30 12 8 6 2 2 1 0 0
1961 16 96 74 42 36 25 14 6 8 8 6 16
1962 95 125 196 45 31 21 16 15 15 14 3 2

1988 97 116 91 50 28 19 12 11 6 5 2 12

Como esta serie abarca toda la información disponible es denominada se


161
rie de duración completa. La serie anual máxima se obtiene eligiendo
el valor máximo de cada año:
1959 205
1960 90
1961 96

1988 116

10.3.1 Posiciones de Trazado

Una vez seleccionada la serie con la que se va a realizar el


análisis de frecuencia se ordenan los valores de mayor a me­
nor, prescindiendo del año de ocurrencia:
m Q
1 220
2 196
3 116


t

30 78

Luego es necesario asignarle a cada yalor una probabilidad de


excedencia. Esta probabilidad de excedencia o frecuencia (P)
que se asigna a cada valor de la serie es lo que'se conoce co­
mo posición de trazado. Su inversa es el periodo de retorno
(T).

A través del tiempo diferentes autores han desarrollado fórmu­


las para determinar posiciones de trazado (tabla 10.1).

De todas la% fórmulas propuestas la que mejor aceptación ha te


nido hasta el momento es la de Weibull. En el ejemplo:

m Q P T

1 220 0.032 31
2 196 0.064 15.5
3 116 0.097 10.3

n = 30 78 0.968 1.03

Las cifras de la tabla final deben interpretarse así: existe


una probabilidad del 6.4% de que el valor 196 m 3/seg sea igua­
lado o excedido ^-vccos on 30- años; también: es probable que
el caudal de 196\m3/seg se presente una vez cada 15.5 añose^ p^md
\ ve? si O a w s en pro ynedÁD

162
TABLA 10.1 POSICIONES DE TRAZADO

N = 10

m = 1 m = 5
Probabili dad de
Nombre Año
excedencia (P) P T
P T

m 2
California 1923 0.10 10 0.500
N
2m - 1 0.450 2.2
Hazen 1930 0.05 20
2N
m 2.2
Weibull 1939 0.091 11 0.455
N + 1
m - 0.3
Chegodayev 1955 0.067 14.9 0.451 2.2
N + 0.4
m - 3/8 2.2
Blom 1958 0.061 16.4 0.451
N + 1/4
3m - 1
Tukey 1962 0.065 15.4 0.451 2.2
3N + 1
m - 0.44
Gringorten 1963 0.055 18.2 0.447 2.2
N + 0.12

N = número total de valores de la muestra


m = número de orden de los valores ordenados de mayor a menor

10.3.2 Ley de Gumbel

De las varias distribuciones de valores extremos hay dos que


tienen mayor aceptación, al haber demostrado que se ajustan
bien al fenómeno de las crecidas de los ríos: la distribución
de valores extremos tipo I o ley de Gumbel y la distribución
log-Pearson tipo III,

Vente Chow ha encontrado que estas distribuciones pueden ex­


presarse en la forma:

x = x + K oA

x ... caudal con una probabilidad dada


x ... media de la serie de caudales pico
°x ••• desviación estándar de la serie
K ... un factor de frecuencias definido por cada distribu­
ción. Es una función del nivel de probabilidad asig­
nado a x.

163
La ley de Gumbel está dada por la expresión:

P = 1 - e"e y (10.1)

P ... probabilidad de que un valor x sea igualado o excedido


y ... variable reducida, dada por la expresión:
y = a (x - u)

u ... moda de la distribución


a ... parámetro de dispersión

Para una muestra de tamaño finito, Gumbel encontró que:

y n ... valor medio esperado de la variable reducida


o ... desviación estándar de la variable reducida,
n
Y también que y n , on , son funciones sólo del tamaño de la mués
tra.

n 20 30 40 50 100 200
0.52 0.54 0.54 0.55 0.56 0.57
7n
1.06 1.11 1.14 1.16 1.21 1.24
an

Reemplazando valores:
Con la ecuación 10.3 es posible hallar los caudales con largos
períodos de recurrencia (avenida centenaria, avenida milena­
ria, avenida diezmilenaria). Esta ecuación es la ecuación de
una línea recta en papel probabilístico de Gumbel (página 168).
Precisamente la manera de comprobar que el modelo de Gumbel es
el apropiado para el problema en estudio consiste en graficar
la recta y plotear los puntos de la muestra; deberá cumplirse
que todos los puntos caen alineados cerca de la recta.

Ejemplo 10.1

Hallar el valor de K para una probabilidad de 1% si se trabaja


con una muestra de 40 años.

P = 0.01

De la ecuación 10.1: y = 4.600

Para n = 40 -> y = 0.54


■'n
an = J,14

De modo que:
y - yn
K = ----- = 3.55

Como T = p- = 100, se indica K^gQ = 3.55

Ejemplo 10.2

Usando el registro de caudales que se acompaña, encontrar las


crecidas de los 10, 100 y 1,000 años, utilizando la distribu­
ción de Gumbel. Los caudales están en pie3/seg.

Año Q m a- x Año QX m aí x Año Q m i a- x


1969 36,600 1976 53,100 1983 49,600
1970 69,900 1977 58,800 1984 58,600
1971 99,000 1978 64,100 1985 39,700
1972 76,200 1979 77,800 1986 38,200
1973 62,600 1980 71,200 1987 103,000
1974 44,200 1981 59,600 1988 47,900
1975 49,200 1982 55,100

Ordenando los caudales de mayor a menor:

165
m Q T m Q T

1 103,000 21.0 11 58,600 1.91


2 99,000 10.5 12 55,100 1.75
3 77,800 7.0 13 53,100 1.62
4 76,200 5.25 14 49,600 1.50
5 71,200 4.2 15 49,200 1.40
6 69,900 3.5 16 47,900 1.31
7 64,100 3.0 17 44,200 1.24
8 62,600 2.63 18 39,700 1.17
9 59,600 2.33 .19 38,200 1.11
10 58,800 2.1^ n = 20 36,600 1.05

Para n = 20 -*■ y n = 0,52


a„ - 1.06

Para T = 10 T = 100 T = 1,000


P = 0.1 P = 0.01 P = 0.001
y = 2.25 y = 4.60 y = 6.91
K = 3.85
K10 = 1 '63 100 Kio o o = 6 , 0 3

Además: x = 60,720
ax = 18,233.65

De modo que:

Q10 = 90,441 Q100 = 130,920 Q100(J = 170,669 pie3/seg

Como comprobación, ploteando los tres puntos encontrados (Q,T)


en papel probabilístico de Gumbel deben caer en una misma lí­
nea recta; además todos los puntos de la muestra deben caer en
o cerca de esta recta.

10.3.3 Distribución Log-Pearson Tipo III

Para el uso de esta distribución se convierten los valores de


la serie a sus logaritmos decimales y se hallan los siguientes
parámetros:

media log x = *

deviación estándar ^log x = E. ~ j°9 .XI.2

Coeficiente de asimetría Ag = n--- - ■*°9--x " -


("-1) (n-2) («log x )3
El yalor de x para cualquier nivel de probabilidad se puede
calcular á partir de:
166
10 20 30 40 50 60 70 80

PAPEL DE PROBABILIDAD NORMAL


P E R IO D O DE RETORNO (¡año»)
Ll 1.2 1.3 1.4 1.5 3 4 5 10 25 50 IOO 200 300 400 500 1000
i i 1 1 1 1 1 > 1

.1 .5 LO 5 tO 20 30 40 50 ¡SO 70 •O 90 95 96 97 98 99 9 9 .5 99.7 99.8 99.9


P R O B A B IL ID A D [- ^ .lO O j

La. 1.1 i l u i-iL i l I 1 i 1 i iI i i I 1 1 ii i iI ii ii i i i iiIi iiii ii ii Ii i ii 1 Ii i iI i i ii i i i ii I i iiii i i| | J


-2 .0 .1.6 -1 .0 - 0 .S 0 0 .5 1.0 1.5 2 .0 2 5 3 .0 3 .5 4 jO 4 .5 5 0 5 .5 -6 0 6 .5 7.0
VARIABLE REDUCIDA

P AP EL DE PROBABILIDAD DE/ GUMBEL


log x = log x + K a log x (10.4)

Los valores de K se toman de la tabla 10,2

TABLA 10.2 VALORES DE K EN LA ECUACION 10.4

Período de retorno, años

1,0101 1,2500 2 5 10 25 50 100


Coeficiente
de porcentaje
Nivel de probabilidad,
asimetría
Ag 99 80 50 20 10 4 2 1

3,0 -0,667 -0,636 -0,396 0,420 1,180 2,278 3,152 4,051


2,8 -0,714 -0,666 -0,384 0,460 1,210 2,275 3,114 3,973
2,6 -0,769 -0,696 -0,368 0,499 1,238 2,267 3,071 3,889
2,4 -0,832 -0,725 -0,351 0,537 1,262 2,256 3,023 3,800
2,2 -0,905 -0,752 -0,330 0,574 1,284 2,-240 2,970 3,705
2,0 -0,990 -0,777 -0,307 0,609 1,302 2,'219 2,912 3,605
1,8 -1,087 -0,799 -0,282 0,643 1,318 2,193 2,848 3,499
1,6 -1,197 -0,817 -0,254 0,675 1,329 2,163 2,780 3,388
1,4 -1,318 -0,832 -0,225 0,705 1,337 2,128 2,706 3,271
1,2 -1,449 -0,844 -0,195 0,732 1,340 2,087 2,626 3,149
1,0 -1,588 -0,852 -0,164 0,758 1,340 2,043 2,542 3,022
0,8 -1,733 -0,856 -0,132 0,780 1,336 1,993 2,453 2,891
0,6 -1,880 -0,857 -0,099 0,800 1,328 1,939 2,359 2,755
0,4 -2,029 -0,855 -0,066 0,816 1,317 1,880 2,261 2,615
0,2 -2,178 -0,850 -0,033 0,830 1,301 1,818 2,159 2,472
0 -2,326 -0,842 0 0,842 1,282 1,751 2,054 2,326
-0,2 -2,472 -0,830 0,033 0,850 1,258 1,680 1,945 2,178
-0,4 -2,615 -0,816 0,066 0,855 1,231 1,606 1,834 2,029
-0,6 -2,755 -0,800 0,099 0,857 1,200 1,528 1,720 1,880
-0,8 -2,891 -0,780 0,132 0,856 1,166 1,448 1,606 1,733
-1,0 -3,022 -0,758 0,164 0,852 1,128 1,366 1,492 1,588
-1,2 -3,149 -0,732 0,195 0,844 1,086 1,282 1,379 1,449
-1,4 -3,271 -0,705 0,225 0,832 1,041 1,198 1,270 1,318
-1,6 -3,388 -0,675 0,254 0,817 0,994 1,116 1,166 1,197
-1,8 -3,499 -0,-643 0,282 0,799 0,945 1,035 1,069 1,087
-2,0 ' -3,605 -0,609 0,307 0,777 0,895 0,959 0,980 0,990
-2,2 -3,706 -0,574 0,330 0,752 0,844 0,888 0,900 0,905
-2,4 -3,800 -0,537 0,351 0,725 0,795 0,823 0,830 0,832
-2,6 -3,889 -0,499 0,368 0,696 0,747 0,764 0,768 0,769
-2,8 -3,973 -0,460 0,384 0,666 0,702 0,712 0,714 0,714
-3,0 -4,051 -0,420 0,396 0,636 0,660 0,666 0,666 0,667

169
El método consiste en plotear 2 puntos (Q, T) y trazar la lí­
nea recta que los une, en papel de 'probabilidad log-normal. Se
prolonga esta recta para encontrar el caudal con período de re
torno grande.

10.3.4 Eventos Históricos

Algunas veces, las posiciones de trazado calculadas deben ser


modificadas. Esto sucede cuando existen antecedentes históri-
eos que permiten suponer que en el lugar en estudio han ocurri[
do crecidas que vale la pena tomar en cuenta. Veamos tres
ejemplos de casos en que hay que considerar eventos históricos.

Primer Caso:
Se tiene el registro de los últimos 30 años, pero se sabe que
la mayor crecida de este período es la mayor ocurrida en los
últimos 80 años. A la mayor crecida del período habrá que
asignarle una probabilidad de 1/81. Para la segunda mayor cris
cida el cálculo se hace en forma normal (2/31, etc).

Segundo Caso:
Se tiene el registro de los últimos 30 años, pero se sabe que
en 1909 hubo una crecida, de magnitud conocida, que es la ma­
yor hasta la fecha (80 años). La probabilidad de esta crecida
será 1/81. Para lascrecidas medidas el cálculo se hace en
forma normal.

Tercer Caso:
Se tiene el registro de los últimos 30 años, pero se sabe que
en 1909 ocurrió una crecida, de magnitud conocida, que es la
segunda en orden de magnitud en relación con las medidas. Las
probabi Iidades se cal culan así -:
mayor .crecida de todas 1/81
segunda crecida de todas 2/81
segunda crecida.del registro 2/31
tercera crecida del registro 3/31, etc

10.3.5 Longitud de Registro

Un problema que siempre ha preocupado a los hidrólogos es cuan^


tifi car el error cometido al trabajar con registros de pocos
años en la estimación de caudales con altos períodos de retor­
no.

Benson, ingeniero del U.S. Geological Survey, partió de una


lista hipotética de 1000 crecidas que definían una recta de
frecuencia, de base o referencia, trazada en papel probabilís-
tico de valores extremos. Este registro lo dividió en forma
aleatoria en 100 registros de 10 años, 40 de 25 años, 20 de 50
y 10 de 100. Para cada uno de estos 170 registros se dibujó
su recta de frecuencia y todas se compararon con la recta base.

Entre la crecida anual media calculada con diferentes longitu­


des de registro y la crecida anual media base se obtuvieron
las siguientes diferencias: 28% para registros de 10 años, 14%.
170
para registros de 25 años, 12% para los de 50 años y 5% para
los de 100 años. Esto da una idea de lo que puede esperarse
en la estimación de la crecida anual media con registros cor­
tos .

Se observó que la diferencia entre la crecida anual media base


y las crecidas anuales medias determinadas gráficamente en la
ordenada correspondiente a un periodo de retorno de 2.33 años,
no diferían en más de 1.5%. Ello permite concluir que es posi_
ble calcular gráficamente el promedio sin error apreciable.

Se estudió también los valores de las crecidas de períodos de


retorno de 10, 25, 50 y 100 años determinadas con los regis­
tros de distintas longitudes, mediante la ley de Gumbel. Los
resultados se resumen en la tabla 10.3.

TABLA 10.3 LONGITUDES DE REGISTRO NECESARIAS

Precisión 25% Precisión 10%


T
80% de las 95% de las 80% de las 95% de las
veces veces veces veces

2.33 _- 12 25 40
10 8 18 38 90
25 12 31 75 105
50 15 39 90 110
100 -- 48 100 115

Estos resultados muestran que el 95% de las veces un registro


de 39 años de longitud permite definir la crecida de los 50
años, con una precisión del 25%. Se tiene también que el 95%
de las veces un registro de 12 años permite definir la crecida
anual media con el 25% de error.

Las cifras de este estudio no pueden aplicarse a otras curvas


de frecuencia, pero son bastante indicativas de la variación
que puede esperarse al trabajar con registros de pequeña longi^
tud. Visto de otro modo, se nota la conveniencia de extender
un registro corto antes de realizar con él un análisis de fre­
cuencia.

10.3.6 Probabilidad de Diseño

Frente a un caso concreto el ingeniero debe decidir el período


de retorno de su crecida de diseño. Para ello debe precisar
en primer término la vida útil de la obra; luego se preguntará
sobre la probabilidad de ocurrencia de crecidas durante ese pe
ríodo. Escogiendo un porcentaje adecuado de riesgo determina­
rá el período de retorno de la crecida de diseño y procederá a
calcular la magnitud de ésta con la ley de Gumbel o la distri-
171
bución log-Pearson tipo III; o mejor aiin, con las dos a fin de
tomar el promedio.

El período de retorno se ha venido manejando como un valor me­


dio. Es decir, el suceso son período de retorno de T años se­
rá excedido una vez cada T años en promedio; pero también será
excedido en más de la mitad de las veces en una serie de T
años.

Aclaremos. Supongamos un evento de T = 10 años; la probabili­


dad de no excedencia en un año cualquiera es (1-0.1) = 0.9 y
la probabilidad de no excedencia durante un período de 10 años
es 0.910 = 0.35. 0 lo que es lo mismo, la probabilidad de ex­
cedencia de un suceso con un período de retorno de 10 años en
un período de 10 años es 65%.

La fórmula a usar es pues:

(1 - P)n = probabilidad de no excedencia

1 n
(1 - y) = probabilidad de no excedencia (10.5)

n ... período de diseño o yida útil de la obra.

