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PRECIOS Y RESERVAS DE GAS SERÁN TEMAS SENSIBLES DE FUTURO

CONTRATO CON BRASIL


El contrato de venta de gas natural a Brasil concluye elaño 2019. Aunque faltan seis años,
es un tiempo corto para una renegociación difícil que implica garantizar futuros volúmenes
de aprovisionamiento y acordar el nuevo precio para el próximo contrato.

Brasil ya ha manifestado su interés derenovar con Bolivia el contrato de compra–venta de


gas natural más allá del año2019; sin embargo, además del precio dela exportación, también
es de su interés pactar el plazo del futuro contrato.

En los últimos años, ese país ha intensificado la exploración de reservas hidrocarburíferas


en su territorio, inclusive en aguas profundas del pacífico, con interesantes posibilidades; no
obstante, todavía no ha logrado la independencia energética ni tiene la suficiente red de
transporte (ductos)para abastecer a su mercado interno. Por otro lado, Bolivia apoya casi un
tercio de su presupuesto estatal enlos ingresos por hidrocarburos, pero tiene entre sus
dificultades no haber logrado el descubrimiento de nuevos reservorios y tampoco el acceso
anuevos mercados de exportación.

Las bajas inversiones en el sector, la falta de incentivos a las inversiones y de un marco


legal de largo plazo son desafíos por superar. En concreto, los ingresos estatales por la
explotaciónde hidrocarburos aún dependen de la venta de gas a Brasil y Argentina.

Para las finanzas públicas bolivianas,así como para el desarrollo del sector,resultaría
complicado renegociar un precio de exportación que no esté directamente relacionado con
el precio internacional del petróleo, y que podría eventualmente ser ajustado en funcióna la
cotización del precio internacional del gas natural Henry Hub, puesto que,como se aprecia
en el gráfico Nº 1, éste último es muy volátil y en los últimos seis años, ha estado muy por
debajo de los precios de exportación del gas natural boliviano.

Previendo este efecto, en la reciente participación del presidente Evo Morales en el Foro de
Países Exportadores de Gas (FPEG), el espacio internacional para el gas natural
equivalente a laOrganización de Países Productoresde Petróleo (OPEP), Bolivia pidió a los
Estados miembros del bloque preservarlos contratos a largo plazo, asociar los precios del
gas a los del petróleo y profundizar el uso de tecnologías limpias para la producción de este
recurso natural.

Al parecer, esta iniciativa busca que los países productores actúen como bloque al momento
de definir el precio de exportación de gas natural. Sin duda, los próximos seis años serán
importantes para renegociar el contrato con Brasil; este tiempo servirá para diseñar
mecanismos apropiados para la fijación de precios que permitan al país mantener el elevado
nivel de ingresos sin sacrificar la competitividad del precio de exportación del gas natural
boliviano.

Posiblemente, en las negociaciones pasadas se vinculó el precio del gas al precio


internacional del barril de petróleo, porque a finales de los años 90, cuando se negociaba
con Brasil, el gas natural no era aún considerado una materia prima internacional que se
transe en mercados financieros, aspecto que ha venido cambiando en la última década.
Gas para la exportación
De acuerdo con información oficial dela estatal petrolera, durante el primer semestre del
2013, en promedio, el84% del gas natural producido fue destinado a la exportación; lo cual
denota la relevancia que los mercados de Brasil y Argentina tienen para los ingresos
obtenidos por Bolivia por la explotación de hidrocarburos. En el caso de Brasil, el contrato
de compra–venta de gas natural, denominado Gas Supply Agreement (GSA) fue suscrito el
año 1996, por un periodo de 20 años. Considerando que las exportaciones se iniciaron en
1999, el contrato vencerá el año 2019.Si bien en un inicio el volumen contractual fue
establecido en 16 millones de metros cúbicos por día (MMmcd), el mismo fue ajustado
mediante diferentes adendas hasta establecer un volumen de 31 MMmcd.

Uno de los aspectos más importantesdel contrato Brasil es el mecanismo para la


determinación del precio de venta, el cual, según el contrato, es ajustado trimestralmente en
función ala cotización de tres fuel oil que, a suvez, dependen del precio internacional del
petróleo. Es decir que el precio de exportación del gas natural boliviano depende del
comportamiento del precio internacional del barril de petróleo, el cual muestra una tendencia
de incremento desde el año 2004, aspecto que ha permitido al país recibir mayores ingresos
económicos.

Como se muestra en el gráfico Nº 2, eleje derecho muestra el comportamiento del precio de


exportación del gas natural boliviano al Brasil, en tanto que el eje izquierdo muestra el precio
internacional del barril de petróleo. De esta manera en el año 1999 cuando el precio
internacional del barril de petróleo era de 19,34 $us/Bbl, el precio de exportación del gas
natural boliviano era de 1,01 $us/MMBTU. Posteriormente, el año 2005, cuando el barril de
petróleo alcanzaba los56,64 $us/Bbl en la cotización West Texas Intermediate (WTI) el
precio de exportación del gas natural boliviano alcanzó los 2,59 $us/MMBTU.

