COYUNTURA EMPRESARIAL
¿Qué es la economía colaborativa?
La economía colaborativa dispara
la venta de segunda mano. Aun-
que algunos lo piensan, la venta
segunda mano, como también el
trueque y la venta ambulante, no
son signo de sociedades atrasadas
ni de escaso desarrollo comercial.
En EEUU, por ejemplo, proliferan
estas tres formas de comercio y son
famosos el llamado “garage sale” y
las ferias de trueque. Centrados en
el comercio segunda mano, resulta
paradójico que dos hechos que
pueden considerarse “opuestos”,
como es la crisis económica y el
desarrollo de la economía colabora-
tiva, han confluido para provocar un
empuje sin precedentes de la venda
de objetos usados. De hecho, una
encuesta realizada en 2014 revelaba
que con la crisis, más de la mitad de
los internautas españoles recurrió
a plataformas online para adquirir
productos usados. Este modelo de
comercio ofrece la posibilidad de
vender aquello que no se utiliza para
ganar un dinero extra, y de paso
comprar más barato lo que se nece-
sita. Además hay aplicaciones para
todos los gustos en función del tipo
de productos, libros, antigüedades,
coches, ropa, entradas de espectácu-
los, artículos deportivos, para bebés
y muchas más. Incluso las grandes
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E
l semanario Time aseguró
en 2011 que la economía
colaborativa sería un fe-
nómeno que cambiaría el
mundo y algo de razón debió tener
entonces la famosa revista norteame-
ricana porque quince años después la
consultora PwC estima que antes de
una década las empresas de este sec-
tor tendrán un potencial mercado de
unos 570.000 millones de dólares.
Sin embargo, el término «economía
colaborativa» sigue despertando cier-
ta confusión y, para aclarar qué acti-
vidades engloba, Adigital (Asociación
Española de la Economía Digital) y
Sharing España, colectivo que agru-
iNDiCaDorES
IndIcadores
multinacionales del comercio elec-
trónico, como Amazon y Ebay, faci-
litan que sus usuarios se puedan des-
hacer de objetos antiguos o pasados
de moda, desarrollando así la venta
internacional de productos usados.
Según el informe realizado por Vib-
bo, plataforma digital heredera de la
IndIcadores
revista Segundamano, actualmente
el comercio de objetos usados se
canaliza principalmente a través
de aplicaciones móviles y webs de
compraventa, copando un 50% de
este mercado. En segundo lugar se
encuentran las redes sociales (14%),
seguidas por la venta directa a un
amigo (10%). Los mercadillos se
sitúan en la última opción preferida
por los vendedores. Mientras que los
más jóvenes destacan el dinero que
pueden ganar vendiendo objetos que
no usan, en edades más adultas los
principales motivos pasan por tener
más espacio en casa o comprar una
versión mejor del objeto con el dine-
ro de la venta, señala la responsable
de este estudio. Entre los artículos
más rentables están los artículos de
ocio y deportes (con una recupera-
ción media del 63%) y los artículos
de electrónica (55%). En el otro
extremo se encuentran los de moda
y hogar, con los que se recupera una
media del 38%.
pa a las empresas de este sector, han
elaborado un documento que define,
aclara y clasifica las actividades que
tienen lugar dentro de las plataformas
digitales que operan en este sector.
El informe, titulado «Los modelos
colaborativos y bajo demanda en pla-
taformas digitales», distingue el rol
que desempeñan las plataformas. Si
la actividad de la plataforma es la de
intermediación propia de un prestador
de servicios de la sociedad de la infor-
mación, esta actividad no es, por sí
misma, lo que se considera economía
colaborativa o bajo demanda, sino que
es una actividad mercantil de interme-
diación que ofrece poner en contacto
a usuarios para que sean ellos los que
puedan llevar a cabo las actividades
propiamente dichas. En consecuencia,
hay que distinguir tres actividades di-
ferentes.
- Economía colaborativa. Se trata
de compañías que no prestan servi-
cios subyacentes, es decir, los bienes
o los servicios de los que disfrutaran
los usuarios no son de su propiedad.
Los portales ejercen como un tablón
de anuncios poniendo en contacto a
particulares con otros particulares o
profesionales a cambio de una con-
traprestación. Es decir, la plataforma
digital actúa como intermediaria, faci-
litando la utilización, el intercambio o
la inversión de bienes o recursos, entre
iguales (particulares o empresas), o
entre particulares y empresas, con o
sin contraprestación económica. En
esta categoría hay ejemplos ya tradi-
cionales como el alquiler de viviendas
entre particulares (AirBnB o Couch-
surfing), prácticas como el carpooling
(Blablacar o Amovens), el crowdfun-
ding (Goteo, Verkami) o la compra-
venta y alquiler de objetos de segunda
mano (EBay, Wallapop o Relendo).