Con la 10.5 puede calcularse el período de retorno a usar aso­


ciado a un período de diseño o vida útil y a un nivel de proba^
bilidad asignado. Así es como se ha construido la tabla 10.4

TABLA 10.4 PERIODOS DE RETORNO

Probabilidad de no exceder
Período de
diseño (n)
0.0.1 0.25 0.50 0.75 0.99
/
2 1.1 2.0 3.4 7.5 200
5 1.7 4.1 7.7 17.9 498
10 2.7 ' 7.7 14.9 35.3 996
20 4.9 14.9 29.4 70.0 1,990
30 7.0 22.2 43.0 105.0 3,330
50 11.4 36.6 72.0 175.0 5,000
100 22.2 72.5 145.0 345.0 10,000

La tabla 10.4 indica que existe una probabilidad igual a 1% de


tener un evento con período de retorno de 996 años en un perío
do de diseño de 10 años. Indica también que si se quiere co~
rrer un riesgo de 25% para una estructura de vida útil 50 años,
debe ser diseñada con un caudal pico de período de retorno 175
años.

172
Toma de decisión

El estudio de las avenidas de largo período de retorno tiene


una aplicación importante en el funcionamiento de los vertede­
ros de demasías de las presas de embalse. Por esta razón el
breve comentario que sigue se refiere a estas obras.

La selección de la magnitud de la avenida de proyecto es algo


sumamente complejo y que debe ser encarado por ingenieros exp£
rimentados en estudios de avenidas. Básicamente se toman en
consideración los efectos derivados de un eventual fracaso de
la obra. La determinación de los daños probables no debe limi_
tarse a las condiciones que existen en la época de la constru£
ción. Deben, por el contrario, evaluarse los futuros aprove­
chamientos en la llanura de inundación aguas abajo, como vi­
viendas, granjas, caminos, puentes y otros,

Las presas que forman grandes yasos, construidos en los ríos


principales, con un elevado potencial de escurrimiento, sin d£
da pueden considerarse en la categoría de muy peligrosas. En
estos casos deberá asumirse un criterio conservador, tomando
como base que no se podría tolerar una falla debido a la probja
ble pérdida de vidas y debido a los daños potenciales que pue­
den alcanzar las proporciones de una catástrofe. En cambio,
las pequeñas presas construidas en corrientes aisladas en
áreas rurales, donde la falla ni amenaza la vida humana ni pr£
duciría daños mayores, se pueden considerar en la categoría de
poco riesgo. En este caso, el criterio de diseño se puede es­
tablecer en una base mucho menos conservadora.

En los Estados Unidos, los vertederos de demasías de las gran­


des presas, cuando existe un gran peligro de vidas humanas,
son diseñados para la creciente más desfavorable posible lla­
mada creciente máxima probable (CMP). La experiencia demues­
tra que la CMP es mayor que aquellas que pueden ser obtenidas
utilizando el análisis de frecuencia. A la CMP no se le puede
asignar una probabilidad realista ni es susceptible de un est£
dio económico; el análisis debe estar basado en la decisión de
dar la másima protección. La CMP es muy grande y casi siempre
superior a las posibilidades de control; su consideración en
el estudio sólo sirve para eliminar la posibilidad adicional,
de una falla repentina en la presa; aparte de la protección de
vidas humanas puede ser útil, por ejemplo, colocar las plantas
de agua potable, así como otros servicios públicos, por encima
del nivel de la CMP.

La obtención de la CMP es un proceso largo, laborioso y costo­


so. Se determina a partir de la precipitación máxima probable
(PMP)., La PMP se puede obtener a partir del análisis de pre-
cuencia de las precipitaciones máximas. A partir de la PMP
puede obtenerse la CMP mediante técnicas hidrológicas consis­
tentes en el uso de modelos lluvia-escorrentía e hidrogramas
unitarios. Se requiere mucha experiencia. Las condiciones ex_
tremas serán condiciones antecedentes muy húmedas, hidrograma
unitario con pico muy pronunciado y embalse lleno al presenta^
se la tormenta.

173
10.3.7 Método de Gradex

Los métodos basados en distribuciones teóricas para el estudio


de frecuencia de crecidas (Gumbel y log-Pearson tipo III), se
basan en la utilización de registros de caudales pico. Sin em
bargo, los datos de caudales son por lo general cortos y rela­
tivamente escasos. Guillot y Duband elaboraron una metodolo­
gía que permite evaluar los gastos máximos de crecidas utili­
zando registros cortos de caudales conjuntamente con registros
largos de lluvias. El método consiste en extrapolar la curva
de frecuencia de gastos observados, a partir de cierto valor,
mediante una recta paralela a la de precipitaciones máximas
diarias.

Guillot y Duband desarrollaron el método del Gra'dex apoyándose


en las siguientes hipótesis:

1. Las precipitaciones máximas diarias siguen la ley de Gum­


bel o valores extremos tipo I.
2. La lluvic: media diaria sobre una cuenca tiene por gradex
el promedio de los gradex de las subcuencas.
Se entiende por gradex a la pendiente de la recta precipi_
tación-probabi1idad en un papel probabilístico de Gumbel.
Se demuestra que es igual a la razón ax/°n -
3. La retención, a medida que aumenta la lluvia, tiende hacia
un límite superior, función de las características de la
cuenca y de la humedad del suelo. A medida que se alcanza
un equilibrio entre el volumen de agua que llueve y el es­
currido todo incremento de precipitación tiende a producir
un aumento igual de volumen escurrido.

El método del gra'dex es aplicable a cuencas de hasta el orden


de los1,000 km2 de superficie. En su aplicación se procede
analizando los gastos observados hasta definir la crecida dec£
nal y luego se extrapola la recta con el gradex medio de las
precipitaciones sobre la cuenca.

De la ecuación 10.2:

= -X ♦ -° x (y - y-n )
~
x , x + _y _- y_ n . „ x

- °x °x -
= X +— . y - . yn
°n °n n

- ° Y CTY
= (x -— .y ) + — . y
an ■'n'
n
a
n
J
de modo que ox/an , que se define como gradex, viene a ser la
pendiente de la recta de frecuencia en papel probabi1ístico de
Gumbel, tal como se había anticipado.

Este método fue aplicado en Chile para alrededor de 40 estacio


hes, alcanzando resultados bastante aceptables. Encontró que
174
los resultados no diferían en más de un 10% de las crecidas ob
tenidas siguiendo el método de Gumbel.

10.3.8 Análisis de Frecuencia Regionales

Los análisis de frecuencia regionales se refieren al estableci_


miento de relaciones válidas para toda la región. Para ello
se requiere contar con registros en estaciones cercanas con ca^
racterísticas hidrológicas semejantes.
Método de la crecida índice

Es el utilizado por el U.S. Geológica! Survey en sus estudios


regionales de frecuencia de crecidas. Consiste fundaraentalmen^
te en seleccionar una región de características meteorológicas
y fisiográficas similares y efectuar un análisis de frecuencia
para cada una de las estaciones en estudio. Estas curvas se
adimensionalizan en base a una crecida índice (puede ser la
crecida media), luego se superponen y se determina una sola
distribución adimensional cuyo único parámetro es la crecida
índice. Después se efectúa una correlación entre las crecidas
índice con las características de sus cuencas y se obtiene la
curva de regresión. La combinación de la distribución adimen­
sional y la curva de regresión permite efectuar el análisis de
frecuencia en cualquier cuenca de la región.

El método, paso a paso, es el siguiente:


1. Se tabulan las crecidas máximas anuales de cada una de las
estaciones existentes en la región, siempre que dicho re­
gistro tenga una longitud de 5 ó más años. No se deben
utilizar estaciones que estén muy afectadas por obras de
regulación artificial o cualquier otro factor artificial,
salvo que se corrijan las inconsistencias.

2. Mediante un diagrama de barras se puede representar la lon^


gitud de cada registro. En base a este diagrama se elige
la longitud del período para el cual se va a hacer el estu^
dio (período común). Hay que tratar de elegir el período
común más largo posible.

3. En base a correlaciones se extienden los registros de cor­


ta duración para que abarquen un período igualal período
común elegido.

4. Se numeran las crecidas para cada estación según su magni­


tud, asignándole el número 1 a la mayor.

5. Se calcula el período de reto mo o probabilidad de exceden^


cia mediante la fórmula de Weibull, solamente para las cre^
cidas medidas. A las crecidas estimadas mediante correla­
ciones no se les calcula período de retorno ya que no se
recomienda graficarlas. Sólo se utilizan para darles un
número de orden más realista a las crecidas medidas.

6. Para cada una de las estaciones, graficar las crecidas ve£


sus su p obabilidad de excedencia en papel probabilístico
de Gumbel y trazar las respectivas rectas de distribución.
175
Con cada una de estas rectas se determina gráficamente la
crecida índice. Se recomienda que sea la crecida media y
para su determinación se entra al gráfico con una probabi­
lidad de excedencia de 42.9% (T = 2.33 años).

7. Tabular para cada una de las estaciones las razones entre


el caudal para varios períodos de retorno y la crecida ín­
dice.

8. A partir de la tabla del punto 7, determinar la mediana de


las razones para cada período de retorno. Graficar estos
valores y luego pasar por ellos una curva que representará
la curva de frecuencias regional y cuyo único parámetro es
la crecida índice (Q^).

9. En base a los datos de las crecidas índice para cada esta­


ción y a las características físicas y meteorológicas de
cada cuenca determinar una ecuación de regresión con Q-¡ co
mo variable dependiente. Las características físicas y me
teorológicas de las cuencas son múltiples y de difícil eva
luación. Afortunadamente se ha demostrado en la práctica
que en la mayoría de las regiones se obtiene una buena co­
rrelación utilizando únicamente el área de la cuenca como
variable independiente.

10. Utilizando las curvas determinadas en 8 y 9 se puede obte­


ner una curva de frecuencia para cualquier sección dentro
de la región en estudio.

10.3.9 Resumen del Estudio de Avenidas

A continuación se presenta un comentario de los aspectos más


relevantes en el estudio de avenidas.

En cuanto a lo que se persigue.- Unas veces sólo se requiere

176
el caudal máximo, como en el diseño de alcantarillas, otras se
requiere el hidrograma de la avenida, como en el estudio del
tránsito.

En cuanto a las condiciones precedentes.- De acuerdo a la cli_


matología del lugar, ha de precisarse si la avenida se presen­
ta cuando en el río hay un flujo base apreciable o no. Si se
están manejando precipitaciones la precisión debe ser en el
sentido de que si la precipitación de diseño se presenta cuan­
do el suelo de la cuenca está húmedo o no.

En cuanto a la información disponible.- Se presenta toda una


gama de posibilidades.

a) El caso ideal lo constituye la cuenca con estación de afo­


ro en el punto de interés y estaciones pluviométricas re­
partidas, una de las cuales por lo menos es registradora.
Se puede en tal caso aplicar el análisis de frecuencia a
los caudales y volúmenes extremos y también se puede hacer
el análisis de los hidrogramas de crecidas.

b) Igual que el anterior, con la diferencia que es corto el


período de registro de caudales. Se puede aplicarel méto
do del Gra'dex.

c) Igual que los casos a) y b), sólo que los caudales no son
medidos sino inferidos a partir de valores medidosen el
mismo río, aguas arriba y/o aguas abajo del punto de inte­
rés. Se aplican los mismos métodos. Se hace notar que de^
ben evitarse los análisis de frecuencia de caudales con va^
lores inferidos de otras cuencas.

d) Sólo se conocen los caudales. Se aplica el análisis de


frecuencia para obtener los valores de la descarga y el v£
Turpén de los T años. El hidrograma correspondiente puede'
obtenerse aplicando el hidrograma básico.

e) La cuenca posee sólo las estaciones pluviométricas repartí^


das, una de las cuales por lo menos es registradora. Se
aplica el análisis de frecuencia a las precipitaciones pa­
ra obtener el valor de la precipitación de los T años y
duración igual al tiempo de concentración (Tc ) de la cuen­
ca. Luego se estima la escorrentía directa correspondien­
te a esta precipitación aplicando el método del hidrograma
unitario triangular.

f) Igual que el anterior, pero sin ninguna estación registra­


dora. Se puede estimar la escorrentía directa con los da­
tos de suelos y cubierta vegetal. Es posible, además, uti_
lizar el hidrograma básico para obtener el hidrograma a­
proximado de la avenida.

g) La cuenca no posee ningún tipo de estación. Se puede uti­


lizar el método de la sección y la pendiente para estimar
el caudal máximo de la corriente. Se puede también reali­
zar un análisis de frecuencia regional. Es posible además
utilizar el hidrograma sintético para generar el hidrogra­
ma aproximado de la avenida.

177
En cuanto al trabajo de campo.- El estudio de avenidas, como
parte del estudio hidrológico de un proyecto, es necesario que
esté a cargo de un ingeniero con mucha experiencia de campo.
En el campo deben reunirse todos los datos que se refieren a
las características hidrológicas de la cuenca. Debe preparar­
se un mapa a curvas de nivel mostrando la delimitación de la
cuenca y la ubicación de cada estación hidrométrica y/o pluvio
métrica. El ingeniero que hace el estudio de las avenidas de­
be hacer un recorrido de inspección sobre la cuenca, a fin de
verificar las divisorias del área de drenaje y los datos de ci¿
bierta vegetal. El ingeniero experimentado sabe que ciertos d£
talles topográficos ejercen una influencia importante en la
magnitud de la precipitación, y que algunas formaciones geoló­
gicas tienen la característica de producir elevadas descargas
en las avenidas mientras que otras tienden a reducir el poten­
cial de las avenidas. El recorrido debe incluir visitas a las
cuencas vecinas si es que se prevé el uso de los registros de
las cuencas vecinas en el estudio.

Casos especiales

1. Las relaciones 1luvia-escurrimiento se establecen para la


hipótesis general de que la cuenca húmeda coincide con la
cuenca topográfica. En estas circunstancias el coeficien­
te de escorrentía C tiene valores menores que la unidad.
Hay ocasiones sin embargo en que esto no es así. La figu­
ra adjunta muestra cómo la presencia de un estrato imper­
meable puede hacer que el valor del coeficiente de escu­
rrimiento resulte mayor que la unidad.

2. Las descripciones hechas en este texto, acerca de las ave­


nidas, se refieren al caso general dé avenidas que resul­
tan de las precipitaciones pluviales sobre una cuenca sin
deshielos. Hay ocasiones, Sin embargo, en que los escurrí,
mientos producidos por los deshielos son una característi­
ca dominante, En estos casos el gasto de la corriente pro
yeniente de loi deshielos puede Sep grande y debe añadirse
al gasto calculado para la lluvia, Además, cuando se esti_
me el escurrimiento producido por las lluvias en estas
áreas, debe considerarse que parte de la cuenca está cu-

178
bierta por nieve. El escurrimiento de la lluvia que cae
en la nieve puede llegar a ser igual a la precipitación.
Por lo tanto, las pérdidas totales por retención para la
lluvia en uria cuenca parcialmente cubierta por la nieve se
rán menores que las de la misma cuenca cuando no está cu­
bierta por la nieve.

3. Ciertas cuencas poseen accidentes o medios que retardan el


escurrimiento, como lagunas, pantanos, hojarasca y tierra
vegetal porosa. Estas cuencas requieren también un estu­
dio especial que se encarga a ingenieros con mucha expe­
riencia,

10,4 Análisis de Frecuencia de Valores Medios

El análisis de frecuencia de valores medios (por ejemplo, gastos me­


dios mensuales, precipitaciones anuales, volúmenes de escorrentía,
etc) se efectúa con distribuciones como la normal o log normal.

En esta ocasión sólo se verán dos aspectos importantes del análisis de


frecuencia de valores medios: la curva de gastos clasificados o curva
de duración y el tratamiento especial que conviene darle a las séries
que contienen valores ceros.

Curva de Duración

En el apartado 6,5 fue descrita esta curya y la forma cómo se cohstru-


ye. Ahora varaos a ver de qué manera se obtiene la curva de duración a
partir de registros cortos.

Una curva de duración será más representativa de las condiciones de es^


currimiento en una cuenca mientras mayor sea el período de tiempb que
abarquen los datos. Si se cuenta con un registro corto, se puede dibi¿
jar una curva de duración representativa de un período más largo me­
diante el siguiente método recomendado por el U.S. Geological Survey.

1. Se dibuja una curva de duración para la estación en estudio (A)


con los registros que ella posee.

2. Se elige^otra estación B de régimen fluviométrico similar y con re^


gistro más extenso. Se construye una curva de duración de esta es^
tación B para un período de registro concurrente con el de la esta
ción A.

3. A partir de las curvas dibujadas en 1 y 2 se determinan los cauda­


les para varias probabilidades de excedencia. Estos puntos se lie
van a un gráfico y se determina una curya de relación entre arabas
estaciones.