En los años sucesivos se observó una tendencia creciente en el precio internacional del
barril de petróleo, el cual ha pasado muchas veces los 100 $us/Bbl, lo cual ha ocasionado
que el precio de exportación del gas natural boliviano también haya alcanzado registros
históricos en el periodo 2005 – 2013.

Por otra parte, el contrato de compra–venta de gas natural suscrito el año 2006 entre Bolivia
y Argentina establece un plazo de 20 años para la comercialización de gas natural a partir
del año 2007 hasta el 2027.
Con relación al precio de exportación del gas natural boliviano a Argentina, al igual que en
el caso de Brasil, el mismo es ajustado trimestralmente con base en una fórmula que
contempla los mismos tres fuel oils más la adición del precio internacional del diesel oil, lo
cual haceque el precio de exportación a Argentina sea mayor que el de Brasil; sin
embargo,de igual manera, el comportamiento del precio de exportación de gas natural está
influenciado por el precio internacional del barril de petróleo.

Frente a la volatilidad
En las condiciones y tendencias del sector de hidrocarburos, resulta cada vez más imperiosa
la necesidad de diseñar mecanismos que, de cierta manera, permitan amortiguar la
volatilidad de los in gresos del Estado frente a las variaciones de los precios internacionales
del petróleo y además que permitan al Estado transferir recursos a otros sectores de la
economía que generen empleo y valor agregado. Al parecer, el pacto fiscal resulta ser una
preciada oportunidad para encontrar un consenso nacional en esta materia.
BRASIL RENUEVA EL CONTRATO DE COMPRA Y
VENTA DE GAS CON BOLIVIA
Enviado por editor el Mar, 02/02/2016 - 23:36

AGENDA PRESIDENCIAL

El ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez (der.), y el de Minas y Energía de Brasil, Eduardo Braga.
Foto: Ministerio de Hidrocarburos
El ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez, y el ministro de Minas y Energía de Brasil, Eduardo
Braga, firmaron ayer un Memorándum de Entendimiento que da continuidad al comercio hidrocarburífero entre ambos
países.
“Bolivia y Brasil acordaron la continuidad del Contrato de Compra Venta de Gas Natural, además de la provisión de
gas natural licuado (GNL) y gas licuado de petróleo (GLP) bolivianos al mercado de la República Federativa de Brasil”,
manifestó ayer el titular de la cartera de Hidrocarburos.
“Asimismo —añadió— YPFB y Petrobras acordaron trabajar conjuntamente para la concreción de la sociedad en la
Planta de Fertilizantes Tres Lagunas (Brasil)”.
Sánchez manifestó que en el documento se establece que Bolivia tiene capacidad para suministrar gas natural a Brasil
a partir de 2019 y por un largo plazo, ya que YPFB, como resultado de la implementación del Plan Inmediato de
Exploración (PIE), demostró que podrá incrementar los niveles de producción de gas natural.
Brasil expresó su interés y compromiso de mantener las relaciones comerciales de compra venta de gas con Bolivia,
según datos de ese Ministerio.
El Ministro explicó que Bolivia presentó una propuesta de Acuerdo Marco para la provisión de GLP y GNL para la
exportación a Brasil, compromiso que será profundizado por la estatal brasileña.
Señaló que YPFB y Petrobras acordaron realizar las gestiones necesarias para evaluar la posibilidad de concretar
acuerdos comerciales y la generación de sinergias para la comercialización de fertilizantes de las plantas Tres Lagunas
(Brasil) y Bulo Bulo (Bolivia).
Finalmente, indicó que la firma del Memorándum de Entendimiento se enmarca en la política de integración energética
y complementariedad comercial entre ambos países.
YPFB y Petrobras firman acuerdo comercial
En el marco de las reuniones bilaterales, el presidente Evo Morales y su homóloga de Brasil, Dilma Rousseff; los
presidentes de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Guillermo Achá, y de Petróleo Brasileiro SA
(Petrobras), Aldemir Bendine, suscribieron este martes un acuerdo de intenciones en la perspectiva de concretar una
relación comercial sobre industria petroquímica-fertilizantes para su comercialización en Brasil y en otros países de la
región.
“Considerando las oportunidades que ofrece la industrialización de los hidrocarburos, en aras de alcanzar una
cooperación beneficiosa para ambas partes; es de interés común analizar las posibles sinergias de los proyectos de
fertilizantes de Tres Lagoas (Brasil) y Bulo Bulo (Bolivia)”, se lee en el documento suscrito en Brasilia en el ámbito
de una reunión bilateral.
En el plazo de 15 días se conformarán equipos técnicos para establecer una metodología y cronograma de trabajo para
la presentación de un informe final a las autoridades competentes, según un boletín de YPFB tras el encuentro que
estuvo dirigido por el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, y el ministro de Minas y Energía de Brasil,
Eduardo Braga.
Bolivia, gracias a las inversiones realizadas en el sector de hidrocarburos, muestra el potencial técnico y comercial para
que internacionalice sus actividades, en este caso como posible suministro de gas natural que genere una alianza
estratégica de relación comercial en la industria petroquímica de fertilizantes
Bolivia recibirá este año $us 1.000
millones más por renta petrolera
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) estima que este año el país puede
recibir aproximadamente $us 1.000 millones más por concepto de Regalías, Participación
e IDH. El año pasado, el Estado boliviano recaudó $us 1.994 millones por la renta
petrolera.