- Economía bajo demanda. En este
caso, la relación siempre es de parti-
culares a profesionales y con ánimo
de lucro, estableciéndose así entre los
usuarios una relación comercial. Eng-
loba, por tanto, aquellos modelos de
consumo y provisión de servicios en
COYUNTURA EMPRESARIAL
los que la plataforma actúa de nuevo
como intermediaria, pero ahora entre
un profesional, que presta el servicio o
vende un producto, y un consumidor
o usario. En este caso, es habitual que
haya una contraprestación económi-
ca. Entran en este grupo, los servicios
proporcionados a través de platafor-
mas como UberX o Cabify, UberEats o
Glovo (reparto), y Etece (microtareas).
- Economía de acceso. Por último,
prácticas como el carsharing y el
coworking dejan de clasificarse como
economía colaborativa para conside-
rarse economía de acceso. Tal y como
aclara el informe, en este caso, es la
empresa la que proporciona el servi-
cio y «pone a disposición de un con-
junto de usuarios unos bienes para su
uso temporal, adaptándose al tiempo
de uso efectivo que requieren dichos
usuarios y flexibilizando la localización
espacial de los mismos». Es lo que
hacen Bluemove o Car2Go, que per-
miten compartir un coche, propiedad
de la empresa titular de la plataforma,
entre varias personas de manera no si-
multánea. Y lo mismo sucede con los
espacios de coworking que permiten
alquilar zonas de trabajo por periodos
de tiempo.
El documento termina con una serie
de recomendaciones entre las que se
encuentra delimitar cada uno de estos
puntos y fijar límites de ingresos que
determinen cuándo existe ánimo de
lucro. «Hay mucha inseguridad jurídi-
ca porque ni siquiera los propios titu-
lares de las plataformas saben dónde
están. No creemos que haga falta una
regulación de la economía colaborati-
Comienza la campaña
IRPF: cuestiones
prácticas
C
on la publicación el pasado
23 de marzo de la Orden
de Hacienda por la que se
aprueba los modelos de
declaración del IRPF y del Impuesto
www.especialdirectivos.es
va porque no pensamos que sea posi-
ble. Lo que sí es necesario que se pon-
gan unas normas claras sobre cómo
actuar y la plataforma sepa cuáles son
sus obligaciones», explican en Sharing
España.
Los esfuerzos de los sectores tradi-
cionales para impedir su actividad, el
exceso regulatorio que han llevado a
cabo un gran número de autonomías
y la falta de claridad en la legislación
son los mayores problemas a los que
se están enfrentando algunas de estas
compañías a la hora de llevar a cabo su
actividad en España.
«Hay otros países de la UE que lo
han abrazado abiertamente y, por
ejemplo, Francia ya ha puesto cier-
tos límites económicos sobre cuán-
do una persona deja de ser un par-
ticular para pasar a operar como un
profesional. Aquí en España nada, el
Gobierno está esperando a que la
normativa venga de Europa porque
hay presiones», asegura la misma
asociación.
El gran reto es definir la actividad de
cada empresa. “Tenemos muy claro
que las plataformas tienen una ley de
aplicación que viene de Europa, que es
la Ley 34/2002 de servicios de la so-
ciedad de la información y el comercio
electrónico, y lo que hay que determi-
nar ahora es cuándo esas empresas
dejan de considerase plataformas por-
que han empezado a prestar servicios,
y si tienen que regirse por la normativa
sobre consumo, por la de derecho civil
o por la mercantil», afirman en Sha-
ring España. n
sobre el Patrimonio del ejercicio 2016,
comienza la campaña de declaración
del presente año aunque en realidad
es el 5 de abril el primer día en que ya
se puede obtener el borrador y los da-
Nº 1710 • 2ª QUINCENA • AbrIl 2017
Denuncias
particulares por
fraude fiscal
D
esde que en 2013
la Agencia Tribu-
taria inauguró un
sistema para que
los particulares puedan denun-
ciar posibles fraudes fiscales, ya
suman más de 50.000 (12.555
el pasado año) las denuncias
presentadas y cargadas al plan
de inspección. En cuatro años
de funcionamiento (2013-2016),
el importe conjunto de las actas
incoadas por Hacienda mediante
esta vía alcanza casi los 500 mi-
llones de euros.
Los contribuyentes no necesitan
acudir a una oficina de la Agencia
Tributaria sino que pueden pre-
sentar la denuncia a través de la
web (www.agenciatributaria.es)
del organismo. Hay dos posibi-
lidades, presentar una denuncia
tributaria general, que se puede
hacer identificándose o no, o rea-
lizar una denuncia por pagos en
efectivo, en cuyo caso tanto el
denunciante como el denunciado
deben estar correctamente iden-
tificados. La denuncia general tie-
ne cinco opciones diferentes, que
marcan a su vez las prioridades
de Hacienda en la lucha contra el
fraude: ordinaria, por facturas no
declaradas, software de oculta-
ción de ventas, comercio electró-
nico y fraude web, y por alquiler
de inmuebles.
La denuncia deberá contener el
mayor número de datos para sea
posible identificar a las personas
o empresas denunciadas, tales
como nombre, denominación so-
cial, NIF, domicilio, razón social,
etc. Además, se deberá acom-
pañar de toda la documentación
ue se disponga para acreditar los
posibles hechos fraudulentos o
prácticas ocultas al fisco. n
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