4. Se construye luego la curva de duración de B para todo el período


que tiene registros.

5. En base a las curvas determinadas en 3 y 4 se construye la curva


de duración de A representativa del período de larga duración. Pa
ra ello, se entra a la curva determinada en 4 con una probabilidad
de excedencia y se obtiene un caudal para B. Con ese caudal se en
179
tra a la curva determinada en 3 y se tiene el caudal para A con la
probabilidad de excedencia dada. Repitiendo este procedimiento p¿
ra varias probabilidades se puede trazar la nueva curva de dura­
ción para la estación A.

La selección de la estación de registros más largo debe hacerse consi­


derando que debe tener condiciones climáticas y fisiográficas simila­
res a la de la cuenca en estudio. Es por ello que debe preferirse se­
leccionar una estación en el mismo río. Además, la estación seleccio­
nada y la estación en estudio deben tener un período concurrente de re^
gistros suficiente como para poder establecer una curva de relación
aceptable. Otro factor que es conveniente considerar al seleccionar
la estación es su distancia a la estación en estudio. A igualdad de
otros factores, estaciones cercanas darán mejores relaciones que esta­
ciones más alejadas.

Estimación de curvas de duración.

En algunas oportunidades se requieren curvas de duración en ríos que


no tienen datos fluviornétrieos. Cuando la parte baja de la curva (cao
dales pequeños) no es de gran interés, se puede recurrir a la trasposT
ción desde cuencas vecinas de curvas de duración por unidad de área’.
En cambio, si interesa la distribución de los caudales chicos la tras­
posición puede no ser aceptable ya que ellos dependen en gran medida
de las características geológicas de la cuenca.

Análisis de frecuencia de datos con ceros

Al intentar hacer un análisis de frecuencia de cierto tipo de datos cío


mo por ejemplo, datos de valores medios, crecidas en cuencas pequeñas
de regiones áridas, etc, es fácil encontrar muestras que contengan va­
lores cero. El problema se presenta porque las distribuciones comunes
no se ajustan a una serie con esas características. Por esta razón,
Oennings y Benson desarrollaron un método basado en probabilidades con^
dicionadas que permite realizar en forma fácil el análisis de frecuen­
cia de una serie del tipo señalado.

En la figura se indica el espacio rouestral y los diferentes eventos que


se van a considerar.

La fórmula para probabilidades condicionadas indica que:

P (y/x, -

De acuerdo a la figura la intersección de y,x es y de modo que:

P(y/x) = PY
PIxT

Luego: P(y) = P(x) . P(y/x)

180
Xb Xm

Su b co n ju n to y 1
E vento s o b r e una magnitud >
J1
Subconjunto x "
E v e n to sobre una magnitud Xb total de n eventos

-J
Espacio m uestr al ¡ t o t a l de N e v e n t o s

La probabilidad de que ocurra el evento x es igual a n/N, de manera


que:

p(y) = R-P(y/x).

La.última ecuación expresada en términos hidrológicos y haciendo xb=0,


quedaría:

Prob (evento>xm ) = jj- Prob (evento > xm /evento > 0) (10.6)

De acuerdo con lo anterior, para obtener las probabilidades de excedejn


cia de una serie con valores nulos, sé efectúa un análisis de frecuen­
cia de la serie que contiene todos los valores mayores que cero y lue­
go se multiplican estas últimas probabilidades por la razón n/N.

10.5 Análisis de Frecuencia de Precipitaciones

Lo estudiado sobre análisis de frecuencia de crecientes se aplica tam­


bién a las precipitaciones. No obstante los numerosos estudios compa­
rativos realizados con las diferentes distribuciones no se ha llegado
a una conclusión general definitiva.

Los valores de la precipitación máxima horaria o diaria se ajustan bien


a distribuciones tales como la de valores extremos tipo I y log-Pear
son tipo III.

En zonas húmedas el valor medio es alto y por lo tanto la precipita­


ción mensual, estacional o anual se aproximan bien a una distribución
normal. En zonas áridas los valores se ajustan mejor a distribuciones
como la log-normal y las transformadas de la distribución normal.

181
Curvas intensidad-duración-frecuencia

En el apartado 2.7 se describió la forma de obtener las curvas intensi_


dad-duración-frecuencia. En el manejo de la fórmula racional (aparta­
do 7.3) se vió la aplicación de estas curvas para obtener el valor de
i que entra en dicha fórmula.

Lamentablemente, los registros pluviográficos son escasos, de modo que


el procedimiento descrito para obtener las curvas pocas veces eS apli­
cable en la práctica. Esta situación ha llevado a algunos investigad^
res a buscar procedimientos que permitan superar tal deficiencia, apro
vechando al máximo la información realmente existente. Frederich BelT
(1969) publicó un trabajo en el cual generalizaba las curvas intensi_
dad-duración-frecuencia, a partir de datos recogidos principalmente en
Estados Unidos. El argumento físico en que se apoyó es el hecho de
que las lluvias extremas de menos de dos horas de duración se deben a
tormentas de tipo convectiyo, las cuales poseen características simiU
res en todas las regiones del mundo.

La expresión matemática propuesta por Bell es la siguiente:

pj = (0.21 T + 0.52)(0.54 t0,25 - 0.50) p*g (10.7)

t ... duración en minutos


T ... período de retorno en años
pl ... precipitación caída en t minutos con período de retorno T
años.

La fórmula es aplicable a lluvias de menos de dos horas de duración y


con períodos de retorno comprendidos entre 2 y 100 años. Estudios he­
chos en diferentes partes del mundo han conducido a valores sensible­
mente iguales para todos los lugares. Se observa que se requiere cono
cer la precipitación de una hora de duración y 10 años de período de
retorno.

En realidad no siempre se cuenta con información de lluvias de una ho­


ra de duración. Pero Espíldora, obtuvo en Chile que la relación entre
la lluvia máxima diaria y la lluvia de una hora es más p menos constan^
te e igual a 4.04. Esto hace posible obtener la lluvia p|§ que entra
en la fórmula, a partir de las lluvias máximas diarias cuyos registros
son más frecuentes.

El procedimiento completo entonces viene a ser el siguiente. A partir


de los registros de precipitaciones máximas diarias obtener, mediante
un análisis de frecuencia, la magnitud de la lluvia con período de re­
torno 10 años. Usando el coeficiente de Espíldora tener" p ^ y luego
aplicar la fórmula de Bell. Por último, calcular, a partir de las ma¿
nitudes encontradas de lluvia, las intensidades correspondientes a fin
de poder construir las curvas intensidad-duración-frecuencia.

Mapas de lluvia-duración-frecuencia

En vez de intensidades se grafican otras veces las cantidades de llu­


via, siempre para diferentes duraciones y frecuencias, lográndose con­
feccionar mapas regionales e incluso para todo el país. Estados Uni­
dos, por ejemplo, tiene mapas de lluvia para duraciones entre 30 minu-
182
tos y 24 horas, para períodos de retorno entre 1 y 100 años. Estos ne
pas se elaboran a partir de precipitaciones en parte observadas y en
parte estimadas a través de correlaciones múltiples usando parámetros
como la pendiente, la elevación, las distancias, etc.

Todos los mapas de lluvia-duración-frecuencia muestran datos puntuales


de lluvia, pero se supone que estos valores son aplicables para áreas
de hasta 25 km2 . La precipitación media en una área debe ser menor
que la precipitación máxima puntual en el área.

10.6 Análisis de Frecuencia de Sequías

Se acostumbra definir la sequía en términos de períodos fijos de tiem­


po con riienos de una cantidad mínima de agua (caudal o lluvia).

Por logeneral interesan los caudales bajos. Se puede en este caso se^
leccionar el caudal mínimo cada año durante períodos de diversas longi_
tudes (1 día, 7 días, 30 días, etc) y aplicar a esta serie el análisis
de frecuencia según la distribución log normal. También se puede uti­
lizar el modelo de Gumbel, pero con escala logarítmica para los cauda­
les debido a los amplios límites de los valores. Las líneas de fre­
cuencia ya no resultan rectas como en el análisis de crecidas, sino
curvas como muestra la figura.

La frecuencia de la sequía en términos de la lluvia puede presentarse


en un gráfico similar, que mostraría la frecuencia de varias cantida­
des mínimas de lluvia en períodos de diversas longitudes.
183
10.7 Breve Mención de los Procesos Estocásticos

10.7.1 Introducción

Sea una variable x. Si el comportamiento de x puede predecir­


se con certeza, x es una variable determinística. Si no, x es
una variable aleatoria o random, pudiendo decirse que x está
gobernada por las leyes de la probabilidad.

Asumamos ahora que el comportamiento de x puede observarse de


manera secuencia!Xj, x2 en que los subíndices represen­
tan ‘intervalos de tiempo. Dicha secuencia se llama serie de
tiempo. A estas series nos referimos en este apartado.

Las series de tiempo son series estocásticas. Y el juego de


variables aleatorias x 1 , x2 , ..., asociadas según su distribu­
ción de probabilidad se llama proceso estocástico. El término
estocástico tiene pues una significación más amplia que el tér^
mino probabilístico.

Los procesos estocásticos en hidrología pueden representarse


de dos maneras, en forma discreta (fig. a) o en forma continua
(fig* b), siendo la segunda la más común.

Aparte de la función dé distribución f ^ , x2 , ...), conviene


indicar algunas propiedades, como valor esperado, varianza y
covarianza. El valor esperado de un proceso estocástico xi,
x2 , se compone del juego de valores esperados de cada po­
sición en el tiempo: E ^ ) , E(x2), --- El juego de varianzas
es Var(xj), Var(x2), .... También se usa la notación:

Ut = E(xt)

at2 - Var(xt ), t = 1, 2, ...

Considerando dosposiciones cualesquiera t y t-K, la covarian­


za entre lasvariables x-j- y x^-..^ se representa por:

Cov(K) = Cov(xt> xt_K)

La covarianza es la propiedad que describe la dependencia li­


neal del proceso estocástico.

184
Un proceso estocástico (serie de tiempo) es estacionario en el
promedio si los valores esperados no varían con el tiempo:

E(X!) = E(x 2) = ... = E(xt ) = E(x) = u

Análogamente, cuando Var(x^) = a2 , t = 1, 2, ... es una cons­


tante, el proceso estocástico es estacionario en la varianza.

Un proceso estocástico es estacionario en la covarianza cuando


la covarianza depende sólo del retardo K pero no depende de la
posición t:

Cov(xt , *t_K ) = Cov(K), sin importar t

Un proceso estocástico es estacionario de primer orden cuando


es estacionario en el promedio y estacionario de segundo orden
cuando es estacionario en el promedio y en la covarianza (se
hace notar que estacionario en la covarianza implica estaciona^
rio en la varianza).

En las definiciones que se han dado, en vez de usar el término


proceso estocástico estacionario se puede decir también series
de tiempo estacionarias o simplemente series estacionarias.

Modelos

Un modelo matemático representando un proceso estocástico se


llama modelo estocástico o modelo de serie de tiempo. Tiene
una cierta forma matemática o estructura y un juego de paráme­
tros .

Un modelo de serie de tiempo simple podría estar representado


por una simple función de distribución de probabilidad.

f (x; e)

con parámetros e = {el t &2 , ...} válidos para todas las posi­
ciones t = 1, 2... y sin ninguna dependencia entre x x , x2 , ...

Por ejemplo, si x es normal con promedio u y varianza a2 , el


modelo de la serie de tiempo puede escribirse:

xt = u + a et t = 1, 2 ... (.10.8)

donde es también normal con promedio cero, varianza uno y


Ei, £2 , ... son independientes.

El modelo 10.8 tiene parámetros u, a y desde que ellos son


constantes (no varían con el tiempo) el modelo es estacionario.

Un modelo de serie de tiempo con estructura dependiente puede


formarse como:

et = * et - l + 5t (1 0 -9 >

185
donde £j. es una serie independiente con promedio cero y varian
za (1 -<J)2). et es la serie dependiente y <f> es el parámetro déT
modelo.

Si ££ de 10.8 fuera representada por el modelo dependiente


10.9 entonces x+ seria también un modelo dependiente. En este
caso los parámetros del modelo de x^. serían u, a y <p.

Desde que los parámetros de los modelos recién considerados son


constantes los modelos son estacionarios, representando series
de tiempo estacionarias o procesos estocásticos estacionarios.

Los modelos no estacionarios resultan cuando dichos parámetros


varían con el tiempo.

Modelaje de series de tiempo

El modelaje de series de tiempo es un proceso que puede ser


simple o complejo, dependiendo de las características de la se^
rie que se tiene, del tipo de modelo a usar y de las técnica?
de modelaje que se sigan.

Por ejemplo, series con características estadísticas que no va^


rían con el tiempo generalmente conducen a modelos y técnicas
de modelaje que son más simples que aquéllas de series con ca­
racterísti cas que sí varían con el tiempo.

Hay varios modelos estocásticos que pueden usarse para repre­


sentar una serie de tiempo, unos más complejos que otros.

Para cada modelo hay técnicas conocidas para estimar los pará­
metros del modelo y para probar cuán bueno es el modelo; aquí
también unas técnicas son más complejas que otras.

En general, los pasos en el modelaje son:

1. Selección del tipo de modelo.


2. Identificación de la forma o el orden del modelo (número
de parámetros).
3. Estimación de los parámetros del modelo.
4. Comprobación de la bondad del modelo.

El modelaje es por eso un proceso iterativo.

10.7.2 Modelos de Series de Tiempo

En 1914 Hazen mostró ya la posibilidad de usar la teoría de la


estadística y la probabilidad en el análisis de la secuencia
de los caudales en un río. Pero no fue sino por los años 60
que se inició el desarrollo formal del modelaje éstocástico.

Los principales modelos estocásticos conocidos se señalan a


continuación, haciéndose notar que no es única la manera de ex
presar cada uno de ellos.

186
1) Modelo de filtro lineal

La idea es que una serie de tiempo en la que los valores


sucesivos tienen alta dependencia, puede ser considerada
como generada por una serie de variables aleatorias a^ ge­
neradas por una distribución única de valor esperado cero
y varianza conocida a a2 . Usualmente estas variables son
normales y en este caso se conocen como ruido blanco.

El proceso queda definido entonces por el modelo:

Zt - u + at + <h at ^ + <j>2 at _2 + . . . (10.10)

donde u es un parámetro que determina el nivel del proceso


y la secuencia $2 , <j>2 » ... puede ser finita o infinita. Si
la secuencia es finita o infinita pero convergente el pro­
ceso es estacionario.
2) Modelo de autorregresión

Este modelo de proceso estocástico expresa el valor del


proceso en el instante t, como una combinación lineal de p
valores anteriores y de una variable aleatoria a^- con va­
lor esperado cero y varianza a a2 conocida.

Sea Z, Zt_I , ... Zt_p

Z = Zt - u

Entonces el proceso

zt ' h * u

h =* l Z t - i + * z z t - 2 + • • • + V t - p + at O o .n )

se denomina proceso autorregresivo de orden p. En forma


abreviada AR(p). También se conoce con el nombre de proce
so markoviano.

El modelo contiene p + 2 parámetros por determinar u,


$2 » ••• 4>p» a2 y es posible hacer ver que se trata de un
caso particular del modelo de filtro lineal.

El modelo AR(l') resulta de considerar solamente un término


autorregresivo en la ecuación 10.11:

Zt = zt + u

zt ' h h -i + at

y se llama modelo autorregresivo de primer orden o modelo


Markov de primer orden.

De manera similar, el modelo AR(2) se obtiene haciendo p=2


en la ecuación 10.11.
187
Estudiar las propiedades de los modelos AR es referirse al
valor esperado, la varianza, la función de autocorrelación
o correlograma y las condiciones que deben reunir los parj^
metros del modelo.

3) Modelo de promedios móviles

El proceso estocástico definido_por un modelo de promedios


móviles representa el valor de Zt como combinación lineal
de q valores de una secuencia de variables aleatorias a^,
con valor esperado cero y varianza aa2 .

Entonces:

- Gja 3 a. ( 1 0 . 12 )
zt - lt-l 32at.-2 q t-

se denomina proceso de promedios móviles de orden q. En


forma abreviada MA(q). El nombre de promedio móvil se con^
serva por tradición, pues los valores 1, 0!, - e2 ,...-0q,
no deben ser necesariamente positivos ni sumar uno. Este
proceso contiene q + 2 parámetros por determinar a partir
de los datos de las series.

4) Modelo autorregresivo de promedios móviles

Un tipo de proceso que permite una extraordinaria flexibi­


lidad para ajustar series reales es uno que combina las ca^
racterfsticas de los dos modelos anteriores. Es así como
se puede definir un proceso:
,.p
Zt = Zt + u

4> Z. + a.
^t - l Tp t-p t ’^ t - l 5qat-q

(10.13)

que necesita p + q + 2 parámetros que deben ser estimados.