Info exportación de gas.


La Razón / Miguel Lazcano / La Paz
01:31 / 28 de agosto de 2012
“Si el ritmo de los volúmenes, los precios y las demandas (de gas natural) continúan como
hasta julio de este año, aproximadamente vamos a obtener en 2012 $us 3.000 millones”,
afirmó ayer el presidente ejecutivo de YPFB Corporación, Carlos Villegas Quiroga, en una
entrevista vía telefónica con radio Panamericana.

De darse esta situación, los departamentos productores de hidrocarburos (Cochabamba,


Chuquisaca, Santa Cruz y Tarija) serían los más beneficiados porque, además de la regalía
departamental del 11%, también reciben los ingresos que les corresponde por el Impuesto
Directo a los Hidrocarburos (IDH).

A modo de ejemplo, Villegas dijo que entre enero y julio de este año Tarija ya recibió $us
228 millones. “Si el comportamiento es similar, Tarija podría estar recibiendo este año
cerca de los $us 500 millones”, afirmó el ejecutivo de YPFB Corporación.

En líneas generales, la autoridad explicó que hasta julio de la presente gestión el Estado
boliviano percibió $us 1.496 millones por concepto de Regalías, Participación e IDH.

Esta recaudación por la producción y comercialización de los hidrocarburos supera en


43,9% al registrado en similar periodo de 2011, cuando YPFB depositó en cuentas fiscales
$us 1.039 millones, de acuerdo con los registros estadísticos de la estatal.
El titular de YPFB dijo que esta renta petrolera histórica obedece a varias variables que
principalmente son el aumento de producción certificada y el incremento de precios en la
comercialización de gas natural a los mercados de Brasil y Argentina.

Futuro. Villegas considera que este y los siguientes años serán excepcionales para el país en
materia de ingresos por hidrocarburos, pues a partir de mayo de 2012 se incrementaron
importantes volúmenes de producción que en su mayoría se destinan al mercado de
exportación.

“Los ingresos van a ir aumentando año tras año. En 2012 probablemente lleguemos a $us
3.000 millones, que prácticamente va a ser un récord de generación de renta petrolera. El
próximo año vamos a superar ese monto en función de los volúmenes de producción que
van a ir aumentando y los precios internacionales del petróleo”, dijo el ejecutivo.

También fue enfático al señalar que el proceso de nacionalización de los hidrocarburos,


iniciado hace seis años y tres meses, generó para Bolivia $us 14.494 millones, los mayores
ingresos de toda su historia económica. “Desde la nacionalización (2006) hasta junio de
2012, Bolivia obtuvo $us 14.494 millones y en promedio anual el Estado boliviano recibió
$us 2.071 millones. En tanto, en el periodo de la capitalización 2000-2005, el Estado
obtuvo $us 1.868 millones, un promedio anual de $us 311 millones”, destacó Villegas.

Este monto total es el resultado de la sumatoria de los ingresos generados por la actividad
de comercialización de hidrocarburos entre 2006 a junio de 2012, además de otros
impuestos nacionales deducidos de la actividad hidrocarburífera.

Inversión y gasto de recursos

Beneficio

Los ingresos generados por el sector hidrocarburos benefician, en forma directa, a las nueve
gobernaciones del país, 327 municipios, todo el sistema universitario público y el Tesoro
General de la Nación.

Regiones

Villegas aseguró que gobernadores y alcaldes son responsables del gasto de la renta
petrolera. “Ellos tienen un compromiso (...) de hacer una inversión y un gasto que
verdaderamente permita un giro y mejore las condiciones de vida de la población de sus
respectivos departamentos”.

Precios de exportación de gas no variarán

En el segundo semestre de 2012, los precios del gas natural de exportación a Argentina y
Brasil no variarán con relación al primer semestre, informó a La Razón el viceministro de
Desarrollo Energético, Franklin Molina, quien participó en el V Congreso Internacional
Bolivia Gas & Energía 2012, realizado en Santa Cruz los días 22 y 23 de agosto.

