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Invasiones bárbaras

Invasiones bárbaras en el Imperio romano.


Invasiones bárbaras, invasiones germánicas, época de las invasiones o periodo de las
grandes migraciones son distintas denominaciones historiográficas para el periodo
histórico caracterizado por las migraciones masivas de pueblos
denominados bárbaros ("extranjeros", que no hablaban una lengua "civilizada" como
el latín o el griego) por el Imperio romano, que llegaron a invadir grandes extensiones de
este, ocupándolas violentamente o llegando a acuerdos políticos, y que fueron la causa
directa de la caída del Imperio romano de Occidente (la deposición del último emperador
de Occidente se produjo en el 476, aunque su poder ya no era más que una ficción jurídica).
Tuvieron lugar a lo largo de un ciclo histórico de larga duración, entre los siglos IV y XVI,
y afectaron a la práctica totalidad deEuropa y la cuenca del Mediterráneo, marcando la
transición entre la Edad Antigua y la Edad Media que se conoce con el nombre
de Antigüedad tardía.
Se distinguen varias fases en esas invasiones, correspondiendo el protagonismo de las
primeras a los pueblos germánicos(del siglo IV al siglo VI), mientras que las últimas
corresponden a los vikingos y los magiares, así como a los árabes(protagonistas de
la invasión musulmana del siglo VII y VIII, que incorporó a su civilización la ribera sur del
Mediterráneo).
Pueblos bárbaros

Migraciones en Europa entre los siglos III y siglo VI.


Todos los pueblos de la Antigüedad miraban con desdén a sus vecinos. Los clásicos dieron
el nombre de «bárbaros» a todos los extranjeros de las regiones fronterizas con el Imperio
romano, y con los que lucharon, si bien se limita la consideración a los que, ocupando
en Europa las regiones al norte del imperio, invadieron éste, apoderándose de su parte
occidental. Atendiendo a su condición etnolingüística, estos pueblos eran muy diferentes
entre sí, pudiendo distinguirse cuatro grupos culturales:

 Pueblos de cultura turco-mongola: como los ávaros y hunos.


 Pueblos de cultura eslava: como los vendos, en lo que hoy es Polonia.
 Pueblos de cultura irania: como los sármatas, entre el Danubio y el Tisza, y
los alanos, a orillas del mar Negro.
 Pueblos de cultura germánica: como
los godos, suevos, vándalos, hérulos, anglos, sajones, jutos, francos, burgundios,lon
gobardos y otros.

A excepción del grupo turco-mongol, los otros tres eran indoeuropeos, como los griegos y
latinos.
Durante la decadencia del Imperio romano, fueron muchos los pueblos bárbaros que,
aprovechando las disidencias internas, se aproximaron a sus fronteras y se establecieron en
ellas, presionando en forma permanente para entrar. Los bárbaros lograron penetrar
lentamente entre los siglos I y IV y establecerse en el interior, hasta que, finalmente,
empujados por otros pueblos, lo hicieron en forma violenta.
Entre los germanos las aficiones guerreras se muestran en grado sumo, a la vez que el
trabajo se considera como menos digno. Había hombres privilegiados, nobles yplebeyos,
existiendo también la esclavitud. La patria potestad tenía un concepto bastante análogo, en
lo absoluto, al de los romanos. Aunque lo general era la monogamia, lapoligamia aparece
admitida entre los nobles.

Principales pueblos bárbaros que llegaron a Roma

La migración de los croatas en Panonia en 620.


Entre los pueblos germanos invasores encontramos a los godos, divididos en visigodos en
Occidente y los ostrogodos en Oriente. Los francos, los suevos, los burgundios, los anglos,
los sajones y los jutos, los vándalos, los frisones, los alanos(iranios) y
los alamanes constituían el resto de los pueblos.