El nombre abreyiado de este modelo es ARMA.

5) Modelos no estacionarios

Se trata de una generalización de los modelos previamente


mencionados. Se trata de representar series cuyo comporta
miento no es estacionario y en particular que no varían en
torno a un valor medio, pero que sin embargo tienen un
cierto tipo de comportamiento homogéneo.

Un proceso de esta naturaleza puede ser representado por­


que sus diferencias de orden d conforman un proceso esta­
cionario tipo ARMA, es decir si

188
donde representa las diferencias de orden d del proceso

(10.14)

El proceso así definido se denomina proceso autorregresivo


de promedios móviles integrado, de orden (p,d,q). En for.
raa abreviada ARIMA.

Es interesante hacer notar dos elementos importantes de es^


te tipo de procesos. El primero es que puede ser conside­
rado como la aplicación en serie de tres modelos de filtro
lineal con coeficientes especiales, y la segunda es que ha
sido empleado con gran éxito en la representación de se­
ries de tiempo estacionales.

10.7.3 La Función de Autocorrelación

La función de autocorrelación mide la dependencia lineal que


existe entre la serie dada y la misma serie desplazada en el
tiempo.

Este concepto permite analizar una serie de tiempo e identifi­


car parcialmente el proceso subyacente si la función de auto-
correlación tiene la estructura esperada.

Para definir formalmente la función de autocorrelación o corre


lograraa es necesario definir previamente la autocovarianza pa­
ra un desplazamiento K:

yK = E I U t - u ) ( Z t + K - ,,)| (10.15)

Para procesos estacionarios, la función de autocorrelación se


puede definir entonces como:
y
r(K) = — K = 0, 1, ... (10.16)
o

donde y0 = E |(Z-t - u)2 | es la varianza constante del proceso

Estimación de corre!ogramas

Hasta aquí se ha considerado solamente la función teórica de


autocorrelación que describe un proceso estocástico. En la
práctica se tiene una serie de tiempo finita Zx , ..., Zn , con
N observaciones, de la cual sólo se puede obtener una estima­
ción de la función.

Se han sugerido diversas estimaciones de la función, y cada su^


gerencia tiene características y propiedades particulares. Se
ha concluido que la estimación más satisfactoria del valor de
la función de autocorrelación para un desplazamiento K es:
189
r = /CK- (10.17)
o

siendo C ^ la estimación de la autocovarianza, según:

CK = ff (.Zt - Z ) . C zt + K - Z ) (10.18)

K = 0, 1, 2, ...

- 1 N
1 = ir E
IN t=i
zt

Técnicas de análisis de series de tiempo

Las técnicas principales de análisis de series de tiempo utilj[


zan herramientas matemáticas bastante desarrolladas que no co­
rresponde tratar en este texto. Sin embargo, hay dos formas
que son usualraente utilizadas y que no requieren de un desarro
lio teórico muy complicado. Una es mediante los correlogramas
y la otra es mediante el desarrollo én series de Fourier de la
serie de tiempo.

10.7.4 Aplicaciones del Modelaje en Hidrología

El modelaje de series de tiempo en Hidrología tiene dos aplica


ciones globales:

1. Para la generación de series hidrológicas de tiempo sinté-


ti cas.
2. Para la predicción de series hidrológicas de tiempo futu­
ras.

Se requiere la generación de series sintéticas en los siguien­


tes casos:

a) Para dimensionamiento de reservorios.


b) Para planear expansiones de la capacidad de sistemas de si¿
ministro.
c) Para determinar el riesgo de falía de suministro de agua
para irrigaciones.
d) Para determinar el riesgo de falla de capacidades confia­
bles de centrales hidroeléctricas.
e) En casos similares.

Se requiere la predicción de series de tiempo futuras en los


siguientes casos:

1) Para planeamiento a corto plazo de operación de reservo­


rios .
190
2) Para planeamiento de operación durante sequías.
3) En casos similares.

10.7.5 Reflexiones Acerca del Modelaje

Siempre existen diferencias entre los modelos reales y los es­


timados, y entre los parámetros de los modelos reales y los es^
timados. Dichas diferencias representan las incertidumbres
del modelaje. Una forma de disminuir tales incertidumbres es
mediante la selección del modelo que mejor represente la reali_
dad física del sistema, Algunas veces puede ser posible usar
leyes físicas para inferir cuáles serían las expresiones mate­
máticas del correspondiente modelo estocástico de serie hidro­
lógica.

El modelaje de procesos de descargas ha seguido esencialmente


dos caminos: el determinístico o simulación física del siste­
ma hidrológico y el estadístico o simulación estocástica del
sistema. En el primero hay siempre una correspondencia única
entre la entrada, digamos precipitación, y la salida, digamos
descarga. En el segundo los modelos más ampliamente seguidos
son los modelos autorregresivos. Claro que también se han us£
do otros modelos determinísticos o estocásticos. Actualmente
la tendencia es la de conciliar ambos puntos de vista. Por un
lado el método determinístico trata la precipitación como una
variable aleatoria y por otro se busca una justificación físi­
ca de los modelos estocásticos.

Ejemplo .10,3

Si la recesión del flujo en el río es de la forma

Q0 ... caudal al inicio del añocronológico


K ... constante de recesión

Entonces la serie anual dependiente de descargas Z-¡ seguirá el


modelo autorregresivo de primer orden, AR(1):

ix - z = * (Zi_1 - Z) + e .

Z ... promedio de Z-¡


<j> ... coeficiente de autorregresión o coeficiente auto­
rregresi vo
e.j ... componente estocástica independiente.

Se demuestra que;

Sin embargo, qué tan bueno resulta este modelo AR(1), depende
de qué tan buena es 1a suposición de recesión exponencial efr- si­
rio.
191
Ejemplo 10.4

Justificación física de los modelos autorregresivos de prome­


dios móviles (ARMA) para simulación de caudales.

flujo anual en el río = contribución de a.subterránea + esco­


rrentía directa.

zt = c St_2 + d X (10.19)

La ecuación de continuidad para el almacenamiento subterráneo


da:

St = St-1 + a Xt “ c St 1

o St = (1 - c) St_1 + a Xt (10.20)

Combinando 10.19 y 10.20 Salas y Smith (referencia 10) encon­


traron que el modelo para el flujo anual Zt puede escribirse
como:

Zt = (1-c) + d X t - | d(l-c) - a c| Xt-1 (10.21)

que tiene la forma de un modelo ARMA (1, 1) cuando la precipi­


tación anual es una serie independiente.

192
CAPITULO 11 ACERCA DE LA HIDROLOGIA EN EL PERU

11.1 Introducción

De acuerdo a los objetivos previamente señalados se han descrito.en el


texto en forma ordenada los fundamentos y los métodos hidrológicos or­
dinarios. Acerca de estos últimos, se han descrito los métodos genera_
les aplicables a cuencas con información y los métodos particulares
aplicables a cuencas con escasa o ninguna información, que es el caso
de gran parte de nuestro territorio.

Corresponde tratar en este último capítulo, de modo especifico, los a£


pectos relevantes de la Hidrología en el Perú. En torno a esto es ne­
cesario decir que el principal trabajo realizado aquí en el país es el
que se hizo al empezar la presente década gracias al aporte del Gobier^
no del Perú y del Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia. El tra­
bajo se enmarcó en el Convenio de Cooperación Técnica para el Estudio
de la Hidrología del Perú, suscrito por el Instituto Italo-Latino Anre
ricano (IILA), el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología
(SENAMHI) y la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), en el ámbito
desús respectivas competencias institucionales.

Se asignó como finalidad del Estudio el proporcionar a los ingenieros


elementos necesarios para evaluar;

1. Los recursos hidrológicos disponibles en las diferentes zonas del


país e identificar las posibilidades que existen para su mejor
aprovechamiento.

2. Las máximas avenidas que pueden verificarse a lo largo de los cur­


sos de agua que atraviesan las diferentes zonas del país e identi­
ficar las posibilidades para reducir los daños que ellas pueden
provocar, por medio de adecuadas capacidades de embalses.

Las metodologías adoptadas para elaborar los datos disponibles y las


conclusiones deducidas se encuentran contenidas en la publicación ESTl¿
DIO DE LA HIDROLOGIA DEL PERU, disponible en Senamhi desde Diciembre
de 1982.

Es intención del autor concluir el presente texto con una descripción


sucinta de dicha publicación, a fin de facilitar su uso en la solución
de los problemas de interés practico que se presentan en el Perú en el
desarrollo de los Proyectos Hidráulicos.

11.2 Descripción del ESTUDIO DE LA HIDROLOGIA DEL PERU

La publicación ESTUDIO DE LA HIDROLOGIA DEL PERU consta de tres Volúme


nes y una carpeta. La carpeta contiene tres Anexos y un juego de 10
Planos.

En los Volúmenes se indican las metodologías adoptadas para elaborar


los datos disponibles y las conclusiones deducidas. En los Anexos se

193
indican los pasos a seguir en la solución de problemas específicos que
se presentan en la práctica.

El Volumen I está dedicado a la Pluviometría y a la evaluación del


aflujo meteóricó que puede verificarse con una determinada probabili­
dad sobre la cuenca correspondiente a una sección genérica del cauce.

El Volumen II está dedicado a la Hidrometría y a la evaluación de las


escorrentías que pueden verificarse con determinada probabilidad en
tal sección (Parte II:A) y a la evaluación de la capacidad de embalse
necesaria para regular las escorrentías con finalidades prefijadas de
utilización (Parte II:B).

El Volumen III está destinado a la evaluación de los caudales máximos


y de las escorrentías que pueden ocurrir en una sección genérica en
ocación de eventos de máxima intensidad con una probabilidad asignada.

Se cita, por considerarlo de interés, el siguiente párrafo del Prólogo


de la publicación que nos ocupa:

"En base a los datos disponibles ha sido posible lograr los objetivos
previstos para la mayoría de las zonas, mientras que, para las restan­
tes, la información obtenida de los datos a disposición resultó total­
mente inadecuada. Al respecto, las conclusiones del Estudio permite
completar el diseño de la red nacional de estaciones hidrometeorológi-
cas".

El Plano 10A muestra la subdivisión del territorio patrio en zonas plu


vioroétricas. En total son 1, 2, ... 10 zonas pluviométricas; 1, 2,...
16 subzonas pluviométricas y A, B, ... L áreas anómalas.

El Plano 2B muestra los 8 grupos de cuencas hidrológicamente similares


en que igualmente ha sido subdividido el territorio.

El Anexo A contiene:

- Cuadro 1, en el que se indican las estaciones pluviométricas utiliza^


das en el estudio (código, cuadrante, nombre, n, <j>, Y, D^, Dc ).

n ... número de años de registro


tf> ... latitud, en grados
Y ... altitud, en m.s.n.in.
Dn, ... distancia a la línea de costa, en km
Dc ... distancia al borde occidental de la cordillera (línea de de
limitación hacia occidente de las zonas pluviométricas 3 y
4), en km.

- Cuadro 2, en el que se indica para cada zona, subzona y área anóma­


la, las funciones:

M(h) = a + bZ

Y(h) = m Mn

h ... altura de lluvia anual en un punto, en mm


M(h) = M ... valor medio de h

194
Z ... parámetro considerado para caracterizar la posición
del punto (puede ser <f>, Y, o Dc ).
a,b ... coeficientes
y(h)=y = ... coeficiente de variación de h

a(h) ... desviación típica de h


m,n ... coeficientes

Nota.- Con F, gh se designan las estimaciones de M(h), a(h) y


y(h), respectivamente, obtenidas con los datos disponibles.

- Metodología para calcular M(An ), An^, A £

A ... precipitación anual en una cuenca, en mm


An ... media aritmética de los valores A en un período de n
años
M(An ) ... valor medio de An
A ,, A o ... límites de confianza de AnjL_ Extremos del intervalo
n n dentro del que puede caer An con 95% de probabilidad.

En el Anexo se indican los pasos a seguir para calcular M(An ). Se


emplean además los siguientes términos:

S ... superficie horizontal de la cuenca, en km2 .


Z ... valor de Z considerado para caracterizar la
cuenca S.
c¡> ... latitud del baricentro del área S.
Y ... altitud media de la cuenca, en m.s.n.m.
... distancia del baricentro del área S a la línea
de costa.
Dc ... distancia del baricentro del área S al borde
occidental de la cordillera.
N(1 < N < 10) ... numeración correlativa de la zona pluviométri-
ca (Plano 10A).
Np (1 < n < 16) ... símbolo que indica la subzona pluviométrica
(subzona que recae en la zona N) . (Plano 10A).
N (X=A,..,X=L) ... símbolo que indica el área anómala (área anónra
la X que recae en la zona N). (Plano 10A).
Sj^| ... parte de la superficie S que recae en la zona
pluviométrica N.
SNm ... parte de la superficie S que recae en la sub­
zona Nra.
Y (h) ... parámetro que caracteriza el área S en rela­
ción a los valores asumidos por y(h) en sus di^
ferentes puntos.
y (A) = j ... coeficiente de variación de A.

p = yj-^y ••• índice de correlación característico del área

195
En resumen, el Anexo A y el plano 10A permiten obtener, para cualquier
cuenca del territorio del Perú, un estimado de la lluvia anual media y
los límites de confianza.

El Anexo B contiene:

la metodología para el trazado de las Curvas de Posibilidad de Regula­


ción de las escorrentías disponibles en una sección genérica X. Esto
se consigue a través dé 6 etapas.

1. Determinación del Diagrama de Demanda (c).

Sirabología:

. suministro total anual, en mm


. suministro mensual en el mes j.

Cj = 100 coeficiente de utilización en el mes j

Ce) diagrama de demanda: representación gráfica


de los yalores cj
máxima deficiencia porcentual tolerable res­
pecto a E

valor mínimo al cual puede tolerarse que el


Emín = (1 " lfe} E
suministro total anual E descienda en los
años de escorrentía mínima
suninistro mensual en el mes j, para E = Emfn
e'-
c' . = 100 coeficiente de utilización en el mes j, para
J ^min
E " Emín
Ce') diagrama de demanda para E = E
min

Se admite que el agua sea destinada a n usos diversos, y refirién­


dose al uso genérico i, se indican:

con E.j, la demanda total anual, en mm '

Ei .
con a = la fracción de E destinada al uso i

con e,,, la demanda mensual del uso i en el mes j


J *

con c.. =100 -jP-, el coeficiente de utilización para el uso i en


J i el mes j

con c.j, el diagrama de demanda para el uso i

con p ., la deficiencia porcentual que puede ser aceptada para


el uso i
Pi
con E . ( 1 - tot) E . , el valor mínimo al cual puede tolerarse
i min
que el suministro total anual E j descien­
da en los años de escorrentía mínima.
196
Se admite que los ingenieros que laboran en cada sector suminis­
tran los valores E.¡, c ^ , m -n . Con esta información y si­
guiendo la metodología señalada en el Anexo se obtienen los diagra^
mas de demanda (c) y (c').

Determinación del Diagrama de Disponibilidad (dj).

Simbología:

D ... escorrentía total anual, en mm


D. ... escorrentía en el mes j
J
D.-
... porcentaje de D en el mes j

valor medio de d.
J
'd’* .,. valor asumido por la suma de 3j en el trimestre A,
de Setiembre a Noviembre
dn ... valor asumido por la suma de cíj en el trimestre B,
de Diciembre a Febrero
<L ... valor asumido por la suma de en el trimestre C,
de Marzo a Mayo
d~ ... valor asumido por la suma de cL el el trimestre D,
de Junio a Agosto
(3) ... diagrama en^ el_cual se representan los valores asu^
mi dos por dft, dg, cTc y dQ .

(d’J ... diagrama de disponibilidad: representación gráfica


J de los valores d.,
J

Las figuras 11:8-33 a 11:8-40 del Volumen II, representan los dia­
gramas de disponibilidad deducidos para los diferentes grupos de
cuencas hidrológicamente similares en que se ha dividido el terri­
torio (Plano 2B).

El procedimiento consiste en precisar la ubicación de la cuenca en


el Plano 2B y ver qué diagrama de dispónibi1idad le corresponde de
los contenidos en las figuras 11:8-33 a 11:8-40 del Volumen II.

Cálculo de M ( D ) , M ( D n ), Dn }, D n2

Simbología:
X ... sección terminal de la cuenca
D ... escorrentía anual sobre la superficie S de la cuenca,
en mm
M(D) ... valor medio de D
y ( D ) ... coeficiente de variación de D

a(D) ... desviación típica de D


Dn ... media aritmética de los valores de D en un período de
n años
M(D ) ... valor medio de D
n n
a(D ) ... desviación típica de Dn
D , , D 2 ••• límites de confianza de Dn . Extremos del intervalo
n dentro del cual puede caer Dn con 95% de probabilidad.