“Los precios van a continuar como estuvieron en el primer semestre, que son precios
cercanos a los 11 dólares. Al menos la proyección que se ha hecho hasta diciembre es que se
mantengan porque hay una cartera de fuel’s (combustibles) que define el precio de gas que
se le vende a la Argentina y a Brasil”, explicó el viceministro.
La tendencia de que los precios de venta de gas hacia esos dos países se mantengan los
siguientes seis meses se debe, según Molina, a que en el mercado internacional los costos
del energético son aún “elevados” y porque además “hay contratos” de compra y venta con
Brasil y Argentina.

Según el portal digital www.hidrocarburosbolivia.com, entre el 1 de abril y el 30 de junio de


2012, el precio del gas natural boliviano exportado a Argentina llegaría a $us 11,08 por
millón de BTU (unidad térmica británica) y tendría un incremento del 4,33% con relación a
los $us 10,62 por millón de BTU registrados en el primer trimestre de 2012. Dicho precio es
el resultado de la fórmula de ajuste acordada entre YPFB y la estatal argentina Enarsa.

A diferencia de Argentina, el precio del gas exportado a Brasil alcanzaría $us 9,26 por
millón de BTU. Esto representó un incremento del 5,35% respecto a los $us 8,79 por millón
de BTU registrado durante el primer trimestre de 2012. Dicho precio fue acordado entre
YPFB y Petrobras.
Siete fórmulas para negociar el
contrato de venta de gas a Brasil
19 MARZO 2017MIRKO ORGÁZ GARCÍA
TAMAÑO DE TEXTO: A+ A-

Siete fórmulas para negociar el contrato de venta de gas a Brasil

Bolivia se apresta a firmar un nuevo contrato de compra y venta de gas con Brasil
por los próximos 20 años en nuevas condiciones de reservas, precios y
volúmenes. Esto se dará sin haber certificado suficientes reservas de gas (tanto
para su seguridad energética como para sus proyectos de exportación), con una
disminución de los precios del barril de petróleo en el mercado internacional y con
la emergencia de más competidores en el mercado regional de Gas Natural
Licuado (GNL).
La estrategia de las transnacionales y de la burguesía brasileña es mantener el
tenor del actual contrato que finaliza en 2019, con el aditamento de “más gas a
menor precio”, para seguir teniendo a Bolivia como fuente de aprovisionamiento
energético barato.
“Brasil necesita tener las condiciones para ser capaz de renegociar (el contrato)
para que los precios puedan bajar”, declaró Marco Tavares, ejecutivo de Gas
Energy, citado por la revista Los TiemposAmérica del Brasil en septiembre de
2016.

¿A qué condiciones hace referencia el empresario brasileño que dispuso de energía


boliviana abundante/no contaminante y barata los últimos dos decenios para
obtener más energía a menor precio?

Bolivia, luego de 18 años de venta de gas a Brasil, no ha realizado una auditoría


técnica, económica y geopolítica al contrato que termina el año 2019.

Mayor dependencia de Bolivia


Dos preguntas son necesarias para encauzar el debate de cara a la negociación del
contrato. La primera, una interpelación a nuestra historia: ¿Los contratos de venta
de gas a Argentina (1969) y Brasil (1997) ayudaron al país a salir del derrotero
primario exportador que nos constituye desde nuestra fundación como república?

La segunda, siendo la energía un factor de producción como el capital, trabajo y la


tierra: ¿Desde cuándo es bueno vender energía y no contar con ella para el
desarrollo de un país dependiente como Bolivia?

No se puede negar la dimensión económica de las exportaciones de gas en la


generación de ingresos para Bolivia: el 68% del gas producido los últimos años se
han destinado al mercado brasileño, generando para las arcas del Estado, los años
2013 y 2014, aproximadamente 3.500 millones de dólares, cerca del 50% del total
de los ingresos fiscales. Una cifra y un negocio nunca antes visto en la historia del
país.

Sin embargo, con este contrato de compra y venta de gas, si bien Bolivia se ha
generado esos recursos económicos, fue a costa de desprenderse de un recurso
energético no renovable, estratégico y factor clave de la producción de la
economía mundial. Y puso en peligro su seguridad energética en el mediano y
largo plazo, al mismo tiempo que profundizó su dependencia, el extractivismo y el
rentismo.

Al respecto, Juan Carlos Guzmán sostiene en ‘Apuntes sobre el estudio de la renta


de hidrocarburos’ (CEDLA, 2015) que: “habiendo reducido de manera absurda la
política energética nacional a la trilogía gas natural-exportaciones-rentas, los
bolivianos no nos hemos detenido a pensar en las implicaciones políticas y
económicas de la evolución del sistema energético que, más allá de la generación
de ingresos, reafirma el derrotero primario exportador boliviano y subordina la
política pública de energía a la obtención de rentas”.
Para peor, Bolivia generó una renta fiscal extraordinaria estos últimos diez años,
nunca antes vista, que no ha podido utilizar para diversificar —en lo básico— su
economía.