 Los vándalos arrasaron las Galias, pasaron por Hispania, se dirigieron al norte de
África, conquistaron Cartago, y desde su puerto se dedicaron a la piratería, asolando
el Mediterráneo.
 Los ostrogodos detentaron el poder, con la asunción de Teodorico el Grande, que
mató a Odoacro. Los visigodos debieron retirarse de Italia, dirigiéndose al oeste, a
la Galia, estableciendo su gobierno en el sur de la región y en casi toda Hispania.
 Los francos se ubicaron en el norte de las Galias, adoptando la fe católica
tradicional, convirtiéndose en los defensores del catolicismo.
 Los sajones, aliados con los anglos y los jutos, se instalaron en Britania, con
costumbres muy diferentes a las romanas.

Salvo estos casos aislados, la mayoría eran respetuosos de la cultura romana y fusionaron
las costumbres romanas con las propias. La aristocracia germana comenzó a utilizar como
su idioma el latín, que luego —modificado— dio lugar a las lenguas romances.

La sociedad
Se adoptó la ley escrita, según la modalidad romana, ya que ellos se regían por el derecho
consuetudinario (costumbres). Los germanos aceptaron el sistema de lapersonalidad de la
ley, por la cual cada uno debía ser juzgado por sus propias leyes. Los romanos carecían de
normas, ya que Roma ya no existía, y por eso, tuvieron que redactarse las que los regirían
en lo sucesivo.
Teodorico el Grande, rey de los ostrogodos, redactó la primera recopilación de leyes en el
año 500, conocida como el Edicto de Teodorico, para godos y romanos, siendo una
excepción al referido principio de personalidad de las leyes. Estaba compuesta de 154
artículos basados en resúmenes de fuentes romanas.

Los hunos
Los hunos eran un pueblo nómada procedente de la zona de Mongolia, en el Asia Central,
que empezó a emigrar hacia el oeste en el siglo III, probablemente a causa de cambios
climáticos. El caudillo de esta confederación en su máximo apogeo fue Atila,
probablemente un guerrero ligado a la nobleza (Kan) de origen túrquico.
Los caballos tenían una gran importancia para este pueblo, habituado a combatir montados,
utilizando como armamento lanzas y arcos. Emigraron con sus familias y grandes rebaños
de caballos y otros animales domésticos en busca de nuevas tierras de pastos donde
instalarse.
Por su destreza y disciplina militar, nadie fue capaz de detenerlos y desplazaron a todos los
que encontraron a su paso. Provocaron así una oleada de migraciones, ya que los pueblos
huían antes de que llegaran, para no enfrentarse con ellos.
Atila
Atila (hacia 406-453) fue el último y más poderoso rey de los hunos. Gobernó el mayor
imperio de su tiempo desde el 434 hasta su muerte. Sus posesiones se extendían desde
la Europa Central hasta el mar Negro, y desde el Danubio hasta el mar Báltico.
Durante su reinado fue uno de los más acérrimos enemigos de los Imperios romanos
Oriental y Occidental. Invadió dos veces los Balcanes, tomó la ciudad de Roma y llegó a
sitiar Constantinopla en la segunda de las ocasiones. Logró hacer huir al
emperador Valentiniano III de su capital, Rávena, en 452. Marchó a través de Francia hasta
llegar incluso a Orleans, la que saqueó, antes de que le obligaran a retroceder en la batalla
de los Campos Cataláunicos (Châlons-sur-Marne).
Aunque su imperio murió con él y no dejó ninguna herencia destacada, se convirtió en una
figura legendaria de la historia de Europa.
El comienzo de las invasiones al Imperio romano

Expansión de los pueblos germánicos.