En el Estudio se ha verificado que para todas las cuencas rige la


ley: v

M(D) = a . M(A)B

y en el cuadro .11:5-5 están indicados los pares de valores a, 6 pa^


ra cada uno de los grupos de cuencas del territorio.

El procedimiento para encontrar M(D) consiste entonces en:

a. Calcular M(A) por medio de la metodología expuesta en el Anexo


A.
b. Precisar la ubicación de la cuenca en el Plano 2By ver qué va
lores de a, 3 le corresponden de losindicados en el cuadro
11:5-5.
c. Aplicar la fórmula,

En el estudio se ha verificado también que para todas las cuencas


rige la ley:

y (D) = t . M(D)5

y en el mismo cuadro 11:5-5 están indicados los pares devalores


t , ó para cada grupo de cuencas.

Después de calcular y(D), se escribe:

o(D) = y(D) . M(D)

se asume a(Dn ) = ■ ■
n /7T

y se obtiene: Dnj = M(Dn ) - 1.96 cr(Dn)

Dn2 = M(Dn} + 1<96 o(Dri)

4. Cálculo de T,r^

T,r^ ... valor mínimo al cual puede descender D una vez cada T
años con un riesgo r.

Se calculan los valores T,r^, en función de M(D), utilizando la in


formación contenida en los cuadros 11:8-1 al 11:8-8 del Volumen II.

5. Cálculo de los T,r^n y los T , r ^ » n

T,r^n ... valor mínimo al cual puede descender Dn una vez ca_
da T años con un riesgo r.

198
Dn ... escorrentía media anual en n años
n=l (un año), 2 (un bienio), 3 (un trienio), 4 (un
cuatrieni o).

T,r^m,n <<t valores asumidos por la escorrentía anual D en ca­


da uno de los años m del grupo n,
m = I , II, III, IV.

Se calculan los valores T,r^n , en función de M(D), utilizando los


cuadros del 11:8-1 al 11:8-8 y los valores T,r&n>n utilizando los
cuadros del 11:8-17 al 11:8-24,

6. Trazado de las Curvas de Posibilidad de Regulación.

Simbología:

Eq ... valor del suministro anual E que puede ser garantiza^


do en ausencia de reservorio (w0 = 0), en mm
E^ ... valor máximo de suministro anual E que puede ser ga­
rantizado con un reservorio de compensación sólo es­
tacional ■
... ídem, bienal
Eg .•• ídem, trienal
E^ ... ídem, plurianual
d.
(— ) í ... coroparación_ entre la ordenada del diagrama de dispo-
cj ni bi1idad dj y la ordenada del diagrama de demanda
Cj, en el mes j, con j de 1 a 12, en el cual dicha
relación asume el valor mínimo
z(cj-dj) ... suma de las diferencias entre Cj y dj__extendida a
los meses en los cuales resulta Cj > 3j.

Se define Curya de Posibilidad de Regulación, a la poligonal que,


en un diagrama cartesiano de abscisa W y de ordenada E, une los
puntos 0, de coordenadas W0 , E0 ; 1, de coordenadas Wj_, 'Ej_; 2, de
coordenadas W 2 , E2 ; 3; de coordenadas W 3 , E 3 y 4, de coordenadas
W 4 , E4 .

Con la información reunida en los pasos anteriores es posible en­


contrar las coordenadas de los puntos 0, 1, 2, 3 y4 que definen
las curvas de posibilidad de regulación para un determinado par de
valores T,r. Asimismo, las coordenadas de los puntos 0, 1, 2, 3 y
4 que definen la curva de posibilidad de regulación para un valor
asignado de p.

El Anexo C contiene la metodología para la:

Parte I Estimación de los parámetros que definen la Curva de Pro­


babilidad Pluviométrica en un punto;

Parte II Estimación del Máximo Caudal Instantáneo de Avenida que


puede verificarse en una sección genérica X de un curso
de agua, con una probabilidad asignada.
199
viene de la página 114

H. PERIODO DE TEORIZACION

(1,950 hasta ahora)
í

Desde cerca de 1,950 se han usado extensamente los plan­


teamientos teóricos en problemas de hidrología. Como
han sido propuestos muchos principios hidrológicos racio
nales, ellos pueden ser ahora sometidos al análisis mate
mático. Como se están desarrollando sofisticados instri¿
mentos y computadoras de alta velocidad, ellos pueden
ser ahora empleados para medir delicados fenómenos hidro
lógicos y para resolver complicadas ecuaciones matemáti­
cas implicadas en la aplicación,de teorías hidrológicas.
Ejemplos de estudios hidrológicos teóricos son el análi­
sis lineal y no lineal de sistemas, hidrológicos, la adojD
ción de conceptos no permanentes y estadísticos en la hi_
drodinámica del agua subterránea, la aplicación de las
teorías de transferencia de calor y de masa para el aná­
lisis de la evaporación, el estudio de la energía y la
dinámica de la humedad del suelo, la generación secuen-
cial de datos hidrológicos y el uso de la investigación
de operaciones en el diseño de sistemas de fuentes de
agua.

Con el incremento de la población mundial y el mejora­


miento de las condiciones económicas después de la segun^
da guerra mundial, ha habido una necesidad rápidamente
creciente de resolver todo tipo de problemas de agua y
así se ha desarrollado un gran interés por la investiga­
ción básica y la educación en hidrología así como en los
recursos de agua. Esto puede verse a través de la acti­
vidad de muchas comisiones en los Estados Unidos. Tam­
bién se desarrollaron actividades internacionales en re­
cursos de agua e hidrología. En 1959 se estableció en
las Naciones Unidas un Centro de Desarrollo de Recursos
de Agua a fin de promover esfuerzos coordinados para el
desarrollo de recursos de agua entre los países miembros.
Estudios hidrológicos de problemas específicos fueron erv
cargados por muchas otras organizaciones, incluyendo la
UNESCO y la FAO.

200
APENDICE 1 INUNDACIONES, HUAYCOS Y SEQUIAS

Se reproduce aquí el excelente trabajo del Ing. Rosendo Chávez Díaz, pu­
blicado con el mismo titular en la revista El Ingeniero Civil, números 26 (Se­
tiembre-Octubre 1983) y 29 (Marzo-Abril 1984).

El Ingeniero Civil es una revista de información profesional editada en


Lima por el Instituto de Publicaciones de Ingeniería Civil (PUBLICIVIL), insti_
tución que alberga en su seno a profesionales peruanos de reconocido prestigio.

El trabajo fue publicado con ocasión de los desastres naturales ocurridos


en ese entonces en el territorio peruano y se reproduce aquí, con anuencia de
su autor, porque hay que tener presente, como él mismo señala, que "este tipo
de fenómenos han ocurrido muchas veces en tiempos pasados y volverán a ocurrir
muchas veces más en el futuro".

PRIMERA PARTE .

Aunque en los años anteriores inmediatos han ocurrido huaycos, algunas lluvias
costeras y sequías parciales, ha sido durante este año 1983, que se ha llegado
al clímax de daños, resultantes de dos fenómenos climáticos contrapuestos.
Inundaciones y huaycos en el Norte y Centro del país y severas sequías en el
Sur. Como secuela de estas violencias climáticas queda, en adelante, una in­
mensa tarea de reconstrucción de ciudades, caminos, canales, etc. y, lo que es
mucho más grave, la recuperación agrícola y pecuaria en todas partes de Costa
y Sierra.

Este tipo de fenómenos han ocurrido muchas veces en tiempos pasados y volverán
a ocurrir muchas veces más en el futuro. Antes de hoy la resonancia de los da^
ños fue menguada por la falta de comunicación oportuna, por la lejanía y por­
gue el menor desarrollo de nuestro país determinó un mucho menor volumen de
daño.

El crecimiento de nuestra población que se hacina hoy en cada vez más grandes
ciudades y en un número mayor de centros poblados, construyendo dentro de la
mayor improvisación y sin planificación razonable, ha significado, finalmente,
exponer sectores importantes de las ciudades a torrenteras e inundaciones.

En cuanto a caminos y vías de comunicación la engañosa seguridad derivada de


varios años consecutivos de años hidrológicos pobres, con escorrentías relati­
vamente modestas y el olvido de los esporádicos años con violencias pluviales
y fluviales, dio paso a soluciones donde priman aspectos inmediatos de orden
económico y/o poblacional dejando a un lado precauciones de seguridad aparenta
mente innecesarias. El resultado: caminos deshechos y centenares de millones
de soles de pérdidas en productos, combustibles, vehículos, etc, sin contar
con las trágicas pérdidas de vidas.

En el área agrícola si bien el crecimiento físico ha sido pequeño (en algunos


valles nulo y en otros con retroceso) en cambio las mejores tecnologías aplijca^
das a la explotación de los suelos ha aumentado la intensidad de ésta, expre­
sándose en mayores volúmenes de productos de mucho mayor valor económico y so­
cial. De allí que la inundación de áreas de cultivo, las pérdidas de suelos
por erosión y la destrucción de las estructuras de aducción de agua no sólo

201
significan fuertes pérdidas de producto bruto vendible sino que exigen inmedia^
tas e importantes inversiones, tanto para reponer las estructuras destruidas,
total o parcialmente, como para nuevas obras necesarias. A esto hay que agre­
gar las inversiones, en dinero y tiempo, que significa recuperar los standars
y niveles de producción previos al desastre.

Con ocasión de los fuertes daños ocurridos este año, que ha conmocionado al
país y consecuente con la resonancia que, en estos casos, le dan los medios de
comunicación masivos, han surgido una serie de cuestionamientos y, de las sim­
ples preguntas de años anteriores: ¿Cómo es posible que suceda ésto? ¿Por qué
no se hizo ésto, aquéllo o lo de más allá? ¿Qué ha hecho, hace o hará el Go­
bierno? se ha pasado a la acusación dictada por la desesperación. En estos a£
tículos se trata de explicar, sintetizando, el cómo y por qué de los fenómenos
ocurridos y a partir de su conocimiento tratar de buscar y sugerir soluciones
razonables.

1. EL CLIMA DE LA COSTA PERUANA

1.1 Cordillera de los Andes y Corriente Marina Fría

El Perú está totalmente enclavado en la zona tropical cuyo límite Sur es


el trópico de Capricornio (23° 28' S) y su clima debería ser cálido, hume
do y lluvioso, con variaciones de intensidad de precipitación y temperatu
ra impuestas más que por la distancia al Ecuador Terrestre, por las altu­
ras sobre el nivel del mar. Nuestra costa en especial, de acuerdo con la
referida situación continental, debería estar llena de vegetación exhube-
rante gracias a un régimen de lluvias abundantes. Igual debería ocurrir
en las laderas de la cordillera que miran al Pacífico.

La realidad, en cambio, es totalmente diferente, la costa peruana es una


sucesión de los desiertos más áridos del mundo y las laderas occidentales
de la cordillera permanecen (por lo menos hasta cierta altura) yermas y
desnudas. Desiertos como el de Majes, por ejemplo, no han recibido llu­
vias significativas desde hace, según los expertos, no menos de 100 mi 11
nes de años. En él se han observado precipitaciones del orden de 20 mm/
año cuando la evaporación alcanza a más de 3,000 mm/año, cifras que lo si^
túan (junto con otros desiertos peruanos, el de Atacama en Chile y el va­
lle de la Muerte en EE.UU.) entre los más áridos del mundo, como se indi­
có.

Aunque los procesos climáticos obedecen a factores múltiples cuyas combi­


naciones son complejas, múltiples y desconocidas, las causas tangibles in^
mediatas de' la realidad climática peruana, en especial de la faja costera
y, por lo menos, las cuencas serranas de la vertiente del Pacífico son re
sultado de la interacción de dos colosos: la Cordillera de los Andes y la
Corriente de Humboldt.

La Cordillera es una inmensa pantalla fija que obliga a las masas de aire
caliente y llenas de humedad que. vienen desde la extensa cuenca amazóni­
ca, a resolverse en lluvias orográficas al ascender a grandes alturas.
Queda fijada así una zona cordillerana, de área variable, donde ocurren
lluvias temporales todos los años pero de intensidad variable, pues ésta
depende del tipo de año hidrológico.

La Corriente Fría de Humboldt, es un fenómeno dinámico del Pacífico que


ha tenido, y tiene, papel preponderante en la modificación del que debe­
ría ser "lógico" clima costero, porque:
202
1) Restringe fuertemente, al enfriar el agua, las tasas de evaporación
desde el Pacífico, reduciendo proporcional mente los posibles volúme­
nes de lluvia potencial; y

2) Al enfriar a las capas de aire en contacto con el espejo de agua, re­


duce considerablemente el poder de ascender de esa masa de aire, cuya
pequeña humedad suele condensarse a poca altura formando las nieblas
costeras, que alimentan a las llamadas "lomas" o "pastizales efíme-
ll

Este fenómeno provocado por la corriente, impide a las nubes cargadas de


vapor que vienen de la selva a descender,hacia la Costa mientras que la
débil humedad del aire costero no puede ascender y tampoco puede generar
lluvias importantes, definiéndose así entre ambas una masa de aire de po­
ca humedad relativa, prácticamente inmovilizada, cuya persistencia a lo
largo de los años ha dado lugar a los desiertos. El ancho de la faja de­
sértica es^variable y las alturas hasta las cuales se produce esa deserti_
zación varía entre el nivel del mar (en Tumbes) hasta más de 4,000 msnm,
en Tacna. En el gráfico N2 1 se puede observar el rango de las precipita
ciones en la zona desértica, menos de 20 mm/año, cuando la evaporación es
superior a los 2,500 mm/año.

Gráf ic o No. 1
203
1.2 La Corriente del Niño. Su Incidencia

La corriente caliente, llamada del Niño, es un brazo terminal de la de


lifornia (originada a su vez, por la Kuroshivo, del Japón) que corre de
Norte a Sur, es decir, contraria a la de Humboldt, que se va perdiendo
lentamente al entremezclar sus aguas con las frías de esta última. Cuan­
do estos encuentros ocurren enfrente del Ecuador las condiciones climáti­
cas, de la costa peruana, son "normales", es decir, se producen las llu­
vias orográficas, hay aridez en la costa y las descargas de los ríos ocu­
rren dentro de los límites usuales.

Desde que las corrientes son elementos dinámicos, no existe un área espe­
cífica donde, persistentemente, se efectúe ese encuentro sino que puede
ocurrir en cualquier punto de una amplia extensión de mar. Esas diferen­
tes ubicaciones sucesivas ocasionan "fluctuaciones" climáticas a lo largo
de los años, en la costa del Pacífico.

Cuando el área de convergencia se desplaza hacia el Sur, más de lo usual,


se producen precipitaciones de importancia en ciertas áreas de la costa
peruana. Esto se debe a que, permaneciendo las lluvias orográficas más o
menos las mismas y en su área, acusan su presencia y se suman a ellas las
lluvias convectivas procedentes del Océano. En efecto, consecuentes con
la mayor temperatura del agua del mar, las tasas de evaporación son más
altas y las masas de aire, ahora húmedas y calientes, pueden ascender fá­
cilmente. La suma de ambas precipitaciones determina mayores y más per­
sistentes masas de lluvia, abarcando además mayor área de cuenca o toda
ella. Cuanto mayores sean los desplazamientos hacia el Sur y la tempera­
tura del agua del Pacífico, mayores en intensidad y frecuencia serán las
lluvias y abarcarán una extensión mayor de costa.

Resumiendo, la acción de la Corriente del Niño, se podría definir como li_


beradora de las restricciones climáticas actuales de la Costa Peruana,
con lo cual ésta recupera su clima típicamente tropical que debería ser
el normal.

1.3 Periodicidad y Frecuencia

Como lo pruehan las- experiencias habidas en años pasados, las grandes pre
cipitaciones y sus secuelas se repiten según algún período, de recurrencia.
Los geólogos y arqueólogos han podido establecer, a partir del estudio de
suelos y sub-suelos, varias pe u‘
rrene ias anteriores fijando, aproximadamen^
te, la época en qXié se produjeron. Entre los registrados se encuentran
algunos como el de 1891 que originó el cambio de trayectoria del Río Píjj
ra; en 1925 se produjeron también desastres importantes (quedó enterrado,
como ejemplo, el Muelle y Puerto de Samanco) y hemos llegado a los de
1982 y sobre todo 1983 que no sólo sería el peor de todos sino que abarca
mayor extensión.