“Más gas a menor precio”


Veamos la estrategia de las transnacionales y burguesía brasileña para seguir
constituyendo a Bolivia como polo de distribución energético barato en
Sudamérica.

En septiembre de 2016, la periodista Nicola Pamplona, de la Fhola de San Pablo,


hizo conocer que el Gobierno Federal de Brasil estudia crear un operador nacional
del gas para reemplazar a Petrobras, que mantiene el monopolio del transporte y
la comercialización entre la producción y los mercados de consumidores.

Este plan busca en lo central “renovar totalmente el contrato de importación de


gas de Bolivia que vence el 2020” y reducir a la mitad el volumen contratado. “La
expectativa es que la compañía reduzca a la mitad el volumen contratado, con el
país vecino, hoy en 30 Mm3 por día, equivalentes a 37.5% del consumo diario
medio del Brasil. Por eso las distribuidoras de gas y la industrias consumidoras se
preparan para negociar directamente con el gobierno boliviano contratos para la
próxima década”.

Estas medidas, anunciadas extraoficialmente, no buscan mejorar el sistema de


distribución de gas en Brasil, sino: 1. Desguazar/privatizar la estatal petrolera
brasileña a favor del capital privado y transnacional. 2. Implementar un sistema de
precios respecto al gas boliviano que beneficie aún más a las transnacionales y la
burguesía brasileña, principal objetivo de la estrategia descrita por Pamplona.

Brasil disminuyó el bimestre de enero-febrero/2017 su volumen de compra de gas


al 50% (“Cae a la mitad la exportación de gas al Brasil”, El Deber, 10/01/2017), un
tema atribuido al buen funcionamiento de sus hidroeléctricas pero que parece
demostrar la aplicación “de facto” de su estrategia para doblegar a Bolivia e
imponer precios y condiciones. Cabe decir que esta disminución al 50% del
volumen de compra de gas vulnera el actual contrato, firmado con una entrega
máxima de 32 mmcd (Deliver or Pay) y un mínimo de 26 mmcd (Deliver or Pay), lo
que se confirma en el artículo “Nuestras exportaciones de gas”, de Carlos Miranda
(Página Siete, 10/2/2017).

Posición del gobierno del MAS


Mientras en Brasil esperan que una audiencia pública apruebe la estrategia “no
oficial”, autoridades del MAS refrendaron esta propuesta.

“El vicepresidente Álvaro García Linera aseguró este lunes que Brasil continuará
comprando gas boliviano, mediante empresas privadas, tomando en cuenta que la
estatal Petrobras liberó la comercialización de ese energético, en una suerte de
‘privatización’ de su compra”, publicó La Razón el 26/9/2016.

Ese mismo día, ANF, citando también a García Linera: “El Gobierno boliviano desde
hace ocho meses empezó a negociar con empresas privadas brasileña después de
que el gobierno de Michel Temer resolvió liberar a las empresas privadas para la
comercialización de gas y reducir la participación de Petrobras en este negocio.
‘Estamos negociando desde hace ocho meses la venta de gas a Cuiabá, ya no es
Petrobras, es una empresa privada. Ellos quieren comprar gas incluso por encima
del precio que ahora nos paga Brasil y Petrobras’”.

El ministro de Hidrocarburos, Luis Sánchez, confirmó que “cuatro estados de Brasil


están interesados en la compra directa del gas boliviano” para hidroeléctricas (ANF
15/2/2017). Es decir una compra directa, sin intermediación de Petrobras.

Estas posiciones del gobierno del MAS expresan una remota comprensión del tema
económico más importante de la vida nacional.

¿Brasil no necesita gas boliviano?


No. Brasil no tiene autosuficiencia energética y depende del gas, tanto boliviano
(33%), como del GNL que importa (17%). El resto es producción interna.

La idea de que Brasil tiene “suficiente músculo” para prescindir del gas boliviano es
falsa. Sin embargo, este ha sido el argumento central de la geopolítica brasileña
para constituir a Bolivia como su fuente de aprovisionamiento energético barato y
dependiente en la región.

El proyecto de El pre-sal y la subasta de áreas de explotación de gas no


convencional, que le darían ese músculo para ganar la pulseta a Bolivia y lograr
que reduzca el precio del gas natural de cara al nuevo contrato, se ha postergado y
hoy mismo es el centro de la disputa entre el Estado brasileño y las
transnacionales. Su exploración/explotación sería a mediano plazo. Entonces,
Brasil no tiene músculo y no nos hace “un favor” al comprar gas boliviano.