Entre los años 235 y 285 Roma estuvo sumida en un periodo de anarquía y guerras civiles.
Esto debilitó las fronteras. Los germanos, en busca de nuevas tierras, se desplazaron hasta
la frontera norte del imperio. Los emperadores de la época permitieron la entrada de los
germanos bajo dos condiciones: debían actuar como colonos y trabajar las tierras, además
de ejercer como vigilantes de frontera. Sin embargo, esta pacificación terminó cuando
Atila, el rey de los hunos, comenzó a hostigar a los germanos, que habían invadido el
Imperio.
Luego de la retirada de los hunos, las tribus bárbaras se establecieron en el interior del
imperio: los francos y burgundios tomaron la Galia; los suevos, vándalos y visigodos se
asentaron en Hispania; los hérulos tomaron la península itálica tras derrotar y destituir al
último emperador romano, Rómulo Augústulo (476). Posteriormente, los hérulos se
enfrentarían a los ostrogodos, saliendo estos últimos victoriosos, y haciéndose con el
control de toda la península itálica. Cabe destacar que, si bien los germanos no eran muy
desarrollados culturalmente, asimilaron muchas de las costumbres romanas, formando así la
cultura europea que originó la actual cultura occidental.

Causas del derrumbamiento del Imperio romano


Después de los siglos dorados del Imperio romano (periodo denominado Pax Romana,
siglos I al II), comenzó un deterioro en las instituciones del Imperio, particularmente la del
propio Emperador. A consecuencia de las malas administraciones de la Dinastía de los
Severos, en particular la de Heliogábalo, y tras la muerte del último de ellos, Alejandro
Severo, el Imperio cayó en un estado de ingobernabilidad al cual se le denomina crisis del
siglo III.
Entre 238 y 285 pasaron 19 emperadores, los cuales —incapaces de tomar las riendas del
gobierno y actuar de manera concorde con el Senado— terminaron por situar a Roma en
una verdadera crisis institucional. Durante este mismo período comenzó la
llamada invasión pacífica, en la cual varias tribus bárbaras se situaron, en un principio, en
los limes del Imperio debido a la falta de disciplina por parte del ejército, además de la
ingobernabilidad producida en el poder central, incapaz de actuar en contra de esta
situación.
Por otro lado, las guerras civiles arruinaron al Imperio, el desorden interno no sólo acabó
con la industria y el comercio, sino que debilitó a tal punto las defensas de las fronteras
imperiales que, privadas de la vigilancia de antaño, se convirtieron en puertas francas por
donde penetraron las tribus bárbaras.
Tras una breve «estabilización» del Imperio, en manos de algunos emperadores fuertes
como Diocleciano, Constantino I el Grande y Teodosio I, el Imperio se dividió
definitivamente a la muerte de este último, dejándole a Flavio Honorio el sector de
Occidente, con capital en Roma, y a Arcadio el sector Oriental, con capital en
Constantinopla.

Consecuencias del colapso


Las invasiones provocaron la paralización del comercio y la industria, la destrucción del
Imperio romano de Occidente, es decir, el fin de una civilización antigua avanzada, y
también el comienzo de una nueva era en Europa, la Edad Media. Los cimbrios eran
poblaciones que incorporaban contingentes celtas y germánicos; si bien su origen último se
sitúa en Jutlandia, el componente celta pudo proceder de Alemania, y salvo por algunos
nombres propios que a veces pueden ser explicados como celtas y otras veces como
germánicos, no se sabe virtualmente nada de la situación sociolingüística de estos pueblos.
Los cimbrios migraron al sur durante el siglo II a. C. y mantuvieron batallas con pueblos
celtas como los boyos. Los boyos se extendían principalmente por República
Checa, Eslovaquia, Hungría y Austria y su influencia era notoria también en el sur de
Alemania, estos boyos habrían hablado una variante del galo. Los pueblos germánicos del
norte de Alemania eran diversos y en época romana habrían hablado lenguas diferentes, con
un grado de inteligibilidad mutua difícil de establecer. Los que ocuparon el territorio de la
actual Alemania en su mayor parte hablaban lenguas del grupo germánico occidental, más
específicamente germánico del Elba y germánico del Rin. El primer grupo sería el origen
de las lenguas bajogermánicas y el segundo de las lenguas altogermánicas (entre ellas el
moderno alemán estándar). En la Edad Media está bien testimoniadas el alto alemán
antiguo antecesor medieval de las alto alemán, esta lengua estaría emparentada con
el lombardo hablado por la nobleza germánica de Italia y Panonia durante la alta Edad
Media.

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