La muy sucinta relación hecha se refiere a los sucesos de mayor magnitud,


pues de rangos menores se han producido muchos; 1931, 1939, 1972, etc.
Esta sucesión de años con problemas ha dado lugar a la búsqueda de una re
lación numérica que permita, eventualmente, predecir la nueva oportunidad-
de repetición y se ha hablado de diferentes períodos de recurrencia. In­
fortunadamente el período estadístico es muy corto y no ha sido posible
lograr una relación razonable. Se sabe, con seguridad, que el fenómeno
velverá a ocurrir pero no cuándo ni con qué intensidad. (ver gráfico N2
1 ).
204
Cuando se trata de fenómenos naturales que se repiten con intensidad va­
riable, cada vez, y en especial en Hidrología se recurre a una figura con^
vencional que establece una relación fenómeno/tiempo. Se dice, por ejem­
plo, que una intensidad 1 corresponde a un período de recurrencia de 20
años, que uno de intensidad 2 a uno de 50 años y que otro de 3 a 100 años
y así sucesivamente. Esta.es solamente una manera de racionalizar esa re^
1ación fenómeno/tiempo y constituye, en realidad, una escala de magnitu­
des que sirve, en ingeniería, para establecer la relación economía/proyec^
to para cubrir una magnitud dada de riesgo. De allí que una obra de cos­
to n^ será diseñada para un riesgo de magnitud 1 que, se supone, ocurrirá
una vez en 25 años. Para cubrir un riesgo 2 es probable que el costo de
la obra alcance 2 (o más) y podrá servir, eficientemente, para cubrir
un riesgo que se supone será igual a uno de 50 años de recurrencia y así
sucesivamente. El problema grave estriba en que, desde que estos fenóme­
nos están ocurriendo desde hace muchos millones de años,nunca se sabe
cuándo se inició el período correspondiente a un fenómeno del tipo 1,000
años, por ejemplo, y éste puede tener lugar en cualquier momento y arrasa^
rá con las obras que, dentro de las ineludibles exigencias económicas to­
madas en cuenta, han sido diseñadas para fenómenos de intensidad corres­
pondiente a 50 ó 100 añosde recurrencia, de acuerdo a la escala conven­
cional .

El lector se dará cuenta, con mayor claridad, de las dificultades, hoy in^
salvables, que no permiten establecer una periodicidad definida o siquie­
ra medianamente aceptable, al examinar las razones que luego se exponen
relacionadas con un elemento netamente dinámico, dependiente de múltiples
factores: las lluvias.

2. CUENCAS, LLUVIAS Y ESC0RRENTIAS

2.1 Isoyeta 250 mm/año

La masa de agua caída en una cuenca (cientos de miles de m 3/año por km2)
se distribuye para cubrir varios 'usos'. Evaporación, consumo esencial
de las plantas, infiltración a suelos y sub-suelos, y lo que excede a es­
tos usos, integra las corrientes de agua de riachuelos, arroyos y ríos.
Esta última es la escorrentía. Desde que tanto la evaporación, como el
consumo de las plantas y la infiltración tienen un límite, relativamente
modesto, cuanto mayor sea el excedente mayor será la escorrentía. A mayo
res lluvias^mayores descargas de los ríos, mayores masas de agua en bus­
ca de una vía de evacuación y correlativamente mayor erosión y mayor
arrastre de sedimentos.

El ingeniero don Carlos W. Sutton (ver nota) estableció tentativamente


que, en cuencas peruanas, se podría admitir que lluvias hasta 250 mm/año,
es decir, unos 250,000 m 3 de agua por km2, de cuenca satisfacen cuando
más a todos los usuarios y no se produce escorrentía. Lluvias mayores de
250 tnn/año producen escorrentía y los caudales generados serán tanto más
grandes cuanto más supere la precipitación esa intensidad límite. La is£
yeta 250, por consiguiente,^separa aquella área de cuenca llamada 'árida'
porque no produce escorrentía de la húmeda (o 'efectiva') que sí la produ^
ce (ver gráficos N2 2 y N2 3).

2.2 Cuenca Semi Arida

Los conceptos de cuenca HUMEDA y cuenca ARIDA son claros y definidos y


sus características también.
205
ALTITUD DE LA I SO V E T A 2 5 0 min/oño
EN FUNCION DE LA LATIT UD

- I I I
A

A
A
Z O N / HUME D A s
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■ ✓
/

^ÑAÑA

Cj— - 0 LM I A (CAMPO DE MARTE)

100 200 300 400 300

PR E C IPIT A C IO N mm/oAo

CUENCA : RIO RI MAC


( 1) ENVOLVENTE DE M INIM O S
(2) ENVOLVENTE DE M AXIM O S

Gráfico No. 3 ZONIFICACION DE UNA CUENCA


206
CUENCA HUMEDA recibe agua suficiente para cubrir las demandas de los usua^
rios y por consiguiente mantiene una vegetación permanente, las condicio­
nes para la erosión son mínimas o nulas y los problemas derivados de la
dinámica de las aguas superficiales y/o subterráneas son previsibles y,
hasta cierto punto, manejables.

CUENCA ARIDA es, en teoría, aquella que no recibe lluvia, sin embargo se
considera que hasta unos pocos milímetros de precipitación anual no le
quita su carácter de tal. La vegetación varía entre nula y escasa, tra­
tándose, en este último caso, de plantas generalmente xerófitas, es decir,
vegetales que disponen de mecanismo para buscar y obtener agua de la at­
mósfera y/o de acuíferos profundos. La cuenca en general, ofrece muy po­
ca defensa contra la erosión pues los suelos (por falta de cubierta vege­
tal suficiente) son fáciles de remover y también los sub-suelos. El com­
portamiento de estas cuencas, ante aguas superficiales y/o subterráneas es
difícil de prever y diagnosticar.

CUENCA SEMI-ARIDA, desde que la isoyeta 250 mm/año no permanece inmóvil a


lo largo de los años sino que, por ser un proceso definitivamente dinámi­
co, cambia constantemente de ubicación en concordancia con el tipo de año
hidrológico, se presentan en cada cuenca una faja donde, alternativamen­
te, hay condiciones de aridez o de humedad (en el sentido de lluvia supe­
rior a 250 mm/año). Es la cuenca semiárida de difícil comportamiento hi-
drogeológico, que origina los grandes problemas y acusa, de inmediato, el
impacto resultante de la inter-acción de las corrientes fría y caliente,
de Humboldt y del Niño, respectivamente.

En una cuenca de este tipo pueden ocurrir varios años con precipitaciones
muy escasas o nulas (se han dado casos hasta 7 ó más años pobres o muy po^
bres, consecutivos) y también años húmedos y muy húmedos. El cúmulo de
fenómenos hidrogeológicos, acumulativos unos y aislados otros, de la pre­
cipitación, son de toda índole y abarcan un rango de magnitudes muy am­
plio (ver gráfico N2 3).

En nuestras cuencas, en especial las costeras, dos factores coadyuvan muy


seriamente para generar peligros potenciales y/o actuales: la escasa vege^
tación y las fuertes gradientes de las laderas cordilleranas. La erosión
(por falta de cubierta vegetal) es, como regla general, muy importante y
el transporte de los sedimentos de toda magnitud (pues hay que incluir
los provenientes del intemperismo de las rocas) es grandemente 'favoreci­
do1 por las fuertes gradientes. De allí que cuando hay masas de escorrejx
tía en acción, se producen las avalanchas semi-1íquidas (yapanas), semi-
sólidas (llocllas) que cuando se presentan violentamente (huaycos) son in^
detenibles mediante métodos o procesos de ingeniería económicamente razo­
nables y que sean efectivos a corto plazo.

La Curva Sutton

Las cuencas peruanas de la vertiente del Pacífico presentan, normalmente,


los tres tipos de cuenca, húmeda, árida y semi-árida. Mientras no reci­
ban la influencia del fenómeno del Niño el complejo hidrogeológico funcio^
na dentro de límites "normales", con problemas rutinarios y manejables c<a
si siempre. Cuando la influencia generada por dicho fenómeno es excesi­
va, en uno u otro sentido, ocurren ya sea la tropical ización violenta del
área semi-árida o la sequía extrema. Dentro de los extremos esquematiza­
dos hay, desde luego, diferentes grados de intensidad en función de la
magnitud de las causas y el área comprometida varía, aumentando o dismíhjj
yendo, constantemente.
207
Hasta aquí se ha tratado, casi exclusivamente, del fenómeno del Niño co­
mo el factor tangible más resaltante pero, como en todo proceso complejo,
y éste lo es en grado sumo, intervienen en grado menos conspicuo los anti_
ciclones, el vulcanismo (investigadores acuciosos han establecido ciertas
secuencias de evidente paralelismo entre estos fenómenos y efectuado com­
probaciones interesantes) y otros más.

Las cuencas norteñas solamente presentan zonas húmedas y semi-áridas pues


las lluvias, esporádicamente, llegan a más de 250 mm/año a pocos metros
sobre el mar. Conforme se avanza hacia el Sur (y la incidencia de la co­
rriente fría de Humboldt es cada vez más nítida y única) el límite prome­
dio de la isoyeta 250 se sitúa cada vez más alto llegando, en Moquegua y
Tacna a ocurrir, normalmente, a altitudes superiores a los 4,000 msnm. En
este último caso se define claramente la presencia de los tres tipos y,
mientras más al Sur, las áridas son cada vez de mayor extensión. En la
región de Lima la altura estaría por cerca de los 2,000 msnm (ver gráfico
N2 3).

La curva que relaciona la altitud promedia de la isoyeta 250 mm/año con


la latitud Sur, es llamada CURVA SUTT0N.

2.3 Zonificación de las Cuencas

Consecuente con la variable disposición de las lluvias en una cuenca, en


función del año hidrológico, se acusa la presencia de áreas variables y
de límites pocos precisos correspondientes a cada tipo de cuenca: húmeda,
semi-árida y árida. Como ejemplo se incluye un plano esquemático de la
Cuenca del Río Rímac donde tan grandes catástrofes han ocurrido en los úl_
timos años (ver plano N2 1).

Plano No. I R IO RIMAC


(ZO NIFICACION HIDROLOGICA)

208
La cuenca húmeda "normal" del Rio Rímac es del orden de 1,245 km2 , es de­
cir, corresponde al 36.7% del área total y en ella se generan masas anua­
les de escorrentía del orden de 900 millones de m 3/año, o sea con descar­
gas mayores del orden de 85 m 3/s promedio. (Hay más de 55 años de esta­
dísticas). Las zonas semi-áridas con 925 km2 (27.3% del total) y la ári­
da con 1,220 km2 (36%) ocupan el resto de los 3,890 km2 del total de cueii
ca hasta el mar.

Cuando el fenómeno del Niño hace sentir su acción la isoyeta 250 descien­
de hasta el límite inferior de la semi-árida y se produce escorrentía en
un área 175% mayor de lo normal. Puede rendir, entonces,casi 1,500 MMC/
año y producir caudales hasta de 500 m 3/s. (No se dispone, todavía,de ci­
fras estadísticas de 1983).

Si bien estas cifras, promedio, son explícitas y espectaculares, no refle^


jan la situación de los caudales generados en quebradas laterales usual­
mente sin agua y que, de un momento a otro, pueden descargar decenas y
cientos de m 3/s.

Como estos caudales extremos se producen luego de varios años (el 70% def
tiempo ocurren escorrentías normales) arrastran consigo grandes cantida­
des de sedimentos generados y depositados en los años intermedios, por ija
temperismo en las áreas yermas y desnudas de las inclinadas laderas cordi_
lleranas: son los huaycos, llocllas y yapanas.

Notas:

Como la extensión de este artículo es ya excesiva, en próximo número se


tratará de la relación entre estos procesos naturales de la fisiografía,
ecología y geología para sugerir planteamientos de soluciones de los per­
tinentes problemas.

CARLOS W. SUTT0N, ingeniero peruano (de origen americano) que inició en


el Perú la era de la hidrología aplicada a proyectos de irrigación. Ge­
nial e incansable partió de cero y ha dejado una rica herencia en esta
tecnología específica. Durante casi 40 años estudió la hidrología en
nuestro país y estableció las bases de todos los proyectos peruanos de
irrigación. .

SEGUNDA PARTE

En la primera parte de este artículo se trató del fenómeno del Niño, brevemen­
te, sus secuelas: inundaciones, huaycos, yapanas, etc. No es necesario abun­
dar sobre su peligrosidad y cuantía de daños, actuales y su proyección al futu^
ro, cuya gravedad es manifiesta y por ello se hará, en este artículo, sucintos
comentarios relacionados con soluciones para estos problemas.

Parece oportuno, al tratar de estos asuntos, exponer algunas reflexiones de im


portancia indudable pi s, si bien se refieren al comportamiento humano (acen­
tuadamente peruano, en este caso) su incidencia para llevar a buen término las
soluciones pertinentes, es contundente. En efecto, para lograr resultados es
necesario considerar lo siguiente:

1) Decisiones inmediatas y defir'~.ü;>

Los fenómenos naturales que producen estos problemas exigen soluciones


i ulJ
que requieren muy largos períodos para dar resultados tangibles y satis­
factorios, por consiguiente, es imprescindible tomar decisiones inmedia­
tas para lograr resultados en tiempo oportuno. Ojalá que, en esta oca­
sión,surta efecto el factor catalizador que significan las calamidades si¿
fridas en este año y las, al parecer probables, del próximo.

Al respecto conviene resaltar que la magnitud de los daños derivados de


estos fenómenos son, en alguna forma, función del mayor uso del territo­
rio nacional por una población cada vez mayor y cada día con mayores exi­
gencias de todo orden (alimentación, vivienda, comunicación, etc). Los
daños ocurridos en períodos críticos similares anteriores (como ejemplos:
1891 y 1925 en cuanto a huaycos e inundaciones y, en el Sur, la sequía
del período 1936/45), no tuvieron ni los alcances ni la resonancia de los
producidos en años recientes (1972 y 1983).

La cifra del Cuadro N- 1 y el gráfico N2 1 son sumamente reveladoras.

En primer término el promedio nacional ha crecido, en algo más de 100


años, de 2 a 13 Hab/km2 (6.5 veces) y es probable que el año 2000 haya
llegado a más de 20 Hab/km2 . Dentro de este contexto el Norte (Tumbes,
Piura, Lambayeque, La Libertad y Cajamarca) ha crecido al mismo ritmo del
promedio nacional (7 veces) llegando a una densidad de 35 Hab/km2 , dete_r
minando -con excepción de Lima 140 Hab/km2 1981 y 20 aumentos- la mayor
ocupación territorial.

Desde que la ocupación del territorio, ya se refiera al crecimiento de


las ciudades, a la mayor exigencia sobre la producción agropecuaria o a
la mayor intensidad del uso de las vías de comunicación, es proporcional
a la mayor población, resultaría que los daños que en 1940 afligieron a
1 persona, en 1983 han lesionado a 3 personas con intensidad claramente
mayor que la simple relación 3/1. Obsérvese que, de acuerdo a las tendeii
cias expresadas geométricamente en el gráfico, al año 2000 es probable
que se haya duplicado la población actual y entonces el daño recaerá so­
bre 6 veces más personas y la relación será mucho mayor que 6/1. Faltan
16 años para el 2000 y las decisiones deben ser tomadas de inmediato para
lograr, a tiempo, realizaciones que eviten los daños futuros o los cir­
cunscriban a límites razonablemente estrechos. No se puede olvidar que

/y
la acción de la naturaleza es continua, persistente y sin pausa y exige
del actuar humano lo mismo para lograr resultados adecuados y consisten­
tes .

'7
/
/
UJ /
I-
<HZt
m
< PERU ^-
z
UJ
o
LI MA
UJ
5 T CENTRO
1972
1961

z - O
o
NORTE
SUR
SELVA

= r -= ^
1075 1900 1925 1950 1975 2000

Gráfico No. 1 POBLAC IO N DEL PERU


210
Cuadro N- 1

PERU
OCUPACION TERRITORIAL
Hab/km2

A Ñ 0 S
ZONA AREA
(1) km2 1876 1940 1961 19,72 1981 2000 (2)

Norte 113, 5 13 21 28 35 53 6T0


Centro 244, 4 9 12 Ib 18 25 6*0
Sur 243, 3 6 7 9 11 16 4' 0
Sel va 651, 0.15 0.5 1 1.4 2 5 3 10
LIMA 34, 7 24 60 102 140 235 8 10

PERU 1'285, 2 5 8 11 13 24 31 '0

(1) Norte : Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad y Cajamarca.


Centro: Ancash, Pasco, Junín, lea, Huancavelica, Ayacucho,
Apurímac, Callao y Huánuco.
Sur : Arequipa, Cuzco, Puno, Moquegua y Tacna.
Selva : Loreto, Amazonas, San Martín, Madre de Dios, Ucayali.
LIMA : Lima (Departamento).
(2) Para el año 2,000 se incluye población total y unitaria esti­
madas directamente del gráfico, en millones de habitantes y
Hab/km2 .
Areas redondeadas y en miles de km2 .