Bolivia vende a Brasil el 68% del gas que produce y Brasil compra de Bolivia el 33%
del gas que necesita, e importa 17% de otras fuentes. Su producción está en
alrededor del 50%. Los años 2013, 2014 y 2015, el promedio de consumo de gas
boliviano en Brasil estuvo al máximo de los requerimientos por contrato, es decir
31 Mm3pc/d, mientras su producción propia ha ido creciendo.

Brasil elevó la producción y consumo de energías alternativas, sin embargo, esto


no fue suficiente para prescindir del gas importado. Aún más, aumentó
significativamente su consumo de gas natural entre 2012 y 2015.

El precio del LNG importado por Brasil fue mayor que el precio del gas boliviano.
Por ejemplo, a junio de 2015, el precio del LNG oscilaba para Sudamérica entre
7,84 y 7,94 dólares, mientras Brasil pagaba a Bolivia $us 5,7 el Mmp3
(“Lineamientos de políticas de estado para Bolivia en tiempos de cambio climático”.
Justo Zapata, Hora 25 118/119).

Sectores de mayor consumo


El consumo industrial de gas de la industria brasileña se lleva la tajada más
grande: 42,22 Mm3pc/d. La generación eléctrica requiere 30,29 y automotores
4,82.

Mientras Brasil consume ávidamente gas para su industrialización y desarrollo


petroquímico, en Bolivia el consumo se mantiene en los límites de un país con cero
desarrollo industrial. Los datos son contundentes: cerca del 83% de los
hidrocarburos producidos y comercializados por Bolivia tuvieron por destino el
mercado externo. Solo el 17% restante fue orientado a su mercado interno.

Esta situación se expresa en el intercambio comercial desigual que el Instituto


Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), con base en datos del INE, estableció: “Sin
gas natural, las exportaciones a Brasil solo llegarían a $us 65 millones”. En otras
palabras, mientras Brasil nos vende más de 3.000 productos, de los que
destacaron las barras de acero ($us 139 millones), seguidas de betún de petróleo
(31 millones) y polietileno (26 millones), Bolivia le vende gas en un 95% del total
exportado al Brasil (ANF, 2/3/2017). Estos datos reafirman la dependencia del país
respecto al consumo de energía para el desarrollo industrial a partir del contrato
de gas a Brasil (y Argentina).

El precio: centro de la batalla


El precio es el centro de la batalla del nuevo contrato con Brasil. Dicha estrategia
es “más gas a menor precio”, y para lograr esto buscan imponer un precio en
referencia al Henry Hub, parámetro conveniente a sus intereses.

Aún no existe un mercado global del gas porque falta que este energético sea un
“commodity” (bien transable) comercializado globalmente, como lo es el petróleo.
Esto generó que existan distintos precios “regionales” del gas en el mundo; por
ejemplo, en Estados Unidos se determina en el Henry Hub (actualmente el más
bajo), en Europa se regulan por los contratos a largo plazo (precio medio) y en el
Asia los precios siguen referidos predominantemente al petróleo, con precios más
altos.

Para el precio de venta de gas al mercado brasileño y argentino, la fundación


Jubileo estableció los mínimos y máximos históricos. Un análisis comparativo para
el año 2015 permite observar que Brasil pagó por debajo del precio establecido en
Europa y Asia y por encima del Henry Hub.
En dirección a esto, en mayo de 2015, mientras en Europa el precio era $us 7,27 y
Japón 8,72, Brasil y Argentina pagaban alrededor de 5 y 5,5, respectivamente, el
Mmp3, un precio mucho más bajo a los del gas en Europa y Japón.

El precio del LNG para Sudamérica, a junio de 2015, estaba en alrededor de $us 8
el Mmp3. Por esa misma fecha, el Henry Hub era de 2,84.

Henry Hub en todo el mundo


Estados Unidos y las transnacionales buscan imponer el precio Henry Hub en todas
las regiones del mundo para perjudicar a los países productores de gas. “Desde el
año 2009 los compradores de gas de Europa están buscando cambiar sus fórmulas
de precio, lo que ha traído una reducción en los mismos y el año 2015 los precios
de compra en Alemania se redujeron hasta 6,8 $us/MMBTU”, sostienen expertos
energéticos en “Comercialización de gas natural en el mundo”, de Jaime Santillana
y Julia Salinas de Santillana.

Se trata de que los precios del Henry Hub empiecen a influir en los otros mercados
como una estrategia para bajar los precios del gas y controlarlos desde los
intereses norteamericanos y las grandes transnacionales. Con este fin, se han
observado envíos mínimos de gas estadounidense a distintas regiones con precio
Henry Hub, para generar la sensación aparente de estar frente a un gran proveedor
capaz de modificar los precios del gas en los mercados regionales.

El Perú “paga” actualmente esta estrategia transnacional: vende actualmente su gas


al precio Henry Hub, lo que es un saqueo a su economía.

El Pacific LNG del año 2001, liderado por las transnacionales para vender gas por
Chile a EEUU (y a Chile), proyecto antinacional neutralizado por El Alto en 2003,
tenía este mismo fin: beneficiar a las transnacionales con bajos precios para el
gas, establecido en referencia al Henry Hub. Sin la intervención del pueblo alteño,
Bolivia hoy sería, como el Perú, fuente de aprovisionamiento barato de EEUU, a
costa de su desarrollo.

Rentismo y caída de reservas


El Estado boliviano no hizo hasta ahora una auditoría técnica, económica,
financiera y geopolítica del contrato de compra y venta de gas a Brasil, a 18 años
de su implementación. Sin embargo, dos expertos realizan un balance crítico del
contrato, uno de ellos es el citado Guzmán.

Él señala lo siguiente en el documento ya mencionado: “desde las primeras


exportaciones de gas natural a la Argentina en los años setenta, pasando por la
reforma neoliberal de 1996 que fijó las bases de exportación hacia el Brasil, hasta
el nuevo contrato con Argentina, la exportación de energía, en términos de ‘gas
rico’, tuvo siempre el principal objetivo de obtener recursos para el tesoro
nacional”.
Además, “la evolución del indicador muestra que el país ha profundizado su
vocación primario exportadora e indica que la industrialización no acompañó a la
exportación de gas natural a Brasil, principal resultado de la reforma neoliberal de
1996 en el sector”.

La generación de ingresos por la exportación de gas creció sobre todo después de


la promulgación de la Ley de Hidrocarburos 3058, en mayo de 2005, pero a
cambio de enajenar sus reservas. “Es así que la cantidad total de energía primaria
exportada llegó, en 2012, a 87,4 Mbep (millones de barriles equivalentes de
petróleo) y, con ventaja, colocó al país como el primer exportador de gas natural
de la región, situación que tiene impacto en las reservas nacionales que ya en
2010 mostraban una situación crítica. A pesar de ello, las exportaciones se
incrementaron aún más hasta el 2012”, dice Guzmán.

En suma, se incrementaron las exportaciones de gas y los ingresos económicos,


pero disminuyeron las reservas.

Con el contrato de venta de gas a Brasil, Bolivia se hizo más dependiente y tiene
reservas insuficientes de gas que ponen en peligro su seguridad energética
nacional y desarrollo industrial con energía disponible en un mundo donde el
petróleo y el gas son hoy la base del desarrollo, mientras transita hacia las
energías alternativas.

Se cambió la seguridad energética, a cambio de renta que no se utilizó para


diversificar la economía. •

Precio, gas “rico” y volúmenes


Otro análisis crítico es el de Justo Zapata, director del DIPGIS UMSA, quien es
demoledor en su balance del contrato que hoy se pretende renovar. Sostiene que
desde el punto de vista económico, el contrato inicial debía haber establecido un
precio del gas en función a su poder calorífico, lo que hubiera significado que el
precio sea siempre un quinto del valor del barril del petróleo, similar a los precios
referenciales de Europa o Asia en este momento. A lo largo de los últimos años,
Brasil pagó muy por debajo de ese precio.

Con el contrato que finaliza en 2019, se impuso un precio sobre la base de una
canasta de fuel oils tremendamente contaminante, y el resultado fue un mal
negocio para el país. Si bien, en lo mínimo, mantuvo un precio del gas acorde a las
subidas del precio del barril de petróleo en el mercado internacional, no lo fue en
las proporciones del precio de mercado europeo o asiático.

Zapata dice que: “Se puede afirmar con seguridad que en ningún país del mundo
se permitiría quemar un combustible como el de la canasta (establecida con el
Brasil) con alrededor de 27 gramos de azufre por kilogramo de combustible. Esta
cantidad de azufre permitiría obtener alrededor de 83 gramos de ácido sulfúrico
por litro quemado, cantidad que en cualquier fábrica o ciudad tornaría la
atmósfera en irrespirable” (“Análisis del contrato al Brasil”. Justo Zapata, Hora 25).

Es decir, el contrato que finaliza estableció una canasta de fuell cells (altamente
contaminantes), alejados de la cualidad del gas (un energético menos
contaminante); por ello mismo, como lo estableció el COP 21, energía “limpia” y de
transición hacia las “alternativas”, estratégica, para enfrentar el “calentamiento
global”.