Persistencia indeclinable de acciones siguiendo una ruta clara y definida

Como se observará más adelante, las soluciones a este tipo de problemas


son, normalmente, simples en su concepción estructural, de poca notorie­
dad cada una de las partes del sistema pero deben ser ejecutadas sin pau­
sa ni discontinuidad.

Las diversas estructuras componentes de un proyecto de esta índole forman


a modo de piezas de un gran rompecabezas, de tal modo que la operación y
el comportamiento de una de ellas repercute en la operación y comporta­
miento de la(s) otra(s). Cuando todas las piezas del rompecabezas han si_
do terminadas y colocadas en su/lugar se habrá logrado recién el 100% de
eficiencia de operación. Esto se consigue después de largo tiempo de rea^
lizaciones y en un contexto de variable intensidad de los fenómenos a los
cuales se trata de controlar. De allí que sea necesario persistencia in­
declinable de acciones, sin desánimos temporales provocados por la ausen­
cia del fenómeno.

Conviene recalcar, a partir de lo expuesto y haciendo hincapié en ello,


que la reducción de la intensidad del fenómeno potencialmente dañino o
una aparente "calma" no significa que éste ha terminado y por ello abando^
nar u olvidar el proceso. Se puede repetir en cualquier momento, como se
explicó en la primera parte.
211
3) Planteamiento Integral

Este es un asunto eminentemente técnico y, en gran medida, el aspecto más


fácil de los hasta aquí comentados. Las soluciones consecuentes con la
ineludible interdependencia e interacción de los diversos factores que ac^
túan en el contexto, deben considerar la visión panorámica de la cuenca y
región, es decir, se trata en todos los casos de soluciones integrales. '

Los procesos comienzan con las lluvias que ocasionan erosión por impacto,
escorrentía e infiltraciones. La escorrentía provoca, a su vez, erosión
y transporte de materiales manifestándose mediante caudales de variable
magnitud (huaicos, riadas) cuyos efectos se amenguan o agravan en función
de gradientes y recorridos (fisiografía de la cuenca) y también produce
infiltración. La infiltración recarga acuíferos y produce, a veces, da­
ños por exceso desestabilizando las estructuras geológicas. Esta simple
enumeración de fenómenos parciales, dependientes unos de otros, puede
ilustrar mejor el por qué de un proyecto integral. Esto mismo ayudará a
comprender el por qué no se deben reducir o interrumpir los procesos y
realizaciones, y el por qué se debe evitar que, cuando se produzcan otra
vez los daños, (además de las recriminaciones y la grita correspondiente)
se formule impresionantes y sofisticados proyectos, usualmente de costo
desproporcionado, poco eficaces con alta probabilidad, los cuales, al fi­
nal y por lo mismo, también son olvidados.

"GOBERNAR LA MONTAÑA ES GOBERNAR EL RIO"

Nada más apropiado y aplicable a nuestra realidad hidrogeológica, que es­


te viejo aforismo chino, conclusión reflexiva de la lucha milenaria de un pue­
blo milenario que ha logrado metas importantes para controlar estos fenómenos.
Hay que agregar, a la experiencia china, los interesantes logros de los incas
y pre-incas en el ámbito nacional gracias a la planificación regional y a la
sistemática persistencia operacional la cual, desgraciadamente, ha sido inte­
rrumpida, olvidada en los 500 años que van desde la Conquista hasta nuestros
días.

Es en la cuenca, es decir en la montaña o serranía donde ineludiblemente


se originan estos procesos hidrogeológicos a partir de la precipitación varia­
ble en su intensidad y es allí donde se debe establecer los controles a los
fenómenos inducidos a los que da lugar, ya que es imposible detenerlos o elimi_
narlos.

Las realizaciones inca y pre-inca, er. este campo, se expresaron: en ande-


nerías que además de producir un mayor y mejor uso del suelo eliminaba o redu­
cía la erosión por corte y transporte; formación de bofedales que además de re
tener y laminar la escorrentía mantenían, por sub-irrigación, ricas áreas de
pastoreo; construcción de cochas, es decir, pequeños embalses retardadores de
la escorrentía y laminadores de caudales que, además, actuaban como proveedo­
res de agua de riego en estiaje; derivaciones de aguas superficiales de ríos
y quebradas, canales de riego mediante los cuales lograban, dentro de los con­
dicionantes climáticos, amplia cobertura vegetal (pastizales, arborización) es^
tabilizadora de los suelos y otras realizaciones, cuya operación y mantenimieii
to eran cuidadosa y persistentemente observados.

En los valles donde inevitablemente se producen la acumulación de efec­


tos se realizó, en esas ya lejanas épocas, toda una planificación tanto para
un mayor e intensivo uso del territorio como en el sentido de transporte huma­
no de distribución del agua, etc. De allí resultaron los cauces para derivar
grandes caudales en la época de avenidas y un ejemplo (entre otros más) es el

212
Valle de lea donde la capacidad de captación y derivación de los grandes cau­
ces como La Achirana (30 m 3/s), Macacona, Quilloay, Tacaraca, etc. llega hasta
un total del orden de 90 m 3/s, que permitía una dispersión rápida de aguas de
riadas y posterior almacenamiento en los acuíferos para procesos de sub-irriga_
ción (puesto que no conocían la tecnología de pozos profundos) durante el es­
tiaje. Eran procesos de laminación y dispersión de grandes caudales para redu^
cir o eliminar los daños consecuentes producidos por éstos.

Siguiendo esa misma planificación (y esto es fácil comprobar en fotogra­


fías aéreas) los caminos seguían los divortia entre cuencas, donde no había pe
ligro de huaycos, yapanas, derrumbes, etc. que se dinamizan en los períodos
críticos normales (época de lluvias) excesivamente en los oranormales (conse­
cuencias del fenómeno del Niño). Por razones idénticas los centros poblados
abandonaron las planificies y/o conos de deyección, donde los peligros poten­
ciales debidos a inundaciones y/o huaycos eran evidentes, y se asentaron en la
deras y collados. Eran, no solamente medidas de seguridad sino, eminentemen­
te, medidas económicas al preservar vidas y haciendas.

Estas importantísimas, aunque no espectaculares, realizaciones que permi­


tieron "gobernar la montaña" y planificar el valle han sido olvidadas y violeii
tadas. Se ha olvidado a la montaña y se ha implementado infraestructuras de
todo tipo, en los valles, en forma caótica sin visión integral de conjunto.

PLANIFICACION INTEGRAL DE UNA CUENCA

Consecuencia de lo expuesto se deduce que las soluciones de estos proble­


mas exigen un acucioso sistema a base de planificación, estructural y cronoló­
gica, de obras múltiples y acciones variadas. Para el caso nuestro, por lo me
nos en lo que a las cuencas del Pacífico se refiere y cuanto antes, es necesa­
rio elaborar proyectos clave e iniciar las acciones del caso.

Desde el punto de vista técnico, estos planteamientos integrales, no sor-


difíciles en sí mismos pero exigen una visión total de la región para la cual
se proyectará el "mosaico" de obras mayores y menores, así como sus priorida­
des, concatenación, metodologías y sistemática de operación y mantenimiento.

Estos proyectos regionales incluyen diversidad de factores y consideran­


dos, como se indica luego en breve síntesis, los cuales deben ser ponderados,
relacionados y encajados dentro de una gran unidad.

Aspectos Fisiográficos.- Nuestra serranía, en especial en las laderas y con­


trafuertes que descienden hacia el Pacífico, es agreste y movida, con grandes
desniveles y fuertes gradientes. Es menester plantear obras y formas de amen
guar y/o eliminar los efectos de tales desniveles y gradientes en la escorren-
tía. Esto presupone la adopción de andenerías, surcos según las curvas de ni­
vel, pequeñas estructuras "grada", caídas, etc.

Aspectos Geológicos.- La geología de los Andes es una geología joven, activa


que se expresa en estructuras poco estables y fáciles de desestabilizar: ero­
sión, arrastres, derrumbes, etc. Será necesario considerar proyectos parcia­
les que reduzcan (puesto que no es posible eliminarlos) estas desventajas, co­
mo por ejemplo, forestación, estructuras de fijación y sostenimiento, etc.

Aspectos Ecológicos.- Estos, junto con los hidrológicos, son los paocesos más
complejos y difíciles. Nuestras cuencas del Pacífico sufren, en este sentido,
limitaciones muy serias: '
213
a) Por razón de la presencia de zonas áridas y semiáridas que limitan tremen­
damente la posibilidad de cubierta vegetal, persistente y adecuada, conse­
cuencia de la falta de abastecimiento de agua;
b) Por razón de la altura, pues por encima de los 3,800 a 4,000 msnm, el cli­
ma, de dureza extremada, reduce a escasos tipos de pastos, pequeños y muy
rústicos, la vegetación capaz de vivir en las serranías. A partir de los
4,500 msnm prácticamente no hay vida vegetal.

Estas condiciones naturales dificultan, grandemente, soluciones sencillas


de simple reforestación, por ejemplo. Hay, siempre, exigencias adicionales de
riego artificial, adecuación de las tierras (los andenes, por ejemplo), etc.
Habría que adicionar, en las alturas, los efectos de las heladas (ver más ade­
lante) que afectan muy seriamente contra la supervivencia de las plantas.

Desde este punto de vista la prospección de cochas, bofedales, pequeños


embalses, canales de riego, etc. complementados por andenerías, surcado de la­
deras, etc. tenderán a resolver los problemas para lograr la cubierta vegetal
satisfactoria que, además de la seguridad de acondicionamiento de la cuenca,
representa una fuente de recursos económicos de origen agropecuario.

Aspectos Hidrológicos.- El agua que se produce en la cuenca, en forma de pre­


cipitación, escorrentía y subterránea es el poderoso agente, dinámico y tenaz,
que ocasiona todos Tos problemas dando lugar a los daños que, en último térmi­
no, habría que eliminar o, por lo menos, reducir tanto como sea posible. Jun­
to con esta línea de acción es necesario, por el agua también un factor econó­
mico de primer orden, aprovecharla al máximo en proyectos de riego y en los de
energía. En nuestro medio y, en especial en las cuencas del Pacífico, esta ú^
tima ha sido grandemente privilegiada por la naturaleza en cuanto a desnive­
les. Entre las grandes alturas, donde se generan los recursos de agua, y las
áreas de utilización agropecuaria caso al nivel del mar, hay grande disponibi­
lidad de caídas para proyectos energéticos que, como parte de las soluciones,
habría que aprovechar y desarrollar.

La proyección de las distintas partes de un proyecto integral, de esta ín^


dolé, se basa en reglas simples y conocidas de tecnología hidráulica conjuga­
das, en gran medida, con planteamientos basados en el sentido común. Como un
ejemplo, que permita visualizar mejor las consideraciones generalizadas, antes
expuestas, se incluye un gráfico (N2 2) relativo a la laminación de caudales.
Se observará que los caudales punta naturales de pequeños ríos (que determinan
por yuxtaposición las riadas de las grandes cuencas) exigirían relativamente
modestos embalses de retención para lograr reducción espectacular de dichas
puntas. Los requerimientos de embalses resultantes, que llegan apenas a algu­
nos cientos de miles de m 3, pueden ser fácilmente ubicables y se concretarían
mediante presas muy modestas y de alturas probablemente inferiores a 10 m de
altura y de costo proporcional (el costo de una presa varía, teóricamenté, con
el cubo de la altura). La circunstancia derivada de inversiones modestas que,
además, pueden ser hechas escalonadamente para cuanto se tengan muchas por ha­
cer, comparando con los beneficios que de ello se obtendría, hacen sumamente
atractivos proyectos de esta índole. ,

Los resultados de desarrollos como el descrito, se expresan, finalmente,


en caudales punta menores en los ríos y quebradas principales, más fáciles de
manejar, que exigen obras de control menos espectaculares y más efectivas y
que, si ocurrieran daños, serían de poca monta y significación, lográndose to­
do esto, a un costo razonable y manejable.

Como en el caso anterior se podría desarrollar ideas relacionadas con


otro tipo de proyectos: andenerías, acondicionamiento de laderas, cauces de de^
214
AREAS DE CUENCAS Km2

G ráfico No.2 PEQUEÑOS EM B A LS E S LAMINADORES

rivación y riego junto con las grandes prospecciones: grandes embalses, centra^
les de fuerza, etc. todas las cuales, aunque podrían ser financiadas y ejecuta
das individualmente, deben ser planteadas como piezas interdependientes de un
•conjunto en los aspectos concernientes a operación y mantenimiento.

Como conclusión general, deducidas de las consideraciones anteriores, se


llega a que hay soluciones reales, efectivas y económicas para los problemas
de esta índole. Que no es razonable ni práctico proponer planteamientos com­
plejos de corto plazo (o cortísimo, como es usual reclamar), llenos de compli­
caciones técnicas, pero que sí es procedente y lógico planteamientos integra­
les, compuestos por muchos proyectos, generalmente poco relevantes y más bien
simples, que actúen como piezas interdependientes e interoperantes de un gran
todo. Que es agente muy importante el edafológico que, a través de seres vi­
vos, activos y persistentes en su acción (la cubierta vegetal) se opone exito­
samente a esa fuerza dinámica, de peligrosidad fluctuante e imprevisible punto
de aplicación, como es el agua en grandes masas conjugadas con factores fisio-
gráficos y geológicos.

Conviene recalcar que el ingrediente principal, esencial, es la decisión


humana de hacer y, sobre todo, persistir en la acción para lograr las metas
apropiadas con indesmayable voluntad.

DESIERTOS Y SEQUIAS

1.- Consideraciones generales

En términos panorámicos el fenómeno de la sequía, que debería ser llama­


da, con mucha mayor propiedad, deficiencia de agua, ocurre a todo lo lar­
go y ancho del mundo y se presenta en períodos variables en cuanto se re­
fiere a duración y frecuencia. La "sequía" se expresa en forma permanen­
te en los desiertos, es decir, áreas sometidas indefinidamente a una agu­
da escasez de agua. Otra forma corresponde a deficiencias de dicho^recur
so durante períodos, los períodos críticos, de mayor o menor duración. En
Perú se presentan ambos casos: de los 150,000 km2 de Costa hay 80,000 km2
de los desiertos más áridos del mundo y 63,000 km2 de cuasi-desiertos y,
215
apenas, 6,500 km2 de áreas cultivadas, es decir sólo el 4.5% y, en la Sie^
rra, unos 100,000 km2 (25% de la misma) están sometidas a esporádicas se­
quías, algunos de los cuales pueden abarcar hasta 6 ó 7 años consecutivos
pobres en lluvias. Esto significa que el 20% del territorio nacional es­
tá afectado por el fenómeno de la sequía.

En el ámbito mundial no menos de 1/3 del área continental (casi 50'000,000


km2 ) corresponde a desiertos y áreas en proceso de desertificación y, lo
que es más grave, se van extendiendo "inexorable y rápidamente", según lo
establecen las conclusiones de la Primera Conferencia Internacional sobre
Desertificación (Nairobi, 1977). Estos desiertos afectan a no menos de
700'000,000 de seres humanos, de los cuales unos 100 millones son agricul_
tores, quienes han perdido sus tierras de cultivo. Se admite que unos
75 millones adicionales se verán afectados, por este fenómeno, a corto
plazo.

En las áreas desérticas se producen lluvias esporádicas, a veces de gran


intensidad, pero cuyo promedio anual no permite la vida persistente vege­
tal, fluctúa entre 100 mm/año (Sahara, Africa), 150 mm/año (Gobi, Asia) y
alrededor de 200 mm/año (Australia). Los desiertos americanos son muchí­
simos más áridos: 70 mm/año en América del Norte (Valle de la Muerte, USA)
y unos 20 mm/año en cualquiera de los peruanos y algo menos en Tarapacá y
Atacama.

Como se acaba de indicar, aun en los desiertos hay una cierta intensidad
de precipitación; conviene establecer entonces un criterio a partir del
cual se puede calificar una zona como desértica (sequía grave y permanen­
te) o transitoriamente deficiente de recursos de agua. En principio ese
criterio se basa, esencialmente, en si hay o no suficiente agua, a lo lar^
go del tiempo, para que haya vegetación que permita la vida humana y, des^
de luego, la vida animal. Ambos beneficiarios, la fauna y la flora, usan
el agua ininterrumpidamente a lo largo de toda su existencia para sus vi­
tales funciones fisiológicas y cuando no la hay suficiente, la planta o
animal, muere. Los animales, incluyendo los humanos, consumen cantidades
reducidas de agua. El hombre necesita alrededor de 1/2 litro/día (toda
la humanidad consumiría apenas 4 millones de m 3/día; el Perú entero unos
36,000 m 3/día) pero necesita alimentos diariamente y esos alimentos (in­
cluso carnes) significan un consumo muchas veces mayor de agua pues las
plantas para producir cosechas requieren entre 4 y 6,000 m 3/Ha/año hasta
12 a 20,000 m 3/Ha/año como consumo neto.

Estas cifras establecen, con claridad, que es el consumo vegetal el deter


minante para establecer la condición de sequía de una área. Si se puede
lograr cosechas se habrá superado esa condición.

De allí que, para el caso de cultivos de secano (riego natural, con llu­
via únicamente) es necesario que las lluvias sean del orden de magnitud
indicado, sobre 400 mm/año y para áreas con riego artificial es necesario
contar con fuentes de agua que permitan conducir a las chacras entre 5 y
1.25 veces los volúmenes (4 a 5 veces en caso de riego tradicional: por
surcos, por inundación, etc, y 1.25 veces en el de riegos sofisticados:
aspersión, goteo, etc).

la Sequía en la Costa

En la Costa las 650,000 Has cultivadas están exigiendo probablemente aire


dedor de 10,000 millones de m 3/año, agua que recibe de unos 133,000 kmT
de cuencas donde llueve alrededor de 4 0 0 ‘im/año. Conviene hacer notar
216
qué la masa de lluvia promedio es del orden de 33 millones de m 3/año y al
ser utilizados solamente 10,000 MMC/año se está desperdiciando el 70% de
los recursos promedio anuales.

Como se ve, los apenas 6,500 km2 cultivados de la Costa se surten de los
ríos que descienden de la Cordillera Occidental que suman unos 33,000
MMC/año, de los cuales solamente se utilizan 10,000 MMC/año y sin embar­
go,'cada cierto lapso de tiempo ocurren sequías o deficiencias de abaste­
cimiento de agua. La razón de estas ocasionales sequías corresponde con
las variaciones de intensidad de la precipitación en la Cordillera y la
correspondiente ubicación de la isoyeta 250 mm/año, como se indicó en la
primera parte de esta exposición. Esto explica, por ejemplo, que el Río
lea descargue algún año 535 MMC (1925) y en otro apenas 77 MMC (1947). En
el primer año hubo excedentes de agua que fueron al mar y en el otro al­
canzó apenas a cubrir el 15% de los requerimientos del valle y determinó,
por consiguiente, pérdidas enormes a la agricultura local.

La solución, en estos casos, estriba en grandes proyectos que teniendo un


alcance plurianual permitan reservar los excedentes de agua de años con
abundancia de ellas para completar los riegos en los años pobres.

Son proyectos más omenos sofisticados que requieren inversiones de impor


tancia variable que pueden incluir algunas (o todas) las estructuras mayo
res como: túneles, presas, trasvases, etc. En forma genérica, se pueden
sintetizar indicando que si bien requieren inversiones de mayor magnitud
son, también por la cantidad, calidad y seguridad de la producción, los
de más alto rendimiento económico. Las previsibles deficiencias de abas­
tecimiento de agua quedan, si no totalmente eliminadas reducidas a un mí­
nimo. El relieve nacional asegura, además, el beneficio adicional de am­
plia disponibilidad de energía hidroeléctrica.

3.- Sequías Serranas

Para explicar mejor los conceptos de "sequía" en su fase de deficiencia


de abastecimiento de agua a la vegetación, conviene hacer hincapié en dos
hechos fundamentales propios de la fisiología de los beneficiarios vivos:
las plantas. Estos hechos son: (1) los rendimientos (cosechas, en este
caso) disminuyen según tasas mucho mayores que las correspondientes a las
deficiencias de agua y (2) que largos períodos -contados en más o menos
días, solamente- con deficiencias del orden de 20% y muy cortos con 30%
reducen a cero las cosechas y mueren las plantas de raíz pequeña que son,
en gran mayoría, los cultivos alimenticios.

Por lo anterior, el 95% de las tierras de cultivo de la Sierra: 1'200,000


Has de secano son completamente vulnerables a las variaciones de precipi­
tación. Los períodos críticos golpean en forma inmediata y contundente a
la producción y, en consecuencia, afectan severamente a la economía de la
población.

Desde el punto de vista de las lluvias es conveniente obseryar, en el grá


fico N£ 3, la forma y secuencia de precipitaciones anuales ocurridas, en
largos períodos, en dos estaciones que representan -tentativamente- los
dos casos típicos de la serranía peruana.

a) En Huancayo, situada en plena serranía, zona donde las precipitacio­


nes tienen una variación relativamente moderada y un promedio anual
suficientemente alto (media 1922/77: 744 mm/año, con 15% de desvia­
ción estándar) las deficiencias o sequías, cuando las hay, son muy mo

217
LLUVIA m m /dlo
metros

0861
G ro'fico No. 3

deradas (años 1938, 47 y 69 en el período considerado, es decir, 3/49


años o sea que la probabilidad de que ocurra cierto grado de sequía
es del 6 en 100 años, apenas).

b) En Puno, también en plena serranía pero en una área donde la isoyeta


250 mm/año se desplaza profundamente, el récord de precipitaciones a­
cusa mayor fluctuación alrededor de un promedio anual más modesto (me
di a 1932/72: 632 mm/año, 30% de desviación estándar) concretándose
así deficiencias muchísimo más severas, de más alta persistencia y
proporcionalraente con mayor poder destructor de la vegetación.

De lo anterior resulta que las sequías serranas son poco conspicuas en,
aproximadamente, el 60% de los 100,000 km2 sujetos a ellas por tener pre­
cipitaciones tipo Huancayo y sumamente graves en los, más o menos, 40,000
km2 con régimen hidrológico tipo Puno.

4.- Sequías en el Altiplano

La gravedad de las sequías en Puno no solamente depende del mayor grado


de intensidad sino del régimen como ocurren y secuelas resultantes de las
altitudes propias del Altiplano.

a) El Régimen.- La ocurrencia de las sequías, en la sierra sur y en el


Altiplano, en especial, se produce en grupos de años consecutivos de
pobre precipitación. Estos períodos críticos pueden ser tan largos
como el de 1935/45, es decir 11 años consecutivos que dieron lugar a
la máxima disminución del nivel del Lago Titicaca: llegó a la cota
3,804 msnm, dejando una playa adicional del orden de 100,000 Has en
su perímetro (Ver gráfico N2 3). La gravedad de este ciclo podría me
dirse, en cierta forma, haciendo notar que el volumen de agua, perdi­
da por el lago, fue del orden de 30,000 millones de m 3, es decir, un
volumen igual al de todos los ríos de la Costa durante un año. Sin
embargo, estos 30 km3 de agua perdida por evaporación son apenas el
3% de la masa total del lago (1,000 km3), equivalen al 75% de la masa
total anual caída en la hoya (promedio alrededor de 40 km3/año) y a
casi 6 veces el volumen total anual descargado por los ríos del siste

218
ma (5 km3/año, promedio). Además de éste tan serio se han presentado
ciclos cortos, incluso de menor intensidad relativa, en periodos no
menores de 3 años, de tal manera que, generalizando, en no menos de
45 años de cada 100 habrá algún grado de sequía en el Altiplano y de
ellos en no menos de 30 (o sea el 30% del tiempo) corresponden a gra­
dos muy severos de deficiencias.

b) Las Secuelas.- La incidencia de la sequía, sobre la ecología puneña,


es tremenda. No solamente mueren las plantas de escasa raíz (sobre
todo pastos -sobrevive, miserablemente, sólo el ichu-) sino que, la
falta de nubosidad permite alta insolación la cual, combinada con las
bajas temperaturas de esas (sobre los 3,800 msnm) determinan alta fre
cuencia de severas heladas que completan de arruinar lo poco que hu­
biese quedado.

5.- Soluciones Posibles

Esencialmente corresponde a desarrollos de derivación de caudales desde


los ríos, para poder atender al riego suplementario y a la prevención de
heladas (técnica esta última que aplicaron las viejas culturas indias lo­
cales y sobre todo en el Cuzco). Es inevitable contar con reservorios de
regulación de descargas plurianuales, en los grandes proyectos, y para re^
gulación estacional en los de menor envergadura. Son proyectos de rela­
tivamente elevado costo y de beneficio/costo (juzgado desde el punto de
vista, estrictamente, económico) más bien pesimista. Consideraciones de
orden social y de desarrollo múltiple (energía, industria, etc) concreta­
rían proyecciones económicas muy halagadoras.

Son desarrollos de largo alcance, de ejecución lenta y por etapas y que,


por lo mismo, exigen cuidadosa elaboración y persistente voluntad de ac­
ción a lo largo de muchos años.

219
APENDICE 2 PROGRAMA EN PASCAL PARA COMPLETAR INFORMACION PLUVIOMETRICA POR
EL METODO DE LA RECTA DE REGRESION.

prograra hidrol7;
const max=100;maxl=ll;
type vector=array[l..max] of real;
matrix=array[l..roax,l.,maxl] of real;
var media,desv:vector;
a:raatriz;
r:array[2..maxl] of real;
m,n,ml,i,j,jmax:integer;
rmax:real;
begin
C*leamos la matriz*)
writeC'orden de la matriz ');readln(ra,n);
for i:=1 to m do
begin
write('fila 1,i,'ingrese ’,n,'datos: ');
for j:=l to n do read(a Ci,j ]);
readln
end;
(*ini cial icemos en cero los yectores media,desy.r y la variablenú*)
ml:=0;
for j:=l to n do
begin
medir [j ]:=0;
desvtj ]: =0;
if j>l then rtj ]:=0
end;
(*calculeraos la media*)
for i :=1 to ra do
if a [i ,1 ]>=0 then
begin
for j:=l to n do
mediatj ]:=media[j ]+a[i ,j ];
ral:=ral+l
end;
for j:=l to n do
medi a [j ]:=medi a [j]/mI;
C*calculeraos la desviación estándar*)
for i:=l to m do
if a[i,l]>=0 then
for j:=l to n do
desy [j ]:=desv[j ]+ sqr(a[i,j]- media[j]);
for j:=l to n do
begin
desv[j ]:=desv[j ]/(ml-l);
desvíj ]:=sqrt(desvtj ])
end; '
(‘calculemos los valores r*)
for i:=1 to m do
if a [i,1 ]>=0 then

221
for j:=2 to n do
Kj]:=r[j]+(.a[i ,l]-media[l])*(a[i ,j]- mediatj]);
for j:=2 to n do
r[j];=r[j]/(ml-l)/desv[l]/desv[j];
(♦obtengamos el r máximo*)
rroax:«-2;jmax:=0
for j:=2 to n do
if r[j]>rraax then
begin
rmax:=r[j];
jmax:=j
end;
(♦hagamos el relleno de datos*)
for i:=1 to m do
if a [i ,1]<0 then
a[i,l]:=raedia[l]+r[jraax]*desvCl]/desv[jmax]*(a[i ,jmax]
-media[jmaxJ);
Rescribamos los resultados*)
for i:=1 to m do
writeln(a[i ,1 ]:6:J.);
writeln;
writeln(raediaLl]:6:l);
wri te 1n (desy [I ]:6: J );
wri teln;
writeln('estación = 1,jraaix:2);
writeln('r máximo *',rmax:3:2)
end

Pontificia U n ive rsid ad ü a té lita «•<

Cél C )
Chip 6 S E T . 2003

222
APLICACION DE LOS COMPUTADORES ELECTRONICOS EN HIDROLOGIA
(tomado de la referencia 2)

El computador electrónico se ha convertido en una de las más im­


portantes herramientas de los hidrólogos modernos tanto investi­
gadores como prácticos. Las razones principales para esto son
que el análisis y diseño hidrológicos requieren el procesamiento
de una gran cantidad de datos cuantitativos y que aproximaciones
teóricas han sido introducidas con éxito en la hidrología cuanti_
tativa moderna y tales aproximaciones envuelven complicados pro­
cedimientos matemáticos y modelos que pueden ser resueltos prác­
ticamente sólo por computadores de alta velocidad. La historia
de la aplicación de los computadores electrónicos en la solución
de problemas hidrológicos ha sido corta, pero ha cobrado tal im­
portancia que tendrá papel decisivo en el desarrollo futuro de
la hidrología.

En general, las aplicaciones posibles de los computadores elec­


trónicos en hidrología comprenden tres áreas traslapadas: solu­
ción de ecuaciones matemáticas específicas que describen leyes y
problemas hidrológicos, simulación de sistemas y subsistemas hi­
drológicos y el control de la instrumentación hidrológica y la
experimentación. Las dos primeras áreas han sido desarrolladas
considerablemente, mientras que la tercera ha sido explorada só­
lo recientemente particularmente en el campo de la instrumenta­
ción automática para mediciones hidrológicas y en la experimenta
ción hidrológica de laboratorio.

Debido al rápido desarrollo de la tecnología en el campo de los


computadores electrónicos y su utilización, los detalles especí­
ficos y descripciones de equipos tienen sólo significado tempo­
ral. Para tal información el interesado debería remitirse a la
literatura técnica de los varios fabricantes de computadores.
Es más, los principios y métodos en el diseño de los computado­
res y la programación cambian tan rápido que nuevas ideas y pro-,
cedimientos están constantemente reemplazando a los métodos ordi_
narios.
HIDRO LO GIA

FE DE ERRATAS

Página Dice Debe d e c i r

v abajo A P E N D IC E PR O G R A M A EN P A S C A L , A P E N D IC E 1 I N U N D A C I O N E S , HUAYCOS
Y S E Q U IA S

A P E N D IC E 2 P R O G R A M A EN P A S C A L ,

3 a rrib a O fic in a N a c io n a l, (O N E R N ) I n s t i t u t o N acional de R e c u rs o s


N a tu ra le s (IN R E N A )

A r c h i v o T é c n ic o , Nada

D ire c c ió n G e n e r a l, D ir e c c ió n G e n e ra l de A g u a s y Suelos
(IN R E N A )
D ire c c io n e s Z o n a le s, D ir e c c io n e s R eg io n a le s A g r a r i a s del
M i n i s t e r i o de A g r i c u l t u r a
O fic in a de C a t a s t r o R u r a l P r o y e c to Esp ecia l T i t u l a c i ó n de
T ie r r a s y C a ta s tro R ural ( M in is te r io
de A g r i c u l t u r a ) '
29 a r r i b a A l t i t u d media es. A l t i t u d media es.
D iv id e a la cu e n ca en dos Se o b t ie n e d i v i d i e n d o el á re a d e b a jo
áre as ig u a le s . de la c u r v a h ip s o m é tr ic a e n t r e el
á rea de la c u e n c a .
38 a r r i b a 102 81 64 42 18 102 81 64 42 21
83 70 56 33 16 83 70 56 33 16
76 61 42 29 19 76 61 42 29 19
102 72 45 32 11 105 83 65 44 23
61 58 36 28 14 61 58 36 28 14

c e n tro 105 83 65 44 23 105 83 65 44 23


89 72 56 37 19 102 81 64 42 21
77 61 46 28 12 89 72 58 37 19

46 T a b la 3 • 1 CAL cal_____
Cm2 - D IA cm2 - día

162 abajo .. 2 veces en 30 a ñ o s ; .. 1 ve z en 30 años en p r o m e d io ;

.. cada 15.5 a ñ o s . . cada 15.5 años en p ro m e d io .


El presente tib-o c^nt-ene la descnpctón de los principales elementos
del odo hrdroto jco y los métodos ordénanos (Je sokicion a tos proble­
mas hidrológicos mas frecuentes que se le presentan al ingeniero civil.
!
No obstante quo desde el principio se maneja la Estadística como im­
portante herramienta de trabajo en el análisis y solución de tos proble­
mas. se ha dedicado un capitule completo a la hidrotogia Estadística
donde son tratados con cierto detenimiento los modelos hidrológicos
probabilísticos y en Iturna somera los modelos estocásticos

El libro contiene en cada capitulo gráficos, tablas y ejemplos resueltos


como un medio de lograr Ja cabal comprensión de los lamas expues­
tos Ai tlnal de cada capitulo son propuestos algunos problemas que
dBtoen ser resueltos por el lector.

La obra desarrolla el programa anal tico del curso semestral que con el
mismo nombre so imparte como otrigalono a tos alumnos de ingenie­
ría civil de la Pontificia Universidad Católica del Pero, sato a luz gracias
a los ausprcros det CÜNCYTEC y con etla 90 intenta ordenar un poco
la enseñanza de la hidrología en el país y, por que no. motivar en algo
los irabajos de investigación en este campo

El autor as ingeniero orvil, protesw principal de La Pontilicia Universi­


dad Católica del Perú en el área d- hidráulica y antes ha escrito Mecá­
nica de Fluidos i , Gtudtum S.A i , Manual de Piscinas (bajo tos auspi­
cios del CONCYTECÍ,

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