Zapata dice también que el contrato obligó a vender gas húmedo, es decir, gas
“rico” que genera utilidades adicionales. Afirma que “en el contrato, Bolivia se
obliga a proveer un mínimo de 1.034 calorías por pie cúbico. Si solo se vendiera
metano o gas seco no se podría satisfacer este requerimiento, pues con metano
100% puro se alcanzarían 974 calorías por pie cúbico. Aunque en general, solo se
comercializa gas seco, es decir, metano con algo de dióxido de carbono y
nitrógeno (en el mundo), Bolivia por este contrato, se ve obligada a comercializar
gas húmedo con alrededor de 10% de etano, GLP y gasolina natural”.

Luego, se pregunta: ¿cómo se pudo elaborar un contrato tan desfavorable al


interés nacional fijando el precio en función de una canasta de combustibles
tremendamente contaminantes y, por lo tanto, de bajo precio; comprometerse a
vender gas húmedo en lugar de gas seco e incluso no prever el gasoducto a Brasil
para llevar gas boliviano a otros puntos del territorio boliviano, como por ejemplo,
la industrialización del Mutún? Su respuesta es contundente: en la firma del
contrato de gas al Brasil “se antepuso el interés personal al interés nacional:
nuestros principales negociadores de YPFB ya habían cambiado de camiseta antes
de abandonar sus altas funciones”.

Por último, concluye que el contrato de venta de gas al Brasil fue un saqueo más a
Bolivia.

Las siete fórmulas para negociar el nuevo contrato


De todo lo señalado, la primera constatación es que ni la venta de gas a Argentina
(iniciada en los años 70) ni la venta a Brasil (desde 1997) contribuyeron a forjar
una política de desarrollo nacional para salir del modelo de desarrollo primario
exportador. Por el contrario, profundizaron el extractivismo y la dependencia de
Bolivia.

Con ambos contratos, el país perdió sus reservas de gas y con ello su seguridad
energética. En suma, Bolivia debe:

1.- Vender menos volúmenes de gas a mayor precio para garantizar reservas de
gas con vistas al desarrollo nacional los próximos 30 años, mientras cambiamos
nuestra matriz energética hacia las nuevas energías alternativas como la eólica y la
solar. Bolivia hoy no tiene las reservas suficientes para encarar un nuevo contrato.
La última certificación establece 10,45 TCF. Al ritmo actual de consumo (0,86
TCG/año), estas reservas alcanzarían hasta el año 2026, sin renovar el contrato
con Brasil que finaliza en 2019. Si lo renovamos, en 2025 Bolivia no podría
satisfacer la demanda de ese país ni sus propios requerimientos.

2.- Elevar el precio del gas en función de su poder energético. Un metro cúbico de
gas natural proporciona la misma energía que un quinto de barril de petróleo. A
esta relación debe corresponder su precio. En ese sentido, actualmente Brasil
paga, con un precio del barril de petróleo de $us 50, alrededor de $us 4,5 el
Mmp3, cuando debería pagar, atendiendo la fórmula propuesta, cerca de $us 8; es
decir, un precio cercano a los del LNG en Sudamérica.

3.- Negociar solo con Petrobras y el Estado brasileño un contrato a largo plazo,
con menos volúmenes y con precios referidos al poder calorífico del gas, que
significa establecerlo en 1/5 del precio del barril de crudo. No negociar
directamente con las empresas privadas. Los privados y las transnacionales buscan
contratos a corto plazo para imponer precios spot, es decir, más bajos para el gas.

4.- Vender solo gas seco, como lo hacen todos los países productores en el
mundo. Las 1.034 calorías por pie cúbico que se impusieron al país en el contrato
que finaliza, no se deben repetir. Bolivia debe construir una planta separadora con
mayor capacidad en Río Grande para aprovechar las gasolinas que, aún hoy, se van
a Brasil con el gas.

5.- Permitir el uso del gasoducto para emprendimientos nacionales (por ejemplo,
para el transporte de gas destinado a la industrialización del hierro del Mutún). Se
calcula que este proyecto necesita entre 6 y 8 Mmp3/d de gas. Bolivia podría
consumir hasta 40 Mmp3/d de gas en otros emprendimientos como la
industrialización del litio, siderurgia y agroindustria.

6. Realizar una verdadera nacionalización de los hidrocarburos. Mientras Bolivia no


nacionalice, las transnacionales que hoy operan los campos seguirán presionando
al Estado para exportar más gas y buscar “nuevos mercados externos”. Bolivia
debe nacionalizar los megacampos Sábalo, Incahuasi/Aquío y Margarita para que
sean operados por YPFB, y recuperar el mercado brasileño para nuestra estatal
petrolera.

7. Luego de nacionalizar, utilizar la energía del gas como factor de producción en


la economía nacional y el excedente como factor de negociación con Brasil con el
propósito de obtener mercados para productos industrializados del país, en la
perspectiva de salir del modelo primario exportador.

Esto mismo proponía Marcelo Quiroga Santa Cruz al oponerse a la venta de gas a
Brasil por la dictadura, hace más de cuatro décadas.

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